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221 Valores Agustinianos En La Sociedad Venezolana: Una Respuesta Histórica Desde La Educación Por Jesús Cano Peláez Colegio San Agustín del Paraíso Agradezco la invitación a estas Primeras Jornadas de Educación en Valores, enfocadas hacia experiencias exitosas. Las siguientes notas no pretenden ser más que un esbozo en torno a la participación y presencia que los valores y personas agustinianas, especialmente desde el marco educativo, han tenido y continúan teniendo hoy, en la sociedad venezolana, la que, especialmente durante la segunda mitad del S. XX, ha construido una trayectoria bizarra particular. Se levantará un plano que consta de tres dibujos. Estos tres apartados o ejes, que cada uno de ustedes podrá completar, se titulan: venezolanidad, agustinidad e historicidad. Tres momentos de un encuentro en el que en realidad hay cuatro agentes involucrados: dos idiosincrasias: la venezolana y la agustiniana, unas circunstancias: la de una historia concreta: la Venezuela de la segunda mitad del S. XX; y siempre la gracia de Dios, que en todo vemos derramada. Agentes de una interacción que no dudamos en calificar de fructífera desde la llegada, en 1951, de los agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas a Venezuela. 1. Venezolanidad: ¿En qué consiste ser venezolano? ¿Qué es la venezolanidad? Pregunta desmesurada y riesgosa, pero atractiva e inevitable, sobre la que se ha intensificado la reflexión y escritura en las últimas dos décadas. La necesidad de hacernos esta pregunta es de método; pues se requiere ubicar la sociedad venezolana que encontraron los agustinos al llegar: contexto, ideales, valores, el reflejo que tenían de sí mismo. Con ella compartieron sueños, esfuerzo, fe y trabajo. Usamos para ello algunas teorías que han tratado de elaborar

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    Valores Agustinianos En La Sociedad Venezolana:

    Una Respuesta Histrica Desde La Educacin

    Por Jess Cano Pelez

    Colegio San Agustn del Paraso

    Agradezco la invitacin a estas Primeras Jornadas de Educacin en Valores,

    enfocadas hacia experiencias exitosas. Las siguientes notas no pretenden ser ms que un

    esbozo en torno a la participacin y presencia que los valores y personas agustinianas,

    especialmente desde el marco educativo, han tenido y continan teniendo hoy, en la

    sociedad venezolana, la que, especialmente durante la segunda mitad del S. XX, ha

    construido una trayectoria bizarra particular. Se levantar un plano que consta de tres

    dibujos. Estos tres apartados o ejes, que cada uno de ustedes podr completar, se titulan:

    venezolanidad, agustinidad e historicidad. Tres momentos de un encuentro en el que en

    realidad hay cuatro agentes involucrados: dos idiosincrasias: la venezolana y la agustiniana,

    unas circunstancias: la de una historia concreta: la Venezuela de la segunda mitad del S.

    XX; y siempre la gracia de Dios, que en todo vemos derramada. Agentes de una interaccin

    que no dudamos en calificar de fructfera desde la llegada, en 1951, de los agustinos de la

    Provincia del Santsimo Nombre de Jess de Filipinas a Venezuela.

    1. Venezolanidad:

    En qu consiste ser venezolano? Qu es la venezolanidad? Pregunta desmesurada

    y riesgosa, pero atractiva e inevitable, sobre la que se ha intensificado la reflexin y

    escritura en las ltimas dos dcadas. La necesidad de hacernos esta pregunta es de mtodo;

    pues se requiere ubicar la sociedad venezolana que encontraron los agustinos al llegar:

    contexto, ideales, valores, el reflejo que tenan de s mismo. Con ella compartieron sueos,

    esfuerzo, fe y trabajo. Usamos para ello algunas teoras que han tratado de elaborar

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    aproximaciones a una definicin de algo en realidad tan complejo como es el ser

    venezolano y venezolana. Tales teoras no tienen otra finalidad que una intencin y

    sentido consciente y eminentemente epistemolgico, esto es: la teora como una

    herramienta conceptual que ayuda a aprehender algo que tiene vida propia, est abierto al

    cambio y es trascendente a los resultados y a las representaciones.

    A comienzos de los ochenta apareci la teora antropolgico-cultural de Rafael

    Caras, la cual pretenda responder estas dos preguntas: cules son las caractersticas ms

    definidas del venezolano? y qu races profundas en el pasado sostienen estas

    propiedades?

    Seala como fuente de los factores que la especifican y diferencian: la herencia

    indgena y la tipicidad campesina. Rasgos que elabor el indgena son: fidelidad a la tierra,

    el horizonte tribal (como marco de encuadre de la vida cotidiana), el nomadismo, el

    desarraigo, el caciquismo, la introspeccin (hecha de melancola y reflexin sobre un

    pasado lejano y difuso), la pasividad (cierta tendencia a ser espectador ajeno: observar sin

    comprometerse), desconfianza vigilante. Los rasgos precedentes de la etapa y esfera de la

    idiosincrasia campesina, relacionados con la autenticidad, seran: fortaleza y tenacidad en el

    trabajo, el apego a la tierra, el sentido comn, una memoria viva y directa de la vida, la

    referencia de la familia por encima de la tribu, el cultivo de la memoria de los muertos.

    M. Barroso habla de tres reconocidos atributos del venezolano. Ellos son: el

    humanitarismo, la inmadurez emocional y la inseguridad.

    El humanitarismo se sostiene sobre cuatro bases: 1. La generosidad. A veces

    relacionada con el derroche y la extravagancia, pero tambin con la hospitalidad. 2. La

    ternura y el rigor; la ternura como suavidad, armona, juego de afectos positivos. Se rompe

    por la transgresin y la malacrianza. 3. Proteccin al pequeo. La preocupacin responsable

    por el pequeo se idealiza hasta convertirla en un arquetipo que invita a la sobreproteccin.

    4. El humor. El humor responde a lo imprevisto de la existencia. Su materia prima es la

    equivocacin, deficiencia, falla, todo aquello que acontece y no debera.

    La inmadurez emocional se expresa en cuatro elementos: 1. el desarrollo de una

    sensibilidad del yo que si bien se autopercibe igualitariamente, se resiente de ser visto por

    el otro; y por eso tiende al hermetismo; 2. el mirar de soslayo, como tendencia a no avanzar

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    de frente; 3. el desistir u obstinarse de las empresas iniciadas; 4. el disminuido sentimiento

    nacional, manifestado al exacerbar la carencia y minusvalorar lo propio.

    La inseguridad se refleja en la institucin del padrinazgo, entendiendo por la

    relacin ahijado-padrino como una relacin filial de integracin natural en la atmsfera de

    poder que tiene el padrino.

    Conductas que la manifiestan son el refugiarse en el segundo puesto, esquivando el

    puesto de responsabilidad o de riesgo y la pasividad. Adems: el lenguaje indirecto,

    aprovecharse del momento, la viveza; una religiosidad popular que refuerza sobre todo lo

    festivo y los rituales sociales en el espacio pblico, aunque tambin deja espacio para otra

    religiosidad ms subterrnea (del que son expresin pedir la bendicin, el rincn de los

    santos con las velas encendidas, el uso del agua bendita, el llevar medallas e imgenes para

    custodia de la personal, el santiguarse cuando se da comienzo a una accin que implica

    riesgos.

    La segunda mitad del S. XX trajo cambios antropolgicos a travs de la inmigracin

    y la globalizacin de las capas superiores. Efectos: fragmentacin social, colapso de

    servicios y aculturacin o extranjerizacin de las capas superiores. El enriquecimiento

    rpido trajo paradjicamente el llamado efecto Venezuela: crisis de las ciudades,

    educacin, salud pblica y agricultura. Una consecuencia del boom petrolero fue el

    nacimiento de una clase media movida por el aumento rpido del dinero en la calle. La

    formaron dos tipos de sectores: a. una nueva clase media consumista y b. los inmigrantes.

    Existe otra teora, psico-social, de Manuel Barroso. Aparece a finales de los

    noventa. Usa la perspectiva de la terapia, la sociologa y trata de hacer un juicio de los aos

    democrticos para entender cmo funcionamos desde finales de los ochenta. La imagen del

    venezolano es la de alguien abrumado por la tribulacin y en quien el malestar personal ha

    hecho presa de su intimidad, dignidad y valores. Las caractersticas son stas:

    1. Venezuela es un pas marginal. Es marginal, dice, el que, ajeno a s mismo, se

    descompone por sus experiencias de destriangulamiento (familiar), de abandono y de

    maltrato, el que no cree en s, ni tiene conciencia de s, de sus contextos y mucho menos del

    otro.

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    2. Venezuela es un pas desinformado. La razn es que aunque hay todo tipo de

    medios de comunicacin (radio, prensa, TV, etc.) pero estn ligados a intereses particulares

    que transmiten poca cultura y subjetivizan la informacin. Sus conductas son el

    amarillismo, la acriticidad, el exceso de antivalores.

    3. Venezuela es un pas sordos. En Venezuela nadie escucha. Hablan todos: sabios,

    expertos, padres, hijos, profesores... pero nadie escucha. Venezuela tiene gente prepara que

    es escuchada en el exterior y que cuesta escuchar aqu. Se forma una espiral.

    4. Venezuela es un pas resignado. Esta se aprende desde temprano, en el hogar,

    junto a su madre, ante el comportamiento irrespetuoso del padre. Despus se proyecta en el

    aguante de gobiernos, banqueros y comerciantes que hacen lo que les da la gana.

    5. Venezuela es un pas sin liderazgo. Porque un lder es aquel que posee

    competencias de valoracin personal, en el manejo del riesgo, en la comunicacin y

    capacidad negociadora, el que posee presencia y visin a futuro [...]. Lder es el que

    estudia, se asesora cuando habla [...]. El liderazgo poltico fracas.

    6. Venezuela es un pas de cmplices. Complicidad sera participacin en el

    desorden establecido. En Venezuela todos somos cmplices porque unos establecen la

    trampa, otros la aceptan y pocos la delatan. El sistema completo est entrabado.

    7. Venezuela es un pas sin justicia. La ley est para ser violada, se dice. Siempre

    hay razones para transgredirla: interpretaciones, agudezas tcnicas de procedimientos. Se

    hace la ley y se pospone el reglamento. Se vive en un estado de permanente excepcin. De

    otra parte, o se desconoce la ley o no se cree en ella.

    8. Venezuela es un pas sin democracia. Pues democracia, en su esencia, significa

    conciencia del otro y manejo de las diferencias. S se afirma la igualdad de todos los

    ciudadanos en sus derechos, oportunidades y responsabilidades pero no se practica.

    Por todo ello Venezuela es un pas en crisis. Nos hemos acorralado a nosotros

    mismos. Los problemas parecen ingentes, las soluciones alejadas. Somos crisis y vivimos

    en crisis, esa es nuestra identidad. Ello refuerza cierto pesimismo telrico: olvidamos todo,

    lo toleramos todo, nos contentamos con lo suficiente para sobrevivir. Para qu

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    molestarme? Nadie puede hacer nada. Desde la impotencia, renunciamos a la excelencia y

    nos convertimos en inefectivos, dejando que las cosas se arreglen por s solas.

    Pero Manuel Barroso tambin seala fuerzas positivas: Venezuela es un pas

    envidiable por su riqueza natural. El venezolano es creativo, curioso e inteligente. El

    venezolano posee tres cualidades: una gran creatividad, un buen sentido del humor y una

    propensin al romanticismo y la fantasa. Pero tambin hay cada vez ms fe en la educacin

    y en un proyecto de vida que se propone la excelencia y el xito, y lo trabaja desde la

    accin.

    Segn la visin del cambio cultural, del R.P. Mikel de Viana, s.j., en Venezuela se

    aprecian una serie de cambios muy positivos durante la segunda mitad del S. XX (1946-

    1996). Qu cambios ha habido en este medio siglo? Cita los siguientes:

    1. Un proceso de explosin demogrfica y de urbanizacin. Se pas de una

    poblacin global de algo ms de 4 millones de habitantes en 1946 a casi veintids en 1995.

    La poblacin urbana en 1946 era de algo ms de milln y medio; y en 1995 casi diecinueve

    millones.

    2. La incorporacin de la mujer al mercado de trabajo y el cambio de roles

    femeninos. Ha sido relevante. Uno de los efectos ha sido la disminucin de la dependencia

    materia y el conformismo psicolgico de la mujer respecto al hombre y compaero. Hoy la

    mujer venezolana tiene ms seguridad en s misma.

    3. La conciencia de pertenencia al pas petrolero. Dinamiza tal identidad la teora

    (negativa en realidad) del individualismo no posesivo, que dice: la naturaleza es

    inmensamente abundante; pero el hombre impotente y de escasos recursos. El Estado

    rentista se ha dado el destino manifiesto de ser mediador-repartidor.

    4. La masificacin de la educacin formal. sta fue un mecanismo clave de

    distribucin social de la renta petrolera. El sistema educativo formal ayud a crear la clase

    media urbana, pero no elimin el analfabetismo funcional, ni dot tcnicamente a las masas

    populares, ni vincul la educacin con produccin.

    5. La extensin y penetracin de los medios de comunicacin masivos. Radio, TV e

    Internet invaden la vida social, a pesar de que nuestra cultura es funcionalmente grafa. El

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    impacto de los medios de comunicacin social se observan en: la homogeneizacin del

    lenguaje cotidiano y el consumo.

    6. El Estado y los partidos polticos. Los partidos polticos nacieron con el fin de

    organizar la vida social democrtica pero se desgastaron, se llenaron de burocracia y se

    pervirtieron en tanto que mecanismo de legitimacin a la caza de votos.

    Algunos patrones que obstaculizan la modernidad son: la gratificacin inmediata,

    particularismo de las relaciones primarias, culto al parecer en lugar de al ser, difusividad de

    las relaciones, tribalismo en la percepcin de lo social.

    Teora del perfil de venezolano deseable. Cmo nos vemos a futuro? Qu

    proyeccin hacemos para el S. XXI? El P. Arturo Sosa tiene una visin que se apoya en la

    cultura poltica con la que se da sentido a la vida en sociedad y se toman las decisiones

    referentes a la vida pblica. Se entiende por venezolano a aqul ciudadano que ancla su

    identidad en el proyecto democrtico-populista de modernizacin. Asumimos que la

    forma cultural moderna democrtico-populista es la cultura dominante en Venezuela de las

    ltima dcadas. Ello no niega la existencia de otras variedades culturales que impiden la

    homogeneidad. Venezuela implica una pluralidad de grupos e ideas. Pluralidad que es

    condicin para hablar del futuro en trminos humanos. El sueo de imaginar las

    caractersticas de un solo perfil de el venezolano no nos ha hecho mucho bien.

    La cultura poltica que se derrumb sera la expresada por el espejo negativo

    descrito por Caras y Barroso. El venezolano ha de reconocerse en el mundo actual que se

    caracteriza por: reestructuracin de las relaciones mundiales; nueva importancia de las

    grandes religiones mundiales (Islam, cristianismo, Budismo...); tensin entre tendencia a la

    globalizacin y la revaloracin del pluralismo cultural; la conciencia planetaria y ecolgica

    de responsabilidad por el planeta; presiones homogeneizadoras; la nueva reivindicacin de

    lo local y lo nacional.

    Amrica latina se caracteriza por: la participacin en estos procesos con la

    sensacin de no haber logrado la modernizacin; la ambigedad de una bsqueda de esa

    modernidad y el redescubrimiento de las propias culturas; una concientizacin ms intensa

    de las propias estructuras injustas; la comprensin y aceptacin de las culturas constituidas

    en los mrgenes del sistema; el nfasis en la funcin y tarea educativa para la dinamizacin

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    de perfiles de autoapropiacin y creacin de organizacin social que ayuden a gestionar la

    vida cotidiana.

    La alternativa tiene dos opciones: Aferrarse a lo conocido o cambiar y explorar.

    Esta ltima acepta al pueblo como sujeto social, y a la democracia como la forma de

    canalizar las relaciones sociales. Implica superar los modelos: rentista-populista, el

    neoliberal sin ms, el revolucionario comunista.

    Esta ltima alternativa sera la educacin de un ciudadano y una sociedad con estos

    valores: Respeto por la vida concreta y cotidiana de la gente; relaciones humanas

    personalizadas; preferencia inclusiva por un espacio social popular. Se precisa un equilibrio

    entre lo pblico y lo privado. Polticamente, ese ciudadano debe usar el poder delimitando

    su ejercicio; participar socialmente en la toma de decisiones; aprender a negociar los

    conflictos; afrontar la pobreza con polticas serias; apertura al cambio sin el uso de la

    coaccin material o moral; el rechazo y prevencin contra todo caudillismo y mesianismo

    que termina imponindose como una dictadura; cultivo cuidado de una conciencia

    ciudadana comprometida y crtica; bsqueda de la excelencia en los servicios;

    disponibilidad para la renovacin y nuevas vinculaciones entre los dos grandes agentes:

    sociedad civil y estado.

    2. Agustinidad:

    Agustn fue un hombre excepcional. Tuvo una experiencia de confianza radical en s

    mismo que a la vez le sirvi para renovar una constante bsqueda. Estuvo dotado de

    genialidad para el cambio y la entrega al ideal; pero desarroll una gran capacidad de

    trabajo y el cultivo de la interioridad. Tambin afirm la organizacin social como

    respuesta a las necesidades colectivas, la sntesis entre lo racional, lo emotivo, la voluntad y

    la fe, y una visin trascendente del final, por encima de cualquier resultado. Una de sus

    mltiples facetas es la de filsofo. As la define una reciente Historia de la Filosofa

    alemana: San Agustn es el primer gran talento filosfico desde la poca clsica de la

    filosofa griega. En su obra, la cultura cristiana, que acababa de empezar su ascenso,

    encuentra por primera vez una altsima expresin filosfica propia. Su influencia se impuso

    durante los siglos y V y VI en todo el Occidente cristiano, convirtindose en el legado

    espiritual determinante de toda la Edad Media.

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    Cuando el gran agustinlogo, el polaco Przywara se pregunta por la conexin entre

    San Agustn y el mundo moderno, que es tanto como preguntarse por su vigencia y

    perdurabilidad, conclua: agustiniana es esa visin, heideggeriana y existencial, que ve al

    hombre en proceso de ser (el presente es en gran parte memoria y proyecto); agustiniana es

    esa concepcin de la verdad (en Husserl y la fenomenologa) a la que se llega por intuicin

    y exploracin del mundo interior y del espritu ms que del exterior y sensorial; agustiniana

    es la postura de Sheller y la filosofa axiolgica de los valores que reduce la teora del valor

    y la sociedad a dos tendencias bsicas del amor: una egosta, destructiva y otra social,

    constructiva; y agustiniano es el radicalismo moderno (que arranca tambin con Heidegger

    y recorre todas las vanguardias del S. XX) que invita al hombre a salir de su seguridad

    cotidiana y satisfecha, en pos del desafo constante y apoyado en inquietud vital.

    Pero la agustinidad se encuentra tambin en su antropologa y su pensamiento

    social, que estn transido de teologa. Hagamos, pues, la pregunta: Cul es el ideal de San

    Agustn sobre el hombre y de la sociedad?

    La antropologa agustiniana contempla el curso de la historia humana desde una

    perspectiva cristiana. Segn eso, la historia comienza con la creacin divina y termina con

    Cristo, en quien toda la creacin estar unidad y ser presentada al Padre. La historia real es

    un drama recorrido por la gracia y el pecado. El ser depende de Dios y de los dems

    hombres. Por tanto la humanidad es exocntrica.

    Puntos destacados de esta antropologa son:

    1. El hombre es la unin de dos elementos: cuerpo y alma. El alma es el principio

    vital del cuerpo, al que preserva y mantiene en unidad. Su tarea es el establecimiento y

    conservacin de la armona en el cuerpo y en todas las dems dimensiones del ser humano.

    Considera a la memoria como la presencia del propio individuo en s mismo. La vida moral

    deriva del alma, la cual tiene jerarqua superior al cuerpo. Y por esta tensin jerrquica (que

    no desintegracin) a veces se le ha acusado de dualista de corte platnico. Pero San Agustn

    sigue el modelo del cristianismo primitivo, en el que se da unidad e integracin entre alma

    y cuerpo. El ideal no es escapar del cuerpo, sino un proceso dinmico de integracin dando

    su debido valor a cada nivel y sos subordinados a Dios.

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    2. El origen de la antropologa de Agustn se halla en su profundo anlisis de la

    interioridad. Explorar las profundidades del corazn y de la mente, en sus niveles

    conscientes e incluso inconscientes. En su reflexin sobre el espritu sumamente ntimo en

    relacin consigo mismo y con su mundo, llega a una conciencia profunda y a una captacin

    ms firme de los principios bsicos de la moralidad.

    3. Para San Agustn, el mundo interior se proyecta en la accin de la personalidad.

    Agustn da valor a la persona concreta y piensa que la historia personal tiene un significado

    eterno, porque los hombres estn hechos a imagen y semejanza de Dios. La imago Dei

    est esculpida en el ser del individuo, y puede desatenderse o negarse, pero jams puede

    borrarse tan completamente por el pecado, que no quede nada que pueda reformarse. Los

    seres humanos estn destinados para la relacin con Dios, una relacin que puede darse

    como posibilidad o como realidad. Esta posibilidad se consuma mediante la progresiva

    conversin, un crecimiento en el amor.

    4. Los dos amores. La realidad posee dos polaridades relacionadas entre s:

    exterioridad e interioridad. Agustn cultiv las dos. Uno existe junto a los otros, y toda la

    socialidad humana tiende hacia el amor. San Agustn distingue entre deseo y amor. La

    atraccin hacia el amor y el deseo del amor es un motivo central en la antropologa de

    Agustn. El amor completa al conocimiento y la fe. Hay dos amores, uno obstinado, mal

    encaminado (cupiditas), y otro rectamente ordenado (caritas). La historia es el relato de

    estos dos amores divergentes. Constituyen mentalidades en conflicto son, a la vez, dos

    ciudades diferentes.

    5. La voluntad, la accin, la libertad. La historia es un escenario entre amor egosta

    (cupiditas) y caridad (caritas). La victoria de la caridad no es una progresin ordenada hacia

    una meta, sino un milagro constante de la divina gracia. La confianza en las capacidades

    humanas por s solas, en las capacidades intelectuales y morales, es una ilusin peligrosa

    despus del pecado de Adn. La autorrealizacin no es la simple acomodacin con un

    orden racional que los hombres encuentran, aceptan y observan sin ms. Los efectos

    negativos del pecado son un desorden csmico y social. Hay un divisin interior y social.

    Esa tensin y conflicto se convierte en hilo conductor que recorre todo el pensamiento

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    agustiniano. La tensin, el conflicto, el desorden son endmicos en cualquier sociedad de

    seres humanos cados, contagiados por el pecado, y manifestado en la concupiscencia.

    En esta lucha se es impotente moralmente. Pues la cupiditas desborda la voluntad.

    Pero la gracia sale en su ayuda. Y as, se subraya que la fuente de la libertad queda fuera de

    uno. La salvacin es el relato ininterrumpido acerca de la accin de la gracia mediante la

    que es posible la perseverancia en la vida virtuosa y el hecho mismo de volverse a Dios. El

    hombre tiene libertad de eleccin. Pero la libertad es entendida no tanto como la

    arbitrariedad de la eleccin como en un deseo radical del bien supremo y en un

    compromiso con l.

    La conversin requiere consentimiento informado y se produce como el

    cumplimiento de la intencin y de la accin tanto humana como divina. Por eso, a la luz de

    esta visin de la voluntad, de la accin y de la virtud, Agustn no se haca ilusiones acerca

    de la vida poltica. La norma no es la vida fugaz, un orden poltico particular, sino la vida

    eterna. Por ello uno puede esperar lo mejor y aceptar lo que venga, mientras el rgimen

    poltico no nos exija hacer nada inmoral. Uno puede servirse de los procedimientos y

    mtodo que son eficaces en la ciudad secular, pero sin sorprenderse si nos decepcionan.

    Para Agustn, la sociedad humana es imperfecta por naturaleza. No confa en las

    teoras filosficas para mejorarla. La sociedad temporal estaba dividida en dos clases: los

    justos y los pecadores, lo cual equivala al contraste aristocrtico entre los boni (gente

    buena) y los mali (los enemigos de la persona).

    Una de sus doctrinas polticas ms conocida refiere la tensin existente entre las dos

    ciudades: la Ciudad de Dios y la Ciudad del hombre. Los ciudadanos de cada una de las dos

    estn marcados por tendencias de su voluntad contrapuestas: hacia Dios o hacia s mismo.

    El origen de ambas ciudades est en el tiempo remoto, cuando la cada de ngeles soberbio

    e hbridos hizo nacer, junto al Estado de Dios, un segundo reino, el reino del demonio. Y

    desde el principio son radicalmente distintos:

    Son diferentes su seor y gua: por un lado Dios; de otro, los dioses y demonios.

    Son diferentes sus ciudadanos: los elegidos, que adoran al Dios nico y verdadero, y los

    infames, que adoran a los dioses, los egostas. Y distinta es su actitud de fondo: el amor a

    Dios, que tiene sus races en la humildad y que llega al desprecio de s mismo, por una

  • 231

    parte; y, por otra, el amor propio, que tiene sus races en la soberbia y que llega al desprecio

    de Dios.

    Lo que distingue ms esta concepcin de la que se encuentra en los escritores

    clsicos que tratan el tema, es la universalidad de la ciudadana segn la concepcin de San

    Agustn, y en contraste con la antigua concepcin que relacionaba ntimamente al

    ciudadano con un orden poltico particular.

    Para San Agustn no puede haber incompatibilidad entre doctrina cristiana y los

    deberes pblicos como ciudadanos. Al contrario, los cristianos son los mejores ciudadanos,

    precisamente por su comprensin, basada en slidos principios, de la condicin humana y

    del papel de la autoridad poltica en las comunidades humanas, y porque los cristianos

    acatan las leyes y lo hacen como un deber religioso. La polis griega, que era la

    representacin de la mejor forma de comunidad humana, para San Agustn es la Ciudad de

    Dios, representada en la tierra por la Ecclesia. Dentro de esta ciudad el modelo de

    ciudadano es el santo, quien destaca por la vivencia y modelo de las virtudes vividas

    excelentemente. Desde aqu se explica porqu, a diferencia de los griegos, no le preocupa a

    San Agustn, la polmica acerca de cul es el mejor gobierno; porque en cualquiera de ellos

    el problema es alcanzar, como ciudadano, la excelencia de la santidad. Los hombres son

    compaeros a travs de una vida que se define como peregrinacin.

    En qu consistira la agustinidad para el S. XXI? Escuchemos la interpretacin del

    para 1999 Prior General, P. Miguel ngel Orcasitas en su mensaje al Congreso La familia

    agustiniana ante el tercer milenio, celebrado ese ao. Tal agustinidad se expresa en estos

    valores:

    1. Capacidad de mirada crtica al mundo contemporneo. Mundo caracterizado por

    la secularizacin, la privatizacin de la religin, el deterioro de la moral pblica, la

    separacin entre Iglesia y cultura contempornea, el fenmeno de las creencias

    sociolgicas.

    2. Aceptacin y compromiso con las reformas de la Iglesia en el mundo

    contemporneo; concretamente El Vaticano II. Es deber de la Iglesia proclamar a Cristo y

    su Evangelio. Pero tambin descubrir en la cultura contempornea los valores evanglicos

    que se encuentran en la sociedad. Para lo que es preciso superar los negativismos y la

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    tristeza, proclamar con fe el proyecto de Dios sobre el hombre, con dinamismo y esperanza.

    Y para ello es preciso salir al encuentro del mundo en actitud dialogante y de servicio. Se

    precisa valorar aspectos esenciales de la modernidad que coinciden con el Evangelio; as:

    los derechos del individuo, las libertades formales, los grmenes de verdad existentes en

    otras religiones, el valor de la religiosidad natural.

    3. Reconocimiento y compromiso con los laicos: ellos estn llamados a actualizar su

    identidad cristiana y a ser presencia cristiana en la sociedad.

    4. Actualizacin de la identidad agustiniana como carisma dentro de la Iglesia, la

    cual se basa en la consagracin bautismal y el seguimiento de la espiritualidad de san

    Agustn (a su vez apoyada en la bsqueda de Dios y el servicio a la Iglesia).

    5. Disposicin y valor para dar respuesta a cualquier reto que nos depare el futuro.

    6. Autocrtica y evaluacin. Valor para revisar las obras institucionales y para

    perseverar en fidelidad.

    En el mismo congreso , el agustinlogo holands T.J. van Bavel haca las siguientes

    precisiones:

    1. Los valores agustinianos no forman ni constituyen una entidad en s misma.

    Dependen de los bblicos. Slo si la Biblia sigue influyendo en el mundo, la espiritualidad

    agustiniana influir.

    2. En la sociedad moderna hay tendencias que ofrecen punto de contacto con la

    espiritualidad agustiniana. Tal son la bsqueda y deseo de construir una vida sobre valores,

    la aceptacin de la gua en el proceso de bsqueda del camino personal; el deseo de una

    renovacin que evite deshacerse de la tradicin.

    3. Hoy son valores agustinianos: la bsqueda del equilibrio en las siguientes

    polaridades: autoridad-libertad; racionalismo-experiencia; fe-revelacin; solidaridad-

    consumo; fraternidad-individualismo.

    Si nos planteamos la pregunta: Y cul es la relacin entre la agustinidad y la

    educacin? Para Agustn, toda la vida de las personas y sociedades en que habita la iglesia

    es un continuo esfuerzo por permanecer en el ser y proyectarlo tal como lo quiere Dios.

    Eso, en el tiempo, ocurre mediante procesos de educacin y formacin.

  • 233

    En los dos ltimos siglos los agustinos han tenido un trabajo intenso dedicado a la

    educacin. Las Constituciones de la Orden de San Agustn por las que se rigen sus

    integrantes as lo expresan, asumiendo el encargo del Vaticano II: Puesto que es hermosa

    y de gran responsabilidad la vocacin de todos los que [...] aceptan la tarea educativa en las

    escuelas, tengamos todos en gran estima el apostolado de la educacin y considermoslo

    como una de las misiones propias de nuestra Orden. Promuevan, pues, las provincias la

    ereccin de colegios y de otros centros para instruir con idntica solicitud a los nios y

    jvenes, sea cual fuere su condicin. (N 178). El P. General de la Orden de San Agustn

    tambin recordaba a todos sus integrantes que la Orden agustiniana ha desempeado un

    destacado papel en la tradicin cultural y educativa de la Iglesia.

    3. Historicidad:

    La Orden de San Agustn ha tenido durante los ltimos dos siglos una tarea

    eminentemente educadora. As se expresaba en el Congreso de 1999, en Roma, La familia

    agustiniana ante el tercer milenio. En l, en la ponencia titulada La educacin agustiniana

    ante el reto del futuro, el P. Agustn Alcalde afirmaba: Hay una enorme riqueza en

    nuestra Orden en el campo educativo por lo que respecta a estudios civiles, tanto

    universitarios como no universitarios. Para hacerse una idea ms precisa, he aqu alguna

    de las cifras que se manejaron fueron las siguientes

    Hay 545 agustinos presentes en educacin. Representan algo ms del 21% de la

    poblacin de la Orden, colocando este servicio pastoral como uno de los ms importantes del

    mundo agustiniano. Hay instituciones educativas agustinianas en 34 pases. Son 94 los

    colegios de agustinos en el mundo. La tarea educativa supone la segunda en importancia en

    toda la Orden.

    El continente americano (regin Norte, Centro y Sur) tiene el mayor nmero de

    colegios: 57, frente a otros continentes. En Europa hay slo 24 colegios. Por tanto Amrica

    es la regin ms floreciente en carisma educativo de la Orden. Hay cuatro grupos o

    provincias espaolas, que merecen una mencin especial. Ellas aglutinan el 48% de los

    colegios de la Orden. Implican a 300 agustinos que vendran a ser el 55% de la presencia

    educativa de la Orden de San Agustn en todo el mundo (545). Sin embargo, este nmero

    slo constituye el 34% de los agustinos espaoles (que son 882).

  • 234

    La misin educativa en la Orden es en un porcentaje bastante elevado de carcter

    espaol. Est supeditada a sus cuatro provincias o a las circunscripciones que dependen de

    estas provincias sobre todo en cuanto a personal. La primaca hace tambin referencia a los

    alumnos (63.998) que suponen un 51%. El nmero de alumnos en todo el mundo es de

    123.830. El total de profesores en colegios agustinos es de 5.485. De ellos 2.600, el 47%,

    trabajan en colegios que dirigen las cuatro provincias espaolas de agustinos.

    Los agustinos tenemos una trayectoria antigua en Venezuela. De ella se han

    ocupado especialmente el P. Fernando Campo del Pozo, a quien public esta Universidad

    Catlica Andrs Bello la obra Los agustinos en la evangelizacin de Venezuela. Y prximo

    a salir la obra del P. Isacio Rodrguez Los agustinos en Venezuela. 1951-2001. Labor

    sociocultural y religiosa.

    Repasemos algunos datos de la historia de Venezuela.

    - 1527: el P. Vicente de Requejada desembarca en Coro. Durante 6 aos largos

    misiona los estados Falcn, Trujillo, Lara, Barinas, Apure, Cojedes y Yaracuy. Ms tarde,

    en 1570, vuelve a los estados Tchira, Mrida, Zulia, Barinas.

    - 1777: los agustinos recoletos (Provincia de la Candelaria) recorren los Llanos de la

    Capitana general de Venezuela. Establecen centros misiones por los ros Orinoco, Arauca

    y Apure. Los agustinos recoletos permanecen en Venezuela hasta despus de la

    Independencia. Por problemas lo tienen que dejar.

    - 1898: los agustinos de la Provincia de Nuestra Seora de la Candelaria llegan por

    segunda vez a Venezuela.

    - 1951: llegada por segunda vez a Venezuela de los agustinos ermitaos. El P. Jos

    Blanco, de la Provincia del Santsimo nombre de Jess de Filipinas, comenzaba con una

    escuela en S. Cristbal.

    - 1952: llegan el P. Juan Antonio Martnez Iglesias y P. Manuel Ares Gmez. Se

    funda la Capilla de Ntra. Seora del Perpetuo Socorro.

    - 1952: Nombrado el P. Moiss Montaa, primer Vicario de Venezuela.

    - 1953: Se abre el Colegio San Agustn del Paraso y de San Agustn de los Jardines

    del Valle.

  • 235

    - 1954: Se abre el Colegio San Agustn de Ciudad Ojeda.

    - 1963: Se abre el colegio San Agustn de El Marqus. Se cierra el Colegio San

    Agustn de los Jardines del Valle.

    - 1974: Se inician actividades en el Colegio San Agustn de Caricuao.

    - El nmero de alumnos que se tienen en la actualidad est alrededor de los 7300

    alumnos.

    Hay una clara respuesta, tanto al espritu y reclamo de la Iglesia como a las

    necesidades del pas de Venezuela. En 1965, el mismo ao en que se cierra el Concilio, se

    aprueba la declaracin Gravissimun educationis. En ella se recordaba que la tarea educativa

    compete a la familia en primer lugar; pero sta requiere la ayuda de toda la sociedad.

    Tambin a la Iglesia le compete el deber de educar, pues como Madre que es, est

    obligada a dar a sus hijos una educacin que llene toda su vida del espritu de Cristo, pero

    al mismo tiempo ofrecer a todos los pueblos su colaboracin para promover la perfeccin

    ntegra de la persona humana, tambin para el bien de la sociedad terrestre y para la

    construccin de un mundo que debe configurarse ms humanamente (GE 3).

    El Concilio recalca el valor e importancia de la escuela. Ella al mismo tiempo que

    cultiva con cuidado constante las facultades intelectuales, desarrolla la capacidad de juzgar

    rectamente, introduce en el patrimonio cultural adquirido por las generaciones anteriores,

    promueve el sentido de los valores, prepara la vida profesional, favorece entre los alumnos

    de diversa ndole y condicin la relacin amistosa, originando una disposicin a

    comprender mutuamente, y constituye adems como un centro en cuya actividad y

    provecho deben participar conjuntamente las familias, los maestros, las asociaciones de

    diferente tipo que promueven la vida cultural, cvica y religiosa, la sociedad civil y toda la

    comunidad humana (N 5).

    Los agustinos en Venezuela han tratado de responder a las necesidades sociales que

    los grandes proyectos polticos han ido articulando.

    En la Constitucin de la Repblica de Venezuela de 1961 se afirmaba el derecho de

    todos los venezolanos a la educacin. Para ello el Estado crear y sostendr escuelas,

    instituciones y servicios suficientemente dotados para ello (art. 78) y estimular y proteger

  • 236

    la educacin privada que se impartir de acuerdo a los principios contenidos en dicha

    Constitucin y en las leyes (Art. 79). Y la finalidad de educacin se estableca como el

    pleno desarrollo de la personalidad, la formacin de ciudadanos aptos para la vida y para el

    ejercicio de la democracia, el fomento de la cultura y el desarrollo del espritu de

    solidaridad humana. (art. 80).

    En el artculo 102 de la constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela se

    afirma: La educacin como derecho humano y un deber social fundamental; el carcter

    democrtico, gratuito y obligatorio; la responsabilidad del Estado; se define como

    instrumento del conocimiento cientfico, humanstico y tecnolgico al servicio de la

    sociedad; la participacin que el Estado dar a las familias y la sociedad para promover el

    proceso de educacin ciudadana de acuerdo con los principios contenidos de esta

    Constitucin y en la ley. En la ley orgnica de Educacin de 1980 se planteaba las grandes

    finalidades de la educacin (Cfr. Art. 3), que el Proyecto Educativo del Colegio San

    Agustn recoge y hace suyo. Igualmente el proyecto educativo agustiniano fue leyendo y

    tratando de responder a la parte que le tocaba en relacin a las grandes expectativas sociales

    y educativas que los Planes de la Nacin propona como marco y reto colectivo del pas.

    Uno de los logros de la educacin agustiniana en Venezuela es haber articulado una

    teora y prctica educativa que adems de responder a las expectativas de la Iglesia y las

    instituciones rectoras de la sociedad venezolana, ha logrado desarrollar una coherencia y

    una organizacin particular. Para 1986, con motivo de la celebracin del XVI Centenario

    de la Conversin de San Agustn, se publicaron dos documentos que han sido guas para los

    ltimos dos aos: Uno titulado Comunidad educativa y participacin, y el otro, una

    reedicin de la obra el P. Rubio Bardn, Educacin Estilo Agustiniano, en el que tras una

    introduccin se marcaba, basado en textos de San Agustn, tres perfiles: el del alumno, el

    educador y el padre de familia. Ambos documentos, se reeditaron en 1997.

    En 1985 se comienza el trabajo de dar forma escrita y en forma de Proyecto

    Educativo agustino a la prctica que se vena desarrollando. La ltima revisin, totalmente

    actualizada, despus de un trabajo de toda la Comunidad Educativa de ms de un ao, es el

    Proyecto educativo 2002 del Colegio San Agustn El Paraso, aparecido hace dos meses.

  • 237

    Puede considerarse el producto terico ms acabado de todo un proceso de reflexin y

    accin educativa en las ltimas dos dcadas.

    Cul es la axiologa antropolgica del Proyecto Educativo del Colegio San

    Agustn? Una aproximacin a ella la da el N 76 en que se define al alumno en relacin a

    las siguientes metas:

    - Ser sujeto de su propia formacin, siendo l, el principal protagonista y

    responsable de su propio crecimiento como persona.

    - Asumir y proyectar gradualmente responsabilidades adecuadas a su preparacin,

    ejercitndose en la toma de decisiones personales y participando activamente en la vida del

    Colegio.

    - Adquirir y ejercer una conciencia crtica y responsable para valorar la realidad

    desde la ptica del Evangelio y comprometerse a transformarla.

    - Experimentar la Educacin para el Trabajo como expresin creativa, como

    oportunidad para una capacitacin laboral, y como instrumento de realizacin personal y de

    transformacin del medio humano.

    - Ser solidario y comprometerse con los problemas que vive actualmente Venezuela,

    aportando al desarrollo del pas, no slo anlisis de la realidad sino tambin soluciones a los

    diversos problemas.

    - Estar abierto al otro, compartiendo su destino, su trabajo, su alegra, su pena o su

    xito, desarrollando la empata y solidaridad necesaria para dar sin esperar recompensa, ser

    fiel a la palabra dada y al compromiso adquirido.

    - Contribuir a forjar una sociedad ms participativa, justa, libre y fraterna.

    - Testimoniar su fe en Dios, Padre de amor, generador de vida y justicia.

    - Seguir a Jess de Nazareth, presente entre nosotros, como fuerza que mueve al

    bien y fuente de esperanza y resurreccin para los hombres.

    - Ser miembro activo de una Iglesia que vive y anuncia los valores del Evangelio.

    En el N 114 del Proyecto Educativo se define la misin del Colegio San Agustn

    as:

  • 238

    - Asumir, como Comunidad Educativa, con sentido de responsabilidad y

    compromiso, los cambios que se estn dando en la sociedad y buscar herramientas y

    recursos necesarios para brindar a los alumnos la oportunidad de prepararse de acuerdo a

    las nuevas exigencias y responder a ellas de manera eficaz.

    - Potenciar una educacin efectiva y eficaz, dentro del marco de una concepcin de

    valores humano-cristianos, que genere procesos de enseanza-aprendizaje donde se

    desarrollen y formen educandos seguros de s mismos, honestos, responsables, solidarios,

    asertivos, creativos, crticos, reflexivos, interdependientes, participativos, resistentes a la

    frustracin, con sentido de orientacin ante el cambio, interiorizados, libres, productivos,

    agentes de cambio, innovadores, ticos y capaces de vivir en, con y para la sociedad.

    - Incentivar en la Comunidad Educativa el espritu de investigacin; la resolucin de

    problemas asociados a la bsqueda de una mejor calidad de vida y a la congruencia con su

    personalidad y proyecto de vida; mostrar tolerancia a la frustracin, redefiniendo el fracaso

    como reto y oportunidad; fomentar actitudes positivas y ticas orientadas hacia la

    generacin de conocimientos y valores cnsonos con los cambios tecnolgicos, culturales y

    sociales.

    Los grandes valores de la educacin agustiniana en Venezuela seran:

    - Aceptacin de la realidad venezolana y fe en un proyecto de construccin de

    personas apoyados en la cultura e idiosincrasia propia y en la fe cristiana.

    - Una inversin constante en preparacin de personal, infraestructuras y todo tipo de

    material educativo.

    - La cohesin de una Comunidad Educativa con una conciencia cada vez ms fuerte

    de responsabilidad y co-creatividad: alumnos, padres de familia, profesores, agustinos,

    sociedad.

    - La integracin de un equipo de profesorado vocacionado y preparado

    tcnicamente.

    - La formacin de un nmero alto de personas, ciudadanos y profesionales, que hoy

    se distribuyen por toda la geografa nacional y el exterior, conscientes de su responsabilidad

    social, poltica y econmica

  • 239

    4. Conclusin:

    Los agustinos entienden el educar en valores como la creacin de las condiciones

    necesarias para que, cada persona, descubra y realice la eleccin libre y consciente entre

    aquellos modelos y aspiraciones que le puedan conducir a la felicidad. Esto para San

    Agustn no se puede separar de la experiencia religiosa de encuentro o conversin a Dios.

    Algunas prcticas seguidas se atiene a los modelos clsicos de educacin en valores, tales

    como: clarificacin de valores, formacin del carcter, elaboracin de un proyecto de vida

    y construccin de la personalidad moral.

    Un agustino piensa hoy que los objetivos de una educacin en valores sana pasa

    por: Desarrollar las estructuras universales de juicio moral; adquirir las competencias

    dialgicas; desarrollo de la sensibilidad social; construir una imagen de s mismo y del tipo

    de va que se quiera de acuerdo con los valores personales; dialogar crtica y creativamente

    con la realidad; adquirir las habilidades necesarias para hacer coherente el juicio y la accin

    moral; reconocer y asimilar los valores universales; comprender, respetar y construir

    normas justas de convivencia.

    Qu ha aportado la agustinidad a esa venezolanidad que definamos al comienzo?

    Siguiendo la teora de R. Caras puede decirse que ha aportado:

    - El refuerzo de lo positivo: generosidad, ternura, disciplina, sensibilidad hacia el

    dbil, buen humor.

    - Trabajar aspectos negativos como la inmadurez emocional: autoaceptacin y

    apertura al otro; mirar de frente la vida; el desarrollo de estrategias de perseverancia;

    aceptacin de la propia idiosincrasia de manera creativa y perfeccionista.

    Buscar alternativas a la inseguridad a travs del cultivo de la independencia, el

    trabajo, la responsabilidad, deseo de logro y desempeo en los primeros puestos; el pensar

    en los dems, la fraternidad.

    Y siguiendo el diagnstico de M. Barroso, se ha tratado de dar respuesta a los vacos

    o desviaciones que denuncia:

  • 240

    - Frente a pensamiento marginal, potenciar la creatividad, autoestima, bsqueda de

    la eficiencia y terminar las cosas que uno empieza.

    - Frente a desinformacin, hacer seleccin consciente y crtica de los canales

    informativos; distribucin mejor del tiempo en diversos canales informativos; nimo y

    sinceridad para buscar, decir y encarnar la verdad.

    - Frente a sordera colectiva, aprender a escuchar, valorar la diversidad, combatir la

    desconfianza o las reacciones desadaptadas y no constructivas; valorar el tiempo de

    reflexin sobre uno mismo y los dems.

    - Frente a resignacin, valorizar la libertad compartida y comprometida; combatir

    las dependencias; control de sentimientos; desmitificar el pajarobravismo y aprender a

    planificar y gerenciar la propia vida; confiar en Dios.

    - Frente al vaco de liderazgo, cultivar la fe en el propio liderazgo; probarlo en

    compromisos y acciones concretas; amor al estudio, al trabajo y a la convivencia.

    - Frente a complicidad, aceptar responsabilidades; saber tomar distancia de las

    cosas; saber valorar la dignidad de la propia diferencia; rescatar la honestidad.

    - Frente a vaco de justicia, aprender a respetar y amar la ley; tener un conocimiento

    mejor de las leyes de mi pas; aprender a manejar el poder y la solidaridad.

    - Frente a la democracia imperfecta, aprender a ser demcrata; cultivar la

    participacin; programar experiencias de responsabilidad; aplaudir, fomentar e imitar la

    excelencia en todas las facetas de la vida; atender al ms pobre y necesitado.

    - Frente al pesimismo telrico, descubrir una libertad iluminada por la fe e ilustrada

    por todas las ciencias.

    Terminemos con unas palabras de San Agustn que resuma las fortalezas del pasado

    y las convicciones del futuro: Con frecuencia nos lamentamos: Los tiempos son duros,

    pesados y miserables... Vivamos rectamente y cambiaremos los tiempos... Los tiempos no

    hieren a nadie. Los heridos son hombres; los causantes de las heridas, hombres tambin.

    Cambiemos, pues, nosotros, los hombres, y cambiarn los tiempos. Que l nos sigua

    inspirando y guiando en esta noble empresa. Gracias.

  • 241

    Referencias

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