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ALAIN TOURAINE l @ .... \Sb! EDITORiAL UNIVERSITf\R1A DE BUENOS AIRES

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Page 1: Touraine, Alain ÔÇô El regreso del actor, pp. 93-106 (Los movimientos sociales) ÔÇô Buenos Aires, Eudeba, 1987

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Titulo de la obra original: Le retour de I'acteur

Publicado par Librairie Artheme Fayard © Fayard, 35-10-7226-01, Francia, 1984.

Traducido par: Enrique Fernandez

fL~CSO - Biblioteca

EUDEBA S.E.M.

Fundada por !a U"i·,ersidad de Buenos Aires

© 1987

EDITORlAL UNIVERSITARlA DE BUENOS AIRES Sociedad de Econom ia Mixca Rivadavia 1571/73

Heche el deposito que marca la ley) L 723 ISBN: 950-23-0370-9 . IMPRESO EN LA ARGENTINA

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HAese - 3iblioteca

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES: i,OBJETO PARTICULAR o PROBLEMA CENTRAL DEL ANAL ISIS SOCIOLOCICO?

La sociologia, definida general mente como analisis del funciona­miento del sistema social, i,puede dejar un lugar para el estudio de los movimientos sociales? lOmaS bien hace f'alta intentar reconstruir la so­ciologia alrededor de este? Tal segunda soluci6n ya fue propuesta bajo dos for mas muy diferentes. Para algunos debia renunciarse a la idea de sistema social y reconocer que todo es cambio y que los rnovirnientos 50­

eiales son los actores del carnbio; para otros, al contrario , debia rnante­nerse la idea de sistema social, pero reconstruirla a partir de lin analisis de los movimientos sociales, del campo cultural donde estan ubicados y de las formas de. ins1i!.!:1.cionalizaci6n de sus conflictos.

Ante todo, debe rechazarse clararnente la ilusionempiristares impo-:"...­sible definir un objeto denominado "rnovirnientos sociales" sin elegir primero un rnetodo general de anal isis de la vida social, a partir del cual podria constituirse derer minada categoria de hechos llamados rnovimien­tos sociales. Existen numerosos estudios purarnente ernpiricos sobre con­,~. lo nono se sabe d . ., bland 1uicros: pcro a rnenuco SI.:: sa e C1c que estun na an 0 rea mente. a pe- . sar de la gran calidad dcscr iptiva de muchos de ellos al referirse a aeon­tecirnientos particulares bien delirnitados.

Si, por el contrario , nos quedamos can el enfoque de la coristruccion y el analisis de categorias generales, desde el vamos debemos reconocer la

. existencia de por 10 men os tres tipos de conflictos orientados hacia la mo­dificaci6n de uno 0 varios aspectos irnportantes de la organizacion social y cultural. Para aclarar el vocabulario, propongo llamar conductas co­lectivas a aquellas acciones conflictivas que pueden ser entendidas como un esfuerzo dedefensa, de reconstrucci6n 0 adaptacio n de un elemento

. enfermo del sistema social, tratgse de un valor, una norma 0 de la so­ciedad misma. En estc sentido, Neil Smelser 1 us6 Ill. expresi6n collective k·,J'·'],:·::;ur. Si, 8.] [('YeS, los conflictos se analizan como mecanisrnos de

:i Theory of Coltective Behaviour, Nueva York, Free Press, 1963.

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modificacion de decisiones y por io tanto como factores de cambio (fuer­zas politicas en el sentido mas amplio del terrnino), propongo hablar de luchas. Por fin, Icuando las acciories conflictivas tratan de trans­formar las relaciones de dorninacion social ejercidas sobre los principales recursos culturales -la produccion , el conocimiento, las reglas eticas-e­utilizare la expresio n movimiento social. /Naturalmente, puede elegirse otras convenciones de lexico: preferi estas porque me parecen mas cerca­nas a los usos actuales. Lo esencial es diferenciar c1aramente estos tres modos de construcciori de este campo de la realidad observable -el mis­mo conflicro puede referirse a uno, dos 0 tres de estes tipos- de rnaner a que el analisis sociologico no puede reemplazar aqui al analisis hist6rico, el cual abarca el conflicto en su complejidad especifica.

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Pueden analizarse mejor numerosos conflictos si se los considera co­mo efectos de la descomposici6n y los esfuerzos de reconstruccion de un sistema social amenazado. Por ejemplo, algunos inmigrantes crean una comunidad homogenea; poco a poco se diferencia, pues unos se enri­

.- quecen, otros se empobrecen y algunos se casaIi fuer a del grupo: por 10­tanto, la comunidad esta amenazada. Aparece, entonces, un mesias 0 un profeta para restablecer las antiguas costumbres, es decir la homoge­neidad e integraciori de la comunidad. Esta dimension es irnportante en los movimientos llamados reformistas y hasta en las revoluciones como la de Inglaterra en el siglo XVII, adernas de los movimientos rnesianicos 0

integralistas 'que acabo de evocar. . .. De la misma manera, una parte irnportante de la accion sindical COli­

siste en defender calificaciones y rernuneraciones .contra las consecuen­cias de un cambio tecnico, de una modificaci6n del mercado 0 de una

. decision de la empresa. Estos ejernplos muestran que el campo de sernejan-: tes conductas sigue restringieridose en sociedades de carnbio rapido, alta­mente diversificadas, y por consiguiente cuyo grado de homogeneidad e integracion es mas debil que en las sociedades llamadas tradicionales.iEn las sociedades industriales las acciones colectivas se definen mas a menu­do par un esfuerzo para dominar el cambio y orientar el porvenir.que por

. una voluntad de conservacion 0 de vuelta al pasado.. Sin embargo estas actitudes reformadoras e integradoras parecen, ,

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heche de que los vilores "modernos" -ca~bio, crecimiento, de­sarrollo- considerados durante mucho tiempo como intangibles en la

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misma forma que el progreso y el movimiento natural de la historia estan nuevamente cuestionados, especialmente en paises dependientes 0 colo­nizados donde la modernizaci6n y la industrializaci6n, importadas desde el extraniero, trastornaron la organizaci6n social y cultural tradicional. Sernejantes movimientos ya observables en Asia, America Latina 0 Africa durante el gran periodo de expansi6n colonial del siglo XIX se desarrolla­ron recientemente en forma notable. Como ejernplo sirve el exito del khomeinismo en Iran. En el mundo comunista tarnbien resurgen las con­ciencias nacionales, mientras que en el "primer mundo", el de los paises industriales occidentales, los temas de comunidad e identidad se difun­den y desencadenan acciones que corresponden adecuadamente a 10 que llarne conductas colectivas.

- EI significado de las conductas colectivas se encuentra, necesa­riarnente, muy lejos de la conciencia de los actores, puesto que se define en terrninos de funcionamiento del sistema social y no de represerua­ciones 0 proyectos de los acto res (de la misma manera que el suicidio en el analisis durkheimiano). Par eso las conductas colectivas son heterono­mas, orientadas por restricciones econ6micas 0 politicas exter nas, 0 mas aun impulsadas por un jefe que encabeza una secta 0 movimiento in­tegrisra, y quien se identif'ica con el orden a restablecer.

Asi, la refereucia a la sociedad y al orden social tiende cada vez mas, en nuestros paiscs , a definir ;:0 tanto acciones vinculadas con el cambio, '

• • ~.. .' 1 L, I ' .sino ~2.S oien accrones que it) COI1-:Daten en nornnre uc UI: orcen anriguo o nuevo. Esto nos lleva muy lejos de io que lianiamoscspcntaneamente "movimiento". Por consiguiente, la tendencia natural de los participan­tes y observadores de los conflictos sociales en las sociedades industriales es insistir, por el contrario , en considerar a estos conflictos como mecanis­mos de cambio. Perc esta definici6n ya no tiene el mismo sentido que en el siglo pasado, cuando el movimiento obrero era el actor de los conflic­tos mas irnportantes y parecia representar val ores nuevos -aquellos del progreso e industrializaci6n- al mismo tiempo que luchaba contra sus forrnas sociales de apr opiacio n. .

jActualmente se cues tiona ese rol central de un movimiento social co­;1''"' agente principal de transformaciones hist6ricas.)No se visualiza con claridad 10 que u:1~~·i.:::J. a eS:.:J5 multiples ';(Jnflicti;5, que no se refieren a valores centrales ni luchan contra Lin poder dorninante, y si tra..;., ~li;Ca.­mente de transforrnar algunas relaciones de fuerza 0 mecanismos especi­

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ficos de decision. En este caso, es evidente que-los agentes de cambia no pueden definirse de manera global en nombre de algun "sentido de la Historia". Tanto mas que dentro del mundo laboral, en la vida urbana se comprueba ese pasaje de los movimientos sociales centrales hacia luchas especificas. Numerosos estudios realizados sobre las luchas urbanas con­ternporaneas demuestran que, en la rnayoria de los casos.ise trata de ac­ciones limitadas, dirigidas contra propietarios 0 autoridades administra­tivas, para conseguir mejores condiciones de alojamiento. Aun un ere­ciente nurnero de luchas urbanas tienden a acercarse a 10 que llama­mos aqui conduct as cclectivas, al defender LIn medio amenazado. Por ejemplo, las luchas -victoriosas- realizadas en Madrid para salvaguar­dar el centro hist6rico de la ciudad.

\Estas luchas adquieren mayor importancia cuando tratan de acceder en forma mas directa al poder de decisi6n y se asocian mas estrechamente con los partidos politicos.i Por tal causa en varios grandes paises in­dustriales la socialdemocracia (tanto su rama revolucionaria como la re­forrnista) asoci6 intirnamente las luchas sociales con la acci6n politica y de hecho las subordin6 a esta ultima, ya que su objetivo fundamental era la toma del poder.

Los movimientos sociales Fl..ACSO - BibnQCGca

Hablar de conductas colectivas es considerar los conflictos como respuestas a una situaciori que debe valorarse por si misma, es decir en

. terminus de integracion 0 desinregracion de un sistema social, definido per un pr incipio de unidad Hab lar de luchas , por el contrnrio, implica una concepcion estrategica del carnbio social. Las luchas no son respues­tas SiIlO iniciativas, cuya acciori no lleva, ni 10 pretende, a construir un sis­tema social. En consecuencia, la idea de luchas esta mas 0 menos directa­mente relacionada con la representacion de la sociedad como mercado 0

campo de batalla. Adernas de la cornpetencia y la guerra existen muchas otras estrategias conflictivas, perc tampoco se refieren a la idea de un sis­tema social definido por valores, norm as e instituciones.

El pasaje de.luchas a movimientos sociales restablece, al contrario, la relaci6n entre acci6n colectiva y sistema social, perc invirtiendola. De­mos un ejemplo. En una fabrica surgen movimientos reivindicativos para luchar contra desigualdades salariales entre obreros de calificaci6n pare­ci.:« ~eJ_:::lpio ~?rr:i~~..:: ci-:: ~',_"ducta C'.!ectj'.l) 0 r·':l.!""? 2!JiT,~ntar 13. i[1[1IH;11­

cia de los asalariados scbre las decisiones que af'ectan sus conclciones de tr abajo, 10 que constituye una lucha. Pero la propia organizacio n de 1a

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FLACSO - 8iblloteca

o no empresa no es la expresiori de una racionalidad tecnica; tampoco es el re­Ie la sultado directo de unai elacion de fuerzas siempre cambiante. Lo propio

de la industria es que la influencia de los poseedores de capital se extien­na se chas da de la vent a de productos a las condiciones de trabajo de los producto­COll­ res, reunidos en una fabrica y sometidos autoritariarnente a determinada e a..::­ organizacion colectiva del trabajo. La acciori obrera lucha contra esta .s tra- dorninacion y trata de brindar a los trabajadores, 0 al conjunto de la co­ere­ lectividad, el control de la organizacion del trabajo y de los recursos ere­

arna­ ados por la actividad industrial. Por !Un movimiento social, segun esa definicion, no resulta de ninguna

~uar- manera una -respuesta a una situacion social. Al reves, esra constituyeel resultado del conflicto entre movimientos sociales que luchan por el

.cder control de los modelos culturales y de la historicidad, conflicto que rente puede desembocar en una ruptura del sistema politico 0, por el contrario, sIn ­ en reformas institucionales y que se rnanif'iesta coridianamenre en las for­la re- mas de organizacion social y cultural yen las relaciones de autoridad. Un .ica y movimiento social es una accion conflictiva mediante la eual se transfer­11 era man las orientaciones culturales y un campo de historicidad en formas de

orga nizacion social, definidas a la vez por normas culturales generales y por relaciones de dominaciori social. '

El.debilitarniento cada vez mas rapidode la.nocio n de.sociedad y de la sociologia clasica nos obliga a elegir entre dos caminos: por un lado, una sociologia de pure carnbio en la cual ocupa un lugar importante Ia

.omo nocion de lucha; por otro, una sociologia de la accio n basada en no­21r en ciones de modelos culturales y movimiemos sociales. Gran parte de los uuco debates generales de 1a sociologia puede encararse corno cornpetericia, .plica conflicto 0 compromise entre estas Lr~.S:-0fiZri~·ac;t)ne~.

pues­ La scciolcgia clasica nacio en paises -Gr~n Breraua, Alcrnania, E~­1I1 sis­ tados Unidos, Francia- que ccnstituian conjuntos politicos, econorni­-ecta­ cos y culturales tan diferentes que se podia hablar no solo de sociedades ado 0 sino tam bien de actores sociales (sindicatos 0 ernpresar iado, por uchas ejernplo) definidos nacionalmenre. Ya no es la situacion actual: nurner o­In 515- 50S actores socialcs defienden sus intereses en mercados, campos de com­

petencia y de conflictos definidos sobre todo por una tecnologia, una co­rano , yuntura econornica, conflictos estrategicos, corrientes intelectuales de t. De- accion internacional, y no tanto por una realidad nacional global. Hoy, ; para nirigun movimiento social puede identificarse con el conjunto de conflic­care- tos y fuerzas del carnbio social en una sociedad nacional.

De la: .""')T"' .. _~:. cl ,-~;7)pO de i~~h3..: se vuelve c.•.j:;. v-z mas autcnomo lCS de -tendencia que ;:,odria volcarse en otras situaciones sociaies- reta­de la cionado con 12. :1(Ci011 de movirnientos sociales, y las conductas colectivas

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fL~tS0 - 8iblioteca tienden cada vez mas a transformarse en 10 que llame antimovimientos sociaiesJue disociacion entre el modo de desarrollo econornico y las for­mas de funcionamiento de los sistemas econornicos y sociales en la mayor parte del planeta, en efecto, provoco una reapariciori masiva de conflic­tos sociales y acciones colectivas sustentados en nombre de la integracion social y cultural de una comunidad. Esta fuerte disociacion de los movi­mientos sociales, de las luchas y conductas colectivas protege a la 50­

ciologia, centrada en eI analisis de los movimientos sociales, del peligro de transformarse en filosofia de la historia.

No solo ya no es posible ubicar el analisis sociologico dentro de la representacio n evolucionista que llevaba de 10 tradicional a 10 moderno, de la solidaridad mecanica a la solidaridad organica, de la comunidad a la sociedad, sino que, adernas, la desaparicion de la hegernonia de los paises capitalistas centrales sobre el conjunto mundial no permite identi­ficar su historicidad y sus propios movimientos sociales con una Historia universal cuyas etapas debieran ser recorridas necesariamente por todos .·i

los paises. '11:)'

/ Por consiguiente, debemos romper con la idea clasica que identifica- r ba fa creatividad humana con sus obras, y la historicidad, definida como I, '"

. _:.~razon y progreso, con el dominio de la naturaleza por la ciencia y la tecnica. _. •._"__ \1:".::

Y, como .corolario, reintroducir en el analisis sociologico otraconcep­cion del sujeto, colocando el acento sobre la distancia entre la creaci6n y . . las obras, entre la conciencia y las practices/ Pues, si bien es cierto que i J'­los modelos culturales se transforman eripracticas sociales a traves de I ­

conflictos entre movimientos sociales opuestos, tarnbien es necesario que i, se desprendan de estas practicas para constituirse como modelos de in- l'

versiones y creaciones de norrnas, 10 .que vsupone .eflexio n; d!stan~... .;;I ciarniento y, retomandoesta palabra tan a~r:1;z~da en .a rradicioncultu- -IT ral de Occidente, conciencia. .. .

En deterrninadas epocas el pensamiento social insiste mas, dentro de ~ . la historicidad, sobre la inversion econornica y la producci6n de conoci- 1 ' miento; en otros mementos se muestra mas receptive para la creacion y i {

;la transforrnacion de modelos eticos, 10 que tieride a otorgar mayor im-, ' portancia al distanciarniento que a la inversion. A decir verdad, ambos II

movimientos se complernentan y,lseria tan peligroso caer en la filosofia 1 moral como en la filosofia de la historia.' I. '

/La nocion de movimiento social es inseparable de la de.clase. El mo- 'I~ , vimiento social se opone a la clase porque esta puede definirse como una situacion, ;-r~"T.tras que cl rnovirniento social es una acci6n, la del sujeto/ .-t es decir del actor que cuesuona ia formaiizacio n social de la hisL,-,ri(_~;(iod. J~ ~!'.'

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fLACSO - Biblioleca

del capitalismo, sus crisis y su coyuntura. En grade mas extreme aun f

los estudios sobre movimientos sociales y nacionales en el Tercer Mundo': siguieron dominados por los analisis del imperialismo y el sistema econo­mico mundial, hasta tal punta que la formaci6n de movimientos masivos parecia imposible, 10 que llevo a pres tar mayor importancia a la lucha ar­mada, ya sea de guerrillas, 0 la lucha militar masiva dirigida por un parti­do revolucionario.

A partir del momento en el cual se evita recurrir a un principio meta­social, por consiguiente a la idea de una contradicciori entre sociedad y naturaleza, se hace necesario concebir a las clases como actores ubicados en conflictos y no en contradicciories. Entonces resulta pref'erible, para subrayar este importante cambio, hablar de movimientos sociales antes que de clases sociales. £1 movirniento social es la accion, a fa vez cultural- 'r mente orientada y socialmente conflictive, de una clase social definida por su posicion dominante 0 dependiente en el modo de apropiacion de la historicidad, de los modelos culturales de inversion, de conocimiento y moralidad, hacia los cuales el mismo se orienta.

Los movimientos sociales no quedan nunca aislados de los dernas ti­pos de conflictos. El movirniento obrero, que cuest ioria el poder social de los duerios de la industria, es inseparable de las reivindicaciones y pre­

..., -siones destinadas a aumentar la influencia de los sindicaros en las deci-­siones econ6micas, sociales y politicas. Pero 10 que indica su existencia es la presencia de elementos no negociables en las concertaciones, yen con­secuencia la irnposibilidad para un sindicato, exponente del movimiento obrero, de llevar a cabo una accion puramente instrumental en 10 que con­cierne a COst05 y ventajas. Lo que se llarno sindicalisrno de rnercado no per tenece al movirniento obrero , de donde, como con tragoipe, el de­sarrollo de conductas de ruptura: huelgas ilegaies, auseruismo, merma acentuada de las tareas, actos de violencia 0 de sabotaje que traducen la presencia reprimida del movirniento obrero en un sindicalisrno de rnerca­do, 0 cuyas reivindicaciones estan muy fuertemente institucionalizadas.

Esta observaciori puede ser ampliada. Lo propio de la democracia representativa es la dependencia de los actores politicos con respecto a los acto res sociales a quienes representan, al mismo tiempo que conser­van mayor 0 menor autonornia, y de esta manera actuan, sirnultanea­mente, en funcion de su posicion. en sistemas de decision y como man­datarios de grupos de interes 0 de movimientos. La opinion percibe con ironia este f'enorneno cuando pone en evidencia el doble discurso de los

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siones de comisio n del Parlarnento. Asi, un debate politico puedc ser , al misrno tiernpo, 10 que llama lucha y traducir un movirniento social.

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tl.ACSO - 3iblioteca De igual modo, el funcionamiento de una organizacion no puede

analizarse unicamente en terrninos de relaciones de autoridad. Las deci­siones tomadas por los ejecutivos se explican tarnbien por las politicas de los dirigentes de empresas 0 de los duerios: y el comportamiento de los obreros 0 empleados en sus talleres u oficinas esta ampliamente influido por su representacion de un conflicto general de intereses, que supera al marco de su existencia profesional.

Estamos demasiado acostumbrados a hablar del pasaje de la clase "en si" ala clase "para si", de la situaciori soportada a la conciencia que se forma con el traslado a la acciori politica. En realidad no existe clase "en si", no existe clase sin conciencia de clase. Par' oiroladc, 10 que con-" viene diferenciar es la conciencia social de clase -es decir, un rnovi­mien to social siempre presente aunque sea de manera difusa, al haber conflicto sobre la apropiacion social de los principales recursos cultura­les- y la conciencia politica, la cual asegura la traducci6n del movimien­to social en acciori politica. Un acto dirigido contra una dorninacion so­cial no se reduce nunca a una estrategia con respecto al poder politico.

La definicion brindada hasta aqui de los movirnientos sociales los presenta como agentes de los conflictos estructurales de un sistema so­cial. i.Pero acaso no encontramos movirnientos sociales en el nivel rnisrno .de los modelosculturales y .no en-su utilizacien-social? -Por-otra parte, i.el analisis de los movimientos sociales debe limitarse a una perspectiva sincronica 0 puede extenderse hasta el terreno del carnbio? La innova­cion cultural -0 la resistencia a esta- no puede constituir por si misma un movirniento social, pues este par definicion combina la referencia a un campo cultural con la conciencia de una relacion social de dorninacion. Pero un conflicto culturalpuede abarcar una dimension social, yen ulti­ma instancia siernpre la abarca: no existe modele cultural en S1 I entera­mente independiente del modo de dorninacion ejercido sobre &1. Entre el pure conflicto cultural, por ejernplo en el interior de una comunidad cientifica 0 artistica, y la expresion cultural de un conflicto directamente social se delimita un campo ocupado por movimientos culturales defini­dos a la vez por SU oposicion a un modele cultural, antiguo 0 nuevo, y por un conflicto interno entre dos modos de utilizacion social del nuevo modelo cultural.

E1 movimiento cultural mas importante actual mente es el de la mu­jer. Por uri lade, se opone a la condiciori femenina tradicionaI, y por eso mismo transforma nuestra imagen de! sujeto; por otro, se divide en dos tendencias que representan en los hechos fuerzas sociaIes opuestas. Una

,. tendenc.a iioeral, que luella. por la igualdad j' airae a categoi ~c,s scciaies altas (es mas interesante reclamar el acceso al ejercicio de la medicina 0 al

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FLAeSO - CibHoteca Sn no puede Parlamento que a tareas no calificadas); y una tendencia radical que rd. Las deci­ lucha por la especificidad mas que por la igualdad desconfiando de esta ul­; pOliticas de tima. hasta de sus trampas, y combate una dominaci6n a la vez social yiienro de los

sexual, ya sea ligando su accionar al del proletariado, denunciando la do­.nte influido minaci6n netarnente sexual, 0 finalmente oponiendo una concepci6n re­ue Supera al lacional de la vida social, mas pr6xima a la experiencia biopsiquica de la

rnujer que a una concepci6n tecnocratica de origen masculino. ~ de la clase Los movirnientos culturales resultan importantes, sobre todo al co­lciencia que mienzo de un nuevo periodo hist6rico, cuando los acto res politicos no existe clase son todavia representantes de demandas y movirnientos sociales nuevos y10 que con­ cuando, por otra parte, la transfor macion del campo cultural abre deba­" un rnovi.

tes fundamentales sobre la ciencia, la inversion econornica 0 las cos­a, aJ haber

tumbres..os cultura­Allado de movimientos sociales, en sentido restringido del terrnino,

movimien­, y de movimientos culturales, 0 mas exactarnente socioculturales, debe­

inaci6n so­ mos aceptar tarnbien la existencia de movimientos sociohistoricos. Estos ~r politico. ultirnos no se ubican en el interior de un campo de historicidad , como losociales los movimientos sociales, sino en el pasaje de un tipo de sociedad a otro (pa­isiema 50­ saje del cual la industrializaci6n es historicarnente la forma mas irnpor­.ve] mismo

tante). Aqui el elemento nuevo consiste en que el coriflicto se organiza 1 parte, i.el .. alrededor de la .gestion 'del desarrollo y, en consecuencia, el actor dorni­erspecriva nante no es una clase dirigente, definida por su rol en un modo de pro­.a inriova,

duccion sino una elite dirigente, es decir un grupo que conduce el de­- si misma

sarrollo y el cambio historico y se define en primer lugar par la dir eccioriencia a un

del Estado, Un movimiento sociohistorico puede estar ya asociado con el ·llinaci6n.

Estado industrializr.c-r , ya opue-:o a el. Los campos enf'rentados tienen y en ulti.

en cornun el desa: roilo y la modcnuzacicn, pero t~!l') :j,::s.:-;j r-forzar In ca­;1, entera­ pacidad de inversion y movilizacio n del Estadc, cuaiquiera sea, rnientras . Entre el que su adversario recurre a la Naciori y la participacion popular.'munidad Existe cierto parentesco entre estes tres tipos de movimientos, 10 quecr2.mente da pie a que algunos, colocandose en una tradiciori revolucionaria, afir­es defini­ men la unidad fundamental del movimiento obrero, de 105 movimientos nuevo, y de liberacion nacional y del movimiento de liberacio n de la mujer. Sinlel nuevo embargo, mas irnportante es subrayar las profundas diferencias que los

separan y les irnpiden unirse. ASI, en el Tercer Mundo predomina cons­tantemente la cposicion entre movirnientos clasistas y nacionalistas, y no su unificaci6n. Estosdos tipos de movimiento solo pueden unificarse ba­jo la egida de un partido revolucionario, siempre al precio de la destruc­cion Ll.!!:~~ de LlDC como c::: otrc, volviendr-:e rot::.1it:·,·:,"\_! oarrido que los

sociales absorbe, Igualmenre, li.l~ tentativas de acercarniento entre el movirniento ciria 0 al J. obrero y el movimiento de la mujer chocaron con tantas dificultades que

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la rnayoria de las militantes radicales han empezado por alejarse de una accion, sindical 0 politica, que consideraban sorda a las demandas espe­cificas de la mujer.

Accion, orden, crisis y cambia FLA.CSO. HibIioteca

El conjunto de los problemas que acabamos de considerar constitu­ye una de las grandes "areas" del analisis sociologico, la de la accion so­cial. Pero existen igualmente otras "areas". Lo propio de la acci6n social es analizarse siempre en funcion de relaciones sociales desiguales (poder, dorninacion, influencia, autoridad); perc las relaciones sociales no quedan siempre completamente "abiertas". Ya dijimos que tam bien se cierran, se transforman en orden social, mantenido por agentes de control social, cultural y, finalmente, por el poder estatal. Este orden so­cial tambien es susceptible de entrar en crisis sobre todo cuando su esta­bilidad se opone a los cam bios del medio de manera que, al area de la ac­ci6n social y a la del orden, se agrega la de la crisis. Para terminar, siempre en un mismo tipo de sociedad, en este caso la sociedad in­dustrial, las relaciones sociales y el orden estan constantemente en cam­bia. l,El analisis .ge los .movimientos sociales puede salir de -suarea pro­pia y penetrar en aquellas del orden, la crisis y el cambio?

Hay que descartar toda pretensi6n hegernonica de la sociologia de los movimientos sociales: no dirige directa y enterarnente al estudio del orden (es decir tarnbien de la represi6n y exclusion), ni tarnpoco al de la crisis 0 del cambio. Actualmente, todo transcurre como si la sociologia de los movimientos sociales fuera uno de 16s dorninios mas debiles Y me­

.... n·05 elaborados del analisissociologico. - ­.Sin embargo, no.poderrios quedarnos satisfechos con un total plura­

lismo rnetodologico que llevara a desmembrar completamente la realidad social y su anal isis.

. La penetraci6n de una sociologia de los movirnientos sociales dentro de 10 que llarne el area del orden parece casi imposible, por la posici6n tan opuesta de estas dos orientaciones intelectuales. Desde hace por 10 menos veinte afios, de Marcuse a Foucault, de Althusser a Bourdieu, to­do un conjunto de reflexiones, por otra parte rnuy diferentes unas de otras , conquist6una ampliainfluencia en las ciencias sociales al sostener que la sociedad conternporanea se controla y vigila cada yez mas estrechamente, de manera que la vida social se reduce solo a un sistema d- '::g;~.:)S de unade.nina-,<~~~i1 no c,)~~~~~·~3. .. :C-'e esta rrl(..nera ~e ei~clL1)c ~

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FU\CSO - Ciblloteca rapidarnente hacia los margenes de una "sociedad unidimensional". La influencia creciente de la sociedad sobre si misma lleva, en lugar de ampliar el espacio publico, a hacerlo desaparecer al otorgar al poder central los medios para intervenir en todos los aspectos de la vida cultural y de la personalidad individual. Es cierto que, por otro lado, ala intensa actividad de protesta de la decada del sesenta sucedi6 un debilitamiento duradero de los movirnientos sociales.

Estas concepciones pesirnistas tuvieron tanto mas influencia en cuanto a que los estudios sobre la enserianza 0 el trabajo social dernostra­ron su impotencia para luchar contra las desigualdades sociales y hasta su tendencia a reforzarlas con mecanismos de selecci6n. De tal forma la sociologia de los movimientos sociales choca hoy no tanto con la sociolo­gia de las instituciones y del sistema social -debilitada por las crisis cul­turales y sociales- sino mas bien con deterrninada sociologia de los apa­rates ideo16gicos del Estado, de donde surge la importancia de hacer pe­netrar la sociologia de los rnovirnientos sociales dentro de Ese territorio aparenternente hostil.

Subrayemos, ante todo, la posibilidad actual de destacar las lirnita­ciones de las tesis que presentan la escuela 0 el trabajo social como insti­tuciones incapaces de modificar sensible mente las desigualdades sociales, 10 que lleva implicito quedocentes 0 educadores no pueden en rnanera ar--·' . guna ser realrnente acto res. A estas afirmaciones perentorias pueden opo­nerse muchas investigaciones, 2 de las cuales surge clararnenre que la desi­gualdad se da de entrada s610 en forma parcial y luego se desarrolla en el seno del sistema escolar irnpulsada por este ultimo. Conviene sustituir la resuonsabilidadJ.. a impersonal.. ! del "sistema... :: ·.... 4...... r o n \.,-.. l..:'- resnonsabilidad..... ........ l....:.'_: inrli"i_.. \..ol, y._ ,l ~. _ 1'1~ l .... :...:.t....1 '~ ..

dual y colectiva de los docentes. Todo lo que pcrrnira hrnitar la tor mali­dad escoiar en provecho de un apre ndizaje activo, donde el nino no sea solamente un escolar sino un individuo aceptado can su pluralidad de ro­les (incluida su ubicaciori en clase), coutribuye a reducir la desigualdad de oport unidades. 3 ­

En segundo lugar , el orden no reina nunca de manera absoluta. Se habla de control ideo16gico, de manipulacion, de aiienaciori, pero 10 que ante todo existe, en realidad, es la represiori fisica, la violencia y la re­vuelta, reducidas en formas degradadas. Lo mismo que el silencio no reina nunca toralrnente en el mundo de la esclavitud 0 en los campos de concentraci6n, pues siempre subsiste cierta resistencia y como corolario

. :. C:. R'),;2f Girod, Politioues dc iEaucction, P.U.i'., i;;;i . 3 Esre terna rue desarrollaco par Jean Foucarnbert: Evolution comparative de

quatre types d'organisation al'ecoie elernentcire, E--iRDP, 1977-1979.

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FLACSO - Biblioteca

una represion directa, detras de la apariencia del orden sobreviven siempre relaciones sociales de dorninacion y protesta.

No hace mueho tuvimos una excepeional demostraci6n que despe­daze la idea, demasiado facilmente aceptada, segun la euallos regimenes totalitarios tienen la eapacidad de estabilizarse al punto de redueir a la impotencia 0 eompleta marginaci6n toda oposici6n. Polonia, easi de un dia para otro, vio desmoronarse el orden ofieial y renacer la vida social, eual Lazaro saliendo del sepulcro. En poeas semanas actores, debates, eontlictos y negoeiaeiones surgiercn de todas partes: prueba de la impo­tencia del regimen, si no Ie quedara el recurso de la violencia del Estado. Del mismo modo, en otros paises aparentemente silenciosos un debilita-' miento 0 una crisis del sistema represivo pueden liberar una vida social aun viva, a pesar de las persecuciones y del reino de las "bocas amorda­zadas". iNo es, acaso, notable verla resurgir en lugares donde pareeia aplastada, en Brasil y hasta en Chile, en Polonia, Rumania y hasta en China? Lo mas conmovedor en la obra de Solyenitsyn no es tanto la descripci6n del horror de los Gulag (que por otra parte ya se conocia) si­no la exteriorizacicn de las voces que la exterrninacion no pudo reducir al silencio.

Si consideramos los analisis realizados en terrninos de crisis, vernos que captan mas adeeuadamente la idea de movimiento social que aquellos basados en la no cion deorden .. Tornemos un ejernplo rnuy actual- el de 'los efectos socliies del desempleo. Los numerosos est udios

_dedicados a este tema tienden sobre todo a hablar solo de anomia y rnargi­nalidad. Evidentemente, era muy difieil en la decada del treinta confer­marse can hablar de los efectos psicol6gicos de la desocupaciori y la mar­ginacion, mientras Estados Unidos asistia a marchas del hambre y en Europa los movimientos fascist as se alimentaban con los desocupados.: Rernontemonos mas arras en el pasado. i,Era posible en el siglo XIX sepa­rar cornpletarnente 12.5 Ilarnadas, en aquel momento, "clases peligrosas" de las" clases trabajadoras"? Mas cerca de nosotros, ise podia hace po­cos afios, en Oakland, considerar al pequeno grupo de los Black Panthers solamente como una pandilla de j6venes negros rnarginales? Lo mismo, hoy, ilos jovenes inrnigrantes de Les Minguettes ' son simples "marginales" a tarnbien artesanos de un naciente movimiento social?

Por cierto, la crisis da origen mas a menudo a movimientos de su­perconformismo disidentes -sectas y otras formas de antimovirnientos sociales- que a movimientos sociales. Perc .en todos los casos aparece

" LesMinguettes: suburbia de Paris. 4 William Foote Whyte'. Street Corr-rr .'7.,Jcii:'lY, Univcrsity uf Chicago Press, 1965.

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ress, 1965.

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fLA csa . Blblioteca la insuficiencia de los anal isis realizados en terrninos de crisis y descom­posicion de la organizacion social.

Consideremos, por ultimo, las conductas relacionadas con el earn­bio, pues parecen tan cercanas a los movimientos sociales que muchas ve­ces se las confunde con estes. Aqui hemos subrayado nitidarnente la dis­tancia que los separa; en efecto, el espacio del cambio social tiene dos pendientes: por un lade remite a las relaciones sociales y a los efectos de institucionalizacion de los conflictos, por consiguiente de las reformas; por otro conduce hacia el desarrollo, es decir hacia el pasaje de un campo cultural y social a otro. Esta necesaria descomposicion de un conjunto artificialmente constituido permite la penetraciori de la sociologia de los movimientos sociales en esta area de la vida social.

Una nociori irnportante, pues es utilizable en todos esos casos, es la de refuerzo . Las conductas observables pueden explicarse , por cierto, co­mo respuestas a la integracion 0 exclusion, a la crisis 0 al cambio, pero semejantes explicaciones dejan siempre de lade un residuo irnportante que solo puede analizarse como conjunto de ef'ectos indirectos, sea de la forrnacion, sea, por el contrario, de la ausencia de movirnientos sociales. Alii donde no se forma el conflicto reinan la unidad Iicticia del orden y tam bien la violencia 0 el retraimiento. Esta nocicn de esf'uerzo tiene la ventaja de respetar la autonornia de los mo_dos de analisis que correspon- -­den mas directarnente a deterrninada area 0 a otra de la vida social. man­teniendo al mismo tiempo la existencia de principios generales de anali­sis. Agreguemos que, al hablar de refuerzo, no querernos de ninguna rna­nera afirrnar que la explicacion en terrninos de movirnieruos sociales da cuenta, mejor que otras, de toda la realidad histor ica. Ei debilitamiento de rnuchos conflictos recientes, en" particular de la cor rierue ecologica,

. "1 ., • • ." • prue ba a 1corurar.o su U~Cill carga como mov uu.cnt o SOC131 y' 13 presencia dorninante, en su seno, de otros ripos de conductas. Reconozcamos tam­bien que, segun las perspectivas y objetivos de cada uno, es posible orga­nizar el conjunto del analisis sociologico alrededor de tal 0 cual enfoque general.' .

De tal modo, cuanto mas se ubica uno en una perspectiva sociologi­ca aplicada (por ejemplo para preparar una politica social), tanto mas fe­cundo es el analisis en terrninos de sistema social, de integracion y crisis; ala inversa, cuando se trata de analizar vasros y complejos conjuntos 50­

ciales y determinar la naturaleza de las fuerzas sociales capaces de trans­Iormarlos, las nociones de historicidad y movirniento social deben ocu­~:lr pi luzar0:=:'"'" centra'_. ~.;....l,.• 'F. .. ~ •

i--iumerosos son quienes estirnan nuestra soc.euad como incapaz de producir nuevos movirnientos sociales: ya porque estes serian absorbidos

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par el irresistible ascenso de los estados administradores, ya porque una sociedad enriquecida seria capaz de absorber todas las tensiones, ya fi­nalmente porque los movimientos sociales, al ser producto de sociedades de acumulaci6n con cambio rapido, no tienen cabida si volvemos a so­ciedades equilibradas.

Tratar , por el contrario, de entender los nuevos rnovimientos 50­

ciales es defender otra representaci6n de nuestra sociedad y de su porvenir. Segun este representacion entramos en un nuevo modo de produc­cion, el cual al originar nuevas conflictos engendrara nuevos movirnien­tos sociales, extendiendo y diversificando el espacio publico y quizas tarnbien dara a luz formas de dorninacion y control social mas profundas y con mayor capacidad de manipulacio n. FLACSC, JjbFc;e~:<:

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