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ERRANCIA LITORALES ABRIL 2015 TOPOLOGÍA Y ESCRITURA EN EL PSICOANÁLISIS HÉCTOR FRANCH [email protected] Resumen: Este trabajo se propone situar el lugar de la escritura y de la topología en el psicoanálisis y el vínculo entre ambas. Se privilegia en primer lugar el trabajo analizante por sobre el "ser" del analista en tanto que inexistente. S. Freud explicita las condiciones de esta tarea en el método de lectura del sueño desarrollado a principios del siglo XX y en el que destaca el trabajo del sueño. Este método da lugar a una concepción de la escritura que se halla borrada en nuestra tradicional escritura alfabética. Por otra parte, con el fin de mostrar lo que se oculta en la nuestra, Lacan recurrió a la escritura japonesa. Se revela así una función litoral de la letra a la que es posible aproximarse por la topología, como Lacan también indicó. La topología en el contexto de la ciencia moderna nos permite abandonar la medida a favor de las relaciones de orden, con el fin de tratar la instancia de la letra descubierta por Freud. Una escritura que no debe nada a la medida hace referencia a los matemas que Lacan instituyó para orientarse en la práctica del psicoanálisis. Este recurso resulta comparable a la producción de nuevas escrituras como ha ocurrido en la historia de las matemáticas a través de la técnica de adjunción simbólica. El conjunto de estos desarrollos han logrado revalorizar a los sofistas tan degradados por la filosofía oficial y por algunas concepciones de ciencia. De todos modos, aunque no exista aún una escritura específicamente psicoanalítica, esta línea de investigación avanza en el sentido de hacer existir una. Palabras clave: escritura, topología, psicoanálisis, matemas. "La formación del analista" es una expresión habitual entre nosotros y connota la preocupación por el resguardo del descubrimiento del inconsciente y de la invención del psicoanálisis por parte de Freud. Se trata, entonces, del problema de cuáles son las Psicoanalista. Fundador e integrante de la Comisión Directiva del Ciclo Claves del Psicoanálisis. UNR. Universidad Nacional de Rosario Argentina.

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ERRANCIA LITORALES ABRIL 2015

TOPOLOGÍA Y ESCRITURA EN EL PSICOANÁLISIS

HÉCTOR FRANCH

[email protected]

Resumen: Este trabajo se propone situar el lugar de la escritura y de la topología en el

psicoanálisis y el vínculo entre ambas. Se privilegia en primer lugar el trabajo analizante por

sobre el "ser" del analista en tanto que inexistente. S. Freud explicita las condiciones de esta

tarea en el método de lectura del sueño desarrollado a principios del siglo XX y en el que

destaca el trabajo del sueño. Este método da lugar a una concepción de la escritura que se

halla borrada en nuestra tradicional escritura alfabética. Por otra parte, con el fin de mostrar

lo que se oculta en la nuestra, Lacan recurrió a la escritura japonesa. Se revela así una función

litoral de la letra a la que es posible aproximarse por la topología, como Lacan también indicó.

La topología en el contexto de la ciencia moderna nos permite abandonar la medida a favor

de las relaciones de orden, con el fin de tratar la instancia de la letra descubierta por Freud.

Una escritura que no debe nada a la medida hace referencia a los matemas que Lacan instituyó

para orientarse en la práctica del psicoanálisis. Este recurso resulta comparable a la

producción de nuevas escrituras como ha ocurrido en la historia de las matemáticas a través

de la técnica de adjunción simbólica. El conjunto de estos desarrollos han logrado revalorizar

a los sofistas tan degradados por la filosofía oficial y por algunas concepciones de ciencia.

De todos modos, aunque no exista aún una escritura específicamente psicoanalítica, esta línea

de investigación avanza en el sentido de hacer existir una.

Palabras clave: escritura, topología, psicoanálisis, matemas.

"La formación del analista" es una expresión habitual entre nosotros y connota la

preocupación por el resguardo del descubrimiento del inconsciente y de la invención del

psicoanálisis por parte de Freud. Se trata, entonces, del problema de cuáles son las

Psicoanalista. Fundador e integrante de la Comisión Directiva del Ciclo Claves del Psicoanálisis.

UNR. Universidad Nacional de Rosario Argentina.

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condiciones de formación para que haya analista pues se entiende que aunque sólo hay

analista a partir de un análisis, al mismo tiempo, si no hay analista, no hay análisis. Este tema

ha sido tratado muchas veces y de distintas maneras y hemos visto también que suele

conducir a problemas morales del tipo de determinar si tal o cual, es o no analista. Sabemos

que esta no es una buena vía, especialmente a partir del momento en que Lacan establece que

no se trata de "ser" analista que no hay "ser" del analista. Propongo entonces leer la expresión

de otro modo. "La formación del analista" puede ser leída de dos maneras, si tomamos el

sentido objetivo del genitivo, se trata como ya hemos dicho, de la formación del analista, es

decir, cómo el analista debe formarse; en cambio el sentido subjetivo del genitivo, nos lleva

a tratar la formación que viene del analista, la formación de la que el analista es causa. En

este último sentido, la formación del analista será tanto el sueño como el olvido, tanto el acto

fallido como el chiste, es decir, todas aquellas formaciones que hasta ahora hemos tratado

como formaciones del inconsciente. Se perciben inmediatamente las ventajas de esta lectura

posible, la primera es abordar el tema a partir de la transferencia y la segunda es poner el

acento en el trabajo del analizante. Tal vez, además, esto traiga un alivio a nuestras

preocupaciones, pues para empezar, sólo es necesario que haya analizantes; analizantes,

como todos nosotros, interesados en reflexionar sobre la condiciones del trabajo analizante.

En "Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños" de 1923,

Freud comienza el texto diciendo que como ya estaban hechas las planchas para la impresión

de "La interpretación de los sueños", no pudo incluir estas nuevas observaciones en la versión

original de 1900. Se trata de un texto dividido en varios apartados, todo el texto es muy

interesante pero aquí nos interesa sólo una de las cuestiones que trata Freud. Vamos a tomar

el apartado VII, donde Freud parte de una pregunta relacionada con el tipo de objeciones

propias de los críticos o detractores del psicoanálisis. Freud se pregunta, ¿hasta dónde llega

la sugestión de la transferencia en la práctica del análisis? Efectivamente, la transferencia

tiene un claro parentesco con la sugestión, si bien la transferencia no se reduce a esta última.

La transferencia es condición necesaria para que haya análisis, pero al mismo se presenta

como uno de sus obstáculos. Freud trata en este texto los límites de la sugestión de la

transferencia, pues si todo lo que ocurre en un análisis - los sueños incluso- son un efecto, o

están influidos por la sugestión de la transferencia, entonces ¿a qué debemos atenernos?.

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Freud se pregunta por la referencia, se pregunta por el punto sobre el que podemos apoyarnos

para dar por segura la interpretación. La pregunta es, ¿qué confirma nuestra interpretación

respecto del sueño? Es natural entonces que Freud se vea llevado a tratar los sueños

confirmatorios de la interpretación. Entonces, si el sueño es producto de la sugestión que la

transferencia ejerce en el analizante, ¿cómo vamos a tener que tratar al sueño para decir que

es una de las vías regias al inconsciente y que lo producido a partir de él concierne al sujeto

y a su deseo? Cuando Freud comienza este análisis, lo primero que va a decir es que es tan

evidente que el contenido manifiesto de los sueños es influido por la terapia analítica que

casi ni haría falta demostrarlo. Dice Freud:

“En efecto, esto está implícito en la intelección de que el sueño se anuda a la vida de

la vigila y procesa incitaciones de esta. Lo que sucede dentro de la cura analítica

también pertenece, desde luego, a las situaciones de la vida de vigilia y aún a la más

intensa entre estas. No cabe maravillarse pues, que el paciente sueñe con cosas de las

cuales mantuvo plática con el médico y cuya expectativa éste le ha despertado.” (1)

Establecida la sugestión y, por ende, la influencia sobre el contenido manifiesto prosigue

Freud el análisis diciendo:

“Pero nuestro interés no cesa aquí; también nos gustaría saber si también los

pensamientos oníricos latentes, que se averiguan por interpretación, pueden ser

sugeridos, influidos por el analista. La respuesta tiene que ser, de nuevo: Desde luego

que sí, pues una parte de esos pensamientos oníricos latentes correspondientes a

formaciones de pensamiento preconciente, enteramente susceptibles de conciencia,

con las que llegado el caso del soñante habría podido reaccionar también en la vigilia

frente a las incitaciones del médico - ya sea que las réplicas del analizado a esas

incitaciones vayan en su mismo sentido o las contraríen- .”(2)

Vemos entonces que para Freud no sólo el contenido manifiesto del sueño sino también el

contenido latente del mismo pueden ser influidos por la sugestión. ¿Dónde encuentra,

1Freud S. Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños., O.C. T.XIX,

Amorrortu, Bs. As., 1979, pag. 116.

2Ibid.

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entonces, la sugestión de la transferencia un límite? Freud contesta que: “Sobre el mecanismo

de formación del sueño como tal, sobre el trabajo del sueño propiamente dicho, nunca se

ejerce influencia. Es lícito tener esto por seguro." Entonces el único punto sobre el que nos

es lícito apoyar la interpretación del sueño es sobre el mecanismo de su formación, sobre el

trabajo del sueño. El trabajo del sueño no es sino el trabajo de traducción entre un contenido

y otro, entre el contenido manifiesto y el contenido latente. En el capítulo iv de la ya famosa

"Interpretación de los sueños" titulado en una traducción "La Elaboración Onírica" y en otra

"El Trabajo del Sueño" Freud dice que:

"Las ideas latentes y el contenido manifiesto se nos muestran como dos versiones del

mismo contenido, en dos idiomas distintos, o, mejor dicho, el contenido manifiesto

se nos aparece como una versión de las ideas latentes a una distinta forma expresiva,

cuyos signos y reglas de construcción hemos de aprender por la comparación del

original con la traducción. (...) El contenido manifiesto nos es dado como un

jeroglífico, para cuya solución habremos de traducir cada uno de sus signos al

lenguaje de las ideas latentes. Incurriríamos, desde luego, en error si quisiéramos leer

tales signos dándoles el valor de imágenes pictóricas y no de caracteres de una

escritura jeroglífica."(3)

Además se lee más adelante la frase que Lacan supo elevar a la categoría de aforismo

freudiano: "el sueños es exactamente uno de estos jeroglíficos."(4) Al desglosar

pacientemente todos los elementos involucrados en el trabajo del sueño Freud destaca dos

mecanismos principales en su formación a los que da la categoría de "obreros", dice Freud.

"El desplazamiento y la condensación son los dos obreros a cuya actividad hemos de atribuir

principalmente la conformación de los sueños. Destacar el "trabajo" del sueño conduce a

Freud a tratar a esto mecanismos de "obreros", trabajadores ideales.

"[las ideas latentes] Pertenecen a nuestro pensamiento preconsciente, del cual surgen

también, mediante cierta transformación, las ideas conscientes. Pero estos enigmas,

por muy interesantes y oscuros que sean, no presentan una relación especial con el

3Freud, S. La interpretación de los sueños. O.C. T.I., Biblioteca Nueva, Madrid, 1981, pág. 516. 4 Ibid.

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sueño y no tenemos por qué tratar de ellos en conexión con los problemas oníricos.

En cambio, la segunda función de la actividad mental que transforma las ideas

inconscientes en el contenido latente es peculiar a la vida onírica y característica de

la misma. Esta elaboración onírica propiamente dicha se aleja del modelo del

pensamiento despierto mucho más de lo que han opinado los investigadores que

menos valor han concedido a la función psíquica en el sueño. No es que sea

negligente, incorrecta, olvidadiza e incompleta en comparación con el pensamiento

despierto; lo que sucede es que constituye algo cualitativamente distinto y, por tanto,

nada comparable a él. No piensa, calcula, ni juzga; se limita a transformar. Puede

describírsela por entero, teniendo en cuenta las condiciones a las que su producto

tiene que satisfacer."(5)

Y en la nota que se intercala en esta extensa cita, nota agregada en 1925, Freud dice que

primero le resultó difícil que se comprendiera que el contenido manifiesto del sueño era

diferente del contenido latente del pensamiento onírico. Más tarde, cuando esto fue aceptado,

se intenta hallar la esencia de los sueños en el contenido latente olvidando el papel que le

cabe al trabajo del sueño. Y concluye Freud que, "los sueños no son más que una forma

particular de pensar, hecha posible por las condiciones del dormir. Es la elaboración onírica

la que crea esta forma y ella sola es la esencia del sueño." (6)

Tenemos con Freud un método que conduce a la práctica de un discurso. Este método

consiste en la comparación de dos o más versiones de un mismo texto. Tiene su antecedente

en los trabajos de J. F. Champollion cuando logra resolver el enigma de los jeroglíficos

egipcios a partir de las tres versiones de un mismo texto presentes en la piedra Rosetta.

Vamos a llamar a esta comparación, una traducción, entendida en un sentido amplio,

haciendo observar que las primeras propuestas de aparato psíquico por parte de Freud -Carta

nº 52 a Fliess y, más tarde, el modelo óptico de la Traumdeutung funcionan en términos de

traducciones o transcripciones.

5Freud, op. cit., pág. 655 6Ibid . Nota de 1925.

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La reflexión sobre estas cuestiones condujo a Lacan a tener en cuenta lo que ocurre con la

escritura en la lengua japonesa. Como dice Shin’ya Ogasawara en su artículo L’instance de

la leerte dans l’inconscient japonais, el on-yomi y el kun -yomi son dos maneras de leer un

caracter chino en la lengua japonesa. En esta lengua, yomi quiere decir lectura. El on-yomi

de un carácter chino conserva el fonema chino de este carácter, por ello, no quiere decir nada

en la lengua japonesa. El kun-yomi del mismo carácter es su traducción japonesa determinada

históricamente y dice en japonés lo que quiere decir, lo que significa.

Dice Ogasawara, por lo tanto, que en el on-yomi se trata de un cifrado mientras que en el kun

-yomi la cuestión es la de un descifrado. El descifrado del kun yomi se dirige al Otro como

palabra, en cambio, el cifrado del on-yomi es del Uno como letra, como síntoma. Ahora bien

el sujeto, en todos los casos, está dividido por el lenguaje en referencia a la escritura por un

lado y a la palabra por el otro.(7) Y agrega que el sujeto japonés experimenta esta división

en su misma lengua en la cual existe una correspondencia ya establecida entre el registro del

onyomi y del kun-yomi. Se constata, entonces en este caso, una traducción permanente del

registro de la letra (on-yomi) al de la palabra (kun -yomi) que tiene como consecuencia un

descifrado automático. Lacan en el Avis au lecteur japonais de los Écrits dice que en la

lengua japonesa la distancia del inconsciente a la palabra es tangible y que esta diferencia es

muy difícil de despejar en las otras lenguas. La duplicidad, entonces, de los registros del

lenguaje, de la letra y la palabra, y de la mirada y la voz correlativas a ellos, manifiesta en la

lengua japonesa, necesita en otras lenguas del descubrimiento del inconsciente freudiano para

poder ser despejada.

Se revela aquí una función de la letra que Lacan denominó la función litoral de la letra y que,

borrada en nuestra escritura alfabética, es orientadora en la clínica psicoanalítica, así como

de un método de lectura propio del psicoanálisis. De este modo el texto leído y los enunciados

del analizante pueden ser interrogados en términos de la estructura propia del campo

freudiano, hasta adquirir la dimensión del discurso psicoanalítico. Y como el psicoanálisis

tiene como condición de existencia la constitución de la ciencia moderna, es decir, de la

7 Lacan, J. Lituraterre, 1971.

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ciencia lógico- matemática, esta estructura es topológica pues la topología encuentra su

fundamento en esa ciencia.

Pero ¿qué es la topología?, de modo que podamos hablar de una topología del sujeto al

tratarse del sujeto del inconsciente, es decir, el sujeto sobre el que operamos en el

psicoanálisis según Lacan en el escrito "Posición del inconsciente". Analicemos una cita del

célebre matemático Poincaré extraída de un texto dirigido a los legos:

"Comúnmente los geómetras distinguen dos clases de geometrías, la primera de las

cuales califican de métrica y la segunda de proyectiva; la geometría métrica está

fundada en la noción de distancia; en ella dos figuras se consideran equivalentes

cuando son "iguales" en el sentido que los matemáticos dan a esta palabra; la

geometría proyectiva está fundada en la noción de línea recta. Para que, en ella, dos

figuras sean consideradas equivalentes, no es necesario que sean iguales, basta que

podamos pasar de una a otra por medio de una transformación proyectiva, es decir,

que una sea la perspectiva de la otra. A menudo este segundo cuerpo de doctrina se

ha denominado geometría cualitativa; lo es, en efecto, si se la opone a la primera: es

claro que la medida, la cantidad, desempeñan en ella un papel menos importante. Sin

embargo, no es enteramente así. El hecho de que una línea sea recta no es puramente

cualitativo; no se podría asegurar que una línea sea recta sin realizar mediciones, o

sin deslizar sobre esta línea un instrumento llamado regla, que es una especie de

instrumento de medida."(8)

Tenemos entonces inicialmente una geometría llamada "métrica". Se trata de una geometría

en la que el discernimiento, es decir, el criterio por el cual dos objetos son equivalentes se

basa en la cantidad y en la medida. En esta geometría, por ejemplo, un cuadrado de 1 cm. de

lado es semejante a otro cuadrado de 1 cm. de lado, pero desemejante a un cuadro de 2 cm.

de lado. Esta geometría haciendo honor a su nombre se funda en lo métrico. Existe también

otra geometría llamada "proyectiva". En este caso el discernimiento varía, la proyección

autoriza alguna transformación de la figura que afecta las medidas de la misma, no obstante

permanece un criterio de identidad. Si coloco una fuente de luz delante de una figura, un

8 Poincaré, H. Ultimos pensamientos. Bs. As., Espasa Calpe Argentina, 1946 pág. 57

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cuadrado, por ejemplo, este se proyecta en una pantalla detrás cambiando sus dimensiones.

A pesar de la variación de la medida del cuadrado ambas figuras, la inicial y la proyectada,

es decir, su sombra, son equivalentes. En esta geometría el criterio de equivalencia se amplia

y además de ser iguales dos cuadrados de 1 cm. de lado, también lo son un cuadrado de 1 cm

de lado y otro de 2 cm. pues uno es la proyección del otro. Ahora bien, si la geometría métrica

es considerada básicamente cuantitativa, el abandono de este criterio, su depuración, nos

incitará a considerar como cualitativa a la geometría proyectiva. Como dice el texto que

citamos, la geometría proyectiva sólo es relativamente cualitativa. Todavía es posible dar un

paso más en la huida de la cantidad y la medida, en este camino encontramos un tercer tipo

de geometría.

"Pero hay una tercera geometría, en la cual la cantidad está suprimida por completo,

y que es puramente cualitativa: el Analysis situs. En esta disciplina, dos figuras son

equivalentes, siempre que podamos pasar de una a otra por medio de una deformación

continua, cualquiera sea la ley de esta deformación, a condición que se respete la

continuidad. Así, un círculo es equivalente a una elipse o también a una curva cerrada

cualquiera, pero no es equivalente a un segmento de recta, porque tal segmento no es

cerrado; una esfera es equivalente a una superficie convexa cualquiera pero no es

equivalente a un toro, porque en un toro hay una abertura que la esfera no posee.

Supongamos un modelo cualquiera y la copia de este modelo realizada por un

dibujante poco diestro; las proporciones están alteradas, las rectas, trazadas por una

mano temblorosa, han sufrido importuna s desviaciones y presentan curvaturas

malhadadas. Desde el punto de vista de la geometría métrica, y aun desde el de la

geometría proyectiva, las dos figuras no son equivalentes; por el contrario, lo son,

desde el punto de vista del Analysis situs. El Analysis situs es una ciencia muy

importante para el geómetra. Da lugar a una serie de teoremas tan bien enlazados

como los de Euclides, y Riemann ha construido sobre este conjunto de proposiciones

una de las teorías más notables y más abstractas del análisis puro.”(9)

9Ibid.

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"Analysis situs", como se observa, al mismo tiempo que nos alejamos de la medida

abandonamos la denominación de "geometría" en un intento, tal vez, de evitar la

contradicción de proponer una geometría no métrica. Ampliamos una vez más el criterio de

equivalencia y en el "analysis situs" o "topología" además de incluir las identidades válidas

para las otras geometrías, un cuadrado es equivalente a un círculo en tanto una deformación

continua nos permite pasar de uno al otro. Es importante hacer notar que la ampliación del

criterio de identidad no conduce a una pérdida de criterio. Existen en esta "geometría" leyes

de deformación y condiciones, el respeto de la continuidad, por ejemplo. No hemos

abandonado el terreno de las restricciones, estas existen aunque cambie su índole. El hecho

de que aquí se autorice la deformación ha conducido a considerar esta geometría como la

geometría de la figuras de caucho. Como se sabe el caucho es un material elástico que tiene

la posibilidad de ser deformado sin romperse, es decir, respetando la continuidad. Tenemos

la impresión entonces de haber dado un paso más en el alejamiento de la medida y la cantidad

y nos parece, por oposición, tratar los objetos en un campo más puramente cualitativo. Pero,

¿es esto tan seguro? Existen, sin lugar a dudas, otras interpretaciones. Para JC Milner, por

ejemplo, la aparente presencia de la cantidad y la medida en el número alrededor del que se

ha constituido la ciencia moderna no ha sido sino un obstáculo para aprehender su carácter

literal, de pura literalidad. En ese caso la adquisición que implicó esta última geometría no

tiene el sentido de una aproximación a la cualidad sino a la literalidad. Al carácter de la letra

implícita en el trazo mismo.

Es posible introducir el rigor con la matemática y gracias a la lógica. El matema consiste en

la introducción de un juego de letras y una escritura algebraica sin tener que medir. Las letras

van entonces al lugar de la medida. Al introducir un nuevo carácter de escritura todo el texto

se transforma. Lacan introduce nuevos caracteres de escritura en el discurso analítico. El A

barrado, el a, el matema del nudo borromeo.

P.V.Grosjean parte de la teoría de los tipos de B.Russell para introducir lo que llama "el

cuerpo de ruptura de las paradojas". Russell ha querido resolver cierto tipo de paradojas de

la lógica que se presentan a propósito de la manipulación del metalenguaje distinguiendo

entre enunciados bien formados y enunciados mal formados. La evitación de estos últimos

tiene como consecuencia la eliminación de las paradojas que tanto molestan a los lógicos.

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Pero Grosjean cuestiona esta actitud pues no encuentra que esta haya sido la metodología

utilizada en la historia de las matemáticas cuando se ha dado el caso de situaciones

antinómicas. Por esto se ve llevado a tratar dos casos de extensiones algebraicas en la historia

de las matemáticas.

Los ejemplos de la historia de las matemáticas presentados son: la paradoja de los irracionales

y del número imaginario (i).

Veamos primero el caso de la paradoja de los irracionales. El teorema de Pitágoras, uno de

los teoremas básicos de la geometría clásica dice así: "En todo triángulo rectángulo la suma

de los cuadrados construidos sobre los catetos es equivalente al cuadrado construido sobre la

hipotenusa". Una de las consecuencias inmediatas de este descubrimiento fue que la diagonal

del cuadrado es inconmensurable con respecto al lado. Esto produjo una tremenda sorpresa

entre los pitagóricos. El nombre dado a las cantidades inconmensurables fue el de alogon,(10)

carentes de razón o sin explicación. Señalamos como una curiosidad el que ya se utilizara la

a como prefijo negativo de logon que deriva de logos, palabra o razón en griego. El

descubrimiento de las cantidades inconmensurables determinó el advenimiento de los

números irracionales, término indudablemente emparentado con el de alogon. La prueba

dada por Euclides de la inconmensurabilidad de la diagonal del cuadrado con su lado es del

tipo de reducción al absurdo. Si cada lado se toma como unidad y la medida de la diagonal

se designa con x, el teorema de Pitágoras reduce el problema a la solución de la ecuación de

segundo grado,

x 2 = 1 2+1 2 o sea x 2 = 2

Si fuera posible satisfacer esta ecuación con un número racional p/q´ entonces la diagonal y

el lado serían conmensurables pero esto no es así. En este caso es imposible hallar una

solución con números racionales a esta ecuación.

Ahora bien, si el caso de la diagonal de un cuadrado de lado unidad no tiene solución

numérica en el dominio de los números racionales, se puede determinar la diagonal

geométricamente mediante construcciones elementales utilizando regla y compás. Existen

10 Dantiz Tobias, Número. El lenguaje de la ciencia pág.121 Edit Librería del Colegio, Bs As 1947.

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también las aproximaciones racionales para los irracionales como √2 u otros números no

racionales que permiten resolver la mayoría de los problemas prácticos, pero no todos los

problemas son de este tipo. Tengamos presente al matemático que consideró en algún

momento al dominio de los números racionales como una totalidad, como un conjunto

ordenado que se extiende al infinito. Para él, este dominio es denso pues entre dos números

racionales siempre puede insertar un tercero, lo trata entonces como una masa compacta y

continua, aparentemente sin intersticios. Se intenta, entonces, establecer una correspondencia

entre el dominio de los número racionales y los puntos de una recta esperando poder hacer

corresponder a cada número racional, un punto de la recta y viceversa. Pero la diagonal del

cuadrado, que habíamos sabido construir con regla y compás, al ser proyectada sobre la recta

cae en un punto al que no corresponde número racional alguno. La consecuencia es simple,

a cada número racional le corresponde un punto de la recta, pero hay puntos de la misma a

los que no les corresponde número racional alguno. Se encuentra entonces la necesidad de

extender el concepto de número. Este concepto debe ampliarse más allá del concepto de

número racional. El número racional se revela insuficiente o fracasa en la solución de una

gran cantidad de problemas que se presentan en el campo de la matemática.

Veamos ahora el caso del número imaginario. Se trata de la resolución de la ecuación,

x . x = - 1

Si se rechaza abandonar el dominio de los números considerados hoy en día "reales"

entonces, la x deberá ser positiva para el primer factor de "x . x" y negativa para el segundo

y por lo tanto la misma "x" a la vez positiva y negativa. En este caso también la antinomia se

resuelve por la adjunción, al conjunto de los números reales, un símbolo anotado "i", el

número imaginario y declarado raíz de la excepcional ecuación. Este nuevo número no sólo

fue integrado al conjunto ya existente de los mismos sino que además demostró ser muy útil

en el progreso de las matemáticas y de las ciencias en particular.

Grosjean observa que estos elementos a los que llama significativamente "sofísticos", han

recibido en la historia de las matemáticas, nombres como "irracional" o "imaginario".

Nombres negativos e incluso peyorativos. "Irracional" opuesto a "racional" o "imaginario"

opuesto a "real".

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Dice el autor: "En los dos ejemplos matemáticos de partida, las ecuaciones en cuestión no

son sino casos particulares de ecuaciones de dos variables, definiendo relaciones

perfectamente inocentes, a saber x .y = 2 y x .y = -1, satisfecha por cantidad de pares (x .y)

formados por racionales en el primer caso, y por reales en el segundo. La paradoja surge a

partir de que, sin querer abandonar el conjunto numérico sobre el que se ha definido

inicialmente la relación, se quiere al menos dotarla de reflexividad aplicándola al caso en el

que x = y."

Ahora bien, como en el caso de las antinomias de la lógica las cosas ocurren de la misma

manera pues existe una fuerte presencia de la reflexividad, Grosjean pregunta si la técnica de

adjunción simbólica que funciona en los casos matemáticos no funcionará en el caso de las

antinomias lógicas. Ya no se trata, como proponía Russell, entonces, de rechazar los

enunciados mal formados sino de integrarlos en un cálculo. Esto conduce a una "lógica de

las estructuras complejas" que reemplaza el cuerpo binario de la lógica clásica por una

extensión algebraica: el cuerpo de rupturas de las paradojas. Esta última es una lógica

plurivalente, tiene 4 valores, a saber, falso, verdadero, alfa y omega como extensión del

cuerpo binario de la lógica clásica.

El Witz freudiano, el chiste o la agudeza compromete también elementos que podrían

considerarse "sofísticos". Freud parte, como toda la tradición filosófica y no filosófica, de

una exigencia aristotélica de sentido. Tanto los síntomas como los sueños, los lapsus, los

actos fallidos y los chistes tienen para Freud, en última instancia, un sentido. Ahora bien,

para Barbara Cassin, Freud al hacer entrar en el dominio del sentido lo que fue siempre

considerado como insensato, "lleva hasta tal punto el aristotelismo que en ello deviene

sofista, o, por lo menos, obliga a reconsiderar, por completo, la delimitación de los

territorios."(11) En su completísimo ensayo sobre los sofistas, Cassin, se refiere al Witz(12)

freudiano exclusivamente como sofisma que interviene en la razón clásica o canónica,

interrogándola. Este texto gira en torno a "las razones por las cuales la sofística forcluida por

11 Cassin, B "L'effet sophistique" Gallimard 1995. pág. 387 Traducción nuestra. 12Witz como "mot d'esprit" en francés, que no siempre coincide con nuestro término, "chiste" en

español. Así el término "agudeza" utilizado por B. Gracian se revela mucho más pertinente.

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Aristóteles retorna en la lógica freudiana".(13) Realiza, de este modo, una pormenorizada

lectura de Freud a partir de la cual trata de discernir si el sofisma es: "nosentido en el sentido

o sentido en el no- sentido".

A partir del análisis de la agudeza o chiste del salmón con mayonesa y en un primer momento,

Freud concluirá que el sofisma es un hecho ilógico que se disimula tras una fachada lógica.

"La sofística juega sobre el pseudos... para hacerse pasar por lo que no es: lógica y sabiduría."

Pero en el siguiente ejemplo de agudeza, el del artillero Itzig, Freud avanza en otro sentido y

reencuentra la definición canónica de la agudeza como "sentido en el no- sentido".

Constatamos en esto una ambigüedad porque se presenta, a la vez, como el envés del sofisma

y como una especie o forma del mismo. Dice Cassin que en la primera taxonomía Freud

retoma todos los elementos tradicionales de desvalorización de la sofística pero que luego, el

introducir el sentido en el no- sentido, le va a permitir una vacilación que lo llevará a otra

parte. De ese modo Freud va a ser conducido a "el sofisma como intermediario de la verdad".

El aspecto lógico que adquiere el sofisma y que no alcanza a disimular del todo sus fallas

argumentales, toma entonces otra función, la de distraer del hecho que se dice, de este modo,

"algo prohibido o no permitido". Dice Freud: "No creemos engañarnos al suponer que todas

estas historias de fracaso lógico quieren verdaderamente decir lo que pretenden decir con

argumentos voluntariamente erróneos. Es precisamente este empleo del sofisma como

intermediario de la verdad que le da el carácter de agudeza".

El sofisma, que en un inicio se había considerado ajeno a la verdad, resulta ahora su

mediador, e incluso su instrumento en tanto es capaz de aufhebung , no solamente la represión

aristotélica, sino también la represión a secas, así como ocurre en el lapsus o en el sueño,

dejando hablar al deseo. Puntúa entonces Cassin: "Una agudeza sofística no puede más

analizarse ni como nosentido en, o bajo, el sentido, ni únicamente como sentido en el no-

sentido: es el no-sentido hecho sentido·"

Es muy interesante encontrar que Freud al proseguir esta lectura del inconsciente se ve

llevado a considerar todas las escuelas no ortodoxas de la antigüedad: luego de la sofística,

13 Cassin, op cit., pág. 390.

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el epicureismo, luego el cinismo e incluso, más adelante, el escepticismo. Este punto es

importante porque en cuanto a la necesidad de preservación del descubrimiento freudiano,

Lacan creó, en referencia explícita a la noción de la "escuela" antigua el concepto de Escuela

Freudiana.

Dice finalmente Barbara Cassin con respecto a Freud: "Señalemos al final el llamado

al escepticismo como 'búsqueda de un criterio de verdad' (...) Porque, de la sofística

al escepticismo, no únicamente, de manera negativa, la tendencia seria encuentra la

tendencia de la agudeza sin tendencia: 'socavar/trastornar el respeto debido a las

instituciones y a las verdades', haciéndose crítico de la razón crítica. Sino que, por

otra parte, y de manera positiva, celebra, por medio del levantamiento de la inhibición,

por desplazamiento y contradicción, en el lugar de la "verdad filosófica" esta verdad

más verdadera que es la expresión del inconsciente, reuniendo así, bajo el nombre de

las escuelas antiguas, los topoi de la sofística: naturaleza y ley, placer, goce, medida

subjetiva."

Y agrega para concluir:

"Todos los elementos de una interpretación positiva de la sofística son así presentados

en Freud: sobre el fondo de la atención prestada al decir, pertinencia de lo que él no

nombra juego del significante, y pertinencia de las fallas de la lógica. Pero se está

forzado a constatar que está excluido, de facto, que este análisis tan nuevo del placer

de hablar se efectúe fuera de la valorización aristotélica del sentido. ...: del Witz como

último Traité du non- être. Para Freud, el valor del no- sentido, es su sentido; para

Lacan, el valor del no- sentido, es aún el no- sentido: el Witz, no- sentido en el sentido

por lo tanto, atestigüa, porque sólo el uso del significante crea la significación, el

"foncier (fundamento?) no-sentido de todo uso del sentido" (14)

14Ibid. pág. 397.

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El 1 de noviembre de 1974 decía Lacan en el VII Congreso de Roma: "Me he deslomado

durante esas pseudo-vacaciones sobre el Sofista. Debo ser muy sofista, probablemente, para

que eso me interese."(15)

B. Cassin considera que en el seminario Encore, Lacan habla como sofista. Porque se da, y

da al psicoanálisis frente a la filosofía un lugar semejante a aquel que tuvo en su momento la

sofística. Toma esta posición crítica con respecto a la filosofía en referencias explícitas a los

fundamentos de la ontología con Parménides y Aristóteles. Dice esta autora: "Cara a la

ontología, la tesis sofística y la tesis lacaniana no hacen sino una: el ser es un 'efecto del

decir', 'un hecho de dicho'." Y agrega: "...es siempre a disgusto que Lacan constata que no es

parmenidiano, platoniano, aristolélico, heideggeriano, filósofo."(16)

Esto es decir que Lacan y los sofistas comparten el mismo otro: la filosofía oficial, el

aristotelismo por ejemplo.

Se reconoce en esto que, al fin y al cabo, esta estructura depende del significante en tanto que

se trata de la estructura del lenguaje. Leer, escribir. Ha sido históricamente una cuestión la

decisión del filólogo con respecto a la determinación del texto definitivo de un escrito cuando

por muchas razones el escrito se ha convertido en indecidible. Dice Cassin: "...pero la

vacilación se redobla en aporía cuando el escritor 'moderno' la integra de derecho a su práctica

de escritura".(17) Y concluye con la propuesta de un nombre nuevo para una estrategia aún

no inventada pero que propone la escritura de lo que aún no la tiene. Llama Cassin a esta

estrategia, "la estrategia filográfica" componiendo evidentemente este término a partir de la

ya clásica, filología.

Lectura del inconsciente, corte interpretativo, estrategia filográfica, topología del sujeto, en

fin, todos hitos de una escritura por venir. Como dice el psicoanalista J.M.Vappereau, la

enseñanza de Lacan se puede dividir en tres capítulos topológicos que duran

aproximadamente 10 años cada uno. Ellos se denominan grafos, superficies y nudos

15Lacan, J. La tercera. Actas de la Escuela Freudiana de París, Petrel, Madrid, 1980, pág. 161. 16 Cassin, op cit., pág. 400. 17 Ibid. pág. 406. 17Ibid . pág. 406.

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respectivamente. Cada uno de estos capítulos se deja traducir al otro haciendo hincapié en la

operación descripta por Lacan como involución significante. Ahora bien, estamos

acostumbrados a hablar de una escritura psicoanalítica pero, en verdad, ésta no existe aún.

Éste ha sido, sin lugar a dudas, el proyecto de Lacan pero ha quedado inconcluso. Tenemos,

sí, un método de lectura puesto en práctica por Freud desde la interpretación de los sueños.

Tenemos, incluso, un método de lectura del nudo explicitado por Jean Michel Vappereau en

una de sus últimas obras pero no tenemos aún una escritura específicamente psicoanalítica.