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Una película de VALESKA GRISEBACH producida porMAREN ADE (Toni Erdmann)

«Hipnótica y poderosa. Extraordinaria.»

Fotogramas

«Grisebach mantiene su cine templado y preciso evitando cualquier efectismo formal»

Variety

«Una obra de una sutileza, una complejidad y una elegancia inigualables»

The Guardian

«La directora alemana presenta otra fascinante exploración de la naturaleza humana»

Otros Cines Europa

«WESTERN es una buena película porque sabe crear con fuerza y originalidad un mundo preciso»

Caimán Cuadernos de Cine

Su ejecución visual y estilo narrativo le otorgan una dimensión atemporal»

Screendaily

Prensa · Marina Queraltó · [email protected] · +34 696 808 928

presentan

y

Una producción de KOMPLIZEN FILM

Dirección

VALESKAGRISEBACH

Guión

VALESKAGRISEBACH

Producción

JONAS DOMBACH

JANINE JACKOWSKI

MAREN ADE

VALESKA

GRISEBACH MICHEL

MERKT

Coproducción

BORIS CHOUCHKOV

VIKTOR CHOUCHKOV

ANTONIN SVOBODA

BRUNO WAGNER

Fotografía

BERNHARD KELLER

Diseño de producción

BEATRICE SCHULTZ

Montaje

BETTINA BÖHLER

Diseño de vestuario

VERONIKA ALBERT

Diseño de sonido

FABIAN SCHMIDT

Reparto

MEINHARD NEUMANN

REINHARDT WETREK

SYULEYMAN ALILOV

LETIFOV VENETA

FRANGOVA

VYARA BORISOVA

Alemania, Bulgaria, Austria | 2017 | 119 min.

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SINOPSIS

Un grupo de obreros alemanes empieza a trabajar en un lugar remoto en la campiña búlgara. La tierra

lejana despierta el sentido aventurero de los hombres, pero también tienen que enfrentarse a sus propios

prejuicios y desconfianzas debido a las barreras lingüísticas y culturales. Al poco tiempo, empezarán a

competir por el reconocimiento y los favores de los aldeanos.

Adepta de los rodajes colaborativos y abiertos a la improvisación, la cineasta alemana Valeska Grisebach

se apropia de los códigos del western en su tercer largometraje, que aborda las temáticas de la diferencia

cultural y de la acogida del extranjero. WESTERN se presentó en la sección Un Certain Regard del Festival

de Cannes, fue una de las tres finalistas en los premios LUX del Parlamento Europeo y se alzó con el Gran

Premio del Jurado en el Festival de Sevilla. En los últimos Premios del Cine Alemán ha sido una de las

nominadas a Mejor película y Mejor Dirección y ganó este mismo premio en el Festival del Mar del Plata.

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CONTEXTO

Al confrontar a un grupo de trabajadores alemanes con los habitantes de una aldea apartada de Bulgaria,

la cineasta alemana Valeska Grisebach nos invita a reflexionar sobre las grandes diferencias

socioeconómicas y culturales que existen entre los países de la Unión Europea. Su película tiene lugar en

una Europa joven, aún en construcción, y llena de contrastes. Y las interacciones, aun resultando

evidentemente enriquece- doras en el plano humano, también muestran valores, códigos y conductas

diferentes que van a provocar malentendidos y a estar en el origen de conflictos más o menos latentes.

Esas interacciones están teñidas de una tensión dramática palpable que no se liberará hasta el final de la

película, cuando los lugareños van al campamento de los alemanes para una fiesta en la que la música y la

danza servirán de lenguaje universal. La necesidad de superar los prejuicios y el respeto y la apertura

hacia el otro se convierten en los temas centrales de un western que denuncia la condescendencia y la

mentalidad de conquista hacia los congéneres más pobres.

Hasta su entrada en la Unión Europea en 2007, Bulgaria representaba para los países occidentales una es-

pecie de terra incognita aún asociada en gran medida con el antiguo bloque soviético a pesar de que este

llevaba ya desmantelado un cuarto de siglo. En su tratamiento de las relaciones humanas, Western

expresa bien el desfase existente entre dos mundos que todavía no han logrado encontrar una identidad

europea

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común. Así, resulta interesante señalar que los trabajadores alemanes se establezcan de entrada como si

estuvieran en terreno conquistado: hacen ondear su bandera nacional para indicar de forma ostensible su

pleno control sobre el pequeño trozo de territorio que acoge su campamento mientras duran las obras que

han venido a realizar; Meinhard se apropia de un caballo que cree salvaje pero que realmente pertenece a

Adrian, el tío de Vanko; Vincent adopta una actitud impropia hacia las jóvenes que vienen a bañarse en el

río y no duda en desviar del pueblo el agua que les falta, como si sus necesidades fueran prioritarias y

más importantes que las de la población local; dan una vuelta ruidosa en 4x4 por el pueblo durante la no-

che para imponer su presencia superior en la zona y disuadir a los posibles intrusos de aproximarse a sus

instalaciones…

En la película de Valeska Grisebach se encuentran muchos personajes de western: Meinhard, el cowboy

solitario de rostro cerrado que monta a pelo, las tierras infértiles y desérticas que ofrecen paisajes

sublimes, un pequeño pueblo de calles polvorientas con un café que hace las veces de saloon, donde se

mata el tiempo bebiendo raki y jugando a las cartas por dinero, dos grupos que se desafían, uno que se

considera superior al otro en términos de desarrollo y de civilización —«Estos pueblos son como un viaje

en el tiempo», dirá un alemán cuando descubre los lugares desde su 4x4—, etc.

En este contexto de desconfianza, el personaje de Meinhard acaba afortunadamente por suavizar un en-

cuentro teñido de hostilidad y de incomprensión. A pesar de la barrera de la lengua, logra establecer víncu-

los con los lugareños y desarrollar hacia ellos una forma de empatía que va a contrariar a sus compañeros

alemanes. En particular, aboga en su favor cuando una tarde Vincent menciona la idea de desviar el agua

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destinada al pueblo. Explica entonces que el agua está racionada y ya repartida entre tres localidades

diferentes debido a la escasez. Pero Vincent no entiende sus argumentos y le agrede violentamente

cuando se aleja en la oscuridad, al estimar que el simple hecho de mencionar las dificultades de sus

vecinos sería como si Meinhard se posicionase contra los suyos. La toma en consideración de los

intereses del otro, to- talmente ausente en el razonamiento del jefe de obra, aparece en realidad como el

fruto de las interacciones que se han ido produciendo poco a poco entre este hombre y los lugareños,

indicando claramente la im- portancia del diálogo, que es clave en el plano humano y también en el social,

en la medida en que permite obtener informaciones decisivas sin las cuales no hay convivencia posible.

Pronto la obra se ve parada y, con ella, los hombres. El camión que debe entregar las cuarenta toneladas

de grava para seguir avanzando en la obra se retrasa y, para el pequeño grupo de alemanes, el sol, el río

y el alcohol se convierten en sus principales fuentes de ocupación. Planos largos sobre un paisaje filmado

lentamente y el ruido de los insectos acompañan la espera de estos hombres cuyas vidas transcurren

ahora a marcha lenta. Pero Meinhard pasa mucho tiempo en el pueblo y participa en las actividades de sus

habitantes: la construcción de un muro de piedra, el secado de las hojas de tabaco… La vida parece haber

adquirido otro sentido para este hombre desarraigado, más bien enigmático y de identidad dudosa —ase-

gura ser un antiguo legionario, sin hogar ni familia, pero nada en la película confirmará con certeza esta

situación—, que no acaba de encontrar del todo su lugar ni en el campamento ni en el pueblo. Los despla-

zamientos constantes que efectúa entre los dos lugares, a menudo por la noche o de madrugada, permiten

en varias ocasiones a la directora introducir lo inesperado y la violencia en el letargo general de la película.

La escena que muestra a Vincent arrojándose sobre Meinhard y tirándolo al suelo mientras camina solo en

la oscuridad se repetirá en tres ocasiones. La primera, cuando Vanko se arroja sobre él desde lo alto de un

camión; los dos ruedan por el

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ENTREVISTA A LA DIRECTORA

VALESKA GRISEBACH estudió en la Escuela de Berlín. Adepta de los rodajes colaborativos,

abiertos a la improvisación, en 2006 realizó Longing, una sensación en festivales. Desde entonces han

pasado 11 años hasta Western, presente en Un Certain Regard de Cannes.

¿Cuál fue el germen de esta película?

VG. Llegamos a esta historia por diferentes

caminos que se fueron uniendo entre sí. Uno fue el

género western, claro. Crecí en el Berlín Occidental

de los 70, sentada frente al televisor. Veíamos

muchos westerns y nunca dejaron de cautivarme de

una forma extraña, así que en un momento dado se

desencadenó en mí un deseo de volver a ellos, como

si fuesen un lugar ya visitado. De niña, me

identificaba con los héroes mas- culinos de los

westerns y al mismo tiempo me enamo- raba

perdidamente de ellos. Quizás este conflicto con-

tribuyó a mi deseo de explorar el género “masculino”

en sí mismo. Quería sentirme más cerca del

personaje del western, a su carácter solitario y

melancólico. También está el tema de la xenofobia

latente, algo que siempre había querido explorar en

una película.

«Quería sentirme máscerca del personaje delwestern, a su caráctersolitario y melancólico»

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Estaba interesada en esta idea del “alemán”, que aveces manifiesta un sentido inequívoco de la fuerza y la superioridad, un impulso de tenerse a sí mismo enel estatus más alto, de diferenciarse. Ese momento en el que el desprecio sustituye a la empatía.

La idea de colocar un grupo de alemanes trabajando

en un país extranjero fue el punto de inicio para ac- ceder a este tema. El nuevo territorio no les es

familiar, allí se sienten extranjeros y tienen que enfrentarse a sus propios prejuicios y desconfianzas.

¿Cuáles son los elementos que te atrajeron delwestern para transferirlos al momento actual?

VG. Me fascinan las capas, las contradicciones y los

tonos de los temas en el western. Me interesa el sig- nificado de esa ambivalencia entre el aquí y ahora

como construcción social.

Estaba interesada en el duelo como principio por el cual vives tu vida y te relacionas, como algo muy vivo a

través de lo que estableces contacto y con lo que en cierto sentido miras directamente a los ojos a la otra

persona. Al mismo tiempo, el duelo propaga la idea de poder y control, de fortaleza. Lo encontraba intere-

sante como tema para Meinhard, el protagonista: su miedo es por lo que le resulta más difícil perdonarse a

sí mismo. El duelo crea la distancia y al mismo tiempo la cercanía. Te identifica con tu rival. Crea intimidad

siendo el opuesto a “amor a primera vista”.

También la misión por la independencia y la libertad, encarnada por los héroes del western. La idea de de-

jar todo atrás. Creo que esto es un tema universal y romántico que expresa algo sobre la añoranza por la

aventura y el significado del destino personal.

Estos elementos están representados por los personajes principales, Meinhard y Vincent.

VG. Los westerns son también sobre “la preparación” de una imagen que no expresa sentimientos, pero

que oculta muchas emociones. Incluido el miedo a perder esa imagen, el miedo a ser reconocido por otra

persona, de perder el control.

Quería un héroe que no fuera joven, que sintiese que

la vida le debía todavía una aventura, una

experiencia. Un héroe que tenía que batallar con el

oportunismo y el miedo. Un gran hombre cuyo

atractivo levantase miradas, que pareciese un líder,

pero ocultase ese “pequeño hombre” que realmente

quiere desaparecer

«Quería exponer latensión entre la personaque esperas ser y la que

eres con tucomportamiento.»

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en la multitud y pasar desapercibido. Alguien que puede con todo, pero a la vez aún tiene sueños. Es un

personaje que también tiene un lado narcisista y anti-social. Quería exponer la tensión entre la persona que

esperas ser y la que eres con tu comportamiento.

¿Cómo el cowboy del western llega a ser un trabajador alemán de la construcción en la frontera

entre el este y el oeste?

VG. Estaba mirando la iconografía, la naturaleza de los héroes del western en el mundo del día a día, y

muy rápido me vino a la mente el mundo de la construcción. El físico, las ropas, las herramientas…

Realmente fue un punto de partida muy superficial: ¿qué tipo de hombre me imaginaba a caballo? Hablé

sobre el duelo con muchos hombres y mujeres con backgrounds muy diferentes, pero seguí con mi idea

inicial. Estaba intere- sada en la masculinidad pasada de moda que acom-

paña al mundo de la construcción, ese cerrado mundo

de hombres con sus propias reglas. Un mundo en el

que las mujeres están ausentes físicamente, pero

pre- sentes en sus fantasías. Me impresionaba su

sentido del humor e ingenio. Me sentí conmovida por

la ternura e intimidad que une a los hombres entre sí.

Sin embar- go, la elección del escenario es

realmente superficial, una decisión formal, podría ser

cualquier otro.

Algo que sí era importante para la película era la idea

de “estar fuera por trabajo”. En esta situación el hombre llega a conocer el paisaje extranjero a través de

trabajo físico y grandes máquinas. Me gustaba la idea de hombres alemanes, con su superioridad técnica,

llegando a Bulgaria y compartiendo la experiencia del comunismo con los aldeanos.

Tras Be My Star y Longing, esta ha sido la primera vez que has rodado en el extranjero, ¿cómo fue

la experiencia?

VG. Para mí, rodar esta película en un lenguaje extranjero y en lugares que no eran mi casa fue un

ejercicio muy positivo en el que salí de mi zona de confort. Encontré muy productivo el talento de

improvisación de los autóctonos y su fe incondicional en el proyecto, fue un alivio. En nuestra búsqueda de

localizaciones, hice muchos viajes a Bulgaria. Al principio, a pesar de todos nuestros esfuerzos por ir

preparados, eran viajes a lo desconocido. Sabes aproximadamente lo que estás buscando, pero no dónde

encontrarlo. Al mismo tiempo estás abierta por completo a la participación y puedes encontrar algo que de

repente sea importante para la historia. Hubo muchos encuentros en esos viajes, muchas historias que no

aparecen en la película. De esta forma encontré nuestra localización, el pueblo Petrelik. A través de los

viajes de Alemania a Bulgaria quería dos perspectivas diferentes de Europa que se encontrasen.

La decisión tuvo que ver también con el buen recibimiento de la gente, que fueron un gran apoyo en todo lo

que hicimos. Además, el humor búlgaro es salvaje y autocrítico, y a menudo reflexiona sobre el destino

per- sonal. Se ríen de ellos mismos, no de los otros. Tienes la impresión de que, gracias a la historia

reciente de

«Estaba interesada en lamasculinidad pasada de moda que acompaña al mundo de

la construcción, un mundoen el que las mujeres estánausentes físicamente peropresentes en sus fantasías.»

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Bulgaria, la idea de ser capaz de confiar no tiene mucha influencia en la sociedad. En cada familia, alguien

ha ido al extranjero para ganar dinero o estudiar. Una alta proporción de la generación joven está dejando

el país, por lo que tienen al resto del mundo muy presente.

La película está definida también por el “cómo” del proceso de trabajo, la dirección, los planos, etc.

VG. Nunca me había puesto a hacer una película con una historia en mente. En vez de eso, siempre tengo

un tema relativamente abstracto al que me aproximo a través de un proceso personal altamente asociativo.

El acto de salir y buscar contactos es una parte fundamental en mi forma de escribir y rodar.

Para mí es importante usar métodos documentales en cada etapa, que es como dejas entrar a lo inespera-

do, lo que no te puedes inventar. Encuentro muy fructífero confrontar repetidamente una narrativa ficcional

con la realidad como si fuera una discusión en mi propia imaginación, un reto productivo. Para eso necesito

una plataforma dramática estable, que me aporte libertad cuando trabajo el contenido y los subtextos.

La base para el rodaje es un tratamiento integral. Para mí, por un lado, es una descripción concreta del

argumento, pero el texto también debe transmitir la atmósfera y agudizar la percepción en la audiencia de

lo que idealmente ofrecen las escenas y la historia. También conlleva una imprecisión que describe muy

bien lo que estoy buscando. En el proceso entero, muchos detalles y escenas se desarrollan más allá de lo

planteado y se intensifican a través de los actores y las localizaciones reales. Así la historia adquiere su

propia realidad. Yo siempre estoy muy contenta cuando la narrativa se distancia de la página. Otra etapa

crucial ha sido el montaje con Bettina Böhler, donde la película se concibe de nuevo.

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¿Cómo desarrollas el concepto visual con tu director de fotografía Bernhard Keller?

VG. Quería una cámara manejada tranquilamente, una cámara discreta. Con distancias focales normales y

largas que junto a tomas estáticas agudizasen el sentido de los espectadores para llegar al nivel de ab-

stracción de algunas escenas. Queríamos encontrar un estilo coloquial y simple en el que los espacios de

la película se abriesen. En el duelo queríamos que el “plano-contraplano” jugase un papel esencial y diese

la explicación y división del espacio, no solo el espacio público que los personajes comparten, sino

también el que tienen para ellos mismos. El mundo de Meinhard.

Nunca vi el viaje de alemanes constructores para tra-

bajar en un país extranjero como una situación

realista o naturalista. Estaba interesada en el tema

por su exa- geración. En un primer momento quería

que el espa- cio pareciese alienígena y misterioso. A

través de la puesta en escena y la composición,

queríamos tener un espacio de aventuras fuera del

tiempo que contase la historia de Meinhard y los

mundos y fantasías del grupo.

FILMOGRAFÍA DE VALESKA GRISEBACH

· Mein Stern (Be My Star). 2001

· Sehnsucht (Longing). 2006

· Western. 2017

«Muchos detalles y escenas se desarrollan más allá de

lo planteado y seintensifican a través de losactores y las localizaciones

reales.»

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