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UNIVERSOS PARALELOS Fernando J. M. Domínguez González

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UNIVERSOS PARALELOS

Fernando J. M. Domínguez González

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(LA PUERTA)

NOVELA DE FICCIÓN CIENTÍFICA

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PRIMERA ESTRELLA

"Es allá, en el lugar donde pensamos existe solamente la nada, donde

empieza el universo" (Irving Claim, astrofísico americano)

Partiendo de una antigua teoría, cuya base empírica hasta hoy

nunca había llegado a demostrarse, los investigadores de un laboratorio

de Oregón (EE.UU.), han estado durante los últimos años investigando la

posible existencia de una "puerta" hacia un universo paralelo al nuestro

o, dicho con palabras del jefe de este equipo de investigadores: "una

entrada hacia lo que los antiguos siempre sospecharon existía y que, a

veces, identificaron con el lugar de destino de las "almas", después de la

muerte o el lugar donde moraban los dioses". Otro universo, paralelo al

nuestro, de desconocidas dimensiones.

Lógicamente, los citados investigadores no buscaban la puerta del

"cielo", sino un "paso" por el que poder acceder a otro u otros universos,

de manera rápida y sin utilizar la actual tecnología de naves espaciales

propulsadas por cohetes.

Las investigaciones (raras y aparentemente carentes de sentido

práctico alguno), fueron llevadas en el más estricto secreto hasta hace

muy pocos días, en el mes de agosto de 2001, cuando el Washington

Post las hizo llegar al gran público en uno de sus suplementos científicos

semanales. Curiosamente y sin ningún tipo de explicación por parte de

los editores del periódico sobre el posterior silencio (se supone la

existencia de fuertes presiones por diversos grupos, no citados pero

intuidos), el prestigioso rotativo dejó de informar sobre este asunto y los

responsables del laboratorio "The Other Gate Research Center", ("Centro

de investigación: la otra puerta"), impidieron todo contacto con sus

investigadores.

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La noticia, apenas unas páginas y una fotografía del grupo de

investigadores, pasó casi inadvertida para algunos pero para los

interesados en estos temas que se salen de lo considerado "normal",

fueron la confirmación de las sospechas existentes desde hacía algunos

años y, muy especialmente, después del primer alunizaje de los

norteamericanos.

Algunos recordarán aún perfectamente el extraño "corte" en la

transmisión de palabra e imagen durante el primer alunizaje de los

astronautas americanos. Efectivamente, cuando el primer astronauta

americano pone sus pies en la Luna y se escucha una exclamación

entrecortada por extraños ruidos de fondo que, al parecer y según se

filtró por algún ingeniero de la NASA, sería: "¡No es posible! ¡Estuvieron

aquí!".

Nadie, desde las diversas instancias cercanas a la NASA o al

Gobierno norteamericano, confirmó o desmintió nunca esta filtración.

Los mismos astronautas, una vez de regreso en la Tierra, desmintieron

todo el episodio, de manera insistente. Tan insistente que muchos nunca

llegamos a creerles. Tanto ellos como el gobierno, una y otra vez,

achacaron el asunto a la desbocada imaginación de algunos y a los

problemas con las transmisiones.

Volviendo a la investigación antes citada y según algunos

investigadores no pertenecientes al laboratorio donde se llevan a cabo,

el trabajo que allí se lleva a cabo podría tratarse de experimentos

tendentes a encontrar una especie de "puerta" hacia otra dimensión

hasta ahora no conocida pero siempre intuida, especialmente por

personas dedicadas a la investigación de lo llamado "paranormal".

Según parece, ya en el año 1.954 un investigador ruso llamado

Nikotibof, había iniciado experimentos en el laboratorio de la Agencia

Rusa del Espacio, sobre la posibilidad de encontrar la misteriosa "puerta".

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En este último caso, la investigación tenía un propósito práctico

inmediato puesto que se trataba de encontrar la posibilidad de viajar al

espacio por medios mucho más rápidos que los tradicionales. Si se

encontrase una "puerta" o "atajo" por los que poder llegar a un punto

del universo, sin los tradicionales cohetes, los viajes espaciales podrían

ser programados a voluntad y en un plazo de tiempo inusitadamente

corto, sin olvidar el factor económico.

Nikotibof, antes de desaparecer de manera harto extraña, había

calculado que, para una distancia similar a la existente de la Tierra a la

Luna, sería suficiente con unos minutos ¡Realmente increíble!

Nikotibof, un conocido y condecorado astrofísico ruso de los años

cincuenta, investigó en esta línea durante bastantes años pero,

lamentablemente, y cuando apenas tenía 50 años, parece ser que

sufrió un terrible accidente en su laboratorio. Su cuerpo, después de una

extraña y fuerte explosión, nunca fue encontrado.

Las investigaciones de Nikotibof, después de este accidente, nunca

volvieron a publicarse ni por supuesto se volvió a hablar de ellas en los

diversos congresos de astrofísica celebrados en el mundo. Solamente se

tuvo noticia de una cierta continuidad de sus experimentos cuando el

Washington Post, en el pasado mes de agosto, publicó el antes citado

reportaje.

¿Qué puede existir de verdad en esta extraña historia? ¿Qué

sucede realmente en los laboratorios que gastan millones de dólares en

estas investigaciones, aparentemente de ciencia ficción?

Todos sabemos que durante los años más álgidos de la carrera

espacial, tanto en EE.UU. como en la antigua Unión Soviética, se

gastaron ingentes cantidades de dinero de cuyo montante, el gran

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público, nunca tuvo una idea aproximada. Tanto unos como otros,

parecían estar empeñados en llegar a alguna parte que, hemos de

creer por las evidencias, no era precisamente la Luna.

Para la elaboración de este relato, he de confesar que disponía de

escasos elementos de juicio. Una inesperada fuente de información vino

a dármelos sin haberlo sospechado nunca. Se trataba de un periodista

acreditado por el conocido diario alemán "Wochen Zeitung" de

Hamburgo (Alemania). En un viaje de negocios a Alemania, me lo

presentaron durante una cena de trabajo. Su acento, a pesar de hablar

la lengua de Goethe perfectamente, me sonaba a eslavo. Él, nunca me

confirmó su verdadera nacionalidad.

He de confesar también que, en un principio, se trataba de hablar

sobre las multinacionales del neumático y sus futuras estrategias en los

mercados internacionales pero, más tarde y durante la larga y

distendida sobremesa, se fueron formando grupos que, como sucede

casi siempre, charlaban de los más diversos temas.

El azar (¿o no fue así?) hizo que estuviese sentado al lado del

citado periodista con el que, muy pronto, se estableció una corriente de

simpatía. Hablamos de diversos temas (política, sociología, carrera

espacial, humanismo, etc.) y, en un momento dado, surgió el asunto

que nos ocupa.

Este periodista, siempre según sus propias palabras, había sido

corresponsal de su periódico en la Unión Soviética, durante la época en

que el Dr. Nikotibof llevaba a cabo sus investigaciones.

Por medio de ciertas amistades comunes, había podido hacerle

una entrevista que nunca publicaron sus editores por pensar se trataba

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de algo tan fantástico que podría dañar la fama de "seriedad" del

periódico.

Lo que sigue, para evitar posibles malentendidos, es la trascripción

de lo contado por el periodista (cuyo nombre no me es permitido

publicar, por ahora) y nunca mi personal opinión sobre tan extraño

tema.

Según Nikotibof, me confesó el periodista, todo en el universo

tendería a la "dualidad", siendo ésta una cualidad inseparable en todo

lo existente. Las dimensiones y distancias tal como las conocemos hoy,

no serían más que el reflejo de nuestra incapacidad para poder "ver"

más allá de lo aparente pero, detrás de nuestra "ceguera", se

encuentran multitud de dimensiones o universos paralelos al nuestro a

los que no podemos acceder, sencillamente por desconocer la "clave"

para abrir la "puerta" que nos conduciría hasta ellos.

El periodista (igual que yo), decía sentirse un tanto impotente para

poder explicar con palabras lo contado por Nikotibof que si bien

dominaba la lengua alemana a la perfección, decía carecer de las

palabras adecuadas para explicar su extraña y compleja teoría.

Solamente podía plasmarla, lo más aproximadamente posible, con

complicados modelos matemáticos que, desgraciadamente, el

periodista dijo no alcanzar a comprender.

Con un lenguaje inadecuado pero el único posible para

entenderse ambos, el astrofísico siguió explicando al periodista su árida

pero extraordinariamente interesante teoría que, básicamente, podría

esquematizarse en los siguientes puntos:

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1. Más allá de 1.000.000 de kilómetros de distancia de la Tierra,

la velocidad de un vehículo no depende ya de su sistema de

propulsión.

2. Una vez superada la anterior distancia, todo vehículo es

atraído por fuerzas cósmicas aun desconocidas, siendo su velocidad

regida por leyes distintas a las por nosotros conocidas.

3. Si un vehículo con Seres Humanos pudiese ser llevado mas

allá de la citada distancia, estos Seres sufrirían un cambio molecular

(no apreciable por ellos mismos) tan sorprendente que, de poder

contemplarlo, les sumiría en la desesperación. Su masa habría

dejado de serlo, convirtiéndose en lo que podríamos llamar, para

entendernos: una especie de "plasma licuado".

4. Una vez alcanzada la citada distancia de la Tierra,

comenzarían a comunicarse sin necesidad de utilizar lo que

conocemos como "palabra". Surgiría entre ellos una especie de

transmisión de pensamiento.

5. Sus masas individuales, ahora convertidas en "plasma",

estarían interconectadas las unas con las otras. Permanecerían

siendo "varios" pero, al mismo tiempo: "uno"

6. Puesto que la masa molecular (por llamarla de alguna

manera) habría desaparecido, estaríamos ante "seres" sin peso, sin

forma y sin dimensiones. Solamente lo que llamamos "mente" seguiría

existiendo en su forma primitiva.

7. El fenómeno respecto a la masa de los astronautas, se

repetiría con la del vehículo. Hasta tal punto sería así que dejarían de

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ver mamparas e instrumentos, pasando a viajar en lo que podríamos

definir como un estado de "corporeidad nula".

8. Llegados a un punto que Nikotibof definía como "ecuador

del cosmos" (la puerta), la velocidad de crucero de los invisibles

cosmonautas, en su intangible vehículo, podría estimarse en la de la

luz elevada a la tercera potencia o quizá más.

9. El regreso de estos astronautas, debido al alejamiento real

de la Tierra y la imposibilidad de control remoto desde la misma, era

el gran problema a resolver. Tanto ellos como su nave, hoy por hoy,

se supone serían incapaces de recuperar la masa y tejido molecular

iniciales.

10. El viaje terminaría en un lugar que Nikotibof llamaba:

"Universo B" (El A sería el nuestro) donde, según él, nuestros

astronautas habrían pasado, debido a la inimaginable velocidad

adquirida, a otro "plano" o dimensión que nada tendrían que ver

con lo que conocemos.

Según me siguió contando el periodista y también por lo escrito

recientemente en el Washington Post, las investigaciones que se

realizaban en diversos laboratorios de países como la Unión Soviética y

EE.UU., estaban encaminadas a lograr, con la ayuda de un nuevo

acelerador de partículas, la misma velocidad que el supuesto vehículo

espacial.

De ser factible poder llegar a las velocidades que citamos antes (la

velocidad de la luz elevada a la tercera potencia o más), se introduciría

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en el acelerador a los cosmonautas hasta lograr su "desaparición". Ello

sería la confirmación empírica de su "paso" al llamado "Universo B".

El mayor problema, según Nikotibof y puesto que conseguir un

acelerador de semejante potencia era solamente cuestión de dinero y

tecnología, consistía en el control posterior del viaje, la comunicación

bilateral y la posibilidad del posterior regreso a la Tierra de los

astronautas.

Seguimos hablando de este interesante asunto hasta bien entrada

la madrugada. Los demás asistentes, cansados y con unas copas de

más se habían retirado, hacía tiempo, a sus habitaciones.

El periodista y yo, también cansados pero animados a continuar

nuestra conversación, nos retiramos con la promesa de seguir charlando

sobre este increíble y apasionante asunto.

Más adelante, podremos conocer como Nikotibof creía haber

solucionado la comunicación y el regreso (por lo menos en teoría) de los

astronautas a la madre Tierra.

"La simple afirmación de la existencia de lo imposible, hace que

todo sea posible"(Nikotibof, astrofísico ruso)

Por la mañana y durante el desayuno en el hotel, el periodista y yo

volvimos a retomar la charla que nos había ocupado bastantes horas el

día anterior.

Durante casi todo el día, tanto él como yo, estuvimos demasiado

ocupados escuchando los pesados discursos de los diferentes "genios"

del Marketing y la Logística que intentaban convencernos de la bondad

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de sus formulas magistrales para comprar, vender, transportar o cobrar

mejor.

Durante la comida en un típico restaurante alemán, donde los

camareros vestían trajes tiroleses y una pequeña orquestina

interpretaba alegres y pegadizas melodías de aquellas tierras, apenas

pudimos hablar.

Estábamos sentados en distintos lugares de la mesa y separados

por empresarios, ejecutivos y traductores que, sin apenas pausa,

continuaban hablando de los neumáticos y su futuro.

Por la noche, cuando todos se encontraban más relajados y con

una copa en la mano, aprovechamos para sentarnos en un rincón y

continuar nuestra conversación sobre los descubrimientos de Nikotibof y

lo que éste había contado en la entrevista nunca publicada.

Mi amigo el periodista, después de avisarme de nuevo sobre lo

increíble de lo manifestado por el astrofísico ruso, siguió la conversación

donde la habíamos dejado. Parecía haber memorizado, de manera

extraordinaria, todo lo hablado con el genio ruso.

Puesto que el "envío" de los astronautas al "Universo B" dependía,

teóricamente, de la construcción del acelerador de partículas más

grande de la historia y sería factible una vez las autoridades liberasen el

correspondiente presupuesto, Nikotibof se encontraba ahora

desarrollando la etapa más compleja: las fases de seguimiento y vuelta

a "casa" de los astronautas, después de haber llegado hasta el supuesto

universo gemelo del nuestro. Él, enfebrecido con el proyecto, había

construido un acelerador, a escala, en el que realizaba experimentos

continuamente. Un día, según me explicó el periodista, Nikotibof le

comunicó, con mucho secreto y en voz baja, la consecución del sueño

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perseguido durante tantos años: ¡Había logrado "enviar" a la otra

dimensión un maniquí de tamaño humano!

Después de introducirlo en el acelerador de partículas, logró elevar

la velocidad hasta la tercera potencia de la de la luz.

La estructura del acelerador apenas pudo resistir semejante

aceleración pero, cuando fue frenado en su enloquecida marcha, el

maniquí se había volatilizado o, lo que es lo mismo, perdido su masa

para convertirse en una especie de plasma que, según todos los

indicios, se encontraba ahora en otra "dimensión" desconocida pero

intuida por el sabio ruso.

Puesto que la primera fase del experimento parecía haberse

cumplido de manera satisfactoria, Nikotibof estaba más que nunca

convencido de lo acertado de su teoría. Ahora se veía obligado a

trabajar en los sistemas de seguimiento y control, tarea quizá la mas

difícil de todas.

Las autoridades soviéticas, a la vista de las contundentes pruebas

aportadas por el astrofísico, acordaron financiar un nuevo acelerador

según el diseño de Nikotibof. Su construcción sería cuestión de un año,

como máximo. Mientras, al astrofísico, le esperaba la ingente labor de

investigar sobre el control y regreso de los futuros astronautas, en una

operación sin precedentes.

Toda la información dada por el científico ruso al periodista, lo era

confidencialmente y basándose en la estrecha amistad surgida entre

ambos.

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Lógicamente, no podía ser publicada antes de lograr llevar a cabo

con éxito aquella operación. Se trataba, como fácilmente podrá

entenderse, de algo que las autoridades de la entonces Unión Soviética

querían mantener en el más estricto secreto.

El periodista, guardaba toda aquella información en pequeñas

notas a buen recaudo de la omnipresente KGB. Intuía que, algún día,

todo aquello podía ser información del máximo interés para el mundo.

El astrofísico ruso, las 24 horas del día encerrado en su laboratorio

cercano a Moscú, no dejaba de buscar la solución a lo que parecía ser

el mayor problema ¿Cómo seguir en contacto con los astronautas a

tantos años luz? No existía ningún medio de transmisión y recepción

conocido capaz de superar aquellas distancias y, aun más: ¿Cómo

lograr una transmisión en ambas direcciones de las señales en tiempo

"real"? De todos es bien sabido que una señal lanzada al espacio y a

semejantes distancias, tardaría años en llegar y otros tantos en regresar.

Podría desaparecer nuestro sistema solar y aún seguir las señales

vagando por el espacio infinito.

Se hacía necesario ignorar todo lo conocido en materia de

transmisión y recepción de señales; olvidarse de la tecnología basada

en las ondas electromagnéticas, de la longitud que fuesen, y tratar de

encontrar algo diferente, inédito y tan original como lo era la primera

parte del experimento.

Según el periodista, Nikotibof estaba sumamente nervioso durante

aquellos meses en los que buscaba una solución al problema de las

transmisiones.

Un día, según le contó el ruso, paseando por los jardines del

laboratorio, se encontró con uno de los psicólogos que trabajaban en

los experimentos (la NASA también trabajó sobre lo mismo durante

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cerca de una década) de transmisión telepática. Hablaron largamente

y el astrofísico preguntó sobre los logros en aquel campo, para él,

completamente desconocido.

Hasta entonces, según le explicó el psicólogo, habían estado

trabajando solamente con las conocidas cartas Zener y con muy pocos

símbolos. Los logros en la transmisión y recepción, eran de casi un 90%

de aciertos en parejas escogidas por su "compatibilidad" y entrenadas

durante muchos meses.

Nuestro astrofísico preguntó y preguntó pero, especialmente, sobre

la distancia que se había alcanzado con aquel tipo de transmisión y

recepción de "imágenes". Abrió los ojos como platos cuando su colega

le dijo que, teóricamente, las distancias no eran el mayor problema.

Lo más importante y difícil a la vez, era encontrar parejas que

fueran capaces de recibir y transmitir en una misma "longitud" de onda

(para explicarlo de alguna manera). Los últimos experimentos realizados

con gemelos y con madre-hijo, por ejemplo, habían logrado el mayor

número de aciertos (casi el 95%) en un plazo de entrenamiento mínimo.

Nikotibof, creyó estar en el camino adecuado y solicitó trabajar

conjuntamente con el laboratorio donde se realizaban aquellos

experimentos sobre transmisión telepática.

Más adelante, ya una vez el equipo interdisciplinario estuvo en

marcha, pudo enterarse de las transmisiones realizadas tierra-submarino;

avión-tierra o nave espacial centro de control. Nunca había

sospechado tales logros con la mente humana como único instrumento.

Si para las ondas cerebrales de ciertos individuos no existía ninguna

barrera en distancias de miles de kilómetros aquí en la Tierra,

teóricamente no debería de existir tampoco en distancias siderales. El

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fenómeno, además, permitía la transmisión y recepción instantánea y

sin el conocido "retardo" de las ondas electromagnéticas. La solución al

problema de comunicación y control parecía mucho más cercana.

Ahora, solamente quedaba encontrar los mejores para aquella misión.

Durante bastante tiempo, y después de millares de pruebas, se

logró reunir un equipo bastante numeroso de posibles astronautas y sus

correspondientes transmisores-receptores. Casi todos ellos estaban

ligados familiarmente y, después de pruebas exhaustivas para eliminar

el factor "casualidad", se formaron los distintos equipos.

Nikotibof estaba entusiasmado por los resultados logrados. Se

enviaron distintos equipos a Siberia para transmitir a Moscú y se

desplazaron otros a las repúblicas del Cáucaso. Distintos equipos fueron

enviados hasta los puntos más lejanos de la Unión Soviética. Todos los

experimentos con las cartas Zener estaban dando resultados increíbles.

Nikotibof, una vez demostrada la bondad del sistema, apremió

sobre la necesidad de "especializar" a los distintos equipos en la

transmisión de instrucciones cada vez más complejas y relacionadas

con los temas concretos de la astronáutica.

Faltaban pocos meses para la finalización del acelerador de

partículas que haría posible la mayor aventura del Ser Humano: viajar

hasta los confines (si realmente existían) del Universo y regresar a la

Tierra, todo ello, en un tiempo récord.

El periodista, contándome su conversación con el sabio ruso, no

dejaba de mirarme para descubrir hasta que punto yo estaba

interesado en aquella increíble historia.

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Personalmente, nunca he dudado de la capacidad del Ser

Humano para encontrar soluciones a los múltiples problemas que se le

presentan pero aquello, he de reconocerlo, superaba todas mis

fantasías.

¿Viajar hasta los limites del Universo y volver en apenas unos pocos

días?

¿Poder comunicarse, instantáneamente los astronautas y la base

en la Tierra? Sinceramente, todo me parecía demasiado fantástico para

ser creíble.

Ya casi habían dado las tres de la madrugada y el periodista

parecía no desear irse a la cama. Era como si temiese no poder

terminar aquella historia o no poder transmitirme por completo lo que

de ella sabía. Había una cierta angustia en la apresurada transmisión de

su relato.

Al día siguiente, la reunión de fabricantes de neumáticos con

diversos ejecutivos del sector terminaría y, mucho me temía, la historia

podría quedar inconclusa. Dado lo avanzado de la hora, decidimos

reunirnos al día siguiente después de la cena. Sería la última antes de

regresar a España.

Por la mañana, en el desayuno, no pude ver al periodista. Al

mediodía, en la comida, tampoco le encontré. Pregunté a varios de mis

colegas por él pero ninguno le había visto desde la noche anterior.

Mientras cenaba, la última noche antes de volar para Madrid,

compré la última edición del Frankfurter Allgemeiner. En la página

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dedicada a la ciencia, una pequeña reseña me llamó la atención: "Los

EE.UU. anuncian el lanzamiento de un nuevo vehículo al espacio". El

titular nada de extraordinario tenía pero, en la foto que lo ilustraba,

pude ver a mi amigo el periodista vestido con el traje de astronauta.

Curiosamente, el nombre que figuraba a pie de foto era totalmente

nuevo para mi puesto que no coincidía con el que figuraba en la

acreditación de prensa que yo había visto.

El artículo, sin apenas más información que el anuncio de un nuevo

lanzamiento, hacía especial hincapié en que sería la primera vez que un

científico ruso iría en una nave americana al espacio:

"El astrofísico ruso, Dr. Alexandrov, acompañará a los astronautas

americanos durante su viaje al espacio. Su principal misión será

comprobar la posibilidad de una transmisión telepática entre él y su

hermana gemela, la Dra. Irina Pershova, especialista en psicología

espacial, desde la base de Baikonur en la Unión Soviética." De pronto no

comprendí nada. El periodista, no era tal, sino un científico ruso. Me

había escogido a mí (¡desconocía las razones!) para contarme una

historia que parecía irreal o extraída de una novela de ciencia ficción.

Volví a España y, pasados los días (quizá absorbido por mi trabajo

de nuevo), todo lo hablado con aquel hombre me parecía una especie

de recuerdo lejano o el relato de una persona un tanto desequilibrada..

En Cabo Cañaveral, una espléndida mañana del mes de

septiembre, se habían hecho todos los preparativos para aquel vuelo

espacial. Las pruebas de telepatía entre nuestro hombre y su hermana

en Baikonur, habían sido realizadas con todo éxito.

El enlace entre Cabo Cañaveral y Baikonur, a su vez, era continuo

y con circuitos de comunicación tradicionales dobles para evitar

cualquier imprevisto.

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El público, se agolpaba cerca de las vallas de seguridad y las

cámaras de televisión no dejaban de transmitir planos de aquella

escena, no por repetida menos emocionante.

Sobre las once y media de la mañana, los motores de la nave

comenzaron a funcionar preparándose para el despegue. Columnas de

blanco humo, expelido por los propulsores, envolvían el cohete por

completo. El despegue, salvo imprevistos, estaba calculado para las

doce en punto.

La cuenta atrás, retransmitida por todas las cadenas de televisión

del mundo, se escuchaba cadenciosa: five, four, three, two, one. La

nave, seguida de una larga estela blanca despegó en dirección a las

estrellas. Dentro de ella, cada uno de los astronautas estaba situado en

su puesto y con multitud de pequeños botones y luces delante.

El Dr. Alexandrov, dentro de una especie de burbuja de plástico,

estaba concentrado en lo que su hermana le transmitía desde Baikonur.

¿Cuál era la misión de aquella nave? La versión que habían dado

(tanto la NASA como la Agencia Espacial Rusa), era alcanzar una órbita

a 1.000 kilómetros de la Tierra y permanecer una semana en esta

posición. Los astronautas, durante todo este tiempo, harían varias

pruebas de comunicaciones con nuevas "tecnologías", entre la nave y

la Tierra.

"La puerta a otra dimensión siempre ha estado ante nuestros ojos.

Solamente era necesario encontrarla (Ivan Stratovov, cosmonauta ruso).

A nadie pareció extraña la misión pero, como sucede siempre,

algunos seguidores del programa espacial equipados con receptores

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capaces de captar las señales emitidas por nave y base, se pusieron a

la escucha.

En todas las frecuencias conocidas reinaba un silencio de radio

total, solamente roto por lo que los técnicos llaman "susurro espacial" (un

ruido de fondo producido por multitud de ondas, de diversas longitudes,

generadas por los distintos cuerpos celestes). Pronto, se corrió la voz de

que no existía ninguna comunicación radioeléctrica entre la nave y la

base. ¡El silencio era total!

Contradiciendo este silencio constatado por los escuchas

aficionados, estaban las diarias noticias de la NASA, diciendo que todo

estaba de acuerdo con lo programado y que las "comunicaciones"

eran excelentes, incluidas las "telepáticas", entre el astronauta ruso y su

hermana situada en Baikonur.

Finalmente y después de repetidas noticias sobre lo extraño de

aquel silencio "radioeléctrico" (la más creíble en una conocida revista

científica de EE.UU., la "Journey of Science"), la NASA reconoció, a la

vista del revuelo, que las transmisiones se estaban realizando con un

sistema de banda llamada HVSF (High Very Sensitive Frecuency) no

"legible" por los receptores hasta ahora diseñados y en poder de los

escuchas aficionados. De ahí el "aparente silencio".

Algunos lo creyeron pero otros más especializados, no dudaron en

que las transmisiones se estaban realizando, de manera exclusiva, con

un sistema que nada tenía que ver con las conocidas ondas

radioeléctricas. Nadie con suficiente peso en el mundo científico

conocía semejante banda ni un sistema de transmisión con ella.

Yo, personalmente, estaba siguiendo aquella misión de la NASA

con inusitado interés. Nunca me había interesado demasiado por el

tema pero, como es lógico y después de la extraña peripecia con el

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falso "periodista" y de la información en mi poder, sentía bastante

curiosidad por lo que estaba pasando allá arriba.

Pasaron tres días y la nave, según nos informaban las distintas

cadenas de televisión, apoyadas en las imágenes proporcionadas por

la NASA, el programa se estaba cumpliendo con extraordinaria

precisión. En una de las transmisiones pude observar por un momento al

astronauta ruso que yo conocía como "periodista".

Al cuarto día de la misión, extrañas noticias comenzaron a circular

por los medios de comunicación: "La nave estaba fuera de órbita";

"peligraba el éxito de la misión"; "las comunicaciones con la nave se

interrumpen de manera extraña".

Sospechando que las comunicaciones se estaban realizando, de

manera casi exclusiva por telepatía, entre la Dra. Irina desde Baikonur y

su hermano el astronauta, comencé a pensar en lo que sabía del

asunto.

El "periodista" (ahora astronauta), me había dicho claramente que

la transmisión telepática era fiable y estaba lo suficientemente

perfeccionada para transmitir y recibir instrucciones complejas, según le

había confesado Nikotibof.

También me había dado a entender que estas "transmisiones"

telepáticas, eran más fiables entre familiares cercanos. A pesar de todo

ello, algo debía estar fallando. De pronto, los radioescuchas aficionados

que seguían siempre las comunicaciones entre las naves espaciales y la

base de Cabo Cañaveral, empezaron a captar cortos mensajes en las

frecuencias habitualmente utilizadas en misiones anteriores. Pronto

dedujeron que la banda anunciada por la NASA como "nueva" no

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existía y, lógicamente, se trataba de una nueva mentira para ocultar

algo.

Por razones de seguridad, la NASA había dotado a la nave de los

mismos equipos de comunicaciones de las misiones anteriores pero,

hasta ahora, solamente se habían mantenido en comunicación con la

base por medio de la telepatía.

Al sexto día, faltando solamente uno para el regreso a la Tierra, la

nave (la NASA no tuvo más remedio que reconocerlo) había perdido

todo contacto con la base. Los equipos, por razones desconocidas,

dejaron de funcionar. Era necesario volver a las comunicaciones

telepáticas entre el astronauta ruso y su hermana Irina o, de lo contrario,

el regreso sería problemático.

En Baikonur, la Dra. Irina se encontraba en una cabina totalmente

aislada del exterior, desde la que trataba de ponerse en contacto con

su hermano. Todas las transmisiones que hacía dejaron de recibir

contestación. Lo intentó, una y otra vez, pero sin éxito.

Las imágenes que la NASA estaba recibiendo de la nave,

mostraban al astronauta ruso despojado de su traje especial y

solamente con una mascara antigás cubriendo su rostro. Flotaba en la

ingravidez y entre los cadáveres de los demás tripulantes que, con cara

incrédula y con una extraña palidez, parecían haber sido sorprendidos

por la muerte en sus respectivos puestos de trabajo.

Irina, en Baikonur, y después de horas de vanos intentos, agotada

totalmente por el esfuerzo realizado, se dio por vencida al no recibir

ninguna señal telepática de su hermano.

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El séptimo día, fecha del regreso de la nave, tanto la NASA en

Cabo Cañaveral como la Agencia Espacial Rusa en Baikonur, habían

dejado de recibir señales de cualquier tipo desde la misma.

Ante esta situación, los EE.UU. no tuvieron más remedio que

reconocer públicamente que les resultaba imposible recuperar la nave

y, consecuentemente, tenían que darla por perdida. Sobre las

imágenes de los astronautas muertos y el superviviente ruso, no se dijo

una sola palabra al gran público.

El satélite espía KOSMOS III, de la Agencia Espacial Rusa, en órbita

cercana a la nave americana (800 kilómetros de la Tierra), envió varias

fotografías de la nave pero, después de unas horas ésta ya no era

visible en su órbita inicial. Había desaparecido, de manera inexplicable

para los expertos. Parecía haberse volatilizado en el espacio.

En Cabo Cañaveral, todo el equipo de emergencia estaba

trabajando las 24 horas, pendientes de cualquier señal procedente de

la nave. Solamente el zumbido cósmico se escuchaba por los múltiples

altavoces de las consolas de control. En la gran pantalla solamente

rayas.

De repente, en las pantallas aparecieron unas imágenes increíbles

para los controladores. El astronauta ruso, despojado ya de la mascara

de gas, parecía estar saludando a otra persona. Ambas figuras

parecían estar manipulando los mandos de la nave ¿Cómo era posible?

Hacía unas horas solamente habían visto al astronauta ruso y a los

demás muertos. Las voces que llegaban, en ruso y traducidas de

manera simultanea por un interprete, decían más o menos: "Has llegado

en el momento justo Nikotibof" "Creí que no lo lograría", fue la respuesta

del recién llegado.

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Tanto los científicos de la NASA, como los que estaban en Baikonur,

sabían de la extraña desaparición del científico ruso durante la

explosión de su laboratorio y no daban crédito a lo que escuchaban y

veían.

La Agencia Espacial Rusa, en contacto permanente con Cabo

Cañaveral, confirmó que, efectivamente, se trataba de Nikotibof. No

tenían ninguna explicación para aquella extraña reaparición del

científico dado por muerto, después del accidente en su laboratorio.

El Dr. Alexandrev Rishinski, director de la Agencia Rusa del Espacio,

fue el encargado de explicar a los medios de comunicación del mundo

entero aquel extraño asunto. Su particular teoría sobre este suceso tenía

tintes de ciencia-ficción pero, aun así, parecía ser la única aceptable.

Nikotibof habría logrado, en su laboratorio, traspasar aquella

"puerta" que todos buscaban desesperadamente. La explosión en el

acelerador y la posterior desaparición del científico, habían sido el

punto de partida de un viaje en el tiempo no explicable hasta ahora.

Los dos ocupantes de la nave, mirando fijamente a la pantalla, con

rostros sonrientes, dijeron en inglés: " We are going to the Cosmos

Frontier. In about two months we will be back. ¡The "door" is now open!".

La traducción sería, más o menos: "Vamos hasta la frontera del Cosmos.

En aproximadamente dos meses regresaremos. ¡La "puerta" está ahora

abierta!"

Nikotibof, sin duda alguna, había logrado materializar su teoría y

con ayuda de otro colega, al que las autoridades rusas habían ya

reconocido como el Dr. Alexandrov, se había apoderado de la nave

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espacial americana para utilizarla de "trampolín" hacia la "puerta"

¿Dónde había estado hasta entonces, después del supuesto accidente

en su laboratorio? ¿Cómo pudo "materializarse" en la nave espacial

americana? Las respuestas a estas preguntas nadie podía darlas.

Después del corto mensaje en inglés, la imagen del interior de la

nave se desvaneció en una explosión de color que deslumbró a los

controladores del Centro Espacial. El silencio era total, salvo aquel

susurro cósmico que todos conocían.

De mañana, el avión aterrizó en Frankfurt am Main. Me encontraba

en Alemania, un año después de los sucesos que he relatado, para

asistir a una nueva edición del Congreso Internacional de Fabricantes

de Neumáticos.

En el Hotel Banhof, volví a encontrarme con caras conocidas de la

edición anterior. Después del discurso de apertura (¡igual al del pasado

año!), y durante la comida en un bonito restaurante de la parte antigua

de la ciudad, cuya terraza daba al río Main, algo me hizo girar la

cabeza debido a esa extraña sensación que a veces percibimos

cuando alguien nos esta mirando a la nunca.

Sentado a una de las mesas de invitados y con el carné de prensa

en su solapa, mi amigo el periodista (también astronauta), me sonreía

abiertamente, agitando la mano derecha en señal de saludo. Su

acompañante, un hombre de edad madura con una corta barba y

gruesas gafas, tenía un gran parecido con la foto que, hacía algún

tiempo y después del extraño suceso de la nave espacial, había visto

publicada en una corta biografía del Dr. Nikotibof, publicada por algún

periódico.

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Desde donde me encontraba, estuve durante un buen rato

mirando para ambos, como queriendo comprobar mis sospechas.

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SEGUNDA ESTRELLA

"Lo que llamamos realidad, quizá no sea más que un reflejo de nuestra

capacidad de fabulación ¿Es real nuestra existencia como entes individuales o

solamente somos corpúsculos de un SER que nos crea y devora para seguir

evolucionando?" (Charles Nacket, Filósofo estadounidense, 1.942).

Volví a mi país, lleno de dudas sobre lo visto en aquel hotel ¿Había

visto en realidad al periodista? ¿Era el Dr. Nikotibof el que estaba

sentado a su lado? Todo aquello me parecía una especie de sueño del

que, según el avión se acercaba al aeropuerto de Barajas, no lograba

despertar.

Pasaron varios meses en los que, por razones de trabajo, no tuve

mucho tiempo para pensar más en el asunto. La lectura de un artículo

de prensa, despertó de nuevo el interés por aquellos personajes y su

extraño periplo espacial.

Quedaban muchas preguntas en el aire pero, seguramente, sus

respuestas quedarían para siempre ocultas ¿Cómo habían logrado

llegar a la nave? ¿Hasta dónde habían llegado en su viaje? ¿Cómo

pudieron regresar sin contar con los medios de las grandes potencias?

Lo primero que me extrañó del artículo de aquel rotativo inglés, fue

el interés del columnista por "desmontar" toda la historia del "rapto" de la

nave espacial americana. Según él: " todo había sido un montaje para

no dar a conocer la verdadera misión de la nave".

Aventuraba aún mucho más: "tanto americanos como rusos,

habían colaborado en el diseño y puesta en escena de aquella

increíble historia. El Dr. Nikotibof había desaparecido realmente en la

explosión del acelerador en su laboratorio y sería absurdo creer que

había "resucitado". Supe, nada más leer la noticia que, sin duda, había

Page 27: universos paralelos463.pdf

sido "redactada" por una de las agencias de inteligencia de los

americanos (en colaboración con la KGB). Se trataba de "borrar"

aquella extraña historia que algunos curiosos, como yo, nos creímos del

todo.

Línea tras línea, el articulista intentaba desmontar la historia que

todo el mundo había visto y leído. Tanto empeño en hacerlo, despertó

mi deseo de seguir investigando aquel asunto y, especialmente, de

recopilar todo tipo de información que fuese apareciendo sobre la

conquista del espacio por ambas potencias y las más diversas técnicas

y tecnologías con ella emparentadas.

Pronto, en la biblioteca de mi casa, se amontonaron libros,

periódicos y revistas en los más diversos idiomas y de las más variopintas

procedencias.

Después de aquella misión, tanto la Unión Soviética como los

EE.UU., dejaron de lanzar naves al espacio. Era como si realmente toda

la frenética carrera espacial de antaño, se hubiera visto ralentizada por

un factor "desconocido". Objetivamente y para los que estábamos más

o menos enterados del asunto, no existían razones para aquella

paralización de la carrera espacial: ni tecnológicas ni económicas.

Tanto los unos como los otros, seguían destinando importantes

fondos de sus respectivos Presupuestos Nacionales a la investigación y

desarrollo de vehículos cada vez más capaces de cubrir enormes

distancias en el cosmos. Por otra parte, tanto en Baikonur como en

Cabo Cañaveral, la actividad no había cesado; sino todo lo contrario.

Centenares de científicos y técnicos espaciales, estaban trabajando en

"algo" que, por razones de alta seguridad, no conocía el gran público

¿Qué sucedía entonces?

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Una de las revistas a las que estaba suscrito: "The Space Examiner",

incluía un interesante artículo de uno de los padres de la era espacial.

Un antiguo colaborador de Von Braun (el padre de las tristemente

famosas V2 alemanas), el Dr. Von Kicher, describía parte de su teoría

sobre los universos paralelos y la posibilidad de pasar de uno a otro, en

apenas segundos, en el supuesto de encontrar la "puerta".

Me acordé de la teoría del Dr. Nikotibof y de la posibilidad de que

él y su compañero de aventura si hubiesen encontrado la "puerta" en su

viaje con la nave raptada. Según el Dr. Von Kicher, un teórico del

espacio muy cualificado y respetado en el mundo científico, que

actualmente se encontraba trabajando para los americanos, existía

una posibilidad de encontrar la "puerta". Las distintas fases de un viaje

espacial en busca de la misma, las expresaba, más o menos así,

coincidiendo en gran parte con la teoría del Dr. Nikotibof que el

"periodista" me había explicado en Frankfurt:

1. El único inconveniente para poder encontrar la "puerta", es

la escasa velocidad de las actuales naves espaciales.

2. Si fuese posible alcanzar la velocidad de la luz elevada a 3

o 4, llegaría un instante en que la nave dejaría de ser visible para

cualquier observador desde la tierra. Ese sería el momento de

entrada en la llamada "puerta" o universo B.

3. A la citada velocidad, las ondas de radio, como hoy las

conocemos, no servirían para comunicarse con la nave. La

direccionalidad de las mismas sería imposible de fijar y el contacto

con la base se perdería. Se hacía necesario encontrar un sistema de

transmisión, tanto para audio como para vídeo, totalmente diferente

a lo conocido hasta hoy.

Page 29: universos paralelos463.pdf

4. La principal ventaja de encontrar la "puerta" consiste en la

capacidad de cualquier nave que entre en ella para recorrer, en

apenas minutos, distancias espaciales consideradas, según los

parámetros actuales, como cuasi "infinitas".

5. Una vez traspasada la "puerta" los astronautas estarían en

condiciones de dirigir la nave a cualquier lugar del espacio escogido

con un simple empuje de los propulsores auxiliares de fotones (en

fase experimental aun).

6. El regreso a la base terrestre tendría que hacerse en base a

espirales espaciales que, de manera similar a la ida y con la

velocidad de la luz elevada a 3 o 4, les introduciría de nuevo en la

"puerta" por la que entraron. El resto, una vez en nuestro Sistema

Solar, sería fácil y factible con los medios actuales.

Así se expresaba el científico alemán nacionalizado en los EE.UU.

Los comentarios de muchos de sus colegas, aun respetando sus teorías,

dudaban de la posibilidad de llevar a cabo semejante viaje, a la vista

de los avances técnicos conocidos en el campo espacial.

En otra de las revistas, del pasado mes de agosto, otro artículo, de

un científico soviético (El Dr. Ivanov del Centro Espacial de Baikonur),

hacía hincapié en lo escrito por el Dr. Von Kicher. Cierto que con ligeras

variantes que, por lo menos a mi, me parecieron bastante reveladoras

de la realidad actual en la carrera espacial, a pesar del "secretismo" a

que los científicos están obligados por los respectivos gobiernos: "La

teoría enunciada por el Dr. Von Kicher, a pesar de parecer salida de

una novela de ciencia ficción, contiene elementos importantes y que,

de tiempo en tiempo, salen a la palestra científica.

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Recordemos controvertida teoría del Dr. Nikotibof que pretendía,

por medio de un acelerador de partículas, alcanzar la suficiente

velocidad para entrar en la "puerta". Nunca se supo, a ciencia cierta,

cual hubiera podido ser el resultado de su experimento debido a la

terrible explosión que destrozó su laboratorio. Hoy, mucho me temo que

su teoría era cierta.

Años después, y curiosamente, estamos condenados a seguir el

camino dibujado por un científico controvertido y tachado de loco en

su tiempo ¿Era realmente un loco o, por el contrario, un auténtico

genio?

Existen dos variables en las que es necesario estudiar y profundizar

más, al margen de la posibilidad de disponer ya, en nuestros días, de

aceleradores de partículas que podrían proporcionarnos la velocidad

adecuada:

1. Las transmisiones de audio y vídeo son, hoy por hoy y con

las técnicas conocidas, imposibles a semejantes distancias.

2. La necesidad de desarrollar propulsores de fotones u otros,

capaces de imprimir a la nave, una vez fuera de la "puerta", la

autonomía y velocidad necesarias para poder maniobrar en el

espacio lejano y desconocido, además de permitirle la vuelta a

nuestro sistema solar.

Si pudiésemos vencer estas dos dificultades, sería factible (por lo

menos teóricamente) dar por buena la teoría de Nikotibof y la que

apoya el Dr. Von Kicher". Así, de manera tan clara, reconocía el

científico soviético la "posibilidad" de llevar a cabo el viaje estelar hasta

y desde la "puerta".

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Pero, a estas alturas, nos podríamos preguntar ¿Qué utilidad

práctica nos proporcionaría semejante viaje, además de la puramente

curiosa y única de salir mucho más allá de lo que alcanzan nuestros más

potentes telescopios? ¿Qué interés podría subyacer en pasar la "puerta"

para encontrarnos en un universo desconocido que los científicos como

Nikotibof llamaban "B" para diferenciarlo del nuestro?

¿Qué razones, podrían existir para gastar ingentes sumas de dinero

en pasar aquella "teórica" puerta hacia otra dimensión?

Estas preguntas solamente pueden intentar responderlas, desde el

punto de vista de la filosofía de la ciencia, dos personas que han

elevado sus especulaciones a nivel de cuasi "dogmas" de fe. Ambos, él

y ella, se encuentran separados por miles de kilómetros, por distintas

lenguas y culturas y, aun más, por una formación académica diferente.

El primero es un científico soviético (El Dr. Rimskof, profesor de

filosofía de la ciencia, en la universidad de Minsk, Unión Soviética), la

segunda, la Dra. Eike, una diminuta y nerviosa mujer, profesora de ética

científica en la universidad de Leyden (Holanda). Ambos se conocen

por sus respectivas publicaciones y, a pesar de las distancias, de no

haber estado nunca juntos y de defender posturas enfrentadas, se

respetan y admiran.

El Dr. Rimskof, desde su cátedra, ha intentado sembrar entre sus

alumnos la duda del ateo sobre todo lo "sobrenatural" o religiosamente

trascendente. Para él, aun respetando otras ideas, solamente existe lo

pesable y medible.

Ella, de raíces protestantes luteranas, pretende sembrar la duda

entre sus alumnos sin despreciar lo que ella llama factor "desconocido".

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Ambos defienden distintas teorías de la formación del Cosmos, su

inicio, su evolución y fin, así como las posibles conexiones y

comportamientos del ser humano para con él.

En este momento, sé que resulta un laborioso seguir esta historia

aparentemente deshilvanada pero, como se puede comprender, el

relato está escrito por alguien para quien la literatura está representada

por los libros de su biblioteca y no por su capacidad para transcribir de

manera amena y ágil los hechos que nos ocupan. En una palabra,

hago todo lo posible por seguir de manera cronológica esta historia

pero, no cabe duda que, de vez en cuando, supera mis posibilidades

de narrador y, por supuesto, mis escasos conocimientos científicos.

Para responder a algunas preguntas de carácter práctico, sobre la

carrera espacial, es necesario conocer no solamente la "rentabilidad"

inmediata: nuevos materiales, pruebas de tipo biológico o médico, etc.

Todos estos experimentos, fuera de la atmósfera terrestre, tienen una

"aplicación práctica" evidente pero, ¿Qué "rentabilidad" puede tener el

alejarse millones de años luz de nuestro Sistema Solar? ¿Qué pensamos

encontrar allí? ¿Qué aplicación práctica puede tener el conocer

nuevas galaxias o planetas hoy solamente intuidos? Está claro, por lo

menos para mí, que existen otros intereses (no declarados por los

distintos gobiernos) en ese febril deseo de llegar cada vez más lejos.

No se trata solamente del prestigio de las grandes potencias, sino

de algo que permaneciendo oculto, no por ello deja de ser importante

para la humanidad: su origen y destino; la llamada "trascendencia".

Ninguno de los que participan en esta carrera de miles de millones

de dólares, ha declarado nunca estos fines que, a simple vista,

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resultarían un tanto pueriles en nuestra época materialista pero, te

asombrarías amigo lector, de la cantidad de información acumulada

en algunos archivos del Vaticano, por ejemplo.

Volvamos a nuestros científicos, para conocer sus ideas (dispares

pero complementarias al fin) sobre el Cosmos y nuestras relaciones con

él. A través de sus ideas, de sus teorías, también podremos ir

vislumbrando el "otro" interés existente en las grandes potencias por

llegar más allá y por "conquistar" el universo.

La Dra. Eike o como la apodan sus alumnos "el gran pequeño

cuerpo", imparte sus clases en una universidad conocida ya en la Edad

Media por sus filósofos (dicen que Erasmo de Rótterdam impartió alguna

de sus clases allí). Su talante es tolerante y gusta de provocar entre sus

alumnos la controversia y el debate sobre lo más dispares asuntos.

Su teoría cosmogónica básica (aparentemente simple) y nuestra

relación con ella, podría enunciarse de manera esquemática como

sigue:

1. El "momento" (por ella llamado: "IT") inicial del cosmos es

imposible de plasmar en el tiempo, puesto que éste aún no existía

como concepto.

2. Todo el cosmos, sea en nuestra galaxia o en los miles de

millones existentes más allá, se rige por las mismas e inmutables leyes.

3. El ser humano, independientemente de ser consciente de

ello o no, depende de los cosmorítmos y estos son parte de una ley

desconocida en su enunciado pero medible en sus efectos.

Por otra parte, el Dr. Rimskof, partiendo de una concepción

materialista del cosmos, explica a sus alumnos su teoría como sigue:

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1. El punto inicial ("OG", como él lo llama), surgió de la

explosión de un átomo de materia altamente densa.

2. El cosmos es producto de una causalidad imposible de

enunciar matemáticamente por el ser humano, en la actualidad,

pero que podrá serlo algún día.

3. Por razón de la ley causa-efecto que rige en el cosmos,

todo lo que incumpla o modifique (a nivel planetario o cósmico) esta

ley, puede influir en el funcionamiento de la inmutable mecánica

celeste.

Ambas teorías, como puede observarse, contienen en su germen y

a pesar del aparente agnosticismo de una y ateísmo de la otra, una

duda intrínseca: el momento inicial del Cosmos y la "causalidad" para

explicar lo inexplicable. Como modelos de discusión y trabajo, sin

embargo, se han mostrado aprovechables para múltiples adicciones y

sub teorías.

Llegados aquí, alguno podría preguntarse: ¿Qué tiene todo esto

que ver con la exploración espacial y nuestras ansias por llegar a las

estrellas? Aparentemente nada pero en la práctica mucho. Ya se dijo

en líneas anteriores que nos asombraríamos de la gran cantidad de

información reservada que sobre observaciones de los distintos

astronautas, y en distintas misiones, se guarda en los archivos de las

grandes potencias o del Vaticano ¿Qué tipo de información?

A nadie se le escapa la gran importancia que la religión ha tenido

y tiene para la política, las leyes, la ética, la moral y, en general, para

toda nuestra cultura. Las creencias de tipo religioso, si bien son producto

de supuestas "verdades" reveladas, en la mayoría de los casos, podrían

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descansar sobre "conocimientos" anclados en nuestra memoria

"genética" y, de ser así ¿De dónde pudieron venir? Todas las religiones

miran al cielo como lugar de "premio" y donde moran los dioses ¿Se

trata de una creación del ser humano o de una tradición primordial

genéticamente heredada?

Estas preguntas, estimado lector, se las han hecho los científicos en

Cabo Cañaveral (Norteamérica es un país con fuerte impronta

cristiana) y, aun pareciendo extraño, los sabios ateos de la Unión

Soviética. Ambos grupos por distintas razones, han investigado y lo

siguen haciendo sobre este delicado pero apasionante terreno

metafísico.

Dejando, de momento este asunto al que tendremos que volver

más tarde, volvamos a la carrera espacial en su momento de

estancamiento "aparente". Ambas potencias parecen haberse dado un

respiro en el "sprint" pero, la realidad, es muy otra.

El "Bulletin of Cap Cañaveral", una publicación mensual interna que

se distribuye entre los científicos que allí trabajan, comunicaba en su

portada de la edición del pasado mes de septiembre: "Es de alta

prioridad que nuestra nación finalice las pruebas del nuevo acelerador

de partículas antes que los soviéticos. Estamos a las puertas de un

momento histórico, quizá el más importante del siglo, para la

supremacía en la investigación espacial"

En las cercanías del Cáucaso, un gran acelerador de partículas

está a punto de realizar las pruebas finales.

En Arizona, en una zona desértica y aislada, otro mecanismo similar

está siendo probado.

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Ambos artefactos, separados por miles de kilómetros, tienen un

mismo fin: lograr la mayor aceleración nunca antes imaginada por el ser

humano; lanzar una tripulación al espacio, no a la manera tradicional,

sino por medio de lo que, para el profano en estos temas, podría

llamarse "desintegración molecular". Se trataría, por medio de una

enorme aceleración (la que Nikotibof sin duda había logrado ya), hacer

"pasar" la nave de su composición molecular "visible" a otra "invisible"

que le permitiese situarse en la "puerta". Una vez recuperada la

velocidad que podríamos llamar de "crucero" y traspasado el ecuador

cósmico de "la puerta", la nave volvería a recuperar su estructura

original.

Pero, y aquí una de las muchas preguntas sin responder: ¿Qué

sucedería con los astronautas? ¿Cómo les afectaría este cambio

molecular? ¿Volverían a ser los mismos, con todas sus facultades físicas y

psíquicas anteriores al "cambio"?

En realidad, los astronautas para aquella misión, serían una especie

de "pilotos suicidas"; cobayas voluntarias. Nunca antes, a pesar de los

riesgos evidentes en toda misión espacial, se había planteado la

"desintegración" de un ser humano y su posterior "integración".

En aquel apartado lugar, cercano a la frontera de la Unión

Soviética con China, rodeado por altas montañas cubiertas de nieve

casi perpetua, las antenas parabólicas están en continuo movimiento,

como escrutando ansiosas el cielo gris.

En el interior del pequeño pero cómodo laboratorio, excavado

prácticamente en la roca, Nikotibof y un par de ayudantes, escrutan

con atención creciente los aparatos de control.

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Llama la atención, en el campo de antenas del exterior, el distinto

azimut de las mismas. Mientras uno de los grupos está orientado hacia el

cielo, el otro lo está hacia la línea del horizonte. Esta distinta posición,

para cualquier persona medianamente informada, indica claramente

los dos puntos de interés a explorar: Las que "barren" los 360º del

horizonte, están dedicadas a detectar emisiones o movimientos a nivel

de la tierra (Cabo Cañaveral y Baikonur, principalmente), mientras que

las otras detectan toda transmisión o movimiento en el espacio exterior.

Al lado derecho del laboratorio se abre un enorme túnel, cerrado

por una puerta ojival, del que salen unos raíles. Nikotibof y uno de los

ayudantes están entrando en él. Cuando se abre la enorme puerta, se

hace la luz en el túnel. A lado y lado de las paredes, forradas con una

extraña mezcla textil, descansa una multitud de pequeños hombrecillos

con rasgos asiáticos, en su mayoría. Parecen estar tomando un respiro

después de haber realizado una pesada tarea, a juzgar por sus rostros

de cansancio.

Nikotibof y el ayudante (nuestro viejo conocido "periodista",

astronauta y también Dr. Alexandrov), ahora acompañados por un

hombretón de rasgos eslavos y vestido con una especie de uniforme de

campaña, se dirigen hacia lo que parece ser el final del largo túnel.

Delante de ellos, una gran máquina brillante se encuentra sobre una

plataforma de hormigón. La forma de aquel artefacto es como la de

una gran espiral cuyo inicio, el lugar ocupado por una gran consola de

mandos, están inspeccionando ahora. Después de dibujar la figura que

recuerda la de un caracol, el final es visible al otro extremo del túnel, a

bastante distancia.

- Es necesario, lograr la mayor aceleración en cinco minutos.

Es el tiempo necesario para poder encontrarnos con la nave

espacial - el que así habla es Nikotibof.

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- Tendremos todo listo dentro de unas semanas. En realidad

no sabemos la fecha de un posible lanzamiento. Tanto los

americanos como los soviéticos guardan silencio total al respecto

- el ayudante habla mientras compruebe el funcionamiento de un

circuito en el panel de mandos.

- No podemos fiarnos - responde Nikotibof - es muy posible

que ambas potencias tengan ya a punto sus aceleradores de

partículas. No olvides que parte de mis cuadernos de notas fueron

encontrados tras la explosión y que esa información ha sido

aprovechada por unos y otros - Nikotibof se expresa con un ligero

tono de rabia.

Inspeccionan la máquina y, después de desconectar los circuitos,

vuelven a la entrada del túnel. Los hombrecillos de rasgos orientales

están ahora trabajando en uno de los laterales del enorme agujero.

Lejos, en la base de Baikonur, varios científicos del programa

espacial ruso están reunidos con el ingeniero jefe del proyecto "NOVO

SKI" (Así se apodaba aquel nuevo intento ruso de ir más allá de lo

conocido).

Los reunidos, bata blanca y cabello cubierto con un gorro del

mismo color, están sentados alrededor de una extraña mesa; extraña

por su forma (espiral) y por el relieve de su plano superior. En realidad,

bien mirado, se trata de una maqueta del acelerador de partículas y,

curiosamente, prácticamente igual en su forma al que Nikotibof ha

construido en las lejanas montañas de la frontera chino-soviética.

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- Todo está comprobado y solamente nos queda realizar la

última prueba con un ser vivo. Personalmente sugiero hacerla con

un pequeño simio para comprobar las reacciones una vez

recuperado después de la "desintegración" molecular. Hemos de

poner especial cuidado en la primera fase, puesto que hemos de

llegar a la desintegración y, casi al limite, hacerlo regresar al

estado anterior - quien así habla, es el ingeniero jefe del proyecto

y antiguo colaborador del equipo investigador del Dr. Nikotibof.

A miles de kilómetros de Baikonur, en Cabo Cañaveral, una reunión

semejante se está celebrando. El jefe del proyecto "LAST FRONTIER"

("Última Frontera". Nombre clave para este intento), está reunido con un

grupo de científicos implicados en el programa. Es visible la amalgama

de razas allí presentes: caucásicos, asiáticos, africanos, hindúes. Todos

ellos, son producto de la "captación", llevada a cabo dentro de las

mejores universidades y laboratorios de investigación del mundo, para

los programas espaciales de la NASA.

El jefe del proyecto se dirige a sus colegas en tono solemne:

- Hemos llegado al momento cumbre de nuestros

experimentos. Ahora, estimados colegas, hemos de demostrar al

mundo que nuestras teorías son realizables.

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TERCERA ESTRELLA

"Existe el BIEN y MAL, sin duda alguna pero ¿Cuál de ellos triunfará en la

batalla? (Terence Willhood, teólogo protestante, Estados Unidos, 1.976)

A esta altura del relato, será bueno plantearnos algunas preguntas

para las que, quizá, existan ya respuestas: ¿Existe en los proyectos

espaciales algún campo de interés que el gran público nunca ha

llegado a conocer?

¿Es posible que se busque, más allá de nuestro cercano universo,

algo que tiene un valor puramente religioso, ético o filosófico?

¿Se invertiría semejante cantidad de dinero por un viaje que

simplemente nos permita realizar algunos experimentos de tipo

biológico, médico o tecnológico?

El Dr. Nikotibof y su ayudante el Dr. Alexandrov, por lo menos para

los que hemos seguido este relato desde su inicio, está claro que habían

"viajado" más allá de lo conocido, con la nave raptada y regresado de

manera misteriosa a la tierra. Las grandes potencias lo sabían y callaban

(Ellas buscaban ahora poder hacer lo mismo). Nunca se logró desvelar

cómo podía haber llegado Nikotibof a la nave, una vez fue "tomada"

por su colaborador durante el vuelo y antes de llegar a la "puerta".

Nunca se pudo saber "hasta" dónde pudieron haber llegado en su

viaje; qué habían podido ver o qué transformaciones sufrieron en sus

cuerpos o mentes debido a los fenómenos de tipo molecular sufridos.

Nunca fue posible responder estas respuestas puesto que, Nikotibof

y Alexandrov, desaparecieron de manera misteriosa y no pudieron ser

localizados por los servicios secretos de las grandes potencias. El rumor

de que todo había sido un "montaje", ayudó a que el gran público se

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fuera olvidando de aquella historia pero no así los científicos de uno y

otro lado, empeñados en la carrera espacial. Ellos sabían

perfectamente que ambos: Nikotibof y Alexandrov, tenían en su poder

conocimientos que, forzosamente, eran de extraordinario valor e interés

científico.

¿Qué razones, además de la puramente científica, podían tener

Nikotibof y su colaborador para, recurriendo incluso al asesinato de la

tripulación, hacerse dueños de una nave espacial y utilizarla para sus

fines, aun desconocidos? ¿Qué razón les seguía moviendo a preparar

de nuevo una, aparentemente, parecida operación? ¿De dónde salían

los inmensos fondos necesarios para financiar los laboratorios y demás

instalaciones, además de pagar a casi un millar de empleados?

Las preguntas, estimado lector, se agolpan y las respuestas

necesitan tiempo y cierto orden por nuestra parte. Hemos de confesar

(quizá algún lector avispado lo intuyó hace tiempo) que nuestra historia

se nutre de información de primera mano que, por razones

desconocidas hasta ahora, nos fue suministrada regularmente. Nuestras

fuentes de información, desde el principio, nos eligieron para dejar

constancia de esta extraña historia. Relatarla, con los genuinos

elementos que nos proporcionaron y proporcionan personas

directamente involucradas, parece ser nuestra "misión" que, dicho sea

de paso, hemos aceptado no sin ciertos reparos.

Está claro, por lo menos para mí, que Nikotibof y Alexandrov, no

perseguían solamente "conocer" el espacio más allá de lo descubierto

hasta hoy por naves y telescopios. Ambos esperaban encontrar la

respuesta a otras preguntas que, quizá, muchos se habían hecho pero

nunca atrevido a enunciar por miedo al ridículo en los círculos científicos

¿Cuáles eran?

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En la universidad de Minsk, el Dr. Rimskof a la vista del interés de

alguno de los alumnos por lo que había dado en llamarse "ética

espacial", intentaba aclarar algunas ideas sobre ello:

- ¿Es licito que el ser humano "interfiera" de alguna manera

en la evolución del Cosmos con sus expediciones? ¿Hasta que

punto tenemos derecho a hacerlo?

Las preguntas, directas y ciertamente provocadoras fueron

dirigidas a los alumnos que pronto mostraron su interés por participar. Las

respuestas surgieron muy pronto desde los bancos ocupados por

jóvenes inquietos y con mentes lúcidas:

- Profesor: usted nos ha dicho siempre que el ser humano es

dueño y soberano del Cosmos. A pesar de ello, personalmente,

tengo dudas sobre la "unicidad" del genero humano en nuestro

universo y, por ello, me pregunto: ¿No estaremos, de alguna

manera, interfiriendo procesos cosmológicos que aun

desconocemos?" - por el rostro serio del alumno que hacía

aquellas preguntas, Rimskof dedujo que la preocupación del

mismo era hondamente sentida.

Una alumna de rasgos asiáticos, quizá originaria de Mongolia,

pregunto:

- Profesor Rimskof: a pesar de no compartir completamente

su visión del Cosmos y su origen, sabe que le admiro como

científico. Le ruego responda sinceramente a lo siguiente: ¿Cómo

puede explicar la continua expansión del universo? ¿Qué fuerza

sigue "creando", de manera continuada, estrellas, galaxias, etc.?

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El profesor, ante la avalancha de preguntas que se le venía

encima, optó por pedir un poco de paciencia y responder con un cierto

orden.

- En primer lugar y desde el punto de vista de un profesor de

formación e ideas marxistas como yo, creo en el derecho del ser

humano a salir al espacio o quedarse en la Tierra. El derecho,

deber quizá, de explorar todo lo que nos rodea. Respecto a

nuestra "injerencia" en la mecánica celeste y las posibles

consecuencias de nuestras exploraciones espaciales, he de

pensar que usted, como persona joven y preocupada, va más

allá de lo empíricamente demostrable y se deja guiar por impulsos

poco científicos. A la pregunta de la señorita, contestaré con los

conocimientos que, al día de hoy, están a nuestra disposición.

Existen muchas teorías sobre la formación del universo, desde las

basadas en una concepción religiosa de la creación, hasta la

que sugiere la explosión de un átomo tan densamente cargado

que originó todo lo demás. Si he de serles sincero, no tengo

mucha fe ni en la una ni en la otra.

- Para demostrar mi ignorancia – continuo el profesor - al

respecto he decidido esperar a que alguno de ustedes descubra

el origen del Cosmos y me lo diga - las risas de los alumnos, ante

aquella muestra de humildad científica del profesor, sirvieron

como colofón a la clase de aquel día.

A miles de kilómetros de distancia, en la universidad de Leyden, en

Holanda, los alumnos de la Dra. Eike se encontraban en el aula

esperando su llegada. Como casi todos los días de invierno, apareció

con una larga bufanda de colores chillones que le cubría el rostro hasta

los pequeños y hundido ojos azules. Después de sentarse, desparramar

sobre la mesa unas cuantas cuartillas y concentrarse en su lectura, salió

Page 44: universos paralelos463.pdf

de aquella especie de éxtasis, por las toses nerviosas de algunos

alumnos inquietos por el prolongado silencio.

- ¡Buenos días! Perdón por mi despiste pero estaba leyendo

unas notas tomadas la pasada noche durante la conferencia de

un colega. No os diré su nombre para no influenciar vuestra

opinión. Deseo que opinéis libremente sobre lo que os voy a leer:

"En la actualidad existen ciertos científicos preocupados por las

interconexiones que pudieran existir entre nuestros "actos",

supuestamente agresivos para el Cosmos y el futuro equilibrio del

mismo, en primer lugar, dentro de nuestra galaxia. También existe

una preocupación pueril y seguramente ansiosa de publicidad,

sobre las futuras consecuencias de nuestras expediciones más allá

de nuestra galaxia. ¿Acaso pretenden, estos científicos erigirse en

dioses de la creación? ¿Acaso conocen algún factor que el resto

de la comunidad científica desconoce?

- Como podéis ver - siguió la Dra. Eike - se trata de un claro

ataque a mis recientes manifestaciones sobre el derecho que las

grandes potencias se han "tomado" para utilizar el Cosmos como

campo de pruebas, sin contar con los demás países de la Tierra

¿Es ético este proceder?

La discusión con los alumnos sobre éste y otros puntos duró,

prácticamente, toda la mañana. Mientras esto sucedía en las

universidades de Minsk y Leyden. Mientras los aspectos éticos de la

carrera espacial se discutían en aquellas aulas, otros científicos se

preocupaban por poner todo a punto para el día "D". Tanto americanos

como rusos, se encontraban en momentos de desarrollo del programa

muy similares. No era de extrañar esta paridad puesto que, tanto unos

como otros, partían de las investigaciones anteriores de Nikotibof y otros.

Page 45: universos paralelos463.pdf

En los últimos tiempos, pasada ya la guerra fría y los temores de los

ataques nucleares, la colaboración entre ambas potencias en la

carrera espacial se había incrementado significativamente. Había

muchos científicos, en uno y otro bando, que abogaban por aunar

esfuerzos; por trabajar de manera conjunta en lugar de la actual

dispersión de medios y esfuerzos. Esta corriente de opinión, dentro de la

cada vez más intercomunicada comunidad científica, había hecho

mella en los gobiernos de las grandes potencias, si bien el gran público

desconocía la verdadera dimensión de tal colaboración.

El gran público desconocía, por ejemplo, que los proyectos "Last

Frontier" y "Novo Ski", actualmente en marcha y a punto de lanzar una

nave hacia la "puerta", eran el mismo proyecto desmembrado en dos

partes perfectamente delimitadas por ambos gobiernos: la primera, la

construcción de la nave y un acelerador de partículas, estaba

localizada en Cabo Cañaveral; la segunda, las comunicaciones y el

acelerador de "reserva", en Baikonur.

A estas alturas de ambas partes del proyecto, todos conocían

perfectamente en que punto de desarrollo se encontraba el otro.

También Nikotibof y su ayudante Alexandrov conocían, paso a

paso, los distintos avances logrados por los americanos y los rusos. No

solamente los conocían; sino que estaban realizando una "copia"

exacta de aquellos trabajos en su base secreta cerca de la frontera

china ¿Para qué? ¿Qué podían estar preparando aquellos científicos

oficialmente "desaparecidos" pero que tanto americanos como rusos,

sabían perfectamente que no era así?

Page 46: universos paralelos463.pdf

Él y su ayudante, después del regreso de aquel primer y misterioso

viaje, parecían haber cambiado. No estaban nerviosos ni parecían

preocupados por los posibles problemas técnicos. Daban la sensación

de plena seguridad en cada uno de los pasos que daban; en cada uno

de los experimentos que realizaban en aquel profundo túnel excavado

en la montaña.

Algo extraordinario y no desvelado a nadie, había sido descubierto

por ambos científicos durante aquel viaje mas allá de la "puerta"; algo

fuera de toda expectativa científica les había ocurrido, hasta el punto

de estar preparando un nuevo viaje, sin duda utilizando la nave que

sería lanzada en fechas próximas por americanos y rusos. Era la única

pieza que necesitaban tomar "prestada" para volver a algún lugar ya

visitado anteriormente y al que, con toda seguridad, estaban deseando

volver.

Lo asombroso del viaje, aquel que realizaron después de eliminar a

los tripulantes y raptar la nave americana, no era seguramente la

proeza de haber realizado una peripecia aun no comprendida por la

comunidad científica, sino el haber logrado volver a la Tierra, Dios sabe

cómo y dónde.

A estas alturas, es de suponer que ambos científicos eran

poseedores de conocimientos tan importantes sobre el Cosmos que

cualquiera de las dos potencias hubiera dado lo impensable por

poseerlos. Nikotibof y su ayudante eran muy conscientes del interés

despertado y del peligro que corrían.

La reunión de los equipos de ambos proyectos, en Cabo

Cañaveral, se había llevado a cabo en el mayor de los secretos.

Page 47: universos paralelos463.pdf

Ninguna noticia trascendió a la prensa y nadie supo una palabra de lo

allí acordado. Después de la reunión, y para cualquier observador

avispado, tanto el ajetreo en Baikonur como en Cabo Cañaveral

pasaron a ser inusuales. El ir y venir de grandes vehículos; la gran

cantidad de fuerzas de seguridad desplegadas; el silencio más absoluto

sobre todo lo referente a la carrera espacial, indicaban que algo

importante estaba a punto de suceder.

Nikotibof y Alexandrov, observaban en las pantallas la inusual

actividad en ambos lugares de lanzamiento. Ellos ya sabían que, esta

vez, no habría lanzamiento al uso, sino por medio del acelerador.

Nadie en la Tierra, excepto los equipos ruso y americano y ellos en

la frontera china, sabrían que una nave viajaría hacia la "puerta", en un

nuevo intento de conquistar el llamado tiempo.

El acelerador, después de un ligero zumbido, fue aumentando su

velocidad. La nave, con tres astronautas americanos y uno ruso, se

encontraba empotrada en una especie de casquillo que la acoplaba

al tubo serpentiforme del acelerador. El ruido fue subiendo de nivel y,

poco a poco, se convirtió en una especie de zumbido sordo y continuo.

Los técnicos, pendientes de los distintos paneles que indicaban el

creciente nivel de aceleración, veían como se acercaba el momento

de la "desintegración" molecular de nave y tripulantes.

Muy lejos, cerca de la frontera china con la Unión Soviética, tanto

Nikotibof como Alexandrov, estaban enfundados en unos extraños trajes

dentro de la cápsula encajada en el acelerador. También allí, al

unísono con Cabo Cañaveral, se escuchaba el sordo zumbido del

acelerador de partículas alcanzando la velocidad límite para partir

hacia "la puerta".

Page 48: universos paralelos463.pdf

Se nos ha escapado, por la intensidad del relato, un detalle que

pensamos necesario aclarar en este momento: las comunicaciones

inalámbricas entre nave y tierra, no habían podido solucionarse. Ambas

potencias, ante lo extraño y novedoso de la situación, habían optado

por abandonar la investigación en este sentido. Aun siendo importantes,

tanto la velocidad de la nave como la distancia a recorrer

(desconocida aún), no era posible mantener contacto por cualquiera

de los sistemas conocidos.

La telepatía, después de haber realizado multitud de pruebas,

tampoco funcionaba una vez la desintegración molecular se llevaba a

cabo al entrar en la "puerta". Todo parecía indicar que habría que

esperar a la vuelta para conocer los resultados del viaje.

Las dos naves, la que partió del acelerador de Cabo Cañaveral y

la del Dr. Nikotibof con su ayudante, se encontraron en un extraño

embudo de color azul cobalto, rodeado de corpúsculos flotantes como

esporas. En el preciso instante de pasar la "puerta" ambas, convertidas

en una masa de plasma, se fundieron en un único elemento.

Una vez la velocidad de crucero fue recuperada, superada la

fuerza de succión del "embudo" o "puerta", la nave resultante de la

fusión tenía seis astronautas como tripulantes y toda su estructura interior

había cambiado sensiblemente.

La cara de estupor de aquellos hombres, una vez recuperaron su

estructura molecular y la consciencia, era todo en poema ¿Qué había

sucedido allí? ¿Quiénes eran aquellos nuevos astronautas?

Antes de que tuviesen tiempo para responder a sus preguntas, en

sus auriculares sonó la tranquila voz del Dr. Nikotibof diciendo:

Page 49: universos paralelos463.pdf

- Señores, sé que les resultará increíble lo sucedido y les ruego

mantengan la calma. Mi ayudante, el Dr. Alexandrov y yo, no

deseamos hacerles daño alguno. Nuestro único deseo es poder

llegar a un determinado lugar en el Cosmos, con o sin su

colaboración. Pueden creernos si decimos que, este viaje

efectuado por nosotros, como ustedes ya saben, en otra

oportunidad, será mucho más placentero para todos si nos dejan

al frente de la nave. Como saben - continuó Nikotibof - en la

anterior ocasión la nave americana fue interceptada antes de

entrar en la "puerta". Aparentemente y para los observadores de

la tierra, la tripulación fue eliminada por nosotros. Nada más lejos

de la realidad. Muy pronto sabrán ustedes toda la verdad sobre

esta historia. En esta ocasión, y después de prepararnos durante

años, hemos logrado sincronizar nuestro acelerador con el de

Cabo Cañaveral para, por medio de un complejo sistema, lograr

"fusionarnos" con su nave justo a la entrada de la "puerta". A partir

de aquí, desde este punto del espacio, el camino nos es

conocido y nos permitirán que seamos sus guías.

Los astronautas americanos y el ruso, vencidos por una extraña

sensación de tranquilidad, después de una primera fase de temor,

asintieron a lo dicho por Nikotibof ¿Qué otra cosa podían hacer?

En Cabo Cañaveral y Baikonur habían transcurrido casi dos años

terrestres desde el "lanzamiento". Todos los radiotelescopios de la Tierra,

así como los enviados al espacio exterior anteriormente, estaban

intentando detectar la presencia de la nave en algún lugar del espacio.

Se sabía muy poco de las coordenadas exactas que la nave seguiría,

una vez pasada la "puerta" y, además, las distancias a cubrir en la

exploración eran enormes.

Page 50: universos paralelos463.pdf

A los pocos minutos de realizado el "lanzamiento" y después de

comprobar que la nave había pasado la "puerta", todos los medios de

comunicación fueron informados de esta nueva proeza espacial,

realizada conjuntamente con la Unión Soviética.

Pronto, las cadenas de televisión comenzaron a dar los nombres

de los astronautas y sus familias entrevistadas. Ellos, los que estaban más

allá de nuestra galaxia, quien sabe en que lugar, eran los héroes del día.

Tanto en la universidad de Leyden como en la de Minsk, las

discusiones de los estudiantes y sus profesores, iban por los derroteros de

la ética o no, de semejante proeza y por las consecuencias que tendría

para la ciencia en el futuro. El profesor Rimskof, desde su postura

materialista y con tono irónico, fue un poco más allá preguntando a sus

alumnos si creían posible que Dios fuera contactado, por fin.

Bromas aparte, lo verdaderamente interesante de esta historia no

estaba sucediendo en el pequeño planeta azul, distante muchos miles

de años luz de la nave; sino en el vehículo espacial; dentro de él.

Una vez traspasada la "puerta", el Dr. Nikotibof había invitado a los

astronautas a despojarse de los trajes espaciales, dando ejemplo él y su

ayudante. Los astronautas, imbuidos de ideas preconcebidas sobre el

espacio exterior y sus peligros, no daban crédito a sus ojos. Tanto

Nikotibof como Alexandrov, respiraban y caminaban por la nave

normalmente. Cuando Nikotibof abrió, de manera inesperada, una de

las escotillas de seguridad, el terror se vio reflejado en los ojos de los

demás astronautas.

La atmósfera que respiraban, la del exterior, era exacta a la del

planeta tierra. No sentían ningún tipo de fatiga al respirar, ni por

supuesto habían perdido el sentido al despojarse de los pesados trajes y

escafrandas.

Page 51: universos paralelos463.pdf

Observados por los astronautas americanos y el ruso, Nikotibof y

Alexandrov, estaban ajustando un extraño modulo en la consola de

mandos. Era como un pequeño GPS de características desconocidas

para ellos que, de manera intermitente, emitía un largo pitido.

- Les rogamos confíen en nosotros. Este viaje será para

ustedes la más increíble aventura y, para nosotros, la confirmación

de lo visto en el anterior. Nada deben temer. Les ruego se

preparen para experimentar sensaciones nunca soñadas y que,

con toda seguridad, cambiarán sus conocimientos científicos y el

concepto hasta ahora asumido sobre el universo.

El aparato, cuyos pitidos eran cada vez más largos e intensos,

parecía centrar la atención de Nikotibof. Uno de los astronautas, el ruso,

se atrevió a preguntarle:

- Dr. ¿Qué busca usted realmente? ¿Dónde estamos ahora?

- Podría decirles que no lo sé. Podría decirles que ya lo

explicaré más adelante pero, realmente, deseo que dispongan

de la misma información que nosotros tenemos. Todos estamos

involucrados en la misma misión, aun no siendo ustedes

conscientes de su contenido exacto. Nos encontramos a

escasamente una hora terrestre, en línea recta, de Cabo

Cañaveral - los rostros de los astronautas, mostraron incredulidad -

Si, ya sé que les resulta increíble puesto que sus conocimientos

científicos sobre los universos paralelos son nulos.

Page 52: universos paralelos463.pdf

CUARTA ESTRELLA

"A veces lo lejano está cerca. Exploramos más allá de lo que

alcanza nuestra vista, olvidando hacerlo en nuestro interior" (George

Welton, Cabalista inglés del siglo XVII).

- Toda mi vida - continuó Nikotibof - he estado empeñado en

estudiar el fenómeno de la dualidad universal. Siempre estuve

convencido de la existencia de dos universos (A y B) que, aún estando

muy cerca el uno del otro, no somos capaces de alcanzar. Si existe lo

dual en todo el cosmos, me parecía lógico pensar que existiese otro

universo reflejo del nuestro. Muchos de mis colegas me tacharon de

loco, o cuando menos de soñador, otros dedicaron a mi persona

calificativos mucho menos caritativos. Siempre tuve presente que, hace

ya miles de años, se había puesto en boca de Hermes la máxima:

"Arriba como abajo; abajo como arriba" ¿Qué razón existía para

semejante máxima? ¿Era una simple exclamación hermética o, por el

contrario, encerraba un profundo conocimiento sobre la dualidad?

Siempre he creído que los antiguos habían recibido de fuentes

desconocidas conocimientos que hoy podríamos llamar "científicos" y

que ellos llamaron "esotéricos". Cuando pude construir el acelerador de

partículas que me permitió la primera salida de nuestra galaxia, si bien

limitada e imperfecta, tuve la certeza que con los medios adecuados

podría pasarse la que he llamado "puerta" (no es otra cosa que la

frontera o ecuador entre ambos universos) y, desde ella, viajar a

voluntad por nuestro universo gemelo. Las leyes que rigen, tanto uno

como otro, son idénticas, pueden creerme.

Los astronautas escuchaban aquella historia y a pesar de las

muchas pruebas irrefutables que Nikotibof les estaba aportando,

dudaban de su veracidad. Allá lejos, bajo sus pies, lo que podían

contemplar parecía ser nuestra galaxia y en uno de sus extremos el

pequeño planeta azul flanqueado por la Luna. Nada de extraordinario

Page 53: universos paralelos463.pdf

veían; nada que no hubieran visto en anteriores expediciones con naves

tradicionales.

Nikotibof y su ayudante, manipularon en la consola de la nave y

ésta efectúo una parábola en el espacio hasta situarse a unos 500

kilómetros de altura de la superficie del planeta azul. Los astronautas,

observando la que ellos suponían era la Tierra, notaron ciertas

diferencias. Los casquetes polares eran más amplios, más grandes de los

que ellos conocían. Los mares, especialmente el Pacifico, ocupaban

una superficie mucho menor ¡No era posible que desde su salida de la

Tierra, ésta hubiera sufrido semejantes transformaciones!

Nikotibof y su ayudante, se miraban con cierta sonrisa maliciosa,

observando las caras de asombro de los astronautas. No podían

entender nada y ya era hora de revelarles el gran secreto.

- Señores - dijo Nikotibof - les ruego presten atención a las

explicaciones del Dr. Alexandrov. Creo que es necesario conozcan ya

todos los detalles de nuestro viaje y su finalidad.

Alexandrov, apoyado en una de las consolas, les miró sonriente y

comenzó sus explicaciones:

- Lo que contemplan, no es la Tierra, sino su gemela en el universo

B. No nos encontramos en nuestro sistema solar, sí bien increíblemente

cerca de él. Lo que ahora ven, podría muy bien ser nuestro planeta

hace millones de años, antes de que el ser humano ejerciese nefastas

influencias sobre él. Son muchas las diferencias existentes entre "esta"

Tierra que contemplan y la nuestra. Muchas y significativas, desde luego.

Como observarán, los casquetes polares son mucho más grandes y los

mares aun no han ocupado grandes zonas costeras de la Tierra. Esta es

una clara demostración de que el "calor" generado por la actividad

Page 54: universos paralelos463.pdf

industrial humana aun no ha comenzado. También podría ser, que los

habitantes de esta Tierra hubiesen encontrado otros sistemas de

explotación del medio diferentes de los nuestros.

Uno de los astronautas preguntó:

- ¿Habitantes? ¿Han estado ustedes ya en esa Tierra

anteriormente? ¿Cómo es? ¿Cómo son sus habitantes?

Alexandrov sonrió ampliamente y con un movimiento de su mano

derecha señalando el pequeño plantea azul dijo:

- Son muchas preguntas a la vez. Las iré respondiendo de manera

escalonada para que puedan asimilar semejante descubrimiento. En

este momento, y en algún lugar de "esa" Tierra, nuestros "dobles", por

llamarlos de alguna manera, están trabajando, durmiendo o pensando.

No existe ninguna diferencia en cuanto al tiempo transcurrido desde

que el ser humano apareció sobre ésta o sobre la nuestra. Las

diferencias existentes lo son en cuanto al modelo de "desarrollo" que

ambas humanidades han adoptado. Ahí sí existen muchos y distintos

matices. Hemos estado antes en esta Tierra y podemos asegurarles que

muy pronto podrán comprobar, personalmente, hasta dónde puede

llegar la inteligencia humana y hasta dónde nuestra estupidez.

La nave, efectuando un descenso lento y totalmente vertical, se

situó sobre un pequeño campo enmarcado con balizas de luces

intermitentes. Después con un pequeño y seco golpe, quedó

inmovilizada y sus motores apagados. Todos, como deseando

comprobar lo comentado antes, deseaban bajar y respirar la atmósfera

de aquel planeta.

Page 55: universos paralelos463.pdf

Tres personas, dos varones y una mujer, con trajes blancos y de

edades entre 37 y 40 años, se acercaron al grupo. Habían descendido

de un extraño vehículo sin ruedas que, al moverse, parecía flotar sobre

el terreno.

- ¡Buenos días! - la voz era de la mujer que, con una amplia sonrisa,

daba un ligero beso en la boca al Dr. Nikotibof - Los demás, como si de

viejos conocidos se tratara, estaban dándose la mano y charlando.

En la Tierra, los equipos de Cabo Cañaveral y Baikonur, sin ninguna

noticia sobre la nave, habían llegado a la terrible conclusión de que la

misión había sido un sonoro fracaso. Aquella nave no regresaría a la

Tierra y nunca sería posible conocer las razones. Era el momento de dar

a conocer al mundo la triste noticia.

Tanto los sistemas de rastreo espacial por satélite, como los

terrestres, estaban totalmente faltos de cualquier dato que pudiese

confirmar la existencia de la nave. Una vez pasada la "puerta", todas las

señales habían dejado de recibirse y el contacto con el vehículo

espacial resultaba ya imposible. Según todos los cálculos, hacía tres días

que la nave tenía que haber retornado a nuestra galaxia y reiniciado las

comunicaciones de radio normales con Cabo Cañaveral ¿Qué había

sucedido? Seguramente nunca se sabría.

La prensa mundial, durante varias semanas, se había hecho

montones de preguntas sobre la conveniencia de seguir gastando

sumas ingentes en una investigación espacial que parecía abocada al

fracaso.

Muchos investigadores, antaño partidarios de la carrera espacial,

se hacían las mismas preguntas. Numerosos grupos de científicos, se

estaban cuestionando si no sería mejor dedicar aquellas sumas a otros

Page 56: universos paralelos463.pdf

campos de investigación en nuestro planeta (química, medicina,

biología, etc.). Prácticamente, se estaba cuestionando todo un

sistema.

Los gobiernos de los EE.UU. y la Unión Soviética, en continua

comunicación, se estaban planteando ya la reconversión de sus

instalaciones espaciales. La creciente presión social, en ambos países,

era muy preocupante. La conciencia social, despertada a raíz de aquel

nuevo y estrepitoso fracaso, tenía que ser tomada en cuenta so pena

de inesperados cambios que, en la Unión Soviética, eran quizá más

preocupantes para sus gobernantes.

La reciente caída del muro de Berlín y el incipiente giro

democrático en la política de la Unión Soviética, daban a entender, a

cualquier analista político, que los cambios en el antes llamado "bloque"

del Este, resultaban ya imparables. Esta situación, de gran importancia

para el futuro del mundo, fue la que hizo desviar la atención del

reciente fracaso espacial. Apenas unos pocos científicos, muy próximos

al programa, continuaron estando alerta a lo que pudiese suceder en el

espacio, desde Cabo Cañaveral y Baikonur. Los demás, dada la

situación, empezaron a buscar un lugar en otros programas que nada

tenían que ver con la carrera espacial.

Nikotibof, sentado a la cabecera de la mesa y rodeado por los

astronautas y los que les habían ido a recibir al lugar de aterrizaje,

estaba charlando con la que parecía ser la jefa del equipo receptor. El

tono de la conversación denotaba una especial relación entre el

científico y la mujer.

- Como puedes ver, además de volver, hemos podido traer a más

gente. Por cierto ¿Cómo están los astronautas de la anterior misión?

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- Bien - contestó la mujer - Están realizando un excelente trabajo en

el Centro de Desarrollo Medioambiental y son muy apreciados por los

nuestros.

Uno de los astronautas recién llegados, al escuchar aquello,

comprendió que los miembros de la misión anterior, a los que todo el

mundo había creído asesinados por Nikotibof y su ayudante, estaban

allí y vivos.

- ¿Cómo es posible, Dr. Nikotibof? Siempre se creyó que ustedes

habían asesinado a los tripulantes de la nave.

- Es una larga historia, amigo mío. Le ruego tenga un poco de

paciencia. Algún día se lo explicaré.

Habían pasado casi dos años desde la última aventura espacial. La

Unión Soviética se había desmembrado en multitud de repúblicas,

retomando el resto su anterior nombre de Rusia. El muro de Berlín había

caído y la Puerta de Brademburgo ya no era frontera entre hermanos.

Alemania había reconstruido prácticamente el mapa anterior al 45. El

mundo, ante tantos cambios, veloces e inesperados, casi se había

olvidado del espacio y de aquella nave que nunca regresó.

Los Centros Espaciales de Cabo Cañaveral y Baikonur, se

dedicaban ahora a lanzar satélites de comunicaciones y los distintos

elementos para el ensamblaje de la futura Estación Internacional, en

órbita a unos 500 kilómetros de la Tierra. El espacio, mas allá de esta

estación, parecía haber perdido todo interés para las grandes

potencias.

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En el Centro de Desarrollo Medioambiental de Tierra B, los

astronautas de la primera nave "raptada" por Nikotibof, estaban

manipulando extraños aparatos, desconocidos para los visitantes. En

una especie de invernaderos gigantes, grandes árboles de enormes

hojas, estaban conectados a multitud de tubos y circuitos. En aquel

lugar, la atmósfera era tan pura que los visitantes no pudieron evitar una

ligera tos.

- Aquí - explicaba la Dra. Albacen - mejoramos los árboles de

nuestros bosques. Los autóctonos, si bien son excelentes, necesitan

mejorar su capacidad de filtración. Aumentarla es lo que estamos

haciendo aquí.

Una vez visitaron el Centro, la Dra. Albacen les invitó a ver la

ciudad más cercana. Quedaron tan sorprendidos por lo que veían que

no tenían palabras para expresarse: ni un sólo ruido en las calles; los

vehículos de transporte, silenciosos y sin humos. Los edificios estaban

suspendidos en el aire, aparentemente carentes de cimientos. Todo lo

que observaban podría haber sido extraído de una novela de ciencia

ficción.

Nikotibof y su ayudante se movían como peces en el agua. Estaba

claro que no era la primera vez que visitaban la ciudad o que trataban

con aquellas gentes, amables y corteses. Curiosa, también, era la

extraña capacidad lingüística de los habitantes de aquel planeta. Sin

saber de antemano la nacionalidad de los visitantes, iniciaban la

conversación bien fuera en inglés o ruso. Era como si tuviesen la

capacidad de "leer" en la mente de cualquiera de ellos su origen.

Después de aquella estancia (casi habían perdido la cuenta del

tiempo transcurrido desde su aterrizaje) en Tierra B, quedaron agotados

Page 59: universos paralelos463.pdf

por las muchas novedades descubiertas. Era demasiada información;

demasiado increíble para ser realidad todo lo visto y oído. Su cerebro

quedó como saturado por tantos datos almacenados. Era, sin duda

alguna, demasiado.

Nikotibof, de pie y mirando a todos los comensales, decía:

- Han transcurrido casi dos años desde nuestra llegada y,

lamentándolo mucho, hemos de regresar a nuestra Tierra. Todos ustedes

tienen familia y amigos que, con toda seguridad, estarán apenados por

lo que ellos creen su muerte. Quizá, a su regreso, los cambios en la Tierra

sean tan importantes que les cueste trabajo creerlos y asimilarlos pero se

hace necesario volver. Sé, con toda seguridad, que nunca podrán

olvidar esta experiencia; que su misión en nuestra Tierra, a partir de la

llegada, será bastante distinta a la anterior. Deberán intentar convencer

a sus gobiernos de la necesidad de dar un cambio radical a sus políticas

energéticas y de investigación.

- Nuestro planeta – continuó después de una breve pausa - puede

y necesita volver a un estado como el que ustedes han visto aquí. Antes

de partir - continuó Nikotibof - he de responder a algunas preguntas que

seguramente se han hecho: se habrán han preguntado que sucedió

con el aparente "asesinato" de los astronautas de la anterior misión que

ustedes han visto aquí sanos y salvos. Lo único que hicimos, antes de

entrar en la "puerta" fue, aprovechando el factor sorpresa de nuestra

aparición en la nave, dormirlos con un gas. Al despertar y una vez

recuperada su forma molecular anterior, todo lo sucedido les fue

explicado como a ustedes. Comprendieron que no éramos criminales,

sino científicos en busca de algo importante, mucho más importante

que los sentimientos nacionales o de clan. Realmente, no importa lo que

suceda antes de entrar en la "puerta" (incluso la muerte sería reversible).

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- Una vez se traspasa - Nikotibof seguía con sus explicaciones - todo

vuelve a ser como antes. Es como una especie de curación milagrosa la

que la "puerta" ejerce sobre nosotros. No tengo, por ahora, ninguna

explicación científica para este fenómeno. También se habrán

preguntado como pudimos entrar en las naves espaciales. La respuesta

sería muy compleja y desvelaría secretos científicos que, por razones

comprensibles de seguridad, deseamos seguir manteniendo lejos del

alcance de los centros de poder actual. La situación mundial, no nos

permite creer que este descubrimiento pueda ser utilizado

convenientemente. En su día, cuando la situación cambie, no

tendremos ningún inconveniente en desvelar lo que sabemos.

- Con nuestros actuales – seguía el científico ruso - conocimientos,

no necesitamos de nave alguna para desplazarnos hasta la "puerta" o

llegar a cualquier lugar del Cosmos. Por increíble que ello pueda

parecerles, las naves convencionales ya no serán necesarias a partir de

ahora para la exploración del Cosmos.

Las explicaciones de Nikotibof, fueron escuchadas en silencio,

tanto por los astronautas, como por los anfitriones. Unos y otros, por

distintas razones, comprendían perfectamente el deseo del científico de

guardar en secreto sus descubrimientos. Ya era suficientemente

increíble la noticia de la existencia de otro universo paralelo al nuestro.

Cómo llegar a él, ya era otra cosa.

Los preparativos para el regreso avanzaban a buen ritmo. La

cápsula espacial, después de haber sido revisada en todos sus

elementos, esperaba sobre el campo a los ocupantes. Tanto los

astronautas "raptados" durante la primera misión como los de la última,

viajarían de vuelta a la Tierra. El Dr. Alexandrov, a petición de Nikotibof,

permanecería en Tierra B hasta una nueva oportunidad.

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En apenas unos minutos, la nave se situó sobre la vertical del

campo de aterrizaje. Allí abajo un buen grupo de personas les

despedían agitando sus manos. Poco después, con el empuje de los

motores de fotones, llegaron al punto espacial considerado como la

"puerta", donde el Dr. Nikotibof calculó las coordenadas para aterrizar

en su base de la Frontera con China.

Sus cuerpos, al pasar por la "puerta", dejaron de tener consistencia

y parecieron flotar por todas partes. Aquella sensación, a la velocidad

de la luz elevada a 4, ya la conocían del viaje de ida pero, a pesar de

ello, seguía siendo algo indescriptible. Era como estar en un estado de

mayor vigilia; como sentir el regreso a un lugar placentero donde lo

único que existía era el vacío y la falta total de ansiedad.

Cuando cesó la aceleración y sus cuerpos recuperaron su estado

molecular habitual, miraron hacia abajo. Allí, justo donde había estado

la "otra" Tierra, se encontraba la suya. Los casquetes polares eran

bastante más pequeños.

En Cabo Cañaveral y Baikonur, las grandes antenas orientadas al

cielo, detectaron la entrada en la atmósfera de la Tierra de un cuerpo a

gran velocidad que había "caído" en algún lugar de la Rusia asiática.

No fueron capaces de identificarlo y, después del tiempo transcurrido,

nadie pensó en la nave dada por perdida años atrás. Quizá había sido

un meteorito que, como tantos otros en el pasado, había caído en

aquellos alejados parajes.

Después de aterrizar, Nikotibof y sus ayudantes los trasladaron hasta

un lugar desconocido. Dieron vueltas y más vueltas por las montañas;

bajaron a profundos valles. Así, durante casi tres días. Al fin, encontraron

Page 62: universos paralelos463.pdf

una pequeña aldea en la que había un teléfono. El cónsul de EEUU en

la ciudad rusa más cercana no podía creer lo que escuchaba.

La prensa de todo el mundo desplazó a sus corresponsales más

avispados y conocedores de la carrera espacial. Cabo Cañaveral era

un hervidero de gentes buscando la noticia más directa.

En la mesa de la sala de prensa los astronautas de ambas misiones

estaban flanqueados por los jefes de equipo de Cabo Cañaveral y

Baikonur. Los corresponsales se agolpaban en la sala y el murmullo era

como el zumbido de una enorme colmena. Todos querían situarse cerca

de la mesa para poder escuchar cada palabra de lo que allí se diría.

Cuando el jefe de prensa de la NASA se acercó al micrófono para

hablar, el silencio fue total.

- Señores: todos ustedes, por las filtraciones de distintas fuentes,

conocen ya el asunto del que vamos a tratar en esta rueda de prensa.

Sabemos que la noticia, por sorprendente, ha sembrado excesiva

confusión. Les rogamos sean lo más escuetos posible en sus preguntas a

los astronautas para que todos puedan participar. Muchas gracias y

pueden comenzar.

Citar aquí todas las preguntas y respuestas de la rueda de prensa

sería tarea harto larga y aburrida.

Hemos de decir, abreviando, que casi todas las preguntas tenían

que ver con lo que los astronautas habían visto más allá de la puerta y,

por supuesto, el trato recibido por parte del Dr. Nikotibof y los habitantes

de Tierra B. Algunas preguntas rozaban lo infantil: "¿Cuántos miembros

tienen los habitantes de Tierra B?" "¿Hablaban por la boca o transmitían

sus pensamientos?"

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Lo que sí quedó muy claro, fue la enorme capacidad científica del

Dr. Nikotibof; sus extraordinarios conocimientos y, desde luego, que no

se trataba de ningún loco visionario, como había sido propagado por

alguno de sus envidiosos colegas.

La NASA, por medio de su jefe de equipo, añadió algunas cosas

más sobre lo que suponían era el descubrimiento de Nikotibof; sus bases

científicas y el descubrimiento de un "paso" a otra dimensión. Por lo

demás, se reconocía incapaz de añadir algún dato más sobre tan

extraordinario descubrimiento.

Los astronautas, después de aquella rueda de prensa, se

sometieron a múltiples exámenes médicos y psicológicos para

comprobar su estado. También asistieron a interminables sesiones de

preguntas por parte de los Servicios Secretos de las dos grandes

potencias.

Todos los resultados de los análisis médicos realizados, denotaban

una salud mucho mejor que cuando partieron pero, la conclusión de

tipo médico más sorprendente consistía en su edad: aparentemente,

todos ellos eran un par de años más jóvenes que cuando partieron. Si

bien es cierto que en algún momento, a principios de los años 30, se

había enunciado esta curiosa teoría, para alguien que pudiese haber

viajado a la velocidad de la luz, hasta ahora nunca había podido

comprobarse empíricamente tal aserto.

Muy Lejos, en el planeta azul que Nikotibof había descubierto, el Dr.

Alexandrov conversaba de manera distendida con un grupo de

científicos dedicados a la "modificación" biológica de árboles y plantas.

Todos ellos, a pesar de ser humanos en su morfología, estaban

totalmente ajenos a la multitud de preguntas que otros, igual a ellos

Page 64: universos paralelos463.pdf

pero en un planeta menos afortunado, se hacían sobre los Universos

Paralelos y la "puerta" que daba paso al encuentro con otra dimensión.

Page 65: universos paralelos463.pdf

QUINTA ESTRELLA

"Siempre existirá una nueva ambición en el corazón humano. Ella, es el

motor de la evolución de nuestra especie" (Christopher Owner, Filósofo inglés,

1987)

En un apartado lugar de la frontera con China, el Dr. Nikotibof

continuaba mejorando su acelerador de partículas. El desarrollo de la

idea inicial (el paso de la "puerta", utilizando una nave ajena), había

dado paso a otro proyecto mucho más ambicioso: la autonomía plena

para viajar a cualquier lugar del universo, A o B, sin necesidad de utilizar

los vehículos espaciales tradicionales. Este sueño, aparentemente

imposible, estaba a punto de poder realizarse.

Desarrollar la necesaria tecnología para situar a seres humanos en

cualquier punto de ambos universos, sin la necesidad de un vehículo

tradicional, requería modificar todos los conceptos científicos hasta

ahora conocidos y, aun más, estudiar muy ampliamente las posibles

modificaciones biológicas, producidas por semejantes viajes, en los

seres humanos.

Resumiendo, los conceptos básicos que hasta ahora barajaba

Nikotibof, eran más o menos, los siguientes:

• Con la aceleración hasta 4 veces la velocidad de la luz, era

posible situarse en la "puerta" y, desde ella, viajar a nuestro universo

paralelo sin más complicaciones que disponer del "situador" (especie de

GPS espacial, desarrollado por Nikotibof y su ayudante el Dr.

Alexandrov) para "aterrizar" en cualquier lugar, cuyas coordenadas

espaciales hubieran sido previamente fijadas.

Page 66: universos paralelos463.pdf

• Se desconocían, hasta hoy, los efectos colaterales que la

aceleración y la "modificación" molecular (tanto a la ida como a la

vuelta) producían en el organismo humano. El único fenómeno

constatable hasta la fecha y según los análisis médicos realizados a los

astronautas americanos y rusos, era la cuenta atrás en la edad.

• No importaba el numero de astronautas de cada misión. Todo

dependía de la capacidad de la cápsula que se introducía en el

acelerador.

• El acelerador que poseían americanos y rusos tenía capacidad

para un máximo de diez personas. El de Nikotibof, tenía una capacidad

para 6 personas.

• El mayor problema que el científico ruso tenía que resolver, era la

constatación de los llamados efectos "colaterales" y de exposición a los

rayos cósmicos (aun siendo durante poco tiempo) de los astronautas.

Mientras, en el planeta Tierra B, Alexandrov no dejaba de tomar

nota del desarrollo de una "cultura" completamente distinta a la nuestra.

"¿Cómo era posible que dos planetas iguales, en flora, fauna y edad

geológica, hubiesen evolucionado de manera tan dispar?" "¿Cómo

habían logrado adoptar medidas de prevención para evitar un nefasto

modelo de desarrollo como el nuestro?"

Alexandrov, durante los primeros meses de su permanencia en

Tierra B, se dedicó a viajar por las distintas zonas del planeta; observar a

sus gentes; su sistema político; las relaciones humanas; el sistema

educativo. Todo el modelo, puesto que se trataba de uno idílico y

siempre soñado en la Tierra, era de extraordinaria perfección "¿Quién lo

Page 67: universos paralelos463.pdf

había diseñado?" "¿Cómo era posible su funcionamiento sin fricciones

de ningún tipo?"

El sistema que nosotros llamaríamos "político" estaba basado en el

sufragio universal. Cada núcleo de población elegía a las personas que

consideraba adecuadas para representarles, durante dos años, en el

parlamento del planeta. No había naciones, sino una sola nación.

Las entidades de población, fuesen pequeñas o grandes, estaban

regidas por una especie de Consejo, formado por los elegidos cada dos

años. Estaba terminantemente prohibida por la Constitución del

planeta, la reelección para cualquiera de los puestos de gobierno.

No existían fuerzas armadas. Sí existía un cuerpo de policía para la

vigilancia y mantenimiento del orden público. Los conflictos personales,

rencillas, asesinatos, etc., aún siendo pocos, coexistían con la aparente

tranquilidad en todas partes.

Las relaciones humanas, estaban basadas en el respeto a la

diversidad, fuese ésta por razones de raza o filosofía. Las razas existentes

eran exactamente las mismas que en su gemela del otro universo. No

existían diferencias en cuanto a las relaciones hombre - mujer. La

igualdad para ambos sexos era aquí real y sin ningún tipo de

discriminación, tanto en lo familiar como en lo laboral. La crianza de los

hijos, hasta la edad de 16 años, estaba a cargo de los progenitores. A

partir de esta edad, el Estado se ocupaba de su formación, según las

aptitudes de cada individuo. El empleo y la pensión de jubilación a los

50 años de edad estaban garantizados. A partir de los 50 años, la

permanencia en el trabajo se permitía solamente a los "docentes".

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Lo que identificaríamos nosotros como "religión", era desconocida.

No existían templos ni ningún tipo de sacerdocio. Existía una "ética

global", en la que todos coincidían en lo básico, dentro de la natural

diversidad de pensamiento. Cada cual era libre o no de creer en la

trascendencia del ser humano, mas allá de la muerte. En realidad y

según lo observado por Alexandrov, la mayoría de los habitantes de

Tierra B podrían considerarse en nuestro planeta como "agnósticos".

El sistema educativo, excelentemente adaptado a una sociedad

sin aparentes graves conflictos, era totalmente interactivo. Los

profesores y alumnos intercambiaban constantemente ideas que,

periódicamente, se incorporaban al sistema. La innovación en la

enseñanza, a todos los niveles, era constante.

También llamó la atención de Alexandrov, el transporte. No existían

compañías aéreas, de ferrocarril o de otro tipo. Los transportes, dado el

alto nivel de prestaciones de los vehículos que todos tenían a su

disposición, una vez cumplidos los 16 años, no necesitaban una

infraestructura como la nuestra.

Cualquiera, en unas dos horas como máximo, podía situarse en

cualquier punto del planeta. Muchos de los que trabajaban, por poner

un ejemplo a escala terrestre, en Los Ángeles, podían tener su hogar en

Madrid.

Lo mas curioso de aquellos vehículos, silenciosos y no

contaminantes, era su extraño sistema de propulsión. En el planeta B, no

se utilizaban los motores de combustión interna ni la energía atómica.

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Todas las energías empleadas al servicio de aquella sociedad, eran

producto de descubrimientos nunca imaginados por nosotros.

Mientras en la Tierra habíamos "esquilmado" la naturaleza y con ello

desequilibrado el planeta en su primigenia composición, ellos habían

buscado por otros caminos mucho más "naturales" e impensables para

nosotros.

Nikotibof, junto con los ingenieros de su equipo, estaba elaborando

el modelo a seguir para próximas misiones espaciales, ahora sin

necesidad de recurrir a las tradicionales naves.

En Cabo Cañaveral, americanos y rusos, unidos de nuevo en la

"carrera espacial", discutían conjuntamente lo poco que sabían sobre

los descubrimientos y logros de Nikotibof. Lo aportado por los

astronautas "raptados" por él, no era suficiente para conocer, en

detalle, un modelo científico de tal magnitud. Desde hacía tiempo, por

todos los medios a su alcance, ambas potencias estaban tratando de

localizar a Nikotibof y, una vez capturado, apropiarse de sus

descubrimientos en nombre del "interés" general.

Este deseo de las dos grandes potencias, no era desconocido por

Nikotibof que, de alguna manera, lo había intuido hacía ya bastante

tiempo.

Todo su modelo de desarrollo para el actual proyecto, estaba

encaminado a lograr una especie de laboratorio de "bolsillo", con el

que poder desplazarse a cualquier lugar sin llamar la atención. La

complejidad técnica para lograrlo, retrasaba la realización práctica

más de la cuenta.

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La construcción de un acelerador de partículas, basado en el

mismo principio que los actuales, pero partiendo de una idea

revolucionaria en cuanto a su "volumen" y "aspecto" físico, ocupaba al

equipo de Nikotibof hacía ya bastante tiempo. Algunos experimentos

realizados en el túnel de las montañas cercanas a la frontera China,

permitían augurar el éxito pero, para materializar sus teorías, necesitaba

algún tiempo más.

La idea de Nikotibof, genial sin duda alguna, era poder situar un

grupo de seres u objetos en cualquier lugar del universo, partiendo del

cambio molecular que generaba la aceleración hasta cuatro veces la

velocidad de la luz. Una vez lograda esta "velocidad" los cuerpos, como

ya se explicó anteriormente, dejaban de tener su composición

molecular y aspecto físico que permitía "verlos" pero, a pesar de este

fenómeno reversible, seguían teniendo todas sus propiedades

intelectivas y de dominio del medio.

De manera automática y una vez tenía lugar el cambio molecular,

por efecto de la velocidad, los seres u objetos se "situaban" en el lugar

que llamamos "la puerta". Este lugar no era otro que el límite (una

especie de membrana de plasma) entre los dos universos o lados de un

mismo espacio compartido por ambos. Una vez allí, las distancias reales

entre cualquier punto de ambos, era mínima y podía recorrerse en

cuestión de pocos minutos. Las distancias, desde la "puerta", a cualquier

punto del espacio, nada tenían que ver con nuestras parámetros

terrestres para las distancias.

Otro de los curiosos fenómenos observados por Nikotibof y su

equipo, y no menos importante por cierto, era que una vez traspasada

"la puerta", no existía una atmósfera diferente de la que se respiraba en

el planeta. Ello eliminaba la necesidad de pesados equipos de

respiración o adaptación, similares a los empleados por los astronautas

en las tradicionales misiones al espacio, hasta el momento.

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Eran tantos y tan extraordinarios los cambios que se llevaban a

cabo, una vez llegados a "la puerta" que, de no conocerse, resultaba

imposible poder descifrar con éxito los descubrimientos de Nikotibof. De

ahí el lógico interés de americanos y rusos por conocer, en detalle, los

logros del científico ruso.

Nikotibof, curiosamente, había llegado a su descubrimiento no

solamente por su innegable genio científico; sino por su afición a los

libros antiguos y a descifrar viejos escritos de alquimia; esoterismo

egipcio y otras fuentes del saber tradicional. En todas esas enseñanzas,

y por medio de su especial capacidad para "leer" entre líneas, había

descubierto más leyes sobre el funcionamiento del cosmos que en sus

muchos años dedicados al estudio de la física, la química o la biología.

Muchos de sus colegas, obsesionados por explicar el universo con

cálculos de gran complejidad, habían ignorado las calificadas

despectivamente como "tonterías" que los antiguos habían enunciado

muchos miles de años antes del descubrimiento de la llamada energía

atómica. Todo, absolutamente todo, había sido descubierto en la

antigüedad pero, la gran diferencia con nuestra cultura, era la "manera"

en que habían expuesto las distintas teorías. Los antiguos, para decir

que el microcosmos se regía por las mismas leyes que el macrocosmos y

viceversa, lo habían enunciado "herméticamente" así: "Arriba como

abajo... Abajo como arriba"

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En diversos libros antiguos se hablaba del "paso" de uno a otro

mundo. Nosotros, lectores influenciados por las religiones, siempre hemos

querido ver en este "tránsito" el momento de traspasar la frontera del

más allá, el paso de lo terrenal (muerte) a un supuesto cielo u infierno.

En realidad, todas las descripciones de este "viaje", nos está dando

pistas de un viaje real a otros mundos existentes y conocidos quizá por

los antiguos pero, hasta ahora ignorados por nosotros. Todo, desde la

más remota antigüedad, fue descrito por culturas mucho más

avanzadas que la nuestra, tanto en el terreno del pensamiento como

en el de técnicas simples pero efectivas.

Alexandrov, desde el promontorio cercano a un mar agitado por

grandes olas, pensaba en las diferencias existentes entre ambos

planetas. Aquí, las grandes ballenas surcaban el mar en número

increíble; allá, apenas quedaban ejemplares. Aquí, la atmósfera era

límpida y respirar significaba sentir el aire puro ensanchar los pulmones;

allá, la contaminación ambiental, incluso en los pequeños núcleos de

población, había llegado a limites insoportables.

"¿Cómo habíamos podido llegar a tal grado de estupidez? ¿Cómo

el hombre, aquí y allá, había seguido tan divergentes caminos en su

desarrollo?"

En el cielo, de vez en cuando, un vehículo pasaba camino de un

destino desconocido. No dejaba estela ni sus motores transmitían ruido

alguno. Eran el fruto de una civilización del silencio, hija de la

tranquilidad transmitida por una naturaleza nunca agredida,

considerada como algo sagrado y de la que todos dependían.

Subió a su vehículo y después de introducir las coordenadas se

desplazó camino del laboratorio. Allí, los científicos del grupo de

Page 73: universos paralelos463.pdf

desarrollo alimentario, le esperaban para mostrarle sus logros en este

terreno.

En la otra Tierra, Nikotibof y los científicos de su equipo, todos con

rostros exultantes de alegría, estaban celebrando el éxito del último

experimento realizado. El mini acelerador de partículas había

funcionado a la perfección, dando la razón a las teorías de Nikotibof.

Con este pequeño artefacto, unos tres kilos de peso y poco más

que el volumen de un pequeño maletín de viaje, podía llevarse hasta la

"puerta" la misma "masa" que con un gran acelerador. A partir de ahora

y desde cualquier lugar del planeta, incluso desde un piso o un

automóvil, podría realizarse la operación de transferencia de una masa

equivalente a 6 personas con sus equipos hasta la "puerta". En el

maletín, además del acelerador, se había introducido también el

"situador" o GPS para trazar las coordenadas espaciales de cualquier

punto del universo. Todas las instalaciones y el personal, eran ahora

innecesarios. Todos sabían, desde el inicio del proyecto, que este

momento llegaría algún día.

Nikotibof, después de despedirse de todos sus colaboradores, subió

al pequeño Todo Terreno. Todos, desde la loma más cercana, miraron

hacia la negra boca del túnel.

Apenas unos minutos después, la fuerte explosión, levantó una gran

nube de polvo amarillento, borrando toda huella del laboratorio y la

orografía del terreno tornó a ser la misma de siempre: árida y seca,

cubierta con pequeños matorrales que daban un ligero toque verde al

paisaje.

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La fuerte explosión fue detectada por uno de los sismógrafos del

Instituto meteorológico ruso más cercano. Un destacamento de la

policía de fronteras, situado a unos 300 kilómetros del lugar, se desplazó

hasta el lugar del epicentro. Cuando llegaron, no pudieron descubrir

apenas nada más que la tierra removida por lo que parecía haber sido

un movimiento sísmico de regular magnitud.

Nikotibof, ahora con gruesas gafas y barba, estaba tomando un

café en la estación de trenes de Moscú. A su lado, unido por una fina

cadena a su muñeca derecha, se encontraba un pequeño maletín

negro.

Sé, querido lector, que siempre ha quedado una pregunta en el

aire cuya respuesta esperas con impaciencia: ¿Cómo se financiaba

Nikotibof? ¿Quién podía estar detrás de él y de sus largas y costosas

investigaciones?

Está claro que un científico como él, sin más medios conocidos que

su extraordinaria inteligencia, no podía financiar un proyecto semejante.

El costo de todas sus investigaciones, con personal altamente

cualificado y todos los materiales e instrumentos de alta tecnología

necesarios, suponía una inversión multimillonaria. Solamente un Estado o

una Organización económicamente muy poderosa, podría haber

financiado todo aquello.

También, aún después de haber respondido a la primera pregunta,

quedaría en el aire una segunda no menos importante: ¿Para qué?

¿Qué fines persiguen los que financian semejante proyecto?

Debemos reconocer, de una vez por todas, que en la Tierra

además de los gobiernos, las grandes entidades financieras y las

grandes empresas, deben existir "poderes" no catalogados, con nombre

y meta conocidos. Siempre han estado ahí, a la expectativa, en la

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sombra. Esperando poder controlar ciertos fenómenos que podrían

entorpecer el desarrollo humano. Tienen fuerza y dinero pero, a pesar

de ello, no desean intervenir hasta que las situaciones son extremas,

amenazan al género humano o pueden ser irreversibles para nuestra

supervivencia como humanidad.

Este poder, intuido pero desconocido en su verdadera dimensión

por las grandes naciones de la Tierra, ha estado fortaleciendo sus arcas,

utilizando los mismos canales que cualquier multinacional. La única

diferencia estriba en que nunca ha utilizado medios "ilegales" o "ilícitos"

para crear su riqueza.

Sus fines exigen que la ética este siempre presente, tanto en los

medios como en los fines. Sin decir mucho más, podríamos adelantar

que el nombre de este misterioso "poder" podría estar encubierto por el

de cualquier organismo, aparentemente inocuo y dedicado a la ayuda

a terceros países; por algún tipo de organización no gubernamental o,

quizá, por una Sociedad Secreta o de tipo iniciático.

Respecto a la segunda pregunta, si bien en parte ya se respondió

en las anteriores líneas, los fines de esta organización son ayudar a la

humanidad a salir del pozo que ella misma ha creado por la ceguera

de miles de años. Es como una especie de sociedad sembradora de

"revulsivos" éticos, cada vez que la humanidad toca fondo en sus

"reservas" morales. Uno de sus fines, no el único, sería velar por el

desarrollo de tecnologías que aseguren la continuidad de la

humanidad, aquí en este planeta cansado y gastado o, de ser

necesario, en cualquier otro lugar del cosmos.

En el momento que los descubrimientos de Nikotibof llamaron la

atención de los responsables de esta organización, alguien contactó

con él para proponerle una especie de "negocio": el científico

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dispondría de medidos ilimitados para desarrollar su proyecto pero, una

vez finalizado éste, debería ser "supervisado" o "controlado" por la

organización en cada una de las fases, fuesen estas teóricas o

prácticas. Este momento había llegado.

La persona que Nikotibof esperaba se acercó a él. En un ruso

impecable, pero con ligero acento extranjero, le preguntó: "¿Vamos a

las estrellas?" Nikotibof, sonriendo, le contestó: "¡A ellas vamos!"

La limosina, lanzando a uno y otro lado de la carretera chorros de

nieve derretida, se encaminaba hacia la ciudad de San Petersburgo.

Dentro de ella, el científico y su acompañante, charlaban

animadamente.

En Tierra B, Alexandrov se encontraba reunido con los científicos del

Instituto de Desarrollo Medioambiental y Alimentario. Estaban

explicándole los últimos proyectos realizados. La mayoría de ellos,

estaban relacionados con la producción de alimentos en la Luna.

Desde hacia siglos, el satélite de Tierra B estaba dedicado a la

producción de alimentos variados, todos ellos de origen vegetal. La

carne hacía ya mucho tiempo que había dejado de ser alimento

habitual para aquellas gentes. En la actualidad, la dieta de los

habitantes de aquel planeta estaba basada en vegetales de alto valor

proteico y complejos vitamínicos de alto poder.

Nikotibof, sentado en la cabecera de la gran mesa redonda,

explicaba los últimos logros a los miembros de la "organización". Todos

ellos, de edades comprendidas entre 30 y 60 años, escuchaban con

mucha atención. Los presentes, representantes de todas las razas y con

aspecto de personas acostumbradas a este tipo de reuniones, apenas

solicitaban detalles. Daban la impresión de ser conocedores de las

Page 77: universos paralelos463.pdf

tecnologías más avanzadas. Solamente, de vez en cuando, alguno de

ellos pedía alguna aclaración muy puntual.

Nikotibof observaba la pequeña bandera que se encontraba sobre

la mesa y que le resultaba desconocida. No se trataba de la enseña de

ningún país de la Tierra, ni tampoco la de un organismo internacional:

sobre fondo azul celeste, se veía una constelación que podría ser la Osa

Mayor pero, no estaba seguro. Bajo la constelación, en letras bordadas

en oro y en latín figuraba el lema: "SEMPER VERITAS"

- Hemos logrado, miniaturizar el acelerador hasta tal punto -

Nikotibof señalaba el pequeño maletín negro - que ya no es necesario

disponer de un lugar especialmente preparado. Desde cualquier punto

podremos llevar a cabo nuestros lanzamientos.

- En realidad, Dr. Nikotibof - decía el que parecía ser el portavoz del

grupo - lo que a nosotros ahora más nos preocupa es la seguridad. No

podemos permitir que este descubrimiento caiga en manos de ningún

país, sea el que sea. Lo alcanzado debe permanecer en lugar seguro y

solamente disponible para continuar realizando viajes fuera de nuestro

universo. Tierra B solamente es un primer paso. El maletín deberá estar

en su poder solamente cuando no exista ningún peligro. Nuestra

organización dispone de lugares, especialmente en Latinoamérica, en

los que podrá usted estar totalmente seguro, seguir trabajando y sin

posibilidad de ser localizado por los servicios de espionaje de las

grandes potencias.

Otro de los presentes dijo:

- Como ya hemos dicho, Tierra B es solamente el primer paso en la

búsqueda de lugares alternativos para la humanidad, en caso de

necesidad. Debemos seguir explorando el universo.

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Nikotibof, con un proyector de diapositivas, fue presentando las

distintas fases del proyecto y las posibilidades del mismo:

- En estos momentos, con la tecnología de que disponemos,

podríamos situarnos en cualquier lugar de los universos A y B. El

problema, si pensamos en una gran cantidad de personas a transportar,

está en la capacidad del acelerador actual.

Mientras Nikotibof estaba con los representantes de la

"organización" en la Tierra, en la Luna de Tierra B, el Dr. Alexandrov y un

grupo de científicos, estaban inspeccionando las distintas instalaciones

de producción de alimentos. La capacidad actual de aquellas

instalaciones era más que suficiente para alimentar a todos los

habitantes del planeta.

Las tecnologías aplicadas para la producción de alimentos, no

estaban basadas en la aplicación de fertilizantes o en el tratamiento

con pesticidas. No existían plagas debido al equilibrio existente en la

naturaleza. Esta se encargaba de regular el crecimiento y maduración

de los distintos frutos y legumbres, sin necesidad de recurrir a productos

ajenos al medioambiente.

Los científicos de Tierra B, lo único que hacían era vigilar que el

natural proceso no sufriera ningún tipo de alteración. A lo largo del

tiempo (llevaban siglos produciendo alimentos así) se habían producido

mutaciones en algunas plantas. Ellos, según explicaron a Alexandrov,

achacaban aquellos cambios imprevistos a las radiaciones solares,

especialmente en los años de gran actividad del astro rey de su galaxia.

En la actualidad, las plantaciones ocupaban más de la mitad de la

superficie de la Luna.

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La ausencia de agua en el satélite, se había resuelto por un original

sistema de condensación nocturno que producía la suficiente para el

riego "gota a gota" en las plantaciones. Por otra parte, después de miles

de años cultivando en la Luna, ésta había ido adquiriendo un

microclima especial que nada tenía que ver con el primitivo.

Lentamente, el grado de humedad ambiental, producido por la

vegetación de las plantaciones, estaba cambiando tanto la atmósfera

como el suelo del satélite. No era un factor menos importante el sustrato

de lava volcánica que conservaba la humedad de manera

extraordinaria.

Alexandrov, tomaba nota mentalmente de todo lo que veía y, al

mismo tiempo, se sorprendía continuamente de la sencillez de muchos

de los métodos empleados en Tierra B para, sin herir al medioambiente,

sacar el máximo provecho de él.

- Dr. Nikotibof - quien así hablaba era el que parecía ser el portavoz

de la organización - es necesario que se prepare para residir en un país

de Latinoamérica. Allí, podrá trabajar en plena libertad en el desarrollo

del proyecto y, al mismo tiempo, estará a cubierto de miradas

indiscretas. El país es pequeño pero lo suficientemente poblado para

pasar desapercibido.

El pequeño país, estaba situado en la península del Yucatán.

Desde la ventanilla del avión, cuando éste se acercaba a su punto de

destino, podía verse como una enorme mancha verde esmeralda que

todo lo cubría. La exuberante selva parecía una enorme alfombra

verde.

Los distintos núcleos de población estaban diseminados por un

territorio de difícil orografía y totalmente selvático.

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Nikotibof, contactó con la persona que le esperaba en el

aeropuerto con un pequeño letrero sobre su pecho: "Sr. Antonioni". En

un todo terreno, recorrieron más de trescientos kilómetros hasta llegar a

una pequeña casa de madera rodeada de pastos y plataneras

gigantes. La casa, pequeña pero equipada con todo lo necesario,

estaba construida con sólidos troncos de caoba. En el tejado, apoyado

su mástil en la chimenea, una gran antena parabólica escudriñaba el

cielo.

Lo primero que hizo Nikotibof, antes de ducharse, fue guardar el

pequeño maletín negro en la disimulada caja de caudales de la

espaciosa sala de estar. Allí, tras una burda reproducción de "Los

Girasoles" quedó el secreto más buscado por las grandes potencias de

la Tierra. La combinación le había sido dada durante la reunión en San

Petersburgo. En caso de necesidad, alguien se encargaría de recoger el

maletín.

Después de admirar el bello paisaje circundante, dio un pequeño

paseo por la finca que rodeaba la casa. En un lateral de la misma, un

hombre con aspecto de jardinero le saludó en español: "¡Buenos días,

señor Antonioni!"

Nikotibof, sin mucha idea de aquella sonora lengua, le contestó

con un monosílabo. El hombre sonrió y añadió a su saludo, ahora en un

ruso fluido:

- Debe practicar el idioma y yo le ayudaré. Mi nombre, aquí, es

Alberto y estoy a su disposición. Soy físico y me han enviado los que

usted ya sabe.

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Nikotibof respiró tranquilo al saber que tendría alguien con quien

hablar de sus inquietudes científicas, además de poder aprender la

lengua del país en el que tendría que vivir, no sabía aún cuanto tiempo.

En la universidad de Leyden, rodeada de sus discípulos, la Dra. Eike,

estaba dando una extraña lección que, aparentemente, poco tenía

que ver con la ética científica. Los alumnos parecían estar muy

interesados en el tema y solamente se escuchaba la voz de la pequeña

profesora con aspecto de niña traviesa:

- Sé que muchos de vosotros habéis seguido la apasionante historia

de ese científico desaparecido, el Dr. Nikotibof. Realmente ¿qué pensáis

de este asunto? ¿Qué puede esconder esta extraña aventura de ir más

allá de nuestro universo? ¿Qué están haciendo las grandes potencias

para descubrir lo que Nikotibof sabe y esconde?

Uno de los alumnos, veinte o veintiún años, se levantó:

- Creo que ese científico ha descubierto, realmente, lo que

podríamos llamar la "llave" del universo. Precisamente por ello, se

esconde o le esconde alguien para que este descubrimiento de

enorme trascendencia no caiga en manos de las grandes potencias

que, bien seguro, harían mal uso de él.

Una alumna, delgada y con gruesas gafas continuó:

- Yo pienso que no han sido capaces de encontrarle precisamente

por que alguien con suficiente poder le esconde en algún lugar. Me

alegro que sus descubrimientos no caigan en manos de las grandes

potencias. Seguro que pondrían un escudo de misiles incluso en otro

universo.

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- Pero, profundizando un poco más allá - apostilló la Dra. Eike - ¿No

será que el descubrimiento de Nikotibof es demasiado importante para

darlo a conocer al mundo? ¿No será que la posibilidad de viajar por

nuestro universo y el que llaman ahora "paralelo", entraña grandes

peligros para la humanidad si cae en manos de potencias belicosas o

demasiado ambiciosas?

Otro alumno, con ligero acento extranjero, se levantó para decir:

- Creo, sinceramente, que Nikotibof y sus ayudantes, pues tiene que

existir un gran equipo a su lado, tienen en sus manos el mayor

descubrimiento de la historia de la humanidad. También creo, como mis

compañeros, que su descubrimiento no sería bien empleado por las

grandes potencias.

- ¿Qué pensáis sobre la razón ética que parece asistir a Nikotibof

para no desvelar su descubrimiento al mundo? - La Dra. Eike, al final,

volvía a la ética, su terreno preferido.

- Creo - contestó otro de los alumnos más jóvenes - que le asiste

toda la razón. Cuando algo de esta importancia se descubre, está

mucho más seguro guardado hasta que llegue un momento de

suficiente madurez que nos permita comprender las consecuencias de

nuestros actos y utilizarlo debidamente.

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SEXTA ESTRELLA

"Descubriendo otros mundos, reflejo exacto del nuestro, la raza humana

se perpetuará mas allá del universo conocido (Katheleen Mentor, escritora de

ciencia ficción estadounidense, 1.978)

Tanto el Dr. Alexander Rishinski, jefe de equipo del Centro Espacial

de Baikonur, como su colega el Dr. Von Kicher, del Centro Espacial de

Cabo Cañaveral, habían intentado reproducir el experimento de

Nikotibof, con los elementos que ambos conocían teóricamente.

Después de varios meses y costosos experimentos, ambos se sentían

profundamente defraudados por los escasos resultados obtenidos. Sus

gobiernos, ahora unidos para tratar de localizar a Nikotibof y tener en

sus manos los descubrimientos espaciales del ruso, les urgían para que

siguiesen investigando en la misma línea pero, lamentablemente para

ellos, faltaban elementos importantes para poder recomponer lo

logrado por el científico ruso desaparecido.

Habían intentado, con la ayuda del acelerador de partículas

estadounidense (más potente y fiable que el de los rusos), enviar objetos

más allá de nuestro universo, hasta la "puerta", pero no habían podido

constatar que los intentos tuviesen resultados positivos. Intentarlo con

humanos, dada la gran cantidad de dudas existentes, era aún del todo

impensable.

Sabían que Nikotibof había logrado no solamente llegar a la

"puerta", sino que era capaz de "navegar", una vez traspasada ésta, a

su voluntad por los universos A y B.

Sabían, por las informaciones de los astronautas que Nikotibof trajo

de regreso a la Tierra, que el científico ruso disponía de cierto

instrumento capaz de, no solamente trazar coordenadas espaciales,

sino también de "conducir" a los viajeros del espacio hasta el lugar

deseado.

Page 84: universos paralelos463.pdf

Conocían, por los relatos de los mismos astronautas, que una vez

llegados a la "puerta", se efectuaba un extraño cambio molecular en los

objetos y seres y que, más adelante, tanto unos como otros,

recuperaban su masa y dimensiones anteriores y, lo más disparatado:

no necesitaban de trajes espaciales ni equipos de respiración en la otra

dimensión.

Realmente, los problemas técnicos que todo aquello suponía,

superaba los conocimientos de los científicos americanos y rusos

empeñados en desentrañar el misterio, en los laboratorios de Cabo

Cañaveral.

Mientras esto sucedía y los científicos en la Tierra se empeñaban en

repetir innumerables secuencias sin lograr el éxito, el Dr. Alexandrov se

encontraba reunido en Tierra B con el equipo de comunicaciones

interestelares del planeta. Hacía ya algún tiempo que le habían

informado sobre su sistema de comunicaciones pero, hoy, podría

comprobar in situ hasta donde era posible llegar con aquellos,

aparentemente, simples aparatos.

En Tierra B no existían distintas frecuencias y, extrañamente, tanto

las comunicaciones habladas como la transmisión de señales de vídeo,

se realizaban por un único canal que ellos llamaban de "banda

multifuncional". El alcance, según pudo comprobar más adelante, era

infinito.

La primera demostración que le hicieron del alcance de aquel

sistema de transmisión le dejó completamente perplejo. Uno de los

ingenieros puso en marcha una especie de televisor, dotado de una

delgadísima pantalla, quizá de plasma y, al instante, aparecieron

imágenes familiares para el ruso: se trataba de una película del oeste,

Page 85: universos paralelos463.pdf

en lengua inglesa, emitida por una cadena de Nueva Jersey.

Alexandrov estaba admirado.

- ¿Cómo es posible - preguntó sin salir de su sorpresa - que puedan

recibir una señal a millones de kilómetros de distancia con semejante

nitidez? ¿He de entender que ustedes siempre han sabido de la

existencia de Tierra A? ¿Qué siempre han conocido nuestra existencia?

El grupo de ingenieros, a la vista del asombro del ruso, no tuvo más

remedio que contestar por boca de uno de ellos:

- Efectivamente, Dr., siempre hemos sabido de la existencia de

Tierra A y, no se asombre usted, de la existencia de muchas otras

"Tierras" dispersas por ambos universos.

- ¿Otras Tierras? - preguntó asombrado Alexandrov

- Efectivamente - siguió el ingeniero - no existen dos ni tres, sino

infinidad de planetas con las mismas condiciones y seres en su

superficie. La única diferencia estriba en su distinto grado de desarrollo

científico y ético. A algunas de esas Tierras no podremos ir hasta

pasados unos cuantos siglos. Se encuentran, las unas en su fase terminal

y, otras, en la inicial. Intervenir en su proceso de evolución sería ir contra

leyes cósmicas no escritas pero bien conocidas por nosotros. Recuerde

la ley de causa efecto.

- ¿Significa, a la vista de los resultados, que ustedes pueden trasmitir

o recibir señales desde cualquier punto de los universos? - preguntó

Alexandrov.

- Efectivamente, Dr. Alexandrov. Podemos recibir y de hecho

recibimos, señales de audio y vídeo procedentes de cualquier lugar, por

Page 86: universos paralelos463.pdf

distante que esté, en tiempo real y sin ningún tipo de interferencia por

las tormentas solares. Nuestro sistema discrimina perfectamente las

señales o "ruidos" producto de la actividad del Cosmos y las que son

producto de la técnica, no importa de que planeta procedan.

Alexandrov no lograba asimilar lo que le estaban mostrando. Con

semejante técnica, las comunicaciones durante un viaje espacial, no

importa a dónde, estarían plenamente aseguradas.

Uno de los ingenieros movió varios mandos del receptor y de

manera nítida apareció la imagen de una selva esmeralda, cubierta de

árboles de caoba y plataneras.

El barrido de imagen siguió y Nikotibof apareció en pantalla

acompañado del jardinero. Ambos estaban sentados, charlando, en el

porche de una pequeña pero hermosa casa de madera rodeada del

verdor de la selva circundante.

Alexandrov no salía de su asombro.

- ¿Cómo es posible? - preguntó muy nervioso, acercándose al

aparato.

- Tenemos un dispositivo, sobre el que aun no podemos darle

información, que nos permite ver al Dr. Nikotibof cuando lo deseamos.

Las razones de este enlace con esa zona de Tierra A las conocerá usted

muy pronto - El que así hablaba era el jefe de aquel equipo de

ingenieros.

Alexandrov, científico y hombre racional donde lo hubiere, había

quedado totalmente asombrado de lo visto y oído. Aquellas gentes

escondían muchos más secretos, pensaba él, de los que podía digerir

por el momento.

Page 87: universos paralelos463.pdf

Recordó a Nikotibof en aquel lugar que parecía estar en el trópico

o algo parecido y también pensó en quién podría ser el hombre que se

sentaba a su lado. Los dos hablaban en español, por lo poco que él

conocía de aquella lengua. Se preguntó cómo su compañero podía

estar en aquel lugar.

Cuando se despidieron en Tierra B, le había informado de su

proyecto en la frontera con China "¿Acaso había finalizado el proyecto

y se encontraba oculto en algún país desconocido?" "¿Cómo se

pondría en contacto de nuevo con él?"

Cansado por tantas emociones, se quedó dormido.

Nikotibof, después de unos días de descanso, comenzó a instalar

un pequeño laboratorio en la planta baja de la casa.

Eran apenas unos cuantos aparatos necesarios para poder realizar

los experimentos relacionados con cambios moleculares y sus

posteriores efectos. Este tema, uno de los más complejos y que él no

había resuelto del todo, le preocupaba hacía ya mucho tiempo. En la

instalación del laboratorio le ayudaba el "jardinero".

El cambio molecular, una vez se llegaba a la "puerta", era un

fenómeno solamente conocido en sus aspectos "físicos", por así decirlo.

Todo perdía su masa hasta traspasar la "puerta". Una vez fuera de ella,

todo recuperaba sus cualidades anteriores y los astronautas respiraban

y mantenían las constantes de su punto de partida, sin necesidad de

equipos de respiración u otros instrumentos adicionales de adaptación.

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Nikotibof quería conocer, no solamente el proceso en todos sus

aspectos, sino las consecuencias posteriores de aquella especie de

"transmutación" que se llevaba a cabo en objetos y seres "¿Qué efectos

desconocidos podía causar a medio o largo plazo, aquel fenómeno?"

Paseando por el jardín que rodeaba la casa, observó el tejado. La

antena parabólica a la que no había prestado mucha atención, se

movía lentamente como siguiendo sus pasos. Resultaba extraño su

movimiento. Al entrar en la casa su curiosidad le hizo inspeccionar el

cableado que procedía del tejado.

El cable coaxial para la conducción de la señal desde la antena

hasta el receptor de televisión, parecía completamente normal. El final

del mismo estaba conectado a un decodificador de señales para la

recepción vía satélite.

Lo que no comprendía Nikotibof, era aquella "autonomía" que la

antena parecía tener para moverse de manera continua en todas las

direcciones.

En el mismo instante, en Tierra B, los ingenieros que vigilaban todos

los sistemas de comunicación, le observaban.

Alexandrov casi saltó de la cama. Un ruido inusual en la ciudad,

como el producido por el aterrizaje de una nave espacial tradicional, le

había despertado del pesado sueño. Miró por la ventana que daba a la

explanada y observó una especie de cohete tomando tierra.

No se trataba de ningún vehículo de transporte de los utilizados en

Tierra B, sino de un modelo parecido a los de la carrera espacial

terrestre. Siguió observando y pronto pudo ver una hilera de personas

bajando de la nave. Sus aspecto era exactamente igual al de los

astronautas terrestres: Escafandras, trajes ignífugos.

Page 89: universos paralelos463.pdf

Después de desayunar se dirigió al centro de comunicaciones,

donde había una actividad mayor de lo habitual. Allí, sentados a la

gran mesa, se encontraban los recién llegados en el cohete. Su aspecto

era como el de los demás asistentes. Nada extraño, salvo la

indumentaria, los diferenciaba.

Alexandrov fue presentado a los recién llegados pero le llamó la

atención que omitieran su procedencia. Uno de los ingenieros, con

disimulo, hizo llegar hasta él una nota: "No pregunte ni responda a

preguntas. Escuche y no entre en la conversación, por favor"

Los recién llegados (al parecer de un planeta Tierra en fase de

evolución tecnológica parecida al nuestro), mantenían relaciones con

Tierra "B" desde hacía siglos. En los últimos tiempos, habían insistido en la

necesidad de recibir ayuda tecnológica, especialmente en lo que a la

producción de alimentos se refería. La superpoblación de su planeta les

había conducido a una serie de graves problemas, especialmente en la

zona oriental, donde las lluvias eran muy escasas.

El gobierno de Tierra B, había estudiado meticulosamente cómo

podía ayudarles pero, teniendo siempre en cuenta su principio

inalienable de "no-injerencia" en el desarrollo de los demás planetas,

tenía serias dificultades para perfilar una ayuda efectiva sin alterar el

ritmo "prefijado" para cada ente del Cosmos.

Resultaba muy difícil explicar, a los desesperados gobernantes de

aquel pobre planeta desconocedores de las leyes inmutables que

regían los universos, lo infructuoso de toda medida dado el deterioro

actual de su medio: ingentes cantidades de basura, bolsas de pobreza,

conflictos raciales y religiosos, contaminación.

Page 90: universos paralelos463.pdf

La única ayuda posible, consistía en poner a disposición de los

gobernantes de aquel planeta, en su fase final de auto destrucción,

alguna tecnología para la producción de alimentos. Era lo único que los

gobernantes de Tierra B podían hacer sin quebrantar las leyes cósmicas

que tan bien conocían y cuya estricta observancia les había permitido

llegar al grado de desarrollo "no agresivo" en que se encontraban.

Después de una breve reunión del gobierno con los recién

llegados, la única ayuda que les prestaría Tierra B estaría limitada a

moderna tecnología para el cultivo de alimentos ¡Ninguna otra era

posible!

El cohete, dejando una espesa nube tras de si, despegó…

Alexandrov curioso por aquellas, para él, extrañas relaciones entre

dos planetas tan dispares, no pudo evitar el preguntar a uno de los

ingenieros:

- ¿Tiene Tierra "B" relaciones habituales con más planetas? - el

ingeniero, con la mayor naturalidad contestó - Sí. Mantenemos

excelentes relaciones con bastantes planetas iguales al nuestro o como

usted diría "Tierras". Nosotros les llamamos clónicos en distintas fases.

- Pero, perdone por la insistencia, ¿Cómo es posible que los que

están más atrasados no entablen una guerra con ustedes para hacerse

con sus conocimientos, superiores en muchos campos?

El ingeniero sonrió abiertamente:

- No sería posible. Si bien nosotros no practicamos la violencia por

principio, todos ellos saben que bastaría un par de minutos para

Page 91: universos paralelos463.pdf

eliminarles. Tenemos un arma que todos temen y cuya potencia

destructiva nunca ha sido puesta en práctica: ¡ La mente !

- ¿La mente? - exclamó Alexandrov confuso ¿Cómo es posible?

Aún siendo científico y creyendo que el ser humano es capaz de casi

todo, me cuesta trabajo creer semejante cosa.

- Si, la mente - contestó el ingeniero mirándole sonriente - ¿Cómo

cree usted que movemos nuestros vehículos a velocidades ultrasónicas

o podemos llegar a los límites de los universos en apenas unas horas?

Aquí no existe otra energía que no sea la generada por la mente, bien

sea individual o colectivamente. Si individualmente podemos mover

nuestros vehículos a velocidades para usted inimaginables, piense en lo

que podría la mente de un colectivo como el nuestro. Estas son nuestras

armas secretas, Dr. Alexandrov. Las más temidas por todos nuestros

vecinos.

Alexandrov, después de aquella explicación, empezó a ver claras

las razones de aquel desarrollo distinto a todo lo imaginable; capaz de

aquellas proezas técnicas y de una ética que les aglutinaba a todos en

la diversidad.

Al día siguiente, el que parecía ser el portavoz de la máxima

autoridad del planeta, le llamó para charlar con él. Alexandrov,

sentado cómodamente ante la mesa de trabajo de aquel hombre

mayor de nobles rasgos, esperaba lo que quería decirle.

- Dr. Alexandrov - comenzó con voz pausada - desde que usted se

encuentra entre nosotros, ha podido comprobar muchos de nuestros

logros y, también, intuir el verdadero desarrollo de nuestra sociedad. Lo

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que en las demás Tierras hoy parece utópico, como ha podido ver, es

posible. Todo depende de que el ser humano despierte a la necesidad

de cambiar, antes de llegar a una cierta fase irreversible. Nosotros nos

dimos cuenta a tiempo y los resultados son evidentes.

Alexandrov, comprendiendo perfectamente lo dicho por el

hombre mayor preguntó:

- ¿En que edad de su planeta se dieron ustedes cuenta de la

necesidad de cambio de "rumbo"?

El portavoz sonrió y dijo:

- Hace aproximadamente cuatro millones de años.

Alexandrov, admirado y con ojos de incredulidad, exclamó:

- ¡Cuatro millones de años! Ese es el espacio de tiempo que en la

tierra tomamos como punto de partida para la aparición de los primeros

homínidos sobre el planeta.

- Efectivamente - asintió el portavoz - En esa fecha tan lejana, los

habitantes de este planeta, quizá debido a la explosión de una estrella

cercana a nuestra galaxia, sufrieron un extraño y acelerado desarrollo

de su inteligencia. Este desarrollo prematuro, parece haberles

concedido una extraordinaria capacidad de previsión (llámele visión de

futuro si lo desea).

- A partir de aquel momento – siguió el portavoz - todas las

decisiones tomadas por nuestra humanidad, lo fueron en base a las

leyes cósmicas y nunca dictadas por el egoísmo o la visceralidad. En

Page 93: universos paralelos463.pdf

nuestro planeta no conocemos ni una sola guerra y nuestra historia

solamente refleja sensatez y progreso sin agredir nunca al medio en que

nacimos y nos movemos.

- Realmente increíble - contestó Alexandrov.

- En realidad Dr. Alexandrov - siguió con sus explicaciones el

portavoz - no le he llamado para contarle nuestra historia, sino para

ponerle al corriente de ciertos hechos que le interesarán, sin duda

alguna. El Dr. Nikotibof, se encuentra en un pequeño país de Centro

América, en el lugar que usted pudo ver en nuestro "visionador

espacial". Su proyecto en la frontera con China fue llevado a feliz

término y, actualmente, se encuentra en ese remoto lugar para evitar

que sus descubrimientos caigan en manos de cualquiera de las

potencias interesadas en utilizarlo.

Observó la reacción de Alexandrov y continuó:

- Seguramente usted se preguntará cómo es posible que a años luz

de distancia conozcamos todo lo que sucede en su planeta. En estos

momentos, por una cuestión de discreción, no podemos revelarle más.

En breve tendrá la oportunidad de hablar directamente con el Dr.

Nikotibof.

Alexandrov no salía de su asombro "¿Cómo era posible?" "¿Cómo

podían estar informados de todo?" Conocían el proyecto, el lugar

donde estaba Nikotibof y, seguramente, muchos más detalles. "¿Cómo

podrían establecer la comunicación a semejante distancia?" "¡Era

realmente increíble!"

El portavoz le despidió amablemente diciéndole que sería avisado

para la conversación con Nikotibof. Mientras tanto, era libre de observar

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todo lo que quisiese y desplazarse por el planeta, como hasta ahora lo

había hecho.

Nikotibof, como científico curioso, seguía intrigado por el

movimiento de aquella antena parabólica. Preguntó al jardinero sobre

la instalación de la misma pero el hombre sabía tanto como él. Cuando

le contrataron, la antena ya estaba instalada en el lugar actual. Ahora

que Nikotibof se lo había dicho, también se daba cuenta que giraba

sobre sí misma y, a menudo, se orientaba hacia el cielo, quedando

inmóvil en una determinada posición azimutal.

Sabían que la recepción de señales de televisión, en aquella zona,

solamente era posible vía satélite pero, lo extraño era el movimiento

circular y, al mismo tiempo, azimutal de la antena. Para la recepción de

las señales de televisión no eran necesarios aquellos movimientos puesto

que la transmisión se realizaba en una posición geoestacionaria del

satélite.

Curioso, Nikotibof estuvo pensando sobre aquel asunto durante

unos días. No había encontrado ningún mecanismo extraño, no

conocía la razón de aquellos movimientos de la antena y, además,

tenía la extraña sensación de estar siendo vigilado desde algún lugar.

Sobre las 17,00 horas, en la zona del Yucatán en que se

encontraba Nikotibof, el Dr. Alexandrov fue citado por uno de los

ingenieros del centro de comunicaciones. Una vez allí, fue informado

sobre el establecimiento de una comunicación bilateral.

Nikotibof y el jardinero estaban sentados delante del televisor. Una

de las cadenas americanas estaba informando de los esfuerzos de los

americanos y rusos para poder ensamblar la estación orbital

internacional. Esta estación estaría situada en una órbita a unos 500 -

600 kilómetros de la Tierra y serviría como laboratorio para los distintos

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experimentos de tipo biológico y médico que ambas potencias querían

llevar a cabo en una atmósfera de ingravidez y con una mayor

exposición a los rayos cósmicos.

Ambos científicos, interesados en todo lo concerniente a la carrera

espacial, estaban atentos a la pantalla. Nikotibof lo estaba mucho más

pues, lamentablemente, su inglés no era demasiado bueno.

El rostro de Alexandrov se superpuso a las imágenes de los

informativos. Nikotibof, confuso y sin saber que pasaba, observó

extrañado la imagen de su colega y escuchó su voz:

- Niko, supongo que me estarás viendo como yo a ti. La visión es

perfecta, como si estuviésemos uno frente al otro. ¿Cómo estás?

Nikotibof, sin salir aún de su asombro, contestó nervioso:

- ¿Cómo es posible? ¿Dónde estás amigo mío?

- Aún en Tierra B, donde me dejaste. Sé que no estoy soñando,

amigo mío, pero me sigue pareciendo increíble el poder verte y hablar

contigo a semejante distancia.

La imagen de la antena parabólica en el tejado acudió a la mente

de Nikotibof.

- Sé, por las informaciones que me han proporcionado aquí -

continuó Alexandrov - que terminaste el proyecto en la frontera con

China y ahora te encuentras en un pequeño país de Latinoamérica.

Cuéntame algo más, amigo mío ¿Cómo estás?

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- Ya veo que estás muy bien informado. Terminé las investigaciones

del acelerador de "bolsillo" y estoy aquí para evitar que caiga en manos

inadecuadas. La organización que nos proporcionó los medios para

nuestros experimentos, cuyos fines sabes son plenamente coincidentes

con los nuestros, ha creído conveniente enviarme aquí.

- ¿Cuándo podré verte? ¿Cuándo podremos estar juntos de nuevo,

amigo mío? - se agolpaban las preguntas de Alexandrov - Aquí, durante

el tiempo que llevo, no he hecho más que descubrir cosas increíbles y

que supondrían la salvación de nuestro planeta si pudiesen ser

implantadas en él. No he dejado de soñar una Tierra con el grado de

desarrollo que aquí existe.

- Lo sé - respondió Nikotibof - Tus ideales sabes que son los míos

pero, lamentablemente, nuestro planeta está en una fase de deterioro

demasiado avanzada. Hay demasiados intereses en juego; demasiadas

ambiciones. Nos hemos olvidado de la importancia de la ética, de la

humanidad como ente sensible a toda ruptura con las leyes cósmicas

que, ahí en Tierra B, supieron respetar desde hace mucho tiempo.

- Tienes mucha razón, amigo mío - contestó Alexandrov - Quizá sea

demasiado tarde para nuestra civilización; quizá la solución ya no es

posible ¿Cuándo nos veremos en persona?

- La verdad - contestó Nikotibof - deseo que sea pronto. Es muy

posible que en estos próximos días tenga la oportunidad de hablar con

algún miembro de la organización. Deseo ir a ese planeta y regresar

contigo al nuestro. Pienso que, ahora, podríamos trabajar en el

desarrollo de algo mejor para nuestro mundo.

Después de despedirse, la transmisión de la cadena americana

volvió a ocupar la pantalla. Estaban retransmitiendo una reunión de la

ONU en la que se discutía la conveniencia de establecer un Organismo

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de Control sobre la emisión de gases a la atmósfera y firmar un

Protocolo ¡Otra llamada más a la cordura!

Algunas de las grandes potencias, temerosas de que aquellas

medidas frenasen su actual desarrollo industrial, manifestaron muy

pronto su rechazo a la firma del Protocolo.

En una ciudad de Europa y en el edificio de una de las

Organizaciones de la ONU, un grupo de personas estaba reunido. Eran

los miembros de aquella organización que había contactado con

Nikotibof y que le había proporcionado medios y escondite. Sobre la

gran mesa, estaba aquella curiosa bandera con una constelación y la

leyenda ya conocida: "SEMPER VERITAS"

Uno de los presentes, quizá el mayor, se dirigió a los demás con

tono grave:

- Como podéis ver, estamos llegando al final de las posibilidades de

reconducir el desarrollo de este planeta. Si las grandes potencias no se

involucran en reducir o eliminar la emisión de gases a la atmósfera, en

unos pocos cientos de años, esta Tierra será inhabitable para el ser

humano y todos sus recursos estarán envenenados.

Otro tomó la palabra:

- En efecto, nada indica que los países que más contaminan estén

dispuestos a renunciar a su actual grado de desarrollo o que pretendan

cambiar su modelo. Más bien parece que los gobiernos estén

empeñados en continuar explotando las fuentes de energía

contaminantes o peligrosas como el petróleo, el gas o la atómica, en

lugar de investigar y potenciar fuentes alternativas no dañinas.

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Una mujer, de aspecto juvenil y rasgos orientales, incidió en lo

mismo:

- Hemos intentado, por todos los medios a nuestro alcance, que los

gobiernos se concienciasen del inminente peligro. Todo sin resultado.

¿Qué podemos hacer ahora?

El que parecía presidir la reunión, después de mirar a todos los

presentes, resumió la situación:

- Hemos, como bien se ha dicho, intentado todo lo que estaba a

nuestro alcance y hasta donde nos está permitido hacerlo. No hemos

revelado las soluciones, sino dado ideas para que los habitantes de este

planeta despierten y vean el peligro real a corto plazo ¡Todo sin éxito!

Todo parece indicar, amigos míos, que este planeta ha llegado a la fase

de auto destrucción que tantos otros alcanzaron ya en el universo por

nosotros conocido.

El asistente que parecía ser el mayor en edad, continuó:

- La pregunta, ya conocida por otros casos semejantes en la misma

fase de desarrollo negativo, es la siguiente: ¿Hemos de abandonarles ya

a su suerte o, por el contrario, debemos seguir insistiendo durante un

tiempo? De vuestra respuesta dependerá. Os ruego una votación a

mano alzada.

De los siete presentes, incluido el presidente de la mesa, seis

votaron a favor de insistir durante un tiempo, mientras uno de ellos se

abstuvo.

- La votación es clara - dijo el presidente - seguiremos insistiendo

por todos los medios a nuestro alcance, en concienciar a los gobiernos

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y a las gentes de este planeta de la inminente necesidad de cambiar su

modelo de desarrollo. El plazo de tiempo que nos damos, si todos

estamos de acuerdo, será de tres años terrestres.

Los asistentes estuvieron de acuerdo con la propuesta y, después

de charlar de otros asuntos, se retiraron de manera discreta.

El Dr. Ivanov, antiguo dirigente científico del Centro Espacial de

Baikonur, ahora en Cabo cañaveral colaborando con el equipo

multidisciplinario ruso-americano, explicaba a sus colegas lo logrado

siguiendo las pautas de lo conocido sobre los descubrimientos de

Nikotibof:

- Hemos llegado a un callejón sin salida. Los resultados de los

experimentos realizados hasta ahora, nos indican la imposibilidad de

realizar el viaje hasta "la puerta" y regresar a la Tierra. Sí, ya sé que este

viaje ha sido realizado por Nikotibof pero, a pesar de todo, nada de lo

logrado por nosotros en el laboratorio nos indica que sea "posible". Está

claro que nos faltan ciertos datos importantes que, sin lugar a dudas,

son la clave del descubrimiento de nuestro colega.

Uno de los científicos americanos, apuntó:

- Si Nikotibof, con los medios de que disponía, pudo lograrlo,

nosotros con muchos más deberíamos también poder hacerlo. Afirmo,

con el Dr. Ivanov, que existen ciertos parámetros que desconocemos y

de los cuales Nikotibof tenía noticia hace ya bastantes años ¿Cuáles

podrán ser?

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Continuaron discutiendo durante un par de horas más, analizando

todo lo que sabían del proceso y enunciando hipótesis sobre lo que

podría ser necesario para lograr los tan esperados resultados.

Alexandrov, a pesar de encontrarse bien en Tierra B, comenzaba a

sentir cierta añoranza. Necesitaba volver a ver los lugares conocidos; a

respirar el aire contaminado de las grandes ciudades; a sentir el ruido

de sus calles "¿Cuándo podré volver?"

Como leyendo su pensamiento, uno de los representantes en el

Consejo de Gobierno de Tierra B, le llamó aquella tarde para charlar

con él.

- Dr. Alexandrov, conocemos sus deseos de volver a su planeta. Es

comprensible que después de tanto tiempo aquí, sienta lo que los

humanos conocemos como añoranza. ¿Cuándo quiere marcharse?

Nosotros estamos en condiciones de situarlo en el lugar donde está el

Dr. Nikotibof actualmente, en cuanto usted nos lo indique.

Alexandrov, admirado por aquella sorprendente "lectura" de su

pensamiento, quedó unos momentos sin saber que responder. Después

de unos minutos de silencio lo hizo:

- Realmente, sigo estando admirado de muchas cosas de ustedes

que nunca comprenderé del todo ¿Cómo es posible que puedan

situarme en la Tierra, sin contar con el equipo necesario para ello? Yo no

he visto ningún tipo de acelerador de partículas por aquí, ni algo que se

parezca a un sistema de transporte interplanetario.

El representante del Consejo sonreía abiertamente:

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- ¿Cree usted realmente que somos incapaces de situarle en

cualquier punto del universo? ¿No ha visto suficientes e increíbles cosas

aquí para comprender que nuestra "tecnología" nos permite hacerlo?

Hemos viajado por ambos universos desde hace milenios. Hemos ido y

vuelto hasta lugares insospechados por ustedes los habitantes de la

Tierra.

Alexandrov tuvo que reconocer que su incredulidad se debía a la

incapacidad de asimilar los logros de aquella civilización tan distinta a la

suya. Sin pensarlo mucho más dijo:

- Estoy dispuesto a efectuar el viaje cuando ustedes quieran.

- Muy bien - respondió el representante del Consejo - Mañana

mismo, sobre las 17,00 horas de la zona central de América, será usted

"enviado" hasta el lugar donde se encuentra el Dr. Nikotibof. Prepárese,

despídase de sus amistades aquí y pronto estará charlando con su

colega en la Tierra. Sabemos que tanto usted como él querrán visitarnos

en otras ocasiones. Siempre serán bien recibidos.

Mientras él permanecía en una especie de cápsula, uno de los

ingenieros introducía las coordenadas en una de las consolas. Todo el

instrumental parecía de lo más simple. Resultaba increíble pensar que,

con aquellos instrumentos, pudiesen "transportarle" a otro planeta a

muchos años luz.

Sintió como una ligera sacudida en todo su cuerpo y, casi de

manera instantánea, se encontró en un lugar conocido del espacio. Sin

duda estaba en la que conocían como "puerta". Los colores y la

sensación de falta de peso en su cuerpo, así parecían indicarlo. De

nuevo sintió una especie de ingravidez y perdió por unos segundos la

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noción de sí mismo. Cuando la recuperó, estaba rodeado de una

vegetación verde esmeralda ya antes vista. Ante él, una casa de

madera. En el porche, charlando con otro hombre, estaba su amigo

Nikotibof que aun no le había visto.

Cuando Nikotibof levantó la cabeza, como intuyendo la presencia

de alguien en el jardín, quedó mudo de asombro. Alexandrov, vacilante

aun en su caminar, después de aquella travesía espacial cuya duración

real desconocía, estaba ante él con los brazos abiertos y una franca

sonrisa.

Nikotibof, con los ojos abiertos y dudando aún de lo que veía, se

levantó y salió corriendo al encuentro de de viejo amigo.

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SÉPTIMA ESTRELLA

"La ciencia occidental sólo ha logrado avanzar de lo simple a lo complejo

a través de lo inútil" (Marco Crivellaro, pensador y escritor)

La firma del Protocolo auspiciado por la ONU, para la reducción de

la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, había resultado un

verdadero fracaso. A pesar de la aceptación por parte de la mayoría

de países miembros del Organismo Internacional, tres de los más

desarrollados se habían negado en redondo a la firma del mismo.

De nada serviría la buena voluntad de los demás, puesto que

solamente los tres países de la Tierra que se negaban a firmar

contaminaban un 85% del total. En aras de un desarrollo condenado al

fracaso, se negaban a ver la espantosa realidad que, de manera

inexorable, haría de nuestro planeta un lugar inhabitable en un futuro no

muy lejano.

Cuatro de los ponentes de las medidas reductoras y miembros

destacados de una Organización de la ONU, pertenecían a la

Organización Secreta que apoyaba el proyecto de Nikotibof. Todos

ellos, se sintieron impotentes e incapaces de hacer algo más por evitar

la catástrofe que sabían se produciría.

La Tierra estaba ya rodeada de una especie de halo gris oscuro,

visible desde la estación espacial que orbitaba a 500 kilómetros de

altura. El planeta, con cuatro o cinco grados de temperatura de más en

los polos, pronto sufriría las consecuencias de aquel modelo de

desarrollo insostenible. La vuelta atrás, cada día que pasaba, resultaba

más difícil.

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Desde la última reunión mantenida en una ciudad europea, había

transcurrido ya casi un año. Sus esperanzas de que los gobiernos de las

grandes potencias reconociesen el daño que estaban infringiendo al

planeta y tomasen las oportunas medidas, eran cada vez más escasas.

En Tierra B, los miembros del Consejo de Gobierno sentados

alrededor de la gran mesa oval, después de haber visto en directo

aquel debate de la ONU en el planeta gemelo, estaban consternados.

Conocían muy bien las terribles consecuencias de aquella falta de

responsabilidad por parte de los gobernantes de las grandes potencias.

Ya conocían otras "Tierras" que, después de un similar y catastrófico

desarrollo, vagaban ahora por el universo sin vida alguna y cuya sola

visión estremecía a cualquiera. Eran planetas inhabitables que, sobre su

superficie antaño verde y con grandes corrientes de agua, mostraban

una gruesa costra de fango seco y maloliente. Ese y no otro, sería el

destino del hasta ahora llamado "planeta azul" por sus habitantes.

Nikotibof, abrazando fuertemente a su colega le preguntaba:

- ¿Cómo es posible? ¿Cómo has podido llegar hasta aquí?

Alexandrov, contento al verlo de nuevo y después de saludar al

hombre que estaba con Nikotibof, le contó lo sucedido con todo

detalle; lo visto durante su larga estancia en Tierra B; las maravillas que

había podido descubrir sobre el planeta y sus habitantes. Nikotibof, si

bien había estado algún tiempo en Tierra B, nunca estuvo tanto tiempo

como él. También estaba asombrado de lo que escuchaba.

Conversando sobre todas las novedades, tanto en el planeta B como

las que tenía que contarle Nikotibof, pasaron el tiempo de la cena y

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varias horas más hasta la madrugada cuando ya cansados se retiraron

a descansar.

En Cabo Cañaveral, el grupo ruso-americano de científicos había

avanzado algo más en el experimento "Nikotibof". En los últimos meses

los avances les habían permitido llegar a algunas conclusiones más

cercanas a la puesta en práctica de los experimentos del científico ruso.

Los cambios moleculares que se producían en la "puerta", les eran un

poco más conocidos.

Ahora sabían, a ciencia cierta, que era necesario un instrumento

para una vez en el punto que ellos llamaban "0" y que Nikotibof,

acertadamente, había bautizado como "la puerta", poder dirigirse a

cualquier punto del espacio y regresar a la Tierra.

¿Cómo encontrar la solución? Sin confesarlo, todos en su fuero

interno, sabían que sin el concurso del investigador ruso, nunca sería

posible conocer todo el proceso para poder realizar el viaje de ida y

vuelta.

Lo pensaban pero no se atrevían a manifestarlo de manera clara a

sus respectivos gobiernos. Su orgullo de científicos de renombre mundial,

les impedía reconocer su fracaso. Se limitaban a intentar rehacer el

proceso seguido por Nikotibof a base de los retazos de su teoría

encontrados en su quemado laboratorio y los relatos, poco

clarificadores, de los astronautas que habían realizado los dos viajes con

él más allá de la "puerta"

Nikotibof, ahora en compañía de su querido colega Alexandrov,

seguía instalando los aparatos en el sótano. Poco a poco, el lugar iba

tomando el aspecto de un pequeño pero bien dotado laboratorio. Una

vez logrado el viaje espacial casi perfecto, sin necesidad de cohetes y

demás artilugios pesados y costosos, su empeño se centraba ahora en

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disponer de más datos sobre lo que realmente sucedía al traspasar la

"puerta" y sus posteriores consecuencias para el ser humano. Hasta

ahora, dado el poco tiempo transcurrido desde el primer viaje, no había

sido aún posible estudiar con detenimiento este asunto y los fenómenos

a él asociados.

En esta tarea de investigación, ahora podría contar con la

inestimable ayuda de su colega Alexandrov, todo un experto en física y

biología y también con la del jardinero científico.

En Tierra B, poco después de la marcha de Alexandrov, estaban

preparando el envío de una delegación de científicos al planeta de su

Sistema Solar que les había solicitado ayuda. El grupo expedicionario

llevaría con él semillas y algunas plantas. El viaje no tenía mayor

problema y se realizaría en apenas unos minutos. No era la primera vez

que viajaban a aquel planeta.

Durante miles de años, y de manera periódica, un grupo similar

había realizado ya el mismo viaje y con los mismos fines. A pesar de ello,

los distintos modelos de desarrollo que habían implantado los gobiernos,

nunca fueron los sugeridos por los habitantes de Tierra B, sino los que los

intereses industriales impusieron. Ahora, casi en la última fase de

deterioro, los gobernantes de aquel planeta con una enorme nube

contaminante rodeándolo en su ecuador, pedían ayuda de nuevo. Los

habitantes de Tierra B lo intentarían por última vez.

Los expedicionarios, después de colocarse en la plataforma, fueron

desapareciendo lentamente de la vista de los ingenieros que

manejaban los mandos de aquel extraño aparato.

Pronto se encontraron en la "puerta" (lugar intermedio obligado

para cualquier viaje de aquel tipo por su espacio). Desde allí, después

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de introducidas las coordenadas, tardaron apenas cinco minutos en

encontrarse en la sala de reuniones del gobierno del planeta en crisis.

- ¡Bienvenidos, amigos! - el que así hablaba, un hombre de raza

negra de aproximadamente 50 años, parecía presidir el gobierno del

planeta - Ya conocéis los problemas que tenemos y las enormes

dificultades de todo tipo por las que estamos pasando. En los últimos

meses, el índice de mortalidad por problemas respiratorios, se ha

elevado enormemente, especialmente entre la población infantil y los

mayores de 60 años. Esperamos vuestros consejos y ayuda.

El que parecía ser el portavoz de los expedicionarios de Tierra B,

después de sentarse, con tono mesurado pero firme dijo:

- Hace siglos que venimos advirtiendo de lo problemático de

vuestros sucesivos modelos de desarrollo. La explotación masiva de los

recursos naturales y la utilización de hidrocarburos como fuente de

energía, ha creado tal contaminación que resulta muy difícil paliar el

daño causado a este planeta.

- ¿Qué podemos hacer? - preguntó uno de los reunidos con visible

angustia.

El portavoz de la expedición, siguiendo con su tono firme, contestó:

- Las medidas deben ser inmediatas y en todo el planeta. Vista la

situación de vuestra atmósfera, no pueden tomarse medidas a corto o

medio plazo, sino inmediatas. Hemos traído semillas de crecimiento muy

rápido para sembrar en las selvas esquilmadas y en las cercanías de las

ciudades. Por otra parte, a partir de ahora, tendréis que paralizar todos

los vehículos e industrias que utilizan energía basada en el consumo de

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hidrocarburos, carbón o gas. Nosotros os ayudaremos en la creación de

energías alternativas no contaminantes, para utilizar de inmediato.

- Las medidas afectarán a nuestra industria, en tanto las

alternativas no empiecen a funcionar - señaló uno de los reunidos.

El portavoz de los expedicionarios, parecía visiblemente irritado:

- ¿Desea vuestro gobierno solucionar, de una vez por todas, los

problemas o van a seguir predominando los intereses de tipo

económico? Sabemos que las medidas serán hasta cierto punto

traumáticas pero, deben comprender todos los habitantes de este

planeta que se trata de su última oportunidad para poder seguir

viviendo en él.

El gobierno, a través de los medios de comunicación, hizo saber a

la población las medidas que se implantarían de inmediato y, también,

las consecuencias de no hacerlo.

Los tres, Nikotibof, Alexandrov y el jardinero, se encontraban en el

laboratorio instalado bajo la pequeña casa de madera. Las muestras de

sangre y orina de los dos científicos rusos, servirían para iniciar el estudio

de los posibles cambios originados en los astronautas al pasar la

"puerta". Ellos, que habían viajado a través de ella varias veces, eran los

perfectos "conejillos de Indias" para realizar los primeros experimentos.

El nivel de hemoglobina, era mucho más alto de lo normal, casi el

doble en ambas muestras. Los anticuerpos también habían aumentado

de manera proporcional. El análisis de minerales y vitaminas en sangre,

sorprendentemente, daba niveles excelentes. Las conclusiones, después

de comparar los análisis con los que se habían hecho unos meses antes

del primer viaje, indicaban bien a las claras, una mejor salud.

Page 109: universos paralelos463.pdf

Al contrario de lo que sucedía con los astronautas que habían ido

hasta la Luna o a la estación internacional que orbitaba alrededor de la

Tierra, cuyos parámetros médicos eran muy deficientes después de

permanecer unos días en el espacio, ellos parecían haber rejuvenecido

a su paso por la "puerta".

Algo así habían pensado cuando estuvieron en Tierra B, puesto que

las personas consideradas "mayores" en aquel planeta, seguían

desarrollando actividades hasta edades muy avanzadas y con una

salud exenta de los típicos achaques de sus homólogos de la Tierra

¿Cuál era la razón o razones de semejante fenómeno? No cabe duda

que la atmósfera nunca contaminada de aquel planeta tendría un

importante papel pero, además, el 98% de la población de Tierra B,

había viajado alguna vez más allá de la "puerta" para visitar otros

planetas, utilizados como reserva de alimentos o como simple lugar de

turismo planetario.

Todo parecía indicar, después de calibrar aquellos resultados, que

el paso por la "puerta" ejercía una beneficiosa influencia en los seres

que la cruzaban en uno u otro sentido. Ambos científicos rusos, estaban

muy interesados en conocer las razones de tal influencia benéfica del

paso por aquel lugar, en la salud de los viajeros espaciales.

El grupo de científicos ruso-americano tenía ante él la

comunicación conjunta de ambos gobiernos, en términos escuetos y

claros: "Debido a no haber obtenido resultados satisfactorios en la

investigación sobre la "puerta", y después de casi un año de trabajo,

nuestros gobiernos consideran que el Grupo de Trabajo conjunto debe

disolverse, hasta nuevo aviso"

Todos se miraron con la impotencia de no poder alegar nada en

contra de aquella decisión. En realidad el comunicado reflejaba la

verdad. Durante todo el tiempo que se dedicaron a buscar, siguiendo

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los indicios que tenían sobre el experimento de Nikotibof, no habían

logrado salir de aquel atolladero. Tenían que reconocer, de una vez por

todas, que sin la contribución del científico ruso, nunca sería posible ir

más allá.

Ellos, independientemente de la decisión de sus gobiernos ya se

habían declarado, en su fuero interno, incapaces de alcanzar los

objetivos trazados hacía mucho tiempo.

Tanto los EE.UU. como la Unión Soviética, estaban desviando

muchos de los recursos de la antigua carrera espacial al lanzamiento de

ingenios automáticos que exploraran Marte y las erupciones solares. El

enviar seres humanos más allá de la Estación Internacional, orbitando a

500 kilómetros de la Tierra, había pasado a un segundo plano en sus

intereses.

La ultima sonda enviada a Marte, la "MERCATOR I", en órbita

ecuatorial alrededor del planeta, estaba enviando datos muy

interesantes sobre la composición del terreno, indicios de agua helada y

curiosas fotografías de sus enigmáticos canales. El próximo paso, aun

distante en el tiempo, seguramente sería enviar una misión tripulada al

planeta rojo.

Muchos de los científicos de la antigua Unión Soviética, habían sido

captados por la Agencia Espacial Europea. Esta Agencia, antaño

pequeña criatura de la investigación espacial empezaba a ser

importante, tanto por sus proyectos como por la dotación económica

que los miembros de la Unión habían dedicado a ella.

Page 111: universos paralelos463.pdf

Mientras, en los EE.UU., todos los esfuerzos estaban volcados en la

exploración de Marte, en un lugar perdido de la selva del Yucatán,

Nikotibof, Alexandrov y el Jardinero, se dedicaban a sus experimentos

sobre las "mutaciones" o cambios sustanciales detectados en los seres

que habían pasado la "puerta".

Después de haber hecho realidad el poder viajar a cualquier punto

de los universos, con la ayuda de los instrumentos contenidos en el

pequeño maletín, dedicaban todos sus esfuerzos a descubrir y

catalogar los, a todas luces, beneficiosos resultados que el singular viaje

a su paso por la frontera espacial que Nikotibof había bautizado como

"La Puerta", proporcionaba.

Todo lo descubierto hasta la fecha, como resultado de los

exhaustivos análisis realizados tanto en sangre y orina, así como en la

medición de otros parámetros biológicos vitales, indicaba muy

claramente una "cuenta" atrás en los relojes biológicos de ambos. Era

como si el tiempo hubiese retrocedido, después de haber pasado la

"puerta". Los resultados eran la confirmación de la teoría, hasta ahora sin

posibilidad de comprobación empírica, que ya en los inicios del siglo XX

había enunciado Einstein.

El paso por la "puerta", probablemente en conjunción con el viaje a

cuatro veces la velocidad de la luz, había hecho posible el hallazgo de

una especie de "Fuente de la Eterna Juventud". Habían vuelto más

jóvenes y sanos, sin duda alguna. Era como ver realizado el eterno

sueño que tantos habían buscado durante la historia de la humanidad,

en distintos lugares de la Tierra y que, en realidad ¡se encontraba fuera

de ella!

El planeta, después de apenas un año de haber emprendido el

plan de "saneamiento" propuesto por la delegación de Tierra B, estaba

Page 112: universos paralelos463.pdf

cambiando su fisonomía a buen ritmo. Los bosques volvían a estar

poblados por millones de árboles que limpiaban la atmósfera de los

gases contaminantes; las ciudades, antaño llenas de polución, se

habían vuelto de nuevo espacios habitables y, lo más importante, las

enfermedades de tipo alérgico y respiratorio habían decrecido de

manera espectacular.

El Gobierno del planeta, durante aquel espacio de apenas un año,

había tenido que vencer grandes resistencias a la implantación del

plan. Las grandes industrias y las compañías que explotaban las distintas

fuentes de energía tradicional, lo habían intentado todo para boicotear

la puesta en marcha de aquellas medidas. Afortunadamente, la

mayoría de los habitantes del planeta, estaban cada día más

mentalizados y convencidos de la necesidad de aquel cambio, incluso

de costumbres y usos ya milenarios, en el consumo de hidrocarburos.

El gobierno de Tierra B, a pesar de los avances logrados, no tenía

excesiva confianza en que las medidas se perpetuasen. Sabían, por su

experiencia en otros planetas, que al final casi siempre triunfaban los

intereses de las grandes compañías. El beneficio era el único Dios que

conocían. El futuro a medio o largo plazo no entraba nunca en sus

estúpidos planes de "desarrollo" y, al final, los gobiernos acabarían

siendo puestos o depuestos por los distintos grupos de presión. Los

ciudadanos, sin apenas darse cuenta, volverían a sufrir extrañas

enfermedades; alergias incurables y la desaparición de millones de

hectáreas de la protectora vegetación que ahora cubría ya gran parte

de lo que fueran superficies desérticas e improductivas.

El problema, en todos los planetas con un nivel de desarrollo similar,

estaba en los sistemas políticos en ellos implantados.

Page 113: universos paralelos463.pdf

Lo que calificaban como "democracia", no era otra cosa que la

regular alternancia entre dos o tres partidos políticos que, a pesar de

ofrecer al pueblo diversos programas, buscaban exactamente lo mismo:

¡perpetuarse en el poder! Todas las promesas electorales eran olvidadas

al día siguiente de las elecciones.

La sociedad de Tierra B, desde su privilegiado status en aquella

galaxia, y con una verdadera democracia del pueblo y para el pueblo

instaurada hacía milenios, sufría por los planetas gemelos que sabía

estaban condenados a una muerte segura pero, a pesar de ello,

también sabía que el destino de los mismos no estaba en sus manos;

sino en las de ellos mismos.

A pesar de los muchos intentos y ayudas, los sucesivos gobiernos de

Tierra B, seguían la tradicional e inamovible doctrina de no injerencia en

la marcha del Cosmos y, este comportamiento elevado a regla de oro

durante milenios, podía parecer incluso cruel en su persistencia

No podían ni querían erigirse en gendarmes o guardianes de los

demás planetas y seguían pensando que lo único que podían hacer era

intentar persuadirles de la bondad de planes de desarrollo basados en

otros conceptos totalmente distintos a los adoptados hasta ahora.

Nikotibof, acompañado por Alexandrov, continuaba con sus

experimentos sobre los efectos benéficos de la "puerta". Lejos de la

civilización pero en continuo contacto con todo lo que en ella sucedía,

estaban al tanto de la suspensión de los experimentos en Cabo

Cañaveral y de las distintas naves que se habían lanzado para explorar

Marte. En el fondo, pensaban, se habían dado por vencidos al no ser

capaces de encontrar la "clave" para pasar la "puerta" ¡Solamente ellos

estaban en posesión del secreto! Incluso sus "benefactores", los

miembros de aquella secreta organización que les apoyaba

Page 114: universos paralelos463.pdf

económicamente en sus proyectos, desconocían algunos puntos

esenciales del proyecto "puerta". Por seguridad, algunos de los pasos

seguidos estaban solamente en la cabeza de Nikotibof y, ahora, los

guardaría también su amigo y colega Alexandrov.

El gobierno de Tierra B, a la vista de las múltiples llamadas de

muchos de los planetas habitados de su galaxia solicitando ayuda para

paliar los efectos de modelos de desarrollo contaminantes, después de

celebrar una sesión con la presencia de todos los representantes de los

distintos distritos en que se dividía políticamente el planeta, decidió

enviar un mensaje a todos los peticionarios de ayuda, en los siguientes

términos:

"A todos los habitantes de los distintos planetas de nuestra galaxia:

Nosotros, los representantes del gobierno de Tierra B, ante las repetidas

peticiones de ayuda para subsanar los daños ocasionados por vuestros

modelos de desarrollo y a la vista de los repetidos avisos que durante los

500 últimos años hemos hecho sobre la necesidad de vivir en plena

armonía con el medio, hemos decidido que nuestra actuación futura

esté basada en los siguientes puntos:

• Por ningún concepto, incluso el humanitario, nos inmiscuiremos en

vuestras políticas internas.

• Es obligación, de los distintos gobiernos por vosotros libremente

elegidos, velar por una decidida política de desarrollo que salvaguarde

la naturaleza y deje de contaminar mares, ríos y bosques.

Page 115: universos paralelos463.pdf

• De la toma de decisiones correctas, ahora necesariamente

traumáticas, dependerá el que vuestras civilizaciones se salven o

perezcan a medio plazo.

• De nada vale el desarrollo actual, basado en industrias altamente

productivas pero contaminantes, si en breve plazo vuestros mundos se

convierten en inhabitables.

• Nosotros, como pueblo convencido de la bondad de nuestro

modelo de desarrollo, estamos dispuestos a poner en manos de vuestros

gobiernos las necesarias recomendaciones e instrumentos de

formación. Solamente de ellos y de vuestra vigilancia, dependerá el

futuro.

A pesar de nuestras repetidas advertencias, la mayoría de los

planetas hermanos de esta galaxia, lo mismo que ha sucedido con la

Tierra en el universo gemelo, están rozando el límite de su supervivencia

como género humano, debido a la excesiva explotación de los distintos

recursos y a la combustión indiscriminada de los hidrocarburos.

De vosotros dependerá el futuro que deseéis para vuestros hijos.

Nosotros os hemos advertido siempre de los evidentes peligros.

Todos los gobiernos de los planetas de la galaxia recibieron el

mensaje. Cada unos de ellos, según sus diversos mecanismos políticos,

discutieron el contenido y las medidas que se podían tomar. Como en

anteriores ocasiones de crisis similares, pasaron meses discutiendo las

medidas, presionados por las grandes multinacionales de la energía.

Las primeras imágenes recibidas de una de las sondas enviadas a

Marte, fueron meticulosamente analizadas por lo científicos en Cabo

Cañaveral.

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Pocas novedades sobre la topografía del planeta rojo, excepto

unas curiosas y poco claras imágenes de un pequeño objeto en órbita

polar nunca antes visto por telescopios desde la Tierra.

Nikotibof y Alexandrov, desde sus instalaciones en la selva del

Yucatán, recibían de manera nítida aquellas imágenes y, preocupados

como estaban por todo lo referente a la carrera espacial y sus diversos

pasos, las analizaron también. No encontraron explicación alguna para

ellas y, cuando llegó el momento de comunicarse con sus amigos de

Tierra B (lo hacían de manera periódica por medio de aquel extraño

televisor), les preguntaron si aquello era conocido por ellos. La respuesta

fue escueta pero esclarecedora: desde hacía mucho tiempo, conocían

la existencia de aquel objeto en órbita marciana.

En Cabo Cañaveral, los científicos de la NASA y de la Agencia

Espacial Rusa, examinaban aquellas imágenes sin poder dar crédito a lo

que veían. Ante la duda que aquello suscitaba, se emitieron nuevas

coordenadas a la sonda para que diera una pasada a menos de 500

kilómetros de la superficie del planeta rojo. Las imágenes, ahora con

una mayor definición, confirmaron la primera impresión: se trataba de

un satélite artificial de pequeña envergadura y con una órbita polar

exacta y sin visibles desviaciones.

En un primer momento, los americanos pensaron en los rusos como

autores de aquella puesta en órbita, mientras que los soviéticos

pensaron en los americanos hasta hacía poco tiempo rivales en la

carrera espacial y ahora socios.

Tanto unos como otros, después de conversaciones mantenidas al

más alto nivel, dejaron claro que no era obra suya ¿Quién había puesto

aquel satélite en órbita?

Page 117: universos paralelos463.pdf

Reunidos en una ciudad de Europa Central, los miembros de la

extraña organización que apoyaba las investigaciones de Nikotibof,

parecían estar bastante preocupados.

El que parecía ser el de mayor autoridad entre ellos tomó la

palabra:

- No habíamos pensado nunca en esta posibilidad pero, ahora,

nuestro satélite esta despertando la curiosidad de unos y otros. La sonda

a Marte, con su extraordinarios equipos de detección y fotográficos ha

descubierto lo que desde hace mucho tiempo permanecía oculto.

Otro de los presentes dijo:

- La función del satélite es muy importante para nuestras

comunicaciones con otros puntos de la galaxia y como observador de

la evolución de ciertos fenómenos en la Tierra. Nos vemos obligados a

tomar una decisión cuanto antes. Las preguntas que se hacen en estos

momento los científicos del programa espacial conjunto, deben quedar

sin respuesta. De lo contrario, podría descubrirse algo que nos interesa

seguir ocultando.

Aquel pequeño satélite, de tecnología muy avanzada, había sido

puesto en órbita de Marte por Tierra B, hacía solamente unos pocos

años. Era el último de una larga serie de catorce que habían estado

vigilando nuestra Galaxia y enviando información sobre la evolución del

planeta Tierra.

Uno de los asistentes, con rostro preocupado, concluyó:

- Hemos de proceder cuanto antes a cambiar el satélite a la órbita

de otro planeta del Sistema Solar pero ¿Cuál? Si lo ponemos en la órbita

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de Venus, tendremos demasiados problemas con las interferencias

solares y el calor. Lo menos problemático sería colocarlo en la de Júpiter

pero, para ello, hemos de cambiar ciertos parámetros en los

instrumentos de detección y comunicaciones del satélite. A pesar de

ello, el cambio de órbita no será problema pues, como sabemos, el

satélite se auto propulsa una vez demos las ordenes desde la Tierra.

El que presidía la reunión habló con rostro serio:

- Hemos de hacerlo hoy mismo, aprovechando las órbitas

contrarias de la sonda terrestre y nuestro satélite ¡ Debe hacerse ya !

Cuando los científicos de Cabo Cañaveral, al día siguiente,

observaron las nuevas imágenes enviadas por la sonda, aquel objeto

había desaparecido. Lo intentaron de nuevo cambiando la órbita y

ampliando las imágenes recibidas ¡Nada!

De no tener delante de ellos las imágenes enviadas por la sonda

anteriormente, podrían haber creído que se trataba de un error o de un

espejismo. Nadie se pudo explicar aquello. Nikotibof y Alexandrov, en la

selva del Yucatán, tampoco.

Los miembros de la extraña organización, observaron las últimas

imágenes transmitidas por la sonda marciana, con una ligera sonrisa.

El satélite, ya no estaba al alcance de los instrumentos de

detección de la sonda ni podía ser observado desde la Tierra por

medios convencionales. El cambio de órbita, efectuado durante la

noche anterior, había resultado un éxito. Júpiter tenía ahora en órbita

ecuatorial y con las antenas dirigidas a dos puntos diferentes del

espacio un nuevo acompañante.

Page 119: universos paralelos463.pdf

El que parecía presidir siempre las reuniones, volvió a hablar de

manera pausada:

- Hemos de debatir algunos asuntos de interés inmediato sobre

nuestras futuras actuaciones pero, lo más urgente es tomar una decisión

sobre el proyecto del Dr. Nikotibof que, como bien sabéis, se encuentra

en el Yucatán a salvo de la curiosidad de los servicios de inteligencia de

las grandes potencias y de algunos grupos mafiosos interesados en sus

descubrimientos.

- En realidad - tomó la palabra otro de los miembros del grupo -

hemos financiado algo que resulta inoperante en la actualidad para

nuestros fines a largo plazo. Los gobiernos de la Tierra, hoy por hoy, se

dedican a un "descubrimiento" del cosmos con más miras militares que

científicas. Creo que tendremos que esperar bastante tiempo hasta

poder revelar este descubrimiento.

- Estoy plenamente de acuerdo - dijo otro - Nuestros fines siempre

han sido claros y así ha sido desde hace siglos: cambiar los hábitos

"suicidas" de una humanidad que parece no querer aprender de sus

errores repetidos, una y otra vez. Algunas veces, en la historia de la

Tierra, nos ha parecido vislumbrar un cambio en la política de los

gobiernos pero, más tarde, hemos constatado la falta de madurez y la

rendición a múltiples intereses, sin tener en cuenta las consecuencias a

medio y largo plazo por nefastas actuaciones.

- Pareciera, continuó otro, que los seres humanos, no importa de

que galaxia, fuesen incapaces de ver más allá de lo inmediato para

cubrir sus necesidades. Son incapaces de pensar en el futuro de sus

descendientes y dan por hecho que todo seguirá igual a pesar de las

continuadas agresiones al medio.

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Todos los miembros de aquel grupo secreto, cada uno en su puesto

dentro de multitud de organizaciones estatales o supranacionales,

había intentado despertar la conciencia de los gobiernos de la Tierra

pero, llegaron a la triste conclusión de que sus esfuerzos no obtenían el

éxito deseado.

El que había hablado primero, pareció cerrar aquellos

pensamientos en voz alta:

- Efectivamente, a todas luces esta humanidad de la Tierra

necesitaría muchos más siglos de evolución para llegar a conclusiones

que nosotros tenemos muy claras hace milenios. Quizá tengan dormida

la capacidad de reflexionar en profundidad. A pesar de todo, nuestra

hermandad ha sido fundada para tratar de subsanar estas carencias en

una gran parte de los humanos y hemos de seguir luchando para que

nuestros principios se implanten allá donde exista vida inteligente, como

hemos hecho hasta hoy. Retirémonos y dentro de un mes nos

reuniremos con Nikotibof para comprobar sus adelantos en la

investigación que lleva a cabo.

Como lo hacían habitualmente, fueron saliendo del local de

reunión escalonadamente y hacia distintos lugares. Siempre seguían un

estricto protocolo de seguridad.

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PRIMER PLANETA

"Hemos avanzado en continuas ondulaciones pero, evolución, significa

cambio hacia delante; la línea recta de la inteligencia"

En la universidad de Leyden, la profesora de ética científica, Dra.

Eike, se encontraba en medio de un grupo de alumnos de último curso:

- Hemos de centrarnos en las respuestas a las preguntas que nos

hacíamos ayer sobre la postura ética que debemos adoptar ante la

explotación de los recursos de los países menos favorecidos por lo más

ricos.

Uno de los alumnos tomó la palabra:

- Personalmente pienso que no es ético el actual sistema capitalista

basado en el enriquecimiento de unos pocos basado en la explotación

de los recursos de otros que no disponen de la necesaria tecnología

para transformarlos. Una de las preguntas que me vienen a la cabeza es

la siguiente: ¿Pueden los países pobres rebelarse o tomar medidas de

algún tipo para evitar esta explotación?

Todos los alumnos, poco después del comienzo de la clase, se

habían enzarzado en una acalorada discusión. La Dra. Eike, en medio

de ellos y actuando solamente como moderadora, cuando era

estrictamente necesario, disfrutaba con el calor que sus alumnos ponían

en el debate.

Por lo general, las respuestas o soluciones que daban a los múltiples

problemas de nuestro mundo, eran irrealizables en la práctica pero, a

pesar de ello, ella nunca dejaba de fomentar aquellos debates que

despertaban en sus alumnos la sed de ética y justicia. Su puesta en

práctica ya era otra cosa. Ella, desde sus tiempos de estudiante, seguía

creyendo en la fuerza y necesidad de la utopía.

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Mientras en la universidad de Leyden se discutía sobre ética, lejos,

a muchos miles de kilómetros y en las profundidades de la selva del

Yucatán, nuestros amigos, Nikotibof y Alexandrov, habían llegado

prácticamente al final de sus experimentos sobre los efectos producidos

en el organismo humano al paso por la “puerta”.

Estaban más que satisfechos por los resultados (contrastados una y

otra vez para evitar errores) obtenidos. Estaba claro y demostrado por

los distintos análisis, que el paso por la “puerta” causaba en los humanos

un “rejuvenecimiento” de todo su organismo y algunos cambios aún no

estudiados pero prometedores.

Había quedado también suficientemente demostrado que un viaje

al “otro” lado, producía una ilimitada resistencia contra gérmenes y virus

existentes en nuestro planeta.

Ellos, que habían viajado al otro lado, desde su vuelta y a pesar de

estar expuestos a la humedad y a mosquitos potenciales transmisores de

diversas enfermedades tropicales, no habían sido victimas de ninguna

de ellas.

Nikotibof y Alexandrov, exultantes por lo descubierto, contactaron

con uno de los miembros de aquella extraña hermandad que

financiaba y protegía sus investigaciones desde el principio, para

comunicarle los resultados. A la vista de la importancia de lo

descubierto, quedaron en reunirse en aquel lugar del Yucatán en el

plazo de dos semanas (se cumplía el plazo de un mes acordado

durante la última reunión de la hermandad) para comprobar "in situ" lo

descubierto por los científicos y hablar de otros proyectos.

El Dr. Rimskof, catedrático de Filosofía de la Ciencia en la

universidad de Minsk, había asistido al último congreso celebrado sobre

Page 123: universos paralelos463.pdf

esta joven disciplina en la ciudad de Ámsterdam. Allí, se había

encontrado con muchos de sus colegas pero le produjo un especial

impacto la conferencia leída por la Dra. Eike de la universidad de

Leyden. Ambos se conocían por sus publicaciones en diversas revistas

científicas pero, hasta ahora, nunca se habían visto en persona. Tanto

uno como otro, a pesar de las distancias de tipo "filosófico - religioso"

que les separaban (La Dra. Eike había elaborado una teoría de la

creación muy curiosa, en la que la "chispa inicial" era llamada: IT), se

admiraban y respetaban.

El Dr. Rimskof, ateo y con una visión de lo "trascendente" muy

distinta, también había publicado, hacía ya algunos años, su teoría de

la creación. Al instante inicial del Cosmos le había llamado "OG". En su

teoría, al contrario que su colega holandesa, Rimskof atribuía la

creación o el "OG" a la "causalidad". Había prometido plasmar su teoría

en una fórmula matemática pero, hasta hoy, aún no había logrado

enunciarla.

Ambos, después de ser presentados por un colega

norteamericano, se enzarzaron en una conversación que duró hasta

bien avanzada la madrugada. Defendían, desde posturas que en

principio partían de filosofías distintas, la necesidad de una ética

científica a todos los niveles. La ciencia, según ambos expresaban, se

había vendido al mejor postor y poco quedaba del espíritu de los

pioneros; de sus utopías respecto a poner sus descubrimientos al servicio

de la humanidad. Ambos coincidían también en afirmar que la ciencia

estaba siendo patrocinada con el único fin de convertirla en un

rentable negocio para provecho de las grandes multinacionales y de

ciertos gobiernos.

Se vendía todo: los descubrimientos en genética, en química, en

farmacia. Todo, absolutamente todo, estaba en la caja fuerte de tres o

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cuatro grandes multinacionales que, gracias a estos conocimientos,

barajaban cifras astronómicas de negocio.

Era muy de madrugada cuando ambos, rendidos pero contentos

de haberse conocido e intercambiado ideas, se retiraron a sus

habitaciones del hotel.

Rimskof, antes de acostarse, tomó unas cuantas notas sobre lo

hablado con la Dra. Eike. "Realmente, pensaba, esta mujer tiene mucho

talento". Tardó en dormirse, como era habitual en él.

En otra habitación, la Dra. Eike, pensaba en la fuerza de convicción

de su colega ruso.

Casualmente (el destino no nos informa de sus decisiones), me

encontraba en Ámsterdam visitando a unos grandes almacenistas del

neumático y paseando cerca de uno de los canales, me llamó la

atención un cartel de intenso colorido: "I Conferencia Internacional

sobre Ética Científica". Puesto que tenía la tarde libre, me acerqué hasta

el Pabellón de Congresos para ver la posibilidad de asistir. El tema

prometía ser interesante.

Cuando llegué al Pabellón, la Conferencia ya había comenzado y,

para mi desilusión, la entrada estaba reservada de manera exclusiva al

personal científico acreditado. Afortunadamente, en la antesala, una

gran pantalla de televisión, en circuito cerrado y con traducción

simultánea, permitía seguir cómodamente alguna de las conferencias y

posteriores debates.

Me senté en una de las mesas y pedí una tónica al camarero de la

cercana cafetería. La cámara, además de centrarse en los primeros

Page 125: universos paralelos463.pdf

planos de los distintos conferenciantes, ofrecía otros más amplios de la

abarrotada sala.

En uno de ellos, y para mi gran sorpresa, pude ver al "periodista"

que me había puesto en la pista de toda esta historia (el astronauta y

también científico Dr. Alexandrov). A pesar del incipiente bigote, no me

pasó desapercibido "¿Qué hacía aquel hombre allí?" "¿No estaban

buscándole todos los servicios de información a ambos lados del

antiguo "Telón de Acero?" Estaba acompañado de otro hombre,

desconocido para mí.

Durante varias horas y hasta que finalizó la jornada, estuve

pendiente de las conferencias y debates. Alexandrov (o el periodista,

en este caso) hizo bastantes preguntas a muchos de los participantes.

Especial interés mostró por la creación de un Código Deontológico

Universal de la Ciencia, refrendado por las Naciones Unidas, con el que

los científicos obtuviesen un "status" especial que considerase su

"inmunidad" de manera similar a la de los diplomáticos.

Según él, la ciencia no debería estar sometida a un país o grupo de

ellos y los científicos deberían ser dueños de sus descubrimientos,

estando a salvo de la "rapiña" de cualquier potencia o empresa

multinacional.

Sus preguntas y la calurosa defensa del "status" para los científicos,

aclarando repetidas veces que él "no lo era", sino un simple periodista

de divulgación científica, despertaron gran interés y muchos aplausos

entre la mayoría de los asistentes.

Page 126: universos paralelos463.pdf

Cuando finalizó la jornada, esperé hasta que salieron casi todos los

asistentes. Deseaba charlar con Alexandrov y comprobar si me

reconocería después de tanto tiempo y peripecias.

Salió acompañado por aquel hombre con quien cuchicheaba

continuamente durante las conferencias y debates. Caminé hacía él

pensando que no me reconocería pero mi sorpresa fue mayúscula

cuando, levantando la vista por encima de sus gafas de gruesos

cristales, me sonrío abiertamente. Era como si supiese de antemano que

yo estaba allí esperándole.

Page 127: universos paralelos463.pdf

SEGUNDO PLANETA

"Hemos de ser valientes y reconocer nuestras deficiencias. Estamos a

tiempo de corregirlas y salvar al Universo de nuestra irracional depredación (Dr.

Rimskof, científico ruso)

Alexandrov caminó a mi encuentro y después de abrazarnos

cordialmente, cogiéndome del brazo nos apartamos del corrillo de

científicos que se había formado en la puerta del Pabellón. Su

acompañante, de manera muy discreta, se despidió de nosotros con

una ligera inclinación de cabeza.

- ¡Querido amigo! ¡Qué alegría encontrarle después de tanto

tiempo.

Alexandrov parecía realmente encantado de verme de nuevo

pero no muy sorprendido por ello.

Yo, he de ser sincero, sentía lo mismo pero también un poco de

recelo por aquel hombre que de manera tan camaleónica era capaz

de aparecer en todas partes. Nos sentamos y después de pedir dos

cafés, Alexandrov habló sin más preámbulos:

- Me imagino, querido amigo, que habrá seguido las peripecias del

Dr. Nikotibof y mías, por la prensa y demás medios de difusión.

- Naturalmente - contesté - Desde la primera vez que nos

conocimos en Alemania, y después de lo sucedido con la nave

americana y los posteriores rumores me he interesado por seguir sus

Page 128: universos paralelos463.pdf

pasos pero, lamentablemente, en los últimos tiempos muy poco he

podido saber de ustedes.

Alexandrov, con gesto de querer confesarme algo importante me

dijo:

- Sé que puedo confiar en usted, como caballero español que es.

En estos momentos, tanto Nikotibof como yo, estamos en un lugar

seguro y a salvo de todas esas pirañas depredadoras de la ciencia.

Hemos logrado pasar a otra dimensión o Universo Paralelo y ¡asómbrese,

amigo mío! Seguimos investigando las consecuencias de pasar el punto

fronterizo entre esas dos dimensiones en el Cosmos. Realmente, los

beneficios de este viaje para el ser humano son de incalculable valor. La

mayor parte de lo que hemos descubierto podría cambiar la vida en

nuestro planeta de manera increíble: enfermedades vencidas; plagas

erradicadas.

Asombrado por aquella confesión y no dudando ni un momento

que me decía la verdad, le pregunté con curiosidad:

- ¿Han estado ustedes, realmente, en otra dimensión?

Alexandrov, sonriendo, me contestó:

- No solamente en otra dimensión, amigo mío, sino en otro planeta

gemelo del nuestro. En él, para asombro nuestro, encontramos una

humanidad distinta en su evolución. Distinta en su concepto del

Cosmos. Una sociedad perfecta con la que soñaron tantos utópicos

aquí en la Tierra. Tardaría meses en explicarle un modelo de sociedad

que, para ser muy breve, es la antítesis de la nuestra.

Page 129: universos paralelos463.pdf

Curioso y un poco excitado por sus revelaciones, seguí

preguntando. Eran tantas las cosas que deseaba saber que las

preguntas brotaban de mis labios de manera atropellada.

- ¿Cómo es posible que viajasen a ese lugar, sin nave? ¿Cómo se

puede financiar tal proyecto de investigación sin contar con las grandes

potencias? ¿Dónde se desarrolló el proyecto, una vez desaparecieron

ustedes? ¿Cómo puede usted moverse libremente sin ser detectado por

los servicios de inteligencia que les buscan?

Alexandrov, con un gesto pícaro, y moviendo su mano derecha

como pidiéndome calma, siguió hablando mientras miraba alrededor

como temiendo que alguien pudiese estar escuchando sus

revelaciones:

- Demasiadas preguntas de una sola vez, amigo mío. Intentaré, sin

revelar nombres o datos comprometidos, incluso por su seguridad

personal, lo que pueda y por orden. Como sabe, tanto Nikotibof como

yo, hemos trabajado siempre con aceleradores de partículas para "salir"

de este planeta hacía nuevas dimensiones sin necesidad de vehículos

espaciales. Uno de nuestros proyectos era poder desarrollar un

acelerador de "bolsillo" y, puedo decirle que lo hemos logrado.

Respecto a la segunda pregunta, cuya respuesta es muy

comprometida por cierto, tuvimos la suerte de encontrar mecenas para

nuestro proyecto. Un grupo de gente que, sin estar unida a ninguno de

los gobiernos del planeta, dispone del necesario potencial económico

y, lo más importante, de unas infraestructuras increíbles. Gracias a ellos,

he de confesar que no sabemos aún realmente quienes son, pudimos

Page 130: universos paralelos463.pdf

eludir a los gobiernos de Estados Unidos y de Rusia, en su "caza y

captura". Respondiendo a otra de sus preguntas, puedo decirle que el

proyecto del acelerador diminuto y transportable en cualquier maletín,

se desarrolló bastante cerca de uno de los Estados que nos buscaban

pero lo suficientemente lejos para pasar desapercibidos. Creo haber

contestado a sus muchas preguntas, con las respuestas que me es

permitido dar.

Durante un rato quedé como atontado por la gran cantidad de

información recibida de Alexandrov en tan poco tiempo.

- Sé que resulta muy difícil - continuó Alexandrov - creerme pero

usted sabe que no existe ningún interés, por la antigua amistad que nos

une, en contarle una sarta de mentiras. Si fuesen mentiras nuestros

logros, las grandes potencias no estarían buscándonos por todos los

rincones de la Tierra para obtener una información que nunca deberá

caer en sus manos. De ahí, mi participación en esta conferencia y la

acalorada defensa del "status" que la ciencia y los científicos

deberíamos tener. Se trata de sembrar entre la comunidad científica

una especie de "conciencia corporativa" que esperamos produzca

pronto sus frutos.

Yo, después de todas aquellas aclaraciones, estaba intentando

procesar toda la información sin éxito. Eran demasiadas e increíbles

cosas las que Alexandrov me había contado.

- Dígame - insistí - ¿Ese grupo que les financia y apoya en que país

reside? ¿Cómo es posible llevar a cabo un proyecto de tal magnitud sin

las sospechas por parte de ninguna de las grandes potencias? Me

resulta difícil comprenderlo.

Page 131: universos paralelos463.pdf

Alexandrov, pidiendo un nuevo café, me respondió en voz baja y

con un cierto tono de secretismo:

- Ese caballero que salía conmigo de la Conferencia es uno de

ellos. No tengo toda la información que quisiera sobre este misterioso

grupo o hermandad (así les llama mi colega Nikotibof) pero, después de

todo este tiempo en contacto con ellos, he podido sacar algunas

conclusiones. Seguramente le sonarán tan fantásticas como los

proyectos y logros de tipo científico que antes le conté pero tenga la

seguridad de que, sean quienes sean, lo que hacen nada tiene que ver

con la búsqueda de una rentabilidad financiera, sino con la más

desinteresada y pura filantropía.

Alexandrov, para darme argumentos sobre lo dicho anteriormente,

pasó a enumerar lo siguiente:

• Algunos de ellos, por su lenguaje, parecen estar en ciertos lugares

como: la ONU, UNICEF o la OTAN.

• Otros, por su aspecto y su manera de expresarse cuando hablan

de economía, podrían ser gente importante en el mundo de las finanzas

mundiales.

• Un tercer grupo, podría tratarse de científicos teóricos de gran

valía. Cuando hablamos de ciencia, por muy avanzada que esta sea,

todos ellos parecen estar al tanto de nuestras ideas y logros. Solamente

brillantes científicos podrían seguir en sus disquisiciones teóricas al Dr.

Nikotibof, sin mostrar asombro alguno.

Page 132: universos paralelos463.pdf

• Finalmente, existe entre ellos otro grupito que, sospecho por su

manera de enfocar todo lo relacionado con la humanidad, sin duda

son filósofos con unas ideas éticas y morales poco comunes y de clara

raíz humanista.

- Como ve - continuó Alexandrov - el grupo o hermandad de la

que hablamos tiene una estructura muy compleja o como solemos decir

en nuestro lenguaje científico: multidisciplinar.

Me quedé mirando para él y, al mismo tiempo pensé en la gran

cantidad de información que me había proporcionado. Pensé, lo digo

ahora sin rubor, aprovecharla para después de un tiempo prudencial

poder publicar aquella historia que no podía quedar oculta para la

humanidad.

También pensé, y ahora pasado el tiempo lo sé con certeza, que

todo aquello que Alexandrov me contaba, de la misma manera que lo

relatado hacía ya tiempo en Alemania, formaba parte de un "plan"

preconcebido y yo solamente era una herramienta para darlo a

conocer a su debido tiempo. La pregunta, a pesar de todo seguía

estando presente en mi mente: ¿Por qué yo?

Nos levantamos y después de despedirnos cordialmente, puesto

que tanto él como yo partíamos de Ámsterdam al día siguiente, le hice

la última pregunta:

- ¿Nos encontraremos de nuevo algún día, amigo Alexandrov?

Él, sonriendo como siempre, me apretó la mano con fuerza y me

contestó:

Page 133: universos paralelos463.pdf

- ¡Naturalmente que sí, amigo mío! El destino o lo que sea, nos

proporcionará la ocasión de vernos de nuevo. Quizá en esa próxima

ocasión estemos juntos Nikotibof y yo para poder presentárselo. Cuídese

mucho y no deje de seguir las noticias sobre ciencia. Quizá muy pronto

sepa de nosotros.

Partimos en direcciones opuestas. A la derecha el canal principal

reflejaba la luz de las farolas estilo barroco que lo bordeaban. Más allá,

en la orilla, una pareja casi perdida en la niebla, se abrazaba

tiernamente.

Mientras el taxi cruzaba pequeñas calles bordeadas de edificios de

estilo medieval pensé en todo lo que me había contado, de manera

ciertamente apasionada, el Dr. Alexandrov, en la antesala del Pabellón

de Congresos "¿Era realmente todo verdad o estaba yo inmerso en una

especie de sueño?"

Vino a mi mente el grupo o hermandad, como él también le había

llamado y empecé a hurgar en mi memoria para tratar de clasificarlo.

En esos momentos, por mucho que me esforcé, no encontré ningún

grupo conocido con semejante poder y conocimiento.

Cuando llegué al hotel, cansado pero contento de la charla

mantenida con Alexandrov, el conserje me entregó un sobre con mi

nombre. Subí a la habitación y, antes de quitarme la chaqueta abrí la

carta. Con una exquisita caligrafía y en lengua alemana, el texto decía

así:

"Estimado amigo: en estos momentos ya estaré volando hacía el

Oeste. No puedo decir hacía dónde exactamente pero, para darle una

pequeña pista, allí se habla español. Dentro de ocho o nueve horas, me

Page 134: universos paralelos463.pdf

encontraré con mi colega el Dr. Nikotibof en nuestro refugio y

laboratorio.

La conversación que hemos mantenido en Ámsterdam, espero de

su discreción no sea revelada hasta que alguno de nosotros se lo

comunique. En estos momentos no es conveniente ni para nuestra

seguridad personal, ni para la humanidad en general. Más adelante

quizá lo comprenda sin dificultad.

En próximas fechas, Nikotibof y yo nos reuniremos con nuestros

mecenas en ese lugar situado en el Oeste que ya le comenté antes.

Esperamos mucho de esta entrevista.

Ellos, la "hermandad", esperan conocer nuestros avances y análisis

de las consecuencias del paso a otra dimensión. Confiamos que, en

esta entrevista, ellos nos revelen sus verdaderas intenciones e identidad.

No olvide nunca lo que le dije en nuestra charla: el destino nos

volverá a poner en contacto en el momento y lugar menos esperado.

Cuídese y reciba el afecto de su amigo,

Alex"

El sobre no tenía remite pero no resultaba necesario. Era una clara

prueba de que Alexandrov conocía todos mis movimientos y, ahora que

lo pienso, quizá toda mi vida, mis ideas sobre ciertos asuntos por medio

de nuestras conversaciones y mi interés por la ciencia aplicada al

bienestar humano. ¿Quizá aquella organización de la que me había

hablado sabía de mi existencia también? ¿Me tendrían vigilado?

Page 135: universos paralelos463.pdf

Tardé apenas unos minutos en quedarme dormido, con el molesto

ruido de fondo del ascensor.

Al día siguiente, después de despedirme de los proveedores, salí en

taxi hacía el aeropuerto de Ámsterdam. En un par de horas me

encontré de nuevo en el aeropuerto de Barajas. En un quiosco, compré

la primera edición de un diario de tirada nacional. En la portada, una

foto de la "I Conferencia Internacional sobre Ética Científica", celebrada

en Ámsterdam. En ella, mi amigo el Dr. Alexandrov se dirigía a los

científicos con el brazo en alto y su eterna sonrisa socarrona. El pie de

foto decía: "uno de los participantes en la conferencia, defiende un

"status" pseudo diplomático para los científicos." Dentro, en la página 25,

muy poco más sobre la conferencia y su verdadera importancia.

Apenas una pequeña y poco literaria reseña del corresponsal en

Holanda. Como casi siempre, el periodista se habría dormido al ser

incapaz de digerir tanta ciencia. Yo, después de mi charla con

Alexandrov, creía tener mucha más información que aquel periódico,

sobre lo que podría suceder en los próximos meses.

Tomé un taxi hasta casa y allí, en el buzón del correo, otro sobre

franqueado en Londres, me esperaba.

Page 136: universos paralelos463.pdf

LA PUERTA

"Todo, incluso la Tierra, es capaz de cambiar su futuro en el tiempo y el

espacio ¿Seremos capaces de conocer el cómo alguna vez?" (Dr. Alexandrov,

científico ruso)

La hoja estaba escrita en correcto español, a máquina y a dos

espacios:

Estimado Sr.:

Sabemos de su amistad con el Dr. Alexandrov y de la confianza

que él siempre ha depositado en su discreción. Nosotros, un grupo de

personas relacionadas con él y con el Dr. Nikotibof, deseamos

informarle sobre lo siguiente:

• Toda la información que usted pueda tener sobre proyectos o

logros de los Doctores Alexandrov y Nikotibof, deberá permanecer

dentro del más estricto secreto. No deberá darla a conocer, por

cualquier medio o persona, a la opinión pública, hasta recibir

notificación en sentido contrario por nuestra parte.

• Ha de comprender que la seguridad personal de los arriba

mencionados doctores se vería seriamente comprometida, en el

supuesto de salir a la luz ciertos datos que usted tiene en su poder.

Esperamos de su discreción lo comprenda y proceda en consecuencia.

• La posesión de ciertas informaciones, que varias grandes

potencias ambicionan, podría también perjudicarle a usted muy

seriamente, de llegar a saberse.

Page 137: universos paralelos463.pdf

Para finalizar, estimado señor, le rogamos no entienda este escrito

como una amenaza. No lo es en ningún caso, sino una amistosa

advertencia por su propia seguridad. Nosotros, el grupo del que le ha

hablado el Dr. Alexandrov, podemos asegurarle no perseguir ninguna

meta que se encuentre fuera de la más estricta ética.

Posiblemente, en un breve plazo de tiempo, pueda tener usted

conocimiento de nuestra identidad y de lo que pretendemos.

Reciba un cordial saludo, rogándole confíe en nosotros a la espera

de una nueva comunicación de nuestra parte.

El escrito adolecía de firma pero tenía un sello con una

constelación en su parte superior y la leyenda en latín: “SEMPER

VERITAS”

Después de las dos cartas recibidas, una de Alexandrov en el hotel

de Ámsterdam y ahora ésta en mi domicilio, comencé a preocuparme

bastante. Ahora podía tener la certeza de ser vigilado discretamente

por alguien que seguía mis pasos y sabía dónde y cómo encontrarme

en caso necesario.

"SEMPER VERITAS" (Siempre la Verdad) me gustaba y quise suponer

que quienes se ocultaban bajo tal lema, no podían ser personas

dedicadas a hacer el mal.

Guardé las dos cartas en lugar seguro y, después de una ducha,

salí a dar un corto paseo por los alrededores. Instintivamente, miré varias

veces hacia atrás esperando localizar a alguien siguiéndome los pasos.

No había nadie en las cercanías.

Page 138: universos paralelos463.pdf

En la pequeña casa, en lo más profundo de la selva del Yucatán,

todos sus habitantes (El jardinero, Nikotibof y Alexandrov), estaban

atareados en la limpieza. A primera hora de la mañana y por el medio

habitual (el receptor de televisión), habían recibido la noticia sobre la

visita de una delegación del "grupo" para hablar de los logros y futuros

proyectos.

Llegarían en helicóptero, para permanecer allí todo el día. Saldrían,

por la misma vía, a la mañana siguiente hacia un destino desconocido

para los habitantes de la casa.

La casa, hasta entonces ocupada por tres personas, estaba

bastante desordenada y los tres inquilinos se encontraban atareados

limpiándola y poniendo un poco de orden en ella.

El característico ruido del rotor de un helicóptero, les sacó de sus

tareas de limpieza y con prisas, se dirigieron al descampado delante de

la casa. En el cielo azul turquesa de aquellas latitudes, a poco más de

500 metros, un aparato grande y de color azul metálico, buscaba el

lugar de aterrizaje. Cuando se posó sobre la verde hierba de la

explanada, sus ocupantes fueron descendiendo.

En total, contando con el piloto que también era miembro del

grupo, eran siete. Algunos ya eran conocidos por Nikotibof y Alexandrov

por su asistencia a anteriores reuniones en otros lugares. A los demás,

nunca les habían visto.

Después de los saludos y presentaciones de rigor, todos se dirigieron

al interior de la casa para refrescarse y ponerse cómodos antes de

pasar al amplio laboratorio en donde Nikotibof, ayudado por

Page 139: universos paralelos463.pdf

Alexandrov y el jardinero, les explicaría con detalle lo logrado en los

últimos experimentos sobre los beneficiosos resultados del paso por "la

puerta".

El mayor de todos los presentes, de raza negra y 55 o 60 años de

edad, se levantó para iniciar la siguiente exposición:

- Antes de pasar a lo formal, desearía expresar nuestra alegría por

encontrarnos de nuevo con ustedes, esta vez muy lejos de Europa.

Sabemos de sus trabajos y algo sobre las conclusiones de los mismos

pero, la razón de nuestra visita, es conocer lo logrado con detalle y

tomar ciertas decisiones de gran importancia para la humanidad.

Nikotibof, con rostro sonriente se levantó para contestarle:

- Señores, la alegría es mutua - dijo mirándoles - Si lo desean,

pasemos a los datos de tipo científico que, de manera escalonada iré

exponiendo. Nuestros logros son de dos tipos bien diferenciados:

mientras mis colaboradores estudiaban los efectos biológicos del paso

por "la puerta", yo me he dedicado a perfeccionar el acelerador (que

ya podríamos llamar micro vehículo espacial) para hacerlo mucho más

reducido. Se ha conseguido una reducción de casi un 45% y, en estos

momentos, tiene el tamaño de un pequeño receptor de radio portátil.

Con esta reducción, se han logrado dos importantes objetivos: reducir el

tamaño y "camuflar" de manera perfecta el uso a que está destinado -

mientras lo explicaba, Nikotibof mostraba a los asistentes el mini modelo

de acelerador que, uno tras otro, fueron observando con detalle pero

sin excesiva sorpresa.

Nikotibof continuó con su exposición:

Page 140: universos paralelos463.pdf

- Mis ayudantes aquí presentes, con el rigor científico que les

caracteriza, llevaron a cabo una tarea repleta de complejos análisis

clínicos, tanto con las muestras del Dr. Alexandrov como con las mías.

Las conclusiones más importantes a las que hemos llegado, después de

contrastar los resultados de manera exhaustiva, serían las siguientes:

• Nuestra edad biológica, después de haber pasado, en ambas

direcciones "la puerta", podría estimarse en unos tres o cuatro años

menos que en el momento de la partida.

• Nuestras defensas por el aumento, inexplicable, de leucocitos sin

olvidar un importante aumento en hemoglobina, nos hacen en estos

momentos inmunes a la mayoría de enfermedades conocidas, incluida

la posibilidad de desarrollar leucemia u otro tipo de cáncer. He de

aclarar que nos ha sido imposible aislar ciertos elementos, nuevos en

sangre, por desconocerse su estructura aquí en la Tierra.

• Sin duda, se trata de elementos que penetraron en nuestro

organismo durante el viaje o durante la estancia en Tierra "B". Estos

elementos, según todos los indicios, son anticuerpos de gran potencial

pero, como ya he dicho, desconocidos, hoy por hoy, por nuestra

ciencia médica.

• Todas nuestras constantes vitales, así como otras capacidades

(vista, oído, olfato o memoria), han mejorado en más de un 20% En estos

momentos ya estamos acostumbrados pero durante las primeras

semanas después de nuestro regreso de Tierra B, sufrimos un penoso

proceso de adaptación. Nos molestaban ruidos de pequeña intensidad;

algunos olores eran muchas veces insoportables y el aumento de

memoria nos hacía retornar con demasiada frecuencia a episodios de

la niñez ya olvidados.

Page 141: universos paralelos463.pdf

• En el terreno psicológico, la mejoría ha sido también espectacular.

Los lógicos problemas de convivencia desaparecieron y, cosa curiosa,

nuestra tolerancia aumentó de manera increíble. En la actualidad,

cualquier punto de vista, por absurdo que antes nos pareciese, es

escuchado y debatido de manera mucho más civilizada y tolerante.

Ante el silencio de los asistentes, Nikotibof continuó diciendo:

- Todos los resultados arriba mencionados, de manera detallada y

con las fórmulas y gráficos oportunos, están reflejados en el dossier que

les ha entregado mi ayudante el Dr. Alexandrov. Quedo a su disposición

para contestar a cualquier duda.

Mientras Nikotibof hablaba, muchos de los presentes habían estado

ojeando, con mucha atención, el dossier y tomado algunas notas.

Uno de ellos, un hombre joven con rasgos asiáticos, tomó la

palabra:

- Señores, los datos aportados por el equipo científico del Dr.

Nikotibof podrían resultar increíbles para cualquiera que no fuese

miembro de nuestro grupo. Afortunadamente, nosotros estamos al tanto

de todos estos resultados hace ya mucho tiempo.

Nikotibof, interrumpiéndole extrañado, se levantó y preguntó con

cierto tono de enfado:

- ¿Quiere decirme que nuestros descubrimientos no lo son? ¿Qué

todas nuestras conclusiones ya eran conocidas por ustedes con

anterioridad? ¡Me resulta increíble tal afirmación!

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- Dr. Nikotibof - continuó el joven asiático - me parece lógica su

reacción pero, en estos momentos, vamos a descubrir lo que ustedes

llamarían nuestro "juego". Nuestro presidente lo hará un poco más tarde

y usted comprenderá perfectamente lo que afirmo y ahora le parece

absurdo. Nadie discute sus descubrimientos, simplemente tiene que

comprender que, de la misma manera que ustedes visitaron un planeta

gemelo del suyo, también en otros lugares del Cosmos se pueden

producir los mismos descubrimientos sin ningún tipo de nexo entre los

científicos. Le recuerdo que, incluso aquí en la Tierra, se han dado

muchos casos similares.

El hombre de más edad y que parecía ser el de mayor rango,

levantó su mano derecha y todos prestaron atención:

- Amigos: es natural que el Dr. Nikotibof, después de una vida

completamente dedicada a este proyecto, se niegue a creer que todo

lo logrado con su inteligencia y trabajo pudo haber sido desarrollado en

otro lugar del Cosmos y por otros científicos. Es natural, también, su

reacción de incredulidad ante la afirmación de nuestro colega de que

así es.

- Seguramente – prosiguió después de una pausa - y en estos

momentos, lo veo en sus rostros, el equipo del Dr. Nikotibof se estará

preguntando qué sentido tenía investigar algo que nosotros ya

conocíamos y la razón de nuestra ayuda para llevarlo a cabo. A estas

preguntas, vitales para comprender el "todo", deseo responder de

inmediato.

Haciendo una pequeña pausa, como queriendo ver la reacción

de Nikotibof y su equipo a todo lo dicho, prosiguió de manera pausada:

Page 143: universos paralelos463.pdf

- Ha llegado el momento de esclarecer ciertos asuntos hasta ahora

ocultos por muchas razones. En primer lugar - continuó - nuestro grupo

nunca ha pretendido hacerles perder su tiempo. Su descubrimiento será

el único que se conozca en la Tierra, llegado el momento. Suya y de sus

colaboradores será la gloria de haberlo llevado a buen fin.

Nikotibof se levantó para decir algo pero aquel hombre le rogó

que esperase un poco más y continuó:

- Nuestro dossier, exactamente igual al suyo, se completó hace ya

unos 3.000 años terrestres. Como comprenderá, no fue en este planeta

ni en ningún otro de su Sistema Solar, sino en el que ustedes conocen

como Tierra "B"

Nikotibof y Alexandrov, parecían asombrados por lo que les estaba

contando aquel hombre que, mirándoles sonriente, prosiguió:

- Sí, allí, en donde una cultura de la tolerancia suprema nació y se

desarrolló, se descubrió hace miles de años la posibilidad de "cruzar" el

espacio, hacia otras dimensiones y Sistemas. Allí, también, se

descubrieron los mecanismos que convertirían a nuestra población en

sana y longeva. Allí, además, se confirmó que los humanos podían ser

capaces de vivir sin las lacras de la guerra y el odio irracional. En ese

hermoso planeta, que ustedes ya conocen, se forjó una cultura

milenaria que, pensábamos, duraría una eternidad y sería faro de

inteligente libertad para los planetas circundantes y de todo el Cosmos.

Algo, en estos momentos, está amenazando seriamente esa civilización

y por ello nuestro deseo de "traspasarla", por utilizar un termino

entendible por todos, a otros lugares del Cosmos.

Nikotibof no pudo espera más tiempo para tomar la palabra.

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- ¿Realmente conocían ustedes cada paso de mi investigación?

El que parecía ser el responsable del grupo le miró asintiendo con

su cabeza y prosiguió con su larga exposición:

- En Tierra "B", hace miles de años, se creó nuestra hermandad cuya

divisa es, aquí en la Tierra: "SEMPER VERITAS" (Siempre la Verdad). La idea

que movió a los fundadores de esta especie de Sociedad Iniciática

Interestelar, era sencilla y necesaria. Aquí, en su planeta, hace mucho

tiempo se creó otra Sociedad Iniciática (con la que mantenemos lazos

de fraterna amistad) con similares metas pero, lamentablemente, sus

postulados solamente fueron tenidos en cuenta por unos cuantos

millones de habitantes, dotados de una determinada sensibilidad e

intelecto. Nuestra organización, allá en Tierra "B", trataba de transmitir,

por medio de una Ceremonia de Iniciación y un posterior y gradual

desarrollo de sus miembros, los conocimientos filosóficos y científicos

acumulados desde la más remota antigüedad, solamente a aquellos

que mostrasen una cierta inquietud intelectual y una ética adecuada

para pertenecer al grupo. En nuestro planeta, hasta hace poco, fuimos

los guardianes de ciertos secretos (el de "la puerta" hacia otra dimensión

era uno de ellos) que no podían estar en manos de cualquiera o

despertar ciertas ambiciones.

Tomó unos sorbos de agua para después continuar:

- Cuando nuestro grupo conoció sus investigaciones, Dr. Nikotibof,

deseamos saber hasta que punto en la Tierra, un planeta en vías de

Page 145: universos paralelos463.pdf

destrucción por la estupidez de sus gobernantes, sería posible desarrollar

un proyecto que, además de permitir el intercambio de humanos de

distintos Sistemas, pudiese erradicar las enfermedades y otras lacras de

tipo social.

Alexandrov, le interrumpió para preguntar:

- ¿Está usted hablando de una especie de francmasonería

interestelar?

El que estaba hablando le miró sonriente sin asentir o negar lo

dicho por el ruso.

- Hace ya bastantes años, en una de nuestras asambleas plenarias

del gobierno de Tierra "B", decidimos lanzarnos a la exploración de otras

dimensiones y, puesto que teníamos los medios tanto técnicos como

económicos, distintos grupos de miembros de nuestra hermandad

fueron enviados a los más distantes puntos del universo. A nosotros, los

aquí presentes y muchos más miembros que ustedes no conocen, nos

fue designada la Tierra como lugar de "trabajo".

Nikotibof, levantándose, y arqueando sus cejas de manera

interrogante dijo:

- ¿Está diciendo que ustedes hicieron el camino inverso a través de

"la puerta", hace ya muchos años? ¿He de creer que ustedes proceden

de Tierra "B" y se interesan por nuestro bienestar de manera

desinteresada? o, por el contrario ¿se trata de iniciar una especie de

colonización de otras Galaxias con fines encubiertos?

Uno de los asistentes, de mediana edad, pidió la palabra y

contestó a Nikotibof:

Page 146: universos paralelos463.pdf

- Comprendo su reacción un tanto airada, Dr. Nikotibof, y desearía

aclarar algo importante. No existe por nuestra parte ningún extraño

interés en beneficiar a la Tierra de nuestros conocimientos y experiencia.

Siempre, desde las épocas más remotas que podemos documentar en

Tierra "B", nuestra concepción del universo fue global y unitaria. De ahí

nuestra preocupación por el bienestar de todos los Sistemas existentes a

uno y otro lado de lo que denominamos "la puerta". Sabemos, por la

experiencia acumulada, que el daño que se infringe a un planeta, por

muy alejado que esté de otro, tarde o temprano repercutirá en el

equilibrio de todo el Cosmos. Esto es algo, que siendo sencillo de

comprender, no han captado en su dimensión real los habitantes de

muchos planetas de uno y otro lado, incluida la Tierra.

El que parecía ser el presidente del grupo, volvió a tomar la

palabra:

- Yo preguntaría a los científicos aquí presentes qué piensan sobre

la degradación de la Tierra, tanto a nivel medioambiental como en el

campo de las relaciones humanas ¿Creen, sinceramente, que esta

situación es sostenible a largo plazo? ¿Creen, realmente, que la

explotación de los recursos de manera incontrolada o la polución serán

solucionados por los gobiernos de la Tierra algún día?

Todos guardaron silencio, mientras algunas cabezas hacían gestos

negativos.

Alexandrov, se levantó para decir:

- Señores, si he entendido bien, ustedes son una especie de

hermandad preocupada por el equilibrio del Cosmos, sin otro interés

que no sea precisamente ese ¿Es así?

El que parecía presidir la reunión asintió con la cabeza.

Page 147: universos paralelos463.pdf

- Ustedes han financiado y protegido nuestros experimentos -

preguntó de nuevo Alexandrov - para repetir en la Tierra algo que ya

conocían en su planeta ¿Es así?

De nuevo hubo gestos de asentimiento generalizado por parte de

los visitantes.

- Pero ¿Qué necesidad tenían de repetir algo que ya estaba en su

poder?, continuó Alexandrov un tanto desconfiado. No acabo de

comprender muy bien algunas de las razones aquí expuestas.

El miembro de más edad que presidía el grupo, tomó la palabra de

nuevo y con una franca sonrisa dijo:

- ¿Qué hubiesen pensado ustedes, los habitantes de la Tierra, si un

buen día al despertarse, una extraña nave se posase en el centro de

cualquier ciudad y saliesen de ella humanos que ofreciesen la panacea

para sus males? ¿Cómo habrían reaccionado sus gobiernos a esta

"invasión", aun siendo pacifica? ¿Se imaginan a la comunidad científica,

excepto muy pocos, creyendo nuestra explicación de que procedemos

de un planeta gemelo de la Tierra, en otra dimensión paralela del

Cosmos? Con toda seguridad, el revuelo sería inmenso y nosotros,

puedo asegurarlo, estaríamos ahora en cualquier laboratorio de las

grandes potencias siendo estudiados como cobayas extrañas.

Page 148: universos paralelos463.pdf

Escogimos, pienso yo, el camino adecuado para llegar y permanecer

entre ustedes.

Mientras hablaba, observaba los rostros de los anfitriones.

- Llegamos aquí para conocerles en sus virtudes y debilidades y,

también, en sus necesidades que son muchas por cierto. La casualidad

quiso que usted, Dr. Nikotibof, estuviese trabajando en su proyecto

espacial y que nosotros nos pusiésemos en contacto. Usted era el

hombre adecuado para llevar a cabo nuestros planes y le aseguro que

podrá finalizar esta misión en breve.

- ¿Cómo podré hacerlo - preguntó Nikotibof - siendo como soy

buscado por los Servicios Secretos de las grandes potencias?

- Le aseguro que muy pronto, antes de lo que pueda pensar, la

propuesta presentada en la "I Conferencia sobre Ética de la Ciencia",

celebrada recientemente en Ámsterdam y en la que estuvo presente el

Dr. Alexandrov, sobre la "inmunidad" o especial "status" de los científicos

y de la ciencia, será una realidad aprobada por la mayoría de países

de la ONU. Con toda seguridad y por los informes que tenemos, incluso

países como Estados Unidos o Rusia aprobarán este "status". De no

hacerlo estarían confirmando al resto del mundo su condición de

"pirañas" de la ciencia y perderían toda credibilidad internacional.

Hizo una pequeña pausa para continuar.

- Se trata realmente de la mayor revolución ocurrida en la Tierra

pues, a partir de ahora, la ciencia será patrimonio de la humanidad y

nunca más de un país o grupo de ellos. En el momento que se proclame

este "status", ustedes podrán acudir a todos los foros libremente y dar a

Page 149: universos paralelos463.pdf

conocer sus experimentos, logros y consecuencias de su aplicación

para la humanidad.

Después de una pequeña pausa, continuó diciendo:

- Nosotros, una vez logrado este objetivo, desapareceremos con el

mismo sigilo que hemos llegado y permanecido aquí ¿Entienden ahora

las razones de nuestra conducta? Confío, Dr. Nikotibof, que uno de los

próximos premios Nóbel, será para ustedes, sin duda alguna.

Nikotibof, ahora con rostro más sereno y esbozando una sonrisa, se

dirigió al grupo para decir:

- Señores, las exposiciones han sido muy largas y exhaustivas. Es ya

muy tarde y necesitamos comer algo y descansar. Propongo que

sigamos mañana con esta interesante conversación.

Se levantaron de la blanca mesa ovalada del laboratorio y,

espontáneamente, todos se abrazaron y dieron la mano. Durante la

cena, a pesar de no proponérselo, se siguió hablando de lo mismo pero,

ahora, en un tono mucho más distendido y amigable.

Al día siguiente, volvieron a reunirse en el laboratorio para aclarar

los últimos puntos pendientes. Ahora, todos sabían de la identidad del

otro y, lo más importante, la coincidencia en sus metas.

Nikotibof, Alexandrov y el jardinero, les despidieron antes de subir al

helicóptero.

El que había presidido la reunión, tomando a Nikotibof del brazo le

dijo:

Page 150: universos paralelos463.pdf

- Estimado amigo: como ya le adelanté, en breve habrá grandes

novedades que le permitirán ir a donde quiera sin peligro alguno. Tenga

un poco de paciencia y confíe en nosotros. Hemos de pedirle que, pase

lo que pase, nunca revele nuestra presencia en la Tierra. Este secreto

debe ser guardado hasta nuestra muerte. Haga usted buen uso de sus

descubrimientos. Nosotros, si fuese necesario, entraríamos en contacto

con usted ¡Mucha suerte y confíe en el futuro!

El helicóptero, una vez alcanzó una cierta altura, tomó rumbo

hacia el Sur. Desde la ventanilla varias manos correspondían al saludo

de los que desde el jardín también agitaban las suyas.

La NASA, después de estar bastante tiempo bloqueada en su

programa espacial por problemas de presupuesto, había decidido

volver a reunir a un selecto grupo de científicos de las dos grandes

potencias. La investigación monográfica sería: "la puerta".

Las investigaciones que habían realizado hacía ya tiempo, se

habían visto paralizadas por la negativa de Estados Unidos a seguir

financiando un proyecto sin resultados a medio plazo. Las conclusiones

científicas anteriores no habían logrado nunca llegar a la solución

alcanzada por Nikotibof. Ahora, con un grupo más reducido de teóricos

pero más selecto, intentarían encontrarla.

El nuevo acelerador (enorme con respecto al diseñado por

Nikotibof) alcanzaba la velocidad necesaria pero, una vez introducido

en él un objeto, éste desaparecía sin posibilidad de vuelta o

Page 151: universos paralelos463.pdf

recuperación. Resultaba imposible saber dónde estaba, una vez se

suponía había cruzado "la puerta".

El dato más importante para solucionar este problema, estaba en

poder de Nikotibof y era desconocido por los científicos de las grandes

potencias ¿Cómo controlar el paso por "la puerta" y dirigirse a cualquier

coordenada espacial, además de poder regresar a la Tierra?

Para tratar de encontrar este factor desconocido, tendrían que

trabajar muy duro. Las dos grandes potencias estaban muy interesadas

en lograr resultados antes de la reunión de la Asamblea General de la

ONU para discutir el Estatuto o Declaración Universal de la Ciencia que,

dicho sea de paso, había despertado la atención mundial,

especialmente de los países más pobres.

Todo el mundo científico, los Estados miembros, y una gran parte

de la sociedad civil, organizaciones internacionales, etc., estaban

pendientes del debate en la ONU sobre el "status" de los científicos y el

empleo universal de los conocimientos por ellos logrados. La primera

fase del debate estuvo, principalmente, dedicada a fijar las materias

qué deberían ser consideradas de "interés universal". Una vez lograda

esta definición, se debería pasar al articulado de aquella "Declaración

Universal".

Durante esta fase, la más crítica e importante, se sucedieron los

intentos, por parte de tres o cuatro grandes potencias, de "boicotear" la

universalidad de los descubrimientos científicos. En los pasillos, las

distintas delegaciones comentaban los puntos a tratar, siempre vigilados

por los "espías" de los grandes.

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Tanto Estados Unidos como Rusia y China, habían propiciado hacía

años, con su compromiso en firme (quizá por pensar que nunca llegaría

el momento de exigir su puesta en práctica) la posibilidad de realizar

votaciones sin ejercer su derecho de veto, siempre que se tratase de

asuntos de interés mundial. Ahora, llegado el momento de la verdad y

empujados por el clamor casi unánime de todos los demás países

miembros de la ONU, no tendrían más remedio que someterse a aquella

antigua y casi olvidada disposición adicional de la Carta Fundacional.

La votación sería secreta y el resultado se resolvería por número de

votos. Por primera vez en la ONU, se votaría de manera totalmente

democrática y sin poder ejercer el derecho de veto que, cuando les

interesaba, ponían sobre la mesa los miembros fundadores del

Organismo Internacional.

Después de casi dos semanas de debates, propuestas y presiones

encubiertas de las grandes potencias sobre algunos países para que

votasen en contra, el articulado, conciso pero claro, pudo darse a

conocer al mundo.

La expectación, tanto entre la comunidad científica como a nivel

del gran público, era enorme. La aprobación del Estatuto, podía ser la

más importante revolución incruenta en toda la historia de nuestro

planeta.

Las largas y tensas discusiones, dados los múltiples intereses en

juego y la presión sobre algunos Estados de grandes y poderosas

empresas monopolizadoras de la investigación en todos los campos,

resultó muy laboriosa hasta alcanzar el necesario consenso para la

redacción final. Muchas de las investigaciones llevadas a cabo por

algunos Estados, consideradas de "interés nacional" y mantenidas en el

Page 153: universos paralelos463.pdf

mayor secreto, pasarían también, con la promulgación del Estatuto, a

ser patrimonio de la Humanidad.

Por fin, el día 5 de Mayo de 2.005, se pudo dar a conocer al mundo

lo logrado en aquella reunión de la ONU que, por mérito propio, pasaría

a marcar un hito en la historia de la Humanidad y de la organización, no

siempre afortunada en sus decisiones:

PREÁMBULO

"Hoy, 5 de Mayo de 2.005, nosotros, los países del Mundo, reunidos

en la sede de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York (EEUU),

todos con pleno derecho a ejercitar el voto, queremos dar a conocer a

los pueblos del mundo nuestras conclusiones y acuerdo final sobre el

que, desde ahora, será conocido como: "Estatuto Universal de la

Ciencia". Este Estatuto se refiere a los descubrimientos de interés

prioritario para la humanidad:

a) Vacunas, antibióticos, medicina preventiva, cirugía y

técnicas afines.

b) Medios de locomoción, no importa de que tipo, dentro y

fuera de nuestro espacio o Galaxia.

c) Sistemas de producción de alimentos y conservación de los

mismos.

d) Libros o cualquier otro medio de difusión de la cultura.

e) Avances biológicos que permitan mejorar la calidad de

vida.

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f) Otros descubrimientos o avances científicos que no se

encuentren enumerados en los puntos anteriores pero que sean

considerados, en el futuro y por esta Asamblea General, de interés

prioritario para el bienestar de la Humanidad.

ARTÍCULOS

1. La ciencia, patrimonio de la Humanidad, nunca más podrá

ser privativa de un país o grupo de ellos; nunca más podrá ser prohibida,

censurada o no divulgada por razones políticas, ideológicas o

económicas o en nombre de cualquier otra razón, sea ésta de Estado o

privada.

2. Los descubrimientos, sean éstos llevados a cabo en

laboratorios estatales o privados, tendrán una validez, a efectos de

patente universal y para la percepción de derechos o royalties, de un

máximo de diez años. Los descubridores o sus representantes, a partir

de los diez años de la concesión de patente, deberán darlos a conocer,

públicamente y para su libre utilización.

3. Cualquier científico que haya realizado descubrimientos y

estos no sean publicados, por la razón que fuere, dentro del plazo antes

citado, podrá darlos a conocer públicamente sin poder por ello ser

sancionado ni discriminado, tanto por los Estados firmantes, como por

las empresas privadas de los mismos.

4. Una vez transcurridos los diez años desde su patente,

cualquier logro científico dentro de los campos del saber arriba

mencionados, pasará a ser de libre utilización por cualquiera de los

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Estados firmantes, sin por ello tener que dar cuenta al anterior poseedor

de la patente, que podrá seguir comercializando el producto sin

exclusividad..

Para la interpretación de estos principios o cualquier litigio surgido

de los mismos, solamente será válida la jurisdicción de la Corte Suprema

de la Ciencia cuyos Estatutos han sido refrendados, con esta misma

fecha, por todos los miembros de esta Asamblea General de las

Naciones Unidas. Todas las partes se comprometen a someterse a las

decisiones, inapelables, de la citada Corte.

Este Estatuto entrará en vigor en el día de hoy, 5 de Mayo de 2.005,

fecha en que lo refrendan los representantes de todos los Estados

miembros abajo firmantes.

Las firmas de todos los países miembros de la ONU cerraban esta

Declaración Universal. La más importante después de la Carta de los

Derechos del Hombre.

Nikotibof y sus ayudantes, abrazándose de manera efusiva y con

lágrimas en los ojos, contemplaban la retransmisión en directo y vía

satélite de aquella Asamblea de la ONU memorable, muy

especialmente para ellos. Llevaban mucho tiempo siendo apátridas de

la ciencia y, hoy, podían volver a considerarse ciudadanos de pleno

derecho del mundo.

Los tres, después de finalizada la Asamblea General de la ONU,

convencidos ya de su libertad para ir a cualquier lugar del mundo y

poder comunicar sus descubrimientos, se hicieron algunas preguntas

para las cuales los miembros de la Hermandad no habían dado

respuesta. Quizá, pensaron ellos, no lo hicieron para dejarles en plena

libertad.

Page 156: universos paralelos463.pdf

En Cabo Cañaveral, una vez más, el grupo de científicos formado

por los mejores teóricos de las dos grandes potencias, había sido de

nuevo disuelto. Esta vez no era por la negativa a financiar el proyecto,

sino por la llegada de una escueta comunicación, de procedencia

desconocida, a los gobiernos de EE.UU. y Rusia. Aquel comunicado,

convertía las investigaciones de aquel grupo en estériles.

Según el comunicado, no firmado y con el sello: "SEMPER VERITAS",

los descubrimientos del Dr. Nikotibof y sus ayudantes, pronto serían

dados a conocer, públicamente, en uno de los más prestigiosos foros

científicos de la Tierra.

Ambos gobiernos, aun desconociendo la procedencia del

comunicado, consideraban como fiable aquella información. Los

servicios de información de ambas potencias tenían, hacía ya bastante

tiempo, indicios de la existencia del citado grupo pero, a pesar de sus

esfuerzos, nunca pudieron ir mucho más allá para descubrir dónde

localizarlo, el nombre de sus miembros o sus verdaderos fines.

Page 157: universos paralelos463.pdf

EL COMETA

"Todo, en el Cosmos, sigue la inexorable ley de las tres fases. Esta ley ya

quedó enunciada, hace miles de años con la máxima hermética: arriba como

abajo; abajo como arriba. Todo lo existente en los inmensos universos: nace,

crece y muere" (Dr. Nikotibof en su primera comparecencia pública después de

proclamarse el Estatuto Universal de la Ciencia, por las Naciones Unidas).

Tanto Nikotibof como Alexandrov, acordaron dejar pasar unas

semanas más hasta comprobar que el Estatuto proclamado por la ONU

era realmente acatado por todos los Estados firmantes.

Algunos científicos, hasta entonces escondidos en países de África

o Latinoamérica, comenzaron a regresar a sus lugares de origen.

Muchos descubrimientos considerados de "interés nacional" y cuya

difusión hasta entonces había estado prohibida por las grandes

potencias, fueron saliendo a la luz. La vacuna contra el cáncer, entre

otros importantísimos descubrimientos, escondida en las cajas de

seguridad de una gran multinacional farmacéutica, tuvo que ser dada

a conocer, tras las declaraciones públicas del equipo investigador.

Ellos, en aquella pequeña casa rodeada por la selva verde

esmeralda del Yucatán observaban la marcha de los acontecimientos

que, según podían constatar, estaba confirmando la aceptación real

por parte de todos los Estados miembros de la ONU, del Estatuto y sus

consecuencias. Decidieron esperar para, en breve y allá en su país de

origen, convocar una conferencia de prensa en los locales de la

Sociedad Científica de Moscú para dar a conocer sus descubrimientos.

Page 158: universos paralelos463.pdf

Hubieran querido contactar primero con algún miembro de la

Hermandad para consultarle sobre su parecer pero, inexplicablemente,

todos los canales de comunicación, incluido aquel extraño circuito de

televisión con el que se habían comunicado hasta ahora, dejaron de

funcionar. No sabían cómo contactar con ellos y pronto se dieron

cuenta que estaban solamente a merced de su sentido común.

En Londres, cerca de Picadilly Circus, en la sala de conferencias de

un lujoso hotel, el grupo (o la Hermandad) estaba reunido. Esta vez eran

más de 150 personas las que ocupaban las butacas del local. El que

había presidido la reunión con Nikotibof y sus ayudantes en la casita del

Yucatán, estaba sentado en un estrado un poco más alto que el resto

de las butacas. Junto a él, varios hombres más y tres mujeres. En total los

que presidían aquella reunión eran siete.

Cuando se levantó haciendo un ligero gesto con la mano, el

silencio fue total en la sala. Por primera vez, en lugar del tradicional

“señores” se dirigió a ellos empleando un calificativo mucho más

fraternal.

- Queridos Hermanos: Todos estáis informados de los terribles e

inevitables desastres que se avecinan para nuestro querido planeta

Tierra "B". Si bien eran conocidos y esperados desde hace siglos, la

verdad es que hasta hoy siempre hemos mantenido la esperanza de

que las predicciones no fuesen ciertas o existiese un error de cálculo en

ellas. Hoy, lamentablemente, sabemos con certeza que no es así y,

dentro de muy poco tiempo, se cumplirá la antigua leyenda del

cometa AXIS. Como todos sabéis, esta leyenda dice que cuando AXIS

“abrace” 3.000 veces a Tierra “B”, ésta será destruiría para vengarse los

dioses de su hermosura. En esta leyenda, metáfora cósmica de la

inexorable muerte de todo lo existente, estaba la predicción de la

Page 159: universos paralelos463.pdf

realidad actual. Nada ni nadie puede salvar ya a nuestro planeta de su

triste final.

- Por otra parte – prosiguió - como conocedores de las leyes del

Cosmos, sabemos que todo él está condenado a la ley de las tres fases:

nacer, crecer, morir. A nuestro planeta, después de haber cumplido las

dos primeras le espera ahora la última y más dolorosa para nosotros sus

hijos.

Pareció emocionarse y después de tomar un sorbo de agua,

continuó:

- Como todos bien sabemos, AXIS tiene una órbita elíptica

alrededor de nuestro planeta que, con el paso del tiempo, se ha ido

acercando peligrosamente. En estos momentos y cuando se vea en

nuestro firmamento, su trayectoria, en el punto más cercano a Tierra "B",

será menor de 200.000 kilómetros de distancia. Dada la enorme masa

de AXIS y la cercanía a Tierra "B", se espera que sea atraído por ésta de

manera inevitable y el inevitable cataclismo se produzca. La

destrucción del planeta será instantánea y sus trozos volarán por el

espacio pasando a formar parte de los muchos grupos de meteoritos

que lo surcan. Como también conocéis, desde hace unos años,

previendo esta catástrofe, nuestra Asamblea Nacional había estado

preparando la salida paulatina de habitantes hacia otros planetas de

nuestro Sistema y de otros (como es el caso del planeta Tierra en donde

nos encontramos).

- En estos momentos – siguió después de una larga pausa - quedan

en Tierra "B" unos pocos científicos que esperarán lo máximo posible

para observar el acercamiento del cometa. También están aún allí

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algunos miembros del Gobierno recogiendo todos nuestros archivos

históricos. Todos los demás habitantes se encuentran ya a salvo e

integrados en los distintos planetas a los que fueron enviados.

Uno de los presentes, emocionado, le preguntó:

- ¿No existía ninguna posibilidad de desviar la trayectoria de AXIS?

- Realmente, no. Nuestro destino, similar al de nuestro querido

planeta, será vivir dispersos por los distintos Sistemas e intentar que el

espíritu y los logros de Tierra “B” no se pierdan nunca. Cada grupo, en

los planetas que les ha tocado integrarse, seguirá haciendo todo lo

posible por convencer a sus habitantes de la perentoria necesidad de

vivir de acuerdo con las leyes del Cosmos. Lo haremos sin otras

herramientas que la palabra y el ejemplo. Para poder ejercer una mejor

y mayor influencia, nos situaremos en los puestos clave de las distintas

sociedades y, para ello, no utilizaremos nunca otras armas que las de

nuestra inteligencia y valía personal. Puesto que en la Tierra existe una

Sociedad Iniciática con similares postulados a los nuestros, intentaremos

trabajar conjuntamente con ella. Además de este trabajo en común,

tendremos la oportunidad de ir formando grupos de hombres y mujeres

en las virtudes que a todos nos son tan queridas.

- He de recordaros – les miró con visible afecto - que, a partir de

este momento y por cuestiones del necesario secreto, solamente será

posible el contacto entre nosotros por transmisión telepática. Por este

medio, estemos donde estemos, concertaremos entrevistas en el caso

de ser necesario. Una vez al año, por lo menos, celebraremos una

Asamblea General en el lugar que se designe.

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Después de las últimas palabras del presidente de la Asamblea, se

despidieron con un fuerte apretón de manos y partieron hacia los

distintos lugares en que vivían desde hacía ya varios años.

AXIS, en su periódica cita con Tierra "B", ya se encontraba a menos

de 300.000 kilómetros del planeta. Los miembros de la Asamblea

Nacional hacía varios días que habían salido camino de un planeta del

Sistema con características muy parecidas al suyo pero inhabitado. Allí,

unas 100.000 personas, pensaban iniciar la colonización para, en breve,

poder disponer de un lugar habitable para ellos y los que quisieran

regresar de otros lugares del Cosmos.

Los científicos que habían quedado en Tierra "B" para observar la

cercanía de AXIS, tuvieron que marcharse del planeta ante la

eminencia del choque.

Los vientos de los últimos días habían superado los 500 kilómetros

por hora, siempre acompañados de fuertes tormentas eléctricas. Los

científicos decidieron observar el choque desde la Luna de Tierra "B", a

salvo del cataclismo durante unas horas.

AXIS, a menos de 250.000 kilómetros de Tierra "B", sufrió de pronto

una brusca desviación en su trayectoria elíptica por el espacio. Era

como si una fuerza desconocida, muy superior a la milenaria rutina de

su órbita, le atrajese hacia el planeta azul. Durante unas cuantas horas,

todo el espacio circundante de Tierra "B", se convirtió en una inmensa

bola de fuego, cegadora y profética del terrible final.

Cuando la cegadora luz fue cesando en intensidad, Tierra "B" había

desaparecido y en su lugar millones de trozos de materia flotaban en

enormes espirales provocadas por la fuerza centrifuga del terrible

impacto.

Page 162: universos paralelos463.pdf

Desde la Luna, los científicos de Tierra B que habían observado y

grabado el terrible el impacto, apenas podían ver nada a través de sus

telescopios. Sus ojos, estaban anegados por las lágrimas. Tierra "B",

después de millones de años de existencia y desarrollo, había pasado a

ser un montón de materia inerte y dispersa en el inmenso espacio del

Cosmos.

En los distintos planetas, en ambas dimensiones del universo y a

ambos lados de "la puerta", en el segundo exacto del choque del

cometa AXIS, millones de habitantes de Tierra "B" en los distintos lugares

de su particular diáspora, sintieron una extraña y fuerte presión en sus

corazones. La que se siente cuando uno se despide de un gran amigo

para siempre ¡La sensación del último adiós!

En el Planeta inhabitado a donde habían emigrado los 100.000

últimos habitantes de Tierra "B" con su gobierno sí pudieron ver, a través

de los telescopios de largo alcance, la enorme explosión y, poco más

tarde, el vacío total en el lugar donde antes había estado su querido

planeta azul. Nada quedaba ya de él ¡Solamente su memoria!

Al otro lado de "la puerta", ningún observatorio terrestre, ni siquiera

los sofisticados telescopios de la recién estrenada Estación Espacial

Internacional, detectaron el más mínimo cambio en el universo

conocido. Las estrellas brillaban como cada noche y solamente se

escuchaba el eterno susurro espacial procedente del Cosmos, captado

por los radiotelescopios.

AXIS y Tierra "B", fundidos en el último abrazo, flotaban en millones

de pedazos a la deriva en un universo paralelo al nuestro.

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La Luna de Tierra B, hasta unas horas después del choque intacta,

comenzó a oscilar de manera frenética y extraña sobre su eje. Huérfana

del planeta que la había mantenido hasta entonces en su órbita,

emprendió una veloz deriva hacia lo más profundo del espacio

interestelar, como deseando encontrar un nuevo lugar donde quedarse

para poder reflejar un Sol.

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"SEMPER VERITAS"

"La aventura del conocimiento, por las dificultades que presenta,

solamente es apta para los que para ello están dotados. Los pusilánimes no

tienen un lugar en esta aventura" (Alfons Domitre, filosofo francés del siglo XIX)

La enorme sala de conferencias de la primera planta, en el vetusto

edificio de la Sociedad Científica Rusa de San Petersburgo, estaba

rebosante de público. En las primeras filas, además de los científicos

rusos de más renombre, podían verse norteamericanos, chinos y de

otras muchas nacionalidades. Todos habían acudido a la invitación

cursada por Nikotibof, con gran expectación.

Por fin, después de tanto tiempo, el protagonista de la más

increíble epopeya del Cosmos, estaría allí en persona para dar

respuesta a las muchas preguntas que se habían hecho durante tanto

tiempo.

Eran las 14,30 horas y el inicio de la conferencia estaba anunciada

para las 15,00 en punto. Entre la gran cantidad de público asistente,

podía intuirse la presencia de agentes de los distintos Servicios Secretos,

camuflados como corresponsales de prensa. Sus miradas escrutadoras y

los diminutos aparatos en los oídos, les delataban.

A la hora en punto, el presidente de la Sociedad, un científico ruso

de aspecto venerable, pidió silencio para pronunciar una introducción

con verbo lento y solemne:

- Señores y Señoras: es un gran honor para mi, presentarles a uno

de los más insignes científicos que Rusia ha dado jamás. El Dr. Nikotibof,

como saben, no solamente ha sido un brillante pionero en el campo de

los viajes interestelares, sino que ha tenido el honor de ser nominado

Page 165: universos paralelos463.pdf

para el Premio Nóbel de Física de este año. Realmente, así lo creo yo

por lo menos, si existe alguien merecedor de este ambicionado

galardón, él es el primero. No quiero hacerles perder más tiempo con

mis palabras. Con ustedes: ¡El Dr. Nikotibof!

Por un lateral del estrado salieron tres personas. Nikotibof,

Alexandrov y el físico "jardinero". Los aplausos se prologaron durante

muchos minutos, impidieron que Nikotibof iniciase su discurso. Cuando

por fin se hizo el silencio, en ruso y con voz emocionada, Nikotibof

visiblemente emocionado, dijo:

- Queridos colegas, señores y señoras: he pensado que sería

sumamente egoísta por mi parte, que sus aplausos fuesen dedicados

exclusivamente a mi persona. Toda la gloria que en estos momentos me

adjudican, no me pertenece únicamente a mi y tengo el honor de

compartirla, por justicia, con mis colegas aquí presentes. Sin ellos, sin su

sabiduría, espíritu de trabajo y confianza en mis proyectos, no hubiese

sido nunca posible alcanzar nuestras metas. Especial mención merece

mi querido amigo e insigne colega el Dr. Alexandrov. Él, más que yo en

muchas ocasiones, ha sido el artífice de nuestros logros. Durante un

largo tiempo, ha permanecido exiliado, voluntariamente, en un planeta

Tierra, situado en otra dimensión.

- Allí – bebió un largo sorbo de agua - además de los increíbles

logros científicos de aquellas gentes, pudo embeberse de una filosofía

única y respetuosa con las leyes del Cosmos de la que yo también me

considero discípulo convencido.

Los aplausos, impidieron que siguiese, hasta pasados unos

minutos…

- Me imagino - continuó un poco más relajado Nikotibof - que están

aquí para conocer de primera mano la respuesta a sus preguntas sobre

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nuestras investigaciones y viajes. He de reconocer - siguió en tono

irónico - que, hasta hoy, muchos nos habían buscado y no

precisamente para aplaudirnos - las risas en la sala confirmaban haber

comprendido la irónica mención a las grandes potencias.

Los aplausos volvieron a interrumpirle.

- Hoy, con la libertad que debe acompañar por siempre a la

verdadera ciencia, podemos estar aquí reunidos para intercambiar

nuestros puntos de vista. He de decirles que, a pesar de mi promesa de

contarlo "todo", algo dejaré en el tintero hasta que llegue el momento

oportuno. En la costosa y larga investigación que hemos llevado a

cabo, podrán comprender que alguien nos ha tenido que apoyar. Por

razones que no me es posible revelar, estas personas han de

permanecer en el anonimato.

- A ellas – Nikotibof observaba los rostros de los oyentes - desde

aquí, nuestro respeto, admiración y agradecimiento. En el dossier que

les ha sido entregado, para no alargar esta conferencia durante mucho

tiempo, hemos descrito de manera cronológica y con los datos

científicos más relevantes, toda nuestra investigación y sus resultados.

Creo, sinceramente, que se trata de una comunicación científica muy

completa y, por otra parte, que responderá a la mayoría de sus

preguntas. A pesar de ello, tanto mis colegas aquí presentes como yo,

estamos a su completa disposición para aclarar cuantas dudas puedan

tener.

Los aplausos, de nuevo, ahogaron las últimas palabras del científico

ruso.

Uno de los que se sentaban en la primera fila se levantó:

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- Dr. Nikotibof: ¿Puede explicarnos algo más sobre sus mecenas?

¿Quiénes son o de dónde proceden?

Nikotibof respondió con cierta ironía:

- Hace unos minutos y durante mis palabras de presentación, he

dicho que no podía revelar aún el nombre de los mismos. A pesar de

todo y deseando eliminar suspicacias, he de decirle que no se trata de

ningún gobierno, organización gubernamental o empresa

multinacional. Se trata de un grupo de personas, aun pareciendo

imposible, con medios suficientes y con la única idea de ayudar de

manera totalmente filantrópica a la Humanidad. Es todo lo que puedo

decirles por ahora.

Una periodista, sentada en una de las últimas filas preguntó:

- ¿Es cierto que en el planeta llamado por ustedes Tierra "B",

conocieron avances tecnológicos y humanos que a nosotros nos

resultarían increíbles?

- Efectivamente - contestó Nikotibof - Se negarían ustedes a

aceptar que puedan ser reales. Son tantas las cosas que vimos en aquel

planeta que sería necesario mucho tiempo para poder explicarlas. En

pocas palabras podríamos resumirlo así: ¡Increíble pero cierto!

Desde una de las plateas, una voz conocida para Nikotibof

preguntó:

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- ¿Es cierto que ustedes vivieron en ese planeta durante un tiempo

y pudieron ver, libremente, todos sus adelantos?

Nikotibof reconoció al hombre de color que había presidio la última

reunión con los miembros de la Hermandad y comprendió que la

pregunta, sin sentido para quien conocía la respuesta de antemano,

estaba hecha simplemente para indicarle que estaban allí apoyando su

reaparición.

- Efectivamente. Pudimos desplazarnos con plena libertad por el

planeta, ver sus avances y el impensable sistema democrático por el

que se gobernaban. Realmente fue una experiencia imborrable y

desearíamos poder volver a repetirla.

El miembro de la Hermandad que había hecho la pregunta, quedó

un momento en silencio y algo emocionado, le respondió:

- Quizá ya no sea posible. Recuerde, querido Dr., la antigua

máxima hermética: nacer, crecer y morir. Arriba como abajo.

Nikotibof no comprendió la razón de aquella cita hermética que él

bien conocía, en aquel momento, pero intuyó que algo grave debía

haber sucedido. Las preguntas y respuestas, se prolongaron por espacio

de varias horas.

Los comentarios de los asistentes, después de las explicaciones de

Nikotibof y sus ayudantes, además de la extensa información del dossier,

habían suscitado una gran admiración por las investigaciones del ruso.

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Los corrillos de científicos, discutiendo los distintos aspectos de la

investigación, tardaron bastante en disolverse.

Cuando la conferencia terminó, Nikotibof deseó encontrarse con

aquel hombre de Tierra "B". Miró entre la muchedumbre de asistentes y,

por fin, pudo localizarlo en compañía de otros miembros de la

Hermandad que habían asistido con él.

Apretando su mano fuertemente y con gesto emocionado, le dijo:

- Querido Nikotibof: he de comunicarle algo que ya conocíamos

pero que esperábamos nunca sucediera. Tierra "B" ha sufrido el choque

con un gran Cometa de nuestro Sistema y, en estos momentos, ya no

existen más que sus restos vagando por el espacio.

Nikotibof, con rostro pálido y cara de incredulidad le preguntó:

- ¿Cómo es posible? ¿Y los habitantes de Tierra "B"?

- Todos están a salvo, amigo mío. Era una catástrofe anunciada

hace miles de años y, gracias a ello, hemos podido ir abandonando el

planeta paulatinamente hacia otros de nuestro Sistema y también del

suyo. En el momento del choque, nadie quedaba en Tierra "B". Todos

nos encontrábamos ya ubicados en diversos lugares del Cosmos.

Nuestro gobierno, con un grupo de pioneros, se dispone a colonizar un

planeta parecido al nuestro pero inhabitado, en nuestra galaxia. Algún

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día podremos llamar a ese lugar: "Tierra B". Ahora, amigo Nikotibof,

tendremos que estar a uno y otro lado de "la puerta" e integrarnos en las

distintas sociedades.

Nikotibof no salía de su asombro ante semejante noticia. Ahora

comprendía la razón de haber citado aquella máxima hermética, en la

emocionada respuesta a la expresión de sus deseos de volver a Tierra

"B".

"Arriba como abajo; abajo como arriba" "Todo en el Cosmos nace,

crece y muere". Tierra "B", aquel planeta azul y alegre que ellos

conocieron y admiraron, había cumplido el enunciado de la antigua

máxima hermética, pensó Nikotibof.

El presidente de la “Hermandad” y sus acompañantes, después de

departir con Nikotibof y sus ayudantes (Alexandrov, también había

quedado profundamente afectado por la noticia), se despidieron no sin

antes decir:

- Permaneceremos en contacto pero, a pesar de ello, los próximos

meses serán decisivos para nuestro trabajo en los distintos lugares de la

Tierra. No dejen de seguir las noticias en los distintos medios de

comunicación. Pronto verán algunas cosas sorprendentes.

A raíz de aquella conferencia, en San Petersburgo, las autoridades

rusas habían contactado con Nikotibof y Alexandrov. Se celebró una

reunión de alto nivel en el Ministerio de Defensa (del que dependía

directamente la Agencia del Espacio) para tratar de convencerles.

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El Ministro de Defensa, con inusual respeto y cortesía, deseaba que

volviesen a trabajar para la patria; Rusia necesitaba de sus

conocimientos; el patriotismo era necesario en estos casos.

Tanto Nikotibof como su colega Alexandrov, con maneras corteses

pero firmemente, rehusaron volver a trabajar para cualquier gobierno.

Los condecorados con el premio Nóbel estaban a punto de ser

dados a conocer por la Academia Sueca. El gran público, como

siempre, no seguía los pronósticos con gran interés.

La comunidad científica en todo el mundo, sí esperaba el nombre

de los nominados con gran atención. Muchos de sus miembros, después

de años de trabajo en las más diversas disciplinas, deseaban ver

premiados públicamente sus logros. ¡Sin olvidar la importante dotación

económica del premio!

Nikotibof, a pesar de saber que su nombre se barajaba para el

Nóbel de Física, había perdido interés por aquel asunto. Su

preocupación, ahora, era decidir cómo y dónde seguir investigando

sobre otros aspectos del espacio. Deseaba poder entregar a la

humanidad sus conocimientos pero, hasta este momento, aún sentía

cierto recelo "¿Cómo dar a conocer los descubrimientos de tipo

biológico, decisivos para la humanidad?" "¿Qué país u organismo sería

el más fiable para depositar en sus manos aquellos descubrimientos?"

"¿Sería quizá más conveniente cederlos a la ONU para que, por medio

de una de sus organizaciones, todos pudiesen acceder a ellos?"

Alexandrov y él, habían discutido este asunto repetidamente sin

llegar a ninguna conclusión definitiva. Por otro lado, sus recursos

económicos eran cada vez más escasos y, para seguir investigando, se

necesitaba un buen laboratorio y mucho dinero.

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Una llamada telefónica, le despertó. Aún dormido, escuchó en

correcto ruso la comunicación de la Academia Sueca sobre la

concesión del premio Nóbel de Física, compartido con su amigo y

colega Alexandrov. Le faltó tiempo para llamarle pero, cuando pudo

hablar con él, también Alexandrov había sido despertado para

comunicarle lo mismo.

Ambos no pudieron dormir en toda la noche. Las llamadas, desde

las instituciones del Estado, colegas y amigos, se sucedieron durante

toda la noche. Solamente de madrugada, pudieron descansar.

La ceremonia de entrega de los Premios Nóbel, como era habitual,

se había preparado con toda pompa.

Los científicos, escritores y representantes de las organizaciones

premiadas, se encontraban sentados en semicírculo en el grandioso

escenario. De un momento a otro, el Rey de Suecia entraría a los sones

del himno nacional.

Nikotibof y Alexandrov, incómodos a todas luces dentro de aquel

traje de gala, estaban sumamente nerviosos y observaban los rostros de

los demás premiados que, como ellos, parecían encontrarse incómodos

fuera de sus lugares habituales de trabajo y rodeados de una gran

parafernalia a la que no estaban habituados.

El presidente de la Academia Sueca de Ciencias, después de un

largo panegírico glosando los méritos de los distintos galardonados, fue

llamándoles por sus nombres para recoger los premios de manos del

Rey.

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Casi todos se mostraron algo torpes, tanto en su caminar por el

estrado como en los saludos y reverencias de protocolo, a pesar del

ensayo del día anterior. Estaba claro que lo suyo no era aquella pompa

cortesana, sino el silencio de los laboratorios o el recoleto lugar donde

creaban sus realidades fantásticas o la poesía que dibujaba

sentimientos.

Llegado el turno para Nikotibof y Alexandrov, los asistentes no

pudieron contener la risa mezclada con una larga y cariñosa ovación,

ante la pequeña escaramuza en que se enzarzaron ambos para

cederse el primer puesto. Finalmente, tras un corto forcejeo, decidieron

caminar juntos y cogidos del brazo hasta llegar al lugar ocupado por el

Rey que, con una sonrisa cómplice, les entregó el premio.

De vuelta a sus asientos, las risas volvieron a reproducirse. Parecían

como perdidos e incapaces de encontrar un lugar donde sentarse.

Después de unas cuantas vueltas por delante de los demás premiados,

lo lograron.

Ya de regreso a casa, ambos cansados de los agasajos, cena y

posterior baile de gala, aún no podían asumir haber sido galardonados

con aquel prestigioso premio.

Cuando pasaron unos días y sus vidas volvieron a la normalidad,

fueron conscientes de que sus problemas financieros habían terminado.

La dotación del premio sería suficiente para montar un laboratorio y

seguir investigando. ¡Ahora, no dependían de nadie para seguir

haciéndolo!

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Acostumbrados a encontrarse con algún miembro de la

“Hermandad” en todas las ocasiones especiales, les habían echado de

menos en la ceremonia de entrega de los Nóbel "¿Habría sucedido

algo?" "¿Dónde podrían contactar con ellos en caso necesario?"

En una de las habitaciones del moderno hotel, muy cercano al

aeropuerto de Barajas, en Madrid, unas 15 personas se encontraban

contemplando la pantalla gigante del televisor. Se está retransmitiendo

la entrega de los Nóbel y, cuando Nikotibof y Alexandrov aparecen en

pantalla, una mezcla de risas y fuertes aplausos estalla. Sobre la mesa,

una bandera con una desconocida constelación y la divisa "SEMPER

VERITAS".

Desde el regreso de Estocolmo, tanto Nikotibof como Alexandrov,

habían estado pensando en dónde instalarían su nuevo laboratorio. A

decir verdad y después de haber estado tanto tiempo fuera, la vieja

Rusia no ejercía la atracción de antaño sobre ellos.

Su sentimiento patriótico, antaño grande, se había convertido en

otro mucho más amplio, casi ¡cósmico! No podían explicar

objetivamente aquel cambio pero así lo sentían. Ambos, sin familia

cercana en la Unión Soviética, decidieron volver a un lugar que les

había cautivado por su belleza, clima y tranquilidad: aquella casita de

madera, en la Península del Yucatán, en la que tantos y tantos

momentos inolvidables habían compartido. En ese momento

recordaron a su colega el "jardinero" "¿Dónde estaría?"

Sin apenas debatirlo, ambos estuvieron totalmente de acuerdo y, a

los pocos días, después de dejar arreglados unos asuntos de tipo

bancario, volaron hacia el Oeste. Ahora podrían estar allí, sin la pesada

losa de la clandestinidad e investigar libremente y sin preocupaciones

de tipo económico lo que les viniese en gana.

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Cuando el helicóptero alquilado en el lejano aeropuerto les dejó

en la explanada, ante la pequeña casa de madera, alguien sentado en

el porche, fumando tranquilamente, les observaba sonriendo. El

"jardinero" parecía haber estado esperando desde siempre su regreso.

Los tres, sin apenas decir palabra, se abrazaron. Las primeras

palabras las pronunció el que les recibía:

- ¡Felicidades por vuestro Nóbel y por el recuerdo para este

aprendiz durante la ceremonia. Sabía que volveríais aquí. Todo está

preparado para continuar los trabajos. En estos momentos os estaréis

preguntando cómo es posible que estuviese aquí esperando vuestra

llegada no anunciada. Ha llegado el momento, queridos colegas, de

deciros que yo también pertenezco a la Hermandad y me encuentro en

contacto permanente con sus miembros, no importa donde estén.

¿Recordais aquel episodio del satélite que la sonda americana

fotografió en la órbita de Marte y que, de manera inexplicable,

desapareció al día siguiente? En la actualidad está situado en la órbita

de Júpiter y nos sirve de enlace con todos los puntos de vuestra Tierra,

además de poder hacerlo con el universo paralelo donde se

encontraba Tierra "B" - cuando pronunció aquel nombre no pudo

ocultar su emoción - Si bien nuestra capacidad telepática es excelente,

al encontrarnos en lugares distantes de nuestra Tierra de origen, no

siempre se dan las condiciones psicológicas idóneas para ejercerla en

todas sus potencialidades. El satélite suple estas posibles deficiencias.

Hizo una pequeña pausa para ver la reacción de los dos y

continuó:

- Existe una segunda gran sorpresa pero dejará de serlo en muy

pocos días. Especialmente uno de vosotros se sentirá muy gratamente

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sorprendido. Hoy, lo lamento, queridos amigos, no puedo revelar más

datos.

Nikotibof, impresionado por todo lo escuchado pero, mucho más

por estar de nuevo en aquel lugar que tantas veces había añorado,

dijo:

- Realmente, amigos míos, sea cual sea esa sorpresa, el destino o lo

que sea, nos ha deparado bastantes emociones durante los últimos

meses. Tantas que nunca antes pude pensar que fuese posible. Estamos

aquí, libres de toda persecución, respetados por todos, reconocido

nuestro trabajo de investigación y preparados para reiniciar lo que

dejamos sin terminar. La ciencia, como bien dice el querido Alexandrov,

"es como un niño que nunca termina su aprendizaje: camina, cae, se

levanta y sigue intentándolo".

Todos se rieron con la cita y llevaron el equipaje al interior de la

casa.

Por la tarde, relajados ya por completo, los tres dieron un largo

paseo por los alrededores. Escondidas en los frondosos árboles que casi

impedían el paso del Sol, infinidad de aves de los más increíbles colores,

dejaban oír infinidad de melodías distintas tanto en intensidad como en

cromatismo musical.

Estaban atareados en el laboratorio intentando reiniciar los últimos

experimentos realizados hasta el momento en que partieron para

Europa cuando el ruido característico, cada vez mas cercano del rotor

de un helicóptero, les hizo precipitarse fuera de la casa. En realidad no

esperaban a nadie.

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Cuando el aparato se posó suavemente sobre la hierba de la

explanada, una figura femenina descendió de él.

Los dos rusos no daban crédito a lo que veían: allí, vestida con ropa

informal y mirándoles sonriente estaba la Dra. Albacen, aquella que

hacía mucho tiempo, en Tierra "B" había hecho soñar a Nikotibof en

otras cosas que nada tenían que ver con la ciencia. Fuera de su

laboratorio de la ya desaparecida Tierra "B" y con aquella indumentaria

juvenil, resultaba casi irreconocible.

Nikotibof, corrió hacia ella y los dos se fundieron en un tierno

abrazo, mientras sus bocas se buscaban ansiosamente. Los aplausos y

risas, les hicieron volver a la realidad. Albacen, un poco sonrojada por la

presencia de los dos testigos, se abrazó también a ellos.

Nikotibof, dudando que todo aquello fuese real, no salía de su

asombro:

- ¡Esta era la grata sorpresa! - dijo con voz que denotaba una

inmensa felicidad - El científico parecía haber rejuvenecido diez años.

Todos, cogidos del brazo, se dirigieron al interior de la casa. La

noche estaba cayendo y la humedad de la selva se dejaba ya notar.

El canto de los pájaros, hacía ya algún tiempo había dejado de

escucharse en la cercana selva, para dar paso a otros sonidos mucho

más misteriosos producidos por los habitantes de la noche.

Axel, que así se llamaba el físico de la Hermandad que había

acompañado a los dos rusos en sus investigaciones, estaba preparando

el desayuno en la pequeña pero coqueta cocina.

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Nikotibof, seguido de una Dra. Albacen radiante de felicidad,

parecía haber rejuvenecido bastantes años. Su perilla gris y desaliñada

había desaparecido, dejando al descubierto una barbilla voluntariosa

surcada por un gracioso hoyuelo.

Axel no pudo evitar una carcajada al verlos:

- Este - haciendo una clara alusión al afeitado de Nikotibof - amigo

mío, es el primer cambio que impone la mujer de la casa ¡Esperemos a

mañana!

Cuando Alexandrov bajó, la carcajada también fue sonora:

- El insigne Premio Nóbel de Física, Dr. Nikotibof, ha sido vencido por

la fuerza ancestral de la hembra.

Nikotibof y Albacen, un poco molestos por las bromas, impusieron

silencio con un gesto de sus manos que se podría traducir por: "¡Basta!”

Las noticias de la mañana, por el canal satélite de la CNN, estaban

informando sobre las elecciones en Estados Unidos.

Un, hasta entonces casi desconocido senador por Nebraska,

parecía ser el candidato con más posibilidades para convertirse en el

futuro presidente del país. Había sido una dura campaña electoral y,

por primera vez en la historia de los Estados Unidos, un tercer partido

recién creado y desconocido un año antes, había superado en número

de votos a los ya tradicionales republicano y demócrata.

El nuevo partido, con un programa bien estructurado y haciendo

hincapié en la defensa del planeta; la eliminación paulatina de las

energías contaminantes por otras más ecológicas; la igualdad ante la

ley para todos, había calado hondo en la opinión pública

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estadounidense. El programa, había merecido la plena confianza de los

votantes después de haber sido debatido ampliamente en televisión,

radio y prensa.

Los norteamericanos, por primera vez en su historia, tenían la

sensación de que los cambios que se implantarían por el futuro gobierno

iban a ser decisivos para ellos y, por extensión, para todo el mundo.

Nuestros amigos, seguían con interés la noticia. Cuando apareció

el senador Fidias en la pantalla, tanto Axel como Albacen no pudieron

evitar mirarse y sonreír. Nikotibof y Alexandrov, no vieron aquel gesto de

complicidad de ambos pero se mostraron extrañados al reconocer al

futuro presidente.

Allí estaba el hombre que siempre había actuado como presidente

en las reuniones con la Hermandad. Él, sería el futuro presidente del país

más poderoso de la Tierra. Ambos, Nikotibof y Alexandrov, empezaron a

comprender. Mirándose con una sonrisa de complicidad,

comprendieron que la NUEVA ERA había comenzado y que las palabras

dichas en la última entrevista: "No dejen de seguir las noticias", tenían

ahora una cumplida explicación.

El primer presidente de los Estados Unidos, miembro de un nuevo

partido, el "NATURE FIRST", estaba a punto de jurar la Constitución de la

nación más poderosa de la Tierra. Seguro que los cambios, pronto serian

visibles en el mundo. Junto a él, otros miembros de la Hermandad

tomarían puestos claves en el gobierno.

El "equipo", como le llamaba siempre Nikotibof, trabajaba muchas

horas en la elaboración de ciertas vacunas creadas a partir de los

elementos descubiertos en sangre y orina de los viajeros del espacio.

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Después de varios meses y con la inestimable ayuda de Albacen,

experta en biología molecular, habían logrado sintetizar varios

compuestos que, con los medios y técnicas de cualquier laboratorio

medianamente equipado, era posible elaborar a muy bajo precio.

Todos estaban exultantes por lo logrado. Muchas de las antiguas y

fatales enfermedades de la Humanidad, pasarían muy pronto a ser

historia. Todo el mundo, pobres y ricos, tendrían las mismas

oportunidades. El descubrimiento, así lo habían acordado

unánimemente, sería donado a la ONU para que ella vigilase su

fabricación y distribución en todo el mundo.

Estaban comiendo y, como de costumbre, la CNN transmitía sus

noticiarios con abundantes colaboraciones de sus corresponsales en

todo el mundo.

En Roma, desde hacía varias semanas, se estaba celebrando el

cónclave para la elección del nuevo sucesor de Pedro, tras la muerte

del anterior, ya anciano y decrépito. Varias habían sido las "fumatas" sin

resultado.

La "fumarola", como la llamaban los romanos, lanzó un penacho de

humo blanco que el fuerte viento desparramó en blancas nubecillas

sobre la Plaza de San Pedro. ¡Un nuevo Papa había sido elegido!

Como era habitual en este tipo de ceremonias para la elección de

un Papa, la Piazza di Santo Pietro, estaba rebosante de creyentes de

todo el mundo que, en su fuero interno, deseaban que un compatriota

fuese elegido. Esta vez, se hablaba con cierta frecuencia de la posible

elección de un cardenal procedente de una pequeñísima y casi

desconocida nación de Oceanía. Su nombre apenas era conocido.

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Monseñor Servus, era uno de los príncipes más jóvenes de la Iglesia

(apenas contaba 47 años, según se podía leer en las biografías de los

participantes en el conclave, repartidas por el Vaticano) y según los

rumores, tenía una gran personalidad.

La ventana central que da la Plaza de San Pedro se abrió y el

Cardenal Camarlengo, anunció a todos: "¡Habemus Papa!". El público

prorrumpió en aplausos y vivas, en multitud de lenguas allí presentes. Las

banderas de muchas naciones fueron agitadas al viento.

Cuando el Camarlengo quiso poner sobre su cabeza la pesada

Tiara, el nuevo Papa, con un ligero gesto, renunció a ser coronado.

Solamente el escalpelo de cardenal siguió cubriendo su cabeza.

El recién elegido Papa, de talla más bien baja y con rasgos

polinesios, se acercó hasta la barandilla para saludar a todos los

presentes en varias lenguas y de manera harto fluida. Después, con

gesto pausado, impartió la bendición "Urbi et Orbi".

Llamaron poderosamente la atención del reportero de la CNN, dos

detalles que para la multitud, por lo inmediato de la ceremonia quizá

pasaron desapercibidos: La Cruz trazada en el aire por la mano

derecha del nuevo Papa, más bien parecía un triángulo.

El blasón escogido (es tradición que todos los Papas lo hagan así al

ser elegidos) era moderno y distaba mucho del estilo vetusto y medieval

de los de sus predecesores en la silla de Pedro: sobre un cielo azul

coronado por una constelación, campeaba la divisa: "SEMPER VERITAS"

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EPILOGO

Estimado lector, todo lo aquí relatado no es ficción. Tanto el

planeta Tierra "B" como la filosofía vital de sus habitantes, hoy dispersos

por el cosmos, son tan reales como tú.

La "puerta", ese lugar del Cosmos que al ser traspasado nos

convierte en "cuasi" superhombres, se hizo realidad al mismo tiempo que

las primeras estrellas en el firmamento ¡Firmamentos, mejor dicho! No fue

descubierta por Nikotibof. Él, científico y humanista al mismo tiempo,

aprovechó los conocimientos que otros nos legaron pero que solamente

unos pocos elegidos han podido descifrar.

Alguien, mucho más sabio que yo y con conocimientos

extraordinarios sobre el cosmos, me dijo durante una reunión en un

cafetín del puerto de Barcelona: "Usted contará lo que le parezca pero,

por favor, no falte nunca a la verdad"

Yo, estimado lector, he deseado reflejar con exactitud lo que me

contaron y lo que personalmente he visto después. A pesar de ello, he

de confesar que no toda la verdad puede ser contada.

Quizá en otro tiempo, cuando la humanidad sea capaz de

comprender que la NUEVA ERA ha comenzado, sea el momento

adecuado para revelar todo lo que me transmitieron los protagonistas,

de uno y otro lado de la "puerta", confiando en mi discreción.

La Hermandad, la que ayudó a Nikotibof y sus colegas para llevar a

cabo sus sueños, también existe y sigue trabajando entre nosotros. No

debe atemorizarte esta afirmación pues se trata de personas de

naturaleza especialmente benéfica. Están dispuestas a repetir aquí lo

que ya fue una realidad allí, en un planeta que desapareció del

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Cosmos por el anunciado impacto de un cometa. Ellos, los miembros de

la Hermandad, son como tú y yo ¡No esperes que tengan otro aspecto!

Para poder descubrirles, solamente es necesario despertar nuestra

dormida y primigenia sensibilidad.

En la actualidad, los miembros de esta Hermandad (he de

confesarlo, finalmente, para no faltar a la verdad) de la que yo también

formo ahora parte, están trabajando con las armas del intelecto y la

razón para hacer posible el nacimiento de un Ser Humano nuevo pero,

¡no te equivoques lector! No se trata del HOMBRE NUEVO de la

ideología nacionalsocialista o de la RAZA de superhombres que algunos

fanáticos iluminados soñaron. Se trata de despertar lo que queda del ser

humano original; del Ser que bebía en las fuentes de la sabiduría

universal y única.

La Hermandad, durante sus reuniones que podríamos llamar

"formales" inicia sus trabajos con una especie de invocación ritual ya

conocida por ti: "SEMPER VERITAS" (Siempre la Verdad). Esta invocación,

encierra toda la filosofía y ética de sus miembros: ¡solamente la VERDAD

nos puede hacer libres y merecedores de ser calificados como SERES

HUMANOS!

Todo lo demás; lo que nos impide realmente ser libres, ha sido

creado por mentes maléficas y retorcidas para someternos; para

generar miedos que anulando la razón, permiten la aparición de dioses

y demonios en nuestras mentes atormentadas por la humana duda. No

son reales pero, con el tiempo, parecen serlo.

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Espero que si tienes la suerte de encontrarte, algún día, con

miembros de esta Hermandad y puedes reconocerlos, seas capaz de

elegir el Camino que conduce al conocimiento, como ellos lo hicieron.

Yo, desde este lugar en donde espero la llegada de otros miembros

procedentes de la nueva Tierra "B" para ayudarnos a continuar nuestro

trabajo, te deseo que algún día logres traspasar la "puerta" ¡Los efectos

de este tránsito entre dos universos, son realmente increíbles!

En algún lugar de la Península del Yucatán, 30 de Mayo de 2.001