Tratamiento De Niños Con Trastornos De Conducta Disruptiva

Importancia de la intervención oportuna: la prevención es mucho más recomendable, sin embargo, si ésta no fue posible hay que tener en cuenta que la  probabilidad de lograr una modificación significativa y duradera de los modelos de interacción con los otros y la regulación de afectos, aumenta cuanto más temprano se haga la intervención.

Consecuencia general de la falta de intervención: mayor predisposición a la violencia cuando lleguen a la adolescencia e, incluso, hacia la adultes.

Factores precipitantes trastornos de conducta disruptiva:

-         Abandono a edades tempranas

-         Falta de vínculo emocional con objetos

-         Ansiedad

-         Interacciones patológicas entre padres e hijos

-         Trastornos del apego/ sistemas desorganizados de apego

-         Ambientes imprevisibles y de tensión

-         Abuso emocional y/o físico

-         Negligencia por parte de los padres

-         Desplazamiento del hogar

-         Traumas tempranos, en general

Problemas derivados de dichos factores y que hay que atender:

-         Sentido de sí mismo poco organizado

-         Capacidad limitad para distinguir la realidad interna y la externa

-         Pocas habilidades de auto-regulación

-         Poca capacidad para posponer

-         Falta de tolerancia a la frustración

Objetivo general de la intervención: lograr el desarrollo de:

-         Un sentido organizado de sí mismo

-         Un sentimiento de autonomía: que proviene de las capacidades de auto-corrección, auto-organización y auto-regulación que, a su vez, exige capacidad de auto-reflexión.

-         Límites y estándares morales.

-         Sentido de propia responsabilidad.

-         Capacidad para autorregular sus emociones.

-         Dotar de organización y estructura al individuo (siempre de acuerdo a las posibilidades reales del mismo).

-         Apego y pulsiones deben ser autorreguladas por el individuo y no viceversa.

Pasos del proceso de desarrollo de una sana autonomía:

1. Facilitar el establecimiento de un sentido de sí mismo organizado.2. Hacer conciencia de que el individuo posee una fuerza que puede derivar en acciones:

1. “Cuando tú haces berrinche, por ejemplo, es porque dentro de ti te sientes incómodo, enojado”.

1. Hacer saber que el Yo/self o, en términos infantiles, él/ella mismo(a) es instrumento de dicha acción.

1. “Tú eres quien decide sacar esa sensación desagradable en forma de berrinche, que te generará más incomodidad y consecuencias, o de otra forma que no te haga sentir mal”.

2. Dotar de conciencia en cuanto a la posibilidad de generar cambios en las maneras de manejar esa fuerza y, por tanto, sus manifestaciones conductuales.

1. “Igual que tienes la fuerza para hacer berrinche, tienes la fuerza y, la inteligencia, para cambiar la manera en que enfrentas situaciones que te incomodan”.

Advertencia: En la búsqueda del logro de los objetivos no es, en ningún momento, reprimir sus sentimientos, deseos e impulsos, sino saber controlarlos y dominarlos. Esto aplica tanto para las emociones negativas que derivan en comportamientos disruptivos, como para aquellas positivas que desarrollan adecuados modelos de apego y relación interpersonal.

Principios básicos del tratamiento:

1. Fomentar un sentido sólido de seguridad que permita el desarrollo del apego con el terapeuta.

2. Responder a tiempo a las señales afectivas del niño.3. Establecer diálogos emocionales recíprocos en donde la verbalización y el reflejo de los

sentimientos y estados mentales sea el factor central.4. Crear un espacio de juego adecuado.5. Establecer límites y proporcionar estructura clara, consecuente y congruente.

FINAL DEL TRATAMIENTO Y CIERRE:

Como en todo trabajo analítico, para resolver adecuadamente el proceso terapéutico es fundamental la elaboración adecuada del vínculo transferencial.

En la parte final del tratamiento, la sintomatología vuelve a aparecer, ya sea en lo simbólico o en lo real, pero agregando siempre en la ultima etapa elementos de progresión que marcan la diferencia de la situación inicial del tratamiento con la elaboración final de los síntomas.

Es recomendable que al final, el manejo transferencial sea orientado hacia devolver al paciente las partes infantiles proyectadas en el terapeuta, rescatar las identificaciones obtenidas en el transcurso de la terapia, haciéndolas pertenecientes al paciente, así como señalando y remarcando las técnicas y modos elaborativos del mismo. Se pouede también aclarar dudas que los chicos tengan sobre su personas para así alimentar la relación con un objeto real y marcar la diferencia entre los objetos transferenciales y las partes reales del analista.

No debe terminarse abruptamente el proceso, sino diluirlo con sesiones más espaciadas hasta que el paciente se sienta seguro y el terapeuta perciba que la elaboración ha sido realizada.TRATAMIENTO DE NIÑOS CON TRASTORNOS DE CONDUCTA DISRUPTIVA

Importancia de la intervención oportuna: la prevención es mucho más recomendable, sin embargo, si ésta no fue posible hay que tener en cuenta que la  probabilidad de lograr una modificación significativa y duradera de los modelos de interacción con los otros y la regulación de afectos, aumenta cuanto más temprano se haga la intervención.

Consecuencia general de la falta de intervención: mayor predisposición a la violencia cuando lleguen a la adolescencia e, incluso, hacia la adultes.

Factores precipitantes trastornos de conducta disruptiva:

-         Abandono a edades tempranas

-         Falta de vínculo emocional con objetos

-         Ansiedad

-         Interacciones patológicas entre padres e hijos

-         Trastornos del apego/ sistemas desorganizados de apego

-         Ambientes imprevisibles y de tensión

-         Abuso emocional y/o físico

-         Negligencia por parte de los padres

-         Desplazamiento del hogar

-         Traumas tempranos, en general

Problemas derivados de dichos factores y que hay que atender:

-         Sentido de sí mismo poco organizado

-         Capacidad limitad para distinguir la realidad interna y la externa

-         Pocas habilidades de auto-regulación

-         Poca capacidad para posponer

-         Falta de tolerancia a la frustración

Objetivo general de la intervención: lograr el desarrollo de:

-         Un sentido organizado de sí mismo

-         Un sentimiento de autonomía: que proviene de las capacidades de auto-corrección, auto-organización y auto-regulación que, a su vez, exige capacidad de auto-reflexión.

-         Límites y estándares morales.

-         Sentido de propia responsabilidad.

-         Capacidad para autorregular sus emociones.

-         Dotar de organización y estructura al individuo (siempre de acuerdo a las posibilidades reales del mismo).

-         Apego y pulsiones deben ser autorreguladas por el individuo y no viceversa.

Pasos del proceso de desarrollo de una sana autonomía:

1. Facilitar el establecimiento de un sentido de sí mismo organizado.2. Hacer conciencia de que el individuo posee una fuerza que puede derivar en acciones:

1. “Cuando tú haces berrinche, por ejemplo, es porque dentro de ti te sientes incómodo, enojado”.

1. Hacer saber que el Yo/self o, en términos infantiles, él/ella mismo(a) es instrumento de dicha acción.

1. “Tú eres quien decide sacar esa sensación desagradable en forma de berrinche, que te generará más incomodidad y consecuencias, o de otra forma que no te haga sentir mal”.

2. Dotar de conciencia en cuanto a la posibilidad de generar cambios en las maneras de manejar esa fuerza y, por tanto, sus manifestaciones conductuales.

1. “Igual que tienes la fuerza para hacer berrinche, tienes la fuerza y, la inteligencia, para cambiar la manera en que enfrentas situaciones que te incomodan”.

Advertencia: En la búsqueda del logro de los objetivos no es, en ningún momento, reprimir sus sentimientos, deseos e impulsos, sino saber controlarlos y dominarlos. Esto aplica tanto para las emociones negativas que derivan en comportamientos disruptivos, como para aquellas positivas que desarrollan adecuados modelos de apego y relación interpersonal.

Principios básicos del tratamiento:

1. Fomentar un sentido sólido de seguridad que permita el desarrollo del apego con el terapeuta.

2. Responder a tiempo a las señales afectivas del niño.3. Establecer diálogos emocionales recíprocos en donde la verbalización y el reflejo de los

sentimientos y estados mentales sea el factor central.4. Crear un espacio de juego adecuado.5. Establecer límites y proporcionar estructura clara, consecuente y congruente.