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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DOCENTE DE POSTGRADO EN CIENCIAS POLÍTICAS
MAESTRÌA EN CIENCIA POLÍTICA
TRABAJO DE GRADO
OPINIÓN PÚBLICA Y POLÍTICA DE SALUD EN VENEZUELA: 2003-2007.
por
Rafael Ernesto Quiñones Acosta.
Febrero del 2011.
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DOCENTE DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DE POSTGRADO EN CIENCIAS POLÍTICAS
MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA
OPINIÓN PÚBLICA Y POLÍTICA DE SALUD EN VENEZUELA: 2003-2007.
Trabajo de Grado presentado a la Universidad Simón Bolívar por
Rafael Ernesto Quiñones Acosta
como requisito parcial para optar al grado académico de
Magister en Ciencia Política
Con la asesoría del prof.
José Vicente Carrasquero Aumaitre.
Febrero, 2011.
iii
DEDICATORIA
Dedicada a mi familia, mi madre, mi hermano Gustavo, mi tío Ricardo y un largo
etcétera de personas que en paralelo a la elaboración y culminación a este trabajo, me
ayudaron vitalmente a superar mis dolencias físicas y mentales que me acosaron durante este
año de desarrollo de la investigación. Su paciencia por la excéntrica carrera que ha escogido
este miembro de la familia siempre ha sido una de mis fuentes de inspiración para mantener
mi profesión.
iv
AGRADECIMIENTOS
Primeramente, al profesor José Vicente Carrasquero por su inmenso talento, paciencia
e ingenio que me guió en todo momento en el diseño y elaboración de esta tesis. Su familia
debe estar harta de ver mi cara por su casa cada fin de semana durante casi seis meses.
A los profesores Pasqüalina Curcio, Marino González y el doctor Rafael Orihuela, por
su ayuda en como localizar información relacionados con indicadores de salud en el país y
cómo interpretarlos correctamente a objetos de esta investigación.
A Marcela Zaro de Datanálisis; Eleonora Nevado y Felix Seijas del Instituto
Venezolano de Análisis de Datos; Saúl Cabrera, Pedro Cabrera y María Valentina Rodríguez
de Consultores 21, y finalmente al profesor Federico Welsh, que me suministraron la
información cuantitativa con relación a la opinión pública venezolana relacionada con el tema
sistema de salud público por parte de la opinión pública en sus respectivas empresas o
facultades académicas.
Al doctor Jorge Díaz Polanco del Cendes, que me suministró información vital acerca
del nivel de cobertura de la Misión Barrio Adentro durante los años en que tocó estudiar el
fenómeno de la salud pública en Venezuela. En cierta forma, quisiera que esta tesis fuese un
complemento de su libro “Barrio Adentro: Continente afuera”, al incluir el tema de la Opinión
Pública a su análisis de la Misión Barrio Adentro.
Aún sin su aprobación, le agradezco al profesor Pasqüale Nicodemo, cuyos consejos
fueron vitales para el análisis estadísticos de las variables estudiadas en la investigación.
Y por último pero no menos importante, a Oscar Schemel y Federico Schemel, de la
empresa encuestadora Hinterlaces, por suministrarme el material cualitativo que sirvió de base
para mi hipótesis alternativa a la investigación, al final de la misma.
Repitiendo un viejo mantra que adopté hace muchos años: “Si alguna virtud tiene esta
investigación en aportar nuevo conocimiento al complejo mundo de las ciencias sociales, se
v
debe en gran parte a las personas antes mencionadas. Si tiene algún defecto, es exclusiva culpa
del autor”.
vi
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DE ESTUDIOS DOCENTE DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DOCENTE DE POSTGRADO EN CIENCIA
POLÍTICA
OPINIÓN PÚBLICA Y POLÍTICA DE SALUD EN
VENEZUELA: 2003-2007.
Por: Quiñones Acosta, Rafael Ernesto.
Carnet No.: 0886389
Tutor: José Vicente Carrasquero Aumaitre
Febrero, 2011.
RESUMEN
El objetivo principal de esta investigación es conocer cómo evalúa la opinión pública
venezolana las políticas en materia de salud pública del gobierno central venezolano, desde
abril del 2003 hasta diciembre del 2007, en comparación a los indicadores de desempeño del
gobierno central venezolano dentro de ese mismo período en materia de gestión de salud.
Se analizará descriptivamente la relación entre ambas variables para así describir el grado de
conexión de ambos fenómenos y su consistencia con el marco teórico de la investigación.
Finalizamos la misma refutando la hipótesis planteada inicialmente sobre la conexión
existente entre la percepción de la Opinión Pública venezolana sobre el desempeño del Estado
venezolano en materia de salud pública con el desempeño real del Estado en esta esfera de
sus atribuciones.
Palabras claves: Opinión pública, salud pública, desempeño.
vii
ÍNDICE GENERAL
APROBACIÓN DEL JURADO…………….......... ....……………………………………… ii
DEDICATORIA….…………………………………………………………………………. ..iii
AGRADECIMIENTOS………………………………………………………………….. …...iv
RESUMEN……………………………………………………………………………….........vi
i
ÍNDICE
GENERAL…………………………………………………………………………………..vii
ÍNDICE DE FIGURAS………………………………………………………………….........xi
INTRODUCCIÓN.…………………………………………………………………………….1
Antecedentes. .......................................................................................................................... 6
Planteamiento y justificación del problema. ..................................................................... 17
Metodología de la investigación. ......................................................................................... 24
Operacionalización de variables. ........................................................................................ 29
Objetivos de la investigación. .............................................................................................. 34
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO. ………………………………………………………….35
1.1 Opinión Pública: Definición y características. ............................................................ 35
1.2 La relación de Política públicas con Opinión Pública. ............................................... 46
1.3 Demandas sociales y gobernabilidad democrática. .................................................... 55
1.4 Sistema de Salud Pública: Indicadores de desempeño. .............................................. 62
CAPÍTULO II: DATOS DE LA SALUD EN VENEZUELA…………………………... …..70
2.1 Barrio Adentro: Radiografía del nuevo paradigma en salud pública venezolana. . 70
2.2 Los objetivos del milenio en 3 países. ........................................................................... 88
viii
2.3 Medición de desempeño de la salud pública en Venezuela con base en el monitoreo,
la evaluación y el análisis del estado de salud de la población entre los años 2003-2007
por cada mil
habitantes..................................................................................................................................98
CAPÍTULO III OPINIÓN PÚBLICA EN MATERIA DE SALUD EN VENEZUELA. …112
3.1 Evolución de la opinión pública sobre la salud en Venezuela entre 2003 y 2007. .. 112
3.2 Nivel de satisfacción con el sistema de salud y el desempeño de dicho sistema. .... 132
CAPÍTULO IV: RELACIÓN ENTRE POLÍTICAS Y OPINIÓN PÚBLICA…………... …159
4.1 Políticas públicas diseñadas para impactar a la opinión pública. ........................... 159
CAPTÍTULO V: CONCLUSIONES ………………………………………………………...178
REFERENCIAS………………………………………………………………………….. …188
ANEXOS…………………………………………………………………………………. 211
1.- Indicadores de desempeño del Gobierno Central en materia de salud durante los años
2003-2007. ........................................................................................................................... 211
1.1- Razón de muertes maternas: Venezuela. .................................................................. 211
1.2.- Tasa de muertes perinatales. .................................................................................... 213
1.3.- Número de vacunas colocadas por enfermedad. ...................................................... 219
1.4.- Principales causas de muertes de niños menores de un año en Venezuela. ............. 221
1.5.- 10 Principales causas de muertes de niños de 28 días de nacidos. .......................... 228
1.6.- Principales causas de muerte de niños entre 1 y 4 años. .......................................... 235
1.7.- Tasa de muertes por enfermedades endémicas. ....................................................... 241
1.8.- Número de infectados por VIH/SIDA entre los años 2003-2007 en Venezuela. .... 249
2.- Indicadores del uso de la Misión Barrio Adentro…………………………………….. …251
2.1.- World Development Consultants. ............................................................................ 251
2.2.- CENDES. .................................................................................................................... 255
2.3 Banco Central de Venezuela. ...................................................................................... 259
3.- Indicadores de la percepción la Opinión Pública venezolana sobre el tema de la salud
entre los años 2003-2007. .................................................................................................... 260
3.1.- DATANÁLISIS. ...................................................................................................... 260
3.2.- CONSULTORES 21. ............................................................................................... 268
3.3.- INSTITUTO VENEZOLANO DE ANÁLISIS DE DATOS. ................................. 279
3.4.- LATINOBARÓMETRO. ........................................................................................ 287
ix
ÍNDICE DE TABLAS
Tablas Pág.
Tabla 2.1 Edades de los usuarios de las misiones gubernamentales sobre salud y alimentación.
................................................................................................................................................... 77
Tabla 2.2 Capacidad de cobertura de la Misión Barrio Adentro por estados Venezuela, 2005.
................................................................................................................................................... 78
Tabla 2.3 La última vez que estuvo enfermo ¿Qué hizo? ......................................................... 80
Tabla 2.4 Comportamiento ante la última enfermedad propia por tipo de servicio utilizado y
clase social. Venezuela, 2005. ................................................................................................... 83
Tabla 2.5 Uso de Servicios de salud por tipo de servicio y nivel socioeconómico. Venezuela,
2005. .......................................................................................................................................... 84
Tabla 2.6 Uso de servicios de salud por tipo de red y clase social. Venezuela, 2005 (% sobre
toda las clases sociales). ............................................................................................................ 85
Tabla 2.7 Comparación de Tasas de muertes maternas 2003-2007. ......................................... 90
Tabla 2.8 Comparación de Tasas de muertes perinatales (menores de 28 días de nacidos)
2003-2007. ................................................................................................................................. 91
Tabla 2.9 Comparación de Tasas de muertes de niños entre 28 días y 11 meses de nacidos
2003-2007. ................................................................................................................................. 92
Tabla 2.10 Tasa de muertes entre niños de 1 y 4 años de edad. ................................................ 93
Tabla 2.11 Cobertura de la vacunación en Venezuela. ............................................................. 94
Tabla 2.12. Cobertura de la vacunación en Colombia. .............................................................. 94
x
Tabla 2.13. Cobertura de la vacunación en Chile. ..................................................................... 95
Tabla 2.14. Gasto en Salud Pública según % del PIB .............................................................. 97
Tabla 2.15. Principales causas de muertes de niños menores de 28 días. ............................... 100
Tabla 2.16. Principales causas de muertes de niños menores a 1 año. .................................... 102
Tabla 2.17. Principales causas de muertes de niños entre 1 y 4 años de nacidos. ................... 103
Tabla 3.1. Nivel de satisfacción sobre el impacto de la gestión del Presidente Chávez en
materia de salud. 2003-2007 .................................................................................................... 114
Tabla 3.2. Beneficiarios de las misiones entre el año 2004 al 2007. ....................................... 117
Tabla 3.3 Beneficiarios de las misiones para noviembre del 2009. ........................................ 118
Tabla 3.4. Nivel de satisfacción por los servicios de salud públicos impartidos por el gobierno
central. ..................................................................................................................................... 120
Tabla 3.5. Formas de cubrir los gastos en salud. ..................................................................... 121
Tabla 3.6 Como ha enfrentado los problemas de salud que ha tenido usted y su familia en los
últimos doce meses……………………………………………………………………….. …122
Tabla 3.7. Principales problemas que aquejan a Venezuela. ................................................... 124
Tabla 3.8. Evaluación del sistema de salud público. ............................................................... 126
Tabla 3.9. ¿Cuáles son las principales propuestas del Presidente Hugo Chávez para el año
2006?........................................................................................................................................128
Tabla 3.10. Beneficiarios de Misiones sociales....................................................................... 129
Tabla 3.11. Misión más exitosa del gobierno nacional. .......................................................... 131
xi
ÍNDICE DE FIGURAS.
Figuras Pág.
Ilustración 2.1. Evolución de la tasa de muertes maternas. ....................................................... 99
Ilustración 2.2. Evolución de la tasa de muertes de niños menores de 28 días de nacidos ..... 100
Ilustración 2.3. Tasa de muertes de niños entre los 28 días y 11 meses de nacidos. ............... 102
Ilustración 2.4. Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años de nacidos. .................................. 104
Ilustración 2.5. Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años a causa de enfermedades
intestinales. .............................................................................................................................. 105
Ilustración 2.6. Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por causa de influenza y neumonía.
................................................................................................................................................. 106
Ilustración 2.7. Tasa de niños entre 1 y 4 años de edad fallecidos por enfermedades crónicas
respiratorias. ............................................................................................................................ 107
Ilustración 2.8. Cobertura de vacunación en Venezuela 2005-2008. ...................................... 108
Ilustración 2.9. Número total de infectados por VIH-SIDA 2003-2007. ................................ 109
Ilustración 2.10. Tasa de mortalidad por paludismo 2002-2007. ............................................ 110
Ilustración 2.11. Tasa de mortalidad por tuberculosis. ............................................................ 111
Ilustración 3.1. Nivel de satisfacción con el sistema público de salud del gobierno central entre
los años 2002-2007. ................................................................................................................. 135
Ilustración 3.2. Tasa de mortalidad materna. .......................................................................... 135
Ilustración 3.3. Tasa de mortalidad de niños menores a los 28 días de nacidos. .................... 137
Ilustración 3.4. Tasa de mortalidad de niños entre los 29 días y los 11 meses de nacidos. .... 139
xii
Ilustración 3.5. Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años de nacidos. .............................. 141
Ilustración 3.6. Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años de edad por enfermedades
infecciosas intestinales. ........................................................................................................... 143
Ilustración 3.7. Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por influenza y neumonía. .......... 144
Ilustración 3.8. Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años de edad por enfermedades
respiratorias. ............................................................................................................................ 146
Ilustración 3.9. Cobertura de vacunación pentavalente. .......................................................... 147
Ilustración 3.11. Cobertura de vacunación antirotavirus. ........................................................ 148
Ilustración 3.10. Cobertura de vacunación antipolio. .............................................................. 149
Ilustración 3.12.Cobertura de vacunación BCG. ..................................................................... 150
Ilustración 3.13. Cobertura de vacunación antiamarílica. ....................................................... 151
Ilustración 3.14. Cobertura de vacunación Trivalente viral. ................................................... 152
Ilustración 3.15. Tasa de infectados por VIH/SIDA en Venezuela. ........................................ 153
Ilustración 3.16. Tasa de muertes por paludismo como enfermedad endémica. ..................... 155
Ilustración 3.17. Tasa de muertes por tuberculosis como enfermedad endémica. .................. 156
INTRODUCCIÓN.
Uno de los elementos esenciales que separan la pre-modernidad del período moderno
fue la separación del saber frente al poder, en la construcción de la definición de la realidad
por parte del sujeto humano. Si en el Antiguo Régimen que dominaba la sociedad occidental
antes del advenimiento de la Modernidad, la producción del saber que imponía como debía
pensarse y concebirse la realidad humana se regulaba a través de una estructura teológica-
política, la modernidad rompe con la relación poder-saber, para pensar la realidad en términos
autónomos a los del poder político-teológico. La modernidad no sólo implicaba la defunción
de las formas políticas, económicas y sociales que habían regido Occidente durante siglos
antes del advenimiento de la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, sino era también
la ruptura con el monopolio de la producción sentido por parte de la Iglesia y el Estado
Occidental.
La separación de lo político de la producción del saber origina una dinámica inédita en
los sistemas políticos que regían el mundo occidental, posibilitando la existencia de repúblicas
liberales representativas, que con la evolución del tiempo estaban destinadas a ser el punto de
partida para el origen de la democracia moderna. La esencia representativa del poder político
en los nuevos sistemas de gobierno hace imposible que por medio del Estado se imponga
cualquier representación absoluta del saber de una sociedad y en consecuencia, de los
mecanismos con que los sujetos pueden definir su realidad. El poder político moderno admite
no poder representar de forma absoluta todos los intereses e integrantes de la comunidad
política donde rige su poder. Por lo tanto, le es imposible al Estado Moderno monopolizar la
propiedad de la verdad ante los miembros de la comunidad política, originándose en la esfera
de lo social un sinfín de focos de producción del sentido para definir la realidad en que
subsisten y actúan los individuos.
El desarrollo de estos focos múltiples y alternativos a los de la esfera de lo político y
del poder del Estado en la sociedad moderna, posibilitó que los
2
sujetos de manera relativamente autónoma puedan interpretar y cuestionar la realidad en
que viven, donde los conceptos que definen la identidad social puedan ser debatidas, sujetas a
la polémica, ya sea para sintetizarse en puntos de vistas compartidos en sociedad o aislarse en
dinámicas discursivas específicas de algunos miembros de la sociedad. Nace en este proceso
entes de gran significación para la construcción del conocimiento y las creencias dentro de la
modernidad: El intelectual moderno y la opinión pública moderna. El primero sería la
consecuencia lógica de la división del trabajo en la modernidad, que delegaba en un rol
específico de la sociedad la función de originar conocimiento especializado para el resto de los
miembros de la sociedad pudiesen definir la realidad en que vivían y las acciones a cristalizar
dentro de la misma con base a ese conocimiento.
En cambio, la opinión pública moderna es un producto directo de la pérdida de la
Iglesia y el Estado occidental en el moldeamiento de las opiniones de los sujetos sociales más
allá del ámbito de sus respectivas esferas privadas. Si en la pre-modernidad, el poder político y
teológico había ejercido con sus respectivos mecanismos de dominación la mayor parte de los
juicios de valor que eran publicitados en el debate público en sociedad, con la entrada de la
modernidad esa potestad se pierde. Lo anterior implica que las fuentes con que se moldearan
las opiniones públicas de los individuos y grupos sociales serán múltiples y muchos más
diversas en la modernidad que en las que existían en la pre-modernidad, donde el intelectual
moderno tendrán un papel relevante aunque no único en moldear estas opiniones dentro del
ámbito público de la comunidad política moderna.
La entrada de la modernidad no sólo hace cambiar radicalmente los criterios con que se
producía el conocimiento y el sentido de la realidad en sociedad, sino de los fundamentos en
que se sustentaba el poder político en la comunidad humana occidental. Si en el Antiguo
Régimen la soberanía del poder político se sustentaba en un cuerpo reglamentado que tenía su
punto de apoyo en la tradición impuesta por el Estado y la Iglesia en Occidente, la modernidad
establecía otros criterios. La soberanía del poder político descansaba en los miembros de la
comunidad política que tenían y podían ejercer sus derechos políticos a través de la
representación política y el debate público. Por lo tanto en la Modernidad la construcción
primeramente del Constitucionalismo en las monarquías parlamentarias occidentales, luego en
el surgimiento de las repúblicas liberales y por último en la consolidación de la democracia
3
liberal moderna, la soberanía de los sujetos que hacen vida en la comunidad política era la
piedra angular de toda justificación y ejecución de una acción política racional.
La soberanía de la Nación, también entendida como la soberanía del “pueblo”
gobernado que se operacionalizaba a través de la representación política de la ciudadanía en la
elección de sus gobernantes, dotaba de legitimidad a un nuevo tipo de Estado diferente al del
Antiguo Régimen. La soberanía del nuevo Estado, traducida como el poder de elaborar y
aprobar leyes que regulan las relaciones humanas en sociedad, proviene de los ciudadanos de
la comunidad política en su conjunto y es susceptible la manera de llevar su ejecución de las
decisiones y opiniones generales que son debatidos en el espacio público de la sociedad. La
representación pública moderna, que al contrario de la representación en el Antiguo Régimen
no implica el mandato imperativo de los representantes frente a sus electores de manera
directa, sino la depuración de los intereses generales de los miembros de la sociedad usando
como filtro la elección de los representantes. Los intereses diversos existentes en el debate y
elaboración de la opinión pública condicionan de manera limitada la elección de los
representantes del Estado que a su vez sugestionaran la forma de ejercer el poder político en la
comunidad humana.
De esta manera, el Estado Moderno, a través de la representación y el
Constitucionalismo, posibilita el debate público en sociedad y sus efectos en la representación
política de acuerdo a cauces establecidos por los mecanismos de representación de los
intereses generales de la Nación que fundamentan el Estado Liberal de Derecho: Libertad,
Igualdad, Justicia, Seguridad y Propiedad. La sugestión de la acción política gubernamental
orientado a un grupo social particular de la comunidad es inconcebible en este esquema, al
igual que la intervención del Estado en ámbitos de la sociedad que según la ideología liberal
con que se construye el Estado moderno son vedados a la acción gubernamental. En este
aspecto, la opinión pública moderna sólo puede actuar dentro de un ámbito muy específico de
acción sobre el gobierno de la sociedad para activar acciones proclives a la defensa de los
derechos e intereses generales de la Nación representada en el Estado.
Pero el cuestionamiento de las nociones liberales en que se fundamentaba el Estado de
Derecho Moderno, activaron dentro de la misma Opinión Pública de acciones que
repercutieron en nuevas transformaciones del Estado. Las desigualdades de oportunidades en
el acceso al poder del Estado por parte de los gobernados, los desajustes sociales originados
4
por la cuestión social de la sociedad industrial, los límites de la representación política como
modo de controlar el poder gubernamental más la complejización y diversificación de la
sociedad civil moderna, implicaron que la opinión pública impulsara cambios en la visión
sobre la legitimidad del poder el Estado en sociedad. De esas presiones surge el Estado Social
de Derecho, heredero del Estado Liberal de Derecho del sistema político y representativo de
carácter democrático que reemplaza al orden del Antiguo Régimen, pero que expanden las
funciones del Estado más allá del modelo liberal de gobierno.
El Estado Social de Derecho se consolida como un modo superior de gobierno al
liberal en la sociedad industrial occidental, donde la legitimidad del Estado abarca más allá de
su ámbito constitucional y electivo-representativo en el ejercicio del poder político. El Estado
Social de Derecho se consolida como productor y ejecutor de un conjunto diverso de políticas
públicas para garantizar el mayor grado de bienestar posible al mayor número de personas en
la comunidad política democrática. La calidad, eficiencia y efectividad de estas políticas
públicas repercute en el nivel de gobernabilidad que pueda ejercer la esfera política en una
comunidad y parcialmente el grado de legitimidad de un sistema político y sus representantes
en el ejercicio de la autoridad otorgado por medio de la representación política. La opinión
pública moderna de esta forma expande su radio de acción sobre la esfera política de la
sociedad, siendo ella el punto de encuentro de las opiniones y evaluaciones que hacen los
sujetos democráticos sobre el desempeño del gobierno en materia de políticas públicas.
Venezuela, como sistema político enmarcado desde 1830 a 1945 en el esquema de una
república liberal moderna, y de 1945 al 2010 (con un breve paréntesis entre 1948 y 1958)
como una democracia liberal moderna. Desde su constitución como Estado Democrático
moderno, se adhirió de manera implícita a los principios que definen el Estado Social de
Derecho desde 1958 a 1999, y de manera constitucionalmente explícita desde 1999 al 2010.
En este contexto, la gobernabilidad y legitimidad democrática del Estado Democrático no sólo
recaía en el cumplimiento de la normativa Constitucional y la elección democrática y
universal de los representantes políticos, sino de la evaluación continua de la Opinión Pública
venezolana de los éxitos y fracasos del Estado para garantizar servicios como educación,
salud, vivienda, empleo y otros elementos en el marco de la potestades a cumplir por parte del
Estado Social de Derecho. De esta forma, el nivel de desempeño del Estado en producir y
distribuir bienes y servicios a la sociedad venezolana para satisfacer tanto necesidades
5
generales como específicas de los grupos sociales hacen vida en la comunidad política, era un
elemento esencial para la evaluación de la opinión pública de las funciones del gobierno se
estuviesen cumpliendo a cabalidad y por lo tanto, pudiéndose condicionar el nivel de
gobernabilidad del poder político en la sociedad venezolana.
El acceso universal a un sistema eficiente y eficaz de salud pública, es uno de los
elementos de mayor importancia en la construcción del Estado Social de Derecho en
Occidente, al igual que en el caso venezolano. Desde la constitución en 1958 del Estado
venezolano como un sistema político democrático moderno, la prestación de la salud como
servicio público a todos los venezolanos ha sido un elemento sustantivo para la opinión
pública nacional para evaluar la calidad de la acción política estatal y su legitimidad en el
contexto del juego democrático venezolano.
A partir de 1999 con el ascenso al poder del Presidente Hugo Chávez en la presidencia del
Ejecutivo nacional se planteó la modificación en la forma en que el Estado elaboraba y
ejecutaba sus políticas públicas en el marco del Estado Social de Derecho, pero sólo en el año
2003 ese cambio se cristalizaría de manera patente en el ámbito de la prestación del servicio
de la Salud. La ejecución de una política pública de salud paralela al sistema de salud público
fundamentado en la red hospitales y centros de salud construidos a lo largo del siglo XX, se le
llamó Misión Barrio Adentro, centrado en un conjunto de módulos de atención de salud
primaria dirigidos a los estratos económicamente más desfavorecidos de la sociedad
venezolana. Dicho cambio en la forma de ejecutar la política de salud del Estado venezolano a
su vez ejercicio cambios en la manera en que la opinión pública venezolana evaluaba la
eficiencia y efectividad del Estado en la prestación del servicio.
Como ha cambiado la forma de ejecutar la política de salud en Venezuela y como se
evalúa esta nueva ejecución de la salud pública por parte de la opinión pública venezolana es
de vital importancia para entender de qué forma comprenderá la mayoría de los venezolanos
como se presta el servicio en los venideros años. Estudiando los indicadores de desempeño del
sector salud desde el 2003 hasta el año 2007 (último año en que se han registrado cifras
oficiales sobre el sector) y las mediciones de la opinión pública con respecto a la evaluación a
la salud pública, se podría detectar el nivel de coherencia o distorsión del desempeño del
gobierno en materia de salud con las percepciones mayoritarias de la ciudadanía venezolana
con respecto a dicho desempeño. El grado de coherencia entre ese desempeño y la percepción
6
de ese desempeño por parte de la opinión pública venezolana determinarán si en verdad la
ciudadanía venezolana está en sintonía para evaluar la ejecución de las políticas públicas de un
gobierno democrático dentro de un contexto de Estado Social de Derecho, o la construcción de
sus percepciones son ajenos a los efectos reales de dichas políticas públicas, siendo imposible
que ejecute acciones para moldear dicha políticas a los intereses de las mayorías de la
comunidad política. En estas palabras resumimos la relevancia y actualidad de la investigación
que pretendemos acometer y cuyo éxito deseamos cristalizar.
Antecedentes.
Sólo se puede hablar de un sistema de salud público en Venezuela a partir del siglo XX
venezolano. Durante los primeros 70 años de vida republicana, Venezuela, al igual que otros
países de la región latinoamericana, disfrutaba de servicios de salud financiados por
particulares o por la institución eclesiástica de la Iglesia Católica (Rincón Becerra, Rodríguez
Colmenares, 2004). En este contexto, el servicio de salud era de carácter municipal y en el
mejor caso, bajo la supervisión de los estados federales de la república (González, 2006), ya
que las provincias que integraban la nación resolvían autónomamente sus problemas de salud
sin responder al Estado Central. Esto evidencia la falta de una política de salud y saneamiento
nacional por parte del Estado Nacional venezolano.
La primera iniciativa conocida en materia de institucionalización y centralización de
una auténtica política de salud, por parte del Estado Central venezolano, procede en el año de
1909, iniciándose a partir de entonces un largo proceso de formalización e institucionalización
de la función pública del Estado Central venezolano de construir un sistema de salud pública
para el país. En 1909 se crea por primera vez la Comisión de Higiene Pública, bajo el auspicio
del Ministerio de Relaciones Interiores, durante el gobierno del Presidente Juan Vicente
Gómez. La materialización de esta Comisión posibilitó que dos años más tardes se pudiese
organizar coherentemente los servicios de salud, para combatir epidemias de enfermedades
infecciosas como el paludismo, la tuberculosis, el mal de Chagas y la lepra (Abad, 1999),
enfermedades que incidían en altas tasas de mortalidad dentro de la Venezuela de comienzos
del siglo XX. La necesidad de combatir estos males endémicos junto con la creciente
urbanización de la población venezolana, llevarían a que más allá del aporte particular, fuese
7
el Estado el gran organizador de la política de salud del país, constituyéndose en 1911 la
Oficina de Sanidad como el primer gran paso para concretar una administración pública del
servicio de salud.
Sin embargo, durante los 27 años del gobierno de Juan Vicente Gómez, fuera de
establecer la Oficina de Sanidad como la suprema autoridad en materia de salud en el país,
poco se avanzó en la institucionalización de un sistema de salud pública. Los recursos de la
Oficina de Sanidad provenían de aportes particulares de la Fundación Rockefeller, focalizando
la actividad de la Oficina en las zonas portuarias, petroleras y las áreas urbanas principales del
país (Pérez y Jaen, 1993). Sólo a partir de 1936, después de la muerte de Gómez, el país se
dirige a la construcción de un auténtico aparato gubernamental para organizar las políticas de
salud a implementarse en el país. En 1936 se crea bajo el gobierno del Presidente Eleazar
López Contreras el Ministerio de Salud y Asistencia Social, que empieza a centralizar todas
las políticas públicas de salud bajo la potestad del Estado Central venezolano. A la fecha se
empieza a implementar los primeros programas de servicios materno-infantiles dentro de la
ciudad de Caracas. Para 1938 se promulga la primera Ley de Sanidad Nacional, que centraliza
formalmente todas las iniciativas de salud bajo la batuta del Estado Central venezolano. La
legislación no sólo posibilitó el comienzo de la construcción de infraestructura sanitaria por
parte del Estado sanitario, sino el comienzo de las primeras campañas sistemáticas contra
enfermedades endémicas en el país, como el caso de la malaria.
En 1944, durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, se funda el Instituto
Venezolano de Seguros Sociales, más como una conquista sindical del movimiento obrero que
una política de salud intencionada del gobierno central. Esto lleva a que la nueva institución
esté bajo la adscripción del Ministerio de Trabajo (Rincón Becerra, Rodríguez Colmenares,
2004) y no del Ministerio de Sanidad, con una cobertura muy limitada. Progresivamente
durante el gobierno de Medina Angarita, se intentó desplegar tanto una política de salud
curativa como preventiva, por medio de la creación en 1945 de una Comisión Nacional para la
planificación de las instituciones médicas del país. Se inicia igualmente la primera red
nacional de instituciones hospitalarias durante esta gestión de gobierno (Castellanos, 1982).
Pero la formalización legal del deber del Estado venezolano de garantizar salud
gratuita al venezolano, tendrá lugar en el marco de un Estado Social de Derecho durante la
aprobación de una nueva constitución en el año 1947, donde se consagra la salud como
8
política esencial del Estado venezolano. En su artículo 51, la Constitución venezolana de 1947
especificaba que el “Estado velará por el mantenimiento de la salud pública. Todos los
habitantes de la república tienen el derecho a la protección de la salud. El Estado establecerá
los servicios necesarios para la prevención y tratamiento de enfermedades” (Constitución de
la República de Venezuela, 1947, citado por Delgado y Gómez, 2001, Pág: 73). Esto
implicaba que el Estado asumía un carácter intervencionista y controlador sobre el servicio de
salud en Venezuela, enfocándose más en lo preventivo que lo asistencial en la prestación del
servicio (Delgado y Gómez, 2001).
En el año 1953, el imperativo constitucional que dotaba al Estado venezolano de la
suprema potestad sobre la salud en el país no está explícito en la Constitución Nacional, si
bien la inversión en materia de infraestructura sanitaria sigue estando presente durante la
dictadura del General Marcos Pérez Jiménez (República de Venezuela, 1971). Sólo a la caída
del gobierno de Pérez Jiménez en el año 1958, el Estado Central venezolano retoma
explícitamente su función de supremo rector del servicio de salud dentro de las fronteras
nacionales del país. En 1958 culmina el proceso de formalización e institucionalización del
servicio salud como bien público, y comienzo su burocratización y masificación por todo el
país, durante un período de tiempo que oscila desde 1958 hasta el año de 1989.
El derrocamiento de la dictadura militar en el año de 1958 hace imperativo que para la
consolidación de un estado democrático de derecho en Venezuela, se proceda a un amplio
consenso de actores políticos y sociales para la estabilidad del nuevo régimen político. Esta
serie de consensos político-sociales posibilitaron que en la redacción y aprobación de la
Constitución de 1961 se garantizara una serie de derechos de carácter universal para todos los
venezolanos, donde el acceso de los ciudadanos al servicio de salud, bajo la administración del
Estado Central venezolano como proveedor de los servicios médicos y los recursos en materia
de infraestructura e insumos que posibilitaran el servicio se concretara (Sánchez, 2007). “Bajo
este consenso se concluye que todos los ciudadanos tienen derecho a la protección de la
salud, subyaciendo de esta manera el elemento de presencia del Estado como proveedor de
los recursos para la atención médica, el mantenimiento de la infraestructura de la red de los
servicios, para lo cual debían establecerse los medios que contribuirían a fortalecer la
asistencia a quienes carecían de ella. Con esto se pone en ejecución una política universalista
9
promovida por el modelo económico que impulsaba la sustitución de importaciones” (Rincón
Becerra, Rodríguez Colmenares, 2004, Pág: 7).
Dentro de la nueva etapa de burocratización y masificación del servicio de salud, el
papel rector de las nuevas políticas de salud siguió recayendo en el Ministerio de Sanidad y
Asistencia Social, como ente promotor y protector de la salud pública en el país, tanto a nivel
preventivo, como curativo y de descontaminación ambiental (Ochoa, 1995). El Ministerio de
Sanidad se convirtió entonces en un ente altamente jerarquizado y burocratizado (Rodríguez y
Pérez, 1996), cuya estructura tuvo replicas en todas los estados y entidades político-
administrativos del país, donde cada región sanitaria respondía directamente al poder central
en materia de salud. Esta centralización de la salud posibilitó que entre 1960 y 1964 a través
del Plan de la Nación se implementara un vasto plan de construcción de infraestructura
sanitaria e implementación de políticas públicas de salud que serían continuados por los planes
de la Nación siguientes, afectando de manera positiva los indicadores de salud de la población
venezolana.
La expansión de la infraestructura sanitaria y las políticas de salud por parte del Estado
Central venezolano siguen en continua expansión hasta el año de 1974, con el ascenso a la
presidencia de Carlos Andrés Pérez. Los planes económicos diseñados por esta
administración, contemplados en el proyecto Gran Venezuela, estimularon la desinversión
pública en materia de salud a favor de la actividad empresarial privada en materia de salud.
“Esta situación, aunada a los ingresos fiscales, estimularon la asociación entre grupos
médicos, permitió la creación de nuevas instituciones en el área, como fueron los grandes
hospitales de tipo empresarial, esto trajo como consecuencia el desplazamiento del sector
público por parte del privado, lo que se demuestra con el incremento de camas de
hospitalización por parte del sector privado, mientras en el público se afianzó la estructura
sanitaria como espacio clientelar-partidista, que profundizó la corrupción administrativa”
(Rincón Becerra, Rodríguez Colmenares, 2004, Pág: 12).
En este período, la expansión de la infraestructura sanitaria pública empieza a decaer
progresivamente, en beneficio de la red de hospitales y clínicas privados. Igualmente durante
la década de los 70, se intenta sostenidamente un proceso de regionalización de las políticas
públicas de salud, que obliga a la larga a trazar planes de desconcentrar administrativamente la
prestación del servicio de salud en el país (Ramírez, 2002). Este proceso de regionalización de
10
los servicios de salud genera fuertes resistencias en las élites políticas del país, que intenta
promulgar entre 1983 y 1987 la Ley Orgánica de Servicio Nacional de Salud, cuya intención
era integrar las principales instituciones de salud del país bajo un solo esquema centralizado de
redacción de políticas sanitarias en el país. El contexto social y político del país impide que el
instrumento pueda concretarse en políticas públicas coherentes, habiendo un consenso general
en diferentes grupos del país de orientar el sistema de salud hacia un esquema más
descentralizado.
Justamente en el año de 1987 empieza el gobierno nacional a planificar junto con la
Universidad Rafael Urdaneta y la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE)
la elaboración de un proyecto de Ley de Transferencia de Competencia del Poder Nacional a
los niveles subnacionales (Pérez y Jaen, 1993). Esto promovió la existencia de fundaciones y
redes de ambulatorios que servirían de preámbulos a la nueva etapa del sistema de salud
público en Venezuela, desde 1989 hasta el año 1999. Esta nueva etapa se verá caracterizada
por buscar la transferencia de las cargas del Estado Central en materia de salud, hacia las
diferentes regiones del país por medio del ejercicio de dichas atribuciones por parte de las
gobernaciones y alcaldías del país.
En 1989 llega al poder por segunda vez el Presidente Carlos Andrés Pérez, iniciándose
cambios que llevan a la aprobación de la Ley Orgánica de Descentralización y Delimitación de
Transferencia del Poder Público y la Ley Orgánica del Régimen Municipal. La aprobación de
estos instrumentos legislativos genera un consenso dentro de la primera generación de
gobernadores y alcaldes electos por voto universal en el país, exigir la transferencia las
competencias de administración de la salud pública a las regiones del país. La exigencia se
terminará de hacer efectiva a mediados del año 1993, sin necesidad de aprobar una ley
orgánica que establezca claramente esta transferencia a las gobernaciones y alcaldías del país.
Esto trajo como consecuencia que cada gobernación terminara creando una Secretaria de
Salud propia para su estado correspondiente, que generaron diferentes modelos de gestión y
subsistemas de salud dentro del macrosistema de salud gobernado por el Estado Central.
Finalmente es en el año de 1997 cuando se elabora y aprueba la Ley Orgánica de
Sistema de Seguridad Social Integral, que incorpora al sistema de salud público nacional, las
nuevas realidades de los subsistemas de salud regionales. Esto implica la separación de las
11
funciones de financiamiento y prestación de los servicios de salud con base en las realidades
de cada región y subsistema en particular (Méndez, 2001).
La aceptación de esta situación caracterizada por la existencia de diferentes
subsistemas de salud dentro del país evidenciaba una nueva realidad, consistente en la libre
escogencia del beneficiario de que entes administradores y prestadores de la salud decidía
acudir. Esto crea la necesidad de establecer una serie de fondos públicos diversos para el
financiamiento de los diferentes subsistemas públicos de salud existentes en Venezuela. Pero
el agravamiento de diferentes institutos nacionales de servicio de la Salud (como el Seguro
Social) y los problemas de cancelación de pasivos laborales tanto en el sistema público como
privado de salud, originan una nueva estrategia en materia de salud a finales de 1998 (Méndez,
2001).
Esta situación implicaba la necesidad del aparato burocrático gubernamental de ejercer
de manera integral una serie de reformas sobre el sistema de salud pública para garantizar su
correcto financiamiento por parte del Estado venezolano. Entre ellas la reducción del Estado
en la prestación de los servicios; el establecimiento de tres modelos de gestión de salud
competitivos: Un modelo público abierto (con sistemas de recuperación de costos), modelo de
seguridad social de acceso restringido y modelo privado para la población con capacidad
económica y para los trabajadores públicos y privados con seguros privados; el desarrollo de
un sistema escalonado de tarifas y un mecanismo estratificado de costos a subsidiar para
reducir en un 75% el personal obrero y administrativo no productor de salud (Alvarado y
otros, 2008, Pág: 115).
Estas reformas fracasan al obviar en su implementación las complejidades
administrativas que implicó la descentralización de los servicios de salud en la década de los
noventa, olvidando el conjunto de nuevos organismos administrativos en materia de salud en
las regiones y municipios del país, frustrando la ambición del gobierno central de construir un
sistema intergubernamental de salud (Alvarado y otros, 2008). Si bien en efecto desde la
década de los 90 se descentralizó los servicios de salud de 18 de las 24 entidades federales del
país, las múltiples instancias y secretarias de salud existentes a nivel regional y municipal
hacían inoperable las reformas que desde el Ejecutivo Nacional se quería implementar a todo
el sistema de salud venezolano. Esto abre la puerta a la cuarta y última etapa de desarrollo del
sistema de salud público en Venezuela.
12
La nueva etapa del desarrollo del sistema de salud público en Venezuela comienza en
1999, con el ascenso al poder del Presidente Hugo Chávez. Su llegada al poder implicará dos
nuevas realidades en el país en materia de salud: el intento de revertir parcialmente las
transferencias en materia de salud pública a los gobiernos regionales y el empresariado
privado, y en segundo término, la construcción de un sistema de salud paralelo al existente en
Venezuela desde 1909 hasta 1999, enfocado en la atención preventiva de la salud de los
sectores más pobres del país. Si bien, tanto la instalación de un sistema paralelo de salud no
tendría su cristalización hasta el año 2003, al igual que la reversión de los servicios de salud de
los estados hacia el Ejecutivo Nacional, se empieza a gestar desde 1999, las intenciones de
hacer un giro en política de salud por parte del gobierno nacional.
Esto implicó que la reestructuración a inicios del gobierno el Ministerio de Salud y
Asistencia Social, para reconvertirlo en Ministerio de Salud y Desarrollo Social. “Bajo este
escenario, es transformado el MSAS, creándose el Ministerio de Salud y Desarrollo Social
(MSDS) como producto de la fusión entre dicho Ministerio y el de Familia, como órgano
rector del sector salud, teniendo a su cargo la regulación, formulación, diseño, evaluación,
control y seguimiento de las políticas, programas así como planes de salud y desarrollo
social; la integración de las fuentes de financiamiento, asignación de los recursos del Sistema
Público Nacional de Salud, la atención integral de salud a todos los sectores de la población,
en especial la de bajos recursos, y la promoción de la participación ciudadana” (Rincón
Becerra, Rodríguez Colmenares, 2004, Pág: 525) .
Igualmente, se modifica para 1999 en el parlamento la Ley Orgánica de Seguridad
Integral para evitar la eliminación del Instituto Venezolano de Seguridad Nacional (para el
2002, la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social derogará la Ley Orgánica de
Seguridad Integral y por lo tanto el régimen previo de salud, haciéndole en teoría más
incluyente y de aplicación universal) , posibilita la integración del Consejo Nacional de
Seguridad Social y la adscripción de una serie de fondos públicos para el financiamiento de la
salud público bajo la potestad del Gobierno Central. A partir del año 2000, se declara que la
política oficial de salud del nuevo gobierno estará conformado por “…la Atención Integral en
los servicios de la red ambulatoria como parte sustantiva del modelo de atención de salud,
para vigorizar los programas. Asimismo, se señala que se fortalecerá la capacidad resolutiva
13
de dichos servicios, estimulando y procurando una mayor participación de la población”
(Rincón Becerra, Rodríguez Colmenares, 2004, Pág: 526).
Sin embargo el cambio más sustantivo en el sistema de salud pública está sostenido en
esta nueva etapa, con la materialización de un nuevo sistema de salud paralelo al existente en
Venezuela durante las décadas anteriores, a mediados del año 1999 empieza a plantearse un
plan de desarrollo social en el Municipio Libertador de la ciudad de Caracas. En dichos
programas se implementó un política que integrara varios campos en materia social (salud,
alimentación, educación y economía social) a los sectores de la población económicamente
más desfavorecidos, bajo el nombre de Plan Barrio Adentro para Caracas, a cargo del Instituto
de Desarrollo Local (Díaz Polanco, 2008). En el contexto de las grandes inundaciones que
sufrieron en el país en diciembre del año 1999, el Alcalde del Municipio Libertador entra en
conversaciones con el Embajador Cubano en Venezuela para cristalizar un convenio que
posibilitara incorporar al Plan Barrio Adentro personal médico cubano que se encontraba en el
país en el marco de los acuerdos formales suscritos entre Venezuela y Cuba (Díaz Polanco,
2008).
En el texto “Barrio Adentro: historias de una misión” (2009), se afirma que la Misión
tuvo su origen en la acción del personal médico cubano durante las grandes inundaciones que
experimentó el estado Vargas en diciembre de 1999, que originó una cifra entre 25.000 y
30.000 fallecidos (Clarembaux y Hoyer, 2009). La experiencia creó un antecedente en materia
de cooperación médica entre Venezuela y Cuba, donde el alcalde del municipio Libertador de
la ciudad de Caracas, Freddy Bernal, busca implementar un programa de salud en los barrios
de la ciudad de Caracas entre marzo y abril del 2003, sirviendo como precursor más no como
etapa piloto de la Misión Barrio Adentro. En el Plan Barrio Adentro se recibiría inicialmente
el apoyo del Colegio de Médicos del distrito Metropolitano de Caracas, contabilizándose hasta
53 médicos insertos en el plan dentro de 10 parroquias de la ciudad capital (Díaz Polanco,
2008).
Entre junio y agosto del 2003, el Plan Barrio Adentro supera su circunscripción al área
de Caracas y procedió a expandirse a otras regiones del país (Clarembaux y Hoyer, 2009),
como los estados Miranda, Zulia, Lara, Trujillo y Vargas. Entre septiembre y diciembre del
año 2003 se terminó de expandir el programa a todo el país, siendo el 14 de diciembre del
2003 oficializado la Misión Barrio Adentro por parte del Presidente de la República, como
14
política de salud del Ejecutivo para todo el territorio nacional. Para inicios del año 2004, la
Misión contaba con 13.000 médicos, 10.000 de ellos distribuidos en el interior del país. La
Misión se promocionaba por todo el país como una red de atención primaria integral,
contemplada en las potestades de un Estado Social de Derecho moderno, fundamentada en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada en referéndum en el año
1999.
“Barrio Adentro es un programa de salud que ofrece atención médica del primer nivel.
Desde su concepción, sus ideólogos creyeron en una misión que acercaría los servicios
médicos a las casas de los habitantes de los sectores populares. La gran diferencia de este
plan con iniciativas anteriores es su personal, pues trajo en apenas meses más de 20.000
profesionales de salud cubanos y los dispuso en todos los rincones de Venezuela, en su
mayoría, en locales adaptados para tal fin, como escuelas, iglesias u hogares de vecino.
Actualmente realiza un promedio de 70 millones de consultas y en un solo año de
funcionamiento – para noviembre de 2004 – llegó a 8.513 consultorios populares.”
(Clarembaux y Hoyer, 2009, Pág: 11). La Misión Barrio Adentro es por lo tanto una política
pública enfocada en la atención primaria de la salud de los usuarios de las comunidades
populares de Venezuela, como bandera del Ministerio de Salud y Desarrollo Social a partir del
año 2003.
Si bien la Misión se perfilaba como el punto de partida para el desarrollo de la red de
atención primaria de salud encabezado por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social (Díaz
Polanco, 2008, Pág: 15) para el 2004 la Misión empieza a materializar sus ambiciones de
constituirse como una red de salud paralela a la existente en el país desde hace casi un siglo.
Para octubre del 2004 empieza la construcción de “Clínicas Populares” dentro de las
estructuras ya consolidas de las instalaciones del viejo Seguro Social, donde se ofrecían
atención primaria de la salud de una forma que sirviera como un eslabón entre los módulos de
la Misión en las zonas populares y los hospitales del sistema tradicional.
La instalación de una nueva red del sistema de salud paralela al existente, recibe un
nuevo impulso en junio del 2005, cuando la Misión avanza más allá de los módulos de
atención primaria y las clínicas populares, en la consolidación de una nueva red infraestructura
de salud: Los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), las Salas de Rehabilitación Integral
(SRI), y los Centros de Alta Tecnología (CAT). Enmarcadas en la segundo etapa de la Misión
15
según palabras del Presidente de la República (Clarembaux y Hoyer, 2009), las nuevas
instalaciones tenían el objetivo de complementar los servicios de las clínicas populares y los
módulos de atención primaria. Los CDI prestaban servicios de rayos x, ultrasonido,
endoscopia, electrocardiograma, laboratorio clínico y consultas, entre sus más destacados
servicios. Los SRI estaban habilitados para el tratamiento de discapacitados físicos, y los CAT
estaban diseñador para la realización de resonancias magnéticas, tomografías axiales,
ultrasonidos y exámenes de laboratorios. La prestación de los servicios era suministrada por
personal cubano y totalmente gratuito para el público (Clarembaux y Hoyer, 2009).
La segunda etapa de la Misión prometió en el año 2005 que la Misión llegaría a
construir hasta 600 CDI, 600 SRI y 35 CAT para masificar los servicios de la Misión a todo el
país. Para agosto del mismo año, comenzó la tercera etapa de la Misión, donde 300 pacientes
de la red pública de salud tradicional mudarían a Hospitales del Pueblo, los cuales eran centros
de salud ya existentes del antiguo sistema de salud previo a la misión, pero modificados bajo
las políticas de Barrio Adentro (Díaz Polanco, 2008, Pág: 101). Para el año 2007 se anunció la
cuarta fase de la Misión: 15 hospitales especializados para el tratamiento de enfermedades
como gastroenterología, oftalmología y cáncer entre otros, que debería a comenzar en agosto
de ese mismo año.
Adicionalmente que en el año 2007, desde la iniciativa de Reforma Constitucional
auspiciada por el Ejecutivo Nacional, Barrio Adentro junto con otras políticas sociales del
gobierno englobadas bajo la denominación de “Misiones”, se planteaba que tuviera rango
Constitucional. En efecto, la reforma a la Carta Magna sometida a referéndum el 2 de
diciembre del 2007, planteaba entre otras cosas que el Estado venezolano se comprometía de
manera constitucional en la implementación permanente de las Misiones Sociales. Dicha
iniciativa fue rechazada por escaso margen en el referéndum del 2007, donde quedó frustrada
la expectativa de aprobar por medio de vía habilitante la Ley del Sistema Público de Salud
presentado como proyecto en el año 2004 (Clarembaux y Hoyer, 2008, Pág: 104). Dicho
proyecto establecía los niveles de atención médicas propuestas por Barrio Adentro, los cuales
estarían interrelacionados y serían interdependientes para generar una red capaz de canalizar el
flujo de pacientes a través de un sistema de referencias y contrareferencias (Clarembaux y
Hoyer, 2008, Pág: 104).
16
Según cifras del MINCI, recogidas por el libro “Barrio Adentro, una obra de corazón”,
publicada en el año 2008, la Misión ha logrado contabilizar cerca de 285 millones de consulta
desde su implementación en el año 2003, junto con 124 millones de visitas a casas de familia.
El texto afirma que la Misión ha salvado la vida de alrededor de 78.000 venezolanos, y la
promoción de grupos de prevención de enfermedad, que contabilizan entre 4000 y 6000
grupos organizados. El documento certifica la existencia de 3267 consultorios populares en el
país, 6743 comités de salud a nivel nacional aunque no da registro de los hospitales y clínicas
remodelados en la cuarta etapa de la Misión. El número de hospitales habilitados en la cuarta
parte la Misión fue de 15, según palabras del presidente en julio del 2007.
La materialización de Barrio Adentro como política pública de Salud del Gobierno de
Venezuela a partir del año 2003, más allá de ser un giro en la forma en que el Estado
suministraba el servicio de Salud a la población venezolana, supuso otro elemento: un cambio
en la manera en que el usuario venezolano percibía y se relacionaba con el sistema de salud
público. Barrio Adentro, como el conjunto de misiones o programas sociales que lanzó el
ejecutivo Nacional en el año 2003 ajustados a las necesidades de los sectores más pobres del
país. “Las Misiones, programas sociales diseñados a la medida de las más profundas
necesidades de los venezolanos y de la conveniencia electoral del momento, se habían
convertido desde 2003 en la política pública más visible del gobierno. Habían llegado en una
circunstancia de merma del apoyo popular, y en la antesala al referéndum revocatorio
presidencial de agosto del 2004” (Clarembaux y Hoyer, 2009, Pág: 10).
En efecto, el carácter proselitista las misiones, entre ellas Barrio Adentro, para
modificar la percepción de la Opinión pública venezolana entorno a la gestión gubernamental
fue evidente en todo momento. Luego de una larga confrontación política desde diciembre del
2001, agravadas por el derrocamiento y restitución al poder del Presidente Chávez en abril
2002, y el paro empresarial de diciembre del mismo año, había originado una merma de la
popularidad presidencial. Las encuestas de opinión daban electoralmente derrotado al
gobierno del Presidente Chávez en el año 2003, por lo tanto desde el gobierno se procedió a la
ejecución de una serie de políticas públicas destinadas a generar como efecto una mejor
percepción sobre la gestión presidencial dentro de los sectores materialmente más
desfavorecidos del país. Modificar esta percepción era vital para que el gobierno saliera airoso
17
de un revocatorio presidencial en agosto del 2004, el cual se realizó dando como resultado la
no revocación del mandato del Presidente Hugo Chávez.
La intención de usar las Misiones como un instrumento de modificación de la
percepción de la Opinión Pública entorno a la imagen del gobierno y el presidente de la
República, ha sido un aspecto que no sólo ha sido confirmado por detractores del gobierno y
analistas políticos, sino por el mismo Presidente de la República. En noviembre del 2004, en el
teatro de la Academia Militar, el jefe del Ejecutivo Nacional afirmaba que al conocer los
sondeos de opinión que lo daban empatados o derrotados en un referéndum revocatorio
durante el año 2003, los llevó a implementar las misiones sociales (Clarembaux y Hoyer,
2009). Esto implica que las misiones sociales, entre ellas Barrio Adentro como un nuevo
paradigma en la forma en que puede funcionar el sistema de salud público venezolano,
independientemente de los resultados concretos que puede aportar este parasistema a la salud
de los venezolanos, está diseñado desde su planificación como un instrumento para generar
determinar percepciones de la realidad más allá de los efectos técnicos en materia de salud la
Misión. Dichas percepciones se sugestionan para inducir un determinado nivel de apoyo al
sistema político y sus gobernantes, que debe evaluarse a la luz de los efectos cuantificables de
la política de salud gubernamental han logrado sobre el bienestar de los usuarios del sistema.
Planteamiento y justificación del problema.
El propósito de la presente investigación es analizar la evolución del desempeño del
Estado Central Venezolano en materia de salud pública desde el año 2003 (año en que se
empieza a ejecutar la Misión Barrio Adentro) hasta el 2007 (último año en que se registran
cifras oficiales sobre el sector), y contrastarlos con las evaluaciones que ha hecho la opinión
pública venezolano sobre el desempeño del gobierno en materia de salud pública.
Para alcanzar este propósito, se ha determinado ejecutar las siguientes acciones para así
concretar el objetivo principal de la investigación.
A) Describir la evolución de los índices de resultados en materia de gestión pública de
salud, con base a tanto al desempeño del Estado como el estado general de la salud
del país durante los años 2003-2007, según los datos oficiales del sector.
18
B) Describir la evolución de la evaluación de la opinión pública sobre el desempeño
del gobierno venezolano en materia de salud pública durante los años 2003-2007,
según los datos aportados por las principales empresas encuestadores del país:
Instituto Venezolanos de Análisis de Datos (IVAD), Datanálisis, Consultores 21 y
el Latinobarómetro.
C) Analizar en qué medida coinciden o divergen los datos que señalan el desempeño
del Estado en materia de salud pública con las evaluaciones de la opinión pública
venezolano con respecto a esa materia durante los años 2003-2007, para así sacar
una conclusión con base al marco teórico de la investigación.
Con base a estas actividades, es necesario previamente definir qué se entiende por
salud pública dentro de la presente investigación. En Latinoamérica, la mayoría de las
naciones que integran la región suelen hacer uso del criterio utilizado por la Organización
Panamericana de la Salud. La misma se centra en definir salud pública a partir de las
funciones a las que se le asigna, donde es de vital importancia las denominadas funciones
esenciales que detallan el conjunto de competencias y acciones necesarias por parte de un
sistema de salud para alcanzar el objetivo de toda política de salud pública: Mejorar la salud
de los sujetos al que está destinado el sistema (Organización Panamericana de la Salud, 2002,
Pág: 37). De las funciones esenciales que cumple un sistema de salud, la Organización
Panamericana para la Salud define alrededor de once funciones esenciales y su respectivo
instrumento para medirlas:
1. El monitoreo, la evaluación y el análisis del estado de salud de la población.
2. La vigilancia, la investigación y el control de los riesgos y las amenazas para
la salud pública
3. La promoción de la salud
4. El aseguramiento de la participación social en la salud
5. La formulación de las políticas y la capacidad institucional de reglamentación
y cumplimiento en la salud pública
19
6. El fortalecimiento de la capacidad institucional de planificación y el manejo
en la salud pública
7. La evaluación y la promoción del acceso equitativo a los servicios de salud
necesarios
8. La capacitación y desarrollo de los recursos humanos
9. La seguridad de la calidad en los servicios de salud.
10. La investigación en la salud pública.
11. La reducción de la repercusión de las emergencias y los desastres en la salud
pública.
De las anteriores funciones que sirven de criterio de evaluación de desempeño de la
salud pública, el monitoreo, la evaluación y el análisis del estado de salud de la
población es el más cercano al objetivo de la investigación la evolución de los índices de
resultados en materia de gestión pública en salud. Esto para describir el desempeño del
Estado Central en materia de Salud durante el período 2003-2007, entendiéndose
siempre como “Estado Central” o “Gobierno Central” a toda el aparato administrativo
que representa el Ejecutivo Nacional, por encima de las instancias de los gobiernos
regionales y locales existentes en la constitución política de Venezuela como país.
En otro apartado de la investigación, el marco teórico contempla los diferentes
elementos que determinan el surgimiento de la opinión pública en una sociedad democrática,
que factores influyen en el moldeamiento de la misma y hasta qué punto la opinión pública
puede o no puede ser un reflejo relativamente fiel de hechos objetivamente estudiables de la
ejecución de las políticas públicas por parte del Estado. En este contexto, se procederá a la
utilización de conceptos y problemas relacionados con el estudio de la opinión pública
planteados por autores como Nicola Mateucci (1998), Jürgen Habermas (1997), Orlando
D´Adamo (2007), Fernando Tuesta Soldevilla (1997), Iván Abreu Sojo (2001) y Raúl
Rivandeneira Prada (2000). Tales conceptos y problemas denotan que la construcción de la
opinión pública es dependiente de una serie de factores, que pueden posibilitar o impedir que
20
la misma refleje de la manera más fiel posible el desempeño del Estado en sus funciones que
le son propias.
Como se ha planteado en los antecedentes, la implantación en el año 2003 de la Misión
Barrio Adentro como eje de la política de la salud pública del gobierno de Hugo Chávez Frías,
supuso un cambio radical en la manera en que la ciudadanía venezolana se relacionaba con el
sistema público de salud. La introducción de una infraestructura, personal y lógica
administrativa paralela a la red de hospitales y centros de salud públicos constituidos desde el
año 1958, supuso nuevas dinámicas en la manera en que la ciudadanía accedía al servicio de
salud estatal que no existían anteriormente a la implementación de la Misión. De esta forma se
originaban tanto nuevas realidades en el campo de la ejecución de la salud pública en el país,
como se generaban nuevas percepciones en la opinión pública venezolana con base a la
implementación de esta Misión en materia de salud. Con Barrio Adentro se produce una
ruptura con la política de salud que se venía implementando no sólo antes del año 1999, sino
incluso la manera en que funcionaba el sistema de salud nacional hasta el año 2003.
Si el sistema de salud pública iniciado a principios del siglo XX, pero realmente
consolidado a partir del año 1958 se fundamentaba en una sólida red de hospitales y centros de
salud que atendían las necesidades de salud preventiva y curativa de la población,
indistintamente de su clase social; la Misión Barrio Adentro supuso un enfoque de la salud
pública focalizado en los estratos socio-económicos más vulnerables de la población
venezolano (descuidado para la política de salud pública nacional en las últimas década
anteriores al ascenso de Hugo Chávez al poder) (Díaz Polanco, 2008, Pág: 60). De esta forma,
la orientación de los recursos y el monitoreo del sistema de salud público pasó de la red
tradicional de centros de salud y hospitales a los centro de diagnóstico y demás elementos que
constituían la Misión Barrio Adentro (Díaz Polanco, 2008, Págs: 85-86), impactando
lógicamente de manera diferente en el estado de la salud de la población venezolana a como lo
había hecho anteriormente la política de salud iniciada en 1958 (Díaz Polanco, 2008, Pág: 70).
La descripción de la evolución de los índices de resultados en materia de gestión pública de
salud, con base a tanto al desempeño del Estado como el estado general de la salud del país
durante los años 2003-2007, que se ha planteado como uno de los objetivos de esta
investigación, no puede realizarse sin tomar en cuenta la existencia de Barrio Adentro como
política pública de salud por parte del Estado venezolano.
21
Pero tampoco puede dejarse de mencionar que la implementación de la nueva política
de salud del gobierno central no sólo influía en la manera en que se trataba los problemas de
salud de la población por el Estado Nacional, sino como era percibidos ese desempeño por
parte de la ciudadanía venezolana. La política encarnada por Barrio Adentro en paralelo a las
demás ejecuciones en materia de salud dentro de la red tradicional del Estado, estaba
focalizado principalmente en los estratos socio-económicos más vulnerables y materialmente
desasistidos en Venezuela, junto con una fuerte propaganda política, que generaban
percepciones y opiniones sobre como disfrutaba el venezolano la atención médica pública a la
que existía en los años anteriores a la implementación de la nueva política de salud. Esta
construcción de nuevas valoraciones sobre la salud pública venezolana podían estar
relacionada tanto por los efectos concretos de la nueva política pública en materia de salud del
gobierno, como de un conjunto de opiniones que desde los organismos del gobierno se quería
inducir en la población venezolana. Estudiar el comportamiento de esta opinión pública y
contrastarla con el desempeño oficial es uno de los elementos centrales de esta investigación.
David Easton (1965) expone en su análisis de los sistemas políticos la existencia de
elementos que garantizan la estabilidad de un sistema y un gobierno con base al apoyo que los
mismos reciben por parte de la ciudadanía de la comunidad política. Por una parte, a través de
la socialización política de la ciudadanía que posibilite un apoyo generalizado o difuso a un
sistema político o gobierno al creer que el mismo es el mejor para garantizar el bien común de
la comunidad y el mejor desempeño para todos los miembros que forman parte de la sociedad.
Por otra, a través de la ejecución de políticas públicas eficientes y eficaces, el sistema política
y el Estado en que el mismo existe puede obtener apoyos específicos de los ciudadanos que se
ven beneficiados por dichas políticas, creyendo de esta forma que sólo a través de ese sistema
político y ese gobierno las demandas sociales que se hacen frente al Estado serán satisfechas.
Con base a ese razonamiento, la descripción de la evaluación que hace la opinión
pública venezolana sobre el desempeño en materia de salud pública del gobierno entre los
años 2003-2007, a la luz de los indicadores de desempeño del sector salud por parte de la
administración pública. Una relación coherente entre nivel de desempeño gubernamental en
materia de salud y la evaluación de la opinión pública sobre esta esfera de las atribuciones del
Estado, reflejaría que la política de salud del Estado está actuando dentro del campo de los
apoyos específicos al gobierno del Presidente Hugo Chávez, gracias a los efectos positivos o
22
negativos de dicha política dentro de la población sobre la cual tiene efecto la política. Pero
bajo otra óptica, la materialización de una evaluación de la opinión pública sobre el
desempeño en materia de salud del Estado no es coherente con el desempeño del Estado en esa
materia, evidenciaría que la política de la salud está actuando positiva o negativamente en el
ámbito del apoyo difuso al gobierno del Presidente Hugo Chávez, creando dinámicas de apoyo
o rechazo a su gobierno independientemente de su desempeño en materia de políticas públicas
sino con base a las percepciones construidas en la ejecución de su política de salud.
En consecuencia, el describir la gestión gubernamental en materia de salud por parte
del gobierno a la luz de las percepciones que genera esa gestión en la opinión pública, es un
elemento de lo más relevante y actual en el estudio del sistema político actual. Definir si las
políticas públicas gubernamentales (en este caso, en materia de salud) se traducen en
ganancias o pérdidas de apoyo político al gobierno gracias al nivel de desempeño de la
política, o de lo contrario, la política pública tiene efectos en el nivel de apoyo de un gobierno
de acuerdo a las creencias y percepciones que generan su materialización sin tener nada que
ver con sus efectos concretos en la población objetivo a la cual estaba destinada.
Si la Opinión Pública moderna es uno de los entes fundamentales para sugestionar la
acción del gobierno a las necesidades de los gobernados e imponer la agenda de problemas a
ser atendidos por parte de la comunidad política, el estudio de su comportamiento es vital para
entender como la ciudadanía política es capaz de sugestionar la acción del Estado para atender
un problema social que se cree que debe ser solucionado por parte de los gobernados de un
sistema político. En la medida que haya una mayor conexión entre lo que realmente realiza el
Estado dentro de sus atribuciones para resolver los problemas de la comunidad política y lo
que la opinión pública percibe que el Estado está haciendo, habrá una mayor posibilidad de
que las fuerzas de la ciudadanía puedan presionar de manera eficiente y eficaz la actividad del
gobierno hacia el beneficio de los integrantes del sistema político. La falta de conexión entre
lo que se ejecuta gubernamentalmente y lo que se percibe a nivel de ciudadanía augura
lógicamente una pérdida de la sociedad civil para orientar la acción estatal de manera eficiente
a la resolución de los problemas de la sociedad.
A través de la siguiente investigación se evaluará en qué medida están conectados estos
dos fenómenos diferentes, en la determinación del desempeño en materia de salud pública en
Venezuela durante el período 2003-2007. En la medida que se pueda describir y en lo posible
23
explicar el grado de relación entre lo que el Estado en materia de salud pública con lo que la
ciudadanía percibe que se está haciendo en esta materia , podemos conocer en qué medida la
Opinión Pública venezolana está en capacidad de captar e influir sobre la situación de la salud
pública en Venezuela, y a su vez en qué medida la opinión pública venezolano puede ser
condicionada en sus percepciones sobre la política de salud para así favorecer o adversar una
determinada forma de ejecutar políticas públicas en esta materia. Este ejercicio crítico de
estudio de este fenómeno, dentro de las limitantes en materia de datos que se pueda conseguir,
es vital para diagnosticar la situación de la opinión pública venezolana en los últimos años en
el país y abrir espacios a otras investigaciones dentro de las ciencias sociales en nuestro país.
Por todo lo anterior justificamos la relevancia de la investigación aquí planteada, de los datos a
ser investigados y las conclusiones de ellos elaborados bajo un riguroso acervo teórico y
metodológico.
Planteamiento del Problema:
Pregunta Originante:
¿Cómo ha evaluado la opinión pública venezolana desde abril del 2003 hasta
diciembre del 2007 la gestión del Gobierno Central en materia de salud pública, en
contraste con los indicadores de desempeño de la salud pública dentro de este mismo
período de tiempo, y cuál es la razón de dicha evaluación?
Preguntas derivadas:
¿Cómo ha evolucionado la evaluación de la opinión pública venezolana sobre el
desempeño de la salud pública por parte del gobierno central venezolano desde abril
del 2003 hasta diciembre del 2007?
¿Cómo se ha desempeñado el gobierno central en materia de Salud Pública
Nacional desde abril del año 2003 a diciembre del 2007, según los indicadores de
gestión elaborados con base en los datos oficiales del sector?
24
¿Qué tan coherente son las evaluaciones que hace la opinión pública
venezolana sobre el desempeño del gobierno central en materia de salud desde abril del
2003 a diciembre del 2007, con relación a los indicadores de gestión del gobierno de
central en materia de desempeño de la salud pública dentro del mismo período de
tiempo?
Metodología de la investigación.
El tipo de investigación a desarrollar en el presente trabajo es esencialmente
descriptiva, para comprender un fenómeno socio-político con base en los datos obtenidos para
dicho estudio. La intención de la investigación no es tanto dar una explicación definitiva del
fenómeno a tratar (el grado de conexión de la opinión pública venezolana con base en el
desempeño del gobierno en materia de salud), sino que con base en las teorías relacionadas
con la investigación planteada, se resuma el conocimiento disponible sobre el tema por medio
de los datos obtenidos por parte de la investigación. Lo anterior posibilitaría al lector la
obtención de una explicación a los acontecimientos investigados en este estudio y sus
relaciones con base al marco teórico expuesto y los datos obtenidos por diversas fuentes.
El uso de un tipo de investigación descriptiva posibilitará una metodología
investigativa mucho más flexible que en el caso de una investigación explicativa, pero mucho
más estricta que la de una investigación exploratoria, siendo por lo tanto un tipo de diseño que
trata de conciliar en un grado intermedio entre la especifidad a la hora de estudiar el fenómeno
y el grado de amplitud de las conclusiones que puede arrojar su estudio. Igualmente, la
utilización de un tipo de investigación descriptiva es que este tipo de enfoque investigativo es
el más adecuado de conciliar las pretensiones académicas del estudio en cuestión con los
recursos disponibles por parte del autor de la misma, tanto a nivel económico como de acceso
a datos que dotan de consistencia a la investigación.
Un examen exploratorio del tipo de datos disponibles sobre el tema a investigar denota
que los mismos no presenten la accesibilidad que pudiera posibilitar una investigación de
alcances explicativos que cumplieran cabalmente con los cánones de mayor exigencia del
método científico. Por lo tanto, con base a número específicos de información con respecto a
25
la situación de la gestión gubernamental en materia de salud en Venezuela, sólo se puede tratar
el tema de una manera descriptiva con ciertos alcances explicativos en determinados tópicos.
El tipo de diseño de investigación a trabajar en esta investigación sería del método No
Experimental, debido a que en los objetivos de la investigación no existe la disposición de
manipular las variables a ser investigadas, sino más bien el estudiar y analizar el cambio de
una o ambas variables en un momento dado. La no manipulación de las variables procede a
que la investigación tocará la evolución de la gestión pública en materia de salud entre enero
del 2003 a diciembre del 2007 bajo un enfoque longitudinal, es decir, de acontecimientos que
ya sucedieron en el tiempo y por lo tanto el investigador no tiene el poder o capacidad de
manipular las variables ante fenómenos sociales que ya acontecidos. Tampoco se desea hacer
un experimento dentro de un entorno controlado que pueda replicar de manera aislada la
relación de las variables a investigarse en el estudio propuesto. Las variables que son objeto
de estudio de la presente investigación son, por una parte, el desempeño de la salud pública
nacional administrada por parte del Estado Central Venezolano desde enero del 2003 hasta
diciembre del 2007, con base en los datos oficiales disponibles sobre los resultados alcanzados
por el Estado en materia de salud pública con base a su desempeño, particularmente del estado
de la salud de la población. Por otro lado, se estudiará en paralelo cuál ha sido la evaluación
que ha tenido la opinión pública venezolana sobre la gestión del gobierno central del
Presidente Hugo Chávez entorno al desempeño de la salud pública, desde enero del 2003 hasta
diciembre del 2007, con base en los datos disponibles de diferentes empresas de opinión
pública con cobertura nacional en Venezuela: Datanálisis, Instituto Venezolano de Análisis de
Datos (IVAD), Consultores 21 y Latinobarómetro.
Para evaluar la gestión del gobierno central en materia de salud pública desde enero del
2003 a diciembre del 2007 serán tomados como indicadores de desempeño aquellos
relacionados con el monitoreo, la evaluación y el análisis del estado de salud de la población :
Tasa de muertes infantiles tanto a nivel neonatal como postnatal entre los años 2003 y 2007;
razón de muertes maternas entre los años 2003 al 2007; registro de las principales causas de
muerte de niños menores de 1 año durante los años 2003 y 2007; principales causas de
muertes de niños menores de 28 días entre los años 2003 y 2007; principales causas de
muertes de niños entre 1 y 4 años durante los años 2003-2007; número de casos de
26
enfermedades endémicas entre los años 2003-2007 ; tasa de muertes a causa de enfermedades
endémicas entre los años 2003 y 2007; y número de vacunas colocadas por enfermedad.
El hermetismo con que el gobierno los datos relacionados al acceso, cobertura,
vigilancia, capacidad institucional y gasto en materia de salud pública entre enero del 2003 y
diciembre del 2007, ha llevado a seleccionar el primer criterio de la Organización
Panamericana de la Salud para evaluar el desempeño en materia de salud del gobierno central.
Por lo tanto se apelará a indicadores de resultados en materia de salud pública en Venezuela
que reflejan el desempeño del Estado venezolano en materia sanitaria en cuanto a monitoreo,
evaluación y análisis del estado de salud de la población (Organización Panamericana de la
Salud, 2002), lo cual cumple con uno de los criterios de la Organización Panamericana de la
salud y está completamente disponible al público en Venezuela. Esto junto con la bibliografía
consultada, refuerzan la idea de que son los suficientemente adecuados para dar una imagen
correcta del desempeño del Estado Central en materia de salud pública.
En cuanto al estudio de la evaluación hecha por parte de la opinión pública venezolana
en relación con la gestión del Estado Central en materia de salud pública, serán tomados como
indicadores los siguientes: Evaluación nacional de la gestión pública en materia de salud entre
enero del 2003 y diciembre del 2007, evaluación de la gestión del Presidente de la República
en materia de salud pública durante el período estudiado, identificación de los principales
problemas que enfrenta el país durante el período estudiado, percepción sobre las misiones de
carácter sanitario elaborados por el gobierno central y el nivel de satisfacción ante las políticas
públicas de las Misiones en materia de salud.
La técnica de recolección de datos a ser aplicada en la presente investigación es la
investigación documental, debido a que el arqueo de la información a ser presentada y
analizada en el curso del presente trabajo no ha sido recogida directamente por el investigador.
Es decir, la investigación dependerá exclusivamente de la información recogida o consultada
de documentos y fuentes secundarias de material permanente, es decir, a un tipo de
información que proceda de fuentes que se pueden acudir en el desarrollo de una investigación
en todo momento, sin que se altere su naturaleza o sentido.
Las fuentes documentales a las cuales se va a recurrir en el transcurso de esta
investigación, por medio de un estricto y selectivo arqueo de datos, van a dividirse de acuerdo
con los dos tipos de variables a ser estudiadas. Por una parte se apelará a documentos escritos,
27
libros, publicaciones periódicas, conferencias escritas y registro estadístico que haga alusión a
los indicadores de desempeño con que se plantea describir la gestión del Estado venezolano
entre enero del 2003 y diciembre del 2007 en materia de salud pública en Venezuela con base
a datos generados por los entes oficiales encargados de dicha materia y anuarios estadísticos
por parte de organismo internacionales. Por otra parte, para evaluar el estudio de la evaluación
de la opinión pública venezolana entorno a la actuación del gobierno del Presidente Hugo
Chávez en materia de salud pública, se recurrirá a estudios, reseñas mediáticas, publicaciones
periódicas o libros que hagan alusión de los estudios de opinión pública realizados por las
principales encuestadores del país entre abril del 2003 a diciembre del 2007.
La técnica de análisis más apropiada para los objetivos de la investigación es el análisis
de datos de carácter bivariable bajo un enfoque descriptivo. Si el objeto de la investigación es
contrastar con base en el marco teórico cuánta consistencia hay en el comportamiento de los
índices de desempeño en materia de salud por parte del gobierno central venezolano entre los
años 2003 y 2007 con relación a las percepciones que tiene a la opinión pública sobre la salud
pública durante el mismo período de tiempo, es necesario medir estadísticamente el grado de
conexión de ambas variables.
No se pretende de esta forma decir que los indicadores de desempeño en materia de
salud pública tienen un impacto lineal sobre la Opinión Pública venezolana sobre el tema de la
salud pública venezolana, sino conocer por medio del desempeño del Estado en materia de
salud pública como ha impactado en los indicadores de salud pública en el país y sobre la
Opinión Pública venezolana sobre el tema, siendo necesario medir el nivel de relación entre
indicadores de salud y opinión pública en este aspecto. Las encuestas de opinión por su
naturaleza no generan evaluaciones e información precisa de la Opinión Pública sobre el
desempeño del gobierno en materia de salud pública, pero si lo hacen sobre los efectos que la
misma tiene sobre la sociedad. Por lo tanto es pertinente analizar el grado de conexión de los
indicadores de desempeño en materia de salud pública que hacen referencia a los efectos
inmediatos del desempeño gubernamental en salud pública, con la percepción que tiene la
Opinión Pública venezolana sobre los efectos del desempeño del gobierno en materia de salud.
El grado de relación entre dos variables cuya evaluación puede ser numérica, está
sometida al ámbito de las evaluaciones cuantitativas de datos. Esto permite conocer cuál es el
grado de variabilidad de una de las variables a estudiar, la opinión pública venezolana con
28
respecto a la gestión en materia de salud pública, con respecto al desempeño en materia de
salud por parte del gobierno central venezolano entre los años 2003 y 2007. La teoría dice que
ante un desempeño positivo de la administración estatal en materia de salud debería
corresponder tanto una mejoría en los indicadores del estado de salud de la población que
abarca el sistema de salud nacional, como una evaluación positiva de la opinión pública sobre
como el Estado gestiona este servicio público dentro de la comunidad política del país. El
análisis bivariable de carácter correlacional y descriptivo nos permite a través de la estadística
analizar numéricamente si esta relación se da en la realidad, y si la misma responde al marco
teórico de la investigación.
Por lo tanto, se analizará bivariablemente el grado de conexión de las cifras que miden
el grado de desempeño del Estado venezolano en materia de salud con las cifras que miden la
evaluación que hace la opinión pública nacional sobre la prestación del servicio durante el
período de enero del 2003 a diciembre del 2007. El grado de relación comprobado entre estas
dos variables ayudará a aportar información entorno a la relación que hay en cómo el
desempeño en materia de salud pública en el país y cómo son evaluadas por la opinión
pública.
29
Operacionalización de variables.
Variables Definición teórica Definición operacional Dimensiones Indicadores Escala
1.- Desempeño de
las funciones
esenciales de la
salud pública por
parte del Estado
venezolano en
Venezuela desde el
año 2003 hasta el
2007.
Conjunto de insumos y
acciones que el Estado Social
de Derecho ejecuta para
alcanzar determinados
objetivos en materia de salud a
nivel nacional, para garantizar
la mayor universalidad y
eficiencia en su prestación por
parte de los ciudadanos que
hacen vida en la comunidad
política democrática en
Venezuela entre enero del 2003
a diciembre del 2007.
Conjunto de estadísticas
vitales y la situación
específica de grupos de
especial interés o mayor
riesgo en Venezuela,
desde el año 2003 hasta el
año 2007.
1. A Índices de
resultados de la
gestión pública en
salud con base a su
desempeño durante
el período 2003-
2007.
A.1- Razón de muertes
maternas.
A.2- Tasa de muertes
perinatales.
a.1 Tasa de muertes de
niños menores de 28
días.
a.2 Tasa de muertes de
niños entre un mes y
un año de nacido.
A.3 Número de
vacunas colocadas por
enfermedad.
B.1.- 10 Principales
30
1. B Índices de
resultados de la
gestión pública en
salud con base al
estado general de la
salud del país
durante el período
2003-2007.
causas de muerte de
niños menores de 1 año
de nacido.
B.2.- 10 Principales
causas de muerte de
niños de 28 días de
nacido.
B.3.- Principales
causas de muerte de
niños entre 1 y 4 años.
B.4.- Número de casos
de enfermedades
endémicas y crónicas.
B.5- Tasa de muertes
por enfermedades
endémicas.
31
2.- Evaluación de la
gestión del gobierno
en materia de salud
pública del gobierno
central por parte de
la opinión pública
venezolana desde
abril del 2003 a
diciembre del 2007.
Proceso dirigido a determinar
por parte de la opinión pública
venezolana en qué medida se
están alcanzando o se
alcanzaron los objetivos finales
de los sistemas de salud a nivel
nacional y estatal, aportando
evidencias sobre los logros
obtenidos en relación con lo
que se esperaría lograra el
sistema de salud, en base a la
ejecución de sus funciones
básicas entre enero del 2003 a
diciembre del 2007.
Conjunto de evaluaciones
que hacen el mayor
número de ciudadanos
estudiados por medio de
encuestas privadas, de las
políticas de salud públicas
implementadas por el
gobierno central entre
enero del 2003 a
diciembre del 2007
1. A Evaluación de
la gestión pública
en salud.
A.1 Identificación de
cuáles son los
principales problemas
en materia social que
enfrenta a Venezuela
en los presentes
momentos.
1.a
Educación
1. b Salud.
1. c
Desempleo.
1.d
Inflación
1. e
Vivienda.
1.f
Agua/Luz
1.g
inseguridad
1.h Otras
33
A.3.- Número de
autodenominados
beneficiarios de la
Misión Barrio Adentro
A.4 Nivel de
satisfacción de la
Opinión Pública con la
Misión Barrio Adentro.
34
Objetivos de la investigación.
Objetivo Principal:
Conocer cómo evalúa la opinión pública venezolana las políticas en materia de salud
pública del gobierno central venezolano, desde abril del 2003 hasta diciembre del 2007, en
comparación a los indicadores de desempeño del gobierno central venezolano dentro de ese
mismo período en materia de gestión de salud.
Objetivos secundarios:
- Describir el comportamiento de la opinión pública venezolana, desde abril del 2003
a diciembre del 2007, sobre el desempeño del gobierno central en la gestión de la
salud pública.
- Describir el comportamiento de los indicadores de desempeño del gobierno central,
desde abril del 2003 a diciembre del 2007, con respecto a la gestión de la salud
pública del país con base en los datos oficiales sobre las funciones esenciales de la
salud pública venezolana.
- Analizar los índices de desempeño del gobierno central en materia de salud desde
abril del 2003 a enero del 2007 bis a bis, con la evaluación que hace la opinión
pública venezolana de la gestión del gobierno central en materia de salud durante
ese mismo período de tiempo.
35
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO.
1.1 Opinión Pública: Definición y características.
La definición clara y explícita del concepto de opinión pública dentro de las ciencias
sociales, como todo concepto de la metodología científica que se ha “vulgarizado” en el
sentido común de la sociedad, tiende a elaborarse desde diferentes perspectivas, no siempre
coincidentes. Si bien el ciudadano democrático promedio considera como un lugar común que
la opinión pública es un poder intangible que ocasionalmente despierta para pronunciarse
sobre la actividad humana (Abreu Sojo, 2001). Citando Dader (1992), podemos a continuación
citar tres perspectivas sobre lo que en ciencias sociales se entiende como Opinión Pública.
- El de carácter político-valorativo: Centrada en la tradición del derecho, la filosofía
y la ciencia política (Tuesta Soldevilla, 1997), teniendo como su máximo
representante al filósofo y pensador social Jürgen Habermas. Se piensa a la Opinión
Pública como una categoría sociológica fuertemente vinculada a la existencia de un
Estado democrático, donde se le concibe como una ficción institucionalizada que
no puede conectarse con la conducta del ciudadano de manera empírica (Abreu
Sojo, 2001). Por lo tanto la definición de opinión pública puede definirse con base
a dos distinciones de carácter ideal weberiano: la Opinión Pública real como una
opinión razonada del público democrático que sustenta a un Estado democrático
verdadero; y la segunda como una seudopinión pública manipulada que prescinde
de la racionalidad autónoma del ciudadano frente a los centros poder encarnados en
el Estado o los medios de comunicación. Para Habermas, ambos tipos de opiniones
tienen existencia en las democracias modernas, y se mueven dentro de los ámbitos
de la opinión pública de las opiniones informales que no son discutidas dentro del
campo de lo público de la sociedad, y las opiniones seudo-públicas que se emiten
dentro de las instituciones formales de participación democrática.
36
- El de carácter antropológico: Centrada dentro de la psicología social y no en el
debe ser de la comunicación política (Abreu Sojo, 2001), siendo su mejor
exponente Elizabeth Noelle-Neumann. Se piensa a la Opinión Pública más como
un hecho social asociado a un conjunto de conductas que forman parte de la
expresión de formas de pensar y actitudes de las colectividades sociales sobre
temas de cualquier índole (Tuesta Soldevidlla, 1997). Bajo una conceptualización
fuertemente influenciada por la sociología y la psicología, la Opinión Pública es
más un reflejo de las conductas empíricas y simbólicas de las personas, vinculadas
a sus sistemas conceptuales y de valoración, que a procesos de reflexión racional y
autónomas.
- El de carácter sociopolítico funcionalista: Orientado hacia la comunicación pública,
donde se estudia el carácter de sentido común de la opinión pública que posibilita
la acción intersubjetiva en un sistema social (Tuesta Soldevilla, 1997). Su mayor
teórico es Niklas Luhmman, que sostiene que la capacidad de los sistemas sociales
genera la creación de una estructura temática de comunicación para reconocer así
los temas más relevantes del interés general de una sociedad. De esta forma los
medios y las formas de opinión pública termina concretándose en la mirada
autoreferencial que los actores sociales tienen sobre sí mismos y sus acciones
(Dader, 1992). En esta concepción, la opinión pública juega un papel fundamental
en la democracia, no por razones éticas inherentes a la voluntad de los ciudadanos,
sino utilitarias al crear un nexo común en sociedad que a su vez origina temas de
preocupación en común a ser tratados por la comunidad democrática.
Las tres conceptualizaciones sobre Opinión Pública, si bien se operacionalizan por
disciplinas diferentes, coinciden en que el término se concreta como un modo en que las
opiniones de los sujetos que hacen vida en sociedad publicitan sus opiniones frente a sus
coetáneos, y al mismo tiempo trata que las opiniones convergentes dentro de esa publicitación
tengan un peso sobre los centros de poder que gerencia el sistema social dentro de un contexto
moderno y democrático. Siendo esta una investigación de ciencias políticas, fundamentadas en
37
un acervo teórico y metodológico de las ciencias sociales encargadas de estudiar el fenómeno
de la política en la sociedad, se utilizará el concepto de Nicola Mateucci en el “Diccionario de
Polìtica” (1991). El concepto reconoce que: "La Opinión Pública lo es en un doble sentido:
sea en el momento de su formación porque no es privada y nace de un debate público, sea por
su objeto, que es la cosa pública. En cuanto "opinión" siempre es opinable, cambia con el
tiempo y puede ser objeto de disensión: de hecho, expresa más juicios de valor que juicios de
hecho, que pertenece a la ciencia y a los expertos. En cuanto "pública", o lo que es lo mismo,
perteneciente al ámbito o al universal político, habría que hablar de opiniones en plural,
porque en el universal político no hay espacio para una sola verdad política, para una
epistemocracia. La opinión pública no coincide con la verdad, por lo mismo que es opinión,
doxa y no episteme, pero, en lo que se forma y afirma en el debate, expresa una actitud
racional, crítica y bien informada" (Diccionario de Polìtica, 1991, Pág: 1075 ) .
De esta concepción de Mateucci sacamos dos elementos básicos en que se orientará
nuestra investigación: Primero, opinión pública es toda opinión publicitada, sea pocas o
muchas opiniones encontradas que tienen cierta preponderancia sobre lo público en sociedad,
por lo tanto no es una opinión aislada que no se publicita. Y en segundo lugar, la Opinión
Pública es un juicio de valor y no una evaluación objetiva de un fenómeno social, donde los
elementos que definen su generación pueden estar o no dentro del fenómeno social sobre el
cual se opina. Por lo tanto, una opinión pública sobre un asunto particular y el estudio objetivo
sobre el mismo no tienen que necesariamente coincidir, porque la Opinión Pública no es una
creación sistematizada de conocimiento sobre un hecho o asunto social en específico.
Fernando Tuesta Soldevilla especifica en su libro “No Sabe/ No Opina. Encuestas
políticas y medios” (1997) que los factores que componen la opinión pública son la presencia
de un tema o temas en la agenda pública que generen posturas contrapuestas; la naturaleza de
un público que sirva de receptor de un tema de interés público en específico; un complejo de
creencias de dicho público que especifiquen la distribución dominante y minoritaria de
determinadas opiniones sobre el tema propuesto; la expresión de la opinión pública, que
implica a todos los medios, lugares y códigos simbólicos con que se debate el tema; y el
número de personas involucradas, que abarca el grado de personas involucradas en el debate
público para que sea capaz de generar un efecto social. Estos componentes son básicos para
comprender como se estructura y cambia la opinión pública durante el transcurso del tiempo.
38
Si bien los factores que componen la Opinión Pública pueden ser sistemáticamente
definidos, no es tan fácil en el caso de describir como se forma de manera empírica la Opinión
Pública. La reflexión sobre la Opinión Pública abarca una larga tradición del pensamiento
occidental que va desde la Antigüedad Clásica con Aristóteles hasta los estudios de Ferdinar
Tönnies entre los siglo XIX y XX, pasando en el proceso una larga lista de autores como
Maquiavelo, Montaigne, Locke, Hume, Rousseau, Kant, Hegel y Comte. Pero al ser el objeto
de esta investigación el estudio de la Opinión Pública en la modernidad occidental, hará
alusión a tratar el tema de la formación de la opinión pública de acuerdo a criterios modernos,
estudiados empíricamente desde el siglo XX. La compresión del fenómeno de la opinión
pública con base a los estudios empíricos que comenzaron a elaborarse en el siglo XIX y
reforzados en el siglo XX especificaron la necesidad de entender el fenómeno bajo dos
dimensiones temporales: una estática y otra dinámica (D´Adamo, García Beaudoux y
Freidenberg, 2007).
En la dimensión dinámica se caracteriza por un conjunto de de momentos
interdependientes que se retroalimentan entre sí, donde inicialmente existen un problema o
tema social que compromete a la sociedad o al menos un sector significativo de la misma que
trata de ser definido para ser sometido posteriormente a debate por los individuos y grupos
sociales (D´Adamo, García Beaudoux y Freidenberg, 2007). Posteriormente, sucede un
segundo momento es el surgimiento de las consideraciones preliminares y exploratorias,
donde surgen las primeras interrogantes sobre el tema o problema a tratar. El tercer momento
en consecuencia se define por la proposición de alternativas y propuestas, donde las conductas
individuales sobre el tema o problemática se traducen en comportamientos de masas, que
terminan diluyendo las reflexiones racionales en torno al tema a favor de los aspectos psico-
emocionales y culturales que rigen la existencia de las partes participantes. Lógicamente, se
llega a una cuarta etapa donde se involucran los intercambios de opiniones y acciones sobre el
tema o problemática propuesto, creando un cierto grado de consenso sobre la opinión
predominante sobre el tema en cuestión (D´Adamo, García Beaudoux y Freidenberg, 2007). El
grado de consenso que origina esta última etapa puede ser evaluado en muchas ocasiones por
encuestas de opinión, que miden el grado de precariedad o solidez de la opinión formulada por
el debate público sobre un tema o problemática en específico. El grado de consenso es a su vez
39
uno de los factores determinantes que dan peso a la Opinión Pública en una sociedad
democrática para influir sobre las decisiones a ser tomadas desde el la estructura del Estado.
En el caso de la circulación de los temas de interés que son fijados por medio de la
agenda pública del Estado, tomando en cuenta el contexto de la sociedad democrática
moderna, existen los modelos que apuntan la fijación de los temas a ser tratados por la opinión
pública desde una percepción ascendente desde la ciudadanía a las estructuras de poder
(Sartori, 1992), donde es el común de la ciudadanía el quien impone los temas a tratar al
Estado. Por otra parte, existen otras teorías de circulación de los temas que conforman y
moldean a la opinión pública, donde se afirma que es desde las estructuras de poder hasta la
ciudadanía común como se da el fenómeno (Deutsch, 1974). Ambas teorías sobre la
circulación e imposición de temas son igualmente válidas, aplicables a las especifidades de
cada tema o problemática social planteadas ante la Opinión Pública, pero que coinciden en las
siguientes tres reflexiones (D´Adamo, García Beaudoux y Freidenberg, 2007):
- El papel de los líderes de opinión es de intermediarios en todos los niveles de
formación de la Opinión Pública en su aspecto dinámico.
- Todos los niveles de poder experimentan procesos de retroalimentación, lo cual
posibilita que en el proceso de formación de la opinión pública juegue tanto la
imposición de las temáticas por parte de las elites políticas, económicas y sociales
de la sociedad, como la imposición por parte de ciudadanía común y corriente.
- En todo nivel de poder existen niveles de divergencias en opiniones sobre el tema
propuesto, habiendo elementos influyentes e influidos en cada nivel de poder. Este
proceso de comunicación masiva para influenciar dentro de un nivel de poder en
específico, puede reforzar las pautas existentes de creencias que se creen apoyadas
por la sociedad, o crear nuevas convicciones compartidas sobre el tópico que se
está debatiendo o incluso modificar normas preexistentes relacionados al tema
tratado en el debate de la opinión pública (De Fleur, 1970).
40
La entrada en la era contemporánea de los medios de comunicación masivos
sugestionó en gran parte la formación de la opinión pública en las sociedades democráticas,
debido al grado de influencia que podían tener los medios de comunicación para imponer
temas y reflexiones alrededor de la Opinión Pública. El proceso de investigación sobre esta
influencia ha sido largo y dependiendo de las teorías formuladas en cada línea de
investigación, las conclusiones han sido las siguientes por cada tipo de perspectiva
investigativa:
A) La teoría del impacto colectivo: Surgida en los albores de la década de los 20 del
siglo XX, bajo un enfoque conductualista, proclamaba el impacto ilimitado de los
medios de comunicación para moldear la opinión pública de acuerdo a la
utilización de determinadas técnicas persuasivas. El hombre ante los medios es una
masa amorfa que se expone junto a sus pares de manera relativamente uniforme a
la influencia de la televisión y por ende refleja una respuesta homogénea a su
influencia. No existen obstáculos para la influencia de los medios masivos para
moldear la opinión pública.
B) La teoría de los factores limitados: Teoría que tiene su período de desarrollo entre
las décadas de los 40 y los 60 del siglo XX, bajo el enfoque de la psicología
conductista y la sociología funcionalista. Los medios a la hora de influenciar a la
Opinión Pública, sólo pueden reforzar actitudes y opiniones preexistentes,
pudiendo sólo influenciar realmente en circunstancias excepcionales. Generalmente
los grupos sociales primarios en que se desenvuelve los sujetos y los sistemas de
comunicación, son los que median y moldean el impacto de los medios para
imponer una tendencia en la opinión pública. Igualmente los sujetos a nivel
individual se exponen a determinado contenidos de los medios de acuerdo a sus
valores y creencias, de una manera selectiva a los mensajes de los medios que
refuercen sus propias actitudes y elimine las disonancias a la hora de consumir
información.
41
C) La teoría de los usos y gratificaciones: Surgidas en el contexto de las últimas
décadas del siglo XX, se centra en el receptor del mensaje de los medios, donde el
público es un ente activo y no pasivo en la actividad comunicativa. El público
consume y usa la comunicación de masas de acuerdo a las gratificaciones que
obtiene al usar los medios como obtener información y entretenimiento, siendo el
papel del público el más activo a la hora de moldear la Opinión Pública en la
relación Medio-Público.
D) La teoría de la agenda setting: Como alternativa a la teoría de los efectos limitados,
durante finales de la década de los 60. Los medios si bien no tienen el poder de
determinar que puede pensar el público sobre un tema de la Opinión Pública, tienen
al menos el poder de definir qué tema es relevante para la Opinión Pública. Los
medios seleccionan, ordenan y de ser necesario, suprimen temas de discusión que
forman parte de la agenda de la Opinión Pública, de esta forma moldean que debe
tomarse como relevante para la discusión pública en sociedad y que tema obviarse
del debate publicitado (Tuesta Soldevilla, 1997).
Excepto por el enfoque de la teoría del impacto colectivo, todas las grandes teorías
asociadas al estudio del impacto de los medios de comunicación sobre la Opinión Pública,
sostienen que la capacidad de moldear las opiniones públicas por parte de los medios es
limitada aunque no inexistente. Dentro del proceso de recepción del mensaje por parte de las
audiencias median un conjunto de realidades psicológicas y sociales que filtran el mensaje y
su efecto sobre las opiniones personales y grupales de los sujetos sociales. Pero la Agenda
Setting es la teoría contemporánea que si bien afirma que el poder de los medios no puede
determinar que puede pensar un individuo o colectividad sobre un tema determinado, si puede
establecer que temas tomarse en cuenta para la reflexión pública. El poder de disuasión de los
medios de masas si bien no es ilimitado, tienen una fuerte influencia en determinar qué temas
deben ser tomados en cuenta por el público democrático y bajo que parámetros pensarlos, lo
cual posibilita el poder de la propaganda y la manipulación mediática para moldear
parcialmente la Opinión Pública hacia los intereses de un grupo de poder social.
42
En síntesis, las teorías sobre el papel de los medios masivos apuntan a tres factores que
influyen en la estructuración de la Opinión Pública sobre un tema o problemática social
determinado: Primeramente la pertenencia individual a determinados grupos sociales, en
segundo lugar la naturaleza de los hechos que quieren originar una opinión compartida y en
tercer lugar el papel de los medios en determinar la agenda pública (Rivadeneira Prada, 2000).
La interacción de los medios con los dos primeros factores determinará en que amplitud y
profundidad puede establecer su influencia en la generación de una tendencia en la Opinión
Pública dentro de las sociedades modernas.
La penetración de esa influencia tiene que ver con las intenciones de un grupo de poder
de intervenir sobre la información suministrada por el medio de comunicación, dado que la
importancia social de dicha manipulación constituye una acción que afecta al sistema político
(Rivadeneira Prada, 2000). La manipulación mediática en términos periodísticos pasa por la
intervención en el material noticioso que se da al público; mientras que en términos de
relaciones públicas y propaganda, la manipulación consiste en obtener la atención del público
para fines específicos; y finalmente en el campo de la piscología, la manipulación se construye
por medio de el control de las motivaciones del público. Toda producción mediática que
intente sugestionar el proceso de formación de una actitud en la Opinión pública moderna
debe tomar en cuenta las realidades grupales e individuales del público al que se quiere
influenciar. La comunicación se “adecua” al público para así producir un determinado efecto
en el sistema político de una comunidad (Fagen, 1969).
La adecuación de la información que desea impactar sobre la Opinión pública está
relacionada con el nivel de manipulación cualitativa y cuantitativa de los datos que se le
otorgan al público: Sobre que se informa, en qué se medida se informa, a cuales fuentes se
apela para generar esa información y que materias se escogen como comunicables a
determinados subgrupos del público y a cuáles no. Una adecuación motivacional de la
información abarca la intención comunicativa de quien comunica y cuáles deberían ser los
efectos esperados (Rivadeneira Prada, 2000). En cambio, una adecuación de los subsistemas
de información toca más bien en qué medida los medios y cuáles medios tienen el poder de
imponer un determinado consenso comunicativo sobre un tema de la Opinión Pública. No todo
medio puede alcanzar a todos los subpúblicos que se desea impactar con la manipulación de la
información, pero se puede especificar a cada medio correspondiente el manipular su
43
información disponible para impactar a un subgrupo del público en particular, sumando en el
conjunto de los impactos a todo el público en que el grupo de poder desea establecer su punto
de vista.
Por eso, los factores a tomar en cuenta por parte de una auténtica manipulación de la
información mediática con relación a la formación de la agenda de la Opinión pública, recaen
en controlare los niveles libremente disponibles de información por parte del receptor de la
información sobre el tema a tratar en la agenda pública (D´Adamo, García Beaudoux y
Freidenberg, 2007). Como señala Schütz en su obra “El ciudadano bien informado” (1979), la
generación masiva de grandes acervos de información por parte de la sociedad moderna
originan en consecuencia que los temas a ser atendidos por el público moderno es claramente
limitado, ya que la sociedad moderna obliga a la delegación en la producción y distribución de
la información a unos roles específicos de la sociedad, donde los medios comunicación juegan
un papel determinante. Las restricciones que se experimentar a la hora de debatir determinados
temas en el espacio público humano, tienen que ver con la dificultad de la ciudadanía de
obtener una información profunda y detallada de todos los problemas que afectan a la
comunidad política, ya que la experiencia cotidiana no posibilita la oportunidad de tener
información más allá de las fuentes secundarias, donde los medios tienen el rol estelar.
El nivel de capacidad para establecer mediáticamente las cuestiones públicas por parte
de los centros de poder, tomando en cuenta las particularidades grupales y psicológicas de los
públicos a ser influenciados, están determinados por la necesidad de orientación que tiene el
público (D´Adamo, García Beaudoux y Freidenberg, 2007). La necesidad de orientación
consiste en que cuanto mayor sea la necesidad del público de ser orientado por terceros sobre
los temas que signan la agenda pública, mayor será la atención que se le preste a los medios y
dar por válidos los contenidos emitidos por los mismos. La carencia de información o fuentes
alternativas de información por parte de un público interesado por un tema (donde dicho
interés puede haber sido inducido por el mismo medio), hace más sólida la capacidad de
manipular la Opinión Pública por parte del medio que tenga la intención de obtener un
determinado efecto a través de dicha manipulación. Mayor nivel de información alternativa
sobre un tema posibilita una menor la manipulación de la información y su interpretación,
mientras que la reducción de medios alternativos de información apunta a la capacidad de
orientar la incertidumbre del público por información por cauces previamente definidos.
44
Si se tiene claro que la Opinión Pública puede ser influenciable por los medios de
comunicación, además de poder ser deliberadamente manipulada (hasta cierto punto) por la
manera en que se organiza la información disponible mediáticamente, la medición de la
opinión pública de manera sistemática implica interrogantes de otra naturaleza. Si los medios,
junto con otros factores tienen un poder para inducir parcialmente tendencias en la Opinión
Pública moderna, la forma de medir dichos efectos responde a otra lógica teórica y
metodológica de la investigación social. La herramienta más comúnmente utilizada para medir
el grado de influencia de un elemento social para estructurar la Opinión Pública es el sondeo
de opinión.
La encuesta de opinión es una herramienta que establecer una relación entre los medios
de recolección de datos afines a los medios de comunicación y los métodos de las ciencias
sociales (Tuesta Soldevilla, 1997). La lógica de la encuesta de opinión es detectar las
frecuencias y tendencias más generalizadas de una opinión dentro de una población total,
preguntando a un número limitado de personas que forman parte de esa población a la cual se
denomina muestra sobre un tema dado (Rivadeneira Plaza, 2000). La encuesta de opinión se
introduce dentro de lo que se denomina estudios de campos, que se realizan para detectar
cuales opiniones, actitudes, creencias o percepciones que acumulan mayores niveles de
frecuencia en una población humana dada. Dichos estudios de campo pueden ser transversales,
cuando se desea exclusivamente estudiar las opiniones y creencias en un determinado
momento, o longitudinales, cuando se examina a la misma población a lo largo del tiempo.
El proceso de estudio de la dinámica de la Opinión Pública por medio de la encuesta de
opinión, puede hacer uso tanto de estudios de campo de carácter transversal como
longitudinal. El estudio transversal es generalmente al más usado para la medición de los
efectos puntuales de un factor de formación de la Opinión Pública en un determinado
momento, determinando el grado de influencia de dicho factor en la generación de una
tendencia en la Opinión Pública en un momento muy específico dentro de una población dada.
Sin embargo, al darse una determinada tendencia en el tiempo de determinadas ideas y
actitudes de la Opinión Pública, los estudios de opinión se orientan más bien a estudios de
campo de carácter longitudinal, que permiten conocer la evolución de la Opinión Pública ante
un tema fijo en la agenda pública y conocer los factores que condicionan ese comportamiento
en el tiempo, sin conocer a priori el factor causal que lo desencadena.
45
De las investigaciones longitudinales que suelen utilizarse con mayor frecuencia en las
encuestas de opinión, suelen ser las más usadas el de los Estudios de Tendencias. Un estudio
de opinión longitudinal de tendencia consiste “…En seguir a una muestra de población en
distintos momentos. Diferentes personas participan en cada encuesta, pero cada muestra se
deriva de la misma población. Este tipo de estudios se usa con frecuencia durante las
campañas electorales para medir, por ejemplo, la intención de voto. Otra posibilidad son las
investigaciones que se valen de datos secundarios, como sería el caso de analizar a lo largo
del tiempo, mediante datos estadísticos, la relación entre penetración de los aparatos de
televisión en una determinada población y la variación de sus tasas de delitos (Orlando
D´Adamo, García Beaudoux, y Freidenberg, 2007, Pág: 182). El estudio de tendencia de
opinión longitudinal es una herramienta usada tanto por centros académicos de investigación
como empresas investigadores de la Opinión Pública, para determinar una idea predominante
de la Opinión Pública sobre un tema determinado a lo largo del tiempo y de esa forma
averiguar cuál es el factor desencadenante para estructurar dicha tendencia a lo largo del
tiempo. Igualmente sirve para confirmar o rechazar el nivel de conexión que existe entre lo
que percibe la Opinión Pública sobre una problemática social dada y lo que objetivamente está
sucediendo.
Las encuestas de opinión según Rivadineira Prada (2000) se diseñan y ejecutan de
acuerdo a las siguientes etapas:
A) Selección del área de interés del sondeo: Precisar que se desea saber y de quién se
desea saber, es decir definir el problema o tema de la opinión Pública a investigar,
y de qué población o subpoblaciòn se desea averiguar.
B) Ejecución del sondeo: Consta de la selección de los sujetos para el muestreo, junto
con la elaboración de las preguntas que permitirán conocer a través de los
individuos sus actitudes y opiniones sobre el tema planteado, y la realización
operativa de la entrevista (que puede hacerse cara a cara con el encuestado o
entregarse la encuesta para ser llenado por el encuestado).
46
C) La evaluación del sondeo: Es la organización de los datos obtenidos por medio de
la ejecución del sondeo, junto con el análisis e interpretación de los resultados de
los cuestionarios. Los datos de preguntas cerradas tienden a originar una base
cuantitativa mucho más fácil de analizar que preguntas abiertas, pero el elemento
cualitativo que arroja muchas veces las preguntas de opciones abiertas posibilitan
una mayor profundidad sobre el tema tratado.
La Opinión Pública moderna se caracteriza por una permanente mutación, la es
condicionada tanto por los acontecimientos objetivos que suceden y sobre lo cual su
formación tiene su base, como por un conjunto de factores que median sobre la obtención de
la información sobre los acontecimientos que son de interés de la Opinión Pública y que
aportan elementos subjetivos en la evaluación de los problemas y temas públicos. Cada
información generada por un tema, junto con el comportamiento de diferentes factores que
modifican las actitudes y opiniones de las personas que determinan las tendencias en el nivel
de consenso sobre una temática determinada. Cuanto más dependiente es el público de las
fuentes secundarias para obtener datos sobre un tema o problema social dado, más fuerte será
la tendencia a que elementos externos a los individuos o colectividades sociales puedan
moldear la estructura de la opinión pública y menos el peso de los hechos “objetivos” que
originariamente deberían generar una determinada actitud en la opinión pública. Por eso la
medición a largo plazo es imprescindible para detectar cómo interactúan estos factores al
unísono y así definir de qué manera en concreto se construye la Opinión Pública predominante
en una sociedad dada.
1.2 La relación de Política públicas con Opinión Pública.
Durante la consolidación de la sociedad moderna la Opinión Pública mutaba de ser
una tendencia construida mayormente por el poder del Estado y la Iglesia en la pre-
modernidad, a ser un fenómeno que respondía a diferentes fuentes de producción de sentido en
la era moderna. La producción del sentido de la realidad y los asuntos públicos dejaban de
responder a la potestad exclusiva de la esfera política y eclesiástica de la vida del ser humano,
permitiendo que el rol de la producción del sentido se fragmentó en diferentes actores sociales,
47
donde la aparición del intelectual y los medios de comunicación tendrían un papel
fundamental en este aspecto.
Si previamente hemos estudiado en qué consiste el papel de la Opinión Pública en la
modernidad, sus factores de generación y los potenciales elementos que pueden conformar su
orientación, hay que aclarar que la evolución del nivel de importancia al que se ha atribuido en
el sistema político moderno no ha sido igual a lo largo del tiempo. La constitución de los
sistemas políticos basado en el Constitucionalismo, la República Liberal y finalmente el
Estado Democrático fundamentado en el Estado Liberal de Derecho, depositó una gigantesca
influencia de la Opinión Pública como elemento de presión y materialización de propuestas
para estos cambios políticos. Pero esa Opinión Publica se movía dentro de la lógica liberal de
la existencia de dos sistemas con alto grado de autonomía: El Estado y la sociedad, como entes
opuestos entre sí (García Pelayo, 1985), lo que suprimía la acción del Estado en la resolución
de los problemas económicos y sociales que existían en la sociedad en la que actuaba. La
Opinión Pública moderna por lo tanto recibía una influencia modesta del Estado para definir
las temáticas y problemas públicos de acuerdo a la acción concreta del gobierno.
El Estado Liberal de Derecho era un cuerpo administrativo para garantizar los intereses
generales de la Nación a la cual representaba. Esto lo llevaba a tener una acción limitada
dentro de sus potestades para la atención y resolución de los problemas de la sociedad. “El
Estado era concebido como una organización racional orientada hacia ciertos objetivos y
valores y dotada de una estructura vertical o jerárquica, es decir, construida primordialmente
bajo relaciones de supra y subordinación… Sus objetivos y valores eran la garantía de la
libertad, de la convivencia pacífica, de la seguridad y la propiedad, y la ejecución de los
servicios públicos, fuera directamente, fuera en régimen de concesión (García Pelayo, 1985,
Págs: 21-22). La sociedad moderna por lo tanto era considerada como un orden independiente
del Estado, con una lógica propia más poderosa que la acción del Estado la cual sólo podía
garantizar las condiciones mínimas para su funcionamiento espontáneo. La Opinión Pública,
dentro de otros fenómenos de la sociedad liberal moderna, no debería experimentar un proceso
de sugestión por parte del aparato del Estado y mucho menos influir en el funcionamiento del
mismo más allá de sus funciones propias de protección de la vida, la propiedad y la paz en la
sociedad.
48
La evolución del Estado Liberal de Derecho al Estado Social de Derecho entre los
siglos XIX y XX, no sólo evidenció el papel de la Opinión Pública para modificar el papel del
Estado en la atención de los problemas económicos y sociales de la sociedad moderna, sino
potenció enormemente el rol de la Opinión pública como herramienta fundamental dentro de
los cambios que estaba experimentando el Estado Democrático moderno. La lucha por el
respeto por los derechos civiles y políticos en el Estado moderno se le fusionó el combate por
los derechos sociales por parte de la Opinión Pública (Marshall, 1976), lo cual implicó que el
sistema democrático para poderse ajustarse correctamente a los imperativos de la ciudadanía a
la cual representaba debería modificar el alcance de sus atribuciones. “…si el Estado quería
subsistir había de disponerse a controlar permanentemente los aspectos económicos, sociales
y culturales de la sociedad. Y si el Estado democrático liberal de Derecho quería continuar
teniendo la vigencia había que adaptar sus valores a nuevas exigencias y añadir a sus
objetivos los de las regulación permanente del sistema social” (García Pelayo, 1985, Págs:
24). De este proceso nace el Estado Social de Derecho, fundamentado en la justicia
distributiva a través de la asignación de bienes jurídicos de contenido material a través de sus
políticas públicas, para la resolución de complejos problemas económicos y sociales de la
sociedad industrial.
Esta transformación del Estado Moderno, se aceleró notablemente a partir de los años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, estableciendo nuevas funciones del Estado de
satisfacer una cada más plural cantidad de demandas de una ciudadanía diversa. “Estas
aspiraciones han sido realizadas en parte por la incorporación de los derechos sociales en el
status de ciudadanía, creando así un derecho universal al ingreso real, que no es
proporcionado al valor de quien lo exige, el mercado… Ha asumido la pinta de una acción
destinada a modificar el patrón de la desigualdad social (Marshall, 1976, Pág: 30). La
satisfacción de estas demandas no sólo dependía de cuales demandas eran seleccionadas por la
Opinión Pública para ser tomadas en cuenta por el Estado, sino a su vez como se moldeaban
estas percepciones de la Opinión Pública sobre dichas demandas por medio de la acción
concreta del Estado. “Las políticas estatales son actualizadas en parte por su propio aparato,
pero también en parte decisiva por organizaciones extraestatales…el Estado en parte acciona
por sí mismo, y en parte orienta la acción de otros; las políticas son ciertamente decididas
49
por la autoridad estatal, pero su ejecución depende en buena parte del consenso de los
afectados” (García Pelayo, 1985, Pág: 37).
El Estado Social de Derecho al tratar de resolver los principales problemas que afectan
a la sociedad industrial, intenta a su vez integrar a la sociedad nacional dentro del pluralismo
que la caracteriza (García Pelayo, 1985). Eso, a nivel de percepciones públicas, implica la
inducción en la sociedad de cierto nivel de consenso sobre qué temas y problemas sociales son
lo suficientemente relevantes para ser atendidos por la acción del Estado. La imposición de la
agenda pública estatal depende en gran medida de que demandas sociales despiertan un mayor
número de unanimidad en la opinión publicitada de la ciudadanía, pero a su vez la acción del
Estado al resolver dichas demandas modifica las actitudes y opiniones sobre un tema público.
“Debido a los problemas y las prioridades de la agenda se construyen socialmente, quien
participa en su formación puede ser un factor muy importante y decisivo… Además, los
funcionarios, en razón de su cargo, está obligados a respetar los derechos de los demás a
participar en el proceso y servir como conducto de las demandas sociales” (Elder y Cobb, en
Aguilar Villanueva, 1993, Pág: 83).
Lo anterior implica que la relación entre políticas públicas y Opinión Pública viene
dado en primer momento porque la Opinión Pública es el lugar del surgimiento de los temas a
ser tratados por las políticas elaborados por el Estado. “…las políticas, como proposiciones
sobre la mejor manera de lograr determinados objetivos sociales, no son más que ideas.
Tienen toda la fuerza y toda la debilidad de las ideas: son respaldadas por argumentos
convincentes, mueven voluntades, aglutinan personas, generan movimientos sociales, sirven
para mejorar el mundo; pero también encierran falacias que ocultan intereses de grupos,
engañan, generan conflictos sociales, pueden crear obsesiones que llegan a conducir a la
muerte” (Ramón Piñango, en Janet Kelly, 2003). La creación de percepciones relativamente
unánimes sobre una temática o problemática dada en la sociedad, es lo que motiva a los
grupos sociales de presión para establecer en una agenda pública esa temática como
problemática y formular dentro de dicha agenda la solución que la ciudadanía cree más
conveniente para tratar lo problemático del tema.
La Opinión Pública no es sólo el punto de partida del proceso de generación de una
política pública. Generalmente se piensa que una política pública se da al tener conciencia de
una problemática por parte de la sociedad y en consecuencia, el Estado formula con base a las
50
exigencias ciudadanas las políticas correctas para su resolución, siendo esa la única función de
la Opinión Pública en la elaboración de una política. La Opinión pública es además un
elemento fundamental a tomar en cuenta para la implementación de una política pública.
Donald S. Van Meter y Carl E. Van Horn, nos especifican en “El proceso de implementación
de las políticas” (Aguilar Villanueva, 1993), se toma en cuenta el Estado de la Opinión
Pública y la atención que la misma presta al problema que enfrenta la política. “Las
condiciones del entorno pueden ser asimismo la causa de que los responsables de la
implementación lleven a la práctica una política sin modificar sus preferencias personales. El
deseo de los responsables de minimizar la hostilidad pública o su inclinación ideológica a
responder positivamente a los deseos de la ciudadanía pueden tener una influencia en su
comportamiento, aunque resulte contrario a sus propias preferencias… Más allá de la
disposición de los responsables y de la acción del resto de las fuerzas que contempla el
modelo, las condiciones del entorno pueden mejorar o restringir el desempeño de la política”
(Aguilar Villanueva, 1993, Pág: 133).
La relación causal Opinión Pública-Política Pública, da entender la existencia de un
sistema democrático moderno en el contexto de un Estado Social de Derecho. Los actores y
grupos de interés que hacen vida política en una comunidad humana, compiten ante las
capacidades del Estado de satisfacer de manera limitada a las exigencias ilimitadas de la
sociedad humana. Como el Estado no puede satisfacer todas las demandas sociales y mucho
menos al mismo tiempo, la competencia para obtener esa satisfacción de demandas se tiene
que dar en el campo de la Opinión Pública, induciendo las individualidades o grupos sociales
organizados consensos en las percepciones públicas a ser atendidas con mayor urgencia por la
esfera política de la sociedad. La competencia en el campo de las percepciones públicas no
sólo sugestiona que temas serán tomados por la agenda gubernamental para elaborar la política
pública, sino con base a esa misma percepción mayoritariamente compartida a nivel público
por la ciudadanía dependerá el éxito o el fracaso de la implementación de la política. La
Opinión Pública en este enfoque es la variable tanto causal como interviniente de que una
determinada política pública sea implementada en la realidad.
Pero en un segundo momento, la Opinión Pública es la variable dependiente de la
acción de la política pública, tanto su elaboración como implementación sugestiona la
generación de una determinada tendencia en la Opinión Pública de una comunidad política. La
51
acción del Estado intenta siempre generar un determinado sentido de la realidad, integrando
una percepción consensuada sobre una realidad política. “La función característica del Estado
social es producir una integración dentro de las condiciones de la actual sociedad industrial,
con su pluralidad de grupos e intereses antagónicos, reduciendo los conflictos sociales a
contratos sociales” (García Pelayo, 1985, Pág: 45). Para poder inducir una reducción de los
conflictos sociales a contratos sociales, se debe inducir a su vez un consenso sólido sobre lo
que se cree que es relevante a ser tratado como tema público en sociedad y la forma en que
debe resolverse.
En consecuencia, el Estado para implementar una política pública tiene tanto que
inducir unas determinadas percepciones en la Opinión Pública para que la política se concrete,
como también causar cambios en las tendencias de percepción mayoritarias en la Opinión
Pública sobre el problema que intenta resolver la política. “Desde el punto de vista ideal, la
solución de un problema político, para que sea satisfactoria debería contar con el fuerte
apoyo de un grupo influyente de la sociedad y ser capaz de resolver ese problema en la
práctica; además el número de miembros de la sociedad que aceptan debería ser tal como
para que su ejecución resultara viable. Pero en la realidad no es por supuesto, necesario que
coincidan estos tres criterios… Sin embargo los desafíos más serios del funcionamiento de
una sociedad o de un Estado, sólo pueden enfrentarse mediante soluciones que no es muy
probable llegar a descubrir valiéndose de las memorias, hábitos, preferencias y pautas
culturales estandarizados y aceptados que ya existen en la sociedad” (Deutsch, 1971, Pág:
197). No toda política pública nace de la presión de la Opinión Pública de tomar en cuenta
determinada temática como un problema, sino a veces tiene que ser el mismo Estado el que
tiene que inducir en la Opinión Pública que determinada temática es problemática y por lo
tanto el Estado tiene que intervenir sobre ella y tiene la capacidad de hacerlo.
El Estado en este contexto, al tratar de ejecutar una política sobre un determinado
problema social, genera y tiene que generar una modificación de la ciudadanía de sus
percepciones sobre el problema tratado, modificando actitudes y comportamiento del público
con relación a esa temática. Las colectividades sociales que conforman una comunidad
política tienen determinados hábitos de comunicación social (Deutsch, 1971), que ayudan a la
formación de un sentido común de la realidad social, que ayuda a definir lo que es relevante o
no para la comunidad política. El Estado toma en cuenta las características de esta
52
comunicación social, sustentada en pautas culturales comunes y disposiciones de conducta con
cierta generalidad que permita la acción de las instituciones políticas para crear nuevos marcos
de referencia que permiten definir lo relevante en el espacio público humano. “La capacidad
de los miembros de un pueblo así concebido para transmitirse información de manera
recíproca sobre una amplia variedad de temas; la capacidad de formar pautas eficaces de
trabajo en equipo para una amplia variedad de propósitos, y quizá su capacidad de formar
nuevas pautas de trabajo en equipo para nuevos propósitos, pueden calcularse o medirse por
métodos que van desde el juicio de observadores bien informados hasta las técnicas
experimentales más refinadas de psicólogos sociales… suficiente para permitir que las
instituciones políticas y económicas comunes unifiquen las diferentes poblaciones, en un
proceso gradual de aprendizaje social, hasta constituir un solo pueblo o una sola nación”
(Deutsch, 1971, Pág: 200).
Para modificar las pautas de percepciones sobre un tema social por medio de políticas
públicas, el Estado debe convertirse con relación al tema a ser tratado por la política pública
en la fuente de mensajes que recibe la Opinión Pública con una preferencia habitual en lo que
respecta a la atención, transmisión y obediencia en la política, dotándose de autoridad para
definir el problema en el espacio público del ciudadano (Deutsch, 1971). La autoridad para
imponer una determinada comunicación sobre un tema social dado tiende a acrecentarse por
parte del Estado “cuando no hay tiempo para la evaluación de los méritos intrínsecos de sus
mensajes, como en casos de emergencias o situaciones militares, o si tal evaluación fuera
demasiado costosa en recursos; o donde quienes reciben los mensajes, a causa de su
ignorancia o de sus prejuicios culturales o sociales, son presumiblemente incapaces de
evaluar estos méritos; o, finalmente, y ello no es infrecuente en política, en casos en que tales
méritos parecen dudosos, a veces incluso a las personas mismas que produjeron los
mensajes” (Deutsch, 1971). Cuantas menos fuentes alternativas tenga la Opinión Pública para
formarse una idea sobre un problema social dado, mayor poder tendrá el Estado para imponer
una determinada percepción del problema ante la ciudadanía.
El problema de usar las políticas públicas como modo de modificar las percepciones de
la Opinión Pública alrededor de un asunto o problema social determinado, es que el apoyo
social que puede generar la implementación de una política pública en un momento dado
tiende a decaer en el transcurso del tiempo, lo cual reduce el poder de imposición de una
53
política pública de una determinada percepción sobre una realidad social. “El mayor dilema
que enfrentan los promotores de cualquier programa regulatorio que pretenda modificar el
comportamiento de uno o más grupos objetivos, consiste en el hecho de que el apoyo público
a su posición declinará casi inevitablemente en el transcurso del tiempo” (Sabatier y
Mazmanian, en Aguilar Villanueva, 1993, Pág: 351). Una política pública tiende a ser
producto de un debate público que permite que un asunto social sea tomado como relevante
por parte de la comunidad, sea de manera espontánea por parte de la ciudadanía o inducida por
los grupos de poder. La motivación que indujo a considerar relevante ese asunto tiende a
reducirse e inclusive desaparecer, cuando el público y la acción de los medios de
comunicación se desplazan a otros temas de relevancia social (Sabatier y Mazmanian, 1997).
Pero a su vez, el desplazamiento de la atención de los medios y el público sobre la
temática planteada como relevante a ser tratado por la acción del Estado, presenta una
particular oportunidad para concretar una determinada percepción de la política en la Opinión
Pública. Si en el campo de la evaluación tecnocrática, la valoración de una política pública se
hace con base al impacto real de la misma con base a los objetivos planteados por sus
creadores, en el campo de la Opinión Pública no necesariamente tiene que cumplir ese
imperativo. La Opinión Pública puede estar completamente divorciada en su apreciación de
una política pública de los impactos objetivos de la misma en la realidad. “En términos
generales, es de esperar que exista un alto grado de correlación entre la evaluación inicial
que un actor hace de una ley y su percepción y evaluación de los impactos… Esta afirmación
se basa en la teoría de la disonancia cognoscitiva y, especialmente, en el corolario de que un
actor tenderá a rechazar cualquier insinuación de que los impactos de una ley legítima
puedan ser indeseables” (Sabatier y Mazmanian, en Aguilar Villanueva, 1993, Pág: 363).
De esta forma, si el Estado ha logrado impactar en la Opinión Pública de forma en que
un asunto social sea considerado como un problema a ser tratado por acción gubernamental, y
convencer que la política pública implementada es la más adecuada para tratar dicho
problema, se tenderá a tener una valoración positiva de la política pública independientemente
de su impacto objetivo sobre el problema. Si una política pública se cree legítima para atender
un tema que ya puesto sobre el tapete se cree relevante, es difícil que a posterioridad se cambia
de opinión para evaluarla negativamente, especialmente cuando el público y los medios de
comunicación cambian constantemente de objetivo de atención en la agenda pública de los
54
temas a ser atendidos por la ciudadanía. Si una ley o política pública es considerada como
ilegítima desde sus inicios por la Opinión Pública, generalmente la ciudadanía creerá que la
política o ley no se corresponden en su implementación con los objetivos normativos
planteados, independientemente de la objetividad de los datos de impacto digan lo contrario
(Sabatier y Mazmanian, 1997). En el caso contrario, si el Estado ha ganado de antemano la
batalla por la Opinión Pública al dotarle de legitimidad y validez a su política pública a
implementar, las percepciones públicas tenderán a creer que la política cumple con los
objetivos planteados por sus creadores sin tomar en cuenta los datos de impacto. Esto es más
patente cuando no existen datos del impacto de la política disponibles al público.
La percepción sobre la legitimidad de la política pública, que condicionará en buena
parte la percepción sobre su impacto sobre el problema social, viene dado por hasta qué punto
está articulado con los valores que rigen en la comunidad política para declarar una decisión
política como legítima. “En un sentido amplio, el término “valor” indica con frecuencia en
las ciencias sociales, una preferencia operacional vinculada con otras preferencias y también
con importantes memorias y pautas de reacción emocional en los individuos que las sostienen.
Los valores, en este sentido amplio, pueden resultar agrupamientos repetitivos o persistentes
de las preferencias operacionales simples analizadas más arriba en este apartado” (Deutsch,
1971, Pág: 203). En cuanto una política pública sea planteada más acorde con las preferencias
operacionales mayormente compartida por el público de la comunidad política, tenderá a ser
percibida como legítima por parte de la ciudadanía y en consecuencia la evaluación de su
impacto se tenderá a percibir de acuerdo a los objetivos que el Estado ha planteado,
independientemente de que la evaluación técnica de sus resultados difiera con eso.
El gobernar por políticas públicas dentro del marco de un Estado Social de Derecho
implica delegar gran parte de la legitimidad del sistema político en el grado de legitimidad que
se atribuyen a las políticas públicas elaboradas por el Estado. En las sociedades democráticas,
la elaboración de políticas públicas toca el abanico de la pluralidad de demandas de grupos
sociales de la comunidad política, con exigencias específicas que singularizan el debate de lo
que debe ser atendido por el Estado. Por lo tanto, la lucha por darle legitimidad a un problema
social para dotarle de una solución mediada por la política pública del Estado, es un combate
para lograr que dicho problema debe ser considerado relevante por la opinión pública, y a su
vez dotar de legitimidad al Estado en la elaboración de la política pública correspondiente para
55
resolver el problema. “El carácter de las demandas y la forma posible del consenso
ciudadano van recortando, vez por vez, el tipo de política, la singularizan. Es previsible
entonces que habrá muchos asuntos públicos cuya solución no será aceptable mediante la
planeación de la actividad, burocratización del programa, centralización de la gestión. Y se
descubrirá que hay muchos asuntos privados que no tienen por qué convertirse en públicos y
despertar la atención del estado y otros muchos asuntos que tienen escala de gobierno local y
otros de escala nacional” (Aguilar Villanueva, 1992, Pág: 33).
La construcción de la legitimidad de las políticas públicas destinadas a la satisfacción
de las demandas sociales en el marco del Estado Social de Derecho, implican acciones
conscientes del Estado de darse legitimidad política con base al ejercicio de su rol de satisfacer
demandas sociales, más que en su legitimidad de origen del régimen político. Satisfacer de
manera adecuada las demandas sociales, con base de dotar de una percepción de legitimidad
de las políticas públicas implementadas tendría un efecto directo sobre la legitimidad del
poder ejercido por parte de las autoridades del Estado y a su vez, esto repercutiría en el nivel
de gobernabilidad de un sistema político como tal. Dichos elementos estarían condicionados
por el conjunto de apoyos que generarían la acción del Estado en la satisfacción de las
demandas ciudadanas dentro de las exigencias del Estado Social de Derecho, Tales aspectos
serán profundizados en el siguiente apartado de la investigación.
1.3 Demandas sociales y gobernabilidad democrática.
Si la satisfacción de las demandas sociales en el contexto del Estado Social de Derecho
es relevante para garantizar parcialmente elementos de gobernabilidad y legitimidad dentro de
un sistema político, esto crea como imperativo el conocer en qué medida se comporta los
fenómenos de legitimidad y gobernabilidad democrática en el contexto de las democracias
contemporánea. Tanto gobernabilidad como legitimidad del sistema político en los sistemas
políticos contenidos en el Estado Social de Derecho son elementos dependientes de cómo el
poder político satisface las demandas dominantes en la Opinión pública de la comunidad
política. Esto implica que la estabilidad del sistema político es altamente dependiente del
grado de legitimidad y eficacia que dote el Estado la elaboración e implementación de
políticas públicas sobre la sociedad.
56
El concepto de gobernabilidad es una de las prioridades teóricas de las ciencias
políticas en el siglo XX, en cuanto Occidente experimenta dentro del esquema del Estado
Liberal de Derecho el hecho que las democracias pierden paulatinamente la capacidad de
ejercer poder sobre el sistema político, aún teniendo una legitimidad política fundamentada en
la elección libre de los gobernantes y el cumplimiento de las pautas legales. Marcus Olson
(1982) afirma que la gobernabilidad que disfruta un sistema político y una clase
gubernamental en un momento dado no es otra cosa que la capacidad del gobierno de ejercer
su poder legítimo eficazmente está en profunda relación a que objetivos le ha propuesta la
sociedad gobernada a la maquinaria del Estado. Por lo tanto, un gobierno tendrá mayor radio
de acción en cuanto su acción sea percibida más acorde a los deseos y exigencias
predominantes en la ciudadanía política.
Las consecuencias que implicaba esta definición sobre gobernabilidad en los
fenómenos políticos concretos de los sistemas políticos modernos, será estudiado a fondo
durante los años 60 y 70 por parte de Huntington, Crozier y Watanuki (1975). Los estudios
realizados por los tres autores denotan que el Estado moderno occidental cada vez se
encontraba en mayores dificultades para cumplir las funciones que la sociedad le había
asignado. El incremento exponencial de demandas sociales de una gran pluralidad de actores
sociales en los Estados Sociales de Derecho, en contextos donde los fondos gubernamentales
impedían satisfacer buena parte de las exigencias de los grupos que conformaban a la
ciudadanía, originaba dicha crisis. La falta de eficiencia gubernamental unida a las crisis
financieras se traducían en el no cumplimiento de los objetivos propuestos a la ciudadanía al
gobierno en materia de acción gubernamental, reduciendo el radio del poder del Estado o
maximizando la esfera de poder de los grupos de oposición. Esto implicaría el surgimiento del
fenómeno de la ingobernabilidad en las ciencias sociales, entendiéndose como una crisis de
gestión del sistema político unida a una crisis de los ciudadanos que integran a la comunidad
política, cuando se apoya a un sistema político, a las autoridades y al gobierno (Bobbio, 1998).
Por lo tanto la gobernabilidad de un sistema político y de las autoridades
gubernamentales se verá determinada como la capacidad de asimilar por parte del sistema
político de todas las acciones y movimientos colectivos que surgen de la ciudadanía, siempre
dentro de las reglas del juego que definen al sistema político. Gobernabilidad sería “Una
cualidad de la comunidad política según la cual sus instituciones de gobierno actúan
57
eficazmente dentro de un espacio de un modo considerado legítimo por la ciudadanía,
permitiendo así el libre ejercicio de la voluntad política del poder ejecutivo mediante la
obediencia cívica del pueblo” (Arbós y Giner, 1993, Pág: 13). La gobernabilidad para poder
existir tiene que permitir que cada demanda social hecha desde el ámbito de la comunidad
política tenga un lugar asegurado dentro del sistema político.
La dinámica entre una demanda social expuesta dentro de las reglas del juego político
y la capacidad del gobierno de satisfacer objetiva y subjetivamente esa demanda, es parte de
los elementos vitales con que se define la gobernabilidad dentro de un sistema político. En el
marco de la ejecución de las políticas públicas, la satisfacción de las demandas de la
ciudadanía a través de la ejecución de políticas acordes a los objetivos y necesidades de la
ciudadanía, tienen un impacto directo sobre la capacidad en conjunto tenga el gobierno de
recibir obediencia por parte de la comunidad política. La legitimidad constitucional de un
gobierno no es suficiente para garantizar su acción como legítima por parte de la sociedad
gobernada.
Si en el viejo esquema del Estado Liberal de Derecho bastaba con que el Estado
garantizara la vigencia y aceptación de las normas y procedimientos por parte de la ciudadanía
a través de la defensa de los intereses generales de los gobernados, en el contexto del Estado
Social de Derecho eso se complejiza más. La expansión exponencial de los atributos del
Estado a favor de la resolución de los cada vez más abundantes problemas de la sociedad
industrial, obligaban que para obtener obediencia cívica por parte de la comunidad política, se
tenía que cumplir las demandas sociales que tenían mayor peso dentro de la Opinión Pública
de la sociedad. La gobernabilidad de un sistema política recayó de esta forma en la presencia y
acción de decisiones que posibilitaran la creación e implementación de políticas públicas que
eficientemente satisficieran las demandas predominantes de la ciudadanía, lo cual debería
reflejarse en el respaldo a las autoridades que ejecutaran esas políticas (Koeneke, 2005). La
estabilidad de un sistema político y su legitimidad ante la comunidad política terminó siendo
directamente dependiente con el grado de satisfacción que diera el Estado a las demandas
sociales de la ciudadanía.
Pero toda gobernabilidad tiene su origen directo en cómo las autoridades políticas de
un sistema tienen la legitimidad para poder ejercer un poder que genere obediencia cívica.
David Easton (1965) enuncia que el comportamiento de un sistema político recae en la
58
capacidad del mismo sistema de imponer un conjunto de valores a la sociedad y lograr que los
mismos sean aceptados. El nivel de legitimidad que atribuya la sociedad al sistema político
que lo rige y a la clase gubernamental que ejerce el poder dentro de él, es lo que determinará
hasta qué punto puede una clase política imponer una serie de valores a ser asimilados por la
comunidad política. Mayor legitimidad atribuida al sistema político y a las autoridades
políticas a de traducirse en mayor capacidad del gobierno de imponer determinados valores en
la sociedad, de lo contrario, el nivel de imposición del gobierno tenderá a ser más reducido
cuanto menos legitimidad disfrute bajo la percepción de la ciudadanía.
La legitimidad de un sistema político en este caso será la capacidad del mismo para
generar y conservar la creencia en la ciudadanía que las instituciones políticas existentes y su
funcionamiento son los más idóneos para la sociedad donde tiene cabida su acción (Lipset,
1959). Bajo el contexto en que se maneje la sociedad en cuestión, la legitimidad se garantiza
bajo un modo específico, que basado en los tipos ideales de Max Weber (1944) puede ser
meramente afectiva, fundamentado en valores que se creen absolutos, salvación espiritual o
expectativas de obtener consecuencias externas. Siendo los tipos weberianos tipologías
ideales que no se dan de manera pura en la realidad, podríamos afirmar que la legitimidad en
el contexto de las sociedades gobernadas por el Estado Social de Derecho combinan la
legitimidad basado en valores que impulsan deberes absolutos y la legitimidad basada en
expectativas de obtención de consecuencias externas. Huntington añade a esto en “El Orden en
la sociedades en cambio” (1968), que la legitimidad está condicionada por el nivel de
conexión del gobierno con la opinión pública, donde son los valores del debate público los que
condicionen el tipo de legitimidad que disfruta un sistema político.
Esto implicaría que el nivel de eficacia y eficiencia que disfruta un gobierno en la
toma decisiones orientadas a la satisfacción sociales de un sistema político, obliga a concretar
determinados niveles de gobernabilidad dentro de dicho sistema, al igual que el utilizar dicho
nivel de gobernabilidad obtenido con base a la legitimidad del sistema sea canalizado para
resolver el nivel de eficacia para cumplir con los objetivos señalados por la sociedad al Estado.
Toda legitimidad de origen de un gobierno democrático en el contexto de los Estados Sociales
de Derecho se ven complementadas con la legitimidad en el ejercicio del poder, reflejado en la
eficacia del Estado en la gestión de los asuntos que la sociedad delega en la autoridad
gubernamental.
59
Con base a lo anterior, la legitimidad de un régimen político descansa en la capacidad
del mismo de dotar de justificación a las normas que definen el juego político con base a
reglas y valores compartidos, que permiten que pueda darse el consentimiento de la ciudadanía
que existe dentro de la sociedad. La legitimidad de un sistema político apela al nivel de
aceptación de un gobierno y su acción concreta, donde se comprende también la evaluación
objetiva y subjetiva de la eficiencia en el desempeño del gobierno para atender las distintas
demandas sociales existentes dentro de la comunidad política.
La legitimidad de un sistema político y un gobierno que tenga cabida en él está
conectado con la efectividad y rendimiento en el uso del poder político (Alagappa, 1995). Esto
implicaría que la legitimidad de un sistema político se afinca en la capacidad del Estado por
medio de un cuerpo normativo previamente aceptado, cumpla con las demandas de la
comunidad política a cambio de obediencia cívica. Una sociedad puede tener un fuerte
consenso entre sus actores sobre qué objetivos perseguir y los medios para alcanzar los
mismos, cuando los medios no están disponibles o son ineficaces para cumplir los objetivos,
surgen las discrepancias entre expectativas y resultados, generándose procesos de descontento
contra el régimen político. La efectividad de esta forma deteriora la legitimidad del Estado y
por lo tanto el nivel de gobernabilidad del sistema político.
“Un sistema puede estar expuesto de dos modos a tensión procedente de las
demandas. Por una parte, si sus autoridades no están en condiciones de satisfacer en cierta
proporción las demandas de los miembros (por lo menos de los políticamente poderosos), o se
resisten a hacerlo, esa situación provocará en definitiva un descontento cada vez mayor… Por
otra parte, pueden provocar tensión por razones completamente independientes de su
repercusión en el apoyo…Esto implica la existencia de demasiadas demandas, o bien su
diversidad y contenido (de tal índole que el conflicto que estimulan requiera un tiempo
excesivo para el proceso) pueden ser fuente de tensión” (Easton, 1965, Págs: 164-165). En
ambos casos, el sistema político carece del tiempo idóneo para ser satisfechas.
La sobrecarga de demandas es un efecto directo de que ningún Estado o sistema
político tiene recursos ilimitados para satisfacer todas las demandas hechas por la sociedad en
que tienen existencia. Igualmente, un sistema político por muy complejo que sea no genera la
suficiente cantidad de cauces de comunicación para que sus demandas sean conocidas y
atendidas por el poder político (Easton, 1965). Las limitaciones en tiempo, recursos y cauces
60
comunicacionales llevan a los sistemas políticos modernos a operacionalizar un conjunto de
regulaciones de las tensiones que surgen de la no satisfacción de las demandas de la sociedad.
Toda demanda social que se hace al sistema político se presenta dentro de un conjunto
de deseos o expectativas sociales que se anhela que lleguen a concretarse por medio de la
intervención de la autoridad política. Cuando los anhelos de diferentes individualidades o
grupos sociales se expresan en propuestas concretas dentro de la Opinión Pública de una
sociedad dada, es cuando se convierten en demandas políticas. “Es en este punto de
conversión de las demandas en propuestas políticas para la acción, que se puede producir la
primera clase de regulación importante de su volumen y diversidad” (Easton, 1965, Pág:
168).
Dentro del proceso de construcción de los consensos de percepciones dentro de la
Opinión Pública para concretar demandas sociales en posiciones políticas, hay
individualidades o grupos sociales con mayor poder social para articular sus exigencias en
proposiciones frente al sistema político. Igualmente existen inhibidores culturales en toda
comunidad política que reducen el número de demandas sociales que la ciudadanía puede
desear que tenga una intervención política. Cabe añadir que muchas veces las demandas
sociales tratan de canalizarse en el sistema político a través de la síntesis de las mismas por
medio de determinadas instituciones del sistema político: partidos, grupos de interés y medios
de comunicación como ejemplo. Esto permite simplificar las demandas con un nivel de
tendencia dominante en la Opinión Pública bajo un programa coherente de propuesta para el
poder político. Todo para reducir el nivel de circulación de demandas de la ciudadanía frente
al poder político.
La satisfacción de demandas se traduce en obtención de apoyo para el sistema político,
lo cual le dota de legitimidad política para ejercer el poder y este a su vez sugestionará el nivel
de gobernabilidad que disfrutará las autoridades políticas sobre la ciudadanía. Cuando los
niveles de apoyo al sistema caen por debajo de los que requiere la sociedad, el sistema
necesita estimular los niveles de apoyo para evitar así el colapso. Una forma de obtener apoyo
de la ciudadanía independientemente de la satisfacción concreta de las demandas de los grupos
sociales que hacen vida en la comunidad haya sido satisfechas es por medio de la generación
de apoyo difuso al sistema político. “Un sistema tratar de inculcar en sus miembros un alto
grado de apoyo difuso a fin de que, pase lo que pase, los miembros continúen vinculados a él
61
por fuerte lazos de lealtad y afecto. Este tipo de apoyo continúa independientemente de las
ventajas específicas que el miembro juzga que le reporta pertenecer al sistema” (Easton,
1965, Pág: 171).
Si es imposible generar el suficiente nivel de apoyo específico fundamentado en la
satisfacción del mayor número de demandas sociales particulares dentro del sistema político,
se apela a generar apoyo difuso para generar sentimientos de legitimidad y sumisión al sistema
político al cual se pertenece. Un modo de generar apoyo difuso es por medio de mecanismos
de socialización política que denotan sentimientos de legitimidad, reconocimiento y sentido de
comunidad política (Easton, 1965). En el campo de las políticas públicas, generalmente la
producción de políticas está destinado a la satisfacción de las demandas de un sector
significativo de la comunidad política, que la Opinión Pública cree que es legítimo su
demanda. Siendo el Estado un ente con recursos limitados para la satisfacción de demandas
ilimitadas provenientes de la sociedad, puede que el número de demandas que logre satisfacer
con base a su eficacia, eficiencia y recursos disponibles sea el suficiente para generar el
suficiente nivel de apoyo específico para mantener estable el sistema político. Por eso el poder
político puede implementar las políticas públicas no para generar apoyos específicos al
sistema, sino un apoyo difuso por medio de una serie de estrategias.
”… Para que los productos repercutan en el apoyo, es preciso que de un modo u otro
satisfagan las demandas existentes o previstas de los miembros. Lo lograrán modificando las
circunstancias ambientales o internas del sistema, a fin de que desaparezcan las condiciones
que originaron las demandas, o bien adoptando medidas que creen esta impresión en el
ánimo de los miembros, aunque de hecho sólo haya cambiado la imagen” (Easton, 1965,
Págs: 174-175). Si la implementación de una política pública no logra satisfacer el número
adecuado de demandas sociales que garantice el número necesario de apoyo para mantener el
sistema, se puede apelar a crear una ilusión dentro de la Opinión Pública social de que la
demanda ha sido satisfecha gracias a la legitimidad que pueda ganarse una política pública
para satisfacer una demanda social dada. La legitimidad de la política pública genera la
percepción de que el objetivo de la misma se cumple, que es satisfacer una demanda social en
concreto.
De esta forma, la utilización de una herramienta especifica como las políticas públicas
para obtener apoyo gracias a la satisfacción de demandas específicas de grupos de la Opinión
62
pública, se puede utilizar para generar apoyo difuso al sistema político, al creerse al mayor
número de individualidades y grupos sociales que las demandas de la mayor parte de los
miembros de la comunidad política son satisfechas por medio de la acción del poder político.
De esta forma las individualidades o grupos de colectivos sociales tenderán a dar su apoyo a
un sistema político y un gobierno, no con base a recibir directamente una satisfacción de sus
demandas por parte de la autoridad política, sino con base a la creencia que las demandas de la
mayor parte de los miembros de la comunidad políticas son resueltas por la acción
gubernamental aunque eso no se concrete en la experiencia concreta de quien da el apoyo.
1.4 Sistema de Salud Pública: Indicadores de desempeño.
El sistema de salud de un país en específico, tiende a evaluarse su desempeño de
acuerdo a los criterios que la sociedad médica local ha decidido adoptar como referencia para
dichas evaluaciones. Generalmente los aspectos múltiples y variados que conforman un
sistema de salud público en la actualidad, muchas veces dificultan el anhelo de construir
dimensiones e indicadores completamente universales a todos los países a escala mundial, que
midan de forma idónea el desempeño del Estado en dar acceso al servicio a la salud a la
población en que gobierna. El desempeño de la gestión de la salud por lo tanto tiende a ser el
centro para evaluar la gestión de la administración pública de la salud.
El desempeño del sector salud de un país generalmente hace alusión a las dimensiones
de impacto de la gestión pública del Estado sobre la salud de la población, si bien la misma es
difícil de precisar según un conjunto de indicadores universales. La bibliografía especializada
alude que “Si bien en muchos países el objetivo principal de la reforma del sector salud es
mejorar el desempeño de este sistema, es difícil interpretar si un indicador en particular (por
ejemplo, porcentaje del financiamiento gubernamental asignado a la atención primaria o
medicina preventiva, porcentaje de los servicios prestados por el sector privado) ha cambiado
el desempeño del sistema en el sentido positivo o negativo, ya que puede haber variaciones de
acuerdo al punto de partida de cada país, las metas planteadas por la reforma y las
expectativas de los logros en el diseño del sistema de salud” (Knowless, Leighton y Stinson,
1997, Pág:1).
63
Esta diversidad de políticas públicas y sistemas de salud que rigen el nivel de
desempeño en la prestación del servicio por parte del Estado, hace que los indicadores que
señalan el impacto y las condiciones en que se encuentra el sistema de salud público no suelan
ser metodológicamente evidentes. La incertidumbre de cómo medir el nivel de impacto de las
políticas de salud, la evaluación del gasto público en materia de salud y otros elementos,
entorpecen la tarea de crear el consenso necesario para saber en qué medida se están
cumpliendo los objetivos del sistema de salud. Esto especialmente es relevante cuando desde
el Estado no se tiene claro que datos deben producirse y deben ser distribuidos al público que
conforman una comunidad política, sobre el estado en que se encuentra el sistema de salud
público de una sociedad en particular.
Los procesos de medición del desempeño del Estado en materia de salud, suelen
centrarse en la identificación de los problemas que afectan el desempeño de un sistema de
salud, las causas que originan una prestación deficiente del servicio, y cuales técnicas y
estrategias deben usarse para la implementación de las políticas de salud (Knowless, Leighton
y Stinson, 1997). Suelen con frecuencia ser el centro de atención en el proceso de evaluación
del desempeño del sector salud el estudiarse la gestión de servicios de salud específicos y
prioritarios (ejemplo, la salud del infante y la mujer en condición postparto), el nivel de
organización administrativa y económica de la red sanitaria del país (hospitales, ambulatorios
y dispensarios), y la asignación de fondos públicos y privados para el financiamiento del
sistema. Aún así, la existencia de una gran pluralidad de actores sociales dispuestos a evaluar
el sistema de acuerdo a unos criterios propios, entorpece la tarea de crear el consenso
necesario sobre que tiene que evaluarse en materia de salud y logros de impacto del sistema.
Muchas veces lo que se evalúa bajo criterios técnicos no coincide con la percepción de la
opinión pública (Sabatier y Mazmanian, en Aguilar Villanueva, 1993), creando distorsiones y
disensos sobre que debe tomarse como relevante a la hora de evaluar la gestión de salud del
Estado.
En las evaluaciones más técnicas sobre el desempeño en materia de salud pública
suelen ser las variables más idóneas para evaluar el impacto del sistema de salud en una
sociedad dada las siguientes, según los criterios de Knowless, Leighton y Stinson (1997):
- Acceso al servicio: Contemplada en el nivel de presencia o ausencia de barreras
económicas y físicas que puedan enfrentar las personas para usar los servicios de
64
salud. Las barreras físicas aluden a la disponibilidad y suministro de los servicios
de salud y la distancia donde se ubican dichos servicios con relación a los usuarios.
Las barreras económicas aluden a los costos económicos que los ciudadanos
enfrentan para buscar y obtener atención médica.
- Equidad: Englobada en las diferencias de estado, utilización o acceso a la salud
entre los diferentes grupos sociales que conforman una sociedad, sean grupos
clasificados por criterios por socioeconómicos, étnicos, de género o demográfico.
- Calidad: Donde se evalúan la atención del servicio de salud de acuerdo a la espera
del desempeño del mismo en cuanto se maximice el bienestar de los pacientes, al
sostener un equilibrio entre las ganancias y pérdidas que asisten en el proceso de
atención entre paciente y médico. Aquí se evalúa la calidad tanto en el proceso de
interacción entre el usuario y el sistema, como los resultados en el estado de salud
del usuario del sistema.
- Eficiencia: Alude al nivel de servicios de salud que el sistema provee al usuario de
acuerdo a los insumos disponibles en el sistema. En este aspecto, se evalúa el nivel
técnico, económico y de asignación de recursos en la satisfacción de las
necesidades de los usuarios del sistema.
- Sustentabilidad: Abarca la capacidad del sistema de salud de continuar
exitosamente sus actividades a futuro, al igual que incrementar sus capacidades de
acuerdo a las exigencias impuestas por el crecimiento demográfico y económico
de la sociedad. La sustentabilidad aluden a la capacidad institucional disponible
para dar continuidad al sistema, como igualmente la disponibilidad de recursos
económicos para costear el funcionamiento del sistema de salud.
Estas variables suelen abarcar los elementos fundamentales del desempeño del sistema
de salud en una sociedad. Sin embargo, la medición de estas variables implica la
65
disponibilidad de indicadores que no sólo aludan al impacto del desempeño del sistema sobre
los usuarios del mismo, sino que también la existencia de indicadores que señalen la forma en
que funciona la prestación del sistema de salud. Elementos que no sólo señalen que efectos
tienen la prestación del servicio para los usuarios, sino como el mismo se imparte y con base a
que insumos se utilizan para lograr el impacto materializado.
Venezuela, como parte de un proceso de intensa polarización política, se ha generado
un proceso de monitoreo de la gestión del Estado, caracterizada por la intensa lucha
existencial entre los actores políticos que luchan por el poder en el país (Bisbal, 2009). Dicho
proceso ha repercutido en la manera en que desde las esferas del gobierno se produce y
distribuye la información sobre los procesos que rigen el desempeño de la gestión en materia
de salud en el país. Debido a esto, buena parte de la información que registra los procesos del
sistema de salud en materia de acceso al servicio, calidad, equidad, eficiencia y
sustentabilidad, no están disponibles al público, y se resguardan de manera confidencial por
parte de los entes del Estado. El uso de esta información por parte de los sectores que hacen
oposición al gobierno del Presidente Hugo Chávez, llevan a los funcionarios públicos a
restringir buena parte de dicho información a sólo miembros del Estado Central venezolano,
para evitar dar insumos que doten de mayor radicalidad a la lucha política existencial que se
ha dado en el país a partir del año 1998.
La restricción de la información en materia de gestión pública, ha repercutido en la
disponibilidad de datos de gestión sólo puedan aludirse a datos referentes al impacto de las
políticas de salud sobre la población venezolana y en muchas ocasiones, en su nivel de
confiabilidad para el público, al no existir transparentes mecanismos de validación. Es decir, la
información disponible por parte del Estado Central venezolano sobre la gestión en salud
pública alude a que efectos ha tenido la gestión del gobierno central en materia de salud, y no
en la evaluación de los procesos que dan a lugar a dichos efectos sobre la población
venezolana. Por lo tanto, la medición del acceso al servicio, calidad, eficiencia, equidad y
sustentabilidad del desempeño del sistema de salud venezolano se ve limitado a evaluar
elementos de calidad en la prestación del servicio a nivel nacional. Esto cumple con la primera
condición de la Organización Panamericana de la Salud para la medición del desempeño en
salud pública en cuanto el monitoreo, la evaluación y el análisis del estado de salud de la
población (OPS, 2002).
66
Al trabajarse meramente con los datos que aluden a los efectos concretos del sistema
de salud sobre los usuarios del mismo, vuelve a nacer la necesidad de aclarar bajo qué criterios
y que variables trabajar para evaluar el desempeño del sistema de salud público venezolano de
acuerdo a los datos de impacto del sistema. Esto implica definir cuáles son los parámetros más
cónsonos con los fines del Estado y la sociedad venezolana con los cuales es prudente evaluar
el desempeño del sistema de salud venezolano de acuerdo al impacto de las políticas de salud
del Estado venezolano sobre la población nacional. Toda sociedad se compromete al igual que
su Estado con base a unos objetivos y fines determinados, que determinaran que fines y
efectos son relevantes de alcanzar por parte de su sistema de salud.
En septiembre del año 2000 se estableció en la Asamblea General de las Naciones
Unidas un consenso que posibilitara una mayor cooperación internacional a favor de los países
menos desarrollados, con especial énfasis en el combate de la pobreza. “En esa oportunidad,
se identificaron objetivos que apuntan a la lucha contra la pobreza y el hambre, la reversión
del deterioro ambiental, el mejoramiento de la educación y la salud, y la promoción de la
igualdad entre los sexos, entre otros. “Además, quedó de manifiesto que, dado que la falta de
desarrollo es un problema que atañe y preocupa al mundo todo y no solo a los países menos
desarrollados, el establecimiento de una alianza que enriquezca y revitalice la cooperación
internacional, haciéndola más adecuada y efectiva, debía ser uno, no el menos importante, de
los ocho objetivos seleccionados. Así quedaron estructurados los objetivos de desarrollo del
Milenio” (CEPAL, 2008).
Estos objetivos que fueron redactados bajo una mirada integral de los organismos
multilaterales, forman parte de la Declaración del Milenio, un documento destinado a crear
consensos sobre temas relevantes para asegurar la paz, justicia, estabilidad política y el
fortalecimiento de las Naciones Unidas. Los objetivos por lo tanto se establecieron con la
mayor claridad posible, fijando metas cuantificables que deberían alcanzarse en el año 2015,
de acuerdo un conjunto de variables económicas y sociales previamente estipuladas. Los
Objetivos de Desarrollo del Milenio se resumen en los siguientes puntos (Uzcátegui y Toro
Merlo, 2010):
1.- Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
2.- Lograr la enseñanza universal.
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3.- Promover la igualdad entre sexos y la autonomía de la mujer.
4.- Reducir la mortalidad infantil.
5.- Mejorar la salud materna.
6.- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
7.- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8.- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
De los ocho objetivos planteados en la Declaración del Milenio, las números 4, 5 y 6,
establecen metas cuantificables a cumplir en materia de salud pública por parte de los Estados
firmantes de la Declaración. Estas metas fijan en el caso de Venezuela como Estado firmante,
objetivos y fines concretos a ser materializados por la gestión pública del Estado central en
materia de salud. Dichas metas concretas contemplan según Naciones Unidas (2001) en:
- Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de niños menores
de 5 años.
- Reducir entre 1990 y 2015 la mortalidad materna en tres cuartas partes.
- Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la propagación del
VIH/SIDA.
- Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la incidencia del
paludismo y otras enfermedades graves.
Estas metas concretas fijan un conjunto de objetivos específicos que hacen imperativo
el concretar una serie de efectos tangibles sobre la situación de salud de las sociedades
humanas. Reducción de la mortalidad infantil, mortalidad materna, propagación de
enfermedades como el SIDA y otras de carácter endémico. Sin apelar a los procesos de cual
dependen la formación, implementación y evaluación de las políticas públicas en materia de
salud por parte de un Estado Nacional, las metas del milenio dotan de un marco de referencia
68
común sobre el desempeño del Estado en materia de salud a favor de los usuarios del sistema.
Independientemente de que cada país tenga prioridades y criterios de evaluación distinta sobre
su sistema de salud en particular, las metas del milenio originan un marco uniforme de
objetivos a concretar que son medibles perfectamente por variables de efectos del sistema de
salud sobre la población a estudiar.
Por lo tanto, podemos decir que con base a los objetivos en materia de salud por parte
de la Declaración del Milenio, podemos construir una serie de indicadores para medir el
desempeño del Estado en sus funciones de impartir salud de manera pública con base a las
Metas del Milenio. Estos indicadores harían referencia a:
- Reducción de la muerte de niños menores de 5 años: Medido por las tasas de
muertes perinatales (tanto de la muerte de niños a los 28 días de nacidos, como los
niños entre el mes y el primer año de nacidos por cada 100.000 habitantes), las 10
principales causas de muertes en niños menores a 1 año de nacido, las 10
principales causas de muerte de niños de 28 días de nacidos, las 10 principales
causas de muerte de niños entre 1 y 4 años, y el número de vacunas puestas por el
Estado por cada enfermedad vacunable.
- Mejorar la salud materna: Evaluado por medio por la tasa de muertes maternas
durante los procesos de parto.
- Combatir la propagación del VIH/SIDA y reducir su incidencia: Tasa de enfermos
de VIH/SIDA registrados en el país.
- Detener y reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves: Tasas
de muertes por culpa del paludismo y tasa de afectados por enfermedades crónicas.
Adicionalmente, Marino Gonzalez (2006) nos aclara que desde la década de los
noventa hasta la actualidad, las áreas más urgentes a ser tratadas por la administración del
sistema de salud público venezolano se concentran en el número de enfermedades y muertes
tanto maternas como infantiles a nivel de atención pre y postparto, el número de enfermos y
69
muertos a causa de enfermedades crónicas, y el número de enfermos y muertos por causa de
enfermedades epidemiológicas. Con base en estos requerimientos podemos estar seguros que
al evaluar la variable desempeño en materia de salud del gobierno central podemos medirlo
adecuadamente de acuerdo a las siguientes dimensiones:
A) Índices de resultados de la gestión en materia de Salud pública que denoten el
desempeño del Estado entre los años 2003 y 2007: Integrado por la razón de
muertes maternas durante los procesos de parto, las tasas de muertes perinatales
(tanto de la muerte de niños a los 28 días de nacidos, como los niños entre el mes y
el primer año de nacidos), y el número de vacunas colocadas por el Estado por cada
enfermedad vacunable.
B) Índices de resultados de la gestión pública en salud con base al estado general de la
salud del país durante el período 2003-2007: Conformado por el registro de las 10
principales causas de muerte de niños menores de 1 año de nacido, las 10
principales causas de muerte de niños de 28 días de nacidos, 10 principales causas
de muerte de niños entre 1 y 4 años, número de casos de pacientes por
enfermedades endémicas y tasa de muertes por enfermedades endémicas. Vale la
pena aclarar que en esta dimensión sólo abarca indicadores de salud que denotan
parcialmente el desempeño del Estado en materia de salud, ya que en buena parte
de su comportamiento también es dependiente de factores sociales ajenos a la
gestión pública en salud, por lo tanto no tienen una relación completamente
vinculante con los niveles de eficiencia y efectividad del Estado en la gestión
sanitaria pública.
Con base a estos indicadores construidos por medio de los datos disponibles por
fuentes oficiales, podemos estar seguros de contar con los criterios adecuados para medir el
desempeño del Estado venezolano, entre el 2003 y el 2007, en materia de salud público, a la
sombra de la política públicas relacionados con el sistema de salud venezolano ha tenido algún
efecto para concretar las metas del Milenio dentro del período de tiempo estudiado.
70
CAPÍTULO II: DATOS DE LA SALUD EN VENEZUELA
2.1 Barrio Adentro: Radiografía del nuevo paradigma en salud pública venezolana.
“Dar respuestas a las necesidades sociales de la población, especialmente la excluida,
bajo los principios de equidad, universalidad, accesibilidad, gratuidad, transectorialidad…
contribuyendo a mejorar la calidad de salud y vida” (Ministerio de la Salud, 2005, Pág: 16),
es como explica el Ministerio para la Salud y el Desarrollo Social en qué consiste la misión
Barrio Adentro, al menos es un primer nivel de atención: “Barrio Adentro es un programa de
salud que ofrece atención médica del primer nivel. Desde su concepción, sus ideólogos
creyeron en una misión que acercaría los servicios médicos a los habitantes de los sectores
populares…La misión ha hecho de la atención primaria de la salud la prioridad del
Ministerio de Salud y Desarrollo Social e intenta dar respuesta gratuita a las comunidades
venezolanas” (Hoyer y Clarembaux, 2009, Pág: 11). En estas palabras se puede resumir en qué
consiste Barrio Adentro y cuáles son sus objetivos nominales dentro de la lógica del sistema
de salud público venezolano en la actualidad: El elemento prioritario para destinar capital
financiero y humano para dar atención sanitaria primaria a las comunidades más pobres del
país. Usando un tratado de la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF, justificaron que
la atención primaria sería la óptima manera de mejorar los indicadores de salud en Venezuela.
Por ser una política pública relativamente reciente y con poderosa connotación política,
muchas son las versiones sobre el origen y funcionamiento originario de la Misión dentro de la
política de salud en el país. Para el momento, el sistema ortodoxo de salud contaba con 299
centros hospitalarios, de los cuales 33 eran administrados por el Instituto Venezolano de
Seguros Sociales, 29 por el Instituto Nacional de Geriatría y Gerontología, 13 de corte militar,
tres pertenecientes a PDVSA, 2 de la Corporación Venezolana de Guayana, una de la policía
de Maracaibo, siendo el resto respondiendo directamente al Ministerio de Salud y Desarrollo
Social (Hoyer y Clarembaux, 2009). Si bien la necesidad de implementar la red tuvo
71
motivaciones fuertemente electorales, los elementos que llevaron a su experimentación y
cristalización son objeto de debate y de diferentes puntos de vistas.
Muchas personas ponen el punto de origen de Barrio Adentro en la ayuda médica
prestada por el personal médico cubano en medio de la catástrofe de las inundaciones de
lluvias ocasionadas en el estado Vargas a finales del año 1999 (Díaz Polanco, 2008). Se afirma
que la experiencia, junto con la gratuidad que ofrecía la nueva carta magna aprobada ese año
en materia de salud pública primaria lanzo la semilla para el plan1. Una versión personal del
diputado Ismael García (antiguo militante oficialista y actual detractor del gobierno) decía
que ya en los 90 había implementado un operativo similar en los barrios pobres de la ciudad
de La Victoria, estado Aragua, con personal venezolano que ayudaría a diseñar y crear la
misión a nivel nacional. Pero la versión más aceptadas proviene del ex –alcalde del municipio
Libertador y líder del Partido Socialista Unido de Venezuela, Freddy Bernal le habría pedido a
Immer Ruiz, concejal metropolitano para la época, un programa de gobierno para el municipio
Libertador a principios del año 2003.
Utilizando encuestas de opinión pública, se tuvo consciencia de la necesidad de un
sistema de salud gratuito de fácil acceso a las zonas populares como que la misma formaba
parte de las 6 primeras necesidades de los estratos D y E del municipio Libertador (Hoyer y
Clarembaux, 2009). La necesidad de protegerse de la inseguridad a la hora de recurrir al
sistema hospitalario tradicional y la necesidad de dinero para comprar medicamentos,
concretaron la demanda. La creciente cooperación entre el Estado venezolano y el cubano le
dieron la respuesta a las autoridades municipales de solicitarle al Ministerio de Salud y
Desarrollo Social unos 50 médicos cubanos dentro de los diferentes convenios que ambos
estados habían hecho en materia de asesoramiento cubano a cambio de petróleo. Entre abril y
junio del 2003, se constituyeron los seis primeros seis comités de salud que buscaron apoyo de
las comunidades para implementar el plan, recibiéndose hasta 100 médicos cubanos para
identificar las principales necesidades de las comunidades populares de Caracas a cargo del
Instituto de Desarrollo Local (IDEL). El Plan recibió el apoyo del Colegio de Médicos del
Distrito Metropolitano (Hoyer y Clarembaux, 2009).
1
1 Cabe aclarar que ya la Constitución de 1961 en su artículo 76 garantizaba el derecho a la protección de la
salud a todos los ciudadanos venezolanos. “Todos tienen derecho a la protección de la salud. Las autoridades
velarán por el mantenimiento de la salud pública y proveerán los medios de prevención y asistencia a quienes
carezcan de ellos” (Constitución de la República de Venezuela, 1961).
72
En esta primera etapa de experimentación se intentó convertir el servicio de la Misión
para los médicos venezolanos como un equivalente del servicio rural estipulado por la Ley de
Ejercicio de la Medicina. Asistieron a la Misión 50 médicos venezolanos pero desertaron 30
(Hoyer y Clarembaux, 2009). Entre junio y agosto del 2003 se decidió que el plan iba a
rebasar los límites del Municipio Libertador de Caracas, comenzando a implementarse la
Misión en las zonas pobres de La Dolorita y Filas de Mariches del Municipio Sucre de
Caracas, seguidos de la parroquia Petare y Caucagüita en el mismo municipio. Luego de esto,
se empezó a diversificar la Misión a diferentes estados del país: Miranda, Zulia, Barinas, Lara,
Trujillo y Vargas. En el último trimestre del año 2003 se decidió que en cada estado del país
se iba a cristalizar la Misión. Según cifras oficiales, sólo en el municipio Sucre de Caracas
había 589 médicos cubanos, 104 odontólogos, 11 optometristas y 152 comités de salud (Hoyer
y Clarembaux, 2009). Igualmente las cifras oficiales abalaban por medio del Instituto de
Desarrollo Local, que 911 médicos cubanos trabajaban en más de 200 casas de salud en el
Municipio Libertador.
En octubre del 2003, se suscribió el convenio de Cooperación Técnica entre Cuba y
Venezuela, que propiciaba la acción de los galenos cubanos en Venezuela a favor de petróleo
venezolano a Cuba a precios preferenciales. Los médicos tendrían el deber de actuar en los
barrios de Caracas, mientras que Venezuela pagaba el servicio en petróleo y derivados a la
isla, bajo la administración de Petróleos de Venezuela. Dentro de uno de los apartados del
convenio, se establecía que el servicio impartido por los médicos cubanos, los especialistas y
técnicos era gratuito, al igual que formación en materia de medicina al personal venezolano
que participara en la misión. Venezuela en este contexto cubriría los gastos de alojamiento,
alimentación y transporte del personal siempre y cuando Cuba garantizara el salario del
personal técnico y médico (Hoyer y Clarembaux, 2009).
El desarrollo y evolución del sistema que fundamenta la Misión Barrio Adentro se
puede describir en las siguientes etapas: Una primera que va desde los primeros acuerdos de la
Alcaldía del Municipio Libertador con Cuba en el llamado Plan Barrio Adentro para adentrar
médicos y técnicos cubanos en las zonas más pobres del país en marzo del 2003 hasta
diciembre del mismo año, cuando el presidente inauguraba el primero de de veinte módulos
previsto para la Misión Barrio Adentro a nivel nacional, inaugurando la Misión Barrio
Adentro como tal. Se calculaba que cada módulo pudiese dar atención primaria en las zonas
73
populares del país, 16 consultas y 10 visitas domiciliarias, dentro de 8 horas laborales entre
lunes y viernes (Díaz Polanco, 2008). Esto llevaba al Presidente a calcular que el Plan Barrio
Adentro había podido atender hasta el momento de su primera etapa de implementación 40
millones de consultas y 25 millones de visitas al año. En este contexto, inicialmente los
módulos del Plan Barrio Adentro proponían tres tipos de redes: Los Núcleos de Atención
Primaria de Salud (Napis), los Centros de Atención Primaria Integral (Capri) y los Centros de
Especialidades Ambulatorias (Cespa) (Díaz Polanco, 2008, Pág: 23), que tendrían las
siguientes atribuciones:
- Núcleos de atención primaria: Unidades básicas que prestan atención integral a las
personas, familias y comunidades a través de la promoción de vida y salud, por
medio de módulos y ambulatorios de salud junto con consultas externas.
- Centros de Atención Primaria Integral: Unidades intermedias de atención primaria
con especialidades en medicina interna, pediatría y ginecología.
- Centro de Especialidades Ambulatorias: Sirven para consultas especializadas y de
emergencia. Son formados por ambulatorios con especialidades en medicina
interna, pediatría, gineco-obstetricia, salud mental, cirugía general. Además de
ofrecer cirugía ambulatoria, sala de partos, sala de observación y otros servicios.
- Atención de tercer nivel: Atención ambulatoria y hospitalización dentro de campos
especializados como gastroenterología, endocrinología, inmunología, urología,
cardiovascular, hematología, nefrología, infectología, neurología y fisiatría (Díaz
Polanco, 2008).
Esta etapa de funcionamiento del Plan Barrio Adentro se terminó operativamente, al
concretarse el Plan como Misión de alcance nacional en enero del 2004 a través de la
comisión Presidencial para la Implantación y Coordinación Institucional del Programa Integral
Misión Barrio Adentro, por medio de decreto Presidencial. El objetivo de coordinar la Misión
a nivel nacional quedó en manos del Ministerio de Salud y Desarrollo Social que presidió la
comisión junto con la Asociación Civil Barrio Adentro, el Frente Bolivariano de Luchadores
74
Sociales Francisco de Miranda, el Estado Mayor de la Fuerza Armada Nacional, el Ministerio
de Energía y Minas, PDVSA, y las alcaldías Libertador y Sucre del Distrito Capital (Díaz
Polanco, 2008, Pág: 27). A lo largo del año 2004 el Ministerio de Salud y Desarrollo Social
desarrolla una estrategia para apoyar la Misión Barrio Adentro junto con la comisión
Presidencial de la Misión, los gobernadores y alcaldes afectos al partido del gobierno central y
la Misión Médica Cubana.
En esta primera etapa de la Misión Barrio Adentro se adopta la perspectiva el adecuar
la red de servicios ambulatorios que ya existen en Venezuela al modelo de la misión,
cambiando la forma en que se prestaba el servicio de salud público en el país (Díaz Polanco,
2008). Se canaliza dentro de esta lógica igualmente la política social del gobierno central en
materia de alimentación, educación popular, deporte, cultura y recreación. Esto permite la
instalación de 8.500 consultorios de atención primaria dentro de casas o locales otorgados por
las propias comunidades, 1.415 clínicas odontológicas, 3.014 sillones odontológicos, 457
ópticas y la asistencia de 5.000 entrenadores para la formación en educación física (Díaz
Polanco, 2008). A principios del año 2004, como se mencionó en el anterior párrafo, el
Ministerio de Salud y Desarrollo Social comienza la construcción y equipamiento de módulos
de salud con ayuda de gobernaciones y alcaldías afines al gobierno central, junto con el Fondo
de Inversión Social de Venezuela, el Ministerio de Defensa y PDVSA, aunque no llegó a
concretar a más de 600 módulos, un 7% del programado por la Misión (Díaz Polanco, 2008,
Pág: 61).
La segunda etapa de la Misión Barrio Adentro, llamada también Barrio Adentro II se
inicia a lo largo del año 2004. Se quiso generar en esta segunda etapa un segundo nivel de
atención que podría absorber la demanda de servicios de diagnósticos, consultas
especializadas y emergencias que no podía cubrir las instalaciones de Barrio Adentro I. Por
medio de centros ambulatorios rehabilitados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales,
que se renombraron como Clínicas Populares (Díaz Polanco, 2008, Pág: 61). A lo largo del
año 2005, el enfoque se modifica en cuanto a esta etapa de la Misión Barrio Adentro para
añadirle una red de Centros de Diagnóstico Integral CDI, Salas de Rehabilitación Integral
(SRI) y Centros de alta Tecnología, con personal y equipo provenientes de Cuba. La segunda
etapa de Barrio Adentro estaría integrada de la siguiente manera:
75
- Clínicas populares: atención ambulatoria especializada y de emergencias de 24
horas, pediatría, gineco-obstetricia, salud mental, oftalmología, neonatología,
cardiología, cirugía ambulatoria, sala de partos entre otros servicios hospitalarios.
- Centros de Diagnóstico Integral: Atención especializada de emergencia y
diagnóstico las 24 horas del día, quirófano, terapia intensiva, laboratorio clínico,
rayos x, endoscopia, ultrasonido diagnóstico, oftalmología clínica, y seguimientos
de enfermedades anatómicas.
- Salas de Rehabilitación Integral: Rehabilitación en las áreas de optometría,
podología, logopedia y foniatría, fisiatría, diatermia y electroterapia para dolores,
medicina natural, hidroterapia, termoterapia y tratamientos contra accidentes
cerebro-vasculares, hernias discales y quemaduras recientes.
- Centros de Alta Tecnología: Atención diagnóstica de alta complejidad con
resonancia magnética, tomografía axial computarizada, ultrasonido tridimensional,
mamografía, laboratorio clínico, electrocardiografía y laboratorio SUMA.
Finalizando el año 2005, el Presidente de la República anuncia la tercera etapa de la
Misión o Misión Barrio Adentro III, donde se tenía la expectativa de la modernización de 299
hospitales públicos existentes en Venezuela, más la creación de nuevos centros hospitalarios
como por ejemplo dos nuevos centros cardiológicos infantiles (Díaz Polanco, 2008, Pág: 61).
La lógica de esta última etapa era generar hospitales populares con atención las 24 horas del
día, dando prioridad a las enfermedades de carácter cardiológico, SIDA, enfermedades renales
entre otras. Además de la modernización de 299 hospitales pre-existentes, se buscaba
reestructurar el aparato administrativo de los hospitales para así combatir la corrupción,
adecuar tecnológicamente las clínicas, adquirir insumos de primera calidad y la activación de
contralorías sociales para supervisar la administración de recursos. Se construyeron en este
contexto 2 cardiológicos infantiles y 3 centros hospitalarios en Guárico, Carabobo y
Amazonas (Díaz Polanco, 2008).
76
Cabe para concluir la descripción de estas etapas de la Misión Barrio Adentro que los
recursos del mismo responden al Ministerio de Salud y Desarrollo Social, mientras que a nivel
operativo el personal médico y el seguimiento de las actividades clínicas dependen
exclusivamente a la misión médica cubana (Díaz Polanco, 2008). Los recursos de la Misión
son producto de asignaciones especiales aprobadas por el Presidente de la República por
medio de ingresos fiscales generadas por las ganancias fiscales petroleras. La información
sobre el número de atenciones y operatividad de estos centros de salud está vedada al público
general y ciudadanía venezolana, o en el mejor de los casos, es incompleta ni confiable, al no
existir mecanismos para su validación pertinente.
Esto dificulta la evaluación de su desempeño en materia de salud en el país (Díaz
Polanco, 2008). Por eso, como se ha planteado a lo largo de la investigación, se ha procedido a
evaluar el desempeño de la salud pública venezolana con base al monitoreo, evaluación y
análisis del estado de salud de la población (Organización Panamericana de la Salud, 2002)
según los indicadores construidos a partir de las prioridades establecidas por los Objetivos del
Milenio. No la evaluación operativa de la Misión Barrio Adentro como política de salud que
sirva para evaluar el desempeño de la salud pública en Venezuela por parte del Estado
venezolano, aunque esta sea una pieza fundamental a tomarse en cuenta a la hora de evaluar el
estado de salud de la población venezolana y posterior percepción por parte de la Opinión
Pública Nacional.
Lo multifacético de los servicios desarrollados por la red de salud público de la Misión
Barrio Adentro, unida a una gigantesca inversión en recursos económicos para financiar este
nuevo paradigma de la salud pública, donde un discutido informe de la OPS (2006) ubica el
nivel de esa inversión para el año 2005 en 7,32% del PIB (Díaz Polanco, 2008), debería haber
tenido una clara influencia en los indicadores de salud del país. Esto implicaría que la red
tradicional de servicio médico integrada por hospitales y ambulatorios, recibió para el año
2005 sólo un 1,85% del PIB del país (Díaz Polanco, 2008, Págs: 85-86), siendo lógico el
magro desempeño de estas instalaciones en la atención de las necesidades en materia de salud
de la ciudadanía venezolana. Otros cálculos realizados por el Observatorio Comunitario de la
Salud (2007) afirma en cambio que el gasto en salud entre el 2003 y el 2006 no superó el 1,8%
del PIB de Venezuela ni el 6,5% del gasto público del Estado en materia de salud (para el año
2005, el gasto en salud hubiera sido del 1,85% del PIB, en contraste a la cifra del informe de la
77
OPS). La dificultad de obtener datos sobre el gasto en salud en Venezuela en los últimos 8
años, unido a las inconsistencias de la información disponible al público, crea estas
distorsiones que afectan la correcta evaluación de las políticas públicas de salud en el país.
El Banco Central de Venezuela calcula en su III Encuesta de Presupuestos Familiares
(2007) que para el 2005 la Misión Barrio Adentro había logrado los siguientes niveles de
cobertura en la población referidos por el jefe del hogar encuestado:
Tabla 2.1 Edades de la población atendida de las misiones gubernamentales sobre salud
y alimentación. Año 2005.
Grupo de edades Barrio Adentro
Fase 1
Barrio Adentro
Médico
Barrio Adentro
Odontológico
Mercal
De 0 a 9 años 25,1% 28,9% 16,0% 0,0%
De 10 a 17 años 16,7% 13,6% 24,2% 0,0%
De 18 a 30 años 15,4% 12,1% 22,8% 12,2%
De 31 a 50 años 23,4% 22,0% 26,4% 52,6%
51 y más años 19,4% 23,5% 10,6% 35,2%
Total 100% 100% 100% 100%
Fuente: Banco Central de Venezuela, III Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares, 2005.
La población atendida por la Misión parece abarcar en promedio un 25% de las
personas entre 0 y 9 años (población infantil) y de 31 a 50 años (población adulta) lo cual
indicaría que a futuro la cobertura para años subsiguientes sería mayor y el impacto sobre los
índices de salud sería más contundente.
Dentro de los servicios prestados por la Misión Barrio Adentro, buena parte de los
mismos abarcaban la salud de las mujeres en estado de embarazo, la salud pediátrica, la
prevención de enfermedades endémicas y la vacunación de niños menores de 1 año (Díaz
Polanco, Pág: 62), elementos fundamentales para alcanzar las Metas del Milenio en el
contexto venezolano. El descenso lento pero progresivo de los índices de mortalidad materno,
78
perinatal e infantil en la población venezolana sería uno de los efectos esperables en cuanto a
la innovación de la Misión y la poderosa carga de recursos humanos y financieros invertidos
en él. Pero una lectura tanto de estos indicadores de desempeño de la salud pública, como un
estudio más minucioso sobre la Misión con datos alternativos a los oficiales (de los
contemplados en el texto “Barrio Adentro: derecho a la salud e inclusión social en
Venezuela”, 2006) nos hará pensar que esta deducción no es necesariamente cierta (Ver la
tabla a continuación).
Tabla 2.2 Capacidad de cobertura de la Misión Barrio Adentro por estados Venezuela,
2005.
Estados Población % Población Número de
personas
bajo
cobertura
Cobertura (%)
Amazonas 134.594 0,51 32.505 24,15
Anzoátegui 1.428.269 5,44 282.512 19,78
Apure 452.369 1,72 117.480 25,97
Aragua 1.617.333 6,16 222.545 13,76
Barinas 724.331 2,76 115.024 15,88
Bolívar 1.475.527 5,62 107.566 7,29
Carabobo 2.155.610 8,21 362.574 16,82
Cojedes 288.186 1,10 70.000 24,29
Delta Amacuro 145.568 0,55 92.494 63,54
Distrito Capital 2.073.768 7,90 1.350.023 65,10
Falcón 869.259 3,31 85.014 9,78
Guárico 716.896 2,73 129.974 18,13
79
Lara 1.736.983 6,62 257.421 14,82
Mérida 811.655 3,09 105.028 12,94
Miranda 2.765.442 10,54 312.495 11,30
Monagas 819.197 3,12 159.989 19,53
Nueva Esparta 422.668 1,61 72.488 17,15
Portuguesa 839.881 3,20 479.992 57,75
Sucre 889.141 3,39 199.968 22,49
Táchira 1.134.710 4,32 4.993 0,44
Trujillo 685.442 2,61 74.987 10,94
Yaracuy 573.726 2,19 74.986 13,07
Zulia 3.486.850 13,28 1.077.437 30,90
Fuentes: Salud y Hegemonía en Venezuela: Barrio Adentro, continente afuera, más cálculos propios
La disparidad geográfica del servicio Barrio Adentro podría apuntar al hecho de que
como el servicio se concentra en los centros geográficos más poblados del país, sería lógico
que pudiera tener un mayor impacto en los indicadores de salud dentro del país. Es verdad que
Venezuela es un país intensamente urbano, donde la mayor parte de la población se concentra
en la región central y zuliana, y por lo tanto los cinturones de pobrezas deberían concentrarse
demográficamente allí. Sin embargo, esto no indica que el impacto sobre la población sea
proporcional, si consideramos las zonas atendidas en contraste a las no atendidas. El estudio
de los usos del servicio de salud en las zonas más densamente poblada descartan la tesis que la
concentración de la Misión Barrio Adentro en esas zonas sea atribuible a que es más
imperativo concentrar la infraestructura de la Misión en los centros más poblados del país
La población atendida en cada uno de los estados está muy desigualmente repartida en
las regiones geográficas del país. Las regiones como Delta Amacuro, Distrito Capital,
80
Portuguesa y hasta cierto punto el Zulia disfrutan de coberturas del programa de una manera
relativamente óptima para generar impactos en los índices de salud del país (Díaz Polanco,
2008). El resto de las entidades federales tienen un nivel población atendida mucho menor,
teniendo menor nivel de sujetos atendidos en los estados más pobres de la nación como
Trujillo, Amazonas y Táchira, en contraste con estados con mayor bonanza económica como
Aragua, Miranda y Carabobo. De esta manera, el paradigma de que el servicio de Barrio
Adentro está centrado más en la situación de las regiones más pobres del país no se cumple,
sino que ejecutando la lógica de muchas políticas públicas tiende a estar en función de la
densidad de la población y no la situación socioeconómica de los estados (Díaz Polanco,
2008). Si bien las grandes urbes concentran enormes cinturones de miserias que deben ser
atendidos a nivel de salud pública, los estados con mayor dinamismo económico previamente
no deberían tener prioridad al recibir salud gratuita en el marco del nuevo sistema de salud, si
el sistema está orientado a los sectores más pobres de la sociedad venezolana.
Alrededor del año 2005 y una pequeña parte del año 2006, la World Development
Consultants, una empresa privada especializada en informes técnicos de economía y finanzas,
contratadas por la Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de Drogas (Conacuid), hizo un
estudio para diagnosticar la situación del consumo y distribución de estupefacientes en el país.
El estudio también incluyó el uso del servicio de salud por parte de la población venezolana.
Tabla 2.3 La última vez que estuvo enfermo ¿Qué hizo?
Respuesta Total Nivel
socioeconómico
Frecuencia AB C D E
Tomé los
medicamentos que
tenía a la mano
3.235 33% 31% 28% 26%
Guardé reposo sin
medicación ni consulta
777 7% 8% 7% 6%
81
Uso de remedios
caseros
632 3% 4% 6% 6%
Fui al ambulatorio y
conseguí los
medicamentos
831 5% 6% 7% 8%
Fui al ambulatorio y no
conseguí los
medicamentos
611 3% 3% 5% 6%
Fui a Barrio Adentro y
conseguí los
medicamentos
911 1% 4% 8% 10%
Fui a Barrio Adentro y
no conseguí los
medicamentos
142 0% 1% 1% 2%
Acudí a un hospital y
conseguí los
medicamentos
1.253 7% 9% 11% 12%
Acudí a un hospital y
no conseguí los
medicamentos
948 3% 6% 8% 9%
Consulté a un
farmacéutico/enfermera
48 1% 0% 1% 0%
Consulté un médico
privado y conseguí los
medicamentos
617 13% 10% 5% 3%
Consulté un médico
privado y no conseguí
los medicamentos
260 3% 3% 2% 2%
82
Fui a una Clínica
Privada y conseguí los
medicamentos
579 14% 9% 5% 3%
Fui a una Clínica
Privada y no conseguí
los medicamentos
187 2% 2% 2% 1%
Acudí a una Clínica
Popular y conseguí los
medicamentos
51 1% 0% 0% 0%
Acudí a una Clínica
Popular y no conseguí
los medicamentos
18 - 0% 0% 0%
Acudí a un hierbatero 5 - - 0% 0%
No recuerdo haber
estado enfermo
1073 10% 8% 9% 10%
Otras situaciones 68 - 1% 1% 1%
NS/NC 280 1% 2% 2% 3%
Total 11.699 335 1.975 4.705 4.684
Fuente: World Health Organization, 2006. Pregunta: La última vez que estuvo enfermo ¿Qué hizo?
Del total de 11.699 testimonios recogidos, 4705 procedían del estrato socioeconómico
D y 4684 del E, sumando 9.389 testimonios del total que fueron examinados en el estudio. De
los mismos, en el estrato D sólo un 8,8% de los testimonios afirman que recurrió a la Misión
Barrio Adentro para atender sus problemas de salud y un 11,8% en el estrato E, negando una
la gran cobertura de la Misión como medio en que los venezolanos de menores recursos
económicos usan para solucionar sus problemas de salud. En cambio, en el estrato D, 31,1%
de los testimonios afirman que asistieron a la red tradicional de hospitales y ambulatorios para
resolver sus problemas de salud y 34,8% de los testimonios del estrato E afirmaron que fueron
83
a la red tradicional de salud para resolver sus deficiencias sanitarias. Es decir, la cobertura de
la red tradicional de salud triplica a nivel nacional a la Misión Barrio Adentro, poniendo en
duda la idea de que tenga un peso sustantivo para modificar los indicadores de salud a nivel
nacional en nuestro país. Otros levantamientos hechos por la World Development Consultants
en cuanto a nivel de beneficiarios en servicios de salud siguen negando el poder de influencia
de Barrio Adentro de modificar los índices de salud que en la sección anterior hemos visto
descender en nuestro país.
Tabla 2.4 Comportamiento ante la última enfermedad propia por tipo de servicio
utilizado y clase social. Venezuela, 2005.
Tipo de
Servicio
AB C D E Total (%)
Automedicación 148 339 1.922 1.735 35%
Ambulatorio 26 194 557 638 12%
Barrio Adentro 3 8 415 551 9%
Hospital 36 313 940 1032 19%
Privado 106 475 643 551 13%
Clínica popular 4 12 29 23 0,5%
No entiende 33 154 405 481 9%
Otros 0 9 36 27 0,5%
NS / NC 3 33 112 132 2%
Total 359 1.613 5.059 4.990 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
De 5.059 testimonios recogidos del estrato socioeconómico D, 1.922 afirma que
recurrió a la automedicación, 940 afirma que asistió a la red tradicional de un hospital para
84
mejorar su salud, 557 afirma que asistió a un ambulatorio y 643 manifestó que apeló al sector
privado para curar sus enfermedad. Sólo 415 testimonios afirmaron que asistieron a Barrio
Adentro como un modo viable para curar su enfermedad frente a otras opciones. En el estrato
E, las cifras no son demasiados diferentes: De una población de 4.990 testimonios de este
estrato, 1.735 afirman que recurrieron a la automedicación, 1032 afirmaron que asistieron a la
red tradicional de hospitales, 638 a un ambulatorio y 551 al sector privado de la salud. Sólo
551 testimonios de un total de 4990, afirman que recurrieron a Barrio Adentro como forma de
solucionar sus problemas de salud, la misma cifra de testimonios que afirman que recurrieron
al sector privado.
Tabla 2.5 Uso de Servicios de salud por tipo de servicio y nivel socioeconómico.
Venezuela, 2005.
Nivel Socioeconómico.
Tipo de
Servicio
AB C D E Total
Ambulatorio 15% 18% 22% 24% 1.415 (22%)
Barrio
Adentro
2% 8% 16% 21% 1.053 (16%)
Hospital 21% 29% 36% 40% 2.321 (36%)
Privado 61% 44% 25% 14% 1.595 (25%)
Clínica
popular
1% 1% 1% 1% 68 (1%)
Total 100% 100% 100% 100% 6.452 (100%)
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
Tomando de manera global una muestra de 6452 venezolanos de todos los estratos, con
mayor preeminencia de los estratos D y E de nuestra sociedad (que conforman la mayoría
85
demográfica de nuestra población nacional), vemos que entre el 29% y 36% de de los
venezolanos de estos estratos apelan al uso de la red tradicional de un hospital cuando
recurren a un servicio de salud y entre un 22% y un 24% a un ambulatorio, siendo Barrio
Adentro y toda su larga infraestructura de cobertura que alcanza a todos los estratos sociales
de sólo un 16,32% de alcance. Entenderemos el término Red Convencional a aquel “que se
refiere a los establecimientos de salud dependientes del Ministerio o de las gobernaciones y
que preexistían a MBA; la nueva red, que agrupa a los consultorios populares y los
establecimientos de la MBA, y la red privada” (Díaz Polanco, 2006, Pág: 77).
Tabla 2.6 Uso de servicios de salud por tipo de red y clase social. Venezuela, 2005 (%
sobre toda las clases sociales).
Clase
social
Red
convencional
Nueva red Privada Total
AB 35% 4% 61% 100%
C 47% 9% 44% 100%
D 58% 17% 25% 100%
E 64% 22% 14% 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
Los datos indican que el estrato D de la población venezolana recurren en un 57,93% a
la red convencional de salud y sólo un 17% a la nueva red constituida por la Misión Barrio
Adentro en al menos en dos de sus etapas. En el estrato E las cosas no mejoran, un 64% de los
entrevistados de este estrato recurren a la red convencional para hacer uso de sus servicios de
salud, frente a un 22% que usa los servicios de Barrio Adentro a casi tres años de su
implementación por parte del gobierno nacional. Es exorbitante que en el caso del estrato D la
cuarta parta recurra al sector privado de la salud para solucionar los problemas de salud que
pueden aquejar a la población.
86
A nivel global, el uso de Barrio Adentro es todavía más pequeño si se toma como una
totalidad a todos los venezolanos a nivel nacional y en todos los estratos sociales.
El uso de la red convencional de hospitales y ambulatorios constituidos desde 1936
hasta el 2003 (sin contar todo aquel construido en paralelo durante la ejecución de la Misión
Barrio Adentro) supera enormemente la nueva red de la Misión Barrio Adentro en su etapa I.
La etapa III de la Misión Barrio Adentro se inició en agosto del año 2005, pero en realidad lo
que se hizo fue ponerle ese nombre a la red hospitalaria convencional, donde se pretendía
realizar inversiones en equipamiento médico e infraestructura, lo cual no pudo ser evaluado
por el trabajo de la WDC. Para la fecha del trabajo de la WDC tampoco estaban en
funcionamiento los CDI, los CAT, los SRI de Barrio Adentro II
Igualmente cabe destacar el uso de la red privada en los sectores populares, pero
añadiéndose los altos costos que para estos estratos sociales implica la cada vez mayor
erogación económica que hay que hacer para costearse el servicio, para así no recurrir a los
servicios convencionales. En las entidades federales densamente más pobladas y
económicamente más dinámicas esta tendencia es mucho mayor, donde los estratos D y E de
los centros urbanos de estas regiones perciben ingresos mayores de sus pares de otras zonas
que les permiten darse el “lujo” de recurrir a la medicina privadas para solucionar sus
problemas de salud. Es mucho más evidente que los estratos A, B y C recurren
compulsivamente a la red convencional y la medicina privada para solucionar sus problemas
de salud.
Adicionalmente, en el 2004 el Ministerio de Salud arrojó la existencia 8.573
consultorios populares y 8.500 comités de salud (D´Elía, 2008, Pág: 21), con 14.345 médicos
cubanos y 1.104 médicos venezolanos. D´Elía (2008, Pág: 21) afirma que en los primeros años
de la Misión había incrementado el acceso de servicios de salud primarios de manera gratuita,
pero a la larga la política pública empieza a deteriorarse por el no cumplimiento de las metas
establecidas y el abandono de las estrategias por parte de las entidades involucradas. Los
nuevos puestos integrados por médicos cubanos, miembros del Comité de Salud y los
coordinadores locales y regionales cubanos de la Misión no fueron reemplazados en 3 años
por auténticos centros de salud. Delos 6.500 módulos que empezaron a construirse en el 2004,
sólo se terminaron 3.240 (D´Elía, 2008, Pág: 22).
87
Asimismo de las cifras oficiales se desprende que en el 2005 se contaban con 17.000
médicos cubanos, pasándose luego en el 2007 a la cifra de 12.000, lo cual afectó el radio de
acción de la Misión Barrio Adentro (D´Elía y Cabezas, 2008). Con la Misión Barrio Adentro
“El gobierno ofreció un sistema de atención primaria de salud las 24 horas del día que
lograría disminuir el uso de hospitales públicos en un 80%. En realidad, la atención abarca 4
horas al día de consulta y cubre básicamente una atención de medicina simplificada que no
tiene las condiciones para constituirse en una red completa de atención primaria. Ocurre lo
mismo con los centros de Barrio Adentro II, los cuales tienen como función en Cuba la de
servir de red complementaria para el diagnóstico (laboratorio, exámenes de todo tipo) y no
como una red de especialidades médicas” (D´Elía y Cabezas, 2008, Págs. 11-12).
En consecuencia, Barrio Adentro no llegó a ser una red de atención primaria de la
salud, sino que los módulos se convirtieron en simples puntos de atención (D´Elía, 2008). La
existencia de mayores consultorios de la Misión Barrio Adentro no había reducido la cantidad
de personas que iban a los hospitales de la red tradicional (D´Elía, 2008), en más del 60% de
las consultas. Hasta el año 2007 se había construido y equipado sólo el 50% de la meta
prevista (D´Elía, 2008) debido a trabas burocráticas, permisología, entrega de terrenos de
manera legal para las instalaciones, la demora de las constructoras privadas en la generación
de los módulos y demoras en la entrega de materiales de construcción. “Sin embargo, la
población a ser atendida por el sistema público asistencial se estima alrededor del 65%,
mientras que el IVSS atiende un 34% aproximadamente y los demás regímenes de
aseguramiento cubren un porcentaje inferior al 2%. El sistema de barrio adentro, por su
parte, ha recibido recursos extraordinarios de varios organismos públicos financieros cuyos
montos exactos se desconocen” (Observatorio Comunitario de la Salud, 2007, Pág: 105).
Para cerrar este capítulo, podemos deducir que la Red de Salud Pública Barrio Adentro
difícilmente ha tenido un efecto sustantivo desde el punto de vista perceptual en modificar
positivamente los indicadores de salud en Venezuela a raíz de su implementación. (Díaz
Polanco, 2008). Las modificaciones tanto de manera sostenida como de comportamiento
pendular de indicadores de salud construidos con base a los Objetivos del Milenio parecen
responder más al comportamiento y desempeño de la red convencional de salud y no a los
efectos de la bien publicitada red hospitalaria de la Misión Barrio Adentro. La demanda en
materia de salud parece dirigirse principalmente a la red convencional y al sector privado en
88
todos los estratos, captando sólo una muy pequeña parte en los estratos D y E el servicio de
salud Barrio Adentro como modo viable de solucionar los problemas de salud, por lo tanto con
una muy limitada influencia para modificar los indicadores de salud a nivel nacional en
nuestro país (Díaz Polanco, 2008). A continuación, con base a la anterior premisa
estudiaremos cada uno de los indicadores de salud en Venezuela construidos con base a los
Objetivos del Milenio entre los años 2002-2007.
2.2 Los objetivos del milenio en 3 países.
Como señalábamos en la última parte del capítulo anterior, la restricción de
información en materia de administración pública, siendo en nuestro caso, la de en materia en
salud pública, nos ha restringido los criterios para evaluar la calidad de gestión en esta materia
por parte del Estado venezolano. Los efectos que ha tenido la gestión gubernamental para
influir o modificar la calidad y cobertura del servicio de salud puede responder a diferentes
criterios que a nivel internacional y mundial pueden ser completamente aceptables, pero la
restricción informativa imposibilita que buena parte de esos criterios se pueden aplicar a la
presente investigación.
En procura de crear un marco de criterios que fuese a su vez cónsonos con unos niveles
de calidad metodológico para evaluar la gestión en salud pública por parte del Estado con base
a los datos hechos públicos por el mismo a la ciudadanía venezolana, se ha apelado a la
construcción de indicadores de evaluación de la variable gestión de salud sobre criterios
elaborados sobre los Objetivos del Milenio. Cabe nuevamente recordar que en septiembre del
2000, en la Asamblea de las Naciones Unidas se estableció un consenso para señalar una serie
de objetivos para salvar del colapso al planeta tierra y mejorar sustancialmente la calidad de
vida del género humano (CEPAL, 2008). De los ocho objetivos señalados en el anterior
capítulo, tres estaban íntimamente ligados a la gestión de los Estados que forman parte del
planeta en materia de gestión de salud pública. De estos objetivos cabe reseñalar:
1.- Reducir la mortalidad infantil.
2.- Mejorar la salud materna.
3.- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
89
La evaluación de estos objetivos del milenio en una serie de indicadores cuantificables
ha llevado esta investigación a concretar su operacionalización de la siguiente forma.
1.- Reducción de mortalidad infantil: Número de muertes de niños menores a 28 días
de nacidos, causas principales de muertes de niños menores a 28 días de nacidos, número de
muertes de niños entre 28 días de nacidos y un año, causas principales de muertes de niños
entre 28 días de nacidos y un año, número de muertes de niños entre 1 y 4 años de edad y
causas principales de muertes de niños entre 1 y 4 años.
2.- Mejorar la salud materna: Número de muertes maternas.
3.- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades: Número de vacunas
colocadas por enfermedad, número de casos de enfermedades crónicas y endémicas, y número
de infectados por VIH/SIDA.
Con base a estos criterios, a continuación expondremos una serie de cuadros
comparativos en que evaluamos estos indicadores en el caso venezolano durante los años
2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, en comparación a otros países como Colombia, país con
realidades socio-económicas muy semejantes a Venezuela y Chile, como uno de los países con
mayores índices de desarrollo humano en el continente y por lo tanto disfruta de unos
indicadores de salud privilegiados en la evaluación de las metas del milenio en nuestro
continente. El PNUD durante el período 2009-2010 colocó a Venezuela en el rango 58 de los
países en materia de desarrollo humano, mientras que Colombia ocupa en la misma lista el
puesto 77 y Chile el número de 44 (PNUD, 2009-2010). Esto debería advertirnos que en
materia de salud, Venezuela debería superar a Colombia globalmente durante los años
estudiados pero aún estando por debajo de los estándares chilenos por unos intervalos
numéricos que no son exageradamente diferentes de una lista de 182 países.
Queremos aclarar previamente, que para la exposición de los datos provenidos de
Venezuela en cuanto a muertes maternas, perinatales y postnatales se procedió a usar datos
provenidos del Ministerio del Poder de Planificación y Finanza que afirman proceder de data
oficial del Ministerio del Poder Popular para la Salud, más la misma no está disponible para el
público en el caso de las muertes perinatales y postnatales hasta el 2004. Por lo tanto se tomó
los datos contenidos en la página del Ministerio del Poder Planificación y Finanza, que tenía
datos hasta el 2008, para completar el período de estudia de esta investigación. El resto de los
datos obtenidos en esta investigación, a excepción del número de infectados de VIH/SIDA y
90
cobertura en materia de vacunación, provienen de los datos de los anuarios de mortalidad del
Ministerio del Poder Popular para la Salud en número de muertes por enfermedad y grupo de
edad, y los datos en materia poblacional del Instituto Nacional de Estadística (INE), para
calcular las tazas de mortalidad por medio de la división del número de muertes por
enfermedad entre la población parcial o total que disfrutaba Venezuela en el año de estudio.
Sabemos que la combinación de cifras de fuentes diferentes no es lo idóneo para una
investigación como la planteada en este estudio, pero ante la falta del Ministerio de calcular
determinadas tasas de mortalidad y disponerlas al público y en contradicción, dejar otras
incompletas en el número de años con datos disponibles (posiblemente al no tomar en cuenta
las cifras del INE para construir las tasas) ha llevado al investigador a recurrir a este poco
ortodoxo procedimiento. Esperamos que esta situación no incomode a los lectores.
Tabla 2.7 Comparación de razón de muertes maternas 2003-2007.
Años
Países 2003 2004 2005 2006 2007
Venezuela 57,8 58,5 59,9 60,5 56,8
Colombia 64 66 59 62 62
Chile 13 17 19 19 18
Fuentes: Anuarios 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, de mortalidad del Ministerio del Poder Popular para la Salud
de Venezuela; Anuario de mortalidad de Colombia 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007, con el Departamento de
Administrativo Nacional de Estadística tanto cuadros de nacimientos por área y sexo, según departamento de
ocurrencia como Proyecciones2006-2020 con base a los resultados de las estimaciones 1985-2005 del
Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE); y anuarios de mortalidad 2003,
2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio de Salud, Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS).
En este cuadro podemos ver que Venezuela, entre 2003 y 2007, no sólo supera a su
vecino país Colombia en todos los años en materia de tener una menor razón de muertes
maternas anuales, sino ha tendido a varias de manera periódica a lo largo de los años. Entre
2003 y 2004 la tasa de mortalidad empeora y sigue empeorando en el período 2005-2006,
hasta volver nuevamente mejorar en el año 2007 con respecto a los indicadores iniciales del
91
2003. Colombia también tiene una reducción pendular de su razón de muertes maternas,
sufriendo un empeoramiento entre los años 2003 y 2004, para luego mejorar en el año 2005,
para empeorar levemente y estabilizarse entre los años 2006 y 2007. Chile mantiene una razón
privilegiada de muertes maternas por muy por debajo de Venezuela y Colombia, tendiendo a
empeorar ligeramente entre el 2003 y el 2006, para comenzar a mejorar en el año 2007.
Tabla 2.8 Comparación de Tasas de muertes perinatales (menores de 28 días de nacidos)
2003-2007.
Años
Países 2003 2004 2005 2006 2007
Venezuela 10,8 10,6 10,8 10,00 9,8
Colombia 10,77 10,21 10,03 9,51 9,69
Chile 5,1 5,6 5,4 5,4 5,6
Fuentes: Cifras del INE, Estimaciones de población total, según grupos de edad al 30 de junio , 2000-2015. Con
anuarios de mortalidad de los años 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la
Salud de Venezuela; Anuarios estadísticos mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, junto con los datos del
número de nacimientos por área y sexo, según departamento de ocurrencia del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE) de Colombia; Principales causas de muerte en Chile por regiones 1997-2003,
del Instituto Nacional de Estadísticas. Mortalidad infantil y sus componentes por región y comuna, durante los
años 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio de Salud de Chile.
En este cuadro podemos ver que Venezuela, entre 2003 y 2007 queda por debajo de
Colombia, al tener un mayor número de muertes de niños menores de 28 días al de Colombia,
aunque tiende a mejorar la tasa de reducción con los años, con un retroceso modesto en el
2007 con respecto al 2003. Mientras tanto Colombia en paralelo experimenta una reducción
moderada de su mortalidad perinatal de manera más sustantiva entre los años 2003-2006,
habiendo un pequeño retroceso en el 2007, con cifras siempre menores a las venezolanas. En
el caso chileno, sus índices de mortalidad de niños menores de 28 años son muy inferiores a
sus pares venezolanos y colombianos, con una tendencia a un modesto empeoramiento con
92
comportamiento pendular entre los años 2003 y 2007 (siendo 2006 la tasa más baja de
mortalidad perinatal en Chile).
Tabla 2.9 Comparación de Tasas de muertes de niños entre 28 días y 11 meses de nacidos
2003-2007.
Años
Países 2003 2004 2005 2006 2007
Venezuela 7,00 5,30 4,70 4,20 4,20
Colombia 4,67 4,50 4,40 5,94 4,56
Chile 2,91 2,95 2,68 2,39 2,63
Fuentes: Cifras del INE: Población total, según grupos de edad al 30 de Junio, 2000-2015. Con anuarios de
mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela;
Indicadores básicos de la situación de salud en Colombia 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. Con los anuarios
de mortalidad del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de estadísticas vitales;
Mortalidad infantil y sus componentes por región y comuna del 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, del
Departamento de Estadística e información de Salud del Ministerio de la Salud de Chile.
En este cuadro podemos ver que Venezuela, entre 2003 y 2007 experimenta una
mejora a nivel global su tasa de muerte de niños entre 28 días y 11 meses de nacidos, con
respecto al 2003 los indicadores mejoran de manera sustancial reduciéndose la tasa desde
2004 hasta el 2007. Colombia sigue un camino similar a reducir sus tasas de mortalidad entre
los años 2003 y 2005, empeorando ligeramente en el 2006, para volverse a reducirse en el
2007 a cifras inferiores al 2003. En el caso Chileno, sus tasa de mortalidad de niños entre 28
días y 11 meses tienden a la mejora en el largo plazo de manera irregular, mejorando
sustantivamente entre 2003 y 2006, pero empeorando ligeramente por debajo de los niveles
del 2003 durante el año 2007. Siempre acentuándose que el caso chileno es casi la mitad a
nivel cuantitativo de las tasas de Colombia y Venezuela.
93
Tabla 2.10 Tasa de muertes entre niños de 1 y 4 años de edad.
Años
Países 2003 2004 2005 2006 2007
Venezuela 96 73 59 57 56
Colombia 80 75 72 70 65
Chile 38 38 34 34 31
Fuentes: Cifras del INE: Población total, según grupos de edad al 30 de Junio, 2000-2015. Con anuarios de
mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela;
Estimaciones 1985-2005 y proyecciones 2006-2020 anualizadas por sexo y edad, con los anuarios de mortalidad
del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de estadísticas vitales; Estimaciones y
proyecciones de población por sexo y edad. País Urbano y rural 1990-2020 con Mortalidad infantil y sus
componentes por región y comuna del 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, del Departamento de Estadística e
información de Salud del Ministerio de la Salud de Chile.
En este cuadro podemos ver que Venezuela, entre 2003 y 2007 mejora
progresivamente a casi la mitad sus tasas de mortalidad en 5 años de desarrollo. En el caso
colombiano apreciamos también una gran mejora aunque en inferior en magnitud que en el
caso venezolano, reduciendo casi a un cuarto menos su tasa de mortalidad entre niños de 1 y 4
años de edad. En el caso chileno, con una tasas de mortalidad inferiores a Venezuela y
Colombia (casi un tercio de las tasas de esos países), ha tendido a mejorar a los largo del
tiempo transcurrido de manera modesta.
Comparación de la Cobertura de Vacunación en niños y niñas menores a un año
de edad por tipo de vacunas (en %) durante los años 205-2007.2
2 Nota del autor: La Pentavalente en el caso venezolano se ha tomado como equivalente a una vacunación contra
la Hepatitis B, porque la vacuna protege al paciente contra la difteria, tos ferina, el tétanos, la influenza tipo B y
la Hepatitis B. Consultar anexos sobre la vacunación en materia de vacuna Pentavalente.
94
Tabla 2.11 Cobertura de la vacunación en Venezuela.
Tipo de
Vacunas
Venezuela
Vacunas Antipolio BCG Hepatitis B HIB DPT
Años - -
2005 80% 95% 81% -
2006 73% 83% 68% - -
2007 67% 82% 61% - -
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
Tabla 2.12. Cobertura de la vacunación en Colombia.
Tipo de
Vacunas
Colombia
Vacunas Antipolio BCG Hepatitis B HIB DPT
Años
2003 92,22% 96,66% 91,78% 92,61% 91,86%
2004 89,39% 93,07% 89,35% 89,02% 89,34%
2005 86,8% 87,4% 86,8% 86,7% 86,8%
2006 93,9% 95,8% 93,5% 93,4% 93,5%
Fuente: Indicadores básicos de la situación de salud en Colombia 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008.
95
Tabla 2.13. Cobertura de la vacunación en Chile.
Tipo de
Vacunas
Chile
Vacunas Antipolio BCG Hepatitis B HIB DPT
Años
2003 96% 95% 96% 96% 95%
2004 94% 95% - 93% 94%
2005 92% 95% - 91% 92%
2006 94% 98% 94% 94% 95%
2007 97% 99% 98% 98% 98%
Fuente: World Health Organization.
En la vacunación dentro de un conjunto de renglones comunes en los tres países y
registrados por sus respectivos entes oficiales, Venezuela sale con una cobertura en materia de
vacunación muy inferior al de Colombia y Chile. En materia de vacunas contra el polio, la
cobertura ha empeorado desde un 80% en el 2005 a alcanzar cuotas inferiores al 70%, en el
2007, en contraste con Colombia cuya cobertura en materia de vacunación contra la polio ha
evolucionado entre los 80% a más del 93%, siendo esta su máxima cobertura para el año 2006.
Chile como país modélico en nuestra presentación, exhibe coberturas en materia antipolio
superiores al 95%, teniendo en el 2007 una cobertura del 97%.
Tomando el caso del BCG, Venezuela presentaba una ejemplar cobertura de
vacunación del 95% en el 2005 que se ha ido reduciendo hasta llegar a sólo a un 82% de
cobertura en el 2007. En contraste, Colombia ha ofrecido a excepción del año 2005,
porcentajes de cobertura de vacunación BCG superiores al 93% de la población menor de un
año. Chile presenta entre el 2003 al 2005 coberturas del 95% que aumentan en el 2006 y 2007
hasta el 99% de cobertura de la población menor de un año.
96
En materia de Hepatitis B, Venezuela presenta para el 2005 un deficiente 81% de
cobertura de vacunación sobre la población objetivo, que va deteriorándose hasta llegar al
61% en el 2007. Colombia en el mismo período disfrutó de porcentajes de cobertura contra la
Hepatitis B superiores al 86% de los niños menores de un año, teniendo para el año 2006 el
93,6% de su población-objetivo vacunada. Chile nos expone unas cifras de cobertura
superiores al 94% de la población objetivo, que para el 2007 llegan a ser del 98% de los niños
menores de 1 años de edad.
En cuanto a vacunación en HIB, Venezuela no presenta datos sobre la vacunación en
esta materia. Mientras que países como Colombia disfrutan de porcentajes de cobertura
superiores al 86%, llegando al 2006 a disfrutar un 93,4% de cobertura de su población
objetivo. El caso chileno nos presenta porcentajes de cobertura superiores al 91% de los niños
menores a un año, teniendo para el 2007 un 98% de cobertura de la población objetivo.
Y en el caso de la vacunación relacionada con el DPT, Venezuela tampoco presenta
cifras sobre la población que tiene cobertura en materia de esta vacuna. En contraste,
Colombia experimenta porcentajes de cobertura superiores al 86%, llegando al 2006 al 93,5%
de los niños menores de 1 años de edad entre los años 2003 al 2006. En Chile, la cobertura de
vacunación del DPT está por encima del 92% dentro del período de tiempo estudiado,
llegando a 98% de cobertura de la población objetivo para el 2007.
A modo de conclusión provisional del tema de vacunación, Venezuela no sólo está
muy por debajo del nivel de cobertura de países como Colombia y Chile durante el período
estudiado, mostrando una tendencia a la reducción en la cobertura en enfermedades como la
Hepatitis B, la polio o la BCG, sino en detalle esa reducción se traduce a que cada vez sus
niveles de cobertura llegan a cifras cercanas al 60% de cobertura en los años 2005, 2006 y
2007. En contraste, Colombia oscila entre el 86 y el 93% de su cobertura en materia de
vacunación durante los años 2003 al 2006, mientras que Chile tiene una cobertura de su
población objetivo siempre por encima del 90% de los niños menores de 1 año de edad 2003.
2004, 2005, 2006 y 2007. Sólo en el caso de la vacuna trivalente viral Venezuela mejoró su
cobertura hasta el 93% de la población objetivo durante los años 2005 al 2007.
97
Tabla 2.14. Gasto en Salud Pública según % del PIB
Años
Países 2003 2004 2005 2006 2007
Venezuela 1,5% 1,60% 1,70% 1,80% -
Colombia 2,52% 2,82% 3,17% 3,38% -
Chile 3.0% 2,80% 2,80% 2,80% 3,0%
Fuente: CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe: División de Estadística y Proyecciones
Económicas; Informe sobre el derecho a la salud en Venezuela 2007.
En este cuadro podemos notar que a pesar que Venezuela disfruta de mejores tazas en
los indicadores desempeño de salud a Colombia en relación a mortalidad materna, y tasa de
muertes menores de 4 años de edad, pero sus tasas son peores con relación al número de
muertes de niños en período perinatal y postnatal, la inversión del Gasto Público en materia de
Salud según su PIB es muy diferente. Venezuela entre el 2003 hasta el 2006 no logra superar
los dos puntos porcentuales de inversión con respecto al PIB por parte del Estado Central
venezolano. En contraste Colombia invirtió durante el período de estudio un 2,52% de su PIB
por parte del Estado en materia de salud a 3,38%, pudiéndose observar que la eficiencia en el
gasto público en salud colombiano está mediado por un conjunto de elementos que evitan que
una inversión más elevada en gasto público para la salud se traduzca en mejores indicares de
gestión en salud. Chile, durante el período estudiado mantiene una inversión pública en
materia de salud alrededor del 3% del PIB de su país, entendiéndose esto debido a dos
realidades detrás de la situación socioeconómica chilena: Primeramente de todo su gasto total
en materia de salud con respecto a su PIB lo realiza en buena parte el sector privado de su
economía y dicha economía es una de más alto PIB en Sudamérica. Por eso sus índices son
mejores y su gestión en salud más eficiente y efectivo que en el caso venezolano y
colombiano.
Para concluir este punto del capítulo, en materia de mortalidad materna, perinatal,
infantil y de niños entre 1 y 4 años, Venezuela ha tendido a mejorar sus indicadores de
desempeño en materia de salud de manera superior o al menos muy similar a los de Colombia
98
relacionadas con estas tazas o razones, aunque inferiores a un país de tan elevado índice de
desarrollo humano como Chile. En contraste, en materia de vacunación, su cobertura ha ido
reduciéndose mientras que en el caso colombiano y chileno ha ido aumentando. Aquí termina
la comparación de estos indicadores de desempeño en materia de salud entre diferentes países
y pasamos a evaluar cada índice de desempeña de manera individual para sacar una conclusión
global del desempeño del sistema de salud público en general en el país.
2.3 Medición de desempeño de la salud pública en Venezuela con base en el
monitoreo, la evaluación y el análisis del estado de salud de la población entre los años
2003-2007 por cada mil habitantes.
Entre el 2002 al 2004, la razón de muertes maternas en Venezuela disminuyó
sustantivamente de 68 a 58,5 muertes por cada cien mil niños nacidos, pero a partir del 2004 al
2006 empieza a elevarse del 58,5 a 60,5, habiendo una significativa reducción de la mortalidad
materna en el año 2007 dándose una razón de 56,3 muertes maternas por cada cien mil
alumbramientos de niños vivos.
Como puede verse, es difícil dar un balance de la efectividad del sistema de salud
público venezolano entorno a un tema tan sensible como la mortalidad materna.
Especialmente con el caso de Barrio Adentro como iniciativa dirigida a las zonas populares
del país, (Díaz Polanco, 2008), la atención cercana y constante de una unidad de salud debería
haber hecho bajar radicalmente la razón de mortalidad materna en Venezuela. Pero en
contraste, vemos un efecto pendular en la evolución de la razón de muertes maternas en el
país, reduciéndose entre el 2002 y el 2004, pero incrementándose desde el 2004 hasta el 2006
hasta nuevamente descender en el 2007.
99
Ilustración 2.1. Evolución de razón de muertes maternas.
Fuente: Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores
Sociales de Venezuela.
La tasa de muertes de niños menores a los 28 días de nacidos se en aumento desde el
2002 hasta el 2005, pasando de 10,20 muertes por cada cien mil alumbramientos a 10,80, para
luego reducirse en el período 2006-2007 a 9,80. Esto demuestra que si bien la política de salud
pública en Venezuela ha tenido éxito en reducir las tasas de muertes perinatales, uno de los
elementos más influentes para evaluar la gestión en materia de salud pública, la misma ha sido
muy modesta para la cantidad de recursos invertidos en cuatro años de la Misión Barrio
Adentro.
50
52
54
56
58
60
62
64
66
68
70
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Evolución de la razón de muertes maternas
Evolución de la razón de muertes maternas
100
Ilustración 2.2. Evolución de la tasa de muertes de niños menores de 28 días de nacidos
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Tabla 2.15. Principales causas de muertes de niños menores de 28 días.
Principales causas de muertes de niños menores de 28
años
%
Afecciones originadas en el período perinatal 84,03%
Anomalías congénitas 12,80%
Incidentes de todo tipo 0,74%
Enfermedades infecciosas intestinales 0,64%
Influenza y neumonía 0,61%
Infecciones predominantes de infección sexual 0,30%
Enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central 0,18%
Infección aguda en las vías respiratorias inferiores 0,10%
Deficiencias en nutrición 0,08%
9,2
9,4
9,6
9,8
10
10,2
10,4
10,6
10,8
11
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes de niños menores a 28 días de nacidos
Tasa de muertes de niños menores de 28 años de nacidos"
101
Bronquiolitis aguda 0,08%
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003,2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela.
Tomando en cuenta que alrededor del 84,03% de las muertes anuales de niños de 28
años viene dado por afecciones dentro de su período perinatal, podemos deducir que un gran
peso en la variación del número de muertes maternas en Venezuela entre el 2003-2007 fue
gracias a la atención médica recibida en la red primaria de salud, que hemos dicho que ha sido
insuficiente ante la inversión millonaria en atención médica primaria y de comportamiento
pendular en la reducción de las tasas de mortalidad. Esto se evidencia en el siguiente grafico.
El número de niños menores de 28 años fallecidos entre el 2003 y el 2007 tiene un
comportamiento en bruto oscilante en los diversos años, aunque con un saldo positivo pero
modesto para el año 2007. Entre el año 2003 y 2004 la cifra se reduce de 5.414 niños muertos
menores de 28 días a 5.253, para luego elevarse a 5.451 muertes entre el 2004 y el 2005.
Desde el 2005 al 2006 las muertes se reducen hasta 4.958, pero empiezan a elevarse en el
2007 a 4.976. Variaciones modestas de muerte de los niños menores a 28 días de nacidos que
no parecen corresponderse a la mejora radical del funcionamiento de una extensa red de
atención primaria de salud pública.
El comportamiento en materia de muertes de niños entre 28 días de nacidos y 11 meses
ha sido definitivamente entre el 2002 y el 2007, uno tendiendo a la baja. Hay una elevación de
la tasa de la mortalidad de población-objetivo entre el 2002 y el 2003, de 5,3 a 7,00 muertes
por cada niño, pero el resto tiende a descender, de un 7,00 a un 4,20 muertes por cada cien mil
niños nacidos vivos, una cifra sustantiva de casi la mitad de los niños estudiados. Nuevamente
nos encontramos con un comportamiento de reducción progresiva de las cifras de mortalidad
de niños entre 28 días y 11 meses de nacidos, que parece coherente con la inversión puesta en
la atención primaria en el sector público de salud.
102
Ilustración 2.3. Tasa de muertes de niños entre los 28 días y 11 meses de nacidos.
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Tabla 2.16 Principales causas de muertes de niños menores a 1 año.
Principales causas de muertes Número total de
niños fallecidos
% Total de niños menores de 1
años
Afecciones originadas en el
período perinatal
5.415 86,7% 555.614
Anomalías congénitas 1.419 22,7% 555.614
Enfermedades infecciosas
intestinales
1.222 19,5% 555.614
Influenza y neumonía 516 8,2% 555.614
Deficiencias en nutrición 448 7,1% 555.614
Accidentes de todo tipo 349 5,5% 555.614
Enfermedades inflamatorias del
sistema nervioso central
97 1,5% 555.614
0
1
2
3
4
5
6
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2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes niños entre los 28 días y 11 meses de nacidos
Tasa de muertes niños entre los 28 días y 11 meses de nacidos
103
Septicemia 94 1,5% 555.614
Bronquiolitis aguda 39 0,6% 555.614
Enfermedades crónicas de las
vías respiratorias inferiores
35 0,5% 555.614
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela.
Siendo el 86,75% de los fallecimientos de los niños entre 28 días y 11 meses de edad
atribuidos a afecciones en el período perinatal, cabría esperarse que el peso de la atención
médica primaria durante el período estudiado hubiese sido más radical en el descenso de las
tasas de muertes de la población-objetivo. Sin embargo, su descenso es lento, modesto y con
un comportamiento pendular a partir entre el 2002 y el 2003, y el 2006 y el 2007.
Tabla 2.17. Principales causas de muertes de niños entre 1 y 4 años de nacidos.
Principales causas de muertes Número total de niños fallecidos Tasa de mortalidad
total
Enfermedades infecciosas
intestinales
508 18,72%
Accidentes de todo tipo 418 15,41%
Influencia y neumonía 362 13,34%
Deficiencias de nutrición 359 13,23%
Anomalías congénitas 258 9,51%
Cáncer 112 4,13%
Helmintiasis 83 3,06%
Enfermedades crónicas de las
vías respiratorias inferiores
58 2,14%
104
Enfermedades inflamatorias del
sistema nerviosos central
49 1,81%
Suicidios y homicidios 35 1,29%
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud
de Venezuela.
Existe una tendencia sostenida al descenso de la tasa de muertes infantiles de niños
entre los 1 y 4 años de edad desde el año 2003 hasta el 2007, que tiende a estabilizarse en los
últimos años de estudios. Del 2003 con una tasa de mortalidad de 75 se ha pasado al 2007 a 56
muertes por cada cien mil niños vivos de la población objetivo, una cifra nada modesta. Sin
embargo, la edad del niño en esta etapa juega a factores ajenos muchas veces a la atención
médica primaria y más al sistema convencional de medicina en Venezuela. Enfermedades
como las del carácter infecciosas intestinales que ocupan el 18,72% de las muertes de los
niños entre 1 y 4 años de edad o los accidentes de todo tipo, con el 15,41%, son atendidos más
por la red hospitalaria tradicional del país que por los servicios de atención primaria que
integran la Red de la Misión Barrio Adentro.
Ilustración 2.4. Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años de nacidos.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la
Salud de Venezuela.
0
20
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60
80
100
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2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes de niños entre el 1 y los 4 años de nacidos
Tasa de muertes de niños entre el 1 y los 4 años de nacidos
105
Entre el 2002 y el 2007 ha habido una modesta reducción de las tasas de mortalidad
infantil de niños entre 1 y 4 años por causas de enfermedades intestinales. Esta reducción se
evidencia entre el 2003 al 2004 de 18 a 10 muertes por cada cien mil niños vivos (cifra
anterior al 2003), para luego estabilizarse entre el 2004 al 2005 y nuevamente reducirse a 7
muertes porcada cien mil niños vivos en el año 2007. Hubo por lo tanto una reducción
sustantiva del número de niños que mueren por enfermedades de infecciosas de naturaleza
intestinal.
Ilustración 2.5 Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años a causa de enfermedades
intestinales.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la
Salud de Venezuela.
Entre el 2002 y el 2007 ha habido una reducción modesta del número de niños entre 1
y 4 años por razón de influenza y neumonía, aunque con un comportamiento claramente
pendular. Entre el 2002 y el 2003, la tasa de mortalidad del grupo y enfermedad objetivo pasó
de 8 a 12 muertes porcada cien mil niños vivos, para luego a partir del 2003 reducirse de 12 a
5 muertes por cada cien mil niños vivos en el 2006, tendiendo luego al alza en el 2007 con una
tasa de 6 muertes por cada cien mil niños nacidos vivos. Ha habido una reducción del tipo de
0
5
10
15
20
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años a causa de enfermedades
infecciosas intestinales
Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años a causa de enfermedades infecciosas intestinales
106
enfermedad de carácter de neumonía e influenza que generalmente es tratado por la red
tradicional de servicio público de salud.
Ilustración 2.6 Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por causa de influenza y
neumonía.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la
Salud de Venezuela.
En materia de mortalidad infantil de niños entre 1 y 4 años de edad por enfermedades
respiratorias, el comportamiento de las tasas es fuertemente oscilante aunque a nivel bruto
arroja una reducción de 2 muertes en el 2003 a 1 muerte por cada cien mil niños vivos en el
2007, la mitad a nivel de tasa. Entre el 2002 y el 2003 la tasa se eleva 1 a 2 por cada cien mil
niños vivos, para luego descender progresivamente del 2003 al 2005 a 0,4 por cada cien mil
niños vivos , para luego ubicarse entre el 2005 y el 2007 en 1, la cifra anterior a la política
Barrio Adentro en el año 2003, siendo la enfermedad algo más de la potestad de las
condiciones socio-económicas del país y la red tradicional de salud pública, que de la red de
atención al sistema primaria de servicio médico público.
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14
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por causas de influenza y
neumonía
Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por causas de influenza y neumonía
107
Ilustración 2.7. Tasa de niños entre 1 y 4 años de edad fallecidos por enfermedades
crónicas respiratorias.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la
Salud de Venezuela.
En materia de vacunación de niños menores a 1 años de nacido entre el 2005 y el 2007,
las cifras tienden en general a reducir el nivel de cobertura del sistema primario de salud en
materia de vacunación. Las vacunas contra la polio en el 2005 tenían una cobertura alrededor
del 80% de la población menor de 1 año de nacido, algo deficiente que se acentúa en tiempo
hasta llegar en el 2007 a sólo cubrir el 67% de la población objetivo. La vacunación
pentavalente pasa del 2005 a cubrir deficitariamente el 81% de los menores de 1 año de edad a
61% de la población objetivo.
Los casos de las vacunas antirotavirus suelen tener un comportamiento distinto pero
aún así muy por debajo de los estándares mundiales. En el 2006 el 26% de los menores a 1 año
habían sido vacunados, mientras que para el 2007 la cifra aumenta a 29%, muy por debajo de
la óptima mundial en torno a este tipo de vacuna. La vacuna BCG tiene un comportamiento
descendente durante los años de estudio, de estar a niveles eficientes de 95% de cobertura en
0
0,5
1
1,5
2
2,5
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de niños entre 1 y 4 años edad fallecidos por causas de
enfermedades crónicas respiratorias
Tasa de niños entre 1 y 4 años edad fallecidos por causas de enfermedades crónicas respiratorias
108
el 2005 a deficientes en el año 2007 de 82%. Las vacunas contra la fiebre amarilla tienen un
comportamiento deficiente que tiende a la final a la baja, donde desde el 2005 hasta el 2007 el
número de cobertura pasa de un deficiente 80% a 57% de niños menores de edad. La trivalente
viral se comporta hacia la baja dentro de la población objetivo de un deficiente 76% de
cobertura en el 2005 a 56% en el 2007. En conclusión, la cobertura en materia de vacunación
en Venezuela ha tendido a la baja y por debajo de los estándares mundiales entre los años
2005 y 2007.
Ilustración 2.8. Cobertura de vacunación en Venezuela 2005-2008.
Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia habitual de
la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población venezolana 2010,
República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio Adentro.
La infección del SIDA, lejos de reducirse, ha tendido a incrementarse entre los años
2003 a 2007, pasando de 107.028 infectados en el 2003 a 133.080, un incremento casi del 20%
en 4 años. Si bien esta situación no puede achacarse a ninguna de las redes de salud en
funcionamiento en el país, evidencia la poca efectividad de las campañas de prevención contra
la infección del virus en el país por parte de las autoridades sanitarias y su imposibilidad de
alcanzar las metas del milenio en el período establecido por la ONU.
0
10
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40
50
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2005 2006 2007 2008
Pentavalente
Antipolio
Antirotavirus
BCG
Antiamarilica
Trivalente viral
109
Ilustración 2.9. Número total de infectados por VIH-SIDA 2003-2007.
Fuente: Situación epidemiológica en Venezuela- Informe. Caracas 2003-2007.
En materia de enfermedades epidemiológicas, al no tener al alcance cifras oficiales
infectados durante los años 2003-2007, hemos procedido a calcular el número de fallecidos
por enfermedades en endémicas dentro del período de estudio. Dentro de este estudiaremos el
del paludismo y la tuberculosis, como las enfermedades endémicas más significativas del país
fuera del VIH/ SIDA.
En el caso del paludismo, vemos una sostenida reducción del número de muertes entre
el 2003 con 8,11 muertos por cada cien mil personas por la enfermedad a 2,23 muertes por
cada cien mil en el año 2006, para luego volver a incrementarse en el 2007 con 3,24 muertes
por cada cien mil. Aún así se evidencia una drástica reducción del número de fallecidos por la
enfermedad durante el período de estudio que roza la mitad de los fallecidos en el 2003.
0
20.000
40.000
60.000
80.000
100.000
120.000
140.000
2003 2005 2007
Número total de infectados por VIH-SIDA
Número total de infectados por VIH-SIDA
110
Ilustración 2.10. Tasa de mortalidad por paludismo 2002-2007.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para
la Salud de Venezuela.
En el caso de la tuberculosis, las defunciones por la enfermedad son más numerosas y
tienden más al alza. Entre el 2003 y el 2004, el número de fallecidos pasó de 134,57 fallecidos
a 110,41 fallecidos por cada cien mil habitantes, una reducción notable. Pero desde el 2004 al
2007, el número de muertes no para de aumentar hasta llegar a cifras superiores a las del 2003,
pasándose del 2004 de 110,41 fallecidos a 135,38 en el 2007, más de lo que se habían
presentado en el 2003. La prevención de la tuberculosis parece haberse dado de forma muy
puntual para luego volver a estar en auge en el país a partir del año 2004.
0
1
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9
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad total por paludismo"
Tasa de mortalidad total por paludismo"
111
Ilustración 2.11. Tasa de mortalidad por tuberculosis.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la
Salud de Venezuela.
En conclusión, podemos decir que buena parte de los indicadores de salud que hemos
tomado con base a los Objetivos del Milenio se han comportado positivamente dentro del
período de tiempo 2003-2007, pero con una reducción del nivel de muertes e infectados por
enfermedades muy por debajo de las expectativas que se tendrían por la instalación de una
larga red de atención de salud primaria en el país. Estas reducciones han sido modestas, de
comportamiento pendular (con subidas y bajas a lo largo de los años de estudio) y tendiendo a
elevarse a finales del año 2007, donde culmina cronológicamente nuestra investigación.
Podemos decir en pocas palabras que la salud pública en Venezuela ha tenido a nivel de
número un buen comportamiento, pero que el mismo está muy por debajo de las expectativas
de la inversión en materia de atención primaria pública invertidos durante esos años.
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2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad por tuberculosis
Tasa de mortalidad por tuberculosis
112
CAPÍTULO III: OPINIÓN PÚBLICA EN MATERIA DE SALUD EN
VENEZUELA
3.1 Evolución de la opinión pública sobre la salud en Venezuela entre 2003 y 2007.
Ya hemos revisado en el capítulo anterior los indicadores de salud con base a las Metas
del Milenio y su evolución durante el período 2003-2007. Hemos visto que el comportamiento
en general de estos indicadores en Venezuela han sido mediocres, especialmente si tomamos
en cuenta que la mayor parte de la inversión en materia de salud se utiliza en el sistema
paralelo de atención primaria Misión Barrio Adentro, que debería justamente reducir los
índices de mortalidad y morbilidad en el área materna, perinatal e infantil de las zonas más
pobres del país (Díaz Polanco, 2008).
Sin duda alguna ha habido reducciones sustantivas en estos indicadores, pero
primeramente no se corresponde con el nivel de inversión con la red paralela del sistema de
salud publicitado por el Gobierno Central gracias a Barrio Adentro; en segundo lugar, la
concentración de la red de Barrio Adentro parece estar más orientada en los estados del país
con mayor demografía y más ricos económicamente y no en las zonas más pobres,
contradiciendo la filosofía con que se había construido la política pública (Díaz Polanco,
2008). Y en tercer lugar, los estudios realizados tanto por el Cendes (Díaz Polanco, 2008)
como por el World Development Consultants (2006) indicaban que lejos de ser la primera
alternativa con que los estratos D y E recurrían para resolver sus problemas de salud, era el
sistema tradicional donde se concentraba la búsqueda de soluciones de carácter de salud de
estos estratos, siendo sólo un tercio de los habitantes de las zonas populares los que recurrían a
la Misión Barrio Adentro, una cifra similar al de los habitantes de las zonas populares que
recurrían a la medicina privada..
Pero como se ha comentado en el marco teórico de esta investigación, Opinión Pública
no se corresponde necesariamente con los resultados objetivos que una política pública tiene
sobre la población objetivo a la cual se desea afectar. La Opinión Pública es un debate público
dentro del Espacio Público de la sociedad, fundamentados más en juicios de valor que en
113
hechos concretos (cosa muy importante a tomar en cuenta en una sociedad políticamente
polarizada como la venezolana en la actualidad), no es una verdad tangible ni episteme sino la
cristalización de la opinión dominante dentro de la ciudadanía que hace vida en una
comunidad política (Mateuci, 1991). La ejecución de las políticas públicas llamados Misiones
por parte del Ejecutivo Nacional están diseñados generalmente para afectar un sector muy
reducido pero simbólicamente y emocionalmente muy relevante para la Opinión Pública
venezolana: La Misión Robinson se dirige a la alfabetización de sectores de la población
adulta que no han sido alfabetizados, una ínfima parte de la población venezolana; la Misión
Negra Hipólita se dirige a la rehabilitación de los mendigos en las grandes urbes del país; La
Misión Milagro se dirige al tratamiento y curación de aquellas personas con enfermedades
oftalmológicas de nivel crónico que forman una minoría entre los enfermos oculares en el
país. En su mayoría, las Misiones están dirigidas a minorías culturalmente significantes en el
imaginario social de los venezolanos y por lo tanto reciben la aceptación de la mayor parte de
los venezolanos, pero a nivel demográfico muy incipientes.
La Misión Barrio Adentro, como uno de los estandartes de la larga lista de estas
políticas públicas denominadas misiones, no escapa de esta lógica. Se diferencia de la mayoría
de las Misiones porque la misma si está dirigida a vastos sectores de la población venezolana,
aunque ya hemos probado que su cobertura en los sectores más pobres del país está lejos de
ser la idónea para cumplir sus objetivos. Recuérdese que es un sistema de salud público, con
objetivos de reemplazar el tradicional, enfocados en los sectores más pobres de nuestra
sociedad a nivel de atención primaria (Claremboaux y Hoyer, 2009). Esto le dota
simbólicamente de un elemento fundamental para que esta política pública recibe una
percepción positiva por parte de buena parte de la colectividad venezolana: Tiene una
legitimidad moral innegable ante una población económicamente desvalida que ha visto el
deterioro de los servicios de salud como uno de los elementos que perpetúa su situación de
pobreza desde hace décadas (Rincón Becerra, Rodríguez Colmenares, 2004).
La legitimidad de una política pública generalmente la disocia de sus impactos reales
en la población objetivo (Sabatier y Mazmanian, en Aguilar Villanueva, 1993), siendo que
cuando una política pública tiene una legitimidad moral positiva ante el público, su impacto se
verá en términos positivos aunque los datos objetivos de evaluación lo contradigan. Barrio
Adentro, como un servicio de salud dirigido a los sectores más pobres tiene esa legitimidad
114
moral positiva tanto a nivel nacional como internacional, pudiendo generar grandes
distorsiones entre lo que la gente percibe de esta política pública y lo que realmente logra. El
hermetismo con que el gobierno cierra toda las evaluaciones concretas sobre el programa al
público en general (Díaz Polanco, 2008) no hace otra cosa que reforzar más estas distorsiones
en la opinión pública venezolana, dentro de un ambiente de polarización política donde los
partidarios del gobierno tenderán a darle la razón a aquellas informaciones que refuercen su
visión del mundo según el espectro político que defienden (Bisbal, 2009). En el resto de la
población venezolana el efecto no es muy distinto, porque moralmente es difícil argumentar
contra una política de salud destinado a los más pobres y se carece de información específica
sobre su operatividad para rebatir su efectividad (Díaz Polanco, 2008).
A continuación presentaremos algunas evaluaciones hechas tanto por encuestadoras
nacionales como internacionales sobre la evaluación que han desarrollado sobre la percepción
de las políticas de salud del gobierno por parte del colectivo venezolano. En el siguiente
subcapítulo vamos a estudiar datos sobre desempeño de la salud pública venezolana y las
percepciones de la opinión pública sobre el desempeño de la salud pública, y finalmente
esbozaremos una hipótesis sobre las realidades que nos presentan los datos estudiados.
Tabla 3.1. Nivel de satisfacción sobre el impacto de la gestión del Presidente Chávez en
materia de salud. 2003-2007
Período de tiempo
estudiado
Nivel de
satisfacción
Nivel de
insatisfacción
Diferencia
Julio del 2003 22,7% 76,1% -53,40%
Noviembre del 2003 33,2% 65,6% -32,40%
Febrero del 2004 34,4% 63,2% -28,80%
Marzo del 2004 36,9% 60,4% -23,50%
Mayo del 2004 40,7% 58,6% -17,90%
115
Noviembre del 2004 60,4% 38,4% 22,00%
Diciembre del 2004 45,4% 52,1% -6,70%
Enero del 2005 58,2% 39,8% 18,40%
Marzo del 2005 62,5% 36,2% 26,30%
Abril del 2005 59,1% 38% 21,10%
Mayo del 2005 63,1% 33,7% 29,40%
Junio del 2005 68,1% 30,3% 37,80%
Julio del 2005 65,1% 32,3% 32,80%
Septiembre del 2005 62,5% 28,9% 33,60%
Octubre del 2005 65,1% 32,6% 32,50%
Noviembre del 2005 67.5% 38,2% 29,30%
Febrero del 2006 66,8% 30,9% 35,90%
Marzo del 2006 69,2% 28,3% 40,90%
Abril del 2006 72,3% 24,5% 47,80%
Junio del 2006 68,2% 29,4% 38,80%
Agosto del 2006 72,4% 25,3% 47,10%
Septiembre del 2006 70,7% 27,0% 43,70%
Noviembre del 2006 66,9% 30,9% 36,00%
Febrero del 2007 67,8% 30,9% 36,90%
Marzo del 2007 64,2% 33,2% 31,00%
Mayo del 2007 64,2% 30,7% 33,50%
Junio del 2007 64,7% 32,5% 32,20%
Agosto 2007 60,8% 36,9% 23,90%
116
Septiembre 2007 65,5% 31,9% 33,60%
Octubre 2007 62,9% 34,8% 28,10%
Noviembre 2007 58,1% 39,4% 18,70%
Fuente: Datanálisis, estudio de la opinión pública venezolana, 2009. Pregunta en todos los años: ¿Hasta qué
punto se encuentra usted satisfecho por el impacto de la gestión del presidente Chávez en los siguientes aspectos?
: Salud
Nótese que entre julio del 2003 (meses después de cuando se inaugura los primero
módulos experimentales de la Misión Barrio Adentro por parte del gobierno nacional) hasta
mayo del 2004, la percepción positiva sobre la gestión del Presidente en materia de salud pasó
de un 22% hasta un 40% en percepción positiva por parte de la opinión pública venezolana,
una cifra menor a la mitad de los venezolanos encuestados. Pero ya en noviembre del 2004
(casualmente cerca cronológicamente de un evento electoral esencial para la permanencia en
el poder del Presidente de la República como fue el Referéndum Revocatorio) la percepción
positiva sobre la gestión en materia de salud del Presidente de la República pasa a oscilar
cerca del 60% de aprobación. Esto podría deberse a que los efectos de la Misión empezaban a
cristalizarse en la población objetiva a la cual estaba destinada, pero quien estudia la evolución
de muchos de los indicadores fijados en esta investigación entre el año 2002 al 2003 y
señalados en el capítulo anterior, ha notado que los mismos empeoraron en el año 2003 en
contraste al año 2002, viéndose una distorsión en materia de opinión pública y resultados
concretos en políticas públicas.
Desde mayo del 2004 hasta principios del año 2006 la percepción sobre las políticas de
salud del gobierno tiende a ser más positiva que negativa, pero sin llegar a superar el 70% de
aprobación del público venezolano. Cabe notar que en ese período no sucede ningún evento
electoral de importancia que ponga en peligro la hegemonía política del gobierno en el país
(en el 2005 la oposición se abstiene de participar en las elecciones al parlamento nacional, no
siendo así un peligro para que la casi totalidad de la Asamblea Nacional sea ocupada por
diputados afines al gobierno central, la misma lógica que implementó el electorado opositor en
las elecciones regionales del 2004).
Pero a partir de marzo del 2006 hasta noviembre del mismo año, la evaluación de la
gestión en materia de salud pública hasta febrero del 2007 llega a superar el 70% de
117
aprobación de la Opinión Pública venezolana o al menos a estar muy cercana a estas cifras.
Recuérdese en el capítulo anterior que en la mayoría de los indicadores seleccionados se
presentaron rebotes de mortalidad y morbilidad durante ese período, siendo completamente
ilógico un aumento de apoyo público tan sustancial a las políticas de salud del gobierno
durante este período. Hay que recordar que durante este intervalo de tiempo, la oposición al
gobierno pudo reconstituirse ante los fracasos de los años 2004 y 2005, y compitió en las
elecciones presidenciales del 2006, donde la permanencia del Presidente Hugo Chávez en el
poder se ponía en juego. De febrero del 2007 hasta finales del mismo año, ha ido descendido
el apoyo a las políticas de salud del gobierno nacional por debajo del 60%, pero aún así con
una percepción mayoritaria de la opinión pública nacional de que las políticas de salud del
gobierno son positivas en un año en que los registros de salud documentan un rebote en los
niveles de mortalidad y morbilidad necesarios que impedían reducir estos índices para cumplir
las metas del milenio.
Tabla 3.2. Beneficiarios de las misiones entre el año 2004 al 2007.
Período del tiempo
estudiado
Beneficiarios No Beneficiarios Diferencia
Agosto del 2004 30,8% 68,3% -37,50%
Noviembre del 2004 28,5% 70,6% -42,10%
Enero del 2005 38,2% 61,4% -23,20%
Marzo del 2005 51,5% 47,7% 3,80%
Abril del 2005 39,1% 59,6% -20,50%
Mayo del 2005 57,4% 41,3% 16,10%
Junio del 2005 45,6% 53,4% -7,80%
Julio del 2005 37,0% 62,6% -25,60%
Septiembre del 2005 46,8% 52,2% -5,40%
Octubre del 2005 42,2% 56,7% -14,50%
118
Febrero del 2006 47,5% 52,3% -4,80%
Marzo del 2006 53,7% 45,9% 7,80%
Mayo del 2006 48,2% 51,0% -2,80%
Junio del 2006 38,8% 60,0% -21,20%
Julio del 2006 42,2% 56,9% -14,70%
Mayo del 2007 50% 50% 0,00%
Fuente: Datanálisis, informe de opinión pública 2009. Número de los beneficiarios y no beneficiarios de
las Misiones (no confundir con la tabla anterior).
Una forma de explicar el hecho en que en los años en que justamente existe un rebote
de los indicadores de salud que fijan las metas del Milenio, es que debió haber un aumento
sustancial del número de beneficiarios por parte de los servicios de salud del gobierno a lo
largo de los años estudiados, contemplados en su mayoría en la Misión Barrio Adentro. Esta
conclusión pierde validez al estudiarse que en general la Misión nunca ha llegado a superar el
número de beneficiarios a más del 50% de los venezolanos, especialmente en los años del
rebote de los indicadores de desempeño en materia de salud del período 2006-2007. En este
período el número de beneficiarios se reduce de un 47,5% de beneficiados a inicios del año
2006 a un 42,2% de beneficiados para julio del mismo año, a menos de 6 meses para las
elecciones presidenciales.
Tabla 3.3 Beneficiarios de las misiones para noviembre del 2009.
Misión Mercal Beneficiarios Satisfacción
Misión Mercal 17,8% 81,7%
Misión Identidad 17,0% 95,0%
Misión Barrio Adentro 13,4% 88,6%
Misión Barrio Adentro II 9,0% 87,3%
119
Misión Barrio Adentro III 3,6% 91,7%
Misión Sucre 3,1% 92,7%
Misión Milagro 2,4% 90,6%
Misión Ribas 2,4% 87,5%
Misión Madres de Barrios 0,7% 100%
Misión Robinson 0,3% 80,0%
UBV 0,2% 100,0%
Misión Robinson II 0,2% 66,7%
Misión Ciencia 0,2% 66,7%
Fuente: Informe de Opinión Pública Datanálisis, noviembre del 2009.
Como puede observarse en la tabla 3.3, puede captarse una diferencia importante entre
el porcentaje de beneficiarios directos de las Misiones y la percepción que tiene la población
sobre las Misiones. Pareciera que la satisfacción con dichos programas sociales se derivan de
impresiones secundarias más que de un contacto directo con las mismas (es decir, ser
beneficiarios de las Misiones). En otras palabras, las personas parecen formarse su opinión
sobre las Misiones sin necesidad de disfrutar directamente de sus beneficios, no
relacionándose su aceptación con un contacto directo con los beneficios de la Misión.
120
Tabla 3.4 Nivel de satisfacción por los servicios de salud públicos impartidos por el
gobierno central.
Años de
estudios
Nivel de satisfacción por los servicios de salud públicos impartidos
por el gobierno central
Muy
satisfecho
Más bien
satisfecho
No muy
satisfecho
Nada
satisfecho
Ninguno No
responde
Años
2003
19,6% 24,6% 38,8% 16,2% - 0,9%
Años
2005
28,4% 37,2% 27,5% 6,0% - 0,9%
Años
2006
34,6% 34,6% 21,3% 5,3% 1,3% 2,9%
Años
2007
40,2% 37,0% 10,8% 3,8% 7,6% 0,6%
Fuente: Latinobarómetro 2003, 2005, 2006 y 2007 (el año 2004 está excluido de la data disponible).
Latinobarómetro, registra que para finales del 2003, cuando los primeros efectos de la
nueva política de salud se habían cristalizado, sólo un 44,2% de los venezolanos encuestados
estaba satisfecho o muy satisfecho por los servicios en materia de salud pública. Pero notamos
que a finales del año 2007, año en que la mayoría de los registros de mortalidad y morbilidad
según cifras oficiales rebotan y por lo tanto evidencian un empeoramiento de la situación de
salud en Venezuela, se dan niveles de aprobación de muy satisfecho o satisfecho con la
política de salud pública del 77,2%, una desconexión total entre cifras y hechos. Visto que los
esfuerzos en salud que el Gobierno Nacional se han centrado en la Misión Barrio Adentro, es
creíble suponer que esta evaluación esté relacionada con la percepción que los venezolanos
tienen de dicha política pública.
121
Tabla 3.5 Formas de cubrir los gastos en salud.
Años de
estudios
Como cubre usted sus gastos en salud
No Sabe/ No
responde
Seguro privado Seguro público No tiene
seguro
Años 2005 2,7% 15,2% 12,1% 70%
Años 2006 1,0% 18,3% 33,8% 46,8%
Años 2007 0,3% 21,8% 36,3% 41,6%
Fuente: Latinobarómetro 2003, 2005, 2006 y 2007 (El año 2004 no se encontraba en la data disponible).
Obviando deliberadamente el año 2003, donde el Latinobarómetro registraba
posiblemente por algún error metodológico a la hora de encuestar, que el 100% de los
venezolanos, no tenía ningún seguro médico (algo muy difícil de creer, especialmente dentro
de los estratos más altos de la sociedad). Como se puede apreciar en la tabla 3.6, para el año
2005 siete de cada diez venezolanos no contaba con seguros para cubrir sus gastos de salud,
mientras que la cantidad de sujetos que poseían seguros privados o público es bastante similar,
15,2% los primeros y 12,1% los segundos. Los años siguientes se muestra un aumento en la
cobertura de los seguros públicos, hasta alcanzar en el 2007 al 36,3% del total de los
encuestados; y un crecimiento más moderado de los seguros privados hasta ocupar en el 2007
el 21,8% de los encuestados. Llama la atención como en presencia de una supuesta mejoría en
los servicios de salud, encarnados principalmente en la evolución de las distintas etapas de la
Misión Barrio Adentro, crece el número de personas que recurren a la cobertura de seguros
públicos y privados.
122
Tabla 3.6 Como ha enfrentado los problemas de salud que ha tenido usted y su
familia en los últimos doce meses
Años de
estudios
Como ha enfrentado los problemas de salud que ha tenido usted y su
familia en los últimos doce meses
Sin
dificultades
para
acceder a
las
atenciones
necesarias
Con
algunas
dificultades
para
acceder a
las
atenciones
necesarias
Con
muchas
dificultades
para
acceder a
las
atenciones
necesarias
No
podemos
acceder a
las
atenciones
necesarias
No hemos
tenido
problemas
de salud
No
responde
Años
2006
29% 41,8% 20,2% 3,9% 3,9% 1,2%
Años
2007
28,5% 38% 20,3% 4,4% 7,7% 1%
Fuente: Latinobarómetro 2006 y 2007 (Los años 2003.2004 y 2005 no tenían preguntas de acceso a la
salud).
Limitándonos a sólo los años 2006 y 2007, que eran los únicos del Latinobarómetro que
tenían disponible una pregunta sobre la dificultad de acceder a las atenciones necesarias en
materia de salud, nos demuestra pocas variaciones en ese acceso en los años de estudio. Del
2006 al 2007, casi la misma cantidad de personas argumentaron no tener dificultades para
acceder a las atenciones necesarios en materia de salud, alrededor de un 29%; del 2006 al
2007, se redujo en más de 3 puntos el número de personas que afirmaban haber tenido algunas
dificultades para acceder a las atenciones necesarias, de un 41,8% a 38%; del 2006 al 2007 la
cifra se mantiene casi estática en 20,3% de personas que anuncian no tener acceso ninguno a
las atenciones necesarias; y una elevación de 3,9% en 2006 a 7,7% en el 2007, de personas
123
que afirman no haber tenido problemas de salud en los últimos doce meses. Lo inmensamente
corto del intervalo de tiempo en que Latinobarómetro pudo hacer una pregunta sobre acceso a
la salud, no permite evaluar de manera profunda si durante los años de aplicación de la política
de la Misión Barrio adentro, la percepción de la opinión pública venezolana con relación al
acceso a la salud de los venezolanos se facilitó, se mantuvo igual o empeoró desde el 2003 al
2007.
Igualmente, la percepción favorable sobre el sistema de salud afecta la lista de
prioridades que le da la sociedad en general y la opinión pública en particular sobre cuáles son
las mayores problemas a enfrentar por parte de la comunidad política y cuáles son las
demandas que han de hacerse al Estado en el marco de un Estado Social de Derecho.
Consultores 21, otra encuestadora venezolana lleva un correcto registro de cuáles son los
principales problemas que los ciudadanos consideran como prioritarios para la sociedad
venezolana, lo cual debería influir sobre que demandas en materia de políticas públicas
debería hacer la ciudadanía para resolver los conflictos sociales y económicos que el Estado
que en el contexto del siglo XXI debería resolver.
124
Tabla 3.7 Principales problemas que aquejan a Venezuela (%).
Proble
ma
Abr
-03
Jun
-03
Sep
-03
Dic
-03
Mar
-04
Jun
-04
Oct
-04
Ene
-05
May
-05
Jul
-05
Sep
-05
Feb
-06
Mar
-06
Jul
-06
Sep
-06
Nov
-06
Mar
-07
Jun
-07
Sep
-07
Nov
-07
Economía
6.6 6.8 5.2 - 8.3 5.9 3.8 3.3 2.3 4.8 2.1 2.5 0.8 1.6 2.1 1.0 2.3 3.3 4.4 2.6
Corrupción 4.5 1.6 1.5 1.3 1.5 1.2 1.3 1.1 2.5 4.0 3.1 4.3 4.3 4.0 2.9 4.2 5.0 3.6 3.1 4.1
Deuda
externa 1.5 1.2 0.5 - 0.1 0.1 0.2 0.1 - 0.1 0.3 - - 0.1 - 0.1 - - -
Inflación 6.1 5.3 3.8
16.
2 2.6 2.7 6.4 7.1 6.7 5.1 5.8 5.6 4.5 3.5 4.3 3.7 4.5 2.3 3.7 2.8
Desempleo 36.7 42.1 37.8
32.
5 28.3
26.
6
21.
8
33.
1 37.1
31.
3
31.
7
27.
3 22.3
22.
7
19.
3 18.8 18.6
14.
3
11.
4 11.9
Droga
1.0
%
0.9
%
1.1
% - - 0.2 - 0.1 0.1 0.1 0.2 0.3 0.5 0.3 0.3 0.5 0.4 - - -
Gobierno
Chávez 6.2 6.2 7.3 5.5 6.9 5.5 1.3 2.2 2.7 2.3 2.6 3.2 2.6 2.3 2.1 3.5 3.4 6.2 8.8 8.6
Educación 0.9 0.8 0.5 0.5 0.4 0.6 2.6 0.3 0.5 0.7 0.7 0.9 0.6 0.4 0.5 0.3 1.1 0.1 0.2 0.2
Delincuencia 14.2 13.0 13.7
16.
5 12.9
12.
4
24.
4
23.
6 22.0
25.
8
25.
1
26.
0 13.5
13.
0
44.
5 37.3 34.1
36.
9
39.
2 32.5
Política 5.3 8.5 7.7 - 15.3
17.
7 5.1 5.6 3.7 4.8 1.9 3.4 1.1 1.8 2.5 2.3 2.1 - - -
Pobreza 0.2 0.1 0.5 - 0.3 1.6 2.6 2.7 3.1 2.7 3.6 3.7 3.5 3.1 3.1 3.6 - - 2.6 2.3
125
Todo 0.4 0.2 0.6 - 0.7 0.8 1.3 0.2 0.1 0.4 0.1 0.2 0.1 0.1 0.1 0.3 0.9 0.2 0.7 0.2
Vivienda 0.1 0.6 0.2 1.2 0.2 0.5 - 1.2 2.1 2.3 1.6 2.9 2.8 2.5 2.3 2.9 2.9 2.1 2.3 1.1
Salud 0.8 1.1 0.7 0.8 0.8 0.4 - 0.9 0.8 1.3 1.7 1.1 1.3 1.5 1.1 0.5 0.9 0.7 0.1 0.5
Otros 16,9 11,6 18,9 25,5 22,7 23,8 29,4 18,4 16,2 14,4 19,7 18,3 42,1 43,2 14,8 28,4 13,7 30,3 23,5 33,2
Fuente: Consultores 21, muestra de 1500 sujetos. Diciembre 2009.
126
Tabla 3.8 Evaluación del sistema de salud público.
Pésimo 25,9%
2 9,5%
3 9,3%
4 4,9%
5 9,4%
6 7,2%
7 7,3%
8 7,0%
9 6,7%
Excelente 12,7%
Fuente: Consultores 21, Junio 2006. Pregunta: Voy a nombrarle a continuación algunas áreas de atención a la comunidad. Dígame en el caso de la
salud, como evalúa usted la calidad con la que el gobierno nacional lo está haciendo. Vamos a ponerle una nota, en una escala del 1 al 10, donde 1 es
pésimo y 10 es excelente. Por ejemplo ¿Del 1 al 10 que nota le pondría al gobierno en salud pública?
127
La evolución de la opinión pública en esta materia muestra serias discordancias sobre
que percepción tienen los entrevistados de los principales problemas que afectan al país con la
relación a los indicadores de desempeño de salud emanados por entes oficiales. En el 2003,
año en que empeoran buena parte de los indicadores de salud en contraste a las del año 2002
(como mortalidad materna, natal, perinatal y enfermedades endémicas) que se consideran
vitales para el Cumplimiento de las Metas del Milenio, la percepción de que la salud es un
problema social relevante oscila entre el 0,8% y el 1.1% en la opinión pública venezolana.
Esto podría deberse a que problemas como el desempleo y la delincuencia, con cifras cercanas
al 42,1% y 13,7% acapararan la percepción de los entrevistados como problema básico para
los venezolanos, especialmente si recordamos que ese año comenzó con el fin de un Paro
Petrolero que paralizó la economía venezolana, dejando serios desajustes en materia
económica que llevaron a altas tasas de desempleo y a un auge de la delincuencia ese año. La
predominancia de algunos temas en la opinión pública sobre otros, unido a la natural
oscilación de las problemáticas dentro de las preocupaciones y percepciones de los individuos,
lleva que en algunos meses cuando se haga el levantamiento de datos, algunas problemáticas
aparezcan reseñadas porcentaje dado y en otros meses ni siquiera aparecen en la lista de
prioridades de los sujetos.
Pero en los subsiguientes, la salud no se identifica como un problema vital para los
venezolanos, entre los años 2004 y 2005, oscilando entre el 0,8% y el 1,7% como un problema
a ser atendido por el Estado venezolano. Por una parte, retomamos con las mismas cifras que
el auge de la delincuencia, que para finales del 2005 llegó al 25,1% como problema de los
venezolanos, les restó a los venezolanos la atención para preocuparse por el sistema de salud,
pero también hay que admitir que en esos años se registran en buena parte de los indicadores
de salud mejoraron y ya debían existir determinados factores distorsionadores de la Opinión
Pública que no hacían ver a la opinión pública a la salud como un problema prioritario a ser
atendido por el Estado Central.
Entre los años 2006 y 2007, cuando en muchos registros de salud público se ve un
rebote en mortalidad y morbilidad relacionados con los Objetivos del Milenio, la atención por
la salud parece no variar significativamente, llegando a un tope menor que en el período 2004-
2005 (un período de mejoras objetivas) de 1,5% por parte de la opinión pública, mientras que
durante el período 2004-2005 ese tope llegó a 1,7%. Evidentemente la delincuencia, con un
128
32,5% para finales del 2007 había concentrado la mayor parte de las preocupaciones de los
venezolanos como problema social y dejando poco espacio a la salud. Pero también hay que
tomar en cuenta que en ese período se dan las elecciones presidenciales, un elemento que
ofrecía la necesidad de generar factores distorsionadores del estado de la salud pública a la
Opinión Pública venezolana. En este caso, en una escala del 1 al 10, un 49,6% de los
venezolanos no le daría más de 4 puntos de evaluación al sistema de salud público venezolano,
pero no por eso le daría importancia como un problema esencial del país frente al desempleo y
la delincuencia. Las Misiones y su legitimidad moral era la bandera de un gobierno dispuesto
reelegirse en el 2006.
Tabla 3.9 ¿Cuáles son las principales propuestas del Presidente Hugo Chávez para el año
2006?
Las Misiones 23,4%
Generar empleo 9,3%
Acabar con la delincuencia 8,5%
Establecer la educación 9,8%
Acabar con la pobreza 9,7%
Ejecutar las obras inconclusas 10,4%
Amor 14,6%
Barrio Adentro 8,9%
Recoger los niños de la calle 4,7%
Viviendas 14,9%
Bonos alimentarios 27,2%
Otros 22,8
NS / NR 35,4%
129
Fuente: Instituto Venezolano de Análisis de Datos. Informe electoral de la primera quincena de octubre del 2006.
Pregunta: ¿Cuáles son las principales propuestas del Presidente Hugo Chávez para el año 2006?
Dos meses antes de las elecciones presidenciales del 2006 las misiones concentran el
23,4% de las propuestas de que el Presidente Hugo Chávez que la gente puede recordar,
después de los bonos alimentarios según esta encuesta realizada por el Instituto Venezolano de
Análisis de Datos. Cabe en añadidura señalar que los bonos alimentarios con un 27,2% dentro
de las propuestas que podía recordar los sujetos entrevistados, y Barrio Adentro como tal con
un 8,9%, engloban un gran número de propuestas presidenciales bajo la bandera de las
Misiones. La cifras anteriores serían coherentes si las Misiones tuviesen un largo alcance en la
atención de sujetos en la población venezolana, como un modo de compra de apoyo específico
para una determinada figura política (Easton, 1965), pero cifras sobre el número de
beneficiarios de las Misiones (donde ya hemos mencionado que se dirigen a minorías sociales
de gran valor simbólico para la sociedad venezolana pero poco peso demográfico) niegan este
supuesto tan extendido cuando se analizan los populismos latinoamericanos (ver tabla 3.9). Es
más lógico pensar que a pocos meses de la culminación de la campaña electoral por la
Presidencia de la República, la población fue sometida a una intensa campaña de propaganda
sobre Barrio Adentro, tanto desde el gobierno como de la oposición que proyecto su
percepción en la Opinión Pública venezolana.
Tabla 3.10 Beneficiarios de Misiones sociales.
Misión %
Mercal 56.1%
Barrio Adentro 13.3%
Misión Ribas 8.1%
Sucre 5.9%
Misión Robinson 3.2%
130
PDVAL 2.4%
Madres del Barrio 1.9%
Vuelvan Caras 1.7%
Misión Milagro 1.5%
Misión José Gregorio Hernández 1.0%
CDI 1.0%
No contesta 1.0%
S.R.I 0.8%
Misión Identidad 0.5%
Funda Ayacucho 0.2%
Misión Miranda 0.2%
Misión Cultura 0.2%
Una pensión- INAGER 0.1%
UNEFA 0.1%
Misión Ché Guevara 0.1%
Créditos 0.1%
Misión Batallón 0.1%
Consejo Comunal 0.1%
Casa de alimentación 0.1%
Misión Vargas 0.1%
Misión Hábitat 0.1%
Misión Árbol 0.1%
De todas un poco 0.1%
131
Misión Sonrisa 0.1%
Fuente: Consultores 21, agosto 2009. Si usted es beneficiario de una misión, ¿Podría decirme de cual plan se
trata?
Si bien la medición se hizo en el 2009 y no en los años 2003-2007 como el período
escogido para nuestro estudio, nos dan un panorama de el número de beneficiarios de las
Misiones es bastante pobre en la población venezolana, a excepción de Mercal, una política de
auto-mercados con productos subsidiados en un contexto en que la inflación hace cada vez
más inviable adquirir la cesta básica alimentaria en el mercado formal por parte de los estratos
D y E. Pero el resto de las misiones no superan el 10% de beneficiarios a nivel nacional a
excepción de Barrio Adentro, con un modesto 13,3% de los encuestados. Las Misiones
parecen tener una valoración simbólica más que real para la opinión pública y eso se evidencia
en el contenido moral que tenga cada misión para los estratos más pobres de nuestra sociedad.
Tabla 3.11 Misión más exitosa del gobierno nacional.
Robinson 10,7%
Sucre 4,3%
Ribas 11,0%
Vuelvan Caras 5,2%
Milagro 2,1%
Barrio Adentro 18,6%
Mercal 14,1%
Hábitat 1,8%
Otras 4,0%
NS / NR 28,4%
132
Fuente: Instituto Venezolano de Análisis de Datos, Informe electoral de la primera quincena de marzo
del 2006. Pregunta: ¿Cuál es la Misión Más exitosa llevada por el gobierno nacional?
Barrio Adentro supera en casi 4 puntos como Misión a una política pública mucho
más utilitaria que el Mercal, donde hasta sectores del estrato C tratan de obtener bienes para
completar su canasta básica. El contenido moral de dar atención médica a los más pobres le
otorga una legitimidad moral a la Misión que otros programas del gobierno, aunque sólo un
tercio de los venezolanos haya recurrido a sus servicios (Díaz Polanco, 2008) mientras que
una Misión como Mercal donde los beneficiarios han sido más de la mitad de la población
venezolano tiene una evaluación menor. Cabe destacar igualmente que por ser año electoral, la
Misión Barrio Adentro fue promocionada dentro de los canales de propaganda del oficialismo,
de una manera que auspició que su percepción dentro de la opinión pública venezolana fuese
más duradera y positiva que las otras misiones sociales del gobierno.
3.2 Nivel de satisfacción con el sistema de salud y el desempeño de dicho sistema.
La investigación decidió adoptar el método bivariable de comparación de datos, pero
sólo limitándonos al aspecto descriptivo del comportamiento de los indicadores matemáticos a
los ojos del investigador y sacar una conclusión con base a esta comparación. Usando los
datos aportados por Datanálisis en materia de satisfacción y sujetos autodefinidos como
beneficiarios de la gestión de la salud del Estado Central (con principal énfasis en la Misión
Barrio Adentro) se comparará cada una de las variables en materia de salud pública que se han
estudiado previamente para conocer el grado de coherencia y correlación de ambas variables a
lo largo de los años estudiados hasta llegar a una conclusión general del nivel de correlación
definitivo entre opinión pública y gestión en materia de salud pública. En el caso de los datos
en materia de apoyo, se hará un promedio en materia anual del apoyo que se siente al sistema
por parte de los entrevistados para sacar un promedio anual para compararlo equilibradamente
con los datos en materia de salud pública que sólo existen en los anuarios que registran dichos
datos de manera anual.
Antes de continuar este subcapítulo, cabe aclarar dos cosas: Los datos utilizados para
medir el nivel de satisfacción de la opinión pública con el sistema de salud del gobierno
133
central vienen de la empresa Datanálisis, establecidos con la medición de la satisfacción con el
sistema de salud con base a dos opciones: Se está satisfecho con el sistema de salud
venezolano y no se está satisfecho con el sistema de salud venezolano. Para calcular de forma
más idónea y ser más comprensibles con el nivel satisfacción por el sistema de salud
venezolano del gobierno central en un gráfico que además medirá el grado de cobertura de la
Misión Barrio Adentro según Datanálisis y la satisfacción que siente la gente entorno al
tratamiento que le da la Misión, hemos reducido el nivel de satisfacción como la diferencia
entre la satisfacción y la insatisfacción entorno al sistema de salud pública llamándolo apoyo o
satisfacción neto al sistema de salud público. Adicionalmente, como Datanálisis hace más de
una medición del nivel de satisfacción al año y las variables que miden el desempeño en
materia de salud pública son anuales, reducimos las cifras de satisfacción por año a uno,
promediando el número de evaluaciones que la encuestadora hizo sobre la variable durante un
año.
A continuación, el análisis bivariable descriptivo entre satisfacción con el sistema de
salud venezolano por parte de la opinión pública venezolana y el desempeño del sistema de
salud venezolano entre los años 2003-2007, salvo en algunas excepciones con algunas
variables donde sólo se pudo conseguir algunos años en específico.
La evaluación del sistema de salud público del gobierno central estaba en -29% de
aprobación neta durante el año 2002 (ver ilustración 3.1), año en que en materia de mortalidad
materna se registró una razón de 68 muertes maternas por cada cien mil nacidos vivos. Para el
año 2003, el nivel de apoyo al sistema de salud neto baja hasta el -43%, mientras que
paradójicamente la razón de mortalidad materna se reduce a 57,8 muertes por cada cien mil
nacidos vivos (ver ilustración 3.2). Para el año 2004 aún la evaluación neta al sistema de salud
neto gubernamental del Estado central sigue experimentando cifras negativas con un -9% de
aprobación (un año después de la implementación de la Misión Barrio Adentro) una
recuperación sustantiva con respecto al año pasado, mientras que en el 2004 la razón de
muertes maternas aumenta ligeramente a 58,5 muertes por cada cien mil nacidos vivos, 14 (ver
ilustración 3.2) lo cual no es coherente con el incremento del apoyo al sistema de salud
público en cuenta que un incremento modesto de la razón de muertes modernas se haya
traducido en tan elevados niveles de apoyo al sistema de salud público neto, especialmente
134
con niveles de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro rondando el 29%
de la población total de Venezuela (en el 2003, era de 31 % con una evaluación neta aún
negativa del sistema de salud y un nivel satisfacción con la Misión del 33%).
Para el 2005, el apoyo al sistema de salud neto se incrementa sustantivamente hasta el
31% de apoyo neto positivo por parte de la población venezolana, con un incremento de la
razón mortalidad materna en 59,5 muertes por cada cien mil nacidos vivos (ver ilustración
3.2), un incremento de esta razón que no parece coherente con el aumento sustantivo del
apoyo neto al sistema de salud pero si con el nivel de satisfacción con la Misión Barrio
Adentro que aumenta a 68% para ese año y un aumento de los autodenominados beneficiarios
de la Misión Barrio Adentro a 42% de la población venezolana.
Para el 2006 el nivel de apoyo neto con el sistema de salud neto aumenta hasta 42%
(ver ilustración 3.1), en contraste con una razón de mortalidad materna que aumenta a 60,5 por
cada cien mil nacidos vivos. El nivel de sujetos autodenominados beneficiarios de la Misión
Barrio Adentro se mantiene igual a 42% al del año pasado, y el nivel de satisfacción con la
política por parte de la Opinión Pública es casi la misma que la del año pasado: 67%. Pareciera
notarse un elevado nivel de apoyo neto al sistema de salud en contraste con los logros
alcanzados por el mismo. Para el 2007, el apoyo al sistema de salud público se reduce hasta
28%, aunque la razón de mortalidad materna se reduce a 56,8 muertes por cada cien mil
nacidos vivos. La cobertura de la Misión aumenta hasta 50% de la población venezolana y la
satisfacción con la Misión se reduce hasta el 58% por parte de la opinión pública (ver
ilustración 3.1).
Globalmente podemos decir que un indicador de desempeño en el monitoreo y
evaluación de la salud pública tan importante como las muertes maternas no parecen tener una
conexión sólida con el nivel de apoyo neto al sistema público de salud: En los años en que se
incrementa el nivel de mortalidad materna se reduce a su vez el apoyo neto al sistema de
salud, sin un incremento o reducción sustantiva de los autodenominados beneficiarios de la
Misión Barrio Adentro y el nivel de satisfacción la Opinión Pública sobre esta misión.
Además los años en que mejora la mortalidad materna lo hace manera modesta en
comparación al elevado incremento que experimenta el nivel de apoyo neto al sistema de salud
hasta más de 30 puntos por parte de la población venezolana.
135
Ilustración 3.1. Nivel de satisfacción con el sistema público de salud del gobierno central
entre los años 2002-2007.
Fuente: Datanálisis con cálculos del investigador. Pregunta para todas las mediciones: ¿Hasta qué punto se
encuentra usted satisfecho por el impacto de la gestión del presidente Chávez en los siguientes aspectos? : Salud.
Apoyo al sistema público de salud del gobierno central equivale a evaluación neta del sistema público de salud:
Diferencia entre quienes aprueban el sistema y lo desaprueban
Ilustración 3.2. Razón de mortalidad materna.
-60,00%
-40,00%
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Apoyo al sistema público de salud del gobierno central
Cobertura de la Misión Barrio Adentro en el país
Nivel de satisfacción con la Misión Barrio Adentro
0
0,1
0,2
0,3
0,4
0,5
0,6
0,7
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Razón de mortalidad materna
Razón de mortalidad materna
136
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Para el año 2002, la tasa de mortalidad de niños menores de 28 días era de 10,2
fallecimientos por cada cien mil nacidos vivos, en un contexto en que la población venezolana
daba un apoyo neto al sistema de salud público en -29%. Para el año 2003, en que se
implementa la Misión Barrio Adentro, la mortalidad neonatal se incrementa modestamente a
10,8 muertes de niños por cada cien mil vivos, en contraste con el -43% de nivel de apoyo
neto al sistema de salud público del Estado Central por parte de la opinión pública y un
porcentaje de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro del 33% (una cifra
no desdeñable). Para el 2004, las muertes neonatales se reducen aún más a 10,6 muertes por
cada cien mil niños vivos (ver ilustración 3.3), durante un período en que el apoyo neto al
sistema de salud público se eleva hasta -9%, una cifra coherente en materia de apoyo por parte
de la opinión pública de los éxitos en materia de salud aunque tal vez demasiado elevada, con
un número de sujetos autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro del 42% de
los habitantes del país, y un 68% de satisfacción por parte de la opinión pública venezolana.
Para el 2005, las muertes perinatales aumentan hasta 10,8 fallecimientos por cada cien
mil nacidos vivos (ver ilustración 3.3), que no parecen covariar coherentemente con el nivel de
apoyo neto al sistema de salud público de números negativos pase a 31 puntos porcentuales
positivos de apoyo neto (ver ilustración 3.1), con un porcentaje de autodenominados
beneficiarios de Barrio Adentro del 42,20% de la población venezolana y un 68% de
satisfacción por la Misión.
Para el 2006, las muertes neonatales se reducen a 10(ver ilustración 3.3), 4 que se
traduce en 42% de apoyo neto al sistema de salud público central, siendo el número de
beneficiarios de Barrio Adentro igual que la del año pasado y su nivel de satisfacción de la
Misión casi la misma al período anterior. Para el 2007, el nivel de satisfacción neto con el
sistema de salud público central se ha reducido a 30%, a la par que se ha reducido el número
de muertes neonatales en 9,8 muertes por cada mil habitantes, a pesar de que los beneficiarios
de la Misión Barrio Adentro hayan aumentado hasta el 50% de los habitantes del país pero la
satisfacción con el servicio se ha reducido hasta el 58,10% (ver ilustración 3.1).
137
Globalmente, la covarianza entre muerte neonatales y nivel de apoyo neto al sistema de
salud pareciera ser débil y en muchas ocasiones completamente nula , ya que el primer año en
que se empiezan a reducir los niveles de muertes neonatales el apoyo al sistema de salud es el
más negativo posible, mientras que entre el 2004 y el 2005, en que el nivel de muertes se
aumenta de 10,6 a un 10,8, el apoyo neto al sistema de salud público se eleva a casi 40
puntos, sin un incremento en el nivel de beneficiarios de la Misión Barrio Adentro que
justifique este aumento del apoyo al sistema de salud ante tan modestos logros en estos años,
frente a los logrados en el período 2003-2004.
Ilustración 3.3. Tasa de mortalidad de niños menores a los 28 días de nacidos.
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Para el año 2002, la tasa de mortalidad por complicaciones en el período de 28 díasa
los 11 meses de nacimiento por cada cien mil nacidos vivos fue de 5,3 muertes, mientras que
el nivel de apoyo neto al sistema de salud público nacional neto fue de -29% (ver ilustración
3.1). Para el año 2003, en presencia de una cobertura de la Misión Barrio Adentro del 31% de
la población venezolana y un apoyo de la Opinión Pública del 33% a la Misión, la tasa de
mortalidad de niños por complicaciones en el período perinatal aumentó a 7 muertes por cada
cien mil nacidos vivos (ver ilustración 3.4), que respondió con un -43% de apoyo neto al
0
2
4
6
8
10
12
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad de niños menores a los 28 días de nacidos
Tasa de mortalidad de niños menores a los 28 días de nacidos
138
sistema de salud público por parte de la opinión pública, aún en presencia de un 31 % de
autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro a nivel nacional.
Para el 2004, la tasa de mortalidad de la población objetivo es de 5,3 por cada mil
habitantes (ver ilustración 3.4), una reducción significativa con relación al año anterior que
pareciera ser coherente con el incremento al nivel de apoyo neto al sistema de salud público
neto del gobierno central en -9%, con un porcentaje de beneficiarios de la Misión Barrio
Adentro del 28,50% de la población venezolana. Para el año 2005, la tasa de mortalidad de
niños por complicaciones en el período perinatal se redujo a 4,17 muertes por cada cien mil
nacidos vivos, en consonancia con un apoyo neto al sistema de salud público neto en un 31%
(ver ilustración 3.1), lo cual parece lógico a nivel de resultados pero covariantemente ilógico,
pues se incrementó en 40 puntos porcentuales en el apoyo de la opinión pública al sistema de
salud público nacional frente a una reducción de menos de dos puntos en las muertes en la
población objetivo por cada cien mil nacidos vivos.
Para el 2006, la tasa de mortalidad de niños por complicaciones perinatales se redujo
a 4,2 muertes por cada cien mil nacidos vivos (ver ilustración 3.4), en consonancia en que en
ese año el apoyo neto al sistema público de salud neto aumentó a 42% por parte de la opinión
pública, aún conservándose el mismo nivel de autodenominados beneficiarios de la Misión
Barrio Adentro del año anterior: 42 % de la población venezolana. Para el año 2007, se
mantiene la tasa de mortalidad en la población objetivo en 4,2 muertes por cada cien mil
nacidos vivos, cuando el apoyo neto al sistema público de salud es de 30% (ver ilustración
3.1). Los resultados anteriores parecen encauzar una auténtica relación entre estas tasas y el
nivel de apoyo al sistema de salud, pero la proporción de las variaciones tienden a ser muy
desiguales para dar cuenta de una auténtica covariación, tomándose en cuenta que pequeñas
reducciones en los niveles de muertes postnatales se traducen en enormes incrementos de
apoyo al sistema público de salud.
139
Ilustración 3.4 Tasa de mortalidad de niños entre los 29 días y los 11 meses de nacidos
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Para el año 2002, la tasa de mortalidad general de niños entre 1 y 4 años fue de 75 por
cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.6), frente a un -29% de apoyo neto al sistema de
salud público central del país. Para el año 2003, la tasa de muertes aumentan a 96 muertes por
cada cien mil habitantes, lo cual repercute coherentemente con el descenso de la satisfacción
neta al sistema de salud público hasta -43% (ver ilustración 3.1), aún cuando la Misión Barrio
Adentro había sido ya implementada con un 31% de beneficiarios para todo el país y 33% de
satisfacción por parte de la opinión pública con respecto a esta política pública del gobierno.
Para el 2004, las muertes por cada cien mil habitantes se reducen hasta 73 muertes y el apoyo
neto al sistema de salud público se eleva hasta -9%, con 28,50% de autodenominados
beneficiarios de la Misión Barrio Adentro en el país y un 45 % de satisfacción por esta política
del gobierno central.
Para el año 2005 la tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años se reduce aún más a 59
muertes por cada cien mil habitantes, coincidiendo con un apoyo neto al sistema de salud del
31% (ver ilustración 3.1), cosa coherente con una reducción de las tasas de mortalidad de la
población objetivo y una extensión de los beneficiarios de la Misión Barrio Adentro hasta 42%
a nivel nacional y un apoyo a la política en 68 % por parte de la opinión pública.
0
1
2
3
4
5
6
7
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad de niños entre los 29 días y 11 meses de nacidos
Tasa de mortalidad de niños entre los 29 días y 11 meses de nacidos
140
Para el 2006, la tasa se reduce ligeramente hasta 57 muertes por cada cien mil
habitantes (ver ilustración 3.6) frente a un apoyo neto al sistema de salud público central del
42%, una cifra bastante sustantiva en contraste al modesto avance en prevención de
mortalidad de la población objetivo comparada con el año anterior y la nula ampliación de los
beneficiarios de la Misión Barrio Adentro, unida a una modesta reducción de la popularidad
de la política en 67 % por parte de la opinión pública venezolana. Para el 2007 la muerte de
niños entre los 1 y 4 años desciende hasta 56 muertes por cada cien mil habitantes, en cambio
la satisfacción por el sistema de salud público ha descendido drásticamente a 29,73% (ver
ilustración 3.1), siendo incoherente que una reducción tan modesta de muertes de la población
objetivo, sea covariante con la reducción del nivel de apoyo neto con el sistema de salud,
añadiéndose un porcentaje de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro de
50% de la población venezolana y un nivel de satisfacción por la Misión de 58,10%.
Globalmente podríamos decir que las modificaciones en la tasa de mortalidad de los
niños entre 1 y 4 años son coherentes con los cambios en el nivel de apoyo al sistema de salud
público, especialmente con la entrada de la Misión Barrio Adentro, hasta el 2007, donde la
reducción de las muertes de la población objetivo se traduce en una reducción del apoyo neto
al sistema de salud. Sin embargo, como afirmamos en el capítulo anterior, la mortalidad del
niños entre 1 y 4 años etapa juega factores ajenos muchas veces a la atención médica primaria
y más al sistema convencional de medicina en Venezuela (accidentes, muertes por armas de
fuego, desnutrición, etc). Dentro de los elementos medicinales que tienen mayor peso a la hora
de influenciar las tasas de muertes de niños son: Enfermedades infecciosas intestinales
(18,72%), la Influencia y neumonía (13,34%) y las enfermedades crónicas de las vías
respiratorias (2,14%). Veremos en cada caso como se comporta la relación entre la tasa de
muertes por la enfermedad y el apoyo al sistema público de salud para ver si es espurio o no
esta relación entre opinión pública y muerte de niños entre 1 y 4 años de edad.
141
Ilustración 3.5 Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años de nacidos.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005,2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela, junto con estimaciones de natalidad del INE.
En el año 2002, la tasa de muertes de niños debido a enfermedades infecciosas
intestinales fue de 10 por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.7), contando el sistema de
salud público venezolano con un apoyo neto de -29%. Para el 2003, cuando se empieza a
implementar la Misión Barrio Adentro y la misma abarca el 31% de beneficiarios en la
población venezolana y la misma disfruta de un 33% del apoyo neto de la opinión pública al
sistema de salud público venezolano (ver ilustración 3.1), la tasa de muertes por enfermedades
infecciosas intestinales es de 18 por cada cien mil habitantes, un incremento que parece en
apariencia coherente con el -43% de apoyo neto al sistema de salud nacional, pero que sólo
implica un incremento de la tasa de muertes en menos de diez puntos con relación al año
anterior, así que su coherencia aún está en entredicho.
Para el 2004, la tasa de muerte de niños entre 1 y 4 años por cada cien mil habitantes
vuelve a 10 muertes (ver ilustración 3.7) y también lo será así durante al año 2005, lo cual no
parece coherente en cuanto a covarianza que se pase en el 2004 de tenerse -9% de apoyo neto
al sistema público de salud a 31% en el 2005 (ver ilustración 3.1), aunque el número de
beneficiarios de la Misión Barrio Adentro varió en ese período de 29% en el 2004 hasta 42%
en el 2005.
0
20
40
60
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100
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años
Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años
142
En el año 2006, la tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por cada mil habitantes por
razones de enfermedades infecciosas intestinales bajó a 8 muertes por cada cien mil
habitantes (ver ilustración 3.7), lo cual parece coherente ya que el nivel de apoyo al sistema de
salud venezolano nacional fue en ese año de 42% (ver ilustración 3.1), aunque se ve
notablemente extraño que una reducción modesta en la tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4
años por enfermedades intestinales, pueda ocasionar un incremento de cerca de 13 puntos
porcentuales en el apoyo al sistema público de salud, contando con el mismo nivel de
beneficiarios del año pasado, 42% de la Misión Barrio Adentro y satisfacción por la Misión de
67%.
Para el 2007 se prueba la discordancia entre indicadores médicos y opinión pública: la
tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por enfermedades infecciosas intestinales fue de 7
muertes por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.7), una menor que el año pasado pero
como efecto, lo que se originó fue sólo que el apoyo neto al sistema de salud venezolano se
redujera a 29,73% (ver ilustración 3.1), aunque contase la Misión Barrio Adentro con 50% de
autodeclarados beneficiarios a nivel nacional y un 58,10% de apoyo en la opinión pública. En
este caso, las muertes niños por enfermedades infecciosas intestinales y el apoyo al sistema de
salud por parte de la opinión pública tienen una relación tan pequeña de covarianza, porque los
cambios en la tasa de mortalidad son demasiados pequeños para ser coherentes con
modificaciones de hasta 15 puntos porcentuales en la opinión pública nacional. El hecho que
hubiera una reducción de esta tasa de mortalidad en el 2007 pero se redujera el apoyo neto al
sistema de salud público en ese mismo año, refleja que esta relación no es coherente y es
afectado por otros factores fuera de esta relación.
143
Ilustración 3.6 Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años de edad por enfermedades
infecciosas intestinales.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005,2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela, junto con estimaciones de natalidad del INE.
Para el año 2002, la tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años por neumonía e
influenza fue de 8 muertes por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.8), contándose en
esos momentos con -29% de apoyo neto al sistema de salud público del Estado Central. En el
2003, la tasa de mortalidad infantil entre los 1 y 4 años se incrementa hasta 12 muertes (apenas
unos 4 puntos) con respecto al año anterior, que si bien son coherentes con la baja del apoyo
neto al sistema de salud público nacional a -43% (ver ilustración 3.1), es un incremento muy
sustantivo que no parece covariar coherentemente con la modificación de la opinión pública
en presencia de un porcentaje de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro
de 30,8% de los venezolanos y 33% de satisfacción por parte de la Opinión Pública con
relación a Barrio Adentro. En el 2004 la tasa de muertes en la población objetivo desciende
hasta 9 por cada cien mil habitantes, una variación de sólo 3 puntos en presencia de una
modificación de la opinión pública de apoyo neto al sistema de salud a -9%, más de 34 puntos
porcentuales por la reducción de 3 puntos por parte de la tasa de mortalidad, cuando en el año
0
5
10
15
20
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años por enfermedades infecciosas
intestinales
Tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años por enfermedades intesttinales
144
2002 una tasa de 8 muertes por cada mil habitantes se traducía en -29% de apoyo neto al
sistema de salud.
Entre el 2005 y el 2006 la tasa de mortalidad será de 5 muertes por cada cien mil
habitantes, una reducción de hasta cuatro puntos con relación al año 2004, pero que en el año
2005 se traduce en 31% de apoyo neto al sistema de salud (ver ilustración 3.1) y en el 2006 en
42% de apoyo neto de sistema de salud, un incremento de casi 10 puntos porcentuales de un
año a otro en el apoyo al sistema de salud público sin modificarse la tasa de muertes de niños
entre 1 y 4 años por influenza y neumonía (ver ilustración 3.8), ni el porcentaje de
autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro con respeto al año anterior. Para
el 2007, la tasa aumenta apenas un punto, 6 muertes por cada cien mil habitantes pero el apoyo
neto al sistema médico público nacional cae hasta 29,73%, en presencia de un porcentaje de
beneficiarios de la Misión Barrio Adentro a nivel nacional del 50% y un apoyo a la Misión del
58,1% de la opinión pública. Esto origina la suspicacia que las muertes de niños entre 1 y 4
años por enfermedades infecciosas intestinales no tienen una covarianza consistente con la
Opinión Pública, especialmente cuando en un par de años en que la tasa se mantuvo igual y se
incremento el apoyo al sistema de salud en más de 10 puntos porcentuales, con igual cobertura
de la Misión Barrio Adentro.
Ilustración 3.7 Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por influenza y neumonía.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005,2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela, junto con estimaciones de natalidad del INE.
0
2
4
6
8
10
12
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes de niños entre los 1 y 4 años por influenza y neumonía
Tasa de muertes de niños entre los 1 y 4 años por influenza y neumonía
145
En el año 2002, la tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años debido a enfermedades
respiratorias fue de 1 por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.9), con un nivel de
satisfacción neto por el sistema público de salud de -29%. Para el 2003, la tasa de mortalidad
de la población objetivo se eleva hasta 2 muertes por cada cien mil habitantes (dos centésimas
adicionales) mientras que el apoyo neto al sistema público de salud se reduce hasta -43% (ver
ilustración 3.1), una modificación coherente con los cambios en los indicadores de esta tasa de
mortalidad aunque bastante alto a nivel de covarianza entre ambas variables. Para el 2004, la
tasa de mortalidad de los niños entre 1 y 4 años por enfermedades respiratorias vuelve a ser de
1 muerte por cada cien mil habitantes, pero el apoyo al sistema de salud no vuelve a los
niveles del año 2002 sino que se reduce hasta -9% de apoyo neto al sistema de salud público,
aunque hay que admitir la existencia de este año de un porcentaje de autodenominados
beneficiarios de la Misión Barrio Adentro alcanza el 29% de la población, con una aprobación
de la opinión pública de 45% con relación a la Misión.
Para el 2005, la tasa de mortalidad de la población objetivo llega a su mínimo, 0,4
muertes por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.9) y el apoyo neto al sistema de salud
público se incrementa hasta 31% (ver ilustración 3.1), siendo nuevamente coherente aunque
covarialmente inconsistente el comportamiento en la relación en las tasas de mortalidad
infantil por enfermedades respiratorias y el apoyo neto al sistema de salud.
Pero en el 2006, la tasa de mortalidad de niños entre 1 y 4 años por enfermedades
respiratorias vuelve a subir hasta 1 muertes por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.9),
pero el apoyo neto al sistema de salud público es de 42 % (ver ilustración 3.1), un elemento
que no tiene sentido porque el número de beneficiarios de la Misión Barrio Adentro para ese
año era igual al del 2005, donde el apoyo al sistema de salud era menor.
Para el 2007 el apoyo neto al sistema de salud público llega hasta 30% (ver ilustración
3.1), una reducción sustantiva con respeto a la del año pasado, pero la tasa de mortalidad de la
población objetivo se mantiene en 1 muerte por cada cien mil habitantes (ver ilustración 3.9),
probándose que estas tasas no relacionan sustantivamente el nivel de apoyo neto del ciudadano
al sistema de salud público venezolano con las tasas de mortalidad por causas de
enfermedades infecciosas. Es decir, disgregando inteligentemente detectamos que las tasas de
muertes de niños entre 1 y 4 años que en general parecen bastante coherentes y
146
proporcionales entre sí, a nivel de indicadores médicos que pueden ser correctamente tratados
por el sistema médico primario de la Misión Barrio Adentro no afectan el nivel de apoyo al
sistema de salud nacional del Estado Central y que esa coherencia se debe a otras razones que
entran en la medicina curativa del sistema tradicional de hospitales y clínicas o elementos que
no son tratables por el sistema de salud.
Ilustración 3.8 Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años de edad por enfermedades
respiratorias.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005,2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela, junto con estimaciones de natalidad del INE.
Ahora entramos en el tema de las vacunaciones y su cobertura nacional. Hay que tomar
en cuenta que la vacunación no se relaciona con el nivel de comportamiento de una tasa sino
por el nivel de cobertura de vacunación de niños menores de un año. Con 90% o más de
cobertura de la población objetivo se suele considerar que la cobertura en materia de
vacunación es satisfactoria, mientras que por debajo de esta cifra se considera la cobertura
como deficiente, siendo cuanto más bajo, más débil su influencia en el sistema de salud
nacional. En el caso de la vacunación pentavalente, notamos que ya para el año 2005, su
cobertura es del 81%, una cifra ya de por sí deficiente (ver ilustración 3.10), que contrasta con
el 31% de apoyo neto al sistema de salud público nacional (ver ilustración 3.1) y un número de
0
0,5
1
1,5
2
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por enfermedades respiratorias
Tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por enfermedades respiratorias
147
autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro de 30,66% del total de la
población venezolana, con una satisfacción por la Misión de 68%.
Para el año 2006, esta cobertura ya deficiente se reduce aún más en 68% de los niños
menores de 1 año (ver ilustración 3.10), frente a un apoyo neto al sistema de salud público de
42% (ver ilustración 3.1), un aumento de apoyo al sistema cuando el mismo reduce su
cobertura de vacunación en materia pentavalente. Para el 2007, la cobertura de la vacunación
pentavalente en la población objetivo se reduce aún más a 61%, frente a una reducción del
apoyo al sistema de salud público en un 29,73%. Esto demuestra que el comportamiento de la
cobertura de vacunación pentavalente y la opinión pública sobre el sistema de salud nacional
son completamente independientes y no parecen mantener una relación de interdependencia.
Ilustración 3.9 Cobertura de vacunación pentavalente
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
Para el año 2005, la vacunación antipolio para menores de 1 año de edad mostraban
una cobertura deficiente de 80% de la población objetivo (ver ilustración 3.11), frente a un
31% de apoyo neto al sistema de salud público nacional (ver ilustración 3.1) y un porcentaje
de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro de 31% del total de la
0%
20%
40%
60%
80%
100%
2005 2006 2007
Cobertura de Vacunación pentavalente
Cobertura de Vacunación pentavalente
148
población venezolana, con una satisfacción por la Misión de 68%, algo que no tiene
interdependencia a simple vista. Para el 2006, el nivel de cobertura ya deficiente en materia
antipolio se reduce a 73%, cuando el apoyo neto al sistema de salud público es de 42% por
parte de la Opinión Pública venezolana, un porcentaje de autodenominados beneficiarios de la
Misión Barrio Adentro del 42% de total de la población venezolana y porcentajes de
aprobación de la Misión en 67% por parte de la Opinión Pública venezolana. Para el año 2007,
la cobertura de la vacunación antipolio se reduce aún más a 67% de los niños menores de 1
año de nacido, frente a un 30% de apoyo neto al sistema nacional de salud público y un
porcentaje de autodefinidos beneficiarios de la Misión Barrio Adentro del 50% de la población
venezolana. Esto demuestra que el comportamiento de la cobertura de vacunación antipolio y
la opinión pública sobre el sistema de salud nacional son completamente independientes entre
sí y no tienen una relación sustantiva a nivel de indicadores.
Ilustración 3.10 Cobertura de vacunación antipolio.
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
Para el año 2006, el apoyo neto al sistema público de salud nacional era del 42% (ver
ilustración 3.1), la cifra más alta en todo el período de años que estamos estudiando, pero la
vacunación para niños menores en materia de antirotavirus fue de 26% (ver ilustración 3.12),
60%
65%
70%
75%
80%
2005 2006 2007
Cobertura de la vacunación antipolio
Cobertura de la vacunaci{on antipolio
149
una cifra muy deficiente en materia de vacunación. Para el año 2007, esta cifra de vacunación
mejora modestamente a 29% de los niños menores a 1 año de nacido, frente a un apoyo al
sistema nacional público de salud venezolano del 30%, es decir, cuando ligeramente mejora la
deficiente vacunación en antirotavirus, la opinión pública nacional reduce su nivel de apoyo
neto al sistema público de salud. Esto demuestra que el comportamiento de la cobertura de
vacunación antirotavirus y la Opinión Pública sobre el sistema de salud nacional no son
interdependientes y no puede detectarse una covarianza coherente entre ambos indicadores.
Ilustración 3.11 Cobertura de vacunación antirotavirus.
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
La cobertura en materia de vacunación BCG en menores de 1 año de nacido, en el año
2005 fue de 95% (ver ilustración 3.13), una cifra bastante satisfactoria que se compagina con
el 31% de apoyo neto al sistema público nacional de salud (ver ilustración 3.1) con un
porcentaje autodefinidos beneficiarios de la Misión Barrio Adentro de 42 % del total de la
población venezolana y una satisfacción por esta política de 68 % por parte de la opinión
pública. En el año 2006 la cobertura en materia de BCG por parte de la población objetivo es
de 83%, una cifra deficiente en especial si se compara con el año anterior, frente a un apoyo
24%
25%
26%
27%
28%
29%
2006 2007
Cobertura de vacunación antirotavirus
Cobertura de vacunación antirotavirus
150
neto al sistema nacional de salud público rondando el 42% de apoyo y la misma cifra de
cobertura de la misión Barrio Adentro del año anterior.
Para el 2007, la cobertura en niños menores de 1 años de nacido en vacunación de
BCG fue de 82% (ver ilustración 3.13), un punto porcentual menos que el año anterior frente a
un 30% de apoyo neto al sistema público nacional de salud (ver ilustración 3.1) y un 50% de
sujetos que afirman beneficiarse de la Misión Barrio Adentro. Esto demuestra que el
comportamiento de la cobertura de vacunación BCG y la opinión pública sobre el sistema de
salud nacional son completamente independientes entre sí y no tienen relación alguna, al
variar de manera inversa e ilógica las cifras a lo largo de 3 años del periodo de estudio.
Ilustración 3.12 Cobertura de vacunación BCG.
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
Para el año 2005, en que la opinión pública venezolana apoyaba de forma neta al
sistema de salud público nacional en un 31% (ver ilustración 3.1), la cobertura de vacunación
antiamarílica en niños menores de 1 año tenía la deficiente cifra de 80% (ver ilustración 3.14),
con autoproclamados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro por parte del 42,20% de los
75%
80%
85%
90%
95%
100%
2005 2006 2007
Cobertura de vacunación BCG
Cobertura de vacunación BCG
151
encuestados y un 68% de aceptación de esta política por parte de los venezolanos. Para el año
2006, la opinión pública venezolana apoya de manera neta el sistema público nacional de
salud en un 42%, mientras que el mismo sólo lograba una cobertura de vacunación
antiamarílica en el 62% de los menores de 1 año de nacido, algo completamente ilógico a
nivel de percepciones sobre los éxitos o fracaso de una política de salud en cuanto a
vacunación antiamarílica.
Para el 2007, la Opinión Pública venezolana apoya de manera neta al sistema público
nacional de salud en un 30% (ver ilustración 3.1), mientras que la cobertura de la vacunación
antiamarílica es sólo del 57% (ver ilustración 3.14). Esto demuestra que el comportamiento de
la cobertura de vacunación antiamarílica y la Opinión Pública sobre el sistema de salud
nacional no tienen una interdependencia como indicadores del sistema de salud público y de la
Opinión Pública respectivamente.
Ilustración 3.13 Cobertura de vacunación antiamarílica.
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
Para el año 2005, en que la opinión pública venezolana apoyaba de manera neta al
sistema de salud público nacional en un 31% (ver ilustración 3.1), la cobertura de trivalente
0%
20%
40%
60%
80%
2005 2006 2007
Cobertura de vacunación antiamarílica
Cobertura de vacunación antiamarílica
152
viral en niños menores de 1 año tenía la deficiente cifra de 76% (ver ilustración 3.16), con un
porcentaje de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro del 42% y un 68%
de aceptación de esta política por parte de los venezolanos. Para el año 2006, la opinión
pública venezolana apoya de manera neta al sistema público nacional de salud en un 42%,
mientras que el mismo sólo lograba una cobertura de vacunación trivalente viral en el 55% de
los menores de 1 año de nacido, algo débilmente consistente a nivel de percepciones sobre los
éxitos o fracaso de una política de salud en materia de vacunación de Trivalente Viral.
Para el 2007, la opinión pública venezolana apoya el sistema público nacional de salud
en un 30% (ver ilustración 3.1), mientras que la cobertura de la vacunación trivalente viral es
sólo del 56% (ver ilustración 3.15). Esto demuestra que el comportamiento de la cobertura de
vacunación antiamarílica y la opinión pública sobre el sistema de salud nacional son
completamente independientes entre sí y no mantienen ninguna relación de covarianza
consistente a lo largo de los años estudiados.
Ilustración 3.14 Cobertura de vacunación Trivalente viral.
Fuente: Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia
habitual de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población
venezolana 2010, República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio
Adentro.
0%
20%
40%
60%
80%
2005 2006 2007
Cobertura de Vacunación Trivalente Viral
Cobertura de vacunación Trivalente Viral
153
Para el año 2003, la tasa de infectados por VIH/SIDA en el territorio nacional fue de
4,17 por cada mil habitantes (ver ilustración 3.16), ante una opinión pública que daba -43% de
apoyo neto al sistema de salud público venezolano (ver ilustración 3.1), aún con un porcentaje
de autodenominados beneficiarios de la Misión Barrio Adentro del 31% en todo el territorio
nacional y un apoyo a esta política del 33% de la opinión pública. Para el año 2005, la tasa de
infectados por VIH/SIDA fue de 4,57 por cada mil habitantes, un incremento de sólo 8,7% con
respecto al 2003, en un año en que el apoyo al sistema de salud venezolano era del 30,66% y
la cobertura de la Misión Barrio Adentro era del 42,20%, con un 67,5% de apoyo de esta
política por parte de la opinión pública venezolana.
Para el 2007, la tasa de infectados por VIH/SIDA en el territorio nacional fue de 4,84
(ver ilustración 3.16), 5,57% adicionales de sujetos infectados en comparación al año 2005. Es
natural que al no haber cura o un tratamiento curativo del VIH/SIDA este tienda a crecer
vegetativamente en el tiempo y por lo tanto rara vez coincidirá con el nivel de apoyo neto de la
opinión pública con el desempeño del sistema de salud público del Estado Central, a pesar que
el mismo tiene la misión de prevenir la expansión del virus en el país, aunque su deficiente
desempeño puede concretar un incremento de las tasas de infectados por la enfermedad.
Ilustración 3.15 Tasa de infectados por VIH/SIDA en Venezuela.
Fuente: Situación epidemiológica en Venezuela- Informe. Caracas 2003-2007.
3,80
4,00
4,20
4,40
4,60
4,80
5,00
2003 2005 2007
Tasa de infectados por VIH/Sida en Venezuela
Tasa de infetcados por VIH/Sida en Venezuela
154
Para el año 2002, el paludismo disfrutaba de una tasa de 0,0009 muertes por cada mil
habitantes (ver ilustración 3.17), ante una opinión pública que apoyaba de manera neta con un
-29% la gestión gubernamental en materia de salud (ver ilustración 3.1). Para el 2003 la cifra
aumenta modestamente a 0,0010 en el mismo año en que la aprobación neta al sistema de
salud pública venezolano se reduce a -43%, viéndose cierta conexión entre el número de
muerte por paludismo en el país y el apoyo al sistema público de salud, aunque el incremento
de apoyo neto al sistema de salud se nota muy elevado con relación al comportamiento de los
índices de mortalidad. Durante el año 2004, la cifra se reduce hasta 0,0013 muertes por cada
mil habitantes, mientras que el apoyo neto al sistema de salud aumenta a-9%, Para el 2005, la
tasa de muertes por paludismo se reduce a 0,0009, en un contexto en que la opinión pública
apoya con 31% el sistema de salud pública nacional y la Misión Barrio Adentro disfruta de un
42% de sujetos que afirman ser beneficiarios de la Misión.
Para el 2006 la tasa de mortalidad por esta enfermedad endémica se reduce hasta
0,0004 muertes por cada mil habitantes (ver ilustración 3.17), el menor en el período
estudiado, pero es también el período en que se registra el mayor apoyo neto al sistema
público de salud, 42% (ver ilustración 3.1), sin se haya incrementado el nivel de sujetos que
afirman ser beneficiados por la Misión Barrio Adentro. Para en el 2007, la cifra se incrementa
0,0005 en contraste a que el apoyo al sistema público de salud se ha reducido a 30%,
implicando que la reducción de muertes por esta enfermedad endémica no se conecta
consistentemente con el apoyo de la opinión pública al sistema de salud público. En
conclusión, muertes por paludismo y Opinión Pública no tienen una correlación fuerte para
decir que se diga que una de ellas puede influenciar a la otra o son influenciadas por una
variable en común.
155
Ilustración 3.16 Tasa de muertes por paludismo como enfermedad endémica.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005,2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela, junto con estimaciones de natalidad del INE.
Para el año 2002, la tasa de mortalidad de tuberculosis como enfermedad endémica fue
de 0,027 por cada mil habitantes (ver ilustración 3.18), sin la presencia de la Misión Barrio
Adentro y con un apoyo neto de la opinión pública al sistema de salud de -29% (ver
ilustración 3.1). Para el 2003, la tasa se había reducido ligeramente a 0,025 muertes por cada
mil habitantes, con una Misión Barrio Adentro con 31% de sujetos autoproclamados
beneficiarios de la misma y un apoyo neto al sistema público de salud de -43%, demostrando
la poca conexión de la reducción de las tasas de muerte por tuberculosis con un incremento
elevado en el apoyo neto al sistema de salud público. En el 2004, la tasa de muertes por
tuberculosis es del 0,020 por cada mil habitantes, con un nivel de apoyo neto de la opinión
pública nacional del -9%, dándose un aumento del apoyo al sistema de salud público junto con
una reducción de la tasa de muertes por tuberculosis. El fenómeno se invierte cuando en el
2005, la tasa de muerte por tuberculosis es del 0,021 muertes por cada mil habitantes, una
milésima más alta que el año anterior pero que se contextualizan con un apoyo neto al sistema
0
0,0002
0,0004
0,0006
0,0008
0,001
0,0012
0,0014
0,0016
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de mortalidad del paludismo como enfemedad endémica
Tasa de mortalidad del paludismo como enfemedad endémica
156
público de salud 31% por parte de la opinión pública venezolana y un porcentaje de
autodefinidos beneficiarios de la misión Barrio Adentro del 42%.
El fenómeno de mayores tasas de mortalidad por tuberculosis en paralelo a mayor nivel
de apoyo al sistema de salud venezolano se repite en el año 2006, donde la tasa de muerte por
la enfermedad endémica es del 0,023 muertes por cada mil habitantes (ver ilustración 3.18),
casi el doble que el año anterior, pero la opinión pública apoya al sistema de salud público de
manera neta en un 42% (ver ilustración 3.1), el más alto en el período estudiado, un año con la
misma cobertura de Barrio Adentro que en el año anterior. Para el 2007, se incrementa la tasa
de muertes por tuberculosis por cada mil habitantes a 0,024 en un año en que el nivel de
autodenominados beneficarios de la Misión Barrio Adentro se ha incrementado a 50% a nivel
nacional pero el apoyo neto al sistema público de salud nacional se ha reducido a 30%,
demostrándose una vez más la poca conexión entre tasas de muertes por paludismo como
enfermedad endémica y apoyo de la opinión pública al sistema de salud venezolano. A nivel
global el paludismo como enfermedad endémica no tiene conexión en la opinión pública
nacional en cuanto que su reducción no va de la mano con las variaciones con los niveles de
apoyo neto al sistema de salud público.
Ilustración 3.17 Tasa de muertes por tuberculosis como enfermedad endémica.
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003, 2004, 2005,2006 y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de
Venezuela, junto con estimaciones de natalidad del INE.
0,000
0,010
0,020
0,030
0,040
2002 2003 2004 2005 2006 2007
Tasa de muertes por tuberculosis como enfermedad endémica
Tasa de muertes por tuberculosis como enfermedad endémica
157
En la introducción de este trabajo, para evaluar la eficiencia en la gestión del sistema
público de salud se planteó hacerlo a través de siete (7) indicadores: la razón de muertes
maternas entre los años 2003-2007, la tasa de muertes perinatales, el número de vacunas
colocadas por enfermedad, el comportamiento de los principales causas de muerte de niños
entre 1 y 4 años, el comportamiento de las principales causas de muertes de niños menores de
1 año, Número de muertes por enfermedades endémicas y el número de infectados por
VIH/SIDA, con base a los objetivos del milenio. De estos 7 indicadores, en el caso de las
muertes perinatales, se subdividió entre los niños menores a 28 días de nacidos y los niños
entre 28 días de nacidos y 11 meses de nacidos; en el caso del número de vacunas colocadas a
menores de 1 año de nacido, se hizo con los casos de las vacunas pentavalente, antipolio,
antirotavirus, BCG, antiamarílica y trivalente viral.
Entre las principales causas de muertes de niños entre 1 y 4 años se registró la
evolución de muertes por enfermedades infecciosas intestinales en esa población objetivo, al
igual que las tasas de muerte por influenza y neumonía en este sector de la población infantil y
la tasa de muertes de niños entre 1 y 4 años por enfermedades respiratorias (causas principales
de muertes de este sector de la población que podían ser tratadas por la atención médica
primaria de la Misión Barrio Adentro y el sistema tradicional de salud público según los
anuarios de mortalidad del Ministerio de Salud y Desarrollo Social). Entre las principales
causas de muertes de niños antes de cumplir el 1° año de nacido, analizando exclusivamente la
principal causa registrada por los anuarios: Complicaciones en el período perinatal. El número
de muertes por enfermedades endémicas se focalizó en las tasas de muertes por paludismo y
tuberculosis, las enfermedades endémicas que más muertes cobran en el país en los últimos
años.
Esto llevo a correlacionar de manera descriptiva hasta un total de 17 tasas o porcentajes
de indicadores médicos con el indicador de la valoración del estado de la salud pública en
Venezuela durante los años 2002-2007. Esto dio como resultado que de estas 17 tasas o
porcentajes que nos podían servir como indicadores de la gestión de la salud pública en el
país, sólo una tasa era coherentes con el comportamiento de la opinión pública con respecto al
sistema de salud público: La tasa de muertes de niños entre los 1 y 4 años de nacidos. En el
caso de los niños entre los 1 y 4 años nacidos, se notó que la coherencia con la opinión pública
158
era espuria, ya que los mismos anuarios estadísticos de mortalidad señalaban que existían un
conjunto de factores que no entraban en el campo de la medicina preventiva ni curativa para
condicionar el número de muertes de los niños dentro de este rango de edad. Los factores que
si entraban dentro del tratamiento médico del sistema salud con mayor peso según los
anuarios, como las enfermedades infecciosas intestinales, neumonía e influenza y
enfermedades respiratorias, no tenían una correlación y covarianza sólida con la Opinión
Pública venezolana sobre el sistema de salud. En resumen, de 17 tasas o porcentajes
estudiados que sirven de indicador del desempeño en materia de salud por parte del Estado,
ninguna mostró coherencia con la Opinión Pública venezolana, lo que nos lleva a afirmar que
no existe una conexión coherente entre la gestión en materia de salud por parte del Estado
Central Venezolano (especialmente a raíz de la implementación de la Misión Barrio Adentro)
y la Opinión Pública venezolana sobre el comportamiento del sistema público de salud.
Esta afirmación nos lleva a pensar en tratar de originar una hipótesis alternativa a la
planteada originalmente en esta tesis, de que en verdad la Opinión Pública venezolana tenía
una auténtica correlación con lo que realmente pasaba con el sistema público venezolano de
salud, cuando las cifras parecen contradecir esta hipótesis inicial. La realidad de que el nivel
de apoyo al sistema de salud por parte de la Opinión Pública nacional parece estar
condicionada a otros diferentes al desempeño del sistema de salud público, si bien no es el
objetivo de esta investigación que es de carácter descriptivo, tiene el deber de al menos
desarrollar una hipótesis alternativa de porque se da este fenómeno. Este es la intención del
siguiente subcapítulo de nuestra investigación.
159
CAPÍTULO IV: RELACIÓN ENTRE POLÍTICAS Y OPINIÓN PÚBLICA
4.1 Políticas públicas diseñadas para impactar la opinión pública.
Asomábamos ya desde nuestro marco teórico, temiendo que nuestra hipótesis inicial
fuese refutada por el análisis de datos, que la conexión entre los resultados de una política
pública y sus efectos en la Opinión Pública no siempre son lineales. En el juego de
percepciones de cómo un Estado resuelve las demandas de sus ciudadanos y como sienten que
los mismos son satisfechos juegan elementos más allá de los efectos objetivos de las políticas
implementadas desde el gobierno y las percepciones de los ciudadanos sobre esas políticas.
Citábamos a Sabatier y Mazmanian (Villanueva, 1993) que en el proceso de elaborar e
implementar una política pública, la manera de que la misma afecte a la opinión pública de un
país (especialmente en un sistema democrático) puede estar divorciado de sus efectos
objetivos en la realidad. “En términos generales, es de esperar que exista un alto grado de
correlación entre la evaluación inicial que un actor hace de una ley y su percepción y
evaluación de los impactos… Esta afirmación se basa en la teoría de la disonancia
cognoscitiva y, especialmente, en el corolario de que un actor tenderá a rechazar cualquier
insinuación de que los impactos de una ley legítima puedan ser indeseables” (Sabatier y
Mazmanian, en Aguilar Villanueva, 1993, Pág.: 363).
La implementación de la Misión Barrio Adentro como una política pública de salud
destinada a los sectores más pobres de nuestro país (Clarembaux y Hoyer, 2009) era
indudablemente una política pública de inmenso peso ético ante una sociedad que había visto
durante décadas como su sistema de salud público se iba deteriorando y quienes eran más
afectados por este deterioro eran los estrato D y E de nuestra sociedad (Rincón Becerra,
Rodríguez Colmenares, 2004). Las clases medias y altas, debido al tipo de ingreso que podían
disponer recurrían a la medicina privada para no apelar a un sistema de salud público en
constante deterioro desde la década de los setenta (Rincón Becerra, Rodríguez Colmenares,
2004). Mientras tanto, el sistema público de salud en constante deterioro fue sólo el camino
que recorrían generalmente los estratos de menos ingresos para cubrir sus necesidades en
160
materia de salud, al reducirse la expansión de la infraestructura médica y su calidad desde hace
décadas en el país. Esto los llevaba a disfrutar de una calidad deficiente en su manera de
satisfacer sus demandas en materia de salud.
Este fenómeno no es inédito en nuestro país y mucho menos a nivel mundial. Cuando
uno política pública se ejerce a un sector de la sociedad que se siente que se tiene el deber
moral de ser asistido (especialmente si este sector lo conforma la mayoría de la sociedad
venezolana) esta se verá positiva no importando si los efectos objetivos de la política son
positivos o negativos. Ben J. Wattenberg (1995), analiza un fenómeno parecido en su capítulo
“Some commonly used measures give an inaccurate picture of the course of real wages over
the past several years” de su libro “Valuer matter most”. Wattenberg señala el caso de que
muchas veces para que una política pública logre ser exitosa en la percepción del público al
que se desea impactar, no se apele a la transacción monetaria para conquistar a un electorado
en específico, especialmente en Norteamérica donde buena parte de los servicios públicos
dependen de agencias privadas de seguros, donde es más racional recibir dinero para costear el
servicio que se demanda que esperar que el gobierno lo suministre con fondos federales.
“ Nos quejamos del alto costo de la atención a la salud pero dejamos de lado, en
nuestra discertación política, tener en cuenta el mismo cuidado en materia de salud cuando
consideramos como económico el obtenerlo gratis, y luego lamentamos que el mismo
constituye una erosion en nuestros niveles de vida cuando se hace algo para reducirlos y
racionalizarlo. Tampoco tomamos en cuenta las cifras de los ingresos por BLS figuran en la
cuenta para una beneficiosa pension privada o los beneficios de una pension pública, aunque
ambos tipos de cuentas y pensiones aumentaron sustancialmente “desde 1973”, en aquellos
horrible años de la era Bush/Reagan .” (Wattenberg, 1995, Pág: 79). El aumento objetivo de
la inversión en materia de salud en general para todos los ciudadanos en un país, sin dotarlo de
un espíritu ético por parte del Estado, les resta de credibilidad moral a sus ciudadanos. Pero si
la política se promociona para ayudar a un grupo específico de ciudadanos que se cree en el
deber moral de ayudar, especialmente si uno pertenece a ese grupo social, el apoyo de la
opinión pública se incrementará. Este grupo social se sentirá respaldado de tener un beneficio
que antes no tenía, no importando si en el caso concreto la política pública se concreta en
beneficios tangibles para ello.
161
Wattenberg explica esto con base al caso de la clase media y baja norteamericana
durante los setenta, que con las políticas públicas de esa década aumentó la cobertura estatal
en materia médica, reduciendo sus gastos en materia de salud que tanto le incomodaban.
“Los beneficios médicos y las pensiones representan relativamente una parte de los
ingresos de la clase media y una cuota mucho menor respecto a los ingresos de la clase alta.
Una persona rica no tiene problemas para pagar las factures de un hospital y no se
preocupará mucho en cumplir sus compromises económicos para obtener su jubilación. Los
sujetos de clase media se preocupan mucho, entorno a ambos costos. Por lo tanto, cuando los
beneficios médicos y las pensiones fueron incrementados sustancialmente, como lo fueron en
el año1970, la clase media obtuvo un beneficio que ante no tenía. Además de los altamente
citados datos del BLS (“para los trabajadores que no estaban en cargos de supervision en la
industria privada") no se tuvo en cuenta dentro de los ingresos de los trabajadores
gubernamentales durante el periodo de tiempo citado, o el creciente número de personas que
trabajaban por su cuenta, o los ingresos del personal de supervisión, o el aumento de la
“economía informal” . Proporcionando un gran número de ingresos no declarados, o un
fuerte increment para las personas pobres en cupones para alimentos , subsidios para la
vivienda, atención médica y el resto a lo que se ha llamado “Gran Obra Social" (Wattenberg,
1995, Pág: 79).
Esta política paradójicamente en el corto plazo se tradujo en una mayor inflación que
erosionó los ingresos de esa clase media y arrojó a muchos a la pobreza, sin contar el
desempleo consecuente con esto. “De acuerdo, todo el tema economico no ha sido de color de
rosa. Stein y Foss han llegado al punto que yo creo correcto, que si hubo avances reales en
los ingresos de las personas durante los años setenta y ochenta, pero ciertamente el
crecimiento en los años ochenta fue más lento que en los años de la postguerra. Kosters
observó que los ingresos de los trabajadores menos calificados se erosionaban a un ritmo
inferior al del trabajador promedio. En algunos grupos él notó, que realmente sufrieron una
gran disminución en su ingreso. Allí hubo un real sufrimiento”. (Wattenberg, 1995, Pág: 80).
Aún así, para muchos estratos sociales, como la clase media y la baja, el perder su empleo y
ser afectados por la inflación era un problema menor comparado con perder los beneficios del
servicio médico subsidiado. “La pérdida de un empleo es una situación difícil en cualquier
circunstancia pero es mucho más grave la pérdida del seguro de atención médica
162
relacionados con el empleador” (Watenberg, 1995, Pág: 80). La atención médica a veces es
más vital que un buen empleo para costear la atención en salud, a pesar de que en la práctica
nunca se utilice.
Esto nos lleva al contexto latinoamericano, en que muchos gobernantes, democráticos
o no, promulgan una gran variedad de de políticas públicas orientadas a las grandes mayorías
pobres que integran sus respectivos países, no orientadas al crecimiento económico para salir a
la pobreza, sino a la satisfacción de necesidades específicas a través de políticas sociales que
en apariencia son moralmente intachables y parecen lógicamente necesarias de implementar
para sacar a ese sector de la población de la pobreza más allá de las bondades del crecimiento
económico de un país. Pero las bondades y la capa de moralidad con que se pronuncian estas
políticas destinadas a los sectores más desposeídos pueden confundir a la Opinión Pública
entre la legitimidad de la política y sus resultados tangibles en la realidad.
“Aunque los cambios en las estadísticas globales, y las políticas y leyes nacionales son
componentes esenciales en el movimiento hacia la igualdad y equidad de género, esto no
implica todo lo que debe tomarse en cuenta .La leyes sancionadas por los representantes
elegidos democráticamente atestigua solo un pequeño paso hacia la ratificación cultural de la
igualdad de género . La retórica, los cambios simbólicos en la ley y la política de
comunicaciónm entorno a mensajes sobre sobre la igualdad dentro de la sociedad suelen ser
los más fecundos. Sin embargo, la contradicción entre burocrática de buenas intenciones, y la
desigual aplicación de los procedimientos burocráticos y su ejecución, es una característica
de alta difusion en las sociedades latinoamericanas. El problema no es específicamente de
género, sino que las tendencias hacia la corrupción , los abusos a los derechos humanos, la
evasion fiscal, y la aplicación de leyes arbitraries reduce la eficacia de las instituciones en
muchas esferas de la realidad” (Htun, en Harrison y Huntington, 2000, Pág: 195).
Esto lleva muchas veces a los problemas planteados por Schutz (1979) del problema
del ciudadano bien informado. No todos los ciudadanos de una sociedad en específico pueden
tener la oportunidad de informarse correctamente de los efectos concretos de una política
pública implementada por el gobierno, debido a las exigencias de su cotidianidad les exige
sólo enfocar su cognición en un conjunto de tareas que le son vitales o de interés. El ciudadano
especialista, algunas veces llamado con razón o sin razón intelectual, tiene la labor a través de
su labor especializada de producción del conocimiento, de alertar a los demás ciudadanos de
163
los efectos reales de una política pública más allá de la retórica con que fueron anunciadas por
el Estado (Schutz, 1979). Esto en la Venezuela actual se hace particularmente difícil, ya que
los accesos a la información pública sobre el caso de las Misiones, especialmente el caso de la
Misión Barrio Adentro suelen ser bastante herméticas y la prensa oficial es bastante parca para
detallar el desarrollo de las Misiones en nuestro país sin un fuerte sesgo partidista (Bisbal,
2009). Si hemos detectado que los indicadores de desempeño de la salud pública tienen poca o
nula conexión en la formación de las impresiones que tiene la Opinión Pública sobre el
desempeño de la salud pública, es que el tema de cómo informarse sobre el desempeño en el
tema de la salud es lo que realmente se conecta con la percepción de la opinión pública, no los
indicadores de desempeño. Por eso los niveles de aprobación al desempeño del sistema de
salud público nacional eran más altos en épocas electorales, en que los mecanismos de
propaganda gubernamental enfatizaban los éxitos de la política de salud del gobierno, que no
todos los sujetos entrevistados habían tenido la oportunidad de experimentar.
“El acceso a la información pública es uno de los derechos humanos claves de la
institucionalidad democrática. Su importancia para todos los ciudadanos radica en que es un
mecanismo para garantizar la calidad de vida de la población. En efecto, el acceso a la
información pública garantiza una mayor transparencia en la gestión pública e impulsa el
derecho ciudadano a la participación” (Correa, 2008, Pág.: 73). El mismo Carlos Correa,
director de la organización no gubernamental Espacio Público, dedicado a la apertura de la
mayor información posible de las instituciones del Estado a la sociedad venezolana reporta
que durante febrero y marzo del 2008 desde la perspectiva de 3 sujetos sociales: ciudadanos,
organizaciones sociales y periodistas se realizaron solicitudes a organismo del Estado de
acceso de información pública. El 71,34% de las solicitudes por parte de la ciudadanía fueron
negativos, mientras que en el caso de las organizaciones sociales y los periodistas se necesitó
de una larga cadena de satisfacción de requerimientos para obtener información parcial sobre
el tema investigado. Esto evidencia un gran problema de información en los medios de
comunicación y la ciudadanía activa para informar los alcances de una política pública en la
Venezuela actual.
Lo anterior implica las dificultades de evaluar el nivel de gestión del sistema de salud
nacional del gobierno durante los años 2003-2007, especialmente a raíz de la aparición de la
Misión Barrio Adentro. No existen cifras concretas del número de tratamientos, tasas de
164
morbilidad y mortalidad registradas en los centros de salud contemplados por esta Misión,
sino aproximaciones en materia de gasto y de número de personas atendidas que de poco sirve
para evaluar la eficacia y efectividad de la Misión en el ámbito de salud. El impreso “Barrio
Adentro: derecho a la salud e inclusión social en Venezuela” (2006, publicado por la
Organización Panamericana de la Salud) no reporta cifras tangibles de cuantos enfermos
curados o muertos durante el tratamiento por estos centros se ha dado, por lo tanto la
evaluación de su gestión no es posible más allá del gasto en materia fiscal se ha hecho para
esta política pública. Este impreso trata de desarrollar de manera detallada los elementos
constitutivos y logros de la Misión y aún así la información que aporta a una investigación es
bastante pobre (El Banco Central de Venezuela y algunos medios estatales dan alguna que otra
información de los “logros” de la Misión que no pueden cuantificarse científicamente de
manera rigurosa). La información con que la Opinión Pública construye sus impresiones sobre
el desempeño gubernamental en materia de salud pública no se fundamenta en los indicadores
de desempeño, ya que no todos los sujetos de la sociedad han tenido la necesidad de recurrir a
los servicios médicos promocionados por el gobierno. Construyen sus impresiones con base a
la propaganda a favor o en contra del desempeño del sistema de salud nacional.
La lucha por la información sobre lo que hace el gobierno empeora en un clima de
polarización política como la que vive en Venezuela. Los medios de comunicación privados se
alinearon años después del ascenso político del Presidente de la República contra la política
del Ejecutivo Nacional hasta llegar a una guerra mediática contra el Estado Central, mientras
que a partir del año 2003, los medios estatales pasaron progresivamente a ser los voceros del
partido oficial del gobierno, sesgando las informaciones obtenidos de la sociedad venezolana a
favor de los intereses del gobierno (Quiñones, en Bisbal, 2009). Un estudio realizado en el año
2006 por Marcelino Bisbal y Rafael Quiñones registraron que entre el 58% y 76% de los
medios estatales destinaban su parrilla informativa a informaciones o programas de opinión
con una clara parcialización hacia los intereses del Ejecutivo Nacional (Bisbal y Quiñones,
2006), lo cual dificulta la capacidad del ciudadano común y corriente de acceder a la
información sobre las políticas gubernamentales.
Los estratos C, B y A de la sociedad venezolana, debido a sus pautas de consumo de
información y recursos económicos pueden tener acceso a fuentes informativas alternativas a
las gubernamentales, donde se apele a investigadores independientes que escapen de la
165
dinámica de la polarización política para conocer cuáles son los verdaderos efectos de una
política pública en la sociedad venezolana. Sin embargo, en el caso de Barrio Adentro,
muchos de los ciudadanos que forman parte de estos estratos hacen caso omiso de esta
operación, ya sea porque moralmente o políticamente simpatizan con la Misión Barrio
Adentro, o por estar simplemente alineados contra los intereses del gobierno central. Dan por
hecho que los efectos de las políticas de la administración gubernamental (incluyendo la
misión Barrio Adentro) son beneficiosas a los intereses de los más pobres en Venezuela
(Bisbal, 2009). Los estratos D y E, debido a sus pautas de consumo de información y sus
recursos socio-económicos están todavía más imposibilitados para conocer los efectos de la
Misión Barrio Adentro en la sociedad venezolana (Quiñones, en Bisbal, 2009).
“… En octubre del 2003, la encuestadora Datanálisis, realiza un estudio acerca de la
valoración de la primera de las Misiones, es decir el Plan Barrio Adentro. Los resultados
reflejaron que el 37% de los encuestados del estrato socioeconómico D considera positivo el
Plan Barrio Adentro; mientras que el 30% lo evalúa negativamente. En las mediciones
realizadas en los meses de enero y mayo del 2004, se expresan opiniones cada vez más
favorables… En octubre del 2003, el 58% de los encuestados del estrato socioeconómico E
evalúa positivamente el Plan Barrio Adentro, mientras que el 24% lo evalúa negativamente.
En enero del 2004, la evaluación que realiza el estrato E es predominantemente positiva.
Posteriormente, en mayo, se da nuevamente un leve incremento en la evaluación positiva”
(Guinand Vollmer, 2009, Pág: 160). Falta añadir, acorde a los datos de Guinand Vollmer que
en los estratos A y B la percepción positiva hacia la Misión Barrio Adentro creció de una cifra
menor al 20% en el 2003 de respaldo a la misión, a más del 30% para el período 2004-2005
(Guinand Vollmer, 2009), un sector de la sociedad para lo cual no estaba destinada la política
pública. Aquí, los juegos de percepciones van más allá de lo que el sentido común nos señala
que los estratos D y E empezaron a respaldar la Misión porque empezaron a sentir sus efectos
durante estos años.
Lo anterior se le da tanto énfasis para no caer en el error más frecuente cuando se
estudia el efecto de las Misiones sobre la popularidad del Ejecutivo Nacional: No se están
creando una masa de seguidores de dádivas gubernamentales ni son ciudadanos agradecidos
por los beneficios de una política social destinada por primera a los pobres los que llevan a
triunfos electorales al Ejecutivo Nacional. David Easton (1965) hablaba de apoyos específicos
166
y difusos con que un sistema político se aseguraba el apoyo de la sociedad a la cual gobernaba.
La idea más sencilla al pensar en los efectos de las Misiones en la popularidad del gobierno de
Hugo Chávez tiende a creerse, en los términos de Easton de apoyos específicos, es decir la
satisfacción de demandas particulares o grupos particulares de personas por parte del Estado
para así obtener su respaldo y por lo tanto su gobernabilidad (votando por el gobierno que le
satisfizo esas demandas por ejemplo). Sin embargo, la poca conexión entre indicadores de
gestión de salud dentro de los años 2003-2007 y la poca utilización del servicio de la Misión
Barrio Adentro parece orientar que las Misiones no están diseñadas para originar una masa
clientelar de ciudadanos satisfechos en sus demandas para generar apoyos específicos.
La falta de comportamiento similar entre los distintos indicadores de gestión pública y
la percepción de la Opinión Pública indica una independencia entre ambas variables, que ha
sido descrita en el capítulo anterior. Esto no excluye la presencia de variables explicativas
como por ejemplo la publicidad oficial y la falta de fuentes de información alternativas al
gobierno que pueden ser la causa del poco comportamiento similar entre indicadores de
gestión de salud y opinión pública sobre esta gestión. Esto es más palpable cuando
examinamos los estudios del Cendes-World Development Consultants y Datanálisis donde la
cobertura la Misión Barrio Adentro posiblemente no supere el 50% de la población total
venezolana y por lo tanto la percepción positiva sobre la Misión Barrio Adentro no se debe a
su utilización sino a otros factores.
En el marco teórico de nuestra investigación, cuando establecíamos las premisas sobre
cómo se forma la opinión pública en Venezuela, mencionamos las tesis de Deutsch (1974) en
que los grupos de poder (en este caso, el Ejecutivo Nacional) son los que determinan la
circulación de tema en la opinión pública y su percepción sobre un hecho político, social o
económico en sí. Sabemos que esa tesis no se aplica a todos los casos y que ni siquiera cuando
se aplica de ese modo está libre de fallas, pero basándonos en lo que hemos estudiado a lo
largo de esta investigación no es absurdo afirmar que se está imponiendo una visión favorable
a la Misión Barrio Adentro de grupos de poder que les conviene que la Opinión Pública tenga
esa percepción positiva sobre el sistema de salud público.
No es la intención de esta investigación probar o explicar cómo un grupo de poder,
específicamente el Ejecutivo nacional y su partido político concretaron mecanismos de
distorsión de la opinión pública de los verdaderos efectos que tenía el sistema público de salud
167
y en particular la Misión Barrio Adentro en nuestro país. Sólo queremos asomar una hipótesis
alternativa a la que inicialmente habíamos planteado en nuestra investigación, cuando existen
fuertes indicios de que desde las esferas del Estado Central venezolano se usó las Misiones no
sólo para obtener un apoyo específico de los estratos D y E de la sociedad venezolanas en los
procesos electorales de nuestro país, sino originar en términos de Easton (1965) un apoyo
difuso al sistema de gobierno del Presidente Hugo Chávez.
En noviembre del 2004, en el teatro de la Academia Militar, el jefe del Ejecutivo
Nacional afirmaba que al conocer los sondeos de opinión que lo daban empatados o derrotados
en un referéndum revocatorio durante el año 2003, los llevó a implementar las misiones
sociales (Clarembaux y Hoyer, 2009). Si los registros indican que el uso de Barrio Adentro
es tan bajo para captar un número de votantes que le garantizase la victoria electoral del
Presidente a través de los beneficios de la política pública, es que el mismo tuvo otro efecto
(deseado o no por sus diseñadores): Crear una matriz de opinión de que el gobierno estaba
implementando una serie de políticas públicas en beneficios de las clases más pobres y esa
legitimidad moral que tenían dichas medidas auguraban que los objetivos que se iban a
generar iban a ser cuantitativa y cualitativamente positivos para los pobres en Venezuela.
Bisbal y otros autores (2009) afirman que justamente a partir del año 2003,
casualmente el mismo año en que se empiezan a implementar las misiones, se da un vuelco en
la política comunicacional del gobierno hacia el resto del país. Se crean o compran más
canales de televisión en señal abierta para el Estado Central, se incrementan el número de
radios de corte pro-oficialista a lo largo de todo el país y se empiezan a generar un conjunto de
medios impresos alternativos a los existentes al país de sesgo oficialista en sus informaciones.
En unos pocos años, algunos de los canales televisivos que más atacaban a la gestión
gubernamental redujeron el nivel de la crítica hacia el gobierno, otros como el caso RCTV, su
señal en televisión abierta fue revocada (Bisbal, 2009) y finalmente cancelada su transmisión
vía cable por continuar su política de confrontación contra el gobierno nacional. La
combinación estratégica de una hábil campaña informativa de los beneficios del gobierno del
Presidente Hugo Chávez unido a la implementación de las Misiones, reforzándose ambos
factores entre sí es una hipótesis alternativa para comprender como políticas sociales que
tenían una cobertura tan limitada de ciudadanos podían tener tanto apoyo y asegurar las
victorias electorales del partidos oficialista del 2004 al 2006.
168
Esta distorsión entre un gran apoyo a una política pública a la que jamás se ha tenido
beneficio alguno por parte del individuo o de un grupo social en específico, puede entenderse
por el grado de legitimidad con que la política se publicita en la opinión pública de una
comunidad política dada. Aquí entra uno de los fenómenos más conocidos de la psicología
social y aplicada en el manejo y estudio de la opinión pública en las sociedades democráticas:
La disonancia cognitiva.
Se puede definir como disonancia cognitiva como “…cuando una persona sostiene dos
conocimientos inconsistentes, esta persona experimentaría un incómodo estado al cual se
denominó disonancia cognoscitiva” (Milburn, 1994). Entiéndase una persona que tiene que
opinar sobre la efectividad y eficacia de una política pública que jamás ha disfrutado pero que
la propaganda gubernamental (ya sea por los medios de comunicación oficiales como por
otros mecanismos) afirma que ha sido exitosa, tiene una situación cognoscitiva incómoda, que
por medio de una estrategia comunicacional adecuada puede verterse hacia uno de los dos
conocimientos: El que la política gubernamental es eficaz.
“Los líderes políticos se enfrentan con frecuencia a situaciones en las cuales sus
partidarios están preocupados por informaciones (revelaciones) que parecen inconsistentes
con sus creencias acerca del líder. Entonces los políticos encaran la tarea de persuadir a sus
electores de que no hay nada de qué preocuparse. En una imaginativa perspectiva, Robert
Abelson (1959) propuso cuatro formas con los cuales los individuos, cuando eran
confrontados lo que llamó “dilema de creencias”, podían resolver la inconsistencia. Los
cuatro modos de resolución de los dilemas de creencias sugeridos eran: 1) Negación, 2)
Apoyo, 3) Diferenciación y 4) Trascendencia” (Milburn, 1994, Pág.: 157). Estos modos
ayudan a comprender que a través de la comunicación política se puede influenciar a la
ciudadanía de una comunidad política, que determinadas por parte del Estado que aunque no
les afecten en lo más mínimo (es decir, no entran en su mundo cotidiano) pueden ser
beneficiosas o perjudiciales a toda la sociedad o al sujeto en sí.
Stuart Oskamp (1977) define la percepción humana como inmediata, selectiva,
estructurada, estable y significativa. Por lo tanto la percepción que tiene el sujeto de su
entorno es muy exacto o verídico, en cambio la percepción social “ocasionalmente se
equivoca, ya que la percepción social tiende probablemente a ser más inexacta, ya que sufre
de numerosas fuentes de subjetividad y de falta de fiabilidad” (Oskamp, 1977, Pág.: 22). Las
169
diferentes fuentes de subjetividad con que se construye la Opinión Pública, donde las
estructuras de poder con mayor capacidad de organizarse pueden imponer su visión subjetiva
de la realidad pueden generar percepciones poco fiables sobre la realidad ante un buen número
de sujetos que integran a una sociedad. En una sociedad polarizada políticamente, las fuentes
de interpretaciones subjetivas de la realidad abundan en gran fuerza y pueden generar
percepciones de la realidad poco confiables a una gran cantidad de personas.
“La Teoría de la Congruencia indica que una determiando nivel de cambio de actitud
se produce como resultado de un comunicación única sobre un tema, aunque no se espera que
ocurra instantaneamente. Sin embargo, la teoría tiene algunas mellas en su formulación. Una
de ellas es el efecto corrector de la incredulidad, que se hace necesaria cuando los canales de
comunicación tratan de imponerse sobre una gran discrepancia en las actitudes” (Oskamp,
1977, Pág: 235). La teoría de la congruencia que nos presenta Oskamp (1977) tendría sentido
en una sociedad en que los hechos se puede presentar bajo solo una versión, sin fuentes
alternativas de comprensión, lo cual no es el caso venezolano, en que la teoría de la disonancia
cognitiva en un ambiente de polarización política tiene más sentido.
El escepticismo no es la única forma de escapar en la determinación de una específica
forma de percepción de la realidad, pero tampoco es necesaria cuando no existe una gran
discrepancia entre valores y creencias (una Misión de carácter de salud orientada a los más
pobres es altamente beneficiosa y efectiva a toda la sociedad venezolana y por lo tanto se debe
defender por medio del voto). Los cuestionamientos alternativos a la eficacia del sistema
público de salud siguen existiendo en los medios de comunicación no estatales en la sociedad
venezolana, aunque cada vez con menos fuerza que en años anteriores (Bisbal, 2009), por lo
tanto el generar disonancia cognitiva ante alguien al que se le presente la Misión Barrio
Adentro como una mejora al sistema de salud es un fenómeno muy probable dadas estas
circunstancias.
Esto sería nada más y nada menos que especulación teórica, si no contáramos con
alguna prueba empírica de que este fenómeno puede estar dándose en la sociedad venezolana
en los últimos años y haya sugestionado la poca coherencia entre los indicadores de salud y la
opinión pública sobre el sistema de salud venezolano. La encuestadora Hinterlaces,
especializada en información estratégica para empresas particulares y una encuestadora de
alcance nacional, se distingue de otras competidoras en el mismo ramo por el uso de las
170
técnicas de análisis cualitativo (Grupos focales) para detectar los patrones mentales que
determinan una actitud política dada en la sociedad venezolana y comprobar su veracidad a
través de métodos cuantitativas (encuestas de campos o de llamada telefónica).
Uno de sus reportes internos, titulado “Percepciones sobre las misiones por parte de los
venezolanos” (2008), afirma que “pareciera que los mayores defensores de las Misiones
sociales del gobierno bolivariano parece no sólo detectarse en los individuo autodenominados
chavistas (ya que también hemos localizados NI-NI y hasta opositores defendiendo las
Misiones) sino entre quienes jamás han experimentado los beneficios de alguna Misión o
están tan insertos en la maquinaria partidista del oficialismo (personas que reciben a su vez
una Misión Social, trabajan como empleados públicos y son pertenecientes a la Reserva
Nacional) son quienes afirman con mayor ahínco la efectividad de las Misiones sociales
implementados por el gobierno bolivariano… En contraste, quienes atacan más el efecto de
las misiones, no son opositores ni miembros de los estratos A y B de la sociedad, sino quienes
han sido la población a quien se dirige la misión y la han experimentado o quienes tienen
conocidos que han experimentado los “beneficios” de las Misiones Bolivarianas”.
(Percepciones sobre las misiones por parte de los venezolanos, 2008, Pág: 3).
Acompañadas de estas declaraciones el informe interno de Hinterlaces presenta una
serie de testimonios que refuerzan sus argumentos de que entre quienes defienden con mayor
fuerza las Misiones nunca han sido beneficiadas de las mismas. Por no comprometer la
identidad de los entrevistados y no sobresaturar de testimonios esta parte de la investigación
presentaremos algunas de las más representativas por parte del informe:
“¿Las misiones están funcionando bien? Las Misiones si tienen un buen
funcionamiento, mucha gente que no sabía ni leer y escribir está aprendiendo, ya saben leer y
escribir. Muchos están formando parte de la Iglesia. Se creó la ley de los Consejos
Comunales, hay que concientizar mucho. NI-NI, mujer, adulto. Estrato C. El Cementerio-
Libertador.
Las misiones. Me parece bien. ¿Y eso que dicen que la calidad no es buena, que has
escuchado? Realmente no he estudiado allí, pero he escuchado que a algunas personas que
está bien, pero si de verdad me parece que mejoren la preparación del alumno. NI.NI, mujer,
joven. Estrato E. Las Minas-Baruta.
171
Yo por lo menos no estudié en ninguna misión, yo pago mi universidad, pero aún así
yo estoy de acuerdo con sus misiones. NI-NI, mujer, joven, estrato E. Petare.
Lo malo del gobierno es lo que pasó con la a tragedia. Lo bueno, que hay educación,
hay universidades, hay unas misiones llamadas Misión Sucre, Misión Ribas. Misión Negra
Hipólita, donde uno ha aprendido a leer. Eso son cosas buenas, por lo menos han puesto eso
de los Mercales, que hay muchas personas que si se han cuidado mucho con lo del Mercal,
que eso ayuda. Chavista, mujer, adulto. Estrato E. Estado Vargas.” (Percepciones sobre las
misiones por parte de los venezolanos, 2008, Págs.: 5-6).
Hay que fijarse que ninguno de los defensores de las misiones ha dicho que se ha visto
beneficiado por las mismas y siempre atribuyen su efecto positivo a terceras personas en
plural. Muchos se informan de la calidad de las Misiones por terceros indeterminados (“he
escuchado algunas personas por allí), otros dicen abiertamente que jamás han estudiado o
disfrutado de los beneficios de una misión, pero moralmente lo apoyan (como en el caso del
tercer testimonio), y otros para alabar la gestión del gobierno nombra un gran número de
misiones que por su población objetivo en específico de cada una, no pudo haber sido
beneficiarios de todas ni nombra a nadie en específico que conozca que se haya beneficiado de
las mismas.
La defensa de las misiones, en términos de Easton (1965) es para generar apoyo difuso
al gobierno del presidente Hugo Chávez, para que se hable bien de algo que no se conoce más
allá de la propaganda y en que la mayoría de los venezolanos no han sido beneficiados por las
misiones por las cifras registradas tanto por el CENDES como por Datanálisis. Esto sin duda
genera una percepción socialmente positiva de las misiones por parte de los venezolanos, que
pueden tener sus altibajos cuando otros factores (como fuentes alternativas de información a la
oficial sobre la eficacia de las misiones por ejemplo) entran en juego.
Mientras tanto, a nivel cotidiano donde el ser humano construye su percepción de la
realidad más exacta y precisa, quienes experimentan de primera mano los efectos de la misión
u obtienen información de la misma de fuentes completamente cercanas a su persona, tienen
172
una percepción francamente negativa de los efectos de las misiones en la colectividad
venezolana o al menos en su caso particular.
“Ya hace como un año que la gente entra en las universidades directamente, eso ha
causado por lo menos que al lado de donde yo estudio, la UNEFA, y en esa universidad yo
digo que entra cualquier tipo de persona, hay personas que están a punto de graduarse allí o
están a mitad de carrera, y usted les oye y lo que son en su mayoría son malandros, que no se
saben expresar. Por eso yo pienso que para ingresar en una universidad no puede ser todo el
mundo, uno debe tener una educación cultural de su hogar. En la Universidad no le van a
decir “Mira, no puede ser malandro, tú tienes que ser así”. Entonces se gradúan, no todos
pueden ser… NI-NI, hombre, adulto. Estado Vargas.
Pero una de las cosas que ha hecho, por ejemplo las Misiones, yo tengo una alumna
que estudia en la Misión Ribas, ya que quiere sacar el 5º año, pero ella me dice que ella no le
gusta la Misión porque la ponen a ver pura cosa, puros videos, más nada. No mandan
trabajos, no adelantan nada, por eso ella me dice que no aprende nada. Entonces ella me dice
“Mejor me inscribo en una cosa paga, salgo mejor preparada que en esas misiones que no
estoy saliendo bien preparada”. Chavista, mujer, joven. Estado Vargas.
No sé si esas misiones son buenas, yo nunca he tenido contacto con ese tipo de cosas.
Pero una amiga que estudió en Misión Bachiller, no sé cómo se llama, Ribas, esa, ella iba
sólo porque le pagaban un dinero, le daban una beca. No iba porque le nacía, ella iba porque
mensualmente le daban su dinero, ejercía su cuestión, “Ay este mes, me compro el zapato más
caro”. La cuestión está que ella es bachiller, y yo le hice preguntas que me llegaron a hacer
cuando yo estudiaba y esa niña no tenía la menor idea. Está lo que te comenté ayer, en mi
trabajo a una bachiller le dije que escribiera una cosa: “Bienvenidos a mi casa” y lo hizo con
K. Oposición, mujer, adulto. Estrato E, Petare.
A mí una muela me la sacaron en la Misión Barrio Adentro, me la acomodaron, la tipa
parecía que estaba matando un cochino. “Pero señora, me duele”, “Acaso no eres hombre”
173
me contestó. “Por supuesto que soy hombre” le digo, me afinco y gracias a Dios una mujer
me la quitó, una venezolana supongo que estaba a favor mío. Me mandaron un poco de pepas
para que se me calmara el dolor, ¡Y la muela estaba buena! Más nunca vuelvo a esa cosa. NI-
NI, hombre, adulto. El Valle-Municipio Libertador.
Ahorita rapidito les cuento esto, a mí me atendió una cubana, cuando estaba en
estado y no lo sabía. En una clínica popular de la Andrés Bello, y me hizo un Eco, se vio esto
(señas con las manos). Y luego me hicieron una endoscopia, y me pasaron una manguera, de
bromita no me mataron a mi hija. Me dijeron que era un quiste lo que tenía, pero en verdad
era mi hija, la pudieron haber matado. No sabía, la doctora era una cubana, me dice “tienes
un quiste”, no puede ser ¿Qué tiene que ver un quiste con el malestar que siento? Me hicieron
un eco, después la endoscopia y por poco no mataron a mi hija en mi útero. Y después fui a
una clínica normal, una amiga me acompañó a hacerme un examen, y salió positivo. NI-NI,
mujer, joven. Estrato D. El Cementerio, Municipio Libertador.
¿Cómo es Barrio Adentro? Bueno, las instalaciones son acordes a lo que explicaron,
porque si la medicina, si lo otro. Por lo menos las máquinas de tomografía, esa son
excelentes. ¿Qué pasa entonces? ¿Qué pasa? Como te digo y te explico Ellos no… a la hora
de una eventualidad, le llegan 7 pacientes traumatizados de una colisión de 2 vehículos, se
colapsan. Por lo mínimo se le han muerto 3. Tú sabes que se van a morir porque no saben. No
están capacitados, esa es la única medicina que saben. Los médicos venezolanos sí, y si vamos
ahora los médicos venezolanos son muy buenos. Tenemos todo para regalar. NI-NI, hombre,
adulto. Estado Vargas.
¿Los Centros de diagnóstico integral en Vargas? No funcionan… Entonces si tú llevas
los resultados de un centro médico por ejemplo al periférico de Pariata, no te lo reciben. A mi
pareja la tuvimos que trasladar de un Centro Integral por apendicitis y no lo querían recibir,
la ambulancia allá fuera y el allí. ¿Por qué? Porque era un diagnóstico cubano. NI-NI,
mujer, joven. Estado Vargas” (Percepciones sobre las misiones por parte de los venezolanos,
2008, Págs: 7-8).
174
Quienes experimentan los efectos de la Misión en cuestión, en especial en el caso de la
Misión Barrio Adentro, no hablan bondades de la Misión en sí, y en la mayoría de las
ocasiones cuestionan la calidad del servicio gracias a la información de primera mano que
disfrutan por su experiencia o por la de un cercano. Algunos desconocen cómo funciona la
misión, pero un conocido con suficiente confianza le describe en qué consiste la Misión de una
manera que se origina una percepción social negativa sobre la misión o la experiencia propia
de la persona es suficiente para confirmar que la calidad de la Misión no es la pregonada por la
propaganda oficial. Estas percepciones no son publicitadas por los grandes medios estatales y
posiblemente tampoco por los medios de comunicación privados adversos al ejecutivo
nacional, lo cual permite que la inmensa cantidad de venezolanos que no son beneficiarios de
las Misiones sociales del gobierno tengan una percepción social positiva de las mismas, pero
cuando se le confrontan con los efectos objetivos de la Misión se origina la disonancia
cognoscitiva.
La disonancia en muchos casos, en los estudios realizados por Hinterlaces se resuelven
a través de las diferentes técnicas de resolución de la disonancia. Según Milburn (1994) la
disonancia cognoscitiva se suele resolver de cuatro maneras:
1.- Negación: Se elimina la inconsistencia simplemente negando que existe.
2.- Apoyo: Se añade elementos a un par inconsistente de cogniciones para que la
inconsistencia sea abrumado por otros elementos consistentes.
3.- Diferenciación: La persona divide en dos partes un elemento particular, uno
inconsistente y el otro consistente, restaurando así el balance.
4.- Trascendencia: Crear una nueva estructura cognoscitiva usando elementos de la
estructura desbalanceada.
En el informe de Hinterlaces, se registran procesos en que se demuestran el proceso de
disonancia cognitiva, cuando el moderador confronta al entrevistado que afirma de las
bondades de las políticas e intenciones del gobierno, con cifras o afirmaciones que
desbalancean las afirmaciones positivas de los resultados. A continuación algunas
demostraciones de este fenómeno.
175
“Por allí dicen que este es el gobierno que menos viviendas ha construido. Ellos se basan en
las cifras del Ministerio de Viviendas. Allí se demuestra según cifras del Ministerio de
Interior y Vivienda, que este es el gobierno que menos viviendas ha construido desde 1958,
a pesar que ha invertido más recursos que otro gobierno. Del Ministerio de finanzas
encuentran, que la Deuda Externa Venezolana ha crecido en un 40%, a pesar que es el
gobierno que más se ha inundado de dinero por concepto de venta de petróleo. PDVSA se
acaba de endeudar, 16 millardos de dólares. De la mitad de ese tiempo se han cerrado la
mitad de las empresas que existían en 1998, y en los últimos 10 años, la inversión extranjera
que permite generar empleo se ha reducido a casi 0. ¿Qué crees tú? No sé, yo tengo mi punto
de vista. ¿Si eso fuese cierto? Yo voy a hablar como una chavista, yo he visto que han
construido viviendas, además hay más cosas. Por eso yo opino… Pero te digo que el
Ministerio de la Vivienda, del Gobierno, dice que no se han construido tantos como
parecen. Que eso es un error, lo que pasa es que el ministro anterior no hacía. ¿Qué
pensarías? Bueno como chavista te voy a decir que no, exacto. ¿Y que la deuda ha crecido?
No, incluso están todos en la Avenida Lecuna, que se van a construir bastantes viviendas.
Entonces es un error que ellos digan que no se han construido. ¿Tú crees en el Presidente?
Claro, en lo que me dicen y en lo que veo. Chavista, mujer, adulto. Estrato D, Municipio
Libertador, Sector El Cementerio.
Cuando él dice por ejemplo “estamos construyendo muchas viviendas” porque los datos del
Ministerio de la Vivienda dice que este es el gobierno que menos viviendas ha construido.
Que cuando él dice que hay puras cooperativas, la mayoría de las cooperativas no
funcionan. Que cuando financia una empresa, la empresa no funciona o tiene problemas y
se arruina, que Venezuela se está endeudando, a pesar que hay más ingresos, la deuda
externa ha aumentado. O se endeudo Venezuela se endeudó con China por 4 millardos de
bolívares, que cada vez que saca bonos, si esto fuese verdad, si esto fuese verdad, entonces él
estaría engañando a los venezolanos, que creen en él. Si todo esto fuese verdad, que el
tolera la corrupción porque la tiene de frente. Los demás presidentes lo hacían. Si lo está
haciendo, es porque es un ser humano. Suponiendo que lo está haciendo. ¿Qué pensarías tú
si fuese la verdad? Es que nosotros los venezolanos hemos estado recibiendo mentiras toda la
vida, entonces que si el Presidente Chávez está diciendo mentiras, es estar en una posición de
176
no querer creer. Es que siempre nos han dicho siempre tantas mentiras, pero tantas mentiras
que es difícil de detectar cuando te dicen la verdad. Entonces supongamos que el Presidente
Chávez está diciendo mentiras, uno más del montón, se va a caer. ¿Qué pasaría? Pienso que
si hemos vivido toda la vida de mentiras, sería una decepción demasiado grande. Porque
claro el dice esto, es una falta de respeto como le faltan el respeto a él. Sería una decepción
que se llevaría a todos. Chavista, mujer, adulto. Estrato E. Municipio Sucre, Barrio El
Carpintero.
¿Por qué crees que se han construido tan pocas viviendas en los últimos años?
Según cifras del Ministerio de la Vivienda, este es el gobierno que menos viviendas ha
construido en toda la historia democrática del país. Unos dicen que hay menos viviendas,
otros dicen que hay más viviendas, porque usted va para Valencia, son viviendas que están
haciendo, usted va para Charallave y vivienda es lo que están haciendo, pero la cuestión no
es que le van a hacer la casa a ella… ¿Pero cuando tú ves la cifra del Ministerio que dicen
que este es el gobierno que menos viviendas ha hecho, que pensarías tú? Está mintiendo,
porque yo no tengo esas estadísticas del ministerio que ha hecho menos viviendas, se ha
hecho mucho más viviendas. ¿Sabe la cantidad de gente que salió de aquí, con viviendas
hacia afuera? Chavista, mujer, tercera edad. Estrato E, Parroquia El Valle, Municipio
Libertador.” (Percepciones sobre las misiones por parte de los venezolanos, 2008, Págs.: 10-
11).
En el primer testimonio y en el tercero vemos un ejemplo de Negación. Las
entrevistadas niegan que las afirmaciones del entrevistador sean ciertas, incluso insinúan mala
intención del entrevistador. Además añaden algunos elementos de Apoyo en ambos
testimonios. En el primero se dice “Creo en lo que me dicen y en lo que veo” y en la tercera
“¿Sabe la cantidad de gente que salió de aquí, con viviendas hacia afuera”. En la segunda, el
caso se inicia con Apoyo únicamente, al decir que si el Presidente mintiera, eso no lo hace
peor que los anteriores que también lo hacían.
En conclusión, podemos decir que la pobre conexión entre los indicadores de
desempeño del sistema de salud venezolano con la Opinión Pública venezolana, es que entre
ellas media un conjunto de elementos distorsionadores (posiblemente la propaganda oficial o
la legitimidad moral de la Misión) que hacen que las mismas no sean coherentes entre sí
177
mismas entre los años 2003-2007. En una sociedad políticamente polarizada esto es
comprensible y altamente entendible, confirmando que la construcción de la opinión pública
es la suma de opiniones subjetivas sobre un tema de interés público y no una medición
inapelable de datos objetivos sobre la realidad humana.
178
CAPÍTULO V: CONCLUSIONES.
El objetivo principal de esta investigación era describir como evaluaba la Opinión
Pública venezolana las políticas en materia de salud pública del gobierno central venezolano,
desde inicios del 2003 hasta diciembre del 2007, en comparación a los indicadores de
desempeño del gobierno central venezolano dentro de ese mismo período en materia del
sistema de salud nacional. Dividimos este objetivo en describir como se ha comportado el
desempeño del sistema de salud venezolano durante los años estudiados (añadiéndose el año
2002 para hacer más contraste con la irrupción de la Misión Barrio Adentro en el
comportamiento de esas variables) con base a los indicadores del estado de salud de la
población; describir como se comportó la opinión pública venezolana entorno a su nivel de
apoyo o desaprobación al sistema público de salud nacional (nuevamente añadiendo el año
2002 antes del período 2003-2007 para conocer el efecto de la Misión Barrio Adentro); y con
base al cumplimiento de estos dos objetivos secundarios, analizar el grado de conexión que
existe entre los índices de desempeño del gobierno central en materia de salud y la percepción
de la opinión pública con dicho desempeño. De la realización de estos objetivos secundarios
se cumpliría el objetivo principal de la investigación: Saber cómo evaluó la Opinión Pública
venezolana la gestión gubernamental del Estado Central en materia de salud pública.
El primer objetivo secundario, conocer el comportamiento de la gestión en materia de
salud pública, se hizo con base a uno der los criterios de la Organización Panamericana de la
Salud para evaluar el desempeño del sistema de salud de un país: monitorear, evaluar y
analizar el estado de la salud de la población (Organización Panamericana de la Salud, 2002).
El estudiar el estado de la salud de la población venezolana bajo el sistema de salud nacional
nos llevó a evaluar un conjunto de indicadores de salud basados en los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (Uzcátegui y Toro Merlo, 2009) que en materia médica para los estados firmantes
de la Declaración del Milenio los comprometía a:
- Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de niños menores
de 5 años.
179
- Reducir entre 1990 y 2015 la mortalidad materna en tres cuartas partes.
- Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la propagación del
VIH/SIDA.
- Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la incidencia del
paludismo y otras enfermedades graves.
La medición cuantitativa de estos objetivos médicos basados en las Metas del
Milenio nos llevó a examinar un conjunto de indicadores que englobara como habían
evolucionado la cristalización de estos objetivos dentro del período 2003-2007
(añadiéndose el año 2002 para contrastar el efecto positivo o negativo de la entrada de la
Misión Barrio Adentro para modificar el comportamiento de estos índices médicos) y por
lo tanto el estado de la salud de los venezolanos con respecto al sistema de salud nacional.
Esto implico el examinar siete (7) indicadores específicos de carácter médico para
averiguar cómo había evolucionado Venezuela con relación estos indicadores del estado de
la salud de la población venezolana construidos bajo los criterios de los Objetivos del
Milenio: Razón de muertes maternas entre los años 2003-2007, la tasa de muertes
perinatales entre los años 2003-2007, el número de vacunas colocadas por enfermedad
entre los años 2005-2007, el comportamiento de los principales causas de muerte de niños
entre 1 y 4 años entre los años 2003-2007, el comportamiento de las principales causas de
muertes de niños menores de 1 año entre los años 2003-2007, Número de muertes por
enfermedades endémicas entre los años 2003-2007 y el número de infectados por
VIH/SIDA entre los años 2003-2007 , con base a los objetivos del milenio.
Estos indicadores en varios casos se subdividieron a su vez en otros indicadores
para tener una visión más precisa del comportamiento de los indicadores estudiados: Las
muertes perinatales se dividieron en quienes morían antes de los 28 días de nacidos, y
quienes los hacían entre los 28 días y 11 meses de nacimiento; el número de vacunas
colocadas se evaluó por separado: la tasa de cobertura de vacunación de pentavalente,
antipolio, antirotavirus, BCG, antiamarílica y trivalente viral.
180
Entre el comportamiento de la muerte de niños entre 1 y 4 años, se estudio
globalmente la mortalidad de este sector de la población venezolana, para estudiar luego
en específico las causas de muertes que tenían que ver con la atención médica primaria
para prevenir las principales enfermedades que incidían en este tipo de muertes (no todas
las muertes de niños entre 1 y 4 años se debían por razones sanitarias): Tasa de muertes
por enfermedades infecciosas intestinales de niños entre 1 y 4 años , tasas de muerte por
influenza y neumonía de niños entre 1 y 4 años, y tasas de muertes de niños entre 1 y 4
años por enfermedades respiratorias durante los años 2002-2007. Finalmente para estudiar
la incidencia del paludismo y otras enfermedades endémicas se estudió la evolución del
2002 al 2007 de la tasa de muertes por paludismo y tuberculosis, las principales
enfermedades de carácter endémica en Venezuela según los anuarios de mortalidad.
Al tenerse construido estos indicadores, se procedió a hacer una evaluación
comparativa del comportamiento de los mismos en Venezuela frente a otros países como
Colombia y Chile. Colombia, como país vecino a Venezuela y con similitudes en su
población en cuanto a estructura social y acervo cultural con respecto a nuestro país, servía
como ejemplo comparativo de cómo un país con los rasgos de Venezuela debería
comportarse de acuerdo a los índices de salud construidos con base a los Objetivos de
Desarrollo del Milenio. Chile, como país con los mejores indicadores de desarrollo
humano de la región según la CEPAL (CEPALSTAT, 2010) tendría el papel de cuál sería
el nivel óptimo a aspirar en Latinoamérica en materia de los indicadores construidos en la
presente investigación sobre el estado de salud de la población con relación al sistema de
salud público. Es decir, que medida cada país y su sistema nacional de salud afectaban el
estado de la salud de sus habitantes, uno de los criterios de evaluación del desempeño del
sistema de salud contemplados por la OPS (2002).
De la comparación entre los 3 países se pudo concluir que Venezuela ha tendido a
mejorar los indicadores de salud adoptados en esta investigación, de manera superior o al
menos muy similar a los de Colombia, aunque inferiores a un país de tan elevado índice de
desarrollo humano como Chile. En contraste, en materia de vacunación, su cobertura ha
ido reduciéndose mientras que en el caso colombiano y chileno ha ido aumentando. Esto
llevaba la necesidad de estudiar de manera particularizada la evolución de los indicadores
de la investigación dentro del período de tiempo establecido: 2002-2007. Así se conocería
181
a que magnitud habían evolucionado positiva o negativamente los indicadores en
Venezuela según su propio historial de salud pública.
Con base a ese estudio llegamos a las siguientes conclusiones:
- La razón de muertes maternas en el país del 2002 al 2007 se redujo de 68 muertes
por cada cien mil habitantes en el 2002, a 56,8 muertes por cien mil habitantes
paras el 2007, con altibajos entre los años 2005 y 2006, en que la cifra aumentó
hasta 59,9 y 60,5 muertes por cada cien mil habitantes en los respectivos años.
- La tasa de muertes perinatales implicó varios comportamientos según el grupo
estudiado: Los niños menores a 28 días de nacidos del 2002 al 2007 redujeron su
tasa de mortalidad por cada cien mil habitantes de 10,20 muertes a 9,80 muertes
por cada cien mil habitantes. En el caso de los niños entre 28 días de nacidos y 11
meses, la tasa se redujo de 5,3 muertes por cada cien mil habitantes en el 2002 a
4,20 en el 2007. En el caso de muertes por afecciones perinatales, se redujo desde
el 2002 de 9,84 muertes por cada cien mil habitantes a 8,08 en el 2007, habiendo
un rebote de la tasa de mortalidad entre los años 2006-2007, donde se pasó de 7,67
muertes por cada cien mil habitantes a 8,08 muertes por cada cien mil habitantes.
- En el caso de las muertes de niños entre 1 y 4 años, se registró una reducción de
muertes por cada cien mil habitantes de 75 a 56 muertes por cada cien mil
habitantes, habiendo un rebote fuerte en el año 2003 que alcanzó las 96 muertes por
cada cien mil habitantes. Desglosando las principales causas de muertes por
enfermedad de niños entre 1 y 4 años, se tuvo registro que la tasa de mortalidad por
enfermedades infecciosas intestinales se redujo ligeramente de 10 por cada cien mil
habitantes a 7 por cada cien mil habitantes, con un importante rebote de estas cifras
entre los años 2002 al 2003 (se pasó de 10 a 18 muertes por cada cien mil
habitantes). Dentro de las tasas por muertes por neumonía, se redujo la tasa de
mortalidad de 8 muertes por cada cien mil habitantes a 6 por cada cien mil
habitantes, con importantes rebotes entre los años 2002 al 2003 (donde se pasó de 8
a 12 muertes por cada cien mil habitantes) y del 2006 al 2007, donde la tasa
aumentó de 5 a 6 muertes por cada cien mil habitantes. Y en el caso de niños entre
182
1 y 4 años muertos por enfermedades respiratorias, la tasa se mantuvo igual entre el
2002 al 2007 en 1 por cada cien mil habitantes, con incrementos de hasta 2 muertes
por cada cien mil habitantes del 2002 al 2003, y reducciones significativas del 2004
al 2005 de 1 muerte a 0,4 muertes por cada cien mil habitantes hasta llegar
nuevamente a la misma cifra del año 2002 durante el 2007: 1 muerte por cada mil
habitantes.
- En materia de vacunación, la cobertura en vacunación pentavalente se redujo del
2005 al 2007 de 81% de los niños menores de 1 año a 61%. En la vacunación
antipolio, la vacunación se redujo de 80% de cobertura a 67% entre los años 2005
al 2007. En la vacunación antirotavirus, la cobertura entre el 2005 y el 2007 se
incrementó de 26% para el 2006 a 29% en el 2007. La vacunación en materia de
BCG la cobertura se redujo entre 2005 y 2007 de 95% a 82%. En el caso de la
vacunación antiamarílica, la cobertura entre los años 2005 al 2007 se redujo del
80% al 57%. Y en el caso de la vacunación trivalente viral, la cobertura entre el año
2005 al 2007 se redujo de 76% de cobertura a 56%.
- En el caso de las infecciones por VIH/SIDA el número de infectados aumentó
107.028 personas para el 2003 a 133.080 para el 2007 (de 4,57 infectados por cada
cien mil habitantes a 4,84).
- En el caso de las enfermedades endémicas, las tasas de muertes por paludismo se
redujeron del 2002 al 2007 de 0,0009 muertes por cada cien mil habitantes a
0,0005, habiendo altibajos entre el 2002 en que la cifra se elevó hasta 0,0010,
pasando luego a una reducción constante hasta llegar a 0,0005 muertes por cada
cien mil habitantes. En el caso de la tuberculosis, la tasa de muertes por cada mil
habitantes debido a la enfermedad se redujo de 0,027 muertes por cada cien mil
habitantes, a 0,024 por cada cien mil habitantes para el 2007, habiendo un
incremento de esa mortalidad entre los años 2004 al 2006, en que la cifra pasó de
0,020 muertes por cada mil habitantes hasta 0,023 en el 2006.
183
En conclusión durante los años 2002 al 2007, las tasas de muertes perinatales,
infantiles y tuberculosis empezaron a reducirse a partir del año 2004, un año después de la
implementación de la Misión Barrio Adentro (los casos de razón de muertes maternas se
mantuvo en ascenso hasta el año 2006 y el paludismo es 50% superior al de 1998). El número
de infectados por el VIH/SIDA pasó de una tasa de 4,57 infectados por cada mil habitantes a
4,84 entre los años 2003 al 2007, lo cual es natural en una población que tiende a un
crecimiento vegetativo. En el caso de la cobertura de la vacunación, excepto en el caso de la
cobertura de la vacuna antirotavirus, la cobertura de vacunación se redujo del 2005 al 2007, y
en todo los casos por debajo del 90% de cobertura de niños menores de 1 año de nacido, la
cifra aceptable de cobertura de vacunación a nivel internacional de menores de 1 año de
nacido.
Pasando al segundo objetivo secundario de nuestra investigación, procedimos a medir
como evaluaba el sistema de salud público venezolano por parte de la Opinión Pública
venezolana, desde el año 2003 hasta el año 2007 usando las cifras tanto de la encuestadora
Datanálisis como del Latinobarómetro. En términos brutos los niveles de satisfacción con la
gestión del Estado Central en materia de salud pública pasaron del 2002 al 2007 de un 22,7% a
un 58,1%, donde en agosto del año 2006 se alcanzó el máximo de satisfacción con el sistema
de salud público con un 72,4% de aprobación por parte de la opinión pública venezolana para
luego descender paulatinamente hasta el 58,1% registrado en noviembre del 2007. El nivel de
insatisfacción con la gestión gubernamental en materia de salud entre el 2003 y el 2007, para
julio del 2003 era que el 76,1% de los venezolanos se sentían insatisfechos con la gestión del
gobierno central en materia de salud y en noviembre del 2007 esa cifra era de 39,4% de los
venezolanos se sentían insatisfechos con la gestión gubernamental en materia de salud. El
punto más bajo de esta desaprobación fue en abril del 2006, donde sólo el 24,5% de los
venezolanos se sentían insatisfechos con el sistema de salud del gobierno central.
Incluyendo el año 2002 y promediando todas las evaluaciones hechas por Datanálisis
en un solo año, para restar el número de sujetos satisfechos con la gestión gubernamental en
materia de salud con el número de sujetos insatisfechos en materia de salud para el 2007,
vemos que para el año 2002, el -28,60% de los venezolanos apoyaban de manera neta la
gestión del Estado Central en materia de salud, mientras que en el 2007 la aprobación neta a
184
la gestión en materia de salud pública se expresa en números positivos de 29,73% de apoyo.
En medio de este intervalo, en el 2003 se registra el nivel más bajo de aprobación neta al
sistema de salud del Estado Central en -42,90% y el nivel de apoyo más alto en el año 2006,
con 41,50%. En conclusión, en números elaborados la Opinión Pública pasó de apoyar el
sistema de salud público de un 22,7% en el 2002 a elevar esa cifra hasta 58,1% en el 2007,
alcanzando una cifra espectacular de aprobación bruta al sistema de salud en agosto del 2006
con 72,4% que apoyaban el sistema de salud del gobierno central. Restando aprobación menos
desaprobación, de números negativos -28,60% en el 2002 la Opinión Pública elevó su
apreciación del sistema público de salud hasta 29,73% en número positivos, alcanzando en el
2006 su cifra de mayor aprobación neta de 41,50%. El gobierno logró en 5 años mejorar la
imagen del sistema público de salud, especialmente desde la entrada de la misión Barrio
Adentro al sistema de salud público nacional.
En el caso del Latinobarómetro, usando la escala de Likert, registró que en el año 2003
sólo el 44,6% de los venezolanos estaban muy satisfechos o más bien satisfechos con el
sistema de salud venezolano, en contraste con el año 2007, en que 77,2% de los venezolanos
estaban muy satisfechos o más bien satisfechos con el sistema de salud público nacional. En el
caso contrario, en el año del 2003, 55% de los venezolanos estaban no muy satisfechos o nada
satisfechos con la gestión en materia de salud del gobierno central, cifra que se reduce a 11,4%
de venezolanos que estaban no muy satisfechos o nada satisfechos con la gestión en materia de
salud del Estado Central. En conclusión, ya sea por Datanálisis en términos dicotómicos o
Latinobarómetro por escala de Likert los venezolanos del 2003 al 2007 mejoraron
sustancialmente su percepción sobre la gestión en materia de salud por parte del Estado
Central.
En el tercer objetivo secundario de nuestra investigación, que a su vez engloba el
objetivo principal de la investigación, que es analizar el grado de conexión entre la percepción
de la Opinión Pública sobre el desempeño del sistema nacional de salud y los índices de
desempeño del sistema de salud por mediciones objetivas, podemos decir a nivel general que
no existe globalmente una conexión entre ambas variables. Se correlacionaron
descriptivamente 16 tasas y porcentajes que sirvieron para evaluar el desempeño en materia de
salud del gobierno durante los años 2002-2007, con el porcentaje de aprobación neta de la
Opinión Pública venezolana hecha por la empresa Datanálisis durante esos años (luego de ser
185
restada previamente el promedio de aprobación menos el promedio de desaprobación de las
evaluaciones a la gestión de salud), dando como resultado que 15 dieron una conexión muy
débil o nula entre Opinión Pública y desempeño del sistema de salud público evaluado con
base al estado de salud de la población.
De los dos restantes, sólo el número de muertes de niños entre 1 y 4 años tenía
coherencia con la evaluación que tenía la Opinión Pública sobre el sistema de salud nacional,
pero el mismo estaba condicionado por un conjunto de factores que no dependen del
desempeño del sistema de salud para determinar la muerte de los niños entre esas edades. De
los factores de que si afectan en materia médica en las tasas de mortalidad de los niños entre 1
y 4 años con mayor fuerza en nuestro país (enfermedades infecciosas intestinales, neumonía e
influenza, y enfermedades respiratorias) el nivel de conexión con la Opinión Pública es tan
débil que se consideró no relevante para decir que el desempeño médico había condicionado
de alguna forma la opinión pública venezolana en materia de mortalidad de niños entre 1 y 4
años de edad.
En resumen, la conexión entre desempeño del sistema de salud público del gobierno
central en Venezuela, especialmente desde la entrada de la Misión Barrio Adentro en el
sistema de salud, guarda una relación muy débil de condicionamiento de las percepciones que
tiene la Opinión Pública en materia de cómo funciona el sistema de salud nacional público. La
Opinión Pública venezolana entre el 2003 al 2007 es poco dependiente del desempeño
objetivo del sistema de salud nacional con base al estado de salud de la población y hace
pensar que variables de otro tipo son las que han condicionado las variaciones de la opinión
pública dentro de esta materia.
Lo anterior refuta nuestra hipótesis original de que la Opinión Pública venezolana
estaba en consonancia con la evolución de los índices de desempeño del sistema público de
salud durante el período 2003-2007. Índices de desempeño que se deterioraban del 2002 al
2003 en muchos casos, respondían a mejoras sustanciales del nivel de apoyo de la Opinión
Pública en materia del sistema de salud nacional, al igual que el año 2006 en que muchos
indicadores se deterioraron notablemente, la Opinión Pública llegó a su máximo de apoyo al
sistema de salud público venezolano. Es decir, la política pública de salud que posibilitaba la
mejora o desmejora de los indicadores de las condiciones de salud de la población venezolana,
186
no era la que afectaba la percepción de la opinión pública nacional sobre el estado del sistema
de salud.
Adicionalmente, en muchas ocasiones cuando la evolución de una percepción positiva
o negativa del desempeño del sistema de salud público era coherente con los indicadores de
salud, el comportamiento de ambas variables era desproporcionada, donde una muy pequeña
(y en muchos casos insignificante) modificación de un índice de desempeño en materia de
salud con relación al estado de salud de la población, se traducía en enormes variaciones en la
percepción que tenía la opinión pública sobre la eficacia y efectividad del sistema público
nacional de salud.
Esto pudiera llevar a la conclusión que lo que sugestiona a la Opinión Pública en
materia de desempeño del Estado Central en materia del sistema de salud público, no está en
el desempeño del sistema de salud público traducido en estado de salud de la población, por
parte del gobierno sino en otros factores. Asomamos de manera tentativa, para futuras
investigaciones sobre el fenómeno, que los elementos que posiblemente influyeron en la
opinión pública alrededor del tema del sistema de salud nacional rondan por un lado, el grado
de reconocimiento popular que provocó la introducción de la Misión Barrio Adentro al
acercar el sistema de salud a los estratos D y E de la sociedad venezolana. El impacto pudiera
haber sido de tal magnitud que dio una evaluación sustantivamente positiva en cuanto a la
percepción de los logros del sistema público de salud por encima de los resultados reales
(Sabatier y Mazmanian, en Aguilar Villanueva, 1993). Adicionalmente, los actores políticos
encargados de la Misión, elaboraron un plan de promoción de esta política de salud, haciendo
énfasis en el proceso de inclusión que se manifestaba a través del proceso de acercamiento del
médico al paciente en las zonas populares anteriormente deficientemente asistidas (Deutsch
1974).
Estas afirmaciones para sostener esta hipótesis alternativa pudieran tener asidero en los
estudios cualitativos hechos por la encuestadora Hinterlaces durante los años 2003-2008
(2008), que denotan que quienes apoyan el sistema público de salud y especialmente las
Misiones Sociales (en particular la Misión Barrio Adentro) nunca habían sido beneficiados ni
por el sistema de salud ni por las misiones y en cambio, su apoyo al mismo se evidencia como
de carácter moral o producto de la promoción gubernamental. Cuando se le confronta a dichos
entrevistados con las cifras reales del desempeño del gobierno en diversas materias de su
187
competencia, sufren de procesos de disonancia cognoscitiva. Lo interesante de este proceso es
cómo los entrevistados buscan resolver la disonancia por medio de la descalificación de las
cifras o por medio de la repetición de mensajes escuchados a través de las campañas oficiales.
Se es consciente de las limitaciones de los métodos cualitativos para generalizar tendencias en
la sociedad venezolana, pero viendo los resultados de nuestra investigación, se puede
considerar que es un punto de partida válido para futuras investigaciones relacionadas con la
indagación de la relación entre opinión pública y desempeño gubernamental.
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de Chile y sus componentes Chile, 1990-2007. Santiago de Chile. [Web en línea].
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208
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en la niñez, según grupos de edad, por región y comuna, 2007. Santiago de Chile.
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por grupos programáticos. Mortalidad infantil y sus componentes por región y comuna
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natalidad 2007. Santiago de Chile. [Web en línea]. Disponibilidad en Internet en:
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Nacimientos vivos registrados, según entidad federal, de residencia habitual de la
madre, 2000 - 2008. Caracas. [Web en línea] Disponibilidad en Internet en:
http://www.ine.gov.ve/registrosvitales/salida_poblacion.asp?vyears=[years].[2000],[ye
ars].[2001],[years].[2002],[years].[2003],[years].[2004],[years].[2005],[years].[2006],[
years].[2007],[years].[2008]&vmes=%20&sexo=&vsexo=&ventidad=[entidad].[Distrit
o%20Capital%201/],[entidad].[Amazonas],[entidad].[Anzo%E1tegui],[entidad].[Apure
],[entidad].[Aragua],[entidad].[Barinas],[entidad].[Bol%EDvar],[entidad].[Carabobo],[
entidad].[Cojedes],[entidad].[Delta%20Amacuro],[entidad].[Falc%F3n],[entidad].[Gu
209
%E1rico],[entidad].[Lara],[entidad].[M%E9rida],[entidad].[Miranda],[entidad].[Monag
as],[entidad].[Nueva%20Esparta],[entidad].[Portuguesa],[entidad].[Sucre],[entidad].[T
%E1chira],[entidad].[Trujillo],[entidad].[Yaracuy],[entidad].[Zulia],[entidad].[Vargas
%202/],[entidad].[Ignorado]&vregistro=Nacimientos. (Con acceso el 17 de marzo del
2010).
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS. 2008. Estadísticas vitales: Nacimientos
registrados por año de registro según entidad de federal, 2008. Caracas [Web en
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http://www.ine.gov.ve/registrosvitales/resnacimiento.asp . (Con acceso el 17 de
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INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS.2008. Estadísticas vitales: Nacimientos
registrados por año de registro según entidad de federal. 2008. Caracas. [Web en
línea]. Disponibilidad en Internet en:
http://www.ine.gov.ve/registrosvitales/salida_poblacion.asp?vyears=[years].[2000],[y
ears].[2001],[years].[2002],[years].[2003],[years].[2004],[years].[2005],[years].[2006
],[years].[2007],[years].[2008]&vmes=%20&sexo=&vsexo=&ventidad=[entidad].[Di
strito%20Capital%201/],[entidad].[Amazonas],[entidad].[Anzo%E1tegui],[entidad].[
Apure],[entidad].[Aragua],[entidad].[Barinas],[entidad].[Bol%EDvar],[entidad].[Cara
bobo],[entidad].[Cojedes],[entidad].[Delta%20Amacuro],[entidad].[Falc%F3n],[entid
ad].[Gu%E1rico],[entidad].[Lara],[entidad].[M%E9rida],[entidad].[Miranda],[entidad
].[Monagas],[entidad].[Nueva%20Esparta],[entidad].[Portuguesa],[entidad].[Sucre],[e
ntidad].[T%E1chira],[entidad].[Trujillo],[entidad].[Yaracuy],[entidad].[Zulia],[entida
d].[Vargas%202/],[entidad].[Ignorado]&vregistro=Defunciones. (Con acceso el 17
de marzo del 2010).
INDEX MUNDI. 2008. Colombia VIH/SIDA –habitantes infectados con VIH/SIDA. United
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MINISTERIO DEL PODER POPULAR DE PLANIFICACIÓN Y FINANZAS. 2010.
Sistema Integrado de Indicadores Sociales de Venezuela. Caracas. [Web en línea].
Disponibilidad en Internet en: http://www.sisov.mpd.gob.ve/indicadores/. (Con
acceso el 19 de noviembre del 2010).
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA RELACIONES EXTERIORES. 2008. Misión
Barrio Adentro I, II, III, IV.Caracas. [Web en línea]. Disponibilidad en Internet en:
http://ceims.mre.gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&catid=23&id
=39:mision-barrio-adentro-i-ii-iii-iv . (Con acceso el 13 de marzo del 2010).
WORLD HEALTH ORGANIZATION. 2010. “Chile reported immunization coverage”.
Washington, D.C. [Web en línea]. Disponibilidad en Internet en:
http://www.who.int/immunization_monitoring/en/globalsummary/timeseries/tscovera
gebycountry.cfm?C=CHL (Con acceso el 22 de marzo del 2010).
211
ANEXOS
1.- Indicadores de desempeño del Gobierno Central en materia de salud
durante los años 2003-2007.
1.1- Razón de muertes maternas: Venezuela.
Años de estudio Razón de mortalidad materna
total
2002 68
2003 57,8
2004 58,5
2005 59,9
2006 60,5
2007 56,8
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
212
Razón de muertes maternas: Colombia
Años
de
estudio
Total Total población del año Razón de mortalidad total
2003 553 861.462 0,64
2004 569 857.109
0,66
2005 506 856.212
0,59
2006 536 856.215
0,62
2007 536 856.434
0,62
Fuente: Anuario de mortalidad de Colombia 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007, con el Departamento de
Administrativo Nacional de Estadística tanto cuadros de nacimientos por área y sexo, según departamento de
ocurrencia como Proyecciones2006-2020 con base a los resultados de las estimaciones 1985-2005 del
Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE).
Razón de muertes maternas: Chile
Años de estudio Total Razón de mortalidad total
2003 33 0,134
2004 42 0,173
2005 48 0,198
2006 47 0,193
2007 44 0,182
Fuente: Ministerio de Salud, Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS)
213
1.2.- Tasa de muertes perinatales.
A) Tasa de muertes de niños menores a 28 días de nacidos.
Tasa de mortalidad general de todos los niños menores a los 28 días de nacidos en Venezuela.
Años de estudio Tasa de mortalidad perinatal total
2002 10,2
2003 10,8
2004 10,6
2005 10,8
2006 10
2007 9,8
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Tasa de mortalidad general de todos los niños menores a los 28 días de nacidos en
Colombia.
Años de estudio Total
niños
Total población nacida ese año Tasa de mortalidad total
2003 7655 710.702 10,77
2004 7385 723.099 10,21
2005 7225 719.968
10,03
2006 6801 714.450 9,51
2007 6874 709.253
9,69
214
Fuente: Anuarios estadísticos mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, junto con los datos del número de
nacimientos por área y sexo, según departamento de ocurrencia del Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE) de Colombia.
Tasa de mortalidad general de todos los niños menores a los 28 días de nacidos en Chile.
Años de
estudio
Total niños Total de población nacida ese año Tasa de mortalidad total
2003 1212 247907 5,1
2004 1305 246317 5,6
2005 1254 244726 5,4
2006 1249 246200 5,4
2007 1356 247674 5,6
Fuente: Principales causas de muerte en Chile por regiones 1997-2003, del Instituto Nacional de Estadísticas.
Mortalidad infantil y sus componentes por región y comuna, durante los años 2004, 2005, 2006 y 2007 del
Ministerio de Salud de Chile.
B) Tasa de muertes de niños entre un mes y 11 meses de nacidos.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un mes y 11 meses de nacidos en
Venezuela.
Años de estudio Tasa de mortalidad total
2002 5,3
2003 7
2004 5,3
2005 4,7
2006 4,2
2007 4,007
215
Fuente: Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas, Sistema Integrado de Indicadores Sociales de
Venezuela.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un mes y 11 meses de nacidos en
Colombia.
Años de estudio Total niños Total población del año Tasa de mortalidad total
2003 4555 975.046 4,67
2004 4387 974.675 4,50
2005 4231 960.903 4,40
2006 4248 714.450 5,94
2007 3993 874.464 4,56
Fuente: Indicadores básicos de la situación de salud en Colombia 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. Con los
anuarios de mortalidad del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de estadísticas vitales.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un mes y 11 meses de nacidos en
Chile
Años de
estudio
Total niños Total población
del año
Tasa de mortalidad total
2003 723 247907 2,91
2004 729 246317 2,95
2005 657 244726 2,68
2006 590 246200 2,39
2007 653 247674 2,63
Fuente: Mortalidad infantil y sus componentes por región y comuna del 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, del
Departamento de Estadística e información de Salud del Ministerio de la Salud de Chile.
216
C) Tasa de muertes de niños entre un año y 4 años de nacido.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un año y 4 años de
nacidos en Venezuela.
Años de
estudio
Número de
niños
varones
Número de
niños
hembras
Total
niños
Total de entre un
año y 4 años
Tasa de
mortalidad total
2002 1132 982 2114 2.796.840 75
2003 1433 1280 2713 2.812.381 96
2004 1108 977 2085 2.827.936 73
2005 933 762 1695 2.843.098 59
2006 911 739 1650 2.856.707 57
2007 902 724 1626 2.870.240 56
Fuente: Cifras del INE: Población total, según grupos de edad al 30 de Junio, 2000-2015. Con anuarios de
mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un año y 4 años de
nacidos en Colombia.
Años de estudio Total niños Total población del año Tasa de mortalidad total
2003 2838 3.530.847 80
2004 2644 3.503.938 75
2005 2527 3.487.562
72
2006 2429 3.460.046
70
2007 2262 3.439.029 65
217
Fuente: Colombia: Estimaciones 1985-2005 y proyecciones 2006-2020 anualizadas por sexo y edad, con los
anuarios de mortalidad del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de estadísticas vitales.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un año y 4 años de
nacidos en Chile.
Años de
estudio
Total niños Total población del año Tasa de mortalidad total
2003 396 1025944 38
2004 388 1009339 38
2005 339 989556 34
2006 347 993435 34
2007 309 994133 31
Fuente: Chile: Estimaciones y proyecciones de población por sexo y edad. País Urbano y rural 1990-2020 con
Mortalidad infantil y sus componentes por región y comuna del 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, del
Departamento de Estadística e información de Salud del Ministerio de la Salud de Chile.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un año y 4 años de
nacidos causados por enfermedades infecciosas intestinales en Venezuela.
Años de
estudio
Número de
niños
varones
Número de
niños
hembras
Total
niños
Total de entre un
año y 4 años
Tasa de
mortalidad total
2002 142 155 297 2.796.840 10
2003 264 244 508 2.812.381 18
2004 166 145 311 2.827.936 10
218
2005 140 155 295 2.843.098 10
2006 132 109 241 2.856.707 8
2007 114 95 209 2.870.240 7
Fuente: Cifras del INE: Población total, según grupos de edad al 30 de Junio, 2000-2015. Con anuarios de
mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un año y 4 años de
nacidos causados por influenza y neumonía en Venezuela.
Años de
estudio
Número de
niños
varones
Número de
niños
hembras
Total
niños
Total de entre un
año y 4 años
Tasa de
mortalidad
total
2002 127 115 242 2.796.840 8
2003 191 171 362 2.812.381 12
2004 133 136 269 2.827.936 9
2005 83 60 143 2.843.098 5
2006 92 77 169 2.856.707 5
2007 99 86 185 2.870.240 6
Fuente: Cifras del INE: Población total, según grupos de edad al 30 de Junio, 2000-2015. Con anuarios de
mortalidad 2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud.
Tasa de mortalidad general de todos los niños entre un año y 4 años de
nacidos causados por enfermedades crónicas en las vías respiratorias
inferiores en Venezuela.
Años de
estudio
Número de
niños
varones
Número de
niños
hembras
Total
niños
Total de
entre un
año y 4 años
Tasa de
mortalidad
total
2002 21 24 45 2.796.840 1
219
2003 31 27 58 2.812.381 2
2004 23 19 42 2.827.936 1
2005 - 12 12 2.843.098 0,4
2006 20 13 33 2.856.707 1
2007 15 14 29 2.870.240 1
Cifras del INE: Población total, según grupos de edad al 30 de Junio, 2000-2015. Con anuarios de mortalidad
2003, 2004, 2005, 2006, y 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud.
1.3.- Número de vacunas colocadas por enfermedad.
Coberturas de vacunación en niños y niñas menores de 1 año de edad según tipo
de vacuna. Venezuela 2005-2008
Nivel Nacional % 2005 % 2006 % 2007 % 2008
Pentavalente 81 68 61 51
Antipolio 80 73 67 76
Antirotavirus - 26 29 50
BCG 95 83 82 90
Antiamarilica 80 62 57 77
Trivalente
viral
76 55 56 93
Población
menor de un
año
665.997 648.225 615.371 581.480
Cifras del INE (Nacimientos vivos registrados por año de registro, según entidad federal de residencia habitual
de la madre, 2000 – 2008) con datos del Plan de Reimpulso de Inmunizaciones en la población venezolana 2010,
República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Salud, Misión Barrio Adentro.
220
Cobertura de vacunación en niños y niñas menores de 1 año de edad según tipo de
vacuna. Colombia 2003-2006
Nivel
Nacional
2003 % 2004 % 2005 % 2006 %
Polio 816.754 92,22% 805.230 89,39% 796.947 86,8% 803.312 93,9%
DPT 813.460 91,86% 804.756 89,34% 797.184 86,8% 800.472 93,5%
BCG 856.274 96,66% 838.373 93,07% 802.192 87,4% 819.968 95,8%
Hepatitis
B
812.854 91,78% 804.833 89,35% 797.009 86,8% 800.871 93,5%
HIB 820,202 92,61% 801.859 89,02% 795.979 86,7% 799.502 93,4%
Población
menor de
1 año
885.677 891.481 917.984 856.215
Fuente: Indicadores básicos de la situación de salud en Colombia 2003, 2004, 2005, 2006.
Cobertura de vacunación en niños y niñas menores de 1 año de edad según tipo de vacuna. Chile
2003-2007
Nivel
Nacional
2003 2004 2005 2006 2007
BCG 95% 95% 95% 98% 99%
DTP1 95% 94% 92% 95% 98%
DTP3 96% 93% 91% 94% 98%
HepB3 96% - - 94% 98%
221
Hib3 96% 93% 91% 94% 98%
MCV 96% 94% 90% 91% 96%
MCV2 - - 96% 95% 89%
Pol3 96% 94% 92% 94% 97%
Rubeolla1 - - 90% - 96%
Población
menor de
1 año
555.614 637.799 665.997 648.225 615.371
Fuente: World Health Organization.
1.4.- Principales causas de muertes de niños menores de un año en Venezuela.
Año 2002
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
menores
de 1 años
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en el
período
perinatal
4849 2750 2099 492.678 9,84
Anomalías
congénitas
838 425 413 492.678 1,70
Accidentes de
todo tipo
18 18 36 492.678 0,07
Enfermedades
infecciosas
intestinales
21 10 31 492.678 0,06
222
Influenza y
neumonía
14 17 31 492.678 0,06
Infecciones con
un modo
predominante
de transmisión
sexual
12 3 15 492.678 0,03
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso central
5 2 7 492.678 0,01
Deficiencias en
nutrición
5 3 8 492.678 0,01
Tumores
benignos y de
comportamiento
incierto o
deconocido
3 2 5 492.678 0,01
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2002 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2003
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
menores de
1 años
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en
el período
3.101 2.314 5.415 555.614 9,74
223
perinatal
Anomalías
congénitas
756 663 1.419 555.614 2,55
Enfermedades
infecciosas
intestinales
703 519 1.222 555.614 2,19
Influenza y
neumonía
292 224 516 555.614 0,92
Deficiencias
en nutrición
260 188 448 555.614 0,80
Accidentes de
todo tipo
197 152 349 555.614 0,62
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
55 42 97 555.614 0,17
Septicemia 45 49 94 555.614 0,16
Bronquiolitis
aguda
26 13 39 555.614 0,07
Enfermedades
crónicas de
las vías
respiratorias
inferiores
19 16 35 555.614 0,06
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2004
224
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
menores de
1 años
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en
el período
perinatal
3.028 2.225 5.253 637.799 8,23
Anomalías
congénitas
849 652 1.501 637.799 2,35
Enfermedades
infecciosas
intestinales
445 309 754 637.799 1,18
Influenza y
neumonía
242 185 427 637.799 0,66
Accidentes de
todo tipo
179 143 322 637.799 0,50
Deficiencias
de nutrición
148 131 279 637.799 0,43
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
70 41 111 637.799 0,17
Septicemia 51 39 90 637.799 0,14
Tos ferina 23 34 57 637.799 0,08
Infecciones
con un modo
23 14 37 637.799 0,05
225
predominante
de
transmisión
sexual
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2004 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2005
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
menores de
1 años
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en
el período
perinatal
3.181 2.270 5.451 665.997 8,18
Anomalías
congénitas
817 728 1.545 665.997 2,31
Enfermedades
infecciosas
intestinales
362 251 613 665.997 0,92
Accidentes de
todo tipo
210 176 386 665.997 0,57
Influenza y
neumonía
191 144 335 665.997 0,50
Deficiencias
en nutrición
86 73 159 665.997 0,23
Enfermedades
inflamatorias
53 28 81 665.997 0,12
226
del sistema
nervioso
central
Septicemia 31 31 62 665.997 0,09
Tos ferina 22 12 34 665.997 0,05
Insuficiencia
respiratoria
6 15 21 665.997 0,03
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2005 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2006
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
menores de
1 años
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en
el período
perinatal
2.888 2.070 4.958 646.225 7,67
Anomalías
congénitas
795 727 1.522 646.225 2,35
Enfermedades
infecciones
intestinales
292 213 505 646.225 0,78
Accidentes de
todo tipo
227 118 345 646.225 0,53
Influencia y
neumonía
185 131 316 646.225 0,48
Deficiencias 84 77 161 646.225 0,24
227
en nutrición
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
40 32 72 646.225 0,11
Septicemia 40 30 70 646.225 0,10
Tos ferina 20 11 31 646.225 0,04
Bronquitis
aguda
16 13 29 646.225 0,04
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2006 del Ministerio del Poder Popular para la Salud del Ministerio del
Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2007
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
menores de
1 años
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en
el período
perinatal
2.946 2.030 4976 615.371 8,08
Anomalías
congénitas
863 721 1.584 615.371 2,57
Enfermedades
infecciosas
intestinales
231 171 402 615.371 0,65
Accidentes de 201 134 335 615.371 0,54
228
todo tipo
Influenza y
neumonía
190 130 320 615.371 0,52
Deficiencias
de nutrición
67 62 129 615.371 0,20
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nerviosos
central
50 29 79 615.371 0,12
Septicemia 48 24 72 615.371 0,11
Bronquitis
aguda
16 17 33 615.371 0,05
Infecciones
de un modo
predominante
de
transmisión
sexual
13 13 26 615.371 0,04
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
1.5.- 10 Principales causas de muertes de niños de 28 días de nacidos.
Año 2003
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
infantes
fallecidos
Total de
niños con
28 días de
nacidos
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones 3.000 2245 5.245 555.614 9,44
229
originadas en
el período
perinatal
Anomalías
congénitas
440 359 799 555.614 1,43
Incidentes de
todo tipo
29 17 46 555.614 0,08
Enfermedades
infecciosas
intestinales
21 19 40 555.614 0,07
Influenza y
neumonía
13 15 38 555.614 0,06
Infecciones
predominantes
de infección
sexual
12 7 19 555.614 0,03
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
4 7 11 555.614 0,01
Infección
aguda en las
vías
respiratorias
inferiores
4 2 6 555.614 0,01
Deficiencias
en nutrición
2 3 5 555.614 0,008
230
Bronquiolitis
aguda
0 5 5 555.614 0,008
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2004
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecido
s
Número
de
hembras
fallecido
s
Número
total de
infantes
fallecido
s
Total de
niños con 28
días de
nacidos
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en el
período
perinatal
2.931 2.174 5.105 637.799 8,00
Anomalías
congénitas
520 374 894 637.799 1,40
Infecciones
predominantes
de infección
sexual
19 12 31 637.799 0,04
Influenza y
neumonía
13 14 27 637.799 0,04
Accidentes de
todo tipo
16 9 25 637.799 0,03
Enfermedades
infecciosas
7 11 18 637.799 0,02
231
intestinales
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
9 5 14 637.799 0,02
Suicidios y
homicidios
6 3 9 637.799 0,01
Tumores
benignos de
comportamient
o desconocido
3 2 5 637.799 0,007
Deficiencias de
nutrición
2 3 5 637.799 0,007
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2004 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2005
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
infantes
fallecidos
Total de
niños con
28 días de
nacidos
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en
el período
perinatal
3.109 2.208 5.317 665.997 7,98
Anomalías 470 409 879 665.997 1,31
232
congénitas
Incidentes de
todo tipo
11 17 28 665.997 0,04
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
13 3 16 665.997 0,02
Enfermedades
infecciosas
intestinales
9 6 15 665.997 0,02
Infecciones
de
transmisión
predominante
sexual
7 7 14 665.997 0,02
Influenza y
neumonía
5 7 12 665.997 0,01
Homicidios 5 1 6 665.997 0,009
Enfermedades
del corazón
1 2 3 665.997 0,004
Hernia 2 0 2 665.997 0,003
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2005 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2006
Principales
causas de
Número
de
varones
Número
de
hembras
Número
total de
infantes
Total de
niños con
28 días de
Tasa de
mortalidad
233
muertes fallecidos fallecidos fallecidos nacidos total
Afecciones
originadas en el
período
perinatal
2.803 2.011 4.814 646.225 7,44
Anomalías
congénitas
493 424 917 646.225 1,41
Incidentes de
todo tipo
27 14 41 646.225 0,06
Enfermedades
diarreicas
10 9 19 646.225 0,02
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso central
9 4 13 646.225 0,02
Sífilis congénita 7 6 13 646.225 0,02
Homicidios 6 0 6 646.225 0,009
Tumores
benignos de
comportamiento
desconocido
3 2 5 646.225 0,007
Neumonía 3 1 4 646.225 0,006
VIH/SIDA 2 2 4 646.225 0,006
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2006 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
234
Año 2007
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
infantes
fallecidos
Total de
niños con
28 días de
nacidos
Tasa de
mortalidad
total
Afecciones
originadas en el
período
perinatal
2867 1940 4807 615.371 7,81
Anomalías
congénitas
511 402 913 615.371 1,48
Accidentes de
todo tipo
14 13 27 615.371 0,04
Infecciones
predominantes
de infección
sexual
13 7 20 615.371 0,03
Influenza y
neumonía
12 7 19 615.371 0,03
Enfermedades
infecciosas
intestinales
7 9 16 615.371 0,02
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso central
8 4 12 615.371 0,01
Tumores
benignos y
6 0 6 615.371 0,009
235
comportamiento
desconocido
Tétanos
neonatal
1 2 3 615.371 0,004
Infección aguda
no especificada
de las vías
respiratorias
inferiores
1 1 2 615.371 0,003
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
1.6.- Principales causas de muerte de niños entre 1 y 4 años.
Año 2003
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños entre
1 y 4 años
Tasa de
mortalidad
total
Enfermedades
infecciosas
intestinales
264 244 508 2.812.381 0,18063
Accidentes de
todo tipo
220 198 418 2.812.381 0,14
Influencia y
neumonía
191 171 362 2.812.381 0,12
Deficiencias
de nutrición
199 160 359 2.812.381 0,12
Anomalías
congénitas
130 128 258 2.812.381 0,09
236
Cáncer 57 55 112 2.812.381 0,03
Helmintiasis 51 32 83 2.812.381 0,02
Enfermedades
crónicas de
las vías
respiratorias
inferiores
31 27 58 2.812.381 0,02
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nerviosos
central
28 21 49 2.812.381 0,01
Suicidios y
homicidios
23 12 35 2.812.381 0,01
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2004
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños entre
1 y 4 años
Tasa de
mortalidad
total
Accidentes de
todo tipo
210 163 373 2.827.936 0,13
Enfermedades
infecciosas
166 145 311 2.827.936 0,10
237
intestinales
Influencia y
neumonía
133 136 269 2.827.936 0,09
Anomalías
congénitas
137 104 241 2.827.936 0,08
Deficiencias
de nutrición
97 123 220 2.827.936 0,07
Cáncer 65 47 112 2.827.936 0,03
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
26 21 47 2.827.936 0,01
Enfermedades
crónicas de
las vías
respiratorias
inferiores
23 19 42 2.827.936 0,01
Helmintiasis 18 22 40 2.827.936 0,01
Suicidios y
homicidios
21 9 30 2.827.936 0,01
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2004 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2005
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños
entre 1 y
4 años
Tasa de
mortalidad
total
238
Accidentes de
todo tipo
242 161 403 2.843.098 0,14
Enfermedades
infecciosas
intestinales
155 140 295 2.843.098 0,10
Anomalías
congénitas
107 109 216 2.843.098 0,07
Influenza y
neumonía
83 60 143 2.843.098 0,05
Deficiencias de
nutrición
45 57 102 2.843.098 0,03
Cáncer 58 41 99 2.843.098 0,03
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
16 18 34 2.843.098 0,01
Tumores
benignos y de
comportamient
o desconocido
15 12 27 2.843.098 0,009
Septicemia 14 10 24 2.843.098 0,008
Helmintiasis 14 9 23 2.843.098 0,008
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2005 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
239
Año 2006
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños entre
1 y 4 años
Tasa de
mortalidad
total
Accidentes de
todo tipo
215 145 360 2.856.707 0,12
Anomalías
congénitas
132 114 246 2.856.707 0,08
Enfermedades
infecciosas
intestinales
126 115 241 2.856.707 0,08
Influenza y
neumonía
92 77 169 2.856.707 0,05
Cáncer 68 46 114 2.856.707 0,03
Deficiencias
de nutrición
53 57 110 2.856.707 0,03
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
21 13 34 2.856.707 0,01
Bronquitis
aguda
20 13 33 2.856.707 0,01
Helmintiasis 15 16 31 2.856.707 0,01
Parálisis
cerebral
14 8 22 2.856.707 0,007
240
infantil
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2006 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2007
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total de
niños entre
1 y 4 años
Tasa de
mortalidad
total
Accidentes de
todo tipo
247 146 393 2.870.240 0,13
Anomalías
congénitas
113 104 217 2.870.240 0,07
Enfermedades
infecciosas
intestinales
114 95 209 2.870.240 0,07
Influenza y
neumonía
99 86 185 2.870.240 0,06
Deficiencias
de nutrición
51 57 108 2.870.240 0,03
Cáncer 50 39 89 2.870.240 0,03
Enfermedades
inflamatorias
del sistema
nervioso
central
20 13 33 2.870.240 0,01
Parálisis
cerebral
infantil
17 13 30 2.870.240 0,01
241
Bronquitis
aguda
15 14 29 2.870.240 0,01
Suicidios y
homicidios
14 8 22 2.870.240 0,007
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
1.7.- Tasa de muertes por enfermedades endémicas.
Año 2003
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Númer
o de
hembr
as
falleci
dos
Número
total de
niños
fallecido
s
Total
poblacional
Tasa de
mortalidad
total
Diarrea y
gastroenteritis de
presunto origen
infeccioso
1268 1067 2335 25.673.550 0,09
Enfermedades
infeccionas
intestinales
133 100 233 25.673.550 0,009
Tuberculosis
respiratoria
443 220 663 25.673.550 0,02
Otros
tuberculosis
38 18 56 25.673.550 0,002
Tétanos 6 7 13 25.673.550 0,0005
Tos ferina 16 16 32 25.673.550 0,001
242
Infección
menigocócica
7 3 10 25.673.550 0,0003
Septicemia 329 324 653 25.673.550 0,02
Infecciones de
transmisión
sexual
17 10 27 25.673.550 0,001
Rabia 1 1 2 25.673.550 -
Fiebre Amarilla 12 2 14 25.673.550 0,0005
Otras fiebres
virales
transmitidas por
artrópodos y
fiebres
hemorrágicas
virales
26 16 43 25.673.550 0,001
Hepatitis viral 130 99 229 25.673.550 0,008
Enfermedades
vinculadas al
VIH/SIDA
1019 248 1267 25.673.550 0,04
Paludismo-
malaria
25 15 40 25.673.550 0,001
Leishmaniasis 8 2 10 25.673.550 0,0003
Tripanosomiasis 509 365 874 25.673.550 0,03
Esquistosiomiasis 1 1 2 25.673.550 -
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2003 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
243
Año 2004
Principales causas
de muertes
Número
de
varones
fallecido
s
Número
de
hembras
fallecido
s
Número
total de
niños
fallecido
s
Total
poblacional
Tasa de
mortalidad
total
Diarrea y
gastroenteritis de
presunto origen
infeccioso
917 774 1681 26.127.351 0,06
Enfermedades
infeccionas
intestinales
1000 865 1865 26.127.351 0,07
Tuberculosis
respiratoria
470 221 491 26.127.351 0,01
Otros tuberculosis 35 28 63 26.127.351 0,002
Tétanos 9 4 13 26.127.351 0,0004
Tos ferina 25 35 60 26.127.351 0,002
Infección
menigocócica
11 2 13 26.127.351 0,0004
Septicemia 337 316 653 26.127.351 0,02
Infecciones de
transmisión sexual
25 17 42 26.127.351 0,001
Rabia 3 2 5 26.127.351 0,0001
Fiebre Amarilla 2 - 2 26.127.351 -
Otras fiebres 21 14 35 26.127.351 0,001
244
virales transmitidas
por artrópodos y
fiebres
hemorrágicas
virales
Hepatitis viral 107 84 191 26.127.351 0,007
Enfermedades
vinculadas al
VIH/SIDA
1097 299 1196 26.127.351 0,04
Paludismo-malaria 21 14 35 26.127.351 0,001
Leishmaniasis 5 2 7 26.127.351 0,0002
Tripanosomiasis 395 321 716 26.127.351 0,02
Esquistosiomiasis 2 - 2 26.127.351 -
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2004 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2005
Principales causas
de muertes
Número
de
varones
fallecido
s
Número
de
hembras
fallecido
s
Número
total de
niños
fallecido
s
Total
poblacional
Tasa de
mortalidad
total
Diarrea y
gastroenteritis de
presunto origen
infeccioso
835 690 1525 26.577.423 0,05
Enfermedades
infeccionas
912 763 1675 26.577.423 0,06
245
intestinales
Tuberculosis
respiratoria
378 196 574 26.577.423 0,02
Tétanos 13 7 20 26.577.423 0,0007
Tos ferina 23 13 36 26.577.423 0,001
Infección
menigocócica
1 6 7 26.577.423 0,0002
Septicemia 295 282 577 26.577.423 0,02
Infecciones de
transmisión sexual
13 12 25 26.577.423 0,0009
Fiebre Amarilla 6 1 7 26.577.423 0,0002
Fiebres virales
transmitidas por
artrópodos y
fiebres
hemorrágicas
virales
16 12 28 26.577.423 0,001
Hepatitis viral 73 39 102 26.577.423 0,003
Enfermedades
vinculadas al
VIH/SIDA
1145 333 1478 26.577.423 0,05
Leishmaniasis 4 2 6 26.577.423 0,0002
Tripanosomiasis 439 301 740 26.577.423 0,02
Esquistosiomiasis 2 2 4 26.577.423 0,0001
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2005 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
246
Año 2006
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecido
s
Número
de
hembras
fallecido
s
Número
total de
niños
fallecidos
Total
poblacional
Tasa de
mortalidad
total
Diarrea y
gastroenteritis de
presunto origen
infeccioso
709 617 1326 27.030.656 0,04
Enfermedades
infeccionas
intestinales
779 671 1450 27.030.656 0,04
Tuberculosis
respiratoria
431 191 622 27.030.656 0,04
Tétanos 1 - 1 27.030.656 0,04
Tos ferina 2 - 2 27.030.656 0,04
Infección
menigocócica
1 - 1 27.030.656 0,04
Septicemia 19 22 41 27.030.656 0,04
Infecciones de
transmisión
sexual
- 1 1 27.030.656 0,04
Rabia 1 - 1 27.030.656 0,04
Fiebre Amarilla - - - 27.030.656 0,04
Fiebres virales
transmitidas por
34 14 48 27.030.656 0,04
247
artrópodos y
fiebres
hemorrágicas
virales
Hepatitis viral 56 47 103 27.030.656 0,04
Enfermedades
vinculadas al
VIH/SIDA
1187 380 1567 27.030.656 0,04
Paludismo-
malaria
10 1 11 27.030.656 0,04
Leishmaniasis 5 2 7 27.030.656 0,04
Tripanosomiasis 410 275 685 27.030.656 0,04
Esquistosiomiasis - 1 1 27.030.656 0,04
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2006 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
Año 2007
Principales
causas de
muertes
Número
de
varones
fallecidos
Número
de
hembras
fallecidos
Número
total de
niños
fallecidos
Total
poblacional
Tasa de
mortalidad
total
Diarrea y
gastroenteritis de
presunto origen
infeccioso
615 569 1184 27.483.208 0,04
Enfermedades
infeccionas
673 621 1294 27.483.208 0,04
248
intestinales
Tuberculosis
respiratoria
444 225 667 27.483.208 0,02
Tétanos 1 2 3 27.483.208 0.0001
Tos ferina 3 5 8 27.483.208 0.0001
Infección
menigocócica
7 9 16 27.483.208 0.0001
Septicemia 470 411 881 27.483.208 0.0001
Infecciones de
transmisión
sexual
15 13 28 27.483.208 0.0001
Rabia 1 - 1 27.483.208 0.0001
Fiebre Amarilla/
malaria
11 5 16 27.483.208 0,0005
Fiebres virales
transmitidas por
artrópodos y
fiebres
hemorrágicas
virales
62 40 102 27.483.208 0.0001
Hepatitis viral 64 49 113 27.483.208 0.0001
Enfermedades
vinculadas al
VIH/SIDA
1288 382 1670 27.483.208 0.0001
Paludismo-
malaria
11 5 16 27.483.208 0.0001
249
Leishmaniasis 3 - 3 27.483.208 0.0001
Tripanosomiasis 437 262 699 27.483.208 0.0001
Esquistosiomiasis 1 - 1 27.483.208 0.0001
Fuente: Anuarios de Mortalidad 2007 del Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
1.8.- Número de infectados por VIH/SIDA entre los años 2003-2007 en Venezuela.
Años de
estudios
Número de
infectados
varones
Número de
infectados
hembras
Número
total de
infectados.
Total
poblacional
Tasa de
infección
total
Años
2003
77.320 29.708 107.280 25.673.550 4,17
Años
2005
84.930 36.560 121.490 26.577.423 4,57
Años
2007
90320 42.760 133.080 27.483.208 4,84
Fuente: Situación epidemiológica en Venezuela- Informe. Caracas 2003-2007.
1Número de infectados por VIH/SIDA entre los años 2003-2007 en Colombia
Años de
estudios
Número de
infección total
Número de
habitantes en
Colombia
Tasa de infectados
Año 2003 140.000 41.847.421 3,34
Año 2004 190.000 42.367.528
4,48
Año 2005 190.000 42.888.592
4,43
250
Año 2006 190.000 43.405.387
4,37
Año 2007 190.000 43.926.034
4,32
Fuente: Indexmundi.
Número de infectados por VIH/SIDA entre los años 2003-2007 en Chile.
Años de
estudios
Números de
caso de SIDA
Tasa Número de casos de
VIH
Tasa
Años
2003
516 3,2 937 5,9
Años
2004
496 3,1 876 5,4
Años
2005
462 2,8 828 5,1
Fuente: Evolución del VIH-SIDA Chile, 1986-2005. Gobierno de Chile, Ministerio de Salud.
Departamento de Epidemiología octubre 2006.
251
2.- Indicadores del uso de la Misión Barrio Adentro 2.1.- World Development Consultants.
Respuesta Total Eda
d
Nivel
socio-
econó
mico
Frecue
ncia
% 15-
19
20-
29
30-
39
40-
54
55
o +
AB C D E
Tomé los
medicamentos
que tenía a la
mano
3235 27,
7%
31,
1%
30,
5%
28,
3%
24,
6%
20,
7%
33,4
%
30,
8%
28,
1%
25,
5%
Guardé reposo
sin
medicación ni
consulta
777 6,6
%
9,9
%
7,4
%
6,3
%
5,3
%
3,4
%
7,3% 7,7
%
6,9
%
5,9
%
Uso de
remedios
caseros
632 5,4
%
5,3
%
4,9
%
5,1
%
6,1
%
5,8
%
3,4% 4,0
%
5,9
%
5,6
%
Fui al
ambulatorio y
conseguí los
medicamentos
831 7,1
%
7,4
%
7,4
%
6,5
%
7,1
%
7,1
%
4,6% 6,4
%
6,7
%
8,0
%
Fui al
ambulatorio y
no conseguí
los
medicamentos
611 5,2
%
4,7
%
5,0
%
6,0
%
5,7
%
4,0
%
3,2% 3,6
%
5,4
%
5,8
%
252
Fui a Barrio
Adentro y
conseguí los
medicamentos
911 7,8
%
5,7
%
6,6
%
8,4
%
9,1
%
9,6
%
0,5% 3,5
%
7,7
%
10,
2%
Fui a Barrio
Adentro y no
conseguí los
medicamentos
142 1,2
%
0,9
%
1,0
%
1,1
%
1,5
%
1,9
%
0,2% 0,8
%
1,1
%
1,6
%
Acudí a un
hospital y
conseguí los
medicamentos
1253 10,
7%
9,4
%
11,
9%
9,9
%
10,
5%
11,
9%
7,0% 8,6
%
10,
8%
11,
8%
Acudí a un
hospital y no
conseguí los
medicamentos
948 8,1
%
7,3
%
6,9
%
9,5
%
8,2
%
9,1
%
2,8% 6,2
%
8,2
%
9,2
%
Consulté a un
farmacéutico/e
nfermera
48 0,4
%
0,3
%
0,4
%
0,4
%
0,5
%
0,4
%
0,6% 0,4
%
0,5
%
0,3
%
Consulté un
médico
privado y
conseguí los
medicamentos
617 5,3
%
3,5
%
4,5
%
5,4
%
6,5
%
7,3
%
13,1
%
10,
2%
5,0
%
2,9
%
Consulté un
médico
privado y no
conseguí los
medicamentos
260 2,2
%
1,4
%
1,8
%
2,6
%
2,4
%
3,4
%
3,4% 3,3
%
2,3
%
1,6
%
253
Fui a una
Clínica
Privada y
conseguí los
medicamentos
579 5,0
%
3,9
%
5,1
%
4,4
%
4,6
%
8,2
%
14,0
%
8,8
%
5,0
%
2,7
%
Fui a una
Clínica
Privada y no
conseguí los
medicamentos
187 1,6
%
1,1
%
1,1
%
2,0
%
1,9
%
2,1
%
2,2% 2,3
%
1,9
%
1,0
%
Acudí a una
Clínica
Popular y
conseguí los
medicamentos
51 0,4
%
0,3
%
0,5
%
0,3
%
0,4
%
0,9
%
1,3% 0,4
%
0,4
%
0,4
%
Acudí a una
Clínica
Popular y no
conseguí los
medicamentos
18 0,2
%
0,1
%
0,1
%
0,1
%
0,2
%
0,3
%
- 0,2
%
0,2
%
0,1
%
Acudí a un
hierbatero
5 0,0
%
- 0,1
%
0,0
%
0,1
%
0,1
%
- - 0,1
%
0,0
%
No recuerdo
haber estado
enfermo
1073 9,2
%
10,
8%
8,9
%
9,6
%
9,2
%
6,6
%
9,9% 7,8
%
8,6
%
10,
3%
Otras
situaciones
68 0,6
%
0,6
%
0,5
%
0,5
%
0,6
%
0,7
%
- 0,5
%
0,7
%
0,6
%
NS/NC 280 2,4 3,5 2,3 1,9 2,3 2,0 0,9% 1,7 2,4 2,8
254
% % % % % % % % %
Total 1169
9
107
%
198
8
307
8
252
5
281
3
129
4
335 197
5
470
5
468
4
Fuente: World Development Consultants, 2006.Pregunta: La última vez que estuvo enfermo ¿Qué hizo?
Año 2005.
Proporción de asistencia sanitaria con obtención de tratamiento en relación al
total de las demandas declaradas a cada uno de las instancias sanitarias más comunes.
Año 2005
Tipo de
Institució
n
Hospitales Ambulatorios Médicos
privados
Clínicas
Popular
es
Clínicas
privadas
Barrio
Adentro
% 56,9% 57,6% 70,4% 73,9% 75,6% 86,5%
Fuente: World Development Consultants, 2006.
Respuestas Total % Total
f %
Consiguió un tratamiento
adecuado en los servicios
sanitarios públicos
2842 48,9%
No consiguió un tratamiento
adecuado en los servicios
sanitarios públicos
579 9.9%
No existía tratamiento adecuado
para esa enfermedad
204 3,5%
255
Consiguió un tratamiento
adecuado en los servicios
sanitarios privados
600 10,3%
Otras situaciones 160 2,7%
No Sabe 236 4,0%
No Contesta 434 7,4%
Total 5802 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006. Pregunta: ¿Cómo hizo la última vez que usted o
alguien de su familia tuvo una enfermedad grave, con riesgo de incapacitación y/o muerte? Año 2005
2.2.- CENDES.
Capacidad de cobertura de la Misión Barrio Adentro por estados Venezuela, 2005
Estados Población % Población Cobertura
Amazonas 134.594 0,51 24,15
Anzoátegui 1.428.269 5,44 19,78
Apure 452.369 1,72 25,97
Aragua 1.617.333 6,16 13,76
Barinas 724.331 2,76 15,88
Bolívar 1.475.527 5,62 7,29
Carabobo 2.155.610 8,21 16,82
Cojedes 288.186 1,10 24,29
Delta Amacuro 145.568 0,55 63,54
Distrito Capital 2.073.768 7,90 65,10
Falcón 869.259 3,31 9,78
256
Guárico 716.896 2,73 18,13
Lara 1.736.983 6,62 14,82
Mérida 811.655 3,09 12,94
Miranda 2.765.442 10,54 11,30
Monagas 819.197 3,12 19,53
Nueva Esparta 422.668 1,61 17,15
Portuguesa 839.881 3,20 57,75
Sucre 889.141 3,39 22,49
Táchira 1.134.710 4,32 0,44
Trujillo 685.442 2,61 10,94
Yaracuy 573.726 2,19 13,07
Zulia 3.486.850 13,28 30,90
Fuentes: Salud y Hegemonía en Venezuela: Barrio Adentro, continente afuera.
Comportamiento ante la última enfermedad propia por tipo de servicio utilizado y clase
social. Venezuela, 2005.
Nivel Socioeconómico.
Tipo de
Servicio
AB C D E Total
Automedicación 148 339 1922 1735 4144
Ambulatorio 26 194 557 638 1415
Barrio Adentro 3 8 415 551 1053
257
Hospital 36 313 940 1032 2321
Privado 106 475 643 551 1595
Clínica popular 4 12 29 23 68
No entiende 33 154 405 481 1073
Otros 0 9 36 27 72
NS / NC 3 33 112 132 280
Total 359 1613 5059 4990 12021
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
Uso de Servicios de salud por tipo de servicio y nivel socioeconómico. Venezuela,
2005.
Nivel Socioeconómico.
Tipo de
Servicio
AB C D E Total %
Ambulatorio 26 194 557 638 1415 21,93%
Barrio
Adentro
3 84 415 551 1053 16,32%
Hospital 36 313 940 1032 2321 35,97%
Privado 106 475 643 371 1595 24,72%
Clínica
popular
4 12 29 23 68 1,05%
Total 175 1078 2584 2615 6452 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
258
Uso de Servicios de salud por tipo de servicio y nivel socioeconómico. Venezuela,
2005 (% por estrato social)
Nivel Socioeconómico.
Tipo de
Servicio
AB C D E
Ambulatorio 14,86 18,00 21,56 24,40
Barrio
Adentro
1,71 7,79 16,06 21,07
Hospital 20,57 29,04 36,38 39,46
Privado 60,57 44,06 24,88 14,9
Clínica
popular
2,29 1,11 1,12 0,88
Total 100% 100% 100% 100%
Fuente: World Development Consultants, y Cendes, 2006.
Uso de servicios públicos convencionales y privados VS Nueva Red. Venezuela, 2005.
Tipo de red N %
Red
convencional
3376 57,90%
Nueva red 1121 17,37%
Privada 1595 24,72%
Total 6452 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
Uso de servicios de salud por tipo de red y clase social. Venezuela, 2005.
259
Tipo de red.
Clase
social
Red
convencional
Nueva
red
Privada Total %
AB 62 7 106 175 2,71%
C 507 96 475 1078 16,71%
D 1497 444 643 2584 40,05%
E 1670 574 371 2615 40,53%
Total 3736 1121 1595 6452 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
Uso de servicios de salud por tipo de red y clase social. Venezuela, 2005 (% sobre toda
las clases sociales).
Clase
social
Red
convencional
Nueva
red
Privada Total
AB 35,43% 4,00% 60,57% 100%
C 47,03% 8,91% 44,06% 100%
D 57,93% 17,18% 24,88% 100%
E 63,86% 21,25% 14,19% 100%
Fuente: World Development Consultants, 2006 y Cendes.
2.3 Banco Central de Venezuela.
Edades de los usuarios de las misiones gubernamentales sobre salud y alimentación
Grupo de edades Barrio Adentro
Fase 1
Barrio Adentro
Médico
Barrio Adentro
Odontológico
Mercal
De 0 a 9 años 25,1% 28,9% 16,0% 0,0%
260
De 10 a 17 años 16,7% 13,6% 24,2% 0,0%
De 18 a 30 años 15,4% 12,1% 22,8% 12,2%
De 31 a 50 años 23,4% 22,0% 26,4% 52,6%
51 y más años 19,4% 23,5% 10,6% 35,2%
Total 100% 100% 100% 100%
Fuente: Banco Central de Venezuela, III Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares, 2005.
3.- Indicadores de la percepción la Opinión Pública venezolana sobre el
tema de la salud entre los años 2003-2007.
3.1.- DATANÁLISIS.
Nivel de satisfacción sobre el impacto de la gestión del Presidente Chávez en
materia de salud.
¿Hasta qué punto se encuentra usted satisfecho por el impacto de la gestión del
presidente Chávez en los siguientes aspectos? : Salud
Período de tiempo
estudiado
Nivel de
satisfacción
Nivel de
insatisfacción
Diferencia
Julio del 2001 40,5% 58,2% -17,70%
Diciembre del 2001 20,9% 77,6% -56,70%
Febrero del 2002 31,9% 66,5% -34,60%
Junio del 2002 31,1% 68,3% -37,20%
Agosto del 2002 34,3% 65,1% -30,80%
Noviembre del 2002 34,2% 67,2% -33,00%
Julio del 2002 22,7% 76,1% -53,40%
261
Noviembre del 2003 33,2% 65,6% -32,40%
Febrero del 2004 34,4% 63,2% -28,80%
Marzo del 2004 36,9% 60,4% -23,50%
Mayo del 2004 40,7% 58,6% -17,90%
Noviembre del 2004 60,4% 38,4% 22,00%
Diciembre del 2004 45,4% 52,1% -6,70%
Enero del 2005 58,2% 39,8% 18,40%
Marzo del 2005 62,5% 36,2% 26,30%
Abril del 2005 59,1% 38% 21,10%
Mayo del 2005 63,1% 33,7% 29,40%
Junio del 2005 68,1% 30,3% 37,80%
Julio del 2005 65,1% 32,3% 32,80%
Septiembre del 2005 62,5% 28,9% 33,60%
Octubre del 2005 65,1% 32,6% 32,50%
Noviembre del 2005 67.5% 38,2% 29,30%
Febrero del 2006 66,8% 30,9% 35,90%
Marzo del 2006 69,2% 28,3% 40,90%
Abril del 2006 72,3% 24,5% 47,80%
Junio del 2006 68,2% 29,4% 38,80%
Agosto del 2006 72,4% 25,3% 47,10%
Septiembre del 2006 70,7% 27,0% 43,70%
Noviembre del 2006 66,9% 30,9% 36,00%
Febrero del 2007 67,8% 30,9% 36,90%
262
Marzo del 2007 64,2% 33,2% 31,00%
Mayo del 2007 64,2% 30,7% 33,50%
Junio del 2007 64,7% 32,5% 32,20%
Agosto 2007 60,8% 36,9% 23,90%
Septiembre 2007 65,5% 31,9% 33,60%
Octubre 2007 62,9% 34,8% 28,10%
Noviembre 2007 58,1% 39,4% 18,70%
Febrero 2008 51,1% 45,3% 5,80%
Abril 2008 55,7% 40,6% 15,10%
Mayo 2008 55,0% 41,1% 13,90%
Junio 2008 52,1% 44,8% 7,30%
Agosto 2008 61,0% 36% 25,00%
Septiembre 2008 61,9% 34,3% 27,60%
Octubre 2008 61,0% 35,1% 25,90%
Noviembre del 2008 59,3% 37,4% 21,90%
Diciembre del 2008 62,8% 33,3% 29,50%
Enero del 2009 61,1% 38,3% 22,80%
Febrero del 2009 54,3% 43,1% 11,20%
Marzo del 2009 62,3% 34,8% 27,50%
Abril del 2009 57,0% 39,7% 17,30%
Mayo del 2009 54,7% 41,4% 13,30%
Junio del 2009 50,6% 46,5% 4,10%
Julio del 2009 56,2% 42,0% 14,20%
263
Septiembre del 2009 58,4% 40,6% 17,80%
Octubre del 2009 46,4% 50,8% -4,40%
Noviembre del 2009 48,5% 48,4% 0,10%
Diciembre del 2009 49,9% 47,5% 2,40%
Fuente: Informe de Opinión Pública Datanálisis, noviembre del 2009. Pregunta en todos los años: ¿Hasta qué
punto se encuentra usted satisfecho por el impacto de la gestión del presidente Chávez en los siguientes aspectos?
: Salud.
Beneficiarios de las misiones para el 2009
Período del tiempo
estudiado
Beneficiarios No
Beneficiarios
Diferencia
Agosto del 2004 30,8% 68,3% -37,50%
Noviembre del 2004 28,5% 70,6% -42,10%
Enero del 2005 38,2% 61,4% -23,20%
Marzo del 2005 51,5% 47,7% 3,80%
Abril del 2005 39,1% 59,6% -20,50%
Mayo del 2005 57,4% 41,3% 16,10%
Junio del 2005 45,6% 53,4% -7,80%
Julio del 2005 37,0% 62,6% -25,60%
Septiembre del 2005 46,8% 52,2% -5,40%
Octubre del 2005 42,2% 56,7% -14,50%
Febrero del 2006 47,5% 52,3% -4,80%
Marzo del 2006 53,7% 45,9% 7,80%
264
Mayo del 2006 48,2% 51,0% -2,80%
Junio del 2006 38,8% 60,0% -21,20%
Julio del 2006 42,2% 56,9% -14,70%
Mayo del 2007 50% 50% 0,00%
Febrero del 2008 49,0% 48,0% 1,00%
Mayo del 2009 22,2% 74,9% -52,70%
Julio del 2009 28,8% 68,8% -40,00%
Noviembre del 2009 33,4% 66,6% -33,20%
Fuente: Informe de Opinión Pública Datanálisis, noviembre del 2009. Pregunta en todos los años: ¿Ha
sido usted beneficiado por alguna de las Misiones o Programas que lleva a cabo en la actualidad el
gobierno nacional?
Estado de las Misiones para el 2009.
Misiones Nov-09 Jul-09 Diferencia
Misión Mercal 28,9% 30,6% -1,70%
Misión Barrio Adentro 17,8% 13,5% 4,30%
Misión Barrio Adentro II 12,0% 16,7% -4,70%
Misión Barrio Adentro
III 4,9% 9,2%
-4,30%
Misión Identidad 22,5% 16,3% 6,20%
Misión Sucre 4,2% 2,5% 1,70%
Misión Ribas 3,3% 2,4% 0,90%
Misión Robinson II 0,3% 0,7% -0,40%
Misión Robinson 0,5% 0,6% -0,10%
UBV 0,4% 0,5% -0,10%
265
Misión Milagro 3,3% 2,3% 1,00%
Misión Madres del
Barrio 1,0% -
1,00%
Misión Vuelvan caras 0,3% 0,6% -0,30%
Misión Ciencia 0,3% 0,2% 0,10%
Misión Habitat 0,1% 1,4% -1,30%
Otros 0,2% 2,6% -2,40%
Fuente: Informe de Opinión Pública Datanálisis, noviembre del 2009.
Beneficiarios de las misiones para noviembre del 2009
Misión Mercal Beneficiarios Satisfacción
Misión Mercal 17,8% 81,7%
Misión Identidad 17,0% 95,0%
Misión Barrio Adentro 13,4% 88,6%
Misión Barrio Adentro II 9,0% 87,3%
Misión Barrio Adentro
III
3,6% 91,7%
Misión Sucre 3,1% 92,7%
Misión Milagro 2,4% 90,6%
Misión Ribas 2,4% 87,5%
Misión Madres de
Barrios
0,7% 100%
Misión Robinson 0,3% 80,0%
UBV 0,2% 100,0%
266
Misión Robinson II 0,2% 66,7%
Misión Ciencia 0,2% 66,7%
Fuente: Informe de Opinión Pública Datanálisis, noviembre del 2009.
Comparación de las Misiones entre Septiembre del 2008 y Noviembre del 2009.
Misión Beneficia
rios
Septiemb
re del
2008
Satisfac
ción
Beneficia
rios
Noviemb
re del
2009
Satisfac
ción
Diferenci
a en
satisfacci
ón
Diferencia en
beneficiarios
Misión
Barrio
Adentro III
0,2% 96,4% 1,8% 91,7% -4,70% 1,60%
Misión
Ribas
3,9% 96,1% 2,4% 87,5% -8,60% -1,50%
Misión
Sucre
3,1% 95,0% 3,1% 92,7% -2,30% 0,00%
Misión
Barrio
Adentro II
19,4% 93,7% 9,0% 87,3% -6,40% -10,40%
Misión
Milagro
3,2% 92,7 2,4% 90,6% -2,10% -0,80%
Misión
Identidad
32,3% 91% 17,0% 95% 4,00% -15,30%
Misión
Barrio
Adentro
18,2% 87,8% 13,4% 88,6% 0,80% -4,80%
267
Misión
Hábitat/Vivi
enda
1,8% 83,3% 0,1% 100% 16,70% -1,70%
Misión
Mercal
35,0% 83,1% 17,8% 81,7% -1,40% -17,20%
Misión
Vuelvas
Caras
1,8% 73,9% 0,2% 100% 26,10% -1,60%
Fuente: Informe de Opinión Pública Datanálisis, noviembre del 2009.
268
3.2.- CONSULTORES 21.
Proble
ma Abr
-03
Jun
-03
Sep
-03
Dic
-03
Ma
r-
04
Jun
-04
Oct
-04
Ene
-05
Ma
y-
05
Jul-
05
Sep
-05
Feb
-06
Ma
r-
06
Jul-
06
Sep
-06
Nov
-06
Ma
r-
07
Jun
-07
Sep
-07
Nov
-07
Econom
ía
6.6
%
6.8
%
5.2
%
8.3
%
5.9
%
3.8
%
3.3
%
2.3
%
4.8
%
2.1
%
2.5
%
0.8
%
1.6
%
2.1
%
1.0
%
2.3
%
3.3
%
4.4
%
2.6
%
Corrupci
ón
4.5
%
1.6
%
1.5
%
1.3
%
1.5
%
1.2
%
1.3
%
1.1
%
2.5
%
4.0
%
3.1
%
4.3
%
4.3
%
4.0
%
2.9
%
4.2
%
5.0
%
3.6
%
3.1
%
4.1
%
Deuda
externa
1.5
%
1.2
%
0.5
%
0.1
%
0.1
%
0.2
%
0.1
%
0.1
%
0.3
%
0.1
%
0.1
%
Inflació
n
6.1
%
5.3
%
3.8
%
16.
2%
2.6
%
2.7
%
6.4
%
7.1
%
6.7
%
5.1
%
5.8
%
5.6
%
4.5
%
3.5
%
4.3
%
3.7
%
4.5
%
2.3
%
3.7
%
2.8
%
Desempl
eo
36.
7%
42.
1%
37.
8%
32.
5%
28.
3%
26.
6%
21.
8%
33.
1%
37.
1%
31.
3%
31.
7%
27.
3%
22.
3%
22.
7%
19.
3%
18.
8%
18.
6%
14.
3%
11.
4%
11.
9%
Droga
1.0
%
0.9
%
1.1
%
0.2
%
0.1
%
0.1
%
0.1
%
0.2
%
0.3
%
0.5
%
0.3
%
0.3
%
0.5
%
0.4
%
Gobiern
o
6.2
%
6.2
%
7.3
%
5.5
%
6.9
%
5.5
%
1.3
%
2.2
%
2.7
%
2.3
%
2.6
%
3.2
%
2.6
%
2.3
%
2.1
%
3.5
%
3.4
%
6.2
%
8.8
%
8.6
%
269
Chávez
Educaci
on
0.9
%
0.8
%
0.5
%
0.5
%
0.4
%
0.6
%
2.6
%
0.3
%
0.5
%
0.7
%
0.7
%
0.9
%
0.6
%
0.4
%
0.5
%
0.3
%
1.1
%
0.1
%
0.2
%
0.2
%
Delincu
encia
14.
2%
13.
0%
13.
7%
16.
5%
12.
9%
12.
4%
24.
4%
23.
6%
22.
0%
25.
8%
25.
1%
26.
0%
13.
5%
13.
0%
44.
5%
37.
3%
34.
1%
36.
9%
39.
2%
32.
5%
Política
5.3
%
8.5
%
7.7
%
15.
3%
17.
7%
5.1
%
5.6
%
3.7
%
4.8
%
1.9
%
3.4
%
1.1
%
1.8
%
2.5
%
2.3
%
2.1
%
Pobreza
0.2
%
0.1
%
0.5
%
0.3
%
1.6
%
2.6
%
2.7
%
3.1
%
2.7
%
3.6
%
3.7
%
3.5
%
3.1
%
3.1
%
3.6
%
2.6
%
2.3
%
Todo
0.4
%
0.2
%
0.6
%
0.7
%
0.8
%
1.3
%
0.2
%
0.1
%
0.4
%
0.1
%
0.2
%
0.1
%
0.1
%
0.1
%
0.3
%
0.9
%
0.2
%
0.7
%
0.2
%
Viviend
a
0.1
%
0.6
%
0.2
%
1.2
%
0.2
%
0.5
%
1.2
%
2.1
%
2.3
%
1.6
%
2.9
%
2.8
%
2.5
%
2.3
%
2.9
%
2.9
%
2.1
%
2.3
%
1.1
%
Salud
0.8
%
1.1
%
0.7
%
0.8
%
0.8
%
0.4
%
0.9
%
0.8
%
1.3
%
1.7
%
1.1
%
1.3
%
1.5
%
1.1
%
0.5
%
0.9
%
0.7
%
0.1
%
0.5
%
Otros
16,
9%
11,
6%
18,
9%
25,
5%
22,
7%
23,
8%
29,
4%
18,
4%
16,
2%
14,
4%
19,
7%
18,
3%
42,
1%
43,
2%
14,
8%
28,
4%
13,
7%
30,
3%
23,
5%
33,
2%
Fuente: Consultores 21, Diciembre 2009. Pregunta en todos los años: ¿Y cuál es su opinión personal de cuál es el principal problema que tiene
Venezuela en estos momentos?
270
Opciones %
Se puede 86,5%
No se puede 12,7%
NS / NC 0,8%
Fuente: Consultores 21, Noviembre 2006. Pregunta: ¿Cree que es posible que todos los venezolanos
tengan acceso a la salud?
Opciones %
El Presidente 34,4%
Todos 24,9%
Gobernador 22,0%
Alcalde 10,1%
Ninguno 6,7%
NS / NC 1,9%
Fuente: Consultores 21, Noviembre 2006. Pregunta: ¿Quién cree usted que es el responsable de la
situación de la salud en Venezuela?
Opciones %
Buena 39,5%
Pésima 22,6%
Mala 21,3%
Excelente 16,3%
NS / NC 0,3%
Fuente: Consultores 21, Noviembre 2006. Pregunta: Voy a nombrarle a continuación algunas áreas de
271
atención a la comunidad. Dígame para cada una de ellas, como evalúa usted la calidad del servicio que están
recibiendo los venezolanos.
Opciones %
Gobernador de su Estado 62,3%
El Presidente de la República 33,9%
NS / NC 3,8%
Fuente: Consultores 21, muestra de 1500 sujetos. Junio 2006. Pregunta: Hablando ahora de la Salud, ¿Quién
prefiere usted que se encargue de ofrecer en su estado el servicio de salud y atención médica ¿El Presidente o el
gobernador del Estado?
Pésimo 25,9%
2 9,5%
3 9,3%
4 4,9%
5 9,4%
6 7,2%
7 7,3%
8 7,0%
9 6,7%
Excelente 12,7%
Fuente: Consultores 21, Junio 2006. Pregunta: Voy a nombrarle a continuación algunas áreas de
atención a la comunidad. Dígame en el caso de la salud, como evalúa usted la calidad con la que el
gobierno nacional lo está haciendo. Vamos a ponerle una nota, en una escala del 1 al 10, donde 1 es
pésimo y 10 es excelente. Por ejemplo ¿Del 1 al 10 que nota le pondría al gobierno en salud pública?
272
Beneficio Mar-04 Ago-09
Compro más porque es más barato- Rinde
la plata 35.6% 1.3%
Saco mi título- Ser profesional- Estudios
universitarios 3.6%
Todo para la salud: Exámenes, atención
médica y medicinas 11.3% 15.6%
Beca de estudios 3.6% 1.1%
Compra de alimentos, comida, mercado 44.5%
Donación de: silla de ruedas, aparatos
auditivos, otros. 0.1%
Sacar bachillerato o secundaria 3.8%
Operación de la vista- Odontología 2.1%
Empleo 1.1%
Ayudan a mi mamá y a mi papá 0.4%
Rehabilitación 0.3%
Una pensión 0.1%
Precios más bajos, economía 6.5%
Productos de calidad- Mejor servicio 1.0%
Está en la zona, en el sector 0.2%
Facilidad en educación- Estudios- Cursos
diversos 7.9%
Terapias 0.4%
Lentes- médicos oftalmólogos 1.3%
Ayuda monetaria 2.3%
273
Su hijo está en la Fuerza Armada 0.1%
Ser mejor en el futuro- Superarse- Lograr
mis metas 0.5%
Crédito 0.2%
Aprender a leer y escribir- Conocimiento 1.6%
Otros 0.8%
Ninguno 0.1%
Es una gran ayuda para mucha gente de
escasos recursos 0.4%
Vivienda 0.8% 0.3%
Ayuda a la persona discapacitada 0.1%
Sacar la cédula o pasaporte 0.3%
Conservar el medio ambiente- Sembrar
árboles 0.1%
No contesta 4.9% 1.7%
Estudiante del Plan Ribas 15.6%
Estudiante del plan Sucre 4.1%
Participa en Vuelvan Caras 2.6%
Participa en la Mision Robinson 7.5%
Estudios Sin especificar 13.4%
Todo 0.2%
Ayuda económica para operaciones medicas 0.4%
Fuente: Consultores 21, Agosto 2009. Pregunta: De las Misiones, ¿Podría decirme cual beneficio
obtienen?
274
Misión %
Mercal 56.1%
Barrio Adentro 13.3%
Misión Ribas 8.1%
Sucre 5.9%
Misión Robinson 3.2%
PDVAL 2.4%
Madres del Barrio 1.9%
Vuelvan Caras 1.7%
Misión Milagro 1.5%
Misión José Gregorio Hernández 1.0%
CDI 1.0%
No contesta 1.0%
S.R.I 0.8%
Misión Identidad 0.5%
Funda Ayacucho 0.2%
Misión Miranda 0.2%
Misión Cultura 0.2%
Una pensión- INAGER 0.1%
UNEFA 0.1%
Misión Ché Guevara 0.1%
Créditos 0.1%
Misión Batallón 0.1%
275
Consejo Comunal 0.1%
Casa de alimentación 0.1%
Misión Vargas 0.1%
Misión Hábitat 0.1%
Misión Árbol 0.1%
De todas un poco 0.1%
Misión Sonrisa 0.1%
Fuente: Consultores 21, agosto 2009. Pregunta: Si usted es beneficiario de una misión, ¿Podría decirme de cual
plan se trata?
Lo más positivo Abr-03 Jun-03 Feb-06 Jun-07
Ayuda a la gente pobre-
marginados 9.9% 4.1% 20.4% 0.2%
Carisma- habla claro- tiene
poder de convencimiento 6.1% 11.5% 5.1%
Que pone orden- tiene carácter-
no se deja 3.1% 8.9% 5.3%
Créditos otorgados 1.6% 2.5%
Quiere echar el país adelante 4.6% 2.8%
Ayuda a la educación- escuelas
bolivarianas 1.9% 0.9%
Honestidad 2.5% 3.2% 4.8%
Trabajador 2.3% 3.4%
Su ideologia- ideas para
Venezuela 2.0% 1.9% 4.3% 8.9%
276
Es humano- personalidad
sencilla 3.1% 1.5% 5.1%
Nada 29.0% 33.7% 12.9% 3.7%
Todo 0.8% 1.7% 0.6% 0.6%
Despertó al pueblo 1.2%
Es tolerante- democrático 0.7% 0.3% 3.8%
Otros 0.7% 1.8%
Habla de Bolívar y los
símbolos patrios 1.1%
Hace muy bien el papel de
loco- serviría como actor 0.5% 0.3%
Los programas de salud
implementados 0.9% 0.3% 1.3%
Las viviendas otorgadas- obras
de infraestructura 1.9% 1.0%
Los megamercados- bolsas de
comida que otorga 0.9% 0.3%
Promulgacion de la ley de
tierras 1.7% 0.1%
Robar a Venezuela 0.6% 0.1%
Es capacitado 0.3% 0.1%
Realizo limpieza en PDVSA-
no permitió el aumento de la 0.7% 0.1% 8.6%
gasolina
Que se vaya 0.5%
277
La nueva constitución 0.4% 0.1%
Ayuda a los pensionados 0.7% 1.5%
Sus viajes al exterior y las
relaciones con otros países 0.5% 0.1% 0.4%
Es optimista 0.5%
Logro el apoyo de los
militares- Plan Bolívar 0.3% 0.1% 0.4%
Ns/Nc 19.3% 17.7% 10.0% 28.3%
Mejora la educación 3.0% 3.9% 3.9%
Vivienda 0.9%
La oposición 0.4% 0.4%
No permitir el
desabastecimiento 0.4%
Mercal 0.3%
Poder de convencimiento sobre
la gente 3.3%
Logra sus metas, lo que
promete lo cumple 1.7%
Las misiones 7.7% 3.5%
Otros positivos 3.3% 1.2%
Ama a Venezuela 1.1%
Lo está haciendo bien 2.6%
busca la igualdad para todos 0.9% 8.1%
Otros negativos 1.1% 0.1%
se preocupa por la salud del 1.0%
278
venezolano
Habla mucho y hace poco no
escucha 0.2%
Corrupción de la gente
gobierno 0.5%
Discusiones políticas desunión 0.1%
Regala nuestro dinero otros
países 0.6%
Quiere tener control absoluto 3.5%
Problema económicos 0.3%
Seguridad delincuencia 0.1%
Estatizar la economía 1.7%
Derrochar riquezas
beneficiando 0.1%
Libertar independizar
Venezuela 2.3%
Las riquezas 5.3%
Nada positivo 1.3%
Apoyo del pueblo 5.1%
Mejorar la economía 2.6%
Socialismo-comunismo 2.9%
Fuente: Consultores 21, agosto 2009. Pregunta para todos los años: ¿Qué cree que es lo mejor, lo más
positivo del Presidente Chávez?
279
3.3.- INSTITUTO VENEZOLANO DE ANÁLISIS DE DATOS.
Principales problemas del país: junio del 2003.
Desempleo 28,3%
Inseguridad 20,1%
Alto costo de la vida 5,9%
Problemas sociales 3,8%
Salud 3,0%
Educación 1,2%
Crisis Política del país 14,1%
Economía en general 20,6%
Otros 0,9%
NS / NR 2,1%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de marzo del 2003.
Principales problemas del país: julio del 2003.
Desempleo 31,3%
Inseguridad 19,3%
Alto costo de la vida 6,9%
Problemas sociales 3,6%
Salud 2,3%
Educación 1,2%
Crisis Política del país 11,0%
Economía en general 20,3%
Otros 1,5%
280
NS / NR 3,5%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de junio del 2003.
Principales problemas del país: septiembre del 2003.
Desempleo 27,0%
Inseguridad 21,5%
Alto costo de la vida 3,0%
Problemas sociales 3,3%
Salud 1,4%
Educación 1,9%
Crisis Política del país 18,1%
Situación Económica 16,5%
El Presidente y su gobierno 2,8%
Otros 1,7%
NS / NR 3,5%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de septiembre del 2003.
Principales problemas del país: junio del 2004 (1º quincena)
Inseguridad 56,5%
Desempleo 68,2%
Alto costo de la vida 14,7%
Problemas sociales 17,9%
Salud 12,3%
281
Educación 4,9%
Inestabilidad política 24,3%
Situación económica 16,0%
Corrupción 3,2%
Otros 26,9%
NS / NR 3,5%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de junio del 2004.
Principales problemas del país: junio del 2004 (2º quincena)
Inseguridad 17,4%
Desempleo 39,8%
Alto costo de la vida 4,8%
Inestabilidad política 7,5%
Situación económica 9,5%
Otros 10,5%
NS / NR 10,4%
Fuente: Informe electoral de la segunda quincena de junio del 2004.
Principales problemas del país: julio del 2004 (1º quincena)
Inseguridad 17,2%
Desempleo 36,6%
Problemas sociales 1,1%
Inestabilidad política 7,6 %
282
Situación económica 18,9%
Otros 5,0%
NS / NR 13,6%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de junio del 2004.
Principales problemas del país: julio del 2004 (2º quincena)
Inseguridad 18,0%
Desempleo 37,3%
Alto costo de la vida 4,5%
Problemas sociales 1,2 %
Inestabilidad política 7,7%
Situación económica 13,2%
Otros 4,0%
NS / NR 0,6%
Fuente: Informe electoral de la segunda quincena de junio del 2004.
Principales problemas del país: agosto del 2004
Inseguridad 21,2%
Desempleo 33,2%
Alto costo de la vida 2,7%
Educación 1,2 %
Inestabilidad política 10,0%
Situación económica 13,7%
Otros 3,0%
283
NS / NR 15,1%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de agosto del 2004.
Opinión de la participación personal cubano en deporte, salud, salud, agricultura,
educación: julio del 2003
Está para solucionar los problemas del país 33,9%
Para implantar el sistema cubano 57,5%
NS / NR 8,6%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de julio del 2003.
Opinión de la participación personal cubano en programas de alfabetización del
gobierno: julio del 2003
De acuerdo 35,3%
En desacuerdo 61,8%
NS / NR 2,9%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de julio del 2003.
¿Está de acuerdo con la participación de los médicos cubanos en Barrio
Adentro?: septiembre del 2003.
De acuerdo 43,1%
En desacuerdo 52,8%
NS / NR 4,1%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de septiembre del 2003.
284
¿Está de acuerdo con la participación de personal cubano en el plan de
alfabetización “Robinson”?: Septiembre del 2003.
De acuerdo 44,2%
En desacuerdo 52,5%
NS / NR 3,3%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de septiembre del 2003.
¿Cuál es la Misión Más exitosa llevada por el gobierno nacional?: Marzo 2006
Robinson 10,7%
Sucre 4,3%
Ribas 11,0%
Vuelvan Caras 5,2%
Milagro 2,1%
Barrio Adentro 18,6%
Mercal 14,1%
Hábitat 1,8%
Otras 4,0%
NS / NR 28,4%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de marzo del 2006.
¿Las Misiones les llegan por igual a partidarios y opositores del gobierno del
Presidente Hugo Chávez?
Si llegan 56,6%
No llegan 38,6%
285
NS / NC 4,8%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de octubre del 2006. Pregunta ¿Las Misiones les llegan
por igual a partidarias y opositores del gobierno del Presidente Hugo Chávez?
¿Está bien que las Misiones les lleguen sólo a los que apoyan al Presidente?
Si está bien 7,3%
No está bien 90,8%
NS / NC 2,9%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de octubre del 2006. Pregunta: ¿Está bien que las
Misiones les lleguen sólo a los que apoyan al Presidente?
¿Cuáles son las principales propuestas del Presidente Hugo Chávez?
Las Misiones 23,4%
Generar empleo 9,3%
Acabar con la delincuencia 8,5%
Establecer la educación 9,8%
Acabar con la pobreza 9,7%
Ejecutar las obras inconclusas 10,4%
Amor 14,6%
Barrio Adentro 8,9%
Recoger los niños de la calle 4,7%
Viviendas 14,9%
Bonos alimentarios 27,2%
Otros 22,8
286
NS / NR 35,4%
Fuente: Informe electoral de la primera quincena de octubre del 2006. Pregunta: ¿Cuáles son las
principales propuestas del Presidente Hugo Chávez?
287
3.4.- LATINOBARÓMETRO.
Años de
estudio
Problem
as
Año2003 Bajos
salarios
Tra
nsp
orte
Vio
lenc
ias
polí
tica
Ine
stab
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de
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dro
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minaci
ón
racial
Ot
ro
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N
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b
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No
Resp
onde
Año 2005 10,8% 0,7
%
5,2
%
5,2
%
3,7
%
3,5
%
28,8
%
2,6% 1,6
%
1% 1,6
%
0,4
%
9,8
%
1,2% 8,2% 10
%
2,5
%
0,3% 1,
2
%
1,
3
%
0,
3
%
Año 2006 0,1% 0,5
%
0,2
%
0 % 1,9
%
7,9
%
29,4
%
0 % 0% 2,5
%
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%
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%
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%
1,
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1
%
Año 2007 0,3% 0,4
%
0,3
%
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%
0,8
%
17,7
%
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%
2,1
%
2,8
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6,5
%
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%
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7
%
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2
%
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Año 2008 0,1% 0,3
%
0,1 0,6
%
0,9
%
0,6
%
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%
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%
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%
1,8
%
0,7
%
7,6
%
0,2% 46,4
%
4,3
%
2,9
%
0% 4,
8
%
1,
5
%
1,
3
%
Fuente: Latinobarómetro 2003, 2005, 2006 y 2007. Pregunta en todos los años: ¿Cuál considera usted que es el problema más importante en el país?
289
Nivel de satisfacción en el acceso de los servicios de salud
Años de estudios Cómo evalúa la calidad de los hospitales públicos
Ha
mejorado
mucho
Ha
mejorado
Ha
permanecido
igual
Ha
empeorado
Ha
empeorado
mucho
No
responde
No
sabe
Años 2005 21,6% 30,4% 29,4% 14,5% 2,8% 0,9% 0,8%
Años 2006 29,5% 34,8% 19,3% 9,6% 4,1% 1,9% 0,7%
Fuente: Latinobarómetro, 2005 y2006.
Años de estudios Nivel de satisfacción por los servicios de salud públicos impartidos por el
gobierno central
Muy
satisfecho
Más bien
satisfecho
No muy
satisfecho
Nada
satisfecho
Ninguno No responde
Años 2003 19,6% 24,6% 38,8% 16,2% - 0,9%
Años 2005 28,4% 37,2% 27,5% 6,0% - 0,9%
Años 2006 34,6% 34,6% 21,3% 5,3% 1,3% 2,9%
Años 2007 40,2% 37,0% 10,8% 3,8% 7,6% 0,6%
Fuente: Latinobarómetro 2003, 2005, 2006 y 2007.
Años de estudios Como cubre usted sus gastos en salud
No Sabe/ No
responde
Seguro privado Seguro público No tiene seguro
Años 2003 0% 0% 0% 100%
Años 2005 2,7% 15,2% 12,1% 70%
290
Años 2006 1,0% 18,3% 33,8% 46,8%
Años 2007 0,3% 21,8% 36,3% 41,6%
Fuente: Latinobarómetro 2003, 2005, 2006 y 2007.
Años de
estudios
Como ha enfrentado los problemas de salud que ha tenido usted y su
familia en los últimos doce meses
Sin
dificultades
para
acceder a
las
atenciones
necesarias
Con
algunas
dificultades
para
acceder a
las
atenciones
necesarias
Con
muchas
dificultades
para
acceder a
las
atenciones
necesarias
No
podemos
acceder a
las
atenciones
necesarias
No hemos
tenido
problemas
de salud
No
responde
Años
2006
29% 41,8% 20,2% 3,9% 3,9% 1,2%
Años
2007
28,5% 38% 20,3% 4,4% 7,7% 1%
Fuente: Latinobarómetro 2006 y 2007 (Los años 2003.2004 y 2005 no tenían preguntas de acceso a la
salud).