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    Venezuela 2014: el ao duroTedulo Lpez Melndez

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    NDICEPraefatio

    Enero

    Segunda semana . La sustitucin de las litesTercera semana . El desafo del pragmatismo con ideasCuarta semana . La accin de la paciencia

    FebreroPrimera semana. Ese difcil espacio llamado tiempoSegunda semana. La repblica de los espejos deformantesTercera semana . El pantano de las arenas movedizaCuarta Semana . La Paz Sinica

    MarzoPrimera semana . La revolucin de las premisasSegunda semana . La clase poltica y la lucha de clasesTercera semana . La guerra de los barriosCuarta semana . El espejismo de una noche de AltamiraQuinta semana . Fuenteovejuna, seorSexta semana . Crucigrama

    AbrilPrimera semana . El reinado de la confusinSegunda semana . Los huecos del laberintoTercera semana . Marcos Prez Jimnez, presidente constitucionalCuarta semana . Los puntos suspensivos

    Mayo

    Primera semana. El agotamiento hacia la ausenciaSegunda semana. El cubo de RubikTercera semana. La Constituyente que no reformaCuarta semana . Relato sobre un pas en pedazos

    JunioPrimera semana . El pas entrampadoSegunda semana . El pas bajo citacinTercera semana . El potro y el destiempoCuarta semana . Crisis con gambetas

    JulioPrimera semana . La pobre economaSegunda semana . La fractura mltipleTercera semana . Divorcio a la venezolanaCuarta semana . La era de las falsificacionesQuinta semana . Convergencia hacia el centro

    Agosto

    Primera semana . La lmpara de Digenes

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    Segunda semana . Los calorones de agostoTercera semana . El pas desalmadoCuarta semana . Lo biomtrico como polibiologa Quinta semana . El desgrane y la criba

    Septiembre

    Primera semana . Narciso el subsidiadoSegunda semana . La tecno-utopa polticaTercera semana. Defensa socialCuarta semana . Fiebre

    Octubre

    Primera semana . Los desvaros de octubre

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    Praefatio

    Desde el 2013 tuvimos la intuicin el 2014 sera un ao clave en la historia venezolana. Decidimos pensarlo semana a semana, pero con un destinatario ignoto: un joven historiador que quizs medio siglo

    despus descubriese en mi texto una fuente para entender este oscuro perodo.

    No hay aqu pretensiones historicistas, aunque admitamos, cuando se tiene el propsito mencionado,se escribe sobre lo que se vive, el diario acontecer, como una especie de espejo contemporneo.

    Tampoco sabemos qu cosa es el futuro que atribuimos al verdadero historiador que habr deocuparse, si es que se ocupa. Es simplemente algo relativo y realengo que debe andar en un despus, si

    el depsito 2.0 donde este texto ir a parar alguna vez le hace un guio.

    La nica plegaria es la plegaria para la sordera, dej escrito Tsvietieva. As deber entenderse, msan que no estamos haciendo narrativa histrica, aclaratoria para que el joven historiador del futurono aplique que escribir, lo que para l ser el pasado, es un ejercicio narrativo y no una concrecin

    realista apenas teida de filosofa poltica.

    Los llamados hacedores de letras solemos formular preguntas y soltar inventivas contrarias a lasbeateras. La literatura es una historia de respuesta humana a lo moribundo.

    Los escritores no slo transmitimos sino que tambin creamos contramitos. No ha faltado quien afirmeque todo lo hacemos desde un comportamiento compulsivo. Seguramente es as porque nos preside el

    rigor. En buena medida no me falta la intencin de vencer al joven historiador ignoto. Esperemos lintente lo mismo. Ya para ese momento mi mudez ser olvido, lo que le concede ventaja.

    Tedulo Lpez Melndez

    En los estertores del 2014

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    Enero

    Segunda semanaLa sustitucin de las lites

    El pas est descompuesto. El asesinato que nos aflige slo encuentra parangn en ladeclaraciones que ocasiona. El hecho en s y las reacciones ante l nos muestran a un padescompuesto. El pas est descompuesto y no se trata slo de la evidente ruptura del pacsocial que una Constitucin invocada por todos los sectores no remedia porque se convirti ms que en un librillo a mostrar en pblico.

    El pas est descompuesto por el relajo de todas las normas, desde la ms elemental dconvivencia social hasta las esenciales de una accin que merezca el calificativo de poltic

    desde un inters mnimo que indique la superacin del egosmo que nos agobia hasta una accigubernamental de eficacia o de una accin opositora que demuestre que tan difcil y complejo gobernar como hacer oposicin.

    El pas est descompuesto porque sus lites dirigentes, en todos los rdenes estn agotadasno desaprovechan ocasin para demostrarlo. Podra argumentarse sobre la mediocridad evidende los polticos, pero ello lleva de inmediato a considerar los dirigentes en todas las reas de vida nacional, desde la Iglesia hasta los gremios o las universidades.

    El pas est descompuesto por una razn que no logramos dilucidar: o se qued sin inteligenco la que existe slo la usa para refocilarse en el tedio. Sin una respuesta de la inteligencia seimposible reconstruir a este pas, pero la inteligencia o se march con la joven generacin que fue o el pas no le interesa mientras conserve su pequeo feudo personal al margen posible intemperies.

    Hay que cambiar a las lites dirigentes, no sin olvidar al momento de decirlo que no se puedhacer sin trauma. Al preguntarse si hay con quien sustituirlas se puede entrar en el territorio deduda, en un pas con especial desprecio por las ideas y con muy malas costumbres de pasividaa no ser la del uso de las redes sociales para la realizacin de intiles terapias de grupo.

    El pas est descompuesto. Es posible recomponerlo, pero para ello se requiere sobre todvoluntad, y lo que se encuentra es una poblacin encerrada en la pequeez del da a da, en llantn y en el reclamo dirigido a todos y a todo, cuando debera entender que debera dirigirlo

    s misma.El pas est descompuesto. La transformacin del pas no pasa por retrocesos o restauracione

    Pasa por el futuro, uno que imaginado pueda permitirnos cambiar el presente porque el presense cambia desde el futuro y porque existen las realidades para ser sustituidas por otras realidad

    El pas est descompuesto. No hay dirigentes. El cuerpo social los produce desde su seno y esest descompuesto, amn de no entender de su necesario empoderamiento de ciudadana determinacin y de la necesidad de horizontalizar las decisiones.

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    El pas est descompuesto. Hay que recomponerlo y no hablamos de esfuerzos moraleHablamos de una eficaz accin poltica.

    El encuentro en palacio no fue ms que una movida de piezas sobre el tablero del ajedrez. Unencontr la manera de retractarse de su desconocimiento del presidente y otro una frmula padiluir el impacto, aunque tuviese que admitir que hay gobiernos de otros signos y que situacin escapa a sus fracasados planes de seguridad, entre otras razones por la exclusin competencias y por los esfuerzos constantes de minimizarlos.

    El pas requiere una sustitucin de las lites. Encontramos federaciones de profesionales colos mismos directivos de mucho tiempo atrs o partidos polticos donde no se realizan eleccioninternas o voceros que ya nos hartan con sus reapariciones sobre algn hecho puntual en procude reposicionarse. El pas est anquilosado. El pas est dirigido, en todos los rdenes, por lo q

    podramos denominar la misma gente. El gobierno mismo, a pe sar de las incorporacionesrealizadas por Maduro, sigue en los puntos claves con los mismos determinando los puntlgidos de la economa y el petrleo como si de una herencia irrenunciable se tratase.

    El pas est descompuesto y anquilosado. Los mismosopinadores influyendo a la mismacatarsis colectiva, las mismas lneas editoriales, los mismos entrevistados. Este pas se hconvertido en una mismidad. Este pas requiere un sacudn traumtico, una transicin de lamismidad hacia el pensamiento ac tivo con consecuencias organizadas y caminos de futurotrazados.

    Este pas no se mueve por el anquilosamiento de sus figurones pblicos. Este pas vive en ucharco porque sus voceros son ms de lo mismo. El cuerpo social asiste plcido a lamismidad.

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    Tercera semana

    El desafo del pragmatismo con ideas

    El pas gira sobre un planteamiento ideolgico trasnochado que implica el abandono de tod pragmatismo. No se informa sobre cifras o sobre logros o sobre lo hecho o lo que quedaplazado. Se le habla de una ideologa que, como tal, debera contener en su seno todas larespuestas o, al menos, sustentar una va donde lo indito se ira resolviendo en base a imaginacin improvisada.

    La ideologa es un bloque cerrado del cual es imposible apartarse porque, an en las dudas, magia interna dar las respuestas, es lo que se nos dice. Contrariamente a la realidad d pensamiento, a las exigencias del siglo XXI, a la apertura mental que exige el tiempo presente, nos pone, en las narices de un pas en crisis, una ideologa supuestamente omnmoda, una qrecurre a citas de una ortodoxia pasmosa matizada con los relmpagos mentales del militar que

    trajo a colacin.Mientras el mundo se mueve sobre los cadveres de las ideologas, en Venezuela el cadver d

    una ideologa se convierte en el anuncio fundamental que se le hace al pas. Los corsideolgicos cayeron y sus restos desmenuzados por la accin implacable de la naturaleza no sms que detritus, viejos textos clsicos de los cuales nutrir la historia del pensamiento o viej principios conceptuales tiles apenas para derivar un pensamiento absolutamente distinto soblos viejos temas de lo humano y de lo social.

    Nadie habla de dejar de pensar. Una cosa es pensar y otra mantenerse aferrado a una evidenfalsa ideologizacin. La falsa ideologizacin impide atacar los problemas puntuales, entre lcuales cabe anotar la indispensable armonizacin de los factores sociales en procura del bicomn. Ms que nunca se requiere pensar. Ms que nunca se requiere tener meridianamenclaro un proyecto de pas y he aqu que nos encontramos con uno de los dramas fundamentaldel presente venezolano: quienes estn en el poder mastican ideologa y quienes se le oponcarecen de ideas sobre el futuro, limitndose apenas a un proyecto de restauracin de lotrminos clsicos de la obsoleta democracia representativa.

    Ideologizar en la segunda dcada del siglo XXI equivale a un proceso de corrosin deverdadero sentido del pensamiento, a uno tan grave como encerrarse en el pragmatismo de uaccin poltica que slo mira a la obtencin del poder. Si se unen ambos, ideologizacin paconservar el poder, no veremos otra cosa que un neototalitarismo caracterizado por unvergonzosa incapacidad de resolver las necesidades fundamentales de la poblacin.

    El pensamiento no procura el establecimiento de fronteras rgidas, una especie de altamurallas dentro de las cuales se encierra una verdad incontrastable. El pensamiento es aperturmotivacin al desafo, procura de hacer ciudadanos en el sentido de vigilancia sobre el poderde facultad crecida de decisin sobre los caminos comunes a tomar. Las ideas son para evitar cada en una accin poltica determinada por la banalidad, por la inmersin oscura en uncotidianeidad oprobiosa, en un desgarramiento cotidiano sobre lo intrascendente.

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    Pragmatismo es hacer en su momento lo que conviene a los intereses colectivos, no e propsito determinado de recurrir a las habituales triquiuelas para obtener el poder o paconservarlo. Y ese pragmatismo se ejerce dentro de un corpus abierto de ideas absolutamenclaras del pas que se desea. El requerimiento de los tiempos es, pues, la de un pragmatismo coideas, no la del encierro en las manos de restauradores de viejos cuadros deteriorados. Si

    quiere invertir los trminos, la ecuacin lo soporta perfectamente: ideas con pragmatismo.Es imposible gobernar hoy desde el encierro ideolgico como es imposible para quiene

    pretendan constituirse en alternativa hacer oposicin sin ideas. Siempre vencer el que presenel tinglado ideolgico. En este cuadro de inmovilidad el poder seguir siendo poder y poblacin inerme se debatir a diario sobre las banalidades, en una incapacidad de alzarse sobel juego macabro de los aparentes polos opuestos que conjuntamente, uno desde su fatdiideologizacin y el otro desde un reclamo de restauracin, construyen a diario gruesas murallque impidan la salvacin de las ideas que sitian.

    Lo hemos vivido a plenitud hace pocos das. El discurso del presidente en funciones NicolMaduro no fue ni memoria ni cuenta. No fue ms que un compendio ideolgico, uno que da

    una patada en el trasero al pragmatismo requerido y que, en consecuencia, no puede conducirnada ms que a un fracaso de la accin de gobierno. Una vez ms reclamamos y replanteamocomo nica posibilidad de superar el presente, una alternativa basada sobre un pragmatismo cideas o, si se quiere, de ideas con pragmatismo.

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    Cuarta semana

    La accin de la paciencia

    Pedir paciencia a los venezolanos puede resultar una de las empresas ms temerarias, dado qargumentan han pasado 15 aos y ante la voracidad que se come la calidad de vida, y ante desorientacin general, todava claman por acciones que no ven materializarse. Manejamos trmino paciencia tal como lo entiende la tradicin filosfica, esto es, como constancia valerosa

    La paciencia ha sido considerada siempre una virtud, pero acompaada siempre de la sombdel conformismo, lo que hace probable que los pueblos no logren ver el exacto momenhistrico de un salto cualitativo, de uno que no tenga nada que ver con el vaco.

    Es difcil entender el tiempo de paciencia como uno de reflexin y de cultivo, de organizaciy de produccin de ideas, de visualizacin del futuro. Ms an lo es percibir que desde definicin del futuro se est incidiendo de manera determinante en el cambio del presente. Tenel camino delineado es la nica posibilidad de saber a dnde ir cuando llegue el instante que l procesos sociopolticos suelen ofrecer.

    Ese instante no llueve como man, es tambin producto de la paciencia creadora y del estadmental de alerta, del cultivo de la verdad y de la superacin de las falsificaciones, entre las cualmuchas veces se coloca una simulada pacificacin como simple estratagema tctica de reduccide las resistencias.

    La impotencia, denominador comn de quienes no ven salida y, sin embargo, estn conscientdel agravamiento progresivo que asfixia, slo puede superarse mediante el crecimiento constande un personalismo social que avance en la construccin de un cuerpo comn que los impotenno visualizan como condicin esencial.

    Jams un cambio histrico se ha dado para restaurar y los ejemplos que podamos conseguslo indican inestabilidad, provisionalidad e ilusin momentnea que ser seguida de otrsacudn. Los saltos nunca deben olvidar el estadio anterior, uno que debe ser entendido asimilado libre de fango y distorsiones. Los pueblos tambin exigen, aunque no se den cuencon precisin y el nimo de salir de lo que quieren salir valga en su psiquis aparentemente mque la oferta sustitutiva, el ofrecimiento emocionante, el desafo que permita la conformacin la voluntad colectiva.

    Hay razones objetivas que determinan el instante, como puede serlo una gran crisis econmi-ejemplos a granel hay-, pero las verdaderas causas del instante vienen de una decisin colectivdel previo engranaje de un corpus claro de lo que se quiere y que deber sustituir a lo que no quiere. Podramos definirlo como la creacin de una conciencia, lo que tambin podram plantear como una paciencia creativa, una que logre evitar con inteligencia la peligrosa sombde la resignacin. Paciencia no es error repetido, no lo es incurrir en estrategias equivocadas o omisiones vergonzosas o en entendimientos por debajo de la mesa. La paciencia es acci

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    penetrante y acertada. La verdadera paciencia es una accin que no ceja un instante de constrlo sustitutivo y de preparar para su final lo que hay que sustituir.

    La mentira en la que se vive, y que a ratos conduce o a la exigencia de acciones descabellado a la entrega en brazos de la abulia, debe ser sustituida por la creacin del mecanismo alterno

    por la conviccin del poder colectivo consciente. El instante, producido por las condicionobjetivas pero creado en lo profundo de la psiquis, permitir la transformacin del sentido sumisin en uno de creacin sustitutiva. Es as como la paciencia deja de ser defecto u omisi para convertirse en el punto nodal del gran salto cualitativo en procura de la justicia social, nuevas formas de protagonismo no excluyente, de nuevas formas democrticas adaptadas futuro y no al pasado, de lo que he llamado un pragmatismo pleno de ideas sobre unorganizacin social en que un nuevo concepto de poder y de ejercicio poltico tome las rienddel propio destino.

    La realidad se alimenta de apariencias. La falsificacin es su nutriente preferido. Laexistencia del mismo hecho de conocer y de tener la imagen es condicin indispensable para

    que algo se convierta en real. El punto clave es la sustitucin de la apariencia, lo que no puedlograr los pueblos que nadan en ella. Vivimos en un presente donde se ha hecho de la apariencel cambiante de cada da . La paciencia creativa conseguir el instante de luz, a la manera enque lo hemos definido, cuando pase la escoba sobre las apariencias y se haga sustitucin. Creode Susan Sontag esta frase:Las ideas conceden permiso

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    Febrero

    Primera semana

    Ese difcil espacio llamado tiempo

    A quienes nos ocupamos de la cosa pblica, de la que deberamos ocuparnos todos, siempnos llegan las observaciones sobre el arribo supuesto del tiempo de, bien para referirse a la posibilidad de una explosin social o para justificar las acciones que algunos aspirantes dirigentes alardean para su esfuerzo de posicionarse.

    El concepto de tiempo nunca ha sido cosa fcil. Desde Aristteles el hombre gira sobre l y este mundo de hoy es objeto de estudio sociolgico. Muchos lo miran como diferenciacin encambio y continuidad. Para muchos otros, hay que ir a buscarlo en la capacidad creativa, en lformas de los comportamientos sociales y hasta en las formas de la comunicacin. El manejo dtiempo tiene relacin directa con el poder, dado que va coaligado con la evolucin en locriterios sociales. Cambio y duracin estn en las causas de la incertidumbre colectiva. FernaBraudel (L a histor ia y las cienci as social es ) agrega que existen mltiples tiempos sociales loque da lugar a una dialctica de duraciones. Norbert Lechner (L as sombras del maana ) hablade una especie de enfermedad llamada presentismo que contrarresta la infinitud del deseo.

    La resolucin a la que todos aspiramos puede estar condicionada por la causa que origin ltrastornos, pero lo que nunca podremos saber con exactitud es el tiempo necesario parsuperarlos. Lo que s podemos asegurar es lo que hemos repetido, y seguimos repitiendo, esto que hay que construir el futuro y pensar desde l. Hay que producir ideas sustitutivas, sin dud pero tambin hay que tener conciencia de un mnimo de continuidad.

    La sociologa hoy nos habla de la necesidad de una permanente disposicin al cambio y de ureflexin continuada, elementos ausentes de la realidad venezolana. Es ello lo que determina momento exacto de la oportunidad.

    Si bien la mirada contempornea es fragmentaria, se cree en la realidad como lmite, lo quconduce a la negacin de las complejidades infinitas de lo real. De all a perder el mpetu dcambio slo hay un paso, la espera se hace especulacin de el tiempo de y los anteojos desuela y/o las grngolas oscurecen la posibilidad de ver elementos ms all del fango de lcotidiano. As, el observador es quien construye la realidad y si no sabe observar la realidad, y modifica con su mirada, las aristas de lo visible se hacen insuperables.

    La retraccin de la palabra, dijo George Steiner, al hablar de la derrota del humanismo.Quizs pudisemos emplear la expresin para estos tiempos venezolanos donde una especie locura colectiva ha producido la desnaturalizacin del lenguaje y donde se recurre a lincoherencia, a la inestabilidad emocional y al otorgamiento de crdito a cualquier especulacisin sentido.

    El tiempo de puede ser, claro que puede serlo, objeto de seguimiento y anlisis. Desde lossntomas que se asoman se puede establecer un abanico de posibilidades y hasta de eso qu

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    comnmente se llamaimprevistos. Algo que hemos aprendido del pasado es la volubilidad delos acontecimientos, siempre dispuestos a salirse de los cauces previstos, y la intemperancia las ideas, proclives a ser desviadas hacia lo contrario de lo que pretenden demostrar. El arribo determinados momentos de cambio pueden olfatearse y de all la precisin de un liderazgo qacta en consecuencia. Todo ello es cierto, pero la accin constante es la que determina s

    aparicin, no el azar. An as, podemos recordar el asertosegn el cual las revoluciones no sehacen, ocurren.

    Las formas de comunicacin han sido elevadas inclusive, en la sociologa del presente y en referente al concepto de tiempo, a proporciones que podran parecernos exageradas. tomsemos esta va de anlisis la conclusin sobre el destino venezolano apuntara a u

    pesimismo extremo, dado que encontramos en la red -digitalizacin slo perturbacionesemocionales con ausencia obvia de coherencia. Si recurrimos a los comportamientos social podr emos observar slo movimientos de praxis poltica circunstanciales que los determinan yque pueden focalizarse como condenados a efmera permanencia.

    Slo con nuevos criterios sociales provocados por el entendimiento de las complejidadeinfinitas delo real los pueblos encuentran el punto de el tiempo de. Hay que suplantar ladivagacin absurda y el ejercicio banal de la poltica y de lo poltico y plantearle a este pas construccin de el tiempo de. Este ltimo, an sabiendo lo que queremos e n l y despus de l,suele ser de una peligrosa indefinicin. Podrn colegir lo que podra ser si slo se plantea comel simple acto de salir de un rgimen. Como bien lo dijo Hanna Arendt, no son las causas las qdeterminan los acontecimientos, son los acontecimientos los que buscan sus causas.

    Segunda semana

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    La repblica de los espejos deformantes

    La filosofa se ha preguntado desde siempre donde se construye la cultura poltica de un cuersocial, apuntando, entre varias, a la experiencia cotidiana de la gente, a lo que le toca vivir, eses, a los micromundos de los valores.

    La poltica no es as uniforme, pues se deriva de una prctica constante en diferentes contextolo que da lugar a variedad de normas no por obligacin compartidas. La poltica es precisamenlo que podramos denominar el lugar de reunin para tratar los asuntos de inters comn, lo qimplica un respeto por la pluralidad.

    En trminos contemporneos, la discriminacin significa prejuicio, intolerancia, ceguera anlas virtudes de lo que no es idntico a s mismo. Nos hemos habituado a actuar por medio dconcepto del enemigo. Hay una tendencia a ordenar los fenmenos polticos por sus efectoinmediatos, como en el caso de la propuesta de una Constituyente que en verdad slo tendra pobjetivo ordenar el fin del perodo actual de gobierno antes que redactar una nueva Constituci

    Las inmensas dificultades de convocar a tal asamblea son obvios, pero an as hay un pecaoriginal en la propuesta, una que ignora que el incumplimiento del texto vigente no es culpa ese texto y que va a otro problema de fondo: que no es posible aqu que esa violacin por parde alguno de los poderes constituidos sea subsanada por los magistrados de la jurisdicciordinaria. La Constitucin puede contener mecanismos de resolucin tales como referendosabrogaciones, pero el camino real de una crisis del poder estatal suele llevrsela consigo.

    Esa constante apelacin al artculo 350, uno que podra estar o no estar en el texto actual, dadque el principio bsico sigue vigente an sin l, pues se trata de un principio de Derech Natural, indica el olvido de una situacin mucho ms grave: hemos llegado a tal punto dviolaciones que puede alegarse la ruptura del contrato social bsico, la prctica inexistencia

    un ordenamiento que conjugue la convergencia de todos los ciudadanos en un acuerdo general convivencia. Apelar a un artculo de la Constitucin evaporada para resolver la crisis ha llegada convertirse en una paradoja. Los sucesos de ruptura del poder establecido generalmente viende un acuerdo de partes de la sociedad que se manifiestan de manera abrupta y sin orientarse pcaminos preestablecidos.

    Las revoluciones son un corte violento en procura del establecimiento nuevo, pero el presente rgimen venezolano no se encuentra ya a gusto en lo que estableci, lase Constitucidel 99. En verdad si alguien podramos denominar como el mayor interesado en convocar a uConstituyente, en procura de un nuevo establecimiento, es al rgimen, mientras la paradoja nconduce a una oposicin apelando al texto vigente como nico instrumento para tratar de eviel siguiente salto del poder hacia un nuevo establecido que le permita conservar todos los visosde un orden jurdico respetado.

    En este cuarto de espejos deformantes en que se ha convertido la poltica venezolana - dnunos se ven ms gordos o ms delgados conforme al elegido para mirarse- la poltica se haincognoscible y no ms que un mero sealamiento burln -lo que no evita su sentido trgicdnde las reacciones hormonales se confunden con severas tomas de posicin. An as, paradoja apunta a que quienes son conservadores hacen lo posible por conservar mientr parecen radicales dispuestos a tumbar a un gobierno y quienes se alegan revolucionarios

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    ahogan en falsas contradicciones sobre debilidad o radicalismo en su siguiente paso, no ms qconfusin propia del pecado de la ideologizacin exacerbada.

    Una de las manifestaciones ms obvias de los espejos deformantes fue convertir en ley llamado Plan de la Patria. No en tremos en supuestas violaciones constitucionales, pues si sigueel hilo de mi argumentacin ello ya sera literalmente irrelevante. Implica, ms bien, unautosatisfaccin ertica, la fijacin de un espejo. La otra ruptura, la que vivimos estos das, de verbo encendido y disfraz de rebelin, algo as como la danza de los espejos que se intercambia

    Termin el viejo uso de los espejos como reflejo fiel de la imagen de quien se le pone delantLo mataron los espejos deformantes de un circoasociolgico . En esta repblica es mejor preguntarle a quien tenemos al lado cmo nos ve. Esto equivale a mirar la cultura poltica, micromundo de los valores, a la experiencia cotidiana de la gente que la hace cuerpo sociaTambin se le llama poltica.

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    Tercera semana

    El pantano de las arenas movedizas

    Una de las tareas de este instrumento llamado columna de opinin uno que no cambia lahistoria- es contrarrestar las devociones reinantes. Una repeticin de lo reinante para solazarcon la imagen fragmentaria rompe con el propsito de las respuestas.

    El escritor en ella tiende a combatir la realidad como fraccionamiento. La hace no parconvertirse en un transmisor de mitos, pues su tarea es precisamente la de generar contramitoEl escritor no es un cmplice, es un instrumento para mostrar que, por encima de lo que ocursiempre est ocurriendo algo ms.

    Si lo que hemos vivido esta semana es un hecho insurreccional, -al fin y al cabo plantear que busca la salida lo es, pues se entiende como la salida del gobierno en funciones-, ha mostradoque sin duda alguna es el inmenso malestar de una buena parte del cuerpo social, uno cuydeterminacin como mayoritario o minoritario es simplemente una tarea banal, dado quabocarse a ella indica de inmediato que la otra parte, mayoritaria o minoritaria, es otra parte coapoyo slido. Si en trminos electorales se habla presumiendo, claro est, limpieza- un votodecide. En la fsica no electoral no, son mitades donde la disquisici n mayora-minora carecede todo sentido.

    Es imposible provocar la cada de un rgimen que goza de un buen porcentaje de popularidade respaldo social, independientemente de esa cruzada por alegar es minoritario. Uno dira que primera tarea es hacerlo impopular, mediante la determinacin de las causas por las cualconserva ese respaldo y trabajar en consecuencia.

    Hay variadas razones por las cuales un gobierno no se cae en estos tiempos tecnolgicos. Unla inexistencia de una integracin digital consciente, ms bien con una diluida en la informaciespeculativa (frente a la desaparicin de los medios tradicionales lo virtual es el nicoterritorio posible); otra, la inexistencia de una presin militar que apunte al cambio y, finalmentla incomprensin de la magnitud de una tarea que lleva a especular con Ucrania y a ignorar precio humano a pagar.

    Un mnimo de objetividad en el anlisis conllevara a determinar los sectores involucrados las protestas recientes y a la verificacin de si se produjo o no la incorporacin de nuevofundamentalmente de los ms pobres o, si por el contrario, la participacin estuvo una vez menmarcada en los sectores altos y medios, lo que no encuentra una explicacin de fondo en lestudiantes siempre una entremezcla de clases sociales.

    Una rpida constatacin indica que los sectores populares siguen teniendo un manto d proteccin, ciertamente disminuido, pero existente, lo suficiente para mantener hacia el gobierun respaldo que, como voy a repetir, hace imposible el objetivo apresurado.

    Hay factores de percepcin comunicacional a tomar en cuenta. Las ltimas y obsesivacadenas radioelctricas muestran a un presidente y a un rgimen patticos centrados en la

    prosecucin de una guerra econmica que pretende inculcar en la pobla cin la idea de unosdemonios escondiendo azcar o harina como nica causa de la grave situacin inflacionaria,

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    desabastecimiento, de devaluacin y de escasez que nos aflige. No hay una contraofensivracional para demostrar que la causa verdadera proviene de una ideologizacin ortodoxa

    perversa que cree necesario este trance se produzca para el arribo al socialismo.

    Los acontecimientos muestran un predominio del radicalismo. Los llamados colectivosactan de la manera original para la que fueron creados, ejerciendo violencia, disparandsirviendo de paramilitarismo sin tapujos. La MUD ha perdido todo control sobre linstitucionalizacin de la masa opositora. Estamos en un punto de caos que se traduce enmuerte. El rgimen recurre a forzar la autocensura, a convertir, mediante manipulacin,

    protesta en un ataque fascista, a ignorar el alzamiento en su seno de los sectores radicales, acriminalizar el legtimo derecho a la protesta y llega a ordenar la detencin de una visible figu pblica oposicionista. Del otro lado, quienes dieron el paso estn montados en un potro cerrela detencin del movimiento los har efmeros, su continuacin un propsito sin victoria, factusiempre a pagar.

    El rosario de delitos de los que se acusa a Leopoldo Lpez no es ms que otro hecho palpable de lo que he sealado como Constitucin evaporada. Antes vimos los hechos de

    Margarita y Tchira: el Ministerio Pblico pide y el juez de turno complace. La situacines de inexistencia total de una norma bsica que amalgame. Si alguna definicin cabe a esterritorio llamado Venezuela es la de un inmenso pantano repleto de arenas movedizas.

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    Cuarta semana

    La Pax Sinica

    Hay un hilo conductor, uno con nudos que llamaremos hitos de esta historia. Narrar la histor

    mientras acontece parece tarea de esos valientes a quienes llaman corresponsales de guerrCuando la guerra ha pasado suele prevalecer la visin del vencedor. A veces se asiste atestimonio para dejar al futuro elementos disponibles para un anlisis pstumo.

    Necios hay por todas partes, seguramente exclam Tucdides para permitir Herodotrefrendara. La proclamacin constante de que el rgimen era una dictadura es un caso a mostraAutoritario, violador constante del Estado de Derecho, desintegrador de los trminos clsicos la separacin de poderes, permita resquicios, celebraba elecciones las cuales analizar ahora esejercicio vano dada su habilidad para envolver a los adversarios, ponrselas en el ordeconveniente, cambiar circuitos electorales y usar abusivamente de los recursos del Estado- lanzaba petardos contra medios impresos y radioelctricos. Llegamos a hablar de dictadura del

    siglo XXI, d e una adecuada a los tiempos que ya no necesitaba de llenar estadios de prisionerode recurrir a la tortura o de practicar una sistemtica violacin de los derechos humanos.

    Los tiempos corren, los acontecimientos acontecen y suelen poner fecha y hora. Siempre hun proceso detrs. Desde los apresurados que luchan entre s para limpiar adversarios del camial poder, desde la inmadurez y desde la impaciencia, desde la torpeza y desde el equvoco, peesos episodios han sido narrados antes, en otros de estos textos que llamamos columnas dopinin. Podra argumentarse que la enumeracin anterior slo ha acelerado lo inevitable, que conclusin hubiese sido la misma y que siempre es mejor sincerar antes de arrastrarConcedemos a tales argumentos el beneficio de inventario, para utilizar una expresin jurdica estos tiempos de la fuerza.

    Lo cierto es lo cierto, obviando en este texto lo ya dicho. El 19 de febrero de 2014 la represialcanz su clmax, el amontonamiento se hizo barricada a toda legalidad, el desbordamiento t patente y la furia desatada tan incontrolable, la acumulacin de los hechos anteriores tan patticque nuevamente un siglo escap de vuelta atrs, el uso de expresiones con pretensin ddefinicin sociolgica novedosa un ejercicio entre escamoteo a la responsabilidad y/u omisinla verdad. Huele a dictadura, se comporta como una dictadura, reprime como dictaduraencarcela como una dictadura, tortura como dictadura. Es una dictadura.

    An conservar resquicios, an intentar las apariencias, an girar sobre la obsolescencias unos adversarios apagados, an alegar existe un Parlamento donde irn los domesticados porPax Romana a ejercer el derecho concedido por el imperio de conservar sus dirigentes y en esenado bajo la bota del Csar reproducirn en carne propia las ms claras definiciones dadas por Marco Aurelio en Pensamientos o, quizs mejor, las invectivas de Epcteto. Losgobernadores de olvidadas provincias alabarn la Pax Augusta y dirn quienes luchan en lfronteras como los germanos y los partos son pueblos inconcebibles.

    Recordaba estos das las conversas de los viejos luchadores sobre el primer deber de ucombatiente, no caer preso, y sobre el segundo, si caes piensa las 24 horas en la fuga. Nad

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    puede sobrevaluarse hasta el extremo de creer el punto de inflexin su entrega. Mientras Auguimpona la suya, China dominaba el Asia Oriental. Eran los tiempos de las dinastas, de otras qnada tienen que ver con las de hoy, con las del Partido Comunista Chino, aunque mucho

    piensen el siglo XXI ver de llegar de nuevo la Pax Sinica que no significa otra cosa que pazchina. Entre Pax y Pax floreci el comercio entre los grandes imperios de la poca y lo que

    suponemos exista entonces, forzando o sin forzar la terminologa, una izquierda caviar, celebentre banquetes la genialidad de los conductores. En los tiempos presentes de Amrica Latinaizquierda es una bazofia y la derecha un escondrijo, pero dejemos, por ahora, en paz, disquisicin sobre la necesidad de insurgir con conceptos de este siglo, dado que el pueblo ntermina de empoderarse y slo es vctima.

    Mientras, uno piensa en atrasos conceptuales, en como el ejrcito es el nico que a lo largo la historia ha puesto bajo control a la Guardia Nacional, en el derrumbe de los valores al v bandas armadas haciendo de las suyas ante los ojos impertrritos de quienes deberan reducirlen el castigo histrico de que cada comienzo de siglo en este pantano de arenas movedizas nica palabra invocable es decadencia tal como lo hizo Jos Rafael Pocaterra y que como l es

    menester escribir un Canto a Valencia, slo que ahora habra que titularlo Gnesis paraincluir en el primer libro del Antiguo Testamento a todos los cados, pero tambin la seguridade que el hombre venezolano ser insuflado de vida.

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    Marzo

    Primera semana

    La revolucin de las premisas

    Los estudiantes suelen ser la vanguardia, el catalizador de los procesos polticos qugeneralmente son llamados revolucionarios, pero ellos jams han tenido el poder, en ningun parte del mundo, de concluir en la implementacin de un salto hacia adelante. Quizs la vieexpresin estudiantes no tumban gobierno sirva para ilustrar que se requiere el subsiguienteacompaamiento de las multitudes unas en accin no en mostracin - para que la revueltatrascienda lo espordico o se convierta en no ms que un efmero sacrificio donde la voluntad los jvenes paga un alto precio.

    La situacin venezolana conlleva ms que todo a pensar en grupos de estudiantes organizadms que la aparicin de un gran movimiento estudiantil, porque si l existiese uno de sus pasclaros hubiese sido convertir la universidad y exceder las peticiones tradicionales de libertad palos que fueron cayendo en las garras de los organismos represivos. Ha brotado, no obstante,hay que admitirlo, una vanguardia estudiantil que ha tenido el efecto de politizacin creciente dcuerpo social, an insuficiente para provocar transformaciones.

    Uno de los ltimos gestos del rgimen dictatorial venezolano ha sido la del apelo a locampesinos, a un intento de ruralizar la situacin conflictiva visto que las protestas sonurbanas. Los rurales son presentados como los nuevos agentes productivos, no sabemos si conla intencin oculta de tratar de convertirlos en una especie de nuevo frente de defensa drgimen paralelamente a los llamados colectivos, unos que ya aparentemente desecharoncualquier control sobre ellos. En cualquier caso, el intento ruralizador no es de pertenencexclusiva del siglo XIX, pues los podemos encontrar hasta en algunos casos de Europa Centr

    ante la inminencia de la cada del poder comunista.La situacin del rgimen parece la de convivencia de micro-poderes dictatoriales, dado que

    se requiere de informacin privilegiada para saber donde cada uno de ellos tiene su parcela influencia, o donde la mezcla de intereses sirve de cemento a las obvias discrepancias. Ltentacin de lanzarse sobre el otro an no ha aparecido, pues an prevalece la necesidad ddefensa de lo que es el valor superior, lase el poder, aunque en los acontecimientos del diar podamos encontrar acciones de ejercicio en solitario por parte de las facciones por ahounificadas en la defensa del nico inters comn.

    Las Fuerzas Armadas, por lo que les corresponde, an no han tenido el desafo mayor, esto esometer a inventario los pro y los contra, contabilizar los costos y beneficios y dejan a uno de scomponentes ejercer, en comandita con los civiles armados, la represin que an les parecacomodada a parmetros admisibles, aunque a nosotros, la poblacin civil, la brutalidad ddisparar perdigones en la cara o insistir contra un muchacho cado nos parezcan flagranteviolaciones a los derechos humanos. Y digo a nosotros, porque muy pocos en el mundo han ims all de pedir dilogo recitando una especie de catecismo que tienen guardado para cuanquieren manifestarse sin que sus manifestaciones tengan efecto alguno. La gran decisin milillega cuando el desbordamiento y la inestabilidad son tales que deben decidir entre la matanzlase genocidio, o una especie de neutralidad sin que ella implique dejar de estar atentos a

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    toma directa del poder. Ahora lo ejercen por persona interpuesta pero los generales, porqueellos nos referimos, siempre deben cuidarse de los cuadros medios, dado que suelen ser ellos l protagonistas a la hora de las decisiones verdaderamente con efectos tangibles. Por lo dems, udivisin de las Fuerzas Armadas es siempre el ingrediente determinante de una guerra civil.

    La cada de una dictadura no trae paz y tranquilidad. Es simplemente una premisa para l posibilidad de cambios sustanciales. Una revolucin poltica no es una revolucin social, pulas primeras suelen tener como nico objetivo la cada de un rgimen, lo que hace dificultos prever la segunda, dado que la cada de todo gobierno por medios revolucionarios abre la espitlas luchas por el poder entre las distintas facciones y a una consecuente inestabilidad con buen probabilidades de ser tan violenta con el hecho concreto que la permiti.

    La hipocresa internacional no tiene nada que ver con acciones honestas de defensa de democracia, de los derechos humanos o del afecto por un pueblo sometido a vejaciones. Veamcmo hemos asistido en los ltimos das a la reiterada prctica de expulsar funcionariodiplomticos o consulares norteamericanos, lo que produce decisin similar desde Washingto

    para que el inefable canciller venezolano hable de retaliacin en su siempre desconocimientode los trminos apropiados. Sin embargo, la posterior declaracin del Secretario de Estado Kerreiterando la voluntad de su pas para proceder a la normalizacin de relaciones y lamentandtengan ya demasiado tiempo deterioradas es la muestra ms fehaciente de la duplicidad, puesimplican que en sus clculos no est la cada inmediata del rgimen venezolano y, econsecuencia, debe arreglarse con l. Por cierto, y de paso, un desmentido a la supuesinjerencia gringa en las ltimas acciones protagonizadas por el duramente golpeado puebvenezolano.

    Las premisas suelen tambin ser revolucionarias. Como la economa.

    Segunda semana

    La clase poltica y la lucha de clases

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    Los ltimos acontecimientos nos han mostrado a la clase poltica y hablar de clase poltica recordar al socilogo italiano Gaetano Mosca pues fue l quien us por vez primera tal trmien la dcada de los 40. No nos detengamos en profundidad en la teora de Moscafundamentalmente escrita para desvirtuar la tesis marxista de lucha de clases ni menos en lobjeciones de los gramscianos, pero s quedarnos un poco en su tesis de cmo esa clase

    reproduce.Pertenecer a la clase poltica es monopol izar el poder y gozar de las ventajas consecuentes.

    En Venezuela existe una lucha de clases, de clases polticas, una oficialista y otra oposicionistaque centran su batalla en la conservacin u obtencin del poder. Los hambrientos que lo ejercno se sacian y el hambre de quienes lo aspiran llega ya a niveles de hambruna, a pesar de que primera procura mantenerla con sobras.

    Vemos as, mientras hay ms presos, mientras contabilizamos heridos y las cruces recuerdanlos muertos, como se afirma que la protesta debe dirigirse a obtener lo que bien podra llamaruna mejor calidad de dilogo, esto es, una negociacin que implique la monopolizacin del

    poder sobre la masa oposicionista y el disfrute de las ventajas consecuentes. En esta lucha declases, donde se omite por conveniencia toda actividad por respeto a la otra parte, se olvidainclusive que la presencia de mandatarios extranjeros en un pas en conflicto es un simple apoa la parte que domina el poder del Estado, lo cual es una injerencia inaceptable.

    Es menester, entonces, superar esta lucha de clases. Si la gente est descontenta debercomenzar por formar en su seno una minora que comience a actuar como agente de ldeposicin de las clases polticas y se ofrezca como se entiende el liderazgo hoy, no como unnueva clase, sino como vanguardia alimentadora de un empoderamiento ciudadano.

    Las clases polticas en Venezuela no han evolucionado. La oficialista es una rancia de logi

    militar y la oposicionista una que sigue dependiendo de antiguallas partidistas erosionadasdnde se sigue viviendo del financiamiento de los dlares y de los bolvares y donde, porobvias razones, los mejores puestos son conquistados por quienes tengan ms dlares bolvares. As se sigue reproduciendo, dira Mosca.

    El pas venezolano, an turbio en cuanto a concepcin poltica, comienza apenas a plantearla patada en el trasero a las clases polticas que protagonizan la lucha de clases polticas. Emenester, para que esa nueva fuerza dislocadora nazca la aparicin de fuentes que logren desajuste de las dominantes. Por lo que nos toca slo podemos hacerlo en el campo de las ideaen la propuesta del conocimiento, aunque se produzcan en el seno del oficialismo, para pnicdel flamante Ministro de la Desudecacin, ascensos sociales que lo hacen temer cambien d parecer. Quizs la conjuncin de elementos sea la que pueda producir los dislocamientos de unclases polticas gobernantes, porque las dos de la lucha de clases poltica venezolana sogobernantes, dado que la oposicionista conserva lo que logra en las elecciones repetidas dednde emana su supervivencia.

    Por supuesto que de las clases polticas viene la reaccin contra toda posibilidad de sedesplazadas. No les importan ni los fracasos que convierten a un pas en inviable ni los fracasde un cuerpo social que lucha desesperado, no por colocarlos a ellos en el poder, sin

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    reconquistar lo que llaman genricamente la libertad. Es ms, la situacin ha llegado a t al punto que los oposicionistas saben que una cada de la clase poltica a la que se opone seraabsolutamente peligrosa para ellos, pues podran emerger quienes no los llamaran a la nuevconfiguracin del poder. As, la comodidad de la lucha de clases hay que mantenerla evitandoque el cuerpo social los disloque con el parto de nuevos dirigentes. Olvidan que la histor

    muestra la cada de las clases polticas cuando ya han dado muestras suficientes de no podseguir ejerciendo la cualidad que las llev al poder, lase Chvez en la oficialista, lasdemocracia en la oposicionista. Todo lo que pasa, lleno de fracasos, avances y retrocesos, hasido intervenido, condicionado, negociado por los actores que quieren hacerse siempre en lavida poltica.

    Tercera semana

    La guerra civil de los barrios

    Ms all de los sectores sociales involucrados o no en la batalla que se libra en Venezuela nica expresin utilizable para describirla es la de rebelin poltica. Excede de largo a unsituacin puntual o a una protesta pasajera. La recurrencia por parte del rgimen al ejercicio una violencia indiscriminada, con el uso incluido de bandas paramilitares, lo coloc, ya s

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    ambages, bajo el rtulo de dictadura, una que, en aras de las apariencias, todava permiresquicios a la libre expresin. Por su parte, quienes estn involucrados en la rebelin contra elmuestran todos los signos de una imposibilidad de regreso, superando a la dirigencia tradicion presta a embarcar se en un dilogo de imprevisibles consecuencias y de tonalidades ms queoscuras.

    Sobre esto de resquicios a la libertad de expresin hay que colocar de inmediato lo sucedidocon el diario Tal Cual, donde por vez primera en la historia del periodi smo se hace responsablea la directiva de un medio por la opinin de un columnista, como si debiesen producirse sesuddeliberaciones cada vez que llega un artculo. En este caso concreto, por una cita hecha por columnista Carlos Genatios, se ha extremado hasta el punto de emitir medidas cautelares quincluyen prohibicin de salida del pas a Teodoro Petkoff y a sus compaeros directivos, amde al columnista, ms presentacin semanal para que los reos no huyan. Tal prctica, aberrantedesde una descripcin jurdica, mucho me temo proseguir dado que la Defensora del Puebamenaza al diario El Nacional con acusacin penal parecida por sus enrevesadas declaracionessobre la tortura.

    El aumento constante de la represin establece una posibilidad de anlisis que no se pueddespachar con simples frases como las habituales de un gobierno desesperado que intenta no cao la excesivamente banal y falsa de derrotar un intento de golpe de Estado. El da 12 el diarioEl Universal publica una nota brillante, concisa, espeluznante- donde se narran los sucesos dela noche anterior en la plaza Altamira y en el barrio de Chacao. La periodista que la redactseguramente no tena conciencia de estar describiendo un momento clave de esta historia, -n poda tenerla- pero lo hizo. A m me traslad de inmediato a Beirut y a varios episodioocurridos en las revueltas rabes que fueron calificados por la prensa y los analistas como laguerra de los barrios.

    En Venezuela no hay una guerra civil, lo que vivimos es una represin que, en algunos caso

    puntuales, trae a la mente los Convenios de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario y por ende el concepto jurdico de perfidia. Lo que tambin lleva a considerar de nuevo lasrevueltas rabes y un planteamiento que prevaleci en la mente de quienes afrontaban rebelion polticas, la de que la nica posibilidad era convertir el conflicto en guerra civil pues de ningumanera poda perderse dado el poder de fuego del que disponan, lo que en pases como Libia result cierto por la nica razn de la intervencin militar extranjera.

    En la otra parte, con evidente decisin de no retroceder, podra estar incubndose la recurrenca la guerrilla urbana, paradjicamente como lo hicieron en su momento de los 60 parte de los qhoy ocupan el poder. Es tal el poder represivo del rgimen que podra empujar a una defensa quexceda a la construccin de mscaras antigases artesanales o escudos de cartn o barricadhechas con lo que est a mano, defensa inclusive proveniente de los barrios que son atacados cdisparos a casas y edificios o con la quema de sus vehculos. La historia suele llenarse dvericuetos.

    Un vericueto es, por ejemplo, la demostracin de China pulverizando la falsa idea de qucapitalismo y democracia eran como la ua y la carne. Quizs esta referencia extrapolada mvenga por la aplicacin misma del concepto de rebelin poltica, dado que no hay oferta defuturo y que las rebeliones, triunfantes o no, son algo as como los pjaros y otros animales q

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    trasladan semillas o esparcen para que nuevos movimientos histricos aprendan la leccin de qlos cambios de gobierno no aparejan necesariamente un cambio histrico.

    An no aparecen los signos de este ltimo. Mi recuerdo va hasta las mujeres parisinas dmercado de La Halle en los tiempos de la revolucin francesa. Deber ser la falta de pan la qudetermine el curso de los acontecimientos y, por ende, la actitud a tomar por los diversos sectorde los militares venezolanos.

    Cuarta semana

    El espejismo de una noche de Altamira

    Es obvio que estoy usando para titularEl sueo de una noche de verano de Shakespeare, por la sencilla razn de haber sido lo que me asalt automticamente con lo sucedido en la Plade Francia la noche del 17 de marzo.

    Es paradjico, pero no tanto, que se vaya hasta el maestro ingls para escudriar en un procede psicologa social del siglo XXI. De aquellos tiempos en que uno decida leer completo

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    penetracin singular sobre la fauna humana, desde el que crea en la bsqueda de la liberthasta el que solo buscaba compaa. Quizs la plaza no deba llamarse Francia. Debe serecordada como Altamira, la de Gallegos.

    Quinta semana

    Fuenteovejuna, seor

    En 1612 un escritor llamado Lope de Vega comenz a escribir lo que podramos llamar cumplimiento del deber de un intelectual, si la palabra ya hubiese sido inventada por losantidreyfusistas para ofender a personajes como mile Zola o Anatole France. La palabra, sembargo, dej de ser peyorativa y en muchos casos se usa como sinnimo deintelligentsia. Perono marchemos hacia lo lateral: lo cierto es que Lope de Vega daba una leccin de valent personal entremezclada con un poltico ejercicio de pedagoga.Se trataba de un puebloejerciendo la justicia, lo que aquel escritor relataba frente a un poder omnmodo desbocado yun deseo lascivo del Comendador.

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    Vemos desde una Sala Constitucional impartiendo sentencias penales, contra su propi jurisprudencia, hasta el mantenimiento de una ofensiva contra alcaldes que no amontonarontiempo barricadas, mientras el supuesto rgano judicial las colocaba entre s mismo y el derech

    Fuenteovejuna, Seor .

    Vemos destituidos a la mxima expresin del poder local para que irrumpa el Consej Nacional Electoral convocando elecciones de inmediato, mientras la justicia, entre susantecedentes, guarda alcaldes procesados por corrupcin sin que el paso de los meses para ellhaya sido obstculo a meter en una prisin militar en menos de un da al alcalde de San Diegoque el de San Cristobal haya sido sacado de una habitacin de hotel alegando una supuesdecisin y llevado, en su condicin de civil, tambin hasta la prisin militar. Fuenteovejuna,Seor.

    Esa vieja mayora de las antiguas islas que por el Caribe subsisten se ejerce siempre a favor las ddivas, de la subsistencia precaria, que desde el Grupo de los 3 (Venezuela, ColombiMxico) asista a sus necesidades energticas y que por voluntad hegemnica de Chvez fu

    disuelto para ser suplantado con un chorro que impone condiciones y que pasa factura a la hode silenciar voces y de sumar votos, cuando en un rgano multinacional se debera otorgcantidad de votos por poblacin. Fuenteovejuna, Seor.

    Qu la izquierda latinoamericana ande trasnochada podra ser objeto de arquelogos, aunquederecha no deje tampoco de mostrar su xido y los sentimientos a la hora de las cuadratur procuren conservar inversiones, negocios, suministros, alianzas comerciales. Fuenteovejuna,Seor.

    Mientras se proyecta un film sobre Mandela en la hacienda Altamira de Gallegos, el novelistcomo para evocar larga penuria tras las rejas, las fuerzas del Comendador no cesan en s

    presencia para continuar lo que he definido como una guerra de barrio a la manera de Beirut yen las cabezas de los estudiantes siguen cayendo gases, y algo ms, tal vez en procura de uaturdimiento que no llega. Fuenteovejuna, Seor.

    En los tiempos de Lope de Vega luego de las preguntas de rigor del juez llegan los reyes restablecen el orden reconociendo el justo proceder del pueblo de Fuenteovejuna y el final fese asoma en una condena a la lascivia del Comendador por Laurencia y en exaltacin decristiano amor de Frondoso.

    Los tiempos de Lope de Vega eran los tiempos de Lope de Vega. Ahora estamos en el siglXXI y el pueblo de Fuenteovejuna no debe andar para nada matando Comendadores, puesto qel ejercicio de la venganza es condenable y nada se resuelve por esa va, pero la imagen d pueblo de Fuenteovejuna sigue all porque Lope de Vega se hizo inmortal y porque su texinvoca la reivindicacin superior de un pueblo ante la injusticia. Hoy el Comendador puedllamarse dictadura, represin, ahogamiento de la justicia. Son estos los Comendadores de Venezuela de hoy, una donde no llegarn reyes a imponer justicia como en Fuenteovejuna y seel pueblo el que produzca la misma respuesta ante la misma pregunta.Quin es Fuenteovejuna?Todo el pueblo, a una.

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    Sexta semana

    Crucigrama

    Me parece haberlo visto entre las ruinas de Pompeya, vecino a las figuras petrificadas por lava del volcn iracundo, en alguna calle desolada apenas incidida por algn turista errabundS, me parece haberlo visto entre los restos de comida solidificada e inclusive vecino a la fundiestatua de una pareja que haca el amor. Era un crucigrama, que gracias a una gua espontnea

    voluntariosa supe se llamabacuadrado sator, uno que, sin embargo, no indicaba nada deconcesin de poder por traspuesto, nada de la designacin de una hermana como ministra paaliviar la pesada carga de alcalde olvidado entre los indeseables a los que no se les pued permitir salir de la pobreza pues pueden derivar en oposicin.

    Un simple pasatiempo, una plantilla para cruzar palabras verticales y horizontales, uno para cual, no obstante, se requiere habilidad y conocimiento del lenguaje. Tal como un scrabble sobre

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    un tablero de 15 x 15 casillas donde gana el que acumule ms puntos. Algo as como capturtres generales en uno de los pases que casi alcanza ms trisoleados que el ejrcitonorteamericano o jugar sudoku para romperse la cabeza con una lgica inexistente ingresanlos nmeros del 1 al 9 como pueden ingresarse conspiraciones e intentos de magnicidio, tratande no repetirse, aunque cada da se juegue a fecha en que una memorable hazaa fue cometida

    por el desaparecido sin que hubiese ocurrido la sorpresiva erupcin y un escndalo de corrupci perturbase los baos del imperio.

    No hay palabras a cruzar en esta Pompeya recalentada por protestas, a no ser por los quluchan denodadamente por recobrar protagonismo y marchan bajo la erupcin con un pliego peticiones que recuerdan a Gustavo Cisneros como gran figura en la autopista frente a multitud, acompaado de Miss Venezuela de traje tpico y de brazos de Osmel Sousa, mientraen el balcn se vea al Secretario General de la OEA junto a Roy Chaderton matando las horasa un denodado Centro Carter vigilando que el papel se firmara no se conviertese en algrealizable como un crucigrama. Los tiempos son otros: nuestras mujeres bellas caen muertas o les ve iracundas en un desafo que no tiene nada de sudoku.

    La diplomacia carcomida gusta de empezar los crucigramas con la palabra dilogo y procurar derivaciones. La palabra en cuestin permite degenerar la palabra a nivel de un pimpina desde la cual Poncio Pilatos verti el agua en una ponchera. Es cmoda la palabrespecialmente si ya ha sido utilizada como argucia por el rgimen al cual se llega con entraabsimpata. Siempre hay gente dispuesta a jugar al crucigrama. Lo est, porque siempre ha jugadorealizar el crucigrama y el sudoku termina en 9, slo que representando el final de la segundcada del siglo.

    El derecho se hace palabreja y la conjuncin vertical, de arriba hacia abajo, como una dagrasga cualquier posibilidad de idioma, porque en el arriba del hemiciclo slo hay orden dsilencio, de gritos sobre fascistas y, por ende, se levanta la inmunidad parlamentaria a gusto, avoluntad, a decisin unipersonal del co-dictador. Uno recuerda nadie se entrega a una dictaduruno recuerda lo que dijeron los perseguidos del ayer sobre el deber de mantenerse libre o imponerse el pensamiento, 24 horas sobre 24, de tratar de fugarse. Uno recuerda dnde perseguido o la perseguida puede rendir mayor utilidad, por ejemplo viajando, sin pedir an asilo, hablando all y acull.

    No hay crucigrama repetido. Las palabras con acento venezolano que cruzan el mundo so

    otras. La mirada del mundo, por encima de la diplomacia ramplona, habla de un deteriorirreversible, como tampoco es la misma dentro, dnde se nota una cada vertiginosa en el apoy popular que espera tarjetas de racionamiento, precios inimaginables de los productos bsicoscansancio de llevar silla y sombrilla a la espera del acto normal de comprar comida. En las colno se hacen crucigramas, ms bien se cocina la ira.

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    El precio ha sido alto, altsimo, an con letras de cambio por pagar, pero este pas, donde unclase dirigente agotada hace crucigramas, las palabras que surgen son para indicar el peor de ltemores: una clase dirigente nueva se asoma no a jugar.

    Abril

    Primera semana

    El reinado de la confusin

    Desde el inicio de una huelga de hambre hasta una proclama absurda que fijaba el primero dabril como da de un paro nacional. Las muestras han sido de una direccin confusa o, quizs,de la ausencia de una direccin. Uno puede perdonar errores de lenguaje, pero no en unsituacin tan grave. De all, una dirigente estudiantil tuiteando no puede haber dilogo sin, loque contradice su posicin de no ir a tal dilogo, pues es evidente que al condicionarlo lo acepHablando de lenguaje bien sera quitar la B a la GN o a la PN, pues bolivariana en tal represino lo parece, lo que suele no ser entendido y que no es ms que poner de manifiesto el valor dlos smbolos. O cuando uno, recordando viejos sistemas de resistencia, apela a un Da sin nadieen la calle, para encontrarse con la respuesta de que eso hara feliz a Maduro; debe ser queentienden que uno se refiere a un da sin manifestantes. Lo dicho: la destruccin del lenguaje uno de los daos fundamentales.

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    La falta de memoria es proverbial o se trata de brotes anarcoides. En el ltimo paro nacionalexistan una CTV y una Fedecmaras fuertes, ms una slida presencia en PDVSA y sabemos sus resultados. Proclaman alegremente que el primero de abril es el da de paro nacionalmientras millones de personas siguen su vida rutinaria. No saben de lo que hablan. O vemos qumientras en la plaza pblica se proclama la muerte de la repblica, se anuncia como prxim

    accin recurrir con solicitud de amparo ante el TSJ de las interpretaciones complacientes y de l barricadas que lo separan del Derecho.

    Uno puede explicarse, ms no justificar, semejantes gazapos, mientras la represin es brutalcaen muertos, heridos y presos. Si algo se requiere es un replanteo tctico mediante la asuncide variantes que no automticamente suministran inteligencia y coherencia. Las maniobras, lacomodos, la espera del momento de la normalidad para ir a negociar, corren a la par de loserrores.

    Podramos atemperar esta observacin recurriendo al ABC de la estrategia y de la tctica, nsin el presentimiento de que las letras ABC forman parte del lenguaje y que, en consecuenci

    tambin las letras ABC presentan xido y casi no se le pueden colocar vocales intermediasintentar un mnimo de sujeto, verbo y predicado.

    No obstante, digmoslo, que la estrategia implica planificacin y coordinacin apuntando a ufin predeterminado y que la tctica es el mtodo o forma usados para conseguir ese objetivo. Lestrategia se revisa y se ajusta, las tcticas se cambian. El movimiento que hemos visto requiede ambas vertientes. No hay variantes excluyentes. Bien pueden administrarse y alternarsExiste eso que llaman repliegue tctico y eso otro que llaman movimientos ficticios parconfundir. Las luchas se conducen exitosamente cuando no hay dudas razonables sobre lo quedireccin plantea, si es que tal direccin existe.

    Los logros alcanzados, repito que a un altsimo precio, estn a la vista: deterioro obvio drgimen en el escenario internacional y disminucin consistente y progresiva en su apoyinterno, cada de la mscara y asuncin plena del criterio de que nadie lo sacar por ninguna vsin que obtenga como respuesta una violencia desatada y sin escrpulos. Esos logros tienenombre y apellido, los de nuestros muertos. Esos logros no se echan por la ventana con torpeni con cansancio ni con abulia ni con meteduras de pata.

    Es la hora de los sealamientos. No estamos para mirar con imperturbable frialdad este cuadrEstamos para apelar a un sentido comn que parece escaso. Asumimos como deber llamar atencin y as lo hacemos sin que midamos los malentendidos o las incomprensiones, bagatelasla hora de la suerte de una nacin.

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    Segunda semana

    Los huecos del laberinto

    En 1957 Monseor Arias Blanco emite al pas una pastoral que sera leda en cada templo. Nhay un llamado a derrocar a la dictadura de Marcos Prez Jimnez. Lo que hay es una apelacia un cambio histrico que el ilustre prelado sustenta en la doctrina social de la Iglesia. Eran ltiempos de la migracin rural a las ciudades, de la mala distribucin de la riqueza y de unsituacin profundamente negativa para los trabajadores. Es as como aquella pastoral procura urespuesta que no se centra en un dilogo sino en una superacin definitiva de aquel presente. Eun pas naciente regido por un gobierno incapaz de entenderlo, desde sus formas dictatorialesdesde su inepcia conceptual.

    La Conferencia Episcopal Venezolana emiti un documento sobre este otro presente coseveras denuncias contra el rgimen, con la ilacin de lo que todos conocemos, con alguncrticas suaves a los sucesos de calle y con un llamado al dilogo enmarcado en una afirmacitajante que lo contradice: el totalitarismo est encarnado en el plan de la patria. Casi banalrecordar que ese plan es ley y constituye el corazn mismo del actual rgimen. En otras palabras, el dilogo sera sobre lo tangencial, aunque sea grave y doloroso, puesto que podremconsiderar que quienes gobiernan no estaran dispuestos a arrancarse ese rgano vital. Pencima de las palabras duras no hay planteamiento alguno hacia una transicin y menos hacia

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    cambio histrico como lo planteaba Arias Blanco. En otras palabras, para quienes compara1957 y 2014 desde el ngulo de la Iglesia, no hay nada en comn.

    En este cuadro uno recuerda la veterana y sapiencia de la diplomacia vaticana. Como tambidebe hacer mencin a UNASUR en sus esfuerzos de dilogo, puesto que es notorio que estos martculos de opinin irn a parar a un libro que escribo sobre este duro ao 2014 con el ni propsito de ayudar a entender a algn historiador ignoto que dentro de 50 aos merodee pestos tiempos tormentosos.

    La palabra dilogo tiene sus propias connotaciones y las reuniones sus propias reglas, talescomo establecer nmero de delegados de cada parte, nombres, lugar de reunin y agendContradictorio reunirse sin haber tenido la ms mnima injerencia en los sucesos que se discuty sin llamar a formar parte de la propia delegacin a quienes desde la crcel o desde la calle hsido sus protagonistas. No se hace porque se tiene una franquicia, que si bien es slo elector bien sirve para revivir desde la falta de protagonismo y sirve como bombona de oxgeno pamantener con vida aparente a la clase dirigente sin perspectiva.

    Sobre el presente seguramente habr demoras, esguinces y contradicciones. Mientras, el acorepresivo sobre una zona de Caracas por ms deseis horas es resuelto diciendo que seestablecen siete u ocho puntos de control para evitar violentos y se llama a la poblacin a nhacer caso de grupos minoritarios. Dije en Twitter que antes los alcaldes construan alcantarilly ahora las tapan y que antes los alcaldes agradecan a sus electores mientras ahora los llamagrupos minoritarios. Me he permitido recordar mi constante afirmacin de que las posibilidades de este pas pasan por defenestrar a la clase dirigente.

    En situaciones como la que vivimos el laberinto est lleno de huecos, no precisamente comrespiraderos, ms bien como efectos de una implacable polilla. Venezuela es un pas simemoria. Ya no recuerda en los sucesos de los aos pasados se nombr una Comisin de lVerdad que jams se instal y que hubiese impedido, por ejemplo, la prisin de Ivn SimonovYa nadie recuerda al nico firmante que se precin y que hoy preside CEDICE y que dentro d pocos das tendr una sesin en Caracas con la presencia de Mario Vargas Llosa. No podemespecular con que ahora alguien se haga la seal de la cruz sobre s, pues tal vez colegiraramque Paroln es santo y que Francisco ya hace milagros.

    Lo digo porque es difcil hablarle a un pas sin memoria. Este pas suele arrebatarse de ira pdos das cuando al tercero ya no recuerda la causa de su ira y los protagonistas de las engaifcomienzan a tejer las nuevas. No hay respuestas sobre las preguntas de fondo, porque el avensuele estar lleno de imprevistos. Baste recordar que hay que construir una nueva opcin para futuro desde el cual se cambia al presente, que debe procurarse un cambio histrico y que lrestauraciones no conducen sino a una revolucin repetida.

    Si ese desconocido historiador para el cual armo el expediente no logra entender seguramenla explicacin se encontrar en que naci en el exterior hijo de venezolanos que emigraromientras una clase dirigente viva de la alharaca y de los simulacros.

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    Tercera semana

    Marcos Prez Jimnez, presidente constitucional

    La mirada se dirige preferiblemente a los espectadores y no al espectculo. Haberles dichunos cuantos lugares comunes alimenta la catarsis. Como si de un debate electoral se hubietratado se apunta a la victoria, lo que, obviamente, no considera algn resultado. Como si de u

    primarias hubiese sido se toman preferencias por quien supuestamente estuvo mejor. El oste loque le dijo se enarbola entre risas nerviosas. Se exceden algunos al proclamar que fue elenfrentamiento entre civilizacin y barbarie, mientras otros establecen comovendetta conseguidahaber interrumpido al especialista en cortar micrfonos en el remedo de Parlamento quemaneja como pulpera de pueblo y, en consecuencia, haber hecho justicia a los diputados que nsaben si algn da podrn hablar como se debe. Algunos se transfieren al boxeo y hablan d primer round con la elegancia que suele acompaar al desparpajo superfluo.

    El pas se aplic a comentar durante el da el captulo anterior de la telenovela. Es su hbidesde que este subgnero irrumpi para quedarse. Se omiti el cartel que suele acompaar a toreality show , el que indica que no todo lo presentado se compagina con la realidad o que algunohechos fueron cambiados para proteger a los inocentes. En el imaginario colectivo la palabdilogo fue rpidamente cambiada por la palabra debate, cambio lingstico no siempreapreciado por los escasos de vocabulario.

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    An as, hay que mirar al debate. Aqu no hay elecciones, a no ser las convocadas previamen para sustituir a los alcaldes de San Cristbal y San Diego, presos polticos sobre los cuales llamado a votar indica seguirn presos, siendo la libertad una de las condiciones establecidas para retomar la rutina de un rgimen dictatorial que avanza y de una oposicin formal que desel tiempo pase para llegar a una nueva eleccin o a eso que llaman salida constitucional. El

    mundo celebra el inicio, dejando atrs todos los avances y eventuales pronunciamientos sobrerealidad del pas. En la calle se cometen torpezas, como una huelga de hambre. Uno vuelvinevitablemente a los espectadores para concluir que los indicadores apuntan a que se sientmuy bien representados en la clase poltica mostrada en pantalla, mientras otros noconsolidamos en la tesis de que las posibilidades del pas pasan por defenestrarla.

    En medio de la confusin uno llega a recordar que el extrao lenguaje del rgimen de ponerfemenino a toda palabra se aplica en un caso del Derecho Mercantil, donde bien se podra hablde protesta y de protesto, siendo este ltimo un documento para dejar constancia del no pago un efecto de comercio. Mientras, sigue desaparecida la periodista Nairoby Pinto, en nuestopinin un hecho de extrema gravedad.

    Me asalta la infancia. Recuerdo de pequen el jingle que sonaba incansable repitiendMarcos Prez Jimnez, presidente constitucional. La invocacin a la Constitucin es, desdecuando tengo memoria real porque la remota la tengo de esa costumbre que los venezolanos practican de leer historia, una accin recurrente de la poltica, hasta para permitir a uno de lMonagas exclamar que ese era un librito que serva para todo. Uno recuerda a la presenevaporada y algunos conceptos bsicos como las normas primarias que permiten una convivende un cuerpo social que sabe de la referencia a la hora de administrar los conflictos propiosnecesarios de la poltica.

    El pas persiste en un punto peligroso. La economa sigue all, con su carga de molestias dficits. Los estudiantes, sobre los cuales las cifras espantosas prueban que jams haban sido t

    golpeados contando desde que Coln avizor estas tierras, siguen all, con errores propios de juventud, pero incansables. La ratificacin explcita del rgimen sobre su encierro apunta a gotero medio tapado a la hora de soltar una concesin de libertad o una ligersima correccin drumbo. El conflicto est intacto. El pas no.

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    Cuarta Semana

    Los puntos suspensivos

    La opereta parece suspendida, inmovilizados los hilos de las marionetas, mientras la calle sigrecordando la vigencia de un conflicto.

    Apenas, en los recovecos del poder, se escucha sobre cumplimiento fiel de los lapsos padesignar al nuevo Tribunal Supremo de Justicia; tal apego a la norma nos hace olvidar desdecundo se le vencieron sus tiempos a esos magistrados suplantados por suplentes, aclaratoria esltima absolutamente necesaria pues hay que recordar que los suplentes suplantan.

    Interpelacin de John Kerry ante la Comisin de Poltica Exterior del Senado o los viento primaverales de la Roma Santa que mandan informaciones sobre el amor por las islas vecinaso las declaraciones de altos funcionarios a la RAI, son las fuentes para tratar de suplantar lo puntos suspensivos que tambin consiguen algn consuelo en las declaraciones de los cancillede UNASUR a la prensa espaola donde se transpira el deseo de incorporar a algn dirigenestudiantil a la mesadel dilogo aunque sea trado desde los hermosos claustros de ColumbiaUniversity.

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    Nada que la canciller Holgun anuncia su nuevo arribo a Caracas a engrandecer sus ojos anteque sus ojos ven o el imperturbable canciller Figueiredo se sienta cmodo ante la ausencia de enefasto asesor de poltica exterior que ha minimizado el profesionalismo de Itamaraty. No. Smantienen los puntos suspensivos. Nadie sabe si existen porque ya se acord todo o porque naes acordable. Lo nico que tenemos es la repeticin diaria de que Ley de Amnista no habr

    noticia que se cuela entre los barrotes de los presos como si fuesen los papelitos que los dGuasina, en tiempos perezjimenistas, se pasaban por los huecos abiertos en las paredes de srsticas celdas.

    Visto todo lo cual nos lleva a recordar el 2003, con el clebre acuerdo firmado, para el mabsoluto incumplimiento, por el gobierno y la Coordinadora Democrtica, cuando no tena patde mesa, ms eso que eufemsticamente se llama las fuerzas vivas de la nacin, dado que talesfuerzas entonces existan y hoy no. La calle era comandada por esa Coordinadora, mientras hla Mesa no comanda nada. Cualquier comparacin entre 2003 y 2014 nos muestra clara derivacin totalitaria avanzando implacable, pero tambin el desguace del formalismo oposito

    pasado de estampar en el famoso acuerdo incumplido el requerimiento de separacin de

    poderes hasta la realidad de hoy de pedir puestos en los poderes.Sobre la calle se va desde tiernos alegatos paternos convertidos en airada protesta literaria

    contra esos desfachatados que persisten en perturbar los encuentros familiares, hasta la repeticidel lugar comn buscan un muerto, como si la lista no fuese larga y no tuvieran otro repertorio bucalno asimilable a esas detestables expresiones como trapo rojo o pote de humo. O esaentraable afirmacin no saben por qu protestan, respondida por la inmensa labor de losfotgrafos que muestran los ojos de las ms bellas jvenes con mscara antigs o de lomuchachos a pecho descubierto.

    Hay puntos suspensivos. El fiel cumplimiento de los lapsos para el TSJ presagia el altruista propsito de superar el lapso rcord establecido por Kissinger y Le Duc Tho en Pars, lo qllev al negociador vietanamita a comprarse una casa en la ciudad-luz y el gobierno francgarantizaba la privacidad, terminado todo con la ocupacin de Saign por el ejrcito inspirad por Ho Chi Minh, ocupacin que todava hoy nos preguntamos si era conocida previamente pel zorruno Secretario de Estado norteamericano. Si lo quieren en jerga llanera pueden llamarnos quieren poner esta vaina como entierro e pobre.

    El enemigo es un sistema poltico bicfalo q solo puede ser enfrentado mediante un cambhistrico que sustituya los puntos suspensivos por claros puntos sobre la es. Las posibilidaddel pas pasan por una insurgencia de sustitucin de la clase dirigente. Aqu no se trata de resurreccin de la democracia (la representativa est muerta y no revive). Se trata de un parto historia: la liquidacin de un sistema y el nacimiento de una democracia del siglo XXI.

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    MayoPrimera Semana

    El agotamiento hacia la ausencia

    Los apagones suelen suceder por la falta de innovacin. Quien se mueve en lo social-poltitiene el deber de apelar constantemente a la inteligencia para encontrar planteamientonovedosos, de modificacin de los caminos. Las prcticas que muestran ausencia de resultadse dejan por otras.

    Podemos admitir la inexistencia de un pas alerta, con criterio suficiente para moverse cosagacidad en este cuadro absurdo de las maniobras cuasi infantiles y de la repeticin de lomensajes desgastados. An as, podran haberse instrumentado innovaciones, pero la falta de u

    voz con capacidad de remover los xidos se encuentra con un cuerpo social incapaz de removlos xidos.

    Uno puede admitir la inexperiencia, pero tambin constatar los odos sordos. Como sconstatan los lugares comunes que exigen aumento salarial o se arquean con las apelacionrepetitivas y repetidas. Agreguemos siempre la referencia a restituir y a rescatar sin queexista la percepcin de que el mensaje que puede calar en amplios sectores del pas pasa por otlenguaje, uno donde las palabras futuro o democracia de este siglo tengan preeminencia.

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    Lo que se constata es un pas sin la fuerza interna para sacudirse la camisa de fuerza y alzarcual Prometeo liberado. Lo que se percibe es un pas debilucho apenas con una fuerza dvanguardia retratada en esos muchachos de valor inmedible. El pas se solaza con la informacirepresiva y no con las posibilidades de modificaciones tcticas. El pas se detiene ms en ancdota que en su obligacin de corregir entuertos o en la circunstancia por encima del fondo

    en la minucia por encima de la conciencia de que el pas est derruido.En un Primero de Mayo ya no hay respuestas. Un movimiento sindical anquilosado que apen

    encuentra expresin en alguna empresa del Estado arruinada no indica nada, menos que nada relacin a una fuerza concomitante con una voluntad de salida. Los tradicionales aumentos yhan sido engullidos por la inflacin desbordada o los planteamientos de contratacin colectiva hacen sin que asome una apertura hacia los intereses de otros grupos sociales.

    La repeticin del mensaje oficialista poniendo parches en una economa en ruinas sin quasome la menor rectificacin de fondo y el desgaste obvio de los figurones pblicos hundidos un lenguaje de apariencias configuran un cuadro de agotamiento final que puede tener loescapes ms impensados, sin que ello excluya la resignacin de la ausencia. En cadena nacionfue anunciado que el Estado comprara toda la produccin nacional, estableciendo as umonopolio de Estado similar al de la Unin Sovitica y an en contraste con los tmidoanuncios cubanos de apertura, pasando literalmente desapercibido tal anuncio.

    La gente admite la necesidad de organizarse y algunos pequeos sectores lo hacen, pero son excepcin a la regla, dado que, si bien comprenden las severas amenazas que penden sobre to posibilidad de comunicacin, algo los inmoviliza en el refugio privado. Mientras, la inteligencnacional parece centrada en el egosmo, parcela que no le es excluyente, pero que en eladquiere dimensiones de suicidio.

    Los conceptos se vacan o se deforman. Se habla de reconquistar o rescatar la democraciaolvidando que ello implica volver atrs, a los tiempos de una representativa que se agot sobremisma y origin el presente y que el siglo exige nuevas formas de ejercicio poltico, amn dhacer de tal aserto una especie de advertencia a los sectores populares de que cambiar lo actuequivaldra a un regreso al pasado. Por lo dems, se apela a formas deformadas como esealamiento de antipoltica, uno manejado alegremente para sealar y devaluar cualquiercrtica a los cogollos dirigentes, unos que da a da muestran una degeneracin total de poltica como concepto y praxis. No es la antipoltica lo que aflora, lo que se seala es necesidad de reaparicin de la poltica.

    El pas se desgaja. Aparecen cadveres en los ros y en las avenidas. Lo dicho: no haconcentracin de energa que no busque su salida ni espacio abandonado que no busque sllenado. Es tal la anomia que ya lo ms lamentable sera el agotamiento hacia la ausencia.

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    Segunda semana

    El cubo de Rubik

    Ern Rubik invent el famoso cubo que llevara su nombre como una simple herramientescolar, como un instrumento para hacer entender a sus estudiantes de arquitectura los objettridimensionales, pero haba all un tema estructural representado en cmo mover las parteindependientemente sin que el mecanismo entero se derrumbara.

    La resolucin del rompecabezas pasa porque cada una de las seis caras vuelva a hacerse de usolo color. En este nuestro cada da hay fuego en alguna universidad, caen presos y heridos, lautoridades enumeran cuntos de los estudiantes han sido sacados de los campamentos parasumarse a la lista de detenidos, cada da sabemos de alguna violacin a los Derechos Humanosuna imagen de un joven en peligro nos conmueve.

    El cubo tiene extensiones internas ocultas. No sabemos si el dilogo es elstico o si serealiza. A veces escuchamos que una reunin desconocida ha sido aplazada y nos damos porenterados que las piezas centrales de todas las caras son cuadradas, pero que hay un ignoto

    mecanismo central para que todas las piezas quepan y giren alrededor.El cubo tiene tornillos y cada cabeza de tornillo un resorte. Ello hace que el conjunto s

    mantenga intacto, pero uno presiente que la escasez, la caresta, la falta de agua, los apagonesla sangre de los estudiantes aflojan los tornillos, aunque los operadores aprietan o aflojan pamodificar la tensin del cubo. Se pretende, como en las ltimas versiones del cubo, poneremaches en lugar de tornillos para que el cubo se haga definitivo, estable, pieza en bsqueda una suficiencia que podamos llamar coalicin.

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    El cubo tiene piezas aristas. Pareciera que desarmarlo slo requiere resolucin. Las piezacentrales con caras coloreadas y las diversas combinaciones, nos demuestran complejidadeaunque demostrado est que bastara quitar una pieza para dejarlo desarmado, para que deje ser cubo, para que pase a ser multiplicidad de piezas en busca de conjunto hacia la construccide una democracia de este siglo.

    El cubo est lleno de acciones juveniles y de silencios, de afirmacin juvenil de voluntad y polticos negando, como cuando se produce la afirmacin-negacin de mi partido no ir a lacoalicin o cuando se usa Twitter para negar en determinado sitio de la ciudad exista una protesta.

    Juegan con el cubo. Han convertido al pas en el cubo de Rubik. Lo han venido haciendo umecanismo-crucigrama sin palabras, slo de colores a acomodar, de caras a poner de un socolor, mientras el dictador del cubo amenaza con dejar sin asistencia consular a los cientos dmiles de compatriotas que viven en los Estados Unidos o describe fantasiosos planes econmicque llenan los estantes a falta de productos.

    Las manos estn sobre el cubo. Cada da mueven sus pequeos cuadrados y en cadmovimiento caen venezolanos aplastados por las paredes de los pequeos cuadrados. El padebe salirse del cubo. El desmontaje del cubo tiene vanguardia, lo que le falta es reconocimiena su condicin de vanguardia que no parece dispuesta a cometer los mismos errores de correrensartarse en los cuadrados para ser concejales o diputados.

    Las mentes no pueden ser cuadradas. No pueden permitir las manotas sigan acomodndol por colores, atornillados para que el conjunto desafe las leyes de la gravedad poltica permanezca como un cubo que flota en desafo de todas las leyes de la fsica.

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    Tercera semanaLa Constituyente que no reforma

    Al tiempo que se apela a la Constitucin, que se le cita con el anhelo de verla, que se menciocada da alguno de sus artculos con una invocacin que parece rezo, al mismo tiempo se plantla necesidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente para liquidarla, para reformar para modificarla o, simplemente, para manosearla.

    Si lo que se procurase fuese exterminar de sus pginas la concepcin de un socialismo del sigXXI es menester recordar que en ella no hay nada de eso. Si se buscase en ella las causas nuestro presente distorsionado y malvolo resultara anmala tal bsqueda visto que desdquienes se oponen al rgimen se exige cada da su fiel cumplimiento. Si el objetivo fuese sacde cuajo el Plan de la Patria, ya hecho ley, de m anera absurda y en violacin de todo lo que entrminos jurdicos puede considerarse tal, pues la accin sera vana dada que en ella no est.

    Si se procurase una reforma de estilo, un eliminar del psimo lenguaje que viola todo lconcebible del espaolcon su mana de creer que a la mujer se le honra con nios y niasdejando maltratada la lengua de Cervantes, pues entonces nos aprestaramos a otra frmu prevista en ella misma para modificarla o enmendarla. O tal vez si se anunciase unConstituyente con un proyecto concreto de modificaciones, nos atreveramos a sealar nreeleccin presidencial, eliminacin de los Consejos Legislativos de los estados y su sustituci por una Asamblea de Alcaldes y exterminio de un excesivo presidencialismo.

    Entendemos que una Constituyente se convoca con esos fines, pero aqu no. Aqu se plantcomo la salida constitucional, esto es, como la va para tumbar al gobierno sin mancharse lasmanos de eso que comnmente llaman golpe de Estado, como un quirrgico proceso conguantes de ltex donde los eminentes que no saben qu hacer para dar una respuesta a un paharto de tantos males que cada da lo acogotan, recurren a esa capa de proteccin supuestamen

    jurdica para decir a un pueblo harto que la salida es constitucional. En el mejor de los casos,

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    para llegar a la prxima eleccin donde los dueos de la unidad como chantaje llegaran alclmax.

    Lo que se quiere con la Constituyente es simplemente una disposicin transitoria que declaterminado el perodo de los rganos pblicos, incluido al presidente claro est, y que se convoa nuevas elecciones generales. Lo ven tan fcil. Las objeciones apenas parten del CNE o de votacin por mquinas. Algunos lo vemos de otra forma: el cese de la protesta para recogfirmas, el establecimiento de otra lista Tascn, la modificacin de circuitos, los impedimentoviolentos para que las firmas lleguen a su destino, la convocatoria, el acto de votacin y, psupuesto, de los resultados. Si lograsen vencer tales barricadas hay que mirar a este ltimo. Umayora dispuesta a redactar la famosa disposicin transitoria podra hacer quedar a JosTadeo Monagas como un nio de pecho sin que un Fermn Toro abriese la boca. Una mayoroficialista hara desaparecer la Repblica Bolivariana de Venezuela para que surgiese lRepblica Popular Socialista de Venezuela.

    Aqu no se trata ni siquiera de esa torpe mana que los juristas llaman constitucionalismo empeo en creer que todo se arregla cambiando el texto bsico. Ya bastantes constituciones htenido este pas. Aqu se trata de una maniobra burda, de un planteamiento para acabar protesta

    para encauzar por vas legtimas el ansia de salir del gobierno, de respuestas de una dirigencia poltica sin verbo, sin programa, sin ideas, sin estrategia, sin tctica, y sin talento.

    Aqu estamos en un combate poltico, no en una feria de baratijas o de magos que piderespondamos debajo de cul de las tres cartas tienen escondido el granito de caf. Aqu requiere Poder Instituyente, el ejercicio diario de la democracia que mella al totalitarismo, deliberacin diaria de una ciudadana comunicada que impone lneas y decisiones, una acci