valencia alonso - entre la resitencia social y la acción política

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ENTRE LA RESISTENCIA SOCIAL Y LA ACCIÓN POLÍTICA De bandidos a políticos

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VALENCIA Alonso - Entre La Resitencia Social y La Acción Política

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  • ENTRE LA RESISTENCIA SOCIAL Y LA ACCIN

    POLTICA De bandidos a polticos

  • ENTRE LA RESISTENCIA SOCIAL Y LA ACCIN

    POLTICA De bandidos a polticos

    Alonso Valencia Llano

  • Universidad del ValleFacultad de HumanidadesDepartamento de Historia

    Ttulo: Entre la resistencia social y la accin poltica. De bandidos a polticos

    Autor: Alonso Valencia Llano

    ISBN: 978-958-765-090-7

    Rector de la Universidad del Valle: Ivn Enrique Ramos CaldernDecana de la Facultad de Humanidades: Gladys Stella Lpez JimnezJefe Departameno de Historia: Antonio Jos Echeverry Prez

    De esta edicin, Universidad del Valle Alonso Valencia Llano

    Ilustracin de cartula:

    Diagramacin e impresin: Unidad de Artes Grficas de la Facultad de Huma-nidades, Universidad del Valle

    El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresin del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad del Valle, ni genera su responsabilidad frente a terceros. El autor asume la responsabilidad por los derechos de autor y conexos contenidos en la obra, as como por la eventual informacin sensible en ella.

    Este libro, o parte de l, no puede ser reproducido por ningn medio sin autori-zacin escrita de la Universidad del Valle.

    Cali, Colombia, febrero de 2014

  • Contenido

    INTRODUCCIN 7

    Dominacin, Tensin y conflicto social 7

    CAPTULO IEL ORIGEN DE LA RESISTENCIA CAMPESINA 17

    Las poblaciones marginadas: los libres en la colonia y en la Repblica 18Los intentos de control de la poblacin libre: el origen de la tensin y del conflicto social 22

    La tensin social y la insurgencia social post independentista 28Los vallecaucanos y el caudillismo: la guerra civil de Los Supremos 30

    CAPITULO IILA INSURGENCIA POPULAR DURANTE EL GOBIERNO LIBERAL 41

    Del bandidaje a la poltica: las reivindicaciones sociales populares 42La insurgencia popular durante el gobierno liberal: Los retozos democrticos 49Aqu nadie manda sino el pueblo!: primer intento de gobierno popular 52La oligarqua en el poder: la derrota del pueblo insurgente 58

    CAPTULO IIILA GUERRA DEL 60 Y LA OFICIALIZACIN DE LOS BANDIDOS 63

    La implantacin del federalismo y la Repblica del Cauca 65Los bandidos y la guerra del 60 73Los bandidos polticos: El negro Victoria 75

  • CAPTULO IV

    LA CONSOLIDACION DE LOS GAMONALES 87

    El triunfalismo liberal y el papel de los gamonales 87La violencia y la cotidianidad poltica 93Juan Evangelista Conde: un gamonal bandido 98El desempeo poltico del gamonal 117

    ARCHIVOS CONSULTADOS 137

    PERIDICOS CONSULTADOS 137

    BIBLIOGRAFA 137

  • Introduccin

    Dominacin, Tensin y Conflicto

    El presente trabajo es en parte resultado de una investigacin de ao sabtico que me otorg la Universidad del Valle; en l se estudian los comportamientos polticos de los habitantes del valle del ro Cauca y en especial de la ciudad de Palmira durante el Siglo XIX, lo que se inscribe en una lnea de investigacin que he venido realizando en los ltimos aos1 y que tiene por objeto estudiar las resistencias sociales de aquellos que voluntariamente, o por huir de la accin de la sociedad o del Estado, se pusieron al margen de la sociedad y sus leyes, y para quienes, como dice David Gow, la supervivencia a menudo depende de alguna forma de resistencia, ya sea a travs de la prctica cuidadosa y calculada de las armas de los dbiles o de las vas ms radicales y potencialmente ms peligrosas de la movilizacin masiva y de la resistencia armada.2 1 Los ms recientes resultados de esta lnea estn publicados en mis libros: Dentro de la ley. Fuera de la ley. Resistencias sociales y polticas en el valle del ro Cauca. 1830 -1855, Cali, Centro de Estudios Regionales Regin / Universidad del Valle, 2008 y Marginados y Sepultados en los montes: Insurgencia social en el valle del ro Cauca, 1810 -1830, Cali, Programa Editorial de la Universidad del Valle, 2008. 2 David D. Gow: Replanteando el desarrollo: Modernidad Indgena e Imaginacin moral, Universidad del Rosario, Bogot, 2010, p. 29. Adems de este texto que est muy basado en la obra de Scott que referencio a continuacin, aplicamos los conceptos de resistencia que nos ofrecen: James C. Scott.: Weapons of the weak: Every day forms of peasant resistance, New Haven, Yale University Press, 1985, Juan Manuel Guillem: Los movimientos sociales en las sociedades campesinas, Eudema, Salamanca, 1993 y E. P. Thompson, La economa moral de la multitud, en Tradicin, revuelta y conciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial, Barcelona, Editorial Crtica, 1989. No los

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    A diferencia de mis primeros trabajos de historia poltica y econmica regional, en ste no estudio a los polticos de la lite que detent el poder en la regin y el pas, sino a aquellos que provenan de sectores populares y que aprovecharon las reformas republicanas para incorporarse en la sociedad republicana que estaba en construccin. Se trata de dirigentes polticos que emergieron de los grupos de mestizos que fueron conocidos como castas durante el perodo colonial y que aprovecharon las luchas de Independencia para vincularse a los ejrcitos, o de los esclavos que en la confusin del perodo escaparon de sus amos y buscaron insertarse en los espacios sociales que ofreca el Estado Republicano.

    Si se les mira desde el punto de vista de la dominacin social,3 estas castas estaran integradas por diferentes sectores sociales:

    a. Los esclavos quienes a pesar de su poca importancia numrica tenan un peso econmico y social de consideracin, porque en ellos descansaba el criterio mejor elaborado de la dominacin, por reunir todos los elementos discriminatorios: jurdico, racial, social, cultural y econmico.

    b. Los peones de las haciendas o de los hatos ganaderos, una categora social a la que la historiografa social y econmica vallecaucana ha prestado poca atencin, quienes se han fijado a la hacienda mediante mecanismos diversos: econmicos, gracias a la cesin de un pedazo de tierra en propiedad precaria que a menudo los convierte en agregados; culturales, gracias al establecimiento de relaciones diversas con los propietarios entre las que destaca el compadrazgo, y jurdicas, por la firma de contratos de prestacin de servicios personales o de los que derivaron de las leyes de manumisin.

    c. Los campesinos libres de filiacin tnica diversa, con su economa familiar que fluctuaba entre la subsistencia y el mercado y se basada en el minifundio; tenan una estrecha relacin con los comerciantes locales, fueran hacendados o no, quienes a menudo expresaban su descontento frente a sus prcticas productivas por considerarlas ilegales frente a la competencia por los mercados locales o subregionales, pero que establecan con ellos

    detallamos porque los hemos desarrollado ms ampliamente en trabajos anteriores que aparecen referidos en la cita anterior.3 Se entiende por dominacin, la subordinacin o los intentos de subordinacin a otro. Se basa en el control de los factores del proceso productivo, basado en criterios jurdicos e ideolgicos que lo justificaban ante la clase dominante y la dominada, as como la coercin para imponerlo. Ver Gastn Carvallo: Prceres, caudillos y rebeldes. Crisis del sistema de dominacin. 1830 1908, Grijalbo, Caracas, 1994.

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    compras anticipadas de cosechas o adelantos en dinero en especie con el fin de controlar la comercializacin de la produccin.

    d. Los pequeos comerciantes rurales, principalmente pulperos y cacharreros; los primeros estacionarios y los segundos migrantes. A pesar de existir bastante documentacin que muestra que competan con los hacendados y los comerciantes por los mercados urbanos y rurales, este sector econmico tambin ha sido poco estudiado. En los registros documentales se les destaca por su prctica de comprar, a los campesinos libres y dependientes, la produccin derivada del contrabando de productos estancados o del abigeato.

    e. Los rebeldes y los marginados que reaccionaron contra la disciplina del trabajo y la dominacin desde el perodo colonial, quienes se incrementaron numricamente en la poca de la independencia y la post independencia y estaban socialmente situados al margen de la legalidad y de la moralidad que regan a los sectores dominantes y dominados; eran esclavos fugitivos, peones que huan de sus contratos de trabajo, pulperos arruinados, soldados y reclutas en desercin, que realizaban prcticas que se calificaban como delincuenciales y se le vea como bandidos y bandoleros.

    f. Desde luego, no hay que olvidar al sector de los dominados urbanos, compuesto por el servicio domstico, por los dependientes de los establecimientos de comercio y los artesanos, a quienes se les asociaba con los conocidos como plebe, sealados como vagos, maleantes y mal entretenidos sector que -por cierto- fue el que ms llam la atencin de las autoridades por la percepcin, a priori, de que ellos eran generadores de conflicto. En los sectores dominados urbanos debemos incluir tambin a los que trabajaban en los niveles bajos de la burocracia local.4

    En un sentido amplio, en este libro se muestran varias de las tantas tensiones sociales que se crearon con la abolicin del rgimen y del Estado coloniales y la imposicin del republicano, sobre todo la que se produce entre dominadores y dominados. Pero tambin se muestran las medidas que buscaron mitigar o solucionar las tensiones y que le dieron al Estado la funcin de mediacin cuando fue controlado por corrientes polticas liberalizantes, que consideraron como su misin hacer cumplir las promesas libertarias del Estado Republicano.

    4 Para esta clasificacin hemos seguido el modelo que nos ofrece Carvallo, ob. cit., pp. 113 y ss.

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    Una funcional definicin del concepto de Tensin Social, es el que ofrece el socilogo venezolano Jos I. de Urquijo, quien lo utiliza como sinnimo de conflicto, pugnacidad, etc., pero, tambin [] para referirse al estado permanente originado, por la divergencia de intereses contrapuestos, entre grupos sociales. Citando al norteamericano, Wilbert E. Moore, Urquijo nos recuerda que tambin el concepto describe la situacin de divergencia permanente, entre patronos y obreros, en una situacin de trabajo. Ms cercana a la del diccionario de la lengua espaola, que nos muestra la relacin conceptual entre las Ciencias Naturales y las Sociales, es la definicin elaborada por Jean-Christian Fauvet, socilogo francs, quien define las tensiones sociales, como energa invertida por los individuos y los grupos para enfrentarse o ponerse de acuerdo. Para Urquijo, la tensin social parte de un hecho social incuestionable: el antagonismo de intereses; nos dice al respecto:

    La tensin social representa, por otra parte, un momento de los antagonismos sociales anterior al conflicto abierto, simultneo con los conflictos latentes y concomitante para con los conflictos resueltos parcial y temporalmente. La tensin, en consecuencia, es un fenmeno constante. Por eso, desde la perspectiva de las tensiones sociales, todo enfoque del orden viene a ser un enfoque del conflicto y todo enfoque del conflicto, un enfoque del orden. Armona y conflicto, resultan el envs y el revs de una misma realidad social, dialcticamente expresada por los antagonismos sociales.5

    Para los objetivos de este libro este concepto es til porque en l mostraremos varias de las tantas tensiones sociales que se crearon con la abolicin del rgimen y del Estado colonial y la imposicin del Estado y de la construccin de la sociedad republicana, sobre todo las que se producen entre dominadores y dominados, pues como lo dice Gustavo Mariluz, en su definicin del mismo concepto:

    Entendemos por Tensin Social al resultado del conflicto social originario y que se manifestar como problemas, como cuestiones. La Tensin Social es la accin social que deviene de la aparicin de un conflicto social. En otras palabras, la Tensin Social es la tendencia a acumular poder en algn polo de la relacin social. Digo poder en su acepcin ms restringida que es la de imponer la propia voluntad por sobre la de los otros (Weber). Habr Tensin Social

    5 En: El Concepto de Tensin en las Relaciones de Trabajo, publicado en http://jidurquijo.blogspot.com/2007/11/el-concepto-de-tension-en-las-relaciones.html, pp. 5 6. Consultado 14/07/2013 6:32 p.m.

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    Entre la resistencia social y la accin poltica. De bandidos a polticos

    cuando uno de los sujetos de la relacin social establecida pretenda imponerse sobre el otro sujeto portador del otro polo de la relacin social.6

    Todo nos remite al conflicto, que para Marx y Engels es la simple lucha de clases; el problema radica en cmo entenderlo en sociedades sin clases claramente establecidas como ocurre en las sociedades pre modernas, lo que nos obliga a buscar conceptos ms funcionales que superen la negatividad con la que se le percibe. La sociologa, con sus diversas tendencias, aporta visiones que pueden ser sintetizadas en la forma en que lo propone Jess Giner:

    El conflicto es un aspecto bsico del cambio social, ya que permite resolver divergencias de grupos o colectividades para alcanzar un nuevo modelo de integracin social. El estudio del cambio social ha desarrollado esquemas y teoras basados en el conflicto social.

    Los tipos de conflicto son mltiples y difciles de clasificar, debido a la variedad de actividad conflictiva que puede darse en cualquier situacin humana que requiera unificacin y resolucin de antagonismos. Los ms frecuentes son de origen familiar, lucha de clases, guerra entre estados, luchas por el poder poltico, ideologas, intereses profesionales, marginacin lingstica, racial, religiosa o sexual.7

    Desde luego en esta obra, estudiaremos los factores del conflicto, pero tambin las medidas que buscaron mitigar o solucionar las tensiones que los generaban y que le dieron al Estado la funcin de mediacin cuando fue controlado por corrientes polticas liberalizantes, que consideraron como su misin hacer cumplir las promesas libertarias del Estado Republicano. Desde esta perspectiva no pretendemos ver la tensin social como productora de resultados nicamente negativos:

    La Tensin Social supone asimetras y desigualdades pero esto no debe analizarse desde su negatividad. Una de las ideas que se quiere explorar en este trabajo de reflexin es entender a la Tensin Social como una energa dinamizadora, como un combustible que permite el devenir histrico. La ausencia o desaparicin de la Tensin Social puede traer aparejado un estancamiento social.8

    6 Gustavo Mariluz: La tensin social. Emergencia y solucin consultada el 17 de julio de 2013 a las 8:08 p.m. en https://www.inea-argentina.com.ar/.../LaTensinSocial%20Gustavo%20Mariluz.html, p. 3.7 Jess Giner: Teoras del conflicto, consultado el 17 de julio de 2013 a las 9:59 p. m. en http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/C/conficto_social_teorias.pdf. 8 Ibd., p. 3.

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    En consecuencia mostraremos el problema de la armona y el conflicto, tema que, como lo dice Urquijo, es candente y difcil de abordar con objetividad, ya que nos hemos movido en la dicotoma de rechazar o aceptar la violencia como actitud social fundamental.9 Desde luego, como lo dice Mariluz:

    [] amn de su complejidad y profundidad, los hechos sociales no son susceptibles de ser abordados con la objetividad a la que nos tiene acostumbrado las ciencias fsico-naturales. Muy por el contrario, el estudio de los hechos sociales siempre se realiza desde un marco de subjetividad. Esta particularidad no le quita ni profundidad ni saber al discurso que se enuncia y que intenta desentraar analticamente cmo, los por qu y los qu de los fenmenos que suceden en una sociedad.10

    En la medida en que estudiamos las tensiones el nfasis est centrado en las formas de protesta social que ellas produjeron, para lo cual tendremos en cuenta que los principales actores sociales y polticos que estudiaremos actuaron en contextos pre capitalistas; por lo tanto son campesinos11 o habitantes de pequeas urbes que, por necesidades vitales, a menudo aparecen como artesanos o como asalariados que, ante el deterioro o modificacin inconsulta de sus condiciones de existencia o ante promesas de inclusin social o de polticas de igualdad incumplidas, con frecuencia realizaban movimientos espontneos de protesta ante la presin externa y volvan a sus tradicionales formas de vida cuando los factores de perturbacin causantes de tensin eran superados.

    Como veremos despus, en muchas ocasiones estos movimientos fueron coordinados con otros actores sociales que padecan presiones similares y que no redujeron sus metas a la disminucin de los factores de perturbacin sino a la conquista del poder poltico. Juan Manuel Guillem, nos ofrece una clasificacin atemporal de estos movimientos, advirtiendo que utiliza como elemento diferenciador, precisamente, el inters por alcanzar el poder poltico:

    9 Ibd., p. 110 Mariluz, ob. cit., p. 1.11 Respecto a los campesinos como categora social consltese a Eric R. Wolf, Los campesinos, editorial Labor, Espaa, 1971; este sigue siendo el mejor trabajo sobre el tema. De utilidad es el clsico de Alexander V. Chayanov:La organizacin de la unidad econmica campesina. Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires, 1985.

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    Entre la resistencia social y la accin poltica. De bandidos a polticos

    g. Revoluciones: son movimientos que ofrecen alternativa a los valores sociales, a las instituciones y a la forma de distribucin de los bienes escasos y que logran hacerse con el poder (o tienen todas las posibilidad de hacerlo) imponiendo un nuevo orden.

    h. Contrasociedades: son movimientos surgidos como opcin sobre cules deben ser los valores, las instituciones y la distribucin de bienes escasos. Mantienen gran coherencia y se organizan segn el modelo social que proponen, pero no tienen ninguna posibilidad de implantarlo para toda la sociedad.

    i. Marginalidades: son movimientos que se orientan a una alternativa global de sociedad. Su preocupacin es espacial, intentando modificar solamente una faceta, un aspecto muy concreto del orden social.12

    Aplicando esta clasificacin podremos mostrar cmo los vallecaucanos del comn -es decir, los blancos pobres, los libres de todos los colores, los esclavos e indgenas- al estar excluidos de las actividades polticas del perodo colonial aprovecharon las luchas contra las reformas econmicas, administrativas y fiscales de los gobiernos metropolitanos coloniales, las guerras, la independencia y las reformas y los conflictos republicanos, para avanzar por los caminos de libertad que ofreca la sociedad republicana que se estaba creando. Su participacin en los conflictos que las reformar produjeron los convirti en actores polticos.

    El conflicto, se entiende, entonces como:

    [] la oposicin, latente o manifiesta, entre elementos concurrentes en un determinado mbito social, supra-individual. Como hecho histrico, el conflicto social revela el antagonismo de intereses que existe entre determinados grupos o individuos, dentro de una estructura y un orden social determinados. Se suele ubicar, el origen de la conflictividad social, en las relaciones de dominio existentes o desarrolladas dentro de ciertas unidades de la organizacin social.13

    Esta definicin descansa sobre una teora del conflicto, que se basa en las siguientes proposiciones:

    1. En la tesis de la historicidad, que sostiene la realidad dinmica de toda sociedad;

    12 Guillem, ob. cit., pp. 9-13.13 Urquijo, ob cit., p. 4

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    2. en la tesis dialctica, que considera los antagonismos sociales como motor del cambio;

    3. en la tesis de la mutabilidad disfuncional y productiva, que parte de la idea de que cada elemento de la sociedad contribuye a su cambio; y

    4. la tesis de la coaccin que afirma que toda sociedad se sostiene por la coercin que algunos de sus miembros ejercen sobre otros.14

    Adems del conflicto, tambin miraremos la represin ejercida por los sectores tradicionales cuando recuperaron el poder en la regin y en la Repblica, que hizo que quienes cuestionaban el orden establecido, fueran vistos y perseguidos como bandidos, para enfatizar que, precisamente, esta imagen de bandidos, de hombres enmontados, de dscolos, de rebeldes o, simplemente, de delincuentes, los convertir en un importante factor de perturbacin poltica que ser aprovechado por quienes sienten la necesidad de destruir el antiguo rgimen y completar la obra de transformacin social iniciada con la independencia.15

    Desde luego, tambin mostramos en este libro cmo los bandidos se convirtieron en polticos, y cmo de ellos, que eran considerados ya como la parte excluida del pueblo republicano, saldrn las bases sociales del Partido Liberal con sus mltiples contradicciones, que llevarn a que mediante los retozos democrticos, los blancos pobres, los negros, mulatos y mestizos en general, que fueron convertidos en el discurso liberal en el pueblo soberano, luchen no slo por los principios de libertad, igualdad, fraternidad si no, principalmente, por un pedazo de tierra que les permitir vivir libres. Este ltimo problema, que en la poca se conoci como comunismo territorial, llev a procesos de represin que se inscriben en las contradicciones que se presentan entre el pueblo y sus representantes, cuando las luchas sociales alcanzan tal radicalidad que superan las expectativas de unos y otros, y que llevan a que los dirigentes, que saben que la violencia social oculta un cuestionamiento al orden establecido, se olviden de sus representados y hagan prevalecer los intereses del Estado o del gobierno que lo dirige y/o sus intereses particulares.

    14 Ibd.15 Para la definicin del concepto de bandidos, puede consultarse las obras clsicas de E. J. Hobsbawm, Rebeldes primitivos, Barcelona, Ariel, 1974 y E. J. Hobsbawm, Bandidos, Barcelona, Ariel, 1976. Una aplicacin del mismo confrontando a otros autores, se puede consultar en mis obras: Marginados y Sepultados en los montes y Dentro de la ley fuera de la ley, citados.

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    Entre la resistencia social y la accin poltica. De bandidos a polticos

    Tambin se estudia en esta obra la llamada Revolucin Liberal. Lo hacemos para mostrar cmo ella permiti que se cumplieran varias de las promesas hechas al pueblo soberano. As podremos ver cmo muchos de los que antes eran tildados de bandidos por su cuestionamiento y resistencia al orden social, aparecern a partir de 1863 como importantes polticos locales, varios de los cuales alcanzaron altos grados militares y lograron representar a su regin en las corporaciones pblicas o en los espacios de poder que la Constitucin liberal de 1863 estableci. Esto lo haremos mediante el seguimiento biogrfico a algunos de los ms importantes bandidos caucanos, que la revolucin convirti en caudillos, gamonales o caciques, en una constatacin de la evidencia histrica que nos muestra cmo, en nuestro pas con muy contadas excepciones, la accin poltica de los que han resistido la dominacin se ha canalizado a travs de fidelidades personales que obedecen a jefaturas hereditarias o improvisadas, evidenciando lo ms arcaico de la sociedad dualista que se pretendi construir y conservar en la dicotoma de dominadores y dominados.16

    Aunque la investigacin que sustenta este libro la realic hace ms de una dcada, ella ha sido repensada y reescrita apoyndome en algunos planteamientos y conclusiones de investigaciones posteriores que ya han sido publicadas en libros y artculos diversos por diferentes editoriales y revistas universitarias y culturales, cuyas referencias se harn en el momento oportuno. Ella est sustentada en una serie de fuentes de archivos de diverso tipo, pero en particular en memorias de los actores polticos, en la correspondencia privada, y en una importante coleccin de folletos que sirvieron de complemento a las historias generales que sobre el perodo existen.

    Doy las gracias a la Universidad del Valle y a los profesores del Departamento de Historia por haber facilitado el goce del derecho a ao sabtico; a los directivos y empleados del Archivo Histrico Municipal de Cali, del Archivo de la Academia de Historia Leonardo Tascn de Buga, del Archivo Central del Cauca, de la Sala Antioquia de la Biblioteca de la Universidad de Antioquia, de la Biblioteca Luis ngel Arango y de la Biblioteca Nacional por su oportuna colaboracin.

    16 Consltese a Jacques Lambert: Amrica Latina. Estructuras sociales e instituciones polticas, Ariel, Espaa, 1978, pp. 278 279.

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    Alonso Valencia Llano

    Desde luego, expreso mis agradecimientos a mis compaeros de la Academia de Historia de Palmira, no slo por acogerme en el seno de la institucin que vela por la preservacin de la memoria histrica de la ciudad que sirve de escenario para varios de los procesos que en este libro se narran, sino, y especialmente, por los lazos de fraternidad con que me han rodeado; quiero destacar el acompaamiento y el apoyo del Presidente de la Academia, el doctor Pedro Nel Ospina Beltrn, quien revis el borrador de este libro e hizo sugerencias que fueron acogidas en su mayor parte.

    No puedo dejar de mencionar a mis compaeros y colegas de la Universidad del Valle Sede Palmira por su apoyo en la elaboracin de este libro.

  • captulo i

    El origen de la resistencia campesina

    En los sectores dominantes de una sociedad como la vallecaucana del perodo inmediatamente posterior a la independencia, tenan que llamar negativamente la atencin los cambios sociales que se estaban presentando. Primero fue la prdida del control sobre la mano de obra esclavizada en las haciendas, mucha de la cual huy aprovechando la inestabilidad del orden social derivada de las contiendas polticas que se dieron durante el proceso de independencia; lo segundo fueron las reformas que se aprobaron en la Constitucin que en 1821 diera nacimiento a la Repblica de Colombia y que hablaban de libertad, una libertad que inclua a los esclavos y que igualaba a los habitantes de la regin en la categora de ciudadanos.17

    17 La raz del problema que gener tanta tensin poltica es bien simple desde el punto de vista sociolgico e histrico, pues como lo dice Mariluz:

    No es cierto que todos los hombres son iguales, antes bien, lo que prima en la realidad social, es la observacin evidente de la desigualdad entre los hombres. Esta desigualdad, que se observa ingenuamente a simple vista y que se verifica, por ejemplo, en nuestro particular aparato gentico, no es el fundamento de la desigualdad social y poltica. Quiero decir, si bien reconozco la desigualdad estructural de todos los individuos que habitaron y habitan el planeta y que se relaciona especficamente con nuestro bio, esto no es excusa para fundar una desigualdad social. Esta desigualdad entre los hombres, se debe a un devenir social ya muy estudiado en sociologa y en poltica [].La propuesta nuestra es la de considerar a la desigualdad y a la Tensin Social como una energa dinamizadora de la sociedad y defendemos la heterogeneidad social a sabiendas de los beneficios que esta trae a todo el conjunto de la sociedad. Reiteramos, nuevamente, que esta caracterstica desigual de los hombres no debe ser la base para legitimar el acceso desigual a los recursos que produce una sociedad. Dicho en trminos polticos, esta desigualdad humana no debe ser la base para desarrollar esquemas inequitativos ya que estos, evidentemente segn nos ensea la historia, antes de morigerar la Tensin y dirigirla hacia modelos que benefician al conjunto de la

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    Alonso Valencia Llano

    Desde el punto de vista de los miembros de la lite regional, la independencia -el proceso que ellos mismos haban iniciado- haba trado profundos desequilibrios en el statu quo que los haca incapaces para enfrentar los cambios polticos y sociales implementados por el Estado Republicano con sus nuevos esquemas sociales. Vean, en consecuencia, cmo la independencia no slo produjo la prdida de sus bienes, sino tambin el deterioro de sus posiciones sociales, que ahora eran competidos por unos actores que habran estado excluidos de conservarse el rgimen colonial. Esto, desde luego no era lo peor: ellos vean cmo sus antiguos subordinados no aceptaban la dominacin tradicional e iniciaban sus vidas alejados de sus antiguos amos, como ocurri con los negros libres y esclavos que huyeron de las haciendas y se refugiaban en los montes viviendo al margen de la ley, cual bandidos.

    Las poblaciones marginadas: los libres en la colonia y en la Repblica

    La sociedad y Estado coloniales han sido mostrados como exitosos en el control de las conductas y en el establecimiento y conservacin de la dominacin. Esto que puede ser cierto con los habitantes de las ciudades surgidas de la conquista, no lo es para la mayora de los pueblos que surgieron en procesos de colonizacin posterior, de la descomposicin de pueblos de indios, de la huda de los esclavos o de la incorporacin de los mestizos a una sociedad que, en un principio, prefiri ignorarlos. En este captulo vamos a mostrar el proceso desarrollado por grupos sociales que se formaron al margen de la sociedad colonial y que se caracterizaron por la resistencia a una sociedad que los exclua y que slo busc integrarlos cuando necesit aumentar las cifras fiscales del Estado.

    A finales del Siglo XVIII, el valle del ro Cauca conservaba intactas grandes porciones de su territorio, ya que las haciendas se haban desarrollado en sabanas situadas en el piedemontes cordilleranos, con excepcin de la zona frtil regin del Llanogrande. Las tierras de cultivo eran relativamente pequeas en extensin, ya que la vegetacin selvtica se conservaba en las extensas zonas lacustres de las mrgenes de los ros

    sociedad, lo que hacen es fortalecerla y en este fortalecimiento los beneficiarios son justamente aquellos que pueden contar con mejor capital cultural y capital social para jugar el juego en los campos. Mariluz, ob. cit., p. 4.

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    Entre la resistencia social y la accin poltica. De bandidos a polticos

    que bajaban de las cordilleras y del Cauca que lo recorra de sur a norte. En estas selvas conocidas genricamente como montes-se ubicaban los campesinos que escapaban al control de los hacendados y de las autoridades coloniales.18

    A pesar de las dificultades eco sistmicas, durante el Siglo XVIII, se desarrollaron unidades productivas que sirvieron de soporte para que sus propietarios sostuvieran cuadrillas en la frontera minera del Pacfico, hicieran fortuna surtiendo los mercados de las ciudades cercanas o suministraran los alimentos para la zona de colonizacin que se estaba abriendo en los territorios del norte19. Estas haciendas, trabajadas con mano de obra esclava y un buen nmero de agregados y dependientes, explotaban extensivamente hatos ganaderos y, en forma ms intensiva, cultivos de tabaco y suertes de caa que comercializaban como mieles, panes de azcar y aguardientes.20 Con esta produccin convivan sociedades campesinas, que se desarrollabas dispersamente en las zonas lacustres y de selva, en las mrgenes de la haciendas o en el interior de las mismas como dependientes, en terrenos de los antiguos pueblos de indios, en terrenos de herencias indivisas conocidos como bolos, o en tierras realengas; era desarrollada por mestizos que alcanzaban un 60% de la poblacin total del Valle y que competan con las hacendados por los mercados mineros y urbanos mediante el contrabando de productos estancados como el tabacos y los aguardientes, cacao, cerdos y carne seca y salada con frecuencia productos del abigeato.21

    Lo curioso es que mientras la produccin de las haciendas entraba en

    18 Acerca de este tema, consltese a Eduardo Meja Prado, Origen del Campesino Vallecaucano, Editorial Facultad de Humanidades, Universidad del Valle, 1993. el mismo autor toca aspectos del poblamiento campesino en Campesinos, poblamiento y conflictos: Valle del Cauca. 1800-1848, Cali, Centro de Estudios Regionales Regin, Universidad del Valle, 2002.19 Las haciendas del Valle del Cauca y los circuitos econmicos que establecieron durante el perodo colonial fueron estudiadas por Germn Colmenares, al respecto pueden verse sus obras: Cali: terratenientes, mineros y comercian tes. Siglo XVIII, Cali, Universidad del Valle, 1975, e Historia Econmica y Social de Colombia, Tomo II. Popayn: Una sociedad esclavista. 1680-1800. Bogot, Ed. La Carreta, 1979.20 Las mejores descripciones de las condiciones econmicas y sociales del Valle durante el perodo que se estudia son las realizadas por Zamira Daz, Guerra y Economa en las haciendas. Popayn, 1780 1830 y por Jos Escorcia, Desarrollo poltico, social y econmico. 1800-1850, ambos publicados en la coleccin Sociedad y Economa en el Valle del Cauca, Bogot, Banco Popular, 1983.21 Archivo Central del Cauca, signatura 1949 (Col CI - 17t). En adelante se citar ACC., Signatura.

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    crisis debido a la cada de los mercados mineros a mediados del Siglo XVIII y por las guerras de independencia del Siglo XIX, la economa campesina se vio fortalecida por la expansin de la frontera agraria que se vio nutrida por la presencia de muchos esclavos que haban logrado adquirir la libertad por medios legales diversos incluida la huida, y por muchos peones y agregados que aprovecharon las coyunturas de independencia para independizarse de las haciendas. Esto seala un debilitamiento de la hacienda y un fortalecimiento de las sociedades campesinas con su tipo particular de poblamiento.

    Los orgenes del poblamiento campesino en nuestra zona de estudio se deben a las medidas que tomaran los visitadores coloniales don Antonio de San Isidro Manrique en 1637 y don Diego de Incln Valds en 1667, quienes obligaron a que los encomenderos reunieran en poblados a los indgenas que tenan bajo su cuidado, como una estrategia para preservar esta poblacin, que en muchos casos debi nutrirse con indios forasteros;22 esta estrategia no dio los resultados esperados lo que hizo que parte de las tierras asignadas a las comunidades fueran rematadas por la Corona, en ocasiones incorporadas a los ejidos de las ciudades, mientras que otros pueblos pudieron conservar una poblacin que haba entrado en un proceso de mestizaje, producto de la falta de control en que se haban mantenido, lo que llev a nuevas organizaciones de pueblos de mestizos, ordenadas en 1797 por el Gobernador de Popayn Pedro Antonio Nieto.23

    Gracias a estas medidas surgieron pueblos como Roldanillo, San Bartolom de Tulu, San Juan Bautista de Guacar, San Agustn del Cerrito, San Roque de Sonso, Perodas y Llanogrande, por mencionar algunos, que se fueron transformando de pueblos de indios en pueblos de negros, proceso que fue ms evidente en la zona de Guacar24 y menos en la de Tulu donde predominaron los mestizos blancos.25

    22 Nicols Ramos Hidalgo, Cali ciudad conquistadora, Cali, Universidad del Valle, 1971, pp. 124-127.23 Estado general de las ciudades y pueblos del Cauca en 1771, INCIVA, CESPEDESIA. Boletn cientfico del Departamento del Valle del Cauca. Suplemento N4, Ns 45-46, Cali, Imprenta departamental, 1983, p. 507.24 Miguel Santiago Caicedo, et. al., Guacar. Pueblo de indios a pueblo de negros, trabajo de grado indito, Universidad del Valle, Especializacin en la Enseanza de las Ciencias Sociales - Historia de Colombia, 1995, p. 40.25 Tulio Enrique Tascn, Historia de la Conquista de Buga, Buga, Alcalda Municipal, 1990, pp. 183-184.

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    Vale la pena detenernos un poco en la regin de Llanogrande, porque va a ser el escenario de los hechos que estudiaremos. All se encontraban Pueblo Nuevo de la Concepcin de San Jernimo, Anapunima y Mulal de la Concepcin. En la Concepcin, en 1637, don Antonio de San Isidro Manrique pobl los indios que se encontraban dispersos en las estancias de encomenderos situados entre el ro Amaime y el Zanjn de San Jernimo; este pueblo hoy se conoce con el nombre de Amaime.26 El otro pueblo importante de la zona fue organizado en 1667, por don Diego de Incln Valds, Oidor de Quito, quien oblig a que Francisco Rengifo de Salazar poblara en forma ordenada los indgenas encomendados que tena en su estancia de Llanogrande del Palmar, lo que dio origen al casero de Llanogrande, hoy Palmira.27 Hubo, desde luego, otros procesos de poblamiento en la zona de Llanogrande, como el que dio en Malaganita, en el Partido de Yunde, donde el cura Juan Barona en 1781 dio la libertad a un grupo de sus esclavos, dotndolos con derechos de tierras originando uno de los bolos de propiedad indivisa caractersticos de la zona.28 Al sureste exista el pueblo de indios de La Candelaria, que por el mestizaje fue lentamente ocupado por mestizos negros, lo mismo que los sitios de Buchitolo, Guales, El Llano del Tiple, del Desbaratado, el Cabuyal y Santa Ana. Ms al sur, se encontraba otro pueblo de mestizos, el de Quilichao,29 cuyos pobladores eran hombres y mujeres libres, difciles de controlar por los terratenientes y sus autoridades.30

    Estos procesos no son especficos del Valle, ya que se han dado en forma similar en muchos otros lugares de Amrica. Ellos forman parte de las formas de resistencia campesina, que tienen sus races en diversos factores, p. e., la descomposicin de las organizaciones indgenas se debe no slo a la presin de los terratenientes blancos, sino tambin a la presin que ejercan los mestizos en el interior de las mismas dado el fracaso de las polticas estatales de segregacin tnica; el pago de tributos llev al desplazamiento

    27 Vase Isabel Cristina Bermdez, Evolucin de la Propiedad Rural en El Cerrito. Siglos XVI a XIX, Regin 1 (1993), 14 - 15.27 ACC., Signatura 2383 (Colonia J.I - 2 cr).28 Meja, Campesinos, poblamiento y conflictos, pp. 91-92.29 Vase a Germn Colmenares, Castas, patrones de poblamiento y conflictos sociales en las provincias del Cauca. 1810 1830, en Germn Colmenares (compilador), La independencia. Ensayos de historia social, Bogot, Colcultura, Bogot, 1986, y a Luis Eduardo Lobato Paz, El conflicto Caloto Quilichao (1840 1854), Universidad del Valle, Departamento de Historia, 1986, trabajo de gado indito.30 Meja, Campesinos, poblamiento y conflictos, p. 80

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    de los indgenas a las haciendas de los encomenderos y hacendados lo que los convirti en arrendatarios o parcelarios; mientras que muchos mestizos y blancos pobres simplemente se desplazaron de los pueblos y ciudades hacia tierras que eran o se consideraban baldas.31

    Los intentos de control de la poblacin libre: el origen de la tensin y del conflicto social

    En la medida en que las sociedades campesinas surgieron en zonas no controladas por los hacendados, estos intentaron hacerlo desde los cabildos de las ciudades. Consideraban que los mestizos y los pocos indgenas vivan en despoblado o, como se usaba en la poca, enmontados. Esta dispersin llev a que los campesinos fueran considerados como vagos y delincuentes, calificativos que se utilizarn durante el perodo republicano para designar a las poblaciones campesinas que se negaron a acatar a las medidas dictadas por el nuevo Estado.

    Los campesinos tuvieron una creciente importancia demogrfica y econmica que se hizo sentir durante la segunda mitad del Siglo XVIII, cuando la Gobernacin de Popayn se sumergi en la crisis econmica y social que produjo la disminucin de la produccin aurfera, con la consecuente prdida de mercados para las haciendas, y las difciles condiciones climticas y peridicas invasiones de langostas,32 condiciones que permitieron la consolidacin de economas campesinas que producan con ms bajos costos que los hacendados por trabajar con mano de obra familiar, no pagar los impuestos que gravaban la produccin agropecuaria y su comercializacin, y producir clandestinamente artculos estancados, en lo que jugaba papel importante el abigeato y la recoleccin de cacao silvestre que comercializaban en las ciudades, en las zonas mineras y en la vecina gobernacin de Antioquia donde se vivan procesos de colonizacin de nuevas tierras.

    Por haber surgido de la mezcla tnica, estos mestizos eran conocidos como libres de todos los colores33; al encontrarse en sitios no controlados 31 Guiomar Dueas Vargas, Algunas hiptesis para el estudio de la resistencia campesina en la regin central de Colombia. Siglo XIX, Anuario de Historia Social y de la Cultura, v. 20, (1992), pp. 95 y ss32 Jorge Orlando Melo, La Produccin agrcola, en Valencia Llano Alonso (editor), Historia del Gran Cauca. Historia regional del Suroccidente Colombiano, Cali, Universidad del Valle, 1996.33 Esta categora social colonial ha sido vista como una herramienta para negar la existencia de sectores sociales que no contribuan al fisco colonial. Al respecto vase la crtica hecha al concepto

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    por los cabildos ni por los terratenientes podan desarrollar prcticas culturales que no entraban en las normas coloniales: no pagaban impuestos, rara vez firmaban documentos pblicos y no se sometan a las normas de polica urbana y rural, ni a las que impona la religiosidad catlica. Demogrficamente, los mestizos representaban el 60% de la poblacin del Valle, los que por su cercana tnica con el 20% que sumaba la poblacin esclavizada, llev a que ambos sectores alcanzaran el 80% del total, frente a una poblacin blanca que apenas llegaba al 13.75%, mientras que los indgenas slo alcanzaban el 7.26%. (Ver cuadro No. 1).

    Cuadro N. 1

    PADRON GENERAL DEL VALLE DEL CAUCA. 1797Blancos Indios Libres de varios colores Esclavos Total

    Totales 7.585 4.003 33.018 10.525 55.129% 13.75% 7.26% 59.89% 19.09% 100%

    Fuente: Padrn general del gobierno de Popayn. 1797, Cespedesia, 45-46 (1983), 504 505.

    Los funcionarios coloniales vieron en ellos una posibilidad para ampliar la base de tributacin mediante el establecimiento de estancos sobre el tabaco y el aguardiente y otro tipo de impuestos, que al aplicarse deterioraron las condiciones de existencia de los sectores ms pobres e incrementaron las diferencias entre los blancos y los mestizos. Se rompieron, igualmente, costumbres fiscales como ocurri con el pago de diezmos que antes eran pagados por encabezonamiento, mediante un clculo de produccin colectivo por partido que era dividido entre todos los productores de la zona y ahora deberan ser pagados individualmente.34

    La implantacin de estas medidas produjo protestas en 1768 contra el estanco de aguardiente35 y en 1781 cuando vecinos del Hato de Lemos

    por Alfonso Mnera en Fronteras imaginadas. La construccin de las razas y de la geografa en el Siglo XIX colombiano, Bogot, editorial Planeta, 2005.34 Digenes Piedrahita, Apuntes para la historia de Toro, Cali, Imprenta Departamental, 1939, p. 99. Allan J. Kuethe, hace algunas referencias a la forma en que los estancos fueron impuestos en la Gobernacin de Popayn. Vase su artculo The Early Reforms of Charles III in the Viceroyalty of New Granada, 1759 1776, John R. Fisher, Allan J. Kuethe, and Anthony McFarlane (editors), Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru, Louisiana State University Press, Baton Rouge and London , 1990, p. 31. 35 Gilma Mora, Aguardiente y conflictos sociales en la Nueva Granada. Siglo XVIII, Bogot, Universidad Nacional de Colombia, 1988, pp. 195-196. Margarita Garrido: Cultura poltica colonial, en Valencia, Historia del Gran Cauca.

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    realizaron un levantamiento que coincidi con el de Tupac Amaru en el Per y con el de los Comuneros del Socorro,36 con el de Tumaco37 y los de otros sitios de la Nueva Granada.38

    Las protestas terminaron en perdn e indulto, dada la incapacidad de las autoridades locales para decidir al respecto, lo que dio cierta legalidad a los cultivos y producciones ilcitas, aumentando el contrabando que se reflej de alguna manera en la documentacin que refiere actividades delincuenciales,39 consolidando las zonas campesinas como endmicas productoras ilegales de tabaco y aguardiente.

    Ante el fracaso del control social que busc convertirlos en contribuyentes con producciones legalizadas, algunos funcionarios generalizaron la idea de una gran actividad delincuencial, que slo sera posible de controlar si se les converta en defensores del Estado con conductas sociales regladas. Esta fue la propuesta que hiciera Diego Antonio Nieto, gobernador de Popayn y capitn de la Compaa Fija quien, para justificar la implantacin de las milicias en el Valle, argument:

    Domina por lo comn en estas gentes la ignorancia y la repugnancia al trabajo [...] unos vagos viciosos que no ofrecen otra cosa a los lugares que el desorden; y siendo arreglados milicianos, y celada su conducta por los oficiales podrn en lo sucesivo convertirse en utilsimos miembros de su repblica; y a ms de que limpiarn los lugares de ociosos, por un trmino que no perjudique a la

    36 John Leddy Phelan, El pueblo y el rey. La revolucin comunera en Colombia, 1781, Bogot, Carlos Valencia ed., 1980, y el de Mario Aguilera, Los comuneros: guerra social y lucha anticolonial, Bogot, Universidad Nacional de Colombia, 1985.37 Francisco Zuluaga y Amparo Bermdez, La protesta social en el suroccidente colombiano. Siglo XVIII, Cali, Universidad del Valle, 1997.38 Zoila Mara Ubills, Germn Feijoo M, Breve ensayo sobre un levantamiento popular colonial - caso: Hato de Lemos, 1781, Cali, Universidad del Valle, Departamento de Historia, trabajo de grado indito, 1988; ver su artculo : Levantamientos populares coloniales: El Hato de Lemos, 1781, Regin, n. 5 (marzo 1996). Los hechos ocurridos en el Hato de Lemos pueden consultarse tambin en Francisco U. Zuluaga, La ciudad de los confines, Cali, Imprenta Departamental, 1990 y en Alonso Valencia Llano, La protesta contra los estancos en el Hato de Lemos. Gobernacin de Popayn, 1781, en Lydia Ins Muoz C. (editora), Movimientos comuneros en Amrica, Memorias VI Encuentro Internacional de Historiadores, Pasto, Guaitarilla, Tquerres y Ospina, 2000.39 Beatriz Patio Milln, Economa del tabaco en la Gobernacin de Popayn, 1760 1820, Cali, Universidad del Valle, Departamento de Historia, trabajo de grado policopiado, 1974. Brian R. Hamnett: Popular Insurrection and Royalist Reaction: Colombian Regions, 1810 1823, en Christon I. Archer (editor), The Wars of Independence in Spanish America, Wilmington, Jaguar Book on Latin America, 2000, pp. 45 46.

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    poblacin, se ver florecer la agricultura, comercio, sociedad y polica bien ordenada con que deben gobernarse los lugares [...]40

    La imagen de ignorantes, perezosos, vagos y viciosos era argumentada con el fin de controlar personas que eran eficientes desde el punto de vista econmico, hasta el punto de ser competidores para los estanqueros y hacendados, quienes prefieren retratarlos como delincuentes, que tampoco corresponde con la realidad, ni siquiera en las zonas de mayor produccin clandestina como el sur del Valle;41 esto parece confirmar la existencia de una pax colonial que otras fuentes parecen desmentir, sobre todo las derivadas de las luchas contra los estancos a las que ya nos hemos referido.

    Aunque en la zona sur del Valle quedaban El Desbaratado, Montes del Palo, Perodiaz, Candelaria y Santa Ana, que siempre fueron calificados como refugios de bandidos y contrabandistas, los delitos relacionados con el contrabando no aparecen relacionados en la documentacin, quizs porque ellos eran reprimidos directamente por los estanqueros y sus resguardos de rentas, o porque el delito era tan generalizado que era imposible de reprimir. Lo que s aparece claramente es que el delito dominante es el abigeato, seguido por los concubinatos y amancebamientos, heridas, irrespeto a la justicia, delitos que podramos considerar tpicos de las sociedades campesinas marginales. El control del abigeato evidencia un hecho importante, pues por sus caractersticas se cometa en el campo, en sitios de muy difcil control; era cometido tambin por grupos de esclavos fugitivos, integrados por hombres y mujeres que iniciaban su vida en los montes. Esto lo corrobora, el alcalde Luis Alonso de Illera, quien escribi al Cabildo de Cali, denunciando: que la malicia de los cuatreros jams se limita a robar un ternero, o un novillo sazonado de los potreros, sino que ha de robar precisamente vacas, las ms ocasiones paridas,42 lo que nos 40 Citado por Allan J. kuethe, Reforma militar y sociedad en la Nueva Granada, 1773 1808, Bogot, Banco de la Repblica, 1993, p. 173. 41 Entre 1770 y 1810 en toda la Gobernacin de Popayn, se encontraron 309 causas abiertas por diferentes delitos, de las cuales 113 fueron por robo y abigeato, cifras que confirman una relativamente baja actividad criminal en el perodo anterior a la independencia, pues se habran cometido un promedio de 7.7 delitos por ao en una zona que tendra una poblacin total de cerca de 130.000 habitantes segn el censo de 1797. Vase Amanda Caicedo e Ivn Espinosa, Pblicos ladrones en la Gobernacin de Popayn, 1771 1810, Historia y Espacio n. 16 (2000), p. 91.42 Luis Alonso de Illera al Cabildo de Cali, Caloto, Enero 29 de 1812, A.H.M.C., Caja 38, ao 1813, ff. 63r 63v.

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    muestra que los mestizos y negros, libres y esclavos, huan para conformar sociedades campesinas. El sustraer vacas paridas con sus terneros, indica el aprovisionamiento de los pi de cra necesarios para iniciar su nueva vida en los montes y liberarse del control de los terratenientes y sus autoridades, proceso que los puso en la mirada de los dominadores con el calificativo de bandidos.

    A todo esto se uni el asunto de la esclavitud, que en trminos generales, no fue un problema para la sociedad colonial, sino una solucin a los urgentes problemas de fuerza de trabajo que se le present: Esta institucin slo fue considerada como un problema cuando los esclavos participaron en diferentes movimientos sociales que cuestionaban alguna reforma, lo que incluy un abierto rechazo a su condicin social y jurdica, materializado en huidas a sitios de difcil acceso donde crearon sociedades cimarronas como ocurri en la costa atlntica, en la del Pacfico o en algunos valles interiores como el Pata.43

    En la Gobernacin de Popayn, cuya lite controlaba los distritos mineros de la costa del Pacfico y las haciendas ganaderas del Valle del Cauca y del Pata, no se dieron significativos movimientos libertarios por parte de la poblacin esclava, pero si asentamientos poblacionales que incluan algunos esclavos huidos del Valle del Cauca y del Pata; en este ltimo lugar se gener una importante oposicin al proyecto independentista que llev a que los patianos liderados por el mulato Juan Jos Caicedo iniciaran en 1810 un proceso de resistencia armada que slo finalizara mediante acuerdos realizados despus del triunfo de los patriotas en 1821.44 Desde luego, en otras partes del Valle, tambin el proceso de independencia se caracteriz porque los criollos tuvieron la oposicin de muchos afrodescendientes que identificaban a los blancos como los amos, esto llev que a la llegada de los ejrcitos espaoles durante la reconquista se les unieran muchos de los esclavos.45

    Este es el contexto en el que la esclavitud se configura como un grave problema social, que al ser asumido desde la poltica es visto por los patriotas como una oportunidad de aprovecharse militarmente de los 43 Margarita Gonzlez, El proceso de manumisin en Colombia en Cuadernos Colombianos, N 2, Bogot, 1974, p. 150.44 Francisco Zuluaga: Guerrilla y Sociedad en el Pata, Cali, Universidad del Valle, 1993.45 Citado por Zamira Daz: La Fuerza de trabajo en el Cauca Grande, en Germn Colmenares, et. al.: La Independencia. Ensayos de historia social, Bogot, Colcultura, 1986, p. 56.

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    esclavos, como lo haban hecho los espaoles. Para ello les ofrecieron la libertad, promesa que haba sido incumplida por los espaoles y que hizo que los afro descendientes apoyaran a los patriotas en la contraofensiva por la libertad; en adelante su consigna sera la igualdad entre las razas, que a pesar de no representar una promesa de igualdad social, fue expuesta por Bolvar en el Congreso de Angostura en 1819 como uno de los componentes del gobierno republicano, cuyas bases seran: la soberana del pueblo; la divisin de los poderes; la libertad civil, la proscripcin de la esclavitud, la abolicin de la monarqua y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digmoslo as, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones polticas y las costumbres pblicas.46 Consecuente con esto se expidi un decreto abolicionista el 11 de enero de 1820, que poco despus, en septiembre, ordenaba que todos los esclavos y libertos fueran incorporados en los ejrcitos puesto que, por la publicacin del primero, los esclavos se sintieron libres, sin obligacin de prestar servicios ni a la repblica ni a sus antiguos dueos.47

    Aunque se busc por diversos medios reclutar los esclavos para los ejrcitos, lo cierto es que estos no aparecan en los llamamientos a reclutas, la pregunta que esto sugiere es dnde estaban los esclavos?. La respuesta se hizo evidente luego de la batalla de San Juanito, en septiembre de 1819, cuando los negros liderados por el ingls Juan Runel iniciaron en el Valle acciones de saqueos.48 La conclusin no puede ser ms obvia: los esclavos aprovecharon las guerras de independencia para obtener la libertad huyendo en medio de la confusin del perodo.

    La solucin a este problema se busc durante el Congreso Constituyente de Ccuta en 1821, en el que se aprob la libertad de vientres y la aceleracin de procesos de manumisin como la forma de abolir gradualmente la esclavitud, de tal manera que no se afectaran los intereses de los esclavistas ni del Estado. Por ello se aprob que los esclavos que se liberaran quedaran bajo la tutela de sus amos hasta alcanzar la edad de 18 aos, lo que restringa las posibilidades de acceder a la libertad, la misma que haba sido ofrecida y a la cual tenan derecho los esclavos que se vincularon a los ejrcitos con la

    46 Citado por Gonzlez, ob. cit., p. 171.47 Germn Colmenares: Castas, patrones de poblamiento..., cit., p. 144.48 Ibd., p. 147. Una breve mencin a los crmenes cometidos por Runel puede ser consultada en Belisario Palacios: Apuntaciones histrico geogrficas de la actual provincia de Cali, Cali, Imp. de Eustaquio Palacios, 1889, p. 57.

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    ilusin de obtenerla por sus servicios, lo que mostraba que los triunfantes patriotas no estaban en capacidad de cumplir con sus promesas. 49

    La tensin social y la insurgencia social post independentista

    En realidad las leyes de la libertad de vientres y de manumisin no produjeron mayores cambios para los esclavos, lo que se une al hecho de que en las haciendas del Cauca, se notaba ya la presencia de un nmero muy grande de mestizos libres que, desde aos atrs, vena dando forma a sociedades campesinas, pues no podemos olvidar que muchos de los antiguos esclavos se refugiaron en los montes y permanecieron en ellos cual bandidos, esperando a que la excluyente sociedad caucana les brindara posibilidades de integrarse. Estas slo se dieron durante las guerras civiles, cuando los blancos caucanos debieron, nuevamente, recurrir a ellos como fuerza armada para dirimir sus conflictos por el poder, lo que fue aprovechado por negros y mestizos para medrar econmicamente o para ascender socialmente. Ante esto, los esclavistas vieron cmo disminua an ms su dominacin social sobre unos hombres y mujeres que eran necesarios para resarcirse econmicamente de las prdidas que les ocasionaron las guerras de independencia.

    Esta prdida de control que implicaba a su vez la disminucin del dominio seorial, era denunciada como consecuencia del aumento de los vagos, tal y como lo denunciaba un peridico de la poca: Es abundante el nmero de hombres que se conocen sin oficio ni destino, y admira cmo pueden sostenerse en la sociedad pasando una vida ms tranquila y cmoda, que los laboriosos e infatigables en el trabajo. 50 Ante la generalizacin del problema, el 6 de abril de 1835, la Legislatura de la Nueva Granada expidi una ley para el control de los vagos,51 que no pudo aplicarse por la llamada guerra de los supremos, que llev a que los lazos de sujecin social se relajaran an ms desesperando a los esclavistas quienes consideraban que los negros libertos y esclavos avanzaban en un acelerado proceso de bandidismo, que haca temer por el desarrollo de la

    49 Esta ley fue criticada por Jos Mara Samper en Apuntamientos para la Historia poltica y social de la Nueva Granada. Desde 1810 hasta la administracin del 7 de marzo, Bogot, Imp. del Neogranadino, 1856, cap. XII.50 Constitucional de Popayn, N 159, Popayn 15 de noviembre de 1835, p. 3.51 Ibd., N 174, Popayn 15 de junio de 1836, pp. 2 3.

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    guerra racial que algunos bolivarianos vean venir en la abolicin de la esclavitud.

    Para esta poca la lite del suroccidente colombiano denunciaba la presencia de grupos de delincuentes como consecuencia del desorden social que caus la independencia, que dej algunas zonas como endmicamente ocupadas por bandidos, destacando el Valle del Pata, donde sus habitantes se resistan a regirse por las normas que estableciera el Estado colonial primero y el republicano despus y, principalmente, por su oposicin a las campaas de independencia lideradas por los criollos, lo que no obedeca a una actitud poltica, sino a unas formas de vida libertarias basadas en una larga tradicin,52 similar a la que tenan habitantes de otras zonas de frontera cuyas formas de vida tambin fueron catalogadas como bandidismo.53 En Pasto tambin se denunciaba una temprana presencia de bandidos que provenan de sectores que participaron en la independencia pero que se negaron a asimilarse a la sociedad republicana.54

    En el valle del ro Cauca, los llamados bandidos se hicieron notar desde pocas muy tempranas, pues como se mencion antes, fueron asociados a las consecuencias de las reformas sociales que se estaban dando y que permitieron que negros y mulatos salieran de la esclavitud sin que la clasista sociedad caucana -que abandonaba con reticencia sus esquemas esclavistas- les brindara posibilidades de insercin. Esto llev a que muchos de ellos se convirtieran en marginados urbanos sin posibilidades de participacin democrtica en la naciente sociedad republicana, o que buscaran en la zona rural o en los ejidos la posibilidad de acceder a tierras que les garantizaran su sustento,55 lo hicieron en medio de la Guerra de los Supremos, o durante los llamados retozos democrticos, cuando la participacin popular los volvi a mostrar como actores importantes en la definicin de los conflictos polticos entre las lites.

    52 Cfr. Francisco U. Zuluaga: Clientelismo y guerrillas en el Valle del Pata en Germn Colmenares, et. al.: La Independencia. Ensayos de Historia Social, Bogot, Colcultura, 1986. 53 Ver por ejemplo los trabajos de Miquel Izard: Banditry and Social Conflict on the Venezuelan Llanos, Richard W Slatta: Images of Social Bandrity on the Argentina Pampa, en Richard W. Salta, ed.: Bandidos. The Varieties of Latin American Banditry, London, Greenwood Press, 1987.54 Jos Mara Obando, Apuntamientos para la Historia, Medelln, Editorial Bedout, 1972, p. 75.55 Ver Alonso Valencia Llano: Integracin de la poblacin negra en las sociedades andinas,en Enrique Ayala, Editor, Historia de Amrica Andina, Tomo V, Universidad Andina Simn Bolvar, Libresa, Quito, 2003.

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    Los vallecaucanos y el caudillismo: la guerra civil de Los Supremos

    Aparte de algunas reformas llenas de buenas intenciones por parte de sectores polticos ms liberales, lo cierto es que la independencia y la creacin de la Repblica dejaron muy poco a los sectores populares, que debieron crear por s mismos sus espacios de libertad y generarse sus propios medios de subsistencia. Su ruptura con la sociedad republicana, fue presionada por la actitud de los grupos dominantes y sus polticas de exclusin social frente a los sectores que se negaban a continuar aceptando la dominacin seorial; sin embargo, aislados en zonas rurales, o en sitios urbanos marginales, stos no escapaban de los intentos republicanos por incluirlos como subalternos en la sociedad que se estaba creando. Las polticas para mantener la dominacin no diferan mucho de las que haban desarrollado las autoridades coloniales, lo que mostraba que los cambios en los aspectos sociales liderados por los republicanos se basaban en los parmetros que imponan las viejas estructuras seoriales. Por esto, nuevamente, se les intent vincular como contribuyentes a lo que opusieron tenaz resistencia, no slo porque reciban muy poco a cambio sino, principalmente, porque se buscaba con ello destruir sus formas tradicionales de produccin y de organizacin social; adicional a esto, siempre se intent vincularlos a los ejrcitos para que defendieran un Estado controlado por gobiernos que cedan a la intencin seorial de dominarlos a partir de la construccin de imgenes negativas que los definan como vagos, delincuentes y mal entretenidos, en sntesis: como bandidos.

    Pero lo que ms les afect fueron las guerras civiles con las que las lites buscaban dirimir sus conflictos por el poder, primero porque los reclutamientos forzosos, lo mismo que las exacciones econmicas para sostener los ejrcitos afectaban negativamente las economas campesinas; a esto se uni el que, de una u otra forma, los discursos polticos y las ideologas que stos portaban fueron permeando las mentes de los campesinos quienes a pesar de las decepciones anteriores, buscaban la oportunidad de incluirse en una sociedad que se propona como sustentada en principios de igualdad y de libertad. Buenos ejemplos de esto ltimo se tienen en la llamada Guerra de los Supremos, (1839 1842), cuando los jefes liberales de diferentes provincias se pronunciaron por la toma del poder para encausar el proyecto republicano que crean desviado por los gobiernos conservadores que haban monopolizado el poder poltico

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    y entronizado concepciones conservadoras en la sociedad y el Estado.56 Siendo una guerra liderada por caciques y gamonales con fuertes arraigos locales y regionales, ella tena que involucrar necesariamente a amplios sectores populares, lo que llev a que, de nuevo, los marginados en campos y ciudades participaran en los hechos polticos de la Nueva Granada, esta vez bajo una concepcin caudillista de la movilizacin social.

    La crisis del dominio seorial y la debilidad del Estado republicano, materializaron la existencia de unos poderes regionales relativamente fuertes como una consecuencia de la segmentada organizacin poltico- administrativa colonial con sus antiguas gobernaciones y los poderes locales asentados en cabildos que se enfrentaron durante la independencia. Esta falta de unificacin del poder fue reconocida en los pactos constitucionales de 1821, pero principalmente en el de 1832 que reconoci las provincias como forma bsica de organizacin social que descansaba sobre las ciudades coloniales y los nuevos pueblos republicanos. En realidad, no se trataba ms que del reconocimiento del poder de quienes haba resultado triunfantes de las guerras de independencia: los hacendados con su poder tradicional y los militares formados en el proceso. El choque entre estas dos fuerzas se hizo presente durante mucha parte del Siglo XIX, mediante las llamadas guerras civiles cuyos protagonistas recurrieron a formas de movilizacin polticas basadas en el caudillismo y los caudillos, conceptos que, aunque imbricados, presentan diferencias que es conveniente mencionar, pues mientras caudillo es un lder, jefe o conductor que por su poder carismtico cataliza a su alrededor un importante sector social, por caudillismo entendemos, tal y como lo define Carvallo:

    [] una forma inorgnica de organizacin social y poltica que, con frecuencia, tiene como fin ltimo una forma tambin espontnea de organizacin militar, en la cual su carcter blico slo se manifiesta de manera coyuntural, sin que por eso deje de funcionar el caudillismo como fuerza social. [] El caudillismo, tal como lo entendemos, est compuesto por una intrincada red de adhesiones que se levantan desde la base en forma piramidal, teniendo en su cima al Gran Caudillo, el cual logra su jefatura por contar con toda una estratificacin de caudillos menores, ms que por tener la adhesin de todos y cada uno de los individuos que en conjunto integran la organizacin o pirmide caudillista. Con estas acotaciones, pretendemos enfatizar que el caudillismo se estructura alrededor de una serie de intereses y circunstancias, un tanto

    56 Manuel Joaqun Bosh: Resea histrica de los principales acontecimientos polticos de la Ciudad de Cali, Cali, Centro de Estudios Histricos y Sociales Santiago de Cali, 1996, p. 5

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    incipientes si se quiere, de la sociedad civil, y que el caudillo es, dentro de ella, una forma de representacin de intereses y aspiraciones de un ente colectivo. Con esto pretendemos recalcar el carcter espontneo y no carismtico del caudillismo, as como una cierta dosis de iconoclasia, que lo diferencia del protagonismo militar, fenmeno al que frecuentemente se considera como expresin caudillista, pero que en nuestro criterio debe ser diferenciado por cuanto representa motivaciones y actitudes muy distintas ante el orden social establecido.57

    En sus orgenes el caudillismo es espontneo, popular y contestatario, y se manifiesta ante el fracaso del macro proyecto de la sociedad que tratan de imponer los poderes dominantes salidos de la independencia sin contar con los elementos de persuasin o de represin hegemnicos para hacerlo. Es una alianza de sectores dominantes que se oponen al proyecto global o a aspectos especficos del mismo, con sectores populares, para hacer sentir su peso social o poltico. Para los sectores populares, en especfico, es la forma de mantener su cohesin social y su sentido de pertenencia frente a acciones gubernamentales que vulneran sus derechos colectivos o sus aspiraciones individuales; se manifiesta como una contra-organizacin y como contra gobierno, (formas de resistencia social similares a las que ya nos mencionara Guillem), que tenan la particularidad de ser aceptadas y no impuestas y que por ser ms abiertas ofrecan mayores posibilidades para el ascenso social.58

    El poder que en la post independencia lograron los militares y el fuerte choque que se dio entre stos y los llamados civilistas que intentaron controlarlos desde el gobierno central, hicieron ver que en nuestro contexto histrico el caudillismo se evidenciara principalmente mediante el mecanismo de la guerra, lo que le dio un carcter militarista. Buenos ejemplos se tienen en la llamada Guerra de los Supremos. Aunque esta guerra ha sido principalmente vista desde el accionar de los caudillos regionales y desde la actividad poltica de Jos Mara Obando, el principal dirigente liberal de la poca, cuando no desde la perspectiva episdica de las acciones blicas, lo cierto es que la rebelin de los Supremos es importante, para los objetivos del presente trabajo, porque permiti que la participacin popular en los hechos polticos de la Nueva Granada adquiriera nueva fuerza, dada la intervencin de un nmero grande de

    57 Carvallo, ob. cit, p. 169.58 Hemos sintetizado las caractersticas del caudillismo que ofrece Carvallo en dem, p. 170.

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    blancos pobres, mestizos indgenas, negros y mulatos que tom las armas en apoyo de Obando a quien consideraban injustamente perseguido.59

    A pesar de que la participacin popular estuvo dirigida inicialmente contra medidas tomadas supuestamente contra la iglesia en la ciudad de Pasto, la participacin popular en nuestra zona de inters se dio a partir del 16 de julio de 1840, cuando Obando, con una proclama que pretenda defender religin y libertad y como Supremo director de la guerra de Pasto, hizo un llamado a los habitantes del Pata para que se incorporaran a su ejrcito,60 que suscit masivas huidas de los esclavos de las haciendas con el pretexto de unirse al ejrcito revolucionario, tal y como sucedi en Quilichao.61 Aunque muchos llegaron a los campamentos provenientes de haciendas de todo el valle del ro Cauca, lo cierto es que el hecho de que se privilegiara solamente la incorporacin de los tiles, hizo que muchos otros tomaron caminos diferentes que no los llevaron de regreso a las haciendas en donde estaban esclavizados. Para remediar la situacin y para mantener el apoyo de sus amigos terratenientes, el 16 de abril de 1841, Obando decret la suspensin de los reclutamientos. Algunos de los artculos del decreto nos habla claramente de la intencin de los fugitivos: 1. Que aunque no se admitan dichos esclavos al servicio de las armas, no obstante ellos han formado esperanzas de hacerlo, y se fugan de las casas de sus amos dejando de emplear el tiempo en los trabajos a que son destinados.2 Que tales esperanzas producen en los esclavos el irrespeto e insubordinacin a sus amos y el desamor al trabajo que traen tan funestos resultados a la sociedad.62

    59 El estudio ms completo de esta guerra es el de Luis Ervin Prado Arellano: Rebeliones en la provincia. La guerra de los supremos en las provincias suroccidentales y nororientales granadinas, 1839 1842, Universidad del Valle, Centro de Estudios Regionales Regin, 2007. El mejor anlisis de la misma guerra es el elaborado por Mara Teresa Uribe Hincapi y Liliana Mara Lpez Lopera: Las palabras de la guerra. Un estudio sobre las memorias de las guerras civiles en Colombia, Medelln, Universidad de Antioquia, la Carreta Histrica, 2006. Un buen estudio sinttico es el de Fernn Gonzlez, La guerra de los Supremos, en Gran Enciclopedia de Colombia, vol. 2, Crculo de Lectores, Bogot, 1991, una pequea versin sobre la misma referida a nuestro espacio de estudio es la de Francisco Zuluaga: La Guerra de los Supremos en el Suroccidente de la Nueva Granada en Las guerras civiles desde 1830 y su proyeccin en el siglo XX, Memorias de la II Ctedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado, Bogot, Museo Nacional de Colombia, 1998.60 Jos Mara Obando: Obras selectas. Escritos civiles y militares, Bogot, Cmara de Representantes, 1982, p.93.61 Jos Mara Obando: Apuntamientos para la Historia, Medelln. Ed. Bedout, 1972, p. 434. 62 Obando: Obras selectas..., p.103.

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    Desde luego, esto se hizo para mantener el apoyo de sus amigos; la posicin frente a los esclavos de sus enemigos polticos fue diferente, pues el 22 de mayo, orden que todos los esclavos varones tiles y para el servicio de las armas, que pertenecen a los conspiradores, sus cmplices y auxiliadores se incorporarn al ejrcito permanente, y sern libres despus que hayan prestado este servicio por un ao con fidelidad.63 Para los historiadores norteamericanos John Kitchens y J. Len Helguera, era una clara incitacin a la sublevacin, pero -igualmente- sealan que no se produjo una gran sublevacin de esclavos.64 Sin embargo, y a pesar del apoyo de muchos negros libres y esclavos- y de contar con un ejrcito compuesto por cientos de mestizos Obando fue derrotado y debi exiliarse en el Per, dejando el terreno libre a las fuerzas conservadoras que desplegaron una gran represin:

    [] La peor parte la llevaron los guerrilleros indios y las cuadrillas de negros huidos de las haciendas que haban apoyado al general Obando: los guerrilleros de Timbo y La Laguna fueron ejecutados por el general Jacinto Crdova y colgados de los rboles para producir terror y obligar a los dems guerrilleros a rendirse. El comandante Mariano lvarez haba sido fusilado en el momento de su rendicin sin frmula de juicio como muchos otros de los guerrilleros derrotados despus de la huida de Obando. En agosto de 1842 fueron juzgados en Popayn [] los principales cabecillas de las guerrillas caucanas: Estanislao Espaa; Juan Ramn Josa, Agustn Morisay, Francisco Oviedo, Pedro Ricaurte, Jernimo Moreno y otros ms; Juan Gregorio Sarria fue condenado al presidio de Cartagena donde muri al poco tiempo: tambin fueron fusilados algunos negros en Caloto y Popayn, unos por su rebelda armada y otros acusados de delitos comunes, y el general Borrero haba fusilado en La Vega de Supa a todos los prisioneros antioqueos que conduca al Cauca.65

    Aunque por la prdida de bienes y esclavos, la guerra tuvo consecuencias nefastas para los triunfantes aristcratas del Sur de la Nueva Granada, lo cierto es que ellos reconocieron que el dao mayor fue el social, representado en el surgimiento de bandas armadas que recorran los campos sembrando violencia.66 Se trataba de la continuidad de las prcticas que los sectores 63 Ibd., p.120.64 Vase John W. Kitchens, y J. Len Helguera, Los vecinos de Popayn y la esclavitud en la Nueva Granada. La solicitud payanesa del 21 de abril de 1843: el reto al proceso manumitario de 1821, Academia Colombiana de Historia, Boletn de Historia y Antigedades, vol. 63, N 713, Bogot, abril, mayo, junio de 1976, p. 223.65 Uribe y Lpez, ob. cit., p. 95.66 El Payans, Popayn, 25 de junio de 1843.

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    populares haban desarrollado durante la guerra, que se haba caracterizado por saqueos y robos, tal y como lo relata uno de los enemigos de Obando:

    Formada la fuerza del general Obando de los esclavos de las haciendas y de las minas; vindose estos armados y autorizados para todo, dieron rienda suelta a las pasiones del odio y de la venganza que la esclavitud con razn engendra, y atentados de todas especies se cometan impunemente. Los presos fueron puestos en libertad e incorporados en las tropas, escndalo que han dado todos los partidos. Con semejantes soldados, forzosamente contemplados, consentidos, mimados, no hay que pensar en que se les impusiera la menor cortapisa a sus demasas, y el robo impunido y el ultraje, los insultos personales, hasta a las seoras ms respetables, eran lo de menos.67

    Lo que resulta interesante es que la lite esclavista caucana cay en cuenta en que el triunfo sobre Obando haba significado evidenciar e incrementar el enorme conflicto social iniciado con la independencia y que cuestionaba las bases mismas de sustentacin de la estamental sociedad caucana: el que se gener por la prdida del control sobre los esclavos. De hecho, para ellos era claro que los esclavos a nadie obedecen, a nadie respetan, y que la autoridad pblica haba perdido la capacidad de proteger a los amos. Pero lo ms grave era que se haba puesto peligro el statu quo, ya que la insurgencia de los negros y mulatos preludiaba una nueva guerra de razas: la raza ms civilizada, pero menos fuerte y numerosa, ha quedado cruelmente entregada a la ms robusta y brbara, que vuelve ahora todas sus energas contra la primera [de tal manera que] muy pronto tendrn que recurrir los unos al derecho natural para defenderse contra los otros.68

    Esta situacin se una a la negativa de los que haban alcanzado la libertad mediante la aplicacin de la libertad de vientres de someterse a la ley de patronato expedida el 12 de mayo de 1842, que los obligaba a contratarse con algn vecino pudiente hasta que cumplieran 25 aos.69 En esto era en lo que radicaba la tensin social: una vez alcanzada la libertad los libertos no queran admitir una nueva condicin servil; ellos preferan huir a los bosques para construir unas formas de vida ms libres, lo que constitua 67 Ramn Mercado, Memorias sobre los acontecimientos del Sur especialmente en la Provincia de la Buenaventura, durante la administracin del 7 de marzo de 1849, Cali, Centro de Estudios Histricos y Sociales Santiago de Cali / Gerencia Cultural de la Gobernacin del Valle, 1996, p. 226.68 Varios polticos de Popayn a la Honorable Cmara de Representantes, Popayn 29 de septiembre de 1842, s.p.i., pp. 2 - 3.69 Vase Kitchens y Helguera, Los vecinos de Popayn y la esclavitud en la Nueva Granada, cit., p. 223.

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    la parte principal de la queja de los esclavistas: se burlan de la ltima ley dada por el Congreso: buscan cualquier pretexto para eludir las contratas, y se sepultan en bosques que contienen ms de cuatrocientos bandoleros, de donde salen diariamente a cometer toda clase de depredaciones.70

    Las quejas de los esclavistas no tuvieron mayores consecuencias, ya que en el sur de la Nueva Granada no se lograban mayores avances en el control de los esclavos que haban huido de sus amos o de quienes haban alcanzado la libertad por la ley de 1821, a los que se unieron los que haban pertenecido a los ejrcitos de los supremos. Una buena muestra de ello se dio el 13 abril de 1843 en la Provincia de Popayn, cuando se produjo una sublevacin de esclavos y de negros libres en el cantn de Caloto, quienes saquearon las haciendas de Japio y Quebradaseca, con gritos de libertad y proclamas a Obando, en momentos en que otra cuadrilla robaba ganados en La Bolsa.71 Esto tuvo repercusiones en la Provincia del Cauca, donde el Gobernador se quej de que una cuadrilla de 300 hombres de Caloto atacara a Palmira, saqueara la Factora de Tabacos y pasara a atacar a Buga la capital, de donde pasara a Anserma a esperar refuerzos de Antioquia.72

    Aunque la rebelin fue sometida cuando las autoridades batieron los montes del Palo y de Gallinazas, lo interesante es que el gobernador del Cauca, Jorge Juan Hoyos, tuvo claro que se trataba de hombres libres y esclavos que haban participado en la reciente guerra, quienes haban roto el sosiego de la provincia, y tena igualmente claro, que todo se deba a la accin de Jos Mara Obando, combinada por la influencia de las reformas tomadas despus de la independencia por su negativo impacto sobre las tradicionales relaciones de sujecin. Esta alteracin del statu quo era lo que el gobernador consideraba ms perjudicial: El criminal que se alz contra la sociedad, proclam como principio la relajacin de todos los lazos que unen a los hombres, i que mantienen el equilibrio en sus intereses. Se ense a los esclavos el camino de la insubordinacin i del libertinaje, bajo el nombre seductor de libertad.73 La Provincia de Buenaventura no escap 70 Varios polticos..., p. 6.71 Manuel Mara Mallarino: Memoria del Gobernador de Buenaventura a la Cmara Provincial en sus sesiones de 1843, Cali, 15 de septiembre de 1843, s.p.i., p.1 72 Vase a Jorge Juan Hoyos: Memoria del Gobernador del Cauca a la Cmara Provincial en sus sesiones de 1843, Buga, 15 de septiembre de 1843, s.p.i., pp. 1 2, y a Francisco de Paula Torres: Memoria del Gobernador de Popayn a la Cmara Provincial en sus sesiones de 1843, Popayn, 15 de septiembre de 1843, pp. 3 y 4.73 Hoyos, ob. cit, p. 4.

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    a este estado de cosas, pues el gobernador tambin se quej de que la mayor parte de los manumitidos, ingratos a los beneficios que les dispensa la sociedad, han ido a aumentar el nmero de los malhechores, hacindose indignos de la libertad que en edad tan peligrosa les concedi la lei.74 Una denuncia colectiva hecha por ms de trescientos vecinos de Popayn, mostraba cmo todos estos hechos, que ellos vean como consecuencia de la abolicin de la esclavitud, haba alterado de manera brutal el statu quo. Decan:

    Puede [] decirse sin exageracin, que la ley prepar la numerosa poblacin de esclavos de estas provincias a recibir sin dificultad y sin correctivo los halagos y las seducciones de los sediciosos, para representar en la Nueva Granada las rebeliones de los Ilotas y los Gracos. De aqu proviene que se repiten con frecuencia los asesinatos de hombres pacficos, de viejos, de nios y hasta de mujeres. De aqu proviene que nuestros bosques estn plagados de muchos facinerosos desbandados de las hordas de la faccin que desol estas provincias []75

    Como consecuencia de estas denuncias los esclavistas lograron la expedicin de la ley de 22 de junio de 1843 que permiti la exportacin de esclavos y manumisos, lo que incumpla tratados internacionales que la repblica haba firmado y facilit que fueran exportados al Per familias de esclavos que incluan libertos. Esto lo sustent el gobierno en que podan exportarse los esclavos perjudiciales, entendiendo por ellos:

    1 Los de conducta escandalosa; 2 los que sean notoriamente sindicados de costumbres y usos perniciosos a

    la sociedad; 3 los cimarrones; 4 los que por sus vicios, malas inclinaciones e ineptitud, no prestan con

    ventaja sus servicios, y son gravosos para sus amos; 5 los que seduzcan esclavas ajenas y las induzcan a fugarse. Para exportar tales esclavos, no es necesario consultar su voluntad, y deben

    las autoridades polticas prestar la ayuda que se les pida.76

    74 Mallarino, ob. cit., p. 3.75 Varios vecinos de Popayn: Seores del Senado y la Cmara de Representantes, Popayn, 21 de abril de 1843, en Kitchens y Helguera, ob. cit., p. 230. 76 Manuel Mara Mallarino a las autoridades de Panam, Bogot, 20 de octubre de 1846, en Ibd.., p. 267.

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    La medida fue derogada por la protesta de gobiernos extranjeros, cuando ya muchos esclavos y libertos haban sido vendidos al Per.77

    Que la tensin social y el conflicto en que se vieron inmersos los sectores populares haban roto el orden social imperante era innegable; que ello los llev de la resistencia social a la accin poltica, tambin lo es. Esto no slo estaba en la mente de las autoridades provinciales del Cauca y Buenaventura que representaban a los seores esclavistas, ello tambin fue visto por las autoridades centrales, las que destacaron la cooperacin de todos para buscar someterlos tal y como puede verse en el informe del Secretario de Gobierno de 1844:

    [La] lista de delitos que con repugnancia os presento, interesa por la relacin de los hechos con el orden pblico; pues aunque los asesinatos ejecutados no sean ms que crmenes comunes, sus perpetradores los han cometido invocando palabras relacionadas con la poltica, como federacin, libertad y otras; han pretendido que representaban un partido poltico, y han obrado con la esperanza de que seran auxiliados por los que tuvieron algunos comprometimientos en la ltima revolucin. El pueblo ha odo con horror de los bandidos, las autoridades han desplegado la eficaz autoridad que les est ordenada, las guardias nacionales han ocurrido con prontitud y decisin a prestar fuerza a la autoridad, los pasos dados para corromper la lealtad del ejrcito han sido vanos y an costosos para los electores, y todas las personas honradas que de grado o por fuerza se haban complicado en las revueltas de 1840 y 41, y que se han hallado en el teatro de los ltimos atentados o en sus cercanas, han cooperado con celo a reprimir el desorden y a apresar a los criminales.78

    Desde luego, estos intentos de control afectaron a los esclavos que haban permanecido sujetos a los esclavistas, pues stos aprovecharon para recuperar los capitales invertidos en ellos al exportarlos aplicando las leyes que lo autorizaban. Pero fue muy poco lo que los seores pudieron hacer frente a los que se negaron a ser sujetos a quienes siguieron considerando como bandidos por el nico delito de seguir defendiendo la libertad que haban adquirido por sus propios medios y por estar construyendo sus ambientes sociales en espacios de libertad alejados de los blancos y sus estructuras de dominacin. En estos sectores populares qued la conciencia

    77 La posicin de los conservadores frente a este problema se puede ver en Joaqun Posada Gutirrez, Memorias histrico polticas, tomo III, Medelln, ed. Bedout, 1971., pp. 356 y ss. 78 Mariano Ospina, Exposicin que el Secretario de Estado del Despacho del Interior del Gobierno de la Nueva Granada dirige al Congreso Constitucional de 1844, Bogot, Imprenta de J. A. Cualla, 1844, p. 4. El resaltado es mo.

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    de que Obando, el caudillo popular injustamente perseguido, simbolizaba la nica esperanza de alcanzar la libertad jurdica y la igualdad social que el Estado republicano prometa y no cumpla, y refugiados en los montes lo esperaron mientras seguan desarrollando las prcticas culturales que haban construido desde la colonia. Esa espera era temida por los terratenientes y los polticos tradicionales, quienes no ocultaron el temor de que el caudillo popular regresara, pues polticos como Jos Manuel Retrepo, denunciaron que desde donde se encontraba promova nuevas insurrecciones de vagos, esclavos y bandoleros y trasladarse luego a encabezarlas y a reproducir los actos de sangrienta barbarie y depredacin que ejecut en 1840 y 1841.79

    No obstante el temor que expresaba Restrepo, el 1 de julio de 1846, el gobierno expidi un indulto para todos los implicados en los delitos de traicin, rebelin y sedicin, cometidos en la Nueva Granada desde el 1. de junio de 1839 hasta el 31 de diciembre de 1845, del cual se exceptuaron los cabecillas.80

    79 Jos Manuel Restrepo: Historia de la Nueva Granada, Tom II 1845 a 1854, Bogot, editorial El Catolicismo, 1963, p. 24.80 Ibid., p. 38.

  • capitulo ii

    La insurgencia popular durante el gobierno liberal

    La situacin post conflicto mostr un acelerado proceso de resistencias campesinas que evidenciaba el fracaso de las medidas tomadas por los gobiernos conservadores y la creciente fortaleza de aquellos que estaban empeados en destruir la esclavitud, quienes cada vez lograban mayor aporte por parte de los hombres y mujeres libres. El final de la dcada de los aos 40s apareca como el momento en que se definira el conflicto entre las fuerzas tradicionalistas dominantes que queran restablecer el orden social caracterstico de la sociedad seorial y que para hacerlo deberan someter a los sectores populares, y las liberalizantes que luchaban por cumplir las promesas de la sociedad republicana; stas estaban acompaados por hombres y mujeres que mostraban una creciente participacin poltica como rechazo a las recientes medidas represivas, lo que los hizo visibles con el calificativo de pueblo.81

    Se trataba de un avance considerable en los temas de la confrontacin poltica si se le compara con el conflicto anterior, pues como lo dicen Uribe y Lpez, cuando se refieren al materializado en este perodo:

    [] el carcter civilista de los actores del conflicto desdibuja el personalismo de otras guerras; quizs por eso en sta no se enfrentan clientelas adscriptivas sino partidos; asociaciones de segundo grado, voluntarias e impersonales, que no se circunscriben a los lazos parentales o vecinales; se lucha en nombre de

    81 Frank Safford: Aspectos del Siglo XIX en Colombia, Bogot, ediciones Hombre Nuevo, 1977. Vase especialmente el artculo Aspectos sociales de la poltica en la Nueva Granada. 1825-1850, pp. 153 y ss.

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    los partidos y si bien las clientelas siguen operando con alta eficacia, quedan subsumidas y de alguna manera veladas por lo partidista que les presta luz y les otorga un sentido distinto.82

    Lo ms importante a destacar es que durante este perodo, la movilizacin de los sectores populares no se dio nicamente por el caudillismo que haba imperado durante la Guerra de los Supremos, sino principalmente por la filiacin poltica en torno a los dos partidos conservador y liberal- surgidos oficialmente a partir de 1848 y las asociaciones que ellos organizaron para formar polticamente a los sectores populares y transformarlos en el pueblo; es decir, en un actor poltico considerado la base de la democracia republicana. En este proceso el accionar poltico de los liberales fue ms efectivo, al obtener resultados que se materializaron en el apoyo en las elecciones y en la confrontacin militar con unos sectores conservadores y seoriales radicalizados al ver disminuido el poder poltico y la dominacin seorial, por las reformas econmicas, polticas y sociales republicanas -entre ellas la abolicin de los estancos, de la esclavitud, el control a la iglesia catlica y la expulsin de los jesuitas- que los liberales impusieron. La reaccin conservadora ante stas reformas, caracterizada por la confrontacin, hizo que la filiacin poltica de los sectores populares al lado del naciente liberalismo los llevara a actuar entre la poltica electoral y el conflicto militar, como medios para lograr el reconocimiento de sus derechos y la defensa de los mismos cuando los ob