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Todo está en calma…Todo brilla
ADVIENTO 2015
L a Navidad es una época de contrastes. Podemos encontrarnos gozosos y emocionados o nostálgicos y melancólicos. Podemos estar preocupados por las compras,
la socialización y la preparación o anhelantes de estar más cerca de amigos y seres queridos.
Independientemente de lo que está sucediendo afuera, podemos encontrar un lugar de paz en nuestro interior, nuestro santuario interno —donde encontramos a Dios. Jesús se refirió a dicho lugar como el Reino de los Cielos y dijo que estaba dentro de nosotros. “Sígueme”, dijo Jesús a lo largo de su ministerio.
Este lugar tranquilo en nuestro interior es el Belén de nuestros propios corazones. Es donde encontramos la presencia de Cristo —nuestra luz divina. En este lugar sagrado, todo es apacible; todo está bien.
Deseamos que tu Navidad sea una de profunda reflexión y agradecida celebración. Que tu viaje de Adviento esté lleno de fe, paz, amor y gozo. Y que tengas presente que gracias a la presencia de Cristo en ti ¡todo está en calma, todo brilla!
¡Feliz Navidad!
Tus amigos en Unity
Las prácticas espirituales de Advientopor La Rev. Claudell County
El Adviento es un tiempo de espera y preparación para la llegada de Cristo. La raíz latina de Adviento: Aventus significa “venida”. El Adviento se celebra desde los
años 400 EC, y según la tradición cristiana, incluye las cuatro semanas previas al nacimiento del Niño Jesús.
Metafísicamente, el Adviento es una época para aumentar nuestra capacidad de experimentar el Cristo o la presencia divina en nosotros. Es un tiempo de preparación, de hacer espacio en nuestras vidas para la conciencia de que, en Verdad, somos seres espirituales.
Durante el Adviento, cada semana nos centramos en un atributo de nuestra naturaleza espiritual y lo llevamos a nuestra vida consciente:
La semana de la fe nos invita a considerar lo que creemos. Por ejemplo, creemos —sabemos con certeza— que el sol saldrá cada día. ¿En qué otra cosa tenemos una fe tan grande? ¿Tenemos fe en que Dios nos ama y, a su vez, tenemos la capacidad para amar y perdonar a los demás? ¿Sabemos que no existe nada que no podamos superar por medio del poder del Cristo en nosotros? ¿Sabemos que tenemos un propósito divino en el mundo, aquí y ahora? Durante la primera semana de Adviento, consideramos nuestra fe, y la ampliamos y fortalecemos activamente.
La segunda semana de Adviento se centra en la práctica espiritual de la paz. Nos damos cuenta de que cuando somos tentados a expresar ira o alejarnos de alguien, podemos elegir: podemos tranquilizarnos y expresar nuestros sentimientos con calma y
tranquilidad. Podemos elegir la paz en lugar de la confrontación. Durante esta semana de Adviento, nos centramos en la paz y en mejorar nuestra práctica espiritual de dejar ir. Dejamos ir y dejamos a Dios actuar; inhalamos y elegimos la paz.
La tercera semana de Adviento se centra en el amor. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26), y como escribió el cofundador de Unity Charles Fillmore: “La naturaleza de Dios es amor”. De manera que nuestra verdadera naturaleza también es amor. Practicamos el amor mientras suscitamos el amor Divino en nosotros y abrimos nuestros corazones para compartirlo con otras personas. Sin juicio, sin dejar a nadie afuera, recordando también expresarlo cuando nos miramos en un espejo.
La cuarta semana de Adviento se centra en el gozo e incluye la Nochebuena y Navidad. El gozo es contagioso —es una emoción poderosa que ilumina nuestra mente y eleva nuestro espíritu. Mientras sonreímos y brillamos a nuestra propia manera, el gozo abre el camino para que compartamos nuestro Cristo con los demás.
El día de Navidad, después de haber completado nuestra preparación de Adviento, celebramos la llegada del Niño Jesús y damos gracias por la presencia del Cristo en nosotros. ¡Todo está en calma, todo brilla!
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¡La magia de la vida!por Elari Onawa
Cuando pienso en la Navidad, inmediatamente me siento alegre —¡la alegría de la anticipación y el deleite de estar viva! Como una jovencita que creció en el noreste de
Iowa, esos sentimientos eran amplificados por la perspectiva de la primera nevada y, por supuesto, ¡por la venida de Santa! Dondequiera que miraba, había luces titilantes.
Y, ¡oh!, ¡los programas especiales de Navidad! ¡Qué felicidad! Me pregunto ¿cuántos niños se han identificado con Rodolfo, el reno de la nariz roja, que se sentía inadaptado y más tarde se regocijó cuando descubrió el propósito de su regalo único (en su caso, ¡una nariz brillante!)? Una aparente desventaja resultó ser un don precioso y una fuente de gran alegría.
¿Y cuántas personas aún sonríen de adultos cuando piensan en la escena conmovedora de los “Quien” tomados de las manos en un círculo para celebrar la Navidad, a pesar de que el “Grinch” les había robado todos sus regalos y decoraciones? Por supuesto, todo fue devuelto más tarde, pero la experiencia abrió sus corazones a regalos más profundos —como unión, amor incondicional y la alegría de estar vivo. Todos estos regalos están disponibles cuando permitimos que la gracia de Dios obre a través de nosotros.
La Navidad también brindaba a mi familia otras celebraciones. El cumpleaños de mi padre era el día de Navidad y el mío era al día siguiente. Así que no sólo celebrábamos el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, sino el cumpleaños de mi padre y el mío. Después del servicio de Navidad y de cantar villancicos; luego de
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abrir los regalos y de nuestra cena festiva, ¡partíamos el pastel de cumpleaños! Ahora me doy cuenta de la maravillosa experiencia que era el poder celebrar mi cumpleaños, el cumpleaños de mi padre y el nacimiento de Jesús ¡con pastel y velas!
En ocasiones, debido a nuestras “ocupaciones” en esta época del año, perdemos de vista la maravilla. No estamos presentes al gozo absoluto de estar vivos. Sin embargo, cuando verdaderamente reconocemos que somos expresiones únicas de Dios, la alegría y maravilla nos aguardan, ¡tal como la magia que experimentamos en Navidad!
En esta temporada de tiempo de Adviento, permite que tu corazón se llene de gozo. Afiánzate con fe inquebrantable en Dios, el Bien, y en ti. Sumérgete en una profunda paz y en un amor incondicional, ¡y compártelos con otros! Celebra la fe, la paz, el amor y el gozo, y conoce los regalos más grandes —y las mayores bendiciones— de la Navidad y de la vida misma.
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Primer domingo de Adviento29 DE NOVIEMBRE DEL 2015
MEDITACIÓN SOBRE LA FE
Como María y José, en ocasiones puedo encontrar que las circunstancias externas no son de mi agrado. “No hay lugar en la posada”, les fue dicho. Mas siguieron adelante con fe y serenidad.
Si enfrento un reto o un obstáculo en mi vida, yo, también, seguiré adelante. La fe fomenta mi valor y compromiso. Al confiar en la guía de Dios en mí, mi camino se hace claro. Libero todas las preocupaciones e inquietudes. Mi carga se aligera. Tengo toda la fe que necesito para cumplir mi destino. Prosigo con confianza y doy gracias por el desarrollo de mi mayor bien.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.—Hebreos 11:1
Fe
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LUNES, 30 DE NOVIEMBRE DEL 2015
¡La Navidad no es fácil!por el Rev. Ed Townley
Es increíble lo ansiosos que podemos volvernos en el período previo a la Navidad. Queremos abrazar plenamente la energía positiva del Adviento. Creemos que toda la
temporada deber estar llena de paz, esperanza, amor, gozo y todo tipo de sentimientos cálidos —como en una tarjeta de Hallmark.
Así que si eso no es lo que en realidad estamos sintiendo, pensa mos que estamos haciendo algo mal. Y la culpa que sentimos como resultado nos empuja más profundamente hacia las sombras, mientras todo el mundo a nuestro alrededor parece estar bailando en la luz. Mas en su nivel más profundo, esta época del año conduce al solsticio de invierno que tiene que ver con la interacción entre la luz y la oscuridad —y la necesidad de hacer surgir nuestra chispa de luz única ante la obscuridad. No debe sorprendernos —o hacernos sentir culpables— el que experimentemos sombras mientras nos preparamos para afirmar la luz. ¡Transformar esas sombras sin temor es nuestro trabajo!
Sólo mira por un momento los personajes que encontramos en la primera Navidad. Son muy diversos: hombres y mujeres, ricos y pobres, judíos y árabes, incluso con dos y cuatro patas, si incluimos los animales en el establo. Lo único que tienen en común es que cada uno se ve obligado a salir de su zona de comodidad.
María se ve forzada a viajar en un burro estando en el noveno mes de un embarazo que, por sí solo, era un enorme salto fuera de la zona de comodidad de una joven judía. José obedece ciegamente
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fuerzas que él no comprende, arriesgándose a tomar por esposa a una mujer embarazada con un niño que no era suyo.
A los pastores se les pide que dejen sus puestos de trabajo, poniendo en riesgo su medio de vida, para ir a ver a un bebé nacido en un pesebre. Los Reyes Magos —ricos, educados, refinados— son guiados a seguir por millas a una estrella misteriosa a través del desierto para honrar un nacimiento espiritual en un pueblo del cual no son parte. Incluso los ángeles probablemente tenían mejores cosas que hacer que rondar cantando villancicos a un grupo de pastores confundidos. Ningún personaje entra en la historia alardeando gozo y deleite.
Así que cada Navidad somos llamados a realizar el viaje a Belén, embarazados con la chispa de lo Divino, y para dar nacimiento a una nueva expresión creativa de esa chispa. Ningún nacimiento es fácil, por lo que este viaje conlleva fe y duda, alegría y dolor, amor y miedo —a veces al mismo tiempo o en el curso de un solo día, o ante un desafío particular. La confusión que podemos sentir —la resistencia, la frustración y la impaciencia que inevitablemente experimentaremos en el camino a Belén— no es una señal de que estamos haciéndolo equivocadamente. Es una señal de que estamos, de hecho, haciendo lo que hemos sido llamados a hacer.
La oscuridad se puede expresar de muchas maneras: demasiado por hacer, poco dinero, expectativas abrumadoras. Mas nosotros somos el personaje central de nuestra propia historia de Navidad —siempre únicos, independientemente del número de años que la hemos experimentado. La oscuridad acompaña la jornada, mas por seguro hallaremos la luz.
“A sus discípulos les dijo: “¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Cómo es que no tienen fe?”—Marcos 4:40
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MARTES, 1 DE DICIEMBRE DEL 2015
El Espíritu resplandecientepor Martha Smock
La Navidad es una época de luz; es un momento en el que incluso el hogar más sencillo adquiere un poco de gloria. Una simple corona en una ventana proclama un día de fiesta. Un árbol de Navidad con luces titilantes es un espectáculo encantador para niños y adultos por igual. Decoramos nuestras salas con ramas verdes y velas brillantes, y entramos en un espíritu resplandeciente de Navidad.
La Navidad es sin duda un tiempo de luz; la historia de la Navidad resplandece de luz —las estrellas brillan, los cielos son más radiantes y el mundo fulgura por la bienvenida al Niño Jesús en Belén.
Al igual que la Navidad brilla al final del año, la luz de la fe brilla al final del largo viaje hacia ella. No importa cómo has venido, ni lo lento que ha parecido tu viaje hacia la luz y el entendimiento; la luz de Cristo está brillando constantemente en ti, a través de ti y para ti. Esta brilla como la Navidad de tu vida; proclama la presencia de Dios; entona cantos de regocijo por el nacimiento del Cristo en medio de ti.
“Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!, ¡alaben su santo nombre!” —Salmo 30:4
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MIÉRCOLES, 2 DE DICIEMBRE DEL 2015
Adviento en acción por Annie Nuss
La fe abarca
la inspiración de Dios,
Su amor transformador
en mi corazón es
Su amor en acción.
La paz es el proceso de
eliminar toda duda
y temor de mi
pensamiento consciente.
Experimento activamente
paz en mi mundo.
El amor es el fundamento
de la inspiración de Dios.
Yo valoro mi unidad con
el amor eterno en acción.
El gozo es la alegría
de mi espíritu que se entrega
activamente al gozo de Dios.
“Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe!” —Mateo 6:30
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JUEVES, 3 DE DICIEMBRE DEL 2015
La fe como una práctica de vidapor la Rev. Evelyn Foreman
En la historia de Navidad, los Reyes Magos siguieron la estrella para encontrar la hora y el lugar exactos del nacimiento de Jesús. Sin ningún tipo de equipo hecho por
el hombre, sencillamente miraron a la estrella más brillante en el cielo para encontrar al Niño Jesús.
El relato navideño nos recuerda cada año el nacimiento del Cristo en nosotros. La luz interior nos dirige hacia el nacimiento y renacimiento de la presencia de Cristo en nuestro propio corazón. Sentimos esto especialmente en Navidad, pero está disponible durante todo el año. Para descubrir la esencia de quién y qué somos realmente, nos concentramos en nuestro interior, con una fe profunda y duradera, y seguimos la Luz.
La fe, como una práctica de vida, nos permite regresar a la luz de Cristo en nuestro interior una y otra vez para volver a nacer. En nuestro viaje espiritual, es posible que en ocasiones nos sintamos perdidos en la oscuridad de la noche, al igual que los Reyes Magos lo hicieron cuando comenzaron su jornada hacia el Niño Jesús. Como los hombres sabios, cuando elevamos nuestra conciencia, encontramos que la Luz de Cristo está brillando constantemente.
El cofundador de Unity Charles Fillmore dijo que tener fe en Dios es tener la fe de Dios. Tener fe es saber que nuestra Luz interna siempre nos conducirá hacia la expresión plena de nuestra naturaleza crística.
“Los traeré y habitarán en medio de Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios en verdad y en justicia”.—Zacarías 8:8
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VIERNES, 4 DE DICIEMBRE DEL 2015
Arrullo de solsticiopor Sloan Wainwright y Jan Garrett
Mi hijo querido, permite que el mundo siga por un tiempoeste girará y hará su camino, suavemente mientras duermes
guías invisibles bendicen tu vida, deja a un lado el cómo y el por qué
restaura tu alma y descansa seguro en su protección
la sagrada Madre, llena de gracia, te ofrece su abrazo en la oscuridad
porque en la profundidad de una noche de invierno, la luz nacerá.
Recibe este gesto de cariño como una oración, allí encontrarás solaz
el amor divino, respirará ser a su gran diseño
la sagrada Madre, llena de gracia, te ofrece su abrazo en la oscuridad
porque en la profundidad de una noche de invierno, la luz nacerá.¡Oh, oh!, recibe la luz que vendrá.Derechos de autor Derby Disc Music y Foolchild Music
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: ‘Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida ’”.—Juan 8:12
SÁBADO, 5 DE DICIEMBRE DEL 2015
Desayunando con SantaPor Richard S. Belous
Me pareció que era una buena idea: llevar a tus hijos a la sección de comida en el centro comercial y decorar un plato de Navidad. Luego dejar que tus hijos desayunen
con Santa.
Yo estaba allí con mi hijo de cinco años, Josh. Él no estaba muy interesado en los panqueques y el jugo, pero estaba decorando con gusto su plato de Navidad. Dicho plato parecía una pintura de Jackson Pollock en verde y rojo. Josh me explicó lo que representaba cada salpicadura de pintura.
Por fin Josh estaba listo para que su plato de Navidad fuera llevado a la “máquina de hornear” mágica donde los colores serían sellados permanentemente.
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Entonces le pregunté a Josh si le gustaría ver a Santa, y él inmediatamente asintió con la cabeza. Pero cuando llegamos al trono de Santa, vimos que se iba por la salida de los empleados.
La reacción de Josh no se hizo esperar. Las lágrimas comenzaron a rodar por su carita. “Santa no me quiere”, dijo entre sollozos.
Dirigiéndome a Josh le dije: “No Josh, Santa te ama. Espera aquí y no te muevas de este lugar. Voy a volver con Santa. Seguramente él no sabía que ibas a venir a verlo”.
Rápidamente corrí hacia la salida de los empleados y hablé con Santa, que estaba más que dispuesto a reunirse con mi hijo. “Les dije que era demasiado pronto para retirarme y que más niños querrían verme”, dijo Santa sonriéndole a Josh.
Unos meses después, Josh y yo regresamos al mismo centro comercial. Él encontró una puerta cerrada que quería abrir y yo le dije que no tenía la llave.
“Papá”, me dijo Josh, “si pudiste conseguir que Santa volviera, de seguro tienes la llave que abrirá la puerta”.
Esa puerta en particular no necesitaba ser abierta en ese momento. Pero si hubiéramos necesitado abrirla, habríamos encontrado la manera. El desayunar con Santa me convenció de que mi pequeño hijo tenía razón: ¡Todos tenemos la llave que puede abrir la puerta! Sólo necesitamos ponerla en práctica.
“Les aseguro que si tuvieran fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: “Quítate de aquí y vete a otro lugar”, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible”.—Mateo 17:20
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Segundo domingo de Adviento6 DE DICIEMBRE DEL 2015
MEDITACIÓN SOBRE LA PAZ
Jesús, el Príncipe de la paz, vivió a la altura de su nombre interna y externamente. Él comulgaba con Dios (a quien llamaba Abba) para mantenerse centrado, y practicaba la paz en todas sus relaciones. “¡Paz, aquiétate!” declaró.
Yo, también, practico la paz en mí y fuera de mí. En momentos de oración y meditación, me dirijo al lugar apacible en el centro de mi ser. En ese santuario, todo está en paz. Yo soy paz. Siento la gran Unidad con toda la vida que es la Verdad de mi ser.
Al volver a mis actividades diarias, soy un centro radiante de paz. Contemplo el Cristo en los demás y conecto con ellos corazón a corazón. Soy un pacificador que vive en paz.
“Y le pondrás por nombre Emanuel (que significa: Dios con nosotros)”.—Mateo 1:23
Paz
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LUNES, 7 DE DICIEMBRE DEL 2015
Paz en la Tierrapor el Rev. Michael Korpan
L os escritores de los evangelios eran bastante hábiles. En Lucas 2:14, ellos ofrecen la afirmación de las huestes angélicas como parte de la historia de la natividad: “¡Gloria
a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Qué palabras de bienvenida tan impactantes han de haber sido esas en aquel tiempo, así como lo son hoy.
No es hasta las secciones posteriores del Evangelio que aprendemos no sólo que tenemos que hacer algo para lograr la paz, sino que la paz ofrecida es totalmente diferente a la que tenemos en mente.
Muy a menudo, nuestro concepto de paz se centra en la ausencia de algo —que no sucedan “cosas malas”. Se dice que las naciones están en paz cuando las bombas ya no están cayendo y las balas han dejado de proyectarse. Nuestra vara para medir la paz sólo mide la agresión o el conflicto externo. Las tensiones y presiones subyacentes no son tratadas.
Nosotros hacemos lo mismo en nuestra vida personal. Buscamos la paz en términos de no tener conflictos externos con nuestros hijos, nuestros padres, nuestros amigos, nuestra pareja, nuestros compañeros de trabajo y así sucesivamente. También podemos definir paz como que no hay malas noticias, no hay facturas inesperadas, ningún mal de salud, ninguna queja inesperada de los vecinos o jefes. Qué tan a menudo simplemente anhelamos la paz y la tranquilidad —¡la ausencia de ruido!
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Mas esta no es la paz prevista para nuestro camino, expresada en Juan 14:27: “La paz les dejo, mi paz les doy”. La paz proveniente de la falta de agitación externa nos brinda solaz —un escape temporal de las realidades que desafían a todos los seres vivos. Pero tarde o temprano se verá interrumpida por un lavavajillas descompuesto, un hueso roto, un diagnóstico médico inquietante, un choque de autos, un malentendido en una relación, y así sucesivamente. La lista nunca termina. La gran comediante Gilda Radner dijo al interpretar el personaje de Roseanne Roseannadanna: “Siempre pasa algo”.
La paz de la que habló Jesús, y la paz proclamada por las huestes angélicas en el Evangelio de Lucas, es una paz mucho más profunda y duradera. Es un estado mental que no es aminorado ni siquiera cuando enfrentamos crisis. No es algo que nos llega ni que se posa en nosotros, sino que más bien fluye desde nuestro interior.
Esta paz no puede ser definida como la ausencia de algo; es definida por la plenitud de nuestro ser. El milagro de Navidad que experimentamos cada año es la paz que llega con el nacimiento de Cristo, no lejos en un pesebre sino en nuestro propio corazón. Este nacimiento de Cristo en nosotros permite que conozcamos la paz merecedora de esas proclamas angelicales. Es la plenitud que no sólo nos da paz, sino que nos empodera para ser pacificadores. Es lo que nos inspira a hacer eco, desde lo más profundo de nuestro ser, a lo que los ángeles proclamaron: “¡Gloria a Dios en las alturas!”
“Que el Señor de paz mismo les dé paz siempre y en toda circunstancia. Que el Señor esté con todos ustedes”. —2 Tesalonicenses 3:16
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MARTES, 8 DE DICIEMBRE DEL 2015
Sé un dominó de pazpor Richard Mekdeci
La paz es una idea en la conciencia de la humanidad. Y como una idea, puede echar raíces y difundirse y, con el tiempo, alterar la conciencia como un todo.
Piensa en una idea que, cuando la escuchaste, cambió todo para ti. Para Myrtle Fillmore fue: “Yo soy una hija de Dios y por lo tanto no heredo enfermedad”. Esa idea se arraigó en su conciencia y comenzó a dibujar en ella pruebas de su verdad. Ideas antiguas se derrumbaron como fichas de dominó hasta que la declaración se convirtió en la base de sus pensamientos y decisiones, y de su manera de vivir.
Las fichas de dominó están cayendo para que la idea de la paz en la tierra se convierta en omnipresente. Nuestro trabajo es ser la prueba viviente de la verdad de que la paz en la tierra ya está aquí esperando ser manifestada plenamente. No tenemos que hacer nada, simplemente mantener el espacio para que esa idea se realice. En otras palabras, “permitimos que la paz sea en la tierra”, del mismo modo como Dios llamó a la creación a la existencia diciendo: “Sea la luz”. Esto no es una meta a alcanzar en algún futuro edénico. Al abandonar las ideas de separación, la paz que ya está presente podrá expresarse. Para que la paz se manifieste y prevalezca en nuestro mundo hemos de “hablar” paz siendo un canal para ella.
“A vivir en paz nos llamó Dios”.—1 Corintios 7:15
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MIÉRCOLES, 9 DE DICIEMBRE DEL 2015
Estoy en la corona navideña
por la Rev. Toni Stephens Coleman
Un círculo de fe, paz, amor y gozoestoy envuelta en la corona de Navidad.
Mi fe es tan fuerte como necesito que seaen el círculo de ramas verdes.
La paz abarca cada actividadcinco velas encendidas para promover
la armonía.
Mi amor se eleva desde mi corazón para convertirseen un lazo de unión para mi familia y comunidad.
El gozo celebra la vida radiante en mími Cristo interior destella en la corona de Navidad.
Soy un círculo de fe, paz, amor y gozosituado perfecta y completamente para que todos lo vean.
“Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos”.—Romanos 12:18
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JUEVES, 10 DE DICIEMBRE DEL 2015
Paz y luzpor la Rev. Jeanmarie Eck
Jesucristo es conocido como el Príncipe de paz, ya que enseñó acerca de la gran curación que surge cuando amamos a quienes podemos ver como enemigos y tratamos
a otros como nos gustaría que nos trataran. Se preocupó por los enfermos y los pobres, y comprendió que todos somos una familia santa.
Continuamos practicando sus grandes enseñanzas para hacer visible el invisible Reino de los Cielos del cual Jesús habló —un mundo de paz universal. Sabemos que esta paz es posible ya que vive y mora en cada uno de nosotros. En el corazón de cada persona existe el potencial de ser un agente para el despertar de la paz en este planeta.
La letra afirmativa del canto “Noche de paz”: “Noche de paz, noche de amor”, puede dirigir nuestro propósito de establecer paz en la tierra. Jesús calmó el mar tempestuoso con las palabras: “Paz, aquiétate”. Podemos mantener la calma ante las tormentas a nuestro alrededor mediante la Verdad más elevada en nosotros. Comenzamos sosegando la experiencia en nuestra propia conciencia. Aunque deseemos profundamente que las circunstancias externas cambien, nos volvemos la paz al conocer la quietud aun en medio del caos a nuestro alrededor.
Jesús a menudo fue a orar a la montaña; él buscó un lugar espiritual más alto. Cuando tomamos tiempo a solas para sentir paz interna, reflejamos paz hacia nuestros hermanos y hermanas
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en el mundo. La tormenta se calma cuando volvemos a nuestras situaciones centrados en la paz.
Pensamos en Jesús como “la luz del mundo”, pero él dijo que nosotros lo éramos también. Su mensaje para nosotros fue: “Ustedes son la luz del mundo”. Cuando cantamos “todo brilla”, y recordamos que aun durante los momentos oscuros en nuestras vidas, una luz interior resplandece. Cuando nos conectamos a ella, brillamos iluminando nuestro mundo con amor, entusiasmo, gozo, comprensión, armonía y creatividad.
Dejamos ir cualquier sentido de lucha cuando permitimos que la paz interior nos lleve a salvo a través de la tormenta. Somos uno cuando dejamos que la luz de nuestra verdadera naturaleza brille. Permite que “todo está en calma, todo brilla” sea tu afirmación en esta temporada, y siente que la paz y la luz del Cristo te llenan, bendicen y se convierten en ti.
“Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios”.—Mateo 5:9
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VIERNES, 11 DE DICIEMBRE DEL 2015
¡Paz! ¡Aquiétate!por Elise Cowan
Al acercarse la temporada de Navidad, mi lista de
cosas por hacer crece: regalos por comprar, tiempo para pasar con familia y amigos, trabajo voluntario por hacer y más. Fácilmente me siento abrumada y pienso que no voy a poder hacerlo todo.
Con la prisa y la preocupación, me olvido de que la presencia de Cristo mora en mí y en cada persona. El mundo refleja lo que estoy proyectando, y otras personas parecen estar apresurados y preocupados, tal como yo.
En esos momentos me pregunto: ¿A dónde se fue mi paz? y ¿cómo puedo recuperarla?
Ya que el mundo refleja lo que siento, puedo elegir la paz, y la paz me elegirá a mí. Es una ley natural de atracción: bien atrae bien.
Para sosegar mi confusión interna, me detengo, respiro y recuerdo quien soy realmente. Me centro en la paz de Dios.
En el Evangelio de Marcos, Jesús enseñó que podemos aquietar la confusión a nuestro alrededor simplemente diciendo las
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palabras: “¡Paz! ¡Aquiétate!” Según Marcos 4:39: “Entonces cesó el viento y sobrevino una gran calma”.
Cuando encuentro mi propia paz, todo a mi alrededor se torna apacible.
En esta época festiva, elijo recordar y mantener el enfoque en uno de los dones que Jesús nos ofreció: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo” (Juan 14:27). Al permanecer centrada en la paz de Cristo, esta se torna magnética y magnifica la paz que regresa a mí.
“Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo”.—Juan 16:33
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SÁBADO, 12 DE DICIEMBRE DEL 2015
La paz que sobrepasa todo entendimientopor Joyce Flowers
“Paz”. ¿Paz? “Sí, paz”. Esa fue la palabra que vino a mi mente durante la ceremonia de la piedra blanca en Año Nuevo en la iglesia de Unity en Mesa, Arizona, cuando
invitamos al Espíritu para que nos revelara una intención para el año venidero.
“¡Oh, Señor, tú tienes que estar bromeando!”, grité en mi cabeza.
“Paz” no es una palabra que resuena conmigo. Normalmente, estoy llena de preocupaciones, ansiedades, incertidumbres y escenarios dudosos. Me dije a mí misma: La paz no es una palabra que puedo vivir en mi interior todo el año.
Así que Le pregunté de nuevo: ¿Paz?
“Paz”.
¡Qué sorpresa!, pensé. Y no estoy del todo segura de saber qué hacer.
Así que pasé mucho tiempo meditando y orando sobre la paz, sabiendo que durante gran parte de mi vida había atraído lo opuesto a mis experiencias. Suelo subirme a la montaña rusa de preocupación, temor, dolor, resentimiento, celos, proyección y lo que quieras mencionar.
Pero mi fe me enseñó a esperar pacientemente en el Señor y confiar que el Señor haría el trabajo.
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Del Salmo 27:14: ¡Espera en el Señor! ¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento! “¡Sí, espera en el Señor!”
El tiempo pasó, y pensaba sobre la paz y la oración tan seguido como podía.
Meses más tarde, empecé a darme cuenta de que yo estaba experimentando la paz —primero en intervalos cortos y luego por períodos más y más prolongados. Como todo cambio, no sucedió todo de una vez. No fue una experiencia como la de la “zarza ardiente”; sino más bien un comienzo lento de entendimiento, un avivamiento pausado de conciencia que permitió mayor paz y con más frecuencia, y que dio la bienvenida a tiempos de paz como algo deseable y factible. Con el tiempo, yo fui evolucionando y creciendo.
Serenidad.
Ausencia de agitación.
Ausencia de dolor.
Ausencia de presión.
Ausencia de desear.
Desapego.
Aceptación.
Ver todos los acontecimientos de mi vida como bendiciones.
Ahora, al experimentar la paz, me doy cuenta de ello, y respiro en ella, tomando tiempo para apreciarla. Digo en voz alta: “Me encanta la voluntad de Dios para mí”. Y conozco la paz total.
“Procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.—Efesios 4:3
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tercer domingo de Adviento13 DE DICIEMBRE DEL 2015
MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR
Jesús nació en amor, enseñó amor y exudo amor. Sus dos mandamientos más importantes estaban centrados en el amor: “Ama a Dios con todo tu corazón, mente y fuerza… y ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Soy un centro radiante de amor divino. A medida que me abro al amor de Dios, profundizo mi compasión, contemplo al Cristo en los demás, y percibo la gran Unidad que nos conecta a todos. Es mi naturaleza amar y dar amor libremente. Cuanto más doy, más recibo.
Gracias, Dios, por la bendición de amar y ser amado.
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. —Marcos 12:30
Amor
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LUNES, 14 DE DICIEMBRE DEL 2015
El Oriente se encuentra con el Occidente: El amor es unidadpor la Rev. Evelyn Foreman
Fui criada en un hogar budista, con valores cristianos y estudiando las prácticas y filosofía hindúes. Nací en Vietnam durante la guerra y fui criada desde los cinco años
en los Estados Unidos por una madre soltera. He tenido que pasar por crisis de identidad por crecer con una herencia oriental mientras era educada en una sociedad occidental. Mi infancia fue una época de asimilación de culturas, religiones y normas. Quería encajar como “americana” y también conservar la rica etnia asiática de mis antepasados.
Aprendí de mi madre fallecida que el amor, como poder universal, se manifiesta con acciones correctas y nunca te lleva de forma errada. El amor es la esencia de Dios que une, armoniza y sana. A través de sus palabras, acciones y hechos, mi madre moldeó para mí la idea de metta: bondad amorosa.
La palabra metta es un término del idioma pali que significa benevolencia, compañerismo, buena voluntad, no violencia y amabilidad. Mi madre me enseñó a amar mediante el servicio sagrado a nuestra comunidad, a tenderle la mano a un vecino y a hablar con amabilidad, sin importar la situación. Aprendí que metta carece de interés propio. Es la hospitalidad cálida de la comunión, simpatía y misericordia que se convierten en algo sin límites con la práctica y pueden superar las barreras económicas, sociales y políticas.
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Mientras crecía y estudiaba las raíces de la cultura occidental, aprendí sobre el amor ágape, incondicional. El término ágape se traduce en caridad, amor, perdón, compasión y el equivalente humano de amor por Dios. El amor cristiano es caridad (“El amor es sufrido, es benigno… El amor nunca deja de ser” 1 Corintios 13:18), inclusive el amor de Dios (“Dios es amor”. 1 Juan 4:8).
En mi síntesis de los conceptos de amor orientales y occidentales, de metta a ágape, he aprendido que el amor es la capacidad de ver el bien en todas partes. Al amar de todo corazón, puedo desarrollar la capacidad de ver a Dios por doquier y en cada persona. Ya que el amor es la mayor energía sanadora y armonizadora del universo, elegir amar es insistir en ver lo bueno que está siempre presente.
El amor no es sólo universal; el amor es unidad. Insistir en el amor es insistir en el bien de Dios en nuestras vidas. El amor crea armonía, que viene a nosotros de la benevolencia de Dios y que nos permite vivir vidas libres, felices y plenas.
“Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe”.—1 Corintios 13:1
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MARTES, 15 DE DICIEMBRE DEL 2015
Una época para reinventarpor la Rev. Toni Stephens Coleman
El Adviento puede ser un tiempo de renacimiento —una época para hacer cambios positivos y convertirnos en todo lo que podemos ser. La intención del Adviento estaba
impresa en mi alma mucho antes de que yo supiera qué era. Yo no tenía idea de lo que significaba “Epifanía” hasta que cumplí los treinta años, sin embargo, el hecho de que nací en el día de la Epifanía (el 6 de enero, la fecha en que se presume que Jesús fue bautizado) parece haber dado forma a mi vida.
A una edad muy temprana, yo quería dejar atrás la antigua yo y los malos hábitos. Mirando hacia atrás, recuerdo tener esos sentimientos sobre todo durante la temporada de Adviento, aunque no tenía conciencia de ello. En mi décimo cumpleaños, comencé una nueva vida con padres adoptivos. Reclamé mis nuevas posibilidades con pasión, y dejé los hábitos que ya no deseaba —¡como morder mis uñas! Reclamé la frase: “Nací de nuevo a los 10”, porque de muchas maneras, así fue.
Me mudé a un mundo donde nadie me conocía, ni a mí ni a mi pasado. Yo estaba intuitivamente consciente de que las personas nuevas sólo me conocerían por lo que les demostrara. Sólo sabrían lo que yo les expresara en nuestras experiencias compartidas. La libertad para elegir lo que decidía compartir o no, era el único poder que creí tener de niña. Yo sentí que era imperativo que fuera quien yo quería ser. Mirando atrás, puedo ver que este impulso provino de la presencia de Cristo ayudándome a superar mi vida pasada de pobreza y soledad.
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En los años siguientes, cada vez que mi familia se mudaba, me daba cuenta de que tenía la oportunidad de crecer más para ser quien yo quería ser. Me sentía poderosa conociendo a nuevas personas que no me conocían, porque ellos aceptarían y reforzarían quien yo quería ser.
Puede ser difícil hacer cambios internos si continúas en el mismo ambiente externo. Sin embargo, aprendí que al cambiar intencionalmente en el interior, los cambios externos también ocurrirían. El renacimiento interior desencadena una nueva manifestación externa.
Durante el Adviento, según anticipo el nacimiento de la presencia de Cristo, recuerdo que siempre puedo permitir que esta presencia en mí renazca. Puede que desee ser más indulgente, soltar los malos hábitos y convertirme en quien quiero ser realmente. El Adviento hace que las posibilidades sean nuevas y brillantes, y me recuerda que cada día hay un nuevo yo esperando ser revelado.
Todos somos creaciones divinas. La divinidad en nosotros nos da la necesidad innata de ampliar y crecer, reinventar y definir quienes somos mientras nos desenvolvemos a través de esta vida y más allá.
El Adviento es un buen tiempo para hacer un conteo de nuestras creencias, actitudes, hábitos y acciones. Si deseamos liberar o cambiar partes de nosotros mismos, este es el momento perfecto para contemplar e iniciar los cambios. Algo grande está listo para nacer en nosotros, a través de nosotros y como nosotros. ¡Sigamos la luz de Cristo y dejémosle ser!
“Así como el Padre me ha amado, así también yo los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor”.—Juan 15:9
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MIÉRCOLES, 16 DE DICIEMBRE DEL 2015
Dios como Amorpor Richard Mekdeci
A menudo usamos las palabras amor y Dios indistintamente: “Dios es amor”. Por lo tanto, tratar de definir el amor puede ser tan impreciso como tratar de definir a Dios. ¿Es el amor un sentimiento? ¿Es un acto? ¿Un concepto? ¿Una filosofía?
Si señalas a un árbol, la mayoría de las personas lo describirían de manera similar. Pero el amor, así como Dios, significa algo diferente para cada uno de nosotros. Un niño pequeño podría equiparar el amor con regalos. Un adicto podría confundir el amor con dependencia. Muchas personas confunden el amor con la atracción física. También utilizamos la palabra “amor” en grados variando desde “amo las parrilladas” a “amo a mi alma gemela”.
El amor, como Dios, desafía la definición. Tal vez es por eso que somos irresistiblemente atraídos hacia ambos. Parece que tenemos un impulso innato de buscar a Dios y al amor en nuestras vidas. Nuestra necesidad de amor es tan real como nuestra necesidad de alimento y refugio, imprescindible para nuestra salud y bienestar.
La mayor definición de amor es ser Dios en este mundo. Cuando amamos, extendemos nuestros corazones; nos relacionamos con los demás desde una mayor perspectiva; contemplamos lo divino en ellos. Cuando encontramos el amor, experimentamos a Dios. Y cuando encontramos a Dios, sabemos que es un amor más grande que cualquier otro.
“Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros”.—Juan 13:34
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JUEVES, 17 DE DICIEMBRE DEL 2015
¿Por qué yo?por la Rev. Toni Stephens Coleman
Se me ocurrió que Dios no podría teneremociones sin mí…
Yo sé que Dios es todo en todos,Principio y Ley divina.Sin embargo, ¿por qué existo yo?
¿Cuál es mi razón de ser?si soy uno con el Uno¿Cuál es mi función?
¿Reír, llorar, aprender,tener mi corazón encendidocon amor y anhelo?
Soy las lágrimas, soy el gozo,soy ideas divinas en accióne interacción.
Sin mí para demostrar¿quién podrá saberlo?¡Expreso la curiosidad de Dios!
No puedo perder, no puedo fallar,sencillamente elijo sertodo lo que he sido creada para ser.
¡Aja! ¡Dios estaríaincompleto sin mí!¡Esta es mi razón de ser!
“Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros”.—1 Juan 4:12
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VIERNES, 18 DE DICIEMBRE DEL 2015
Un lugar en la mesapor la Rev. Robyn Plante
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A mi nieto le encantaba el Hombre araña y tenía una colección de muñecos. Él con frecuencia los colocaba en escenarios para salvar al mundo, y yo me
maravillaba con su arte y talento para contar historias según jugaba. Su espíritu creativo y vibrante iluminaba la habitación.
La primera Navidad después de su muerte fue la más difícil: él no me visitaría para vacaciones, no habría juguetes por comprar. En mi dolor, armar un árbol y llenarlo de luces cuando mi mundo era oscuro parecía ser una tarea imposible.
Afortunadamente, con la guía de un grupo de apoyo para la aflicción, cuando llegó la siguiente Navidad yo había descubierto maneras de pasar los días festivos con más gracia. Las piezas rotas de las tradiciones familiares se reorganizaban en una nueva imagen. Me puse a reinventar la Navidad y a crear nuevas tradiciones.
Mi primera acción intencional fue comprar un muñeco grande del Hombre araña y donarlo a la organización “Toys for Tots” en honor a mi nieto. Me sentí bien sabiendo que un niño en alguna parte estaría disfrutando del superhéroe al igual que mi nieto lo hacía.
La segunda tradición nueva fue poner un lugar en la mesa donde él se hubiera sentado. Durante la cena de Navidad, cada miembro de la familia tomó un momento para hablar desde el corazón —lo que extrañaban, lo que recordaban, lo que amaban de él— y luego encendimos una vela pequeña y la colocamos en un plato frente de la silla vacía en honor a su luz. Después de la cena, jugamos juegos de mesa en memoria suya. Se sentía bien recordar el amor que compartimos con él y que siempre tendría un lugar en nuestros corazones, y un lugar en la mesa.
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Si tú o alguien que conoces está de duelo durante las festividades, he aquí algunas maneras creativas provenientes de la Comunidad de Hospicios para recordar a seres queridos que ya han partido:
• Coloca una rosa o la flor favorita de la persona en el lugar donde él o ella se sentaría en la mesa.
• Da regalos tales como artículos personales de tu ser querido ya fallecido para transmitir los muchos recuerdos e historias compartidas. Ejemplos: un edredón hecho de camisas favoritas, un collage, un adorno especial de sus aficiones, intereses especiales, organizaciones benéficas, etc.
• Enciende una vela en la mesa para simbolizar la presencia de tu ser querido en espíritu y celebrar su vida.
• Prepara una caja de “agradecimiento” y añade recuerdos de lo que agradeces en la vida. Cuando te sientas deprimido, toma la caja y recuerda los muchos tesoros de la vida, y continúa añadiendo más en ella.
• Compra un regalo en memoria de tu ser querido, envuélvelo y obséquialo.
“Tú, Señor, eres mi fuerza; ¡yo te amo!”—Salmo 18:1
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SÁBADO, 19 DE DICIEMBRE DEL 2015
Todo lo que necesitopor Sloan Wainwright y Karen Drucker
En esta época del año nos reunimos y nos acercamos a nuestros seres queridosllenamos cada lugar con gozo y gracia,para crear un espacio sagradopermito que el amor abra mi corazóny el regalo que reciboes que tengo todo lo que necesitoel regalo que recibo es que lo tengo todo.
Y ahora sé que cuando dejo irpuedo vivir completa y plenamente,hago resplandecer mi luz para que arda brillantementea través de las noches más oscuras,permito que el amor abra mi corazóny el regalo que reciboes que tengo todo lo que necesito.El regalo que recibo es que lo tengo todo.
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Tengo fe, y sé que hay bien en todos.Tengo paz, y me siento cómodo con todo a mi alrededor.Tengo gozo, creo que esta bendición me dirigirá.Tengo amor, tanto amor; y siento gratitud, mucha gratitud.
Permito que el amor abra mi corazóny el regalo que reciboes que tengo todo lo que necesitoel regalo que recibo es que lo tengo todo.Derechos de autor Derby Disc Music y Taytoones Music
“El padre le dijo: “Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo”.—Lucas 15:31
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cuArto domingo de Adviento20 DE DICIEMBRE DEL 2015
MEDITACIÓN SOBRE EL GOZO
El nacimiento de Jesús debe haber traído a María y a José una felicidad indescriptible. Su gozo fue incluso más dulce por todas las dificultades que tuvieron que superar en su viaje a Belén.
Cuando estoy pasando por un momento difícil, recuerdo que el gozo me espera al otro lado. El gozo es la esencia de la energía del Espíritu en mí. En ocasiones puede ser tenue, mas siempre está allí. Nunca puede ser suprimido o denegado. El gozo emana y la gratitud fluye cuando abro mi corazón a Dios. Recuerdo que no importa qué tan oscura pueda ser la noche, “la alegría llegará en la mañana”.
“ Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo”.—Juan 15:11
Gozo
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LUNES, 21 DE DICIEMBRE DEL 2015
Yo creopor Sloan Wainwright y Cadence Carroll
Es un misterio envuelto en un enigmavi que Santa volaba atravesando el cieloen una temporada de magia sencillacuando vemos a través de los ojos de un niño.
Las campanas plateadas del trineo suenan y tintineanescucho a los renos en la azoteala nieve cae suave y silentementela luna tiene un halo doradoyo creo, creo, creo.
Es el regalo atado con una cintadebajo del árbol de Navidadsiempre verde y duraderoun regalo para dar y recibir
Siente el calor del fuego ardientemira el fulgor de las luces de colorespercibe el milagro del gozo y el consuelola vida es maravillosayo creo, creo, creo.
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Es el bebé en un pesebrees la historia de maestros y reyeses un viaje de fe para muchoses la chispa del despertar
Es la música inspirada por los ángeleses la voz que alivia el sufrimientoes la melodía que canto para la humanidades una oración de paz
Yo creo, creo, creo,¡yo creo, creo!Derechos de autor Derby Disc Music
“Y se les presentó un ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de resplandor”.—Lucas 2:9
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MARTES, 22 DE DICIEMBRE DEL 2015
Tesoros apaciblespor el Rev. Mark Fuss
Cuando era niño, el ajetreo de la Navidad me emocionaba. Villancicos por todas partes, servicios especiales de Nochebuena en la iglesia, olores y sonidos
emanando de la cocina y el crujido del papel de regalo siendo usado aún reavivan imágenes felices de Navidades pasadas. Nuestras reuniones familiares eran ruidosas, amorosas y pasaban muy rápido. La Navidad era como una montaña rusa demasiado presurosa —y luego todo cesaba. Y el Año Nuevo llagaba, ya estuviéramos listos o no.
Cuando me convertí en un joven adulto y me mudé lejos de mi familia, volver a casa para Navidad se sentía como una carrera. Estaba en la ciudad para algunas reuniones rápidas, intercambio de regalos y abrazos y luego me regresaba antes de que pudiera procesar lo que había pasado.
Hoy en día, los recuerdos que atesoro surgen más durante los momentos apacibles de Navidad. Las madrugadas son mi momento favorito, encender el árbol que brilla en la oscuridad justo antes de que amanezca y sentarme en silencio con una taza de café, dejando que los recuerdos vengan una y otra vez a mi mente. Recuerdo pasar tiempo en la cocina con mi abuela cocinando una vez más las recetas favoritas de la familia; las mañanas de Navidad cuando estábamos todos juntos; todos los primos pequeños abrazados en el sofá según leíamos un cuento.
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Incluso recordar los seres queridos que han fallecido se convierte en una tristeza dulce en la quietud. Una angustia cálida y una suave lágrima, el arraigo de la pena ha disminuido y ha permitido que el recuerdo fluya. La fe, la familia y los sentimientos, son todos tesoros apacibles.
“Por eso mi corazón se alegró, y mi lengua cantó llena de gozo”.—Hechos 2:26
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MIÉRCOLES, 23 DE DICIEMBRE DEL 2015
Gozo en nuestro corazónpor Karen Drucker y JD Martin
Paz para la temporada, amor a cada momentola luz brilla dondequiera que estemosfe en la oscuridad, esperanza en el silenciogozo, dulce gozo, en nuestros corazones
Cada día podemos demostrar un poco de bondadtodos somos parte de una familiamuy conectados, en nuestros corazones y espíritusyo te busco, tú me buscas
Paz para la temporada, amor a cada momentola luz brilla dondequiera que estemosfe en la oscuridad, esperanza en el silenciogozo, gozo, en nuestros corazones
Ahora es el momento de unirnospara contar nuestras bendiciones y sentir gratitudelevando nuestras voces en un coromis hermanos, mis hermanas, celebremos
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Paz para la temporada, amor a cada momentola luz brilla dondequiera que estemosfe en la oscuridad, esperanza en el silenciogozo, gozo, en nuestros corazones
Celebremos la paz, celebremos el amorcelebremos la luz que brilla, brilla, brillacelebremos la fe, celebremos la esperanzacelebremos el gozo, gozo en nuestros corazones
Celebremos la paz, celebremos el amorcelebremos la luz que brilla, brilla, brillacelebremos la fe, celebremos la esperanzacelebremos el gozo, gozo en nuestros corazones
Paz para la temporada, amor a cada momentola luz brilla dondequiera que estemosfe en la oscuridad, esperanza en el silenciogozo, gozo, en nuestros corazones.Derechos de autor Gill ‘n’ Goldie Music y Taytoones Music
“Cristo en ustedes, la esperanza de gloria”. —Colosenses 1:27
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Nochebuena JUEVES, 24 DE DICIEMBRE DEL 2015
Recuerdos festivospor Joy Wyler
Cuando era niña, mi espera de las vacaciones navideñas estaba llena de incertidumbre: ¿Dónde iríamos; quién estaría ahí; quién estaría saludable
y quién no? Mi hermano y yo siempre recibíamos “cosas”, pero no tengo recuerdos de tradiciones festivas o sentimientos de celebración.
Así que cuando me convertí en un adulto, reclamé mi capacidad para crear un ambiente de paz y amor durante las festividades. Estaba trabajando en un hospital, lo que significaba trabajar algunos o todos los días festivos. En ocasiones, trabajaba extra para que algunos compañeros de trabajo pudieran estar en casa con sus hijos. Otros compañeros, como yo, no tenían familia cercana con quien celebrar. Así que yo escogía un día cuando ninguno de nosotros estuviera trabajando y cocinaba una comida tradicional de la temporada. Invitaba a todos los que estaban solos a que vinieran a festejar a mi pequeño departamento, donde decoramos un árbol y nos divertíamos.
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Al cumplir treinta años, me convertí en mamá y encontré las enseñanzas de Unity. Cuando me senté en un santuario de Unity iluminado por velas en Nochebuena, cantando por primera vez “Noche de paz”, supe de lo que me había estado perdiendo en mis festividades: la paz de la conexión divina. Hasta entonces, la iglesia y la espiritualidad no habían sido parte de mis festividades. Descubrí que la fe, la paz, el amor y el gozo celebrados durante el Adviento están en mi interior todo el tiempo. Vi cómo el Cristo interno, como una llama encendida en la más profunda oscuridad, brilla para iluminar nuestras vidas.
Las festividades con mis hijos incluyen regalos, mas nuestras celebraciones están ancladas en la comunidad espiritual. Momentos con familia y amigos son parte de las celebraciones y de las cualidades del Adviento.
Ahora mis hijos son adultos y, como ministro, el día de Nochebuena ayudo a crear una celebración sagrada del Espíritu. No importa dónde esté, con quién esté o lo que esté sucediendo en mi vida, siento la fe, la paz, el amor y el gozo de la Divinidad en cada uno de nosotros: Cristo nace de nuevo en nosotros.
“Tendrás gozo y alegría, muchos se regocijarán por su nacimiento”.—Lucas 1:14
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Día de NavidadVIERNES, 25 DE DICIEMBRE DEL 2015
El regalo más preciadopor Ben Neal
De niño en Navidad,me despertaba por la noche, demasiado
ansioso para dormir.Y a través de la callada oscuridad me deslizaba
para sentarme al pie de nuestro árbol.No eran los regalos los que me despertaban,
apenas si pensaba en ellos;la esperanza y alegría sencillas de la temporada
eran los regalos más preciados que recibía.Solo en la oscuridad me perdía
en la apacible quietud, las luces danzantes,mis pensamientos, sueños y alma alzaban vuelo
en alabanza y oración sin palabras.Te digo que Cristo ha nacido de nuevo,
año tras año, en el lugar más improbable;en cada ojo abierto de asombro,
en cada corazón abierto de par en par con amor.
“Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor”.—Lucas 2:11
k
Bienvenido ¡A los doce días de Navidad!Este tiempo entre el día de Navidad y el día de Reyes, 6 de enero, es un tiempo maravilloso para reflexionar sobre tu naturaleza espiritual y celebrar quien eres como una creación de Dios. Para ayudarte en este proceso, hemos optado por centrarnos en los Doce Poderes —dones de Dios— en nuestro interior.
Al leer cada mensaje, toma tiempo para reflexionar en la palabra dada para cada día y para abrir tu mente y corazón a un mayor conocimiento de este poder en ti. Mientras lo haces, estarás edificando la conciencia de tu poder espiritual y descubrirás nuevos canales por medio de los cuales podrás expresar los dones que Dios te ha dado.
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Primer díA de nAvidAdSÁBADO, 26 DE DICIEMBRE DEL 2015
Fe“En ti he puesto mi confianza. Muéstrame el camino que debo seguir, porque en tus manos he puesto mi vida”. —Salmo 143:8
En este primer día de Navidad, pienso acerca la fe y la confianza.
Confío en el plan perfecto de Dios para mí. Tengo fe de que mi vida será una de paz y felicidad según pongo a Dios primero en todo. Confío en que la voluntad de Dios para mí es buena, dejo ir y permito que Dios me guíe hacia mi mayor bien.
Con fe comienzo una nueva vida, tomo decisiones cabales y establezco nuevos objetivos. Con fe avanzo y hago las cosas que siento que necesito hacer. Con fe espero milagros mientras permanezco afianzado en las leyes perfectas de Dios.
Me mantengo firme en mi fe en Dios y en Su bondad para mí.
Segundo díA de nAvidAdDOMINGO, 27 DE DICIEMBRE DEL 2015
Fortaleza“Dios es el que sostiene mi corazón”.—Salmo 73:26
Siento la fortaleza del Espíritu en mí, y me regocijo. Sé que soy capaz de mantenerme firme por todo lo que es bueno y cierto.
Aunque las circunstancias que me rodean puedan hacer que mi mundo tiemble en ocasiones, me siento seguro en mi oasis de paz —Dios en mí, la fortaleza de mi corazón.
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Dios es mi fuente de ayuda en todo momento. Soy fuerte porque Dios en mí me sostiene y apoya siempre. Doy gracias, porque sé que nada puede perturbarme o causarme duda mientras me mantengo en la presencia de Dios.
Estoy centrado en el poder y la presencia de Dios en mí, y cada día crezco y soy más fuerte.
tercer díA de nAvidAdLUNES, 28 DE DICIEMBRE DEL 2015
ComprensiónEn lo secreto me has hecho comprender sabiduría.—Salmo 51:6
Hoy acudo a Dios por el don del discernimiento. Sé que con la guía de divina, puedo distinguir lo que es bueno y verdadero en cada situación.
Con el don del discernimiento viene la visión espiritual. Al estar más en sintonía con esta idea, puedo
discernir con claridad cuándo he de hablar y cuándo he de permanecer en silencio. Soy guiado a la acción correcta en cada situación ante mí.
Me mantengo atento a la guía de Dios y puedo discernir lo que me corresponde hacer. Utilizo mi
sentido común. Sé que seré una bendición y que atraeré bendiciones maravillosas a mi vida.
Agradecidamente uso mi don del discernimiento para saber lo que me corresponde hacer.
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cuArto díA de nAvidAdMARTES, 29 DE DICIEMBRE DEL 2015
Amor“Amados, amémonos unos a otros”.—1 Juan 4:7
En este cuarto día de Navidad, siento el poder del amor divino en mí. Experimento mi propio valor. Soy un hijo de Dios y muy especial. Me trato con amor y dulzura, sustentando el Cristo en mi interior. Soy realmente un templo del Dios viviente.
Al ver a mis amigos y familia, y a las personas que conozco cada día, pienso en ellos como templos de Dios, aun si ellos no están conscientes de esta verdad. Todos somos expresiones de Dios —expresiones de amor divino.
El amor es el poder que despierta mi naturaleza espiritual. El amor es el sustento del Espíritu, el cual es necesario para el crecimiento de la conciencia del Cristo morador.
Hoy expreso el amor del Cristo en mí.
Quinto díA de nAvidAdMIÉRCOLES, 30 DE DICIEMBRE DEL 2015
Poder“Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria”. —Colosenses 1:11
Como hijo de Dios, soy uno con una fuente divina de poder ilimitado que puedo acceder para cumplir mis sueños más profundos. Gracias a este poder dado por Dios, puedo lograr grandes cosas. ¡Qué maravilloso es saber que puedo vivir una vida sin limitaciones!
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Cada día acudo a Dios y despierto más plenamente a la fuente infinita de poder en mi interior. Al dar expresión a este poder, afecto positivamente mi vida y las vidas de aquellos a mi alrededor. Al canalizar este poder divino mediante acciones amorosas y compasivas, ayudo a inspirar y elevar al mundo.
Estoy abierto a la expresión plena del poder de Dios en mí.
Sexto díA de nAvidAdJUEVES, 31 DE DICIEMBRE DEL 2015
Imaginación“En él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles”.—Colosenses 1:16
El poder de la imaginación es una herramienta maravillosa. Cuando uso mi imaginación sabiamente, soy capaz de ver el bien que todavía no es visible. En este sexto día de
Navidad, llamo a mi poder de imaginación. Veo posibilidades de bien por todas partes.
Formo imágenes de mí mismo haciendo las cosas que he anhelado hacer. Me veo como la persona que quiero ser. Gracias al poder de la imaginación, puedo traer el bien que visualizo a
mi realidad.
Busco y espero una bendición para mí y para mi vida, incluso cuando enfrento un desafío. Veo el bien en todas las personas e imagino que el mundo es un lugar de abundancia, plenitud y paz.
Con gratitud, uso el poder de la imaginación para vivir una vida plena y próspera.
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SéPtimo díA de nAvidAdVIERNES, 1° DE ENERO DEL 2016
Sabiduría“El Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: ‘Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré’. … Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo’”.—1 Reyes 3:5, 9
El Cristo en mí entiende lo que yo solo nunca podría comprender. El Cristo en mí ve más allá de la hostilidad, miedo o ira, ve más allá de lo que parece injusto. El Cristo en mí sabe que existe la justicia absoluta, sabe que la ley de Dios de orden obra siempre.
Hoy veré con los ojos del Cristo. Proseguiré con mi día con claridad en mi mente y paz en mi alma. Tengo el poder de la sabiduría para guiarme y asegurarme que todo está bien en mi mundo. El Cristo en mí sabe más allá de la razón, y ve más allá de la duda o el temor hacia el bien en cada situación.
Uso el poder de la sabiduría, y mi mundo se llena de paz y fe.
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octAvo díA de nAvidAdSÁBADO, 2 DE ENERO DEL 2016
Voluntad“Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo”.—Filipenses 2:13
La voluntad de Dios para mí es siempre buena. Puede que haya momentos en los que me sienta tentado a seguir mi propio camino. Tal vez olvide que la voluntad de Dios siempre es la mejor. En este, el octavo día de Navidad, establezco la intención de hacer la voluntad divina.
Acojo cada día del año venidero con el conocimiento de que la voluntad de Dios para mí es buena. Pongo todas mis preocupaciones y mis sueños al cuidado amoroso de Dios. Libero cualquier pensamiento de carencia o limitación, sabiendo que la voluntad de Dios es que logre los buenos deseos de mi corazón.
Me consagro y dedico a la voluntad de Dios.
noveno díA de nAvidAdDOMINGO, 3 DE ENERO DEL 2016
Orden“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.—Eclesiastés 3:1
Orden divino es la primera ley del universo. Aunque no siempre pueda apreciarlo, el orden divino existe en todo momento —en mi vida y en el mundo.
Hoy tomo tiempo para contemplar esta ley infalible de Dios y la mantengo en mente mientras pongo mi vida
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en perspectiva. Al confiar en el orden divino, sé que los eventos en mi vida tienen lugar de la forma correcta y en el tiempo perfecto. Ejercito la paciencia según anticipo las bendiciones que vienen a mí ahora.
Comienzo este nuevo año con la confianza de que Dios está a cargo y todo está bien. Me centro en la presencia divina, sabiendo que puedo vivir cada día con paz mental, fortaleza de espíritu y fe de corazón.
Soy uno con el orden divino, y lo reconozco en cada circunstancia.
décimo díA de nAvidAdLUNES, 4 DE ENERO DEL 2016
Entusiasmo“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu”. —Romanos 12:11
Existe una energía divina que irradia a través de mí hoy, y doy gracias por ello. Dicha energía fluye ininterrumpidamente y me ayuda a lograr todo lo que me corresponde hacer.
Expreso fervor y entusiasmo al saludar a mis vecinos, al asumir nuevas tareas y al orar. Con un espíritu lleno de energía, soy positivo y alegre —puedo hacer que incluso las tareas más cotidianas se vuelvan actividades emocionantes e interesantes.
El poder del entusiasmo abre el camino para las bendiciones más maravillosas, ya que es la actividad pura del Espíritu en acción.
Le doy la bienvenida a cada día con fervor y entusiasmo, y mi vida rebosa de bendiciones.
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onceAvo díA de nAvidAdMARTES, 5 DE ENERO DEL 2016
Eliminación“Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.—Juan 8:32
Este nuevo año determinaré apartar la negatividad de mi vida. Dejo ir todo lo que pueda privarme de expresar mi verdadera naturaleza espiritual. Del mismo modo que las malas hierbas pueden ahogar a un brote tierno, los pensamientos, palabras y sentimientos negativos pueden impedir que yo exprese el espíritu de Cristo en mí.
Desde este momento en delante, nutriré mi espíritu divino. Libero con gusto lo falso, egoísta y negativo. Haré todo esfuerzo necesario para mantener mis pensamientos positivos y constructivos. Soy un hijo de Dios, creado en amor como una expresión de bondad. Acepto con gratitud la alegría y el bien en mi vida hoy.
Libero formas de pensar y hábitos que ya no deseo, y acepto mi bien alegremente.
doceAvo díA de nAvidAdMIÉRCOLES, 6 DE ENERO DEL 2016
Vida“El Espíritu da vida”.—2 Corintios 3:6
En este, día 12 de Navidad, me maravillo por el poder de la vida en mí. Cada día de este nuevo año pensaré en la verdadera fuente de la fuerza vital que fluye por medio de mí. Dios es la fuente de la vida, y esta vida me renueva célula por célula.
La energía espiritual que tengo gracias a esta fuente inagotable en mí, es mi verdadera fuerza de vida. Es lo que me da sentido y significado. Me conduce a la libertad y a la felicidad, al conocimiento y al crecimiento.
Doy gracias por la vida —¡buena, libre, gozosa, creciente y eterna!
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