una radio gratiselcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y...

6
www.elcuentorevistadeimaginacion.org t UNA RADIO GRATIS por Salman Rushdie T odos sabíamos que nada bueno le sucedería mien tras la viuda del ladrón tuviera las garras clavadas en su carne, pero el muchacho era un inocente, un verdadero bobo , no se puede enseñar nada a personas así. Ese chico pudo haber vivido bien. Dios lo había bendecido con :a aparien- cia de Dios y su padre había ido a la tumba por él, lno le había dejado al muchacho un nuevo rick-shaw de primera, con bicicieta, asientos de plástico y todo? Era guapo, tenía un oficio, con el tiempo tendría una buena esposa, debió de haberse tomado unos cuantos años para ahorrar algunas rupias, pero no, tenía que caer por la viuda de un ladrón ant es de que le sa liera bar- ba, antes de que se le cayeran los dientes de leche, se dice. Nos daba lástima, dt1111nlo +:'.J, ..... .., .......

Upload: others

Post on 21-Mar-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: UNA RADIO GRATISelcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y vicioso, estaba bien, pero su radamente , en lug,.res públ icos, y me menta lidad era

www.elcuentorevistadeimaginacion.org

t

UNA RADIO GRATIS

por Salman Rushdie

T odos sabíamos que nada bueno le sucedería mien tras la viuda del ladrón tuviera las garras clavadas en su carne, pero el muchacho era un inocente, un verdadero bobo , no se puede enseñar nada a personas

así. Ese chico pudo haber vivido bien. Dios lo había bendecido con :a aparien­cia de Dios y su padre había ido a la tumba por él, lno le había dejado al muchacho un nuevo rick-shaw de primera, con bicicieta, asientos de plástico y todo? Era guapo, tenía un oficio, con el tiempo tendría una buena esposa, debió de haberse tomado unos cuantos años para ahorrar algunas rupias, pero no, tenía que caer por la viuda de un ladrón antes de que le sa liera bar­ba, antes de que se le cayeran los dientes de leche, se dice. Nos daba lástima,

dt1111nlo +:'.J, ..... .., .......

Page 2: UNA RADIO GRATISelcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y vicioso, estaba bien, pero su radamente , en lug,.res públ icos, y me menta lidad era

www.elcuentorevistadeimaginacion.org

UNA RADIO CRAT IS 269

pero ¿quién escucha hoy la sabiduría de tara; sus h ijos habrán pasado hamb re los viejos? Digo , ¿quién la escucha ? por el paseo pero yo creo que para ella Exactamen te, nadi e, seguro que no un era una inversió n, porque ya había de­cabeza du ra como Ramani el rickshaw- cidido enganchar a Ramani . Entonces wallah. Pero yo cu lpo a la viuda. Vi todos se metie ron en el rickshaw y se los cómo pasó , sabe, vi la mayor parte hasta llevó; con los cinco hijos y la viuda qu e ya no pude aguanta rlo, me senté pesaba bastante , así que resol laba y las aquí bajo este mismo ban iano fumando vena s le br incaban en las piernas , pen­de la misma hookah y no me perd í de sé : Cuidado mi hij o o tendr ás que ja lar mucho. Alguna vez traté de salvar lo de su toda esa car ga el resto de tu vida, pero dest ino pe ro no sirv ió de na ... la viuda después de eso, vieron a Ramani y a la er a de ve ras atr activa , sin duda, de un viuda d el ladrón en todas partes, desea­t ipo d u ro y vicioso, esta ba bien, pero su radamente , en lug,. res públ icos, y me menta lidad era la que estaba podrida . a leg ré que su madr e estuv iera mu erta Tendría como diez afios más qu e Rama - porqu e de habe r visto eso se le hab ría ni, cinco hijos vivos y dos muertos, Dios caíd o la ca ra de vergüe nza. sabe lo que hacía ese ladrón además de Por aque llos días Rarnan i venía a robar y tene r hijos, pero no le dej ó n i esta calle en la noche a veces p;ira en ­un nuevo paisa, así que claro q ue le contrarse con unos am igos, creía que in te resarí a Ram an i. No digo que un era n muy listos porqu e se meLían en e l rickshaw-wallahgane mucho en estep ue- cuarto at rás de la cant ina de l iran í a blo, pero dos bocados son mejores que tomar licor ilega l, só lo que todos lo comer a ire. Y no mu chas personas vol- sabían, pero nadie decía nada, si los tea rían dos veces para mirar a la viuda muchachos echan a perder sus vidas de un bu eno para nada. que sus padres se preoc up en . Me emris -

Aquí mismo se conoc iero n. Un día tecí al ver qu e Rama ni andaba con esas montaba sin pasajero por esta calle, pe - ma las compa liías, conocí a sus padres ro sonriendo corno siempre , como si antes que mur ieran , pe ro cua nd o se lo alguie n le hub iera dado una prop ina de decía a Ramani con son risa de oveja me diez monedas, cant ando algun a can ción con testaba qu e yo esta ba equ ivocado, del rad io, su cabe llo envasel inado como n ada ma lo esta ba pasando . Olvída lo, para una boda . No era tan tonto pa ra pensé, yo conocía a esLos camar adas no da rse cuen ta que las muchachas lo suyos, usaban brazales de l nuevo Movi­miraban tod o el tiempo. La viuda del miento J uvenil, era la época d el estado ladrón había ido a la t ienda del bania a d e emergenc:ia, usted en tiende, y estos comprar unos gra nos de da/, y yo no amigos no era n personas pací (icas, ha­digo de dónde vení a el d inero pero la bía histor ias de pal izas, así que me senté gen te veía en la noche a hombres cerca tranqu ilo bajo mi árbol. Raman i no usa­de su casucha, me dijeron qu e hasta el ba e l braza l pero salía con ellos porque bania mismo, pe ro yo no hacía come n- lo impr esionaba n, ton to . tar ios. Llevaba a sus cinco mocosos con Estos j óvenes de l brazal siem pre e lla y de repente, muy qu itada de la adu laban a Ramani. Ta n buen mozo, le pena, gritó : "iOye! iRickshasa!" recio, decían, Dev Anand y Shashi Kapoo r son sabes, de un modo muy c:orrien te. Nos como leprosos comparados con cigo, de ­ense riaba que ella si podía pagar el viaje herias ir a Bomba y para q ue te pongan en rickshaw, como si a algu ien le impor- en el cine. Lo halagaban con suefios

~,,~-~!!O L@~_(p@I ,.,,,;,.''

Page 3: UNA RADIO GRATISelcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y vicioso, estaba bien, pero su radamente , en lug,.res públ icos, y me menta lidad era

www.elcuentorevistadeimaginacion.org

270

porque sabian que le podían quitar su d inero en las cartas y él les compraba tragos mientras lo hacían, aunque no era más rico qu'~ ellos. Entonces a Ra­mani se le llenó la cabei.a con estos sueños, porque adentro no habfa nada más que ocupara ese lugar, y ésa es otra razón por la que culpo a la viuda, por ­que ten ía más años y debió de haber sido más cuerda, con una palmada lo pudo haber obligado a olvidar todo eso, pero no; un día la escuché decirle para que todos oyeran: "De veras te pareces al mismo señor Krishna, sólo que no eres azul por todas partes". iEn la calle! iPa ra que todos supieran que eran amantes! Desde ese día estuve seguro que pasaría un desastre.

La sigu iente vez que la viuda del ladrón llegó a la calle para visitar la tienda del bania, decidí actuar. No por mí sino por los padres muertos del mu ­chacho me arriesgué a que me avergon ­zara una ... no, no la llamaré así, ahora está en otro lugar y e llos sabrán lo que es.

SALMAN RUSHOII,

era un viejo ponzoñoso que debió ha­berse muerto hace muchos aflos. Me dijo: "Déjeme decirle , seflor maestro retiradosahib, qL'e su Raman i ha pedido casarse conmigo y he contestado no,por ­que ya no quiero más hijos y é l es un hombre joven y deberla tener los suyos . Así que diga le eso a todo el mundo y pare su veneno de cobra".

Durante algún tiempo después ce­rré mis ojos al asunto de Ramani y la viuda del ladrón porque habla hecho todo lo posible y muchas otras cosas en e l pueb lo le inte resarían a una persona como yo. Por ejemp lo, el oficial de sani ­dad local había traído a la calle un gran remolque blanco y tenía el permiso de estacionarlo fuera de l paso baj o el ba­niano . Todas las noches los hombres eran llevados a este camión durante un rato y les hacfan cosas -yo no quer ía estar alli en esos momentos, porque los j óvenes con los brazales siempre vigi la­ban, asi que tomé un hookah y me senté en otro lugar. Escuché r umores de lo que pasaba en el camión pero cerré mis

"iViuda del ladrón !" la llame . Se oídos. Hay cosas que es mejor no saber detuvo en seco como si le hub iera dado si uno quiere evitar fatigar el corazón . un latigazo, sacudiendo la cara fcamen- Pero fue cuando e l remolque blan ­te. "Ven aquí y habla", le dije . Bueno, co, que olía a éter, estuvo en el pueblo, ella no podía recha1.arme porque no soy que el alcance de la maldad de la viuda poco importante en e l pu eblo y quizá fue claro, porque durante esta época porque pensó que si la gente nos veía Ramani empezó a hablar sobre su nue­hab lar ya no la ignorarían en la calle, va fantasía, le decía a todo el que podia así que se acercó cal como yo sabia que encontrar que muy pronLO recibiría un lo iba a hacer. regalo personal y muy especial del mis-

"Sólo tengo esto que decirte -l e mísimo gobierno en Delhi, y que este dije d ignamente - , aprecio mucho a regalo era una radio de transistores Raman i, e l chico del rickshaw, y tú debes nueva , de primera y operaba con bate ­encontrar a alguien de tu edad o, mu - rías . cho mejor, ir a la casa para viudas en Porque siempre habíamos pensado Sanaras y pasar e l resto de tu vida en que Ramani tenía la cabeza blanda, con sagrada plegaria, agradeciéndole a Dios esto de cree rse una estre lla de las peli­que la quema de viudas ahora es ilegal". cu las y qué no, la mayoría asentíamos

Entonces n·ató de avergonzarme con tolerancia y le decíamos Sí, Ram, es gritando y maldiciéndome, decía Q,ue yol muy bueno para~ ~,· ·~·?f ,g,¡·

1

an gobierno 4::ICU~ft O ucc e, Mmu~n U

+:'.J, ..... ..,....... •

Page 4: UNA RADIO GRATISelcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y vicioso, estaba bien, pero su radamente , en lug,.res públ icos, y me menta lidad era

www.elcuentorevistadeimaginacion.org

UNA RADIO GRATIS

tan generoso que le regala radios a las personas que les gusta la música popu­lar. Pero Ramani insistía que era cierto y nunca ant es en su vida pareció más feliz, una felicidad que no podía expli ­carse nada más por la inminencia de un transistor.

Poco tiempo después que la radio soñada fue men cionada por prim era vez, Ramani y la viuda del ladrón se casaron, y entonces compr endí todo. No fui a las nupcias, era un asunto lastimo­so desde cua lquier punto de vista, pero después le hablé a Ram un día cuando pasaba por el baniano con el rickshaw vado . Se sentó jun to a mí y le pregunté: Mi hijo, ¿fuiste al rem olque? ¿Qué de­jaste que te hiciera n?

"No se preocupe -<li jo- iodo está de vera s maravil loso. Estoy enamorado, maestro sahib y he podid o casarme con mi muj er' '.

Confieso que me enojé , casi lloré cuando me di cue nta que Ramani había ido volun tariam ente a sujetarse a una humillación que había sido fori.ada para los otros hombres que fueron llevados al remo lqu e. Lo regañé amargamente: "iMi estúpido hijo, has dejado que esa mujer te pr ivara de tu hombría!"

"No es tan malo -<l ijo Ram- no impide hacer el amor -pe rdóne me, maestrosahib- ni nada. Sólo imp ide los bebés y mi mujer ya no querfa hijos, así que todo está de lo mejor. Además es por el interés nacional - me confió-y pr onto llegará la radi o grat is".

"La rad io gratis", repe tí. "SÍ, rec uerde, maestro sahib - Ram

me dijo confiado-- hace algunos años cuando e l sastre se operó. Muy pronto llegó la radio y de todo el pueb lo la gente se reunió para oírl a. Es la man era que tiene el gobierno para dar las gra­cia,. Será mu y bueno tene rla" .

271

CORT ISIMO METRAJE

Automtn.AU.sJa en va~adcne.5 recorre la.s monta11a.s dl l ce-ntro ~ Fraru;ia, se áburre lejos tú la ciudad y de la vida nocl1tma. M1tehocha le hace et ge.5W 1LSu.al del auto stqp, tímidamente pregunl4 si di-rec.d6n Btau.ne o Tounu.i.s. En la correUro 1tnas palabrOJ, hennosc perfil""'""" que pocas wces plerw roslro, lac6nica~nl.e a las pregun10, túl que ahora, mi,-a.uJo lo, m,,sio, desnudos conl.ra ti a.siento rojo. Al tirmino de un viraje el auto sale de la carretera y se pierde en lo más espuo. De reojo sintiendo c6mo cruuz las manos MJbre la minifalda mientras el terror poco a poro. Bajo los árbo/,s una profunda gmta vegeta-l do11de se podrá, salta del auto, la otra portezuela y brulálmenle pot los hotnbtos. lA mucl1at ha lo mira tomo si 110, se deja bajar del auto sabinido que en la soledad dtl bosque. Cua11do la mano por la cintura pat·a ana.s. ira ria entre los árboles, pistola del bolso y a la sin i. DeJpuiJ billetera, verifica bien llena, de paso roba el auto que abandonará ,algunos kilómetros más lejos sitl dejar la met1or impre­si611 digital porque en es1< ofu:io no hay q1te descuidarse.

Julio Cortázar

dt1111nlo +:'.J, .. ... .., .......

Page 5: UNA RADIO GRATISelcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y vicioso, estaba bien, pero su radamente , en lug,.res públ icos, y me menta lidad era

www.elcuentorevistadeimaginacion.org

272 SALMAN RUS HDIE

"Lárgate, vete de aquí" , le dije de- mena!, mucho más agotado r que mane ­sesperado y no tuve e l corazón para j ar el rickshaw, más agotador que un decirl e lo que todos los demás en el país 1·ickshaw que contiene a la viuda de un sabían, que la treta de la rad io gratis ladrón, sus cinco hijos vivos y los fantas ­había sido fimioosh desde ha<:e años . mas de los dos muenos, como si todo su

Después de esto la viuda de l ladrón, ser tuv iera que trabajar para mantener que ahora es la esposa de Ramani, no el mito de la radio, como si toda la venía al pueblo muy segu ido, sin du da energía de su cuerpo joven fue ra vert.i­demas iado apenada por lo que le había da a ese espac io ficticio entre su oreja y obligado a hacer ; pero Rama n i trabajó su mano y estuviera tratando de traer la más horas que nunca y cada vez que veía rad io a la existenc ia por un ano de a cua lqu iera de las docenas de personas voluntad enorme y posiblemente fatal. les hablaba sobre la rad io, se ponía la Me sentí inútil , puedo decirl e, porqu e mano ahuecada junto a la oreja como si yo había adiv inado que en la idea de la ya estuviera sosten iéndo la en e lla e imi- radio Rama ni había venido todas sus taba las tran smisiones con cierta habili - preocupa ciones y remordimi entos por dad y energ ía : "Ye Akashvani hai lo que había hec ho, y que \i d sue rio - anunciaba en las ca lles-, esta es ra- muriera é l se darfa cuenta de l alcance d io Pan-Ind ia. Ahora las noli cias. Un de l crimen contra su cuerpo y compren ­vocero del gob ierno anunció hoy que la dería que la viuda del ladrón lo había radio de Ramani , el rickshaw-wallah, va convert ido , anl es de casarse con é l, en en cam ino y será en tregada en cua l- un ladrón mucho peor, porque lo había qu ier momen to. Y ahora un poco de obligado a robarse a sí mismo . música grabada ", y después come nzaba Y entonces e l remolqu e b lanco re ­a cantar canc iones de Asha Puth li o Lar.a gresó a su lugar bajo el baniano y supe Mangesh kar con un falsete a lto y ridí - qu e ya no había nada más que hacer, culo. Ram tenía la rara virtud de creer porqu e seguramente Ram vendría a re­<:omplctamente en sus sueños, y hubo <:ogersu rega lo. Nollegóduranteundía, momentos cuando su fe en la rad io luego dos, y supe ·después que no había imag inari a casi nos convencía, así que querido parecer voraz, no quería que el creíamos a med ias que rea lmente venía oficial de sanidad pensara que estaba de­en camino, o que hasta allí estaba, ahue- sesperado por la radio , y además espera ­cado invis iblemence contra su orej a ba a medias que vendrían a dársela, qu izá mientras paseaba su rickshaw entre las con alguna ceremon ia forma l de presen ­calles de l pueblo. Comenzamos a espe - tación . Un tonto es un tonto y no se rar para escuchar a Raman i, a la vuelta pueden exp licar sus pareceres. de la esquina o a l fina l de una call e, Llegó el tercer día . Hacie ndo sonar sona r su campana y gr itar feliz: "iRadio la campana de su bicicleta e im itando Pan-India ! iEsta es radio Pan-India!" los pronóst icos de l tiempo, su oreja cu-

El tiempo pasó. Ram segu ía llevan - bien.a como siempre, llegó a l remolqu e. do la rad io invisible por e l pueblo. Pasó En e l rickshaw escaba sentada la viuda un ario. Todavía sus car icaturas de la del ladrón, la bruja, que no pudo resis­estación de rad io llenaban e l aire en las tir acompaña rlo para mira r la destruc ­calles. Pero cuando lo vi había a lgo ción de su compañero. nuevo en su cara , algo desgastado, <:orno No tomó mucho tiempo . Ram entró si tuv iera que hacer un esfuerzo feno- en el remo lque ale rem ·aludan do

dflllJftlO §®@ <) Mó,ko >.6 +:'.J, .. ... ..,....... •

Page 6: UNA RADIO GRATISelcuentorevistadeimaginacion.org/reservacion/pdfs/022112347.pdf · tipo duro y vicioso, estaba bien, pero su radamente , en lug,.res públ icos, y me menta lidad era

www.elcuentorevistadeimaginacion.org

UNA RADIO CRAns

a sus cama radas de l braza l que lo custo­diaban del enojo de la ge nte, y me d ijeron (porq ue me fu i del lugar para evitarme la pena) que su cabello estaba bien envaseli nado y su ropa almidona­da . La viuda de l ladrón no se movió del rickshaw, sino que se sentó a llí <:on un sar i negro que le cubría la cabeza, apre ­tando a sus hijos como si fueran pajas . Después de unos momentos h ubo soni ­dos de desacuerdo dentro de l remolque y luego ruidos más fuertes; finalmente los jóvenes con e l brazal entraro n para saber lo gue pasaba y después de eso sus compafieros de j uerga sacaron a Ram en cucl illas, la grasa de l cabello enba ­durnada sobre la cara y sangre sa liendo de su boca . Su mano ya no esta~a ahue ­cada sobre la oreja, y ni así, me dijeron, la viuda negra del ladrón se movió de su lugar en el rickshaw, aunque tiraro n a su esposo en el polvo .

Sr, ya sé, soy un viejo, mis ideas se arrugaron con la edad, ideas de la vieja escue la, y ho.y me d icen ester ilización y Dios sabe qué será necesa r io. Qu izá me equivoco a l culpar a la viuda tamb ién, <por qué no? Qu izás muc has ideas de los viejos se puedan descontin uar ahora y si asf es, así será. Pero estoy contando esta h istoria y todavía no term ino . Al­gunos días después del incidente del remolque vi a Raman i vender le su ricks­haw al viej o br ibón musulmán dueño del taller de repara ción de bic icletas. Cuando me vio mirarlo, Ram se acercó y me d ijo : "Adiós, maestro sahib, me voy a Bomba y, donde me volveré una estre­lla de las pe lículas más grande que Dev Anand o Shash i Kapoor".

"¿ Me abandonas? - le pregunté- . <Vas a ir so lo?".

Se puso . ríg ido. La viuda del ladrón ya le había ensc ,iado a no ser humilde en la presenc ia de sus mayores .

273

"M i esposa e h ijos tamb ién ven­drán" -m e dijo . Fue la últ ima vez que hablarnos. Se fueron en el camión ese mismo día .

Despué s de que hab ían pasado algu ­nos meses me escribió su primera carta, que , claro, no había escr ito é l mismo porque ¿cómo sabr ía escrib ir ? Le habría pagado a un escr itor de canas profes io­nal, que le hab rá costado muc has ru ­pias, porque wdo en la vida cuesta d inero y en Bombay cuesta el doble. No me preg unté por qué me escr ibió a mí, pero así fue, tengo las canas y puedo probarlo sin duda, así que quizá hay algún uso para los viejos, o qu izá yo era el ú n ico que le interesaría. De todas formas las cartas estaban llenas de su nueva prof esión, me d ijeron cómo ha­bía sido descub ie rto inmediatamente, u n gran estudio le hab ía hecho una prueba, aho ra lo prepa raba n para el estre llato, pasaba sus días en el hotel Sun'n'Sand en la playajuhu en com­paf,ía de g randes estre llas como Sad ­hana y Son ia, iba a comp rar una casa grande constru ida en desn ive l en la colina Malabar, la viuda del ladrón está bien, contenta y engordando, la vida estaba llena de luz, éx ito y un poco de alco ho l lega l. Eran canas ma­ravillosas, rebosando feli cidad y con­fianza, pe ro cuando las leo , recue rdo la expresió n de su cara los días ante ­riores a q ue supo la verdad sobr e su radio, y la eno r me en e rgía desesperada gue había vert ido en el acto de conjurar la realidad , por un acto de fe magnífica, de l a ire tibio y tenue entre su orej a y su mano ah uecada .

(Este cuento apareci6 en una muofogfa publicada por Penguin en Gran Bretaña en 1982: Firebird 1; wrili11g today. T1·aducci6n de Aut·elio Major.) •

~,,~.~!!0 L@~{p@I M;,;,.''