una tierra prometida - repositorio comillas · 5 e. fromm, y seréis como dioses, paidos, buenos...

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UNA TIERRA PROMETIDA Los temas bíblicos de la responsabilidad ecológica en la obra de Hans Jonas Autor: Juan Manuel Pérez Asseff Director: Prof. Dr. D. Enrique Sanz Giménez-Rico Madrid Mayo 2015 FACULTAD DE TEOLOGÍA DEPARTAMENTO DE TEOLOGÍA MORAL Y PASTORAL

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  • UNA TIERRA PROMETIDA Los temas bblicos de la responsabilidad ecolgica

    en la obra de Hans Jonas

    Autor: Juan Manuel Prez Asseff

    Director: Prof. Dr. D. Enrique Sanz Gimnez-Rico

    Madrid

    Mayo 2015

    FACULTAD DE TEOLOGA

    DEPARTAMENTO DE TEOLOGA MORAL Y PASTORAL

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    II

    UNA TIERRA PROMETIDA Los temas bblicos de la responsabilidad ecolgica

    en la obra de Hans Jonas

    Por

    Juan Manuel Prez Asseff

    Visto Bueno del Director

    Prof. Dr. D. Enrique Sanz Gimnez-Rico

    Fdo.

    Madrid Mayo 2015

    FACULTAD DE TEOLOGA

    DEPARTAMENTO DE TEOLOGA MORAL Y PASTORAL

  • III

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    IV

    Dedicado a mi amigo Armando Carabal.

    Mantengo la esperanza de que continas existiendo.

    Luego os traje a la tierra del vergel,

    para comer sus deliciosos frutos.

    Llegasteis y ensuciasteis mi tierra,

    Y pusisteis mi heredad asquerosa.

    (Jeremas 2,7)

  • V

    TABLA DE CONTENIDO

    INTRODUCCIN 1

    1. HANS JONAS Y EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD 6

    1.1 VIDA Y OBRA DE HANS JONAS (1903-1993) .................................................... 7

    1.2 EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD .............................................................. 11

    1.2.1 El respeto y el temor: una tica eco-antropocntrica ................... 11

    1.2.2 El primer mandamiento: Evitar la extincin humana ................. 15

    1.2.3 La heurstica del temor ............................................................... 18

    1.2.4 El principio de cautela y la apocalptica ambiental .................... 21

    2. UNA TIERRA PROMETIDA 26

    2.1 LA TICA ECOLGICA DE LA CREACIN .......................................................... 27

    2.1.1 El valor positivo de la creacin ................................................... 27

    2.1.2 La tierra como don de Dios ......................................................... 30

    2.1.3 El lmite en el don de Dios .......................................................... 33

    2.2 LA TICA ECOLGICA DE LA TIERRA PROMETIDA ............................................. 35

    2.2.1 El recuerdo del don: La promesa de una tierra .......................... 36

    2.2.2 El rechazo del lmite: El pecado de Israel ................................... 39

    2.2.3 El olvido del don: La advertencia de aniquilacin. ..................... 43

    2.3 EL DON DE LA NATURALEZA Y EL LMITE DE LA TECNOLOGA ............................. 45

    3. LA RESPONSABILIDAD TRANSGENERACIONAL 49

    3.1 LA ALIANZA CON LA DESCENDENCIA DEL PUEBLO DE ISRAEL ............................ 50

    3.1.1 La alianza posdiluviana. ............................................................ 50

    3.1.2 Sobre las genealogas bblicas. ................................................... 53

    3.1.3 La alianza abrahamnica. ......................................................... 54

    3.2 RESPONSABILIDAD TRANSGENERACIONAL Y CUIDADO PARENTAL ....................... 59

    3.3 EL IMPERATIVO PARA LA CIVILIZACIN TECNOLGICA ...................................... 62

    4. EL PROFETISMO APOCALPTICO 69

    4.1 EL FENMENO DEL PROFETISMO .................................................................. 70

    4.1.1 El perfil del profeta. .................................................................... 70

    4.1.2 La funcin del profeta. ................................................................ 73

    4.1.3 El carcter colectivo del profetismo apocalptico. ........................ 77

    4.2 EL ALARMISMO APOCALPTICO DEL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD ............... 79

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    VI

    4.3 LA CONVERSIN ECOLGICA ........................................................................ 82

    4.3.1 La conversin en el profetismo bblico. ....................................... 82

    4.3.2 La conversin en la teologa de Lonergan. .................................. 84

    CONCLUSIN 92

    BIBLIOGRAFA 99

    Libros 99

    Artculos ............................................................................................. 100

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    VII

    SIGLAS Y ABREVIATURAS

    Apdo. Apartado

    A.T. Antiguo Testamento

    DDB Descle De Brouwer

    Dir. Director

    Ed. Editor

    Hb. Hebreo

    Gr. Griego

    Ibd. Ibdem

    Id. Idem

    N.T. Nuevo Testamento

    UPComillas Universidad Pontificia Comillas de Madrid

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    1

    INTRODUCCIN

    Parecera sorprendente sostener que la Biblia tiene algo que decir con respecto a un

    problema en principio moderno como es la crisis ecolgica. La distancia histrico-cultural

    y tecno-cientfica que nos separa de cualquier texto bblico hace difcil pensar que estos se

    puedan relacionar con la problemtica ecolgica actual. Sin embargo, el establecimiento de

    dicha relacin no es tan inusual. Varios autores han encontrado en la Biblia un recurso para

    referirse a la cuestin ecolgica. Lo han hecho bien sea para acusarla, como cuando

    identifican ciertas instrucciones bblicas -(Gen 1, 28)- con la causa de la crisis1; o bien

    porque en ella encuentran orientaciones ticas inspiradoras que nos pueden ayudar a

    afrontar este problema en cierta medida. Pensamos que un ejemplo del segundo caso puede

    ser el filsofo de origen judo Hans Jonas (1903-1993).

    No es un secreto la influencia que tuvo la tradicin judeo-cristiana en la obra de

    Jonas2. En particular pensamos que algunos temas bblicos veterotestamentarios estn

    presentes, ya sea de forma explcita o implcita en el desarrollo del pensamiento de este

    autor. En este trabajo veremos cmo tales temas pueden observarse en uno de sus

    principales libros: El principio de responsabilidad: ensayo de una tica para la

    civilizacin tecnolgica3.

    El objetivo principal de este trabajo consiste en identificar y en explicitar algunos

    temas bblicos del Antiguo Testamento (A.T.) que podemos relacionar con la formulacin

    del principio de responsabilidad de Hans Jonas. Responsabilidad que es ecolgica en el

    sentido particular que iremos clarificando. Valga decir desde ahora que nuestra intencin

    no se conforma con relacionar el pensamiento de Jonas con dichos temas, sino que con ello

    1 Este es el caso de Lynn White Jr y su artculo: The historical Roots of our ecologic crisis, sobre el cual nos

    referiremos ms adelante. 2 Durante su bachillerato Jonas demostr un gran inters por el estudio de los profetas de Israel y se doctor

    con una tesis sobre la gnosis antigua como trasfondo espiritual del cristianismo primitivo. 3 Cfr. H. JONAS, El principio de responsabilidad: ensayo de una tica para la civilizacin tecnolgica,

    Herder, Barcelona 1995.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    2

    queremos, por una parte, sealar la pertinencia de la exgesis bblica para iluminar la

    reflexin en torno a la crisis ecolgica actual y, por otra, mostrar cmo la responsabilidad

    ecolgica es una cuestin moral4 ya presente de alguna manera en la fuente bblica de la

    tradicin judeo-cristiana.

    En otras palabras, nos serviremos de El principio de responsabilidad de Jonas como

    medio para evaluar si el A.T. conserva alguna relevancia para la estructuracin del

    discurso ecolgico actual y en qu sentido lo hace. Esto nos parece sumamente importante

    puesto que la Biblia hebrea ha sido una de las principales fuentes de inspiracin no slo del

    judasmo, sino tambin del cristianismo y del Islam y que, por lo tanto, ha modelado

    profundamente, para bien o para mal, las actitudes frente a la naturaleza en la cultura

    Occidental5.

    Es importante mencionar desde ahora que entendemos la relevancia de la Biblia en

    sentido crtico pues no desconocemos que sera ingenuo y podra resultar hasta peligroso

    pensar que en ella encontraremos instrucciones especficas y eficientes para solucionar el

    problema de la sostenibilidad planetaria. Obviamente no encontraremos ninguna mencin

    sobre cuestiones cientficas o tcnicas relacionadas con la problemtica ecolgica actual

    tales como: el calentamiento global, el uso de combustibles fsiles, el desarrollo de energa

    renovable, la superpoblacin demogrfica, la prdida de biodiversidad, etc; como s

    podemos encontrar en la obra de Jonas. Lo que s podremos encontrar en cambio, como

    veremos, son orientaciones o principios morales generales sobre cmo vivir bien en

    relacin con Dios, el prjimo y la creacin6. Creemos que algunos de estos principios

    pueden percibirse, aunque slo sea tenuemente, en el pensamiento de nuestro filsofo.

    Una precisin metodolgica: Si bien durante este trabajo nos centramos

    exclusivamente en el A.T. para abordar algunos temas bblicos relacionados con la

    responsabilidad ecolgica, no desconocemos que tambin en el N.T. existen elementos que

    pueden relacionarse con esta cuestin7. Nos enfocamos particularmente en el A.T. por la

    siguiente razn. Como ya lo hemos mencionado, porque para realizar este trabajo

    4 Aqu utilizaremos la palabra tica para referimos a la reflexin filosfica sobre el comportamiento humano,

    y la palabra moral en el sentido de una tica de inspiracin religiosa, en este caso, judeo-cristiana. 5 E. FROMM, Y seris como dioses, Paidos, Buenos Aires 1967, 10. 6 H. MARLOW, The Earth is the Lords: A Biblical Response to Environmental Issues, Grove, Cambridge

    2008, 4. 7 Ver. Captulos 5) Christ in Creation y 6) Hope and Redemption. Ibd., 18-24.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    3

    articularemos los temas bblicos desde el pensamiento de Jonas, particularmente desde su

    obra El principio de responsabilidad, y l era de origen judo. Esto no quiere decir, sin

    embargo, que Jonas desconociera el N.T. y la tradicin cristiana como nos muestra el

    hecho de que haya dedicado su investigacin doctoral al cristianismo primitivo. No

    obstante, nos parece obvio que, en relacin con la formulacin del principio de

    responsabilidad, sobre este autor tuvo ms influencia el pensamiento veterotestamentario

    debido tambin a que es en el A.T. donde podemos encontrar ms contenidos especficos

    relacionados con la creacin de Dios y nuestro lugar en ella8.

    Ahora unas palabras acerca del contexto y motivaciones para esta reflexin. Sobre la

    crisis ecolgica, comenzaremos afirmando nuestra conviccin de que, en sentido general,

    se trata de un problema real que la especie humana debe afrontar. En contraste,

    lamentablemente tambin reconocemos que frente al discurso ecolgico no falta cierta

    actitud de sospecha, a veces justificada y a veces no9, que ha dificultado la recepcin de

    esta cuestin por parte de muchos cristianos. Nos preocupa particularmente la dificultad de

    la Iglesia catlica, por fortuna cada vez menos persistente, para asumir la responsabilidad

    ecolgica como un tema propio y de primer orden para la teologa moral10.

    Pensamos que la dificultad para reconocer la responsabilidad ecolgica como un

    tema moral cristiano constitutivo puede relacionarse con la crtica proveniente desde dos

    frentes diferentes. Desde fuera, algunos intelectuales y ambientalistas11 acusan al

    cristianismo de ser la causa ideolgica principal de nuestra actual crisis ecolgica. Gran

    parte de ellos han sido influidos por el artculo del historiador estadounidense Lynn White,

    Jr y su afirmacin de que el cristianismo, a diferencia del paganismo antiguo y de otras

    tradiciones religiosas orientales, estableci un dualismo entre el hombre y la naturaleza que

    a su vez sirvi para justificar la explotacin de la naturaleza por parte del hombre

    entendida como un mandato de Dios12.

    8 Ibd., 18.

    9 La sospecha de la Iglesia se justificara por ejemplo frente a discursos ambientalistas radicales de corte

    misantrpico. 10 Los cristianos catlicos ecologistas esperamos con anhelo la prxima encclica sobre ecologa del Papa

    Francisco. Para muchos sta encclica ser la esperada validacin que eleva este tema a una cuestin de

    primer orden para la teologa moral. 11 Para este trabajo usaremos los trminos ambientalismo y ecologismo indistintamente. 12 L. WHITE JR., The Historical Roots of Our Ecologic Crisis: Science 155, 3767 (1967), 1205.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

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    White sustenta su crtica sobre una interpretacin del dominio-sometimiento que Dios

    concede al hombre sobre otras criaturas en Gnesis 1, 28, pasaje que, segn este autor,

    hace del cristianismo la religin ms antropocntrica que el mundo ha visto13.

    Y bendjolos Dios, y djoles Dios: Sed fecundos y multiplicaos y henchid la

    tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en

    todo animal que serpea sobre la tierra.14

    No deja de sorprender, sin embargo, que despus de la acusacin que realiza White

    hacia el cristianismo culpndolo de la actual crisis ecolgica; al final de su artculo llega a

    proponer a San Francisco de Ass como el patrono de los ecologistas15. Como veremos

    durante el desarrollo de este trabajo, White mismo reconoce as que si bien cierta

    interpretacin bblica desafortunada puede conducirnos hacia actitudes ambientalmente

    reprochables, esto no excluye el hecho de que la misma tradicin judeo-cristiana nos pueda

    proporcionar el antdoto. El remedio para un mal cristianismo no es el no-cristianismo,

    sino el buen cristianismo: la buena teologa. A diferencia de White consideramos que, no

    slo en la tradicin espiritual franciscana, sino tambin en la Biblia existen elementos que

    sirven para orientar adecuadamente nuestra accin frente a la preocupacin ecolgica.

    Ms preocupante nos parece la crtica que procede no ya de los sectores intelectuales

    o ambientalistas no cristianos. Nos referimos ahora a la resistencia que se percibe entre

    algunos cristianos para aceptar que la responsabilidad ecolgica es un tema propio de la

    moral cristiana. Para ellos, con independencia de considerar que la sostenibilidad

    ambiental es un tema tico importante o no, se mantiene el argumento de que el

    cristianismo no presenta una plataforma moral adecuada para afrontar esta problemtica.

    As la responsabilidad ecolgica nuevamente aparece como un tema caracterstico de

    religiones indgenas de la tierra o de tradiciones orientales como el hinduismo y el

    budismo. De esta forma le dan la razn a White. El discurso ecolgico se les presenta as

    entonces como extrao, forneo y, en casos ms extremos, hasta como un distractor de

    13 El antropocentrismo es el punto de vista que considera que los seres humanos son centrales y los ms

    importantes en el orden de las cosas. Sin embargo, el antropocentrismo puede ser radical y negar el valor de

    otras especies; o moderado, cuando reconoce su valor pero de forma jerrquica privilegiando a nuestra

    especie. G. H. STEINER, Anthropocentrism and its discontents: The moral status of animals in the history of

    western philosophy, Pa: University of Pittsburgh Press, Pittsburgh 2005, 1. 14 L. WHITE JR., a.c. (nota 12), 1205. 15 Ibd., 1207.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

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    aquello que debera constituir el ncleo de la moral cristiana: El amor hacia Dios y hacia

    el prjimo (Mt 22,40). Esperamos poder mostrar con este trabajo que para que el amor a

    Dios y al prjimo pueda realizarse, en l deber necesariamente integrarse aquel cuidado

    amoroso de la creacin contenido en el principio de la responsabilidad ecolgica. No

    hacerlo manifestara para nosotros una lectura estrecha de dicho mandamiento.

    Con respecto a la estructura del texto, este constar de cuatro captulos. En el primer

    captulo: HANS JONAS Y EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD, presentaremos la

    vida y obra del autor que inspira este trabajo e introduciremos los aspectos ms

    importantes de la formulacin de El Principio de responsabilidad. Al hacerlo

    identificaremos aquellos temas bblicos que vamos a desarrollar en los captulos

    posteriores.

    En el segundo captulo: UNA TIERRA PROMETIDA, tendremos como base la

    importancia que la tierra tena para el pueblo de Israel y cmo la lgica del don pone en

    estrecha relacin tica tres elementos: 1) lo dado- la tierra, 2) el receptor- el hombre y 3) el

    dador- Dios. Veremos cmo esta lgica contena en s misma la consideracin de ciertos

    lmites que en caso de violarse ocasionaran la ruptura de esta relacin o alianza y que

    aquello no ocurra sin consecuencias, segn el pensamiento bblico.

    En el tercer captulo: LA RESPONSABILIDAD TRANSGENERACIONAL,

    sealaremos cmo la lgica de la alianza tiene una dimensin temporal que incluye las

    generaciones futuras. En Jonas, observaremos esta preocupacin por la dimensin

    transgeneracional de la tica en la extensin de carcter temporal que l realiza del

    imperativo kantiano: "Obra de tal modo que los efectos de tu accin no sean destructivos

    para la futura posibilidad de esa vida [humana autntica en la Tierra]16".

    Finalmente, en el cuarto captulo: EL PROFETISMO APOCALPTICO,

    analizaremos uno de los aspectos ms controvertidos y, precisamente por ello, uno de los

    ms interesantes en el pensamiento de Jonas en relacin con la responsabilidad ecolgica.

    Nos referimos a la heurstica del temor y a su cuestionada potencialidad para generar la

    conversin ecolgica. Veremos cmo este aspecto tiene una clara relacin con un buen

    entendimiento del fenmeno del profetismo en el antiguo Israel.

    16 H. JONAS, o.c. (nota 3), 40.

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    6

    1. HANS JONAS Y EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD

    Una tica actualizada pero en continuidad con la tradicin judeo-cristiana

    Pecadora contra la Tierra es toda sociedad industrial moderna

    (Hans Jonas, El Principio de Responsabilidad, 252)

    Resulta necesario tener primero una aproximacin introductoria al pensamiento de

    Jonas y particularmente a su obra El Principio de Responsabilidad.

    Veremos con esta introduccin cmo ya de entrada nos enfrentamos con un desafo

    para esta investigacin. Tal y como podremos leer un poco ms adelante, ciertos autores

    sealan con fuerza el carcter novedoso del principio de responsabilidad -una nueva tica

    para nuestra civilizacin tecnolgica. Parece que con ello anularan la posibilidad de

    reconocer la presencia de ciertos temas o races bblicas en la propuesta de Jonas.

    Nosotros, sin embargo, pensamos que esta dificultad es slo aparente. En contraste,

    veremos en este captulo cmo al estudiar ciertos principios que estructuran la tica de la

    responsabilidad de Jonas ser posible establecer una relacin entre estos y algunas lneas

    ticas ya presentes en la Biblia hebrea. Jonas era de origen judo y por ms que quisiera

    formular una nueva tica capaz de hacer frente a problemas actuales sin precedentes, nos

    parece innegable cierta relacin entre su propuesta tica y la tica veterotestamentaria.

    En cambio pensamos que la supuesta novedad del principio de responsabilidad

    consistira ms bien en una reactualizacin para nuestro contexto de crisis ecolgica de

    algunos principios ticos que pueden encontrarse ya en el A.T. Desde esta consideracin la

    novedad del principio de responsabilidad no implicara la negacin de cierta continuidad

    con la tradicin judeo-cristiana aunque s, cmo se ver, cierta ruptura con la tica clsica.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

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    1.1 Vida y obra de Hans Jonas (1903-1993)

    Hans Jonas naci en el seno de una familia juda el 10 de mayo de 1903 en

    Mnchengladbach, Alemania, y muri en Nueva York el 5 de febrero de 1993 con 89 aos

    de edad. Este filsofo alemn ha sido principalmente conocido por su obra el principio de

    responsabilidad que sirve como texto base para esta tesina. El principio de

    responsabilidad: Ensayo de una tica para la civilizacin tecnolgica fue publicado en

    alemn en 1979, y en ingls en 1984.

    Durante su bachillerato Jonas demostr un gran inters por el estudio de los profetas

    de Israel y una de las primeras obras filosficas por la cual se interes fue la

    Fundamentacin de la metafsica de las costumbres de Kant. La influencia de Kant sobre

    Jonas es evidente aunque, como veremos, Jonas tambin fue crtico de la tica kantiana la

    cual intent extender y completar.

    Despus del bachillerato Jonas estudi filosofa y teologa en Freiburg donde conoci

    a Martin Heidegger quien fue durante esta etapa su maestro. Jonas sigui a Heidegger

    hasta Marburg donde se doctor con una tesis sobre la gnosis antigua como trasfondo

    espiritual del cristianismo primitivo. En Marburg Jonas conocera al telogo Rudolf

    Bultmann y a Hannah Arendt con quien tendra una amistad que durara el resto de sus

    vidas.

    Heidegger se uni al Partido Nazi en 1933, lo que ocasion una gran decepcin para

    Jonas debido a su origen judo y a su compromiso sionista. Su carrera acadmica se vio

    truncada por la llegada del nacionalsocialismo al poder y en 1934 Jonas abandon

    Alemania. Al despedirse de sus amigos Jonas les dijo: No volver a poner los pies en este

    pas a no ser como miembro de un ejrcito armado17. Lo cual cumpli doce aos despus.

    Al abandonar Alemania Jonas march a Inglaterra y ese mismo ao viaj a Israel

    donde ingres a la Haganah una organizacin juda de autodefensa- en la que permaneci

    como oficial de artillera hasta 1949. All conoci a Lore Weiner, con quien se casara en

    17 Introduccin de A. SNCHEZ PASCUAL en: H. JONAS, o.c. (nota 3), 7.

    http://es.wikipedia.org/wiki/10_de_mayohttp://es.wikipedia.org/wiki/1903http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%B6nchengladbachhttp://es.wikipedia.org/wiki/5_de_febrerohttp://es.wikipedia.org/wiki/1993http://es.wikipedia.org/wiki/Alemaniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_responsabilidadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_responsabilidadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_alem%C3%A1nhttp://es.wikipedia.org/wiki/1979http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_ingl%C3%A9shttp://es.wikipedia.org/wiki/1984http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADahttp://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADahttp://es.wikipedia.org/wiki/Friburgohttp://es.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Bultmannhttp://es.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Bultmannhttp://es.wikipedia.org/wiki/Hannah_Arendthttp://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Nazihttp://es.wikipedia.org/wiki/1933http://es.wikipedia.org/wiki/Inglaterrahttp://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Lore_Weiner&action=edit&redlink=1
  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

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    1943. En 1940 regres a Europa para unirse al Ejrcito Britnico, que haba formado una

    brigada especial para judos alemanes que queran luchar contra Hitler. Fue enviado a

    Italia, y hacia el final de la guerra, en 1945, Jonas entr a Alemania donde se enter que su

    madre haba muerto en el campo de concentracin de Auschwitz. Rechaz entonces vivir

    en Alemania y regres a Israel.

    En 1949 Jonas viaj a Canada para trabajar en la McGill University de Montreal.

    Posteriormente enseara en la Universidad de Ottawa. Desde all, en 1955 pas a vivir en

    Estados Unidos. Imparti clases por ms de veinte aos en la New School for Social

    Research de Nueva York.

    Al final de su labor docente Jonas ya era una personalidad reconocida sobre todo

    gracias a su estudio sobre la gnosis y la antigedad tarda. Sin embargo, fue despus de su

    jubilacin cuando nuestro autor desarrollara el trabajo intelectual que le mereci la fama

    mundial que tiene en la actualidad.

    El trabajo de Jonas se centr en los problemas ticos y sociales creados por la

    tecnologa. Nuestro pensador insisti en que la supervivencia humana depende de nuestros

    esfuerzos para cuidar nuestro planeta y su futuro. Tal vez la contribucin principal de

    Jonas en el mbito de la tica haya sido su intento de superar la falacia naturalista. En este

    sentido, Jonas era consciente de que en el origen de la filosofa la ontologa era el

    fundamento de la tica. Sin embargo, en la modernidad desde David Hume se han separado

    dichos mbitos. Se ha separado el reino objetivo del subjetivo y ahora resulta

    necesario reunirlos si es que queremos fundamentar una tica que sea armnica con los

    dinamismos de la naturaleza. Toda la tarea en los ltimos aos de la vida de Jonas

    consisti en formular una fundamentacin ontolgica para la tica. Y esto lo intentara

    mediante una revisin de la idea de la naturaleza para la cual se comprometi con un

    dilogo profundo entre las humanidades y las ciencias naturales, principalmente con la

    biologa.

    De esta forma la filosofa de la biologa de Hans Jonas ofrece una concepcin

    unitaria del hombre reconciliada con la ciencia biolgica contempornea. Jonas se declara

    un posdualista. Con su filosofa de la vida intenta superar los dualismos de la ontologa y

    de la praxis, de la experiencia subjetiva de intencionalidad y el mundo fsico carente de

    finalidad, la del hombre y la naturaleza. La persistencia desafortunada de estos dualismos

    http://es.wikipedia.org/wiki/1943http://es.wikipedia.org/wiki/1940http://es.wikipedia.org/wiki/Ej%C3%A9rcito_Brit%C3%A1nicohttp://es.wikipedia.org/wiki/Hitlerhttp://es.wikipedia.org/wiki/Italiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Alemaniahttp://es.wikipedia.org/wiki/Tecnolog%C3%ADa
  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    9

    deja a la naturaleza abandonada a la categora de lo inerte, pasivo, inorgnico y

    desvitalizado. La naturaleza entendida as se convierte en objeto de explotacin y de abuso

    por parte del hombre tecnolgico: el homo faber. En este sentido la propuesta tica de

    Jonas pretende incluir nuevamente a la naturaleza y a sus expresiones particulares dentro

    del horizonte de preocupacin moral humana.

    No hay duda de que El principio de la responsabilidad podra constituirse en uno de

    los pilares filosficos del movimiento ambiental mundial. Con la novedosa re-formulacin

    del imperativo categrico: "Obra de tal manera que los efectos de tu accin sean

    compatibles con la permanencia de una vida humana autntica en la tierra18", Jonas

    extiende el imperativo categrico kantiano en dos sentidos particulares. Lo extiende en el

    tiempo al incluir la preocupacin por las generaciones futuras y, lo extiende al incluir la

    dimensin planetaria, con la consideracin implcita de todas las condiciones biticas y

    abiticas que se requieren para sostener una vida humana autntica.

    Las implicaciones de la tica de Jonas para la estructuracin del discurso ecologista

    actual son significativas puesto que, como afirma Justino Lopz Santamara, H. Jonas

    presenta la naturaleza, en cuanto objeto de la responsabilidad humana, como materia de

    reflexin tica, como el novum sobre el que la teora tica tiene y debe reflexionar19.

    Sobre este novum, sigue diciendo Lopz que, hasta ahora toda la tica era antropocntrica,

    es decir, se preocupaba exclusivamente de las relaciones del hombre con el hombre e

    incluso de las relaciones del hombre consigo mismo. La naturaleza, as como todo el resto

    de objetos no-humanos, no revestan ninguna importancia en el terreno moral20.

    Con respecto a este mismo punto referido a la novedad de la tica de Jonas seala

    tambin Emil Kettering,

    Ninguna tica anterior hubo de tener en cuenta las condiciones globales de la

    vida humana ni el futuro remoto, ms an, la existencia misma de la especie. El

    hecho de que precisamente estn en juego esas cosas exige, en una palabra, una

    concepcin nueva de los derechos y los deberes, algo para lo que ninguna tica

    ni metafsica anterior proporciona los principios y menos an una doctrina ya

    lista21.

    18 Ibd., 40.

    19 J. LPEZ SANTAMARA, La reflexin tica a travs del principio de responsabilidad de Hans Jonas:

    Estudios filosficos 134 (1998) 9.

    20 Id.

    21 E. KETTERING, Tcnica y responsabilidad : A propsito del principio de responsabilidad de Hans

    Jonas: Folia Humanstica 26 (1988) 194.

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    10

    Podemos sin embargo matizar las afirmaciones de estos autores reconociendo que la

    nueva tica que propone Jonas mantiene virtudes de la moral tradicional tales como la

    responsabilidad, la austeridad y la moderacin. No obstante, no desconocemos con ellos

    que se trata de una tica novedosa porque en lugar de referir dichas virtudes al mbito

    personal en un contexto temporal limitado, es decir, el ejercicio de virtudes para la

    perfeccin personal como ha sido usual en la tica clsica22; Jonas los refiere al mbito

    colectivo o poltico23. As las virtudes tradicionales contenidas en el principio de

    responsabilidad se relacionan en Jonas con la contencin del poder humano para el

    mantenimiento de las condiciones naturales de nuestro planeta que sostienen la existencia

    tanto de las generaciones presentes como de las futuras.

    Sumamente importante ser recordar aqu lo que ya sealamos anteriormente. Somos

    conscientes de cmo las afirmaciones precedentes referidas a la novedad de la tica que

    Jonas propone parecen contradecir el enfoque bblico que caracteriza este trabajo. Sin

    embargo, como ya hemos dicho, consideramos que dicha contradiccin es slo aparente.

    Jonas tiene razn cuando afirma que el poder tecnolgico actual no tiene precedentes y por

    lo tanto urge una reformulacin y superacin de la tica individualista y corto-placista que

    ha predominado al menos en la tradicin filosfica occidental. En este sentido, nos parece

    que la novedad del principio de responsabilidad se afirma en referencia a la tica clsica

    occidental como hemos sugerido.

    No obstante, y en contraste con las afirmaciones de Lpez Santamara y de Kettering,

    creemos que, al menos en un sentido amplio y como ya hemos mencionado, ya es posible

    encontrar en la Biblia hebrea algunas orientaciones referidas al cuidado de la creacin y a

    la preocupacin por el bienestar de las generaciones futuras. Pensamos que el pensamiento

    de Jonas en el principio de responsabilidad puede relacionarse con dichas orientaciones. En

    otras palabras, sin negar el abismo de diferencia tecno-cientfica que Jonas subraya entre

    nuestra cultura y aquellas donde se dio a luz a los textos bblicos, no consideramos que la

    novedad del principio de responsabilidad sea absoluta. Creemos ms bien que en l se

    22Es importante notar que en este trabajo diferenciamos la tica clsica de origen griego y la tica bblica de

    origen hebreo. Reconocemos que ambas conforman la tradicin judeo-cristiana que ha modelado la cultura

    occidental. Sin embargo, despus de la ilustracin y durante la modernidad ha predominado la tica clsica.

    23 J. LPEZ SANTAMARA, a.c. (nota 19), 19.

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    11

    pueden dilucidar ciertas lneas u orientaciones ticas actualizadas de alguna manera ya

    presentes en la tradicin bblica veterotestamentaria.

    De esta forma reiteramos que en su obra Jonas relaciona filosofa y teologa,

    particularmente teologa hebrea. Por lo tanto, sugerimos que la filosofa tica de Jonas no

    puede comprenderse en plenitud sin reconocer al menos parcialmente la teologa implcita

    en su pensamiento. Teologa que nosotros deseamos, en cierta medida, hacer explcita con

    este trabajo.

    1.2 El principio de responsabilidad

    A continuacin presentaremos algunos elementos centrales de la tica de la

    responsabilidad de Jonas. Nos detendremos particularmente en aquellos aspectos que

    pensamos se pueden relacionar directamente con la tradicin bblica judeo-cristiana. Una

    tradicin que si bien es cierto no es totalmente biocentrista no le atribuye a todos los

    organismos el mismo valor, sino que privilegia al ser humano- veremos que, al contrario de

    la tergiversacin de la crtica ambientalista anti-cristiana, tampoco es extremadamente

    antropocntrica no niega que todos los organismos tienen valor. Veremos aqu tambin

    cmo la tica de Jonas, en lnea con la tradicin bblica, presenta el cuidado de la creacin-

    tierra como una condicin inseparable de la preocupacin por el bienestar y el porvenir de

    la humanidad.

    1.2.1 El respeto y el temor: una tica eco-antropocntrica

    El principio de responsabilidad de Hans Jonas impone una tarea decretada por el

    respeto y por el temor24. El respeto se relaciona con el reconocimiento del valor inherente

    de la vida. El reconocimiento del valor de la vida para Jonas se desprende de la aceptacin

    del carcter teleolgico de la vida, es decir, de que esta constituye un fin en s misma y por

    ende debe representar para nosotros tanto -subjetivamente- un valor, como objetivamente-

    24 H. JONAS, o.c. (nota 3), 17.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    12

    un bien que merece ser preservado. Este es el momento biocntrico de su tica: el respeto

    hacia la vida por la vida misma.

    Por otra parte, su tica se funda en el temor ante la posibilidad de nuestra propia

    extincin. La preocupacin por nuestra supervivencia futura y la intencionalidad de evitar

    la extincin humana se corresponde con el momento antropocntrico. En consideracin

    con estos dos momentos de su formulacin tica, afirmamos que el principio de

    responsabilidad de Jonas equivale a un paradigma intermedio que articula el

    antropocentrismo y el biocentrismo. En otras palabras, se trata de un paradigma eco-

    antropocntrico. Es importante mencionar que el filsofo Toms Domingo Moratalla

    afirma, en este mismo sentido, que el pensamiento de Jonas no es antropocntrico, pero s

    antropolgico. Para Moratalla la propuesta moral de Jonas consiste en una antropologa de

    la responsabilidad25.

    Lo anterior resulta evidente al analizar las siguientes palabras de Jonas que a su vez

    pueden servirnos como una sucinta introduccin a su pensamiento:

    En la era de la civilizacin tcnica, que ha llegado a ser omnipotente de modo

    negativo, el primer deber del comportamiento humano colectivo es el futuro de

    los hombres (momento antropocntrico). En l est manifiestamente contenido

    el futuro de la naturaleza como condicin sine qua non (momento biocntrico).

    [] La rica vida en la Tierra, producida en una larga labor creativa de la

    naturaleza y ahora encomendada a nosotros, exigira nuestra proteccin. Dado

    que de hecho no es posible separarlas (la naturaleza humana de la integridad de

    la naturaleza) [] podemos contemplar ambos deberes como uno solo bajo la

    idea del deber para con el hombre, sin por ello caer en el reduccionismo

    antropocentrista26.

    Podemos observar aqu cmo aunque Jonas contina de cierta manera la tradicin

    antropocntrica de la tica clsica, a diferencia de ella, su antropocentrismo no es

    exclusivista. Esto es, no es un antropocentrismo que slo respeta y vela por los intereses-

    fines humanos descuidando aquellos propios de la naturaleza. De hecho Jonas exige la

    superacin del antropocentrismo tradicional para el cual la actuacin sobre los objetos no

    humanos no se inclua en el horizonte de preocupacin moral.

    25 T. D. MORATALLA, La tica antropolgica de Hans Jonas en el horizonte de la fenomenologa

    hermenutica, Selecciones de biotica, Bogot mayo (2009) 45. 26 H. JONAS, o.c. (nota 3), 227. Las palabras entre parntesis son del autor de este trabajo.

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    13

    Sobre la tica tradicional Jonas afirma que antes lo que tena relevancia tica era el

    trato directo del hombre con el hombre, incluido el trato consigo mismo; toda tica

    tradicional es antropocntrica27. Nosotros no estamos totalmente de acuerdo con esto.

    Creemos ms bien, tal y como mostraremos en el siguiente captulo, que las ticas

    religiosas o sistemas morales tradicionales mantenan un horizonte teocntrico. Ahora bien,

    la afirmacin de Jonas se sostiene frente a la tradicin tica humanista e ilustrada que

    inici con el renacimiento en Occidente y que es an hegemnica.

    En este orden de ideas, lo importante es subrayar que Jonas plantea la necesidad de

    superar el exclusivismo antropocntrico pero al mismo tiempo reconoce que la tica tiene

    al menos formalmente un momento antropocntrico. Esto porque es el hombre mismo y no

    otras especies, quien piensa ticamente. En este sentido el autor realiza la siguiente

    pregunta: Tiene la naturaleza un derecho moral propio?:

    Y si el nuevo modo de accin humana significase que es preciso considerar

    ms cosas que nicamente el inters de el hombre, que nuestro deber se

    extiende ms lejos y que ha dejado de ser vlida la limitacin antropocntrica de

    toda tica anterior? [] Esto implicara que habra que buscarse no slo el bien

    humano, sino tambin el bien de las cosas extrahumanas, esto es, implicara

    ampliar el reconocimiento de fines en s mismos ms all de la esfera humana

    e incorporar al concepto de bien humano el cuidado de ellos28.

    Parece claro entonces que Jonas desea superar un tipo de antropocentrismo

    particular: El antropocentrismo extremo. Este es, el antropocentrismo que contempla la

    naturaleza (incluso la humana) nicamente como un medio para el auto-acabamiento de un

    hombre inacabado y no como un fin en ella misma. Es el tipo de antropocentrismo que

    lleva a la instrumentalizacin total de la naturaleza sin el reconocimiento de un valor en y

    por ella misma29. A diferencia del antropocentrismo extremo, el de nuestro autor es

    moderado y, por lo tanto, abierto a la realidad ecolgica que reconoce la interrelacin vital

    de la naturaleza y lo humano.

    Ante la posibilidad de una reaccin contraria al antropocentrismo exclusivista,

    tendramos que preguntarnos si resultara conveniente, an si fuera posible, formular una

    tica totalmente biocntrica que le atribuya a todos los fines de la naturaleza el mismo

    27 Ibd., 29.

    28 Ibd., 34-35.

    29 Ibd., 256.

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    14

    valor. No lo creemos. Con respecto a este punto, Jonas no deja de sealar el lugar

    privilegiado del ser humano. En sus palabras: Desde luego, en la eleccin que en la

    lucha por la existencia se plantea una y otra vez entre el hombre y la naturaleza, el

    hombre tiene prioridad sobre la naturaleza30. Sin embargo, hemos visto tambin cmo, en

    tensin con la afirmacin anterior, para Jonas el deber para con el hombre y para con la

    naturaleza son indisociables. As se establece una tensin dialctica en su tica que en

    parte resulta irresoluble pero que, sin embargo, en nuestra opinin, es muy saludable.

    En definitiva, la tica de Jonas no deja de ser antropocntrica porque para l, como

    observamos, en principio lo que ms nos debe preocupar es nuestro propio bienestar y

    porvenir como especie. Es en referencia a dicha preocupacin que debemos incorporar el

    cuidado de la naturaleza en nuestro horizonte moral. Aqu vislumbramos aquella

    perspectiva utilitarista en la tica de Jonas que algunos ecologistas y animalistas critican.

    Insistimos sin embargo en que dicha perspectiva utilitarista-antropocntrica tan

    criticada para el cuidado de la naturaleza es compensada en la propuesta de Jonas por la

    perspectiva deontolgica-biocentrista cuando l afirma que la naturaleza tiene valor en s

    misma e incluso se atreve a utilizar el concepto de dignidad aplicado a ella.

    Pero incluso si en lo sucesivo es tenido por absoluto el deber para con el

    hombre, ese deber incluye el deber para con la naturaleza como la condicin de

    su propia permanencia y como un elemento de su perfeccin existencial.

    Partiendo de esto, decimos que la comunidad de destino del hombre y la

    naturaleza [] nos hace redescubrir la dignidad propia de la naturaleza y nos

    llama a preservar, ms all de lo puramente utilitario, su integridad31.

    As, en conclusin observamos cmo Jonas logra mantener una tensin interesante, y

    creemos que tambin necesaria, entre una tica categrica, y una tica consecuencialista;

    entre una tica antropocntrica y una tica biocntrica; entre una tica fundada en bienes

    objetivos y una tica fundada en valores subjetivos; entre una tica orientada hacia el

    futuro pero cuya concrecin debe realizarse ya en el presente. En definitiva, Jonas

    mantiene aquella tensin que podemos relacionar con la tica bblica porque al igual que

    en su pensamiento, sta no es ni totalmente biocntrica ni totalmente antropocntrica, sino

    30 Ibd., 228. 31 Id.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    15

    que, como veremos en el siguiente captulo, concilia los polos humanidad y naturaleza en

    un horizonte teocntrico.

    1.2.2 El primer mandamiento: Evitar la extincin humana

    Un axioma es un presupuesto sobre el cual descansa la formulacin de un sistema

    argumentativo pero cuya fundamentacin es en s misma indemostrable desde el mbito

    conceptual propio del sistema. En otras palabras, la fundamentacin de un sistema est

    fuera del sistema. Jonas est convencido de que la justificacin de un axioma tico es

    imposible sin recurrir a una instancia metafsica como puede ser la religin o, en una

    sociedad secular, la ontologa. El axioma sobre el cual descansa toda su propuesta tica es

    que no nos es lcito arriesgar la vida de la humanidad32. En otras palabras, que, al

    menos en la medida en que esto sea posible, es nuestro deber evitar nuestra propia

    extincin.

    El hecho de que Jonas sea consciente del carcter axiomtico de su afirmacin es

    claro como podemos observar aqu:

    Que siempre en el futuro deba haber un mundo tal un mundo apto para que el

    hombre lo habite- y que siempre en el futuro deba ese mundo ser habitado por

    una humanidad digna de su nombre, es cosa que se afirmar gustosamente como

    un axioma general o como una convincente deseabilidad de la fantasa

    especulativa tan convincente y tan indemostrable como la tesis de que la

    existencia de un mundo es mejor que su inexistencia33.

    As, el polo de referencia para la tica de la responsabilidad de Jonas es la

    supervivencia del ser humano. Jonas reconoce que el carcter contingente de la especie

    humana es equiparable al de todas las dems especies. Afirma que el hombre, tiene la

    precariedad, la vulnerabilidad, la revocabilidad el modo peculiar de transitoriedad-

    propias de todo lo vivo34. En otras palabras, que no hay garantas de supervivencia para la

    humanidad como no las ha habido para las otras especies a lo largo de la historia evolutiva.

    Nuestra extincin puede ser ocasionada ya sea por causas naturales, lo cual no tendra una

    32 Ibd.,40.

    33 Ibd., 38

    34 Id.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    16

    implicacin moral; pero tambin puede ser ocasionada por causas antrpicas. Son estas

    ltimas la principal causa de preocupacin para Jonas.

    Resulta aqu relevante sealar cmo Jonas, al comparar la nueva tica de la

    responsabilidad para la civilizacin tecnolgica con ticas anteriores, nos dice que el

    objeto de la responsabilidad es precisamente lo perecedero, lo contingente. Mientras que

    las ticas clsicas tenan como referencia el bien inmutable; la responsabilidad se refiere a

    objetos que estn muy alejados de la perfeccin y que son del todo contingentes en su

    facticidad. Precisamente hay responsabilidad porque lo contingente es percibido en su

    fugacidad, precariedad e inseguridad y aquello debe tener la fuerza de movernos a su

    conservacin- por su pura existencia frgil35.

    Por otra parte, reconociendo la continuidad evolutiva o equivalencia contingente

    entre el hombre y las otras especies, Jonas nos dice que cada ser vivo es su propio fin, no

    est necesitado de ulterior justificacin; y en esto el hombre no tienen ninguna ventaja

    sobre los dems seres vivos36. As, la diferencia fundamental para este autor, la que le

    confiere un estatus moral particular al hombre sobre las dems especies es precisamente

    que slo l puede tener responsabilidad hacia ellas. De esta responsabilidad, nos dice, el

    prototipo ser la responsabilidad del hombre hacia el hombre37.

    Es justo en este sentido que Jonas afirma que asegurar la existencia de la humanidad

    debe ser el primer mandamiento para la civilizacin tecnolgica. Si no existiese un cuidado

    o una responsabilidad hacia el hombre por parte del hombre, difcilmente podramos

    fundamentar una responsabilidad hacia la naturaleza. En su infundamentabilidad

    axiomtica propia, la conservacin de nuestra especie sera la condicin de posibilidad

    para que la naturaleza pueda ser objeto de responsabilidad. Velar por la continuacin de

    dicha condicin de posibilidad se relaciona con lo que el autor denomina el deber de

    existencia, de nuestra existencia. El deber de existencia humana, esto es el primer

    mandamiento, significa sencillamente que existan hombres. El segundo mandamiento sera

    que vivan bien38.

    35 Ibd., 156.

    36 Ibd., 172.

    37 Id.

    38 Ibd., 174.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    17

    La respuesta de Jonas ante el desafo axiomtico de la pregunta por qu deben

    existir seres humanos? ser que es mejor que existan a que no existan. Es mejor ser que no

    ser. Esta respuesta, sin embargo, resultar insatisfactoria para aquellas personas

    convencidas del argumento de la falacia naturalista de David Hume y su negacin de la

    posibilidad de deducir argumentos prescriptivos o normativos a partir de afirmaciones

    descriptivas o fcticas. Para ellos el hecho de que existan hombres, no es algo bueno en s

    mismo, simplemente es un factum, un hecho natural sin significado moral. Estos afirmaran

    que del hecho de que exista la especie humana no se deduce el deber de conservarla.

    No obstante, recordemos que toda la tica de Jonas consiste en un esfuerzo por

    superar la falacia naturalista y por encontrar una fundamentacin ontolgica, que en cierto

    sentido no deja de ser tambin metafsica, para la tica. A este respecto comenta E.

    Kettering,

    Las bases de Jonas para su tica de la responsabilidad pueden resumirse como

    sigue: todo ser, en virtud de su inmanente objetividad, supone ya un deber ser

    que, mediante un sentido de la responsabilidad, clama por ser correspondido por

    nuestra libre voluntad. De esta forma Jonas supera el supuestamente

    infranqueable abismo entre el ser y el deber ser y ancla la responsabilidad en

    el ser, funde la axiologa en la ontologa39.

    El carcter ecologista de la prescripcin evitar la extincin humana, y la aplicacin

    conservacionista que de l se desprende, es claramente perceptible en el siguiente prrafo

    del Principio de responsabilidad:

    La presencia del hombre en el mundo era un dato primero e incuestionable del

    cual parta cualquier idea de obligacin en el comportamiento humano. Ahora

    esa presencia misma se ha convertido en objeto de obligacin: de la obligacin

    de garantizar en el futuro la premisa primera de toda obligacin, esto es,

    justamente la existencia de candidatos a un universo moral en el mundo fsico.

    Y esto implica, entre otras cosas conservar este mundo fsico de tal modo que

    las condiciones para tal existencia permanezcan intactas, lo que significa

    protegerlo, en su vulnerabilidad, contra cualquier amenaza que ponga en peligro

    esas condiciones40.

    De esta forma Jonas nos lleva a entender que, en el sentido pragmtico del

    pensamiento, la mejor forma para justificar la conservacin de las condiciones del mundo

    39 E. KETTERING, a.c. (nota 21), 204.

    40 H. JONAS, o.c. (nota 3), 38.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    18

    fsico y biolgico consiste precisamente en asumir los dos primeros mandamientos del

    principio de responsabilidad: que existan hombres y que vivan bien. Vemos as como para

    Jonas la supervivencia y el bienestar de la humanidad se mantienen como los argumentos

    ms persuasivos para estructurar el discurso ecolgico. No olvidemos sin embargo que l

    matiza esta estrategia antropocntrica cuando afirma que la naturaleza tiene un valor

    propio, el cual, lamentablemente, Jonas parece querernos advertir, no todos llegan a

    reconocer.

    En los siguientes dos captulos relacionaremos los aspectos que aqu hemos

    mencionado sobre el pensamiento de Jonas con algunas orientaciones ticas presentes en la

    Biblia hebrea referidas al cuidado de la creacin y a la preocupacin por el bienestar de las

    generaciones futuras.

    1.2.3 La heurstica del temor

    Una de las caractersticas ms sobresalientes del discurso ambientalista es el recurso

    a proyecciones fatalistas sobre el futuro para hacernos reflexionar acerca de las

    consecuencias de nuestras acciones en el presente. Ante los pronsticos alarmantes existen

    diferentes reacciones. Los escpticos consideran exagerado el nfasis en las posibles

    consecuencias negativas de la tecnologa. Estos son los que Jonas caracteriza como

    utopistas: aquellos que comparten la fe en el progreso tecnolgico. Por otra parte,

    algunos ambientalistas observan con desconfianza neoludita el progreso tecnolgico,

    porque piensan que va en detrimento del equilibrio ecolgico o natural. Bastar decir que

    en la gama de tomas de posicin hay diferencias significativas. Encontraremos tanto

    progresistas como ambientalistas moderados y extremos.

    Jonas, en nuestra opinin, es uno de los filsofos que ms ha contribuido con el

    discurso ambientalista desde su crtica a la civilizacin tecnolgica. Sin embargo, es

    necesario sealar que la crtica hacia la civilizacin tecnolgica de Jonas no parece

    referirse a aquellas tecnologas amigables con la salud humana y el ambiente. En este

    sentido, no pensamos que en su caso podamos hablar de ecologismo extremo, aunque

    tampoco negamos que su discurso tico tiene un marcado carcter conservador. Esto

    porque la filosofa de Jonas nos lleva a valorar lo dado -la naturaleza- y a mantener cierta

    sospecha crtica ante las innovaciones tecnolgicas. En este sentido, reconocemos

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    19

    crticamente que el principio de responsabilidad de Jonas no parece superar el dualismo

    entre lo natural y lo artificial. Jonas privilegia lo natural, no por considerarlo un

    orden perfecto y esttico, sino ms bien, porque para l es el orden ms seguro para

    garantizar el futuro de la supervivencia humana.

    Es as como al intentar formular una va de accin humana que asegure en la mxima

    medida posible la supervivencia de nuestra especie, Jonas explora una alternativa tica

    inspirada en el miedo humano que, por decir lo menos, resulta muy controvertida. Ahora

    analizamos las implicaciones ticas del miedo que en el principio de responsabilidad se

    conoce como la heurstica del temor.

    El temor o el miedo es un sentimiento humano que sin duda puede repercutir en

    nuestro comportamiento. Sin embargo, y de esto es consciente nuestro autor, una tica

    totalmente fundada en el sentimiento del temor sera incompleta, y no sera fcilmente

    asumible. Lo anterior porque el juicio moral sobre la calidad de una accin que dependiese

    nicamente del temor dejara mucho que desear.

    No obstante, Jonas tambin reconoce que el recurso al temor para reflexionar

    ticamente en torno a temas de vida o muerte puede resultar til tal y como observamos en

    estas palabras suyas: la heurstica del temor no tiene seguramente la ltima palabra en la

    bsqueda del bien, es, no obstante, una primera palabra extraordinariamente til y debera

    ser aprovechada hasta el final41.

    El recurso que Jonas hace del temor para su propuesta tica lo denomina La

    Heurstica del temor. Entendiendo por heurstica una metodologa o estrategia particular

    que propende la generacin de temor al reflexionar sobre las consecuencias futuras que

    pueden tener nuestras acciones presentes. A continuacin presentamos la formulacin que

    hace Jonas de esta heurstica:

    El primer deber de la tica orientada hacia el futuro es procurar la

    representacin de los efectos remotos. El malum representado tiene que asumir

    el papel del malum experimentado; y esa representacin no aparece por s

    misma, sino que ha de ser procurada adrede. [] la procuracin anticipatoria de

    dicha representacin se convierte en el deber primero y, por as decirlo,

    preliminar de la tica que aqu buscamos.

    41 Ibd., 66.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    20

    El segundo deber consiste en la apelacin a un sentimiento apropiado a lo

    representado. Se ve inmediatamente que este malum representado, por no ser el

    mo, en ningn caso provoca el temor tan espontneamente como el malum que

    yo experimento y que a m mismo me amenaza. [] este temor tiene que ser

    procurado. [] El representado destino de hombres futuros para no hablar

    del destino del planeta-, que no me atae ni a m ni a ninguno de quienes todava

    estn unidos a m por los lazos del amor o la convivencia directa, no ejerce por

    s solo esa influencia en nuestro nimo; y, sin embargo, debe ejercerla, esto

    es, nosotros debemos admitir este influjo. [] La adopcin de esa actitud esto

    es, la preparacin para la disposicin a dejarse afectar por una felicidad o por

    una desgracia solamente representadas de las generaciones venideras- es, por

    tanto, el segundo deber preliminar de la tica aqu buscada42.

    La tica de futuro del principio de responsabilidad es un paradigma que requiere de

    la imaginacin humana, esto es de la capacidad de anticipar las consecuencias de nuestras

    acciones imaginando escenarios futuros posibles. Por medio del principio de

    responsabilidad Jonas pretende incluir el futuro remoto dentro de nuestro horizonte moral,

    su tica es por tanto una tica, como ya hemos mencionado y luego profundizaremos ms,

    transgeneracional.

    Para el ejercicio de la heurstica del temor, los experimentos mentales son cruciales.

    Pensamos que el gnero de la ciencia ficcin en literatura y en el cine resulta interesante

    para este enfoque al poner a nuestro alcance proyecciones del futuro. Adems, algunos

    motivos centrales de este gnero integran elementos que tambin son caractersticos de la

    tica de Jonas como son: la ambigedad de la ciencia, el peligro de la falta de

    responsabilidad cientfica y la inversin de los papeles entre el amo y el esclavo cuando

    perdemos el control de la tecnologa que pretenda ser nicamente un instrumento para el

    bienestar humano.

    Por lo dems, es interesante constatar cmo el gnero de la ciencia ficcin ha

    incorporado temticas apocalpticas relacionadas con la crisis ecolgica. La extincin de la

    especie humana ha sido una cuestin recurrente de la ciencia ficcin en las ltimas

    dcadas, que al menos puede haber servido para difundir la idea de que tal extincin es

    posible siempre claro est, que no se d aquella confusin tan comn en el pblico entre

    ciencia ficcin y fantasa. Sobre la relacin entre la heurstica del temor y la ciencia ficcin

    nos dice Jonas:

    42 Ibd., 67.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    21

    Se trata, por tanto, de una casustica imaginaria cuya funcin no es, como en la

    casustica propia del derecho y la moral, poner a prueba principios ya

    conocidos, sino rastrear y descubrir los todava desconocidos. La parte ms seria

    de la ciencia ficcin se basa precisamente en la realizacin de este tipo de

    experimentos mentales bien documentados, a cuyos resultados plsticos les

    puede corresponder la aqu mentada funcin heurstica43.

    La heurstica del temor consiste entonces en una casustica bien documentada que

    intenta pronosticar, en la medida de lo posible, las consecuencias de la accin humana

    actual. Es innegable que la heurstica del temor, tal y como es presentada por Jonas, puede

    relacionarse con el profetismo bblico y el gnero apocalptico. Analizaremos este aspecto

    con mayor detenimiento en el ltimo captulo sobre el profetismo apocalptico.

    1.2.4 El principio de cautela y la apocalptica ambiental

    Con respecto a la dimensin proftica de la heurstica del temor adelantaremos que

    Jonas reconoce que los pronsticos humanos tienen, en mayor o en menor grado, un

    carcter limitado o parcial. Si bien todas las decisiones ticas implican cierto grado de

    incertidumbre, pues se trata de ponderaciones que no pretenden certezas sino ms bien la

    rectitud moral; en una tica orientada hacia el futuro remoto, el grado de incertidumbre sin

    duda aumentar. La heurstica del temor nos ayuda a imaginar escenarios posibles ninguno

    de los cuales podemos afirmar que suceder con plena seguridad. En este sentido, aunque

    desarrollaremos este aspecto con mayor detalle en el ltimo captulo, es importante tener

    presente desde ahora que, y en contra de un error recurrente, en la tradicin proftica de

    Israel las profecas no eran orculos o adivinanzas sobre el futuro, sino ms bien

    pronsticos razonables con base en observaciones circunstanciales y transmitidos

    carismticamente.

    Sobre la incertidumbre de todo pronstico diremos simplemente que muchos

    cientficos en la actualidad han abandonado la pretensin positivista de hacer predicciones

    totalmente exactas. La complejidad de la vida, el reconocimiento de sistemas no lineales

    como el clima por poner un ejemplo, la naturaleza probabilstica y no determinista del

    mundo subatmico, y la variabilidad del actuar humano; son razones que los han llevado a

    reconocer la imposibilidad de realizar pronsticos exactos al menos con respecto a temas

    43 Ibd., 69.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    22

    que, por involucrar el comportamiento humano, la cuestin ecolgica entre ellos, resultan

    muy complejos.

    Ante la constatacin de esta incertidumbre constitutiva para la tica, tanto en la

    naturaleza como en el actuar humano, Jonas introduce el principio tico de cautela, en

    estrecha relacin con la heurstica del temor. La cautela para Jonas consistir en que,

    cuando nos enfrentamos a una variedad de escenarios futuros: hay que dar mayor crdito

    a las profecas catastrofistas que a las optimistas44.

    La cautela para Jonas consistir entonces en conferirle mayor relevancia a aquellos

    pronsticos ms pesimistas. As, deberamos reaccionar muy seriamente ante la

    posibilidad de una catstrofe futura ocasionada por nuestra accin en el presente.

    Recordemos que la mayor catstrofe para Jonas sera la extincin de nuestra especie.

    Aqu nuestro autor realiza una comparacin entre la parsimonia del proceso evolutivo-

    natural y la rapidez y el poder del progreso tecnolgico. Mientras la evolucin arriesga

    relativamente poco en sentido biolgico y lo hace en un periodo de tiempo muy largo; la

    tecnologa moderna arriesga mucho, incluso podra arriesgar el todo de nuestra

    supervivencia al introducir cambios abruptos en la naturaleza. Nuevamente observamos

    cmo para Jonas si bien la naturaleza no es perfecta, aun as es ms segura que la

    tecnologa, pues con los cambios evolutivos no se arriesga la existencia de toda la especie

    sino ms bien la de ciertos individuos menos adaptados.

    Ntese el uso de categoras teolgicas cuando Jonas se refiere al principio de cautela:

    de ello se desprende el mandato de conceder, en casos de tan capital

    importancia, mayor peso a la amenaza que a la promesa y de evitar perspectivas

    apocalpticas incluso al precio de renunciar a cumplimientos escatolgicos. Se

    trata del mandato de la cautela, en vista del carcter revolucionario que adopta

    la mecnica de la eleccin de alternativas bajo el signo de la tecnologa, con su

    inherente ir a por todas, tan ajeno a la evolucin45.

    La heurstica del temor y el principio de cautela que de ella surge, son exigentes.

    Podemos criticar esta estrategia tica como de extremadamente pesimista. Sin embargo,

    es innegable que de ella se desprende aquella actitud conservadora tan familiar en el

    44 Ibd., 71.

    45 Ibd., 72. La palabra entre parntesis fue aadida por el autor de esta tesina.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    23

    discurso ecologista. Con el principio de cautela Jonas fomenta el statu quo natural.

    Cualquier modificacin significativa de dicho estado representara una amenaza. As, el

    peso de la prueba recae sobre quienes introducen cambios tecnolgicos, es decir sobre el

    Homo faber. El principio de cautela exige una labor de vigilancia escrupulosa que para

    muchos progresistas indudablemente resulta incmoda y, tal vez por ello, quieren hacerla

    aparecer como innecesaria.

    Es claro que la tica que propone nuestro autor tiene un matiz marcadamente anti-

    utopista. Podemos verlo en el siguiente prrafo:

    Esto refuerza el deber de aquella vigilancia de los comienzos, que otorga a las

    posibilidades catastrficas serias y suficientemente fundadas diferentes a las

    meras fantasas pesimistas- la prevalencia sobre las esperanzas, aunque stas no

    estn peor fundadas46.

    Jonas considera que en la raz de la crisis ambiental actual est el hecho de haber

    olvidado el valor de lo dado, lo originario, lo natural. A los utopistas, Jonas les

    critica este menosprecio. Para l el afn baconiano de dominio tecnolgico sobre la

    naturaleza esconde dicho menosprecio, puesto que al no conformarse el hombre con la

    naturaleza, est dispuesto a arriesgarse a perderla con la soberbia pretensin de mejorarla.

    En contraste, Jonas opina que nuestro deber primordial consiste ms bien en conservar la

    herencia de una evolucin precedente que, segn sus palabras, no puede ser tan mala, ya

    que parece haber dotado a sus actuales titulares de la capacidad de juzgar sobre lo bueno y

    sobre lo malo47.

    De esta forma, por medio de la heurstica del temor, Jonas valida el estilo

    catastrofista propio del discurso de algunos ambientalistas. Aunque dichas predicciones

    fatalistas no lleguen a cumplirse, ya sea debido a la incertidumbre propia de todo

    pronstico o precisamente porque ellas dinamizaron aquellos cambios necesarios para

    evitar el desenlace fatdico, el alarmismo catastrofista se justifica. Los pronsticos

    catastrofistas buscan, en cierto sentido paradjicamente, evitar su cumplimiento. Es as

    como, para Jonas, cierto profetismo apocalptico, si est bien informado, resulta ser una

    herramienta adecuada para concientizar sobre los peligros desconocidos para nuestra

    46 Ibd., 73.

    47 Id.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    24

    generacin y las generaciones futuras, y gracias a ella fomentar y realizar aquellos cambios

    de conducta necesarios para favorecer nuestra supervivencia.

    La influencia del profetismo apocalptico y su reactualizacin en la propuesta tica

    de Jonas se hace evidente cuando l nos advierte sobre la inminencia de una situacin

    apocalptica ocasionada por la irresponsabilidad del desarrollo ciencio-tecnolgico

    baconiano.

    Aqu suponemos, vivimos en una situacin apocalptica, esto es, ante una

    catstrofe universal inminente si dejamos que las cosas sigan su curso actual.

    [] el peligro procede de las desmesuradas proporciones de la civilizacin

    cientfico-tcnico-industrial. Lo que podemos llamar el programa baconiano48.

    sta es la perspectiva apocalptica deducible del dinamismo del camino que

    sigue la humanidad en el presente. [] el programa baconiano manifiesta la

    incapacidad no slo de proteger a los hombres de s mismos, sino tambin a la

    naturaleza frente a los hombres. La necesidad de proteger ambas cosas ha

    surgido por las proporciones que ha alcanzado el poder en su carrera hacia el

    progreso tcnico y que, paralelamente a su uso cada vez ms inevitable, nos ha

    hecho incapaces de decretar el cese de la previsible y cada vez mayor accin

    destructiva que el progreso ejerce sobre s mismo y sobre sus obras. [] El

    poder se ha vuelto autnomo, mientras que sus promesas se han convertido en

    una amenaza y sus salvadoras perspectivas se han transformado en un

    apocalipsis49.

    Ahora una conclusin preliminar. Hasta aqu hemos presentado aquellos elementos

    constitutivos del El Principio de responsabilidad de Hans Jonas que es posible relacionar

    con algunos temas de la tica bblica veterotestamentaria. Advertimos sin embargo que con

    ello no hemos pretendido mostrar todo el desarrollo de la propuesta tica de este autor.

    Hemos dejado de lado particularmente aquellas cuestiones estrictamente filosficas que,

    aunque son cruciales para comprender ntegramente la formulacin tica del principio de

    responsabilidad, son prescindibles para la realizacin de este trabajo debido a su enfoque

    bblico particular.

    A lo largo de este captulo destacamos, primero, cmo la tica de Jonas no se

    desvincula totalmente del paradigma antropocntrico clsico, sino que intenta superarlo

    crticamente para recomponer un humanismo abierto al horizonte ecolgico. Del mismo

    modo, veremos cmo la antropologa bblica es fundamentalmente relacional y, por lo

    tanto, su tica incluye la relacin humana con la creacin. Segundo, vimos tambin cmo

    48 Ibd., 233. 49 Ibd., 235.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    25

    el axioma del principio de responsabilidad: evitar la extincin humana, orienta la tica de

    Jonas hacia el futuro, es transgeneracional. La lgica de dicha orientacin, si bien en un

    sentido amplio, puede observarse tambin, en la Biblia comprendida como preocupacin

    por la descendencia. Tercero, hemos sealado tambin cmo, tal vez de forma incluso ms

    directa que los puntos anteriores, la heurstica del temor de Jonas puede relacionarse con el

    profetismo apocalptico de Israel.

    Nos valemos entonces de estos tres puntos o temas para afirmar que el principio de

    responsabilidad a pesar de ser un intento de actualizacin importante para nuestra

    civilizacin tecnolgica y, en ese sentido, puede comprenderse como una nueva tica; no

    obstante, en l se pueden reconocer elementos que conservan cierta continuidad con la

    tica bblica veterotestamentaria. Creemos por lo tanto que presentar y desarrollar dichos

    temas nos ayudar, adems, a entender la importancia que tiene la Biblia para fomentar la

    responsabilidad ecolgica hoy.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    26

    2. UNA TIERRA PROMETIDA

    La ecologa bblica de la tierra como don de Dios

    De cualquier rbol del jardn puedes comer,

    mas del rbol de la ciencia del bien y del mal no comers,

    porque el da que comieres de l, morirs sin remedio.

    (Gn 2,16-17)

    En el captulo anterior mencionamos cmo la tica de la responsabilidad de Jonas es

    un serio intento de recomponer el acentuado antropocentrismo de la tica clsica por medio

    de la incorporacin del horizonte ecolgico. En este captulo veremos cmo, a diferencia

    de la tica clsica, la tica bblica, al constituirse sobre una antropologa eminentemente

    relacional, tiene mucho que decir con respecto al orden de las relaciones no slo entre los

    seres humanos, o entre ellos y Dios, sino tambin entre los seres humanos y la creacin.

    Antes de sumergirnos en el anlisis de la ecologa bblica, una clarificacin

    importante. Durante este trabajo utilizamos la palabra tierra en tres sentidos particulares

    que relacionamos. El primero de ellos, predominante en el captulo anterior, se

    circunscribe al mbito ecolgico y cientfico de la tierra como el planeta que habitamos y

    del cual depende nuestra supervivencia. El segundo sentido, cuyo anlisis comenzamos en

    este captulo, es aquel referido al mbito teolgico desde el cual identificamos a la tierra

    con la creacin. Sin embargo, no olvidamos al hacerlo, que hoy, gracias a nuestros

    conocimientos cosmolgicos, sabemos que la realidad del concepto de creacin no puede

    restringirse a nuestro planeta. Y, finalmente, utilizaremos tambin la palabra tierra al

    mencionar un territorio geogrfico particular que para la tica bblica resulta

    paradigmtico: la tierra prometida de Israel.

    A continuacin presentaremos algunos rasgos de la tica bblica presente en el

    Pentateuco.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    27

    2.1 La tica ecolgica de la creacin

    Parece apropiado iniciar esta reflexin con el primer libro del Pentateuco: El libro

    del Gnesis. La razn de esta afirmacin no consiste principalmente en que ste sea el

    primer libro de la Tor en el orden del canon, sino sobre todo a que, como afirma Juan

    Pablo II en su encclica Laborem exercens, en las primeras pginas del libro del

    Gnesis han sido expresadas las verdades fundamentales sobre el hombre, ya en el

    contexto del misterio de la creacin. Estas son las verdades que deciden acerca del hombre

    desde el principio y que, al mismo tiempo, trazan las grandes lneas de su existencia en la

    tierra50. Nos interesan particularmente aquellas lneas ticas del Gnesis referidas a la

    dimensin ecolgica, esto es, a la relacin del hombre con la tierra.

    2.1.1 El valor positivo de la creacin

    Vio Dios cuanto haba hecho, y todo estaba muy bien. Y atardeci y amaneci: da

    sexto (Gn 1,31). En el ltimo versculo del primer captulo del libro del Gnesis se hace

    una afirmacin fundamental para la formulacin de una moral ecolgica judeo-cristiana. Al

    finalizar los seis das de la creacin, y antes del reposo de Dios en el sptimo da, Dios

    contempl su creacin y vio que todo estaba muy bien. Partimos as de la afirmacin

    bblica del valor positivo de la creacin. La tierra, con todas las criaturas y elementos que

    la constituyen, es algo bueno.

    La afirmacin del valor positivo de la creacin no es un presupuesto balad. Ante la

    experiencia humana del sufrimiento debido a los peligros y la corrupcin del mundo

    natural: desastres naturales, animales ponzoosos, enfermedad y muerte; pueden surgir

    dudas sobre el carcter positivo de la realidad creada. Muchos agnsticos y ateos se han

    servido de esta clase de argumento para rebatir el concepto teolgico de creacin negando

    la bondad, competencia y, finalmente, la misma existencia de un creador.

    50 JUAN PABLO II, Encclica Laborem exercens, 1981, no4.

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    28

    Histricamente, con la cosmovisin del maniquesmo persa y su asimilacin y

    difusin por parte de la corriente gnstica, se intent dar una razn teolgica de los

    defectos de la creacin sin tener que llegar al extremo de sacrificar la creencia en la

    existencia de un Dios bondadoso. Esto se realiz por medio de una metafsica dualista que

    dividi la realidad en dos planos bien limitados y casi infranqueables: El plano de lo

    divino, dentro del cual la perfeccin y la santidad son sinnimos; y el plano de la

    mundanidad: la creacin, donde lo imperfecto, lo corrupto y el sufrimiento imperan. Desde

    la perspectiva de este dualismo lgico, un Dios bueno y perfecto no puede ser el creador de

    una obra imperfecta. La creacin, por lo tanto, no es obra del Dios bueno; es obra de un

    dios malo. De esta forma se sataniza la creacin. Para salvarse, el hombre deba luchar para

    liberar su espritu, ese s creado por el Dios bueno, de la crcel del cuerpo corruptible. Para

    lograrlo deba evitar, en la medida de lo posible, los placeres mundanos. Con esta forma de

    pensar se poda llegar a sospechar que la percepcin de las realidades mundanas como algo

    positivo fuera un engao. De esta manera la belleza de la creacin representara una

    tentacin.

    Con respecto al punto anterior, vale decir que tanto cristianos como judos calificaron

    estas interpretaciones maniqueas y gnsticas como herticas. Ellas contradecan lo que tal

    vez es el pilar ms importante de la tradicin judeo-cristiana: el monotesmo: la creencia en

    un nico Dios creador y bondadoso. Lamentablemente, como seguramente ya ha

    reconocido nuestro lector, este dualismo metafsico con su caracterstico menosprecio

    hacia el orden de lo creado, ha persistido en mayor o en menor medida hasta el da de hoy.

    Ello se debe en parte a que, sin con ello querer disminuir la gran contribucin su obra para

    la iglesia, con San Agustn de Hipona heredamos cierto pesimismo naturalista de sabor

    maniqueo51.

    Nos parece obvio que la vivencia cristiana durante la edad media estuvo muy

    permeada por este pesimismo agustiniano manifiesto en la actitud monstica conocida

    como fuga mundi52. Si bien desde una perspectiva espiritual y psicolgica la huida del

    mundo tuvo y puede seguir teniendo sentido como distanciamiento crtico, desde nuestra

    51 Antes de su conversin San Agustn perteneci a la secta de los maniqueos. Cfr. AGUSTN DE HIPONA,

    Las Confesiones, Esquilo, Bogot 2000, V. XIV. 1; VI. IV. 2. 52 Ntese que el uso comn de la palabra mundo como sinnimo de planeta Tierra, no es equivalente con

    aquel significado religioso que se refiere ms bien al orden social humano, que con el fuga mundi los monjes

    perciban como un orden indeseado.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    29

    perspectiva ecolgica actual puede resultar, por decir lo menos, inapropiada si dentro de su

    lgica no se integra un momento de retorno. Hoy es necesario superar cualquier atisbo de

    aquel pesimismo maniqueo que se traduce en menosprecio hacia la tierra y en falta de

    compromiso social si es que queremos estructurar una tica de la responsabilidad ecolgica

    dentro y no fuera de la tradicin judeo-cristiana.

    En relacin con las afirmaciones anteriores podemos entender mejor por qu

    consideramos que es tan importante recurrir a la exgesis bblica. Estamos convencidos de

    que con el feed-back entre Biblia y tradicin adquirimos una distancia crtica capaz de

    discernir y de purificar aquellos elementos que, si bien estn presentes en ciertas corrientes

    del pensamiento cristiano, representan un obstculo para realizar una formulacin

    adecuada de la moral cristiana ante muchos problemas actuales. Entre ellos el ecolgico.

    Retornando al primer relato de la creacin en el Gnesis que culmina en Gn 1,31,

    queremos subrayar que este no hace ninguna afirmacin de tipo histrico o cientfico. El

    origen en el Gnesis no se refiere a un hecho factual o cronolgico. Sobre esto afirma

    Enrique Sanz, no hay que comprender la creacin bblica en cuanto comienzo causal o

    temporal de la misma53. Los relatos del origen, en su propio gnero religioso, constituyen

    una narrativa fundante que tiene implicaciones morales permanentes. Son relatos que no se

    circunscriben slo al pasado, sino que se refieren a un principio que es ejemplar no en el

    sentido temporal, sino en el sentido de acontecimiento originario a la vez definitivo y

    vlido para siempre54.Los relatos de la creacin pretenden mostrar que, al menos en un

    sentido general, la creacin de Dios es una realidad que est muy bien. El primer elemento

    de la enseanza bblica de la creacin que queremos destacar es pues, el valor positivo que

    tiene la tierra en la tradicin judeo-cristiana.

    Por otra parte, al igual que en Jonas, el valor de la tierra en la Biblia, precisamente

    porque es percibida como creacin de Dios, tiene un fundamento metafsico. Esto debe

    contrarrestar cualquier exceso antropocntrico. En este sentido, recordemos que ya antes

    de la creacin del ser humano (Gn 1,26) Dios haba visto que lo que lo que haba creado

    era bueno. En el caso de la tica de la responsabilidad de Jonas dicho fundamento

    53 E. SANZ, Ya en el principio: Fundamentos veterotestamentarios de la moral cristiana, San Pablo &

    UPComillas, Madrid 2007, 44. 54 Id.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    30

    metafsico del valor de la tierra es la ontologa: la existencia misma, y en el caso de la

    Biblia es el creador. Segn la Biblia la creacin es buena porque es don de Dios55.

    2.1.2 La tierra como don de Dios

    Vamos viendo cmo en los relatos de la creacin en el Gnesis se trazan los rasgos

    generales de un proyecto divino para el hombre. Un proyecto que acenta especialmente

    las relaciones entre Dios-el ser humano y la creacin. Destacamos entonces cmo la tica

    bblica, ya desde el principio, es eminentemente relacional. Los relatos de la creacin no

    son por lo tanto, simples relatos de creacin, simples cosmogonas, sino, en palabras de

    Sanz, ms bien, una interpretacin teolgica de lo que caracteriza a toda realidad del

    mundo creado tal como ha sido concebido por el ser humano56. Una realidad que es

    presentada ante todo como un fenmeno relacional. De hecho toda la tica

    veterotestamentaria podra leerse desde la clave del fortalecimiento (la alianza) y la

    degeneracin (el pecado)57 de aquella relacin originaria y originante entre Dios, el ser

    humano y la creacin. En este trabajo nos referiremos a esta relacin como la relacin

    tridica.

    En el apartado anterior nos referimos a un aspecto particular de la relacin tridica en

    el relato sacerdotal de la creacin en el libro del Gnesis (Gn 1-1,31): la relacin Dios-

    creacin. Ahora nos centraremos en algunos aspectos del segundo relato (Gn 2,1-25) para

    analizar otra arista de la relacin tridica: La relacin ser humano-creacin.

    En la segunda unidad literaria del gnesis la tradicin yahvista, a diferencia de la

    sacerdotal, incorpora la metfora del jardn en el relato de la creacin. Veremos cmo la

    exgesis de esta metfora responde a la crtica que hacen algunos autores que, con Lynn

    55 Es claro que la fundamentacin ontolgica que realiza Jonas para la tica de la responsabilidad responde a

    una cuestin de conveniencia referida a nuestra cultura secular. Nosotros queremos destacar con este trabajo

    el influjo religioso subyacente en su propuesta. No obstante, desde una perspectiva pragmtica consideramos

    que lo importante es reconocer que la tierra tiene un valor positivo independientemente del estilo secular o

    religioso de este juicio. 56 E. SANZ, o.c. (nota 53), 27. 57 En este trabajo hacemos referencia al uso que tiene la palabra pecado (Hb: ht) como ruptura de la relacin.

    No obstante, no debemos olvidar que en el A.T hay diversos trminos para referirse al pecado. En general,

    diremos que el A.T. no ofrece un concepto abstracto de pecado, sino que lo presenta como un poder malvado,

    que est presente en situaciones de alianza deteriorndolas. Ibd., 138.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    31

    White Jr, niegan la posibilidad de formular una tica de la responsabilidad ecolgica desde

    la tradicin bblica judeo-cristiana.

    Luego plant Yahv Dios un jardn en Edn, al oriente, donde coloc al hombre

    que haba formado. Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de rboles

    deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardn, el rbol de la

    vida y el rbol de la ciencia del bien y del mal. De Edn sala un ro que regaba

    el jardn, y desde all se reparta en cuatro brazos. El uno se llama Pisn: es el

    que rodea todo el pas de Javil, donde hay oro. El oro de aquel pas es fino. All

    se encuentra el bedelio y el nice. El segundo ro se llama Guijn: es el que

    rodea el pas de Kus. El tercer ro se llama Tigris: es el que corre al oriente de

    Asur. Y el cuarto ro es el ufrates. Tom, pues, Yahveh Dios al hombre y le

    dej en el jardn de Edn, para que lo labrase y cuidase. Y Dios impuso al

    hombre este mandamiento: De cualquier rbol del jardn puedes comer, mas

    del rbol de la ciencia del bien y del mal no comers, porque el da que comieres

    de l, morirs sin remedio. (Gn 2,8-17).

    Sobre este relato podemos resaltar varios aspectos antes de referirnos a uno que

    consideramos central. En primer lugar, queremos mencionar que en el relato el Jardn de

    Edn no es una creacin humana, fue Dios mismo quien lo plant. El hombre lleg as a

    ocupar un espacio ya existente y a utilizar unos medios para su subsistencia que l mismo

    no gener. En este sentido, es reiterativa la afirmacin bblica de que el ser humano como

    las dems criaturas, depende de Dios y de su accin creadora para vivir.

    Segundo, llama nuestra atencin la presentacin de abundantes riquezas-recursos

    naturales tanto dentro del jardn: rboles deleitosos, como tambin fuera de l: el oro fino,

    el bedelio y el nice. La creacin de Dios en este sentido es considerada como valiosa y

    abundante y esto nos lleva a inferir que Dios, adems de ser bueno, tambin es generoso.

    La creacin se presenta en definitiva como un don, como un regalo bueno y abundante.

    Sin embargo, y con esto llegamos al aspecto que nos parece central de este relato, el

    hombre no puede relacionarse con este regalo como le plazca. En cierto sentido es cierto

    que es suyo, pero no se trata aqu de un regalo ordinario sobre el cual el hombre est

    acostumbrado a ejercitar, al menos hoy en nuestra cultura occidental, un derecho de

    propiedad absoluto. La creacin es ante todo un don. Y, como se ver, de los dones

    podemos participar pero no aduearnos.

    Esto es evidente en el versculo del relato que hemos subrayado (Gn 2, 15). El

    hombre, segn la antropologa bblica implcita en este relato, debe situarse ante la

    creacin como un buen jardinero o un buen administrador que necesariamente vive de los

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

    32

    bienes que administra y, por lo tanto, valora y cuida los recursos a su disposicin. De esta

    forma Gnesis 2, 15 corrige la interpretacin errnea de autores como L. White sobre el

    mandato en Gnesis 1, 28: Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y

    sometedla. El cuidado del jardn, tan esencial en la orientacin tica marcada por el

    segundo relato de la creacin del Gnesis, excluye cualquier posibilidad de interpretar el

    sometimiento o dominio sobre la tierra como una justificacin para la explotacin

    irresponsable de la naturaleza a manos del hombre. Esto porque al identificar la creacin

    como un jardn plantado por Dios, como don de Dios, el ser humano debe evitar cualquier

    pretensin de dominio absoluto y guerrero sobre l58.

    En concordancia con el argumento previo, afirmamos que la tradicin judeo-cristiana

    no justifica la explotacin de la naturaleza como luego lo hara la sociedad ilustrada, con su

    desmo teolgico y su programa cientfico baconiano. Si bien es cierto que la tradicin

    judeo-cristiana seculariz en cierto sentido la creacin con su afirmacin de que sta es

    distinta de Dios, y con ello ampli el espacio de libertad humana frente a la naturaleza; no

    podemos negar que el concepto bblico de creacin tambin sugiere una idea de naturaleza

    impregnada de la presencia divina. Dios, no lo olvidemos, se paseaba por el jardn a la

    hora de la brisa (Gn 3, 8). De esta forma, y en contraste con una secularizacin fuerte de

    la naturaleza, encontramos en la Biblia que la relacin de Dios con su creacin es al mismo

    tiempo y paradjicamente, distante y cercana: trascendente e inmanente59. Desde la

    perspectiva bblica de la creacin, la naturaleza nunca es un simple objeto dejado para

    nuestra explotacin. En definitiva, la creacin no es ni tab ni objeto, es un don de Dios

    que podemos utilizar pero tambin debemos respetar y cuidar.

    Veamos ahora cmo este respeto y cuidado implica necesariamente algunos lmites

    en el uso del don. A continuacin analizaremos cmo la lgica bblica del don se presenta

    estrechamente relacionada con la lgica del lmite.

    58 Ibd., 53. 59 Aqu explicitamos nuestra cercana con la metafsica de la filosofa del proceso de Alfred North

    Whitehead. Creemos que el panentesmo, la afirmacin de que Dios es al mismo tiempo trascendente e

    inmanente, constituye una opcin apropiada para formular un paradigma ecolgico cristiano que, sin llegar a

    caer en el pantesmo, reconoce la presencia continua de Dios en su creacin.

  • UNA TIERRA PROMETIDA: LOS TEMAS BBLICOS DE LA RESPONSABILIDAD ECOLGICA EN HANS JONAS

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