SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD AJUSCO

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

“AUTORIDAD Y EDUCACIÓN:

¿BINOMIO EN CRISIS?”

TESINA

(ENSAYO)

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE

LICENCIADO EN PEDAGOGÍA

PRESENTA:

JUAN MANUEL ALONSO CARMONA

ASESORA:

MTRA. DOLORES GUADALUPE MEJÍA RODRÍGUEZ

CIUDAD DE MÉXICO, MAYO 2016.

Para mi Madre,

mis hermanas Chelis, Chopaka, Conchita,

mi hermano Miky, mis sobrinas y sobrinos

y mi hermano Alberto (In memorian)

Nunca es tarde,

Nunca es en vano.

ÍNDICE

pág.

INTRODUCCIÓN……………………………………………………….. 2

CAPÍTULO 1 “DONDE MANDA CAPITÁN…” ALGUNAS APRECIACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE AUTORIDAD EN LA EDUCACIÓN

1.1 Primeros acercamientos al tema de la Autoridad.….…..…………... 8

1.2 La Autoridad choca con la Realidad.…………..………..…………… 16

1.3 Autoritarismo: Eje de la Educación Tradicional.………..…………... 18

1.4 Autoridad vs Autoritarismo. Un choque paradigmático...……..…… 27

1.5 Autoridad, ese extraño objeto de deseo ………….…………………. 36

CAPÍTULO 2 DEL “PORQUE YO LO MANDO” AL “MANDAR OBEDECIENDO”. HACIA LA CONSTRUCCIÓN CONTEMPORANEA DEL CCONCEPTO DE AUTORIDAD

2.1 Jerarquía: la eterna (¿?) escalera…….……………………………. 41

2.2 “Porque yo lo digo”, la justificación perfecta de los Autoritarios… 44

2.3 Las calificaciones. La correa pedagógica por excelencia……….. 47

2.4 El Bullying. La acción extrema del Autoritarismo escolar………... 54

2.5 “Si Zapata viviera, contra el Bullying estuviera”. Una opción de Autoridad ante el modelo Autoritario……………………………….. 56

CAPÍTULO 3 “MANDE USTED”. LAS POSIBILIDADES DE UN CAMBIO ANTE EL CONCEPTO TRADICIONAL DE AUTORIDAD

3.1 Autoridad y Tecnología. ¿La Panacea contra el Autoritarismo?... 62

3.2 Según el sapo… es su Autoridad…………………………………… 67

3.3 La Pedagogía Crítica y la Autoridad: una luz al final del túnel…... 71

3.4 Volver al futuro…. Desde nuestro pasado: retomando viejas prácticas para crear nuevos conceptos……………………………. 76

CONCLUSIONES…………………………………………………….. 81

REFERENCIAS……………………………………………………….. 85

2

INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo de Titulación, en modalidad de Tesina (Ensayo), obedece a

dos aspectos: el primero, señalar, a través de este escrito, el nivel de

conocimientos que poseo para que se me otorgue la Licencia correspondiente a

los estudios de Pedagogía que esta ilustre Universidad imparte; así entonces,

pongo a su disposición las siguientes cuartillas para realizar este ejercicio de

examinación.

Y segundo, no menos importante, es tener un primer trabajo académico que sea

mi carta de presentación frente a estudios posteriores, toda vez que el camino

apenas se inicia justo cuando egresamos. Personalmente me he demorado un

poco en dicho proceso pero de ninguna forma piense usted, amable lector, que

ello es producto de la ociosidad sino más bien de circunstancias que, a veces

ajenas y otras no tanto, se presentan día con día.

Hecho lo anterior, y mediante esta Introducción que esboza el contenido, presento

este escrito que lleva el título de: Autoridad y Educación, ¿Un binomio en

crisis?, pues a lo largo de mi formación universitaria, y posteriormente en mi vida

personal, he podido constatar que existe una profunda relación entre ambos

tópicos. Con este escrito deseo iniciar un diálogo fecundo más por las preguntas

que surjan, que por las propuestas que pueda hacer; aunque desarrollado en

dicha modalidad, en su realización busqué ser lo más claro y puntual con respecto

a la opinión propia, lo mismo que con el recurso de apoyarme en autores de mayor

solidez académica.

3

La obra está compuesta de tres capítulos. El primero busca exponer, sin ahondar

en aspectos ideológicos, la forma en cómo se observa, desde afuera, el trabajo

dentro del ámbito educativo, esto es, al interior del aula o en las relaciones entre

maestros, funcionarios institucionales de mayor rango (Subdirectores, Directores,

Supervisores, entre otros), así como el desarrollo de la relación para con los

Padres de Familia, de uno de los tópicos de mi trabajo: la Autoridad del docente

que identifico como necesaria para su relación con los alumnos, principalmente.

Aún cuando en su nombre se han dado excesos, y por ello muchas personas se

oponen a ella, en la cotidianeidad sabemos que es muy necesaria y perfectible.

El segundo capítulo se adentra en el fenómeno de acción de la Autoridad a través

de la repercusión que produce, primero, en los alumnos a partir de la relación

existente entre estos y el maestro; segundo, de los hijos para con los padres y las

expectativas, y exigencias académicas, que los segundos guardan sobre los

primeros; y tercero, entre los maestros y las autoridades. Con ello no quiere decir

que dichas interacciones se susciten de manera aislada, o fragmentada, sino que,

dada la complejidad de las relaciones cotidianas, los resultados pueden ser

analizados en un plano teórico ya que, aún cuando no soy docente en función,

como profesional de la educación he podido dar seguimiento desde una

perspectiva externa y menos polarizada, aunque sí coherente en relación con las

condiciones sociales de nuestro país.

Incluso en este capítulo me he permitido introducir algunos visos de una forma

diferente de entender la realidad, que en su momento hizo “mucho ruido”, y que

4

ahora parece ser, sólo parece, se ha silenciado: la perspectiva del Ejército

Zapatista de Liberación Nacional.

Dando seguimiento a la parte final del segundo capítulo, en el tercero me permito

bosquejar algunas de las acciones que en la actualidad, y en un mundo

hipertecnificado, se han ido desarrollando con respecto al concepto de Autoridad y

su vínculo con el quehacer educativo, cuestionándola hasta el caso de poner en

duda su viabilidad e incluso la necesidad, o pertinencia, del maestro en el proceso

educativo.

En las Conclusiones me permito encuadrar más como una reflexión, que como

una conclusión dada la complejidad y lo extenso que resulta el tema de mi interés.

Finalmente sólo me resta hacer la siguiente aclaración: para muchos es conocido

el refrán: <<una imagen dice más que mil palabras>> y apelando a ello hago uso

de algunas caricaturas e imágenes cómicas para dar realce a las ideas

expuestas; algunas de ellas pretenden explorar el lado sarcástico, o irónico, según

sea su lectura pero lo que me resulta más importante es lograr un vínculo entre mi

interés por exponer lo más claramente el tema y conseguir la atención del lector.

Asimismo, el uso de los refranes, como parte del título de cada uno de los

capítulos, me permiten evocar lo que en la sabiduría popular se entiende y maneja

con respecto a este tema de la Autoridad y su relación para con la Educación, tal

vez de manera no explícita pero sí con un marcado sentido práctico y muy

coloquial.

5

Esta peculiar forma de hacerme entender guarda mucha relación con mis años de

preparación en la carrera y en la vida personal, donde más de una vez la risa me

iluminó el entendimiento para investigar y desarrollar nuevas ideas sobre este

campo tan vasto, y casi interminable, que es la Educación.

Juan Manuel Alonso Carmona

Abril 2016

6

CAPÍTULO 1

“DONDE MANDA CAPITÁN…” ALGUNAS APRECIACIONES

SOBRE EL CONCEPTO DE LA AUTORIDAD DEL PEDAGOGO.

Imagine Ud., amable lector, la siguiente escena: un salón de clases en los años 70

repleto de niños y niñas, de entre 6 y 8 años, y un maestro que expone un tema

ante ellos; de súbito, se percata de que uno de ellos se encuentra absorto en sus

propias cavilaciones sobre una hoja de papel. Al acercarse y comprobar “que no

ponía atención” le reprende de un modo firme sobre su holgazanería.

Además de ello le escribe en la misma libreta un recado al Padre donde señala la

falta y el castigo que merece tal acción: un punto menos en su calificación.

Al llegar a casa y comentar lo sucedido, el menor es nuevamente reprendido y

duramente castigado por el Padre, quien no acepta objeción alguna ante el hecho.

El pequeño, dolido y castigado, se aleja del lugar con una sola idea: los adultos,

en especial el maestro, son injustos y malos.

Ahora pasemos a una escena similar pero con varios años de diferencia: es 2010

y un profesor de un grupo escolar, de iguales características que el anterior, se

encuentra con un menor igual de distraído sólo que ésta vez al intentar

reprenderlo éste le advierte, en un tono amenazante, que se lo contará todo a su

mamá y que además el maestro no tiene ningún motivo para que lo “ataque en sus

Derechos Humanos”. Ante esta amenaza, el resto del grupo murmura sobre cómo

7

el maestro, en términos coloquiales, “le sacó” ante el problema, y éste no atina a

bien saber cómo ejercer su mando sobre un grupo cada vez más indisciplinado.

Aunque con diferencias en el tiempo, el fenómeno a resaltar es que el ejercicio de

la práctica docente, a través de la disciplina y en pos del aprendizaje, ha

experimentado cambios muy drásticos en cuanto a sus alcances y limitaciones.

Tratando de aceptar, sin conceder, que los Maestros sólo buscan instruir

adecuadamente a los niños y niñas que se les encomiendan, ¿cómo puede un

Maestro corregir la indisciplina de un miembro del grupo sin que éste invoque que

se atenta contra sus Derechos Humanos?, ¿quién lo apoya cuando, una vez

tomada la decisión, en cuanto a la sanción, los Padres del infractor la emprende

contra él arguyendo que no es “un maestro calificado” o “capaz”?

Ante estas situaciones, entre muchas más, el ejercicio docente se encuentra

huérfano en el sentido de que ninguno de los representantes de niveles superiores

administrativos del Sistema Educativo Nacional se “anima”, de manera tajante y

directa, en apoyar al Maestro en cuanto a sus decisiones disciplinarias o docentes

y sólo se aplican los reglamentos o la legislación correspondiente como una

manera de cubrirse las espaldas, alegando estar “apegados a la ley”, con lo que la

potestad del docente como Autoridad queda minimizada. ¿Cómo se deberá

ejercer la Autoridad en una época tan vertiginosa y cambiante como la nuestra?,

sobre ello trata este trabajo.

8

1.1 PRIMEROS ACERCAMIENTOS FORMALES AL TEMA DE LA AUTORIDAD

Durante mis últimos meses como estudiante de la carrera, y como parte de los

preparativos para el trabajo de titulación, revisé algunas Tesis, Tesinas y demás

escritos de personas que ya habían cumplido con el requisito para obtener algún

grado académico y, dentro de la Biblioteca “Gregorio Torres Quintero”, de la UPN-

Ajusco, no encontré muchas referencias al concepto de la Autoridad en la

Educación, como no lo fueran aquellas que guardaban una relación con temas

estrictamente administrativos; es decir, el tema de Autoridad sólo era atendido

porque, al ser una manifestación física del Poder que un Director tiene en el

entorno de una Escuela, se buscaba que ésta fuera lo más armónica y que

permitiera que, entre los docentes y sus Autoridades, todas las actividades se

desarrollaran en relativa “armonía”, evitando conflictos y esmerándose por dar los

resultados estadísticos que se demandaban.

9

Ejemplo de ello lo tenemos en los trabajos de titulación que llevan por título “El

proceso administrativo en las escuelas del tipo educativo elemental centrada en la

delegación de autoridad y responsabilidad.”, título que se multiplicó en numerosos

trabajos, en diferentes partes de la República donde la UPN tiene unidades, y que

llevan los números de registro 255, 290, 470, 6153 y 8237, y que corresponden a

un momento histórico en el cual la acción del Director, como figura de Autoridad,

tenía que ser apuntalada y justificada por un andamiaje de tipo administrativo.

También encontré otros trabajos, como la Tesis 7355, en la cual sus autoras

buscaban desarrollar un modelo de tipo estadístico presentando una serie de

resultados obtenidos tras las respuestas de un cuestionario de 21 preguntas, con

las cuales se buscaba demostrar la siguiente Hipótesis:

A mayor grado de Autoridad democrática ejercida, por los directores de las

escuelas primarias, urbanas, federales de organización completa, de la

ciudad de Saltillo, Coahuila, mayor grado de disponibilidad y ejecución por

parte de los maestros para ejercer su trabajo (García, et al., 1987).

Con ello se buscaba que la interpretación estadística, que hacen de las encuestas,

les permitiera obtener datos que además de revelar la importancia del tópico en

cuestión, le facilitara a ambas partes (los docentes y los directivos), encontrar los

puntos en que difiere su visión de lo que implica la Autoridad, y por ello la

apreciación que hacen las autoras al respecto es “como una deficiencia

administrativa, relacionada con la autoridad” (García, et al., 1987).

La conclusión final a que llegó el equipo de investigación fue que:

10

Al comparar las respuestas de maestros y directores pudimos palpar que

las opiniones tanto de unos como de otros difieren en la situación real e

ideal del ambiente que priva en las escuelas encuestadas. (…) Sin

embargo, si consideramos que los rubros antes mencionados son los que

abarcan la totalidad de los amplios conceptos de lo que es la

administración compartida, debemos tomar en cuenta que es

precisamente el ejercicio de la autoridad la que contribuye positiva o

negativamente en la actitud y disponibilidad hacia el trabajo por parte de

directores y docentes (García, et al., 1987, p. 89-90).

Actualmente, la Universidad Pedagógica Nacional – Unidad Ajusco ha

incrementado su acervo con trabajos de titulación en los cuales ya no sólo se

menciona a la Autoridad como un elemento administrativo, sino incluso se abocan

de manera concreta en proponer aportaciones a tópicos vinculados a ella como la

democracia, la libertad y otros más.

Ejemplo de ello son las tesis 27096, 24492 y 18047, que fueron presentadas para

obtener los grados de Licenciatura en Educación Indígena, de un Proyecto de

Innovación de Gestión Escolar y de la Licenciatura en Gestión Administrativa,

respectivamente, entre los años 2001 y 2010, que dan muestra de un cambio muy

significativo con respecto a la relevancia de reflexionar y estudiar el fenómeno de

la Autoridad en los ámbitos escolares contemporáneos.

Por otro lado, como lo mencioné anteriormente, uno de los más reconocidos

pedagogos de quien he tomado sus ideas con respecto a la autoridad, la

democracia y otros más, para la elaboración de este documento, es el Dr. Paulo

11

Freire quien expuso que el modelo educativo denominado como “tradicional”

mantiene el siguiente esquema:

a) el educador es siempre quien educa; el educando el que es educado.

b) el educador es quien sabe; los educandos quienes no saben.

c) el educador es quien piensa, el sujeto del proceso; los educandos son los

objetos pensados.

d) el educador es quien habla; los educandos los que escuchan dócilmente.

e) el educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados.

f) el educador es el que opta y prescribe su opción; los educandos quienes

siguen la prescripción

g) el educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tienen la

ilusión de que actúan, en la actuación del educador

h) el educador es quien escoge el contenido programático; los educando, a

quienes jamás se escucha, se acomodan a él.

i) el educador identifica la autoridad del saber con su autoridad

funcional, la que opone antagónicamente a la libertad de los

educandos. Son estos quienes deben adaptarse a las

determinaciones de aquel1.

j) Finalmente, el educador es el sujeto del proceso, los educandos, meros

objetos (Freire, 2000, p. 74).

En la actualidad, este esquema es puesto en duda una vez que se analizan

ámbitos educativos no formales, como es el uso y acceso a las Tecnologías de la

Información y Comunicación, así como canales de video como YouTube, redes

sociales como el Facebook y Twitter, entre otras, las cuales rebasan en mucho la

información que se maneja en las aulas, sean éstas de Primaria o Secundaria, ya

no digamos de niveles Medio Superior y Superior, lo que dificulta y compromete la

hegemonía por parte del Maestro como único interlocutor del conocimiento.

¿Qué sentido tiene que un maestro hable de las partes anatómicas del cuerpo

humano, cuando una simple revisión a través de un buscador electrónico, como

Google, puede mostrar a detalle dicho tema? Tal vez me dirán que entonces es un

1Las negritas son mías.

12

asunto de carácter tecnológico y que la simple sustitución del maestro por un

equipo de cómputo pondría fin a esta inquietud, a esta crisis, donde, además, el

papel que desarrolla el maestro se devalúa y queda como un mero recuerdo de lo

que era la dinámica educativa.

Umberto Eco (2007) hace una ágil revisión de lo que representa este compromiso

al mostrar lo complejo que resulta tratar de dar una respuesta simple a un

problema de reciente formación: si toda la información está al alcance de un click

¿de qué sirve, o mejor expuesto, para qué se quiere a un profesor?, ¿qué sentido

cobra la autoridad del maestro? En este mismo artículo expone la necesidad que

aún se tiene del profesor para ayudar a los alumnos, guiarlos, conducirlos y

prepararlos para hacer un adecuado uso de toda esa vorágine informativa.

De manera personal considero que nos estamos tardando un poco para iniciar la

reflexión sobre la pertinencia del uso de la tecnología en las aulas, porque si bien

éstas son de gran ayuda, por el gran ahorro de tiempo y fácil acceso de la

información, no encuentro una relación que permita exaltar su uso en pro del

aprendizaje; es decir, me parece que lo único que se logra es un nuevo

“enciclopedismo electrónico” pero no un aprendizaje significativo. Una versión

computarizada de la “educación bancaria” que cuestiona Freire. De manera

sarcástica, la caricatura lo expresa.

13

https://www.google.com.mx/search?q=educaci%C3%B3n+moderna&rlz=1C1TSNS_enMX633MX633&espv=2&biw=1242&bi

h=606&site=webhp&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMI_ZCR7aC7yAIVhpANCh11Jg93#imgrc=x

dLW2CPSwlvzgM%3A consultada el 29 de mayo de 2015.

El propio Freire establece que el uso de la tecnología no debe ser un debate de

condena o glorificación sino un recurso mediante el cual el individuo se reconoce

como individuo y a los otros también como individuos:

La frase casi hecha – ejercer el control sobre la tecnología y ponerla al

servicio de los seres humanos – tal vez jamás tuvo tanta urgencia de

concretarse como hoy, en defensa de la libertad misma, sin la cual el

sueño de la democracia se diluye (Freire, 1999, p. 127).

Puesto que existe, la tecnología no debe ser quien someta al individuo ni tampoco

quien lo esclavice; aunque parece que hemos hecho caso omiso a ello con toda la

gama de teléfonos celulares, tablet´s y demás recursos tecnológicos por venir, los

cuales han aprehendido la atención de los estudiantes, y de algunos maestros,

debido al vasto cúmulo de información que se puede obtener a través de ello, pero

en los cuales no se halla la clave del saber: la discriminación de la información.

14

un niño que se <<libera>> temprano de los adultos no es un niño libre, sino

influenciado: influencias ambientales, mediáticas, grupales, comunitarias,

tribales. Los semejantes no son mejores que los padres. El problema

radica en que la separación del adulto provoca que no se inserte en el lazo

intergeneracional, que no se sitúe en su historia, que crea que un presente,

si se preserva, puede y debe renegar del insoportable pasado para

fecundar un futuro radiante. La singularidad no es particularismo: no nos

hacemos singulares contra los demás, sino entre los demás. Un

<<santuario>> escolar, ya sea <<sumerhilliano>> o republicano, es un

aislador en el que al mismo tiempo se sueña y se extraña al mundo

(Guillot, 2007, p. 34).

La cita anterior resalta la importancia que existe de que sea una persona la que

realice el enlace de una generación mayor a una más joven, en este caso se

refiere al padre pero aplica también para el maestro, no por el hecho de que ese

comportamiento no ha variado en siglos, sino porque, precisamente, esa

comunicación entre generaciones ha permitido el avance y, por ende, su

preparación hacia los más jóvenes.

Hasta ahora puedo señalar que la actual crisis educativa, caracterizada por una

desvaloración de la actividad docente, privatización de la educación, disminución

de la matrícula escolar, alto nivel de deserción, materiales educativos obsoletos y

algunas otras que escapan a mi análisis, guarda una profunda relación con la

crisis del concepto de autoridad que se tiene pues se encuentra vinculado a un

modelo autoritario que sólo implica la obediencia hacia un superior, tanto en las

instituciones educativas como en otras esferas del Poder Político, como son las

15

figuras presidenciales en los países que tienen un modelo de gobierno

constitucional, o incluso en las que mantienen modelos monárquicos2, puesto que

no aceptan, ni reconocen los cambios que en la práctica han venido desarrollando

tópicos como la Libertad, la Autonomía, la Democracia, la Disciplina, etc. en el

naciente siglo XXI.

Es muy conocido que para muchos docentes, la impartición de sus lecciones

guarda una similitud con modelos caracterizados por su autoritarismo y férrea

disciplina, por lo que el debate sobre la pertinencia entre los modelos en extremo

disciplinarios y los de aquellos que abogan por mayor flexibilidad en sus reglas

sigue vigente, y cobra especial relevancia en nuestro país debido a las exigencias

de los acreedores financieros internacionales, las cuales versan más sobre una

eficacia numerológica que una de carácter pedagógico y científico.

Una de las graves manifestaciones de esta dependencia [la relación

inequitativa con Estados Unidos] es la elevada deuda externa, debido a

ello nuestro país ha tenido que recurrir al Fondo Monetario internacional

(FMI) y el Banco Mundial (BM), instituciones con las que el gobierno

mexicano ha firmado cartas de intención en las que se compromete a

seguir una política económica de corte neoliberal y dar concesiones al

capital extranjero (Morales, 1998, p. 67).

Tal vez parezca inocuo pero si revisamos y contextualizamos el concepto de

Autoridad en el ámbito educativo, al extrapolarlo a otros ámbitos podríamos

encontrar una nueva forma de convivencia entre los habitantes de este País y sus

2 Para el momento en que realizaba este trabajo se presentó el tema de la abdicación del Rey de España, en favor de su

hijo, el entonces Príncipe Felipe, luego de una serie de escándalos protagonizados por el mismo Rey y en los que también se vio envuelta la Familia Real. http://www.eldiario.es/politica/Rey-abdica-favor-hijo-Felipe_0_266673429.htm

16

Gobernantes, en vez de sólo denostarlos, poner en evidencia sus carencias y

debilidades. Por decirlo de manera menos agreste.

https://www.google.com.mx/search?q=caricaturista+patricio&biw=1242&bih=566&espv=2&source=lnt&tbs=cdr%3A1%2Ccd

_min%3A7%2F7%2F2015%2Ccd_max%3A&tbm=isch#q=caricaturista+patricio+la+escuela&tbm=isch&tbas=0&imgrc=Fv2V

EE9HNob7LM%3A consultado el 20 de octubre de 2015

1.2 LA AUTORIDAD CHOCA CON LA REALIDAD.

Preciso es reconocerlo; si los directores, como hombres, tuviesen las

mismas ideas que los reformadores benévolos si realmente les impulsara

el cuidado de una reorganización continua de la sociedad en el sentido de

la desaparición progresiva de las servidumbres, podría reconocerse que

los únicos esfuerzos de la ciencia mejorarían la suerte de los pueblos; pero

lejos de eso, es harto manifiesto que los que se disputan el poder no miran

más que la defensa de sus intereses, que sólo se preocupan de la propia

ventaja y de la satisfacción de sus apetitos (Ferrer, 2010, p. 132).

17

Para todo aquel estudioso del ámbito educativo es claro y evidente que en el

México del naciente siglo XXI el modelo educativo en nuestro país está en crisis,

como también sucede en algunos otros países, y esta apreciación viene al caso

cuando con respecto a la práctica educativa se habla sólo de eventos violentos o

de confrontación entre maestros y alumnos; entre hijos y padres o aún entre

Gobiernos y gobernados, y el principal elemento de discusión se refiere al vacío

educativo que estos enfrentamientos muestran con respecto al ejercicio de la

Autoridad.

Un ejemplo de este tipo de enfrentamientos y acciones en contra de la Autoridad

se observa por parte de las Instituciones Educativas Gubernamentales, como son

la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores

de la Educación (SNTE) las cuales son fuertemente atacadas y criticadas por una

parte de los Maestros agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de

la Educación (CNTE), la cual señala a los primeros como Autoritarios, ya que todo

el modelo educativo que buscan implementar en nuestro país no corresponde a la

realidad del mismo. La SEP no reconoce las aportaciones, que en materia

educativa propone la CNTE, y la descalifica como un movimiento sin propuestas

claras; todo ello con el apoyo del Sindicato, arrogándose el tema educativo como

una exclusividad3.

Esto tiene implicaciones en la imagen que se tiene del grado de Autoridad del

Docente porque, precisamente, al no acatar la disposición de un superior

3 Este conflicto ha trascendido los niveles del diálogo ya que en una clara acción autoritaria, la SEP se esmera en

descalificar, e incluso criminalizar, las acciones radicales que la CNTE realiza como medio de presión para hacerse escuchar, pues con esas acciones busca crear conciencia y respuesta ante las deficiencias y vicios que solapa el Sindicato.

18

jerárquico, como lo es en el caso de los maestros llamados “disidentes” que no

atienden a los lineamientos de la nueva legislación emanada de la Reforma

Educativa, son expuestos como “revoltosos”, “mediocres”, “enemigos de desarrollo

educativo” y demás epítetos detractores, lo cual a su vez pone de manifiesto una

categoría muy arraigada en el ejercicio docente: el del Autoritarismo.

1.3 AUTORITARISMO: EJE DE LA EDUCACIÓN TRADICIONAL.

Desde tiempos muy remotos hasta nuestros días, el ejercicio docente ha estado

permeado por lo que se ha denominado Autoritarismo, que se puede entender

como la acción in extremis de un “Poder”; dicho “Poder” es, a su vez, entendido

como una potestad otorgada por los integrantes de la escala inferior con respecto

a los de la escala superior en quienes confían dada su sapiencia, o conocimientos,

o capacidad económica y esto es lo que reviste su actuar como figura de

Autoridad

La gran crisis, la que cobija a todas las demás en los últimos 150 años, es

la crisis de la autoridad. (…) Pero tenemos que entender urgentemente dos

cosas:

- El autoritarismo es ejercido por el mero poder, por quién no

tiene autoridad.

- La autoridad se respeta porque se sostiene a sí misma en el

modelo.

El autoritarismo es del que impone su visión a saber, sin dejar espacio a

discusiones o divergencias (Barylko, 2002, p. 34).

19

Para el caso que se refiere al ámbito educativo, Foucault expone en su libro

“Vigilar y Castigar” (2013), una visión de cómo era concebida la práctica educativa

por parte de los Maestros hacia los alumnos, en la cual reinaba el control absoluto

y estricto de la disciplina, y la eficacia de la enseñanza hasta en los más mínimos

gestos (p. 193 – 194).

La autoridad es, como ya lo he mencionado anteriormente, una capacidad

otorgada de facto por parte de los progenitores o tutores que no cuestionan la

habilidad del instructor, sino que aceptan el hecho de que esta persona “sabe” y,

por lo tanto, puede disponer de los pupilos como lo considere; esto se realiza

principalmente en los niveles escolares básicos donde dicha potestad se

materializa sobre los educandos sin que estos puedan exponer o expresar alguna

disconformidad, o comentario, sin ser reprendidos o castigados, pues se mantiene

la creencia de que sólo lo expuesto por parte de la figura de Autoridad tiene

relevancia o es exclusivamente lo que tiene validez.

Un ejemplo de esta práctica tradicional autoritaria la tenemos en los centros

monásticos y clericales de la Edad Media, en los cuales lo dictado por el Ministro

de culto, apegado a los textos religiosos, era algo inobjetable y absoluto, lo que

impedía que ideas nuevas, y provocadoras, tuvieran buena acogida en los ámbitos

cotidianos.

La cultura que los cenobios4 ofrecían a los oblatos5 y a los monjes, y que

las rectorías y obispados ofrecían a los clérigos, era bien poca cosa en

4 Del latín caenobios, vida en común. (www.lema.rae/drae/?val=cenobios consultado el 22 de junio de 2015). 5 Del latín oblatus, ofrecido (www.lema.rae/drae/?val=oblatos consultado el 22 de junio de 2015).

20

comparación con la antigua cultura clásica, aunque fueran ciertamente

edificante: salmos y sagradas escrituras en general, más la ley eclesiástica

y alguna fabulosa vida de santo. Sin embargo, esta nueva ‘instrucción

concreta’ no podía prescindir de una ‘preparación formal’ en el leer, escribir

y hacer cuentas, aunque a niveles mucho más reducidos que los

tradicionales (Manacorda, 2004, p. 190).

Claro que, originalmente, este modelo de formación sólo estaba al alcance de

algunas personas adineradas, esto para mantener el status quo, pero cuando se

comenzó a adoctrinar6 en la Fe al resto de la población dicho modelo fue estricto

en su funcionamiento y acciones autoritarias.

Sin embargo, en la Historia de la Educación se desarrollaron planteamientos

teóricos, algunos muy novedosos y revolucionarios, que cuestionaron y se

opusieron a dicha metodología pues en las obras de muchos autores la crítica a la

educación tradicional, el anti-autoritarismo, lo que buscaban era una

transformación de la práctica docente y dedicaron su trabajo en torno a la

Educación y su relación con la Autoridad, compartiendo un común denominador: el

que toda Pedagogía libertaria es, por definición, anti-autoritaria (Palacios, 2007, p.

122); entre los nombres de aquellos que propusieron alternativas viables contra el

modelo tradicionalista surge el de Francisco Ferrer Guardia; para él, la razón

principal de la Escuela Nueva, nombre que le dio a su sistema de enseñanza,

estaba fuertemente vinculado con el desarrollo de capacidades analíticas basadas

en la aplicación de la Ciencia, dejando de lado todo planteamiento de corte

6 Adoctrinar: v. tr. Instruir, especialmente, en lo que se debe decir o hacer. Pequeño Larousse Ilustrado (2005) México:

Editorial Larousse.

21

Metafísico, como explicación y fundamento de los fenómenos cotidianos. Ello

traería consigo una nueva generación de “personas instruidas, verídicas, justas y

libres de todo prejuicio [y, por ende, capaces de entender que] no hay deberes sin

derechos; no hay derechos sin deberes”.

Francisco Ferrer Guardia.

Pedagogo Español (1859 – 1909)

(...) el antiautoritarismo ferreirano se pone de manifiesto también a nivel

didáctico. Los contenidos dogmáticos, metafísicos, no contrastados por el

método científico, eran opuestos a la idea de la libertad de Ferrer y, en

consecuencia, él luchó siempre por mantenerlos alejados de su escuela;

no estaba dispuesto a consentir que la escuela en libertad que él había

construido en lo organizativo y lo programático, se convirtiese en una

escuela autoritaria por vía de los métodos o los contenidos (Palacios,

2007, p. 172 – 173).

Otro de los precursores de los trabajos anti-autoritarios fue A. S. Neill y su

experiencia de Summerhill, una escuela creada y dirigida por él, que aún hoy en

día existe; la educación es un tema que va mucho más allá de lo que sucede en el

aula. Pone especial énfasis en que también se deben considerar las emociones

tanto como la inteligencia, el subconsciente tanto como la conciencia; toma

22

elementos de las ideas de su mentor, el Maestro H. Lane, en los que establece

que no es a través de acciones físicas, castigos o golpes, con las cuales se podrá

llevar a cabo una adecuada formación del niño.

Alexander Sutherland Neill (1883 – 1973)

La libertad en la escuela consiste en hacer simplemente lo que se desea,

sin perturbar la paz de los demás y en la práctica funciona a la perfección.

Esta clase de libertad es comparativamente fácil de alcanzar, sobre todo si

toda la comunidad establece sus propias reglas, sin que existan adultos

que traten de guiar, sugerir o gobernar y, sobre todo, sin el menor asomo

de miedo a los adultos. (…) Un niño libre tiene personalidad. Un niño

disciplinado es una criatura torturada, obligada a ser insincera, debido a su

personalidad dual: la suya propia y la del modelo impuesto (Neill, 1980, p.

123 – 124).

Carl Rogers, otro de los teóricos anti-autoritarios, explica que no tiene mucha

importancia realizar una crítica directa a la educación tradicional pero a pesar de

ello opondrá contextos institucionales revolucionarios, abiertos y flexibles. Mientras

que el punto de vista tradicional se obsesiona por la distribución del conocimiento

definido de antemano por lo que llama “el experto”, Rogers intenta facilitar el

23

autoaprendizaje dentro de un ambiente determinado. Frente a la pedagogía de la

represión, opone la de la empatía.

Carl R. Rogers (1902-1987)

En la familia tradicional (…) la autoridad del padre es apoyada por

sanciones religiosas y legales. (…) En la familia contemporánea, (…)

teóricamente, el control está unificado en manos de ambos padres pero,

en la práctica, ellos a menudo están en desacuerdo. (…) Por lo tanto, las

sanciones de la autoridad paterna ya no son tan fuertes (Rogers, 1980, p.

25).

Gerard Mendel desarrolló un nuevo concepto para poder explicar las relaciones en

torno a la educación conocido como sociopsicoanálisis7.

En su obra El Manifiesto de la educación (1978, p. 30) expone que una parte del

origen de la Autoridad radica en las construcciones de las sociedades patriarcales

o de las familias nucleares, ya que en ellas se encarnaba en la figura del Padre, y

una vez que ambos, Padre y familia, perdieron dicho carácter correspondió a la

escuela tomar la estafeta; con ello, a su vez, le remiten a los individuos “vivencias

7 Esta nueva concepción aborda la problemática desde una doble vertiente: la social y la psíquica; la primera desde la óptica

marxista y la segunda desde el psicoanálisis (Palacios, 2007).

24

ligadas a imagos (maternales) arcaicos [lo que permite que los individuos se

encuentren ante una] autoridad arbitraria y todopoderosa”.

Gerard Mendel (1930-2004)

Si la escuela continúa siendo la misma, entonces quedará <<algo>> en

ellos, los adultos, y en la sociedad que no habrá experimentado cambio; de

ahí la exigencia de autoridad en la escuela que los padres formulan: una

autoridad tradicional y de naturaleza patriarcal (Mendel, 1978, p. 105).

Y el más conocido en América Latina, Paulo Freire; de él podemos encontrar una

visión contemporánea de lo que debe ser el ejercicio pedagógico, pues en sus

obras sostiene que para erradicar el autoritarismo dentro del ámbito educativo es

necesario mantener un diálogo entre las partes involucradas, de esta forma el

maestro aprende enseñando y los alumnos enseñan aprendiendo; es decir, los

individuos se hacen uno solo como miembros de una comunidad, respetando cada

una de sus particularidades pero manteniendo un vínculo especial en el

aprendizaje.

De este modo, el educador ya no es sólo el que educa sino aquel que, en

tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien, al

25

ser educado, también educa. Así, ambos se transforman en sujetos del

proceso en que crecen juntos y en el cual ‘los argumentos de la autoridad’

ya no rigen. Proceso en el que ser funcionalmente autoridad, requiere el

estar siendo con las libertades y no contra ellas (Freire, 2000, p. 86).

Freire encontró que el ejercicio educativo no es una simple acción de depositar los

conocimientos en el alumno, esperando que éste los mantenga para repetirlos, a

lo que denominó “Educación Bancaria”, y con ello también estableció una relación

entre el ejercicio docente democrático y el autoritario.

Mientras el elitismo autoritario o el autoritarismo elitista son propios del

educador reaccionario, se vuelven la negación del educador progresista.

En los sesenta, como ahora, se imponía y se impone a los educadores

progresistas que disminuyan la distancia entre el ‘discurso avanzado’ y la

práctica tradicional y autoritaria (Freire, 2010a, p. 82).

Paulo Reglus Neves Freire (1921-1997)

Es con respecto a ese tono de Autoritarismo lo que ha motivado la constante

revisión de la práctica educativa, no sólo en los planos teóricos sino también en lo

que respecta a la práctica, pues en muchas instituciones dicha transformación no

26

se aprecia visiblemente. Ejemplo de ello lo tenemos en la forma de impartir las

lecciones en las aulas de los niveles básicos, como la Primaria y Secundaria,

donde aún se mantiene, en muchos casos, el sistema clásico donde el profesor se

ostenta como figura de autoridad y el alumno quien asume lo dicho por éste.

En una perspectiva realmente progresista, democrática y no autoritaria, no

se cambia la ‘cara’ de la escuela por decreto. No se decreta que, de hoy en

adelante, la escuela será competente, seria y alegre. No se democratiza la

escuela autoritariamente (Freire, 2010a, p. 30).

https://www.google.com.mx/search?q=violencia+en+la+escuela+caricaturas&biw=1242&bih=606&source=lnms&tbm=isch&s

a=X&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMIs9ixmpzIyAIVgeiACh0PZwIZ#imgrc=hvVYXK03iWL7_M%3A consultada el 19 de

octubre de 2015.

Como mencioné anteriormente, el modelo educativo que Freire describió, y contra

el cual arremetió por ser una errónea estrategia pedagógica, es denominado como

“educación bancaria”, pues en ella los conocimientos que se imparten en el aula

27

son considerados una “moneda” que se ahorra, buscando un tipo de beneficio o

“interés”, como son las calificaciones8.

Este modelo de educación tiene un fuerte arraigo en nuestro Sistema Educativo

Nacional. Incluso podría señalar que a muchos de nosotros nos es fácil evocar esa

época cuando estábamos sentados en una silla de escuela y vivíamos una

situación parecida.

En ese entonces, antes de tener cualquier noción de los conceptos sobre

educación conocidos en la UPN, la formación escolar que recibí era la adecuada

para formar individuos listos para obedecer, apegados a las normas, válidas o no,

de la comunidad. Los años sesenta habían pasado y aunque hubo ciertos resabios

del movimiento social la mayor parte del tiempo me tocó la versión autoritaria: mis

maestros decían y yo los obedecía.

1.4 AUTORIDAD vs AUTORITARISMO. UN CHOQUE PARADIGMÁTICO.

Si aspiramos a tener resultados rápidos, nunca aprenderemos un

arte. Para el hombre moderno, sin embargo, es tan difícil practicar la

8 De ser cierto esto, mi cuenta estaría en números rojos (Nota del autor).

28

paciencia como la disciplina y la concentración. (…) El hombre

moderno piensa que pierde algo – tiempo – cuando no actúa con

rapidez; sin embargo no sabe qué hacer con el tiempo que gana –

salvo matarlo-. (Fromm, 2016, p. 45).

Jaime Barylko (2002) toma esta frase para resaltar el hecho de que, en nuestra

vida contemporánea, la premura con que vivimos nos aleja de aquello que

anhelamos: aprender. Si bien no es un elemento único, la disciplina es parte

importante en el desarrollo de toda habilidad, a la vez que elemento característico

de la práctica autoritaria. Y también por ella es que es tan cuestionada y debatida

la educación tradicional, por sus excesos.

¿Qué relación guardan la disciplina y la autoridad con respecto de la educación?

¿Puede ésta prescindir de alguna de ellas, o de ambas? ¿Es condición sine qua

non la participación de una con respecto a la otra?

Está ampliamente documentado que tanto en Grecia como en Roma, que fueron

modelos para toda Europa y que sentaron las bases de la educación, la práctica

educativa estaba marcada por un extremo rigor autoritario:

En su momento los maestros del démos, en la antigua Grecia, enseñaban

a sus discípulos-aprendices en una tienda ubicada en la calle lo que no le

impedía propinar golpes y otras maneras disciplinarias para hacer valer su

autoridad (Manacorda, 2004, p. 92).

29

También le estaban permitidas algunas acciones que hoy día nos resultan

obscenas y bestiales pero que en el contexto de la época eran lo más “natural”

con respecto al ejercicio de la autoridad, en este caso por parte del Padre:

Desde sus primeros años como ciudad, en Roma, la autoridad paterna

gozaba de una autonomía tan absoluta que le permitía a éste disponer de

la vida de un hijo anormal, encarcelarlo, azotarlo y/o someterlo a trabajos

forzados, llegando al extremo de dar muerte a un hijo revoltoso aun

cuando éste fuera adulto y ocupase un puesto en el Gobierno (Manacorda,

2004, p. 116-117).

Ahora me explico por qué dentro de la literatura griega sus tragedias y comedias

clásicas están salpicadas de actos de violencia de los hijos hacia los padres.

Dicho modelo educativo, me refiero a los estilos de los Griegos y los Romanos, se

mantuvo durante mucho tiempo en Europa, aunque sin los excesos de ellos, pero

esa estricta forma de convivencia fue lo que permitió que se mantuvieran los

estándares educativos a lo largo de la Historia antigua; para cuando se suscitó el

llamado descubrimiento de América, y su posterior conquista, la conversión e

inculturación de los nativos del continente estuvo marcada por una estricta y

autoritaria disciplina.

Como testimonio de ello están los primeros capítulos, del segundo tomo, de la

obra de James Bowen (1979) en los cuales describe de manera puntual y precisa

cómo fue, entre los años 769 y 1400 d. C., la conformación de un modelo político-

30

religioso, y por ende educativo, en la naciente Europa9; explica, el origen de

muchas de las instituciones educativas que perduran en nuestro tiempo aunque,

claro está, con algunas modificaciones propias de la época pero que perviven en

cuanto a su sentido académico10 y marcado sesgo autoritario.

Ahora bien, volviendo a nuestro tema, uno de los objetivos de la Educación es la

de otorgar las herramientas adecuadas y suficientes para el convivio entre el

educando y su entorno social, por ello, cuando esto no sucede, podemos asegurar

que el vínculo entre los maestros, los alumnos y la comunidad no es el adecuado.

En la actualidad tenemos la circunstancia de que los padres de familia desconfían

y no respetan las acciones, ni las decisiones, que los maestros toman ante casos

de indisciplina. Y al parecer este fenómeno no es exclusivo de nuestro país.

Mucha de la bibliografía consultada, en este documento, muestra que en otras

latitudes el tema de la Autoridad; y su vínculo con la Educación, ha sido más

profundamente revisado, analizado y expuesto como tópico de interés; ejemplo de

ello son los artículos elaborados por revistas argentinas que sobre el tema

consulté.

En una de ellas, Ines Dussel y Miriam Southwell (2009), exponen que ante la

crítica antiautoritaria se busca no educar –entendido esto como la acción directa

del profesor sobre los alumnos-, absteniéndose de ello para no incurrir en un acto

9 El término <<Europa>> es de origen antiguo y se usa ya entre los primeros griegos para designar a la gran península

situada al norte del mar Mediterráneo. Hacia el siglo IV de nuestra era, debido al traslado de la capital del imperio romano a Constantinopla, esta región occidental comenzó a tomar un carácter independiente (p. 26). 10

El modelo de esta nueva organización fueron los gremios y las cofradías medievales. Poco a poco maestros completamente desconocidos empezaron a imitar en algunas catedrales la práctica de los gremios y a organizarse ellos mismos corporativamente en lo que en latín medieval dieron a llamar universitates (sing. universitas) (p. 159, 160).

31

autoritario; se dio paso a un ejercicio laxo en el cual el docente era sólo un guía u

orientador (p. 26).

Otra de las actividades que realicé fue el de cuestionar, de manera informal ya que

el matiz estadístico es ajeno a los fines de este trabajo, a algunas personas que se

encuentran inmersas en el ámbito de la educación, ya fuera como docentes o

como alumnos, acerca de cómo es que entendían los conceptos de MAESTRO,

DOCENTE, PROFESOR, EDUCADOR y PEDAGOGO, y con base en sus

opiniones pude extraer una sencilla síntesis acerca de esa figura de autoridad que

se encuentra frente a un grupo de estudiantes. Así entonces, el Pedagogo viene a

ser un profesional de la Educación, el Docente un auxiliar de la práctica educativa;

el Profesor un profesionista que se dedica a impartir clases; el Educador se limita

a ser una suerte de guía en la enseñanza de ciertos contenidos y, finalmente, el

Maestro es una combinación de todos los anteriores11; además de estas

opiniones, al realizar un ligero sondeo en las fuentes de algunas páginas de la

Internet, me encontré con definiciones más ortodoxas, apegadas a orígenes

latinos, y que en su mayoría denotan una fuerte vinculación con el ejercicio

educativo.

Así, un Profesor, palabra que proviene del latín professor, -oris, es una persona

que ejerce o enseña una ciencia o arte. Un Docente es alguien que enseña, que

pertenece o está relacionado con la enseñanza. Un Maestro, del latín magister, -

tri, implica dos terminaciones: la primera, “Dícese de lo que tiene un gran valor o

11

En este punto debo hacer público mi agradecimiento a la Maestra Elizabeth Llanos, a la Doctora en Educación, Concepción Alonso; a la Maestra en Psiconeurología, Marlene Galicia y a la Lic. En Música, con especialidad en violonchelo, Dianel Carina Carmona por tomarse el tiempo para responder a mi llamado y conocer sus opiniones sobre este apartado. Muchas gracias.

32

importancia dentro de su clase”, y segunda, por extensión, Dícese de lo principal o

más importante”. Un Educador será alguien que educa en un colegio, y finalmente,

un Pedagogo, palabra de origen griego cuya interpretación en latín es

paedagogus, y que tiene varias acepciones: 1. Persona cuya profesión consiste en

enseñar y educar a los niños y a los jóvenes (…), 2. Persona que posee un

conjunto de conocimientos teóricos o prácticos que le sirven para proporcionar

enseñanzas de modo didáctico a otros (…), 3. En la antigüedad o en épocas

pasadas en las casas principales e importantes, persona que cuidaba y enseñaba

a los niños (…), 4. Persona que acompaña a otra, la guía y la aconseja lo que

tiene que hacer (…)”12.

Y con todo ello, me queda claro que, independientemente de cuál fuera el término

a utilizar, sobre esta persona recae una enorme responsabilidad para con los

educandos, principalmente en los niveles Básicos por ser en estos donde se

asientan los primeros fundamentos de convivencia social y de formación

intelectual. Ello sin demeritar a los niveles Medio Superior y Superior.

Un recurso ampliamente utilizado para la promoción o simple exhibición del

carácter preponderante del Maestro, tanto en nuestro país como en algunas otras

latitudes, es el recurso del cine y para nuestro caso son las películas de la llamada

época de oro del cine mexicano en las cuales se hace una apología de él como

forjador de comunidades, así como de su erudición con respecto a su práctica

pedagógica. Como ejemplo de ello lo es la película “Simitrio” (1960)13 donde

12

www.enciclonet.com/busqueda 13

Película dirigida por Emilio Gómez Muriel, basada en un cuento de Tómas Cordova, protagonizada por José Elías Moreno, en el papel del maestro Cipriano, y por Javier Tejeda, en el papel de Simitrio.

33

encontramos, llamémosla así, “la estampa clásica” de un afamado y respetado

maestro rural a quien todos conocen, y viceversa, pues en su momento aquellos

que son ya adultos, fueron sus discípulos; con el correr de los años, a este

Maestro, cada vez le resulta más difícil impartir sus lecciones a las nuevas

generaciones debido a que está perdiendo la vista. Dentro de la trama, un grupo

de niños se enteran de que un nuevo alumno, Simitrio, se ha mudado al pueblo

junto con su familia situación que los escolares aprovechan para poder gastarle

toda clase de travesuras al anciano maestro quien, debido a su condición de

salud, no atina a identificar correctamente al infractor; sin embargo, ello no es

limitante para el docente que convencido de la inteligencia del menor emplea toda

su sapiencia didáctica y pedagógica para atraerlo “hacia el buen camino”.

A pesar de todos sus esfuerzos el alumno no cede en sus travesuras y en un

momento de ofuscación el profesor casi le propina un golpe, mismo que es

reprimido cuando reconoce en la voz lastimera del infractor a otro alumno de su

grupo con lo cual cae en la cuenta de lo que realmente sucedía. A la par de esta

historia, se gesta otra en la cual las autoridades del Estado buscan sustituir al

maestro debido en parte a su avanzada edad y a la implementación de nuevos

modelos educativos en boga. De ello se entera la comunidad del pueblo, e incluso

el alcalde del mismo, se oponen tajantemente a que ello se concrete dándole a la

historia un matiz aún más dramático.

34

Fotograma de la película “Simitrio” (1960), con José Elias Moreno.

Otra película es la que lleva por título “El Profe” (1971), dirigida por Miguel M.

Delgado y protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas”, como el profesor

Sócrates, la actriz Marga López, Víctor Alcocer y Arturo de Córdoba; en ésta se

muestra un modelo de docente que toma su actividad como un gran apostolado al

grado de ganarse la animadversión del cacique del pueblo Don Margarito,

interpretado por Víctor Alcocer, pero que acompañado de Hortensia, personaje de

Marga López, logra vencer todo tipo de obstáculos y de crear una escuela tan

necesaria para el pueblo.

Con la mención de sólo dos obras cinematográficas, donde el común denominador

es que un maestro puede enfrentar vicisitudes haciendo gala de buenas maneras,

elocuencia, manejo de las herramientas pedagógicas y de un grado de

paternalismo, la pregunta central sigue en pie: ¿qué es lo que determinaba el

carácter de Autoridad en el ámbito educativo? En estos casos ficticios, ambos se

apoyaban en formas y maneras coloquiales de lo que se entendía que debía ser la

potestad de un Maestro, dentro de un modelo educativo de tipo fuertemente

tradicional, como correspondía a esa época aunque entre ambas hay un elemento

35

diferenciador: en la del “profe”, Sócrates (“Cantinflas”), además de cubrir el papel

de educativo, lo es también de, digámoslo así, “libertador” ante los atropellos del

cacique del pueblo.

Fotograma de la película “El Profe” (1971), con Mario Moreno “Cantinflas”.

Tenemos entonces que la figura de los maestros lleva implícito ese rasgo de

“superioridad” que, como mencioné anteriormente, deposita en él la potestad de

dirigir y sancionar, según sea el caso y siempre dentro de una correcta

convivencia, las acciones del alumno. Sin embargo, aún continúa en el aire la

pregunta: ¿qué entendemos por “Autoridad”?, ¿qué se entiende por Autoridad en

el ámbito escolar? Respecto al significado de la palabra se establece que es un

“rasgo que distingue a quien ostenta una posición reconocida de superioridad con

capacidad de dirigir a otros”14.

14

http://waece.org/diccionario/index.php consultada el 06 de julio de 2015

36

Sin embargo, algunos autores un poco más familiarizados con planteamientos

sociológicos establecen que la autoridad es un fenómeno vinculado con las

relaciones entre los individuos, lo cual no es ajeno al entorno escolar.

Fanfani (2009, p. 2) establece que:

La autoridad es un fenómeno relacional, surge y se desarrolla en una

correlación, es decir, no existe como una propiedad del individuo. En

verdad, la autoridad es una construcción permanente, que varía según los

contextos y las épocas.

Y así seguimos rizando el rizo: hay quien manda, quien obedece y la relación

entre ambos será siempre de subordinación…o tal vez no.

1.5 AUTORIDAD: ESE EXTRAÑO OBJETO DE DESEO.

Un elemento clave en la relación Maestro-Alumno radica en que el primero se

sigue viendo como único responsable de la formación académica de los niños,

jóvenes o adultos, según sea el nivel del que hablemos, pues independientemente

de que se mencione, en el discurso oficial, una mayor participación por parte de

los Padres de Familia, poco se ha avanzado en esto. Precisamente por ello, en la

actualidad es cada vez más frecuente encontrarnos con la pregunta ¿cómo debe

ser el ejercicio de la Autoridad en las escuelas contemporáneas?

Aunado a lo anterior, y precisamente como un tema de profundo interés, se han

presentado en nuestro país, así como en otros países, situaciones de la violencia

ejercida por adolecentes hacia los Maestros, lo que pone de manifiesto el hueco

que se ha producido ante la falta de revisión del concepto de Autoridad

37

contemporáneamente15. Ello por no extenderme con respecto a lo que ocurre al

exterior de las escuelas que es un tema aún más extenso y que no corresponde al

objetivo de mi obra.

Muchos maestros, algunos principiantes y otros experimentados, y aún

más los educadores, y también muchos padres, enfrentan problemas de

autoridad con los jóvenes. Ya sean niños o adolescentes, hacerse

escuchar, respetar y obedecer ya no depende de uno. Al contrario, en

algunos casos, los niños son los que <<mandan>>: niños-reyes, incluso

niños-tiranos. La televisión presenta a padres desconcertados, propone

emisiones en que se interpela a los padres o se pone como ejemplo a una

<<Super Nanny>>. Asimismo, los espectáculos de tele-realidad parece

mostrar estructuras y modos de aprendizaje rápidos y eficaces:

¡verdaderas alternativas <<soñadas>> a la austera Escuela y a sus largas

cadenas de esfuerzos!... (Guillot, 2007, p. 11).

Agnes Heller16 plantea además que el problema no radica en una descalificación

sin ton ni son de los representantes de la autoridad, sino la calidad de éstas frente

a las necesidades que se le presentan y sobre las cuales nosotros esperamos una

respuesta satisfactoria (citada por Giroux, 2003, p. 143).

Un ejemplo esto lo vivimos en estos días en que se desarrolla una Reforma

Educativa que dista mucho de ser la panacea de los problemas y necesidades en

materia educativa que vive nuestro país. Al respecto, mucho se ha escrito que

15

Al respecto se pueden encontrar en internet videos que documentan dicho comportamiento donde el recurso de los

golpes, amenazas y vejaciones es el común denominador y que motivan un fuerte cuestionamiento sobre lo que está sucediendo en las aulas, y algunas veces en los pasillos de las escuelas. 16

Filósofa húngara, prominente pensadora marxista, en un primer momento, y que más tarde se plegó a una posición

socialdemócrata. Nace el 12 de mayo de 1929 (http://www.infoamerica.org/teoria/heller1.htm consultada el 01 de octubre 2015

38

ésta no es más que una maniobra legal para afectar las condiciones laborales de

los Maestro y aunque puede ser una exigencia válida, no por ello se debe perder

de vista que la defensa de los derechos de unos no puede pasar por encima de

los derechos de otros, en este caso de los niños que esperan acudir a una

Escuela donde les impartan los conocimientos básicos para el desarrollo de sus

potencialidades.

Es esa acción opositora lo que le ha merecido a los miembros de la CNTE17 el

epíteto de “no profesores” o “no maestros”, por lo que es vista con desconfianza, e

incluso temor por el resto de la población, cuando su principal interés es en pro de

la población y la mejora del Sistema Educativo Nacional. Como un crítico ante las

situaciones de opresión Freire tiene las siguientes palabras:

Los discursos neoliberales, llenos de ‘modernidad’, no tienen la fuerza

suficiente para acabar con las clases sociales y decretar la inexistencia de

intereses antagónicos entre ellas, igual que no tiene la fuerza para acabar

con los conflictos y la lucha entre ellas. Lo que ocurre es que la lucha es

una categoría histórica. Y por eso mismo tiene historicidad. Cambia de

espacio-tiempo a espacio-tiempo. La lucha no niega la posibilidad de

acuerdos, de arreglos entre las partes antagónicas. Los acuerdos también

forman parte de la lucha (Freire, 1999, p. 89).

17

Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, una escisión del Sindicato Nacional de trabajadores de la

Educación (SNTE), y que ha producido todo un fenómeno de descrédito hacia ellos, dadas sus acciones violentas y de fuerte confrontación para con los representantes de la SEP.

39

CAPÍTULO 2

DEL “PORQUE YO LO MANDO” AL “MANDAR OBEDECIENDO”.

HACIA LA CONSTRUCCIÓN CONTEMPORANÉA DEL CONCEPTO

DE AUTORIDAD.

Si ser niño es difícil, para quienes cruzamos la historia entre 1970 y 1980 fue una

proeza aún mayor; esa época correspondió a los efectos relacionados con el

movimiento estudiantil de 1968, el cual buscaba realizar cambios no sólo en el

ámbito educativo del nivel Superior, sino también con el resto de los ámbitos

sociales y políticos en los cuales se podía observar, y sentir, una ausencia de la

Democracia representada por el sistema autoritario del control gubernamental.

Posterior a los acontecimientos del 2 de octubre de ese año muchos intelectuales,

como Octavio Paz quien “dimitió a su cargo en el servicio diplomático en protesta

contra el gobierno por las demostraciones de represión contra los estudiantes en

Tlatelolco, previo a los juegos olímpicos” en nuestro país18, desafiaron a dicho

Sistema señalando su responsabilidad de lo ocurrido y dando a los entonces

jóvenes, elementos teóricos para cuestionar todo, incluso, el ejercicio de la

educación en México.

Recuerdo que gran parte de mi educación básica fue un continuo ejercicio de la

Autoridad Tradicional representada en mis maestras y maestros que no se alejó

sino hasta mi entrada a la Preparatoria, donde la autonomía de pensamiento fue el

principal elemento que me alejó de la instrucción.

18

www.nobel.unam.mx/octaviopaz/biografía.html

40

En relación con lo anteriormente escrito me es factible comprender el por qué,

para algunos autores, el obstáculo más fuerte de superar dentro de la práctica

docente es la acción autoritaria.

<<El problema de la educación en el mundo moderno se centra en el

hecho de que, por su propia naturaleza, no puede renunciar a la autoridad

ni a la tradición y aun así debe desarrollarse en un mundo en el que ya no

se estructura gracias a la autoridad ni se mantiene unido gracias a la

tradición>> (Vázquez, 2010, p. 2).

La cita anterior corresponde a Hannah Arendt19 y me permite ahondar aún más en

ese tema de la crisis del concepto de Autoridad, porque ella lo expresó en los años

posteriores a la Segunda Guerra Mundial, es decir, en un momento de grandes

cambios y revolucionarios movimientos. Si en ese entonces ya se vislumbraba

todo esto, ¿por qué nosotros, en nuestro país, permanecemos impasibles ante

esto?, ¿qué se necesita modificar o qué es necesario hacer para que se inicie la

revisión de los conceptos que permitan una estructuración del ámbito educativo

más acorde con la realidad? ¿Es solamente el criterio económico el que debe

privar para que se generen los cambios necesarios? Si la respuesta es afirmativa

para la última pregunta, estamos peor de lo que imaginamos.

19

Hannover (1906 - Nueva York, 1975). Filósofa alemana. De ascendencia judía, estudió en las Universidades de

Marburgo, Friburgo y Heidelberg, y en esta última obtuvo el doctorado en filosofía bajo la dirección de K. Jaspers. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arendt.htm

41

2.1 JERARQUIA: LA ETERNA (¿?) ESCALERA.

De manera coloquial sabemos que “nadie se manda solo” y ello implica que casi

siempre estamos sometidos a una cadena de mando que la mayoría de las veces

es impuesta.

Foucault (2013, p. 206 -207) lo resalta al mencionar que “la vigilancia

jerarquizada”, sino es algo nuevo, sí es un elemento de convivencia claramente

establecido y su principal manifestación se encuentra en el “poder disciplinario”, el

cual funciona “de arriba – abajo” lo que le confiere un matiz de maquinaria que,

entre más disciplinaria es, más contundente es la diferencia entre sus integrantes.

Aunque no poseo experiencia como Docente sí la poseo como educando, y ésta

estuvo marcada por una acción netamente tradicional, aunque me considero

afortunado pues no llegó a extremos de autoritarismo al permitirme desarrollar un

criterio propio y consciente de que debía respetar a los representantes de la

Autoridad pese a sus fallas o errores. El resto de mi conocimiento del tema

proviene de la formación universitaria y el extenso acervo de cuanta biblioteca,

periódico, revista y demás elementos informativos tuve acceso.

¿Qué ha cambiado desde entonces? Al parecer todo y nada, dando como

resultado una paradoja, pues mientras la permisividad y relajación de las normas o

reglamentos internos en las escuelas ha permitido un mayor acercamiento entre

maestros y alumnos, también se producen conflictos entre ellos, para con la

institución e incluso trascienden este plano, al no tener respeto por parte de los

42

educandos hacia sus padres, y tan sólo se le adjudica a la escuela la

responsabilidad del deterioro social y académico de los alumnos.

Al respecto, poco se publica en la prensa diaria, como no sea en los pasquines

amarillistas cuyo principal interés radica en exacerbar el morbo de una situación

para atraer lectores, por lo que son pocas las referencias que sobre el tema hay,

quedando como referente más común el choque de los subordinados contra las

figuras de autoridad, como lo he referido varias veces, entre los maestros y las

autoridades. Sin embargo, es en otras latitudes donde se han presentado casos

más cruentos y desafortunados en los cuales el agresor, o agresores, después de

una reprimenda por parte del maestro, la emprendieron contra sus maestros y

compañeros llegando al extremo de matarlos20.

Esta situación extrema aún no se presenta en nuestro país dadas algunas

características propias del mismo, la regulación en el comercio de armas por

ejemplo, pero sí se han podido observar situaciones similares de violencia entre

los alumnos y de los alumnos hacia los padres, y maestros, que bien podrían ser

tema de análisis para otro trabajo más adelante.

Volviendo al tema, durante mi formación básica, siempre se me recordaba que era

el principal responsable de lo que aprendiera en la escuela, exigiéndoseme una

dedicación absoluta a mis actividades escolares; no en vano la frase que mejor

ejemplifica esto era aquella de: “tu único trabajo es la escuela”, lo que le daba a mi

esfuerzo un sentido unilateral pues se sobreentendía que los maestros hacían su

trabajo, pero era yo quien debía demostrar la efectividad de éste.

20

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12451876 consultada el 1 de marzo de 2016.

43

Así, tenemos que dentro de la realidad escolar, lo que reviste de mayor

importancia son los sujetos de conocimiento y las relaciones de poder

que se ejercen entre el director, subdirector, prefectos, maestros, padres

de familia y alumnos, donde se establece quién manda a quién, quién

informa a quién y quién es responsable de qué (Corona, 2002, p. 48).

Es en la secundaria donde con mayor claridad se representa esta jerarquización y

donde se dan los primeros brotes de “rebeldía” o al menos las primeras acciones

de no querer acatar el reglamento escolar; es también la etapa biológica de los

cambios y transformaciones que darán paso a la estructuración social que deberá

asumir un individuo, y en mi caso no fue la excepción.

Además de tener que cumplir con la carga escolar múltiple, por el número de

materias que ahora tenía, también lo estaba el tener que desarrollar una

personalidad propia en un ámbito multicultural; no quiero decir con ello que no

sucediera esto en la primaria pero es claro que la extrema doble vigilancia,

paterna y magisterial, no permitieron darme cuenta de ello sino hasta después.

De esta manera, “la relación entre alumnos y maestros nunca es simétrica pues

ambos se hallan en momentos y condiciones muy diferentes con respecto al

saber, la relación con las normas, las responsabilidades, las propias etapas de

vida, entre muchas otras” (Dussel, 2009, p. 27).

44

2.2 “PORQUE YO LO DIGO”. LA JUSTIFICACIÓN PERFECTA DE LOS

AUTORITARIOS.

¿Qué ha cambiado desde entonces? Aún cuando no poseo experiencia en el

ejercicio académico, las observaciones que comparto con los autores consultados

es que algo no es adecuado en la práctica docente contemporánea en

comparación con épocas anteriores: durante la década de los años cincuenta y

sesenta, por ejemplo, la convivencia en las calles y lugares públicos era el reflejo

de una estricta disciplina escolar y de una no menos acción paterna.

Una forma de observar dicho comportamiento se da a través de algunas películas

del cine mexicano, como se describió en el capítulo 1, donde se hace gala y

apología de la acción de la autoridad tanto dentro del hogar, en el ámbito escolar o

el trabajo, e incluso en algunos ámbitos un poco más triviales como el deporte

donde la máxima aspiración era el deber cumplido por encima de las debilidades o

carencias de carácter de sus personajes, o de las vicisitudes que pudieran ellos

enfrentar.

Como ya lo mencioné anteriormente, las películas “Simitrio” (1960), de Emilio

González Muriel y “El Profe” (1971), de Miguel M. Delgado, son algunos ejemplos

un tanto edulcorados de lo que por práctica y ejercicio pedagógico se entendía.

Aunado a ellas también podemos encontrar otros títulos que nos permiten

observar los usos y costumbres de que hacía gala la sociedad de entonces;

tenemos la excelente película “Una familia de tantas” (1948) de Alejandro Galindo,

45

con Fernando Soler, David Silva y Martha Roth, en la cual la figura paterna,

poseedora de todo el peso jerárquico, ocuparía nuestra atención.

Fotograma de “Una familia de tantas” (1948) con Martha Roth y Fernando Soler.

En dicha obra se muestra una dinámica familiar marcada por el autoritarismo

recalcitrante por parte del padre de familia que “vela por la integridad de los hijos”,

aunque sólo hay un hijo y el resto son hijas; así entonces, cuando ellos incurren en

“faltas a la moral y al respeto hacia los padres” se hacen acreedores a sanciones

que van desde ser objeto de burla, el desconocimiento hacia una de ellas o el

negarles todo contacto cuando confrontan la autoridad del padre.

Posteriormente, en los años sesenta una forma diferente de entender la práctica

educativa comienza a desarrollarse; a pesar de que el nuevo planteamiento para

la práctica educativa se hallaba fundamentada en modelos o experiencias

anteriores21, es ahora cuando se aprecia una agitación y, por qué no decirlo, una

revolución acerca de lo que implica, y se busca, con la formación y/o preparación

21

Ejemplo de ellos fueron los trabajos de María Montessori, de Célestine Freinet y de Sigmund Freud.

46

de los individuos poniendo en duda la veracidad del “magister dixit” o de algún otro

personaje que se apoyara en un modelo estricto de autoridad.

Con respecto a lo anterior, y haciendo uso de mi experiencia infantil, puedo decir

que aún cuando en mi vida escolar no fui objeto de acciones físicas de la

autoridad sobre mi persona, sí lo fue la estricta vigilancia que se estilaba en

aquellos años, dando como resultado un individuo que tardó en aprender a hacer

las preguntas adecuadas y sólo se limitó a dar las respuestas correctas, de

acuerdo con lo que decía la autoridad (el maestro, o maestra, según fuera el

caso).

Tal y como Foucault (2013) lo expone, la escuela es vista más como un espacio

donde los individuos son vigilados, controlados y de lo que se trata es que se

desarrolle en ellos una habilidad de responder a los designios o instrucciones de la

autoridad, sin titubeos ni cuestionamientos, de la misma manera que respondería

un soldado hacia una orden dada por su instructor o sus superiores. Y mi escuela

no era la excepción.

Recuerdo vagamente a mis maestras y a mi único maestro de primaria, ser

confrontados por un joven egresado de la Escuela Normal Superior quien llegó a

exponer un modelo educativo diferente donde los alumnos no eran una masa

anónima sino un conjunto de individuos con aptitudes, potencias y expectativas.

Ello me dio un primer acercamiento de crítica hacia los adultos quienes dejaron de

tener siempre la razón y de que podía ser propietario de una verdad ligada a la

realidad; con una idea de ese cuño es posible entender que mis posteriores

47

acciones tuvieran como eje el cuestionamiento constante de las figuras de

Autoridad académica, dondequiera que fuere.

(...) el papel que se le asignó a la escuela al inaugurarse la sociedad

moderna, y del cual no ha podido desprenderse, fue el de ser una

institución de ‘ortopedia social’, que desempeña una función preventiva y

vigilante más que correctiva. En la escuela el sujeto está sometido a las

normas establecidas para evitar que cometa alguna alteración al orden

preestablecido. Si a pesar de la vigilancia y el control éste pretende

subordinar el orden establecido, no será corregido sino marginado del

núcleo escolar, es decir expulsado (Corona, 2002, p. 49).

Cabe destacar, con respecto a la cita anterior, que aunque en la actualidad la

política educativa no aprueba ni permite la expulsión física de los alumnos de

ningún plantel escolar, al menos en el nivel básico, sí tiene formas de ejercer una

acción segregadora como lo es la calificación, elemento de una gran carga

simbólica que permite el acceso de la persona al siguiente nivel educativo o no,

además de ser una referencia de “la capacidad y conocimientos” que éste posee.

2.3 LAS CALIFICACIONES. LA CORREA PEDAGÓGICA POR EXCELENCIA.

No falla: si existe un elemento de gran valor autoritario, de un gran significado en

su acción de autoridad por parte de un profesor, es la calificación; no en vano los

momentos más álgidos de nuestras vidas académicas se han visto transformados,

coartados o vivificados gracias a una símbolo numérico. Claro que para llegar a

éste es necesario pasar por el trance de la revisión metódica, o sea la

48

examinación, y con ello de toda la gama de técnicas de verificación sobre si el

individuo aprendió o no el contenido de una determinada materia o disciplina.

Foucault (2013, p. 217) lo menciona claramente al hablar del procesos de

evaluación como de un <<ritual de poder constantemente prorrogado>>, el cual,

“le permite al maestro establecer toda una serie de saberes y conocimientos sin

los cuales, y siempre desde la óptica de él, podrá el educando avanzar en su

formación. De esta forma la escuela pasa a ser un lugar propicio para la

elaboración pedagógica”.

¿Quién no se siente transportado a esa época cuando un examen marcaba la

diferencia entre unos y otros, aún cuando a todos los miembros del mismo salón

se les decía que eran iguales?

Es el examen lo que podría denominar como el arma preferida de un docente, ya

que si no le era posible encauzar la atención de los educandos, fuera por el

desconocimiento de técnicas didácticas o por la falta de un “carisma educativo”22,

22 La palabra carisma proviene de un vocablo griego que implica una aceptación de alguien por ser de su agrado; en el ámbito religioso viene a ser una suerte de don otorgado por la divinidad; en un sentido educativo sería algo así como una

49

con la examinación encontraba el coto de poder con el cual controlar y dirigir a los

alumnos, so pena de ser reprobados, no aprobados o suspendidos. Es ahí como

el ejercicio de la autoridad en la escuela tiene su máxima expresión autoritaria.

Ahora bien, aún cuando hoy el significado de un examen mantiene su fuerza, el

poder que para el maestro implicaba ha sido minimizado pues, dentro de la política

educativa, ningún alumno puede ser reprobado con lo cual la acción evaluadora

que, si bien no deja de ser un elemento de su control y autoridad, presenta

acotaciones y limitaciones, además de implicaciones más inquietantes pues ahora

ya ni siquiera se busca un símbolo alfa-numérico que permita observar el grado de

aprendizaje del educando, sino que con una simple frase se busca subsanar

cualquier escollo académico y cumplir con las metas que dicha política debe

entregar: ningún niño, o niña, sin documento oficial de educación23. El haber

aprendido, o no, es pecatta minuta.

Otro elemento que ha disminuido la capacidad autoritaria de los maestros ha sido

la inclusión de conceptos como la igualdad, la no discriminación, el respeto y la

tolerancia, principalmente, no porque antes no se tuvieran en cuenta durante la

convivencia cotidiana sino como resultado de la situación de violencia extrema que

en algunos casos se ha venido suscitando tanto al interior de la escuelas como en

especial predilección por parte de los alumnos para convivir con algún maestro o maestra en particular. http://definicion.de/carisma/ consultado el 10 de septiembre de 2015 23

Acuerdo 648. http: //básica.sep.gob/seb.2010pdf/acuerdo696.pdf consultado el 10 de septiembre de 2015.

50

los alrededores de la misma, sin olvidar la propia violencia que cada uno

experimenta en su casa24.

Todo lo anterior ha producido una disminución en el ánimo moral de una gran

parte de los maestros, quienes sólo pretenden realizar una sola función, la de

enseñar la lección correspondiente y percibir un salario sin pretender abarcar

alguna otra actividad alterna al aprendizaje pues: “me pagan por enseñar, si

aprenden o no, ya no es mi problema” lo cual denota una indiferencia profesional

y, al mismo tiempo, pone de manifiesto el grado de descomposición de la

estructura educativa gubernamental que no alcanza a incentivar en los maestros

una acción más participativa25.

Aunado a todo lo anterior la inserción, de manera oficial, de una cultura de respeto

a los Derechos Humanos ha colocado a los maestros en una situación entre dos

filos: por un lado están los padres de familia que le exigen un mayor control

disciplinario, sin precisar los medios o formas de hacerlo, y un puntual seguimiento

al aprendizaje de los alumnos; por otro lado, los propios alumnos, escudándose en

el respeto a sus Derechos Humanos, se oponen a cualquier exigencia de control o

acatamiento de normas y reglamentos por ser, según su apreciación, una acción

coartante de su libertad.

24

Aunque no es nuevo, el Bullying ha venido a descubrir toda una serie de anomalías en cuanto a la convivencia entre los alumnos e incluso para con algunos adultos de su medio. Al respecto expondré algunas precisiones más adelante pero sin pretender abarcar o concluir un tema que por sí mismo ocupa un lugar en la investigación educativa contemporánea. 25 Con base en la nueva legislación, en materia educativa, ya no es válido reprobar a los alumnos. Las fuentes consultadas fueron: la Ley General de Educación, https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/558c2c24-0b12-4676-ad90-8ab78086b184/ley_general_educacion.pdf , consultada el 10 de septiembre de 2015; los Acuerdos 696 http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5314831&fecha=20/09/2013 y 648 http://www.sep.gob.mx/es/sep1/C0470413#.VfI5JhF_Oko consultadas el 10 de septiembre de 2015.

51

Entonces, si tener autoridad implica contar con el consentimiento, con la

aceptación de la dominación por parte de la persona afectada – porque

encuentra razones fuertes y valederas para hacerlo -, podemos inferir que

la ausencia de libertad se relaciona con la imposibilidad de construir esas

razones. De esto se desprende una pregunta: ¿qué condiciones harían

posible el ejercicio de la autoridad hoy en la escuela? (Tallone, 2011, p.

121).

Resulta evidente que esta última voz carece de sentido, ya que los alumnos no

alcanzan a reconocer que es precisamente el acatamiento de las leyes y las

normas, la que faculta la plena convivencia de los individuos en sociedad, y por

ende, del respeto a sus Derechos Humanos. Es por ello que algunos docentes,

ante esta situación, optan por ya no involucrarse o comprometerse más a fondo en

las actividades escolares, lo que produce ese “descuido” de la vida escolar,

teniendo así completa la disyuntiva.

https://cosasdejordi.files.wordpress.com/2013/10/educacion_moderna.jpg.

52

Al respecto, Freire señala:

La libertad, que es una conquista y no una donación, exige una búsqueda

permanente. Búsqueda que sólo existe en el acto responsable de quien

la lleva a cabo. Nadie tiene libertad para ser libre, sino que al no ser libre

lucha por conseguir su libertad (2000, p. 37).

De esta forma estoy en posibilidad de esbozar lo que considero un ciclo vicioso,

fácil de analizar pero complicado en su resolución: inicia con los padres, que en su

exigencia por un mayor control de la conducta al interior de las aulas, omiten su

responsabilidad para con la formación de sus hijos y delegan en las instituciones

educativas tal responsabilidad; continúa con los hijos, que a su vez son alumnos,

quienes avasallados por los medios de comunicación, tienen más acceso a la

información y conocen más acerca de sus derechos (aunque no de sus

responsabilidades), demandan una actitud más laxa en el sistema de control

disciplinario de la autoridad que la escuela aplica, a la vez que señalan que el

conocimiento que en ella se imparte no guarda relación con su vida cotidiana y

sólo les resulta relevante para cubrir las formalidades de la calificación.

En la parte que cierra este ciclo, están los maestros quienes se hallan limitados en

sus acciones de control y acción pedagógica por parte de sus superiores, quienes

sólo aplican las modificaciones a las leyes y reglamentos educativos sin que se

anteponga una adecuada revisión de las necesidades reales de los niños y

jóvenes, así como de los adultos que buscan formarse, para que los

conocimientos que se impartan en el aula tengan repercusión en su vida cotidiana,

más allá de un mero trámite estadístico o evaluatorio.

53

Al no contar con ese respaldo, y sólo ser meros agentes evaluadores, los

maestros limitan su contacto con los educandos, y con ello los vínculos que

permitían transferir enseñanzas como la camaradería, el respeto, la solidaridad,

por lo que crea un hueco que propicia la presencia de anti-valores, como el

individualismo o la segregación, que sólo aumentan el grado de descomposición

social existente.

Resumiendo: algunos padres no comprometidos con la educación en el hogar

permiten que sus hijos transijan las normas de convivencia social más

elementales; los hijos, alumnos, ponen de manifiesto esa capacidad mostrando

falta de respeto a sus profesores, los cuales, limitados en sus alcances y

potestades en el aula, se conforman con impartir datos, fechas, fórmulas sin

mayor interés que dar el reporte a las autoridades administrativas y éstas, a su

vez, muestran a los padres los frutos insípidos de su estadística atrofiada con la

información negativa de un mal aprovechamiento y de indisciplina. Entonces los

padres demandan de la escuela un mayor compromiso para resolver ese

problema… y volvemos a empezar.

En las sociedades patriarcales o en la familia nuclear (1850 – 1950) la

autoridad se encarnaba en el padre, en los padres; ahora que la imagen

del padre se ha debilitado notablemente y que una gran parte del papel

asumido por la familia se ha transferido a la escuela (…) tiende a provocar

vivencias ligadas a imagos (maternales) arcaicas: el hombre sometido no

ya a una autoridad delimitada, precisa, sino a una autoridad arbitraria y

todopoderosa, (…) (Mendel, 1978, p. 30).

54

Consultado el 25 de junio de 2015

Podría parecer que no existe evidencia alguna de las repercusiones de este

círculo vicioso en la vida cotidiana pero, si observamos con detalle y

profundizamos, a diario se presentan situaciones que ponen de manifiesto esa

falta de respeto a la autoridad, o de acatamiento a los códigos y reglamentos. Un

vehículo que se “pasa el alto”, pese a que otros más aguardan su turno para

cruzar; gente que no respeta las áreas o accesos para discapacitados “porque es

más fácil transitar por ellos”; los grandes escándalos políticos marcados por la

prepotencia y el enriquecimiento ilícito, que denota una falta total de valores

éticos, son ejemplos de que algo no está bien en la formación de los individuos

que conviven y se desarrollan en comunidad pues, además de una acción efectiva

de las instancias jurídicas, las jóvenes generaciones observan y aprenden más

acerca de la impunidad y el individualismo, que del respeto y la solidaridad, lo que

produce excesos de violencia en donde antes no se suscitaban.

55

2.4 BULLYING. LA ACCIÓN EXTREMA DEL AUTORITARISMO ESCOLAR.

Dentro de un modelo escolar autoritario las relaciones entre los alumnos

presentan un nivel de violencia cada vez más alto, el llamado acoso escolar o

bullying pone de manifesto que no se acatan las normas básicas de trato personal,

dando paso, de manera natural, a situaciones donde la falta de respeto a la

persona, en la persona de su compañero de escuela excede los límites que de

manera explícita marca la figura de autoridad que es el Maestro.

Bien es cierto que dentro de las dinámicas de un grupo social las luchas para

determinar quién detenta el Poder26 son constantes, pero el bullying no encuentra

punto de comparación pues representa una acción violenta per se sin que exista

algún tipo de mediación o posible conciliación del enfrentamiento; dicho en

términos llanos: el otro es diferente y por tanto lo agredo27. No por ello quiero decir

que no reconozca las diferentes aristas para un problema de gran envergadura

como es el bullying, es sólo que siendo un tema mucho más amplio la parte que

corresponde a este trabajo tiene que ver con su relación de la falta de respeto

hacia las figuras de autoridad.

Los reclamos hacia la escuela, por ser en ella donde se realizan el mayor número

de acciones violentas, son muchos, porque como mencioné anteriormente, se

conserva la idea de que es responsabilidad exclusiva de los maestros el preservar

la integridad física de los alumnos y se piensa que por el simple hecho de ser “el

26

Aquí hago referencia a que la búsqueda de “Poder” guarda relación directa con la convivencia cotidiana entre pares, y no porque aquel busque dirigir o manipular a un determinado grupo; es decir, el primero sólo se detenta como “el jefe de la palomilla, o banda, o grupillo de alumnos, mientras que el segundo se vincula más con los líderes que buscan modificar o realizar acciones que transijan el orden social en pos de un “bienestar social”. 27

http://mexico.cnn.com/nacional/2014/05/30/la-sep-presenta-15-acciones-para-combatir-el-acoso-escolar consultado el 30 de mayo de 2014.

56

maestro” es facultad suficiente para detener e imponer su autoridad ante este tipo

de acciones; sin embargo, en la realidad, se han dado situaciones paradójicas en

cuanto al alcance de estas situaciones entre el maestro y los alumnos.

Consultado el 23 de junio de 2014

2.5 “SI ZAPATA VIVIERA, CONTRA EL BULLYING ESTUVIERA”. UNA OPCIÓN

DE AUTORIDAD ANTE EL MODELO AUTORITARIO.

Históricamente las acciones que cuestionan a las figuras de Autoridad se han

suscitado en diferentes épocas por ser la acción autoritaria, aparentemente, la

única forma de control que éstas tienen; sin embargo, en el primer minuto de 1994

se desarrolló en nuestro país una nueva forma de visualizar el problema: emanado

de grupos indígenas del sureste, el autoproclamado Ejercito Zapatista de

Liberación Nacional (EZLN), y que en lo sucesivo son conocidos como “los

zapatistas”, abrieron una brecha de cómo entender las acciones de la autoridad y

de su relación entre los individuos, por lo que dentro de sus llamadas

“Declaraciones de la Selva Lacandona” establecieron las condiciones para una

relación más equitativa y democrática:

57

Y vemos que este camino de gobierno que nombramos no es ya camino

para los más, vemos que son los menos los que ahora mandan, y

mandan sin obedecer, mandan mandando. Y entre los menos se pasan el

poder del mando, sin escuchar a los más, mandan mandando los menos,

sin obedecer el mando de los más. Sin razón mandan los menos, la

palabra que viene de lejos dice que mandan sin democracia, sin mando

del pueblo, y vemos que esta sinrazón de los que mandan mandando es

la que conduce el andar de nuestro dolor y la que alimenta la pena de

nuestros muertos. Y vemos que los que mandan mandando deben irse

lejos para que haya otra vez razón y verdad en nuestro suelo. Y vemos

que hay que cambiar y que manden los que mandan obedeciendo, y

vemos que esa palabra que viene de lejos para nombrar la razón de

gobierno, de ʹdemocraciaʹ, es buena para los más y para los menos. (…)

Que busquen a los hombres y mujeres que mandan obedeciendo, los que

tienen fuerza en la palabra y no en el fuego, que encontrándolos les

hablen y les entreguen el bastón de mando, que vuelvan otra vez a la

tierra y a la noche los sin rostro, los que son montaña, que si vuelve la

razón a estas tierras se calle la furia del fuego, que los que son montaña,

los sin rostro, los que en la noche andan descansen por fin junto a la

tierra (Comunicado del CCRI –CG del EZLN, 26 de febrero de 1994)28.

En un sentido más poético que discursivo, los llamados “Zapatistas”29 ofrecen a

nuestras jóvenes generaciones una nueva forma para explicar lo que podría ser

una relación con respecto a la Autoridad, es decir, entre quienes son designados

28

http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1994/1994_02_26_a.htm consultado el 20 de octubre de 2015. 29

Dicha denominación corresponde, principalmente, al grupo indígena armado que tuvo su origen en la Selva del Estado de Chiapas; por extensión, se les denomina de igual forma a todas aquellas personas que comulgan con las ideas y conceptos de este grupo.

58

para mandar, y que en una aparente ironía deben saber obedecer las indicaciones

de sus subordinados, y la auténtica capacidad que los subordinados tienen para

hacerse oír por parte de los que mandan.

De manera un tanto paradójica30, ellos muestran que de lo que se trata es de

poner en práctica la forma correcta de la democracia, con respecto a la Autoridad,

ya que donde un grupo de personas designan a otra persona como su

representante, éste debe apegarse a las observaciones, comentarios o incluso

órdenes que se le hagan, todo ello para el desarrollo óptimo de la comunidad en

donde se viva.

Ellos, los Zapatistas, señalan que esta acción puede, y debe ser practicada, sí y

sólo sí las partes involucradas se reúnen a dialogar sobre los temas que afectan, o

involucran, a la comunidad no como quien escucha desde un “nivel” jerárquico

superior, sino más bien en términos de igualdad, de respeto y franco interés por

remediar las necesidades de la mayoría.

Extrapolando esta forma de concebir la autoridad al ámbito educativo a que me

refiero, viene a ser una suerte de diálogo entre los maestros-alumnos-padres, para

dirimir y encauzar las dificultades que al interior de la escuela se presenten.

Tal vez podría parecer que no guardan similitud ambos casos pero apoyándome

en Paulo Freire, para quien toda acción educativa es una acción política y que

como acción pedagógica ésta no puede ser utilitaria, instantánea ni tampoco

atenerse a sus intereses (2010b, p. 140), resulta elocuente y pertinente reflexionar

30

Al nombrarse “Ejercito” pudiera parecer que existe un sentido de autoritarismo en ellos, lo cual es incorrecto ya que como

lo explican en sus Declaraciones de la Selva Lacandona, de lo que se trata es de saber “mandar obedeciendo” http://enlacezapatista.ezln.org.mx/sdsl-es/ consultado el 17 de 0ctubre de 2015, .

59

sobre la posibilidad que tiene este discurso, el mandar obedeciendo, para la

resolución de los problemas más cruciales.

Después de más de veinte años el discurso de un nuevo planteamiento para las

relaciones para con la Autoridad, por parte de los Zapatistas, está aún pendiente

su práctica en nuestro país, pero no así de manera local, pues en las

comunidades zapatistas existe un personaje que muestra el sentido de las

palabras que ellos predican; este personaje es el llamado “Votán”:

Sobre lo que significa Votán (o Uotán, o Wotán, o Botán) se ha dicho y escrito

mucho: por ejemplo, que la palabra no existe en lengua maya y que no es sino

una palabra, mal escuchada y mal traducida, de Ool Tá aan, que sería algo

como El Corazón que Habla; que se refiere al terremoto; o el rugido del jaguar;

o el palpitar del corazón de la tierra; o el corazón del cielo; o el corazón del

agua; o el corazón de la montaña; o todo eso y más. Pero, como en casi todo

lo que se refiere a los pueblos originarios, se trata de versiones sobre

versiones de quienes han pretendido dominar (a veces con el conocimiento)

estas tierras y a sus pobladores. Así que, a menos que tenga usted interés en

elucubrar sobre interpretaciones de interpretaciones (que terminan por ignorar

a los creadores), aquí nos referimos al significado que las zapatistas, los

zapatistas, le damos a Votán. Y sería algo así como guardián y corazón del

pueblo, o guardián y corazón de la tierra, o guardián y corazón del mundo31.

Este personaje es algo más que un tutor, o que un maestro tradicional: es una

persona que habrá de mostrar la realidad de aquel a quien acompaña y formará

31

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2013/07/30/votan-ii-ls-guardians/ consultado el 01 de julio de 2014.

60

un vínculo que le permita “aprehenderse” de un modo más directo, apartado de los

modelos tradicionales.

Lo importante de señalar de este modelo es que éste se realiza de persona a

persona, de manera concreta y sin mayores expectativas que las de mostrar la

realidad en que vive el invitado.

61

CAPÍTULO 3

“MANDE USTED”. LAS POSIBILIDADES DE UN CAMBIO ANTE EL

CONCEPTO TRADICIONAL DE AUTORIDAD.

Difícilmente podemos concebir nuestras relaciones personales y como integrantes

de la sociedad, sin que medie una figura, institución o persona en quien se

deposite el papel de la Autoridad. Aunque a los más reaccionarios personajes de

la historia se les señale como “libres”, “revolucionarios” o incluso “reaccionarios” al

oponerse a la superestructura social que los margina, y a la cual no obedecen, a

fin de cuentas ellos mismos se convierten en figuras “de Autoridad” y entonces

reinicia el ciclo entre quien manda y quien obedece.

Guillot (2007) menciona que pese a todo lo reflexionado sobre el tema la autoridad

tradicional de las figuras conocidas – principalmente la del padre de familia, los

jefes laborales y los maestros de escuela – se ha mantenido dicho modelo; en la

década de los años sesenta y setenta fue cuando se realizaron cuestionamientos

muy profundos por parte de los círculos intelectuales cercanos a las ideas

marxistas: la visión de una libertad sin restricciones, de una escuela

autogestionable o de una sociedad sin escuelas resultó ser una utopía poco

convincente.

La situación actual de los padres denota una gran inseguridad al no tener

modelos educativos en los cuales apoyarse, e influidos por los discursos

psicológicos y pedagógicos se muestran cada vez más inseguros a la hora

de educar a sus hijos (Vázquez, 2010, p. 15).

62

3.1 AUTORIDAD Y TECNOLOGÍA: ¿LA PANACEA CONTRA EL

AUTORITARISMO?

Se puede argumentar que los personajes revolucionarios de que hice mención, no

fueron tan autoritarios como aquellos a quienes derrocaron, o quitaron del Poder

Político, y por ende a la Autoridad representada por ellos, esto como un

planteamiento que pretende exponer que nadie busca ser autoritario aunque las

acciones que se realizan demuestran lo contrario.

En el caso de los maestros hasta el momento no se ha demostrado que alguno de

ellos, dentro de su práctica cotidiana, de manera clara y contundente estuviera

interesado en lastimar o en exagerar su temporal situación como Autoridad ante

un grupo escolar, y sólo cuando se dan los excesos es cuando podemos hablar de

los abusos de la Autoridad y sus consecuencias.

Ejemplo de ello se desarrolla hoy en día con una mayor notoriedad gracias a los

teléfonos celulares y computadoras, que integran entre sus capacidades

tecnológicas las de videograbar situaciones en las cuales se documenta dicho

comportamiento de abuso; sin embargo, este alcance tecnológico aporta

diferentes elementos para la discusión ya que es sólo una parte del evento lo que

se tiene archivado, una parte de la historia, y cuando se comienza a revisar ésta,

podemos caer en la cuenta de las múltiples aristas que existen alrededor y, por

63

ello, es más difícil evaluar objetivamente la información que se tiene, por lo que

nos encontramos limitados y con elementos muy circunstanciales32.

¿Cómo impacta este uso de la tecnología en las relaciones de Autoridad?,

¿necesitaremos estar constantemente vigilados para no incurrir en “abusos de

Poder”?, ¿es posible determinar parámetros claros y precisos de lo que debe ser

la Autoridad dentro del ámbito escolar mediante la videovigilancia?, ¿es

demasiado utópico pensar o debatir sobre los alcances de una verdadera

construcción de valores como la Democracia, el Respeto, la Paz (yendo por el

camino de un planteamiento más apegado a la realidad) cuando se habla de una

Autoridad vigilada? En otras palabras, ¿cómo ser Autoridad sin llegar a los

planteamientos Autoritarios?

Giroux (2003) ya nos da un avance cuando dice que debemos entender el

concepto de Autoridad como una “<<construcción histórica>> la cual está sujeta a

los vaivenes de la tradición y que guarda sus propios valores con respecto al

mundo que le rodea, que ésta no es universal y por lo tanto no es factible de ser

sólo <<descubierta>>” (p. 145).

Y con ello nos muestra que el concepto de Autoridad, que está ligado a la vida

cotidiana, no es inamovible ni tampoco ajeno a su entorno por lo que no existe una

receta infalible, o un planteamiento universal, de cómo debe ser la Autoridad. Al

32

Surgió una noticia acerca de un grupo de niños que enjaularon y agredieron a un compañero, fuera de la escuela, lo grabaron con sus celulares y colocaron el video en los portales de las redes sociales. Como el asunto trascendió, la madre del menor afectado demandó castigo para los agresores y debido a la intensa presión ejercida, uno de ellos intentó suicidarse. Tal vez demasiado drama para un asunto minúsculo pero el punto es que sucedió en estos tiempos de la era del Internet https://mx.noticias.yahoo.com/agresor-de-ni%C3%B1o-que-enjaularon-intent%C3%B3-suicidarse-215154729.html consultada el 8 de marzo, 2014.

64

menos mientras realizaba este trabajo de titulación no encontré recetas, técnicas o

modelos infalibles para hacer valer un puesto o cargo de Autoridad.

Dentro de la vida académica podemos plantearnos diferentes situaciones que

buscan, a veces de manera desesperada, una forma de lidiar con el caos que

representa una clase escolar sin que ello nos arrastre hacia las medidas

autoritarias. Algo se ha escrito sobre ello, principalmente en revistas y

publicaciones periódicas, pero poco es lo que se trabaja, desde las cúpulas

administrativas hasta las líneas frontales que son las aulas, sobre cómo convivir

maestros y alumnos para dar mejores resultados, y aprovechar al máximo el

tiempo que se invierte en clase.

<<.. sin la presencia de la autoridad, los conflictos son cada vez más

frecuentes, y en vez de la autonomía y la liberación proclamadas, se

impone una dominación terapéutica sin otra meta que restaurar la

pretendida singularidad de los sujetos que la padecen>> (Vázquez, 2010,

p. 19).

Volviendo al tema, considero que es factible poder plantear una suerte de modelo

educativo donde la convivencia escolar propicie un ambiente cordial y de respeto,

me refiero a los claros planteamientos que expone Freire quien afirmaba, en su

libro La Pedagogía de la esperanza (1999, p. 107-108) que:

Lo que indiscutiblemente puede suceder, de acuerdo con la posición

ideológica del educador o de la educadora es, por un lado, la

exacerbación de la autoridad del educador que se explaya en

autoritarismo y por el otro lado, la anulación de la autoridad del profesor

65

que se hunde entonces en un clima licencioso y en una práctica

igualmente licenciosa. Las dos prácticas implican formas diferentes de

tratar el contenido.

En el primer caso, (…) ocurre la ‘posesión’ del contenido por parte del

educador o educadora. De este modo ‘poseyendo’ como cosa propia el

contenido no importa ya que tenga o no participación en su elección,

poseyendo los métodos con que manipula el objeto, manipula también a

los educandos. Aun llamándose progresista y democrático, el educador

autoritario de izquierda, incoherente por lo menos en su parte del

discurso, frente a sus educandos críticos, indagadores, que no dicen

amén a sus discursos, se siente tan mal como el de la derecha.

En el segundo caso tenemos la anulación de la autoridad del profesor o

de la profesora que se hunde en ya referido clima permisivo y en una

práctica igualmente permisiva, en la que los educandos, entregados a sí

mismos, hacen y deshacen a su gusto.

¿No les parece conocida esta dicotomía?

https://www.google.com.mx/search?hl=es419&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1242&bih=566&q=autoridad+y+autoritarismo&oq=autoridad+y+autoritarismo&gs_l=img.3..0l2j0i24l8.2595.8155.0.9609.25.12.0.6.6.0.781.1738.0j1j2j1j61.5.0....0...1ac.1.64.img..14.11.1782.qWNGxowMl4#hl=es419&tbm=isch&q=imagenes+de+maestros+autoritarios&imgrc=1wlp6jjZOeO-2M%3A consultado el 25 de junio de 2015

66

Es pertinente mencionar que la imagen anterior busca ejemplificar la disyuntiva a

la cual se expone un docente hoy en día: ser muy ortodoxo o muy laxo; muy

rigorista o muy permisivo, y parece que ésta es una afirmación demasiado

aventurada pero frente a la realidad que muchos alumnos presentan – nulo

respeto por la persona, mínimo interés por los temas que se le imparten y, en

muchas ocasiones, un ambiente familiar poco estimulante – los Maestros no

encuentran la forma con la cual acercarlos al estudio, como no sea presionándolos

o abandonándolos a su suerte.

Pocos son los casos con los cuales motivar a los docentes para dar un plus, dar

un esfuerzo más por esos alumnos, y aquí vale recordar las enseñanzas de una

obra poco conocida pero de un eminente valor pedagógico: Carta a una Profesora.

Los alumnos de la escuela de Barbiana33, escrita por ocho de sus egresados y en

la cual plantean un modelo educativo de mucha vanguardia, en la cual no sólo se

dedican a criticar la realidad en que los colocaba el modelo oficial, sino que

ofrecen toda una serie de opciones, tácticas y estrategias para lograr atraer a los

alumnos rechazados de otras escuelas, y así completar su formación escolar:

Si cada uno de ustedes supiera que tienen que hacer adelantar a toda

costa a todos los muchachos y en todas las materias, se ingeniarían para

hacerlas funcionar.

Yo, les pagaría a destajo. Un tanto por cada muchacho que aprende

todas las materias. O mejor, una multa por cada muchacho que no

aprende una.

33

Barbiana es una comunidad de Italia en la cual fue desarrollada una idea de educación del sacerdote Lorenzo Milani

(1923 – 1967).

67

Entonces sus ojos seguirían siempre a Juan. Buscarían en su mirada

distraída la inteligencia que Dios le puso y que es sin duda igual a la de

los demás34 (s/f, p. 73).

https://www.google.com.mx/search?hl=es419&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1242&bih=566&q=mafalda+america+se+escribe+sin+hache&oq=mafalda+america+se+escribe+sin+hache&gs_l=img.3...10351.23316.0.24705.40.10.2.28.30.0.137.1044.3j7.10.0....0...1ac.1.64.img..25.15.1062.LCZa_DuNXeo#hl=es419&tbm=isch&q=manolito+america+se+escribe+sin+hache&imgrc=pPsL_Y9sy5rq8M%3A Consultada el 16 de mayo de 2015

3.2 SEGÚN EL SAPO… ES SU AUTORIDAD.

De esta forma, por un lado tenemos a los maestros “amargados”, “gruñones”,

“mala onda”35 para quienes los elementos que componen una clase son

inamovibles (lo que dicta el maestro es la única fuente de conocimiento, el respeto

se expresa sólo de los alumnos hacia él, el orden y la disciplina deben ser

estrictas, etc.) y que representan a aquellos que son ortodoxos. En el lado extremo

están los maestros “barco”, los “buena onda” para quienes la flexibilidad en los

tiempos de entrega de trabajos o en la calidad de estos (es decir, si tiene faltas de

ortografía, de sintaxis, de correlación de ideas, etc.), no es sino una mera

añadidura en la forma de impartir su clase y que incluso se permiten una forma de

34

Resulta poco creíble pero cuando conseguí el libro, en fecha que no recuerdo, su impresión adolece de todos los datos necesarios y suficientes para elaborar una nota bibliográfica adecuada a los criterios de investigación; sólo cuando accedí a los encantos de la Internet pude obtener información tanto de la obra como de sus autores. 35

Estos calificativos son los más ligeros que necesito usar para ejemplificar los malestares que entre los alumnos reina cuando no pueden salirse con la suya o cuando, a pesar de hacer las cosas con apego a Derecho, son víctimas de los excesos del Poder del Profesor o Profesora. Dejo a la imaginación, o la memoria del lector, los epítetos que en la realidad se utilizan.

68

comunicación permisiva – llena de palabras soeces y albures -36 que coloca en

entredicho la capacidad de guía del maestro para con los alumnos, estos vienen a

representar a los maestros laxos.

Esta dicotomía no le permite al alumno construir un adecuado concepto de la

Autoridad, sobre todo, si ésta no forma parte del programa interdisciplinario de la

escuela, o incluso del propio Sistema Educativo Nacional.

Es cierto que en el siglo actual hemos visto una pérdida de valores

morales que considerábamos bastante seguros, pero es de esperar que

este proceso no dure. Debemos a los innovadores que primero intentaron

hacer de la moral algo universal y no una cuestión meramente de tribu,

que se haya llegado a desaprobar la esclavitud, a despertar un

sentimiento del deber hacia los prisioneros de guerra, y a poner un límite

a la autoridad de los esposos y de los padres, y al reconocimiento,

aunque sea imperfecto, de que no se debe explotar a las razas

sojuzgadas en beneficio de sus conquistadores (Russell, 1995, p. 49).

Bertrand Russell hace esta declaración en una época en que se revisaban los

efectos de un conflicto bélico de nivel mundial, la Segunda Guerra, y con su

reflexión veía la necesidad de poner de manifiesto el cuidado en los detalles de la

convivencia entre los individuos pues había presenciado la caída en espiral de una

época, las vicisitudes de otra y reconocía que la naciente era estaba muy dañada

por tal fenómeno social.

36

Y no es que personalmente me escandalicen tales formas de comunicación pero considero que si uno de los valores que rápidamente está perdiendo fuerza es el del RESPETO, difícilmente se puede recuperar éste con base en palabras que no tienen vinculación con una charla cordial, y sí con aspectos de burla, mofa, altanería y otros vicios de comunicación.

69

Hoy en día, como sociedad tenemos la necesidad de reescribir o replantear los

valores que conocemos y sobre los cuales queremos fomentar entre los más

jóvenes; para mí los valores son elementos de la convivencia cotidiana que no

tienen cambio alguno en sí, es decir, el valor del respeto hacia el otro tiene el

mismo sentido hoy que ayer, la diferencia que puedo encontrar entre una

generación y otra, es la forma en cómo lo expresan o ponen de manifiesto37.

Se piensa a menudo que es sinónimo de respeto [la tolerancia], pero esta

confusión puede resultar grave. Siempre se puede afirmar que uno es

<<tolerante>>, pero hay que saber que esto implica para alguien que está

frente a sí mismo, decirse, <<¡Yo soy tolerado!>>. ¿Podemos permitirnos

tolerar a una persona porque presenta diferencias o estigmas? <<No eres

como nosotros, pero te toleramos>>. Esta tolerancia de las personas es

intolerable. Una persona se respeta. La tolerancia, por su parte,

concierne a las conductas y a las prácticas, a las acciones, a los

comportamientos. Mientras más incondicional es el respeto, tanto más

experimenta límites la tolerancia: no podemos ni debemos tolerarlo todo.

(…)

El respeto implica una igualdad de exigencias, así como la igualdad de

derechos y oportunidades. Pero hay cosas que debemos rechazar. Saber

decir no a alguien, es respetarlo, con la condición de saber decir no a lo

que hace, sin decir no a lo que es: el rechazo de una conducta, sin el

rechazo a la persona (Guillot, 2007, p. 63).

Y aunque parezca broma, Mafalda nos pone el ejemplo: ¿debemos <<tolerar>> a

los padres o respetarlos por quiénes son?

37

Para abordar más a fondo este tema conviene releer a Frondozi, R. (1999) ¿Qué son los valores? México: FCE.

70

https://www.google.com.mx/search?hl=es419&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1242&bih=566&q=mafalda+soy+tu+hija+y+nos+graduamos+el+mismo+dia&oq=mafalda+soy+tu+hija+y+nos+graduamos+el+mismo+dia&gs_l=img.3...3947.30602.0.31138.50.20.2.28.0.0.130.2075.7j13.20.0....0...1ac.1.64.img..31.19.1874.Oy4J3PmC_20#imgrc=_qjNZadqUAHFpM%3A consultado el 16 de mayo de 2015.

Muchas son las voces que pugnan por un retorno de las dinámicas escolares en

un ámbito de tipo tradicional aunque no tengan vinculación con los tiempos

actuales, tal es el caso de los modelos neoconservadores para quienes:

(…) el aprendizaje se aproxima a una práctica mediada por una fuerte

autoridad docente y la disponibilidad de los alumnos a aprender los

elementos básicos, adaptarse a los imperativos del orden social y

económico. (…) Lo más sorprendente en el discurso neoconservador

sobre la enseñanza es su negativa a vincular la cuestión de la autoridad a

la retórica de la libertad y la democracia (Giroux, 2003, p. 143).

Por otro lado, los progresistas, los grupos de izquierda, no dan muchos elementos

con los cuales, uno pueda identificarse con ellos:

Los educadores izquierdistas, (…) adoptan la postura opuesta. [La

asocian] frecuentemente a un autoritarismo sin principios, mientras que la

libertad es algo que se define como una huida de la autoridad en general.

(…) es vista, en términos generales, cómo sinónimo de la lógica de la

dominación [donde] las escuelas se describen a menudo como fábricas,

71

prisiones o depósitos de los oprimidos. Si bien hay un fuerte elemento de

verdad en la idea (…) es inexacto, sin embargo, sostener que son meras

agencias de dominación y reproducción. Falta en este discurso toda

comprensión de cómo podría usarse la autoridad en favor de una

pedagogía emancipatoria. Lo lamentable [de esta posición es que les

impidió a los educadores apropiarse] de una concepción de la autoridad

que sirviera de base a un discurso programático en las escuelas. [Y los

privó de] una visión de la autoridad que permitiera el desarrollo de una

estrategia teórica gracias a la cual las fuerzas populares pudieran librar,

dentro de las escuelas, una lucha política a fin de acumular poder y dar

forma a la política escolar en favor de sus propios intereses. La ironía de

esta posición es que la política de escepticismo de la izquierda se traduce

en un discurso antiutópico y sobrecargado, que socava la posibilidad de

cualquier tipo de acción política programática (Giroux, 2003, p. 147).

De este modo, nos encontramos en medio de una trifulca de la cual la Pedagogía

obtiene la peor parte… o tal vez no.

3.3 LA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LA AUTORIDAD: UNA LUZ AL FINAL DEL

TUNEL.

Para expresarlo de manera más específica, una pedagogía crítica

necesita un lenguaje de la posibilidad, un lenguaje que aporte la base

pedagógica para enseñar la democracia, a la vez que se hace más

democrática la enseñanza (Giroux, 2003, p. 162).

¿Es la “pedagogía crítica” la opción contemporánea para la construcción de un

concepto de Autoridad?, ¿cómo debe ser el planteamiento de esta pedagogía

72

crítica? Dentro de los principales seguidores de esta tendencia se encuentra el ya

antes citado Henry Giroux (2003, p. 153) quien afirma que es necesario, en primer

lugar, inducir a los educadores a adoptar una postura críticamente pragmática con

respecto a la finalidad y la función que la enseñanza debe cumplir en cualquier

sociedad dada; en segundo lugar, plantear “cuestiones sobre el fundamento ético

y político de la enseñanza” y, en tercer lugar, ofrecer una herramienta de tipo

teórica que permita revisar la relación existente entre quienes detentan el Poder y

el resto de la población, todo ello como parte de un ejercicio que permita también

entender las razones y los efectos de las acciones de los maestros, en su ejercicio

como Autoridad.

¿Para qué se quiere mandar?, ¿para imponer una visión de la realidad?, ¿para

explicarla?, ¿para vivirla?, ¿para atesorarla?; si el docente debe permanecer al

frente de un grupo determinado de estudiantes y ser el vehículo a través del cual

se muestra un determinado conocimiento ¿cuál deberá ser su posición, su postura

ideológica de tales conocimientos ante los estudiantes: acrítica, despolitizada,

institucionalizada, dogmatizada? Finalmente, ¿dónde puede abrevar referencias lo

suficientemente válidas para sostener la posición que asuma?, ¿acaso no son

válidas también otras manifestaciones sociales que han demostrado su fortaleza y

sentido de realidad, como es el caso de los zapatistas?

La pedagogía crítica contemporánea necesita rescatar la obra de Freire

de las manos de los reformistas que desean limitar su legado a su

contribución para el fortalecimiento de la conciencia. Los reformistas son

frecuentemente víctimas de un subjetivismo que ocurre cuando la gente

73

denuncia verbalmente la injusticia social pero deja intactas las estructuras

existentes de la sociedad. El enfoque de Freire sólo tiene sentido cuando

se lee en el contexto negativo de Marx de ideología y de los virajes

epistemológicos y ontológicos que su estudio requiere. La praxis

revolucionaria, en este sentido, está sólo limitada por una voluntad

corrompida, por una interminable estrechez de miras, por una pobreza de

imaginación que pierde la fe en todas las esencias, y por permitir que el

opresor ‘interno’ tome control del sujeto en el callejón de la historia

(McLaren, 2011, p. 252).

Este autor retoma un concepto que parece estar fuera de la contemporaneidad y

que tiene mucha relación con las ideas de los años 60: la pedagogía

revolucionaria; en ella se critica la conformación globalizada de la economía de

mercado, el capitalismo y el neoliberalismo, así como los planteamientos que

tienen relación con ésta.

Pudiera parecer que dicho discurso es ajeno al tema que me ocupa pero si

recordamos el planteamiento que Freire hace de que una pedagogía adecuada,

cercana y verdadera se debe relacionar con su realidad, y dado que la explotación

económica impacta en los ámbitos sociales y políticos, no resulta inocuo que un

concepto como el de la Autoridad pudiera ser también afectado por dicha

dinámica.

74

Jaime Barylko38 en una entrevista realizada por el diario “La Nación”, de Buenos

Aires, a propósito de la publicación de su libro “La revolución educativa”, establece

que, en la actualidad, se ha ocupado mucho, o preocupado poco, por la práctica

educativa – esto es, la que se enseña dentro del aula – en elaborar cartabones

que no corresponden a la realidad diaria del niño o del joven estudiante.

Frente a esa realidad, advierte:

Una cosa es ser el guía y otra cosa esclavo. La distorsión es el

sometimiento por miedo a quitarle la libertad al alumno, entonces el niño

dice: esto que estamos estudiando no me gusta. La historia (…), la

creación de la Bandera, francamente no me sirve. (…) ¿Por qué no

estudiamos mejor los poemas de Charly García?39.

Establece ideas poco ortodoxas pero claras y contundentes con respecto a la

educación escolar:

-¿Cómo es la revolución educativa que usted plantea?

-La revolución no hay que hacerla con presupuesto, con computadoras.

Tiene que ser una revolución de actitud. El niño no puede elegir a menos

que el maestro le enseñe opciones. Tenemos que volver a enseñar.

-¿Ese cambio de actitud debe afectar solamente a los docentes?

-Los docentes se van a sentir reconfortados, porque en la actitud anterior

hubo una especie de desprecio al docente. Los que más los han

menospreciado en los últimos 30 años son los padres de los chicos.

Antes respetaban a la institución escolar, a los maestros. Hoy apoyan

38

http://www.lanacion.com.ar/461521-murio-jaime-barylko-un-educador-que-acerco-la-filosofia-a-la-gente consultado el 27

de agosto de 2015 39

Argentina, 23 de octubre de 1951. http://www.rock.com.ar/artistas/charly-garcia

75

todo movimiento contra los docentes y los colegios, como ha pasado con

las tristes vueltas olímpicas. Los padres, en lugar de respaldar al rector,

apoyaron a sus hijos, que se habían comportado como vándalos40.

Con respecto a ello puedo hacer mención de los conflictos generados por la

Reforma Educativa de nuestro país versus la realidad social de los estudiantes y

que, como ya mencioné anteriormente, produce una argamasa difícil de usar como

guía para el maestro, o maestra, frente a su clase.

De manera directa es posible contemplarlo en nuestros días cuando se hace

evidente la campaña de desprestigio hacia los fines que busca la CNTE, que lucha

en contra de la Reforma Educativa, pues es más una Reforma que atenta sobre

las condiciones laborales del magisterio al sólo considerar las imposiciones de

criterios mercadológicos, dejando a un lado los aspectos pedagógicos que tienen

que ver con la promoción de las ciencias y las artes; del desarrollo del

pensamiento crítico y analítico de la realidad, en que viven los educandos, y de

otros tantos tópicos que no tienen cabida en los planes y programas de

organismos internacionales económicos como la OCDE, el Banco Mundial y el

Fondo Monetario Internacional.

¿Qué tipo de Autoridad se construye si las decisiones importantes de una Nación

son medidas y cuantificadas por los cartabones de la Economía de Mercado, y de

los principios de un modelo Político, Económico y Social como los del

Capitalismo?

40

http://www.lanacion.com.ar/427678-el-nino-se-volvio-el-gran-dictador-y-el-docente-el-esclavo-del-nino 27 de agosto de

2015.

76

Los principios son claros y explícitos. El libre mercado está bien para el

tercer mundo y su creciente contraparte en nuestro país. A las madres con

chicos a cargo puede instruírselas firmemente acerca de la necesidad de la

autosuficiencia, pero no a los ejecutivos e inversores dependientes, por

favor. Para ellos debe florecer el estado benefactor (Noam Chomsky)41.

https://www.google.com.mx/search?q=mafalda&rlz=1C2TSNS_enMX633MX633&biw=1242&bih=566&source=lnms&tbm=isch&sa=X&sqi=2&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMIiLvw5agyAIVRwuSCh2AeQSo#tbm=isch&q=mafalda+y+el+banco+mundial&imgrc=zNrzowckReB8vM%3A consultado el 16 de agosto de 2015

3.4 VOLVER AL FUTURO… DESDE EL PRESENTE: RETOMANDO VIEJAS

PRÁCTICAS PARA CREAR NUEVOS CONCEPTOS.

Teóricos de la Educación, como Peter McLaren (1948) aseguran que:

(…) mientras los líderes empresariales continúen sirviendo como

funcionarios y porristas de la privatización y mientras el capitalismo no

deja de derrumbarse por todos lados, colapsándose bajo el peso de sus

propias contradicciones, las ideas y los ideales del Che y de Freire

representan atrevidas y heréticas estocadas en la lucha actual que se

cifra en darle forma a la libertad humana a partir de los escombros de

sueños derruidos. Mientras más se exponga a la luz las contradicciones

41

http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/noam-chomsky.html.

77

internas del capital, tanto más brillaran los espíritus del Che y de Freire

toda su refulgencia (McLaren, 2011, p. 258).

Como profesional de la Educación e interesado del tema comparto la última idea

de que es necesario replantear el modelo de educación que nuestro País necesita,

toda vez que el actual no ha resuelto ninguna de las necesidades reales pues el

analfabetismo, la cobertura de la matrícula escolar, el nivel de lectura, la

capacitación tecnológica y algunos otros pendientes nos siguen colocando en un

plano de subdesarrollo en un naciente, y vertiginoso, siglo XXI, como se ha podido

constatar.

Los políticos deben limitarse a propiciar y facilitar los elementos necesarios

para la consecución de este proyecto, asegurando que tanto los niños

como los maestros puedan llegar a la escuela alimentados, nutridos, tanto

física como espiritualmente. ‘Deben limitarse’, dije; ello implica que este

plan revolucionario reclama que en materia educativa no se dediquen

exclusivamente a legislar: con la última ley que promulgaron ya tenemos

para rato (Barylko, 2002, p. 9).

Una de estas ideas opuestas a la visión empresarial de la educación del modelo

capitalista, la aplican los zapatistas mediante la práctica del “Votán”, que es una

figura de Autoridad totalmente ajena a lo que conocemos o conceptualizamos ya

que se trata más de un acompañante, un guía, que de alguien que dicte órdenes.

A lo largo de varios meses, decenas de miles de familias zapatistas se han

preparado para recibir a quienes vienen a la escuelita a comunidad. Junto con

78

ellos, miles de mujeres y hombres, indígenas y zapatistas se han conformado

en un Votán al mismo tiempo individual y colectivo.

Entonces debe usted saber cuál es el lugar de Votán en la escuelita. Porque

resulta que el Votán es, como quien dice, la columna vertebral de la escuelita.

Es el método, el plan de estudios, la maestra-maestro, la escuela, el aula, el

pizarrón, el cuaderno, el lapicero, el escritorio con la manzana, el recreo, el

examen, la graduación, la toga y el birrete42.

También destaca como base de su ideología la frase “mandar obedeciendo” que

alude a una práctica más profunda de lo que entendemos como democracia, pues

“obliga” al representante de un grupo determinado a acatar las observaciones y

decisiones de la mayoría.

Hacer referencia al Votan es introducirse al ámbito de lo ancestral vs la

modernidad no sólo como una oposición sino como elemento simbólico que ubica

a la persona en diferentes planos. El primero considera al individuo como parte

medular de una colectividad que no se omite por estar inserto en ella, sino que es

precisamente su participación en las decisiones y acciones del grupo lo que

determina y consolida su pertenencia; el segundo, pese al discurso de integración

que viene manejando desde hace más de 30 años, no colectiviza a los miembros

de un grupo sino que los atomiza y coloca en una posición donde las decisiones y

las acciones lo excluyen, pese a que éstas lo afecten directamente.

42 http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2013/07/30/votan-ii-ls-guardians/ consultado el 01 de julio de 2014

79

Después de la Segunda Guerra Mundial, con el baby-boom, las Treinta

Gloriosas, la liberación de las costumbres después de 1968, el niño se

convertirá en un blanco comercial. La no directividad, mal comprendida

por muchos padres y enseñantes, favorecerá una permisividad, en

especial, para el niño, la de expresar cualquier deseo. Y surgirán y se

desarrollarán productos para responder a estos deseos, para engendrar

deseos. Asimismo el deseo de ser será transformado en deseo de tener.

Los niños se han convertido en vectores de compras con relación a sus

padres que no se atreven a rechazarles nada por temor a

<<traumatizar>>los, y hasta a que no los quieran más (Guillot, 2007, p.

79).

Y ese es el tema que nos concierne, el ejercicio de la Autoridad, ya que presenta

un antagonismo similar toda vez que en los valores ancestrales de las

comunidades indígenas consideran que una decisión colectiva, que puede o no

aprobar una acción, debe ser respetada y atendida como única opción, y de ello

han dado ejemplo mil y un veces, pese a que pudiera tener consecuencias poco

prácticas o entendibles, para el beneficio material de aquellos que son ajenos a la

comunidad.

Por el contrario, en las decisiones y acciones que se toman en el modelo de la

“moderna” Autoridad, éstas pueden ser cuestionables ya que en su aprobación o

no aprobación se contemplan criterios un poco más “empresariales”43.

43

Me refiero a que el término “empresarial” tiene una relación entre los costos – beneficios económicos de una determinada obra, o una acción, para los miembros integrantes del capital económico, algo que difícilmente tendrá relación con los habitantes los cuales, dicho sea de paso, casi nunca son consultados .

80

Es por ello que me resulta muy atractiva la figura indígena del “Votan”, en un

momento en que la historia no parece muy clara con respecto al destino que

tendrán las figuras de Autoridad, como la del Maestro y que puede extenderse a

ámbitos más comunes, como es al interior de la familia, y que necesitan

plantearse con urgencia día a día.

81

CONCLUSIONES.

Dada la complejidad del tema, enunciar conclusiones determinantes no ésta al

alcance de este trabajo pues a lo largo del desarrollo del mismo me doy cuenta

que existen muchos más elementos a considerar para comprender el fenómeno de

la Autoridad al interior de las escuelas, así como de la crisis del concepto de

Autoridad en la educación contemporánea. Sin embargo, me permitiré realizar

algunas observaciones y allanar el camino para un trabajo posterior.

Pese al hecho de que vivimos una época moderna, la apreciación que sobre el

concepto de Autoridad se mantiene al parecer no ha variado ni un ápice de aquel

que se construyó hace siglos, es decir, aún se mantiene el modelo de que alguien

manda y alguien obedece, y lo único que se ha modificado es el nombre que

adquieren las partes de este binomio operacional: antes se les llamaba maestro y

alumno, y actualmente educador y educando en un arreglo eufemístico que busca

cuidar de la corrección política más que de fundamentar la razón de ese

planteamiento.

Sobre el mismo punto puedo señalar que ese recurso eufemístico permite a la

estructura gobernante plantear una serie de acciones que busca contemporalizar

el modelo educativo de nuestro país, aunque en realidad prepara las condiciones

para una eventual segregación educativa llegando a los extremos de la

privatización, con lo que se dan los primeros pasos para que se limiten, aún más,

los recursos públicos que para ese rubro destine el Gobierno, creando un espacio

que se cubrirá con un sistema de educación de tipo Técnico-Profesional que dista

82

mucho del sentido formal de preparación académica necesaria para el desarrollo

de ciencia y tecnología propias.

La crisis del concepto de Autoridad guarda una relación muy estrecha con la crisis

educativa pues la Reforma Educativa propuesta y ejecutada, no presta atención a

las necesidades no sólo físicas de las escuelas e instituciones, sino que tampoco

presta atención a las necesidades que el Sistema Educativo necesita

urgentemente como son reformas técnicas y pedagógicas, que permitan recuperar

el trabajo educativo al interior de las aulas; el desarrollo de habilidades de lecto-

escritura y de cálculo matemático básicos, por ejemplo. Con ello el papel que

desempeña un maestro reviste de gran importancia por ser éste quien vincula el

conocimiento hacia las generaciones más jóvenes.

Es conveniente resaltar que mucho de lo que se conoce como “Educación” se

adquiere en el seno del hogar, lo cual responde al hecho social de que sólo a

partir de una edad mínima se comienza a recibir una instrucción formal dentro de

la escuela, por lo que es en el hogar donde se adquieren los elementos básicos de

comunicación y convivencia que le permitirán al sujeto interactuar con su medio

social, de ahí la importancia de que esa “formación primaria”. Este punto reviste de

una complejidad mayúscula debido a la variedad de ideas y sentires con respecto

al mismo; sin embargo, el común de las personas coincide que el respeto, la

gratitud, la cordialidad, entre muchos otros, son elementos necesarios para la

sana convivencia entre todas las personas que habitan un espacio común.

Derivado de esto se puede apreciar que cuando se produce una disociación en los

hogares de cada alumno también se experimenta en el seno de la escuela, lo que

83

produce un caldo de cultivo para cualquier situación de rebeldía o cuestionamiento

de las reglas y normas.

Con respecto a lo anterior, algunos padres de familia, al no tener referentes para

la convivencia al interior del hogar, pues ellos a su vez son el producto de un

comportamiento similar que encuentra su justificación en “la tradición familiar”,

delegan en los Profesores y Directivos de las instituciones educativas la potestad

de instruir y corregir a sus hijos, lo cual genera un incremento en el grado de

exigencias y expectativas por parte de las figuras de Autoridad Escolar para que

ejerzan acción con el fin de erradicar, encauzar, suprimir, sancionar o al menos

limitar un comportamiento “desobediente”, olvidando que es su responsabilidad

como figuras de Autoridad en el hogar desarrollar dichos mecanismos.

En relación con lo anterior los jóvenes, e incluso algunos niños, demandan de los

Padres y los Maestros un respeto unilateral de los Derechos Humanos que

corresponden a ellos y con lo cual se escudan ante la responsabilidad que sus

actos tienen, olvidando que donde se adquiere un derecho coexiste una

responsabilidad como la contraparte que tiene todo uso de la Libertad. Este punto

en particular reviste de gran importancia porque, con ayuda de las denominadas

“redes sociales”, la comunicación entre los jóvenes es cada vez más inmediata y

al compartir información sobre dicho tema el maestro queda rebasado, aunque

debo aclarar que los medios electrónicos sólo permiten disminuir el tiempo y la

distancia y corresponde a la Maestra, o el Maestro, el darle sentido a ese cúmulo

de información, tal y como lo asegura Umberto Eco.

84

Me queda claro, y espero que lo haya establecido, que los conceptos de Autoridad

y Autoritarismo no corresponden al mismo plano de acción pedagógica: el primero

necesita de una dimensión de libertad para poder ser aplicada entre los individuos

y frente al grupo de enseñanza; el segundo se aboca a limitar, o en casos

extremos a suspender, toda acción de libertad y con ello se llega a los extremos

de represión y censura.

En los albores del nuevo milenio aún perviven la práctica de modelos educativos

tradicionales, como el Lancasteriano o la impartición de clases de un modo

“bancario” (Freire dixit) que son ejemplos de una fuerte carga Autoritaria, por lo

que se deben volver los ojos a las nuevas formas que surgen para hacer frente a

los excesos de un Poder académico, sin menoscabo de una real acción de la

Autoridad; tal es el caso del ejemplo de guía o compañero, que retoman las

comunidades zapatistas a través del “votan” cuya figura, pese a ser de reciente

conocimiento para nosotros, dentro de las comunidades chiapanecas es vetusta y

cuenta con una tradición oral, y vivencial, muy fuerte.

Con ella, cuentan los zapatistas, es posible hacer coincidir todas las ideas y

pensamientos, por muy dispares que sean, pues un elemento necesario y

característico es el respeto a la persona, en la persona y para la persona.

Desafortunadamente la información de ese “modelo” de convivencia es muy

precaria y segmentada, pero no sería vano el esfuerzo de investigar más afondo el

tema y tratar de enlazar ese conocimiento con nuestra realidad. ¿O será la

realidad al conocimiento?

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