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15 Número 51 Una historia de las áreas naturales protegidas en México* Roberto de la Maza Elvira** * Una versión anterior de este texto fue publicada en Natura mexicana. Áreas naturales protegidas. México. Agradecemos al Banco de Comercio Exterior (Bancomext) la autorización para reproducir este material. ** Asesor de la Presidencia del Instituto Nacional de Ecología. Av. Revolución 1425, Nivel 32. Col. Tlacopac, México, D.F. Correo electrónico: [email protected].␣ D e la Maza documenta en este trabajo la historia de la conserva- ción de áreas naturales en nuestro país desde la época prehispánica hasta nuestros días.

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Page 1: Una historia de las áreas naturales protegidas en México* · Chapultepec, y estableciŠ jardines en el volc⁄n Popocat”petl y en Atlixco, en Puebla; y conserva-ba el de Oaxtepec,

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Una historia de las áreas naturales protegidas en México*Roberto de la Maza Elvira**

* Una versión anterior de este texto fue publicada en Natura mexicana. Áreas naturales protegidas.México. Agradecemos al Banco de Comercio Exterior (Bancomext) la autorización para reproducireste material.** Asesor de la Presidencia del Instituto Nacional de Ecología. Av. Revolución 1425, Nivel 32.Col. Tlacopac, México, D.F. Correo electrónico: [email protected].␣

De la Maza documenta en este trabajo la historia de la conserva-

ción de áreas naturales en nuestro país desde la época prehispánica

hasta nuestros días.

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I

México es un país con una añeja tradición en lorelativo a conservar la vida silvestre por medio dela protección de áreas naturales. En las culturasprehispánicas parece haber sido una prácticausual, dada la necesidad que los dirigentes teníanpor emular el Tlalocan, paraíso mítico, asociado ala deidad de la lluvia. La evidencia arqueológicase remonta, cuando menos, al período clásico. Unejemplo lo constituyen los mayas de la penínsulade Yucatán quienes cultivaron terrenos que po-seen una diversidad muy superior a la del restode la selva. En ellos existen muchas especies deplantas, palmas y árboles que no se encuentranusualmente en la flora de la región. Salvador Flo-res Guido ha rescatado el nombre de Pet-koot(Cercado redondo), que los indígenas de Yucatánusan para designar estas acumulaciones de plan-tas útiles, aún protegidas, que fueron heredadasdesde tiempos milenarios. En Quintana Roo lagente las llama Kal-koot (Nuestro cercado). Porsu parte, Alfredo Barrera sugería que las grandesacumulaciones de árboles de zapote y ramón quese encuentran en la cercanía de las ruinas de lasciudades mayas, y que muchos investigadoresbotánicos han tomado como asociaciones natura-les de la selva, no eran sino los remanentes de lashuertas de las que se surtía su población. A ma-nera de broma, este investigador bautizó la aso-ciación vegetal como «huertas altas perennifolias».

La información directa y escrita se inicia en elsiglo XV d.C, indicando que, con el fin de protegerlos bosques de sus dominios, Nezahualcóyotl im-puso límites a la obtención de leña dictando gra-ves penas a los infractores. Asimismo, la caceríaen los bosques o jardines que gozaban de la pro-tección del monarca de los acolhuas, era causade pena de muerte. También se dio a la tarea deconstruir jardines en su reino.

En 1428, Nezahualcóyotl, cercó el Bosque deChapultepec y adentro construyó una casa de re-cogimiento, enriqueció la flora, plantó los célebresahuehuetes e implantó una rica fauna, iniciando

con ello su protección. Y fue hacia 1450 cuando elmonarca mexica Moctezuma Ilhuicamina, fundó eljardín de Oaxtepec. Este mismo gobernante, en1465, tomó a su cargo el Bosque de Chapultepecy como recuerdo mandó labrar su retrato y el desu hermano Tlacaelel en las rocas del cerro; tradi-ción que fue seguida por los monarcas Ahuizotl yMoctezuma Xocoyotzin, al asumir el cuidado deeste bosque.

Además de la casa real de Tenochtitlán,Moctezuma Xocoyotzin cuidaba el bosque deChapultepec, y estableció jardines en el volcánPopocatépetl y en Atlixco, en Puebla; y conserva-ba el de Oaxtepec, Morelos. Cuando los españo-les llegaron, este último tenía más de 75 años defuncionar como área protegida.

Los bosques y jardines protegidos en el Méxi-co prehispánico, tenían una concepción cercanaa nuestros jardines botánicos y la necesidad desus creadores por obtener plantas, exquisitas yraras, los llevaba, incluso, a guerras. De esta for-ma, los mexicas tuvieron que conquistarTlachquiauhco (Tlaxiaco, Oaxaca) para obtener elTlapalizquixóchitl, árbol sagrado de los habitan-tes de esa región. Clavijero también menciona quese apartaban bosques y cerros, como el Za-caltépetl, al sur del valle de México, en los cuálessólo se podían obtener plantas o animales paracelebrar ciertas festividades o ritos.

II

Una vez consumado el dominio de los españoles,los colonizadores demandaban enormes cantida-des de madera para la construcción y combusti-ble de viviendas, ciudades y otras muchas obrasciviles. La minería consumía enormes bosquespara el ademe de los tiros y para los procesos debeneficio. Además, al implantar los ganados delantiguo continente, los arbolados empezaron a serextirpados, y quemados anualmente, para provo-car el establecimiento de praderas y pastizales.

Hernán Cortés otorgó el bosque deChapultepec como premio por acciones de armas,

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al capitán Julián Jaramillo, quien empezaba a des-montarlo, hasta que Carlos V, por Cédula Real del30 de junio de 1530, ordenó que éste y el cerrofueran propiedad de la ciudad, se convirtió en elprimer bosque protegido de la época colonial y enel primer parque para esparcimiento de los habi-tantes de la ciudad de México.

La primera constancia colonial de reglamenta-ción del uso de los bosques corresponde al VirreyDon Antonio de Mendoza, que consideró necesa-rio regular el corte de la leña y la fabricación delcarbón, por ser perjudicial para los bosques. A esteVirrey se debe que ahora podamos apreciar árbo-les milenarios en el Bosque de Chapultepec, yaque su destrucción por actividades furtivas fue pro-hibida por medio de una cédula virreinal, cerca de1536. Además, en 1549, emitió dos mandatos paraproteger los bosques que dicen:

«Ninguna persona corte árboles algunos, enlos montes, guardando sobre ello lo que mandenlas leyes del reino, so pena de incurrir en castigo»

«Ninguna persona, para hacer leña, corte ár-bol alguno en pié, sino sólo las ramas».

Más tarde, mediante un plan entregado a lasautoridades virreinales el 6 de abril de 1615, elingeniero holandés Adriano Boot, enviado por Fe-lipe III, intentó salvar los lagos de la Cuenca delValle de México por medio de un proyecto dechinampería y canalización, altamente productivoy conservacionista. Por desgracia, ante una gra-ve inundación provocada intencionalmente, porEnrico Martínez y otros funcionarios asociados, elVirrey Matías de Gálvez se inclinó por el proyectodel último, que proponía desaguar los lagos por elnorte, condenándolos a desaparecer y, con ello,precipitar la extinción de muchas especies de plan-tas y animales que los habitaban.

En el siglo XVII, José de la Borda estableció unrico jardín de plantas ornamentales, que aún per-siste, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos. Estejardín, durante la intervención francesa, era uno delos lugares favoritos de los Habsburgo. Maximilianoy Carlota Amalia organizaban, excursiones científi-cas, coloquios y días de campo, e incluso despa-

chaban asuntos de gobierno desde allí, ya que lesgustaba vivir dentro de la diversidad de plantas,aves y mariposas que en él proliferaban.

Durante casi toda la Colonia hubo una grandestrucción forestal a lo largo de toda la NuevaEspaña causada por el embate de los buscadoresde fortuna, la formación de haciendas agrope-cuarias y la fundación de asentamientos caóticospor los indígenas, que escapaban a los montespara evadir el maltrato que recibían por parte delos hispanos.

A fines del siglo XVIII, Martín Sessé y los miem-bros de la Expedición Científica de la Nueva Es-paña se dieron a la tarea de fundar y nutrir un Jar-dín Botánico, que fue muy célebre en esa época yvisitado por Alexander von Humboldt. Una de susmáximas atracciones era la existencia y aclimata-ción del «árbol de las manitas», que era muy apre-ciado por la extraña forma de sus flores y su exa-gerada rareza. Este jardín se encontraba en lo queahora es parte del Palacio Nacional y los últimosárboles de «manitas» fueron extirpados porVenustiano Carranza.

En 1803, el gobierno español promulgó las or-denanzas para el gobierno de los montes y arbo-lado; mismas que tuvieron que ser adoptadas parael manejo y protección de los bosques en la Nue-va España. También, al ser dotados algunos ha-cendados ricos de títulos nobiliarios, pudieron te-ner el control de los terrenos a su nombre y destinarel uso de sus predios. De esta manera fue comoPedro Romero de Terreros, conde de Regla, se-leccionó dos predios, protectores de los acuíferosque se aprovechaban para fuerza motriz de losbeneficios mineros de Real del Monte y Atotonilcoel Chico, y los protegió con el nombre de «Bos-ques Vedados». Posteriormente, al independizarseel país, la ley de 1826 expropió estos terrenos enfavor de los gobiernos estatales.

III

Cerca de 1824, llegó a México el botánico de ori-gen germano Karl Sartorius, escapando de perse-

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cuciones políticas en su país natal. Sartorius com-pró una gran propiedad denominada «El Mira-dor», en las cercanías de Huatusco, Veracruz, yla utilizó para el establecimiento de cafetales, quele permitieron ganarse la vida, y para proteger laexhuberante vegetación del trópico húmedo que

tanto le fascinaba y estudiaba. «El Mirador» fun-cionó, además, como una estación biológica in-ternacional a la que acudieron investigadores detodos los grupos zoológicos y botánicos, comoWilheim Karwinski, Auguste Sallé, FerdinandDeppé, Theodore Harwegg, Karl bartholomeusHeller y muchos más que, en la misma finca, en-contraron nuevos taxa para la ciencia de los cua-les es la localidad tipo. Las actividades científi-cas de «El Mirador» tienen gran significado parael conocimiento de la biodiversidad mexicana; ytuvieron consecuencias tan relevantes, como or-ganizar la primera expedición científica que as-cendió hasta la cima del Pico de Orizaba, en 1848.

Karl Bartholomeus Heller narra su llegada almirador, Junto con Theodore Hartwegg, el 16 denoviembre de 1845, describiendo lo que, ahora,sería un área natural protegida modelo:

«Cuando se ha penetrado en esos hermososbosques, donde el suelo se llena de innumera-

bles plantitas, donde cada paso ofrece algo nuevoy donde aun las ramas están cubiertas con las máslujuriosas parásitas, donde animales de toda cla-se, sin conocer enemigos, se pasean alegrementey los insectos zumbantes revolotean en torno delas flores, entonces puede decirse con toda justiciaque se halla uno en aquél lugar donde no tienenvalidez otras leyes que las de la naturaleza, otrosderechos que los de la razón y otra fé que la delpropio corazón. Allí se encuentra uno transportadode pronto a un mundo tan encantador por una par-te y, por otra, tan repelente por su soledad y aban-dono, que por lo común se prefiere leer descripcio-nes aun cuando se tenga oportunidad de visitarlo yaprender a valorarlo».

En 1861, Ignacio Ramírez fue nombrado minis-tro de fomento por el presidente Benito Juárez y,durante su gestión, expidió el primer reglamentosobre tala y conservación de los bosques. Pocotiempo después Manuel Villada, integrante de laComisión Científica de Pachuca, entregó un infor-me en el que hacía notar que el «Bosque Vedadode Real del Monte» había sido totalmente descui-dado por el gobierno y se encontraba prácticamen-te destruido; mientras que el «Bosque Vedado delChico», aún se conservaba en buen estado.

Durante su estancia en México, Maximiliano deHabsburgo compró la finca «Jalapilla», colindantecon «El Mirador», con el fin de engrandecer suscolecciones de plantas y mariposas; y, además,poder conversar e intercambiar información cientí-fica con su vecino. Los coloquios de Sartorius,Maximiliano, Karl Von Hedemann, Dominik Billimecky otros muchos naturalistas más, fueron frecuen-tes entre 1864 y 1865. Las colecciones científicasde Maximiliano eran guardadas en una Abadía dela isla de La Croma, en el Adriático, que era de supropiedad.

La hacienda «El Mirador» continuó en las ma-nos de Sartorius y su familia a lo largo del siglo XIXy, a finales de éste realizaban excursiones de ex-ploración con Carl Albert Purpus y Roberto Müller,especialistas en cactáceas y mariposas, a diver-sas localidades cercanas. Estas expediciones, in-

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cluyeron la exploración botánica del Valle deTehuacán.

En 1876, Sebastián Lerdo de Tejada expropiólas tierras del «Desierto de los Leones» debido ala importancia que revestían para la ciudad deMéxico, los manantiales que en esa zona se origi-naban.

Hacia el término del siglo XIX, y después decontrolar las dunas errantes que hacían peligraral puerto de Veracruz, las actividades del ingenie-ro Miguel Angel de Quevedo marcaron una épocade preocupación por la conservación de los bos-ques. En 1893, se creó el día del árbol: el 1o. denoviembre para especies de hojas caedizas y el1o. de julio para las perennes. En 1904, fundó laJunta Central de Bosques y, posteriormente, suscrecientes méritos lo llevaron a la jefatura del De-partamento Forestal, de Caza y Pesca, en el cualpermaneció desde el Porfiriato, hasta finalizar elperíodo presidencial de Lázaro Cárdenas, promo-vió la protección de los bosques y su fauna, estu-dió el estado de las cuencas hidrológicas e ideómecanismos para protegerlas.

De esta manera, al principio de su larga carre-ra, Quevedo propició la primera área natural pro-tegida que cuenta con un decreto presidencial co-nocido; el «Monte Vedado del Mineral del Chico»,cuyo estatus de protección fue dictado a fines delsiglo XIX por el presidente Porfirio Díaz, y cuyotexto, por su importancia y brevedad, reproduci-mos a continuación:

«Un sello que dice: «Secretaría de estado y deldespacho de fomento, colonización e industria».México.- Sección 5a. número 7832.

De conformidad con lo que establece el Artícu-lo 21 de la Ley del 26 de marzo de 1894 sobreocupación y enajenación de terrenos baldíos y na-cionales y atendiendo a las razones de interéspúblico que existen para reservar algunos terre-nos pertenecientes a la Nación, por haber en aqué-llos montes o sean propios para el cultivo de árbo-les, el Presidente de la República ha tenido a biendisponer que el terreno llamado «Monte Vedadodel Mineral del Chico», distrito de Pachuca, del

estado de Hidalgo y cuyo pormenor del lindero seacompaña a usted, queda reservado por el tiem-po que sea necesario, para Bosque Nacional.

Al comunicarlo a usted por acuerdo del PrimerMagistrado, se recomienda a usted, especialmen-te que desde luego ponga todas las medidas quecrea conducentes para conservar los bosques queexisten en el terreno mencionado, estableciendoen él la vigilancia que sea necesaria a cuyo efectopropondrá usted un Guarda-Bosque cuyo sueldoindicará a esta Secretaría para la aprobación co-rrespondiente y sujetándose en todo ello a las dis-posiciones del Reglamento Especial del Ramo de1o. de octubre de 1894.

Para fijar el periodo por el cual ha de quedarreservado ese terreno para Bosque Nacional, setendrá en cuenta, entre otras circunstancias, el es-tado que guarden los montes de los particulares yel cuidado que pongan en su explotación sobre elcuál informará usted detalladamente a esta Se-cretaría.

LIBERTAD Y CONSTITUCIÓN.-Mayo 1o. de1899.-Fernández Leal. Rúbrica.-Al C. Ramón Ro-sales. Agente de Terrenos Baldíos del Estado deHidalgo.-Pachuca».

Este decreto se fundamentó en un informe téc-nico y en una declaratoria previa, fechada el 10de mayo de 1898, que incluía los linderos del te-rreno pero no presentaba ningún capitulado o con-sideraciones respecto a restricciones de uso omanejo. El estatus del decreto porfiriano era de«Bosque Nacional».

A fines del Porfiriato, Quevedo promovió unaley forestal que se dictó en 1909. Pero, por lascaracterísticas de la Constitución de 1857, sólopudo ser vigente para el Distrito y los TerritoriosFederales. Después, durante el desarrollo de laetapa revolucionaria siguió propiciando la conser-vación forestal. De esta manera, logró queVenustiano Carranza en su calidad de primer man-datario, continuara dictando algunas medidas paraproteger los bosques y los terrenos que los sus-tentaban. Así, en 1917, se declaró la proteccióndel «Desierto de los Leones» aduciendo principal-

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mente a la belleza natural del paisaje y el interéshistórico de las ruinas que en él se encuentran.De esta manera, el único decreto conocido emiti-do por este presidente, estableció, oficial y formal-mente, el primer parque nacional del país.

Por otra parte, la primera constancia de pro-tección gubernamental de un área boscosa, a ins-tancias de la petición expresa de un particular, fuela Hacienda de San José de los Leones, ubicadaen Naucalpan, en el Estado de México; hecho queocurrió durante el gobierno de Álvaro Obregón, en1923:

Ante la petición de las autoridades del ayunta-miento de Guadalupe Hidalgo, que considerabannecesaria la reforestación de la Sierra deGuadalupe, en 1923, firmó también un acuerdodeclarando zona protectora forestal los terrenosdel citado municipio en esa serranía. Obregónconsideraba un deber del Ejecutivo velar por laconservación y debido aprovechamiento de losrecursos del país; y, también, le preocupaba: «Quenuestro exigüo acervo forestal peligraría si no seasegurara con toda previsión el establecimientode zonas de reserva para garantizar la perpetuaconservación de la vegetación forestal. Con esterazonamiento firmó, en 1922 y 1923, acuerdosdeclarando reservas forestales, con el carácter deinalienables e imprescriptibles, distintas porcionesarboladas de la República; entre las cuales figurala Isla Guadalupe, en Baja California; y, en 1924,zona protectora forestal la región comprendida porlos terrenos nacionales de Izatán, en el estado deJalisco.

Siguiendo a su antecesor, el presidentePlutarco Elías Calles, en 1926, declara reservasforestales a distintas porciones arboladas, en losestados de Puebla y México.

Un año después, aduciendo un informe deQuevedo de que los terrenos forestales de la Ha-cienda de Chapingo, Estado de México, guarda-ban un estado decadente por erosión ydesforestación, debido a explotaciones intensivasy magnos incendios consumados sucesivamente,y considerando que se imponía «la conservación

del vuelo forestal todavía en pié, la repoblación delos calveros, corrección de los mismos torrentes ytorrenteras, a la vez que la reforestación de estosúltimos» la declara reserva forestal.

El presidente Pascual Ortíz Rubio, con baseen los informes de los comisionados de las Agen-cias de Agricultura y Fomento declara, en 1931,zonas protectoras forestales en la cuencahidrográfica del Valle de México, los bosques dela región de Tocuila, Veracruz; y, los terrenos com-prendidos dentro de los límites del cerro del Vigía,en Mazatlán, Sinaloa. También declara de utilidadpública, la repoblación forestal de varios terrenosde los estados de México y Puebla.

Abelardo Rodríguez estableció una serie delineamientos de su gestión presidencial relacio-nados principalmente con los trabajos derefores-tación y el cuidado de las corrientes deagua que alimentan los sistemas nacionales deriego. Para lograr estos fines, en 1931, median-te un acuerdo se establecen viveros con el finde proporcionar, en forma gratuita, las plantasnecesarias para repoblar las explotaciones fo-restales. Y como parte de estas tareas declara,en 1932, zona protectora forestal los bosquesde la «Cañada de Contreras» en el Distrito Fe-deral. Y en 1933 establece como zonas protec-toras forestales los terrenos arbolados de lascuencas hidrográficas que rodeaban los siste-mas nacionales de riego. Esta acción sería ex-tensiva para los ya operantes; y los que se en-contraban en construcción o en proyecto.También, bajo esta figura, protege al predio «SanElías», en Chihuahua; y los terrenos que rodeanGuadalajara, en Jalisco; con el fin de asegurarel abasto de agua de las capitales de esos esta-dos. Además, para detener los aluviones catas-tróficos que afectaban a la ciudad de Río Blan-co, en Veracruz, se declaró zona protectoraforestal en terrenos de las cuencas de los ríosLa Carbonera y Río Blanco.

En este mismo año, el gobierno tuvo que aten-der la conservación de la cuenca hidrológica de lacapital del país, cuyo mal manejo empezaba a cau-

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sar serios problemas. Principió declarando zonasforestales de repoblación, las cuencas de las ba-rrancas de Dolores, San Joaquín y Tecamachalco;que forman parte de la cuenca superior del Vallede México y se encontraban deforestadas en sumayor parte.

La Secretaría de Agricultura y Fomento quedófacultada para dictar las disposiciones necesariascon objeto de intensificar lostrabajos de repoblación fores-tal; señalar los terrenos que,para tal fin, se afectaran; au-mentar y conservar el arbola-do; así como tomar las medi-das que juzgara convenientespara la vigilancia y protecciónde los mismos.

También, el crecimientode la Ciudad de México em-pezó a tener como conse-cuencia la necesidad de unmayor y más eficiente apor-te de agua. Como conse-cuencia de lo anterior, en esemismo año, se firmó el acuer-do por el que se declarabanzona protectora forestal losterrenos que forman parte dela Cuenca de México, sobre-poniéndose con otros decre-tos y acuerdos, suyos y de sus antecesores, queno se tuvo el cuidado de modificar o abrogar.

Durante el año de 1934, este gobierno institu-ye dos áreas naturales protegidas: el «Bosque delos Aldamas», Chihuahua, y la «Hacienda deOtinapa», en Durango; como correctivo de explo-taciones forestales inadecuadas, considerando:

«Que el estudio técnico formulado por conduc-to del Servicio Forestal, sobre las condiciones deconservación en que se encuentra el bosque...,se ha llegado al conocimiento de los perjuicios queresentirán los terrenos en los que vegeta si se lle-van a cabo los trabajos de explotación solicitados.Que esas consecuencias no constituyen una sim-

ple suposición, sino que han sido demostrados conel deslave de las tierras destinadas a cultivos agrí-colas.»

Lázaro Cárdenas encabezó la primera admi-nistración pública que realizó un plan sexenal. Enéste, quedó plasmada la recomendación de laUnión Panamericana que solicitaba, a todos losgobiernos de América Latina, declarasen parques

nacionales a todas aquellasáreas con bosques, monta-ñas y paisajes relevantes;que contuvieran vestigioshistóricos; o, en donde hu-biera abundancia de anima-les silvestres. Otros linea-mientos del plan sexenal, enrelación a la conservaciónde recursos naturales, eran:

«Es de todo punto nece-sario conservar los bosquesexistentes en las zonas queconstituyen las cuencas su-periores de los ríos, según lodetermina la Ley Forestal.»

«Para esto se procede-rá a la fijación de ZonasProtectoras Forestales quegaranticen las buenas con-diciones de clima e higienenecesarias para asegurar

la salud y bienestar de los habitantes de las ciu-dades populosas, como lo vienen haciendo losgobiernos de las ciudades más cultas del orbe.»

Con esta política, el gobierno se dio a la tareade declarar zonas protectoras forestales en muchasciudades importantes del país, considerando:

«Que las capitales de las entidades federativasy demás ciudades de importancia, constituyen loscentros de mayor consumo de productos foresta-les, cuya explotación se realiza en forma cada vezmás intensa en las zonas cercanas a dichas po-blaciones.»

«Que el bienestar que representa para los ha-bitantes de los grandes centros de población, la

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conservación de sus bosques y demás vegetaciónforestal que integra la cubierta protectora y deabrigo del suelo que evita la formación detolvaneras»

«Que debe sobreponerse al interés particularde los propietarios de terrenos comunales, ejidalesy particulares que mediante la explotación de losrecursos forestales modifican las condiciones devida propias al desarrollo de la agricultura y de lasindustrias, ya que la desforestación tiene comoconsecuencia una modificación profunda del ca-rácter regular de las corrientes de los ríos y de losarroyos cuyas aguas se utilizan en las mismas,así como del clima.»

Así, entre 1936 y 1939, se realizó el proceso deprotección del entorno para diferentes ciudades delpaís: como el puerto de Mazatlán, Sinaloa; Calvillo,en Aguascalientes; y de la ciudad de Cuernavaca,en Morelos. Para su natal estado de Michoacán,Cárdenas estableció las de Zitácuaro, Jiquilpan, Ariode Rosales, Uruapan, Tacámbaro y la cuenca delRío Chiquito, en Morelia. Igualmente, fueron decla-radas las de las ciudades de Chihuahua, San LuisPotosí, Zacatecas, Oaxaca, Veracruz y Puebla,capitales de los estados del mismo nombre. EnGuerrero, se protegió al puerto de Acapulco y a laciudad de Taxco. En Oaxaca, la ciudad de Ixtepec.En Veracruz, la ciudad de Orizaba y la cuencahidrográfica del Río Blanco. Para terminar, en 1939,amplía la de la ciudad de Tacámbaro.

En 1935 se concluyó un importante estudio queinvolucraba la seguridad pública de la ciudad deLeón, en Guanajuato. Y en 1936 declara zona pro-tectora forestal vedada una parte del municipio deLeón de los Aldamas, advirtiendo que «los propie-tarios de los terrenos comprendidos dentro de lazona a que se refiere este decreto quedarán obli-gados a cooperar en la reforestación que el Servi-cio Forestal efectúe y, en caso de negarse a ello,el Gobierno Federal se reserva el derecho a pro-ceder en la forma que lo determina el artículo 25de la ley, expropiando sus terrenos».

Dentro de la causal de corregir avenidas y alu-viones se decreta, en 1936, la zona protectora fo-

restal del Arroyo Nogales y sus afluentes, en No-gales, Sonora; y, en 1937 la de la ciudad dePachuca, Hidalgo, que era azotada por las cre-cientes del Río de las Avenidas. A esta última,imprime una serie de restricciones de manejo:

«Dentro de los límites de la Zona ProtectoraForestal queda prohibida la explotación comercialde los productos forestales, así como el ensan-chamiento de las superficies de cultivo agrícolasen aquellos terrenos que por su pendiente y con-diciones especiales así lo aconsejen.»

También, el más importante proyecto de gene-ración eléctrica de la época, la cuenca hidrológicadel Río Necaxa, ubicada entre Puebla e Hidalgo,fue objeto de zona protectora forestal vedada.

En 1936, establece el parque nacional «Fuen-tes Brotantes de Tlalpan», Distrito Federal. El pro-yecto de este parque nacional tenía diversas fina-lidades: «se destinará para el recreo popular ycomo sitio de enseñanza forestal y de pesca, bajola administración y gobierno del DepartamentoForestal y de caza y pesca». En 1936 declara elparque nacional «Insurgente Miguel Hidalgo yCostilla», también conocido como «La Marquesa»,aduciendo a motivos de orgullo nacional y razo-nes históricas.Dentro de este mismo tenor, se de-cretan en 1938 con esta categoría «Lomas dePadierna» en el Distrito Federal, recordando labatalla del 20 de agosto de 1847, durante la gue-rra de la intervención norteamericana y el «Insur-gente José María Morelos y Pavón», en Mi-choacán.

El decreto de los parques nacionales «Molinode Flores», en el Estado de México, «Cerro de laEstrella» e «Histórico de Coyoacán», en el Distri-to Federal, obedece a razones históricas. El pri-mero es uno de los lugares legendarios del cualexisten tradiciones íntimamente relacionadas conlas costumbres aztecas; el segundo protegía losárboles plantados por Nezahualcóyotl en Texcoco;y el tercero, a que la población de Coyoacán fuela primera del interior en la que estuvieron esta-blecidos los poderes del gobierno colonial de laNueva España, constituidos allí por Hernán Cor-

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tés, antes de fundarse la Ciudad de México.El parque nacional «Grutas de Cacahuamilpa»,

Guerrero, declarado también en 1936, obedece avarias razones, estéticas, de conservación yutilitarias. Con respecto a este tema, la descripciónde su polígono nos permite adentrarnos en un gra-ve problema que arrastraraban casi todas las de-claratorias de áreas naturales protegidas: la impre-cisión de puntos de referencia y la ambigüedad delos mismos; que, enmuchísimos casos,conduce a la imposibi-lidad de trazar el polí-gono, o bien, a queeste no pueda ser ce-rrado.

«Partiendo del cerroJumil, al cerro de Te-potzintla, cerro grandedel Jumil, cerro deOtlaltepec, cerro de Te-cholapa, Cerro del Pa-redón, terminando en elcerro chico del Jumil,tomado como punto de partida, siendo la superficietotal comprendida, 16 (dieciseis) kilómetros cuadra-dos.» Como se puede observar, el punto de partidaes el «cerro Jumil» y el de llegada es el «cerro chicodel Jumil», cambiando en pocos renglones latoponimia. El decreto concluye: «La Secretaría deHacienda y Crédito Público procederá conforme a laley, a la indemnización correspondiente a la expro-piación de los terrenos de la región citada.» Sin em-bargo, la mayoría de los parques nacionales que fue-ron decretados bajo el mandato de Cárdenas nofueron operantes debido a que nunca se procedió ala expropiación, o bien ésta nunca fue cubierta porfalta de fondos en el erario, por lo que los habitantesdel lugar persistieron en su habitación y en las prác-ticas destructivas del ambiente.

El gobierno consideraba también comomerecedores de protección, los puntos culminan-tes del territorio nacional; y, debido a ello, decretóparques nacionales en los principales volcanes y

cumbres de México: Popocatépetl, Iztacchíhuatl,Nevado de Toluca, La Malinche, Volcán Nevadode Colima, Volcán de Fuego de Colima, Cofre dePerote, Pico de Orizaba, Cumbres de Monterrey,Cumbres del Ajusco, Cumbres del Tancítaro. Laprotección de estas eminencias obedecía, también,al considerando del plan de sexenal relativo a laprotección de las cimas de las sierras, por ser elorigen de las cuencas hidroló-gicas y puntos es-

tratégicos para con-trolar los volúmenesde agua y la erosión.

Esta administra-ción, bajo la sensibili-dad de Miguel Angelde Quevedo, se pre-ocupaba no sólo porlos bosques templa-dos, sino también porlos que existían en elentorno tropical deMéxico. Así, declaró,en 1936, una zona dereforestación en los

montes de Huizapa-Sesecapa, en Mapastepec,Chiapas.

Dentro de esta misma sensibilidad, declara zonaprotectora forestal la cuenca hidrológica de la La-guna de Catemaco, Veracruz; y en 1937, decretael parque nacional «Lagunas de Chacahua»,Oaxaca, aduciendo una multiplicidad de causas,estéticas, utilitarias, culturales e históricas. En estedecreto se deja ver, por primera vez, la preocupa-ción del gobierno por la posible extinción de lasespecies silvestres de la fauna nacional:

«Que son refugio para la fauna comarcana,cuya despiadada persecusión ha sido tan intensaen los últimos tiempos, que algunas especies,como el jaguar, el tapir o danta, el puma, el lagar-to y multitud de aves, tienden a desaparecer.»

Para asegurar la persistencia de los bosques,las especies faunísticas y florísticas, se decretanlas reservas forestales nacionales y refugios defauna silvestre de «Bavispe», las sierras «De los

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Ajos», «Buenos Aires» y «La Púrica», en Sonora;y las de «Tutuaca», «Campo Verde» y «Pa-pigóchic», en Chihuahua. Para el decreto de to-das estas áreas, se tomó en cuenta que estabanubicadas en terrenos nacionales y, entonces, es-taban deshabitadas. Por último, en 1939 publicaun acuerdo que declara reserva de caza los terre-nos denominados «Cajón del Diablo» en el esta-do de Sonora.

Este gobierno también decretó áreas natura-les protegidas con elfin de resolver proble-mas específicos de lo-calidades o comunida-des. Así, el acuerdopor el que se constitu-ye en reserva forestalnacional el «Bosquede Tequixquiapan»,Estado de México,emitido en 1935, sedebió a que los due-ños de una hacienda,próxima a ser reparti-da por la reforma agraria, planeaban exterminarel bosque de la misma para hacerse de dineroprontamente. La zona protectora forestal vedadade la cuenca del Lago de Pátzcuaro, enMichoacán, se debió a que: «los dichos azolvesproducen además la pérdida de la vegetaciónsublacustre protectora y alimentadora del pesca-do que ha sido una importante fuente de alimen-tación de las poblaciones ribereñas a las que ade-más proporcionan elementos de trabajo y venta...».

Otro grupo de áreas naturales protegidas, fuedictado para tratar de corregir las infracciones yactividades destructivas en que incurrían los habi-tantes locales. Así, en 1936, se declara zona pro-tectora forestal vedada la porción de terrenosmontuosos denominada «Fray Francisco», enActopan, Hidalgo; aduciendo la necesidad de con-servar los manantiales y permitir así la dotación deagua potable a la zona. Este decreto mandaba queel pastoreo se circunscribiría a la superficie de te-

rrenos ejidales de agostadero, fuera de los límitesdel polígono; y establecía una prohibición absolutapara la realización de quemas en lugares situadosdentro del área protegida y en una faja de dos milmetros alrededor de la misma, constituyendo elconcepto de zona de amortiguamiento.

Dentro de este rubro, en el año de 1936, tratóde resolver un grave problema de reconstrucciónecológica que involucraba el territorio estatal deAguascalientes, declarándolo, totalmente, zona

protectora forestalvedada.

En 1938 publica elacuerdo que previenese conceptúen comoreserva de repobla-ción forestal, el par-que nacional «Cum-bres del Ajusco» y lazona que el mismo li-mita, en el Distrito Fe-deral debido a que serealizaban las mis-mas actividades

inapropiadas que ahora nos afectan.La zona protectora forestal vedada de los te-

rrenos de Villa Allende, Chiapas, decretada en1939, se debió a un irresoluble problema ances-tral con respecto al uso del suelo del trópico hú-medo. Este decreto tenía las siguientes especifi-caciones de manejo:

«Dentro del área no se permitirán las quemasni explotaciones que tiendan a reducir la cubiertaforestal. Los propietarios que queden comprendi-dos dentro de los límites cooperarán con el servi-cio forestal en los trabajos de repoblación que selleven a cabo. Sólo se permitirá el aprovechamientode maderas muertas para prevenir incendios; y elpastoreo de ganado se sujetará a las medidasespeciales que sobre el particular dicte el propioservicio forestal.»

Otro grupo de áreas naturales protegidas esta-blecidas por Cárdenas en mancuerna con Quevedotuvieron como finalidad proteger los trabajos de

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reforestación realizados por el Servicio Forestal.Dentro de este rubro se encuentran el parque na-cional «El Tepeyac» y el de «Los Remedios», alnorte de la capital. Finalmente, estableció zonasprotectoras forestales en las que se veía un sesgoclaramente estético, como en la Barranca delCupatitzio, Michoacán, y la de Zacualtipán, Hidal-go; que, por debajo de las consideracionesutilitarias, dejan ver la importancia de mantener laparticular belleza de la región. El decreto deZacualtipán, además, es el primero en la historiadel país en que se utiliza el término biológico.

Como resultado de su gestión, el Jefe del De-partamento Forestal y de Caza y Pesca, MiguelAngel de Quevedo; el Secretario de Agricultura,José G. Parrés, y el Primer Mandatario habíancubierto de decretos de áreas naturales protegi-das casi el treinta por ciento del territorio nacional.Desgraciadamente el gobierno nunca tuvo dineropara administrar, operar, vigilar y expropiar, en sucaso; y la mayoría de los decretos quedaron comoherencia de letra muerta. Además, ante la falta decoordinación de las autoridades de la ReformaAgraria, muchos de los terrenos nacionales queamparaban estos decretos fueron repartidos, enejido, sin tomar en cuenta su destino y régimen deprotección, ni mediando otro decreto presidencialque las abrogara.

Siendo presidente Manuel Avila Camacho nom-bra secretario de Agricultura y Fomento a MarteR. Gómez, quien había colaborado con Quevedoen gobiernos anteriores. El nuevo gobierno, aun-que en proporción menor, también se preocupópor la conservación de áreas naturales. Así, en1941, decreta zonas protectoras forestales lascuencas hidrográficas de los ríos San Ildefonso,Ñadó, Aculco y Arroyo Zarco, en los límites deQuerétaro, y los terrenos del estado de Hidalgo,considerando que en estas áreas existían obrasde irrigación destinadas a asegurar la prosperidadde la agricultura local, así como que dentro delestado de Hidalgo se encuentra parte de la cuen-ca de alimentación del Río Necaxa, cuyas aguasse aprovechan en la producción de energía eléc-

trica de la Ciudad de México y otras grandes po-blaciones.

Para 1944, modifica la zona protectora forestalde Taxco de Alarcón, Guerrero, razonando:

«Que no obstante que el decreto citado tienecomo fin principal, la protección de los terrenosdonde afloran los manantiales que surten de aguaa la ciudad de Taxco, declarada monumento na-cional, y que constituye un centro turístico de granimportancia, parte de dichos terrenos no queda-ron comprendidos dentro de la zona protectoraforestal.»

Dos años más tarde, declara «zona en foresta-ción» a la cuenca hidrográfica de la laguna deAlchichica, entre Puebla y Veracruz; y zona pro-tectora forestal de recuperación la cuenca de cap-tación de la presa La Esperanza, Guanajuato. Esteúltimo proyecto reviste una enorme relevancia, porsus implicaciones sociales y de salud.

En 1941, declaran parque nacional el «Desier-to del Carmen» o Nixongo, en el Estado de Méxi-co, considerando que los sitios atractivos, que seencuentran en las inmediaciones de los centrosde población, deben conservarse; y que la granvariedad y belleza de las vistas forman un atracti-vo poderoso para el turismo. En este mismo año,se puso en marcha un importante proyecto hidro-eléctrico de la Comisión Federal de Electricidad:utilizar las aguas de los ríos Valle de Bravo yMalacatepec; para este fin, se consideró:

«Que para aumentar el caudal utilizable dedichos ríos, la CFE ha proyectado derivar el ríoTemascaltepec hacia la cuenca de Valle de Bra-vo.»

«Que asimismo y para aumentar el caudal in-dicado se hace necesario impedir la tala inmode-rada que se viene haciendo, de los bosques exis-tentes en las cuencas...»

Así, se declara la zona protectora forestal delas cuencas de Valle de Bravo, Malacatepec,Tilóstoc y Temascaltepec, Mex. Un año después,ante el desmedido crecimiento de la capital de laRepública, declara con la misma categoría, lacuenca hidrográfica que da origen al río Lerma,

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debido a las obras que se realizaban para captarlas aguas de sus manantiales en el Estado deMéxico, con objeto de introducirlas a la capital dela República, lo que hacía indispensable la pro-tección de la vegetación forestal en la cuenca deabastecimiento.

En 1946, a la muerte de Miguel Ángel deQuevedo, el presidente Miguel Alemán instituyela medalla al mérito cívico forestal con su nombre,para estimular y premiar el esfuerzo de las perso-nas que se destaquen en la propagación, conser-vación y defensa de los recursos forestales delpaís.

Además, ante un estudio financiado por laUnión Panamericana, que relacionaba ladeforestación de la cuenca alta del Papaloapancon las catastróficas inundaciones ocurridas en laspartes bajas de Veracruz, declara zonas protecto-ras forestales y de repoblación las cuencas de ali-mentación de las obras de irrigación de los distri-tos nacionales de riego, y se establece una vedatotal e indefinida en los montes ubicados dentrode estas cuencas. En la realización de este estu-dio, queda involucrada la Universidad NacionalAutónoma de México y aparecen, en su realiza-ción, nombres de grandes investigadores comoFaustino Miranda, Débora Ramírez y Helia Bravo.El resultado es la modificación y reducción, en1947, de los linderos de los parques nacionalesPopocatépetl, Iztaccíhuatl, Cumbres del Ajusco,Lagunas de Zempoala, y dicta un decreto que es-tablece, a favor de la fábrica de papel San Rafaely Anexas, una unidad de explotación forestal envarios municipios de los estados de México, Pue-bla y Morelos. Igualmente, reduce el decreto deAvila Camacho que declaró zona protectora fores-tal vedada los terrenos de Hidalgo, para dar pasoa los proyectos de aprovechamiento de «ixtle» enla región del Valle del Mezquital.

Por otro lado, también en 1947, declara reser-va forestal nacional la Sierra de Juárez, BajaCalifornia Norte; y Parque Nacional a las monta-ñas que forman la Sierra de San Pedro Mártir, con-siderando, entre otras razones la necesidad de

proteger especies de flora y fauna, registro histó-rico y belleza natural.

Para 1949, los problemas ambientales inhe-rentes al crecimiento de la Ciudad de México,que contaba con tres millones de habitantes, sehacen patente, especialmente en lo que se re-fiere a la deforestación. Como consecuenciadeclara, nuevamente, zona protectora forestalla cuenca del Valle de México, superponiéndo-se con los decretos previos, los cuáles nuncafueron hechos efectivos, abrogados o modifica-dos. Por último, en 1951 declara con esta mis-ma categoría la cuenca del Río Florido, enChihuahua.

El presidente Adolfo López Mateos nombracomo Subsecretario Forestal y de la Fauna al Dr.Enrique Beltrán, quién, por su profesión de biólo-go, también era muy sensible a la protección de lanaturaleza. Beltrán incorpora los principios de laUnión Internacional para la Conservación de laNaturaleza a su gestión y esto desemboca en laprotección de otro número de áreas naturales conuna visión más enfocada a la protección de la floray la fauna silvestres, y no sólo a los servicios am-bientales, como ocurría anteriormente. En 1959decretan, como parque nacional, a las «Lagunasde Montebello», en Chiapas, considerando de granimportancia «...su variedad de clima y de suelos,posee selvas vírgenes, constituídas en la parte altapor especies forestales de clima frío y conforme sedesciende, por vegetación subtropical... Que la re-gión es una zona privilegada por su belleza natu-ral, atento el número de lagunas que en ella exis-ten, lo agreste de su configuración, lo exhuberantede su vegetación arbórea, la abundancia de susorquídeas, su rica fauna selvática y sus diversasvariedades de peces.»

En un tenor similar, se decretan como refugiode fauna silvestre las islas de Contoy, en Quinta-na Roo, en 1961; Tiburón en Sonora, en 1963; yla Rasa, en Baja California, en 1964. Además,decreta como parques nacionales, el «Constitu-ción de 1857», en Baja California y el «GeneralJuan Alvarez», en Guerrero.

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IV

A partir de 1964, la administración federal aban-dona la política de conservación de la naturalezaen México. Esta situación se exacerba entre 1970y 1976 cuando, además, se sufrió un proceso dereversión. En este lapso, se abrogan algunos de-cretos de áreas naturales protegidas, como el delos terrenos del estado de Hidalgo; se establecióun «Programa Nacional de Desmontes» y se rea-lizaron, costosos e inútiles esfuerzos por modifi-car ecosistemas, principalmente los tropicaleshúmedos, en la Chontalpa, el Istmo de Tehuan-tepec y Balancán-Tenosique. Además, se estable-ció una compañía para explotar la madera de laSelva Lacandona y para derivar a los campesinossin tierras, de todo el país, a los remanentes sel-váticos deshabitados. Acciones que fueroninstrumentadas, con objetivos poco claros y resul-tados muy objetables. Ante esta situación, la co-munidad científica mexicana empezó a dejarsentir su preocupación por el creciente deterioroambiental de nuestro país.

A diferencia de lo ocurrido en administarcionesprevias, este deterioro se veía reflejado en la publi-cación de múltiples trabajos florísticos, faunísticosy de socioeconomía rural, tanto de cobertura na-cional como regionales. Mientras tanto, crecía lapreocupación de la comunidad internacional por eldeterioro del ambiente de nuestro planeta y se crea-ban los organismos y líneas de acción propiciospara lograr áreas naturales protegidas que respon-dieran a una estrategia de prioridades relativas a lariqueza, fragilidad y extensión remanente de losecosistemas; una respuesta al reto se obtuvo de laUNESCO, por medio del programa «El hombre yla Biosfera» (MAB) y consistió en el establecimien-to de la nueva categoría de protección y manejodenominada reserva de la biosfera. Además, comoproducto de la participación de la comunidad cien-tífica de México, se estableció por primera vez un«Plan Nacional de Ecología».

Mientras esto ocurría, un particular, Don MiguelAlvarez del Toro, nativo de Colima y radicado por

décadas en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, cristaliza-ba una serie de tenaces esfuerzos, de él y de sushijos, fundando el Instituto Chiapaneco de Histo-ria Natural, un zoológico que ahora lleva su nom-bre y tomando un papel relevante en la protecciónde muchas importantísimas áreas naturales del es-tado más austral de nuestro país, que actualmen-te tienen un estatus de protección federal o esta-tal.

V

Con estas nuevas perspectivas, un mayor apoyo,interés y peso específico de la comunidad científi-ca, encabezada por Gonzalo Halftter, JoséSarukhán, Alfredo Barrera, Arturo Gómez Pompay muchos otros más, el presidente José LópezPortillo emite, en 1978, el decreto por el que sedeclara de interés público el establecimiento de lazona protectora forestal de la cuenca del RíoTulijah, así como la Reserva Integral de la BiosferaMontes Azules, en Chiapas, considerando:

«Que es derecho y obligación de los GobiernosFederal y Estatales conservar las especies vegeta-les y animales que constituyen las selvas tropica-les, que son parte del patrimonio de la Nación.»

«Que las selvas tropicales constituyenecosistemas frágiles, muy susceptibles a las alte-raciones realizadas por el hombre; que en el casode acciones mal planeadas pueden romper suequilibrio ecológico, provocando pérdidas irrever-sibles en la riqueza florística y faunística de la sel-va y degradación ecológica de las áreas actual-mente cubiertas por la misma.»

«Que la principal característica ecológica de laselva tropical es la diversidad de especies anima-les y vegetales que deben conservarse si se de-sea que las mismas sean productivas en formapermanente y puedan contribuir al desarrollosocioeconómico del país, evitando el deterioroambiental en extensas áreas húmedas del trópicomexicano.»

La figura de reserva de la biosfera continuó uti-lizándose para «La Michilía» y «Mapimí», en

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Durango, decretadas en 1979, por iniciativa delInstituto de Ecología A.C, y el gobierno del estadode Durango. Además, este gobierno continúa uti-lizando algunas de las antiguas categorías de pro-tección, instrumentadas por Miguel Ángel deQuevedo, como la zona protectora forestal y den-tro de esta figura de manejo decreta «Los Azu-fres» y «Mariposa Monarca», en Michoacán; y LaConcordia, Villa Flores y Jiquipilas, en Chiapas.También, incorpora, a la categoría anterior, la derefugio de fauna silvestre; y, bajo esta figura, de-creta el Volcán San Martín y la Sierra de SantaMarta, en el estado de Veracruz, la Casacada deAgua Azul, en Chiapas, el Bosque de «La Prima-vera», en Jalisco, el «Valle de los Cirios», en lavertiente central de la península de Baja California,«El Jabalí» en Colima, la «Selva del Ocote», enChiapas, «Santa Gertrudis», en Vega de Alatorre,Veracruz; la Sierra de Alvarez y la Sierra de laMojonera, en San Luis Potosí; Celestún y Ría La-gartos en Yucatán y la Sierra de Quila, en Jalisco.

López Portillo consideraba facultad del Ejecu-tivo Federal «establecer Parques Nacionales enlos terrenos que por su ubicación, configuracióntopográfica, belleza, valor científico, educativo ode recreación fuera conveniente preservar paraasegurar la flora y fauna típicas de la zona, coadyu-var al desarrollo turístico y al mejoramiento de lascondiciones de vida y bienestar de la comunidad;así como realizar las obras necesarias para suacondicionamiento, organización y administra-ción.»

Para 1980 expide el decreto por el que se de-claran parques nacionales «El Veladero», en Gue-rrero; Isla Isabel, en Nayarit, y el Cañón de Sumi-dero, en Chiapas, cuyos terrenos expropia en favordel gobierno federal. Un año después expide elpropio para Palenque.

Para terminar, en 1981, continúan el de Tulum,Quintana Roo, el de Tula en el estado de Hidalgoy la Cascada de Basaseachic, en Chihuahua. Sucreación de parques nacionales concluye en 1982,elevando a esta categoría el «El Chico», en Hidal-go, y decretando «El Cimatario», en Querétaro.

Durante el gobierno de Miguel de la Madrid, lacomunidad científica empezó a participar en for-ma más activa en las labores de planificación, ins-trumentación, establecimiento y manejo de lasáreas naturales protegidas. Además, ante la ma-nifestación de la creciente crisis ambiental, quese exacerbaba en la capital de la República, lasociedad civil despertó a la consciencia de su pa-pel en la destrucción y la posible conservación denuestros recursos naturales. Esto se vio reflejó enla constitución de numerosos grupos ecologistasy organizaciones conservacionistas no guberna-mentales y en que la temática ambiental se hizopaulatinamente presente, y hasta cotidiana, en losmedios masivos de comunicación y la opinión pú-blica. La creciente participación de los diferentescomponentes de la sociedad civil influyó en el es-tablecimiento de programas y líneas de la políticaambiental. Como consecuencia, a nivel guberna-mental, se estableció por primera vez una Subse-cretaría de Ecología y se tomaron los elementosque conforman la riqueza florística y faunística delpaís, como objetivo de preservación de un pro-grama de gobierno.

La atención del problema ambiental requeríade un substrato legal que se encontraba, obsoletoy disperso, en diversas leyes y que era necesarioactualizar, mejorar, instrumentar y conjuntar. Paraello, se procedió a planificar, redactar y discutir laLey General del Equilibrio Ecológico y la Protec-ción al Ambiente que, al ser publicada en 1988,sería la primera en su género en nuestro país.

Durante esta gestión se decretaron tres Reser-vas de la Biosfera: Sian Ka´an, en Quintana Roo;Sierra de Manantlán, en Jalisco; y El Vizcaíno, enBaja California. En la propuesta de estas áreasjugaron un papel preponderante el Instituto Na-cional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos,el Centro de Investigaciones de Quintana Roo y laUniversidad de Guadalajara. Decretó un ParqueNacional, correspondiendo a Dzibilchaltún, enYucatán. Y, además un Area de Protección de Flo-ra y Fauna, El Corredor Biológico Ajusco-Chichi-náutzin, en 1988.

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En relación al manejo y administración de lasáreas naturales protegidas, este gobierno fue elque planificó e instituyó el SINAP, al considerarque «....existen 55 parques nacionales decretadosy, las reservas, refugios y estaciones biológicas,no han sido suficientes para garantizar una ade-cuada protección de los recursos naturales..»El50% del territorio nacional sufre erosión en diver-sos grados, el 90% del bosque tropical ya ha sidodestruído, la contaminación está presente en lamayoría de los ríos y cuerpos de agua, y miles deespecies vegetales y faunísticas han desapareci-do o se encuentran en peligro de extinción, todoesto aunado al elevado porcentaje (50%) de des-nutrición que la población mexicana sufre... «Enbuena parte, esta situación se debe al desconoci-miento de los recursos naturales, de su potencialeconómico y de cómo lograr su uso racional; si-tuación que, en la práctica de diversos métodosde producción inadecuados, muchas veces actúaen detrimento del entorno natural, lo que estable-ce como urgente una política nacional de conser-vación, entendida ésta como la preservación delos recursos naturales y culturales, así como indu-cir su uso racional».

Además, en el documento propositivo delSINAP, se analizaba que la superficie natural pro-tegida apenas significaba el 0.9% del territorionacional; y que, de ésta, el 87% correspondía abosques templados; 19% a los del trópico húme-do; el 3% a las zonas áridas y al trópico seco; y,por último, sólo el 1% a zonas insulares y maríti-mas. Lo que evidenciaba un total desequilibrio quehabía de ser modificado. De esta manera, el SINAPse creó con el objetivo de «Preservar el patrimo-nio natural de la nación y armonizar los imperati-vos ecológicos con las necesidades de un apro-vechamiento productivo de los recursos naturales,en beneficio del desarrollo integral del país.» Sufunción era evaluar las áreas protegidas de lasdiferentes categorías existentes y sistematizar loscriterios para su operación, establecimiento y ma-nejo. Este sistema prestaría especial atención ala constitución, administración y mantenimiento de

las áreas naturales protegidas consideradas comode interés de la Federación, con base en los crite-rios de representatividad; desarrollando en ellasproyectos productivos ecológicamente sostenibles,para lograr una elevación de la calidad de vidaregional. Los componentes del SINAP fueron ob-jeto específico del Título Segundo de la Ley Ge-neral del Equilibrio Ecológico y Protección al Am-biente; y estaba compuesto por ocho Reservas dela BIosfera, trece Reservas Especiales de laBiosfera, cuarenta y cuatro Parques Nacionales yun Área de Protección de Flora y Fauna Silvestre.

La gestión de Carlos Salinas de Gortari coinci-dió con un nuevo elemento de valoración de lanaturaleza: la biodiversidad. De esta manera, alpercatarse la comunidad internacional de la formaen que se repartían las grandes acumulacionesde seres vivos en el planeta; de que México seencontraba entre las diez regiones más diversasdel mundo; y que su flora y fauna significaban cer-ca del 20% del total de formas vivas conocidas, seempezaron a dar condiciones propicias para au-mentar el acervo de Areas Naturales Protegidas.Este hecho desembocó, en 1992, en la constitu-ción de la Comisión Nacional para el Uso y Cono-cimiento de la Biodiversidad (CONABIO).

Otro factor que desencadenó y facilitó la pro-tección de las áreas fue la participación de gruposregionales, como el Instituto de Historia Naturalde Chiapas, bajo la dirección de Don MiguelÁlvarez del Toro, Amigos de Sian Ka´an en Quin-tana Roo, por ejemplo, y la participación de unmayor número de instituciones de investigación yorganizaciones no gubernamentales estatales.

Así, decretó con la categoría de Reservas dela Biosfera: en 1989, Calakmul, Campeche; en1990, El Triunfo; en 1992, Lacan-Tun, en Chiapas,y Pantanos de Centla, en Tabasco; en 1993, AltoGolfo de California y Delta del Colorado, en BajaCalifornia, Chamela-Cuixmala, en Jalisco, y ElPinacate y Gran Desierto de Altar, en Sonora; en1994, Archipiélago de Revillagigedo, en Colima,Sierra de Abra-Tanchipa, en San Luis Potosí, y laSierra de La Laguna en Baja California Sur; y para

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cerrar, en 1995, La Encrucijada y La Sepultura,en Chiapas. Bajo la categoría de Parques Nacio-nales: en 1992, Sistema Arrecifal Veracruzano; en1994, Arrecife Alacranes, en Yucatán; y en 1995,Cabo Pulmo, Baja California Sur. También decre-tó, como Monumentos Naturales: en 1991, Cerrode la Silla, en Nuevo León; y en 1992, Bonampaky Yaxchilán, en Chiapas. Por último, bajo la cate-goría de Areas de Protección de Flora y Faunafueron instituídas: en 1992, Chan-Kin, en Chiapas;y en 1994, Cañón de Santa Elena, en Chihuahua,Cuatrociénegas y Maderas del Carmen, enCoahuila, Laguna de Términos, en Campeche yUaymil y Yum Balam, en Quintana Roo.

A finales de 1995, el Banco Mundial, en coor-dinación con Fondo Mundial para la Fauna Silves-tre, y con la participación de The NatureConservancy, Conservación Internacional y másde 150 especialistas de la flora y fauna deLatinoamérica, desarrollaron un taller para identi-ficar las ecorregiones terrestres de nuestro hemis-ferio y separar las consideradas prioritarias por sudiversidad o endemismo. Como resultado de estetaller se evidenció la importancia de los desiertos,trópicos secos y bosques templados de nuestropaís, como poseedores de formas de vida de im-portancia global.

La actual administración ha sumado, a los ar-gumentos de la Biodiversidad y Megadiversidad,un enfoque especial para los ecosistemas mexi-canos ricos en endemismos, marginales o pocorepresentados en las áreas naturales protegidas;y en las áreas ecodiversas que conjuntan, en su-perficies relativamente pequeñas, una gran varie-dad de ecosistemas. Además ha enfocado susesfuerzos en la protección de las cúspides de labiodiversidad marina.

También, gracias a las modificaciones a la LeyGeneral del Equilibrio Ecológico y la Protección alAmbiente, se han establecido mecanismos paraque los particulares, comunidades, organizacionessociales y no gubernamentales puedan solicitar odeclarar Areas Naturales Protegidas dentro de losterrenos que les pertenecen, situación que abre

una mayor posibilidad de participación ycorresponsabilidad a la sociedad civil. También,el presidente Ernesto Zedillo ha reorganizado lacomposición de las Areas Naturales Protegidas,reformando y complementando la Ley General delEquilibrio Ecológico y Protección del Ambiente.

Entre los avances importantes que se presen-tan en cuanto a las áreas naturales protegidas, sepueden destacar: la posibilidad de establecer zo-nas núcleo y prohibir la fundación de nuevos cen-tros de población en cualquiera de las categoríasde protección:

Reservas de la Biosfera, que se fundamentanen el artículo 48 y se constituyen en áreasbiogeográficas, relevantes a nivel nacional, repre-sentativas de uno o más ecosistemas no alteradossignificativamente por la acción del hombre o querequieran ser preservados y restaurados, en loscuales habiten especies representativas de labiodiversidad nacional, incluyendo las considera-das endémicas, amenazadas o en peligro de extin-ción. En ellas puede determinarse la existencia dela superficie o superficies mejor conservadas, o noalteradas, que alojen ecosistemas, o fenómenosnaturales de especial importancia, o especies deflora y fauna que requieran protección especial, yque serán conceptualizadas como zona o zonasnúcleo. En ellas podrá autorizarse la realización deactividades de preservación de ecosistemas y suselementos, de investigación científica y educaciónecológica, y limitarse o prohibirse aprovechamien-tos que alteren los ecosistemas. También deberádeterminarse la superficie o superficies que prote-jan la zona núcleo del impacto exterior, que seránconsideradas como zonas de amortiguamiento, endonde sólo podrán realizarse actividades producti-vas emprendidas por las comunidades que ahí ha-biten al momento de expedir la declaratoria respec-tiva y que sean estrictamente compatibles con losobjetivos, criterios y programas de aprovechamientosustentable, en los términos de su decreto y de suprograma de manejo. Las Reservas de la Biosferason actualmente 22 y cubren cerca de 8,600,000hectáreas.

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Los Parques Nacionales se sustentan en elartículo 49, que los establece como representa-ciones biogeográficas a nivel nacional, de uno omás ecosistemas que signifiquen por su bellezaescénica, su valor científico, educativo, de recreo,su valor histórico, por la existencia de flora y fau-na, por su aptitud para el desarrollo del turismo, opor otras razones de interés general. En ellos sólopodrá permitirse la realización de actividades re-lacionadas con la protección de sus recursos na-turales, el incremento de su flora y fauna y, engeneral, con la preservación de los ecosistemas ysus elementos, así como con la investigación, re-creación, turismo y educación ecológicos. Estosparques se pueden establecer también en las zo-nas marinas y en la marítimo terrestre, con el finde proteger y preservar los ambientes marinos yregular el aprovechamiento sustentable de la floray la fauna acuáticas. Actualmente, existen 63 par-ques nacionales que cubren 1,384,278 hectáreasque han sido constituídos para que el pueblo mexi-cano pueda acceder a los más variados atractivosturísticos, en contacto con la naturaleza:

Los Monumentos Naturales se establecen, se-gún lo expresa el artículo 52, en áreas que con-tengan elementos naturales, lugares u objetos, quepor su carácter único o excepcional, interés esté-tico, valor histórico o científico, se resuelva incor-porar a un régimen de protección absoluta. Estafigura puede no tener una amplia variedad deecosistemas ni la superficie necesaria para serincluída en otras categorías de manejo; y en ellossólo se permite la realización de actividades rela-cionadas con su preservación, investigación cien-tífica, recreación y educación. Hasta el momentoexisten 3 monumentos naturales que cubren pocomás de 13,000 hectáreas.

El artículo 53, indica que las Áreas de Protec-ción de los Recursos Naturales son las destina-das a la preservación y protección del suelo, lascuencas hidrológicas, las aguas y, en general, delos recursos naturales localizados en terrenos deaptitud preferentemente forestal. Esta figura no sepuede utilizar en regiones en donde existan otras

figuras decretadas con diferente categoría. Den-tro de esta categoría se consideran las reservas yzonas forestales protectoras de ríos, lagos, lagu-nas, manantiales y demás cuerpos consideradosaguas nacionales, especialmente, cuando se des-tinen al abastecimiento de agua para el serviciode los asentamientos humanos. En ellas sólo sepueden realizar actividades relacionadas con lapreservación, protección y aprovechamiento sus-tentable de los recursos naturales que compren-den, así como la investigación, recreación, turis-mo y educación ecológica, tomando en cuenta loque disponga el decreto que las establece, su pro-grama de manejo y otras leyes aplicables. Existen7 áreas que corresponden a esta categoría, mis-mas que abarcan 203,439 hectáreas.

Las Áreas de Protección de la Flora y la Faunase establecen, como previene el artículo 54, enlos lugares que contienen los hábitat de cuyo equi-librio y preservación dependen la existencia, trans-formación y desarrollo de las especies de flora yfauna silvestres. En ellas se puede permitir la rea-lización de actividades relacionadas con la pre-servación, repoblación, propagación, aclimatación,refugio, investigación y aprovechamiento susten-table de las especies que el decreto mencione,así como las relativas a la educación y difusión enla materia; asimismo, podrá autorizarse el apro-vechamiento de recursos naturales a las comuni-dades que habiten en el momento de la declarato-ria, o que resulte posible según los estudios quese realicen, los que se deberán sujetar a las nor-mas y usos que establezca la declaratoria. Estacategoría ampara nueve áreas que suman1,660,500 hectáreas.

Además, existe otro grupo de 8 áreas en estu-dio para su recategorización que suman 565,941hectáreas.

Por último, el artículo 55 define una nueva ca-tegoría para aplicarse en zonas muy pequeñas quedeben quedar protegidas en forma muy estricta:los Santuarios, que se establecen en zonas ca-racterizadas por una considerable riqueza de flo-ra o fauna, por la presencia de especies, sub-es-

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pecies o hábitat de distribución restringida, que sepueda encontrar en cañadas, vegas, relictos, gru-tas, cavernas, cenotes, caletas, u otras unidadestopográficas o geográficas que requieran ser pre-servadas o protegidas. En ellos sólo se permitenactividades de investigación, recreación y educa-ción ambiental, compatibles con la naturaleza ycaracterísticas del área. Hasta el momento, no seha incorporado al SINAP ningun área bajo estacategoría.

Durante esta gestión se han decretado comoreservas de la biosfera: Sierra Gorda, en Querétaro,y Arrecifes de Sian Ka´an, en Quintana Roo. Comoparques nacionales: en 1996, Arrecifes de Cozumel,Bahía de Loreto, Costa occidental de Isla Mujeres,Punta de Cancún y Punta Nizuc; en 1998 Arrecifede Puerto Morelos, y la recategorización de IslaContoy. También se han establecido areas de pro-tección de flora y fauna, como la Sierra de Alamos-Río Chuchujaqui, en 1996.

La modificación de la Ley General del Equili-brio Ecológico y la Protección al Ambiente, signifi-có cambios en el Sistema Nacional de Áreas Na-turales Protegidas (SINAP) buscando, por esta vía,mejorar su conceptualización, depurar su compo-sición y, también, simplificar y volver más eficien-te su manejo. Para tomar las decisiones sobrecuáles son las áreas que se requieren proteger demanera prioritaria en México, la Comisión Nacio-nal para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidadrealizó en conjunto con PRONATURA, el FondoMundial para la Vida Silvestre, el Fondo Mexicanopara la conservación de la Naturaleza y un grupode Organizaciones no Gubernamentales y Acadé-micas, un taller de especialistas ecólogos, botáni-cos y zoólogos, que culminó con la identificaciónde 156 regiones de máxima relevancia biológicanacional. A raíz de este taller, se han venido de-sarrollando otros similares, de carácter regional.

Con base en este estudio, el SINAP está enposibilidad de cubrir una serie de necesidadesestratégicas, en lo relativo a la protección de nues-tro patrimonio natural: centros generadores deendemismo, refugios bióticos, ecosistemas

relictuales, frágiles o marginales; áreas con fenó-menos biológicos especiales, como destinosmigratorios, sitios de reproducción; y en la con-servación de los corredores biológicos que permi-ten el desplazamiento de las formas de vida enlos devenires del tiempo geológico:

En lo que respecta a las ricas y espectacularesselvas tropicales, se tiene como meta proteger loscuatro refugios glaciales de las selvas tropicaleslluviosas, consolidando las áreas decretadas ypromoviendo la creación de similares, en la regiónLacandona; en la del Soconusco, en la del Arcodel Istmo de Tehuantepec y en la de Loxicha. Ade-más, se requiere de la instrumentación de áreasque protejan las selvas húmedas aisladas en lassierras de Guerrero a Nayarit y en la regiónHuasteca, poseedoras de un importante monto deformas de vida y razas endémicas. También secontempla una estrategia de protección que per-mita la subsistencia de los corredores biológicosdel Petén, del Golfo y de las Sierras Madres, paraconectarlos al Corredor Mesoamericano. Esta es-trategia permitirá la conservación de más del 50%de la biodiversidad mexicana, permitiendo la per-manencia de especies carismáticas como el ja-guar, el tapir, los primates, el águila arpía, laguacamaya roja y los cocodrilos.

Los bosques mesófilos de montaña se presen-tan como un difícil reto para el SINAP, merced asu superficie reducida, aislamiento, unicidad y fra-gilidad que, junto con el embate colonizador delas comunidades, requieren de una estrategia deplaneación y operación muy cuidadosa a lo largode todas las Sierras Madres. Este tipo de bosquespresentan, además de bellísimos entornos, las másaltas concentraciones de formas de vida relictualesdel terciario medio, que se manifiestan por mediode fabulosas formas endémicas de plantas, anfi-bios y mariposas. Además, son el hogar de mu-chas especies aún desconocidas, o carismáticascomo los helechos arborescentes, innumerablesorquídeas, el quetzal, el pavón, la cotinga.

Otro importante componente para la instru-mentación del SINAP lo constituyen los biomas

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del trópico seco; ya que dentro de las selvas tro-picales deciduas y los bosques espinosos, exis-te una importante concentración de formas en-démicas, muchas veces restringidas, en lasdiferentes ecorregiones. Estas selvas de aspec-to cambiante son herencia de nuestra antigua fi-liación Laurásica y requieren de un esfuerzo parasu evaluación y comprensión. De esta maneralos enormes macizos forestales deciduos que seencuentran en Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Guerre-ro, Michoacán, Morelos, Puebla y Oaxaca; asícomo los relictos aislados en la Huasteca, el Cen-tro de Veracruz, Querétaro, Hidalgo, Guanajuato,Chiapas, Campeche y Yucatán, serán objeto deun programa de promoción de Áreas NaturalesProtegidas, para preservar elementos tan impor-tantes como las pereskias y alfilerillos, conside-rados como las cactáceas más primitivas; y cien-tos de especies endémicas de reptiles, como los«escorpiones».

Quizás, el más atrevido reto que se presentapara la conformación del SINAP, lo constituyen losecosistemas templados; ya que en sus diferentesecorregiones, se encuentra la más alta concen-tración y densidad de población del país. Su im-portancia se puede evidenciar por el hecho de queMéxico se considera como el centro más impor-tante de diversidad y evolución de los pinos yencinos. La protección de los ecosistemas tem-plados deberá tomar en cuenta la importancia desus servicios ambientales; ya que la mayoría delas ciudades del centro del país, dependen de suexistencia como fuentes de recarga de susacuíferos, superficiales y subterráneos; y de suconservación, también, depende la vida útil, de lamayor parte de los sistemas de riego y genera-ción hidroeléctrica que existen en el país. De estamanera, para efectos del SINAP, se deberán con-solidar y operar las áreas decretadas a lo largo detodo el Eje Volcánico Transversal y las serraníasaisladas del centro del país; y promover, además,su aprovechamiento como lugares de esparcimien-to para más de cuarenta millones de habitantes,que les darán una sustentabilidad financiera.

Dentro de los grandes agregados de la natura-leza mexicana, el SINAP concluye con los desier-tos. Dentro de éstos, se reconoce la necesidad devalorar la protección de los tres grandes conglome-rados desérticos que existen en México. En el de laBaja California, que permanece con presiones hu-manas incipientes, se requiere la operación de lasáreas, con un especial énfasis en la recate-gorización del Valle de los Cirios, por su altísimoendemismo; así como la urgente necesidad de pro-teger los chaparrales, costero y de montaña, de laregión mediterránea entre Tijuana y San Quintín.En lo relativo a los desiertos Sonorense yChihuahuense, aún se requiere un esfuerzo de iden-tificación y promoción de áreas protegidas estraté-gicas, que permitan proteger sus importantísimoscentros de endemismo, así como contrarrestar lasactividades humanas destructivas, especialmenteen el área que cubre el último. Además, se requie-re un esfuerzo adicional para la protección del im-portante acervo de formas de vida que se encuen-tran en los paleodesiertos aislados en los estadosde Querétaro, Hidalgo, Puebla, Oaxaca y en mi-núsculas áreas de Chiapas.

En lo relativo a ecosistemas restringidos,relictuales o marginales en México, destaca lanecesidad de proteger las selvas inundables quese encuentran en el sistema fluvial del Grijalva-Usumacinta-Candelaria, entre Tabasco yCampeche; así como los relictos de páramo tropi-cal que se presentan en las máximas eminenciasde Chiapas: Tacaná, Cerro Malé, Cerro Tres Pi-cos y Tzontehuitz. Estos ecosistemas, además deestar marginalmente representados en la Améri-ca Septentrional, apenas empiezan a ser estudia-dos y su nivel de conocimiento es muy deficiente.Una situación similar ocurre con la tundra alpinaque se encuentra en las cumbres de las sierrasdel México Laurásico; aunque, en su caso, la ma-yoría de ellas tienen un mejor nivel de estudios ycomprensión, y ya cuentan con decretos de pro-tección, que se deben hacer operativos, ya quepresentan una mayor presión por las actividadesantrópicas.

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Por último, se está avanzando en lo relativo ala protección de los ecosistemas insulares,arrecifales y marinos; cubriendo ya la mayoría delos cuerpos insulares federales, como las IslasRevillagigedo y las del Golfo de California, que,por sus interesantes procesos evolutivos, se pre-sentan como un símil de las australes Galápagos.También, el SINAP está en la obligación deinstrumentar la protección de las cúspides de labiodiversidad ma-rina, tomado encuenta los gran-des conglomera-dos arrecifales delCaribe y el Golfode México, asícomo las peque-ñas y diferencia-das colonias quese esparcen en lascostas, isletas yrocas del amplio li-toral del Pacífico.

A través de es-tas líneas, hemos querido dar un esbozo de lasacciones de conservación de áreas naturales ennuestro país, a lo largo del tiempo, y de las cau-sas que las provocaron. Para concluir, es necesa-rio reflexionar que la necesidad histórica de prote-ger, cuando menos, segmentos del territorionacional contra las acciones de sus habitantes,más que una solución a la degradación del mis-mo, parece ser el síntoma de una grave enferme-dad social que aqueja a México. A través de lahistoria, se evidencia una grave polarización de lasociedad civil, que comprende grupos minúsculosy, a veces, sólo individuos conscientes del valorde los recursos y servicios ambientales; y que,desde diversos nichos de poder, han tratado deneutralizar a una mayoría despreocupada, igno-rante y con alta capacidad destructiva.

La necesidad de establecer graves castigosa los infractores manifestada, con terribles rea-lidades en las teocracias militares prehispánicas;

o con amenazas, casi nunca cumplidas, en losregímenes republicanos; sólo puede ser reverti-da por medio de la educación del pueblo y suvirtual capacitación en el cariño y la conserva-ción del territorio nacional, que es nuestra únicamorada.

Los ejemplos exitosos de conservación denuestro entorno, infortunadamente, correspondena esfuerzos individuales: Nezahualcóyotl, La Bor-

da, Sartorius,Quevedo, etcéte-ra. Pero, ante laausencia de losintereses particu-lares que los so-portan, tarde otemprano, des-aparecen. Esto sedebe a que laconcientizacióncolectiva del valorde los recursosnaturales, sólo seha dado en luga-

res y épocas puntuales, como en el pueblolacandón, o en el uso maya de los Kal-koots. Pero,por desgracia, no ha permeado al grueso de lasociedad; ni mucho menos, se ha convertido encultura a lo largo del tiempo. Ello otorga a la enor-me y caóticamente creciente población una fabu-losa capacidad destructiva que se puede revertircontra ella misma, agotando suelos, aguas y de-gradando los espacios vitales y productivos en,posiblemente, muy pocos años.

Si al abandono y a la destrucción social, seañaden los esfuerzos de la corrupción y de losintereses creados, como ocurrió con el plan deAdriano Boot, no es remoto encontrar las razo-nes por las cuales, los mexicanos suframos con-secuencias nefastas, casi cuatrocientos añosdespués. La solución está en cada uno de no-sotros y en la forma que responsamos a la si-guiente pregunta: ¿qué deseas para tus descen-dientes?

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Economía de la biodiversidad*Eduardo Vega**

* Este artículo es una versión revisada del trabajo publicado como Conclusiones en el libro Economíade la biodiversidad/Economics of Biodiversity. Memorias del Seminario Internacional de La Paz, editadopor el Instituto Nacional de Ecología-SEMARNAP con el apoyo del Departamento del GobiernoBritánico para el Desarrollo Internacional (DFID), la Agencia de los Estados Unidos para elDesarrollo Internacional (USAID) y la Comisión Nacional para el Conocimientoy Uso de la Biodiversidad (CONABIO).Una edición electrónica de este trabajo puede encontrarse en nuestra página de Internet,www.ine.gob.mx.**Asesor del Secretario del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal. Plazade la Constitución # 3, Centro Histórico, México, D.F. C.P. Teléfono: (5) 55-21-35-28.Fax: (5) 55-21-26-88. Correo electrónico: [email protected].␣

Vega presenta aquí algunas conclusiones y recomendaciones rela-

cionadas con cuatro aspectos básicos de la economía de la biodiversidad:

las presiones económicas e institucionales que explican el deterioro

ecológico; la valuación económica de los at

ributos y funciones de la biodiversidad; la existencia de mercados poten-

ciales o formalmente establecidos asociados a la vida silvestre y los ser-

vicios ambientales; y la pertinencia del uso de incentivos económicos en

la tarea de conservar y aprovechar adecuadamente la riqueza y la diver-

sidad biológicas.

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Los aspectos económicos de la biodiversidadconstituyen un campo del conocimiento asocia-do a la economía ambiental que se preocupa porexplicar y detener los procesos de alteración ypérdida de los ecosistemas, las especies silves-tres de flora y fauna, los acervos genéticos y lasfunciones ambientales. Procesos éstos a los quela economía ambiental interpreta comoexternalidades o distorsiones derivadas de unfuncionamiento inadecuado de los mercados ylas instituciones que los regulan. Así, la econo-mía de la biodiversidad, con su propósito de pro-pender hacia una asignación eficiente de los atri-butos de la naturaleza y de sus funcionesecológicas ante diferentes opciones de aprove-chamiento económico, promueve análisis y de-sarrollos conceptuales emergentes en relacióncon el funcionamiento de los mercados y lasinstituciones, así como discusiones acerca delas␣ estrategias, políticas e instrumentos que de-berían utilizarse en la administración sustenta-ble de proyectos privados y en la gestión públicade programas de conservación y aprovechamien-to de bienes y recursos.

Bajo un nuevo y ampliado marco disciplinario,la economía de la biodiversidad pretende que losrecursos biológicos sirvan para incrementar elbienestar social, sin trascender ciertos umbralescríticos más allá de los cuales las pérdidas, entérminos de bienes presentes y opciones futurasde desarrollo, puedan ser irreversibles.

Partiendo de la identificación de algunas delas lecciones aprendidas gracias a las múltiplesdiscusiones que se han dado en tiempos recien-tes sobre este tema, presentaremos a continua-ción algunas conclusiones y recomendacionesrelacionadas con cuatro aspectos básicos de laeconomía de la biodiversidad: 1) las presioneseconómicas e institucionales que explican el de-terioro ecológico; 2)␣ la valuación económica delos atributos y funciones de la biodiversidad; 3) laexistencia de mercados potenciales o formalmenteestablecidos asociados a la vida silvestre y losservicios ambientales; y 4) la pertinencia del uso

de incentivos económicos en la tarea de conser-var y aprovechar adecuadamente la riqueza y ladiversidad biológicas.

1. LAS PRESIONES ECONÓMICAS E INSTITUCIONALES

SOBRE LA BIODIVERSIDAD

En este punto destacan los procesos de contami-nación de zonas marítimo-costeras por descargasde aguas residuales de la agricultura altamenteconsumidora de agroquímicos y de la industria mi-nera (específicamente petrolera), tanto como porderrames de hidrocarburos en el proceso de surefinación y transporte, los que ilustran con clari-dad una situación grave de degradación ambien-tal que se presenta en diversas regiones y países,debido a la ausencia o debilidad de una adecuadaregulación ambiental sobre actividades económi-cas diversas. Corroboran el típico caso en que lasactividades productivas oferentes de bienes queelevan el bienestar de la población, simultánea-mente generan impactos adversos sobre el entor-no natural y social donde se encuentran localiza-das, o incluso sobre ambientes, especies silvestresy poblaciones humanas muy distantes.

Algo similar sucede con los requerimientosinstitucionales para financiar actividades preven-tivas de los incendios forestales. Es conocido queen el campo mexicano, por ejemplo, así como enuna multitud de zonas rurales del mundo, el usotradicional del fuego en la preparación de los pre-dios agrícolas puede propiciar graves y prolonga-das temporadas de incendios forestales, causan-do enormes pérdidas económicas y verdaderosdesastres ecológicos; lo cual, si bien imposibilitao pone en riesgo futuros aprovechamientos fores-tales en los predios alterados por los incendiosincontrolados, simultáneamente, pone de relievela necesidad de promover aprovechamientos in-tegrales de recursos naturales como opciones con-venientes para numerosas comunidades ruralesque actualmente dependen en forma exclusiva decultivos agrícolas, con bajos rendimientos por hec-tárea y magros valores de mercado.

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CUADRO 1PRESIONES ECONÓMICAS Y SOCIO-INSTITUCIONALES SOBRE LA BIODIVERSIDAD EN MÉXICO

Además de los diagnósticos en torno a los pro-cesos de agotamiento de recursos naturales y dedeterioro ambiental, parece conveniente, precisa-

mente para trascender la sola descripción de es-tos acontecimientos desfavorables, fortalecer lasherramientas analíticas y así documentar la rela-

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ción existente entre las externalidades provenien-tes de distorsiones de los mercados formalmen-te establecidos, de aquellas que sólo funcionanesporádica y parcialmente, o bien de las fallasprovenientes de las decisiones y acciones de lasinstituciones que influyen directa e indirectamen-te sobre la biodiversidad.

En el cuadro 2 se sugieren relaciones recí-procas entre cinco dimensiones, con el propósitode dar cuenta de la complejidad e interconexiónde las distintas presiones que recibe labiodiversidad. Las dimensiones aludidas son lassiguientes: la económica-sectorial, la socio-institu-cional, la ecológica, la espacial y la temporal.Como en toda herramienta analítica los cortes son

más o menos arbitrarios, pero el propósito no essustituir los procesos reales sino reinterpretarlos demejor manera para actuar en consecuencia. Al igualque en el primer cuadro, en éste sólo se sugierenalgunas relaciones derivadas de este tipo de análi-sis y podrán considerarse tantas actividades eco-nómicas y presiones socio–institucionales como seanecesario, al igual que tantos y cuales atributos yfunciones de la biodiversidad como sea pertinente,de acuerdo con las regiones y periodos reales bajoestudio o gestión. Ambos cuadros pueden ser úti-les para el levantamiento de información factualconveniente, así como para su análisis integral. Así,por ejemplo, uno podría derivar que las reglas deacceso y uso de determinado ecosistema, junto con

CUADRO 2DIMENSIONES ECONÓMICA-SECTORIAL, SOCIO-INSTITUCIONAL, ECOLÓGICA, ESPACIAL

Y TEMPORAL DE LAS PRESIONES SOBRE LA BIODIVERSIDAD

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la falta de coordinación intergubernamental de po-líticas públicas sobre ese entorno, son el centrodel problema de degradación ambiental en tal o cualregión durante los quince años más recientes. Mien-tras que para otro lugar, durante el mismo periodo,el problema central lo representa la ausencia deregulación ambiental sobre una sola actividad eco-nómica en particular o bien la existencia de pobre-za extrema generalizada. La necesidad de relacio-nar, al menos, las cinco dimensiones señaladasconvendrá incluso para jerarquizar el grado de de-terioro asociado a una o más presiones identifica-das sobre algún recurso. De esta manera, lasexternalidades recobran tamaño, forma, duracióny origen. Y así, pueden ser más eficazmenteinternalizadas en las decisiones y conductas de losagentes económicos, vía precios relativos, mejo-ramiento de marcos jurídicos, innovaciones tecno-lógicas o varias de estas u otras posibilidades com-plementarias.

2. LA VALUACIÓN ECONÓMICA DE LOS ATRIBUTOS

Y FUNCIONES DE LA BIODIVERSIDAD

Además de dar cuenta de la complejidad e interco-nexión de las distintas presiones que recibe labiodiversidad, tal como lo sugieren las cinco dimen-siones interrelacionadas que aparecen en el cua-dro␣ 2, la necesidad de estimar los valores econó-micos de los procesos de agotamiento y deterioro,tanto como de los atributos y funciones ambienta-les de la naturaleza, se presenta como inaplaza-ble. No basta con identificar las relaciones decausalidad alta, media o baja entre diferentes pre-siones sobre ciertos ecosistemas y especies en unmomento y lugar determinados. Importa sabercuánto es eso en términos económicos, es decir,importa saber cuánto valor se está agregando a lariqueza ya existente y cuánto valor se está dedu-ciendo de la misma. Importa saber si el incrementoen el bienestar de un agente económico (individual,corporativo o comunal) implica costos socialesmayores o no a los del incremento mismo en subienestar. Importa pues, estimar el valor económi-

co de las externalidades en cada caso y realizarla valuación económica de los atributos y funcio-nes de la biodiversidad, aun y cuando ésta toda-vía se encuentre en buen estado.

En conclusión, la evidencia permite concluirque, más allá de la crucial discusión acerca de losmétodos y técnicas de valuación económica, en-tre los especialistas, funcionarios y agentes eco-nómicos hay cada vez un mayor consenso en re-lación con la necesidad de realizar la estimaciónde valores económicos como una manera másde␣ apoyar la conservación y los aprovechamien-tos sustentables de la biodiversidad. Mientras que,por ejemplo, la propuesta de Environment Canada(F. Fillion y Jim Frehs, 1999) se refiere alEnvironmental Values References Inventory (EVRI)

asociado al método conocido como “transferen-cias de beneficios”, las contribuciones de EdgarPape (1999) sobre la valuación económica delLago de Amatitlán (Guatemala) y de José LuisRomo (1999) sobre la correspondiente a los san-tuarios de la mariposa Monarca en México, seapoyan en adecuaciones del método de valuacióncontingente. No obstante, los primeros suponenque la sola valuación económica, en sí misma, yaes un incentivo para la conservación y el buenaprovechamiento de la biodiversidad, mientras quelos segundos insisten en la pertinencia de dichavaluación para exhibir que los costos sociales delos procesos de agotamiento y deterioro ecológicosson muy superiores a los costos en que incurrenlos agentes económicos privados o comunales enel uso directo e indirecto de la biodiversidad. Apartir de dicha perspectiva, se sugieren distintasacciones para descontaminar un cuerpo de aguadulce, en un caso, y para realizar un mejor mane-jo forestal de un bosque de oyamel, en el otro.

Conviene advertir acerca de la posible confu-sión de aquellos que se oponen a la valuación eco-nómica de la biodiversidad bajo el argumento deque tanto ésta como sus funciones ecológicas sontan vitales y trascendentes como económicamen-te inconmensurables. La valuación económica dela biodiversidad no es algo que esté por hacerse,

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es algo rutinario que ya se hace cuando se decideconvertir un predio forestal en un pastizal o terre-no agrícola, un manglar en una granja camaronera,una zona de humedales en una zona residencialurbana, un arrecife de coral en un destino turísticosin regulación alguna. Es decir, cuando implícita-mente sesupone unvalor econó-mico nulo ala biodiver-sidad —ypor endedesprecia-ble—, y unvalor econó-mico muyalto a otrasactividadesgeneradorasde ingresoscorrientes.De lo que setrata es deestimar losvalores económicos de ecosistemas, especies devida silvestre, acervos genéticos, funciones am-bientales y recursos naturales, de acuerdo con losusos directos (consuntivos y no) e indirectos a losque están asociados, así como sus valores deopción y de existencia.

Conviene saber que no necesariamente se tratade valuar el ecosistema complejo en sí mismo,cada una de las expresiones florísticas yfaunísticas de la vida silvestre, sus interrelacionesecológicas y los acervos genéticos en sí mismos.Con diversos métodos y técnicas todavía en de-sarrollo, se trata de estimar los valores económi-cos de los mercados presentes y potenciales aso-ciados a tales elementos de la biodiversidad, parade allí, por ejemplo, pasar a acortar o eliminar labrecha existente entre los costos privados o co-munales del uso ganadero de ciertas colinas tro-picales y los costos sociales de dicha asignación

de recursos escasos. ¿Cuánto de riqueza y diver-sidad biológica se pierde por esa asignación? Perotambién, ¿cuánta riqueza económica asociada adicha biodiversidad se pierde o desaprovecha poresa misma asignación? ¿Acaso es imposible con-servar en buen estado y aprovechar económica-

mente elmismo en-torno natu-ral? ¿Quéelementosde la biodi-v e r s i d a dhabrá quevaluar parahacer estop o s i b l e ?He aquíuna pre-gunta con-v e n i e n t epara seña-lar que noes la adi-ción de los

valores de todos y cada uno de los elementos dela biodiversidad. Tendrán que valuarse aquellosatributos y funciones clave o aquellasexternalidades más importantes, dependiendo delcaso específico de que se trate.

Regresando a ejemplos ya citados de AméricaLatina (INE, 1999), el uso del Lago Amatitlán comoreceptor de descargas de aguas residuales domés-ticas, agrícolas e industriales se parece al caso deluso de ciertas zonas marítimo-costeras peruanascomo recipiente de similares descargas residuales.En uno y otro caso importa mucho identificar las pre-siones diversas a las que está sometida labiodiversidad, pero no basta sólo eso. Importan tam-bién los costos económicos de su descontaminación,los costos de oportunidad intertemporales parareasignar sus usos potenciales, los costos de su re-generación ecológica si es que aún es factible, esdecir, importa conocer los valores económicos aso-

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ciados a los atributos naturales y funcionesecológicas en riesgo o perturbación. Identificar lasfuentes y procesos económicos e institucionales deldeterioro resulta clave para distribuir los costos y lasreparaciones de los daños. Pero la estimación deéstos en términos económicos resulta básica paradistribuir tales costos entre los agentes involucrados.La valuación económica de la biodiversidad nos per-mite tomar mejores decisiones en este sentido. De-cir no a la valuación económica y sí, por ejemplo, ala vigilancia, inspección y control estrictos del buencumplimiento de leyes, reglamentos y normas en ma-teria ambiental y de recursos naturales puede pare-cer, para algunos, más acorde con el espíritu de laconservación. ¿Se ha pensado en los costos de ha-cer valer una política de este corte? ¿Se han esti-mado los costos económicos de mantener a un ejér-cito de inspectores capacitado, bien equipado eincorruptible? Habría que estimar el valor económi-co de tal política ambiental.

Como recomendación general, habría que in-sistir en la necesidad de fomentar la valuación eco-nómica in situ de diferentes ecosistemas, especiesde vida silvestre, acervos genéticos, funcionesambientales y recursos naturales asociados a mer-cados presentes y potenciales, como una herra-mienta más para apoyar la conservación y el apro-vechamiento integral de entornos y recursosnaturales. No obstante, cuando la necesidad de con-tar con estimaciones económicas de esta índole seamayor que los recursos humanos, de financiamientoy tiempo disponibles para dicha tarea, entonces unbuen sustituto puede ser la utilización del métodode la transferencia de beneficios.

3. LA EXISTENCIA DE MERCADOS POTENCIALES

O FORMALMENTE ESTABLECIDOS ASOCIADOS

A LA VIDA SILVESTRE Y A LOS SERVICIOS AMBIENTALES

La información disponible y que aparece ilustradaen el libro Economía de la biodiversidad (INE,1999) permite afirmar que la promoción y la regu-lación de mercados de flora y fauna silvestres, tan-to como de funciones ambientales, resultan estra-

tégicas para países con una muy considerable ri-queza y diversidad biológicas. De hecho, en estetipo de países, considerados megadiversos, siem-pre han existido mercados formalmente estableci-dos o mercados esporádicos, estacionales e in-formales relacionados con la vida silvestre. Aves

marinas, migratorias, depredadoras, canoras y deornato, reptiles, anfibios, peces, tiburones, mamí-feros marinos y terrestres, así como un amplísimoconjunto de invertebrados, insectos, secrecionesy micro-organismos han sido objeto de comerciointerno e internacional. Igualmente, maderas du-ras y blandas, follajes, flores, tintes, aromas, resi-nas, gomas, extractos, bebidas, mieles y suelosforestales se han comerciado profusamente des-de siempre a escalas regional, nacional e interna-cional. Mucho más reciente es el comercio de ser-vicios ambientales como la captura de carbono querealizan los árboles y bosques. Sin embargo, tam-bién desde siempre estas prácticas de aprovecha-miento económico de la vida silvestre se han rea-lizado con el convencional y depredador enfoqueminero. Así, por ejemplo, en lugar de proyectosagrosilvícolas sustentables se han experimenta-do minerías forestales; en lugar de pesqueríasresponsables, sistemáticas capturas excesivas; enlugar de aprovechamientos turísticos bien regula-dos de bellezas escénicas de entornos naturales,sobredensificación de los destinos turísticos; y en

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lugar de aprovechamientos cinegéticos adecua-damente normados, cacería furtiva, ilegal y exce-siva. Todo lo cual ha impactado severamente tan-to a las especies y variedades de la vida silvestrecomo a sus hábitat y ecosistemas, junto con lasinteracciones ecológicas que entre sí establecen.

Las extinciones documentadas de flora y fau-na y el ingreso de distintas especies silvestres enalguna de las categorías de riesgo hicieron emer-ger movimientos conservacionistas radicales quedesatendieron el enorme potencial económico dela protección ecológica mediante aprovechamien-tos no depredatorios. De hecho, una de las dimen-siones más importantes de la economía de labiodiversidad es la de la formalización de corrien-tes ya existentes de oferta y demanda de bienes yrecursos de la vida silvestre, mediante el estable-cimiento de mercados e instrumentos de regula-ción que promuevan el interés en la conservacióna partir del interés económico. El potencial econó-mico de criaderos intensivos y extensivos, de vi-veros in situ y ex situ, de numerosas actividadesindustriales ligadas a elementos de la vida silves-tre, de proyectos agroforestales sustentables y or-gánicos, de la bioprospección, la biotecnología, losservicios ambientales y el ecoturismo, está aúnpor estimarse con técnicas adecuadas devaluación y mercadeo. Los beneficios potencialesecológicos propiamente dichos y en materia de

educación ambiental son igualmente importantes.En forma similar a las tendencias internaciona-

les de la certificación de productos y procesos in-dustriales vía la generación de normas ISO–14000,los llamados mercados verdes tienden hacia sucertificación por medio de esquemas similares alos de ISO, mediante acuerdos de jointimplementation o de swaps ecológicos para la con-servación de bosques tropicales y templados. Ob-tener financiamiento para la conservación de bos-ques naturales o para el buen manejo deplantaciones forestales acreditando la captura decarbono que los mismos hagan a favor de quie-nes financian tales proyectos, puede representaruna buena opción en el sentido del manejo inte-gral y multifuncional de la biodiversidad, tanto comoen el de la generación de ingresos atractivos y per-manentes en moneda nacional y en divisas.

Como recomendación general puede señalar-se que la documentación del peso económico querepresenta la economía de la vida silvestre sobrelas actividades formalmente constituidas y conven-cionalmente registradas sería un gran aporte paraevidenciar el potencial económico de este conjun-to de actividades, en términos tanto de transac-ciones intermedias como de generación de valoragregado, que si bien es cierto que ya se vienendesarrollando, también es cierto que no existenaún los mejores instrumentos para su promocióny éxito ecológico-económico.

4. LA PERTINENCIA DEL USO DE INCENTIVOS

ECONÓMICOS EN LA TAREA DE CONSERVAR Y APROVECHAR

ADECUADAMENTE LA RIQUEZA Y LA DIVERSIDAD BIOLÓGICAS

A partir de la información reciente sobre este puntopuede concluirse, al menos, en tres sentidos: i) enla necesidad de establecer incentivos económicospara apoyar y complementar la utilización de otrosinstrumentos en la gestión integral de labiodiversidad; ii) en la necesidad de considerar lasvinculaciones existentes en el gradiente local/glo-bal a la hora de discutir la idoneidad y la eficacia delos instrumentos económicos; y iii) en la necesidad

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de abrir una discusión institucional nacional acercade las relaciones existentes entre la política econó-mica, la política ambiental y el papel de los instru-mentos económicos en ambas dimensiones.

Antes de discutir acerca del tipo de instrumen-tos económicos que se requieren para una ges-tión sustentable de la biodiversidad, conviene en-tenderlos en su conjunto como herramientascomplementarias a las de carácter tecnológico ynormativo. Por tanto, la idea es que la innovacióntecnológica y las normas ambientales, por ejem-plo, puedan ser ambientalmente más eficaces yeconómicamente más eficientes al incluir incenti-vos o desincentivos fiscales, financieros, adminis-trativos o de otro carácter. Conviene también en-tender que la consideración de los instrumentoseconómicos en la gestión ambiental promuevenuevos criterios de regulación ambiental más li-gados al mejoramiento de los procesos producti-vos, a la sustitución de insumos y a laautorregulación que al tradicional enfoque de pre-tender solucionar los problemas ambientales ex-clusivamente “al final del tubo” con equipos y pro-gramas de control, inspección y vigilancia. Bajoesta perspectiva, habrá que preguntarse si en to-dos los casos la mejor respuesta a procesos dedeforestación, sobrecaptura pesquera y caceríailegal son, por ejemplo, programas de refo-restación, de vedas en pesquerías diversas y devigilancia generalizada de bosques templados ytropicales. ¿Cuáles serán los índices de prendi-miento y forestación neta? ¿Cuáles serán los cos-tos administrativos de las vedas pesqueras y losprecios de los productos prohibidos? ¿Cuáles se-rán los costos de la vigilancia contra la caceríailegal? y si esta será efectiva.

Si en las tareas de conservación de la diver-sidad biológica que vienen desplegándose en al-gunos países (mediante programas de aprovecha-miento sustentable y esquemas de regulaciónambiental sobre las actividades económicas quedirecta e indirectamente la impactan) se utilizanlos instrumentos económicos adecuados, podránlograrse más y mejores resultados en menos tiem-

po. Así, con el apoyo de instrumentos económi-cos idóneos, otros instrumentos de planeación yregulación muy convenientes (tales como losordenamientos ecológicos, las áreas naturales pro-tegidas, las evaluaciones de impacto ambiental ylas normas ambientales) podrían convertirse enverdaderos elementos de asignación eficiente ysustentable de los atributos y valores de labiodiversidad.

Como puede percibirse, un tema crucial en estepunto es el de la idoneidad y eficacia de los instru-mentos de gestión ambiental, entre ellos, evidente-mente, los instrumentos económicos. Aquí, aunquevalen como recomendación general los esquemasque sugieren mayor o menor pertinencia entre ins-trumentos económicos y problemas ambientales porresolver, es un hecho que habrá que tomarlos comolo que son, esfuerzos valiosos por sistematizar elconjunto de relaciones existentes entre los men-cionados instrumentos y problemas, pero nuncacomo recetas infalibles para la gestión ambiental.La selección, diseño y ejecución de los instrumen-tos económicos para apoyar procesos de conser-vación y aprovechamiento sustentable de␣ labiodiversidad son tareas especializadas que habránde realizarse más a la usanza de los sastres profe-sionales que a la de las maquiladoras del vestido,es decir, siguiendo moldes y patrones de corte yconfección pero apegándose estrictamente a lasmedidas de cada cliente.

5. ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA MÉXICO

México, siendo un país megadiverso (recuérdeseque nuestro país alberga alrededor del 10% de labiodiversidad del planeta, representando apenasel 1% de la tierra emergida del mismo), debe pre-ocuparse por estos asuntos y desarrollar formasinstitucionales propias para promover y generali-zar aprovechamientos integrales de la biodiver-sidad, los cuales tendrán que estar apoyados enuna batería de incentivos y desincentivos econó-micos. Si se tiene una situación nacional en la queel capital económico-financiero es relativamente

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escaso y está altamente concentrado, y en dondeel capital humano es escaso —no por motivos de-mográficos sino por la existencia de pobreza ex-trema generalizada y la relativa desatención deprogramas estratégicos en educación y capacita-ción—, entonces sería un verdadero drama quenuestro capital natural continuara siendocrecientemente escaso por la continuidad de losprocesos de agotamiento y deterioro ecológicos.

La utilización en el país de los instrumentoseconómicos para la conservación y el aprovecha-miento sustentable de la biodiversidad sigue sien-do marginal. No obstante la muy provechosa ex-periencia desplegada en este ámbito, cuestatrabajo pensar en más de seis instrumentos hoydía vigentes en el país con tal propósito, sin refe-rirse a los resultados obtenidos con los mismos:

• Deducción fiscal de donaciones e inversio-nes en áreas naturales protegidas (ANP).

• Permisos de aprovechamiento cinegéticodel borrego cimarrón.

• Fideicomisos ambientales para el rescate yrepoblamiento de algunas especies de vida silves-tre.

• Establecimiento de unidades de conserva-ción, manejo y aprovechamiento de la vida silves-tre en el sector rural (UMA).

• Bolsas crediticias a proyectos de conserva-ción y uso sustentable de bosques naturales (tro-picales y templados) consideradas en el progra-ma de desarrollo forestal (PRODEFOR).

• Bolsas crediticias a proyectos sustentablesde plantaciones comerciales (en zonas margina-les, acahuales, áreas degradadas, proyectosagrosilvopastoriles, proyectos agroforestales) con-sideradas en el programa de desarrollo de planta-ciones comerciales (PRODEPLAN).

Vale la pena insistir en que si bien es insufi-ciente y marginal el uso de instrumentos econó-micos asociados a la protección ecológica, es im-prescindible considerar las enormes dificultadesinstitucionales que un avance de mayor significa-ción implica. Por ello, en esta ocasión es preferi-ble plantear algunas de las dificultades aludidas.

Así, en lugar de discutir y recomendar instru-mentos fiscales, financieros o de otra índole, pa-rece más pertinente dejar planteada brevementeuna discusión general que deberá ser desahoga-da en futuros foros y momentos acerca de las re-laciones entre la política económica, la políticaambiental y el papel de los instrumentos económi-cos en ambas dimensiones.

La discusión puede plantearse en los siguien-tes términos: las políticas públicas deben apoyarlas prioridades y objetivos de la política económicageneral o bien deben compensar los efectos ad-versos que la misma tiene sobre algunos sectoresy regiones, pero no cabe duda que las líneas estra-tégicas de cualquier tipo de desarrollo económico ysocial están contenidas en la mencionada políticaeconómica general. De esta manera, el caso de unapolítica ambiental apoyadora de las prioridades yobjetivos de la política económica traduciría y am-pliaría las posibilidades en materia ambiental de lodictado por aquélla. Sería sumamente difícil encon-trar evidencia empírica de esta situación en algúnpunto del planeta; no obstante, no está por demásplantearlo como aspiración futura de una políticaestratégica verdaderamente sustentable. En estehipotético caso, por ejemplo, los instrumentos degestión específicos de las políticas fiscal, moneta-ria, crediticia, cambiaria, comercial, salarial, secto-rial y de precios no necesariamente tendrían quetener, en forma sistemática, rivalidad o incoheren-cia frente a los instrumentos específicos de la ges-tión ambiental (económicos y no económicos). Sinembargo, generalmente ocurre que las políticas pú-blicas, en particular la ambiental, más bien esténdiseñadas para compensar, remediar y controlar losimpactos adversos que los agentes económicoscausan sobre la biodiversidad con sus decisionesy acciones, las cuales están influidas en alto gradopor la política económica general.

La política ambiental en México, especí-ficamente aquella vinculada a la gestión de recur-sos naturales, además de tener un carácter pre-dominantemente compensatorio, cuenta con unénfasis correctivo (control, vigilancia, inspección,

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punición) donde el espacio para la prevención ylos incentivos económicos sigue siendo reducido.Si la discusión es sobre la sustentabilidad del de-sarrollo, debería ampliarse esta reflexión haciaotras políticas públicas, señaladamente hacia lapolítica contra la pobreza. La pregunta que flotaes: ¿basta corregir y controlar los procesos de ago-tamiento y deterioro ecológicos, así como los deexpansión de la pobreza extrema para acercarsea la sustentabilidad del desarrollo?, ¿son los mis-mos instrumentos económicos y tienen éstos po-tencialmente los mismos resultados cuando exis-te coherencia y coordinación entre la políticaeconómica y la política ambiental que cuando seda la situación inversa?

Esta reflexión general deriva en una recomen-dación final: si verdaderamente tomamos lasustentabilidad como opción estratégica de nues-tro desarrollo económico, habrá que discutir la per-tinencia y los alcances de una reforma fiscal am-biental en el país como el punto que dé inicio a

una mayor y mejor coordinación entre las institu-ciones que toman decisiones en el terreno estric-tamente económico y sectorial (Secretaría de Ha-cienda y Crédito Público, Secretaría de Comercioy Fomento Industrial, Secretaría de Agricultura,Ganadería y Desarrollo Rural, Secretaría de Ener-gía) con aquellas que lo hacen en ámbitos talescomo el ambiental y el social. De otra manera, losinstrumentos económicos diseñados por la políti-ca ambiental continuarán en la marginalidadinstitucional que hoy exhiben.

BIBLIOGRAFÍA

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mariposa Monarca en Semarnap, 1999.SEMARNAP, 1999. Economía de la biodiversidad.

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Evaluación ecológica y social de las barrancas de Cuernavaca, Morelos*Alicia Batllori Guerrero**

* Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias. Av. Universidad s/n, Col. Chamilpa.C.P. 62210, Cuernavaca, Morelos. Correo electrónico: [email protected].

Batllori describe la situación actual de las barrancas de la capital del

estado de Morelos, sus posibilidades de mejora y qué se puede hacer

para prevenir los riesgos que hoy afectan a este sistema. Termina con

una serie de apreciaciones en torno a aspectos sociales y educativos,

centrales para la prevención de una contaminación mayor.

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INTRODUCCIÓN

Morelos forma con los estados de México, Hidal-go, Tlaxcala, Puebla y Querétaro, la región cen-tro del país, con una superficie que representa el6.5 del total nacional. Tiene una superficie de4,941 km2 y representa el 0.3% de la superficiedel país, el total de la población es de 1,442,587habitantes (censo INEGI 1995) dando por resul-tado una densidad de población de 289 perso-nas por km2. El estado de Morelos se ubica en laregión hidrológica número 18 del río Balsas, lacual está formada por dos cuencas, la del ríoNexapa que ocupa una superficie de 549 km2 ytiene como afluentes el río Tepalcingo y las ba-rrancas de Amatzinac y de los Santos, así comola cuenca del río Amacuzac, que cubre una su-perficie de 4,342 km2 con sus principales afluen-tes: los ríos Cuautla, Yautepec, Chalma,Tembembe, Tetlama y Apatlaco. Este último seencuentra en la subcuenca del mismo nombre, yse ubica en la región noroeste del estado deMorelos, cubre un área de cuenca de 765 km2.Su longitud de cauce es de 63 km hasta su con-fluencia con el río Yautepec y una pendiente decauce de 4.53 % CNA (1996). La subcuenca delrío Apatlaco tiene como fronteras naturales al nor-te con las Lagunas de Zempoala y con la serra-nía de Zempoala y Huitzilac, al sur con el ríoYautepec, al este con la sierra de Tepoztlán-Tlaltizapán, al oeste limita con el río Tembembe,y las lagunas de El Rodeo y Coatetelco, y al su-roeste limita con la cuenca del lago deTequesquitengo.

De acuerdo a la CNA (1996) el agua del ríoApatlaco se utiliza para riego de 2,985 hectá-reas a través de las 10 tomas que se encuen-tran a lo largo de la corriente, con lo cual se be-neficia a 2,148 usuarios de las comunidades deChipitlán, Alta Palmira, Temixco, Acatlipa, Realdel Puente, Xochitepec, Alpuyeca, Zacatepec,Tetelpa, Galeana, Jojutla y Panchimalco, todosellos del estado de Morelos. De allí la importan-cia que las aguas de este río lleguen lo menos

contaminadas posibles a estas áreas donde loscultivos principales son: rosales, arroz, maíz,caña, calabaza, tomate, jícama, pasto y otros demenor proporción. Para evaluar la calidad delagua del cauce del río Apatlaco la CNA realizórecorridos desde su nacimiento aguas arriba delarroyo Chalchihuapan hasta su confluencia conel río Yautepec, con el fin de establecer tramosde aforo y estaciones de monitoreo teniendo encuenta las descargas de aguas residuales, losafluentes que modifican las características de lacorriente, así como los puntos que interesan paraconocer la calidad del agua de la corriente. Entotal se fijaron los siguientes 12 tramos de aforotomando como testigo el punto de inicio mencio-nado: 1) arroyo Chalchihuapan; 2) Salto de SanAntón; 3) arroyo Chapultepec; 4) descargaTemixco; 5) arroyo Panocheras; 6) Real del Puen-te; 7) Productos Aromáticos; 8) arroyo Palo Es-crito; 9) río Tetlama; 10) arroyo Poza Honda; 11)descarga Jojutla; y 12) río Yautepec. Hubo algu-nos otros tramos que se añadieron a este estu-dio pero que no es relevante mencionarlos en elcaso de este trabajo.

Los cauces de las barrancas que son afluen-tes del río Apatlaco en el lado oeste son:Chalchihuapan, Autlán después de unirse al cau-ce de Zompantle, barranquilla del Hotel del Pra-do, Atzingo, San Antón después de unirse con elcauce de la barranca de el Tecolote, Chulavista,Lagunilla, Club de Golf Cuernavaca, El Polvoríncauce de el Mango despúes de unirse al de LosPitos, Los Arquillos, el Limón, después de unirseal cauce de la barranca de Pilcaya, Panocherasdespués de confluir con el cauce de el Colorado,Tlazala y el cauce de la barranca de Tetlama.

De acuerdo a las normas oficiales mexicanaslas aguas residuales que van a dar a cauces deagua, son de composición variada provenientesde las descargas de usos municipales, industria-les, comerciales, de servicios, agrícolas, pecua-rios, domésticos, incluyendo fraccionamientos y engeneral de cualquier otro uso, así como la mezclade ellas.

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FIGURA 1

CLASIFICACIÓN DEL RÍO APATLACO. ESTACIONES DE MONITOREO

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Según estudios efectuados por la CNA (1996)los resultados indican que existen 46 descargasdirectas de aguas residuales municipales a loscauces mencionados, y 88 descargas indirectas,también municipales a través de barrancas, arro-yos y canales que son afluentes directos del ríoApatlaco. Las descargas industriales directas par-ten de 4 industrias e indirectas provenientes de15 industrias dentro de las cuales se considera laEmpresa para el Control de la Contaminación delAgua en la zona de CIVAC, (ECCACIV) que reci-be y da tratamiento a las aguas residuales de 888empresas de la Ciudad Industrial del Valle deCuernavaca (CIVAC) así como de los habitantesde la misma localidad. Solamente un hospital en-vía de manera directa y de manera indirecta 6hospitales descargan a cuerpos de agua que sonafluentes del río Apatlaco.

La subcuenca del río Apatlaco puede conside-rarse como la más densamente poblada del esta-do, ya que en ella se localizan los dos municipiosde mayor población, los valores de densidad va-rían de 3,059 a 71 habitantes por km2. El centromás importante de población es la ciudad deCuernavaca, con una población de 316,760 habi-tantes y le sigue Jiutepec, con 150,608 habitantes(Censo INEGI, 1995)

ANTECEDENTES Y EVALUACIÓN DE LAS BARRANCAS:SUS CAUCES, FLORA Y FAUNA

Según Aguilar (1998) las barrancas de Morelos,tienen su origen en el período pleistoceno, que secaracterizó por una gran actividad volcánica en elnorte de la entidad. Hubo en ese tiempo un grancataclismo que sacudió esta parte de nuestro paíshace más de cuarenta mil años, cuando se formóla cordillera del Ajusco con sus más de 200 cráte-res. A esta zona se le conoce como la sierra delChichinautzin donde los basaltos cuaternariospleistocénicos, con el escurrimiento del agua denorte a sur a través de cientos de años y debido aldeclive acentuado que caracteriza esta zona, se

formaron las barrancas que actualmente tienencomunicación hidrológica con la cuenca del ríoBalsas.

Las estructuras geológicas del estado deMorelos son producto de una sucesión de aconte-cimientos naturales que –como decíamos– mode-laron la corteza terrestre debido a grandes esfuer-zos que plegaron y dislocaron las rocassedimentarias marinas, dando lugar a la forma-ción de cadenas montañosas, cuencas y barran-cas, así como lagos que le dan a la zona un paisa-je muy característico (Aguilar, 1995).

La parte norte y este del estado de Morelosqueda comprendida en la subprovincia de lagos yvolcanes de Anáhuac, mientras que la parte cen-tro, sur y oeste pertenece a la subprovincia de sie-rras y valles de Guerrero que forma parte de laprovincia del Eje Neovolcánico y provincia de laSierra Madre del sur. Secretaría de Gobernación,(1988).

Por las características del suelo de tepetate enla mayor parte del estado, se llegan a formar es-tas barrancas que parten de los picos de Zempoalao por decirlo de otra manera, nacen al norte de laciudad de Cuernavaca, la atraviesan en algunaspartes a gran profundidad y se unen poco a pocohasta convertirse en el río Apatlaco, afluente delrío Amacuzac al sur del Estado.

Las sierras del Ajusco (3,930 msnm),Chichinautzin (3,250 msnm) y de Zempoala (3,690msnm) son las de mayores altitudes, las cualesdescienden abruptamente dando lugar a la forma-ción de barrancas y lomeríos en el Valle deCuernavaca que se extiende a una altitud aproxi-mada de 1,750 a 1,100 msnm.

El gradiente topográfico más pronunciado sepresenta entre el volcán de Tres Marías (3,310msnm) y la localidad de Ocotepec (1,760 msnm),donde en 11 km se tiene un desnivel de 1,550msnm, lo que da lugar al escurrimiento de los cau-ces de agua, y a un sinnúmero de barrancas pro-fundas o superficiales que dan un gran contrastea esta área. El Valle de Cuernavaca (1,750 msnm)se prolonga 25 km desde el poblado de Ocotepec

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hasta la localidad de Atlacholoaya (1,100 msnm)para dar paso después al Valle de Jojutla yZacatepec (CNA, 1996).

El municipio de Cuernavaca donde se encuen-tra el mayor número de barrancas se ubica al nor-te del estado de Morelos. Representa el 3.65 %de la superficie del estado; colinda al norte con elEstado de México y el municipio de Huitzilac; aleste con los municipios de Huitzilac, Tepoztlán yJiutepec; al sur con Jiutepec y Temixco y al oes-te con Temixco y Estado de México (INEGI, 1995).Esta integrado en la cuenca del río Amacuzac. Alnorte con las montañas de Tetela, Santa María yBuenavista del Monte donde nacen pequeños to-rrentes que van corriendo en los cauces de lasdiversas barrancas que atraviesan el municipio.El clima de la ciudad de Cuernavaca es semicálidosubhúmedo con temperatura media anual de 22ºC y la del mes más frío con menos de 18º C conlluvias en verano.

Las barrancas inician su recorrido a partir dela accidentada serranía de Zempoala y Huitzilac,en el lugar conocido como la Hoya del Tepeite enterrenos comunales del pueblo de Santa María,municipio de Cuernavaca, adonde fluyen nume-rosos arroyos alimentados por igual número demanantiales que forman la barranca del Tepeite.Esta barranca, recorre terrenos comunales deSanta María en donde se le une la barranca de-nominada Chalchihuapan, continuando por tierrasejidales de los pueblos de Tetela y Tlaltenango,en donde toma los nombres de Tetela, yTlaltenango, pasa por tierras del Rancho deAtzingo y de los ejidos del pueblo de San Antón,en donde toma el nombre de río del Pollo, reco-rriendo pequeñas propiedades de vecinos de laciudad de Cuernavaca. Pasa a espaldas de te-rrenos de la ExHacienda de Temixco, recorredespués por el costado de la exhacienda de Realdel Puente por tierras comunales de la Villa deXochitepec, en donde toma ese nombre y por tie-rras comunales del pueblo de Atlacholoaya, per-tenecientes al municipio de Xochitepec. Continúapor tierras ejidales del pueblo de Xoxocotla del

municipio de Puente de Ixtla, por tierras comuna-les del pueblo de Tetelpa y de las haciendas deSan Nicolás y Zacatepec del municipio deTlalquiltenango, y finalmente pasa por terrenos co-munales de Jojutla, Panchimalco y Tlatenchi y dela hacienda el Higuerón correspondientes al muni-cipio de Jojutla, para desembocar al río Verde tam-bién conocido como Higuerón o Yautepec, afluen-te del río Amacuzac, que es a su vez afluente delrío Balsas que desmboca en el océano Pacífico. Elrío Yautepec recorre aproximadamente 8 km antesde confluir al río Amacuzac (CNA, 1996). Del ladoeste nos encontramos con las barrancas de:Colotepec, Amanalco, Sin Nombre o El Empleado,El Túnel, Puente Blanco, El Chiflón, Puente AcatlipaChapultepec, el Salado o Palo Escrito y Poza Hon-da.

Las barrancas son las que determinan la belle-za y sobre todo el clima de la ciudad de Cuernavacadebido a la circulación de los vientos anabáticos ycatabáticos que circulan por ellas de día y de no-che. La contaminación de éstas, de los ríos y loscanales de riego agrícolas durante décadas, se ori-gina debido al crecimiento urbano desordenado enlas laderas de las barrancas, lo que motiva hasta lafecha el manejo inadecuado de los desechos sóli-dos y líquidos y el deterioro consecuente de loscauces de agua.

La flora en las barrancas está constituída porbosque de pino-encino, bosque de pinos y selvacaducifolia con vegetación secundaria. Dos espe-cies de cazahuate; especies de llora sangre,tronadora, cuahulote, aretitos, berenjena, quelite,frijolillo, ciruelo y jaral. Esta vegetación nativa sil-vestre ha sido suplantada o bien se ha perdido de-bido a la intensa contaminación de los cauces deagua de las barrancas. En las barrancas se pue-den encontrar árboles como los cuahulotes,copales, amate amarillo, mataplo, ahuhuete, sau-ce y cazahuates.

La falta de estudios sobre la flora arbórea deCuernavaca y en especial de sus barrancas, hadeterminado la siembra sin conocimiento de árbo-les que no son nativos del lugar y que llevan a los

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FIGURA 2

BARRANCAS DE CUERNAVACA, MORELOS

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vecinos o los programas de reforestación que in-troducen árboles como eucaliptos, casuarinas,jacaranda, hule, tulipán africano, trueno y conífe-ras, lo cual genera condiciones ambientales sinalgún parecido a los hábitat naturales por lo queno se contribuye a la conservación de la vegeta-ción arbórea y la flora nativa. La fauna en las ba-rrancas aunque disminuída de manera importantedebido a los asentamientos humanos, esta repre-sentada por mapaches, gallinita de monte, zorrillos,tlacoaches, ardillas, víbora ratonera, ranas y la-gartijas

Según Ramírez (1995), uno de los principalesproblemas de las poblaciones animales y vegeta-les es la destrucción masiva de su hábitat, dondeel mal uso de los recursos naturales en ocasioneses desmedido debido a la carencia de unaplaneación adecuada. En las barrancas esto espalpable cuando se observa como los hábitatsnaturales son reemplazado por extensosasentamientos humanos como casas, condomi-nios, hoteles, puentes, etcétera.

Todo esto implica que existe una intensa mo-dificación del ambiente motivada por el hombre yse crea en consecuencia un entorno artificial quelo deteriora cuando se vierten en los cauces delas barrancas descargas de aguas residuales,desechos sólidos, plaguicidas, y otros productosquímicos. Para las aves la vegetación de las ba-rrancas es un factor clave de supervivencia, yaque una gran variedad de árboles son usados pordiversas especies para alimento, como pueden ser:las semillas, los frutos e insectos fitófagos y dehojarasca, utilizando los árboles como perchas,dormideros y lugares para establecer sitios deanidación

Según la Bióloga Noemí Chávez, investigado-ra del Instituto de Biología de la UNAM, las avesque predominan en las barrancas de Cuernavacason especies de selva tropical como la perlita, elabia, el perico, la aguililla, el bencejo o avión, va-rias especies de la mosquera o papamoscas,verdines o reinitas, primaveras, colibrís, palomasbelloteras, urraca azul y gorriones caseros. Todas

estas especies se han visto afectadas por la alte-ración de la vegetación; la severa contaminacióndel ambiente y los extensos asentamientos huma-nos, por lo que su número se ha visto notable-mente disminuido.

De acuerdo a Ramírez (1995) algunas aves lla-madas oportunistas también moran en las barran-cas dada su amplitud ecológica, como son las urra-cas, cuervos o gorriones caseros que se venbeneficiados al alimentarse directamente de losbasureros. Se ha estudiado que el cambio en laconducta de las aves se debe en especial al cam-bio climático y la contaminación del aire.

De acuerdo al Ing. Ignacio Calo Steines, Direc-tor de Barrancas Ecoturísticas y Plantas de Trata-miento, dentro del área urbana del municipio deCuernavaca existen más de 38 barrancas con unpromedio de 8 a 15 kilómetros de longitud cadauna. Cada barranca tiene un promedio de 20 a 25barranquillas. Nos indica que sólo se refiere a lamancha urbana, porque si hablamos de todo elmunicipio, puede calcularse un número aproxima-do de 70 a 80 barrancas.

Las barrancas en general son usadas comodrenajes por la comunidad asentadas en las lade-ras y en las cercanías de los márgenes de las mis-mas. Y en forma extrema se utilizan como tiraderosde desechos al aire libre. Así, en muchas de ellas,se pueden identificar cloacas anaerobias de altopeligro para la salud pública que en temporadasde estiaje contienen una gran cantidad decoliformes (organismos contaminados que aca-rrean serios problemas de salud).

ASPECTOS EDUCATIVOS Y SOCIALES EN LAS BARRANCAS

La educación ambiental nos lleva a relacionar loeducativo con la naturaleza que rodea al ser hu-mano. Esta liga entre naturaleza y educación seabordó por primera vez a partir de los planteamien-tos de Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) quienreprobaba el ambiente ficticio con el cual se inten-taba rodear al niño alejándolo de la naturaleza e

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impidiendo que ésta actuara sobre él y le sirvierade modelo. Por sus ideas pedagógicas a Rousseause le considera precursor de la Escuela Nueva oActiva (siglos XIX-XX) en la cual encontramos losorígenes de la educación ambiental como corrien-te de pensamiento (Palacios, 1987).

La educación ambiental nace como una res-puesta al deterioro ambiental, como se explica enla Carta de Belgrado en el año de 1976, que seña-la la necesidad de sentar bases para un programamundial de educación ambiental debido al creci-miento económico y al progreso tecnológico quehan traido como consecuencia un crecientedeteriro del medio físico. Esto se afirma años mástarde, en la Declaración de la ConferenciaIntergubernamental de Tbilisi sobre educaciónambiental en la que dice: «La defensa y la mejoradel medio ambiente para las generaciones presen-tes y futuras constituye un objetivo urgente de lahumanidad. Para el logro de esta empresa habráque adoptar con urgencia nuevas estrategias, in-corporándolas al desarrollo. La educación debedesempeñar una función capital con miras a crearla conciencia y la mejor comprensión de los pro-blemas que afectan al medio ambiente» (UNESCO,1978).

La relación entre medio ambiente y educacióna partir de entonces, es una de las mayores con-tribuciones surgidas en el campo de las cienciashumanas y sociales a tal grado es importante quepodemos decir que caracteriza nuestra contem-poraneidad. Esta vinculación se ha generalizadode tal manera que afecta a todas las áreas cientí-ficas e incluso a las más diversas esferas de lavida cotidiana (Sureda, 1989).

En el caso de la educación ambiental no for-mal, dirigida a los pobladores de las barrancas deCuernavaca, sería recomendable que el Munici-pio, la considere a través de acciones como lasque se mencionan a continuación:

1.- Vigilar para evitar que se arroje basura o encaso contrario llevar a cabo acciones de limpieza.

2. Monitorear la calidad del agua.3. Evitar asentamientos irregulares.

4. Vigilar y dar mantenimiento constante a lasgrandes plantas tratadoras de agua, algunas pe-queñas instaladas in situ en las barrancas, y orien-tara a los vecinos para tratar sus aguas de dese-cho.

5. Elaborar diagnóstico de necesidades de lospobladores y también de sus propuestas para so-lucionar los problemas que les afectan.

6. Proporcionar educación no formal a los po-bladores de barrancas y capacitarlos en el mane-jo de los desechos sólidos.

7. Abrir espacios en los medios de comunica-ción para informar y educar a través de campañasinformativas.

8. Estudiar los aspectos normativos y de la le-gislación en los diferentes aspectos que involucrana una barranca y aplicar sanciones de acuerdo alas normas si es necesario.

9. Integrar comités entre los vecinos para quecoordinen y vigilen la limpieza de estas áreas, oen su caso soliciten a las dependencias del ayun-tamiento para que cumplan con sus funciones delimpieza, educación y desarrollo ambiental.

10. Que los camiones colectores de basura ten-gan compartimientos separados y que sólo reci-ban la basura que está separada. Esto parece unsueño pero hay que insistir en este asunto edu-cando a la población y a los servidores públicos.

11. Integrar programas de educación ambien-tal para promotores ambientales en las escuelasde cada municipio del estado.

Es necesario crear conciencia ecológica, a tra-vés de la participación vecinal y municipal, de talmanera que se tenga en cuenta el lema El agua esun bien común que no debe ser utilizado para trans-portar desechos. En Cuernavaca, las barrancasconstituyen un tema particularmente movilizador ya éstas les debe la ciudad su muy especial configu-ración. Un debate sobre el estado de las barrancasde Cuernavaca conduce ipso facto a plantear pre-guntas sobre la hidrología, la orografía, y laedafologogía de la ciudad y su región.

Una estimación de la población, de los munici-pios conurbados con el municipio de Cuernavaca

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54 Gaceta Ecológica

de 1950 a 1995 en los que se encuentra el mayornúmero de barrancas es la siguiente:

interacción entre prácticas sociales, legislación yprácticas gubernamentales para reactivar la estruc-tura profunda de la ley a partir del estudio cuidado-so de casos ejemplares. Las propuestas legalesdeberán emanar de estas prácticas.

Es fácil dar ejemplos puntuales de cómo la leypodría favorecer una nueva práctica social en for-mación, es decir las actitudes de los ciudadanosque al ahorrar agua mediante tecnologías adecua-das reducen su demanda general y su contamina-ción. Estos incentivos podrían tomar la forma dereducciones de impuestos, por ejemplo. En el casodel gobierno y su vinculación con las barrancas,la administración de los bienes nacionales estána cargo de la Comisión Nacional del Agua en tér-minos del artículo 113 de la Ley de Aguas Nacio-nales.

De acuerdo a la Ley Nacional de aguas lasaguas residuales son de composición variada pro-venientes de las descargas de usos municipales,industriales, comerciales, de servicios, agrícolas,pecuarios, domésticos, incluyendo fracciona-

MUNICIPIO 0591 5991

acavanreuC 829,75 067,613

onailimEatapaZ

235,4 267,94

cepetuiJ 690,4 806,051

ocximeT 180,5 759,78

Esta tabla nos da a conocer el aumento de lapoblación en 45 años, lo que nos indica que el nú-mero de pobladores y de asentamientos humanosirregulares en las barrancas de estos municipios haido en gran aumento. Una comunidad como la quese da alrededor de las barrancas está constituidaesencialmente por individuos con múltiples relacio-nes. No hay todavía suficiente explicación sobre ladiversidad y complejidad de los fenómenos socia-les ni teórica ni metodológicamente. Por lo que setiene que contribuir a la comprensión de la dinámi-ca social particularmente de las actitudes y hábitosde aquellos que viven muy cerca de una barranca.

Por otra parte existe la necesidad de la partici-pación comunitaria —como decíamos—, por me-dio de la educación ambiental, para resolver lascausas de la contaminación. Creemos que es laeducación la única y probable solución. La educa-ción por medio de la participación, entendida porgrados de colaboración de parte de losinvolucrados, ya sea a través de una participaciónorientada, autogestionaria, autoritaria o gestionaria.Participar es asumir las diferencias y los conflic-tos, así como la diversidad de opiniones y de inte-reses legítimos y contrapuestos.

NORMATIVIDAD EN LAS BARRANCAS

Según Brañes (1994) es conveniente elaborar con-ceptos jurídicos innovadores que permitan reorien-tar la legislación ambiental en el sentido de una mejor

DESCAGRAS MUNICIPALES

FECHA DE

CUMPLIMIENTO A

PARTIR DE:RANGO DE POBLACIÓN

0002edoreneed1000,05edroyam

setnatibah

5002edoreneed1000,05a100,02ed

setnatibah

0102edoreneed1000,02a105,2ed

setnatibah

CUADRO 2

mientos y en general de cualquier otro uso, asícomo la mezcla de ellas.

En los siguientes cuadros se muestran las des-cargas no municipales tendrán como plazo límitehasta las fechas de cumplimiento establecidas enla Tabla 4. El cumplimiento es gradual y progresi-vo, dependiendo de la mayor carga contaminan-

CUADRO 1

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te, expresada como demanda bioquímica de oxí-geno

5 (DBO

5) o sólidos suspendidos totales (SST),

según las cargas del agua residual, manifestadasen la solicitud de permiso de descarga, presenta-da a la Comisión Nacional del Agua.

Las fechas de cumplimiento establecidas en loscuadros 3 y 4 de esta norma oficial mexicana po-drán ser adelantadas por la Comisión Nacional delAgua para un cuerpo receptor en específico, siem-pre y cuando exista el estudio correspondiente quevalide tal modificación.

Los responsables de las descargas de aguasresiduales municipales y no municipales cuya con-centración de contaminantes en cualquiera de losparámetros básicos, metales pesados y cianuros,

demás responsables de las descargas de aguasresiduales municipales y no municipales, quedanobligados a presentar un programa de las accio-nes u obras a realizar para el control de la calidadde sus descargas a la Comisión Nacional del Agua,en los plazos establecidos en los cuadros 3 y 4.Loanterior, sin perjuicio del pago de derechos a quese refiere la Ley Federal de Derechos y a las mul-tas y sanciones que establecen las leyes y regla-mentos en la materia.

Otro aspecto vital, es el agua que corre en loscauces que involucra aspectos económicos, téc-nicos y teóricos. Teóricos porque se plantean pro-blemas de enfoques que se han dado para solu-cionar los problemas de contaminación de lasaguas de los ríos. Según la Ley de Aguas Nacio-nales (1992) en su Título I, artículo único, dice “...que esta ley es reglamentaria del artículo 27 cons-titucional en materia de aguas nacionales y es deobservancia general... (por lo que es convenien-te) regular la preservación de la cantidad y cali-dad (de las aguas de los cauces, (así como) paralograr su desarrollo integral sustentable. El caucede una corriente según la Ley, “es el canal naturalo artificial que tiene la capacidad necesaria paraque las aguas de la creciente máxima ordinariaescurran sin derramarse. Cuando las corrientesestén sujetas a desbordamiento, se consideracomo cauce el canal natural, mientras no se cons-truyan obras de encauzamiento”.

De acuerdo a la Ley de Aguas Nacionales(1992) los contaminantes básicos son aquellos

DESCARGAS NO MUNICIPALES

FECHA DE

CUMPLIMIENTO A

PARTIR DE:

DEMANDA

BIOQUÍMICA DE

OXÍGENO /T D

(TONELADAS/DÍA)

CARGA

CONTAMINANTE

0002oreneed1 0.3edroyam sodidnepsussodilóSd/Tselatot

)aídsadalenot(

5002oreneed1 0.3a2.1ed 0.3edroyam

0102oreneed1 0.3a2.1ed

2.1edronem

CUADRO 3

que rebasen los límites máximos permisibles se-ñalados en los cuadros 3 y 4 de esta norma oficialmexicana, multiplicados por cinco, para cuerposreceptores tipo B (ríos, uso público urbano), que-dan obligados a presentar un programa de las ac-ciones u obras a realizar para el control de la cali-dad del agua de sus descargas a la ComisiónNacional del Agua, en un plazo no mayor de 180días naturales, a partir de la publicación de estaNorma en el Diario Oficial de la Federación. Los

CUADRO 4

DESCARGAS MUNICIPALES

RANGO DE POBLACIÓN FECHA LÍMITE PARA PRESENTAR

PROGRAMAS DE ACCIONES

setnatibah000,05edroyaM 7991edoinujed03

000,05a100,02eDsetnatibah

8991ederbmeicided13

setnatibah000,02a105,2eD 9991ederbmeicided13

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56 Gaceta Ecológica

compuestos y parámetros que se presentan en lasdescargas de aguas residuales y que pueden serremovidos o estabilizados mediante tratamientosconvencionales. En el caso de los contaminantespatógenos y parasitarios, son aquellos micro-oganismos, quistes y huevos de parásitos quepueden estar presentes en las aguas residuales yque representan un riesgo para la salud humana,flora o fauna.

Algunos aspectos legales que consideramos deinterés son los siguientes: en el Título IV, capítulo1 sobre Derechos de Uso o Aprovechamiento deAguas Nacionales artículo 17, se menciona que “es libre de explotación, uso y aprovechamiento delas aguas nacionales superficiales por mediosmanuales para fines domésticos y de abrevadero,se requiere que no se desvíen de su cauce ni seproduzca una alteración en su calidad o una dis-minución significativa en su caudal, en los térmi-nos del reglamento...”

Referente a las descargas de aguas residualesen el Título VI, el capítulo 47 señala “Las descar-gas de aguas residuales a bienes nacionales o suinfiltración en terrenos que puedan contaminar elsubsuelo o los acuíferos, se sujetarán a l dispues-to en el Título Séptimo. “La Comisión” promoveráel aprovechamiento de aguas residuales de lossistemas de agua potable y alcantarillado, que sepodrán realizar por los municipios, los organismosoperadores o por terceros”. En el capítulo 83 enrelación al control de avenidas y protección contralas inundaciones especifica “

“La Comisión” en el Título VII acerca de la pre-vención y control de la contaminación de las aguasen el capítulo 85 dice que “ Es de interés públicola promoción y ejecución de las medidas y accio-nes necesarias para proteger la calidad del agua,en los términos de la ley”. En el artículo 86 “Lacomisión” tendrá a su cargo:

1. Promover y, en su caso, ejecutar y operar lainfraestructura federal y los servicios necesariospara la preservación, conservación y mejoramientode la calidad del agua en las cuencas hidrológicasy acuíferos, de acuerdo con las normas oficiales

mexicanas respectivas y las condiciones particu-lares de descarga, en los términos de la ley;

II. Formular programas integrales de protecciónde los recursos hidráulicos en cuencas hidrológicasy acuíferos, considerando las relaciones existen-tes entre los usos del suelo y la cantidad y calidaddel agua.

III. Establecer y vigilar el cumplimiento de lascondiciones particulares de descarga que debensatisfacer las aguas residuales que se generen enbienes y zonas de jurisdicción federal, de aguasresiduales vertidas directamente en aguas y bie-nes nacionales, o en cualquier terreno cuando di-chas descargas puedan contaminar el subsuelo olos acuíferos; y en los demás casos previstos enla Ley General del Equilibrio Ecológico y la Pro-tección del Ambiente;

VI. Promover o realizar las medidas necesa-rias para evitar que basura, desechos, materialesy sustancias tóxicas, y lodos producto de los tra-tamientos de aguas superficiales o del subsuelo ylos bienes que señala el artículo 113; y

VII. Ejercer las atribuciones que correspondena la Federación en materia prevención y controlde la contaminación del agua y de su fiscalizacióny sanción, en los términos de la Ley General delEquilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente,salvo que corresponda a otra dependencia con-forme a la Ley Orgánica de la Administración Pú-blica Federal.

En el Artículo 87 “La Comisión” dictaminará losparámetros que deberán cumplir las descargas,la capacidad de asimilación y dilución de los cuer-pos de aguas nacionales y las cargas de contami-nantes que éstos pueden recibir, así como lasmetas de calidad y los plazos para alcanzarlas,mediante la expedición de Declaratorias de Clasi-ficación de los Cuerpos de Aguas Nacionales, lascuales se publicarán en el Diario Oficial de la Fe-deración, lo mismo que sus modificaciones, parasu observancia.

Se dice en el Artículo 88 “Las personas físi-cas o morales requieren permiso de “La Comi-sión” para descargar en forma permanente, in-

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termitente o fortuita aguas residuales en cuerposreceptores que sean aguas nacionales o demásbienes nacionales...”“La Comisión” medianteacuerdos de carácter general por cuenca,acuífero, zona, localidad o por usos podrá susti-tuir el permiso de descarga de aguas residualespor un simple aviso. El control de las descargasde aguas residuales a los sistemas de drenaje oalcantarillado de los centros de población, corres-ponde a los municipios, con el concurso de losestados cuando así fuere necesario y lo determi-nen las leyes.

A MODO DE PROPUESTAS

De acuerdo a la evaluación que hemos hecho delas barrancas del municipio de Cuernavaca, loslineamientos para la solución de la problemáticase resumen en los siguientes conceptos: 1) esnecesario implantar medidas de control de lasdescargas de agua a nivel domiciliario, con dis-positivos filtrantes, como fosas sépticas y trata-mientos de bioenzimas para eliminar los micro-organismos patógenos; 2) l levar a caboprogramas de capacitación técnica a nivel muni-cipal y de educación ambiental a los pobladorespara el desecho eficiente de las excretas; 3) in-crementar el cuidado y mantenimiento de las ac-tuales plantas e incrementar el número de plan-tas de tratamiento, 4) establecer programas departicipación comunitaria, comprometiendo al mu-nicipio y al sector educativo, 5) promover la di-vulgación de educación ambiental a través de pro-gramas de saneamiento de las barrancas ymedidas de corrección de las descargas de aguasnegras ya tratadas en las zonas aledañas a lasbarrancas; 6) reordenar los asentamientos huma-nos y limitar los nuevos asentamientos que noreúnan las condiciones necesarias de sanidadpara proteger los cauces de agua de las barran-cas; 7) crear un sistema de espacios que permi-tan la entrada a las barrancas para llevar a caboactividades de limpieza y saneamiento en tramosno mayores de 300 metros; 8) rehabilitar la flora

de las barrancas con plantas endémicas; 9) lle-var a cabo un programa de educación ambientala la población para evitar que deterioren su en-torno y alcancen una mejor calidad de vida y 10)aplicar sanciones severas a aquellos que des-carguen aguas negras o desechos sólidos a lasbarrancas fundamentando dichas sanciones ba-sadas en la legislación.

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58 Gaceta Ecológica

Mar de Cortés: El ordenamiento ecológico marinopara el desarrollo sustentable

Dirección General de Ordenamiento

Ecológico e Impacto Ambiental*

* Av. Revolución 1425, nivel 17, Col. Tlacopac, México. D.F.Correos electrónicos: [email protected] y [email protected].

l.a SEMARNAP aporta el ordenamiento marino como un instrumento de

aproximación a la solución de problemas ambientales y para el manejo

de los recursos naturales de manera sustentable. El interés por realizar

la labor de preservación de nuestros mares se ve reflejado en el trabajo

conjunto de todas las instancias (publica, privada y social) en el Ordena-

miento Ecológico Marino del Golfo de California o Mar de Cortés.

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México, inmerso entre mares, es un país rico enbiodiversidad marina, riqueza que ha acompaña-do al devenir histórico de sus pobladores. Sin em-bargo la contaminación que diariamente sufren losocéanos es evidente. Ante ésta problemática laSecretaría del Medio Ambiente, Recursos Natura-les y Pesca (SEMARNAP), con la coordinación delInstituto Nacional de Ecología, se ha dado a la ta-rea de prevenir y corregir el deterioro y contamina-ción de sus aguas territoriales, implementando losprogramas de Ordenamiento Ecológico Marino,que tienen como propósito el establecer loslineamientos y previsiones a que deberá sujetarsela preservación, restauración, protección y apro-vechamiento sustentable de los recursos natura-les existentes en áreas o superficies específicasubicadas en zonas marinas mexicanas, incluyen-do las zonas federales adyacentes.

La SEMARNAP aporta el Ordenamiento Marinocomo un instrumento de aproximación a la solu-ción de problemas ambientales y del manejo delos recursos naturales de manera sustentable. Elinterés por realizar la labor de preservación denuestros mares, se ve reflejado en el trabajo con-junto de todas las instancias (publica, privada ysocial) en el Ordenamiento Ecológico Marino delGolfo de California o Mar de Cortés.

El Mar de Cortés configura una de las regionesmás fácilmente identificables del país; región cuyaidentidad gira en torno al espacio geográfico delcuerpo de agua con ese nombre. Es un espacio degrandes dimensiones y con diversos ambientes.

El proceso histórico de está región presenta dosgrandes etapas de colonización; la primera se daa partir de las expediciones de Francisco de Ibarra,Nuñez Cabeza de Vaca, Nuño de Guzmán yVázquez de Coronado que durante el siglo XVIocuparon los territorios de los actuales estados deSonora, Sinaloa y Nayarit; y la segunda es la colo-nización tardía de las Bajas (Norte y Sur) por ór-denes jesuitas, que inició a finales del siglo XVI yprincipios del XVII.

Esta diferencia territorial ha prevalecido hastala fecha en el desarrollo de las economías de es-

tos dos grandes territorios. Las planicies de Sono-ra y Sinaloa orientadas principalmente a la pro-ducción primaria y las Bajas hacia las actividadesde servicio. Por estas razones, la integración delMar de Cortés como región económica ha sido unlento proceso.

Estas consideraciones hacen de esta región unaenorme fuente de oportunidades para la promociónde la inversión hacia el desarrollo sustentable.

El Golfo de California con mas de 1,600 km delongitud y 3,000 km de costas, equivale al 50% dela superficie de la Península Itálica.

El área marina de 283,000 km2 que representala octava parte del Mar Mediterráneo, alcanza pro-fundidades mayores a los 3,000 m y albergamás de 900 islas e islotes.

México tiene jurisdicción exclusiva sobre elGolfo, y en el cual se incorporan 5 estados y 40municipios, con una población de más de 5.5 mi-llones de habitantes distribuidos a lo largo de laplanicie costera.

Entre sus principales atributos naturales des-tacan; su singular belleza paisajística, su alta pro-ductividad biológica y su gran biodiversidad. Es-tos atributos la convierten en la región del paíscon mayor producción pesquera, así como el prin-cipal destino turístico de pesca deportiva, veleo ybuceo deportivo.

También se han identificado en la región alre-dedor de 4,300 especies de invertebrados entre

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moluscos, crustáceos, anélidos y equinodermos.Existen más de 850 especies de peces, de los cua-les 85% habita en la plataforma continental, 1,347especies de aves entre terrestres y marinas y 30especies de mamíferos marinos.

El 29% de las aves, el 80% de los reptiles, el3% de las plantas y el 41% de los mamíferos sonendémicos o nativos.

El 68% de la regiónpresenta un buen esta-do de conservación yun 15% con vegetaciónsecundaria. 5.1 millo-nes has, que represen-tan el 15% de la super-ficie terrestre, seencuentran total o par-cialmente sustituidaspor actividades agrope-cuarias y sólo el 0.32%del territorio está ocu-pado por los grandescentros de población.

Conservar y preser-var la flora y fauna (te-rrestre y marina) formaparte de las tareas dela SEMARNAP; siendola región del Mar de Cortés rica en biodiversidad yun santuario de diversas especies como la balle-na y el berrendo, entre otras, se han decretado enla región diversas Áreas Naturales Protegidas(ANP), las más importantes son: El Alto Golfo deCalifornia y el Delta del Colorado, la Reserva delVizcaíno, las Islas del Golfo y los Parques Mari-nos de Loreto y Cabo Pulmo. Además el 13% dela superficie de la cuenca y el 4% de la superficiemarina se encuentran sujetas a algún régimen deprotección.

En las aguas del Golfo se capturan o desem-barcan importantes volúmenes de sardinas, atu-nes, calamares y camarones, que alcanzan hastalas 500 mil toneladas anuales y son el objetivo delas industrias procesadoras, que han generado la

necesidad de instalaciones portuarias de granmagnitud. Se capturan más de 70 especies comotiburones, pargos, cabrillas, langostas, almejas ypulpos, capturando más de 200 mil toneladasanuales.

El valor de la captura pesquera en el Mar deCortés rebasa los 300 millones de dólares por año,

cantidad que represen-ta el 50% del peso totalde la captura nacional.Esta actividad da em-pleo a más de 50,000trabajadores y ha gene-rado la construcción yoperación de casi 250plantas procesadoras.

La práctica de lapesca artesanal estáampliamente distribui-da en las costas de laregión y abarca 70 es-pecies. Las principalespesquerías son de ca-marón, caracol, pulpo,almeja, langosta y pe-ces de escama, comocabrillas y pargos. Estaactividad se desarrolla

tanto en bahías como en esteros y el volumenanual de captura asciende 200 mil toneladas anua-les.

Este tipo de pesca en la región tiene un fuertecomponente social como actividad generadora deempleos directos, particularmente en Sinaloa don-de se concentra el mayor número de cooperati-vas.

En acuacultura, el Golfo tiene la mayor partici-pación en el cultivo de camarón, ya que más del90% se realiza en sus costas. Esta producción re-presentó durante 1995 más de 14,000 toneladasdel crustáceo.

La pesca deportiva es un poderoso atractivoturístico de la región; se destaca tanto la pescade especies pelágicas como de fondo; fue está

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actividad lo que detonó el desarrollo de hoteles,marinas y embarcaciones en varios sitios delGolfo.

El martín, el pez vela y el dorado son captura-dos durante los meses cálidos; y las cabrillas, sie-rra y pargos en los meses fríos, lo que mantienela actividad deportiva a lo largo del año. Las AreasNaturales Protegidas pueden desempeñar un pa-pel importante como promotoras de la pesca de-portiva responsable.

La zona comprende una regionalización ma-rina consistente en 14 regiones biogeográficas apartir de la dinámica espacio-temporal de las ma-sas de agua y las surgencias costeras.

Se han identificado 4 grandes grupos en fun-ción de su vulnerabilidad a eventos climáticos ex-traordinarios como “EL Niño”:

1. Alta vulnerabilidad: baja la productividadentre 70 y 80% durante la temporada invernal (re-giones: Bahía de Concepción, Bahía de La Paz,Boca del Golfo)

2. Estable: no presenta modificaciones en laproductividad invernal y es muy abundante el ca-marón (Sistema costero Sonora-Sinaloa y Fren-te de la Sierra Giganta)

3. Baja: no se aprecian variaciones en la pro-ductividad, pero como efecto secundario de laslluvias ocasionadas por “El Niño”, aumenta de ma-nera importante la producción estuarina de ca-marón (Delta del Rio Colorado, Alto Golfo deCalifornia, Alto Golfo de Sonora y Golfo Norte).

4. Refugios: muestran características excep-cionales de productividad durante todo el año, in-cluso en años Niño (Canal de Ballenas y NorteIsla Tiburón).

Al Golfo acuden casi 1 millón 700 mil turistasal año que visitan sus diferentes destinos, lo querepresenta el 8% del total nacional. Más de la mi-tad son extranjeros, siendo una importante fuen-te de divisas para la región y el país.

Tan solo en el ecoturismo participan casi 90compañías que visitan las islas e islotes y se de-dican principalmente a la observación de aves ymamíferos marinos.

La región es una de las más importantes del sec-tor agropecuario mexicano; concentra casi el 50%de la superficie bajo riego del país, con alta tecno-logía y uso de fertilizantes (en rojo en el mapa, ana-ranjado solo uso de fertilizantes) y aporta el 40%de la producción agrícola nacional.

Los principales cultivos son el trigo, las oleaginosasy las hortalizas. Existen 536 mil de cabezas de gana-do vacuno y más de 204,000 de porcino.

Existen 4 ciudades con más de 500,000 habi-tantes Tijuana y Mexicali en Baja California;Hermosillo en Sonora y Culiacán en Sinaloa. Lasuperficie que ocupan estas ciudades y localida-des con densidades mayores a 500 hab/km2 soloes del 0.2%. El 62% de la superficie presenta den-sidades menores a 100 hab/km2.

El índice de presión integra: i) el tamaño de laactividad (insumos e infraestructura) y su importan-cia económica (valor agregado) y ii) la dinámica dela población (migración, crecimiento, bienestar)

En el 3% de la superficie se concentran las acti-vidades de los sectores secundario y terciario coníndices de alta presión y el 18 % de la superficie dela región con una presión media se encuentra elsector primario.

En las 4 regiones hidrológicas más contamina-das se encuentran:

1. La zona urbana de Tecate.2. La zona urbana de Mexicali.3. Las zonas urbanas de Hermosillo y Nogales;

así como los distritos de riego de los ríos Yaqui,Mayo y Papigochi-Yaqui, y

4. La zona urbana de Tepic, con el distrito deriego del río Santiago.

En la porción terrestre de la región del Mar deCortés, solo el 21% de la superficie total cuentacon agua subterránea. Según el inventario de CNA,existen un total de 254 acuíferos, de los cuales 47se encuentran sobre explotados, mismos que seasocian a las actividades agropecuarias y los cen-tros de población. Más del 81% de los acuíferos seencuentran en equilibrio.

Los usos y las actividades productivas que sedesarrollan, han generado una gran cantidad de im-

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pactos ambientales negativos sobre la región conconsecuencias variadas y de diversas magnitudes.Estos impactos cobran relevancia especial cuan-do afectan áreas ecológicamente críticas como:manglares, lagunas costeras, arrecifes coralinose islas; ocuando vanen detrimentode los propiossectores eco-nómicos quelos generan ode otros sec-tores que lossufren (Ejem-plo de estoson los efec-tos de la con-taminación enla pesca, laacuacultura, yel turismo).

Los municipios costeros del Golfo presentan losíndices más altos de calidad de vida y los másbajos de densidad poblacional de todo el país.

Los atributos naturales del Golfo desempeñanun papel relevante como motores de su econo-mía. Hacer un mal uso de ellos es arriesgar el fu-turo económico y social de la región, así como li-mitar las opciones para transitar hacia el desarrollosustentable.

Por esto resulta fundamental plantear dentrode un esquema concurrente de administración pú-blica, un enfoque de desarrollo que considere laconservación de sus atributos naturales, el uso res-ponsable de sus recursos y el mantenimiento ymejoramiento de la calidad de vida de sus habi-tantes.

El Ordenamiento Ecológico Regional Marino delGolfo de Cortés pretende orientar las actividadesproductivas; definir densidades e intensidades deluso turístico; ubicar la infraestructura portuaria, ca-rretera y de servicios; apoyar los programas deordenamiento pesquero; definir el emplazamiento

de la acuacultura y regular la actividad agrícola yganadera. De esta manera podrá sentar las ba-ses para que en fases sucesivas se construya unPrograma de Desarrollo Regional Sustentable, conuna visión de largo plazo que incorpore el “Mane-

jo Integrado dela Zona Coste-ra”.

La unión deesfuerzos es laclave para eléxito de estainiciativa. Elesfuerzo de in-tegrar la infor-mación exis-tente es elresultado deltrabajo coordi-nado del Insti-tuto de Cien-cias del Mar y

Limnología (UNAM); los Gobiernos Estatales deBaja California, Baja California Sur, Sinaloa y So-nora; CECARENA-ITESM (Guaymas); CIAD(Mazatlán); UABC; UABCS; Conservación Interna-cional; SEMARNAP; Instituto Nacional de Ecología;Delegaciones Estatales (Semarnap) y los CentrosRegionales de Investigación Pesquera del Institu-to Nacional de la Pesca.

Este esfuerzo permitirá articular agendas co-munes, mecanismos de coordinación explícitos,promover procesos de participación social y pri-vada y desarrollar herramientas de seguimiento yevaluación, entre otras actividades. Cabe mencio-nar que la participación del sector privado es fun-damental en la elaboración y ejecución de las es-trategias de desarrollo sustentable.

La finalidad de esta iniciativa es esencialmen-te apreciar y valorar las riquezas de nuestrosmares y preservar la relación que a lo largo dela historia el hombre ha tenido con el mar. Losocéanos juegan un papel fundamental en nues-tro futuro.

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Memoria cronológica de la regulación industrial directaen materia de contaminación ambiental

Ing. Alberto Villa Aguilar* e Ing. José Sánchez Ruíz* *

* Subdirector de Licencias Ambientales de la Dirección de Regulación Industrial. Av. Revolución1425, nivel 6, Col. Tlacopac, C.P. 01040, Tel: (5) 56-24-34-96. Correo electrónico:[email protected].** Jefe del Departamento de Análisis y Dictamen de la Licencia Ambiental Única de la Dirección deRegulación Industrial. Av. Revolución 1425, nivel 6, Col. Tlacopac, C.P. 01040.

Los autores quieren consignar la iniciativa y motivación del Arq. Gilberto Castañeda Sandoval,anterior Director de Regulación Industrial para la realización de este artículo y agradecer los valiososcomentarios hechos a este documento por parte de la Lic. Maribel Ramírez Zúñiga, Subdirectora dePromoción de Proyectos de Investigación, ambos de la Dirección General de Regulación Ambientaldel INE.

Los autores pasan revista cuidosa a la rica historia reciente de la regu-

lación industrial relacionada con contaminación ambiental. Partiendo de

la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental

emitida en 1971 hasta llegar al Sistema Integrado de Regulación Directa

y Gestión Ambiental para la industria presentado en abril de 1997 Villa y

Sánchez reconstruyen la historia institucional sobre este tema así como

la de sus instrumentos y procedimentos.

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En 1971, en atención a las preocupaciones por ladegradación ambiental que provocaban las activi-dades industriales, comerciales y de servicios secreó la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambien-te como un programa experimental de la enton-ces Secretaría de Salubridad y Asistencia en sus-titución del Departamento de ContaminaciónIndustrial.

Para regular dichas actividades se publica el12 de marzo de 1971 en el Diario Oficial de la Fe-deración, la Ley Federal para Prevenir y Controlarla Contaminación Ambiental y el Reglamento parala Prevención y Control de la Contaminación de laAtmósfera originada por la Emisión de Humos yPolvos. Esta ley establecía en los artículos 7º y 8ºde su reglamento la obligación de contar con unalicencia para la operación y funcionamiento de losestablecimientos industriales nuevos, cuyas acti-vidades pudieran producir contaminación atmos-férica originada por la emisión de humos y polvoso para ampliar las existentes. Cabe mencionar quedesde el inicio de la Subsecretaría de Mejoramien-to del Ambiente, se contemplaba la prevención ycontrol de la contaminación al suelo por parte delas Secretarías de Agricultura y la de Industria yComercio y, al agua por parte de la Secretaría deRecursos Hidráulicos, existiendo desde entoncesla forma PCA-2 para el registro de las descargasde aguas residuales y para fijación de condicio-nes particulares de las mismas. Desde un iniciopuede observarse que en la regulación ambientalexistía una tendencia hacia el establecimiento depermisos, resoluciones o autorizaciones por me-dios separados, causando con esto que los esta-blecimientos industriales tuvieran más de un per-miso y por ende, creciera la carga administrativa.

Inicialmente la Dirección General de Operaciónse encargaba de promover la legislación ambien-tal vigente, para lo cual se formaron grupos depromotores técnicos y promotores urbanos. Losprimeros se encargaban de localizar pequeñas in-dustrias ubicadas dentro de las zonas pobladas ylos segundos se dedicaban a localizar giros co-merciales y de servicios, ambos con el fin de re-

cabar información del tipo de actividades que rea-lizaba cada empresa. Se proyectaban recorridosde trabajo calle por calle en un sentido paralelo yotro grupo recorría las transversales, realizandoalrededor de 200 o más visitas al día. En las zo-nas industriales ya definidas, las visitas se pro-gramaban según la actividad desarrollada por laempresa o por la zona. Se entregaba para ser lle-nado un cuestionario donde se solicitaban los da-tos generales de la empresa y tipo de actividad.Una vez recabada la información se enviaba a laDirección General de Operación.

Posteriormente se constituye la Oficina de Ins-pección cuya función consistía en realizar visitaspor oficio, en atención a las quejas ocasionadaspor determinadas industrias. Estas visitas teníanla finalidad de verificar la autenticidad de la quejay el cumplimiento por parte de la empresa de lasleyes y reglamentos vigentes en materia de Pre-vención y Control de la Contaminación Ambiental.Existía también una Oficina Dictaminadora que seencargaba de estudiar los proyectos industrialespara la instalación de equipos y métodos de con-trol de la contaminación ambiental. Éstos eranaprobados o rechazados si cumplían o no con loslímites reglamentados para los diversos tipos decontaminantes.

Para regular a la industria respecto a sus emi-siones de contaminantes se crea la Oficina de Li-cencias la cual era la encargada de emitir la Li-cencia de Establecimiento a través de laSubsecretaría de Mejoramiento del Ambiente dela Secretaría de Salubridad y Asistencia

La Licencia de Establecimiento contemplabatres criterios básicos en su resolución:

· Licencia Otorgada. Este tipo de oficio reso-lutivo se otorgaba cuando la empresa cumplía conlas leyes y reglamentos y contaba con equipospara controlar sus emisiones contaminantes, ade-más de estar ubicada en una zona industrial omixta de acuerdo con el tipo de actividad.

· Licencia condicionada. Este caso se presen-taba, cuando la empresa cumplía parcialmente conlas leyes y reglamentos pero en la mayoría de los

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casos sus equipos de control eran ineficientes ocarecía de ellos.

· Licencia negada, este tipo de resolución noera muy común y sólo ocurría cuando el estableci-miento industrial causaba graves problemas a lacomunidad o su ubicación no era la apropiada parael tipo de actividad que desarrollaba el estableci-miento.

Para estar en condiciones de emitir una opiniónmás apegada a la legislación ambiental vigente,existían dos áreas que simultáneamente visitabana la empresa y las zonas aledañas a la misma.Una área técnica se encargaba de verificar tantola información proporcionada en la solicitud comoel funcionamiento y operación de la actividad in-dustrial; la segunda se encargaba de verificar elárea de urbanización haciendo un recorridoperimetral a por lo menos 500 m para observar lasactividades predominantes en la zona y a qué tipode núcleos de la población afectaban las emisio-nes generadas por la actividad industrial.

Para elaborar el dictamen técnico-urbano, serevisaba que la solicitud de Licencia de Estableci-miento presentada por la industria, contuviera lainformación necesaria y suficiente. En virtud de quese presentaban diversos giros de actividades, loscriterios empleados para dictaminar cada solicituddiferían unos de otros, tomando en cuenta ade-más de la magnitud de la empresa, el tipo de ries-go del proceso. Para emitir el dictamen de las soli-citudes se aplicaban las siguientes consideracionesbásicas:

Análisis técnico: ubicación; descripción del o losprocesos; distribución de maquinaria y equipo; ma-terias primas, productos, subproductos y desechos;cantidad y naturaleza de los contaminantes gene-rados; equipos de control de la contaminación.

Análisis de urbanización: Colindancias inmedia-tas al establecimiento; tipo de zona industrial, mix-ta, habitacional o rústica; distancia y dirección a lazona habitacional más próxima (en caso de ser unazona industrial); dirección, velocidad y frecuenciade los vientos dominantes; condiciones de la zonaen cuanto a: altos índices de contaminación y den-

sidad de población; tipo de actividades o giros pre-dominantes en el área de influencia; vías de co-municación; tipo de actividad (industrial, comer-cial o de servicio); distancia y dirección a lapoblación más cercana (en caso de ser una zonarústica); distancia y dirección a los centros de re-unión más próximos (escuelas, hospitales y mer-cados, etc.); en el caso de que la solicitud provi-niera de alguna otra entidad federativa, se tomabaen consideración la opinión o predictamen deldelegado estatal; visto bueno de la Dirección Ge-neral de Planeación del Distrito Federal. En el casodel estado de México el visto bueno era otorgadopor la Oficina de Obras Públicas del municipio co-rrespondiente.

Debido a la complejidad de algunos procesosse solicitaba información adicional tal como: dis-tribución de materia prima, productos ysubproductos dentro del lugar de almacenamien-to; características de los tanques y recipientes dealmacenamiento para materias, productos osubproductos; distribución de extinguidores omedios de extinción dentro de la planta; diagramade flujo del o los procesos; diagramas de tuberíase instrumentación para cada proceso; materialesde construcción de los equipos de proceso y al-macenamiento.

En cuanto al dictamen urbano se tomaba enconsideración si la ubicación era en zonas consi-deradas como industriales, mixtas, habitacionales,rurales, etc., según clasificación dada por la ofici-na del plano regulador del departamento del Dis-trito Federal o por las dependencias municipalesde obras públicas correspondientes a los estados.Dentro de las zonas habitacionales o rurales seautorizaba el funcionamiento de giros de servicioy comerciales. Para las zonas mixtas se autoriza-ban las licencias de giros industriales siempre ycuando no causaran molestias a los vecinos alefectuar operaciones de recepción o distribuciónde materias primas y productos, además de quesus equipos de control de emisiones de contami-nantes al medio ambiente funcionaran eficien-temente. Las emisiones podrían ser de ruido, pol-

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vos, humos, vibraciones, olores, calor o radiacio-nes. En el área metropolitana se restringía la au-torización para el funcionamiento de nuevas ins-talaciones industriales o ampliaciones de lasexistentes siendo factible la autorización cuandose comprobara que los equipos de control eransuficientes para minimizar los contaminantes almedio ambiente o bien, que no causaran gravesriesgos a la población.

El dictamen técnico se emitía una vez anali-zado el consumo, producción o generación men-sual de materias primas, productos, subproductosy residuos; sus características fisicoquímicas,toxicidad, flamabilidad, explosividad, radioactivi-dad; sistemas y dispositivos de seguridad contraincendio o medios de extinción; equipos de con-trol de contaminantes que se empleaban en ca-sos especiales, por ejemplo, cuando se sabía porantecedente que las materias primas, productos,subproductos y residuos requerían de cierto ma-nejo en especial. La descripción del proceso seconsideraba indispensable para detectar con ma-yor facilidad las probables fuentes emisoras decontaminantes al medio ambiente (aire, agua ysuelo) dado que cada actividad industrial obtienede diversas formas sus productos. Asimismo, eraimportante la localización de la maquinaria y elequipo dentro de la planta, para evitar molestiasy daños a las construcciones colindantes. Unavez recopilada la información necesaria para ela-borar el dictamen se analizaba y evaluaba desdela recepción de materia prima hasta el embarquedel producto terminado detectando las posiblesfallas en sus procesos y operaciones.

En los casos en el que el industrial no propor-cionara la información completa o se dudaba desu veracidad, tanto el estudio como el análisis nopodían llevarse a cabo. En casos especiales eranecesario realizar una visita de verificación obje-tiva en la industria para la comprobación de lainformación, por ejemplo: cuando el o los proce-sos presentaban un alto riesgo de toxicidad, in-cendio o explosión y que a la vez pudieran sernocivos a la salud, a la flora o a la fauna; en es-

tos casos se realizaba un estudio de análisis deriesgo, consistente en evaluar el índice global deriesgo en la planta.

Una vez conjuntados todos los puntos anterio-res se procedía a la elaboración del dictamen téc-nico-urbano que como ya se mencionó, podía serpositivo, negativo o de rechazo. Para expedir el ofi-cio resolutivo se tomaba en cuenta el cumplimientopor parte del solicitante de las disposiciones paraprevenir y controlar la contaminación ambiental yevitar perjuicios o molestias a la vida, salud y bien-estar humano, daños a la flora y fauna o la degra-dación de la calidad del aire.

En 1988 se publica la Ley General del EquilibrioEcológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y elReglamento en materia de Prevención y Control dela Contaminación Atmosférica, donde se estableceen sus artículos 18 y 19 que las fuentes fijas de ju-risdicción federal que emitan o puedan emitir olores,gases o partículas sólidas o líquidas a la atmósferarequerirán de Licencia de Funcionamiento, expedi-da por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecologíacon vigencia indefinida. También en su artículo 21se establece la obligación de presentar cada añouna Cédula de Operación en el formato que deter-mine la Secretaría y que contenga la información ydocumentación actualizada señalada en la Solicitud.Con las modificaciones a la LGEEPA en diciembrede 1996 las fuentes fijas de jurisdicción federal que-dan enmarcadas en el artículo 111bis de dicha Ley.

Posteriormente, el 15 de noviembre de 1991 sepublicó en el Diario Oficial de la Federación el acuer-do por el cual se transfieren a las DelegacionesEstatales de la Secretaria de Desarrollo Urbano yEcología, las facultades para expedir Licencias deFuncionamiento en el caso de fuentes fijas emiso-ras de contaminantes a la atmósfera que sean decompetencia federal, desconcentrándose el trámi-te para darle mayores facilidades a la industria. Conlas modificaciones a la LGEEPA (diciembre de 1996)el enfoque de prevención de la contaminación yano se orienta hacia soluciones remediales al finaldel tubo como inicialmente se venía haciendo en laestructura regulatoria anterior.

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Bajo este enfoque en junio de 1997 seinstrumenta en la Zona Metropolitana del Valle deMéxico (ZMVM) un nuevo esquema regulatoriopara las fuentes fijas de jurisdicción federal enmateria de Prevención y Control de la Contamina-ción Atmosférica denominado Sistema Integradode Regulación Directa y Gestión Ambiental parala Industria (SIRG), presentado por el EjecutivoFederal el 1º de abril de 1997 como parte de lanueva política ambiental hacia la industria.

El SIRG forma parte de los esfuerzos de mo-dernización de la regulación ambiental que lleva acabo la Secretaría de Medio Ambiente, RecursosNaturales y Pesca (SEMARNAP), el cual busca vin-cular la regulación ambiental y competitividad, pro-mover la autorregulación, la simplificación admi-nistrativa y la racionalización del procesoregulatorio. Entre los propósitos del SIRG figura laintegración de las obligaciones y trámites que debecumplir la industria dentro de un enfoquemultimedios y criterios de costo-efectividad, asícomo a contribuir a la gestión ambiental integralde cada establecimiento industrial. El SIRG persi-gue una mayor eficiencia ambiental en la opera-ción de la planta industrial y, sobre todo, incorpo-rar la gestión ambiental como parte del procesototal de administración de las empresas, convir-tiendo a la protección ambiental en un objetivoprimordial de su desempeño.

El SIRG contiene tres elementos básicos, dosson obligatorios: la Licencia Ambiental Única (LAU)

sustituyendo a la Licencia de Funcionamiento, yla Cédula de Operación Anual (COA), sustituyen-do a la Cédula de Operación anterior. Un tercerelemento, de carácter voluntario, es el llamadoPrograma Voluntario de Gestión Ambiental (PVG).

La LAU es un instrumento de regulación direc-ta para establecimientos industriales de compe-tencia federal que emitan o puedan emitir olores,gases o partículas sólidas o líquidas a la atmósfe-ra, mediante la cual se fijan condiciones particula-res para su operación y funcionamiento integralconforme a la legislación ambiental vigente, la cualpermite coordinar en un solo proceso la evalua-

ción, dictamen y seguimiento de las obligacionesambientales de dichos establecimientos en mate-ria de trámites de impacto ambiental y riesgo,emisiones a la atmósfera y generación y tratamien-to de residuos peligrosos que corresponden al INEy de servicios hidráulicos, que competen a la Co-misión Nacional del Agua (CNA).

El formato de Solicitud de la LAU permite elanálisis integral multimedios de los establecimien-tos industriales, ya que consta de una sección deDatos Generales de la empresa y de cuatro sec-ciones temáticas como son: Información TécnicaGeneral, Contaminación Atmosférica, ServiciosHidráulicos y Residuos Peligrosos. Este esquemapermite la coordinación de las áreas técnicas deINE para darle mayor certidumbre a la autoriza-ción respectiva.

En correspondencia con el enfoque de la LAU,la COA se constituye en un reporte anualmultimedios relativo a la emisión y transferenciade contaminantes ocurridos en el año calendarioanterior. Su presentación forma parte de las obli-gaciones fijadas en la Licencia de Funcionamien-to y la Licencia Ambiental Única. Se presenta porestablecimiento industrial, tanto para actualizar lainformación sobre su operación y facilitar su se-guimiento por parte de la autoridad ambiental,como para ofrecer información actualizada quecontribuya a la definición de políticas ambientalespor regiones prioritarias o a escala nacional. LaCOA deberá entregarse en el primer cuatrimestrede cada año según lo establecido en la Licenciarespectiva.

Por su parte, el PVG busca mejorar la capaci-dad de gestión ambiental de los establecimientosindustriales como parte de la administración de cadauno de ellos y así lograr la mejora continua de sudesempeño y competitividad. La formulación delPVG parte de la existencia de un conjunto de accio-nes en materia de protección ambiental que los res-ponsables de los establecimientos industriales de-sarrollan de manera voluntaria, tales como:

· Acciones orientadas hacia una mejor ges-tión ambiental, por ejemplo, a establecer un siste-

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ma de administración ambiental; privilegiar la pre-vención de la contaminación, la sustitución deinsumos y la minimización de residuos, así comola reducción del consumo de agua y de energía ymejora del parque vehicular y su uso.

· Acciones voluntarias con fuertes efectosmultiplicadores que beneficien a terceros, comoprogramas prioritarios de la autoridad ambientallocal estatal o federal, de apoyo a clientes, pro-veedores y comunidades circundantes así comoacciones en materia de educación ambiental.

· Finalmente, acciones tradicionales de unesquema de autorregulación dentro de la plantacomo mejora de procesos, reducción de contami-nantes, introducción de equipo de control que lle-ven a un sobrecumplimiento permanente y signifi-cativo en parámetros normados.

En resumen, la industria contribuye con partede la generación de contaminantes del aire, el aguay el suelo. La gran diversidad de actividades in-dustriales y de servicios que emiten estos conta-minantes al medio ambiente, y la heterogeneidadde los mismos dificulta el establecimiento de crite-rios claros de clasificación y por lo tanto, de sumanejo. Esto además del riesgo implícito y a susefectos sobre la salud, ha hecho necesario esta-blecer un sistema de permisos, autorizaciones ymanifiestos que se diseñaron específicamentepara cada caso particular y que están previstosen la legislación (regulación de medios separados).

En este sentido, la actualización hacia esque-mas regulatorios que permitan controlar y minimi-zar las emisiones de contaminantes al medio am-biente es imperativa. En el pasado la estructuraregulatoria se enfocaba a controlar las emisionesde contaminantes con soluciones remediales alfinal del tubo, lo que derivó en el desarrollo de unaestructura de regulación de medios separados fa-voreciendo la transferencia de contaminantes deun medio a otro.

Con el esquema actual que pone en marcha elSIRG se logra un análisis multimedios de la ope-ración y funcionamiento de los establecimientosindustriales controlando y minimizando las emisio-

nes contaminantes en el origen e integrando enun solo expediente todas las obligaciones ambien-tales ante la Federación. Con este esquema seevita transferir contaminantes y se enfoca en laprevención y control de la contaminación dentrode la cadena productiva, incluyendo al medio am-biente en la toma de decisiones de las empresas.

BIBLIOGRAFÍA

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SEMARNAP/PUMA, 1997. Lineamientos para laElaboración y Desarrollo del Programa Voluntariode Gestión Ambiental de la Industria. PUMA-INE,México.

SEMARNAP, 1997. Sistema Integrado de RegulaciónDirecta y Gestión Ambiental de la Industria. INE,México.