DIRECCIÓN GENERAL DE PREGRADO Dirección de Formación

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CURSO DE ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

PROFESOR: AUGUSTO MERINO

PRIMER SEMESTRE 2010

SEGUNDA UNIDAD

Clase 7: Masculinidad y feminidad, funciones humanas.

1. Hombre y mujer

- la distinción entre hombre y mujer no es una distinción esencial dentro del orden de lo humano, pero tampoco es una diferencia sin importancia, reducida a lo puramente biológico:

- no es esencial porque tanto varones como mujeres son todos personas humanas, miembros al mismo título y con el mismo rango y dignidad de la especie Homo sapiens

- pero esta distinción afecta todo el comportamiento propiamente humano:

- todo lo que el ser humano hace está marcado por esta distinción; la manera de pensar, de sentir, de actuar, todo lleva el sello de esta diferencia.

- por eso, y de acuerdo con muchos análisis contemporáneos, es preferible hablar en este terreno de “masculinidad” y “feminidad” del ser humano:

- por lo demás, según dichos análisis, en cada ser humano, ya sea varón o mujer, hay rasgos masculinos y femeninos, aunque en condiciones normales los masculinos son más poderosos en el varón y los femeninos, en la mujer.

2. Ser humano y medio ambiente

- vimos anteriormente (1ª Unidad, 5ª clase) que el hombre no está sometido al medio ambiente, como es el caso de los animales, que para sobrevivir tienen que adaptarse genética y morfológicamente al hábitat.

- en cambio, el ser humano adapta a sí mismo el entorno:

- es dueño y señor del mundo en cuanto que sabe disponer de él y puede hacerlo.

- a esta especial relación del hombre con el habitat la llamamos “habitar”:

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- “habitar en el mundo” quiere decir tener el mundo a su disposición, sometiéndole a los propios fines.

- pero la falta de adaptación genética del ser humano al ambiente significa que el mundo no es de suyo habitable por el hombre:

- el hombre tiene que hacerlo habitable y útil para los proyectos humanos.

- y hacer habitable el mundo significa dos cosas: someter el mundo, y hacerlo humano.

- esto el hombre lo hace mediante su trabajo, que tiene dos aspectos: aprovechamiento de los recursos del mundo, y protección o conservación de los mismos; el hombre, cuando actúa humanamente, cultiva y cuida el medio ambiente.

- el modo más elemental y natural de este “morar en el mundo” es la familia: el hombre nace en el mundo “familiarmente”, no “aisladamente”.

3. Masculinidad, feminidad y morar en el mundo

- es en este “morar en el mundo”, haciéndolo habitable y humano luego de haberlo sometido, donde aparece el significado y trascendencia de la masculinidad y la feminidad, como dos funciones que la especie humana debe cumplir a fin de crearse esa morada que, a diferencia del caso de los animales, no le viene hecha por el medio ambiente.

1º.- la esencia de la masculinidad y su función en el morar el mundo

- la esencia de la masculinidad es el dominio del mundo por el sometimiento: la masculinidad está orientada hacia el sometimiento del medio ambiente por tres razones:

1) el varón, en quien se concentra la masculinidad (aunque haya también en él rasgos de la feminidad) tiene el sentido de la mediación:

- el varón produce “medios”, o sea, “instrumentos”

- o sea, tiene el sentido del artefacto y la habilidad para producirlos:

- todo instrumento o artefacto es una acumulación de propiedades abstractas (matemáticas, leyes físicas, leyes químicas, etc.).

- la inteligencia masculina es analítica para lo abstracto (o sea, analiza, teoriza lo abstracto) y sintética para lo concreto (frente a lo concreto, crea una cosa individual –en este caso, una maquinaria, un instrumento-).

- en cambio, la inteligencia femenina es sintética para lo abstracto (o sea, es capaz de intuír lo abstracto mediante una simple corazonada, sin

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necesidad de análisis ni teorías) y es analítica para lo concreto (frente a las realidades concretas, distingue, separa, individualiza –para una mujer no hay un hijo igual a otro-).

- se trata, por cierto, de diferencias de tipo cualitativo en la inteligencia, no de tipo cuantitativo:

- pero ambos tipos de inteligencia, de carácter puramente funcional, contribuyen al morar de la especie en el mundo.

2) el varón, en quien se concentra lo masculino, se interesa por la organización:

- por organización se entiende la articulación compleja de elementos abstractos, capaz de actuar unitariamente en lo concreto:

- p. ej., las Naciones Unidas son una articulación de realidades abstractas (estados nacionales soberanos), que es capaz de actuar unitariamente en lo concreto (enviando fuerzas de paz).

- esto se entiende mejor pensando en algo totalmente contrario como, p.ej., un adorno floral, que es la articulación compleja de lo concreto, capaz de actuar unitariamente lo abstracto: el bouquet de flores –concreto- simboliza el amor –abstracto-.

- ahora bien, es la organización lo que permite el sometimiento del mundo.

3) la masculinidad tiene de suyo el sentido del progreso técnico:

- este progreso, que permite un mejor sometimiento del mundo, se va haciendo por la asociación de unos instrumentos con otros y por su complejización y perfeccionamiento.

2º.- la esencia de la feminidad y su función en el morar en el mundo

- así como la función de someter el mundo pertenece a la masculinidad, la función de humanizar y convertir en morada el mundo sometido, así como de cuidarlo, corresponde a la feminidad, y ello por tres razones:

1) la feminidad tiene naturalmente el sentido de morada o habitación (los ingleses dicen “home is where mother is”):

- no en vano el seno materno es la primera morada o habitáculo para el ser humano

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- por otra parte, es función preferente de la maternidad transmitir al feto y luego al niño la primera información humanizante sobre el mundo.

2) la feminidad encarna en sí misma el interés por el mundo concreto:

- la feminidad está particularmente bien dotada para captar lo concreto de la realidad, y el modo cómo el proyecto humano se puede cumplir en lo concreto del mundo:

- la madre, por ejemplo, conoce mejor que nadie a cada hijo en su concreción y singularidad.

- por eso se suele decir que la feminidad tiene una finísima inteligencia para todo lo singular: es una “inteligencia de lo concreto”, que es frecuentemente llamada “intuición femenina”.

- y en virtud de este rasgo, la feminidad es una inteligencia llena de respeto por el mundo, por las realidades naturales, por las plantas, por los animales.

3) la feminidad atrae a la masculinidad hacia la morada y la interesa en ella, es decir, la interesa en un compromiso con la vida en el mundo:

- la feminidad atrae, fija y asienta la afectividad masculina, haciendo que eche raíces en un lugar fijo, en el hogar.

- la masculinidad, de suyo, es aventurera, movediza, pero al mismo tiempo tiene una particular susceptibilidad a dejarse atraer (algunos dicen “atrapar”) por la feminidad:

- p.ej., hay estudios sobre la personalidad de Don Juan Tenorio, el famoso galán que vivía conquistando innumerables mujeres sin casarse jamás con ninguna, en el sentido de que faltan en él rasgos propiamente masculinos:

- lo propio de la masculinidad es rendirse ante el encanto de lo femenino y enraizarse donde lo femenino ya está enraizado.

- esto hace comprensible que sea la feminidad el corazón de la morada humana, del “hogar”, y que tenga particulares habilidades para hacerlo atrayente, amable, acogedor, bien dispuesto, bien amoblado y decorado.

4. La unidad funcional de las dos dimensiones del “morar en el mundo” y sus problemas

- como veíamos, en la naturaleza humana no se da ni lo masculino ni lo femenino en forma pura, sino una mezcla de ambos con preponderancia de lo uno o lo otro, de acuerdo con los datos de la biología actual:

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- ello es indicio, como también vimos, de que, biológicamente incluso, la diferencia entre ambos sexos es tan solo una diferencia funcional en orden a la consecución de una finalidad.

- esto significa que la diferencia no debe ser ni desestimada ni sobrevalorada:

- lo único que se puede derivar de ella es que es sólo la integración armónica de las funciones masculinas y femeninas lo que hace verdaderamente habitable el mundo para el ser humano:

- pero esta armonía es frágil y a menudo se ha roto a lo largo de la historia conocida de la humanidad:

- y en los períodos de desequilibrio entre ambos factores, aquello que debía ser complementario se nos aparece como excluyente:

- la feminidad, que es en su raíz una “función donal” (la mujer da a luz, la mujer cuida la vida en sus mismos inicios, etc.), se transforma en una “falta de función propia” o, más exactamente, en una “carencia de masculinidad”:

- la mujer se siente privada de algo que los hombres poseen –fundamentalmente, del poder que es capaz de causar sometimiento del mundo- y procuran adquirirlo mediante la imitación u otros medios:

- el fenómeno se advierte en el mundo contemporáneo en múltiples lugares, de los cuales uno –de importancia menor, pero muy elocuente- es la tendencia de las mujeres a imitar la vestimenta del hombre, y sus modos, su lenguaje y actitudes.

- por su parte, la masculinidad corrompe su función de dominación y sometimiento, desviándola desde el objetivo de someter al mundo al de someter a la mujer, transformándola en un objeto más.

- estas tensiones inarmónicas han predominado en la cultura de la modernidad al menos desde el siglo XVII:

- toda la cultura se ha “masculinizado” desequilibradamente

- en períodos anteriores de la cultura, como algunos de la llamada Edad Media, se dio un equilibrio mucho más aceptable entre masculinidad y feminidad, cosa que puede parecer sorprendente debido a nuestra actual ignorancia de la historia de esa época:

- se podría traer aquí como ejemplo la importancia política de la mujer en todos los reinos europeos, o su importancia cultural, manifiesta en el surgimiento

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y cultivo por parte de los hombres de lo que se llamó “el amor cortés”, de lo cual la idealización de la mujer es un buen ejemplo:

- bastaría recordar la importancia que adquirió hacia esa época el culto a la Virgen María en el ámbito cristiano.

- pero ya en el s. XVII todo aquello era parte del pasado y motivo de ridículo y risa:

- basta pensar en el Quijote, escrito a comienzos de ese siglo, enamorado de su “dama” Dulcinea del Toboso, que no era más que una cuidadora de chanchos…

- como reacción a esta “masculinización” de la cultura, que el feminismo ha diagnosticado acertadamente, se proponen diversas soluciones, de las cuales muchas significan prolongar el desequilibrio, sólo que en la dirección contraria:

- en lugar de restablecerse la armonía entre lo masculino y lo femenino valorizando lo propiamente femenino, se piensa a veces en conseguir más poder para la mujer y desfeminizarla, restándole importancia a la diferencia funcional que estamos analizando:

- a esta luz es posible comprender mejor ciertas tendencias de nuestro tiempo, como la desvaloración o temor de la maternidad, y el rechazo de la mujer a realizar actividades propias de su función y que sólo ella puede cumplir satisfactoriamente:

- curiosamente, la reacción feminista en muchos casos aspira a una masculinización de la mujer.

- naturalmente, no todas las formas de feminismo participan de estos criterios.