una historia de lucha (1)

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APA-50 AÑOS Una historia lucha y solidaridad Claudio M. Díaz Asociación del Personal Aeroná

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APA-50 AOS

Una historia de lucha y solidaridadClaudio M. Daz

Asociacin del Personal Aeronutico

Cuando el 3 de Setiembre de 1944 un grupo de trabajadores decidi fundar la Asociacin del Personal Aeronutico (APA), la aviacin civil comercial era una actividad que daba sus primeros pasos en la Argentina. Cuatro empresas en las que el Estado tena participacin se repartan el mercado areo local y regional. Estas cuatro compaas mixtas eran Fama, Alfa, Zonda y Aeroposta, y de ellas surgieron las primeras inquietudes sindicales de los aeronuticos. Adems de APA, se haban creado otras dos organizaciones que muy pronto habran de confluir en un nico y gran sindicato. Estas eran el Crculo de Radiotelegrafistas (CR) y el Sindicato de Trabajadores del Aire (STA). Para la fecha de la fundacin de APA eran muy pocas las asociaciones gremiales reconocidas por el gobierno. Recin en octubre de 1945, con el decreto 23.852 del entonces coronel Juan Pern, se permiti la libre agremiacin y el Estado comenz a otorgar personeras a las entidades ms representativas de cada actividad. El 27 de marzo de 1946, los ncleos gremiales de APA, STA y CR decidieron constituir la Federacin Argentina del Personal Aeronutico (FAPA), la que debi aguardar hasta junio del ao siguiente para obtener su plena legalidad: la personera gremial N 53. Entre muchos otros de los socios confundadores de la flamante Federacin, podemos mencionar a Juan Aranda (primer secretario general), Fernando Dorr, Salvador Crdenas, Jos Iturzaeta, Alberto Gonzlez, Pedro Cuilh, Miguel Patrani, ngel Mussio, Atilio Bertagni, Jos Marngelo, Juan Orlando y Vctor Bardot. En esos primeros tiempos de organizacin, uno de los principales apoyos que recibieron los pioneros de la sindicalizacin aeronutica fue el brindado por el gremio telefnico. Su secretario general era Luis Gay, de destacada actividad poltica posterior. Gay era un antiguo militante del sindicalismo que se integr a las filas del Partido Laborista y desde all acompa el proceso que llev al peronismo al poder en febrero de 1946. Los telefnicos dieron toda clase de apoyo a los aeronuticos, al punto de facilitarles su local de la entonces calle Cangallo 2650 como punto de encuentro y reuniones sindicales. Una de las caractersticas del flamante gremio aeronutico, y al mismo tiempo una de sus dificultades originarias, era su carencia absoluta de antecedentes. Al constituir la aviacin comercial una actividad prcticamente nueva, los trabajadores del sector no posean experiencias sindicales anteriores, como las que s tenan los empleados de comercio, los albailes o los ferroviarios, por citar slo algunos ejemplos. Estos tenan sus organizaciones -aunque no fueran reconocidas plenamente por el Estado- desde comienzos del siglo, o incluso antes, desde los tiempos en que los socialistas y los anarquistas introdujeron la actividad sindical en la Argentina. De manera que la ayuda brindada por el gremio telefnico excedi largamente la facilitacin de un espacio fsico. Fundamentalmente, estuvo dirigida a los aspectos organizativos y reivindicativos que iba a tener que afrontar el flamante sindicato aeronutico desde el momento de su creacin.

Un comienzo complicadoPese a que el gobierno justicialista permiti y alent la participacin sindical y la afiliacin de los trabajadores, los patrones y las empresas se demoraron en ponerse a tono con la nueva situacin histrica, y en el mbito laboral eran todava comunes las amenazas y el medio. De tal modo que las primeras afiliaciones, an con los vientos favorables de la poca, fueron lentas y penosas, en especial en los aerotalleres y aeroclubes, donde muchas veces a los militantes aeronuticos no se les permita el acceso o se los echaba con la polica, bajo la habitual acusacin de activistas.

Sin embargo, donde se manifest la mayor resistencia a la actividad sindical fue en las empresas privadas extranjeras, especialmente Panagra, Air France, Braniff y KLM. Estas compaas fueron frreas opositoras al gremio aeronutico y se vieron obligadas a aceptar a la organizacin y a negociar con ella por el peso de los trabajadores, pero nunca lo hicieron de buen grado y siempre fueron fuente de conflictos. Nada de esto ocurra, afortunadamente, en las empresas mixtas. All hubiera sido un absurdo que el mismo gobierno que promova la actividad sindical la persiguiera en las empresas en las que tena participacin. Estas compaas fueron las primeras que firmaron con FAPA actas que reconocan parcialmente los derechos de los trabajadores. Es necesario aclarar que debi aguardarse hasta 1950 para la obtencin del primer convenio colectivo de trabajo. En esos primeros aos, entonces, se rubricaban actas por empresa, donde se establecan las conquistas que se iban obteniendo: jornada de trabajo, vestuario, comedor, transporte (en ese tiempo un logro muy importante, ya que Morn, Don Torcuato o Ezeiza parecan an ms lejos). Apenas constituida, FAPA cont con doscientos socios y su caudal aumentaba lentamente, hasta que lleg un momento en que la espiral ascendente se aceler con la incorporacin masiva de trabajadores aeronuticos. Sin que nunca haya sido compulsiva u obligatoria la afiliacin, en una determinada etapa lleg a resultar sumamente extraa la situacin de algn aeronutico que no perteneciera al sindicato. El impulso a agremiarse lo dio en realidad la fuerza de los hechos: los convenios obtenidos, la defensa irrestricta de los derechos de sus representados, la transparencia administrativa y los principios democrticos que se sustentaban. Por otra parte, puede decirse que FAPA debut con xito. Al poco tiempo de su creacin (1949), afront un conflicto gremial con Panagra, empresa estadounidense que no reconoca a la entidad sindical y que impeda, mediante amenazas, la afiliacin de sus trabajadores. Este conflicto deriv en una primera gran huelga que culmin con xito, obligando a la compaa a rever su actitud. Sin duda, este triunfo sindical fue un incentivo para trabajadores dubitativos de otras empresas, y hasta para los propios empresarios, que no queran ver sumidas a sus lneas areas en ese nivel de conflictividad. Por lo tanto, puede afirmarse que el conflicto con Panagra tuvo un efecto multiplicador en cuanto al nmero de afiliados a FAPA. Al ao siguiente, en 1950, se vivi un conflicto similar con Air France, empresa que adems de su fobia antisindical mostraba una particular dureza con sus trabajadores: no reconocimiento de partes de enfermo, prohibicin de inasistencia y rigor absoluto con la impuntualidad. Tambin este conflicto culmin con xito al firmarse un acta en la que Air France flexibilizaba sus posiciones y modificaba su actitud hacia los trabajadores y su sindicato.

Federacin o Asociacin?De tal modo que simultneamente con la legalizacin sindical, la unificacin de tres gremios pioneros (APA, STA, CR) y algunos triunfos como los mencionados, trabajadores de empresas extranjeras, de aerotalleres y de aeroclubes haban confluido en el sindicato con la intencin de afiliarse. Esto agregaba una compleja gama de actividades y modalidades de trabajo y por eso se eligi la forma organizativa de Federacin. Cuando el 27 de marzo del 46 se cre FAPA, se buscaba aglutinar democrticamente a todos los trabajadores de la actividad. El gremio consideraba que era prcticamente imposible la firma de un convenio nico, ya que existan pequeas empresas, de escasa inversin de capital, que no estaban en situacin de firmar ni de cumplir con las escalas salariales ni las condiciones de trabajo que podan establecerse con las grandes compaas.

Esta situacin, fundamentalmente, fue la que determin la creacin de la Federacin. Esta forma organizativa permiti un armado por divisionales que autorizaba la firma de convenios parciales y por etapas. La Federacin, durante los cuatro aos de su existencia, fue un sindicato de mucha fuerza e influencia, ya que era capaz de inmovilizar todos los servicios: nacionales, regionales e internacionales. Por otra parte, las divisionales por modalidad de trabajo que estableca la organizacin permitan, por ejemplo, que los mecnicos fueran representados por uno de ellos, al igual que los pilotos, los tcnicos, los maleteros, etc., y al mismo tiempo el presidente de cada divisional conformaba el consejo directivo de la Federacin. Esta forma de organizacin, idealmente tan positiva y democrtica, en realidad fue un fracaso. Pero, qu ocurri para que fracasara el ensayo de la Federacin? En 1950 se firm el primer convenio colectivo de trabajo de los trabajadores aeronuticos. Este convenio abarcaba a todas las empresas: estatales, mixtas, privadas, nacionales y extranjeras, y por separado -por su envergadura- con los aerotalleres y aeroclubes. La amplitud del acuerdo iba desde las condiciones de ingreso, las escalas salariales, la jornada de trabajo, el transporte, el escalafn, y tambin estableca obligaciones y responsabilidades de los trabajadores. El convenio aeronutico estaba considerado uno de los tres mejores del pas, despus del de Luz y Fuerza y el de Gas del Estado. Tal vez esta realidad, sumada a la situacin poltica y econmica de la Argentina, haya provocado cierta falta de inters de los trabajadores aeronuticos por ocuparse de la defensa de sus derechos, lo que trajo aparejado una escasa participacin en la vida interna del sindicato. Por otra parte, ya comenzaban a insinuarse los recelos (que posteriormente seran causa de dolorosas separaciones) entre las distintas divisionales por las escalas salariales establecidas en el convenio. Todo esto produjo cierta convulsin poltica interna en la Federacin, con quejas de algunos sectores que no vean con buenos ojos la permanencia de, segn ellos, siempre los mismos dirigentes en los puestos de conduccin. Ante esta situacin de crisis interna, se decidi elaborar un nuevo estatuto con la idea de asegurar una mayor participacin y transparencia democrtica. As, se conform nuevamente la Asociacin del Personal Aeronutico, que contina con esa denominacin hasta nuestros das. Se realizaron nuevas elecciones en las que triunf la lista que encabezaba Miguel Patrani como secretario general (se haba desempeado como adjunto en la conduccin anterior) y a quien acompaaban Jos Albela como secretario adjunto, Juan Orlando como secretario administrativo y Dante Fanuele como tesorero, entre otros. Patrani conducira al gremio hasta la cada del gobierno justicialista, en 1955, cuando todos los sindicatos fueron intervenidos y sus dirigentes inhabilitados. De manera que despus de cuatro aos, en 1951, FAPA volvi a ser APA. Sin embargo, con los aos, volvera a hablarse de Federacin, pero esta vez de una federacin de sindicatos, de la que hablaremos posteriormente.

Nace Aerolneas ArgentinasEn mayo de 1949, el gobierno de Pern nacionaliz las cuatro empresas en las que el Estado tena participacin. De la conjuncin de Alfa, Zonda, Aeroposta y Fama naci el 7 de diciembre de 1950 Aerolneas Argentinas. Si bien puede afirmarse que los trabajadores recibieron con beneplcito la nacionalizacin y la creacin de la empresa area de bandera, esto no impidi que se desarrollaran conflictos sindicales provocados por los funcionarios a cargo de Aerolneas. En 1953, APA tuvo su primer gran enfrentamiento con la conduccin de la empresa

estatal, y todo ocurri por un paracaidista. En toda la joven actividad aerocomercial, los primeros que transmitieron su experiencia fueron los oficiales retirados de la Aeronutica y de la Aviacin Naval. Pero a medida que se creca en edad y conocimiento, los trabajadores exigan que se creara un escalafn que estableciera un sistema de nombramientos y ascensos. Lo que ocurra en Aerolneas Argentinas era que cada vez que se produca una vacante en niveles de supervisin tcnica, inspecciones, jefaturas o gerencias, quien la ocupaba era siempre algn oficial retirado de las fuerzas armadas. Mientras no hubo quien compitiera por el cargo tampoco existieron conflictos, pero con el tiempo esta mtodo Logia se convirti en un elemento irritante para los trabajadores aeronuticos, quienes bautizaron con el ingenioso apelativo de paracaidistas a estos militares impuestos como funcionarios desde afuera de la empresa, o por alguna relacin de amistad o convivencia con algn directivo. La crisis de 1953 se desencaden por la designacin de un marino, el capitn Guido, como uno de los mximos gerentes de la compaa. Los trabajadores y el sindicato se opusieron al nombramiento, y ante el empecinamiento empresario se llego a la huelga. Este conflicto tuvo tambin un final feliz para los trabajadores, ya que como resultado de las medidas de fuerza se obtuvo un acta que estableca que los cargos de hasta jefe de departamento deban ser ocupados por concurso, y se consiguieron otros beneficios sorprendentes que despus detallaremos. Esta huelga del 53 tuvo algunos episodios memorables. Dirk Wessels Van Leyden, un ex piloto de Aeroposta, se desempeaba como administrador general de Aerolneas Argentinas. Pese a que su gestin, en general, no puede ser calificada como mala, Van Leyden asumi durante el conflicto una actitud de duro. Sin embargo, ms que duro, el holands era un vivo. El ex piloto tena fluidos contactos con la Casa de Gobierno y, a travs de ella, con la Confederacin General del Trabajo. Y all fue, a dar su particular versin del conflicto. Cuando APA se present en la CGT, en medio de la huelga, fue recibida por Eduardo Vuletich, su secretario general. Vuletich era del gremio farmacutico y haba sucedido a Jos Espejo al frente de la central obrera. Van Leyden haba movido sus hilos y us un duro comunicado gremial del comit de huelga como prueba de que el conflicto estaba manejado por los comunistas. Vuletich recibi a la conduccin de APA a cara de perro, y en lugar de dar un trato fraternal a los dirigentes aeronuticos, comenz a usarlos de agitadores y desestabilizadores, atribuyndoles pretender aumentos salariales en momentos tan graves para el pas. En 1953, el gobierno peronista haba suspendido o congelado todos los convenios colectivos ante la emergencia econmica producida por la prdida de la cosecha. Los dirigentes aeronuticos intentaban interrumpir a Vuletich para expresarle que el conflicto no era salarial, pero el farmacutico no les permita hablar, y saco a relucir el comunicado gremial de APA para reiterar la consabida acusacin de comunistas. Ante esta actitud, la conduccin de APA se retir desairada y con la perspectiva de una derrota inminente. Loa aeronuticos intentaron recurrir al Ministerio de Trabajo, con el nico resultado de comprobar que todas las puertas se haban cerrado. Adems, les hicieron saber que ya haban sido retirados los legajos de todos los dirigentes con el objetivo de cesantearlos. Esa misma noche, en la sede Asociacin, en medio de un clima de decaimiento y caras largas, apareci la salida inesperada. El secretario de Prensa de APA, era un cordobs Luis Primo Gonzlez, que alternaba algunos das en Buenos Aires, en su tarea sindical, con la mayor parte del

tiempo en Crdoba, en su ligar de trabajo. En aquellos tiempos cuatro dirigentes de la conduccin contaban con la licencia gremial: el secretario gremial, al adjunto, el administrativo y el de organizacin. El resto del consejo directivo deba seguir trabajando y redoblaba su esfuerzo y sacrificaba su descenso para dedicarse a la accin sindical. Pues bien, esa noche de derrota llam, desde Crdoba, Primo Gonzlez para ponerse al tanto de la evolucin del conflicto. Cmo poda ganarse una huelga, que ya llevaba quince das, contra una empresa del Estado, sin contar con el apoyo de ste ni el de la CGT? Despus de comentar telefnicamente los acontecimientos de ese da aciago, el cordobs hizo una ligera referencia a la visita que el presidente de la Nacin estaba haciendo a su provincia. A la maana siguiente, en La Calera, Pern asistira a la inauguracin de una base militar, acompaado por la plana mayor del gobierno y de las Fuerzas Armadas. En ese momento, desde Buenos Aires, surgi la idea: ir a verlo a Pern. La primera reaccin de Gonzlez fue de sorpresa: verlo a Pern? Yo? Hablar con l? Y qu le digo?. La iniciativa fue tomando forma y al amanecer del da siguiente todo el turno de Aerolneas Argentinas del aeropuerto de Crdoba en ropa de trabajo, se hizo presente en La Calera para verlo al presidente. En la puerta del cuartel, el oficial de guardia recibi el mensaje de los trabajadores e ingres a las instalaciones para transmitirlo a sus superiores. Al rato sali y dijo:El general los va a recibir. Nadie lo poda creer. Los militares hicieron pasar a los aeronuticos cordobeses a un comedor donde les ofrecieron desayunar. Al cabo de unos veinte minutos entr Pern con su famosa sonrisa y un Qu pasa muchachos?. Los trabajadores expusieron la situacin, negando que su reclamo fuera salitral y reiterando su rechazo al paracaidista, el capitn Guido. -Y ustedes cuntos son?-pregunt el presidente. -Cuatro mil- Contestaron los trabajadores de Aerolneas. -Y cuntas son las personas que se oponen?-agreg Pern. -Una. -Ah, una. Vallan tranquilos- Termin el general, y no pregunto mas nada. Hasta aqu, la versin del encuentro segn la narraron los dirigentes cordobeses. Tiempo despus, la conduccin de APA recibi de un edecn presidencial presente en la reunin el detalle de lo que ocurri luego de la entrevista con Pern. Segn este edecn, el general llamo por telfono al ministro de Trabajo y se expres en estos trminos: Antes del medioda quiero el conflicto arreglado, o todos ustedes estn en la calle, y cort. A las siete de la maana, el Ministerio de Trabajo cit a APA para concurrir, ese mismo da, a solucionar el conflicto y terminar con la huelga aceptando la nica condicin que exiga el sindicato: el retiro del paracaidista como gerente de la empresa. Los representantes gremiales comprendieron que la situacin ya no era la misma, que de la noche a la maana (lugar comn pocas veces ms exacto) la relacin de fuerzas se haba modificado drsticamente. Ante este imprevisto cambio los dirigentes sindicales comenzaron a elaborar improvisadamente un plan, con el fin de obtener respuestas a otros reclamos que estaban fuera de la agenda urgente del conflicto. Pequeas conquistas que, por inesperadas, agigantabas su importancia: ayuda para la asistencia social de APA (no existan las obras sociales) de 3 pesos por cada trabajador; vestuario; suplemento para servicio de lnea; suplemento por zona inhspita para los aeronuticos de la Patagonia (Comodoro Rivadavia, Esquel, Ro Gallego, etc.), y el da del aeronutico (27 de marzo) como no laborable y pago.

En la audiencia, adems de las autoridades de la empresa y el ministro de Trabajo, estaba presente el ministro de Transportes Todos se apresuraban a otorgar cada uno de los reclamos que manifestaban los representantes sindicales, quienes no salan de su asombro ante la inaudita facilidad de la negociacin, y esforzaban su memoria y su imaginacin para continuar agregando pedidos. Se firm el acta y se levant la huelga, una de las ms importantes de la historia de APA, no slo por su exitoso final, sino tambin por la unidad demostrada por los trabajadores aeronuticos de la empresa estatal, que paralizaron durante quince das todos los servicios, aunados en torno de un reclamo principista. No pedan en ese momento ms dinero. Slo reclamaban que se respetaran su experiencia y sus derechos.

Una picarda italianaDurante el proceso de la firma del convenio colectivo de trabajo de 1950 se produjo un hecho curioso que vale la pena mencionar. Alitalia no reconoca a sus trabajadores argentinos el carcter de aeronuticos. La empresa de aviacin comercial italiana sostena que sus trabajadores eran martimos (?) y, por lo tanto, se negaba a firmar el convenio y a reconocer a FAPA como la representacin natural de sus empleados. La picarda de los empresarios italianos se fundamentaba en que, segn afirmaban, Alitalia era una empresa dependiente de Italmar, su compaa de navegacin martima, obviamente ms antigua que la area. Qu ocurra en realidad? En la Argentina, el convenio a punto de firmarse entre el sindicato aeronutico y todas las empresas del sector era mucho ms favorable para los trabajadores que el que haban rubricado los sindicatos martimos. Finalmente, ante una amenaza de huelga, Alitalia cedi y firm el acuerdo. Relacionado con este episodio no puede dejar de sealarse, a modo de ancdota, que uno de los trabajadores de Alitalia-Italmar que fue de los primeros en acercarse al gremio aeronutico y denunciar la maniobra de la compaa fue Aldo Cammarotta, aos despus talentoso guionista de humor poltico y uno de los ms famosos afiliados a APA.

Un gerente acosadorSi bien parece que el acoso sexual existi siempre, en los ltimos aos ha cobrado especial atencin, y hasta se legisla para evitar esa clase de abusos que patrones o superiores ejercen en el mbito laboral. Hace medio siglo resultaba impensable que una mujer se atreviera a denunciar una situacin semejante a lo que hoy llamamos acoso sexual. Por otra parte, el tema tampoco figuraba en la agenda de los invitados. Pues bien, en el ao 1954, en la empresa brasilea de aviacin, Aerovas (Hoy Varig), se desempeaba un gerente de apellido Becerra que podra ser calificado, segn los trminos actuales, como acosador. Este hombre haba actuado con total impunidad hasta que tuvo la mala puntera de intentar su habitual accionar con la novia de un delegado gremial. La empleada comunic lo sucedido a su novio, quien concurri a APA a plantear la situacin. Inmediatamente, el sindicato declar a Becerra persona no grata y emplaz a Aerovas para que en el trmino de 48 horas despidiera al gerente. La declaracin agregaba que si la empresa no prescinda de sus servicios en ese plazo, se declarara la huelga. El Ministerio de Trabajo, informado de la situacin, convoc a las partes a exponer

sus posturas y decret la conciliacin obligatoria. APA fue recibida por el director nacional de Relaciones Laborales, Dr. Galileo Puente, un funcionario de carrera y de mucho prestigio que sobrevivi a la casi absoluta peronizacin de la administracin pblica. Adems, Puente haba tenido destacada participacin en la firma de varios convenios colectivos y era muy respetado en los mbitos sindicales. El funcionario, que aos despus sera uno de los asesores legales del gremio aeronutico, escuch los motivos que haban llevado a APA a adoptar medidas de fuerza y pidi a los dirigentes prudencia y habilidad. Puente advirti sobre las relaciones polticas que mantena el gerente acosador con el entonces embajador de Brasil, a quien a su vez se consideraba amigo personal de Pern. Advertidos de la situacin, durante el perodo de conciliacin, los dirigentes aeronuticos se dedicaron a acumular pruebas y testimonios de las actividades non sanctas de Becerra y elevaron una gruesa carpeta al Ministerio de Trabajo. Apenas concluida la etapa conciliatoria lleg la huelga y ocurri lo previsible: el acosador recurri a su principal apoyo poltico. El embajador brasileo se comunic rpidamente con su amigo el presidente para manifestarle la injusta situacin, y Pern pidi informes al Ministerio de Trabajo, que envi al primer mandatario la abultada foja de servicios de Becerra. El general mostr a su amigo Brasileo las denuncias sindicales y al representante extranjero no le qued ms remedio que dejar echado a su suerte a Becerra, quien fue relevado de su cargo en la compaa. Esto puso fin a un curioso conflicto ocasionado, otra vez, por la defensa irrestricta de principios elementales de dignidad y justicia.

El sueo de la casa propiaApenas constituido, el gremio aeronutico intent aunar esfuerzos para obtener una sede propia. Para ello se cobraba un aporte mensual de un peso a cada afiliado. Con esa contribucin y otros recursos y donaciones, se consigui adquirir en 1948 un inmueble en la calle Sarmiento 3255, en el barrio de once, por la suma de 145.000 pesos moneda nacional. Era una vieja casa de cuatro ambientes y un patio. La primera de las salas se utilizaba para las reuniones del Consejo Directivo y de los delegados. En otra habitacin funcionaba la tesorera y la administracin, y otra estaba destinada a la imprenta, donde se hallaban los mimegrafos para los boletines gremiales y los talones de cobro de aportes mensuales. La ltima pieza estaba ocupada por la Biblioteca Social, fuente de informacin y capacitacin para los trabajadores y militantes. En las reuniones que se realizaban en la CGT, los dirigentes de la entonces FAPA entablaron buenas relaciones con Jos Santa Mara, un gallego muy simptico que conduca el sindicato de encargados de edificios. Santa Mara, enterado de las limitaciones fsicas que tena la sede de los aeronuticos, ofreci en venta la vieja casona que los porteros ocupaban en la calle Anchorena 1266, en pleno Barrio Norte de la Capital Federal. Por otra parte, l SUTERH estaba necesitado de venderla, ya que estaba construyendo su nueva sede de la calle Juncal. Cuando los aeronuticos visitaron la casa se maravillaron por la comodidad del inmueble y por los detalles lujosos que an conservaba. Segn se manifestaba, la mansin haba pertenecido a descendientes de Bernardino Rivadavia. Los encargados de edificios pedan 700 mil pesos moneda nacional por la casona, pero agregaban 300 mil pesos ms por los consultorios mdicos que tenan en la calle Luis Senz Pea, ya que pretendan hacer una venta en bloque. Para los aeronuticos las cuentas no cerraban.

En aquellos tiempos (octubre de 1952), de cada aumento salarial que se obtena, el 50 por ciento del primer mes se destinaba a la Fundacin Eva Pern, el 25 por ciento a la CGT y el otro 25 por ciento quedaba para el sindicato. Los clculos de APA daban como resultado que nicamente con el aporte destinado a la central obrera (que an retena) era posible alcanzar la suma requerida para adquirir el edificio de Anchorena. Ante esta situacin se busc entrevistar a Jos Espejo, secretario general de la CGT. Cuando Espejo escuch el dilema que afrontaban los aeronuticos (que, sin expresarlo directamente, le estaban solicitando el dinero), se qued un largo rato en silencio mirndolos fijamente, y por fin pregunt: y qu esperan?. La conduccin de APA plante entonces el problema de la devolucin del dinero, y Espejo respondi: Un da, cuando puedan, lo devolvern. No se hagan problema. No fue necesario firmar ningn documento y, por supuesto, jams se pag la deuda, y nunca nadie la reclam. Pero todava quedaba una dificultad. La suma alcanzaba para comprar slo la casona de la calle Anchorena y no los consultorios de Luis Senz Pea. Frente a este nuevo escollo, un aeronutico manifest que conoca a un martillero que tal vez pudiera vender rpidamente el inmueble que APA no quera. As fue. El martillero aconsej adquirir al SUTERH ambos inmuebles y se comprometi a vender, en menos de treinta das, los consultorios de Senz Pea. Y as lo cumpli. De esta manera, mezcla de esfuerzos, acrobacias y una gran dosis de fortuna, el gremio aeronutico pudo adquirir la sede que an conserva. El 14 de octubre de 1952 se firm la escritura que daba a la Asociacin del Personal Aeronutico la propiedad de Anchorena 1266. Muchos aos despus sucedi un episodio que bien puede servir para ilustrar la conducta de los dirigentes sindicales aeronuticos. Yo s de la honestidad de los dirigentes de APA, coment alguien an ex secretario del sindicato. Pero cmo, si usted no nos conoce ni tuvo nada que ver con el gremio, le respondi el ex miembro de la conduccin. Yo soy amigo del escribano que certific las ventas (Sarmiento 3255 y Luis Senz Pea 778) y la compra (Anchorena 1266) que ustedes hicieron, y me asegur, asombrado, que ningn dirigente haba pedido un solo peso.

El Barrio AeronuticoDespus de adquirir su sede, el sindicato aeronutico decidi emprender un desafo mucho mayor. La idea surgi en 1954, y consista en la construccin de un barrio destinado a los afiliados que no poseyeran vivienda propia. Los dirigentes concurrieron al Banco Hipotecario Nacional, que en ese momento instrumentaba el llamado Plan Eva Pern, que financiaba el 100 por ciento de la compra del terreno y tambin la totalidad del costo de la construccin, pero eran crditos de carcter individual. Sin embargo, el Banco acept el plan que proponan los aeronuticos para la construccin de 752 viviendas. Simultneamente lleg a APA la informacin de que en la localidad de Ituzaing dos ricas familias bonaerenses, los Mihanovich y los Dodero, ponan a la venta dos amplias fracciones contiguas, que haban pertenecido a una estancia. Cuando los dirigentes de APA se presentaron ante Mihanovich para proponerle la compra de los terrenos a travs del Banco Hipotecario, al propietario no le entusiasm mucho la idea. Sin embargo, a veces se producen situaciones inesperadas que el destino enva para favorecer una causa justa. Result que Mihanovich era amigo ntimo del presidente del Banco, Juan Carlos Lawson, quien le dio todas las garantas de que iba a recibir la totalidad del dinero por la venta de esos terrenos. Todo pareca marchar sobre rieles y el contrato estaba a punto de ser firmado,

cuando, otra vez, Mihanovich comenz a plantear dudas y demorar la decisin. Interrogado por la dirigencia de APA, termin confesando que otro sindicato, La Fraternidad, estaba interesado en esos lotes y que haba sido presionado para vendrselos al gremio de los maquinistas ferroviarios, pese a que la prioridad de compra la tena APA. Ante esta disputa intergremial, APA recurri otra vez a la CGT. Espejo deleg la cuestin en el ingeniero Sarrabayrouse, quien analiz los planes del gremio aeronutico, visit el lugar y termin diciendo que los terrenos seran para APA o no seran para nadie. Sarrabayrouse agreg que La Fraternidad deba someterse a lo que la CGT haba decidido. La obra planeada por la Comisin de Vivienda que se haba conformado en el sindicato aeronutico(Lucas Sez, Juan Orlando, Pedro Cuilh y Guido Fossey), adems de las 752 viviendas, inclua todos los servicios que permitieran dotar al barrio de todas las comodidades: pavimentacin, torre-tanque de agua, centro recreativo y centro comercial. APA convenci al Banco de la conveniencia de la torre-tanque, ya que la entidad prevea la instalacin de pozos y motobombeadores en cada vivienda. Los aeronuticos le hicieron notar que por los mismos costos poda construirse esa torre, que almacenara el agua extrada a gran profundidad y, por esta razn, eliminara absolutamente el peligro de contaminacin con los pozos negros. Efectivamente, el agua que abastece hoy a las viviendas del Barrio Aeronutico est considerada como la ms potable de la zona Oeste. Pues bien, el 9 de diciembre de 1954, el presidente del Banco Hipotecario entreg a APA la resolucin del directorio del banco aprobando la obra planificada. Cuando se firm el contrato de compraventa con Mihanovich, APA debi entregar un adelanto de dinero. Esa suma surgi de la sea que se les solicit a las empresas que se presentaron en concurso para la construccin de viviendas. El Banco exiga a estas empresas que finalizaran la construccin de las casas en seis meses, plazos que cumplieron mientras la situacin poltica lo permiti. APA abri un listado para que sus afiliados se inscribieran en el plan de viviendas. Sin embargo, los cupos no se completaron, por lo que las listas se abrieron, primero, para familiares de afiliados, despus para amigos que deban ser presentados por un aeronutico, y finalmente para cualquier particular que lo deseara, en todo caso bajo las mismas condiciones y facilidades. Ocurra que, para muchos, Ituzaing era demasiado lejos y muy despoblado, ambas cosas relativamente ciertas en aquella poca. Sin embargo, con el correr de los aos, el progreso de la zona y los brutales cambios polticos y econmicos que sufrimos los argentinos, muchos de los que resignaron esa posibilidad de acceder a su techo propio no tuvieron ms que arrepentirse de aquella decisin. Como tantas otras cosas, la Revolucin Libertadora interrumpi esas obras, que estaban dirigidas a dar la posibilidad de acceder a una vivienda digna a los trabajadores aeronuticos. Sin embargo, pese a los vaivenes polticos y econmicos del pas, la obra pudo retomarse y culminarse a fines de la dcada del 60, casi veinte aos despus. En 1966, APA tena prevista la ampliacin del barrio mediante la construccin de un monobloque de 144 departamentos. Esta obra haba sido aprobada por el Instituto Nacional de Previsin el mismo da en que Arturo Ila era desalojado de la presidencia de la Nacin por otra asonada militar, la que frustr el emprendimiento. En la ltima etapa de la construccin del Barrio Aeronutico, la exigencia del Banco para seguir manteniendo los crditos era la creacin de centros comerciales en proporcin a la cantidad de viviendas. APA haba creado una cooperativa (COOPIC) que iba a tener a su cargo la administracin del agua y de los centros comerciales a crear. Con el tiempo, la cooperativa tuvo un desarrollo cada vez ms independiente de la Asociacin.

sta le cedi a COOPIC los terrenos para la construccin de esos centros comerciales. Sin embargo, imposibilidades econmicas demoraban la concrecin del proyecto. Ante el riesgo cierto de que se cancelaran los crditos, el consejo directivo de APA (Rodolfo Beotegui, secretario general; Hctor Basteiro, secretario adjunto; Juan Carlos Reino, secretario administrativo) decidi tomar el asunto en sus manos y construy en 1969 un supermercado, que administr hasta que un nuevo golpe militar, el de 1976, adems de intervenir el sindicato e investigar (otra vez) sin resultados a sus dirigentes, clausur el local. Durante los siete aos que funcion, el supermercado de APA fue un verdadero ente regulador de precios en la zona, defendiendo el bolsillo de la gente y combatiendo la especulacin. Cuando el gremio inici nuevamente su normalizacin (el ex secretario general y dirigente histrico de APA, Miguel Patrani, fue nombrado delegado normalizador) se intent reflotar el supermercado, pero lo mximo que pudo hacerse fue reacondicionar sus instalaciones, que haban quedado sumamente deterioradas por la falta de mantenimiento que sigui a su clausura. Result imposible para APA volver a administrarlo, por lo que lo entreg en concesin a particulares, con la condicin de que se mantuvieran las chequeras que existan para los afiliados aeronuticos y buenos precios. Otra de las obras que haban quedado pendientes por las interrupciones institucionales era el campo de deportes. En 1983, APA fue el primer sindicato en normalizarse y de elegir democrticamente a sus autoridades. Result electo como secretario general Hctor Basteiro, quien se haba desempeado como adjunto hasta la intervencin 76. Basteiro, despus del golpe militar, volvi a su puesto de trabajo y obtuvo, siete aos despus, el reconocimiento de los trabajadores aeronuticos. Una de sus primeras acciones fue concluir el centro recreativo, que es hoy motivo de orgullo para todos los aeronuticos. ste est construido sobre la base del casco de la estancia de los Mihanovich, donde tambin funcion una escuela primaria. Se mantuvo la edificacin de estilo campestre, se parquiz, se construyeron piletas de natacin, quinchos, canchas para practicar deportes y un rea de juegos infantiles. Basteiro falleci en 1986 en ejercicio de su cargo, y el centro recreativo lleva hoy su nombre. All, en el Barrio Aeronutico de Ituzaing, que en un comienzo fue bautizado 7 de mayo, en homenaje a Evita, todava viven hoy afiliados a APA o descendientes de aquellos pioneros que honraron su accin gremial con una absoluta transparencia y una honestidad a toda prueba. Cuando los dirigentes de APA fueron investigados por la dictadura militar que derroc al gobierno peronista en 1955, al comodoro De La Vega, de la Comisin Nacional de Investigaciones no le qued ms remedio que admitir la limpieza de procedimientos de la dirigencia aeronutica. Pero ustedes son boludos, ni siquiera se han quedado con el 5 por ciento de comisin que la ley acepta en proyectos de esta envergadura.

Persecucin y cesantasEn 1955, con la cada del gobierno peronista, se desat una tremenda persecucin contra el movimiento obrero y sus conquistas. El gremio aeronutico no fue ajeno a esta represin a la que la autodenominada Revolucin Libertadora someti a los trabajadores. Todos los dirigentes de APA y los delegados fueron cesanteados, y el sindicato intervenido militarmente. En los primeros momentos del golpe no pareci anidar el espritu revanchista y antiobrero que se manifest sin complejos despus del reemplazo del presidente Eduardo Lonardi por la dupla Aramburu-Rojas.

Lonardi, apenas cado Pern, haba lanzado expresiones como ni vencedores ni vencidos, o no es cuestin de destruir todo un sistema, hay que sacar lo malo y dejar lo bueno. Por otra parte, eran lo estrictamente sindical, Lonardi haba designado ministro de Trabajo al doctor Cerruti Costa, un laboralista catlico que propuso normalizacin sindical en 120 das, culminando el proceso normalizador con elecciones limpias y supervisadas por el gobierno, pero sin ningn tipo de proscripciones. Para ello se haba nombrado en cada sindicato a un delegado u observador militar, cargo que con la cada de Lonardi habra de despojarse de eufemismos para ser titulado definitivamente interventor militar. Apenas producida la revolucin, el consejo directivo de APA decidi renunciar en pleno y deleg todo el manejo del gremio en Jos Albela (hasta entonces secretario adjunto) y Dante Fanuele (tesorero), con la misin de acompaar al delegado militar en la administracin del sindicato y en el llamado a nuevas elecciones. La conduccin renunciante buscaba as adaptarse a la nueva situacin institucional, volver a sus puestos de trabajo, y despus, cuando se diera la oportunidad, revalidar sus ttulos, basndose sobre todo en la gran representatividad que tena en las bases y en la seguridad de haber ejercido una administracin transparente. El ltimo comunicado del secretariado de APA es del 1 de octubre de 1955, y en l se expresaba su voluntad de normalizacin democrtica, se pona a disposicin de cualquier tipo de investigacin sobre su situacin patrimonial y la del sindicato, y anunciaba el retorno de todos los dirigentes a sus trabajos habituales en las compaas areas. La ilusin dur lo que un suspiro. Si bien el capitn Eduardo Arteaga, observador militar en APA (enseguida interventor), hizo constar en un acta que no haba hallado ninguna irregularidad administrativa en el manejo del sindicato, la cada de Lonardi y la hipergorilizacin del gobierno desataron la represin a mansalva: toda la conduccin de APA fue cesanteada, lo mismo que todos los delegados gremiales, militantes, activistas, y hasta familiares, amigos, conocidos o allegados a stos que nunca haban incursionado en la actividad sindical. Mientras tanto, miles de trabajadores en todo el pas tambin sufran la crcel, la persecucin y la proscripcin por sus antecedentes gremiales. Recin en 1958, y como parte de los acuerdos entre Pern y Frondizi, los cesanteados del 55 fueron reincorporados a sus puestos de trabajo.

Resistencia y recuperacinEn setiembre de 1956, un ao despus de la cada de Pern, la actividad gremial clandestina o semilegal estaba en pleno desarrollo, mientras el gobierno de la Libertadora alentaba o promova listas o sectores antiperonistas con vistas a una normalizacin sindical por dems selectiva. La CGT estaba intervenida militarmente, al igual que todos los sindicatos, y gran cantidad de dirigentes estaban encarcelados o inhabilitados para actuar. En este marco, con los dirigentes de APA cesanteados, empez a gestarse en las bases, sobre todo en Aerolneas Argentinas, un intento de reconstruccin de la organizacin sindical. Se cre la agrupacin Lista Celeste, con vistas a recuperar APA cuando los militares lo permitieran. Sus principales dirigentes eran Belarmino Liboreiro, Prxedes Garca Camba, Pedro DJourin (los tres de Ezeiza) y Alberto Murphy (jubilado aeronutico). La Lista Celeste emprendi una tarea sindical muy activa, al punto de que hacia fin de ao, con el gremio intervenido y sus dirigentes fuera de la empresa llev adelante una

medida de fuerza (trabajo a reglamento) ante un intento de extender la jornada de trabajo. El conflicto termin con 69 despidos y otra de las habituales acciones represivas de la poca: la movilizacin militar. Si bien no fue por mucho tiempo, los trabajadores de Aerolneas estuvieron sometidos, por defender su jornada laboral, a las normas de la disciplina castrense. Como en tiempos de guerra, consignas militares ejercan una frrea vigilancia sobre los trabajadores, que sin embargo no cedieron en su actitud de atenerse estrictamente a lo que el convenio marcaba para sus tareas. Pese a su combatividad en la empresa, la Lista Celeste se manejaba con mucho tacto en la relacin con el interventor militar en APA, el capitn Arteaga. ste design como interventor sindical (una especie de delegado normalizador) a Italo Viotti, un trabajador aeronutico que tena participacin en una de las listas (la Rosa-Blanca) que auspiciaba Arteaga, pero que, despus de su nombramiento, asumi el compromiso de mantenerse imparcial. La Celeste acept la designacin destacando la actual prescindencia de Viotti, pero reservndose el derecho de crtica y denuncia si se apartaba de esa actitud. Las listas ensayaban sus fuerzas y capacidades en las reuniones preparatorias de la discusin paritaria que buscaba actualizar el convenio colectivo de trabajo. Estas reuniones se realizaban en un clima muy especial: siempre estaba presente un veedor de la Polica Federal. En medio del proceso electoral, la Celeste reciba algunas acusaciones de otras listas que le enrostraban colaboracionismo con la intervencin en APA. En realidad, la tctica gremial de esta agrupacin era algo despolitizada, haciendo hincapi permanentemente en el enfrentamiento con los patrones y las empresas, y no con el gobierno. Este planteo tctico se centraba en tres objetivos fundamentales: la firma del nuevo convenio colectivo de trabajo, la representacin obrera en el directorio de Aerolneas y, por supuesto, su triunfo electoral y la consiguiente recuperacin del sindicato. Como era previsible, la Celeste gan las elecciones de octubre del 56, con Belarmino Liboreiro como candidato a secretario general, pero debi esperar hasta el 21 de enero de 1957 para asumir sus funciones, y cuando lo hizo, APA estaba militarizada nuevamente como consecuencia de las medidas de fuerza de fin de ao. Por otra parte, la discusin paritaria estaba estancada. La principal dificultad era el intento empresario de modificar y extender la jornada de trabajo, proyecto que, como veremos ms adelante, fue generador de sucesivos conflictos.

Un cambio de estrategiaApenas asumida, la nueva conduccin radicaliz sus posiciones. Se inici una dura prdica contra la intervencin militar en la CGT, se exigi la inmediata normalizacin de todos los sindicatos y se reclam legalmente por la reincorporacin de todos los cesanteados desde 1955. APA tambin tuvo una activa participacin en la conformacin de la Intersindical, entidad que nucleaba a los gobiernos normalizados y que buscaba la recuperacin de la central obrera para los trabajadores. Al mismo tiempo, resurgieron los conflictos con Aerolneas Argentinas. La empresa se negaba a avanzar en la firma del convenio colectivo, insista con sus proyectos de extender la jornada laboral y negaba el mbito de la Justicia del Trabajo para los despedidos de fines del 56. Como para complicar un poco ms este intrincado escenario, tambin debi lidiarse con la reticencia a la participacin, producto del temor que provocaba la persecucin poltica y gremial. Esta falta de voluntad participativa lleg inclusive hasta el propio

secretariado de APA. En el mismo momento de asumir se produjeron deserciones y bajas en la flamante conduccin. De manera que para poder completar la nmina fue necesario incorporar a miembros de las listas opositoras que haban sido derrotadas en las elecciones de octubre. Esta coyuntura, sin duda, enriqueci la vida democrtica de APA. Pero tambin fue el germen de futuros conflictos internos entre los miembros del Consejo Directivo. Este haba quedado constituido de la siguiente manera: Secretario general: Belarmino Liboreiro. Secretario adjunto: Prxedes Garca Camba. Secretario de organizacin: Ernesto De Lelis (opositor). Secretario de Asistencia Social: Miguel P. Henry. Tesorero: Nstor Loza (opositor). Secretario administrativo: Horacio Martnez (opositor). Secretario de Cultura y Prensa: Pedro DJourin. Vocales: Francisco Pi de la Serra, Ernesto Lores, ngel Facco y ngel Romano. Revisores de cuentas: Dina Coppolecchia y Roberto Kuperman. En su enfrentamiento con la poltica laboral del gobierno, APA tambin se manifest duramente contra el decreto 2739/56, que prorrogaba por un ao ms el vencimiento de los convenios colectivos de trabajo. El convenio aeronutico con las empresas privadas se hallaba concluido, firmado y publicado. El problema, como ya se dijo, era con Aerolneas Argentinas. Simultneamente con sus reiterados intentos de extender de facto la jornada de trabajo, la empresa estatal quera imponer en la mesa paritaria esa modificacin para incorporarla al nuevo convenio, y practicaba una poltica particularmente dura con el personal, en especial con las inasistencias o las licencias por enfermedad, las que eran motivo inmediato de suspensiones o despidos. Como ya vimos, a fines del 56 Aerolneas haba producido numerosas cesantas como represalia a los movimientos de resistencia a las modificaciones horarias. La dirigencia aeronutica debi abocarse a negociar con la compaa para obtener la mayor cantidad posible de reincorporaciones. Estas negociaciones fueron sumamente lentas y a mediados del 57 se haba conseguido reintegrar a sus puestos de trabajo a 33 aeronuticos, entre ellos los delegados gremiales. Junto con las demoras que provocaba Aerolneas para no firmar el convenio colectivo, la empresa negaba la competencia de la justicia laboral en lo que respecta a 25 despedidos que haban iniciado juicio a travs de los abofados de APA. El directorio de Aerolneas sostena que los trabajadores de la empresa eran empleados pblicos y, por lo tanto, no sujetos a contratos de trabajo, lo que en esos tiempos contradeca la existencia misma de un convenio colectivo.

Una carta servicialA fines de marzo de 1957 lleg a APA una curiosa nota dirigida al secretario general. Estaba firmada por un tal Alberto Attias, capitn, y deca representar a una Oficina de Informacin y Bsqueda Gremial de la Presidencia de la Nacin. La carta estaba acompaada de una planilla que deba ser completada con los datos que se solicitaban, entre otros: filiales que posea APA, direcciones y telfonos, total de afiliados, centrales obreras a las que adhera, nombres de todos los miembros del consejo

directivo y de los principales dirigentes del gremio, integrantes de todas las listas que se presentaron a elecciones y causas de intranquilidad dentro del sindicato. En mayo, APA envi su respuesta, firmada por Liboreiro. En ella se brindaba la informacin mnima y obvia, aquella que estaba al alcance de cualquiera, como el domicilio del sindicato y que posea una filial en Crdoba. Pero se neg cualquier informacin que pudiera comprometer a ninguno de los activistas o militantes, respondiendo a la mayor parte de las preguntas de la planilla con un no corresponde. Al final de su carta, Liboreiro expresaba con claridad la maniobra ejecutada por los servicios de informaciones de la dictadura: A efectos de satisfacer nuestra curiosidad, le solicito quiera tener la deferencia de explicarnos el origen de la denominacin de la oficina que produjo el pedido de informes. Hago notar que ms bien pareciera ser de una seccin policial, y no del Ministerio de Trabajo y Previsin. El secretario general de APA conclua su respuesta al misterioso capitn Attias con una aclaracin: Las asociaciones profesionales de trabajadores constituyen organizaciones lcitas, y su nico objeto es el de laborar por el mayor bienestar de la clase trabajadora, lo cual no da lugar a que se cree una oficina de bsqueda gremial. Por supuesto, nunca contestaron la carta de APA.

Democracia y democrticosEs necesario reiterar que la Libertadora haba fomentado en algunos gremios listas claramente antiperonistas, experiencias que la realidad ech por el piso. En ocasin de las cesantas de fines del 56 y comienzos del 57 circularon en las bases de Aerolneas unos volantes firmados por Aeronuticos amantes de la libertad y la justicia, que acusaban a la empresa de favorecer, con los despidos, a aquellos que inculcan a la gente a huelgas o revueltas para beneficiar al sabelotodo o a politiqueros totalitarios. El libelo haca un llamado al gobierno actual para que se investigue el proceder de la empresa, porque creemos que la Revolucin es amante de la democracia y la libertad. Los compaeros democrticos anunciaban la inocencia de los despedidos y manifestaban su desagrado al ver que parte del personal con sanciones disciplinarias (sin justificativo posible), que merecen el despido, no fueron molestados. Si algo caracteriz a APA durante toda su historia fue la pluralidad, el respeto a todas las ideas polticas, pero nunca a costa de aceptar la represin y la persecucin de los trabajadores, de acusaciones y hasta de agravios, las sucesivas conducciones de APA representaban a todo el abanico ideolgico argentino: socialistas, peronistas, radicales, desarrollistas, comunistas e independientes convivieron en el sindicato, que jams se hizo eco de prdicas persecutorias o macartistas. Ya en junio del 57 Liboreiro escriba en Aerogremiales, el boletn informativo de la Asociacin, que diez meses antes haban sido elegidos un conjunto de hombres que, despojados luego del color de sus listas, se dispusieron a dar de s todo lo que pudieran para sostener los derechos de sus representados. El secretario general destacaba las dificultades que atravesaba su gestin justificndolas en que las empresas y los patrones eran material predispuesto a ser refractarios, ya sea por espritu revanchista o por natural idiosincrasia, a toda reclamacin de justicia. Liboreiro, en nombre de todo el secretariado, haca en ese editorial un fervoroso llamado a la participacin de todos los sectores y pona la renuncia de la conduccin a disposicin de la voluntad de los afiliados.

APA en la IntersindicalEn abril y mayo del 57 APA particip de sendos congresos extraordinarios de la Intersindical nacional, en Crdoba y en la Capital Federal. En ambos encuentros, los sindicatos normalizados exigieron la libertad de todos los presos gremiales, el levantamiento de las inhabilitaciones sindicales, la normalizacin total de la CGT, la modificacin de la ley de despidos, la derogacin de todas las leyes represivas del movimiento obrero (entre otras la Ley de Residencia, instrumento con que la oligarqua gobernante reprimi la accin gremial de los trabajadores extranjeros y que, curiosamente, se mantuvo inclume desde 1927). Las resoluciones de la Intersindical se manifestaban tambin por la defensa de la industria nacional y pedan el proteccionismo del Estado a travs de barreras aduaneras y fiscales que evitaran el aumento de la desocupacin y el drenaje de divisas. Adems haba un repudio al Pacto del Atlntico Sud, un proyecto armamentista de Estados Unidos en el marco de la Guerra Fra, que pretenda imponer aqu la Libertadora. La Intersindical lo denunciaba como un problema no slo poltico, sino tambin armamentista, que afecta la soberana de la Nacin e incide en la ya menguada economa del pueblo, y agregaba el rechazo de la clase trabajadora del pas a la pretensin de encadenarnos a un pacto ajeno al espritu de libertad e independencia poltica y econmica, tan consustanciada al sentir unnime del pueblo argentino. Pero lo ms llamativo del documento es una curiosa declaracin de solidaridad con los obreros espaoles, denunciando torturas y fusilamientos de la dictadura de Francisco Franco contra militantes sindicales, y una solicitud a la embajada espaola en la Argentina para que se eviten en el futuro los fusilamientos, las torturas y las persecuciones hacia el movimiento obrero, actitudes stas que involucran un formal desconocimiento de los derechos humanos.

Crisis en la conduccinDespus de dos aos de intervencin militar, el 14 de junio de 1957 se realiz la primera Asamblea General de APA. La asamblea sesion en el Saln Rossini, en la calle Cangallo 2535. Entre los puntos principales tratados durante la reunin estuvo por primera vez el tema que ocupara centralmente la atencin de APA a lo largo de muchos aos: la posible privatizacin de Aerolneas Argentinas y su futuro como lnea area de bandera. Durante los meses de abril y mayo, la dirigencia de la Asociacin mantuvo entrevistas con el ministro de Aeronutica, el subsecretario de Hacienda y el directorio de Aerolneas Argentinas, intentando indagar en cunto haba de cierto en las versiones periodsticas que circulaban en el pas y en el exterior acerca de la posible entrega de Aerolneas Argentinas al capital privado. En ese sentido, en la asamblea se manifest que el ministro de Aeronutica haba desmentido totalmente esa posibilidad y ratificado plenamente los principios de la poltica area del Estado. Tambin se habl de las tratativas realizadas ante la empresa por la situacin de los 69 cesanteados a fines del 56, y se inform de la reincorporacin de 34 de ellos y de la decisin de otros 25 que haban decidido demandar judicialmente por sus despidos. No obstante, la asamblea decidi ratificar el estado de huelga que el cuerpo de delegados haba declarado el 15 de mayo, y mantenerlo por plazo indeterminado. Esta medida estaba fundamentada en enfrentar el decreto 879/57, que haba transferido al

personal de aeropuertos a la Direccin General de Circulacin Area, con lo que pasaban a depender de la Fuerza Area y quedaban desplazados de los alcances del convenio colectivo de trabajo. Asimismo, convoc a una nueva asamblea general extraordinaria para el 28 de junio, con el objeto de tratar, entre otros puntos, la estabilidad del personal de Aerolneas Argentinas y la reforma del estatuto de APA. Sin embargo, este auspicioso regreso a la institucionalidad gremial se vio conmovido poco despus por una serie de denuncias que lanz el secretario tesorero de la Asociacin, Nstor Loza, contra el secretario general y otros miembros de la conduccin. Loza lanz sus acusaciones (retiro indebido de fondos) en una reunin ordinaria del secretariado que se realiz el 18 de julio y, ante la reaccin del secretariado por defender su honorabilidad, anunci que precisara sus denuncias por escrito, y las elevara junto con su renuncia, y se retir intempestivamente. Una semana despus, volvi a reunirse el secretariado y Loza segua sin concretar las acusaciones. Liboreiro y uno de los vocales, Pi de la Serra, propusieron la formacin de una comisin investigadora. Ante la reiterada negativa del tesorero a precisar sus renuncias, el secretariado decidi por unanimidad separarlo condicionalmente de su cargo. Adems, en presencia de dos testigos, se clausur la tesorera y se lacr la Caja y todos los documentos contables. La conduccin convoc al cuerpo de delegados para transmitirles la situacin y solicitarles la conformacin de una comisin investigadora que procurara aclarar las denuncias de Loza, una vez que ste las presentara debidamente, para luego exponer su dictamen ante una asamblea general extraordinaria. El 2 de agosto se dio cita la tercera asamblea general del gremio, a la que haba sido convocado Loza, a travs de un telegrama colacionado, para que de una vez por todas aclarara la situacin. El ex tesorero no se present y la comisin investigadora manifest que no haba podido prosperar en su tarea debido a la falta de una denuncia concreta. Durante la asamblea general se produjo otro hecho conmocionante. Ernesto Estvez, tesorero del Centro Comercial Ezeiza, elev a la presidencia una nota que acusaba a Horacio Martnez, secretario administrativo de APA, de manejo irregular de fondos. Martnez, presente en la asamblea, intent plantear una cuestin de privilegio para defenderse de la denuncia, pero una mocin de orden lo dej sin el uso de la palabra. Ante la guerra de acusaciones y denuncias cruzadas, se decidi constituir una nueva comisin investigadora que tena como funcin aclarar todo y presentar su informe en una siguiente asamblea general. Esta comisin, electa en la asamblea, qued constituida por Alfredo Garca, Alberto Murphy, Rodolfo Beotegui, Amado Elizalde y Luis Garca. Catorce das despus, el 16, la comisin tena listo su informe y se convoc a la asamblea en el saln de actos de los trabajadores de la Sanidad, en la calle Saavedra al 100. El dictamen haba sido tomado luego de analizar detenidamente las denuncias que, por fin, Loza haba presentado por escrito y los descargos de todos los involucrados. La comisin consider responsables a Liboreiro, como secretario general, y a Loza, como ex tesorero, por no cumplir ni hacer cumplir a los dems secretarios lo establecido en los estatutos acerca de la rendicin de gastos, pero aclarando que esto no significaba necesariamente dolo o negociado. Por otra parte, el dictamen consider responsable a Martnez por retiro de dinero sin conocimiento del secretario general ni del tesorero, y al administrador del Centro Comercial de Ezeiza, Hugo Mandolei, por haber entregado ese dinero en forma indebida y no haberlo comunicado al secretariado. Finalmente, la asamblea decidi separar de sus cargos a Martnez y a Mandolei. Loza present una nueva denuncia, por lo que la comisin investigadora prorrog sus

funciones hasta aclarar definitivamente la situacin. En su segundo dictamen, expuesto otra vez en una asamblea general, la comisin encontr responsables a Liboreiro por no haber tomado las medidas necesarias para hacer cumplir al ex secretario tesorero (Loza) la normalizacin de la contabilidad de la Asociacin, y a Loza por no haber arbitrado los medios necesarios para poner al da la contabilidad de APA. Consider un acto irregular la extraccin de dinero realizada por Martnez y quit responsabilidad a Mandolei. Despus del informe, la asamblea decidi aprobar el dictamen, expulsar a Loza y a Martnez (quien no pudo ser expulsado ya que renunci antes a su afiliacin) y levantar la sancin que pesaba sobre Mandolei. Ninguna sancin recay sobre el secretario general. No obstante, el 1 de octubre, dos meses despus del escndalo, y por motivos personales, Liboreiro renunci a su cargo. Despus de las sucesivas bajas, deserciones, expulsiones, renuncias, el consejo directivo que habra de administrar APA hasta las elecciones de fines de 1958 qued constituido de la siguiente manera: Secretario general: Prxedes Garca Camba. Secretario adjunto: Pedro DJourin. Secretario administrativo: Rmulo Garca. Secretario tesorero: Ernesto De Lelis. Secretario de organizacin: Pablo Cutraro. Secretario de asistencia social: Miguel P. Henry. Secretario de prensa y propaganda: Lorenzo Lubiz. Vocales: ngel Facco, Francisco Pi de la Serra, y Hctor Domecq. Revisores de cuenta: Dina Coppolechia y Roberto Kuperman.

La lucha continaEn julio de 1957, la intervencin militar en la CGT convoc a un congreso nacional. Era una oportunidad para recuperar la central obrera, y la Intersindical, en la que se hallaba APA, decidi concurrir y hacer un llamado a todos los sindicatos normalizados a fin de evitar maniobras divisionistas promovidas por el gobierno y crear, en el congreso, la formacin de una comisin que garantizara la normalizacin de la CGT. Pues bien, ya es parte de la historia lo ocurrido en la jornada del 26 de agosto del 57. Ese da, 62 sindicatos se quedaron en el congreso ante la retirada de algunos gremios manipulados por la dictadura militar. All nacieron las 62 organizaciones, que con el tiempo habran de constituirse en el brazo sindical del movimiento justicialista. Otros sindicatos, que no eran peronistas pero combatan a la dictadura y buscaban recuperar la CGT para los trabajadores, apoyaron, desde una postura independiente, la actitud de las 62. Entre ellos estaba APA, que adhiri primero a la huelga declarada el 27 de setiembre en solidaridad con la lucha de los trabajadores de FOETRA y AATRA (telefnicos y telegrficos) y despus al paro de 48 horas que las 62 Organizaciones convocaron para el 22 y 23 de octubre. En ambos casos, la adhesin de los trabajadores aeronuticos fue masiva. Haba muchos y buenos motivos, externos e internos, para parar: los presos gremiales, los dirigentes inhabilitados, los sindicatos intervenidos, la CGT controlada por los militares, los decretos que ahogaban la actividad sindical, el costo de vida, los salarios congelados. Por otra parte, en lo estrictamente aeronutico, no haba menos razones: la dura poltica de Aerolneas hacia su personal, la demora en la firma del convenio colectivo de trabajo, la eterna pretensin de extender la jornada laboral, los cesanteados del 55 y del

56, los rumores de privatizacin y la intensin de considerar a los trabajadores aeronuticos como empleados pblicos, entre muchas otras.

Una nueva dirigenciaEn noviembre de 1957, en la base de Aerolneas Argentinas en Ezeiza, fueron electos como delegado general y subdelegado general, Rodolfo Beotegui y Juan Pronko, respectivamente. Ambos iniciaron una intensa tarea gremial, de dureza frente a la empresa y de contacto cotidiano con sus representados an en los problemas ms pequeos. Esta actitud los llevara, slo un ao despus, a conducir los destinos de la Asociacin del Personal Aeronutico. Efectivamente, el 17 de diciembre de 1958 Beotegui fue electo secretario general del gremio y en ese cargo se mantendra, revalidado peridicamente por las bases hasta el golpe militar de marzo de 1976, casi 18 aos de liderazgo sindical indiscutido. En 1958, se haban realizado elecciones presidenciales, con el justicialismo proscripto, en las que haba triunfado la UCRI, un desprendimiento del radicalismo que merced a su pacto con Pern llev a la presidencia a Arturo Frondizi. Se iniciaba una etapa sumamente contradictoria, con un sistema democrtico restringido, incumplimiento de promesas electorales y peridicos planteos militares al poder civil. Uno de los acuerdos que haba establecido Frondizi con el peronismo para obtener su voto era el levantamiento de las inhabilitaciones, la libertad de los presos gremiales y la reincorporacin de los cesanteados por causas polticas o sindicales, adems de la devolucin de la CGT a los trabajadores. Este punto del pacto se cumpli y permiti la reorganizacin sindical en todo el pas. Sin embargo, la poltica econmica implementada por Frondizi (lvaro Alsogaray era su ministro) contradijo completamente sus promesas electorales (la poltica petrolera es un ejemplo) y fue germen de una gran conflictividad social (educacin laica o libre) y sindical (trabajadores de los frigorficos y bancarios, por citar slo algunos). Las luchas obreras ingresaron en una espiral que habra de culminar en el Plan CONINTES (Conmocin Interna del Estado), que recoga la mejor tradicin represiva y militarista de la Revolucin Libertadora: palos, crcel e intervenciones a los sindicatos. El levantamiento de las inhabilitaciones permiti que los dirigentes aeronuticos de la conduccin anterior a 1955 pudieran volver a trabajar y a actuar sindicalmente, y fue as como en el proceso electoral de fines del 58 varios ex inhabilitados ocuparon sitios en las diferentes listas de candidatos que se presentaron. La lista que encabezaba Beotegui, y que se impuso en las elecciones, combinaba la presencia de nuevos dirigentes surgidos de la accin sindical en las bases (como Juan Carlos Reino, Hctor Basteiro, Juan Pronko o el propio Beotegui) con histricos como Juan Orlando o Ernesto Lores. No haban terminado de asumir como conduccin cuando debieron enfrentarse a la situacin de conflicto que enfrentaba el Frigorfico Nacional Lisandro de la Torre, cuyos trabajadores mantenan una dura lucha contra su privatizacin y haban debido soportar una terrible represin, junto con el reclamo por una urgente recomposicin salarial. Basta sealar que el comunicado nmero 1 del nuevo consejo directivo, del 14 de enero de 1959, era un saludo y reconocimiento de las autoridades electas hacia los trabajadores aeronuticos por su participacin y decisin, y los comunicados N2 y N3, ambos fechados el 15 de enero, eran para manifestar la solidaridad de APA con los compaeros del Frigorfico Nacional y anunciar un pedido de aumento de emergencia a cuenta del nuevo convenio a todas las empresas de aeronavegacin y talleres aeronuticos del pas.

El 17 de enero, los trabajadores del frigorfico, que haban tomado pacficamente sus instalaciones despus de peticionar en vano ante el Poder Ejecutivo y ante el Congreso de la Nacin-, fueron sorprendidos en la madrugada por una accin combinada de la polica y el ejrcito que, con un despliegue armamentista inusitado, que inclua tanques y gran cantidad de efectivos, los reprimi salvajemente. Al da siguiente, en una reunin del secretariado y el cuerpo de delegados, se resolvi adherir a una huelga de 48 horas en solidaridad con la lucha de los trabajadores del frigorfico en consonancia con las inquietudes de toda la clase obrera. El paro se realizara el lunes 19 y el martes 20 de enero, y el comunicado N 4 de APA expresaba as sus motivaciones para ir a la huelga: 1) Derogacin de la ley que entrega el Frigorfico Nacional. 2) Desmovilizacin militar del gremio ferroviario y libertad de todos los presos gremiales, levantamiento de las capturas pendientes y toda medida represiva contra el movimiento obrero. 3) Lucha efectiva y activa contra la caresta de vida (), fijacin de precios. 4) Medidas efectivas para asegurar la estabilidad de los trabajadores (), derogando el artculo 13 de la ley recientemente aprobada, que dispone la cesanta en masa de los empleados pblicos. 5) Defensa de la industria nacional, comenzando con el cierre de la importacin de todos los artculos que se fabriquen en el pas. 6) Derogacin de la ley anticonstitucional que reglamenta el derecho de huelga. 7) Cese del Plan de Desnacionalizacin y de Sometimiento que significa el Plan de Austeridad. 8) Levantamiento inmediato del estado de sitio. Sin ninguna duda, si ensayramos el ejercicio de invertir el texto y reemplazar los reclamos por las polticas que se estaban llevando a cabo en la Argentina, cmo no advertir la figura del eterno capitn ingeniero Alsogaray en su planeamiento e implementacin? La huelga, por parte de los aeronuticos, fue un xito completo desde el punto de vista de la masividad, pero a partir de ella las relaciones con las empresas, sobre todo con Aerolneas Argentinas, se complicaron todava ms. El presidente de la compaa area estatal, comodoro Juan Jos Giraldes (descendiente director del autor de Don Segundo Sombra, Ricardo Giraldes), calific la huelga como poltica y a partir de ese momento se desat una abierta represin contra los dirigentes sindicales. La Polica Federal allan la casa de Beotegui, intentando detener al secretario general de APA, y al no conseguirlo hizo lo mismo, en dos oportunidades, en la sede gremial de la calle Anchorena, donde se dispuso una vigilancia policial permanente. Tambin fue allanado el domicilio de Hctor Basteiro, quien entonces se desempeaba como vocal del sindicato. Por otra parte, en Paseo Coln 185, Casa Central de Aerolneas, agentes de civil se hicieron presentes en varias ocasiones, procurando dar con el paradero de su delegado general, Luis E. Garca. Mientras tanto, en la empresa tambin se adoptaban actitudes persecutorias, a travs de jefes y directivos que, siguiendo rdenes de arriba, se afanaban en barrer con todo rastro de actividad sindical.

En su comunicado N6, del 23 de enero de 1959, APA anunciaba un pedido de entrevista con el ministro del Interior para exigir garantas que protegieran el local sindical, y que ampararan de la persecucin policial a los miembros del secretariado, a los delegados y a todos los militantes y activistas gremiales.

Cinco meses para un aumento de emergenciaUno de los primeros problemas que debi aclarar la nueva conduccin, lo dijimos antes, fue la obtencin de un aumento de emergencia a cuenta del incremento salarial que se concretara con la firma de los nuevos convenios. El gobierno de Frondizi, frente al desenfrenado proceso inflacionario que viva la Argentina, y que haba resentido gravemente el poder adquisitivo de los trabajadores, resolvi, a travs del decreto 89/58, un aumento general de salarios del 60 por ciento. Sin embargo, esta cifra no alcanzaba a compensar mnimamente la cada del salario real. El costo de la vida desde el 1 de mayo de 1958 (asuncin de Frondizi) hasta el 30 de abril del 59 haba aumentado un 102 por ciento por lo que muchos sindicatos, entre ellos APA, debieron salir a reclamar una recomposicin que se adelantara, por la necesidad urgente de la diaria subsistencia, a lo que se pactara en las paritarias. Las negociaciones comenzaron al da siguiente de la asuncin de Beotegui, el 15 de enero y, en los hechos, se convirtieron en una paritaria, ya que se prolongaron hasta junio, cuando luego de arduas discusiones, innumerables audiencias en el Ministerio de Trabajo, asambleas generales y amenazas de huelga, se logr que todas las compaas pagaran los aumentos acordados. Las empresas privadas de aeronavegacin comercial fueron las primeras en hacer efectivo el aumento, con los haberes del mes de mayo. Si bien con Aerolneas Argentinas el incremento de emergencia se haba acordado mucho antes, debi esperarse hasta la liquidacin de haberes del mes de junio para ser cobrado por los trabajadores. El principal impedimento haba sido la negativa del capitningeniero Alsogaray, ministro de Economa, a liberar las partidas destinadas al aumento, que el comodoro Giraldes, presidente de Aerolneas, haba autorizado en febrero. Adems del secretariado de APA, en esos meses de dura pulseada poltica, negociaciones y amenazas de medidas de accin directa, tuvieron activa participacin otros aeronuticos a los que es obligacin mencionar: Ernesto Lores (Air France), Dante Fanuele (Panagra), Plauto Pez (Varig), Hctor Torres (Austral), Juan C. Ayuso (Aerotalleres Tristn Surez), Epifanio lvarez y Ricardo Macre (Aerotaller Tayr) y Hctor Martnez (Aerolneas Argentinas-Crdoba). Pese a las demoras, APA vivi los aumentos como un triunfo. No era para menos. La situacin sindical en todo el pas era sumamente complicada. La toma del Frigorfico Lisandro de la Torre (represin y desalojo), el largo conflicto bancario (con movilizacin militar incluida) y la lucha que la FOTIA llevaba a cabo en Tucumn por el cierre de algunos ingenios azucareros (donde se asesin al dirigente Manuel de Reyes Olea), eran los ejemplos ms notorios no los nicos- en los que se manifestaba, al mismo tiempo que un ascenso en el nivel de las luchas populares, un crecimiento de la represin. En medio de esta situacin, el movimiento obrero segua dividido. Existan las 62 Organizaciones, el MUCS (Movimiento de Unidad y Coordinacin Sindical) y un gran abanico de gremios independientes (entre los que se hallaba APA) que reclamaban a todos los sectores la necesaria unidad para recuperar la CGT al servicio de los trabajadores.

Disparen contra Aerolneas

Hacia fines de 1959 se inici un duro conflicto en Aerolneas Argentinas, en el que los trabajadores aeronuticos resultaron el pato de la boda en la aparente disputa que mantenan el eterno privatista lvaro Alsogaray y la Fuerza Area. Segn el liberal ministro de Frondizi, Aerolneas daba prdidas y era necesario traspasarla a manos privadas (por supuesto extranjeras) para hacerla ms eficiente y poner fin al dficit que le causaba al Estado. El 16 de octubre, el comodoro Giraldes renunci a la presidencia de Aerolneas y produjo una declaracin en la que denunciaba una poltica area cuyo principal objetivo no es otro que eliminar progresivamente a Aerolneas Argentinas del cabotaje nacional. Giraldes atacaba duramente el decreto 11.920, sancionado el 23 de setiembre de 1959. Esta norma propona dar el mximo impulso a la consolidacin econmica de todas las empresas aerocomerciales, propendiendo al afianzamiento de las de capital privado, y estableca que el incremento de trfico en las rutas internas ser absorbido por las empresas privadas. Pero adems ordenaba la facilitacin del apoyo tcnico de Aerolneas Argentinas a las empresas privadas proporcionndoles los servicios de sus organizaciones o establecimientos tcnicos para asegurarles un eficiente mantenimiento y reparacin del material de vuelo. Este decreto fue calificado por Giraldes como una perfecta obra de destruccin cientfica de Aerolneas, que adems de ver progresivamente disminuida su participacin en el mercado de cabotaje hasta el punto de desaparecer, deba brindar sus talleres y el trabajo de su gente en beneficio de las empresas privadas, como forma de impulsar la aviacin comercial. Esta era la clase de competencia que promova el capitn-ingeniero. Mientras se manifestaba duro luchador contra el dficit fiscal, lo promova mediante esta clase de subsidios directos a empresas privadas, muchas de ellas meras aventuras, que no estaban en condiciones de calidad tcnica ni de servicio como para competir con Aerolneas.

Un lockout fracasadoEn este clima de sospecha acerca de las verdaderas intenciones del gobierno hacia la empresa area estatal, asumi como presidente de Aerolneas el brigadier Miguel Moragues. A los quince das de estar en funciones, Moragues resolvi que la mejor manera de hacer ms eficiente a la empresa y resistir a las presiones privatizadoras era bajar los costos laborales. Moragues despidi, por razones de economa, a 134 trabajadores e intent manu militari extender la jornada de trabajo. Pero adems pretenda acabar con casi todas las conquistas que los aeronuticos haban obtenido desde la firma de su primer convenio colectivo, en 1950, y luego de la huelga de 1953. Inmediatamente, APA hizo las denuncias correspondientes ante el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Aeronutica, la Presidencia de la Nacin y el Congreso, sin ninguna clase de respuestas, por lo que el 31 de octubre el secretariado de APA y el cuerpo de delegados resolvieron el quite de colaboracin y el trabajo a reglamento en Aerolneas Argentinas, y convocaron a una asamblea general del gremio para el 27 de noviembre. Hasta esa fecha, el trabajo a reglamento haba sido atacado disciplinadamente por los 2500 aeronuticos de la empresa estatal. La asamblea del 27 resolvi hacer un ltimo esfuerzo antes de profundizar las medidas de fuerza. Mandat a una comisin para que negociara con la empresa y decidi suspender el trabajo a convenio mientras duraran las tratativas. Los primeros das de enero de 1960, el directorio de Aerolneas declar en un comunicado que las tratativas con la representacin sindical estaban rotas, y el da 7

resolvi unilateralmente incrementar la jornada laboral de todo el personal a un mnimo de 44 horas semanales, incluyendo la media jornada de los sbados. APA envi inmediatamente un telegrama colacionado al presidente del directorio de Aerolneas para que reviera la medida, pero no hubo contestacin. El 15 de enero se realiz una urgente reunin del secretariado de APA y del cuerpo de delegados, en la que se resolvi: 1) Emplazar al directorio de Aerolneas Argentinas hasta el da 24 de enero a las 24 horas para rever la regresiva medida adoptada. 2) En caso de no acceder al emplazamiento sealado en el punto anterior, a partir de la 0 hora del 25 de enero se comenzar en todas las dependencias de Aerolneas Argentinas en el territorio de la Repblica el trabajo a reglamento y cumplir de brazos cados los aumentos de la jornada que se impongan. 3) No aceptndose soluciones de tipo parcial y en caso de represalia continuar stas u otras medidas que las circunstancias aconsejen. No hubo ninguna clase de respuesta de las autoridades de la empresa, y el da 25 comenzaron las medidas de fuerza. Durante cuatro das, el trabajo a reglamento se cumpli de una manera sumamente disciplinada por todos los trabajadores y produjo numerosas demoras en los vuelos. La primera respuesta de Moragues fue cesantear a los delegados gremiales, y la siguiente fue la que enrareci el conflicto al punto de suponer que se estaba ante la virtual desaparicin de Aerolneas Argentinas. El da 29, el directorio de la empresa decidi suspender a todos sus trabajadores y cesar por tiempo indeterminado en su actividad. Esta medida desproporcionada ante una accin directa sumamente leve por parte de los trabajadores despert la atencin de APA, y comenz a sospecharse de las verdaderas intenciones del directorio de Aerolneas y del gobierno, que parecan querer agudizar el conflicto llevando al sindicato a declarar la huelga general. Este hecho produjo un viraje dramtico en la lucha de los aeronuticos, que adems de defender sus conquistas y su jornada laboral, debieron actuar con suma prudencia para defender su fuente de trabajo, a la que crean gravemente amenazada por los intentos privatistas. A esta sensacin de temor contribua tambin el silencio del Ministerio de Trabajo, que desde haca cuatro meses miraba para otro lado, ignorando el conflicto gremial que se viva en la empresa area de bandera. A partir del da 30 de enero, personal de la Fuerza Area impidi el acceso de los 2500 trabajadores de Aerolneas a sus puestos de labor, tanto en los aeropuertos como en las oficinas de la compaa. La situacin era cada vez ms complicada, ya que se estaba en presencia de un lockout por parte del directorio de la empresa, con la complicidad del gobierno y, aparentemente, el visto bueno de la Fuerza Area. Posteriormente se conoci un documento interno del directorio de Aerolneas (de la Gerencia Tcnica a la presidencia) en el que se expresaba cul era el verdadero plan: normalizacin de la actividad aerocomercial en 90 das, con el 50 por ciento del personal. Ante este grave panorama, APA present un recurso de amparo ante la Justicia del Trabajo, y tuvo la buena fortuna de encontrar, por fin, a un funcionario ntegro, que no le quit el cuerpo al conflicto. El juez Jos F. DHers, a cargo del juzgado N 19 de la Capital, dispuso el 5 de febrero hacer lugar al recurso de amparo y orden a la empresa reabrir sus puertas, reincorporar a todos los cesantes y reanudar su actividad con los horarios vigentes al 24 de enero de 1960. El juez DHers se hizo presente el domingo 7 de febrero en Casa Central de Aerolneas y facult al director representante del Personal,

comandante Alberto Regidor, a dar inmediato cumplimiento al fallo judicial. Regidor convoc a todo el personal, y en 24 horas se normaliz la actividad. Sin embargo, la alegra de los trabajadores ante este triunfo se vio seriamente amenazada por una nueva maniobra poltico-judicial. El mismo lunes 8 de febrero en que se reanud la actividad, con una velocidad inusitada si consideramos que el fallo de DHers era del viernes 5, la Cmara de Apelaciones hizo lugar al recurso interpuesto por la empresa, y revoc lo actuado por el juez de primera instancia. La Cmara dej al directorio de Aerolneas en libertad de accin para continuar con sus planes de racionalizacin, pero no pudo impedir la reapertura de la empresa que la lucha de los aeronuticos, su sindicato y la actitud de un digno magistrado haban obtenido. Aqu bien vale mencionar, a modo de homenaje, que por otros fallos semejantes al de Aerolneas, siempre favorables a los intereses de los trabajadores, Jos DHers fue separado de la actividad judicial, aunque se argument que dejaba su cargo por problemas de salud. Esta fue la primera vez que los trabajadores de Aerolneas sintieron directamente amenazada la existencia de la empresa area de bandera, y merced a la unidad, la disciplina y la prudente firmeza lograron evitar el interior de desguace. Como se comprobara con el correr de los aos, el de 1960 sera slo el primer ensayo para establecer una poltica aerocomercial que, en vez de favorecer los intereses nacionales, beneficiara a las empresas privadas y buscara desarrollar la actividad a costa de la existencia misma de Aerolneas Argentinas. En cuanto a los consecutivos triunfos sindicales, pese a las dictaduras o a los gobiernos antipopulares, es indispensable recordar que el gremio aeronutico era uno solo. Todos los trabajadores mecnicos, tcnicos, maleteros, empleados, etc., con la nica excepcin de los navegantes, estaban en APA y esa unidad potenciaba la fuerza sindical y su capacidad de negociacin. Lamentablemente, esta situacin no durara mucho tiempo ms.

Separaciones dolorosasPrcticamente desde el inicio de la actividad sindical aeronutica, las compaas tanto privadas como mixtas- intentaron dividir el frente gremial, y lo hicieron tocando el punto ms dbil de la heterognea cadena solitaria que formaba APA: las diferencias salariales. El primer desprendimiento que tuvo el gremio aeronutico el de los tripulantes. Entre 1952 y 1953, las empresas extranjeras y Aerolneas Argentinas desarrollaron una poltica de seduccin econmica hacia los navegantes. Si bien el convenio de 1950 estableca diferencias de salarios que situaban a los pilotos en la cspide de la pirmide, las compaas les ofrecan una mayor jerarquizacin, condicionada a su separacin de APA. Esta estrategia empresaria cay en terreno ya abonado por las distintas posturas ideolgicas y culturales que separaban a los pilotos del resto de los trabajadores aeronuticos del resto de los trabajadores aeronuticos. Es necesario recordar que la mayora de los pilotos que integraban la aviacin comercial provenan, en esa poca, de la Fuerza Area o de la Aviacin Naval. As fue como en 1953 se cre la Asociacin Argentina de Aeronavegantes (AAA), que contaba con unos 400 afiliados y nucleaba a los pilotos, azafatas y comisarios de a bordo. Inmediatamente, merced a las relaciones que los comandantes de vuelo haban cultivado con importantes funcionarios en especial con el vicepresidente de la Nacin Alberto Tessaire-, se les concedi su personera, pese a que la ley vigente no lo permita. Aparentemente, Tessaire fue quien dio el empujn definitivo en el Ministerio de Trabajo.

APA, luego de la escisin, apel ante la Justicia la concesin de la personera, ya que la legislacin estableca la existencia de un nico sindicato por actividad. Ese proceso judicial estaba en marcha cuando fue interrumpido por la Revolucin Libertadora, que tena entre sus objetivos fundamentales la destruccin de los sindicatos y, por lo tanto, iba a acentuar las polticas divisionistas. La propia AAA habra de dividirse tiempo despus, crendose APLA (Asociacin de Pilotos de Lneas Areas), que nucleaba exclusivamente a los conductores de las naves. Tambin stos habran de separarse. Luego de la creacin de Austral Lneas Areas, quedaron constituidas dos entidades, la de los pilotos de Austral y la de Aerolneas. Otro de los sindicatos creados por una escisin de los aeronavegantes fue el de los tcnicos de vuelo (ATVLA), en 1974. En cuanto a los tcnicos aeronuticos, el origen de su separacin no puede ser ms lamentable. Si bien entre algunos de los tcnicos aeronuticos exista una vieja idea de escindirse de APA, sta divisin nunca haba podido concretarse. Hasta que en un conflicto que afrontaba APA en 1963 los tcnicos carnerearon y declararon la existencia de un nuevo sindicato, APTA, al cual el ministro Rubens San Sebastin le dio casi inmediatamente su personera. Muchos e importantes dirigentes de APA tenan jerarqua de tcnicos (mecnicos, torneros, etc.), y decidieron permanecer en el sindicato madre, aun cuando eso significara en el futuro resignar categoras y salarios. En junio de 1966, se produjo un nuevo cisma en el gremio aeronutico. Un grupo de delegados de empresas privadas extranjeras decidi crear la Unin de Personal Aeronutico de Empresas Privadas (UPADEP). Los motivos de esta divisin pueden rastrearse en el descontento que los delegados gremiales de las estas empresas manifestaban contra la conduccin de APA, que encabezaba Rodolfo Beotegui. Estos compaeros aeronuticos sostenan que no se cumpla con el artculo del estatuto que estableca la participacin de por lo menos dos trabajadores de compaas extranjeras en las listas electorales de APA. Por otra parte, tambin exista la certeza de que desvinculados del destino de Aerolneas Argentinas, podran obtener mayores ventajas salariales. Tenan el concepto de que las decisiones de las empresas privadas estaban atadas a las que primero adoptara Aerolneas. Crean que esas empresas, al tener menor cantidad de personal, estaban en mejores condiciones de otorgar mayores aumentos y, por lo tanto, negociando como sindicato independiente habran de obtener ms fcilmente esas ventajas. Un dirigente histrico de APA, Dante Fanuele, fue uno de los principales promotores del nuevo sindicato. Fanuele fue durante muchos aos delegado de la norteamericana Panagra y se desempe como secretario tesorero de la conduccin de APA hasta 1955. Cuando se produjo la separacin de 1966, fue elegido secretario general de UPADEP.

45 das de huelgaA fines de 1965 y comienzos de 1966 se desarroll una huelga en Aerolneas Argentinas que marc, de alguna manera, la finalizacin de una etapa en la vida del gremio aeronutico. El conflicto del 65/66 fue particularmente duro y se convirti en un cuasi enfrentamiento entre APA y la Fuerza Area. Se hallaban al frente de Aerolneas Argentinas el brigadier Garca Baltar como presidente y Emilio Rosso como administrador general. Ambos, con su actuacin durante el conflicto, se generaron el repudio de todos los trabajadores.

El enfrentamiento comenz en agosto de 1965, habiendo vencido las clusulas salariales del convenio colectivo de trabajo. Hubo que esperar hasta diciembre para que la empresa ofreciera un 15 por ciento de aumento, cifra que fue rechazada por APA. Ante esta situacin, el Ministerio de Trabajo dict en dos oportunidades la conciliacin obligatoria, que se extendi hasta 10 de enero de 1966. No obstante, recin el da 21 de la Asociacin realiza una asamblea general extraordinaria en la que se resuelve llevar a cabo medidas de accin directa (paros parciales), que se empiezan a ejecutar el da 26. El 3 de febrero se produjo una nueva intervencin de la cartera laboral, que llam a negociar otra vez a las partes durante un plazo de catorce das corridos. En ese perodo, APA y la empresa se reunieron slo en dos ocasiones. En ellas, la direccin de Aerolneas pretendi condicionar una mejora en su oferta salarial al aumento de la jornada de trabajo (otra vez). Pese a que la oferta fue rechazada por la dirigencia sindical, se efectu un compromiso de trasladar la iniciativa empresaria al seno de una asamblea general. Esta se realiz el 18 de febrero y los trabajadores se pronunciaron masivamente contra las pretensiones del directorio de Aerolneas y decidieron reanudar inmediatamente las medidas de fuerza. Mientras tanto, haciendo caso omiso a los perodos de tregua y negociaciones, la empresa llevaba a cabo una poltica persecutoria hacia el personal y sus representantes sindicales. Suspensiones sin previo aviso, presencia militar intimidatoria en las bases y prohibicin de acceso al personal y sus delegados, lo que recordaba al intento de lock-out que el brigadier Moragues haba ensayado seis aos antes. Al mismo tiempo, el directorio lanz una campaa de comunicados internos o dirigidos a la opinin pblica plagados de falsedades e inexactitudes. Ante la reanudacin de los paros, se produjo una tercera Intervencin del Ministerio de Trabajo, esta vez en la persona de su titular, el Dr. Fernando Sol, frente a lo cual APA decidi suspender las medidas con vistas a obtener una nueva negociacin. Sin embargo, la empresa continu impidiendo el ingreso del personal a sus puestos de trabajo, produjo nuevas suspensiones y haba rumores que indicaban la posibilidad de cesantas masivas. El 28 de febrero se reunieron en el despacho del ministro Sol el brigadier Garca Baltar, el comodoro Mullen (Vicepresidente de Aerolneas) y el Sr. Jov (gerente de Personal) por la parte empresaria, y el secretario general Rodolfo Beotegui, el adjunto Hctor Basteiro y el de Organizacin, Juan Orlando, en representacin de APA. El 3 de marzo se realiz una nueva reunin y la empresa reiter la misma oferta, por lo que una asamblea decidi incrementar las medidas de fuerza. En esos das APA, resolvi tambin profundizar sus contactos polticos y sindicales para equilibrar la relacin de fuerzas y poner fin al conflicto: se rene con funcionarios del gobierno radical y comunica la situacin a la Federacin Internacional del Transporte (ITF) en Londres y en la Regional Lima, Per. A partir del da 14, la empresa se neg a seguir las tratativas con APA en el ministerio, por lo cual se resolvi dar mandato a la Confederacin Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) para que continuara con las negociaciones. Mientras tanto, APA suspenda sus medidas de fuerza. Durante los das 16, 17 y 18 de marzo, la empresa produjo 49 cesantas. O sea que al mismo tiempo que deca negociar en el ministerio, el directorio de Aerolneas no dejaba de producir medidas represivas contra los trabajadores. El mismo 18 la empresa lanz, despus de las gestiones llevadas a cabo por la CATT, una oferta que difera poco y nada de las anteriores, estableciendo aumentos salariales por ndices de productividad unilaterales e inalcanzables. APA se mantuvo sin concretar medidas de fuerza hasta el da 23, pero Aerolneas haba acentuado sus polticas agresivas hacia el personal y profundiz las acciones que

impidieran llegar a un acuerdo justo para ambas partes. Segua sin permitir el ingreso del personal a las bases y pareca querer prolongar indefinidamente el conflicto. Frente a tal estado de cosas, el 30 de marzo APA declar la huelga total por tiempo indeterminado. El 1 de abril intervino el gobierno. A travs de un decreto (N2340) firmado por el presidente Arturo Illia y cuatro de sus ministros, la administracin radical fijaba las remuneraciones de los aeronuticos y las condiciones de trabajo, las que coincidan en gran p