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Vigilia de oración • 2016 • LV Capitulo General

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Vigilia de oración

• 2016 • LV Capitulo General

En vísperas del LV Capítulo General de la Orden, queremoshacer nuestras las palabras que el padre Miguel Miró, Prior

General, escribió en el Informe sobre el estado de la Orden, que dice:

«La revitalización de la Orden y todo proceso de conversión pasapor el encuentro con Cristo y la vida de oración. Necesitamos unaprofunda experiencia de Dios para vivir nuestra consagración conalegría, para ser maestros de oración y para evangelizar con pa-sión y esperanza. Ya decía el beato Pablo VI: “la fidelidad a la ora-ción o el abandono de la misma son el paradigma del vigor o delocaso de la vida religiosa”».

Por este motivo ponemos a vuestra disposición esta Vigilia de Ora-ción antes de que se inicien los trabajos de los capitulares el pró-ximo día 3 de octubre en la ciudad de Roma.

El contenido de la Vigilia, posee un lucernario, en recuerdode la luz perenne del Resucitado que acompaña siempre a suIglesia y, por lo tanto, también a nuestra Orden; los salmos ylas lecturas bíblicas son aquella palabra eterna que cual faro

guía el itinerario del navegante; los textos agustinianos y cons-

titucionales son la memoria de lo que deseamos vivir y compartircada día como miembros de la recolección agustiniana.

Todo ha sido pensado para que las comunidades se reúnan en vi-gilia de oración antes del día 3 de octubre para acompañar espi-ritualmente a los capitulares desde los diferentes puntos geográ-ficos donde nos encontramos; y que a esta Vigilia que queremosrealizar, en los lugares donde sea posible, se invite a todos losmiembros de la Familia Agustino-Recoleta —religiosos, monjas,religiosas de vida activa, fraternidades, JAR, madres mónicas—para que juntos pidamos que las decisiones que se tomen en el Ca-pítulo General estén iluminadas por la luz de Dios.

Esperamos que la Vigilia nos una más a Cristo, siemprecomo miembros de la recolección; y despierte en nos-otros la esperanza de vivir nuestra consagración conmayor alegría y generosidad.

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Introducción

La iglesia está en penumbra, el presbiterio oscuro, en el altarlas velas están apagadas. El ambón desde donde se proclama-rán las lecturas y las preces también puede tener velas que seencenderán con el fuego de la lámpara vespertina.

Cerca del altar se preparará una pequeña lámpara de aceiteque estará encendida desde el inicio de la celebración. Esta sele presentará al presidente de la celebración como se dice acontinuación.

La procesión de entrada con el presidente y los acólitos se dis-pone del modo acostumbrado y se inicia con el canto.

Jesús entre nosotros (Kairoi)

Jesús está entre nosotros,él vive hoy y su Espíritu a todos da.Jesús, razón de nuestra vida,es el Señor, nos reúne en pueblo de amor.

Cambia nuestras vidas con tu fuerza.Guárdanos por siempre en tu presencia.Tú eres verdad, Tú eres la paz.

Rompe las cadenas que nos atan.Llénanos de gracia en tu Palabra.Gracias, Señor. Gracias, Salvador.

Nuestras existencias hoy te alaban.Nuestros corazones te dan gracias.Tú eres amor, Tú eres canción.

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Lucernario

El presidente (P) de la celebración llega a la sede y dice:

P/. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

R/. Amén.

P/. El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu.

P/. Hermanos, mientras el sol declina, pasando de la luz del día ala oscuridad de la noche, nuestra comunidad se reúne en oracióne invoca con una sola alma y un solo corazón a Cristo, luz verda-dera y única lumbrera que puede iluminar la oscuridad del mundo;para que él, como la antigua columna de fuego del éxodo, guíe asu pueblo con la presencia que resplandece en medio de la noche.

En la luz del Resucitado deseamos ardientemente, como hijos dela Orden de Agustinos Recoletos, escuchar la Palabra que el Maes-

tro nos dirige y así podamos responder con gozo a su invita-ción de que seamos sal y luz del mundo y unidos en estafamilia religiosa alabemos al Señor que nos ha hecho para sí.

El acólito se acerca al presidente con la lámpara encendida,que ya estaba dispuesta cerca del altar; el presidente con lasmanos juntas dice:

Oremos: Padre de bondad, te pedimos que robustezcas en nos-otros tu fe y enciendas siempre en nuestros corazones la luz deCristo resucitado, para que caminemos en tu senda. Por Jesu-cristo, nuestro Señor. R/. Amén.

El presidente toma el fuego con una vela y la da al acólito paraque encienda las velas. Cuando las velas del altar y del ambónya están encendidas, entonces se procede a encender las luces

de toda la iglesia, y enseguida el presidente inciensa elaltar y el Cristo.

El encendido de las velas y la incensación van acompa-ñados por el canto del himno a Cristo luz.

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Himno verpertino a Cristo Luz

Oh luz gozosa de la santa gloria del Padre celeste inmortal, santo y feliz Jesucristo.

Al llegar el ocaso del sol, contemplando la luz de la tarde,cantamos al Padre y al Hijo y al Espíritu de Dios.

Tú eres digno de ser alabado siempre por santas voces.Hijo de Dios, que nos diste la vida, el mundo entero te glorifica.

Terminado el himno, el presidente con los brazos extendidos,recita a Cristo la oración del lucernario:

P/. Te bendecimos, Cristo, Palabra de Dios,luz de luz sin principio.Tú has disipado todas las tinieblasy las has transfigurado en luz;has iluminado nuestra mentey has dado a la razón sabiduría.

En ti, que eres Luz, vemos la luz,por ti, que eres Luz, nos convertimos en luz.En tu sabiduría cante nuestro corazón.

A ti y al Padre y al Espíritu Santo, honor y gloria, en la Iglesia,ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

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Salmos

Ant. 1. Oh Señor envía tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra.

Salmo 103 • Himno al Dios creador“El que es de Cristo es una criatura nueva; lo antiguo ha pasado,

lo nuevo ha comenzado” (2Cor 5,17)

Bendice, alma mía, al Señor,¡Dios mío, qué grande eres!Te vistes de belleza y majestad,la luz te envuelve como un manto.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos,y no vacilará jamás;la cubriste con el manto del océano,y las aguas se posaron sobre las montañas.

De los manantiales sacas los ríospara que fluyan entre los montes,junto a ellos habitan las aves del cieloy entre las frondas se oye su canto.

Desde tu morada riegas los montes,y la tierra se sacia de tu acción fecunda;haces brotar hierba para los ganadosy forraje para los que sirven al hombre.

¡Cuántas son tus obras, Señor!,y todas las hiciste con sabiduría,la tierra está llena de tus criaturas.¡Bendice, alma mía al Señor!

Ant. 1. Oh Señor envía tu Espíritu, que renueve la fazde la tierra.

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Ant. 2. Sin mí no podéis hacer nada, dice el Señor.

Salmo 126 • El esfuerzo humano es inútil sin Dios“Sois edificio de Dios” (1Cor 3,9)

Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles;si el Señor no guarda la ciudad,en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,que veléis hasta muy tarde,que comáis el pan de vuestros sudores:¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;su salario, el fruto del vientre:son saetas en mano de un guerrerolos hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llenacon ellas su aljaba:no quedará derrotad cuando litiguecon su adversario en la plaza.

Ant. 2. Sin mí no podéis hacer nada, dice el Señor.

Ant. 3. El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá laluz de la vida, dice el Señor.

Sal 118,105-112 • Himno a la ley divina“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros” (Jn 15,12)

Lámpara es tu palabra para mis pasos,luz en mi sendero;lo juro y lo cumpliré:guardaré tus justos mandamientos;¡estoy tan afligido!Señor, dame vida según tu promesa.

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Acepta, Señor, los votos que pronuncio,enséñame tus mandatos;mi vida está siempre en peligro,pero no olvido tu voluntad;los malvados me tendieron un lazo,pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,la alegría de mi corazón;inclino mi corazón a cumplir tus leyes,siempre y cabalmente.

Ant. 3. El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá laluz de la vida, dice el Señor.

Oración

El presidente con las manos extendidas dice la oración:

P/. Oremos: Oh Dios de bondad,que inspiras y completas todo santo propósito,guía a tu pueblo por el camino de la salvación,y haz que tus hijos, que se han consagrado a tien la vida agustino recoleta para seguir más de cerca a Cristo casto, pobre

y obediente,sean dóciles a tu Palabra que configura,a tus enseñanzas que iluminan,y a tu ejemplo de misericordia que santifica.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Diosy vive y reina contigo,en la unidad del Espíritu Santo,por los siglos de los siglos.

R/. Amén

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Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,32-35)

En el grupo de los creyentes, todos pensaban y sentían lo mismo:lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de loque tenían. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección delSeñor con mucho valor.

Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba ne-cesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían eldinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distri-buía según lo que necesitaba cada uno.

Palabra de Dios.

Unidos (cf. Salmo 132 • José Manuel Durán)

Ved qué dulzura, qué deliciaconvivir los hermanos unidos.

Ved qué dulzura, qué deliciaconvivir los hermanos así (2).

Es ungüento precioso,precioso ungüento en la cabeza,

que va bajando por la barba,que baja por la barba de Aarón

hasta la franja de su ornamento.

Es rocío del Hermón, rocío del Hermón que baja,sobre el monte Sión baja, porque allí manda el Señorla bendición, la vida para siempre.

Evangelio

Aleluya

Permaneced en mi amor—dice el Señor—; el que per-manece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.

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Liturgia de la Palabra

Lectura del santo evangelio según San Juan 15,1-7

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdaderavid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no dafruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para dé más fruto.Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; per-maneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede darfruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si nopermanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el quepermanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sinmí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera,como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan alfuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecenen vosotros, pediréis lo que deseéis y se realizará».

Palabra del Señor.

Amantiores (Más amantes) • J. M. González

Sunt inter nos aliqui,perfectionis monasticae amantiores,qui severius vitae institutum sequi cupiant.

No queremos resistirnosal Espíritu Santo (4).

Más amantes de la perfección monástica,más amantes queremos ser;y una forma de vivir más exigentedeseamos tener.

No queremos resistirnosal Espíritu Santo (4).

Sunt inter nos aliqui,perfectionis monasticae amantiores,qui severius vitae institutum sequi cupiant.

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Textos del patrimonio espiritual de la Orden

Del libro de las Confesiones de nuestro padre san Agustín,

obispo (cf. conf. 10,37.39.40).

¡Oh Verdad!, tú presides en todas partes a todos los que te con-sultan, y a un tiempo respondes a todos los que te consultan, aun-que sean cosas diversas. Claramente tú respondes, pero no todosoyen claramente. Todos te consultan sobre lo que quieren, mas notodos oyen siempre lo que quieren. Óptimo ministro tuyo es el queno atiende tanto a oír de ti lo que él quisiera, cuanto a quereraquello que de ti oyere.

Cuando yo me adhiriere a ti con todo mi ser, ya no habrá más dolorni trabajo para mí, y mi vida será viva, llena toda de ti. Pero ahora,como al que tú llenas lo elevas, me soy carga a mí mismo, por-que no estoy lleno de ti. Contienden mis alegrías, dignas deser lloradas, con mis tristezas, dignas de alegría, y no sé de quéparte está la victoria. Contienden mis tristezas malas con misgozos buenos, y no sé de qué parte está la victoria. ¡Ay de mí,Señor! ¡Ten misericordia de mí! ¡Ay de mí! He aquí que no ocultomis llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericor-dioso, y yo miserable.

Toda mi esperanza no estriba sino en tu muy grande misericordia.Da lo que mandas y manda lo que quieras. Nos mandas que sea-mos continentes. Y como yo supiese —dice uno— que ningunopuede ser continente si Dios no se lo da, entendí que también estomismo era parte de la sabiduría, conocer de quién es este don. ¡Ohamor que siempre ardes y nunca te extingues! Caridad, Dios mío,enciéndeme. Da lo que mandas y manda lo que quieras

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

Lectura reflexiva

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De la Regla de nuestro padre san Agustín

Ante todo, queridos hermanos, amemos a Dios; después, tambiénal prójimo, porque éstos son los mandatos principales que se nosha dado.

Esto es lo que os mandamos que observéis los que os habéis reu-nido en el monasterio. Lo primero por lo que os habéis congregadoen comunidad, es para que habitéis unánimes en la casa, y tengáisuna sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios.

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

De las Constituciones de los Agustinos Recoletos

Los religiosos se consagran a Cristo, y, siguiendo el ejemplo delHijo de Dios, que vino a hacer la voluntad del Padre y a dar la vida

como rescate por todos, se unen más constante y firmementea la voluntad salvífica de Dios, y se vinculan al servicio eclesialde todos los hermanos en Cristo (n. 58).

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

Los superiores ejerzan la autoridad con espíritu de servicio a loshermanos, buscando siempre el bien de la Iglesia y de la Orden;traten de ver en cada uno y en la comunidad las mociones del Es-píritu Santo. Gobiernen a los hermanos como a hijos de Dios, res-petando a las personas y reflejando la caridad con que Dios losama (n. 61).

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

La oración, «don excelso de Dios», es lo que más de cercanos enciende a amar a Dios, alimenta la vida teologal,

y da impulso y fecundidad a todo apostolado. La ora-ción ayuda a los religiosos a descubrir la presenciamisteriosa de Dios en el corazón de los hombres, para

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amarlos a todos como a hermanos. El Espíritu de Jesús hace per-cibir, por medio de la oración, las manifestaciones del amor deDios en la trama de los acontecimientos; de esta manera, se lo-grará la necesaria síntesis entre oración y vida: «Ora bien quienvive bien» (n. 65).

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

Toda autoridad en la Orden está orientada a edificar la vida comu-nitaria en la verdad y en la santidad, y en la búsqueda en comúnde la voluntad de Dios, siguiendo el ejemplo y las enseñanzas deCristo. Ésta es la motivación suprema para que todos los superio-res, elegidos a tenor del derecho y cuya autoridad proviene delEspíritu del Señor dentro de la Iglesia, que aprueba la Orden a tra-vés del Romano Pontífice, entiendan y practiquen su ministeriocomo un servicio y entrega a los hermanos. El carisma de la Ordenofrece a los superiores el marco adecuado para encarnar en sí mis-mos el ejemplo de san Agustín y de cuantos consolidaron laOrden con su santidad. Recuerden que ejercen su función deservicio y de guía de acuerdo con la índole propia de la misma,y a tenor del derecho universal y propio, amen la oración y laciencia, y muéstrense a todos como modelos de buenas obras (n.324).

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

Los capítulos y consejos cumplan fielmente la función de gobiernoa ellos encomendada, y expresen cada uno a su modo la participa-ción y la solicitud de todos los hermanos por el bien de la comuni-dad […] Disciernan los hermanos en común cuáles son losdesignios de Dios, sobre el asunto tratado, atendiendo a los signosde los tiempos. Procuren formar su juicio según los criterios delevangelio y del magisterio eclesiástico, de la Regla y denuestras leyes (n. 327).

R/. Un solo corazón, una sola almaconstruyendo fraternidadmostramos el rostro de Dios.

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Reflexión

Después de la reflexión, se hace un breve tiempo de silencio.

Mientras se entona el Magníficat el presidente inciensa el altary el Cristo; seguidamente el acólito incensará al sacerdote y alpueblo reunido en la celebración.

Ant. Magníficat. No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu devuestro Padre hablará por vosotros.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo,y su misericordia llega a sus fielesde generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:dispersa a los soberbios de corazón,derriba del trono a los poderososy enaltece a los humildes,a los hambrientos los colma de bienesy a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,acordándose de la misericordia-como lo había prometido a nuestros padres-en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre…

Ant. Magníficat. No seréis vosotros los que habléis, elEspíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

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Oh Dios, Padre del Señor Resucitado y fuente de toda santidad,tú que nos has llamado a imitar la humildad de la Palabra en-

carnada, concédenos que la vida de todos los religiosos de nuestraOrden se configure cada vez más a Cristo, nuestro Maestro inte-rior. R/.

Oh Dios, Padre del Señor Resucitado y Creador del universo,llena los corazones y las mentes de nuestros religiosos,

para que unidos en las comunidades locales, sean reflejo delamor trinitario y se sientan llamados a construir la comuniónentre ellos y con los hombres y mujeres que encuentren en sucamino. R/.

Oh Dios, Padre del Señor Resucitado y fuente de la Sabiduría,que a través el misterio pascual de la muerte y resurrección

de tu Hijo, has derramado el don del Espíritu Santo sobre los cre-yentes, ilumina con la luz de Pentecostés a los capitulares, paraque sean dóciles a las mociones del Espíritu, y no resistan al Espí-ritu Santo. R/.

Oh Dios, Padre del Señor Resucitado y fuente de toda conso-lación, en este momento de nuestra historia dirige benigno

tu mirada paternal sobre nosotros, para que no tengamos miedoante los desafíos de la revitalización y de la reestructu-ración de nuestra familia religiosa, y seamos testimo-nios auténticos de tu amor infinito y de tumisericordia por los caminos del mundo. R/.

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Hermanos, dirijamos nuestra oración aCristo, luz del mundo:

R/. Kyrie, eleison

Preces

Oh Dios, Padre del Señor Resucitado y esperanza de todas lasnaciones, sostén con tu fuerza la vida de todos los miembros

de la Orden de los Agustinos Recoletos, para que en la unidad dehermanos podamos anunciar, en todo lugar, la alegría de estar conel Señor. R/.

Padre nuestro…

Oración

El presidente con las manos extendidas dice la oración:

Oh Dios, fuente de todo lo bueno y hermoso, que con tu consuelo guías a la Iglesia entre las vicisitudes del mundo,da a nuestra Orden aquello que mandasy manda lo que tú, en tu misericordia, quieres,para que encendidos en el amor que no se extingue,cumplamos fielmente tu voluntad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.

Bendición final

P/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu.

P/. El Señor os bendiga y os proteja. R/. Amén.

P/. Ilumine su rostro sobre vosotrosy os conceda su misericordia. R/. Amén.

P/. Vuelva hacia vosotros su miraday os conceda su paz. R/. Amén.

P/. Y la bendición de Dios todopoderoso…

Despide de la manera habitual a la comunidad.Se entona un canto adecuado a la Virgen María.

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