universidad pedagógica nacional ciencia y sabiduría rosales trejo arely f
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Universidad Pedagógica Nacional
Ciencia y Sabiduría
Rosales Trejo Arely F.
La ciencia y la sabiduría, intervienen en el saber y el conocimiento personal pero su relación es diferente:
EN LA CIENCIA predomina EL SABER
EN LA SABIDURIA predomina EL CONOCER
CIENCIA
Consiste en un conjunto de saberes compartibles por una comunidad determinada por: teorías, enunciados que las ponen en relación con los objetos; sólo recoge hechos captados por el conocimiento personal.
Las ciencias empíricas dicen que
la observación se verifica con la
experiencia directa y comprobable; el
conocimiento personal también
permite el descubrimiento de
nuevos saberes científicos; esto se da
por medio de la observación,
manipulación y el trato continuo de los
objetos.
La ciencia no esta constituida por los conocimientos personales sino por la razón objetiva. También es un conjunto de saberes compartibles; su interés se reduce a la comprobación de los saberes y al descubrimiento de nuevos saberes.
A la ciencia lo que le interesa primero es la objetividad, que el conocer; es por eso que es un instrumento universal, sirve para todos, para cualquier fin que se acorde a la realidad es decir “para bien o para mal”.
La ciencia también sirve como un fin intermedio para llegar a un fin u objetivo. La elección de los fines es producto de la voluntad y del deseo, no de la ciencia. La ciencia provee los medios adecuados para cualquier fin en particular realizable; asegura el éxito en la práctica para cualquier persona no importando los fines.
Para tener acceso a la ciencia precisa, se debe de tener una instrucción y un entrenamiento adecuado para poder juzgar de la objetividad de las razones científicas.
“La ciencia ante todo es un saber impersonal”
SABIDURIA
La sabiduría descansa en muy pocos saberes compartibles por cualquier, supone, en cambio, conocimientos directos, complejos y reiterados sobre las cosas.
La sabiduría se da por la observación personal, el trato con otros hombres, por el sufrimiento, la lucha, el contacto con la naturaleza y por la cultura que se tiene.
Se les atribuye a las personas mayores, experimentadas; se transmite en saberes compartibles; hay poemas, mitos, discursos religiosos que preservan la sabiduría de los antiguos.
Le importa el saber como guía para un conocimiento personal, no necesita probar una justificación valida universalmente. No consiste en saberes, sino en conocimientos personales y en creencias razonables y fundadas.
No todos pueden acceder a la sabiduría, la sabiduría elige a los suyos a diferencia de la ciencia.
SHAKYAMUNI
La sabiduría no formula teorías explicativas, no
aprueba razones, narra una experiencia vivida, transmite un trato directo con las cosas abre los ojos
para que cada quien vea por si mismo, experimenta con
formas radicales de vida.
Y al final lo que se obtiene son los conocimientos, las experiencias distintas que se viven con la naturaleza, con los hombres y por lo que obtenemos nuestra visión personal de la verdad.
“La sabiduría es, antes que nada, un conocimiento personal”
DOS IDEALES DE CONOCIMIENTO
A la ciencia le importan los objetos singulares que ejemplifiquen relaciones entre conjuntos de objetos que se puedan explicar.
A la sabiduría le interesa lo singular y concreto en toda su complejidad; no busca principios generales. No mira lo descrito por un enunciado general de lo singular más bien guarda en mente su riqueza hasta encontrar conexión con otros elementos que le den algún sentido.
La ciencia aspira a la claridad que se logra por el análisis de las cuestiones complejas en ideas simples; abomina la oscuridad e indecisión conceptual. El ideal de la ciencia universal sería derivar todo el saber de una formula elemental, compuesta de términos definidos con precisión.
La sabiduría aspira a la profundidad, no pretende analizar las ideas claras y distintas mas bien intenta desentrañar su centro, su núcleo, su clave que permita comprenderla; ella no pretende la precisión; la sabiduría “no dice ni calla, sólo hace señales”.
El ideal de la sabiduría no es la explicación por reducción a ideas simples, sino la comprensión personal de la plenitud innombrable de cada cosa.
A la ciencia le importa alcanzar la realidad de cualquier sujeto racional en cambio a la sabiduría le interesa el sentido de las cosas en su relación con el hombre; ella se desprende de valores aparentes, caducos es decir no le interesa lo superficial sino lo profundo.
Existen formas de sabiduría dirigidas a la consecución de valores individuales como la persecución del placer de los sentidos, del amor, de la felicidad personal.
Para orientarnos de unos valores de otros solo tenemos o podemos fiarnos de nuestro conocimiento personal.
La ciencia no puede remplazar a la sabiduría ni viceversa ya que ambas son formas de conocimiento necesarias para la especie.
Ya que tenemos necesidad de un saber objetivo que nos permita alcanzar la realidad ya que así tendremos seguridad en acertar en nuestra practica y no seremos victimas de nuestra propia subjetividad.
También las dos son imprescindibles porque ambas cumplen una necesidad de la especie: orientar la vida de modo que nuestra acción sea acertada, por acorde con la realidad, y tenga sentido por valiosa.
La ciencia garantiza el acierto de nuestra acción y la sabiduría selecciona los fines adecuados y los valores.
EL PROCESO DE JUSTIFICACION EN DISTINTOS TIPOS DE CONOCIMIENTO
Ciencia y sabiduría son modelos idealizados que sólo se realizan en la excelencia del conocimiento, pocos de nuestros saberes tienen el rigor y la claridad de los enunciados científicos; en raras ocasiones nuestros conocimientos personales alcanzan la comprensión profunda de una autentica sabiduría.
La ciencia esta plenamente justificada, puesto que descansa en razones objetivamente suficientes, estas constituyen un criterio de verdad seguro de sus afirmaciones.
La experiencia personal, por si sola, da lugar a certezas pero no a saberes, pues todo saber tiene que fundarse en razones compartibles por cualquiera.
CONOCIMIENTO PERSONAL CON JUSTIFICACION OBJETIVA
Michael Polanyi (1962) descarta como base de la ciencia el dominio del arte ya que la investigación científica antes que un saber es un arte.
ArteEs un conjunto de operaciones concertadas,
sometidas a reglas más o menos explicitas, es un conocimiento personal que sólo pueden compartir quienes tienen las mismas habilidades y una familiaridad semejante con sus objetos.
Un conocimiento personal profundo de un campo objetivo puede ser requisito necesario para descubrir nuevas verdades científicas, pero estas verdades, una vez descubiertas, son justificables ante cualquier sujeto epistémico pertinente que tenga o no las habilidades personales requeridas para su descubrimiento.
En el contexto de descubrimiento de muchos saberes técnicos y científicos debemos incluir conocimientos personales que tienen como condición capacidades subjetivas adquiridas.
En el contexto de justificación de esos mismos saberes no se requiere fundar su verdad ya que en las razones objetivas en que se funda un nuevo saber pueden ser diferentes a las que llevan a su descubrimiento: las primeras deben ser impersonales, compartibles por cualquiera, las segundas, pueden ser estrictamente personales.
La comprobación intersubjetiva, en la
práctica o en la observación, guiada por la teoría son las
razones más comunes para justificar un
nuevo descubrimiento que requirió de
complejas destrezas subjetivas.
CONOCIMIENTO PERSONAL BAJO CONDICIONES SUBJETIVAS
En el arte, tanto en el contexto de descubrimiento como en el de justificación de los juicios estéticos se requieren cualidades subjetivas que no pueden estar incluidas en un saber previo.
Los juicios sobre la obra de arte pueden justificarse aunque
no remite a un saber objetivo sino a la
experiencia individual.
Frente a la justificación objetiva
de la ciencia, los juicios estéticos remiten a una justificación
personal, que tiene mas que ver con la
sabiduría.
La diferencia entre el conocimiento personal y el saber objetivo no está en la falta de justificación de las creencias basadas sino en las condiciones subjetivas requeridas para su justificación.
Las creencias que constituyen un saber objetivo
deben ser justificables para cualquier sujeto
epistémico pertinente, las
creencias artísticas deben serlo para cualquier sujeto que cumpla con
ciertas condiciones personales adicionales.
COMUNIDADES SAPIENCIALES
Toda moral, toda religión puede considerarse como un conjunto de creencias y de formas de vida compartidas por un comunidad que permite un conocimiento personal, propio o ajeno.
Esas creencias pueden ser autenticas o inauténticas.
En las inauténticas de vida moral o religiosa, el individuo renuncia a dar una justificación personal a sus creencias se atiene a lo que la sociedad le dicta. No se justifica en una experiencia propia sino en el consenso del grupo.
En las auténticas el individuo intenta fundar sus creencias en una experiencia vivida. Su forma de vida y conocimiento personal es el que puede dar testimonio alguno.
El hombre moral o religioso, auténtico y libre, opone a las creencias reiteradas, impuestas por el grupo, su experiencia es personal de vida.
Todas las religiones están basadas en el testimonio de experiencias personales. La religión auténtica no impone dogmas, transmite la sabiduría del maestro e invita a abrazar libremente una forma de vida.
Las creencias morales y religiosas pretenden ser aceptables intersubjetivamente pero de hecho se fundan en razones que solo pueden ser suficientes para aquellos sujetos que tengan ciertas condiciones que les permitan acceder a una forma de sabiduría.
La ciencia supone el mínimo de condiciones personales para comprobar una verdad y el máximo de amplitud de la comunidad de sujetos pertinentes para juzgar de ella; por eso constituye un saber mínimamente personal y máximamente objetivo.
Las condiciones exigidas para poder comprobar la verdad de una creencia incluyen capacidades subjetivas, distintas a las racionales, actitudes, formas de vida, las comunidades de sujetos pertinentes para juzgar de su verdad se reducen y no tenemos derecho a hablar de un saber objetivo ni a exigir el consenso de los demás a nuestras creencias.
