usina de teatro. semimontados. textos para teatro. volumen 1

1º Encuentro de Semimontados - Usina de Teatro2 1º Encuentro de Semimontados - Usina de Teatro 3

El nacimiento de

Señorita Usina


“En el viejo mito griego la medusa gorgona es una mujer con cabellera llena de serpientes a la que ningún hombre podía mirar. Quien miraba la cabeza de la medusa moría. Era in-desafiable. El espectáculo tiene algo de eso. (…) Simula una

envergadura y un poder titánico.”

Cristian Ferrer.

en facebook: polocomics


GEN SHU SUSHI

Director: Pablo Martella

Vestuarista: Edgar Tula

Músico: Cruz Zorrilla

Iluminador: Juan Manuel Costa

Actores:

Akechi: Hernan Rossi.

Sakamoto: Paulo Colina

LA MADEJA

Director: Martin Gaetán

Vestuarista: Paulina Baro

Música: Cecilia Villalba

Iluminadora: Cristina Smargiassi

Actores-Actrices:

Viejo: Jorge Pinetta

Ana: Jose Diaz Cerutti.

Beatriz: Luciana Maltez.

Chico: David Amaya

1º Ecuentro de Semimontados16 de diciembre de 2011 - 21 hs.

Las Heras Hostel - Córdoba - Argentina


AFTHER OFFICE

Directora: Ariana Andreoli

Vestuarista: Adelina Coda

Músico: Valentín Basel

Iluminadora: Natalia Pitau.

Actores-Actrices:

María: Mariela Chervin

Bruno: Ruben Capodaqua

Antonio: Martín Cabrera

LATINLOVCHÁ. YA, YO QUIERO HABLAR

Directora: Julieta Reyes

Vestuarista: María Cecilia Priotto

Músico: Lucas Ramírez

Iluminador: Pablo Género

Actores-Actrices:

Loko amor: Luis María Mercado

Santinoo: Santiago Sao Paulo

Marcel: Cecilia Blanco

Invitado: Alejandra Toledo Nespral


GEN SHU SUSHIde Mariana Richardet

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1. EL MANDADO

Un mercado maloliente y descolorido casi escondido en un callejón. Entre las tiendas, un bar. Por la ventana de uno de los edificios del callejón, se proyecta el sol.

Atardece.

Una luz rojiza posa sobre Akechi mientras toma un sake. Viste un traje negro impecable. Su imagen contrasta con la imagen del lugar. Sakamoto camina con un pescado envuelto en papel madera. De uno de los extremos sobresale la cabeza del pez.

Sakamoto se sienta en la mesa. Akechi inclina la cabeza con un gesto indefinido. Sakamoto apoya el paquete en la mesa. Akechi observa la mirada seca del pez, luego mira a los ojos a Sakamoto. Este sonríe.

Se acerca la camarera. Akechi conduce la mirada hacia

el vaso de sake. La camarera asiente.

El murmullo del mercado es interrumpido por gritos que vienen desde fuera del callejón. Enseguida se hacen más presentes.

Un hombre persigue a otro.

Pasan frente a Akechi y Sakamoto que se mantienen con las miradas atentas entre ellos.

El que persigue lanza una navaja en el cuerpo del perseguido. Se escuchan más gritos.

El perseguido cae al suelo. El perseguidor escapa. La gente se amontona encima de la víctima.

Akechi que esta frente a la escena, desvía mínimamente la mirada. Luego vuelve a Sakamoto. Inclina la cabeza con el mismo gesto indefinido.


Vuelve el murmullo al mercado. Lo demás ahora ocurre lejano, fundiéndose entre la gente que circula y el vaho que exhala la alcantarilla. El sonido se va alejando hasta enmudecer.

La camarera le sirve un sake a Sakamoto. Sakamoto da un golpe leve del vaso contra la mesa. Da un sorbo corto y vuelve el vaso a lugar.

El pescado comienza a sudar el papel. Akechi vuelve la mirada al pescado. Sakamoto lo mira y vuelve a sonreír.

Akechi. Un pez nada solo, se deja llevar por la corriente, como un viajero vagabundo sin acercarse al muelle. Conoce el peligro. Mira la costa desde lejos, dando un salto en el aire y captando en ese momento la imagen del lugar. Vuelve al agua, y vuelve a la imagen. Imagen y agua se confunden.

El pez sabe dónde está. Busca una nueva corriente, un nuevo mar, una nueva imagen. Pero ese es un pez especial, solitario. Al resto les gusta el viaje en comitiva. (…) Eso les da seguridad. Pero no pueden elegir un destino personal.

Akechi levanta la mirada del pescado y la dirige a Sakamoto.

Akechi. Si no puedes elegir tu destino, mejor hiérvete en la sopa de un japonés.

Sakamoto mira el pez y asiente.

Akechi. Ya te has enterado lo de mi sobrino Chiba. (…) Un pez que ni siquiera sirve para sopa. Nada especial. Se ha ido solo y lo buscan.(Pausa)Los hermanos de Saigo quieren vengar su muerte. Lo hallarán. Sigue las huellas de Yi, su


mujer, a la encontró con Saigo al amanecer. La pasión es un camino difícil de transitar. Algunos traen ventura, otros fatalidad. Chiba siguió el último. Un amanecer furioso trazó una línea, roja como la sangre.Yi ahora se refugia en la familia de Saigo. (Pausa)Tarde o temprano, el pez morderá el anzuelo.(Pausa)Es mi sobrino, no puedo dejar que lo maten. Tampoco se saldrá con la suya, pagará su error cuando regrese.Tienes que encontrarlo y traerlo de vuelta. Sin más, solo tráelo.

Akechi da el último sorbo de sake.

Akechi. Eso sí, vivito y coleando.

Akechi esboza una sonrisa.

Sakamoto lo mira imperturbable, quizás ahora más tenso que al principio.

Akechi saca un par de billetes del bolsillo y los deja sobre la mesa. Se levanta.

Sakamoto. ¿Y si se niega?

Akechi le devuelve una mirada aguda.

Akechi. Encontrarás la manera.

Akechi comienza a caminar. A su paso, los demás hombres se inclinan levemente.

Sakamoto baja la mirada.

El pez comienza a gotear y mancha el pantalón. Sakamoto limpia la mancha, luego se levanta, tira el pez en el cesto y sigue su marcha.


LA MADEJAde María Inés Prosdócimo


Ana, Beatriz, son hermanas, el Padre, viejo y enfermo, no habla ni camina, sentado en una silla.

Ana: ¿Dónde están? (pausa)

Beatriz: Habló el hijo de Mirta.

Ana: ¿No los viste? (pausa)

Beatriz: Preguntó por vos.

Ana: Estaban arriba de la mesa. Con la madeja.

Beatriz: ¿Cuándo habla con vos... pregunta por mí?

Ana: ¡Será posible!

Beatriz: Tiene voz de venado.

Ana: Parate (saca los lentes que estaban en el sillón)

Beatriz: Bhá! Si los venados hablaran... (se sienta)

Ana: ¿Y la madeja que estaba acá?

Beatriz: te prefiere... carne más fresca...

Ana: encuentro una cosa y se me pierde otra.

Beatriz: Ahhh! Antes esto no pasaba...Cuando éramos púberes. Yo tuve una explosión hormonal, mis células se reprodujeron a una velocidad increíble ¡Qué-buenas-tetas! El origen mismo del poder hipnótico en ellas.

Ana: Mirá dónde está...

Se da cuenta que están en los brazos del padre , los pone en alto y tensa la lana entre ellos mientras hace un ovillo

Beatriz: mis pechos casi vírgenes.(pausa)

Ana: ¿Cómo?

Beatriz: qué


Ana: ¿Cómo dijiste?

Beatriz: ¿Cómo dije qué?

Ana: casi.

Beatriz: ¿Casi?

Ana: si. “Casi” vírgenes.

Beatriz: dije mis pechos, casi vírgenes.

Ana: imposible.

Beatriz: ¿Qué cosa?

Ana: no existe la categoría “casi” virgen. Se es o se deja de ser.

Beatriz: eso, será en tu vademécum.

Ana: ¿Quién llamó?

Beatriz: para vos fue fácil... si eras una tabla...

Ana: cuando atendiste... ¿quién era?

Beatriz: muchos hombres me acosaron. Pero fui débil sólo con uno...

Ana: ¿Lisandro?

Beatriz: ¿Lisandro?

Ana: si, ¿fue él?

Beatriz: ¡No! Ni siquiera conozco a ningún Lisandro.

Ana: ¿Y entonces quién era? (pausa)

Beatriz: ¡Fue el Padre Marcos!

Ana: ¿el Padre Marcos llamó?

Beatriz: ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Qué quiere?

Ana: vos estás diciendo que fue el Padre Marcos.

Beatriz: fue para hacer una obra de bien...


Ana: ¿querrá que pongamos plata para la parroquia del barrio? Hace como treinta años que nos mudamos. ¿Todavía vive? Debe tener como cien años...

Beatriz: Hay, pobre hombre, después de tanto tiempo, no lo ha podido superar...(pausa)

Ana: ¿de qué hablas?

Beatriz: ¡De mis tetas!¿ O de que otra cosa estamos hablando? Me obligaste a confesar algo que yo tenía guardado. Un secreto incrustado en mi esófago. Aprendí a convivir con él. Una pelota que me impedía respirar libremente. “Es asmática”, “es asmática” ¡No soy asmática! Tengo un episodio de mi pasado ocupando gran parte de mis vías respiratorias. A veces se

mueve de lugar y se transforma en úlcera. No son tus mates lavados los que me producen gastritis... ¿Estás contenta?... ¿Sos feliz ahora?

Ana: tenés que evitar el picante, eso es lo peor.

Beatriz: sólo fui un instrumento del Señor, él puso sus manos acá y oró, oró y transpiró, yo vi como el demonio sacudió su cuerpo...

Padre: (apenas audible) eeeta... (pausa) (las hermanas se miran)

Ana: Habló (pausa)

Beatriz: ¿Qué dijiste papá? (lo zamarrea) ¡Hablá! ¡Hablá con tu hija!

Ana: no lo presionés, dejálo tranquilo. (al padre) ¿Papito? ¿qué dijiste? Hablá conmigo, soy


Anita, A-ni-ta, papá, miráme.

Padre: (con dificultad) eta....eeetaa....

Beatriz: ¿Qué dice este hombre?

Ana: viejito, quedate quieto, ¿Qué querés? ¿Galleta? ¿Querés una galleta?

Beatriz: ¡Es el colmo! ¡Galleta! No se dá cuenta que apenas nos alcanza con su jubilación para los remedios y el “Señor” quiere “Galletas”. Para eso se hubiera quedado mudo.

Ana: no vas a poder... no tenés dientecitos.

Beatriz: vive muerto de hambre, ¿Por qué no le comentás al médico? Si empieza a hablar no va a parar de pedir comida.

Padre: (levantando un poco la voz) te..ta...tee-ta...

TEE...TAAA (se para y avanza un paso)

Beatriz: ¿A dónde va? ¡Ahora también camina!

Ana: Papá, escuchame (lo sienta) vos no caminás ¿te acordás?

Beatriz: No te escucha ¿no te das cuenta? Nunca nos escuchó.

Ana: viejito, quedate tranquilo, voy a llamar al doctor, todo va a estar bien, ¿sabés?

Beatriz: en su perra vida nos escuchó ¿crees que nos va a escuchar ahora? Nunca escuchó a nadie.(al padre) ¡Vos nunca nos escuchaste papá! ¿Te acordás de mamá? ¡Cómo la hiciste sufrir! ¿Te acordás de Josefa, tu esposa?

Padre: (se para nuevamente) Siiii....teee-tas...TEE...TAAS!


Beatriz: (a la hermana) no tenés algo para que coma, así se calla un poco...

Ana: Ay, papito.... porque nos hacés esto...si vos estabas tan bien... tullidito...

El Padre al avanzar se enreda con la lana, tropieza y cae de cara al piso con las manos aún atrapadas con la madeja) (golpean la puerta

Beatriz: No atendás. Debe ser la policía. Los vecinos nos denunciaron.

Ana: papá, soltá la lana. Abrí los puños papá. No te la apoyés en la cara, es shetland, después te da alergia.

Beatriz: Shhh! (pausa) (va hacia la puerta, pone la oreja y escucha, vuelven a golpear, retrocede)

No abrás... no hagás ruido...

Ana: ¡Ya va!... Cada día más caprichoso papá, ahora cómo hacemos para levantarte, mi espalda no da más. (va hacia la puerta y abre)

Joven: Buenas tardes... ¿el señor Ibañez?

Ana: si... el que está de bruces en el suelo.

Beatriz: no le des ningún dato. Así te engañan. Vos no te das cuenta y le terminás dando información.

Joven: disculpe... ¿usted es familiar?

Ana: si, soy la hija menor.

Beatriz: lo escuché por la radio, así funcionan estos tipos, se aprovechan de mujeres incrédulas como vos. ¡Pavota!

Joven: necesito que me firme aquí... vengo a


entregarle la silla de ruedas...

Beatriz: ¡Ah, bueno! ¡Se acordaron! Hace como un año que la tramitamos. Cómo será que mi pobre padre ya empezó a caminar de nuevo.

Joven: ¿Camina? Es un milagro.

Beatriz: ¡Pero qué milagro! Está mal de la cabeza, no se acuerda que ya no puede caminar.

Ana: ¿Por qué no pasa querido? ¿Está muy apurado? ¿Será mucha molestia si me da una manito? Pase por aquí.

Joven: en realidad... yo...

Ana lo sienta, le pone los brazos para arriba, le coloca la madeja y continúa haciendo el ovillo. Pausa

Beatriz: ¿me escuchaste? (pausa)

Ana: (al joven) flojito... flojito...

Beatriz: habló el hijo de Mirta. (pausa)


AFTER OFFICEde Natalia Rojo


Antonio: Como siempre, me levanté a las 7, me vestí (la corbata, el saco, los pantalones, las medias). Desayuné más rápido que de costumbre porque me demoré unos minutos más en el baño. Controlé que nadie haya dejado mensaje, como siempre nadie había dejado mensaje. Guardé un par de cosas más en el maletín y salí. Cuando llegué a la parada del colectivo lo vi pasar y no llegué a alcanzarlo. Por eso cuando me bajé corrí las tres cuadras que me quedaban. Saludé al guardia . Nunca supe el nombre del guardia.

Bruno: Eduardo López.

Antonio: Bueno, saludé a López, entré al edificio, subí al ascensor, marqué el 3, como siempre

no hablé con la mina del centro de estética pero esta vez sí me animé a mirarle las tetas. (mirando a María) ¿Qué? Bueno, bajé del ascensor, caminé los seis pasos hasta la puerta, me limpié los pies en la entrada, saludé a Cristina, a Ariel, a Gabriel, entré en mi box, acomodé el lapicero, encendí la compu, volví a pegar la foto de París, me senté, estiré el cuello, giré la cabeza (para un lado, para el otro) me hice sonar los dedos y ahí recién me di cuenta. Recién entonces me acordé de que me habían despedido el día anterior.

(silencio)

Antonio: Había hecho todo por inercia. Es extraño


pero en ese momento me tranquilicé y me dije “¿Qué voy a hacer ahora? ¿vuelvo a casa? ¿a qué ? ¿a dormir? No, ya que estoy acá lo hago” y trabajé todo ese día como si nada. Parece que no hubo tiempo entre una cosa y otra para avisarle a mis compañeros, a los clientes y entonces mi cuenta seguía funcionando y los pedidos continuaban llegando.

Bruno: Pero... ¿Por qué te despidieron?

Antonio: Su versión es que me había quedado en el tiempo. Que nunca hice una capacitación en los nuevos programas, que hacía mucho tiempo que no era proactivo.

María: ¿Y tu versión?

Antonio: Que les convenía pagarme la indemnización y en algún momento contratar a un pibe que haga lo que yo por mucho menos plata.

María: ¿Y tus cosas seguían ahí?

Antonio: Sí.

María: ¿No te habías llevado nada de la oficina?

Antonio: No, nada.

María: No entiendo cómo le podés haber dejado tus cosas.

Antonio: Salí muy mareado de la reunión, me sentía


tan extraño, no había entendido mucho. Habían llamado a un abogado para que me lo dijera. Un tipo que nunca había visto por acá. Fue todo tan rápido que cuando me di cuenta estaba en casa.

María: ¿No te quisiste llevar nada en ese momento? Alguna cosa, esta lapicera por ejemplo que tiene tu nombre, o este cuadro con el certificado de conferencista, o esta...

Bruno: ¿Hace cuánto que pasó esto?

Antonio: Seis meses.

María: Qué raro.

Antonio: ¿Qué cosa?

María: Que no te hayas querido llevar nada.

Bruno: A mí lo que me parece raro es que no hayas querido romper algo que hayas dejado todo en su lugar, que no hayas gritado, puteado a alguien y entonces hace seis meses que venís a trabajar sin cobrar.

Antonio: Ni un peso.

María: ¿Y nadie se dio cuenta?

Antonio: ¿Ustedes se dieron cuenta?

(María y Bruno niegan con la cabeza)

Antonio: No, nadie.

María: Pero no entiendo…


Antonio: No sé, simplemente no puedo dejar de hacerlo. No puedo.

Bruno: Y ¿cómo vivís?

Antonio: Me terminé toda la plata de la indemnización y ahora tengo deudas, mis amigos piensan que voy a comprarme un auto, pero sólo pago el alquiler.

María: ¿No se lo contaste a tus amigos?

Antonio: A nadie.

Bruno camina por la oficina enojado. Entra en el despacho del jefe y vuelve con un cuadro. Lo tira con todas sus fuerzas contra la pared. El vidrio estalla en mil pedazos. Pasa un tiempo mirando a los otros

dos como desafiándolos. María es la que se levanta del escritorio de Antonio y entra al despacho. Sale con un florero que dispara contra otra pared. Bruno vuelve a ir, divertido, y vuelve con una gran cantidad de papeles que rompe cantando. María se divierte también y le toma la mano a Antonio.

María: Vamos.

Antonio se resiste bastante pero María logra arrastrarlo hasta el despacho. María sale con la silla del jefe y empieza a andar chocando todo, empujándose con los escritorios. Antonio no sale por un rato. Bruno se ríe y mira para adentro del despacho. Antonio sale con unas lapiceras. Los dos lo miran y niegan con la cabeza. Antonio vuelve a entrar y sale con un pedazo de madera, como de un escritorio todo roto


y un sobre. Lo abre delante de los otros y ve que tiene dinero. Todos se miran y vuelve adentro del despacho a dejar el sobre. Bruno lo abraza y lo acompaña para que se vuelva a sentar.

María: Esta silla es mucho más cómoda que las nuestras.

Bruno (a Antonio): ¿Te puedo preguntar algo? No entiendo por qué te metiste en esto con nosotros. ¿Por qué hacer esto? ¿por qué hacerlo ahora?

Antonio: Porque quiero dejar de venir de una vez por todas. Quiero que se termine, si pudiera hacer desaparecer todo el edificio, que no quedaran huellas de mis años acá, sería

feliz. Sé que si todo sigue igual, si nosotros no llevamos adelante el plan, voy a volver. Mañana voy a cambiarme, me voy a poner el traje, voy a tomar el colectivo, voy a llegar a seguir respondiendo los mails

María: Para mí tiene sentido.

Bruno: Para mí también (Le da una palmada en la espalda a Antonio) Bueno… manos a la obra.


LATINLOVCHÁ.Ya, yo quiero hablar.

de Jimena Inés Garrido


“Nosotros, los subverdes los perfectos amantes latinos,

hermosos como látigos. A veces morimos enfermos de ternura”

Stella Calloni.

“La intimidad se hizo espectáculo”

Paula Sibila

Lugar y horario a definir. Marcel se encuentra con los otros tres y conversa al mismo tiempo con cada uno de ellos. La conversión funciona casi como un mantra, podría superponerse y repetirse ad infinitum.

LOKO-AMOR- hola amiga

MARCEL- hola, loko amor

LOKO-AMOR- cómo estás amiga?

MARCEL- bien

LOKO-AMOR- de qué parte eres amiga

MARCEL-de argentina

LOKO-AMOR- cuántos años tienes amiga, si se puede saber sin molestarte

MARCEL- hola desde argentina

SANTINOO- hola, sos hombre o mujer?


MARCEL- soy mujer, vos?

MARCEL- que hacés?

INVITADO 383538- yo a punto de irme a dormir, llueve?

MARCEL- en mi ciudad si, cómo está la tuya?

INVITADO 383538- aquí de noche ahora mismo

MARCEL- cómo es la noche allá?

INVITADO 383538- oscura. qué edad tienes?

MARCEL- 27, vos?

INVITADO 383538- bastante mayor que tú, 40 y tantos

MARCEL- que haces?

INVITADO 383538- pasaba el rato

MARCEL- 31, vos? Si no te ofende la pregunta

LOKO-AMOR-dime

MARCEL- vos que edad tenés?

LOKO-AMOR- 27

MARCEL-edad del rock

SANTINOO- hombre, ja ja. Qué edad tienes?

MARCEL- 27, vos?

SANTINOO-1


MARCEL- uno?

SANTINOO- veintiuno! jajaja

MARCEL- uno era muy poco, q haces?

SANTINOO- jajaja, estudio ingeniería química

MARCEL- los que hacen perfumes!

SANTINOO- cómo?

MARCEL- me imagino q los ingenieros químicos saben hacer perfumes, no se

SANTINOO- eso y mucho más, jaja, no solo eso. Vos que haces?

MARCEL- me gusta actuar

LOKO-AMOR- eres soltera o casada amiga?

MARCEL- soltera. a todos llamas de amiga?

SANTINOO- que cool, yo hago teatro también lo uso para relax

MARCEL- después de hacer los perfumes?

SANTINOO- jaja. Tal cual

LOKO-AMOR- no se tu nombre, cómo te puedo llamar?

MARCEL- Marcel

LOKO-AMOR- ok. Mucho gusto Marcel


MARCEL- cómo pasas tus ratos?

INVITADO 383538- depende. En qué parte vives de argentina?

MARCEL- en córdoba. vos?

INVITADO 383538- Barcelona. Has estado por aquí?

MARCEL- no

INVITADO 383538- yo tampoco he ido por allí.

MARCEL- contame algo de tu ciudad.

INVITADO 383538- no vivo en la ciudad misma, pero la ciudad vale la pena, lo más conocido quizás sea la obra de Gaudi

MARCEL- cuál es?

INVITADO 383538- la sagrada familia es la más conocida, pero tiene diferentes edificios también muy famosos y un parque

MARCEL- paseas por la ciudad?

INVITADO 383538- si de vez en cuando, me gusta la ciudad y el jaleo

MARCEL- qué parque?

INVITADO 383538- el parque gell, cuentame de la tuya

MARCEL- es muy extensa, también tiene un parque con un lago verde, no paseo mucho por ahí pero esta semana lo visité


MARCEL- igual amiga es una palabra linda. Mucho gusto. Tu nombre? Tenes?

LOKO-AMOR- elvis. Cuantos años tienes Marcel?

MARCEL- ya te conté elvis

LOKO-AMOR- disculpa. eres hombre?

INVITADO 383538- en qué parte está córdoba, no conozco bien vuestra geografía

MARCEL- justo al centro

INVITADO 383538- estás en el interior?

MARCEL- eso mismo

INVITADO 383538- a qué t dedicas?

MARCEL- actúo

INVITADO 383538- si? eres artista?

MARCEL- si, vos?

INVITADO 383538- administrativa

MARCEL-no, soy mujer. vos elvis?

LOKO-AMOR- hombrecito

MARCEL- pequeño?

LOKO-AMOR- grandecito


MARCEL- qué es grandecito?

LOKO-AMOR- mayor que tú. Cuantos años tienes?

MARCEL- ya te conté Elvis, estás mareado.

MARCEL- qué hace una administrativa?

INVITADO 383538- cómo están las cosas por ahí? Aquí bastante mal, mucho paro. Trabajo en oficina.

MARCEL- haciendo?

INVITADO 383538- funciones de secretaria y demás

MARCEL- papeles?

INVITADO 383538- si, teléfono, atención al público…

MARCEL- te gusta?

INVITADO 383538- si, me gusta. y tu cómo decidiste hacerte actor?

MARCEL- invitado, soy actriz!

INVITADO 383538- ahhhhhh, perdona

MARCEL- yo me relajaría haciendo perfumes, me pasas una receta de cómo puedo hacer uno?

SANTINOO- no se, no tengo idea, jaja, estudio ingeniería, no soy ingeniero, jajaja

MARCEL- pero alguna idea tendrás al respecto

SANTINOO- no, jaja, no vi eso


MARCEL- ponele onda! Inventa algo!

SANTINOO- jajajaja, alcohol, flores y miel.

MARCEL- igual te puedo contar

INVITADO 383538- si, me gustaría

MARCEL- disfruto hacerlo

INVITADO 383538- y te ganas la vida?

MARCEL- no

INVITADO 383538- lo bueno es que lo disfrutes, pero es un mundo que cuesta destacar, pero eres muy joven y llegarás

MARCEL- ojala que sí

INVITADO 383538- tienes ilusión y eso es lo que cuenta. Y como estas vosotros con lo del paro?

MARCEL- la cosa está fea

INVITADO 383538- pensé que habían arreglado las cosas por allí

MARCEL- una ilusión

INVITADO 383538- de aquí están partiendo muchos argentinos para allá. Vuestra moneda es el peso?

MARCEL- si, por?


INVITADO 383538- por saberlo, creí que era así pero no estaba segura. Bueno Marcel, me ha encantado la charla, me voy a dormir ya, aquí es tarde.

LOKO-AMOR- eres travesti?

MARCEL- no, por qué supones eso?

LOKO-AMOR- no se, dime tu.

MARCEL- no lo soy

LOKO-AMOR- ya, yo quiero hablar

(Esta obra fue escrita a través del latinchat, en la sección romances, la autora inventandose un nombre intentó dialogar con otros personajes que allí se presentaban. Sostuvo estos tres diálogos superpuestos. Un sábado a la noche de lluvia en el monitor: ¿Qué es actuar/escribir? ¿Hay algo que no sea real? ¿Cómo buscamos alguien para que pellizque nuestra existencia? ¿Cómo pasamos el rato juntos? ¿Cómo nos rozamos y despedimos? ¿Cómo atravesamos una noche de lluvia?)

usina de teatro. semimontados. textos para teatro. volumen 1

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