ubicación maldita - 5 de diciembre de 2012

1
“Ubicación maldita” Así lo dijo el subsecretario de Estado de los Estados Unidos para asuntos del hemisferio occidental, John Feeley en relación al uso del territorio hondureño para el tráfico de droga. La Embajadora de los Estados Unidos en Honduras dijo que es “mala suerte” esa ubicación geográfica para el tránsito por nuestro territorio de la droga desde no sabemos qué lugares hacia territorio norteamericano. “Ubicación maldita y de mala suerte“, dicen los funcionarios de los Estados Unidos. Por su parte, el embajador hondureño ante Estados Unidos, Jorge Hernández Alcerro, dijo que, y citamos “esta fatalidad geográfica nos ha hecho víctimas de un delito transnacional que ha traído mucha violencia, sufrimiento y muerte a Honduras”. De nuevo la embajadora Kubiske refuerza esas declaraciones diciendo que no le sorprende que Honduras cuente con el mayor número de muertes violentas del mundo, puesto que ““en todas partes hay muertes violentas”. Así piensan los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, y así piensan también los funcionarios hondureños que nos representan ante el gobierno de los Estados Unidos. Nada que envidiar, por ejemplo, a las célebres declaraciones de aquel efímero personaje de relaciones exteriores de las primeras semanas del gobierno de facto, cuando con el más despreciable humor racista llamó “negrito de batey” al presidente de los Estados Unidos de América. “Maldita y mala suerte” la ubicación geográfica de Honduras para los narcotraficantes, como también fue “ubicación maldita y mala suerte” cuando el gobierno de Estados Unidos usó nuestro territorio hace treinta años como apoyo logístico o como portaaviones para impulsar desde Palmerola la guerra contrainsurgente en apoyo a la contra nicaragüense y a los ejércitos salvadoreño y guatemalteco. “Maldita y mala suerte” la de tener fronteras con la mayoría de países centroamericanos porque así es indistintamente usado nuestro territorio tanto por los carteles de la droga, las maras o pandillas como por cualquier otra organización criminal transnacional, o por la DEA o el pentágono de los Estados Unidos para levantar bases militares en la Mosquitia o realizar operativos militares con el fin de proteger intereses geoestratégicos con el argumento de luchar contra el narcotráfico. “Maldita y mala suerte” la de Honduras por tener tantas muertes violentas por el solo hecho de ser patio trasero, tan cerca de los Estados Unidos, cuyo gobierno en el pasado usó nuestro territorio como enclave, y así tener nosotros la “maldita suerte” de quedar para siempre ante el mundo como una ingrata “república bananera”. “Maldita suerte” que ahora, en pleno siglo veintiuno, escuchemos a funcionarios del gobierno de Estados Unidos, y a nuestros propios funcionarios que, como los embajadores y funcionarios de todos los tiempos, sigan justificando la intervención imperial en nuestro territorio, en esta ocasión por la “maldita suerte” de estar tan cerca del territorio en donde habita el mayor número de drogadictos del mundo, paisanos del Subsecretario de Estado de los Estados Unidos para asuntos Hemisféricos y de la Señora Kubiske. “Maldita suerte” la nuestra. Nuestra Palabra | 05 DICIEMBRE 2012

Upload: radio-progreso-eric-sj

Post on 06-Mar-2016

213 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Ubicación maldita - 5 de diciembre de 2012

TRANSCRIPT

Page 1: Ubicación maldita - 5 de diciembre de 2012

“Ubicación maldita”

Así lo dijo el subsecretario de Estado de los Estados Unidos para asuntos del hemisferio occidental, John Feeley en relación al uso del territorio hondureño para el tráfico de droga. La Embajadora de los Estados Unidos en Honduras dijo que es “mala suerte” esa ubicación geográfica para el tránsito por nuestro territorio de la droga desde no sabemos qué lugares hacia territorio norteamericano. “Ubicación maldita y de mala suerte“, dicen los funcionarios de los Estados Unidos. Por su parte, el embajador hondureño ante Estados Unidos, Jorge Hernández Alcerro, dijo que, y citamos “esta fatalidad geográfica nos ha hecho víctimas de un delito transnacional que ha traído mucha violencia, sufrimiento y muerte a Honduras”. De nuevo la embajadora Kubiske refuerza esas declaraciones diciendo que no le sorprende que Honduras cuente con el mayor número de muertes violentas del mundo, puesto que ““en todas partes hay muertes violentas”. Así piensan los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, y así piensan también los funcionarios hondureños que nos representan ante el gobierno de los Estados Unidos. Nada que envidiar, por ejemplo, a las célebres declaraciones de aquel efímero personaje de relaciones exteriores de las primeras semanas del gobierno de facto, cuando con el más despreciable humor racista llamó “negrito de batey” al presidente de los Estados Unidos de América. “Maldita y mala suerte” la ubicación geográfica de Honduras para los narcotraficantes, como también fue “ubicación maldita y mala suerte” cuando el gobierno de Estados Unidos usó nuestro territorio hace treinta años como apoyo logístico o como portaaviones para impulsar desde Palmerola la guerra contrainsurgente en apoyo a la contra nicaragüense y a los ejércitos salvadoreño y guatemalteco. “Maldita y mala suerte” la de tener fronteras con la mayoría de países centroamericanos porque así es indistintamente usado nuestro territorio tanto por los carteles de la droga, las maras o pandillas como por cualquier otra organización criminal transnacional, o por la DEA o el pentágono de los Estados Unidos para levantar bases militares en la Mosquitia o realizar operativos militares con el fin de proteger intereses geoestratégicos con el argumento de luchar contra el narcotráfico. “Maldita y mala suerte” la de Honduras por tener tantas muertes violentas por el solo hecho de ser patio trasero, tan cerca de los Estados Unidos, cuyo gobierno en el pasado usó nuestro territorio como enclave, y así tener nosotros la “maldita suerte” de quedar para siempre ante el mundo como una ingrata “república bananera”. “Maldita suerte” que ahora, en pleno siglo veintiuno, escuchemos a funcionarios del gobierno de Estados Unidos, y a nuestros propios funcionarios que, como los embajadores y funcionarios de todos los tiempos, sigan justificando la intervención imperial en nuestro territorio, en esta ocasión por la “maldita suerte” de estar tan cerca del territorio en donde habita el mayor número de drogadictos del mundo, paisanos del Subsecretario de Estado de los Estados Unidos para asuntos Hemisféricos y de la Señora Kubiske. “Maldita suerte” la nuestra.

Nuestra Palabra | 05 DICIEMBRE 2012