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Viviendo en Hermandad

Bendecidos en la Unidad Salmo 133 5

Mis hermanos primero Romanos 12:9-13

Santidad en la hermandad 1 Pedro 1:13-25

Participando de la naturaleza de Dios 2 Pedro 1:3-11

4

5

Bendecidos en la Unidad 1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! 2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba

de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3 Como el rocío de Hermón,

Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida

eterna. Salmo 133

Día a día se van fortaleciendo las actitudes individualistas en nuestra

sociedad. Vemos estos efectos en muy diversas partes.

Esta tendencia individualista coloca al individuo, como el punto de

partida de todas las cosas, a partir del individuo se explica la sociedad

y se deja de lado el valor de lo colectivo. A partir de esto se construyen

las políticas, donde el destino de lo individual se convierte en el deber

ser del colectivo. Entonces lo individual prevalece sobre lo colectivo,

convirtiendo sus derechos e intereses en la medida y control de las

instituciones públicas. Quienes atienden los derechos individuales aún

a costa de los intereses de la comunidad. Esto en buena medida genera

el individualismo como medio de vivir, el cual deviene en egoísmo,

para designar.

a) La primacía en la acción de las metas particularistas sobre las

colectivas;

b) La primacía de las tendencias y actitudes egoístas sobre las

altruistas y solidarias.

Por último, el individualismo puede emplearse frente a conformismo

o conducta adaptativa, para denominar los modos de actuación en los

6

que el individuo elige y decide libremente, sin dejarse influir por las

presiones de la comunidad. Esta actitud ha llegado a afectar a las

iglesias, cuando el individualismo social influye en la vida de ser

cristiano. Creando interpretaciones espurias del cristianismo. Donde

la fe se ejerce de modo individualista.

Las tendencias comunes, son:

Los “cristianos”, quieren tener comunión con Cristo, pero no con el

Cuerpo de Cristo.

a) Asiste al templo para recibir lo que necesita, pero

intencionalmente no se relaciona con otros creyentes

b) Forma su propio esquema de iglesia, conformándolo con

retazos de una y otra, pero al mismo tiempo no se

compromete con ninguna. Es visita constante de muchas

iglesias.

c) Cuando deciden apoyar a una comunidad, lo hacen dando su

dinero, pero no se dan ellos mismos.

Búsqueda de una espiritualidad individualista

a) Interpretan que su fe, es un asunto solo entre ellos y Dios,

por lo que buscan modelos que les satisfagan, comúnmente,

no comparte de su fe con otros.

b) Suplen sus necesidades espirituales a la carta, viendo

predicaciones por televisión o por internet.

c) Su búsqueda espiritual está enfocada solo en ellos.

Estas interpretaciones individualistas del ser cristiano, contrastan

grandemente cuando se habla de la iglesia, ya que esta es definida

precisamente por ser comunidad.

La fe, si bien es personal, no nos fue dada para que la vivamos de

modo individualista. Sino como parte de una comunidad de fe, local,

que a su vez parte del cuerpo de Cristo. Y en es en esa comunidad

local, donde desarrollamos la espiritualidad, ejercemos los dones y

ministerios que Dios nos ha dado para edificación de los creyentes y

donde crecemos al hacernos servidores de otros.

7

Una comunidad de bendición

La búsqueda desesperada de muchos creyentes es por ser bendecidos.

En esa búsqueda algunos de ellos son capaces de hacer casi de todo

para encontrar esa bendición. Sin embargo las formas en como Dios

envía bendición sobre su pueblo, no es algo difícil de descifrar. Pues

el mismo ha puesto por escrito las formas en como envía bendición

sobre su Pueblo.

La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Salmos 3:8

Hablar de pueblo es al mismo tiempo decir comunidad. La bendición

del Señor se da justamente en medio de la comunidad de fe. Somos

bendecidos no de forma individual, sino al integrarnos a la comunidad

de la fe. Al dejar de ser visitas frecuentes para convertirnos en familia.

En cualquier forma que le veamos, los creyentes no somos bendecidos

de forma aislada, sino que somos bendecidos al ser integrados al

Cuerpo de Cristo. De esta forma la comunidad de la fe es constituida

por Dios, como el espacio donde habrá de ser derramada su

bendición.

Veamos brevemente la conformación de Israel como una comunidad

de bendición.

Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en

Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus

angustias, Éxodo 3:7

Aun cuando la historia del Éxodo, tiene como protagonista a Moisés,

la intervención de Dios, en la historia humana, es para salvar a Su

Pueblo. Dios escucha la aflicción de su pueblo.

Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto

a mi pueblo, los hijos de Israel. Éxodo 3:10

La encomienda dada a Moisés, para la liberación de Egipto, está

también dada en función de un Pueblo. Es a su Pueblo al que Dios ha

venido a rescatar. Para atraerlos hacia sí. Y que experimenten Su

bendición

8

Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo

soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de

Egipto. Éxodo 6:7

Dios toma para sí a un Pueblo, no a individuos. Y será ese pueblo el

objeto de su Salvación y bendiciones.

El nuevo testamento, da continuidad a esta relación de Dios para con

Su Pueblo, como una comunidad de bendición, cuando los textos del

Antiguo Pacto ahora son aplicados a la Iglesia.

Como también en Oseas dice:

Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,

Y a la no amada, amada. Romanos 9:25

Los gentiles al igual que el pueblo de Israel, son llamados Pueblo de

Dios, de esta forma ahora la Iglesia se convierte en la comunidad

sobre la cual Dios envía su bendición.

Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:

Habitaré y andaré entre ellos,

Y seré su Dios,

Y ellos serán mi pueblo 2 Corintios 6:16

Siguiendo el mismo derrotero que con el pueblo de Israel, ahora la

Iglesia, como Nuevo Pueblo de Dios es el lugar de bendición. Dios

habita en medio de su Pueblo, constituyéndolo de esta forma al

Pueblo de Dios es un espacio sagrado, reservado para Dios, para

también al mismo tiempo bajo su cuidado. El estar con su Pueblo, es

muestra evidente del cuidado providencial de Dios por los suyos. Y

son ratificadas las Palabras del Pacto de Gracia sobre la Iglesia.

Bendecidos por haber sido unidos a Dios

El trato fraternal en cualquier comunidad es provechosa para un

grupo, pues fortalece los lazos de unidad y pertenencia del grupo.

Pero cuando esto ocurre en el Pueblo de Dios, el trato fraternal

adquiere otras dimensiones. En el Salmo 133 son descritas como:

9

Bueno. טויב en todo el sentido de la palabra. Por ejemplo, tôb

se usa con el significado de agradable o encantador.

Delicioso. נִָעים Agradable y delicioso.

La repetición de ideas característico de la poesía hebrea, enfatiza la

idea de que

¡No hay nada más bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir

juntos y en armonía! Salmo 133:1

Lo más bello a lo que se puede aspirar en la vida es a una vida en

comunidad, donde el estar juntos se da en forma armoniosa. Lo

hermoso de esta comunidad sin embargo, no se debe precisamente al

buen ambiente producido por los hermanos, sino que la razón por la

que es hermosa y agradable se halla en quien les convoco a formar

parte de esa hermandad. De allí que esta comunión es hermosa por la

presencia de Dios en medio de ellos, que es también que les hizo ser

una comunidad.

Comunidad cristiana entonces significa comunión en Jesucristo y por

Jesucristo. Ninguna comunidad cristiana podrá ser más ni menos que

eso. Y esto es válido para todas las formas de comunidad que puedan

formar los creyentes, desde la que nace de un breve encuentro hasta

la que resulta de una larga convivencia diaria. Si podemos ser

hermanos es únicamente por Jesucristo y en Jesucristo.

Esto significa, en primer lugar, que Jesucristo es el que fundamenta la

necesidad que los creyentes tienen unos de otros; en segundo lugar,

que sólo Jesucristo hace posible su comunión y, finalmente, que

Jesucristo nos ha elegido desde toda la eternidad para que nos

recibamos durante nuestra vida y nos mantengamos unidos siempre.

Comunidad de creyentes. El cristiano es el hombre que ya no busca

su salvación, su libertad y su justicia en sí mismo, sino únicamente en

Jesucristo. Vive totalmente sometido a la palabra que Dios y halla en

ello su delicia y bendición.

10

El sentido de su vida y de su muerte ya no lo busca en el propio

corazón, sino en la palabra que le llega desde fuera, de parte de Dios.

Al hacerlo así se descubre bendecido por la presencia de Dios en

medio de la hermandad, donde ha sido colocado. La búsqueda de su

realización personal no se encuentra entonces en lo que puede

personalmente lograr, Sino en lo que Dios ha hecho en él. De este

modo descubre que su vida tiene un propósito más sublime que los

logros que aquí pudiera alcanzar. Se va a sí mismo como parte de una

comunidad de destino, que es sostenida y preservada por Cristo

mismo. Allí radica la idea de que en esta comunidad es donde Dios

envía bendición y vida eterna.

Su hermano en la comunidad, no es tal hombre piadoso necesitado de

fraternidad, sino el hombre que Jesucristo ha salvado, a quien ha

perdonado los pecados y ha llamado, como a mí, a la fe y a la vida

eterna. Por tanto, lo decisivo aquí, lo que verdaderamente fundamenta

nuestra comunidad, no es lo que nosotros podamos ser en nosotros

mismos, con nuestra vida interior y nuestra piedad, sino aquello que

somos por el poder de Cristo

Formamos parte de él porque estamos en él. Por esta razón la

Escritura nos llama el cuerpo de Cristo. Ahora bien, antes de poder

saberlo y quererlo hemos sido elegidos y adoptados en Jesucristo con

toda la Iglesia, esta elección y esta adopción significan que le

pertenecemos eternamente, y que un día la comunidad que formamos

sobre la tierra será una comunidad eterna junto a él. Al haber sido

unidos al cuerpo de Cristo, esto asegura ya nuestra bendición por la

eternidad.

En presencia de un hermano debemos saber que nuestro destino es

estar unidos con él en Jesucristo por toda la eternidad. Donde

seguiremos experimentan el gozo de su presencia.

11

La Iglesia como lugar de bendición

La experiencia de estar en cristo, no es algo aislado, sino se muestra

en las relaciones que tenemos con otros que también son de Cristo.

Siendo Cristo mismo quien crea las condiciones para esa fraternidad

y quien nos enseña a vivirla a través de su propio ejemplo.

Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque

vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; y

también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia.

Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; 1

Tesalonicenses 4:9-10

Dios mismo se ha encargado de instruirnos en lo que es el amor

fraterno. La manera de cómo nos ha tratado y atraído hacia sí. La

forma de incluirnos dentro de su familia habiéndonos recibido aun

cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. Son todos

estos ejemplos del amor fraternal donde Cristo ha sido nuestro

maestro. Y en ese sentido la enseñanza no ha sido teórica, pues

nosotros mismos hemos sido objeto de su amor.

Así que en cuanto al amor fraternal, lo que hemos de hacer es recordar

todo cuanto Cristo ha hecho por nosotros. Y seguir entonces la

instrucción divina de perseverar en aquello de lo que Cristo mismo ya

nos ha hecho participes.

Cuando Dios se hizo misericordioso revelándonos a Jesucristo como

hermano, ganándonos para su amor, comenzó también al mismo

tiempo a instruirnos en el amor fraternal.

Su misericordia nos ha enseñado a ser misericordiosos; su perdón, a

perdonar a nuestros hermanos. Debemos a nuestros hermanos cuanto

Dios hace en nosotros.

Por tanto, recibir significa al mismo tiempo dar, y dar tanto cuanto se

haya recibido de la misericordia y del amor de Dios.

12

Del modo que Cristo, nos ha recibido a hora somos nosotros quienes

recibimos a los que son de Cristo.

Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió,

para gloria de Dios. Romanos 15:7

Habiendo nosotros sido integrados a su cuerpo, y actuando El en

nosotros mismos, nos integramos a Su obra. No solo para ser un

espacio de bendición, sino ahora también uno desde donde la

bendición de Dios llega a otros.

Por ello el interés, primero de que ninguno de aquellos que Cristo ya

salvó, permanezca fuera de la comunidad de bendición que Él ha

preparado, para bendecirle.

Segundo. Recordando que la comunidad es un espacio donde Dios

envía bendición y vida eterna. Todos los que participan experimentan

la bendición del Señor, por ser este un espacio donde Él ha querido

manifestar su gracia.

Tercero. Las bendiciones del Señor, son derivadas por haber estado

integrados a su cuerpo. Por ello la Unidad en Cristo es lo que también

nos hace estar unidos, para dar testimonio de que la gracia de nuestro

Padre ha sido derramada sobre Su pueblo.

Cuarto. La comunidad de fe local, es el medio a través del cual Dios

reconciliará consigo mismo a otros que como nosotros aún necesitan

experimentar de su amor.

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Mis hermanos primero 9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Romanos 12:9-13

Miembros los unos de los otros

El individualismo es un tema tan fuerte en nuestra cultura, que

comúnmente lo vemos expresado en frases como: primero yo,

después yo, y al último también yo. Este tipo de individualismo

acendrado, conduce a generar rupturas en todo tipo de relaciones.

Consideremos brevemente las cuatro relaciones básicas del ser

humano y como este individualismo, las afecta.

1. Relación con el medio ambiente. El individualismo ha

generado que el ser humano, se considere así mismo el centro

de este mundo y a partir de ello se puede devastar o destruir

cualquier cosa, siempre y cuando satisfaga las necesidades del

ser humano. Esto ha llevado a la destrucción de ecosistemas

completos así como al abuso de animales, solo por el hecho

de crear diversión para los humanos. El problema de este

individualismo es que sin darse cuenta también se está

destruyendo el propio habitad donde los mismos

depredadores viven.

14

2. Relación con otros. Cada uno de nosotros conocemos

historias trágicas, de hombres y mujeres que incluso en la

búsqueda de satisfactores para sus seres queridos, llegan a

perder justo todo aquello por lo que se estaba ufanando. Por

centrarse en demasía en el logro de los bienes para los suyos,

se convierten en meros proveedores que no tienen contacto

con la misma familia para la cual pretenden estar buscando

los bienes. También suelen ser duros en sus críticas cuando

su pareja o sus hijos, no están a la medida de las expectativas

que ellos se han trazado para sí mismos. O incluso van al otro

extremo, siendo permisivos de una forma dañina.

3. Relación con nosotros mismos. El individualismo,

también nos daña a nosotros mismos. La búsqueda incesante

por la superación no solo nos aleja de los otros, sino que

también nos aliena a nosotros mismo, creando temores y

frustraciones al no poder al no poder seguir siempre en la

escalada propuesta.

4. Relación con Dios. El ser humano dentro de su

individualismo, piensa en Dios incluso en sus categorías y se

frustra cuando Dios no responde a sus demandas. No alcanza

a darse cuenta que al estar rota esta relación las tres restantes

también están deterioradas

En claro contraste con ese individualismo la Escritura nos muestra un

camino distinto, donde más allá que el ser una comunidad nos muestra

que realmente, no somos seres individuales, sino que todos somos

uno en el Señor.

Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros

los unos de los otros. Romanos 12:5

En la fe cristiana, el referente social, nos lleva a un nivel donde

reconociendo la individualidad de cada uno, esa individualidad en

lugar de separarnos, nos acerca. Cuando reconocemos que no nos

pertenecemos a nosotros mismos, sino que todos somos de Cristo y

en ese sentido cada uno halla su propia realización no en sí mismo,

sino en relación con sus hermanos.

15

Dones al servicio de mis hermanos.

Cada una de las cosas que Dios nos ha dado, tiene como referente a

la comunidad y no al individuo. El problema es que a pesar de ser

cristianos, seguimos viviendo con el esquema del mundo, donde lo

que tenemos creemos que es para uso y disfrute personal.

El gran problema de las iglesias, en lo común no es la falta de recursos.

Pues verdaderamente Dios ha puesto en cada Iglesia local, todo lo

necesario para que esta pueda desarrollar la misión que el Señor le ha

encomendado. Un conjunto de familias en una iglesia local puede

lograr perfectamente el desarrollo de la misión que Dios les ha

encomendado para ese lugar. El problema a superar aquí no es la falta

de recursos sino el individualismo, que se hace presente cuando la

mayor parte de la Iglesia está en espera de que se les atienda, sin poner

a trabajar los dones que Dios generosamente ya ha puesto allí, para

servicio de los creyentes.

El éxito de la Iglesia primitiva, se debió, justamente a que rompiendo

el egocentrismo se pudieron constituir en una comunidad, tal y como

narran las Escrituras.

Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y

ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas

las cosas en común. Hechos 4:32

La superación del egocentrismo, es sin duda más que buenas

intenciones, para pasar al terreno de los hechos, cuando la Iglesia

reconociendo los dones que individualmente Dios ha colocado en

ellos, los pone al servicio de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es

dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que

preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. Romanos

12:6-8

16

Entonces lo primero para superar el egoísmo es reconocer.

la gracia que nos es dada,

Los dones de los creyentes nos son comunicados por la gracia de

Dios, para a través de ellos servir en la comunidad de la fe.

Profecía. El don de la enseñanza. Úsese según la regla de la fe

Diaconía. El servicio considerado la administración de la

Palabra Hechos 6:4 hasta la administración de los bienes y

servicios que la iglesia presta Hechos 6:1-3

Enseñanza. Se dedican específicamente a la exposición del

evangelica de las Escrituras. Podemos compararlo con la

educación cristiana en las iglesias.

Confortar. Este ministerio está más enfocado hacia la

consejería y el apoyo desde la oración, para los que son débiles

aún.

El que reparte. Ejerciendo la misericordia con fidelidad y

liberalidad.

El que gobierna. Ha de desarrollarse siendo solicito para con

los otros, sean estos sus hermanos en el templo o su familia en

la casa.

Compasivo. Ejerciéndolo con alegría. Reconociendo que más

bienaventurada cosa es dar que recibir, ayudar que ser ayudado.

El ejercicio de estos dones cuando se ponen al servicio de la

comunidad de fe, sin duda traer beneficios para ella, pero también son

de gran testimonio en medio de la comunidad en la que se encuentra.

Cuando todos ponemos los dones que Dios, nos dio al servicio de los

otros, la comunidad completa crece y al tiempo que recibe bendición,

17

sirve como el medio a través de la cual Dios va a bendecir a los que

aún no llegan a la fe.

El uso de estos dones aun cuando fueron dados individualmente no

han de ser motivo de orgullo personal pues todo lo recibimos de Dios

y nos fueron dados para bendecir a los creyentes.

Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo

recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? 1 Corintios

4:7

Al no estar usando los dones que Dios nos dio en el servicio a otros,

estamos faltando a su voluntad. Y reteniendo con injusticia los dones

que Dios puso para que nuestros hermanos fuesen bendecidos.

Afecto fraternal

Un día un fariseo, le pregunto a Jesús. ¿Cuál es el gran mandamiento

en la ley? Esta era en un sentido una pregunta de la que cualquier

farisea ya tendría la respuesta pues se encontraba en Levítico 19:18.

Algo así también pasa con la iglesia hoy en día, hay mucha de esta

información que ya conocemos, pero que el egoísmo acendrado en

nuestras vidas, nos limita para poder vivirlos y disfrutar de un modo

más pleno de la presencia de Dios actuando en nuestra vida y de la

comunión con otros creyentes.

Ese es el sentido que tiene la respuesta que Jesús dio a aquel fariseo.

Le respondió lo que él ya sabía, pero también le llevo a una forma

práctica de cómo vivirlo. 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda

tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo

22:37-40

18

Lo que Jesús estaba mostrando a este fariseo, es que si bien él pensaba

de sí mismo como alguien puro, y seguramente tenía una buena

opinión de sí mismo por el cumplimiento estricto de la ley. En realidad

ni había comprendido verdaderamente a Dios, y su caminar estaba

lejos de ser acorde a la voluntad revelada del Señor. Pues el primer y

segundo mandamiento no puede separarse. De modo que amar a

Dios, con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente puede

ser comprobado, solo si amamos a nuestro prójimo como a nosotros

mismos.

Entonces, puede que no podamos comprobar objetivamente nuestro

amor a Dios, en tanto es un ser espiritual. Pero sí podemos comprobar

objetivamente nuestro amor al prójimo. En este sentido es cuando el

modelo de Cristo cobra otra dimensión para nosotros, pues no

solamente es el modelo espiritual y modelo de ética y moral, sino que

efectivamente es nuestro modelo de vida para las relaciones humanas.

En Jesús, podemos ver que amo a Dios, por sobre todas las cosas,

pues él puso su vida por sus amigos, pues el camino de la cruz es al

mismo tiempo una demostración fehaciente de amar al prójimo como

a sí mismo. Su amor a Dios, hizo que se hiciera prójimo nuestro y de

esta manera entregar su vida, por la nuestra.

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

Juan 15:13

De modo que Jesús es el modelo de cómo a amar a nuestro prójimo,

pero la buena noticia, es que nosotros no tenemos que dar la vida por

la salvación de nuestros hermanos, pues eso ya lo hizo Cristo. Ahora

a nosotros nos toca actuar aquel amor que El ya hizo y conquisto para

que nosotros anduviéramos en él.

Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,

prefiriéndoos los unos a los otros. Romanos 12:10

De este modo lo que a nosotros nos toca actuar es el amor fraternal

que Jesús ya realizo y conquisto para nosotros.

19

Creando un círculo de bendición

Del mismo modo que el uso de los dones en la comunidad, tiene un

referente concreto de cómo realizarlo. También ejercer el amor

fraternal es algo más que un sentimiento. De modo que el ejercitar el

amor fraternal se puede visualizar como un círculo de bendición que

se va formando cuando cada uno de los participantes, va ejerciendo

ese amor. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu,

sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación;

constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos;

practicando la hospitalidad. Romanos 12:11-13

Unir lo bueno (v.9) Propiciándolo primero para los otros (v.10)

Nuestro texto presenta una estructura que conviene considerar

A. En lo que requiere cuidado, no perezosos

B. En la esperanza, regocijándoos;

C. En la tribulación, soportándoos;

B´ En la oración, perseverando.

A´ Haciendo participe de lo nuestro a los necesitados

Nuestros elementos más externos, se refieren al cuidado a tiempo para

atender las necesidades de nuestros hermanos que están enfrentando

necesidad.

El Segundo nivel, nos lleva a considerar una empatía con ellos en

cualquiera que sea la situación que están pasando. Lo mismo en los

momentos de regocijo, que cuando nos unimos con ellos en la

oración. La empatía se ve fortalecida cuando les consideramos

primero a ellos antes que a nosotros mismos. No esperamos su

llamado de auxilio, sino que nos adelantamos a sus necesidades.

20

El núcleo de nuestro pasaje. Nos lleva justo al centro de lo que

significa el amor fraternal. El cual se trata en ser soporte para los que

están pasando por momentos difíciles.

La fraternidad es en este sentido algo que a cada momento se

construye, cuando el amor que Cristo nos mostró empieza a actuar en

nuestra vida a través de la reproducción de lo que Él hizo a favor

nuestro ahora a favor de nuestros hermanos, con los que nos hemos

hecho prójimos.

Al estar uniendo lo bueno, que hemos recibido y prodigarlo primero

a los otros que están experimentando necesidad, poco a poco vamos

creando un círculo de bendición. Donde si bien es posible que

personalmente no podamos suplir las necesidades de todos los

hermanos que están en necesidad, al suplir las que están a nuestro

alcance, sean estas afectivas, emocionales, económicas o espirituales.

En algún momento estaremos formando esa red de contactos a través

de los cuales alguien habrá de bendecir incluso a los que nosotros no

tuvimos oportunidad. Y en algún momento incluso ese círculo de

bendiciones, puede llegar hasta nosotros mismos, aun cuando no sea

de con los mismos elementos ni a través de las personas a las que

originalmente ayudamos.

21

Santidad en la hermandad 13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por

completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14 como

hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra

ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos

en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy

santo. 17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la

obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 18

sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis

de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre

preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya

destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros

tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó

de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el

Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente,

de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de

incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de

la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor

permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido

anunciada. 1 Pedro 13-25

22

Planeado con anticipación

Haz considerado que hay cosas en tu vida que, han sido planeadas en

tu vida antes de que tu tuvieras noción de ellas. Algunas suelen ser

comunes para muchas personas. Por ejemplo: antes de nacer nuestros

padres empezaron a hacer planes a favor nuestro. El algún caso se

trató de la compra de ropa, muebles e incluso juguetes, que más tarde

disfrutaríamos. Pero sin duda hay otros asuntos más importantes para

nuestra vida que fueron planeados aún antes de que nosotros incluso

fuésemos concebidos. Entre ellos el más importante sin duda es

nuestra salvación. Dios preparo detalladamente el tiempo y forma en

como habríamos de llegar a la salvación.

Los distintos eventos, que podemos leer en la Biblia, están todos

encaminados hacia un mismo fin. Pues lo anunciado por los profetas

y el mismo evento Crístico, son los distintos medios que Dios ha

preparado para que llegáramos a la salvación. 10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros,

inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11

escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que

estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo,

y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A éstos se les reveló que no para sí

mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son

anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo

enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. 1 Pedro

1:10-12

Nosotros fuimos hechos receptores del proyecto de Dios. Es El quien

ha obrado salvación para su Pueblo. Las profecías del Antiguo

Testamento, la Muerte en la Cruz de Jesús, e incluso la transmisión

del evangelio durante generaciones y de continente a continente, más

las formas específicas de cómo ha llegado el evangelio a nosotros, son

los planes que Dios ideo y realizo, para traer salvación a nuestra vida.

Todo ello es suficiente para dar gracias a Dios, por lo que ha hecho,

pero su Plan aún está en desarrollo y ahora somos nosotros invitados

a sumarnos a Su proyecto.

23

Preparándonos para la santidad

Considerando que los que nos han antecedido en la fe, no han podido

gozar de lo que Dios, nos ha concedido a nosotros. Hemos de

prepararnos para el encuentro con nuestro Señor y esperar así las

bendiciones que aún hemos de recibir cuando Él se manifieste.

El llamado a estar preparados ceñid los lomos es una figura sugerida por

la manera en que los israelitas comían la pascua, atada la larga ropa

exterior a la cintura con un cinturón, como en preparación para viajar.

Los obreros, los corredores, luchadores, y guerreros así se ceñían,

tanto para acortar el ropaje de modo que no impidiera la acción, como

para ceñir y fortificar el cuerpo para la acción. Este primer

acercamiento apunta al primer lugar donde se desarrollan nuestras

batallas, es decir nuestros pensamientos. Que es también el primer

lugar donde hemos de prepararnos para la santidad.

La búsqueda de santidad, se inicia en nuestra mente. Aquí el

entendimiento (διάνοια), denota la facultad del pensamiento; luego,

de conocimiento; de ahí, el entendimiento y, en general, la mente, y,

por ello, la facultad de reflexión moral.

Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el

Espíritu es vida y paz; Romanos 8:6 BLA

El camino de la santidad, inicia cuando todo nuestro pensar está sujeto

a Cristo. Es aquí donde se inician las batallas y también los problemas.

Por ello nuestro entendimiento ha de estar sujeto a Cristo, hasta el

cumplimiento (τέλειος), de toda su obra, que habrá de no habrá de

ocurrir, sino hasta Él sea revelado (ἀποκάλυψις) plenamente. Es por

eso que nosotros velamos con esperanza.

Así nuestra la santidad de nuestros pensamientos, se realiza no en

nuestra capacidad de producir buenos pensamientos, sino

sujetándolos a Cristo. Cuidando de lo que pensamos, pero al mismo

tiempo con la esperanza puesta en su futura revelación.

24

El llamado a ser santos, no es para llegar a ser hijo, sino precisamente

porque ya somos hijos de Dios. De quien ahora compartimos su

naturaleza. Es por ello que como hijos que queremos agradar al Padre,

escuchando con atención (ὑπακοή) sus consejos, para ponerlos por

obra.

Un punto medular de esta obediencia en santidad, es el no

conformaros con las propuestas codiciosas (ἐπιθυμία), de este

mundo. Entonces la búsqueda de la santidad donde sometemos

nuestros pensamientos a Dios es con el propósito de no dejar que

reine el pecado en nuestro cuerpo mortal para obedecerle en sus

concupiscencias, se refiere a aquellos malos deseos que están listos

para expresarse en una actividad corporal.

Dicho de otra forma, no conformarnos es, seguir aspirando al cielo.

No porque no lo tengamos ya prometido por el Señor, sino porque

toda nuestra mente está pensando en el cielo, de modo que nuestras

acciones están encaminadas a hacer del espacio donde vivimos un

pedacito de cielo en este mundo.

Seguir aspirando al cielo, es también una forma de actuar y propiciar

santidad, en nuestra forma de vivir. Esta santidad, sin embargo no es

en sí misma o aislada, sino que se desarrolla en medio de las relaciones

que todos tenemos. Así que ser santos en todas nuestras maneras de

vivir, se hace de forma histórica en nuestro aquí y ahora y en medio

de la comunidad, donde Dios nos ha colocado.

Santidad, siguiendo el modelo que Dios, nos ha dado, es entonces algo

más que mantenerse aislado del mundo, como si el mundo fuese malo

en sí mismo. Sin embargo ha habido modelos históricos que han

buscado el aislamiento como una forma de vivir la santidad.

Consideremos dos de esos modelos antes de abordar que implica la

santidad en todas nuestras formas de vivir.

25

Santidad como aislamiento.

Una interpretación llevo a los cristianos a separarse de su sociedad.

En un principio cristianos solos que se alejaban de la población

con el fin de escapar de la contaminación del mundo. Esto dio

origen en el siglo II a los primeros a ermitas (Antonio Abad). Poco

a poco esta práctica fue popularizándose y los Padres del desierto

llegaron a representar una forma de ser cristiano y practicar la

santidad

La marcha al desierto nació como respuesta a un deseo de

radicalidad en el seguimiento de Cristo y suponía una crítica

radical a los valores urbanos, a los que se había asimilado el

cristianismo de principios del siglo IV. Fue una reacción

contracultural frente a los valores imperantes en la Roma

del siglo IV, pero también contra las corrientes que

pretendían cristianizar la cultura pagana, colocando como

máxima el texto evangélico citando al comienzo de este

epígrafe y concretándolo en una ascesis rigurosa en todos

los aspectos de la vida. Suponía también un rechazo de las

dignidades (también del sacerdocio ministerial) e

independencia del poder civil y eclesiástico.

En su momento esta propuesta de santidad, fue muy importante,

pues de alguna manera significo, la posibilidad de mantener el

cristianismo en una sociedad en rápida descomposición que

alcanzo incluso a los monasterios que en algún momento se

construyeron para fomentar la fe. Sin embargo también esta

propuesta de santidad, implica un alejamiento de la sociedad y por

ende el cristianismo deja de ser influencia para la cultura en la que

esta insertado. También pasa por alto que no es la sociedad en sí

misma la causa del pecado, sino que el pecado está dentro de

nosotros. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso

hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado

que mora en mí. Romanos 7:19-20

26

En nuestra sociedad contemporánea existen versiones de este tipo

de santidad, donde se crean comunidades alternas, donde solo los

cristianos viven con otros cristianos. Se construyen

fraccionamientos, escuelas, clubs, etc. Para cristianos. La intención

es separarse de la sociedad y no contaminarse. Pero se olvida que

Dios nos puso en este mundo, para ser sal y luz.

Santidad Contracultural

Una propuesta diferente para expresar santidad, es la de generar

una actitud de rechazo o desprecio hacia la cultura circundante,

para crear una cultura alternativa. Este tipo de expresiones para la

búsqueda de la santidad, ha tenido muchas formas de manifestarse.

La más común es la de rechazar la cultura tradicional de la sociedad

y remplazarla con otra que se pretende cristiana. En este tipo de

expresión se identifica generalmente a la cultura de los misioneros

como cristiana, sin considerar claramente sus orígenes y

tendencias. De esta forma la cultura de los misioneros se vuelve

cristiana casi de facto.

Otra forma común de expresar santidad es creando un código

moral de lo cristiano y lo no cristiano. Este tipo de identificación

con la santidad fue muy usado en México, entonces, los

evangélicos se identificaban como: los que no fuman, no toman,

no bailan, etc. Pero en lo general este tipo de códigos, solo influyen

externamente en las personas. En algunos de los grupos el énfasis

se acentuó sobre la ropa. Con particular énfasis en las mujeres, y

siendo más condescendientes con los varones. En lo común basta

con que las personas cumplieran con el estándar de vestimenta y

el código moral de la comunidad, para que sean considerados

buenos cristianos. Sin embargo se pasa por alto que la santidad no

solo es externa.

porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y

gozo en el Espíritu Santo. Romanos 14:17

27

La santidad no puede basarse solo en elementos externos, aun cuando

estos son importantes. La santidad realmente está representada por

dos cosas.

1. La transformación que desde el interior produce el Espíritu

Santo en la vida del creyente. Y que se manifestará

exteriormente en la persona en acciones que tienen como

objetivo dar la gloria a Dios.

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo

la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma

imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18

2. La nueva inclinación en el corazón del creyente, que le lleva

a profundizar en la relación con Dios, y que será la que oriente

sus pensamientos y acciones.

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el

hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la

abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45

Santidad en la ciudad

Es interesante ver que una de las primeras declaraciones de Jesús para

referirse a su Pueblo y el papel que ellos habrían de tener en este

mundo es decir que ellos son la Luz y de usar esta metáfora en función

de la ciudad.

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no

se puede esconder. Mateo 5:14

Por otro lado la explicación que nos provee la Epístola a los Hebreos

acerca de Jesús es decir que Jesús es semejante a nosotros, excepto en

que el no peco.

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de

nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra

semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4:15

28

Con estas dos ideas en mente acerquémonos a nuestro texto, para ver

la declaración inicialmente hecha por Dios (Levítico 19:2) y repetida

por el apóstol Pedro en cuanto nuestra vida como creyentes

porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo 1 Pedro 1:16

Jesús mismo fue santo en toda su manera de vivir, entonces la santidad

es alcanzable. Porque Jesús, la desarrollo como un ser humano.

Entonces la declaración de ser santos, como Dios es santo, es posible

aun cuando nos pudiera parecer inalcanzable. Pues alguien como

nosotros (Jesús), vivió en santidad. En ese sentido nuestro modelo en

la carne de lo que significa ser santo es Jesús. Y dado que Él lo hizo

sin recurrir al poder divino, entonces es viable para nosotros. Pues el

poder transformador que sobre El vino, es el mismo que ha venido a

nosotros por la acción del mismo Espíritu.

El vivó en santidad lo mismo en las ciudades que en el campo y lo

mismo puede decirse de su entorno personal o público. Es decir en

todos los ámbitos donde Él estuvo vivió santamente. Pero cuando

relacionamos el ministerio de Jesús con el nuestro, podemos ubicar

que es precisamente la ciudad el escenario donde hemos de vivir la

santidad, siendo luz para el mundo.

Esto es porque en las ciudades no solo se concentran grandes

poblaciones y donde los retos de vivir la santidad están presentes, ante

la cantidad de tentaciones que allí existen. Algunas; producto de los

vicios característicos de cada gran urbe, pero también otros derivados

de las mismas funciones urbanas, aglomeración y falta de espacio

privado, falta de tiempo por las largas jornadas de trabajo, un mayor

individualismo social y los muchos distractores que se generan en los

centros de diversión.

Ante todo esto, es en las ciudades, donde los cristianos, somos

llamados a vivir la santidad, siendo así luz para el mundo. Por el

contrario de otros conceptos de aislamiento o contraculturales. Ser luz

para la ciudad es una misión que Dios nos da. Y desde la cual se puede

29

ministrar a un gran número de personas. Dado que en las ciudades es

donde la gente confluye para desde allí distribuirse nuevamente no

solo dentro de la ciudad sino también a todas las poblaciones

periféricas. Entonces, hemos de pensar en la ciudad, como el espacio

desde donde se puede influir grandemente, no solo para el pueblo

local, sino porque las ciudades están conectadas globalmente,

podemos influir hacia todo el mundo.

Entonces, ser santos, en toda nuestra manera de vivir, hemos de verlo,

como una manera de vivir, donde intencionalmente estamos

buscando ser luz, en cada una de las áreas donde vivimos y no

solamente en los espacios privados o de culto. De esta forma santidad

se traduce también en ética social y profesional, tanto como

misericordia y bondad o fe y espiritualidad. Pues cada escenario donde

estemos es el adecuado para ser luz a quienes están en tinieblas.

Santidad en la comunidad de la fe

Un apartado especial se requiere cuando hablamos de la santidad hacia

el interior de la comunidad de fe. No porque la práctica de la santidad

aquí deba ser distinta de la que se vive para con otras personas, sino

porque esta santidad aquí es practicada entre los que también son

santos.

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,

mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros

entrañablemente, de corazón puro; 1 Pedro 1:22

De la comunidad de fe, se puede decir que han abrazado la Palabra, y

al hacerla viva en medio de ellos, es la Palabra el medio que Dios ha

usado para que por medio de su Espíritu, nuestras vidas estén siendo

transformadas para reflejar su Imagen.

En este escenario, el portarse bien, llevar una vida ética y la práctica

de las disciplinas espirituales ha de darse por descontadas. Pues se

30

asume que los que integran la Iglesia son hombres y mujeres que viven

su espiritualidad.

En la comunidad de la fe la santidad aquí es presentada como amor

fraternal, sincero. Donde intencionalmente se busca mostrar a los

otros el amor de Dios.

La santidad en la comunidad de fe, se da cuando intencionalmente

mostramos el amor a nuestros hermanos, haciendo por ellos cosas que

redundarán en su beneficio.

Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas

obras; Hebreos 10:24

Siendo de un mismo sentir, buscamos apoyarnos y prodigar actos de

amor hacia los que son de la fe.

31

Participando de la naturaleza de Dios 3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas

por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria

y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas

promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina,

habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe

virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio

propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto

fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni

sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado

la purificación de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y

elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino

eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 2 Pedro 2:3-11

Dios es quien provee todo lo necesario

En nuestra cultura estamos tan acostumbrados al esquema de la Ley,

donde las cosas se tienen que conseguir por el esfuerzo propio, que

incluso la interpretación de la fe, se ve desde esa óptica. Es común

que aun cuando confesionalmente declaramos que la salvación es por

la fe, en la práctica se intente hacer algunos agregados, a la sola fe.

Pero donde más notorio es este enfoque del crecimiento por los

méritos propios en el terreno de la espiritualidad.

32

En esta área es donde de manera más palpable se hacen distintas

propuestas donde el cristiano, tiene que ganar, vencer, conquistar, etc.

Los distintos elementos que están vinculados con la fe, el desarrollo

espiritual o la perseverancia en la salvación.

En contraste con toda esa cultura de la adquisición de los bienes

espirituales mediante el esfuerzo propio, las Escrituras declara

abiertamente que es Dios quien ha provisto todo lo necesario para

nuestra fe. Lo cual habremos de considerar a través de tres textos.

29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen

hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito

entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó;

y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos

también glorificó. Romanos 8:29-30

En nuestro primer texto, podemos seguir con bastante precisión el

proyecto de Dios, iniciado para nosotros antes de los tiempos. Pero

también y no debería ser sorpresa para nosotros, encontramos a Dios

actuando paso a paso en el esquema de nuestra salvación personal.

Esto nos lleva a un reconocimiento importante, no solo predestino a

los que habrían de ser salvos, sino que Dios sigue tratando con

nosotros individualmente. En su momento, nos llamó a vida eterna, y

en su momento nos fue aplicada la justicia que Jesús gano a favor

nuestro. Y es el mismo Dios, quien también en su momento y forma,

habrá de llevarnos hasta su presencia y que con Él experimentemos

su gloria.

Pero antes de seguir adelante es necesario hacer notar un fragmento

que hemos dejado atrás y que muestra la intención de Dios, en su

sentido más amplio. Pues el propósito de este plan de Dios, para

nuestra vida no era simplemente que llegáramos a ser salvos. Este es

apenas un punto dentro del proyecto de Dios. El plan apunta a algo

más sublime. Ser hechos conforme a la imagen del Hijo de Dios.

33

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo

con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos

escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y

sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser

adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su

voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo

aceptos en el Amado… Efesios 1:3-6

Nuestro segundo texto, inicia con una gran noticia. Dios nos ha dado

ya todas las bendiciones espirituales que habríamos de necesitar para

nuestro caminar con Dios. Esta es una excelente noticia, pues muchas

ocasiones, nos han planteado el crecimiento espiritual como si se trata

de una especie de rally, donde al llegar a la meta uno, recibes las

instrucciones para alcanzar la meta dos, y de esa manera vas

avanzando poco a poco en el desarrollo espiritual. Pero al mismo

tiempo siempre existe el riesgo de perderlo todo en la siguiente jugada.

Dios no actúa así. El desde el inicio nos ha dado todas las bendiciones

para para que pudiéramos cumplir con su voluntad. Piénselo un

momento, si consideramos nuestro propio andar, podemos darnos

cuenta que no somos incluso lo suficientemente tenaces, para lograr

las cosas que queremos siempre. Podemos esforzarnos por algunos

periodos de tiempo, pero no es algo que podemos lograr siempre y de

modo constante y creciente. La verdad es que nadie puede. Por ello es

que Dios es quien lo hace en y por nosotros. Él es quien nos ha dado

todas las bendiciones necesarias para que seamos santos.

El evangelio, es la buena noticia, de que no tenemos que ganar la

salvación por nuestras propias fuerzas, sino que Dios lo hizo posible

por nosotros. La razón de darnos toda bendición espiritual es para que

nosotros llegáramos a ser hijos. Para que experimentemos el amor y

cuidado del Padre. Dios ha provisto todo para que ahora seamos

tratados como hijos suyos. Para ser amados por El y para que estando

limpios, con los recursos que Dios ha provisto, seamos, el orgullo del

Padre.

34

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido

dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó

por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas

y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de

la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo

a causa de la concupiscencia; 2 Pedro 2:3-4

Nuestro tercer texto, no solo confirma que todas las cosas que

necesitamos para nuestro andar con Dios han sido provistas por El,

sino que además nos empieza a marcar el rumbo de como ocurre esto

en nuestra vida, al tiempo que señala a un punto más alto aún que

nuestra propia salvación.

Siguiendo nuestros pasajes anteriores podemos darnos cuenta que la

provisión de dios para nosotros es mucho más amplia, que lo que

podemos imaginar. Pues algunas de sus promesas aun cuando

podemos decirlas escapan de nuestra comprensión finita. Veamos

juntos el esquema.

1. Nos predestino, y ha cuidado, y seguirá cuidando de todo el

proceso, hasta que siendo glorificados, llegue Dios a

conformarnos conforme a la Imagen de Cristo.

2. Nos dio todas las bendiciones espirituales, para que podamos

ser santos para orgullo suyo.

3. Nos ha provisto de todo lo necesario para que seamos

participantes de la naturaleza divina.

El proyecto de Dios es más amplio que lo que nuestra capacidad es

capaz de entender e incluso más grande que lo que la Escritura nos

enseña con claridad. Pero señala suficientemente los grandes

propósitos de Dios para nosotros. Por ejemplo es posible que no

sepamos totalmente lo que significa ser participantes de la naturaleza

divina. Pero sin duda es un proyecto que será bendición para nosotros.

Pero también podemos estar seguros de que sin duda El Señor lo

llevara a cumplimiento.

35

Al seguir en nuestro texto, podemos observar que también se señala

la forma en cómo Dios ha provisto todas estas bendiciones, que nos

llevarán a cumplir plenamente con su voluntad. Esto mediante el

conocimiento del que nos ha llamado esto es el Cristo.

Conocer al que nos llamó

Un texto que ha sido paradigmático sobre el llamado que Dios hace a

nuestra vida es:

Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Mateo

4:19

Podemos decir que todo llamado cristiano, se encuentra contenido en

este breve texto. Pues indica un llamado, el camino e indica un destino.

El llamado. Es a seguir al Cristo, que bien podemos compararlo con

la idea de conocer. Pues no podemos seguir al Cristo si

previamente no lo conocemos. De allí que el llamado no

es a conocer la religión o las características morales de la

fe cristiana. Ni siquiera es un llamado a conocer la fe.

Somos llamados a Conocer y Seguir al Cristo. Conocer

en este sentido es conocer su persona, por la fe.

El camino. Esto es seguimiento. Seguir al cristo es caminar con El y

como el anduvo. Llevando a la práctica todo su consejo,

donde también a través de la Palabra se nos proporciona

la ruta y los medios para poder andarlo.

El destino. Dios siempre sabe a dónde está llevándonos, aun cuando

nosotros no siempre lo tengamos claro. Podemos decir,

que el destino tiene que ver con el cumplimiento de sus

propósitos para nuestra vida. En ese sentido el ser

pescadores de hombres, es sin duda el destino más

importante para nosotros, en tanto estamos en este

mundo. Pero el destino más importante que se inició en

nuestro caminar con Cristo es ser participantes de la

gloria divina.

36

Revisión y ruta a seguir

El Señor nos ha proporcionado lo necesario para el desarrollo de

nuestro caminar con El. También nos ha provisto de la ruta que

hemos de seguir. Los elementos que se encuentran en nuestro texto

sirven a modo de un mapa, para saber si estamos en el camino

correcto así como para verificar nuestro crecimiento en el ser

conformados a la imagen del Cristo. 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a

vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio

propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad,

afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

Aquí es donde es necesario que hagamos una revisión de nuestro

propio andar y consideremos hasta que nivel Dios ha transformado

nuestra vida. También es necesario considerar que la revisión de

nuestro avance, no se hace en lo individual, sino como parte integrante

del cuerpo de Cristo. Pues, ni la fe ni los dones, e incluso las virtudes

se producen solos, sino en medio de la comunidad de los creyentes.

Si repasamos esta ruta, podríamos plantearla como algo progresivo.

Fe + Virtud + Conocimiento + Dominio propio + Paciencia +

Piedad + Afecto fraternal + Amor = Participantes de la naturaleza

divina.

En este sentido la ruta a seguir inicia con la fe en Cristo + el

conocimiento de El + la puesta en práctica individual y social de su

enseñanza, etc. Serían la ruta a seguir.

Este esquema en cierta medida representa el modelo de desarrollo de

todo seguidor de Cristo. Donde la fe es el punto de inicio, hasta que

el amor de Dios sea el que controle la totalidad de mi vida y en ese

sentido seamos participantes de su naturaleza

El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 1 Juan 4:8

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Pero el crecimiento en Cristo, realmente no es tan mecánico, sino más

bien orgánico. Donde como discípulos, poco a poco vamos creciendo

en las distintas áreas de nuestra vida. De modo que podemos hablar

no solo de fe en nuestra vida, sino incluso de que nivel de fe.

Un esquema como el siguiente pretende orientar sobre el crecimiento

del creyente. A fin de que cada uno se examine de modo propio y con

la guía del Espíritu, camine y profundice más en su propio crecimiento

en el Señor, al tiempo que alienta a sus hermanos para seguir

creciendo.

Nivel 1 Nivel 2 Nivel 2

Espiritual Enraizados en Cristo

Edificados en Cristo

Viviendo en Cristo

Racional Conoce la verdad

Usa correctamente

la Biblia

Adecuado y equipado

Emocional Libre Gozoso, pacífico y paciente

Contentamiento

Volitivo Sujeto Auto control Disciplinado

Relacional Aceptado y perdonado

Perdonador Amante y sin egoísmo

Una parte de este desarrollo, donde la naturaleza de Dios, se está

conformando en nuestra vida, es el dar frutos, para su gloria. 8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar

ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Cada uno según lo que ha recibido y de acuerdo con el crecimiento en

Cristo que hemos tenido somos llamados a usar lo que Dios nos da a

favor de nuestros hermanos, en la construcción de la fraternidad.

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos

administradores de la multiforme gracia de Dios. 1 Pedro 4:10

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