Los Principios De Dios De Autoridad

Y Cobertura

Capítulo Seis

Dios está moviéndose en este día presente de una manera maravillosa. Si tuviéramos que escoger una clave fundamental para describir lo que Dios está haciendo hoy en día, tendríamos que decir que está restaurando una conciencia y apreciación por el Cuerpo de Cristo. La imposición de manos, que tratamos en el capítulo anterior, es solamente posible a causa de la nueva relación que existe en el Cuerpo de Cristo. Para entender correctamente la función del Cuerpo de Cristo, necesitamos también tomar en consideración la cadena de mando que nos da Pablo en I Corintios.

/ Co.ll:3 - "Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo."

En este versículo tenemos una implicación que es llevada a través de todas las Escrituras, que Dios el Padre es la máxima personaje en la deidad. Antes de llegar a conocer al Señor, somos movidos y atraídos por el Espíritu Santo (7 Co.l2:3), cuyo ministerio consiste en señalarnos o guiarnos a Cristo y dar testimonio de él (Jn.5:31-32; 15:26). Pero esto no es la culminación del plan de Dios; pues, es el ministerio de Cristo llevarnos a una comunión perfecta con el Padre (7 Co.l5:28).

Al profetizar sobre los últimos días, Jesús dijo, "Mirad que nadie os engañe." (Mt. 15:28). Vivimos en días en los cuales es crucial que el pueblo de Dios se relacione adecuadamente con líderes piadosos quienes no los hagan extraviarse del camino. Tenemos que conocer a aquellos que tienen autoridad sobre

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nosotros y permitir que Dios "cubra" nuestras vidas por medio de su ministerio.

¿Pero, cómo se va a realizar todo esto? ¿Cómo será cumplido el propósito de Dios? La única manera que este plan pueda ser realizado en nuestra experiencia, es mediante la sumisión personal al liderazgo. En este capítulo quisiéramos examinar el área de autoridad en relación a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

35. ¿CUAL ES EL PROPOSITO DE DIOS AL DESCRIBIR A LA IGLESIA COMO EL CUERPO DE CRISTO?

Siempre que Dios nos da una revelación más de la Iglesia de Jesucristo, él lo hace, para enfatizar otra faceta de este tremendo organismo. No existe ningún cuadro adecuado para describir lo que Dios tiene preparado para su pueblo. Así que, Pablo compara a la Iglesia con UN TEMPLO, para que podamos ver la intención de Dios, de edificar un pueblo unido para una habitación de Dios por el Espíritu (Ef.2:21-22). El describe a la Iglesia como UNA FAMILIA, para que apreciemos el propósito de Dios en hacernos coherederos con nuestro hermano mayor, el Señor Jesucristo (He.2:10,14-27; Ro.8:17). El compara a la Iglesia con UNA NOVIA para que entendamos la unidad que Cristo y su Iglesia deben experimentar (Gn.2:24; Jn.l7:ll,21).

MINISTERIOS DE LA CONGREGACIÓN

Ro. 12ProfecíaServicioEnseñanzaExhortaciónEl DarEl GobernarMostrar MisericordiaGa.5.22-23

¿Cuál es el propósito de Dios al darnos la revelación DEL

CUERPO de Cristo? Sencillamente esto, Dios quiere que entendamos que el deseo de Cristo es usar su Cuerpo presente, la Iglesia, para ministrar vida y sanidad, de la misma manera que él ministraba mientras caminaba en esta tierra (I Co.l2:l-31). Este es un llamamiento extremadamente alto, el cual demanda que un grupo de personas funcionen en el mismo nivel de poder y autoridad en el cual Cristo ministraba. Antes que tal poder y autoridad puedan ser confiados al hombre, tiene que haber un

reconocimiento de los principios Divinos en cuanto al liderazgo y una sumisión a Cristo, quien es la Cabeza del Cuerpo, (vea el diagrama)

DIOS

JESUCRISTO

ESPÍRITU

SANTOCINCO MINISTERIOS

COMO DONES DE LA ASCENCIÓN

APÓSTOL, PROFETA, PASTOR EVANGELISTA Y MAESTRO

ANCIANOS 1TI.1.3-7

DIÁCONOS 1 Ti.8.8-13

1 Co.12DonesAdministracionesOperacionesAyudaGobierno1 Co. 14.261 Co.12.1-30Ef.4.16

36. ¿QUE QUEREMOS DECIR CON CRISTO ES LA CABEZA DEL CUERPO?

Pablo claramente nos dice que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y que Cristo mismo es la Cabeza de este Cuerpo (Ef.l:22-23). Para obtener un mejor cuadro de la relación de Cristo con la Iglesia, solamente tenemos que mirar nuestro cuerpo natural para apreciar la relación que existe entre nuestra cabeza y nuestro cuerpo físico.

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En el ser humano, la cabeza es el hogar del cerebro; éste es el organismo complicado por medio del cual, la energía es enviada para mandar y controlar todos los miembros del cuerpo. Para que el cuerpo natural pueda funcionar correctamente, tiene que responder de una manera positiva a todos los impulsos enviados desde la cabeza. Defectos o fallas en el cuerpo de responder propiamente a las direcciones de la cabeza, darían por resultado sólo movimientos torpes. En esta condición, el cuerpo puede cumplir ciertos trabajos, pero no serán de la calidad o en la cantidad que sería posible, si cada miembro estuviera funcionando propiamente. Una falla de parte del cuerpo al responder a los impulsos de la cabeza indica que el nervio correspondiente ha sido cortado o ya está muerto. En cualquier caso, es completamente separado de su fuente. Ningún brazo tiene la capacidad de pensar o actuar por sí mismo. Cuando los nervios son cortados resulta la parálisis. Si toda la cabeza es cortada del cuerpo, habrá muerte.

Tal como la cabeza se relaciona con el cuerpo natural, así Cristo debe relacionarse con su Iglesia, su Cuerpo. El da las instrucciones y direcciones a la Iglesia, y ésta debe responder positivamente a ellas. Como la Cabeza, El envía impulsos al Cuerpo mediante el Espíritu Santo, y éste debe responder a todo lo que la cabeza ha mandado. Ser cortado de la Cabeza es ser cortado de la fuente de vida y en cada caso habrá muerte espiritual.

37. ¿CUAL ES EL PRINCIPIO ESCRITURAL ACERCA DEL LIDERAZGÓ?

Como ya hemos visto, Dios tiene una cadena de mando; esta cadena se relaciona con tres instituciones divinamente ordenadas. Existe una cadena de mando en el gobierno. Dios ha ordenado poderes que están gobernando. El pone a los reyes en sus tronos (Dn.2:21), y ellos tienen que dar cuenta a Dios de su mayordomía en este cargo (Lc.l6:2). El gobierno tiene su jefatura o cadena de mando, pero Dios es la cabeza de todas las cosas. Cuando cada uno está correctamente sometido bajo la autoridad puesta sobre él, vive bajo la

sombra del Todopoderoso, bajo las alas de su protección y cubierto contra todas las tempestades. Si alguna persona sale de la protección de la autoridad de la cabeza, entonces sale fuera de la protección de la nube.

LA CADENA DE MANDO DE DIOS EN EL GOBIERNO

GOBIERNO

ORCINAS I I OFICINAS ESTATALES | JESTATALES

DEPENDENCIAS! [DEPENDENCIAS! MUNICIPALES

LA GENTE DEL PAÍS

Verdades Del Presente Día

La familia es otra institución ordenada por Dios. La familia también tiene su cadena de mando. El esposo está bajo Dios, la esposa bajo el esposo; la esposa es llamada juntamente con él para que los dos sean la autoridad sobre los niños. Otra vez, cada miembro es responsable a la cabeza que está sobre él.

LA CADENA DE MANDO DE DIOS EN LA FAMILIA

La Iglesia, la tercera institución ordenada por Dios no es diferente. Ella también tiene su propia cadena de mando. Dios, la cabeza de todas las cosas, dio a su Hijo por Cabeza a la Iglesia (Ef.l:2-23). Cristo ahora funciona en su Cuerpo, mediante el ministerio del Espíritu Santo (Jn.l4:18,26). Dios ha dado

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autoridad a hombres administradores para ejercer el liderazgo sobre la Iglesia.

Los tres modelos tienen el mismo tipo de liderazgo. Cada una de estas tres instituciones están bajo el liderazgo de Dios. Pero cada miembro, cuando encuentra su lugar en estos modelos, tiene una o más cabezas. Para que ese individuo encuentre cumplimiento en los planes y propósitos de Dios tiene que someterse a la cabeza sobre El. Ha de haber sumisión a esta cabeza si este individuo va a encontrar un lugar seguro bajo la sombra del Omnipotente.

Cuando comprendamos plenamente este principio de liderazgo, vemos que todo poder y autoridad se encuentran en la Cabeza. Aparte de la Cabeza, no hay autoridad. La Cabeza es la fuente de toda autoridad; cualquier otra autoridad es delegada. CONFORME NOS SUJETAMOS A LA CABEZA QUE ESTA SOBRE NOSOTROS, NOS HACEMOS PARTICIPES DE SU PODER Y AUTORIDAD, o nos convertimos en candidatos para canalizar el poder de Dios.

Para ejemplificar este principio, examinemos la vida de Jesús. Sabemos que cuando Jesús vino en carne, puso a un lado su privilegio de actuar como Dios. Se despojó a sí mismo, y llegó a ser obediente (FiL2:5-8). Jesús se sujetó completamente a la voluntad, plan y propósito del Padre, cediéndole todos sus derechos (Jn.4:34; 5:30; 15:10). Conforme Jesús se sujetó al Padre, recibió de él gran poder. Sabemos por ejemplo, que cuando fue probado, salió en poder del Espíritu de Dios (Lc.4:14). Cuando se sometió a la autoridad del Padre, éste por su parte le dio autoridad, es decir, hizo que Cristo fuera partícipe de su autoridad. En realidad, hizo de Cristo un mayordomo de su poder y autoridad.

Conforme Jesús caminaba en la tierra en perfecta obediencia al Padre, él era una demostración viva del poder de Dios no de su propio poder, sino poder y autoridad que le habían sido entregados por el Padre. Así que, encontramos a Jesús ejercitando el poder para perdonar pecados (Mt.9:6). El tenía poder y autoridad sobre demonios, enfermedades y los elementos de la naturaleza (Mt.8:l-17, 23-27). A causa de la fidelidad de Cristo, Dios le confió su gran poder.

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Verdades Del Presente Día

Jesús participó del poder del Padre en su camino por la tierra. En su ministerio escogió a doce discípulos para que ministraran con él. Los discípulos, bajo la autoridad de Cristo, también llegaron a ser partícipes de este poder, mientras dependían correctamente de Cristo como su cabeza. Ellos también fueron capacitados para salir con autoridad, pero fue solamente mientras estaban sometidos correctamente (Lc.9:12; 10:1,9,17).

Este principio de liderazgo es el mismo principio que obra en las fuerzas armadas. Todo el poder y la autoridad están en el Comandante-en-Jefe. Cuando el Comandante- en-Jefe busca instrumentos o canales para llevar a cabo sus propósitos, él busca a aquellos que están sometidos correctamente a él. ¿Cómo demuestra la persona su sumisión? El demuestra su sumisión al obedecer al que está sobre él. Cuando el comandante encuentra sujetos obedientes y leales, él se rodea de ellos como sus generales y les otorga poder y autoridad, haciéndoles partícipes de su propio poder y autoridad. Ahora, el general puede dar órdenes y mandamientos que llevan la misma fuerza, como si vinieran directamente del comandante-en-jefe. Este será siempre el caso mientras que el general permanezca sometido correctamente. El siempre hablará con la autoridad de sus superiores.

En las fuerzas armadas existen varios rangos, y cada hombre tiene su cargo (aquellos que están bajo de él) y su cabeza (aquellos que están sobre él). Si él está correctamente sometido a su cabeza, él tiene autoridad sobre su comisión, porque está participando de la autoridad superior. Cuando el sargento se somete al teniente, llega a ser partícipe de la autoridad, no del teniente mismo, sino del poder con el cuál el teniente ha sido confiado. Todo el poder actual está en la cabeza; pero al mismo tiempo hay varios mayordomos con idéntico poder.

Este mismo principio tiene que ser aplicado a las tres instituciones ordenadas por Dios — el gobierno, la familia y la iglesia. Cuando Jesús resucitó de los muertos, Dios depositó en él gran poder (Mt.28:18; Ro.l4:9). Pero cuando Jesús ascendió a lo alto, él fue exaltado a la diestra de Dios y llegó a ser la cabeza sobre la Iglesia (Ef.l:20-23).

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Mt.26:64 - "Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado A LA DIESTRA DEL PODER de Dios, y viniendo en las nubes del cielo."

Col.2:10 - "Y vosotros estáis completos en él, que es LA CABEZA DE TODO PRINCIPADO Y POTESTAD."

1 P.3:22 "Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; Y A EL ESTÁN SUJETOS ángeles, autoridades y potestades."

Jesús en este tiempo presente tiene todas las cosas en sus manos. Ahora él desea funcionar mediante la Iglesia, su cuerpo, en la misma manera que el Padre funcionaba mediante él. Así como Jesús reflejaba al Padre, así también nosotros debemos reflejar a Cristo. Esto solamente puede suceder cuando estamos completamente sometidos a la autoridad de Cristo. Sumisión a la autoridad implica una vida de completa obediencia a sus mandamientos, "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Jn.l4:15). Cuando nos sujetamos a la autoridad de Jesucristo, él va a entregarnos un gran poder, pero tenemos que estar en un lugar de sumisión (Mt.l6:15-20). Cuando la Iglesia se sujete a Cristo, tendrá todas las cosas bajo sus pies, porque seremos partícipes del poder que es de Cristo.

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