una teoria del juego y de la...

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Una teoria del juego y de la fantasia * Esta investigaci6n fue planifkada e iniciada con una hip6tesis que sirviera de guia para nuestras IDvestigaciones,puesto que la tarea de los investigadores oonsiste en reunir datos de obser- vadon pertinentes y, en el curso del proceso, ampliar y modifi- car la hip6tesis. Presentare aqui esta hip6tesis tal cual fue desarrolhlndose en mi mente. Los primeros trabajos fundamentales de Whitehead, Russell, 1 W,ittgenstein,2Oarnap,3Whorf,4 etcetera, como tambien mi pro- pio intento 5 de emplear estos trabajos iniciales como base epis- temo16gica para la teoda psiquiatrica, llevaron a una serie de generalizaciones;' 1) La comunicaoion verbal humana puede oper~" y siempre opera, en muchos nivelesQ.Q!l;trastIDrtes.:-de -abs:tracc16i1.E"stos forman una gamaen"dos ditecdones, de;Ie er aparentemente simp e nivel denotativo ("El gato esta 'en e~cat 'is on the~ma 0 conjunto de estos niveles mas abs- tractos incluye 10s mensajes explidtos 0 implicitos en que el tema del discurso esel 1'enguaje.Los l1amaremosmetalingiiisti- cos (por ejemplo, "El so:nidoverbal 'cat' representa cualquier miembro de una c1asetal y cual de objetos", 0 "La palabra 'ga- II to' no tiene pelos y no puede arafiar"). Al otro conjunto de ni- veles de abstracci6n 10 llamaremos metacomunicativo (par " Este ensayo fue leido (por Jay Haley) en la Conferencia Regional II sobre Investigaci6n de la American Psychiatric Association, realizada en Ciudad de Mexico, el 11 de marzo de 1954. Se reproduce aqui transcri- bil~ndolo de A. P. A. Psychiatric Research Reports II, 1955, con autori- zaci6n de la American Psyohiatric Association. 1 A, N. Whitehead y B. Russell. Principia Mathematica. 3 vols.. 2" edici6n, Cambridge, Cambridge University Press, 1910-1913. 2 L. Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Londres, Harcourt Brucc, 1922. II n. Carnap, The Logical Syntax of Language, Nueva York, Harcourt Bmce, 1937. '1 B. L. Whorf, "Science and Linguistics", Technology Review, 1940, -14: 229-248. ~ J. Hl1csch y G. Bateson, Communication: The Social Matrix of Psy- 1'11111/'1'11, NI10VIl YOl'k, Norton, 1951.

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Una teoria del juego y dela fantasia *

Esta investigaci6n fue planifkada e iniciada con una hip6tesisque sirviera de guia para nuestras IDvestigaciones,puesto quela tarea de los investigadores oonsiste en reunir datos de obser-vadon pertinentes y, en el curso del proceso, ampliar y modifi-car la hip6tesis.

Presentare aqui esta hip6tesis tal cual fue desarrolhlndoseen mi mente.

Los primeros trabajos fundamentales de Whitehead, Russell,1W,ittgenstein,2Oarnap,3Whorf,4 etcetera, como tambien mi pro-pio intento 5 de emplear estos trabajos iniciales como base epis-temo16gica para la teoda psiquiatrica, llevaron a una serie degeneralizaciones;'

1) La comunicaoion verbal humana puede oper~" y siempreopera, en muchos nivelesQ.Q!l;trastIDrtes.:-de-abs:tracc16i1.E"stosforman una gamaen"dos ditecdones, de;Ie eraparentementesimp e nivel denotativo ("El gato esta 'en e~cat'is on the~ma 0 conjunto de estos niveles mas abs-tractos incluye 10s mensajes explidtos 0 implicitos en que eltema del discurso esel 1'enguaje.Los l1amaremosmetalingiiisti-cos (por ejemplo, "El so:nidoverbal 'cat' representa cualquiermiembro de una c1asetal y cual de objetos", 0 "La palabra 'ga-

IIto' no tiene pelos y no puede arafiar"). Al otro conjunto de ni-veles de abstracci6n 10 llamaremos metacomunicativo (par

" Este ensayo fue leido (por Jay Haley) en la Conferencia Regional

IIsobre Investigaci6n de la American Psychiatric Association, realizada enCiudad de Mexico, el 11 de marzo de 1954. Se reproduce aqui transcri-bil~ndolo de A. P. A. Psychiatric Research Reports II, 1955, con autori-zaci6n de la American Psyohiatric Association.

1 A, N. Whitehead y B. Russell. Principia Mathematica. 3 vols.. 2"edici6n, Cambridge, Cambridge University Press, 1910-1913.

2 L. Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Londres, HarcourtBrucc, 1922.

II n. Carnap, The Logical Syntax of Language, Nueva York, HarcourtBmce, 1937.

'1 B. L. Whorf, "Science and Linguistics", Technology Review, 1940,-14: 229-248.

~ J. Hl1csch y G. Bateson, Communication: The Social Matrix of Psy-1'11111/'1'11, NI10VIl YOl'k, Norton, 1951.

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cjomplo, UEIhecho de,decirle yo dande estaba el gato fue amis-toso", 0 "Esto es juego"). En estos casas, el tema del discursoes la relacion entre 10shablantes.

Se observara que la gran mayorfa de los mensajes metalin-guisticos y metacomunicativos permanecen impHcitos; y tam-bUm que, especialmenlceen Ia enrtrevistaps,iqui<itriaa,tiene Iu-

[gar una clase mas de mensajes imp1fcitosacerca de como de-ben interpretarse los mensajes metacomunicativos amistosos uhostliles.

2) Si reflexionamos sobre la evoluciou de la comunicaclOu,resullcaevidente que un estadio muy importante de esta evolu-cian tiene lugar cuando el organismo oesa gradualmente de res-

IIponder de manera enteramente "automatica" a 10sestados afec-tivos-signos de otro y se hace capaz de distinguir el signo encuanto sefia,l;es decir, a reconocer que las sefiales de otro in-dividuo y sus propias sefiales sou solamente sefiales, en las quese puede confiar 0 desconfiar, que pueden ser falsificadas, nega-das, ampliadas, corregidas, y asi sucesivamente.

Es indudable que el advertir que las senales son sefiales nose produce de un modo completo, ni aun entre la especie hu-mana. Todos respondemos casi automaticamente a los tituLaresde los diarios, como si esos estimulos fueran indicadones deobjeto directas referidas a sucesos de nuestro entorno, en vezde ser sefiales aderezadas y transmitidas por seres humanos, tancomplejamente motivados como nosotws. El mamifero no hu-mano es exdtado automat:.icamentepor el aIm sexual de ot,ro;y esta bien que asi sea, en la medida en que }a secredon de esesigno es un signo "involuntario" de estado a£ectivo, es decir,un suceso perceptible extemamente, que es parte del procesofisiologico que hemos calificado de estado a£ectivo. En la es-pecie humana comienza a oonvertirS'een regIa un estado decasas m:is complejo. Los desodorontes enmascaran ,los signosolfativos involuntarios, y en luga,r de ellos, La industria oosme-tiea proporciona al individuo perfumes que no son signos invo-luntarios sino sefiales voJuntarias, reconocidas como tales: Masde un hombre ha perdido el equilibrio por una vaharada deperfume, y, si hemos de creer a los publicitarios, parecerfa queesas sefiales, utilizada,s volUJIltariamente,e.iercen a voces unefecto automatico y autosugestivo aun sobre e1que voluntaria-mente las emplea.

Sea 10 que fuere, esta breve digresion servira para ilustrarunestadiio de la evolucion, e~drama que se IJIf'ecipritacuando clorganismo, despues de comcr 01fruto del 6.rbol de Ill. clen'chtdell hlen y del mal, desl('ulwc que sus s'efin],es son sef'i,a,lf:l's.No

solo puede acontec,er Iuego Ia invenci6n, camcterfsticamentehumana, dellenguaje, sino tambi6n todas las complejidades dela empatia, Ia identificaci6n, la proyecoian, etcetera. Y juntocon ellas adviene Ia posibilidad de comunicarse en la multipli-cidad de nive1esde comunicaoioninencionada anteriormente.

3) El primer paso deHnido had'll Ia formulaci6n de la hipo-tesis que guia esta investigacion se produjo en enera de 1952,

,cuando fui al Zoologieo Fleisihaker,de San Francisco, para bus-

[car criter,iosde conducta que indicaran si un organismo es 0 nocapaz de reconocer que 10ssignos emitidos por el mismo y otrosmiembms de I'll especie son sefiales. En teoria, yo habfa en-contrado, pensando, a que se parecedan esos criterios: que lapresencia, de signos metacomunicativos Lo~~~§,ittlesLellJa.c2-~ntede--la-1f1i,~J!£~i6n-entre-animares~Ii~rfa __~e~_ill1!~i(~ig.<le

1\ ~ue los anima1e.Ltienen por 10 menos una a.Qer,cepoion(cons-I ciente 0 inconsciente) de que 10ssignos sobre los cUaJ1esse me-tacomuniCaIi son sena es.- Yo-:-sabiade antemano, pOl' supuesto, que no era verasimiIdescubrir mensajes denotativos entre 10s mamff·erosno huma-nos, pew no imaginaba que los datos pwcedentes de los anima-les exigirfan una'revision casi total de mi pensamiento. Lo queencontre en 0'1zoologico fue un fenomeno bien conoddo paracualquiera: vi dos monitos jugando, es decir, ent:regados a unasecuencia de interacciones, en Ia cual las aoaiones-unidad 0 se-fiales eran semejantes, pero no las mismas, a las del coonbate.Era eVlidente,aun para un observador humano, que la secuen-cia en su conjunto no era un combate, y era evidente para elobservador humano que para los monitas participantes, eso noepa "combate".

1Ahara bien; este :fenomeno, e1 juego, solo podia produckse

si los orga,nismosparHcipantes emn capaoes de cierto grado demetacomunicacion, es deoir, de intercambiar sefiales que trans-mitieran e1mensaj'e: "Esto es juego".

4) Ellpaso siguiente fue examina'l''01mensaje "gsto es juega",y advertir que este mensaje conHene aqueHos elementos quenecesariamente genera'll una paradoja del tipo Russell 0 Epi-m'ellioes:- una enunciacion negativa que contiene una metaenun-ciac;wn negativa impHcita. Si se Ia desarrolla, Ia enunciaclOn

/Il

' iiEsh)-esjuego" suena mas 0 menos de Ia siguiente manera: 'Lasacciones a las que estamos dedieados ahora no denotan 10quedellotarfan aquellas aociones en cuyo Lugar est6.n".

Preguntemos ahara pOl"Ias pa'Iabras en bastardiHa "en cuyolu,;ar esUin". Dedmos que la pa1abra "§ato" represent'll cual-quler mfombl'Ode ciel'ta clasc. Esto es, la frase "esta en lugar

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do" 0 "n'pl'!'St'IIIIl" PS 1111Silll'lllillill 1I111\'1~n'IN,11I11III "tll'lIl1ll1",Siahol'lt S11SIil1l'illiON"('III('uyn IlIga'r (·SI{IIl.... 'lIlli !Orllllill pllrlo doht dd.inici611 dosnrro[,lada d(~ jll'('gO. pOI' "qlNl tI,"1lolllII", 01 1'0'sultado es: "Las aceiones alas (lue t:sla'1I10St!odi{':tt!os 110dt'llll-tan 10 que seria denotado por a'cl'UEJl'lasaecioucs (lilt: (:S,I'ilSilc('io·nes denotan" .. Esta dentellada (nip) juguetona denota cl !1lor-disco (bite), pero no deno.ta 10 que seria denotado pOl' elmordisco.

De acuerdo can Ia Teoria de Ios Tipos L6gicos, twl mensajees, por supuesto, inadmisible, pOl'que Ia palabra "denota" soempIe'll en dos grados de abstracci6n, y ambos mnpIeos se tra-tan como sin6rrimos. Pero 10 unico que nos ensefia esta critic aes que seria mala historia naturaliespemr que Ios procesos men-tales y Ios habit as de comunicaci6n de ,los mamiferos se adecuenaI ideal del 16gico. En vel1dad, si el pensamiento humano y Iacomunica:ci6n se conformaran siempre aI ideal, Russ'eUlno hu-biera formula do eI ideal, es mas: no habria po dido hacerIo.

5) Un problema vincuIado, dentro de Ia evoIuci6n de Ia co-municaci6n, se refiere al origen de 10 que Ko:rzybski 6 nam6 IamIaci6n mapa-ter:ritorio, eI hecho de que un mensaje, curulquie-ra sea su naturaieza, no consiste en Ios objetos que denota ("LapaIabra 'gato' no no.s puede rasgunar"). Lo que sucede, masbien, es que el Ienguaje mantiene con Ios objetos que deno.tauna l'claci6n comparable a Ia que eX!iste entre un mapa y unterritorio. La comunicaei6n denotativa, tal como se da ,en d ni-·vel humano, es posible solo despues de Ia evoIuci6n de un com-plejo conjunto de regIas metalingi.iisticas (pero no ve:rbaliza-clas) 7 que rigen Ia manera co.mo Ias paIabras y Ias oracionesgramaticaI'es deben refedrse a 10s objetos y a Ios Slicesos. Esta,porconlsiguiente, justificado, indagarr Ia ·evoluci6n de esrtas re-glas metalingi.iisticas oiy metacomunicativas en un nivel pl'ehu-mana y preverhaI.

De 10 dicho anteriormen:e pareoe seguirse que el juego esun fen6meno en el cua'l Ias acciones del "juego" estan relacio-nadas con, q denotan, otras acciones de "no juego". Por con-siguiente, nos encontramos en el juego con un oaso de senaTesque estan en Iugar de otros suoesos, y par·ece, pm eno, que Iaevoiluci6n del juego debi6 ser un paso importante en Ia evoIu-ci6n de Ia comunieaoi6n.

6) La amenaza es otro fen6meno que se asemeja al juego, en

6 A. Korzybski, Science and Sanity, Nueva York, Science Press, 1941.7 La verbalizaci6n de estas reglas metalingiiisticas es un logro muy

posterior, que s610 puede darse despues de la evoluci6n de una metalin-guistica no verbalizada.

1'11111110(1111'IllS IIt'('iolll'S dt'110,lulI,pt'l'll SIIIIdil('I"PII'lt',Sdt, (!lllls.olras a{'{'iOIIl'S.1':1 pufill l'errado que se l'sgl'imo uH'Ia lI'IIH'U:t't.il{\Sdirerelile dol puuotazo, pew so roHore a un puiiotazo [uln·1'0 posiblo (pera que, de momento, no existe). La amenaza esr{wil de re{;OlJocer tambUm entre Ios mamiferos no humanos.Dc hecho, hay quien ha sostenido uItimamente que buena partede 10 que parecen Ser combates entre miembros de una mismaI\Specie tiene que cons1derarse mas bien como amenaza (Tin-hergen,8 Lorenz). 9

7) La conducta histr,ionica y el engafio son olros ejempIosde Ia existencia pr,imitiva de Ia diferenciaci6n mapa-territorio.Y hay hechos comprobados que demuestran que Ia dramatiza-ei6n se da entre Ias aves: un grajo puede limitar sus propiars sig-nos de estados af:ectivos (Lorenz), 10 y el engafio ha sido obser-vadoentre 10s monos aulladores (Carpenter).l1

8) Podriamos esperar que Ia amenaza, el juego y eI histrio-nismo fueran tres fien6menos independientes, que contribuyentodos a la evO'Iuci6n de Ia disoriminaci6n entre mapa y territo-rib. Pero ello, apaTentemente, seda errado, pm 10 menos en 10que hace a Ia comunicaci6n entre 10s mamiferos. AnaIisis muybreves de la conducta infantH muestran que tales combinacio-nes de juego histri6nico, balandrorrada (bluff), amenaza ju-guetona, hostigar' en broma como r'espruesta a 1a amenaza, laamenaza histri6nica y otras conductas semejantes, forman ununico complejo de fen6menos. Y f,en6menos adultos como e1 ju-gar por dinero y jugar con Ios riesgos tienen su raiz en 1a com-binaoi6n de amenaza y juego. Es evidente tarmbien que no s6loIa amenaza, sino 'Ia reciproca de Ia amenaza -,Ia conducta delindi:viduo amenazado- son parte de este complejo. Es proba-ble que no s610 eI histrionismo sino tambien Ia escoptofilia de-ban incluirse en este campo. Tambien corresponde mencionarIa autocompasi6n.

9) Una nueva ampliaci6n de este tema nos Heva a incluir elritual dentro de este campo general enel cual esta trazada, perono de manera compIota, Ia discriminaci6n entre Ia acci6n deno-tativa y 10 que se ha de denotar. Los estudios autropoI6gicos deIas ceremonias para celebrar Ia paz, por citar s6Io un ejemplo,apoyan esta conclusion.

8 N. Tinbergen, Social Behavior in Animals with Special Reference toVertebrates, Londres, Methuen, 19'53.

9 K. Z. Lorenz, King Solomon's Ring, Nueva York, Crowell 1952.10 Ibldem. '11 C. R. Carpenter, "A Field Study of the Behavior and Social Rela-

tions in Howling Monkeys", Comparative Psychology Monographs, 19'34,10: 1-168.

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Ell IllS IsllIs Adlllllllll, III Pllt. IIW.dll ~illll'llllIlIdl\ dt'NPIiAs dl1quo endll bUlldo 1m I'('('ihido IIIIIllI'l:t,i1l'it'llI l'I'rt1111()lillllplll'lI Kol.pear al otro. Pero oslo ejoll1plo !luslra 1IlIIlhl{'11III 11111111'1111'1':,\IfI'bi! del eneuadre "Esto es juego", 0 "Esto I'S rilll:l'''. LII dist'rirni-naci6n entre mapa y territorio esta siempre cxpllcsta a corlarse,y Ios golpes rituales de Ia ceremonia de paz estan siempre ex-puestos a ser copfundidos can Ios golpes ''1'eales'' del combatc.En tal casa, Ia ceremonia de paz se convierte en una batalla( Radcliffe-Brown) .12

10) Pero esto nos lleva a reconocer una forma mas complejade juego: el juego formalizado (g(lime), que no esta constru£dosobre Ia premisa "Esto es juego" sino mas bien sobre Ia pre-gunta: "dEs esto un juego?" Y este tipo de interacci6n tiene tam-bien sus formas ritua:les, por ejemplo, Ias tundas de iniciaci6n.

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11) La paradoja se encuentra presente en Ias sefiales que seintereambian dentro del contexto del juego, Ia fantasia, Ia ame-naza, etcetera. La dentellada juguetona no s6Io no denota 10que denotaria el mordisco que representa, sino que, ademas, elmordisco es fictioio. Los anima:les que juegan, no s610 no quie-ren dedr 10 que estoo diciendo, sino que de ordinario se comu-nican sobre algo que no existe. En el niV'ei humano, esto llevaa una gran variedad de complicaoiones e inversiones en Ioscampos del juego, Ia fantasia, el arte. Los brujos y Io.s pintoresde Ia escuela del trompe l'oeil se esfuerzan pOl' adquirir unavirtuosidad cuya unica recompensa se a1eanza despues que elespectador descubre que ha sido engafiado, y se ve forz;ado asoureir 0 maravillarse de Ia habiIidad del autor del engafio. Losproductores de peHcuias de Hollywood gastan mi1lones de d6Ia-res para aumentar el rea'Msmo de una sombra. Otros artistas,quiza con mayor realismo, insist en en que el arte no debe serrepresentativo, y Ios jugadores de p6ker Iogran un extrafio realis-mo adictivo equiparando con 10s d6Iares Ias fichas por Ias cuaIesjuegan. Pero insisten, sin embargo, en que el perdedor aeepteIa perdida como parte del juego.

Por ultimo, en Ia borrosa regi6n d~nde se encuentran y se su-perponen en parte el arte, Ia magia y Ia religi6n, Ios seres huma-nos han elaborado Ia "met:ifora tomada literalmente (meant)",como, pOl' ejemplo, Ia bandera pOl' cuya saIV'aci6n mueren Ioshombres 0 el sacramento que se siente como "un signo externoy visible, que nos ha sido dado". Aqui podemos reconocer unintento de nel2;ar Ia diferencia entre mapa y territori~ y de re-

12 A. R. Radcliffe-Brown, The Andaman Islanders, Cambridge, Cam-bridge University Press, 1922.

t(lIl11l1'U lu hllll!t'lIt!lu IIll1iC)11I11Iell' lu l'OIlIlIlI!('IWf(lllpOI' IIIMdloelf'NtU\lO~PIII'OStill ('NllldoN IIl'(ll'tIVON.

12) NON tlll('Olltnllllos ('llI'lOIlI'1I1ll'rllIItO l\ do~. !>l."CuHUl'kluUONe1111jll('j[;o: 1/) qllo lOll 1I10llSlIj1oS0 sOlrlll,os illlul'{'HlIlhltHlos 1111t,1jllt'''';o SOli 011I'illrlo s(~lIlido 110vordllt!,oros 0 110IOll1lHlosOil Ill'rio,y Ii) 11111.10 dl'lIollido pOl' eSH'Sscuttles os i,lIlOllJ!slllll.llo.1':sllls dllll]H'('lrlllll'idlld('s SI' I'OlllhillllJl H vooes oxlrafiamollle pal'll rl'Vl'l'l ir111111('OIIl,IIISh'lIla Ia qllo se hahia Uoga<1o anlos. HOlllos lInl'llllldo (nil d p{uTafo 4) que la dontcl1ada juguetolla dellolll (\1Illorclisco, pel'O 110 tlollota 10 (Ille seria dcnotado por 01 1ll000diseo. Poro exisloll otros oasosen que ocurre un £en6mell0 iIlVl~rso.UIIIl persolla exper.imenta la plena intens£dad dol terror sllbjl'livo cnando en I'll pantalla tddiJmensionai se Imlza un dllnlohaoia a, 0 cuando cae cabeza abajo desde algun pico crcildoCII Sll imaginaei6n porIa intensidad de una pesadilla. En 01 Ill(~"mcnto del terror no se euestionaha Ia "realidad", pero a pesllrde ello no existia un dardo en 01 oinemat6grafo ni un monlo nilsu dormitor,io. Las imagenes no dienotaban 10 que pal10dan tlu-notal', pero esas mismas imagenes susoitaron realmente el tClTO'l'que hubioran suscitado un dardo real 0 un precipicio real. POI'medio de un truco semejan:l1e de autoeontradicoi6n, Ios prodll('~tores cinematogr:ific'Os de Hollywood gozan de Ia libertad doofrocer a un publico puritano una amplia gama de f<autuslallpseudosexuales, que de otra manera no habrian s£do to,Ieradlis.En David and Bathsheba, Bathsheba pU!cde constituir un noxoa 10 TroHo entre Dav£d y Urias. Y en Hans Christian Andel'sell.el heroe parte acompafiado de un muchachito. Trata de coose-guir una mujer, pero cuando fracaS'a en su intento, vuelve nijovencito. En todo esto no existe, por supuesto, homosexuall-dad, pero Ia elecci6n de este simbolismo esta a:sociada en estnsfantasias con cierta ideas caraeteristicas, por ejemplo, sobre IIIfalta de posibilidades de exito de Ia posici6n .mascu'1ina cuandose v·e frente a cievtos tipos de mujeres 0 con ciertos tipos de all-toddad maseulina. En smna, Ia pseudohomosexualidad de Infantasia no esta representando ninguna homosiexualidad real,pera si repa-esenta y expresa aotitudes que pueden acompafiara una homos1exuaIidad real 0 a'limentar sus ralces eti()lI6gicas,Los simbolos no .aenotan homosexua!lidad, pero si denotan ideaspara Ias cuales Ia homosexualidad es un simbolo apropiado. Evl-dentemente es necesario. reexaminar la exacta validez semantkllde Ias interpretaoiones que el psiquiatra ofreoe a sus pacientos,y, como prdiminar de este ana:lisis, sera necesario examinar Innaturaleza del marco en 01 que se ofreeen estas interpretaciones.

13) Lo que se ha dioho anteriormente sobre el juego puc<lo

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Todos los enunciados que estan dentro deeste marco son falsos

Te amoTe odio

no peroibe que esbi sonando, y dentro del "juego" neoesita confrecuencia que se Ie recuerde que "Esto es juego".

De manera anaIoga, dentro del sueno 0 la fantasia. el sofian-te no opera can el concepto "fa:lso". Opera can todo tipo deenunciados, pero con una curiosa incapacidad de llegar a me-taenunciados. No puede, a menos que este pr6ximo a despertar,sofiaI' un enunciado referente a (es deeir, enmarcante de)su suefio.

Se signe, por consiguiente, que el marco del juego tal comose 10 emplea aqui en cuanto prinoipio exp1icativo supone rmacombinaci6n especial del pWC'eso primario y del secundario.Pero esto guarda relaci6n con 10 dichq anteriormente, cuandose sostuvo que d juego marca un paso adelante en la evoluci6nde la comunicaci6n, 811paso crucial en el descubr,imiento de las

IIrelaciones mapa-territorio. En el proceso primari'o, el mapa y elt~ se~~ifica~; en~eTprooesosecunaano;puecreii"~cris ..criminarse:-Enel ~o, s'e 10s identifica y S8 los discrimina.

16) Existe en este sistema otra anomalia 16gica que es nece-sario mencionar: que la relaci6n entre dos proposiciones, quecomunmente se describe mediante la pa1abra "transitiva", seha convertido e'n intransitiva. En general, todas las relacionesasimetricas son transitivas. La relaci6n "mayor que" es tipicaen este senti do; es con¥encional inferir que si A es mayor que B,y B es mayor que C, entonces A es mayor que C. Bero en losprocesos psico16gicos la transitividad de las relaciones asimetri-cas no se observa. La proposici6n P puede ser una prernisa paraQ; Q puede ser una premisa para R; y R puede ser una premisapara P. Espedficamente, en el sistema que estamos considemn-do, el circu10 esta mas contraido aun. El mensaje: "Todos losenunciados que estan dentrode este marco son falsos" tieneque tomarse tam bien eI como una premisa para evaluar su pro-pia verdad 0 falsedad. (Vease la intransitividad de la preferen-cia psicol6gica estudiada por McOullooh.13 El paradigma paraI:odas las paradojas de este tipo generaI es la "cJase de clases

IIque no son miembros de si mismas".14 Aqui Russell demuestraquela paradoja se genera al tratar como intransitiva la relaci6n:liEs un miembro de".) Con este llamado de atenci6n de queIn n~laci6n entre "pr.emisas" puede serintransitiva en pskologia,C!l,mplea:remosla palabra "premisa" para denotar aquella depen-dencia de una idea 0 mensaje respecto de otro que es campara ..hIe. a In clependeneia de una proposici6n respecto de otra ex-

LII W. S. McCulloch "A Hierarchy of Values, etc.", Bulletin of Mctth6-moUo R/()l'hrls1c, ] 945, 7: 89-93.l' WhHohoncl y RUkNOlJ, op. clt.

emplearse como un ejemplo introductorio para la discusi6n delos marcos y contextos. En suma, nuestra hip6tesises que e1'I mensaje: "Esto es juego" establece un marco parad6jico com~a-I rable con la paradoja de Epimenides. Este marco puede dla-

, gramarse asi:

EI primer enunciado conJ1enido en este marco es una propo-sici6n autocontradictoria sobre eHa misma. Si este primer enun-dado es verdadero, entonces t,rene q.ue ser fa1so. Si es falso,. en-tonces Hene que ser vevdadero. Pero este primer enuncladoarrastra consign todos 10s restantes enundados con:l1enidosen elmarco. Por consiguiente, si el primer enunciado es vel'dad~ro,entonces todos 10s otros tienen que ser falsos; y viceversa, S,le1prim!er enundado es fulso, entonces todos los otros tienen queser verdaderos.

14) La persona con mentalidad l6gica .observara ~n non se-quitur. Podria argiiirse que aun si e1 pnmer enuncmdo fuerafa1so, subsiste una posihilidad 16gica de que alguno de los otrosenunciados contenidos en el marco sea £a1so.Pero es una carac-teristica del pensa:miento inconsdente 0 "roceso ,rimario" queel pensante no puede discriminar entre "algunos" y "todos", nitampoco entre "no todos" y "ninguno". Parece que e! 'logro deestas dis.criminaciones 10 Hevan a cabo procesos mentales supe-dores 0 mas consdentes, que sirven al individuo no psic6ticopara corregir e1 pensamiento en blanco y negro d~ .1,osniveles

~ in£eriores. Suponemos, y esta parece seeruna SuposlClOnortodo-

1\

' xa, que el proceso primario opera p:.~manent~ente, .Y que la. validez psico!6gica del marco paradojlco que nge el Juego de-pende de ,esta parte de la mente.

15) Pero inversamente, si bien es cierto que es necesario re-currir a1 p;oceso primario como principio explicativo para eli-minar la nod6n de "algunos" del lugar intermedio que ocupaentre "todos" y "ninguno", esto no significa que el juego seasimplemente un fen6meno del proceso primario. La discrimina-ci6n._en'!e :jue~o"J',"!l~ jl:1;~o"z-._c:~o la d~!?_:i~inaci6J:l_?~1~:e .Jrfant~~JaX}f? J~1l1t~_s~a,csCI crtaJ1~.Cl~t£...uml:_l;t~:'9~n3TCI~E!s~~.q~()7f\s6cllnuario,.o "y-i:.J)eJlt]'o del S\\('1I0, cf sonan[c (,OJJnll111wlll(~-_ .•.__ ._'~.•-.--. ----... -

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presada en 16gicacuando £c dice que P es una premisa para Q.17) Pero todo esto deja sin adarar que signi£ica "marco" y

la lioci6n relacionada de "contexto". Para darificarlo, es nece-sario insistir primero en que estos son coneeptos psicoIogicos.Usamos dos olases de analogias para estudiar estas nociones: laanalogia Hsica del marco de un cuadro y la analogia mas abs-tracta, pero todavia no psicologica, del conjunto matematico.En la te01'\a de los conjuntos, la matematica ha desarrolladoaxiomas y teoremas para analizar con rigor las implicacioneslogicas dre la pertenencia de un miembro a categorias 0 "con-juntos" que se sobreponen parc.ialmente. Las relaciones entreconjuntos se ilustran comunmente mediante diagramas en loscuales los Items 0 miembros de un universo mayor estan repre-sentados por puntos, y los conjuntos menmes estan delimitadospar Uneas imaginarias que encierran a los miembros de cadaconjunto menor. Tales diagramas, pues, constituyen un enfoquetopo16gico de la 16gica de la cIasificaci6n. El primer paso paradeHnir un marco psico16gicopod'fia ser el decir que es (0 limi-ta) una clas:e0 conjunto de mensajes (0 aeciones con sentido).El juego de dqs individuos en determinada ocasi6n se deHniriaenrtoncescomo el conjunto de los mensajes intercambiados porellos dentro de un periodo determinado y modincado por lapremisa parad6jica que hemos descripto. En un diagrama te6-rico de conjuntos, esos mensajes podrian ser representados porpuntos, y el "conjunto" quedaria abarcado por una linea quelos separaria de otros puntos que representarian mensajes de"no-juego". Pem la analogia matematica se quiebra porqUie e1marco psical6gico no queda representado satisfactoriarmente poruna linea imaginaria. Suponemos que el marco psico16gicotienecierto grado de existencia real. En mudhos casos, el marco esrecoIJiocidoconscientemente, y hasta representado en el lengua-je ("juego", "pelicula", "entrevista", "tarea", "mensaje", etcete-ra). En otros casas, puede no existir referenda verbal explicitaal marco, y el suj1etopuede no tener concien:cia de el. En cam-bio el analista enou.entra que su propio pensamiento resu:ltasimplificado si utiliza la noci6n de un marco inconsdente comoprincipio explicativo; por 10 comun, va mas alla de esto, e inHe-re su existencia cne! inconsdente del sujeto.

Pem, si bien la analogia del conjunto matematico es quizasexcesivamente abstracta, la analogia del marco del cuadro es ex-cesivamente concreta. EI concepto psico16gico que tratamosde deHnir no es ni fisico nri 16gico. Lo que sucede a nuestrojuicio, es mas bien que si el marco fisico real es afiadido par Josseres humanos alas cuadro,s ello es porque esos seres humnnos

se mueven con mayor facilidad en un universo en el cual algu-nas de sus caracteristicas psicol6gicas estan externalizadas. Talescaracteristicas es 10 que tratamos de estudiar, utilizando Ia ex-tmna'lizaci6n como un recurso Hustrativo.

18) Estamos ahora en condiciones de catalogar e ilustrar lasfundones y usos de 10s marcos psicol6gicos refiriendolos alasanalogias cuy-as limitaciones han sido indicadas en el parrafoprecedente:

a) Los marcos psico16gicos actuan por exclusi6n; es elecir,cuando incluimos ci'ertos mensajes (0 acdones significativas)dentro de un marco, quedan excluidos ciertos otros mensajes.

b) Los marcos psicol6gicos actuan por indus,ion, es decir,al excluir dertos mensajes, quedan inc1uidos otros. Desde e1punto de vista de la teoria de los canjuntos, estas dos funedo-nes son sin6nimas, pero desde el punto de vista de la psicologiaes necesario catalogarlas pox separado. El marco que rodeaun cuadro, si consideramos dicho marco como un mensaje desti-nado a ordenar u organizar la percepci6n del contemplador, di-ce: "Presta atenci6n a 10 que esta adenuo y no te Hjes en 10que esta afuera". Los tt~rminos"figura" y "fondo", tal como losempIea Ia psicologia de Ia Gestalt, no estan simetricamente re-lacionados, como si 10 estan Ios de "conjunto" y "no-conjunto"dentro de la teoria de los co.njuntos. La percepci6n del fondatiene que ser inhibida positJivamentey Ia percepd6n de la figura(que en este caso es el cuadra) tiene que ser realzada posi-tivamente.

c) Los marcos psicoI6gicos estan relacioll'ados con 10 quehemos 1lamado "premisas". El marco de la figura dice al espec-tador que no debe emplear el mismo tipo de pensamiento al in-terpretar e1 cuadra que el que podria usar al interpretar elempapelado. de la pared externo al marco. 0, en terminos de laana10gia de Ia teoria de los conjuntos, las imagenes incluidasdentm de la linea imaginaria se definen como miembros de una(·lasepor el hecho de compartir premisas comunes 0 por la per-tinenda reciproca. El mart'comismo se convierte asi en parte delsis~ema de premisas.~6, como sucede- enel caso del marco-delfnego,-er marco interviene en la evaluaci6n de los mensajes que('ontiene, 0 no hace mas que ayudar a la mente en la compren-ilion de los mensajes contenidos, recopdando al pensador queosos mensajes tienen pertinencia reciproca y que los mensajesquo eshin fuera del marco pueden ignorarse.

rI) En el s'enti,dodeFinido en el parrafo anterio'f, un marco/Ill Ilwtnt'omunicntivo. Cunlquier mensaje que explicita 0 impli-(;'ffilnit'1'ifi>-(lc',linn 1111 marco, dn ipso facto al receptor insuuccio-

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1',1 nes 0 ayudas que Ie son Miles en su intento de comprender los\ mensajes induidos en el marco.

e) La inversa de d es tambien verdadera. Toda metacomuni-caci6n 0 mensaje metalingiiistico define, expHcita 0 impHcita-mente, el con junto de mensajes sobre los cuales comunica, esdeeir, todo mensaje metacomunicativo es 0 define un marcopsicoUlgico. Esto, po'!' ejemplo, es muy evidente en 10 que haeea seiiales metacomunicativas tan pequeiias como los signos depuntuaci6n en un mensaje impreso, pero se aplica igualmente amensajes metaco:municativos complejos, como la definici6n queda un psiquiatra de su prop;io rol curativo, en terminos de lacual c1eben comprenderse en la psicoterapia sus contribucionesa la mas a total de los mensajes.

f) Hay que Tomar en cuenta la relaci6n entre marco psicol6-gico. y Gestalt perceptiva, yaqui es utH la analogia del mar-code un cuadro. En un cuadro de Rouault 0 Blake, la figura hu-mana y otros objetos representados estan esbozados. "Los hom-bres sabios yen 10s perfHes y por eso los dibujan." Pero aelemasde esas lfneas que delimitan la Gestalt perceptiva 0 "figuras",existe un fonda 0 "campo" que a su vez esta limitado por el

.- marco del cuadro. De mal1!era aml!loga, en los diagramas teori-cos de conjuntos el universo mayor dentro del cual se dibujanlos conjuntos mas pequeiios esta, a su vez, incluido en un marco.Este doble enmarcamiento no es, a nuestro juicio, tan s610cues-ti6n de "marcos dentro de marcos" sino una indicaci6n de quelos procesos mentales se asemejan a la 16gica en la~~e~dadque tienen e un marco exterior para, e imHar e caml?o contra

•••••• ~ __ c~ __ ····-· __ ·~···_~_·_-"·- .-_ ..... _--.e1 cual han de percibirs:e las figuras. Esta necesidad queda mu-Cias veces sinsat:isfacer; par ejem-plo, cuando vell110suna escul-tura en la ventana de un dep6sito de objetos en desuso, peroese hecno remlta inc6modo. Consideramos que la necesidad deesta linea extema opuesta al fonda esta relacionada con unapreferencia por evitar las pamdojas de la abstracci6n. Cuandose define una dase 16gica 0 con junto de elementos ~por ejem-pIa, la dase de Ias oajas de f6sforos- es necesario delimitar elconjunta de elementos que hay que excluir, en este caso todaslas casas que no son cajas de f6sforos. Pero los elementos quehay que incluir en el conjunto del fondo tienen que ser del mis-mo grado de ahstracci6n, es decir, del mismo tipo 16gica que losque quedan dentm del conjunto mismo. EspeciHcamente, parapoder evitar las paradojas, la "clase de las cajas de f6s£oros" yla "clase de Ias no-cajas de f6sforos" (aunque ambos elementosno son, evidentemente, cajas de f6sforos) no tienen que mi-mrse como miembl'os de 1a c1ase de no-cajas (Ie f6sfol'os. Nin-

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,,j;'f,.,,,." I'".

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r' gun a clase puede ser miembro de ella misma. Por cons'iglllcnll", en este oaso se mira el marco del cuadro como una representa--

ci6n externa de un tipo muy especial e importante de marcopsieo16gico, es deeir, un marco cuya funci6n es delimitar untipo 16gico. Esto es, de heeho, 10 que indieamos anteriormenteal decir que el marco del cuadro es una instrucci6n dirigida alespectador para que no ampHe al empapdado de la pared laspremisas que tienen vigencia entre las figuras que estan dentmdel cuadro.

Pero precisamente 6sta clase de marco es Ia que precipita laparadoja. La regIa para evitar las paradojas insiste en que 105elementos que quedan fuera de cualquier linea incluyente tie-nen que ser del mismo tipo 16gico que las que se encuentrandentro de ella, pero el marco del cuadro, segun se analiz6 ante-riormente, es una linea que instituye una divisi6n entre los ele-mentos de un tipo 16gico y los de otro tipo 16gicos. Dicho al pa-sar, es interesante seiialarque la regIa de Russell no puedeformularse sin quebrar esa regIa. Russell insiste en que todos loselementos de tipo 16gico inadecuado se excluyan (mediante unalinea 16gica) del fondo de cualquier c1ase, es decir, insiste enque se trace una Hnea imaginaria la cual es precisamente de laclase que 131mismo prohibe.

, 19) Toda la cuesti6n de los marcos y paradojas puede ilus-ltrarse en terminos de la condueta animal, donde pueden mco-nocerse 0 deducirse los siguientes tipos de mensaje: a) mensajesde laclase que aqui denominamos "signos de estado de animo";h) mensajes que simulan signos de estados de animo (en eljuego, las amenazas, la actividad histri6nica, etcetera), y c)mensajes que permiten al receptor discriminar entre signos deestado afectivo y aquellos otros signos que se les asemejan. Elmensaje: "Esto es juego" es de este tercer tipo. Dice al receptorque ciertas dentelladas y otras acciones significativas no sonJmensajes del primer tipo.

El mensaje: "Esto es juego" establece, pues, un marco de re-ferencia de la clase que puede precipitar una paradoja:es unlntento de discriminar, 0 trazar una linea divisoria, entre cate-gO'r1asde tipos 16gicos diferentes.

20) Este analisis del juego y de los marcos psico16gicos esta-hlece un tipo de constelaci6n triadica (0 sistema de relaciones)<'lutre los mensajes. Un ejemplo de esta constelaci6n se analizaen e1 parrnfo 19, pero es evidente que otras constelaciones deOllh\ <Ansese dan 110s610 ,enel nivel no humano sino tamblenem Ins ('onnmicaciones mucho mas complejas de los seres hu-1t1llllOS, Unll l'nnlllsin 0 1111mHo I?~ledesl~lllar ul1~,!1arEaci~~~<:l_e-

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lIol11llvlI,y, pllrll dlli~'l'IllIllIlIl'I1l1lft1t1,~I()N Hpoll tit' ~1t1l(!\HNO, III

goula Olllp!Cll01 L1podo JnUIISlljuSqllo ('Nlllblm't1IIHln'UN thl l'tI"ferencia, y nsi sue,esivamante.21) En conC1usi6n~llegamosa la LJomplojatU)'('1Ido uplll'u)'

este enfoque te6rico al fen6meno particular do In )lsil'oll'l'npin.Aqui podemos resumrr brevemente las lineas de nuestro pensa-miento presentando y respondiendo pardalmente estas pregul1-tas:

\

' a) dExiste algun indicia de que ciertas formas de psicopato-logia se caractericen especificamente pOI la manera como el P,a-ciente maneja 10smarcos de referencia y las paradojas?

b) dHay algun indicia de que las tecnicas de la psicoterapiadependan necesariamente de la manipulad6n de los marcos de

I referencia y de las paradojas?: c) dEs posib1e describir el proceso de determinada psicote-, rapiaen terminos de la interacci6n entre el uso anormal que, hace el paciente de los marcos de referenda y la manipulaci6n'" de dichos marcos por el terapeuta?

22) Respondiendo a la priJrnerapregunta, parece que la '<en-salada de palabras" caracterfstica de la esquizofrenia puededescribirse en terminos de una imposibilidad del paciente parareconocer el canlcter metaf6rico de sus fantasias, En 10que se-rian constelaciones triadicas de mensajes, se omite el mensajeque tiene par finalidad establecer el marco de referencia (pOl'ejemplo, la expresi6n <~comosi") y se relata la metafora 0 fanta-sia y se Ia actua de una manera que serIa apropiada si la fan-tasia fuera un mensaje del tipo mas directo, La ausencia de unaconstituci6n de marcos metacomunicativos, que se sena16 en elcaso de los suenos (15), es ,caracteristica de las comunicacionesdel esquizofrenico en su vida de vigilia, Junto con la perdidade capacidad de establecer marcos de referencia metacomuni-cativos se da tambien una perdida de capaddad para producirlos mensajes mas primarios 0 primitivos. La metafora se tratadirectamente como mensaje del tipo mas primari~. (Este temase discute con mayor extension en el trabajo presentado porJay Haley en esta Conferencia,)

23) La dependencia de Ia psicoterapia respecto de Ia mani·pulaci6n de 10smarcos de referencia surge del hecho de que laterapia es un intento de cambiar los habitos metacomunicativos'e pacIente: Antes de a terapla, e pacienteP'1ellsa )rOpera' entenninos de determinado juego de :reglas para formar y com-

..'1tJ1

, prender los mensajes, Una vez concluida exitosamente la tera-7j'\, pia, el sujeto opera en terminos de un juego de reglas diferentes.

(Las re~las de esta clase son, en general, no verbales, e mcons-

uJtllllOll,LAULotlllLtlllCOJllOtlmlpllcsde IIILtll'lIplll.)IInbrla Mkh~IItl-('tllllll'lo11m, tlxlsUcl'llllllll comuukac16n acercu del ca.rnbt(; do111MWglllM.

Porn CSllle0l11unicad6n sobre el cambio no podria acontecertill nlngllnll manera en elUpo de mensajes permitido par las re-~llls nWll\<:omunicativasdel paciente, tal como existian antes 0

dospues de la terapia.En parraros anteriores hicimos la hip6tesis de que las para-

dojns del juego son caracteristicas de unaetapa eVOIlutiva,Aqui,IIrleslra~~ssimilares son un ingredien-to Ilecesario en ese proceso de cambia que Ilamamos psicote-rupia.

La s'emejanza entre ,el proceso de Ia terapia y el fen6menodel juego es, de hooho, profunda. Ambos procesos tienen lugardentro de un marco de referenda psicol6gico delimitado, queesta formado por una conexi6n de mensajes interactivos. Tantoen el juego como en la terapia, 10smensajes guard an una rela-ci6n especial y particular con una realidad mas concreta 0 ba-sica, De la misma manera como el pseudocombate del juego noes un combate real, tambien el pseudoamor y pseudoodio de laterapia no son amor y odio reales. La "transfemncia" es diferen-ciada delamor y odio reaIes mediante senaIes que suscitan elmarco de referencia psicol6gico; y de hecho es este marco elque permite que la transferencia alcance su plena intensidad ypueda ser tratada entre el paciente y el terapeuta.

Las caraderlstkas formales del proceso terapeutico puedenilustrarse mediante la construcci6n de un modelo en etapas.Imaginemos en primer termino dos jugadores que emprendenun partido de canasta de acuerdo can un juego de reglas con-vencional. Mientras estas regIas gobiernan el juego y no soncuestionadas por ninguno de los dos jugadores, el juego no cam-bia; es decir, no se producira cambio terapeutico. (De hecho,muchos intentos de psicoterapia fracasan por esta raz6n.) Po-demos imaginar, empero, que en cierto momento 10sdos juga-dores de canasta dejan de jugar a ese juego e inician una dis-cusi6n de las regIas de la canasta. Su discurso es ahara de untipo 16gicodistinto del discurso referido a su juego. Suponga-mos que, termiml!da esa discusi6n, vuelven a jugar, pero conreglas modificadas.

Pero esta secuencia de acontecimientos es aun un modeloimperfecto de la interacci6n terapeutica, pOl' mas que aclarenuestra afirmad6n de que la terapia necesariamente implicauna combinaci6n de tipos de disc'llrso16gicamente discrepantes.Nuestros jugadores imaginarios evitaron la pamdoja separando

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SII disl'IISi<'1I1dt' Ills rqJ,lilS tit- SII IIt'IiVldlid .It· Illt'fl,lI,\' c"illl ,':"\111

r:ll,j{)'11t'S prl'l'iSalll('lIll' III II'''' n,sll,lllI j'llIpllsi!,II' t'li III psi,'oll'fllopia.Tall'o'lllo lIosolros 10 Vl'IIIOS,l',1prlllTSo dc' 1:1 p,';i,'lIlnllpilles una interacci6n, esbruolurada por 1111 marco .II' rdl'l'l'lH'ia,entre dos personas, en la ouallas reglas son implicilas plTO cs~till1 sujetas al cambio. Tal cambio s610 puecie SOl' proplicstOmediante la acci6n experimental, pero aun tal acci6n eRpmi~mental, en la cual esta implicit a la prapuesta de cambiar lasreglas, es tambien ella parte del juego en curso, Es esta com~binaci6n de tipos 16gicos dentro del acto significativo unico 10que da a la terapia el canrcter no de un juego rigido como lacanasta sino de un sistema evolutivo de interacci6n. El juegode los gatitos u otros animales pequeiios bene este caracter.

24) En 10 que respecta a la relaci6n espedfica entre la ma-nera como el paciente maneja los marcos de referencia y lamanera como 10s manipula el terapeuta, es muy poco 10 quepuede decirse par el momento. De todas maneras, es sugestivoobservar que el marco de referencia ps.ico16gico de la terapiaes un an3Jlogo del mensaje destinado a establecer maroos de re-ferencia que 01 esquizofrenico es ineapaz de producir. Hablaren "ensalada de palabras" dentro del marco psico16gico de refe-rencia de la terapia es, en un sentido, algo no pato16gica. Deheeho, se alienta espedficamente al neur6tico para que hagaprecisamente oso, nanar sus sueiios y asociaciones libres demanera que ell paciente y el terapeuta puedan lograr la com-prensi6n de ese material. Mediante el proeeso de interpretaci6n,el neur6tico es llevado a insertar una frase de "como sf' entresus producciones del pensamiento primario, producciones quepreviamente 131habia desaprobado 0 reprimido. Tiene queaprender que la fantasia contiene verdad.

Para el esquizofrenico, el problema es algo diferente. Su errorconsiste en tratar las met:.lforas del proceso primario con la ple-na intensidad de la verdad literal. Mediante el descubrimientode aquello que reemplaza esas met:.lforas tiene que descubrirque son solamente eso: metaforas.

25) Desde el ,Punto de vista del proyecto, empero, la psico-terapia constituye s610 uno de hs muahos campos que estamosintentando investigar. Nuestra tesis central puede resnmirse co-mo una afirmaci6n de la necesidad de las paradojas de la abs-tracci6n. No s6lo es mala historia natural sugerir que la gentepuede 0 debe obedecer a la teoria de los tipos 16gicos en suscomunicaciones; su incapacidad para hacerlo no se debe s610al descuido 0 la ignoranci'a. LO;que pensamos, mas bien, es quelas paradojas de la abstracci6n'tienen que hacerse presentes en