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Directorio Profesional de Mundo Psique año 5, núm 16, Marzo 2012 Marcelo Pasternac – Rafael Barajas – José Remus Juan Carlos Plá – Luis Feder – Ramón Parres – José Luis González Cursos ¿por Skype? In memoriam7 Pioneros del psicoanálisis en México nueva época Actualidades Sor Juana y el estudio del alma Humanidades El majestuoso Museo Soumaya Ver ISSN: 2007-0969

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  • Directorio Profesional de Mundo Psique

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    Marcelo Pasternac Rafael Barajas Jos Remus Juan Carlos Pl Luis Feder Ramn Parres Jos Luis Gonzlez

    Cursos por Skype?

    In memoriam7 Pioneros del psicoanlisis en Mxico

    nueva poca

    Actualidades

    Sor Juana y el estudio del almaHumanidades

    El majestuoso Museo SoumayaVer

    ISSN: 2007-0969

    xico

  • Iniciamos, con esta edicin de marzo de 2012, una nueva poca de la revista Mundo Psique, Psicologa y Cultura. Agradecemos a Lourdes Quiroga Etienne su entregada gestin para la aparicin de los primeros quince nmeros. Hoy corresponde a Mara Guadalupe Sobern Moreno (Maril) tomar la estafeta en el esfuerzo por hacer llegar al gran pblico el mundo de la psicologa, el psicoanli-sis y la cultura. Dedicamos este nmero a la memoria de algunos psicoanalistas, fallecidos reciente-mente, que han hecho posible, en buena medida, la existencia de esta disciplina en Mxico. Es conveniente que nuestros lectores sepan de ellos, verdaderos pioneros en una concepcin del psiquismo estrechamente ligada a la cultura. Hacer memoria de siete precursores del psicoanlisis es un acto de reconocimiento que permite continuar una labor nunca acabada, que nos beneficia a todos y particu-larmente a este pas urgido de memoria. La labor individual de estos iniciadores ha dado fruto en la formacin de institucio-nes y grupos de estudio que promueven la generacin de ideas, que se expresa en el trabajo por el cuidado de nosotros mismos. Dar un espacio a estos especialistas, ya fallecidos, responde a la conviccin editorial de nuestra revista: la vinculacin del mundo de lo psquico y la cultura. Los psicoanalistas de quienes aqu damos testimonios recogieron una de las ideas ms destacadas del descubridor del psicoanlisis, Sigmund Freud, como mtodo para explorar la arqueologa de la mente humana a travs de un territorio avizorado previamente por la literatura y la filosofa: el inconsciente; campo que slo puede ser explorado a travs de los fenmenos que nos brinda nuestra vida nocturna y aquellos, que en la vigilia, la conciencia desecha. Freud ofreci para tal empresa un modelo extraordinariamente complejo, que los habituados al mtodo cientfico no pudieron comprender. El modelo de los sueos responde a producciones mentales que se alejan del campo propio de lo cientfico, acorde al mundo de lo fsico y lo matemtico. En este fenmeno singular, irreductible a los conceptos y las teoras, se dan cita productos psquicos que slo una regin del lenguaje puede expresar, la del doble sentido, es decir la de los smbolos y las metfo-ras. Este es tanto el mundo de la locura, como tambin de lo csmico, lo onrico y lo potico. La exploracin de la mente humana no slo obedece a los parmetros de la naturaleza, sino tambin a los de la cultura, con la que los humanos nos formamos un mundo para poder vivir. No somos slo seres de naturaleza, sino tambin de cultura. Por ello es que adentrarse en la mente requiere de un lenguaje mixto, en donde tengan cabida la fuerza y el sentido. Tambin el psicoanlisis es una teraputica en la que adems de la cuenta se requiere del cuento, pues es una cura (cuidado) para un ser que se mueve entre los reflejos y la palabra. Por ello consagramos un amplio apartado en nuestra publicacin a la memoria de quienes han sido pioneros en este abordaje peculiar de la mente humana, el del psicoanlisis. Nuestra lnea editorial persiste, pero con algunos cambios en los segmentos y ciertas secciones de la revista. Siempre en aras de promover la cultura como alivio y cura de nuestro deseo de ser y nuestro esfuerzo por existir. Contamos con la asidua acogida de Mundo Psique, que slo tiene por meta la interlocucin con ustedes Nuestros respetados y estimados lectores!

    Los editores

    Carta editorial

    Mundo Psique XV 1

    Estimados doctores:Recib con gran gusto la noticia del inicio de un nuevo ciclo en Mundo Psique. En los ltimos tres aos he sido una ferviente lectora. Confo que seguirn nutrindonos de temticas de alto inters y un contenido muy original sobre el universo de la psicologa y la cultura. Andrea EspernMxico, DF

    Editores de Mundo Psique:Un colega psicoanalista me adelant de la presentacin de la revista bajo otro mando y ajustes en ciertos segmentos y seccio-nes. Enhorabuena! Todo cambio debe ser para bien, y quienes conocemos Mundo Psique desde sus orgenes, esperamos una publicacin todava ms integral, que satisfaga a quienes somos profesionales del ramo y a quienes no lo son. Mario EsquivelCuernavaca, Mor.

    Envanos tus comentarios, artculos que te interesa publicar y datos para suscribirte a Mundo Psique a los siguientes correos: [email protected] [email protected] [email protected]

    Te damos la palabra

  • PsicoanlisisMi adis a Dr. Marcelo Pasternac Miguel ngel Zarco NeriEn memoria al Dr. Rafael Barajas Ral Miranda ArceDr. Jos Remus: Un psicoanalista con visin social Eduardo Dallal y CastilloDr. Juan Carlos PlIntentando obtener el don del elefante Vicente Zarco TorresHomenaje al Dr. Luis Feder Flix Velasco Alva Tributo al Dr. Ramn Parres David Lpez GarzaCon dedicacin al Dr. Jos Luis Gonzlez Chagoyn Alejandro Sandoval Maza

    HumanidadesSor Juana y el estudio del alma. Una aproximacinpsicoanaltica a Primero sueo Miguel ngel Zarco NeriVisitas a Freud Pilar de la Llata Ferrari Actualidades Cursos por Skype Blanca L. Ansolega Humana

    VerMuseo Soumaya: Un edn cultural Karl ReichViajar Encantos de Valle de Bravo David DazEscucharMsica, Hipnotismo y Psicoanlisis Carlos Alonso Arre LeerTiempos de culpa / Erma Crdenas Blanca AnsoleagaDegustarGrupo Litoral: Sabores a mar y tierra prdiga La cocina de Espaa y Ol! Azari CuencaPoesaCamino solitario Hugo Martnez Lemus

    Vallarta 49-C, Barrio de la Concepcin, Del. Coyoacn.C.P. 04020. Mxico. D.F.

    Directora GeneralDra. Ma. Guadalupe Sobern [email protected]

    SubdirectorDr. Hugo Martnez Lemus

    [email protected] Editorial

    Dr. Miguel ngel [email protected]

    Dra. Blanca Ansoleaga [email protected]

    EditorDavid E. Daz Robles

    [email protected]

    Luis de Gpe. Martnez [email protected] Pblicas

    Adriana Rivera [email protected]

    Carmen [email protected]

    DistribucinEditorial Mundo Psique S. de R.L.

    Ventas de PublicidadT. 5658 8371

    Cel. 55 5191 9868Impresin

    Preprensa Digital (PPD)

    Mundo Psique Psicologa y Cultura, Ao 5, No. 16, marzo-mayo 2012, revista trimestral publicada por Editorial

    Mundo Psique S. de R.L. con domicilio en Vallarta No. 49-C, Col. Barrio de la Concepcin, Coyoacn. C.P. 04020.

    Mxico D.F. www.mundopsique.com.mx, correo electrnico [email protected] y

    [email protected], telfono 56588371. Editor responsable: David Daz.

    Nmero de reservas de derechos al uso exclusivo 04-2009-121413593500-102; ISSN 2007-0969; No. De

    certificado de licitud de ttulo y contenido 15192, otorgado por la Secretara de Gobernacin. Impresa por Preprensa Digital S.A. de C.V. Caravaggio No. 30, Col. Mixcoac, CP 03910, Mxico, DF, T 5611 9653/7420, Distribuida por

    Editorial Mundo Psique S. de R.L con domicilio en Vallarta No. 49-C, Col. Barrio de la Concepcin, del Carmen,

    Coyoacn. C.P. 04020. Mxico D.F. Este nmero se termin de imprimir el: 20 de marzo de 2012. La revista no

    necesariamente comparte los puntos de vista de cada articulista ni se hace responsable de las opiniones vertidas en esta revista. Queda absolutamente prohibida la reproduccin

    parcial o total de los contenidos, imgenes y logotipos de esta revista.

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  • DirectorioProfesional

    Nirodha PsicoterapiasPsicoterapia Individual,

    Tratamiento breve de las adicciones:Alcohol y Nicotina., Bariatra Alternativa,

    Emotional Freedom Technique.Acupuntura.

    Psic. Urania Chavarra Decanini5 De Febrero 642 P/b. Colonia Alamos.

    CITAS: 26300630 cel. 55 27022830

    [email protected]

    Dr. Vicente ZarcoPsicoanlisis

    Ignacio L. Vallarta No. 49Col. Barrio de la Concepcin

    tel. consultorio 56584239

    Dr. J. Fco. ngel Mendoza Garca

    Psiquiatra y PsicoterapiaInsurgentes Sur No. 1991,

    torre B, 10 piso, despacho 1000tel. consultorio 56628541

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    Servicios editoriales y consultoracels. 55 51919868 / 55 19254066

    Dr. RicardoOrtega Pineda

    Ignacio L. Vallarta No. 49Col. Barrio de la Concepcin

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    Psic. Carmen Villegas GmezPsicologa clnica

    y psicoterapia psicoanalticaMiguel Ocaranza No. 169

    Col Merced Gmeztel. consultorio 56801082

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    David Daz RoblesEditor & Estratega

    Dr. Miguel ngelZarco Neri

    Filosofa y Psicoanlisistel. consultorio 56588371 [email protected]

    Dr. Hugo Martnez LemusIgnacio L. Vallarta No. 49Col. Barrio de la Concepcintel. consultorio 55545334

    Dra. Mara Guadalupe Sobern MorenoPsiquiatra general, Paidopsiquiatra,

    Psicoanalistatel. consultorio 56657225

    cel. 55 55041937

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  • La Psique

    4 Mundo Psique XVI

    Psicoanlisis

    As termin mi sesin del 17 de agosto de 2011 a las siete y veinte de la maana. Dos das despus, el 19, recib la llamada de una querida amiga: Te tengo una terrible noticia, muri Marcelo Pasternac. Eran las diez de la maana.

    Mi adis a

    Por Mtro. Miguel ngel Zarco*[email protected]

    *Filsofo

    Analizante: No s cundo me vaya a morir.Analista: Aqu la dejamos.

    Aqu no es lugar para hacer teora, lo importante es lo que diga el paciente. Marcelo Pasternac

    Dr. Marcelo Pasternac Kohn

  • Haca catorce aos haba ido a buscar al Dr. Pasternac porque mi anlisis con el Dr. Juan Maceira se haba interrumpido, lo cual fue poco antes de que ste sufriera un quebranto que termin con su fallecimiento. Considero que la filosofa y el psicoanlisis, actividades en las que me ocupo, la primera hace ya ms cincuenta aos y la segunda, treinta, son una preparacin para la muerte, posibilidad irrecusable; me han evidenciando mi castracin o mi falta radical. Somos mortales no como conclusin de un silogismo escolar, sino como la condicin misma de nuestra propia vida. El neurtico intenta de mltiples for- mas negar la muerte, pero al hacerlo paradjicamente niega la vida.

    En mi dueloEl Dr. Pasternac me acompa en un proceso que estuvo signado por la muerte, mis prdidas ms dolorosas, la de mis padres (entre 2007 y 2009), hermano (2008) y primo hermano (2009). Pero no slo fue testigo de estas experiencias dolorosas, tambin de otras, la aceptacin de la discapacidad de mi hijo mayor y la partida de mis otros hijos para formar sus propias familias. Soy ahora abuelo de siete nietos.

    Nuestro encuentroLo conoc en un seminario en el consultorio del Dr. Cueli en donde nos reunamos un grupo heterog-neo formado por psicoanalistas principalmente de previa formacin mdica, psiclogos, letrlogos y filsofos. Leamos Freud y la escena de la escritura de Jacques Derrida en La escritura y la diferencia y luego La tarjeta postal ,

    del mismo filsofo. Esta ltima obra nos llev a revisar de Jacques Lacan el Seminario de la carta robada en Escritos. De esa poca recuerdo el nfasis que pona el Dr. Pasternac en distinguir entre impotencia e imposi-bilidad. Una vez, en dicho seminario, que tena lugar a las siete de maana, ante la observacin de algn participante por una silla vaca, dijo, no falta nadie, estamos los que estamos. No le daba cuartel a las demandas. Invitaba a descubrir lo que es, no naufragaba en los reclamos intiles frente a la falta. En cuanto a la espi- nosa consideracin de que hubiese o no psicoanlisis, deca si hay anlisis devendr analista. Y sobre la posi- bilidad de que un lego, un filsofo o un letrlogo, practicase el psicoanli-sis preguntaba, acaso un filsofo debe pedir permiso para filosofar?. Como dira un ilustre filsofo espa- ol, Garca Baca, no filosofa el que quiere ni el que puede, sino el que est condenado a filosofar. Lo que me hace recordar un dicho de otro ilustre psicoanalista, tambin ya desaparecido, Juan Carlos Pl, se analiza slo aquel que no puede no analizarse.

    Entre detallesEn ese espacio me pude percatar de su capacidad para el manejo de trminos fundamentales del psicoanlisis, pero al mismo tiempo haba una predileccin por el detalle, por lo singular. Su advertencia inicial en control fue, aqu no es lugar para hacer teora, lo importante es lo que diga el paciente. Y esta preferencia la mantuvo hasta el final. En an- lisis, slo hay un sujeto. Las inter-venciones para l estaban en funcin de que fluyera el discurso del paciente y tenan lugar nicamente

    para destacar el enigma que ste entraa, para subrayar o poner en pregunta lo dicho por el que habla. Su sobriedad era asombrosa, pero no impeda que se hiciese patente una escucha atenta, en la que se adivinaba una enorme cercana. Nunca me hizo sentir indiferencia ni abandono ni siquiera ahora que ya no est.Coyoacn, DF, enero de 2012.

    Mundo Psique XVI 5

    Psicoanlisis

    Notas

    Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, 1. edicin, trad. P. Pealver, Anthropos, Barcelona, 1989. Jacques Derrida, La tarjeta postal. De Scrates a Freud y ms all, 2. Edicin, trad. H. Silva y T. Segovia, Mxico, 2001. Jacques Lacan, Escritos 1, 23 edicin, trad. T. Segovia, Siglo XXI Editores, Mxico, 2003.

    Dr. Marcelo Pasternac

    Fundador de Lcole Lacanienne de Psychanalyse Director de la EditorialPsicoanaltica de la Letra Revisor crtico de la obra deFreud y Lacan

  • La Psique

    6 Mundo Psique XVI

    El Dr. Barajas pasaba la mitad del tiempo en Mxico y la otra en Pars. Pasaron varias semanas hasta que recib noticias sobre l, haba falle-cido. sta me desencaden un auto- mtico proceso de duelo. As pas por mi mente la pelcula de aquellos aos del inicio de mi formacin, como psicoanalista, sien- do l, uno de los pilares fundamen-tales de mi aventura profesional, en su papel de psicoanalista didctico. A pesar de haber estado en contacto muy frecuente con l, de cuatro o cinco veces por semana durante varios aos, cuando comenc a escribir estas lneas me d cuenta de lo poco que saba de l, aunque siempre tuve una sensacin de conocerlo mucho.

    Historia de un grandeAs que trat de averiguar ms de quin fue l. Pregunt a algunos colegas de Monterrey que lo recorda-ban muy bien, lo llamaban el Maestro Dr. Rafael Barajas. Fue medic cirujano, psiquiatra formado todava dentro de las paredes del legendario hospital de la Castaeda. Despus de all, se fue a Francia.

    Psicoanlisis

    Poco antes del fallecimiento del doctor Rafael Barajas me haba puesto en contacto con una de sus hijas, mi amiga y compaera psicoanalista, Dra. Rosa Mara Barajas, con el propsito de saber sobre el estado de salud del tan querido psicoanalista, pues llevaba aos luchando contra la diabetes.

    Por Dr. Ral Miranda Arce*[email protected]

    *Mdico psiquiatra, psicoanalista didacta de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana. Sexlogo.

    En Memoria al Dr.Rafael Barajas Castro

    Yo saba cundo mi analista me estaba escuchando y cundo me entenda. Era un

    hombre que lo dejaba a uno trabajar solo.Rafael Barajas

  • Permtanme darle voz a sus palabras: Desembarqu en Francia en 1949 con 400 dlares en la bolsa, decidido a comprar Pars con ellos, hacerme psicoanalizar y a que se hi- ciera justicia a mi talento. A mis pro- pios ojos yo era un cruzado que des- pus de asimilar la cultura occidental, regresara a tierras americanas con evangelio y tcnicas freudianas para rescatar la salud mental de los nativos y llevarlos por el buen camino. Tres aos despus me percataba, que el exaltado buen pastor, si algo tena de cruzado, era debido a mis propios conflictos; de sus desmedi-das ilusiones que eran el escudo de un joven tmido y desvalido, que lloraba los dolores de su infancia por las indiferentes calles de Pars, ajenas a las neurosis personales. El maestro Rafael Barajas, se analiz brevemente con el doctor John Leuba y posteriormente con el doctor Michael Cenac, ambos pacien- tes del doctor Rudolph Loewenstein formado en Berln, quien fundara la Sociedad Psicoanaltica de Pars, antes de emigrar a Estados Unidos y de que junto con Kris y Hartmann hiciera contribuciones fundamentales para el psicoanlisis. Cuando regres a Mxico colabo- r con el doctor Domnguez Toleda- no en el Sanatorio Lavista, con Alfonso Milln en el sanatorio Floresta y con Manuel Falcn, del sanatorio del mismo nombre, con quienes conserv una amistad de por vida. Fue fundador de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM) y junto con Carlos Corona representaba la influencia del psicoanlisis francs en Mxico. En los aos sesentas se fue a Monterrey en donde fue clave para la integracin del Grupo de Estudios

    Psicoanalticos de Monterrey y posteriormente para la fundacin de la Asociacin Psicoanaltica Regio-montana. Analiz supervis e imparti clases a sus fundadores, los doctores Diego Rodrguez, Rubn Tamz y Jos Rubn Hinojosa, todos ellos ya fallecidos. Cinco aos despus regres a Mxico y se dedic a la prctica y enseanza del psicoanlisis hasta que su salud y capacidades as se lo permitieron.

    Sus placeresUna de sus pasiones fue viajar, y vaya que result un incansable viajero, re- corriendo prcticamente todo el planeta. Sin embargo, la ciudad que se gan su corazn fue Pars, en donde se preciaba de tener un pequeo departamento casi uniper-sonal con vista a los Champs Elise. Otros de sus amores fue la lectura siendo poseedor de una vasta biblioteca que contena a los clsicos y a otra gran diversidad autores. Nunca dej de leer a pesar de que al final de su vida la diabetes le obligaba a hacerlo laboriosamente auxiliado de una lupa. El maestro nos qued a deber ms escritos, no fue un prolfico autor pero tena un pensamiento claro de lo que era el psicoanlisis y que plasm en un pequeo artculo publicado en Cuadernos de psicoanlisis llamado: Reflexiones sobre el tratamiento clsico. Entre otras cosas, puedo decir que ms all del anlisis, haba principios que regan no slo su prctica analtica sino su vida toda: la austeridad, la prudencia, la discre-cin, el compromiso con la verdad y la rectitud. En el mencionado artculo, al final dice: Dejo para el final algo

    que est ms all y ms ac de toda tcnica, falto de lo cual el tratamiento puede ser una farsa: la humanidad del mdico, que se basa en el respeto absoluto de la persona humana, an cuando sta se encuentre en dificul-tades y en medio de los ms flagran-tes absurdos.

    Un buen hombreComo dice el doctor Sandler, es fundamental para el desarrollo de un psicoanlisis exitoso un requisito, crear una atmsfera favorable para que la persona pueda exponerse ante otro y as enfrentar sus miedos y fantasmas de lo ms profundo de su inconsciente. Hoy no tengo la certeza de haberlo conocido mucho, pero s la seguridad de haber sido muy afortu-nado de que nuestras vidas se entrecruzaran, que a travs del nebuloso caleidoscopio, transferen-cial al final, me encontr con una persona de enorme calidez y calidad humana. Ya en aos postreros fui testigo del buen amigo que fue, del orgullo, carioso y preocupacin para con sus dos hijas y su hijo, hoy profe-sionistas talentosos, dedicados a las ms diversas actividades: a la msica, al arte humorstico y satrico y desde luego, al psicoanlisis. Controvertido y no siempre bien entendido en sus decisiones ms personales. Despidmonos pues de l. Descanse en paz el maestro y doctor Rafael Barajas.

    Mundo Psique XVI 7

    Psicoanlisis

    Dr. Rafael Barajas

    Fundador de la AsociacinPsicoanaltica Mexicana (APM) Pilar para la formacin del Grupo de Estudios Psicoanalticos de Monterrey Partcipe en la fundacin de la Asociacin Psicoanaltica Regiomontana

  • La Psique

    8 Mundo Psique XVI8 Mundo Psique XVXVX I

    El entusiasmo fue creciendo en di- chos psicoanalstas hasta que se con- virti en decisin vocacional y comenzaron a salir al extranjero para recibir una formacin psico-analtica completa. Los primeros se fueron a Buenos Aires, donde ya funcionaba la Asociacin Psicoana-ltica Argentina que ofreca la reali- zacin de esta vocacin a estudiosos del psicoanlisis de distintos pases de America Latina. Otros fueron a los Estados Unidos, Inglaterra y Francia para transitar por el mismo camino de ser psicoa-nalizados; estudiar las materias y los escritos de Sigmund Freud y sus colaboradores y continuadores de entonces, as como el aprendizaje clnico de los tratamientos psicoana-lticos bajo la gua de los supervisores.

    Psicoanlisis

    Corran los aos 40 del siglo pasado. Un pequeo grupo de mdicos que aprendan psiquiatra y trabajaban en diversas partes de la atencin mdica en Mxico se interesaron por los cono-cimientos psicoanalticos y, junto con algunos de sus maestros, iniciaron sus lecturas y discu-siones acerca del psicoanlisis.

    Por Dr. Eduardo Dallal y Castillo*[email protected]*Medico por la UNAM. Psiquiatra por la Universidad de Mcgill en Montreal. Paidopsiquiatra por la Universidad de Chicago.Psicoanalista, psicoanalista de nios y psicoanalista didacta de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM).

    Dr. Jos Remus Araico:Un psicoanalista con visin social

    El psicoanlisis en su teora se ha enriquecido, hasta diversificarse las ramas tericas dominantes que cada analista sigue, segn su criterio

    Jos Remus

  • Gnesis de un maestroEn este pequeo grupo inicial, se encontraba un joven mdico tapato, el doctor Jos Remus Araico, que haba venido a estudiar medicina en Mxico en una poca de gran inquietud social en su nativa Guada-lajara. Su inters por el funciona-miento del cerebro y de la persona humana lo puso en contacto con algunos de los maestros de la psiquiatra y se incluy dentro del crculo de los que estudiaban el psicoanlisis como una disciplina nueva en Mxico. Tambin lleg al punto en el que decidi dejar la neurofisiologa y la neurociruga como campos especializados y, junto con su joven esposa, se prepar para emigrar a Buenos Aires y recibir la formacin psicoanaltica correspondiente. Durante varios aos estuvo en esta preparacin triple: anlisis personal, cursos de teora y de tcnica y practica clnica supervisada, que lo llevaron a completar una preparacin privilegiada por la intervencin de algunos de los maestros ms reconocidos de la poca, que hicieron de Buenos Aires el principal centro formativo de psicoanalistas en los aos 40 y 50 del siglo pasado. Su esposa, que inicial-mente haba estudiado para qumica biloga, particip tambin de la experiencia hacindose psicloga y estudiando la carrera psicoanaltica que vino a completar cuando se form la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM). Los psicoanalistas fundadores de esta Asociacin fueron reconocidos por la Asociacin Psicoanaltica Internacional al poco tiempo de su fundacin, de manera que construye- ron la primera Asociacin recono-cida en Mxico por la Organizacin

    Internacional que fund Sigmund Freud. Jos Remus y sus compaeros pioneros se reintegraron a los ambientes mdicos institucionales y principalmente a la UNAM, de tal manera que se convirtieron en porta- voces del conocimiento psicoana-ltico y sus aplicaciones, funcin y desempeo hasta la fecha aplicada por muchos miembros de la Asociacin.

    Legado histricoPepe Remus tuvo una trayectoria de muchos aos como profesor univer-sitario, llegando a obtener el nombra-miento de Profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales en la UNAM, puesto que desempe hasta ya varios aos despus de que hubiera merecido la jubilacin. En los mbi- tos psicoanalticos, se convirti en un formador de psicoanalistas que propona, enseaba y supervisaba las formas y los contenidos necesarios para sus alumnos, mientras desempe-aba las tareas organizacionales de la propia Asociacin en varios puestos hasta llegar a ser presidente. Su familia creci y fructific de manera que la participacin de Jos Remus y su esposa en el proceso de desarrollo de sus cuatro hijos siempre cuid de la constancia requerida para el desarrollo y de la disponibilidad de los padres como recurso para los hijos. Esta actitud de consecuencia psicoanaltica, toda proporcin guardada, fue similar en lo que se refiere a los hijos de los colegas y a los psicoanalistas que ellos formaron. Ms all de la prctica profesionalJos Remus fue siempre un interlocu-tor abierto a la escucha mutua como medio de comunicacin relevante para resolver problemas. Lo cual

    ocurri en aquellos aos, tanto en dilogos con el grupo psicoanaltico que tuvo a Erick Fromm como figura y modelo, que con sus herma-nos de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana, que con otros profesores de distintas universidades y, como in- vestigador, en el dilogo con otros investigadores. Al mismo tiempo disfrutaba la cercana de su familia y su aficin al buceo y a la fotografa submarina. Pasiones que lo llevaron a efectuar muchos viajes a lugares poco tursticos, pero llenos de las manifestaciones de la vida en el interior de los mares, que fueron dando lugar, a lo largo de los aos, a una enorme coleccin de fotografas, llena de mrito tcnico y artstico, que llevo a Pepe a ser conocido en los mbitos internacionales como un ex- perto en el buceo y de los destinos ms propicios para su prctica. Fue un maestro pleno de sensibilidad arts- tica que llenaba a los espectadores de sus exposiciones con el asombro de sentirse dentro del escenario marino. El ejercicio de la profesin psicoanaltica, si se cuidan de aspec-tos de la salud y se tiene una vida personal rica, separada de las tareas clnicas cotidianas, tiende a llevar al psicoanalista a una longevidad respetable. Jos Remus no fue la excepcin por lo que pudo disfrutar de su profesin, vida familiar y aficiones durante muchos aos, y tambin de los que tuvimos la buena fortuna de tenerlo cerca.

    Mundo Psique XVI 9

    Psicoanlisis

    Dr. Jos Remus

    Fundador de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM) Profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales en la UNAM Apasionado del buceo y la fotografa

  • La Psique

    10 Mundo Psique XVI

    Psicoanlisis

    No creo ser ninguna voz autorizada para escribir quin realmente fue el Dr. Juan Carlos Pl Iturribaria, ni me interesa serlo. No me jacto de haber sido su amigo, su alumno o su follower. No puedo hablar de sus relaciones intelectuales con importantes personajes de Francia o Latinoamrica, ni de su poesa, pues no tengo ninguna credencial para poder hacerlo. Pero si puedo comentar quin fue el doctor Pl que yo conoc y con quien trabaj en lo singular de la supervisin psicoanaltica.

    Por Dr. Vicente Zarco Torres*[email protected]

    *Psicoanalista por la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM). Psiclogo y Maestro en Psicologa Clnica por la UNAM. Psicoanalista de adolescentes y adultos.

    Dr. Juan CarlosPl Iturribaria intentando obtener el don del elefante

    Yo entiendo esto (la supervisin) como un espacio psicoanaltico, usted tendr su anlisis, pero aqu venimos a pensar psicoanalticamente. Traiga un caso, slo uno, el que quiera y nos ponemos a trabajar.

    Juan Carlos Pl

  • La primera vez que llegu a su consul- torio y acordamos trabajar fue muy claro en su posicin y su pensar, dijo algo as como: yo entiendo esto (la supervisin) como un espacio psicoa- naltico, usted tendr su anlisis, pero aqu venimos a pensar psicoanaltica-mente. Traiga un caso, slo uno, el que quiera y nos ponemos a trabajar. As lo hicimos. Todo comenz quiz como cualquier otra supervisin, yo llevaba el material y l escuchaba, no haba nada distinto, pero con el tiempo uno comienza a notar diferencias muy importantes, por ejemplo: Nunca pareci importarle si yo llevaba notas o no, nunca se detena o haca gran hincapi en los asuntos llamados tc- nicos, tampoco pareca ocuparle el desangustiarme, pero siempre me acompa en mis angustias. No inten- taba resolver problemas inmediatos que surgan durante el trabajo y a preguntas concretas responda con otra o con un no s desfachatado que siempre provoc en mi gran desorientacin. l escuchaba y escu- chaba con la enorme generosidad y paciencia que siempre lo caracteriz. He de confesar que por momen-tos las dudas me atacaban y llegu a pensar que no se interesaba en mi trabajo, pues preguntaba cosas obvias que supuestamente debera saber, como la edad de mi paciente o si tena o no hermanos. Yo pensaba: son cosas que debera saber, tenemos dos aos trabajando con este paciente. Y de pronto pum, su maravillosa escucha dejaba ver cosas increbles sobre mi trabajo, mi relacin transferencial con el paciente y siempre esa intervencin tena que ver con esas preguntas que en un principio parecan fuera de lugar y arrojaban muchsima luz al trabajo analtico.

    La relacin teraputicaEn aquel entonces, durante mi paso por la APM (Asociacin Psicoanaltica Mexicana), recuerdo mi preocupa-cin por el tema de los diagnsticos. Dentro de la formacin psicoanaltica, el compartir experiencias sobre pa- cientes era algo cotidiano, y a m siempre me sorprenda que todo mundo (analistas y candidatos) saba qu tena (qu padeca) su paciente y qu hacer con ellos: fulanito es un claro caso de neurosis histrica o perenganito es el claro caso de un obsesivo compulsivo. Y yo me senta el ms imbcil de los candidatos, pues a mi me atacaban dudas por todos lados, pues algunas cosas me quedaban claras, pero no me atreva a aseverar un diagnstico con lo que a m siempre me pareca poca infor- macin. Esta preocupacin y el tema sobre la interpretacin en transferen- cia las comparta mucho con Pl y l, respetuoso, callaba y continuaba escuchndome, jams respondi hasta que un da, pasados los aos le dije: Doctor, en serio no s que ms leer, yo veo a mis compaeros que todos saben qu pasa con sus pacien-tes y yo no. Y seco contest: Qu bueno. Entend mucho despus. As como tambin recuerdo en una ocasin algo que tambin entend ms tarde. l siempre insisti en llamarme Dr. Zarco y eso fue algo que siempre me incomod. As que un da me anim a decirle:Doctor, por favor llmeme Vicente.Inmediatamente reviro clidamenteEsta bien, pero usted llmeme CarlosY contest asombrado claro que no, si usted es el doctor Juan Carlos Pl, no podra Y el divertido contesto: Y usted es el doctor Zarco. Nos doctoreamos todo el tiempo que nos conocimos.

    Lecciones de consultorioPl no hacia grandes intervenciones sobre mi trabajo, no siempre tena algo importante o inteligente que decir, no engrandeca su figura o la ma en relacin con mis pacientes, de vez en vez comparta algo de su vida personal y de su quehacer dentro del consultorio. Tena un buen sentido del humor que pocas veces se poda ver. A los problemas entre psicoana-listas los menospreciaba e inmediata-mente deca: Hay cosas ms impor-tantes de las cuales ocuparse. Qu entend con el tiempo? Que el querer saber es aquello que nos sostiene con los pacientes y lo que sostiene los tratamientos transferen-cialmente. Si uno sabe qu sucede con el pa- ciente y sabe qu es lo que suceder para qu escucharlos? En cambio, si uno no sabe y quiere saber, entonces habr que escuchar con gran pacien-cia, para entonces saber. Pl siempre me trat como un colega. Ambos sa- bamos nuestros lugares en la vida y en el consultorio. Jams trat de aleccio- narme, nunca despreci mis ideas y posiciones. Tuvimos diferencias que siempre hablamos, algunas irreconcilia- bles, pero siempre nos tratamos como iguales. (Por eso nunca permiti que yo lo doctoreara y l me tuteara). Pl me repeta que: Con paciencia y sali- vita se cogi el elefante a la hormiguita. Todava trabajo para lograr eso. No me queda ms que agradecimiento hacia l.

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    Psicoanlisis

    Dr. Juan Carlos Pl Socio vitalicio y psicoanalista didctico de la APM (Asociacin Psicoanaltica Mexicana) Miembro fundador y miembro honorario de AMERPI (Asociacin Mexicana para el Estudio del Retardo y la Psicosis Infantil) Coordinador del Centro Psicoanaltico Montealbn

  • La Psique

    12 Mundo Psique XVI

    Psicoanlisis

    Recordar a Luis Fder Bearaf hace imperativo hablar de una poca importantsima para el psicoanlisis en Mxico. Tiempo que se caracteriz por los esfuerzos herocos de un grupo de profesionales que trajeron el psicoanlisis a nuestro pas a mediados de los aos 50. Algunos se formaron en Argentina, otros en Francia y Luis, al igual que otros pioneros, se form en Estados Unidos pero l en gentica, psicoterapia de grupo y luego en psicoanlisis en Mxico.

    Por Dr. Flix Velasco Alva* [email protected]

    *Psiquiatra, psicoanalista didctico de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM).Ex-presidente de la APM. Psicoterapeuta de familia y pareja del Instituto de la Familia A.C.

    Homenaje al

    Dr. Luis Feder Bearaf

  • A esta primera cepa de psicoanalistas perteneci Luis, generacin distin-guida por su entrega y pasin por el movimiento psicoanaltico. Psiclogo de origen, dedic gran parte de su vida tanto a la prctica como a la enseanza del psicoanlisis y de la psicoterapia psicoanaltica de grupo. Fue un agudo clnico, maestro y supervisor de muchas generaciones de psiclogos, psiquiatras y psicoa-nalistas. Tambin fue pianista y un reconocido compositor musical que nos enriqueci muchas veces con sus interpretaciones.

    OrigenDe sangre juda, hijo nico, nacido en Minsk, Rusia, hubo de escapar junto con su familia a Polonia en su temprana infancia, y cuando contaba con siete aos emigraron a Mxico. El resto de su niez transcurri en el centro de la ciudad de Mxico, cerca de La Merced, que es parte del rico arsenal de recuerdos que con frecuencia tena a mano para explicar la importancia de las experiencias infantiles en la formacin y funciona-miento del aparato psquico.

    LegadoLuis no slo practicaba el auto-anlisis, haciendo frecuentes viajes al pasado temprano, sino que con su ejemplo nos ense lo que debe ser la verdadera actitud analtica de constante introspeccin, autocrtica y curiosidad sobre nuestro funciona-miento psquico. Gracias a su gran intuicin y habilidad pudo aplicar la lente psicoanaltica para ayudar a un sinnmero de personas. Pero ms all de eso Luis posea una agudeza introspectiva sobresaliente que le permita reconocer su contra-transferencia para descifrar los

    significados inconscientes del material clnico que los pacientes llevaban al divn y su impacto y conexin con los diferentes aspectos de la personalidad del analista. Muchos fueron los temas que atrajeron su inters, acerca de los cuales escribi cerca de cuatrocientos trabajos que dan fe de su creatividad y que estn marcados con el sello de la originalidad. La mayora de ellos cuentan con ejemplos clnicos y fueron el fruto de su enorme curiosidad cientfica, unos sobre tcnica psicoanaltica y otros el desarrollo de hiptesis tericas: temas como el filicidio o el maltrato infantil hasta el original planteamien- to de la ambivalencia pre-conceptiva o los hiper-responsables ocuparon inicialmente su atencin. Posterior-mente en sus publicaciones, muchas de sus conferencias y participaciones en mesas redondas expusieron el desarrollo y maduracin de sus ideas.

    Un maestroFue un analista brillante, agudo, emptico y respetuoso, poseedor de un gran sentido del humor que usaba de manera genial en las interpretacio-nes y reconstrucciones. Como maestro y supervisor se caracteriz por su habilidad en la transmisin del pensamiento psico-analtico, abierto y dispuesto a escuchar las crticas y los desacuer-dos tericos de sus alumnos y colegas. Posea un fino sentido de la irona que combinaba con su enorme generosidad y cuidado en sus reco- mendaciones hacia los estudiantes y psicoanalistas en formacin que acudan a l para supervisar o solicitarle direccin en un proyecto de tesis. Pero lo ms importante, y debe ser recalcado, fue su calidad humana;

    pues como amigo siempre estuvo dispuesto a escuchar y atender a las necesidades de los amigos que podamos acudir a su casa-consultorio en donde comparta con nosotros ancdotas y vivencias de una enorme riqueza y sabidura.

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    Psicoanlisis

    Psicoanalista titular y didctico de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana. Psicoterapeuta de familia y pareja de I.F.A.C. Ex-presidente de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM)

    Nadie tiene toda la razn, ni nadieest enteramente equivocado.

    Luis Feder

    Dr. Luis Feder

  • La Psique

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    Ya cerca del fin, cuando lo visitaba, mis asociaciones eran con el Quijote, Jos Arcadio Buenda, Moiss, el Dr. Atl, Einstein, Miguel ngel Asturias y Leonardo viejo. Lo anterior da cuenta de mi reconocimiento al maestro, al hombre de espritu rena- centista indomable, inquebrantable, soador realista, bon vivant, al que cumpli cada una de sus promesas en todas las reas de su vida: consigo mismo, su familia, sus alumnos, pacientes, amigos, hospitales y sociedades mdicas. Estudi la preparatoria en San Ildefonso y medicina en la UNAM. Se cas con Amparo, abogada por la UNAM y antroploga por la ENAH. Trabaj como mdico en el Hospital General de Mxico antes de espe-cializarse en psiquiatra y psicoanli-sis en la Universidad de Columbia de Nueva York.

    Al regresar a la ciudad de Mxico estableci su prctica privada y comen- z a trabajar como psiquiatra en el antiguo hospital ABC. En 2011 fue nombrado psiquiatra emrito del nuevo centro mdico ABC. Fue el primer presidente de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM), la cual haba fundado, en 1956, junto con los ya tambin fallecidos Jos Luis Gonzlez, Avelino Gonzlez, Santiago Ramrez, Rafael Barajas, Alfredo Nemnum y Jos Remus. A su muerte, esta institucin decidi que su Instituto formativo llevara su nombre, en reconocimien-to a su esfuerzo y labor infatigable tanto en su fundacin como en la formacin de todas las generaciones de psicoanalistas egresados de ella. Su ltimo seminario lo dict unas semanas antes de morir.

    Psicoanlisis

    Por Dr. David Lpez Garza*[email protected]*Mdico psiquiatra, psicoanalista didacta de APM.Ex-presidente de APM. Especialista en trastornos borderline.

    Tributo alDr.RamnParres Saenz

    Ramn naci en Tapachula, Chiapas en 1921 y muri a los 88 aos en el DF. Lo acompaamos en este ltimo trance: su esposa Amparo, sus hijas, Elena y Juana Mara con su esposo; su nieta Kimi; sus alumnos, y sus amigos.

  • primer trabajo de psicoanlisis aplicado: Es una muestra de madurez de pensamiento. Y sobre Freud deca: Llev la vida privada de los individuos al escrutinio cientfico de la medicina.

    Lecturas e invitacionesDe los textos que lemos con l recuerdo dos, porque ms all de ellos me dejaban ver ms cosas de Ramn. En Mi anlisis con Freud de Abraham Kardiner pude ver su capacidad de traducir, de escribir, la limpidez, elegancia y simplicidad con que manejaba los conceptos, cuali-dades que tambin se apreciaban en sus propios escritos, clases y conferencias. En Learning Psychotherapy de Hilde Bruch, que tambin tradujo y en el que se apreciaban de nuevo sus capacidades de redaccin, me impresion la frase (proverbio chino) con la que empieza el autor el libro y que coincida con las enseanzas de Ramn: Un viaje de mil millas siempre empieza por el primer paso. De l, quiz por influencia de su esposa, me marc profundamente la visin antropolgica de la familia que aplicaba al psicoanlisis. Cuando lleg el momento de referirme pacientes, lo hizo pidin-dome el favor de que recibiera personas que l mismo haba tratado tiempo antes. La primera vez que me pidi dar clases en la APM, en el curso de psiquiatra dinmica, lo hizo mediante una invitacin a cenar en el restaurante Passy de la Zona Rosa, a fines de los aos 70. Desde entonces, fue una constante de sus invitaciones a dar clases; participar en labores administrativas de la APM (y luego a ser presidente de la misma), de la IPA y FEPAL; analizar pacientes;

    participar en congresos nacionales e internacionales e ingresar al cuerpo mdico del hospital ABC. Adems de muchas actividades profesionales y societa-rias, como ser presidente de la Sociedad Mexicana de Neurologa y Psiquiatra de 1997 a 1999, y organizar dos congresos sobre Trastornos de la Personalidad, uno de los cuales lo inaugur Cuauht-moc Crdenas, Jefe de Gobierno del DF en ese entonces, invitado por Ramn. Si remarco que el me (y nos) invitaba, no es por presumir que l me (nos) lo peda, sino para enfatizar su actitud de solicitar la colaboracin de nosotros, y no que nosotros tuviramos que pedirle o exigirle que nos permitiera participar. El convivir con Ramn haca que en forma natural entrramos al crculo de su familia y de sus grandes amigos. Su personalidad no cambiaba con ella ni con ellos, ni con nosotros, en el ms puro ejemplo de lo que significa el concepto de identidad en psicoanlisis; es decir, ser l mismo en todas las circunstancias y todas los momentos de la vida. Fuera del psicoanlisis eso se llama congruen-cia, coherencia, consistencia y otros valores difciles de alcanzar. El verdadero balance de los logros y legados de su vida, tanto personales como profesionales est an por hacerse.

    Su enseanza del psicoanlisis clnico sentaba la base de un autn-tico trabajo comprometido, humilde y confidencial, que inculc a sus alumnos y ejerci con sus pacientes. Siempre alejado de teorizaciones pedantes, de fanatismos y sumisiones nunca inform, ni en pblico ni en privado, que realiz el primer psicoanlisis a una mujer en Mxico: Frida Kahlo. Anlisis comenzado cuando ella estaba internada en el hospital ABC.

    Estrecha relacinMi primer contacto con l fue en su consultorio, en mi entrevista de admisin al Instituto de la APM, me impresion su calidez receptiva; su trato de igual hacia mi; su deteccin inmediata de las influencias que determinaban mi vocacin; su comodidad consigo mismo, y hasta el mobiliario de madera de pino sin afeites, que l mismo haba hecho. Mi percepcin del maestro Parres, de este primer encuentro, nunca tuve que modificarlo, ni an en ocasiones en las que diferamos respecto a asuntos clnicos, o temas de litera-tura, teatro, poltica, arte, viajes o gustos culinarios. El primer seminario que recib de l, en 1978, fue para mi la entrada al psicoanlisis clnico y el modelo a seguir, hasta hoy, cada vez que emprendo un nuevo caso. Mi confianza al empezar la redaccin y la presentacin de un trabajo en cualquier foro, an est sostenida por su comentario a mi

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    Psicoanlisis

    Es muy importante que se sepa que La Asociacin Psicoanaltica Mexi-cana no ha construido edificios, sino personas, profesionales responsables del psicoanlisis para Mxico.

    Ramn Parres

    Dr. Ramn Parres Primer presidente de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM). Presidente de la Sociedad Mexicana de Neurologa y Psiquiatra Perteneci a la Asociacin Psico-analtica Internacional (API), a la Federacin Psicoanaltica de Amrica Latina (FEPAL) y a la Asociacin Psiquitrica Americana (APA).

  • La Psique

    16 Mundo Psique XVI

    La ltima vez que lo vi fue en el seminario que conduca sobre la vida de Freud, ramos sin duda criaturas de la noche abrevando los magnficos destellos de una luna menguante Al terminar le coment que me iba un

    breve curso, Jos Luis me mir, diver- tido como siempre, y pregunt en- fatizando con su mano derecha en un movimiento que le era tan carac- terstico Qu te mueve? Cmo es que eres tan curioso? Le respond

    cualquier cosa, y quedamos de vernos a mi regreso para platicar, me interesaba muchsimo escuchar su opinin sobre lo que iba a comenzar. Bueno, en psicoanlisis los inicios tambin son finales. Podra jurar que a escasos minu-tos de su final estaba sonriendo, quiz fue el efecto del ajetreo de la camioneta fnebre, que avanz ms rpido que mi consciencia tratando de entender lo que una prdida como sta representaba, afortunadamente no estaba solo, muchos amigos, colegas y compaeros parecan imbuidos en la misma densidad. En un instante fugaz que se destac de entre todas las escenas que no podra recrear en este momento, una mujer y yo hicimos contacto visual justo cuando una masa gaseosa fue expulsada de la chimenea, y como para afirmarnos mutuamente que lo que vimos fue real, parpadeamos al unsono. Ese humo gris se agitaba inquieto e imagin que eran mltiples voces tratando, cada una, de ser la ltima en desvanecerse, no querran despus

    Psicoanlisis

    Por. Dr. Alejandro Sandoval Maza* [email protected]

    * Mdico por la Universidad La Salle. Psiquiatra (HPFBA); analista de Grupos (AMPAG); Maestra en Psiquiatra Clnica (INPRFM);Maestra en estudios Psicoanalticos (University of Sheffield, UK), y Maestra en Neurociencias (University of Edinburgh, UK).

    Con dedicacin alDr. Jos LuisGonzlez Chagoyn

    Debo decir que cuando me solicitaron escribir algunas ideas acerca de Jos Luis Gonzlez Chagoyn, sent emocin y miedoEs la memoria un retrato fiel de los hechos o es slo una recreacin en el presente de un pasado que ahora se ve distinto?

    Tengo un papiro en blanco, qu te parece si escribes algunasideas en jeroglficos egipcios?

    Jos Remus

  • de todo perderse en el olvido y trataran de llamar la atencin del analista hasta el final.

    Un hombre de revelacionesHilaba fino pero no haba ortodoxia en su quehacer, de repente, cuando uno se senta realmente en el infierno y el pnico acariciaba donde duele ms. l, por una simple evocacin, y de memoria, recitaba un pasaje de la Divina Comedia, Realmente se senta Virgilio, o haba sido tantas veces Dante que lo arrastraba a uno como a un fetiche curioso, o un amuleto de carne? El caso es que pareca un grillo con sus antenas inquietas y siempre expectantes a la menor vibracin, yo dira que tericamente tena revelaciones, es decir, se dejaba llevar por aquello que per- ciba e iba colectando smbolos que anudaba mgicamente gracias al tre- mendo bagaje experiencial y cultural que posea. Era un continente vido de contenidos escurridizos. Compr varios libros de Jos Luis y me llam la atencin que en varios haca dibujos y anotaciones, por ejemplo, en el libro de lisabeth Roudinesco, Por qu el psicoanlisis?, realiz rostros caricaturescos con diferentes expresiones en los lugares que consider y seal como importantes, (una cara de sorpresa y los pelos alborotados) en: el sujeto freudiano es un sujeto libre [] ms capaz de analizar la significacin de los sueos que de mirarlos como la huella de una memoria gentica. Ah se reflej l mismo, analizando todo el tiempo, en todo espacio, mostrndonos una de las caras de la libertad y un modelo que enfatiza el verbo analizar y nunca el sustantivo analista, que est sujeto segn lo expres en mltiples ocasiones a tanta pedantera.

    Amaba la mitologa y la historia, en una ocasin me recibi entusias-mado con una peticin, Tengo un papiro en blanco, qu te parece si escribes algunas ideas en jeroglficos egipcios? (uno de mis pasatiempos). Me esmer buscando en el libro de las horas algo apropiado y le gust la frase Yo Alejandro le ofrezco al ka de Jos Luis mil tarros de cerveza, cien vacas, cien tnicas de lino y todas las cosas buenas y hermosas que se requieren en el ms all. Fue una sesin muy divertida, desafortu-nadamente no s qu habr sido del papiro que l mand enmarcar y se hallaba en su sala de espera. Y era verdaderamente extraordi-nario en su generosidad y empata, supongo que eso es algo que formar parte de las leyendas que transmitirn las futuras generaciones. Una muestra de ello sera la sesin que sigui a la exposicin escultrica que organic gracias a la Dra. Martha Pramo en la facultad de medicina de la UNAM, sin dejarme siquiera sentar dijo: Ayer tuve un sueo con la escultura que se llama sultame te la compro!, [se trata de una mano gigante que con mucha delicadeza retiene a una mujer desnuda que parece huir y en su expresin se refleja dolor y goce] esa fue su forma para confirmar y avalar un producto concreto y especfico que se deriv del trabajo analtico, de todos esos aos de convivencia y as, una imagen ma, soada por l, se agreg a la multitud de imgenes que con- figuraban el bazar de los sueos que representaba su consultorio y que lo representaba a l. Para terminar el anlisis le propuse realizarle un busto y le ped que fuera a mi consultorio-taller. No se lo dije dos veces, acudi sin chistar y se sent muy a gusto para que, mientras

    l me relataba un montn de histo-rias que se le venan a la cabeza y Aldo tomaba fotos del proceso, yo trabajara rpidamente tratando de darle forma en cera a las representa-ciones de l en mi cabeza en el en- cuentro con l como sujeto real. El experimento fue muy interesante desde el punto de vista analtico, vivencial y esttico y me permiti reafirmar la idea de que la percep- cin es una alucinacin constreida por el dato sensorial. La pieza en bronce contiene tres elementos, su rostro dividido muy sutilmente en dos momentos afectivos diferentes; el esbozo de una toga griega para exaltar una de sus pasiones; y una serie de figuras espectrales en mlti- ples posturas que lo recorren todo como para sealar el trabajo grupal y el grupo que l representaba. Cristina (mi esposa) y yo llevamos la escultura al restaurante que l eligi y se organiz de manera es- pontnea una ceremonia de devela-cin y en uno de esos momentos me dijo sonriendo muy amablemente eres el hacedor de m y por supues- to una felicidad profunda me escu- rri como un escalofro afortuna-damente no soy lacaniano y no tuve que pensar en las implicaciones en el registro simblico o imaginario de la situacin. Por favor vientos!, no deshagan aquella forma que parece torcerse y que evoluciona hacia la extincin, no sin dejarme antes preguntar: Jos Luis, qu fue lo que te movi cmo es que fuiste tan curioso?

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    Psicoanlisis

    Dr. Jose Luis Gonzlez Miembro fundador de la Asociacin Psicoanaltica Mexicana (APM)

    Miembro Fundador de la Asociacin Mexicana de Psicoterapia Analtica de Grupos (AMPAG)

  • Cultura

    Sor Juana y el estudio del alma Una aproximacin psicoanaltica a

    Humanidades

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    Por Miguel ngel Zarco Neri*[email protected]

    *Filsofo

    Primero sueo

  • Humanidades

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    En un coloquio sobre Sor Juana Ins de la Cruz, me atrev a compartir ideas de las que aqu hago constancia. Intervine no bajo el signo de las certezas, sino de la admiracin. El lugar, un espacio que ahora lleva el nombre de un auto sacramental de la poetisa novohispana, Divino Narciso, que es como lo manifiesto de un palimpsesto, una escritura que se pone en donde ya exista otra, en la que se lea Templo de San Jernimo. Que decir, San Jernimo evoca necesariamente escritura o Escrituras, con mayscula inicial. Pero en ese entraable Centro Histrico de la Ciudad de Mxico, donde se organiz dicho coloquio, los palimpsestos son habituales.

    Transitar, deambular por este nuestro Centro invita a ser un cui- dadoso lector, un verdadero intelec-tual, si por esta palabra entendemos el que sabe leer entre lneas y no el que presume de vana erudicin. Esta Ciudad de Mxico es un ejemplo cumplido de palimpsesto, es como el aparato psquico freudiano, que el ilustre viens lo ejemplific con una visin de Roma en la que se super-ponan las diferentes edificaciones de la misma a travs de los tiempos, sin remover ninguna. Esto me hace recordar, no sin angustiarme, lo que en una ocasin me dijo un amigo argentino: nosotros, los argentinos, descendemos de los barcos; ustedes mexicanos, s que tienen pasado. Cuando escuch esta diferencia me estremec porque el problema del pasado es que tambin es futuro o porvenir; un porvenir que se puede repetir de una manera infantil u otro que se abra a una innovacin y no slo a una compulsin repetitiva. Pero para que esto ocurra es preciso recordar y ese espacio, auditorio-templo, en donde se habl sobre Sor Juana, me invit a hacerlo. Sin embargo, se dice que nosotros mexicanos no gustamos recordar, lo evitamos. Resulta entonces parad-jico que haya un entusiasmo por el psicoanlisis, pues quiz ste no lo tomamos como prctica constante, sino como uno de tantos smos con los que enmascaramos nuestra propia faz a propios y a extraos, pero, sobre todo, a nosotros mismos.

    Sor Juana y el psicoanlisisEl psicoanlisis como prctica es una apuesta para que no se cumpla fatalmente la sentencia, infancia es destino. El psicoanlisis sabe de la tragedia, se erige sobre una de ellas, Edipo Rey, pero para intentar en cada caso un incumplimiento de la misma. Esta fue la apuesta de Freud por Eros, pese a la evidencia aplas-tante del poder de Tnatos. Es conveniente hacer hermenu-tica y psicoanlisis de los smbolos que nos rodean, arquitectnicos y plsticos. Si lo intentamos podramos saber un poco ms de nosotros mismos como una no identidad o una identidad nunca cumplida, que vaya ms all de los documentos oficiales, actas de nacimiento, credenciales del IFE y de las institu-ciones, de las certificaciones, y que cale en nuestra arqueologa y nos proyecte a una teleologa en una tensin dialctica que permita comprender nuestra propia consti-tucin simblica. Ya basta de tratar intilmente por contenernos en univocidades aparentemente fciles, pero estriles. Nuestra comprensin es nuestro reto ms urgente y desafiante. De la admiracin pas al estre-mecimiento de tener que decir algo sobre Sor Juana y el alma desde la perspectiva del psicoanlisis, ya que en mi caso slo puedo proferir balbuceos. El lugar por donde arribar a la obra de tan encumbrada poetisa que se me ofreci como

    idneo fue Primero sueo, que no es precisamente una tranquila playa en donde las aguas lleguen lamiendo pacficamente la arena, sino un imponente acantilado donde las olas rompen impotentes y rabiosas. Un acantilado en forma pirami-dal, un obelisco egipcio, que desde el fondo del abismo se eleva al cielo con el propsito de encumbrarse para alcanzar al Alto Ser, que no Dios. Primero sueo es un poema mayor, una silva donde se intercalan de manera precisa casi mil versos de variante longitud con una regularidad exacta; poema de versos endecasla-bos y heptaslabos alternados. Pero que esta obra potica monumental se intitule Sueo no quiere decir, de ningn modo, que sea terreno conocido para el abor-daje psicoanaltico. Pensar as, como me sucedi, termina en una humi-llante decepcin. Las escalas y cuerdas de que el psicoanlisis puede proveer no bastan para escalar este piramidal y funesto obelisco. Vamos, el psicoanlisis no tiene la exclusiva en lo tocante al sueo.

    Primero SueoEste trmino, sueo, en el intento por encumbrarse en el poema de Sor Juana se revela polismico, no es el sueo como guardin del dormir, sino como la aspiracin a alcanzar al Alto Ser. Primero Sueo es una ocasin magnfica para que el psicoanalista aprenda que hay ms cosas en el cielo y en la tierra que las

  • Humanidades

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    que caben en su psicoanlisis. Ade- ms, es una oportunidad para purificarlo de la pretensin de saber absoluto. La castracin no es una condicin que se aplique preceptiva-mente fuera del psicoanlisis, sino que en primer lugar le concierne, es un saber no de la impotencia, sino de la imposibilidad. En suma el psicoanlisis no tiene la exclusiva del sueo. El Sueo de Sor Juana, si lo queremos ver desde la perspectiva del deseo no apunta a un objeto, sino a un no objeto, pues si al Alto Ser ya no lo vemos desde la perspec-tiva teolgica como indica Paz, no es una determinacin en el orden de la esencia, es lo que hace posible a los entes, pero sin ser uno de ellos. Cuando las ciencias declaran que slo se ocupan de lo ente (de lo positivo, de lo que es) y de nada ms, el ser estara en ese excedente, en el nada ms, en la nada (de ente)? Entonces ya no es objeto y por lo mismo es imposible alcanzarlo con la razn objetivante y discursiva. Precisamente sta es la aventura, Anbasis, que narra el poema en cuestin. La figura trgica del poema es Faetn, el hijo de Helios que temerariamente se atreve a conducir el carro tirado por celestes caballos de su padre y que los desastres provocados por su impericia obligan a Jpiter a fulminarlo con uno de sus rayos. La razn no puede, no porque sea impotente, sino porque le es imposible alcanzar al Alto Ser. No obstante, el poema deja entrever que si la razn no logra su objetivo no por ello se extingue la voluntad de encumbrase. Esto me recuerda esa expresin que Ricoeur toma de Spinoza, y que signa a lo humano, el deseo de ser y el esfuerzo por existir.

    MxicoDos escritores mexicanos, tanto Paz como Fuentes dicen que Mxico no ha podido arribar a la modernidad o, ms bien, que ya no podr hacerlo si es que estamos en la posmoderni-dad. Sin embargo, Sor Juana, una habitante de este territorio cuando era reino, que no colonia, la Nueva Espaa, se revela como una verdadera moderna, si es que por modernidad se entiende no slo la razn presuntuosa de un Descartes, sino la que hall sus lmites en Kant. ste toma del racionalismo, pero tambin del empirismo y por ello apuesta por la razn, pero acotada por la experiencia. Si no podemos alcanzar la cosa misma apliqu-monos a los fenmenos, a lo que aparece. Pero desafortunadamente en nuestra intelectualidad sigue imperando ms Augusto Comte que Emmanuel Kant. Juana, por razones de tiempo no pudo ser positivista. Ella admite en su Anbasis, en su aventura intelectual, que la razn se enfrenta a un imposible, pero que la voluntad o el deseo persisten, no se arredran. Como se podr compren-der el Sueo de esta poetisa no es un cumplimiento alucinatorio de deseo, es decir, no es un sueo del tipo psicoanaltico.

    ConclusinLas frustraciones del psicoanalista ante esta obra no paran en que aunque se llame sueo, no lo sea en el sentido de cumplimiento alucina-torio de deseo, sino por el contrario de frustracin del mismo. El psicoanlisis se juega en el lenguaje, sta es una verdad de Perogrullo, Primero sueo tambin, pero intentar abordarlo por la lnea del enten-dimiento, de la explicacin, del simple "qu dice el poema", es una

    prdida lastimosa de tiempo. Ya s que tambin estn los penosos intentos por someterlo por parte de los amantes de las estructuras. Ms el poema no se entrega. Es un Jeric que slo entiende de trompetas. Est ms cerca de la msica que del lenguaje corriente. Gadamer dice: Pero el lector tampoco ha de ser erudito ni especialmente instruido; debe ser un lector empeado en escuchar una y otra vez. Insisto, por mi parte, que al poema es preciso escucharlo como a la msica, si sta no suena o vibra dentro de m no la podr apreciar. Pero Freud confiesa en su Moiss de Miguel ngel que para l es incomprensible la msica. El psicoanlisis se queda en el dintel de este poema y tiene que dejar paso a la poesa y a la msica.

    Notas Este trabajo fue presentado en Las Jornadas Sor Juana: un sueo en espiral, organizado por la Universidad del Claustro de Sor Juana, en el campus de dicha Universidad, el 15 de noviembre de 2011. Sigmund Freud, Obras completas, Volumen 21, trad. de J.L. Etcheverry, Amorrortu editores, Buenos Aires, quinta reimpresin, 1976, pp. 69-71. Cfr. Martin Heidegger, Qu es metafsica? en Hitos, trad. H. Corts y A. Leyte, 1 reimpresin, Alianza Editorial, Madrid, 2001. Paul Ricoeur, Freud: una interpretacin de la cultura, trad. A. Surez, Siglo XXI Ediciones, Mxico. Hans- Georg Gadamer. Quin soy yo y quin eres t? Comentario a Cristal de aliento de Paul Celan. Herder, Barcelona, 1995, p. 11.

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    Visitas a Freud Por Pilar de la Llata Ferrari *[email protected]*Egresada de la licenciatura en historia por la Universidad Iberoamericana.Era un verano como cualquier otro, Natalia cursaba un semestre corto en la universidad. Todo cambiaba. Algunos de sus amigos se iban de viaje, otros empezaban a trabajar y por ello los dejaba de ver. La vida delos otros cambiaba ante sus ojos, y aunque la suya tambin, algo permaneca en ella. Era una infinita nostalgia y tristeza que nunca la dejaban.

    El corazn, si pudiera pensar se parara.Pessoa

    Cultura Humanidades

  • Humanidades

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    Natalia inici su primera clase de verano, se titulaba Hermenutica y Psicoanlisis, era parte de las materias optativas dentro de sus estudios de la carrera de historia. La materia le pareca interesante, pero no crea en psicoanalistas ni en terapias. Ella pensaba que se trataba de encasillar a las personas en un tipo de estructura o enfermedad, a partir de la cual analizaban a los pacientes. Lo anterior le perturbaba bastante. Sin embargo, al empezar a leer a Freud, Lacan, Ricoeur y a literatos como a Dostoyevski, Baudelaire y Shakespeare, comenz a alterarse, no saba que suceda, en cierto modo se senta plenamente identificada con ciertas caractersticas descritas en la clase. Pensaba: Dios! ser una psictica o tal vez una perversa o ya, si me fue bien, una neurtica?. Todo le pareca bastante familiar, se deca a s misma: Puedo encajar en alguna de esas caractersticas sin ningn problema, qu contradictorio no?, sin ningn problema? Llegaba a su casa y escriba en su diario: Ya no aguanto ms, tengo taquicardia y una angustia que me aplasta da a da. Mi pecho se comprime y no puedo respirar, siento un vaco en el estmago y un nudo en la garganta que no me deja en paz. En las noches no descanso y me despier-to con cansancio. Es una mezcla de tristeza, frustracin, enojo y desespe-racin. Ya no quiero pensar y por ms que quiero sacarlo y gritar, slo lo reprimo con lgrimas que salen al baarme o al escuchar msica en mi coche. No paro de escuchar la cancin de Colorblind, tratando de convencerme de que estoy bien I am. Fine pero luego escucho I dont feel amazing now y al final termino acostada en mi cama, intentando encontrar algn sentido,

    pero siempre termino con lgrimas en mi cara. [] al final todo vuelve a su lugar, ese lugar en el que me encuen-tro perdida. Entre mi familia que no me entiende y yo que no los entiendo. [] Sueo que vomito comida en exceso, meto mi mano a mi boca y ni siquiera as puedo sacar toda la comida. Otras veces sueo que grito tan fuerte que entre la nariz y los labios se me abre otra pequea boca para gritar ms fuerte. []

    Inicio teraputico Todos los das escriba en la noche. A veces eran cosas como Odio a todos! o Estoy angustiada y siento que me asfixio, estoy en el mismo lugar dando vueltas al sin sentido de mis pensa-mientos, de mis sentimientos, de lo absurdo y contradictorio de mi vida. Otros das simplemente escriba: Me veo y siento repulsin hacia m misma. No se senta muy bien. Un da decidi escribirle a su profesora, necesitaba que le recomen- dara un psicoanalista, ya que empezaba a pensar que si no iba con alguien para que la escucharan se iba a volver loca. Escribi en el correo: creo que es urgente que alguien me escuche, pero seriamente []. A las dos semanas, empez a ir. Estaba bastante nerviosa y dudosa sobre si funcionara. Natalia por sus clases, saba de antemano que jams la iban a curar, no le iban a dar consejos ni a elegir por ella. Eso era exactamente lo que buscaba, que alguien la escuchara sin juzgarla ni moralizar sobre su vida, estaba harta de eso. Lleg y se sent, empez a hablar sin parar, de repente se detuvo para decir: mi mam est loca, luego continuo hablando y llorando. Acordaron verse una vez a la semana y, aunque el psicoanalista insisti que

    fueran dos, a ella le era imposible. Las primeras sesiones fueron cara a cara, as fue un buen rato; era como una rutina para Natalia. A veces un poco estresante, pues se cruzaban factores como el trfico y la incertidumbre de si iba o no a llegar a tiempo a la con- sulta, eso la angustiaba. Luego en el coche se preguntaba qu iba a decir durante 45 minutos. Al inicio no tena problemas, ya que las palabras salan solas al igual que las lgrimas y el pro- fundo dolor que senta. Esto dur va- rios meses. A pesar de la terapia, Nata- lia se senta sin salida, reconoca en las palabras que repeta en consulta, los mismos patrones de su vida, era la persona con las caractersticas que detestaba y se daba cuenta de ello. Un da platicando con otra maestra, tambin psicoanalista, le pregunt a Natalia que cmo iba en la terapia, a lo que contest: mal, estoy peor que cuando no iba, por lo que supongo que est muy bien, y se rio. S, Natalia se senta psimo. Sala de la terapia y segua llorando, a veces le hablaba a su amigo Philip que viva muy cerca para platicar o simple-mente distraerse y no llegar a su casa con los ojos hinchados de llorar. Otras veces, simplemente se quedaba en su coche escuchando msica, generalmente Sigur Rs, uno de sus grupos favoritos. La tristeza lleg a tal nivel, que veces culpaba a su propio psicoanalista, lo culpaba de no entenderla. Le deca a su amigo: Freud (as le dice su mam a su psicoanalista, es algo as como: ya vete con Freud no vayas a llegar tarde o regresaba y su hermano le preguntaba y ahora, qu te dijo Freud?) no me entiende, el no sabe lo que siento y a veces pienso que simplemente me est poniendo una etiqueta y no escucha. A los pocos das Natalia escribi en su diario:

  • Humanidades

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    La verdad es que nunca sabr si Freud me entendi o no, es algo im- posible. Sin embargo, alguna vez me dijo que lo que importaba era que yo me entendiera, que entendiera y escu- chara mis palabras. Eso fue impor-tante que me lo dijera. Lo primordial era que yo supiera que no soy una estructura ms del psicoanlisis, que no soy una enfermedad o una patolo- ga ms, soy una simple persona como cualquier otra que quiere ser escuchada con mis confusiones, contradicciones, mis enojos y berrin-ches, para darme cuenta que no tiene nada de malo ser quien soy a pesar de lo que durante toda mi vida me haban dicho, o la sociedad pudiera decir. En esta etapa del anlisis, Natalia tena que culpar a alguien por no saber escucharla, estaba harta de culpar a sus padres, a sus hermanos o a toda la sociedad, en ese momento no saba a quin responsabilizar de su dolor y su profunda insatisfaccin del mundo y de la vida, por ello se enojaba con Freud su psicoanalista.

    Empata con FreudEmpez a ir dos veces por semana. Cada vez se volva ms intenso para ella. En realidad, ya quera dejarlo, porque se senta harta de hablar de ella misma, adems cuestionaba si algn da podra cambiar. No vea avance y haba temas que le daban pena hablar, a veces callaba y volteaba la mirada. Natalia se daba cuenta de que Freud lo notaba, pero l la deja- ba seguir. Empez a faltar y a llegar tarde. Estuvo a punto de abandonar el anlisis. Pero no lo hizo, Freud le caa bien, a pesar de sus quejas, senta que era su cmplice, conoca ya dema- siado de su vida contada a medias y por partes - pero Natalia senta que a l le interesaba. No saba si era porque le causaba intriga su vida y su forma

    de pensar, o simplemente le diverta ya que a veces hasta se rean de las ton- teras que Natalia llegaba a decir. Le contaba cosas tan irreales como que ella juraba que su ta era bruja y hace pcimas, en fin. A veces eran sesiones tristes y nostlgicas, como cuando re- cordaba su infancia, otras bastante diver- tidas y otras muy angustiantes en las cuales sala y se asustaba de ella misma.

    Experiencia en el divnA las pocas semanas empezaron las se- siones en el divn. En esta segunda etapa, un poco ms divertida, Natalia empez a experimentar algo muy pe- culiar. Conforme Natalia hablaba, ob- servaba diversos puntos del techo y empezaba a hacer figuras en su mente. De repente cuando narraba algo muy intenso, empezaba a llorar y a sentir un fuerte mareo. Para los ojos de Nata- lia, se empezaba a mover el techo y el cuadro que se encontraba frente al divn. Estos mareos al hablar, empe- zaron a ser cada vez ms constantes. Generalmente eran cosas tristes o que verdaderamente la hacan enojar; sin embargo, en una sesin record uno de los momentos ms felices de su vi- da, lo narr y lo volvi a vivir llor, pero esta vez de felicidad y el movi- miento en su cuerpo y el del techo fue mucho ms intenso. Se dio cuenta que estaba encasillada en recordar lo malo y los traumas. Estaba tan enojada que no alcanzaba a ver que no todo era tan malo. Haba experiencias bastante buenas y divertidas que la hacan sonrer a pesar de la constante tristeza y nostalgia que vena sintiendo.

    ContinuarSi bien, el anlisis an no termina para ella, pues apenas es el comienzo de esta historia, Natalia utiliza este espacio para ella, para desahogarse y descubrir por medio de la palabra

    esos estados internos que la hacen actuar sin que racionalmente ella lo pueda entender. Si bien, sabe que la palabra no es suficiente, pues como ley en su clase de Problemas Contemporneos de la Filosofa, de acuerdo con Bergson: [] la palabra de contornos bien definidos, la palabra brutal que almacena lo que hay de estable, de comn y, por lo tanto, de impersonal en las impresiones de la humanidad aplasta o, por lo menos, recubre las impresiones delicadas y fugitivas de nuestra conciencia individual. Natalia sabe, como afirma en su diario que sigue y seguir buscando respuestas: [] al saber que el fuego que me enciende me permite estar aqu en el autntico vivir y esto hace que pueda emocionarme o derrumbarme ante una puesta del sol, ante la inmensidad del mar, la infinitud de un bosque o simplemente la certeza de saber que por el hecho de estar viva puedo ser capaz de descubrirme y de intentar develar la vida sentida.Notas Henri Bergson, Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia, traduccin de Juan Miguel Palacios,Salamanca, Espaa, Sgueme, 1999, pg. 96.

    Despus de varios meses de terapia, Natalia realiz un gran cambio en su vida, de un da para otro, sin previo aviso, se fue de su casa. Empezaba a hacer algo en su vida, por su vida.

  • 24 Mundo Psique XV

    Qu ofrece Skype? Videollamadas. Son gratuitas y facilita la comu-nicacin y el encuentro visual con otras personas a pesar de la distancia. Llamadas a telfono. Permite comunicarte a telfonos fijos y mviles a bajo costo e incluso a travs de determinados planes. Mensajera instantnea. Se puede entablar una conversacin por escrito con un amigo o varios al mismo tiempo. Skype Manager. Administra Skype para varios empleados de una misma oficina o empresa.

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    CulturaActualidades

    Cursos por Skype

    El rcord de usuarios de Skype en lnea al mismotiempo es de 28 millonesy sucedi en enero de 2011.

    Por Blanca Ansoleaga*[email protected]*Maestra en Letras Modernas y Doctora en Filosofa

  • Despus de varias dcadas de ser docentes, un amigo con el que he compartido muchos aos de trabajo, y yo, decidimos incursionar en una nueva modalidad, impartir un seminario por skype. Haba muchas razones para intentarlo: nuestros alumnos estaban en Chile y nosotros en la ciudad de Mxico. Tenamos en comn el inters por el tema que estbamos trabajando. Se propuso un horario de dos das por semana, durante hora y media. Fueron seis sesiones para iniciar. Despus de pruebas de audicin, revisin de la cmara y algunos ajustes tcnicos, lo echamos a andar. La imagen no es muy ntida, las voces y el dilogo, en cambio, muy claros. Imposible negar que se pierde la riqueza del lenguaje no verbal, pero se ganan otras cosas a travs de los comentarios y reflexiones. En nuestra ciudad, el trfico y las distancias no nos permiten participar en todo lo que quisiramos. Algunos alumnos muy interesados en nuestros cursos, viven en Coyoacn, otros en el norte de la ciudad Cmo invitar-los dos veces por semana a seminarios en el Estado de Mxico o en el sur de la ciudad? La virtualidad nos permite sentirnos en un lugar, como si estuviramos ah, sin estarlo. Nuestro trabajo tiene que seguir y qu mejor que encontrar la manera de acortar distancias.

    Despus de terminar el curso, nos escribieron de Chile, queran participar en otro. Nuestra experiencia nos lleva a afinar detalles y formar algunos grupos aqu en nuestra complicada ciudad. Lo interesante es poder tener seminarios en los que interacten al mismo tiempo, personas desde diferentes ciudades y pases. No puedo negar que las sesiones en las aulas, en vivo, nunca sern suplidas por las virtuales, el intercambio personal que se da a travs de gestos y sobre todo la mirada es algo a lo que habr que renunciar, pero no podemos dejar de abrirnos a la posibilidad ms impor-tante en el ser humano que es el dilogo. Los medios electrnicos pueden ser tambin una oportunidad para compartir un trabajo de pensamiento que propicie la generacin de ideas. Estamos convenci-dos que dicho trabajo en sus expresiones filosficas e incluso psicoanalticas es preciso llevarlo a la plaza pblica y no dejarlo adocenado en los espacios acadmicos. Los filsofos de la antigedad como Scrates aprovechaban los espacios pblicos para practicar la gestacin de pensamiento haciendo pregun-tas y entablando dilogos. Por qu no aprovechar entonces este espacio virtual del que ahora disponemos?

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    El desarrollo y auge que han tenido los medios electrnicos en las ltimas dcadas, obligan, a quienes no estbamos familiarizados con ellos, a conocerlos, a utilizarlos y por qu no? en cierta manera, volverlos indispensables para nuestro trabajo.

    Actualidades

  • Placer

    La majestuosidad domina en este recinto cultural. El Soumaya posee una estructura brillante por fuera y pura por dentro. Es el equilibrio de la belleza exterior e interior. Es el reflejo de la grandeza, de la femineidad, particular-mente cuando el sol se plasma en su fachada.Soumaya es significado de perfecta y elevada en el idioma rabe. Y s, la inspiracin para crear esteespacio, sin lugar a dudas fue ella Soumaya, ladifunta y amada esposa del empresario CarlosSlim. El complejo presenta una arquitectura ra-dical, al formar un trapecio en movimiento.Lograda por el arquitecto Fernando Ro-mero, quien segn los especialistas, den-tro de su inspiracin tuvo los museos de Guggenheim en Bilbao y NuevaYork. Con una inversin de 800 mi-llones de dlares y despus de tresaos y un trimestre, fue inaugu-rado en 2011. Hoy es conside-rado uno de los 15 museos ms importantes del mundo.El Museo Soumaya est vestido por 17,000 hexgonos de aluminio y cuenta con 47 metros de altura. Posee 6,880 metrosde rea de exhibicin, quealberga 16 colecciones nacio-nales y europeas por parte de laFundacin Carlos Slim.

    Ver

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    MuseoSoumaya:

    Texto y fotos: Karl Reich* [email protected] *Cronista y fotgrafo. Originario de la ciudad de Chihuahua. Egresado de TecMilenio.

    El museo Soumaya rompe esquemas con una arqui-tectura nica, monumental y un baluarte artstico nico en Mxico.

    Museo SoumayaPlaza CarsoCol. Ampliacin Granada, Mxico, D.F.T. (55) 5616 3731 Abierto diariamente de 10:30 a 18: 30 hrs.Entrada gratuitawww.soumaya.com.mx

    un edn cultural

    Los protagonistasObras de Diego Rivera, Jos Clemente Orozco, Rufino Ta-mayo, Fernando Botero, Pablo Picasso, Auguste Rodin, Salvador Dal, Vincent Van Gogh, entre otros genios del arte, encumbran al Soumaya. A diferencia de otros museos, presenta exclusivamente exposi-ciones permanentes. La gran mayora son de la coleccin privada de la Fun-dacin Slim, aunque el INAH ha prestado algunas de sus obras al Soumaya.

    Plus para el visitanteOtros atractivos del Soumaya son un restaurante; el rea para nios, que destaca por ta-lleres culturales que se ofrecen sbados y domingos; un auditorio con espacio para 300 personas, donde se organizan eventos, filmes y conferencias, y una gran aula digital. El recinto busca romper marcas. De inicio, para varios lderes de opinin, es consideradocomo uno de los ms hermosos del orbe, como recientemente seal el periodista estadouni-dense Larry King. Lo que s es indiscutible, es la grandeza y originalidad del Soumaya, que dejacon la boca abierta a quien se le pone enfrente y abre sus puertas, sea uno amante o no del arte.

  • Placer Viajar

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    Valle de Bravo, localizado al occidente del Estado de Mxico y a 145 kilmetros de la ciudad de Mxico, est enmarcado por un escenario natural de exquisita belleza, entre bosques de robles, conferas y las aguas de un majestuoso lago artificial. Cabe apuntar que la zona estuvo poblada en la antigedad por los mazahuas, pueblo autctono del centro del pas. Pero no fue hasta los inicios de la coloni-zacin espaola cuando surgi la primera construccin de importancia en el lugar: el Templo de Santa Mara Ahuacatln. Tiempo despus, en 1850, la poblacin fue declarada Villa. Y en 1947 se termin la presa de Valle de Bravo, para crear as el actual lago, que provoc un gran desarrollo turstico, especialmente, por la prctica de deportes acuticos.

    El puebloValle de Bravo se distingue por sus calles empedradas que corren sinuosamente en desniveles y cuyas casas son predominantemente de techos de dos aguas y teja roja, donde destaca la utilizacin de madera, adobe, ladrillo y las paredes blancas con guardapolvos, sus portales y balcones. En la gran mayora se han establecido galeras de arte, tiendas de artesanas y hoteles.

    Se recomienda hacer una caminata por el centro y visitar el zcalo con su quiosco, portales y la Parroquia de San Francisco de Ass. Por la avenida Joaqun Arcadio Pagaza se admiran viejas casonas, as como la Casa de la cultura, el parque de La Alameda y el jardn El Pino, que posee un rbol ahuehuete de ms de 600 aos. Ms adelante se ubica el Templo de Santa Mara Ahuacatln, donde se venera la imagen de un Cristo negro. Tambin es infaltable una visita al mercado municipal y al de artesanas, donde se pueden apreciar bordados hechos a mano; vidrio soplado; cermica; hierro forjado; tallas en madera y, particularmente, cestera con ocochal.

    La aventuraDebido al privilegiado enclave natural en que se encuen-tra, Valle de Bravo ofrece un gran nmero de actividades para los amantes de la adrenalina, como senderismo, escalada de roca, vuelo en parapente o ala delta, bicicleta de montaa y deportes acuticos como vela y kayak. Uno de los recorridos favoritos es sobre el lago, que en realidad es una presa con 40 metros de profundidad y 21 km de extensin. En el embarcadero municipal se puede rentar una lancha para pasear o pescar. Tambin es posible esquiar, subir a los barcos recreativos o comer en uno de los restaurantes flotantes. Igualmente es recomendable disfrutar de grandes vistas desde miradores como La Pea, El Mirador de la Cruz y Monte Alto, donde hay posibilidad de lanzarse en parapente o en un ultraligero, y cerrar as, con un vuelo y paisaje de pelcula la visita a Valle.

    Por David Daz Fotos: Karl Reich

    Mxico posee 50 de los denominados Pueblos Mgicos. Valle de Bravo es uno de estos tesoros, donde se respira no slo un medio ambiente 100 por ciento puro, tambin se mezcla la aventura y el placer.

    Hospedaje y vuelo al naturalUna de las principales opciones para gozar desde el amanecer la naturaleza de Valle de Bravo es el hotel Misin Refugio del Salto, Resort & Spa, ubicado en las cercanas del centro del pueblo, frente a una bella cascada y en medio de un frondoso bosque. Cuenta con un centro de evolucin integral: Real Aayan, donde se puede lograr una conexin entre mente, cuerpo y espritu, gracias a una gran variedad de tratamientos y terapias. Un tip: en la recepcin del hotel se puede agendar un espectacular vuelo en parapente. www.hotelesmision.com / www.alas.com.mx

    Encantos de Valle de Bravo

    Valle de Bravo fue fundado en 1530, se le llamada San Francisco del Valle de Temascaltepec. En 1861 se le dio su actual nombre, en honor al general Nicols Bravo.

  • Placer

    Rachmaninoff fue un gran pianista y director de orquesta. Permaneci fiel a la escuela romntica rusa, de la que es un gran exponente, entre otros, Tchai-kovsky. A pesar de vivir en una poca de bsqueda intelectual en el arte y rompimiento con la tradicin, dio rienda suelta a los sentimientos al crear obras llenas de pasin y melancola, muchas veces resueltas de manera triunfal.

    Genio musicalDominaba la tcnica pianstica, la cual le permiti crear obras de gran complejidad, muchas de ellas slo al alcance de grandes virtuosos. Su vena meldica lo acerc al gran pblico, lo que provoc algunas crticas adversas. Este acercamiento al espectador en general influy en que se tomaran temas de sus obras y se convirtieran en canciones populares y tambin en msica para pelculas. Fue muy reconocido en vida aunque no tanto en su pas. Emigr, pero su gran sensibilidad le hizo padecer de nostalgia y depresiones, lo cual se refleja en su msica. Tuvo momentos difciles tras el fracaso en el estreno de su primer concierto para piano y su primera sinfona. Esto ocasion que durante la composicin de su segundo concierto cayera en depresin ante la posibilidad de un nuevo fracaso.

    La recuperacinFue entonces cuando entr en escena su amigo el doctor Dahl, que mediante psicoanlisis e hipnotismo lo convenci de terminar su obra, asegurndole que sera un xito. Y as fue. Hasta la fecha es una obra interpretada regularmente en las salas de concierto y con extensa discografa, que rene a grandes intrpre-tes. Inclusive existe la grabacin del autor, aunque la tcnica de la poca no le hace justicia. Para muchos de nosotros este concierto y en general su obra ha sido de gran inspiracin e influencia, especialmente para aquellos que tenemos una vena romntica.

    Escuchar

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    Por Carlos Alonso Arre*[email protected]*Pianista y compositor. En breve se encontrarn sus videos en Youtube. T. 5645-5505.

    El Concierto nmero 2 para piano y orquesta de Sergei Rachmaninoff, compositor ruso nacido en 1873 y muerto en 1943, es una estupenda composicin musical, una obra de arte bellsima.

    "Oigo la msica en mi cabeza. Cuando la msica para, yo paro de escribir".

    Sergei Rachmaninoff

    Legado de RachmaninoffSe recomienda ampliamente escuchar otras obras de esta genio musical, como el Concierto nmero 3, su hermossima Sinfona nmero 2, la Sinfona nmero 3, Rapsodia para un tema de Paganini, Sonata para cello y piano, y La isla de los muertos, donde lo ttrico se convierte en romntico, adems de sus preludios, canciones y muchas otras joyas de este gran romntico del siglo XX.

    Msica, Hipnotismo y Psicoanlisis

  • Tiempos de culpa, la novela de Erma Crdenas permite dife- rentes lecturas; podemos abor- darla desde muchas perspec- tivas. Intentar tocar algunas. Mi primera lectura, si podemos llamarla as, me llev a Hegel: Hay en el desarrollo del relato una bsqueda por el reco- nocimiento, por una identidad. La dialctica del amo y el esclavo que propone el filsofo est manifestada clara-mente en los personajes: negra-blanco, africana-alemn, un juego de contrarios en el que alguien domina y otro se somete. De este juego surge la culpa a la que alude insistentemente el personaje: La piedad y la culpa, Culpa de qu? Culpa de qu? [] Yo no soy culpable de nadainjusticia, leyes migratorias, hambrunas, guerra, poltica Siente culpa con su madre, por el suicido de Karlotta, por Veba. Una joven de color llega al departamento de Hendrik, la extraa: demasiado flaca, sin esa sensualidad que caracteriza a los negros, toca a la puerta y entrega un papel: Limpio casa por comida y cuarto. Estaramos hablando de quien por obtener la subsistencia se enajena. Hendrick, despus de dudarlo, la deja entrar. Podemos saber lo que piensa a travs del monlogo interior que permear la novela. El relato crea una tensin, un desarrollo que conocemos por un narrador, el cambio de letra nos va dando la pista. Por momentos aparecen palabras como si fueran las del personaje, pero contadas por otra voz en el momento de la narracin. Dorrit Cohn se refiere a esto como monlogo contado: Al momento recapacita. Cometo un error. La extraa aprovecha aquel descuido para entrar. Admit a una mujer sin identidad en mi casa. An no ocurre algo irremediable. Puedo sacarla. Al reverso del papel lee: Veba, su nombre es lo nico que conoce de ella.

    Placer Leer

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    Erma Crdenas

    Premio nacional de novelaJos Rubn Romero 2006

    Uno de los principios de quien presenta o recomienda un libro es dejar que el libro hable, que se muestre al lector para que descubra sus riquezas.

    Hay tiempos de culpa, como marca el ttulo?, no, la culpa est siempre, con ella nacemos. Aunque Nietzsche dice que el origen de la culpa, es una deuda.

    Tiempos de culpa

    Veba es un personaje entraable, aparentemente frgil, aunque con la fuerza necesaria para salir de su pas, aventurarse para emprender una vida nueva.La llegada de la mujer, ms por su negritud que por su indigencia, abre una problemtica que, como un abanico de posibilidades se despliega ante el lector. Hendrik es ambicioso, luchador, heredero de una educacin moral que lo enfrenta constantemente a sentimientos de culpa que racionalmente rechaza. Es posible una relacin si conviven en el silencio? Ella, apenas hace ruido, Ella misma es una sombra. Adivinan sus presencias por las huellas que van dejando desde espacios diferentes, la recmara y el stano, se espan, se saben. El silencio va ligado a la indiferencia y es ms tarde que se abrir un resquicio por donde iniciar una comu-nicacin no verbal, de sometimiento al principio. Encuentra a la criada de rodillas. Otra vez fregando el suelo! [] le baja los pantalones, demasiado holgados, abre las piernas para afianzarse. La penetra, brutalmente, sabiendo que le hace dao. El placer lo ciega [] entonces la negra gime, aumentando el gozo del macho a horcajadas sobre una hembra. Esa queja rompe el silencio, igual a un grito. Pero las cosas cambian, la novela va tomando un desarrollo, que culmina en el momento en que Hendrick dice: De buenas a primeras, Veba se vuelve indispens-able, Me perturba su ausencia. El proceso dialctico termina, Temo, lo admito, porque al mirarte, tan distinta a m, me reconozco, acepto quin soy y qu te debo, monologa el personaje, que no acepta seguir existiendo en el silencio, porque en el principio era la palabra. La prosa de la autora es profunda, son insondables los temas que trata, nos sumerge en lo humano, demasia- do humano, y sin buscar, el texto se transforma en espe- jo que nos devuelve una imagen, nuestro propio reflejo.

    Por Blanca Ansoleaga*[email protected]

    *Maestra en Letras Modernas y Doctora en Filosofa

  • Placer

    Hace poco ms de una dcada que abri sus puertas y desde entonces se ha mantenido a travs de los aos en el gusto de un pblico conocedor de la buena mesa, un restaurante que sin muchos aspavientos, ni parafer-nalia, se ha enfocado en hacer bien dos cosas: buena comida y servicio esmerado en un ambiente agradable.

    La cocina es creacin del Chef Azari Cuenca, propietario del lugar, quien tiene una muy buena forma-cin en alta cocina, ya que trabaj en los mejores restaurantes de la ciudad de Mxico, y en Europa, con el Chef francs Paul Bocuse y el vasco Juan Mari Arzak, ambos cocineros tienen varias estrellas Michelin. No obstante, la cocina del Litoral no es pretenciosa, ni tampoco extravagante o surrealis-ta, es creativa y con presentaciones muy cuidadas, pero siempre con un profundo respeto por la gastrono-ma tradicional y por la frescura de los ingredientes que dan la tierra y el mar.

    El men de AzariA decir del chef Azari Cuenca las tres influencias principales en su gastronoma son la cocina mexicana, la espaola y la francesa, por eso en el men se pueden encontrar recetas

    maravillosas que pueden ir desde una muy europea sopa de mariscos al Pernod, o unos pulpos a la gallega, hasta unos autnticos huanzontles en salsa de milpa, o un imponente pescado a la sal, todo con el rigor de los sabores tradicionales y a precios justos. Los clsicos de Litoral incluyen las delicias del oyster bar como las almejas vivas y los ostio-nes en su concha que llegan en avin desde las granjas pisccolas de Ensenada, donde la frescura y la calidad no estn a discusin. De los platos fuertes el tourned de atn, sellado y acompaado de guacamole y cebolla morada caramelizada. Claro que el chef Azari se permite algunas libertades culinarias, como su plato de salmn con mole decorado con nata batida, una receta muy de la casa. De las carnes no deje de probar el rack de cordero, especialmente cria