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Lizbeth Sagols Violencia contra los animales desde la eco-ética de Leopold y la "crítica al patriarcado" En lo más elemental y profundo de nuestras convicciones y preferencias morales nos conmueven acontecimientos que ocurren en otras latitudes. Aunque [pensemos} que podemos vivir sin su presencia, nos conmueve e irrita que se diezmen las poblaciones de vaquitas marinas y los lobos mexicanos, de los bosques mesofilos, las selvas deciduas, los arrecifes coralinos y los manglares. Gabriel Quadri Resumen: La ética ambiental ha concen- trado la defensa de los animales en aquellos que son urbanos, individuales y similares a nosotros. Por el contrario, la eco-ética y la crítica al patriarcado atienden a los conjuntos, a las espe- cies y los ecosistemas gracias a que comprenden nuestra igualdad-diferencia con ellos. Palabras clave: Igualitarismo. Indivi- dualidad. Conjuntos. Igualdad-diferencia. No violencia. Abstract: Environmental ethics has concen- trated animal welfare in those who are urban, single and similar to uso By contrast, eco-ethics and the critique of patriarchy serving sets, spe- cies and ecosystems by involving our equality- difference with them. Key words: Egalitarianism. Individuality. Sets. Equality-difference. Nonviolence. Evitar la violencia hacia los anímales ha sido un empeño fructífero de la ética ambiental. Gracias a Peter Singer y muchos otros filósofos como Tom Regan y Paul Taylor, se extiende hoy la idea del respeto hacia los animales e incluso la necesidad de concederles derechos morales y jurídicos. Tal empeño nos ha llevado a suspender o al menos cuestionar, en diversos países (no en todos desafortunadamente) las corridas de toros, así como a prohibir en distintas legislaciones la crueldad contra los animales domésticos, e incluso ha permitido a Singer (junto con otros pensadores) proponer el Proyecto Gran Simio que otorga derechos básicos a nivel legal a los primates.' De igual forma, cada vez se cuestiona más el maltrato a los animales utilizados en la industria alimenticia, en diversiones humanas: peleas de gallo, el circo, y los zoológicos, y en los laboratorios de investigación científica. De este modo, hemos empezado a entender y sentir nuestra proximidad con el reino animal. La peor violencia contra los animales No obstante, hay que decir que el afán de la ética ambiental no trasciende el ámbito de los animales incorporados a la ciudad: aquellos que nos ofrecen oportunidades de alimento, inves- tigación científica, compañía y diversión. No se Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, L (127-128), 81-90, Mayo-Diciembre 2011 I ISSN: 0034-8252

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Lizbeth Sagols

Violencia contra los animales desde la eco-ética deLeopold y la "crítica al patriarcado"

En lo más elemental y profundo de nuestras conviccionesy preferencias morales nos conmueven acontecimientos

que ocurren en otras latitudes. Aunque [pensemos} que podemos vivirsin su presencia, nos conmueve e irrita que se diezmen

las poblaciones de vaquitas marinas y los lobos mexicanos,de los bosques mesofilos, las selvas deciduas,

los arrecifes coralinos y los manglares.

Gabriel Quadri

Resumen: La ética ambiental ha concen-trado la defensa de los animales en aquellos queson urbanos, individuales y similares a nosotros.Por el contrario, la eco-ética y la crítica alpatriarcado atienden a los conjuntos, a las espe-cies y los ecosistemas gracias a que comprendennuestra igualdad-diferencia con ellos.

Palabras clave: Igualitarismo. Indivi-dualidad. Conjuntos. Igualdad-diferencia. Noviolencia.

Abstract: Environmental ethics has concen-trated animal welfare in those who are urban,single and similar to uso By contrast, eco-ethicsand the critique of patriarchy serving sets, spe-cies and ecosystems by involving our equality-difference with them.

Key words: Egalitarianism. Individuality.Sets. Equality-difference. Nonviolence.

Evitar la violencia hacia los anímales hasido un empeño fructífero de la ética ambiental.Gracias a Peter Singer y muchos otros filósofos

como Tom Regan y Paul Taylor, se extiende hoyla idea del respeto hacia los animales e inclusola necesidad de concederles derechos morales yjurídicos. Tal empeño nos ha llevado a suspendero al menos cuestionar, en diversos países (no entodos desafortunadamente) las corridas de toros,así como a prohibir en distintas legislacionesla crueldad contra los animales domésticos, eincluso ha permitido a Singer (junto con otrospensadores) proponer el Proyecto Gran Simioque otorga derechos básicos a nivel legal a losprimates.' De igual forma, cada vez se cuestionamás el maltrato a los animales utilizados en laindustria alimenticia, en diversiones humanas:peleas de gallo, el circo, y los zoológicos, y enlos laboratorios de investigación científica. Deeste modo, hemos empezado a entender y sentirnuestra proximidad con el reino animal.

La peor violencia contra los animales

No obstante, hay que decir que el afán dela ética ambiental no trasciende el ámbito de losanimales incorporados a la ciudad: aquellos quenos ofrecen oportunidades de alimento, inves-tigación científica, compañía y diversión. No se

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ha considerado, al interior de dicha ética, la peorviolencia contra los animales ejercida por loshumanos y que consiste en la actual extinción deespecies en masa que, por ejemplo en opinión deNiel Eldredge alcanza la cifra de 30 000 especiesdesaparecidas en un año (2001,10) -aunque nadiesabe con exactitud cuál es la cifra real. Se trataaquí de una violencia que se ha vuelto imper-ceptible porque no la vemos, no está relacionadacon nuestros alimentos, con los toreros, perso-nas crueles, empresarios de diversiones, ni concientíficos; es una violencia que está lejos, queescapa a la concentración antropocéntrica en loque nos atañe de forma directa, pero que estamosejerciendo todos y que simplemente mata la vidaanimal y también la vegetal: destruye al planetacreando la profunda crisis ecológica actual. Éstaes el factor decisivo de la extinción de las espe-cies y es nuestra mayor responsabilidad éticarespecto a los seres vivos.

Ubicando la ética ambiental

En rigor, la violencia hacia las especies nourbanas, no puede ser considerada por la éticaambiental porque ésta se basa en el igualitarismoy el individualismo ético. Para Singer, Regan yTaylor los animales merecen consideración éticaporque -igual que nosotros- poseen ciertas pro-piedades morales como el sentir placer y dolor-afirma Singer, porque tienen un valor inherenteen tanto son fines en sí mismos, aun cuando sufin sea la mera sobrevivencia -afirma Regan, oporque unido a esto último, son "centros de unavida" -según Taylor. Y por lo general (salvo enel caso de Taylor) dichos filósofos encuentra unaigualdad entre nosotros y los mamíferos supe-riores, dado que son los que más se nos parecen.A la vez, lo que nos revela dicha igualdad es lacondición individual de los animales y no la per-tenencia a su comunidad o especie.

El equilibrio de la naturaleza no es en símismo una norma moral [... ] en último tér-mino es el bien (el bienestar, la salud) de losorganismos individuales, considerados comoentidades que tienen valor inherente, lo quedetermina nuestras relaciones morales con

las biocomunidades silvestres de la Tierra(Taylor, 1998,69).

Bajo estos presupuestos -aún cuando Taylor(1998a) se ocupa de los ecosistemas en su libro:Del respeto a la naturaleza - lo que importadesde el punto de vista ético respecto a los ani-males es nuestra relación directa con ellos entanto individuos, y las especies tienen un caráctersecundario o derivado. De hecho, ninguno de losfilósofos anteriores desarrolla con amplitud eltema de la crisis ecológica y la destrucción delplaneta. Cuando Singer se ocupa de la crisis, alfinal de Liberación animal, lo hace principal-mente en atención a la escasez de alimentos, alaumento del hambre en el mundo y consideraque ello debe hacernos pensar que no podemosalimentarnos de carne animal,.por lo que seríamejor que todos fuéramos vegetarianos (1996,385). A esto añade su reclamo al "movimientoecologista" por ocuparse sólo de "otra crisis" (sinprecisar cuál) lo que ocasiona, en su opinión, quetal movimiento se concentre sólo en los animalessalvajes y no se ocupe de los animales en general.La crisis ecológica queda entonces como algodifuso y de segunda importancia frente al impe-rativo de reconocer éticamente a los animales"iguales" a nosotros.

El punto de vista de la eco-éticade Leopold y la crítica al patriarcado

De suerte que para asumir la violencia queimplica la extinción de los conjuntos o especiesrequerimos una perspectiva que parta, desde elinicio, de nuestra relación con la Vida en general,más allá de los animales incorporados a la ciudad.Ésta es la perspectiva eco-ética de Leopold y dela teoría de la "crítica al patriarcado" realizada,por ejemplo, por Jacob Bachofen, Erick Fromm,Jorge Silva, Reiner Eisler y algunas filósofas eco-feministas como Francoise D'Eaubonne y KarenWarren. Ambas posturas conciben la relaciónhumana con los animales como un aspecto denuestra radical relación con el fenómeno total dela Vida, con la Tierra, la Naturaleza y los conjun-tos sistémicos que la conforman y que incluyen

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fauna, flora y elementos no vivos pero que contri-buyen a la vida: aire, tierra, agua, minerales, etc.;son posturas holistas-complejas.? Ambas partende la admiración, el asombro y el sobrecogimientoque ha de provocamos el todo de la Vida. Para unay otra, la preocupación por los animales conllevael cuidado por el conjunto de los seres vivos, sinimportar su parecido con nosotros, ni su proximi-dad o su lejanía de la ciudad. Tanto la eco-éticacomo la "crítica al patriarcado" conciben al serhumano como inserto y necesitado de la Naturale-za. Leopold señala que no somos autosuficientes,dado que formamos parte de la comunidad bióticay requerimos de ella para subsistir y desarrollar-nos en plenitud. Estamos en íntima relación contodos los otros vivientes, los cuales son nuestroscompañeros-miembros y, por ello, hemos de reco-nocer que no hay divisiones o brechas entre losdistintos reinos de lo vivo: humanos, plantas yanimales somos, en principio, lo mismo, es decir,en tanto seres vivientes que participan del fenó-meno general de la Vida. Así, como afirma KarenWarren, la eco-ética de Leopold es radical porquetiene la intuición de una igualdad básica de losvivientes. Por su parte, la "crítica al patriarcado"deMarija Guimbutas y Reiner Eisler ha descubier-to, con base en estudios arqueológicos realizadosdespués de la Segunda Guerra Mundial y graciasal descubrimiento del carbono 14, que en las ciu-dades del neolítico matrilineal como Catal Hoyoc,Hacilar y Creta -entre otras, existía la concienciade pertenencia al gran conjunto de la Vida que eraconcebido como "madre naturaleza": donación devida renovada en un incesante ciclo de nacimientoy muerte. Y en el mismo sentido de Leopold, Rei-ner Eisler afirma que esta civilización matrilinealconcebía a todas las formas de vida como iguales.La naturaleza era alabada por su fecundidad y deahí que la guía de estas sociedades fueran las dio-sas y las mujeres: seres con capacidad de dar a luz(Eisler 1987/1995, 16-77). Pero esto no implicabauna desigualdad ni exclusión entre la mujer y elvarón, ni mucho menos un dominio de la primerasobre el segundo. Existían también dioses mascu-linos y los varones no eran excluidos de las tareasimportantes: había sacerdotes y sacerdotisas; losvarones colaboraban en todas las tareas de sobre-vivencia y embellecimiento de la vida. Por tanto,no se trataba de sociedades matriarcales -como

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piensan los estudios sobre el neolítico anterioresa la Segunda Guerra Mundial- pues no habíasurgido aún el dominio propio de las sociedadespatriarcales.' El único privilegio de la mujer erala identidad de los hijos, dado que se pensabaque ella era la única fértil -aún no se descubría laparticipación del varón en la reproducción (Silva,2010,26). Más aún eran sociedades en las que nohabía excluidos o marginados: todos los vivienteseran en verdad iguales. Así lo muestran los vesti-gios de Catal Hoyoc y del Palacio de Knosos: lascasas y las habitaciones era iguales y sencillas, sindistinción de rango. Imperaban pues la igualdad yla sencillez (Eisler, 1987/1995 a, 24).4

La norma en estas sociedades del neolíticoera amar y cuidar todas las formas de vida, nodestruir, no matar humanos porque sí, ni mataranimales más allá de lo estrictamente necesariopara sobrevivir. La caza no se hacía con afán deacumular carne, sino comerla de vez en cuando.Asimismo, las técnicas de agricultura y cultivode animales coincidían con el aspecto vital dela tierra, los granos y los animales mismos. Lacivilización del neolítico era -como precisanErick Fromm y Jorge Silva- igualitaria, amorosa,incluyente", pacífica, sin sentido de la posesión,cooperativa, con libertad sexual (el sexo no erapecaminoso) y una gran capacidad de gozo detodos los aspectos sensibles de la vida, así comode los aspectos creativos -basta ver la amplituddel arte cretense (Eisler, 1987/1995 b, 30). Era unacivilización concentrada en el simple hecho deser: (Fromm, 1970/2000, 141) gozar del presenteen conjunto con las otras existencias, desarrollarlas capacidades propias y permitir el desarrollo delos otros vivientes. Asimismo, era una civilizaciónracional, en el más amplio sentido de la razón queincluye tanto la inteligencia racional como la emo-cional; la razón estaba íntimamente relacionadacon el cuidado emotivo (Warren, 2001,111-113).

La igualdad básica de los vivientesy la sobre población

De acuerdo con la percepción de la igualdadbásica de los vivientes, la eco-ética y la "críticaal patriarcado" consideran que tiene que haber un

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super-predadores y de este modo, estamos privan-do de la vida a la fauna y la flora.

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equilibrio de las poblaciones de cada especie"; siuna de éstas sobrepasa su número está ejerciendoviolencia contra los demás ya que tiene que inva-dir sus espacios y tomar más recursos terrestres.En consecuencia, ambas teorías advierten contoda claridad que la crisis ecológica actual y, enparticular, la extinción de especies, se deben a laviolencia e invasión que representa la sobrepo-blación de los últimos sesenta años aproximada-mente. Tanto una como otra teoría afirma que launidad e igualdad humano-naturaleza se quiebra,no sólo por el sentimiento de superioridad huma-na en sí (según lo destaca de forma reiterada laética ambiental), sino porque tal sentimiento con-duce a una excesiva cantidad de humanos. SegúnLeopold, lo que está en juego en la extinciónde las especies es el rompimiento del equilibriorelativo de la comunidad biótica, el cual dependede una adecuada circulación del flujo de energíagracias a la cadena alimenticia entre predadoresy predados, así como del mantenimiento de ciertonúmero de ejemplares de las especies. No obs-tante, la humanidad -que supone ser pensante yresponsable- ha aumentado de forma desbordadasu población y ello ha ocasionado una alteraciónviolenta en el planeta. "La violencia del impactosobre la tierra, [ha] varia[do] con la densidad dela población humana; [que por su abundancia]requiere de una conversión más violenta [delos recursos de la biota] (Leopold, 2005, 39)."7Con el crecimiento poblacional explosivo hemossobrepasado la "capacidad de carga sostenida delplaneta (Leopold, 2005a)." Para satisfacer nues-tras necesidades de consumo y tránsito, apuntaLeopold hemos dado lugar a una mezcla globa-lizada de la flora y la fauna que ha alterado lascadenas alimentarias y cambiado la proporciónentre predadores y predados. Asimismo, hemossobreexplotado la tierra fértil, de suerte que éstaya no tiene la capacidad de recibir, almacenar yliberar energía, Y la industria humana ha con-taminado las aguas, además las ha obstruido alconstruir presas, y con ello ha eliminado plan-tas y animales indispensables para mantener laenergía en circulación (Leopold, 2005b, 37-38).Con la sobrepoblación humana explosiva, enrigor, hemos dejado de ser predadores (lo cuales admitido por Leopold) para convertimos en

La primera desigualdad y lasobrepoblación

Por su parte, la "crítica al patriarcado" vaun paso más lejos en la explicación de la violen-cia hacia la Tierra y las especies que implica lasobrepoblación. Esta teoría advierte, de maneraimplícita, que no puede haber violencia hacia elplaneta, hacia la naturaleza, sin que haya violen-cia interhumana, pues no puede darse una sin laotra: hacemos con la naturaleza lo que hacemoscon nosotros mismos y viceversa. Así, esta teoríase concentra en averiguar el origen del sistemapatriarcal como base inequívo a de la violen-cia contra el ámbito natural y encuentra que launidad e igualdad básica humano-naturalezase quebró cuando los varones pertenecientes alos Kurgans (poblaciones de Eurasia) (Eisler,1987/1995 b, 43) descubrieron su participaciónen la procreación humana y sintieron su propiopoder sobre la mujer. Con los Kurgans surgieronla violencia, la destrucción, la guerra, el dominio,el culto a las armas, la muerte y lo muerto, ladesigualdad opresiva, la exclusión y el sentidode la posesión o el tener (Silva, 201Oa). A la vez,estos pueblos (guiados por su afán de dominioy destrucción, más que por el descubrimien-to del hierroj'' descubrieron su capacidad parafabricar armas mortales, de suerte que tenían uninstrumento privilegiado para dominar a otroscivilizaciones y a la mujer a la que muy probable-mente habían envidiado de forma pasiva durantesiglos por el poder de la fertilidad (Silva, 201Ob,26). De esta forma, los Kurgans establecieron laprimera gran división y subordinación humanaa través de la apropiación violenta de la mujer:su otro más próximo, e impusieron su dominiosobre ella apropiándose de su cuerpo a travésde la violación, y con la exigencia -en el casodel matrimonio- de la virginidad y la fidelidadeterna. Desde entonces, la mujer es víctima de lafuerza y violencia del varón, lo cual no ocurríaen las sociedades matrilineales en las que ambos

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eran compañeros y no importaba si uno era másfuerte que el otro.

Lo decisivo es que a partir de la dominaciónde su otro más próximo, el varón extendió laviolencia a la tierra fértil (de la que era símbolola mujer), así como a los animales y la naturalezaen general. La caza ahora se hacía de manerareiterada, igual que se incrementó la ganadería yla agricultura: los animales y plantas se convir-tieron en objeto de dominio. Y todo ello requirióaumentar la mano de obra, por tanto, era necesa-rio tener más hijos. A la exigencia de virginidady fidelidad se sumó la de la maternidad múltiple.La mujer ya no era libre de tener los hijos que ellaquisiera; ahora habría de tener los que el varónnecesitara. Así, se instauró el androcentrismo opatriarcado (que no es un mero antropocentrismoya que, en principio, no está toda la humanidadinvolucrada, sino en particular el varón domi-nante) y que consiste en un sistema narcisistaque implanta la violencia destructiva hacia losotros seres vivientes ignorando por completo susnecesidades vitales (Silva, 201Oc, 28). El varónse colocó por encima de los demás compañeros-miembros de la biota, de los otros "hijos" dela "madre tierra" y dejó de considerarlos susiguales, para convertirlos en meros recursos parasu servicio y engrandecimiento. El patriarcado-afirma Karen Warren- es un sistema entero einjustificado de dominio hacia todo ser diferenteal varón dominante: el extranjero, el enfermo, eldébil, el trabajador, el viejo, el homosexual, lamujer, la vegetación y lo que simplemente vive yes. Además, la posesión y el dominio dieron tam-bién un giro a la razón humana que antes estuvorelacionada con la emoción: dieron lugar a larazón raciocinante, cuantitativa, formal, abstrac-ta, dualista, buscadora de absolutos más allá de loreal, despreciadora de la cualidad y los contextos.Por razón se entendió el puro intelecto -lo cual seconsolidó en la modernidad con Francis Bacon,Descartes y Kant.

Bajo este sistema y gracias a la conquistainvasiva de diversos pueblos de oriente y occi-dente por parte de los Kurgans, surgieron, claroestá, las religiones misóginas por excelencia:la judía-ortodoxa, la musulmana y la católica,las cuales sustituyen a las diosas por los dioses,imponen el dualismo como pensamiento habitual,

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dividen el mundo en bien y mal absolutos, asícomo entre varones y mujeres, devalúan a estasúltimas y -además de exigirles virginidad yfidelidad- les prohíben la anticoncepción y elaborto como un medio de sometimiento. Talesreligiones proclaman la sacralidad exclusiva yabsoluta de la vida humana, declaran el derechosupremo de la humanidad a poblar la tierra y sonindiferentes por completo a la existencia de losotros vivientes, así como al deseo de la mujer detener sólo un determinado número de hijos (Silva,201Od, 27). No es por casualidad que la religiónjudeo-cristiana -como lo destacó Lynn White-haya proclamado el "creced y multiplicaos", elloestá en íntima relación con la consolidación delpatriarcado androcéntrico.

Lo decisivo es que con la sobrepoblación(consecuencia directa del dominio androcéntrico)construimos mega-urbes que invaden el espaciode otras especies y consumimos los recursos ele-mentales de la tierra que debiéramos compartircon animales y plantas: tierra fértil, aire limpio,agua potable, un clima estable; imponemos a losotros vivientes la violencia del acoso, de la exclu-sión, de la aniquilación de ecosistemas y la apro-piación destructiva de la Tierra. También por lasobrepoblación, hay violencia intra-humana paraapropiarnos de los recursos terrestres, hacemosguerras infernales, sin considerar la destruccióny contaminación de la vida. Esta violencia no sehace evidente en el trato directo a los animalesincorporados a la ciudad, a los que hemos empe-zado a respetar y protestar por la crueldad haciaellos, pero es una violencia igualo más grave aúnen tanto es imperceptible y pretende justificarsepor las necesidades humanas.

Por otra parte, advertir la violencia contralas especies requiere no sólo estar más allá de laconsideración individualista de los animales, sinotambién requiere estar más allá del igualitarismoético que propone la ética ambiental. La eco-éticay la "crítica al patriarcado" proclaman la igualdadbásica de los vivientes, pero ello no significa queno existan diferencias entre las especies y entre elser humano y el resto de los vivientes. En reali-dad, a la intuición de igualdad básica, de ausen-cia de brechas o separaciones entre los distintosreinos de lo vivo, es complementada por la adver-tencia de las obvias diferencias, de la presencia de

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la alteridad, la otredad, en todo lo que nos rodea.La intuición de la igualdad básica no conduce ala afirmación de la homogeneidad o uniformidad,tan sólo establece la igualdad de merecimiento deun trato respetuoso, la no exclusión de los gocesde la Tierra para ninguna especie o ningún tipode humanos, pero cabe decir que ella da lugar,por sí misma, a la idea de la igualdad-diferenciao la mismidad-otredad. Todos los vivientes somoslo mismo y merecemos, en principio, seguirexistiendo, pero el dinamismo propio de la vidase establece a partir de diferencias. Por ejemplo,Leopold acepta la diferencia inevitable entre pre-dadores y predados y afirma la necesidad de queéstos sigan existiendo como tales para mantenerel "equilibrio" del gran todo. Además, tanto laeco-ética de Leopold como la "crítica al patriar-cado" advierten que el ser humano se distinguefrente a las otras especies por su capacidad de serresponsable, así como por su capacidad de cuidarla vida y lo vivo. "Lo quieras o no, dice Leopold,eres un Rey, pues eres de los que dejan huellaen el mundo" ... (Leopold, 2005c, 42). Y para la"crítica al patriarcado", el humano es el único serautoconsciente y capaz de cuidar; el cuidado estáen nuestra condición, no en la de ningún otro ser.

El respeto a los animales desde laigualdad básica y laigualdad -diferencia

De acuerdo con las ideas concomitantes dela igualdad básica y la igualdad-diferencia entrehumanos y la naturaleza, estas teorías encuen-tra, en primer lugar, que lo éticamente grave ennuestra relación con los animales es la desconsi-deración que tenemos hacia su hábitat y sus eco-sistemas dada la expansión de las ciudades y dela industria para dar cabida al bienestar humano.El hecho de merecer por igual seguir existiendo,impone el compromiso de no limitar la satisfac-ción de las necesidades de los otros seres, no eli-minar -como lo hemos hecho- a varias especiesdel campo para implantar centros comerciales,turísticos o industriales, no seguir permitiendoque mueran los pájaros citadinos por intoxica-ción, o que millones de peces estén intoxicados

por los desechos que arrojamos al mar y otrosmiles de peces sigan comiendo bolsas de plásticocreyendo que son medusas. En este sentido, ladefensa ética de los animales reside en limitarnuestra población, no seguir reproduciéndonossin tomar en cuenta las necesidades de las otrasespecies: reconocer que compartimos la Tierracon muchos otros vivientes, y por ello, hemos delimitar nuestro número."

Por otra parte, en tanto la igualdad no eshomogeneidad, la defensa ética de los animalesno impide por completo (aunque sí lo limita) elhacer uso de los animales. Estas teorías no sonciegas al valor instrumental que tiene la natura-leza para el ser humano. Digamos que en ellas,el valor intrínseco y el instrumental quedanrelativizados, no son absolutos, sino relativos: sonconcebidos como dos dimensiones que coincidenen una misma realidad -igual que Kant reconocíaque todos somos medios de otros en determi-nadas circunstancia y que el imperativo éticoconsistía, no en dejar de servirnos de los demás,sino en no reducir la condición de las personas ameros medios, a fin de reconocerles, en primerlugar, su condición de fines en sí mismos.

En particular, la eco-ética y la teoría de la"crítica al patriarcado" no rechazan el consumoproporcionado (al menos no desmesurado) deanimales. En tanto Leopold reconoce la cadenaalimenticia acepta, de manera tácita, que mate-mos animales para comerlos, aunque no precisade qué modo es permitido matarlos. Y tampocola "crítica al patriarcado" indica un rechazo éticoa que, en ciertas circunstancias y ocasionalmen-te, nos alimentemos de animales. Para ambasteorías, los animales no se reducen a mera carne(Puleo, 2011, 367), sin embargo, tampoco dejande ser carne, lo grave es el exceso de consumo alque hemos llegado, en todos los órdenes, por lasobrepoblación. Karen Warren, hace expreso surechazo a consumir carne animal industrializada,en el contexto de las sociedades contemporáneas.Pero reconoce que en el campo, en donde losanimales son un recurso para alimentarse, esválido comerlos, siempre y cuando se les dé, porcontradictorio que parezca, un trato respetuoso almatarlos, tal y como lo hacen los indios Sioux,quienes piden perdón al animal (su "hermano decuatro patas") y le comunican que los propios

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VIOLENCIA CONTRA LOS ANIMALES DESDE LA ECO-ÉTICA ...

seres humanos se convertirán en alimento paraotras especies al morir (Warren, 2001, 133-145).

Y no es ajena para nada a la eco-ética deLeopold y la crítica al patriarcado la defensa delos animales individuales, domésticos y urbanos.Más bien ambas teorías proponen un "pensardoble" (Warren, 2001a, 164): del todo y los indi-viduos; ellas sostienen, como dijimos al inicio deestas reflexiones, un holismo complejo, es decir,no homogenizante ni totalizador, sino que dalugar al juego de las diferencias entre los distintossectores y reconoce la cualidad única de los indi-viduos. Leopold, en sus escritos tempranos "Wildlife in American Culture" reconoce, que hay unvalor en cada experiencia que nos lleva a nuestradependencia del suelo, planta animales y hombreen la cadena alimenticia, y a la organizaciónfundamental de la biota. La cadena alimenticiase da por poblaciones discretas de individuos yconsumidores individuales, productores y consu-midores, lo cual supone, desde luego, el constanteflujo de energía. Pero los individuos no son merosconductores de energía, tienen una cualidad única(Warren, 200lb, 163). Además, hay que recordarque en Thinking like a mountain cuando Leopoldnarra cómo mató a una loba, nos dice también quele sobrevino un sentimiento sólo conocido parala loba y para la montaña y describe de manerasingular el fuego verde de la mirada de la loba:en ella ve tanto el conjunto de la vida silvestrecomo la individualidad de la loba (Leopold,2005d, 119).

La crítica al patriarcado, en especial, a travésdel eco-feminismo se ha ocupado bastante deltrato a los animales individuales oponiéndose amúltiples acciones como la identificación patriar-cal y androcéntrica entre la denigración de lamujer y la denigración de los animales con cali-ficativos como: zorra, perra, cotorra, hiena, etc;la comercialización de las pieles de animales; losestereotipos de género en el trato a los animales;el carácter posesivo con que las personas adoptana sus compañeros animales, y otras más. Sobretodo, el eco-feminismo ha tratado de ir más alláde la defensa de la estricta ética ambiental de losanimales individuales. Para él, no se trata sólo dereconocer nuestra similitud con los vertebradossuperiores y concederles derechos desde nuestrarazón, sino que se trata de amarlos, de reconocer

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que en nuestra relación con todo tipo de animaloperan la compasión, la empatía, el sentimosafectados y la reciprocidad. Dicho de otra forma,para el eco-feminismo no se trata de tener eldeber de tratar éticamente a nuestros iguales, sinode querer de manera espontánea hacerlo puestoque reconocemos nuestros sentimientos haciaellos (Puleo, 2011a, 371-380).

Más allá de la concepción éticade la ética ambiental

Por último, el reconocimiento de la igualdad-diferencia significa que se da aquí una idea dis-tinta de la ética a la de la ética ambiental. Para laeco-ética y la "crítica al patriarcado" no necesi-tamos encontrar propiedades similares a nosotrosen los demás seres vivos para concederles respetoy valor. Más aún, plantas y animales son indi-ferentes a nuestras acciones, no son éticos, aúncuando sientan placer y dolor y tiendan a su auto-realización. Somos nosotros los que, dada nuestrainsuficiencia y radical relación con todo lo vivo,nos sentimos literalmente afectados por lo que lesocurre a los seres diferentes y somos capaces decuidarlos o destruirlos. No tenemos una identidadencerrada en sí misma, sino abierta a todo lo otro,pues somos a la vez, iguales y diferentes a losdemás seres vivientes. Así, en tanto nos sabemosunidos al gran conjunto de la Vida, sabemos queno sólo hemos de responder por los animalesurbanizados -por así decirlo, sino también porlos lejanos, los otros, los silvestres, los osos pola-res, las ballenas azules, las vaquitas marinas, ellobo mexicano. La ética, entonces, no es sólo unacuestión entre humanos y aquellos seres que se leparecen, sino entre humanos y todo aquello quees su mismidad-otredad. Hay algo que nos liga demanera íntima a los otros vivientes.

A fin de cuentas, la eco-ética y la "crítica alpatriarcado" implican una auténtica revoluciónrespecto de la ética ambiental, tanto en la concep-ción del objeto de la ética como en la del sujeto.El objeto ético ya no es sólo nuestro igual, sinonuestro igual-diferente: otro que es un mismo,a la vez; se incorpora en verdad la alteridad. Asu vez, el sujeto de la ética antes de sentir dolor

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o placer y saber que tiende a fines, es capaz devivirse como un ser orientado, dispuesto hacialo otro y afectado por él. La ética -afirma expre-samente Leopold- "es un modo de orientación alencontramos en situaciones ecológicas novedosase intrincadas" (Puleo, 2011b, 135)... A mi juico,tanto una como otra postura, apelan con todoesto a uno de los significados del ethos griegoque conforma las bases mismas de la ética (pormás que en nuestro tiempo ello esté olvidado): elethos entendido como disposición no indiferen-te, como afectación, y tendencia al cuidado. Larevolución consiste en poner a la ética en un nivelmás elemental que el cálculo del placer y el dolor,más básico que la propuesta de fines. Y el ethosimplica, por supuesto, la participación integral:racional y emotiva del sujeto de la ética, él esinseparable, en este nivel, de lo que también losgriegos llamaron pathos: afecto, sentimiento ypasión (Puleo, 2011b, 44). Por esto para Leopold yla crítica al patriarcado, la maravilla ante la vida,ante la Tierra en su conjunto, va de la mano conel amor hacia ella (Puleo, 2011c, 42). Sin amor eintegridad y sin el afán de trascender la domi-nación y exclusión del patriarcado, así como lasobrepoblación, no nos conmoverá la destrucciónde los ecosistemas. Dicho de otro modo, estasteorías no sólo trascienden la ética ambiental clá-sica, sino también el racionalismo y teleologismokantiano que está detrás de dicha ética; lo básicopara ellas en el actuar ético es que nuestra exis-tencia, por su propia condición relativa, da cabidadentro de sí a la síntesis de razón y emoción y sesabe en unión -aunque no en identidad total- conla Vida.

Epílogo

Tres aclaraciones para terminar: con estasreflexiones no propongo volver a las sociedadesdel neolítico; no tiene ningún sentido intentarun "regreso". Sólo avanzar." Y como lo sugiereFrancoise D'Eaubonne, en el neolítico éramoscomo niños (1974, 237), pues dependíamos enexceso de la naturaleza. No obstante, sí pode-mos aprender de ese periodo el amor a la Vida,la simultaneidad de la igualdad básica y la

igualdad-diferencia entre varón-mujer y entretodos los vivientes y el consiguiente respeto ycuidado que merecen.

En consecuencia, tampoco invalido del todoel patriarcado, lo cual es imposible, pues en sudevenir (aunque no precisamente a causa de él)surgieron la historia y la explosión de la cultura,de la productividad humana: somos producto deél. Con el patriarcado (pese al dominio que locaracteriza) conquistamos justo la diferencia yseparación de la naturaleza y la separación delgrupo: surgió ese plus, esa novedad respectodel ámbito natural que es la cultura, y surgió elsentido de individualidad, de autoconciencia del"yo" como ser autónomo. Imposible descartarestas ganancias Y si negáramos por completola cultura actual carecería de bases reales cual-quier propuesta. Más bien, pienso que hay queeliminar toda exclusión, toda violencia y guerraimpuestas por el dominio patriarcal y conti-nuar con las legítimas conquistas posteriores alneolítico.

Por último, la crítica que he expuesto eneste artículo a la sobrepoblación no conllevapara nada la idea de disminuir a la poblaciónya existente. No considero que el exceso pobla-cional tenga que limitarse eliminando ciertosgrupos (como proponía Malthus) ni castigando aquienes tengan más de un hijo -según lo hacenlas políticas draconianas chinas. Por el contra-rio, la sobrepoblación tiene que resolverse demanera ético-políticas: con educación y políticaspúblicas que permitan planificar una reducciónpor convencimiento, no por oposición. Hay queeducar a mujeres y varones en la conciencia deque compartimos la Tierra con otros compañeros-miembros y, en particular, a las mujeres, hay queeducarlas en la conciencia de que el número dehijos depende de ellas. Todo lo cual tiene que serfavorecido con políticas públicas de convenci-miento o incluso de premios a quienes tengan unnúmero reducido de hijos.

A fin de cuentas, lo que importa para intro-ducir una novedad ética respecto a nuestro tratode la naturaleza es abrimos al todo de la Vida ybuscar el respeto a los animales no sacralizandola vida humana y dejando, en lo general -aunqueno de manera absoluta, que vivan todas las for-mas de vida cercanas y lejanas a nosotros.

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VIOLENCIA CONTRA LOS ANIMALES DESDE LA ECO-ÉTICA ...

Notas

1. Se trata del derecho a la vida, a no ser torturadosya la libertad. Sin embargo, al menos en España,esta propuesta fue vetada en el 2010. Vid., Puleo,Alicia, Ecofeminismo para otro mundo posible,Cátedra, 2011, p. 371

2. Se trata de un holismo que no plantea una unidadtotalitaria de todos los elementos y no desconocela importancia de los individuos, las separacio-nes y las distancias. Es un "holismo complejo"en el que los elementos están unidos pero a lavez organizados en subsistemas independientesque los desconectan, de manera relativa. No hayunión absoluta, pues como afirma Karen Warrencuando los olmos sufrieran una infección, lassufrirían también los pinos, los robles y maples.Por el contrario, "Es la desconexión relativa loque constituye la organización de los sistemas".Ecofeminist philosophy, Rowman & Littlefieldpublishers, 2001. p.l57. A la vez, el individuono es sólo un conductor de la energía del todo,sino que sin él, el conjunto no existiría. Cadaanimal individual tiene su importancia, no sólolas especies. Para Leopold, amar la tierra es amara los individuos, tratarla con ética es atender lasdiferencias de sus individuos. Vid., Warren (2001)p. 163. De tal suerte que la defensa leopoldianadel todo no excluye la defensa de los individuos.

3. La teoría de la "crítica al patriarcado" se basaen la convicción de que el afán de dominio noes propio de la humanidad, sino que él surgiópor determinadas condiciones histórico-sociales("la envidia que el varón sentía de la fertilidadde la mujer, aparejada con la domesticación delcaballo que permitía recorrer distancias y con-quistar otros pueblos") de suerte que el dominioes trascendible si nos hacemos conscientes de ély cambiamos las estructuras básicas del patriar-cado. Vid. Silva, J., "El largo peregrinar hacia lahurnanización", Revista Conciencia de la Univer-sidad La Salle, No. 12, México, Marzo, 2010.

4. También pueden verse en internet todos los sitiosreferentes a Catal Hoyoc.

5. También Bachofen recae en estas características,no así en las siguientes, pues considera que habíaun dominio de la mujer sobre el varón y en vez dela libertad sexual, él ve un hetairismo lastimosopara la mujer. Vid., Bachofen, J., El matriarcado,Madrid, Akal, 2008.

6. Warren (2001) p. 84. Warren nos hace ver queuna consecuencia directa de la igualdad básica

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es buscar el mínimo impacto sobre las otras espe-cies, en especial, respecto a la sobrepoblación.

7. También puede verse, desde luego la traducciónde este texto de Leopold hecha por Jorge Riech-mann, en la reunión de ensayos realizada por él yque lleva el título: Una ética de la tierra, Madrid,Catarata, 1999.

8. Como afirma Eisler, en su introducción a Thechalice and the blade, lo decisivo en el paso delneolítico a la edad de hierro, fue la destructividad,el cambio del símbolo de la "copa dadora de vida"a la "espada capaz de matar" fue la aparición de ladestructividad, el cambio del símbolo de la "copadadora de vida" a la "espada capaz de matar" yno precisamente el descubrimiento y el trabajo deeste metal, pues ya antes se trabajaba el cobre, elplomo y el oro y se pudieron haber hecho armasmortales con ellos. Vid. también, Silva, J., Op. cit.,p.25.

9. Desde luego, tanto la crítica al patriarcado comola eco-ética de Leopold están conscientes de quea la sobrepoblación se suman el capitalismo con-sumista, y la industria con tecnología contami-nante; no son ciegas a estos factores, no obstante,les parece que lo definitivo es la sobrepoblación,pues sin ésta el capitalismo reduciría su voracidadal haber mucho menos consumidores, y la tecno-logía se produciría con el suficiente tiempo parapensar en lo que sería lo mejor; no se vería pre-sionada por la prisa de satisfacer las necesidadesdel excesivo número de humanos que somos.

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