violencia, ciudadanía y

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Desigualdad, ciudadanía y evaluación cualitativa de políticas sociales en el Valle de Toluca Jorgc' Al'zat c' S a lg.r cl o -losci Antonio l-r"c. jo Sclrtcllr.z

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Page 1: Violencia, Ciudadanía y

Desigualdad, ciudadanía y evaluacióncualitativa de políticas socialesen el Valle de Toluca

Jorgc' Al'zat c' S a lg.r cl o

-losci Antonio l-r"c. jo Sclrtcllr.z

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DESIGUAI-DAD, CiUDADANÍA Y EVALUACIÓN

cuALrrATrvA os potÍuc¡s SocIALES

BN BTVATTEDETOLUCA

Page 3: Violencia, Ciudadanía y

@Universidad Autótroñ. del Estado

DESIGUALDAD CIUDADANÍA Y EVALUACION

cUALITATTvA os porÍTlc¡s SoCIALES

EN ELVAINOBTOTUC¡

Coordinadores

Jorge Arzate Salgado

José Antonio Trejo Sánchez

de México bonobos

.'.&Colección

ErucnARIoV\

Page 4: Violencia, Ciudadanía y

ÍNDrcE

DESTcUALDAq cTUDADANÍ¡ y BvRru¡cróN cu¡ur¡rrvAn¡ poIÍTIcRs SOCIALES EN EL VALLE os ToLucA,

1" edición, México, 2006

D.R. @ Universidad Autónoma del Estado de MéúcoD.R. OJorge Arzate Salgado yJosé Antonio Trejo SánchezD.R. O bonobos Editores

Bonobos EditoresI4anzanares núm. 301, casa 5

Colonia Santa Ana TlapaltidánToluca, Estado de MéxicoC.P 501(¡0

Teléfono Q22) 1800 [email protected]

IiditorSantiago Matías

C<xrrdinaci<in cclitorialAmclia Suárcz

Diseñt> y cliagramacitinRaúl Cárclenas

ISBN: 970-94(r5(r-7-u

Impreso y hecho cn MóxicoPinted and ntade in Méxno

E¡te librl no paede serJototopiado ni re¡trodacido tota/ o parcia/mente por ningin otro medio o

mátodo ¡in la aatoriqación por ucito de los editores.

Proesefitación, 9

Trrehate, 11

Teoría social, ciudadaruud o esigualdads5 r¿ciales en América Latt¡a

fu--ar4n Salgado, t'

Aportes de u¡¿ p15p oe cúva socioculrural para estLldiar

l^ ciud"daj'efl-Jir"u¡" poliaco en México

lrttná): r' ' s¿"tttU23

El cq¡¡¡¡ro ¿. I'ulnerabil-ifad social

I'V--aNtu Salgedo,n'

¡r4l¡¡¿cion esr 6tr

La identidad juvenlc:.mo transicióf y mlnerabüdad'

El caso dtrr-rruni¿ipio de lifajantepesEdelnira Líptrt*a)r, jtto Antonil Treio sánche7,64

vulnerabilidadl q¡¡61¡sión .n "¿ultos

mayores'

El caso d" l" Cr;;flrh-ii"-.¿^ .n la ciudad de Toluca

Corio, n ,¡il,r-*.r) Jorge Aqale Salgado'88

Iivaluación cualitatira dell,,,g-tra¡¡ra de Asistlrcia Alimentaria a Menores

E-;,-e;',1a, ciudad d,,T?to'octaúo pmr--lt" jrrst ¿qatu 5a/8ad0' 1'33

Page 5: Violencia, Ciudadanía y

Debate

TronÍe soclAt, cIU\ pANÍe v opsrcu¡r,o¡oEs SocrArtss\AMÉRrcArl\TrNA

lorge Arqate Satgado

ljxiste una serie de temas qu\ los medios de comunicación nos han puestofrente a los ojos como si s\ tratase de un máscara de torrura: violencia,guerra, pobreza, destrucción del medio ambiente, autoritarismo político,lo cual nos produce espanto. Me da la sensación de que el impacto de estecliscurso mediático es tan fue¡¡" en nuesrra conciencia colectiva e individualque nos induce a Íeg r esa realidad al instante, nos produce una especiede sueño ----ituación de no g¡.rrrumientcr-, en donde se evaden preguntasfundamentales: ¿tenemos al€*¡, posibilidad de ser modernos, en su acepciónrnás clásica?, ¿podemos ser sotiedades en donde el cambio sea ordenado, casilineal, aséptico y que genere aírculos virfuosos de progreso, es decir, que losprocesos de modernización llg.r.r1 y garanticen zlzs mayorías sifuaciones del>ienestar y democracia? Creq que esta misma sensación de sopor, ¿miedosoterrado?, se vive en las cie ncias sociales universitarias: ¿podemos pensarla modernidad de América La.tina fuera de las modas, las corrientes dictadastlesde la verticalidad de las poderosas instituciones del poder educativo,cultural, social, político y económico? ¿podemos originar reflexión de lo socialtle manera autónoma, quiero q..¡r, desde un punto de vista políticamente noc()rrecto, o sólo re-crear discul.ro, teóricos que sirven para pensar un .,orden"

v panlz intervención instrum.¡1"1 de Io social?Este ensayo hace una ecenómica críúca a Ias ciencias sociales contem-

¡rrrráneas de América Laúna,lqs cuales han producido y re-creado un discursoitlcológico de Ia modernidad ¿.1 continenre como proceso lineal con finall-cliz; por eso se sugiere una s\rie de ideas pan fotiar un pensamiento crítico,lc la modernidad y sus oleadaq de moderniza ci6¡. La propuesta gira en torno,lc la centralidad metodológica de una teoría de las desigualdades sociales y,lc la importancia de la ciudq¿rtri" como noción para pensar procesos det'r ¡nstrucción de la autonomí" políti." de la sociedad civil, frente a los diversos

¡roderes propios de la modernidad, en particular el Estado y el mercado.

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Page 6: Violencia, Ciudadanía y

l)d o/>linti.rno estractural al pesimitmo de /a acción ¡ocial

lrn América Latina asistimos a importantes procesos de pulverización de

l¿rs instituciones sociales tales como la famüa, la comunidad, el barrio, así

c()m() a la desestructuración y desmoviüzación de los sujetos sociales,r locual ha implicado una creciente situación de vulnerabilidad de las personas yc<>lectivos.2 No obstante, una parte de las ciencias sociales continúa pensandocn tono "optimista" esta reaüdad: piensa que las grandes líneas de políticapara el desarrollo económico y social trazadas desde los Estados y el mercado(proce sos de moderrlización) van en un camino más o menos correcto. Detrásde estas ideas existe cierta noción evolucionista de los procesos sociohistóricospropios de nuestra modernidad como países del capitalismo periféricq pues

se cree, implícitamente, que el progreso es posible y viable. Este tipo de

pensamiento supone que es correcto plantear una modernidad que avlnzinexorablemente en forma lineal y ordenada. Se trata de una postura optimistadel fururo y que idealiza la realidad sustituyendo el drama cotidiano por la

certidumbre del futuro promisorio.3Esta sensación de opdmismo, que no es otra cosa que una apología de la

modernidad, se deia translucir en algunas de las principales intervencionesde las ciencias sociales en América Lats¡a. La cuestión es que existe unconiunto de discursos ideológicos en favor de los procesos de modernizacióna tltranza, entre krs cuales distinguimos cuatro muy importantes por su

centralidad discursiva:

l. La idea de <1uc cl crccimiento económico, por un efecto de goteo,generará biencstar a t()dos en un mediano y largo plazo.

2. Laiclea clc c¡ue la clcmocr¿cia está en buen camino en casi todos los

países. De esta firrma se destacan las teorías sobre la transicióndemocrática ordcna y lineal, en donde la creación de instituciones

I Salv<¡ honrosas excepciones como cl cas<¡ de la revuelta argentina de principios de siglo y el caso

del movimiento indígena cocalero e n lJ<¡livia.: Vóansc los dcccpci,rnantcs rcsultadus tlc l,rs rnctas dcl mileni¡r en cl mundo, sobre t()du en Áfricay en algunos países de América l-atina.t Idea 1'2 vieja y que circula en los medios intclcctuales desde hace varias décadas, recuérdesc en

particular a Francis Fukuyama.

que arbitran la democracia son entendidas como eie fundamental de

dicho Proceso de transición'

3. La idei de que es posible ordenar la cohesión social en la medida

que se ProJuzc^rlazos de soLidaridad otgántca y que se impulsen

relaciones de confranzaentre los actores sociales'

4. Laidea de que el bienestar es posible a mediano y largo PI^zo en

la medida que se combata la pobreza, mediante programas de

asistenciasocia]focahzadosbasadosensistemasdetransferenciaseconómicas.

Estas concepciones (teorías de lo social e ideologías al mismo tiempo)

son defendid", po, diversas instituciones académicas' gubernamentales

e internacionales de primer orden' Destacan, sobre todo' la visión de

lrrs instituciones internacionales @ancos para el desarrollo e incluso las

irrstituciones pan el desarrollo de la ONU), las cuales' incluso' han creado

instrumentos teóricos que argumentan en favor de estas ideas (por ejemplo'

cl caso del índice de desarrollo humano del PNUD, que Presenta una visión

sintética del avance relativo de los países, Pero que es incapaz de captar y

t,xPresaflosfenómenosdecrisis,desintegraciónotufbulenciaexistentesenelnivel de los colectivos sociales).

Desde una perspectiva menos optimista, lo que se puede leer en la vida

cotidiana resulta menos obvio y desesperanzador en muchos sentidos; más

lrien el P^norama de lo social aP^rece como algo compleio' cíclico' caótico'

,núltipieyaltamenteconflictivo.Desdeestaotfalectufaloscuatrodiscursosl r.g"-óoi.o, anteriormente citados tendrían otra interpretación:

/. Realmente no ha existido un crecimiento económico sostenido en

Iz zona, salvo algunos momentos coyunturales' En todo caso' el

crecimiento del Producto Interno Bruto no ha podido dar la vuelta

alasituacióndeprofundainequidadexistenteenelcontinente,quees, con mucho, eimás desigual del mundo' De esta forma'lariqueza

generadanosehal]ltradohacialosestratosmenosfavorecidos,sinoqtr. ,. h" concentrado en lo alto de la estructura social; al tiempo

q.te los procesos de movilidad social no se han dado y más bien

sehanestancadoofrancamentecanceladodurantelasdosúltimasdécadas.

12 1,3

Page 7: Violencia, Ciudadanía y

2. Lzrs clem<.¡cracias en América Latina son más bien débiles, en muchoscasos hay en marcha procesos regresivos, o sea, movimientoshacia la consoüdación de regímenes autoritarios, y las institucionesdemocráticas, no en pocos casos, han sufrido procesos dedescomposición que las hacen poco creíbles y nada confiables(partidos políticos, poderes legislativos, judiciales, eiecutivos,órganos electorales).

J' Persiste un grave escenario de deterioro de Ia cohesión social en todassus modaliilades, lo que ha significado el aumento de Ia violenciacomo forma de acción social cotidiana, así como ha impücado ladisolución de las identidades culturales y la crisis de institucionescomo es el caso de la famllta y la comunidad. Una de las exptesionesevidentes de esta situación se concretiza en la creciente ola demigración internacional de los países latinoamericanos hacia EstadosUnidos y Europa.

4. La pobrcza no sólo se ha reducido a pesar de todas las pofticas deasistencia social focaltzadas implementadas durante la década de losnoventa, sino que en múltiples casos ha ido en aumento €n extensióny profundidad.

Esta otra lectura nos remite a un pesimismo sobre el futuro. No es nadafácil asumir una actitud esperanzadora, por eso este pensamiento no-festivose traduce en una aguda crítica a nuestra modernidad y a sus procesos demodernización. Ya varios sociólogos nos han hablado desde esta perspectivapreñada de melanco/ía; así se acuña, poco a poco. el término de devzodernidad, esdecir, la modernidad como proceso que degrada lo social. La desmodernidadcomo concepto nos rcmite a una idea no lineal del progreso, del bienestar,de la democrattzación, clel crecimiento económico, de la construcción ymantenimiento de la cr¡hesión social y la construcción de sujetos socialesautónomos. Se trata de un concepto o noción que nos permite pensar losprocesos de la modernidad como procesos obücuos, de cambio contradictorioy, en muchas ocasiones, regresivos en términos de bienestar panlas mayorías.Si en algún momento la modernidad se definió como cambio raücal hzcialo nuevo, hoy en día esta idea resulta desgastada; pues lo que hay es un

,:rnsancio como proceso caótico de lo nuevo: desperdicio, basura, desorden,

;rrrtr¡destrucción del ambiente, psicológico y físico de lo humanamente

lt'conocible. Hay una especie de sensibilidad de lo antimoderno que nos

lrrrce pensar y actuar a contra corriente: como nómadas, tribus, desheredados,

rrrircluinas, autómatas irreflexivos: como objetos sin responsabilidad, ¡ por, ll, r, sin derechos y obligaciones.

Pero qué hay detrás de ia visión optimista de la modernidad, qué

rrrrpücaciones tiene para la sociología, qué papel ha iugado esta discipüna en

l:r construcción de esta lectura de la realidad. Estas son interrogantes de altos

vtrclos, no obstante se pueden piantear algunas hipótesis generaies al respecto.

I t sociología como simpatía bacia el poder

l.as teorías de la reflexividad nos han enseñado que el conocimiento es

rclativo al observador y que este conocimiento transforma, inflexiona, al

(llre conoce. Ser reflexivo significa tener conciencia de que se existe en un

lrorizonte histórico. Ninguna postura de conocimiento es, por lo tanto, libre,lc valores; así, todo conocimiento es una elección que incluye una Posturatle valores, es un punto de vista ¡ al mismo tiempo, u¡a teoria subietiva de

nr¡tutzleza normativa, o sea, se convierte en un discurso que nos ayrrda a

irlcntificar principios que funcionan como techos, alcances y límites, de lo que

tlcbe ser y hacerse. Creo que esto es esPecialmente vábdo pata la sociología,

una ciencia que piensa lo social en tanto sentido de unidad y mantenimiento

tlc lo colectivo, entendido como proceso histórico, y, sobre todo, por su

¡rreocupación de la viabiüdad o permanencia de lo social como un sistema

tlc vitaüdad.En algunos países de América Lafina, el caso mexicano es un excelente

cjemplo de ello, una parte de la sociología, por lo menos durante las ultimas

rlos décadas, ha elegido trabajzr para y desde el poder, es decir, ha cedido su

,rutonomía intelectual a cambio de su institucionzltzación (recordemos que la

tlisciplina venía de duras represiones verificadas en los años sesenta y setenta).

l)icha simparía (como proximidad) ha incünado a muchos sociólogos a

qcnerar lecturas de lo social desde una visión vertical, o sea, a rcalinar la

lcctura de lo sociai desde un vértice u horizonte del poder. EI resultado ha

sido, por efemplo, que se ha teorizado la transición democrática como un

15l4

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l-

l)r()ccs() de construcción liOeal y más o menos ordenado de las instituciones

<1uc rigen la democracia (poruendo énfasis en los partidos, el sistema electoral,

los insritutos electorales). Sin embargo, ha dejado de lado Ia investigación

sobre la constirución de suietos colectivos y cómo éstos se integran en la

c()nstrucción de la democracia, legitimando de esta manera las instituciones de

la democracia formal; pero obviando el sentido profundo de la acción política

ciudadana y s' imporiancia Pata que Ia democtacia sea un sistema social y

político que regule la vida coúüznt, I no sólo un "proceso electoral" formal.

B¡ teÁa de la giudadanía, curiosamente de manera sistemática en América

laanz,hapasado a un segundo término (ésta se entendía como Pfoceso amPlio

de construcción de espacios de autonomía por parte de la sociedad civil para

el diálogo político frente al poder y sus formas) o solamente se comprende

como ciudadanía restringid¿, como proceso de exclusión/inclusión selectiva

con fines legitimadores (popuüsrno revolucionario), o como principio para

Ia construcción de sistemas corporativos, es decir, sistemas poftico-sociales

no autónomos. Es increíble cómo nunca en América Latina se ha tomado en

serio alguna propuesta de estado de bienestar, en donde se hagan extensivos

los derechos cívicos, políticos y sociales a todas las clases sociales.

La violencia es vista como un asunto de anomia social (por lo tanto,

como un asunro que se resuelve con Ia intervención de la policía, cuerpos de

seguridad o militaies), pero no se ha emprendido una investigación sobre los

procesos de desintegtacióo-pulveización de lo social como producto directo

de los procesos y polígcas modernizadoras. La Pfegunta sefia, en este caso'

cómo las políticas públicas y económicas producen violencia estructural.

Se ha trabajadá h pobreza como un mal inherente de los excluidos del

sistema (por eso ha sido 6ntendida como ufr estigma social); sin embargo,

no se ha hecho sobre sus c¿usas estructurales vinculadas con los Procesos de

desrgualdad que la explican y la reproducen'

Por su parte, el'¡"6¿ del desarrollo se ha reducido a un asunto de

crecimiento económico (discusión que gira y se legitima desde las cifras

macroeconómicas) y a 5u gorrelativo: la competitividad en el mercado global

(más que una sociologí2 isl desarrollo se habla en términos de una economía

del desarrollo); pefo no 5e ha cultivado una sociología que se interrogue

sobre cómo hacir p^ra que \a tiqu.eza y el crecimiento generen procesos de

movilidad y de justicia social, y más aún, cómo la economía puede producif

procesos de autonomía social.

Creemos que una postura crítica frente a los discursos optimistas de la

nrodernidad y sus oleadas de modernización en América Latina necesita poner

t'l problema de las desigualdades sociales como eie central en los procesos de

t'onstitución de ia acción social y de la estrucrura de nuestras sociedades, o

sca, en términos metodológicos. Es indispensable colocar a la teoría de las

,lcsigualdades como estrategia de conocimiento de la modernidad misma, a

lrr vez que como princiPio normativo para conformar discursos culturales

crcíbles y legítimos sobre lo social.

Curiosamente el problema de las desigualdades ha sido obviado por una

lrucna parte de la sociología en nuestros países, por ello es urgente redescubrir

l:rs clesigualdades sociales como objeto de investigación; 1o cual implic acaml:tat

lrr ¡rosición de1 observadory cfe r una nueva sensibilidad y politicidaden el

científico sociai: mirar 1as desigualdades desde la sociología implica observar

rnnsversalmente, es decir, implica preguntarse sobre cómo se explota \¡ qué

ti1-ro de acción social produce la siruación de explotación, a quién y por qué

sc discrimina v se excluye, y qué tipo de acción social origina la situación de

,liscriminación y exclusión, qué redes de acción social genera la desigualdad

l cómo esta acción social construye a su vez sociedades e insdruciones

¡rrccarizadas. Por desgracia aigunos temas proPios de la desigualdad han sido

,.chados en saco foto por la socioiogía latinoamericana durante las últimas

,li'cadas. Es el caso del problema de la explotación y sus formas, el cualse ha

r-onvertido en el contexto de la sociología occidental reciente en un concePto

lcrichizado (en parte debido a la influencia de una lectura ortodoxa de la teoría

nrrrxista de la explotación y las clases sociales), o en el caso de la noción de

, rclusión que se ha planteado, dentro de las diversas teorías überales, só1o

r',rmo falta de oportunidades olvidando la discusión sobre la construcción

s,rcial de la ciudadanía, entendida como una siruación de plenos derechos

tivilcs, políticos y sociales para todos, que va r.rrás allá de las oportunidades

r rt¡s sitúa en un plano en dondc lo importante es la constitución )' deiensa

,lcl individuo frente a los dir.ersos poderes cxistentcs, es decir, corno situxción

lLnrclamental para prevenir la exclusión social v en un ámbito más amplio

, ,,nro defensa de los derechos humanos.

No debemos olvidar que existe una importante trldición en Arnérica l-atina

, rr la cual se piensa, casi de manera natural, que el Estado debe esta¡ per encima

,lt'los individuos y colectivos sociales; ello se convierte en una ideologia que

lt sulta un pesado lastre para la construcción de una democracia ciudadana.

1617

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f

I zt necesidad de ana /ectara transuersal de la acción social

l,as ciencias sociales en América Latina se encuentran hegemonizadas Poruna serie de modas intelectuales importadas de las poderosas universidades

del mundo anglosajón, tales como Ia de capital social, el desarrollo humano,

las teorías y métodos de medición de la pobreza, las nociones de gobernanza

y empoderamiento, nuevo institucionalismo, etc. Al respecto, la cuestión no

estriba en la capacidad heurística de estas teorías, sino en que se han l'uelto,rápidamente, más que en teorías para pensar la realidad en forma crítica en

ideologías del progreso, y su correlativo, en tecnologías instrumentales de

medición de ciertos procesos de segmentación de lo social, así como en

tecnologías de intervención social usadas desde el poder del Estado y el

mercado.

Un caso exremo es el de la medición de la pobrcza, en donde lo esencial

es encontrar el sector social más pauperizado en términos económicos (con

ingresos menores a un dólar diario) para calificado con el eufemismo de

"pobreza extrema", sin reflexionar sobre cómo se conforma socialmente

esta situación de carencia, cómo se reproduce (qué responsabilidades tiene

el mercado ylaaccíót del Estado en ello) y qué efectos tiene en los suietos

sociales. La medición de la pobreza no es en sentido estricto :una teoríz-

sociológica de la carencia y parala comprensión de las necesidades sociales,

sino sólo una teoría de la segmentación. Pero lo más cuestionable es el uso

político y ético que se le da a los índices de medición, en los cuales pareciera

que lo fundamental es que se conviertan en tecnologías que legitimen las

políticas públicas del Estado.a

Ante un escenario en donde el pensamiento críúco sobre lo social es pocas

veces visto, es necesario, ta)vez,una construcción y recuperación de conceptos

para pensar lo social desde una Postura transversal de Ia reaüdad, es decir,

reconstruir un pensamiento que desconfíe de las modas y que se deshaga de

cierto mesianismo intelectual. En este sentido se pueden replantear algunos

temas para abrir el debate, tales como:

1. Deiar de pensar en el desarrollo como sinónimo de progreso, y

a El caso más lamentable en México es el rabajo reallzado por el comité oficial para la medición

de la pobreza de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal.

).

entendedo como dedva, como fenómeno de destrucción y creación

de lo social. Pero, quizá lo más importante, es colocar en el centro

del concepto de desarrollo al suieto social como beneficiario de

la producción de riqueza, no sólo garzrrizando o planteando su

libertad como condición indispensable de su acción social (pues

plantear el problema de Ia "libertad" sin recapacitar analíticamente

las posibilidades reales de acceder a recursos y oportunidades porparte de las personas se l'uelve un discutso vacío, pofticamentehablando), sino señalando los mecanismos necesarios para preservar

sus derechos humanos y, en un sentido más general, su condiciónhumana. Para lo cual es esencial introducir una reflexión sobre las

responsabiüdades institucionales y ciudadanas frente a los proyectos

de modernización.

Comprender la democracia no solamente como proceso electoral,

es decir, se debe pensar sobre cómo construir una democracia

desde el teiido de lo social, taf vez reinsertando el concepto de

ciudadanía como una idea que permita pensar las posibiüdades de

creación social de procesos de autonomía; con el fin de cambiar,así, la perspectiva de análisis desde las instituciones del poder hacia

la reflexión en torno ala zcción política de los sujetos colectivos, ydesde ahí emprender una crítica a las instituciones de la democracia

y a Ia clzse poftica como sujeto de responsabilidad, no como mero

suieto de voluntarismo político.

Yer ala desestructuración de lo social como producto de un comPleio

sistema de desigualdades, que funcionan alzvez como estructura de

lo social y como significaciones que dan sentido a la acción social

en la vida cotidiana. Por ello es necesario pensar en términos de

procesos de explotación, discriminación y exclusión dentro de las

esferas de lo económico y lo social. Para lo cual es importante re-

plantear el tema sociológico del conflicto como inherente a todoproceso de modetnización: asumir las políticas públicas como

importantes fuerzas con efectos redistributivos y modeladores de la

estructura social.

1918

Page 10: Violencia, Ciudadanía y

4. Pensar Ia carencia como siruación de vulnerabilidad, o sea, como

situación social e histórica en donde se pone en riesgo la condiciónhumana de las personas y la viabiüdad social de los colectivos. Una

situación de riesgo inducida por la modernidad y sus procesos de

modernización, con el propósito de tener techos conceptuales ynormativos que nos ayrrden a crtúcar la modernidad y sus proyectosde modernización.

En términos generales, lo que se propone es reakzar una lectura de larealidad como red compleja de la acción social, en la cual la sociología, al

mirar transversalmente, lleve a cabo lecruras de los procesos moleculares de

lo social (de la acción social como densidad). Pero, a la vez, considerados oinsertos en complejísimos procesos estructurales-históricos, perspecriva que

podríamos denominar como microsociológica-estructural; descreyendo de

esta manera de los discursos teóricos, ideológicos y tecnológicos que ven

a la modernidad como progreso ineludible y lineal, así como descentrando

las posiciones metodológicas producidas desde una ".isión

vertical al poder.

Lo que se pretende es crear posturas teóricas y metodológicas que intenten

observar y pensar los procesos de construcción de los sujetos sociales, en

tanto complejos procesos de reflexividad. Tal vez esta sociología se desdibuje

un tanto de 1o que se entendía como sociología en alg:n momento (una

sociología estructural que piensa en términos de clase, segmento, rol ymovilidad); lo cual hoy en día va no es importante. En todo caso, lo relevante

sería poder hilar un pensamicnto que permita estudiar la realidad baio

principios reflexivos críticos y descreídos de la modernidad como situaciónúnica de salvación histórica, que posibilite, quizá, conocer nuevos horizontes

histciricos o de aatopoiesis de lo social. Pensamiento sociológico de la densidad,

porosidad, e invisibilidad de lo social.

A pesar de cierto pesimismo existente en la sociología de América Laúna,situación que se enmarca las más de las veces en la discusión sobre la crisis

cle la scrciología, considero importante una actitud creativa, esperanzadora

en est()s términos dentro del quehacer sociológico; por 1o que pugno porla construcción de un pensamiento creetivo-esperanzador, el cual incluye

por necesidad una actitud intelectual autocrítica de la teoría social antes que

asumirse como una nue"'a m<>da intelectual.Esta actitud depende cle una visi<in, una sensibilidad, aguda respecto

;r nuestra modernidad, en donde el objetivo sea pensar -lnrafrasezndo a

\\'cber- nuestra posición de modernidad. Quizá Ia desnodernidad sea fluestro

l)rcsente y horizonte inmediato, pero, si es así, es esencial descreernos de la

r¡rodernidad como desarrollo üneal hacia el progreso. Es nece sario plantear la

irlca de que no hzbú más bienestar a Iargo plazo (sobre todo para nuestros

1,:ríses del capitalismo periférico), pues las reglas del juego del crecimiento

t c<>nómico no son insostenibles en términos ecológicos y Por sus significativasirrrplicaciones en la degradación del concepto de lo humano. De esta maÍer^lrLbrá que comefiz r a construir un pensamiento que ay'ude a re-pensar el

ii¡turo como proyecto incluyente y democrático, en un entorno de profundaslisuras y brechas de desigualdad. Se trataría de un pensamiento que sea una

lrcrramienta para construir,re-cre r,la equidad y la humanidad que tanto hace

lrrlta en el ámbito campesino e indígena y en ias zonas suburbanas de nuestras

rrregalópoüs.

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