un periódico no. 167

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www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá D. C., n.º 167, junio de 2013 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 24 Mezclando técnicas análogas y digitales, Margarita Mon- salve crea imágenes vibrantes en su afán por registrar el tránsito acelerado –y a veces destructor– de las ciudades hacia la modernización. La reinvención de la fotografía Bagres del país, contaminados con plomo Algoritmo agiliza modificación del genoma vegetal Colombia ya no es el país del Sagrado Corazón Derechos de las víctimas no son negociables Medioambiente 17 Ciencia 15 Sociedad 8 Debates 4 12 Blindan minería que devastaría la Amazonia El mercado global ve a esta región del planeta como una enorme despensa de materias primas estratégicas. La avidez de las multinacionales y algu- nas decisiones de los Gobiernos panamazónicos, impulsadas por la idea del desarrollo, están causando estragos ambientales, sociales y culturales que dejan un panorama desalentador para sus habitantes y ecosistemas. Foto: Andrés Felipe Castaño/Unimedios

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Page 1: UN Periódico No. 167

www.unperiodico.unal.edu.co • [email protected]á D. C., n.º 167, junio de 2013

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

24

Mezclando técnicas análogas y digitales, Margarita Mon-salve crea imágenes vibrantes en su afán por registrar el tránsito acelerado –y a veces destructor– de las ciudades hacia la modernización.

La reinvención de la fotografía

Bagres del país,contaminadoscon plomo

Algoritmoagiliza modificacióndel genoma vegetal

Colombiaya no es el paísdel Sagrado Corazón

Derechosde las víctimasno son negociables

Medioambiente17Ciencia15Sociedad8Debates4

12

Blindan mineríaque devastaría la Amazonia

El mercado global ve a esta región del planeta como una enorme despensa de materias primas estratégicas. La avidez de las multinacionales y algu-nas decisiones de los Gobiernos panamazónicos, impulsadas por la idea del desarrollo, están causando estragos ambientales, sociales y culturales que dejan un panorama desalentador para sus habitantes y ecosistemas.

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167 junio de 2013

Director: Jaime Franky RodríguezCoordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán

Comité editorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarria Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colón,André N. Roth, Juan Álvaro Echeverri, Álvaro Zerda

Diseño y diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Fernando Gaspar DueñasGestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico

Versión digital: www.unperiodico.unal.edu.co • Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 y 316 5000, extensión: 18384 • Fax: 316 5232 • Edificio Uriel Gutiérrez, carrera 45 n.º 26-85, piso 5.º • ISSN 1657-0987

Economía

Burbuja energética, la otra crisis por venir

El consenso en la comunidad científica es que un aumento de la temperatura de la tierra por encima de los dos grados Celsius es un tiquete al desastre. No obstante, los Gobiernos siguen haciendo grandes apuestas en el sector de los hidrocarburos y el carbón. Estudios económicos recientes evidencian que esto es un riesgo, dado que los países tendrían que dar un giro hacia el menor uso de estas fuentes energéticas.

Juan Gabriel Gómez Albarello,Instituto de Estudios Políticos

y Relaciones Internacional (Iepri)Universidad Nacional de Colombia

Si el mundo se decide a frenar el calentamiento global, los precios de la energía de origen fósil (car-bón, gas y petróleo) caerían. Esto dejaría muy mal parados a países como el nuestro cuya estrategia de desarrollo depende de la venta de esos recursos naturales.

Así como estalló la burbuja financiera en el año 2008, es pro-bable que a la vuelta de unos años estalle la energética. Se trata de un problema que ya está claramente definido, pero cuya solución re-quiere una voluntad política toda-vía inexistente.

El consenso en la comunidad científica es que un aumento de la temperatura de la tierra por enci-ma de los dos grados Celsius es un tiquete al desastre. Con el actual ritmo es posible que alcancemos ese umbral en dos décadas o inclu-so antes.

Si la capa permanente de hielo en las tundras de Rusia y Nor-teamérica se derrite, entonces se liberaría una enorme cantidad de metano que aceleraría el proceso de calentamiento global.

Incluso, sin llegar a esa tempe-ratura, ya hemos sentido los múl-tiples efectos del calentamiento global y sabemos que son bastante severos: sequías o inviernos más prolongados, huracanes más des-tructivos, etc.

Según varias estimaciones, es posible que alcancemos el umbral de los dos grados Celsius cuando consumamos una tercera parte de las reservas conocidas de energía de origen fósil. ¿Qué va a pasar entonces con las otras dos terceras partes?

Más allá de las hipótesis

Muchas empresas han suscri-to contratos y realizado préstamos e inversiones, etc., con base en la expectativa de que podrán explotar y vender todas las reservas que han descubierto.

Sin embargo, si nos tomamos el calentamiento global en serio, en algún momento alguien va a em-pezar a decirles que los activos que tienen en sus libros no valen tanto, por la sencilla razón de que no los van a poder poner en el mercado.

El problema no es solo de las empresas. A estos efectos, la vulne-rabilidad de los Estados dueños de reservas de energía fósil es similar: la riqueza que tienen no vale tanto como ellos creen. La razón es muy sencilla: la mayor parte del car-bón, gas y petróleo guardado en la tierra, sobre la cual los Estados y las empresas de energía tienen un título, no va a poder ser vendida.

Este es un problema muy serio para países como Arabia Saudi-ta, Irán, Venezuela y también para Colombia, donde la clase dirigente ha cifrado las expectativas de creci-miento en la explotación de recur-sos naturales. Esto que parece tan hipotético ya no lo es tanto.

Los efectos prácticos de la co-nexión que existe entre el calenta-

miento global, las reservas de ener-gía de origen fósil y las finanzas ya están a la vista.

Un primer llamado de alerta se ha hecho escuchar desde la acade-mia. El Instituto de Investigación Grantham, del London School of Economics, junto con la Carbon Tracker Initiative, ya publicó un primer informe en el cual da cuen-ta de que los activos de las empre-sas explotadoras de carbón, gas y petróleo están sobrevaluados.

Habrá quien diga: “sí, eso es lo que dicen unos académicos”. El problema es que unos banqueros y unas calificadoras de riesgo tam-bién han empezado a decir lo mis-mo. El Citibank les advirtió a quie-nes invierten en BHP Billiton y Rio Tinto, empresas en el negocio de la explotación del carbón en Austra-lia, que las cosas no pintaban bien.

A corto plazo no hay ninguna amenaza. Sin embargo, si los Esta-dos se decidieran a detener el ca-lentamiento global, el valor de sus activos podría caer a la mitad.

Por su parte, Standard & Poor’s ha indicado que el riesgo de que se establezcan limitaciones a la ex-plotación y consumo de energía de origen fósil conduciría a una baja de la calificación del crédito de las empresas involucradas en este negocio. ¿Qué decir de los Estados

que han cifrado sus esperanzas en la explotación de estos recursos?

¿Sin riesgos?

Pero este es uno de los esce-narios posibles. Hay otro en el cual los Estados deciden no actuar para contener el calentamiento global. Con grandes sumas de dinero en las campañas electorales, las em-presas de carbón, gas y petróleo pueden hacer que el voto de los congresistas se incline a su favor. Con otro tanto pueden convencer a los Gobiernos de que tienen que velar por sus intereses.

Así las cosas, la gente no ten-dría que apresurarse a vender sus acciones, si las tiene, en Pacific Ru-biales o en Ecopetrol. Aunque estas no han tenido un buen desempeño últimamente, el hallazgo de nuevas reservas y el consiguiente aumento de la explotación podrían volver a aumentar su cotización en la bolsa.

No obstante, si las cosas se tornan de castaño a oscuro, mejor sería que las sociedades se antici-paran y previnieran los riesgos.

Por lo pronto, podemos servir-nos de algunos buenos ejemplos. En el Ecuador, el presidente Correa frenó un proyecto de explotación de petróleo en una reserva natural a cambio de que la comunidad in-

ternacional invirtiera recursos que le permitieran a su país mantener el petróleo encontrado allí enterra-do en la tierra. La Iniciativa Yasuní ha logrado numerosos apoyos fi-nancieros, incluido el del Gobierno de Colombia.

De modo más general, en lo que concierne a la estrategia de desarrollo, conviene mencionar el ejemplo de la República de Mau-ricio. Este es un pequeño país ubi-cado en el Océano Índico, con muy pocos recursos naturales. No obs-tante, desde su independencia, en 1968, su crecimiento ha sido soste-nido y ha alcanzado a la fecha nive-les superiores a los de Colombia.

En Mauricio el gasto militar es igual a cero, toda la población tiene acceso a la educación y a la salud, la riqueza está mejor repartida, su economía está bastante diversifica-da y tiene fuertes lazos comerciales con varias naciones.

En Colombia, sin embar-go, donde tantos se ufanan de la biodiversidad, hay quienes se enfa-dan por las restricciones ambienta-les, se asustan con las consultas a los grupos étnicos, le gritan vivas a la locomotora minera y se hacen los sordos frente a la desigualdad. Ya ve-remos qué dicen a la vuelta de unos años cuando estalle la burbuja.

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A corto plazo los hidrocarburos seguirán definiendo el modelo de desarrollo económico en Colombia.

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73Ciudad

Las limitaciones sociales del POT

El ordenamiento territorial, especí-ficamente el de los centros urbanos, adquiere una dimensión trascendental para la configuración del futuro de la nación. Sin embargo, la modificación del POT propuesta ante el Concejo de Bogotá es ejemplo de la tradición colombiana de promover proyectos vacíos que respon-den a una planificación del día a día.

Fernando Viviescas M.,Arquitecto, urbanista y profesor emérito

Universidad Nacional de Colombia

La ausencia de un plantea-miento que comprenda la escala y la complejidad que Bogotá ha construido en todos los ámbitos –y la significación que ellas tienen para el futuro, como continente de la existencia individual y colectiva– es lo que más inquieta del debate actual en la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT).

Esto es evidente, particular-mente, en el articulado presentado al Concejo distrital.

Esta carencia desperdicia las perspectivas políticas y los hori-zontes sociales que la Ley 388 de 1997 le abrió al liderazgo del Esta-do (de las Administraciones) para formular perspectivas de desarro-llo de las ciudades.

De esta manera, se sigue am-pliando el vacío proyectual en el cual se mueven sociedades como la colombiana, donde prevalece la planificación urbana del día a día, lo que en el campo de la inter-vención espacial se traduce en el cubrimiento del territorio “predio a predio”.

Sigue sin aparecer el orden es-tratégico y nos vemos abocados a discutir alrededor de un proyecto en el cual prevalece la intención de salir al paso de los problemas actuales: los que la tradición nos ha heredado y que han dejado a la capital, una vez más, sin un norte programático.

La situación se torna grave si tenemos en cuenta que el avance de las conversaciones de paz, en La Habana, puede llevar al momento histórico del posconflicto –acon-tecimiento que ni siquiera se men-ciona en el texto modificatorio–.

En este, el ordenamiento te-rritorial, específicamente el de los centros urbanos, adquiere una dimensión verdaderamente tras-cendental para configurar el futuro de la nación, que tiene que ser de-finido de inmediato.

Lo que más decepciona es que se había creado la ilusión de que este cinismo ignorante había em-pezado a desaparecer.

Por una ciudad compacta

La Administración distrital ha-bía publicitado un trípode temático, conformado por la adaptación críti-ca al cambio climático, la supera-ción de la segregación socioespacial y el fortalecimiento de lo público, en cuanto factores determinantes de los modelos de ciudad y de go-bierno que se proponía adelantar durante su vigencia.

Solo bastaría agregar una mención explícita de la búsqueda de la competitividad económica –y, en particular, de un compromi-so decidido con la consolidación de una plataforma de desarrollo de ciencia y tecnología–, para cons-tituir una propuesta de metrópoli efectivamente contemporánea.

Un modelo de centro urba-no que no solo atienda el enorme déficit existencial (individual y co-

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lectivo) que cubre hoy a la mayoría de su población, sino que apoye también la necesidad de jugar ha-cia delante en el concierto de los grandes ámbitos metropolitanos que han empezado a caracterizar la forma de vida humana del siglo XXI.

De esa lógica se desprende el imperativo de asumir la responsa-bilidad política de emprender la transformación de Bogotá en una ciudad compacta.

En términos sociales, posi-blemente, esa es la determinación más trascendental que se pueda tomar en el momento histórico que vive el país, pero nada de esto es extraordinario: en muchos senti-dos, todas las grandes metrópolis contemporáneas están transitando ese camino.

Ahora bien, este proceso de aglomeración humana ha estado acompañado estructuralmente de la realización de enormes cambios en la dimensión social de la exis-tencia individual y colectiva.

No se trata de que de ahora en adelante, simplemente, se vaya a llevar gente de los sectores más poblados hacia los sitios que pre-sentan una menor densidad.

Por tanto, la complejidad no se limita a buscar respuestas que tran-quilicen a los sectores económicos que, desde siempre, han usufruc-tuado el renglón inmobiliario y que ven en la mezcla de estratos sociales en las urbanizaciones un atentado económico contra la “pureza” de su mercado y la “tranquilidad del ve-cindario”.

En el caso bogotano, la den-

sificación del territorio, asumida como política urbana, implica in-tervenir concienzudamente el te-rritorio capitalino, de la mano de la empresa privada, pero liderada por el Estado, es decir, por la Adminis-tración (independientemente del signo político que la dirija).

Esto determinará la transfor-mación total, a largo plazo, de las formas de vida individual y colecti-va de Bogotá. Y, si el proceso de paz se consolida, las del país.

Espacio público subvalorado

Esta es la lógica que no se ob-serva en el articulado propuesto en el Concejo (acuerdo “por el cual se modifican excepcionalmente las normas urbanísticas del POT”).

En cambio, si bien de manera sutil, desaparecen las operaciones estratégicas: no se hace mención de las que se habían postulado en el año 2000 ni se plantean nuevas.

Fueron remplazadas por un instrumento anodino que, en lugar de señalarle horizontes a la ciudad, “tiene la finalidad de impulsar la transformación territorial, en áreas especiales, y orientar recursos de inversión para aprovechar poten-cialidades y concretar los objetivos de la estructura socioeconómica y espacial” (artículo 24).

El espacio público apenas me-rece una definición eufemística y tautológica: “Es el espacio cons-truido de carácter permanente, de uso público y disfrute colectivo, de libre tránsito y acceso en condi-ciones de prevalencia del peatón y personas en condiciones de movi-lidad reducida” (artículo 219).

Pero en el mundo entero es un ámbito que empieza, de verdad, a diferenciar la propuesta urbana del siglo XXI, principalmente, porque sirve para decidir política y cultu-ralmente lo que va constituyendo la ciudadanía del presente y del futuro: desde la plaza Tahrir, en el Cairo, hasta el parque Zuccotti, en Manhattan.

Y, en el ámbito privado de la existencia, especialmente de los sectores más pobres, se le sigue haciendo una enorme concesión a la tradición asistencialista.

Estas son las inquietudes que suscita la reformulación de un or-denamiento territorial que preten-de acoger esa creciente población que se agrupa en territorios como los de Bogotá –9.500.000 habitan-tes en 2050, según lo que informa la misma Secretaría Distrital de Planeación–, con su creciente com-plejidad intelectual y material.

Y el documento no alcanza a responderlas porque está redactado en una perspectiva que solo busca –siguiendo la tradición de domina-ción política de Colombia– atender y subsanar las deficiencias y falen-cias que molestan a la instituciona-lidad, pero se abstiene de replantear completamente lo que socialmente es y significa la dimensión espacial en la existencia de los hombres y mujeres contemporáneos.

Una de las grandes fallas del POT es que minimiza la importancia del es-pacio público.

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74 Debates

Derechos de las víctimasno son negociables

Guerrilla, Estado y Gobierno deben reconocer que para resarcir a las víctimas del conflicto colombiano hay que asumir responsabilidades, la principal, el concepto de verdad como una acción y no solo como un dis-curso. El actual proceso de negociación abre la posibilidad de poner en el debate público a aquellas víctimas que no han sido nombradas.

Claudia Mosquera Rosero-Labbé,Integrante del Centro de Pensamiento

y Seguimiento al Proceso de PazUniversidad Nacional de Colombia

La agenda conjunta que acor-daron el Gobierno nacional y las Farc, en el actual proceso para la terminación del conflicto armado interno y la construcción de una paz estable y duradera, considera en su quinto punto a las víctimas.

El propósito es garantizar sus derechos humanos, así como repa-rar las afectaciones, daños e impac-tos del conflicto en pueblos, gru-pos, comunidades, organizaciones, familias y personas, con el fin de defender sus derechos a la verdad. (El documento del Acuerdo expli-cita que resarcir a las víctimas es asunto central).

El espinoso asunto de las víc-timas del accionar militar de la guerrilla (tanto individuales como colectivas), en su calidad de sujetos políticos y jurídicos en un escena-rio de justicia transicional, muestra de manera ineluctable las diversas aristas de la Realpolitik.

De manera reciente, la dere-cha del país entró al debate de forma oportunista e irresponsable.

Pareciera que ve en este tema una oportunidad para acorralar políti-camente a las Farc y de paso incitar una opinión pública hostil al pro-ceso en curso.

Este problema convoca a todos a pensar cómo garantizar tanto el derecho a la paz de todos los co-lombianos como los derechos a la verdad, justicia y reparación de los afectados.

Tipología de víctimas

Antes de abordar el fenómeno es necesario, en primer lugar, cono-cer los perjuicios que ha causado el conflicto armado, para ampliar la tendencia jurídica a englobarlos en las nociones de lucro cesante y da-ño emergente.

El país debe saber que su pro-longación y degradación ha traído consigo diversidad de daños: mora-les, culturales, políticos, ambienta-les y del proyecto de vida individual y colectivo de personas, familias, y en vastos territorios.

En segundo lugar, se debe de-finir el universo de las víctimas. Estas son más que las que se han visto afectadas por el delito del desplazamiento forzado, pues exis-

ten formas de victimización que no han sido caracterizadas y este es el momento de hacerlo.

La investigadora Martha Bello, coordinadora del Programa de Ini-ciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia de la UN, afirma que existen tipologías de víctimas según varios criterios: la larga duración del conflicto armado (que hace que coexistan las que fueron objeto de daños en épocas distintas); la hete-rogeneidad de las personas (racial, religiosa, étnica, sexual, de edad, de afiliación política o territorial); la victimización por parte de distintos actores armados y la simultanei-dad de varios derechos vulnerados y/o la intersección de diferentes exclusiones históricas, en especial aquellas padecidas por los pueblos étnicos afro e indígenas.

El actual proceso de negocia-ción abre la posibilidad de poner en la discusión pública a aquellas víctimas que no han sido nombra-das. Por otra parte, la investigado-ra Clemencia Castro, del Depar-tamento de Psicología de la UN, ha señalado que, aunque la ley de víctimas y restitución de tierras (Ley 1448 de 2011) no reconoce a los victimarios como víctimas, en

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El 2 de mayo del año 2002, los habitantes de Bojayá huyeron después de que las Farc mataron a 117 personas al lanzar un cilindro con explosivos contra la iglesia del caserío, en donde permanecían refugiados unos 300 habitantes.

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Los actos de perdón deben dirigirse a los grupos poblacionales: a las comunidades negras, por la masacre de Bojayá y otros crímenes similares; a las comunidades indígenas, por la sistemática violación de su autonomía territorial y por los delitos de asesinato y tortura, entre otros, co-metidos contra sus miembros.

ocasiones ellas sí pueden existir dentro de las filas de los grupos armados, al tenor de los estánda-res internacionales. Por tanto, es inadmisible jurídicamente que no sean tratadas como tales.

Compromisos reales

A las víctimas les asiste una serie de derechos que emanan de los estándares internacionales y que se consignan en diversos ins-trumentos jurídicos nacionales. Estos son innegociables y no de-ben someterse a los vaivenes de un proceso de negociación.

Para el caso colombiano, el Estado y los grupos al margen de la ley (paramilitares, guerrillas y otros) figuran como los principales responsables de la victimización de más de cinco millones de co-lombianos que conforman el uni-verso de las víctimas.

Dado que sus derechos no son negociables, las Farc y el Gobierno deben reconocer, asumir y cum-plir una serie de compromisos que contribuyan a garantizarlos.

Según la justicia, este grupo insurgente ha sido responsable de cometer una serie de modalidades de violencia causantes de la victi-mización de miles de personas, al-gunas de ellas violatorias del DIH.

El Grupo de Memoria Histórica ha determinado la responsabilidad de las Farc en ma-sacres, asesinatos selectivos, re-clutamientos forzados, violación sexual de mujeres, desplazamien-tos obligados, siembra de minas antipersonas, secuestros y desapa-riciones forzadas.

Algunas de sus acciones, es-pecialmente los atentados y las incursiones armadas, han causado muertes, mutilaciones y heridas graves a civiles.

Una exigencia a las Farc es

que reconozcan sus crímenes, sin discursos justificativos, y que asu-man su responsabilidad. Se trata de contribuir a esclarecer la ver-dad, de permitir que las víctimas y sus familiares sepan qué paso y quiénes fueron los responsables.

Este esclarecimiento, para el caso del secuestro y de la desapa-rición forzada, implica el compro-miso de este grupo de entregar a los familiares información precisa que permita saber cuál fue el desti-no de sus allegados (si están vivos o muertos) y, si es del caso, en dón-de reposan sus restos.

Además de reconocer su res-ponsabilidad, deben pedirles per-dón públicamente a sus víctimas para contribuir así a su reparación simbólica, que exige su dignifica-ción y, sobre todo, un rechazo a la revictimización que produce el negacionismo o los discursos jus-tificativos.

Disculpas sinceras y amplias

No se trata de una solicitud ge-nérica. Los actos de perdón deben dirigirse a los grupos poblaciona-les: a las comunidades negras, por la masacre de Bojayá y otros crí-menes similares; a las comunida-des indígenas, por la sistemática violación de su autonomía territo-rial y por los delitos de asesinato y tortura, entre otros, cometidos contra sus miembros.

También deben pedirles per-dón a las niñas y niños, por las prácticas de reclutamiento forza-do; a las mujeres, por la violación de sus derechos por parte de sus propios combatientes y por las ac-ciones de miembros de su guerrilla que incurrieron en prácticas de violencia sexual.

Las Farc, con un compromiso

de no volver a incurrir en violacio-nes de los derechos de la población civil, contribuirán a establecer ga-rantías de no repetición.

Por otra parte, hay un deber igual del Estado colombiano, que no reconoce su participación en la victimización de la población colombiana, lo que ha dado poco lugar a la reparación integral y restitución de derechos de las víc-timas de los crímenes cometidos por sus miembros.

Asumir responsabilidades

Al Gobierno, por su parte, le corresponde comprometer-se con sus obligaciones de ley y garantizar las disponibilida-des presupuestales y los funcio-namientos institucionales que garanticen la celeridad y la aten-ción debida a todas las víctimas. Debe, además, asumir la responsa-bilidad histórica por los crímenes de Estado.

Si bien todas las obliga-ciones de verdad, justicia y reparación están contempla-das en leyes, le corresponde al Gobierno reconocer las siguientes realidades:

a) Existe una gran deuda fren-te al esclarecimiento de la verdad, especialmente la de los crímenes del sistema, que debe permitir de-velar no solo a sus autores mate-riales, sino también a los poderes que permitieron que estos opera-ran y que apelaron a la ilegalidad y se beneficiaron de ella.

La verdad es una deuda que el Gobierno debe asumir mediante la creación de mecanismos espe-cializados y con capacidad para esclarecerla.

b) Las víctimas carecen de re-cursos y de representación judicial suficientes para emprender sus denuncias y demandas de justicia

y de reparación. c) Además, están expuestas a

amenazas y a riesgos, lo que de-muestra que los mecanismos de protección no son adecuados ni suficientes.

d) Existen mecanismos de re-paración administrativa muy pre-carios que a la fecha han permitido atender a un porcentaje mínimo de víctimas y que resultan insufi-cientes debido a la carencia de una reparación inscrita en programas de inclusión y de desarrollo social.

Ellas tienen derecho a ser re-paradas por los daños causados por la violencia. Pero también se debe resarcir las deudas históricas de exclusión que les han impedido ejercer sus derechos ciudadanos.

Esto implica el compromiso del Gobierno con programas de desarrollo rural y social que supe-ren la lógica asistencial y de emer-gencia y se inscriban en una agen-da orientada a resarcir el déficit de ciudadanía.

e) Las fuerzas militares están comprometidas en miles de críme-nes. Es necesario garantizar que la justicia actúe independientemen-te, para que pueda adelantar las investigaciones del caso e imputar los cargos correspondientes.

El Estado debe condenarlos y solicitar perdón público por ellos. Todo lo anterior debe traducirse en compromisos de reconocimiento concretos.

Este texto es el resultado de los debates en torno a las víctimas del conflicto ar-mado interno, dentro del actual proceso de negociación de terminación del con-flicto. Fue elaborado por Martha Nubia Bello, Claudia Mosquera Rosero-Labbé, Jairo Ortegón, Rafael Camilo Quishpe y Erika Sepúlveda.

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76 Internacional

La actualidad económica y social de la nación austral contrasta radicalmente con las cifras de crecimiento de la última dé-cada. Numerosos desequilibrios estructurales a esta altura son síntoma manifiesto de ineptitud y negligencia de las autoridades políticas y de la clase dirigente. El resultado se traduce en déca-das perdidas.

Fernando Baer,Economista

Universidad de Buenos AiresDirector de Bconomics

Este año, Argentina celebra el aniversario número treinta del re-greso definitivo de la democracia como sistema de ordenamiento de la sociedad. Con su llegada, re-cobraron valor la República y la Constitución nacional como ele-mentos centrales y fundamentales en esa tarea, cuya concreción no es para nada sencilla tras una historia económica, política y social con-vulsionada (aun sin haber expe-rimentado hambrunas ni guerras civiles).

El balance de estas tres déca-das no es bueno, al margen de que algunos se conformen con el logro de haber transitado ese periodo sin registrar interrupciones antidemo-cráticas.

Más aún, el deterioro ocurri-do durante ese tiempo aceleró un proceso de declive que tuvo lugar entre el festejo del centenario de la Independencia (en 1910) y el re-ciente del bicentenario (en 2010). La calidad política, económica, so-cial e institucional decayó notable-mente en este tiempo.

Tras cien años, Argentina se presenta antagónica, intolerante e inestable, con conflictos y situacio-nes inadmisibles desde cualquier punto de vista.

Los últimos treinta años de esos cien, que coinciden con el re-torno de la democracia y, por ende, de la estabilidad política, debieron representar el periodo más estable en términos económicos, sociales e institucionales.

Sin embargo, fueron más bien lo contrario. La consecuencia es el completo vaciamiento de la Ar-gentina.

Espíritu ambivalente

Lo cierto es que la incapacidad de los representantes políticos, los gobernantes y la sociedad de iden-tificarse y organizarse alrededor de un objetivo común es un factor decisivo de esta situación.

El inexistente compromiso del representante con el servicio públi-co y el bien común, superpuesto por

Argentina: treinta añosde una democracia resquebrajada

un claro interés personal y egoísta, marcó a fuego estas décadas.

En este contexto, la vigencia de la democracia pasa a ser una anécdota, un cascarón resquebra-jado que no logra proteger sentido alguno de pertenencia u objetivo social común.

Durante este tiempo, la viru-lenta oscilación entre esquemas económicos caracterizados unos por más mercado y otros por más Estado no hace otra cosa que con-firmar el espíritu ambivalente del argentino, que raya en lo patoló-gico.

En términos de empresa, el va-ciamiento es una figura legal tipifi-cada en el código penal asimilable a la quiebra fraudulenta. Algo pa-recido ocurre en Argentina desde hace algunas décadas, sobre todo en términos económicos.

La fuga de capitales es a la ma-croeconomía lo que el vaciamiento de la empresa es a la microecono-mía. No por nada las reservas de activos externos del sector privado no financiero ascienden al 100% del PIB.

Los motivos son mucho más profundos que la ausencia de una moneda de curso legal con las ca-racterísticas propias del dinero (básicamente reserva de valor).

Sin embargo, durante los úl-timos treinta años, a la formación de activos externos se le añadieron otros episodios de vaciamiento es-tructuralmente más complejos y de difícil reversión. Son situaciones

silenciosamente omnipresentes y de consecuencias socialmente des-tructivas.

A lo largo de estos últimos diez años, la economía creció a un rit-mo promedio anual superior al 6%, pero aún el 25% de la población es pobre (diez millones de personas). La tasa de inflación se mantiene en niveles superiores al 20% anual desde hace cinco años.

Desde el año 2008, la fuga de capitales acumulada fue de 100 mil millones de dólares, es decir, el 50% de la reserva de activos externos del sector privado.

Solo con estos datos, es eviden-te que el balance es, como mínimo, negativo. Pero hay un poco más.

Pérdidas

Los Estados modernos basan sus esfuerzos presupuestarios en tres pilares, considerados esencia-les en cualquier estrategia de de-sarrollo: 1) salud, 2) educación y 3) vejez de sus poblaciones. En to-do el mundo estas cuestiones for-man parte activa de la agenda de políticas públicas.

Nuevamente, en Argentina, la realidad muestra un panorama completamente distinto. En cual-quiera de los tres ejes menciona-dos, las políticas públicas o están ausentes o, lo que es peor, a con-tramano.

La lista de vaciamientos pue-de seguir: energético (importacio-nes crecientes de gas y petróleo,

cuando el suelo argentino es rico en recursos shale); ganadero, con pérdida de diez millones de cabe-zas de ganado vacuno entre 2003 y 2011); habitacional (déficit de vivienda que afecta a más de tres millones de familias); de seguridad (aumento de la tasa de homici-dios); de infraestructura (el estado de caminos y ferrocarriles implica sistemáticamente muertes), etc.

El último de ellos es el institu-cional (más allá de falsear estadís-ticas públicas). El poder ejecutivo, en su afán de permanencia y to-talitarismo, sancionó seis leyes en el Congreso nacional que afectan frontal y severamente al poder ju-dicial.

Todo el proceso se enmarca dentro de una clara crisis de repre-sentatividad y de valores que afec-ta duramente a la justicia y avasalla a la Constitución nacional y a la República. Esto en un momento en que se destapan y ramifican una cantidad significativa de hechos de corrupción que involucran directa e indirectamente a miembros del Gobierno (vicepresidente de la na-ción y la pareja presidencial, entre otros tantos).

El sentido estricto de la demo-cracia sigue siendo altamente posi-tivo y deseable para las sociedades modernas. Por algún motivo, que debe ser analizado por la sociología, pero más que nada por la psicología, los argentinos engendramos actitu-des y comportamientos destructi-vos, poco afectos al objetivo común de lograr el bienestar sostenible de la sociedad.

Esa esencia está claramente presente en todos los órdenes de la vida ciudadana, en particular, en el espíritu de los representan-tes. El común denominador de los últimos treinta años de historia es, desde menor intensidad en el pasado hasta mayor intensidad en la actualidad, el vaciamiento: eco-nómico, político, social e institu-cional.

Los ejemplos son variados, claros y contundentes. Si no existe una clara decisión de modificar es-ta situación, el vaciamiento –com-plejo a estas alturas– será total. Las consecuencias intergeneracionales serán dolorosas.

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.Argentina: treinta añosde una democracia resquebrajada

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77Salud

Sobrecosto de medicamentosdisparó gastos de las EPS

Un estudio de la UN muestra cómo el poco atractivo negocio de la seguridad social en salud se convirtió en el gran interés del sector cooperativo y de algunas cajas de compensación. Un cambio en el que la salud dejó de ser el centro del sistema para con-vertirse en la excusa para captar millona-rios dividendos por actividades paralelas.

Félix León Martínez,Investigador del Grupo de Protección SocialCentro de Investigaciones para el Desarrollo

(CID)Universidad Nacional de Colombia

La “privatización” de la seguri-dad social en salud fue un modelo extraño desde el mismo momento en que se discutió, en 1992, el pro-yecto que dio origen a la Ley 100. A diferencia del sistema pensional, en el cual los grupos económicos tenían un interés muy grande por administrar los seguros de vejez, invalidez y muerte, los grandes fondos no parecían mostrar inte-rés en el negocio de administrar los servicios de salud.

La razón tuvo que ver, tanto en Colombia como en República Dominicana –que adoptó un mo-delo similar en el régimen contri-butivo–, con la complejidad del negocio propuesto por los refor-madores; su dudosa rentabilidad –dada la baja prima por afilia-do y la amplia cobertura del plan de beneficios–; la eliminación de preexistencias y otras restricciones al uso de los servicios; y, sobre todo, la posibilidad de quedar so-metidos a una estrecha vigilancia gubernamental.

En ese entonces, los repre-sentantes del Ministerio de Salud, encabezado por Juan Luis Londo-ño, trataban de convencer a las empresas de medicina prepagada, existentes antes de la reforma, de convertirse en las nuevas empre-sas promotoras de salud (EPS) del régimen contributivo.

Finalmente, la Ley 100 las obli-gó, pues, de lo contrario, no po-drían seguir comercializando sus pólizas o planes. Crearon, en con-secuencia, un modelo de negocio enfocado en tener un cliente con dos seguros, el obligatorio y el vo-luntario, dirigido estratégicamente a la población de altos ingresos. Este hecho limitó seriamente su crecimiento.

Surge el “negocio”

Dada la poca cobertura inicial de estas empresas, procedentes de la medicina prepagada, surgieron rápidamente nuevas EPS. Estas no provenían precisamente del sector financiero, sino del cooperativo y de cajas de compensación, dos ti-pos de entidades que no pueden distribuir utilidades a sus dueños –por su condición legal de empre-sas sin ánimo de lucro–.

Estas últimas entidades cen-traron su modelo de negocio en el seguro obligatorio, no en el volun-tario, y pusieron todo su esfuerzo en afiliar millones de personas al régimen contributivo, por las cua-les el sistema debía pagar una pri-ma a través del Fosyga.

Rápidamente fueron dejando atrás a las EPS de capital privado en lo que a número de afiliados respecta. Con el manejo de estas rentas millonarias, se ubicaron en muy pocos años entre las empre-sas más grandes del país.

¿Cuál era el interés de estas organizaciones en entrar al negocio

de aseguramiento y manejar billo-nes de pesos de la seguridad social? Es la pregunta que no se formuló en los comienzos del sistema.

Sin duda, tal arreglo institu-cional, la creación de mercados con tales características de los ase-guradores, iba a generar un tipo de incentivos específicos y efectos complejos en los servicios de salud que recibirían los ciudadanos.

Rentismo y transferencia de precios

En el estudio de la unidad de pago por capitación (UPC) para el año 2011, el Centro de Investiga-ciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colom-bia evaluó en detalle el gasto en

salud, frecuencias y costos entre-gados por las EPS al Ministerio de Salud y a la Comisión de Regula-ción en Salud (CRES).

Así, determinó la prima del sistema y encontró un despropor-cionado incremento del gasto de las EPS del régimen contributivo (un 24% entre 2008 y 2009). El aná-lisis detallado evidenció que un 79,1% del aumento lo explicaba el rubro de medicamentos.

Al examinar la estructura del gasto en este ítem, se halló que las EPS que presentaban enormes sobrecostos eran entidades de ca-rácter cooperativo y cajas de com-pensación que se caracterizaban por ser propietarias, al tiempo, de su red de prestadores y de las fir-mas que les suministraban los me-

dicamentos. En su estudio, la UN concluye:

“Se repite insistentemente que las EPS son un negocio de espe-culación financiera, del cual pre-suntamente se derivan ganancias a partir de retrasar los pagos a los prestadores y de poner a rentar estos recursos en el sector finan-ciero, hecho que no es comproba-ble empíricamente con los estados financieros.

”Por el contrario, la preocupa-ción fundamental consiste en que algunas entidades sin ánimo de lucro, tanto del régimen contribu-tivo como del subsidiado, adoptan comportamientos rentistas en los cuales no interesa la utilidad de la EPS, sino la utilidad de los negocios derivados integrados verticalmen-te, como capitación con entidades propias, compra de medicamentos o insumos, servicios de ambulan-cias, lavanderías, celaduría y otros servicios generales.

”La ausencia de control de los verdaderos dueños del capital so-bre los administradores (los miem-bros de las cooperativas asociadas en una EPS pueden ser decenas de miles y no tener ningún control real sobre las entidades asociadas en entidades más grandes) permite que estos busquen rentabilidad en los negocios secundarios, que son mucho más grandes cuando se da la integración vertical.

”Más aún, en su caso no opera la prohibición ética y explícita de las corporaciones insertas en el mercado internacional en el senti-do de que los administradores no pueden jamás participar en nin-gún negocio de la empresa con interés personal.

”En estos procesos de integra-ción vertical con las empresas de la misma entidad o del consorcio o en los que participan los ad-ministradores o sus allegados, las compras de servicios, medicamen-tos o insumos quedan por fuera de mecanismos de mercado y sin competencia real de precios. Por tanto, no hay garantía de que las negociaciones se den a los precios óptimos.

”Este comportamiento rentis-ta, en lugar de llevar a controlar el gasto del POS, incentiva a au-mentar los gastos en los servicios de los que se derivan ganancias, lo que significa una tendencia a in-crementar los gastos de salud en la nota técnica de ambos regímenes”.

En este punto parece haber-se encontrado la relación entre el arreglo institucional con entidades sin ánimo de lucro que manejan las UPC y el consecuente compor-tamiento rentista.

Como si esto fuera poco, las empresas privadas que manejan tanto el plan obligatorio como los voluntarios tampoco muestran in-terés en ahorrarle recursos al siste-ma, pues cargan los gastos de los afiliados al seguro obligatorio, has-ta llegar a su tope, y derivan las ga-nancias por el seguro voluntario.

Pero es que de tal arreglo ins-titucional y el consecuente incen-tivo generado no podía esperarse otro resultado.

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Las EPS que presentan enormes sobrecostos son entidades propietarias de su red de prestadores y de las firmas que les suministran los medicamentos.

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Colombia ya no es el paísdel Sagrado Corazón

Los movimientos pentecostales –autodenominados cristianos– están impulsando el actual proceso de pluralización religiosa, que desafía el dominio católico e impone nuevas lógicas en la competencia por la fe y la escena política.

Sociedad

Alberto Fernández R.,Unimedios

El paisaje de los pueblos co-lombianos, por lo general, está dominado por el templo católico –coronado por una cruz y un cam-panario–, que se erige en la plaza central. Es un símbolo del poder hegemónico que tuvo la iglesia de Roma en estas tierras durante casi quinientos años.

Un poder que estuvo respal-dado por la ley. La Constitución de 1886 reconoció al catolicismo como credo oficial y consagró la nación entera al Sagrado Corazón de Jesús. No por nada, Colombia se mantuvo como un fuerte bastión católico en América Latina.

Fue así hasta hace poco tiem-po, cuando los procesos de mo-dernización y secularización die-ron paso a una tardía pluralización religiosa. Esto significó el fin de la exclusividad de la Iglesia cató-lica, si bien aún sigue siendo la institución de fe más importante y mantiene su influencia sobre la sociedad y el Estado.

Así lo explica William Mauricio Beltrán, director del Departamen-to de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, en su investigación Del monopolio católico a la explosión pentecostal: pluralización religiosa, seculariza-ción y cambio social en Colombia (2013), publicada por el Centro de Estudios Sociales (CES).

Habla de “una modernización excluyente que origina una pobla-ción sensible a escuchar nuevas ofertas”. Es decir, el tránsito hacia una economía de mercado implicó una urbanización e industrializa-ción desiguales –con efectos como explosión demográfica, migracio-nes masivas a las ciudades y altas tasas de desempleo– que posibili-taron el surgimiento de una masa desarraigada que el catolicismo no supo atender.

Esto se articula con la secula-rización de la sociedad, que se en-tiende como “la automatización de las esferas sociales; la más impor-tante es la separación entre Estado e iglesia, que hace que esta última pierda influencia”. Un proceso que comenzó en la segunda mitad del siglo XX y que tomó fuerza con la Constitución de 1991.

Pero esto no supuso el fin de la fe. “La filiación religiosa, cada vez más, es un asunto del ámbito pri-vado y no de la tradición o la cul-tura. Las personas consideran que tienen derecho a escoger. Ese trán-sito de una religión que se hereda a una que se elige es un fenómeno reciente en la historia colombiana”, asegura el investigador.

Se trata de un fenómeno que supieron capitalizar los nuevos movimientos , a la cabeza de los cultos pentecostales –autodeno-minados cristianos–.

La embestida pentecostal

El experto francés Jean-Pierre Bastian afirma que este estudio muestra cómo Colombia pasó de ser uno de los países más reticentes a la pluralización de credos a tener

Diversas iglesias deben competir para atraer seguidores. Es cuestión tanto de fe como de mercadeo.

tazas de no católicos cercanas a las más altas de la región.

Precisamente, a falta de cifras oficiales sobre la identidad religio-sa de los colombianos, el profesor Beltrán complementó su análisis cualitativo con una encuesta hecha en el año 2010 y financiada por la UN y la Universidad Sergio Arbo-leda.

Esta se aplicó a una muestra aleatoria de 3.853 personas ma-yores de 18 años, de todos los es-tratos socioeconómicos y niveles educativos, en las cuatro ciudades principales del país (Bogotá, Me-dellín, Cali y Barranquilla), algunas ciudades intermedias (Maicao, Bu-caramanga y Barrancabermeja) y varios municipios de Urabá.

Así, se encontró que el 70,9% de los encuestados se identifican como católicos. Pero es necesario matizar tal cifra, pues buena parte de ellos tienen un rol pasivo, es decir, sienten un débil compromi-so con su iglesia. Por ejemplo, el 39% de ellos se describen como no practicantes.

En número de fieles, siguen las diferentes corrientes protestantes, que suman en conjunto el 16,7% de la población consultada. El acadé-mico aclara que “el protestantismo colombiano es predominantemen-te pentecostal”.

Define el pentencostalismo como una forma hibrida de religión que mezcla la tradición protestante con creencias católicas, populares y autóctonas, y se adapta con cierta

facilidad al lugar al que arriba.“Esa capacidad de adaptación

es la principal causa del éxito de estos movimientos”, señala. Los pentecostales se han esparcido a lo largo de la geografía nacional en estructuras que van desde formas de organización más informales –conocidas despectivamente como “iglesias de garaje”– hasta las pode-rosas “megaiglesias”.

Lógicas de mercado y electorales

Como depende de la elección personal, la religión queda sujeta a las lógicas de mercado. El profe-sor Beltrán indica que “las diversas iglesias tienen que competir por atraer seguidores”. Para ello deben esforzarse por ser más atractivas, investigando los gustos, deseos y expectativas de los fieles/clientes.

En esa lógica, los pentecostales son los más exitosos al acomodarse con rapidez a las necesidades de las personas. Actúan como empresas estructurando llamativas ofertas religiosas y utilizando la publici-dad, el mercadeo y los medios de comunicación.

Son empresas que buscan ob-tener ganancias: “a diferencia de la tradición católica, que en algún momento idealizó la pobreza, estas iglesias predican la prosperidad”. Para ellos, el éxito económico evi-dencia que Dios los bendice. Es más, en la medida en que es próspero, el pastor es un modelo a imitar.

Los pentecostales toman for-ma en diferentes tipos de organi-zaciones, entre las cuales se des-tacan las “megaiglesias” como la Misión Carismática Internacional, El Lugar de Su Presencia y el Cen-tro Mundial de Avivamiento. Allí, un pastor carismático puede reunir entre 5.000 y 15.000 personas cada domingo.

Y, al conquistar el poder eco-nómico, lo que queda es la política: “Los líderes de las ‘megaiglesias’ ven en sus fieles un considerable capi-tal político. Es una gran tentación movilizarlo”. Los que sucumben tienen dos opciones: negociar sus votos con un político profesional –a cambio de prebendas materiales o simbólicas– o lanzarse a la escena política.

Esta última opción implica va-riadas dinámicas: principalmente crear un partido político (es el caso de MIRA, que depende de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo In-ternacional) o inscribir a miembros de la congregación (generalmen-te el pastor o un miembro de su familia) en partidos consolidados para así optar a cargos de elección popular.

Detrás de esto hay una antigua lógica política: “Muchos pastores terminan convertidos en caciques electorales. Los fieles reciben cier-tas seguridades y estos líderes, en contraprestación, exigen el voto”.

Así, poco a poco, Colombia ha dejado de ser el país del Sagrado Corazón.

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El suicidio segúnlos contextos explicativos

Sociedad

Lina Leal,Unimedios

De manera ocasional, Matilde Fajardo de Andrade le recordaba a su familia que estaba cansada de vivir. La esquizofrenia nublaba la sonrisa tenue de una mujer que parecía tenerlo todo: una carrera sólida, un sinnúmero de productos literarios y científicos, reconoci-miento, salud y una familia de tres hijos y un esposo.

El 1 de septiembre de 2007, cuando su esposo salió a trabajar y su hijo a estudiar, retiró el tejado corredizo de la cocina, se subió so-bre el lavadero y se dejó caer desde el piso once. La mujer falleció al instante, con un gesto sereno en su rostro.

Como Matilde, 1.770 personas se quitaron la vida durante el año 2007 en Colombia. Según la Or-ganización Mundial de la Salud, el suicidio figura entre las veinte causas de defunción más frecuen-tes en el planeta: cada año mueren casi un millón.

En el país, el Instituto Nacio-nal de Medicina Legal y Ciencias Forenses señala que, desde el año 2006 (cuando se registraron 1.751 casos), hay una tendencia al au-mento, con una proporción de en-tre el 0,21% y el 3,9% por año. Durante el año 2011 ascendió a 1.889 casos. Se trata de un proble-ma de salud pública que requiere atención.

El psicólogo Jorge Oswaldo González Ortiz, del Doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, propuso un nuevo tipo de análisis.

Durante su ejercicio profe-sional en el Instituto de Medicina Legal, se adentró en 3.037 casos, desde 1996 hasta 2005. “Todos fue-ron eventos polimorfos (de diversa naturaleza), multicausados y multi-determinados”, por lo que cada uno requiere un análisis particular de contextos explicativos.

Situaciones cruciales

¿En qué consisten los contex-tos explicativos? González aclara que se trata de un concepto acuña-do por Saúl Franco, médico y pro-fesor de la UN experto en estudios del homicidio.

Abarca un conjunto específico de condiciones y situaciones cultu-rales, económicas, políticas y socia-les que hacen realmente posible y racionalmente comprensible la ocu-rrencia y desarrollo de un evento.

Incluye los ámbitos familiar, social, cultural, económico, bio-genético y de salud, que, según González, “están claramente di-ferenciados, aunque no son ex-cluyentes”, y se relacionan unos con otros en distintos momentos y espacios de la vida.

En el contexto familiar, se examinan los roles de parentesco: padre, madre, abuela, hermano o hermana, tío o cuñada, entre otros. El experto indica que este es uno de los aspectos principales, pues el 72,7% de los casos se presentaron dentro de las viviendas y, en la ma-yoría, había disfuncionalidad (vio-lencia intrafamiliar o abuso, etc.).

El ámbito social comprende las relaciones con el entorno, cons-truidas con pares, jefes, profesores y la comunidad en general. “Cada individuo ejerce una serie de pa-peles, como en una obra de teatro: pasa de hijo(a) a padre/madre; de sumiso en el trabajo a agresor en el hogar”.

El estado de salud, tanto físico como mental, conforma otro más.

El estudio revela que una tercera parte de los suicidas ya había intentado quitarse la vida en ocasiones anteriores.

Se trata de antecedentes médicos, relaciones con personal especiali-zado y con entidades médicas, así como de historiales de conducta familiar suicida.

El psicólogo aduce que “un paciente con episodio depresivo no puede ser atendido únicamente con medicamentos, sino con múl-tiples tratamientos y con diferentes enfoques”.

En todos los casos, la perso-na manifestó explícita o implíci-tamente el deseo de morir y estos avisos constituyeron, además de una forma de comunicación, un intento de interacción con el otro.

Adicionalmente, el entramado de hábitos, costumbres, normas sociales, la forma de hacer polí-tica, las creencias, los mitos y las costumbres conforman el contexto cultural. Aquí González pudo evi-denciar la valoración que hacen algunos parientes.

Al respecto, sostiene: “Parecie-ra, como lo plantearon los griegos, que el suicidio fuera ‘aceptado’ por los familiares como una alternativa

válida frente a la perspectiva de una vida intolerable. Es decir, ante una enfermedad crónica o terminal o una vida de maltrato infantil per-manente”.

Sin embargo, resalta que el ta-bú es mayor cuando es la madre o la hija la que se suicida, pues los familiares tienden a negar su con-ducta. De hecho, pocos familiares de mujeres que se quitaron la vida quisieron darle entrevistas.

Con respecto al plano econó-mico, su ocurrencia no necesaria-mente está relacionada con pérdida o quiebra financiera. “Este actúa co-mo tapiz de otros: acelera o facilita la conducta”.

Por último, el contexto bioge-nético, afirma el investigador, com-prende, por ejemplo, el número de casos sucedidos en una misma familia o la alta frecuencia de hom-bres que se suicidan, que alcanza el 80,6% del total.

La mayor tasa se da entre jóve-nes adultos de 20 a 24 años (298 ca-sos) y entre niñas y jovencitas de 15 a 19 años (139). El ahorcamiento es

el mecanismo más usado (el 57,3% de las veces).

Mayor comprensión

La investigación de González permitió revelar que, detrás de los tradicionales factores de riesgo, que se sustentan en las probabilidades existen condiciones y situaciones –enmarcadas en los contextos ex-plicativos– que hicieron posibles los suicidios, hasta tal punto que pareciera emerger una conclusión: ¿cómo fue que dichas personas no se quitaron la vida antes?

Su estudio no justifica o valida la conducta suicida. Pero sí permite aumentar su comprensión y aporta una nueva metodología para inter-venir, prevenir y promover la salud pública mental en el país.

Colombia, asegura el investiga-dor, requiere una política de progra-mas y centros de atención integral especializados, para que casos como el de Matilde se detecten a tiempo y el fenómeno sea menos frecuente.

Una reciente investigación da nuevas luces para entender mejor el suicidio en Colombia. Una de las sorpresas es que pareciera que la familia aceptara, sin expresarlo abiertamente, que es una opción válida en ciertas circunstancias. Las cifras revelan que tiende a crecer y que el ahorcamiento es el método más usado.

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710 Innovación

Dientes perfectosgracias a la visión computarizada

Una empresa de Medellín que produce prótesis dentales desde hace 59 años optimizó su producción gracias a una máquina desarrollada por la UN que ve-rifica la calidad de las piezas mediante avanzadas técnicas de inspección com-putacional. Ejemplo de la articulación entre universidad y empresa.Gimena Ruiz Pérez,

Unimedios

El color, la forma, el tamaño, el material y la textura son aspectos fundamentales a la hora de fabri-car un diente artificial.

Por eso, investigadores de la Fa-cultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín y de la empresa New Stetic S. A. de-sarrollaron un prototipo para auto-matizar el sistema de inspección de calidad, que hoy se hace de manera manual.

El objetivo es que quien haya perdido una de estas pequeñas pe-ro apreciadas piezas quede com-pletamente satisfecho.

La apuesta, según Ómar Fran-co Guerrero, gerente de Investiga-ción y Desarrollo de la compañía, es incrementar la eficiencia, pues el prototipo está en capacidad de evaluar dos dientes por segundo y disminuir las devoluciones, que a la fecha representan el 8% de la producción mensual (que es de unas cinco mil piezas dentales).

“Para nosotros es fundamental la credibilidad y la confianza que se ha logrado establecer con la Fa-cultad de Minas en este proceso de modernización tecnológica. Nues-tro objetivo es innovar constante-mente para ofrecer productos de la más alta calidad”, expresa.

Precisamente, John Willian Branch Bedoya –líder de la línea de visión por computador del Gru-po de Investigación y Desarrollo en Inteligencia Artificial (Gidia)– cuenta que su equipo se ha dedica-do por cerca de diez años a atender las necesidades relacionadas con el control de calidad de procesos industriales mediante el uso de imágenes digitales.

Y aclara que, por medio del análisis e interpretación de datos visuales, se pueden automatizar un sinnúmero de tareas manuales. Como resultado, las labores repeti-tivas pueden ejecutarse más rápi-

New Stetic S. A. es una empresa colombiana fundada en 1954 y dedicada a producir insumos odontológicos y dispositivos médicos. Está presente en cerca de sesenta países, a los que exporta el 80% de su producción. Con el apoyo tecnológico de la UN seguirá siendo líder en su campo.

damente, con niveles de exactitud y precisión superiores.

“A medida que continúan los avances en las áreas derivadas de la visión por computador, se incre-menta el dominio de aplicación de esta clase de sistemas, con lo cual se abren nuevas oportunidades y retos”, destaca.

El prototipo

Después de cinco años de es-tudios, ensayos, pruebas y de veri-ficar que la tecnología era útil para inspeccionar las piezas dentales, los investigadores desarrollaron un prototipo que integra conoci-mientos de diversas disciplinas,

como la computación, la ingenie-ría mecánica, la automatización y el control.

“El equipo está compuesto por un sistema de alimentación en el cual se ponen los dientes. Poste-riormente, se toma uno por uno y se llevan a un contenedor arti-culado que los pasa de manera continua por el método de visión, que está integrado por un esquema de iluminación y cámaras. En este último paso, se toma una imagen digital de la pieza que es evaluada en un software que identifica si tiene o no algún defecto”, explica David Alejandro Baena, integrante del Gidia.

Así, la maquina está en la ca-

pacidad de detectar automática-mente si hay un diente que presen-ta alguna anomalía y lo rechaza. El que está en buenas condiciones continúa el proceso de inspección.

En el procedimiento, según Baena, es fundamental tener una buena iluminación, puesto que “el sistema propuesto toma el área que se quiere analizar, para luego observar, por medio de técnicas de contraste, diferencias en el co-lor y determinar, a través de los algoritmos del sistema, si hay o no imperfecciones”.

Alianza universidad-empresa

El profesor Branch Bedoya re-salta que la Facultad de Minas le apuesta a vincular estudiantes de pre- y posgrado para desarrollar proyectos científicos que entre-guen soluciones de las principales problemáticas de distintos secto-res industriales.

“El objetivo es proponer al-ternativas que sirvan no solo para esta empresa en particular, sino que potencien la innovación en ciencia y tecnología y contribuyan al crecimiento de la región y del país”, asegura.

En la investigación participan estudiantes e ingenieros de las áreas de física, sistemas e informá-tica, mecánica y control.

“Se han desarrollado cinco te-sis de pregrado relacionadas con la temática del proyecto. Se cuenta con seis estudiantes de maestría y, recientemente, con un doctor asociado. Además, se espera tener dos nuevos estudiantes de maes-tría que puedan desarrollar sus tra-bajos de grado”, señala Alejandro Restrepo Martínez, integrante del Gidia.

A través de esta alianza, la Uni-versidad responde efectivamente a las necesidades de la empresa al proporcionarle soluciones para optimizar sus procesos.

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711Innovación

Estación atmosféricade la UN es estratégica a nivel global

Una sofisticada estación láser construida por científicos de la UN en Medellín beneficiará a la Organización Meteorológica Mundial, que lidera políticas de control y de cambio climático, y al Programa Global de Vigi-lancia Atmosférica. Es capaz de estudiar corrientes de viento provenientes de lugares tan distantes como el Sahara.

Harrison Rentería,Unimedios

Un innovador avance tecnoló-gico, único en Colombia, permite adquirir información estratégica sobre fenómenos medioambien-tales y sus consecuencias en el territorio nacional.

Gracias a él, los científicos po-drán proponer planes de mejora-miento para eliminar las emisio-nes nocivas de autos e industrias. Además, permitirá minimizar los daños por desastres naturales.

Se trata de la estación de moni-toreo atmosférico láser Lidar-Unal, un proyecto que se concreta luego de seis años de trabajo y que de experimento pasará a ser una he-rramienta vital para diagnosticar el clima del país (lidar es el acrónimo para light detection and ranging —detección de luz y medición de distancia—).

Para prevenir desastres natu-rales, está en capacidad de dar aler-tas muy tempranas de torrenciales e inundaciones, dada la rapidez con la que puede detectar y exami-nar este tipo de interacciones. Así, por ejemplo, se podrá establecer rápidamente el comportamiento de las nubes.

Los científicos del Grupo de Láseres y Espectroscopía Óptica (GLEO), de la Universidad Nacio-nal de Colombia en Medellín, pre-cisan que en la estación se utiliza la técnica de detección remota, que permite hacer mediciones atmos-féricas sin necesidad de subir a tres o cuatro mil metros de altura.

Gracias a un rayo láser, desde tierra se establecen las variables físicas en el ambiente, de manera escalonada, automática y con un cubrimiento de 12 kilómetros des-de el laboratorio, cuenta el líder del grupo, Álvaro Bastidas.

Herramienta sensible

Como un fino rayo de luz fluo-rescente que se eleva al cielo, el láser de alta potencia –encargado de sondear y remitir la informa-ción necesaria a tierra– permite conocer la dinámica atmosférica relacionada con los problemas de contaminación del aire y su impac-to a nivel global.

El sistema registra datos varia-bles de contaminación atmosfé-rica, balance radiactivo, densidad del aire, temperatura, humedad relativa y contenido de vapor de agua.

Con esta información, se pueden establecer estrategias de prevención, cuidados de salud,

precaución para cultivos, cambios en los hábitos industriales, ele-mentos para análisis científico, en-tre otras.

El equipo consta de un telesco-pio newtoniano (de tipo reflector) usado como receptor; un espejo secundario adicional para dirigir el láser a la atmosfera; una uni-dad de detección conformada por elementos ópticos (espejos, lentes, filtros que identifican las señales); detectores de gran eficiencia que transforman las señales luminosas en eléctricas; y un sistema electró-nico de alta velocidad que registra los datos de estas en una compu-tadora.

El principio físico para que el rayo láser capture información se denomina “dispersión de luz en el aire”. Este constituye pulsos ul-tracortos y sincrónicos, sondea el espacio y toma fotos tridimensio-nales de escenas atmosféricas una tras otra. Hace entre 10 y 40 millo-nes de muestreos por segundo.

Innovación de calibre mundial

El lugar donde se encuentra el equipo es de unos veinte metros cuadrados por 3,2 metros de altura, en una terraza del campus de la UN en Medellín. Allí, sin que nadie lo

sospeche, consigue estadísticas de gran interés nacional y mundial.

Los beneficios del equipo fueron reconocidos por la Orga-nización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés), que lidera políticas de control de emisiones, estudios atmosféricos y de cambio climático, y por el Pro-grama Global de Vigilancia Atmos-férica, que monitorea 151 lugares del orbe, a los cuales ahora se suma Colombia.

Si bien es cierto que todas las estaciones que integran la comuni-dad continental atmosférica tienen gran importancia, la de Colombia cumple un papel aún más tras-cendental debido a su ubicación y representación regional.

Al respecto, Eduardo Landulfo, director de la Red de Radares Láser de Latinoamérica (Aline), sostie-ne: “al estar en la zona andina y tener dos océanos, se vuelve más atractivo desde el punto de vista científico”.

Landulfo resalta que las con-diciones geográficas en las cua-les funciona la estación láser son muy valiosas para la Red, por cuanto permiten recibir informa-ción proveniente del Caribe y del Pacífico.

Gracias a eso, podrían estu-diarse corrientes de viento de di-versas regiones del planeta, pese a estar a una gran distancia. Por ejemplo, se podría recibir informa-ción del desierto del Sahara.

La información que propor-cione se almacenará en una com-putadora ubicada en Brasil, a la cual llegan los datos de estaciones de Argentina, Bolivia y Chile.

Esto permitirá ofrecer datos globales. Además, todas harán par-te de un programa de monitoreo en Europa, en donde la UN en Medellín estará presente en cuanto contribuyente a los diagnósticos climáticos de orden mundial.

El director de Aline resalta que la estación desarrollada por la UN ha sido construida por expertos con todo el conocimiento local, suman-do la experiencia del doctor Basti-das, para lograr así un sistema que servirá para múltiples estudios.

Además del significado mun-dial del proyecto, los expertos de la Escuela de Física, donde surgió el avance tecnológico, destacan que, al integrarse el equipo a la red inter-nacional, se abrirán más oportuni-dades de apoyo para investigación en áreas como química, meteorolo-gía y física, entre otros.

Así, se llevará a lo más alto el nombre del país en cuanto a inves-tigación climática.

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El láser de alta potencia permite conocer la dinámica atmosférica rela-cionada con los problemas de contaminación del aire.

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712 Frontera

Blindan mineríaEl mercado global ve a esta región del planeta como una enorme despensa de materias primas estratégicas. La avidez de las multinacionales y algunas decisiones de los Gobiernos panamazónicos, impulsadas por la idea del desarrollo, están causando estragos ambien-tales, sociales y culturales que dejan un panorama desalentador para sus habitantes y ecosistemas.

Sandra Uribe Pérez,Unimedios

Solo pronunciar la palabra Amazonia trae consigo innumera-bles imágenes y significados: selva y bosques tropicales (el 35% de los que existen actualmente en el pla-neta); oxígeno (“pulmón verde”); un río infinito (6.800 km de reco-rrido); agua (1/5 del agua dulce del mundo); etnias y culturas ancestra-les (400 pueblos indígenas); tierras (7,5 millones de km2 que equivalen al 10% del orbe); la reserva más grande de biodiversidad…

Lo anterior, traducido al len-guaje del capitalismo, adquiere otras connotaciones: industria ma-derera (deforestación acumulada de 857.666 km2 en al año 2005, que representa una pérdida del 17% de la cobertura original); carbono almacenado, energía (el 13% del potencial hidroeléctrico mundial y el 3% de las reservas de combus-tibles fósiles); desplazamiento, ex-tinción (desaparición de especies, riesgo físico y cultural para pue-blos indígenas y pérdida de diver-sidad lingüística); usos del suelo (ganadería extensiva, cultivos para producción de biodiésel, minería); infraestructura; riquezas…

Estas dos versiones tan disími-les de un mismo espacio geográfi-co encajan en los paradigmas de quienes buscan su conservación o impulsan su desarrollo a toda costa.

Inevitablemente, el mundo mira hacia esta zona. Pero –al pa-recer– son más los ojos avaros que se enfocan en sacar el mayor pro-vecho económico de cada hectárea de tierra que los que velan por su protección; mucho más en este contexto de crisis del agua, inse-guridad alimentaria y búsqueda de soberanía energética.

De hecho, megaproyectos e in-versiones como la extracción de re-cursos minerales estratégicos (hie-rro, petróleo, oro, coltán, bauxita), la construcción de grandes obras de infraestructura (hidroeléctricas, autopistas, puertos, oleoductos, gasoductos o líneas subcontinen-tales de transmisión eléctrica) o la ampliación de la frontera agrícola y pecuaria, entre otros, ya tienen efectos devastadores.

Además de dejar secuelas en el paisaje e incidir en los ecosistemas selváticos y en el cambio climáti-co, han vulnerado los derechos de los pueblos indígenas y entran en contradicción con las necesidades reales de las comunidades locales.

Según Fernando Franco, pro-fesor de la Universidad Nacional de Colombia en la Amazonia: “La globalización científica y tecnoló-gica de la economía y de los mer-cados, el avance irrefrenable de los sistemas de comunicación y de transporte y el flujo sin barreras del capital internacional a la caza de oportunidades de inversión y de acumulación ponen a la gran Amazonia y a sus recursos como objetivo de alta prioridad”.

Precisamente, para dimensio-nar los impactos de la economía extractivista en la región, la UN, en conjunto con expertos de la zona transfronteriza, ha investigado so-bre la internacionalización de este territorio.

que devastaría la Amazonia

Los resultados se consignan en el libro Megaproyectos: la Amazonia en la encrucijada, publicado por el Instituto Amazónico de Investiga-ciones Imani de la sede Amazonia y editado por el profesor Franco.

La encrucijada

Pese a los esfuerzos de coope-ración para proteger el medioam-biente y reivindicar las culturas an-cestrales –reafirmados a través de diferentes tratados y acuerdos–, las tierras amazónicas se han vuelto el escenario común de las políti-cas macroeconómicas –que están “orientadas a controlar las materias primas estratégicas del planeta”–, por cuanto se consideran “la última frontera” capaz de proveerlas.

Es así como, por ejemplo, des-de el año 2000, la Iniciativa para la Integración de la Infraestructu-ra Regional Suramericana (IIRSA) –que ahora es un plan estratégico de Unasur– consolidó la búsqueda de expansión de las fronteras eco-nómicas, la integración física de tres sectores estratégicos (transpor-te, energía, y telecomunicaciones) y la conexión –a través de sistemas viales transoceánicos– con las rutas y mercados de las nuevas potencias económicas asiáticas.

Sin embargo, según Francisco Ruiz Marmolejo, exsecretario ge-neral de la Organización del Tra-tado de Cooperación Amazónica (OTCA), hay dificultades para que

su aplicación sea –en realidad– una oportunidad de desarrollo soste-nible; pues se da “en el marco de políticas públicas que han favoreci-do altas tasas de deforestación, así como el desarrollo de tecnologías y sistemas de producción depreda-dores de la floresta amazónica”, sin que haya muchas iniciativas tradu-cibles en bienestar social.

Brasil como “modelo”

El caso de Brasil (la sexta eco-nomía del mundo y el poseedor de más del 60% del territorio ama-zónico) es tomado como ejemplo de competitividad por el Gobierno colombiano y por los grandes in-versionistas, sin tener en cuenta que detrás de tal auge hay pérdidas y amenazas innumerables.

Y es que tomar la Amazonia co-mo un negocio redondo ya deja ver sus consecuencias. Una de ellas es la deforestación intensiva y a gran escala, que viene acompañada de un incremento de las temperaturas de las selvas.

Así, Brasil es el país amazónico que presenta más pérdida de bos-ques entre 2000 y 2010, con un 6,2%. Colombia se encuentra en el ter-cer puesto, con un 2,8% y una tasa oficial de deforestación promedio anual de 310.349 hectáreas. De se-guir así, según la Alianza Amazonas 2030, la deforestación podría acabar con el 55% del bosque amazónico en los próximos 17 años.

La ganadería ha aportado, qui-zá, la cuota más grande en esta situación. Actualmente, este país es el mayor exportador de carne vacuna del mundo, con cerca de 60 millones de cabezas y más de 30 millones de hectáreas de pastos que cubren la región amazónica.

Los ecosistemas de bosque también han sido sustituidos por la agricultura capital intensiva (en especial de soya y palma para la producción de biocombustibles), y la agricultura tecnificada, con las consecuentes oleadas de seres hu-manos que llegan en busca de un ingreso.

Un caso polémico –mencio-nado por los investigadores Nor-bert Fenzl y Mayane Bento Silva– es el proyecto hidroeléctrico de Belo Monte, en el río Xingú (Estado de Pará, en Brasil) promovido por IIRSA.

Allí, se revela “una brutal con-centración de poder económico y político” y “el autoritarismo econó-mico de los Gobiernos nacionales, subordinados a la dictadura del ca-pital financiero internacional”. O lo que la experta Nirvia Ravena llama-ría “esquizofrenia gubernamental”.

Además de talar selvas, para su construcción fue necesario inundar 5.000 km2 (tres veces el departa-mento del Quindío, en Colombia), por lo que la vegetación –según el profesor Franco– comenzó a pro-ducir gases de efecto invernadero.

Otros efectos negativos fueron

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Los megaproyectos en la Amazonia se podrían convertir en una economía de la devastación.

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Frontera

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Blindan mineríaque devastaría la Amazonia

la reducción en las especies de peces, dudas sobre la calidad de agua en las reservas, un flu-jo migratorio que no se había considerado y afectación de las poblaciones locales.

El caso de Colombia

En nuestro país, el anun-cio hecho por el presidente Santos, en Río+20, de conver-tir 17,6 millones de hectáreas (en Amazonas, Guainía, Vaupés, Guaviare, Vichada y Chocó) en zonas estratégicas mineras es una apuesta arriesgada para im-pulsar la locomotora minero-energética.

Y, aunque se excluyen zo-nas protegidas ambientalmente y algunas donde habitan comuni-dades indígenas (hay 185 resguar-dos en la Amazonia colombiana), el asunto no deja de preocupar, pues alrededor de estos habrá 200 bloques para exploración y explo-tación minera. A esto se suma la problemática del agua, que es la materia prima de la minería (por ejemplo, por cada gramo de oro extraído se usan 1.160 litros).

Por su parte, el profesor Germán Palacio, de la UN en la Amazonia, señala que la lo-comotora tiene aspiraciones potentes hacia el desarrollismo.

Y agrega que, actualmente, hay una disputa por expandir la Ori-noquia a la región amazónica (en particular, los departamen-tos de Guainía y Guaviare), ya que, según el decir coloquial, “en Guainía hay más minerales que en la tabla periódica”.

De este modo, la extracción de minerales se podría llevar a cabo sin dificultades, pues la percepción es que los Llanos Orientales son una zona más abierta a esto que la Amazo-nia y en donde el petróleo y la agroindustria no son un gran problema.

Al revisar diferentes aspec-tos sobre el tema, en el reciente informe Minería en Colombia: fundamentos para superar el mo-delo extractivista, la Contraloría General de la República reconoce que diversas entidades estatales privilegian actividades mineras sobre los derechos fundamenta-les de las comunidades.

Asimismo, señala que, en-tre otros, los impactos de dicha locomotora tienen que ver con “la producción de conflictos o la exacerbación de los ya exis-tentes”.

Allí también se menciona que el Código de Minas (Ley 685 de 2001) “traslapó, neutra-lizó y desvirtuó normas de las

leyes que fueron expedidas a manera de reglamentación de la Carta Política”, y que lo hi-zo “para blindar a la actividad minera de la aplicación de nor-mas ambientales, territoriales y tributarias y para que el ex-tractivismo irracional y acelera-do pudiera crecer sin límites ni restricciones”.

Preocupa, entonces que es-te modelo sea el que tenemos que mantener ahora que la Ley 1382 de 2010 perdió vigencia.

Si bien se reconoce el apor-te de los megaproyectos (rela-cionados con las actividades mineras, agrícolas y ganaderas, entre otras) al producto interno bruto (PIB), los ecosistemas y las fuentes hídricas, las culturas an-cestrales, la salud, el bienestar y la paz de los habitantes de estos territorios son tan importantes como ese indicador.

Por ello, antes de que el gran “pulmón” deje de respirar, valdría la pena preguntarse si es posible frenar la avidez del capital inversionista y buscar las estrategias para conocer, utilizar mejor y conservar esta selva a favor de las poblaciones de to-dos los países ribereños y de la misma humanidad.

10 %del planeta

corresponde a la Amazonia

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del territorio amazónico es de Brasil (6,2% pertenece a Colombia)60 %

del territorio colombiano hace parte de la Panamazonia43 %

1/5del agua dulce del mundo la tiene la Amazonia

60 % de los bosques tropicales del planeta

Cerca de 400 pueblos indígenas, 86 lenguas y 650 dialectos y más de 1.200.000 habitantes

13 % del potencial hidroeléctrico mundial

42%de la biomasa vegetaly del oxígeno regenerativo de la Tierra

El régimen pluviométrico está entre 12.000 y 16.000 km³ de agua al año

Río Amazonas6.800 km de longitud(El más caudalosodel mundo)

1.500 especies de peces1.800 especies de pájaros250 tipos de mamíferos2,5 millones de especies de insectos428 especies de anfibios328 especies de reptiles30.000 especies de plantas25% de las orquídeas silvestres del mundo

Es la reserva más grande de biodiversidad

Construir una hidroeléctrica implica talar selvas, inundar territorios y generar gases con efecto invernadero

Zonas mineras ocupan 15% de las áreas protegidas y 19% de territorios indigenas

3 % de las reservas mundiales de combustibles fósiles

Existen 81 lotes petroleros

La deforestación acumuladaha reducido en 17%la cobertura vegetal

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Inteligencia artificialdetecta minas antipersonas

La solución para minimizar el riesgo de minas antipersonas en Colombia, catalogado el segundo país del mundo con más afec-tados civiles, tendrá el respaldo de un desarrollo tecnológico de investigadores de la UN. Este las identifica sin importar de qué material estén elaboradas.

Harrison Rentería,Unimedios

Gloria Elcy Ramírez añora su tierra y la vida digna que allí tenía. No puede volver porque su peque-ña finca, en el municipio de Gra-nada (Antioquia), antes sembrada de vida y sustento, ahora lo está de bombas que en cualquier momen-to pueden estallar.

Ella, su esposo y sus tres hijos viven lo mismo que otras miles de familias en Colombia: una vida pla-gada de dificultades debido al des-plazamiento forzado causado por el conflicto armado interno. Una de las caras más trágicas e infames es, sin duda, la siembra de minas antipersonas.

Este es un recurso utilizado en la guerra, pero prohibido por el Derecho Internacional Humanita-rio. Se trata de un arma despiadada que, durante 23 años, ha lisiado a 10.309 personas en el país, según datos del Programa de Acción In-tegral contra Minas Antipersonal (Paicma).

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Colom-bia en Medellín, de diferentes áreas del conocimiento, busca detener es-te flagelo con ayuda de la ciencia.

Para ello, combinaron dos técnicas: la resonancia nuclear de cuadrupolo (NQR), una especie de antena que identifica explosivos; y el radar de penetración terrestre, que envía señales de onda desde la tierra.

El método, según comproba-ron los expertos, es una medida de choque contra el accionar terroris-ta, que no para de producir minas. Estas, incluso, pasan inadvertidas ante los detectores de metales, pues son fabricadas con materiales químicos casi imposibles de reco-nocer.

Específico para el país

Lorena Cardona, de la Facultad de Minas y líder del proyecto, acla-ra que antes estos artefactos con-tenían detonadores metálicos que eran más fáciles de detectar. Pero ahora son plásticos y se activan mediante una reacción química. Además, se confunden con la tierra porque están construidos a partir de abonos.

Por tal razón, todas las tecno-logías de detección que se usan hoy resultan obsoletas dentro del contexto colombiano.

Más aún, se requiere una estra-tegia para localizar la totalidad del minado en un terreno específico: la explosión controlada que hace el Ejército Nacional o el uso de máquinas pesadas que detonan las minas a su paso, como lo proponen otras investigaciones, no son sufi-cientes para ello.

La señora Ramírez, que repre-senta a la Asociación de Victimas Unidas del Municipio de Granada (Asovida), cuenta que el desmina-do humanitario ya ha retirado 600 explosivos de la que era su tierra,

pero hay muchos más. Por eso, sigue esperando una solución de-finitiva.

El avance científico

Cardona explica que la aplica-ción de la NQR se basa en un prin-cipio físico que afecta a elementos como el nitrógeno, presente en las minas. Con el equipo, se envían pulsos de radiofrecuencia por el suelo, según el tipo de explosivo que se quiera detectar.

“Si hay una mina, los pulsos hacen resonar los núcleos de los átomos de nitrógeno en el explo-sivo. Y tal resonancia produce una señal en una antena detectora. Se-gún su frecuencia y amplitud, se determina si está presente el com-puesto”, precisa.

El equipo será portátil y de fácil manejo para maniobrar en terrenos difíciles. Además, estará articulado con un sistema de cómputo al cual llegará la información precisa de lo que se halle. Así funcionan los rayos X, uno de los antecedentes que comprueba la confiabilidad del procedimiento.

Operará mediante un sistema de captura de datos que transmitirá y visualizará la información a través de una interfaz gráfica entendible y amigable.

Esto se sustenta en la tecnolo-gía de inteligencia artificial, pues se trata de un reconocimiento de pa-trones similar al de los detectores de metales de los aeropuertos.

Para detener el miedo

Debido a la gran variedad de explosivos que fabrican los delin-cuentes, las autoridades aún no tienen un listado completo de to-dos los tipos que existen. Más difí-cil es saber dónde están enterrados exactamente, pues quienes los ins-talan no dejan registros.

Uno de los técnicos en explo-sivos del Ejército nacional asegura: “Son dispositivos improvisados, he-chos en recipientes plásticos o de vidrio, botellas de aceite y cantinas de leche, etc. Por eso, es indispen-sable avanzar en propuestas que ayuden, por una parte, a agilizar la detección de los diferentes mate-riales y, por otra, al desminado en el posconflicto”.

El profesor Nelson Vanegas, de la Facultad de Minas, destaca que el proyecto es una apuesta cientí-fica en la que la química juega un papel trascendental, al igual que la computación, la geología, la inge-niería de materiales, entre muchas otras áreas. El trabajo interdisci-plinario ha permitido articular un trabajo exitoso.

Según el Paicma, a nivel nacio-nal y territorial, el programa dispo-ne de mil ochocientos millones de pesos para su acción integral con-tra las minas antipersonal (aicma).

Esta cifra es poca para lo que se necesita hacer en el país para erradicar este problema. Por tanto, una detección eficaz sería, además de un propósito social, un ahorro exponencial en recursos destina-dos a mitigar el terror.

En la actualidad, alternativas como robots e identificadores de metales aún no han colmado las expectativas. Por eso, el desarrollo tecnológico de la UN se compartirá con Japón, en donde se han hecho avances similares para detectar RDX y TNT (los explosivos más comunes en el mundo).

En Colombia, se utiliza ANFO (mezcla de nitrato de amo-nio con aceite de combustible). Así, el estudio se enfoca en desa-rrollar un equipo que reconozca dicho explosivo.

Gloria Elcy Ramírez espera, no con mucha paciencia, que no sean más los mártires por esta causa en Antioquia –el departa-mento más afectado del país, con 2.303 afectados–. Se debe sumar a esto la pérdida de vacas, caballos y otros animales, que también son víctimas.

El equipo diseñado por la UN estará en uso en unos dos años, luego de que se hagan una serie de pruebas frente a tecnologías si-milares utilizadas en Japón. Allí, la investigadora Lorena Cardona ultima los detalles para que la in-novación pueda ser utilizada en los campos minados.

Son varias las tecnologías utilizadas para la detección de minas antipersonales.

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715Ciencia y tecnología

Algoritmo agiliza modificación

del genoma vegetalUna innovadora herramienta, que predice con precisión la fun-ción de las proteínas en un genoma, les permite a los científicos conocer en qué fracción del ADN deben trabajar para efectuar los cambios requeridos en el organismo estudiado.

Ana María Escobar,Unimedios

Los adelantos en ingeniería genética han permitido efectuar cambios moleculares en los genes de un organismo y modificar así su genoma, para arreglar daños here-dados u optimizar alguna función en particular.

La proteómica (estudio de las proteínas) es un área que se suma a este propósito. Y los ingenieros de la Universidad Nacional de Colom-bia en Manizales le han entregado un avance tecnológico innovador.

Juan Carlos Higuita, profesor de la sede y doctor en Biología Ce-lular y Tumoral, precisa: “Cerca del 20% de una célula está compuesta por proteínas. En el ADN hay mi-les de genes que corresponden a una proteína diferente. Y estas definen las características físicas internas y externas de un organismo”.

Desde la perspecti-va biológica, esta infor-mación es la que determi-na la apariencia y funciones de los seres vivos; por ejemplo, el transporte de oxígeno, el color de los ojos y la piel, la queratina de las uñas y la estatura de una persona, etc.

Desde la ingeniería, las se-cuencias de aminoácidos –molé-culas que componen las proteí-nas– del ADN son un enriquecedor lenguaje matemático. De ahí que los ingenieros se hayan interesado en códigos genéticos que pueden estar conformados por cadenas de 30 a 1.200 o más.

Gracias al Proyecto Genoma Humano, surgió una extensa can-tidad de secuencias. Pero los bió-logos no tenían las herramientas de análisis para decodificar la in-formación, labor que, a nivel de laboratorio, supondría muchos re-cursos técnicos, humanos y, ante todo, años de trabajo.

A raíz de eso, la bioinformática –que es la unión de la informática y la biología celular y molecular– ha desarrollado métodos computacio-nales capaces de leer e interpretar esas cadenas de ADN.

Es un área en la cual integran-tes del grupo de investigación en Control y Procesamiento Digital de Señales de la UN en Manizales incursionaron con el diseño de un algoritmo de reconocimiento de patrones.

“A diferencia de las propuestas convencionales, la nuestra no solo se orienta a la precisión, sino tam-bién a parámetros como la sensibi-lidad y especificidad, que permiten interpretar de manera más deta-llada los resultados de la clasifica-ción de las proteínas”, puntualiza el profesor Germán Castellanos, director del grupo.

El avance científico desarrollado en la UN en Manizales ha sido difundido en cerca de quince ponencias en eventos nacionales e internacionales. Recientemente, obtuvo un reconocimiento en el Congreso Biostec (International Conference on Bioinformatics, Models, Methods and Algorithms), que tuvo lugar en Barcelona el pasado mes de febrero.

La decodificación

En resumen, la herramien-ta permite predecir sus funciones moleculares. Para operarla, se to-ma la secuencia de ADN, se ingresa al computador y el algoritmo efec-túa la predicción calculando qué proteína formará cada uno de los aminoácidos de la secuencia y cuál será su función en el organismo, sin necesidad de hacer ensayos en el laboratorio.

“Nuestra innovación fue utili-

zar modelos basados en matrices de costo. Se trata de un conjunto de números que establecen qué relevancia debe dársele a una de-terminada muestra, en la cual cada cifra es un parámetro que debe sin-tonizarse, es decir, al cual hay que otorgarle un valor exacto dentro una amplia gama de posibilidades. Esta labor presenta un alto gra-do de dificultad”, señala Sebastián García López, integrante del grupo que cursa la Maestría en Ingeniería en Automatización Industrial en la

Universidad de Toronto.Para tal fin, utilizaron méto-

dos de optimización que imitan la naturaleza de los enjambres o de las bandadas de pájaros, en donde las interacciones de sus individuos producen un comportamiento glo-bal a partir acciones al azar de cada integrante.

Por ejemplo, el cucú es un pá-jaro parasito que busca un nido ajeno para depositar sus huevos, no antes de deshacerse de los que encuentre allí. Agarra vuelo y los abandona. Cuando llega el verda-

dero dueño, este los empolla y cría, ignorando que no son sus polluelos. Después, cuando los pequeños crecen, repiten el mismo comportamiento.

“Usamos una técnica inspi-rada en el comportamiento de es-tos pájaros, llamada cuckoo search (‘búsqueda cucú’), con la cual defi-nimos las ecuaciones que nos ayu-daron a sintonizar los parámetros del algoritmo. Así, obtuvimos un rendimiento superior al de otras propuestas”, cuenta Jorge Alberto Jaramillo Garzón, estudiante del Doctorado en Ingeniería (línea de Automática) de la sede.

Aplicación

El trabajo fue financiado por Colciencias y ejecutado en con-junto por la UN en Manizales y una empresa del Eje Cafetero. Su propósito es obtener el genoma de una planta alimenticia para incre-

mentar sus propiedades.“Tomamos muestras de las

hojas, frutos, tallos y raíces. Luego mandamos a secuen-ciar este material biológico en

un laboratorio, que nos entregó un documento con las letras co-rrespondientes a las cadenas de aminoácidos. Allí es donde entra el algoritmo que predice para qué sirve cada una”, afirma García.

El avance les permite a los biólogos saber cuáles aminoáci-dos deben ser modificados según lo que se quiere obtener: plantas más pequeñas que ocupen menos espacio; frutos más grandes; opti-mizar el proceso de fotosíntesis; o variedades más resistentes a en-fermedades, entre otras posibili-dades.

Los investigadores lo desarro-llaron a partir del ADN de muchas plantas, para lo cual procesaron una gran cantidad de secuencias de organismos, tales como arroz, maíz y uvas.

Se puede adaptar, entonces, al estudio del genoma de cualquier planta terrestre y usarse para in-vestigar personas y animales. Para ello basta cambiar las bases de datos con las cuales los algoritmos aprendieron.

En el futuro, los científicos de la UN quieren usarlo para estudiar ciertas bacterias y así entregarles a los biólogos herramientas para fabricar pesticidas más eficaces.

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Estos códigos se refierena funciones molecularesde los genes de las plantas.

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Ciencia y tecnología

Desarrollan regulador de voltaje más preciso y económico

Un nuevo desarrollo permitirá que los dispositivos o equipos que funcionan con electricidad sufran menos averías o ninguna a causa del voltaje de corriente que les ingresa y que en muchos casos puede ser el equivocado.

Fanny Lucía Pedraza Valencia,Unimedios

Cuando la electricidad llega a las enchufes de nuestros hogares lo hace en forma de corriente al-terna (CA). Es un tipo de energía que fluye por los cableados y no se acumula en ninguna parte, porque los electrones que la componen circulan de ida y vuelta en forma de ondas.

Sin embargo, los electrodo-mésticos o dispositivos electróni-cos, por lo general, necesitan co-rriente directa (CD). Es decir, una energía constante y estable que fluya en una sola dirección y se pueda depositar en algún lado. En este caso, los electrones van en línea recta. Los convertidores de energía lo que hacen es transfor-mar la CA en CD, para suministrar los voltajes adecuados según lo re-quiera el aparato.

Para evitar fallas eléctricas por el mal funcionamiento del regula-dor de voltaje interno de aparatos como celulares, computadores y televisores, entre otros, investiga-dores de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales optimi-zaron este componente con tecno-logía ciento por ciento nacional.

José Daniel Morcillo Bastidas, estudiante del Doctorado en Au-tomatización Industrial, diseñó un controlador de voltaje para con-vertidores electrónicos, cuyo ma-yor atractivo es su costo: 50.000 pesos por unidad, muy por debajo del de los que se encuentran en el mercado.

En el sector hay una gran va-riedad de controladores fabrica-dos para hacer que los sistemas ejecuten un proceso específico, lo que implica una amplia gama de transformadores. Los ingenieros de la UN produjeron uno sencillo, novedoso y eficiente.

Paso de energía controlado

Al comienzo, el magíster se concentró en investigar dos asun-tos principales. Primero, el análisis dinámico, que consistió en hacer un estudio computacional y mate-mático del comportamiento de un convertidor electrónico.

Segundo, el mecanismo de control, que consistió en elabo-rar algoritmos que lo conviertan en uno más estable y resistente a las perturbaciones eléctricas para conseguir un funcionamiento de las aplicaciones más adecuado.

“Diseñamos unos algoritmos de control originales (de los cuales no existe referencia ni reportes) llamados control por rampa adap-tativa. Para desarrollarlos, nos ba-samos en diagramas de bifurca-ciones, una herramienta útil para observar la estabilidad de los siste-mas cuando un parámetro o valor de cualquier componente varía en un rango de interés. Así, logramos reducir el voltaje a lo que necesita el dispositivo que se va a utilizar, con un margen de error muy pe-queño”, afirma Morcillo Bastidas.

Así, determinaron el valor de ciertos parámetros o componen-tes del circuito, tales como tensión de entrada (estabilidad del voltaje eléctrico), resistencia de carga de los circuitos y tensión de referen-cia, entre otros.

Para ello, hicieron diagramas de bifurcaciones, que son unos gráficos que permiten estudiar de-terminados sistemas caóticos para establecer comportamientos de un fenómeno. En este caso, sirvió para esclarecer cómo se comportaba la electricidad al entrar a un converti-dor de energía.

“Con esta herramienta, pasa-mos a la fase de diseñar una técnica de control que nos permitiera de la manera más eficiente mantener el sistema en una zona de operación segura y en un rango más amplio de parámetros. En otras palabras, hacer que el convertidor presente un voltaje constante que soporte cualquier tipo de altibajos”, precisa el experto.

Las perturbaciones externas (como la interferencia electromag-nética y cambios en la tensión de la red eléctrica) e internas (como

el desgaste de los componentes y descalibración del sistema) son las que producen comportamien-tos no deseados en el circuito. De ahí la relevancia de mantener una tensión constante, cuyo valor no presente alteración alguna.

Además, debido a las conexio-nes internas y a los elementos elec-trónicos usados en un convertidor, algunos de estos comportamien-tos indeseables ocurren de manera caótica.

El caos, en este tipo de ca-sos, no permite predecir de manera exacta la respuesta de un sistema. Más aún, puede resultar en grandes oscilaciones del voltaje de salida de energía, por lo cual se hace necesa-rio diseñar una técnica de control que evite o, al menos, disminuya el efecto de esas perturbaciones.

Ingenio UN

El controlador es un disposi-tivo pequeño y sencillo cuyas ca-racterísticas principales son que no necesita muchos componentes electrónicos.

Adicionalmente, logra mante-

nerse estable ante cualquier varia-ción eléctrica fuerte y regula muy bien la entrada de la energía: si se desea un voltaje de 5 voltios, a tra-vés del control se puede entregar uno de 5,1 o 5,2 voltios, un margen de variación muy pequeño.

En general, los controladores que se fabrican son muy complejos, debido a que su implementación requiere componentes especiales que hacen necesario el uso de más partes. En consecuencia, el circuito final puede ser más grande que el mismo convertidor y, además, mu-cho más costoso.

“El nuestro, al ser más sencillo, necesita de menos componentes, lo que reduce su tamaño, dismi-nuye su precio y permite fabricarlo con herramientas que se pueden encontrar fácilmente en un alma-cén de tecnología”, resalta el inge-niero.

Estos convertidores pueden emplearse tanto en la industria co-mo en la robótica, pues en ambos casos se necesita garantizar volta-jes de distintos valores que sean estables y soporten cualquier alte-ración externa.

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Bagres del país,contaminados con plomo

Estudios en tres zonas pesqueras de Colombia –Puerto López (Meta), con el bagre rayado; la represa de Betania (Huila), con el capaz; y Suesca (Cundi-namarca), con el pez capitán– hallaron que tanto peces como cuerpos de agua están contaminados con restos de plo-mo y, en menor medida, con glifosato.

Giovanni Clavijo Figueroa,Unimedios

La extracción masiva de petró-leo, la minería y otras actividades agroindustriales efectuadas cerca de las cuencas de los ríos se han relacionado con la contaminación de ecosistemas en donde habitan especies que son importantes para la alimentación del hombre.

El bagre, nombre común de una variedad conocida también como pez gato, es uno de los recur-sos pesqueros más consumidos en el país, situación que ha derivado en una drástica diminución de la especie.

Según un reporte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), mientras que en 1977 se extraían 15.960 toneladas de bagre rayado, en el año 2008 la cifra bajó drás-ticamente a 839 toneladas, debi-do a la sobrepesca y al deterio-ro ambiental en la cuenca del río Magdalena.

Preocupante panorama llevó a investigadores de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá a evaluar los marcadores bioquí-micos de peces y cuerpos de agua de tres departamentos que se en-cuentran en riesgo por diversos tipos de contaminación.

Dichos marcadores son sus-tancias que permiten determinar si existen factores anómalos en al-gún sistema (en este caso, un orga-nismo o un entorno natural).

En efecto, identificaron sus-tancias nocivas en aguas cálidas, en donde habitan el bagre rayado y el capaz, así como en frías, en don-de se halla el pez capitán. A estos bagres les evaluaron parámetros bioquímicos y hematológicos (de la sangre).

Además, examinaron los luga-res exactos de pesca de estas espe-cies en las regiones de Meta, Huila y Cundinamarca. Allí hallaron, en la mayoría de los casos, peces con plomo en la sangre.

Cuando este metal pesado en-tra en el organismo del animal se elevan sus valores normales de he-matocrito (porcentaje de glóbulos rojos) y de proteína plasmática, lo que altera su salud. Tal fenóme-no fue más evidente en la especie capaz.

El estudio, financiado por Ecopetrol, fue llevado a cabo por la Facultad de Medicina Veteri-naria y de Zootecnia y por los la-boratorios de Fisiología de Peces y de Toxicología Acuática de la UN en Bogotá. Estuvo en cabeza de los profesores Miguel Landines y Jaime Fernando González, que contaron con la colaboración de la zootecnista Liliana Rodríguez y el médico veterinario Javier Borbón.

Conocimiento limitado

Estas especies fueron escogi-das, según los expertos, porque son las más consumidas en el país, sobre todo el capaz y el bagre ra-yado. Por su parte, el pez capitán es capturado esporádicamente por algunos pobladores cercanos a las riberas del río Bogotá.

El grupo diseñó una serie de pruebas toxicológicas, fisiológicas y reproductivas, para establecer lo que sucede con estos peces en los puntos de muestreo. Los primeros resultados se obtuvieron del estu-dio de lo que sucede con los bagres durante las aguas bajas de verano.

“Tomamos variables represen-tativas en puntos específicos de las tres áreas para medir concen-traciones de determinadas enzi-

mas (que son las que evidencian los cambios químicos en los orga-nismos de animal) y propiedades físico-químicas: pH, alcalinidad, nitrito y nitrato, entre otras”, pun-tualizó el profesor González.

Asimismo, se buscaron me-tales, hidrocarburos y plaguicidas que pudieran estar presentes.

La relevancia del diagnóstico radica en que no existen publica-ciones en el país que ofrezcan un dictamen tan amplio sobre esta problemática. Al respecto, Landi-nes señala que “el conocimiento ecobiológico sobre las especies de nuestro país y cuerpos hídricos es limitado”.

Ecosistemas

Según los diversos muestreos, tanto en el agua como en el tejido de los peces se hallaron restos de plaguicidas; por ejemplo, glifosa-to en el Meta y en el río Bogotá. También se hallaron muestras de hidrocarburos totales de petróleo y de plomo en su sangre.

Después de efectuar los análi-sis físico-químicos y toxicológicos, se determinó que el 93% de los peces capitán, el 44% de los bagres y el 28% de los capaz tenían rastros de plomo en la sangre.

El profesor González advierte que este metal pesado puede llegar a todos los tejidos del organismo del pez.

Cuando se acumula en sus músculos existe un alto riesgo para quienes consumen su car-ne, porque el cuerpo humano lo transforma en sulfuro de plomo, que luego se deposita en los hue-sos y en el sistema nervioso en general. Es un envenenamiento

conocido como saturnismo.“Al pez capitán de la zona de

Suesca muchos los consideran ex-tinto. Sin embargo, en la cuenca alta, en donde empieza la conta-minación del río Bogotá, se puede capturar la especie. De ahí la alerta por su alto grado de toxicidad”, asegura.

En cuanto a la calidad del agua, los científicos hallaron en el río Bogotá hidrocarburos totales de petróleo (específicamente de gaso-lina) en concentraciones de entre 7 y 14 partes por millón (ppm).

Las muestras del río Meta re-gistraron entre 1,5 y 3,5 ppm, que, aunque es una cantidad menor, también supone un impacto am-biental. En este mismo río se de-tectaron trazas de glifosato.

Alteran su naturaleza

Un resultado adicional del es-tudio estableció que el pez capaz de la Represa Betania está cambiando sus hábitos naturales debido a la influencia de las explotaciones pis-cícolas comerciales instaladas en la zona.

Estos peces ahora tienen fácil acceso al alimento procesado de las tilapias, lo que las ceba en ese lugar y le impide seguir su fase re-productiva normal.

Según la hipótesis del grupo, el capaz accede a una dieta que no le corresponde, lo que lleva a un desbalance nutricional: el animal recibe proporciones inadecuadas de los diferentes nutrientes (gra-sas, proteínas y carbohidratos).

“Esto causa un efecto inde-seable porque altera la condición natural de la especie y su ecología”,

indica la zootecnista Liliana Rodrí-guez.

El médico veterinario Javier Borbón agrega: “encontramos que algunos hígados del capaz tienen una apariencia muy oscura y una aparición considerable de parási-tos en las branquias”.

La investigación se comple-mentará con una segunda fase que corroborará las evidencias científi-cas que demuestran la contamina-ción de los peces y las fuentes de agua. Será una herramienta fun-damental para que las industrias les den un manejo más adecuado a sus procesos y residuos.

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Medición del bagre rayado.

Muestra de sangre del bagre capitán.

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Cerca de cuatro años de investigaciones dieron como resultado la identificación de dos cepas de microalgas que tienen gran potencial para elaborar biocombustibles. Ahora el reto es sa-car de los anaqueles las leyes que promueven la producción limpia de energía y que los sectores público y privado le apuesten a esta alternativa.

Microalgasproporcionarán biodiésel

Medioambiente

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Leidy Castaño,Unimedios

El más reciente informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, del Departamento de Comercio de los Estados Uni-dos, revela que la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmosfera superó las 400 partes por millón (ppm).

Esta es una cantidad récord de este gas de efecto invernadero, pues es el máximo histórico regis-trado hasta hoy.

Aunque sean los principales liberadores de CO2, las socieda-des usan los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) como fuente principal de energía para el transporte, la industria, la electricidad y la cocina, entre otras actividades, es por esto que el uso de fuentes renovables de energía que impactan significativamente menos en la generación neta de CO2 ha venido en incremento, una de ellas es el biodiesel.

Luis Miguel Serrano Bermúdez, magíster en Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colom-bia en Bogotá, bajo la dirección de los profesores Rubén Darío Godoy y Luis Carlos Montenegro, ha deter-minado las condiciones aptas para obtener biodiesel de una manera alternativa con un menor impacto negativo al medioambiente y una mayor productividad que el bio-diesel producido a partir de aceites vegetales.

Según Serrano, ni el bioetanol (hecho a partir de la fermentación de maíz o caña de azúcar) ni el biodiésel (elaborado a partir de aceites de palma, soya u otros ce-reales) pueden dar respuesta a la demanda global de combustible con sustentabilidad ambiental y económica.

Las tierras aptas para siembra son limitadas, las cosechas están sujetas a variables climáticas y no es razonable, ante el incremento de la población mundial, utilizar áreas destinadas al cultivo de ali-mentos para la obtención de bio-combustibles.

¿Por qué microalgas?

Colombia posee una alta ri-queza hídrica y lumínica, carac-terísticas esenciales para cultivar microalgas. Estas constituyen una alternativa promisoria porque en comparación con las plantas ole-aginosas (por ejemplo, la palma africana) presentan rendimientos más altos de lípidos (moléculas orgánicas compuestas principal-mente de carbono e hidrógeno) por unidad de tiempo y área culti-vada (hasta 23 veces) y es posible cultivarlas en zonas no aptas para la agricultura, como los desiertos o, incluso, en agua de mar.

El magíster evaluó el crecimien-to y la capacidad de acumulación de lípidos de dos especies de microal-gas nativas de agua dulce: Scenede-mus ovalternus y Chlorella vulgaris.

Cuenta que las microalgas es-tudiadas presentaron las mayores productividades de grasas, con valor equivalente a 4,1 veces la productividad de la palma africa-na, actual materia prima emplea-da por la industria nacional para fabricar biodiésel.

Más barato

Las especies fueron manteni-das en el Laboratorio de Cultivo de Algas de la UN, cultivadas en

el medio basal de Bold (un medio básico compuesto de agua desti-lada, macro y micronutrientes mi-nerales, que simula la composición del agua dulce) a una temperatura de 24 ºC, con iluminación artificial dada por lámparas fluorescentes (un fotoperiodo de 18 horas de luz y 6 de oscuridad) y aireación de 0,7 vvm (volumen de aire por volumen de medio por minuto).

El cultivo de mantenimiento se desarrolló en botellas de vidrio planas de 4,5 cm de espesor y ca-pacidad de 330 mililitros (mL), con un volumen de cultivo de 200 mL. Su crecimiento se estimó mediante conteo celular directo diario, em-pleando una cámara de Neubauer y un microscopio.

Para los ensayos de extracción, cuantificación y caracterización de los lípidos totales, se utilizó como solvente la mezcla cloroformo-me-tanol.

El investigador descubrió que la microalga Chlorella vulgaris tie-ne un mejor perfil como fuente potencial para producir biodiésel, porque su acumulación de grasas fue un 25% mayor con respecto a la microalga Scenedesmus ovalternus, lo que significa que su proceso de extracción es un 25% más barato.

Para la siembra masiva de mi-croalgas, con este fin, se deben te-ner en cuenta varios aspectos.

Se debe escoger la cepa ade-

cuada, que debe tener altas pro-ductividades de lípidos y altos por-centajes de acumulación lipídica intracelular (superiores al 30% del peso seco), debido a los altos cos-tos del proceso de extracción.

Asimismo, se deben seleccio-nar las condiciones y el modo de cultivo adecuados y el método de recuperación de biomasa y grasas que permitan que el proceso sea viable económicamente.

Serrano aclara que, en caso de que los lípidos de microalgas sean empleados con fines alimenticios, se deben evaluar nuevas técnicas de extracción porque el clorofor-mo y el metanol son compuestos tóxicos.

A la búsqueda de incentivos

En Colombia, la producción industrial de biodiésel comenzó en el año 2009 con la palma de aceite como materia prima. La Fe-deración Nacional de Biocombus-tibles de Colombia estima que su extracción a partir de esta planta pasó de 169.611 toneladas en 2009 a 489.991 en 2012, año en la que la de etanol fue de aproximadamente de 362 millones de litros.

El biocombustible permite la autosuficiencia energética, la con-servación del medioambiente, la generación de empleo y el desarro-

llo del sector agrícola, por lo cual el país tiene un marco normativo que apoya este avance.

La Ley 939 de 2004 estimula la obtención y comercialización de combustibles de origen vegetal o animal para uso en motores diésel mediante una serie de incentivos.

El Decreto 2629 de 2007 dic-ta disposiciones para promover el uso de biocombustibles y medidas aplicables a los vehículos y demás artefactos de motor.

Y el Decreto 2594 de 2007 crea un fondo de capital de riesgo para apoyar iniciativas productivas, en-tre ellas los proyectos de biocom-bustibles.

Por su parte, la Ley 1083 de 2006 establece normas sobre pla-neación urbana sostenible y en su artículo primero da prelación a la movilización en modos alternati-vos de transporte: desplazamiento peatonal, en bicicleta o en otros medios no contaminantes, así co-mo sistemas de transporte público con combustibles limpios.

Para completar, en el año 2008 el Conpes 3510 considera los linea-mientos políticos para promover la producción sostenible de biocom-bustibles en Colombia. Las ante-riores son herramientas que respal-dan desarrollos científicos como el de la UN, que solo esperan el apoyo de los sectores públicos y privados del país.

La microalga Chlorella vulgaris tiene un mejor perfil como fuente potencial para producir biodiésel.

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Listas vacunas

contra gripe porcina

El país cuenta por primera vez con vacunas contra la in-fluenza porcina hechas específicamente para combatir las cepas del virus que circulan en el territorio nacional. La enfermedad causa grandes pérdidas en el sector, por lo que el avance representa un alivio significativo. Además, evitará una posible trasmisión a humanos.

Leidy Castaño,Unimedios

El virus de la influenza por-cina (SIV, por sus siglas en inglés) es una enfermedad respiratoria de los cerdos que se caracteriza por la súbita aparición de síntomas como tos, disnea (falta de aire), fiebre y postración. En la mayoría de los casos, las lesiones se presentan en el tracto respiratorio.

Luisa Fernanda Mancipe Jimé-nez, magíster en Salud Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, recuerda que los signos clínicos de la gripe porcina fueron caracteriza-dos por primera vez en 1918.

“Los subtipos de virus de in-fluenza A H1N1, H1N2 y H3N2 son endémicos en poblaciones de cerdos en el mundo y responsables de causar enfermedad respiratoria aguda altamente contagiosa en la especie. Las aves acuáticas son el reservorio de los virus de influenza A, mientras que los cerdos están frecuentemente involucrados en la transmisión interespecie”, aclara.

En Colombia, este agente in-feccioso fue detectado por primera vez en el departamento de Antio-quia, en 1971, pero no se pudo establecer la cepa actuante.

Vacunas contra el SIV

Como parte central de su tra-bajo, la investigadora desarrolló dos vacunas para prevenirla, dis-minuir el riesgo de infección de animales expuestos y evitar la di-seminación del SIV en poblaciones de humanos vulnerables. Explica que es vital conocer el comporta-miento del agente infeccioso para desarrollarlas.

La eficacia de las vacunas depende del grado de similitud entre las cepas de los virus usadas para fabricarlas y las que estén en circulación.

Para este fin, trabajó con dos cepas comerciales inactivadas (que no representan riesgo de in-fección): la pandémica (A/SW/COL0102/2009/H1N1) y la clási-ca (A/SW/COL0401/2008/H1N1). Estas fueron cultivadas en huevos embrionados de pollo y caracteri-zadas molecularmente.

Luego, en cerdos de nueve me-ses de edad, adelantó la evalua-ción inmunológica in vivo de las dos vacunas, a fin de determinar sus efectos de tipo humoral (en el mecanismo de defensa contra los microorganismos extracelulares y sus toxinas) y celular.

“A través de la prueba se de-terminó que fueron capaces de es-timular la respuesta esperada sin reacciones adversas”, manifiesta la científica.

Son buenas noticias para la porcicultura del país y para la in-dustria farmacéutica nacional, que puede comenzar a fabricar esta clase de preparados biológi-cos y hacerlos competir con los extranjeros. Así, los productores de cerdos podrán disfrutar de me-jores precios.

Es mejor prevenir

La experta en Salud Animal dice que la vacunación es la técnica

estándar para prevenir la enferme-dad.

Y señala que el estudio y con-trol del cerdo, desde el punto de vista epidemiológico, es necesario, porque este se caracteriza por ser-vir como un vaso mezclador de los virus que convergen en su organis-mo: allí, adentro, estos se mezclan y recombinan, lo que puede derivar en cepas más peligrosas.

Esto sucede porque el animal tiene en la tráquea dos tipos de enlaces que sirven de receptores celulares específicos para el SIV, lo que indica su vulnerabilidad a los provenientes de aves y humanos.

“A lo anterior se suma que la recomposición genómica (mezcla del material genético de una espe-cie en nuevas combinaciones en diferentes individuos) de dichos vi-rus frecuentemente emerge de los cerdos”, agrega.

Las vacunas desarrolladas y empleadas en el estudio están en capacidad de proteger a la pobla-ción porcina del país, porque son cepas aisladas de granjas de pro-ducción, cuentan con un subtipo clásico, que ha tenido una preva-lencia reportada desde 1970 en Co-lombia, y un subtipo pandémico, que se encuentra en circulación en el país desde el año 2009.

Estos aspectos son importantes

porque protegerían a los animales de infecciones futuras con cepas homó-logas, asegura la investigadora.

Mejores anticuerpos

Las dos nuevas vacunas, acom-pañadas con adyuvantes de pri-mera generación (sustancias que optimizan el resultado: hidróxido de aluminio, para una; emulsión aceite/agua, para la otra), no mos-traron diferencias significativas en-tre sí, aunque se logró determinar que la que contenía la emulsión produjo una respuesta más fuerte de anticuerpos.

Así, este avance es la etapa previa para proporcionarle al sec-tor productivo una alternativa de control de la enfermedad.

Según la investigadora, el país requiere sistemas de vigilancia epi-demiológica que permitan conocer la dinámica y el comportamiento de los virus de la influenza huma-na, porcina y aviar, para establecer medidas de control y de preven-ción adecuadas que se ajusten a las necesidades locales.

Lo recomendado es establecer cuáles son las cepas actuantes en Colombia y su distribución geográ-fica, para optimizar la producción porcina y evitar problemas de salud pública.

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Galpones más eficientesHumedad, temperatura, iluminación y ventilación son variables vitales para el buen despeño de las granjas avícolas. Un mínimo error puede perjudi-car toda la producción. Ingenieros y zootecnistas se unieron para desarrollar un sofisticado sistema que permite minimizar pérdidas. Es una innovación que podría aplicarse a otros sistemas agropecuarios.

Fanny Lucía Pedraza Valencia,Unimedios

La avicultura de engorde es la actividad pecuaria que más impul-sa la adopción de nuevas tecno-logías en el país. Esta industria ha logrado que en un metro cuadrado se produzcan hasta treinta kilos de carne, con aves que no superan los 38 días de edad.

El objetivo es cumplir con las exigencias de un mercado crecien-te: se estima que al año un colom-biano puede consumir 23 kilogra-mos de pollo.

No obstante, son varios los de-safíos del sector. El principal es optimizar el funcionamiento de los galpones, para evitar que el hacinamiento vaya en contra de los animales y de la producción eficiente.

En la actualidad, los criaderos dependen de operarios calificados que sepan controlar las condicio-nes ambientales del sitio: luz so-lar y artificial, humedad, tem-peratura y ven-tilación, entre otras.

Por lo gene-ral, estas se mi-den y regulan de forma manual, casi que de ma-nera artesanal. Y hacerlo requiere ejecutar activi-dades que son tediosas, lentas y costosas. Un mí-nimo error puede causar pérdidas grandes o alterar las condiciones del producto final.

Con el propósito de disponer de un sistema de monitoreo suma-mente confiable, investigadores de la Universidad Nacional de Colom-bia en Manizales y de la Universi-dad de Caldas desarrollaron una tecnología que permite simular y controlar dichas variables.

“Se trata de una herramienta que les permite a los trabajadores ingresar los datos directamente al computador y no tener que hacer cálculos manuales. Todos las va-riables de un galpón se ingresan a un software al cual se pueden introducir, además, el tiempo y la intensidad de cada ítem”, precisa Alberto Sepúlveda Giraldo, pro-fesor del programa de Ingeniería Electrónica de la sede.

Por su parte, William Vicente Narváez Solarte, adscrito al De-partamento de Salud Animal de la U. de Caldas, advierte que, si bien el sistema mantiene un ambiente sano para las aves, no exime de ejecutar los procedimientos sani-tarios de rutina.

Producción de calidad

Aunque los pollos son anima-les domésticos, requieren cuidados especiales para que tengan un pe-riodo de vida adecuado y saluda-ble. Deben tener una alimentación balanceada, temperatura conforta-ble y espacios idóneos para crecer.

“En la etapa inicial evaluamos y contrastamos tres galpones, con condiciones simuladas de clima

Los galpones contienen cerca de 1.100 pollos, que son monitoreados a través del sistema desarrollado por los investigadores de la UN y la Universidad de Caldas.

frío, templado y cálido, respectiva-mente, para observar la respuesta de los animales. El objetivo es en-tregar recomendaciones a los pro-ductores, según la región en donde se sitúe la granja”, puntualiza el profesor de la UN.

Asimismo, el sistema de au-tomatización maneja un rango de error de un grado centígrado (1º C) entre los climas –algo que no se podría hacer fácilmente de forma manual–. Esto evita las al-tas variaciones climáticas que hay en un día normal en una altitud determinada. Por ejemplo, en un municipio de clima caliente, la temperatura puede fluctuar entre los 34º C, en la mañana y el medio-día, y los 15º C, en la noche y en la madrugada.

Según el experto de la U. de Caldas, durante la primera semana, la temperatura interna del galpón debe estar entre los 33º C y los 35º C. Luego debe disminuirse tres grados centígrados por semana hasta llegar a los 21º C, que es la ideal para los

pollos adultos hasta el momento del sacrificio.

Estas medidas son las mismas para los galpones de cualquier par-te del país, porque es a esa tempe-ratura como se obtienen las condi-ciones más aptas para su crianza. Si es más baja, los animales pueden comer mucho más de lo necesario. Si es más alta, pueden sufrir de estrés calórico, enfermarse y morir.

Aplicación en otros sectores

La primera etapa de la inves-tigación consistió en instalar sen-sores, calefactores, ventiladores, el riego de agua, un reloj termohigró-metro (para medir la humedad del aire), un mecanismo eléctrico para regular la temperatura y un progra-ma informático llamado Access Po-int Switch, entre otros elementos.

Gracias a dicha automatiza-ción, los datos se ingresan a un ser-vidor y, desde allí, un solo operario puede controlar la entrada de aire,

de luz y de iluminación, etc.“Estamos implementando esta

tecnología con dispositivos de muy bajo costo. Incluso, se han incorpo-rado proyectos de estudiantes de otras disciplinas y herramientas de ambas universidades. Los sensores ya vienen fabricados, pero el ma-nejo del software es lo que estamos innovando”, asegura Iván Alberto Arias Galvis, estudiante de la Maes-tría en Ingeniería (línea de Automa-tización Industrial) de la UN.

A largo plazo, añade, la idea es estructurar el sistema según pará-metros de comunicación en red, para que la persona encargada no deba estar siempre en la sala de control, sino que pueda adelantar el monitoreo desde cualquier pun-to con conexión a internet.

Este prototipo puede ampliar-se para manejar una diversidad de variables y, por tanto, usarse para controlar diferentes procesos pro-ductivos. Por ejemplo, otros inves-tigadores de la U. de Caldas lo apli-carán en el cultivo de hongos.

Según las últimas estadísticas de la Federación Nacional de Avicul-tores de Colombia (Fenavi), en el país se producen 90 mil toneladas mensuales de carne de pollo, con un crecimiento constante en los últimos tres lustros. Esto ha per-mitido que su consumo per cápita anual haya pasado en los últimos quince años de 7 a 23,8 kilos.

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Plantas de tomate,más pequeñas y productivas

Los productores de tomate chonto pasarán de tener 12 mil plantas por hectárea a 16 mil, gracias a un trabajo pionero en el país que hará más rentable el cultivo de esta hortaliza. Con la modificación genética, las matas no pasarán de un metro de altura y darán cosecha en tan solo un mes.

Jeinst Campo Rivera,Unimedios

El tomate es originario de las regiones de Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Sin embargo, su do-mesticación ocurrió en el sur de México y norte de Guatemala. Por su extensa área sembrada y su alto nivel de consumo, es considerada una de las hortalizas más impor-tantes del mundo.

Los principales países pro-ductores son, entre otros, China, Estados Unidos, Turquía, España, Brasil y México. Ellos aportan casi el 70% de la producción mundial.

Por su parte, Colombia tam-bién tiene grandes extensiones sembradas, dispersas por todo el territorio nacional: es cultivado en 18 de los 32 departamentos del país. Durante el año 2012, se obtu-vieron 532.425 toneladas, con un valor estimado de comercio de 516 mil millones de pesos.

Sin embargo, según datos de la Corporación Colombiana de Inves-tigación Agropecuaria (Corpoica), las condiciones climáticas propias de estas regiones y los largos pe-riodos de siembra han afectado la productividad y han favorecido el ataque de plagas y enfermedades.

Esto obliga al agricultor a uti-lizar una mayor cantidad de pes-ticidas y fertilizantes para obtener una cosecha más abundante. Por tanto, se incrementan los costos, disminuye la rentabilidad y surgen graves daños de contaminación del medioambiente.

El Grupo de Investigación en Mejoramiento Genético y Produc-ción de Semillas de Hortalizas de la Universidad Nacional de Colom-bia en Palmira decidió afrontar tal problemática con un avance tec-nológico.

Sus miembros desarrollaron una variedad de tomate chonto que acelera los periodos de cose-cha y controla la altura de las plan-tas, a fin de elevar la productividad del sector.

Altos costos

En la actualidad, los produc-tores utilizan variedades de cre-cimiento indeterminado, que al-canzan entre 1,80 y 2,20 metros de altura.

“Como su crecimiento es pos-trado, los agricultores deben so-portar el cultivo con tutores largos y fuertes (una especie de andamio) para tenerlos siempre en posición vertical. Así, se evita que se pudran los frutos y el follaje, pues la planta es supremamente sensible a una diversidad de insectos plaga y pa-tógenos”, señala el profesor Franco Alirio Vallejo, director de la investi-gación.

Este requerimiento técnico su-pone un mayor gasto en tutores, amarres, mano de obra y aplicación de agrotóxicos, dado que los perio-dos de los actuales cultivos varían entre 1,5 y 2 meses de cosecha.

Sin embargo, con la ayuda de un recurso genético proveniente de Brasil, se desarrolló una nue-va variedad de tomate chonto de crecimiento determinado que no supera el metro de altura.

Para obtenerla, los investiga-dores de la UN cruzaron genética-

mente dicho recurso con la varie-dad de tomate Unapal maravilla (desarrollada por ellos y utilizada actualmente por los agricultores del país).

“Obtuvimos una planta de porte bajo, con el objetivo de redu-cir diferentes labores”, manifiesta el profesor Vallejo.

Pequeña y productiva

Con esta nueva clase de toma-te, los productores utilizarán tu-tores de menor tamaño. Según el profesor Edgar Iván Estrada, inves-tigador del proyecto, “su longitud se reducirá, al pasar de 2,20 a 1,50 metros, lo que representa un aho-rro de casi 1.200 pesos por tutor”.

Además, permite reducir el número de amarres, así como el sistema de poda, mediante el cual se eliminan estructuras vegetativas secundarias a fin de conservar el tallo central y garantizar que la fo-tosíntesis favorezca el crecimiento de frutos de calidad superior.

“Un tomate de 1,80 o 2,20 metros necesita de cinco a siete amarres. Este requiere de máximo cuatro. Así, no solo se reduce la cantidad de hilo requerido, sino la

mano de obra, que es sumamente costosa”, destaca el profesor Va-llejo.

Otro beneficio fundamental es que se concentra el cultivo, au-mentan los rendimientos y dismi-nuye el tiempo de cosecha, pues la nueva variedad tiene una cosecha de máximo treinta días.

“Esto tiene una implicación gigante porque, para poder man-tener una siembra, se deben apli-car agrotóxicos; labor que es muy costosa, al igual que la del riego y fertilización. Al mantener concen-trada la cosecha, se reducen es-tas prácticas y también disminuye la contaminación del fruto, de los suelos y del ambiente”, resalta el profesor Estrada.

Dolly Ultengo, estudiante de la Maestría en Ciencias Agrarias de la UN en Palmira, aclara: “Con esta variedad vamos a incrementar la densidad de siembra por uni-dad de área. Si el tomate de creci-miento indeterminado utiliza 12 mil plantas por hectárea, con el mejorado podemos sembrar 16 mil por hectárea, lo que es muy benefi-cioso para los agricultores”.

Variedad pionera

La de la UN es la primera va-riedad de tomate chonto de creci-miento determinado que se produ-ce en Colombia. Según el profesor Vallejo, ya se tienen cinco líneas seleccionadas para evaluar su esta-bilidad y sus bondades con respec-to a otras. Tras la evaluación, los investigadores pretenden entregar-la a los agricultores del país.

“El Programa de Hortalizas ha entregado diez especies gené-ticamente mejoradas. Lo crucial es que estas variedades, debido a sus calidades, son referentes para el agricultor y ampliamente usadas. Un ejemplo es el cilantro Unapal precoso y el zapallo boloverde. Se-guramente, cuando se entregue, será un éxito”, concluye.

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Tabla 2

Estilos de aprendizajeevaluados en el estudio

Tipo 1 Auditivo-global

Tipo 2 Auditivo-secuencial

Tipo 3 Kinestésico-global

Tipo 4 Kinestésico-secuencial

Tipo 5 Lector-global

Tipo 6 Lector-secuencial

Tipo 7 Visual-global

Tipo 8 Visual-secuencial

Innovación

Sistema computacionalpotencia el aprendizaje

Los recursos educativos que ofrece la web ahora están en sintonía con la for-ma como aprende cada persona. Agentes de inteligencia artificial orientan los contenidos virtuales, para que el estudiante los incorpore de manera más ágil y eficiente. Es una integración eficaz de TIC y pedagogía.

Ana María Escobar Jiménez,Unimedios

Internet se ha convertido en una herramienta educativa primor-dial para profesores y estudiantes, que aprovechan los múltiples re-cursos que ofrece. Así, dinamizan la enseñanza con estrategias in-teractivas que facilitan la adquisi-ción del conocimiento.

Sin embargo, la saturación in-formativa del ciberespacio causa confusión en la comunidad edu-cativa; en especial con respecto a la manera adecuada de buscar y de obtener datos confiables que, además, concuerden con la forma como aprende cada individuo.

Por ello, el Grupo de Ambien-tes Inteligentes Adaptativos (GAIA) de la Universidad Nacional de Co-lombia en Manizales trabaja en articular pedagogía y tecnología en alianza con varias universidades: la de Girona (en España), mediante un proyecto aprobado por Colcien-cias; la de Río Grande del Sur, la Fe-deral de Ciencias de la Salud y la de Santa Catalina (las tres de Brasil); y la de Caldas (con su grupo Innova-Acción Educativa).

“La tecnología no lo es todo. Los procesos pedagógicos no se tienen en cuenta y se desaprove-cha el poder de la virtualidad para personalizar el aprendizaje”, expre-sa el profesor Néstor Darío Duque Méndez, director de GAIA.

Paula Andrea Rodríguez, de la Maestría en Ingeniería de Sistemas de la UN en Medellín e integran-te del grupo, desarrolló el progra-ma Búsqueda y Recomendación de Objetos de Aprendizaje (BROA), que dirige la consulta del material educativo basándose en la manera como aprende cada persona.

Su enfoque es multiagente (SMA). Lo que significa que usa entidades de inteligencia artificial (pequeños programas computa-cionales integrados dentro de un software) diseñadas con una diná-mica de roles, es decir, que funcio-nan como si fueran personas.

En este caso, hay cinco agen-tes que se distribuyen las tareas: dos se encargan de administrar los perfiles del usuario y los recursos didácticos; y tres asumen la reco-mendación que se efectúa.

Rodríguez precisa que esto último se hace de tres maneras: “Por contenido, enfocándose en un perfil creado por el estudiante y comparando los metadatos (in-formación que describe la ayuda educativa). Por filtrado colabora-tivo, que parte del hecho de que los objetos de aprendizaje que le gustan a un usuario les pueden interesar a otras personas con per-files similares. Por conocimiento, retomando el historial de navega-ción del usuario”.

TTabla 1

Tipologías del estudiante

Auditivo Prefiere explicaciones orales de los contenidos.

KinestésicoPrefiere la experiencia y la práctica (simulada o real); por ejemplo, ejecutar activi-dades de movimientos.

Lector Prefiere información presen-tada en palabras y en textos.

VisualPrefiere esquemas, gráficos, tablas, ilustraciones, anima-ciones, videos

Una vez procesados los datos, los agentes se comunican entre sí, cotejan el estilo de aprendizaje con el material virtual, deciden qué es lo más adecuado para cada caso y entregan la información adaptada a las características, preferencias y necesidades del usuario (véase tabla 1).

Además, al ser varios, se apro-vecha la ventaja del procesamiento en paralelo, pues los procesos de recomendación se ejecutan simul-táneamente.

Aprendizaje personalizado

Según estudios de Catalina Alonso y Domingo Gallego, exper-tos españoles en tecnología edu-cativa, el estilo de aprendizaje de los estudiantes es el factor más relevante para entregarles recursos que los apoyen.

“Los estilos corresponden a la forma como las personas –cen-trándose en uno de sus sentidos– procesan, entienden y desarrollan el conocimiento”, manifiesta Jo-sefa Quintero Corzo, doctora en Educación y directora del grupo Innova-Acción Educativa.

Este equipo y el GAIA traba-jaron en integrar los dos modelos pedagógicos en los que se basa el sistema BROA.

Uno es el cuestionario VARK (vi-sual, auditivo, lector y kinestésico), que permite identificar cuál de estas vías tiene más desarrollada una per-sona. Su implementación contó con la certificación de la Universidad de Lincoln (Nueva Zelanda). Allí, el pro-fesor Neil Fleming autorizó su uso libre y algunas modificaciones para la traducción al español.

El otro es el test de los inves-tigadores Felder y Silverman, que proporciona los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos del indivi-duo que lo diligencia basándose en la distinción global/secuencial (los estudiantes secuenciales aprenden poco a poco, en forma ordenada; los globales lo hacen de forma in-tegrada).

Ambas propuestas se conjuga-ron para clasificar al estudiante en una de ocho categorías evaluadas (véase tabla 2).

“La clasificación de estos es-tilos fue probada y validada en distintos proyectos de educación virtual en colegios de secundaria y en grupos de control. Así, desde

el punto de vista de la adaptación, se observó que los estudiantes me-joraron su aprendizaje”, precisa el profesor Duque Méndez.

Las ayudas virtuales

El sistema BROA requiere que el usuario elabore su perfil –duran-te un tiempo aproximado de 10 mi-nutos– respondiendo 24 preguntas basadas en los cuestionarios VARK y Felder y Silverman.

Una vez determinado el per-fil, puede empezarse la búsqueda. Para ello, el estudiante digita el tema que desea consultar y el sis-tema recomienda los recursos web más adecuados para su estilo. Si una persona revela que prefiere las imágenes, entonces le recomenda-rá videos, fotos y gráficos.

Para el proceso, se debe ingre-sar a la página web de la Federa-ción de Repositorios de Objetos de Aprendizaje de Colombia (FROAC), proyecto que busca enlazar todas las entidades de este tipo en el país y en el que las sedes de la UN tienen a disposición su material educativo (http://froac.manizales.unal.edu.co/froac/).

“Esto le otorga un valor agre-gado al sistema, en vista de que la plataforma FROAC garantiza su calidad, pues todos sus recursos educativos han sido evaluados por la UN para verificar que el proceso de etiquetado sea correcto”, pun-tualiza Rodríguez.

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Reseñas

Arqueología en el“Valle de la Tristura”,

sur del Alto Magdalena, HuilaJosé V. Rodríguez C., Arturo Cifuentes T.

y Gustavo A. Cabal M. Facultad de Ciencias Humanas

Universidad Nacional de Colombia

La investigación de este texto se enmarca dentro del Plan de manejo arqueoló-gico aprobado por el ICA-HN para la construcción del proyecto hidroeléctrico El Quimbo (Huila). Aquí se evidencia la existencia de asentamientos de la cultura agustiniana en el sur del Al-to Magdalena, gracias a las

excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por exper-tos de la UN. Se expone có-mo durante un periodo re-ciente esta cultura desarro-lló un modo de vida aldeana a orillas del río Magdalena y construyó pisos de barro quemado; condiciones de vida que fueron deteriora-das por los conquistadores.

Las huellas que revela el tiempo (1985-2011)

La Independencia: recepción de ideas y construcción de mitos

Como el cangrejo. La construcción discursiva del embarazo adolescente

como problema social

Administración de organizacionesCarlos Eduardo Martínez Fajardo

Facultad de Ciencias Económicas, Bogotá.Universidad Nacional de Colombia

Esta quinta edición se pu-blica como uno de los eventos conmemorativos de los sesenta años de la Facultad de Ciencias Económicas. Presenta la evolu-ción teórica e institucional del Management durante todo el si-glo XX, con la consolidación de la gran corporación de negocios y las grandes transformaciones de la actualidad.

Desde finales del siglo XIX, el Management o la administración de organizaciones modernas, a partir del surgimiento de la gran corporación de negocios, se ha construido como conocimiento especializado, consolidándose durante el siglo pasado como una teoría y una institución clave de la sociedad moderna en el mundo globalizado de hoy.

Marco Alejandro Melo MorenoCentro de Estudios Sociales (CES), Maestría en

Estudios Culturales y Escuela de Estudios de Género Facultad de Ciencias Humanas, Bogotá.

Universidad Nacional de Colombia

El consenso sobre el reto que el embarazo adolescente represen-ta para los múltiples objetivos de la racionalidad gubernamental, co-mo la “superación de la pobreza” o la “equidad de género”, es incues-tionada en toda la esfera pública en el país. ¿Por qué el embarazo adolescente constituye un proble-ma social en Colombia?

Es la aparente imposibilidad para formular y responder esa pre-gunta, para desafiar este modo hegemónico de interpretación, la que lleva al autor a proponer un marco interpretativo sobre las lí-neas de fuerza que crean ese con-senso social fuerte alrededor del “problema del embarazo adoles-cente” en el país.

Lisímaco Parra París. EditorFacultad de Ciencias Humanas, Bogotá.

Universidad Nacional de Colombia

Esta obra compendia las ponen-cias presentadas en el Tercer Congre-so de la Sociedad Colombiana de Filosofía, que tuvo lugar en Cali (Co-lombia) en el año 2010. Durante ese mismo año se conmemoró en el país el Bicentenario de emancipación de la Corona española.

Con tal motivo, fue progra-mado dentro del Congreso de la Sociedad un simposio dedicado a este tema. Las contribuciones que se presentan no provienen de

historiadores profesionales. Podría decirse más bien que presuponen sus hallazgos, y los toman como punto de partida para sus reflexio-nes. Algunas se detienen en aspec-tos puntuales neogranadinos, otras ensanchan nuestra provincia, para insertarla bien sea en un contex-to más amplio, de procesos que eran contemporáneos a sus actores primeros, o en otros que nos son contemporáneos a quienes les su-cedimos.

Jorge Ramírez NietoDirección de Investigación Sede Bogotá

Universidad Nacional de Colombia

La vigencia y continuidad de los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL) están ne-cesariamente ligadas al análisis teórico sobre las huellas que nos han dejado sus catorce versio-nes - sucedidas desde 1985 - en ciudades localizadas a lo largo y ancho del subcontinente. A partir de la identificación y el

análisis de publicaciones relacio-nadas con estos encuentros, se relevan las huellas y se decanta la información teórica que ellas guardan.

Este texto es una invitación a reflexionar sobre la incidencia de los contextos, los argumentos y las obras presentadas en el marco de los seminarios SAL.

William Mauricio BeltránCentro de Estudios Sociales (CES)

Hasta mediados del siglo XX, Colombia se caracterizó por ser una sociedad católica y conservadora. Sin embargo, desde las últimas décadas vie-ne experimentando una rápida transformación: la Iglesia cató-lica pierde influencia en todos los campos sociales –cultural, político, educativo–, al tiempo que nuevos movimientos reli-giosos –entre los que se destaca el movimiento pentecostal– le disputan los privilegios que

mantuvo a lo largo de varios siglos.

Esta obra busca compren-der las causas de este proceso y sus efectos en los diversos cam-pos sociales, particularmente en el político y el cultural. Nu-merosas preguntas orientaron la investigación: ¿qué causas impulsaron el proceso de plu-ralización religiosa y qué fac-tores políticos, económicos, demográficos, culturales están asociados a ese proceso?

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724 Cultura

La reinvenciónde la fotografíaAlberto Fernández R.,

Unimedios

La obra de Margarita Monsal-ve tiene un claro hilo conductor: la ciudad. Por cerca de tres décadas ha indagado sobre las urbes que de forma continua se han trans-formado persiguiendo la moder-nización.

Es una búsqueda que ha ido de la mano de la fotografía, como “herramienta para crear nuevas lecturas sobre el espacio”. Ella es, al tiempo, medio de expresión y cam-po de investigación. Una dualidad que ha sido esencial para construir su original lenguaje artístico.

Pero no siempre fue así. Mon-salve empezó como pintora, di-bujante y grabadora con un claro interés por las formas clásicas. Ini-cialmente se destacó con el graba-do, el cual aprendió de la mano del español Juan Antonio Roda.

Alcanzó tal dominio de estas técnicas de impresión que, dos años después de terminar sus estu-dios universitarios, ganó el Premio de Grabado del Salón Nacional de Arte del año 1976. El camino de la joven artista parecía estar delimi-tado, hasta que el azar la llevó a la fotografía.

En el año 1985 ganó el Salón de Arte e Industria y, como premio, tu-vo libre acceso a los laboratorios y al material de la empresa Kodak. Des-de ese momento, se ha dedicado a capturar imágenes con una cámara.

“Fue casual, aunque no tanto. Yo provengo de una familia de fo-tógrafos”, aclara.

Entre sus recuerdos de niñez está el laboratorio químico de su padre y las tempranas lecciones que le permitieron adquirir los co-nocimientos básicos.

Estos conocimientos, suma-dos a otros, le han permitido con el tiempo reinventar el arte de di-bujar con la luz.

La maestra de lo urbano

“Aunque estudié y trabajé en la Universidad de los Andes, no la cambio por nada del mundo”, ase-gura. Monsalve se refiere a la Uni-versidad Nacional de Colombia, a la que se vinculó como docente de la Facultad de Artes en 1987.

Y no la cambia porque es un lugar privilegiado para crecer espi-ritual e intelectualmente.

Por eso, no extraña que en la UN haya encontrado a sus mayores aliados: sus alumnos. Con varios de ellos ha emprendido muchos proyectos, de los cuales se destaca

Esta obra, que mezcla escenas urbanas de París, pertenece a la serie Estación (2001).

Pieza de la serie Tensores (2007).

el trabajo con el Colectivo Tráiler, que conformó en el año 2003.

“Indagamos sobre Bogotá y todos los cambios que están suce-diendo en busca de modernizar la ciudad. Por ellos siempre vivimos en medio de la obra y el desastre”, cuenta. La labor se tradujo en in-tervenciones del espacio público.

Estas partieron del registro fotográfico de la transformación –destrucción– de los corredores viales en donde se construyó el sis-tema de transporte masivo Trans-Milenio. Estas imágenes fueron puestas en grandes vallas, como si fueran publicidad, que ubicaron en las mismas calles para mostrar lo que antes había allí.

“Las vallas no decían nada para desconcertar a la gente. Era impor-tante señalar y poner a pensar a los bogotanos sobre esa destrucción”, dice Monsalve sobre el trabajo, ga-lardonado con la beca nacional de creación en artes visuales del Mi-nisterio de Cultura en el año 2005.

Ventanas surrealistas

“Desde la aparición de la fo-tografía, a finales de la década de los treinta del siglo XIX, la ciudad se convirtió en uno de los motivos

más frecuentes de los fotógrafos más importantes”, asegura Germán Rubiano, profesor del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UN en Bogotá.

La obra de Monsalve –que des-de 1999 trabaja con el arquitecto Juan Antonio Monsalve– se enmar-ca dentro de esa tradición. Ellos usan el video, la imagen fija y, prin-cipalmente, las cajas de fotos.

Tales cajas son como ventanas que muestran escenas surrealistas de las ciudades que los artistas han visitado. Son una interesante mez-cla de técnicas análogas y digitales.

Para empezar, observan el lu-gar, capturan muchas imágenes y seleccionan las que, a su juicio, son las más adecuadas para crear las escenas.

Luego, ejecutan un proceso de producción en el computador, a través de programas de edición, que finaliza en el laboratorio. Son fotos análogas, de sales de plata, que tienen como soporte películas transparentes.

En cuanto al ensamble de las piezas, se trata, literalmente, de cajas de madera no muy grandes (65 cm de largo, 15 cm de profundi-dad y 30 cm de alto), en las cuales se van superponiendo varias de las

imágenes. El resultado son compo-siciones complejas y rebosantes de movimiento.

Las primeras cajas tienen co-mo protagonista exclusiva a su na-tal Bogotá. En estas piezas es laten-te el tránsito de su apuesta clásica en el grabado a la pasión por la ciudad, con formas orgánicas pro-venientes de la contemplación de la naturaleza que dejan entrever un sutil interés abstraccionista.

Siguieron cajas de grandes es-pacios públicos, que cobran vida por los personajes anónimos que los recorren. “Ese transitar de la gente en lo urbano es lo que quiero plasmar”, señala la artista.

Justamente, las personas –que en principio aparecen como acto-res secundarios– son las que ha-cen posible esa sensación de mo-vimiento.

Y es en esa sensación en donde radica lo especial de las obras: “La fotografía es un evento estático en el tiempo, pero con la caja adquiere una dimensión distinta, se torna otra vez temporal. Ese tiempo, que está detenido, vuelve a aparecer”.

Así, devolviéndole el tiempo a la imagen fija, es como Monsalve reinventa este arte.

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Mezclando técnicas análogas y digitales, Margarita Monsalve crea imágenes vi-brantes en su afán por registrar el tránsito acelerado –y a veces destructor– de las ciudades hacia la modernización.