villegas retorno a la democracia

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87 v isión general El teatro chileno de los últimos 25 años está marcado por el retorno a la democracia después de 16 años de gobierno autoritario. Después del plebiscito de 1989, se llevaron a cabo elecciones (1990) que eligieron a Patricio Alwyn, de la Demo- cracia Cristiana, apoyado por un conglomerado de partidos de centro-izquierda con el nombre de Con- certación Nacional. El Partido Comunista no formó parte de este grupo y se ha mantenido predominan- temente en la oposición. El resto de la oposición ha estado formada por grupos de centro derecha y defensores de los logros del Gobierno militar, con una muy diferente posición en relación al Gobierno de Salvador Allende. El desplazamiento de poder no significó un cambio radical en el sistema econó- mico chileno ni representó el desplazamiento total de las fuerzas políticas y económicas que habían apoyado el gobierno de las Fuerzas Armadas con su figura más visible, Augusto Pinochet. Continuó, con muy pequeñas variantes, el sistema de la eco- nomía de mercado y de la libre empresa, favoreció el desarrollo económico, la economía de exporta- ción y la apertura económica de las fronteras. Aun- que los discursos oficiales proclamaron la necesi- dad de cambio, en la práctica el propósito de no quebrar el país, evitar una transición violenta y no renovar las antinomias de los tiempos de la Unidad Popular y Salvador Allende (1970-1973) implicó una aceptación de la Constitución aprobada duran- te el Gobierno de Augusto Pinochet, la continuidad 25 años de teatro chileno: el retorno a la democracia Juan Villegas del propio Pinochet y el Ejército como potenciales agentes de la conservación de las políticas de los 15 años anteriores. Una gran diferencia con respecto al régimen autoritario, sin embargo, ha sido la preocu- pación por la cultura y el apoyo del Estado a pro- yectos culturales. Durante los gobiernos siguientes, también de la Concertación Nacional, de Eduardo Frei (Democracia Cristiana: 1994-2000) y Ricardo Lagos (Partido Socialista: 2000-2006) han conti- nuado aproximadamente las mismas políticas con intensificación del cuestionamiento del régimen militar, algunos cambios en la Constitución y ten- dencia a considerar los beneficios de los sectores populares. La cuestión de los Derechos Humanos se ha intensificado con los años y lentamente se ha buscado justicia y castigo para los colaboradores de la violación de estos derechos durante el gobierno militar. La tendencia política más general, que tendrá gran significación para las producciones teatrales es, como el nombre de la agrupación que ha diri- gido los destinos del país —concertación—, evitar las posiciones extremas, la armonización entre las discrepancias políticas de los miembros de la Con- certación, buscar la armonía entre empresarios y trabajadores y estimular el capital para facilitar el desarrollo económico e industrial del país. Durante el período se ha visto una intensifica- ción de las actividades vinculadas a la comerciali- zación de productos, el aumento de centros comer- ciales en la mayor parte de los barrios de la capital y provincias. Situación que ha producido un enor-

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Teatro chileno. Retorno a la democracia

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    visin generalEl teatro chileno de los ltimos 25 aos est

    marcado por el retorno a la democracia despus de 16 aos de gobierno autoritario. Despus del plebiscito de 1989, se llevaron a cabo elecciones (1990) que eligieron a Patricio Alwyn, de la Demo-cracia Cristiana, apoyado por un conglomerado de partidos de centro-izquierda con el nombre de Con-certacin Nacional. El Partido Comunista no form parte de este grupo y se ha mantenido predominan-temente en la oposicin. El resto de la oposicin ha estado formada por grupos de centro derecha y defensores de los logros del Gobierno militar, con una muy diferente posicin en relacin al Gobierno de Salvador Allende. El desplazamiento de poder no signific un cambio radical en el sistema econ-mico chileno ni represent el desplazamiento total de las fuerzas polticas y econmicas que haban apoyado el gobierno de las Fuerzas Armadas con su figura ms visible, Augusto Pinochet. Continu, con muy pequeas variantes, el sistema de la eco-noma de mercado y de la libre empresa, favoreci el desarrollo econmico, la economa de exporta-cin y la apertura econmica de las fronteras. Aun-que los discursos oficiales proclamaron la necesi-dad de cambio, en la prctica el propsito de no quebrar el pas, evitar una transicin violenta y no renovar las antinomias de los tiempos de la Unidad Popular y Salvador Allende (1970-1973) implic una aceptacin de la Constitucin aprobada duran-te el Gobierno de Augusto Pinochet, la continuidad

    25 aos de teatro chileno: el retorno a la democracia

    Juan Villegas

    del propio Pinochet y el Ejrcito como potenciales agentes de la conservacin de las polticas de los 15 aos anteriores. Una gran diferencia con respecto al rgimen autoritario, sin embargo, ha sido la preocu-pacin por la cultura y el apoyo del Estado a pro-yectos culturales. Durante los gobiernos siguientes, tambin de la Concertacin Nacional, de Eduardo Frei (Democracia Cristiana: 1994-2000) y Ricardo Lagos (Partido Socialista: 2000-2006) han conti-nuado aproximadamente las mismas polticas con intensificacin del cuestionamiento del rgimen militar, algunos cambios en la Constitucin y ten-dencia a considerar los beneficios de los sectores populares. La cuestin de los Derechos Humanos se ha intensificado con los aos y lentamente se ha buscado justicia y castigo para los colaboradores de la violacin de estos derechos durante el gobierno militar.

    La tendencia poltica ms general, que tendr gran significacin para las producciones teatrales es, como el nombre de la agrupacin que ha diri-gido los destinos del pas concertacin, evitar las posiciones extremas, la armonizacin entre las discrepancias polticas de los miembros de la Con-certacin, buscar la armona entre empresarios y trabajadores y estimular el capital para facilitar el desarrollo econmico e industrial del pas.

    Durante el perodo se ha visto una intensifica-cin de las actividades vinculadas a la comerciali-zacin de productos, el aumento de centros comer-ciales en la mayor parte de los barrios de la capital y provincias. Situacin que ha producido un enor-

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    me dinamismo econmico y modificaciones impor-tantes en los sistemas de empleos y de actividades de los sectores trabajadores. Frente al trabajo en la produccin de productos nacionales defendidos con sistemas de proteccin estatal por medio de subsidios, fijacin de precios e impuestos de impor-tacin de la economa nacional antes del Gobier-no militar, se han intensificado los empleos de los sistemas de servicio y comercializacin. Numero-sas fbricas de productos nacionales que cerraron durante el Gobierno militar no se reactivaron en el de la Concertacin, alterando profundamente el sis-tema de empleos de los trabajadores y sus sistemas de organizacin sindical.

    Desde el punto de vista de la cultura, el pas, en especial por medio de la televisin y los canales de cable, increment considerablemente su internacio-nalizacin, ya sea con programas de canales tanto latinoamericanos como norteamericanos y euro-peos. Internacionalizacin que ha contribuido a la desnacionalizacin y folclorizacin de lo nacional.

    Un rasgo evidente del nuevo sistema democrti-co ha sido la preocupacin por la cultura desde los primeros meses de su ascenso al poder. El eslogan utilizado contra el gobierno militar la oscuridad cultural sirvi de estmulo para una poltica ofi-cial de patrocinio de la cultura en los nuevos po-seedores del poder poltico. Un instrumento impor-tante para este proceso ha sido la institucin oficial llamada FONDART, la que anualmente llama a concurso para una diversidad de proyectos cultura-les. Algunos de los ganadores en el rea del teatro han conseguido xitos nacionales e internacionales (el caso del grupo La Troppa), otros sumamente po-lmicos (La casa de vidrio).

    La cultura nacional se ha abierto a las tenden-cias culturales internacionales y ha sido impactada por la postmodernidad y la globalizacin. El teatro chileno de los ltimos 25 aos evidencia las trans-formaciones nacionales en la cultura, la vida social, las tendencias polticas nacionales en un espacio que se ha abierto al mundo y ha sido impregnado fuertemente de las corrientes internacionales.

    Una primera manifestacin cultural de esta bs-queda y presencia de lo transnacional se observ en el Festival de Teatro de las Naciones, patrocinado por el Instituto Internacional de Teatro (ITI) con la colaboracin de la UNESCO, que se celebr en el pas en abril de 1993. El festival junto con reunir a dramaturgos, actores, tericos, influyentes perso-nas del mundo internacional del teatro, y dar opor-

    tunidad para que el pblico chileno viese teatro del todo el mundo cumpli una funcin poltica im-portante para el pas organizador. Visibiliz la de-mocracia nacional a nivel internacional y simboliz el retorno a la vida cultural sin lmites. El Arlequn, el rgano oficial del festival B, afirm expresamen-te en el nmero 2:

    El Festival de las Naciones es la oportunidad para que Chile y sus artistas demuestren cmo aqu se hace honor a los artistas y a la hospitalidad, una manera de reencontrarse con la gran cultura del mundo, a la vez que devolver la mano a los pa-ses que durante muchos aos fueron voluntarios anfitriones de nuestros artistas e intelectuales1.

    El festival cumpli con estos objetivos. Ade-ms, motiv al pas entero a asistir al teatro. Cree-mos que la ocasin de ver teatro de diversos pases del mundo, el dilogo constante entre directores, actores y dramaturgos, el enorme nmero de jve-nes estudiantes que asistieron a los talleres, la di-versidad de teatralidades escenificadas constituye-ron un impacto en el desarrollo y apertura del teatro chileno.

    Otro factor importante en su proceso de interna-cionalizacin y apertura a nuevas tendencias fue el regreso de gente de teatro exiliada que profundiz y ampli sus estudios en el extranjero, el caso de Griffero, o que sali becada al exterior, como fue-ron las contribuciones de Andrs Prez becado en Francia, sin que stos sean los nicos.

    La libre empresa y la intensificacin de la edu-cacin privada (fundacin de nuevas universida-des, instituciones privadas de enseanza en todos los niveles) durante el perodo anterior, por otro lado, se proyect a las actividades teatrales en la creacin de escuelas de teatro dentro de las nuevas instituciones o como organismos privados con frecuencia fundadas por directores o actores de prestigio. Esta actividad ha creado un enorme conjunto de gente joven aficionada al teatro, que a su vez funda grupos que practican su arte en una gran diversidad de espacios no tradicionales.

    Desde el punto de vista de las producciones tea-trales de estos 25 aos, es preciso destacar la con-tinuidad de la activa presencia de dramaturgos y dramaturgas de los perodos anteriores, tanto en la escritura como en los escenarios. Tal es caso de Egon Wolff, Isidora Aguirre y, especialmente, Jorge Daz. De este ltimo se han repuesto varias obras de antes

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    y de tiempos de la dictadura y varios textos nuevos. De dramaturgos surgidos predominantemente en poca del rgimen militar, se destacan especialmente Ramn Griffero y Marco Antonio de la Parra. A la vez, han surgido y consagrado algunos nuevos, de los cuales uno de los ms impactantes es Benjamn Galemiri. Por otra parte, siguiendo en parte la ten-dencia del teatro de director, se han destacado di-rectores, algunos de los cuales ya estaban activos en el perodo anterior, entre los que hay que mencionar a Andrs Prez, Ramn Griffero, Mauricio Celedn, Alfredo Castro, Luis Ureta, scar Castro, Nissim Sharim, Ral Osorio, Andrs del Bosque.

    El rasgo ms general es la gran actividad tea-tral, la profusin de grupos teatrales, la diversidad de tendencias teatrales, con variantes a lo largo del periodo, propio de la interrelacin del teatro con el contexto poltico social, las transformaciones en la cultura nacional y sus variantes en sus relaciones con las culturas internacionales. Entre estas ltimas, hay que considerar la consagracin de algunos espect-culos chilenos en escenarios internacionales.

    Con respecto a los espectculos en s, es posible sealar ciertas tendencias.

    1. La despolitizacin del discurso teatral

    Mientras los discursos teatrales de los perodos anteriores se caracterizaban por su evidente com-promiso poltico (1960-1973) y el asumir una posi-cin crtica frente el Gobierno militar (1973-1989), despus del regreso a la democracia, ya sea por la posicin del discurso poltico dominante, la Con-certacin Nacional y su necesidad de eliminar las discrepancias entre sus integrantes frente al pasado inmediato o por las tendencias mismas de la post-modernidad nfasis en el objeto artstico, y no el mensaje, los discursos teatrales de la hegemona cultural tienden a silenciar la conflictividad social. Esto no significa la desaparicin del cuestionamiento por algunos grupos, como comentaremos posterior-mente. Esta tendencia se manifiesta tanto por ausen-cia como por la tendencia a deshistorizar la interpre-tacin de la historia, a desnacionalizar algunos temas y la construccin de una imagen de lo nacional y lo popular que enfatizan lo folclrico tradicional.

    2. La deshistorizacin de la historia

    Una de las tendencias ms evidentes, especial-mente en los ltimos tres o cuatro aos, es el de

    la representacin de un pasado nacional ausente de conflictividad social. A juicio de Mara de la Luz Hurtado, esta tendencia representa un regreso a nuestra realidad, a partir del reciclaje de obras, gneros y temas tradicionales2. Esta tendencia co-incide con la poltica oficial en cuanto atena o si-lencia los conflictos del pasado. En el teatro, una de sus consecuencias es la representacin del pasado nacional diluyendo las causas histricas y sociales de los conflictos. Por otra parte, construye unos es-pacios en los cuales predomina lo sentimental afec-tivo, se estereotipan los sectores sociales de manera folclrica, el escenario se llena de elementos mu-sicales del folclore tradicional (canciones, bailes) y el espectador es sumergido en espacios utpicos en que los males del mundo provienen de fuerzas individuales o abstractas. El mensaje es siempre optimista.

    Esta tendencia tuvo su ms claro ejemplo inicial con el espectculo basado en un texto de Roberto Parra, con la colaboracin de Andrs Prez, titula-do La Negra Ester y representado por la Compaa Gran Circo Teatro3 . Prez ha ejercido un fuerte im-pacto en el modo de hacer teatro en Chile. Se inici en Chile, viaj becado a Francia, donde comple-ment su formacin teatral tuvo entrenamiento teatral con Mouschkine y el circo teatro. Regres al pas y su primera puesta fue La Negra Ester. Para varios crticos el impacto de este espectculo en la escena nacional fue enorme. Mara de la Luz Hur-tado afirma que sigue siendo un fenmeno cultu-ral que rompe las barreras del pblico seguidor del teatro para proyectarse a la sociedad entera. (La identidad cultural: 22) Por su parte, Sergio Pereira Poza apunta: Debido a ello, se comenz a hablar en el pas del perodo post La Negra Ester para referirse a todas aquellas realizaciones escnicas que, desde sus particulares metas artsticas, intenta-ban variar las formas cannicas de representacin y comprensin de la realidad (1993: 115).

    El impacto de Andrs Prez no slo se refiere a sus innovaciones formales. En este aspecto, se incorporan elementos de la teatralidad circense, se transforma el escenario, se enfatiza la dimensin de ser espectculo con uso de procedimientos meta-teatrales, la incorporacin de la msica y el baile folclrico, inclusin de personajes de la margina-lidad no vistos como figuras trgicas y una fuerte dosis de melodramatismo. Su influencia tambin apunta a su lectura de la historia, con cierta tenden-cia a la deshistorizacin y desconflictuacin de la

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    misma. Sus rasgos deshistorizadores ms definidos se dan en El desquite, tambin dirigida por Andrs Prez4. El motivo central es propio del melodrama y del teatro social de comienzo de siglo: la explo-tacin sexual de la joven campesina por el dueo del fundo. La puesta en escena se aproxima a lo postmoderno en el ritmo, la actuacin, la construc-cin y disposicin del escenario. El escenario largo constituye una especie de sntesis del Chile folcl-rico: tinajas, ponchos, guitarras, etc.

    Semejante es la representacin de la realidad nacional en El membrillar es mo (me lo quieren quitar), obra colectiva de Teatro Aparte, con la di-reccin de Rodrigo Bastidas, puesta en escena en 1998. La diferencia bsica es que la accin aqu se ubica en un pueblo del centro del pas, con una es-cenografa acumulativa en la que se captan todos los grupos sociales en torno a la plaza. El tema es la reconstruccin econmica del pueblo transfor-mndolo en lugar de visitas de turistas. La accin termina bien, con fiesta colectiva, bailes y motivos folclricos. En este caso, lo popular en el espec-tculo es expresamente puesto en escena para el consumo de los turistas.

    Otra dimensin de la deshistorizacin son dos espectculos basados en textos narrativos de Her-nn Rivera Letelier y adaptados al teatro por Gus-tavo Meza. La reina Isabel cantaba rancheras (1997), dirigida por Gustavo Meza, y Fatamorgana de amor y la banda del litro (2000), por el mismo director. Ambos podran ser considerados como teatro de la memoria, en cuanto buscan reconstruir un espacio y un tiempo de la memoria histrica nacional marginada de la historia oficial. El prime-ro, en La reina Isabel cantaba rancheras, parece deshistorizar la historia de los tiempos del salitre. La accin acontece en un prostbulo en el norte de Chile, el cual es visitado por mineros. Se ambienta en un pequeo pueblo, probablemente slo enclave minero, en tiempos de la explotacin del salitre. El nfasis, sin embargo, no est en la reconstruccin histrica ni en la denuncia tradicional de la explo-tacin de los mineros del salitre. El argumento se basa en una historia sentimental de los amores de un minero y una de las residentes. El nfasis, una vez ms, es en las vidas melodramticas de las prostitutas; pero no en las posibles conflictividades sociales, como era el modo caracterstico de repre-sentar el espacio de las minas y del salitre en los perodos anteriores. El segundo, Fatamorgana de amor, tambin del mismo director, aunque en un

    principio parece seguir el modelo anterior una historia sentimental de un msico ambulante y una joven pianista, llega a ser una fuerte denuncia de la represin de los sectores populares en el pasado e identificable con el periodo histrico inmediata-mente anterior.

    3. Cuestionamiento del rgimen militar

    Una tendencia de menor presencia ha sido el cuestionamiento del gobierno autoritario y la de-nuncia de los atropellos a los derechos humanos. Entre los textos ms agresivos del perodo hay que mencionar Pachamama (1988), de Oscar Saavedra Santis (1944), dirigida por Ral Osorio y puesta en escena por el TEUC. Espectculo en el cual se describe un estado de dictadura, identificable con la situacin nacional del momento y con personajes asociables a las fuerzas en el poder. Para la mayor parte de los espectadores haba una clara relacin entre la situacin chilena actual y el espacio y el mundo representado en el escenario. El tema es el de un pueblo gobernado por un dictador vitalicio, hijo de otro dictador ya muerto, quien decide per-mitir la construccin de una barca de acuerdo con un modelo muy antiguo que finalmente podra lle-var al mar a los habitantes del lugar. El mar, en este caso, smbolo o realidad de una creencia que ha-ba sido prohibida por decreto del padre de Quinto Chasn. El texto muestra un espacio definido por la supresin de la libertad y la legitimacin del ejerci-cio de la violencia a quienes se oponen. Los perso-najes representan distintos sectores sociales y per-cepciones del mundo. Los espacios ms evidentes son: a) el dictador y su familia; b) los secuaces del dictador, polica y soldados; c) los campesinos: con varios niveles; d) los extranjeros que han llegado al lugar: cientficos, artistas, especialmente repre-sentada por la cantante Ministra de Cultura, antigua prostituta. Hay una obvia estereotipacin y caricaturizacin de los personajes, resultando cu-riosamente el dictador Quinto Chasn como el ms variado y polifactico, inteligente y consciente del proceso histrico.

    El motivo de la construccin de la barca cons-tituye el ncleo de la accin dramtica, ya que el avance en la misma aproxima a los campesinos hacia la realizacin de lo que aparece como el de-seo de viajar hacia el mar, smbolo de la libertad. De este modo, hay varias instancias fundadas en la posibilidad de la realizacin del proyecto y los in-

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    tentos del dictador por impedirlo. El asesinato de Quinto Chasn permite establecer nuevamente la dictadura en toda su potencia y prohibir por decreto la existencia del mar. La obra concluye con la re-vuelta de los campesinos, quienes dan muerte a los nuevos dictadores y a quienes los apoyan.

    El grupo ICTUS, por su parte, representa uno de los textos nacionales ms osados con respecto a la mostracin de la sociedad nacional bajo la presin del miedo y la continua presencia de las fuerzas de la dictadura: Est en el aire, de Carlos Cerda5. La historia es la del profesor de msica Exequiel Soto, jubilado que est a punto de realizar el sueo de su vida al viajar al extranjero. La accin se ini-cia cuando el protagonista est en el aeropuerto de Santiago, donde presencia la actuacin de la polica secreta que intenta detener a una viajera. La histo-ria se centra en personajes de los sectores medios y su inconsciencia con respecto a la verdadera natu-raleza de la dictadura. Slo cuando los sucesos los afectan personalmente o se aproximan a sus cono-cidos adquieren conciencia de la violencia, la tor-tura, la persecucin que se oculta en el sistema. La representacin fue una de las denuncias ms fuertes de la condicin de la dictadura nacional.

    Jorge Daz tom nuevamente el tema, vincu-lndolo con tendencias feministas de denuncia de la condicin de la mujer y de las desaparecidas, en Toda esta larga noche (1991). Es la historia de cuatro mujeres que hablan desde su prisin sobre s mismas y las condiciones que las llevaron a una no existencia. La solidaridad est en el apoyo mutuo.

    4. La historia contada desde los mrgenes

    Otro de los aspectos importantes del perodo es la historia de Chile contada desde los mrgenes6, los que incluyen la voz de mujeres, lesbianas y ho-mosexuales, los asociales y el lumpen.

    Aunque no constituye un discurso dominante en el panorama nacional, es importante apuntar la emergencia de este discurso asociable con tenden-cias feministas de fuera del pas. Claudia Echei-que, directora actriz de Cario malo, de Ins Stran-ger, afirma que la experiencia de su puesta implic comprender qu significa el hecho de ser mujeres y asumir creativamente aquello que nos es propio y original. Agrega: nuestras motivaciones estuvie-ron siempre ligadas a la bsqueda de nuestra iden-tidad y a un deseo de auto-afirmacin7. Ins Stran-

    ger ha escrito varias obras en que el nfasis podra considerarse en un modo diferente de representar la mujer, desde la mirada de la mujer. Cario malo, puesta en escena por el grupo teatral de la Univer-sidad Catlica, en la descripcin de Juan Andrs Pia es un desborde expresivo y fracturado de los avatares afectivos de un mltiple protagonista fe-menino; segn el mismo crtico est inspirada en las experiencias afectivas y personales de las siete mujeres que participaron en su montaje8. Su auto-ra tambin ha buscado incluir un grupo tnico mar-ginal no representado tradicionalmente en el teatro chileno: los indgenas. En Malinche (1993) integra su preocupacin por la representacin de la mujer con la de los indgenas, aunque su versin de estos ltimos es sumamente idealista y simblica.

    Otra tendencia, de poca extensin, es aquella en la cual se incorporan seria y respetuosamente al es-cenario los espacios de la marginalidad ertica, re-presentado en travestis, lesbianas y homosexuales. La manzana de Adn (mayo, 1990), basada en tex-tos de Claudia Donoso y versin teatral de Alfre-do Castro, por ejemplo, se enfrenta al tema de los travestis. Segn la descripcin del director, Alfredo Castro: En esos textos-testimonios, reelaborados por Claudia Donoso, los travestis relatan su lucha diaria por sobrevivir y nos hablan crudamente del amor, la poltica, la vejez, la represin, el sexo, etc., pero desde la mirada de aquellos (como dicen sus autoras) que no participan de la gran teleserie nacional9.

    5. La experimentacin teatral y la bsqueda de nuevos lenguajes

    Juan Andrs Pia, al referirse al teatro chileno de los 80, seala que una de las tendencias es la superacin del teatro realista y verbalista: Aqu se bucean las distintas posibilidades del teatro como escenario, como lugar de accin, la imaginera vi-sual, la msica, la yuxtaposicin de elementos es-cenogrficos, los diversos estilos de actuacin y el maquillaje, se convierten en recursos tan vlidos como el dilogo hablado (1998: 85).

    En este aspecto son numerosos los espectculos que han renovado el escenario nacional, tanto des-de el punto de vista de la experimentacin textual como de la puesta en escena. Como hemos indica-do, el teatro chileno se impregna de postmoderni-dad y, como tal, tiende a enfatizar la construccin del objeto y atraer la atencin hacia el objeto en

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    s: el espectculo. Lo cual implica la utilizacin de tcnicas metateatrales, la experimentacin con cdigos y procedimientos divulgados en la post-modernidad y la globalizacin y de las tecnologas contemporneas (video, cine, fotografa digital, procedimientos televisivos, etc.). Espectculos que suponen un pblico muy sofisticado, con una competencia cultural y visual propio de individuos culturalmente globalizados. Naturalmente, junto a estos espectculos teatralmente renovadores, se da un gran nmero de formas tradicionales o no expe-rimentales.

    Uno de los grupos contemporneos de mayor xito en esta bsqueda de lenguajes escnicos es La Troppa, el cual ha tenido xito tanto a nivel nacio-nal como internacional. Teatralmente constituyen uno de los grupos ms originales en el pas. Es un teatro de actores y marionetas, en el cual se inte-gran los cdigos de ambas tendencias. Los mismos actores intercambian funciones. A veces actan como marionetas e incluyen marionetas como per-sonajes. Su Gemelos (1999) se centra en el tema del holocausto, desde el cual se construye una imagen del mundo destructora de los seres humanos, pero a la vez que muestra su capacidad de supervivencia. Muestra los efectos de la guerra y cmo los nios adquieren prcticas masoquistas para resistir la crueldad de los adultos. Teatralmente, el escenario est constituido como una especie de casa de mu-ecas en que los actores son demasiados grandes para el espacio, creando un ambiente de mundo in-fantil cruel y desolador. Este escenario refuerza el texto que, a su vez, recurre a motivos, personajes y referencias de cuentos infantiles.

    Una muestra de las tendencias renovadoras son los espectculos escritos y dirigidos por Ramn Griffero. Su obra ms representativa es Cinema Utoppia (1985), que se repuso an con ms xito en el 2002. Constituye un ejemplo temprano de la utilizacin del cine en el lenguaje teatral, que en tiempos de postmodernidad incorpora profusamen-te signos y procedimientos del cine y, en algunas ocasiones, busca identificarse casi totalmente con el lenguaje cinematogrfico. Creemos que la raz de estos procedimientos est en la importancia del cine como medio de comunicacin en todos los sectores culturales, la competencia del espectador contemporneo con las mltiples manifestaciones cinematogrficas, la legitimacin esttica del cine y la legitimacin del rompimiento de las barreras en-tre las diversas prcticas escnicas y visuales. Cine-

    ma Utoppia se desarrolla en una sala de cine y los personajes son espectadores, los cuales a su vez son vistos por los espectadores reales. El espacio est dividido entre las butacas de los personajes que ven y comentan los fragmentos de pelculas proyecta-das en la otra seccin del escenario, en el cual a su vez incluye la representacin de la historia que es entendida como filmacin. Una tela que separa el escenario de la sala de butacas de los personajes le da un tono y un matiz de cine a lo representado en el interior del escenario.

    An ms atrevida es la utilizacin del cine del grupo Patogallina, el cual en El hsar de la muerte (2001) escenifica una pelcula muda sobre Manuel Rodrguez y el periodo histrico de la Reconquista en Chile (1814-1817). Se utiliza la teatralidad del cine mudo: los personajes y el escenario en blan-co y negro, la gestualidad exagerada, letreros que explican o narran los episodios, msica que acom-paa y da ritmo a las acciones. En este caso, sin embargo, el mensaje es de subversin de la histo-ria oficial y se identifica el gobierno de Marc del Pont, representante de Espaa, con el gobierno de Pinochet. A la vez, Manuel Rodrguez ha sido con-siderado el guerrillero idealizado dentro de la historia nacional, aunque en este texto y contexto se asocia con el grupo guerrillero de la izquierda revolucionaria (MIR).

    6. La renovacin de los cdigos teatrales: teatralidad visual y corporal

    Una de las tendencias de la postmodernidad manifiesta en el teatro chileno del periodo es la re-duccin del discurso verbal y la intensificacin del discurso corporal y gestual. Esta tendencia ha sig-nificado la incorporacin de signos teatrales de las artes marciales, las actividades circenses tanto el clown como las acrobacias, la transformacin de los espacios escnicos (circulares, tipo circo, torres, etc.), msica absorbente o dominante del espect-culo. Uno de los practicantes ms sobresalientes es el director Mauricio Celedn, quien fund el Teatro del Silencio. Uno de sus espectculos sobresalien-tes es Alice Underground (2001), donde se integra una interpretacin de la historia de Chile y Amrica Latina en una perspectiva transnacional, con una diversidad de cdigos teatrales, reconstruye acon-tecimientos significativos de la historia social de Amrica Latina en un trasfondo de figuras repre-sentativas del movimiento social de la izquierda. Se

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    destaca la Revolucin cubana, el idealismo del Che Guevara, el ascenso al poder de la Unidad Popular y la cada de Allende en Chile. El espectculo se desarrolla en una carpa con un escenario circular, de varios niveles, que se usan tanto circular como verticalmente. Los actores suben a las alturas por medio de cuerdas, donde llevan a cabo acciones fsicas, generalmente simblicas. El nivel inferior es un foso en el centro del escenario, tambin con varios significados simblicos. Es, entre otros, las profundidades donde sufren los trabajadores, como es el lugar donde desciende el cuerpo del Che y es recibido y llevado en andas por los trabajadores.

    Son numerosos los grupos nacionales que ex-perimentan con distintas formas de teatro corporal, elementos circenses, teatro areo.

    7. La transnacionalizacin de la cultura: Benjamn Galemiri

    La mayor parte de los crticos sealan que uno de los ms destacados nuevos autores del perodo es Benjamn Galemiri. Su texto Edipo Asesor es representativo de su produccin y de la tendencia a integrar la cultura y situacin nacional dentro de la cultura sin fronteras, transnacional y transhis-trica. Utiliza el motivo bsico y la estructura de Edipo Rey, personajes con nombres del Antiguo Testamento, insertos en la cultura hebrea, en un espacio social y poltico sexualizado, corrupto y degradado. La accin acontece en un pas en gue-rra civil en la que el rey Sal est amenazado de muerte por la aborrecible intriga anarquista. Ga-lemiri lleva a cabo una feroz stira y parodia de la poltica nacional y de la alta cultura de Occidente de un modo pantagrulico y grotesco. Su mayor originalidad, sin embargo, est en el uso del len-

    guaje, en el que recurre a la hiperbolizacin, a la parodia del lenguaje cientfico especialmente la lingstica, de la tecnologa, del Antiguo Testa-mento, de la cultura hebrea. Entre los muchos pro-cedimientos utilizados, uno recurrente muy de la postmodernidad es la constante construccin del mundo como representacin, como actuacin frente a cmaras, el de ser actor. De este modo, por ejemplo, la democracia es un espectculo construi-do y la vida es un constante proceso de filmacin. Los Cinco embates sexuales de Judith y Oziel son cinco parodias del neoliberalismo, en las que el Coro sintetiza el sentido de las grotescas descrip-ciones erticas. El primero, por ejemplo, son Or-gasmos propios de la neo-transicin. El segundo es Orgasmo neo-conservador.

    Sntesis

    El teatro chileno de los ltimos veinticinco aos representa un cambio radical en los modos de pro-duccin teatral, los temas y las estructuras teatra-les con respecto al periodo anterior. Coincide con la sustitucin de un rgimen poltico autoritario por uno democrtico, con tendencias transnacio-nales en lo poltico, cultural y teatral denominadas postmodernas y en los modos de produccin. Esta pluralidad de fuerzas da origen a una enorme varie-dad de grupos y discursos teatrales. La mayor parte de ellos bajo fuerte influencia transnacional en lo temtico y en los cdigos teatrales empleados. Por otra parte, corresponde a un periodo de gran visibi-lizacin del teatro chileno en el exterior, ya sea por el xito fuera del pas de algunos grupos, por la in-tensificacin de festivales internacionales en el pas o por la tendencia general de la cultura en tiempos de la globalizacin.

    B i b l i o g r a f a

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    notas

    1 Ver una amplia descripcin de este festival en Juan Villegas, Santiago abierto al teatro del mundo, Conjunto, nmero 94, 1993, pgs. 2-11.

    2 La identidad en el teatro chileno actual. Apunta que en esta lnea de la chilenidad hay que incluir El desquite, el reestreno de La prgola de las flores, El zorzal ya no canta ms (1996) de Gustavo Meza, Ro abajo de Ramn Griffe-ro y La pequea historia de Chile de Marco Antonio de la Parra.

    3 Representado por la Compaa Gran Circo Teatro, primero en la Plaza OHiggins de Puente Alto en diciembre de 1989, y luego en Cerro Santa Luca de Santiago, con recorridos por ciudades del sur de Chile. En el ao 1989 realiz una gira por Canad, Europa y Estados Unidos. En 1990 visit Estados Unidos con gran xito. Ver Apuntes, nmero 98, Otoo-Invierno 1989, en la cual se incluye el texto y lo que llaman un Reportaje a La Negra Ester. Ver tambin Sergio Pereira Poza, Prcticas teatrales innovadoras en la escena nacional chilena, en Alfonso de Toro y Fernando de Toro (editores), Hacia una nueva crtica y un nuevo teatro latinoamericano, Frankfurt am Main, Vervuert Verlag, 1993, pgs. 115-126.

    4 Ver Alicia del Campo, Retrato de familia: lo popular como espejo narcisista de lo nacional en El desquite, en Villegas, Juan (editor), Del escenario a la mesa de la crtica, Irvine, Ediciones de Gestos, 1997, pgs. 137-148.

    5 El actor que haca el personaje principal, Roberto Parada, era a su vez antiguo y conocido militante del Partido y, lo que era an ms significativo en el momento, era el padre de uno de los profesores asesinados por los carabineros en uno de los ms macabros episodios nacionales del perodo.

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    6 Frase de Alfredo Castro al hablar de La manzana de Adn, en Alfredo Castro, Vagando por los mrgenes, Tea-tro Apuntes, nm. 101, Primavera 90-Verano 91, pg. 45.

    7 Sobre Cario malo ver el nm. 101 de Teatro Apuntes, Primavera 90-Verano 91, en el que se incluye el texto y varios ensayos sobre el texto y la puesta en escena. Vase pg. 8.

    8 Vase el nm. 101 de Teatro Apuntes, pgs. 86-87.9 Vase el nm. 101 de Teatro Apuntes, pg. 45.