Viaje a los Montes Obarenes de los días 9 y 10 de junio del 2018. Agrupación deportiva Rutas.

Los montes Obarenes son un sistema montañoso del norte de España con una altitud media de entre 800 y 900 metros (aunque con algunas altitudes que sobrepasan los mil) constituyendo las últimas y más meridionales estribaciones de la Cordillera Cantábrica y se alzan como un gran murallón natural sobre las llanas tierras de La Bureba, en Burgos. Por su centralidad nuestro punto de apoyo en estos montes es el pequeño pueblo de Pancorbo, cuya cercanía a la ciudad de Miranda de Ebro lo hace ideal. (Mapa: en cuanto al senderismo podemos hacer una división por zonas de la provincia de Burgos, nuestra zona sería la IV que corresponde a la Bureba, la parte de Miranda de Ebro y pasando al otro lado de los Montes Obarenes a las Merindades con Medina de Pomar, Frías, etc y abajo localización de la

provincia de Burgos en España).

Tienen una longitud aproximada de 30 km y se extienden desde las Hoces del río Ebro en Sobrón (Burgos y Álava) en el norte, cuyo curso lima estos montes esculpiendo un gran arco desde su entrada en el valle

de la Tobalina hasta escaparse a La Rioja por las Conchas de Haro, donde el rio Ebro lo separa de la Sierra de Cantabria. Por el sur está separada de la Cordillera Ibérica por las llanuras de Bureba y La Rioja, excluyendo la Sierra de La Llana por su diferente geomorfología.

(Fotografías: arriba el pico Umión al fondo, abajo cruz del pico Umión).

La máxima altura de los Obarenes es el pico Humión (Umión o la Cotorra), con 1434 metros de altura; en su cumbre se encuentra una cruz metálica de 8 metros colocada en 1983, además de el vértice geodésico y un buzón montañero. Y en su interior comprende las sierras de Oña, La Llana, Pancorbo, Arcena y los propiamente llamados Montes Obarenes.

Los Montes Obarenses constan de dos secciones muy diferentes las cuales tienen su punto de unión en el desfiladero de Pancorbo. La sección occidental comienza en Oña sobre el río Oca y está compuesta por un par de alineaciones calizas cuya alineación es este-oeste su altura predominante es el pico Humión (la Cotorra).

La sección oriental (Obarenes propiamente dichos) son los montes situados entre Pancorbo, el rio Orioncillo y Haro, sobre el Ebro. Montañas en disposición desordenada en tres pequeños grupos que hacen de límites administrativos entre Castilla y León y La Rioja.

Los montes Obarenes son la bisagra estructural que enlaza la Cordillera Cantábrica con los Pirineos, y conforma

una zona de elevado interés geológico y

geomorfológico: sinclinales, anticlinales, cañones fluviales, hoces, desfiladeros y meandros, siendo declarada parque natural en 2006 y además, fue calificada

como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Su situación en una zona de transición entre la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico, lo que a su vez condiciona un clima ambiguo que presenta rasgos tanto de mediterráneo como de atlántico. Solamente las condiciones orográficas inclinan el balance hacia el lado atlántico-húmedo o hacia el mediterráneo-seco. (Fotografías: arriba por la cuerda del Umión, los estratos aparecen fracturados vemos por la izquierda el valle del Umión cayendo casi en vertical y en cambio hacia el otro lado forman una llanura inclinada repleta de rocas para el caminante. En la fotografía de abajo vemos durante el ascenso al Humión el río Ebro y su valle con los pueblos de San Martín de Don y Orbañanos en el valle de la Tobalina {Fondon de la Tobalina} cerca del embalse del Sobrón).

Este parque natural tiene una superficie de 33.064 Ha, comprendiendo 53 núcleos de población con 6806 habitantes y afecta totalmente a los siguientes términos municipales: Cillaperlata, Partido de la Sierra en Tobalina y Jurisdicción de San Zadornil, incluida la entidad local menor de Valpuesta. También se sitúa parcialmente en los de: Berberana, Bozoó, Busto de

Bureba, Cascajares de Bureba, Encío, Frías, Miraveche, Navas de Bureba, Oña, Pancorbo, Quintanaélez, Santa Gadea del Cid, Puentelarra, Trespaderne y Valle de Tobalina. (Fotografías: arriba desde el Umión vemos la central nuclear de Garoña y abajo el caballo Losino y su ficha a vuelta de página).

Litología Describiéndolo de forma muy esquemática, debemos

imaginarnos este territorio bajo el mar, cuando éste se retiró el mar, los sedimentos acumulados en el fondo durante la era secundaria y la terciaria quedaron en la superficie, siendo unos materiales más blandos y maleables (arcillas, margas y areniscas) y otros materiales duros y rígidos (calizas). Posteriormente los movimientos y colisión de las placas provocaron grandes fuerzas tectónicas que levantaron y plegaron estos sedimentos formando anticlinales (montañas) y sinclinales (valles y depresiones), entre los que aparecieron pasillos ortoclinales que originaron las hoces, desfiladeros y cañones. Por último la erosión diferencial (entre materiales duros y blandos) y

varios fenómenos kársticos modelaron y aún modelan este contrastado y bello paisaje dándole su forma actual.

En determinadas regiones del parque es frecuente la presencia de una roca “la toba” que es una singularidad

geológica que además se manifiesta en algunos topónimos tan significativos como el valle de Tobalina o Tobera. La toba se forma cuando, en las regiones calizas, el agua subterránea, que transporta disuelto el carbonato cálcico, al salir a la superficie libera el CO2 y la caliza se precipita. Con frecuencia la precipitación se produce sobre las plantas, lo que favorece este proceso y además cuando la superficie orgánica desaparece deja los huecos que dan lugar a la porosidad característica de esta roca. Por ser fácil de trabajar se ha utilizado tradicionalmente en la construcción y ornamentación. (Fotografía abajo el desfiladero de Pancorbo desde o hacia el mirador de la Peña del Mazo).

Esta singularidad litológica hace configurar el paisaje como una

sucesión de sierras, no demasiado altas pero si muy abruptas, podemos encontrar vertiginosos y llamativos desfiladeros modelados por los ríos, como los de Pancorbo, Sobrón y Las Conchas, espectáculos naturales como los saltos de agua del río Molinar en Tobera. (Fotografías: arriba en el desfiladero de Pancorbo la famosa fortaleza de Santa Engracia y abajo iglesia materialmente colgada en el desfiladero de Pancorbo).

Vegetación (la flora) Viene condicionada por: * Importantes contrastes climáticos con abundancia general de

precipitaciones, aunque sin llegar a poder considerarse zona húmeda-atlántica. * Una situación biogeográfica de transición entre las regiones atlántica y mediterránea. * Una accidentada orografía con laderas en todas las orientaciones posibles y una gran variedad de suelos. En esta gran biodiversidad los bosques son fundamentales. Son abundantes los de encina, roble melojo, pino resinero, pino silvestre (abundante rodeando el desfiladero del Río

Purón al norte del parque) alcornoques, los arces, tilos, serbales y quejigo que podemos encontrar acompañado a otras especies, las cuales son menos abundantes, bosques de ribera formados por fresnos, alisos y sauces.

Las grandes extensiones de pinares que cubren parte del Parque son en general de repoblación (pino resinero, pinus pinaster), pues su resina y su leña han supuesto una importante fuente de ingresos para los lugareños. (Fotografías: arriba desfiladero de Pancorbo y abajo ciudad de Frías). Al mismo tiempo, este espacio alberga una muestra valiosa y representativa de la vegetación atlántica (hayedos y robledales), olmos ya casi desaparecidos por la enfermedad de la “grafiosis”, tejos con impresionantes diámetros en el tronco que

indican su longeva edad. En cuanto a la vegetación arbustiva podemos encontrar grandes masas de boj en el interior de los desfiladeros y en general repartidos por los lugares donde hay poco espesor de suelo. También, en zonas más secas matorral de sabina, brezos que eran usados para

hacer escobas para barrer, los avellanos, el endrino de cuyos frutos se obtiene el “pacharan” y otras muchas que desde antaño han servido para hacer más fácil la vida de los habitantes de estas zonas. También encontramos enebros y madroños, brezos, aulagas y genistas, con los tomillos y espliegos, y los prados de siega con las tierras cerealistas. (Fotografías: arriba pinos resineros de los montes Obarenes y abajo las hayas van ganando terreno a las zonas repobladas de forma expontanea).

Bichitos (la fauna) Aunque no hay en el Parque Natural especies en peligro de extinción, si es muy importante la conservación de especies amenazadas, vulnerables o raras como el visón europeo, el cangrejo de río autóctono, el búho real, el águila real y el águila perdicera. Otras aves significativas son el aguilucho cenizo, buitre común, tórtola común, garza imperial y búho chico. Es importante señalar que aquí se encuentra el caballo

losino del que quedan en el parque unos 300 ejemplares.

El Hombre y el Paisaje La Bureba es una de las comarcas más características de Burgos, forma una gran llanada rodeada por todas partes de montañas: Los Montes Obarenes al este, la sierra de Oña al norte, el páramo de Masa al oeste y las sierras de Oca y Atapuerca al sur. Es un fértil terreno agrícola abundante en el cultivo de cereales (principalmente trigo). (Fotografías: arriba mapa de la zona de los Montes Obarenes, la cual vamos a visitar y abajo las casas colgadas de la ciudad más pequeña de España, la ciudad de Frías). Desde nuestro punto de vista nos interesa por ser la Bureba el obligado paso entre la meseta castellana y los valles del norte de la península Ibérica. El desfiladero de Pancorbo es la puerta que introducía a los viajeros en el corredor de la Bureba. La capital de la Bureba es Briviesca de ordenado trazado de calles y un núcleo arquitectónico del siglo XIV. Otro lugar interesante es el

santuario de Santa Casilda (santa y princesa mora) en el término municipal de Salinillas (situado en un altozano). Villa de Oña El lugar imprescindible de visitar en la Bureba

es Oña antigua e importante villa desde el año 950, al concederle el primer conde independiente de Castilla, Fernán González, sus primeros privilegios. Antiguo emplazamiento estratégico a orillas del río Oca situado en un estrechamiento donde el Oca pasa para buscar el río Ebro (entre la Mesa de Oña y los últimos espolones del monte Tablones). Aquí se encuentra el grandioso monasterio de San Salvador, construido en 1011 por el conde Sancho García y fue regido por su hija Trigidia, en el cual han buscado sepultura los reyes, condes e infantes de Navarra, Castilla y León. También ha pasado los avatares de la desamortización, es una mezcla de estilos gótico, barroco y renacentista sobre un fondo románico. (Fotografía: arriba el Monasterio de Oña y abajo la iglesia de Santiago en Pancorbo). Tuvo el monasterio su importancia en los orígenes del reino de Castilla al ser su convento más poderoso, con más de 200 villas bajo su protección. Destaca en Oña la imagen gótica de la virgen de Santa María de Oña, que ya cantara el rey Alfonso X el Sabio, en sus célebres cantigas. Otras cosas que ver:

Iglesia y Torre de San Juan, obra que se remonta a los siglos XIII y XV.

La antigua Judería medieval de Oña, en la calle Barruso.

Recorrido a través del núcleo de Oña donde contemplar los

blasones bien conservados.

Pancorbo: Ya fuera de la

Bureba en la comarca de Ebro y partido judicial de Miranda de Ebro se encuentra Pancorbo, la cual conforma una población de unos

seiscientos habitantes. Situado a los pies de su impresionante desfiladero encontramos esta población que conserva restos de su pasado medieval como las calles estrechas o sus casas formadas por entramado de madera, la Iglesia de Santiago del siglo XVI, aunque aparece nombrada en el 340, la parroquia de San Nicolás (tardo-barroca construida en 1714 sobre otra renacentista), o las últimas piedras de los castillos de Santa Marta y Santa Engracia. (Fotografías: arriba castillo de los Condes de Frías y abajo el Puente Medieval de la Ciudad de Frías sobre el río Ebro). Frías:

La ciudad de Frías está enmarcada en la comarca de Las Merindades, con partido judicial de Villarcayo. Constituyó un enclave estratégico para cruzar el río Ebro desde la época romana y sobre todo en época medieval, pues defendía el paso que unía la costa cantábrica y la meseta, dando lugar a la notable prosperidad y la formación de su conjunto monumental.

Mantiene una estructura urbana medieval que corona el castillo de los Velasco y la

iglesia de San Vicente. Frías, la ciudad más

pequeña de España, se abigarra en torno al cerro de La Muela, entre los cauces de los ríos Ebro y Molinar. Por encima de los tejados de las casas sobresale su castillo, cuyo interior es visitable a un módico precio, pudiendo ascender al punto más elevado de su torre del homenaje. (Fotografías: arriba iglesia de San Vicente Martir en la Ciudad de Frías y abajo por las calles del casco viejo de Frías).

La población se divide en dos barrios: el barrio del Castillo (o barrio de Arriba) en la parte superior de la colina y el barrio de San Vítores (o barrio de Abajo) situado en la ladera sur, frente al monte de la Cruz.

Tiene un patrimonio histórico: a) Las Casas Colgadas: Las casas, de planta baja y dos o tres alturas,

algunas con bodega por la actividad vinícola que se ha venido realizando en la zona, se apoyan unas en otras conformando las diferentes calles a dos alturas. En algunos casos cuelgan desde la roca.

b) Casa Cuartel y Palacio de los Salazar: Se encuentra en la plaza de Alfonso VIII. En este palacio se encuentra la Oficina de Turismo de la Ciudad de Frías.

c) Calzada romana: Por Frías pasa una importante calzada romana, vía de comunicación entre la meseta castellana y el

norte de la Península Ibérica, que atravesaba el río Ebro por un vado existente unos 500 metros río abajo del puente románico de Frías.

d) El puente medieval de Frías: Consta de 143 m de longitud y 9 arcos, es de origen románico, posteriormente, en el s.XIV se le dotó de una torre defensiva en la parte central.

e) Castillo de los Duques de Frías o los Velasco: Corona el cerro de la Muela logrando una posición estratégica privilegiada sobre el valle y el paso del Ebro. Es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla.

(Fotografía: abajo las calles de la judería que no se diferencian mucho de las del casco histórico de la ciudad, son igualmente estrechas). f) Iglesia parroquial de San Vicente mártir y San Sebastián: Es la

iglesia que más resalta de las que tiene y tuvo la ciudad. Ubicada en un extremo del cortado rocoso, de su primitiva construcción románica sólo quedan algunos restos, ya que tras la caída de su torre en 1904 se levantó una nueva.

g) La judería: La judería, casi completamente desconocida hasta las últimas décadas del siglo pasado, debió de tener cierta importancia. En el cartulario de Santa María de Vadillo se

mencionan judíos desde 1336 hasta fines de siglo, aunque ya aparecen citados con anterioridad, a finales del siglo XIII.

h) Otros monumentos: Convento de San Francisco edificio del siglo XIV que a lo largo del tiempo ha sido aprovechado para otros usos, entre ellos el de vivienda. Interesante ejemplo de aprovechamiento. Convento de Santa María de

Vadillo fundado en el año 1219 por Diego Faro lo ocupó una comunidad de Canónigos Regulares de San Agustín. Hizo las funciones de Hospital. Tiene partes constructivas de estilo gótico y renacentista, como la iglesia, bien conservada. Fue abandonado tras la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. Iglesia de San Vítores de estilo gótico realizada entre los siglos XIII y XIV.

(Fotografías: arriba iglesia de San Vitores en Frías y abajo La Tobera y sus aguas por el centro del pueblo).

En verano somos bienvenidos a las fiestas de San Juan. Tras el alborozo nocturno, los madrugadores formaran una comitiva que se detiene en varios puntos del puebl, amenizando el paseo con curiosos cánticos. El “capitán” revoloteara la bandera de la ciudad al ritmo de la gaita y el tamboril. A la tarde, el momento más esperado, es el baile del capitán y la capitana. En esta fiesta se conmemora la rebelión del pueblo de Frías contra el poder feudal (la población de Frías se negó a aceptar al Conde de Haro como su señor, lo que llevó al enfrentamiento y asedio de la plaza, que tuvo que rendirse tras un

largo tiempo, y acatar las normas del nuevo señor) y también se conmemora la liberación de las tropas napoleónicas en la guerra de la Independencia.

A 2 Km del casco histórico de Frías se encuentra la Tobera,

enclavada a la salida del desfiladero abierto por el Molinar. El agua es la protagonista al cruzar por el centro del pueblo formando multitud de cascadas. Junto a la carretera de la Bureba podemos ver también la ermita de Nuestra Señora de la Hoz.

(Fotografías: arriba judías pintas o caparrones con chorizo tan propias de la zona de La Bureba y abajo morcilla de Sotopalacios, con arroz, y es más propia de la zona norte de los montes Obarenses por la zona de las Merindades).

Gastronomía de lo Montes Obarenes. La riqueza y variedad geográfica, orográfica y climatológica de

esta zona propicia la existencia de un impresionante catálogo de productos capaces de satisfacer los paladares más exigentes. De los bosques y ríos, caza y pesca, y las setas de los montes Obarenes.

Frutas y hortalizas, carnes y embutidos, lácteos (quesos frescos y curados o deliciosas cuajadas sirven para redondear el repertorio), derivados de la harina, miel, frutos del bosque e incluso algún que otro caldo se producen cada año para configurar una gastronomía de calidad.

La comarca burebana es conocida a nivel nacional por su importante producción cerealista, de la que nacen sabrosos panes y productos de

repostería bien elaborados. (Fotografía: arriba cuando llega el otoño, por la festividad de Santa Gadea, se hace el pisado de la uva chacolí y elaborar este tipo de vino).

También las legumbres y hortalizas logran una calidad contrastada.

El caparrón de Belorado aprovecha a la perfección las favorables características ambientales del terreno y las aguas del río Tirón para lograr unas propiedades organolépticas especiales. En la comarca se denomina caparrón a las alubias ovaladas, brillantes y de pequeño tamaño (15mm de largo y unos 8 de ancho).

Frías encuentra en las Merindades de Burgos, y de allí el producto estrella es la morcilla de Sotopalacios, elaborada por tres productores de esta localidad según los métodos tradicionales y utilizando la mezcla precisa de sangre, arroz y cebolla.

No es casualidad que el Valle de Oca sea conocido como Valle de los Ajos, clara muestra de la calidad demostrada durante muchos años.

También podemos encontrar algún vino chacolí, de los que aún se elaboran de forma artesanal, en localidades como Aguilar o Llano de Bureba e incluso en Miranda de Ebro (chacolí mirandés, el cual se ha intentado recuperar).

Y si se habla de fruta, resulta obligado referirse al Valle de Las Caderechas, donde destacan las cerezas y manzanas reineta, ambas con el amparo de la correspondiente “Marca de Garantía”. Además, la zona produce también peras, ciruelas, grosellas y almendras.

Y finalmente la almendra, eso sí, garrapiñada, es uno de los símbolos culinarios de Frías, y Briviesca en la que esta última destaca igualmente por su merecida fama el cordero asado.