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Tierra y cosmovisión tsotsil: una mirada a la dominación jkaxlan en San Andrés Larráinzar, Chiapas LUCAS Ruiz Ruiz En este artículo se hace un análisis de la cosmovisión de la Madre Tierra que tienen los tsotsiles, vinculada con la larva J o dominación jkaxlan de que fueron objeto, y cuyo escenario fue San Andrés Larráinzar, Chiapas, un pueblo maya-tsotsil en los Altos de Chiapas. El presente trabajo da a conocer que desde tiempos inmemoriales los pueblos indígenas mantienen una estrecha relación con la Madre Tierra, pues suele otorgar favores cuando el hombre tsotsil es agradecido y le entrega sus ofrendas al hacer uso de ella. In this anide an analysis is made ofthe cosmic view that the Tzotzils have ofthe Mother Earth in relation to their long domination by the jkaxlan. The settingfor this study is San Andrés Larráinzar, Chiapas, a Maya-Tzotzil community in the Chiapas higblands. The author reports thatfrom time immemorial the indigenous peoples have maintained cióse ties with Mother Earth, since she usually grants favours when the grateful Tzotzils present offerings in return for her gifts. La presencia del jkaxlan en San Andrés Larráinzar Es cierto que la Conquista y la evangelización co- loniales marcaron el inicio de una cruenta domi- nación y explotación en el grupo tsotsil; el con- texto que esta investigación ocupa corresponde a una época más reciente por tratarse en la segunda mitad del siglo xix cuando las primeras familias de jkaxlan^ comenzaron a establecerse en el Jteklum? La justificación que encontramos es la expropia- ción de las tierras en manos del clero en el periodo de las Leyes de Reforma.3 Esta reforma favoreció la compra y venta de tierras. Según Sonia Toledo Tello: "La migración de población no indígena a la región [tsotsil] se inició durante [la] segunda mitad del siglo XIX; los nuevos residentes prove- nían de San Cristóbal de Las Casas, Comitán y de Guatemala".4 Esta afirmación coincide con el tes- timonio de un anciano tsotsil de 90 años recopi- lado por Norbert Ross en 1998 y con algunas otras fuentes históricas. De ellas podemos sacar una deducción lógica y convincente sobre la lle- gada de los primeros jkaxktnetik a San Andrés Larráinzar. Otro argumento del establecimiento del jkax- lan en el Jteklum y en las fincas adyacentes a San Andrés Larráinzar fue por las actividades comer- ciales en pequeña escala. Podríamos señalar que este suceso fue motivado por el intercambio comer- cial desigual. Esta desigualdad se observa cuando el jkaxlan adquiere o despoja los productos de la re- gión que los tsotsiles venden en el mercado domi- nical y días festivos. El jkaxlan transporta en su vehículo desde San Cristóbal de Las Casas pro- ductos industrializados para comercializar con los tsotsiles. En esta reciprocidad positiva simulada los que sacaban mayor provecho eran los jkaxla- netik, porque sus productos los vendían a un pre- cio alto y los que adquirían en el Jteklum pagaban el precio a su conveniencia. Al crearse las fincas hubo una gran demanda de mano de obra en los campos ganaderos y del culti- vo del café.5 Esta demanda propició que la mayo- Estudios Mesoamericanos Núm. 7, enero-diciembre 2006

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  • Tierra y cosmovisin tsotsil: una mirada a la dominacin jkaxlanen San Andrs Larrinzar, Chiapas

    LUCAS Ruiz Ruiz

    En este artculo se hace un anlisis de la cosmovisin de la Madre Tierra que tienen los tsotsiles, vinculada con la larvaJ odominacin jkaxlan de que fueron objeto, y cuyo escenario fue San Andrs Larrinzar, Chiapas, un pueblo maya-tsotsilen los Altos de Chiapas. El presente trabajo da a conocer que desde tiempos inmemoriales los pueblos indgenasmantienen una estrecha relacin con la Madre Tierra, pues suele otorgar favores cuando el hombre tsotsil es agradecido yle entrega sus ofrendas al hacer uso de ella.

    In this anide an analysis is made ofthe cosmic view that the Tzotzils have ofthe Mother Earth in relation to their longdomination by the jkaxlan. The settingfor this study is San Andrs Larrinzar, Chiapas, a Maya-Tzotzil community inthe Chiapas higblands. The author reports thatfrom time immemorial the indigenous peoples have maintained cise tieswith Mother Earth, since she usually grants favours when the grateful Tzotzils present offerings in return for her gifts.

    La presencia del jkaxlan en San AndrsLarrinzar

    Es cierto que la Conquista y la evangelizacin co-loniales marcaron el inicio de una cruenta domi-nacin y explotacin en el grupo tsotsil; el con-texto que esta investigacin ocupa corresponde auna poca ms reciente por tratarse en la segundamitad del siglo xix cuando las primeras familias dejkaxlan^ comenzaron a establecerse en el Jteklum?La justificacin que encontramos es la expropia-cin de las tierras en manos del clero en el periodode las Leyes de Reforma.3 Esta reforma favorecila compra y venta de tierras. Segn Sonia ToledoTello: "La migracin de poblacin no indgena ala regin [tsotsil] se inici durante [la] segundamitad del siglo XIX; los nuevos residentes prove-nan de San Cristbal de Las Casas, Comitn y deGuatemala".4 Esta afirmacin coincide con el tes-timonio de un anciano tsotsil de 90 aos recopi-lado por Norbert Ross en 1998 y con algunasotras fuentes histricas. De ellas podemos sacar

    una deduccin lgica y convincente sobre la lle-gada de los primeros jkaxktnetik a San AndrsLarrinzar.

    Otro argumento del establecimiento del jkax-lan en el Jteklum y en las fincas adyacentes a SanAndrs Larrinzar fue por las actividades comer-ciales en pequea escala. Podramos sealar queeste suceso fue motivado por el intercambio comer-cial desigual. Esta desigualdad se observa cuando eljkaxlan adquiere o despoja los productos de la re-gin que los tsotsiles venden en el mercado domi-nical y das festivos. El jkaxlan transporta en suvehculo desde San Cristbal de Las Casas pro-ductos industrializados para comercializar con lostsotsiles. En esta reciprocidad positiva simuladalos que sacaban mayor provecho eran los jkaxla-netik, porque sus productos los vendan a un pre-cio alto y los que adquiran en el Jteklum pagabanel precio a su conveniencia.

    Al crearse las fincas hubo una gran demanda demano de obra en los campos ganaderos y del culti-vo del caf.5 Esta demanda propici que la mayo-

    Estudios Mesoamericanos Nm. 7, enero-diciembre 2006

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    ra de los jkaxlanetik prestaran sus servicios a loshacendados ms ricos. Esta coyuntura permitique los jkaxlanetik se establecieran en los puebloscercanos a las haciendas para que as el Jteklum seconvirtiera en centro de operacin de la domina-cin jkaxlan. En el caso de San Andrs Larrinzarlos fmqueros David Rojas Sols (finado) y VctorFlores (finado) mantenan estrecha relacin conlos tsotsiles del Jteklum y de otros parajes; puesacudan a buscar trabajadores para el beneficio desus fincas. Manuel Hidalgo Prez hace mencinen su obra Tradicin oral de San Andrs Larrinzarque: "...de manera ilegal, utilizando el engao yla usura, descendientes de espaoles radicados enSan Cristbal de Las Casas se fueron posesionan-do de las mejores tierras de los indgenas. Este fe-nmeno de despojo de la tierra al indgena se hizolegal mediante la aplicacin de distintas leyesemitidas por los gobiernos federales y estatales du-rante el siglo pasado [siglo Xix]".6

    Los testimonios orales que se han venido trans-mitiendo de generacin en generacin ofrecen unpanorama desolador porque slo confirma lo quehemos venido narrando. El Jteklum comprendaun amplio espacio que fue empleado como potre-ro y para el pastoreo de animales propiedad de losjkaxlanetik. Don Nicols Hernndez Lpez7 diceque los Jkaxlanetik ocuparon las partes cntricasdel Jteklum, porque sus primeros habitantes fue-ron engaados tan fcilmente por el jkaxlan; ade-ms, no hablaban el kaxlan k'of y mucho menossaban leer y escribir. Eran personas muy inocen-tes e indefensas. Los jkaxlanetik demostraron acti-tudes de humildad pidiendo terreno para vivir, ofre-cieron fox (aguardiente) y unos centavos a cambiode lotes de terreno. Los tsotsiles tenan su terrenopero lo cambiaron por un litro de fox y se queda-ron sm tierras.

    Tierra e identidad

    En las prcticas de dominacin y explotacin queejerci el jkaxlan en contra de los tsotsiles de SanAndrs Larrinzar, que ms tarde los impuls a or-

    ganizarse en contra de sus opresores, subyace unaconcepcin filosfica que es propia de los indge-nas y que al jkaxlan le es difcil comprender, a di-ferencia de cmo entienden los fenmenos socia-les actuales. Desde tiempos inmemoriales, los lla-mados Totil meiletik,9 habitaron este enorme terri-torio mesoamericano, cuyo testimonio vivo es lapresencia de los autollamados bats'i viniketikw enlas tierras altas del actual estado de Chiapas. As seautonombran porque ellos son los que habitaronestas tierras, muchos siglos antes de que hicieranarribo los colonizadores europeos.

    La concepcin filosfica e histrica de la pala-bra bats'i vinik es de carcter axiomtico por serdescendientes de los habitantes del llamado GranTiempo, cuya dimensin sociocultural caus admi-racin en quienes osaron conquistar por primeravez este vasto territorio denominado Mesoamri-ca. Cada grupo indgena que habitaba determina-da regin geogrfica se identificaba con la propianaturaleza: la tierra. sta adquiere caractersticassagradas, por cuanto se la concibe como la MadreTierra. En tsotsil se dice jme'tik balumil o ch'ul ba-lumil. En tseltal jme'tik lum. En tojolabal jnantiklu'um, slo por mencionar algunos ejemplos desus denominaciones en bats'i k'op.11

    Escuchar con mucha atencin la voz de lostsotsiles de San Andrs Larrinzar puede cambiary modificar nuestro marco de referencia al descu-brir que tienen el mismo concepto y relacin conla madre naturaleza. Suficiente justificacin se en-cuentra si se desea descubrir en la actitud deprotesta tomada en contra de la gente corrupta,daadores, explotadores e invasores de pueblos in-dios;12 significa, entonces, que la identidad deltsotsil tiene races milenarias, porque la tierra tie-ne su existencia desde tiempos inmemoriales. Eneste sentido, haremos un anlisis interpretativo enrelacin con la concepcin filosfica que tienen dela tierra los tsotsiles actuales.

    Todos los tsotsiles tienen claro que la Tierra enla que viven, caminan, comen y donde respiran, esch'ul balumil, es decir, la sagrada Tierra, y se leconsidera la madre de los tsotsiles; por eso cuandolos habitantes hacen uso de esta Tierra es impres-

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    cindible solicitar su autorizacin. Los beneficiosque puede ofrecer la Tierra van desde la construc-cin de una casa, cultivar una fraccin de ella paraproducir los alimentos, beber de sus aguas, comerde sus frutos, entre otros. Al no hacerlo cometen unsacrilegio porque la tierra es sagrada. Congruentecon este anlisis, podemos afirmar que todos lostsotsiles sin excepcin alguna tienen balumilo sea Tierra, aunque pocos son los que tienen osil oterreno para cultivar. Sin embargo, todos tienen elprivilegio de vivir en ella. He aqu la justificacinde que la Tierra no se compra ni se vende.

    Es cierto que la carencia de tierras o terrenos esuno de los mayores problemas que se ha presenta-do en diversos momentos histricos de Mxico;porque la posesin de las tierras se ha monopo-lizado; dando como resultado que muchos de losindgenas y, evidentemente, los tsotsiles de SanAndrs Larrinzar no tienen osil o terreno. Conesta interpretacin nos damos cuenta que hablarde osil o terreno-tierras es un recurso material alque se le puede dar diferentes usos, incluso ven-derlas. As que a los tsotsiles les fueron arrebatadasde sus manos muchas tierras o terrenos. Pero laTierra, nunca. Cuando el jkaxlan se apoder delos terrenos de los tsotsiles dio como resultado laexplotacin y la discriminacin en todas sus di-mensiones. Porque vieron en ella algo material.Hoy, los tsotsiles suelen expresar con orgullo ko-liyal ch'ul balumil oy jve'eltik, o sea tenemos comidagracias a la sagrada Tierra. Pero nunca se dice koli-yal ch'ul osil, o sea gracias al sagrado terreno o tie-rras. En primer lugar, terreno es una palabra de g-nero masculino en espaol y la palabra tierras esplural. El terreno es material. La Tierra es sagrada.

    De acuerdo con lo anterior, los mismos tsotsi-les se autonombran Ya.jva.lik lum o sea Dueos dela tierra, porque son ellos desde los Totil me'ile-tik hasta los actuales jchi'iltaktik los que vivenen ella. All nacieron y all morirn. Era im-posible, por tanto, que el jkaxlan sea el Yajval lum,porque segn el testimonio de un anciano de 90aos edad, recopilado por Norbert Ross dice que:"' ...hace 150 aos no haba ladinos [jkaxlanetik] enSan Andrs'. Esta afirmacin se hizo en 1998; en-

    tonces, a finales de la primera mitad del siglo XIX losmoradores del ch'ul balumil de San Andrs Larrin-zar eran todos tsotsiles, dispersos en las diferentescomunidades del municipio y algunos morabanen el Jteklum.^

    Es curioso observar que la dominacin jkaxlantuvo como escenario el Jteklum. Al reflexionar cr-ticamente sobre la presencia del jkaxlan en elJteklum despus de la primera mitad del siglo xixhasta 1974, se determina como premisa que ellosocuparon un lugar sagrado donde segn leyes delch'ul balumil no les corresponda estar. A pesar deque el Jteklum estaba ocupado por gente jkaxlan,los tsotsiles asistan aunque con temor todos losdomingos o das festivos para cumplir su cargo deautoridad durante un ao. Fuese ste civil o reli-gioso.

    El carcter sagrado de la Tierra est asociadocon el Sol y la Luna porque ambos tambin sonconsiderados sagrados. Al Sol se le llama jch'ultotiko sea nuestro sagrado padre y a la Luna jch'ulme'tik osea nuestra sagrada madre. Por lo mismo que am-bos conceptos tienen la raz ch'ul que quiere decirsagrado. Es evidente entonces que para conceptua-lizar a la tierra no basta con considerar solamentelo que es tangible, sino que hay que ir hacia lo in-tangible. Al espacio que ocupan los tsotsiles se lellama sha balumil, o sea la superficie de la tierra. Esdecir los tsotsiles slo ocupan una pequea por-cin de la tierra. Significa entonces que la tierraest dividida en varios espacios que desempeanfunciones diferentes. Podemos nombrar al yolonbalumil, o sea debajo de la tierra. Y, finalmente, elyak'ol balumil, o sea arriba de la tierra. Esta partees el espacio celeste incluyendo a los astros. Balu-mil es el mundo y todo lo que en l existe.

    En este mismo anlisis Piero Gorza pudo des-cubrir algo semejante al sealar que "...el cielo esdepositario de cualidades positivas, mientras quela tierra asume un rostro bivalente. Por un lado latierra es sagrada y se llama ch'ul balumil... en suparte inferior, es una de las residencias de los muer-tos y de las fuerzas dainas... [asimismo] los tzot-ziles piensan en un cosmos estructurado en tresniveles: vinajel, el cielo, sha balumil, la superficie

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    de la tierra, olontik [Gorza, al igual que Holland,se refiere al y o Ion balumil\l inframundo".1'1

    Si el sha balumil es el espacio por excelencia don-de viven los tsotsiles, entonces el yolon balumil es elespacio donde moran los muertos. Consideradopor los tsotsiles lajebcil, como el lugar donde morany/o van los muertos; adems de que est asociadocon la oscuridad de la noche. En esta misma tem-tica Calixta Guiteras15 nos ofrece la imagen que tienela visin de Manuel Arias Sojom16 acerca del mundoy, por supuesto, de la visin de todos los tsotsiles deSan Pedro Chenalh. En sus estudios, Guiteras des-cubri la sabidura y el conocimiento profundos deArias Sojom y hace referencia al osil-balumil comoel mundo en que vivimos y abarca todo el universo.El osil-balumil tiene otro estrato al cual se le llamao'lol balumil que constituye la parte media o el cen-tro del osil-balumil donde se encuentra el k'atinbak,o sea lugar donde se calientan huesos, y es conside-rado por los tsotsiles un lugar de castigo. El trmi-no osil-balumil se utiliza para indicar aquello que seencuentra ms all del habitat de los seres huma-nos. En la visin tsotsil de Arias Sojom, la tierra, osea el cosmos, es animado en su conjunto (todo tie-ne vida), lo que hace imposible separar sus partesde las fuerzas o poderes que lo gobiernan. El airepertenece al mundo y al cuerpo del hombre. Elagua est vinculada con la tierra: la rodea, fluye porella y surge de sus profundidades. Esta imagen co-incide con el pensamiento tsotsil de San AndrsLarrinzar en cuanto que a la tierra se refieren conel nombre de ch'ul balumil, o sea tierra sagrada.

    La interpretacin que William Holland hizo enlos aos sesenta sobre la cosmovisin tsotsil deSan Andrs Larrinzar es en cierta forma adecua-da, porque l deca que "Bajo la tierra est situadoel mundo inferior, Olontik, el mundo de los muer-tos. . .".'7 Por su poco dominio del bats'i k'op pode-mos deducir que cuando habl de olontik se re-fera al yolon balumil. Ciertamente cuando habladel mundo inferior y el de los muertos se referasolamente a una capa o parte de la Tierra, porquela Tierra misma es el mundo.

    Esta complejidad de la sabidura de los tsotsiles,en relacin con la Tierra, discrepa con la visin que

    tiene de ella la Secretara de la Reforma Agraria porcuanto la ha concebido como un recurso materialdesde los tiempos de la Revolucin Mexicana al es-tablecer su programa de "reparto agrario". Esta vi-sin no traspasa lo tangible. En ella se explica queen la poca colonial los espaoles se apoderaron delas mejores tierras para generar riquezas y pronto setradujo en codicia y ambicin de quienes tuvieronel "privilegio" de acumular bienes y riquezas mate-riales. As que el jkaxlan que ejerci dominio conlos tsotsiles de San Andrs Larrinzar adopt elmismo mecanismo y sistema de dominacin ocu-pando espacios sagrados donde no le era permitidoestablecerse, es decir, el espacio que ocupa el actualJtekkmi. Convirtieron a la madre Tierra en genera-dora de riquezas para su beneficio personal, sin im-portar que sus moradores quedaran en la miseria,a pesar de que son ellos los mismos que la habitandesde tiempos ancestrales.

    Aunada a esta misma cosmovisin, el testimoniode don Bartolo Ruiz Hernndez18 comprueba laveracidad de lo que hemos venido argumentandocon respecto a la madre Tierra. En sus propias pa-labras dice que, "al construir una casa, se le pide fa-vores a la tierra para que, quien la habita, no se en-ferme y le suceda nada malo, se le ofrecen seis veasde sebo e incienso que se colocan en el centro dela casa. A la Tierra se le pide permiso para que lanueva casa no "coma" a sus moradores y para quelos seres malignos no les hagan dao. A la Tierra sele pide bienestar y favores para que nos proteja deenfermedades. La Tierra es la que nos carga y nosarrulla y soporta la pestilencia provocada por nues-tra orina y excremento. Por eso se le piden favores yse le agradece al ocupar un espacio. Adems los pre-sentes que se le ofrecen a la tierra evitan los malossueos y para que sus moradores vivan en paz. Estetipo de rito se hace por tres ocasiones en los dasjueves. El ltimo jueves se come un gallo negro y sele riega tres cucharadas de caldo en cada esquina dela casa nueva".

    La visin de don Bartolo significa que al serque nos carga y nos arrulla no se le puede trans-formar o convertir en mercanca.19 La tierra, es,por definicin, la que carga y arrulla a los tsotsiles

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    de San Andrs Larrinzar. Los favores inician desdeque el beb nace, porque en ese instante es carga-do y arrullado por su madre Tierra. Cuando el be-b nace, en bats'i k'op se dice, ji tal ta balumil o jijul ta balumil o sea vino o lleg a la Tierra. Se pue-de decir que la tierra es la que alimenta y amamantaa los recin nacidos. Su proteccin es ineludible yaque la existencia de los tsotsiles no sera posible enel sha balumil, o sea sobre la superficie de la madreTierra sin tener su proteccin. Es as que a la lle-gada de los primeros jkaxlanetik a Larrinzar laprimera accin que hicieron fue despojar a sus anti-guos dueos del poco terreno que disponan.20 Estausurpacin de los espacios fue el preludio de unalarga dominacin que llev a la formacin de dosgrupos sociales opuestos en un mismo espacio geo-grfico. Los primeros tsotsiles conceban a la tierracomo la madre de todos los mortales, por eso cedie-ron su nico patrimonio ancestral sin ofrecer ma-yor resistencia. Finalmente pensaron todossomos sus criaturas que gozamos de su proteccin,incluyendo sjkaxlan.

    Congruente con lo relatado anteriormente, des-de los tiempos prehispnicos la tierra fue conside-rada como la madre que provee de alimentos a suhijos. As la concibieron todos los pueblos y na-ciones indgenas que tuvieron la dicha de habitarlapor primera vez. Por lo visto esta concepcin noes privativa de los tsotsiles de San Andrs Larrin-zar ni de los otros grupos indgenas de Chiapas,sino es de toda Mesoamrica, incluso de todos lospueblos indgenas de Amrica Latina. La Tierraslo se pasaba de generacin en generacin a finde que la persona disfrute de sus usufructos du-rante sus aos de vida y luego pasar a sus descen-dientes. En algunos casos la tierra es comunal y serige por la propia comunidad, que tiene la fa-cultad de tomar decisiones sobre ella a fin de adju-dicarla a aquellos habitantes que no la posean.Una comunidad tiene sus propias leyes que debenrespetarse. Nadie debe explotar la tierra con fineslucrativos y mucho menos convertirla en una mer-canca. La ley interna de la comunidad seala quecuando una familia decide irse a vivir a otro lugar,el terreno que le corresponda trabajar debe devol-

    verlo a la comunidad y no puede cederlo a otrapersona que no sea de la misma comunidad. Mu-cho menos venderlo.

    El antroplogo mexicano Guillermo BonfilBatalla narra en uno de los apartados de su obraMxico profundo. Una civilizacin negada, la cos-movisin que se tiene de la tierra. Interpretandosus propias expresiones afirma que en un princi-pio la tierra no era propiedad privada, sino comu-nal, por ende no se concibe como una mercanca.Asimismo, la tierra es un territorio comn queforma parte de la herencia cultural recibida, por-que es la tierra de los mayores; en ella reposan losantepasados. En ese espacio se manifiestan lasfuerzas superiores, o sea las entidades favorables ylas malficas. La tierra es un ente vivo, que reac-ciona ante la conducta de los hombres. A todoslos pueblos que fueron desplazados les queda en lamemoria colectiva como recuerdo el territorio pri-migenio y la aspiracin de recuperarlo. En esteconcepto se deduce que grupo y territorio formanuna unidad inseparable en las culturas indgenasque hace posible que el hombre no se enfrente conla naturaleza sino que armonice con ella mediantela reciprocidad.

    A pesar de las diversas reformas que el Estadoha llevado a cabo en relacin con la propiedad dela tierra, los pensamientos originales siguen vigen-tes. Por ejemplo, la reforma del Artculo 27 consti-tucional21 en el rgimen salinista de 1992 no pudomodificar dicha cosmovisin tsotsil. En San An-drs Larrinzar, al tsotsil se le concede el derechode comprar y vender una parcela de terreno u osil(pero no la tierra o balumil), a un mismo tsotsildel pueblo; no sin antes escuchar el consentimien-to del comisariado de bienes comunales. Muy apesar de las secuelas que dej el arribo de los colo-nizadores peninsulares, la concepcin tsotsil anest presente en la cultura. Aunque hay que reco-nocer que en ese momento trgico la enorme ri-queza de la Madre Tierra se torn codiciable antelos ojos de aquellos primeros jkaxlanetik. No tar-daron en saquearla.

    La cosmovisin de los tsotsiles sobre la Tierraes una cuestin eminentemente cultural. Cada

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    grupo y cada individuo se identifica por su Tierraporque en ella est su identidad. Actualmente mu-chos han abandonado su lugar de origen para iren busca de mejores condiciones de vida, pero ja-ms han abandonado a aquella que les da identi-dad: la Tierra. Esta deidad sagrada se lleva consigoen la mentalidad de cada tsotsil, por eso, el cam-bio de residencia no implica ningn problema porcuanto el poder de la palabra asociada con la Tie-rra no puede ser reemplazada por ninguna otrafuerza ajena. Desde que inici la invasin y la do-minacin jkaxlan numerosas familias optaron porescapar del maltrato y explotacin y se fueron enbusca de nuevas posibilidades de vida en variosmunicipios de Chiapas, a saber: Ocozocoautla, LaConcordia y en los terrenos nacionales de la selvaLacandona; no obstante, estos grupos emigrantessiguen manteniendo su identidad original: la Tie-rra. Cuando se le pregunta a los emigrantes cul essu lugar de origen ellos responden con seguridad:San Andrs Larrinzar. Segn el testimonio oralde los ancianos, los habitantes de los municipios deEl Bosque, Jitotol, Bochil y parte de Simojovel,dicen que eran originarios de San Andrs Larrin-zar. Los testimonios actuales lo confirman porcuanto hablan la misma variante dialectal y usanla misma indumentaria tradicional, inclusive si-guen practicando las mismas tradiciones y cos-tumbres.

    Al respecto Mario Humberto Ruz hace referen-cia a "La Tierra como una deidad femenina porantonomasia,... [porque] de ella dependen noslo los cultivos sino tambin los sitios habitadospor los hombres; por ello se acostumbra hacerleofrendas al inaugurar una casa, asentada sobre te-rrenos que le pertenecen; al nacer o morir un indi-viduo y, ...al levantar una cosecha".22 Este autorno solamente hace hincapi en la cosmovisin delos tsotsiles, sino de los mayas en general. Aclaroque para nombrar a la Tierra se emplean diferen-tes expresiones, tal como ya hice referencia en p-rrafos anteriores. Sin embargo, dentro de sus con-cepciones existen muchas analogas. La frase: "LaTierra, deidad femenina por antonomasia", puedeser la principal premisa para la cosmovisin maya

    respecto a la Tierra, porque desde la perspectiva delos tsotsiles todo ser sobrenatural se le consideracb'ulj la Tierra es jch'ul balumil. Es decir, una dio-sa al igual que la luna.

    Los antiguos mayas desde la poca de su flo-recimiento y esplendor mantenan estrecha rela-cin con la Madre Tierra. De ella emanaba todasu existencia. Por eso no es posible aceptar que losjkaxlanetk mantuvieran una estrecha relacin conesta cosmovisin. En San Andrs Larrinzar esverdaderamente reciente la llegada de ellos. Si re-tomamos nuevamente el testimonio del ancianotsotsil entrevistado por Norbert Ross en 1998, nosdamos cuenta que la llegada de los primeros jkax-lanetik al Jteklum es en la segunda mitad del sigloXIX. Todos los tsotsiles vivan dispersos en los para-jes cercanos y lejanos del Jteklum. Sin duda losgrupos que ocupaban los parajes siguieron conser-vando su vnculo con el centro ceremonial, o seael Jteklum. En el centro se encuentra la sede de lospoderes religiosos y polticos. Incluyendo todas lascostumbres y tradiciones ancestrales propias de lostsotsiles mayas actuales. Pese a la amenaza latentedel enemigo jkaxlan nunca dejaron de reunirse enel Jteklum.

    A pesar del impacto de la modernidad en el se-no de las culturas indgenas actuales, el ente queles ha otorgado identidad desde pocas inmemo-riales an permanece en la mentalidad de aquelindividuo que se encuentra inmerso en la culturadel otro. En estas circunstancias adversas muchoshan tratado de negar su identidad, pero cuando sedan cuenta que no es posible, mejor optan porponer de manifiesto su identidad: la Tierra que losvio nacer. Evidentemente la identidad del indgenamaya est intrnsecamente asociada con el maz.

    Vinculada a las acotaciones anteriores, Jos Ale-jos Garca23 afirma que los mayas confieren enor-me importancia a la tierra porque es donde siem-pre han vivido y que constituye la ms preciadaherencia de los antepasados. As que buena partede 4a vida social de los pueblos mayas gira en tor-no a la tierra. Y, adems, la tenencia de la tierra esun elemento fundamental que marca el paso deljoven varn hacia la calidad de adulto y la habili-

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    dad para trabajarla, pues es evidente que con ellose asegura la alimentacin propia y la de su futurafamilia. Con esto se explica que a los mayas se lesconozca como la cultura del maz. El estudio quehace Alejos Garca se refiere a todas las culturas ma-yas. Porque el hombre maya est hecho de maz.24No es casual que al maz tambin se le consideresagrado. En la expresin ritual en bats'i k'op se ledice al maz ch'ul ixim o sea maz sagrado?*1

    Regresando a San Andrs Larrinzar podemossintetizar que su relacin intrnseca con la MadreTierra es axiomtica mientras los tsotsiles vivan ensu superficie. Para los mayas en su conjunto, y es-pecficamente para los tsotsiles de San Andrs La-rrinzar, la relacin con la Madre Tierra es tan im-portante como el comer y el respirar. Dicho enotras palabras, mantenerse separados de la tierraequivale al fin de la existencia de los mayas. Porfortuna con la tierra se puede dialogar porque es-cucha a los que le hablan y ofrece su proteccin acambio de que el tsotsil la respete y ofrezca sacri-ficios para mantener ese vnculo. Como dira Mi-guel Alberto Bartolom, el mbito residencial esun mbito sacrificial y sacralizado en razn de larelacin transaccional que los hombres mantienencon las deidades y potencias de la naturaleza.26 Eneste sentido, en el territorio tnico el tiempo y elespacio se conjugan, porque all ha transcurrido laexperiencia vital que da sustento a la memoria his-trica de la sociedad. La relacin con la Tierra estan ntima que incluso cuando suceden ciertas va-riaciones ecolgicas determinan sensibles diferen-cias en el repertorio cultural del grupo. Si lo quedice este autor es cierto, entonces la injusta do-minacin jkaxlan ejercida en un territorio sagradoy milenario no podra mantenerse por muchotiempo.

    Notas:1 El jkaxlan, desde la visin del tsotsil, es el otro, un

    extranjero en el territorio de aqul. En la relacin de lamismidadj de la otredad, al jkaxlan se le desconfa y escatalogado a priori de malo y perverso. En Chiapas yGuatemala se le nombra ladino. En trminos generales

    esta categora tnica suele usarse para nombrar a todoaquel que no es indgena. Pues el tsotsil tiene su propiacultura y lengua, a diferencia del jkaxlan. Vase OliviaGall, "Los elementos histrico-estructurales del racismoen Chiapas".

    2 Es la cabecera municipal de los pueblos indgenas.Sede de los poderes polticos y religiosos y centro ce-remonial.

    3 Esta Ley propici la privatizacin de las tierras,dando como resultado la creacin de grandes haciendasen todo el pas. En la poca de Crdenas 1934-1940 secrearon los ejidos en beneficio de los campesinos. Noobstante, en 1992, en el rgimen de Carlos Salinas deGortari, con la reforma del artculo 27 de la Constitu-cin, nuevamente se dio apertura a la privatizacin dela tierra.

    4 Sonia Toledo Tello, Fincas, poder y cultura en Si-mojovel, Chiapas, p. 47.

    5 Para tener una idea ms clara acerca de la creacinde las haciendas o fincas, vase la obra Entre montaas ycafetales, de Ana Bella Prez Castro. En ella se hace referen-cia de la explotacin de la mano de obra de los tsotsilesde Simojovel y de otros municipios. En la zona norte conlos ch'oles, las obras de Jos Alejos Garca, Mosojantel.Etnografa del discurso agrarista entre los ch'oles, y CtioUkaxlan. Identidades tnicas y conflicto agrario en el norte deChiapas, 1914-1940. En los tojolabales la obra Memoria,balda. Los tojolabales y las fincas. Testimonios, de AntonioGmez Hernndez y Mario Humberto Ruz.

    6 Jess Manuel Hidalgo Prez, Tradicin oral de SanAndrs Larrinzar: algunas costumbres y relatos tzotziles,p. 148.

    7 Es uno de los personajes clave en la expulsin deljkaxlan. Pertenece a una de las dos familias nacidas enel Jteklum durante la intensa dominacin. Era presiden-te municipal en 1974, cuando los Jkaxlanetik fueronexpulsados del Jteklum. Sus ricos testimonios sern basefundamental en todo el desarrollo del trabajo. Los testi-monios los obtuve en una entrevista con l, el 28 deagosto de 2002.

    8 El castellano o espaol.9 Nuestros antepasados. Los primeros padres y ma-

    dres que habitaron desde tiempos ancestrales el territo-rio que ocupan los actuales bats'i viniketik. A los Totilme'iletik se les considera semidioses y creadores de losbats'i viniketik.

    10 Los hombres verdaderos u originarios.

  • 68 TIERRA Y COSMOVISIN TSOTSIL

    11 La lengua verdadera, o sea el tsotsil.12 Jos Alejos Garca, "Los guatemaltecos de 1770 en

    la descripcin de Pedro Corts y Larraz", p. 255.13 Norbert Ross, "La expulsin de los ladinos de San

    Andrs Larrinzar (1974) como antecedente del movi-miento (neo) zapatista", p. 826.

    14 Fiero Gorza, Habitar el tiempo en San Andrs La-rrinzar Sakamch'en de los Pobres. Escenas de un paisajeindgena, p. 39.

    15 Calixta Guiteras Holmes, Los peligros del alma.Visin del mundo de un tzotzil, pp. 220 y 221.

    16 Fue una de las personas que luch en contra de ladominacin Jkaxlan en San Pedro Chenalh. Desdemuy pequeo recibi de parte de los dioses creadores eldon de j-ilol, o sea, mdico tradicional. En su juventuddesempe varios cargos en su pueblo, por ejemplo:primer maestro bilinge, consejero, presidente munici-pal por dos ocasiones. De tal virtud gan la simpata desus coterrneos. A l acudan cuando eran objeto demaltrato por parte de los Jkaxlanetik, porque era el ni-co que le haca frente al enemigo. Era el padre del an-troplogo Jacinto Arias Prez.

    17 William R. Holland, Medicina maya en los Altos deChiapas. Un estudio del cambio sociocultuml, p. 69.

    18 Entrevistado el 1 de enero de 2002. Es uno de losj-iloletik reconocidos de Larrinzar. Naci en la fincaRincn ahora del municipio de El Bosque. Durante sujuventud fue baldo de sta. Actualmente tiene 70 aosde edad.

    19 Cabe hacer la aclaracin que la tierra es el mundomismo por eso se le dice cb'ul balumil, o sea sagrada tie-rra. Entonces no es posible que el mundo sea una mer-canca. Lo que s se puede vender es el osil o sea terreno.En su venta participan indgenas y no indgenas.

    20 De acuerdo con los testimonios orales los tsotsilesposeen terrenos que van desde media hasta cinco hect-reas. Sin embargo, no todos tienen la dicha de poseerdicho terreno porque muchos ni siquiera son dueosdel espacio que ocupan para vivir. Por eso varios optanpor abandonar su lugar de origen para ir en busca demejores posibilidades de vida.

    21 En esta reforma se derogaron varias fracciones cu-yo contenido rezaba sobre el reparto agrario. Ms bienel anlisis gira en torno a que la Tierra no se compra nise vende, pero este artculo considera a la Tierra comoun objeto que se puede comprar y vender cuando lasautoridades as lo deseen de acuerdo a las leyes esta-blecidas. Por ejemplo, cuando un propietario posee un

    terreno cuya extensin sea mayor de lo establecido; se-gn versa un fragmento la fraccin XVII "...deber serfraccionado y enajenado por el propietario dentro delplazo de un ao contado a partir de la notificacin co-rrespondiente. Si transcurrido el plazo el excedente nose ha enajenado, la venta deber hacerse mediante p-blica almoneda". Esta visin constitucional contrastacon la cosmovisin tsotsil.

    22 Mario Humberto Ruz, "Los mayas de hoy: pueblosen lucha", p. 225.

    23 Jos Alejos Garca, "Cultura y modernidad. Laproblemtica de los mayas en las naciones independien-tes", p. 178.

    24 Vase la parte III del Popal Vuh.25 A los nios se les inculca, desde pequeos, a no

    maltratar y tirar los granos de maz, porque ste sientedolor como nosotros y llora. Adems, la Tierra puedecastigar si se cometen tales faltas.

    26 Miguel Alberto Bartolom, Gente de costumbre y gen-te de razn. Las identidades tnicas de Mxico, pp. 86 y 87.

    Referencias:Alejos Garca, Jos, "Cultura y modernidad. La proble-

    mtica de los mayas en las naciones independien-tes", en Del katn al siglo. Tiempos de colonialismo yresistencia entre los mayas. Mxico, CNCA, 1992.

    Alejos Garca, Jos, "Los guatemaltecos de 1770 en ladescripcin de Pedro Corts y Larraz", Estudios deCultura Maya, vol. XIX, 1992.

    Bartolom, Miguel Alberto, Gente de costumbre y gentede razn. Las identidades tnicas de Mxico. Mxico,Siglo XXI-iNi, 2000.

    Bonfil Batalla, Guillermo, Mxico profundo. Una civili-zacin negada. Mxico, CNCA, 1989.

    Gall, Olivia, "Los elementos histrico-estructurales delracismo en Chiapas", en Alicia Castellanos Guerreroy Juan Manuel Sandoval (coords.), Nacin, racismo eidentidad. Mxico, Nuestro Tiempo, 1998.

    Gorza, Piero, Habitar el tiempo en San Andrs Larrin-zar-Sakamch'en de los Pobres. Escenas de un paisaje in-dgena. Zamora, El Colegio de Michoacn, 1999.

    Guiteras Holmes, Calixta, Los peligros del alma. Visindel mundo de tm tzotzil. Mxico, FCE, 1986.

    Hidalgo Prez, Jess Manuel, Tradicin oral de San AndrsLarrinzar: algunas costumbres y relatos tzotziles. SanCristbal de Las Casas, Direccin de Fortalecimiento alas Culturas-Subsecretara de Asuntos Indgenas, 1985.

  • LUCAS RUIZ RUIZ 69

    Holland, William R., Medicina maya en os Altos de Chiapas.Un estudio del cambio socio-cultural Mxico, INI, 1963.

    Ross, Norbert, "La expulsin de los ladinos de San AndrsLarrinzar (1974) como antecedente del movimiento(neo) zapatista", en Memorias del Tercer Congreso Inter-nacional de Mayistas, vol. I, Mxico, UNAM, 1998.

    Ruz, Mario Humberto, "Los mayas de hoy: pueblos en

    lucha", en Del katn al siglo. Tiempos de colonialismoy resistencia entre los mayas. Mxico, CNCA, 1992.

    Toledo Tello, Sonia, Fincas, poder y cultura en Simojovel,Chiapas. San Cristbal de Las Casas, Programa deInvestigaciones Multidisciplinarios sobre Mesoam-rica y el Sureste-UNAM-Instituto de Estudios Ind-genas-UNACH, 2002.