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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
Un viaje por los libros de texto: su nacimiento y su primera gran reforma
TESIS
PARA OBTENER EL TITULO DE
LICENCIADA EN PEDAGOGÍA
PRESENTA
ABRIL AURORA ORTIZ GASCA
DIRECTORA DE TESIS
MTRA. ELIZABETH ROA LUCIO
MÉXICO D.F 2011
AGRADECIMIENTOS
A Dios por guiar mis pasos día a día
Esta tesis está dedicada a todos mis seres queridos, a mi madre María Teresa
Gasca Jordán, mi apoyo incondicional de toda la vida, mi motor; a mi Padre Raúl
Ortiz Souza por su guía y amor, a mis hermanos Raúl y Karina, los amo; a mis dos
grandes amores Ximena y Michelle, son mi luz de cada día.
A mi gran Amor Marco Antonio, estoy convencida de que la vida te va guiando y
que el amor llega donde y cuando menos te lo imaginas, la fe mueve montañas.
A mis alumnos y ex alumnos gracias, ellos son mis verdaderos maestros; a mis
compañeros maestros y amigos, por compartir el amor por la docencia. Con
especial cariño a la comunidad del Colegio Simón Bolívar, alumnos, maestros y
directivos, gracias son un pilar importante y único en mi vida.
A mis compañeros del posgrado de la Escuela Nacional de Antropología e
Historia, gracias por apoyarme en esta locura de realizar, la maestría y una
segunda licenciatura al mismo tiempo.
A mis compañeras de Generación de la UPN a Marilyn y María Inés, gracias por
su apoyo y amistad, las quiero mucho.
A mi mejor amiga Sayuri Kawasaki, siempre conmigo, amistad aprueba de todo, te
adoro amigueta.
A mis dos amigas y compañeras psicólocas, Miriam y Marycarmen, mis
compañeras de todos los días, son lo máximo.
Y finalmente a los que lograron y engrandecieron mi formación como pedagoga, la
profesora Virginia Luna, te debo tanto, gracias por todo, te quiero; al profesor
Miguel Ángel Niño, maestro como pocos, un honor y privilegio estar en sus clases,
a mis lectoras de tesis, las profesoras María del Carmen Acevedo y Lourdes de
Quevedo, gracias por sus acertados comentarios los cuales enriquecieron este
trabajo. Y finalmente a la profesora Elizabeth Roa Lucio, quien dirigió este trabajo,
gracias por compartir conmigo tus conocimientos.
1 septiembre 2011
Índice
Introducción 1
Capítulo I. Marco Teórico – Contextual 5
1.1 Sistema educativo mexicano 6
1.2 Cómo organiza al sistema educativo nacional 7
Capítulo II. Los libros de texto gratuitos 29
2.1 Breve revisión de la historia de la Comisión Nacional
de Libros de Texto Gratuitos 36
2.2 ¿Cómo se determina el contenido de un libro de texto? 42
2.3 El papel de las autoridades educativas en la
conformación, edición y publicación de un libro de
texto gratuito 44
Capítulo III. El libro de texto de historia 50
3.1 Revisión de contenidos en su nacimiento y su primera
gran reforma 51
3.2 El problema de la continuidad en el currículo:
de Historia a Ciencias Sociales 62
3.3 El papel de la portada en el proceso de aceptación
del libro de texto: el ideario nacional en una imagen 69
3.3.1 El diseño de las portadas: los libros de la Patria 72
3.3.2 El cambio de sexenio: la cultura popular a las portadas 76
3.4 Diferencias y semejanzas entre los libros de texto de historia 83
Capítulo IV. La relación de los contenidos con el contexto 85
4.1 El panorama político y económico en el nacimiento
y la primera gran reforma del libro de texto de historia 85
4.2 La relación entre el discurso político y los contenidos
de los diferentes libros de texto de historia de los sexenios
estudiados 94
4.3 El aspecto pedagógico: un componente olvidado
en la redacción de libros de texto de historia 103
Conclusiones 122
1
Introducción
Algo que se ha venido señalando a lo largo de la historia de la educación
en México, o más específicamente, desde la creación de la Secretaría de
Educación Pública allá por 1921, es la necesidad de instrumentar
estrategias adecuadas para combatir el rezago educativo. Para esto, es
necesario tener en cuenta que dichas estrategias deben cumplir con dos
objetivos: por un lado, eliminar la deserción escolar para evitar que
continúe creciendo el número de rezagados y, por el otro, ayudar a los ya
rezagados a alcanzar el nivel educativo que realmente necesitan. Entre las
herramientas que se han creado para mejorar los niveles educativos dentro
de las escuelas se encuentran los libros de texto gratuitos.
Cuando llegó a la Presidencia de la República en 1958, López Mateos se encontró
con una población con altos niveles de analfabetismo y pobreza que minaban el
acceso equitativo a los servicios educativos: "poco puede hacer la escuela por los
niños si sus padres no tienen recursos para comprarles los libros de texto" decía.
(http://www.conaliteg.gob.mx/index.php/historia)
Así, en febrero de 1959 se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto
Gratuitos (CONALITEG).Hacia 1960, las primeras ediciones de libros de
texto gratuitos estuvieron listas y comenzaron a repartirse en las escuelas.
Cuando nacieron ―…constaban de un texto informativo y un cuaderno de
trabajo en las asignaturas de: Lengua nacional, Aritmética y geometría,
Geografía, Estudio de la naturaleza e Historia y civismo. A la par se
elaboraron los instructivos por grado para el maestro, que contenían
información sobre todas las asignaturas que se trabajaban en el grado.‖ 1
La idea era que los niños se convirtieran en agentes de su propia
educación, siendo los libros un enlace entre la casa y la escuela; así estos
libros "representan un bien colectivo, destinado al servicio del pueblo y de
1 García Ruiz, Ramón, La reforma educativa en los planes de estudio de enseñanza
normal, folleto núm. 4, SEP, México, 1962, p. 2
2
la patria"2. Se pretendía entonces que mediante la educación se eliminaran
las diferencias sociales y se lograra una igualdad de oportunidades para
todos los mexicanos. Esta idea de que mediante la educación es posible
reivindicar las diferencias sociales coincide con la ideología burguesa que
busca que las distintas preparaciones académicas se deriven de forma
lógica en distintas oportunidades de inserción laboral. Es decir, a mayor
preparación mejor trabajo.
Esto puede comprobarse con la observación de las realidades
escolares que se encuentran relacionadas con las diferenciaciones
sociales; así los alumnos de origen humilde o rural sólo acceden a ciertas
escuelas y carreras; mientras que otros con mayor poder adquisitivo
pueden asistir a primarias de mejor calidad y carreras realmente
competitivas en el mercado laboral. Es decir, existe una selectividad social
en los procesos de evaluación y orientación escolar que se corresponde
con las necesidades del mercado. Sin embargo, de vez en vez, alguno de
los desposeídos puede llegar a triunfar y mejorar de posición gracias a su
educación.3 A través del libro de texto gratuito, el gobierno de López
Mateos cumplía con la máxima de la burguesía alienante: la educación al
alcance de todos; pero también daba cumplimiento al otro lado de la
moneda: la educación se convertía en un instrumento ideológico del
Estado.
El surgimiento de los libros de texto es importante porque marca un
parteaguas en la educación en México al unificar los criterios de enseñanza
a nivel nacional y marcar los contenidos que se revisarán en cada
asignatura. Por otra parte, la primera gran reforma de los libros de texto
significa el cambio de asignatura a área; es decir, de Historia a Ciencias
2 Ibidem, p.14
3 Al respecto, Marx hizo una interesante observación sobre la capacidad de la Iglesia, en el
feudalismo, para permitir que algunos campesinos pobres, si eran capaces, pudieran hacer carrera y acceder a los rangos más altos de la jerarquía eclesiástica. Lejos de debilitar a la clase dominante, esto la fortalecía, porque le permitía nutrirse de los elementos más activos y capaces de la sociedad. Que la burguesía permita a algunos hijos de obreros acceder a los más altos puestos, no sólo no la debilita, sino que objetivamente le permite reforzar la ideología del capitalismo competitivo, que da oportunidades a todos, que permite la victoria de los más capaces, etc.
3
Sociales, con lo cual los contenidos revisados se ven mermados en cuanto
a profundidad y alcance.
Todo esto significa cambios en la formación del mexicano; cuando
nace el libro de texto se busca a través de él, además de unificar la
educación, crear una conciencia nacional y una identidad, en un país que
recién comenzaba a afianzarse. Luego, con la reforma, además de cambios
en el sentido pedagógico, se dan cambios en el sentido ideológico; el libro
de texto ya no busca formar una identidad, pues ésta ya existe, sino
cambiar la percepción que el ciudadano mexicano tiene de sus
instituciones.
Con todo esto, el problema puede quedar planteado como sigue
¿contribuyó el libro de texto de historia a la formación de la identidad
nacional del mexicano?
La investigación a realizar, por tanto, es de corte cualitativo, se
revisará la bibliografía y la hemerografía pertinente para establecer los
cambios que los libros de texto han sufrido. Se pretende consultar
directamente los contenidos de libros de historia de los sexenios en
estudio, con el fin de compararlos y determinar pros y contras de cada uno.
Se hará una triangulación de este análisis del texto con el contexto
histórico que se vivía en cada reforma que haya sufrido el libro de historia,
de manera que pueda comprenderse los aspectos sociales, económicos o
políticos que hayan podido influir en la nueva configuración. También se
revisarán los planes sexenales de educación, intentando relacionar el
contenido el discurso con la organización, extensión y profundidad de los
contenidos de los libros de historia, específicamente en lo que respecta a
historia de México.
No se pretende que este estudio sea exhaustivo e interpretativo, sino
más bien que describa los hechos relacionados directamente con el
nacimiento y la primera reforma del libro de Historia de primaria; pues se
tienen limitaciones en cuanto a tiempo; por otra parte, se considera esta
investigación la base de otras posteriores en las cuales se podrá
4
profundizar los alcances de la misma; por ello, en este primer momento, el
alcance de la investigación es meramente de exploración y descripción de
dos hechos específicos: el nacimiento y la primera reforma de los libros de
texto.
Por lo mismo, el presente documento se organizó en cuatro capítulos
que hacen un recorrido por la historia de los libros de texto desde
diferentes puntos de vista.
El primer capítulo hace una breve revisión histórica sobre el sistema
educativo nacional, para ubicar al lector en el tiempo histórico que se
revisa. El segundo capítulo realiza un recorrido por la historia de la
Comisión Nacional de Libros de Texto. El tercer capítulo se centra en el
libro de texto de historia, haciendo una exploración de sus contenidos en
dos momentos: su nacimiento y la reforma que sufren en 1972, cuando
pasan de estar organizados por materias a estar organizados por áreas. El
cuarto capítulo hace la relación del contenido de los libros de texto de
historia con el contexto social y político del país. Finalmente se incluyen las
conclusiones.
5
Capítulo I. Marco Teórico – Contextual
En México se ha considerado a la escuela una de las instituciones más
importantes para el desarrollo integral del país. Por medio de ésta se
prepara al individuo para asumir su papel dentro de la sociedad a través de
la educación, ―una de las metas de los gobiernos posrevolucionarios en
México ha sido la instrucción y educación; en ocasiones esto ha tomado el
cariz de cruzada nacional para lograr el progreso del país‖. 4 Tal como
sucedió con el nacimiento del libro de texto.
El Estado mexicano se ha preocupado por poner al alcance de todos
los niveles sociales la educación formal,5 por lo que la ha decretado laica,
gratuita y obligatoria, adjetivos que la acompañan desde 1867, cuando
entra en vigor la Ley Orgánica de Instrucción Pública. Aún así, todavía hizo
falta toda una reorganización del sistema educativo mexicano que culminó
–en 1921– con el nacimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP),
para que se hiciera realidad el decreto de 1867 en cuanto a la educación.
Con esto, se planteaba el objetivo principal: poner la educación básica al
alcance de todos. Para lograrlo, se fueron buscando diversas estrategias,
una de ellas, fueron los textos escolares.6 Si bien, en un primer momento
no existían los libros de texto gratuitos y homogéneos para toda la
República; esto fue más bien una evolución de la organización de la
educación y la determinación de políticas educativas específicas.
4 Torres Septién, Valentina; Algunos aspectos de las escuelas particulares en e l siglo XX,
en Zoraida Vázquez, Josefina; La educación en la historia de México , COLMEX, México, 1992, pp. 211-212.
5 Se entiende por educación formal aquélla que incluye procesos de enseñanza-
aprendizaje llevados a cabo en centros de educación o formación, con carácter estructurado (según un programa con objetivos, metodología, bibliografía, etc.) y a cuyo término se obtiene un título o una certificación. El sistema educativo de un país se incluye dentro de esta categoría.
6 Se debe tener claro que los textos escolares han sido una herramienta que ha
acompañado a la educación desde sus inicios; sin embargo, no son lo mismo que textos oficiales y obligatorios como son los libros de texto gratuitos.
6
El desarrollo de una educación organizada a nivel nacional en México
surge después de la revolución,7 lo cual significa que se tiene relativamente
poco tiempo en esta tarea de organizar a la educación básica.
Precisamente, el nacimiento de los libros de texto tiene como base la
consecución de uno de los ideales de la revolución: poner la educación al
alcance del pueblo.
La reivindicación de la enseñanza es un punto central del programa
del socialismo revolucionario. Esto mismo lo entendían los intelectuales
que propusieron la educación socialista en México, de hecho, en la época
de López Mateos(1958-1964), el Estado era de tendencia izquierdista; sin
embargo, no dejaba de ser Estado, lo que significa que también tenía la
parte de la ideología. He aquí uno de los entramados más interesantes de
la educación en México y del fenómeno del libro de texto gratuito: la
izquierda en el poder.
1.1 Sistema educativo mexicano
El sistema educativo mexicano es resultado de un proceso complejo de
organización cultural en nuestro país. Tal como se conoce hoy día , nace
con José Vasconcelos, quien crea la Secretaría de Educación Pública
(SEP) y organiza el sistema educativo nacional en su totalidad. La relación
de hechos que se ponen a continuación es sucinta, pero destaca aquellos
aspectos que se consideran importantes para el problema que se investiga
en esta ocasión, pues es el deber del historiador ―…considerar el
conocimiento del período más antiguo como necesario o superfluo para el
conocimiento del más reciente…‖.8 En este caso se hace de forma muy
breve, tan sólo para tener un panorama completo de la evolución del
sistema educativo mexicano en nuestro país y la manera en que hechos
políticos, sociales y económicos, influyeron en su conformación.
7 Esto no significa que antes no hubiera una organización de la educación; pero se ponía
especial atención al centro del país y no se buscaba abarcar a todas las clases sociales. 8 Bloch, Marc; Introducción a la Historia, Fondo de Cultura Económica, México, 1992, p. 68
7
1.2 Cómo se organiza el sistema educativo nacional
La educación formal ha existido en todas las sociedades desde el momento
en que éstas entran en un cierto grado de desarrollo y se establecen como
sociedades plenamente constituidas. Es por ello, que en México, la
educación forma parte importante de su estructura desde los tiempos
prehispánicos, destinada a formar a los jóvenes de acuerdo a su estatus
social, es decir, se veía a la educación como una forma de preservar y
transmitir los valores y tradiciones propios de esa cultura. Esta visión de la
función educativa se mantiene entre las clases altas españolas durante la
Colonia aunque se pierde para el resto del pueblo, esto sigue así hasta que
en
… la segunda mitad del siglo XVIII y poco antes del estallido de nuestro movimiento
libertario, algunos preclaros intelectuales como Alegre, Clavijero y Díaz de Gamarra
intentaron imponer un sentido de modernidad a la educación de nuestro país…9
Es entonces cuando se da el movimiento de Independencia en México,
resultado –en parte– de la influencia de las ideas de la Ilustración. Durante
este período se considera a la educación como instrumento de
transformación de la sociedad, pues por medio de ella se buscaba sembrar
en los jóvenes las nuevas ideas del México libre.
Sin embargo, no es sino hasta el segundo gobierno de Juárez (1868-
1871), que nace la educación pública, pues hasta antes de que él dirigiera
al país, la educación había permanecido en manos de la Iglesia. De hecho,
en la Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1869 Juárez elimina la
enseñanza de la religión, es decir le da a la escuela elemental el carácter
de laica, además de gratuita y obligatoria que anteriormente ya le había
otorgado. Esta Ley de Orgánica, junto a la de 1867, fueron el resultado de
la labor de un destacado intelectual mexicano, el Dr. Gabino Barreda, y
permitieron organizar la educación nacional, pero al mismo tiempo, la
9 Iturriaga Sauco, José E.; Ustedes y nosotros, UNAM, México, 2006, p. 289.
8
influyeron con las doctrinas positivistas, de las que Barreda fue el principal
promotor en nuestro país.
El hecho de separar la religión de la educación pública es básico
para que ésta deje de estar controlada por los conservadores. Como se
puede apreciar claramente, en ese momento se habían sentado ya las
bases para que la educación se diera como un medio de cambio social,
que sembrara en las mentes de los alumnos -futuros ciudadanos- las ideas
y convicciones del Estado Mexicano. Es decir, el control de la educación
pasó de las manos del clero a las manos del gobierno.
Esto significó en grandes avances en materia pedagógica, sobre todo
durante los últimos años del gobierno de Juárez. Estos logros pedagógicos
se deben principalmente a la persona de Antonio P. Castilla, quien, con
conceptos sencillos pero visionarios, estableció pautas para llevar a cabo
una revisión formal y sistemática de la pedagogía de ese entonces. Los
principales problemas que se abordaron durante este período fueron tres:
el método didáctico, la enseñanza objetiva y la educación integral. Mismos
que al buscar solucionarse ayudaron a formar y definir lo que sería
posteriormente la educación mexicana.
Al salir Juárez del poder, toma posesión Sebastián Lerdo de Tejada
(1872-1876), quien encarga la administración de la educación pública a
José Díaz Covarrubias, quien continuó con la labor innovadora de Antonio
P. Castilla, y de otros pedagogos. Covarrubias se preocupó por anal izar la
situación de la educación en esa época, realizando un estudio que le
permitió dar una serie de sugerencias para mejorar las condiciones
educativas imperantes.
El ministro José Díaz Covarrubias en la Memoria que rinde al
Congreso es 1873, reclama una educación integral, pues además de las
materias comprendidas en la instrucción primaria obligatoria, debe
ofrecerse a la niñez una educación más completa, estableciendo en las
escuelas lecciones progresivas que tienden a desarrollar todas las
facultades intelectuales y afectivas de los niños y al iniciarlos en el
9
conocimiento de las diversas ciencias cuyos rendimientos debe conocer
todo hombre. Este conocimiento habría de darse en forma de lecciones de
cosas, para combatir el vicio del memorismo en la enseñanza. Señala
después la necesidad de impartir en las escuelas primarias ejercicios
gimnásticos y de mejorar las nocivas condiciones higiénicas en que se
encuentran aquellas.
Resulta importante destacar que durante esta época, la educación
tenía grandes vicios, heredados de los antiguos sistemas de enseñanza y
de la manera en que se había venido organizando. Al ser creada la
educación pública, se procede a buscar la eliminación de vicios, y a
implantar un sistema que permitiera modernizar a la educación y volverla
capaz de formar a los nuevos hombres que se necesitaban para la
sociedad naciente.
A partir de que Díaz (1876-1911) ocupa la presidencia, la educación
pública presenta características bien definidas. Es en esta época que se
sientan las bases de una educación científica y moderna; como privaban en
ese entonces dos corrientes del pensamiento, la positivista y la liberal,
ambas buscan influir con sus principios a la educación nacional, lográndolo
unas veces la primera, otras la segunda, y en algunos casos ambas. Sin
embargo, esto no impidió que se introdujeran y desarrollaran nuevas
técnicas metodológicas, como la educación basada en la experiencia, la
enseñanza objetiva a partir de la observación de casos, entre otras,
necesarias para la reforma educativa.
Sin duda, el Secretario de Justicia e Instrucción Pública que más
tiempo estuvo en el cargo, y el que tuvo una influencia decisiva en el
modelo educativo de la época porfiriana en su primera etapa, fue Joaquín
Baranda. Los avances en materia pedagógica fueron notables, por ejemplo,
durante su gestión se realizaron dos Congresos de Instrucción Pública a
nivel nacional, lo que permitió legislar mejor la educación y atacar sus
puntos débiles, llegando a consensos sobre diversos puntos en los que
había polémica.
10
Hacia la segunda parte del porfiriato se destaca Justo Sierra, su obra
abarcó todos los niveles del quehacer escolar y cultural. Buscó una
educación para la libertad, elaborando un plan para poner la educación al
servicio del pueblo. Por ese tiempo, comenzó a gestarse la caída del
régimen porfirista, tomando el poder Madero, que fue asesinado en el
suceso conocido como la Decena Trágica, entra entonces nuestro país en
un nuevo período de violentas convulsiones históricas: La Revolución.
Durante este período se da pié al surgimiento de una educación popular,
pues se considera que debe estar al servicio de las mayorías y ser el
instrumento de lucha contra el estancamiento económico, político, cultural y
social del pueblo.
Posteriormente, en los albores de la revolución, aparece el Manifiesto
del Partido Liberal Mexicano, que, entre otros puntos tocaba el de la
instrucción,10 misma que debía estar al alcance de todos los mexicanos sin
importar su condición social.
Este documento es una visionaria obra que sienta las bases de lo
que ahora son los artículos 3º, 123, 130 y 27 de nuestra actual
Constitución. Otro programa que ayudó a definir una nueva línea en
materia de educación, fue el Plan de Ayala que, entre otras cosas, sentaba
las bases para la creación de la escuela rural, misma que se convierte en
10
En este punto conviene hacer un paréntesis para explicar que los términos ―instrucción‖ y ―educación‖ no son sinónimos. Durante mucho tiempo se mantuvo un debate en torno a si se debía dar a los mexicanos instrucción o formación; pues durante la Colonia y hasta poco después de la culminación de la Independencia, el modelo educativo religioso, apoyado fuertemente en la doctrina kantiana, establecía la instrucción basada en la disciplina como la idea central del proceso educati vo. [Ver Jaime Castrejón, Ensayos sobre política educativa , INAP, México, 1986, pp. 20-22]. A principios del siglo XIX, las ideas de la Ilustración, que tomaban en cuenta muchas de las premisas educativas de Rousseau -que proponía una formación basada en la naturaleza humana y en la libertad de aprendizaje- influyeron en la forma de conceptuar la educación en México. Los criollos liberales y los insurgentes mexicanos coincidían en la necesidad de formar un sistema educativo que tuviera un carácter menos rel igioso y que fuera más incluyente. Este debate entre una postura rígida de la educación como instrucción y la postura flexible como formación, prevaleció aún después de la Independencia e incluso se intensificó por la aguda lucha entre conservadores y liberales. Cuando en el Manifiesto del Partido Liberal Mexicano se hablaba de instrucción, en realidad se está hablando de formación; es decir, no de la postura rígida y disciplinaria, sino de la manera en que lo plantea Rousseau; lo que hace suponer que para ese momento había ya una confusión entre los términos de formación e instrucción.
11
una institución representativa de la auténtica educación popular en nuestro
país.
La época de la revolución fue un período de grandes cambios en
materia educativa, pues buscó que la educación estuviera al alcance del
pueblo, que se preocupará por alcanzar el desarrollo de la comunidad, de
manera que se convirtiera en agente de cambio social. Sin embargo, es
lógico suponer que debido a las circunstancias imperantes durante este
período de lucha armada, muchas de las grandes iniciativas en materia de
educación no podían ponerse inmediatamente en práctica, lo cual no
implica que no haya significado un cambio, por el contrario, la escuela que
surge de la revolución es más pensada, popular, está más encaminada a la
verdadera educación y no sólo a la instrucción, y se caracteriza como una
escuela que lucha por formar hombres críticos, progresistas y
comprometidos.
Cuando Venustiano Carranza (1914) asume el poder, se promulga un
documento que habría de regir políticamente al país, la Constitución de
1917, misma que sigue vigente a la fecha (con sus consecuentes
modificaciones). En ella se establecieron preceptos verdaderamente
revolucionarios en materia de trabajo, propiedad de la tierra y otros
aspectos. Sin embargo, en lo que se refiere a educación, el proyecto inicial
era que siguiera siendo gratuita y laica sólo en las escuelas oficiales, y
obligatoria para todos. Hubo una gran discusión a este respecto, puesto
que existieron dos posturas, una que luchaba porque la educación fuera
laica en todas las escuelas (fueran particulares o no) y otra que declaraba
la libertad de enseñanza, haciéndola laica sólo en las escuelas oficiales.
Luego de varias discusiones, se impuso la primera, logrando que se
impidiera que los ministros de cultos pudieran dirigir o establecer escuelas,
pero decretando que la educación es libre. Además, en ningún momento se
estableció que los ministros de cultos no pudieran enseñar, sólo que debía
ser una educación laica, por lo que muchas órdenes religiosas siguieron
impartiendo clases ―laicas‖. Podríamos decir, entonces, que el artículo 3º
12
Constitucional no significó ningún avance en la práctica; sin embargo,
permitió sentar las bases jurídicas de lo que hoy es la educación.
Posteriormente, durante el gobierno de Huerta (1920), y a iniciativa
de José Vasconcelos, que en ese entonces era Rector de la Universidad
Nacional de México, se crea la Secretaría de Educación Pública y Bellas
Artes, que sería la encargada de administrar la educación pública en todo
el territorio nacional, sin que por ello los estados dejaran de impulsar la
educación por su cuenta, fue así que nacen los conceptos de Escuela
Federal y Escuela Estatal. En el aspecto pedagógico, Vasconcelos innova
al utilizar el concepto educación, en lugar del de instrucción11 que se había
venido ocupando.
Ya durante el mandato de Álvaro Obregón (1920-1924), José
Vasconcelos inicia la gran tarea de formar y organizar lo que actualmente
es el aparato educativo de México. Entre otras cosas se realizaron estudios
para elaborar los programas de estudio del nivel básico tanto rural como
urbano, se difundieron las bellas artes, se impulsó a la educación media y
la preescolar, se crearon más bibliotecas públicas, se editaron gran
cantidad de libros de texto gratuitos, se repartieron desayunos escolares
para los niños de escasos recursos, se promovió la investigación científica
y el intercambio cultural con el extranjero. Sin embargo no fue sencillo, al
principio los gobiernos de los estados se opusieron a que existiera una
Secretaría que controlara toda la educación, pues pensaban que eso
violaba el principio de soberanía de los estados. Afortunadamente la razón
se impuso y la SEP se creó y organizó bajo la dirección de José
Vasconcelos.
La Secretaría de Educación Pública promueve, durante el período
vasconcelista, la educación para todos como un medio para liberar al
pueblo de la opresión y la ignorancia, por ello se preocupa por alfabetizar a
11
Si bien, como ya se comentaba en otra nota a pie de página existía un debate entre el uso de los términos instrucción y formación; hasta este momento no se había utilizado el de educación que resulta mucho más amplio en cuanto a significado, pues involucra tanto a la instrucción como a la formación, yendo más allá al tener como objetivo una articulación integral de los aspectos físico y cognitivo.
13
los indios, a los campesinos y a los obreros. Con el objetivo de llegar a
todo el territorio nacional, se forman escuelas rurales, en las que se busca
educar para
…la mejora de la conservación de la salud y de la vida, la elevación de la ocupación
habitual, elevar el estado económico, la alfabetización de los niños y adultos,
fomentar los sentimientos cívicos patrióticos, la dignificación de la vida cotidiana y la
socialización de la comunidad, a través de la organización con la gente de la
comunidad su integración mediante el intercambio de ideas ”.12
Algo destacable es que se forma un cuerpo de agentes viajeros con el fin
de estudiar las diversas problemáticas de la nación, para así poder planear
servicios educativos que se ajustaran a la realidad que el pueblo vivía. La
Secretaría de Educación Pública busca establecer una escuela que enseñe
a vivir en la democracia, por ello forma el Consejo Federal de Educación.
Todo el clima político y social en que se ha venido desenvolviendo la
vida del país hasta el momento de la Revolución y durante varios años
después, desemboca - desde un punto de vista puramente pedagógico - en
el nacimiento de la escuela socialista. El principal punto de debate en este
aspecto fue el de la religión. Por tradición, la Iglesia habíase venido
encargando de la educación desde tiempos de la Colonia y deseaba seguir
haciéndolo; sin embargo, el pensamiento se enfocaba ahora distinto, el
hombre confiaba en su razón y en el progreso científico, la religión había
venido a menos, pues desde ―…el advenimiento y la expansión de la
revolución industrial […] las masas se han visto arrancadas, no únicamente
del hogar de sus antepasados, sino también de su tradicional religión‖. 13
Claro que esto había sucedido no sin resistencia, tanto por parte del mismo
12
Ramírez, Rafael. La escuela proletaria cuatro platicas acerca de la educación socialista. Edit. Caballito. México. 1935, p. 54
13 Hayes, Carlton J. H.; El nacionalismo una religión, trad. M. Luisa L. de Del Real, Edit.
Hispano Americana, México, 1966, p. 19
14
pueblo como por parte de la religión. Aún así, cada vez se imponía más el
pensamiento racionalista, lo que creaba un vacío religioso.
Pero […] un vacío de esta especie no es natural y provoca una urgencia de llenarlo
con alguna nueva fé […] Cuando las masas se han tornado indiferentes a la fé y a la
práctica del cristianismo histórico, han tendido, más bien, a aceptar algún otro de los
substitutivos que los intelectuales han preparado para ellos y que les resultan más
atractivos, entre los cuales los más importantes son el comunismo y el
nacionalismo.14
México eligió el nacionalismo. Para el gobierno de Plutarco Elías Calles
(1924-1928), las condiciones en el país -y en el mundo entero- habían
cambiado. El surgimiento del socialismo como doctrina filosófica traía
consigo toda una reestructuración del pensamiento mundial, máxime
cuando se convirtió en una postura económica. Es en ese marco que se
presenta un conflicto de grandes dimensiones en nuestro país entre el clero
y el gobierno, principalmente debido al intervencionismo de uno y la
intolerancia del otro. Ese conflicto repercute seriamente en la educación,
pues el entonces Secretario de Educación Manuel Puig Casauranc, dicta el
22 de febrero de 1926 un Reglamento Provisional para Escuelas
Particulares con sanciones a toda infracción del Artículo 3º Constitucional,
por lo que muchos colegios particulares fueron cerrados y maestros
sacerdotes despedidos.
Surge entonces la llamada Guerra Cristera que dio serios problemas
a Calles durante su mandato. Hacia el término de éste y cuando Obregón
había sido reelegido como Presidente y posteriormente asesinado antes de
tomar el poder se crea el Partido Nacional Revolucionario (antecesor del
PRI) mismo que jugaría un papel decisivo, tanto en la vida política del país,
como en la legislación educativa.
14
Ibídem, p. 20
15
Es durante el gobierno de Portes Gil (1928-1930) que termina la
Guerra Cristera, lo cual dio paso a que la educación socialista15 se diera
más fácilmente, pues ésta rechaza toda clase de religiosidad dentro de la
educación. También durante su mandato se logra la autonomía de la
Universidad Nacional el 10 de julio de 1929. Después de Portes Gil, tocó el
turno en la silla presidencial a Ortiz Rubio (1930-1932), aunque quien en
realidad manejaba todo seguía siendo Calles -el Jefe Máximo, como era
conocido-, razón por la cual se le llama Maximato a este período de la
historia mexicana. La figura de Calles influenciaría determinantemente el
rumbo que tomaría la educación en nuestro país, pues era él, tras la silla
de Portes Gil, quien determinaba los rumbos de la nación en todos los
ámbitos, y el educativo no fue la excepción. En este sentido, se mantuvo a
la educación como un instrumento de unificación y de consolidación de la
ideología del Estado. El proyecto oficial educativo tuvo como principal
objetivo instruir al pueblo, enseñarlo a trabajar e inculcarle el nacionalismo
oficial. Todo esto provenía de las decisiones de Calles.
Narciso Bassols, en 1931, realizó una acción radical e imperativa
sobre la educación, se propuso terminar con cualquier reducto eclesiástico
que aún quedara en las escuelas. En primer lugar expidió un Decreto
mediante el cual hacía extensivo el carácter laico a las escuelas
secundarias particulares, de igual manera, se preocupó por eliminar de la
práctica docente a cualquier miembro o ministro religioso. Aunque hubo
protestas, todo siguió su curso normalmente. Al empezar la década de los
treinta, la polémica sobre el socialismo16 en la educación alcanzaba su
punto máximo
15
El término educación socialista en México tenía el significado de ―no religiosa‖, enfocada a desaparecer el fanatismo y los prejuicios y crear un concepto racional del universo y la vida social.
16 Hay que hacer puntualizaciones al respecto; en primer lugar, ya en los años veinte se consideraba a México como ―bolchevique‖, porque el nacionalismo mexicano era antimperialista pues se oponía a que los inversionistas extranjeros utilizaran el recurso de los derechos extraterritoriales e invocaran el derecho internacional para perpetuarlos; pero México no era ―bolchevique‖ realmente; sin embargo, la izquierda mexicana dominante en esa época, compartía la idea de que el gobierno debía ―compartir‖ el poder con sus gobernados.
16
En la Segunda Convención Ordinaria del PNR, reunido en Querétaro en diciembr e de
1933, se elaboró el Primer Plan Sexenal y se postuló a Lázaro Cárdenas como
candidato del Partido a la presidencia de la República. En esa Convención se
propuso darle a la educación un enfoque más radical, proponiéndose sustituir la
educación laica por la socialista. Dicha propuesta no fue aceptada en principio, pero
posteriormente al manejarse como sinónimos racionalista y socialista, se logró
generar un consenso, por lo que la Convención aceptó esta propuesta , la cual pasó
como iniciativa a la Cámara de Diputados. El PNR explicaba que el socialismo
propuesto no sería a la manera como se estaba llevando a cabo en otras partes del
mundo, sino se trataba del socialismo de la Revolución mexicana, por lo que, si
originalmente el proyecto se sustentaba en el socialismo científico pasó, después de
acalorados debates, a poner el énfasis en el carácter nacionalista de la educación,
quedando en el Art. 3º. Constitucional de la siguiente manera: "La educación que
imparta el Estado será socialista y, además de exc luir toda doctrina religiosa,
combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus
enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto
racional y exacto del Universo y de la vida social". La educación s ocialista era
obligatoria para la primaria, la secundaria y la normal, la educación superior se
excluyó de este ordenamiento.17
Amén del problema del socialismo surge otro, el de la educación sexual,
misma que es recomendada a los gobiernos a partir de la celebración del VI
Congreso Panamericano del Niño. Esta polémica sobre la impartición de la
educación sexual se complicó con el religioso, y por supuesto con el del
socialismo en la educación. A este respecto, aunque Bassols defendía el
laicismo en la educación y consideraba recomendable la impartición de una
educación sexual, no se hallaba del todo de acuerdo con la intromisión del
socialismo en las prácticas pedagógicas del sistema educativo mexicano.
Aún así, los inicios sobre la reforma socialista al Artículo 3º se dan en
el campo político electoral. Se buscaba que la educación se reformara para
que se diera la sustitución del régimen capitalista por un sistema que
socializara los medios e instrumentos de producción económica. A este
17
Cfr. Larroyo, Francisco, Historia comparada de la educación en México, 8ª ed., Porrúa, México, 1967.
17
respecto el entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de
México, Roberto Medellín Ostos, firmó un acuerdo con Vicente Lombardo
Toledano18 en el que aprobaba la postura de socializar la educación.
Acuerdo al que se opusieron, por medio de una huelga, los estudiantes de
la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, a la que otras Facultades se
unieron. Después de varios conflictos, finalmente se logró la destitución del
rector y la salida de Lombardo Toledano de la Universidad. Este problema
se generalizó a otras Universidades del país que lucharon por mantener la
autonomía y la libertad de cátedra ante las reformas socialistas, lucha que
al final ganaron los estudiantes.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) se nombra
Secretario de Educación Pública a Ignacio García Téllez, quien sería el
encargado de encontrar la orientación política y pedagógica que debía
darse al Artículo 3º. Para entonces ya se encontraba contemplada, dentro
del Plan Sexenal, la reforma socialista a la educación. Así, García Téllez
tan sólo buscó la mejor forma de ponerla en práctica.
La educación socialista en México buscaba
… suministrar los medios y organizar los planteles para conducir a los obreros y
campesinos desde las enseñanzas elementales hasta los más altos tipos de cultura
técnica y profesional (…), aspiraba a la formación de obreros calificados para que las
masas proletarias tuvieran una justa participación en el aprovechamiento de las
riquezas (…).19
18
Fue un líder obrero cuyo pensamiento concebía al hombre como lo más hermoso en el universo; de allí que se destacara como humanista, defensor de las causas de los obreros y convencido de que el ejercicio de la razón es el medio principal del proceso de humanizaci, ón. Por ello considera que la escuela ayuda a la transformación social, de allí que a través de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) buscara luchar ―…porque la escuela, en todas sus formas, sea un factor social al servicio de los intereses de las mayorías y por la aceptación de los valores de la cultura proletaria‖ (Lombardo Toledano, Las corrientes filosóficas en la vida de México . Universidad Obrera de México. México, 1963, p. 82). Es decir, la escuela debe enseñar a pensar científicamente para forjar un criterio en los individuos, pero también para transmitir un criterio proveniente del Estado.
19 Solana, Fernando et al.; Historia de la Educación Pública en México, Fondo de Cultura Económica, SEP, México, 1998, p. 240
18
Se buscaba asimismo proporcionar asistencia social, dar una orientación
socialista a todos los niveles de la sociedad mexicana, eliminar el
analfabetismo, difundir la cultura en medios indígenas, establecer más
escuelas rurales, fundar escuelas nocturnas, reorganizar las escuelas
normales para orientar la formación de los maestros hacia ámbitos
socialistas, entre otras muchas cosas. Un hecho lamentable que se produjo
a raíz de la orientación socialista a la escuela, fue la violencia contra los
maestros, quienes se convirtieron así en catalizadores de la lucha social.
Hasta este momento, la política educativa había sido radical y el
aspecto socialista se había propuesto desde un punto de vista antirreligioso
más que otra cosa. Es entonces cuando Cárdenas rompe con Cal les, dando
por terminado el período del Maximato. A partir de esta ruptura, el
socialismo en la educación se vuelve más moderado. Toma entonces
posesión como Secretario de Educación Pública Gonzalo Vázquez Vela,
quien también era moderado, lo que le convino a Cárdenas, pues
necesitaba el apoyo de diversos sectores sociales, entre ellos el
empresarial, para poder cumplir su proyecto de nación moderna; al
moderarse el socialismo en la educación se mostró la buena disposición
gubernamental para favorecer la propiedad privada y el libre mercado;
además de que la revolución mexicana nunca fue socialista, sino
nacionalista; de esta manera al moderar el socialismo en la educación no
se le podía acusar de no velar por los ideales de la revolución. Sin
embargo, a pesar de haber eliminado el radicalismo en la reforma
socialista, subsistía la confusión con respecto a qué tipo de socialismo se
orientaría la pedagogía.
Aunque la idea de una educación socialista era teóricamente buena,
se demostró en la práctica que no era correcta, principalmente porque no
se correspondía con la realidad social que vivía en ese entonces el pueblo
19
mexicano, ni tampoco con los ideales heredados de la revolución que eran
nacionalistas.20
Al ocupar Ávila Camacho (1940-1946) la presidencia se inicia una
doctrina de unidad nacional y se reforma la educación socialista. Toma
posesión como titular de la SEP Luis Sánchez Pontón, quien sostuvo
firmemente los postulados del Artículo 3º Constitucional, reestructuró la
SEP para hacer posible la unificación de los sistemas de enseñanza, su
salida se debió a las luchas internas de los maestros y la imposibilidad de
Sánchez Pontón para conciliarlas, además de su inclinación hacia los
elementos radicales.
Es entonces cuando toma posesión Octavio Véjar Vázquez, quien
buscó atemperar los planes de estudio, combatir los elementos radicales,
buscar la unidad de los maestros e incorporar a la iniciativa privada a la
educación. Véjar Vázquez sostiene que es incompatible un gobierno
democrático con una educación sectaria, por lo que se debe fomentar una
escuela ajena a toda influencia extraña. Los conflictos magisteriales
continuaron durante su gestión y surgieron nuevos, ante esto tomó medidas
enérgicas que crearon un clima de terror y persecución, por lo que todo
intento de unificación fracasó.
El cambio de gobierno, de Cárdenas a Ávila Camacho, en el momento en que el país
se unió a los Aliados tuvo un efecto desmovilizador. La SEP, con Véjar Vázquez,
impulsó acciones represivas (castigos y despidos) contra los maestros que se habían
destacado en la promoción abierta y diligente de la educación socialista (por más
que el término no se quitó del artículo 3º. sino hasta 1946). Se trataba de volcar la
escuela hacia una política de unidad nacional; se hablaba de una “escuela del amor”;
se buscaba, como en el porfiriato, la neutralidad ideológica; se hacían las paces con
la Iglesia y fue imponiéndose una gran tolerancia hacia las escuelas católicas. El
maestro ya no sería un promotor social, ya no se ocuparía de la redención de los
campesinos y de los indios, sino se dedicaría sólo a sus labores pedagógicas. En
cuanto a las veleidades del DAAI [Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas],
20
Debemos recordar que el nacionalismo tiene la ―gracia‖ de que no llega a una minoría selecta, sino que despierta la emoción de las masas debido a que enarbola el ideal de libertad e igualdad entre los hombres. Es una forma de trascendencia atea.
20
se le redujo el presupuesto y el personal, y se interrumpieron los trabajos de
enseñanza en lengua vernácula, que atentaban contra la homogeneidad deseada en
una nación armónica y moderna.21
Entró en su lugar Jaime Torres Bodet, quien logró la unificación del
magisterio y mejoró métodos de la educación, construyó escuelas, capacitó
maestros y logró su mejoramiento económico. Durante su gestión se realizó
una Campaña Nacional de Alfabetización . Llevó a cabo una importante obra
editorial al publicar la Biblioteca Enciclopédica Popular en una forma
sencilla, lo que permitió su multiplicación. También se llevó a cabo el
Primer Congreso de Educación Normal, en el que se planteó la necesidad
de reformar los planes de estudios para ampliar los contenidos
programáticos, así como de establecer un bachillerato para los maestros de
educación primaria.
Con base en la política de la Unidad Nacional se reformó la
Constitución en su Artículo 3º, quedando la orientación de la educación
como permanece hasta la fecha, y cambiando esta orientación de socialista
a democrática, integral, nacional, obligatoria, científica y gratuita, 22 con lo
que Torres Bodet da fin al conflicto largamente discutido sobre la laicidad
de la educación.
Cuando Miguel Alemán (1946-1952) llega a la presidencia, su ideario
educativo se resume en los siguientes puntos: fomentar la escuela rural,
21
Guillermo de la Peña, Educación y cultura en el México del Siglo XX en Latapí. Un
siglo de v. I, pp. 76-77; Cfr. Isidro Castillo, México y su revolución educativa , México,
Academia Mexicana de la Educación / Pax-México / Librería Carlos Cesarman, 1965, pp.
422-424. 22
Esta reforma obedece al hecho de que para 1946, que se reformó el artículo 3º, Manuel Ávila Camacho deseaba eliminar el estigma socialista que había marcado el gobierno de Lázaro Cárdenas, por ello se cambia la educación socialista por una educación democrática. Se debe entender que en este periodo da inicio una política de conciliación nacional que busca –entre otras cosas- ubicar adecuadamente el rumbo de la educación; porque el vocablo ―socialista‖ se prestaba a muchas confusiones ideológicas, México era un Estado social, no socialista; aunque sí se buscaba una política social en este país. Para evitar la confusión se cambia el término por ―democrática‖ lo cual se ajusta más al sentido que se pretende: el gobierno del pueblo a través de sus representantes; una educación ―democrática‖ es una educación que ofrece igualdad de oportunidades a todos los sectores sociales del pueblo.
21
continuar con la alfabetización, construir escuelas, capacitar al magisterio,
poner libros al alcance de todos, fomentar la enseñanza técnica, y difundir
la alta cultura. Gracias a este ideario, en el gobierno de Alemán Valdez se
creó, en 1947, la Dirección General de Enseñanza Normal, se reorganizó e l
Instituto Nacional de Pedagogía, y la Escuela Normal Superior quedó
instalada definitivamente en su nuevo edificio. Fueron establecidas las
Misiones Culturales, operando más del 50 % de ellas en centros rurales y
se estableció el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
En 1948, se creó la Dirección General de Alfabetización, así como el
Consejo Técnico y el Instituto Federal de Capacitación de Magisterio de
Educación Física. También fue creado el Consejo Técnico de Enseñanza
Superior e Investigación Científica. Se instaló el Museo Nacional de Artes
Plásticas y se logro la terminación de la Escuela Nacional de Maestros.
Su política, pues, trató de apoyarse en la industrialización y
recuperación económica del país. Tomo el modelo de la llamada escue la
unificada que había resultado de la Segunda Guerra Mundial en Europa. La
escuela unificada pretendía, en pocas palabras, facilitar el acceso a la
enseñanza media y superior sin distingos económicos o sociales.
Entre los logros más sobresalientes del gobierno de Miguel Alemán
en materia educativa, destaca la creación del Instituto Indigenista, la
construcción de la Ciudad Politécnica, de la Ciudad Universitaria, de la
Escuela Nacional de Maestros, de la Escuela Naval de Veracruz y de la
Escuela de Aviación Militar de Zapopan, Jalisco.
El gobierno de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) buscó también la
industrialización, consideró al problema educativo en su más amplia
expresión. En este período se desarrollan las ideas educativas de José
Ángel Cisneros, quien tenía la idea de crear una filosofía de la
mexicanidad, que no pasó de ser mera teoría de ensayos periodísticos.
Durante su gestión, los servicios educativos fueron aumentados, aunque la
alfabetización disminuyó, sin embargo la educación superior recibió gran
apoyo.
22
Durante el gobierno de López Mateos (1958-1964), Torres Bodet
vuelve a desempeñarse como secretario de Educación Pública, y se puso
en práctica el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación
Primaria en México, mismo que se calculó a largo plazo (11 años). Este
Plan no funcionó como se esperaba, principalmente porque se basó en
datos que no correspondían con la realidad.
En esta segunda gestión de Torres Bodet se creó la Comisión
Nacional de Libros de Texto Gratuitos ; se realizó una reforma a los
planes y programas de estudio, con la que se buscó elevar la calidad de la
educación; se impulsó la formación y el mejoramiento profesional del
magisterio; se establecieron los primeros centros regionales de enseñanza
normal.
El período presidencial de Adolfo López Mateos, con Jaime Torres
Bodet al frente de la SEP, es relevante porque se atreve a proponer nuevas
perspectivas a la educación, y logra elevar su calidad y ponerla al alcance
de todos. Además, logra encauzar a la educación por el camino que ha
seguido hasta ahora. Para nuestra investigación, la relevancia estriba,
además, en que es el sexenio en el que los libros gratuitos se convierten en
una realidad, dando a la educación nacional una estandarización de la que
carecía hasta entonces. Adolfo López Mateos veía en este hecho el
cumplimiento de su labor, "...al recibir gratuitamente sus textos –no como
una gracia sino por mandato de la ley- se acentuará en los educandos el
sentimiento de sus deberes hacia la patria, de la que algún día serán
ciudadanos".23
A partir de este momento, el país se encuentra ya en calma, los
lineamientos sociales, económicos y políticos siguen directrices bastante
estables, y los cambios que se dan se hacen de manera pacífica, todo esto
se refleja en la educación, que también comienza a funcionar sin mayores
conflictos. Esta calma se rompe durante el conflicto de 1968, de grandes
23
Citado en el Boletín del Consejo Nacional Técnico de la Educación., no.6 juni o de 1959, p.59
23
repercusiones sociales pero que no significó cambios en las políticas
educativas, o en los contenidos académicos, aunque sí en la actitud y
conciencia de los maestros y estudiantes que lo vivieron.
Como se puede ver en todo el recuento histórico anterior, desde sus
inicios como nación, México reconoció la importancia de que el pueblo
accediera a la educación laica, como una forma de alcanzar la soberanía
verdaderamente, José María Luis Mora hacía alusión a esto al afirmar
que…
…los mexicanos formados por el clero [...] no harían otra cosa, puestos a elegir
libremente las instituciones políticas y sociales [...] que aquellas que c oincidiesen
con la forma de educación que habían recibido. Por ello era menester arrebatar al
clero la educación y obligar a todos los mexicanos a recibir una educación liberal.24
Ese mismo pensar perduraría en el tiempo y permitiría dar forma a las
instituciones educativas del Estado, en un primer momento, cuando se crea
la Constitución de 1917, se considera importante suprimir la Secretaría de
Instrucción Pública y Bellas Artes, pues lejos de democratizar la educación,
lo que hacía era centralizarla en el Distrito Federal y los territorios
federales. Debido a ello se consideró que cada municipio debería hacerse
cargo de su propia educación. Esto fue algo que superó con creces las
facultades de los municipios, además que no existía manera de mantener
una continuidad en la educación de un lugar a otro del mismo país. Es
hasta que Adolfo de la Huerta toma el poder, que se inician los cambios
necesarios para que la educación volviera a formar parte de las secretarías
que conformaban el gobierno federal.
Se hizo entonces evidente la necesidad de crear una Secretaría de
Educación Pública a nivel Federal, proyecto que emprende José
Vasconcelos Calderón. La idea era lograr que la educación estuviera al
alcance de todos, pero también era crear un organismo nacional que
pudiera organizar el proceso educativo en niveles bien determinados, que
24
Alfonso Caso et. al., El liberalismo y la reforma en México , p. 499.
24
ofreciera una educación que integrara a los indígenas, a los habitantes de
poblados rurales, a las mujeres. La idea de la creación de la SEP era poder
ofrecer la educación sin distingos ni exclusiones de ninguna especie.
En ese sentido se buscaba que las tareas educativas se asumieran
desde la perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social;
cuando Vasconcelos toma posesión como rector de la Universidad (lo que
lo colocó al frente del proyecto de creación de la SEP) afirmó:
"Al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben
algo, en favor de los que nada saben; me refiero a una enseñanza que sirva para
aumentar la capacidad productiva de cada mano que trabaja, de cada cerebro que
piensa [...] Trabajo útil, trabajo productivo, acción noble y pensamiento alto, he allí
nuestro propósito [...] Tomemos al campesino bajo nuestra guarda y enseñémosle a
centuplicar el monto de su producción mediante el empleo de mejores útiles y de
mejores métodos. Esto es más importante que distraerlos en la conjugación de los
verbos, pues la cultura es fruto natural del desarrollo económico [...] "25
Es bajo esta tónica que se constituye la Secretaría de Educación Pública el
25 de septiembre de 1921. Desde el principio, la SEP tuvo actividades
vastas, pues organizaba cursos, abría escuelas, fundaba bibliotecas,
editaba libros, alfabetizaba adultos, etc.
La SEP comenzaba a servir para aquello que se había creado, poner
la educación al alcance de todos; pero conforme su historia fue avanzando
y con ello la sociedad mexicana se tornó más compleja, la tarea que había
emprendido la SEP se vio también complicada por un sinnúmero de
factores en los que la Secretaría no puede interferir directamente y que son
ajenos a la educación como tal, pero inciden en ella de diversas formas.
Como el sistema educativo público de un país es el depositario de las
esperanzas de progreso y prosperidad de un pueblo; es a través de la
educación pública que el gobierno asume la responsabilidad indelegable de
25
Vasconcelos citado en http://www.sep.gob.mx/wb/sep1/sep1_Historia_de_la_SEP?page=3
25
proveer a sus ciudadanos más jóvenes las herramientas para formarse
como personas preparadas. La escuela pública es considerada en nuestro
país como una vía para acceder a un mejor futuro; por ello, es de gran
importancia la manera en que los niños se formen en ella, pues se están
formando los ciudadanos del futuro. De allí que su organización y buen
funcionamiento, sean la base para una educación integral en todos los
niveles de la misma.
Actualmente, en el ámbito del derecho, la Constitución Política de
México y la Ley General de Educación (LGE) son los principales
documentos legales que regulan el sistema educativo mexicano. El artículo
3º de la Constitución estipula que:
Todo individuo tiene derecho a recibir educación y que la federación, los estados y
los municipios la impartirán en los niveles de preescolar, primaria y secundaria.
Asimismo establece que la primaria y la secundaria son obligatorias. El Estado
promoverá y atenderá todas las diferentes modalidades educativas incluyendo la
educación superior, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el
fortalecimiento y difusión de la cultura de México.
Mientras que la Ley General de Educación, en su artículo 10° nos
señala que está formado por: educandos y educadores; autoridades
educativas; planes, programas, métodos y materiales educativos;
instituciones educativas del estado y sus organismos descentralizados;
instituciones particulares con autorización o con reconocimiento de validez
oficial por parte de la SEP; e instituciones de educación superior
autónomas.
A través de la SEP, el gobierno federal determina los planes y
programas de estudio en el ámbito nacional, tomando en consideración las
opiniones de los gobiernos de las entidades federativas y de los diversos
sectores involucrados. La educación impartida por el Estado es laica y está
orientada por los resultados del progreso científico; por tanto, lucha contra
la ignorancia, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
26
De acuerdo al documento La Regulación de la Educación en Materia
Federal,26 la principal función de la SEP es la educación, para ello fue
creada el 25 de septiembre de 1921 y se mantiene con ese objetivo
primordial desde entonces. Para llevar a cabo dicha función, esta
Secretaría debe tomar en cuenta tanto a los sujetos que intervienen en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, como a la sociedad en general, a las
autoridades que se vinculan con él, a los medios con el que se desarro lla y
a una serie de factores y elementos que modifican constantemente dicho
proceso. Así, determina normas, establece la manera en que se organiza el
sistema educativo mexicano, dicta planes y programas de estudio, regula
entidades privadas que imparten educación y mantiene un estrecho
contacto con todos los sectores involucrados.
La SEP pretende crear condiciones que aseguren que todos los
mexicanos puedan acceder a una educación de calidad, desde cualquier
parte del país e iniciando en el nivel que así requieran. Si bien, esta misión
resulta complicada, debido a las mismas características de México, que
dificultan una estandarización de los procesos educativos, aún así, desde
hace más de cincuenta años se ha mantenido un libro de texto único por
asignatura para toda la república; aunque cabe señalar que existen algunos
específicamente diseñados para la escuela rural, aunque en este punto, de
todas formas existe una homogeneización de todas las zonas rurales,
siendo que cada una tiene sus peculiaridades propias.
En lo que respecta a su labor para ordenar el sistema educativo
mexicano, lo que la SEP busca es lograr que éste sea amplio para que
abarque toda la nación; articulado, para que exista una continuidad entre
sus distintos niveles, pero también entre sus diversas instituciones, de
manera que se pueda iniciar la educación en una parte del país y te rminarla
en otra. La SEP ha articulado el actual sistema educativo mexicano con
seis niveles educativos:
1. Inicial
26
Disponible en el portal de la SEP http://www.sep.gob.mx
27
2. Preescolar
3. Primaria
4. Secundaria
5. Media superior (bachilleratos y profesional media)
6. Superior (licenciatura y postgrado).
La educación inicial proporciona educación y asistencia a los niños
de 45 días a 5 años 11 meses de edad, hijos de madres trabajadoras. Esta
educación se da en los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) y en
numerosos centros privados de atención infantil inicial o ‗maternal‘. La
educación inicial no es obligatoria.
La educación preescolar atiende a niños de 4 y 5 años de edad. Se
imparte generalmente en tres grados escolares y se of rece en tres
modalidades: general, indígena y cursos comunitarios.
La educación primaria es de carácter obligatorio por mandato
constitucional. Se imparte a niños y adultos. La primaria para niños la
cursan en seis años (seis grados) los niños en edad escolar, es decir, que
tienen de 6 a 12 años y se imparte en los medios urbano y rural.
La educación secundaria es obligatoria y se imparte en los siguientes
servicios: general, para trabajadores, tele secundaria, técnica y abierta; con
excepción de la abierta, todos los demás servicios componen la secundaria
escolarizada.
El nivel medio superior comprende tres tipos de educación:
propedéutica (bachillerato general), propedéutica-Terminal (bachillerato
especializado o tecnológico) y Terminal (profesional medio).
La educación superior es el máximo nivel de estudios. Comprende
licenciatura y postgrado en educación normal, universitaria y tecnológica.
Además tiene autonomía y libertad de cátedra; por lo que las políticas
educativas comprendidas en los Planes Nacionales de Educación (se
realiza uno por sexenio), sólo establecen directrices deseables en la
28
educación superior, pero no instituyen sus planes y programas; pues éstos
son determinados por la misma institución universitaria.
Por otra parte, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos
(Conaliteg), dependiente de la SEP, es el organismo descentralizado
encargado de producir y distribuir los libros de texto para el nivel básico. Es
importante aclarar que la Conaliteg no autoriza o desautoriza el contenido
de los libros, ese es papel de la SEP, que debe revisar que el contenido
esté acorde al plan de estudios actual, las políticas educativas vigentes, el
plan nacional de educación y otros factores que se han marcado como
relevantes para determinar el contenido de los libros; los cuales, por otra
parte, son elaborados por expertos en las diferentes asignaturas, muchas
veces sometidos a concurso para elegir aquél que será más adecuado.
Desde sus inicios, la SEP se encargó de regir los destinos del
sistema educativo mexicano, pero a finales de los años cincuenta, con el
nacimiento de la Conaliteg y la creación del libro de texto gratuito, la SEP
comenzó a implementar formalmente propuestas de organización curricular,
concretadas a través de los Planes y Programas de Estudio de Educación
Primaria. Estas propuestas fundamentaron el contenido de los libros de
texto gratuitos.
29
Capítulo II. Los libros de texto gratuitos
Algo que se ha venido señalando a lo largo de la historia de la educación
en México, o más específicamente, desde la creación de la Secretaría de
Educación Pública allá por 1921, es la necesidad de instrumentar
estrategias adecuadas para combatir el rezago educativo. Para esto, es
necesario tener en cuenta que dichas estrategias deben cumplir con dos
objetivos: por un lado, eliminar la deserción escolar para evitar que
continúe creciendo el número de rezagados y, por el otro, ayudar a los ya
rezagados a alcanzar el nivel educativo que realmente necesitan. Entre las
herramientas que se han creado para mejorar los niveles educativos dentro
de las escuelas se encuentran los libros de texto gratuitos.
Los libros de texto gratuitos para todas las asignaturas del nivel
básico, surgen después de un largo recorrido que permitió la evolución del
sistema educativo nacional.
En un primer momento, después del período revolucionario
mexicano, la educación se presentaba como la alternativa más viable para
alcanzar varios ideales que encarnaban el naciente proyecto de nación: la
justicia social, el progreso industrial, el desarrollo económico, entre otros.
Pues a la
…educación se la ha atribuido también la función de reproducir estructuras sociales
por generaciones; esta afirmación se hizo más elocuente a partir de los años
cuarenta cuando los sectores medios y altos, afianzados por el desarrollo industrial
del país querían mantener su estatus.27
27
Torres Septién, Valentina; Op. cit., p. 215
30
¿Cómo alcanzar estos anhelos? Para los gobiernos posrevolucionarios la
respuesta les fue obvia: educando al pueblo.28
Sólo que educar al pueblo requería de acciones masivas que
involucraban la creación de infraestructura (escuelas), la formación de
docentes, la creación de planes de estudios e, incluso, la edición de libros;
sólo que este último punto no fue concientizado por el gobierno
inmediatamente, ni por los docentes e intelectuales que en ese entonces
peleaban por establecer una educación al alcance de las masas. Es más,
en los primeros momentos hubo un fuerte rechazo a la existencia de libros
estándares para toda la república, pues se consideraba que eso coartaría
la libertad de cátedra que todo maestro debía tener. Pero veamos paso a
paso esta evolución.
Hacia el inicio de los años treinta, solamente se habían publicado en el país textos
de lectura escritos por particulares, pues el gobierno no se había abocado a esa
tarea. Predicaban valores éticos como el individualismo, el respeto a la propiedad
privada y la preservación de una sociedad clasista. El Estado empezó a publicar sus
propios libros en la época del presidente Lázaro Cárdenas, pero al terminar este
régimen, las ediciones estatales fueron suspendidas hasta la década de los
sesenta.29
Estos primeros textos eran más bien de lectura, pues la primera tarea de la
educación en México fue enseñar a leer a su población rural y urbana. Ya
que hasta el Porfiriato la educación se había concentrado en los centros
urbanos, pues en el campo sólo se daban ―rudimentos‖ de lectura,
aritmética básica y escritura. E incluso esto fue polémico, pues había
quienes consideraban ―perjudicial‖ que se enseñara a leer a los
campesinos que, por un lado, no le encontraban aplicación práctica y, por
28
Educar al pueblo es ir más allá de la alfabetización básica: leer y escribir. Lo que los gobiernos posrevolucionarios buscaban era una transmisión de ―cultu ra‖ en un sentido normativo; es decir, ir más allá de la cultura antropológica heredada de generación en generación y crear individuos con una kultur normada por el Estado (Cfr. Gellner, Ernest; Op. cit., pp. 122-123)
29 Ibidem, p. 233
31
otro, no tenían acceso a lecturas que les permitieran crecer como seres
humanos. ―Esta percepción de la realidad y de las necesidades educativas
del país hizo que los más importantes educadores influyeran para que la
escuela mexicana de los años veinte, particularmente la escuela rural, se
centrara en el desarrollo de la comunidad y tuviera como objetivo más que
‗instruir‘ enseñar a ‗vivir‘…‖.30
Sin embargo, este ―enseñar a vivir‖ se conver tía en una formación
más compleja que la simple instrucción básica de la lectura y escritura, que
además, por lo general, se incluía; por otra parte, la educación del pueblo
se convirtió en una necesidad del Estado a partir de la década de los
veinte, pues de otra manera no podría darse el desarrollo económico ni el
progreso social que el país necesitaba.
Es a partir de que se crea la Secretaría de Educación Pública, que el
gobierno comprende la necesidad de entablar una comunicación con el
pueblo a través de la educación, y también asume que los libros son el
mejor instrumento; aunque ya antes ―Félix Palavicini, oficial mayor
encargado de la Secretaría de Instrucción Pública durante el gobierno de
Carranza, creó dentro de ella el Departamento Editorial (en 1917).‖31
Este departamento buscaba elaborar folletos de fácil lectura sobre
temas de interés general, que pudieran adquirir incluso aquellos de clase
baja. En ese tiempo, Palavicini ya había planteado la importancia de que el
gobierno editara textos escolares para que se asegurara de ―que su
contenido estuviera de acuerdo con el espíritu nacionalista‖; 32 pues aunque
ya había libros orientados específicamente a la educación, éstos eran
realizados por diversos autores particulares y cada escuela decidía cuá l
comprar, lo que significaba una multiplicidad de visiones e ideas sobre
temas tan diversos como la literatura, la historia o la nación.
30
Loyo, Engracia; Lectura para el pueblo, 1921-1940, en Zoraida Vázquez, Josefina; La educación en la historia de México, COLMEX, México, 1992, pp. 243-244
31 Ibídem,, p. 244
32 Ibídem, p. 245
32
Sin embargo, aún no estaba todo listo para que se diera la creación
del libro de texto homogéneo y gratuito para toda la república. Habría que
recorrer todavía un largo trecho. Vasconcelos, inicia más
determinantemente esa labor cuando inicia una campaña alfabetizadora
que repercutió en toda la República y que se continuó mientras estuvo al
frente de la SEP. En su proyecto alfabetizador puso especial atención a las
lecturas que habría de hacer llegar al pueblo e inició una serie de
publicaciones traducidas de lo que él consideraba grandes obras de la
literatura universal, como La Ilíada, La Odisea, La Divina Comedia, entre
muchos otros.
Vasconcelos había expresado el ―deseo hacer llegar el libro excelso
a las manos más humildes y lograr de esta manera la regeneración
espiritual que debe preceder a toda suerte de regeneración‖. 33 Estos textos
tenían un costo que era más bien simbólico para la población en general,
pero se les regalaba a las escuelas y bibliotecas. Para el gobierno de
Calles, el libro, que hasta entonces había sido el principal instrumento de
difusión de la cultura, dejó de serlo y su lugar lo ocupó el folleto instructivo.
Este cambio obedeció a un giro radical en la visión de país que se reflejó
en el proyecto educativo del gobierno de Calles.
La importancia que se concedió a la educación práctica encajaba perfectamente
dentro del plan de gobierno del presidente […] que tenía como objetivo „liberar al
país del dominio económico extranjero reduciendo al mínimo la injerencia de
particulares, empresas o naciones extranjeras.34
Esto provoca que se deje de lado el deseo alfabetizador y se comience a
dar prioridad a la educación técnica que ayude a desarrollar a la
comunidad, que favorezca la organización social y el cooperativismo entre
los campesinos y entre los obreros, de manera que se conforme una
sociedad organizada en términos de productividad y rendimiento
33
Boletín de la Secretaría de Educación Pública, Talleres Gráficos de la Nación, México, Septiembre, 1992, t. I:2, p. 179
34 Loyo, Engracia; Op. cit., p. 257
33
económico. Hubo, entonces, una ruptura con la visión educativa del
gobierno anterior y con su labor editorial, ―desde el primer momento las
autoridades educativas hicieron público el criterio que regiría a la futura
tarea. Tendría […] carácter nacionalista y sería esencialmente informativa y
un complemento a la obra de redención de las masas…‖;35 en medio de
este fervor hacia una educación productiva no tenía cabida aún el libro de
texto como tal, sobre todo de materias como la historia o la literatura; de
allí que se diera preferencia a las obras didácticas sobre las literarias.
Estos libros no se orientaban a crear una homogeneidad de los
currículos, sino que buscaba poner al alcance de las masas conocimientos
prácticos y técnicos que les ayudaran a mejorar su labor cotidiana, lo que
necesariamente se traduciría en un avance económico del país.
Para 1930 se hace patente la necesidad de crear un libro de texto
básico para el país, idea que parte de los resultados de la Asamblea
Nacional de Maestros de ese año. Estos libros de textos
…deberían expresar las experiencias, intereses, necesidades, aspiraciones e ideales
que vive la gente en las comunidades rurales, ser de ideología tonificadora para
levantar el ánimo caído de los campesinos, nacionalistas y revolucionarios,
procurando explicar los progresos alcanzados en materia agraria sin provocar las
malas voluntades.36
En esa época prevaleció la idea de que la educación rural debía orientar al
campesinado al trabajo colectivo. Quizá por eso, en esos años se hizo de la
publicación de libros de texto y folletos uno de los principales objetivos de
la SEP. Para 1936, ya con Cárdenas en el poder, se crea la oficina Editora
Popular, que tenía como objetivo poner el libro al alcance de los obreros,
que habían sido desatendidos en todo este tiempo. En estos libros se
ponían en relieve temas como:
35
Ibídem, p. 259 36
Coopera, Órgano Oficial del Departamento de Enseñanza Primaria y Normal, SEP, México, septiembre de 1930, p. 215
34
…la crítica a la injusta situación social, la denuncia de los patrones y latifundistas
como explotadores, el llamado a la organización obrera y campesina, al rechazo de
las creencias supersticiosas y del fanatismo […] la exhortación a la lucha de clases
para crear un orden más justo, la exposición de los vicios de la clase burguesa, a
veces exagerados hasta la caricatura, la presentación de una sociedad modelo, la
Rusia Soviética.37
Todo esto no era arbitrario, obedecía al cambio en la visión de la educación
nacional, que para ese momento ya se había implantado como socialista, al
reformarse el artículo 3º Constitucional y marcarse que además de gratuita,
laica y obligatoria, la educación sería socialista:
La educación que imparta el Estado será socialista, además de excluir toda doctrina
religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará
sus enseñanzas y actividades, en forma que permita crear en la juventud un
concepto racional y exacto del Universo y de la vida social . 38
Precisamente la labor del cardenismo fue una de las expresiones más
radicales de este tipo de educación; fue en este momento que se planteó,
por primera vez, la necesidad de libros de texto gratuitos; con el fin de
reforzar lo visto en el aula. En ese momento, la SEP ―…produjo dos series:
La Simiente y SEP. La primera fue destinada a la enseñanza de los niños
de las escuelas rurales; la segunda se dirigió a los estudiantes urbanos.‖39
Estos libros fueron un primer paso, a pesar de que su vida fue corta y
que no eran obligatorios, la diferencia con otros libros de texto oficiales del
momento era que no tenían costo. Al finalizar el gobierno de Lázaro
Cárdenas dejaron de imprimirse y distribuirse estas series.
La SEP continuó publicando una lista de libros aprobados para su
uso dentro de las aulas, pero esto provocó que muchas editoriales se
37
Loyo, Engracia; Op. cit., p. 283
38 Artículo 3º Constitución de los Estados Unidos Mexicanos , Porrúa, México, 1934.
39 Delgado, Ana Laura (coord.), Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos. 35 años de historia, COLMEX, México, 1994, p. 16.
35
aprovecharan y buscaran hacer negocio con los maestros, razón por la que
la SEP fundó la Comisión Revisora de los Libros de Texto y Consulta en los
años cuarenta, con el objetivo de revisar la ―concordancia del contenido e
ilustraciones con el programa de la materia; y adecuación del vocabulario
de acuerdo al grado de los alumnos‖.40
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, la educación
pública no parecía disminuir el analfabetismo en México, sólo los niños que
asistían a escuelas particulares tenían acceso a material de buena calidad;
los niños de escuelas públicas, aunque contaban con la opción de libros de
texto de bajo precio, aún tenían que pagar por ellos y no todas las familias
podían hacerlo, lo que provocaba deserción escolar constante.
Cuando llegó a la Presidencia de la República en 1958, López Mateos se encontró
con una población con altos niveles de analfabetismo y pobreza que minaban el
acceso equitativo a los servicios educativos: "poco puede hacer la escuela por los
niños si sus padres no tienen recursos para comprarles los libros de texto" decía.41
Así, en febrero de 1959 se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto
Gratuitos (CONALITEG).Hacia 1960 las primeras ediciones de libros de
texto gratuitos estuvieron listas y comenzaron a repartirse en las escuelas.
Cuando nacieron ―…constaban de un texto informativo y un cuaderno de
trabajo en las asignaturas de: Lengua nacional, Aritmética y geometría,
Geografía, Estudio de la naturaleza e Historia y civismo. A la par se
elaboraron los instructivos por grado para el maestro, que contenían
información sobre todas las as ignaturas que se trabajaban en el grado‖.42
La idea era que los niños se convirtieran en agentes de su propia
educación, siendo los libros un enlace entre la casa y la escuela; así estos
40
Ibídem, p. 18 41
http://www.conaliteg.gob.mx/index.php/historia 42
García Herrera, Adriana Piedad, Libros de texto gratuitos y escuela pública, en La Tarea, Revista de Educación y Cultura, No. 16-17, octubre 2002, p. 2 [disponible en línea en http://www.latarea.com.mx/articu/articu16/apgar16.htm]
36
libros "representan un bien colectivo, destinado al servicio del pueblo y de
la patria".43
2.1 Breve revisión de la historia de la Comisión Nacional
de Libros de Texto Gratuitos
Durante la década de los cincuenta, la situación de la educación en México
continuaba sin avanzar, sobre todo entre las clases medias y bajas, ni qué
decir del área rural. A pesar de que durante el sexenio de Cárdenas se
habían lanzado campañas de alfabetización y se había impulsado la
educación gratuita y obligatoria, la realidad era que no todos podían
acceder a ella. Ante esta situación, López Mateos consideró necesario
frenar el lucro que, con los libros de texto, habían desarrollado las
editoriales. Su idea era que si los niños tenían el material necesario para
sus estudios entonces se haría realidad lo decretado en el artículo 3º
Constitucional, sobre la gratuidad de la educación. Así, se lanzó el Plan de
Once Años, con Jaime Torres Bodet a la cabeza de la SEP; este plan
estaba ―encaminado a elevar y a proporcionar educación primaria a un
mayor número de mexicanos‖.44
Torres Bodet impulsó una extensa campaña de alfabetización a lo
largo y ancho de México con una idea firme: que cada estudiante del nivel
obligatorio asistiera a la escuela con un libro de texto bajo el brazo, pagado
por la Federación. Así nació la idea de crear la Comisión Nacional de los
Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), con la visión de que el libro de
texto gratuito, además de un derecho social, fuera un vehículo que
facultara el diálogo y la equidad en la escuela.
La CONALITEG fue finalmente fundada por el Presidente López
Mateos el 12 de febrero de 1959. Las críticas iniciales a tan vasto proyecto
no se hicieron esperar, ya que la Comisión, aún siendo un organismo
43
García Ruíz, Ramón; El programa escolar y los libros de texto, en Cuaderno de informaciones técnico-pedagógicas para los maestros de educación primaria, vol. 1, no. 3, SEP, México, 1962, p. 14.
44 Delgado, Ana Laura (coord.), Op. cit., p. 20.
37
público, otorgó desde el principio libros de forma gratuita a instituciones
privadas; el Presidente simplemente respondía: "todos son niños, y todos
son parte de nuestro pueblo".
Los primeros libros eran un tema crucial, por lo que su diseño debía
ser minucioso, a fin de no contener expresiones que suscitaran rencores,
odios, prejuicios o controversias. Esta titánica tarea fue encomendada a
Martín Luis Guzmán, un militar, periodista y literato de gran envergadura,
ganador del Premio Nacional de Literatura en 1958.
Conforme al decreto que dió origen a la Comisión, la elección de los libros de texto
debía realizarse mediante concursos; y las convocatorias correspondientes difundirse
en todo el país […] se contempló la posibilidad de que los concursos fueran
declarados desiertos, en cuyo caso, la Comisión estaba capacitada para recurrir a
los canales y sistemas que juzgara pertinentes […] Para obtener los materiales
bibliográficos de los seis grados de la primaria se necesitaron siete concursos. Éstos
se realizaron entre 1959 y 1967; y hubo ocasiones en que algunos concursos se
declararon desiertos […] En esos casos, libros y cuadernos fueron encargados a un
grupo de especialistas.45
Una vez que había una obra ganadora se procedía a su revisión, corrección
y diseño, luego se imprimía y se distribuía, todo estaba a cargo de la
CONALITEG. En 1960 se produjeron 19 títulos para los alumnos de
primaria y 2 para el maestro, cuyas portadas -autoría de los ilustres artistas
David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Alfredo Zalce, Fernando Leal
y Raúl Anguiano- retrataban héroes de la patria que, además de
conmemorar 150 años de independencia y 50 de la revolución mexicana,
buscaban infundir en la niñez, el ser mexicano.
El nacimiento de los libros de texto gratuito se da en un momento en
que, por vez primera, la educación se planea a largo plazo; durante el
mandato de López Mateos se redacta el Plan Nacional para la Expansión y
el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria , que sería mejor conocido como
45
Ibídem, pp. 21 y 22
38
Plan de Once Años y que tenía como objetivos principales, la creación de
nuevas escuelas y la preparación masiva de maestros, para garant izar la
educación de los mexicanos. Este plan fue posible porque las condiciones
económicas de México después de la segunda guerra mundial, permitían
una mayor inversión en la educación. ―Es importante recalcar que el Plan
de Once Años fue el primer intento de planificación seria en México, ya que
antes no se hacían planeaciones en educación, el Plan representó la
formalidad e institucionalización de la educación básica en México‖. 46
Con esta base se crea la CONALITEG para hacer realidad la
gratuidad de la enseñanza en todos sus aspectos, pero también se
aprovecha para que el Estado transmita normas y valores que
Tiendan a desarrollar armónicamente las facultades de los educandos, a prepararlos
para la vida práctica, a fomentar en ellos la conciencia de la solidaridad humana, a
orientarlos hacia las virtudes cívicas y, muy principalmente, a inculcarles el amor a la
patria, alimentando con el conocimiento cabal de los grandes hechos históricos que
han dado fundamento a la evolución democrática de nuestro país .47
Esta iniciativa de los libros de texto gratuitos provino de Torres Bodet, pues
era una de sus inquietudes desde que asumiera por primera vez el mando
de la SEP en 1944, cuando había señalado la necesidad de que se
enseñara a ―leer con obras hechas de acuerdo con dos requisitos
complementarios: el de que los textos desenvuelvan ideas de validez
democrática incuestionable para todos los mexicanos, y el de que el
vocabulario utilice las tradiciones y la realidad de la naturaleza y del clima
de cada región. Diversidad de formas y unidad de espíritu habrán de ser las
bases de esos volúmenes de lectura‖.48 Si bien, esta idea ya venía desde
Vasconcelos, quien había realizado la primera campaña alfabetizadora a
46
López Espinoza, María Alejandra y Verdugo Quintero, Jorge; El plan de once años en la educación primaria de Sinaloa, en Clío, Nueva Época, Vol. 6, Núm. 35, México, 2006 [disponible en línea en http://historia.uasnet.mx/Revista_clio/Revista35/3_Plan_LopezVerdugo.pdf]
47 Diario Oficial de la Federación, 13 de febrero de 1959
48 Torres Bodet, Jaime; Educación y concordia internacional; discursos y mensajes: 1941-1947, COLMEX, México, 1948, p. 132.
39
nivel nacional. Cuarenta años después, cuando Torres Bodet regresa al
mando de la SEP, ahora en el sexenio de López Mateos, el proyecto de los
libros de texto gratuito se había hecho más ambicioso, pues la intervención
del Estado tenía dos propósitos:
En primer término, se trataba de hacer extensiva la educación a todos los sectores
sociales otorgando a todos los alumnos de enseñanza primaria, los medios
indispensables para el aprendizaje. Y, en segundo, asegurar una base cultural
uniforme para la niñez mexicana. Para lograr ambos propósitos , dos eran los
conductos necesarios: la gratuidad y la obligatoriedad de los textos.49
Se avanzaba en otorgar al mayor número posible de mexicanos la
oportunidad de aprender, pues una gran proporción de la población no
tenía acceso a la educación a pesar de su gratuidad, pues no podía
comprar libros y eso provocaba deserción; pero también se ―sembraba‖ en
ellos una idea nacionalista50 que, desde el punto de vista del gobierno,
contribuía a lograr una mayor integración de la sociedad mexicana. Los
libros de texto fueron un excelente vehículo para ello, pues a través de sus
contenidos se creaba en el alumno la visión del México que se deseaba
tuviera, y para ello nada mejor que el libro de Historia, donde se podía
enaltecer o despreciar a las figuras históricas que se quisiera. En el
capítulo referente a los contenidos de los libros de texto de historia se verá
cómo el sesgo de los mismos presentaba una visión deformada y simple de
México, no necesariamente apegada a la realidad histórica compleja de
nuestro país.
49
Greaves Laine, Cecilia; Política educativa y libros de texto gratui tos. Una polémica en torno al control por la educación, en Revista Mexicana de Investigación Educativa, Vol. 6, Núm. 12, Consejo Mexicano de Investigación Educativa, México, 2001, p. 206.
50 Esta idea nacionalista se basaba, principalmente, en fomentar en e l niño el amor a la patria por medio de actos cívicos y ensalzamiento de héroes; mientras se creaba en él una identidad nacional a través de programas educativos en los que dos libros eran los más importantes: el de Lengua Nacional y el de Historia y Civismo. El primero, porque el lenguaje es un elemento de construcción del nacionalismo y el segundo, pues el conocimiento de la Historia y la práctica del Civismo fomentan la construcción de la identidad nacional y el amor a la Patria.
40
Si bien los libros de texto gratuitos (LTG) fueron aprobados en 1959 y
comenzaron a circular en 1960, no fue sino hasta 1968 que se completaron
los 36 títulos que correspondían a los seis grados de primaria. Los
lineamientos sobre los cuales se debían redactar los Libros de Texto
Gratuitos, que serían elegidos por concurso, fueron los programas de 1957
y el Decreto de 1959.51 Sin embargo, al mismo tiempo que se empezaron a
redactar y editar estos libros, se dio inicio a una revisión exhaustiva de los
programas sobre los cuales se basaban y que, finalmente, fueron
reformados en 1960, justo cuando los primeros libros ya estaban en
circulación. Esto significó un desfase entre los programas y los libros; sin
embargo, no hubo cambios, pues la SEP consideró que no se iba a rehacer
todo en un momento en que se debía dar toda la prioridad a la repartición
de libros, sobre todo porque se debía consolidar el carácter gratuito y
obligatorio de los mismos. Así, estos libros se reeditaron año con año hasta
1972, cuando entró en vigor la reforma de Echeverría.
En 1962 la CONALITEG consolidó su arraigo entre la población
mexicana cuando empleó una obra de Jorge González Camarena como
portada de los libros de texto: "La Patria" (ver foto 1), una mujer de tez
morena, rasgos indígenas y mirada valerosa que, apoyada en la
agricultura, la industria y la cultura -simbolizadas en las imágenes del
escudo y la bandera nacionales, un libro y diversos productos de la tierra y
la industria-, representaba el pasado, presente y futuro de nuestra Nación.
Desde ese año y hasta 1972, esa obra ilustró más de 350 títulos.
51
Villa Lever, Lorenza; Los libros de texto gratuitos. La disputa por la educación en México, Universidad de Guadalajara, México, 1988, p. 63
41
Foto 1. Carátula del Libro de la Patria de Historia y Civismo
En 1966, la Comisión extendió su oferta en apoyo a las comunidades
minoritarias del país mediante la producción de libros en Braille.
Para 1972, la institución ya producía 43 títulos para alumnos y 24
para maestros, que reflejaron las reformas educativas propuestas por el
entonces Presidente Luis Echeverría. En 1977, las portadas de los libros de
texto fueron cambiadas, y se elaboraron colecciones como las Antologías
de Educación Normal, que reunieron títulos destinados a las diversas
disciplinas.
42
2.2 ¿Cómo se determina el contenido de un libro de
texto?
Uno de los grandes problemas que ha enfrentado el libro de texto gratuito
desde que se hizo oficial y obligatorio es la determinación de contenidos.
Como ha podido apreciarse en el apartado anterior, en ocasiones la SEP
ha recurrido a concursos abiertos para elegir al mejor libro de texto de
acuerdo a sus criterios; en otras ocasiones ha recurrido a grupos de
especialistas quienes los diseñan por encargo específico; sin embargo, en
todas las ocasiones se ha desatado la polémica sobre si el contenido es
adecuado, pedagógicamente hablando; si toca los hechos como debiera, en
el caso del libro de historia; si es ideológicamente contaminante o sesgado;
etcétera.
A pesar de esto, existe un lineamiento específico para el
procedimiento a seguir para determinar los contenidos de un libro de texto
gratuito. De acuerdo con el artículo 30 del Reglamento Interior de la
Secretaría de Educación Pública (SEP), la Dirección General de Materiales
Educativos (DGME) tiene entre sus atribuciones, las siguientes:
I. Diseñar, editar y mantener actualizados los libros de texto gratuitos, a partir de los
contenidos generados por la Dirección General de Desarrollo Curricular, así como
entregarlos a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos y autorizar la versión
final para impresión y distribución.
II. Proponer normas, criterios y estándares de calidad para la producción, selección,
distribución y uso pedagógico de los materiales educativos y otros auxiliares
didácticos, curriculares y complementarios para la educación inicial, especial y
básica en sus diferentes niveles y modalidades, con la f inalidad de apoyar el trabajo
de los maestros y alumnos, considerando los resultados de las evaluaciones
educativas, las observaciones de las autoridades educativas locales, las escuelas y
los sectores sociales involucrados en el desarrollo educativo.
XI. Proponer lineamientos para la publicación de libros y ediciones
periódicas de la Secretaría en materia de educación inicial, especial y
43
básica en sus diferentes modalidades, así como para el intercambio de
publicaciones educativas con otras instituciones.52
Con el objetivo de cumplir con estas atribuciones y las metas establecidas
en el programa editorial, la DGME diseña, edita, adquiere, produce y
supervisa el desarrollo y la actualización de los materiales y apoyos
didácticos dedicados a satisfacer las necesidades curriculares de la
educación básica. Lo anterior se logra de acuerdo con estándares de
calidad técnica implementados para los procesos de elaboración,
planeación y producción editorial (edición, reedición, coedición, impresión y
reimpresión) de los materiales educativos elaborados por las distintas
áreas de la DGME y por otras instancias de la SEP.
Además, como una manera de retroalimentar los libros de texto,
instrumentados a partir de la Reforma Integral de la Educación Básica, se
pide un análisis y revisión colegiada de los materiales por instancias de
reconocido prestigio, como la UNAM, la UAM, la UPN y por especialistas en
educación de otros países, como Cuba. Estas evaluaciones permiten hacer
las correcciones necesarias para que exista una renovación y actualización
continua de los libros de texto.
52
Reglamento Interior de la Secretaría de Educación Pública, SEP, México, 2005
44
2.3 El papel de las autoridades educativas en la
conformación, edición y publicación de un libro de texto
gratuito
El libro de texto se determina, no sólo por las autoridades educativas, sino
por la sociedad y la época en la que se escribe; por lo que es válido decir
que participa de la simbología nacional y ayuda a conformar la idea de
nación del alumno, futuro ciudadano. En todos los países donde nace el
libro de texto se pueden encontrar las propuestas de las burguesías
liberales del momento: unificar, igualar, hacer llegar a todos los ciudadanos
la oportunidad de educarse. Estos libros tienen un fuerte componente
ideológico, político y económico, aunque no de manera explícita; y son
instrumento de alienación del Estado, a pesar de que también cumplan con
su tarea de ayudar en la educación del individuo. Cierto es que no existen
libros neutrales, pues siempre se permeará la ideología, el pensamiento, la
visión de mundo, la opinión o alguna cosa del que escribe, aún así, estos
libros pretenden educar. Pero cabe preguntarse ¿qué tipo de educación
dan?, ¿hacia dónde se orienta? Por ello es que
Los libros escolares fueron pronto percibidos por el nuevo orden liberal -burgués
como los vehículos más idóneos para transmitir a la infancia de modo uniforme los
valores con que se quería configurar la ciudadanía del futuro. Por eso, precisamente,
los contenidos culturales y el lenguaje de los textos expresan, casi siempre, de forma
explícita o subyacente, la ideología y la mentalidad de los grupos dominantes que
controlan la institución escolar.53
Es así, que más que las autoridades educativas, es el Estado –a través de
ellas–quien se propone, mediante los Libros de Texto Gratuitos (LTG), dos
53
Escolano Benito, Agustín, Libros para la escuela. La primera generación de manuales escolares, en Escolano Benito, Agustín (Dir.), Historia ilustrada del libro escolar en España. Del Antiguo Régimen a la Segunda República , Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1997, p. 22.
45
objetivos explícitos: a) responder a la demanda creciente de educación de
la población, particularmente a los grupos más desfavorecidos, a partir de
la gratuidad de los manuales escolares; b) aprovechar la oportunidad de
transmitir normas y valores, así como su proyecto de sociedad. Por
ejemplo: se presenta a la familia como cimiento de la sociedad, y a través
de la representación de la patria se muestra una sociedad igualitaria en la
que todos sus miembros tienen un lugar a partir del cumplimiento del deber
personal. Pero, ¿cuáles son los objetivos no explícitos?, ¿cómo se
relaciona el discurso oficial con los contenidos?
Este tipo de contenidos se relacionan con el discurso oficial del
presidente en turno y de la reforma educativa correspondiente. No todos los
sexenios se realizó una reforma de grandes dimensiones que conllevara un
cambio de contenidos y organización de los libros de texto gratuitos; pero
aquellos en lo que sí se dió tienen como característica que la reforma fue
vertical, de arriba hacia abajo, a pesar de que en cada momento se incluyó
una consulta con intelectuales, o con padres de familia, o con docentes, o
con la sociedad toda; las decisiones, las directrices, las políticas, los
contenidos, el programa en general provenía de las autoridades educativas
correspondientes, y a su vez estaban marcados por el contenido del Plan
Nacional de Desarrollo del sexenio, en otras palabras, por el discurso
oficial.
La principal polémica que rodeó a los libros de texto en sus inicios
–y de la aún se tienen ecos en cada reescritura de los mismos–, se origina
en la verticalidad de la decisión. Fue Torres Bodet en su calidad de
secretario de educación pública, junto con López Mateos como presidente
de la República, los que crearon, decidieron e impulsaron una reforma
educativa que tuvo como principal actor al libro de texto gratuito. Si bien
este hecho fue apoyado por varios sectores de la sociedad mexicana,
también fue rechazado por otros tantos. En la actualidad nadie duda de la
obligatoriedad y gratuidad de los libros de texto, pero esto ha sido porque
los mismos cambios sociales, económicos e ideológicos que ha tenido el
46
país, han permitido ver como algo ―normal‖ que el gobierno reparta libros
gratuitos como vehículo de enseñanza; tan cotidiano es que no sólo se dan
a las escuelas públicas, sino a las particulares, aunque éstas los releguen y
terminen usando libros alternos, ―de apoyo‖ como libros de texto; los
cuales, por otro lado, también han sido revisados y avalados por la SEP
como libros de texto permitidos.
En resumen, gratuitos o no, los libros de texto pasan por la revisión
de las autoridades educativas, quienes deciden su pertinencia con base en
su apego a los contenidos, su calidad escrita, lo pedagógico de su
presentación, la propiedad de su lenguaje; y muchos otros elementos que
se consideran parámetros para un buen libro de texto. De acuerdo al
artículo 12 de la Ley General de Educación,
Artículo 12. Corresponden de manera exclusiva a la autoridad educativa federal las
atribuciones siguientes:
[…]
III.- Elaborar y mantener actualizados los libros de texto gratuitos, mediante
procedimientos que permitan la participación de los diversos sectores sociales
involucrados en la educación;54
Desde este punto de vista, las autoridades educativas juegan un rol
determinante, pues son ellas las encargadas de elaborar y mantener
actualizados los libros de texto gratuitos; si bien en la práctica muchas
veces organizan concursos entre pedagogos, maestros y especialistas de
cada área, mientras que en otras encargan su elaboración a grupos de
profesionales capacitados para tal fin. De cualquier manera, la última
palabra la tiene la Comisión Revisora de la SEP; pues la Comisión Nacional
para el Libro de Texto Gratuito tan sólo es la editora de los mismos, es
decir, se encarga de la corrección, el diseño, la impresión y la distribución
de éstos, pero no los aprueba ni los elimina.
54
Ley General de Educación, Última Reforma DOF 22-06-2009
47
Este privilegio de la autoridad educativa, en un primer momento
puede parecer adecuado; sin embargo, la utilización de libros de texto
específicos supuso en un primer momento una opción excluyente de otros
planteamientos metodológicos, como puede ser la utilización de material
didáctico adicional, la opción de cátedra abierta, la posibilidad de acceso a
recursos externos, entre un largo etcétera; aunque con el paso del tiempo
estos elementos –a excepción de la libertad de cátedra en el nivel básico–
se incluyeron en el quehacer docente; tanto es así que actualmente los
docentes tienen acceso a toda una serie de recursos adicionales para
apoyar su praxis, recursos que se encuentran disponibles en la página de
la SEP, y a los cuales los docentes pueden acudir en el momento que así lo
decidan. De esta manera, hoy queda a elección de los maestros el utilizar
únicamente al libro de texto como herramienta de apoyo, o hacer uso de los
recursos didácticos que la SEP pone a su disposición, incluyendo los
cursos de actualización que constantemente se les ofrecen.
Por otra parte, la revisión de los contenidos del libro y su aprobación
por órganos pertenecientes al gobierno de un país, no deja de ser una
forma de influencia de la ideología dominante sobre el pueblo. Por mucho
que el contenido lo elaboren expertos en cada área de conocimiento, la
aprobación final del mismo corre a cargo de las autoridades educativas ,
que no dejan de ser parte de un organismo del Estado.
Si bien no es posible hablar de ideología dominante en un libro de
matemáticas (será la única excepción); en todas las demás asignaturas es
posible la influencia; baste ver la reciente polémica que se desató en el
Distrito Federal cuando se editó y distribuyó un libro de texto sobre
educación sexual; los sectores más conservadores del país se opusieron
terminantemente a su distribución, e incluso boicotearon la misma; este
libro se halla en total congruencia con la política abierta de la izquierda
mexicana que se encuentra en el poder en la capital del país; una política
enfocada a la pluralidad de credos, preferencias sexuales, ideologías;
abierta también a la posibilidad de soluciones alternas; polít ica que está en
48
enfrentamiento abierto con la derecha que domina el país; y que en
tiempos de Adolfo López Mateos, se promulgó en contra del libro de texto
gratuito, no por su gratuidad en sí misma (lo cual también criticaban), sino
por su obligatoriedad; pues consideraban que eso contribuía a cercenar la
apertura de pensamiento que todo ciudadano debía tener. A todo esto, en
ambos momentos históricos las autoridades continuaron con sus planes y
los libros se editaron y distribuyeron a pesar de los sectores opositores de
la sociedad. Pero el debate que se entabló entonces, y que se ha retomado
en varios momentos sigue pendiente; y se refiere al hecho de que un libro
elaborado o aprobado por el Estado, contiene aquello que el Estado decide
y, por lo tanto, es impositivo; esto ya lo expresaba la Unión de Padres de
Familia en 1962, cuando en una carta abierta aparecida en Excelsior, y
dirigida a Jaime Torres Bodet, declaraba que:
Una vez más estas organizaciones de padres de familia nos vemos en la necesidad
de declarar que jamás nos hemos opuesto a la distribución gratuita de textos
escolares […] A lo que siempre nos hemos opuesto es a que la Secretaría de
Educación utilice los textos gratuitos como cortina de humo para imponer el texto
único, uniforme, obligatorio y exclusivo en todas las escuelas primarias del país […]
Desde febrero de 1960 reiteradamente hemos fundado nuestro repudio a tal
imposición en tres principales razones:
Es ANTIPEDAGÓGICA: estanca el progreso de la enseñanza, reduce al maestro a un
repetidor mecánico de invariables lecciones[…]
Es ANTIJURÍDICA […]
Es ANTIDEMOCRÁTICA: sólo permite la enseñanza y el aprendizaje de la
“verdad oficial”, según lo demuestra el hecho de sólo en países totalitarios
(Italia fascista, Alemania nazi, Rusia soviét ica, Argentina peronista y Cuba
castrista) haya sido implantado semejante sistema.55
Quizá es un tanto exagerado el calificar de fascista al gobierno mexicano
por el hecho de imponer un libro de texto oficial; sin embargo, estos libros
encauzan una visión de la realidad desde el Estado; hecho que se torna
55
Carta Abierta al Sr. Dr. Jaime Torres Bodet, Excélsior, 20 de mayo de 1962. Nota: el subrayado es mío.
49
más contundente en los libros de texto de historia. La historia como tal es
un conglomerado complejo de situaciones, personas, hechos,
circunstancias; muy difíciles de sintetizar en unas cuantas hojas de un libro
de texto; si a esto se le suma que esas hojas están concebidas desde una
ideología específica, es bastante factible considerar que se cuenta la
―verdad oficial‖. Además, los textos de historia se presentan como una
―versión aprobada‖ de los hechos históricos de México y el mundo; tan es
así, que incluso hoy se sigue sin tocar temas como el 68, la guerra sucia, el
movimiento magonista, entre otros.
Ante este panorama, los libros de historia gratuitos que se ofrecen
para la educación primaria, tienen una visión romántica en el mejor de los
casos, pero es la visión que el Estado ha aprobado a través de la SEP.
Cabría preguntar, entonces, si el trabajo de las autoridades educativas,
más que determinar los contenidos, es revisar que se mantenga una visión
de país acorde a las políticas y directrices emanadas del ejecutivo.
Por otra parte, si bien lo anterior puede ser cierto, no debe perderse
de vista que el libro de texto gratuito es sólo una herramienta, es decir, no
es la última palabra sobre lo que el niño debe aprender; para eso está el
maestro, quien debe tener una visión abierta, propia, más allá de lo que se
establece oficialmente en el programa de estudios o en el libro de texto. Sin
embargo, debido a lo apretado del temario, lo extenso de los contenidos, lo
corto de los tiempos y muchas otras razones, tanto escolares como
extraescolares; los maestros terminan por apegarse al libro de texto para
evitarse problemas; y es allí donde los alumnos pierden opciones de
interpretación de los hechos históricos y se concretan a repetir
mecánicamente fechas, nombres, periodos, lugares; pero sin relación, sin
análisis y sin verdadera conciencia de la historia, o bien sin identificar el
uso de ella en la vida cotidiana.
50
Capítulo III. El libro de texto de historia
No existe un consenso sobre el real significado del término ―libro de texto‖;
por lo general se acepta que se denomina así a aquellos libros editados por
el Estado y que sirven de soporte y ayuda en el proceso de enseñanza; así,
el libro de texto ―…es un instrumento, una herramienta, un recurso para la
enseñanza que tiene un formato reconocible y es utilizado tanto en la
escuela como en la casa‖.56
Esta pequeña definición tiene, al menos, tres elementos que resultan
de importancia para la presente investigación:
1) es un instrumento, es decir, el libro de texto no es el fin de la
enseñanza, ni es el proceso mismo, sino sólo una herramienta que apoya al
proceso, que lo orienta y lo organiza, pero de ninguna manera es
netamente determinante para el aprendizaje del alumno;
2) tiene un formato reconocible, es decir, un libro de texto no se
confunde con ningún otro libro, desde que se ve se sabe lo que es, en parte
porque todos hemos pasado por la primaria y hemos tenido uno; en parte
porque las portadas, la tipografía y el título impiden, definitivamente,
confundirlo con otro;
3) puede ser usado tanto en la casa como en la escuela, lo cual sin
duda fue uno de los propósitos para los que fue creado, que sirviera
también para el ámbito doméstico, extendiendo la educación fuera del aula
y llevándola al hogar.
En el caso del libro de texto de historia, lo anterior se vuelve
especialmente cierto, pues enseñar Historia es un proceso complejo en el
que intervienen toda una serie de factores, sobre todo si consideramos a la
Historia como una concatenación de sujetos, hechos, situaciones,
56
Cruder, Gabriela; La educación de la mirada: sobre los sentidos de la imagen en los libros de texto, La Crujía, Buenos Aires, 2008, p. 19
51
circunstancias, patrones culturales, entre otras cosas, y no sólo como un
conjunto de fechas y héroes aislados.
De esta manera, los contenidos del libro de texto de historia deben
guiar al docente en el proceso de acercar la Historia a los alumnos; lo que
significa que el libro de texto marca el camino pero no lo transita
exhaustivamente; ese tránsito le toca al docente y al propio alumno para
que en verdad aprenda a pensar históricamente.
3.1 Revisión de contenidos en su nacimiento y su
primera gran reforma
Cuando nace la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos
(CONALITEG) la visión que orientaba a Jaime Torres Bodet –y con él al
presidente López Mateos– era que la escuela podía formar en cada niño a
―…un mexicano dispuesto a la prueba moral de la democracia […] un
mexicano interesado ante todo en el progreso de su país…‖57 En ese tenor
fue que se eligieron los libros de texto para Historia que serían los primeros
en ser obligatorios para todo el país.
Estos libros fueron Mi libro de tercer año. Historia y civismo de Jesús
Cárabes Pedroza; Mi libro de cuarto año. Historia y civismo , Concepción
Barrón de Morán; Mi libro de sexto año. Historia y civismo , Jorge Alberto
Manrique. Estos tres libros fueron premiados en el concurso y en ellos se
desarrolla el programa con bastante apego al espíritu nacionalista de la
época. Revisándolos, el de tercero es el mejor en cuanto a la presentación
didáctica de los contenidos, con un lenguaje sencillo y explicaciones
comprensibles, los temas que se trataban en ese momento se relacionaban
con la construcción de nación dentro del alumno, así se ven los temas de
qué es México, quiénes son los mexicanos, cuáles son los símbolos
nacionales.
57
Torres Bodet, Jaime citado en SEP, Suplemento estadístico a la memoria: obra educativa en el sexenio 1958-1964, SEP, México, 1964, p. 7
52
En este primer libro ―las lecciones de civismo se mezclan con las de
historia para introducir al niño en el funcionamiento de la sociedad y crearle
buenos hábitos‖.58 Estas nociones en el niño están tratadas con lenguaje
accesible para el pequeño, presentando a México como un país fuerte, con
raíces, pero simplificando los hechos para que el niño pueda acceder a
ellos. Si bien, esto no implica, en ningún momento, un descuido de los
diferentes momentos históricos del país, pues aunque sumariamente sí se
hace una revisión de la época prehispánica, la virreinal, la independencia,
las luchas políticas, la revolución y el México de esos años.
Un ejemplo de la manera en que Jesús Cárabes tomó el cuidado de
poner la historia al alcance de niños de entre 8 y 9 años, lo encontramos en
su descripción de los sacrificios aztecas:
Para no dejar de salir, el Sol Huitzilopochtli, se veía obligado a vencer cada día, en
furiosa lucha, al Dios de las Tinieblas, Tezcatlipoca. Por eso […] cada aurora, cada
amanecer, el horizonte se tiñe de rojo con la sangre que pierde Huitzilopochtli en esa
lucha. A final del día ocurre otro tanto[…] Por la diaria pérdida de sangre, el Sol
Huitzilopochtli, podría no volver a salir –creían los aztecas–; y ello explica que
tomaran sobre sí mismos la obligación heroica de mantener vivo al Sol, entregándole
cotidianamente la sangre de las víctimas que en honor del dios sacrificaban en el
templo mayor.59
No hay aquí prejuicios hacia los sacrificios humanos que tanta polémica
desatan en ocasiones, más aún, tratándose de textos que leerá una parte
sensible de la población; lo que se presenta es el hecho de que los
sacrificios eran parte de las creencias religiosas del México prehispánico y
que los antiguos aztecas veían este hecho no como algo aberrante, sino
como algo heroico.
Esto sitúa al niño en el contexto adecuado: el pasado. Lo hace
sentirse orgulloso de sus raíces, tomando en cuenta que no se puede
58
Vázquez de Knauth, Josefina; Nacionalismo y educación en México, COLMEX, México, 1970, p. 280.
59 Cárabes Pedroza, Jesús; Mi libro de tercer año. Historia y Civismo , CONALITEG, México, 1965, p. 63
53
juzgar la historia parados desde el momento actual. Esto lo considero un
gran acierto por parte del autor del libro. Claro está que falta adentrarse en
la mentalidad religiosa de los aztecas para comprender cabalmente el rito
sacrificial; pero ¿un niño de tercer año está preparado para ello? De
acuerdo a diversos estudiosos del desarrollo infantil, la respuesta es no. Un
pequeño entre los 8 y 9 años tiene una capacidad limitada para la
abstracción, por lo que la historia se le dificulta, pues básicamente un
historiador hace una abstracción del pasado, a través de los hechos lo
analiza, lo descubre, lo trae de vuelta al presente; pero debe ser capaz de
correlacionar personas, situaciones, hechos, fechas, toda una serie de
factores; además de atreverse a la interpretación de los mismos, aunque
arriesgue un juicio de valor (que no siempre se puede evitar); un niño de
tercer año no está capacitado para eso, no tiene todavía desarrolladas las
capacidades cognitivas necesarias para tal cosa; por lo que es mejor una
descripción lo más simple y concreta posible, para situarlo en un contexto
histórico que se irá ampliando, desarrollando y profundizando en los
siguientes años de primaria.
A lo largo de los demás períodos revisados en ese libro encontramos
matices sobre cada momento, es decir, no se narra de manera maniqueísta
los acontecimientos, sino que se matizan tratando de evidenciar que no hay
buenos y malos, sino seres humanos que toman decisiones; por ejemplo,
cuando habla de la conquista menciona que ―la mayoría de los
conquistadores y colonos trajeron mal a los indios‖ para luego añadir que
―cuando los reyes se enteraron de tales abusos, dieron leyes protectoras
para defender a los oprimidos‖.
No es que necesariamente se ponga a la realeza como dadora de
bondades; sino se trata de evidenciar que había ambas partes en los
españoles, no eran los que trajeron el progreso; pero tampoco eran los que
vinieron a acabar con todo. Estaba todo mezclado, incluso cuando se habla
de los triunfos de Cortés se explica que fueron posibles gracias a la
participación de indígenas como la Malinche o los cempoaltecas.
54
Si el maestro que imparte la educación primaria es hábil y está
preparado, bien podía utilizar estos libros para encauzar el pensamiento del
alumno hacia la postura crítica, que lo impulsara a preguntarse ¿qué había
pasado realmente?, ¿qué de provecho y qué de desfavorable había traído
la conquista a México?; si se lograba una continuidad con el curso de
cuarto, quinto y sexto, quizá se podría pasar a preguntas más generales
sobre la historia; pero no siempre se tenía maestros tan competentes; en
ocasiones los docentes se limitaban a dar la lección con lo que venía en el
libro, sin ir más allá, sin profundizar, sin encauzar la visión crítica; con lo
que el alumno se quedaba tan sólo con el cúmulo de información y lo que
su propio criterio le dictaba. Quizá por eso la historia siempre ha tenido
fama de aburrida.
Los contenidos de los otros libros van por lo mismo; en el de Cuarto,
por ejemplo, se trata de manera principal la parte correspondiente a la
Independencia, resaltando a los dos grandes héroes Hidalgo y Morelos; a
quienes se retrata como próceres que sacrificaron su vida para construir
nuestra patria. Casi toda la narración es un conglomerado de fechas,
nombres y lugares; un tanto aburrido y muy enciclopédico; pero algo
destaca de manera anecdótica; después de hacer el recuento de los
hechos que propiciaron pérdidas al país, como la independencia de Texas,
el ataque francés a Veracruz o la invasión norteamericana; la autora del
libro de cuarto grado de historia y civismo regala a los alumnos esta
reflexión:
…una experiencia que nunca debemos olvidar: es indispensable la unión de todos
los mexicanos, pues con paz interior hay progreso y con el progreso, la fuerza capaz
de ponernos a cubierto de asechanzas e injusticias.60
Aquí hay una alusión clarísima al eje central del discurso político: la unidad
nacional. Adolfo López Mateos enfrentó un momento especial de la historia
60
Barrón de Morán, Concepción; Mi libro de cuarto año. Historia y civismo , CONALITEG, México, 1965, p. 88
55
de México, pues durante su gobierno el nivel socioeconómico de los
habitantes del país creció un 51.9%, además, México entró al marco del
crecimiento mundial; todo indicaba un país floreciente, y para seguir así era
necesario mantener la unidad de los mexicanos; crearles una conciencia de
nación; sobre todo porque aún estaban muy cercanos los días de las luchas
intestinas revolucionarias; los ideales libertarios aún resonaban en todo el
país, habían pasado escasos 50 años de una cierta estabilidad nacional;
pero aún se tenía que consolidar esa calma y transformarla en progreso.
De allí que el discurso oficial fuera encaminado a la unidad nacional para
hacer que México avanzara con paso firme. Allí entra en juego la
importancia de la educación, los niños de cuarto año –y de cada año de
primaria– estaban recibiendo lecciones constantes de historia (y de otras
asignaturas) que remarcaban cada dos por tres la importancia y la
necesidad de la unidad nacional. ¿Sería esto suficiente para que esos
niños de ese hoy, fueran los mexicanos unidos del mañana? Pues un hecho
es destacable, hoy, a 200 años de la independencia y 100 de la revolución;
México es el único país latinoamericano que se ha mantenido en paz, sin
golpes de estado, ni dictaduras,61 ni revoluciones de ningún tipo.
Hacia el final de la educación primaria de esos años, en el sexto
grado, se dedicaba un tema específico del libro de historia a enseñar al
alumno el proceso que le había permitido a México obtener instituciones
adecuadas para lograr su desarrollo y bienestar. El punto de vista que se
implanta en el alumno es que esas instituciones se lograron a través de la
lucha armada, que fue necesaria como último recurso porque no había las
condiciones para una evolución pacífica; de alguna manera sin decirlo, se
establece que en el México de 1960 ya no era necesaria ninguna lucha
armada, porque las instituciones permitían el progreso del país, la justicia
61
Aunque muchos hablen de una dictadura priísta de 70 años; sería más adecuado llamarlo régimen, pues en el país siempre se ha ejercido la democracia, el voto libre y secreto, la pluralidad de opciones partidarias; a pesar de todas las denuncias por fraude electoral, compra de votos o cualquier otro elemento imputable al partido en el poder para mantenerse allí.
56
social y el bienestar del pueblo; de allí en adelante México tenía abiertas
las puertas del desarrollo y la evolución pacífica.
Algo que cabe destacar es que en estos libros la historia se
enseñaba junto con el civismo; no había lecciones separadas, sino que las
lecciones cívicas se derivaban de acontecimientos históricos; de allí que se
pusiera a la familia en el centro, igualando a la madre con la patria y al
padre con el estado;62 además, aunque en el principio se tenía en la
portada a diversos héroes; después se unificó con la imagen de una Patria
morena de rasgos indígenas que invita al progreso del campo y de las
ciudades; esta alegoría pone a todos los miembros de la sociedad en un
lugar determinado y aparentemente igual; es lo mismo que plantean los
libros de historia, una aparente igualdad; todos los miembros de la
sociedad son iguales, aunque unos sean jornaleros y otros empresarios; lo
que hace posible esa igualdad es que cada uno cumple con su deber;
trabaja para el país, lo cual les da ―igualdad de oportunidades‖ para crecer
y ascender socialmente.
El éxito social, entonces, es una recompensa para el buen ciudadano
mexicano; y era su responsabilidad lograrlo. En el libro de cuarto grado, por
ejemplo, se enfatiza que una manera de defender las causas de los héroes
que hicieron posible nuestro México, es respetar la ley y el gobierno; pues
era un gobierno emanado de la Revolución, máximo movimiento social que
buscó la igualdad de todos los mexicanos. Ese respeto al gobierno debía
62
Aquí cabe hacer otro paréntesis para explicar lo dicho. El patriotismo, el sentimiento de pertenencia a una Patria, ayuda a construir la identidad nacional en el individuo; porque las personas se sienten conectadas emocionalmente a través de ligas simbólicas; desde este punto de vista, la Patria y la Nación funcionan bajo el rol tradicional de la madre, que une emocionalmente a sus hijos. En cambio, el Estado provee la figura de autoridad necesaria para que todo funcione armónicamente, también es el rol tradicional del padre -proveedor. ―La Nación, por encima de todo, proporciona al Estado aquellos contenidos de identificación cultural, de adhesión emocional, de arraigo temporal y espacial, que el Estado no posee en cuanto organización sólo política, conjunto de instituciones, normas y procedimientos incapaces de suscitar por sí solos el cariño, el respeto y la lealtad de la comunidad ciudadana. Por ello el Estado moderno buscará siempre ser nacional, definirse como Estado-Nación, aunque en muchos casos no logrará, o logrará solo parcialmente, cumplir su propósito.‖ (Savarino, Franco; Historia y etnicidad nacional: la perspectiva etnosimbólica, Segundo Coloquio ―El siglo XX desde el XXI. La cuestión nacional‖ –sección: Revisar las miradas: historiografía sobre Estado y Nación. México, INAH, 4 – 7 de octubre de 2004, p. 10)
57
ser incondicional, pues cualquier subversión podría calificarse de atentado
contra la patria.63
El alumno ha crecido durante seis años aprendiendo a amar a México
y a sus instituciones, a honrar a los ―héroes que nos dieron Patria‖, a
respetar los símbolos nacionales y a creer que las autoridades están
tomando el rumbo adecuado para el bienestar del país. De alguna manera,
esos reclamos que recordaban que los libros únicos imponían una visión
oficial de la verdad histórica no estaban tan errados; intencionadamente o
no, los libros de texto estaban creando un individuo alienado con el
Estado,64 que, como decía Torres Bodet en su discurso de inicio de la
CONALITEG, sería un mexicano que lucharía por el progreso de su país. Y
lo hicieron, ocho años después, los jóvenes mexicanos buscaban el cambio
en un país que no los comprendió e incluso los reprimió por la fuerza,
después del episodio de 1968, era necesario un cambio de estructuras, y
ese cambio incluía a la educación; de esta manera en 1972 se daba una
gran reforma educativa y con ella, se transformaba por primera vez el
contenido de los libros de texto gratuito.
Para el gobierno de Echeverría, los mexicanos ya no creían tanto en
México ni en sus instituciones, pero todavía se buscaba el progreso y el
bienestar social tan recurrido por todos los gobiernos en turno. Era
necesario un cambio de dirección en la noción de patria que todos tenían;
63
Barrón de Morán, Concepción; Op. cit., pp. 57, 220. 64
Lo cual, por otra parte, es -desde el punto de vista del etnosimbolismo que propone Anthony D. Smith-; una de las rutas para construir la nación: ―…dos rutas para el surgimiento de naciones. La primera es la ―incorporación burocrática‖, caracterizada por la propagación desde arriba hacia abajo y desde el centro hacia la periferia de l os mitos y símbolos políticos de la ethnie aristocrática dominante, por voluntad y decisión de los integrantes de ésta, lo que activa el proceso de creación de un sentimiento territorial nacional y una identidad simbólica a partir de la herencia étnica. La segunda es la ―movilización vernácula‖, caracterizada por el contacto de las clases educadas de las ethnies con el racionalismo y romanticismo occidentales, directamente con el colonialismo o indirectamente por medio de lecturas y viajes, lo que provoca u na reacción de rechazo hacia el colonialismo y el cosmopolitismo, el redescubrimiento del pasado étnico y vernáculo, que proporcionan los fundamentos de una nueva nación con base étnica.‖ (Savarino, Franco; Op. cit. p.8) En México, la primera ruta que se s iguió para la conformación de la nación fue la movilización vernácula, donde la ―élite‖ estaba representada por los liberales, en un primer momento ellos fueron los que impulsaron la creación de la nación moderna mexicana. Cuando ya el Estado se había orga nizado, inició la segunda ruta, la ―incorporación burocrática‖ a través de la educación.
58
para empezar, ya no se llamaban más Libro de Historia y Civismo, sino
Libro de Ciencias Sociales, estos libros aparecen como parte de la política
encaminada a eliminar intentos subversivos como el de 1968.
Las condiciones imperantes en el sexenio de Luis Echeverría planteaban la
necesidad de reajustar la visión ideológica transmitida desde los aparatos de
gobierno. Se requería concatenar el populismo revitalizado, la visión tercermundista,
la innovación de la cultura y la apertura hacia sectores intelectuales que se
desplazaban hacia la izquierda.65
En el sexenio de Echeverría se da un cambio hacia el conocimiento
científico como modo de razonamiento; ya no se pretende explicar a México
desde él mismo, sino como inserto en un mundo y que, como parte de él,
es afectado y afecta a su vez los acontecimientos internacionales.
Sin embargo, el rescate de un glorioso pasado indígena, presente en
el discurso oficial, es sólo aparente, pues los libros de ciencias sociales
hacen alusión a las culturas prehispánicas de una forma arbitraria y
confusa. Por ejemplo, cuando se describe Mesoamérica en el libro de
quinto grado se dice que:
En el centro del continente americano se encuentra una región de tierra húmeda y
lluvias irregulares; ahí fue donde algunos grupos humanos empiezan a practicar la
agricultura hace miles de años. Esta región la conocemos con el nombre de
Mesoamérica, y ocupa parte del actual territorio de México y de varios países
centroamericanos.66
No existe en esa descripción ningún elemento que permita configurar
Mesoamérica como una unidad cultural, pese a ser el asentamiento de
diferentes culturas prehispánicas, se tenían ciertos rasgos que le prestaban
unidad, reconocimiento; no es sólo el clima lo que hace que se le llame 65
Torres Barreto, Arturo; Los libros de texto gratuito de historia de México; UNAM- Acatlán, México, 2008, p. 27
66 Ciencias sociales. Quinto grado. Libro de Texto Gratuito, Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, México, SEP, 1998, pp. 42-43.
59
Mesoamérica, hay elementos sociales, históricos, económicos y culturales
que se pasan por alto. Detalle curioso, pues se pretendía crear individuos
que a través del razonamiento científico pudieran ser capaces de conocer
la realidad, no sólo la circundante, sino la histórica.
Como este ejemplo se encuentran múltiples ―inexactitudes‖ o mejor
dicho ―vaguedades‖ sobre la historia de México, no sólo la prehispánica,
sino sobre la Conquista y la Colonia; por ejemplo, en el libro de ciencias
sociales de tercer grado se dice que ―los mestizos, o sea, nosotros los
mexicanos‖,67 provenimos de la mezcla de los españoles y los indígenas, lo
que dió pié al nacimiento de una nueva cultura. El término mestizo fue
utilizado en el siglo XVI como una forma de discriminación hacia los hijos
de españoles con indígenas; sin embargo, la palabra significa ―mezclado‖ y
proviene del latín mixticius; de alguna forma, asumirla como parte de
nuestra identidad podía entenderse desde dos puntos de vista: o bien se
asumía el aspecto despreciativo que le dieron los españoles en el sistema
de castas a los nacidos de español e indígena, lo que no necesariamente
nos define; o bien, comprenderlo en su acepción más prístina, en el sentido
de mezclado y conformar nuestra identidad nacional con la clara conciencia
de ser producto de la unión de dos mundos.
El problema entonces es que la ―versión oficial‖ de la historia de
México en los libros de texto que se usaron de 1972 a 1992 –con sus
ligeras variantes–, establece premisas incorrectas sobre diversos
elementos de la historia del país, que serán tomadas como válidas por
varias generaciones de estudiantes; que lejos de ver el pasado como un
rompecabezas vivo con siempre nuevos elementos que descubrir que
permiten cambiar interpretaciones y perspectivas, lo van a ver como algo
terminado, sin posibilidad de cambio.
Edmundo O´Gorman, ya señalaba que enseñar una versión oficial de
la historia implicaba asumir como ―verdadera‖ una interpretación del pasado
67
Ciencias Sociales. Tercer grado , Libro de Texto Gratuito, Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, México, SEP, 1998, p. 191.
60
avalada por el Estado. En tanto sólo se pretendía sustituir las versiones
antagónicas tradicionales por la de la historia oficial, la preocupación
fundamental era evitar una interpretación conflictiva del pasado, no la
búsqueda del conocimiento histórico sin más. La negativa de conceder
validez a las descripciones antagónicas de la historia obedecía no tanto al
estudio de su contenido, sino a la condición de obstaculizar la formación de
la identidad nacional en los niños mexicanos al evocar viejas disputas y
fracturas. De esa manera quedaba de manifiesto que la ―razón de ser‖ de la
historia patria era pragmática, no teórica, y que su misión consistía en
lograr objetivos políticos y sociales, no tanto académicos.68
En el libro del maestro que acompaña a los libros de ciencias
sociales, se plantea el siguiente objetivo:
Se pretende que, en la medida de lo posible, el niño vincule el conocimiento del
pasado y del presente de México con el proceso de desarrollo histórico de ámbitos
lejanos, comprendiendo la problemática mundial que le es más lejana y compleja. En
ese sentido será más importante que conozca otros ámbitos y otras formas
culturales, que le permitan reafirmar al mismo tiempo actitudes de identidad nacional,
así como respeto y aprecio a las formas de vida de los habitantes de otros países.69
El libro de ciencias sociales de quinto grado utiliza un lenguaje
políticamente incorrecto al referirse a otros países; por ejemplo, cuando
habla de la conformación de la India, dice que los primeros habitantes eran
―gente de piel morena‖; luego cuando fueron conquistados dice ―los pueblos
blancos sometieron por la fuerza a los morenos y ocuparon las posiciones
más altas de la sociedad‖. Hay, en esta manera de narrar los
acontecimientos una cierta tendencia sobre el color de la piel; pudieron
haberlo dicho de otras formas más ―científicas‖ ya que ese es uno de los
68
Ver Edmundo O‘ Gorman, El Estado y la verdad histórica (respuesta al discurso de recepción de la académica Josefina Zoraida Vázquez Vera), Academia Mexicana de la Historia correspondiente de la Real de Madrid, en Diálogos, vol. 16, núm. 1, México, 1980, p. 24. 69
Libro del Maestro. Quinto Grado., Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, México, SEP, 1998,
61
objetivos de la reforma educativa de esa época, implantar el razonamiento
científico, pero con él debe venir el uso del lenguaje científico; no hay
razón para dividir al hombre en blanco y moreno; ¿qué sucede entonces si
el niño logra –gracias a alguna capacidad propia, que no a la enseñanza en
sí– ―vincular el conocimiento‖ de todas las áreas de aprendizaje; pues que
inevitablemente encontrará similitudes entre los blancos de la India con los
blancos españoles; así como con los morenos de la India con los morenos
mexicanos; de allí que pueda sentirse superior o inferior por el color de su
propia piel; eso no es enseñanza de la historia, sino la implantación de
visiones alternas a través de una recapitulación sesgada del pasado
histórico de los pueblos, incluido el nuestro.
Claro, este es el pasado, los libros de texto de ciencias sociales
presentan el devenir histórico como algo que va mejorando con el paso del
tiempo, de donde debemos siempre esperar un futuro mejor; esto tiene dos
inconvenientes, que se idealiza el futuro y que se desperdician las
enseñanzas valiosas del pasado. Pero todo esto es acorde a la polít ica
oficial, que se deja leer en las páginas del libro de cuarto grado cuando
dice:
En nuestro país hay muchos problemas graves […] pero sin duda la vida ha mejorado
para muchos. El México de hoy […] ha surgido de su historia, es el resultado de
luchas que tuvieron y esfuerzos que hicieron nuestros antepasados.
Debemos empeñarnos en que los ideales de justicia y libertad, por los que lucharon
muchos mexicanos en el pasado, se hagan realidad […] Sólo así tendremos un
México mejor.70
Es el mismo discurso sostenido por Echeverría, que luego sería mantenido
por López Portillo cuando decidió luchar por el peso ―como un perro‖. Que
después enarbolaría Miguel de la Madrid; y que sería cambiado por Salinas
de Gortari, porque el país ya no creía más en los ideales revolucionarios, ni
en que el futuro sería mejor; porque a fin de cuentas se había demostrado
70
Ciencias sociales. Cuarto grado, p. 138
62
que el paternalismo y el proteccionismo que habían caracterizado el
accionar del Estado, no habían permitido el desarrollo económico de
México, y que la educación, lejos de suprimir las desigualdades sociales,
las engrandecía y las reproducía constantemente.
3.2 El problema de la continuidad en el currículo: de
Historia a Ciencias Sociales
La teoría curricular, contempla por lo menos tres modelos curriculares: por
asignaturas o materias, por áreas y por módulos.71 El primero, se
caracteriza por incluir en el plan de estudios a un conjunto de asignaturas,
siendo su principal desventaja la atomización de los conocimientos en la
formación; el segundo, es el currículo por áreas, que constituye el nexo con
el plan modular, tiene una organización interdisciplinaria y, el tercero, es el
currículo modular, cuya organización se basa en objetos de transformación,
vincula procesos de investigación y el trabajo interdisciplinario.
Cuadro 1 Comparación del currículo por asignaturas y el currículo por áreas
Currículo por asignaturas Currículo por áreas
Las asignaturas son espacios territoriales para propósitos del maestro. Son categorías abstractas.
Las áreas son espacios integrados donde se revisan interdisciplinariamente las asignaturas comprendidas dentro de esa área, sin una separación específica entre ellas; se ofrece el conocimiento de manera concreta.
El conocimiento, las destrezas y los conceptos están fragmentados y separados.
El conocimiento, las destrezas y los conceptos se ofrecen haciendo conexiones con los cursos y los escenarios fuera de la escuela. Se busca la integración de los mismos.
El estudiante es visto como alguien El estudiante es importante, pero la
71
Ver Díaz Barriga, Frida. Aproximaciones metodológicas al Diseño Curricular: Hacia una propuesta integral. Revista Tecnología y Comunicación Educativa. No. 21. Marzo, México, 1993.
63
importante. Sin embargo, se le ofrece la enseñanza de forma igual para todos.
enseñanza sigue siendo estandarizada para todos.
El maestro presenta hechos y destrezas de unidades programadas aisladamente.
El maestro presenta hechos y destrezas a través de unidades programadas por áreas.
Se espera que el estudiante posea las destrezas y los conceptos que le permitan funcionar efectivamente en la sociedad del futuro.
Se espera que el estudiante posea las destrezas y los conceptos que le permitan funcionar efectivamente en la sociedad del futuro
Toda esta teoría curricular se aterriza en la educación nacional a
partir del Plan de Once Años. Es desde el Plan Nacional para la Expansión
y Mejoramiento de la Enseñanza Primaria conocido como Plan de Once
Años, cuando la educación reviste un carácter especial; se introduce el
libro de texto gratuito y se impulsa una intensa campaña de alfabetismo.
Inicia la etapa de expansión de la educación más importante del México
posrevolucionario, se contemplaba un período de once años (1959-1970)
plazo en el que se debía lograr la meta de primaria para todos, objetivo no
alcanzado. A partir de este programa, según críticos, se crea una
educación laxa, uniforme, que excluía las particularidades que en lo
concreto vivían los niños de las distintas regiones del país.
Me parece particularmente interesante revisar la fundamentación
teórica y la propuesta metodológica de los planes de estudio, programas y
libros de texto del Plan de Once Años que, como parte de su gran campaña
de reforma de la escuela primaria, pretendía implementar un sistema de
enseñanza por áreas:
I. La protección de la salud y mejoramiento del vigor físico.
II. Investigación del medio físico y aprovechamiento de los recursos
naturales.
III. La comprensión y el mejoramiento de la vida social.
IV. Actividades creadoras.
V. Actividades prácticas.
64
VI. Adquisición de los elementos de la cultura.
Las teorías pedagógicas básicamente van a provenir de la tradición
educativa mexicana que busca asimilar, unas a tiempo y otras a destiempo,
las aportaciones europeas de Montessori, Decroly, Freinet, etc. y las ideas
norteamericanas, todavía con mucha influencia de John Dewey.
Empiezan a escucharse las explicaciones de Jean Piaget sobre el
desarrollo del niño, pero también el Conductismo y la Psicotécnica
Pedagógica tienen influencia, sobre todo esta última en su afán de medir la
inteligencia, el desarrollo, la personalidad, los aprendizajes y las relaciones
educativas. Le lectura de estos planteamientos puede sernos de gran
ayuda para entender el estado actual de la teoría educativa que subyace en
nuestras prácticas cotidianas.
Así como se evocan prestigiados educadores como Carlos A. Carrillo,
Rosaura Zapata, Rafael Ramírez y Moisés Sáenz, van apareciendo otros
como autores de artículos pedagógicos, y se repiten nombres de
educadores que también aparecen en esa época y después como
funcionarios, autores de libros o profesores destacados de las escuelas
normales y los sistemas formadores de docentes, entre ellos se puede
mencionar a Arquímedes Caballero, Jesús Aguilera Palomino, Andrés
Tenorio Barroso, Ramón García Ruiz, Tomas Villarreal Canseco,
Concepción Martín del Campo, Julio Minjares y Adrián Zamora.
De manera prioritaria se observan las recomendaciones hacia la
Lengua Nacional y las Matemáticas como parte del área de "Adquisición de
los Elementos de la Cultura", pero sin descuidar los consejos para la
enseñanza de otras áreas. Eso sí, siempre con un enfoque globalizador,
sobre todo a través de las "Unidades de trabajo".
Desde luego un sistema de evaluación del aprendizaje, acorde con la
moda de la Psicotécnica Pedagógica, las otrora famosas y confiables
"pruebas objetivas" (que siguen con vida), con toda clase de reactivos y los
consecuentes procedimientos estadísticos para asignar la calificación.
65
Es de destacarse el fomento al autodidactismo, que responsabilizaba
a los estudiantes-profesores de su proceso de formación y las formas de
trabajo colegiado que luego trascendieron en las prácticas docentes de las
escuelas de nivel básico.
A partir de 1972 se realiza una reforma educativa y se reorienta el
currículo por áreas, lo que obedeció al deseo de que toda actividad humana
se enfocara científicamente, o al menos, así lo planteaban los especialistas
de la época que participaron en la elaboración de los libros de texto de esta
reforma. Con este enfoque por áreas se pretendía que el alumno
participara de un aprendizaje inductivo, donde iba de lo sencillo a lo
complejo.
Las áreas de conocimiento que se abarcarían, de acuerdo al p lan de
estudios, serían 8, considerando español, matemáticas, ciencias naturales,
ciencias sociales, educación artística, educación tecnológica, educación
física y educación para la salud. Se buscaba que además de la
información, el alumno tuviera formación en áreas importantes para la vida
diaria como la educación tecnológica, pero sin descuidar su formación
sensible gracias a la educación artística.
La integración por área de los estudios sociales, estaba fundada en
hipótesis didácticas que aspiraban a promover el conocimiento unitario de
los procesos sociales, utilizando las aportaciones de múltiples disciplinas.
Sin embargo, según la opinión predominante de maestros y educadores, la
cultura histórica de los estudiantes y egresados de la educación básica en
las generaciones que se formaron con los libros de Ciencias Sociales, es
deficiente y escasa, hecho al que contribuía la misma organización de los
estudios.
Así, el principal problema que se presentó fue el de la reducción de
contenidos, pues en lugar de un libro de Historia y Civismo, se tenía un
libro de Ciencias Sociales en que se incluía la Historia, el Civismo y la
Geografía. En los libros de La Patria, la Historia se estudiaba desde el
primer año; si bien, en el primer y segundo grado, la finalidad era que los
66
alumnos se familiarizaran con las fechas históricas importantes, haciendo
que los niños participaran en las celebraciones históricas que se realizaran
en la escuela. Ahora bien, a partir del tercer grado se enseñaba la Historia
de manera formal, iniciando por la Historia de México, centrando el interés
en la lucha que la nación vivió para forjarse como país independiente y
libre. Si bien la revisión histórica no era exhaustiva, se tomaban en cuenta
diversos momentos y elementos del pasado histórico de México, de manera
que al finalizar la formación básica el alumno tenía no sólo conocimiento de
las fechas importantes y los héroes nacionales; sino que había aprendido a
amar a la Patria, a respetar sus instituciones y a defender los ideales de la
Revolución.
Sin embargo, después del movimiento del 68 todo cambia y los libros
de texto de historia sufren también modificaciones. Se deja de lado la
Historia como materia y se sustituye por las Ciencias Sociales como área.
Así, además del recorte a los contenidos, pues ahora se disponía de menos
espacio dentro del libro de texto y de menos tiempo para la enseñanza de
la Historia, se da una confusión de los contenidos.
Se debe tener claro que una de las razones que en ese entonces se
enarbolaron para justificar el cambio de materia a área, fue el hecho de que
se deseaba eliminar la atomización de conocimientos y se quería implantar
el pensamiento científico en el alumno, de tal manera que su conocimiento
se adquiriera de forma inductiva. Por eso al unir la Historia con la
Geografía y el Civismo en una sola gran área como las Ciencias Sociales,
se podía integrar el conocimiento que se hallaba fragmentado en esas
materias, y enseñar al alumno a pensar científicamente al tener el
panorama completo de un área del conocimiento. Pero esto fue aparente,
porque dentro del aula, la mayor parte de los docentes no integró el
conocimiento de las materias, sólo se limitó a seguir los contenidos del libro
tocando en las mismas horas que antes dedicaba a una materia, lo relativo
a tres. Y como los contenidos se redujeron se tornó confuso su tratamiento,
67
y en ese tiempo no había materiales complementarios para apoyar al
docente, así que tenían que conformarse con lo que había en el libro.
Por otra parte, la formación docente seguía obedeciendo al Plan de
estudios de 1969; así que los maestros tenían la formación para la
enseñanza por materias, pero se enfrentaban a la enseñanza por áreas. No
había una formación docente que les ayudara a saber cómo integrar el
conocimiento y cómo lograr lo que tan pomposamente se pretendía en el
Plan de 1972: formar científicamente a los alumnos.
Además, se redujo el tiempo destinado a las Ciencias Sociales y a
las Ciencias Naturales, porque se favoreció el aprendizaje del Español y las
Matemáticas, y se incluyó una formación técnica, con la intención de formar
al alumno para la vida laboral, por si no podía continuar con sus estudios.
Pero significó que se redujera el interés en la formación histórica del
educando.
De hecho, al Plan de estudios de 1972 se le calificó de ambicioso,
pues se pretendía que los alumnos ―aprendieran haciendo‖, sin que en
realidad se trabajara prácticamente dentro del aula. Es más, la enseñanza
siguió siendo bancaria, expositiva; como los maestros se basaban,
principalmente, en el libro de texto de Ciencias Sociales, ni iban más allá,
ni les pedían a los alumnos hacerlo. Y como su formación tampoco los
había preparado para ello, pues los maestros se limitaban a enseñar lo que
podían o lo que sabían. Ellos eran los depositarios de la verdad absoluta y
pretendían formar integralmente a los niños, cuando ellos mismos tenían un
saber fragmentado.
De esta manera, es posible afirmar que no había continuidad en el
currículo entre el programa del Plan de Once Años y el nuevo programa; ni
en cuanto a las horas en el currículo, ni en cuanto al contenido de Historia,
ni en cuanto a los objetivos del aprendizaje de Historia.
Resumiendo, los principales problemas que se presentaron fueron:
1. Reducción de tiempos y contenidos dedicados a la Historia.
2. Confusión en el tratamiento de los contenidos.
68
3. Preparación deficiente del docente, que seguía siendo formado
bajo la óptica de la enseñanza por materias.
4. Falta de material didáctico de apoyo, a pesar de que se
comenzaron a editar los libros del maestro, pero era necesario
incluir otras herramientas.
5. Clases bancarias.
6. Demerito en la enseñanza de la Historia a favor de otras áreas
que se consideraban más importantes para la formación para el
trabajo que se pretendía tuviera el alumno al finalizar la formación
básica.
69
3.3 El papel de la portada en el proceso de aceptación
del libro de texto: el ideario nacional en una imagen
Como vimos en apartados anteriores, el nacimiento del libro de texto estuvo
acompañado de debates y todas sus reformas lo han estado también, sin
que por eso se dejaran de editar; sin embargo, al principio, cuando los
libros de texto nacieron se tuvo que hacer una gran labor de
convencimiento en el pueblo mexicano, pues la opinión pública se
encontraba dividida.
A pesar de que López Mateos y Torres Bodet impulsaron una opinión
favorable sobre los LTG en la sociedad, la realidad es que desde un primer
momento se dio una oposición fuerte por parte del clero, de la Unión
Nacional de Padres de Familia y del Partido Acción Nacional. Sus
argumentos, más que centrarse en un análisis de contenidos, se enfocaban
en el hecho de que eran libros laicos y obligatorios; lo que venía a significar
un control de la educación por parte del Estado. Por su parte, tanto el
Partido Revolucionario Institucional, como las organizaciones obreras y
campesinas, defendían la existencia de los LTG, argumentando la validez
pedagógica de sus contenidos y protegiendo la laicidad de los mismos; sin
embargo, no tocan el punto central del debate ¿es válido que el Estado
imponga una versión única de los contenidos educativos? Esta pregunta
sigue en el aire, aunque de facto se ha aceptado la obligatoriedad de los
libros de texto gratuitos.
De alguna manera, el gobierno esperaba inconformidad por parte de
algunos sectores de la población ante los libros de texto; quizá por ello,
meses antes de su aparición inició una campaña para que México aceptara
el nuevo proyecto, haciendo énfasis en la ―gratuidad‖ de los libros que
serían únicos y homogeneizarían a los escolares mexicanos. El mismo
López Mateos declaraba en torno a los libros de texto: ―…en un país de
tantos desheredados, la gratuidad de la enseñanza primaria supone el
70
otorgamiento de libros de texto: hemos resuelto que el Gobierno los done a
los niños de México.‖72 Si bien esta primera declaración no causó inquietud
alguna, cuando la SEP anunció que los libros de texto serían de uso
obligatorio, no pudiendo los maestros exigir a sus alumnos otros que no
fueran los oficiales, se presentó una reacción de los sectores de la derecha
en el país, pero también del sector editorial. Surgieron entonces
movilizaciones con argumentos de diversa índole que iban más allá del
terreno pedagógico, de hecho, la lucha primero se dio en el terreno legal;
pues se consideraba anticonstitucional el carácter único y obligatorio de los
textos; además la Sociedad Mexicana de Autores de Libros Escolares
consideraba que el libro de texto único ―uniformaría el pensamiento de una
generación de acuerdo con las ideas de unos cuantos autores‖.73 Críticas
así se siguieron sumando, pero también desplegados de apoyo a los libros
de texto.
La actitud del gobierno fue de indiferencia, guardó silencio y siguió
repartiendo los libros sin mayor problema, eso sí, decretó diversas
sanciones para quienes boicotearan el proyecto. Finalmente se abrió al
diálogo, pero como los detractores no conocían los contenidos de los libros
de texto y más bien se manifestaban contra la acción específica del Estado
de imponer un libro único, las pláticas se suspendieron, alegando la SEP
que no eran de relevancia pedagógica. Contrario a lo que se podría pensar,
el debate se calmó, porque la SEP matizó la obligatoriedad diciendo que si
bien los libros de texto gratuitos eran obligatorios, los maestros podían
utilizar otros libros, aprobados por la SEP, como complementarios. Con eso
se dio fin a la polémica y el libro de texto gratuito se enraizó en el sistema
educativo nacional para quedarse.
Parte del proceso de aceptación estuvo relacionado con las portadas
de los libros de texto, que presentaban imágenes relacionadas con ideales
72
El lic. Adolfo López Mateos al abrir el Congreso sus sesiones ordinaria el 1º de septiembre de 1959 en Cámara de Diputados, vol. IV, México, 1985, pp. 1041-1042.
73 Arremeten contra los textos de educación desplegado publicado por la Sociedad Mexicana de Autores de Libros Escolares y dirigido al Presidente López Mateos, en Excelsior, 11 de febrero de 1960.
71
revolucionarios y de progreso para el pueblo. Así, a través de la imagen se
comenzó a aceptar el libro de texto. En este sentido, es bueno tener
presente que una imagen visual funciona como una representación, porque
hace referencia a una realidad que no se encuentra en los objetos,
personajes o figuras que se nos representan en ella, sino que actúa
simbolizando, se representa haciendo referencia a algo que en principio,
está más allá de la obra. Lo cual, sin duda, puede aplicarse a las portadas
de los libros que representaban más de lo que estaba plasmado, pues
despertaba en los mexicanos el amor por su Patria y exhortaba a trabajar
por un futuro prometedor, tal como veremos en los anál isis que siguen;
pero antes de eso es necesario analizar el papel que una imagen puede
jugar en la conformación de patrones culturales o identidades nacionales.
En este sentido, la imagen puede definirse como ―…representación
de una cosa y, por extensión como representación mental de alguna cosa
percibida por los sentidos…‖.74 Estudios realizados sobre el papel de la
imagen en la formación de la conciencia nacional, concluyen que ―Las
imágenes destacan y enfatizan las poses, escenas y símbolos, a través de
fotos y dibujos armados o construidos para apelar al sentimiento
relacionado con lo sagrado, lo nacional, lo familiar.‖75
De esta manera, crear una imagen o una construcción visual supone
organizar un espacio, crear una forma; es necesario considerar la función
social o contextual de la imagen. El término forma puede ser usado de
varias maneras con respecto a la imagen visual, se puede referir a las
distintas partes de una obra, o puede hacer referencia a la apariencia
global de la misma, íntimamente ligada al contenido. La forma constituye la
estructura de una obra y nos la representa en su apariencia visual. Es la
expresión de su contenido. La capacidad de expresión de los contenidos
74
Cruder, Gabriela, La educación de la mirada: sobre los sentidos de la imagen en los libros de texto, La Crujía, Buenos Aires, 2008, p. 20
75 Teobaldo, M. y García, A.B.; Los libros de lectura utilizados en la región Comahue en las primeras décadas del siglo: una aproximación a las imágenes y los textos, Universidad Nacional del Comahue, pp. 3 y 4.
72
formales en una construcción visual está relacionada con las posibilidades
de comprensión del espectador.
Una imagen visual es portadora de significado en una cultura o
sistema, pero no tiene porque serlo fuera de ella. Las culturas desarrollan
sistemas de representación propios; de esta manera, las portadas de
nuestros libros de texto nos transmiten significados porque hemos crecido y
vivido en este país, y nos hemos formado con los patrones culturales de
este pueblo; pero a un inglés, un argentino o cualquier otro habitante del
mundo no le transmiten lo mismo; pueden apreciar el sentido artístico, la
composición, la fuerza del trazo u otros elementos; pero no captan la
riqueza de sentidos sociales, culturales e identitarios que conllevan.
3.3.1 El diseño de las portadas: los libros de la Patria
En 1959, cuando surge el libro de texto gratuito, los resultados de la
educación pública eran deficientes, pues de cada mil niños que ingresaban
a la primaria, 866 la abandonaban antes de terminarla; de 58 que
ingresaban a secundaria, sólo 12 terminaban; finalmente a la educación
superior llegaban 6 y terminaba 1. Algo tenía que hacerse con esos
resultados, sobre todo en el nivel de educación primaria; de allí que los
libros de texto gratuitos fueran considerados un medio para lograr ese fin.
Por otra parte, el contexto político y económico de esos años, época
del llamado ―milagro mexicano‖, mostraba una tendencia creciente –que
terminó de afianzarse en la década de los 60‘s– hacia la
norteamericanización de las costumbres y el cambio de valores culturales.
Así, en los años cincuenta, fue necesario reforzar el concepto de la patria, de nuestra
patria, para difundir los valores de un país moderno pero apegado a raíces culturales
muy precisas. La reforma educativa llevada a cabo por López Mateos con el Plan de
Desarrollo y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria (Plan de Once Años) incluyó
para su consecución, la elaboración y entrega gratuita de libros de texto. A partir de
73
1959, estudiantes y maestros de todo el país recibieron los primeros ejemplares
ilustrados con imágenes de obras realizadas por diversos artistas.76
Este punto resulta central, no sólo el contenido de los libros tendía a una
construcción de un nacionalismo, sino que las portadas con que se
ilustraban estos libros y que serían una forma de identificarlos, también
fueron escogidas con esta base ideológica. Recordemos que ―las imágenes
tienen un lenguaje, transmiten mensajes, configuran la cultura, la sociedad
y los valores que la sostienen‖.77 De esta manera, las portadas de los libros
de texto buscaban esa transmisión de valores de la sociedad.
De esta manera, Martín Luis Guzmán fue el encargado de buscar
esas imágenes y eligió a pintores reconocidos como David Alfaro Siqueiros,
Roberto Montenegro, Raúl Anguiano, Alfredo Zalce, Fernando Leal, José
Chávez Morado y otros, a quienes propuso pintar cuadros que hicieran
referencia específica a símbolos patrios o pasajes de la historia. Con esto
se pretendía que desde la portada se animara en los niños las virtudes y
valores que todo buen mexicano debía tener.
…Sólo cinco artistas entregaron trabajos: David Alfaro Siquieros, Roberto
Montenegro, Alfredo Zalce, Fernando Leal y Raúl Anguiano […] La Independencia, la
Reforma y la Revolución fueron los tres momentos históricos elegidos por David
Alfaro Siqueiros para desarrollar su pintura. Así retrató a tres protagonistas clave de
esos pasajes: Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Francisco I. Madero…78
Los demás autores eligieron los mismos momentos históricos y héroes
relacionados. Sin embargo, dos años después se decide sustituir estas
obras por otra realizada por Jorge González Camarena, llamada ―La Patria‖
76
Favela Fierro, María Teresa; La Patria, raíces de México en los libros de texto , en Discurso Visual, Revista, Cenidiap, Julio – Diciembre, 2009, p.
77 Riley Corzo, Rolando; La imagen como vehículo de formación en el ser humano, en Boletín SUAyED,UNAM – Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia, marzo, 2008, [disponible en línea en http://www.cuaed.unam.mx/boletin/boletinesanteriores/boletinsuayed04/riley.php]
78 Delgado, Ana Laura (coord.); Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos. 35 años de historia, Editorial Siquisiri, México, 1994, p. 43
74
y que, probablemente, es la portada más emblemática que han tenido los
libros de texto. Esta imagen se utilizaba para todos los libros porque la
Conaliteg consideró que era una manera de ahorrar recursos y además
darle una identidad a los libros de texto.
Esta alegoría de la Patria incluye diversos elementos simbólicos que
refieren tanto al pasado de nuestro país como al futuro que se deseaba
construir. Si bien la portada mostraba una mujer de rasgos indígenas
sosteniendo en la mano izquierda una bandera sin escudo y mostrando en
el fondo al águila y la serpiente; al abrir el libro y observar la contraportada,
se completaba el cuadro y se observaba que con la mano derecha sostenía
un libro, tanto el brazo como el libro tenían de fondo el ala del águila y una
serie de elementos que hablaban del pasado, como los edificios de las
pirámides y las columnas griegas; pero también otros que hacían alusión al
futuro como las construcciones modernas. De igual forma, los frutos que se
ilustran tiene cada uno su significado, el trigo representa a los
conquistadores españoles, el maíz el pasado prehispánico y los demás
frutos las aportaciones con que México enriqueció al mundo y viceversa. La
imagen central, y que poderosamente llama la atención de todo aquel que
ve el cuadro, es la de la mujer que es la Patria, la tierra, la madre que
protege con dignidad; elegir una mujer de rasgos indígenas le dio a la
pintura un aura de divina, porque la dignidad que se retrata en los rasgos
de la mujer tiene mucho de diosa (ver Foto 2). González Camarena sabía
todo esto cuando plasmó cada uno de los elementos, porque él no era un
improvisado, pertenecía a esa segunda generación de muralistas que se
sumergieron en la comprensión del pasado común a todos los mexicanos,
en la historia de nuestro país y en la recapitulación de aquello que nos
confería identidad. Se observa que el águila y la serpiente ya no están en
el escudo, pero aparecen a un lado de la mujer que representa la Patria;
este elemento compositivo muestra el conocimiento que el pintor tenía de la
cosmogonía azteca, dentro de la cual el águila es símbolo de lo solar, del
fuego, del día, del cielo, del calor; mientras que la serpiente representaba
75
lo lunar, el agua, la noche, la tierra y el frío; todas estas significaciones de
gran raigambre en las diferentes culturas prehispánicas y que son base de
lo que la Patria significa como representación de lo nacional.79
Foto 2. Imagen que muestra completa la pintura de la Patria
Esta imagen es una de las más representativas que han estado en
los libros de texto, además de por los elementos que la integran, porque
permaneció vigente a lo largo de 10 años, desde 1962 hasta 1971, tiempo
durante el cual se editaron 400 millones de ejemplares, a decir de la
Conaliteg. El lapso de tiempo que permaneció vigente no fue gratuito,
obedeció a las circunstancias que rodeaban a los libros de la Patria, así,
―…la imágenes no flotan en el vacío sino que forman parte del universo
simbólico que compartimos…‖,80 esto es, que existen y significan porque
están inmersas en un contexto social. La imagen de la Patria que
identificaba a los libros de texto tenía como referente el contexto social de
la época.
En su tiempo, el impacto de esta imagen fue positivo tanto para los
libros de texto, como para todos los alumnos que los usaron; tan es así que
79
Ver Florescano, Enrique (coord.), Mitos mexicanos, Taurus, México, 2001, pp. 21-23 80
Cruder, Op. cit., p. 35
76
hoy día sigue siendo una de las imágenes que mayor respuesta emocional
logra en los mexicanos, a decir de Bertha Hernández González, titular de la
Unidad de Difusión, Relaciones Públicas y Patrimonio Histórico de la
Conaliteg en el año 2006; quién en una entrevista mencionó:
En todos lados la reconocen, mucha gente se expresa de esta portada con cariño, en
las ferias del libro llevamos algunas ediciones como exhibición, porque la sociedad
siempre quiere verlas […] son queridas más allá de nuestras fronteras, pues en los
núcleos de población migrante de Estados Unidos también se emocionan mucho
cuando la ven.81
Muy probablemente, la mayoría de estas personas no recuerdan los
contenidos de esos libros, algunos quizá sí y otros han oído sobre ellos;
pero todos recuerdan e identifican la imagen, la relacionan no sólo con los
libros que utilizaron cuando niños, sino con su Patria, con México, con toda
una forma de vida y una identidad; lo que equivale a decir que la imagen de
la portada cumplió su cometido, convirtiéndose en la base de la identidad
nacional.
3.3.2 El cambio de sexenio: la cultura popular a las portadas
La primera reforma grande que van a sufrir los LTG se da en el sexenio de
Luis Echeverría en 1972; en este año se hace una actualización de los
planes de estudio que venían utilizándose, para incluir los cambios y
avances que se habían dado durante esa década.
Un cambio más en estos libros estuvo en la portada, pues se utilizó
como tema central a los juguetes y las artesanías mexicanas, diseñando
una portada diferente para cada área y grado. ―Esta elección obedeció a
uno de los planteamientos medulares de la reforma: vincular las tradiciones
nacionales al ámbito escolar‖.82 Además, se buscaba que estos libros
tuvieran identidad propia y se diferenciaran de los libros de la Patria y que
81
Citada por Luz María Carrillo, Portadas del libro gratuito, una puerta a la historia y el arte, en Magisterio, el periódico del magisterio , México, enero de 2006
82 Delgado, Ana Laura (coord.), Op. cit., p. 53.
77
pusieran en contacto al niño con manifestaciones del arte popular que, a fin
de cuentas, es una manifestación de la cultura y, por lo tanto, está
condicionado por todos los contextos que la atraviesan y conforman, y
comprometido con los ideales, carencias, cosmovisiones, esperanzas e
imaginarios de las sociedades que lo producen.
78
Foto 3. Algunas portadas de los libros de texto de 1972
Lo anterior fue muy bien interpretado por Juan Ramón Arana, el
encargado de diseñar las portadas de estos nuevos libros de texto. Este
autor utilizó la técnica del collage para crear las portadas, echando mano
de una cantidad de elementos relacionados con el arte mexicano, como la
tela, el barro, el papel, la palma, el estambre y la madera; creando
alegorías representativas para cada libro de texto; de esta forma el libro de
Español de primer grado presenta una alcancía de barro rota de la que
salen las letras guardadas en su interior; el libro de segundo grado de
Matemáticas muestra un conjunto de canicas dentro de un círculo dibujado
con tiza, mientras otras dos están fuera del círculo; por su parte el libro de
Ciencias Naturales de tercer grado presenta un sistema solar hecho con
alambre y sol de hojalata; entre otras más. Cada composición la realizó
Aníbal Angulo, fotógrafo reconocido, tomó las fotografías y preparó las
placas para su impresión como portadas.
Se debe tener presente que las imágenes de las portadas no van
encaminadas a un público adulto, sino al infantil, un público que apenas
está formando su concepción del mundo, y éstas imágenes los
acompañarán en la escuela y en sus casas, de esta manera
… la elección de una forma de representación equivale a elegir la manera de
concebir el mundo, y también a elegir la manera en que se lo representará
públicamente […] Así, es posible identificar las diversas maneras en que la selección
de una forma de representación influye no sólo en el contenido de esa
representación sino también en el contenido de la concepción.83
En este sentido, la visión de mundo del autor de las portadas fue
transmitida a las generaciones que tuvieron esos libros de texto, aún
cuando los niños no hayan realizado un análisis de cada imagen; sino,
83
Eisner, Elliot W.; Cognición y curriculum. Una visión nueva, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1998, pp. 69 y 68
79
simplemente, por la familiarización con ellas y por el área de conocimiento
que representaban.
Cabe destacar que en estas nuevas portadas se combinaban dos
propósitos principales: 1) dotar de una nueva identidad a los libros de texto,
como una manera de mostrar el cambio en el enfoque curricular; y 2)
aprovechar las portadas como elementos didácticos que reafirmarán
conocimientos.
80
Foto 4. Portadas de los libros de texto de 1972
Así, la portada de las canicas nos habla de la teoría de conjuntos; la
portada del sistema solar es más que obvia, ya que al estar en el libro de
Ciencias Naturales de tercer grado, nos recuerda uno de los contenidos
que se revisan
81
…las imágenes que transporta el dispositivo escolar libro de texto proponen un
repertorio que paradójicamente […] opera a modo de currículum oculto, propiciando
la fijación y legitimación de condiciones estéticas y simbólicas más allá de las
epistémicas.84
Esto es, ya desde el momento que el niño comienza a identificar una
portada con un área de conocimiento, se inicia en la relación de
contenidos; su cerebro forma significados y relaciones entre imágenes y
texto, en este caso, entre portada y título, que le ayudan a establecer
parámetros estéticos basados también en el contenido de los libros.
Caso interesante son los libros de Ciencias Sociales, que combinan
tanto la historia, como el civismo y la geografía; para estos libros, el autor
eligió alegorías no tan claras en cuanto a significado; por ejemplo, el libro
de primer año de Ciencias Sociales muestra campesinos hechos de palma
en la cosecha, ¿qué pretende significar con ello? Puede referirse al
contenido revisado en ese libro sobre el ambiente rural y el urbano; o quizá
hace referencia a que la base del sistema económico mexicano fue,
durante mucho tiempo, la agricultura. No es claro, pero la portada es
sencilla, simple y cotidiana.
Por su parte, la portada del segundo año de Ciencias Sociales es un
poco más clara en contenidos subjetivos; representa un balero con forma
de campana y hecho de latón, acompañado de dos palomas, o quizá
golondrinas, hechas de palma. Esto refiere al sentido de libertad, el balero
representa la campaña de Dolores, desde donde se dio el grito de
Independencia de México, y tanto las palomas como las golondrinas hacen
referencia a la libertad.
La portada del libro de tercer grado de Ciencias Sociales muestra el
escudo nacional hecho con hoja de palma; es una representación simbólica
y además de refrendar el sentido nacional de la imagen, nos habla de la
parte de civismo que se revisa en ese año: los símbolos patrios.
84
Cruder, Gabriela, Op.cit., p. 40
82
Así, cada portada muestra la visión del autor de elementos con los
que convivimos todos los días, como las piñatas, la ciudad, el tren, la
naturaleza y demás; todo hecho a partir del arte mexicano y simbolizando,
alegóricamente elementos pedagógicos de los contenidos de cada libro.
83
3.4 Diferencias y semejanzas entre los libros de texto de
historia
Una vez realizada la reforma de 1972, los nuevos planes de estudio tenían
cinco ejes básicos: a) considerar a la educación como un proceso
permanente, b) ratificar el carácter científico de la escuela, pues la
enseñanza se fundaba sólo en hechos comprobados, c) desarrollar una
conciencia histórica, d) que todo conocimiento es relativo y por lo tanto era
necesario una actualización constante de los planes y programas de
estudio, y e) el aprendizaje es un proceso que rebasa los límites del aula
(ver cuadro 2).
Estos ejes determinaron cambios estructurales y de fondo en los
libros de texto gratuitos, pues se ponía énfasis en la actividad del niño para
el aprendizaje. Desaparecieron las asignaturas de lengua nacional,
aritmética y geometría, estudio de la naturaleza, e historia y civismo; y la
enseñanza se comenzó a manejar por áreas, eliminándose los cuadernos
de trabajo. Con esto se redujo el número de libros a hacer. Las áreas eran:
español, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, educación
física, actividades artísticas y actividades tecnológicas. De esta manera, en
lugar del libro de Lengua Nacional se editó el libro de Español; en lugar de
los de Aritmética y Geometría, el de Matemáticas; en lugar del de Estudio
de la Naturaleza, el de Ciencias Naturales; y en lugar del de Historia,
Civismo y Geografía, el de Ciencias Sociales; quedando así cuatro libros de
texto en vez de siete y eliminando también los cuadernos de trabajo.
Estos libros de texto no fueron hechos por concurso como los
primeros, sino por un grupo de especialistas en cada área y pedagogos,
bajo la supervisión de coordinadores de grado y materia. Además, sus
contenidos se revisaban y actualizaban de manera constante (por lo
general cada uno o dos años) para mantener los contenidos acordes a la
realidad mundial y nacional.
84
Otra ventaja fue que en sólo dos años se logró actualizar a todos los
grados de primaria; a diferencia de la primera vez que tardaron casi nueve
años en tenerlos todos listos.
Cuadro 2. Las reformas curriculares de la educación primaria
Planes de estudios 1957 y 1960 Plan de Estudios de 1972
Principales características:
1. Son mínimos (contienen lo necesario para aprender) 2. Son flexibles (susceptibles de adaptarse) 3. Son graduados (desde el punto de vista lógico y psicológico) 4. Son nacionales (contribuyen a la unificación educativa nacional) 5. Son orgánicos (especifican fines, temas y actividades) 6. Son anuales (para cada grado por año lectivo) 7. Son para los niños mexicanos 8. Son perfectibles.
Elaborados de conformidad a cinco criterios:
1.El carácter permanente de la educación (a lo largo de toda la vida) 2. La actitud científica (capacidad de observar, registrar, integrar, examinar, formular juicios) 3.La conciencia histórica (explicar el presente en función de los cambios del pasado) 4.La relatividad (todo sujeto a revisión y reelaboración) 5. El acento en el aprendizaje (aprender a aprender).
* El plan de estudios de 1957 hablaba de tres ejes: el mexicano, la familia mexicana y la nación mexicana. Mientras que el plan de 1960 se inspiraba en el tipo de mexicano que se debía educar.
* Se hablaba de un educando en abstracto que aprendiera a aprender, que continuara superándose y que adquiriera una capacidad de reflexión crítica.
85
Capítulo IV. La relación de los contenidos con el
contexto
4.1 El panorama político y económico en el nacimiento y
la primera gran reforma del libro de texto de historia
El periodo que va de 1956 a 1970 es conocido como desarrollo
estabilizador, pues tiene como características una estabilidad en los
precios, un crecimiento económico anual y un tipo fijo de cambio del peso
respecto al dólar. Quizá esta situación ayudó a que se utilizara el
endeudamiento como manera de financiar proyectos gubernamentales; por
otra parte, se recurrió al proteccionismo por parte del Estado.
Según el Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (CIDAC), en estudios que
culminaron con el libro: Educación para una economía competitiva: hacia una
estrategia de reforma, este contexto de proteccionismo económico tuvo como costo
social, que no generó una demanda de trabajadores creativos, calificados, capaces
de utilizar, adaptar y desarrollar nuevas tecnologías, hecho que se reflejó en la
escasa competitividad de los productos nacionales.85
En este momento, se concibe a la educación como la manera de formar
mexicanos preocupados por el progreso del país; pero la mayor parte de la
población no tiene acceso a la educación o bien desertan de las escuelas
ante la imposibilidad de comprar los libros necesarios; se concibe entonces
la publicación de libros de texto gratuitos y obligatorios para el nivel
primaria; pero detrás de este afán socializador y educativo se encuentran
varios factores que no deben pasarse por alto. Veamos, los libros gratuitos
son una realidad concebida y decretada en 1959, se comienzan a publicar
85
Aguilar Morales, Mario; La educación en México (1970-2000): de una estrategia nacional a una estrategia regional; en Revista La Tarea, No. 16-17, octubre, 2002
86
en 1960 y terminan de publicarse nueve años después; y tres años más
tarde se realiza la primera gran reforma, en 1972. ¿Pero qué sucedió en
México en todo ese tiempo?
A finales de los cincuenta, la mayoría de la gente esperaba que el
jefe de la nación reuniera ciertas características personales acordes al
cargo y al ambiente político en el cual se mueve. Adolfo López Mateos
cumplía con esos requisitos. Ganó las elecciones con un noventa por ciento
de la votación y el primero de diciembre tomó posesión de la presidencia de
la República. Su régimen mantuvo la fuerte participación del Estado en la
economía. Ejerció altos niveles de inversión pública en la construcción de
presas, carreteras, hospitales, centros habitacionales y museos, aceleró el
reparto de tierras, nacionalizó la industria eléctrica, invirtió en
petroquímica, impulsó nuevas políticas fiscales y comerciales, consiguió
mantener fuerte y estable la moneda y dictó medidas proteccionistas para
estimular a la naciente industria nacional, principalmente en las ramas de la
transformación, alimentos y textiles.
Creó el ISSSTE para ampliar el espectro de trabajadores que tendría
acceso a la seguridad social. Conforme avanzaba su sexenio, sus
programas se ampliaron hasta dar servicios a mujeres embarazadas, se
inició también un programa para la integración social de niños que estaban
al margen de la sociedad, estos servicios se ampliaron hasta incluir a niños
impedidos por la poliomielitis y se creó un Instituto de Rehabilitación para
pequeños atacados con esta enfermedad que en los años cincuenta se
convirtió en una epidemia mundial que hizo grandes estragos en nuestro
país.
Se invirtió mucho en educación, se creó la Comisión Nacional del
Libro de Texto —se editó el libro de texto gratuito—, en salud y vivienda, se
aumentaron los salarios y las prestaciones de los trabajadores, aumentó la
clase media, lo que dio como resultado un aumento en el consumo de
bienes entre amplios sectores sociales.
87
En cuanto a la política, el partido oficial se ocupaba de los procesos
electorales y disciplinar a sus miembros, el poder legislativo legitimaba las
decisiones presidenciales, el aparato sindical ejercía control sobre el
movimiento obrero y además funcionaba como intermediario que cooperaba
con el Estado, el ejército se mantenía en calma, se dedicaba a ayudar en
casos de desastre y como fuente de información de lo que ocurría en el
país.
La colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada y entre el
Estado y las diferentes clases sociales fue excelente. Pablo González
Casanova lo describe: "La comunicación fue particularmente fácil... El
lenguaje común habló el lenguaje oficial, el sentido común fue el oficial, la
interpretación de la historia, de la economía y de las perspectivas del futuro
fueron parte de una sociedad civil que pensó como su gobierno".86 Pero no
todos pensaban así, a pesar de todas las reformas sociales emprendidas,
surgieron grupos disidentes como el Movimiento de Liberación Nacional,
formado por intelectuales, y movimientos sociales como los de los
ferrocarrileros, maestros, médicos, petroleros y diversos grupos de
campesinos, que se oponían al gobierno porque no participaban
efectivamente de los beneficios del desarrollo y tenían nula posibilidad en
el juego político. Todos estos movimientos sociales fueron violentamente
reprimidos.
López Mateos, se preocupó por dar a conocer a México en el
extranjero. Hizo muchos viajes internacionales, incluyendo la URSS —lo
cual no agradó a EE.UU— e invitó a varios gobernantes de otros países:
Eisenhower, Kennedy y Johnson, Charles de Gaulle, Nehru, Sukarno, la
reina de Holanda y el Mariscal Tito. También buscó sacar a México del área
de influencia de EE.UU. a través de la promoción de México en el mundo,
de mantener la libertad de ejercer su soberanía en asuntos internacionales
como el hecho de no romper relaciones diplomáticas con la Cuba
86
González Casanova, Pablo citado por Sara Sefchovich, La novelística de Luis Spota: deudas y paradojas de la cultura nacional, México, 2002, p. 72.
88
revolucionaria, a diferencia de los demás países latinoamericanos que
cedieron a la presión del gobierno norteamericano y el de no participar en
la Alianza para el Progreso que había creado el presidente Kennedy.
México entró al marco del crecimiento mundial logrando que
crecieran los sectores de la economía, particularmente la industria y los
servicios con capital nacional e importantes inversiones extranjeras.
El Estado Mexicano adquirió la mayoría de las acciones de las
empresas generadoras de energía eléctrica. Se mejoró el nivel
socioeconómico de los mexicanos y la industria creció un 51.9% como
resultado de significativas inversiones en los sectores automotriz,
petroquímico, mecánico y de papel.
Logró la reintegración al territorio mexicano del Chamizal por los
Estados Unidos de Norteamérica, que se había perdido por un cambio en el
curso del Río Bravo. Y Se constituyó la Comisión de Balsas para el fomento
económico de esa cuenca.
Se reformó la Constitución de la República para establecerse la
participación de las minorías en el Congreso de la Unión, además de los
diputados del partido. Por su iniciativa fueron aprobadas las nuevas Leyes
Orgánicas de Secretarías de Estado y Federales de Turismo y del Trabajo.
En materia educativa luchó por el funcionamiento de la Universidad
Profesional Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional; por la creación del
Instituto Nacional de Protección a la Infancia(INPI), la edificación de los
Museos de Arte Moderno, de Historia Natural y Nacional de Antropología.
Se creó el Centro Internacional de Investigaciones del Maíz y el Trigo.
Se impulsó la educación pública al establecerse el libro de texto
gratuito en las escuelas primarias. Se mejoró la alimentación infantil con el
incremento de los desayunos escolares. Éstos nacen con el fin de ofrecer a
los menores un complemento alimenticio que les ayudara a su mejor
rendimiento escolar. En este programa trabajan conjuntamente la SEP y el
DIF para dar cumplimiento tanto al derecho a la alimentación, como al
derecho a la educación, con base al Art. 4º Constitucional y en el ámbito
89
internacional ―La Convención de los Derechos del Niño‖ y ―El Pacto
Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Continuó con el reparto de las tierras a los trabajadores del campo.
Se puso en marcha el mandato constitucional que establece el reparto de
utilidades a los trabajadores y sentó los lineamientos para la fijación de los
salarios mínimos. Se creó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado, ISSSTE.
Durante el gobierno de López Mateos se dio un descontento político y
social en los estados de Morelos y Guerrero que culminó con el asesinato
del dirigente campesino Rubén Jaramillo y el encarcelamiento del líder
Genaro Vázquez. Por otro lado el periodista Filomeno Mata hijo, fue
encarcelado y el pintor David Alfaro Siqueiros estuvo en prisión hasta que
recibió el indulto del propio Presidente.
Debido a las políticas de industrialización y al desarrollo de las
ciudades, a las políticas públicas de salud y a las mejores condiciones de
vida la gente empezó a abandonar el campo para irse a buscar
oportunidades a las zonas urbanas. En estos años hubo un importante
crecimiento de las clases medias y un cambio significativo en sus estilos de
vida, en sus creencias y códigos culturales, pues a ellas ya no les decía
nada el nacionalismo que desde la Revolución era la ideología oficial en
tanto que sí les resultaba atractiva la modernidad entendida al estilo de lo
que sucedía en Estados Unidos. En una encuesta hecha por la revista
"Hoy" se muestra bien el proceso anterior: en ella la mayoría de los
entrevistados criticó que el nacionalismo se limitara al costumbrismo y al
folclor y dijo que convendría que ya se tuviera una comprensión más
profunda de los problemas actuales. Uno de los entrevistados afirmó: "de la
Revolución ya no quiero leer nada pero sí me gustaría leer algo de las
consecuencias de la Revolución sobre la clase media que está olvidada por
todos".87
87 Filippi, Emilio (dir.); Consulta SI-NO, en Revista Hoy, No. 32, enero de 1978.
90
Al iniciarse la administración del Lic. Luis Echeverría Álvarez, el 1°
de diciembre del 1970, que culminaría en 1976, la imagen que se tenía de
México en los círculos económicos era de un país muy afortunado y
privilegiado, por las condiciones del crecimiento económico, solidez
monetaria, solvencia crediticia y además solidez política, naturales para el
aumento de las inversiones. La transformación de la revolución de 1910, el
crecimiento sostenido a partir de 1935, la estabilidad monetaria de los
precios. A partir de 1935, la estabilidad monetaria de los precios a partir de
1956, fueron las nuevas posibilidades de desarrollo que tenían los
inversionistas, tanto nacionales como extranjeros. México había l legado a
su madurez como sistema capitalista con predominio industrial y un sector
monopolístico de estado.
Al recibir el mando presidencial del Lic. Gustavo Díaz Ordaz, el Lic.
Luis Echeverría Álvarez, realiza fuertes críticas al modelo del desarrollo
estabilizador, planteando una nueva estrategia económica que denominó el
desarrollo compartido, dicha estrategia se originó por las grandes
desigualdades económicas que se manifestaron a nivel regional.
Instrumenta reanimar la actividad económica y darle una mejor
reorientación con la inversión directa del Estado. El fracaso de las políticas
del sector público fue muy notorio debido a tres puntos muy importantes y
decisivos:
a) Medidas monetarias y hacendarías inoperantes.
b) La ineficiente programación económica que se reflejó en el déficit del
presupuesto anual de ingresos y egresos en los años de: 1971 y
1972.
c) La corrupción y enriquecimiento de los funcionarios con cargo a los
fondos públicos.
Esta es la realidad económica durante su sexenio: la tasa promedio anual
del crecimiento del PIB, fue del 6%, que resulta inferior a la tasa promedio,
91
obtenida durante el desarrollo estabilizador, lo que originó grandes
problemas sociales y el incremento de los precios. El poder de compra del
peso se reducía, lo que enriqueció a unos cuantos, y empobreció a las
mayorías y originó una mayor dependencia externa, además de muchos
problemas que no se resolvieron, y otros que se agudizaron más, la tónica
no cambio. Existió crecimiento económico sin desarrollo, el saldo fue la
crisis económica y una experiencia amarga para la economía del país.
Desde el movimiento estudiantil de 1968, el Estado sufrió un gran
deterioro que adquirió múltiples manifestaciones, que sacudió a la sociedad
en general. Se acentúa aún más la crisis política, el 10 de junio de 1971,
conocido como jueves de Hábeas, por la intervención del grupo de los
halcones que reprimieron con gran violencia una manifestación estudiantil
lo que produjo el rechazo de la sociedad y la renuncia del Lic. Alfonso
Martínez Domínguez, como jefe del departamento del DF a quien se señaló
como el director intelectual. El estado al perder legitimidad política e
ideológica contribuyó a asentar la apertura democrática.
Ésta crisis se marca a partir de 1971 cuando empieza a manifestarse,
ya que los oligopolios abarcan todos los sectores económicos. Aumenta la
concentración de la propiedad y el ingreso se estrechan los mercados,
crece el capital ocioso, aumentan las tasas de utilidades, disminuyen los
salarios reales, aumenta el subempleo y el desempleo y sus consecuencias
son: La inflación, el endeudamiento externo y la congelación de salarios.
Para reconciliarse con la sociedad, el estado idea operar dos importantes
estrategias.
a) El Populismo: Filosofía que identificaba a la izquierda política; las
promesas a los grupos sociales; el uso de lenguaje nacionalista;
los ataques a la burguesía extranjera; el buen trato a los
intelectuales; la disminución de las represiones.
b) Los Déficit del Presupuesto con Endeudamiento Externo: lo cual
como política económica funcionó en un primer momento, pero
92
después fue la base de la crisis económica que, finalmente,
desembocó en una crisis política.
Para la época de 1970-1976, muchas medidas tuvieron cierta racionalidad
dada la recomposición política provocada por el movimiento del ‘68. Se
considera a ésta, una época de reconciliación, aumentaron los
presupuestos universitarios, se dio una cooptación de intelectuales y
activistas del ‘68, se amplió la red universitaria creándose la Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM), el Colegio de Bachilleres y el Colegio
Nacional de Formación Profesional, dadas las condiciones la educación
superior tendrá como política central un crecimiento anárquico.
Ante la nueva integración mundial de las economías, se reconoce la
necesidad de ser congruente y vincular la educación con las necesidades
del mercado laboral, para este fin se han venido promoviendo una serie de
reformas orientadas a dar una mayor vinculación a la formación adquirida
en los procesos académicos con los procesos productivos, especialmente
los vinculados con el sector externo. Buscando a largo plazo la generación
de nuevo conocimiento científico y tecnológico, lo que apoyaría el
planteamiento del CIDAC. Debe considerarse que las nuevas tendencias
buscan especializar a las regiones en áreas donde se obtienen ventajas
sobre todo en costos, lo que contribuye para su integración en la cadena
comercial; con esta consideración México ha estado especializándose en el
desarrollo de industrias maquiladoras, en este sentido pueden girar futuros
proyectos de capacitación y programas que fortalezcan los conocimientos
de la población en torno a estos sectores. En educación básica, deben
integrarse avances técnicos y promover una mayor sensibilidad de los
estudiantes hacia el sentido de la competencia88 como un elemento que en
un futuro contribuirá al desarrollo de facultades individuales.
88
Debe entenderse como sentido por la competencia en los estudiantes, que se buscaba que tuvieran mayor deseo de superarse y ser los primeros en cada cosa que hicieran; pues de esta manera, cuando ingresaran al mercado laboral, su deseo de superación los haría siempre luchar por los mejores puestos, pretender mayor producción en su empresa, etc.
93
Lo más importante, sin embargo, radica en que tanto la disposición
gubernamental para renovar la estructura y orientación del sistema
educativo, como la estrategia política del Ejecutivo en el sentido de
restañar la fractura de legitimidad sufrida mediante una acotada ―apertura
democrática‖, abrieron un espacio de oportunidad para que intelectuales,
educadores, académicos, y en general la juventud ilustrada de la
generación 68 pudiera expresarse e impulsar proyectos e inquietudes en
los límites del claustro universitario.
En este sentido, resultan emblemáticos los proyectos impulsados en
el breve periodo rectoral del doctor Pablo González Casanova al frente de
la UNAM: el Colegio de Ciencias y Humanidades, la Universidad Abierta, y
la renovación de la extensión universitaria. Asimismo, la creación de
nuevas instituciones tales como el Colegio de Bachilleres y la Universidad
Metropolitana (1973), la transformación de las escuelas vocacionales del
IPN en Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECYT), e incluso
la creación del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) en
1970.
94
4.2 La relación entre el discurso político y los
contenidos de los diferentes libros de texto de historia
de los sexenios estudiados.
Como se revisaba en el apartado anterior, el sexenio de Adolfo López
Mateos fue pujante en el aspecto económico, el país podía invertir en
diversos sectores y crear infraestructuras que apoyaran la asistencia social
de manera que todos los mexicanos tuvieran las mismas oportunidades; en
ese tenor de cosas es que nacen los libros de texto gratuitos; que se
aprovechan no sólo como una herramienta pedagógica de los contenidos
propios de la escuela; sino también como el instrumento básico para
enseñar la ―unidad nacional‖.
El momento histórico del país era crítico en cuanto a las fuerzas
sociales en conflicto; había pasado apenas un sexenio después de la
segunda guerra mundial, momento en que varios cambios se dieron en el
mundo; la educación socialista, que hasta entonces venía impartiéndose en
México se suaviza, por decirlo de alguna manera; pero siguen existiendo
posturas radicales entre la Iglesia y el Estado; si bien en la década de los
cuarenta el peligro externo –personificado en la Gran Guerra– había
conducido al país a la unidad nacional; la realidad era que se debían
reforzar esos vínculos solidarios entre los mexicanos.
En este punto el sexenio de Adolfo López Mateos tenía una ventaja,
en 1960 se cumplían 150 años de Independencia, 100 de Reforma y 50 de
Revolución; los tres grandes momentos que le dieron a México su
configuración actual; esto acendraba el patriotismo de sus habitantes y
ayudaba a la inserción de herramientas específicas para ello.
Los libros de texto gratuitos están dispuestos, más que ningún otro
hasta entonces, hacia el nacionalismo, entendido éste como el
conocimiento de la historia que impulse a la unidad nacional sin deformar la
verdad, tal como se destacaba en el IV Congreso de Historia que habíase
95
realizado en 1943, pero que para la época en que nacen los libros de texto
gratuito estaba más vigente que nunca.
Si ponemos atención a los contenidos de los libros de texto gratuitos
de historia en esta primera época, revisados en el capítulo tres; nos
daremos cuenta que esta idea no prosperó del todo como se le tenía
concebida; si bien estos libros a través de un lenguaje mesurado y que
pretende ser neutro –en el sentido de no emitir juicios absolutos sobre un
hecho histórico-, lograban transmitir la idea de amor a la patria y de unidad
nacional; no se lograba en ellos un verdadero nacionalismo; pues el
nacionalismo ―es la fusión del patriotismo con la conciencia de la propia
nacionalidad‖;89 y no se daba el desarrollo de esa conciencia. ¿Qué es ser
mexicano? Esa respuesta no existía en los libros de historia de México de
esas épocas –ni de éstas–; la enseñanza de los hechos históricos se
convierte en un conglomerado de datos que, sin el ejercicio crítico de la
reflexión histórica, no son nada. El ―nacionalismo‖ que se instaura en esos
tiempos y que permanece durante muchos años se reduce a la conciencia
de fechas y nombres trascendentes para el país, sean positivos o
negativos; a la identificación de ―lo mexicano‖ con lo mestizo, tremendo
error de apreciación.90 No existe una reflexión de aquello que nos hace
―orgullosos mexicanos‖.
89
Hayes, Carlton J. H.; El nacionalismo una religión, trad. M. Luisa L. de Del Real, Edit. Hispano Americana, México, 1966, p. 2
90 Lo mestizo es propiamente una mezcla; hablar de españoles ―puros‖ o de indígenas ―puros‖ sería incorrecto y generalizante; España era una nación poblada de mestizos, pues había mezcla de muchos pueblos indoeuropeos en sus raíces, eso sin mencionar la herencia árabe. Es decir, podríamos decir que los europeos ya eran mestizos cuando llegaron a América. Lo mismo sucede con los indígenas; producto de guerras, conquistas o simples intercambios entre nobles, las etnias se hallaban mezcladas y emparentadas entre sí, ya eran mestizas. De allí que generalizar lo mexicano con lo mestizo sea un error; porque mestizo ya se era; más bien, de la fus ión de varios grupos (porque no se puede olvidar a los negros y a otros muchos grupos migrantes que llegaron a México junto con los españoles) fue que se fue gestando la identidad mexicana; que es concreta y específica, pero que no se basa en una mezcla genética, sino en una amalgamación de pensamientos, formas de vida, ideas y demás, que dieron por resultado lo ―mexicano‖; lo cual es necesario definir y establecer dentro de los libros de texto gratuitos para tener claro un punto de partida de la identidad nacional.
96
Y es que la conciencia de la propia nacionalidad implica una serie de
factores interrelacionados como bien nos lo explica Carlton Hayes: la
nacionalidad se identifica por el lenguaje; por las tradiciones históricas
como el pasado religioso de un pueblo, su pasado territorial, político,
económico, guerrero, industrial, económico, cultural;91 todo un entramado
de fuerzas y correlaciones que difícilmente se pueden explicar a un niño de
primaria; pero que sí pueden comenzar a dársele a conocer, que sí pueden
planteársele las preguntas correctas que exciten su interés por la
investigación histórica, que sí pueden realizar prácticas que los induzcan a
una conciencia nacional más en contacto con la realidad que los rodea.
Con el simple hecho de nacer en territorio mexicano, estos niños de ayer y
nosotros, ya tenemos adscrita la nacionalidad de este país; pero la
conciencia nacional debe formarse y cristalizarse en un quehacer común de
la familia, la escuela, los amigos, el entorno. Los libros de texto gratuitos
pretendían inculcar la conciencia nacional por decreto y crearla
programadamente a través de lecciones de historia y civismo que no
profundizaban en el contexto del México pasado y contemporáneo a sus
épocas.
Lo que sí es que se apegan al discurso oficial y al quehacer oficial
también; pues estamos en un sexenio en que se busca el crecimiento
económico de México a través de la inversión del Estado en grandes obras,
del proteccionismo a las empresas nacionales, del desarrollo de la
asistencia social como medio de igualar las condiciones de vida de todos
los mexicanos. En este sentido, el ―amor a la patria‖ se traduce más bien
en una especie de culto al gobierno y las instituciones que la hacen
posible, deformando así el sentido real de Patria.
Por otra parte, el México de finales de los cincuenta está en franco
desarrollo industrial, aunque sea con los avances que otras naciones han
establecido; se encuentra en la transición de una sociedad agraria a una
industrializada; se hace necesario entonces una mayor educación que
91
Cfr. Hayes, Carlton J. H.; Op. cit., pp. 3 y ss.
97
permite la existencia de profesionistas y técnicos que ayuden al desarrollo
económico e industrial del país; pero éstos no pueden existir si la deserción
escolar y el analfabetismo son las principales características de la
población. Así, el libro de texto se coloca como herramienta perfecta para
combatir esos problemas, al tiempo que ayuda a establecer un
nacionalismo que pretende la estandarización social desde arriba; es decir,
una reforma vertical que no toma en cuenta a las bases; sino que las
supone dispuesta a priori para abrazar a la Patria. He aquí el error, pues
―no se trata de que el nacionalismo imponga la homogeneidad […], sino
que una obligación objetiva e inevitable impone una homogeneidad que
acaba aflorando en forma de nacionalismo‖.92 En México, se intentó hacer
al revés y por supuesto no funcionó de la manera esperada; aunque sí
sentó las bases de un gusto por los festejos de Independencia y
Revolución, y de una identificación de ―lo mexicano‖ con estereotipos
delineados de manera sesgada; quedando así ubicado el indígena en las
clases bajas con grandes deseos de superación y un contacto casi ―místico‖
con la naturaleza; el mestizo –identificado con el mexicano por excelencia–,
siempre en la clase media, ejemplo de trabajo esforzado y de picardía
ingeniosa; y el blanco –no necesariamente español, pero igualado a él de
soslayo–, en la clase alta, el empresario, el rico que genera los empleos
para los otros dos.
Esto se presentaba como lo ―natural‖, lejos ya de la lucha de clases
que si bien se mencionaba se hacía de una forma más moderada,
revisándolo como de pasada en el contexto de las grandes luchas
nacionales que buscaban la igualdad y haciendo al niño ―consciente‖ de la
gran suerte que tenía por estar en un país que buscaba esa igualdad por
medios pacíficos como la unidad nacional.
Esto duró más allá del sexenio de Adolfo López Mateos, fueron 13
años antes de que se diera la primera gran reforma a los libros de texto, en
92
Gellner, Ernest; Naciones y nacionalismo, trad. Javier Setó, Alianza Editorial, España, 1988, pp. 60-61.
98
1972, reforma que más que a intereses pedagógicos o provenientes de
cambios en la forma de hacer historia –para el caso específico de los libros
que venimos revisado–, se debían a una necesidad del Estado por
recuperar la confianza de los mexicanos en las instituciones; que había
sido traicionada no sólo por la crisis económica que se comenzaba a sentir,
sino por las represiones que en 1968 se vivieron en todo el país y que
culminaron con la matanza de Tlatelolco donde perdieron la vida cientos de
jóvenes que se manifestaban de manera pacífica contra un gobierno
represivo y sordo a las demandas de la sociedad.
El ―control de daños‖ que pretendió el gobierno, en el último año de
Gustavo Díaz Ordaz y en los primeros de Echeverría Álvarez, tomó ese
cariz, el de diagnosticar como un problema de educación la raíz de la
inconformidad de los estudiantes contra el régimen. Así, Díaz Ordaz, en su
informe presidencial de septiembre de 1968, se permitía decir:
Examinemos ahora brevemente, el verdadero fondo del problema: la urgencia de una
reforma educacional (…). La concepción general en que se apoya la educación
mexicana sólo responde, en parte, a los apremios de nuestro tiempo y no ha log rado
aplicarla cabalmente (…). Se requiere seleccionar los conocimientos necesarios y
proporcionarlos al educando coordinadamente, adoptar métodos pedagógicos
modernos (…), eliminar obsoletos programas demasiado minuciosos y sustituirlos por
otros de menos cantidad, de más calidad (…). Debemos enseñar a pensar, a
entender, a actuar, a tolerar, y lo que es muy importante, enseñar a aprender.
Excelente manera de darle la vuelta a un descontento social cuyo
verdadero fondo se encontraba en la ineficacia del Estado para atender las
necesidades de una población creciente que se había acostumbrado al
paternalismo pero pedía a gritos libertad no sólo de cátedra, sino de
pensamiento, de conciencia y de elección del futuro, hasta libertad de
equivocarse y enmendarse; pero a fin de cuentas todo es ilusorio. Este
deseo de las clases bajas y medias de la época por ―rebelarse‖ ante
hechos que consideraban autoritarios; provenía de la misma educación que
99
había venido recibiendo por varios años: la ilusión de la igualdad promovida
por la ideología nacionalista de los gobiernos mexicanos.
No sobra recordar que hacia esas fechas Edgar Fauré, que en 1972
encabezaría la comisión de UNESCO que elaboró el influyente informe
titulado ―Aprender a Ser‖, desempeñaba el cargo de ministro de educación
en Francia y que, desde esa posición, había encauzado la ―respuesta
pedagógica‖ al conflicto universitario en esas latitudes. Por ello, en las
palabras del informe de Gustavo Díaz Ordaz se distingue el eco de la
respuesta dada por el gobierno de Charles de Gaulle a los rebeldes de
Nanterre y París.
Por su parte, cuando Luis Echeverría asume la presidencia de la
República, en diciembre de 1970, toma con prontitud la respuesta
educativa del conflicto. En su discurso de toma de posesión hace el
anuncio de una reforma educativa a iniciarse:
“Una auténtica reforma educativa exige revisar, profunda y permanentemente, los
objetivos, los conceptos y las técnicas que guían la docencia (…) La reforma que
iniciaremos (…) surgirá de cada aula y estará fundada en la veracidad y en el diálogo
(…) Ningún pueblo puede desenvolverse en plenitud, atenido exclusivamente a los
conocimientos ajenos, ni decidir su futuro por sí mismo mientras factores externos
sean capaces de frenar o distorsionar, en cualquier momento, su proceso de
desarrollo. Cobra así nueva vigencia un antiguo principio, según el cual, se es libre
por el saber.”
La reforma educativa en el sexenio de Luis Echeverría, coordinada por el
secretario de educación Víctor Bravo Ahuja, planteó un extenso conjunto de
cambios en prácticamente todas las áreas del sistema: expansión de la
capacidad instalada de educación básica y secundaria, un notable
crecimiento de la matrícula en los niveles de educación media y superior,
atención educativa a la población de adultos, actualización de métodos de
enseñanza, reestructuración curricular y reorientación de contenidos
educativos, y reorganización administrativa y descentralización
institucional. Un punto culminante del proceso ocurrió mediante la
100
expedición de la Ley Federal de Educación (LFE) de 1973, en reemplazo de
la anterior Ley Orgánica de la Educación Pública de 1941.
En su política educativa es interesante marcar como un gran logro el
cómo se manejó los trabajos sobre la reforma educativa en todos los
niveles educativos; ya que todo esto implicó reformular nuevamente los
planes y programas de estudio, pero si bien es conocido que esto
representaba el sentir de la sociedad mexicana, se decía que todos
nuestros problemas desembocaban o se relacionan con el de la educación;
no es posible ningún avance económico y ninguna mejoría social sin que se
logre una educación popular de llevar al pueblo los beneficios de la cultura.
En lo que respecta al fundamento ideológico filosófico siempre se
concibió la idea de ver la educación como compensación, también como
justicia y movilidad social. En este período sexenal se trabajó sobre
promover la democracia y la transformación social. Además sus enfoques
eran de doble vía; por un lado la educación como proceso personal y por
otro como social al 100%. Analiza ambos procesos el primero como un ser
cambiante y crítico y la segunda postura llevándolo a integrarse en la
misma sociedad con fines productivos.
Todos estos conceptos cabe aclarar que son válidos e inmersos en la
Ley Federal de Educación. En lo referente a cómo organizaron el aspecto
curricular se consideraron propuestas basadas en el desarrollo físico,
intelectual, emocional y socialización de los educandos. Además los
programas dejaron de ser enciclopedistas cambiándolo por uno más
moderno y acorde a las necesidades sociales.
El programa se dividió en siete áreas. Cada área incluye un objetivo
general, subdividiéndose en unidades de aprendizaje, también organizados
en objetivos particulares y secuenciados con sus actividades. En esta
reforma se priorizó la participación de la familia, escuela, comunidad como
conjunto para la activación de una sociedad crítica. Existía un libro de
español, matemáticas, ciencias naturales y sociales. Es aquí en donde se
suprimen los cuadernos de trabajo y libros complementarios, por lo que los
101
maestros se vieron en la necesidad de buscar libros de apoyo como lo son
las guías didácticas, etc. Entonces se puede concluir que: si el objetivo de
dichos movimientos es enaltecer el nombre de México en la búsqueda de la
formación de un nuevo ciudadano hay que darle su valor a la sociedad
como conjunto y siempre considerando la difícil tarea del maestro que día
con día se supera para cumplir exitosamente dicha misión.
Durante el gobierno de Luis Echeverría era necesario recuperar la
confianza de los mexicanos en sus instituciones y también echa mano del
tan manoseado nacionalismo sólo que ahora insertado en el nivel
internacional, ya no es más México y los mexicanos como si estuviéramos
fuera del mundo; sino el país en el contexto mundial. Para ello, ya no se
recurre a la unidad nacional como eje del progreso; sino al pensamiento
científico y a la conciencia histórica, que se logra desentrañando el glorioso
y maravilloso pasado indígena.
Este sexenio dio una exaltación a todo lo concerniente al pasado
prehispánico de nuestro país; pero este discurso no encontró eco en el
contenido de los libros de texto; o mejor dicho sí lo tuvo pero no de la forma
adecuada. Es curioso que un gobierno que busca inculcar al pueblo el
pensamiento racional, científico, consciente de la relatividad del
conocimiento; elabore –porque los libros gratuitos de este sexenio fueron
realizados por conjuntos de especialistas para tal fin–, apruebe y distribuya
libros de texto gratuitos de historia en los que se vertían datos históricos de
manera poco pedagógica, muy general y vaga, sin buscar en el alumno una
reflexión, un deseo de investigación ―científica‖.
Esa postura se mantendría en los libros de texto a lo largo de poco
más de tres décadas, aunque con ligeras correcciones y sobre todo, con
variaciones en las portadas.93 En esas tres décadas el gobierno mexicano
93
Las portadas de los libros de texto a lo largo de su historia cobran especial relevanc ia dentro de un análisis nacionalista; pues –sin importar la materia, área o asignatura del libro-, en muchas ocasiones reflejaron un deseo por exaltar lo nacional ya fuera histórico o cultural; así, por ejemplo son muy claros los libros de la Patria que m ostraban una alegoría del tema con una mujer morena de rasgos indígenas luchando por el progreso; pero también los libros en los que se utilizaron murales de Siqueiros o de Diego Rivera; o
102
mantuvo una postura parecida a la del sexenio de Echeverría, pues la
―administración de la abundancia‖ que se anunciaba a principios del
gobierno de López Portillo, pronto se convirtió en un endeudamiento
externo e interno que crecía como bola de nieve. Las instituciones no sólo
formaban parte del Estado, sino que lo apuntalaban y lo mantenían en su
sitio; incluso aquellas organizaciones creadas como defensa de los
derechos del pueblo, como la CROC, la CTM, el SNTE, por mencionar
algunos, servían de soporte para las ideologías dominantes, permitiendo
que la estructura gubernamental se mantuviera erguida a pesar de los
problemas.
En la educación sucedía algo parecido, lejos estaban los tiempos en
que se consideró que la desigualdad social podía superarse abriendo
escuelas y repartiendo libros gratuitos, la evidencia mostraba que la
educación hacía más profunda la brecha entre clases; sin embargo, se
mantenía el mismo principio de ―oportunidades para todos‖94 que se
manejaba sexenios antes. En este sentido, los libros de historia mostraban
un pasado glorioso, unas luchas justificadas por el sentido de libertad y una
nación pujante que, aunque enfrentaba problemas, podía esperar un
mañana mejor.
aquellos en los que se destacaban las imágenes de grandes figuras heroicas como Benito Juárez, Miguel Hidalgo, José María Morelos y demás; eso por la parte histórica; en lo cultural en ocasiones se eligieron trabajos de reconocidos pintores mexicanos y en otras se diseñaron portadas que traían a la mente la artesanía o los juguetes tradicionales del país. Así, en todo momento se ponía una faceta de México en relieve como una manera de complementar la visión educativa del Estado sin que, necesariamente, se dijera de una forma directa; el discurso, después de todo, no sólo está compuesto de palabras, sino de imágenes, de actos, de cotidianeidad.
94 Que ha sido un discurso político constante sin importar la ideología dominante o el modelo económico que se siga; desde un proteccionismo feroz hasta un neoliberalismo a ultranza, en México se ha defendido en diversas formas la igualdad de oportunidades, falacia que cada vez resulta más ilusoria, pero que sigue funcionando como promesa de campaña y como escape de la realidad del país.
103
4.3 El aspecto pedagógico: un componente olvidado en
la redacción de libros de texto de historia
Se hace ahora necesaria una descripción pedagógica del currículo de
historia y su relación –o falta de ella– en los diferentes grados con el
currículo de historia, para ello nos valdremos de una visión pedagógica que
más adelante relacionaremos con la parte histórica que nos viene
ocupando. Hago esto apegándome a la visión de Burke en el sentido de
que es posible aprender y tomar de otras áreas del conocimiento para
profundizar y ampliar el estudio de la historia.95 En este caso, la pedagogía
se convierte en una herramienta para el acercamiento histórico de una
realidad determinada: el contenido de los libros de texto de historia en un
periodo específico de tiempo, y su relación con el currículo96 en ese mismo
espacio temporal.
El plan de estudios de la escuela primaria está diseñado de acuerdo
con los intereses de las autoridades educativas, sea porque los temas que
se incluyen no corresponden al nivel de desarrollo de los educandos, sea
porque están seleccionados según la importancia que se les atribuye desde
la disciplina del caso, o sea porque son 'de actualidad' para la sociedad. Se
pretende presentar a los niños temas del interés que las autoridades
educativas consideran pertinentes pero de una forma atractiva y
simplificada para que los niños lo entiendan y se interesen. Esta forma de
abordar el diseño de los programas es totalmente contraria a una buena
pedagogía. La enseñanza debe partir siempre de los temas de interés para
los niños de la edad correspondiente, y estos temas son siempre concretos,
particulares y contextualizados.
95
Cfr. Burke, Peter; Formas de historia cultural, Alianza Editorial, España, p.242
96 Me parece pertinente aclarar que se le llama currículo a los planes y programas de estudio de determinada materia, área o asignatura.
104
Se dirá que si diseñamos el plan de estudios desde este punto de
vista corremos el peligro de quedarnos en niveles muy elementales, ya que
los niños jamás se interesarán por temas y conocimientos socialmente
relevantes, querrán jugar y divertirse, y se interesarán por cosas simples y
superficiales. Nada hay más falso que esto. El problema estriba en que, a
pesar de diseñar planes de educación a largo plazo, las autoridades
educativas se resisten a ver la educación y el aprendizaje como un proceso
largo, de muchos años, que se eleva gradualmente y que sufre
transformaciones continuas.
Las autoridades educativas tienden a actuar como si el aprendizaje
procediera por saltos y que hubiera que llevar a los niños desde una
situación de no saber nada sobre algo a una en que se sabe todo de ello,
para lo cual basta explicarles verbalmente ese aspecto de la realidad (o
presentarles dibujos, fotos o videos). No se entiende que los seres
humanos, para llegar a un determinado conocimiento de algo tenemos que
pasar por etapas sucesivas, etapas que si se toman cada una como el
resultado final, éste aparece como un error. He aquí el problema: pensar
que alguna de las etapas intermedias es el resultado final. En estricto
sentido, en el conocimiento (sea del tipo que sea, incluyendo el científico)
nunca hay un tope final, de manera que lo importante no es llegar a un
punto determinado, sino proceder de una manera en que haya avance
continuo, independientemente del momento del proceso en que uno esté
situado.
La impaciencia de los adultos, tanto de padres de familia, como de
maestros, como de autoridades y sociedad en general, por llevar a los
niños de un golpe al 'conocimiento correcto' de las cosas es uno de los
defectos más graves de los planes y programas del sistema educativo
escolar. Esta impaciencia es lo que explica por qué los temas abordados
por los programas están seleccionados con una visión adulta. Se quiere
llevar a los niños de un salto a ―la verdad‖, y se teme que si no se hace así
el niño se quedará en el ―error‖, cuando en realidad eso que se considera
105
un error no es más que una de las varias etapas necesarias en el proceso
para llegar a esa ―verdad‖.
En cuestión de la enseñanza de la historia, esto es más que cierto.
Los libros de texto se apegan por completo a los programas de estudio, es
decir, al currículo en cuanto a los temas que se tienen que ver; pero la
enseñanza tiene dos problemas:
1. La creencia de que si los niños repiten verbalmente cierto discurso
(frases, oraciones, teorías, etc.) esto es una prueba de que ya han
adquirido el conocimiento correspondiente. Pero todos esos discursos son
olvidados una vez que han pasado los exámenes, para después volver a
ser memorizados en el siguiente ciclo y de nuevo olvidados, y así
sucesivamente, sin llegar nunca a la comprensión.
2. La falta de disposición de los maestros para situarse en el punto
de vista de los niños en cada caso. Los adultos en general no hacen mucho
esfuerzo para entender el nivel de comprensión en que el niño se
encuentra. Suelen ofrecerles larguísimas explicaciones verbales creyendo
que con ello el niño comprenderá el punto de vista adulto. Como si la
experiencia por la que el adulto ha pasado pudiera sustituirse con la mera
explicación verbal. Cuando un niño hace una pregunta, el adulto
normalmente contesta lo que contestaría para sí mismo o para otro adulto,
en lugar de explorar qué es lo que el niño realmente está interesado en
saber, y qué puede entender. Esta indisposición de los adultos para
situarse en el punto de vista infantil desemboca en varios problemas
pedagógicos que se cometen una y otra vez al diseñar los planes de
estudio en cada reforma educativa.
Así, la organización del plan de estudios de historia está basada en
criterios disciplinarios (incluso en los casos en que se ha organizado por
áreas, que no es más que un criterio disciplinario más genérico). Lo que ha
orientado el conocimiento de los alumnos hacia una visión fragmentada del
mundo, ya que se les presentan los conocimientos de cada área de la
realidad separados unos de otros y sin considerar la realización de
106
actividades que conduzcan a los educandos a su articulación. Además, se
han establecido jerarquías disciplinarias. Unas materias son más
importantes que las otras, se valoran más, se les otorga un prestigio que
las pone por encima de las demás por la asociación que tienen con las
profesiones prestigiosas, y eso nada tiene que ver con el conocimiento o la
formación integral, sino con el afán de lucro o de poder. Esto deforma
completamente las inclinaciones vocacionales de los estudiantes, porque el
desdén institucional hacia ciertas materias hace que los niños y jóvenes se
aparten de ellas y no las consideren como opciones vitales; caso específico
de la historia, que si bien en tiempos en que se buscaba la unidad nacional
era vista como una asignatura central, un eje rector; en tiempos más
recientes ha sido relegada como algo ―no necesario‖; pues se ha vuelto
más prioritarios materias de aplicación práctica inmediata como las
matemáticas; quizá por la orientación de la educación hacia la satisfacción
de un mercado laboral que requiere conocimientos menos ―sociales‖.
Hay un acuerdo general entre los educadores: el aprendizaje de la
historia es una herramienta esencial para la formación humana. La
importancia del conocimiento histórico para el proceso de humanización de
las personas estriba en que les ayuda a ubicarse dentro del proceso
general de la evolución de la sociedad de la que forman parte, así como
dentro del proceso del desarrollo de la humanidad en general. Por ello
suelen señalarse como propósitos del aprendizaje de la historia los
siguientes:
a) Aproximar a las personas a la comprensión de la necesidad de la
normatividad social para el mejoramiento de la convivencia humana.
b) Mejorar la comprensión de nosotros mismos (individual y
socialmente).
c) Impulsar el desarrollo de la conciencia histórica, es decir, la
conciencia de que las sociedades humanas sufren transformaciones
a lo largo del tiempo y que el presente es sólo un momento de ese
proceso.
107
d) Desarrollar la habilidad para pensar históricamente.
e) Ayudar en la construcción de la identidad (tanto personal como
comunitaria).
f) Ayudar al desarrollo de una conciencia ética y cívica en las personas.
g) Impulsar una mejor comprensión de los acontecimientos presentes.
Es difícil que alguien objete la utilidad que tiene el aprendizaje de la
historia para encaminarse al cumplimiento de este tipo de propósitos, por lo
que no nos detendremos a discutir este punto, sino que concentraremos
nuestro esfuerzo en tratar de comprender cuáles son los principales
problemas pedagógicos que han impedido que se alcancen hasta ahora
dichos propósitos. Para ello, conviene tener presente la siguiente
consideración: pedagógicamente hablando, parece suficientemente claro
que el propósito indicado en el inciso d) es el propósito esencial. La razón
de ello está en que si se desarrolla en los educandos la habilidad para
pensar históricamente, de allí derivará el que avancen hacia el logro de los
demás. Si se desarrolla la habilidad para pensar históricamente, se
progresará en el desarrollo de la conciencia histórica, lo que a su vez
repercutirá en una mejor comprensión de nuestro presente y, por tanto, de
nosotros mismos, tanto individual como socialmente. Esto, a su vez,
contribuirá a la construcción de una identidad más clara y firme (personal y
comunitaria), a la comprensión de la necesidad de las normas sociales para
una buena convivencia y a una formación ética y cívica más sólida.
A pesar de todas las reformas educativas hechas hasta hoy, los
programas escolares de historia siguen diseñándose con una perspectiva
disciplinaria, lo que tiene como consecuencia que se incluya en ellos la
información que es importante desde la perspectiva de los especialistas y
eruditos y, en cambio, se deje de lado el problema de los procedimientos
para lograr propósitos como los señalados arriba. Los eruditos, puesto que
carecen de formación en psicología del aprendizaje, por lo general no
logran distinguir entre lo que es una enseñanza formativa y una informativa.
108
Creen que para alcanzar los propósitos formativos basta con saturar a los
estudiantes de información. Por eso es necesario insistir en que
información no es conocimiento, incluso hay que remarcar que una
sobredosis de información redunda en confusión y, por tanto, en ignorancia.
Todas las reformas educativas desde los años sesenta se han propuesto
lograr una enseñanza formativa. No obstante, es evidente que no se
comprende el problema, y siempre se termina saturando de información los
programas.
En el caso de la historia, los programas se dirigen a que los
estudiantes memoricen toda la cronología de los acontecimientos históricos
que los historiadores consideran importantes, y la estrategia pedagógica
queda siempre subordinada a ello. No se toman en cuenta los intereses de
los educandos, los ritmos naturales de su desarrollo cognitivo, ni las etapas
de ese desenvolvimiento. Esto implica también que los programas estén
siempre pensados desde la perspectiva del mundo adulto, lo que, en la
práctica, desemboca irremediablemente en una educación verbalista,
porque se obliga a los educandos a memorizar conceptos sin significado
para ellos. Y esa información verbal por lo general es olvidada una vez
aprobado el examen o el curso respectivo. Por ello, no es raro que a pesar
de que los mismos temas históricos son repasados una y otra vez en los
diferentes ciclos escolares, al llegar a la universidad los estudiantes siguen
careciendo de los conocimientos históricos básicos, y muchos nunca llegan
a encontrarle sentido al aprendizaje de la historia. Resulta paradójico que
el enfoque de la enseñanza de la historia vigente hasta hoy carezca de la
visión histórica más elemental, que es la del propio desarrollo del ser
humano. Los programas de historia ofrecen, como los de todas las
asignaturas, los resultados finales a que han llegado los especialistas de la
disciplina, y pretenden que el niño se apropie de esos resultados de un solo
golpe, haciendo caso omiso de la evolución de la mente infantil.
Para superar ese enfoque antipedagógico se requiere modificar la
educación en historia trasladando el énfasis que habitualmente se pone en
109
la información histórica hacia los procedimientos de indagación,
adaptándolos, desde luego, al ritmo y etapas del desarrollo de la mente
infantil. Esto quiere decir que lo importante en el aprendizaje de la historia,
más que en la memorización de toda la cronología de los acontecimientos
de la historia nacional, regional, universal, etc., está en aprender a pensar
históricamente cualquier suceso.
Pero, ¿qué quiere decir 'aprender a pensar históricamente'? La
respuesta se puede orientar por planteamientos como los siguientes:
a) Aprender que tanto la realidad natural como la social sufren
transformaciones.
b) Aprender que todo acontecimiento tiene antecedentes y
consecuencias que se desenvuelven en el tiempo y, por tanto, que el
presente es consecuencia del pasado, al tiempo que el futuro será
consecuencia de las acciones presentes.
c) Aprender que también hay acontecimientos recurrentes, que se
repiten cíclicamente.
d) Aprender que existen diferentes ritmos en los procesos de cambio.
e) Aprender que según el nivel de realidad, hay cosas que cambian
mientras que otras permanecen.
Ahora bien, aprender a pensar históricamente supone una pedagogía que
desde el principio se preocupe por mostrar a los educandos el sentido que
tiene la reconstrucción histórica de los acontecimientos. Y esto debe
adaptarse en cada caso al nivel de maduración personal y cognitiva de los
educandos. No se puede aprender a pensar históricamente en un instante,
ni en un curso de un año. Como en todas las áreas de la educación
escolar, según se ha indicado en los artículos anteriores, el gran problema
a que nos enfrentamos está en superar la creencia de que la fuente del
conocimiento está en el lenguaje. Las directrices pedagógicas oficiales
hasta hoy suponen que bastan las explicaciones verbales para generar las
representaciones mentales que exige la creación de una conciencia
110
histórica en los sujetos. No se ha comprendido que el origen de las
representaciones mentales no está en los discursos, sino en las
interacciones vitales de los sujetos con el mundo. Se objetará esto diciendo
que los conocimientos históricos, en tanto que son muchos temas del
pasado, aluden a acontecimientos o situaciones que ya no existen, por lo
que no es posible interactuar con ellos, de manera que no hay otro camino
de acceso a los mismos que las explicaciones verbales o las narraciones.
No obstante, ello no elimina el hecho de que la verbalización no es la
fuente de las representaciones mentales.
Es claro que quienes diseñan estas actividades no tienen idea de lo
que implica, cognitivamente hablando, lo que se está pidiendo. Sin poder
asistirse de sus propias representaciones mentales, al pobre niño no le
queda más recurso que repetir como loro las palabras que aparecen en la
lección, que para él tienen muy poco o nulo significado.
¿Por qué es importante todo esto para mi investigación? Porque
muestra que a través de la enseñanza de la historia, y de los contenidos de
los libros de texto, se ha creado una ―memoria colectiva oficial‖ que
recuerda hechos y acontecimientos que el Estado desea que sean
recordados y olvida aquellos que le son incómodos; si bien, no es posible
desterrar del todo la memoria de ciertos hechos, pero las personas que los
recuerdan –generalmente los directamente involucrados– son cada vez
menos, y en ocasiones el recuerdo grabado en la memoria colectiva es
deformado, mitificado negativa o positivamente, lo que es ―normal‖; pues
―dada la multiplicidad de identidades sociales y la coexistencia de
memorias opuestas y alternativas (familiares, locales, de clase, nacionales,
etc.), conviene pensar en términos plurales sobre los usos de la memoria
por distintos grupos sociales, que muy bien pueden tener distintas visiones
de lo que es significativo o digno de recordarse‖.97 De esto se puede
deducir lo erróneo de una visión única de la historia; sin embargo, también
permite ver la razón que lleva al Estado a ―enseñarla‖ a los futuros
97
Burke, Peter, Formas de historia…, p. 80
111
ciudadanos, a los que de paso despoja de su identidad social al igualarlos
en su memoria colectiva. ―La memoria oficial y no oficial del pasado pueden
diferir marcadamente y la segunda, que ha sido relativamente poco
estudiada, en ocasiones representa una fuerza histórica por derecho
propio…‖98
Y esa ―fuerza histórica‖ se ha manifestado cuando los historiadores
han buscado reconstruir nuestro pasado desde un punto de vista más
realista, eliminando entonces ciertos ―héroes‖ de los que no se tiene una
constancia cierta y dejándolos más ubicados en el mito y la leyenda, como
el caso del ―Pípila‖, que nace de la historia oficial, pero que se arraiga de
tal manera en el imaginario colectivo que no puede obviarse, pues
entonces la sociedad se rebela. He ahí la fuerza de lo enseñado en las
aulas por generaciones.
Por otra parte, la realidad no necesariamente se apega a la teoría
que se revisa en un libro de texto; en los primeros libros de texto, la
manera en que están escritos y la forma en que se enseñan en el aula,
denotan una verdad absoluta, es decir, lo que se trasmite al alumno es la
idea de que la Historia de México y la Historia del Mundo es así, tal como
se dice en el libro; no se le invita a la reflexión ni se le pone en duda, no se
habla de posibilidades. Este es un mal que continua hoy día, a pesar de los
cambios que se puedan dar tanto en el currículo, como en el libro de texto,
como en la práctica educativa; pues no siempre la teoría se complementa
con la realidad.
Ahora bien, en México, más que hablar de teorías pedagógicas,
sobre todo en las épocas que estamos revisando, debemos hablar de
proyectos de educación, pues debemos recordar que todo lo que se planea
en la SEP viene dirigido por las políticas educativas que el Estado decreta.
En los dos sexenios que aquí se han revisado, los proyectos fueron: el de
la unidad nacional y el Plan de Once Años.
98
Ibidem, p. 81
112
El proyecto de la unidad nacional comienza desde el sexenio de
Manuel Ávila Camacho y se continúa hasta el principio del sexenio de
Adolfo López Mateos; sexenio en el que se inicia el Plan de Once Años, lo
que constituye una gran reforma educativa. Volviendo al proyecto de la
unidad nacional, lo que se pretendía era una educación humanista integral,
laica, nacionalista y democrática, orientada hacia el respeto a la dignidad
de la persona humana, la supresión de las distinciones y privilegios, la
integración familiar, la independencia política y la solidaridad internacional.
Su proyecto fue, gradualmente, inclinándose hacia nuevas prioridades de la
educación urbana, para apoyar la educación del país, relegando
gradualmente a segundo término la educación rural. De hecho, esta visión
nacionalista fue una de las inspiraciones para la creación del libro de texto
gratuito. Jaime Torres Bodet, quien era entonces secretario de la SEP,
promovió la escuela de la unidad nacional y desarrolló una política de
modernización educativa, diseñó el primer plan nacional de educación
llamado Plan de Once Años y favoreció la ampliación de turnos, apertura
de escuelas, formación de docentes, y creación de los libros de texto
gratuitos para mejorar la calidad de enseñanza.
El Plan de Once Años pretendió incorporar al sistema de enseñanza
primaria a aquellos niños en edad escolar que no la recibían, para ello se
crearon más escuelas; también creo más plazas para docentes; se
incrementó el presupuesto federal en materia de educación y se promovió
la participación de estados y municipios en este rubro; se distribuyeron
desayunos escolares; se buscó profesionalizar a los docentes.
El plan de Once Años presenta una combinación entre los principios
republicanos y del nacionalismo revolucionario del Estado mexicano. La
política educativa de este plan se caracterizó por tener como principal
objetivo los aspectos cuantitativos de la educación (matrícula cubierta,
eficiencia terminal, porcentaje de alfabetización, número de escue las a
nivel nacional, etc.). Más que un proyecto definido, el gobierno limitó su
113
actuación a la tarea de empatar la oferta educativa con el dinámico
crecimiento de la población.
Con la creación de la SEP se dio en México el paso decisivo para
uniformar la educación en el país, pero el Plan de Once Años fue la
concreción para que el currículo único se hiciera una realidad en México, y
los libros de texto ayudaron a ello. ¿Qué se dijo cuando se crearon los
libros de texto gratuitos? Que ayudarían a que todos los niños del país
tuvieran igualdad de oportunidades en la educación, el libro de texto era la
expresión más concreta del currículo único. Sin embargo, esta igualdad de
oportunidades, era también una forma de intervención del Estado en la
educación. Pedagógicamente hablando, la ventaja del currículo único era la
facilidad para cambiar de escuela, cuando una familia se mudaba de una
ciudad a otra, sin importar el estado de la República al que fuera, podía
inscribir a sus hijos sin problema en otra escuela, porque el currículo era el
mismo y no necesitarían revalidar materias.
Por otra parte, se buscaba que los planes y programas de estudio se
apegaran a la realidad del país; como el Plan de Once Años se basó en
una consulta previa de las necesidades de México, se consideró que esto
era lo que hacía el Plan de Once Años, a través de él se pretendió ofrecer
la respuesta que México necesitaba para alfabetizar a su población y más
aún, para educarla.
Pero, ¿qué pasó con la Historia? La Historia pasó de ser una
asignatura a formar parte de un área de estudio. Los planes de estudio de
195799 y 1960100 consideraban a la Historia como una asignatura
independiente, pero que intercalaban con el Civismo para formar una
conciencia ciudadana, desde el punto de vista de la enseñanza, esto
convertía a la Historia en una sucesión de fechas que el Civismo se
encargaba de celebrar. De esta forma, quizá los niños no tenían una
99 Plan de estudios vigente cuando se crearon los primeros libros de texto.
100 Plan de estudios que entró en vigencia un año después de que se comenzaran a editar los libros de texto. Y no se cambió el contenido para adecuarlos a este nuevo plan hasta varios años después.
114
conciencia histórica clara, pero sabían muy bien las fechas importantes que
marcaron el país en el que habían nacido.
Para el Plan de Estudios de 1972 este panorama cambió, ahora la
Historia se revisaba como parte del área de Ciencias Sociales y no había
una división clara. En los libros de texto las lecturas se sucedían una a la
otra sin especificar si eran historia, civismo o geografía. Dependía de la
habilidad del docente hacer o no la diferencia y lograr que los niños
aprendieran algo. El conocimiento era enciclopédico, pero aún así se
lograba que los alumnos memorizaran, al menos, las fechas históricas más
importantes101 y los nombres de los ―héroes que nos dieron Patria‖.
Sin embargo, ninguno de los planes de estudio tenían un claro
enfoque pedagógico de la enseñanza de la Historia, no incluían una línea
de tiempo, por ejemplo, elemento importante para ubicar temporalmente a
un niño en la edad de las operaciones concretas. Aunque el plan de
estudios de 1972 ya tenía un enfoque ―científico‖,102 la realidad es que los
contenidos de los libros de texto se muestran un tanto dispersos, en el
sentido de que se intercala la lectura de historia con la de geografía, con la
de civismo; aquí lo importante es la habilidad del maestro para dar
coherencia y orden a todo.
Por otra parte, en ese tiempo, privaba la utilización del método
expositivo, lo que propicia la reproducción mecánica de los conocimientos.
Luego, venía la práctica de actividades de fijación como las famosas
composiciones sobre los héroes de la Patria que, según me cuentan
maestros que trabajaron con esos libros y ahora ya están jubilados, se
encargaban cada año a los alumnos para que se aprendieran fechas, vida y
obra de personajes como Miguel Hidalgo, José María Morelos o Venustiano
Carranza. Pese al enfoque científico que se pretendía dar a la educación,
según lo marcaba el plan de estudios de 1972, no se utilizaba la
investigación como recursos metodológico, lo que quizá hubiera permitido
101 Descubrimiento de América, Colonización, Independencia, Reforma y Revolución.
102 Es decir se ubicaban de lo general a lo particular.
115
explotar las potencialidades del alumno en el proceso de análisis,
problematización y reflexión; pero nada de esto se hacía.
Hay que tener en cuenta, que aunque en las épocas que se revisan
una de las prioridades fue la profesionalización docente, la mayoría de los
docentes de esa época tenían una formación deficiente. Por otro lado, si
bien se les formaba en el manejo de teorías y técnicas pedagógicas, y se
les daba base de diversas materias, no eran expertos en ninguna de las
áreas del conocimiento; por lo tanto, si el docente no se preocupaba por
investigar, sólo sabía de Historia lo que venía en el libro. De esto no se les
puede culpar del todo, resulta difícil que un solo docente maneje el
conocimiento profundo de todas las áreas del conocimiento; lo que sí se les
podía exigir era que supieran cómo ayudar a los alumnos a encontrar y
aprehender ese conocimiento; pero aunque en esta época ya se
comenzaba a hablar de constructivismo en el mundo; las prácticas
docentes en México eran propiamente tradicionalistas.
De esta manera, la enseñanza de la Historia en los libros de texto se
reducía a la memorización, no se tomaban en cuenta diversos elementos
pedagógicos importantes (como la edad del niño, las adecuadas estrategias
de enseñanza, los apoyos metodológicos, etc.), entre otras cosas; pero no
debe perderse de vista que eran momentos de definición; lo
verdaderamente incomprensible es que estos problemas sigan existiendo
hoy en día, pese a las continuadas investigaciones y propuestas que en
torno a la enseñanza de la Historia se han venido realizando, y pese a la
constante actualización docente que se recibe hoy día.
116
Conclusiones
En casi todas las áreas el libro de texto ha sido criticado por determinadas
concepciones pedagógicas. Su intención era positiva pues pretendía
romper un monolito pedagógico que venía impuesto por las editoriales y/o
por los autores, y a la vez conseguía dar en el aula un mayor protagonismo
a una pedagogía renovadora, para lo cual servían poco o no servían. Así, a
pesar de la oposición que encontraron en su nacimiento, los libros de texto
se afianzaron como herramienta educativa.
Una característica de estos materiales educativos, sobre todo en lo
que respecta a historia, primero y a ciencias sociales, después; es que las
relaciones sugeridas entre el Estado mexicano y el pueblo reflejan una idea
de estructura jerárquica política, que se verificaba también en el ámbito
familiar. Así, la familia encarna la estructura jerárquica de poder propia de
la nación mexicana. El individuo es enfatizado a la vez que se presenta una
nueva noción de Estado mexicano, es decir, como institución que rige la
vida de los individuos en vez de proveer de bienestar a diversos grupos
sociales.
En este sentido, la función ideológica de la escuela se vio realizada a
través de libro de texto que permitía, entre otras cosas, transmitir los
valores, las actitudes y esquemas de comportamiento, las ideas sobre el
Estado, sobre la patria, la sociedad, etc., que el Estado necesitaba en cada
momento. Tal como se desprende del estudio de los primeros libros de
texto, cuyo enfoque era totalmente nacionalista y alienante; además existe
la necesidad de formar los cuadros dirigentes de la clase burguesa, los que
reemplazarán en el dominio del Estado y en la conducción de las empresas
a los actuales; de educarlos en un "cemento"103 ideológico que les permita
103 Es importante que se entienda aquí que “cemento” se refiere a una base común que
permite amalgamar diversos conceptos necesarios para alienarse con la sociedad. Así, la
117
sobrellevar las presiones derivadas de la lucha de clases y de mantener la
propiedad privada contra los desposeídos.
A esto contribuyó en gran medida la portada del Libro de la Patria,
que permitió que, a través de los libros de texto, se construyera una
identidad de nación. Tan es así que estos libros son los más recordados en
cuanto a portada, quizá muchos no recuerdan con exactitud los contenidos
de estos libros, pero sin duda tienen presente la portada, incluso aquellos
que no conocieron estos libros los consideran de los más representativos
en toda la historia de los libros de texto gratuitos.
La reivindicación de la enseñanza era un punto central del programa
del socialismo revolucionario. Esto mismo lo entendían los intelectuales
que propusieron la educación socialista en México, de hecho, en la época
de López Mateos, el Estado era de tendencia izquierdista; sin embargo, no
dejaba de ser Estado, lo que significa que también tenía la parte de la
ideología. Ahora bien, es posible considerar que la educación en México,
desde el momento mismo de su nacimiento como sistema controlado y
auspiciado por el Estado se transformó en un tipo de educación
domesticadora, como la llama Freire, aunque deseó ser libertadora. El
problema radicó en que se pretendió educar al pueblo para liberarlo, pero
se creó un sistema de instrucción bancaria que significó la domesticación
de la conciencia del mexicano.
El sistema educativo debe promover que el sujeto contribuya al
cambio social al proveer al educando de los instrumentos contra el
desarraigo, pues la educación en la decisión, la responsabilidad social y
política sustituye la anterior pasividad por nuevas pautas de participación.
Esto se observa sobre todo en la reforma de 1972, cuando, después de lo
vivido en 1968; el Estado busca que la idea de nación se afiance en lo
popular, y no en los ideales de una nación pujante y transformadora. Este
cambio de la lucha social a la reivindicación del arte de las masas no es
educación brinda esa base común, esa sustancia. Si entrecomillo el término es porque estoy pretendiendo utilizar una metáfora para definir esa construcción mental que es la ideología.
118
gratuito, viene acompañado de la necesidad de que el mexicano se sienta a
gusto con lo que es y con lo que tiene; sin buscar un cambio social que
podría llevar a una revuelta nacional, como la abortada con la represión del
movimiento del 68.
En este sentido, el libro de texto, sobre todo el de historia, se
convirtió en una referencia fundamental de la escuela capitalista,
principalmente porque la educación se transformó en una de las pocas vías
de promoción social. De aquí que la apropiación del conocimiento a fin de
demostrar su posesión y la comprobación periódica de ello, convierte al
conocimiento escolar en un producto singular, en una mercancía que se
expande, principalmente, en los libros de texto.
No puede dudarse que los libros de texto son una herramienta
adecuada para la enseñanza formal de la Historia, pero deben redactarse y
elaborarse no sólo con un conocimiento pedagógico profundo, sino con un
manejo y un saber histórico completo. Resulta difícil seleccionar los
contenidos de un libro de texto y más difícil aún adecuarlos a la edad del
alumno en cuestión. Por otra parte, los periodos históricos que deben
abarcarse durante la primaria son muy extensos y complejos, no es sencillo
encapsular ese saber en unas cuantas páginas. A esto hay que sumarle
que a la mayoría de estos libros de texto les falta la parte de la historia
contemporánea, tratan el pasado remoto, como si la historia sólo fuera lo
que sucedió hace medio siglo o más, como si los sucesos actuales no
fueran historia cada día. Si bien esto no hace a los libros obsoletos, sí deja
a la Historia como un algo que no se construye cotidianamente, sino que se
hizo, que ya sucedió, que no volverá a suceder, esto borra la memoria
histórica presente, separa a los alumnos del papel que ellos mismos juegan
en la construcción de la historia de su país día a día, con lo cual elimina
toda posible participación activa del alumno en la historia, y lo relega a la
pasividad de la escucha, de la lectura, de la memorización.
Participar en los actos cívicos cada lunes, como se hacía y se sigue
haciendo en todas las escuelas del país, es un acto mecánico que enseña
119
a los alumnos que se debe estar en firmes durante el Himno Nacional y que
se debe saludar a la Bandera con la mano derecha sobre el corazón; pero
no los convierte en ciudadanos; así como enseñar la Historia como un
compendio de hechos no crea conciencia histórica. Lo que queda es
aprender de lo revisado, tomar como docente el rol que corresponde y no
dejar descansar la responsabilidad de los contenidos en el libro de texto o
en el plan de estudios; ir un poco más allá y convertirnos en docentes
activos, actualizados y dispuestos a encontrar formas adecuadas de
enseñar la Historia, no se trata de hacernos historiadores, sino de
despertar en los alumnos el gusto por conocer cómo es que el mundo llegó
a ser como es ahora y por qué su país es como México es.
Por otra parte, cuando el docente centra su atención en el libro de
texto y se limita a los contenidos de éste y sólo a ellos para enseñar la
historia, se tiene como resultado un aprendizaje parcelado, donde los
alumnos retienen eventos y fechas sin mayor conexión que su orden en el
tiempo. Es decir, cuando los docentes enseñan La Conquista de México,
apegados sólo al libro de texto (y no viendo a éste como la herramienta útil
que es), se corre el riesgo de que el alumno lo aborde como un hecho
aislado, con sus personajes, sus fechas, sus acontecimientos, etc.; pero sin
ninguna relación con todo el contexto a que pertenece, tanto histórico como
político, económico, geográfico, etc.
Cuando se crearon los libros de texto no se pensó en este indeseable
efecto ―receta‖,104 por el contrario, se les concibió como herramientas de
apoyo para el alumno, más que para el docente; porque era el alumno
quien necesitaba una guía que le permitiera, en su casa, profundizar todo
aquello que estudiaba en el salón de clases. Este es un punto en que
pocos se han parado a reflexionar, y que me parece pertinente tocarlo en
estas conclusiones: el hecho de que el libro de texto fue creado para los
alumnos. Generalmente, cuando se hacen las reflexiones sobre la
104 Le llamo así, porque es como si los docentes tuvieran en cada lección del libro de texto
la receta para dar la clase; ellos se apegan a la receta y listo.
120
pertinencia o no pertinencia del libro de texto de historia, inmediatamente
surgen los comentarios negativos o positivos en torno a la utilización que
de ellos hacen los docentes; pero olvidamos al componente central del
asunto, al alumno. El alumno tiene al libro de texto como compañero de sus
días de clase, lo visualiza como un apoyo y, generalmente, de él obtiene
información para sus tareas; desgraciadamente, no va más allá, es decir,
no ve al libro como un inicio, sino como un fin.
Cuando se crearon los libros de texto, tal como se veían en los
primeros capítulos de este documento, la idea era dotar a los alumnos con
menos recursos, de la posibilidad de un compendio de información
adecuada para sus clases; con el paso del tiempo se ha demostrado que, al
menos en Historia, no es posible hacer un compendio que abarque la
totalidad de lo que se desearía que el alumno tuviera disponible; entonces
debía cambiarse el enfoque y hacer del libro más bien un índice de
contenidos, que incluyera sugerencias de lecturas alternas que el alumno
pueda consultar para acrecentar su conocimiento; sin embargo, esto no
sucedió. A pesar de las continuadas reformas educativas y de los cambios
y reescrituras en los libros de texto en general, y de los de historia en
particular; nadie ha recordado que a quien va dirigido es al alumno; tal
pareciera que la mayoría de los autores de libros de texto de historia se
encaminan a compendiar, a resumir, a aglutinar hechos históricos; en lugar
de encontrar una manera de orientar, de guiar, de sugerir al alumno aquello
que debe construir: el conocimiento histórico.
Digamos que como primer paso estuvo bien la idea del resumen, es
decir, cuando se hicieron los primeros libros de texto gratuitos, tratar de
poner en ellos todo lo que más se podía sobre la historia pero de manera
accesible a niños de primaria fue correcto, pues era el primer paso, hasta
cierto punto, el experimento que permitiría saber hasta qué punto era un
error o un acierto que los niños mexicanos tuvieran libros de texto gratuito;
pero después, cuando se hace la reforma y se cambia el sistema de
enseñanza, aglutinando las asignaturas en áreas de conocimiento, la idea
121
de un gran compendio era del todo equivocada; sobre todo porque el
mismo plan de estudios marcaba la necesidad de que se enseñara al niño a
razonar científicamente, lo que implica, de manera necesaria, observar,
analizar, discernir, experimentar, concluir y predecir; a esto hay que añadir
que la historia se tuvo que poner dentro del mismo libro donde había notas
de civismo y de geografía; se redujo el espacio, era necesario cambiar el
enfoque; pero no se cambió, quizá esto produjo generaciones de alumnos
que odiaban la historia porque era memorizar demasiadas cosas que, para
ellos al menos, no tenían mayor sentido que sacar un 10 en ciencias
sociales.
Esta pérdida de la visión de a quién va dirigido el libro de texto
gratuito de historia, es quizá lo que más impacta a la enseñanza de la
historia en la escuela primaria, porque es algo que se ha seguido
olvidando; debates han ido y venido sin que en ellos se toque ese tema
central, más allá del contenido o de si se revisa tal fecha o tal otra; creo
firmemente que ahora el debate de los libros de historia debe virar y
orientarse hacia la forma en que el libro está diseñado. Con esto no quiero
decir que se descuide el rigor histórico o que se desprecien los contenidos,
sino que todo eso se una en una herramienta que sirva para lo que fue
concebida originalmente: ser un apoyo didáctico para el estudiante de
primaria.
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