tras la huella del nomada. sanfeliu

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Tras la huella del nómada... I SABEL S ANFELIU 1 “A mí me ha cogido muchas veces la lluvia en el campo cuando iba con mi padre y no teníamos donde guarecernos. Y era buena esa lluvia, era bueno aunque duro ir al descampado. Gracias al destierro conocimos la tierra”. María Zambrano en La tumba de Antígona Inicio este viaje, como buen nómada, sin un destino preciso. Me dejo vagar entre trayectos ya recorridos en algún trabajo ante- rior, lecturas que azarosamente caen en mis manos y el horizonte abierto por esta propuesta que se despliega ahora. Migrar, noma- deo... poco a poco se definen planos (supervivencia, penetración comercial, invasiones...), épocas (los orígenes, los bárbaros, Me- dioevo y Renacimiento, la llamada postmodernidad...), mapas que reflejan distintas realidades de los mismos perfiles, rostros mar- cados por los surcos de un tiempo concreto y por los surcos de todo el tiempo... Escucho el eco de los distintos escenarios que imagino y retorno a estas páginas en un intento de transmitir al- guna impresión de mi travesía. 1 Doctora en psicología (especialista clínica). Psicoanalista miembro de Espace Analytique. Presidenta de SEGPA.

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plantea al nomadismo como forma de vida del humano, acorde a la historia del ser humano

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  • Tras la huella del nmada...

    ISABEL SANFELIU1

    A m me ha cogido muchas veces la lluvia en

    el campo cuando iba con mi padre y no tenamos

    donde guarecernos. Y era buena esa lluvia, era

    bueno aunque duro ir al descampado. Gracias al

    destierro conocimos la tierra. Mara Zambrano en La tumba de Antgona

    Inicio este viaje, como buen nmada, sin un destino preciso.

    Me dejo vagar entre trayectos ya recorridos en algn trabajo ante-

    rior, lecturas que azarosamente caen en mis manos y el horizonte

    abierto por esta propuesta que se despliega ahora. Migrar, noma-

    deo... poco a poco se definen planos (supervivencia, penetracin

    comercial, invasiones...), pocas (los orgenes, los brbaros, Me-

    dioevo y Renacimiento, la llamada postmodernidad...), mapas que

    reflejan distintas realidades de los mismos perfiles, rostros mar-

    cados por los surcos de un tiempo concreto y por los surcos de

    todo el tiempo... Escucho el eco de los distintos escenarios que

    imagino y retorno a estas pginas en un intento de transmitir al-

    guna impresin de mi travesa.

    1 Doctora en psicologa (especialista clnica). Psicoanalista miembro

    de Espace Analytique. Presidenta de SEGPA.

  • 2 Isabel Sanfeliu

    EL NOMADEO

    La humanidad se expande desde el principio de los tiempos, el

    hombre nace nmada en su cuna africana del Valle del Rift; luego el sedentarismo perfilar las diversas razas que retomarn la

    dinmica migratoria. Gracias al nomadismo se pobl el planeta

    durante milenios y con l, la humanidad sobrevivi y se adapt a

    fenmenos naturales o territorios hostiles.

    En una pequea zona convivieron neandertales, cromaones y,

    quiz, esos otros homnidos2 cuyo ancestro comn datara de un

    milln de aos. El Homo erectus fue el primer nmada. Dej

    frica mucho antes de que se pusiera en marcha el Homo sapiens

    hace 50.000 aos para reemplazar a otras especies. La masifica-

    cin trae consigo las luchas que llevan al croman a afinar el

    ingenio y expandirse como Sapiens. Las viejas migraciones fuer-

    zan la adaptacin a nuevos escenarios y el intelecto gan con ello;

    el humano que deja frica lo hace ya con capacidad de abstrac-

    cin, los intercambios genticos as incorporados introducen ma-

    yor complejidad de pensamiento.

    De National Geographic, marzo 2006

    2 Una criatura que no conocemos pudo traer un nuevo linaje huma-

    no desde frica y lo hizo hace menos de un milln de aos (Svante Pbo, noticia del 25 de marzo de 2010 en diversos medios de prensa).

    Se est trabajando a partir del anlisis gentico de un fragmento del

    meique de un nio siberiano de 48.000 o 30.000 aos; todava no pue-

    de considerarse nueva especie a pesar de observarse ms de 400 diferen-

    cias con el ADN mitocondrial de neandertales y cromaones.

  • Tras la huella del nmada... 3

    La evolucin no est destinada a mejorar una pretendida cali-

    dad de la especie sino a conectarla con su medio; lo autctono,

    peculiar de un pequeo grupo de sujetos nmadas o sedentarios,

    se despliega a medida que el nmero de sus integrantes aumenta.

    Luego, la dispora extiende el surco del homnido que progresa

    en sus nuevos pequeos reductos. El hombre evoluciona, con l

    modifica su entorno -y este a aquel- y las conquistas se muestran

    con orgullo al vecino; los procesos grupales, tal como hoy los

    conocemos, ya estn ah, el narcisismo de las pequeas diferen-

    cias comienza a ejercer su cometido.

    El cazador nmada del paleoltico ir cediendo terreno poco a

    poco al agricultor y ganadero del neoltico, que adquiere estabili-

    dad y forma clanes y tribus. Vivir en comunidad afincada trae de

    la mano competencia y lucha, pero la reproduccin, la supervi-

    vencia frente a peligros externos y la prevencin del filicidio im-

    ponen este rumbo. Los antroplogos culturales acentan las dife-

    rencias entre grupos tnicos, pero en realidad el nmero de for-

    mas sociales elementales es muy limitado.

    Los diccionarios indican que nmada, proviene del latn no-

    mas (que pace o apacienta, que se traslada habitualmente en razn

    de los pastos). Lo muestran relacionado con una forma de organi-

    zacin tribal o lo que los antroplogos llaman una sociedad seg-

    mentaria, es decir, una sociedad estructurada.

    El nomadismo es una de las ms antiguas formas de subsisten-

    cia y desarrollo humano, un modo de ocupacin del suelo que

    asegura la minuciosa explotacin de medios naturales desfavora-

    bles, de baja productividad (desiertos, alta montaa), protegiendo

    la biodiversidad. Su declive en el mundo contemporneo trae

    consigo la posible prdida de estos beneficios, aunque durante

    generaciones quedarn reductos que seguirn sacando partido a

    sectores del planeta condenados por yermos.

    El nomadeo suele estar ligado a las estaciones, aunque con dis-

    tintos perfiles: se puede buscar en la amplitud de los desplaza-

    mientos la posibilidad de utilizar los cambios climticos o tam-

    bin perseguir el contraste en la utilizacin de distintas altitudes

    dentro de un entorno cercano. Por otra parte, en zonas especficas

  • 4 Isabel Sanfeliu

    como el centro del desierto, los desplazamientos no tienen ritmos

    precisos ya que las lluvias tambin son irregulares (suelen con-

    centrarse en la estacin seca y la dispersin es mayor con la lluvia

    al ir en busca de gramneas que crecen con rapidez).

    En su origen, el comportamiento humano complejo se caracte-

    riza por un importante salto a partir del acceso al campo simbli-

    co (herramientas, instrumentos, arte...) que acompaa los movi-

    mientos demogrficos de cazadores y recolectores prehistricos.

    Parece que los grupos vencedores de las numerosas e inevitables

    prcticas blicas, contaban con mayor nmero de filntropos en

    sus filas; dar prioridad al grupo de pertenencia granjea beneficios

    a medio plazo y permite que el rasgo altruista se afiance con ven-

    taja en la carga gentica transmitida. La poblacin aumenta y la

    inherente dispersin no slo anima el belicismo, tambin impone

    para la supervivencia el vnculo entre los subgrupos de migrantes.

    Al unsono de los movimientos territoriales discurren los cam-

    bios en la organizacin social: especializacin de tareas para so-

    brevivir, pujantes lderes para reproducirse con xito y proteger la

    especie... costumbres y rituales se perfilan y afianzan, las culturas

    se diversifican y podemos esbozar ya algunos mapas demogrfi-

    cos a partir de estudios del ADN de restos arqueolgicos. En tor-

    no a 4.000 aos a. de C., las poblaciones agrcolas tienen suficien-

    te excedente de recursos como para que afloren las primeras civi-

    lizaciones, en las que el grupo se distribuir tareas complejas al

    servicio de la comunidad.

    Y tornaron a crecer las fechas del otro lado del

    Ao Cero, hasta que alcanzamos el tiempo en que el

    hombre, cansado de errar sobre la tierra, invent la

    agricultura al fijar las primeras aldeas en las orillas

    de los ros.3

    Prdida de biodiversidad y distribucin de alimentos son algu-

    nos de los grandes problemas a los que nos enfrentamos en la

    actualidad. El auge de la agricultura trajo consigo aumento de

    alimentos, lo que permiti mayor densidad de poblacin. Luego

    3 (1956) A. Carpentier, Los pasos perdidos. La Habana, Ed. Arte y

    Literatura, 1974 (p.192).

  • Tras la huella del nmada... 5

    se aniquil a los cazadores-recolectores, se formaron pueblos,

    naciones... pero tambin llegaron epidemias, estratificacin so-

    cial, hambruna. Jared Diamond (de la Universidad de California

    en Los ngeles) califica la adopcin de la agricultura como el

    peor error de la historia de la humanidad. Mundo paradjico! la

    tasa de natalidad desciende en las metrpolis y amenaza superpo-

    blacin en las zonas rurales4, slo se tarda doce aos en aadir

    otros cien millones de personas a la poblacin afirma el dem-grafo Wolfang Lutz

    5.

    Errar, equivocarse o andar sin rumbo. Vagabundear, vagar de

    una parte a otra, perdido... condena que impide el asiento o sose-

    gado deambular por lo desconocido? Errantes por el mundo viven

    y mueren pobladores nmadas, aventureros o desterrados desde

    todos los tiempos... Desarrar tambin es perder el nimo, confu-

    sin6; erradio, andar en radio, se dira que es como divagar dentro

    de un orden... Aberrare, apartarse del camino, nos acerca a la

    tentacin, a transgredir, y trans-gredire significa pasar a travs,

    saltar normas, fronteras. En cualquier caso, nuestros nmadas resultan inquietantes, son difciles de ajustar en un mapa, plano o

    estadstica, parecen resbaladizos y, todo, porque se adaptan al

    entorno con flexibilidad, se mueven con vientos o lluvias sin que

    parezcan ambicionar la propiedad del suelo que les acoge; no

    cabe duda, desconciertan.

    La Biblia describe pueblos trashumantes7, culturas y religiones

    tienen mitos y referencias a las migraciones que se remontan a

    tiempos muy antiguos (xodo, Hgira...). Comercio e imperialis-

    mo siempre fueron motor de desplazamientos masivos de pobla-

    cin; descubrir, depredar, colonizar...

    Nmirovsky, en el retrato que esboza de miles de familias

    huyendo de Pars das previos a la invasin alemana, pone en

    4 Cultura trae consigo contracepcin. frica desprecia a la mujer que

    no tiene hijos y en Bangladesh, se arrojan recin nacidas a contenedores. 5 En el National Geographic de octubre de 1998.

    6 Diccionario Cuervo.

    7 Dejamos al margen el relato en el Gnesis del exilio de Adn y Eva

    del Paraiso al mundo regido por el trabajo.

  • 6 Isabel Sanfeliu

    boca de Michaud: Despus de todo, aquellas grandes migracio-nes humanas parecan ordenadas por leyes naturales. Sin duda, los

    pueblos necesitaban desplazamientos peridicos masivos tanto

    como los rebaos la trashumancia8. Aunque los nmadas poseen una organizacin interna social,

    poltica, religiosa, administrativa y econmica, esta suele ser mu-

    cho ms simple que la que caracteriza a un pueblo sedentario. No

    existe, por ejemplo, un lder absoluto (rey o gobernante) que os-

    tente el poder poltico por mucho tiempo, dado que el grupo se

    mueve constantemente y sigue una lgica de autodeterminacin

    de acuerdo a las circunstancias. En general poseen una sociedad

    patriarcal.

    Tribus y clanes son la principal estructura organizativa y se

    unen o alan para responder a situaciones de amenaza, matrimo-

    nio o subsistencia. Recordamos9 que en el clan los grupos de pa-

    rentesco estn organizados y sus miembros sometidos a la autori-

    dad de un patriarca intermediario entre los miembros ya falleci-dos y las generaciones ms jvenes, cuya autoridad no reposa en la fuerza sino en la ligadura por la sangre y que es quien dice

    dnde asentarse y cundo partir. El clan protege al individuo,

    establece juicios, regula matrimonios, controla derechos; si el

    clan es muy organizado da lugar a civilizaciones con menor mo-

    vilidad geogrfica y lentos cambios culturales. En cuanto al con-

    cepto tribu, podra designar dos realidades, dos dominios distintos

    pero ligados: el tipo de sociedad o modo de organizacin poltica,

    o bien un posible estadio de la evolucin de la sociedad humana.

    Tambin se conoce como trashumancia al pastoreo mvil en

    funcin de la productividad de la tierra; se diferencia del noma-

    dismo por tener asentamientos estacionales fijos y un ncleo prin-

    cipal del que proviene la poblacin. Los pre-beduinos ya se dedi-

    caron al pastoreo; domesticar ganado conduce a un estilo de vida

    8 (2004) Irne Nmirovsky en Suite francesa, ed. Salamandra, Barce-

    lona, 2005, p.84. 9 I. Sanfeliu (2004): Clan, tribu, familia: gnesis de la subjetividad y

    el conflicto, en ...Y el grupo cre al hombre (coautora). Madrid, Biblio-teca Nueva.

  • Tras la huella del nmada... 7

    que aprovecha la posibilidad de zonas ridas con desplazamientos

    en determinadas estaciones. Entre los siglos X y VII a. de C., en

    Oriente Prximo nace el germen del pastoreo en las estepas10

    . Los

    pre-beduinos introducen la utilizacin del camello, aunque se

    mantenga al buey o al asno como portores. Son migraciones len-

    tas y en distancias cortas, organizadas por tribus relativamente

    coherentes, alejadas de la jerarqua belicosa e inestable que se

    instala posteriormente con los beduinos.

    El nomadismo beduino que surge a partir de la domesticacin

    del caballo y el dromedario, se hace ms agresivo por cuestiones

    raciales y confrontaciones con los vecinos sedentarios; los des-

    plazamientos sern ms largos y rpidos. Este gnero de vida se

    generaliza en el primer milenio a. de C. desde Asia central al Sa-

    hara. Los ocupantes de zonas desrticas en el Mundo Antiguo,

    son confinados por la expansin del gran nomadismo; pre-

    beduinos de las estepas de frica del norte se ven desterrados al

    Sahara por la colonizacin romana. El medio es muy adverso y se

    presta a rapias de las caravanas que lo atraviesan.

    En Eurasia la vida pastoral se desarrolla a partir del reno, cuya

    domesticacin pudo empezar en el s. III a. de C., campeando por

    las tundras subpolares. Las estepas son ms ricas y las motivacio-

    nes para migrar son fundamentalmente econmicas. Las migra-

    ciones suelen organizarse de sur a norte, hibernando en el bosque

    y pasando el esto en la tundra, siguiendo los desplazamientos de

    la fauna salvaje. Mientras en Laponia migra toda la familia, el ya

    citado Planhol observa que, entre los samoyedos y paleo asiticos,

    el grupo humano se disgrega con ms facilidad de la tribu.

    Asia, cuna de la mayor parte de las civilizaciones, congrega

    gran variedad de culturas y modos de ocupar el espacio. El hecho

    de que el pueblo nmada vaya de un lugar a otro, no significa que

    no considere como propia una determinada regin. Es posible,

    adems, que un pueblo nmada haya vivido periodos sedentarios

    y retorne al nomadismo a causa de algn fenmeno natural o la

    agresin de otro pueblo.

    10

    Datos recogidos de Xavier de Planhol en la Enciclopedia Univer-

    salis.

  • 8 Isabel Sanfeliu

    Veamos como ejemplo lo ocurrido a partir de un brusco cam-

    bio de clima: hace 12.000 aos se produjo una oscilacin del eje

    de la tierra que provoc, junto con otros factores, que los monzo-

    nes estacionales de frica se desplazaran llevando lluvias a una

    enorme regin del Sahara. Esto gener verdes cuencas fluviales

    en medio del desierto; se han encontrado restos de los habitantes

    que lo aprovecharon, aunque no est muy clara su procedencia,

    tampoco su destino cuando los monzones retrocedieron.

    El nomadismo de pastoreo constituye un gnero de vida de al-

    ta productividad econmica, con un notable dinamismo demogr-

    fico y gran capacidad de expansin. Permite un nivel superior al

    de la poblacin agrcola sedentaria, siempre que el nmero de

    personas implicadas est limitado por mecanismos de regulacin

    demogrfica y social, especialmente necesarios dada la alta tasa

    de reproduccin de los nmadas, que obliga a organizarse en es-

    tado de crisis para garantizar su alimentacin. Esta es una de las

    razones que provoca ms violencia: la sociedad debe remodelarse

    constantemente en funcin de los recursos disponibles. Otra res-

    puesta al continuo excedente humano de los nmadas, es la ex-

    pansin a expensas de sociedades sedentarias vecinales, de las

    que asimilan numerosas poblaciones.

    Caza y pastoreo exigen movimiento, pero si prescindimos de

    los rebaos, camellos o caballos de los nmadas, topamos con

    otro estilo de errante -un sujeto aislado o en familia nuclear- y

    otro tipo de motivacin para desplazarse, no marcada necesaria-

    mente por caractersticas del terreno o vaivenes estacionales.

    LOS BRBAROS EN LA EDAD ANTIGUA, PRIMEROS EMIGRANTES?

    Las primeras civilizaciones de la historia se asientan junto a

    los grandes ros; Mesopotamia, la ms antigua, aprovech un

    estratgico valle11

    rodeado por tierras inhspitas, all por el ao

    4.000 a. de C.; la estabilidad les permitir el desarrollo de la escri-

    tura cuneiforme, ese gran paso que los nmadas no podan permi-

    tirse. La tranquilidad de sus ciudades estado es relativa, queda

    11

    Regado por Tigris y ufrates, testigos del esplendor de grandes

    pueblos y que hoy contemplan el horror de Irak.

  • Tras la huella del nmada... 9

    mucho por conquistar; las luchas intestinas alimentan ambiciones

    y, adems, con el paso del tiempo, otros grupos se sentirn atra-

    dos por la prosperidad de la zona. De esta cuna primigenia sur-

    girn grandes imperios: los asirios12

    que parten de Nnive, los

    persas13

    en Irn... Mientras grandes ciudades se destruyen, otros

    pueblos llegan y Babel se convierte, 1.800 aos a. de C., en centro

    administrativo de todo el reino con su consiguiente desarrollo a

    todos los niveles.

    El Valle del Nilo est cuajado de testimonios de su ocupacin

    por el hombre desde el paleoltico; le suponemos camino obligado

    entre las viejas culturas del Prximo Oriente, el Golfo Prsico y el

    Mediterrneo y otras tierras tropicales. Las dos crecidas anuales

    del ro garantizan, a pesar de las escasas lluvias, la fertilidad de

    sus riberas; es fcil entender que los aventureros de la poca se

    dejaran tentar por ellas, dando lugar a otra de las grandes civiliza-

    ciones de todos los tiempos. Egipto, el pueblo de la tierra negra (cultivable) crece, su poblacin aumenta y la escritura jeroglfica se abre paso. Aqu el faran ocupa el lugar que en Mesopotamia

    ostentaba el rey.

    Otro ro, el Ganges14

    , fue destino de todas las invasiones en la

    antigua India. Por ejemplo, la de los arios -soldados y rudos pas-

    tores seminmadas con un sistema social muy compartimentado-,

    desde Europa en el 2.000 a. de C.; el sedentarismo de esta raza

    acarre un rgido sistema de cuatro castas en sus formas sociales.

    La llegada de los hunos a Occidente desencaden las llamadas

    Grandes Migraciones. Roma caer por la ocupacin pacfica15

    de

    12

    Su forma de afianzar conquistas pone en movimiento un intercam-

    bio de poblaciones: llevan a Asiria a los altos cargos de los pases con-

    quistados y envan a su gente a poblar los nuevos territorios. El pueblo

    asirio someti a los arameos, seminmadas aficionados a las correras

    durante siglos. 13

    Diversas tribus nmadas se hallan en su origen. 14

    Actualmente uno de los ros ms amenazados del mundo, se calcu-

    la que en cincuenta aos podra llegar a desaparecer. 15

    Slo en raras ocasiones la violencia caracteriz las corrientes mi-

    gratorias de estas poblaciones. Nativos del norte y del este buscan tierras

  • 10 Isabel Sanfeliu

    los brbaros en el ao 400, culminando as invasiones anteriores

    de pueblos enteros, la mayora germanos, que buscaron asiento

    tras recorrer enormes distancias. Los godos16

    , presionados por los

    hunos, tribus ms orientales, se vieron impelidos a trasladarse a la

    Europa occidental; seguirn el curso del Nieper penetrando por

    los Balcanes hasta la actual Bizancio y provocando un cambio

    fundamental del orden que hasta entonces giraba en torno al Im-

    perio Romano: los reinos brbaros que contribuirn a formar la

    Europa Medieval.

    Las ordenaciones que posteriormente le siguen, sobre todo el

    llamado Sacro Romano Imperio Germnico, son ya obra de los

    citados brbaros, cuya nominacin procede del griego17

    que de-

    signaba as al extranjero que desconoca su cultura, al ajeno a su

    imperio. El orden brbaro hereda en parte los valores transmitidos

    por el Imperio Romano que a su vez incorpor la huella de la

    antigua Grecia; pero, contra lo que se ha sostenido durante mucho

    tiempo, aportaron nuevos valores que alumbraron ese periodo mal

    conocido an, pero rico forjador de cultura, que llamamos Edad

    Media. Los godos del este (ostrogodos) se dirigirn hacia Austria,

    mientras la trashumancia de los visigodos tendr como destino

    final Hispania.

    La invasin de lo que actualmente se conoce como Turqua y

    las regiones adlteres del lejano Oriente, sigue una historia dife-

    rente por cuanto all fueron los mongoles los que disolvieron los

    valores helenicoromanos que hasta entonces regan aquellas tie-

    rras junto, claro est, con los sedimentos persas, egipcios y judos.

    En las comunidades mongolas proliferaban mdicos competentes

    y expertos religiosos, adems de hbiles administradores. La is-

    lamizacin choca ya con tierras transformadas por ese influjo

    brbaro que les dotar, junto con el Islam, de una especial fisio-

    noma.

    ms frtiles en el sur y las guerras civiles en la frontera norte romana

    facilitan su incursin. 16

    Que ya empiezan a matizar diferencias de cultura entre ostrogodos

    (zona oriental) y visigodos (occidentales). 17

    El trmino fue heredado por Roma.

  • Tras la huella del nmada... 11

    Giremos al este: la peculiar situacin geogrfica de China, ro-

    deada de barreras naturales, la mantuvo aislada durante milenios

    de los grandes movimientos migratorios antes comentados, dando

    lugar a una civilizacin autnoma; no obstante, conoci incursio-

    nes nmadas de razas indoeuropeas, uralianas, turco-mongolas,

    tibetanas... la Gran Muralla no consigui frenar la invasin mon-

    gol18

    . Tambin aqu, los grandes ros como el Amarillo, definen

    zonas estables de asentamientos. Su escritura apenas ha sufrido

    variacin en tres mil aos y, hace aproximadamente ese tiempo,

    su sociedad pas del matriarcado al patriarcado. Ya por entonces

    dominaban la cra de gusanos de seda que dio lugar a una de las

    rutas comerciales ms transitadas durante siglos19

    , cuyas ciudades

    florecieron en torno a oasis atestados de caravanas.

    Hemos echado tan slo una caprichosa mirada atrs pero, ras-

    treando en las filas de estos conquistadores, podemos hallar hue-

    llas del espritu nmada ms all de la tradicin de una cultura o

    las vicisitudes climatolgicas. La subjetividad ha ganado terreno,

    el deseo se individualiza y hay mayor espacio para la eleccin, en

    la medida en que se desarrolla la habilidad para encontrar recur-

    sos. An as, todava el grupo de pertenencia marca en gran me-

    dida la trayectoria individual, queda mucho por recorrer para al-

    canzar un proyecto histrico de autonoma social e individual20

    .

    Son curiosos los vaivenes que con el paso del tiempo dibujan

    los movimientos en masa del hombre. Por ejemplo, abandonar

    frica sin saber an que era su tierra de origen, nomadear por

    algo que llegara a ser Eurasia sin echar races al principio en

    parte alguna, hasta que las circunstancias les procuraron el asen-

    18

    De hecho, una parte importante de sus emperadores -la dinasta

    Yuan (1279-1368)-, fueron mongoles. El imperio mongol domin gran

    parte de Asia durante el siglo XIII. 19

    La seda fue la primera moneda de cambio entre Oriente y Occi-

    dente. 20

    En palabras de Cornelius Castoriadis, el proyecto de autonoma

    colectiva significa que la colectividad, que slo puede existir como

    instituida, reconoce su carcter instituyente y lo recupera explcitamente,

    cuestionndose a s misma y a sus actividades. (Le monde morcel,

    Pars, Seuil, 1990, p.291).

  • 12 Isabel Sanfeliu

    tamiento. Volver a frica, muchos siglos despus, sin reconocerla

    como lo que siempre fue, la tierra de sus antepasados para, en

    lugar de ello, apropirsela enajenando con ello sus orgenes, con-

    virtiendo la madre tierra en pretendida posesin sin otro derecho

    que una reciente conquista. Las oleadas de conquistas y recon-

    quistas, ms all de la presin que ejercen unos pueblos sobre

    otros, tendrn algo de retorno a lo primigenio -trazando un burdo

    paralelo-, del ansia nunca satisfecha en el individuo por tornar a

    la omnipotente fusin con la madre?, qu tendra que aadir aqu

    el narcisismo de las pequeas diferencias?, se incauta lo ajeno o

    lo que se considera propio? La iniciativa que pone en marcha

    ambiciosas conquistas parte en muchos casos del capricho de un

    gobernante, ms que de una estrategia al servicio de su pueblo.

    En Amrica se detecta presencia humana desde hace unos

    40.000 aos; parece que el indio que all llega tiene procedencia

    asitica, pero las culturas americanas son autctonas e indepen-

    dientes. En la biblioteca clacso21

    dibujan el mapa de sus orgenes

    con una acogedora zona central de clima favorable donde se pro-

    ducen asentamientos, situada entre otras dos ocupadas por nma-

    das del sur (magallnicos, ms arcaicos y con influencia de cultu-

    ras subrticas) y del norte (californianos, tribus de la meseta, cul-

    turas tambin emparentadas con las de los esquimales).

    Pero sigamos al Mediterrneo, clave en el trasiego que caracteriza

    distintas pocas; se perfilan tres momentos en funcin de su domi-

    21

    http://sala.clacso.edu.ar/gsdl252/cgi-bin/library

  • Tras la huella del nmada... 13

    nio: la Edad Antigua en la que es ejercido por Egipto, un segundo

    tiempo en el que corresponde a Persia, Grecia y Roma y, por

    ltimo, la Edad Media en la que, junto a germanos y bizantinos,

    surge el mundo islmico surcando sus aguas.

    LOS GRANDES VIAJEROS DE LA EDAD MEDIA

    A LA CONTEMPORNEA

    En el siglo VII, los rabes estaban agrupados en tribus -la ma-

    yor parte nmadas- dispersas e independientes, en continua lucha,

    que no reconocan ningn poder comn. La relacin entre las

    distintas tribus fue siempre inestable; luchas continuas que ensal-

    zaban el honor y el valor guerreros, tanto como la poesa. Yemen

    serva de enlace entre las rutas martimas y las de sus caravanas,

    las redes comerciales y religiosas se multiplican. Los sucesores de

    Mahoma se expanden a costa del Impero bizantino, el persa y,

    ms tarde, Egipto. La rpida expansin del Islam parece favoreci-

    da por la creacin de un Estado y el peculiar manejo de su rgi-

    men administrativo que, al respetar el de los pueblos invadidos,

    les permita convertir en aliados a la mayora de los aristcratas

    locales. La decadencia rabe se acenta a partir del siglo X.

    El viento del norte insufl los navos vikingos hace mil aos;

    largos, flexibles y afilados, con gran velamen y poco calado,

    avanzaban deslizndose a gran velocidad sobre las olas. Aventu-

    reros, piratas22

    y comerciantes del norte de Europa, hombres li-

    bres que no reconocan ninguna autoridad hasta que las tribus

    empezaron a consolidarse; antes, no tenan una patria por la que

    morir, slo dioses. Europa, dividida tras siglos de migraciones

    tribales, se mostr vulnerable y fue fcil esquilmar sus desprote-

    gidas ciudades ribereas, aunque tambin las enriquecieron con

    artesanos, mercaderes y poetas.

    22

    Entre ellos, el conocido Erik el Rojo que lleg a Groenlandia.

  • 14 Isabel Sanfeliu

    El funcionamiento de Europa desde el oscurantismo de la

    Edad Media a la poca moderna se basa en la movilidad23

    ; la eco-

    noma perfila polos de atraccin como la necesidad de mano de

    obra. El antao instinto que puso en marcha al homnido, va de-

    jando paso a la pulsin cargada de representaciones de lo que

    espera al final de la aventura; el espritu nmada se encarna ahora

    en comerciantes y guerreros. Para hablar de emigrantes en el sen-

    tido actual ms restringido, habr que esperar a que se instale el

    sistema de registro de bienes. La expansin de ultramar transfor-

    mar la historia de los flujos de poblaciones ofreciendo por pri-

    mera vez una perspectiva mundial.

    Las oleadas de vndalos, suevos o alanos llegarn a la Penn-

    sula Ibrica; anglos y sajones asaltarn por su parte las islas brit-

    nicas, provocando la expulsin de los bretones. Tras batallas y

    saqueos, las colonizaciones se establecen en general a travs del

    asentamiento de ncleos familiares. Lo costoso del proceso tendr

    que ver no slo con el desequilibrio de fuerzas, tambin la satis-

    faccin de los pobladores del lugar con sus gobernantes les har

    ms o menos hospitalarios incidiendo en los acuerdos y tratados

    que se firmen para terminar la trifulca y repartir tierras.

    El ideal caballeresco y el espritu de aventura encuentran en

    las Cruzadas (de 1095 a 1254) un excelente terreno para desple-

    garse con la excusa de liberar los Santos Lugares.

    El medievo ofrece un intrincado panorama de un Mediterrneo

    sembrado de prsperos puertos comerciales. Entre muchos otros,

    los fenicios; se establecieron en Cdiz, tambin junto al ufrates,

    lugar estratgico entre Asia y frica y lograron dar un fuerte em-

    puje a su flota para exportar productos muy variados. Nunca for-

    maron un Estado, en general funcionaban como entidades aut-

    nomas poco pobladas gobernadas por reyes que se consagraban

    ms a los negocios que a la lucha. Sus descendientes en Cartago

    fueron ms belicosos.

    23

    Me apoyo en algunos datos recogidos por Paul-Andr Rosental en

    Les Sentiers invisibles. Espace, familles et migrations, E.H.E.S.S., Paris,

    1999.

  • Tras la huella del nmada... 15

    De entre los grandes viajeros que recorren Asia conectando los

    dos mundos en el siglo XIII, parece obligado citar a Marco Polo,

    del que se dice que es el ms famoso trotamundos de la historia24

    .

    Su odisea dur veinticuatro aos y est recogida en El libro de las

    maravillas; all puede leerse, por ejemplo, que las etnias minorita-

    rias chinas ofrecan sus mujeres al extranjero ya que les conside-

    raban personas distinguidas que aportaran a sus familias sangre

    nueva y un futuro mejor.

    Las migraciones desplegaron sociedades cada vez ms com-

    plejas y alentaron con ello la expansin de idiomas; por otra par-

    te, la magnitud que llegan a cobrar algunos imperios les impide el

    control de sus provincias, dando paso en la Europa occidental al

    feudalismo. Con l, vuelve a cultivarse la tierra una vez apaci-

    guadas las invasiones y se desarrollan las corporaciones de arte-

    sanos. Los feudos, concesiones de tierra que llevan consigo la

    obligacin de fidelidad y prestacin de servicios, retienen a los

    campesinos pero intensifican hostilidades y fragmentan tierras.

    Son gobernados por su propietario, el seor feudal, juez y admi-

    nistrador de aquellos a los que protege a cambio de trabajo y

    quien cede a su vez tributos al monarca de turno. Tambin la igle-

    sia utilizar este sistema para proteger sus dominios.

    Tras la sociedad feudal aparecen las comunas y la cultura flo-

    rece. Los Estados redistribuyen a los habitantes de sus territorios,

    24

    Un amplio panorama de su aventura puede disfrutarse a travs del

    relato que Mike Edwards elabor tras repetir su recorrido (National

    Geographic, edicin especial Grandes viajeros).

  • 16 Isabel Sanfeliu

    ofreciendo, por ejemplo, privilegios a quienes se asienten en luga-

    res despoblados. La idea de comunidad se extiende y en muchos

    casos se desplaza toda la unidad familiar25

    . Tanto el Imperio oto-

    mano como China organizan la emigracin forzada; en el primer

    caso, de pueblos difciles de controlar, en el segundo, para refor-

    zar su frontera con los mongoles. Tras la Peste negra, el Estado

    interviene creando itinerarios que impiden la integracin del emi-

    grante en el orden social, provocando desrdenes y epidemias.

    Poblaciones marginales se envan a poblar nuevas y alejadas po-

    sesiones sometindolas en muchos casos a trabajos forzados. El

    nmero de esclavos movilizados desde frica se calcula en ms

    de quince millones.

    Las mezclas tnicas resultantes van incorporando avances lo-

    grados en condiciones dispares y territorios muy alejados entre s.

    Hay profesiones que se ejercen slo en algunas zonas geogrficas

    (artistas y artesanos confluyen en torno a la construccin de cate-

    drales y palacios; la minera tiene su propio itinerario...) y las

    guerras se nutren de mercenarios que no conocen fronteras. Quie-

    ro rescatar aqu un fragmento de la perspectiva que sobre nuestro

    tema ofrece Andrs Perea26

    , investigador y arquitecto:

    Siguiendo a Arnold Hauser, el trnsito del nomadis-mo al sedentarismo transformar el modo en que la huma-

    nidad se relaciona con el cosmos. De aquellos cazadores

    que practicaban la magia para que las fuerzas del universo

    les fueran propicias, a estos cosechadores que desarrollan

    relatos para justificar un orden moral o religioso, conve-

    nientemente jerarquizado, segn el cual encontrar una po-

    sicin personal y merecer compensa-ciones ultraterrena-

    les.

    Magia versus religin, magia en el uso del Mandala

    como herramienta espacial fundacional para el entorno del

    25

    La emigracin es un proceso en cadena, afirma Rosental, libe-rando una plaza (residencia, trabajo) del lugar de partida, ofrece la posi-

    bilidad de inmigrar a otra persona de un lugar ms pobre. 26

    Elaborado para el apartado sobre espacio y forma de la obra co-ordinada por Nicols Caparrs Viaje a la complejidad, que se editar en

    tres tomos en Biblioteca Nueva.

  • Tras la huella del nmada... 17

    hombre que, despus de esa ceremonia mgica de trazas y

    trazados, construya la ciudad, el mercado, la plaza, calles,

    etc., donde transite su existencia en tiempo real feliz.

    La lectura que el Profesor Iiguez haca de La Alham-

    bra de Granada (el Palacio Nazar) parta de la con-dicin

    nmada del linaje nazar, y que ciertos atavismos, como el

    firmamento abierto, el techo permanente y estre-llado de

    la noche norteafricana, provocan alergia al pesado techo,

    plano o abovedado, de la arquitectura cristiana, y genera a

    cambio planos fragmentados en miles de relieves tesela-

    dos y chapados de ncar (mocrabes), de modo que no

    slo representa el firmamento estrellado del desierto, sino

    que impide reconstruir visualmente un plano definitorio o

    techo de esas salas. Sigue el Profesor Iiguez describiendo

    el modo en que la arquitectura del palacio granadino aora

    la ligereza de las tiendas de donde provenan, en el modo

    en que estresan la ligereza de las columnas de mrmol

    blanco (duplicadas, triplicadas e incluso cuadriplicadas)

    sobre las que apoyan las arqueras que cierran patios o dan

    trnsito a los salones interiores. Todo en la Alhambra es

    un canto al placer de la existencia.

    Europa va adquiriendo perfiles singulares en un nico univer-

    so. El sistema social se basa en el matrimonio y la burguesa se

    consolida. En la Antigedad el padre ejerca el poder absoluto

    ocupando un lugar prestigioso, en la Edad Contempornea, co-

    mienza el declive del concepto clsico de familia y disminuye su

    poder en la medida en que pasa a ser asimilado por la ley. La

    figura del padre, como la del anciano, cambian con el paso del

    tiempo y los que fueron investidos antao de poder y sabidura,

    ostentan hoy perfiles menos definidos que dificultan la necesaria

    identificacin de los ms jvenes en el camino a la estructuracin

    de su psiquismo.

    El oscurantismo de la Edad Media, da paso a la era Moderna:

    conectan viejo y nuevo mundo, surgen nacionalidades y comienza

    a enraizar el espritu crtico del Renacimiento, desplegando crea-

    tividad en los ms diversos campos. Hasta la Iglesia se ver cues-

    tionada en esta poca por el movimiento reformista, que se acom-

    pasa con batallas que adquieren nuevos perfiles (el guerrero a

    caballo supuso una gran innovacin militar). Turcos y berberiscos

  • 18 Isabel Sanfeliu

    se expanden, los regmenes absolutistas de las monarquas euro-

    peas muestran sus rivalidades y, tras Felipe II con su Armada

    Invencible, comienza la decadencia de nuestro imperio.

    El incipiente liberalismo econmico que anuncia prosperida-

    des, facilita la oportunidad de nuevas profesiones amparadas en el

    libre comercio que va a dejar sentir con la banca correspondiente

    -sobre todo en Holanda y las ciudades estado de Italia-, una

    desigual distribucin de riqueza y un endeudamiento progresivo

    de estados que, como el espaol, buscan en los prstamos el

    sostn de sus mercenarios. Las revoluciones del siglo XVII, se

    acallan con la victoria de la Ilustracin (triunfo de la razn que

    condujo a la secularizacin del pensamiento y del estado, abrien-

    do paso a la burguesa).

    Como venimos observando, la relativa quietud posibilita de

    nuevo importantes avances que cuestionan la firmeza de arcaicas

    convicciones en medicina, astronoma, fsica, filosofa, arte, teo-

    loga... El cuerpo cobra reposo en sus permanentes batallas para

    dar paso al pensamiento cientfico que, a su vez, alumbrar nue-

    vos conflictos y revueltas en un ciclo incesante. La ciencia puede

    por primera vez, sin la amenaza de la Iglesia, desplegar ms au-

    daces aventuras.

    La Revolucin Francesa ser punto de inflexin con una con-

    secuencia irreversible: el imparable ascenso de la burguesa. El

    Romanticismo27

    del XIX introduce el concepto existencial de ser en el mundo; el culto al individuo y la filosofa de la naturaleza (Naturwissenschaft) conducen al concepto de inconsciente como

    fundamento del ser humano que se afianza con el positivismo.

    Ya en el siglo XX, en el terreno poltico, la Paz Armada y

    alianzas como la Triple Entente, establecen estados nacionales

    que dibujan fronteras cada vez menos propicias para las grandes

    trashumancias de antao. El mapa recin dibujado se vuelve celo-

    so de sus lmites y no permite esos trnsitos a que los grandes

    imperios nos tenan acostumbrados.

    27

    La rancia estampa del romanticismo denigra a la mujer actual. qu difcil es no perder la brjula de la historia para entender a cada

    sujeto en su poca!

  • Tras la huella del nmada... 19

    EL RASTRO NMADA EN UN MUNDO GLOBAL

    TEJIDO POR BARRERAS

    Hace ya tiempo que los Estados sedentarios y telricos deten-

    tan la autoridad; el nomadismo est en regresin, salvo en algn

    pequeo reducto. Estos nativos cazadores, recolectores y pescado-

    res, con hroes, chamanes, dioses y mitos como compaeros de

    viaje, constituyeron culturas perifricas y se desplazaron hasta ser

    arrinconados por aquellos que se asentaron. Sus modos de pro-

    duccin eran simples y, al escasear el comercio de caravanas, los

    nmadas se empobrecen y las dificultades para transmitir su tra-

    dicin28

    cada vez son mayores en una poblacin envejecida.

    La evolucin es lenta y entre tanto ya comentamos cmo surge

    el semi-nomadismo o trashumancia, con viviendas permanentes y

    pastoreo en una poca definida del ao. Los conflictos blicos

    ligados al dominio del territorio son cada vez ms frecuentes y

    ponen en peligro su subsistencia; cuando no se logra el dominio

    con negociaciones, se recurrir sin rubor a la fuerza29

    .

    Trazar la historia de un pueblo nmada no es fcil y aleja del

    sujeto concreto al que tornaremos tras este mapa orientativo. Ar-

    queologa dudosa y relatos orales recogidos a travs de la escritu-

    ra de sociedades sedentarias, permitieron recoger la huella de

    estos pueblos cuidadosos con un entorno que les abasteci para

    sobrevivir.

    Migraban los pueblos, establecidas las barreras actuales, lo

    hacen los individuos... Trotamundos, viajero, explorador, peregri-

    no... qu busca el sujeto actual fuera de su entorno?, quin es el

    turista?, de dnde procede el ansia de conocer otras tierras?

    La gran aventura de la vida humana empez en frica a partir

    de unos cientos de cazadores que comenzaron a dispersarse hace

    60.000 aos; hoy tienen ms de seis mil millones de descendien-

    tes abigarrados en zonas productivas. Avances tcnicos, concen-

    28

    Como las fiestas tradicionales que acompasan fluctuaciones clima-

    tolgicas y logros de caza. 29

    Las pelculas del Oeste dan buena cuenta de enfrentamientos entre

    ganaderos y agricultores.

  • 20 Isabel Sanfeliu

    tracin de finanzas, son algunos de los aspectos que acarrean la

    regulacin de flujos migratorios.

    Las ciudades fueron siempre y continan siendo el lugar por

    excelencia de la cultura inmigratoria. Las ciudades son aquellos lugares a los que las personas pertenecen no por nacimiento, no

    por sangre, sino por residencia, por ciudadana. Las ciudades han

    inventado la ciudadana reflexiona Anna Cabr30. El ciudadano tiene derecho de ciudad, derecho a residir en ella

    Desde la revolucin industrial, los medios de comunicacin

    invitan a buscar mejores condiciones de vida -en ocasiones mitifi-

    cadas- en otros lugares; el xodo rural a la gran ciudad arraiga.

    Pases tercermundistas arrojan oleadas de hambrientos emprende-

    dores; tambin nacionalismos y genocidios fuerzan exilios por

    persecuciones polticas31

    .

    Con todo lo que hemos apenas sealado a vuela pluma queda

    claro que, a excepcin de alguna etnia trashumante que ha con-

    servado rasgos de una identidad ms lejana, Europa no deja de ser

    el emergente de un mosaico de pueblos, ya que no de razas, don-

    30

    En el IX Foro hispano britnico sobre cultura y fenmeno migrato-

    rio en noviembre de 2005 (intervencin recogida y editada por la Funda-

    cin Hispano Britnica). Esta autora dedujo en su tesis doctoral, con cierto estupor, que si no hubiera habido inmigracin ni emigracin en Catalua desde 1900, en lugar de los siete millones de habitantes que

    tiene, actualmente no habra ms que unos dos millones seiscientos mil.

    No puede dudarse de su perfil multitnico. 31

    Tras la Gran Guerra se establece el estatuto internacional del refu-

    giado.

  • Tras la huella del nmada... 21

    de resulta pattica la pretensin de pureza de un origen, cuales-

    quiera que este fuere. Viejo sueo de todos los pueblos y que

    singularmente los hoy alemanes (Alles-mann, todos los hombres)

    hicieron sinnimo de su propia identidad de grupo brbaro mi-

    grante a Centro Europa. Qu decir de los anglos, los sajones, que

    desde la zona del Hamburgo actual emigran a Britania y preten-

    den la nacionalidad suprema de esas islas, antes habitadas por

    pictos y posteriormente por normandos (nord-mann), esos lejanos

    hombres del norte, que previamente se haban afincado en la conocida por nosotros Normanda para luego, a travs de Gui-

    llermo el Conquistador, instituirse en fundadores de la moderna

    Inglaterra (tierra de los anglos)? Qu decir por fin de Hispania,

    antes Iberia, habitada por iberos y celtas32

    , luego por fenicios,

    pero tambin por vrdulos, caristios, vascones y tartesos, despus

    por suevos, vndalos, alanos, emigrantes de la antigua Grecia y de

    la ms moderna pennsula Itlica, y luego de los visigodos, para

    dejar paso ms tarde a la inyeccin humana de la vieja Siria,

    allende el otro extremo del Mediterrneo, de los persas islamiza-

    dos hoy abasidas-, otrora adoradores del fuego y, sin duda, de las tribus berberes que penetraron, se asentaron murieron y na-

    cieron en nuestro pas?

    El trmino berber, tomado del latn por los rabes, pierde

    pronto su sentido primitivo de extranjero en la civilizacin gre-co-romana. La acepcin rigurosa designa un grupo lingstico norte-africano, conjunto de tribus cuyos dialectos comparten un

    origen comn33

    , la lengua berber, aunque esta no sea oficial en

    32

    Que posean una gran organizacin militar con caballera, carros

    de guerra, sables de hierro... Mantenan costumbres seminmadas y un

    gran espritu de aventura; algunos regresaron a la Galia, su antiguo

    hogar, para penetrar desde all en los Balcanes. 33

    En un sentido ms amplio, se denomina berberes o Imazigen a las

    personas que descienden de los pueblos autctonos del norte de frica,

    desde Egipto occidental hasta el Atlntico. Los tambin llamados berbe-

    riscos constituyen la masa de la poblacin de los actuales Estados de

    Libia, Tnez, Argelia y Marruecos. Aunque integrados en el mundo

    rabe, muchos han conservado su lengua hasta hoy, y con ello una fuerte

  • 22 Isabel Sanfeliu

    ningn Estado y nunca haya alcanzado el rango de lengua escrita.

    Probablemente venidos del Asia Central, a partir del segundo

    milenio a. de C., por oleadas migratorias sucesivas, constituyeron

    la base tnica de la poblacin norteafricana y de las islas Cana-

    rias. En cuanto a la civilizacin berber, es descrita por Charles-

    Robert Ageron34

    como sigue: gente de espritu independiente,

    extremistas y puritanos, cuya conversin al Islam no fue fcil. El

    derecho berber se caracteriza por un voto o compromiso colecti-

    vo y la utilizacin de reglas y multas conocidas como lqanun.

    Jueces rbitros y asambleas populares se hacen cargo de la juris-

    diccin. La poltica se apoya en vnculos de sangre, reales o ficti-

    cios; han conocido aristocracia, teocracia y monarqua. En cuanto

    a su organizacin social, utilizan servicios colectivos y graneros

    comunitarios. Su literatura oral se reduce a fbulas de animales,

    cuentos guerreros y canciones tradicionales.

    En el mundo contemporneo, la globalidad alcanza asimismo a

    la migracin y, con ella, observamos un curioso entrecruce de

    culturas que ora engulle, ora distorsiona o enriquece el panorama.

    Muchos de los mecanismos nmadas siguen vigentes, pero se

    aaden nuevos factores.

    Si hay algo parecido a identidad grupal una vez relatadas, si-

    quiera sea de manera somera, estas incontenibles corrientes mi-

    gratorias que acontecieron por diversos motivos y que llevaron a

    diferentes resultados, slo ser posible a travs de la idea de

    Emergencia35

    . Es la nica va posible para sustituir la tersa unidad

    de un origen de raza no contaminada y de una mismidad adquiri-

    da slo desde los superficiales y efmeros resultados del poder de

    una poca histrica determinada, que se autoinstituye como

    hegemnica.

    identidad socio-cultural que se resiste a la asimilacin fomentada por los

    gobiernos. 34

    En la Enciclopedia Universalis. 35

    Las nuevas y genuinas propiedades emergentes, llegan a ser tales

    cuando ciertas entidades se relacionan de determinada manera, y tienen

    poderes causales no atribuibles a ninguna propiedad o evento anterior-

    mente existente. (Nicols Caparrs en Viaje a la complejidad (T.II),

    Biblioteca Nueva, en preparacin).

  • Tras la huella del nmada... 23

    Conforme operan avances tcnicos, la concentracin financie-

    ra focaliza la actividad industrial y hacia all se orientan los cam-

    pos migratorios, junto a las grandes ciudades. Los nudos de co-

    municacin a nivel intercontinental se agilizan y la Sociedad de

    Naciones plantea la necesidad de formular normas sobre el con-

    trol sanitario o los derechos sociales de los emigrantes, mante-

    niendo un saldo migratorio equilibrado con ciclos en funcin de

    los contratos disponibles. Las administraciones se encargan de

    regular los documentos nacionales que acreditan la identidad y

    algunos pases exigen pasaporte incluso para migraciones inter-

    nas. Junto al derecho de asilo se abre paso el de reagrupamiento

    familiar.

    Las persecuciones religiosas o polticas continan, la presin

    de las minoras tnicas provoca xodos y los totalitarismos re-

    fuerzan sentimientos racistas que conducen a prcticas genocidas,

    deportaciones o concentracin en reservas...

    Economa, ciencia, estudios, deporte, ocio, todo invita a des-

    plazarse, pero cada vez hay mayor desigualdad social y econmi-

    ca; el azaroso lugar de nacimiento marca el destino de un sujeto,

    su esperanza de vida (de treinta y ocho a setenta y nueve aos) y

    el tipo de viaje que emprender. Subdesarrollo, hambre y miseria

    hacen que la vida valga muy poco y se arriesgue insensatamente

    en migraciones temerarias en busca de el Dorado, bien alejados de la moderna locomocin que caracteriza al prspero comercio

    internacional.

    Como dijimos, se retiene con fronteras a los pueblos, no a los

    sujetos; aunque al no poder moverse el sujeto con su pueblo,

    pierde su pertenencia nacional sin devenir con ello ciudadano del

    mundo como contrapartida. Pero el hombre logra, una vez ms,

    vencer las barreras que se le imponen, para seguir desplazndose.

    Restringido el espacio fsico, se abre ante el sujeto del siglo XXI

    un mundo virtual como alternativa. El desplazamiento es ins-

    tantneo, a salvo de fenmenos atmosfricos, pero engaoso. El

    grado de libertad conquistado trae consigo una falsa sensacin de

    autonoma al desplazar las pulsiones primarias a un mundo ms

    abstracto donde todo est en sordina. Se gana libertad abstracta a

  • 24 Isabel Sanfeliu

    costa de perder libertad concreta, es un universo que no conoce

    olores, tacto ni sabor; no duele, pero restringe el placer.

    Con el psicoanlisis se emprende otra importante aventura de

    cariz bien distinto, al encuentro con uno mismo en busca de ma-

    yor grado de autonoma y libertad. Aqu el movimiento es in-

    trapsquico, investimientos, pulsiones y representaciones bullen

    combatiendo con resistencias para reorganizarse.

    Tambin la tendencia de la pareja actual tiene algo de nmada,

    si se nos permite utilizar el trmino en sentido figurado; el deseo

    es interpretado como dependencia y esta no es bien vista en un

    mundo que ensalza una pretendida autonoma con el espejismo de

    libertad ilusoria, aunque acarree en muchos casos un doloroso

    sentimiento de soledad y vaco. El objeto nunca dejar de ser

    necesario, lo es el actual y lo sigue siendo el primigenio velado

    tras l. Como afirma J. D. Nasio36: El objeto amado excita nues-

    tro deseo porque no puede satisfacerlo plenamente, la insatisfac-

    cin es necesaria para relanzar el deseo. Lo que urge la sociedad occidental es satisfaccin y xito

    37,

    pero el objeto original y legtimo de la poltica no es la felicidad

    sino la libertad, recuerda Castoriadis38

    . Libertad que implica un

    individuo social con capacidad reflexiva39

    y de deliberacin, con

    posibilidad de valorar lo que se le ofrece a partir de una serie de

    reglas o leyes estables como marco de referencia.

    EL DRAMA ACTUAL DEL EMIGRANTE FRENTE AL TROTAMUNDOS

    ANOMIA Y MIGRACIN

    36

    Le livre de la douleur et de lamour, 2003, Pars, Payot et rivages. 37

    Con lo que la frustracin se ve as impulsada, censurada y desfigu-

    rada al mismo tiempo. Mucho tiene que ver la hiperactividad que inunda las consultas.

    38 En Le monde morcel, ed. du Seuil, 1990, p.204.

    39 Esta posibilita que la propia actividad del sujeto devenga objeto,

    la explicitacin de s mismo como un objeto no objetivo... slo enton-ces es posible el otro. (Op. Cit., p. 262) Cornelius Castoriadis define

    cuatro supuestos para que se produzca la reflexin: sublimacin, un

    quantum de energa libre, labilidad de investimientos y la posibilidad de

    cuestionar los objetos investidos con anterioridad.

  • Tras la huella del nmada... 25

    Anomia: sin ley. A qu ley acogerse cuando el sentimiento de

    pertenencia se desdibuja, cuando la identidad est tratando de

    reubicarse entre el reciente pasado y un cercano futuro inquietan-

    te? Guyau la contrapone a autonoma en sentido kantiano40

    ; para-

    doja del migrante que, llevando todo consigo, carece de la liber-

    tad que parecera que esta circunstancia puede ofrecer. Otra forma

    de entenderlo: la ausencia de un marco social estable no conduce

    a la felicidad sino a la desmoralizacin; la anomia surge cuando la

    sociedad deja de ejercer una funcin reguladora sobre las pasio-

    nes. As podra sintetizarse el concepto definido por Durkheim41

    .

    Perspectiva social en este, que cie al individuo a contemplar sus

    aspiraciones en el marco de un conjunto de reglas y presiones

    sociales.

    El ser humano puede vivir en una tierra sin lmites apoyndose

    en los valores del grupo; los pueblos nmadas se han aferrado,

    para sobrevivir, a cdigos y normas muy estrictos (los gitanos dan

    buena muestra de ello, su cerrada organizacin social no parece

    abonar la situacin de anomia). El emigrante, transterrado a su

    pesar, porque el suelo del que forma parte le es hostil, resulta sin

    embargo muy vulnerable en este sentido: mientras el nmada

    hace del no afincarse un credo, quien migra debe abandonar el

    suyo, ignorando todo sobre la cultura que caracteriza su destino.

    Nos permitimos este pequeo inciso para introducir la forma

    en que W. Thomas y F. Znaniecki42

    aplican el concepto a la emi-

    gracin, a travs de las nociones de desmoralizacin y desorgani-

    zacin social. En sus estudios sobre inmigrantes polacos en Nor-

    teamrica, observan la desorganizacin social de las familias y,

    correlativamente, la desmoralizacin y violencia de sujetos cuya

    vida est desprovista de metas. Argumentan que los rpidos cam-

    bios a que estamos actualmente sometidos, dejan obsoletas a gran

    40

    En el Diccionario de Filosofa de Ferrater Mora (Barcelona, Ariel,

    1994). 41

    Tal como lo plantea un referente fundamental para guiarme en este

    concepto: Raymond Boudon en la Enciclopedia Universalis. 42

    (1920) En el cuarto volumen de El campesino polaco en Europa y

    Amrica. Monografa de un grupo inmigrante. Boston, masa.: Tejn.

  • 26 Isabel Sanfeliu

    velocidad las reglas tradicionales; esta etapa de transicin, con

    normas mal definidas, puede llevar a la desmoralizacin descrita

    por Durkheim que, a su vez, conduce a un deterioro, dicen, de las

    instituciones.

    El concepto durkheniano43

    caracteriza la situacin en la que se

    encuentran los individuos cuando las reglas sociales que regulan

    su conducta pierden poder, son incompatibles entre s, o se ven

    minadas por cambios sociales y deben ceder su lugar a otras. La

    inestabilidad trae consigo desengao y frustracin; pero lo que

    conduce a este colapso es de un calado muy complejo, no slo

    atae a una estructura social incapaz de proveer al individuo de

    los medios necesarios para alcanzar metas que le exige lograr, al

    tiempo que le condena a sentirse fracasado si no lo consigue. Se

    supone que la anomia es un colapso de gobernabilidad por no

    poder controlar el escenario emergente de alienacin de una sub-

    cultura, lo que provoca una situacin desorganizada, un compor-

    tamiento asocial.

    En cuanto a la migracin, si las reglas que regan la comuni-

    dad de origen perseveran en la unidad de acogida, la adaptacin

    se facilita. En otros casos, los guetos proveen de referentes y sir-

    ven de refugio inicial; esta integracin puede preservar de la des-

    moralizacin a la que aludimos, pero conduce a la marginacin en

    la sociedad de acogida. El migrante pertenece a dos mundos y

    vive en tensin entre ellos; regresar es un proyecto, pero el deseo

    por arraigar en el lugar de destino tambin se abre paso. La volun-

    tad de cambio debera conllevar la de conocer y asumir las nuevas

    reglas para encarar conflictos sin verse obligado a perder lazos

    con el origen. Si el nuevo sistema de reglas no logra imponerse,

    se produce caos y desnimo; en las fases de transicin es fcil

    observar una conducta errtica que refuerza conflictos tanto in-

    trapsquicos como entre subgrupos. La identidad de una sociedad

    inmigratoria sana se ve sometida a una evolucin permanente.

    Degustar la nueva cultura y conciliar con ella trazas del disfru-

    te o el dolor de antao, puede no ser mala frmula para que arrai-

    43

    Recogido entre otros por Sartre en su Crtica de la razn dialcti-

    ca.

  • Tras la huella del nmada... 27

    gue el sentimiento de pertenencia que puede poner a salvo de la

    anomia. Aqu la responsabilidad recae en el sujeto, es difcil re-

    solver la sempiterna dicotoma individuo-sociedad.

    Recurro a los elementos que Pichn Rivire considera condi-

    cionan el cambio, para proponer un divertimento como vacuna antianomia en unas supuestas condiciones ideales: lograda la pertenencia, surgirn empata y comunicacin; queda esclarecer

    una tarea y el aprendizaje se pondr en marcha a travs de la co-

    operacin, de forma que la accin resultante sea pertinente.

    O tambin: El hecho de anomia se sita all donde, de una manera brutal, inspirada, se establecen cortocircuitos entre diver-

    sos discursos poltico, literario, etc.- provocando configuracio-nes inditas, an no conceptualizadas y siempre perecederas; as lo expres Duvignaud

    44.

    MIGRAR CON EL GRUPO DE PERTENENCIA

    O CON EL GRUPO IMAGINARIO

    Frente a las duras condiciones externas que han marcado la

    trayectoria de los nmadas de todos los tiempos, la solidez de su

    grupo de pertenencia, el hecho de viajar en el marco de una cultu-

    ra cumpliendo una tradicin, ofreca contencin suficiente para

    44

    Lanomie, La Dcouverte, 1986.

  • 28 Isabel Sanfeliu

    salir indemnes de muchos peligros; pensemos en el Sina de

    Moiss.

    Nada que ver con la aventura que emprende el emigrante ac-

    tual. Los grupos que acompaan a la hora de atravesar fronteras,

    tienen muy distinto perfil. En lo real, compaeros que compiten

    en la lucha por la supervivencia (no slo los gidos guas roban y engaan); en lo imaginario dos polos: en el origen, la familia

    que espera y deposit sus expectativas de cambio en l; en la me-

    ta, ilusiones y miedo ante un mundo desconocido al que enfren-

    tarse. Flota en el aire un sentimiento ambiguo: se van los jvenes

    y fuertes, pero si no regresan, quin levanta el pas de origen?

    Salir adelante o llevar patrimonio a la tierra madre... Y, entre

    tanto, quedan a veces anclados en fuwais45

    -lugares en el camino

    no buscados- y con un precario sentimiento de identidad; en mu-

    chos casos es vital no revelar en el camino la procedencia ni el

    nombre real.

    Dejar nuestro nombre, ese que hace que aqu seamos gente que se respeta porque conocen la historia de nuestra

    familia... donde vamos no seremos nada. Pobres sin histo-

    ria, sin dinero.46

    Otra cosa es el aptrida que no posee nacionalidad47

    ; ningn

    Estado le protege ni est sometido a ninguna legislacin. No to-

    dos los refugiados son aptridas aunque as se les considere a

    veces. Pudo perder la nacionalidad o nacer sin ella y reducirse la

    filiacin al vnculo de sangre. Las reglas de derecho internacional

    slo se aplican al extranjero que posee nacionalidad, aunque pue-

    den darse excepciones. Los aptridas adoptan el estatuto de los proscritos medievales en el mundo moderno (Hannah Arendt). El Consejo de la ONU, tras estudiar su problema, cre un estatuto

    para ellos, pero esto no evita que la ilegalidad sea aprovechada

    por el mercado laboral para explotarlos. Sin papeles hacen tra-

    45

    Barracones abandonados que se utilizan en el camino a Europa. 46

    Laurent Gaud, El Dorado, Babel, Actes sud, 2006, p. 46 47

    A pesar de que la Declaracin Universal de los Derechos del hom-

    bre afirme que todo individuo tiene derecho a una.

  • Tras la huella del nmada... 29

    bajos necesarios y que nadie quiere en pases desarrollados, su

    ilegalidad favorece el chantaje.

    La prensa se ve salpicada todos los das por breves noticias de

    este porte: Rosarno (en Calabria): 2.500 subsaharianos tempore-

    ros vivan en una vieja fbrica en tiendas de campaa sin agua,

    luz, ni baos, a cambio de 25 diarios a jornada completa. El prroco dice que es una guerra de pobres contra pobres; no hay

    estado, manda la mafia. A los africanos les cuesta ms que a los

    blgaros integrarse. Recordemos que cuando se alude a emigran-

    tes africanos, es muy frecuente olvidar que se hace referencia a un

    continente en el que cada pas, cada clan, cada familia, posee una

    cultura y reglas propias.

    2.000 sin papeles instalados en un edificio vaco de Pars cele-

    bran cada mircoles su marcha de protesta de los sans-papiers, en Francia no se esconden. (Ulrich Beck). En Pars, junto al bule-

    var Barbs, se encuentra el mercado Dejean en el que puede en-

    contrarse pescado de Senegal, cerveza de Costa de Marfil o zumo

    de fruta de Togo; es un histrico barrio africano que fue tambin

    lugar de acogida para inmigrantes asiticos y europeos.

    Steven Johnson, de veintisis aos, despus de pasar dos en

    Europa, reconoce que estaba mejor en frica, esto es insoporta-ble, sal siendo un nio, haba guerra en mi pas... o que los ita-

    lianos reciban refugiados polticos, pero me atacaron y ahora me

    tengo que ir pero no s dnde est mi familia. Morir por miedo a ser expulsado: Kadero, un argelino sin pa-

    peles de diecinueve aos, se ahoga en la ra de Bilbao al huir de la

    polica. No tena antecedentes penales, haba llegado en patera a

    Andaluca. Vino sin mucha necesidad, dijeron los padres.

    Nuestros hijos sern hijos de inmigrantes all donde

    estemos... pero sus hijos estarn a salvo, lo s. Es as,

    hacen falta tres generaciones... Lo ms duro no es para no-

    sotros que tendremos la memoria... nuestros hijos no

    tendrn esas armas. Nuestra lengua les dar vergenza, nuestra vestimenta, nuestro acento. Querrn esconderse de

    nosotros. [Jamal a su hermano Soleiman]48

    48

    Gaud, op. Cit., p.54.

  • 30 Isabel Sanfeliu

    Las relaciones afectivas dan pie a mapas cada vez ms com-

    plejos: familias de condicin mixta (con y sin papeles, de distinta

    nacionalidad), inmigrantes ilegales que tienen hijos siendo ilega-

    les... curiosamente puede ser el hijo con la nueva nacionalidad

    quien ms aore y desee volver a la tierra de sus ancestros.

    La pobreza cobra relieve en medio de la abundancia. Se invier-

    ten sumas considerables en polticas sociales pero fracasan por su

    organizacin interna, por las reglas de mercado... la miseria choca

    con trabas irracionales que no permiten reconocer al otro como

    semejante con los mismos derechos, venga de donde venga y

    tenga el credo o ideologa que tenga. Tampoco se tienen en cuen-

    ta los ttulos universitarios si no es tras laboriossimas convalida-

    ciones obstaculizadas por mil trmites contradictorios. La aboli-

    cin de la pobreza presupone el derecho de todo individuo a ser

    admitido por otro, pero los vagabundos, nmadas o emigrantes, se

    ven condenados a la exclusin, no son productivos. Espaa, Irlanda o Italia, son pases de emigrantes que, desde

    1999, han visto incrementar su poblacin extranjera de 750.000 a

    ms de cinco millones en 2008. En los restos de la muralla de

    Berln hoy se superponen psters y grafitis que componen una

    segunda piel testimonio de nuevas historias de extraos ciudada-

    nos. Kreuzberg (la montaa de la cruz), uno de los barrios ms

    multiculturales del mundo49

    , desde hace siglos viene siendo lugar

    de trnsito de variopintos grupos de poblacin de casi doscientas

    nacionalidades; marginados, bohemios y bulliciosos, no gratos en

    otras latitudes, conviven en paz en pleno corazn de Alemania.

    LTIMOS NMADAS

    Sobreviven escudriando lugares cada vez ms inhspitos o en

    reservas menguantes y amenazados por la potestad de un estado

    frente al que nada puede su autoridad ancestral. Tendrn que

    renunciar a su identidad para vivir?

    Los hadza, no cultivan la tierra, no cran ganado y viven sin

    reglas ni calendarios. Llevan una existencia de cazadores-

    49

    Lola Huete lo refiere as en El Pas semanal de octubre 2009 (El

    corazn mestizo de Berln)

  • Tras la huella del nmada... 31

    recolectores en Tanzania que apenas ha cambiado en 10.000 aos.

    El anciano Onwas relat su biografa a Michael Finkel50

    a travs

    de las cicatrices que le cubren brazos y torso (caceras, mordedu-

    ras de serpientes, cuchillos, flechas, espinas...). Siempre estn en

    marcha: antao se movan libremente por un rea de ms de

    10.000 Km2, slo conservan la cuarta parte de sus tierras nativas.

    Mantienen una lengua no relacionada con ninguna otra y, a su

    travs, puede vislumbrarse cmo se viva antes del nacimiento de

    la agricultura. No practican la guerra y su pequea densidad de

    poblacin no est amenazada por brotes infecciosos. Se mantie-

    nen porque su territorio nunca fue un lugar atractivo: suelo salino

    donde escasea el agua dulce, bichos insoportables, nadie quiere

    vivir all.

    En Nger, los wodaabe son un pueblo resistente que, a pesar de

    las duras condiciones que aguanta, es alegre, bromista y dedica

    mucho tiempo a realzar la belleza masculina. Excavan a mano

    pozos que sirven a modo de precarios oasis para sus ovejas y

    cebes, se trasladan constantemente con temperaturas que alcan-

    zan los 50 y viven dispersos acampando en empalizadas semicir-

    culares de ramas secas y espinosas. Mantienen un sinfn de tabes

    del pasado que conciernen en lo fundamental a las relaciones

    sociales.

    50

    En National Geographic, enero 2010

  • 32 Isabel Sanfeliu

    La minora magiar se ha visto recientemente amparada por

    una ley aprobada por el Parlamento de Hungra (el 26 de mayo)

    que les concede la nacionalidad51

    . El tema inquieta a los pases

    limtrofes (Rumania, Serbia y Ucrania) donde quedaron ms de

    tres millones de magiares por la prdida de territorio tras la I Gue-

    rra Mundial, ya que en un par de dcadas, el gobierno de Buda-

    pest podra intentar cambiar las lindes en funcin del principio

    tnico.

    En la India quedan 80 millones de nmadas identificados en

    unos quinientos grupos sin unidad de casta, idioma ni regin. Los

    gadulia lohar52

    forjaban las armas de reyes hindes, pero todo

    cambi con la ley de vagos y maleantes impuesta por los adminis-

    tradores britnicos en el siglo XIX que vea en aquella gente de

    lengua roman y tez oscura, a delincuentes y corruptos; aquellos

    grandes herreros, que otorgaban valor a su artesana en la medida

    en que se lo daban a su identidad, hoy son hojalateros o domado-

    res de osos. Los lohar, al ser derrotados por los rajputs, podero-

    sos guerreros de casta alta, juraron que nunca volveran a hacer noche en una aldea, encender una lmpara despus del anochecer,

    ni usar una cuerda para sacar agua de un pozo, sintindose con-denados a una vida de trashumancia y sacrificio. Tambin se pue-

    de tropezar en la zona con itinerantes pastores de bfalos que

    sortean carreteras y solares tapiados para lograr algo de pasto en

    poca de lluvias; la estacin seca les obliga a detenerse en alguna

    tierra cuyo dueo les dar una miseria por cavar o trasquilar ove-

    jas. Los qalandari viajan con sus osos y monos amaestrados, los

    nats son acrbatas y los kanjar curanderos. El estigma de crimi-

    nalidad todava acompaa hoy a los gitanos.

    A pesar de las duras condiciones de la tundra siberiana, los

    nenet (antes samoyedos) viven en ellas con sus renos desde hace

    miles de aos; en la actualidad, intereses de la industria capitalista

    por la que podra ser la mayor reserva de gas natural del mundo,

    pueden poner en peligro su existencia. Fen Montaigne sigui la

    51

    La noticia se publica en El Pas el 27 de mayo de 2010. 52

    Sobre los que nos documenta John Lancaster en Los ltimos nmadas. National Geographic, febrero 2010.

  • Tras la huella del nmada... 33

    caravana de Serotetta con tres generaciones de su familia, siendo

    testigo de cmo las mujeres montan y desmontan el chum o tienda

    familiar y encienden el fuego; sus rebaos de renos pastan en

    verano sobre enormes yacimientos de gas. Migran anualmente

    desde el refugio de los bosques nrdicos a la desnuda tundra de

    Yamal, por encima del crculo polar rtico donde los renos se

    aparearn y tendrn a cras. Todava trashuman cerca de 10.000

    nenets, orgullosos de la identidad que respalda una tradicin de

    cientos de aos; con calma, cuidndose del sol, porque como reza

    un refrn nenet: aquellos que tienen prisa en la tundra, tienen prisa por morir. Las nuevas generaciones estn obligadas a asis-tir a la escuela gran parte del ao, luego tendrn que elegir entre

    seguir su tradicin o incorporarse a la Rusia actual. En Finlandia

    los sami ya siguen a sus renos en vehculos, otros dejaron de tras-

    humar.

    Grandes tribus guerreras se han visto trasladadas a reasenta-

    mientos al descubrirse diamantes en su reserva; all se aferran a

    sus tradiciones como nica posesin. Al irse reduciendo el territo-

    rio en el que les es permitido cazar, los bosquimanos de frica

    meridional se ofrecen como atraccin turstica para sobrevivir53

    ;

    tambin han tenido que aadir apellido a sus nombres para poder

    rellenar formularios (Tchilxo se aadi Xamsed y ahora es Len sin suerte).

    Difieren la lengua, la raza y sus costumbres, pero tienen en

    comn la economa pastoril y el rechazo por las civilizaciones

    urbanas, la antao cultura de la azada.

    El nomadismo se encuentra cada vez ms constreido; como

    argumento, problemas de censo que esconden en muchos casos

    aspectos de xenofobia. Otro tanto podramos decir del desarraigo

    del emigrante, al que muchos asocian con problemas de delin-

    cuencia y que, marginado, se refugia en comunidades que dificul-

    tan la integracin en una nueva cultura. Segn Mapahumano,

    53

    Quedan unos 85.000; se considera que son de los ltimos represen-

    tantes de un estilo de vida basado en la caza y la recoleccin. El uso de

    armas o caballos est restringido, de forma que lo poco que se les permi-

    te cazar, lo hacen al modo tradicional.

  • 34 Isabel Sanfeliu

    existen en la actualidad 40 millones de nmadas (en Chile, Co-

    lombia, Venezuela, Brasil, Medio Oriente, Groenlandia, Mxico,

    Sahara, los tuaregs en Europa, Siberia, Mongolia, Kenia, Mauri-

    tania y Nepal) que se desplazan en busca de pastos y agua, a veces en largusimas travesas. Es la nica forma de superviven-

    cia de los climas ms extremos, la misma que hace 500 aos. Tambin hay mdicos con vocacin nmada como, por ejem-

    plo, el doctor Rueda en los Andes peruanos, que reparte educa-

    cin junto a primeros auxilios. Ms estructuradas, organizaciones

    no gubernamentales ofrecen una digna alternativa a aquellos que

    no se resignan a ser meros testigos de tanta desigualdad; es otra

    vertiente de la migracin.

    EL NECESARIO RETORNO REAL O IMAGINARIO-

    Cuando nuestros ancestros dejaron el Valle del Rift, todo esta-

    ba por construirse, incluso el rico potencial que caracteriza el

    psiquismo de nuestra especie. Entonces, el precario lenguaje re-

    sultaba eficaz instrumento de comunicacin, pero todava faltaba

    madurez para que la estructura lingstica permitiera rememorar y

    las representaciones adquirieran el grado de abstraccin que luego

    alcanzaran. En aquel entonces imperaba el presente, la ocurren-

    cia feliz frente a la adversidad del momento. Lo que quedaba

    atrs (tierras, posesiones, muertos...) deba ceder con urgencia

    espacio a novedosas ofertas de la realidad externa y a la propuesta

    de adaptacin que brindaba su psiquismo.

    Para los primeros nmadas, moverse en grupo pudo hacer me-

    nos dolorosas las prdidas y menos necesaria la elaboracin de su

    duelo; iban tras el sustento y formaban con el mismo una totali-

    dad. El autntico nmada lleva sus duelos consigo, caso distinto

    es el emigrante que pierde sus races y, con ellas, muchos de sus

    objetos investidos.

    Migrar es un concepto vago, abarca cualquier forma de viaje

    que puede estar unido a grandes acontecimientos (religiones, gue-

    rras, catstrofes naturales) o deseos individuales. El hambre obli-

    ga a caminar, tambin la paz o el deseo de colonizar tierras leja-

    nas. La migracin puede resultar peligrosa, forzada, deseada... no

    es una mera cuestin lgica a partir de la adversidad. Creencias,

  • Tras la huella del nmada... 35

    situacin personal, relacin del pas de origen con otras naciones

    (en el pasado y en el presente), rutas preestablecidas... la decisin

    y el destino se ven sobredeterminados; tambin los avatares de lo

    vivido en el proceso, marcarn el deseo o la necesidad de retorno.

    Ninguna barrera es fcil de atravesar, necesariamente hay que

    abandonar algo tras de s, hay que arrancarse la piel para dejar el propio pas... todas las fronteras hieren54. Y las cicatrices recuer-dan lo que se abandon; la culpa abruma, amenaza el sentimiento

    de deslealtad con los que quedaron (personas concretas o pueblo).

    Entre los africanos que emigran, es frecuente el deseo de regresar

    a la pobreza de su tierra para poner en marcha ambiciosos planes

    (escuelas, hospitales...), proyecto que quedar relegado en mu-

    chos casos como consuelo de un exilio perpetuo; la idea de regre-

    sar es un mito que ayuda a seguir luchando, sirve para no perder al menos en lo imaginario- el contacto con lo que se dej. Puede

    endulzar momentos de soledad y proveer del afecto que no se

    encuentra en el mundo real.

    Claro que el aorado regreso tambin se abre paso en ocasio-

    nes de forma impulsiva, en otras largo tiempo programada. La migracin exige recrear cosas bsicas, fundamentales, que se

    crean hechas de una vez y para siempre... todo esto demanda

    mucho esfuerzo psquico... pero nunca ser uno de ellos... enton-

    ces suelen comenzar a rondar las fantasas de retorno al propio

    pas, buscando recuperar el arraigo perdido.55 El regreso quiz resulte una nueva migracin. Tras la apa-

    riencia relativamente estable del mundo, la gente se desplaza,

    silenciosamente apunta Michael Parfit, testigo de cmo 450.000 refugiados ruandeses extenuados, avanzaban en silencio; regresa-

    ban de los campos de Tanzania que abandonaron en menos de una semana- a su pas natal, en diciembre de 1996. Aos antes,

    quince millones de hindes, sikh y musulmanes fueron desplaza-

    dos entre India y Pakistn al partirse el continente en 1947. Habr-

    a tantos ejemplos...

    54

    Gaud, op. cit., p.99. 55

    Len y Rebeca Grinberg, Migracin y exilio. Madrid, Biblioteca

    Nueva, 1996. (p.169)

  • 36 Isabel Sanfeliu

    Partir es partirse... lo imposible que resulta partir por entero, completo. 56

    Len y Rebeca Grinberg observan que los jvenes migran con

    ms soltura, no slo por flexibilidad frente a los cambios, tambin

    porque los padres permanecen y siempre se puede volver. Aadir-

    amos que no conviene olvidar el talante inquieto y emprendedor

    que acompasa los pocos aos y las utopas clsicas de la edad: el mundo les pertenece, el punto de partida no puede por tanto se-ducir como destino.

    Existe un perfil peculiar de migraciones, las temporales. Fe-

    chas concretas marcan el momento de volver tras cumplir objeti-

    vos de estudio o trabajo. Aqu no hay desarraigo, la identidad no

    se resquebraja ante un destino notoriamente incierto, aunque s

    comparte el miedo al fracaso, la primera confrontacin con el

    hecho de ser peculiar, la no integracin como posible salida; en

    este caso, quiz surjan recursos desde la solidez de una estructura

    psquica acabada o, tal vez, se quede capturado en un movimiento

    regresivo que ponga en marcha aoranza o rabia. La exclusin es,

    a fin de cuentas, una raz de la violencia. El hombre global, inmerso en tal magnitud de culturas, puede creer en su omnipo-

    tencia encontrarse a s mismo en una especie de mestizaje univer-

    sal; sera la otra cara del racismo y, ninguna de las dos alternati-

    vas parece respetar la diferencia sujeto/objeto necesaria para lo-

    grar el vnculo. Perderse en la cultura de acogida rechazando las

    races, puede empequeecer tanto como aferrarse a su tradicin

    pretendiendo utpicamente un retorno sin contaminaciones. Tener un cdigo de comunicacin no asequible al dilogo,

    puede acarrear frustracin y rabia. El contexto impone un nuevo

    aprendizaje que ser ms o menos arduo en funcin de las condi-

    ciones en que deba producirse (urgencia por adaptarse, rechazo a

    lo que se dej o negativa a integrarse en una cultura que se miti-

    fic en la partida y ha decepcionado). La necesidad hace que la

    comprensin del nuevo idioma se acelere, luego habr ocasiones

    en las que simular ignorancia permita esquivar un momento com-

    prometido.

    56

    Comentario de un paciente de los Grinberg, Op. cit., p.175.

  • Tras la huella del nmada... 37

    Los movimientos migratorios aumentan conforme lo hacen las

    condiciones adversas de un lado y la incitacin al consumo por

    otro. La increble cantidad de dinero que circula por el globo re-

    mitida por emigrantes, conforma una red organizada que une el

    mundo y refleja tanto aoranza o culpa como xito en la misin

    que se emprendi. Los intereses se multiplican y en algunos pa-

    ses se favorece la permanencia del que migr; en estos casos, la

    segunda y tercera generacin ya no hablar de prdidas o des-

    arraigo, el posible regreso se realizara en busca de una novela

    biogrfica que rellene la historia imaginaria urdida hasta entonces

    de retazos.

    La cultura se mueve con su gente pero no siempre se consigue

    la integracin cultural con el lugar de acogida. El conflicto cultu-

    ral lo es entre culturas o entre grupos concretos? La cultura que

    nos acoge al nacer se mantiene a modo de envoltorio narcisista

    identitario. Voz de la madre que envuelve Cuando la madre habla

    es un individuo social, habla la lengua de una sociedad concreta

    que conlleva especficos significados imaginarios, es portavoz de

    miles de generaciones que la antecedieron; la madre es la primera

    y masiva- representante de la sociedad para el recin nacido. Interiorizar la representacin del objeto madre, es lo que permite

    al nio los primeros ensayos de alejamiento y el retorno en su

    bsqueda. Pequea migracin que para su protagonista es hazaa

    prodigiosa.

    Pero al referirme a la necesidad de un retorno, aluda tambin

    a la recuperacin de un pasado, de una historia que relatarse sobre

    s mismo sin la que un sujeto no puede establecer vnculos. Incor-

    porar a travs de representaciones aquello que nunca dej de for-

    mar parte de s aunque as se experimentara. No es en el lugar de

    origen donde la identidad conseguir elementos para reestructu-

    rarse tras el desgarro, la mente batalla incrdula y es dentro de s,

    donde una vez asumidas las ambivalencias, hallar reposo para

    continuar su trayecto vital vencido el extraamiento. Entonces

    cabe ya cualquier destino...

    Le invadi una profunda calma... lo nico que conta-ba para l era que haba encontrado lo que hara en adelan-

  • 38 Isabel Sanfeliu

    te. De ciudad en ciudad, de pas en pas, no sera ms que

    una sombra que da valor a los hombres. La estatua viva a

    cuyos pies se depositan ofrendas para pedir clemencia a

    los dioses... como un brahman silencioso. Se convirti en

    la sombra de Massambalo.57

    57

    Gaud, op. Cit. (p.234). Massambalo (Hamassala o El-Rasthu, tie-

    ne muchos nombres), es el dios de los emigrantes; vive en frica, en un

    agujero del que nunca sale. Tiene espritus que viajan por l y pueden

    adoptar formas distintas (nio que guarda cobras, vieja...). A travs de

    estas sombras, cuida a los cientos de miles de hombres que dejaron su

    tierra.