un gigante artesano (más verde, menos gris)

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UN GIGANTE ARTESANO “EL OLLETO” LECYTHIS MINOR Esta es una historia de esas que surgen juntos con el nacimiento de un pueblo o al menos con el inicio de una comunidad. Hoy una abuela muy querida entre su comunidad Irma Rivas , nos contó una historia que data de tiempos cuando los primeros habitantes de Urabá, los indígenas Embera katios dominaron nuestro territorio exactamente en el municipio de Apartadó. Cuentan mis abuelos que antes de fundarse Apartadó vivían nuestros humildes ancestros los Embera Katío dueños de este vasto y rico territorio, una tierra fértil donde emergían los más hermosos bosques del planeta. Estos bosques eran poderosos e imponentes conformados por árboles gigantes, grandes, medianos, pequeños y enanos de toda la clase de árboles y plantas que uno se pudiera imaginar. Estaba el guayacán con su rubia y hermosa peluca de flores, La tagua con sus grandes hojas y frutos para alimentar a los animales, El roble grande y fuerte pero que refleja su fragilidad y hermosura cuando se viste de flores rosas, el indio en cuero de forma esbelta y delgada que muda su piel cada día para descubrir su belleza, el higuerón que a orillas del río Apartadó es un centinela sosteniendo sus orilla aferrado sus poderosas raíces a la tierra y el cativo gigante y resistente a los desgastantes del clima, soportando inundaciones del río León que fácilmente desafía aferrado a sus poderosas raíces; habitando en sus orillas como un soldado de guerra y por último El olleto el más feo de todos el que era ignorado y criticado por ser simple y con hojas grandes . Estos y muchos más arboles habitaban el territorio cubriendo por completo hasta las colinas y montañas. Pero estos gigantes eran muy egoístas con los Embera, pues se negaron a enseñarles sus secretos a vivir entre ellos y solo se fijaban en su belleza y grandeza. Pero solo uno ayudó a los Embera y se convirtió en un maestro y sabio “El olleto” este árbol apareció un día en el bosque, llego desde muy lejos en forma de semilla y se planto a orillas del río Apartadó y quebradas, creció y en época de semillas brotaron de él, hermosas vasijas que los hombres embrea utilizaron como utensilios para sus necesidades entre esas para comer, beber, cocinar, preparar brebajes, guardar alimentos y decorar, sin contar con la enorme sombra que este les brindaba a los hombres gracias a sus grandes hojas. En poco tiempo, los demás árboles se sintieron solos y se marchitaros al notar que el olleto entre ellos era más feliz aun siendo el menos agraciado y que por haber ayudado a los hombres la madre natura lo premio con hermoso vestido de flores amarillas y el amor de los Embera. Estos lo cuidaban y sembraban sus semillas luego el resto de los árboles, decidieron ayudar a los Embera dotándolos con madera. Por ejemplo el roble y el cativo para construir sus casas y la tagua con sus grandes hojas para protegerlos del frio de la noche y del sol y la lluvia del día. Y así gracias al maestro del bosque “el olleto”, pudo el hombre y la naturaleza unirse y convertirse en el municipio que hoy somos, Apartadó. GRUPO MÁS (+) VERDE MENOS (-) GRIS FIN

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Un gigante artesano (Más Verde, Menos Gris)

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UN GIGANTE ARTESANO “EL OLLETO” LECYTHIS MINOR

Esta es una historia de esas que surgen juntos con el

nacimiento de un pueblo o al menos con el inicio de

una comunidad. Hoy una abuela muy querida entre

su comunidad Irma Rivas, nos contó una historia que

data de tiempos cuando los primeros habitantes de

Urabá, los indígenas Embera katios dominaron

nuestro territorio exactamente en el municipio de

Apartadó.

Cuentan mis abuelos que antes de fundarse

Apartadó vivían nuestros humildes ancestros los

Embera Katío dueños de este vasto y rico territorio,

una tierra fértil donde emergían los más hermosos

bosques del planeta. Estos bosques eran poderosos e

imponentes conformados por árboles gigantes,

grandes, medianos, pequeños y enanos de toda la

clase de árboles y plantas que uno se pudiera

imaginar. Estaba el guayacán con su rubia y hermosa

peluca de flores, La tagua con sus grandes hojas y

frutos para alimentar a los animales, El roble grande y

fuerte pero que refleja su fragilidad y hermosura

cuando se viste de flores rosas, el indio en cuero de

forma esbelta y delgada que muda su piel cada día

para descubrir su belleza, el higuerón que a orillas del

río Apartadó es un centinela sosteniendo sus orilla

aferrado sus poderosas raíces a la tierra y el cativo

gigante y resistente a los desgastantes del clima,

soportando inundaciones del río León que fácilmente

desafía aferrado a sus poderosas raíces; habitando

en sus orillas como un soldado de guerra y por último

El olleto el más feo de todos el que era ignorado y

criticado por ser simple y con hojas grandes . Estos y

muchos más arboles habitaban el territorio cubriendo

por completo hasta las colinas y montañas. Pero

estos gigantes eran muy egoístas con los Embera,

pues se negaron a enseñarles sus secretos a vivir

entre ellos y solo se fijaban en su belleza y grandeza.

Pero solo uno ayudó a los Embera y se convirtió en un

maestro y sabio “El olleto” este árbol apareció un día

en el bosque, llego desde muy lejos en forma de

semilla y se planto a orillas del río Apartadó y

quebradas, creció y en época de semillas brotaron

de él, hermosas vasijas que los hombres embrea

utilizaron como utensilios para sus necesidades entre

esas para comer, beber, cocinar, preparar brebajes,

guardar alimentos y decorar, sin contar con la

enorme sombra que este les brindaba a los hombres

gracias a sus grandes hojas.

En poco tiempo, los demás árboles se sintieron solos y

se marchitaros al notar que el olleto entre ellos era

más feliz aun siendo el menos agraciado y que por

haber ayudado a los hombres la madre natura lo

premio con hermoso vestido de flores amarillas y el

amor de los Embera. Estos lo cuidaban y sembraban

sus semillas luego el resto de los árboles, decidieron

ayudar a los Embera dotándolos con madera. Por

ejemplo el roble y el cativo para construir sus casas y

la tagua con sus grandes hojas para protegerlos del

frio de la noche y del sol y la lluvia del día. Y así

gracias al maestro del bosque “el olleto”, pudo el

hombre y la naturaleza unirse y convertirse en el

municipio que hoy somos, Apartadó.

GRUPO MÁS (+) VERDE MENOS (-) GRIS

FIN