valoración del acogimiento residencial en centros de protección de menores las vivencias de los...

Upload: ivan-saucedo

Post on 09-Mar-2016

218 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Acogimiento residencial

TRANSCRIPT

  • Valoracin del acogimiento residencialen centros de proteccin de menores:

    La vivencias de los jvenes y sus familiasAgustn de la Herrn

    Celiano Garca BarriocanalAna Imaa Martnez

    RESUMENEsta investigacin pretende conocer el nivel de integracin social y la valoracin

    sobre su experiencia de acogimiento residencial de menores que estuvieron en recur-sos de proteccin de la Comunidad de Madrid. La muestra de estudio est constituidapor 350 casos que estuvieron ms de dos aos internos y que salieron con 16 aos oms del sistema de proteccin entre 1994 y 1998.

    PALABRAS CLAVE: Menores protegidos, residencias de proteccin, ex-residentes.

    ABSTRACT

    This investigation seeks to know the level of social integration and the valuationabout its experience of minor residential acogimiento that you/they were in resourcesof protection of the Community of Madrid. The study sample is constituted by 350cases that were more than two internal years and that they went out with 16 years ormore than the protection system between 1994 and 1998.

    KEY WORDS: Protected minor, protection residences, former-residents.

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 193

  • 1. JUSTIFICACIN

    El presente trabajo de investigacin tiene como finalidad conocer la situacin en laque se encuentra actualmente el grupo de jvenes que estuvo en residencias de pro-teccin de la Comunidad de Madrid en rgimen de guarda o tutela, entre los aos1994/98, y que sali de las mismas con 16 aos o ms, as como la opinin que tienenactualmente sobre su experiencia residencial. Igualmente recoge la valoracin dealgunos de sus familiares respecto a dicha experiencia.

    Su objetivo es contribuir al campo de la evaluacin de los servicios que se prestandesde las instituciones de acogimiento residencial para la infancia.

    Creemos que aunque han transcurrido unos aos desde la salida del ltimo de losresidentes del estudio hasta la actualidad, y a pesar de los cambios poblacionales quese han venido produciendo en los centros, a los que va llegando una poblacin emi-grante de diversa procedencia, no por ello los resultados de este trabajo han perdidovalor. Por el contrario, invitamos a seguir trabajando en esta lnea para poder contras-tar los resultados obtenidos en este primer estudio con los que pudieran obtenerse conpoblacin salida de los centros entre 1998 y 2003 y seguir mejorando la intervencincon esta nueva poblacin.

    Tambin se justifica por la necesidad de devolver a la Administracin y a los profe-sionales que trabajan en este mbito, informacin valiosa sobre el grado de integracinsocial de estos jvenes. En este sentido, hemos intentado recoger las sugerencias y pro-puestas de los ex-residentes1 y sus familiares respecto a las instituciones residenciales.

    En muchos casos, estos jvenes se han sorprendido cuando les hemos solicitado sucolaboracin y nos han manifestado su agradecimiento por el hecho de que alguien sepreocupara de conocer sus impresiones respecto a su ya superada experiencia resi-dencial. En general los chicos y las chicas se han mostrado muy satisfechos de cola-borar desde el primer momento, a veces en horarios y lugares singulares. Tambinhemos recogido negativas y resistencias.

    2. MTODO DE TRABAJO

    2.1. Poblacin objeto de estudio

    La poblacin objeto de la investigacin est constituida por jvenes que cumplanlos siguientes requisitos:

    Estuvieron en situacin de Proteccin, con medida de guarda2 o tutela3, enResidencias de Atencin a la Infancia y Adolescencia de la Comunidad de Madrid.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    194 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

    1 Aunque, en adelante, nos podamos referir a ellos con trminos como: chicos/as, menores, jvenes, etc.2 Cuando los padres o tutores, por circunstancias graves, no puedan cuidar al menor, podrn solicitar de

    la entidad pblica competente que sta asuma su guarda durante el tiempo necesario (Cdigo Civil, art.172,3). As mismo, se asumir la guarda por la entidad pblica cuando as lo acuerde el Juez en los casos

  • Su estancia en rgimen de internado se extendi durante un periodo continuadode dos o ms aos.

    Fueron desinternados cuando tenan diecisis o ms aos. Causaron baja entre los aos 1994 y 1998, ambos incluidos.

    Este grupo constituye una muestra que ha tenido un tiempo de estancia en resi-dencias suficiente como para que la intervencin institucional haya tenido en ellos unarepercusin significativa. El requisito de internamiento durante al menos dos aos seha tenido en cuenta para la seleccin entendiendo que este perodo de tiempo essegn Jones (1987), Knorth (1992), Schaffer (1993), Snchez Redondo (1996) elperodo mximo aconsejado que debiera permanecer un menor en una institucin.D.W. Winnicott (1998) describe cmo las separaciones prolongadas generan distor-siones en la percepcin mutua del nio y la familia y posteriormente, desajustes en elproceso de reunificacin. (p. 62, adaptado).

    El tener en cuenta la edad de diecisis aos o ms para la salida se debe a que, son chi-cos y chicas con los que se pudo haber iniciado un proyecto de vida independiente en laresidencia, ya que por su edad se encontraban en condiciones de poder incorporarse almundo laboral y desenvolverse en la vida de forma relativamente autnoma.

    La delimitacin temporal entre los aos 1994 y 1998 se debe a que hasta 1994 nohaba un sistema informatizado de registro de expedientes en el archivo de laComisin de Tutela del Menor. La revisin de expedientes no informatizados hubieradificultado enormemente el trabajo. El finalizar en 1998 se debe a que al inicio deldiseo del trabajo (septiembre de 2001) el ao 1998 era el ltimo que permita inves-tigar sobre menores con una experiencia mnima de tres aos fuera de la institucin,de modo que hubieran dispuesto de tiempo suficiente como para enfrentarse a la vidapartiendo de sus propios recursos y fuera de la influencia de la proteccin residencial.

    Para realizar el estudio se comprob el nmero de menores que, cumpliendo losrequisitos sealados, fueron dados de baja en esos aos.

    Segn la base de datos informatizada del Instituto Madrileo del Menor y laFamilia, de 1994 a 1998, se cerraron y dieron de baja por la Comisin de Tutela 2515expedientes administrativos de menores sobre los que se haba asumido previamentela tutela o la guarda, resultando un total de 692 casos que cumplan los requisitos pre-vistos para la muestra del presente estudio. Conocida la poblacin total susceptible deestudio, se seleccionaron, de forma proporcional cada ao, un total de 350 casos, ele-gidos por orden de aparicin en la base de datos. De estos 350 casos, por diferentesmotivos, se descartaron 6 durante la comprobacin de los expedientes, quedando portanto 344 casos como muestra para el estudio, lo que supone un 49,71% del total.

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 195

    en que legalmente proceda (Cdigo Civil, art. 172,4). La guarda supone para quie la ejerce la obligacin develar por el menor, tenerlo en su compaa, alimentarlo, educarlo y procurarle una formacin integral.

    3 La entidad pblica tiene por ministerio de la Ley la tutela de los que se encuentren en situacin dedesamparo. Se considera como situacin de desamparo la que se produce de hecho a causa del incum-plimiento, o del imposible o inadecuado ejercicio de los deberes de proteccin establecidos por las leyespara la guarda de los menores, cuando stos queden privados de la necesaria asistencia moral o materi-al. (Cdigo Civil, art. 172, 2)

  • A lo largo de la investigacin, de los 344 casos se obtuvo alguna informacinde la situacin actual de 130, a travs de familiares, allegados, educadores y otrosprofesionales. As mismo se pudo realizar entrevista a 49 ex-residentes y a 45 fami-liares.

    Por tanto el trabajo ofrece informacin en estos niveles: caractersticas de la mues-tra general de ex-residentes (344 casos), situacin de los ex-residentes localizados(130 casos), opiniones de los ex-residentes entrevistados (49 casos) y familiares entre-vistados (45 casos).

    La experiencia residencial de estos jvenes se extiende en el tiempo desde 1979 enque ingres el primero de los casos, hasta diciembre de 1998 en que sali el ltimogrupo de ex-residentes de la muestra.

    2.2. Fases

    La investigacin ha contado con dos fases. En la primera se seleccion la muestray se revisaron los expedientes para obtener informacin que facilitara la caracteriza-cin general de la muestra y su posterior localizacin. En la segunda fase se pas alocalizar a los ex-residentes para conocer su situacin y realizar, cuando fue posible,entrevistas personales. Esta fase de localizacin se aprovech para realizar entrevistasa los familiares contactados que se mostraron dispuestos a la misma.

    Para la primera fase se elaboraron unos instrumentos de registro de datos.

    Datos de identificacin del menor. Fecha de alta y baja en la Residencia. Motivo de ingreso. Motivo de cierre del expediente. Residencia de la que causa baja. Domicilio de salida y Servicios Sociales de referencia.

    Para la segunda fase se elabor un guin de entrevista para:

    a) Ex-residentesEste instrumento tiene dos partes:Un cuestionario cerrado:

    Descripcin concreta de la situacin actual del menor: vivienda, estudios,trabajo, situacin econmica.

    Un cuestionario abierto: Valoracin del ingreso, estancia y salida de la residencia. Propuestas de intervencin para los educadores y sugerencias para los

    actuales residentes.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    196 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • b) Familiares.Esta instrumento incluye cuestiones relevantes relacionadas con la impresin del

    familiar en relacin con el menor y tiene un formato anlogo al anterior con pregun-tas cerradas y abiertas:

    Datos de la persona entrevistada y su relacin con el menor. Informacin relacionada con la situacin actual del menor. Valoracin del ingreso, estancia y salida de la residencia del menor. Sugerencias de intervencin para los educadores y las familias desde su pers-

    pectiva..

    La tarea de localizacin de los ex-residentes ha sido muy complicada. En granparte de los casos la informacin obtenida de los expedientes no result de mucha uti-lidad al encontrarnos con que las direcciones de referencia no existan ya en elmomento de la localizacin. De ah que se llevara a cabo un trabajo de localizacincomplementaria mediante la consulta a otras personas e instancias que podan teneralguna referencia de los mismos.

    3. ALGUNAS CONCLUSIONES

    3.1. Caractersticas de los ex-residentes de la muestra

    Por edades, el mayor porcentaje de ingresos, se produjo entre los 12 y los 15 aos,siendo la media de edad de ingreso en esta muestra de 12,14 aos.

    La duracin media de la estancia en la residencia ha sido de 5,18 aos. No obstan-te, un porcentaje algo superior a la mitad (51.7%) han permanecido en la residenciams de 4 aos.

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 197

  • Por sexos, se observa una ligera mayora de ingresos de varones que de nias. Sinembargo, a partir de 16 aos se invierte esta tendencia producindose ms ingresos enel caso de las nias (Grfico 1).

    Los ex-residentes de la muestra contaban en enero del ao 2004 edades compren-didas entre los 20 y los 34 aos, siendo la edad media de 24,81 aos.

    A partir de los datos obtenidos la experiencia residencial de los jvenes de la mues-tra se extiende en el tiempo y de forma progresiva desde el ao 1979, en que ingresel primero de los casos cuando contaba dos aos de edad y que estuvo interno duran-te 17 aos, hasta 1998 en que sali el ltimo grupo de ex-residentes de la muestra.

    Dentro del tipo de medida adoptada con los menores que motiv su ingreso en laresidencia nos encontramos que, de la muestra con la que se ha trabajado, un 82 % decasos tenan medida de tutela y el 17,4% de casos medida de guarda.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    198 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • Cuando se trata de casos con medida de guarda entre las problemticas ms sig-nificativas que la motivaron destacan los conflictos familiares (35%), la carencia derecursos (16,7%) y la conflictividad del menor (13,3%). Se dan tambin otras proble-mticas asociadas a las anteriores que se recogen en el siguiente grfico.

    En los casos que tuvieron medida de tutela destacan como causas ms representa-tivas la imposibilidad de ejercer la funcin parental (por causas diversas) (35,5%), lassituaciones de orfandad, la enfermedad de los padres o tutores, el abandono, la pri-sin de los padres y la carencia de recursos.

    3.2. Situacin actual de los ex-residentes

    Como ya se ha comentado anteriormente, de la muestra original de 344 casos, seha conseguido algn tipo de informacin sobre la situacin actual de 130. Esta infor-macin no es uniforme en todos los casos: en algunos se ha conseguido una informa-cin pormenorizada y de otros hay pocos datos.

    Para valorar el grado de integracin social de los ex-residentes se ha recogidoinformacin sobre las siguientes variables: situacin laboral, tipo de trabajo y sueldo,tipo y rgimen de vivienda actual, persona o personas con las que convive, existenciade hijos, estancia en Centro Penitenciario, otros recursos en los que se encuentran losex-residentes. Cuando ha sido posible se ha cotejado la informacin obtenida con lacorrespondiente a la poblacin joven general, para lo que se han utilizado los infor-mes INJUVE: Juventud en Cifras 2000-01 y Informe Juventud en Espaa 2004, INE.Censo de Poblacin y Viviendas 2001(resultados detallados a febrero de 2004.

    En general la situacin laboral de los ex-residentes es bastante parecida a la de losjvenes de la poblacin general. Destaca especialmente la precariedad de los trabajosque es ms significativa en el caso de las mujeres.

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 199

  • Sin embargo se observan diferencias en lo que respecta a vivienda y personas conlas que conviven.

    En el primer aspecto el colectivo de ex-residentes vive en una proporcin superioren viviendas independientes del ncleo familiar. Igualmente se observa una mayorproporcin de ex-residentes que conviven en pareja y/o que tienen hijos que en el casode la poblacin joven general.

    Otro dato conocido es el de aquellos ex-residentes que han estado o estaban, en elmomento de la investigacin, en situacin de reclusin en centro penitenciario porproblemas con la ley. Del total de la muestra de 344 casos, el 11,4%, 39 casos, ha esta-do ingresado en algn momento en centro penitenciario despus de abandonar la resi-dencia.

    Hay que resaltar que al menos en 22 casos, el 56,41%, estos jvenes tenan dos oms experiencias de reclusin. En el momento de la investigacin slo permanecanen prisin 15 casos, el 4,4% de la poblacin de la muestra, de los cuales 14 eran varo-nes y slo una mujer. Comparando los datos de reclusin con los que se dan entre lapoblacin joven general se ha encontrado una mayor proporcin de poblacin reclusa

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    200 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • entre el colectivo de ex-residentes, 4,38%, que en la poblacin joven general, 0,23%.En ambos grupos el colectivo de varones es superior al de mujeres.

    3.2. La opinin de los ex-residentes entrevistados

    Este apartado recoge las opiniones obtenidas a partir de las entrevistas directas alos ex-residentes, realizadas mayoritariamente mediante contacto personal o por tel-fono, en los casos en que ese contacto no fue posible.

    Las entrevistas se han intentado realizar con mucho tiempo por delante, en unclima tranquilo y de confianza, siendo conscientes, como entrevistadores, de la difi-cultad que para los entrevistados poda tener la evocacin de algunos temas plantea-dos.

    El guin de la entrevista comienza por recoger, en primer trmino, las cuestionesde la situacin social en el presente, ms fciles de contestar, dejando para la segundaparte, la evocacin del pasado, mucho ms delicada, y que, a veces, no estaba muyelaborada.

    De los 130 ex-residentes localizados, se ha conseguido contactar personalmentecon 57 casos a los que se propuso realizar una entrevista. De ellos tres no quisieronrealizar la entrevista. Otros cinco mostraron disposicin a hacerla, pero llegado elmomento acordado, o no se presentaron, o la fueron posponiendo indefinidamente,alegando diferentes dificultades para llevarla a cabo, o se perdi el contacto con ellos.

    Los 49 ex-residentes entrevistados tenan edades entre 21 y 33 aos, siendo elgrupo de edad ms numeroso el de 26 aos. De la muestra entrevistada, 30 son muje-res y 19 varones.

    Respecto a la opinin que los ex-residentes tienen en cuanto al acogimiento resi-dencial se podran destacar los siguientes aspectos:

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 201

  • 3.2.1. Valoracin del ingreso

    En general (51%) los ex-residentes manifiestan que, en el momento del ingreso, noconocan el motivo por el que entraban en la institucin. En muchos casos lo achacana su temprana edad. Entre los que sealan conocer las razones (44,9%) por las queingresaron lo saban por su familia o porque debido a su edad eran conscientes ya dela situacin familiar. En ningn caso manifiestan que hubieran sido informados desdeel mbito residencial.

    No saba el motivo. Slo preguntaba a la educadora y al portero sobre cun-do me iba a casa. Estuve 2 meses sin ver a mis padres. Luego cuando pudieron,vinieron. Cuando se regulariz la situacin, sala los fines de semana.

    Sabas que tu madre no te poda cuidar, que tenas que irte para noestorbar.

    Otra cuestin por la que se les preguntaba era si consideraban que si se podrahaber hecho otra cosa. A esto la mayora (53,1%) opina que no se hubiera podidoencontrar otra alternativa al acogimiento residencial.

    No s. En esta situacin veo difcil que pudiera haberse hecho otra cosa.

    Sin embargo un grupo importante (38,8%) considera que hubiera podido permane-cer en la familia natural o extensa con diversos apoyos bien de carcter econmico ode otro tipo como informacin, orientacin y apoyo psicolgico tanto a la familiacomo a los propios menores.

    Ayudar a la familia, mantenerla unida a la familia.

    En cuanto a los sentimientos experimentados como consecuencia del ingreso en laresidencia, una gran parte (51%) manifiesta que se sinti mal como consecuencia dela separacin familiar. Los que manifiestan haberse sentido mal explicitan como cau-sas el sufrimiento por la separacin de la familia o por no poder estar con sus herma-nos, la soledad o falta de afecto, el miedo a lo desconocido y la dificultad de la con-vivencia con muchos nios, algunos con graves problemas. Algunos recuerdan laexperiencia del ingreso como especialmente traumtica, y en algn caso supone unaexperiencia que puede vivirse con sentimientos de marginacin y estigmatizacin.

    Me sent muy mal. El calor de los padres lo es todo. Entr con miedo, aun-que me dijeron que iba a estar bien.

    Este malestar es especialmente intenso en el caso de separacin de hermanos,bien por derivacin a distintos recursos residenciales, bien a medidas de acogi-miento familiar.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    202 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • Mal, porque estaba sola. Mi hermana era tres aos mayor y estaba en otrogrupo. Yo no poda estar sin ella. Me puse enferma [por no estar con mi her-mana]. Al final, me trasladaron con ella.

    Los que dicen haberse sentido bien al ingresar (34,7%), hablan del alivio que lessupuso salir de una situacin conflictiva en su medio familiar. Otros mencionan elbienestar de encontrar cuidados materiales (comida, ropa, juegos).

    Bien. Fue como una liberacin al cambiar a una situacin ms tranquila.

    3.2.2. Valoracin de la estancia

    Respecto a la estancia en la residencia la mayora (73,5%) la valora positivamen-te. Esta valoracin positiva tiene que ver con el apoyo y buen trato recibido por partede los educadores, la permanencia conjunta de los hermanos y la educacin recibida.

    Muy positivamente. Tuve mucha suerte en los pisos donde estuve, y tam-bin con los educadores, que estaban 24 horas con nosotros, con una gran impli-cacin personal.

    Entre los aspectos que ven como negativos se encuentran la falta de autonoma, laconflictividad entre compaeros, la soledad y la falta de atencin personalizada.

    Esta valoracin positiva se extiende tambin al clima de convivencia (67,3%) exis-tente en el centro y a la valoracin de los profesionales (57,1%).

    Por lo que respecta al clima de convivencia consideran como aspectos muy positi-vos la buena relacin con compaeros y educadores, as como la buena organizaciny la semejanza entre el clima de la residencia y un ambiente familiar idealizadoTambin se valora la existencia de un ambiente estructurado con pautas claras y espa-cios personalizados. Los que consideran que el clima no fue bueno por diferentes cir-cunstancias lo atribuyen especialmente a la existencia de tensin, miedo por la hosti-lidad entre compaeros y problemas de convivencia en general. Tambin la sensacinde soledad y de falta de atencin de los educadores, as como el trato discriminatorio.

    En cuanto a los profesionales se valora de modo especial la implicacin de los mis-mos, el afecto recibido y la atencin educativa. Se reconoce especialmente a los edu-cadores con los que se ha tenido un vnculo permanente en el tiempo. Sin embargocuando se explicitan aspectos negativos de los profesionales estos tienen que ver conla falta de atencin, el desinters por el trabajo y las rias y castigos que se conside-ran injustos. Tambin consideran negativos aspectos como la falta de apoyo, la ausen-cia de escucha y comprensin, la falta de inters personal por los menores y la faltade exigencia por parte de los profesionales.

    La relacin mantenida con los compaeros es bien valorada en general (55,1%)destacando entre los aspectos positivos la camaradera, el apoyo y la amistad, aunquese reconoce la dificultad de la convivencia con chicos que, en muchos casos, eran con-

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 203

  • flictivos. Cuando sealan aspectos negativos en dicha relacin destacan la conviven-cia con nios de distintas edades y diversas problemticas, el elevado nmero de niosen el grupo, la tensin que se generaba y en algunos casos, las agresiones.

    3.2.3. Valoracin de la salida

    Aunque algo ms de la mitad de los ex-residentes (51.7%) permaneci ms de 4aos internos, sin embargo una gran mayora (81,6%) manifest tener donde ir cuan-do salieron de la residencia. Estas salidas tuvieron lugar especialmente al domiciliofamiliar bien de uno o ambos progenitores, al de abuelos, tos u otros parientes. Sloun pequeo porcentaje pas a algn recurso tutelado pblico o privado.

    Una mayora (65,3%) considera que desde la residencia se les ayud a organizar suvida con diferentes apoyos con vistas a la salida de la residencia. Esta ayuda se con-cret, en general, en una orientacin personal para enfrentarse a la vida autnoma enel sentido del ahorro, la administracin de su dinero, bsqueda de trabajo, de piso, lle-var una casa o gestionar, en su caso, ayudas para el estudio. En otros casos, adems,se les proporcionaron recursos para la autonoma, como trabajo o vivienda. Algunosdestacan y valoran que este apoyo continu por parte de educadores con los quesiguieron teniendo relacin despus de salir de la residencia.

    Casi la mitad (49,0%) de lo entrevistados consideran que el trabajo de prepara-cin para la salida de la residencia se realiz por parte de los educadores de lamejor manera posible. Algunos puntualizan que, si no se pudo hacer ms, fue porcausa de dificultades institucionales o sociales que sobrepasaban las posibilidadesde los educadores.

    Un grupo importante (44,9%), sin embargo, considera que el trabajo para la pre-paracin de la salida podra haberse hecho mejor desde la residencia. Parte de estegrupo seala la necesidad de haber recibido recursos para organizarse la vida de formaautnoma, sin tener que depender de la familia que ya de por s estaba necesitada,mediante ayudas econmicas, bsqueda de empleo y vivienda. Otros hablan de nohaber tenido la escucha y el apoyo suficiente. Y en algn caso echan en falta un apoyoglobal general, tanto desde el punto de vista de recursos materiales, como una ayudapsicolgica para asumir el pasado y poder enfrentar el futuro.

    En cuanto a los recursos recibidos despus de la salida la mayora (69,4%) mani-fiesta no haber recibido ayuda de la Administracin ni de entidades privadas al salirdel sistema de proteccin de menores, o que esta fue insuficiente, bien porque efecti-vamente no la recibieron, o porque no dieron opcin a la misma al irse por su cuenta,como consecuencia de la insatisfaccin que la estancia les produca. Concretan la faltade ayuda en ausencia de informacin, apoyos econmicos para ellos y su familia ofalta de recursos para la autonoma. Adems, sealan la sensacin de desamparo anteel contraste entre la abundancia de recursos y el sentimiento de proteccin dentro dela residencia y las carencias y falta de preparacin cuando se encontraron fuera de ella.Alguno destaca que la estancia slo fue un parntesis para volver a encontrarse con lamisma situacin familiar al salir, pero sin ningn tipo de ayuda.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    204 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • En algunos casos, pidieron alguna ayuda econmica o de vivienda que no recibie-ron, o tuvieron ayuda ocasional de sus educadores o personal del centro para accedera algn trabajo. La mayora tuvo que salir adelante con sus propios recursos, a vecespasando muchas dificultades y slo un pequeo grupo recibi alguna ayuda econmi-ca de la Administracin o de asociaciones privadas o en algn caso, con el tiempo seles lleg a conceder un piso del IVIMA.

    Los educadores constituyen uno de los recursos ms importantes en el trabajocon esta poblacin. De ellos se espera especialmente que tengan actitudes de pacien-cia, afecto y apoyo; capacidad de escucha y empata, as como una implicacin posi-tiva hacia los nios y nias a su cargo. Para ello consideran fundamental la prepa-racin y profesionalidad de los educadores; piensan que el trabajo del educador hade basarse en la atencin y el apoyo a las necesidades y situaciones particulares decada nio, para ayudarles en sus problemas, orientarles personalmente y prepararlespara el futuro.

    Entre las necesidades de los nios, consideran prioritario mantener la relacin delos mismos con sus familias.

    3.3. La opinin de los familiares

    La muestra de familiares entrevistados que se presenta en este trabajo no ha sidoobjeto de una seleccin previamente establecida, sino que se ha obtenido al azardurante el proceso de bsqueda de los ex-residentes.

    Se han realizado 45 entrevistas telefnicas a distintos familiares o allegados de ex-residentes, de los cuales 21 son familiares de ex-residentes, que tambin han sidoentrevistados, y 24 lo son de ex-residentes no entrevistados.

    Todas estas personas han estado implicadas ms o menos directamente en los pro-cesos que dieron lugar a su internamiento. Sus opiniones nos permiten contemplardesde otra perspectiva la valoracin del acogimiento residencial de los menores. 16entrevistas correspondieron a progenitores (10 madres y 6 padres), 12 a abuelos (11abuelas y 1 abuelo), 11 a tos (9 tas y 2 tos), 2 a hermanos/as y 4 a otro tipo de parien-tes o allegados.

    Respecto a la opinin que los familiares tienen en cuanto al acogimiento residen-cial habra que destacar:

    3.3.1. Valoracin del ingreso

    Respecto a la implicacin de las familias en el ingreso de los nios, una mayorade los familiares (62,2%) opina que la Administracin cont con las familias de losnios, puesto que fue algn miembro de la familia el que tom la iniciativa de solici-tar la medida de ingreso a la misma. Por ello muestran su acuerdo con la medida adop-tada porque pensaban que supona una mejora respecto a la situacin en la que seencontraban los menores, aunque en algunos casos hubieran preferido un recurso dis-

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 205

  • tinto al que se les ofreci. El resto de los casos (37,8%) piensa que la Administracinse los quit sin tenerlos en cuenta en el procedimiento y la valoracin de la medida deacogimiento. Mayoritariamente este grupo consideran que podran haberse buscadootro tipo de alternativas al ingreso en la residencia.

    Ms de la mitad de los entrevistados (56,7 %) considera que se podran haberbuscado otras alternativas distintas a la medida de internamiento, y que hubierapodido sacar adelante a los nios bien con sus propios medios o con ayuda bien deorientacin personal a la familia o bien facilitndole algn otro tipo de recursos.Entre las alternativas propuestas por los familiares predomina la de que los meno-res se hubieran quedado con la familia nuclear o extensa, en algunos casos contan-do con apoyo.

    Los que piensan que no haba otra alternativa consideran que la problemticafamiliar o la propia problemtica del menor hubieran dificultado una adecuadaatencin.

    Al valorar, desde el presente, si el ingreso fue o no una buena medida, algo ms dela mitad (51,4%) de los familiares entrevistados considera que s lo fue, porque losnios estuvieron ms protegidos y controlados que con su propia familia. El grupo defamiliares que considera negativa la medida (37,8%) y que vara en su valoracindependiendo del centro (algunos ex-residentes pasaron por ms de un centro) en el queestuvo el menor (10.8%) piensa que, o bien fue innecesaria, ya que la familia hubierapodido asumir el cuidado de los nios, o bien fue claramente perjudicial, debido alambiente negativo y malas influencias recibidas en la residencia.

    3.3.2. Valoracin de la estancia

    La opinin de ms de la mitad de los entrevistados (51,4%) respecto a la expe-riencia residencial de los ex-residentes es positiva. Esta valoracin tiene que ver conaspectos como la educacin recibida, el control ejercido sobre los menores, la preo-cupacin por los estudios, el cario en el trato, y por aspectos materiales de cuidado yatencin fsica y la responsabilidad que se les inculcaba.

    Sin embargo un grupo muy importante (48,6%) considera que la estancia fuenegativa o variable por motivos que tienen que ver con no haber conseguido un tra-bajo y apoyo despus de la salida, haber salido peor que cuando ingres, la ausen-cia de control y malas compaas con las que se juntaba, no haber recibido los cui-dados necesarios o no haber cubierto la residencia las expectativas que tena lafamilia.

    Una gran mayora de los familiares entrevistados (95%) mantuvo el contacto conlos ex-residentes durante la estancia en las residencias. Este contacto tena lugarmayoritariamente en salidas de fin de semana y vacaciones al domicilio familiar y, enalgunos casos, mediante visitas que efectuaban las familias al centro. Slo un porcen-taje muy pequeo de familias, no sigui teniendo relacin con los menores despusdel ingreso de los mismos en la residencia. As mismo este contacto se ha seguidomanteniendo despus de la salida.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    206 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • 3.3.3. Valoracin de la salida

    Los familiares manifiestan, como los ex-residentes, que stos se incorporaronmayoritariamente a sus domicilios familiares, una vez que causaron baja en la resi-dencia. Estos domicilios eran en general los de alguno o ambos progenitores. En otroscasos las abuelas y tas se convierten en un apoyo importante a la salida de la resi-dencia.

    La mayora de los familiares (59%) no se sintieron partcipes en el proceso de sali-da y consideran que, en general, no contaron con apoyo de los servicios sociales cuan-do los ex-residentes volvieron con ellos. No obstante creen que los ex-residentes salie-ron suficientemente preparados (58,3%) considerando como tal aspectos como: defen-derse con cierta soltura ante las dificultades de la vida cotidiana, conseguir o mante-ner un trabajo y en algn caso, haber alcanzado el nivel bsico de estudios para des-envolverse en la vida.

    Respecto a los profesionales de los centros, los familiares valoran especialmentecualidades que tienen que ver con actitudes relacionadas con el buen trato y el intersmostrado hacia ellos y hacia los ex-residentes.

    Como sugerencias que los familiares entrevistados haran a los educadores que tra-bajan actualmente en la residencia, y por tanto de gran valor para ser tenido en cuen-ta por los profesionales, sealan la necesidad de que se de a los nios cario, atenciny apoyo de forma que puedan confiar en ellos. Que tengan comprensin y muchapaciencia y que ofrezcan contencin y lmites porque son nios con muchos proble-mas. Que impliquen a la familia en un trabajo conjunto y que cuenten con su opinin.Que les orienten y preparen para el futuro consiguiendo estudios y trabajo. Piden quehaya ms educadores capacitados y, en algunos casos, agradecen el buen hacer de losprofesionales con los que han tratado.

    Los familiares esperan de los profesionales actitudes de comprensin, paciencia, inte-rs e implicacin en la tarea. Las sugerencias o propuestas que los familiares haranactualmente a los educadores se centran en aspectos relacionados con cualidades huma-nas y profesionales de su papel como educador, as como en la necesaria colaboracinresidencia-familia. En este sentido algunas respuestas emitidas son las siguientes:

    Cualidades relacionadas con la atencin y el afecto: Que les den todo el carioque puedan porque lo necesitan, Que estn bastante pendientes de los nios...

    Cualidades relacionadas con la comprensin y la paciencia: Que aprendan a tra-tar a esta gente. Que tienen derecho aprender de los fallos, Paciencia, cuidado paraque no se escapen, cuidar con ellos...

    Cualidades relacionadas con la orientacin y referencias educativas: Que lesorienten para encontrar trabajo, ayudarlos, Que los enseen a valerse por s mismos.Mejor trato con ellos...

    Cualidades relacionadas con la contencin y los lmites: Que no les otorguendemasiada libertad, un poco de disciplina, siempre en su justa medida, Cuidado conestos nios, cuando dicen que van a un sitio y se prostituyen, Que sean responsa-bles, que sean respetuosos con la forma de ser de los nios y sean un poquito duros...

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 207

  • Sugerencias centradas en la colaboracin con la familia: Buscar apoyo en el restode la familia. No contar slo con los padres, Hay que estudiar a la persona, indivi-dualizar, hacer caso a la familia, Que contaran con los padres. No slo con los chi-cos. Hacer algo conjunto con los padres. Tener un contacto ms familiar...

    Sugerencias centradas en la profesionalidad de los educadores: Que se han porta-do muy bien, que ahora sigan igual, Darles la enhorabuena. Hace falta paciencia,Ms educadores capacitados...

    3.4. Malas y buenas prcticas en la intervencin

    Entre estas prcticas hemos seleccionado aquellas que, desde la percepcin de losentrevistadores, han tenido una repercusin traumtica o por el contrario, resiliente enel menor, habiendo permanecido en su acervo emocional a lo largo del tiempo. Lasprcticas reseadas, sin tener carcter general, se han seleccionado con la idea de quese tengan muy en cuenta sus posibles repercusiones a la hora de la intervencin conlos nios.

    3.4.1. Malas prcticas identificadas

    Se recogen aqu algunas prcticas que, desde la vivencia de los menores y de susfamilias, han incidido negativamente en su vida. Se encuentran relacionadas con:

    El procedimiento de separacin familiar Inestabilidad por cambios frecuentes de centro o situacin Separacin de hermanos Desinformacin sobre los cambios de situacin Inestabilidad de las plantillas Castigos en la institucin Actitudes negativas de los educadores Falta de preparacin y seguimiento en la salida de la residencia

    3.4.2. Buenas prcticas identificadas

    En este apartado se llama la atencin sobre condiciones y procedimientos que,desde los testimonios obtenidos, han ayudado a una mejor integracin emocional ysocial. Se encuentran relacionadas con:

    Grupos y espacios reducidos Estabilidad de los educadores Disponibilidad y apoyo de los educadores Comprensin, afecto y empata hacia nios y familias

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    208 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

  • Respetar y mantener el vnculo nio-familia Control y estructuracin del tiempo Exigencia en el estudio y preparacin acadmica Buena preparacin de la salida de la institucin y seguimiento de la misma

    4. CONCLUSIN

    Esta investigacin pone de relieve que los ex-residentes localizados tienen, engeneral, un grado de integracin social positivo. En este sentido y si tenemos en cuen-ta variables como la situacin laboral, tipo de trabajo y sueldo, su situacin no difie-re mucho de la de otros jvenes de su misma edad. As mismo tanto los jvenes entre-vistados como sus familiares, globalmente, hacen una valoracin positiva sobre todoel proceso de la estancia en la residencia. Apuntan aspectos que desde el trabajo resi-dencial les han resultado especialmente positivos destacando especialmente el apoyoy buen trato recibido por parte de los profesionales, la organizacin existente, unambiente estructurado donde haya pautas claras y espacios personalizados y en gene-ral la educacin recibida. Entre los aspectos negativos sealan, entre otros, la falta deautonoma, de atencin adecuada, problemas de convivencia, y la falta de exigenciapor parte de los profesionales. Sin pretender agotar el tema, se dejan abiertas diferen-tes vas para otras investigaciones sobre este tema. Las instituciones de acogimientoresidencial constituyen, an hoy da, un recurso social de considerable importancia enla atencin a la infancia desfavorecida, por ello es necesario mantener una lnea deinvestigacin que aporte elementos de evaluacin que permitan avanzar hacia estn-dares de calidad lo ms adecuados posibles a la poblacin con la que se trabaja.

    BIBLIOGRAFA

    Bowlby, J. (1985). Cuidado Maternal y amor. Mxico. Fondo de cultura econmica. Casas i Aznar, F. (1998). Infancia: perspectivas psicosociales. Barcelona Paids.Casas i Aznar, F. (1988). Las Instituciones Residenciales para la Atencin de Chicos

    y Chicas en Dificultades Socio-familiares: Apuntes para una Discusin.Menores (10, julio-agosto), 37-50.

    Fernndez del Valle, J., y Fuertes Zurita, J. (2000). El acogimiento residencial en laproteccin a la infancia. Madrid. Pirmide.

    Fernndez, J., lvarez, E. y Bravo, A. (2003). Evaluacin de Resultados a Largo Plazoen Acogimiento Residencial de Proteccin a la Infancia. Infancia y Aprendizaje,26 (2), 235-249.

    Funes, J. (Coord.) (1999). La relacin Educativa con los chicos y chicas adolescentes enPisosResidencia. Servicio de Coordinacin de Centros del Instituto Madrileo delMenor y la Familia. Comunidad de Madrid. Documento no publicado.

    Funes, J. (Coord.) (2000). La prctica de la relacin educativa con los chicos y chi-cas adolescentes en los espacios residenciales. Servicio de Coordinacin de

    Valoracin del acogimiento residencial en centros de proteccin de menores...

    Tendencias Pedaggicas 13, 2008 209

  • Centros del Instituto Madrileo del Menor y la Familia. Comunidad de Madrid.Documento no publicado.

    Goffman, E. (1987): Internados. Ensayo sobre la situacin social de los enfermosmentales. Madrid. Amorroutu.

    INE. Censo de poblacin y vivienda, 2001.INJUVE. Juventud en cifras 2000-2001.INJUVE. Informe Juventud en Espaa 2004.Lpez F., Torres Gmez de Cdiz, B., Fuertes, J., Snchez Redondo, J.M. y Merino,

    J. (1995). Necesidades de la infancia y proteccin infantil 2. Actuaciones frentea los malos tratos y desamparo de menores. Madrid: Ministerio de AsuntosSociales.

    Muoz Cano, R. y Redondo Hermosa, E. (1998). Manual de Buena Prctica para laAtencin Residencial a la Infancia y Adolescencia. Madrid. FAPMI. Ministeriode Trabajo y Asuntos Sociales.

    Palacios, J. (2003). Instituciones para Nios: Proteccin o Riesgo?. Infancia yAprendizaje, 26 (3), 353-363.

    Winnicott, D. W (1.998). Deprivacin y delincuencia. Buenos Aires. Paids.VVAA (2002). La funcin del educador en el acogimiento residencia. Madrid.

    Consejera de Educacin. Comunidad Madrid.VVAA (2001). La atencin educativa a los nios/as de 0-6 aos en las residencias de

    primera infancia de la Comunidad de Madrid. Consejera de Servicios sociales.Comunidad de Madrid. Cuadernos Tcnicos de Servicios Sociales N 13.

    Agustn de la Herrn, Celiano Garca Barriocanal y Ana Imaa Martnez

    210 Tendencias Pedaggicas 13, 2008

    Rev-Tendencias n 13 193Rev-Tendencias n 13 194Rev-Tendencias n 13 195Rev-Tendencias n 13 196Rev-Tendencias n 13 197Rev-Tendencias n 13 198Rev-Tendencias n 13 199Rev-Tendencias n 13 200Rev-Tendencias n 13 201Rev-Tendencias n 13 202Rev-Tendencias n 13 203Rev-Tendencias n 13 204Rev-Tendencias n 13 205Rev-Tendencias n 13 206Rev-Tendencias n 13 207Rev-Tendencias n 13 208Rev-Tendencias n 13 209Rev-Tendencias n 13 210