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Usa lo que tienes a mano

El sucesor de Aod fue Samgar hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos

con una vara para arrear bueyes. También él liberó a Israel.

Jueces 3:31

Iniciemos con oración

COMO DECÍAMOS

AYER

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Los héroes de la Biblia

Al repasar las páginas de la Biblia de las cosas más llamativas que

encontramos es que, vez tras vez, Dios uso para sus propósitos a personas

que ninguno de nosotros hubiera escogido para una misión de gran relevancia.

Por ejemplo, Moisés tenía un temperamento violento, a tal punto que llegó a

matar a un egipcio, y para rematar no era un buen orador. A éste escogió Dios

para liderar a toda la nación de Israel hasta la Tierra Prometida. Rahab era una

prostituta de Jericó, y Dios la usó para esconder a los espías que Josué había

mandado a la ciudad. David era un insignificante pastor de ovejas; tan es así

que su padre ni siquiera consideró el presentárselo al profeta Samuel cuando

este llegó a su casa, pero Dios lo escogió como rey de Israel y vendría a ser

antepasado de nuestro Señor Jesucristo. Mateo (Leví) era un odiado

recaudador de impuestos para el Imperio Romano, siendo considerado un

verdadero traidor a los ojos de sus compatriotas, pero Dios lo usó para escribir

uno de los cuatro evangelios. Pedro, Juan y Santiago eran rudos e incultos

pescadores; sin embargo Jesús los llamó a ser sus discípulos así como a

Mateo.

Dios usa gente común y corriente para hacer cosas extraordinarias.

¿Cómo podría Dios usar a un boyero?

Al visitar nuestros campos alguna vez habremos visto una yunta de bueyes

dirigida por un gañán o boyero, quien va detrás de las bestias dirigiéndolas

mientras las azuza con una aguijada (la vara larga con punta de metal la cual

entierra en el costado del buey para que este no se desvíe).

La historia bíblica que vamos a considerar trata de un boyero de estos. Decir

que es una historia probablemente sea decir mucho, pues de él solo se habla

en dos versículos de la Biblia, pero la lección que podemos extraer para

nuestras vidas es profunda. Veamos.

El sucesor de Aod fue Samgar hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos

con una vara para arrear bueyes. También él liberó a Israel.

Jueces 3: 31

En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, los viajeros

abandonaron los caminos y se fueron por sendas escabrosas.

Jueces 5:6

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Solo hay dos versículos, 49 palabras, que capturan su vida y su misión. El

desafío que enfrentó fue enorme, y hoy tal vez algunos de nosotros estemos

enfrentando dificultades grandes y no tengamos algo a la mano significativo

con lo cual manejar la situación. Y aunque a pocos de nosotros nos pueda

parecer un personaje a quien ponerle atención, Samgar es de esos hombres

que con poco nos enseña mucho.

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Dios no desperdicia sus palabras y cada parte de la Biblia tiene una verdad

para revelarnos. Empecemos con el primero de los versículos que estamos

considerando:

El sucesor de Aod fue Samgar hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos

con una vara para arrear bueyes. También él liberó a Israel.

Jueces 3: 31

Vamos a extraer tres principios sencillos de la vida de Samgar, quien vivió en

un tiempo en la historia de Israel en el cual no había muchos líderes; era una

época de escasez. Muchas veces aquellos principios que se nos antojan más

sencillos no necesariamente son simples, y ponerlos en acción puede

resultarnos nada fácil.

Primer principio: empieza donde estés

Es triste pero la realidad es que muchos fracasan en alcanzar un objetivo en la

vida porque no saben en dónde están. En el caso de Samgar hemos dicho que

era un granjero. Tal vez a él le hubiera gustado estudiar estrategia militar,

pero esto estaba fuera de su alcance. Hoy, ante un gran desafío por enfrentar,

muchos nos detenemos y no hacemos nada simplemente porque queremos

esperar a tener una mejor posición, edad o educación. Sin embargo fallamos al

no entender que el lugar en el cual estamos es precisamente el que Dios

escogió para nosotros en este momento para que seamos catapultados a

instancias mejores. Si Dios nos ha dado un sueño, empecemos desde ahora a

hacerlo realidad desde el lugar donde estamos.

Segundo principio: usa lo que tengas a la mano

Samgar tenía solamente una vara para azuzar el ganado, y eso no suena muy

adecuado para combatir fieros guerreros filisteos; tal vez hubiera preferido una

espada, o tal vez un arco y muchas flechas, pero no tenía más.

Dar el paso de fe, y decidirse a iniciar un esfuerzo, una organización o

ministerio sin recursos aparentes nos obliga a ser creativos. Dios puede usar lo

que tengo a mano para hacer un impacto indeleble en los demás. Si

esperamos la condición perfecta, el tiempo justo, nunca empezaremos. No

olvidemos que estamos dotados por Dios poderosa y únicamente para lograr

nuestra misión. Todos tenemos una vida y un intelecto, pasiones, talentos y

zonas de influencia. Esto debería ser para nosotros más que suficiente.

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Tercer principio: haz lo que puedas hacer

Samgar utilizó una circunstancia al parecer fortuita. Veamos:

En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, los viajeros

abandonaron los caminos y se fueron por sendas escabrosas.

Jueces 5:6

El hecho de que los filisteos pasaran por sendas escabrosas, muy de seguro

facilitó a Samgar el acabar con 500 adversarios. Él no vio el camino como una

dificultad asombrosa, sino como una oportunidad para llevar a cabo su trabajo.

No nos desanimemos porque no estemos ejerciendo algún tipo de influencia o

porque seamos pocos y pequeños. En el lugar apropiado y con la estrategia

justa, es decir dependencia absoluta en el Señor, todo se puede lograr.

La lección que aprendemos de Samgar es simple: hemos de arrancar desde

donde estamos, usar lo que tenemos y hacer lo que podamos. Muchos de

nosotros tal vez estemos enfrentando problemas, o seamos poco conocidos. O

de pronto estemos luchando contra el pecado, la pobreza o la oposición. A lo

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mejor nuestro matrimonio esté roto. Pero lo único que no podemos decir es

que no podamos ser usados por Dios a pesar de todo esto. Ya que todos y

cada uno de nosotros tiene un propósito en el corazón de Dios, estamos

llamados a pelear esta batalla particular, seguros de que Dios pelea a nuestro

lado.

Si hacemos todo esto, será más que suficiente. Dios usó las fuerzas de Samgar

para liberar una nación, y puede usar las fuerzas de cada uno de nosotros. Él

no nos pedirá que hagamos más de lo que podemos hacer, pero si esperará

que arranquemos desde donde estamos, usemos lo que tenemos y que

hagamos lo que podamos. Solo así Dios va a usarnos.

Tal vez los resultados no serán lo

que esperábamos, y habrá

dificultades, pero Dios puede

redimir las cosas más inverisímiles

para servir a Su propósito.

Salvando del hambre a miles

de millones

El nombre de Norman Borlaug tal

vez no suene familiar a muchos de

nosotros, pero es justo reconocer

que ha sido uno de los hombres

más influyentes de los últimos 100

años. Borlaug, quien falleciera a la

edad de 94 años en 2009 es

conocido como “el hombre que

salvó mil millones de vidas”,

siendo uno de los pocos que han

ganado a la vez el Premio Nobel de la Paz, La Medalla Presidencial de la Paz y

la Medalla de Oro del Congreso. Su contribución principal fue el desarrollo en

México de especies de trigo y de maíz resistentes a la sequía y a las plagas, en

suelos que normalmente no eran aptos para estos cultivos, lo que pronto hizo

de México un gran exportador de trigo. Luego extendió su trabajo a India y

Pakistán doblando la producción agrícola de estas naciones y aliviando

enormemente el problema del hambre, razón por lo cual ganó su sobrenombre.

Más adelante extendió sus investigaciones al África. El movimiento que él inició

se ha denominado la “Revolución Verde”.

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Pero tal vez tengamos que darle

parte del crédito de la labor de

Borlaug a otro hombre llamado

Henry Wallace, quien fuera

vicepresidente de los Estados

Unidos y secretario de agricultura.

Él fue quien orquestó toda la

estrategia que dio origen al

Centro Internacional de

Mejoramiento de Maíz y Trigo

destinado a la producción de las

especies de estos granos,

institución donde Borlaug hizo sus

descubrimientos. Wallace era hijo

y nieto de granjeros en Iowa, y

ellos le comunicaron a Henry

siendo muy niño el amor por las

plantas.

Más también sería justo decir que el crédito corresponde en parte a un

agrónomo afroamericano llamado George Washington Carver, quien es famoso

por sus investigaciones para extraer de las plantas muchos usos, incluyendo

266 formas de utilizar el cacahuate. Carver, siendo estudiante y luego

profesor de la Universidad Estatal de Iowa en Ames, vivió en casa del padre de

Henry Wallace, y solía llevar en sus paseos por el campo a Wallace siendo este

un niño, mientras le enseñaba las estructuras botánicas de las flores silvestres

y de la hierba de la pradera. Carver partiría después a Tuskegee, cuando

Wallace tenía 8 años, pero la influencia sobre el pequeño fue profunda y

duradera.

Pero tal vez debiéramos reconocer el aporte de Moses y Susan Carver, quienes

decidieron rescatar al pequeño George de una muerte segura a manos de sus

secuestradores cuando el niño era aún un esclavo, pagando el rescate que

exigían (un caballo). Más tarde ellos lo adoptaron como hijo suyo.

Un acto sencillo y al parecer insignificante de compasión y valentía significó

que en últimas la vida de más de mil millones de personas fuera salvada.

Nunca podremos tener idea del impacto que puede llegar a tener un simple

acto compasivo.

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Tomemos entonces la lección del olvidado Samgar: empecemos donde

estamos, usemos lo que tenemos a mano, y hagamos lo que podamos. Nada

es insignificante en manos de Dios.

Terminemos con oración.

SDG