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Un ministerio fructífero "Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras" (Rom. 10:18). El 27 de julio de 2017 fuimos profundamente conmovidos por la repentina partida de nuestro amado hermano Christian Chen. Si bien es mucho mejor para él estar en la presencia del Señor, su ausencia se deja sentir entre sus consiervos y entre todos quienes fuimos (y seguiremos siendo) bendecidos por su ministerio como maestro de la bendita palabra del Señor. Tuvimos el privilegio de recibir a nuestro hermano Christian en Chile, por pri- mera vez en enero de 2003. De ahí en adelante, regresó cada año a enseñar a la iglesia, en especial a los jóvenes, hasta el año 2012, cuando, acompañado de nuestro amado hermano Stephen Kaung, entonces de 98 años de edad, vinieron a cerrar un fructífero ciclo de enseñanzas. Hoy, en la sección Legado, incluimos uno de sus mensajes de aquella “conferencia de despedida”. Agradecemos al Señor por la palabra viva que sigue fluyendo a través de Sus vasos escogidos. Necesitamos el equilibrio apostólico de combinar la edifica- ción de la iglesia con la predicación del evangelio. Nos ayudará mucho el men- saje acerca del libro de Job y su vigente aplicación a la experiencia de cada creyente. Que el corazón se fortalezca al considerar el aspecto celestial de la vida cristiana. Christian Chen (1937-2017) In Memoriam

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Page 1: Un ministerio fructífero · vasos escogidos. Necesitamos el equilibrio apostólico de combinar la edifica-ción de la iglesia con la predicación del evangelio. Nos ayudará mucho

Un ministerio fructífero

"Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra suspalabras" (Rom. 10:18).

El 27 de julio de 2017 fuimos profundamente conmovidos por la repentinapartida de nuestro amado hermano Christian Chen. Si bien es mucho mejorpara él estar en la presencia del Señor, su ausencia se deja sentir entre susconsiervos y entre todos quienes fuimos (y seguiremos siendo) bendecidospor su ministerio como maestro de la bendita palabra del Señor.

Tuvimos el privilegio de recibir a nuestro hermano Christian en Chile, por pri-mera vez en enero de 2003. De ahí en adelante, regresó cada año a enseñar ala iglesia, en especial a los jóvenes, hasta el año 2012, cuando, acompañadode nuestro amado hermano Stephen Kaung, entonces de 98 años de edad,vinieron a cerrar un fructífero ciclo de enseñanzas. Hoy, en la sección Legado,incluimos uno de sus mensajes de aquella “conferencia de despedida”.

Agradecemos al Señor por la palabra viva que sigue fluyendo a través de Susvasos escogidos. Necesitamos el equilibrio apostólico de combinar la edifica-ción de la iglesia con la predicación del evangelio. Nos ayudará mucho el men-saje acerca del libro de Job y su vigente aplicación a la experiencia de cadacreyente. Que el corazón se fortalezca al considerar el aspecto celestial de lavida cristiana.

Christian Chen (1937-2017)In Memoriam

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2 AGUAS VIVAS

EVANGELIO

Por medio de Jesús, el hombre halla el paso franco paraelevarse de su bajo estado a las hermosas alturas de Sion.

La voz que nunca yerra dice: «Sabedque vuestro pecado os alcanzará».Por lo tanto, la miseria sigue los pa-sos del trasgresor, en cumplimientode esta ley eterna. Cuando los piesse apartan del sendero del Evange-lio, solo hallan surcos sembrados dedolor. La piedad es un remanso depaz; pero el que se aparta de ella seencuentra en un mar de dificultades.

La experiencia de JacobLa experiencia de JacobLa experiencia de JacobLa experiencia de JacobLa experiencia de JacobEl caso de Jacob confirma, dolorosa-mente, esta verdad. Como un pariavagabundo marcha por un caminohosco y solitario. El viaje que tieneante él es largo y peligroso. Recuer-da con añoranza todo lo que ha deja-do atrás. Le sobrecoge un temblor alprever los males del mañana. Pero suangustia más profunda proviene deuna conciencia turbada: si abandonasu casa es porque primero ha aban-donado a Dios.

Alma, sopórtalo todo y sufre mucho,si es necesario, pero nunca te aven-tures, inducida por tretas malignas,a andar delante de la columna de fue-go y la nube. El pecado del hombreno puede acelerar los propósitos pre-determinados de Dios. Por el contra-rio, detiene la mano dispuesta a ben-decir y la arma con el azote discipli-nario.

Posiblemente nunca se ha puesto elsol estando una persona tan sombríacomo lo estaba Jacob cuando se de-tuvo en Luz. Su techo era el firma-mento, su lecho la tierra desnuda, yuna piedra áspera le bastó para apo-yar su cabeza.

Pero Jacob era, desde la eternidad,heredero de una herencia imperece-dera, que no se puede perder. Por esotenía él un amigo que se dolía con él,y cuidaba sus pasos con solicitud. Erael Señor, cuyo amor es sabiduría, y

La escalera“Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba enel cielo...” (Gén. 28:12).

Henry Law

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que guía a sus hijos a pasos difícilespara su bien, no abandonándolos enla adversidad. Esto es lo que ocurriócon Jacob, y lo que seguirá ocurrien-do mientras los santos tengan nece-sidad de ser humillados, para quedespués se levanten con seguridad.

Por fin, el sueño vence sus ojos can-sados. Pero en las vigilias de la nocheel ojo de la fe percibe, con gozo, ma-ravillosas enseñanzas. «Y he aquí unaescalera que estaba apoyada en tie-rra, y su extremo tocaba en el cielo».Ésta era una señal muy clara de Aquelque nos reconforta revelándose a Símismo.

La simiente de la mujer, la bendiciónde la tierra y el pacto con Su pueblo,quedan revelados en este significati-vo símbolo. El Redentor se presentaen su persona, su obra y su graciamaravillosa.

El patriarca descubrió que el estarlejos del hombre es estar cerca deDios. Levantándose exclamó: «Cierta-mente Jehová está en este lugar, y yono lo sabía».

Un símbolo del SeñorUn símbolo del SeñorUn símbolo del SeñorUn símbolo del SeñorUn símbolo del SeñorEsta imagen, tan llena de verdadevangélica, no se desvaneció cuandollegó la aurora. Su poder alcanza paraenseñar por todas las edades, y parahacer de todo lugar solitario un nue-vo Bet-el para un corazón peregrino.Considera bien esta escalera. Jamásha habido otra semejante en la tie-

rra. Su extensión es tal que llega aunir el mundo de la Divinidad y el delos hombres.

Nuestra morada envilecida por elpecado queda conectada a la man-sión del Eterno; apoyándose en elmismo suelo que nuestros pies man-chan, ella se alza, atraviesa los cielosy llega al mismo trono de Dios. Por lotanto es un símbolo del Señor, queaun siendo el Altísimo, es tambiénaquel que no estimó como cosa a queaferrarse el ser semejante a Dios, an-tes tuvo por sumo gozo contarse en-tre los miembros de la gran familiahumana.

Este símbolo muestra a Jesús en elmilagro de su persona: hombre sincesar de ser Dios; Dios sin rehusar serhombre. ¡Buenas nuevas son éstas!Debemos asirlas como ancla de nues-tra esperanza y luz de nuestra salva-ción.

El Jesús en quien creemos es el DiosTodopoderoso. Todo lo que la Divini-dad posee de poder, sabiduría, amory dominio ha sido suyo, y lo será portodas las edades. Nació en la eterni-dad. Su hogar es el cielo. Su potenciaes infinita. Su voluntad siempre secumple. Ha sido coronado de gloria,y el brillo de su diadema es la reden-ción de las almas. Ni aun forzando elpensamiento podemos llegar a com-prender su inmensidad. Al final deesta escalera está Jesús reinandocomo Dios viviente.

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La victoria sobrLa victoria sobrLa victoria sobrLa victoria sobrLa victoria sobre el pecadoe el pecadoe el pecadoe el pecadoe el pecadoHay que hacer observar, también, queun Salvador inferior a éste no podríahaber salvado un alma manchada depecado. Porque, ¿qué es el pecado?El pecado es un mal infinito, porqueultraja todos los atributos infinitos deDios. Por esta razón va siempre uni-do a un castigo infinito. Sus conse-cuencias son incalculables. Sube has-ta el cielo y despierta la ira divina.Desciende al infierno y enciende lasllamas inextinguibles. Es de conse-cuencias eternas. Se hace en un mo-mento, pero no se puede deshacerpor todas las edades ¿Y quién puedequitarlo? Si el hombre lo toca se vuel-ve más pecaminoso.

Los esfuerzos de los ángeles son in-útiles. Pero viene Jesús, y al derramarsu sangre desaparece el pecado. Lasangre de Jesús limpia de todo peca-do. De aquí proviene el deleite queél da al corazón redimido. El pecadorconsciente de sus iniquidades hallaen los méritos del Salvador un lugardonde enterrarlo todo.

¿Por qué hay muchos que tienen enpoco esta gran salvación, y se conten-tan con el pobre refugio que ellosmismos fabrican? Porque no saben loque es el pecado. Pero cuando el Es-píritu toca la conciencia, dejando elpecado al descubierto, ya no puedehaber paz sino en el refugio divino.Cristo, y Cristo solo, es ese refugio.Temo que para muchos todo esto seauna verdad oculta.

El símbolo de la escalera tambiénanuncia que Jesús se ha revestido connuestra naturaleza. La escalera apo-yada en la tierra representa a Jesúscomo verdadero hombre, para redi-mirnos. El hombre debe morir. Jesús,como hombre, cuelga de la cruz pararepresentarnos; y, como Dios, está allípara sustituirnos.

Su divinidad da poder al acto y suhumanidad lo confirma. La una repre-senta su absoluta suficiencia, y la otrasu perfecta idoneidad. De este modoCristo cancela la deuda y sufre todoel castigo. La maldición ha desapare-cido ya. Él es verdadero Dios. Sí, nues-tro Creador ha creado una maravillo-sa justicia. Su esposa, la iglesia, subecon esplendor inmaculado hasta eltrono de Su gloria.

DDDDDeeeeesde lo terrsde lo terrsde lo terrsde lo terrsde lo terrenal a lo celeenal a lo celeenal a lo celeenal a lo celeenal a lo celeststststst ialialialialialLos usos comunes de la escalera nospueden enseñar mucho en el acto deacudir a Jesús. Con una escalera nosdespegamos del suelo y nos elevamos

Los pies que están en laescalera ya no descansanen la tierra. El hombreque está en Cristo se en-cuentra muy por encimadel mundo.

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a las cosas que están arriba. Así tam-bién, por medio de Jesús, nuestrasalmas hallan el paso franco para ele-varse de su bajo estado a las hermo-sas alturas de Sion. El pecado, ade-más de dejarnos postrados y sin me-dios para remontarnos, abrió un abis-mo que el hombre, por sí solo, nopodía salvar. Pero cuando Jesús seinterpone, la distancia desaparece.

Sé que el deseo de tu corazón es quetus oraciones y alabanzas lleguenhasta Dios. Pues bien, confíalas a Je-sús y nada podrá detener su ascen-so. Ansías que tus lágrimas de peni-tencia y tus suspiros de dolor se oi-gan en aquel lugar donde reina lamisericordia. Entonces, gime unido aJesús y tocarás el corazón del Padre.Si te estás esforzando para que tuspalabras y tus obras glorifiquen sunombre, hazlo todo en la presenciade Jesús y nada será en vano.

¡Qué hermoso es ver aparecer todaslas esperanzas y acciones de la fe anteel trono de Dios! Sabes, también, quepronto has de morir. Encomienda tuespíritu al cuidado de Jesús y, cuan-do quede libre de esta prisión de ba-rro, se remontará, como con alas deáguila, y no se detendrá hasta trans-poner las puertas del día eterno.

PPPPPrrrrrovisión de lo alovisión de lo alovisión de lo alovisión de lo alovisión de lo altototototoPero la misma escalera también sir-ve para descender. ¿Cómo podríamosrecibir las provisiones que necesita-

mos de arriba? Solo Jesús ofrece uncamino abierto. A través de él, el Es-píritu es derramado. La luz que disi-pa nuestras tinieblas, las visiones desu amor redentor, la fortaleza paraempezar y proseguir la carrera celes-tial, y el gozo que nos reaviva, des-cienden por esta línea de unión.

Cuando el creyente se sitúa en estaescalinata, puede oír voces que leaseguran que su iniquidad ha sidoperdonada, y su alma salvada. Éste esel camino por donde las promesas lle-gan hasta su mano, y las respuestasle demuestran que sus oraciones hansido escuchadas. ¿Cómo podremosbendecir lo suficiente a ese Jesús queune a un pueblo bendito con un Diosbendecidor?

Lector, este tema es personal y prác-tico. ¿Aprecias debidamente y utili-zas a diario esos escalones venidosdel cielo? El significado de esa pre-gunta es: ¿Estás unido, por fe, a Je-sús? La fe es el ojo que ve esa escale-ra, la mano que la toca y los pies quenos hacen subir. Para saber si el Espí-ritu te ha revelado lo que para Jacobfue nueva vida, hay una prueba sen-cilla: ¿Eres capaz de pisotear el mun-do con sus pasiones, sus costumbresy sus principios? Los pies que estánen la escalera ya no descansan en latierra. El hombre que está en Cristose encuentra muy por encima delmundo. «No son del mundo, comotampoco yo soy del mundo».

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Una vida ascendenteUna vida ascendenteUna vida ascendenteUna vida ascendenteUna vida ascendenteAún hay otra prueba: ¿Vives una vidaascendente? El creyente va subiendo,paso a paso, de bendición en bendi-ción. No puede haber crecimiento entanto que nuestros afectos nos atenal fango. Hay que ser completamen-te de Cristo, o no se puede ser enabsoluto.

Ese ascenso requiere un esfuerzo. Loscristianos tienen cada nervio en ten-sión. Corren una larga carrera, inago-tables. Luchan en oración. Su celo flu-ye como la marea del océano. No secansan de buscar en la mina de laVerdad, y de esparcir las riquezas queencuentran. Es como si invadiesen elcielo con santa violencia. Lector, sieres un haragán o un perezoso soño-liento, temo por ti. Cristo trabajó enla tierra, y Cristo trabaja en los cie-los. Tal como es la cabeza, así han deser los miembros; tal como es el Se-ñor, así han de ser los siervos.

Ten cuidado, también, de las escale-ras falsas. Satanás ha preparado mu-chas. Tienen una forma atractiva,parecen alcanzar el cielo. Pero, en

realidad, su extremo apunta al infier-no. Sus escalones están podridos y sequiebran con facilidad. Solo hay unaescalera de salvación: Cristo Jesús.

Creyente: has profesado estar en esaescalera. Está firme; vigila y ora. Hahabido quienes parecían subir bien ycayeron estrepitosamente. El resba-lón más peligroso es el que se dacuando casi se ha llegado a la cima.Si sabes que has caído, levántate yadora a Dios para que tu vida prosi-ga. Levántate y suplica misericordiapara volver a ascender.

Pecador: tú no sabes nada de estecamino a Dios. En este momento teencuentras alejado. ¿Cómo podrásresistir el estar alejado para siempre?Escucha, y que el Espíritu bendigaesta última palabra. Hay una Escale-ra para apartarse de cada pecado yde cada dolor terrenal. Pero no hayescalera para escapar de la paga delpecado. No había escalones para queel hombre rico se acercara al seno deAbraham. No hay salida por dondeJudas pueda huir de su prisión.

De El Evangelio en el Génesis

Una madre noble

En la historia de la madre de John Wesley vemos un ejemplo perfectode total consagración al llamado de Cristo y a la dulce voluntad de Dios.Cuando le fue pedido su consentimiento para que su hijo viajara deInglaterra a los Estados Unidos, ella respondió con estas nobles palabras:«Si yo tuviese veinte hijos, me regocijaría si ellos pudiesen ser usadosde esta forma, aunque yo nunca más volviese a verlos».

Á Maturidade

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TEMA DE PORTADA

Redescubriendoel Evangelio

Una nueva etapa en la vida de la iglesia comienza cuandoella reencuentra y asume el anuncio del evangelio.

Rodrigo Abarca

El apóstol Pablo recibió un encargo fundamen-tal respecto a la edificación de la iglesia. La car-ga específica de su ministerio fue la revelacióndel cuerpo de Cristo y su edificación.

Pero, a la vez, nadie tuvo un encargo tan pro-fundo y determinante como él respecto a la pre-dicación del evangelio. Son dos cosas que ibanjuntas en la vida del apóstol, y él procuró cum-plir ambos encargos, derramando su vida hastael final.

En la Escritura, ambas cosas van siempre de lamano, y no deben separarse. Eso está magistral-mente ejemplificado en la vida del mismo Pa-blo. Es por medio del evangelio que nace la igle-sia, y es también por medio de él que ella seedifica. El evangelio está en el corazón de la exis-

Pues si anuncio el evangelio, no tengo por quégloriarme; porque me es impuesta necesidad;y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! … Atodos me he hecho de todo, para que de to-dos modos salve a algunos. Y esto hago porcausa del evangelio, para hacerme copartí-cipe de él”.

– 1a Cor. 9:12-23.

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tencia de la iglesia. En Efesios, la car-ta donde Pablo nos habla de la igle-sia de manera tan profunda, él in-troduce el evangelio, mostrandocómo éste hace posible el nacimien-to de la iglesia.

Aquel propósito eterno que Diostuvo en la eternidad y que incluye ala iglesia, solo se pudo realizar por-que Cristo murió por nosotros. «Y élos dio vida a vosotros, cuando esta-bais muertos en vuestros delitos ypecados» (2:1). Estábamos perdi-dos, sin esperanza. Esta es la descrip-ción de nuestra vida. «Pero Dios, quees rico en misericordia, por su granamor con que nos amó … nos diovida» (v. 4). Este es el evangelio.

La buena notLa buena notLa buena notLa buena notLa buena noticiaiciaiciaiciaicia«Pues si anuncio el evangelio, notengo de qué gloriarme; pues me esimpuesta necesidad; y ¡ay de mí sino anunciare el evangelio!» (1a Cor.9:16). Pablo dice estar bajo una obli-gación por la cual tiene que darcuenta. ¿Tenemos nosotros esa per-cepción de nuestra responsabilidadcon el Señor en el evangelio?

Esto no es algo que Pablo haga a lafuerza, sino de buena voluntad. Todosu corazón está aquí; no es una obli-gación, sino su respuesta al granamor de Cristo. «A todos me he he-cho de todo, para que de todos mo-dos salve a algunos. Y esto hago por

causa del evangelio, para hacermecopartícipe de él» (v. 23). Pablo seidentifica a tal punto con el evange-lio, que se hace parte de éste, parapoder llegar a todos.

No podemos decir que toda la Bibliasea el evangelio, ni aun que todo elNuevo Testamento sea el evangelio.Es algo más específico. La palabraevangelio significa anuncio, noticiaque se pregona en voz alta.

Los griegos usaban esa expresión enel siguiente contexto. Imaginemosuna ciudad sitiada. La ciudad envíasu ejército para defenderse, y losdemás moradores se quedan allí,sumamente angustiados. El destinode la batalla es incierto; el invasorparece invencible. Pero, contra todopronóstico, éste es derrotado. En-tonces, un hombre corre desde elcampo de batalla hasta la ciudad,voceando la buena noticia por lasplazas y las calles. Este es el sentidode la palabra evangelio.

El evangelio es una noticia que noviene de los hombres, sino del cielomismo. Por eso, cuando Pablo co-mienza Romanos, la carta del evan-gelio, dice: «Pablo, siervo de Jesu-cristo, llamado a ser apóstol, apar-tado para el evangelio de Dios, queél había prometido antes por susprofetas en las santas Escrituras,acerca de su Hijo» (vv. 1-3).

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El anuncio del evangelio es acercade Cristo. Éste no dice que nosotrosdebemos hacer algo para ganar elfavor de Dios, sino que Dios ha he-cho algo a nuestro favor.

La condición del hombrLa condición del hombrLa condición del hombrLa condición del hombrLa condición del hombreeeeeNosotros estábamos perdidos, peroDios envió a su Hijo, y él nos salvó,muriendo en la cruz y resucitandode entre los muertos por todos no-sotros. Esta es la buena noticia. Yesta salvación está disponible paratodo aquel que cree y pone su con-fianza en Cristo. Pablo dice: «No meavergüenzo del evangelio, porque espoder de Dios para salvación» (Rom.1:16).

¡Cuán perdidos estábamos todosnosotros! En Romanos 1:18, Pablohabla de la condición del hombrecaído, y nos dice que no hay diferen-cia, puesto que cualquiera sea el ca-mino que los hombres tomen paratratar de salir de su situación, ésteserá infructuoso.

Los hombres han inventado todotipo de dioses y de religiones, peroningún ídolo, ni las religiones, ni lamisma ley moral, han podido salvar-los. Porque, en todos esos caminosestá el esfuerzo del hombre caídotratando de conseguir su salvación.No importa cuántos intentos haga,nunca podrá salir del lugar en quese encuentra.

EvEvEvEvEvangelio y aangelio y aangelio y aangelio y aangelio y avivvivvivvivvivamientoamientoamientoamientoamientoMartin Lloyd-Jones, el famoso pre-dicador británico del siglo XX, en sulibro Avivamientos, dice: «Todo avi-vamiento en la historia de la iglesiacomienza cuando la iglesia redescu-bre el evangelio».

En tiempos de Lutero, todos se es-forzaban en hacer buenas obras,buscando ser amados por Dios.Lutero era uno de ellos, tratando deagradar a aquel Dios tan exigenteque parecía estar perpetuamente ai-rado contra la raza humana.

Un día, Lutero peregrinó a Roma. Allíhabía una enorme escalinata de másde cien escalones. Y se decía queaquel que subiera de rodillas, rezan-do, al llegar arriba, obtendría el per-dón de sus pecados. Él lo intentó, ycuando ya casi lo lograba, de pron-to, un versículo atravesó su mente:«Mas el justo por la fe vivirá» (Rom.1:17). Entonces, un nuevo día co-menzó para la historia de la huma-nidad, porque aquel hombre redes-cubrió el poder eterno del evange-lio. Todo esfuerzo no sirve de nada,porque Dios me perdona gratuita-mente, si creo en su Hijo Jesucristo.

En Inglaterra, en el siglo XVIII, la igle-sia había caído en un estado de frial-dad espiritual. El evangelio se habíaconvertido en una doctrina seca, sinvida, en mera discusión teológica.

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Ellos creían que solo confesar el cre-do correcto era suficiente para sersalvos. Todo estaba muerto. La de-pravación moral en Londres, una ciu-dad que había perdido de vista elevangelio, era inconcebible.

Puede haber una confesión correc-ta del evangelio sin una realidad enel corazón. En ese tiempo, un grupode estudiantes de Oxford se reuniópara buscar la salvación mediante unriguroso método de santidad. Porello, fueron llamados metodistas.Allí estaban John y Charles Wesley,y George Whitefield. Por cinco años,ellos lucharon en vano. Finalmente,los hermanos Wesley fueron comomisioneros a los Estados Unidos;pero su evangelio era un legalismode obras. Nadie se convirtió, y vol-vieron derrotados a Inglaterra.

Durante la travesía por el Atlántico,el barco fue azotado por una terri-ble tormenta, a tal punto que temie-ron por sus vidas. Pero había a bor-do un grupo de hermanos moravosque cantaban en medio de la tem-pestad. Y eso les impresionó. Aque-llos hermanos tenían una fe queJohn Wesley no poseía. Todos susesfuerzos por ser santo no se podíanigualar a aquella fe.

Los hermanos lo invitaron a una desus reuniones en Londres. En eselugar, un pastor predicó utilizando el

comentario de Lutero a la carta a losgálatas. Wesley dice: «Mientras oíael evangelio, por primera vez en mivida (predicado como debe serlo),un calor ardiente invadió mi corazón,y esa noche nací de nuevo».

El avivamiento metodista cambió lahistoria de Inglaterra, y alcanzó a losEstados Unidos. Whitefield cruzó elAtlántico para predicar el evangeliodel nuevo nacimiento. Ese era suénfasis: el evangelio no es solo unconcepto mental o doctrinal, sinouna vida nueva que Dios nos da des-de el cielo y que nos transforma.

Significados del eSignificados del eSignificados del eSignificados del eSignificados del evvvvvangelioangelioangelioangelioangelioEn la Escritura hay muchas manerasde anunciar el evangelio, porqueéste afecta a todas las dimensionesde la vida humana. Todas ellas tie-nen un común denominador, dadopor la palabra «sustitución».

Todos nosotros teníamos que pelearuna batalla contra enemigos inven-cibles. Recordemos a Goliat, ese gi-gante temible que desafía a los ejér-citos de Israel. Esa es la condición detodo hombre. Somos acechados porel poder del pecado, la muerte y lacondenación, gigantes invencibles.

Pero un joven llamado David, solo,lo enfrenta y lo vence por todo elpueblo. ¡Eso hizo Cristo por noso-tros! Él derrotó las fuerzas del peca-

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do, de Satanás y de la muerte, y nosdio su victoria a todos nosotros.

Hay otra manera en que la Escriturahabla del evangelio. Nosotros tenía-mos una deuda impagable, por cuyacausa habíamos terminado comoesclavos. En la antigüedad, cuandoalguien no podía pagar sus deudas,se vendía a sí mismo como esclavo.Pero el Señor vino, pagó nuestradeuda con su propia sangre y noshizo libres. ¡Bendito es el Señor!

Otra forma en que la Biblia nos cuen-ta el evangelio: Nosotros éramosreos de muerte, porque habíamospecado y ofendido al Dios santo.Solo merecíamos la justa ira de Dios.Pero, en la hora de la sentencia, demodo inconcebible, el mismo Juezse puso en pie, se despojó de su dig-nidad y descendió hasta nosotros,tomando nuestro lugar. La vara dela ira de Dios, con todo el peso delcastigo por el pecado, cayó sobre él.

Cristo fue castigado por mí, para queyo fuese declarado justo y sin peca-do. ¡Eso es el evangelio!

Un rico que se hizo pUn rico que se hizo pUn rico que se hizo pUn rico que se hizo pUn rico que se hizo pobrobrobrobrobreeeeeEl conde Zinzendorf, uno de los hom-bres más ricos de Alemania, fue usa-do por Dios para iniciar el avivamien-to moravo, que después alcanzó aJuan Wesley. Zinzendorf fue tocadopor el movimiento pietista, que en-

señaba la necesidad de un encuen-tro real y profundo con el Señor.

Zinzendorf se convirtió al Señorcuando tenía diez años. Un día, élfue de visita a un castillo donde seexhibía un cuadro famoso, que re-presentaba a Cristo crucificado, acuyos pies se leía esta frase: «Todoesto hice por ti. ¿Qué has hecho túpor mí?». El niño se detuvo ante elcuadro y permaneció horas allí ensilenciosa contemplación, mientrassu familia hacía otras cosas.

Después de esa experiencia, estehombre cambió para siempre. Mástarde, en sus propiedades, recibió atodos los refugiados que huían de laspersecuciones religiosas en Europa,en una villa llamada Herrnhut. Allíse inició el avivamiento moravo.

Zinzendorf tenía grandes riquezas,pero cuando ya era anciano, los her-manos descubrieron que estaba enquiebra y reunieron una ofrendapara pagar sus deudas y sostenerlohasta el fin de sus días. ¡Había gas-tado toda su fortuna por causa delevangelio de Jesucristo!

Esto nos recuerda lo que dice Pablo:«Porque ya conocéis la gracia denuestro Señor Jesucristo, que poramor a vosotros se hizo pobre, sien-do rico» (2a Cor. 8:9). Eso es el evan-gelio. ¡Cuán grande es la salvaciónque Dios nos dio!

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No eNo eNo eNo eNo es ps ps ps ps posible prosible prosible prosible prosible predicar el eedicar el eedicar el eedicar el eedicar el evvvvvangelio sin unangelio sin unangelio sin unangelio sin unangelio sin uncorcorcorcorcorazón lleno de compazón lleno de compazón lleno de compazón lleno de compazón lleno de compasión pasión pasión pasión pasión por aquellos aor aquellos aor aquellos aor aquellos aor aquellos a

quienequienequienequienequienes se prs se prs se prs se prs se predica.edica.edica.edica.edica.

Una fábrica de ídolosUna fábrica de ídolosUna fábrica de ídolosUna fábrica de ídolosUna fábrica de ídolosLos hombres intentan hallar otrasformas de salvación. En Romanos1, Pablo habla de cómo los hombresdetienen con injusticia el conoci-miento de Dios, fabricando ídolosque sustituyen al Dios verdadero.

Isaías 44 nos muestra la figura de unhombre que va y corta un árbol enel bosque. Luego, usa parte del leñopara hacer fuego, cocinar y calentar-se, «y hace del sobrante un dios, unídolo suyo; se postra delante de él,lo adora, y le ruega diciendo: Líbra-me, porque mi dios eres tú» (v. 17).La condición del hombre es deses-perante. «¿Quién me salvará?».

Usted puede llegar a ser su propioídolo. Puede que haya sido salvohace dos, cinco o diez años; peroluego empieza a poner su confianzaen otras cosas: una vida moralmen-te recta, su estudio de la Escritura,su disciplina para buscar al Señor.Son cosas buenas, necesarias, perose pueden convertir en ídolos, si re-emplazan al Señor en el corazón.

El evangelio tiene que estar siendopredicado constantemente en laiglesia, porque los ídolos del corazónnos acechan día tras día. Aun el co-nocimiento bíblico o la doctrina co-rrecta se pueden convertir en unídolo que sustituya al Señor.

La humanidad está amenazada porpoderes que la superan completa-mente. La enfermedad, la guerra, elhambre, las catástrofes naturales.Pero los hombres, en lugar de bus-car al único que puede salvarlos,acuden a sus ídolos. Por eso, el pri-mer mandamiento divino es: «Notendrás dioses ajenos delante de mí»(Éx. 20:3). Con razón, Lutero afirmó:«El corazón humano es una fábricade ídolos».

La salvLa salvLa salvLa salvLa salvación de Diosación de Diosación de Diosación de Diosación de DiosEn el cuadro final de la historia hu-mana, en Apocalipsis 7, ¿qué procla-ma aquella multitud que represen-ta a la iglesia procedente de todaslas naciones? ¿Quién es el único quepuede salvarnos eternamente? «Lasalvación pertenece a nuestro Diosque está sentado en el trono, y alCordero» (9-10). No hay salvación ennadie más.

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Un ídolo es un dios falso. Es algo quepuede ser bueno, pero que pone-mos en el lugar de Dios y le damostoda nuestra confianza, esperandoque le dé significado final a nuestravida. Pero luego nos falla y nos des-truye, porque «la salvación pertene-ce a nuestro Dios».

La misión de la igleLa misión de la igleLa misión de la igleLa misión de la igleLa misión de la iglesia: irsia: irsia: irsia: irsia: irEsa es la historia del evangelio. No-sotros no fuimos a él, sino que élvino hasta donde estábamos perdi-dos. No fue la oveja perdida quiense acercó al Señor; sino que él fue,la encontró, la rescató y la puso so-bre sus hombros.

Entonces, ¿debemos esperar que laspersonas busquen al Señor, o tene-mos que ir por ellas? Podemos en-cerrarnos en nuestra comunión,para hablar del Señor y regocijarnosen él. Pero esas personas no oiránla palabra del evangelio. Por eso, elprimer aspecto del evangelio es ir.

Jesús vino a una tierra lejana; cruzóla mayor distancia imaginable, aque-lla que separaba el cielo de la tierra(la santidad eterna de Dios, del pe-cado y la corrupción humana), parallegar hasta nosotros. Por eso Pablodice: «Me hago partícipe del evan-gelio; voy donde los que están per-didos, los que necesitan el evange-lio. Yo voy, porque eso hizo Cristo portodos nosotros».

IdentIdentIdentIdentIdentificación con el pecadorificación con el pecadorificación con el pecadorificación con el pecadorificación con el pecadorCristo no solo vino a esta tierra, sinoque se identificó con nosotros. Novino vestido de la gloria de su santi-dad. Él se hizo como uno de nosotros.Dios mismo tuvo ojos de carne, pasósus días como los pasa el hombre,caminó por nuestras calles, usó nues-tro lenguaje, vistió nuestra ropa ycomió nuestra comida. Cristo se hizocomo uno más entre nosotros.

Pablo dice: «A todos me he hecho detodo». ¿Qué quiere decir con ello?Que, por causa del evangelio, él seha identificado con la cultura de loshombres, en cuanto ésta no sea pe-caminosa u ofensiva contra Dios.

En el siglo XIX, el Señor puso en elcorazón del hermano Hudson Taylorque fuese a China a predicar el evan-gelio. El gobierno chino solo permi-tía a los misioneros predicar en lasciudades costeras, pero les impedíaingresar al interior del país. Los chi-nos miraban a los occidentales comouna cultura inferior, en tanto que lasuya era una cultura milenaria. No lesinteresaba oír el evangelio; además,a juicio de los chinos, los misionerosse vestían de una manera ridícula.

Hudson Taylor llegó a China, y vien-do que nadie escuchaba, decidiócambiar de estrategia. El Señor lemostró que debía hacerse chinopara llegar a ellos. Él cambió su ropa

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occidental por una túnica especial,propia de un maestro chino. Así, lagente identificaba a los maestros, ylos oía. Y no solo eso, sino que losmaestros, como señal de dignidad,usaban una trenza larga. Entonces,Hudson Taylor se puso una trenza, yasí salió. Como resultado, el interiorde China se abrió para el evangelio.Producto de ello, surgió más tardela obra de Watchman Nee.

Un mUn mUn mUn mUn mundo en crisisundo en crisisundo en crisisundo en crisisundo en crisisEl evangelio requiere que empatice-mos con aquellos a los cuales predi-camos. Hoy, el mundo ha cambiado.La sociedad no es la misma de haceaún unos veinte o treinta años atrás.En Occidente, durante los últimosmil años, hubo una cultura semi cris-tiana dominante. Todos, cristianos yno cristianos, consideraban que lasideas y valores esenciales del cristia-nismo eran buenos y correctos.

A principios del siglo XX, era posibleencontrar un ateo que compartía losmismos ideales morales cristianosdel matrimonio, de la familia, de lavida honesta. Durante mil años, lacivilización occidental se levantó so-bre los pilares de la cosmovisiónjudeocristiana. En muchos sentidos,la historia y la conducta de las na-ciones no eran cristianas; pero com-partían una cosmovisión cristianadel mundo.

Una cosmovisión es una visión de loque es correcto y cuenta como rea-lidad en una cultura. Pero, en Fran-cia, en los siglos XVII y XVIII surgió elIluminismo o Racionalismo, quecuestionó radicalmente la cosmovi-sión cristiana del mundo. En sus ini-cios, este movimiento alcanzó soloa una élite intelectual, mientras lagran masa del pueblo siguió vivien-do según los valores cristianos.

Cuando Dios eCuando Dios eCuando Dios eCuando Dios eCuando Dios es excluidos excluidos excluidos excluidos excluidoEse fue el comienzo de una cosmovi-sión secular, que excluye a Dios dela vida humana, relativiza por com-pleto los valores morales y los con-vierte en asunto de preferencias,sentimientos y emociones subjeti-vas. Ya no hay verdades absolutas,salvo aquellas que la razón humanacomprueba a través de la ciencia.

G.K. Chesterton dice que, cuando laspersonas dejan de creer en Dios, nosignifica que no crean en nada, sinoque están dispuestas a creer en cual-quier cosa. El corazón del hombre esreligioso, porque fue hecho paraDios. Cuando ya no creemos en él,buscamos un sustituto, que nos désentido y valor, y que salve la vidahumana. Los intelectuales de aqueltiempo pensaron que podían reem-plazar a Dios por la razón. La razóntraería prosperidad, justicia y paz;ella salvaría a la raza humana.

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Esto tuvo consecuencias desastro-sas. En el siglo XX, esa visión se fil-tró desde la élite hacia los camposde la educación, las leyes, la políti-ca, el gobierno, los medios, en todoel mundo occidental. Esta visiónsecularizada excluye a Dios de la vidahumana pública y convierte a la feen un asunto meramente privado.Los cambios culturales son lentos;ocurren a través de muchos años. Yhoy estamos sintiendo el efecto deeste cambio gigantesco en la histo-ria humana.

Cuando los apóstoles salieron a pre-dicar el evangelio a los gentiles, seencontraron con un mundo que, enmuchos sentidos, se parece al ac-tual. Una cultura gobernada porideas que no tenían nada que vercon el evangelio. Era necesario pre-dicar a gente que nunca había oídosiquiera que existiera un solo Dios.¿Cómo hablar a alguien que no cree,y que, mucho menos entenderíaalgo sobre Cristo? El mundo actualse parece a aquel antiguo, porquehoy muchas personas ya no compar-ten la visión cristiana.

Hace unos 30 años, cuando algunoscomenzamos a predicar el evange-lio, ¿cuál era el énfasis de nuestromensaje? En esos días, la mayoríacreía que hay un Dios, que existe elpecado, y, en consecuencia, habíaque decirles que no era por sus

obras que podrían ser salvos, sinosolo por la fe en Cristo. Si se les de-cía: «Si tú crees en él, serás un hijode Dios», respondían: «¡Pero si to-dos somos hijos de Dios!». Sin em-bargo, hoy nadie más diría algo así.

Un nueUn nueUn nueUn nueUn nuevvvvvo eo eo eo eo escenarioscenarioscenarioscenarioscenarioHoy predicamos a un mundo que notiene noción de Dios, ni de la Escri-tura, ni comparte nuestra cosmovi-sión. ¿Cómo hablarles? En las redessociales se puede comprobar cómomuchos cristianos están asustados,porque no vieron venir el cambio.

De pronto, una ola gigante de trans-formación cultural y moral, como untsunami devastador, se nos vinoencima y no sabemos qué hacer.

Una generación entera de jóvenes,los llamados millennials, de 30 añoshacia abajo, piensan de la vida y delmundo con ideas totalmente distin-tas, inculcadas por muchos años encolegios, universidades, y medios decomunicación altamente seculariza-dos Entonces, ¿qué puede hacer laiglesia? Veamos qué hizo el apóstolPablo en un contexto similar.

PPPPPablo en Atenasablo en Atenasablo en Atenasablo en Atenasablo en AtenasPablo llegó a Atenas, a un mundoque era en muchos sentidos comoel nuestro. Él quiso identificarse conel evangelio y se esforzó por conec-tar con la cultura de sus oyentes.

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«Mientras Pablo los esperaba enAtenas, su espíritu se enardecía vien-do la ciudad entregada a la idola-tría» (Hech. 17:16). Este es un pro-blema antiguo. ¿Cuáles son los dio-ses falsos de nuestra cultura actual?Las personas creen hoy, por ejem-plo, que vivir de acuerdo a sus pro-pios sentimientos o sus deseos, li-bres de restricciones, los salvará.

«Así que discutía en la sinagoga conlos judíos y piadosos, y en la plazacada día con los que concurrían» (v.17). He aquí algo importante sobrecómo predicar el evangelio, porqueuna de las actitudes de la iglesia, alo largo de la historia, ha sido escon-derse ante el peligro o la amenaza.

«Vosotros sois la luz del mundo; unaciudad asentada sobre un monte nose puede esconder» (Mat. 5:14). En-tonces, ¿por qué queremos escon-dernos? El Señor quiere que la luzdel evangelio, que él le dio a la igle-sia, alumbre a todos los hombres.

Pablo fue a la plaza pública. No setrata la plaza de hoy día, donde ve-mos tan poca actividad. Era el ágo-ra, el lugar central de la vida urba-na. Allí se hacían los negocios, se ad-ministraba la justicia, se oían las no-ticias importantes.

La manera de comunicar las ideasera ir allí y vocearlas. Pablo no tuvomiedo. Allí estaban los intelectua-

les que dominaban el pensamientode la época, y les habló del evange-lio de Cristo. ¡Porque, tanto ayercomo hoy, sigue siendo verdad queel único que salva es el Señor!

Conociendo a los hombrConociendo a los hombrConociendo a los hombrConociendo a los hombrConociendo a los hombreeeeesssss«Pablo discutía». Aquí, discutir no esgritar más fuerte para ver quién tie-ne la razón. No, porque así se pue-de ganar una discusión y perder a lapersona con la que se discute. Pa-blo «razonaba con argumentos»,según el vocablo griego que se usaaquí. Él iba preparado.

A veces tenemos la idea de que, parapredicar, lo único que debemos ha-cer es anunciar mecánicamente elevangelio: «Usted es un pecador;necesita arrepentirse. El Señor Jesúsmurió por usted; crea, y será salvo».Pero, esto no es suficiente para quelas personas crean. Pablo argumen-tó con razones comprensibles y plau-sibles para sus oyentes, porque pri-mero se dio el trabajo de entender-los bien.

Esta es una tarea fundamental, quela iglesia no ha considerado. Es poreso que la ola nos golpea de frente.Todo este proceso de secularizaciónacelerado nos asusta, porque no loentendemos. Sin embargo, los cre-yentes deberíamos entender a losno creyentes aun mejor de lo queellos se entienden a sí mismos.

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El Señor sabía lo que había en el co-razón de los hombres. Así tambiénPablo; él predicaba a los judíos conlas Escrituras, y cuando hablaba a losgriegos, los entendía. Conocía susdebilidades, pero también los anhe-los más profundos de sus corazones.

¿Qué es lo que buscaban los griegossobre todas las cosas? ¿Cómo creíanellos que se salvarían a sí mismos?Su ídolo era la sabiduría. Por eso in-ventaron la filosofía, que es el amora la sabiduría. Ellos creían que elconocimiento filosófico los salvaría,poniéndolos por encima los avata-res y las tragedias de la vida huma-na. Por ello, Pablo escribe: «Los grie-gos buscan sabiduría» (1 Cor. 1:22).Él entendía a aquellos a quienes es-taba hablando, y les anunciaba aCristo, la verdadera sabiduría deDios que salva a los hombres.

La actLa actLa actLa actLa actiiiii tttttud del mud del mud del mud del mud del mensajerensajerensajerensajerensajeroooooEn primer lugar, Pablo empatizó conlos griegos. A veces, nosotros predi-camos el evangelio, pero como mo-lestos con los no creyentes, sin es-forzarnos por entenderlos, pero rá-pidos en condenarlos. Anunciar elevangelio requiere identificarse conaquel a quien se habla; claro que sinhacerse parte de sus pecados.

Cuando Pablo vio la ciudad entrega-da a la idolatría, «su espíritu se enar-decía». Esto no significa solo indig-

narse. Enardecerse es asumir el celodel Señor, pero al mismo tiempo lle-narse de compasión. No es posiblepredicar el evangelio sin un corazónlleno de compasión por aquellos aquienes se predica.

«Pablo, puesto en pie en medio delAreópago, dijo: Varones atenienses,en todo observo que sois muy reli-giosos» (Hech. 17:22). Lo primeroque hace, es enfocar la atención enla religiosidad de ellos. Él había vis-to la ciudad entregada a la idolatría,pero no se los reprocha. Podríahaberlo hecho, era verdad, pero allíhabría terminado su mensaje. PeroPablo va a lo que está detrás, al an-helo profundo de cada ser humanopor ser salvo.

NeceNeceNeceNeceNecesidadesidadesidadesidadesidades del hombrs del hombrs del hombrs del hombrs del hombreeeeeEl trasfondo de esto es algo que tie-ne que ver con la manera en queDios nos diseñó. Todos nosotros ne-cesitamos ser amados. Y lo únicoque puede darnos real aceptaciónpara siempre es el evangelio. Poruna parte, éste nos dice que somosmás pecadores y corruptos de lo quejamás nos atrevimos a pensar; perotambién nos dice que somos másamados de lo que jamás pudimossoñar.

Somos amados por el Ser más im-portante del universo. ¿No puedeesto curar para siempre toda duda

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del corazón humano? ¿No puedesanar esto la soledad y el sentimien-to de rechazo más grande? El evan-gelio puede salvar mucho más alláde lo que cualquier ley moral puedahacer por los hombres.

Pablo quiso decirles: «Ustedes bus-can mal en sus ídolos, pero hay algoallí. Ese Dios no conocido que uste-des buscan, y no encuentran, no esun ídolo, sino el único Dios que creótodo lo que existe. Ese Dios que lesanuncio, les ama. Él es quien traesalvación eterna en su Hijo Jesucris-to». Y ese evangelio capturó de talmanera el corazón del mundo anti-guo que, después de varios siglos,se convirtió a Cristo.

DimDimDimDimDimensioneensioneensioneensioneensiones del ms del ms del ms del ms del mensajeensajeensajeensajeensaje¿Qué tenemos que decir al mundo?Lo mismo que se dijo hace dos milaños. Pero debemos cuidar de de-cirlo de manera que las personasentiendan exactamente lo que esta-mos diciendo, y no otra cosa.

Por eso, cuando predicamos el evan-gelio, como lo hacía Pablo, en pri-mer lugar, este tiene que ser inteli-gible. Las personas deben entenderlo que hablamos. ¿Y cómo se puedehacer esto? Como Jesús, hablandoun lenguaje que todos comprendan.Usted puede usar un lenguaje teo-lógico, pero aquellos que están afue-

ra no entienden ese lenguaje. Elevangelio debe ser predicado a sa-bios y a no sabios; Esto es, debe serentendido por el más sabio y tam-bién por el más ignorante, porqueel evangelio es para todos.

En segundo lugar, el mensaje tieneque ser creíble. Tenemos que predi-car de manera de remover todos losobstáculos, las ideas y las fortalezasque se oponen al evangelio en lamente y el corazón de los hombres.

Además, tiene que ser plausible enel contexto de vida de las personas.No debe sonar a algo extraño, sinoque debe conectarse con las nece-sidades más profundas de la culturay el alma humana.

Finalmente, el evangelio tiene queser visible en sus consecuencias. Yano es suficiente que prediquemos elevangelio y nos desentendamos desus resultados. El mundo necesitaver las consecuencias del evangelioen la vida de la iglesia: qué significaser salvos y cómo el ser salvos nostransforma en algo mejor. Fuimosllamados a ser columna y baluartede la verdad. El evangelio es la ver-dad que tenemos, pero la columnaque lo levanta y lo hace visible es laiglesia. Que el Señor nos ayude.Amén.

Síntesis de un mensaje oral impartido enTemuco (Chile) en Agosto de 2017.

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TEMA DE PORTADA

Los primeros libros de cada sección del AntiguoTestamento son libros fundamentales. Génesises el libro básico en el Pentateuco; Josué, en lasección histórica; Job, en la sección poética, eIsaías, en la sección profética. Estos primeros li-bros contienen todos los conceptos de los res-tantes, las semillas o verdades más esenciales.

En la sección poética, tenemos a Job como ellibro básico. Sin Job, no tendríamos Salmos, notendríamos alabanza y adoración. ¿Cuál es lalección clave en este libro? A menudo, en losestudios sobre Job, vemos: «el problema delsufrimiento», «el sufrimiento del inocente», ycosas afines. Pero ese no es el tema. El proble-ma del sufrimiento del justo es mencionadoaquí, pero ésa no es la clave.

Sufrimiento y filiación

A través del dolor, Dios operó en Job una mudanza decautiverio.

Romeu Bornelli

Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; yera este hombre perfecto y recto, temerosode Dios y apartado del mal … y era aquel va-rón más grande que todos los orientales ...De oídas te había oído; mas ahora mis ojoste ven. Por tanto me aborrezco, y me arre-piento en polvo y ceniza”.

– Job. 1:1-3; 42:5-6.

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La clave del libro de Job está en unapalabra: Filiación. El propósito deDios al obrar en Job era una plenafiliación o madurez espiritual. Si nosperdemos en los sufrimientos –aunen el sufrimiento del justo– no en-tenderemos. Lo que Dios obra aquíes lo que él hace en las vidas deaquellos que pertenecen a él.

La filiaciónLa filiaciónLa filiaciónLa filiaciónLa filiaciónJob es el mayor poema de la Biblia.Si la esencia del libro fuese el sufri-miento, no habría cuarenta capítu-los de poesía. Él énfasis es la plenafiliación. ¿Cómo Dios puede escribirtal poema? Los ojos naturales vensufrimiento tras sufrimiento; mas,los ojos espirituales ven filiación ymadurez espiritual, «el premio delsupremo llamamiento de Dios enCristo Jesús» (Flp. 3:14).

La palabra que Pablo usa aquí para«supremo», significa ascensional. Alfinal de su trabajo en Job, Dios lehabla en medio de un torbellino. Eltorbellino siempre actúa desde aba-jo hacia arriba; elevando algo a unnivel superior. Por eso, Dios hablócon Job desde un torbellino.

Los dos primeros capítulos del libroson prosa narrativa. A partir del ca-pítulo 3, comienza la poesía. El es-crito es poético hasta Job 42:5-6,que dice: «De oídas te había oído;mas ahora mis ojos te ven. Por tan-

to me aborrezco, y me arrepiento enpolvo y ceniza». Aquí termina la sec-ción poética. Al final, desde 42:7,hay otra sección breve en prosa, quenarra lo que pasó después con lavida de Job.

La gran lección en el libro de Job, lafiliación, es que Dios hará una mu-danza de cautiverio en Job, y estoes central en el libro. Job vivía en elcautiverio del yo; y él sería traslada-do al cautiverio de Cristo. Una mu-danza drástica, un cambio profundoen el corazón; por eso, Dios actuóde esa forma en la vida de Job.

«Porque somos hechura suya, crea-dos en Cristo Jesús…» (Ef. 2:10). Lapalabra «hechura», en griego, espoiema. Nosotros somos poema deDios. Dios está escribiendo su poe-ma, obrando en la vida de su pue-blo, para que seamos su obra maes-tra. Este es el tema del libro de Job.

La división en el libro de Job sigueuna serie de discursos. La secciónpoética comienza en el versículo 3:1,y va en ascenso hasta el versículo11:20. Esta es la primera serie dediscursos.

Los amigos de Job y las eLos amigos de Job y las eLos amigos de Job y las eLos amigos de Job y las eLos amigos de Job y las esssssffffferererererasasasasasdel almadel almadel almadel almadel almaJob tiene tres amigos. Diríamos que,con esos amigos, nadie necesita deenemigos. Cada uno de ellos repre-

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senta una esfera del alma. Primerohabla Elifaz. Sin duda, él representalas emociones. Él es todo emocional,y analiza el sufrimiento de Job enforma emocional.

«El asunto también me era a míoculto; mas mi oído ha percibidoalgo de ello. En imaginaciones devisiones nocturnas, cuando el sueñocae sobre los hombres, me sobrevi-no un espanto y un temblor, que es-tremeció todos mis huesos; y al pa-sar un espíritu por delante de mí,hizo que se erizara el pelo de mi cuer-po. Paróse delante de mis ojos unfantasma, cuyo rostro yo no conocí,y quedo, oí que decía: ¿Será el hom-bre más justo que Dios? ¿Será el va-rón más limpio que el que lo hizo?»(Job 4:12-17).

Noten el lenguaje de Elifaz. «Al pa-sar un espíritu por delante de mí,hizo que se erizara el pelo de mi cuer-po». Es un lenguaje emocional.Cuando interpreta los sufrimientosde Job, por ser él tan emocional,toca las emociones de Job, y éstasquedan todas perturbadas. ¿Porqué? Porque Job está sufriendo, élno sabe por qué, y necesita descu-brir la causa de su sufrimiento.

«Su hacienda era siete mil ovejas,tres mil camellos, quinientas yuntasde bueyes, quinientas asnas, y mu-chísimos criados; y era aquel varón

más grande que todos los orienta-les» (Job 1:3). Job era el mayor deloriente, y Dios mismo da unquíntuple testimonio sobre él. «YJehová dijo a Satanás: ¿No has con-siderado a mi siervo Job, que no hayotro como él en la tierra, varón per-fecto y recto, temeroso de Dios yapartado del mal?» (1:8). Una vidamaravillosa. Ese es el testimonio deDios.

Pero había un problema con Job,que él mismo desconocía. Él era cau-tivo de su belleza, de su justicia pro-pia y de su gloria propia. ¡Ningunohay como Job! Se dice que, cuandoél iba a las plazas, los jóvenes se re-tiraban, los príncipes ponían la manoen sus bocas, porque Job era el ma-yor de los orientales. Él producíaespanto en la vida de los demás.Entonces Dios obrará en su vida,para llevarlo a un nivel que él noconocía, de relación e intimidad conDios, y también a una visión de símismo.

Cuando Job entra en el sufrimiento,sus tres amigos lo visitan. Se diceque ellos expresaban lo máximo dela sabiduría humana, y así ellos abor-dan a Job. Después de Elifaz, quetipifica las emociones, habla Bildad(capítulo 8). Bildad es racional; éltipifica la mente, e intenta ayudarrazonando sobre los sufrimientos deJob, buscando su interpretación en

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la mente y los pensamientos, de Job.Pero Job no halla respuesta. Job diráque Bildad está errado, porque él esjusto, íntegro y santo; luego, las ra-zones de Bildad no corresponden.Mas, lo importante aquí es que éllogra agudizar la mente de Job.

En el capítulo 11, habla Zofar, arbi-trario e impaciente. Él representa lavoluntad. En la última de las tres se-ries de discursos, Zofar ni siquierahabla; ya perdió la paciencia con Job.

El prEl prEl prEl prEl propósiopósiopósiopósiopósito de Diosto de Diosto de Diosto de Diosto de DiosEmociones, mente y voluntad, sonlas facultades de nuestra alma.Cuando viene el sufrimiento, lo pri-mero que habla es nuestra alma. Dealguna manera, buscamos una res-puesta emocional, o racional, o enel terreno de la voluntad, de las de-cisiones. Pero el propósito de Dioses usar los sufrimientos con un ob-jetivo mucho mayor: aquello queJob llama al final del libro: «Ahoramis ojos te ven». ¡Visión de Dios!

Sin embargo, hay una contraparte:«Por tanto me aborrezco, y me arre-piento en polvo y ceniza» (42:6). Lapalabra «aborrecer», usada aquí, esuna palabra específica en hebreo,que siempre es usada en relacióncon la adoración de ídolos. En el li-bro de Samuel está escrito que laidolatría es abominación a los ojosdel Señor.

Cuando Job dice que se abomina, enotras palabras, está diciendo: «Yoera mi propio ídolo. Yo me adoraba,como aquel que mantiene un espe-jo delante de su rostro todo el día».«Yo soy justo, recto, íntegro, teme-roso de Dios y apartado del mal».¡Ese era Job! Todo el día, Job estabacon un espejo ante él, contemplán-dose. Entonces, Dios usó los sufri-mientos para quebrar aquel espejo.

Cada vez que Dios trabaja en noso-tros, él es soberano en el arreglo delas circunstancias. No estamos en lasmanos del destino o de la suerte,sino en las manos del Señor. Enton-ces él usa todas las situaciones paraoperar en nuestras vidas. ¿Cuál essu propósito? Una filiación plena, uncambio de cautiverio: del cautiveriodel ego al cautiverio de Cristo. Estamudanza es muy profunda.

Job entró en un proceso de enfer-medad. Se nombran al menos quin-ce síntomas de sus males: heridas entodo el cuerpo, fiebre, piel reseca,etc. Este proceso duró unos seis me-ses. Dios estaba escribiendo su poe-ma. ¡Qué misterio maravilloso!

El poema se desarrolla en la prime-ra serie (3:1 al 11:20). Luego unasegunda serie (12:1 al 20:29), y unatercera (21:1 al 28:28). Así llegamosa los «discursos de desafío» de Job.Lo que está ocurriendo aquí es que

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Job no conocía a Dios adecuadamen-te, y, por tanto, él no se conocía a símismo adecuadamente.

AuAuAuAuAutoglorificación, autoglorificación, autoglorificación, autoglorificación, autoglorificación, autocomptocomptocomptocomptocompasión yasión yasión yasión yasión yauauauauautojusttojusttojusttojusttojust ificaciónificaciónificaciónificaciónificaciónJob 29 es el capítulo de la autoglo-rificación. Después que el alma deJob fue tan estimulada, él ya estácansado, sufriendo tanto, que harásus discursos de desafío. Su hablarnos recuerda a un abogado, porqueél dice: «Ya he encaminado mi cau-sa, y que el Todopoderoso se defien-da». ¡Impresionante!

Job cree estar en un tribunal huma-no, y acusa a Dios, diciendo: «Micausa es segura, muy firme, muyfuerte. Yo soy justo, íntegro y recto;apartado del mal, temeroso de Dios.Entonces, que el Todopoderoso sedefienda». El problema de Job eraque Dios no descendía a aquel tri-bunal. A menudo, en nuestros sufri-mientos, Dios nos responde con si-lencio, y éste es ensordecedor, por-que nuestras emociones, nuestramente y voluntad están revoluciona-das. No sabemos explicarlo. Y Diosestá callado.

Cuando Eliú comienza a hablar, re-presenta la voz del Espíritu Santo.¿Por qué él fue el último en hablar?Porque era el más joven. En el orien-te, sería imposible que los jóveneshablaran antes que los viejos.

Cuando sufrimos, primero hablan lasfacultades del alma: emociones,pensamientos y voluntad. Esto nosacontece siempre, porque nuestroviejo hombre es más antiguo que elnuevo hombre. Entonces el viejohabla primero, y el nuevo al final.Pero cuando el Espíritu Santo vieney nos interpela, nuestra boca calla.

¿Saben cuál es una de las frases másbellas del libro de Job? «Aquí termi-nan las palabras de Job» (Job 31:40).Esa es una bella frase. Ahora su bocaestá cerrada; Job está agotado; susemociones ya no responden a nada,su mente no consigue aquietarse. Élya expuso su causa y su defensa;pero Dios no dice nada, no se mani-fiesta. Job está en el fin de sí mis-mo. Su boca calla, pero su corazónestá bien vivo.

Los capítulos 29 al 31 son la cima delegocentrismo. Job 29 es el capítulode la autoglorificación. Job sufrió ysufrió, y su ego se fue inflando e in-flando. Él no se contenía, y enton-ces habla delante de Dios: «VolvióJob a reanudar su discurso, y dijo:¡Quién me volviese como en los me-ses pasados, como en los días en queDios me guardaba, cuando hacíaresplandecer sobre mi cabeza sulámpara, a cuya luz yo caminaba enla oscuridad; como fui en los días demi juventud, cuando el favor de Diosvelaba sobre mi tienda; cuando aún

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está sobre mi tienda». Esa era la eva-luación de Job, pero no de Dios.

Todo el capítulo 30 es el capítulo dela autocompasión. Vean cuán osadoera Job. «Pero ahora se ríen de mílos más jóvenes que yo, a cuyos pa-dres yo desdeñara poner con los pe-rros de mi ganado» (30:1). Está di-ciendo que él es infinitamente me-jor que ellos.

«Se han revuelto turbaciones sobremí; combatieron como viento mihonor, y mi prosperidad pasó comonube» (v. 15). «Él me derribó en ellodo, y soy semejante al polvo y a laceniza» (v. 19). «Te has vuelto cruelpara mí; con el poder de tu mano mepersigues. Me alzaste sobre el vien-to, me hiciste cabalgar en él, y disol-viste mi sustancia» (v. 21-22).

estaba conmigo el Omnipotente, ymis hijos alrededor de mí» (29:1-5).

«Dios me guardaba (pasado)… ha-cía resplandecer sobre mi cabeza sulámpara (pasado)… en los días de mijuventud… el favor de Dios velabasobre mi tienda». ¿Cómo hace Diosesta lectura? «Dios me está persi-guiendo».

El nombre Job tiene dos significados:«Perseguido», y «Volviendo siemprea Dios». Por un lado, él es persegui-do, y por el otro, es aquel que siem-pre se vuelve a Dios.

Pero, antes que Job se vuelva a Dios,él se vuelve a sí mismo. «Los oídosque me oían me llamaban bienaven-turado, y los ojos que me veían medaban testimonio» (v. 11). «Me ves-tía de justicia, y ella me cubría; como

manto y diadema era mi rectitud»(v. 14). «Me oían, y esperaban, ycallaban a mi consejo» (v. 21). «Trasmi palabra no replicaban, y mi ra-zón destilaba sobre ellos» (v. 22).Todo este capítulo es autoglori-ficación. Job habla todo el tiemposobre sí mismo, y la gloria que él te-nía. «Pero la amistad de Dios ya no

Job no conocía a Dios adecuadamJob no conocía a Dios adecuadamJob no conocía a Dios adecuadamJob no conocía a Dios adecuadamJob no conocía a Dios adecuadamente, y,ente, y,ente, y,ente, y,ente, y,pppppor tor tor tor tor tanto, él no se conocía a sí mismanto, él no se conocía a sí mismanto, él no se conocía a sí mismanto, él no se conocía a sí mismanto, él no se conocía a sí mismooooo

adecuadamadecuadamadecuadamadecuadamadecuadamente.ente.ente.ente.ente.Cuando Simón dice: «Señor, tencompasión de ti; en ninguna mane-ra esto te acontezca» (Mat. 16:22),¿qué buscaba Satanás detrás de lamente de Simón? Llevar el corazóndel Señor Jesús a la autocompasión.La autocompasión es maligna. Cadavez que estamos sufriendo, tenemostendencia a mostrar a todos: «Mi-

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25AGUAS VIVAS

ren cómo estoy sufriendo, cómo es-toy necesitado; todos oren por mí».Nuestro egocentrismo es tan agudo.

Y el capítulo 31 es el capítulo de laautojustificación. Job dirá que nin-guna viuda dejó de ser cuidada porél, ningún huérfano pasó hambre asu puerta. Él se autojustifica, en elclímax del ego. Autoglorificación,autocompasión y autojustificación.Así, llegamos a esta frase especial:«En lugar de trigo me nazcan abro-jos, y espinos en lugar de cebada.Aquí terminan las palabras de Job»(Job 31:40).

La vLa vLa vLa vLa voz del Eoz del Eoz del Eoz del Eoz del Espírispírispírispírispíritttttu Santou Santou Santou Santou SantoEn el capítulo 32, Eliú, figura del Es-píritu Santo, comienza su discurso.«Para que no digáis: Nosotros he-mos hallado sabiduría; lo venceDios, no el hombre» (32:13). «Por-que lleno estoy de palabras, y meapremia el espíritu dentro de mí» (v.18). Eliú prosigue hasta el capítulo37.

«Sin embargo, en una o en dos ma-neras habla Dios; pero el hombre noentiende. Por sueño, en visión noc-turna, cuando el sueño cae sobre loshombres, cuando se adormecen so-bre el lecho, entonces revela al oídode los hombres, y les señala su con-sejo, para quitar al hombre de suobra, y apartar del varón la sober-bia» (Job 33:14-17).

Soberbia, es una palabra clave. Diosestaba tratando con Job, y éste es elgran motivo: la soberbia. La sober-bia son aquellos ojos que miran ha-cia adentro. «Yo soy justo, soy ínte-gro, soy recto; yo temo a Dios, medesvío del mal. Yo, yo y yo…». Tal esla soberbia, un pecado tan sutil, quecamina paso a paso con nuestro cre-cimiento espiritual. Esa es la trage-dia de la soberbia.

La soberbiaLa soberbiaLa soberbiaLa soberbiaLa soberbiaCuando nosotros estamos crecien-do espiritualmente, la soberbia nun-ca dejará de caminar a nuestro ladoy ella nos dirá: «Tú estás creciendo,estás madurando, te estás volvien-do más santo, tú, tú y tú». La sober-bia es muy sutil, porque acompañaaun nuestro crecimiento espiritual.Entonces, ¿cuál es nuestra oportu-nidad de libertarnos?

¿Recuerdan cuando David dejó Je-rusalén y fue al desierto? Absalón serebeló contra él y tomó el trono, yDavid se retiró al desierto. Él era elungido de Dios, el rey conforme alcorazón de Dios. David sale al desier-to de Judá, cuando un descendien-te de Saúl, llamado Simei, se colocaal lado de la caravana, y va maldi-ciendo a David, diciéndole: «¡Fuera,fuera, hombre sanguinario y perver-so!» (2 Sam. 16:7).

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Un general de David no se confor-ma con esto: «¿Por qué maldice esteperro muerto a mi señor el rey? Teruego que me dejes pasar, y le qui-taré la cabeza. Y el rey respondió:¿Qué tengo yo con vosotros, hijos deSarvia? Si él así maldice, es porqueJehová le ha dicho que maldiga aDavid ... Dejadle que maldiga, puesJehová se lo ha dicho» (16:9-11).

De la misma manera, la soberbiacamina junto al corazón. El generaldaba oídos a Simei, pero no David.Si la soberbia camina a nuestro lado,no debemos darle oídos. No esta-mos volviéndonos mejores: Cristo vasiendo formado en nosotros; es lavida de Cristo, es la gloria de Cristo.

Un secreto de la madurez cristianaes percibir que nuestros valores,nuestros recursos, todo aquello querequerimos, no está exactamente ennosotros, sino en Cristo, y él está ennosotros. Si trasladamos los valoressuyos a nosotros, vamos por un ca-mino peligroso. Nos gloriaremos encosas que no son nuestras, son deCristo, seguirán siendo de él, y siem-pre serán de él.

Una tUna tUna tUna tUna trrrrrompetompetompetompetompeta de Diosa de Diosa de Diosa de Diosa de DiosJob no aprendió esta lección; enton-ces Dios trató con él. Dios puso sumano en Job, porque éste era sober-bio. «Antes del quebrantamiento esla soberbia, y antes de la caída la

altivez de espíritu» (Prov. 16:18).Hay una luz al final del túnel. Dioses bueno y misericordioso. Sabien-do que nuestra soberbia nos arrui-nará, él pone su mano en nosotros.

C.S. Lewis, un siervo del Señor delsiglo pasado, dijo: «El sufrimiento esuna trompeta de Dios para desper-tar un mundo sordo». En nuestravida cristiana, Dios tiene una trom-peta, el sufrimiento, y la va a usarpara despertar nuestros corazones,para que no seamos muertos por lasoberbia, para que no vivamos unavida cautiva al ego, porque la sober-bia precede a la ruina, y la altivez deespíritu, a la caída.

Ese es el motivo del sufrimiento deJob. El énfasis no es el sufrimientodel justo. No. Es el propósito de Dios,una filiación plena, que nos lleva, deun nivel del conocimiento de Dios,a otro nivel más alto.

¿Cómo Dios hace esto? Mediantetres series de discursos, toda el almade Job es agitada; él no sabe másque lo que siente, no sabe más quelo que piensa, no sabe explicar nadamás. Entonces, todo lo que él tieneque decir es sobre su tesoro. La bocahabla de lo que está lleno el cora-zón. Job estaba lleno de sí mismo,entonces habla de sí mismo, seautoglorifica, tiene autocompasióny se autojustifica.

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Las prLas prLas prLas prLas preguntegunteguntegunteguntas de Dios a Jobas de Dios a Jobas de Dios a Jobas de Dios a Jobas de Dios a JobTras los discursos de Eliú, llegamosa la voz de Dios, capítulo 38. «En-tonces respondió Jehová a Job des-de un torbellino y dijo: ¿Quién es éseque oscurece el consejo con palabrassin sabiduría?». ¡Qué bella pregun-ta! Dios dice que Job no conoce nadade lo que Dios está haciendo con él.Luego, Dios hace un cuestionariopara Job, con preguntas maravillo-sas. Vean el capítulo 39.

«¿Sabes tú el tiempo en que parenlas cabras monteses o miraste tú lasciervas cuando están pariendo? …¿Quién echó libre al asno montés yquién soltó sus ataduras? … ¿Que-rrá el búfalo servirte a ti o quedaren tu pesebre?» (Job 39:1, 5, 9).

«¿Diste tú hermosas alas al pavoreal, o alas y plumas al avestruz? Elcual desampara en la tierra sus hue-vos, y sobre el polvo los calienta, yolvida que el pie los puede pisar, yque puede quebrarlos la bestia delcampo. Se endurece para con sushijos, como si no fuesen suyos, notemiendo que su trabajo haya sidoen vano; porque le privó Dios de sa-biduría, y no le dio inteligencia. Lue-go que se levanta en alto, se burladel caballo y de su jinete» (v. 13-18).

¡Qué impresionante! Dios se com-para a sí mismo con un avestruz. Elavestruz trata duramente a sus hi-

jos, pero carece de sabiduría, no tie-ne propósito ni entendimiento. PeroDios, cuando trata a sus hijos, es ple-no de sabiduría y de propósito.

Las preguntas que Dios hace a Joben este relato están llenas de signi-ficado. Resumiendo en pocas frases,podemos decir que la excelencia dela sabiduría, la excelencia del propó-sito, están en todo aquello que Dioshace. Dios actúa siempre con sabi-duría y con propósito.

«Mi mano p«Mi mano p«Mi mano p«Mi mano p«Mi mano pongo sobrongo sobrongo sobrongo sobrongo sobre mi boca»e mi boca»e mi boca»e mi boca»e mi boca»El discurso va hacia un final maravi-lloso. Dios habla con Job desde untorbellino, en dos fases. En la prime-ra, Dios pone a Job cabeza abajo, yéste no tiene respuesta. «Ademásrespondió Jehová a Job, y dijo: ¿Essabiduría contender con el Omnipo-tente? El que disputa con Dios, res-ponda a esto. Entonces respondióJob a Jehová, y dijo: He aquí que yosoy vil; ¿qué te responderé? Mimano pongo sobre mi boca. Una vezhablé, mas no responderé; aun dosveces, mas no volveré a hablar» (Job40:1-5).

Son maravillosas estas frases. Job notenía qué responder. De alguna ma-nera él está entendiendo que Dios,en su sabiduría y propósito, está li-diando con él. Así, la primera fasede la interlocución con Dios termi-na, y Job pone su mano en su boca.

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28 AGUAS VIVAS

La frase «Yo soy vil», es tan diferen-te a otras que Job había hablado.Antes, él afirmaba ser íntegro. «Es-toy limpio y sin transgresión, yo soypuro y no tengo iniquidad» (33:9).«Job ha dicho: Yo soy justo y Dios meha quitado mi derecho» (34:5).«¿Piensas que es cosa recta lo quehas dicho: Más justo soy yo queDios?» (35:2). Ese era el pensamien-to de Job. Pero ahora afirma: «Heaquí que yo soy vil» (40:4).

Job estaba llegando al lugar dondeDios quería llevarlo. Aquí hay unmisterio maravilloso. Dios podrácontinuar hablando con Job, porqueJob puso su mano en su boca. Quizáno tendríamos esta segunda fase, siJob no lo hubiese hecho.

«Respondió Jehová a Job desde eltorbellino, y dijo» (40:6), la mismafrase del capítulo 38. Son dos eta-pas, y, ¿qué hay en el medio? La con-fesión de Job: «Yo soy indigno; pon-go mi mano en mi boca». Eso per-mitió a Dios continuar su obra enJob. ¡Qué importante lección! Lamanera cómo respondemos a lostratos de Dios, determinará si él con-tinuará su obra con nosotros. Nues-tra respuesta es muy importante.

BehemBehemBehemBehemBehemot y Lot y Lot y Lot y Lot y LeeeeeviatánviatánviatánviatánviatánEstamos casi al final del libro, sinduda su parte más preciosa. Dioscompara a Job con dos animales:

«He aquí ahora behemot, el cualhice como a ti» (40:15). «¿Sacarástú al leviatán con anzuelo, o concuerda que le eches en su lengua?»1

(41:1). Aunque algunos piensan quebehemot es un hipopótamo, parecemás bien ser un rinoceronte, porquedice que Dios le proveyó de espada,aludiendo quizás al cuerno de esteanimal. Pero lo importante aquí eslo que Dios quiere enseñarle a Job.

Primero, el rinoceronte. Job 1:3 de-cía que Job era el mayor de los orien-tales. Nadie puede empujar y derri-bar un rinoceronte; es tan pesado(más de tres toneladas). «Sus hue-sos son fuertes como bronce, y susmiembros como barras de hierro»(40:18). Así era Job, tan firme en supropia justicia, en su gloria.

Aquí hay una expresión interesante:«He aquí ahora behemot, el cualhice como a ti», como diciendo:«Mira a este animal y te verás ti mis-mo, armado con una espada». Na-die se aproxima a él, afirmado en suspiernas, tan robusto, tan fuerte, tanlleno de vigor. Ése era Job.

La segunda pregunta es : «¿Sacarástú al leviatán con anzuelo?» (41:1).Y: «No guardaré silencio sobre susmiembros, ni sobre sus fuerzas y la

1 La versión en portugués, usada por el ex-positor, traduce leviatán como cocodrilo.

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gracia de su disposición. ¿Quién des-cubrirá la delantera de su vestidu-ra? ¿Quién se acercará a él con sufreno doble? ¿Quién abrirá las puer-tas de su rostro? Las hileras de susdientes espantan. La gloria de suvestido son escudos fuertes, cerra-dos entre sí estrechamente. El unose junta con el otro, que viento noentra entre ellos. Pegado está el unocon el otro; están trabados entre sí,no se pueden apartar» (40:12-17).

«¿Quién descubrirá la delantera desu vestidura? ¿Quién se acercará aél con su freno doble?». Así comoleviatán, Job tenía una doble cora-za. Aquellas escamas son tan yuxta-puestas, que no entra ni siquiera elaire. Job era inquebrantable; ningu-na lanza podía penetrar su coraza.Dios pregunta: «¿Quién puede sacaral cocodrilo? ¿Quién puede ponerun anzuelo en su nariz?». Y, ¿cuál esla respuesta? Solo Dios mismo. Él losacaría y trataría con él, penetran-do su coraza, su orgullo.

«De su grandeza tienen temor losfuertes, y a causa de su desfalleci-miento hacen por purificarse»(41:25). «No hay sobre la tierraquien se le parezca; animal hechoexento de temor. Menosprecia todacosa alta; es rey sobre todos los so-berbios» (v. 33-34). Esa es la figurade Job; por eso Dios lo trató de esamanera.

Hacia la madurHacia la madurHacia la madurHacia la madurHacia la madurez eez eez eez eez espirispirispirispirispiritttttualualualualual¿Cuál era el propósito de Dios? ¿Tie-ne él placer en el sufrimiento? No.Dios quiere conducir a sus hijos a lamadurez, a un nivel de intimidad yde conocimiento de Dios que antesno teníamos. Entonces, al final dellibro, capítulo 42, vemos un nuevoJob. Y, ¿qué es lo que este nuevo Jobdice? Leamos:

«Respondió Job a Jehová, y dijo: Yoconozco que todo lo puedes, y queno hay pensamiento que se escon-da de ti. ¿Quién es el que oscureceel consejo sin entendimiento? Portanto, yo hablaba lo que no enten-día; cosas demasiado maravillosaspara mí, que yo no comprendía. Oye,te ruego, y hablaré; te preguntaré,y tú me enseñarás. De oídas te ha-bía oído; mas ahora mis ojos te ven.Por tanto me aborrezco, y me arre-piento en polvo y ceniza» (Job 42:1-6).

El pEl pEl pEl pEl papel de Satapel de Satapel de Satapel de Satapel de SatanásanásanásanásanásCuando comienza el libro, en el ca-pítulo 1, vemos claramente que,quien tocó la vida de Job, fue el dia-blo. Tras aquella conversación entreDios y Satanás, Dios permitió queJob fuese alcanzado. Primero Job estocado en todo lo que poseía, susanimales, sus hijos, y en una segun-da fase, es tocado su cuerpo, y élsufre aquellas enfermedades.

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En esa etapa de crisis, Job adora aDios. Él permaneció firme en la cri-sis, pero falló en el proceso. Duran-te el proceso, él acusa a Dios. PeroDios conoce todo sobre Job, sus pen-samientos y emociones. Y Dios man-tendrá su mano firme.

Aquellos a quienes les gusta pescar,saben que, si el pez muerde el an-zuelo, a veces se puede tardar ensacarlo del agua. Y, ¿cuál es el secre-to? Mantener la caña firme y dejarque el pez se canse.

Fue eso lo que Dios hizo con Job,cuando éste se debatía con sus ideasy sus sentimientos, Dios mantenía lacaña firme, porque el anzuelo esta-ba puesto en la nariz del cocodrilo yno escaparía del Todopoderoso.

Aunque Satanás tocó la vida de Job,autorizado por Dios, Job no conside-ró eso. Él no dice: «Yo sé que todolo puedes, y el diablo fue frustrado»,sino: «Yo conozco que todo lo pue-des, y que no hay pensamiento quese esconda de ti» (42:2), o «ningu-no de tus planes puede ser frustra-do». Job entiende que la acción deldiablo estaba dentro del proyecto deDios. Satanás no es autónomo, noactúa por voluntad propia; hay unúnico y soberano Señor, que rigetodos los asuntos del universo.

¿Cómo lo comprendió Job? A causade las preguntas de Dios. «¿Dónde

estabas tú cuando yo fundaba la tie-rra?». Preguntas como ésta mues-tran la sabiduría y soberanía de Dios.Ahora Job está claro: «Ninguno detus planes puede ser frustrado».

Un corUn corUn corUn corUn corazón razón razón razón razón recepecepecepecepecepttttt ivivivivivooooo«Oye, te ruego, y hablaré; te pregun-taré, y tú me enseñarás» (42:4). Jobno dice: «Te preguntaré, y tú me res-ponderás». No está argumentandocon Dios; ahora él tiene un corazónreceptivo: «Te preguntaré, y tú meenseñarás». ¡Qué maravilla! Job hamudado de cautiverio; antes, él pre-guntaba, y demandaba que Dios lediese respuesta. Cuanto más avan-zamos en nuestra jornada cristiana,menos preguntas tenemos. Salmos32:8 dice: «Te haré entender, y teenseñaré el camino en que debesandar; sobre ti fijaré mis ojos». Esaes la promesa que tenemos.

«De oídas te había oído» (42:5). «Yote conocía de segunda mano». Ah,jóvenes hermanos y hermanas, qui-siera que ustedes fuesen alentadosen este conocimiento del Señor. Noes solo el Dios de sus padres – unconocimiento de segunda mano y untemor del Señor de segunda mano.

La tragedia en los días de los Juecesfue exactamente ésa: los ancianosque vivían en el tiempo de Josuéconocían al Señor; pero luego se le-vantó otra generación que no cono-

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cía al Señor, ni las obras del Señor através de Josué. Entonces, no expul-saron a sus enemigos.

Como ya dijimos en un encuentropasado, la primera generación reci-be la revelación, pero la segundasolo tiene la tradición. Que no seaasí con nosotros; que volvamos a lasimplicidad y a la pureza de Cristo.

La intención del Señor al ganar a lospadres, es que los hijos puedan irmucho más allá; que la segunda ge-neración vaya mucho más allá quela primera. Entonces, que el Señornos anime en este camino.

Cambio de cauCambio de cauCambio de cauCambio de cauCambio de cauttttt iverioiverioiverioiverioiverioFinalmente, concluyendo el libro,dice: «Y quitó Jehová la aflicción deJob, cuando él hubo orado por susamigos» (42:10). La expresión:«Quitó el Señor la aflicción de Job»,tiene un sentido mucho más profun-do: «Cambió Jehová el cautiverio deJob». Antes, él era cautivo de sí mis-mo; ahora es cautivo de Cristo. Y,¿cuál es el resultado? Una dobleporción. Ésta, en la Biblia es la por-ción del primogénito.

Job recibió una doble porción, por-que, espiritualmente hablando, ad-quirió un derecho de primogenitu-ra. Doble bendición. Si pusiésemosen una ecuación el libro de Job,¿cuál sería ésta? Sufrimiento + la

palabra de Dios = madurez. No essolo el sufrimiento, ni solo la pala-bra de Dios, sino que el sufrimiento,más la palabra de Dios. Siempre elSeñor operará así en nuestras vidas.

A causa de Job, tenemos los salmos:adoración, alabanza, cánticos. El li-bro de Job es el fundamento y losotros son la consecuencia. En Can-tares, tenemos unión con Cristo.¿Cuál es la llave de esta unión? Que-brantamiento; sufrimiento, más lapalabra de Dios. Sin el libro de Job,no tenemos la realidad de Cantar delos Cantares.

Filiación y sacerFiliación y sacerFiliación y sacerFiliación y sacerFiliación y sacerdociodociodociodociodocioConcluyendo, cuando el Señor sepresentó resucitado por primeravez, la primera en verlo fue MaríaMagdalena. «Jesús le dijo: No metoques, porque aún no he subido ami Padre; mas ve a mis hermanos, ydiles: Subo a mi Padre y a vuestroPadre, a mi Dios y a vuestro Dios»(Juan 20:17).

Cuando el Señor dice: «Subo a miPadre», este es el Padre eterno, quetiene comunión eterna con su únicoHijo. Nadie más podía llamar, a Dios,Padre, solo el Hijo. Mas, ahora, éltiene un mensaje. Aquel que no co-noció pecado, por nosotros fue he-cho pecado. Él murió y resucitó.Ahora, él ahora puede decir: «Ve amis hermanos». Jesús nunca llamó

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hermanos a sus discípulos. Solo dis-cípulos, apóstoles, siervos, y aunamigos, pero nunca hermanos.

Ahora él puede decir: «Y diles: suboa mi Padre…». Esto es tan personal.Pero también: «…y a vuestro Padre».«Subo a mi Dios…», tan personal.Mas también: «…y a vuestro Dios».Aquí son puestas dos líneas de oro,que recorren la Biblia de Génesishasta Apocalipsis, sin interrupción.

La primera línea es la filiación, eltema del libro de Job. «Mi Padre yvuestro Padre». Dios conduciría aJob a esta madurez, a esta vida deunión, a esta pertenencia. Y, ¿cuálera el problema de Dios con Job? EraJob mismo. Por eso, Dios trató conél. Esa es la filiación.

Luego: «Mi Dios y vuestro Dios».Esta es la línea del servicio, delsacerdocio, que va desde Génesis aApocalipsis. Sus sacerdotes estaráncon él y reinarán con él. Y habrá untabernáculo celestial, y el Cordero essu lámpara: la gloria de Dios ilumi-nará, «y sus siervos le servirán y ve-rán su rostro».

En cuanto a la filiación, nosotros yasomos hijos, pero el propósito deDios es que lo seamos plenamente,conformados a la imagen de su Hijo,para que él sea el primogénito en-tre muchos hermanos. Por eso, Diosopera así en nuestras vidas.

Cuando Dios nos mira, él ve a susbebés, a quienes ama; mas, él no tie-ne placer en que sigamos siendobebés. Él quiere llevarnos a partici-par con él, en aquello que él piensa,que él quiere, que él siente – sercompañeros de Dios.

Luego, el sacerdocio. ¿Cuál es la cla-ve del servicio? La plena filiación. Sino crecemos en esta relación conDios, ¿cómo vamos a servirle? ¿Connuestras capacidades, con nuestrasestrategias, con el equipamientonatural? No. El obrar de Dios siem-pre pasará por la Cruz, de gloria engloria. Esto es el libro de Job.

El Señor continúe hablando a nues-tros corazones. Amén.

Mensaje impartido en Santiago de Chile,en abril de 2017

Dios de poder

Durante un temblor, los habitantes de una población se alarmaronmucho, y al mismo tiempo se sorprendieron al notar la calma y gozode una mujer a la que conocían como creyente. Al fin, le preguntaron:«¿Tú no tienes miedo? ¿Por qué te ríes?». Ella contestó: «El tener unDios que puede sacudir el mundo llena mi corazón de regocijo».

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33AGUAS VIVAS

TEMA DE PORTADA

Tomando conciencia del real significadode la vida cristiana.

Estos tres pasajes se refieren a la vida cristianaen los lugares celestiales. Nuestro deseo es po-der ver un poco más sobre lo que realmente esla iglesia, según cómo Dios la ve.

Si logramos tocar estas realidades, eso cambia-rá nuestra manera de ser y de vivir personal ytambién congregacional.

Una cueUna cueUna cueUna cueUna cueststststst ión de fión de fión de fión de fión de feeeeeLa iglesia no es religión ni filosofía, no es un gru-po de pensadores o de personas que se com-portan diferente a la sociedad. La iglesia es elcuerpo de Cristo. No es un asunto académico oun fruto del intelecto humano; es una cuestiónde revelación, una cuestión de fe.

Viviendo en loslugares celestiales

Luiz Fontes

...y juntamente con él nos resucitó, y asimis-mo nos hizo sentar en los lugares celestialescon Cristo Jesús ... Si, pues, habéis resucita-do con Cristo, buscad las cosas de arriba …Así que, hermanos, teniendo libertad paraentrar en el Lugar Santísimo por la sangrede Jesucristo…”.

– Ef. 2:6; Col. 3:1-3: Heb. 10:19-25

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34 AGUAS VIVAS

Y la fe no es algo que tú adquierespor ti mismo; es un don de Dios. Losseres humanos tenemos cinco sen-tidos, pero un cristiano tiene un sen-tido más: la fe. El incrédulo no sabeesto. Sin embargo, un cristiano, através de «este sentido», logra con-tactar las esferas más elevadas, des-de el punto de vista espiritual.

Este sentido llamado fe es el que noshace percibir y experimentar a Dios,tocarle y sentir su presencia en no-sotros. Por la fe disfrutamos la glo-ria celestial, aunque aún no en suplenitud. Podemos sentir un gozoanticipado. No hay nada en estemundo que se compare a esto.

¿Qué nos posibilita el tener esta ex-periencia? La fe. La fe no es algopequeño. Nuestro Señor Jesús mis-mo es el autor de la fe. Cuando élfue a la cruz y murió en nuestro lu-gar, él llevó la fe a la esfera más alta.Entonces, la fe que tenemos es fru-to de él, el Autor y consumador denuestra fe.

La fe nos es dada por Dios en CristoJesús. Nuestra salvación es por fe;nuestra justificación es por fe; nues-tra santificación es por fe, y nuestraesperanza eterna es por fe. Nuestravida cristiana, día a día, es por fe. Yla fe nos permite comprender lo quees la iglesia y también nuestra vidaespiritual.

El vivir en la carneEl vivir en la carneEl vivir en la carneEl vivir en la carneEl vivir en la carnePodemos ver la secuencia de los tex-tos leídos como tres escalones de lavida cristiana. Al nacer de nuevo,tenemos una realidad celestial ennuestra vida, la cual cambia nuestramanera de ver todo: nuestro com-portamiento en relación al mundo;nuestra manera de trabajar y de es-tudiar, de vivir el matrimonio y lafamilia, de lidiar con todas las cosasde la esfera terrenal. Muchos cris-tianos no se dan cuenta de esto, yviven su vida cristiana «en la carne».

Un ejemplo de alguien que rebajó surelación con Dios al nivel de la car-ne, es Abraham. Dios le había dadola promesa de la tierra y la promesadel hijo. Eso está en Génesis 15. Esoes algo espiritual, algo de profundosignificado. Él tuvo una experienciacon Dios. En él, Dios tenía la simien-te de una generación terrenal y deuna generación celestial; la prime-ra, tipificada por la arena del mar,es Israel; y la otra, las estrellas delcielo, es la iglesia, porque la esenciaespiritual de la iglesia es celestial.

En Hechos 10, Pedro tuvo la visiónde aquel lienzo. Aquella era una vi-sión de la iglesia. Después de aque-lla experiencia, llegaron tres hom-bres a buscarlo. Dios había prepara-do todo. Entonces, cuando Pedro sereúne con ellos, el evangelio alcan-

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35AGUAS VIVAS

za a los gentiles. La iglesia no eraalgo exclusivo de los judíos; ella in-cluye a todas las personas, pueblos,tribus, lenguas y naciones. ¿Cómo esposible esto? Porque es una obracelestial.

Hoy, nosotros estamos aquí como untestimonio vivo de eso. Dios prome-tió a Abraham que tendría una ge-neración terrenal y también una ge-neración celestial. Pero, (Gén. 16),Sara, su esposa toma la iniciativa yle hace una propuesta a Abrahamhacia un camino que no era la plenavoluntad de Dios.

Abraham engendró a Ismael. Ismaelrepresenta la mezcla de la fe con lacarne. Es una práctica común entrelos cristianos reducir la fe a un ca-mino carnal. Tú pones fe, pero leañades tu fuerza. A menudo, los cris-tianos determinamos hacer algunacosa y la buscamos a nuestra mane-ra. O bien, primero tomamos unadecisión, y después oramos. Eso noes fe; es mezclar la carne con la fe.

El camino de la fEl camino de la fEl camino de la fEl camino de la fEl camino de la feeeeeCuando tú andas por fe, lo primeroque buscas es el descanso. Sabesque Dios lo hará a su manera. Y siDios no responde lo que pides, esaes la certeza de que Dios está en elcontrol. A veces Dios no responde alo que pedimos, para nuestro pro-

pio bien. Necesitamos aprender arecorrer el camino de la fe.

Efesios capítulo 2 comienza dicien-do que nosotros estábamos muer-tos en nuestros delitos y pecados; enotro tiempo, andábamos según lacorriente de este mundo y éramospor naturaleza hijos de ira. Y luegodice: «Pero Dios, que es rico en mi-sericordia, por su gran amor con quenos amó, aun estando nosotrosmuertos en pecados, nos dio vidajuntamente con Cristo (por graciasois salvos)» (6:4-5).

«...y juntamente con él nos resucitó,y asimismo nos hizo sentar en loslugares celestiales con Cristo Jesús»(v. 6). Observemos la frase: «Junta-mente con él nos resucitó». Aquí te-nemos que aprender tres lecciones.Primero, el tiempo del verbo aquí esperfecto, y apunta a una acción com-pleta, con resultados continuos,enfatizando un estado y condiciónpermanente. ¿Qué significa esto? Elhecho de que nosotros hayamos re-sucitado con Cristo es la mayor ex-periencia que alguien pueda tener.Esto es nuestra salvación.

No podemos pensar en la salvaciónmeramente como una liberación delinfierno. No es solo que nosotroshemos pecado y Dios nos perdonó.Esa es la manera religiosa de verlo.Nuestra salvación es mucho mayor

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que eso; ella significa que tú y yoexperimentamos todo aquello queCristo realizó.

Pablo lo describe así: Cuando Cristofue crucificado, nosotros fuimos cru-cificados con él; cuando Cristo mu-rió, nosotros morimos con él; cuan-do Cristo fue sepultado, nosotrosfuimos sepultados con él; cuandoCristo resucitó, nosotros resucita-mos con él, y cuando Cristo ascen-dió, nosotros también fuimos en élen aquella ascensión. Esto es la sal-vación. Si esto no está claro para ti,procura recibir hoy a Cristo en tuvida, porque, a lo sumo, lo que tútienes es una salvación religiosa.

La salvación es un cambio de estadoy de posición. ¿Qué significa un cam-bio de estado? Nosotros estábamosmuertos, pero ahora no, pues he-mos sido incluidos en la resurrecciónde Cristo. Esto significa que la obrade Su resurrección está presente ennuestra vida.

Sabemos que en este cuerpo de car-ne tenemos deficiencias, pero fui-mos resucitados con Cristo, y estagran obra aún está siendo realizadaen nuestras vidas. Primero fue la jus-tificación. Ahora, Dios está trabajan-do en nosotros la santificación, y lue-go tendremos la glorificación, parti-cipando de la plenitud de su gloriaeterna.

¿Logramos ver esa salvación? Prime-ro, él nos libertó del imperio de lastinieblas. Hubo un cambio del esta-do en que nos hallábamos. Nuestracondición era de condenados; aho-ra es de justificados. Pero no es soloun cambio de estado, sino tambiénun cambio de posición. ¿Qué posi-ción es ésta? Pablo dice que noso-tros éramos hijos de ira, y ahora so-mos hijos de Su amor. ¡Esta es nues-tra salvación!

Aquí tenemos otro punto. Ese esta-do que nosotros tenemos ahora tie-ne condición permanente. Ésta noes una salvación simple. En el Anti-guo Pacto, era necesaria cada añola ofrenda por la expiación. Pero enHebreos 10 vemos que Cristo hizouna única ofrenda, y nos perdonóeternamente. Él está sentado aho-ra. ¿Por qué? Porque él descansa so-bre el fundamento de su obra.

«Ahora, pues, ninguna condenaciónhay para los que están en Cristo Je-sús» (Rom. 8:1). Esta salvación im-plica que fuimos librados de la po-testad de las tinieblas, y trasladadosal reino del Hijo de Dios (Col. 1:13).

La obrLa obrLa obrLa obrLa obra del enemigoa del enemigoa del enemigoa del enemigoa del enemigoSatanás trabaja en la debilidad denuestra carne. Aún estamos en estecuerpo de carne; somos limitadospor ella, somos vulnerables. No lo

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olvidemos. Nuestros pecados fueronperdonados; pero nuestro pecado,nuestra naturaleza, tiene que sertrabajada por la cruz, por la Palabra,por medio del Espíritu Santo operan-do en nosotros, convenciéndonos depecado, de justicia y de juicio.

No olvidemos esto, porque muchoscristianos hoy tienen dificultadesespirituales, y aunque han recibidoal Señor en su vida, están en cons-tante debilidad. No logran vivir lavida cristiana celestial; siempre es-tán tratando con los mismos peca-dos. Esto es propio de la carne, peroeso no es la vida en el Espíritu.

Pablo llega a decir en Romanos 7 quees como si hubiese dos personasdentro de él, en una batalla interior.En Gálatas capítulo 5, nos muestratambién esto, el contraste del andaren el Espíritu, y las obras de la car-ne. Somos confrontados todo eltiempo con esto. Pero, ¿qué puedeayudarnos? El caminar por fe. Por-que la fe apunta hacia lo alto.

Tenemos una posición celestial. Si novivimos esta realidad, aceptando lascondiciones de la carne, seremoscada día más vulnerables ante Sata-nás. Es a través de la carne y delpoder del mundo que él intenta se-ducirte y hacerte caer. Comienzas aser un cristiano problemático, unapiedra de tropiezo en medio de los

hermanos. Tu vida cristiana no flu-ye. Tienes dificultades con la Pala-bra, con la oración y con la llenuradel Espíritu, dificultades para servirde manera consagrada. Tu vida estáenredada. Pero, ¿qué ocurre? Sata-nás está ganando ventaja por causade la ignorancia espiritual.

ReReReReResucisucisucisucisucitttttados con Cristoados con Cristoados con Cristoados con Cristoados con CristoEl Señor nos libró de la potestad delas tinieblas, y la vida cristiana es lavida vivida en las esferas celestiales.La frase: «Juntamente con él nos re-sucitó», es una descripción grandio-sa. ¡No podemos aceptar una vidaque sea menos que eso! No le per-mitamos a Satanás engañarnos.

Este es un hecho inmutable: tú re-sucitaste con Cristo; tu vida es unavida celestial en la tierra. ¿Tiene li-mitaciones? Sí. ¿Tiene tribulacionesy dificultades? Sí. Sin embargo, tú yano ves las cosas desde el punto devista carnal, sino desde la perspec-tiva celestial. Ahí sabrás que todaslas cosas cooperan juntamente, paraque el supremo propósito de Dios secumpla en tu vida. ¿Logras ver estavida celestial?

«Si, pues, habéis resucitado con Cris-to, buscad las cosas de arriba» (Col.3:1). ¿Qué significa este «Si…»? Aquíhay una característica de alguienque resucitó. Aquel que participa deesta salvación tan grande tiene este

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rasgo visible. No podemos decir quesomos salvos si no estamos disfru-tando de las glorias de la resurrec-ción de Cristo.

La vida celeLa vida celeLa vida celeLa vida celeLa vida celestststststialialialialialA pesar de nosotros, este asunto esinmutable. Esto es realidad. Una vidacristiana sin realidad espiritual no esvida cristiana, sino solo religión. Nopermitamos que el enemigo trans-forme nuestra vida en religión. «Si,pues, habéis resucitado con Cristo,buscad las cosas de arriba».

¿Qué significa buscar las cosas dearriba? Aquí hay dos puntos signifi-cativos. Primero, sí, debemos bus-car las cosas de lo alto. Y segundo,debemos ver todo desde el punto devista celestial. Nuestra perspectivano es horizontal, sino celestial. Simiras hacia el frente, estás viendosegún la esfera carnal.

Tal vez en tu vida conyugal, tú estásenfrentando una gran lucha y ya notienes esperanza. Si es así, deja demirar tu matrimonio desde el puntode vista natural. Tú lo estás conside-rando según tus emociones. Co-mienza a verlo no desde abajo ha-cia arriba, sino de arriba hacia aba-jo. ¿Por qué? Porque tú estás conCristo en los lugares celestiales.

¿Por qué falló Abraham? ¿Por quéél mezcló la fe con la carne? Porque

miró hacia su condición, vio la vejezde Sara, y entonces tomó un cami-no errado. Dios le había dado el ca-mino de la fe. El camino de la fe noes fácil: es imposible. Pero es allícuando Dios actúa. No es un asuntode la carne o de fuerza humana; esalgo donde solo Dios actúa.

Dios escoge ese camino «imposible»con el único propósito de que, entodas las cosas, nosotros tengamoscomunión con él. Así empezarás apercibir que no son «las cosas», lasbendiciones recibidas, lo que te hacefeliz, más bien verás que, todo lo dereal valor, tiene que ver con tu co-munión con Dios, con la presenciade Dios y con la gloria de Dios. En-tonces no te gloriarás en las bendi-ciones, ni te juzgarás como la perso-na más espiritual, porque el Señormismo será siempre tu objetivo su-premo. Esto cambia nuestra mane-ra de andar y de vivir.

Un día entraremos en la plenitud deesta vida. Esta es nuestra esperanzaviva. Nosotros no estamos esperan-do la sepultura; estamos esperandoel reino de gloria, porque nuestroSeñor venció a la muerte, venció alpecado, venció al mundo y venció aldiablo. Él es nuestra victoria.

NueNueNueNueNuestststststrrrrro culo culo culo culo culto rto rto rto rto racionalacionalacionalacionalacionalNecesitamos tener una mente celes-tial. Nuestra flaqueza no es solo

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nuestro cuerpo, tan vulnerable alpecado; sino también nuestra men-te, es allí donde se libran las gran-des batallas espirituales. ¿Cómo te-ner una mente celestial? Pablo nosenseña: «Así que, hermanos, os rue-go por las misericordias de Dios, quepresentéis vuestros cuerpos en sacri-ficio vivo, santo, agradable a Dios,que es vuestro culto racional» (Rom.12:1). Nuestro cuerpo consagrado esel culto racional.

El cuerpo es templo del Espíritu San-to. Tenemos que consagrar nuestrocuerpo, porque dentro de él tene-mos nuestra alma (mente, emocio-nes y voluntad) y nuestro espíritu(intuición, conciencia y comunión).Pablo dice que este es un culto cons-ciente; él está hablando de estas fa-cultades del alma y del espíritu. Eso

mento de la reunión. El culto a Dioses mi vida. Dios no busca la adora-ción; él busca adoradores. Para él,ambas son una sola cosa. Lo que tie-ne valor para él no es lo que canta-mos, sino nuestra vida.

Las fLas fLas fLas fLas formas del mormas del mormas del mormas del mormas del mundoundoundoundoundo«No os conforméis a este siglo» (v.2). La palabra «conforméis», en eloriginal, significa «encajar en unaforma». Cuando nuestra vida no esun culto a Dios, aún estamos en laforma del mundo. No hay un tercercamino: o somos un templo, o so-mos moldeados por los patrones delmundo.

Muchas veces pensamos: ¿Por quéyo no tengo una vida celestial en latierra? Aquí está la respuesta: por-que estamos en la forma del mun-

A veceA veceA veceA veceA veces Dios no rs Dios no rs Dios no rs Dios no rs Dios no reeeeespspspspsponde a lo queonde a lo queonde a lo queonde a lo queonde a lo quepedimpedimpedimpedimpedimos, pos, pos, pos, pos, pararararara nuea nuea nuea nuea nuestststststrrrrro pro pro pro pro propio bien.opio bien.opio bien.opio bien.opio bien.

es lo que debe ser un culto a Dios. Sino ofrecemos nuestra vida como unculto a Dios, poco importa lo quecantamos. Eso no hace diferencia.

Si paso todo el día haciendo cosasabominables, pero llego a la re-unión, me pongo una máscara desantidad y levanto mis manos paraalabar a Dios, eso no está bien, por-que el culto no comienza en el mo-

do. Pero si tú quieres tener una vidacelestial en la tierra, tu cuerpo tie-ne que ser un culto para Dios. Elmundo quedó atrás; aquella es lapotestad de las tinieblas, de dondefuimos arrancados. Ahora nosotrosestamos en el reino del Hijo de Dios.Esta es otra realidad.

«No os conforméis a este siglo, sinotransformaos por medio de la reno-

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vación de vuestro entendimiento».Ahora, en Cristo, la mente es trans-formada; viene a ser una mente re-novada. Una nueva mente, una nue-va manera de pensar, de ver, de dis-cernir. Esta es la mente de un cris-tiano espiritual, aquel que vive lavida cristiana elevada, no una vidacristiana superficial o mediocre.

Pese a todas las dificultades, estecristiano tiene una vida celestial.Aún en situaciones sumamente di-fíciles, cuando todo parece estarperdido, él lo considera todo desdeuna perspectiva celestial. Dios estáen el control, él está trabajando;todo coopera para el bien de Su pro-pósito. No es mi bien, es el bien deél; no es mi propósito, es el propósi-to de Dios. Eso lo cambia todo.

Ahora entendemos por qué aquellosprimeros cristianos murieron poreste evangelio, por esta causa. ¿Ycuál es nuestra causa? Nosotros nohemos llegado a morir por el evan-gelio, ni aun estamos consiguiendovivir por él. Tenemos dificultades enla comunión, en la oración, dificul-tades con la palabra, dificultades conel Espíritu Santo, con los dones y conlos frutos. Eso no es correcto. Enton-ces, ¿qué haremos?

Que hoy podamos tener la sinceri-dad de llegar delante de Dios y con-fesar nuestras faltas, diciendo: «Se-

ñor, tómame con tus manos y lléva-me a experimentar las esferas másaltas de mi salvación. Sácame deesta periferia, ayúdame a vivir esteevangelio, desde mi matrimonio, mihogar, aun delante de todos los prin-cipados y potestades en los lugarescelestiales».«Porque habéis muerto…» (Col. 3:3).Esto tiene un contraste. Fuimosresucitados. ¿Y por qué fuimosresucitados? «Porque habéis muer-to». ¿Morimos para qué? Morimospara el pecado. «Consideraos muer-tos para el pecado» (Rom. 6:11). Elpecado era nuestro amo; estábamosesclavizados por él. ¡Pero nuestroSeñor venció al pecado!Morir al pecado es también morirpara el mundo. No permitas que elmundo tenga poder sobre tu vida;porque él te robará tu tiempo, per-derás la presencia y el gozo del Es-píritu y perderás la comunión con elSeñor. Entonces, debes saber que túmoriste para el mundo, para el pe-cado y para la carne. Tú has resuci-tado con Cristo. Ya no le pertenecesa la potestad de las tinieblas; eresun ciudadano celestial.

EEEEEscondidos con Cristoscondidos con Cristoscondidos con Cristoscondidos con Cristoscondidos con Cristo«Porque habéis muerto, y vuestravida está escondida con Cristo enDios» (Col. 1:3). ¡Qué hermosa de-claración! Tomemos la fuerza de

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esta frase. Tu vida está escondidacon Cristo en Dios. Es maravilloso.¡Cuánto poder hay en esta declara-ción! No hay nada que pueda aplas-tar tanto a Satanás como la fuerzaque hay en ella. Él solo tiene podercuando nosotros le damos lugar.Cuando tú puedes declararla con fe,anhelando esta realidad, es comocerrar la puerta con todas las fuer-zas ante el rostro de Satanás. Tu vidaestá escondida con Cristo en Dios.Que el Señor hable ricamente a tucorazón a través de esta frase.

La ofrLa ofrLa ofrLa ofrLa ofrenda perenda perenda perenda perenda perfffffectectectectectaaaaa«Así que, hermanos, teniendo liber-tad para entrar en el Lugar Santísi-mo por la sangre de Jesucristo»(Heb. 10:19). El contexto del versí-culo 19 se encuentra en los versícu-los 17 y 18: «Y nunca más me acor-daré de sus pecados y transgresio-nes. Pues donde hay remisión de és-tos, no hay más ofrenda por el pe-cado». ¿Dónde está la fuerza de estetexto? En los versículos 12 y 14. Alleer los versículos 12 y 14, 17 y 18,tendremos un hermoso cuadro acer-ca de nuestra redención.

«Pero Cristo, habiendo ofrecido unavez para siempre un solo sacrificiopor los pecados, se ha sentado a ladiestra de Dios» (v. 12). La versiónen portugués dice que él está «sen-tado para siempre» a la diestra de

Dios. ¿Por qué sentado para siem-pre? Porque él ofreció una únicaofrenda, y ésta es totalmente sufi-ciente, porque ella satisfizo todas lasexigencias de Dios.

Todo lo que esta ofrenda tenía quecumplir, lo cumplió, con relación alos pecados, a la muerte y al diablo,con relación al infierno y al mundo.Y también delante de Dios, ella sa-tisfizo la justicia de Dios, la santidadde Dios y la gloria de Dios. Esta esnuestra salvación. Un único sacrifi-cio.

«Porque con una sola ofrenda hizoperfectos para siempre a los santifi-cados» (v. 14). Él los perfeccionópara siempre. ¿Cuál es el secreto deesto? Versículo 12: «Un solo sacrifi-cio». Versículo 14: «Una sola ofren-da». «Hizo perfectos para siempre».¡Qué salvación es ésta! Esta salva-ción entró a tu corazón generandouna fe viva, una esperanza viva, unacerteza eterna; quebró los grilletesdel pecado, te sacó de la potestadde las tinieblas y te colocó en la po-sición de hijo de Dios. ¡Aleluya!

Una inUna inUna inUna inUna invivivivivitttttación celeación celeación celeación celeación celeststststst ialialialialialEl versículo 19 comienza: «Así que».Esta es una cláusula conclusiva. Estáconcluyendo todo lo que Pablo vie-ne hablando en los versículos ante-riores. «Así que, hermanos, tenien-do libertad para entrar en el Lugar

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Santísimo por la sangre de Jesucris-to…». Esto es glorioso. La frase «enel Lugar Santísimo» es otra manerade decir «en los lugares celestiales».

Este texto dice que tú puedes entrar.Satanás te dirá que tú tienes tantasdeficiencias. Pero aquí no dice eso.Dice que tú puedes. ¿Y por qué pue-des entrar? Porque Cristo hizo unsolo sacrificio para salvarte. Si tú fue-ses la única persona perdida en esteuniverso de billones de personas, élhabría venido igual aquí a realizar lamisma ofrenda para salvarte.

El Señor está sentado en el lugar degloria, en el Lugar Santísimo. Y hoynos invita a entrar. Tú dices: «Peroyo no me siento digno». Es el ene-migo quien quiere hacerte retroce-der. Pero Pablo dice que nosotros nosomos de aquellos que retroceden.No podemos retroceder, pues somosinvitados a entrar. Sí, puedes entrar,porque lo que te habilita para elloes el poder de la sangre de Jesús.Esta es la sangre que Dios ve. Estoes maravilloso.

Un plan eternoUn plan eternoUn plan eternoUn plan eternoUn plan eternoRecordemos Éxodo capítulo 12.Cuando Dios ordenó que sacrifica-sen un cordero, y que su sangre fue-se puesta en los dinteles de la puer-ta, el cordero debía ser tomado eldécimo día, pero era sacrificado enel décimo cuarto día. ¿Ves la belleza

de esto? Es lo que Pablo dice en Ro-manos 3:25. La versión en portuguésdice que Dios «propuso» a su Hijocomo propiciación. Significa queDios lo realizó antes. ¿Qué nosmuestra este cuadro? Antes que Je-sús muriera en la cruz, antes queAdán cayese, ya había un Corderoapartado y crucificado. Dios ya ha-bía provisto para nosotros salvacióneterna en Cristo Jesús.

La salvación fue consumada en lacruz. Pero el plan de ella ya estabadentro de Dios por toda la eternidad(1 Pedro 1:19-20). Esto es maravillo-so. ¡Esta es la salvación que tú tie-nes! Satanás quiere quitarte la ale-gría y la certeza de ella. No permi-tas que el pecado te limite; no per-mitas que tus debilidades o tu car-ne te hagan retroceder. Míralo a él.Si él está sentado, es por ti, porqueél ofreció un único sacrificio.

Dios aceptó el sacrificio, porque lasangre es el camino. Cuando tú vaspor esta sangre, Dios no ve a un pe-cador, sino que ve la sangre sobreél. Cuando Dios mira la sangre, él vela grandeza de la obra de su Hijo.«Consumado es». ¡Aleluya, pode-mos entrar! No podemos aceptarotra salvación que no sea ésta.

Cristo, sumCristo, sumCristo, sumCristo, sumCristo, sumo sacero sacero sacero sacero sacerdotedotedotedotedote«Y teniendo un gran sacerdote so-bre la casa de Dios…» (v. 21). Es im-

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presionante el lenguaje de estos tex-tos. La casa de Dios es otra manerade referirse a nosotros. Hebreos 3:6dice que la casa de Dios somos no-sotros. Está hablando de nosotros demanera colectiva. Al ver el versículo19: «Así que, hermanos…», éstostambién son la casa de Dios. Enton-ces, los hermanos pueden entrar.

Sobre la casa de Dios hay un sumosacerdote. ¿Qué quiere decir esto?En primer lugar, la obra de Cristocomo Salvador, es una obra del pa-sado; ella ya fue hecha. Pero, comosumo sacerdote, su obra está sien-do realizada ahora. En este exactomomento, Cristo es el sumo sacer-dote. Nuestra relación con él no essolo el relacionamiento con el Sal-vador. Su obra de salvación fue con-sumada hace dos mil años atrás;pero su obra como sumo sacerdoteestá siendo realizada ahora.

¿Con qué está tratando él ahora? Ennuestra salvación, él trató con nues-tros pecados. Sin embargo, comosumo sacerdote, él trata con nues-tras debilidades. Él sabe que somosdébiles. A veces, cuando nuestraoración no consigue llegar a Dios,¿sabes lo que el Señor hace? Él in-tercede por nosotros.

«Dijo también el Señor: Simón,Simón, he aquí Satanás os ha pedi-do para zarandearos como a trigo;

pero yo he rogado por ti, que tu feno falte» (Luc. 22:31-32). Vemoscómo el Señor Jesús se anticipó aPedro; él sabía que la fe de Pedro sedebilitaría, y éste lo negaría. Pero élno desistió de Pedro.

Cuando Pedro lo negó, vio que losojos del Señor estaban sobre él. Je-sús no apartó su mirada ni aun cuan-do éste lo negaba. Tú puedes negar-lo, pero él no te abandonará. ¡Estaes nuestra salvación! Todo esto estan glorioso. Tenemos un sumo sa-cerdote sobre la casa de Dios. «Acer-quémonos». No es retroceder, sinoentrar, aproximarse, avanzar; es vi-vir la vida celestial en la tierra.

CongrCongrCongrCongrCongregados en lo alegados en lo alegados en lo alegados en lo alegados en lo altototototo«No dejando de congregarnos,como algunos tienen por costumbre,sino exhortándonos; y tanto más,cuanto veis que aquel día se acer-ca» (v. 25). Hay dos maneras de ana-lizar este texto. Primero, de maneranatural. Ésta nos mostrará que eltexto se relaciona con las reunionesde la iglesia. Pero debemos saberque, hasta ese tiempo, los herma-nos no tenían un local de reunión.

Segundo, la palabra «congregar» esmuy interesante. Ella solo aparecedos veces en la Biblia. La primera en2a Tes. 2:1: «con respecto a la veni-da de nuestro Señor Jesucristo, ynuestra reunión con él». En griego

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es episunagoge. La idea aquí es con-gregarse en lo alto.

Todos los textos que hemos leído tie-nen relación con la vida cristianacelestial. Efesios 2:6 dice que «noshizo sentar en los lugares celestia-les con Cristo Jesús». Y Hebreos10:12 dice que él está sentado parasiempre a la diestra de Dios. Enton-ces, si él está sentado para siemprea la diestra de Dios, ¿qué quiere de-cir «sentados con Cristo en los luga-res celestiales»? Que nuestra salva-ción nos introdujo en la esfera máselevada de la presencia de Dios. Po-demos entrar y disfrutar de esta pre-sencia todo el tiempo. Te puedesacercar con un corazón sincero, enplena certidumbre de fe.

La certeza de la fLa certeza de la fLa certeza de la fLa certeza de la fLa certeza de la feeeee¿Cuál es la certeza de la fe? La efi-cacia de la sangre de Cristo Jesús. Noes mirándote a ti mismo, sino consi-

derando aquello que Dios ve. Estees un acto de fe. Entonces, esta cer-teza de fe ahora tiene un objetivo:la sangre de Cristo Jesús. La sangrede Jesús te purifica de todos tus pe-cados. Entonces dice: «No dejemosde reunirnos con el Señor en los lu-gares celestiales, como es costum-bre de algunos».

Necesitamos exhortarnos, porquenuestro Señor está volviendo, y an-tes de entrar en los cielos para vivirla plenitud eterna, nosotros pode-mos disfrutar los cielos aun estandoen esta tierra. Si tocamos la realidadde esta palabra, veremos una granoportunidad para que Dios comien-ce un gran avivamiento con noso-tros. Porque esta es la experienciapráctica del avivamiento: la concien-cia del verdadero significado de lavida cristiana. Amén.

Síntesis de un mensaje compartido enTemuco, Chile, en agosto de 2017.

Una cuestión de tacto

En cierta ocasión, John Wesley tuvo que viajar en diligencia con unoficial muy inteligente y simpático, pero que tenía el hábito de decirgroserías. Antes de subir, Wesley tomó a su compañero aparte y le dijo:«Quiero pedirle un favor, y es que, como viajaremos juntos un largotrecho, si por casualidad me oye decir una palabrota, me lo haga notaral instante».

El oficial entendió rápidamente y replicó: «¡Nadie sino Wesley podíahaber ideado una reprensión semejante!». La advertencia obró comoun encanto, pues no se oyó ninguna mala palabra durante el camino.

Samuel Vila

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LEGADO

VVVVVolviendo al principioolviendo al principioolviendo al principioolviendo al principioolviendo al principioEn Mateo 19:3-8, un pasaje importante del evan-gelio de Mateo, los fariseos vinieron a Jesúsqueriendo probarle, preguntando si era lícito alhombre repudiar a su mujer por cualquier cau-sa.

El Señor respondió haciendo referencia al librode Génesis: «¿No habéis leído que el que los hizoal principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Poresto el hombre dejará padre y madre, y se uniráa su mujer, y los dos serán una sola carne?». Yaquí llegamos a la conclusión del Señor: «Así queno son ya más dos, sino una sola carne; por tan-to, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre».

Entonces los fariseos hicieron otra pregunta:«¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta dedivorcio, y repudiarla?». Y el Señor les dijo: «Porla dureza de vuestro corazón Moisés os permi-tió repudiar a vuestras mujeres».

Esta es solo la voluntad permisiva, y no la vo-luntad eterna de Dios. Luego él agregó: «Mas alprincipio no fue así».

Reflexionando sobre los rasgos mássignificativos de la iglesia en el principiode su historia.

La iglesia en AntioquíaChristian Chen

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Si quieres conocer la voluntad deDios en relación al matrimonio,¿buscas su voluntad permisiva o suvoluntad eterna? Si buscas su pro-pósito eterno, la única forma es re-gresar al principio. Esta es nuestracarga hoy; por la gracia del Señor,compartiremos cómo era la iglesiaen el principio.

Una fUna fUna fUna fUna familia divididaamilia divididaamilia divididaamilia divididaamilia divididaSin duda, por detrás del tema deldivorcio hay muchas lágrimas y co-razones rotos, hay niños que crecenen una familia quebrada. Lo mismoocurre hoy en la iglesia. Nosotrossomos la familia de Dios, pero almirar a nuestro alrededor hemos deadmitir que hay muchas divisiones.Según estadísticas recientes, hay38.000 denominaciones cristianas.

En una familia como ésta, donde lasseparaciones ya ocurrieron, ¿cómoenfrentaremos la situación? ¿Cómoandaremos entre los hermanos?¿Cuál es el camino? No somos res-ponsables por las divisiones. Sinembargo, eso aconteció. ¿Hay uncamino en el cual pueda vivir hoy elpueblo de Dios?

La primera vez que Pablo visitóCorinto, él trabajó con Priscila yAquila. Ellos vinieron de Roma, yPablo había pasado por Atenas has-ta llegar a Corinto. En el comienzo,

Pablo fue a la sinagoga de los judíose intentó hablarles del evangelio,pero ellos se rehusaron a oírle. Poresa razón, Pablo y otros salieron deallí. Pero el encargado de la sinago-ga y su familia fueron salvados. Fueun fruto maravilloso.

Muchas personas fueron salvadas enaquella ciudad. Entonces, una no-che, el Señor se le apareció y le dijo:«Pablo no temas; debes seguir ha-blando, no te detengas». En otraspalabras: «Cuando más frutos ten-gas, habrá una reacción del enemi-go y puedes esperar que toda la ciu-dad se vuelva contra ti». Pero esesolo fue el principio de la obra dePablo en Corinto.

Ese es el camino. Los ojos de Pablose abrieron y más tarde descubrióque el Señor tenía más personas enesa ciudad. Gracias al Señor, si tusojos están concentrados en él, nosolo verás al Señor, sino tambiéndescubrirás que hay más personasen tu ciudad; entonces el Señor temostrará el camino.

La igleLa igleLa igleLa igleLa iglesia en el primsia en el primsia en el primsia en el primsia en el primer sigloer sigloer sigloer sigloer sigloEn esta ocasión compartiremoscómo fue la iglesia en el principio,hablando sobre la iglesia enAntioquía, luego la iglesia enCorinto, la iglesia en Éfeso, y por úl-timo la iglesia en Filadelfia. Al hablar

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sobre la iglesia en el principio, ire-mos a los primeros cien años, y losdividiremos en tres secciones de 33años cada una.

Los primeros 33 años fueron los díasen que la Palabra se hizo carne; enesos 33 años somos testigos de laCabeza de la iglesia. El segundo pe-riodo, en el libro de Hechos desdeel capítulo 1 hasta el 28, cubre 33años. Aquí somos testigos del naci-miento y el crecimiento de la igle-sia. En aquellos 33 años, «el caminodel justo es como la luz en la aurora,que va en aumento hasta que el díaes perfecto».

Eso es lo que nos muestra el librode Hechos. Ahí encontramos los he-chos del Espíritu Santo. Cuando elSeñor estuvo en la tierra, él tomó elcuerpo que Dios le dio por medio deMaría. Donde él iba, fuese a Galilea,Judea o Samaria, él llevaba el cieloconsigo. Después de la ascensión,cuando nació la iglesia, el cuerpo deCristo siguió sobre la tierra. Por me-dio de este Cuerpo místico, el Señorsiguió moviéndose, predicando ytrabajando. Así vemos, en estos 33años, no solo la Cabeza sino tambiénel cuerpo.

Ya hemos oído cómo Pedro habló.Juan y los otros apóstoles estuvie-ron siempre con Pedro. Siempre eraPedro quien hablaba. Cuando Pedroestaba lanzando las redes, Jesús le

dijo: «Te haré pescador de hom-bres». Este fue el ministerio de Pe-dro; el día de Pentecostés, él lanzóla red, y tres mil peces vinieron aella. Más tarde, fueron cinco milpeces. Gracias al Señor, en esos 33años más gloriosos, la iglesia nacióy fue creciendo hasta la madurez.Pedro y otros apóstoles pusieron elfundamento.

En el tercer grupo de 33 años, ve-mos el ministerio de Juan; ahora esél quien toma la responsabilidad delSeñor. Cuando Juan fue llamado, élestaba reparando las redes. Por eso,su ministerio es recuperar. Dios re-servó a Juan, después que Pablo yPedro durmieron. Cuando Juan es-cribe, la situación es muy diferente,en especial en el libro de Apocalip-sis.

El ministerio de JuanEl ministerio de JuanEl ministerio de JuanEl ministerio de JuanEl ministerio de JuanEn la isla de Patmos, en el día delSeñor, cuando Juan miraba hacia lasiglesias en Asia, la situación de de-cadencia de las iglesias estaba en sucorazón. Como un sumo sacerdote,él llevaba a todos los hijos de Diosante el Señor. Imaginen su tristeza.El apóstol Juan vivió casi cien años.Pablo no vivió tanto, y probablemen-te solo vio la etapa gloriosa del cre-cimiento de la iglesia, aunque él yapercibía algunos males. Sabemoseso por la segunda carta a Timoteo.

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Cuando Juan se mira al espejo, élsabe que su hombre exterior estádecayendo, y no se asombra de eso;pero sí le sorprende ver que, cuan-do la iglesia entra en los siguientes33 años, entonces hay arrugas ymanchas en ella. Pero, ¿es posibleque la iglesia, llena de la vida de Cris-to, pueda envejecer? Al leer las car-tas en Apocalipsis, nos asombramos.De las siete iglesias, nuestro Señorse dirige a cinco de ellas diciendo:«Arrepiéntete». Pero, ¿no se supo-ne que la palabra «arrepentimien-to» es para los incrédulos?

Cuando la iglesia estaba en condicio-nes normales, Pablo escribió sietecartas. De manera indirecta, el Se-ñor habló por medio del apóstol.Pero ahora, cuando la iglesia está enanormalidad, es el propio Señorquien habla. Nadie puede ver me-jor que él. El Señor anda entre loscandeleros con sus ojos penetran-tes, y puede ver la condición real delas iglesias. Sin duda, la iglesia esta-ba en decadencia. Es como si el Se-ñor dijera a Juan: «Tú solo has vivi-do cien años y eso es lo que ves; peroyo puedo ver mucho más que tú».

Cuando miramos los últimos 2.000años, obtenemos un reflejo de loscapítulos 2 y 3 de Apocalipsis. Y en-tre las siete iglesias es mencionadala condición de Filadelfia. Cuandomiramos a esa iglesia, podemos des-

cubrir el verdadero camino de laiglesia. Ahora, cuando la iglesia estáenvejeciendo, ¿cuál es el camino?Esa es la idea que queremos com-partir en esta conferencia: cómo erala iglesia en el principio.

«Ahora bien, los que habían sido es-parcidos a causa de la persecuciónque hubo con motivo de Esteban,pasaron hasta Fenicia, Chipre yAntioquía, no hablando a nadie lapalabra, sino solo a los judíos. Perohabía entre ellos unos varones deChipre y de Cirene, los cuales, cuan-do entraron en Antioquía, hablarontambién a los griegos, anunciandoel evangelio del Señor Jesús. Y lamano del Señor estaba con ellos, ygran número creyó y se convirtió alSeñor. Llegó la noticia de estas co-sas a oídos de la iglesia que estabaen Jerusalén; y enviaron a Bernabéque fuese hasta Antioquía. Despuésfue Bernabé a Tarso para buscar aSaulo; y hallándole, le trajo aAntioquía. Y se congregaron allí todoun año con la iglesia, y enseñaron amucha gente; y a los discípulos seles llamó cristianos por primera vezen Antioquía» (Hech. 11:19-26).

Aquí vemos la iglesia en Antioquía.En esta iglesia, vemos que el Espíri-tu Santo hizo algo nuevo. Las cosasque hace el Espíritu Santo son siem-pre nuevas. De alguna forma, esta

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fue la continuación de la obra delEspíritu Santo.

El PEl PEl PEl PEl PentecostésentecostésentecostésentecostésentecostésAl hablar de los hechos del EspírituSanto, debemos empezar con el díade Pentecostés. «Porque Juan cier-tamente bautizó con agua, mas vo-sotros seréis bautizados con el Espí-ritu Santo dentro de no muchosdías» (Hech. 1:5). El bautismo conel Espíritu Santo ocurrió realmenteel día de Pentecostés. Todos allí fue-ron bautizados en un cuerpo deciento veinte miembros. Así fue elnacimiento de la iglesia, el cuerpode Cristo. Inmediatamente despuéstenemos la iglesia en Jerusalén.

Históricamente, el comienzo de laobra del Espíritu fue aquel día en

El Espíritu Santo siguió obrando.Para nosotros, esto lleva tiempo. Sinembargo, para Dios, solo hay un«ahora». Para él no hay tiempo niespacio. El bautismo del EspírituSanto en un solo cuerpo, para noso-tros, lleva años; sin embargo, paraDios, es un hecho consumado.

En casa de CornelioEn casa de CornelioEn casa de CornelioEn casa de CornelioEn casa de Cornelio«Y cuando comencé a hablar, cayóel Espíritu Santo sobre ellos también,como sobre nosotros al principio»(Hech. 11:15). Esto lo dice Pedro. Éltuvo una experiencia maravillosa enCesarea, en casa de Cornelio. Ahoraintenta describir lo que ocurrió enese lugar. Pedro quería decir muchaspalabras, pero el Espíritu Santo lointerrumpió, cayendo sobre ellos,

El bEl bEl bEl bEl bauauauauautttttismismismismismo del Eo del Eo del Eo del Eo del Espírispírispírispírispíritttttu Santo en un solou Santo en un solou Santo en un solou Santo en un solou Santo en un solocuerpcuerpcuerpcuerpcuerpo, po, po, po, po, pararararara nosota nosota nosota nosota nosotrrrrros, lleos, lleos, lleos, lleos, llevvvvva años; sin em-a años; sin em-a años; sin em-a años; sin em-a años; sin em-bbbbbararararargo, pgo, pgo, pgo, pgo, pararararara Dios, ea Dios, ea Dios, ea Dios, ea Dios, es un hecho consumado.s un hecho consumado.s un hecho consumado.s un hecho consumado.s un hecho consumado.

Jerusalén. Tal era el plan de Dios:«Pero recibiréis poder, cuando hayavenido sobre vosotros el EspírituSanto, y me seréis testigos en Jeru-salén, en toda Judea, en Samaria, yhasta lo último de la tierra» (Hech.1:8). Sin duda, nosotros estamos enlo último de la tierra. Estos son loshechos del Espíritu Santo. ¡Graciasal Señor!

«como sobre nosotros en el princi-pio». Él se refería al día de Pente-costés. «Entonces me acordé de lodicho por el Señor cuando dijo: Juanciertamente bautizó en agua, perovosotros seréis bautizados con elEspíritu Santo».

¿Qué ocurrió en casa de Cornelio?¿Cómo describimos esa experiencia

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del bautismo del Espíritu Santo? Sivemos toda la Biblia, solo en dosocasiones; una en el día de Pente-costés y la otra en casa de Cornelio,el Espíritu Santo describe este acon-tecimiento: el bautismo del EspírituSanto. La interpretación viene de 1a

Corintios 12: «Todos fuimos bauti-zados en un cuerpo por el EspírituSanto». Al hablar del bautismo delEspíritu Santo, vemos el propósitode la obra suya en relación con laformación del cuerpo de Cristo.

En casa de Cornelio la mayoría songentiles, pero gracias al Señor, aho-ra no hay griego ni judío, esclavo nilibre; ahora todos bebemos de unEspíritu. Este es un hecho del Espíri-tu Santo. Así nace el cuerpo de Cris-to. A los ojos de Dios, es un hechoque ocurre un solo momento, pero,para entenderlo nosotros, lo vemosdesde el capítulo 2 hasta el capítulo11 de Hechos. Pero ambas son solouna cosa, dos lados de una mismaesfera, comenzando en Jerusalén yfinalizando en Antioquía.

Inicios en AntInicios en AntInicios en AntInicios en AntInicios en AntioquíaioquíaioquíaioquíaioquíaAl llegar a Antioquía vemos cómo elEspíritu Santo puede hacer muchasobras según la voluntad de Dios. Poresa razón, nunca podremos separarla iglesia en Antioquía de la iglesiaen Jerusalén. En Jerusalén, los san-tos se reunían juntos, pero en el ca-

pítulo 6, se nos dice que había ju-díos helenistas y judíos nativos. Ha-bía dos lenguas diferentes: judío ygriego. De inmediato, notamos queesto es distinto al judaísmo.

Esteban trabajó en algunas sinago-gas, una de ellas llamada «sinagogade los libertos», que reunía a judíosque antes eran esclavos. Allí habíagente de Cirene y Alejandría, delnorte de África. Pero aunque todoshablaban griego, había diferencias;algunos eran de piel clara y otrososcura. Todos hablaban la mismalengua, pero si no te sentías cómo-do con los de África, te ibas a otrasinagoga, y punto.

Pero, entre los hermanos, algunoshablaban hebreo y otros griego. ¿Po-drían tener iglesias diferentes y re-unirse de distintos modos? Si así fue-se, no habría habido una iglesia enAntioquía. Aquellas personas teníanque aprender la lección en Jerusa-lén. Y, ¿cómo aprendieron? Dadoque hablaban diferentes lenguas, alreunirse, tarde o temprano la dife-rencia cultural traía problemas.

Una lección en JerusalénUna lección en JerusalénUna lección en JerusalénUna lección en JerusalénUna lección en JerusalénEn Jerusalén, algunos hermanos dehabla griega tenían problemas, puessus viudas eran desatendidas (He-chos 6). ¿Cómo resolverían aquello?La solución vendría solo yendo a lapresencia del Señor para orar jun-

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tos. Entonces escogieron a sietediáconos, ¡y todos ellos hablabangriego! Fue una obra del Espíritu.Gradualmente, ellos aprendieronuna lección maravillosa de cómofunciona el cuerpo de Cristo.

Estrictamente hablando, ¿quién es-taba a cargo del ministerio de la pa-labra? Pedro y los otros apóstoles,mientras Felipe y Esteban atendíanlas mesas, así como el hermano Lo-renzo dijo: «Dios mío, de alguna for-ma, por amor a ti, si pudiera ayudarun poco en alguna cosa, yo estaríatan contento». Si aprendemos esamaravillosa lección juntos, comocuerpo de Cristo, seremos fieles enlas pequeñas cosas. Gracias al Señor,ellos escogieron a varones llenos delEspíritu Santo para atender las me-sas.

EEEEEstebstebstebstebsteban y el concilioan y el concilioan y el concilioan y el concilioan y el concilioTodo empieza ahí, cuando Estebanfue a la sinagoga de los libertos y lespredicó el evangelio. Pero algunosno pudieron soportarlo y lo llevaronante el concilio. Allí, su rostro brilla-ba como el de un ángel.

Lucas no estaba ahí. Entonces,¿cómo supo que el rostro de Este-ban brillaba? Alguien debió haberestado presente. ¿Fue Pablo? Este-ban predicó un largo sermón, pasan-do por todo el Antiguo Testamento.Pablo era un maestro que conocía

bien las Escrituras; pero es impresio-nante saber que Esteban no era unerudito; mas, de alguna forma, lapalabra de Dios estaba viviendo enél.

¿Quién pudo haber registrado aquelsermón? Sabemos que a Pablo no leagradó. Las personas tapaban susoídos. Pero de todas maneras, Pa-blo oyó y recordó cada palabra deese discurso, y después él lo trans-mitió a Lucas. Oyendo a Esteban,aquel que atendía las mesas, un granerudito fue cautivado.

Si creemos que la iglesia en Jerusa-lén empezó con Pedro y Juan, y quesolo ellos eran capaces de producirfrutos, no es así. Si eres miembro delcuerpo de Cristo, como Esteban yeres fiel en lo poco, esto ocurrirá.Esteban no trazó un plan, él no sa-bía que un día iba a capturar a ungran pez como Pablo.

Esteban dijo «Veo los cielos abier-tos». Pablo era un erudito de la Bi-blia, él conocía muy bien a Ezequiel.El profeta solo vio la imagen de lagloria de Dios. ¿Quién era Estebanpara ver la gloria de Dios? Si Este-ban era un hombre de Dios, ¿quiénera Pablo? Él estaba lleno de cono-cimientos bíblicos. Pero ahora el Se-ñor Jesucristo, que siempre está sen-tado a la diestra del Padre, se levan-ta para recibir a Esteban el mártir.

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Todo eso fue tan impresionante paraPablo, que no podía soportarlo. O élse rendía al Señor, o tendría queapagar todas aquellas voces. Enton-ces él persiguió a la iglesia, de lamisma forma que un oso entra a unjardín, intentando destruir todas lasviñas. Pablo era un hombre civiliza-do. ¿Cómo es posible que de súbitose convirtiera en alguien tan violen-to? ¿Puedes imaginar a un hombreculto como Pablo con la sangre delos santos en sus manos?

Solo hay una interpretación: él nopodía acallar la voz de su concien-cia. El Señor estaba usando aquelaguijón para incomodarlo. O Pablose rendía, o seguía persiguiendo alpueblo de Dios. Por desgracia, él es-cogió perseguir la iglesia, hasta queen el camino a Damasco fue atrapa-do por aquella luz del cielo y, unavez atrapado, nunca pudo escapar.

Pablo fue salvo y, definitivamente,esto tuvo que ver con Esteban. Noes de sorprender que, cuando Pabloquiso dar el primer sermón de suvida, escogiese Antioquía de Pisidia,un lugar muy alto, que usó como pla-taforma para predicar su primermensaje. Este sermón comienzadonde Esteban terminó.

Consecuencias de la perConsecuencias de la perConsecuencias de la perConsecuencias de la perConsecuencias de la persecuciónsecuciónsecuciónsecuciónsecuciónAhora vemos lo que ocurrió en Je-rusalén, cuando todos se juntaron.

Debes lidiar con un lenguaje diferen-te, tienes que negarte a ti mismo.Gracias al Señor, este es único lugardonde puedes conocer la voluntadde Dios. Si ellos están separados, nola conocerán. Y no solo eso. Graciasa la persecución, los santos fueronesparcidos, y los que salieron de Je-rusalén fueron por todas partes pre-dicando la Palabra.

Los apóstoles, quizá debido a su granresponsabilidad, permanecieron enJerusalén. Pero Jerusalén es solo elprincipio, no el fin. Ellos estaban enel comienzo, pero el Señor continua-ría. Cuando los obreros están ocu-pados, ¿la iglesia debería paralizar-se? ¿Y qué hay de Samaria, de Judeay de los otros lugares?

Después de aquella persecución,Felipe, otro de los diáconos, fue a laciudad de Samaria. Si el plan del Se-ñor se extendía a Samaria, ¿quiénevangelizaría Samaria? ¿Esperaríana que el Espíritu Santo tocara el co-razón de Pedro? Sí, más tarde fuetocado, porque Felipe estaba traba-jando en aquella área. Ahora, Pedroy Juan fueron por las aldeas, perohabía una razón para eso.

Cuando el Señor Jesús estuvo en latierra, al pasar por Samaria, los sa-maritanos no le recibieron. Enton-ces, Juan y Jacobo, los hijos del true-no, dijeron: «Señor, ¿por qué no ha-

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ces descender fuego del cielo paraconsumirlos?». Él les respondió: «Nosabéis de qué espíritu sois». Su es-píritu era un espíritu violento, no erael Espíritu del Cordero. Gracias alSeñor, cuando Juan y Pedro pasaronotra vez por allí, pidieron que des-cendiera el Espíritu Santo. Entonces,toda aquella región fue ganada parael Señor.

¿Ven los hechos del Espíritu Santo?Él obra de una manera maravillosa.Y no solo eso; también el Señor dijoa Felipe: «Ve al desierto y acércatea un eunuco etíope». El eunuco es-taba leyendo Isaías 53, y no podíaentenderlo; luego, no solo fue sal-vo, sino también bautizado. Ahora elevangelio no solo estaba en Jerusa-lén, sino también llegó hasta Etiopía,todo eso a causa de que los discípu-los fueron esparcidos.

Hacia los gentHacia los gentHacia los gentHacia los gentHacia los gentileileileileilesssssEntonces los apóstoles salieron ahacer la obra de confirmación. Deesa forma Pedro visitó Jope, y reci-bió la visión. Conocemos cómo él fueenviado a casa de Cornelio y ésteexperimentó el bautismo del Espíri-tu Santo. Si Pedro hubiese perma-necido en Jerusalén, nada hubieraocurrido, pero, porque tuvo que via-jar a Jope, que era el campo de tra-bajo de Felipe, la obra se extendió.

Tras la escena en casa de Cornelio,leemos: «Ahora bien, los que habíansido esparcidos a causa de la perse-cución que hubo con motivo de Es-teban, pasaron hasta Fenicia, Chiprey Antioquía, no hablando a nadie lapalabra, sino solo a los judíos. Perohabía entre ellos unos varones deChipre y de Cirene, los cuales, cuan-do entraron en Antioquía, hablarontambién a los griegos, anunciandoel evangelio del Señor Jesús. Y lamano del Señor estaba con ellos, ygran número creyó y se convirtió alSeñor» (Hch. 11:19-21).

Estos varones de Chipre, Antioquía,Fenicia y Cirene eran los que discu-tieron con Esteban. El Señor usó aEsteban para una obra maravillosa,y luego éstos fueron salvos. Ahoraellos sintieron libertad para hablara los griegos acerca del Señor Jesús.Y, porque la mano del Señor estabacon ellos, algo ocurrió. Ahora el Es-píritu Santo dirá: «Esa es la razón porla cual los puse en Jerusalén, paraenseñarles la vida de cuerpo, quenecesitan los unos de los otros y queno pueden juzgar a las personas solopor su apariencia».

En este mundo, todos somos distin-tos en cuanto al trasfondo cultural.Pero cuando aprendes algo en Jeru-salén y experimentas algo por me-dio de la vida del cuerpo, aun noexistiendo un mandato de Pedro y

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de Juan, cuando otros no quierenpredicar a los gentiles, éstos predi-caron a los griegos.

Finalmente, esta noticia llegó a Je-rusalén, a oídos de un hermano lla-mado Bernabé. Éste sabía que ha-bía un hombre que sería usado porel Señor para ayudar a esa iglesiarecién nacida.

Entonces aparece Pablo, después dehaber estado oculto once años enDamasco. Cuando la Escritura diceque Bernabé «lo encontró», en grie-go, es una expresión similar a haberhallado una perla en el fondo delmar.

El Señor puso una barrera a Pablo,por once años, mientras la vida deCristo iba siendo acumulada en suvida. Pero, cuando aquella compuer-ta fue levantada, fluyeron los ríos deagua viva. Entonces Pablo fue a An-tioquía, y trabajó con Bernabé, re-uniéndose con los santos duranteun año.

AntAntAntAntAntioquíaioquíaioquíaioquíaioquíaRecordemos algunas cosas. Prime-ro, por el Espíritu Santo, nació la igle-sia en Jerusalén. Luego, tras el bau-tismo con el Espíritu Santo en casade Cornelio, Dios escogió a Antio-quía para ser una ciudad muy impor-tante en Su obra, porque eso esta-ba realmente en su corazón.

A los discípulos se les llamó cristia-nos por primera vez en Antioquía.Allí, el Espíritu Santo hizo algo nun-ca visto antes. Los discípulos que vi-vían en aquel lugar ya habían apren-dido la experiencia de primera manoen Jerusalén. Ellos sabían cómo elcuerpo se movía. Si ellos hubiesensido una organización, deberían es-perar por Pedro, Juan y los otrosapóstoles; pero no fue así.

Entonces, ¿quién es el agente quehará que el cuerpo se mueva? Ve-mos, por un lado, los hechos del Es-píritu Santo, y por otro, el verdade-ro registro del cuerpo de Cristo. Esono es solo una teoría, es una reali-dad, algo nuevo, algo efectivo. Si si-gues la ley del cuerpo de Cristo, si lamano del Señor está contigo, no ne-cesitas preocuparte por los núme-ros. Muchos creyentes vendrán a él.

La iglesia en Antioquía es diferentea Jerusalén. En Jerusalén, el judaís-mo es la fuerza dominante. Las per-sonas siempre considerarán a esaiglesia como una secta dentro deljudaísmo; aquello era como un pe-riodo de transición. Para ver lo queel Señor realmente desea, debemosir a la iglesia en Antioquía.

Antioquía era una de las grandes ciu-dades de aquella época. Allí habíacuatro grupos de personas: griegos,romanos, una minoría de judíos, y

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sirios. Es una mezcla cultural, comoel sueño de Alejandro Magno, elmatrimonio entre oriente y occiden-te. Él quiso que sus diez mil solda-dos griegos se casasen con diez milmujeres persas, pero su sueño nun-ca se cumplió. Pero en el cuerpo deCristo no hay judío ni griego, escla-vo ni libre; todos ellos bebieron deun Espíritu.

La iglesia de Dios, el cuerpo de Cris-to, es algo totalmente distinto a cual-quier otra cosa. En Jerusalén, el pue-blo no pudo entender; pero, por lafidelidad de Pablo y Bernabé, ellospodían perfeccionar a los santos yedificar el cuerpo de Cristo. Por estacausa, la gente dijo: «Ellos son cris-tianos», es decir, que pertenecían aCristo.

Antioquía era una ciudad cosmopo-lita. Allí confluía todo tipo de perso-nas. Sus habitantes eran famosospor dar apodos a todos. Ellos veíancuando los creyentes se reunían, yse preguntaban: ¿Pertenecen a losjudíos? No, no es judaísmo. ¿Perte-necen a alguna corriente filosófica?No, de ninguna manera. ¿Algo co-nectado con los persas? Tampoco.

Entonces, no sabían cómo describir-los. Todo lo que sabían era que aque-llas personas adoraban a Cristo. Erangente de Cristo, y por eso fueron lla-mados cristianos. En realidad, los

discípulos recibieron este nombrecomo un apodo.

La unción del ELa unción del ELa unción del ELa unción del ELa unción del EspírispírispírispírispíritttttuuuuuLa iglesia es siempre un enigma parael mundo. Si algún día el mundo escapaz de penetrar en la iglesia, ellaserá como Sansón. Cuando él se re-costó sobre las rodillas de Dalila, ysu cabello fue cortado, su podertambién se fue. Ese era su secreto.Es por eso que hablamos del testi-monio. Si aquellos hermanos hubie-sen estado reuniéndose por cienaños y nadie lo supiera, eso no seríatestimonio.

Si algo tiene impacto en la sociedad,si el pueblo percibe que algo estápasando, no podrá catalogarloscomo una secta del judaísmo, sinocomo seguidores de Cristo. «Cristia-nos» es la mejor descripción. Aun-que fuese un apodo, por alguna ra-zón, la mano soberana del EspírituSanto estaba detrás de eso. Son gen-te de Cristo. ¿Quién es Cristo? ElUngido. ¿Quiénes son los cristianos?Los ungidos.

En el Pentecostés y en casa deCornelio, todos ellos fueron bauti-zados en un cuerpo. Pero, antes deeso, la Cabeza fue primeramenteungida. Cuando nuestro Señor as-cendió a los cielos, él fue exaltado yfue ungido como Cristo. El óleo deAarón fue derramado sobre la Ca-

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beza. Cuando el óleo estaba siendoderramado, fue primero sobre Jeru-salén, luego en casa de Cornelio, yhoy lo vemos descender por todo elcuerpo. Esta es la historia del Pen-tecostés.La fuente de los hijos de Dios no tie-ne su origen en los grandes filóso-fos ni tampoco en Moisés; es Cristo,quien ascendió a los cielos, el Mesíasungido. Entonces, aquella unción, elEspíritu Santo en la Cabeza, fue de-rramado hasta nosotros. Cuando sehabla de los cristianos, se trata deCristo y su iglesia. Por una parte, laCabeza ungida; por otra, el cuerpobautizado. Bautizados en un cuerpo.Ese es el testimonio.El Espíritu Santo hizo algo maravillo-so: Cristo y los cristianos, el Ungidoy los ungidos. Tenemos la unción ennosotros. Gracias al Señor, siendoungidos, el Espíritu Santo nos con-ducirá a todos. Pablo no trató deusurpar el lugar del Espíritu. Aunqueestés lleno de conocimiento bíblico,no puedes tomar Su lugar. Debemospermitir que él nos enseñe. El Espí-ritu Santo se mueve dentro de no-sotros. Eso es la unción.

Los cristLos cristLos cristLos cristLos cristianos, hoyianos, hoyianos, hoyianos, hoyianos, hoyCuando la gente de Antioquía perci-bió algo nuevo, ellos solo podíandecir: «Ellos son cristianos». Hoy endía, si alguien te pregunta: «¿Quién

eres tú?», respondes: «Soy cristia-no». Pero el mundo no está confor-me con esa respuesta, y te pregun-tarán: «¿Qué tipo de cristianoeres?». En la iglesia en Antioquía sonsolo cristianos, pero ellos no sabencómo describirse a sí mismos en for-ma más específica.

¿Qué nos lleva a dividirnos? Que,aparte de ser cristianos, tenemosalguna cosa más. Por ejemplo, si yoestoy en un restaurante y oro, y enuna mesa cercana hay un descono-cido que también ora, podemos co-menzar a tener comunión.

Ambos somos cristianos. Si no po-demos hablarnos, recordamos queen la Biblia hay dos palabras que soncelestiales, y entonces yo digo: «Ale-luya», y él dirá: «Amén». ¡Maravi-llosa comunión!

Pero no puedes ir más allá de eso,porque si vas un poco más allá, es-tarás en problemas. «¿Cómo tereúnes, hermano?». «Oh, yo me re-úno en un lugar muy ruidoso; algu-nas personas ruedan por el suelo».El otro hermano piensa: «Ah, debeser un pentecostal». Luego dice:«Nuestro lugar de reunión es tanquieto, que si cae una aguja en elpiso, todos pueden oírlo. Si se lee laBiblia, todos están en silencio. Si vie-nes a este lugar, sentirás la presen-cia de Dios».

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¿Ven eso? Al principio, ambos seaman; pero después de saber quétipo de cristiano es él, comienza elproblema. Hay una historia real. Enuna asamblea, algunos hermanosdecían Amén, y otros hermanos nolo podían soportar. Finalmente, en-contraron una solución, disponien-do un área para los hermanos quedecían Amén, y otra para quienes nolo hacían.

En Brasil, un pastor bautista fue in-vitado a predicar a una iglesiapresbiteriana, y después del mensa-je, todos dijeron: «¡Maravilloso!».Pero su doctrina era distinta; enton-ces, el predicador no podía partici-par de la mesa del Señor. Alguienpreguntó: «¿No es él un hermano?».Y le respondieron: «Sí, pero es unmedio hermano». Pero en Cristo haysolo hermanos, no medios herma-nos.

En Estados Unidos visité una asam-blea rural. Allí había muy buenoshermanos, pero discrepaban entresí con respeto a algunas cosas. Yodebía ser muy cuidadoso. Un día,estando sentados a la mesa, alguienme preguntó: «¿Hermano, quierescafé o té?». Algunos de ellos pensa-ban que los cristianos no debían to-mar té, y otros creían que no debíantomar café, y eso los separaba. En-tonces dije: «Yo quiero leche».

Si el té o el café nos pueden sepa-rar, entendemos por qué hay 38.000denominaciones diferentes. Lo úni-co importante es que fuimos salvospor causa de Cristo. No ha sido dadoa los hombres ningún otro nombre;en el nombre de Jesús fuimos bau-tizados y en este nombre nos reuni-mos juntos. Si realmente vivimoseste tipo de vida, entonces, eso esla iglesia en Antioquía.

El grEl grEl grEl grEl grato olor de Cristoato olor de Cristoato olor de Cristoato olor de Cristoato olor de CristoAl hablar de la unción del Mesías, deinmediato recordamos el Salmo 133.Cuando el óleo está sobre la cabezade Aarón, en hebreo dice: «un acei-te precioso en extremo». Es muy di-ferente de cualquier otro. El aceiteusado en el templo requería ciertafragancia; pero según la tradición, elóleo que ungiría al sacerdote eraextremadamente precioso.

Hace 2.000 años atrás, los judíossabían cómo hacerlo, pero aquellatécnica desapareció. Solo hace po-cos años, un profesor israelí descu-brió la planta de la cual se obteníaaquel óleo especial. Cristo fue ungi-do con un óleo único; es tan espe-cial, que cuando está siendo derra-mado, inmediatamente sabes quiénes el Ungido, y puedes percibir sufragancia.

Cuando se esparce el aroma de Cris-to, sentirás algo diferente en el aire.

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Pero no es solo él. En Antioquía haymuchos ungidos, llenos del EspírituSanto, y antes que ellos hablen, pue-des sentir la fragancia. A esto se lellama testimonio. Sin importar dón-de nos reunamos, el mundo perci-birá el aroma y dirá: «Estos son cris-tianos». Pero, nadie lo sabrá si nohay tal fragancia.

Gracias al Señor, tal es la iglesia enAntioquía. Si hoy vivimos este tipode vida, tarde o temprano, en la so-ciedad, se percibirá el olor. Es difícildescribir una fragancia. Cristo vamás allá de cualquier descripción, yasimismo los cristianos van más alláde cualquier descripción. ¿Vivimosnosotros una vida como ésta? Si esasí, entonces, este es nuestro testi-monio.

La fLa fLa fLa fLa flor de alheñalor de alheñalor de alheñalor de alheñalor de alheñaCuando la reina de Saba trajo aque-llas plantas aromáticas a Salomón,él halló un oasis llamado En-gadi, enla región del Mar Muerto, y allí fue-ron plantadas aquellas especias. Poreso, en el último versículo del Can-tar de los Cantares vemos «la mon-taña de los aromas». Si vas a En-gadihoy, descubrirás plantas de alheña(henna). Ocurre algo muy interesan-te con la alheña: Si hay una plantasola, apenas puedes olerla; pero,cuando hay muchas de ellas juntas,se percibe su aroma a la distancia.

Nuestro Señor es esa flor de alhe-ña. Originalmente, él era solo el HijoUnigénito, una maravillosa flor dealheña, pero, tras su resurrección, élllevó muchos hijos a la gloria. Cuan-do la iglesia se reúne hay muchasplantas de alheña juntas, y percibi-rás el olor a gran distancia. Esta esla historia de la iglesia en Antioquía.

Aquí descubrimos que, cuando laCabeza es ungida, todos los miem-bros son ungidos. La fragancia ya noviene solo de la Cabeza, sino tam-bién de todos los miembros del cuer-po de Cristo. Esto es la iglesia comoera en el principio. No es solo teo-ría; debemos vivir esa vida, debe-mos aprender a ser guiados por elEspíritu Santo, a obedecerle y ser lle-nos de él.

Que podamos menguar para queCristo crezca en nosotros. Entonces,no solo tendremos la iglesia enAntioquía. Éstos son los cristianoshoy, los ungidos; pero no solo eso:ellos esparcen la fragancia. Por esola sulamita podía decir: «Oh despier-ta viento del norte, y ven viento delsur, haced que mi huerto exhale fra-gancia». Esta es la función de la igle-sia; por esta razón nos reunimos encada lugar. El Señor hable realmen-te a nuestros corazones. Amén.

Mensaje compartido en Temuco, Chile, enseptiembre de 2012.

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59AGUAS VIVAS

1 y 2 PedroBIBLIA

A.T. Pierson

Palabra clave: Precioso Versículo clave: 1a Ped. 2:7

Claves para el estudio de la Palabra

Estas epístolas fueron dirigidas a los “elegidos expatriados en la dispersión”,esto es, no a las iglesias de los gentiles, ni a los hebreos que aún se apegabana la Ciudad Santa y su Templo; sino más bien a aquellos que habían renun-ciado al judaísmo, por Cristo, y a la Canaán terrena, por el Paraíso celestial.Pablo fue a los gentiles, viajando hacia el Oeste. Pedro, viajando para el Este,fue a las tribus dispersas (Gál. 2:9). Estas cartas tenían como objetivo confor-tar a los hebreos convertidos, ante las persecuciones que estaban por venir,o que ya estaban presentes. Otro objetivo era el de conducirlos, aun entrehombres perversos, a una vida piadosa, en medio de tribulaciones y pruebasde fe, y exhibir el gobierno de Dios en ellos y sobre el mundo.

Siete cosas preciosas son presentadasen estas epístolas: la prueba de la fe,la Sangre, la Piedra viva, Cristo mis-mo, la fe, las promesas, el espíritumanso y tranquilo. El pasaje centralentre las siete es 1a Pedro 2:7, la cla-ve de toda la epístola. La línea depensamiento es ésta: la posición delcreyente es primeramente contrasta-da con la del judío. El Mesías recha-zado por Israel es entonces reveladocomo la Piedra angular, y los escogi-dos de Dios son los verdaderos here-deros de la esperanza.

El discípulo es visto en su servicio ysufrimiento como estando bajo elcuidado de la gracia y providencia deDios. Cristo es presentado como

ejemplo; su muerte vicaria es nues-tra salvación. Dios es el Juez, y él co-menzará juzgando a los de su propiaCasa. El discípulo es, al mismo tiem-po, un peregrino, extranjero y foras-tero (comp. Heb. 11:13-16). El lugardel cristiano en este mundo (a seme-janza de las epístolas de Pablo), estáen las alturas y en el mundo venide-ro.

La segunda carta fue escrita en la ex-pectativa de “abandonar en breveeste cuerpo”. Pedro describe la iniqui-dad, de la misma forma en que Judasdescribe la apostasía de los últimosdías. Aquí tenemos, en preeminencia,el gobierno de Dios sobre el mundo,y su juicio final de este mundo.

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El Salmo de la tempestadBIBLIA

Cada pasaje de las Sagradas Escrituras tiene su propiagrandeza; no obstante, hay capítulos que destacan porsobre los demás por lo que apelan al corazón humano.

G. Campbell Morgan

El SalmEl SalmEl SalmEl SalmEl Salmo 91o 91o 91o 91o 91En toda la literatura inspirada, no hayuna declaración más grande del re-conocimiento de la necesidad huma-na y de la revelación del recurso divi-no, que la que encontramos en elversículo con que comienza este sal-mo.

Es interesante hacer notar de paso,que todas nuestras grandes versioneslo han traducido exactamente de lamisma manera, y estas palabras nostransmiten con precisión inequívocael pensamiento del salmista. La de-claración mencionada coloca lavida humana bajo la autoridad final,«el Altísimo»; y dentro del poder ab-soluto, «el Omnipotente».

Este salmo no tiene ninguna inscrip-ción, ni musical, ni interpretativa. Sedestaca solo sobre la página. Su au-tor es desconocido. El Talmud se loadjudica a Moisés, así como el Salmo90. Por lo que toca al Salmo 90, los

eruditos cristianos están de acuerdoen que fue escrito por Moisés; perono sucede lo mismo tratándose delSalmo 91. Sin embargo esta incerti-dumbre, en cuanto al autor, no alte-ra su valor vital.

DDDDDos cumbros cumbros cumbros cumbros cumbreeeees es es es es espirispirispirispirispiritttttualeualeualeualeualesssssLo que sí es perfectamente evidentees que el Salmo 91 está relacionadocon el pensamiento del Salmo 90. SiMoisés escribió ambos, vemos la co-nexión y la secuencia; o si no, si comootros eruditos piensan, salió de la plu-ma de otro autor, es casi seguro quedicho autor estaba familiarizado conel Salmo 90. Se puede notar la rela-ción entre los dos, si colocamos unoal lado del otro el versículo primerodel salmo 90 y el versículo primerodel Salmo 91, y los leemos juntos:

«Señor, tú nos has sido refugio degeneración en generación … El quehabita al abrigo del Altísimo, morarábajo la sombra del Omnipotente».

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Es como si este salmista, leyendo elsalmo del primero dijera: «Señor, túnos has sido refugio de generación engeneración». ¿Es ahí donde tú vives?Entonces así es como tú vives: «El quehabita al abrigo del Altísimo, morarábajo la sombra del Omnipotente».

No obstante hay un contraste muymarcado entre estos dos salmos. Enel salmo 90, desde el principio hastael fin, hay un tono menor de tristeza,y la sensación de la muerte. Es tancierto esto, que es un salmo leído confrecuencia en la hora solemne cuan-do conducimos a su última moradalos cuerpos de los seres que amamos.«Vuelves al hombre hasta ser que-brantado … Con tu ira somos turba-dos … Acabamos nuestros años comoun pensamiento … Los días de nues-tra edad son setenta años … porquepronto pasan y volamos».

Cuando llegamos al Salmo 91, todoes diferente; desde el principio hastael fin, domina un tono mayor de ale-gría, y la sensación de vida segura,victoriosa, a pesar de que las tinie-blas predominan. Yo me inclino a afir-mar que si Moisés escribió ambossalmos, y tal vez así fue, en el segun-do trepó a una cumbre de visiónmucho más alta que aquella sobre laque estaba colocado al escribir el pri-mero.

No pretendo decir que lo primero noes verdad, pero es posible tener unavisión perfectamente correcta de la

vida y luego ascender un poco más, ytener una visión de más largo alcan-ce, que no contradice nada de lo quepresenciamos en niveles más bajos,pero que coloca las cosas delante denosotros guardando relaciones dife-rentes, y resultando, en consecuen-cia, una visión distinta.

EEEEEstststststructructructructructururururura del Salma del Salma del Salma del Salma del Salmo 91o 91o 91o 91o 91En este estudio me propongo exami-nar muy brevemente el salmo comoun todo en su estructura y en su de-sarrollo, a fin de poder dedicar nues-tra atención al versículo 1, donde estáconcentrada toda la enseñanza. Elsalmo, tal como lo tenemos, constade dieciséis versículos; en el hebreose divide en cuatro estrofas. El versí-culo 1 es la primera estrofa, comple-ta en sí misma. Luego siguen tresestrofas de interpretación.

La primera es una estrofa de afirma-ción inclusiva: «El que habita al abri-go del Altísimo morará bajo la som-bra del Omnipotente». No hay másque decir. Todo está dicho. Lo que si-gue no es más que la interpretaciónde lo que se ha declarado. La prime-ra estrofa de interpretación se en-cuentra en los versículos 2 al 8. La si-guiente en los versículos 9 al 13; y lafinal comienza con el versículo 14 ytermina con el 16.

En la primera de estas estrofas de in-terpretación, el salmista habla acer-ca de Jehová. Principia: «Diré yo a

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Jehová», y continúa: «Esperanza mía,y castillo mío; mi Dios, en quien con-fiaré». Luego hay un cambio en el usode los pronombres, saltando de laprimera persona a la segunda, comohablando consigo mismo: «Él te libra-rá del lazo del cazador … Porque haspuesto al Altísimo por tu habitación,no te sobrevendrá mal, ni plaga to-cará tu morada».

De esta manera llega hasta la últimaestrofa, y aun cuando él todavía es elsalmista, ahora es Jehová quien leestá hablando. La última estrofa es ellenguaje de Jehová, y el salmistaanuncia la respuesta que Dios da a loque él ha dicho: «Por cuanto en míha puesto su amor, yo también lo li-braré». El verso alude a «él», esto es,el salmista: «Por cuanto en mí hapuesto su amor, yo también lo libra-ré; le pondré en alto, por cuanto haconocido mi nombre» (v. 14).

PPPPPrrrrrotección del peligrotección del peligrotección del peligrotección del peligrotección del peligroooooEl único tema de este salmo es el dela protección de todos los peligros enlugar escondido.

Este salmista no fue un hombre quehubiera llegado a campos floridos ysin nubes. Estaba, por el contrario,viviendo en medio del terror y de ladificultad. Notemos las palabras quedescriben los peligros de los cualesse daba cuenta: «lazo, pestilencia,temor, saeta que vuele de día, mor-tandad que en medio del día destru-

ya, mal, plaga, piedra, león, áspid,dragón, angustia».

Sí, pero su salmo no hablaba sobrelos peligros; sino sobre la protecciónen contra de los mismos. Échese unamirada al salmo otra vez, y nótenselas palabras empleadas para descri-bir tal protección: «Esperanza, casti-llo, plumas, alas, escudo, adarga,ángeles, liberación, honra, larga vida,satisfacción, salvación». Así nos en-contrarnos con que hay palabras queseñalan los peligros, y palabras quenos hablan de la protección perfectacontra tales peligros. Esta es la gloriadel Salmo 91.

A la sombrA la sombrA la sombrA la sombrA la sombra del Ala del Ala del Ala del Ala del AltísimtísimtísimtísimtísimoooooAhora consideremos la primera estro-fa. Las certidumbres del salmo sonposibles bajo las condiciones revela-das en esta estrofa. Todas las cosasque este hombre tuvo que decir a supropia alma, consciente del peligro,y al mismo tiempo de la protecciónperfecta contra él, tuvieron una ra-zón única. ¿Quién es aquél que pue-de leer este salmo y apropiárselo? «Elque habita al abrigo del Altísimo».

Esta declaración revela un principiode aplicación perpetua: Toda la lite-ratura bíblica, sea histórica, didácti-ca o poética, revela el hecho de quela experiencia del privilegio descan-sa en el cumplimiento de condicio-nes. Tómese todo el asunto de la ora-ción, por ejemplo, que es tan sagra-

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do para los creyentes. ¿No dijo nues-tro Señor: «Pedid todo lo que queréis,y os será hecho»? ¿Puede haber algomás vasto? Pero no debemos comen-zar por ahí; las condiciones son: «Sipermanecéis en mí, y mis palabraspermanecen en vosotros» (Juan15:17).

De la misma manera, «el que habitaal abrigo del Altísimo» es quien estáprotegido contra el peligro. Las certi-dumbres del salmo son jubilosas, vi-brantes, victoriosas, gloriosas; peroson el resultado del cumplimiento delas condiciones: «El que habita». Enesta primera estrofa, dos cosas sehacen manifiestas: primera, la perso-na a quien se refiere todo lo que sedice: «El que habita al abrigo del Al-tísimo…»; y segunda, la situación quese describe: «…morará bajo la som-bra del Omnipotente».

AuAuAuAuAutoridad y sobertoridad y sobertoridad y sobertoridad y sobertoridad y soberanía de Diosanía de Diosanía de Diosanía de Diosanía de Dios«El que habita al abrigo del Altísi-mo». Comencemos con el final deesta frase: «El Altísimo». La palabrahebrea Elyon es el superlativo de untérmino que significa ascender. El Al-tísimo es aquel que se encuentra en

la cumbre final. Permitamos quenuestra imaginación nos ayude eneste punto. Cuando el coro de ánge-les irrumpió sobre las llanuras de Be-lén, aquella noche del nacimiento deCristo, cantaron: «Gloria a Dios en lasalturas». La frase: «en las alturas»,no señala la graduación de la alaban-za, sino más bien el lugar de Dios.«Gloria a Dios». ¿Qué Dios? ¿Quiénes él? Él está en lo alto; es decir, él esel Altísimo. Se destaca la idea de lacumbre suprema en autoridad.

¿Cuáles son las cosas que nos impo-nen Su autoridad y ante las cuales nosinclinamos? La autoridad de nuestrosdeseos, la autoridad de nuestra inte-ligencia, la autoridad de nuestra vo-luntad. La autoridad externa. Trépesede cumbre en cumbre, y más alto to-davía, y luego a poco ya estamos fren-te al único Trono del universo, el Tro-no de Dios: El es «el Altísimo». Deesta manera, nuestra relación con laAutoridad final es el secreto de la pro-tección de todos los peligros. ¿Quiénes el hombre que canta este salmo?Es un hombre que está viviendo enel lugar escondido del Altísimo; unhombre que hace sus peticiones a laAutoridad última y que está someti-do a ella.

Se reconoce aquí una verdad formi-dable, una verdad sobre la cual ha-blaron nuestros padres mucho másde lo que nosotros lo hacemos aho-ra: la verdad de la soberanía de Dios.

El hombre cuya vida estáen íntima conexión conla Autoridad final, moraen el lugar secreto.

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Por el momento, no hay ninguna in-dicación acerca de la sabiduría o delpoder de Dios, aunque ambos estánimplícitos. Solo se destaca la idea deautoridad. Jeremías irrumpe en unaexclamación que no tiene igual, porlo sublime, en la literatura divina:«Trono de gloria, excelso desde elprincipio, es el lugar de nuestro san-tuario» (17:12). Lo final en autoridades el secreto de la protección y de laseguridad.

El lugar secrEl lugar secrEl lugar secrEl lugar secrEl lugar secretoetoetoetoeto«Al abrigo», o «en el lugar secreto».Creo que no puede haber sido mejortraducida la idea; no obstante, nosdetendremos para inquirir qué sequiere decir con ese término.

La palabra hebrea traducida como«lugar secreto» significa literalmen-te un lugar escondido. Esta palabraes interpretada de distintas manerasen el Salterio. En Salmos 18:11 po-demos leer: «Puso tinieblas por suescondedero». Se usa la misma pala-bra, y podemos, con toda propiedad,leer: «Puso tinieblas por su lugar se-creto».

En Salmos 27:5 leemos: «Me oculta-rá en lo reservado de su morada». Lamisma palabra: «Me ocultará en ellugar secreto de su morada». El Sal-mo 31:20 dice : «En lo secreto de tupresencia los esconderás». En el Sal-mo 61:4 leemos: «Estaré seguro bajola cubierta de tus alas», esto es: «el

lugar secreto de tus alas». Y en el Sal-mo 81:7: «En lo secreto del trueno».

«El que habita en el lugar secreto».¿Dónde, o qué es eso? La oscuridades su lugar secreto; o finalmente eltrueno, el lugar de agitación, es sulugar secreto. Esas son las fronteras.Entre ambos, su tabernáculo, lengua-je figurado que da la idea del lugardonde él habita, «la Presencia», y dedelante de ella nunca nos escapamos.

A la sombrA la sombrA la sombrA la sombrA la sombra de Sus alasa de Sus alasa de Sus alasa de Sus alasa de Sus alas«Sus alas», es el símbolo de la ma-ternidad. El abrigo, el lugar de oscu-ridad, el lugar del trueno, el lugar dela habitación de Dios, el lugar de lapresencia de Dios, el lugar de las alasprotectoras de Dios; y quien habitaen lugar semejante, es quien puedecantar el salmo. Es la persona queestá morando allí; literalmente, lapersona que se sienta allí, que se que-da allí, que se siente en casa allí. Elhombre cuya vida está en íntima co-nexión con la autoridad final, moraen el lugar secreto.

¿Qué dice el salmista acerca de talhombre? Dice que «morará bajo lasombra del Omnipotente». Siguiendoel método anterior, comenzamos conla descripción que se hace de Dios:«El Omnipotente». Este calificativoimplica un poder irresistible, unafuerza final. El hombre que habita enel lugar secreto de la más alta Auto-ridad, se encuentra en medio de todo

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el poder y de toda la fortaleza. ¿Nonos sorprende que Pablo escribiera:«Si Dios es por nosotros, ¿quién con-tra nosotros?» (Rom. 8:31). ¿Quiénpuede ser superior a este medio am-biente de todo poder, que el almaencuentra en Dios, si se está habitan-do en Su lugar secreto?

«Morará bajo la sombra». La idea dela palabra «sombra» no es la de unasombra proyectada por un objeto.Isaías dijo del Mesías que él será«como sombra de gran peñasco entierra calurosa» (Is. 32:2). La figuraque usa Isaías es la de un gran peñas-co proyectando su sombra, y bajo esasombra protectora puede el viajerosentarse a descansar del calor del día;pero esa no es la idea expresada eneste salmo.

La palabra hebrea significa «cubrircon las alas». La figura de lenguajeentraña, principalmente, la idea de lamaternidad. Surge del Génesis cuan-do el Espíritu de Dios se extendió; y através de la literatura poética hebrea,encontramos una y otra vez esa figu-ra de las alas extendidas. El salmistaintroduce en su canto la misma idea:él mora bajo la sombra del Omnipo-tente. «Omnipotente» es una palabraque me llena de temor; pero la otrapalabra, «sombra», me muestra a laOmnipotencia obrando con la ternu-ra de una madre.

Por último, «morará». La palabra he-brea significa, simplemente, detener-

se. En el lenguaje hebreo se usaba lapalabra para expresar la idea de pa-sar la noche: «El que habita al abrigodel Altísimo, pasará la noche bajo lasalas extendidas del Omnipotente».Esa es la idea completa del salmo.

La tempeLa tempeLa tempeLa tempeLa tempestststststad y la nochead y la nochead y la nochead y la nochead y la nocheComo dijimos antes, este salmo no esun salmo de aguas de reposo, sino detempestad, de violencia y de esfuer-zo. Sabemos algo de las aguas de re-poso. «Junto a aguas de reposo mepastoreará»; pero él no siempre nosconduce por aguas tranquilas. Algu-nas veces las aguas son tempestuo-sas y amenazadoras. Este salmo es elsalmo de la tempestad y el salmo dela noche. Si habitamos en el lugarsecreto, pasamos la noche bajo lasalas extendidas de Dios.

Llama nuestra atención el hecho deque, cuando Satanás atacó el centroespiritual de la personalidad de Jesús,el salmo que el Señor citó fue éste. Yen aquella ocasión, y siempre, Jesúsobtuvo la victoria, porque vivió en ellugar aquí descrito: es decir, en el lu-gar escondido del Altísimo.

No hubo un solo momento en la vidade Jesús que estuviera lejos de estaposición; hizo, salió, entró, habló,descansó, trabajó, realizó todas lascosas íntimamente relacionado con lavoluntad de Dios. Él vivió bajo la Au-toridad final, y así habitó bajo la som-bra del Omnipotente. ¿Pero sucedió

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así en el momento cuando exclamó:«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me hasdesamparado?». Seguramente; élhabló a Dios en el lugar secreto de laoscuridad y del trueno.

Por Cristo entramos en el lugar secre-to. «Nadie conoce al Hijo, sino el Pa-dre, ni al Padre conoce alguno, sinoel Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quie-ra revelar. Venid a mí todos los queestáis trabajados y cargados, y yo osharé descansar… Nadie viene al Pa-dre sino por mí... El que me ha visto amí, ha visto al Padre» (Mat. 11:27-28;Juan 14:6, 9. Por medio de él tene-mos acceso al lugar secreto.

Se dice que en el centro de un ciclónhay un punto de reposo. Esta es lahistoria de este salmo. Motivos deterror, leones enfurecidos, serpientesy dragones, peste y tinieblas espan-tosas y terribles. Sí, todo ello es cier-to, pero habitando en el lugar escon-dido del Altísimo, morando bajo lasalas extendidas del Omnipotente, seencuentra el alma a salvo.

Repetimos: éste no es el canto de lasaguas tranquilas; es el canto de latempestad y del lugar escondido; Su

tabernáculo, Su presencia, Sus alas.El lugar escondido está en el corazónmismo de las tinieblas, en el sitio mis-mo donde el trueno irrumpe.

Ellen Lakshmi Goreh interpretó deuna manera perfecta los valores delsalmo en la experiencia cristiana, ensu himno que dice:«Es deleite para mi alma esconderse en el Señor;cuán preciosas las lecciones que yo aprendo con Jesús;los cuidados terrenales no me pueden perturbar,ni las pruebas más agudas pueden mi ánimo abatir,porque siempre que a mi paso se adelanta el Tentador,mi alma tiene su escondite en los brazos del Señor.

Si mi alma desfallece agobiada por la sed;A la sombra de Sus alas refrescante abrigo hay,y una fuente fresca y clara como límpido cristal.A mi lado viene Cristo y tenemos comunión;Son tan dulces los momentos y es tan grande la visiónque aunque trato, nunca puedo, lo que él dice, publicar.

Solo sé que le confío dudas, penas y temor,y que me oye con paciencia y me sabe confortar;no penséis que mi Maestro no me sabe reprender;si jamás él censurara los pecados que hay en mí,no sería mi fiel Amigo, no sería mi Salvador.

¿Quieres de Su escondedero las dulzuras disfrutar?Ve debajo de sus alas extendidas a morar;y al salir de entre el silencio de su sitio de reunión,llevarás sobre tu rostro, luminosa, la figura del Señor.

De Grandes Capítulos de la Biblia, Tomo I

Evangelio para todos

Alguien comentó un día a Spurgeon que sus sermones de evangelistaeran más propios para una asamblea de negros que de blancos.Spurgeon le confesó: «En este caso, no dudo que conviene también alos blancos; porque entre negros y blancos solo hay una diferencia depiel. Pero yo no predico al pellejo de la gente, sino a sus corazones».

De la Web

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"El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi cora-zón" (Sal. 40:8).

VIDA CRISTIANA

La voluntad de DiosLecciones básicas sobre la vida cristiana práctica.

Watchman Nee

Lo que ahora consideraremos es mos-trar que un nuevo creyente puedeconocer la voluntad de Dios. Esto esde gran importancia, porque la faltade tal conocimiento causa gran dañoa Su servicio.Desde el día en que es salvo, un hijode Dios sufre un cambio drástico ensu vida. Antes, él se sentía frustradocuando no podía hacer lo que que-ría, pero era feliz si él podía obrarsegún su deseo. Tal felicidad se deri-vaba de su propia voluntad. Pero aho-ra, su centro ha cambiado, porque éltiene un Señor. Si aún vive según supropia voluntad, como antes, él noestará satisfecho; al contrario, se sen-tirá muy intranquilo.Después que has sido salvo, tú des-cubres que la causa de tu malestarradica en seguir tu propia voluntad.Cuanto más actúes según tu deseo,menos feliz eres. Pero, si en lugar de

seguir tu propio pensamiento apren-des a seguir a Dios por la vida nuevaen ti, tendrás paz y alegría.

Sin duda, este es un cambio maravi-lloso. Es muy gratificante hacer lavoluntad de Dios. Nunca creas ni porun momento que seguir tu propiavoluntad te hará dichoso. El caminohacia la felicidad no está en seguir tuvoluntad, sino en seguir la voluntadde Dios.

La vida que hemos recibido tiene unademanda básica: debemos caminarsegún la voluntad divina. Cuando máshacemos la voluntad de Dios, másfelices somos; cuanto menos anda-mos en nuestro propio camino, másrecto es nuestro andar delante deDios.

Si no vivimos según nuestro propioparecer, tendremos una vida más as-cendente en la presencia de Dios.

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Pero si seguimos nuestra propia vo-luntad, las cosas se harán más difíci-les. La felicidad se encuentra en laobediencia, no en la voluntad propia.

Hermano, tan pronto como te con-viertes en un cristiano, tú debes em-pezar a aceptar el pensamiento deDios. Solo su voluntad debe gober-narlo todo. Nadie debe vivir segúnsus propias ideas. Serás salvo de mu-chos peregrinajes innecesarios si eressuave y tierno delante de Dios yaprendes desde el principio a some-terte a su voluntad. La razón por lacual muchos fracasan en su vida cris-tiana es porque siguen su propia vo-luntad.

Recuerda, caminar según tu propiavoluntad solo te acarreará dolor ypobreza espiritual. Al final, Dios te lle-vará a acatar su voluntad, pero él ten-drá que obtener tu sumisión a travésde circunstancias especiales o tratosinusuales. Si no fueras su hijo, él po-dría dejarte ir. Pero, ya que eres suhijo, él te llevará a su manera en elcamino de la obediencia. Toda des-obediencia solo te hará vagar inne-cesariamente. Al final, terminarásobedeciendo.

CómCómCómCómCómo conocer la vo conocer la vo conocer la vo conocer la vo conocer la voluntoluntoluntoluntoluntad de Diosad de Diosad de Diosad de Diosad de Dios¿Cómo podemos conocer la voluntadde Dios? A menudo cometemos erro-res. No es fácil para nosotros, perso-nas terrenales, entender la voluntadde Dios. Sin embargo, tenemos un

consuelo delante de él: no es solo quenosotros queramos hacer la voluntadde Dios, sino que también Dios quie-re que la hagamos.

Nosotros buscamos entender su vo-luntad, y él nos llama para conocer-la. Puesto que él quiere que hagamossu voluntad, de seguro él nos permi-tirá comprenderla. Por lo tanto, es unasunto de Dios revelarnos su volun-tad. Ningún hijo de Dios necesita pre-ocuparse sobre cómo puede hacer lavoluntad de Dios cuando no tieneconocimiento de ella. Aunque es di-fícil saber la voluntad de Dios, pre-ocuparse por ello es innecesario. Dealguna manera, Dios hará su volun-tad conocida para nosotros.

¿De qué manera es posible conocerla voluntad de Dios? Hay tres cosas alas cuales se debe prestar atención.Cuando estos tres factores coinciden,puedes estar bastante seguro de loque es la voluntad de Dios. Pero siestos tres elementos no se alinean,si uno de ellos no armoniza con losotros, entonces tú sabes que aún tie-nes que esperar más delante de Dios.

1. El arr1. El arr1. El arr1. El arr1. El arreglo de las cireglo de las cireglo de las cireglo de las cireglo de las circunstcunstcunstcunstcunstanciasanciasanciasanciasanciasLa Biblia nos dice: «¿No se vendendos pajarillos por un cuarto?» (Mat.10:29). En otro lugar, dice: «¿No sevenden cinco pajarillos por dos cuar-tos?» (Luc. 12:6). Matemáticamente,si un cuarto compra dos pajarillos,dos cuartos comprarían cuatro go-

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rriones. Pero el Señor dice que doscuartos compran cinco pajarillos. Estodemuestra cuán baratos son los go-rriones. Un cuarto por dos, dos cuar-tos por cinco, y uno agregado sin cos-to. Sin embargo, ni aun este quintopajarillo podría caer a tierra apartede la voluntad de Dios.

No quiero hablar del gorrión prime-ro o segundo, sino del quinto. A me-nos que sea voluntad de Dios, estequinto gorrión no caerá a la tierra –aunque fue adquirido sin precio, sim-plemente siendo agregado a la com-pra. Así, la Biblia nos indica que to-dos los arreglos ambientales, todaslas cosas que suceden en el entorno,son expresiones de la voluntad deDios. Nadie caerá a tierra fuera de lavoluntad del Padre celestial. Por lotanto, si tú ves un gorrión en el sue-lo, esto concuerda con la voluntad deDios.

Los nuevos creyentes deberíanaprender a conocer la voluntad deDios a través de las circunstancias. Nohay nada en nuestras vidas que seaaccidental. Los acontecimientos de

cada día son medidos por el Señor.Necesitamos ver que todo en nues-tra vida –eventos, familias, esposos,esposas, hijos, compañeros, familia-res– todo está dispuesto para noso-tros por el Señor. Las cosas que nosocurren a diario están todas dentrodel orden del Padre. Debemos apren-der a conocer la voluntad de Dios ennuestro entorno. Este es el primerfactor.

Muchos nuevos creyentes aún no hanaprendido cómo ser guiados por elEspíritu Santo; ellos pueden sabermuy poco de la enseñanza de la Bi-blia. Sin embargo, Dios aún puedeguiarlos, porque ellos pueden al me-nos ver la mano de Dios en todo loque les sucede. Este es el primer paso.

2. La guía del E2. La guía del E2. La guía del E2. La guía del E2. La guía del Espírispírispírispírispíritttttu Santou Santou Santou Santou SantoHemos visto cómo la mano de Diosse manifiesta en las circunstanciasque nos rodean. Dios no quiere queseamos como el caballo o la mula queno tienen entendimiento. Él nos darádirección desde adentro. «Porquetodos los que son guiados por el Es-píritu de Dios, éstos son hijos de Dios»(Rom. 8:14).

¿Quién puede ser conducido por elEspíritu de Dios? Los hijos de Diospodemos, porque el Espíritu Santonos conduce desde adentro. Dios nosolo nos guía a través de las circuns-tancias, sino que también nos guiarápor su vida en nuestro espíritu. Re-

Si nosotros no vivimossegún nuestro propio pa-recer, tendremos unavida más ascendente enla presencia de Dios.

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cuerda que somos habitados por elEspíritu Santo; lo tenemos en noso-tros. Debido a esto, Dios puede ha-cer conocida su voluntad para noso-tros en lo más profundo de nuestroser.

Nuevos creyentes, ustedes tienen unnuevo espíritu, y el Espíritu de Diostambién habita en ustedes. Ese Espí-ritu de Dios que mora en ustedes lesdirá cuál es la voluntad de Dios. Eltestigo está dentro de ti. Esta es unacaracterística del creyente de hoy: nosolo conoce a través de las circuns-tancias, sino también desde su pro-pio interior. No solo puede ver el arre-glo del Señor en su entorno, sino tam-bién el Señor mismo revela adentrocuál es su voluntad.

Aprende, pues, a confiar en la guíadel Espíritu Santo dentro de ti, asícomo en la disposición de Dios en tuentorno. En el momento más apro-piado, el tiempo de necesidad, el Es-píritu de Dios dentro de ti no callará,sino que te alumbrará, mostrándotesi el asunto es o no es de Dios. Tanpronto como alguien cree en el Se-ñor, él es capaz de ser conducido porel Espíritu Santo. Él no necesita es-perar un tiempo futuro.

Con el fin de conocer la voluntad deDios, tú necesitas saber algo de estesentimiento interior. Sin embargo, nodebes sobredimensionarlo, para nocaer en el análisis. Lo que debes veres simplemente que el Espíritu de

Dios habita en el lugar más íntimo delhombre, es decir, en su espíritu. Poreso, la conciencia del Espíritu Santono puede ser superficial o externa;viene de la profundidad de tu ser. Nosuena como una voz, y sin embargo,es como una voz. No es exactamentecomo un sentimiento, y sin embargo,es como un sentimiento.

El Espíritu del Señor dentro de ti tedirá lo que es y lo que no es su volun-tad. Si tú eres del Señor, cuando si-gues el cauce de esta vida nueva, tie-nes la sensación de ir bien. Pero si terebelas o resistes un poco, te sientesmolesto e intranquilo dentro de ti.

3. La enseñanza de las E3. La enseñanza de las E3. La enseñanza de las E3. La enseñanza de las E3. La enseñanza de las EscriscriscriscriscrittttturururururasasasasasLa voluntad de Dios no es solo mani-fiesta en nuestro entorno, y por suEspíritu Santo habitando; tambiénnos es dada a conocer a través de laBiblia. Su voluntad ha sido reveladamuchas veces en el pasado, y estoestá registrado en las Sagradas Escri-turas. La voluntad de Dios es una sola,no dos o diez, o cien, o mil volunta-des. La voluntad de Dios es única. Élno cambia de un día a otro. Su volun-tad continúa siendo la misma porsiempre. Por esta razón, los hijos deDios deben conocer la Biblia. En ellaencontrarán la revelación de la volun-tad de Dios.

La manera en que Dios ve una cosahoy es la misma que veía en el pasa-do. Aquello que él condenó antes, lo

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condena ahora. Aquello en lo cualDios se deleitaba antes, sigue siendosu delicia hoy. La Biblia es el lugardonde Dios revela su mente. Diosmanifestó su propia voluntad con res-pecto a muchas personas y muchascosas en los días pasados. Todas ellasestán registradas en la Biblia.

Puesto que la voluntad de Dios esuniforme, ya hay un número de ejem-plos en la Biblia para mostrarnos loque ella es. Es absolutamente impo-sible para Dios condenar hoy algo queél ya ha aprobado en la Biblia. Ade-más, el Espíritu Santo hoy nunca nosllevará a hacer lo que Dios ya ha de-nunciado en la Biblia. La voluntad deDios es una sola.

La voluntad de Dios se conoce en laconcordancia de estos tres factores.Estos tres factores juntos manifiestanla voluntad de Dios – nuestro entor-no, la guía del Espíritu y la palabra deDios. Por la concordancia de estostres, aprendemos a conocer la volun-tad de Dios. ¿Qué debemos hacer siqueremos buscar la voluntad de Diosen un asunto en particular? Para es-tar seguros, estos tres factores debenestar de acuerdo. No puede ser soloun factor, sino el acuerdo de los tres.Entonces podemos estar claros de Suvoluntad.

4. El principio de la igle4. El principio de la igle4. El principio de la igle4. El principio de la igle4. El principio de la iglesiasiasiasiasiaDios nos ha mostrado que su volun-tad es manifiesta en su palabra, en el

espíritu del hombre y en el entorno.Ahora vamos a añadir un factor más:la voluntad de Dios es manifestada através de la iglesia. No hay ningunaguía que pueda mantenerse de for-ma independiente. Los hijos de Dioshoy en día son muy diferentes al pue-blo del Antiguo Testamento. Duranteaquel tiempo, ellos se convirtieron enel pueblo de Dios individualmente;pero hoy somos el pueblo de Dioscorporativamente. Ellos se convirtie-ron en el pueblo de Dios como unanación, mientras que nosotros somosel pueblo de Dios como un cuerpo.

Ninguna mano puede moverse sinimplicar a otras partes del cuerpo.¿Cómo puede moverse la mano sinque el cuerpo se mueva? ¿Cómo pue-den ver los ojos y el cuerpo no? ¿Pue-den escuchar los oídos y el cuerpono? El oír de los oídos es el oír delcuerpo; el ver de los ojos es el ver elcuerpo. Aunque los pies hacen la ca-minata, el cuerpo ha caminado. Asi-mismo, toda la dirección de Dios escorporativa, no personal, envolvien-do todo el cuerpo.

La luz de Dios está en el santuario; lagloria de Dios también está ahí. Sien-do la iglesia de Dios un santuario, lagloria de Dios se manifiesta allí, por-que la gloria de Dios está en el san-tuario. No es solo que somos indivi-dualmente guiados por Dios, sino quetodo el cuerpo –hermanos y herma-nas– recibe la orientación del Señor.

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No es una persona quien toma unadecisión; por el contrario, es el cuer-po quien decide. Debemos aprendera conocer la voluntad de Dios por elprincipio de la comunión.

Cuando estos cuatro factores estánen una línea recta, todo está bien. Lavoluntad de Dios se manifiesta ennuestras circunstancias, en la direc-ción del Espíritu Santo, en la Biblia ya través de la iglesia. Después quealguien ha examinado los tres prime-ros factores, aún debe consultar a laiglesia. Dios manifiesta su voluntadno solo a una persona, sino a un cuer-po, es decir, a todos los hermanos yhermanas. Por tal razón, es importan-te estar claros en el sentir interior, enla palabra de Dios, en el entorno y fi-nalmente en el consentimiento de laiglesia.

El prEl prEl prEl prEl problema del hombroblema del hombroblema del hombroblema del hombroblema del hombreeeeePor último, aunque todos los cuatrofactores anteriores parezcan dar unaindicación positiva, ello no necesaria-mente garantiza el haber encontra-do la voluntad de Dios, porque si al-

guien confía en los métodos puedeequivocarse. Él necesita clamar des-de el fondo de su corazón, «Señor, yosoy tu siervo; quiero hacer tu volun-tad».

A menudo es preocupante el hechode que muchos buscan saber cómoconocer la voluntad divina sin tenerrealmente el corazón para hacerlo.Ellos quieren conocer el métodoapropiado. Parecen considerar la vo-luntad de Dios como una especie deconocimiento para almacenar sinusarlo. Ellos acuden a Dios para co-nocer Su voluntad, pero luego actúande acuerdo a sus propios pensamien-tos.

No olviden la palabra del Señor Je-sús: «El que quiera hacer la voluntadde Dios, conocerá si la doctrina es deDios» (Juan 7:17). Busquemos real-mente conocer la voluntad divina.Tomemos la voluntad de Dios comonuestro alimento y nuestra vida, yaprendamos a obedecerla.

Traducido de Spiritual Exercise, Chapter 28Christian Fellowship Publishers

La senda errada

Un pastor que estaba de visita en la granja de unos creyentes, paseabapor el campo guiado por un joven de la casa. El sol brillaba y el aire erasofocante, por lo cual viendo el pastor una senda que entraba en unbosque se encaminó hacia ella; pero el muchacho se lo desaconsejó.«¿Por qué no te gusta este camino, que parece tan bueno?». «No es elcamino lo que no me gusta, sino el lugar a donde conduce. Es el caminohecho por los cerdos, y llega a un pantano».

De la Web

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APOLOGÉTICA

El espíritu de la ciencia yel significado de la vida

Las limitaciones de la ciencia en su intento por explicarla fe cristiana.

Ricardo Bravo

El rEl rEl rEl rEl reduccionismeduccionismeduccionismeduccionismeduccionismo de la neuro de la neuro de la neuro de la neuro de la neurocienciaocienciaocienciaocienciaocienciaLa neuroteología afirma que los fe-nómenos religiosos son solo respues-tas aprendidas a partir de determina-dos estímulos condicionados. Asegu-ran que la fe se explica solo por laactivación de un grupo de neuronasen cierta parte del cerebro, productode determinadas reacciones bioquí-micas.

Es evidente que esta nueva ciencia (laneuroteología) nunca podrá enten-der la espiritualidad humana, porqueantes de realizar una determinadainvestigación, acepta como única rea-lidad lo que existe en el mundo ma-terial, y niega de antemano otras rea-lidades distintas de las materiales.Ello hace que la neuroteología seauna ciencia metodológicamentereduccionista, al señalar que la espi-ritualidad humana se puede explicarsolo desde la química.

La ciencia por definición reconocecomo conocimiento solo aquello quepuede definir experimentalmente.Subyace a esta propuesta metodoló-gica el sistema filosófico denomina-do Naturalismo, el cual excluye laexistencia objetiva de todo lo sobre-natural, y solo reconoce como cono-cimiento científico lo determinadopor su propio método. Con él realizainvestigaciones en las más diversasáreas de las ciencias naturales, perotambién se inmiscuye en otras, comopor ejemplo, la que aborda la deno-minada neuroteología (una rama dela neurociencia), que trata de expli-car las expresiones espirituales hu-manas y sus intereses religiosos.

Por supuesto que los resultados deestas últimas realidades no se inter-pretan en un contexto sobrenatural,sino que solo se traduce a los pará-metros físicos y químicos, mediblesen el ámbito naturalista.

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Es cierto que los procesos bioquími-cos de activación de neuronas en losfenómenos religiosos describen unarealidad, pero ello nada dice acercade la realidad última de esos fenóme-nos. Se trata solo de la descripción deun mecanismo, y los mecanismosnunca podrán explicar el por qué (lascausas originales que generan el fe-nómeno), sino solo explican el cómo(el proceso de cómo ocurre ese fenó-meno).

Esto se puede entender mejor con elsiguiente ejemplo: Si en un país deLatinoamérica un grupo de aficiona-dos al fútbol se reúne frente a un te-levisor gigante a mirar el partido fi-nal de un mundial, trasmitido en di-recto desde Europa, a ninguno deellos se le ocurriría pensar que es elpropio aparato con sus circuitos in-tegrados el que genera el evento queestán viendo. A todos los espectado-res les queda claro que ese es un fe-nómeno real que está ocurriendo amiles de kilómetros de distancia, y eltelevisor nada puede atribuirse de talfenómeno sino solo dar una descrip-ción del mismo, por medio de la se-ñal electrónica en forma de colores ymovimiento.

Las señales espirituales que relacio-nan a una persona con Dios cuandoésta se encuentra orando, por ejem-plo, son efectivamente descritas pormedio de ciertas neuronas que seactivan, lo que se puede reconocer

por medio de un scanner al cerebro,pero esta reacción neuronal no pue-de decir absolutamente nada acercadel prodigioso fenómeno que estáocurriendo, y que se enmarca fueradel ámbito material.

Efectivamente, la ciencia ha hecho dela materia y las fuerzas de la natura-leza su única materia de estudio. Elloes así porque su metodología no lepermite estudiar lo que está más alláde la materia. Lo inmaterial, lo sobre-natural, necesariamente trasciendesus dominios.

Pero son pocos los científicos quereconocen estos límites de la ciencia.Lo cierto es que la mayor parte deellos son metodológicamente reduc-cionistas, cuando niegan a priori la es-piritualidad humana, e intentan ex-plicar la fe de los creyentes solo pormedio de procesos químicos ocurri-dos en el cerebro.

Sin embargo, la ciencia, histórica-mente, ha utilizado la fe en su modode operar y ha existido gracias a unaespiritualidad importada de lacosmovisión judeocristiana.

La fLa fLa fLa fLa fe de la cienciae de la cienciae de la cienciae de la cienciae de la cienciaConsiderando lo expresado en lospárrafos previos, hablar del espírituy la fe de la ciencia resulta casi unaabominación, si se piensa desde lacosmovisión materialista. Sin embar-go, no cabe negar a priori lo que re-sulta un misterio para la ciencia, sim-

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plemente porque ésta no lo puedeinvestigar.Afortunadamente, existen científicosque logran reconocer este problema.Es el caso del conocido antropólogoy escritor científico norteamericanoLoren Eiseley, quien afirmó que laciencia no puede contestar todos losmisterios de la existencia, recono-ciendo por tanto los límites que éstatiene1.

Pero Eiseley fue más allá, y en su li-bro El siglo de Darwin, señala que elorigen de la ciencia moderna nacióde «el mero acto de fe en que el uni-verso poseía orden y que las mentesracionales podrían interpretarlo».Comenta Eiseley que los investigado-res se enfrentaban con un universoracional, ordenado por leyes precisas,teniendo en su fuero íntimo la con-vicción de que existía control por par-te de un Creador. Y luego agrega: «Esuna de las paradojas más singularesde la historia el que la ciencia, queprofesionalmente tiene poco que vercon la fe, debe sus orígenes a un actode fe en el que el universo puede serinterpretado racionalmente, y la cien-cia actual se sostiene en esa suposi-ción».A una conclusión similar llegó AlbertEinstein, la que plasmó en una frasegenial: «Lo más incompresible deluniverso es que sea comprensible».Efectivamente, es inconcebible unnivel de orden tan fino en el univer-

so, si no proviene de una causa, deun propósito, el que es además Om-nipotente, considerando el perfectofuncionamiento de un inmensurableuniverso. Es por ello que el salmistaescribió: «Los cielos proclaman la glo-ria de Dios, y la expansión (universo)anuncia la obra de sus manos (Sal.19:1, LBLA)2.

La naturaleza y su extraordinario or-den intrínseco es reconocida como«bueno» y «muy bueno» por la Es-critura bíblica (Gén. 1:10, 12, 18, 21,25, 31), pero nunca la señala comouna deidad, sino como parte de lacreación de Dios.

El eEl eEl eEl eEl espírispírispírispírispíritttttu de la cienciau de la cienciau de la cienciau de la cienciau de la cienciaLos escritores e investigadoresPearcey y Thaxton, en un interesantelibro titulado El Espíritu de la Cien-cia3, concluyen que lo que motivó eldesarrollo continuo y multidisci-plinario de la ciencia moderna, consus inicios en la Europa medieval, fuela cosmovisión cristiana del mundo.Antes de ello, el desarrollo científicofue discontinuo y en muy pocas áreas.

A similar conclusión llega el conoci-do matemático y filósofo inglés AlfredNorth Whitehead en su libro La Cien-cia y el Mundo Moderno4. NorthWhitehead menciona el surgimientode una «mentalidad científica», en elcontexto de una cosmovisión cristia-na, la que habría favorecido una ac-titud creciente de búsqueda de cono-

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la ciencia, históricamen-te, ha utilizado la fe en sumodo de operar y haexistido gracias a una es-piritualidad importadade la cosmovisión judeo-cristiana.

cimiento científico en la Europa delsiglo XVII.

El resurgimiento del cristianismo enEuropa por medio de la reforma pro-testante, activó fuertemente la visiónde que la naturaleza y el universo es-tán sujetos a la acción soberana deun Dios Todopoderoso que no cam-bia y, por tanto, éstos deben estarregidos por leyes y principios alta-mente regulares, los que pueden serinvestigados.

A partir de aquí se deriva el concep-to de ley física, acuñado por grandescientíficos y filósofos cristianos comoJohannes Kepler, Isaac Newton yRené Descartes. Este concepto que-dó claramente forjado en sus publi-caciones del siglo XVII.

En este mismo sentido, el historiadorCarl Becker (1932)5, estableció que laidea de ley de la naturaleza no provi-no de las observaciones científicas,sino que derivó del espíritu crea-cionista que inspiró el surgimiento de

la ciencia moderna. Por tanto, estaimportante noción de leyes natura-les (las cuales empezaba a descubrirla ciencia), no resultó a partir de laexperiencia científica, sino que pro-vino desde el espíritu que la inspira-ba, desde la creencia en el mundocreado y gobernado por el Dios Crea-dor y Sustentador que señala la Bi-blia.

Lo más impLo más impLo más impLo más impLo más importortortortortante no eante no eante no eante no eante no es mate-s mate-s mate-s mate-s mate-rialrialrialrialrialNo cabe duda que la ciencia ha reali-zado grandes aportes a la humanidaden las áreas tecnológicas y médicas,entre otras. Pero es necesario hacerla diferencia entre la verdadera cien-cia y el naturalismo metafísico disfra-zado de ciencia, el que asegura quesolo existen como entidad explicati-va las leyes de la naturaleza.

Esta sesgada visión, unida al materia-lismo, reduce al ser humano solo agenes (genética molecular) y cerebro(neurociencia). No hay lugar para elalma o el espíritu. La biología actualvive una suerte de encantamientocon el desarrollo de estas ciencias, endonde el ADN, molécula portadora delas instrucciones genéticas usadas enel desarrollo y funcionamiento de losseres vivos, se ha convertido en unaentidad altamente poderosa.

Sin embargo, desde las mismas filasde las ciencias se está llamando a re-conocer que ciertas realidades funda-

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mentales no son observables direc-tamente. El físico teórico Paul Davies,en su libro Dios y la Nueva Física6 es-cribe: «Ninguna de las partículassubatómicas es realmente partículaen el sentido corriente del término».¿Por qué? Porque la ciencia ha com-probado que a nivel atómico, la ma-teria está principalmente hecha devacío.

Existen enormes espacios entreprotones, electrones y demás partí-culas atómicas. Pero, además, se hacomprobado que las partículas ma-teriales no existen por sí mismas, sinoque su existencia se debe a los efec-tos que las originan. A estos efectos,la física les llama campos (campoelectromagnético, campo gravita-torio, campo protónico, campo elec-trónico). En consecuencia, los ele-mentos materiales que vemos y pal-pamos no serían más que distintoscampos que interactúan entre sí. Enel fondo es el espíritu de la materia,lo esencial.

En el área de la biología ha ocurridolo mismo. Los miles de experimentosrealizados para tratar de explicar elorigen de la vida a partir de la quími-ca, por más de medio siglo, han fra-casado una y otra vez. La vida usamateriales químicos, pero en el fon-do no es química.

La ciencia de la Biosemiótica señalahoy día que la esencia de la vida noes materia química ni tampoco ener-

gía; afirma que la vida es básicamen-te información codificada7. Si la vidano es materia ni energía, no sirve laaplicación de las leyes naturales. Elpunto entonces, es que esta nuevaciencia nos saca del ámbito físico yquímico, y nos lleva a un ámbito nomaterial, aquel que es responsabledel origen del control simbólico queestá en los códigos de los genes. Sehan de buscar por tanto otras res-puestas, fuera del ámbito materialis-ta y fisicalista.

El significado de la vidaEl significado de la vidaEl significado de la vidaEl significado de la vidaEl significado de la vidaMarcello Barbieri, uno de los cientí-ficos líderes de la nueva ciencia de laBiosemiótica, afirma en uno de susartículos: «Desafortunadamente labiología moderna ha aceptado elconcepto de información (genética enel ADN), pero no el concepto de sig-nificado, y esto es equivalente a de-cir que la información genética es realpero no lo es el código genético»8.

La queja de Barbieri acerca de que laciencia no quiere reconocer el con-cepto de significado en el ADN tienemucho sentido. Efectivamente, nopuede encajar en una cosmovisiónnaturalista y materialista de la cien-cia, el hecho de que el códigogenético esté escrito con informacióninmaterial, el que además revela sig-nificado. Esto les llevaría a reconocerdirectamente una acción sobrenatu-ral creadora, como la descrita en laBiblia.

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Pero así como efectivamente hay sig-nificado en el código genético del serhumano, su vida misma tiene un pro-fundo significado, el cual, al no serencontrado, provoca un gran vacíoexistencial y emocional. Todo ser hu-mano en alguna etapa de su vida sehace estas preguntas existencialesque dan sentido a su vida: ¿Quiénsoy? (la necesidad de identidad); ¿Porqué estoy aquí? (la necesidad de pro-pósito); ¿Hacia dónde voy? (la nece-sidad de esperanza).

En el libro bíblico de Eclesiastés serelata magistralmente este vacíoexistencial del ser humano cuando notiene a Dios, señalándolo como «va-nidad de vanidades» o vacío de va-cíos (Eclesiastés 2:11, 17). El ateísmo,las riquezas, el poder, los distintoslogros personales, no llenan las ne-cesidades más profundas del ser hu-mano. Sin Dios, el sentido de la vidase convierte en un sinsentido. Si vini-mos a la vida por azar (evolución bio-lógica), entonces no hay propósito.

Sin embargo, el ser humano buscacon afán llenar ese vacío existencialcon distintas cosas, pero solo consi-gue una tranquilidad momentánea;son solo calmantes. El vacío profun-do de su alma vuelve a aflorar, una yotra vez. Las grandes crisis persona-les, el encuentro con la muerte de unser querido, y el duelo posterior, o lapropia cercanía a la muerte, hacenresonar fuertemente estas preguntas

fundamentales, ¿por qué? ¿paraqué? ¿qué sentido tiene? El vacíoexistencial genera pesimismo, escep-ticismo, desesperanza.

Conocidos escritores y filósofos lohan dejado por escrito. Albert Camusseñaló: «La vida no tiene sentido y novale la pena vivirla» (El Mito de Sísifo,1996). Jean Paul Sartre, en su obra LaNáusea (1938), declaró: «Venimos dela nada, existimos sin justificaciónalguna y terminaremos en la nada.Hemos sido arrojados a la existencia,y del mismo modo seremos arrojadosa la muerte».

El ser humano tiene sed de eternidad,de trascendencia, de inmortalidad.Esto suele reflejarse equivocadamen-te en la idea de reencarnación queprofesan algunas religiones orienta-les, las que se fundamentan en unconcepto cíclico del devenir humanoy la naturaleza. La propuesta del Cris-tianismo no es cíclica, sino lineal; tie-ne un principio y un fin, lo que se ex-plica muy claramente en el texto bí-blico, desde Génesis hasta Apocalip-sis.

Gran parte del mundo científico, an-clado en el naturalismo y reduccio-nismo metodológico, solo ha miradouna cara del complejo prisma que esla realidad humana, a pesar de queel notable surgimiento de la cienciamoderna ha estado sustentado enconcepciones sobrenaturales creacio-nistas. Pero, además de la faceta bio-

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lógica, el ser humano tiene facetamoral, emocional y espiritual. Y esesta última faceta la que sufre unenorme vacío existencial y desespe-ranza cuando recibe respuestas equi-vocadas a sus profundas necesidadesde sentido.

Solo en Dios, el ser humano encuen-tra el verdadero sentido a su existen-cia. Solo Dios y su Palabra nos expli-can de dónde venimos, por qué esta-mos aquí y hacia dónde vamos. Estollena el vacío existencial, le da senti-do a la vida, y también esperanzaacerca de lo que viene después. Porello, el salmista manifiesta tan clara-mente que: «En Dios solamente estáacallada mi alma» (Sal. 62:1, RV1960)9.

Literatura citada1. Eiseley Loren. 1961. Darwin’s Century.Evolution and the men who discovered it.Garden City, New York. Anchor, pág. 62.2. LBLA. La Biblia de las Américas.3. Pearcey N. & B. Thaxton. 1994. The Soulof Science. Crossway Books4. North Whitehead A. 1964. Science andthe Modern World (Publicado original-mente en 1925).5. Becker, C. 1932. The Heavenly City ofthe Eighteenth-Century Philosophers.New Haven: Yale University Press, 132 pp.6. Davies, P. 1988, Dios y la nueva física,Salvat, Barcelona.7. Barbieri M. 2008. Biosemiotics: a newunderstanding of life.Naturwissenschaften, 95:577–599.8. Barbieri M. 2013. The Paradigms ofBiology. Biosemiotics, 6:33-59.9. Biblia Reina Valera, 1960.

El arca de Noé y las naves modernas

La palabra arca significa caja (tebah en hebreo, y kibotos en griego).Esto se debe a su forma angular y no curva, pues fue proyectada paraflotar y no para navegar. Fueron construidos algunos modelos de ella,comprobando no solo su mayor capacidad de carga en relación a unbuque, sino también sus características adecuadas para el mar y sucualidad de ser prácticamente insumergible.

Fue la mayor infraestructura construida para flotar sobre las aguas,hasta fines del siglo XIX, cuando surgieron los primeros buques de acero.Asumiendo para el codo un valor mínimo de 46 centímetros, el arcatenía una capacidad de 43.000.000 litros, suficiente para contener 522vagones de ferrocarril.

Considerando que en 150 de estos vagones es posible alojar dosejemplares de todos los animales que respiran aire, el arca tenía espaciosuficiente para dar cabida a todas las especies existentes hoy, más dosejemplares de animales ya extintos, y toda la comida necesaria paraalimentarlos.

Á Maturidade

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Cartas de nuestros lectores

Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios.

AGUAS VIVASPara la proclamación del Evangelio y la edificación del Cuerpo de Cristo

N° 88 · Octubre - Noviembre - Diciembre 2017.REDACCION: Rodrigo Abarca, Roberto Sáez, Marcelo Díaz, Gonzalo Sepúlveda, Álvaro Astete.

DISEÑO: Mario Contreras.

SobrSobrSobrSobrSobre la ape la ape la ape la ape la apostostostostostasíaasíaasíaasíaasíaCon gran regocijo recibí la última revista.Estaba transcribiendo un mensaje sobrela falsedad en el evangelismo actual, cuan-do recibí la edición que trata sobre la apos-tasía, y no creo que esto sea una coinci-dencia. Creo que el Señor quiere prepa-rarnos más en este asunto, ya que cadadía la apostasía avanza más y más. Ya tuvela oportunidad de compartir el tema «Pe-ligros de un evangelio falso», del herma-no David Wilkerson, pero todos los men-sajes de la revista son muy instructivos. ElSeñor siga bendiciendo y ampliando esteministerio.

Asmiria Pirela (Venezuela).

MensajeMensajeMensajeMensajeMensajes de vidas de vidas de vidas de vidas de vidaCon alegría recibimos la última revistaAguas Vivas. Siempre es portadora demensajes que alimentan de vida a los cre-yentes, en medio del alud de apostasía enestos últimos tiempos. Les enviamos ungran abrazo y que el Señor derrame sugracia y el gozo de la vida de Cristo en us-tedes.

Arcadio Díaz (Colombia).

Un manantUn manantUn manantUn manantUn manantialialialialialGracias por el envío de la revista, que des-pierta a muchos cristianos. Dios ha toca-do mi corazón a través de ella, para asítener una iglesia que predique un evan-gelio verdadero. Sigan con esa visión queDios les ha dado acerca de la iglesia glo-riosa. A la verdad, esta revista es un ma-nantial. La he usado en mi vida ministe-rial, y mi esposa la tiene como un mediode enseñanza.

William López (Cuba).

Sabiduría de lo alSabiduría de lo alSabiduría de lo alSabiduría de lo alSabiduría de lo altototototoMe gozo en gran manera al recibir la re-vista, fuente de sabiduría y revelación delo alto, que Dios usa para ilustrar cómolas verdades bíblicas cobran vida a lo lar-go de la historia, y en especial preparan-do a Su pueblo ante la pronta venida deSu amado Hijo, inagotable y eterno ma-nantial de vida para los que creen en él.Gracias a todo el colectivo de redacción,y a los que de una manera u otra nos ins-truyen y edifican a la distancia, aunquemuy cercanos en el mismo Espíritu.

Eduardo Rodríguez (Cuba).