tribuna santiago gÓmez moreno (*) el valor de enraiza2, un ... · dades de aprehender la realidad...

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E l Equipo Reseña, en el pró- logo de su sistematización de la cultura española en los años de la transición, define cultura como “la expresión más depurada de la vida de un pue- blo”. El peligro de definiciones co- mo esta es que unas élites se au- toatribuyan — y lo hacen — la ca- pacidad de determinar lo que es o no expresión depurada y se enca- ramen a posiciones subjetivas desde las que mirar por encima del hombro a los “salvajes de den- tro y de fuera” en expresión de Diaz Viana. Las formas de vida con rasgos y manifestaciones pre- vios a la modernidad, ya sean propias de indígenas semiaisla- dos o de campesinos no urbani- zados, constituyen, en ese imagi- nario, un escalón inferior. Mi pre- tensión es que quien llegue al fi- nal de este escrito haya encontrado algún argumento que interpele a su sentido crítico. En- tramos en arenas movedizas. El Homo sapiens representa la historia de la superación de la se- lección natural como regla evolu- tiva. Hemos cambiado el deter- minismo genético e incluso la re- petición de lo aprendido por ca- pacidad de autodeterminar nuestros comportamientos. Nuestra inteligencia, el desarrollo de la lógica y la razón no supone exclusivamente mayores capaci- dades de aprehender la realidad y solucionar problemas —esto lo hacen, y mejor según qué pará- metros midamos, otras formas de inteligencia, incluso artificiales- sino, sobre todo, exclusivas capa- cidades de crear, un impulso de- miúrgico para plantear nuevos problemas, ampliar las posibili- dades de lo real, promover pro- yectos. La evolución de la especie y de cada grupo humano ha de- venido cultural. Así planteado, la cultura nos define como especie siempre que entendamos, desde una posición holística, que el tér- mino acoge toda creación huma- na, material e inmaterial: el todo, el conjunto de los saberes, accio- nes, comportamientos, institu- ciones y manifestaciones adqui- ridos o establecidos por indivi- duos y colectivos humanos me- diante sus capacidades racionales y creativas, esto es, no derivados de su condición bioló- gica, su determinación genética o pulsión instintual. No pretendo reproducir la di- cotomía ilustrada e incluso kan- tiana de estado natural frente a estado cultural, civilizado o mo- ral. Hoy sabemos mucho más de nosotros mismos. No podemos pasar por alto que somos híbridos de biología y cultura y que, para casi cualquier comportamiento, manifestación o institución pue- den rastrearse ambos componen- tes en su génesis. Con todo, es nuestra inteligencia creadora, en expresión de A. Marina, y su fruto, la cultura, lo que nos define. LA FUNCIÓN DE LA CULTURA La cultura, por tanto, cumple una función. Huérfanos de determi- nismo, los grupos humanos se dotan de las herramientas que les permiten enfrentar su realidad; satisfacer sus necesidades; y, puesto que somos una especie permanentemente inquieta y do- tada de impulso creativo, crecer en esa realidad y transformarla. Malinowski apreció esa función y consideró que todos los elemen- tos que hemos definido como culturales constituyen un todo que actúa conjuntamente en su cumplimiento. Todos los grupos humanos necesitan satisfacer ne- cesidades semejantes y semejan- tes son las estructuras desde las que crean respuestas, aun cuan- do las respuestas concretas sean diferentes. El análisis comparado de estudios empíricos permiten |TRIBUNA| SANTIAGO GÓMEZ MORENO (*) El valor de Enraiza2, un año y doce números después INSTITUTO DE LA CULTURA TRADICIONAL SEGOVIANA MANUEL GONZÁLEZ HERRERO Traje de Zorra de Veganzones. Monográfico Danzas de Palos Agosto 2016. / E. MAGANTO. Portada Número 8. Dossier Agapito Marazuela 125 Aniversario. Foto: Centro de Inter. de Folklore. San Pedro de Gaíllos. Las formas de vida con rasgos y manifestaciones previos a la modernidad, ya sean propias de indígenas semiaislados o de campesinos no urbanizados, constituyen, en ese imaginario, un escalón inferior La evolución de la especie y de cada grupo humano ha devenido cultural. Así planteado, la cultura nos define como especie siempre que entendamos, desde una posición holística, que el término acoge toda creación humana, material e inmaterial 30SEGOVIA EL ADELANTADO DE SEGOVIA DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2017

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Page 1: TRIBUNA SANTIAGO GÓMEZ MORENO (*) El valor de Enraiza2, un ... · dades de aprehender la realidad y solucionar problemas —esto lo hacen, y mejor según qué pará-metros midamos,

El Equipo Reseña, en el pró-logo de su sistematizaciónde la cultura española en

los años de la transición, definecultura como “la expresión másdepurada de la vida de un pue-blo”. El peligro de definiciones co-mo esta es que unas élites se au-toatribuyan — y lo hacen — la ca-pacidad de determinar lo que es ono expresión depurada y se enca-ramen a posiciones subjetivasdesde las que mirar por encimadel hombro a los “salvajes de den-tro y de fuera” en expresión deDiaz Viana. Las formas de vidacon rasgos y manifestaciones pre-vios a la modernidad, ya seanpropias de indígenas semiaisla-dos o de campesinos no urbani-zados, constituyen, en ese imagi-nario, un escalón inferior. Mi pre-tensión es que quien llegue al fi-nal de este escrito hayaencontrado algún argumento queinterpele a su sentido crítico. En-tramos en arenas movedizas.

El Homo sapiens representa lahistoria de la superación de la se-lección natural como regla evolu-tiva. Hemos cambiado el deter-minismo genético e incluso la re-petición de lo aprendido por ca-pacidad de autodeterminarnuestros comportamientos.Nuestra inteligencia, el desarrollode la lógica y la razón no suponeexclusivamente mayores capaci-dades de aprehender la realidad ysolucionar problemas —esto lohacen, y mejor según qué pará-metros midamos, otras formas deinteligencia, incluso artificiales-sino, sobre todo, exclusivas capa-cidades de crear, un impulso de-miúrgico para plantear nuevosproblemas, ampliar las posibili-dades de lo real, promover pro-yectos. La evolución de la especiey de cada grupo humano ha de-venido cultural. Así planteado, lacultura nos define como especiesiempre que entendamos, desdeuna posición holística, que el tér-mino acoge toda creación huma-na, material e inmaterial: el todo,el conjunto de los saberes, accio-nes, comportamientos, institu-ciones y manifestaciones adqui-ridos o establecidos por indivi-duos y colectivos humanos me-diante sus capacidadesracionales y creativas, esto es, noderivados de su condición bioló-gica, su determinación genética opulsión instintual.

No pretendo reproducir la di-cotomía ilustrada e incluso kan-tiana de estado natural frente aestado cultural, civilizado o mo-ral. Hoy sabemos mucho más denosotros mismos. No podemospasar por alto que somos híbridosde biología y cultura y que, paracasi cualquier comportamiento,manifestación o institución pue-den rastrearse ambos componen-tes en su génesis. Con todo, esnuestra inteligencia creadora, enexpresión de A. Marina, y su fruto,la cultura, lo que nos define.

LA FUNCIÓN DE LA CULTURALa cultura, por tanto, cumple unafunción. Huérfanos de determi-nismo, los grupos humanos se

dotan de las herramientas que lespermiten enfrentar su realidad;satisfacer sus necesidades; y,puesto que somos una especiepermanentemente inquieta y do-tada de impulso creativo, creceren esa realidad y transformarla.Malinowski apreció esa función yconsideró que todos los elemen-tos que hemos definido comoculturales constituyen un todoque actúa conjuntamente en sucumplimiento. Todos los gruposhumanos necesitan satisfacer ne-cesidades semejantes y semejan-tes son las estructuras desde lasque crean respuestas, aun cuan-do las respuestas concretas seandiferentes. El análisis comparadode estudios empíricos permiten

|TRIBUNA| SANTIAGO GÓMEZ MORENO (*)

El valor de Enraiza2, un año y doce números después

INSTITUTO DE LA CULTURA TRADICIONAL SEGOVIANA

MMAANNUUEELL GGOONNZZÁÁLLEEZZ HHEERRRREERROO

Traje de Zorra de Veganzones. Monográfico Danzas de Palos Agosto 2016. / E. MAGANTO.

Portada Número 8. Dossier Agapito Marazuela 125 Aniversario. Foto: Centro deInter. de Folklore. San Pedro de Gaíllos.

Las formas de vida con rasgos y

manifestaciones previos a la modernidad, ya sean propias

de indígenas semiaislados o de campesinos no

urbanizados, constituyen,en ese imaginario, un escalón inferior

La evolución de la especie y de cada grupo humanoha devenido cultural. Asíplanteado, la cultura nos

define como especie siempreque entendamos, desde una

posición holística, que el término acoge toda

creación humana, material e inmaterial

30SEGOVIA EL ADELANTADO DE SEGOVIA DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2017

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establecer universales culturales,como propuso Lévi-Strauss.Pongámonos sobre la cultura tra-dicional o popular en un ámbitodado. Está constituida por la tota-lidad de las respuestas que losgrupos humanos de que se tratehan ido construyendo para en-frentar su realidad. Sin duda, sonfruto de un proceso de decanta-ción, de depuración, por utilizar eltérmino referido arriba. Aunquetambién sea cierto que las institu-ciones creadas tienden a perpe-tuarse, y se constituyen en ele-mentos conservadores, limitado-res de la transformación. Con to-do, estamos hablando de lasraíces. Toda evolución cultural seproyecta hacia el futuro, pero sesustenta en el pasado. “La culturasiempre ha sido la herencia social,la consolidación y la transmisiónde la memoria” la frase es de Mari-na. La transformación de la reali-dad acontecida en el transcursode las últimas generaciones ha si-do de una magnitud inimaginableen ningún otro período histórico.Muchos elementos tradicionaleshan perdido su función y en lavorágine del cambio, la pérdida dememoria está arrasando con todo,incluso con aquellos que podríanmantener su vigencia, porque sufunción podría seguir resultandoútil: cohesión de grupo; autoesti-ma; dominio de saberes, recursos,herramientas, técnicas, oficiosprevios a la división industrial deltrabajo; comunión con la tierra…No hablo sólo de memoria históri-ca entendida como sucesión deacontecimientos o museo de ca-chivaches; me refiero a la com-prensión de los modos en quenuestros antepasados se maneja-ron, con toda su vulnerabilidad yen toda su complejidad, en cir-cunstancias para nosotros, aquí yhoy, inasumibles. Perder esa me-moria es dejar atrás una hermosariqueza y desconocer todo lo quepuede aportarnos de conocimien-to sobre nosotros mismos, espe-cialmente si somos capaces de

abrir nuestra mirada a los otros yreconocernos también en sus di-ferentes respuestas culturales. Heaquí el primer gran valor de inicia-tivas como enraiza2 y, en generalde la investigación antropológica.

¿PODEMOS CONSIDERAR UNA FI-NALIDAD PARA LA CULTURA?Aunque podría terminar aquí es-tas líneas, mi pretensión es dar,cuando menos, un paso más. Si yano es solo la supervivencia y la re-producción, a través de compor-tamientos pregrabados o aprendi-dos lo que nos mueve, sino quedecidimos por nosotros mismosnuestros movimientos, ¿haciadónde vamos?; en otros términos,¿Podemos considerar una finali-dad para la cultura? Desvalidos dedeterminismo, buscamos felici-

Colaboradores, folkloristas y amantes de la Tradición. Pinarnegrillo, marzo 2017. / E. MAGANTO.

dad en cada paso, en cada crea-ción y en el horizonte. Como es-pecie social que somos, aun a pe-sar de la sobrevaloración del indi-vidualismo en que vivimos, nopodemos aspirar a la felicidad in-dividual sin asentar los principiosde la felicidad social, o por decirlosin caer en una expresión contra-dictoria en sus términos, sin cons-truir condiciones estables paraque todos los miembros de la so-ciedad puedan plantearse sus me-tas de felicidad; o sea, justicia. Pa-ra eso inventamos los derechos,que implican un compromisorecíproco. Por eso la ética, en per-manente construcción, entendidacon un carácter universalizante,superador de las morales particu-lares, es seguramente la creaciónmás notable de la cultura. ¿Y a

dónde conduce esta apresuradaargumentación en relación con lacultura tradicional y con enraiza2?Desde mi punto de vista, a mante-ner despierto el sentido crítico ytener presentes criterios que per-mitan analizar los valores de cual-quier manifestación cultural, tam-bién las heredadas por tradición.La guerra es un producto cultural,incluso considerando el papel ensu génesis del odio tribal comopulsión (ya decía que somos inse-parablemente híbridos). No pare-ce razonable dejar de estudiarla,pero sería y es estúpido empeñar-nos en preservarla. Creacionesculturales presentes y pasadascontribuyen a generar sufrimien-to, a mantener consideraciones yactitudes de superioridad de unosfrente a otros, a prevenirnos (cu-

rioso reflexivo encastillante) con-tra lo otro. No en todos los casosla valoración se nos va a presentartan clara como en el ejemplo.Considero imprescindible paraque la evolución cultural de la hu-manidad, de los pueblos y de losindividuos avance conveniente-mente, esto es, evitando sufri-mientos y ampliando posibilida-des, que tengamos criterios de va-loración, de evaluación de com-portamientos y manifestaciones.Este esfuerzo crítico sólo es posi-ble desde el asentamiento de losprincipios: la ética, y el autocono-cimiento: la historia, la memoria.Enraiza2, la revista digital del Ins-tituto de la Cultura TradicionalSegoviana Manuel González He-rrero, promovida por la Diputa-ción de Segovia, que puede con-sultarse en su página webhttp://www.institutogonzalezhe-rrero.es/numeros-enraiza2 incidey profundiza en ese conocimien-to. En su año de vida, han contri-buido con artículos, reflexiones einvestigaciones algunas de lasmás notables voces actuales de laantropología o la etnografía, invi-tados y seguramente seducidospor la directora de contenidos dela revista, Esther Maganto, cuyotrabajo ha sido y es encomiable.Señalaba arriba que lo definitoriode la inteligencia humana no esresolver problemas, sino saberplantearlos. Creo que el valor ma-yor de enraiza2 y de toda herra-mienta de profundización en loque somos es que nos invite a cre-arnos problemas. Será nuestraresponsabilidad el resolverlos“convenientemente”.——(*) Miembro del Consejo Asesordel IGH.

Desvalidos de determinismo, buscamos felicidad en cada paso, en cada creación y en el horizonte. Como especie social que somos, aun a pesar de la sobrevaloración del individualismo en que vivimos, no podemos aspirar a la felicidad individual

sin asentar los principios de la felicidad social, o por decirlo sin caer en una expresióncontradictoria en sus términos, sin construir condiciones estables para que todos

los miembros de la sociedad puedan plantearse sus metas de felicidad; o sea, justicia

CULTURA TRADICIONAL, DESDE EL COMPROMISO Y EL RIGOR

ESTHER MAGANTO / SEGOVIA

Los inicios de todo proyec-to cultural tienen el retode ser visibles en la socie-

dad hacia la que éste se dirige, ya lo largo de su primer año devida, la Revista Digital enraiza2ha encontrado su lugar entre loslectores, y un público fiel, queespera mensualmente la llega-da de cada nuevo número. Sonmuchos los emails recibidos va-lorando positivamente noticias,artículos, reportajes, entrevistasy artículos de investigación fir-mados por la redacción; perotambién, muchas las felicitacio-

nes que ahora transmito al elen-co de colaboradores, investiga-dores, miembros del ConsejoAsesor del IGH y otros profesio-nales de la Cultura Tradicional,implicados en un proyecto cul-tural plenamente comprometi-do con la Tradición.

En el segundo año de ilusio-nes, que ha dado comienzo conel Número 13 - Abril 2017, se su-man nuevas firmas, se abordantemáticas no tratadas hasta elmomento, y se dan a conocer re-alidades locales y provincialesque revelan la riqueza del patri-monio cultural material e inma-

terial de la provincia de Segovia.La consulta de los trece númerospublicados hasta el momento,desde abril del 2016, puede ha-cerse a través de la siguiente di-rección: http://www.instituto-gonzalezherrero.es/numeros-enraiza2, donde el lector puedeelegir entre hacer lectura lineal,o seleccionar el número corres-pondiente a cada uno de los do-ce meses transcurridos. Gracias,sinceramente, a cada uno de losque ha hecho posible que enrai-za2 se identifique con divulga-ción e investigación, desde la ca-lidad y el rigor.

SEGOVIA31DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2017 EL ADELANTADO DE SEGOVIA