traducción de la producción social del espacio - henri lefebvre

Upload: german-valdes

Post on 02-Apr-2018

235 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    1/67

    H Lbv Th Pt Sp

    T l spl :

    THe ProducTion of SPaceH Lbv

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    2/67

    L P Sl l esp H Lbv

    i

    No hace muchos aos, la palabra espacio tena un signicado estrictamente geomtrico: la idea que evocaba era simplemente la de un

    rea vaca. En la prctica acadmica en general se acompaa de algo as como epteto Euclides, isotrpica o innito, y la sensacin

    general era que el concepto de espacio es en ltima instancia uno matemtico. Hablar de espacio social, por lo tanto, habra sonadoxt.

    No es que el largo desarrollo del concepto de espacio se haba quedado en el olvido, pero hay que recordar que la historia de la losofa

    tambin declar a la emancipacin gradual de las ciencias - y, especialmente, de las matemticas, desde sus races comunes en la

    metafsica tradicional. El pensamiento de Descartes fue visto como el punto decisivo en la elaboracin nal del concepto de espacio, y

    la clave de su forma madura. Segn la mayora de los historiadores del pensamiento occidental, Descartes haba puesto n a la tradicin

    aristotlica que sostena que el espacio y el tiempo estaban entre aquellas categoras que facilitaron la forma de nombrar y clasicar a

    la evidencia de los sentidos. El estado de estas categoras hasta entonces quedaba poco claro, ppara que pudieran ser considerados ya

    s m smpls hmts mps p p ts ls sts, , lttvmt, m gls lg m

    sp ls pbs pts p ls gs ssls l p. c l vmt l lg ts, s mbg, l

    sp hb t l l bslt. cm bjt pst Sjt, m res extensaopuesta a, y presente a, res cogitans

    el espacio los domin, conteniendolos, todos los sentidos y todos los cuerpos.

    Era, por lo tanto, el espacio un atributo divino? O era una orden inmanente a la totalidad de lo que existe? Tales eran los trminos en

    los que el problema estaba formulado por aquellos lsofos que llegaban en la estela de Descartes - para Spinoza, para Leibniz, para los

    wts.

    Entonces Kant revivi, y revis, la vieja nocin de la categora. El espacio kantiano, aunque relativo, aunque sea una herramienta de

    conocimiento, una forma de clasicar los fenmenos, era sin embargo, muy claramente separado (junto con el tiempo) de la esfera

    emprica: que perteneca a priorial reino de la conciencia (es decir, del sujeto) y forma parte de esa rea interna, ideal - y por lo tanto

    1PLan deL PreSenTe

    TraBaJo

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    3/67

    H Lbv Th Pt Sp

    i

    Not so many years ago, the word 'space' had a strictly geometrical meaning: the idea it evoked was simply that of an empty area. In

    scholarly use it was generally accompanied by some such epithet as 'Euclidean', 'isotropic', or 'innite', and the general feeling was tha

    the concept of space was ultimately a mathematical one. To speak of 'social space', therefore, would have sounded strange.

    Not that the long development of the concept of space had been forgotten, but it must be remembered that the history of philosophy also

    testied to the gradual emancipation of the sciences and especially of mathematics -from their shared roots in traditional metaphysics

    The thinking of Descartes was viewed as the decisive point in the working-out of the concept of space, and the key to its mature form

    ag t mst hsts Wst thght, dsts h bght t th asttl tt whh hl tht sp

    tm w mg ths tgs whh ltt th mg lssg th v th sss. Th stts sh tg

    had hitherto remained unclear, for they could be looked upon either as simple empirical tools for ordering sense data or, alternatively, as

    generalities in some way superior to the evidence supplied by the bodys sensory organs. With the advent of Cartesian logic, however

    sp h t th lm th bslt. as objt pps t Sbjt, s s xts pps t, pst t, s gts, sp

    came to dominate, by containing them, all senses and all bodies.

    Was space therefore a divine attribute? Or was it an order immanent to the totality of what existed? Such were the terms in which the

    problem was couched for those philosophers who came in Descartess wake for Spinoza, for Leibniz, for the Newtonians.

    Then Kant revived, and revised, the old notion of the category. Kantian space, albeit relative, albeit a tool of knowledge, a means

    of classifying phenomena, was yet quite clearly separated (along with time) from the empirical sphere: it belonged to the a priori realm

    of consciousness (i.e. of the subject), and partook of that realms internal, ideal - and hence transcendental and essentially ungraspable

    1PLan of THe

    PreSenT WorK

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    4/67

    L P Sl l esp H Lbv

    transcendental y esencialmente incomprensible (o inteligible) - estructurada.

    Estos debates prolongados marcaron el cambio de la losofa de la ciencia del espacio. Sera un error al pronunciarlas anticuadas, sinembargo, tienen una importacin ms all de los momentos o etapas en la evolucin del Logos occidental. As que lejos de limitarse a

    la abstraccin con la que ese Logos otorga en su declive a la llamada losofa pura, se plantean cuestiones especcas y concretas, entre

    ellas las cuestiones de simetra frente asimetra, de objetos simtricos, y de los efectos objetivos de las reexiones y los espejos. Toda

    estas son preguntas a las que 1 se regresan por sus implicaciones para el anlisis del espacio social.

    ii

    Los matemticos, en el sentido moderno de la palabra, emergieron como los propietarios de una ciencia (y de una solicitud de la

    condicin cientca) bastante separadas claramente de la losofa - una ciencia que se consideraba necesaria y autosuciente. As los

    matemticos se apropiados del espacio y del tiempo, y los hicieron parte de su dominio, sin embargo, lo hicieron de una manera bastante

    paradjica. Inventaron espacios - un indenido , por as decirlo, de espacios: los espacios no euclidianos, espacios curvos, espacios

    de x dimensiones (incluso los espacios con una innidad de dimensiones), espacios de conguracin, los espacios abstractos, espacios

    denidos por deformacin o transformacin, por una topologa, y as sucesivamente.

    A la vez muy general y altamente especializado, el lenguaje de las matemticas se dispuso a discriminar y clasicar entre todos estos

    innumerables espacios de la forma ms precisa posible. (Al parecer, el conjunto de espacios, o espacio de espacios , no se presta muy

    fcilmente a la conceptualizacin.) Sin embargo, la relacin entre las matemticas y la realidad - la realidad fsica y social - no eraevidente, y de hecho una profunda divisin se haba desarrollado entre estos dos reinos.

    Los matemticos que haban abierto la problemtica posteriormente la abandonaron a los lsofos, que estaban ms que dispuestos

    a apoderarse de l como un medio de recuperar el terreno que haban perdido. De esta manera se convirti el espacio - o, ms bien, se

    convirti una vez ms - en la misma cosa que una tradicin losca anterior, a saber, el platonismo, haba propuesto en oposicin a las

    categoras de la doctrina: se convirti en lo que Leonardo da Vinci haba llamado una cosa mental.

    La proliferacin de teoras matemticas (topologas), lo que agrava el viejo problema del conocimiento : cmo harn la transicin

    desde los espacios matemticos (es decir, de las capacidades mentales de la especie humana, de la lgica) a la naturaleza, a la prctica

    en primer lugar y en segundo lugar a la teora de la vida social - que tambin presumiblemente debe desarrollarse en el espacio?

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    5/67

    H Lbv Th Pt Sp

    -structure.

    These protracted debates marked the shift from the philosophy to the science of space. It would be mistaken to pronounce them outdatedhowever, for they have an import beyond that of moments or stages in the evolution of the Western Logos. So far from being conned

    within the abstractness with which that Logos in its decline endowed so-called pure philosophy, they raise precise and concrete issues

    among them the questions of symmetry versus asymmetry, of symmetrical objects, and of the objective effects of reections and mirrors

    These are all questions to which 1 shall be returning because of their implications for the analysis of social space.

    ii

    Mathematicians, in the modern sense of the word, emerged as the proprietors of a science (and of a claim to scientic status) quite clearly

    detached from philosophy a science which considered itself both necessary and selfsufcient. Thus mathematicians appropriated

    space, and time, and made them part of their domain, yet they did so in a rather paradoxical way. They invented spaces - an indenity

    so to speak, of spaces: non-Euclidean spaces, curved spaces, x-dimensional spaces (even spaces with an innity of dimensions), spaces

    of conguration, abstract spaces, spaces dened by deformation or transformation, by a topology, and so on.

    At once highly general and highly specialized, the language of mathematics set out to discriminate between and classify all these

    innumerable spaces as precisely as possible. (Apparently the set of spaces, or space of spaces, did not lend itself very readily to

    conceptualization.) But the relationship between mathematics and reality - physical or social reality was not obvious, and indeed ap t h vlp btw ths tw lms.

    Those mathematicians who had opened up this problematic subsequently abandoned it to the philosophers, who were only too happy

    to seize upon it as a means of making up a little of the ground they had lost. In this way space became - or, rather, once more became

    the very thing which an earlier philosophical tradition, namely Platonism, had proposed in opposition to the doctrine ol categories: i

    became what Leonardo da Vinci had called a mental thing.

    The proliferation of mathematical theories (topologies) thus aggravated the old problem of knowledge: how were transitions to be

    made from mathematical spaces (i.e. from the mental capapacities of the human species, from logic) to nature in the rst place, to

    practice in the second, and thence to the theory of social life which also presumably must unfold in space?

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    6/67

    L P Sl l esp H Lbv

    iii

    De la tradicin de pensamiento que acabamos de describir - es decir, de una losofa del espacio revisada y corregida por las matemticasel campo moderno de investigacin conocido como epistemologa ha heredado y adoptado la nocin del espacio como una cosa

    mtl lg mtl. al msm tmp, l t jts, m l spst lg l lg, h j s

    slo en los lsofos, sino tambin a los escritores y lingistas. El resultado ha sido una amplia proliferacin de sets (conguraciones)

    lgs pts 1, ts hsts 2, p ts vtblmt mp s lg pp. ng sts gps, ss

    lgicas, tienen algo en comn con la losofa cartesiana.

    Ningn lmite en absoluto se han establecido sobre la generalizacin del concepto de espacio mental: no existe una claridad de lo que

    nunca se da y, segn el autor depende lo que se est leyendo, lo que se puede connotar en la coherencia lgica, la coherencia prctica

    la autorregulacin y las relaciones de las partes con el todo, el generar el gusto por el gusto en un conjunto de lugares, la lgica de

    envase frente al contenidos, y as sucesivamente. Siempre estamos escuchando sobre el espacio de este y / o en el espacio de que: sobre

    el espacio literario, 3 espacios ideolgicos, el espacio del sueo, psicoanaltica topologas, y as sucesivamente.

    Llm l t s s ls sts pstmlgs, spstmt mtls, s sl l hmb, s

    tambin la del espacio - el hecho de que el espacio es mencionado permanentemente en cada pgina. 4 As Michel Foucault puede

    armar tranquilamente que el conocimiento [savoir] es tambin el espacio en el cual el sujeto puede ocupar una posicin y habla

    de los objetos con los que trata en su discurso5

    Foucault nunca explica a lo que se est reeriendo con respecto al espacio, ni cmo se cierra la brecha entre el mbito terico

    (epistemolgico) y el prctico, entre lo mental y social, entre el espacio de los lsofos y el espacio de las personas que se ocupan de las

    cosas materiales. La actitud cientca, entendida como la aplicacin del pensamiento epistemolgico a los conocimientos adquiridos

    se supone que est estructuralmente vinculado a la esfera espacial. Esta conexin, que se presume de ser evidente por s misma desde

    el punto de vista del discurso cientco, nunca se conceptualiza. Despreocupadamente indiferente a la carga de pensamiento circular, que

    el discurso establece una oposicin entre el estado del espacio y el estado del sujeto, entre el pensamiento T y el objeto pensado. Por lo

    tanto, vuelven a unirse las posiciones cartesianas /Occidental del Logos, que algunos de sus exponentes arman que han cerrado 6.

    El pensamiento etimolgico, en conjunto con los esfuerzos tericos de los lingistas, han llegado a una conclusin curiosa. Se ha

    eliminado el sujeto colectivo, el pueblo como creador de un lenguaje particular, como portador de secuencias especcas etimolgicas

    Se ha apartado el sujeto concreto, el sujeto que se hizo cargo de un dios que da nombre. Ha promovido el pronombre impersonal uno

    m l lgj gl, m l sstm.

    No obstante se ha fallado, para eliminar la necesidad de un sujeto de algn tipo. De ah la re-emergencia del sujeto abstracto, el cogito

    de los lsofos. De ah la nueva vida de la losofa tradicional de neo- formas: neo-hegeliano, neo-kantiana, neo-cartesiano. Este

    renacimiento se ha beneciado mucho de la ayuda de Husserl, cuya nonc-too-scrupuious (????) postulacin de una identidad del sujeto

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    7/67

    H Lbv Th Pt Sp

    iii

    From the tradition of thought just described that is, from a philosophy of space revised and corrected by mathematics the moderneld of inquiry known as epistemology has inherited and adopted the notion i hat the status of space is that of a mental thing or menta

    place. At the same time, set theory, as the supposed logic of that place, has exercised a fascination not only upon philosophers bu

    also upon writers and linguists. The result has been a broad proliferation of sets (ensembles), some practical,1 some historical,2 but

    all inevitably accompanied by their appropriate logic. None of these sets, or their logics, have anything in common with Cartesian

    philosophy.

    No limits at all have been set on the generalization of the concept of mental space: no clear account of it is ever given and, depending

    on the author one happens to be reading, it may connote logical coherence, practical consistency, self-regulation and the relations of the

    parts to the whole, the engendering of like by like in a set of places, the logic of container versus contents, and so on. We are forever

    hearing about the space of this and/or the space of that: about literary space,3 ideological spaces, the space of the dream, psychoanalytic

    tplgs, s s th.

    Conspicuous by its absence from supposedly fundamental epistemological studies is not only the idea of man but also that of space - the

    fact that space is mentioned on every page not with standing. 4 Thus Michel Foucault can calmly assert that knowledge [savoir] is also

    the space in which the subject may take up a position and speak of the objects with which he deals in his discourse.5

    Foucault never explains what space it is that he is referring to, nor how it bridges the gap between the theoretical (epistemological)lm th ptl , btw mtl sl, btw th sp th phlsphs th sp ppl wh l wth

    material things. The scientic attitude, understood as the application of epistemological thinking to acquired knowledge, is assumed to

    be structurally linked to the spatial sphere. This connection, presumed to be selfevident from the point of view of scientic discourse

    is never conceptualized. Blithely indifferent to the charge of circular thinking, that discourse sets up an opposition between the status of

    space and the status of the subject, between the thinking T and the object thought about. It thus rejoins the positions of the Cartesian

    Western Logos, which some of its exponents indeed claim to have closed.6

    Epistemological thought, in concert with the linguists theoretical efforts, has reached a curious conclusion. It has eliminated the

    collective subject, the people as creator of a particular language, as carrier of specic etymological sequences. It has set aside the

    concrete subject, that subject which took over from a name-giving god. It has promoted the impersonal pronoun one as creator of

    language in general, as creator of the system.

    It has failed, however, to eliminate the need for a subject of some kind. Hence the re-emergence of the abstract subject, the cogito of

    the philosophers. Hence the new lease on life of traditional philosophy in neo- forms: neo-Hegelian, neo-Kantian, neo-cartesian. Thi

    revival has proted much from the help of Husserl, whose nonc-too-scrupuious postulation of a (quasi-tautologous) identity of knowing

    Subject and conceived Essence - an identity inherent to a ux (of lived experience) - underpins an almost pure identity of formal and

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    8/67

    L P Sl l esp H Lbv

    cognoscente y concebido Essence (casi tautolgico) - una identidad inherente a un ujo (de lo vivido) - sustenta casi una identidad

    pura de conocimiento formal y prctico.7

    Tampoco debemos ser sorprendidos al encontrar el eminente lingista Noam Chomsky restableciendo el cogito cartesiano o el sujeto, 8

    especialmente en vista del hecho de que l ha postulado la existencia de un nivel lingstico en el que no va a ser el caso de que cada

    frase est representada simplemente como una secuencia nita de elementos de algn tipo, generados a partir de izquierda a derecha por

    algn dispositivo sencillo, en cambio, sostiene Chomsky, deberamos esperar encontrar un conjunto nito de niveles ordenados de

    mayor a menor.9 El hecho es que Chomsky postula sin vacilar un espacio mental dotado de propiedades especcas - con orientaciones

    y simetras.

    Ignora por completo la enorme brecha que separa este espacio mental lingstico de ese espacio social en el que el lenguaje se convierte

    en la prctica. Del mismo modo, JM Rey escribe que el Signicado se presenta como la autoridad legal para intercambiar elementos de

    signicados a lo largo de una cadena horizontal nica, dentro de los lmites [del espacio] de un sistema coherente regulado y calculado

    tm. * 10

    Estos autores, y muchos otros, que arman rigor lgico absoluto, cometen lo que es, de hecho, desde el punto de vista lgico-matemtico

    pel erfecto paralogismo: saltan sobre un rea completa, haciendo caso omiso de la necesidad de cualquier lgica de enlaces, y justican

    st l m ms vg psbl v, s s, t, pt t.

    De este modo, interrumpen la continuidad de su argumento en el nombre de una discontinuidad que su propia metodologa debelgicamente a prohibir. De esta manera el ancho de la brecha creada, y la medida de su impacto, pueden por supuesto variar de un

    autor a otro, o de un rea de especializacin a otra. Mi crtica ciertamente se aplica con toda su fuerza, sin embargo, de Julia Kristeva

    semeiotike, a Jacques Derrida gramatologa y la semiologa general, de Roland Barthes.

    Esta escuela, cuya creciente fama puede tener algo que ver con su creciente dogmatismo, est promoviendo siempre la sostera bsica por

    la nocin losco-epistcmologica del espacio fetiche y el reino mental viene a englobar a los reinos sociales y fsicos. Aunque algunos

    de estos autores sospechan la existencia de, o la necesidad de, alguna mediacin, 12 la mayora de ellos salta sin la menor vacilacin

    l mtl l sl. Lo que est sucediendo aqu es que una poderosa tendencia ideolgica, una que est muy apegada a sus

    propias credenciales cientcas futuras, est expresando, de forma admirablemente inconsciente, las ideas dominantes que son

    necesariamente las ideas de la clase dominante. (citar)

    Hasta cierto punto, tal vez, estas ideas se deforman o se desven en el proceso, pero el resultado neto es que una particular prctica

    terica produce un espacio mental que es aparentemente, pero slo aparentemente, extra-ideolgico. De manera inevitablemente

    circular, este espacio mental se convierte en el locus de una prctica terica, que se separ de la prctica social, y que se erige como

    j, pvt pt tl mt.13

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    9/67

    H Lbv Th Pt Sp

    practical knowledge.7

    Nor should we be surprised to nd the eminent linguist Noam Chomsky reinstating the Cartesian cogito or subject,8 especially in view o

    the fact that he has posited the existence of a linguistic level at which it will not be the case that each sentence is represented simply as a

    nite sequence of elements of some sort, generated from left to right by some simple device; instead, argues Chomsky, we should expec

    to nd a nite set of levels ordered from high to low.9 The fact is that Chomsky unhesitatingly postulates a mental space endowed with

    specic properties - with orientations and symmetries.

    He completely ignores the yawning gap that separates this linguistic mental space from that social space wherein language becomes

    practice. Similarly, J. M. Rey writes that Meaning presents itself as the legal authority to interchange signied elements along a single

    horizontal chain, within the connes [lespace] of a coherent system regulated and calculated in advance.*10

    These authors, and many others, for all that they lay claim to absolute logical rigour, commit what is in fact, from the logico-mathematica

    point of view, the perfect paralogism: they leap over an entire area, ignoring the need for any logical links, and justify this in the vagues

    possible manner by invoking, as the need arises, some such notion as coupure or rupture or break.

    They thus interrupt the continuity of their argument in the name of a discontinuity which their own methodology ought logically toprohibit. The width of the gap created in this way, and the extent of its impact, may of course vary from one author to another, or from

    one area of specialization to another. My criticism certainly applies in full force, however, to Julia Kristevas semeiotike, to Jacque

    Derridas grammatology, and to Roland Barthess general semiology.

    This school, whose growing renown may have something to do with its growing dogmatism, is forever promoting the basic sophistry

    whereby the philosophico-epistcmological notion of space is fetishized and the mental realm comes to envelop the social and physica

    s. althgh w ths ths sspt th xst , th , sm mt,12 mst thm spg wtht th

    slghtst hstt m mtl t sl. What is happening here is that a powerful ideological tendency, one much attached to its

    own would-be scientic credentials, is expressing, in an admirably unconscious manner, those dominant ideas which are perforce

    the ideas of the dominant class.

    To some degree, perhaps, these ideas are deformed or diverted in the process, but the net result is that a particular theoretical practice

    produces a mental space which is apparently, but only apparently, extra-ideological. In an inevitably circular manner, this mental space

    then becomes the locus of a theoretical practice which is separated from social practice and which sets itself up as the axis, pivot or

    tl pt Kwlg.13

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    10/67

    L P Sl l esp H Lbv

    La cultura establecida cosecha un doble benecio de esta maniobra: en primer lugar, se da la impresin de que la verdad se tolera,

    e incluso es promovida, por esa cultura, en segundo lugar, una multitud de pequeos eventos ocurren dentro de este espacio mental

    que pueden ser explotados con nes tiles o polmicos. Volver ms tarde a la anidad entre este peculiar espacio mental y el quehabitan los tecncratas en su silenciosas ocinas.14 En cuanto a los conocimientos denidos sobre la base de la epistemologa, y ms o

    ms lmt stgs l lg l vl, s tmt l t l pt

    hegeliano y el herededado de la gran familia cartesiana conocido como subjetividad?

    La presuposicin cuasi-lgica de una identidad entre el espacio mental (el espacio de los lsofos y epistemlogos) y el espacio

    real crea un abismo entre la esfera mental de un lado y los mbitos fsicos y sociales, por otro. De vez en cuando algn intrpido

    funambulista se ponen en camino para cruzar el vaco, dando un gran espectculo y el envo de un delicioso estremecimiento a travs de

    los espectadores. En general, sin embargo, el llamado pensamiento losco retrocede ante la mera sugerencia de tal salto mortal.

    Si an ven el abismo en absoluto los lsofos profesionales desvan la mirada. No importa qu tan relevante sea, el problema de

    conocimiento y de la teora del conocimiento ha sido abandonado en favor de un retorno reduccionista al conocimiento absoluto - o

    supuestamente absoluto, es decir, el conocimiento de la historia de la losofa y la historia de la ciencia. Tal conocimiento slo puede

    ser concebido separado tanto de la ideologa y como del no-conocimiento (non-knowledge) (es decir, de la experiencia vivida). Aunque

    cualquier separacin de ese tipo es, de hecho, imposible, para evocar uno plantea ninguna amenaza a - y de hecho tiende a reforzar - un

    consenso banal. Despus de todo, quin va a discrepar con la verdad? Por el contrario, todos sabemos, o creemos saber, donde las

    discusiones de la verdad, la ilusin, la mentira y la apariencia versus la realidad son responsables de dirigir.

    IV

    El pensamiento epistemolgico-losco no ha proporcionado la base para una ciencia que ha estado luchando para emerger desde hace

    mucho tiempo, como testigo de una inmensa acumulacin de la investigacin y la publicacin. Esa ciencia es - o debera ser - una ciencia

    del espacio. Hasta la fecha, el trabajo en esta rea ha producido, ya sea meras descripciones, que nunca logran ser analticas, mucho

    menos tericas, o bien fragmentos y secciones del espacio. Hay un montn de razones para pensar que las descripciones y secciones

    transversales de este tipo, aunque tambin pueden suministrar inventarios de lo que existe en el espacio, o incluso generar un discurso

    sb l sp, s p lg mt l sp. Y, s mt tl, stms blgs ts

    l vl l ss, l lgjper se - es decir, el nivel de espacio mental - una gran parte de los atributos y Propiedades de lo que

    s l l sp sl.

    La semiologa plantea interrogantes difciles precisamente porque se trata de un cuerpo incompleto del conocimiento que se est

    expandiendo sin ningn sentido de sus propias limitaciones, y su propio dinamismo crea la necesidad de que tales lmites que se

    establezcan, por difcil que sea. Cuando los cdigos se exaltan a partir de textos literarios y se aplican a los espacios - a los espacios

    urbanos, por ejemplo - nos mantenemos, como se puede demostrar fcilmente, en el plano puramente descriptivo. Cualquier intento de

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    11/67

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    12/67

    L P Sl l esp H Lbv

    utilizar este tipo de cdigos como medio para descifrar el espacio social seguro reducir ese mismo espacio al estado de un mensaje, y

    el habitar al estado de una lectura. Se trata de evadir la historia y la prctica.

    Sin embargo, no lo hicieron a la vez, entre el siglo XVI (el Renacimiento y la ciudad del Renacimiento) y el siglo XIX, existe un cdigo

    a la vez arquitectnico, urbanstico y poltico, lo que constituye un lenguaje comn para la gente del campo y gente del pueblo, a las

    autoridades y para los artistas - un cdigo que permita el espacio no slo para ser ledo, sino tambin a construir? Si, efectivamente

    haba dicho cdigo, cmo lleg a existir? Y cundo, cmo y por qu desapareci? Todas estas son preguntas que espero respuesta en

    lo que sigue.

    En cuanto a las secciones y a los fragmentos anteriormente mencionados, que van desde lo poco denido a lo indenido - y desde all

    para el caso, a lo indenible. En efecto, hablar de las secciones, lo que sugiere como lo hace una tcnica cientca (o prctica terica

    ) diseada para ayudar a aclarar y distinguir los elementos en el catico ujo de los fenmenos, simplemente aade a la confusin.

    dj l p l mmt l pl ls tplgs mtmt ts mbts, s m ls ts hbl

    espacio pictrico, del espacio de Picasso, del espacio de Les Demoiselles dAvignon o del espacio de Guernica. Por otra parte estamos

    siempre escuchando en arquitectura, el espacio plstico o literario, el trmino se utiliza tanto como se podra hablar del mundo

    de un escritor o artista en particular. Las obras especializadas mantienen su audiencia al tanto de todo tipo de espacios igualmente

    especializadas: ocio, trabajo, juego, transporte, instalaciones pblicas- todo se habla en terminos espaciales.15 Incluso se supone por

    algunos especialistas que la enfermedad y la locura tienen su propio espacio peculiar. Por lo tanto nos encontramos ante una multitud

    indenida de espacios, cada uno de ellos apilado, o tal vez contenido dentro del siguiente: geogrco, nacional, econmico, demogrco

    sociolgicos, ecolgico, poltico, comercial, continental, global. Por no mencionar el espacio de la naturaleza (fsico), el espacio losujos (de energa), y as sucesivamente.

    Antes de realizar cualquier intento especco y detallado para refutar uno u otro de estos enfoques, junto con cualquier reivindicacin

    que puede tener el estatus cientco, se debe sealar que la misma multiplicidad de estas descripciones y secciones los hace sospechar.

    El hecho es que todos estos esfuerzos son ejemplos de una muy fuerte - tal vez incluso dominante - tendencia dentro de la

    sociedad actual y su modo de produccin. e st m p, l tbj tltl, m tbj mtl, st sjt l

    divisin sin n. Adems, la prctica espacial consiste en una proyeccin sobre un campo (espacial) de todos los aspectos, elementos y

    momentos de la prctica social. En el proceso de estos se separan el uno del otro, aunque esto no signica que el control en general se

    cede ni siquiera por un momento: la sociedad como un todo contina en sujecin a la prctica poltica - es decir, al poder del estado. Esta

    praxis implica y agrava ms de una contradiccin, y me ocupare de ello ms tarde. Baste decir en este punto que si mi anlisis resulta

    ser correcto, ser posible reclamar la buscada ciencia del espacio que:

    1.- representa el uso poltico (en el caso de Occidente, el neocapitalista) del conocimiento. Recuerde que el conocimiento

    en este sistema se integra de una forma ms o menos inmediata en las fuerzas de produccin, y en forma de mediar las relacione

    sls p.

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    13/67

    H Lbv Th Pt Sp

    inhabiting of it to the status of a reading. This is to evade both history and practice.

    Yet did there not at one time, between the sixteenth century (the Renaissance -and the Renaissance city) and the nineteenth century,

    exist a code at once architectural, urbanistic and political, constituting a language common to country people and townspeople, to the

    authorities and to artists - a code which allowed space not only to be read but also to be constructed? If indeed there was such a code

    how did it come into being? And when, how and why did it disappear? These are all questions that I hope to answer in what follows.

    As for the above-mentioned sections and fragments, they range from the ill-dened to the undened and thence, for that matter, to

    the undenable. Indeed, talk of cross-sectioning, suggesting as it does a scientic technique (or theoretical practice) designed to help

    clarify and distinguish elements within the chaotic ux of phenomena, merely adds to the muddle. Leaving aside for the moment the

    application of mathematical topologies to other realms, consider how fond the cognoscenti are of talk of pictural space, Picassos space

    the space of Les demoiselles dAvignon or the space of Guernica. Elsewhere we are forever hearing of architectural, plastic or literary

    spaces; the term is used much as one might speak of a particular writers or artists world. Specialized works keep their audience

    abreast of all sorts of equally specialized spaces: leisure, work, play, transportation, public facilities -all are spoken of in spatial terms.15

    Even illness and madness are supposed by some specialists to have their own peculiar space. We are thus confronted by an indenite

    multitude of spaces, each one piled upon, or perhaps contained within, the next: geographical, economic, demographic, sociological,

    ecological, political, commercial, national, continental, global. Not to mention natures (physical) space, the space of (energy) ows

    s .

    Before any specic and detailed attempt is made to refute one or other of these approaches, along with whatever claim it may have to

    scientic status, it should be pointed out that the very multiplicity of these descriptions and sectionings makes them suspect. The fact

    is that all these efforts exemplify a very strong perhaps even the dominant tendency within present-day society and its mode of

    production. Under this mode of production, intellectual labour, like material labour, is subject to endless division. In addition, spatia

    practice consists in a projection onto a (spatial) eld of all aspects, elements and moments of social practice. In the process these are

    separated from one another, though this does not mean that overall control is relinquished even for a moment: society as a whole

    continues in subjection to political practice that is, to state power. This praxis implies and aggravates more than one contradiction, and

    I shall be dealing with them later. Sufce it to say at this juncture that if my analysis turns out to be correct it will be possible to claim

    of the sought-for science of space that:

    1.- it represents the political (in the case of the West, the neocapitalist) use of knowledge. Remember that knowledge under

    this system is integrated in a more or less immediate way into the forces of production, and in a mediate way into the

    sl lts l pt.

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    14/67

    L P Sl l esp H Lbv

    2.- que implica una ideologa diseada para ocultar tal uso, junto con los conictos inherentes al empleo altamente interesado

    de un conocimiento supuestamente desinteresado. Esta ideologa no lleva ninguna bandera, y para aquellos que aceptan la prctica de la

    que forma parte es indistinguible de conocimiento.

    3.- se encarna en el mejor de los casos una utopa tecnolgica, una especie de simulacin por ordenador del futuro, o de lo

    posible, en el marco de lo real - el marco del modo de produccin existente. El punto de partida aqu es un conocimiento que es a la vez

    integrado, y que integra en relacin con el modo de produccin. La utopa tecnolgica en cuestin es una caracterstica comn no slo

    de muchas novelas de ciencia ccin, sino tambin de todo tipo de proyectos relacionados con el espacio, ya sean los de la arquitectura

    el urbanismo y la planicacin social.

    Las proposiciones anteriores deben, por supuesto, para ser expuesta, ser apoyadas de argumentos lgicos y de demostrar su veracidad

    Pero, si de hecho se pueden vericar, ser, en primer lugar porque es una verdad del espacio, una verdad global generada por el anlisis

    seguido-por-exposicin, y no debido a que un cierto espacio puede estar constituido o construido, ya sea un espacio general com el los

    epistemlogos y lsofos creen, o uno particular como los que proponen los especialistas en algunas disciplinas cientcas o de otro tipo

    que tiene algun inters por el espacio. En segundo lugar, la conrmacin de estas tesis implicar la necesidad de invertir la tendencia

    dominante hacia la fragmentacin, la separacin y la desintegracin, una tendencia subordinada a un centro o a un poder centralizado y

    avanzado por un conocimiento que funciona como la representacion del poder. Esta reversin no se podra efectuar sin gran dicultad

    ni tampoco sera suciente, con el n de llevarlo a cabo, reemplazar las preocupaciones locales o puntuales por las globales. Hay

    que suponer que requerira la movilizacin de un gran nmero de fuerzas, y que en el curso real de su ejecucin habra una necesidad

    permanente, paso a paso, para la motivacin y la orientacin.

    V

    Pocas personas hoy rechazaran la idea de que la inuencia del capital y el capitalismo en relacin con los aspectos practicos

    del espacio, desde la construccin de edicios para la distribucin de las inversiones y la divisin mundial del trabajo. P st

    tan claro qu se entiende exactamente por capitalismo einuencia. Lo que algunos tienen en cuenta es el dinero y sus facultades

    de intervencin, o el intercambio comercial, la mercanca y su generalizacin, en que todo puede ser comprado y vendido. Otros

    estn preocupados ms bien por los actores de estos dramas: las empresas nacionales y multinacionales, bancos, entidades nancieras

    agencias gubernamentales, y as sucesivamente. En cualquier caso, tanto la unidad como la diversidad - y por lo tanto las contradicciones

    del capitalismo-se ponen entre parntesis. Se ve, ya sea como un mero agregado de actividades separadas o bien como un sistema

    ya constituido y cerrado que deriva su coherencia del hecho de que perdura - y nicamente a partir de este hecho. En realidad, el

    capitalismo tiene muchas facetas: el capital terrateniente, el capital comercial, el capital nanciero - todos juegan un papel importante en

    la prctica de acuerdo con sus capacidades variables, y a que ofrece oportunidades, los conictos entre los capitalistas del mismo tipo o

    de diferentes tipos, son una parte inevitable de el proceso. Estas diversas razas del capital y de los capitalistas, adems de una variedad

    de mercados superpuestos - materias primas, trabajo, el conocimiento, el capital mismo, la tierra - son lo que en conjunto constituyen

    l ptlsm.

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    15/67

    H Lbv Th Pt Sp

    2.- it implies an ideology designed to conceal that use, along with the conicts intrinsic to the highly interested employment

    of a supposedly disinterested knowledge. This ideology carries no ag, and for those who accept the practice of which it is a part a is

    indistinguishable from knowledge.

    3.- it embodies at best a technological Utopia, a sort of computer simulation of the future, or of the possible, within the

    framework of the real - the framework of the existing mode of production. The starting-point here is a knowledge which is at once

    integrated into, and integrative with respect to, the mode of production. The technological Utopia in question is a common feature no

    just of many science-ction novels, but also of all kinds of projects concerned with space, be they those of architecture, urbanism or

    sl plg.

    The above propositions need, of course, to be expounded, supported by logical arguments and shown to be true. But, if they can indeed

    be veried, it will be in the rst place because there is a truth of space, an overall truth generated by analysis-followed-by-exposition

    t bs t sp b sttt stt, whth gl sp s th pstmlgsts phlsphs blv

    or a particular one as proposed by specialists in some scientic discipline or other which has a concern with space. In the second

    place, conrmation of these theses will imply the necessity of reversing the dominant trend towards fragmentation, separation and

    disintegration, a trend subordinated to a centre or to a centralized power and advanced by a knowledge which works as powers proxy.

    Such a reversal could not be effected without great difculty; nor would it sufce, in order to carry it through, to replace local or

    punctual concerns by global ones. One must assume that it would require the mobilization of a great many forces, and that in the actua

    course of its execution there would be a continuing need, Stage by stage, for motivation and orientation.

    V

    Few people today would reject the idea that capital and capitalism inuence practical matters relating to space, from the

    construction of buildings to the distribution of investments and the worldwide division of labour. Bt t s t s l wht s m

    exactly by capitalism and inuence. What some have in mind is money and its powers of intervention, or commercial exchange

    the commodity and its generalization, in that everything can be bought and sold. Others are concerned rather with the actors in these

    dramas: companies national and multinational, banks, nanciers, government agencies, and so on. In either case both the unity and the

    diversity - and hence the contradictions -of capitalism are put in brackets. It is seen either as a mere aggregate of separate activities or

    else as an already constituted and closed system which derives its coherence from the fact that it endures - and solely from that fact

    Actually capitalism has many facets: landed capital, commercial capital, nance capital - all play a part in practice according to their

    varying capabilities, and as opportunity affords; conicts between capitalists of the same kind, or of different kinds, are an inevitable par

    of the process. These diverse breeds of capital, and of capitalists, along with a variety of overlapping markets - commodities,

    labour, knowledge, capital itself, land - are what together constitute capitalism.

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    16/67

    L P Sl l esp H Lbv

    Muchas personas tienden a olvidar que el capitalismo todava tiene otro aspecto, uno que est ciertamente vinculada con el funcionamiento

    del dinero, con los distintos mercados, y con las relaciones sociales de produccin, pero que es distinto de stos, precisamente porque es

    dominante. Este aspecto es la hegemona de una clase. El concepto de hegemona fue introducida por Gramsci para describir el futuropapel de la clase obrera en la construccin de una nueva sociedad, pero tambin es til para el anlisis de la accin de la burguesa, sobre

    todo en relacin con el espacio. La idea es un renamiento del concepto algo ms crudo de la dictadura primero de la burguesa y

    del proletariado. La hegemona implica ms que una inuencia, ms incluso que el uso permanente de la violencia represiva. Se ejerce

    sobre la sociedad en su conjunto, la cultura y el conocimiento se incluye, en general, a travs de la mediacin humana: las polticas

    los dirigentes polticos, los partidos, as como tambin un buen nmero de intelectuales y expertos. Su ejercicio se realiza, por lo

    tanto, por las instituciones y las ideas. La clase dominante trata de mantener su hegemona por todos los medios disponibles, y

    el conocimiento es uno de esos medios. La conexin entre el conocimiento (savoir) y el poder es as maniesto, aunque esto de

    ninguna manera veta una forma crtica y subversiva del conocimiento (connaissance), por el contrario, seala el antagonismo

    entre el conocimiento que sirve al poder y una forma de saber que se niega a reconocerlo.16 Es concebible que el ejercicio de la

    hegemona podra dejar espacio intacto? Podra ser el espacio ms que el locus pasivo de las relaciones sociales, el medio en el que la

    combinacin adquire forma, o el conjunto de los procedimientos empleados en su eliminacin? La respuesta debe ser no. Ms adelante

    voy a demostrar el activo papel- la operativa o instrumental - del espacio, como el conocimiento y la accin, en el modo de produccin

    existente. Voy a mostrar cmo el espacio sirve, y cmo la hegemona hace uso de el, en la creacin, sobre la base de una lgica

    subyacente y con la ayuda de la experiencia y el conocimiento tcnico, de un sistema. Esto implica el advenimiento de un espacio

    claramente denido - un espacio capitalista (el mercado mundial) purgado a fondo de las contradicciones? Una vez ms, la respuesta

    s . d l t, l sstm t l h lgtm l mtl. algs pss ms sstmts sl t

    denuncias fuertes del capitalismo y de la burguesa y sus instituciones represivas, por una parte, y la fascinacin y admiracin sin lmitepor el otro. Hacen que la sociedad se convierta en objeto de una sistematizacin que debe ser nalizada para estar completa, as ellos

    le otorgan una cohesin que le falta por completo a la totalidad que es, de hecho, decididamente abierta (debil?) - tan abierta (debil?)

    de hecho, que debe apoyarse en la violencia para mantenerse. La posicin de estos sistematizadores es, en todo caso contradictorio en

    s mismo: incluso si sus armaciones tenan cierta validez se veran reducidos a tonteras por el hecho de que los trminos y conceptos

    utilizados para denir el sistema ha de ser necesariamente meras herramientas de ese mismo sistema.

    VI

    La teora que necesitamos, la cual falla al unirse porque el momento crtico necesario no se produce, y que por lo tanto vuelve a caer

    en el estado de meros fragmentos de conocimientos, as que se podra llamar, por analoga, una teora unitaria: el objetivo es

    descubrir o construir una unidad terica entre campos que son aprehendidos por separado, al igual que lo estan en fsica las

    fuerzas moleculares, electromaeneticas y gravitacionales. Los mbitos que nos ocupan son, primero, lo fsico -la naturaleza, e

    cosmos, en segundo lugar, lo mental, incluyendo abstracciones lgicas y formales, y, en tercer lugar, lo social.En otras palabras

    estamos preocupados con el espacio lgico-epistemolgico, el espacio de la prctica social, el espacio ocupado por los fenmenos

    sensoriales, incluyendo los productos de la imaginacin tales como proyectos y proyecciones, smbolos y utopas. L s

    de la unidad se puede expresar de otras maneras, las cuales sirven para subrayar su importancia. Esta reexin a veces confunde otras

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    17/67

    H Lbv Th Pt Sp

    Many people are inclined to forget that capitalism has yet another aspect, one which is certainly bound up with the functioning of

    money, with the various markets, and with the social relations of production, but which is distinct from these precisely because it is

    dominant. This aspect is the hegemony of one class. The concept of hegemony was introduced by Gramsci in order to describe the futurerole of the working class in the building of a new society, but it is also useful for analysing the action of the bourgeoisie, especially in

    relation to space. The notion is a renement of the somewhat cruder concept of the dictatorship rst of the bourgeoisie and then of the

    proletariat. Hegemony implies more than an inuence, more even than the permanent use of repressive violence. It is exercised over

    society as a whole, culture and knowledge included, and generally via human mediation: policies, political leaders, parties, as also a

    good many intellectuals and experts. It is exercised, therefore, over both institutions and ideas. The ruling class seeks to maintain its

    hegemony by all available means, and knowledge is one such means. The connection between knowledge (savoir) and power is thus

    made manifest, although this in no way interdicts a critical and subversive form of knowledge {connaissance); on the contrary

    it points up the antagonism between a knowledge which serves power and a form of knowing which refuses to acknowledge

    power.16 Is it conceivable that the exercise of hegemony might leave space untouched? Could space be nothing more than the passive

    locus of social relations, the milieu in which their combination takes on body, or the aggregate of the procedures employed in their

    removal? The answer must be no. Later on I shall demonstrate the active - the operational or instrumental - role of space, as knowledge

    and action, in the existing mode of production. I shall show how space serves, and how hegemony makes use of it, in the establishment

    on the basis of an underlying logic and with the help of knowledge and technical expertise, of a system. Does this imply the coming

    into being of a clearly dened space - a capitalist space (the world market) thoroughly purged of contradictions? Once again, the

    answer is no. Otherwise, the system would have a legitimate claim to immortality. Some over-systematic thinkers oscillate between

    l ts ptlsm th bgs th pssv sttts th h, st st

    admiration on the other. They make society into the object of a systematization which must be closed to be complete; they thus bestowa cohesiveness it utterly lacks upon a totality which is in fact decidedly open - so open, indeed, that it must rely on violence to endure

    The position of these systematizers is in any case self-contradictory: even if their claims had some validity they would be reduced to

    nonsense by the fact that the terms and concepts used to dene the system must necessarily be mere tools of that system itself.

    VI

    The theory we need, which fails to come together because the necessary critical moment does not occur, and which therefore falls

    back into the state of mere bits and pieces of knowledge, might well be called, by analogy, a unitary theory: the aim is to discover

    or construct a theoretical unity between elds which are apprehended separately, just as molecular, electromaenetic and

    Gravitational forces are in phvsics. The elds we are concerned with are, rst, the physical- nature, the Cosmos; secondly, the

    mental, including logical and formal abstractions; and, thirdly, the social. In other words, we are concerned with logico-epis

    temological space, the space of social practice, the space occupied by sensory phenomena, including products of the imagination

    such as projects and projections, symbols and Utopias. The need for unity may be expressed in other ways too, ways that serve

    to underscore its importance. Reection sometimes conates and sometimes draws distinctions between those levels which social

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    18/67

    L P Sl l esp H Lbv

    hace las distinciones entre los niveles que establece la prctica social, en el proceso de sensibilizacin a la cuestin de sus relaciones

    mutuas. As, la vivienda, el hbitat humano, por as decirlo - es la preocupacin de la arquitectura. Los pueblos, ciudades - espacio

    urbano - son el campo de la disciplina del urbanismo. En cuanto a los espacios territoriales ms grandes, regional, nacional, continental omundial, se trata de la responsabilidad de los planicadores y economistas. A veces estas especialidades se pliegan entre s en el marco

    de ese actor privilegiado, el poltico. En otras ocasiones sus respectivos dominios no pueden superponerse en absoluto, por lo que ni los

    proyectos comunes ni continuidad terica son posibles.

    Este estado de cosas, de las cuales las observaciones anteriores no pretenden ser un anlisis crtico completo, sera llevado a su n si una

    t lmt t s sll.

    Nuestro conocimiento del mundo material est basado en los conceptos denidos en trminos de la ms amplia generalidad y la mayor

    abstraccin cientca (i.e. que tiene un contenido). Aunque la relacin entre estos conceptos y las realidades fsicas a las corresponden

    no siempre esten claramente establecidas, s sabemos que existen tales vnculos, y que los conceptos o teoras que implican - energa

    espacio, tiempo - pueden ser, ni confundidos, ni separados el uno del otro. Lo que el lenguaje comn se reere como materia

    naturaleza o realidad fsica - esa realidad en la que incluso el anlisis ms crudo debe discernir y separar diferentes momentos

    - ha logrado as una cierta unidad. La sustancia (para usar el viejo vocabulario de la losofa) de este cosmos o mundo, a la que

    la humanidad, con su conciencia pertenece, tiene propiedades que se pueden resumir adecuadamente por medio de los tres trminos

    mencionados anteriormente. Cuando evocamos la energa, hay que sealar de inmediato que la energa tiene que ser desplegada dentro

    de un espacio. Cuando evocamos espacio, hay que indicar de inmediato lo que ocupa ese espacio y cmo lo hace: el despliegue de la

    energa en relacin con puntos y dentro de un marco de tiempo. Cuando evocamos tiempo, hay que decir inmediatamente qu es loque mueve o cambio en las mismas. Si el espacio se considerara en forma aislada es una abstraccin vaca, del mismo modo la energa

    y el tiempo. Aunque en cierto sentido esta sustancia es difcil de concebir, sobre todo a nivel csmico, tambin es cierto que la prueba

    de su existencia nos salta a la vista: nuestros sentidos y nuestros pensamientos aprehenden nada ms.

    No sera posible, entonces, para fundar el conocimiento de la prctica social y la ciencia general de la llamada realidad humana

    en un modelo tomado de la fsica? Desafortunadamente no . Por un lado, este tipo de enfoque siempre ha fallado en el past.17 En

    segundo lugar, siguiendo el modelo fsico impedira a la teora de las sociedades del uso de un nmero de procedimientos tiles, en

    particular la separacin de los niveles, dominios y regiones. La bsqueda de la teora fsica por la unidad pone todo el nfasis en la

    tps lmts sps. P l tt, p sv m b pt, p m pgm.

    La bsqueda de una teora unitaria no excluye en absoluto fuera los conictos dentro de los conocimientos en s, y la controversia y

    la polmica son inevitables. Esto se aplica a la fsica y las matemticas tambin, para el caso; las ciencias que los lsofos consideran

    puras, precisamente porque ellos han purgado de los momentos dialcticos no estn inmunizados contra los conictos internos. Parece

    que est bien establecido que el espacio fsico no tiene realidad sin la energa que se despliega en su interior.

    Las modalidades de esta implementacin, sin embargo, junto con las relaciones fsicas entre los puntos centrales, ncleos o condensaciones

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    19/67

    H Lbv Th Pt Sp

    practice establishes, in the process raising the question of their interrelationships. Thus housing, habitation the human habitat, so

    to speak are the concern of architecture. Towns, cities - urban space - are the bailiwick of the discipline of urbanism. As for larger

    territorial spaces, regional, national, continental or worldwide, these are the responsibility of planners and economists. At times thesespecializations are telescoped into one another under the auspices of that privileged actor, the politician. At other times their respective

    domains fail to overlap at all, so that neither common projects nor theoretical continuity are possible.

    This state of affairs, of which the foregoing remarks do not claim to be a full critical analysis, would be brought to an end if a truly

    unitary theory were to be developed.

    Our knowledge of the material world is based on concepts dened in terms of the broadest generality and the greatest scientic (i.e.

    having a content) abstraction. Even if the links between these concepts and the physical realities to which they correspond are not

    always clearly established, we do know that such links exist, and that the concepts or theories they imply - energy, space, time - can be

    neither conated nor separated from one another. What common parlance refers to as matter, nature or physical reality - that reality

    within which even the crudest analysis must discern and separate different moments has thus obviously achieved a certain unity

    The substance (to use the old vocabulary of philosophy) of this cosmos or world, to which humanity with its consciousness belongs

    has properties that can be adequately summed up by means of the three terms mentioned above. When we evoke energy, we must

    immediately note that energy has to be deployed within a space. When we evoke space, we must immediately indicate what occupies

    that space and how it does so: the deployment of energy in relation to points and within a time frame. When we evoke time, we mus

    immediately say what it is that moves or changes therein. Space considered in isolation is an empty abstraction; likewise energy andtime. Although in one sense this substance is hard to conceive of, most of all at the cosmic level, it is also true to say that evidence o

    its existence stares us in the face: our senses and our thoughts apprehend nothing else.

    Might it not be possible, then, to found our knowledge of social practice, and the general science of so-called human reality, on

    a model borrowed from physics? Unfortunately not. For one thing, this kind of approach has always failed in the past.17 Secondly,

    following the physical model would prevent a theory of societies from using a number of useful procedures, notably the separation of

    levels, domains and regions. Physical theorys search for unity puts all the emphasis on the bringing-together of disparate elements. I

    mght th sv s gl, b v s pgm.

    The search for a unitary theory in no way rules out conicts within knowledge itself, and controversy and polemics are inevitable. This

    goes for physics, and mathematics too, for that matter; sciences that philosophers deem pure precisely because they have purged them

    of dialectical moments are not thereby immunized against internal conicts. It seems to be well established that physical space has no

    reality without the energy that is deployed within it.

    The modalities of this deployment, however, along with the physical relationships between central points, nuclei or condensations on

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    20/67

    L P Sl l esp H Lbv

    por un lado y las periferias en el otro son todava materia de conjetura. Una simple teora de la expansin del universo asume un la

    existencia de ncleo original denso de materia y de una explosin primordial. Esta nocin de una unidad original del cosmos ha dado

    lugar a muchas objeciones debido a su carcter cuasi-teolgica o teognico. En oposicin a ella, Fred Hoyle ha propuesto una teoramucho ms compleja, de acuerdo con la cual la energa, ya sea a nivel ultra pequeo o ultra-grande, viaja en todas las direcciones. Desde

    este punto de vista un solo centro del universo, ya sea original o nal, es inconcebible. Condensa la energa / espacio-tiempo en un

    nmero indenido de puntos (espacio-tiempos locales) .18

    En la medida en que la teora del espacio supuestamente humano puede estar vinculada a una teora fsica, tal vez la teoria de Hoyle

    es el que mejor se adapta, el proyecto de ley. Hoyle mira al espacio como el producto de la energa. L g p, p tt

    en comparacin con un contenido llenar un recipiente vaco. Causalismo y teleologa, inevitablemente atravesada por la abstraccin

    mts, s mbs sts. el vs s vst m l pps mltpl sps ptls, s mbg

    esta diversidad se explica por una teora unitaria, es decir, la cosmologa. Esta analoga tiene sus lmites, sin embargo. No hay ninguna

    razn para suponer un isomorsmo entre las energas sociales y las energas fsicas, o entre campos humanos y fsicas de la fuerza

    Esta es una forma de reduccionismo, entre otros, que tendr ocasin de rechazar explcitamente. Todas iguales, las sociedades humanas

    al igual que los seres vivos humanos o extra-humanos, no pueden ser concebidos de forma independiente del universo (o del mundo)

    l smlg, p l x mt ss ss, jls l p mplt, m st t

    est.

    VII

    Qu trmino se debe utilizar para describir la divisin que mantiene a los diversos tipos de espacios de distancia el uno del otro, de

    modo que el espacio fsico, el espacio mental y el espacio social no se superponen? Distorsin? Disyuncin? Cisma? Quiebre?

    Como cuestin de hecho, el trmino utilizado es mucho menos importante que la distancia que separa el espacio ideal, que tiene que

    ver con las categoras mentales (lgico-matemtica), desde el espacio real, que es el espacio de la prctica social. En realidad cada uno

    de estos dos tipos de espacio involucra, es la base y presupone la otras.

    Cul debe ser el punto de partida de cualquier intento terico para explicar esta situacin y superarla en el proceso? No es losofa,

    sin duda, para la losofa es parte activa e interesada del asunto. Los lsofos tienen ellos mismos ayudaron a provocar la divisin con

    los que estamos preocupados por el desarrollo de representaciones abstractas (metafsica) del espacio, entre ellos la nocin cartesiana

    del espacio como absoluta, innita res extensa, una propiedad divina que puede ser comprendida en un solo acto de la intuicin debido

    a su carcter homogneo (isotrpico). Esto es tanto ms lamentable en vista del hecho de que los principios de la losofa estaban

    estrechamente ligados con el espacio real de la ciudad griega. Esta conexin se cort posteriormente en el desarrollo de la losofa

    No es que no podemos tener recurso a la losofa, a sus conceptos o concepciones. Pero no puede ser nuestro punto de partida. Qu

    pasa con la literatura? Es evidente que los autores literarios han escrito gran parte de la relevancia, especialmente las descripciones de lo

    lugares y sitios. Pero, qu criterios hacen que algunos textos sean ms relevantes que otros? Cline utiliza el lenguaje cotidiano con gran

    efecto para evocar el espacio de Pars, de la banlieue parisina, o de frica. Platn, en el Critias y en otros lugares, ofrece maravillosas

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    21/67

    H Lbv Th Pt Sp

    the one hand and peripheries on the other are still matters for conjecture. A simple expanding-universe theory assumes an original dense

    core of matter and a primordial explosion. This notion of an original unity of the cosmos has given rise to many objections by reason

    of its quasi-theological or theogonic character. In opposition to it, Fred Hoyle has proposed a much more complex theory, according towhich energy, whether at the level of the ultra small or at that of the ultra-large, travels in every direction. On this view a single centre

    of the universe, whether original or nal, is inconceivable. Energy/spacetime condenses at an indenite number of poits (local space-

    times).18

    To the extent that the theory of supposedly human space can be linked at all to a physical theory, perhaps Hoyles is the one which best

    ts, the bill. Hoyle looks upon space as the product of energy. Energy cannot therefore be compared to a content lling an empty

    container. Causalism and teleology, inevitably shot through with metaphysical abstraction, are both ruled out. The universe is seen as

    offering a multiplicity of particular spaces, yet this diversity is accounted for by a unitary theory, namely cosmology. This analogy has

    its limits, however. There is no reason to assume an isomorphism between social energies and physical energies, or between human and

    physical elds of force. This is one form of reductionism among others which I shall have occasion explicitly to reject. All the same

    human societies, like living organisms human or extra-human, cannot be conceived of independently of the universe (or of the world)

    nor may cosmology, which cannot annex knowledge of those societies, leave them out of its picture altogether, like a state within the

    stt.

    VII

    What term should be used to describe the division which keeps the various types of space away from each other, so that physical space

    mental space and social space do not overlap? Distortion? Disjunction? Schism? Break? As a matter of fact the term used is far less

    important than the distance that separates ideal space, which has to do with mental (logico-mathematical) categories, from real space

    which is the space of social practice. In actuality each of these two kinds of space involves, underpins and

    psppss th th.

    What should be the starting-point for any theoretical attempt to account for this situation and transcend it in the process? Not philosophy

    certainly, for philosophy is an active and interested party in the matter. Philosophers have themselves helped bring about the schism with

    which we are concerned by developing abstract (metaphysical) representations of space, among them the Cartesian notion of space as

    absolute, innite res extensa, a divine property which may be grasped in a single act of intuition because of its homogeneous (isotropic

    character. This is all the more regrettable in view of the fact that the beginnings of philosophy were closely bound up with the real space

    of the Greek city. This connection was severed later in philosophys development. Not that we can have no recourse to philosophy, to

    its concepts or conceptions. But it cannot be our point of departure. What about literature? Clearly literary authors have written much o

    relevance, especially descriptions of places and sites. But what criteria would make certain texts more relevant than others? Cline uses

    everyday language to great effect to evoke the space of Paris, of the Parisian banlieue, or of Africa. Plato, in the Critias and elsewhere

    offers marvellous descriptions of cosmic space, and of the space of the city as a reection of the Cosmos. The inspired De Quincey

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    22/67

    L P Sl l esp H Lbv

    descripciones del espacio csmico y del espacio de la ciudad como un reejo de l. El inspirado De Quincey perseguiendo la sombra de

    la mujer de sus sueos a travs de las calles de Londres, o Baudelaire en sus Tableaux Parisiens, nos ofrece relatos del espacio urbano

    que rivalizan con los de Victor Hugo y de Lautramont. El problema es que cualquier bsqueda de espacios en los textos literarios seencuentra en todas partes y en cada aspecto: cerrado, descrito, proyectado, soado, especulado. Qu textos pueden ser considerados

    lo sucientemente especial como para servir de base para un anlisis textual? En la medida en que tratan con el espacio social real

    uno podra suponer a primera consideracin que la arquitectura y los textos relacionados con la arquitectura sera una mejor opcin

    que los textos literarios adecuado. Desafortunadamente, ninguna denicin de la arquitectura en s requiere de un anlisis previo y la

    exposicin del concepto de espacio. Otra posibilidad sera la de tener nociones generales de base cientcas, nociones tan generales

    como la del texto, como las de la informacin y la comunicacin, de mensaje y de cdigo, y de conjuntos de seales - todas las nociones

    que todava se estn desarrollando. El peligro aqu es que el anlisis del espacio podra llegar a ser incluido dentro de una misma rea

    de especializacin, que, lejos de ayudarnos a explicar las disociaciones mencionados anteriormente, no hara ms que agravarlos. Esto

    deja slo nociones universales, que al parecer pertenecen a la losofa, pero no a una especializacin particular. Existen tales ideas?

    lo que Hegel llama el concreto universal, todava tienen algn signicado? Espero demostrar que lo tiene. Lo que puede decirse sin

    ms es que los conceptos de produccin y del acto de produccin tienen una cierta universalidad abstracta. Aunque desarrollado

    por lsofos, estos conceptos se extienden ms all de la losofa. Estos fueron tomados del pasado, sin duda, por las disciplina

    especializadas, sobre todo por la economa poltica, sin embargo, han sobrevivido a esa anexin. Al recuperar algo del su sentido ms

    amplio que tenan en algunos de los escritos de Marx, han arrojado una gran cantidad de la precisin ilusoria con la que los economistas

    los haban dotado. Esto no quiere decir que sea fcil de recuperar estos conceptos y ponerlos a trabajar. Hablar de producir espacio

    suena extrao, es tan grande el poder de la idea de que el espacio vaco es anterior a lo que acaba de llenarlo. Las preguntas

    surgen de inmediato aqu: qu espacios? y qu signica hablar de produccin del espacio? ns tms l pblm

    de cmo llevar los conceptos que ya se han elaborado y formalizado en relacin con este nuevo contenido sin caer en la mera ilustracin

    y ejemplo - ocasiones notorios de sosmos. Lo que se necesita, por lo tanto, es una exposicin profunda de estos conceptos, y de sus

    relaciones, por un lado, con la abstraccin formal extrema del espacio lgico-matemtico, y por otro lado con la esfera prctico

    sensorial del espacio social. P t m lg v gmt l vsl t ss mmts

    hegelianos originales: lo particular (en este caso o descripciones de secciones transversales de espacio social), lo general (lgico y

    matemtico), y lo singular (es decir, lugares considerados como naturales, en su realidad meramente fsica o sensorial).

    VIII

    Todo el mundo sabe lo que se quiere decir cuando se habla de un espacio en un apartamento, la esquina de la calle, un mercado, un

    centro comercial y cultural, un lugar pblico, y as sucesivamente. Estos trminos de discurso cotidiano sirven para distinguir, pero

    no aislar, espacios particulares, y en general para describir un espacio social. Corresponden a un uso especco de ese espacio, y por lo

    tanto a una prctica espacial que lo expresa y constituye. Sus interrelaciones se ordenan de una manera especca. No sera una buena

    idea, por lo tanto, en primer lugar hacer un inventario de ellas, 19 y luego para tratar de determinar qu paradigma les da su signicado

    lo que la sintaxis regula su organizacin?

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    23/67

    H Lbv Th Pt Sp

    psg th shw th wm hs ms thgh th stts L, Bl hs Tblx pss, s ts

    of urban space rivalling those of Victor Hugo and Lautramont. The problem is that any search for space in literary texts will nd it

    everywhere and in every guise: enclosed, described, projected, dreamt of, speculated about. What texts can be considered special enoughto provide the basis for a textual analysis? Inasmuch as they deal with socially real space, one might suppose on rst consideration

    that architecture and texts relating to architecture would be a better choice than literary texts proper. Unfortunately, any denition of

    architecture itself requires a prior analysis and exposition of the concept of space. Another possibility would be to take general scientic

    notions as a basis, notions as general as that of text, like those of information and communication, of message and code, and of sets of

    signs all notions which are still being developed. The danger here is that the analysis of space might become enclosed within a single

    area of specialization, which, so far from helping us account for the dissociations mentioned above, would merely exacerbate them. Thi

    leaves only universal notions, which seemingly belong to philosophy but not to any particular specialization. Do such notions exist?

    Does what Hegel called the con-crete universal still have any meaning? I hope to show that it does. What can be said without further

    ado is that the concepts of production and of the act of producing do have a certain abstract universality. Thgh vlp

    by philosophers, these concepts extend beyond philosophy. They were taken over in the past, admittedly, by specialized disciplines

    especially by political economy; yet they have survived that annexation. By retrieving something of the broad sense that they had in

    certain of Marxs writings, they have shed a good deal of the illusory precision with which the economists had endowed them. This is

    not to say that it will be easy to recover these concepts and put them back to work. To speak of producing space sounds bizarre, so

    great is the sway still held by the idea that empty space is prior to whatever ends up lling it. Questions immediately arise here

    what spaces? and what does it mean to speak of producing space? We are confronted by the problem of how to bring concepts

    that have already been worked out and formalized into conjunction with this new content without falling back on mere illustration and

    example notorious occasions for sophistry. What is called for, therefore, is a thoroughgoing exposition of these concepts, and

    of their relations, on the one hand with the extreme formal abstraction of logico-mathematical space, and on the other hand

    with the practico-sensory realm of social space. T p thws wl slt w gmtt th t vs

    into its original Hegelian moments: the particular (in this case descriptions or cross-sections of social space); the general (logical and

    mathematical); and the singular (i.e. places considered as natural, in their merely physical or sensory reality).

    VIII

    Everyone knows what is meant when we speak of a room in an apartment, the corner of the street, a marketplace, a shopping or

    cultural centre, a public place, and so on. These terms of everyday discourse serve to distinguish, but not to isolate, particular spaces

    and in general to describe a social space. They correspond to a specic use of that space, and hence to a spatial practice that they express

    and constitute. Their interrelationships are ordered in a specic way. Might it not be a good idea, therefore, rst to make an inventory of

    them,19 and then to try and ascertain what paradigm gives them their meaning, what syntax governs their organization?

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    24/67

    L P Sl l esp H Lbv

    Hay dos posibilidades: o bien estas palabras forman un cdigo no reconocido que puedemos reconstituir y explicar por medio del

    pensamiento; o alternativamente, la reexin nos permitir, sobre la base de las mismas palabras y las operaciones que se realizan sobre

    ellas, para construir un cdigo espacial. En cualquier caso, el resultado de nuestro pensamiento sera la construccin de un sistema deespacio. Ahora, sabemos que a partir de experimentos cientcos precisos que un sistema de este tipo slo es aplicable indirectamente a

    su objeto, de hecho slo se aplica a un discurso sobre ese objeto. El proyecto que estoy presentando, sin embargo, no tienen por objeto

    producir un discurso sobre el espacio, sino que exponer la produccin real del espaciotrayendo los distintos tipos de espacio y las

    modalidades de su gnesis juntos en una sola teora. ests bvs ls sl p s sl pblm

    que tendremos que examinar cuidadosamente despus con el n de determinar si se trata de un problema de buena fe o simplemente la

    expresin de una oscura pregunta sobre los orgenes. Este problema es: idioma-lgica, epistemolgica-mente o genticamente hablando

    - preceder, acompaar o seguir el espacio social? Es una condicin previa del espacio social o simplemente una formulacin de la

    misma? La tesis de la prioridad-de-lenguaje ciertamente no ha sido establecida. De hecho, un buen caso se puede hacer de acuerdo lgico

    y epistemolgico prioridad sobre lenguajes altamente articulados con reglas estrictas a aquellas actividades que marcan la tierra, dejando

    huellas y la organizacin de los gestos y el trabajo realizado en comn. Tal vez lo que tiene que ser descubierto es, lo que an ocultan las

    relaciones entre el espacio y el lenguaje: tal vez el logicalness intrnseco al lenguaje articulado accionado desde el principio como una

    espacialidad capaz de poner orden en el caos cualitativa (la esfera prctico-sensorial) se resenta por la percepcin de las cosas.

    Hasta qu punto puede ser ledo o decodicado un espacio? u spst stst st pgt tmt st l

    vuelta de la esquina. Como seal anteriormente, sin aportar todava argumentos o pruebas de apoyo, las nociones de mensaje

    cdigo, informacin, etc. no pueden ayudar a rastrear la gnesis de un espacio, no es menos cierto, sin embargo, que un espacio

    ya producido se puede descodicar, se puede leer. Tal espacio implica una proceso de signicacin. e ls s xst g

    general del espacio, inherente a la lengua o a todos los idiomas, pueden haber existido cdigos especcos, establecidos en los perodos

    histricos especcos y que varaban en sus efectos. Si es as, los sujetos interesadas, como miembros de una sociedad en particular

    seran adheridos por este medio a su espacio y a su condicin de sujetos actuando dentro de ese espacio, y (en el sentido amplio de la

    palabra) comprendiendolo.

    Si, aproximadamente desde el siglo XVI hasta el XIX, un lannguage codicado que ha existido en la base de la prctica de una relacin

    especca entre el territorio de la ciudad, el pas y la poltica, un lenguaje fundado en la perspectiva clsica y en el espacio euclidiano

    cmo y por qu este sistema codicado colapso? Si se hace un intento de reconstruir ese lenguaje, que era lo comn entre los distintos

    grupos que componen la sociedad - a los usuarios y habitantes, a las autoridades y a los tcnicos (arquitectos, urbanistas, planicadores)?

    Una teora slo puede tomar forma, y estar formulada, a nivel de un supercdigo. El conocimiento no puede justamente ser asimilado a

    un lannguage bien diseado, ya que opera a nivel conceptual. No es por lo tanto un lenguaje privilegiado, ni un metalenguaje, incluso

    si estas nociones pueden ser apropiadas para la ciencia del lenguaje como tal. El conocimiento del espacio no puede limitarse desde e

    principio por categoras de este tipo. Estamos entonces en la busqueda de un cdigo de los cdigos? Tal vez sea as, pero esta meta

    l t s msm xpl mh. Si, efectivamente, los cdigos espaciales han existido, caracterizan a una prctica

    espacial / social particular, y si estas codicaciones se han producido junto con el espacio que les corresponde, el trabajo de la

    teora es dilucidar su origen, su papel y su desaparicin.

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    25/67

    H Lbv Th Pt Sp

    There are two possibilities here: either these words make up an unrecognized code which we can reconstitute and explain by means of

    thought; alternatively, reection will enable us, on the basis of the words themselves and the operations that are performed upon them, to

    construct a spatial code. In either event, the result of our thinking would be the construction of a system of space. Now, we know fromprecise scientic experiments that a system of this kind is applicable only indirectly to its object, and indeed that it really only applies

    to a discourse on that object. The project I am outlining, however, does not aim to produce a (or the) discourse on space, but rather to

    expose the actual production of space by bringing the various kinds of space and the modalities of their genesis together within

    a single theory. These brief remarks can only hint at a solution to a problem that we shall have to examine carefully later on in order to

    determine whether it is a bona de issue or merely the expression of an obscure question about origins. This problem is: does language

    - logically, epistemologi-cally or genetically speaking - precede, accompany or follow social space? Is it a precondition of social space

    or merely a formulation of it? The priority-of-language thesis has certainly not been established. Indeed, a good case can be made for

    according logical and epistemologi-cal precedence over highly articulated languages with strict rules to those activities which mark the

    earth, leaving traces and organizing gestures and work performed in common. Perhaps what have to be uncovered are as-yet concealed

    relations between space and language: perhaps the logicalness intrinsic to articulated language operated from the start as a spatiality

    capable of bringing order to the qualitative chaos (the practico-sensory realm) resented by the perception of things.

    To what extent may a space be read or decoded? A satisfactory answer to this question is certainly not just around the corner. As I noted

    earlier, without as yet adducing supporting arguments or proof, the notions of message, code, information and so on cannot help us trace

    the genesis of a space; the fact remains, however, that an already produced space can be decoded, can be read. Such a space implies a

    process of signication. And even if there is no general code of space, inherent to language or to all languages, there may have existedspecic codes, established at specic historical periods and varying in their effects. If so, interested subjects, as members of a particula

    society, would have acceded by this means at once to their space and to their status as subjects acting within that space and (in the

    broadest sense of the word) comprehending it.

    If, roughly from the sixteenth century to the nineteenth, a coded lannguage may be said to have existed on the practical basis of a specic

    relationship between town, country and political territory, a language founndcd on classical perspective and Euclidean space, why and

    how did this coded system collapse? Should an attempt be made to reconstruct that language, which was common to the various groups

    making up the society - to users and inhabitants, to the authorities and to the tech-nicians (architects, urbanists, planners)? A theory

    can only take form, and be formulated, at the level of a superrcode. Knowledge cannot rightly be assimilated to a well-designed

    lannguage, because it operates at the conceptual level. It is thus not a privileged language, nor a metalanguage, even if these notions may

    be appropriate for the science of language as such. Knowledge of space cannot be limited from the outset by categories of this kind. Are

    we looking, then, for a code of codes? Perhaps so, but this meta function of theory does not in itself explain a great deal. If indeed

    spatial codes have existed, each characterizing a particular spatial/social practice, and if these codications have been produced

    along with the space corresponding to them, then the job of theory is to elucidate their rise, their role, and their demise.

    The shift I am proposing in analytic orientation relative to the work o( specialists in this area ought by now to be clear: instead of

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    26/67

    L P Sl l esp H Lbv

    El cambio que propongo sobre la orientacin analtica en relacin con el trabajo de los especialistas en esta rea debe ahora ser claro: en

    lugar de hacer hincapi en el aspecto estrictamente formal de los cdigos, voy a ponier el acento en su carcter dialctico. Los cdigos

    se vern como parte de una relacin prctica, como parte de una interaccin entre sujetos y su espacio y sus alrededores. Voya tratar de trazar la venida a la existencia y desaparicin de codicaciones / decodicaciones. Mi objetivo ser destacar contenidos, es

    decir, las prcticas sociales (espacial) inherentes a las formas que se traten.

    IX

    El surrealismo parece ser bastante diferente hoy a lo que era hace medio siglo atrs. Varias de sus pretensiones han desaparecido

    entre ellas la sustitucin de la poesa a la poltica, la politizacin de la poesa y la bsqueda de una revelacin trascendente. De todos

    modos, a pesar de ser un movimiento literario, que no puede ser reducido al nivel de la mera literatura (que el surrealismo inicialmente

    despreci), y por lo tanto el estado de un evento literario, ligado a la exploracin del inconsciente (escritura automtica), que tena un

    carcter subversivo al principio, pero que posteriormente fue cooptada por todos los medios - glosas, exgesis, los comentarios, la fama

    l pbl, t.

    Los principales surrealistas trataron de decodicar el espacio interior e iluminar la naturaleza de la transicin de este espacio subjetivo

    al mbito material del cuerpo y al del mundo exterior, y de all a la vida social. En consecuencia el surrealismo tiene una importancia

    terica que no fue reconocido inicialmente. El esfuerzo de los surrealistas de encontrar una unidad de este tipo luego se extravi. Es

    apreciable, por ejemplo, en el de Andr Breton Lamour fou, donde la introduccin de elementos imaginarios y mgicos, aunque tal vez

    extrao, no le quita en ningn caso el valor anunciador de la obra:

    a vs, p jmpl, l s l vst mj ptl, m h t m msm l

    apertura de una puerta, y luego cerrarlo, luego abrir de nuevo, si este dispositivo demostr ser inadecuada

    para la tarea, podra deslizar la hoja de un cuchillo al azar entre las pginas de un libro, despus de haber

    decidido previamente que una determinada lnea en la pgina de la izquierda o de la derecha me informara

    ms o menos indirectamente a sus inclinaciones y dime si esperaba que ella pronto, o nada en absoluto;

    entonces yo empezar a mover las cosas, una vez ms, examinar sus posiciones relativas entre s y reordenarlos

    ms sls.20

    Sin embargo, tambin hay que sealar el grado de incumplimiento del proyecto de potica del surrealismo. No es que la poesa surrealista

    careca de un aparato conceptual que acompaa diseado para explicar su orientacin y, de hecho, son tan numerosos textos tericos de

    movimiento - maniestos y otros - que uno podra preguntarse qu queda del surrealismo que hayan dejado fuera de consideracin?

    Las deciencias intrnsecas de la poesa son ms profundas, sin embargo: se preere lo visual al acto de ver, rara vez adopta la postura

    y curiosamente no tiene en cuenta el musical tanto en su modo de expresin y, ms an, en su centro de una escucha visin . Era

    m s pt s hb p l h p l xst hm, sb Bt , m s l s tl hb

    consentido en convertirse en uno con la necesidad lgica y as todas las cosas sumidas en un estado de total transparencia. 21

  • 7/27/2019 Traduccin de La produccin social del espacio - Henri Lefebvre

    27/67

    H Lbv Th Pt Sp

    emphasizing the rigorously formal aspect of codes, I shall instead be putting the stress on their dialectical character. Codes will be seen

    as part of a practical relationship, as part of an interaction between subjects and their space and surroundings. I shall attempt to trace

    the coming-into-being and disappearance of codings/decodings. My aim will be to highlight contents i.e. the social (spatial) practiceht t th ms st.

    XI

    Surrealism appears quite otherwise today than it did half a century ago. A number of its pretensions have faded away, among them the

    substitution of poetry for politics, the politicization of poetry and the search for a transcendent revelation. All the same, though a literary

    movement, it cannot be reduced to the level of mere literature (which surrealism initially despised), and hence to the status of a literary

    event, bound up with the exploration of the unconscious (automatic writing), which had a subversive character to begin with but which

    was subsequently co-o