ver brasil a través de colombia vol.1

20

Upload: juan-david-moya-delgado

Post on 31-Mar-2016

221 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1
Page 2: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Co ombiabrasi

VOL º1

Page 3: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Con una riqueza cultural importante Brasil, le ha dado vida ha per-sonajes que rompieron limites y sentaron nuevas posiciones no solo artísticas sino culturales.

Sus paisajes, su riqueza gastronómica y su cultura desde el descubrimiento hasta el presente, son espacios poco estudiados y faltos de imaginarios por parte de los Colombianos.

Por estos motivos decidimos hacer esta publicación que refleja los ima-ginarios del Brasil a través del ojo y la sensibilidad colombiana. Gra-cias a expresiones escritas y gràficas publicadas en este primer nùmero

Ver Brasil a traves de Colombia.

Page 4: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

créditos

Page 5: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Dirección, edición y diagramación

Veronica Madrid-MaloJuan David Moya Delgado

Page 6: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

índice

Page 7: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

8La Grarota Acuática.

Ilustracion Por Quei Eich

10Imágenes de Brasil.

Texto Por María Susana León Azula

13Ducumento del mundo Brasilero.

Collage Por Judas

15Presentí a Brasil.

Texto Por Juan Sebastián Fernández Gärtner

Page 8: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Garota AcuáticaQuei Eich

8

Page 9: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

9

Page 10: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

imágenes de brasilMaría Susana León Azula

10

Page 11: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Eran aproximadamente las 7:30 pm cuando llegó a visitarme mi buen amigo Felipe Simoni.

Llevaba un año sin verlo, sin conversar con él y sin compartir esos momentos de intercambio cultural de los que tanto disfrutamos.

Felipe nació en Minas Gerais, al sur de Brasil, es ingeniero y músico aficionado, es alto, apuesto y de muy buen sentido del humor, habla tres id-iomas: Portugués, español e inglés y tenemos la fortuna de compartir el gusto por “el mundo”.Nuestro encuentro no fue casualidad, Felipe me pidió que le mostrara algunos de los artistas más recientes de nuestro país y fue así como yo aproveché no sólo para reencontrarme con él y poder revivir la agradable costumbre de nues-tras charlas, sino además para pedirle, curiosa-mente tal vez por vez primera, que me hablara de Brasil; nuestro telón de fondo no podía ser más propicio: la música de Jobim, un par de tazas de té y un plato con galletas que ameniz-aban el encuentro que poco a poco se transformó en una breve “entrevista”.

Escapar del embrujo de la Samba, del Bossa Nova, de los estilos y maneras de bailar, hablar y cantar, del choro típico en una guitarra tradi-cional, de una batucada que evoca energía, fuer-za y pasión, se vuelve imposible al hablar de Brasil; y ese idioma, ese lenguaje que más que hablado parece cantado, con cadencias y saltos que creemos entender, nos transforma en fieles espectadores, perplejos, embelesados con tanta maravilla cultural.Brasil que atrapa, Brasil que llora historias que no salen de las favelas, de retratos amargos, de escenas de histeria, Brasil que resulta imposible de descifrar a través del Carnaval en toda su es-encia y que por momentos matiza la belleza.

Vemos las fotos de Brasil que muestran todo su exotismo, escuchamos la música de Joao Gil-berto y nos dejamos embriagar no sólo por ese ritmo atravesado de su guitarra, impredecible e instintivo sino además por ese idioma que nos empeñamos en entender como vecinos tercos e invasivos y apasionados.

Al querer escribir sobre Brasil, intento evocar con fidelidad las imágenes que mi memoria re-ciente pueda ofrecerme sobre viajes que despi-ertan la curiosidad y que he tenido la fortuna de hacer por esas tierras. Sin embargo no me re-sulta suficiente, siento que aporto mucho menos de lo que realmente me gustaría y al volver a cerrar los ojos y esculcar en los cajones de mi cabeza, descubro que tengo más preguntas que respuestas. Mi interpretación de Brasil es la de una turista enamorada de la cultura de ese país, de la músi-ca, del cine y de la historia; mi interpretación es en últimas muy superficial y es por eso que he decidido transcribir de la manera más fiel posible, lo que Felipe me dijo ante el plant-eamiento absolutamente directo: “Háblame de Brasil… no sé, elije digamos, tres puntos esen-ciales de lo que te evoca tu país, de lo que cono-ces, de lo que sientes por él, de lo que reconoces y de lo que te sientes orgulloso ó no de contar… Sin abrir un solo libro, sin recurrir a terceros, mírame a los ojos y cuéntame de ti a través de Brasil”

“Históricamente, Brasil ha tenido muchas par-ticularidades regionales e históricas que valen la pena ser mencionadas; es por esta razón que cuando a un brasilero le piden que elija como mínimo tres puntos importantes sobre su país, generalmente elegimos el nordeste (más espe-cíficamente nos referimos al estado de Bahía y Ceará), el sureste (con las playas de Rio, la “es-quizofrénica” y muy movida vida en São Paulo y Minas Gerais, con su encanto natural y libre) y el sur (Florianópolis, por el estilo de vida que lleva un habitante de esta región).Principalmente el noreste de nuestro país pre-senta un paisaje de ensueño, típico de película, representa el exotismo puro y natural de las playas que lo maquillan, lo adornan y lo enalte-cen, con sus gentes alegres, abiertas y divertidas el noreste brasileño es el paraíso en la tierra, un paraíso porque es tan nuestro que no tiene comparación: la viva representación de la cultu-ra tradicional a través de la música y la danza mayormente de orígenes africanos, la comida exquisita e incluso la religión.

e·f

11

Page 12: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

La colonización temprana de estas tierras dejó una profunda huella en el nordeste del Brasil con una marcada presencia e influencia de la cultura africana, naturalmente sincrética. El sureste es básicamente la parte más cosmo-polita del país, también podría llegar a ser la más contrastante: Rio de Janeiro, con sus pla-yas, la ciudad en la que se reúne gente de todos los países y de todos los puntos cardinales de Brasil, São Paulo, esa ciudad “esquizofrénica” por definición personal, el lugar en el que si bien se respira música, samba, batucada y alegría, también se siente violencia y hostilidad y fi-nalmente mi Minas Gerais del alma, natural e histórica por excelencia; cada lugar tiene gente amable, variedad de comidas, diferentes ritmos de bailes y aún más importante una enorme di-versidad de música “peculiar” y mayormente influenciada por la cultura italiana que en algún momento llegó a ésta región.El sur, por otro lado y en contraste absoluto, conserva la influencia de la cultura alemana que pobló ésta zona; en el sur del país tiene lu-gar el festival más grande de cerveza en todo Suramérica y al estar allí, aún siendo brasileño eres capaz de percibir todo un mundo diferente; las playas del sur son también hermosas (aún cuando sientes que el agua mucho más fría po-dría llegar a congelar tus huesos) y la comida es nuevamente muy variada tanto en sabores como en “ambientes”.Brasil, mi Brasil está compuesto como una Samba, ó nuestra Samba es como mi Brasil, atractivo, exótico, nada lineal y constituido por una serie de elementos muy diversos pero que al final son los mismos, tal vez es ésta diferen-cia entre todos esos elementos que lo componen como país y como cultura, lo que hacen de Bra-sil un “todo”. A pesar de que hemos tenido todos, en cada par-te del país, una agricultura fuertemente marca-da a través de nuestra historia, otro encanto de Brasil es que cada región tiene su propia par-ticularidad en ese sentido, de cualquier manera una barbacoa en el norte no puede asemejarse a el tradicional “Churrasco Gaucho” del sur (bar-bacoa, versión sureña).”

-Felipe Simone, Bogotá, Mayo de 2013-

e·f

12

Page 13: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

documento del mundo brasileroJudas

13

Page 14: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

14

Page 15: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

presentí a brasilJuan Sebastián Fernández Gärtner

15

Page 16: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Para el ser humano, el reconocimiento de sí mismo constituye una aventura cotidiana y esperanzadora; un hábito repetitivo que osci-la entre la definición y la exploración. A veces sólo logramos aproximarnos y nos mezclamos con aquello que nos resulta propio únicamente porque lo sentimos cerca. En este orden de ideas, me interesé en Brasil porque, como colombiano, alguna vez soñé con verificarme en su cultura y matizar con sus nuevos colores la idea que tenía acerca de lo que representaba ser latinoameri-cano. Y aunque lo primero que recuerdo haber conocido del vecino país fue a Joana Prado en su papel de Feticeira y a Romario en el mundial de fútbol de 1994, me esforcé por al menos intentar trascender esa costumbre de cosificar y alienar toda una cultura determinada a lo exótico o a lo extravagante, procurando prolongar mi com-promiso de acercamiento y saber de sus modos de vida y cosmovisiones.

Aunque pocos meses antes había estado leyendo un libro llamado “Cuentos brasileños del sig-lo XIX”, de la colección Cara y Cruz del Grupo Editorial Norma, y quizá como una muestra de mi jovial monotonía, busqué el inicio en lo mu-sical, y al sentirme apabullado al no saber por dónde comenzar mi exploración, conversando con mi papá supe de un guitarrista por él admi-rado llamado Bola Sete, a quien posteriormente busqué en YouTube permitiéndome así contem-plar algunas de sus breves obras magistrales, como Bettina, canción sin voz pero fundamen-talmente expresiva. Su sonido, alegremente melancólico, entintó varios de mis días y me educó en la olvidada práctica de la apreciación, la cual consistió en dejarme guiar por el sonido dulce de la guitarra, durante su permanencia, directo al eje sentimental de aquello impreciso que me evocaba. Animado por este encuentro decidí seguir por esta corriente mate, tropical y romántica.

Por Agustín Pereyra Lucena conocí O astronau-ta. Su versión, a diferencia de la original, va sin letra y la estructura está regida por animosos cambios rítmicos. Además, al no ser este intér-prete natural de Brasil, me sentí especialmente admirado y conmovido porque la elegancia y sabrosa holgura que este argentino expone en su obra, da muestra de una apropiación íntima

del bossa nova, del jazz brasilero y de la samba.

Baden Powell es el autor de esta canción de amor inocente, en cuyos versos se evidencia el suave, suavísimo, romanticismo tanto musical como poético al que supongo se refieren aquel-las amigas quienes aseguran no haber vuelto a amar luego de haber sido amadas por un aman-te brasilero, al que caracterizan por no des-gastarse en vanos elogios sino por darles a con-ocer la más alegre y tranquila versión de ellas mismas. Esta letra, sus imágenes, su sencillez y concisión, generó en mí un interés mayor por lo cantado que por el sonido en sí. Ya mi búsqueda no estaba orientada solamente en lo musical en tanto ritmos, armonías y timbres, sino además en torno a lo escrito, a esa melodía de las pal-abras, a la sonora delicadeza del portugués. A manera de ejemplo de poeta músico, de hilador de frases, podría presentar a Martinho Da Vila, y entre todas sus canciones, quizá por fuerza de la costumbre de haberla oído antes versada por Willie Colón, destaco Disritmia como aquella querida que muchas veces repetí y detallé, como degustándola, como con ganas de algún día pod-er alcanzar un nivel de escritura tan impecable y apasionado.

En este tipo de Brasil, de pandeiros, cavaquin-hos, pitos y cuicas, me quedé varios meses has-ta que me sentí más o menos capacitado para notar tendencias un tanto alternas, como las manifestadas por Seu Jorge o Tony Ferreira. Aun así, no sé cómo, ni durante cuál sesión de navegación virtual de indeterminada duración, supe que a Kurt Cobain le encantaba una banda brasilera de los años sesentas llamada Os Mu-tantes, los cuales encarnan ese mestizaje entre distorsión y sabor, ese rock n’ roll experimental de flautas, órganos y voces jóvenes que canta-ban acerca de sus coloridas y lisérgicas aventu-ras en medio de la ciudad industrializada. En efecto, sus composiciones eran tan sencillas y armoniosas que mi búsqueda de una identidad personal por medio de la mezcla con la cultura brasilera, se vio inevitablemente encausada ha-cia lo lírico y lo poético, mermando la curiosi-dad musical.

Reanimado y renovado retorné al libro Cuentos Brasileños del Siglo XIX y sin poder precisar

e·f

16

Page 17: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

una razón satisfactoria, a lo largo de esta segun-da lectura, me sentí más cercano a la narrati-va y más plácido también. De todos los autores de los cuentos allí compilados, Coelho Neto fue quien más me llamó la atención, además de por su obra, por la polémica para mí inentendible que se cierne sobre la figura suya hasta el punto de haber sido sometido al ostracismo en los cír-culos literarios e intelectuales de su época.

De él, en mencionado título, se publicó un breve relato, de solamente tres páginas, llamado Nos-talgia de la Ola, fragmento que hace parte de su libro Fruto Prohibido, y que demarca en su ar-gumento mucho de lo que de modo chapucero quise manifestar con este texto. Coelho Neto, en señalado cuento, crea un diálogo entre los per-sonajes y enseña con sus palabras el origen de la constante e imperecedera saudade. Supongo que de allí deviene el título aunque se nota que el traductor encargado vivió la angustia que pro-duce encontrarse con los límites de un idioma, y que padecemos los hispanohablantes cuando intentamos conceptualizar o significar el térmi-no “saudade”; incluso en Wikipedia se refieren a este vocablo como uno empleado en portugués y en el gallego, y que es de difícil incorporación al castellano. En esta ocasión, en busca de una aproximación, la sugerida por Manuel de Melo la percibo como la más interesante, además de ser una de las más poéticas: “Saudade es ese bien que se padece y ese mal que se disfruta”. Este concepto, en el cuento en mención, es ilus-trado mediante el rumor del océano presente en una concha y que representa la nostalgia de la ola, similar al sereno arrullo de la primera boca besada que guarda el corazón que amó. Es la pa-sión en sí del amante y la conciencia de la vida que se vive, que se deja pasar, y también la vida que regresa como la ola a la costa. En este relato incluso se habla de cómo en Fin-landia las personas, ante la enfermedad o el ago-bio, buscan al poeta en vez de acudir al médico o al sacerdote, puesto que consienten que aquel sabrá hablarles milagrosamente hasta el punto de curarlos, pues es sabido que un verso puede contener el alma, y el alma es todo.

Esta visión la considero transversal y usual en muchas manifestaciones artísticas brasileras. En este caso, desde Coelho Neto hasta Bola Sete,

noto en sus creaciones un tinte especial, am-biguo en tanto ni es bueno ni malo, ni triste ni alegre, y una clara manifestación del lenguaje que dificulta trazar la silueta de los sentires.

Personalmente, una obra generada bajo el amparo de la saudade me es magnética porque me libera al menos parcialmente de la afortuna-da autoridad que ejerce en mí el castellano. Así, valiéndome del colombiano hábito de decorar lo tenido por colombiano, de expandir mi person-alidad a diferencia de la historia del territorio de nuestra patria, advertí cuán frágiles y tam-bién cuán fuertes nos hace la lengua con la que nos acostumbramos a descubrir y a nombrar la Creación. Igual, aunque los mapas políticos sean desesperadamente enfáticos, pude notar cuan difusas son las fronteras, cómo las car-acterísticas de una cultura parecieran viajar y mezclarse con el viento, y cómo jamás podre-mos conocer sin antes haber extrañado lo de-sconocido, presintiéndolo.

e·f

17

Page 18: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

Agradecemos a todos nuestros participantes y esperamos que esta publicación siga creciendo cada día más.

Ver Brasil a traves de Colombia.e·f

18

Page 19: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1

2013

vol º1

Page 20: Ver Brasil a través de Colombia Vol.1