triformación social

32
Monográficos, nº 1 Triformación Social Sociedad Antroposófica en Valencia Aparición de la Mo- neda. 2 Primera Triarticula- ción de la Historia 4 El Císter y los Tem- plarios. 6 Aparición social: Revolución Francesa. 8 No se puede servir a Dios y a Mammon. 11 Triarticulación de Rudolf Steiner. 15 Uso Correcto del Dinero. 18 El Dinero: aspecto educativo. 23 Contenido: Nadie se ha preguntado nunca el por qué de esa especial relación del hombre con el oro. ¿Cuáles son los motivos?. ¿Por qué esa específica significación del oro y la plata en la historia de la huma- nidad?. La primera consideración que po- demos hacer con respecto al oro es su ubicuidad. Se encuentra tanto en el aire como en la tierra y el mar. Esta difuminado en di- versos grados de densidad, hasta el extremo de que en toda la tie- rra está dinamizado. En el mar exactamente la potencia de dina- mización es de 7. Mientras que en tierra es de 9. Esto se podía tra- ducir en que hay una parte de oro en cada 10 elevado a la 9ª porción de tierra. Tal es así que el oro podemos encontrarlo, en formas muy sutiles, en todos los conti- nentes y mares. Otra curiosidad es que el oro no se da en la naturaleza como lo pueden hacer otros tipos de mine- rales. Aparece en aspecto de pol- vo fino o como aluvión formando pepitas. El oro absorbe la luz, pe- ro no la retiene sino que la irra- dia. Esta misteriosa relación la han usado los pintores para repre- sentar de forma simbólica los mundos suprasensibles. Varios co- lores se forman con soluciones coloidales de oro, por ejemplo los rosetones de la catedral de Char- tres, con ese rojo especial, con- tienen oro. Los cristales rojos de los pies de los iconos también contienen el preciado metal. Igualmente se han logrado efectos parecidos con el amarillo, el marrón, el azul, el negro, etc . . . La densidad atómica del oro es de 19.3, mientras que la del plomo es de 11.6. El oro se puede valo- rar como un metal extraordinaria- mente estable. Ni se oxida, ni se combina si exceptuamos con el cianuro potásico. Se puede consi- derar como una mezcla casi per- fecta de ligereza y pesantez. Es la sustancia más elástica de la tie- rra, un gramo puede extenderse, idealmente, a lo largo de un hilo de dos kilómetros, mientras que un hilo de 2 mm puede soportar una fuerza de 60 kg. En él podemos encontrar los más extremados contrastes: capacidad de enrarecerse, pesantez, ductili- dad. . . Puede pasar de uno a otro casi con las características de un fluido. Metáfora inapreciable para entender cómo debería de ser la circulación de mercancías en la Características del oro = Necesidades Sociales Otoño 2010 EJEMPLAR GRATUITO. El coste objetivo de este documento es de 1 . Puede financiar todo o parte de esta publicación como donativo. RAMA MICAEL. Autor: Antonio Martínez Alcalá.

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Basado en varios trabajos de Rudolf Steiner sobre el organismo social surge esta nueva visión del mundo.La máxima "Libertad, Igualdad y Fraternidad" son fundamentados sobre la visión que la Antroposofía tienen del Ser Humano y del Mundo.

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Page 1: Triformación Social

Monográficos, nº 1

Triformación Social

Sociedad Antroposóf ica en Valencia

Aparición de la Mo-

neda.

2

Primera Triarticula-

ción de la Historia

4

El Císter y los Tem-

plarios.

6

Aparición social:

Revolución Francesa.

8

No se puede servir a

Dios y a Mammon.

11

Triarticulación de

Rudolf Steiner.

15

Uso Correcto del

Dinero.

18

El Dinero: aspecto

educativo.

23

Contenido:

Nadie se ha preguntado nunca el

por qué de esa especial relación

del hombre con el oro. ¿Cuáles

son los motivos?. ¿Por qué esa

específica significación del oro y

la plata en la historia de la huma-

nidad?.

La primera consideración que po-

demos hacer con respecto al oro

es su ubicuidad. Se encuentra

tanto en el aire como en la tierra

y el mar. Esta difuminado en di-

versos grados de densidad, hasta

el extremo de que en toda la tie-

rra está dinamizado. En el mar

exactamente la potencia de dina-

mización es de 7. Mientras que en

tierra es de 9. Esto se podía tra-

ducir en que hay una parte de oro

en cada 10 elevado a la 9ª porción

de tierra. Tal es así que el oro

podemos encontrarlo, en formas

muy sutiles, en todos los conti-

nentes y mares.

Otra curiosidad es que el oro no

se da en la naturaleza como lo

pueden hacer otros tipos de mine-

rales. Aparece en aspecto de pol-

vo fino o como aluvión formando

pepitas. El oro absorbe la luz, pe-

ro no la retiene sino que la irra-

dia. Esta misteriosa relación la

han usado los pintores para repre-

sentar de forma simbólica los

mundos suprasensibles. Varios co-

lores se forman con soluciones

coloidales de oro, por ejemplo los

rosetones de la catedral de Char-

tres, con ese rojo especial, con-

tienen oro. Los cristales rojos de

los pies de los iconos también

contienen el preciado metal.

Igualmente se han logrado efectos

parecidos con el amarillo, el

marrón, el azul, el negro, etc . . .

La densidad atómica del oro es de

19.3, mientras que la del plomo

es de 11.6. El oro se puede valo-

rar como un metal extraordinaria-

mente estable. Ni se oxida, ni se

combina si exceptuamos con el

cianuro potásico. Se puede consi-

derar como una mezcla casi per-

fecta de ligereza y pesantez. Es la

sustancia más elástica de la tie-

rra, un gramo puede extenderse,

idealmente, a lo largo de un hilo

de dos kilómetros, mientras que

un hilo de 2 mm puede soportar

una fuerza de 60 kg.

En él podemos encontrar los más

extremados contrastes: capacidad

de enrarecerse, pesantez, ductili-

dad. . . Puede pasar de uno a otro

casi con las características de un

fluido. Metáfora inapreciable para

entender cómo debería de ser la

circulación de mercancías en la

Características del oro =

Necesidades Sociales

Otoño 2010

EJEMPLAR GRATUITO.

El coste objetivo de este

documento es de 1 €.

Puede financiar todo o

parte de esta publicación

como donativo.

RAMA MICAEL.

Autor:

Antonio Martínez Alcalá.

Page 2: Triformación Social

vida económica.

Todas estas características son

propias de un metal noble, sin

embargo las circunstancias que

lo rodean lo hacen proclive a

crear en las gentes un culto

insano con respecto a su pose-

sión. El oro, que puede consi-

derarse como una sustancia

pura, ha visto manchado su

tránsito por la tierra con ele-

mentos extraños a su propia

esencia.

Estamos ante una sustancia

que se encuentra entre la ex-

pansión más extrema y la co-

hesión más coherente, entre la

dispersión y el endurecimien-

to. Características necesarias

para el desenvolvimiento co-

rrecto de los procesos vitales

de una sana economía.

En la antigüedad al oro se le

consideraba de origen solar y a

la plata de naturaleza lunar.

Eran usados en los templos co-

mo elementos movilizadores

de la conciencia para facilitar

la circulación de todo aquello

que era necesario para la vida.

La antigüedad le dio al oro un

valor 13.3 veces superior al de

la plata, puesto que la Luna se

traslada a través del Zodíaco

13.3 veces más rápida que lo

hace el Sol. Es ampliamente

conocida la relación de los te-

soros áureos de Egipto con el

Sol. Mientras que en Efeso,

culto lunar, los amuletos y las

imágenes del templo eran de

plata.

hizo que aparecieran como

consecuencia sociedades ce-

rradas que, por razones obvias,

desembocaron en la creencia

de poderes sobrenaturales liga-

dos con las fuerzas de la Natu-

raleza y del destino.

A estas fuerzas el hombre anti-

guo ofrecía sacrificios. Sacrifi-

cios que tenían como elemento

material algo del entorno que

podía considerarse como su-

perfluo para la existencia. Es-

tas ofrendas materiales se con-

sideraban expresión de lo espi-

ritual que se matizaba en un

diálogo con los seres divinos.

Momento en el que aparecen

en la historia las alianzas con

los dioses. Acuerdos que surg-

ían de la libre voluntad como

podemos observar en los textos

tanto de la antigua India como

en la Grecia clásica. En la Ilía-

da y en la Odisea, sin ir más

lejos, podemos comprobarlo.

El pueblo judío también ex-

presó de la misma forma su

Si dedicamos algo de nuestro

tiempo ha estudiar de forma

detallada la historia de la anti-

gua India y de Persia, así como

los antecedentes históricos de

Europa, llegamos a la conclu-

sión de que la vida económica

no se inició con el comercio,

sino que se hizo como conse-

cuencia de las necesidades del

culto.

Tenemos que tener en cuenta

que en un principio las gentes

eran autosuficientes. Es decir

producían todo aquello que

necesitaban, o lo que es lo

mismo, se apañaban para vivir

con aquello que obtenían como

producto de su esfuerzo. No

comerciaban. Se limitaban a

subsistir con aquello que la

Naturaleza del lugar les prove-

ía. La caza, la agricultura, la

domesticación de animales

eran prácticas que en principio

poco tenían que ver con el in-

tercambio. Esta íntima rela-

ción con el medio ambiente

relación con los dioses. Con-

feccionó su ―alianza‖ que era

un pacto de contrapartidas

recíproco entre el pueblo

hebreo y Yavhé.

Aparece, como consecuencia

lógica, que los sacerdotes,

consagrados al culto, no pudie-

ran dedicarse a las prácticas

materiales propias de los hom-

bres no implicados en el culti-

vo de las relaciones con los

dioses. No podían dedicarse a

la caza, el pastoreo o la reco-

lección (Absorbido su tiempo

en las tareas propias de sus

labores de intermediación). De

esta manera aparece la prime-

ra división del trabajo. El pri-

mer pacto. El primer contrato

social.

Los animales destinados al sa-

crificio: corderos, cabras, ove-

jas, palomas, etc . . . eran lle-

vados al templo. Muchos eran

sacrificados. El resto servía de

alimentación para la comuni-

dad religiosa. Con todo y con

Aparición de la moneda. Centros de Misterios

Página 2 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 3: Triformación Social

eso era superior la llegada de

bestias, destinadas a las nece-

sidades sacrificiales y de con-

sumo, a las exigencias propias

de la comunidad por lo que se

creaban excedentes. Esta posi-

bilidad argumenta el hecho de

que la vida tanto económica

como social fuera no sólo con-

trolada, sino también dirigida

y planificada desde los tem-

plos. Esto tiene una importan-

te trascendencia en el futuro

de la humanidad. Gracias a

ello aparece el primer control

de tribus hasta entonces sepa-

radas e incluso enfrentadas. Se

va a dar la inapreciable posibi-

lidad de poder crear entre

ellas lazos de unión y concor-

dia, donde antes había separa-

ción y enfrentamiento.

Por otro lado las grandes cele-

braciones: Juegos Olímpicos o

de culto (Delfos, Atenas, Eleu-

sis . . .) reunían a gran número

de gentes. Transformándose

aquellos lugares, al rescoldo

de las aglomeraciones, en

grandes centros de intercam-

bio. Comercio que era regula-

do por los santuarios. Esta si-

tuación de poder de la casta

religiosa dio lugar a que surgie-

ran desde sus templos las ba-

ses del ordenamiento social.

Esa primera relación de inter-

cambio entre dioses y hombres

regulada por los sacerdotes se

trasformó, con el paso del

tiempo, en una relación

próspera entre hombres.

La evolución del proceso y la

complejidad cada vez mayor

de las transacciones hizo que

el sistema de trueques se mos-

trara insuficiente. Por ello, si

alguien tenía excedencia de

corderos para el sacrifico y

otro por el contrario carecía

de ellos, el templo comenzó a

expender piezas de metal que

facilitaran los intercambios. Si

bien es cierto, que estas piezas

no podían, en un principio, ser

utilizadas como otra cualquier

mercancía, sólo se proporcio-

naban a efectos de intercam-

bio y contables. Las piezas co-

mo se puede fácilmente obser-

var no tenían un valor real, tan

sólo eran consideradas como

valoración simbólica y hasta

incluso sagrada. Estaban

hechas de materiales preciosos

o en su defecto de cobre y,

durante mucho tiempo, fueron

simplemente pedazos de metal

con la inscripción del templo o

con el símbolo del dios corres-

pondiente.

Estas primeras piezas fueron

sustituidas paulatinamente por

monedas más reducidas y de

menor peso. Aunque sigue

siendo necesario entender

que, estas monedas, no tenían

ningún valor consideradas en sí

mismas. Eran símbolos que

ayudaban a despertar la con-

ciencia en los hombres. Así

pues lo que en un principio

fue propio de la administración

del templo (vínculo de los dio-

ses con el hombre), pasó a ser

patrimonio de éstos totalmen-

te desvinculados de su relación

con lo divino. Lo que había

sido considerado como un

crédito por los templos emiso-

res para facilitar la circulación

de mercancías y que, después,

era devuelto al templo como

ofrenda, pasa a ser patrimonio

único y exclusivo del hombre.

Este proceso sufre otro cambio

trascendental en la antigua

Roma. En los tiempos de los

césares se pierde toda vincula-

ción con los dioses. La vida so-

cial pasa a ser codificada por

leyes unilaterales que tienen

como objetivo acaparar el po-

der y el control. Como conse-

cuencia de la aplicación de

estas leyes se desarrolla, rápi-

damente, un sistema diferente

en las relaciones y en la regu-

lación del dinero. El orden so-

cial se había estructura en tor-

no al hombre. Desde esa posi-

ción de salida comienza un lar-

go camino hacia la progresiva

toma de conciencia por parte

de la raza humana. Derechos y

deberes fueron dictados por

los hombres. Se estructuraron

nuevas formas de relación en-

tre poder y trabajo. Por fin el

dinero buscó otros campos de

expresión.

El oro, mientras su circulación

no fue tendenciosa, propicio la

sana circulación de bienes. Sin

embargo hay un momento cla-

ve en la historia que marca el

paso del umbral de una situa-

ción a la siguiente. Es cuando

el rostro de un hombre es acu-

ñado por primera vez en una

moneda. El primer hombre que

realiza tal cosa fue Salomón.

También Ciro de Persia des-

pués de conquistar Lidia tras-

ladó el oro a su país, lo admi-

nistró y lo puso en circulación,

alcanzando su difusión hasta

las costas mediterráneas.

Igualmente Alejandro acuñó su

rostro en la moneda, aunque

su periplo representa un fenó-

meno único en la historia de la

humanidad. En sus conquistas

no había afán de poder sino,

siguiendo las directrices de su

Página 3 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 4: Triformación Social

intereses, de que no se pueden

juzgar otros momentos históri-

cos con los parámetros mora-

les, éticos, culturales, econó-

micos o sociopolíticos actua-

les. Extrapolar estos datos a

momentos pretéritos es distor-

sionar la historia y juzgarla de

manera interesada. El oficio de

En historia siempre ha habido

un peligro latente que el paso

de los tiempos no ha logrado

superar. Invariablemente el

historiador de la época, más

todavía el que especula con la

historia, no son o no quieren

ser conscientes, algunos por

desconocimiento y otros por

historiador, su primer compro-

miso, es situarse en sintonía

con cada momento histórico y

tratar de revivir lo ocurrido sin

introducir variables actuales,

que lo único que van a conse-

guir es distorsionar los aconte-

cimientos en el mejor de los

casos y en el peor convertirlos

Primera triarticualción de la historia.

Regla Benedictina. “ORA ET LABORA”

Página 4 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

pansión y conquista del mundo

romano hacia todas las direc-

ciones de la rosa de los vien-

tos. Y que sus soldados, verda-

deros saqueadores, formaban

ejércitos profesionales que viv-

ían del pillaje como pago a los

servicios prestados. Se asegura

que el oro encontrado por

60.000 trabajadores en Espa-

ña, así como miles de piezas

de oro incautadas por César en

la Galia, sirvieron para pagar

las sucesivas campañas de sus

legionarios. Estos compraron

bienes no consumibles con esas

piezas de oro que, posterior-

mente, remitieron a la metró-

poli. Estos tesoros eran guar-

dados por los ciudadanos ro-

manos, pero el oro empleado

desaparecía de circulación.

Ésta, sin duda, fue una de las

principales causas de la caída

del imperio romano de occi-

dente: la escasez de oro. El

dorado metal salía más rápida-

mente de la órbita del imperio

que la capacidad de producir-

lo. Es del todo aceptado y cier-

to que hubieron otras muchas

causas que provocaron la caída

del coloso, sin embargo una de

las principales, muy poco estu-

diada, fue ésta a la que esta-

mos haciendo referencia.

Esta rápida visión de la historia

del oro nos hace ver con toda

precisión como, su incidencia

en el mundo, desciende desde

ser un producto movilizador de

conciencia y de relaciones

humanas a ser un objeto que

hace surgir la avaricia y la co-

dicia en los hombres. El oro

que no representaba riqueza y

que no era utilizado para ejer-

cer poder o presión, se con-

vierte en instrumento de domi-

nio y de fuerza. Deja de estar

a servicio de los hombres, para

convertirse en herramienta

utilizada en intereses políticos,

económicos o militares. Los

príncipes compran abadías y

obispados. Toman acelerada-

mente los hábitos para hacerse

con las riquezas religiosas. To-

do por importantes sumas de

dinero. Se chalanea con el oro

para obtener beneficios indivi-

duales y obtener influencia y

poder. Es un ejemplo de este

devaneo los sucesivos intentos

de los francos por dominar el

papado romano.

mentor Aristóteles, crear nue-

vas relaciones entre los pue-

blos y extender la cultura. Fue

el primer cosmopolita que in-

tentó unir el Mediterráneo con

la antigua India.

Esta nueva responsabilidad que

toma el hombre de ser inter-

mediario en la circulación de

bienes toma un giro radical en

el mundo romano. Los empera-

dores se veían así mismos co-

mo dioses y, como tales, acu-

ñaron sus rostros en las mone-

das. Sin embargo, al contrario

que en la antigüedad, éstas no

representaron otra cosa que su

propio poder. Así el oro pasa a

ser utilizado en propio benefi-

cio y deja de ser fianza usada

en los templos. Abandona su

área reducida de acción y pasa

a ser distribuido por todo el

mundo conocido. Esto tiene sus

pros y sus contras. Por un lado

pasa a ser instrumento de do-

minio público. Por otro a tener

un valor añadido en lugar del

valor simbólico que tomaba en

los centros iniciáticos.

Lo cierto es que el marcador

del momento pasa por la ex-

Page 5: Triformación Social

Ora et labora es el impulso

monástico

―Rezad y trabajad‖. Este es el

misterio central del cristianis-

mo, puesto que implica, en su

misma definición, la posibili-

dad de que el espíritu penetre

en la materia. Es decir que

aquellos valores éticos, que

deben de orientar la vida del

hombre, pueda hacerlos vivir

en el trabajo diario, en la acti-

vidad profesional. Ante la

perspectiva de la tarea, de in-

mediato, surge la pregunta:

¿Cómo se pueden unir estos

dos mundos?.

La comunidad monástica cons-

tituye este punto intermedio

entre la vida dirigida hacia el

interior (anacoretas anterio-

res) y la vida del trabajo abo-

cada hacia el exterior. Esto se

mantuvo durante algún tiem-

po, durante el cual las dos ten-

dencias permanecieron unidas,

¿pero que sucede cuando des-

aparece esa vinculación entre

lo espiritual y lo cultural?. Lo

podemos observar en nuestra

vida diaria, se produce la sepa-

ración entre dos grupos huma-

nos: los ligados cada vez más

con la producción y el consumo

impregnados de una vida

económica repleta de materia-

lismo y, por otro lado, gentes

que de las formas más diversas

se embarcan aventuras donde

experimentar el placer espiri-

tual. Estas dos formas de enca-

rar el mundo como dicotomía

desarrollan en su seno sus par-

ticulares formas de egoísmo e

insolidaridad. Cuando se sepa-

ran ―ora et labora‖ se produ-

cen dos patologías: una unida a

una espiritualidad ajena a la

tierra y otra en una vida profe-

sional unilateralmente mate-

rialista.

Entonces donde encontrar el

punto de confluencia que per-

mita seguir unida la máxima

bernardina. Schiller lo dejo

claramente expresado a lo lar-

go de toda su obra: en la acti-

vidad artística. El mismo, des-

cribe el arte social como la

en algo totalmente falso.

En el tema que hoy nos ocupa

vamos a tratar de ser fieles a

lo que ocurrió y no tratar de

interpretarlo bajo el prisma

del siglo XXI. Para iniciar nues-

tro trabajo tenemos que ale-

jarnos mucho en el tiempo,

nada más ni nada menos que

hasta el nacimiento de las

órdenes monásticas. Si quere-

mos interpretar correctamente

el tema que nos ocupa: la Tri-

formación Social, tendremos

que bucear en el tiempo hasta

encontrar el camino que lleva

hasta R. Steiner y su visión de

la sociedad del futuro, ya que

en el presente, por la ceguera

humana, se hace inviable. Co-

mencemos con el tema:

Desde que San Benito en el año

529 funda entre Roma y Nápo-

les el primer monasterio, coin-

cidiendo con la clausura por

parte de Justiniano I de la Es-

cuela de Oratoria y Filosofía de

Atenas, incorpora a la orden la

tarea de ser el receptáculo de

la sabiduría en occidente.

También introdujo en su regla

la diferenciación cualitativa de

los ámbitos de la vida en un

orden social triarticulado: Por

un lado la vida espiritual-

cultural (reglas para la vida

religiosa y la oración), por otro

la vida social del derecho

(reglas para la convivencia so-

cial dentro de la comunidad) y

por un tercero la vida econó-

mica (reglas para el trabajo

agrícola y el artesanal). En es-

tas reglas hay una escala de

valores. Las primeras, las reli-

giosas, son escasas; aumentan

aquellas que regulan la vida

comunitaria; siendo las más

complejas y mayoritarias las

relativas a la estructuración

del trabajo práctico Ya duran-

te la época de Cluny hay un

descenso hacia lo terreno con-

virtiéndose, los monasterios,

en centros prácticos de los más

diversos oficios. Esta será la

base de los futuros gremios.

En el año 1098, el monje bene-

dictino Roberto de Molesmes,

funda la orden cisterciense. En

1112 se une a la orden Bernar-

do de Fontaines y desde Clara-

val prepara la misión de los

Caballeros del Templo.

Página 5 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 6: Triformación Social

una lenta evolución hacia la

ciencia natural y su cultivo en

las universidades. Hay un vira-

je hacia el mundo perceptible

por los sentidos. Este trascen-

dental cambio se produce en

los dos siglos de esplendor

templario.

Pero lo que de verdad nos in-

teresa es el uso que los Tem-

plarios hicieron del dinero. Sin

embargo desde entonces se ha

hablado mucho de la Orden

Templaria. Lo cierto es que los

Caballeros del Temple intenta-

ron organizar una nueva admi-

nistración del dinero de acuer-

do con la nueva época que se

avecinaba. Es decir contem-

plar el manejo de la economía

desde un punto de vista cons-

ciente. Intentaron también

darle un valor simbólico al di-

nero con la emisión de che-

ques.. Pero este sistema hacía

necesario poseer una capaci-

dad económica que sustentara

el proceso, para ello organiza-

ron granjas con gentes nativas

que crearan riqueza. Estas ren-

tas no las almacenaban, sino

que las hacían circular. Tanto

para aumentar y mejorar la

agricultura, como para hacer

caminos, puentes y proteger el

comercio tan inseguro en

La misión templaria

Da un paso más, añadirá, a es-

te cometido: la necesidad de

transformar el monacato

abriéndolo al mundo. Hasta

que, gracias a ello, poder ten-

der un puente con la época

moderna. La Orden del Temple

se manifiesta como un vuelco

hacia el exterior, sale de los

muros del monasterio para po-

der actuar en el mundo. La

organización interior del mo-

nasterio se transforma en una

organización social dirigida

completamente hacia lo mani-

fiesto. La teología comienza

El Císter y los Templarios. Regla de Bernardo.

La Triformación sale al exterior:

LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD.

más excelsa de las formas

artísticas. Debemos convertir-

nos en artistas sociales. Pero,

¿cuál será el puente que une

―ora‖ y ―labora‖ desde ese

punto de vista creativo?,

¿aquello que sea capaz de sus-

tentar el edificio artístico que

se precisa en las relaciones

sociales?. Indudablemente: el

uso consciente del dinero.

En el primer momento en que

podemos hablar de libertad,

igualdad y fraternidad en

términos modernos, aunque

eso si de una forma velada, es

con la aparición de los Templa-

rios. Precisamente desde un

movimiento religioso se quie-

ren cambiar el curso de los

acontecimientos. La segunda

vez que se da en la historia un

intento de transformación,

desde esas mismas premisas,

es con la Revolución Francesa.

Ahora se intenta desde lo polí-

tico-social, pero sin perder

nunca de vista lo que había

detrás, para dar una pista bas-

te con decir que el gorro fri-

gio, símbolo del alquimista, es

el distintivo del movimiento

revolucionario. La tercera oca-

sión fue en 1917, aunque sus

primeros escritos parten de

1905-06, cuando desde el espí-

ritu R. Steiner vuelve a tratar

el tema, dándole el contenido

preciso al proceso para sanar

correctamente el organismo

social enfermo.

El objetivo con el que se ha

fundado la orden cisterciense

era el de llevar la sencillez y la

introversión al mundo monacal

cada vez más decadente. Clu-

ny había perdido toda sustan-

cialidad espiritual. Con la nue-

va propuesta monástica se pre-

tende hacer un camino inter-

ior, al mismo tiempo que tam-

bién se humanice, mirando a la

tierra, el recorrido seguido pa-

ra lograrlo. Los monasterios no

sólo se convierten en centros

de vida religiosa y científica,

sino (como ya hemos dicho con

anterioridad) que también,

trabajando los campos, ad-

quieren los monjes una respon-

sabilidad nueva: el cuidado de

la tierra.

Página 6 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 7: Triformación Social

que fueron capaces de realizar

con su actuación fundamental-

mente focalizada en el uso del

dinero provocaron, en una so-

ciedad esclerotizada, un im-

pulso hacia delante que culmi-

naría con una nueva época.

En sus casi doscientos años de

existencia fueron capaces de:

- Suprimir la esclavitud y así

dar un paso decisivo para la

superación del feudalismo

- Su dinamismo y la circulación

del dinero que propusieron

creó multitud de puestos de

trabajo lo que provocó, tanto

la desaparición del paro en Eu-

ropa, durante su prevalencia,

como el freno a las hambrunas

galopantes propias de la épo-

ca.

- Lo que producían lo vendían

a precios justos en los merca-

dos templarios o incluso eran

donados gratuitamente a los

verdaderamente necesitados.

- Prestaron ayuda a los me-

nesterosos de una manera ins-

tituida: viudas, pobres, huérfa-

nos, abandonados, a los perse-

guidos injustamente, etc . . .

- Se enfrentaron decididamen-

te a la expansión del Islam,

sobre todo en la península es-

pañola.

- A la labor de los monjes hay

que añadir que fueron decidi-

dos partidarios de todas las

innovaciones artísticas y arqui-

tectónicas de la época, así co-

mo extraordinarios difusores

de la cultura.

- Custodiaron los caminos que

se habían hecho por aquel en-

aquellas épocas.

Nunca nada de lo recibido o

comprado era vendido con pos-

terioridad. Todo lo que llegaba

a sus manos era retenido, pero

no con la idea de especular o

guardar, sino con la intención

de ponerlo en circulación como

revitalización de la economía y

la producción. Era una manera

de preservar la mala utiliza-

ción del dinero. De caer en la

tentación de invertirlo de for-

ma mercantilista o como ins-

trumento de poder. El dinero

templario siempre estuvo al

servicio de la comunidad.

Era una situación inédita, to-

das esas grandes posesiones no

pertenecían a nadie, pero es-

taban disponibles para realizar

compras, prestamos, poder

satisfacer las necesidades del

peregrino, hacer donaciones o

construir catedrales. El dinero

al no pertenecer a nadie hacía

aflorar consciencia, cumplía el

requisito indispensable que

acompaña al nacimiento de la

moneda. El dinero es conscien-

cia porque hace conocedor al

individuo que lo da de lo que

se está desprendiendo, al mis-

mo tiempo que ofrece posibili-

dades al que lo recibe. Por lo

tanto también aporta cons-

ciencia de lo recibido al recep-

tor. Soy consciente de lo que

doy. Soy consciente de lo reci-

bido. Este sentido del dinero

crea comunidad entre las gen-

tes y fraternidad en sus rela-

ciones.

Los caballeros templarios fue-

ron la fragua y crisol que posi-

bilitó la superación del medie-

vo. Gracias al cambio social

tonces, dada la abundancia de

bandidos y de fieras salvajes.

- Construyeron una extensa red

de nuevas vías que facilitaron

las comunicaciones dotándo-

las, a su vez, de una conforta-

ble seguridad. En los puntos de

cruce colocaron además enco-

miendas y albergues.

La tarea que se propusieron los

Caballeros del Templo de Sa-

lomón fue la de crear en Euro-

pa las condiciones necesarias

para la cristianización de la

vida social. Fueron los prime-

ros impulsores de mecanismos

que luego han sido el anhelo

de todos los reformadores so-

ciales: La libertad y el derecho

del hombre por encima de los

estamentos corporativistas o

instituciones de poder. Estimu-

laron, a su vez, valores tales

como la justicia, la caridad y

el respeto al otro, al diferen-

te.

La iniciativa templaria fue el

intento de generar una nueva

sociedad más humana y cons-

ciente:

Una sociedad cultivadora de la

individualidad que acoge y ali-

menta la perspectiva de que

cada cual desarrolle al máximo

sus posibilidades. (LIBERTAD)

Una sociedad que garantice la

dignidad el ser humano y sea

salvaguarda de sus derechos y

deberes sin distinción de raza,

cultura o religión. (IGUALDAD)

Una sociedad que sea capaz de

desarrollar la hermandad entre

sus miembros, satisfaciendo las

necesidades de todos sus indi-

viduos. (FRATERNIDAD)

Página 7 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 8: Triformación Social

LIBERTAD, IGUALDAD Y FRA-

TERNIDAD, máximas de la futu-

ra Revolución Francesa, en la

que, no lo olvidemos, el gorro

frigio del alquimista fue el

símbolo revolucionario por ex-

celencia. Siempre hay otra his-

toria oculta.

El hombre llega a la Tierra con

unas dotes y capacidades, que

educación y experiencias tie-

nen que completar para, gra-

cias a ellas y por ellas, poder

aportar desde su particular

visión todo aquello que pueda

ser una ayuda para completar

el gesto social que tiene que

acompañarlo durante su vida.

A este activo individual, basa-

do en las capacidades, le va-

mos a llamar valor humano.

Este valor humano es conse-

cuencia de un cuerpo físico,

otro anímico y otro espiritual.

Cada uno de ellos tiene unos

derechos particulares: El cuer-

po físico le es preciso amparo

en todo lo necesario para su

cobijo y seguridad así como

para su sustento y manteni-

miento. Las fuerzas anímicas

que surgen de su alma tienen

derecho a poder manifestarse

en libertad. Y, el Yo espiritual,

a ser reconocido como persona

individual dentro de la igual-

dad. Estas y no otras son los

motores que ponen, como con-

secuencia de los verdaderos

derechos inalienables del ser

humano, en movimiento el le-

ma universal triforme: LIBER-

TAD, IGUALDAD, FRATERNI-

DAD.

Esto aparentemente claro, no

lo fue tanto cuando se intentó

llevarlo a la práctica después

del proceso revolucionario.

Estas máximas que tienen que

vivir cada una en su ámbito

para desarrollarse sanamente,

se mezclaron, no se entendió

el procedimiento y el resultado

fue la confusión que condujo al

uso del poder como elemento

de fuerza y al terror. Como

todos los movimientos que no

alcanzan a comprender que el

proceso no es revolucionario,

sino que enmarcado dentro de

una evolución progresiva tiene

que conducir a una sociedad

triarticulada, terminó en el

más absoluto de los fracasos.

La historia es inexorable en su

veredicto, todas las revolucio-

nes terminan en una restaura-

ción o en una dictadura.

¿Aprenderemos alguna vez?

Esto que, como ya hemos vis-

to, a simple vista parece tan

obvio jamás se ha logrado. En-

contrar las máximas y hacerlas

vivir en el ideal no es demasia-

do difícil, lo complicado es

crear las texturas sociales ne-

cesarias para hacerlo realidad.

Lo cierto es que conocemos

cuales son estos patrones, sin

embargo todavía no hemos da-

do con aquello que los haga

posibles.

El patrón oro en Inglaterra,

1816

Bajo patrón oro, el valor de

una unidad monetaria de la

modernidad, tal como un

dólar, se define en términos de

un peso fijo de oro y los bille-

tes de banco u otros billetes

son convertibles en el oro. Por

consiguiente, aunque los siste-

mas monetarios de los países

se han basado en el patrón oro

ocasionalmente, todos las na-

ciones económicamente avan-

zadas del mundo, han estado

en el patrón oro por un tiempo

relativamente breve. Aproxi-

madamente desde 1870 a

1914, periodo conocido como

el del patrón del oro clásico.

El oro fue utilizado en el Medi-

terráneo aproximadamente

desde el 700 a.C. y continuó

durante el imperio romano. El

uso del oro desapareció de Eu-

ropa durante la Edad Media,

pero durante el siglo XIII Flo-

rencia lo popularizó entre las

ciudades italianas. La influen-

cia de este uso en la península

itálica se reflejo en Inglaterra,

donde comenzó a ser acogido

desde mediados del siglo XIV.

Carlos II introdujo la moneda

de oro en la isla, la nueva mo-

neda fue llamada ―una Gui-

nea‖. El hecho se producía en

1663. De este movimiento

inglés se separó al resto de

Europa occidental.

En los comienzos del siglo XIX,

Aparición social: Revolución Francesa. Uso incorrecto

de la Triarticulación.

Página 8 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 9: Triformación Social

cios en el país A subían más

rápidamente que en el país B.

Los residentes de A comenza-

ran a comprar más mercancías

del país B. El dinero fluiría del

país A al B, aumentando la

fuente de dinero en el B y dis-

minuyéndolo en el A. Estos

cambios en la circulación del

dinero bajaron los precios en

el país A y subieron precios en

el país B. Estos ajustes restau-

raron el equilibrio, eliminando

la necesidad de flujos en el

oro, y estabilizando, de esta

manera, los precios en un nivel

de equilibrio.

Algunas discusiones tuvieron

lugar después de la Conferen-

cia Monetaria Internacional de

1865 en París concernientes a

la posibilidad de que el Reino

Unido se uniera a la Union mo-

netaria latina, a lo que una

Comisión Real de Acuñación

Internacional, reunida para tal

ocasión, examinando la cues-

tión, tomó la decisión de no

unirse con aquella Unión Mone-

taria.

Antes de la Primera Guerra

Mundial, el Reino Unido tenía

una de las economías más

fuertes del planeta, retenien-

do el 40% de las inversiones de

ultramar en el mundo. Sin em-

bargo, para el final de la Gue-

rra el país debía £850 millones,

la mayor parte a los Estados

Unidos, con intereses que cos-

taban al país un 40% de todo el

gasto del gobierno.

En un intento de recobrar la

estabilidad, una variación del

patrón oro fue reintroducida

en 1925, bajo la cual la divisa

fue fijada con respecto al pre-

cio del oro en los niveles en

los países europeos habían des-

arrollado algún tipo de sistema

con el patrón oro. Inglaterra y

otras naciones acuñaron el oro

y la plata y fijaron el cociente

de conversión por el cual el

oro podría ser intercambiado

por la plata. Inglaterra todavía

estaba oficialmente en un

estándar de plata esterlina,

pero en el siglo XVIII el gobier-

no inglés supervaloró la plata

en relación con del oro, cau-

sando de esta manera una sali-

da de la plata y de una afluen-

cia del oro. Lo que colocó al

oro en una posición de superio-

ridad dentro del sistema mone-

tario inglés.

Así pues la libra se trasladó

extraoficialmente de la plata

al patrón oro gracias a esa so-

brevaloración del dorado metal

en Inglaterra que atrajo el oro

del extranjero. La reevalua-

ción del oro se produjo en

1717 porIsaac Newton, maestro

de la Real Casa de la Moneda.

El patrón oro de de facto con-

tinuó hasta su adopción oficial

después del fin de las Guerras

Napoleónicas en 1816. Éste

acuerdo duró hasta que el Re-

ino Unido, de acuerdo con mu-

chos otros países, abandonó el

patrón después de la Primera

Guerra Mundial en 1919.

Las guerras y las revoluciones

del mediados del XIX forzaron

otra vez a los gobiernos a pu-

blicar los billetes inconverti-

bles. Los gobiernos restauraron

a menudo la convertibilidad

estableciendo el patrón oro. El

patrón oro tuvo su edad dorada

entre 1870 y 1914, cuando ac-

tuaba como freno en la emi-

sión de los billetes. Si los pre-

que se encontraba en los mo-

mentos previos a la guerra.

Esta situación fue abandonado

el 21 de Septiembre de1931,

durante la Gran Depresión,

momento en que la libra fue

devaluada un 25%. En conse-

cuencia fu el desastre econó-

mico de los años 30 quien de-

letreó el final del patrón oro

para las economías domésti-

cas. A partir de este momento

tienen en común todas las mo-

nedas del mundo la desapari-

ción de su relación con meta-

les preciosos. Sólo el dólar es-

tadounidense mantendrá esa

relación hasta 1971. El aban-

dono del patrón oro precedió a

la fuerte de la inflación mun-

dial de los años 70. Los críticos

atribuyeron esta regresión a la

pérdida de la disciplina mone-

taria proporcionada por el

patrón oro.

La mayoría de los economistas

ven el patrón oro como reli-

quia de la historia. En ausencia

de este patrón los gobiernos y

las autoridades monetarias go-

zan de más flexibilidad de

ajustar la acción de dinero

doméstico para resolver las

necesidades de economías pro-

pias. La experiencia de los

años 80 y de los años 90 sugie-

re que los países puedan con-

trolar la inflación sin el patrón

oro. Sin embargo se obvia lo

definitivo, la perdida de la

última relación del dinero con

algo tangible. Hoy su realidad

es cada vez más virtual y abs-

tracta, hasta el extremo de

que las grandes transacciones

se hacen con un dinero virtual

que ni tan siquiera existe. En

Página 9 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 10: Triformación Social

lo cotidiano la tarjeta de

crédito ya ha sustituido a la

moneda en la mayoría de las

ocasiones.

Aparición del Estado Unita-

rio.

El principal problema con el

que nos encontramos en la

búsqueda de la Triformación es

el estado unitario en todas sus

versiones: monárquica, repu-

blicana, democrática, socialis-

ta, centrista, federal. . . esta-

do unitario que comienza su

vida en el siglo XVII, se consoli-

da en el XVIII y hace su eclo-

sión en el siglo XIX. Este tipo

de estado no sólo organiza la

vida jurídica, sino que también

se entromete tanto en la vida

cultural (educación), como en

la vida económica, creando

una situación de caótica confu-

sión mezclando aquello que,

en verdad, tiene que estar se-

parado. Es de aquí de donde

nacen todos los males sociales

que nos aquejan desde siglos.

La sociedad actual tal y como

la organiza el estado unitario

desconoce totalmente cuales

son las necesidades humanas

porque, en su realidad más

descarnada, omite al ser

humano (su estudio y conoci-

miento). Steiner con su profun-

da comprensión de la naturale-

za del hombre desde comien-

zos del XX comenzó a hablar

de la estructuración ternaria

del organismo social, organiza-

ción fundada como consecuen-

cia de la honda percepción de

las necesidades humanas. Lo

que pretende la estructuración

ternaria es que tanto las fun-

ciones de la economía

(producción, comercio y consu-

mo de mercancías), como todo

aquello que engloba la vida

espiritual (educación, cultura y

religión) deben de estar com-

pletamente separadas del es-

tado y administrarse por ellas

solas. La vida estatal jurídica

sólo tiene ámbito sobre las re-

laciones entre los hombres

según el derecho público.

Sin embargo el estado unitario

no quiere sólo quedarse ahí,

garantizando el orden jurídico,

quiere también hacerse res-

ponsable de las más variadas

tareas que están muy lejos de

su influencia natural. Así tanto

la vida económica como la cul-

Página 10 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Las raíces de esta imagen-guía pueden entreverse ya con anterioridad. En

1789 se oían desde las barricadas de la Revoluci6n Francesa los tres gran-

des ideales "libertad, igualdad y fraternidad". Ellos provenían desde un

antiquísimo saber y expresaban qué cualidades debían ser realizadas en la

sociedad. Fueron reconocidos inmediatamente por los hombres de aquella

época y provocaron un gran entusiasmo. Pero los tres ideales no fueron vinculados suficientemente, en lo con-

creto, con la naturaleza del hombre. Por tal razón tampoco fue reconocido, en cuál de los ámbitos de la socie-

dad debían efectivizarse y en cuáles esto no debía suceder.

A nivel histórico la Triformación Social es un impulso de civilización, igual que lo fue la Revolución Francesa y la

Ilustración del S. XVIII.

Antes había existido el impulso civilizador de los Templarios. Coincidió-se combinó con el movimiento cistercien-

se y con el arte gótico. Solo existía el dinero de compra. Durante dos siglos XII-XIV introducen la novedad del

dinero de préstamo con lo cual facilitan el desarrollo de los intercambios comerciales y el sentido cosmopolita y

europeo. Trajeron además la primera letra de cambio. El dinero de préstamo es la mas elevada forma de arte

social (puedo conscientemente inyectar dinero de préstamo –sangre en el organismo social- para vivificarlo y

fomentar los encuentros humanos). La otra forma de arte social es la conversación creativa de trabajo.

Estas dos formas de arte social tienden un puente entre el ora y el labora (piensa y actúa), que son el lema de la

orden de San Benito (S. V). El dinero de préstamo permite materializar una idea, una iniciativa de un emprende-

dor… El dinero de préstamo fue la base de la Revolución Industrial, pues permitió financiar el desarrollo de las

industrias.

Breve repaso a la perspectiva

histórica

Page 11: Triformación Social

―NO SE PUEDE SERVIR A LA

VEZ A DIOS Y MAMMÓN‖

En esta cita bíblica (San Mateo

6,24), Mammón ha sido siem-

pre interpretado como una

metáfora de dinero. Sin em-

bargo si meditamos detenida-

mente la cuestión nos damos

cuenta de que no es así. El di-

nero es un instrumento impres-

cindible para la toma de con-

ciencia del hombre, por lo tan-

to no puede encerrar en sí mis-

mo la envidia, la codicia y la

perdición. En su sano manejo

tienen que aparecer los térmi-

nos de fraternidad, solidaridad

e igualdad. Es elemento nece-

sario tanto para el desarrollo

de la individualidad como para

su reflejo en la sociedad. Es un

instrumento educador y a la

vez incitador de procesos. Si

esto es así, ¿Quién es

Mammón?.

Indudablemente Eldorado, la

fiebre del oro, Fort Knox… se

pueden considerar como hitos

de la codicia y el poder. Enfer-

medades incurables de una so-

ciedad basada en la fuerza y el

dominio. Pero será 1816, mo-

mento en el que el sistema

monetario inglés introduce la

pieza estándar de oro, cuando

se abren definitivamente todas

las cajas de los fuegos y los

truenos. Hay dos consecuen-

cias de este hecho que envene-

nan el proceso.

Una, que al establecer un peso

determinado a la moneda se la

dota, de una forma aparente,

de un valor duradero. Resulta-

do que invierte lo que hubiera

sido la evolución correcta del

desarrollo del dinero. Hasta

ahora la moneda se empleaba

como prenda en la circulación

de las mercancías. A partir de

este momento las mercancías

se usarán para hacer dinero.

Cambio drástico que trastoca

el sentido real de lo que debe

representar el dinero en la

evolución de la humanidad.

La otra, como consecuencia

lógica del nuevo proceso, el

oro comienza a ser objeto de

especulación. El oro se con-

vierte en objeto de comercio y

móvil de negocios. Se podrá

adquirirlo sin necesidad de

producir nada, tan sólo adqui-

riendo habilidades en el mundo

de las finanzas.

Una de las funciones del dinero

tiene que ser hacer consciente

al hombre del complejo mundo

de las relaciones sociales.

Mientras el dinero sea una res-

puesta a lo que produzco, una

medida de lo que debo o de lo

que me deben, estamos dentro

de un uso aceptable de una

parte de lo que representa el

dinero. Sin embargo se envile-

ce en el preciso momento en

el que tiene valor en si mismo.

Es decir en el instante en que

se convierte en mercancía. En-

tonces entramos en una fan-

tasía con el carácter de gran

mentira, puesto que el dinero

nunca debe tener valor propio

y muchísimo menos ser objeto

de consumo. Debemos enten-

tiene que hacer, tendrá que

edificarse en torno a estas tres

esferas que vienen avaladas

por: el valor humano, la digni-

dad humana y el trabajo huma-

no.

Entonces, ¿dónde diablos pode-

mos encontrar soluciones co-

rrectas?.

Indudablemente la solución

tiene que llegar de la mano de

la ciencia. Conocer las leyes

que como en la mecánica o en

la electricidad existen en la

tural se convierten en objetos

de su atención, consiguiendo

de esta manera que todas las

actividades vitales humanas se

cumplan a través de los deseos

de una estatización absoluta.

Sin embargo en los tiempos

que corren hay que dejarlo

bien claro y subrayarlo de for-

ma definitiva: los valores

humanos son un derecho, inde-

pendientemente de raza, co-

lor, credo o cualquier otra ma-

tización discriminatoria. La

futura sociedad cuando ad-

quiera la forma correcta, y lo

complejidad social. Y desde

ahí, con sano criterio, que

aparezcan las fuerzas desde la

propia vida que analicen las

condiciones sociales que per-

turban y degeneran al hombre,

transformándolas paulatina-

mente en energías sanadoras

que propongan condiciones

más favorables . . . Descu-

briendo las leyes fundamenta-

les que desde el hombre deben

de fluir hacia el elemento so-

cial.

Página 11 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 12: Triformación Social

der que no es una mercancía.

Él no puede satisfacer ninguna

necesidad básica, no sirve para

comerlo, con el no podemos

hacer ni unos zapatos, ni una

máquina. Si lo tratamos como

tal estamos dándole un valor

artificioso. Pura teoría sin co-

rrespondencia real.

Una vez poseído este requisito,

de forma ficticia, el dinero ne-

cesita de un servicio equiva-

lente como equilibrio que res-

taure el valor de que es reves-

tido. Esto hace que nos veamos

abocados a otra aberración de

grado superlativo: el que el

trabajo también sea considera-

do como una mercancía. Esta

segunda indumentaria otorga

poder a su poseedor sobre las

personas y los medios de pro-

ducción. Esto sería correcto si

el dinero fuera en si mismo

expresión de la producción

humana. Entonces buscar su

equivalencia en bienes o ser-

vicios sería lo apropiado. Pero

esto no es así.

Pongamos un ejemplo que

aclare el galimatías. Una gran-

ja de gallinas ponedoras vende

determinado número de doce-

nas de huevos. Por este con-

cepto, su poseedor, recibe una

determinada cantidad. El dine-

ro queda en los bolsillos del

granjero manteniendo el mis-

mo valor que tenía en el mo-

mento de la venta. Sin embar-

go los huevos son susceptibles

de deterioro. Por un lado tene-

mos dinero que sigue mante-

niendo su poder adquisitivo.

Por otro una mercancía inesta-

ble, que por deterioro, puede

ir perdiendo su valor de salida.

Esto lleva a los hombres a ver

en el dinero una seguridad.

Pero esto también es mentira.

Normalmente se emite más

dinero que el que correspon-

dería al consumo de bienes

reales. Entonces llega un mo-

mento en el que hay más dine-

ro que bienes disponibles. En

ese instante el dinero ha perdi-

do valor y empieza a resultar

inseguro (ahí está el caso re-

ciente de Argentina). Comien-

za a aflorar la inflación y apa-

recen en la economía mundial

las devaluaciones monetarias.

Así que, como antes era en

cierto modo defraudado el

comprador de mercancías,

ahora es embaucado el ahorra-

dor de dinero. La economía en

lugar de basarse en valores

como la mutualidad, la solida-

ridad, la reciprocidad, la fra-

ternidad . . . encuentra su for-

ma de desarrollo en la false-

dad, el engaño y la estafa. Ese

valor adverso lo contiene en su

misma estructura el uso que

actualmente se hace del dine-

ro. Tratar de eliminar estas

taras en una sociedad que basa

su economía en tal tratamien-

to del dinero, es tan imposible

como intentar contar sus gotas

de agua en un océano.

De una forma aparente se

quiere solucionar este proble-

ma con la aparición de los in-

tereses. A parte de que el in-

terés siempre está por debajo

de los valores de la devalua-

ción monetaria, de forma y

manera que siempre el ahorra-

dor va perdiendo valor adquisi-

tivo. Existe un problema to-

davía mucho más grave, dado

que el dinero no es el que tra-

baja, no es un productor, el

único que es capaz de producir

con su trabajo es el hombre.

Esta imaginación de aumentar

el valor atribuido al dinero

está totalmente reconocida

por los sistemas económicos

modernos. Esta falsedad queda

ignorada y su desconocimiento

es la causa de las más tosca y

primitiva de las pasiones

humanas. Hasta aquellos que

basan sus ideales en la reli-

gión, la ética y los valores mo-

rales son presa de esta ilusión.

Por eso cuando el dinero pier-

de su capacidad de obtener

poder, en las progresivas deva-

luaciones, aparece el miedo. El

pánico se generaliza y surgen

los más bajos instintos como

tabla de salvación.

La ilusión se encuentra en que

la depreciación del dinero no

lleva aparejada la devaluación

en la misma medida de los bie-

nes, más bien ocurre lo contra-

rio. Este espejismo, los que

dominan la situación, intentan

paliarlo con la aparición de los

intereses. Pero sin darse cuen-

ta de que esta solución implica

el sojuzgar a estos intereses

las fuerzas productivas huma-

nas, convertirlas en mercanc-

ía, el error más nefasto de la

civilización moderna. El hom-

bre, desconocedor de este pro-

ceso, inconsciente de su exis-

tencia vive ese desasosiego sin

poder explicarlo. Esto crea en

su interior un vacío que se ma-

nifiesta de manera incontrola-

da. Este agujero succionante y

envilecedor es Mammón. Esta

forma de manejar el dinero

equivocada es la que desenca-

ja la economía mundial y la

llena de convulsiones periódi-

cas. De depresiones y cataclis-

mos que se manifiestan en la

Página 12 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 13: Triformación Social

da sentido a una verdadera

unión económica entre las per-

sonas. En esta circunstancia, al

no tener el dinero un valor

añadido de falsedad, Mammón

deja de ejercer su influencia

en la vida económica.

Con esta nueva visión de la

economía pueden aparecer las

comunidades de apoyo mutuo.

En sustitución de consejos

económicos y centros de deci-

sión que alejados de la reali-

dad sólo piensan en el benefi-

cio privado. La verdadera fra-

ternidad, otro acto de incons-

ciencia, no se corresponde con

esa unión sentimentaloide y

utópica que predican muchos

partidarios de paraísos ficti-

cios. La fraternidad tiene su

único origen en la interdepen-

dencia. En el hecho de que to-

das las personas comparten los

mismos procesos de vida. Reci-

procidad en libertad, es el úni-

co verdadero alimento de la

vida económica sana. La obli-

gación de asumir los procesos,

de compartir libremente,

harán nacer valores morales

que sustancien la ética huma-

na. Esto tiene que ver con la

dependencia que el hombre

mantiene con respecto a los

productos naturales Éstos inde-

fectiblemente siempre se de-

terioran. Los árboles y las

plantas tienen periodo de ca-

ducidad. Igual las máquinas se

gastan, las casas se desmoro-

nan, hasta estamos agotando a

la tierra con prácticas desme-

didas. ¿Y sin embargo quere-

mos que el dinero siga tenien-

do valor inmutable?. ¿Acaso no

es un contrasentido?.

El valor humano se instala en

vida social como rivalidades,

distinción de clases, tensiones

y duelos de fuerza.

Este problema hoy sólo puede

solucionarse con el fortaleci-

miento de la consciencia. Lo

primero que tenemos que

hacer, para penetrar en ella,

es ver el cómo aparecen las

necesidades humanas y cómo

las satisfacemos. Una vez cons-

cientes de cómo somos mane-

jados por exigencias ajenas, en

su mayor parte a nuestras ver-

daderas obligaciones, debemos

plantearnos como se puede

hacer para que el dinero llegue

a todas las personas que lo ne-

cesitan. También es de vital

importancia correlacionar el

valor del dinero con el de los

bienes para evitar ese desfase

del que hablábamos con ante-

rioridad. Para ello es obligato-

rio el no darle al dinero un va-

lor fijo, sino hacerlo flotar de

forma y manera que se depre-

cie o revalúe en la medida que

lo hacen las mercancías.

Un sistema basado en el auto-

consumo del dinero estuvo vi-

gente durante casi cuatrocien-

tos años en la Edad Media. Ese

autoconsumo del dinero absor-

be la depreciación de los bie-

nes. Comprador y vendedor

equiparan los resultados de los

beneficios. El que vende por-

que se ha deshecho de la mer-

cancía y obtiene dinero que se

devalúa en la medida que lo

hacen los bienes. Y el que

compra porque entrega un di-

nero que paulatinamente pier-

de valor. Ahí se encuentran y

se hacen corresponder los in-

tereses. Una mutualidad basa-

da en la interdependencia que

la medida de que el hombre es

capaz de comprender y darle

valor a las ideas correctas e ir

transformándolas y trans-

formándose con ellas. El ser

humano tiene que basar su

existencia en la práctica de

esas experiencias. El ser pere-

cedero (hombre) no le puede

dar valor inmortal a una abs-

tracción como es el dinero,

buscando en ello una pretendi-

da seguridad. Seremos servido-

res de Mammón mientras no

seamos capaces de crear insti-

tuciones que respondan a estos

principios. Los corrimientos de

tierra y los movimientos vio-

lentos (Revoluciones) no pue-

den dar solución a estos pro-

blemas, porque después de la

convulsión de una manera u

otra se reproducen los antiguos

males. Solo la consciencia y el

conocimiento real de las cir-

cunstancias pueden dar funda-

mentos y cimentar convenien-

temente el futuro. Hay que

darle al dinero, es el primer

paso, un uso correcto con la

finalidad de que los hombres

se hagan interdependientes y

mutuamente responsables.

De todo esto debemos de obte-

ner la enseñanza de que en

economía hemos de abandonar

los modelos cuantitativos para

desarrollar aquellos otros de

carácter cualitativo. Eso para,

sin dejar de seguir consideran-

do el aspecto cuantitativo, en-

contrar otros marcos de refe-

rencia más humanos. Cuando

hablamos de desarrollo esta-

mos describiendo una de las

característica de un ser vivo. Y

un ser vivo tiene tal cantidad

de variables que resulta in-

abarcable y nunca puede con-

Página 13 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 14: Triformación Social

centrarse en una fórmula ma-

temática por muy sofisticada

que esta sea. La inteligencia

con la que hoy pretendemos

entender la naturaleza para

nada está de acuerdo con las

leyes que la rigen. Es un tipo

de pensar que desde los grie-

gos hasta hoy ha ido esclero-

tizándose hasta finalizar con-

centrado en un ordenador. In-

teligencia basada en el silogis-

mo: lo que es, es así y no pue-

de ser de otra forma y esto a

su vez, por ser así, nunca pue-

de ser lo otro. Es un modo de

pensar basado en la contradic-

ción que jamás podemos au-

nar. Así por ejemplo la ley de

la oferta y la demanda se ha

tratado de solucionar con

fórmulas matemáticas de ori-

gen cartesiano. Estos modelos

llegan hasta nuestros días,

aunque su bondad fuera puesta

en duda por pensadores como

Schiller, Goethe o el mismo

Hegel, que intentan abrir paso

a una nueva forma de pensar

basada en el aspecto cualitati-

vo, con el deseo de generar un

pensamiento orgánico que se

opusiera al meramente meca-

nicista.

La forma de pensamiento al

uso consiste en observar un

fenómeno y reducirlo a una

fórmula matemática, indepen-

dientemente del fenómeno

que la ha originado. Forma de

entender que se opone frontal-

mente a la Naturaleza, en la

que siempre existe un equili-

brio donde se compensan las

partes. Es la inteligencia del

ecosistema. Nada es vertical,

sino que es en la horizontal

donde se equilibran todas las

variables. En la naturaleza, un

árbol inmenso, puede depen-

der de unas pequeñas hierbas

que viven en su entorno. Hier-

bas que producen ácido oxáli-

co, sin las cuales, el árbol en-

ferma y muere. Con el sistema

cartesiano estudiaríamos a

fondo el árbol y despreciaría-

mos por insignificantes a las

hierbas. Sin embargo con una

forma de pensar orgánica, tal

como la preconizaron Schiller y

Goethe, tendríamos en cuenta

a estas hierbas que, en defini-

tiva, son la clave del ecosiste-

ma.

Esta forma de pensar hoy no es

tenida en cuenta, fundamen-

talmente, porque exigiría una

observación sistemática de to-

das las variables. El hombre de

hoy, movido por la prisa y las

exigencias, se resiste a realizar

el esfuerzo que tal intento re-

quiere. La forma actual tiende

a la abstracción y a la genera-

lización, sin ajustarse a los

problemas propios de cada

mercado. Lo que ocurre en un

lugar produce en otro unos

efectos que pueden ser distin-

tos. Sin saber, a ciencia cierta,

esto por qué sucede se univer-

saliza el proceso. Por eso esa

forma de pensar que dictamina

y extrapola no puede nunca

tener en cuenta toda la com-

plejidad de la economía mun-

dial. Así pues hemos de cam-

biar la forma de pensar por

exclusión, a otra que tenga en

cuenta el pensamiento orgáni-

co por compensación.

El pensamiento por exclusión

nos enfrenta siempre a un dua-

lismo: producción-consumo,

beneficio-salario, trabajador-

empresario . . . Ambos en lu-

gar de complementarse se en-

frentan y son contradictorios.

En estos dualismos siempre

prepondera un elemento sobre

el otro. Colocamos el proceso

en posición vertical en lugar de

buscar, como medio de solu-

cionar enfrentamientos, la

horizontalidad. Los desequili-

brios que cíclicamente se pro-

ducen en la economía mundial

son debidos precisamente a

esta forma de encararla. En

una economía ecosistemática

esto no ocurriría porque no se

daría, como sucede hoy, que si

se potencia la demanda se re-

siente la oferta. Igualmente

ocurre con la inflación y la de-

flación. Si se posibilita un fac-

tor por exceso aparece inme-

diatamente el defecto en el

otro. La economía nunca va

por delante de los aconteci-

mientos, sino por detrás.

El pensamiento por exclusión

fomenta insolidaridad. Así re-

sulta imposible que surja de un

pensamiento insolidario un

proyecto de economía solida-

ria. Es necesario sustituir la

dualidad por la polaridad, en-

tendiendo como polaridad que,

el exceso y el defecto, tienen

que ser tratados de forma con-

junta, es decir a la vez y no

por separado. El principio de

polaridad fomenta la solidari-

dad. Así el empresario y el tra-

bajador tienen que encontrar-

se, puesto que uno depende

del otro y deben de relacionar-

se para beneficio de ambos. Lo

mismo ocurre con ahorro e in-

versión. Su proceso pasa por-

que aquello que se saca de la

circulación tiene que volver a

ella y no quedar apartado del

desarrollo. Esto se ve muy cla-

Página 14 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 15: Triformación Social

Sistema nervioso (pensar)

Sistema rítmico (sentir)

sistema metabólico motor

(voluntad).

Que se corresponden con:

cuerpo-alma-espíritu.

Por ser un ser corpóreo, debe

nutrirse de la tierra; porque

hay muchos hombres, más sólo

una tierra, hemos de compartir

fraternalmente las riquezas de

ella;

porque es un ser con alma,

quiere desarrollarse con liber-

tad;

y siendo el hombre un ser de la

verdad, por el que fluye el

espíritu universal, puede reco-

nocer a sus prójimos como uno

igualitario a él. Só1o por la

presencia ante el espíritu pue-

de fundamentarse una verda-

dera idea de igualdad...

Volvamos a la Triformación

Social.

Sólo un Organismo Social cons-

truido a imagen del Hombre

posibilita el integral desarrollo

del individuo y el cumplimien-

to cabal de su destino huma-

no.

Rudolf Steiner proporcionó,

por así decirlo, la llave de oro,

por la que la fuerza formativa

en lo social, que dormita en

estos tres ideales, puede ser

productiva. Primeramente

mostró, que cada hombre pue-

de comprenderse a sí mismo,

como ser tri-membrado, en

correspondencia con los tres

ideales. Para ello no necesita

ningún previo conocimiento

especial, sólo una capacidad

de juicio sano, libre de prejui-

cios.

Hombre triformado:

Luego Steiner muestra, como

estas tres cualidades son los

principios conductores de los

tres sistemas orgánicos del or-

ganismo social.

De las fuerzas de la libertad ha

de formarse la vida espiritual

de la humanidad; quiere decir,

que en todo lugar donde los

hombres desde sus aptitudes

individuales, quieran ser pro-

ductivos para otros hombres,

toda especie de determinación

ajena frenará, a la larga, el

libre despliegue de estas apti-

tudes.

De las fuerzas de la fraterni-

dad ha de formarse la vida

económica de la humanidad.

Todo aquello que se produce

en bienes y servicios, ha de

orientarse hacia la satisfacción

de las realmente existentes

necesidades. En todo lugar,

donde en semejante produc-

Página 15 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

La Triarticulación de R. Steiner

deprecia igualmente el dinero

que costó. Así todos los bienes

de consumo hoy están sujetos

a este fenómeno de deprecia-

ción. Si el dinero no se va

igualmente depreciando entra-

mos sin solución en un proceso

inflacionario que está en rela-

ción con el dinero circulante.

Esto se podría evitar si el dine-

ro tuviera caducidad en rela-

ción con los medios de produc-

ción y con los bienes también

sujetos a caducidad.

Se han creado modelos de so-

ciedades en los que la base

financiera es el fin de la eco-

nomía en lugar de ser su sopor-

te. Comprar y vender dinero es

una abstracción a la vez de

una aberración. Esto se plasma

en economías especulativas

insolidarias, donde los países

ricos cimientan su bienestar

sobre las espaldas de los países

pobres. De esta forma los des-

equilibrios son cada vez más

grandes e imposibles de ser

solucionados. Ahí reside el al-

ma de Mammón

ro en la naturaleza el agua: se

evapora (sale de circulación),

luego vuelve a licuarse para

regar la tierra (vuelta a la cir-

culación), este proceso se repi-

te de manera constante.

Hoy en los mercados no se de-

precia el dinero al mismo rit-

mo que lo hacen los bienes. Si

compro un coche, en el mo-

mento en que lo matriculo

pierdo el 30% de su valor, in-

mediatamente ese automóvil

entra en un proceso de infla-

ción en la medida que no se

Page 16: Triformación Social

ción se empaña el interés por

las necesidades de otros hom-

bres, debido a una orientación

que busca el beneficio propio,

se daña la salud de la vida

económica.

De las fuerzas de la igualdad,

los hombres han de normar

recíprocamente sus derechos y

obligaciones. Justamente por-

que los hombres son funda-

mentalmente de igual valor, es

dañino para un desarrollo sano

del organismo social, todo in-

tento de lograr mediante el

ejercicio del poder, desigual-

dad, discriminación y privile-

gios.

LA "LEY SOCIAL FUNDAMEN-

TAL"

En un periódico por él redacta-

do, de 1905/1906, Rudolf Stei-

ner publicó un artículo, en cu-

yo centro se hallaba la presen-

tación de una normativa, la

que él mismo, desde un co-

mienzo, denomina la "ley so-

cial fundamental".

"la salud de una comunidad de

seres humanos que trabajan

juntos, será tanto mayor,

cuanto menos cada uno de-

manda para sí mismo de lo

producido por su propio esfuer-

zo y mas lo cede a sus compa-

ñeros y cuanto más sus propias

necesidades sean satisfechas,

no de sus propios esfuerzos,

sino de los esfuerzos de los

otros".

Esta ley no nombra ninguna

máxima moral o norma de con-

ducta. Sólo expresa lo que uno

puede llegar a comprender

desde la observación de los

hechos sociales, que una de-

terminada conducta social,

tiene determinadas consecuen-

cias, a saber:

• Cuanto más los hom-

bres se dejan guiar en el esta-

blecimiento de la vida econó-

mica por el interés hacía las

necesidades de los otros, tanto

más saludablemente se des-

arrollará esta vida económica;

• Cuanto más los hom-

bres, en el logro de acuerdos,

se consideran unos a otros co-

mo adultos e iguales, tanto

más sanamente se desarrollará

la vida del derecho;

• Cuanto más los hom-

bres, en la formación de su

trabajo conjunto, se garanti-

zan mutuamente el espacio de

libertad, en el que pueden

desplegar social-

productivamente sus aptitu-

des, tanto más sanamente se

desarrollará la vida espiritual.

Lo práctico:

Vigencia actual de la Triforma-

ción: no es una moda; es un

arquetipo valido siempre. Lo

característico de estas tres

fuerzas fundamentales es que

no sólo actúan saludablemente

en los mencionados tres ámbi-

tos sociales, sino que ellas "del

mismo modo", obran destructi-

vamente sí exceden el límite

de su ámbito de acción y se

extienden sin transformación a

las otras dos esferas sociales.

Si la libertad quiere realizarse

en la vida del derecho apare-

cen la arbitrariedad y la falta

de derecho; si quiere realizar-

se en la vida económica apare-

ce un indomable liberalismo,

tanto en el productor como

también en el consumidor con

sus injusticias y exclusiones

actuales, el que convierte todo

en mercancía.

Sí la igualdad quiere realizarse

en la vida espiritual, surgen, a

través de una burocratización,

(por ejemplo en la enseñanza)

superficialidad y enajenación,

masifica y empobrece la mani-

festación del espíritu humano;

si quiere realizarse en la vida

económica aparecen el derro-

che o la no-satisfacción de las

necesidades.

Si la fraternidad quiere reali-

zarse en la vida del derecho,

da lugar a la confraternización

como fuerza política

(camarillas), corporativismo y

privilegios de clase y de gru-

pos; si quiere realizarse en la

vida espiritual, aparece una

falta de colorido por compro-

misos irrealistas.

Triformación de iniciativas,

empresas.

Al igual que el ser humano está

triformado, y el organismo so-

cial está triformado, una em-

presa u organización es un or-

ganismo vivo que también se

puede ver a la luz de la Trifor-

mación. Las tres esferas son:

lo jurídico (escrituras de cons-

titución, contratos laborales,

impuestos, cumplimiento de

las leyes, etc)

lo cultural: relaciones internas

Página 16 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 17: Triformación Social

dial, en 1919-20 Rudolf Steiner

habla a fondo de la posibilidad

de organizar

la sociedad en tres esferas

autónomas: cultura, política y

economía. Cada una gobernán-

dose por principios distintos

pero coherentes entre sí, gra-

cias a la acción del individuo

humano soberano, que está en

conexión con las tres esferas y

es capaz por tanto de reconci-

liar sus tres diferentes lógicas.

Steiner presentó una imagen

de la sociedad que por un lado

respondía un cambio largamen-

te buscado y a la vez era un

reflejo del ser humano mismo,

triformado. Esta imagen había

de servir de orientación en

aquel crítico momento históri-

co.

Esta imagen de la sociedad se

conoce como Triformación del

organismo social, Triformación

social o abreviadamente Tri-

formación. El título original

del libro de Steiner era ―el as-

pecto clave de la cuestión

social‖. Y su tema central es la

naturaleza triple de la vida

entre las personas que traba-

jan dentro, conflictos, motiva-

ción, trabajo en equipo...

lo económico: explotación

económica sostenible, benefi-

cios, etc

Lo que aquí se propone no es

un ensayo o un experimento,

de lo que se trata es de hacer

ciencia de la vida, y si la vida

es consecuencia del hombre y

la sociedad su reflejo. En con-

secuencia no es en ésta donde

se encuentran las leyes, sino

en el propio hombre. Es por

tanto necesario conocer y es-

tudiar al hombre en su esencia

más íntima para obtener las

leyes que deben actuar en la

vida.

El modelo de trabajo mas po-

tente de salutogénesis para

los organismos sociales es la

Triformación Social, inspirada

por Rudolf Steiner, donde nos

viene a decir que la salud de

cualquier organismo social se

fundamenta en que cada uno

de los tres ámbitos en que di-

cho organismo se desenvuelve:

jurídico, económico y cultural,

tiene que obedecer a sus pro-

pias leyes y no interferir en la

actividad de los otros dos..

La Triformación Social tiene

aplicación en todos los ámbitos

en que un grupo de seres

humanos interactúan juntos,

ya sea un colegio, una empre-

sa, un equipo de fútbol, una

granja, una ciudad, una na-

ción.

Al final de la 1ª guerra mun-

social, no como esquema o

programa político, sino como

realidad observable. El enfo-

que era fenomenológico, por lo

que cada uno tenía que experi-

mentar y ver por si mismo lo

que Steiner decía y evitar tra-

tar la idea de Triformación co-

mo un

eslogan.

La 1ª guerra mundial marcó el

momento en que la sociedad

estaba ante una elección falsa

y peligrosa. Entre los extremos

del individual-ismo y social-

ismo (políticamente capitalis-

mo y comunismo). La Triforma-

ción Social es un antídoto con-

tra los extremismos en ambos

sentidos. Ve ambos elementos

necesarios pero impide que

ninguno de los dos predomine.

El individualismo es la carac-

terística propia de lo cultural.

En lo social, atender las nece-

sidades de los demás, es lo

propio de la vida económica.

Entre ambas se sitúa un nuevo

espacio basado en el respeto

mutuo y que constituye el ver-

dadero fundamento de la

igualdad y la democracia.

Reconocer estos fenómenos y

organizar en base a ellos nues-

tra vida social, nos permitirá

armonizar la necesidad de in-

dividualismo con el igualmente

importante necesidad de ase-

gurar el bienestar de la huma-

nidad; o sea, ser co-

responsables de nuestro bien

común.

Una sociedad que ya no tiene

un centro dominante en el sen-

tido de un Estado coordinador

Página 17 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 18: Triformación Social

Uso correcto del DINERO.

Sociedad activa o pasiva.

La técnica a la que ha llegado

el hombre actual no sólo ofre-

ce nuevas posibilidades inédi-

tas hasta este momento, tam-

bién coloca zancadillas y tram-

pas difíciles de sortear, hasta

el extremo de que, en muchos

casos, lejos de estar a nuestro

servicio nos domina. Esto se

hace extensivo igualmente al

régimen social, ya que nos lle-

va a querer organizarnos de

acuerdo con un interés que

comienza y acaba en nosotros

mismos. Organizamos la socie-

dad en base a grupos de in-

terés con necesidades clara-

mente definidas. Asociaciones

empresariales frente a sindica-

tos, partidos frente a partidos,

empresas frente a sus competi-

dores, asociaciones de consu-

midores frente a las empresas,

estados frente a estados, paí-

ses industriales frente a sub-

desarrollados. . . la guerra de

todos contra todos. Nuestra

conducta social queda enmar-

cada por nuestros intereses

personales o los del grupo al

que pertenecemos.

A la moderna división del tra-

bajo, esa tendencia unilateral

individualista, la tergiversa.

Puesto que su fin último no es

abastecernos a nosotros mis-

mos, sino, al contrario, esta

organización (la división del

trabajo) hace que tengamos

que entregar a los demás los

valores que producimos. Siem-

pre, dentro de una sociedad

regida por esta característica,

nuestro abastecimiento siem-

pre llega a través de terceros.

Sin embargo para darnos cuen-

ta de esto tenemos que parar-

nos a pensar de una manera

consciente, detenida y con-

cienzuda. Ya que de la manera

superficial con la que hoy lo

hacemos, para la inmensa ma-

yoría de la gente, seguimos

viviendo en una sociedad de

autoabastecimiento. Por un

lado vivimos una circunstancia

altamente tecnológica y sofis-

ticada y por otra, al ser ajenos

a la evolución que supone la

división del trabajo, estamos

estancados en la época del ca-

zador, agricultor, recolector…

No son pues tan azarosas las

situaciones de miseria, dolor,

o de elite conductora(Estado

Unitario), muestra una socie-

dad en la que se mantienen

recíprocamente en un balan-

ceado equilibrio, tres grandes,

relativamente autónomos en-

tre sí, subsistemas, esferas o

miembros:

una vida espiritual que se ad-

ministra a sí misma. La que en

todo lugar donde trabajan

hombres juntos, para hacer

fructíferas sus aptitudes, ha de

crear las condiciones para que

estas aptitudes puedan des-

arrollarse al máximo y tan pro-

ductivamente como sea posi-

ble. Es el plano de la cultura,

la ciencia, la religión, el arte,

del obrar creativo y fructífero

del espíritu humano

una vida del derecho que se

administra a sí misma. La que

se manifieste en todo lugar

donde los hombres logran mu-

tuamente convenios, acuerdos,

reglas de juego, leyes, ya sea

al establecer circuitos econó-

micos, ya sea en la organiza-

ción del trabajo espiritual con-

junto, ya sea en el marco de la

convivencia social. La activi-

dad del Estado debería estar

confinada a la esfera jurídica.

el ámbito de lo jurídico y de lo

político: todos somos iguales

ante la ley, todos nos iguala-

mos en nuestro valor de huma-

nidad. Es el estamento de

nuestros inalienables derechos

y responsabilidades como hom-

bres.

una vida económica que se ad-

ministra a sí misma. La que

sólo tiene su quehacer en la

producción de bienes, en la

circulación de bienes y en el

consumo de bienes; ella tiene

por misión satisfacer las nece-

sidades de los hombres. El con-

cepto fraternidad es más abar-

cante que el de solidaridad y

lo incluye; comprende la acti-

tud consciente de reconocer

en el otro un hermano en las

necesidades básicas, un congé-

nere con quien asociarnos para

sostenernos en nuestras nece-

sidades.

Página 18 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 19: Triformación Social

mos hacía el otro, en tanto lo

consideramos como tal otro,

no como un espejismo de mí

mismo.

La realidad nos dice que los

hombres para satisfacer sus

necesidades dependen unos de

otros. En el vestido, la alimen-

tación, la vivienda, en la edu-

cación, en la formación profe-

sional. . . una parte tiene que

satisfacer una demanda de un

bien o de un servicio determi-

nado a cambio de dinero. En

este aspecto los hombres se

tratan unos a otros como seres

necesitados.

Puede ocurrir que en otros ca-

sos las dos partes, por igual,

acuerden algo oralmente o por

escrito sobre derechos y obli-

gaciones recíprocos, entonces

se tratan unos a otros como

seres emancipados. Por ejem-

plo, cuando quedan de acuer-

do para la prestación de un

servicio y ambos aceptan lo

pactado. Cuando hablamos de

emancipación no nos referimos

tan solo a lo que significa el

hecho de realizar ese acuerdo,

sino a la posibilidad de poder

hacerlo. Aumento de la capaci-

dad contractual que, aunque

todavía muy general, es ya sig-

nificativa.

Para que toda mercancía o ser-

vicio pueda producirse se ne-

cesita de la cooperación para

la satisfacción de la demanda.

Para cooperar es necesario que

las partes se encuentren capa-

citados para llevar a buen

término esa labor común, cada

sufrimiento, injusticia. . . con

las que estamos conviviendo.

El paro no es más que la conse-

cuencia de no asimilar este

nuevo concepto de una manera

correcta. Estamos por detrás

de la evolución y al no alcan-

zarla sufrimos sus coletazos. Y

es que la prosperidad social no

llegará nunca en tanto en

cuanto el trabajador no cam-

bie su chip de pensamiento. No

se de cuenta, que su bienestar

no depende de cuanto debe de

desear para si mismo del ren-

dimiento de su trabajo, sino de

cuanto mayor sea la parte de

su rendimiento que ofrece a

sus compañeros. Cuanto más

satisfaga esas necesidades,

mayor será el bienestar social

alcanzado. Ya que soy yo y el

otro. Yo cuando soy productor

y el otro cuando recibo la pro-

ducción de los demás. Esta es

la ley de oro de la división del

trabajo. Esto visto con la ópti-

ca actual parece un contrasen-

tido sin embargo, pensados los

asuntos sociales en su verdade-

ro significado, no nos pueden

conducir más que a esta con-

clusión. Eso si, debemos dejar

claro que cuando hablamos de

bienestar social, no nos esta-

mos refiriendo sólo a una parte

de esa sociedad, sino a un

bienestar que alcance a toda

ella sin excluir a nada ni a na-

die. Así pues la prosperidad

aumentará en la medida que la

conducta económica de los in-

dividuos se incline hacía el

abastecimiento de terceros.

Disminuirá en la cuantía de

que estos deseen autoabaste-

cerse. Sólo alcanzaremos nues-

tro propósito si dejamos nues-

tro interés egoísta y lo dirigi-

cual en la especialidad que

aporta.

Así en la convivencia podemos

encontrarnos al otro en tres

aspectos muy diferentes, lo

hallaremos y nos encontrará

según estemos en una labor

común, en una contratación o

en la satisfacción de una de-

manda. Esta posibilidad debe

hacerse extensiva a todo hom-

bre sin distinción de sexo, ra-

za, etnia, nacionalidad, clase

política, ideologías o religión:

el ser, o poder llegar a ser ne-

cesitado, emancipado o capa-

citado.

Sociedad pasiva

Es del todo evidente que hoy

sólo nos preocupamos por

nuestras propias necesidades o

por el grupo social, ideológico,

político o religioso al cual per-

tenecemos. Todos buscamos

nuestro propio beneficio. No

sólo las grandes compañías o

los grandes consorcios econó-

micos (aunque sean éstos los

que tienen la sartén por el

mango y, en última instancia,

sean los grandes beneficiarios

del tinglado). Este egoísmo nos

lleva a creer que todos los de-

más tienen que pensar sólo en

nosotros. Esto nos sitúa como

centro del universo. Manifesta-

ción escandalosa del desarrollo

desproporcionado del ego pe-

queño. Resultado de la no asi-

milación consciente de lo que

supone la división del trabajo.

Espejismo que distorsiona

nuestra alma. Esta forma de

Página 19 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 20: Triformación Social

Página 20 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

entender el procedimiento sólo

nos hace reaccionar ante las

coacciones que nos llegan des-

de fuera. Satisfacemos las de-

mandas económicas de las

compañías y del mercado. Pa-

gamos el precio exigido y al

mismo tiempo somos coaccio-

nados por el sistema. Esto no

se puede entender en ningún

caso como una actitud activa.

Es una cualidad irritantemente

pasiva. Nos viene impuesta

desde fuera. No tenemos arte

ni parte en su gestación. Mu-

cho menos en su proceso.

Debemos entender que toda

conducta a favor de los otros

puede considerarse como so-

cial. Todo aquello que se con-

creta en nosotros mismo debe-

mos reconocerlo como una for-

ma insociable. Las relaciones

interpersonales se dan general-

mente en el marco de conduc-

tas antisociales. La supuesta

socialización que se da como

resultado de estos parámetros

de comportamiento es eminen-

temente misántropa.

Es cierto que cada uno para

llegar a ser persona, para lo-

grar su independencia como

ser humano, tiene que preocu-

parse de sí mismo. Esto es sin

lugar a dudas una conducta

antisocial. Evidentemente no

nos estamos refiriendo a este

tipo de comportamiento, sino

a aquél otro que, en lugar de

ser el motor de la propia indi-

vidualidad, se incorpora como

conducta a las relaciones so-

ciales. De forma y manera que

se impone a otros dentro del

contexto de esa sociedad pasi-

va a la que aludíamos.

Cuando ese comportamiento

antisocial se incorpora a la vi-

da social, se manifiesta de tres

formas distintas:

En forma de interés hacía

uno mismo con el fin de ob-

tener el mayor beneficio

posible.

En forma de fuerza donada

a otras personas con el fin

de preservar mi beneficio

(policía, ejército) aplicando

el actual derecho de propie-

dad.

En forma de influencia con

el fin de dominar a los de-

más mediante la publicidad

y propaganda. Incluso con

las formas de contratos de

trabajo.

Así pues tenemos tres formas

antisociales: beneficio, fuerza

y sugestión, producto de la

socialización pasiva en la que

se mueve nuestro mundo ac-

tual. Pero ocurre que el hom-

bre contemporáneo cada vez

está menos dispuesto a ser co-

accionado por otros. Es el mo-

tivo por el cual, para respon-

der a esta coacción, se organi-

za en asociaciones y sindicatos

contra patronos y organizacio-

nes políticas y económicas. Sin

darse cuenta que de esta for-

ma no elimina las causas de la

coacción, sino que las multipli-

ca, dado que las fuerzas con-

trarias para mantener su esta-

tus deben aumentar, refinar y

sofisticar cada vez más sus me-

didas coactivas.

Sociedad activa

No se basa en el interés por si

mismo, sino por los demás. Es

indudable que para poder pre-

ocuparnos del otro tenemos,

por un momento, que olvidar

nuestros propios intereses. Es-

to es realmente difícil. Sin em-

bargo tenemos que desembara-

zarnos de nosotros mismos si

queremos avanzar en esa

búsqueda constante de una

sociedad humana.

Hemos concluido que, el otro,

se nos presenta en la vida so-

cial como necesitado, emanci-

pado o capacitado. Cada uno

de estos procesos sociales de-

manda del otro satisfacción,

contratación y cooperación.

Así pues el interés hacia los

demás no es único, sino trini-

tario, dado que tiene que mos-

trarse según las demandas que

en cada momento exige la si-

tuación del otro. Así pues de-

bemos entender como frater-

nidad la actitud que se debe

potenciar hacia el otro cuando

éste se encuentra necesitado,

igualdad cuando está en una

situación emancipada y liber-

tad ante el ser capacitado. En

los tres casos hablamos de la

misma persona según que su

actividad social se desarrolle

en un ámbito o en otro

(Situación que adopta en cada

Page 21: Triformación Social

Página 21 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

de forma inconsciente en unos

casos y en otros semiincons-

ciente, pero es necesario que

las hagamos plenamente cons-

cientes. La vida en general de-

be organizarse de una manera

verdaderamente social, De

acuerdo con el interés del

otro. Para ello tenemos que

encontrarnos con él de tres

formas distintas y claro, situa-

ciones diferentes, requieren en

sí mismas, organizaciones dife-

rentes. Esto se sólo se puede

alcanzar si logramos desarro-

llar plenamente los afanes de

fraternidad, igualdad y liber-

tad proclamados por la Revolu-

ción Francesa.

Fraternidad, igualdad y liber-

tad se refieren en si mismas a

los tres aspectos de la natura-

leza humana. Cosa que induda-

blemente no ocurre con la con-

ducta social asociada al bene-

ficio, a la fuerza y a la suges-

tión. La manipulación es lo que

se esgrime en forma de man-

dato sobre el capacitado, la

propaganda sobre el emancipa-

do y de la publicidad sobre el

necesitado. Sin olvidar la fuer-

za empleada por el poderoso

para imponerse tanto en la sa-

tisfacción de necesidades, co-

mo en la cooperación y en la

contratación. No existe, en

consecuencia, con este sistema

una estructura diferenciada,

sino que la centraliza y la in-

tenta convertir en un pensa-

miento único. Engendro que

uniformice y conforme a la so-

ciedad según las necesidades

de los grupos dominantes en

las economías capitalistas. In-

tolerantemente unitaria que

circunstancia).

Así las consignas de la Revolu-

ción francesa que tienen que

ver mucho con las sociedades

secretas (No se olvide que el

símbolo de la revolución: el

gorro frigio, es el gorro del al-

quimista), se ha malentendido

y nunca comprendido. Se ha

quedado en una manifestación

hueca, sin contenido e incluso

demagógicamente empleada

por todo el mundo. Ahora ha

llegado el momento de com-

prender la proclama y llenarla

de contenido. Para ello sería

importante que nos contestá-

ramos a las siguientes pregun-

tas:

¿Qué es más importante que el

empresario se esfuerce en sa-

tisfacer necesidades responsa-

blemente demandadas por el

consumidor o tratar de impo-

ner aquello que él quiere qui-

tarse de encima?.

¿Cuándo es más equitativo un

contrato, cuando las cláusulas

son impuestas en una sola di-

rección o cuando son discuti-

das y consensuadas por ambas

partes?.

¿Cuándo serán más fructíferas

las energías y capacidades,

cuando las directrices son mar-

cadas desde arriba o cuando se

decide entre todos y se tienen

en cuenta las iniciativas perso-

nales?.

Estas preguntas y sus respues-

tas bullen en nuestras cabezas

acota todos los campos de la

cultura, el derecho e incluso la

economía en los estados socia-

listas.

Beneficio, fuerza y sugestión

no son patrimonio exclusivo de

la individualidad egoísta y con

poder. Se hace extensivo a las

prácticas sociales como pode-

mos observar en las sociedades

anónimas. Por lo tanto si que-

remos transformar la sociedad

no son suficientes revolucio-

nes, proclamas o ideologías,

debemos de idear formas so-

ciales que se correspondan con

los ideales de fraternidad,

igualdad y libertad. Necesita-

mos de un arte social capaz de

crear nuevas formas acordes

con los postulados hoy tan ve-

jados y manipulados. La frater-

nidad tiene que forjarse en

asociaciones, la igualdad en

estados democráticos horizon-

tales y la libertad en corpora-

ciones.

Acción

Después de todo lo comentado,

la socialización activa nos pro-

pone, al haber abordado el

problema de tres maneras di-

ferentes, tres misiones distin-

tas. Mientras no se trasladen,

estas soluciones, a los proble-

mas de nuestra sociedad actual

(dado que su organización uni-

forme y centralista ha llegado

hasta la vida económica entre-

lazando satisfacción de necesi-

dades, de contratación y co-

operación) los conflictos que

surgen en un lado pronto re-

Page 22: Triformación Social

Página 22 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

percuten en los otros creando

siempre daños colaterales de

difícil solución. Siguiendo este

modelo obsoleto y caduco los

problemas que aparecen en su

seno se transforman, por defi-

nición, en irresolubles.

Hoy lo que se necesita es un

arte para la ciencia social que

resuelva estos problemas de

una manera realista. Aunque

debemos tener muy claro que

este arte tiene que ser tam-

bién el arte de lo posible, no

embarcarnos en soluciones

utópicas que por muy justas

que sean quizás no sean via-

bles en el momento. Hay que

dejar bien claro que cualquier

acuerdo adelantado a su tiem-

po, por muy benefactor que en

apariencia sea, será nefasto en

su aplicación por estar situado

fuera de contexto, al no darse

las circunstancias que lo hagan

posible. No la solución ideal,

sino la real en cada momen-

to.

El hombre pasa del estado de

saciedad al de hambre de ma-

nera alternativa, no hay ningún

alimento con la suficiente cali-

dad energética que lo sacie de

manera permanente. Igual

ocurre en el orden social, se

pasa del orden al desorden de

manera cíclica, porque tampo-

co para el orden social hay so-

luciones definitivas, ni mucho

menos universales. Como no se

da en la naturaleza el alimento

perfecto, tampoco existe solu-

ción concluyente para los pro-

blemas sociales.

Llegados aquí debemos de em-

pezar a ir redondeando el dis-

curso, cuando hablamos de las

necesidades, tenemos que em-

pezar a hacerlo de economía;

si lo hacemos de contratación

de derecho; si es de coopera-

ción de cultura. Esto no lo de-

bemos confundir con la divi-

sión estamental medieval, ni

con el encasillamiento de los

hombres según su oficio: alba-

ñil, abogado o maestro. Al con-

trario, cada persona que traba-

je está inmerso en los tres te-

rrenos en los que se mueve la

sociedad humana. Depende de

otros para resolver sus necesi-

dades, contratar derechos y

obligaciones o cooperar. Así

este aspecto trinitario de la

sociedad tiene que ver con una

organización asociativa de la

economía, una organización

democrática del derecho y una

organización corporativa de la

cultura.

Sin embargo quien todo esto lo

transforme en ideología y quie-

ra imponerlo a la realidad vi-

gente estará siendo un ele-

mento nocivo para el conjunto

social. Este será un hombre de

acción que trabaja con el sen-

timiento, sin embargo los mo-

vimiento en este campo siem-

pre tienen que hacerse desde

el pensar. No se debe imponer

a una realidad, sino que estan-

do dentro de ella, desde ella,

obrar en consecuencia. No se

debe orientar nada, sino hacer

que nazcan las soluciones en

el interior de los hombres, pa-

ra que, libremente, asuman las

posibles soluciones. Que,

además, siempre hay que con-

trastar con lo real para consta-

tar su bondad o ineficacia.

El hombre es un ser social y

antisocial, como ya hemos di-

cho, al mismo tiempo. Convi-

ven en él las dos tendencias.

La antisocialidad del hombre

sólo es perturbadora en el caso

de que salga del terreno perso-

nal y entre como elefante en

cacharrería en lo social. La en-

trada del hombre en el terreno

social será mucho más fecunda

en tanto en cuento sea más

reflexiva. Desde el momento

que esto ocurre, el problema

social, se presenta como algo

higiénico. Porque después de

la primera realización personal

del hombre que es antisocial,

tiene que aparecer la segunda

que es la social. Después de la

realización de sí mismo, la

realización con el grupo. Y tal

es, que si no se consigue ple-

namente la primera se pone en

serio peligro la segunda. Ya

que para alcanzar la realiza-

ción personal hay que dar la

oportunidad de pode entregar-

se a los otros y así lograr un

equilibrio físico, emocional y

mental. Bajo este aspecto el

problema social pasa a ser un

elemento terapéutico. Habría

que hacer una estadística de

cuantas enfermedades actua-

les se deben al desequilibrio

que crea en el hombre el con-

temporáneo estado social. Así,

pues, se puede considerar has-

ta un buen remedio, esta nue-

va reestructuración social, in-

cluso para la salud física del

individuo.

Page 23: Triformación Social

Página 23 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

EL DINERO: su aspecto educativo

dos al proceso. Conflictos que

aparecen en todas las relacio-

nes humanas, aún en las más

insignificantes. El único reme-

dio para despertar la conscien-

cia necesaria en la humanidad

en este momento crucial de su

evolución son: La COMPREN-

SIÓN SOCIAL y el uso correcto

del DINERO.

Pero este tema, el social, por

apasionante que sea, no es el

que hoy nos ocupa, por lo tan-

to, pese a su importancia, va-

mos a dejarlo a un lado para

centrarnos en el motivo de

nuestra charla.

El dinero es el otro elemento

al que se enfrenta el hombre

actualmente de forma inade-

cuada. Todavía no ha com-

prendido de donde viene y cuál

es su función dentro de la evo-

lución de la humanidad.

Esto no es de ONG., ni elucu-

braciones, ni grupos ecologis-

tas, ni cualquier otras agrupa-

ciones no gubernamentales. La

ONU a principios del milenio

realizó una valoración de la

realidad mundial y reconoció

la situación en la que se en-

cuentra la población del plane-

ta, con amplios sectores de la

misma sujetos al hambre, la

miseria, enfermedades, pla-

gas. . . Está confirmado ofi-

cialmente que entre 60 y

70.000 personas mueren di-

ariamente de hambre en el

mundo. A la semana, acogién-

donos a la media 65.000,

455.000 seres humanos falle-

cen, 1.950.000 al mes y

23.725.000 personas al año.

Estas cifras que nos tendrían

que hacer morir de vergüenza,

tocaron la fibra sensible de

190 países que firmaron un do-

cumento a principios del mile-

nio por el cual se compromet-

ían a terminar con el hambre

sobre el año 2014. En el 2007

en el ecuador del proyecto

hicieron una valoración de la

situación y comprobaron que

nada había cambiado, acaso si

lo había hecho era para hacer

más angustiosa la situación. La

realidad era desconcertante, si

cada año se empleaba más di-

nero en paliar la desgracia,

¿cómo era posible que cada

vez el problema resultara más

enclaustrado?, ¿a qué se debía

tal anomalía?. La respuesta

parece sencilla el modelo so-

cial vigente genera más des-

trucción que la ayuda prestada

por los países firmantes cons-

cientes y concienciados de la

tragedia mundial. Esta es la

sangrante realidad.

Si nos paramos a realizar un

pequeño chequeo a la situa-

ción, pronto nos damos cuenta

de las contradicciones en las

que nos estamos moviendo.

Podíamos llenar folios y folios

con ellas, pero vamos a cons-

treñirnos a aquellas que son las

En época griega, la compren-

sión natural del otro no era

preciso educarla. Se poseía o

no. De no tenerla un individuo

estábamos ante un caso pa-

tológico. Hay gran diferencia

entre los seres humanos ante-

riores al siglo XV y los actua-

les. Las relaciones entre seres

humanos dependían, casi ex-

clusivamente, de encuentros

personales.

La aparición de la imprenta

configuró un nuevo tipo de re-

laciones que, paulatinamente,

condenó pasadas habilidades al

olvido. El intercambio de ideas

sin presencia física fomentó

relaciones impersonales. En-

cuentros en soledad con uno

mismo. Con la aparición de la

consciencia, como elemento a

perfeccionar por el ser huma-

no, se desarrolla algo mucho

más individual de lo que eran

los procesos meramente inte-

lectuales anteriores. Esta pe-

culiaridad hace que aparezca

la soledad como experiencia

interior y se acentúe la dificul-

tad para conocer a la otra per-

sona. Sin embargo en ese pro-

ceso del conocimiento mutuo

aparece la posibilidad, como

elemento residual de extrema

importancia, de moldearse

recíprocamente.

La guerra y el conflicto social

son elementos negativos que,

desgraciadamente, por nuestra

propia incapacidad van asocia-

Page 24: Triformación Social

Página 24 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Segunda contradicción: nunca

más avances médicos, nunca

tanta enfermedad y muerte.

La sensibilidad.- A poco que

profundicemos en el tema, nos

encontramos con un hecho iné-

dito hasta nuestros días, jamás

ha existido tanta conciencia

del tercer mundo, las ONG pro-

liferan, médicos y profesiona-

les de todo tipo prestan sus

servicios a los necesitados de

todo el planeta. Esa sensibili-

dad a flor de piel hacia el pro-

blema del otro choca frontal-

mente con las decenas de gue-

rras que se dan diariamente en

el mundo. Antes las bombas

antipersona, ahora las de raci-

mo, el negocio de las armas, el

terrorismo, el antiterrorismo,

la guerra de religiones. . .

Tercera contradicción.- Sensi-

bilidad ante el problema del

otro, por otro lado guerra,

odio y destrucción.

La riqueza.- Nunca la sociedad

ha sido tan rica. Es extraordi-

naria la riqueza económica que

esta generando. La abundancia

y aun el despilfarro son las ca-

racterísticas de esta oronda

humanidad. La parte occiden-

tal del mundo se sitúa en esa

área de bienestar, donde el

pobre sería el rey en el tercer

mundo. Pero por otro lado está

otra humanidad que vive por

debajo de los grados mínimos

de dignidad, donde la desespe-

ración, el hambre, la miseria y

más llamativas:

La científica.- Nunca el avance

de la ciencia ha sido tan es-

pectacular, en los últimos de-

cenios las cotas a las que ha

llegado la ciencia son asombro-

sas. Sin embargo esa misma

ciencia está acabando con el

planeta, el empleo salvaje de

una técnica que no mide sus

límites está desangrando y em-

ponzoñando el lugar donde de-

bemos vivir. El beneficio está

por encima de la salud y pues-

ta la técnica al servicio del

poderoso no piensa, mientras

cuenta las monedas de oro, en

las consecuencias de su acción

desaforada.

Primera contradicción: nunca

más avances técnicos, nunca

más suciedad, despilfarro y

contaminación.

La médica.- Si los avances

técnicos han sido espectacula-

res no quedan atrás los médi-

cos: operaciones casi increí-

bles, aplicación de los rayos

láser en la cirugía, aparatos de

diagnóstico sofisticados y pre-

cisos, tratamientos espectacu-

lares. . . ¡Si!, nada de eso se

puede negar, pero cada vez

muere más gente de cáncer y

aparecen más enfermedades

nuevas que multiplican la mor-

tandad. La aplicación de la

ciencia de forma inadecuada

ha desatado a los corceles del

Apocalipsis y la Parca afila su

guadaña en laboratorios y tu-

bos de ensayo.

la muerte son sus eternos com-

pañeros.

Cuarta contradicción.- Extraor-

dinaria riqueza económica,

suficiente para mantener a to-

da la población del mundo con

dignidad, frente a la pobreza

más inimaginable.

Podríamos seguir añadiendo

contradicciones, pero creo que

son suficientes para dar una

idea de lo que está ocurriendo

en el mundo.

¿Cómo hemos llegado hasta

aquí?. Un componente muy al-

to del problema está en el tipo

de educación que hemos dado

a nuestros hijos. Sin darnos

cuenta desde pequeños los

hemos imbuido en el impulso

de estudiar. No para aprender

y conocer y gracias a ese saber

encontrar su sitio correcto en

el mundo, sino para alcanzar la

mejor posición social posible,

traducida siempre en más di-

nero. Es cierto que el educan-

do puede conseguir lo que ape-

tece, ¿pero eso satisface sus

verdaderos deseos?, ¿será feliz

cuando lo logre?. Si no es así,

todavía quedan los ansiolíticos

(crece su consumo de manera

exponencial año a año), la de-

presión y aún el suicidio (la

causa de mortandad más alta

entre 15 y 45 años). Y todo es-

to si triunfa, si no es que tiene

que arrastrarse con un sueldo

mileurista como cajero de Mer-

cadota o en otro cualquier

puesto similar.

Page 25: Triformación Social

complicado. Uno de los prime-

ros pasos a dar en esta búsque-

da de soluciones es la transfor-

mación del sistema educativo.

Otro de los grandes problemas

del sistema económico actual

es hablar de leyes dentro del

funcionamiento de la econom-

ía. La famosa ley de la oferta y

la demanda es una gran menti-

ra. Las leyes sólo existen en la

naturaleza, uno no puede sus-

traerse de la ley de la grave-

dad, actúa como necesidad y

ante ella es imposible, por me-

dios propios, la liberación de

su tiranía, lo mismo ocurre con

las demás leyes que emanan

de la naturaleza. No es así con

las pretendidas leyes económi-

cas que son producto de la in-

vención o del interés, la ley de

la gravedad actuaba antes de

ser descubierta, ¿ocurre lo

mismo con la ley de la oferta y

la demanda?. Indudablemente

no, aparece para satisfacer

una necesidad el mercado y es

el hombre, de forma ficticia,

el que la eleva a la categoría

de ley.

Hoy la economía es contraria a

la dignidad humana, es difícil

decirlo pero sus características

más definitorias son la animali-

dad y el instinto. Es instintiva

porque lo que predomina en

las relaciones humanas desde

hace unos siglos, pero que en

la actualidad alcanza sus máxi-

mas cotas, es la individualidad.

El individuo se convierte en

isla y todo se mide por el rase-

ro de sus intereses. Así surge el

problema, hoy de tan difícil

Hemos educado en la compe-

tencia. . . a tratar de llegar

arriba sin mirar el camino. . .

eso nos ha conducido a la gue-

rra de todos contra todos. . . a

prevalecer sobre los otros. . .

a no mirar hacia atrás. . . ha

sido un mal método. Lo prime-

ro que tenemos que cambiar,

si queremos mirar hacia delan-

te, es el concepto que desgra-

ciadamente tenemos de la

educación.

Esto en los momentos de crisis

se acentúa, cuando todo se

ralentiza y el paro amenaza

con sus dientes, el problema se

acrecienta. Sin embargo la cri-

sis actual tiene una diferencia

notable con respecto a las an-

teriores. Hasta ahora estas

convulsiones habían sido co-

yunturales y, hasta cierto pun-

to, beneficiosas para el siste-

ma, dado que en ellas se veían

los problemas y se podían rea-

lizar los ajustes necesarios pa-

ra engrasar de nuevo la maqui-

naria y ponerla al día. En la

que ahora estamos sumergidos

las cosas no son iguales, de ahí

el desconcierto y la falta de

soluciones. Nadie estaba, aun-

que se veía venir, preparado

para una situación como la que

ahora padecemos. Se les ha ido

de las manos y lo que ha apa-

recido junto al maremoto

económico es una crisis de va-

lores. Para salir de ella, de

verdad, se hacen necesarios

cambios estructurales en la

sociedad más que parches y

ajustes en la economía, si no

se hacen, y como siempre acu-

dimos a las componendas, el

porvenir se presenta negro y

solución, entre individuo y co-

munidad. De esta manera la

economía no es resultado de

las necesidades de la comuni-

dad, sino de aquellas que le

son inherentes al individuo,

como consecuencia prevalece

el instinto sobre la razón. Para

que la economía muestre la

dignidad humana, de ahí la

importancia que le dábamos a

la educación, hay que cambiar

al individuo, y éste, dado el

culto a la personalidad en que

hoy se haya inmerso, sólo se

transformará con la autoedu-

cación.

Vamos a ver como el dinero

que no es malo en si, ya que

en su ser está impresa la posi-

bilidad de crear relaciones,

puede ser de gran ayuda en la

autoeducación humana. El di-

nero no es algo anodino y

monótono, tiene diversas cua-

lidades, puede ser dinero de

compra, también puede ser

dinero de ahorro y como últi-

ma posibilidad lo puede ser de

donación.

Empecemos por el dinero de

COMPRA O DE CONSUMO. Hubo

una propaganda de los años de

bonanza económica con el slo-

gan: Lo veo- lo quiero- lo com-

pro, esta es la afirmación del

empleo del dinero de una for-

ma imprudente y dañina. Fren-

te a esta irresponsabilidad el

hombre consciente tiene, an-

tes de comprar, que plantearse

las preguntas: ¿QUÉ?. ¿POR

QUÉ?. ¿DÓNDE?

Página 25 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 26: Triformación Social

¿QUÉ COMPRO? Este apartado

es amplio por lo que vamos a

tratar de ser lo más concisos

posible, el consumo caprichoso

ha llevado a muchos excesos.

Uno, de capital importancia,

es aquél de consumir frutos

fuera de temporada. Esto lleva

aparejado dos problemas. Uno,

si se cultiva, en la misma zona

es forzar el cultivo, hacerlo

artificial y castigar la tierra y

la salud con la aplicación de

sistemas agresivos cuando no

verdaderos venenos. El otro

traerlo del otro extremo del

planeta con el gasto de com-

bustible en el transporte y el

aporte de CO2 a la naturaleza

que esto supone, eso sin tener

nunca en cuenta para nada co-

mo son las relaciones laborales

en esos lugares apartados.

Estos tipos de agricultura son

lesivos para el planeta y lo

están conduciendo a un estado

preagónico que no debe tole-

rarse más. Pero aquí, como en

todo en la actualidad, las ini-

ciativas son individuales, no

podemos echarle la culpa al

empresario, al gobierno, a la

multinacional. . . Somos noso-

tros, otros no lo harán, los que

debemos terminar con estos

tipos de cultivo que están

arruinando el planeta. ¿CÓMO?,

consumiendo y exigiendo AGRI-

CULTURA ECOLÓGICA. Esto se

ha convertido, no sólo en un

tema de salud, lo es ya de su-

pervivencia.

¿PORQUÉ?. Otra iniciativa per-

sonal respuesta a esta pregun-

ta es el CONSUMO RESPONSA-

BLE. Este concepto que ahora

es meramente económico te-

nemos que transformarlo en

cultural, es decir pasar de un

consumo instintivo a otro ra-

cional. Esto supone tratar a

todo ser humano con dignidad

y para que ésta aparezca todo

ser necesita vivir en ella, por

eso junto al consumo responsa-

ble hay que situar el PRECIO

JUSTO. No cuando compramos

algo buscar lo más barato, sino

interpretar lo que hay detrás

de cada producto, lo que ha

hecho posible que esté en la

estantería, toda la gente que

ha colaborado en ello y buscar

su precio justo. Si nuestro

comportamiento es egoísta to-

da esa gente será la que su-

frirá las consecuencias por la

bajada de los precios.

Lograr esto no es tan difícil

hay muchas iniciativas en el

mundo, siempre individuales.

Individuos que se juntan libre-

mente con el mismo impulso,

que han logrado redes asociati-

vas consumidores-agricultores

que están funcionando de ma-

nera ejemplar.

Si somos capaces de dotar al

dinero de compra de estas cua-

lidades estamos siendo verda-

deramente revolucionarios. Ya

que los movimientos cataclís-

micos nunca son acompañados

por cambios verdaderos y du-

raderos. La historia está llena

de revoluciones que han aca-

bado en dictaduras o en res-

tauraciones. Sólo los micro-

cambios individuales son los

que por el ejemplo y la perse-

verancia pueden, el día de ma-

ñana, cambiar el mundo.

El dinero de AHORRO tiene

otra cualidad diferente, mien-

tras que el de consumo está en

circulación en el mundo, el de

ahorro se aparta de este ciclo

de movimiento. Teóricamente

lo colocamos a dormir. Y lo

hacemos, ¡siempre el egoís-

mo!, donde más beneficio pro-

duce. Para hacerlo consciente

y autoeducativo, debemos

plantearnos las preguntas:

¿CUÁNTO?. ¿DÓNDE?. ¿POR

QUÉ?.

Ante la primera pregunta pron-

to nos damos cuenta de que

ahorramos por falta de con-

fianza, por miedo al porvenir,

en consecuencia los BANCOS

nacieron del miedo. Como el

dinero los bancos no son ma-

los, en esencia son o deberían

ser dinamizadores sociales,

donde el dinero entrara en un

ciclo que fuera capaz de gene-

rar empresas, riqueza y traba-

jo. Nunca un banco debería

prestar dinero para el consu-

mo, esa es la causa por la cual

la gente se endeuda y apare-

cen los problemas. El mezclar

el dinero de ahorro con el de

consumo es la fuente de las

inseguridades y de los proble-

mas que hoy destruyen a la

sociedad. El dinero de ahorro

no puede bajo ningún concepto

ser sacado de circulación pues-

to que esto supondría un freno

al desarrollo social y económi-

co, debe de ser puesto en mo-

vimiento (esta es la misión de

los bancos), ser el puente en-

tre el que tiene dinero y el que

tiene ideas. Sacarlo de este

círculo es corromperlo, cuando

los bancos comienzan a dar

Página 26 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 27: Triformación Social

Les fue más rentable vender y

colocar el dinero en los ban-

cos, con los engordados inter-

eses ganaban más sin hacer

nada. Consecuentemente el

paro aumentó. Estas fueron las

causas que motivaron aquella

crisis y que desde entonces, de

una manera u otra, vive con

nosotros.

La gente no hace más que bus-

car los grandes intereses y en-

riquecerse o al menos desaho-

garse un poco con ellos, pero

nadie pregunta qué hace el

banco con el dinero, de dónde

proceden los suculentos inter-

eses. Se puede dar la paradoja

de que el capital de un ecolo-

gista se esté empleando en

transgénicos, o el de un paci-

fista en industrias de guerra.

Entregamos el dinero y con él

carta blanca al Banco que,

lógicamente, para poder aten-

der a esos cuantiosos réditos

tiene que invertir allá donde el

dinero sea más productivo, con

lo que de rechazo la agresión

al planeta continua, aumenta y

se consolida.

Se da el caso, se ha tenido ac-

ceso a documentación de ban-

cos, de que hay guerras que no

se pueden parar, primero por-

que son un negocio y segundo,

porque en la industria arma-

mentistica se blanquea el dine-

ro negro y el procedente de la

droga (los que consumen droga

también apoyan de manera

indirecta la destrucción del

planeta y el sufrimiento en el

mundo). Los créditos dados a

los empresarios son los que

mantienen en muchos casos las

guerras, por lo menos hasta

prestamos para el consumo se

malversa su función y aparecen

en el horizonte todos las difi-

cultades que todavía arrastra-

mos.

Hasta los años 80 no hubo pro-

blemas con los intereses, cada

uno tenía su banco y allí depo-

sitaba su dinero, esta época se

caracteriza por la fidelidad del

cliente con su institución ban-

caria. Pero es en esta fecha

cuando a un banco, para ganar

clientela, se le ocurre aumen-

tar el interés de sus cuentas.

En ese momento el depositario

trafica con las entidades ban-

carias sus depósitos y comien-

za una guerra despiadada en-

tre ellos por ganar clientes.

Esto supuso un cambio drástico

en la sociedad, es cierto que el

interés del banco subía, pero

no es menos cierto que igual-

mente lo hacían las hipotecas.

Es cierto que un padre aumen-

ta el valor de su capital con los

nuevos interese, pero no es

menos cierto que su hijo no

podrá comprar un piso e inde-

pendizarse porque el valor de

las hipotecas se hace irrespira-

ble. Se especuló con todo, se

compró un piso por diez millo-

nes que a los cinco se vendió

por cuarenta, el hijo que tiene

una carga abusiva en los inter-

eses de las hipotecas tiene que

añadir ahora, a su imposibili-

dad de independencia, los pre-

cios desorbitados de lo pisos.

Se consecuente y ¡no te quejes

de que tu hijo no se vaya de

casa!.

Pero todo no quedó hay, em-

presarios que malvivían con

mucha dedicación y trabajo

con escasos o nulos beneficios.

que reporten beneficios. Se

sabe que la guerra de Sierra

Leona se debía prolongar al

menos cinco años más para

que resultara rentable a las

empresas de armas. El negocio

es el negocio.

Así queda claro que el CUÁNTO

depende de la desconfianza el

DÓNDE (el banco) es causa del

miedo y el POR QUÉ es conse-

cuencia de la codicia.

Debemos invertir este proceso

y huir del banco tradicional. En

el mundo existe la Banca ética

que apela a la responsabilidad

ética del prestatario y no a su

codicia, es decir a la razón y

no al instinto, a la conciencia y

no a la competencia. Y esto es

también revolucionario, el to-

mar la actitud de entender el

cuanto como una responsabili-

dad ética, el dónde como una

razón de conciencia y el por

qué como una razón fraterna y

solidaria es estar cambiando el

mundo. Esta banca es transpa-

rente y emite dónde y cómo es

empleado el dinero de los

prestatarios. Siempre en em-

presas ecológicas y en energías

alternativas y siempre de ma-

nera transparente para sus

usuarios. ESTO ES VERDADERA-

MENTE REVOLUCIONARIO, es

trasnochado ya pretender cam-

biar el mundo con el fusil o en

los grandes escenarios. Es en lo

cotidiano, en el día a día don-

de se sitúa lo trascendente. El

camino: LA CONCIENCIA.

Conciencia cuando alguien nos

pregunte sobre la crisis.

¿Crisis, cuál de ellas?, la que

ahora nos aprieta el cinturón o

aquella otra que dura tantos

años y ha sumido a gran parte

Página 27 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 28: Triformación Social

del mundo en la más absoluta

miseria y sufrimiento. Esta que

nos es vecina y nos provoca

miedo o aquella otra que por

ser lejana nos es ambigua y

desconocida. Esta que cierra el

cuerno de la abundancia o la

otra que pasa desapercibida y

no nos preocupa, pero que ma-

ta a niños inocentes. ¿Qué cri-

sis?, la de los ricos o la de los

desheredados. Hemos convivi-

do años y años sin prestar

atención a la miseria que nos

rodea. No hemos movido ni un

dedo. Es más lo lejano pierde

el desgarro de su grito en la

acolchada pared de la apatía y

la indiferencia. Ha llegado el

momento de la CONCIENCIA,

ella también es revolucio-

naria, también conmueve

los cimientos y hace habi-

tables los nuevos espacios.

Seamos coherentes con

nuestra humanidad y bus-

quemos dignidad para los

humanos.

Una opinión diferente nos

merece el dinero proce-

dente de DONACIÓN. Pue-

de surgir de dinero exce-

dente, bien sea porque no

merma la riqueza que se

posee o porque forma par-

te de un dinero que no se

necesita. La característica fun-

damental de este dinero es dar

libertad de acción al receptor

para ser empleado de la forma

que él lo desee. Sin pedir nada

a cambio

En ocasiones donamos forzosa-

mente sin darnos cuenta de

que lo estamos haciendo. Los

impuestos son un ejemplo. Di-

nero que es apartado de nues-

tro destino y empleado en edu-

cación, subsidios, institucio-

nes, obras públicas. . . Estas

donaciones forzosas se hacen

necesarias porque, de lo con-

trario, muchos de esos organis-

mos dejarían de funcionar si

las aportaciones adquirieran el

valor de voluntarias, por ejem-

plo La Enseñanza. Aunque con

la contrapartida de que pierde

su libertad al ser financiada

por el estado, ya que en sus

planes siempre habrán objeti-

vos egoístas.

Para pasar del Dinero de Con-

sumo al de Préstamo hay una

renuncia a gastar una parte de

aquellos fondos que están des-

tinados a cubrir nuestras nece-

sidades. Así, por acumulación,

aparece un excedente de dine-

ro que se encuentra disponi-

ble.

Con el dinero procedente de la

donación se da un paso dife-

rente, se pasa a aplazar el gas-

to del dinero no durante un

tiempo limitado, como ocurre

en el dinero de ahorro –

préstamo, sino de una manera

indefinida.

El aspecto del tiempo pasa a

un segundo plano, para apare-

cer como elemento decisivo el

concepto de LIBERTAD, liber-

tad que damos al otro para to-

mar decisiones con respecto a

nuestro dinero.

¿Pero qué tipo de libertad?

Donamos no sólo dinero, tam-

bién la posibilidad de desarro-

llar las iniciativas del otro, pe-

ro cuando fomentamos esa in-

dependencia nos encontramos

siempre con algunas dificulta-

des. La forma más antigua de

donación que se reconoce es la

Ofrenda al Templo. Pero,

cuando durante la Reforma,

salieron a la luz todos los abu-

sos protagonizados en la

aplicación del Diezmo, pe-

ro sobre todo en las Indul-

gencias, donde por dinero

se abrían las puertas del

Paraíso, esta forma de do-

nar dinero fue cayendo

paulatinamente en desuso.

Este espíritu lejano aún

vive en nuestro tiempo, su

carácter mercenario está

en nuestras concesiones, ya

que siempre esperamos al-

go a cambio de nuestro di-

nero (pensemos simple-

mente en las donaciones

que luego resultan deducibles

de nuestros impuestos). Puede

estar con más fuerza presente

el motivo de recibir algo a

cambio que el mismo de la do-

nación. Con frecuencia tende-

mos a poner condiciones, esto

se ve muy claro en las actua-

ciones de muchas ONG, pero

más claramente en nuestras

aportaciones al Tercer Mundo.

Página 28 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 29: Triformación Social

parte de sus dividendos a de-

volver los servicios prestados a

Instituciones, Laboratorios,

Universidades . . . para que

sigan con una investigación de

la que ellos son los principales

beneficiarios?

La educación, el arte y otras

instituciones son fuentes de

creatividad. Desde este enfo-

que una tarea evidente de la

vida económica debería ser

procurar libertad financiera a

estas instituciones y no dejar,

este capítulo, al apoyo estatal

partidario siempre del viejo

axioma al que pago le exijo. En

este caso, con producciones

afines a las necesidades de la

ideología dominante

La donación de beneficios

podría apoyar decisivamente a

la educación, a las artes. . . y

por ello, como consecuencia, a

las mismas empresas donantes

Pero ese beneficio tiene cuan-

tiosas presas al acecho: el con-

sumidor que dirá que se reduz-

can los precios, los empleados

que pedirán aumento de suel-

do, el mismo empresario que

reclamará más parte en sus

ganancias, el gobierno que de-

ducirá su cuota . . .

Se ve claramente que la vida

espiritual (Educación, Arte y

porque no incluso creencias

religiosas). Es fuente constante

de renovación y estímulo para

la vida económica libremente

También es posible detectar la

fuerte tendencia a controlar

nuestro dinero, antes e inclu-

so después de la transacción.

Efectivamente pretendemos

dar libertad, pero a la vez exi-

gimos garantías. Este es el co-

razón del problema, no somos

capaces de dar libertad a una

tercera persona con la aporta-

ción de nuestro dinero. Tene-

mos miedo a la LIBERTAD, que-

remos obtener algo o al menos

tener la opción de opinar en la

forma de gastarlo.

Si observamos el problema de-

tenidamente, vemos que exis-

ten diferentes fuentes de do-

nación:

De nuestras propias fuentes

de ingresos

D o n a c i o ne s f o r z o s a s

(impuestos)

Transferencias de riquezas

o ingresos por patrimonio

Herencias, algunas con un

propósito claro del bene-

factor

Sin embargo una fuente de do-

nación pocas veces menciona-

da y menos practicada es la

procedente del BENEFICIO. Es

decir dinero sobrante que el

empresario acumula después

de cumplimentados los gastos.

Este beneficio siempre es re-

sultado de la aplicación de la

inventiva y creatividad de

algunas personas e institucio-

nes que necesitan, para seguir

progresando, parte de aquellos

dineros procedentes del exce-

dente acumulado, sin embar-

go: ¿Cuántas empresa dedican

desarrollada. Para poder seguir

aumentando este espacio de

libertad es necesario el dinero

de DONACION. Si este sigue

manteniendo su procedencia:

Arcas del estado . . . no nos

extrañe el empobrecimiento

paulatino, pero inexorable de

nuestra sociedad.

Por eso este aspecto del dinero

también es revolucionario, qui-

tarle protagonismo al estado y

donar libertad al hombre siem-

pre es revolucionario. En los

momentos que corren de las

acciones más progresistas que

puede realizar un ser humano

por el otro, lejos de las dema-

gogias de los estados unitarios

que dan, pero siempre exigen.

La oruga se arrastra por el sue-

lo y no hace otra cosa que de-

vorar todo lo que sale a su pa-

so, de pronto aparecen en su

organismo multitud de células

con un ADN diferente. En un

momento dado se produce una

simbiosis de todas ellas y el

animal que se arrastra estalla

interiormente y aparece un ser

nuevo, una mariposa que vuela

y poliniza. Una servidora del

mundo. Se ha transformado el

egoísmo de la oruga en el al-

truismo de la mariposa. Fo-

mentemos esas células con

ADN diferente en la amorfa y

egoísta sociedad. Ese es el fru-

to y el fermento revolucionario

capaz de cambiar esta socie-

dad enferma.

Página 29 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

Page 30: Triformación Social

Página 30 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

El canto de la sangre

a Álvaro y Agnés

La sangre del sol es el oro

la de la luna la plata

y cuando ambas resuenan

forman el canto del alma.

En la fragua del herrero

la sangre del hierro canta

bajo el golpe de las mazas

cuando se forja la espada.

Entre la tierra y el fuego

como el aire y el agua

fluye la mercurial sangre

cuyo canto es la palabra.

En el bronce se despierta

la sangre cristalizada

del estaño y el cobre

cuando canta la campana.

Pesada sangre del plomo

cuyo canto es sombrío

distinto a todos los otros

y ávido de recibirlos.

El silencio y la palabra

a Pilar Picatoste

Cuando alguien

escucha en silencio

la palabra que otro

le está transmitiendo,

si en su ser la acoge

su alma se enriquece,

y el rostro que de ella

es puro reflejo

se ilumina con luz

que le viene de dentro,

que es sabiduría

y es conocimiento.

Y cuando alguien habla

desde el pensamiento

que al calor acoge,

o del sentimiento

que del pensar logra

que sea tibio y tierno,

corazón pensante...,

cálido pensamiento...,

es entonces cuando

aparece el verbo,

creador de formas

siempre en movimiento,

que amplía horizontes

pues crea algo nuevo.

Silencio..., palabra,

palabra..., silencio.

Camino

a Antonio Martínez

Espera, no te vayas,

si por el mismo camino

ambos vamos transitando,

hagámonos compañía,

será más leve el cansancio;

y si al llegar la fatiga

a los ojos nos miramos,

recordarás que, ya juntos,

hemos andado otros tramos,

y nos vendrán nuevas fuerzas

para seguir avanzando

por este abrupto camino,

largo..., de miles de años.

Poemas Manuel Pardo.

Page 31: Triformación Social

Página 31 Tr i formación Social Monográficos, n º 1

CARMEN VICTORIA RAMOS.

Masaje Doctor Pressel.

Tfno. 657 586 489 — 963 653 042

CENTRO KAIROI

Calle Gascóns 2, 1ª

46002 Valencia.

Teléfonos: 96 394 33 10

96 365 28 76

679 599 809

Juan Antonio Martínez Candel

Médico.

Orientación Antroposó fica.

Experto en Homeospagyria

Consulta:

C/ Gascons 2,1º-1ª 46002 Valencia.

Urb. El Romeral. Sagunto.

Tfno: 645 389 951

e-mail: [email protected]

Consuelo Abad. Psicóloga.

Trabajo Biográfico.

Consejera en educación infantil y

de adolescentes.

Agenda

Page 32: Triformación Social

La Soc iedad Antroposóf ica. Hay personas que sienten en el corazón la necesidad de encontrar un sentido a su vida, y quieren hacerlo desde la

comprensión y la libertad y sienten también que quieren compartir ese camino individual de libertad con otros se-

res humanos con la misma necesidad del corazón. Estas personas pueden encontrar una respuesta a esa necesidad

en la Sociedad Antroposófica. ―La Sociedad Antroposófica es una asociación de personas que desean cultivar la vida

del alma en el individuo y en la sociedad, sobre la base de un verdadero conocimiento del mundo espiritual.‖

La Sociedad Antroposófica tiene su centro en la Escuela Libre Superior para la Ciencia Espiritual, con sede en el

Goetheanum en Dornach (Suiza). En sus diversas secciones se investiga a partir de un conocimiento científico-

espiritual para fecundar y transformar todas las áreas del conocimiento: Ciencias Naturales, Medicina, Pedagogía...

La finalidad de la Sociedad Antroposófica es ayudar y alentar la investigación del dominio espiritual.

La Sociedad Antroposófica en España se constituyó como Asociación sin ánimo de lucro, aprobada por el Ministerio

del Interior, el 10 de agosto de 1982, y está inscrita en el Registro de Asociaciones con el número 46581. Puede ser

miembro de esta asociación cualquier persona que, independientemente de su nacionalidad, religión, o de sus con-

vicciones científicas o artísticas, sienta esa necesidad de compartir con otros la búsqueda del conocimiento, y que

considere justificada la existencia de un centro como el Goetheanum.

La Rama Micael en Valenc ia La Rama es un espacio de encuentro para los miembros que desean profundizar en el estudio de la Antroposofía.

Todos los miércoles a las 19:30 compartimos un esfuerzo común para hacer vivos los conocimientos que Rudolf Stei-

ner dejó como legado de la Ciencia Espiritual. Es también una plataforma para intercambiar y ofrecer los frutos de

las iniciativas que desde la Antroposofía están implantadas en el mundo… la pedagogía, el arte, las ciencias…

Calle Gascons 2, 1ª

46002 Valencia

Tfno: 913 943 310

Email: [email protected]

www.antroposofiaVLC.es

La Antroposofía.

Rudolf Steiner, científico, filósofo y artista, proclamó de una

manera abierta y precisa, que el camino hacia el conocimiento

del hombre y del universo ya era posible para todo aquél que

quisiera seguirlo, y que ese camino lleva a la libertad. Y no

sólo dio a conocer todos los conocimientos por él adquiridos

con el mismo rigor de la ciencia, sino que enseñó todas las pau-

tas para que los demás pudieran descubrirlo por sí mismos. Ese

camino de conocimiento es la antroposofía, un camino que nos

permite descubrir y vivenciar quiénes somos y cuál es nuestra

relación con el Cosmos. Es la realización del mandato de los

antiguos oráculos: ―Hombre, conócete a ti mismo‖. En ese ca-

mino el hombre va descubriendo las leyes espirituales que ri-

gen la existencia, y al igual que el descubrimiento de la ley de

la gravedad permitió al hombre liberarse de ella y volar, tam-

bién el descubrimiento de las leyes espirituales da al hombre la

posibilidad de la libertad en todos los ámbitos de la vida. Por

eso la antroposofía es un camino hacia la libertad.

SOCIEDAD ANTROPOSÓFICA EN ESPAÑA

C/Loeches 1-3, bajos E y B – 28008 Madrid –

[email protected]

Web: www.sociedadantroposofica.com

Tlf/Fax: 91 115 34 78

Rama Micael .