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Facultad de Ciencias de la Salud UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Ciencias de la Salud Trabajo Fin de Grado Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar Alumno: Rueda-Márquez, Alejandro Tutor: Prof. Muñoz-Perete, Juan Miguel Dpto: Ciencias de la Salud Junio, 2017

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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Ciencias de la Salud

Trabajo Fin de Grado

Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes

con fascitis plantar

Alumno: Rueda-Márquez, Alejandro Tutor: Prof. Muñoz-Perete, Juan Miguel Dpto: Ciencias de la Salud

Junio, 2017

2 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

ÍNDICE

1. RESUMEN………………………………………………………………………………………………………………………….3

2. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………………………………………5

3. MATERIAL Y MÉTODOS……………………………………………………………………………………………………13

4. RESULTADOS…………………………………………………………………………………………………………………..14

4.1. ONDAS DE CHOQUE VS INYECCIÓN DE ESTEROIDES………………………………………………………..15

4.2. ONDAS DE CHOQUE VS FASCIOTOMÍA PLANTAR……………………………………………………………..17

4.3. ONDAS DE CHOQUE VS PLACEBO………………………………………………………………………………......20

4.4. ONDAS DE CHOQUE VS INFILTRACIÓN DE PLASMA VS FISIOTERAPIA CONVENCIONAL…….21

4.5. ONDAS DE CHOQUE VS ESTIRAMIENTOS…………………………………………………………………………22

5. DISCUSIÓN………………………………………………………………………………………………………………………23

5.1. LIMITACIONES………………………………………………………………………………………………………………..25

6. CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………………………………………………..26

7. FIGURAS Y TABLAS…………………………………………………………………………………………………………..27

8. DICCIONARIO DE ABREVIATURAS………………………………………………………………………………......36

9. REFERENCIAS………………………………………………………………………………………………………………....37

3 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar.

“Effectiveness of shockwaves therapy in patients with plantar fasciitis.”

1. RESUMEN

Objetivo: Determinar la eficacia de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis

plantar y compararla con otras terapias.

Materiales y métodos: Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Pubmed y

PEDro. Fueron incluidos los ensayos clínicos publicados en los últimos 5 años, escritos en español

o inglés y con una valoración de 6 o mayor en la escala PEDro.

Resultados: De 193 artículos encontrados, se analizaron 7 tras aplicar los criterios de inclusión

y exclusión. Los estudios se clasificaron en 5 grupos según el tipo de intervención que recibieron,

comparando las ondas de choque con otras terapias o con el placebo.

Conclusiones: Existe una evidencia clara pero escasa de que las ondas de choque son más

efectivas que el efecto placebo. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar su

efectividad en comparación con otras terapias.

Palabras clave: “Plantar fasciitis”, “Shockwave” y “Shock waves”.

4 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

ABSTRACT

Objective: To determine the efficacy of shock wave therapy in patients with plantar fasciitis and

to compare it with other therapies.

Material and methods: A bibliographic search was performed in Pubmed and PEDro databases.

It was included the clinical trials published in the last 5 years, written in Spanish or English and

with an assessment of 6 or greater in the PEDro scale.

Results: Of 193 articles found, 7 were analyzed after applying the inclusion and exclusion

criteria. The studies were classified into 5 groups according to the type of intervention they

received, comparing shock waves with other therapies or with placebo.

Conclusion: There is acceptable evidence that shock waves are more effective than the placebo

effect. However, more studies are needed to determine their effectiveness compared to other

therapies.

Keywords: “Plantar fasciitis”, “Shockwave” and “Shock waves”.

5 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

2. INTRODUCCIÓN

La fascia plantar es una estructura similar a un tendón que se origina en el tubérculo

medial del calcáneo y continúa en dos bandas bien diferenciadas, y una tercera banda

inconstante uniéndose distalmente a las cabezas metatarsianas, formando el arco longitudinal

del pie. Proporciona apoyo del arco longitudinal y sirve como un amortiguador dinámico para el

pie durante el caminar y correr.1

La banda mediana funciona como un tendón y una fascia muscular delgada sobre el

músculo abductor del dedo gordo. La banda lateral funciona como un tendón y una fascia

muscular sobre el músculo abductor del meñique. La banda central es la más gruesa (entre 1’5-

2cm de ancho)2 y fuerte. Además de funcionar como tendón y fascia del músculo flexor corto de

los dedos, protege el tejido blando del pie. Las fibras superficiales funcionan como ancla para la

almohadilla grasa y la piel, y las capas profundas son una parte importante de la construcción

triangular del pie.3

La unión distal a las falanges proximales y la conexión proximal al tendón de Aquiles

estabilizan todo el pie, y por flexión dorsal de las articulaciones metatarsofalángicas y elevación

del talón proporciona estabilidad al arco del pie y estabilidad para la propulsión en la marcha, la

carrera, el salto, etc.2,3

Definición de la patología

Alrededor del 10% de la población general ha experimentado dolor de talón en algún

momento de sus vidas.4 La causa más común de dolor en el talón del pie es la fascitis plantar.5

La fascitis plantar es un proceso inflamatorio de bajo grado que implica la aponeurosis

plantar con o sin la participación de las estructuras perifasciales. Puede ser aguda, pero es más

a menudo una condición crónica que está directamente relacionada con la actividad física.6 Es

una condición dolorosa en la banda dura de tejido conectivo a lo largo de la planta del pie,

común y auto-limitada, que puede resultar incapacitante en las actividades diarias (AVD), debido

a cargas repetitivas y excesivas en la fascia.7,8,9 Puede aparecer en un sólo momento concreto, o

bien repetirse en varias ocasiones a lo largo de la vida.10 Los hombres y las mujeres se ven

afectados por igual, y los síntomas son bilaterales en más del 10% de los casos.11

La fascitis plantar es un síndrome de dolor generalizado, que puede explicarse de

diferentes maneras, aunque la patogénesis sigue siendo poco clara.11 Una posibilidad es una

entesopatía inducida mecánicamente en la inserción calcánea de la fascia plantar:

microtraumatismo repetido que conduce a microfisuras y resulta en periostitis de tracción y

6 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

cambios degenerativos. Otras teorías consideran una compresión deteriorada de la almohadilla

grasa subcalcánea o una lesión de las ramas del nervio tibial en el túnel del tarso.12 En cualquier

caso, la fascitis plantar es causada por un desequilibrio biomecánico que provoca tensión a lo

largo de la fascia plantar.1

Por lo tanto, la etiología más común de la fascitis plantar es de origen mecánico

(microtraumatismo en la inserción de la fascia plantar en el calcáneo)7, aunque, además de la

mecánica, pueden existir también causas degenerativas o sistémicas.8

Signos y síntomas

La fascitis plantar se caracteriza por dolor en la parte anteromedial del talón inferior del

pie. El dolor tiende a aumentar después de períodos de inactividad, como el descanso

prolongado, o durante las actividades que conllevan carga de peso, y disminuirá después de los

primeros pasos.10,13 Una característica clave de la fascitis plantar es el dolor asociado con las

actividades de carga de peso, lo que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida.13

Además, el proceso inflamatorio puede extenderse a estructuras anatómicas adyacentes,

incluyendo, entre otros, el nervio mediano del calcáneo.8

La disminución de la vascularización, la pérdida de elasticidad normal y las alteraciones

de la función de los nociceptores pueden contribuir al inicio y a la persistencia de esta afección.11

Es más probable que la fascitis plantar aparezca en personas obesas, particularmente

en mujeres de 40 a 60 años, que pasan la mayor parte del día en pie o que tienen una flexión

limitada del tobillo.1 También suele aparecer en personas que practican ejercicio con

frecuencia.2

Incidencia y prevalencia

En Estados Unidos, más de 2 millones de personas son tratadas por dolor en el talón

plantar anualmente.13

La prevalencia y el pronóstico no están muy claros, pero los síntomas parecen resolverse

con el tiempo en la mayoría de las personas.14

En un estudio se demostró que existe una alta prevalencia de obesidad entre los

pacientes con tendinitis del tibial posterior solo, fascitis plantar solo y ambas enfermedades

concomitantemente.15

El trastorno se observa con frecuencia en atletas, pero también ocurre en individuos

sedentarios, particularmente mujeres de mediana edad. En los corredores, la fascitis plantar

7 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

parece estar asociada con uso excesivo, errores de entrenamiento, entrenamiento en

superficies duras y calzado inapropiado o excesivamente desgastado. En los adultos mayores, la

fascitis plantar es atribuible a una fuerza muscular intrínseca pobre, secundaria, a menudo, a

unos pies planos adquiridos.11

Factores de riesgo

Para los profesionales de la salud, el dolor de talón es un término general y, por lo tanto,

más difícil de manejar.16

Los factores de riesgo intrínsecos son aspectos individuales, como los problemas

biomecánicos, la edad avanzada, el IMC y el sexo, entre otros. Los factores de riesgo extrínseco

son influencias externas a la persona, como el tipo de trabajo, la postura en la que se duerme,

la carga elevada, las actividades recreativas y las áreas donde se realizan las actividades.16,17

Sin embargo, en términos de evidencia empírica, la influencia de estos factores sobre el

desarrollo del dolor es limitada, es decir, tienen influencia en el desarrollo de la enfermedad,

pero es limitada en cuanto al dolor.

Estudios recientes han examinado qué factores pueden influir en el desarrollo del dolor

plantar en poblaciones adultas, describiendo la asociación de factores o variables intrínsecas,

sobre todo obesidad, edad y problemas biomecánicos.16

Costes

En Estados Unidos, en 2007, se calculó que el costo del tratamiento de la fascitis plantar

oscila entre $192-376 millones anuales, aunque se necesitan más estudios que proporcionen

información adicional sobre los detalles del tratamiento y la rentabilidad del mismo.18

Otros investigadores, también en Estados Unidos, encontraron que los pacientes que

recibieron terapia manual como parte de su tratamiento promediaron menos visitas y tuvieron

un costo de cuidado menor de $340.19

Diagnóstico

No existe una prueba ampliamente aceptada o "estándar de oro" para diagnosticar la

fascitis plantar, aunque el diagnóstico suele ser bastante evidente.11,17

El examen físico casi siempre revela hipersensibilidad sobre la porción proximal de la

fascia central, particularmente cerca de la inserción en la tuberosidad del calcáneo. El dolor se

ve exacerbado por la flexión dorsal de los dedos de los pies que estira la fascia plantar.11

8 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

La radiografía tiene un valor limitado en el diagnóstico de fascitis plantar. Sin embargo,

una vista lateral del pie con soporte de peso puede ser útil para descartar otras afecciones tales

como fractura calcánea aguda o enfermedad de Sever (apofisitis calcánea) en pacientes más

jóvenes.20 Si las radiografías son normales, una gammagrafía ósea también puede ayudar a

distinguir la fascitis plantar de una fractura de estrés calcáneo.11 El 50% de los pacientes con

dolor en el talón plantar puede tener espolones calcáneos, pero la relación con el dolor

subcalcáneo no se ha demostrado aún. Se cree que los espolones calcáneos resultan de las

fuerzas de tracción en el origen de la fascia plantar, pero no son la causa de la fascitis plantar.20

Las biopsias de la fascia plantar enferma revelan proliferación fibroblástica y tejido

granulomatoso crónico.11

La ecografía musculoesquelética es una herramienta muy útil y confiable para

diagnosticar la fascitis plantar, ya que es una modalidad de imagen no invasiva y bien tolerada

sin radiación ionizante. Se puede utilizar para confirmar el diagnóstico clínico y clasificar el

patrón de enfermedad.17,20 Aparte de cuantificar y, por lo tanto, controlar la gravedad de la

fascitis plantar, la ecografía puede excluir de forma concluyente un diagnóstico diferencial como

la fibrosis de la fascia plantar, que aparece como un hinchazón fusiforme distal al origen de la

fascia plantar y las contusiones de la almohadilla del talón, que son superficiales a la fascia

plantar.20

La resonancia magnética (MRI) es particularmente útil para evaluar la presencia y la

gravedad de los tejidos blandos y el edema de la médula ósea, así como el grosor y la intensidad

de la señal de la fascia plantar.11 En un estudio, el 89% de los talones con fascitis plantar crónica

presentaron tejido blando subcutáneo y edema perifásico en imágenes ponderadas T-2. En casi

todos los casos, se detectó un marcado incremento en el grosor de la fascia plantar.21

El diagnóstico de la fascitis plantar mediante ultrasonido muestra una ecogenicidad

reducida y un engrosamiento de la fascia plantar (>4-4,5mm) en su inserción calcánea.17

Según los valores normativos publicados, el grosor de la fascia plantar en adultos sanos

asintomáticos oscila entre 3,3 ± 0,3 mm y 3,9 ± 0,5mm. Un grosor superior a 4,0 mm se considera

anormal.20

Existen, además, muchos instrumentos de medición para evaluar el estado de salud del

pie de una persona, como la escala analógica visual para el dolor (Escala EVA), las Escalas de

Medición del Impacto de la Artritis (Arthritis Impact Measurement Scales), el Cuestionario de

Dolor de McGill (McGill Pain Questionnaire), la Puntuación del Antepié (Forefoot Score), el Índice

9 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

de Osteoartritis de la Universidad de Western Ontario y McMaster (Western Ontario and

McMaster University Osteoarthritis Index) y el Índice de Función del Pie (Foot Function Index).

Otro instrumento específico para evaluar la salud de los pies es el Cuestionario del

Estado de la Salud del Pie (FHSQ), con una puntuación que oscila entre 0 (estado de salud

deficiente) y 100 (estado de salud óptimo).16

Pronóstico

La historia natural de la fascitis plantar es la resolución gradual, pero a menudo durante

un período prolongado de tiempo.11

Davis et al informaron de que la gran mayoría de los pacientes tienen resolución de los

síntomas dentro de los 10 meses. Otros han reportado incluso una mayor duración de los

síntomas.22

Martin et al, por su parte, revisaron un gran número de informes sobre el tratamiento

no operatorio de la fascitis plantar y mostraron una amplia gama de resultados aceptables que

oscilaban entre el 44% y el 82% de los pacientes que obtuvieron alivio completo de su dolor.

Sólo el 51% de los pacientes en ese estudio tuvieron una resolución total de sus síntomas.23

Tratamiento

Puesto que hay pocos datos de ensayos controlados aleatorios de alta calidad que

apoyen la eficacia de estas modalidades de manejo conservadoras, el enfoque más prudente es

emplear primero las modalidades conservadoras. Generalmente se cree que el inicio de un

tratamiento conservador dentro de las 6 semanas posteriores al inicio de los síntomas acelera

la recuperación del PF, pero esta suposición no está probada.24

Se han propuesto muchas modalidades de terapia física. El apoyo para el uso de hielo,

calor, cremas, vendajes, estiramientos, ultrasonidos, iontoforesis, laserterapia, magnetoterapia,

masajes y para el fortalecimiento de los músculos intrínsecos del pie rara vez proviene de datos

controlados.25,26 Se recomienda comúnmente el estiramiento de los músculos de la pantorrilla y

la fascia plantar, así como la colocación de cintas o flejes en el pie, pero estas intervenciones

generalmente se han evaluado en combinación con otras, lo que dificulta la interpretación de

los resultados de cualquier intervención individual.25

En Estados Unidos, el uso de terapia manual por los terapeutas aumentó de 78% en 2007

a 94% en 2011, mientras que el uso de ejercicios de rehabilitación supervisados aumentó de

85% a 91% durante este mismo período.19

10 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

No se suele recurrir al tratamiento quirúrgico (sólo 5-10% de los casos, cuando el

tratamiento conservador de 6-12 meses falla),27 a menos que sea necesario e imprescindible, ya

que no siempre da buenos resultados y tiene una recurrencia en el 30% de los casos.26 Además,

las complicaciones postoperatorias tales como dolor recurrente, lesión nerviosa, infección e

inestabilidad tarsal, restan importancia a la utilidad de la intervención quirúrgica.28

Algunas indicaciones para la cirugía son: Más de 6 meses de síntomas persistentes a

pesar de los tratamientos conservadores agresivos, tales como reposo, terapia con fármacos,

férulas, fisioterapia y una historia de más de 3 inyecciones de esteroides para el tratamiento, y

deterioro funcional en el trabajo o en el hogar.27

Los ensayos aleatorios controlados con placebo no demostraron ningún beneficio

utilizando plantillas magnéticas, y los pequeños ensayos aleatorios controlados con placebo no

encontraron ningún beneficio significativo de la ecografía, tratamiento con láser, iontoforesis o

exposición a un dispositivo generador de electrones.29,30

Una amplia variedad de órtesis pre-fabricadas y hechas a medida, incluyendo

almohadillas de talón y tazas que están diseñados de diversas formas para elevar y amortiguar

el talón, proporcionan soporte de arco mediano, o ambos se utilizan para manejar PF. No hay

datos sobre la eficacia de estos dispositivos en comparación con placebo o ningún tratamiento,

y los datos disponibles sobre su eficacia en comparación con los de otras intervenciones son

conflictivos o limitados.25

Las ataduras nocturnas para mantener el tobillo en posición neutra con o sin dorsiflexión

de las articulaciones metatarsofalángicas durante el sueño se evaluaron en tres ensayos

controlados aleatorios, con resultados contradictorios.23,31,32

Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos se utilizan para el alivio temporal del

dolor, pero no ofrecen apoyo para la resolución de la enfermedad. No se han realizado ensayos

aleatorios, controlados con placebo para evaluar su beneficio.29,33

Cuando el tratamiento conservador falla en la fascitis plantar crónica, la inyección local

de corticosteroides está entre las opciones de tratamiento disponibles para los pacientes con

dolor resistente. Este método suele ser eficaz en el manejo a corto plazo.34 Un ensayo, en el que

participaron 91 participantes, mostró que 1 ml de acetato de prednisolona (25 mg) con 1 ml de

anestésico local (LA), inyectado con un abordaje mediano, produce una mayor mejora en el

dolor en 1 mes que la inyección de LA sola. A los 3 y 6 meses, no hubo diferencias entre los

11 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

grupos en las medidas de dolor, pero una alta tasa de pérdida de seguimiento impidió la

elaboración de conclusiones.25

En ensayos controlados, las inyecciones de toxina botulínica A condujeron a resultados

superiores cuando se compararon con placebo. No se observaron efectos secundarios.35,36

Ondas de choque

La terapia de ondas de choque extracorpóreas (ESWT) es también una modalidad de

tratamiento usada para condiciones resistentes.4

La terapia de ondas de choque extracorpóreas se ha utilizado con éxito en el tratamiento

de la fascitis plantar crónica, especialmente en los casos en que los tratamientos conservadores

como el stretching, el taping o la órtesis fallan. Las ondas de choque son ondas sonoras

generadas por una fuente que crea vibraciones que luego son transportadas a través de los

tejidos, mediante la interacción de fluidos y partículas sólidas. Fue introducida desde mediados

de la década de 1990 como un tratamiento no quirúrgico y no invasivo para el dolor de tejido

blando en trastornos ortopédicos tales como tendinitis calcificante del hombro, epicondilitis

crónica en el codo y talón doloroso, o incluso para romper cálculos renales, pero el alcance de

su aplicación se amplió rápidamente.9,28,37

En la actualidad, se utiliza para tratar una serie de trastornos musculoesqueléticos,

incluyendo: fascitis plantar, tendinitis de Aquiles y la tendinitis patelar.9

Los defensores de la terapia de ondas de choque sugieren que se produce una lesión de

tejido local controlada que causa neovascularización, y se asocia con mayores cantidades de

factores de crecimiento de tejido dentro de las estructuras localmente lesionadas. Por lo tanto,

sugieren la hipótesis de que las ondas de choque estimulan la curación creando un entorno de

herida en el lugar que se aplican las ondas de choque.

Otros mecanismos de acción hipotéticos incluyen: la alteración física de los axones

pequeños, inhibiendo así la conducción del impulso del dolor; la alteración química del

neurotransmisor del receptor del dolor, evitando así la percepción del dolor; y la activación de

la hiperestimulación del mecanismo de control de la compuerta (gate control theory),

provocando, de este modo, la analgesia.28

Aunque es ampliamente utilizado en Europa, en los Estados Unidos la ESWT es más

comúnmente utilizada para tratar las condiciones del pie y tobillo, generalmente fascitis plantar

y tendinopatía de Aquiles.11

12 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Numerosos ensayos clínicos han demostrado que la ESWT es segura, bien tolerada y

produce pocos efectos secundarios. Las complicaciones significativas son raras. Otros ensayos

han demostrado que la ESWT es más eficaz que el tratamiento con placebo, con tasas de éxito

entre el 48-77%.11,37

Las ondas de choque se caracterizan por una alta presión máxima (500 bar) con tiempos

de subida inferiores a 10 ns, un ciclo de vida corto (inferior a 10 ms) y un amplio espectro de

frecuencias (16-20 MHz). El rápido aumento de la presión es seguido por períodos de disipación

de presión y de presión negativa antes de volver gradualmente a la presión ambiente.

Estos dispositivos utilizan electrohidráulicos (bujías), electromagnéticos (bobinas) o

métodos piezoeléctricos (cristales) para generar ondas de choque. Una vez generadas, las ondas

de choque son enfocadas por los dispositivos y aplicadas a los tejidos objetivo.11

Hay dos formas de aplicación de ondas de choque: focalizada (o centrada) y radial:

Focalizada: En la terapia enfocada de onda de choque, toda la energía de una

onda de choque se concentra en una pequeña zona de tratamiento dentro del

cuerpo.

Radial: En la terapia de onda de choque radial, la presión se genera a través de

la colisión de dos objetos metálicos: un "proyectil", accionado por aire

comprimido, y un "aplicador", que se presiona contra la piel con una fuerza de

más de 30N (Newton) y un gel de ultrasonido. Desde la superficie del cuerpo,

las ondas de presión se extienden en todas direcciones, llegando finalmente a

la zona afectada.9

Aunque las ondas de choque utilizadas para la litotricia son de mayor energía que las

utilizadas para el tratamiento de la fascitis plantar, estudios en animales han demostrado el

desarrollo de una respuesta inflamatoria en los tejidos, que van desde el tendón hasta la placa

fisical (fisis del hueso) y el hueso trabecular, con niveles de energía de 0,28 a 1,5 mJ/mm2. En

general, se entiende que los niveles de energía que varían de 0,22 a 0,36 mJ/mm2 son lo

suficientemente altos como para inducir una respuesta terapéutica en la fascia plantar de 3 a 6

semanas.

En la actualidad, los sistemas de descarga de ondas de choque que proporcionan niveles

de energía superiores a 0,34-0,36 mJ/mm2 requieren que el receptor reciba bloqueos nerviosos

regionales combinados con sedación intravenosa o anestesia general.

13 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Los dispositivos que no proporcionan niveles de energía de al menos 0,26 mJ/mm2,

generalmente, no requieren anestesia local en el lugar de la entrega. Sin embargo, no son tan

eficaces como los dispositivos que producen ondas de choque de mayor energía.28

3. MATERIAL Y MÉTODOS

El objetivo de esta revisión fue determinar los beneficios y la eficacia de la terapia de

ondas de choque en pacientes con fascitis plantar, así como identificar si esta terapia es más

eficaz si es utilizada individualmente o en combinación con otras terapias.

La primera búsqueda bibliográfica se realizó en PubMed el 30/01/2017 usando las

palabras clave “plantar fasciitis AND shock waves” como términos de la búsqueda, obteniendo

117 resultados. Posteriormente se realizó la misma búsqueda en la base de datos PEDro,

obteniendo 15 resultados.

Se realizó otra búsqueda en las mismas bases de datos con las palabras clave “plantar

fasciitis AND shockwave”, y se obtuvieron como resultado 47 artículos en PubMed y 14 en

PEDro.

Se realizaron más búsquedas con otras palabras clave y en otras bases de datos, pero

los resultados tras eliminar los artículos que no cumplían con los criterios de inclusión/exclusión

daban lugar a duplicados ya obtenidos con las búsquedas anteriores.

No se aplicaron los criterios de inclusión/exclusión hasta que se realizaron todas las

búsquedas con las distintas palabras clave. En la FIGURA 1 puede verse el diagrama de flujo de

los artículos seleccionados para la revisión, que fueron aquellos que cumplían con los siguientes

criterios de inclusión, es decir, aquellos que no cumplían estos criterios fueron excluidos:

Que fuera un ensayo clínico.

Que se evaluara la eficacia de la terapia de ondas de choque o la comparara con otras

terapias diferentes.

Que fuera publicada en los últimos 5 años (desde 2012 en adelante).

Que el idioma de publicación fuese el castellano o el inglés.

Que pudieran ser obtenidos de forma gratuita y a texto completo.

Que la calidad metodológica del estudio fuese de 6 o más en la escala PEDro (TABLA 2).

14 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

4. RESULTADOS

Al finalizar la búsqueda realizada con las palabras clave que se indican en el diagrama de

flujo (FIGURA 1) se encontraron un total de 193 artículos (TABLA 1) con potencial válido para ser

incluidos en la revisión. Finalmente, fueron 7 los estudios analizados tras rechazar 186 artículos

que no cumplían los criterios de inclusión que se impusieron.

En la TABLA 3 pueden verse las características más relevantes de cada uno de los 7

artículos, clasificados según el nombre del ensayo, puntuación en la escala PEDro, participantes,

diseño del estudio, intervención, variables de estudio, instrumentos de medida y resultados.

Todos los ensayos seleccionados para su análisis eran Ensayos Controlados

Aleatorizados (ECAs), el cual era uno de los criterios de inclusión impuestos, y en todos ellos se

comparaba la efectividad de la terapia de ondas de choque, bien con un grupo placebo, con un

grupo al que se aplicaba otra terapia, o bien con un grupo placebo y otro al que se aplicaba otra

terapia.

El total de población estudiada en los 7 artículos analizados fue de 658 pacientes, de los

cuales 506 fueron diagnosticados de fascitis plantar y 152 tenían dolor del talón plantar medial

durante al menos doce meses (los correspondientes al estudio de Jan D. Rompe et al44). De esos

658 pacientes, 246 eran hombres y 412 eran mujeres, con una edad media que oscilaba entre

los 34.23 y los 52 años.

Los sujetos fueron valorados al inicio del tratamiento en todos los ensayos analizados, y

en todos ellos hubo un seguimiento una vez finalizado el tratamiento, en períodos que

comprenden desde las 3 semanas a los 24 meses después de la finalización del mismo.

Las variables de estudio primarias que se incluyeron en los ensayos fueron: el dolor,

valorado con instrumentos de medida como la Escala Visual Analógica (EVA) y la subescala del

dolor Foot Function Index (PS-FFI); el dolor junto con las limitaciones, medido según la

puntuación de Mayo (Mayo Clinical Scoring System); el dolor junto con la capacidad/incapacidad

funcional, medido con la puntuación de Roles and Maudsley (RM) y el índice FFI; y el dolor junto

con la capacidad funcional y la alineación, medido con la escala AOFAS. En menor número de

estudios, se evaluaron también: la satisfacción, medida con el cuestionario SROM y la escala

Likert; y el espesor de la fascia plantar, medido con ultrasonido.

Los artículos analizados se agruparon según el tratamiento aplicado en cada ensayo para

facilitar la exposición y el análisis de los resultados.

15 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

4.1 ONDAS DE CHOQUE VS INYECCION DE ESTEROIDES

En 2 de los 7 estudios seleccionados los pacientes recibieron terapia de ondas de choque

o inyección de esteroides.

Nayera Saber et al38 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar y comparar los

efectos terapéuticos de la inyección local de esteroides guiada por ultrasonido (US-ILE) frente a

la terapia de ondas de choque (SWT) de frecuencia media en el tratamiento de fascitis plantar

entre la población egipcia.

Para su desarrollo se escogió una muestra de 60 pacientes que fueron asignados de forma

aleatoria en 2 grupos de muestra iguales: Grupo 1) Grupo US-ILE. Se les realizó una inyección

local mediante una técnica aséptica, incluyendo dos inyecciones de 2ml de 4mg/ml de

dipropionato de betametasona y fosfato sódico de betametasona, combinado con anestésico

local, y 0,5% de clorhidrato de zilocaína. Los procedimientos de inyección se separaron por 2

semanas. Grupo 2) Grupo SWT. Recibieron 2 sesiones de ondas de choque. Se administró un

total de entre 1000-1500 impulsos en cada sesión con un flujo de densidad de energía de

0,28mJ/mm2 y 2Hz de frecuencia. Se dividieron en dos aplicaciones direccionales distintas, que

se aplicaron a 45 grados en el área diana. Se les repitió la misma técnica después de dos

semanas.

La duración del tratamiento fue de 2 semanas, y los sujetos fueron valorados al inicio del

tratamiento y a las 12 semanas una vez finalizado el tratamiento.

Las variables de estudio que se evaluaron en este ensayo fueron: el espesor de la fascia plantar,

medido con ultrasonido; y el dolor y las limitaciones, medidos con el sistema de puntuación de

Mayo. Esta escala comprende seis parámetros: grado de dolor, limitaciones de actividad,

necesidad de calzado u órtesis, sensibilidad del talón plantar, neuropatía y marcha antiálgica).

La puntuación máxima es de 100 puntos y se clasifica como: excelentes resultados (90-100

puntos), buenos resultados (80-89), resultados aceptables (70-79), y pobres resultados (<70). El

éxito en el tratamiento está en obtener unos excelentes o buenos resultados.

Tras la obtención de todos los datos, se encontró una disminución estadísticamente significativa

(p<0.001) en el espesor de la fascia plantar y una mejoría estadísticamente muy significativa

(p<0.001) en las puntuaciones de Mayo en ambos grupos. Sin embargo, no hubo diferencias

estadísticamente significativas entre los dos grupos en el espesor de la fascia plantar ni en las

puntuaciones de Mayo (p>0.079 y p>0.296, respectivamente). Con un seguimiento medio de 4,3

meses (rango 3-6 meses), el 90% de los pacientes en ambos grupos de tratamiento mostraron

16 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

resultados buenos o excelentes según el sistema de puntuación clínica de Mayo. Dos pacientes

en cada grupo (7%) mostraron una mala respuesta al tratamiento. Un total de seis pacientes

(20%) presentaron síntomas recurrentes de fascitis plantar. El tiempo antes de la recurrencia

osciló entre 5 meses y 7 meses (media de 6,1 meses). Los pacientes recurrentes incluyeron tres

pacientes de cada grupo de tratamiento. No hubo hematoma, moretones o hinchazón en el área

tratada en ambos grupos.

Fariba Eslamian et al40 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar y comparar la

eficacia de la terapia de ondas de choque radial (R-SWT) frente a las inyecciones de

corticosteroides en el tratamiento de la fascitis plantar crónica.

Para su realización se tomó una muestra de 40 pacientes que fueron asignados de forma

aleatoria a 2 grupos de muestra iguales: Grupo 1) Grupo R-SWT. Recibieron 5 sesiones de ondas

de choque. Se administró un total de 2000 impulsos en cada sesión con un flujo de densidad de

energía de 0,2mJ/mm2 y 2 pulsos por segundo de frecuencia. La duración por sesión fue de 15

minutos y usualmente se realizó sin fármacos anestésicos locales. Se les repitió la misma técnica

cada 3 días. Grupo 2) Grupo de inyección. En el segundo grupo, antes de la inyección de

corticosteroides la piel se preparó y se cubrió. Luego, se inyectaron 40 mg de metilprednisolona

más 1 ml de lidocaína al 1% en condiciones estériles con una aguja de calibre 22 en el punto más

doloroso (usualmente en el área plantar medial o calcáneo inferior). Una sola inyección fue

administrada por un fisiatra experto sin la guía de la ecografía. Se recomendó a los pacientes

que tuvieran reposo relativo durante 24-48 horas después de las inyecciones y limitaran la carga

sobre la zona inyectada. Durante este período, se les recomendó aplicar la terapia de frío dos

veces al día durante 10 minutos.

La duración del tratamiento fue de 3 semanas y las valoraciones se realizaron al inicio del

tratamiento, a las 4 semanas y a las 8 semanas después de finalizar el mismo.

Las variables de estudio que se evaluaron fueron: el dolor, medido con la escala EVA en distintos

momentos del día: en la mañana y durante el día. En esta escala el paciente marca la intensidad

de su dolor de 0-10, donde 0 es la ausencia del dolor y 10 es el peor dolor posible; el dolor y la

incapacidad, medidos según el índice de función del pie (FFI) modificado. El FFI modificado

consta de 17 artículos auto-reportados, divididos en dos subcategorías (dolor e incapacidad). La

subcategoría del dolor consta de cinco ítems y mide el dolor en los pies en diferentes situaciones.

La subcategoría de la incapacidad consta de 12 ítems y mide la dificultad o limitación de realizar

diversas actividades funcionales debido a problemas en los pies; y la satisfacción, medida con la

escala Likert de 4 puntos (1 excelente, 2 buena, 3 adecuada y 4 pobre).

17 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Tras la recogida de datos, se encontró que hubo una mejoría estadísticamente significativa en

los dos grupos de tratamiento, pero sin diferencias significativas entre ambos, con respecto a la

escala EVA, en cuanto al dolor en la mañana y durante el día, y a la puntuación FFI antes, a las 4

semanas y a las 8 semanas después del tratamiento (p=0.191, p=0.726 y p=0.072,

respectivamente). Más de la mitad de los participantes (55-60%) en el grupo R-SWT lograron

respuesta terapéutica exitosa en la escala EVA en la mañana y en la puntuación FFI en la semana

8. Por otra parte, el 35-40% de los participantes en el grupo de inyección alcanzaron la tasa de

éxito con respecto a la escala EVA y el porcentaje de disminución de FFI al final del estudio.

Aunque el grupo R-SWT tuvo una mayor reducción en el EVA matutino así como en el FFI, estos

cambios no fueron estadísticamente significativos (p=0.131). La satisfacción de los pacientes en

el grupo R-SWT (55%) y el grupo de inyección (30%) fue baja, pero no resultó estadísticamente

significativo (p=0.11). Algunos pacientes informaron dolor transitorio después de la onda de

choque en las sesiones iniciales o durante el procedimiento de inyección, que se resolvieron

después de la continuación de la terapia. Sin embargo, no se observaron efectos secundarios

incluyendo infección, exacerbación de inflamación o dolor sostenido relacionado con la onda de

choque o inyección en el presente estudio.

4.2 ONDAS DE CHOQUE VS FASCIOTOMÍA PLANTAR

En 2 de los 7 estudios seleccionados los pacientes recibieron terapia de ondas de choque

o se les realizó una fasciotomía plantar. En uno de ellos (Saxena A, et al39), además, se introdujo

un grupo placebo al que no se le aplicó ninguna de las dos intervenciones.

Amol Saxena et al39 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar los resultados del

tratamiento de la fascitis plantar crónica en atletas, comparando la terapia de onda de choque

extracorpórea focal (F-ESWT), el placebo y la fasciotomía plantar endoscópica quirúrgica.

Para hacerlo posible se tomó una muestra de 37 pacientes que fueron asignados aleatoriamente

a 3 grupos de muestra desigual (n=11, n=14, n=12): Grupo 1) Grupo F-ESWT. Se aplicaron las

ondas de choque a la región afectada con una frecuencia de 4Hz durante 2000 choques a

0,24mJ/mm² de intensidad, después de una aceleración gradual de 500 choques a partir de

0,1mJ/mm². No se utilizó anestesia. Se realizaron tres intervenciones aproximadamente cada 7

± 3 días. Grupo 2) Grupo placebo. Se le realizó la misma intervención que al grupo 1 pero se

utilizó un cabezal especial que bloqueaba las ondas de choque pero era indistinguible del cabezal

real. Se realizaron también tres intervenciones aproximadamente cada 7 ± 3 días.

18 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Grupo 3) Grupo de fasciotomía. Se les intervino quirúrgicamente mediante una fasciotomía

plantar endoscópica.

La duración del tratamiento fue de 4 semanas y las valoraciones de los sujetos se produjeron al

inicio del tratamiento y a los 12 meses después de finalizar el mismo. Además, el grupo de

fasciotomía fue valorado a los 24 meses según los criterios de Roles and Maudsley.

Las variables de estudio que se tomaron fueron: el dolor, medido con la escala EVA; y el dolor y

la funcionalidad, medidos según los criterios de Roles and Maudsley (RM). Estos criterios son los

siguientes: 1) excelente: sin dolor, movimiento completo, actividad completa; 2) bueno:

malestar ocasional, movimiento completo, actividad completa; 3) aceptable: algunas molestias

después de actividades prolongadas; y 4) pobre: dolor que limita la actividad. El éxito se define

como una puntuación excelente o buena según Roles y Maudsley.

Tras la obtención de los resultados se vio que hubo una mejoría significativa (p<0.0001) en la

escala EVA en los tres grupos, pero sólo el grupo F-ESWT y el de fasciotomía obtuvieron una

mejoría significativa (p<0.003) en los criterios RM. No hubo diferencias significativas post-

tratamiento entre ambos grupos, tanto en EVA (p=0.19) como en RM (p=0.14). Las puntuaciones

de EVA y RM de pre-tratamiento en el grupo F-ESWT fueron 8,7±1,4 y 3,7±0,5, respectivamente.

Después del tratamiento, sus puntuaciones mejoraron a 3,4±3,3 para la EVA y 2,4±1,2 para la

RM, que fueron ambos significativos (p=0.0001 y 0.003, respectivamente). Las puntuaciones de

EVA y RM de pre-tratamiento para el grupo placebo fueron 8,0±1,1 y 3,2±1,0, respectivamente.

Después del tratamiento, sus puntuaciones mejoraron a 5,1±2,7 para la EVA y 2,9±1,2 para la

RM. La EVA fue significativamente mejor, pero el RM no lo fue (p=0,16). El grupo F-ESWT tuvo

cuatro pacientes con puntuación de RM de “1” y uno con un “2”, mientras que el grupo placebo

no tenía pacientes con un “1”, sino seis con un “2”. Las puntuaciones de EVA y RM de pre-

tratamiento en el grupo de fasciotomía fueron 5,8±0,9 y 3,3±0,5, respectivamente. Después de

la cirugía, el puntaje de EVA fue de 0,2±0,4 y el de RM fue de 1,1±0,3. Ambos fueron significativos

(ambos p=0.00001). Todos excepto un paciente tenían puntuaciones de RM de “1”. Tras el

tratamiento, no se encontraron diferencias significativas entre el grupo F-ESWT y el placebo para

EVA (p=0.18) y RM (p=0.68). El puntaje de EVA antes de la cirugía en el grupo de fasciotomía fue

significativamente menor que el del grupo F-ESWT, pero el puntaje RM no lo fue (p=0.07). Las

puntuaciones de EVA y RM post-cirugía en el grupo de fasciotomía fueron significativamente

mejores que en los grupos F-ESWT (p=0.003 y 0.005, respectivamente) y placebo (p=0.001 y

0.004, respectivamente).

19 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Yasser A. Radwan et al42 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar y comparar los

resultados de la terapia de onda de choque extracorpórea (ESWT) con una técnica de

fasciotomía plantar endoscópica modificada (EPPF) para el tratamiento del dolor de talón

recalcitrante.

Para ello, se escogió una muestra de 65 pacientes distribuidos aleatoriamente en 2 grupos de

muestra desigual (n=34, n=31): Grupo 1) Grupo ESWT. Cada paciente recibió en el punto de

máximo dolor 100 choques graduados de 0,12 a 0,22mJ/mm2 de energía, para evaluar la

efectividad de la anestesia, seguido de 1400 choques a 0,22 mJ/mm2, para alcanzar un total de

1500 choques, aplicados a 4 choques por segundo. Las ondas de choque se aplicaron en el punto

de máximo dolor y a un radio de 2cm a su alrededor. Todos los pacientes fueron anestesiados

antes de la terapia. Grupo 2) Grupo EPPF. Se les intervino quirúrgicamente mediante una

fasciotomía plantar endoscópica modificada bajo anestesia general o espinal.

Las valoraciones se llevaron a cabo al inicio del tratamiento, así como a las 3 semanas, a las 12

semanas y a los 12 meses después del fin del tratamiento. Además, a los 2 y los 3 años se les

asistió telefónicamente para pedirle al paciente que calificara sus resultados como éxito o

fracaso, comparando su estado actual con el estado de seguimiento de 12 meses.

Las variables de estudio evaluadas fueron: el dolor en la mañana, medido con la escala EVA; el

dolor, la función y la alineación, medidos con la escala AOFAS. Esta escala incluye: dolor (40

puntos), función (50 puntos) y evaluación de la alineación (10 puntos); y el dolor y la función,

medidos según los criterios de Roles and Maudsley.

Los resultados obtenidos demostraron una mejoría estadísticamente significativa en todos los

parámetros y los tiempos de evaluación (p<0.017) para ambos grupos. No se detectaron

diferencias significativas entre los dos grupos en los diferentes períodos de tiempo para

cualquier parámetro medido, excepto para las puntuaciones AOFAS de marcha y caminata, que

mostraron una mejoría estadísticamente significativa en el grupo ESWT (p=0.005) en

comparación con el grupo EPPF (p=0.002) en la 3ª semana después del tratamiento. A los 2 años

después de la intervención, se realizó un seguimiento telefónico para pedir al paciente que

calificara sus resultados como éxito o fracaso, en comparación con el tiempo de seguimiento

previo. Se encontró que 13/26 (50%) del grupo ESWT y 20/25 (80%) del grupo EPPF informaron

un resultado exitoso (p=0,026). A los 3 años después de la intervención, 11/23 (47,8%) pacientes

en el grupo ESWT reportaron éxito, en comparación con 20/25 (80%) en el grupo EPPF (p=0.021).

20 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

4.3 ONDAS DE CHOQUE VS PLACEBO

En 1 de los 7 estudios seleccionados los pacientes recibieron terapia de ondas de choque

o placebo.

Hans Gollwitzer et al41 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar si la terapia de

onda de choque extracorpórea focal (F-ESWT) es eficaz para aliviar el dolor crónico del talón

diagnosticado como fascitis plantar.

Para su realización se tomó una muestra de 250 pacientes agrupados de forma aleatoria en 2

grupos de muestra desigual (n=126, n=124): Grupo 1) Grupo F-ESWT. Recibieron 3 sesiones de

terapia de ondas de choque mediante 2000 impulsos a 0,25mJ/mm2, después de una

aceleración gradual de 500 choques a partir de 0,01mJ/mm2 (4 impulsos/seg). Las

intervenciones se produjeron en intervalos semanales. Grupo 2) Grupo placebo. Recibió una

falsa intervención idéntica a la del grupo 1, pero con un aislamiento que impidió la transmisión

de las ondas de choque. La pieza de mano del placebo era idéntica en diseño, forma y peso a la

real para asegurarse de que no había manera de que los participantes la identificaran.

La duración del tratamiento fue de 3 semanas y las valoraciones de los sujetos se realizaron al

inicio del tratamiento, a las 12 semanas y a los 12 meses después de finalizar el mismo.

Las variables estudiadas fueron: el dolor de talón, medido con la escala EVA en distintas

situaciones del día: en los primeros pasos de la mañana y en las actividades diarias; y el dolor y

la función, medido según los criterios de Roles and Maudsley.

Tras la recogida de los datos, se encontraron diferencias estadísticamente significativas de

reducción del dolor en EVA mayores en el grupo F-ESWT (69,2%) en comparación con el grupo

placebo (34,5%) (p=0.0027) a las 12 semanas después del tratamiento. Además, la diferencia en

el puntaje RM fue significativamente favorable al grupo F-ESWT (p=0.0006). Por último, cinco

criterios secundarios únicos mostraron significación a favor del grupo F-ESWT: el criterio del

investigador sobre la efectividad (p=0.011), el criterio de satisfacción de la terapia (p=0.0021),

la tasa de éxito de Roles y Maudsley (p=0.001), la tasa de éxito global del dolor en el talón

(p=0.0035), y la tasa de éxito de EVA simple para el dolor de talón al tomar los primeros pasos

por la mañana (p=0.0136).

21 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

4.4 ONDAS DE CHOQUE VS INFILTRACIÓN DE PLASMA VS FISIOTERAPIA CONVENCIONAL

En 1 de los 7 estudios seleccionados los pacientes recibieron terapia de ondas de choque

o infiltración de plasma o fisioterapia convencional.

Kelvin Tai Loon Chew et al43 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar y comparar

la eficacia del plasma autólogo condicionado (ACP) en comparación con la onda de choque

extracorpórea (ESWT) y los tratamientos convencionales (TC) para la fascitis plantar.

Se tomó para su realización una muestra de 54 pacientes asignados aleatoriamente a 3 grupos

de muestra desigual (n=19, n=19, n=16): Grupo 1) Grupo ACP. Fueron intervenidos con inyección

de plasma autólogo condicionado a partir de una muestra de 10 ml de sangre periférica del

paciente extraídos y centrifugados a 1500 rpm durante 5 min usando el sistema de doble jeringa

+ tratamiento convencional. Grupo 2) Grupo ESWT. Recibieron 2 sesiones con intervalo de una

semana en las que se administraron, sin anestesia local y durante 10 min, 2000 ondas de choque

con niveles de energía progresando gradualmente de 0,02mJ/mm3 a 0,42mJ/mm3 +

tratamiento convencional. Grupo 3) Grupo TC. Recibieron tratamiento convencional sólo. Todos

los sujetos de los 3 grupos de tratamiento recibieron tratamientos convencionales, que

incluyeron 1-2 sesiones de terapia física para aprender un programa de ejercicios domiciliario

diario independiente, incluyendo: (1) estiramiento del gastrocnemio y el sóleo de la pierna

derecha realizado con la rodilla doblada y la rodilla recta y las palmas de las manos presionadas

contra la pared; (2) estiramiento de la fascia plantar con la pierna afectada cruzada sobre el otro

muslo.

El tratamiento tuvo una duración de 2 semanas y las valoraciones a los sujetos se realizaron al

inicio del tratamiento, al mes, a los 3 meses y a los 6 meses después de finalizarse el mismo.

Las variables de estudio evaluadas fueron: el dolor, medido con la escala EVA; el dolor, la función

y la alineación, medidos con la escala AOFAS; y el espesor de la fascia plantar, medido con

ultrasonido.

Tras la obtención de los resultados se observaron mejoras significativas en los tres grupos en

todos los parámetros y todos los tiempos evaluados. El grupo ESWT demostró mejoría

significativas en las puntuaciones de dolor de EVA en todos los tiempos de evaluación y mayores

en comparación con el grupo TC (p<0.042). Entre los grupos ACP y ESWT no hubo diferencias

significativas (p>0.575). El grupo ACP demostró a los 6 meses una mejora media de 36 puntos

en el puntaje de la escala AOFAS, por 28 puntos en el grupo ESWT y 15,5 puntos en el grupo TC.

En todos los puntos de tiempo de evaluación de seguimiento, el grupo TC tuvo el cambio

22 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

mediano más bajo en el puntaje de la escala AOFAS. El grupo ACP demostró mejoras

significativas en la evaluación de 3 y 6 meses (p=0.004 y p=0.013, respectivamente) en

comparación con el grupo TC, mientras que el grupo ESWT mostró mejoras significativas

mayores en el período de 1 y 3 meses (p=0.011 y p=0.003, respectivamente) en comparación

con el grupo TC. El grupo ACP demostró mejoras significativas en el espesor de la fascia en

comparación con el grupo ESWT (p<0.027) y el grupo TC (p<0.015), sin diferencias significativas

entre estos dos últimos grupos (p>0.575).

4.5 ONDAS DE CHOQUE VS ESTIRAMIENTOS

En 1 de los 7 estudios seleccionados los pacientes recibieron terapia de ondas de choque

u ondas de choque junto con un programa de estiramientos.

Jan D. Rompe et al44 realizaron un estudio con el objetivo de evaluar y comprobar la

hipótesis nula de que no hay ninguna diferencia entre la terapia de ondas de choque (SWT) y los

estiramientos en pacientes que tenían fasciopatía plantar unilateral durante un período mínimo

de doce meses y que habían fracasado al menos en otras tres formas de tratamiento.

Para permitir esto, se obtuvo una muestra de 152 sujetos que fueron agrupados aleatoriamente

en grupos de muestra desigual (n=73, n=79): Grupo 1) Grupo SWT. Recibieron 3 sesiones de

onda de choque radial aplicadas mediante 2000 impulsos con niveles de energía de 0,16

mJ/mm2 y una frecuencia de tratamiento de 8 pulsos por segundo. La densidad de flujo de

energía positiva total por tratamiento fue de 320mJ/mm2. Las intervenciones se aplicaban en

intervalos semanales. No se aplicó anestesia local. Grupo 2) Grupo de estiramientos. Recibieron

instrucciones con respecto a un programa de estiramiento específico de la fascia plantar. Los

ejercicios de estiramiento debían hacerse desde el inicio del tratamiento, tres veces al día,

durante ocho semanas. Además del programa de estiramientos, recibieron la misma

intervención que los sujetos del grupo 1.

La duración del tratamiento fue de 8 semanas y las valoraciones se realizaron al inicio del

tratamiento, a los 2 meses, a los 4 meses y a los 24 meses después del fin del mismo.

Las variables de estudio más relevantes que se evaluaron fueron: el dolor, medido con la

subescala del dolor del Foot Function Index (PS-FFI). El PS-FFI consta de 9 elementos y mide el

dolor en los pies en diferentes condiciones. Las preguntas se puntúan en una escala de 0

(ausencia de dolor) a 10 (peor dolor imaginable). En el ensayo actual, se determinó que el

cambio clínico más pequeño relevante era de dos puntos en el ítem "2" del PS-FFI. Para el análisis

23 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

posterior se utilizó el cambio en el puntaje PS-FFI (es decir, el puntaje después de dos meses, o

cuatro meses, o veinticuatro meses menos el puntaje de referencia). Un cambio negativo en el

PS-FFI significó una mejoría del paciente; y la satisfacción, medida con el cuestionario SROM. El

cuestionario SROM incluyó medidas de resultado genéricas y condicionadas relacionadas con el

sentimiento (SROM 1; mejor / igual / peor), descripción del dolor de talón (SROM 2; no / menos

/ igual / más), mejoría porcentual en el dolor de talón (SROM 3; ninguna / 1-25% / 26-50% / 51-

75% / 76-99% / 100%), grado de dolor en el talón (SROM 4; todo mejor / mucho mejor /

ligeramente mejor / inalterado / peor), y porcentaje de mejora en la función diaria general

(SROM5; totalmente satisfecho / satisfecho con excepciones menores / satisfecho con grandes

excepciones / insatisfecho).

Tras realizar la recogida de datos, se encontró que ambos grupos obtuvieron una reducción

significativa del dolor en general (p<0.05), aunque las puntuaciones en la PS-FFI fueron

significativamente superiores (p<0.01) en el grupo de estiramientos en comparación con el

grupo SWT. El porcentaje de respuestas positivas a las preguntas 1-5 del cuestionario SROM con

respecto al dolor y las limitaciones de actividad a los 2 meses después del inicio del tratamiento

fue significativamente menor en el grupo de estiramientos que en el grupo SWT. Dos meses

después del inicio del tratamiento, veinticuatro pacientes (32%) del grupo SWT frente a cuarenta

y siete pacientes (59%) del grupo de estiramientos estaban totalmente satisfechos o satisfechos

con excepciones menores con el tratamiento (p<0.001); a los cuatro meses del inicio del

tratamiento, treinta y tres pacientes (49%) del grupo SWT frente a 49 pacientes (71%) del grupo

de estiramientos estaban totalmente satisfechos o satisfechos con excepciones menores con el

tratamiento (p<0.01); a los veinticuatro meses después del inicio del tratamiento, cuarenta

pacientes (66%) del grupo SWT frente a cuarenta y cinco pacientes (69%) del grupo de

estiamientos estaban totalmente satisfechos o satisfechos con reservas menores con el

tratamiento, no siendo estadísticamente significativos a los 24 meses.

5. DISCUSIÓN

El objetivo de esta revisión fue determinar los beneficios y la eficacia de la terapia de

ondas de choque en pacientes con fascitis plantar, así como identificar si esta terapia es más

eficaz si es utilizada individualmente o en combinación con otras terapias, y compararla con

éstas.

Para alcanzar este objetivo, 7 estudios fueron seleccionados entre otros artículos

encontrados a través de la búsqueda bibliográfica en las bases de datos Pubmed y PEDro, y

24 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

posteriormente fueron analizados. En estos estudios puede verse el tratamiento fisioterápico

mediante la terapia con ondas de choque para el abordaje de la fascitis plantar, frente a otras

formas de terapia, como por ejemplo el placebo, la fisioterapia convencional, la fasciotomía

plantar, los estiramientos, la inyección de esteroides o la infiltración de plasma rico en

plaquetas.

Si comparamos los resultados de los estudios analizados, puede verse que se obtienen

resultados mejores o peores según comparemos las ondas de choque con un tipo de terapia u

otra.

En los estudios de Nayera Saber et al38 y de Fariba Eslamian et al40 se compararon las

ondas de choque con la inyección de esteroides. En el estudio de Saber tanto el grupo que

recibió ondas de choque como el que recibió la inyección de esteroides obtuvieron una mejora

tanto en el espesor de la fascia plantar como en las puntuaciones de Mayo, sin encontrarse

diferencias significativas entre ambos grupos. Además, el 90% de los pacientes en ambos grupos

de tratamiento mostraron resultados buenos o excelentes según el sistema de puntuación de

Mayo, y sólo dos pacientes en cada grupo (7%) mostraron una mala respuesta al tratamiento.

Por otra parte, en el estudio de Eslamian se encontró también una respuesta exitosa por parte

de ambos grupos, tanto en el dolor en la mañana según la escala EVA y en la puntuación FFI en

la 8ª semana tras el tratamiento (55-60% en el grupo de ondas de choque y 35-40% en el grupo

de inyección de esteroides), como en la satisfacción de los pacientes (55% en el grupo de ondas

de choque y 30% en el de inyección de esteroides). Aunque el grupo de ondas de choque obtuvo

unos mejores resultados, éstos no fueron significativos.

En los estudios que realizaron Amol Saxena et al39 y Yasser A. Radwan et al42 se

compararon las ondas de choque con la fasciotomía plantar. En el estudio de Saxena los tres

grupos obtuvieron una mejora significativa en la escala EVA, mientras que en los criterios de

Roles and Maudsley sólo obtuvieron mejora significativa el grupo de ondas de choque y el de

fasciotomía plantar, pero no el placebo. Sin embargo, no hubo diferencias significativas tanto en

EVA como en RM entre el grupo de ondas de choque y el placebo después del tratamiento.

Además, las puntuaciones de EVA y RM post-cirugía en el grupo de fasciotomía plantar fueron

significativamente mejores que en el grupo de ondas de choque y el placebo. En el estudio de

Radwan se encontraron también mejoras significativas en ambos grupos, en todos los

parámetros y tiempos de evaluación. Se encontraron diferencias significativas en la 3ª semana

tras el tratamiento, en las puntuaciones AOFAS de marcha y caminata, que fueron superiores en

el grupo de ondas de choque que en el de fasciotomía plantar. Sin embargo, en el seguimiento

25 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

telefónico a los 2 y 3 años tras la intervención, hubo mejoras significativas en el grupo de

fasciotomía (80% a los 2 y 3 años) en comparación con el grupo de ondas de choque (50% a los

2 años y 47,8% a los 3 años).

En el estudio de Hans Gollwitzer et al41 se compararon las ondas de choque con el

placebo. En este estudio se encontró una reducción significativa en cuanto a los puntajes en EVA

(69,2% en el grupo de ondas de choque y 34,5% en el grupo placebo) y en RM mayor en el grupo

de ondas de choque en comparación con el placebo.

En el estudio de Kelvin Tai Loon Chew et al43 se compararon las ondas de choque con la

infiltración de plasma (ambas combinadas con fisioterapia convencional) y con la fisioterapia

convencional sólo. En este estudio los 3 grupos mejoraron significativamente en todos los

parámetros y todos los tiempos evaluados. Tanto el grupo de ondas de choque como el de

infiltración de plasma tuvieron una mejoría significativa en la escala EVA en comparación con el

grupo de fisioterapia convencional en todos los tiempos evaluados, sin diferencias entre ambos.

El grupo de infiltración de plasma fue el que demostró una mayor mejoría en la escala AOFAS a

los 6 meses. En cuanto al espesor de la fascia plantar, el grupo de infiltración de plasma

demostró una mejoría significativa en comparación con los grupos de ondas de choque y de

fisioterapia convencional, sin diferencias significativas entre estos dos últimos.

En el estudio de Jan D. Rompe et al44 se compararon las ondas de choque sólo con un

programa de estiramientos combinado con ondas de choque. En este estudio ambos grupos

obtuvieron una reducción significativa en cuanto a dolor, aunque las puntuaciones en la escala

PS-FFI favorecieron al grupo de estiramientos más ondas de choque. En cuanto a las

puntuaciones en el cuestionario SROM, también se obtuvieron resultados significativamente

mejores en el grupo de estiramientos más ondas de choque a los 2 y a los 4 meses tras el

tratamiento, pero no a los 24 meses (32% vs 59% a los 2 meses; 49% vs 71% a los 4 meses; 66%

vs 69% a los 24 meses).

5.1. LIMITACIONES

Antes de comenzar a exponer las conclusiones extraídas del análisis de los estudios

seleccionados, deben expresarse las limitaciones que aparecen en su elaboración.

Uno de las limitaciones principales fue que los artículos seleccionados sólo podían estar

publicados en español o en inglés, y tener 5 años o menos de antigüedad. Por tanto, puede que

26 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

haya otros estudios publicados en otros idiomas o anteriores a la fecha seleccionada con una

alta calidad metodológica, por lo que podrían haber sido seleccionados en esta revisión.

Otra limitación fue que los artículos no contaban con el mismo número de pacientes en

sus muestras y, en algunos artículos, las muestras de cada grupo no eran homogéneas.

Sin embargo, los artículos que fueron finalmente seleccionados son considerados

estudios de alta calidad metodológica según la escala PEDro, ya que todos ellos tienen una

puntuación mayor de 5, que es la puntuación mínima que un estudio debe tener para poder

considerarlo de alta calidad metodológica.

6. CONCLUSIÓN

Tras haber finalizado el análisis de los estudios seleccionados, puede concluirse que

existe una evidencia sólida de que la terapia de ondas de choque es una terapia de primera línea

en el tratamiento del dolor en pacientes con fascitis plantar.

Existe una evidencia suficiente de que la terapia de ondas de choque sea mejor que el

placebo en la mejora del dolor y las capacidades funcionales para los pacientes con fascitis

plantar.

La evidencia de que las ondas de choque tienen mejores resultados que la inyección de

esteroides resultó insuficiente y poco clara para los pacientes con fascitis plantar.

Se encontró evidencia escasa de que la fasciotomía plantar obtenga mejores resultados

en cuanto a dolor, capacidad funcional y limitaciones que las ondas de choque para los pacientes

con fascitis plantar crónica.

Asimismo, fue también escasa la evidencia de que la infiltración de plasma obtenga

mejores resultados que las ondas de choque en cuanto a la reducción del espesor de la fascia

plantar.

Por otro lado, hay una evidencia poco sólida de que las ondas de choque combinadas

con estiramientos obtienen resultados mayores en cuanto a la reducción del dolor que las ondas

de choque solas a corto plazo en paciente con fascitis plantar.

Sin embargo, se necesitan más estudios, de alta calidad metodológica y con tamaños de

muestra mayores para sacar conclusiones con mayor certeza sobre la eficacia de la terapia de

ondas de choque en el tratamiento de los pacientes con fascitis plantar.

27 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

7. FIGURAS Y TABLAS

FIGURA 1. Diagrama de flujo para la selección de los estudios.

28 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

TABLA 1. Resultados de la búsqueda bibliográfica.

TABLA 2. Puntuación de los estudios según la escala PEDro.

Base de datos Términos Resultados

Pubmed

Plantar Fasciitis AND Shockwave

47

Plantar Fasciitis AND Shock Waves

117

PEDro

Plantar Fasciitis AND Shockwave

14

Plantar Fasciitis AND Shock Waves

15

Total 193

Asi

gnac

ión

ale

ato

ria

Enm

asca

ram

ien

to d

e la

as

ign

ació

n

Gru

po

s si

mila

res

al

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Ceg

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Nayera Saber, et al. (2012)

Sí Sí Sí No No No Sí No Sí Sí 6/10

Saxena A, et al. (2013)

Sí Sí Sí No No No Sí No Sí Sí 6/10

Eslamian F, et al. (2016)

Sí No Sí No No Sí Sí Sí Sí Sí 7/10

Gollwitzer H, et al. (2015)

Sí Sí Sí Sí No Sí Sí Sí Sí Sí 9/10

Radwan YA, et al. (2012)

Sí Sí Sí No No No Sí Sí Sí Sí 7/10

Chew KT, et al. (2013)

Sí Sí Sí No No Sí No No Sí Sí 6/10

Rompe JD, et al. (2015)

Sí No Sí No No Sí Sí Sí Sí Sí 7/10

29 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

TABLA 3. Resultados y características relevantes de los ensayos analizados.

ESTUDIO VALORACIÓN PEDro

PARTICIPANTES DISEÑO DEL ESTUDIO

INTERVENCIÓN VARIABLES DE ESTUDIO

INSTRUMENTOS DE MEDIDA

RESULTADOS

Nayera Saber, et al. (2012)

6/10 n= 60 pacientes (25 hombres y 35 mujeres) con el diagnóstico de fascitis plantar unilateral. Edad media: 34.23 ± 6.67 años.

ECA. 2 grupos: G1 n=30 sujetos. G2 n=30 sujetos. Se evaluaron antes del tratamiento y a las 12 semanas después de finalizar el mismo.

G1: 2 sesiones de inyección de esteroides guiada por palpación con 2 semanas de intervalo. G2: 2 sesiones de terapia de ondas de choque con densidad de energía media (0,28mJ/mm2) en la zona de máxima sensibilidad y hallazgo positivo por US con 2 semanas de intervalo.

- Espesor de la fascia plantar. - Dolor y limitaciones.

- US - Mayo Clinical Scoring System (Mayo CSS)

Se encontró una disminución estadísticamente significativa (p<0.001) en el espesor de la fascia plantar y una mejoría estadísticamente muy significativa (p<0.001) en la escala Mayo CSS en ambos grupos. No hubo diferencias significativas entre los dos grupos.

G1: Grupo US-ILE. G2: Grupo SWT.

30 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Saxena A, et al. (2013)

6/10 n=37 pacientes (21 hombres y 16 mujeres) deportivamente activos con un diagnóstico clínico consistente de fascitis plantar durante más de 6 meses, con tratamiento previo de al menos tres modalidades. Edad media: G1: 47.9 ± 12.6 años. G2: 47.6 ± 9.9 años. G3: 42.3 ± 11.4 años.

ECA. 3 grupos: G1 n= 11 sujetos. G2 n= 14 sujetos. G3 n= 12 sujetos. Se evaluaron antes del tratamiento, a los 12 meses y a los 24 meses después de finalizar el mismo.

G1: se aplicaron las ondas de choque a la región afectada en 4Hz durante 2000 choques a 0,24 mJ/mm², después de una aceleración gradual de 500 choques a partir de 0,1 mJ/mm². No se utilizó anestesia. G2: grupo placebo. Se utilizó un cabezal especial que bloqueaba las ondas de choque pero era indistinguible del cabezal real. G3: fasciotomía plantar endoscópica quirúrgica.

- Dolor. - Dolor y funcionalidad.

- EVA - Roles and Maudsley (RM)

Hubo una mejoría significativa (p<0.0001) en EVA en los tres grupos, pero sólo G1 y G3 obtuvieron una mejoría significativa (p<0.003) en RM. No hubo diferencias significativas post-tratamiento entre G1 y G2, tanto en EVA (p=0.19) como en RM (p=0.14). Sin embargo, en G3, tanto en EVA (p<0.003) como en RM (p<0.005) fue significativamente mejor que en G1 y G2.

G1: Grupo F-ESWT. G2: Grupo placebo. G3: Grupo de fasciotomía.

31 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Eslamian F, et al. (2016)

7/10 n=40 pacientes (7 hombres y 33 mujeres) con diagnóstico de fascitis plantar que no respondieron al tratamiento conservador. Edad media: G1: 41.45 ± 8.05

años.

G2: 42.85 ± 8.62

años.

ECA. 2 grupos: G1 n= 20 sujetos. G2 n= 20 sujetos. Se evaluaron antes del tratamiento, a las 4 semanas y a las 8 semanas después de finalizar el mismo.

Los participantes se abstuvieron de usar cualquier otro tratamiento conservador, incluyendo la terapia física, durante su participación en este estudio. G1: 5 sesiones de 15min mediante una secuencia de 2000 pulsos de onda de choque radial disparados con una frecuencia de repetición de 2 pulsos/seg, con una intensidad de 0,2mJ/mm², en intervalos de 3 días. G2: se inyectaron 40 mg de metilprednisolona más 1 ml de lidocaína al 1% en condiciones estériles con una aguja de calibre 22 en el punto más doloroso.

- Dolor en la mañana. - Dolor durante el día. - Dolor y funcionalidad. - Satisfacción.

- EVA - Índice de función del pie modificado (FFI modificado) - Escala Likert

Hubo mejoría significativa en los dos grupos de tratamiento, pero sin diferencias significativas entre ambos, con respecto a la EVA en la mañana y durante el día y FFI antes, a las 4 semanas y a las 8 semanas después del tratamiento (p=0.191, p=0.726 y p=0.072, respectivamente). Aunque el G1 tuvo una mayor reducción en el EVA matutino así como en el FFI, estos cambios no fueron estadísticamente significativos. El nivel de satisfacción con el tratamiento en G1 (55%) y G2 (30%) fue bajo, pero no fue significativo (p=0.11).

G1: Grupo R-SWT. G2: Grupo de inyección.

32 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Gollwitzer H, et al. (2015)

9/10 n=250 pacientes (73 hombres y 177 mujeres) con dolor crónico del talón diagnosticado como fascitis plantar. Edad media: G1: 50.0 ± 11.2 años. G2: 47.4 ± 10.6 años.

ECA. 2 grupos: G1 n= 126 sujetos, de los cuales 5 fueron excluidos por intención de tratar y pre-protocolo. G2 n= 124 sujetos, de los cuales 10 fueron excluidos por intención de tratar y pre-protocolo. Se evaluaron antes del tratamiento, a las 12 semanas y a los 12 meses después de finalizar el mismo.

G1: 3 sesiones de terapia de ondas de choque mediante 2000 impulsos a 0,25 mJ/mm², después de una aceleración gradual de 500 choques a partir de 0,01 mJ/mm² (4 impulsos/seg) por sesión, en intervalos semanales. G2: recibió idéntica intervención falsa con un aislamiento que impidió la transmisión de las ondas de choque. La pieza de mano del placebo era idéntica en diseño, forma y peso a la real para asegurarse de que no había manera de que los participantes la identificaran.

- Dolor de talón en los primeros pasos de la mañana. - Dolor de talón en las actividades diarias. - Dolor y funcionalidad.

- EVA - Roles and Maudsley (RM)

Se encontraron diferencias estadísticamente significativas de reducción del dolor en EVA mayores en el G1 (69,2%) en comparación con el G2 (34,5%) (p=0.0027) a las 12 semanas después del tratamiento. Además, la diferencia en el RM fue significativamente favorable al G1 (p=0.0006).

G1: Grupo F-ESWT. G2: Grupo placebo.

33 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Radwan YA, et al. (2012)

7/10 n=65 pacientes (40 hombres y 25 mujeres) con fasciopatía plantar recalcitrante unilateral. Edad media: G1: 37.7 ± 9.42 años. G2: 39.7 ± 8.79 años.

ECA. 2 grupos: G1: n= 34 sujetos. G2: n= 31 sujetos. Se evaluaron antes del tratamiento, a las 3 semanas, a las 12 semanas y a los 12 meses después de finalizar el mismo. Además, se les asistió telefónicamente también a los 2 y a los 3 años después de finalizarse el tratamiento para comparar con los resultados anteriores.

G1: cada paciente recibió en el punto de máximo dolor 100 choques graduados de 0,12 a 0,22 mJ/mm² de energía, para evaluar la efectividad de la anestesia, seguido de 1400 choques a 0,22 mJ/mm², para un total de 1500 choques, aplicados a 4 choques/seg. G2: fasciotomía plantar endoscópica modificada bajo anestesia general o espinal.

- Dolor en la mañana. - Dolor, funcionalidad y alineación. - Dolor y funcionalidad.

- EVA - American Orthopedic Foot and Ankle-Hindfoot Scale (AOFAS) - Roles and Maudsley (RM)

Ambos grupos obtuvieron una mejoría estadísticamente significativa en todos los parámetros y los tiempos de evaluación (p<0.017). No se detectaron diferencias significativas entre G1 y G2 en los diferentes períodos de tiempo para cualquier parámetro medido, excepto para las puntuaciones AOFAS de marcha y distancia máxima recorrida, que mostraron una diferencia estadísticamente significativa entre G1 (p=0.005) y G2 (p=0.002) en la 3ª semana después del tratamiento.

G1: Grupo ESWT. G2: Grupo EPPF.

34 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Chew KT, et al. (2013)

6/10 n=54 pacientes (29 hombres y 25 mujeres) con al menos 4 meses de dolor en el talón plantar, con punto de máxima sensibilidad en el examen clínico sobre el tubérculo medial del calcáneo y características ecográficas de fascitis plantar. Edad media: G1: 46 años. G2: 45 años. G3: 47.5 años.

ECA. 3 grupos: G1: n= 19 sujetos. G2: n= 19 sujetos. G3: n= 16 sujetos. Se evaluaron antes del tratamiento, al mes, a los 3 meses y a los 6 meses después de finalizar el mismo.

G1: inyección de plasma autólogo condicionado a partir de una muestra de 10 ml de sangre periférica del paciente extraídos y centrifugados a 1500rpm durante 5 min usando el sistema de doble jeringa + tratamiento convencional. G2: 2 sesiones con intervalo de una semana en las que se administraron, sin anestesia local y durante 10 min, 2000 ondas de choque con niveles de energía progresando gradualmente de 0.02 mJ/mm3 a 0.42 mJ/mm3 + tratamiento convencional. G3: tratamiento convencional sólo.

- Dolor. - Dolor, funcionalidad y alineación. - Espesor de la fascia plantar.

- EVA - American Orthopedic Foot and Ankle-Hindfoot Scale (AOFAS) - US

Se observaron mejoras significativas en los tres grupos en todos los parámetros y todos los tiempos evaluados. El G2 demostró mejoras significativas en las puntuaciones de dolor de EVA en todos los tiempos de evaluación en comparación con el G3 (p<0.042). Entre G1 y G2 no hubo diferencias significativas (p>0.575). El G1 y G2 demostraron mejoras significativas en las puntuaciones AOFAS en comparación con el G3 (p<0.013), sin diferencias entre G1 y G2. El G1 demostró mejoras significativas en el espesor de la fascia en comparación con G2 (p<0.027) y G3 (p<0.015), sin diferencias entre estos dos últimos (p>0.575).

G1: Grupo ACP. G2: Grupo ESWT. G3: Grupo TC.

35 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

Rompe JD, et al. (2015)

7/10 n=152 pacientes (71 hombres y 81 mujeres) con dolor plantar medial del talón durante al menos doce meses. Edad media: G1: 51.2 años. G2: 52 años.

ECA. 2 grupos: G1: n= 73 sujetos. G2: n= 79 sujetos. Se evaluaron antes del tratamiento, a los 2 meses, a los 4 meses y a los 24 meses después de finalizar el mismo.

G1: 3 sesiones con intervalos semanales de 2000 impulsos con niveles de energía de 0,16 mJ/mm² y una frecuencia de tratamiento de 8 pulsos/seg. G2: Ídem G1 + instrucciones sobre un programa de estiramiento específico de la fascia plantar, que debían hacerse desde el inicio del tratamiento, tres veces al día, durante ocho semanas.

- Dolor. - Satisfacción. - Sentimientos. - Descripción del dolor en el talón. - Mejora porcentual en el dolor en el talón. - Clasificación del dolor en el talón. - Porcentaje de mejoría en la función diaria global.

- Pain subscale of the validated Foot Function Index (PS-FFI) - Patient-relevant outcome measures questionnaire (SROM)

Ambos grupos obtuvieron una reducción general del dolor (p<0.05), aunque las puntuaciones en la PS-FFI fueron superiores (p<0.01) significativamente en el G2 en comparación con el G1. El porcentaje de respuestas positivas a las preguntas 1-5 del cuestionario SROM con respecto al dolor y las limitaciones de actividad a los 2 meses después del tratamiento fue significativamente menor en el G2 que en el G1 (p<0,01). A los 24 meses del tratamiento no se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.

G1: Grupo SWT. G2: Grupo de estiramientos.

36 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

8. DICCIONARIO DE ABREVIATURAS

ACP: Plasma autólogo condicionado.

AOFAS: American Orthopedic Foot and Ankle Score.

ECA: Ensayo Controlado Aleatorizado.

EPPF: Fasciotomía plantar endoscópica modificada.

EVA: Escala Visual Analógica.

F-ESWT: Terapia de onda de choque extracorpórea focal.

FFI: Foot Function Index.

FHSQ: Foot Health Status Questionnaire.

G1: Grupo 1.

G2: Grupo 2.

G3: Grupo 3.

IMC: Índice de masa corporal.

LA: Anestésico local.

MRI: Resonancia magnética.

PS-FFI: Pain Subscale of the validated Foot Function Index.

RM: Roles and Maudsley score.

R-SWT: Terapia de ondas de choque radial.

SROM: Sociomoral Reflection Objective Measure.

SWT: Terapia de ondas de choque.

TC: Tratamiento convencional.

US: Ultrasonido.

US-ILE: Inyección local de esteroides guiada por ultrasonido.

37 “Efectividad de la terapia de ondas de choque en pacientes con fascitis plantar”

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