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Jorge Asín Angulo Javier García Turza Facultad de Letras y de la Educación Grado en Geografía e Historia 2015-2016 Título Director/es Facultad Titulación Departamento TRABAJO FIN DE GRADO Curso Académico Tratamiento historiográfico de las Navas de Tolosa Autor/es

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Jorge Asín Angulo

Javier García Turza

Facultad de Letras y de la Educación

Grado en Geografía e Historia

2015-2016

Título

Director/es

Facultad

Titulación

Departamento

TRABAJO FIN DE GRADO

Curso Académico

Tratamiento historiográfico de las Navas de Tolosa

Autor/es

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© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones,

publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]

Tratamiento historiográfico de las Navas de Tolosa, trabajo fin de gradode Jorge Asín Angulo, dirigido por Javier García Turza (publicado por la Universidad de La

Rioja), se difunde bajo una LicenciaCreative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a lostitulares del copyright.

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Tratamiento historiográfico de las Navas de Tolosa

The historiography of Las Navas de Tolosa

Jorge Asín Angulo

Resumen

El 16 de julio de 1212 tropas cristianas y musulmanas se enfrentaron en Sierra Morena, en la que posteriormente se conocería como la batalla de las Navas de Tolosa, consideras como uno de los acontecimientos más extraordinarios del medievo español. En dicho choque se enfrentaron los dos mayores ejércitos conocidos hasta la fecha en la península ibérica. Por un lado estaba el contingente cristiano, liderado por tres de los cinco reyes de los reinos cristianos: Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra, quienes estaban acompañados por nobles y soldados de los cinco reinos, las milicias de las ciudades castellanas, las órdenes militares y un contingente de cruzados extranjeros. Por otro lado estaba ejército musulmán, integrado por hombres llegados desde los distintos rincones del Califato Almohade, y liderado por el califa Muhammad al-Nasir, conocido por los cristianos por el sobrenombre de Miramamolín. Al finalizar la jornada la victoria se decantó por el bando cristiano.

La victoria cristiana eliminó la amenaza que los almohades suponían para la España de

los cinco reinos, especialmente para Castilla y Portugal, que habían sido los más castigados. Las Navas supusieron un gran avance en el proceso de Reconquista, puesto que con ellas finalizaron las incursiones musulmanas, asegurando así la frontera. Por otro lado otros autores no la consideran tan fundamental, puesto que pese a la victoria, aún quedaban 280 años de presencia musulmana en la Península.

Palabras clave: Navas de Tolosa, historiografía, batalla, Reconquista, Cruzada, Alfonso VIII, Pedro II, Sancho VII, Inocencio III.

Abstract

On July 16th of 1212, Christian and Muslim troops clashed in Sierra Morena, which later became known as the Battle of “Las Navas de Tolosa”, which is considered as one of the most extraordinary events of the Spanish Middle Ages. In this struggle clashed the two largest armies known to date in the Iberian Peninsula. On one side was the Christian contingent, led by three of the five kings of the Christian kingdoms: Alfonso VIII of Castile, Pedro II of Aragon and Sancho VII of Navarre, who were accompanied by nobles and soldiers of the five kingdoms, militias Castilian, military orders and a contingent of foreign crusaders. On the other side was Muslim army, composed of men who came from different corners of the Almohad Caliphate, and led by the caliph al-Nasir Muhammad, known by the Christians with the nickname of Miramamolín. Finally the Christian army defeated the muslims.

The Christian victory eliminated the threat posed to almohades Spain of the five kingdoms, especially for Castile and Portugal, which had been the hardest hit. Las Navas was a major step in the process of Reconquista, as they finished with the Muslim incursions, that meaning the securing the border. On the other hand other authors do not consider as fundamental, since despite the victory, there were still 280 years of Muslim presence in the Peninsula.

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Índice

1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………… 3-4

2. OBJETIVOS……...……………………………………………………………….. 5

3. ENFOQUE TEÓRICO Y METODOLÓGICO, Y JUSTIFICACIÓN……………. 6

4. DESARROLLO…………………………………………………………………...7-20

4.1 LA HISTORIOGRAFÍA DE LAS NAVAS EN LA EDAD MEDIA……….7-13

4.2 LAS NAVAS EN LA HISTORIOGRAFÍA MODERNA………………….14-20

5. CONCLUSIÓN……………………………………………………………………21

6. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………….22-23

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1. Introducción

La batalla de las Navas de Tolosa es, sin duda alguna, uno de los acontecimientos más famosos del medievo español. La batalla, considerada clave en el proceso de Reconquista, siempre ha sido recordada, y estudiada, a lo largo de sus más de 800 años de historia, suscitando el interés no sólo de los historiadores españoles, sino también de los autores extranjeros. Sin embargo, hasta hace apenas tres o cuatro décadas, nunca ha sido sometida a un examen historiográfico crítico1, si exceptuamos la investigación que hizo sobre la misma el historiador navarro Francisco Huici Miranda a principios del siglo pasado.

La batalla dejó una profunda huella entre sus contemporáneos, tanto europeos como norteafricanos, muestra de ello es la ingente cantidad de documentos de principios del siglo XIII en los que se hace referencia a las Navas. Se han contabilizado unas 117 fuentes cristianas de la época, de las cuales, poco menos de la mitad son de cronistas peninsulares2, muestra de la resonancia que tuvo la batalla en la Europa cristiana. A juicio del profesor Martín Alvira Cabrer esta difusión pone de relieve el buen funcionamiento de las comunicaciones entre los clérigos de las órdenes de, y el aparato de propaganda de Castilla, puesto que el rey castellano Alfonso VIII, que se consideraba principal vencedor de la batalla y reconstituido su honor por la derrota sufrida años antes en Alarcos, estaba especialmente interesado en la difusión de aquel triunfo.

Pese a que alguna que otra referencia encontramos a partir de la segunda mitad del siglo XIII, no será hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX cuando se realizan los primeros estudios de carácter historiográfico sobre la batalla de las Navas, siendo estos bastante escasos. Los avances se frenaron a partir de la tercera década, y continuaron paralizados durante todo el régimen franquista. Durante los años noventa, se produjo un nuevo avance, protagonizado por el profesor Carlos Vara.

Durante el siglo XXI se ha mantenido con ese impulso renovador. A comienzos de siglo se ha continuado con la recopilación de datos y documentos, y con la publicación de artículos y monografías sobre la batalla, la mayoría de carácter divulgativo, aunque sí, todas ellas bastante breves. Hay dos obras que se pueden considerar como las “guías casi definitivas” de las Navas. Dichos trabajos son la tesis doctoral del profesor Martín Alvira Cabrer del año 2000, revisada y convertida en libro “Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla”, en el año 2012, por motivo del 800 aniversario del acontecimiento. El otro trabajo es el libro titulado “Las Navas de Tolosa”, del profesor Francisco García Fitz, cuya primera edición fue en el año 2005, quien publicó una segunda edición en el año 2012, tras someterlo también a una revisión.

Por otro lado, medievalistas norteamericanos, están llevando a cabo una investigación historiográfica de la batalla de las Navas de Tolosa para ubicarla en el contexto de las cruzadas de principios del siglo XIII 3 . Para ello realizan una comparativa de alguno de los aspectos de la batalla (ideológicos, culturales, mentales…) con los aspectos de otras batallas consideradas como cruzadas. Esta idea no es 1 Alvira Cabrer, Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. (Madrid, Sílex, 2012), 14 2 Alvira Cabrer, Martin Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 27 3 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 15

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novedosa, puesto que algunos historiadores han estudiado algunas batallas, entre las que se encuentran las Navas, para establecer hasta qué punto se entrelazan en ellas los elementos propios de los procesos de Reconquista y Cruzada.

Sin duda alguna, son contados los acontecimientos históricos que logran alcanzar tal nivel de repercusión. Cabe plantearse dónde reside el atractivo y la importancia de las Navas, qué tiene de especial. Indudablemente estamos ante un hecho extraordinario, sin embargo, pese a romper con la cotidianeidad, es un suceso sólo comprensible dentro del marco en el que tuvo lugar.4

En primer lugar estamos hablando de una batalla campal entre dos grandes ejércitos. Escasos fueron los choques frontales durante el medievo, época en la que el asedio y la razia fueron las formas más habituales de combate. El enfrentamiento directo implicaba muchos riesgos, y no suponía ninguna garantía de éxito,5 de facto, casi nunca tenían grandes consecuencias estratégicas a corto plazo. Organizar un ejército de aceptables dimensiones implicaba acarrear con amplios costes humanos, económicos y políticos, de ahí su rareza, y de su rareza el gran impacto que causaba entre sus contemporáneos6.

Segundo punto, los protagonistas. En las Navas se enfrentaron un ejército cristiano liderado por tres de los cinco reyes peninsulares, contra las tropas almohades, lideradas por el califa Miramamolín, vemos como en ella participaron cuatro de las figuras más poderosas de la Península, que solían ir siempre acompañadas de cronistas. Además asistimos ante una guerra religiosa, entre musulmanes y cristianos, con el importante componente ideológico y religioso que hay detrás de este tipo de enfrentamientos, hablamos de la yihad y de la cruzada. Ambos ejércitos estaban legitimados por un poder superior para ejercer la violencia contra el enemigo.

Vemos así como las Navas de Tolosa no es un mero choque bélico, pues de haber sido así no hubiese levantado tanto interés, sino que tras la batalla se esconde una realidad más compleja que muestra varios elementos de carácter político, religioso o social, entre otros.

El estudio y las interpretaciones que se han hecho de este suceso han ido evolucionando con el paso de los años, en base a las perspectivas predominantes, la aparición de nuevos datos, la escuela historiográfica por la que se encuentre marcado cada autor, la influencia de determinadas ideologías, la finalidad buscada con los relatos, la contextualización del suceso, los conceptos históricos predominantes…

Vemos así, tanto el contexto como el significado de las Navas de Tolosa, ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Podríamos decir que los cronistas del siglo XIII reflejaron una imagen mítica de la batalla, esta mitificación fue alimentada durante varios siglos por la historiografía tradicionalista, sin ser cuestionada hasta la llegada de historiadores dispuestos a aplicar métodos de carácter más científico o a tener una visión más global de la batalla, consultando un mayor número de fuentes. En cualquier caso, en este trabajo se tratará de repasar la imagen de las Navas a lo largo de la historia.

4 García Fitz Francisco. Las Navas de Tolosa (Madrid, Ariel, 2012). 9 5 García Fitz Francisco. Las Navas de Tolosa. 10 6 García Fitz Francisco. Las Navas de Tolosa. 10

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2. Objetivos

El objetivo de este trabajo no consiste en realizar un resumen del desarrollo de la batalla de las Navas de Tolosa, ni del panorama político previo que desembocó en esta, así como de las consecuencias que tuvo, ni describir los recursos de los que disponían ambos ejércitos y como estos se movilizaron.

El famoso filósofo alemán Martin Heidegger definía a la historiografía como “la ciencia que explora y administra el pasado a beneficio del presente”, y es, precisamente, el análisis de la evolución del tratamiento historiográfico de las Navas, la auténtica meta perseguida. Más que la mera reconstrucción de los distintos sucesos que marcaron este hito histórico, interesa conocer cómo se ha narrado dicho episodio a lo largo de sus más de 800 años de historia: que elementos o factores han sido considerados como los más importantes, o por el contrario, cuales han ido perdiendo peso, el significado que le han otorgado, como se ha considerado que ha influido en el transcurso de la historia de España…

Desafortunadamente los sucesos históricos han sido – y tristemente continúan siendo – manipulados por distintos motivos, y el relato de las Navas no es una excepción. Así pues, se podrá contemplar como varían las distintas versiones, incluso las pertenecientes a una misma época, (por ejemplo, los relatos del siglo XIII hacen énfasis en unos hechos u otros dependiendo de la corte a la que pertenezca el cronista). Junto al análisis y comentarios de las distintas fuentes y trabajos se tratará también de realizar un breve comentario, a modo concluyente, sobre la tendencia historiográfica predominante en los distintos periodos. Otro de los propósitos es examinar los métodos y técnicas de estudio empleadas por los principales autores, puesto que la historiografía, en tanto que es una disciplina de estudio, necesita dotarse de una metodología.

Finalmente se tratará de conocer el actual estado de la cuestión de las Navas. El debate actual, tal como se podrá comprobar en las páginas posteriores, es más complejo que nunca, puesto que no se trata sólo de desmitificar las Navas, relatar el proceso confluyente a la batalla, narrar el choque y descubrir las consecuencias reales del mismo. Además de estos objetivos, la mayoría de los cuales se consideran resueltos, en la actualidad se está tratando de enmarcar a las Navas, junto con otra serie de batallas, dentro de dos procesos históricos como son la Cruzada y la Reconquista.

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3. Enfoque teórico y metodológico.

Como bien se ha comentado en el apartado anterior, el objetivo de este trabajo es lograr una síntesis global de las distintas visiones que se han tenido sobre las Navas de Tolosa a lo largo de sus más de ocho siglos de historia. Para ello se ha recurrido a dos recursos: por un lado a las fuentes primarias, cuyas transcripciones están incluidas en algunas de las obras consultadas, y por otro a las obras de los autores que han estudiado las Navas.

En un trabajo como este lo ideal sería comparar el mayor número de documentos y trabajos posibles. Sin embargo, debido a que es una memoria con extensión limitada, me he visto obligado a escoger aquellos textos y obras más fundamentales. En cuanto a las fuentes primarias, he intentado escoger la mayor variedad de documentos posibles: cartas de las distintas cancillerías, de testigos directos, de nobles, de miembros de la curia… Mi elección está motivada por conseguir el mayor número de puntos de vista posibles de los contemporáneos sobre la batalla de las Navas, de ahí que escoja cronistas de las cámaras de los distintos reinos y gente de distintos estamentos sociales (nobleza, clero…) Por otro lado he consultado obras de otros autores: tesis doctorales, libros de investigación, artículos especializados en aspectos concretos de las Navas.

Como bien he apuntado en el apartado anterior, parte de este trabajo es estudiar la metodología de los diferentes autores. Es por ello que me resulta difícil enmarcar mi trabajo en un enfoque metodológico concreto. Sin embargo, si tuviese que decantarme por un procedimiento, escogería el modelo propuesto por los profesores Martín Alvira Cabrer y Francisco García Fitz, quienes apuestan por estudiar el fenómeno de las Navas de una manera que nos ayude a comprender mejor las sociedades ibéricas de inicios del siglo XIII.

En cuanto a la tendencia del trabajo, las Navas de Tolosa es un episodio claramente medieval (inicios del siglo XIII), y que puede englobarse tanto en el proceso de la Reconquista como en el atractivo mundo de las cruzadas.

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4. Desarrollo de los contenidos

4.1. La historiografía de las Navas en la Edad Media

Encontramos numerosas fuentes relativas a las Navas, tanto cristianas como musulmanas, siendo más numerosas las referencias dejadas por los cristianos, lo cual es lógico, puesto que fueron los vencedores de la jornada. En primer lugar nos centraremos en las fuentes cristianas, y posteriormente en las musulmanas.

A). Crónicas cristianas contemporáneas o de primera mitad del siglo XIII.

Contamos con múltiples fuentes cristianas: crónicas, epístolas, anales monásticos, versos de poemas históricos, noticias y relatos de tradición oral dejadas por los trovadores... De todas estas, las más importantes son, sin duda alguna, las crónicas y epístolas, que han sido utilizadas como las fuentes principales para todos aquellos que han estudiado este acontecimiento, debido a la calidad de la información que ofrecen. Por lo general, estos documentos han sido producidos por personalidades que fueron testigos directos de la batalla (reyes, nobles, clérigos que acompañaron a los ejércitos durante la campaña…) aunque existen casos de autores que pese a que no estuvieron presentes en la batalla, sí que mantuvieron contacto o se relacionaron con testigos directos. Por otro lado los documentos como poemas relatos trovadorescos, que bien es cierto que ofrecen datos de menor calidad y cualidad, pero son necesarios para matizar o esclarecer el contenido de las crónicas y cartas.

Decía el historiador francés George Duby que la crónica es “la huella más inmediata del acontecimiento, la más nítida y definida”7. Los relatos de los contemporáneos a la batalla de las Navas nos permiten hacernos una idea de la organización de la campaña, el transcurso de la batalla, las consecuencias de la misma, el carácter de los protagonistas, cuya personalidad y forma de actuar conocen perfectamente. También nos presentan sus conclusiones respecto al impacto y las dimensiones que ha tenido el suceso. Además, de una forma indirecta, nos revelan el trasfondo ideológico y mental, marcado por un fuerte componente religioso, que rodea a la batalla.8

Los cronistas contemporáneos más importantes son personalidades pertenecientes al clero y vinculadas con las cancillerías de los distintos reinos, la mayoría de ellos fueron testigos directos de la batalla y acompañaron a los ejércitos durante la campaña. Los cronistas eclesiásticos nos ofrecen una visión de la batalla distinta de la de los reyes y guerreros, puesto que no comparten una misma escala de valores.9 Aun así, hay que tener en cuenta que conocen perfectamente el mundo y mentalidad de la guerra, puesto que además de acompañar a los ejércitos durante las campañas, eran gentes de origen nobiliario, por lo que durante su juventud habían estado conviviendo con caballeros, con los que seguían en contacto durante el resto de su vida en escenarios como las cortes.

Los relatos de estos historiadores están marcados por una intensa tonalidad religiosa, y los acontecimientos suelen estar interpretados en clave cristiana, por lo que en rara

7 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.17 8 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.18 9 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.19

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ocasión encontramos rasgos propios de la mentalidad caballeresca. 10 Aun así estas crónicas son las que mejor plasman la mentalidad ideológica-mental de las sociedades cristianas del siglo XIII.11

Las crónicas también presentan una serie de “inconvenientes”. Estamos ante unas crónicas con un alto grado de parcialidad, en la que se muestra el punto de vista del autor y de personalidades cercanas a este. Hay que tener en cuenta que la Historia de aquellos siglos era una forma dominante del discurso político, además de la visión providencialista que se tenía de la historia humana,12 por lo que no podemos saber si algunos de los detalles ofrecidos son reales, o por el contrario, si estamos ante meras invenciones motivas por la ideología, mentalidad o los intereses de los autores. Por otra parte, ninguno de estos testimonios nos ofrece una perspectiva completa de la batalla y de sus consecuencias, y aunque es cierto que tenemos una amplia amalgama de visiones y datos, en ciertas ocasiones los relatos presentados por estos resultan tan contradictorios que establecer una comparación y extraer conclusiones claras se presenta como una tarea harto compleja.

Los tres principales cronistas cristianos que escribieron sobre las Navas de Tolosa durante la primera mitad del siglo XIII fueron: el canciller Juan de Soria, autor de Chronica latina Regum Castellae; el obispo Lucas de Tuy, autor de Chronicon mundi, y el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, autor de De rebus Hispaniae o Historia gothica. Estas tres obras son fundamentales para estudiar las Navas. Los tres tenían una visión providencialista de la historia, exaltaban la monarquía y compartían una idea similar de “España”, perfectamente compatible con esa diversidad política existente en la Península Ibérica.13Conciben el episodio de las Navas como un excelente ejemplo de “guerra sagrada”, mediante la cual había que combatir a los musulmanes en defensa de la cristiandad hispana.

El escribano Juan de Soria, vinculado a la realeza castellana desde 1211, fue testigo de la campaña, acompañando a las tropas desde la salida de estas desde Toledo. Escribió su crónica entre 1223 y 1237, a partir de recuerdos personales. La principal diferencia respecto a los otros dos cronistas reside en la hostilidad que muestra hacia los musulmanes, en la que se denota una mentalidad más propia de los cronistas europeos que de los cronistas peninsulares. El providencialismo queda perfectamente plasmado mediante el continuo empleo de fórmulas bíblicas.

El episodio de las Navas de Tolosa es el capítulo al que más atención presta en su obra. Aporta información muy valiosa que permite comprender el desarrollo de los acontecimientos, especialmente los preparativos de la campaña, incluyendo también algún que otro detalle anecdótico. Lo considera como un suceso excepcional, tildándolo como una “cruzada victoriosa”.14 Ensalza la figura de Alfonso VIII, al que señala como principal artífice de la victoria, a la par que “minimiza” el papel de los otros dos monarcas e ignora la colaboración del Papado.

10 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.20 11 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.20 12Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 39 13 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 39 14 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.40

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Lucas de Tuy, al contrario que los otros dos cronistas, sirvió para el reino de León. Su obra podría considerarse como la versión leonesa de las Navas.15 No fue testigo directo de la batalla, pero se documentó bien con relatos directos, textos cancillerescos y noticias transmitidas por la reina Berenguela. Relato claramente influido por la religión, comparte el providencialismo propio de la época.

El relato de Rodrigo de Rada, considerado como una de las mayores figuras del medievo hispánico, es el que mayor información ofrece de todos. Al igual que los otros dos cronistas, el apartado relativo a las Navas es al que mayor atención dedica, y este ocupa 12 de los 29 capítulos en los que narra el reinado de Alfonso VIII. Su relato es de gran exquisitez tanto cualitativa como cuantitativa; sin duda alguna estamos ante el relato más detallado y fidedigno de todos, aunque no debemos olvidar su providencialismo o el olvido de todo aquello que no beneficiase al nombre de Alfonso VIII, entre otras cosas. El arzobispo de Toledo fue uno de los mayores conocedores de las Navas, puesto que participó activamente en la misma: junto al Papa fue uno de los artífices de la pacificación y mejora de relaciones entre los distintos reinos hispanos, también fue uno de los promotores de la cruzada, organizó la campaña y participó como guerrero y caudillo en la batalla16. En líneas generales muestra una “honradez literaria”, sin embargo, su patriotismo, amor propio y admiración por Alfonso VIII le llevan a falsear algunos pasajes.

La campaña de las Navas fue, a juicio del arzobispo, un acontecimiento excepcional, trascendente y único, algo que no debería caer en el olvido. En su obra De rebus

Hispaniae narra una historia general de España desde una postura neogoticista 17 (ideología histórico-política que defendía la idea de que Castilla era le heredera legítima del Reino Visigodo, y que estaba llamada a convertirse en la potencia hegemónica de la Península Ibérica) También defendía la existencia de una conciencia hispánica reconquistadora, una idea de armonía entre la realeza y la aristocracia y adoptó una postura belicista contra el enemigo musulmán. Indudablemente, encontró en el episodio de las Navas todos estos elementos.

El triunfo de las Navas fue fruto de la actuación conjunta de los reinos hispánicos, y precisamente consideraba que la unidad era el camino a seguir para derrotar a los musulmanes. También consideraba la victoria como el mayor triunfo de Alfonso VIII (personaje central de su obra, a quien consideraba como un monarca guerrero, sabio y virtuoso) y un éxito personal, puesto que había participado en la campaña, de hecho, en la obra habla de sí mismo en primera persona, para remarcar que él había estado presente.

Al igual que los otros cronistas omite el trabajo de pacificación llevado a cabo por el Papa. Respecto a los cruzados ultramontanos los acusa de haber protagonizado un motín en Toledo, de tratar de saquear Calatrava y de abandonar la campaña sin motivo alguno, siendo las tres acusaciones completamente falsas.

15 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.42 16 Además de eclesiástico e historiador, fue político, guerrero, señor feudal y hombre de negocios, lo que le diferencia de los otros dos cronistas. Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y

memoria de la batalla. 42 17 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 44

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La obra del arzobispo se convirtió en una fuente historiográfica bastante influyente debido a su calidad, su rápida traducción a lenguas vernáculas, su planteamiento general hispánico y su incorporación como fuente principal a la obra histórica de Alfonso X18.

Además de las crónicas, otros documentos importantes son las epístolas, la mayoría de ellas son textos que “tienen un carácter casi historiográfico y un valor impagable tanto por los datos concretos como por las interpretaciones que aportan”19. Cartas entre miembros de las familias reales, prelados o entre los reyes y el Papa Inocencio III.

En la carta que Berenguela, reina de León y Galicia, envió a Blanca de Castilla, mujer de Luis, primogénito del rey de Francia. Con esta carta notifica el triunfo del monarca castellano, cuya figura resalta, también se relata brevemente el desarrollo de la campaña, el botín logrado y las bajas musulmanas, todo ello sin acudir a ninguna interpretación providencial y con una mayor precisión técnica y mayor dominio de la jerga militar que en muchas de otras fuentes. La carta tendría una doble finalidad, por un lado hacer propaganda de la figura de Alfonso VIII, y por otro lado “agradecer” a la monarquía francesa la presencia de voluntarios franceses, puesto que se resalta el papel de algunos nobles franceses, como Thibaut de Blaison, cuando realmente el contingente francés se había retirado días antes. La carta fue utilizada como fuente por los monjes benedictinos.

Blanca de Francia escribió presuntamente (existen dudas acerca de su autoría) una carta a la condesa de Champagne, Blanca de Navarra, hermana de Sancho VII el fuerte. En el documento se alaba la figura de los combatientes navarros, especialmente de su monarca, Sancho VII, a los que atribuye parte del triunfo. Se critica al rey castellano, a quien se acusa de haber intentado utilizar la batalla en beneficio propio. También se critica a los cronistas castellanos, quienes tan sólo ensalzan la figura de Alfonso VIII, olvidándose de los reyes aragonés y navarro.

Al igual que pasa con las crónicas castellanas, también nos encontramos ante una fuente bastante parcial. Podríamos considerarle como la versión navarra de las Navas de Tolosa.20 Por lo general, son los historiadores navarros los que se decantan por esta versión, aunque encontramos algunos que no hacen referencia a ella, como Ambrosio Huici Miranda.

La carta que Arnau Amalrci, arzobispo de Narbona, escribió al Capítulo General de la Orden del Císter, es considerada como una de las fuentes más completas e interesantes respecto a la campaña. Las condiciones del autor hacen más precioso su testimonio, puesto que se trata de un alto cargo eclesiástico, que fue testigo presencial y no se debía a ninguno de los reyes que participaron en combate. Su percepción es mucho más general que la de los cronistas hispanos, puesto que redactó su testimonio una vez que la campaña se consideró concluida y con el fin de relatar el mayor número de hechos posibles. Se estima que unos 300 abades de toda Europa, los reunidos en el Capítulo General de Citeaux, fueron los que leyeron la carta, lo que favoreció la rápida difusión del conocimiento de la batalla por toda Europa.

18 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 44 19 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.29 20Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 33

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Una vez nombrado arzobispo de Narbona, se apresuró a sumarse a la campaña de las Navas como líder de los cruzados ultramontanos. Resalta la presencia de estos en la cruzada, las operaciones en las que estos intervinieron y el papel fundamental que el desempeñó como arzobispo. Sin embargo trata escuetamente el episodio de la retirada de las tropas ultramontanas pocos días antes de la batalla.

Otras dos cartas bastantes interesantes son las que se enviaron entre sí Alfonso VIII y el Papa Inocencio III. La carta enviada por el monarca castellano es la versión oficial de la cruzada de Las Navas que la corte castellana quiso transmitir al Papado21. En ella se representan a Dios y al rey de Castilla, mostrado como el defensor de la cristiandad, como los protagonistas de los hechos, mientras que las ayudas espirituales de Roma, la participación de los ultramontanos y la colaboración de los otros reyes cristianos quedan relegadas a un segundo plano. La misiva está escrita en un tono épico-religioso, teñido de providencialismo y de elementos inspirados en la ideología cruzada. Se sospecha que la carta la pudo haber escrito el arzobispo de Toledo, debido al parecido que guarda con su crónica en algunos aspectos. La carta de respuesta de Inocencio III no aporta ningún detalle histórico sobre la batalla. Estamos ante un relato plagado de referencias bíblicas, en la que manifiesta la alegría por el triunfo cristiano y atribuye el triunfo de la victoria a Dios. Importante para conocer el carácter espiritual que tenía la campaña para el Papa, quien estaba bastante preocupado por la situación del cristianismo en la Península, donde había reyes cristianos que se aliaban con el enemigo musulmán para atacar a otros reyes cristianos.

Además de en crónicas y epístolas, encontramos alguna que otra referencia de las Navas de Tolosa en anales, poemas y crónicas foráneas.22 En los Anales Toledanos Primeros, se ofrece información amplia y clara de las Navas. Seguramente realizada por algún clérigo con contactos en la corte castellana y los prelados de su tiempo, lo que le otorga cierto valor. Narra los prolegómenos y el desarrollo de la batalla. También relata los problemas provocados por los cruzados ultramontanos en Toledo (los cuales también se recogen en los Annales Compostellani, localizados en La Rioja). Escasas son las composiciones de trovadores respecto a las Navas, y las pocas que se poseen son de la zona norte de Navarra y sur de Francia, aportando información de escasa relevancia23.

Por el contrario, las crónicas de fuera de la Península sí que aportan datos bastante interesantes, siendo además bastante más imparciales que las crónicas locales. La “Gesta Phippi Augusti” de Guillaume le Breton, capellán y cronista oficial del rey de Francia, vinculado con la dinastía de los Capetos. Otra crónica es la elaborada por el cisterciense Albéric, monje de la abadía Trois-Fontaines, en la región de Champgane. Su obra es una crónica monástica universal, aunque inacabada, elaborada entre 1227 y 1241, con cierta perspectiva temporal, además manejó una amplia diversidad de fuentes, todas ellas de primera mano: crónicas francesas, cartas entre miembros de las distintas familias regias, cartas entre reyes y autoridades eclesiásticas o versiones de cruzados ultramontanos. Por lo general, los extranjeros concibieron la campaña de las Navas como una cruzada, donde el principal vencedor había sido la cristiandad y el Papa 21Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 37 22Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.37 23 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.42

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Inocencio III, aunque también se deja entrever que Alfonso VIII había sido el rey hispano más beneficiado. 24

B). Las crónicas cristianas de la segunda mitad del siglo XIII.

Los relatos de las Navas que se desarrollaron durante la segunda mitad del siglo XIII tienen como base la versión ofrecida por el arzobispo de Toledo25. La mayoría de estos relatos son traducciones de la obra original, aunque estas no se mantuvieron completamente fieles, puesto que se añadió y eliminó información, además de que se incorporaron algunos relatos de origen desconocido y dudoso rigor26, por lo que su contenido es menos fiable.

Las dos crónicas “tardías” más conocidas son “Estoria de España”, que se atribuye a la producción historiográfica del reinado de Alfonso X, y “Crónica de Castilla”, que sería una refundición de la obra alfonsí27.

La “Crónica de Castilla” puede ser una combinación de varias obras. La versión que ofrece es bien diferente a la de “Estoria de España”. Según algunos especialistas este trabajo es fruto de la desintegración de los métodos historiográficos alfonsíes en un contexto político marcado por la reacción de la alta nobleza castellana frente al autoritarismo regio de Alfonso X.

Para su elaboración se reciclaría la obra de Alfonso X, a la que se añadirían nuevos criterios conceptuales, historiográficos e ideológicos muy diferentes a los originales28. Se pasa del universalismo hispánico a un interés exclusivo por Castilla, se retorna así a ese neogoticismo tan característico de la obra de Rodrigo de Rada. La pérdida de espíritu crítico en cuanto a la selección de fuentes y la novelización de la historia son otras de las grandes diferencias respecto a la metodología historiográfica empleada durante el reinado de Alfonso X. En el plano ideológico la aristocracia castellana emplea la historia deliberadamente en beneficio de sus intereses, e impone una visión nobiliaria y caballeresca del pasado. La crónica de Castilla tuvo un éxito enorme, y se tradujo pronto a otros idiomas como el gallego. Esta fue la versión de las Navas que predominó durante el resto del periodo medieval29.

Como hemos comprobado, la mayoría de los relatos del siglo XIII están vinculado con cronistas castellanos, quienes han transmitido una versión muy “castellanista”, relegando a un segundo plano al resto de reyes 30 . De las versiones cristianas no castellanas destacamos la obra del cronista catalán Bernat Desclot, cuyo relato de las Navas aporta nueva información, aunque a veces esta resulta poco precisa 31 . El eclesiástico catalán consultó varias fuentes, incluso musulmanas, lo que otorga cierto

24 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.44 25 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.46 26Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.46 27 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.49 28 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.50 29 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.52 30 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 53 31Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.53

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grado de veracidad a la obra32. En su relato, con tintes épicos y caballerescos, resalta la figura de Pedro II de Aragón y la actuación de las tropas aragonesas.

C).Fuentes árabes

Las fuentes musulmanas son más escasas, tardías y pobres que las cristianas33, algo lógico, puesto que una “humillación” como la que derrota sufrida en al-`Iqãb (nombre árabe de las Navas) no es algo que considerasen digno de dejar en la memoria colectiva. Respecto a la batalla conservamos explicaciones contradictorias, aunque no del todo incompatibles, pese a ello, estos relatos sirven para comprender el desarrollo de los sucesos desde la perspectiva musulmana, así como para ampliar y contrastar la información que nos aportan los cristianos.

Los primeros cronistas musulmanes incurrieron en el error contrario al cometido por los cronistas cristianos cuando trataron de explicar la derrota34. Para los musulmanes la derrota es fruto de errores humanos, y no la vinculan para nada con la religión. Las fuentes musulmanas citan distintos motivos, sencillos y racionales, sin embargo resultan contradictorios entre sí, por lo que se consideran como falsos35.

El “Marráquexi” y el “Anónimo de Copenhague” son dos textos árabes bastante interesantes y verosímiles. En ninguno de ellos se desfiguran los hechos ni se recogen leyendas. Coinciden en señalar al califa Miramamolín como responsable de la derrota, su pésima gestión de recursos habría generado el descontento entre los jeques almohades y los soldados, quienes habrían huido al comenzar la batalla.

En el “Marráquexi”, escrito cinco años después de batalla, no se desfiguran los hechos ni se alude a ninguna leyenda (seguramente porque estas no se habrían forjado aún) El califa Miramamolín es señalado como el principal culpable de la derrota, debido a su pésima gestión de los recursos económicos y militares36. Por otro lado, en el “Anónimo de Copenhague”. Durante el siglo XIV se publicó la obra conocida como “Qartás”, de escaso valor histórico, puesto que recopila varias leyendas marroquíes37.

32Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.54 33 Martín Alvira Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.54 34 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno (Pamplona, Pamiela0 2011),171 35 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 171 36 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 172 37 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 174

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4.2. Las Navas en la historiografía moderna

La ausencia de un análisis sobre las referencias históricas de las Navas entre los siglos XIV-XIX no se debe a una carencia de fuentes, sino a que estas no aportan ninguna información novedosa. De facto, durante estos cinco siglos se consolida la idea de que fue “clave” para el proceso de Reconquista.

No fue hasta hace aproximadamente 100 años cuando se realizó una innovación historiográfica de las Navas, con el trabajo de Francisco Huici Miranda. Sin embargo, el arabista navarro no pudo avanzar tanto en el estudio sobre las Navas como hubiese deseado, su propuesta interpretativa sobre la batalla resultó demasiado novedosa para su época, y no gustó demasiado38. Sus avances sobre la Reconquista en general, y las Navas en particular quedaron “olvidados” durante el franquismo. Durante la dictadura franquista no se realiza ningún avance historiográfico sobre las Navas. Hubo que esperar a finales de la década de los 90 para que se retomasen las investigaciones de mano del profesor Carlos Vara. Carlos Martín Alvira y Francisco García Fitz han sido los últimos en tratar la batalla de las Navas, siendo sus obras las más completas sobre dicho tema.

Uno de los debates que se están llevando es analizar hasta qué punto se entremezclan los elementos característicos de la Reconquista y de la Cruzada en la batalla de las Navas de Tolosa.

A).Ambrosio Huici Miranda, el desmitificador de las Navas.

Ambrosio Huici de Miranda fue el primer historiador que reconstruyó la historia de las Navas sometiendo a crítica todas aquellas fuentes que empleó, tanto cristianas, como las árabes, la mayoría de las cuales tradujo él mismo, analizando su autenticidad y localizando los errores y contradicciones que estas contenían, todo ello con la intención de alcanzar la verdad. Nunca antes nadie había hecho tal trabajo de recopilación y análisis de fuentes. En realidad, el navarro era distinto a la mayoría de los historiadores españoles, se había adherido a la corriente historiográfica del positivismo histórico39.

Los positivistas estudiaban la historia en base a sus propios criterios, sin dejarse influir por ningún criterio, concepto o método establecido. Como buen positivista rechazó todas las obras existentes, se dio cuenta que en todas ellas se repetían los datos estereotipados que alimentaban toda la ensayística que se había elaborado entorno al suceso de las Navas de Tolosa40. Mediante el análisis de tales documentos el arabista se convirtió en una auténtica eminencia de la materia, poniendo en duda las teorías hasta entonces propuestas sobre las Navas y desmontándolas de aquellos autores que eran “incuestionables” como Fita, Risco o Moret41.

38 Según cuenta en sus memorias Ambrosio Huici Miranda, su trabajo sobre las Navas de Tolosa le costó el “destierro” como historiador en Navarra, donde no volvió a publicar ninguna obra. 39 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 62 40 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 63 41 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 63

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Huici de Miranda puso en duda la existencia de los milagros creados por el arzobispo de Toledo y que se han estado repitiendo a lo largo de los años. También criticó aquellas fuentes musulmanas en la que se tergiversaron las causas por la que habían caído derrotados. También puso en duda el número de efectivos de ambos bandos, por ejemplo cifró en no más de 200 los caballeros navarros que acompañaron al rey Sancho VII42; concluyó que los efectivos que integraban ambos contingentes eran menores de los que las fuentes tradicionalmente recogían.

Respecto a las Navas no la considera como una batalla clave en la Reconquista, sólo contribuyó a fijar la frontera. Considera que los almohades nunca supusieron una auténtica amenaza para los reinos hispánicos43, a lo sumo sólo podrían haber entorpecido el avance cristiano. Afirma que incluso si los almohades hubiesen vencido en las Navas, al igual que lo hicieron en Alarcos, los posibles ataques musulmanes no hubiesen traspasado la frontera del Tajo, puesto que las dificultades que estaban sufriendo el Califato en África no les hubiese permitido destinar los recursos necesarios para ello44. El califa Anasir renunció a realizar más expediciones, lo que fue entendido por los habitantes peninsulares como un triunfo cristiano.

B). La historiografía de las Navas en el siglo XXI.

Son los estudios de los últimos 20 años cuando se ha logrado un gran avance respecto al conocimiento de la batalla de las Navas de Tolosa. Cabría destacar a tres autores: Carlos Vara, Francisco García Fitz y Martín Alvira Cabrer. Sus estudios están planteados desde distintas perspectivas. Carlos Vara, el primero en realizar su estudio sobre la campaña, sí que realizó un estudio con el fin de continuar con la tarea iniciada por el arabista navarro en cuanto a conseguir un relato más o menos fidedigno de la campaña de las Navas, la batalla, y las motivaciones y consecuencias de esta. Francisco García Fitz llevó a cabo un análisis de la batalla desde una perspectiva más militar, aunque también trata las cuestiones políticas y religiosas entorno a la misma. Por último el profesor Martín Alvira Cabrer tomó el modelo empleado por el medievalista francés George Duby para estudiar la batalla de Bouvines, para aplicarlo sobre la batalla de las Navas. El trabajo de Alvira Cabrer tiene una carácter más antropológico que los de sus compañeros, puesto que a través del estudio de la batalla de las Navas trata de entender mejor las sociedades cristianas de principios del siglo XIII. Además de estos tres autores, otros historiadores como el profesor Miguel Ángel Laredo Quesada, Feliciano Novoa Portela o algunos medievalistas estadounidenses para encuadrar la batalla de las Navas en el contexto de las Cruzadas o de la Reconquista.

Carlos Vara Thorbeck en su obra “El lunes de las Navas”, busca realizar una síntesis del suceso de las Navas. Lo novedoso en esta obra es que además de tratar la batalla y las consecuencias, también realiza un estudio en profundidad sobre los protagonistas, las tácticas empleadas, las rutas de los ejércitos, los efectivos militares, la logística, la localización del campo de batalla… 42 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 65 43 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 139 44 Huici Miranda Ambrosio. Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa Edición de Roldán Jimeno 139

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El burgalés tuvo que superar un gran obstáculo, y es que la única obra de referencia con la que contaba era la Ambrosio Huici Miranda. El profesor Carlos Vara hizo un gran esfuerzo de recopilación y análisis de las distintas fuentes en las que se tratase la batalla de las Navas. Además, al igual que hizo Huici Miranda, realizó trabajos de prospección para localizar el lugar donde tuvo lugar el encuentro entre cristianos y musulmanes. Carlos Vara, guiado por las descripciones de los cronistas del siglo XIII, señala que un lugar conocido como Mesa del Rey, en Sierra Morena, fue el lugar donde los cristianos establecieron su campamento, y que cerca de ese lugar se desarrolló la batalla, y no en las cercanías de Despeñaperros, que ha sido confundido durante muchos años con el famoso paso de la Losa que aparece nombrado en las fuentes45.

Carlos Vara afirma que las Navas de Tolosa fue una batalla muy importante en el proceso de Reconquista, aunque la campaña realmente se gestase como una cruzada.46 A su juicio, el Papa reunió todas las premisas propias de ese tipo de campañas. En 1210 ordena al arzobispo de Toledo que presionase a los distintos reyes cristianos peninsulares para que rompiesen las treguas que mantenían con los musulmanes, y que se dispusiesen a reanudar la guerra contra el Islam47. A cambio, prometió dispensar bulas que “redimirían los pecados” 48 de todos aquellos que luchasen contra los sarracenos. En 1211 el Papa dicta tres documentos en Letrán determinantes para la preparación de la cruzada, con ellos buscaba captar apoyos internacionales y garantizar que los reyes de Navarra y León respetasen la paz firmada con Castilla mientras durase la cruzada.

Las consecuencias de las Navas fue un cambio de tornas en el papel de “potencia hegemónica peninsular”.49 La victoria supuso un reforzamiento de los reinos cristianos, especialmente a nivel militar, puesto que tras el triunfo no existió ninguna fuerza militar musulmana suficientemente poderosa como para hacer frente a los reinos cristianos. La derrota puso de relieve la decadencia político-militar del califato almohade. Considera que los principales vencedores de las Navas fueron Alfonso VIII de Castilla y el arzobispo de Toledo50.

Para el profesor Francisco García Fitz el episodio de las Navas es uno de los más espectaculares de todo el medievo europeo desde el punto de vista bélico, puesto que “nunca antes se había buscado tan conscientemente la batalla como instrumento para dirimir un conflicto armado, ni se habían confrontado tal cantidad de hombres ni movilizados tantos medios”.51 La singularidad, desde una perspectiva militar, de las Navas reside en que fue un choque frontal y deseado – por lo menos por el ejército cristiano – en un periodo en el que predominaban otras modelos de guerra (como el asedio y las razias)

Influido por el concepto de guerra del historiador británico John Keegan, afirma que esa excepcionalidad sólo es comprensible dentro de un marco general concreto, “las 45 Vara Thorbeck, Carlos. El lunes de las Navas. (Universidad de Jaén, 1999) 392 46 Vara Thorbeck, Carlos. El lunes de las Navas. 392 47 Vara Thorbeck, Carlos. El lunes de las Navas. 119 48 Vara Thorbeck, Carlos. El lunes de las Navas. 119 49 Vara Thorbeck, Carlos. El lunes de las Navas. 392 50 Vara Thorbeck, Carlos. El lunes de las Navas 393 51 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. (Madrid: Ariel, 2012). 9

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batallas pertenecen a momentos definidos de la historia, a las sociedad que preparan los ejércitos que las ejecutan, a las economías y a las tecnologías que sostienen a esas sociedades”52. Busca explicar los motivos políticos, religiosos, sociales y económicos que dieron paso a la batalla de las Navas. Por otro lado, su análisis sobre ambos ejércitos es más profundo que el que realizó Carlos Vara, entiende a los ejércitos como “expresiones de dos sociedades distintas, una cristiana y feudal, y otra musulmana y tributaria”. Las Navas ofrecen también una oportunidad para estudiar la realidad de los ejércitos feudales de principios del siglo XIII,53 no sólo en cuanto a recursos militares, materiales y organizativos, sino también ideológicos, aquellos que justificaban el empleo de la violencia: cruzada, reconquista y yihad.

El sevillano se plantea si realmente la batalla puede considerarse como “definitiva”, y de ser así, hasta qué punto. Fueron los propios cronistas medievales los que calificaron de definitiva a la batalla, lo cual es lógico, porque tras el triunfo notaron una serie de cambios – que lógicamente atribuyeron al triunfo militar - tanto a corto plazo, como el fin de los ataques árabes o la fijación de las fronteras, como a medio plazo, con el avance territorial que se produciría unas décadas posteriores. 54 Los autores posteriores heredaron y perpetuaron esas apreciaciones.

Sin embargo García Fitz llega a una conclusión bastante diferente, considera que la batalla de las Navas no fue para nada decisiva, que no produjo un cambio tan drástico en el panorama peninsular, no quebró el edificio político-militar norteafricano, tampoco dio alas a la expansión territorial de los reinos del norte, ni mucho menos fue determinante en la resolución final del conflicto particular que mantenían los cristianos y los musulmanes en la Península.55 Las Navas más que una causa de debilitamiento, fue un síntoma de debilidad, y es que la parte africana del Califato no pasaba por buenos momentos.

Además, hacia principios de 1213 ya habían recuperado la mayoría de los castillos que los cristianos les habían arrebatado los días posteriores a las Navas. De facto, el predominio almohade perduró una década más.

Las Navas fue un acontecimiento militar fuera de lo común debido a la gran cantidad de recursos y a la rareza de las estrategias que se emplearon en ella, pero no decidieron la Historia de los Estados peninsulares de la Edad Medias. La batalla no introdujo ningún cambio en el panorama político-militar de la península, sino que ratificó una serie de procesos de largo alcance, de ahí que haya quedado como expresión simbólica de todo ello56.

Martín Alvira Cabrer respalda la postura presentada por Francisco García Fitz sobre entender las Navas como una muestra de la debilidad almohade y no como el origen de la crisis del Califato. Cuando Juan de Soria y Rodrigo de Rada se hicieron eco de la decadencia almohade, no dudaron en considerarla como una consecuencia del suceso de

52 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 11

53 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 11 54 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 539 55 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 542 56 546 García Fitz

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las Navas,57 quedando dicha relación fijada en la memoria histórica. Esta idea caló también entre los musulmanes,58 quienes entendían que la derrota había sido un castigo divino infligido al califa por su relajación moral.59

En cualquier caso, el profesor Alvira Cabrer rechaza considerar las Navas como una batalla clave en el proceso de Reconquista. Es cierto que el califato almohade entró en crisis, pero los musulmanes peninsulares supieron defenderse de los cristianos, incluso contaron con la colaboración de las nuevas familias que dominaron el norte de África, claro ejemplo de ello fue la revuelta mudéjar de 1264, cuyo sofocamiento costó mucho a los cristianos. Otro ejemplo fue la batalla de Écija de 1275, en la que los benimerines derrotaron a los cristianos. Esta derrota supuso la “pérdida de la confianza ganada en 1212”. Para Alvira Cabrer los casos de las rebeliones mudéjares de 1264 o la batalla de Écija son muestras más que suficientes para afirmar que la batalla de 1212 no fue realmente definitiva en el proceso de Reconquista,60 puesto que de haber sido así no hubiesen tenido tales dificultades.

Que la batalla no tuviese un efecto inmediato no quiere decir que esta no produjese cambios. El resultado de las Navas influyó en la mentalidad de los participantes; contribuyó a consagrar la ideología belicosa y expansiva de los cristianos, que se sintieron reforzados por “la sentencia favorable recibida en el gran juicio de Dios”,61 mientras que para los musulmanes supuso un durísimo golpe a su voluntad de defensa y de supervivencia frente al avance de sus enemigos del norte, cuya supremacía militar sufrirían desde entonces62. Lo que viene a decir con estas palabras es que, desde la perspectiva de las mentalidades, lo importante no es que la batalla fuese decisiva, sino los que escribieron sobre ella creyeran que lo fuese.63 También considera “lógica” esa vinculación que hicieron los cronistas del siglo XII respecto al resultado de la guerra y el cambio en el panorama político. Sin embargo en pleno siglo XXI, con unos conocimientos más amplios y una mayor perspectiva se sabe perfectamente que no fue así, puesto que la crisis almohade ya era una realidad que existía previamente a las Navas.

57 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla. 488 58 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.490 59 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.502 60 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.505 61 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.516 62 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.516 63 Alvira Cabrer Martín Las Navas de Tolosa 1212. Idea, liturgia y memoria de la batalla.517

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C). Las Navas, entre la Cruzada y la Reconquista

A lo largo de la historia los conflictos armados se han fundamentado para justificar la violencia que en ellos se emplea.64 Los cristianos se valieron de los recursos ideológicos que le ofrecían la Reconquista y la Cruzada. El debate historiográfico acerca de ambos conceptos es muy complejo, y el análisis de ambos no es uno de los objetivos de este trabajo, sino que queremos identificar los elementos de cada uno que aparecen en las Navas.

Según la “Primera Crónica General” Alfonso VIII motivó a los guerreros hispanos no castellanos a participar en la guerra recordándoles que todos ellos participaban de un pasado, de un acontecer histórico y de un destino común frente al islam 65 . Este argumento no fue desarrollado por el monarca castellano, sino que ya llevaba siendo empleado varios años por los cristianos peninsulares para justificar la guerra contra los musulmanes. Este discurso es lo que tradicionalmente se ha conocido como “Reconquista”.

La noción de Reconquista sería una creación intelectual de los reinos peninsulares con el fin de justificar históricamente la guerra contra los musulmanes. La recuperación del territorio que los musulmanes habían arrebatado a los visigodos sería motivo suficiente para legitimar el uso de la violencia.

En general los autores medievales entendían que había tres causas que legitimaban el uso de la violencia: la recuperación de los bienes que el enemigo hubiera robado en el curso de una campaña, la defensa del territorio si este se encontraba amenazado o había sido ocupado y la venganza ante un quebrantamiento de un orden político, moral o religioso 66 . En este contexto ideológico adquiere sentido el discurso impartido por Alfonso VIII a los combatientes hispanos.

Sin embargo el proyecto reconquistador no es sólo un proyecto político legitimado por conceptos histórico-jurídicos, sino que la religión también tiene un peso bastante importante en el discurso legitimador67, especialmente a partir del siglo XI y XII, fruto de la influencia que tuvo en la península los monjes cluniacenses, el Papado reformista o las cruzadas. 68 El planteamiento de la “Reconquista” como “Guerra Santa” se fortaleció con el paso del tiempo, y los autores están completamente seguros de que esta interpretación de la guerra contra el islam estaba perfectamente consolidada en las vísperas de la batalla de las Navas69. Esta afirmación la realizan en base a que las crónicas revelan esa sacralización de la campaña: la batalla de las Navas estaba concebida como un juicio divino, y era Dios quien determinaría el resultado de la batalla.

64 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 389 65 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 394 66 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 403 67 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 407 68 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 411 69 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 411

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La batalla de las Navas fue fruto de una confluencia de motivos políticos, económicos, sociales y religiosos. Sin embargo, los cronistas insisten en que el principal objetivo de aquella batalla era la defensa y restauración de la Iglesia y de la fe católica en aquellos territorios reprimidos por el dominio musulmán70. La auténtica motivación de los combatientes hispánicos era hacer la “guerra santa”. Además, los guerreros hispánicos eran sólo una parte de un contingente mucho más amplio, que también buscaba la defensa de la cristiandad71.

La Reconquista aunaba tantos motivos jurídicos como religiosos, pero en el siglo XIII la interpretación religiosa primaba sobre la jurídica, seguramente por la influencia que tuvo sobre ella la idea de “Cruzada”72. Concluyendo, los historiadores actuales consideran que la campaña de las Navas fue organizada como una cruzada.

70 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 415 71 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 417 72 García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa. 421

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5. Conclusiones

Sin lugar a dudas la batalla de las Navas de Tolosa es un suceso bastante interesante desde el punto de vista historiográfico, puesto que aúna varios elementos entorno a él. Tras el estudio de su tratamiento historiográfico a lo largo de la historia, podemos llegar a la conclusión de que la creación del mito, su pervivencia y su “destrucción” son fruto de la corriente historiográfica predominante en cada momento. Además, con el paso del tiempo surgen nuevos interrogantes, debido a que tenemos una visón más compleja de los procesos históricos.

Cabe recordar esa cita de Martin Heidegger que mencionábamos en las primeras páginas acerca de la historiografía como “la ciencia que explora y administra el pasado a beneficio del presente”. Hemos visto como el relato de las Navas ha variado en base a la concepción de la historia y a los intereses de quienes la narraban.

En el caso de la historiografía medieval destaca el caso de los cronistas castellanos. El triunfo de las Navas fue utilizado para destacar al monarca Alfonso VIII y al Reino de Castilla por encima del resto de monarcas y reinos hispánicos. Se pretendía justificar la supuesta superioridad castellana dentro del espacio hispánico, además de resaltar los triunfos particulares de algunos protagonistas, como es el caso del arzobispo de Toledo. El mito pervivió varios siglos, debido a que no hubo ningún movimiento historiográfico “crítico” con las fuentes.

Fue el arabista Ambrosio Huici Miranda el que puso en duda todos datos y trabajos que se habían llevado acabo. Como buen positivista no estaba interesado en manipular la historia, sino en conocer la verdad. Sus conclusiones y métodos de trabajo sirvieron de base para los autores posteriores: localización y prospección del lugar donde ocurrió la batalla, comparación de las fuentes, rechazo a los “milagros”, cuestionamiento del número real de efectivos en base a la población y recursos disponibles en aquellos momentos…

Actualmente la batalla de las Navas de Tolosa está considerado como un suceso militar extraordinario: nunca antes se habían reunido un ejército de tales dimensiones en la península y se buscó conscientemente el enfrentamiento directo en una época en la que predominaban otras técnicas de guerra. Sin embargo no ha sido un evento tan decisivo en la Reconquista, puesto que el Califato almohade ya estaba en crisis – las Navas fue un ejemplo de su debilidad- sólo que esa debilidad se hizo bastante notoria varios años después de la batalla, por lo que se asoció a ella. Es más, ni siquiera los hispanos la concibieron como una batalla para reconquistar territorios, sino para defender el cristianismo, es decir, se concibió como una cruzada.

Los autores actuales consideran que aunque el resultado de la batalla hubiese sido distinto el avance cristiano no se habría visto afectado, puesto que esa guerra no decidió nada. A mí me parece curiosa esta afirmación, y puede ser que el proceso de Reconquista hubiese continuado, pero seguramente las relaciones entre las distintas entidades políticas que ocupaban la península hubiesen variado, pero esto es algo que no podremos saber nunca.

Jorge Asín Angulo

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