tesis laura rebori
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Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires Facultad de Ciencias Humanas Lic. en Trabajo Social
TESIS DE GRADO
La intervención de los trabajadores sociales desde la mirada de las adolescentes
ALUMNA Laura Julieta Rébori
DIRECTORA
Dra. Andrea Antonia Oliva
Tandil, 14 de Agosto de 2007
2
A Federico, mi amor y compañero
A Mercedes, solcito de mi vida
A toda mi familia:
padres, hermanos, nonos, tíos, suegros ...
3
Agradecimientos…
A Jésica, Laura, Joana, Soledad y Verónica, por
abrir sus corazones y contarme sus historias y pensamientos.
A Andrea Oliva, por guiarme con absoluta libertad en el
proceso de realización de la tesis.
A Juliana Cimino, por facilitarme la bibliografía
específica sobre adolescencia, que tanto le costó compilar y, por las
incansables charlas acerca del Trabajo Social que compartimos.
A Soledad Schneider, por las interesantes discusiones que
motorizaron algunos de los análisis y reflexiones.
4
Indice
Página
Introducción………………………………………………………………………………………..6
Capítulo I
Encuadre institucional para la intervención profesional del Trabajo Social
1.1 Caracterización de los barrios que comprende “San Cayetano”…10
1.2 La presencia del Estado: Dos Instituciones Municipales………….…13
1.3 El Centro Comunitario San Cayetano………………………………………....16
1.4 El Centro de Salud San Cayetano………………………………………………..19
1.5 El Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable………….24
Capítulo II
Los/as adolescentes: cotidianeidad y trayectorias de vida
2.1 Los/as adolescentes. Concepto y acercamiento cuantitativo/
cualitativo……………………………………………………………………………………………35
2.2 Perfiles y vida cotidiana de las entrevistadas…………………………….41
a. Jesica……………………………………………………………………………………………..42
b. Laura………………………………………………………………………………………………44
c. Joana…………………………………………………………………………..................45
d. Soledad…………………………………………………………………………………………..46
e. Verónica……………………………………………………………………………….…………47
Capítulo III
La intervención del Trabajo Social: una aproximación analítica desde las palabras de las adolescentes
3.1 La intervención profesional…………………………………………..............51
3.2 La condición de asalariado del trabajador social……………………....54
3.3 Las funciones asignadas al Trabajo Social………………………………….64
a. La asistencia………..…………………………………………………………………...….65
b. La educación .………………….…………………………………………………………….74
5
Consideraciones finales……………………………………………………………….......87
ANEXO………………………………………………………………………………………………...91
BICLIOGRAFIA………………………………………………………………………..........95
6
Introducción
El presente trabajo se propone realizar un análisis de la
intervención profesional del Trabajo Social, a partir de las palabras de
las adolescentes usuarias (entre los años 2005-2006) del Programa
de Salud Sexual y Procreación Responsable que se implementa en el
Centro de Salud San Cayetano de la ciudad de Tandil.
En un primer momento, el interés fue trabajar la temática de la
salud sexual y reproductiva en la adolescencia en general. Esto se
debe, a mi inserción laboral en el año 2005 (durante cinco meses), en
el marco del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Esta situación generó inquietudes, interrogantes y la realización de
diferentes lecturas en torno a la temática. Entre los autores
consultados se encuentran, Mario Margulis, Susana Checa, Eleonor
Faur, Claudio Stern y Ana María Fernández.
Posteriormente, debido al cambio de lugar de trabajo, se
sumaron nuevos interrogantes relacionados con la intervención
profesional en el marco de una institución pública estatal, sus
condicionantes, lógicas, etc.
En relación a la intervención en Trabajo Social, la perspectiva
abordada fue marcada principalmente, por autores como José Paulo
Netto, Carmelita Yazbek, Marilda Iamamoto, Elisabete Borgianni,
Carlos Montaño y Carina Moljo.
Los interrogantes que motorizaron el proceso de investigación,
se pueden sintetizar de la siguiente manera: ¿cuál es la incidencia
que tiene la intervención del trabajador social en las decisiones que
toman las adolescentes usuarias del Programa de Salud Sexual y
Procreación Responsable?
En cuanto al proceso de investigación se realizaron entrevistas
semi-estructuradas desde la perspectiva de la “historia oral”, a cinco
adolescentes que son usuarias del Centro de Salud San Cayetano y
habitan en los barrios que comprende su radio de intervención.
7
Cuatro de las entrevistas, se desarrollaron en sus domicilios, la otra,
en el Centro Comunitario San Cayetano.
La “historia oral” es una metodología cualitativa de
investigación que tiene como objetivo conocer la realidad social
teniendo como ejes las experiencias vividas por los sujetos en la
sociedad. La historia oral, busca colocar las voces de éstos en el
ámbito público, poder conocer los significados que le atribuyen a sus
experiencias y al desarrollo de sus propias vidas.
La importancia de esta metodología reside en recuperar las
vivencias que tienen los sujetos en los procesos sociales, partiendo
de considerar las palabras utilizadas por ellos. Según Carina Moljo
esto es poder “recuperar el lenguaje utilizado por los sujetos sociales
lo que nos puede dar pistas sobre las formas de resistir de un pueblo;
el lenguaje aparece como forma de resistencia.” (Moljo; 2001:24)
Moljo plantea que, “al trabajar con el lenguaje estamos
trabajando con la conciencia, que es exteriorización de la misma, es
trabajar con la experiencia vivida de los sujetos, es trabajar con
historia viva.” (Moljo; 2001:25)
Como lo indica esta metodología, todos los relatos fueron
desgrabados y transcriptos por el investigador. De esta perspectiva
se sugiere no dejar que esta actividad sea desarrollada por terceros,
a fin de que se vuelva a revivir de alguna manera la entrevista y que
se puedan considerar cuestiones que en su momento pasaron
desapercibidos.
Los criterios que se utilizaron para seleccionar a las
entrevistadas, fueron patrones comunes que marcaron la vida de las
adolescentes mujeres. En principio se debe aclarar que el vínculo
previo, establecido por el trabajo desempeñado hasta noviembre de
2006 en el Centro Comunitario San Cayetano, facilitó el acceso a ellas
como narradoras.
Los patrones comunes que tienen Jesica, Laura, Joana, Soledad
y Verónica, son: tener entre 15 y 19 años; el lugar de residencia; ser
8
usuarias del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable;
pertenecer al sector subalterno en condición de pauperización; ser
madres; el grado alcanzado de educación formal y las trayectorias
laborales de sus padres.
Con el fin de ordenar la exposición, se propone un primer
capítulo en el que se plantea el encuadre institucional que da marco a
la intervención del Trabajo Social. Para dar cuenta de ello, se
desarrollan las características principales del barrio “San Cayetano”,
del Centro de Salud y del Centro Comunitario, como así también de
los programas, de sobredeterminación nacional o provincial, que allí
se implementan. Entre los que se encuentra el Programa nacional de
Salud Sexual y Procreación Responsable. Del mismo se realiza una
aproximación al origen, objetivos e implementación.
En el segundo capítulo, el planteo se da a través del
conocimiento del concepto de adolescencia desde la perspectiva de
los derechos sociales y un acercamiento a su realidad específica que
se vale de datos cuantitativos y cualitativos. Para luego, desarrollar
descripciones que hacen a la cotidianeidad de las entrevistadas como
usuarias del Centro de Salud San Cayetano.
El tercer capítulo intenta a partir de los relatos dilucidar la idea
construida por las usuarias en torno al trabajo y la condición de
asalariado del trabajo social. Por otro lado, realizar un acercamiento
analítico a la intervención profesional mediante el análisis de las
funciones socialmente asignadas: asistencia y educación, desde la
mirada de las adolescentes entrevistadas.
9
El encuadre institucional de la intervención
profesional del Trabajo Social
Capítulo 1
10
1. El encuadre institucional de la intervención profesional del Trabajo Social
1.1 Caracterización de los barrios que comprende “San Cayetano”
Desde el año 2004 se lleva a cabo en la ciudad de Tandil una
política de zonificación a efectos de implementar a la
descentralización.
En tal sentido se hace necesario desarrollar una caracterización
de los barrios que comprenden la zona que se ha denominado como
San Cayetano1.
En el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS), San
Cayetano se implementa el Programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable del cual son usuarias las adolescentes entrevistadas en
el presente trabajo. Por ello, el necesario acercamiento a la realidad
socioeconómica, política e institucional de los barrios que comprenden
el radio de abordaje.
Los barrios que comprenden dicha extensión territorial, son el
Traful, El Molino, La Unión, La Tandilera, el Mataderos, el 25 de
mayo, el Iser, el Kafka y el San Cayetano.
Su ubicación es en el sector norte de la ciudad de Tandil y tiene
una extensión aproximada de 120 manzanas. Para poder referenciar
sus límites se toman los nombres de las calles periféricas de la zona:
Chapaleofú, y Aeronáutica Argentina al Norte, Circunvalación, Ijurco y
Chapaleofú al Este, Guemes Norte, Labarden y Urquiza al Sur y, Ruta
Nacional 226 y Dr. Pujol al Oeste.
La que se describe, es una zona en la que viven alrededor de
4700 habitantes. Que posee una estructura demográfica, que se
divide en iguales partes entre varones y mujeres.2
1 Para mayor información acerca de la justificación de la denominación, consultar la Propuesta de Descentralización y Zonificación Municipal, realizada en el año 2004 por la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Tandil. 2 Informe de la Secretaría de Desarrollo Social con datos de la misma y de CIG.FCH.UNICEN. 2007
11
Los hogares que se encuentran en su extensión territorial, son
alrededor de 1079, de los cuales 183 aproximadamente, son hogares
con necesidades básicas insatisfechas.3
La población desocupada asciende, según los datos del último
censo (año 2001), a 715 personas aproximadamente.
Si se tienen en cuenta los datos en relación a la cobertura de
salud, más de 2400 personas, no tienen ni obra social ni cobertura de
salud. Esto quiere decir, que más de la mitad de la población de la
zona San Cayetano, está excluida de los sistemas de cobertura
sanitaria.4
La infraestructura urbana desarrollada en estos barrios es
deficiente. Se hace evidente entonces, la necesidad de mayores
avances para una mejor calidad de vida de los pobladores. Por un
lado, es una de las zonas que no cuenta con servicio de desagüe
cloacal. Por otro lado, tiene la mayoría de las calles de tierra, solo
tres de sus calles se encuentran pavimentadas: Ijurco en un tramo,
San Francisco y Aeronáutica Argentina. En cuanto al alumbrado
público, se puede decir que la situación coincide con la del asfalto.
Esto significa, que solo dos calles poseen luz de gas de mercurio,
mientras que el resto poseen luz del alumbrado público de más de
cincuenta años.
Los servicios públicos, no benefician a todos los pobladores, ya
que, por un lado, el agua corriente se extiende en el 50% de la zona
y accede a la misma un 80 % de los hogares. Por otro lado, la red de
gas natural se encuentra en un 50% de la superficie y, solo el 35 %
de la población accede a la misma. Un 63 % de los hogares utiliza
gas envasado, demás está decir que este tiene un costo mayor que el
gas de red pública. La energía eléctrica se encuentra en toda la zona,
esto no significa que toda la población acceda a ella. No se
encuentran datos al respecto, pero hay hogares que aún no tienen luz
3INDEC. Censo de Población, Hogares y Viviendas 2001 4Ibídem.
12
eléctrica en sus viviendas o las conexiones que poseen, son precarias
y peligrosas para las familias.5
El bajo costo de los terrenos de la zona, favoreció a la
radicación de familias con recursos económicos limitados. Se puede
observar también, la ocupación de terrenos fiscales, en los que se
hallan construcciones de viviendas de tipo precarias y con situación
de hacinamiento, en las que habitan las familias.
Según lo planteado en la propuesta de descentralización y
zonificación municipal, de la Secretaría de Desarrollo Social, “el uso
del suelo se alterna entre usos agrarios, grandes superficies ocupadas
por servicios, equipamientos urbanos, industrias que, según los datos
obtenidos del Censo Nacional de Población y Vivienda 1991, un 20%
de la vivienda ocupadas presentan condiciones de precariedad.”6
La zona cuenta con un espacio verde principal: la plaza. Su
importancia reside, por un lado, en la ubicación que posee, ya que se
encuentra en la misma manzana que dos de las escuelas (EGBº59 Y
ED. ESP. Nº504) y el Jardín, a la vez que, frente al Centro de Salud y
el Centro Comunitario. Por otro lado, por su significación, ya que es
lugar de recreación para niños y grandes y, en fechas importantes,
encuentro de los pobladores del barrio y las instituciones. La plaza
cuenta con un amplio espacio verde en el que se puede jugar al fútbol
y otro lugar, en el que hay juegos infantiles algo deteriorados y
algunos bancos para sentarse.
En el barrio, desarrollan sus actividades aproximadamente 63
comercios, en su mayoría minoristas de productos alimenticios,
servicios de transporte, etc. y, alrededor de 13 unidades productivas
5 Informe de la Secretaría de Desarrollo Social con datos de la misma y de CIG.FCH.UNICEN. 2007 6 El INDEC reconoce las viviendas de tipo B como aquellas particulares que no cumplen por lo menos con alguna de las siguientes condiciones: no tiene provisión de agua por caño dentro de la vivienda; no dispone de retrete con descarga de agua; tiene piso de tierra u otro material que no sea cerámico, baldosa, mosaico, alfombra, plástico, cemento o ladrillo fijo.
13
(panificadora, frigoríficos, industria básica de metales, materiales de
construcción, etc.)
Los establecimientos educativos que se encuentran, abarcan
los niveles de preescolar, EGB – ESB. También se desarrolla
Educación para adultos, Educación Especial y Educación
Complementaria. Los mismos son: el Jardín 916 “Juana Manso”, la
EGB Nº 59 “Juan Fugl”, la EGB Nº 25 “Pte. H. Yrigoyen”, la escuela de
Educación Especial 504 “Gilberto Urcelay”, la escuela de Educación
para adultos 710 y el Centro de Educación Complementaria Nº 802.
El 21 % de la población analizada se encuentra en edad escolar
“obligatoria” (de 6 a 15 años). En el caso de educación “no
obligatoria”, se da una participación del 7% en el nivel polimodal (de
16 a 19 años)7
De la población total, unos 1125 pobladores, no terminaron la
escuela primaria y, alrededor de 371, no han recibido instrucción
formal.8
Los pobladores cuentan con diferentes instituciones públicas no
estatales que desarrollan actividades sociales y comunitarias. Estas
son: Sociedad de Fomento La Esperanza, Sociedad de Fomento Barrio
Norte, Comisión Barrio 25 de Mayo, Comisión Zona La Unión,
Merendero “Rinconcito de Luz”, Club de Padres “Los Corazones”,
Grupo Scout “Almafuerte”, Biblioteca “Barrio 25 de Mayo” , Radio FM
“Caribe” y Centro de Jubilados San Cayetano.
1.2 La presencia del Estado: Dos Instituciones Municipales
Según plantea el Municipio en un informe oficial, la Propuesta
de Descentralización y Zonificación Municipal (realizada en el año
2004 por la Secretaría de Desarrollo Social) los CAPS de Salud y los
7 Informe de la Secretaría de Desarrollo Social con datos de la misma y de CIG.FCH.UNICEN, 2007. 8 INDEC. Censo de Población, Hogares y Viviendas 2001
14
Centros Comunitarios deben abordar conjuntamente las
problemáticas sociales por las que atraviesan las comunidades en las
que se insertan. Dicho informe dice que “se intenta fortalecer los
Centros de Salud con el objetivo de descentralizar progresivamente el
Hospital base, el nivel de Atención Primaria de la Salud y la medicina
familiar, con recursos y responsabilidades en función de la
zonificación. De esta manera, los Centros Comunitarios y de Salud
deben desarrollar colectivamente estrategias de intervención frente a
la detección y atención de diversas problemáticas tales como,
adicciones, salud sexual y reproductiva, violencia familiar, entre otras
(…) los Centros Comunitarios y los Centros de Salud son promotores
de ofertas y servicios a la comunidad.” (Informe de Zonif. Y
Descentralización; 2004; 59)
En términos de Di Cione, el planteo de los Centros Comunitarios
y CAPS de Salud, es una “proyectación de la planificación social”, es
la “sobredeterminación de la política social.” (Di Cione; 1991:5)
Por responder a una sobredeterminación proyectada por el
Municipio de Tandil, más allá del intento de trabajo conjunto que se
plantea teóricamente, en lo concreto, desarrollarlo tiene las
contradicciones propias de la política social.
En este sentido, se debe considerar que “la intervención estatal
sobre la ‘cuestión social’ se realiza (…) fragmentándola y
parcializándola. Y no puede ser de otro modo: tomar la ‘cuestión
social’ como problemática configurádola de una totalidad procesual
específica es remitida concretamente a la relación capital/trabajo –lo
que significa colocar en jaque al orden burgués. Como intervención
del Estado burgués en el capitalismo monopolista, la política social
debe constituirse necesariamente en ‘políticas sociales’: las secuelas
de la ‘cuestión social’ son recortadas como problemáticas particulares
(‘el’ desempleo, ‘el’ hambre, ‘la’ carencia habitacional, ‘el’ accidente
de trabajo, ‘la’ falta de escuelas, ‘la’ incapacidad física, etc.) y así son
enfrentadas.” (Netto, 1997:22)
15
Siguiendo el mismo eje de análisis, Yazbek plantea que “las
políticas sociales asumen la función de atenuar, a través de los
programas sociales, los desequilibrios en el usufructo de la riqueza
social entre las diferentes clases sociales, así como los posibles
conflictos sociales que derivan de las precarias condiciones de vida a
las que se encuentran sometidas las clases subalternas. No podemos
olvidarnos que debido a la incorporación de las demandas históricas,
principalmente de los sectores más pauperizados, el Estado pasa a
producir directa o indirectamente servicios necesarios
fundamentalmente para la manutención y atención de algunos de sus
derechos sociales.”(Yazbek; 1993)
Esta autora en otro trabajo avanza acerca de la “fragmentación
(de las políticas sociales), pues se conciben sectorialmente como si lo
social fuese la simple suma de sectores de la vida, sin articulación,
una comprensión parcial de la realidad social. Consecuentemente, las
acciones profesionales acaban fragmentándose, asumiendo un
carácter puntual y localizado.” (Yazbek; 2003: 44) A partir de ello, se
generan contradicciones que presionan para que las prácticas del
trabajo social tiendan a repercutir negativamente en los usuarios.
En mediación constante, entre los lineamientos de las políticas
sociales y las demandas de los usuarios de la institución, se
desarrolla la intervención profesional. Esta mediación se sustenta en
las perspectivas ético-políticas de los proyectos profesionales de los
trabajadores sociales del CAPS San Cayetano y del Centro
Comunitario.
Cada uno, Centro de Salud y Comunitario como instituciones,
poseen especificidades y determinaciones en las temáticas de
abordaje, que hacen a la fragmentación de la cuestión social
planteada por Netto. El primero, abordará lo referido a la promoción
de la salud y la prevención y tratamiento de la enfermedad, mientras
que el segundo, realizará intervenciones referidas a lo socioeducativo
y la participación comunitaria.
16
Para avanzar en el análisis, en lo específico del Trabajo Social,
se dificulta hablar de un colectivo profesional homogéneo. Casi
ingenuo sería plantearlo de ese modo, “porque no es posible borrar
las determinaciones ni analizar sin tener en cuenta la pertenencia a
distintas clases, es decir sin ser social en esta sociedad capitalista”
(Oliva, 2000: 3) Aquí, vale tener en cuenta el planteo de Freire,
cuando considera que “una persona puede no tener posición de clase
popular pero tener una opción popular, como también puede no tener
una opción popular y tener una opción populista que es una
falsificación de lo popular. Yo espero que ustedes, hagan una opción
popular como Asistentes Sociales.” (Freire; 1990: 37)
Cada uno de los Centros implementa programas y proyectos
que desarrollan los equipos de trabajo que poseen. La descripción de
los mismos, acerca a la dinámica en la cual desarrollan sus funciones
los trabajadores sociales de la zona descripta. De esta manera, salen
a la luz, las contradicciones propias de la práctica social en la que
entran en juego, los agentes sociales. (Zúñiga, 1996) Estos son el
contexto institucional (institución) en el que participan las
adolescentes (como usuarias) y el espacio en el que intervienen
profesionalmente algunas de las trabajadoras sociales a las que se
refieren las entrevistadas.
1.3 El Centro Comunitario San Cayetano
El planteo del Municipio es que “Los Centros Comunitarios son
espacios socio-educativos y culturales de participación vecinal que se
proponen –como resultado de la intervención municipal- producir
políticas innovadoras desde la recuperación y profundización de la
identidad barrial, incrementando los niveles de integración ciudadana
a la comunidad tandilense en general.”(Linares y Martignoni: 2004;
60) Para poder acercarnos a lo que sucede en realidad en el caso del
Centro Comunitario San Cayetano, se describe acerca de la
especificidad de su implementación.
17
El Centro Comunitario San Cayetano, fue el primero que creó,
inaugurándose en febrero del año 2004. Al igual que el CAPS San
Cayetano, no posee edificio propio y funciona en las instalaciones de
la Iglesia Católica.
Actualmente funciona con una trabajadora social, coordinadora
del Centro Comunitario, que es empleada municipal desde enero del
2006. Es valido que se destaque la condición laboral del profesional,
quien comenzó trabajando como auxiliar, primero con una pasantía
rentada (30 horas semanales, $250 mensuales) y al graduarse,
durante varios meses trabajó rentada por un plan de empleo PROMET
($350 mensuales, 30 horas semanales) A partir de su
mensualización, cumple treinta y cinco horas semanales y su básico
salarial es de $505.52 mensuales. Otro integrante es una auxiliar de
coordinación, la misma es una tesista de la Lic. en Trabajo Social,
cuya “remuneración” es un plan de empleo municipal (PROMET). Es
decir, su trabajo es de veinticinco horas semanales en condiciones de
precariedad laboral total. Por otro lado, trabaja una recepcionista,
que es una mujer que realiza la contraprestación del Plan para Jefes y
Jefas de Hogar Desocupados; un empleado municipal9 que realiza la
apertura y cierre del Centro Comunitario en el turno tarde, en el que
funcionan los talleres; una mujer que realiza la recepción en el turno
tarde y que recibe un Plan de Empleo Municipal (PROMET); alrededor
de diez mujeres que como contraprestación del Plan para Jefes y
Jefas de Hogar Desocupados, llevan adelante el proyecto de
producción de milanesas de soja y el de huerta y otras dos mujeres
realizan la contraprestación del plan de empleo, desarrollando tareas
de limpieza de la institución.
Las actividades que se desarrollan en el Centro Comunitario, se
dividen entre, por una parte la asistencia, las intervenciones con los
9 Cabe aclarar que la persona que cumple dicha función, ha llegado a ella en la actual gestión municipal del Dr. Lunghi (UCR), como reconocimiento a su militancia territorial (en la zona que el Municipio denomina San Cayetano) de manera que no posee un estricto horario laboral.
18
pobladores (familias, adultos mayores, adolescentes, etc.), el trabajo
con las instituciones escolares y educativas, entre otras; coordinación
y seguimiento de los proyectos que se desarrollan en el Centro
Comunitario, por otra las actividades recreativas y educativas que se
realizan mediante talleres, básicamente en el turno tarde (títeres,
historieta, guitarra, costura, etc.)
En lo que respecta a los talleres, los coordinadores de cada uno
dependen de diferentes Áreas Municipales (Educación, Cultura,
Deporte, Juventud, etc.) a excepción de los talleres que pertenecen
al proyecto Pampares, que dependen de la Sala Abierta de Lectura.
Los talleres son música, lectura y plástica, títeres para diferentes
grupos etáreos, según los integrantes del proyecto lo vayan
planificando cada año.
En el Centro Comunitario, las actividades de asistencia social se
desarrollan todas las mañanas de lunes a viernes. Ello consiste en la
atención de la llamada “demanda espontánea” mediante entrevistas y
las visitas domiciliarias que hacen a las intervenciones cotidianas. En
algunas ocasiones, se interviene a partir del trabajo conjunto con las
Áreas de Desarrollo Social (con familias, adultos mayores,
adolescentes, personas con capacidades diferentes, etc.)
Los recursos con los que cuenta la trabajadora social del Centro
Comunitario para las prestaciones son: setecientos pesos semanales
para apoyos económicos, treinta vales de gas envasado, exhimición
de facturas inferiores a $30 de consumo del servicio de luz eléctrica
por monto mensual total de $500, pago de desagote de pozo ciego
(uno semanal).
Los programas que se implementan en el Centro Comunitario
son:
El Programa Nutricional Municipal, es implementado por el Área
de Políticas Alimentarias de la Dirección de Acción Social Municipal.
Consiste en una entrega mensual de alimentos secos a familias cuyos
ingresos se ubican por debajo de la línea de pobreza.
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El número de pobladores que son usuarios de este programa es
aproximadamente setecientos.
El Programa de Atención Integral a Familias Vulnerables,
este programa depende también del Área de Políticas Alimentarias
Municipal. El mismo tiene por objetivo general “contribuir al pleno
desarrollo de los niños/as y sus familias mediante su efectiva
participación en la comunidad” Las destinatarias del programa son
“familias en situación de vulnerabilidad que cuenten con niños de 0-
14 años, priorizándose las siguientes características: necesidades
básicas insatisfechas (NBI), familias numerosas, desocupación o
subocupación de los padres, situaciones de violencia familiar, entre
otras situaciones.” El programa posee tres componentes, el de
seguridad alimentaria, el de fortalecimiento social y el educativo.
Específicamente, en su implementación en el Centro Comunitario San
Cayetano alcanza solo a veinticuatro familias.
Los proyectos que se desarrollan en el Centro Comunitario son
sostenidos por mujeres que reciben el Plan para Jefes y Jefas de
Hogar Desocupados. Estos son, el proyecto Soja y el de Huerta. El
primero, consiste en la producción de milanesas de soja que se
entregan a la comunidad barrial. Por su parte, el otro proyecto
consiste en realizar huerta. Las actividades de huerta se desarrollan
en el invernáculo que se encuentra en las instalaciones que funciona
el Centro Comunitario.
1.4 El Centro de Atención Primaria de la Salud San
Cayetano
El CAPS San Cayetano, depende de la Dirección de Atención
Primaria de la Salud del Municipio de Tandil.
Esta institución no posee edificio propio, en su historia ha ido
cambiando de domicilio varias veces. Actualmente se ubica frente a la
plaza del barrio y funciona en instalaciones de la Iglesia Católica.
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El CAPS cuenta con un equipo de trabajo conformado por seis
personas desde hace aproximadamente tres años. Una médica y una
enfermera, empleadas municipales cuya carga horaria es full time.
Una trabajadora social, empleada provincial, que comenzó a trabajar
en el momento en que se implementó en Tandil el Programa
ATAMDOS. También la odontóloga comenzó con este programa en
otro CAPS, y desde hace unos meses atiende pacientes dos veces por
semana en San Cayetano y los tres días restantes en el CAPS de Villa
Aguirre. El pediatra que concurre, es empleado municipal, atiende a
los niños de la zona dos veces por semana. También desarrolla
actividades una psicóloga que concurre de lunes a jueves (de 8:30 a
12:30), cuya remuneración es realizada mediante un plan social
municipal (PROMET, $200). La sexta integrante es una mujer que
realiza la contraprestación del Plan para Jefes y Jefas de Hogar
Desocupados realizando actividades de limpieza del CAPS.
Es importante considerar la filosofía que poseía el Programa
ATAMDOS (Atención Ambulatoria y Domiciliaria de la Salud), al que
pertenecen dos de las profesionales del CAPS San Cayetano. El
ATAMDOS surge en el año 1988, durante la gestión Provincial del Dr.
Antonio Cafiero. El ministro de Salud de esta Provincia, el Dr. Ferrara,
realizó un convenio con la Municipalidad de Tandil, durante la
intendencia de N. Pizzorno. Dicho programa, que pretendía: de
acuerdo con la concepción del proceso salud-enfermedad, y con la
búsqueda de soluciones que requerían los problemas sanitarios y
sociales, se conformaron los primeros equipos interdisciplinarios, las
funciones especificas que les asignaron, fueron en la protección y
promoción, recuperación y rehabilitación de la salud, ofreciendo
atención a las familias, detectando así los fenómenos sanitarios y
sociales que repercuten sobre la comunidad, produciendo acciones
para la transformación de la misma. Se promovía como estrategia
fundamental la participación popular en la planificación, ejecución y
evaluación de las acciones y tiene como propuesta mejorar la calidad
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de vida de la comunidad, con el objetivo obtener mejores niveles de
salud posible, con una nueva cobertura integral y participación de la
comunidad.10
Los lineamientos del programa ATAMDOS, se desdibujan a
partir de que comienza a darse heterogeneidad en la forma de
empleo y direccionamientos de los profesionales. Algunos de ellos,
siguen siendo empleados de la provincia, otros municipales con
diversas cargas horarias, algunos con treinta y cinco horas, otros full
time.
Las actividades y proyectos que se implementan, responden
los objetivos generales de la prevención de la enfermedad y
promoción de la salud en el marco de la Atención Primaria de la Salud
y los programas provinciales y nacionales.
En el CAPS San Cayetano, se realizan diversas actividades. Por
un lado, las de proyección propia del CAPS y por otro, las que
responden a la implementación de programas y proyectos que
constituyen la ejecución de la política general. “Aquí es importante
diferenciar los proyectos y programas sobredeterminados por
políticas nacionales y provinciales de aquellos surgidos desde los
distintos Centros de Salud, en tanto la lógica que caracteriza a cada
uno es diferente, no sólo con respecto a la direccionalidad sino
también en lo que se refiere a los recursos y capacidad de
respuesta.”11
Entre las prestaciones del Centro de Salud, la trabajadora social
debe administrar ochenta pesos semanales para asistir con apoyos
nutricionales o pago de anteojos recetados. Los nutricionales
consisten en ayudas económicas para personas que, por indicación
médica, necesitan una dieta específica (niños con bajo peso por
ejemplo). Estas prestaciones consisten en órdenes de compras para
10 Informe de pasantía realizada en el año 2005 por Juan Cruz COL. 11 Informe de APS; 2005 página 10
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retirar alimentos frescos (carnes, lácteos, frutas y/o verduras). Los
usuarios deben retirarlos en una fecha estipulada, de un mercado o
despensa determinado por la Dirección de Atención Primaria (APS).
Con respecto a los anteojos, se realiza mediante la presentación de
presupuestos de al menos, dos ópticas también señaladas por la
Dirección de APS.
Los programas y proyectos que se implementan son:
Proyecto de Prevención del Riego Cardiovascular. El
proyecto de prevención del riesgo cardiovascular, surge de la
iniciativa de los integrantes del Centro de Salud San Cayetano.
El mismo se desarrolla realizando talleres y charlas previamente
a la entrega de la medicación y realizando caminatas semanalmente,
coordinadas por la médica, la enfermera y la trabajadora social.
Los programas y proyectos sobredeterminados por instancias
nacional o provincial, que se implementan en el CAPS San Cayetano
son:
El Programa Remediar que es de nivel Nacional. Consiste en
“la provisión gratuita de medicamentos, y es implementado por el
Ministerio de Salud de la Nación. Según documentación de
divulgación del mismo, este constituye una estrategia central del
Ministerio de Salud de la Nación para enfrentar la emergencia social y
sanitaria, garantizando el acceso de la población más vulnerable a los
medicamentos esenciales que dan respuesta a la mayoría de los
motivos de consulta médica en los Centros de Salud.”12
El Programa de detección precoz del cáncer
genitomamario (PROGEMA) Este programa, en el CAPS San
Cayetano, se implementa conjuntamente con el Programa de Salud
Sexual y Procreación Responsable. El propósito del PROGEMA, es
disminuir la morbilidad y mortalidad por cáncer de cuello uterino,
realizando la detección temprana del cáncer, realizando los estudios
12 Ibídem, pág. 11
23
de Papanicolau y Colposcopia en mujeres asintomáticas, con el fin de
identificar a aquellas que puedan tenerlo.
Las actividades por medio de las cuales se implementa este
programa, es mediante la consulta médica y los talleres de los que
participan las usuarias del programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable, en los que se tratan diferentes temáticas previamente a
la entrega de los anticonceptivos orales e inyectables y preservativos.
El Programa Materno Infantil es de nivel Provincial. El
mismo fue creado en el año 1994 con el propósito de disminuir la
morbi-mortalidad infantil. Entre sus objetivos se estaca: “mejorar el
acceso y la calidad de vida de la atención a la salud a la mujer, la
niñez y a adolescencia, y promover estilos de vida saludables en la
población.”13 Este programa cuenta con cuatro subprogramas. Uno de
ellos es el Sub-Programa de Perinatología, Salud Reproductiva y
Sexual. Otro Sub-Programa es el de Salud Integral del Niño de 0 a 5
años, está orientado a contribuir al crecimiento y desarrollo adecuado
e integral de los niños comprendidos entre 0 y 5 años sus objetivos
son “Impulsar la creación de redes de servicios de salud para la
atención integral de la niñez. Apoyar el desarrollo de programas y
proyectos intersectoriales e integrales a nivel regional y municipal
dirigidos a la niñez. Promover estilos saludables y adecuados a la
identidad cultural de la población.”14
Este subprograma se trabaja mediante la consulta individual
con el médico, como así también en charlas y talleres. Por otro lado,
se articula con instituciones como, el Servicio de Estimulación
Temprana de la Dirección General de Escuelas, con el Programa Más
Vida, con los establecimientos educativos (Jardín Nº 916, Centro
Complementario Nº2) mediante controles de salud y charlas
informativas y con el Centro de Vacunación dependiente de la Dir. De
Atención Primaria de la Salud, la vacunación para el ingreso escolar.
13 Ibídem pág. 13 14 Ibídem
24
El Sub-Programa de Salud Integral del Niños en Edad Escolar.
Este se orienta a promover la salud, mejores condiciones de vida e
igualdad de oportunidades de crecimiento y desarrollo para los niños
de edad escolar. Sus objetivos son: “Articular las escuelas y los
efectores de salud para la detección y resolución temprana de los
problemas de salud en este grupo de edad. Conformar una red de
efectores de salud escolar con la participación del establecimiento de
salud, educación y otras organizaciones de la comunidad, para
promoción de la salud. Promover el desarrollo de ámbitos saludables
en la comunidad.”15
La principal actividad que se desarrolla en el CAPS San
Cayetano, en el marco de este sub-programa, es el control del niño
sano, que consiste en un control de salud que es obligatorio en 1º, 4º
y 7º año de la EGB. A esto se suma el control de salud bucal, con la
presencia de la odontóloga.
Fuera del programa, pero vinculado a la Salud Sexual, se
implementa en el marco de la Atención Primaria de la Salud, el
Programa SIDA, Prevención y Promoción, en el cual se trabaja el
tema de la sexualidad responsable coordinado por una enfermera. La
metodología utilizada son las charlas y talleres en establecimientos
educativos. (EGB 59 Y 25)
1.5 El Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable
Las entrevistadas en el presente trabajo, son madres
adolescentes usuarias del CAPS San Cayetano. Reciben la asistencia
que contempla el Programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable.
Se debe aclarar que, el sub programa del Programa Materno
Infantil, de Perinatología, Salud Reproductiva y Sexual, es aquel
15 Ibídem pág. 14
25
mediante el cual en la zona sanitaria VIII 16, se implementa el
Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, ley
25.673.17 Esta normativa, está indicada en un Informe del Ministerio
de Salud de la Provincia de Bs.As., del año 2003:
“Presentación y puesta en marcha del Programa Nacional de
Salud Sexual y Procreación Responsable y su implementación a
través del Programa Materno Infantil de la Provincia de Bs.As.: el 30
de mayo, en la Reunión del Consejo Técnico Asesor a nivel regional,
realizado en esta Sede Regional, se hace la presentación del
mencionado programa a los Directores de Salud de los distintos
municipios de la región.”18
Previamente a que se consideren más detalles acerca de la
implementación del Programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable, impera la necesidad de que se piense en relación a las
luchas que se fueron dando, a nivel mundial y las convenciones y
conferencias que dan cuenta y comunican ello. Las de mayor
relevancia son: la Convención Internacional de los Derechos del Niño,
la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (1994, El
Cairo), la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995, Beijín)
entre otras.
Estos eventos fueron generando e instaurando a nivel mundial
debates y luchas que se dieron en torno a los derechos humanos,
específicamente en este caso, los de los/as niños/as, los/as
adolescentes y las mujeres.
En Argentina, en el año 1994, se incorporan a la Constitución,
en el art. 75, inc. 22, los tratados, pactos y convenciones de derecho
internacional relacionados con el cumplimiento de los derechos
humanos. 16 La región VIII abarca dieciséis partidos, Ayacucho, Balcarce, Gral. Alvarado, Gral. Guido, Gral. Lavalle, Gral. Madariaga, Gral. Pueyrredón, Lobería, Maipú, Mar Chiquita, Necochea, De la Costa, Pinamar, San Cayetano, Tandil y Villa Gesell. 17 Ley vetada en el mes de Octubre de año 2002 y decretada en Mayo del 2003. 18 Informe Ministerio de Salud. Pcia. Bs.As., S/F
26
Esta situación, se dio luego de una larga trayectoria de luchas
acerca de los derechos sexuales y reproductivos que tuvieron lugar
con el retorno de la democracia.
“desde la restauración de la democracia en el año 1983, son
visibles los logros (aunque lentos) alcanzados en relación a la
problemática de Salud Reproductiva. A pesar de ello deben
reconocerse los obstáculos que se debieron superar, los cuales
estaban ligados tanto a presiones políticas de grupos conservadores
como también por la fuerte oposición de la Iglesia Católica. A pesar
de estas dificultades, que no han desaparecido en la actualidad, se
logra la sanción de la ley Nacional que crea el programa de Salud
Sexual y Procreación Responsable, lo cual significó la legitimación de
las prácticas que se venían ejerciendo en diferentes partes del país.”
(Cimino; 2005: 83)
Ese largo camino, en el país, tuvo su origen en la ciudad
autónoma de Buenos Aires. En ella, se comenzó a trabajar en torno a
la salud reproductiva y sexual en el año 1988. En ese momento, no
se tenía asegurado en suministro de anticonceptivos para la entrega
gratuita debido a que no se tenía una partida presupuestaria propia.
A partir de 1995, se logra un presupuesto especial destinado a la
Salud Sexual y Reproductiva.
La promulgación de la ley de Salud Sexual y Procreación
Responsable en la ciudad autónoma de Buenos Aires, se dio el 22 de
julio del 2002.
A nivel nacional, se logra también en el año 2002 a partir de
que la ONU, como agente que monitorea el cumplimiento de los
estados parte de la Convención para Eliminar todas las formas de
discriminación Contra la Mujer, presiona a la Argentina para que
sancione el Proyecto de Ley.
“Este hecho fue producto de informes presentados por
diferentes actores sociales que denunciaban la falta de respuesta del
Estado Argentino a la temática de la salud reproductiva. A partir de
27
esta presión, es que el proyecto de ley de Salud Sexual y Procreación
Responsable, fue aprobado el 18 de Abril del 2001 por la Cámara de
Diputados, de allí es sancionada con fuerza de ley Nº 25.673, el 30
de Octubre del 2002 por el Senado y Cámara de Diputados de la
Nación Argentina.” (Cimino; 2005: 83)
En este sentido, toman relevancia las palabras de Yazbek
(1993) cuando sostiene que “las políticas sociales son también
espacio de expansión de derechos sociales que de otro modo
son negados a esa población.” Es notorio, que el derecho a la
salud sexual y reproductiva ha logrado su legitimidad, producto de las
presiones que diferentes actores de la ciudadanía han impartido
durante largo tiempo.
No se debe dejar de considerar la complejidad de este largo
proceso. Puesto que la asistencia social, tal como plantea Sposati:
“cumple una función ideológica en la búsqueda de consenso a
fin de garantizar las relaciones de dominación-subalternidad, e,
intrínsecamente a esta, la función política de alivio, neutralización, de
las tensiones existentes en esta relación. Es una forma de gestión
estatal de la fuerza de trabajo y, en esa gestión, no solo conforma al
trabajador las exigencias de la reproducción, valorización, y
expansión del capital, sino también es el espacio de articulación de
presiones y movimientos sociales de los trabajadores por ampliación
de la atención de sus necesidades y reivindicaciones.” (Sposati apud.
Yazbek, 1993)
Luego de esta síntesis del proceso de lucha por el cual se logra
en Argentina la legitimidad del derecho a la salud sexual y
reproductiva, se hace necesario considerar, el artículo 2 del Programa
en el que se plantean los siguientes objetivos:
“a) Alcanzar para la población el nivel más elevado de salud
sexual y procreación responsable con el fin de que pueda
adoptar decisiones libres de discriminación, coacciones o
violencia;
28
b) Disminuir la morbimortalidad materno-infantil;
c) Prevenir embarazos no deseados;
d) Promover la salud sexual de los adolescentes;
e) Contribuir a la prevención y detección precoz de
enfermedades de transmisión sexual, de vih/sida y
patologías genital y mamarias;
f) Garantizar a toda la población el acceso a la información,
orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a
la salud sexual y procreación responsable;
g) Potenciar la participación femenina en la toma de decisiones
relativas a su salud sexual y procreación responsable.”19
Para la implementación del Programa a nivel nacional, se
contemplan diferentes cuestiones. Vale que se destaque el punto
referido a “asistencia técnica y capacitación permanente a los equipos
de salud (médicos, obstétricas, enfermeros, trabajadores sociales,
agentes sanitarios)”20 En este sentido, en el programa no se
especifica que tipo de capacitación, ni distingue cuestiones en
relación a la especificidad que requiere el abordaje con los/as
adolescentes.
Otro punto que requiere énfasis, es el que se refiere a la
“promoción de actividades de comunicación social sobre salud sexual
y procreación responsable.”21 Al respecto, se puede decir que parece
que la publicidad en medios masivos de comunicación solo se dio
durante el 2005. Estaba destinada a adolescentes y jóvenes de clase
media. La misma consistía en el relato de una pareja acerca de su
elección de un determinado método para lograr una mejor salud
sexual.
El Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, como
política social, da marco a la intervención profesional del Trabajo
Social, que se busca analizar en el presente trabajo.
19 Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la Nación. S/F 20 Ibídem pág. 15 21 Ibídem
29
Por tal motivo, se hace necesario, “dejar explícito que discutir
asistencia social no es discutir lo profesional o la práctica del
profesional asistente social, aunque ese aspecto tenga fuerte
influencia” (Sposati, 1995:24) ya que en la misma son partícipes
diferentes profesiones.
Las políticas sociales, como instrumento fundamental de la
intervención profesional del trabajador social, no han quedado ajenas
a los lineamientos del liberalismo. En ese contexto, prima la
privatización, la focalización y la descentralización. Oliveira plantea
que, “las políticas sociales se valen de los ‘saldos’ presupuestarios y
se modifican coyunturalmente. En cuanto al gasto público, lo social
‘forma parte de la relación social de producción y la modifica como
históricamente ha sido demostrado’ Ello es la metamorfosis del
excedente, de la plusvalía o del lucro.” (1985 apud. Yazbek; 1993)
La asistencia como función del Trabajo Social, engloba a
aquéllas tareas como,
“entrega de bienes de ropa, alimentos, materiales de
construcción, la adjudicación de servicios de transporte, de
diagnóstico y tratamiento de enfermedades, asesoramiento y
orientación en problemas sociales como alcoholismo, drogadicción,
violencia familiar, etc.” (Oliva, 2000: 10).
El programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, en el
CAPS San Cayetano, se implementa a nivel individual en las consultas
médicas y a nivel grupal, mediante charlas y talleres. Los temas que
se abordan en los mismos son los cuidados de la madre, la
preparación para el parto, la lactancia y los cuidados del neonato, en
el momento de la entrega de medicación o previamente al control de
las embarazadas.
En el mencionado programa se prevé la entrega de distintos
tipos de anticonceptivos orales (algunos compatibles con la
lactancia), preservativos, anticonceptivos de emergencia,
anticonceptivos inyectables y la colocación de dispositivos
30
intrauterinos (DIU). En el caso del CAPS San Cayetano, los DIU, son
indicados por la médica y son colocados a las pacientes en el Hospital
Ramón Santamarina.
El número de usuarias de este programa que reciben los
anticonceptivos orales, entre mujeres adultas y adolescentes, es
aproximadamente 350 mujeres, de una población femenina de
alrededor de 2350. La población adolescente usuaria del programa de
Salud Sexual y Procreación Responsable es de 50 adolescentes
mujeres que habitan el área de abordaje que compete al Centro de
Salud San Cayetano. La población adolescente es de 760 de los
cuales, alrededor de 400 son mujeres. Igualmente, no se debe perder
de vista que el programa está destinado a la población en general, sin
distinción de género.
Ahora bien, ¿qué sucede con la salud sexual y reproductiva
los/as adolescentes que no acceden al programa? cuales son las
causas de los excluyen del programa?
Se puede partir de considerar, que algunos/as adolescentes
acuden al servicio de adolescencia del Hospital Ramón Santamarina,
pero no es posible acceder a esos datos debido a que no se lleva una
estadística conjunta entre los dos niveles de atención de la salud
(Atención Primaria de la Salud-Hospital). En consecuencia SE CUENTA
Sólo con los datos correspondiente a los/as adolescentes que se
atienden en el CAPS San Cayetano.
Por otro lado, es de importancia retomar que mas de la mitad
de la población que compete al Centro de Salud San Cayetano, no
posee cobertura médica.
Existe un número importante de adolescentes excluidos del
Programa, de modo que cabe preguntarse ¿cuál es el modo que
tienen estos/as adolescentes para acceder a métodos anticonceptivos
e información acertada? Es relevante considerar la situación
socioeconómica de pauperización en la que desarrollan sus vidas más
de la mitad de la población adolescente en los barrios que
31
comprenden “San Cayetano” y la complicación que significa tener que
comprar el anticonceptivo y decidir cual es el más apropiado para
ellos.
Ahora bien, cual es la estrategia del Centro de Salud San
Cayetano para llegar a los/as adolescentes?
Estos interrogantes se sustentan en la reglamentación del
programa y en las conferencias y convenciones que enmarcan al
programa. Específicamente en el punto f del Programa, se plantea el
objetivo de:
“garantizar a toda la población el acceso a la información,
orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud
sexual y procreación responsable”22.
Cabe señalar que el Programa, en el decreto nacional
1.282/2003, de su reglamentación, contempla que con respecto a la
población adolescente,
“no importa sustituir a los padres en el asesoramiento y en la
educación sexual de sus hijos menores de edad sino todo lo contrario,
el propósito es de orientar y sugerir acompañando a los progenitores
en el ejercicio de la patria potestad, procurando respetar y crear un
ambiente de confianza y empatía en las consultas médicas cuando
fuera posible”23
Por otro lado, enmarcado en la Convención de los Derechos del
Niño, incorporada en la reforma constitucional de 1994, considera la
necesidad de:
“brindar a la población el nivel más elevado de salud sexual y
procreación responsable, siendo aspectos sobre los que, de ninguna
manera, nuestros adolescentes pueden desconocer y/o permanecer
ajenos. (…) de acuerdo con lo prescripto por el artículo 921 del
Código Civil, que otorga el discernimiento a los menores de 14 años
(…) en concordancia con la Convención Internacional de los Derechos
22 Ibídem pág. 16 23 Ibídem pág. 18
32
del Niño, se entiende por interés superior del mismo, el ser
beneficiarios, sin excepción ni discriminación alguna, del más alto
nivel de salud y dentro de ella de las políticas de prevención y
atención en la salud sexual y reproductiva en concordancia con la
evaluación de sus facultades.”24
Pese a que el Programa contempla ciertos requerimientos
específicos para la población adolescente, en su implementación
encuentra dificultades considerables que responden a diferentes
factores.
El Programa promueve la consejería, para esta se requiere
profesionales y equipo de trabajo formados para realizar
intervenciones con los/as adolescentes. Estas capacitaciones están
previstas en el Libro de la Salud Sexual y Reproductiva y la
Procreación Responsable del Ministerio de Salud y Medio Ambiente,
pero en la realidad del Centro de Salud San Cayetano lejanas han
quedado las Consejería.
Si se consideran las dificultades para desarrollar actividades de
Consejería, no solo tienen que ver con la formación, sino también con
la necesidad de profesionales dedicados casi con exclusividad horaria
a las mismas, podrían darse iniciativas o proyectos que tiendan a
considerar a los/as adolescentes como población destinataria de los
mismos.
En el Centro de Salud San Cayetano, la entrega de
anticonceptivos orales, se realiza luego de una charla, acerca de una
temática específica, en general a cargo de la médica, en la que
asisten todas las mujeres sin distinción de edad. Este es un ejemplo
de la ausencia de criterios desde una perspectiva de la adolescencia
como proceso de la vida con características y requerimientos
específicos.
La población adolescente posee necesidades propias, que hacen
a la etapa de la vida por la que están atravesando. Por tal motivo, lo
24 Ibídem pág. 20
33
que corresponde es un programa destinado específicamente a los/as
adolescentes como sujetos de derecho.
Esto se debe a la especificidad necesaria en el abordaje con
adolescentes, de la promoción de la salud sexual y reproductiva y la
prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
“la sexualidad adolescente deberá ser abordada no sólo en su
restringida expresión biológica, sino fundamentalmente, en tanto
construcción social y colectiva regida por pautas históricas y
culturales, propias de cada sociedad.” (Checa; 2003:21)
34
Los/as adolescentes:
cotidianeidad y trayectorias de vida
Capítulo 2
35
2. Los/as adolescentes: cotidianeidad y trayectorias de vida
______________________________________________________
2.1 Los/as adolescentes: concepto y acercamiento cuantitativo/ cualitativo
En el barrio San Cayetano, habitan alrededor de 760
adolescentes y, teniendo en cuenta la situación demográfica de casi
igualdad numérica entre los géneros, nos encontramos con casi unas
400 adolescentes mujeres. Aproximadamente unas 50 son usuarias
del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, en San
Cayetano.
Se hace necesario entonces, considerar cual es la concepción de
adolescente, ya que es uno de los sustentos que direcciona la
intervención profesional, en el Programa de Salud Sexual y
Procreación Responsable.
El concepto adolescencia ha variado según el momento
histórico, pero es en la Europa del siglo XIX y principios del XX, con la
expansión capitalista y el desarrollo de la industrialización, que se
comienza a enunciar a la adolescencia como una etapa del proceso
vital de las personas.(Gelsi, 2004:69)
Es Ana María Fernández, quien plantea que el concepto de
adolescencia surge del proceso histórico que enmarca la sociedad
industrial, con las modificaciones que se dan en la configuración de la
familia y sus funciones. Considera que existe una diferenciación
según el género, que la adolescencia masculina se desarrolla a partir
de la extensión de las responsabilidades escolares y que la femenina
tiene que ver con el retraso del casamiento pubertario. (Checa; 2003:
24)
Esta autora, a su vez realiza una diferenciación entre las niñas
de clases sociales burguesas y nobles con respecto a las niñas de
36
sectores populares, aludiendo a que las primeras se adolentizan antes
que las segundas. (Gelsi, 2004: 69)
Diferentes autores consideran que esto responde
específicamente a las necesidades de generar cambios en la vida
cotidiana y de familia que se adecuaran a los requerimientos del
capitalismo y la industrialización. La educación era valorizada como
necesaria para acceder a las nuevas formas productivas, aunque se
diferenciaba según el género. El acceso a la educación formal era
impostergable para la formación de fuerza de trabajo masculina tal
como lo requería el capitalismo. En cambio, no se consideraba que las
adolescentes mujeres tuvieran necesidad de formación similar a la de
los varones debido a que eran formadas para la realización de tareas
domésticas y la crianza de los hijos. De esta manera se fueron
adjudicando roles, la mujer quedó supeditada al mundo privado,
familiar y reproductivo y el varón a la vida pública. (Checa, 2003: 25)
La adolescencia como construcción socio-histórico-cultural,
tiene diversos y multifacéticos factores que dan cuenta de la
complejidad de este proceso del ciclo vital de las personas, que se
encamina a la conformación de la identidad.
Las necesidades e inquietudes de los/as adolescentes serán
diferentes según sea su contexto. Esto significa que se dan variantes
que responden a factores geográficos, es decir si habitan en sectores
urbanos o rurales, países centrales o periféricos; factores
económicos, si pertenecen a clase media o a sectores populares.
Igualmente se debe tener en cuenta que existen influencias como los
medios de comunicación que entran en juego dentro del proceso
histórico y condicionan también la conformación de la identidad
adolescente.
En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud plantea
que la adolescencia se da entre los 10 y los 19 años.
Según el Informe de Estado de Población Mundial 2003 la actual
generación adolescente es la más numerosa registrada en la historia
37
“casi la mitad de la población mundial tiene menos de 25 años de
edad”-1.200 millones de personas-(…) “Actualmente, millones de
adolescentes y jóvenes enfrentan perspectivas de matrimonios
precoces, procreación temprana y educación incompleta, además de
la amenaza del VIH-SIDA.” (Estado de Población Mundial; 2003: 1)
En el medio occidental urbano los adolescentes son
sexualmente activos antes de los veinte años, esto plantea su
exposición a las problemáticas que involucran la salud sexual y
reproductiva. (Checa; 2003: 27)
Según María Alicia Gutiérrez, la “adolescencia es una etapa
atravesada por conflictos, dudas e inquietudes, que implica una
redefinición en la identidad, en las relaciones con los pares y la
familia (…) la sexualidad adolescente se inscribe en una constelación
de concepciones y valoraciones que impregnan la cultura a la cual
pertenece, siendo sumamente importante garantizar e instrumentar
los medios necesarios para el acceso al cuidado y la información que
les permita desarrollar una sexualidad plena” (Checa; 2000:97)
En Tandil no hay datos sobre la situación de los/as adolescentes
por esto, es importante mencionar que en la provincia de Buenos
Aires, el 20% de los mismos no asiste a la escuela y no realiza
actividad laboral alguna. A nivel nacional, si se analizan los datos en
relación a la población de entre 14 y 22 años, se puede visualizar que
el 49% y el 18% se encuentran en situación de pobreza e indigencia
respectivamente. (Informe Dir. APS; 2005: 4)
Según los datos que llevan los miembros del equipo de
profesionales del Centro de Salud San Cayetano, en los últimos cinco
años las embarazadas adolescentes fueron:
AÑO Nº DE EMBARAZADAS
ADOLESCENTES
2002 7
2003 6
2004 5
38
2005 10
2006 10
Debe considerarse, que todas las adolescentes que fueron
madres en este período, tenían entre 15 y 19 años, es decir que no
se dieron casos de fecundidad precoz, esto es embarazadas con
menos de 15 años. (FUENTE: entrevista a Miriam Darthazu, médica
del CAPS San Cayetano. 2007)
Cuando se indaga en relación al embarazo en la adolescencia,
se encuentran concepciones que en general responden a lo que el
sociólogo Claudio Stern considera el enfoque tradicional. Este enfoque
considera al embarazo adolescente como problema social. Esto se
debe, a que los parámetros utilizados para analizar la temática,
surgen de disciplinas como la medicina, la demografía, la
epidemiología y la psicología social.
Desde esta perspectiva se tienen en cuenta datos demográficos
generales, que no permiten discernir entre los embarazos de las
adolescentes y los de las mujeres adultas.
En Argentina; “Con respecto a la situación de la fecundidad
adolescente en la Argentina, distintos informes (Pantelides, 1995;
Gogna 1998, entre otros) señalan un leve descenso en los últimos
años, descenso que se debe básicamente a la fecundidad tardía (15 a
19), ya que la precoz (10 a 14) se mantuvo prácticamente constante.
La fecundidad adolescente alcanzó su nivel más bajo en las décadas
de 1950 y 1960. Por entonces, alrededor de 50 cada 1000 mujeres
de 15 a 19 años tenía un hijo en un año. El punto más alto se alcanzó
entre fines de los ’70 y comienzos de los ’80, cuando la tasa se elevó
hasta 81 hijos por cada 1000 jóvenes. Y a partir de ahí –señala el
informe- se produce un paulatino descenso, que lleva la tasa a 70 por
1000 en 1991, 65 por 1000 en 1998 y 59 por 1000 en 2001.”
(Faisond y Alcántara, 2005: 19)
39
Los enfoques tradicionales dan importancia a la edad
argumentando que cuanto menor es la embarazada, mayor será el
número de hijos que tendrá a lo largo de su vida reproductiva y con
espacios intergenésicos más cortos con respecto a la mujeres que
postergan su maternidad. En dicho análisis argumentan que las
mujeres que comienzan tempranamente a tener hijos contribuyen
notablemente al aumento rápido de la población. (Welti, 1989 apud.
Stern 2005)
Desde estas perspectivas que se corresponden con el enfoque
médico, la estadística y la epidemiología, hay una tendencia a
considerar la edad temprana del embarazo como algo que aumenta
consecuencias negativas en la salud de la madre y del hijo,
atribuyendo esto a la inmadurez biológica de la adolescente
embarazada. Esta asociación edad de la madre-riesgo en la salud, en
Argentina se lo considera prioritariamente para las madres menores
de 14 años.
Con respecto a la escolaridad, estas perspectivas aluden que el
embarazo adolescente contribuye con la deserción escolar, que es
causante de que muchas adolescentes abandonen sus estudios. Sin
embargo, la mayoría de las embarazadas adolescentes que se
consideran en este análisis al quedar embarazadas ya habían dejado
de concurrir a la escuela. En este sentido también se plantea que la
deserción escolar por embarazo contribuye a aumentar las
consecuencias sociales propias de la baja escolarización (menores
oportunidades de empleo, mayores problemas para la crianza de sus
hijos y otros)
En ese sentido, tal como afirma Stern, se tendría que concluir
diciendo que “la disminución del embarazo temprano contribuiría a
reducir la pobreza, y muchos de los recursos canalizados a diversos
programas dirigidos a los adolescentes y jóvenes se justifican con
base en tales supuestos. No obstante se trata de argumentos en su
mayor parte falaces. El que el embarazo temprano se encuentre
40
frecuentemente asociado con la pobreza no implica que sea un
fenómeno que determine su aparición ni que, por sí mismo la
perpetúe. (…) Si acaso, debiera señalarse como “causa” del embarazo
temprano y sus consecuencias negativas en nuestros países, al
contexto de pobreza y falta de oportunidades y no al revés”. (Stern,
2005: 1)
Este autor afirma que “la interpretación que se debe hacer de la
relación entre el embarazo adolescente y la pobreza debe ser muy
cuidadosa. Si bien el embarazo temprano es asociado efectivamente
por la estadística con una situación menos ventajosa en términos de
rangos inferiores de bienestar material, una parte importante de
dicha asociación se debe al origen mismo de la adolescente en
términos del nivel socioeconómico de su familia, del contexto familiar
en el que creció y de los obstáculos que la sociedad interpone en su
crecimiento y desarrollo”. (Stern, 2005:3)
Es oportuno considerar entonces para quien es un problema el
embarazo adolescente, de manera que se pueda analizar la temática
desde la complejidad que la caracteriza. Este enfoque, en términos de
Stern, enfoque emergente, es un enfoque no tan médico y mucho
mas social, ya que incorpora las miradas de diferentes disciplinas.
En el mismo sentido, Gutiérrez plantea que para las
adolescentes de los sectores subalternos25 de la sociedad, la
maternidad es vista como “la única forma de tener algo propio y así
articular un proyecto de vida” que tiene como base el no poder
acceder a otro tipo de realización personal por la negación material
vivida en la sociedad capitalista. En palabras de la autora, “las
adolescentes y las mujeres pobres de nuestra sociedad son las
25 Tal como plantea Yazbek en Clases Subalternas y Servicio Social (1993), “como categoría analítica, la subalternidad es aquí entendida como resultado directo de las relaciones de poder en la sociedad y se expresa en diferentes circunstancias y condiciones de la vida social, más allá de la explotación del trabajo. Ej.: la condición del anciano, de la mujer, de los negros, etc.)”
41
afectadas por la falta de oportunidades (CEDES, 2002: 5 apud.
Checa; 2003: 94)
Para contextualizar, se debe considerar que “en la Argentina la
tasa de fecundidad adolescente, en relación con la tasa de fecundidad
general, es alta; particularmente en el caso de la fecundidad precoz
(menores de 15 años). Los últimos registros indican que el 15,2% de
los niños nacidos en el año 2000 fueron hijos de madres
adolescentes…es necesario destacar las marcadas diferencias en las
distintas regiones del país.”(Checa; 2003: 27)
2.2 Perfiles y vida cotidiana de las entrevistadas
Siguiendo la perspectiva de la historia oral, la importancia
fundamental está dada por las palabras. Palabras que se
construyeron con sus vivencias, históricamente, contextualizadas en
sus familias, barrio, etc.
Moljo plantea que, la historia oral permite “captar parte del
movimiento e la realidad; como también nos posibilitaría recuperar
las experiencias, valores, cultura y significados.” (Moljo; 2003:23)
Para poder comprender mejor las palabras de las adolescentes,
se debe conocer mediante la descripción, el ámbito en el que
transcurren sus vidas y un poco de sus propias historias. Esto
aproxima a la realidad sociocultural de la vida cotidiana de las
entrevistadas.
Lo planteado por Yazbek, es esclarecedor al respecto:
“el sujeto es el narrador, y se busca captar su interpretación
acerca de una trayectoria y de experiencias significativas según su
versión individual. Aunque producto subjetivo, los testimonios e
historias de vida, al expresar la incorporación de una realidad
objetiva son utilizados en este libro como modalidad esclarecedora de
una condición social, de una cultura y de una época.” (apud. Moljo;
2003:25)
42
Jesica, Laura, Joana, Soledad y Verónica son las adolescentes
que permiten el acercamiento a sus trayectorias de vida y
pensamientos…
a. Jesica
Jesica nació hace 19 años en Tandil. Hasta los tres años, vivió
en Gardey con sus papás y sus tres hermanos varones mayores.
Cuando ella tenía esa edad, se mudaron a vivir a Tandil, al Barrio 25
de Mayo. En ese momento, su papá trabajaba de montero y su mamá
como empleada doméstica.
En Tandil, fue al Jardín de Infantes y al Centro de Educación
Complementaria Nº2. Al referirse a esta institución, Jesica dice que
asistía a “la guardería.” De esa etapa de su vida tiene buenos
recuerdos, la añora. Las palabras que utiliza al recordarla son “…casi
todo me gustaba de lo que hacía en el Jardín…quisiera volver a esa
etapa…”
Hasta noveno año concurrió a la escuela del paraje El Molino
(EGB 25). Luego comenzó el Polimodal en la Media 1 (Villa Anduncin)
que abandonó cuando tuvo que hacer reposo en su primer embarazo.
Jesica expresa que le “gustaría terminarlo (…) pero con ellos dos
ahora no puedo”. Al preguntarle que le hubiera gustado estudiar,
contesta abogada o maestra jardinera.
A los dieciséis años tuvo a su primera hija y a los dieciocho, a
su segundo hijo.
Durante el primer embarazo, estuvo acompañada de su mamá.
En cambio, al momento de tener su otro hijo, estaba en pareja.
Cuando levaba cuatro meses de embarazo, su pareja quedó detenido
en una penitenciaría. Jésica dice “quedé sola (…) crecí más de golpe.”
Actualmente, vive en la zona de La Unión junto a sus dos hijos,
una niña de dos años y un niño de 7 meses.
43
Los tres habitan una pieza de planchones con piso de cemento
y techo de chapa, sin cielorraso. Para mejorar mínimamente las
condiciones habitacionales se revistieron las paredes, debido a que su
hijo menor sufre de asma desde que nació.
No posee baño propio. Comparte con una vecina, un baño que
es de construcción precaria.
No cuenta con servicio de luz eléctrica. Sin embargo es provista
desde una vivienda colindante mediante una conexión precaria. Por
otro lado, la provisión de agua es mediante una manguera que se
extiende desde una casa lindante.
En el interior se encuentra una cuna y una cama de dos plazas.
Sobre esta, dos perros de peluche que hizo su pareja en la cárcel
(con lanas de pulóveres desechos) y se los envió a sus hijos. A la vez
muestra dibujos y cartas que él realiza y les envía mientras
transcurre su detención.
Un lavarropas, un equipo de música, una cocina, una
salamandra y una alacena, hacen al ambiente en el que Jesica y sus
dos pequeños hijos desarrollan sus vidas cotidianamente.
Los tres integrantes de la familia sufren de asma y se atienden
en el CAPS San Cayetano. El bebé sufrió su primer crisis de asma,
cuando tenía sólo días de vida. Es a raíz de esto, que Jesica
asesorada por la médica, demanda en el Centro Comunitario,
asistencia para revestir las paredes de planchas y poner membrana
en el techo para frenar las heladas del invierno.
Jesica, está desocupada. En su historia laboral, se inscriben dos
trabajos como empleada doméstica, que por diferentes razones y
circunstancias tuvo que abandonar.
Cuando se habla con ella en relación a sus estrategias de
sobrevivencia, alude que “ahora me independicé más”. Y su
independencia tiene que ver con una vinculación mayor y más fluída
a las prestaciones de la acción social municipal.
44
A lo anteriormente mencionado se suma, la red de solidaridad
que tiene con algunos vecinos y, en algunos casos, con su padre. Con
estos últimos, la red implica el cuidado circunstancial de los hijos ante
la necesidad de realizar gestiones diversas, ayuda material, ya sea en
dinero o mano de obra para los arreglos de su casa, etc.
b. Laura
Laura nació en Tandil hace dieciseis años. Vivió junto a sus
papás
y siete hermanos en Tandil y algún tiempo en Mar del Plata.
Su papá trabajaba haciendo changas en el campo, y su mamá
se desempeñaba como ama de casa.
Concurrió al Jardín de Infantes a las salas de cuatro y cinco
años. Al respecto, Laura recuerda que no le gustaba ir y que lloraba
hasta dormirse.
Fue a la escuela hasta séptimo año. La razón que expresa, es
que dejó de estudiar al momento en que se fue a vivir junto a su
novio.
Al momento de la entrevista, está embarazada de seis meses y
vive junto a Marcelo, su pareja. Marcelo tiene diecisiete años y
trabaja haciendo changas como albañil.
Laura y Marcelo, viven en una pieza. La misma se ubica en el
fondo del terreno de la casa de la mamá de Marcelo. La construcción
es de ladrillos (sin ventana) y tiene una extensión realizada en
chapas que utilizan de habitación para dormir. El piso es en partes de
cemento, y en partes de tierra. El suministro de agua es mediante
baldes desde la casa de adelante.
El baño se encuentra afuera, está construido de chapas y posee
un inodoro sin descarga de agua.
En el interior encontramos una mesa y un banquito para
sentarse, una cocina a gas y un equipo de música con un cd de Gilda
45
sonando. Por otro lado, en el ambiente de chapa, se haya una cama
de dos plazas.
Laura realizó diferentes trabajos esporádicos desde los doce
años. Comenzó cuidando a sus sobrinos, mientras su hermana
trabajaba y le pagaba por ello. Luego, a los quince, trabajó en una
fabrica de plásticos, seleccionando objetos por color. Allí trabajaba de
lunes a sábados seis horas por día y le pagaban trescientos pesos. A
dicho trabajo lo consiguió por un hermano mayor.
Su último trabajo fue en Mar del Plata, cuando tenía quince
años. Allí estuvo un mes en que trabajaba todos los días, alrededor
de cinco horas, en el basural para un comprador de vidrios.
Desde que está en pareja no trabaja.
El trabajo que anhela es “estudiar para milica”, y alude a que
un trabajo con estudios es distinto. Conclusión a la que llega en las
conversaciones con su pareja.
c. Joana
Joana nació en Tandil hace 18 años. En su niñez temprana,
vivió junto a sus padres y hermanos. Su papá, trabajaba como albañil
y su mamá, como ama de casa.
Fue al Jardín de Infantes. Hizo la primaria hasta quinto grado.
Los últimos grados que cursó los hizo en Azul, cuando estuvo en un
Hogar.
Cuando quedó embarazada por primera vez, tenía quince años
y vivía con su mamá y sus hermanos. Joana relata: “mi mamá
siempre estuvo conmigo. Siempre me dio una mano para todo.”
En su segundo embarazo, con diecisiete años, estaba con Aldo,
su actual pareja. El, tiene veintiocho años, no sabe leer ni escribir.
Aldo estuvo un tiempo detenido, desde que salió en libertad,
realiza changas de diversos tipos.
46
Joana, Aldo y sus dos hijitos (uno de dos años y el otro de dos
meses) habitan una casa de planchas que cuenta con tres ambientes.
En uno de ellos, vive el suegro y el cuñado adolescente de Joana. En
los otros dos ambientes, vive Joana junto a su familia. La vivienda
posee piso de cemento y techo de chapas. El baño, se encuentra en
el interior, fue construido recientemente y aun no tiene inodoro.
En uno de los ambientes se encuentra la cocina, una mesa, dos
banquitos, un mueble que alberga un televisor bien grande. En el otro
ambiente, que es utilizado para dormir, se encuentra la cama de dos
plazas, una cuna y una cómoda.
Acerca de su historia laboral, Joana expresa que nunca ha
trabajado, pero que le gustaría hacerlo como empleada doméstica.
Sus palabras son: “si, la otra vuelta estuve con los productos pero…
es mucha complicación los productos. Me gustaría trabajar de limpiar
o de cuidar chicos no (se ríe) pero de limpiar casas y eso sí, me
gustaría.”
d. Soledad
Soledad tiene 17 años. Nació en Tres Arroyos, provincia de Bs.
As, pero vivió desde sus primeros días de vida en Tandil. Ella explica
“yo nací en Tres Arroyos, pero después que salió de internación
mamá, me vine para Tandil.”
Hasta que cumplió cinco años vivió con su mamá. En ese
momento, su madre formó pareja, y tuvo otro hijo. Luego, llegaron
tres hermanos más. Durante toda su infancia cohabitó junto a su
familia, en diferentes barrios de la ciudad de Tandil.
En cuanto a la situación ocupacional de los adultos con los que
vivió, su mamá se desempeñaba como ama de casa y la pareja,
trabajaba en talleres mecánicos, como empleado en negro.
Soledad fue al Jardín de Infantes, comenta que el recuerdo que
tiene es que dormía toda la jornada.
47
En cuanto a sus estudios, cursó hasta noveno año y luego no
siguió porque quedó embarazada. Ante estas circunstancias, Soledad
y su novio, deciden irse a vivir juntos. En ese momento, él estaba
desocupado.
Actualmente vive junto a su pareja de 24 años y su hija de 1
año en una casa que alquilan. El, trabaja en un taller mecánico y
Soledad realiza los quehaceres domésticos.
Al referirse a su historia laboral, Soledad expresa que no
trabajó nunca, pero ha intentado conseguir un empleo. El último
intento tiene que ver con la posibilidad de trabajar en una heladería,
ella dice “me tengo que hacer un currículum y como yo no trabajé en
ningún lado, mi amiga me iba a hacer entrar”.
En sus anhelos se encuentra el de ser abogada. Ella dice “me
gusta porque la abogacía es para ayudar a la gente, por eso me
gusta.”
e. Verónica
Verónica, nació en Tandil hace 18 años. En su infancia vivió con
su papá, su mamá y ocho hermanos.
Su papá trabajaba haciendo changas en el campo y su mamá
realizaba tareas de ama de casa.
Verónica fue al Jardín y a la primaria hasta cuarto grado. Ella al
referirse a las causas por las que no fue mas a la escuela, dice: “nos
fuimos a Mar del Plata y después mi mamá no nos mandó mas. Y ya
después, de grande, no quería ir porque ya era grande y metida entre
todos los chiquitos no quería ir”
Actualmente, Verónica vive con su pareja de 32 años, el hijo de
él, que tiene 12 años y la hija de ambos, que tiene 3 años de edad.
Los cuatro viven en una casilla de chapa, de cuatro por tres
metros aproximadamente. El piso de la misma es de tierra y tiene
sobre él, baldosas ordenadamente colocadas, que no están fijas.
48
No poseen baño propio. El que utilizan, es de los padres de
Verónica, que viven al lado. El mismo está construido en chapa y no
tiene inodoro.
Hacen al pequeño ambiente de la familia, una cama de dos
plazas, paralela a ésta (casi pegadas), una cama de una plaza.
Colgado en la pared de chapa, hay dos estuches de maquinas de
coser, que hacen de repisa para la ropa.
También se hallan en un rincón, un pequeño mueble, la cocina,
una silla, una mesa y una heladera. Sobre esta ultima, se encuentran
fotos familiares. Algunas de los cuatro habitantes y otras de la familia
de Verónica.
Acerca de su historia laboral, Verónica comenta que no ha
trabajado. Pero puede notarse en su relato que si ha trabajado desde
temprana edad.
Sus palabras: “el otro día salí a buscar trabajo pero no…
muchos no me toman porque soy menor. A una pibita menor hoy en
día no le tienen confianza…lo que tengo es experiencia, mucha es en
cuidar chicos. Desde los ocho años cuidé mis sobrinos, y mucha
experiencia en los chiquitos.” En cuanto al modo de pago agrega “me
compraban zapatillas, ropa, nada mas.”
Las descripciones acercan a la historia y cotidianeidad de vida
de las adolescentes entrevistadas. Ellas, son quienes ponen en
palabras, sus saberes y pensamientos, acerca de la intervención de
los trabajadores sociales con los que han interactuado. De manera
que, el dialogo con sus relatos permita analizar la práctica profesional
del Trabajo Social en el Programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable.
“se debe estructurar y construir nuestra intervención sobre la
base del conocimiento de los sujetos con los que trabajamos, como
así también de la realidad social.” (Moljo; 2001:43)
49
En este sentido, luego de haber entrado en sus vidas
cotidianas, lo que impera es “escuchar” sus palabras. Pensar qué
tienen estas cinco adolescentes para decir acerca de la intervención
profesional de los trabajadores sociales con los que se han vinculado.
A fin de que se tome en consideración el aporte de las
entrevistadas, para las próximas intervenciones, sus planteos y las
reflexiones acerca de los trabajadores sociales.
Para que se pueda comprender mejor los significados atribuidos
por las adolescentes, no se deben perder de vista las condiciones
materiales de existencia. Es preciso que se piense como la
“estructura repercute en la vida cotidiana del sujeto, y como el sujeto
produce y se reproduce en esa estructura, pero dimensionándolo
desde lo cotidiano, desde su propia experiencia.” (Moljo; 2003:23)
“sentimiento, pensamiento y acción emergen de la experiencia
social. Cada individuo es una construcción social, y es en la corriente
de los acontecimientos sociohistóricos que se funda su lugar social.”
(Yazbek;2003)
La intervención en Trabajo Social: la Asistencia y la Educación
Una aproximación desde las palabras de las adolescentes entrevistadas.
Capítulo 3
51
3. La intervención en Trabajo Social: la Asistencia y la Educación. Una aproximación desde las palabras
de las adolescentes entrevistadas. __________________________________________
3.1 La intervención profesional
El Trabajo Social se desarrolla en el ámbito de las relaciones
sociales de la sociedad capitalista. Por esto, siguiendo a Moljo,
“entendemos a la intervención profesional como una construcción
teórico práctica, que se conforma en el desarrollo de los procesos
sociales, reproducidos cotidianamente”. (Moljo; 2003: 42)
En este sentido, si se analiza la práctica profesional, se la debe
considerar como “un proceso de construcción histórico social. Se trata
de comprender la profesión históricamente situada, configurada como
un tipo de especialización del trabajo colectivo dentro de la división
social y técnica del trabajo propio de la sociedad
industrial.”(Iamamoto y Carvalho, 1984:77)
El Trabajo Social como profesión inserta en la división social y
técnica del trabajo, posee funciones históricamente adquiridas, que
están dialécticamente relacionadas. Esta asignación de funciones “se
mueve en torno a necesidades, demandas y recursos bajo la relación
Institución/Usuario/ Trabajador Social.” (Oliva, 2000: 5)
Esta asignación no es unidireccional, sino que emerge del
interjuego de los diferentes intereses de las clases sociales. Ni las
Instituciones dirreccionan unilateralmente, ni los trabajadores
sociales pueden poner en práctica todos sus intereses, ni los usuarios
de los servicios sociales pueden conseguir absolutamente todo
aquello por lo que luchan. ¿Cuál es la explicación de esto? Tal vez, la
explicación pueda darse considerando que, el Trabajo Social se
inserta como profesión en la sociedad capitalista con sus
contradicciones y lucha de intereses que lo caracterizan y dan
complejidad.
52
Se puede decir, que la intervención se inserta en el doble juego
dialéctico entre la Institución, los usuarios de la misma y el
trabajador social y, el interjuego que se da entre las necesidades, los
recursos y las demandas. En este sentido, Oliva plantea que, “la
práctica del Trabajo Social debe ser entendida como un proceso
dinámico que se desenvuelve en un campo de tensiones en torno a
necesidades, demandas y recursos.” (Oliva, 2000:9)
Iamamoto plantea que, “la actuación del Servicio Social es
visceralemente polarizada por intereses sociales de clases
contradictorias, inscriptos en la propia organización de la sociedad y
se recrean en la práctica profesional.” (Iamamoto; 1995:122)
A partir que aquí, si se piensa que todas las intervenciones
profesionales que se dan en la actualidad tienen una misma
direccionalidad, sería algo ingenuo y descontextualizado. Yazbek
habla del carácter histórico y mutable de la profesión y con esto se
refiere, a la necesidad que impera a los trabajadores sociales de
cambiar su acción profesional según se den y desarrollen las
relaciones sociales vigentes en la sociedad “el Servicio Social está
obligado a actualizarse, redefiniendo estrategias y procedimientos,
adecuándose a las nuevas demandas y exigencias del mercado de
trabajo. (…) En la actualidad, en el Servicio Social coexisten prácticas
renovadas al lado de viejas prácticas. Siempre en el mismo espacio:
la producción/reproducción social de la vida de clases subalternas en
la sociedad.” (Yazbek; 2003: 51)
Los desafíos actuales se vinculan a la naturaleza de las
relaciones sociales vigentes que se desarrollan en el marco del
neoliberalismo. Montaño, plantea que los trabajadores sociales no
están ajenos a “las transformaciones sociales contemporáneas,
operadas por la programática neoliberal bajo el comando del capital
financiero, traen nuevos desafíos al conjunto de ciudadanos y de
hombres y mujeres que viven de la venta de su fuerza de trabajo.
(…) Los desafíos actuales llevan a, superando anteriores debilidades,
53
construir colectivamente un proyecto ético-político profesional, que
pueda enfrentar con competencia y compromiso, en el interior de las
fuerzas sociales progresistas, las condiciones en las que viven los
trabajadores (con y sin empleo) y demás sectores subalternos.”
(Montaño; 2003: 21)
En este sentido, “si caracterizamos a los trabajadores sociales
en la actualidad, teniendo presente que lo que los individuos son
depende de las condiciones materiales de su producción, se puede
afirmar que no pueden ser considerados uniformemente, es decir de
la misma clase social.” (Oliva, 2000: 3) Aquí se puede pensar, en
términos de Montaño, que la adhesión a un proyecto ético político u
otro, no será homogénea entre los trabajadores sociales, ya que
estará íntimamente relacionado con la pertenencia a una clase social.
En esta línea, Montaño, plantea que
“un proyecto profesional no es algo aislado, sino
necesariamente inspirado en y articulado a proyectos societarios. Por
lo tanto, un proyecto profesional importa, redimensiona y se inserta
en determinados valores, ideologías, proyectos, articulado con
actores sociales que representan los valores, ideologías y proyectos
profesionales hegemónicos.” (Montaño; 2003: 28)
Los tres grandes proyectos de sociedad, que el autor identifica
son el neoliberal, “de inspiración monetarista, bajo el comando del
capital financiero, que busca, en el actual contexto de crisis,
desmontar los derechos laborales, políticos y sociales históricamente
conquistados por los trabajadores, acentuando la explotación tanto
de quien vive del trabajo como sugando los pequeños y medianos
capitales.” El proyecto reformista, “tanto en su vertiente liberal
keynesiana cuanto socialdemócrata, representando el expansionismo
del capitalismo productivo/comercial, conjuntamente con algún grado
de desarrollo de derechos civiles, políticos, sociales y laborales.” Y, el
proyecto revolucionario “fundamentalmente de inspiración marxista,
que busca, gradual o abruptamente, la sustitución del orden
54
capitalista por una sociedad regida por el trabajo emancipado.”
(Montaño, 2003: 28)
Este abanico de posibles proyectos societarios, se abre también
para los trabajadores sociales. De manera que existe un colectivo
profesional heterogéneo, conformado por trabajadores sociales con
diferentes proyectos ético políticos. Se puede decir casi con certeza,
que esa mirada particular dada por el proyecto ético profesional, va a
repercutir en las intervenciones.
Se debe considerar entonces, que en las intervenciones entran
en juego y en relación sus proyectos profesionales, como así también
las vivencias de los usuarios y las características de la institución a la
que concurre y en la que el profesional desarrolla su práctica. No se
debe perder de vista que, esto se inserta en la complejidad que
caracteriza a la sociedad capitalista.
3.2 La condición de asalariado del trabajador social
En el cotidiano el trabajo social mantiene un doble vínculo con
las instancias institucionales que lo contratan mediante el
asalariamiento y con la población usuaria a quien el profesional
presta servicios. (Yazbek, 2003: 47-48)
En el presente trabajo, el profesional, es asalariado por el
Estado, prestando servicios en el Centro de Salud San Cayetano, que
implementa el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable
del que son usuarias las adolescentes entrevistadas
En este sentido, Iamamoto y Carvalho, plantean que:
“el Asistente Social no ha sido un profesional autónomo, que
ejerza independientemente sus actividades, disponiendo de las
condiciones materiales y técnicas para el ejercicio de su trabajo y del
completo control sobre el mismo, sea en lo que refiere a la manera
de ejercerlo, al establecimiento de la jornada de trabajo, al nivel de
remuneración y, aún, al establecimiento del público o clientela a ser
atendida.”(Iamamoyo y Carvalho;1984:85)
55
En las entrevistas, salía a la luz, que la condición de asalariado
del trabajador social, se tiende a desdibujar en las construcciones
realizadas por las adolescentes. Suele suceder, que los usuarios
opinan perdiendo de vista o desconociendo esta naturaleza,
característica de la profesión.
Puede notarse ante las situaciones derechos vulnerados y la
necesidad de su restitución, como mediante algún tipo de prestación,
el vínculo que se establece es percibido por las usuarias como una
relación casi personal entre trabajador social y el usuario.
Es preciso tener en cuenta este planteo, antes que se formulen
interrogantes en búsqueda de explicaciones al respecto, se debe “dar
voz” a las usuarias. Soledad, una de las entrevistadas decía:
“Lo que pasa que, con el trabajador social podés contar
siempre y con un abogado no, porque… el trabajador social te
ayuda y el abogado te ayuda pero cobrándote… es muy
distinto a un trabajador social, porque el trabajador social te
va a ayudar siempre en lo que pueda, en cambio el abogado
sino le pagás no te ayuda, esa es la diferencia para mí.26
Al preguntarle si sabe quién le paga el sueldo al trabajador
social, Soledad decía:
“No sé quien le paga.” (íbidem)
Se puede ver que en el transcurso del relato, Soledad no tiene
en cuenta la condición de asalariado del trabajador social y que la
entrevista le permitió reflexionar al respecto.
Es válido considerar aquí la relevancia que le da Soledad al
vínculo que se establece, cuando dice que con el trabajador social se
puede “contar siempre” y se refiere a las prestaciones con las que
cuenta el profesional.
En el transcurso de la entrevista, al relacionar el quehacer del
trabajador social con el de un abogado, es cuando Soledad comienza
26 Entrevista IV: Soledad (17 años) realizada el 29 de noviembre, 9:30, en las instalaciones en que funciona Centro Comunitario San Cayetano. Archivo propio.
56
a razonar acerca de la condición de asalariado del profesional. Tal
vez, aquí puede vislumbrarse la necesidad que el trabajador social
tiene de aprovechar cada entrevista para contribuir a la reflexión de
los usuarios. A fin de contribuir a su instrucción, partiendo de sus
inquietudes.
En este sentido el educador Paulo Freire, sostiene que “es
necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta, porque lo que
siempre estamos escuchando es una pedagogía de la contestación, de
la respuesta. De manera general, los profesores contestan a
preguntas que los alumnos no han hecho.” (Freire; 1985: 3) En
Trabajo Social, se debe buscar también responder a preguntas que
realicen los usuarios. Como así también, contribuir a que se animen a
preguntar, que es otro ejercicio que presenta dificultades.
Jésica, dijo que los trabajadores sociales:
“son personas como cualquiera y ese es un trabajo más,
como cualquier otro.”27
Cabe aclarar que, durante la entrevista, no se profundizó acerca
de cuales son las consideraciones y significación que Jesica le
atribuye al trabajo.
Para realizar una aproximación, se pueden pensar varios
interrogantes que busquen posibles explicaciones para las palabras
de las usuarias.
Entran en juego aquí, ciertos cuestionamientos como, ¿cuáles
son las posibles explicaciones que pueden aproximar a que se
comprenda la mirada de las usuarias? Que factores entran en juego
para que las adolescentes/usuarias del Programa de Salud Sexual y
Procreación Responsable no tengan presente o desconozcan la
condición de asalariado del trabajador social?
En principio, se debe considerar que, en las relaciones
personalizadas, en general entran en juego valores morales. Es decir, 27 Entrevista I : Jesica (19 años) realizada el 16 de Agosto de 2006, 13:30, en su casa. Archivo Propio.
57
el parámetro conservador: bueno-malo. Estos, son vínculos que
tienen un trasfondo de, bondad, necesidad de hacer el bien, que se
pueden vislumbrar en los antecedentes del Trabajo Social y que aún
podrían estar presente en las intervenciones de algunos trabajadores
sociales que no se plantean desde los derechos sociales.
Montaño, plantea que:
“es el asistente social quien es el agente de implementación de
la política social (instrumentalizado por ésta) y no lo contrario. Así, si
el Servicio Social no evoluciona desde la caridad y la filantropía,
entonces tampoco puede esta profesión evolucionar hacia
(transformarse en) la caridad y filantropía.” (Montaño, 2003: 26)
Por su parte, Oliva al considerar entre los antecedentes del
Trabajo Social, las visitas domiciliarias que realizaban las vicentinas a
fines del siglo XIX, que eran mujeres asiladas católicas pertenecientes
a las Conferencias de San Vicente de Paul, plantea que “el sello
discursivo de hacer el bien atribuido a las clases altas, luego se
retransmitirá hacia sectores medios y/o a quienes se dedican a la
Asistencia Social tomando una significación especial en la formación
profesional” (Oliva; 2005: 44)
Se puede decir, que se confunde el voluntariado, con su
perspectiva ideológica característica: la caridad o la filantropía, y el
trabajo asalariado del trabajador social.
Por otro lado, se piensa que, otro factor que contribuye a no
considerar la condición de asalariado del trabajador social, es el
asistencialismo y sus consecuencias. Para explicar esto, se puede
pensar que en el asistencialismo, tienen relevancia las relaciones
personales, la “política de favores” en la que se debe dar gracias por
lo recibido como algo que parte del favor de quien lo entrega y luego
de la demostración de merecimiento, la deuda pendiente de quien
recibe. Esta forma, contribuye a que se imposibilite la construcción de
una percepción de condición de asalariado por parte de los usuarios,
ya que prevalece la forma de relacionarse personalizada.
58
Por otro lado, no se puede perder de vista en el análisis, que
estas adolescentes pertenecen a familias con historias de desempleo
y empleo precario, que tal vez, pueda condicionar la posibilidad de
percibir la condición de asalariado.
La situación de pobreza de las adolescentes usuarias del
programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, se puede
considerar como un factor que contribuye a que no puedan considerar
al trabajador social como un asalariado, debido a que quizás ni sus
personas más allegadas han vivenciado el ser asalariados y por esto,
dificulta aún más la posibilidad de reconocer la situación.
Recobran sentido aquí, las palabras de Yazbek, quien plantea:
“desde el punto de vista de la exclusión y de la subalternidad,
la experiencia de la pobreza construye referencias y define ‘un lugar
en el mundo’ donde la ausencia de poder de mando y decisión, la
privación de los bienes materiales y del propio conocimiento de los
procesos sociales que explican esa condición ocurren
simultáneamente a prácticas de resistencia y lucha. La imposibilidad
de colocar libremente en el mercado su fuerza de trabajo configura
para el trabajador pobre la indefinición de su propia identidad de
clase. Lo que tenemos entonces es la producción de clases sin
identidad de clase” (Yazbek; 1993)
Siguiendo la idea de esta autora, la aproximación a comprender
la situación descripta podría ir por el camino de la falta de identidad
de clase por la que atraviesan muchos sectores subalternos. Aquí, se
debe considerar las trayectorias laborales de las adolescentes y de
sus familias. Los trabajos que predominan son aquellos temporarios y
en negro, es decir, las llamadas “changas”. Esto tanto para las
entrevistadas que han trabajado alguna vez, como para sus padres y
parejas.
Los trabajos que han realizado, o realizan sus padres y las
parejas de las adolescentes son, en general, changas de albañilería,
en el campo o en talleres mecánicos. Las mujeres, por su parte han
59
trabajado como empleadas domésticas. Esto significa que tienen
trayectorias laborales de trabajo informal. Es decir, precariedad total,
caracterizados por ser trabajos esporádicos, temporarios, en los que,
no se da el cumplimiento de los derechos laborales adquiridos a lo
largo de la historia (cobertura de salud, aportes jubilatorios,
vacaciones pagas, etc.)
Para que se pueda comprender mejor la construcción realizada
en torno al trabajo o, más precisamente la falta de trabajo registrado
permanente y su consecuente influencia en la percepción acerca del
trabajo asalariado del Trabajador Social, es oportuno pensar lo
planteado por Laura. Ella, es la que posee la mayor trayectoria
laboral entre las entrevistadas. Por esto, su relato puede brindar
herramientas para dar luz al acercamiento de su realidad laboral y
material.
Laura realiza un acercamiento analítico, al considerar que el
estudio posibilita el acceso a diferentes trabajos, a los que no se
accede sin él. Realiza un razonamiento en torno a como se puede
acceder a un trabajo calificado, en el sentido de poseer los beneficios
lógicos, que hacen a los derechos laborales adquiridos. Sus palabras
son…
“O sea, estudiar, es un hecho distinto de trabajar así
común, O sea, yo con estudio, sí entro de milica, o que no
entre, yo ponele estudio y hago cualquier cosa. Porque ponele
que un día me separe de mi marido, yo ya tengo con qué
mantener a mi hijo.”28 Laura
Siguiendo el hilo conductor del análisis, se hace necesario
conocer la trayectoria laboral. Esto se debe a que se pueda
comprender mejor la construcción que realizó acerca del trabajo.
Laura, hace referencia a los trabajos en que se desempeñó:
28 Entrevista II: Laura (16 años) realizada el 9 de noviembre del 2006, 10:30 en su la casa. Archivo propio.
60
“trabajé de niñera a los trece…trece años tenía…andaba
de acá para allá yo.” (…) “En una fábrica de plástico, después
trabajé… (…)
(tenía) eh… catorce, iba a cumplir quince.”(años) (…)
Después estuve trabajando en el basural en Mar del Plata…
(…) Eh... juntábamos botellas, todas esas cosas…
Yo me fui a Mar del Plata el año pasado, me fui…(…)
En relación al trabajo en esa ciudad dice:
En el basural, o sea yo trabajaba con el tipo que
compraba. Ponele un montón de gente estaba juntando vidrios
y eso, entonces yo iba y le decía bueno, cuanto tenés ahí, cual
es lo que tenés, es como si fuera que yo les compraba a los
demás…eh… lo pesábamos todo y le daba la plata…”(íbidem)
Jésica, por su parte relata:
“cuando tenía la nena chiquita me fui de mi casa, agarré
trabajo con cama adentro enfrente de la Terminal, en el
barrio. Ahí estuve trabajando.”29
Con respecto a cuanto era lo que ganaba al trabajar, Laura
decía:
“Y, cuando yo cuidaba chicos, se los cuidaba a mi
hermana cuando se iba a trabajar y me pagaba cincuenta
pesos por sábado.”30
Mientras que en la fábrica de plásticos:
“trescientos pesos al mes.” (íbidem)
(…) (Y trabajaba) “seis horas. Pero no hacía nada porque
tenía que juntar el plástico de color con color” (ibidem)
Por otro lado, en el basural…
(…) A mí me daban trescientos. (íbidem)
(…) (y trabajaba) De lunes a domingos. “No ponele
trabajaba de las doce del mediodía, empezábamos a las doce y
29 Op. Cit 27 30 Op. Cit. 28
61
a las tres de la tarde o a la una, ya, ya terminábamos (…)
Durante un mes, me parece que estuve.” (ibidem)
Es válido aquí, que se piense, no solo que Laura y Jésica en ese
momento tenían entre 14 y 16 años, sino también que fueron
trabajos temporarios.
Para un mayor acercamiento a su realidad laboral, se deben
referenciar sus ingresos con la canasta básica familiar31 del momento.
Para ello se utilizará un cuadro que facilite contextualizar su
ingreso32:
Año Trabajo de Laura
Ingreso mensual Línea de pobreza
Línea de indigencia
2004 Niñera $200 $735 $305 2005 Fabrica $300 $787 $357, 30 2006 Basural $300 $879 $403
Lo planteado hasta aquí, permite una aproximación a la
realidad concreta en la que ha trabajado esta adolescente, quien, a
través de su relato permite que se construya la identidad de clase
que plantea Yazbek, vale aclarar que este relato sirve para ilustrar la
vivencia cotidiana y su historia. Sin que se realice un análisis
profundo, puede notarse, que los trabajos por los que pasó Laura,
aunque no hubieran sido temporarios, no le permitirían nunca salir de
la indigencia.
31 “El cálculo de los hogares y personas bajo la Línea de Pobreza (LP) se elabora en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). A partir de los ingresos de los hogares se establece si éstos tienen capacidad de satisfacer -por medio de la compra de bienes y servicios-un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. El procedimiento parte de utilizar una Canasta Básica de Alimentos (CBA) y ampliarla con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.) con el fin de obtener el valor de la Canasta Básica Total (CBT). (…) Para calcular la incidencia de la pobreza se analiza la proporción de hogares cuyo ingreso no supera el valor de la CBT; para el caso de la indigencia, la proporción cuyo ingreso no superan la CBA. El procedimiento consiste en calcular los ingresos mensuales de cada uno de los hogares relevados a través de la EPH. Para determinar el costo de la CBA y la CBT correspondientes a cada hogar, se utiliza una tabla de equivalencias que permite calcular las unidades consumidoras en términos del adulto equivalente dentro de cada hogar.” Fuente INDEC: www.indec.gov.ar 32 Datos extraídos del diario Clarín de los días 25/10/2004, 12/12/2005 y 26/12/2006 de la Sección El País, cuya fuente es el INDEC.
62
Las otras entrevistadas, Joana, Verónica y Soledad, no han
trabajado nunca. De sus relatos se puede notar la necesidad laboral
que sienten y poseen.
Verónica:“El otro día fui a buscar trabajo pero no…
Muchos no me toman porque soy menor. A una pibita menor,
hoy en día no le tienen confianza (…) lo que tengo
experiencia, mucha es en cuidar chicos.”33
Soledad: “yo me tengo que hacer un currículum y como
no trabajé en ningún lado, mi amiga me iba a hacer entrar. Y
bueno, igualmente porque es amiga de ella la patrona. Y me
dijo que me iba hacer entrar.(en una heladería)”34
Joana: “la otra vuelta estuve con los productos (venta
directa de cosméticos) pero… es mucha complicación los
productos. Me gustaría trabajar de limpiar o (…) de limpiar
casas y eso sí, me gustaría.”35
Si se retoma la cuestión del “no trabajo asalariado”, se debe
considerar la fuerza que toman en los sectores subalternos, el
mandato tradicional acerca del cual las mujeres deben dedicar su
tiempo al cumplimiento de los quehaceres domésticos y la crianza de
sus hijos. También, los trabajos “habilitados” para las mujeres,
generalmente ligados a ese mandato tradicional de género.
Se entiende que “el concepto de género refiere a la
construcción social y cultural que se organiza a partir de la diferencia
sexual…enfatizando la dinámica relacional entre el universo femenino
y el masculino…permite comprender la lógica de construcción de
identidades y la relaciones de género como parte de una determinada
organización de la vida social que involucra a ambos sexos.”(E. Faur
apud. Checa: 2003; 39)
33 Entrevista v: Verónica (18 años) Realizada el 29 de noviembre del 2006,11:30, en su casa. Archivo propio. 34 Op. Cit 26 35 Entrevista III: Joana (18 años) realizada el 24 de noviembre de 2006, 10:30 hs. En su casa. Archivo propio.
63
Desde este enfoque, Eleonor Faur plantea el análisis de las
relaciones entre varones y mujeres como relaciones de poder
desigual, “cuya cotidiana afirmación construía identidades y vínculos
marcados por una asimetría simbólica y material.”(Faur apud. Checa;
2003:42)
Laura decía:
“No, porque no quiere que trabaje. Porque yo mucho
antes de quedar embarazada, empecé a trabajar y el (por su
pareja) dijo que no, que no quería (se ríe)”(íbidem)
Según Geldstein y Pantelides “existe una serie de
condicionantes culturales y económicos que hacen que las mujeres de
los grupos sociales más desventajados continúen portando ‘imágenes
de género’ altamente tradicionales” (Geldstein y Pantelides apud.
Checa: 2003; 65)
Ello se verifica en los testimonios: Joana anhela trabajar
limpiando casas, Verónica como niñera, dejando ilustrado el mandato
de género que se ha ido plasmando a lo largo de sus vidas.
Para que se comprendan mejor las palabras de las
entrevistadas, es oportuno el planteo de Guidens, que permite el
acercamiento al concepto de mandato tradicional que se ha
planteado:
“en la civilización occidental, basada en la tradición judeo-
cristiana –con el agregado de la herencia greco-romana , se han
instalado desde muy antiguo formas de organización de la familia y
normativas relativas al matrimonio que incluyen grandes restricciones
respecto de la vida sexual en general y de la autonomía y libertad de
la mujer, en particular. Tales restricciones han arraigado
profundamente en la cultura y forman parte de sus códigos, de los
modos de percibir y apreciar, los valores y las disposiciones afectivas
con las que los individuos se han socializado durante muchas
generaciones.” (Guidens apud. Margulis, 2003: 28)
64
Esta idea, permite que se comprenda mejor la construcción en
relación al trabajo, que se realiza según el género aunque se
pertenezca a una misma clase social.
La construcción en torno al trabajo que realizan estas
adolescentes, se da como resultado de la relación entre los diferentes
factores que se fueron desarrollando e influyendo a lo largo de sus
vidas. Ninguno posee mayor relevancia, tal vez sí, mayor incidencia.
Según el usuario, su historia, las características de la institución a la
que acude, el trabajador social con el que se vincula, el contexto del
país del momento, etc.
Se tiene en cuenta la complejidad que caracteriza a la
sociedad. Por esto, se busca aproximar a comprender la construcción
realizada por las usuarias de un servicio social público estatal, en este
caso, el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Los profesionales cuyas prácticas se dan en lo público estatal,
deberían considerar estas cuestiones en las intervenciones cotidianas,
interrogándose acerca del modo en que repercuten en los usuarios su
práctica profesional. Sin caer en utopías, sino partiendo de transmitir
a los usuarios su condición de sujetos de derecho y el papel del
Estado al respecto. Aquí, se podría contribuir a un Trabajo Social
crítico, en el que las intervenciones cotidianas den cuenta de ello.
Cabe aclarar, que esta sería una contribución dentro del amplio
espectro que requiere el Trabajo Social.
En este sentido, se considera que es necesario un Trabajo
Social que sea crítico y reflexione dialogando con las intervenciones y
la historia de la misma. De manera que se pueda construir la
intervención profesional desde una mirada crítica y reflexiva.
3.3 Las funciones asignadas socialmente al Trabajo Social
Desde sus orígenes el trabajo social dentro de la división social
y técnica del trabajo,
65
“se inscribe en el interior de las estructuras socioasistenciales
existentes, desarrollando una acción socioeducativa con clases
subalternas. Esta acción, que se modifica y sufre redefiniciones con la
alteración de los contornos de la cuestión social, junto con las
acciones de otros profesionales, participa del proceso de creación de
condiciones fundamentales para la reproducción social de la vida de
esas clases. En el conjunto de esa acción, que se expresa en
proyectos, programas y prácticas institucionalizadas, se sitúa al
asistente social reconocido como el profesional de la ayuda, del
auxilio, de la asistencia, desarrollando una acción pedagógica,
distribuyendo recursos materiales, testificando carencias,
seleccionando, otorgando méritos, orientando y dilucidando a la
población en cuanto a sus derechos a los servicios, a los beneficios
disponibles, administrando recursos institucionales, en una mediación
de la relación Estado, Institución y clases subalternas.” (Yazbek,
2003: 47-48)
Siguiendo esta línea de análisis, Oliva plantea que “para
analizar el desarrollo de estrategias de acción, se plantea la
necesidad de tener presente la dimensión política en la trama
cotidiana de determinaciones y contradicciones” (Oliva, 2005: 17).
El análisis de la intervención profesional, se centra en las
funciones de asistencia y educación.
a. Asistencia
La asistencia se entiende como el contacto directo que se da
entre el trabajador social y los usuarios.
“existe una función asistencial que realiza el Trabajador Social
como profesional que se revela en la atención de la demanda y la
proporción de recursos. La asistencia que realiza el Trabajado Social
está determinada centralmente por las prestaciones, en base a las
que se define la proporción de recursos. Los recursos profesionales se
66
ponen en juego para atender la demanda de los usuarios y
condicionan los modos que adquiere esta función.”(íbidem)
Una de las entrevistadas sintetiza la interelación que se da en
torno a las funciones asignadas socialmente al Trabajo Social. Jésica
dice:
“yo me relaciono bien, encuentro mucho apoyo… o sea
en lo material, como, no sé como decirte en lo sentimental.”
(se ríe)
Sus palabras se refieren a los recursos profesionales que se
evidencian en la escucha y la devolución que se realiza en la
entrevista.
En el mismo sentido Sposati plantea que “la práctica asistencial
dirigida hacia los intereses de estas clases (subalternas) no se reduce
a la provisión inmediata de ayuda, transformándose en una instancia
de mediación fundamental en relación al avance de la conciencia y
apropiación de bienes y servicios por las clases subalternas. La
asistencia es una instancia de mediación que actúa en la red de las
relaciones de enfrentamiento y de conquista.” (Sposati apud. Yazbek
1993)
Si se tienen en cuenta las palabras de las adolescentes son
coincidentes en relación a lo que hacen los trabajadores sociales. Se
puede notar, que ellas consideran que el/los Trabajador/es Social/es:
“ayuda a los que más precisan. O sea fijarse bien quien
precisa y quien no.” 36Jésica
“ayudan a la gente en lo que necesitan (…) eh... todo
económico.”37 Joana
“yo tengo entendido que es para ayudar a la gente y eso,
para los que más precisan.”38 Verónica
“y no se que hace, ayudar a la gente seguro. Si porque en
realidad, después no se otra cosa no… no me sale (…) yo creo 36 Op. Cit. 27 37 Op. Cit. 35 38 Op. Cit. 33
67
que tienen que ayudar a la gente porque por algo están ellas
ahí.” Laura
“el trabajador social sirve de mucha ayuda” Soledad
La función asistencial, llamada “ayuda” por las adolescentes,
toma en sus relatos la relevancia que muchas veces desde el
colectivo profesional (o parte de él) se le quiso quitar. En ese
contexto se planteaba “la asistencia tiene siempre un carácter
complementario, y aunque en algunos casos sea necesario y/o vital
para determinados sectores sociales.” (A.A.V.V.;1985:95) Al referirse
de ese modo, se está dando mayor importancia a la función
educativa. De esta manera, se puede pensar que no se consideraba
a las funciones asistencia, gestión y educación, con la misma
relevancia y vinculadas entre sí, como parte del proceso de
intervención profesional.
Jésica, Laura, Joana, Soledad y Verónica, ponen en palabras lo
que ellas consideran por “ayudas”. Se puede notar que ellas se
refieren a las ayudas como totalidad, no “fragmentan la cuestión
social” como lo hace el Estado a través de las políticas sociales…
“Eh… en levantar una casa, o en algún préstamo”39 Laura
“Ponele yo voy a pedirte un vale de gas y yo sé que si lo
tenés no lo tenés no, no lo tengo, es porque realmente no lo
tenés. Si un trabajador (social) sabe que una persona lo
necesita de verdad no se lo va a negar (…) siempre que hubo
leche ella me la entregó, me hizo firmar una planilla.”40 Jésica
“el trabajador social también ayuda, porque… ayuda en
el sentido de que el trabajador social puede hacer lo posible
para ayudarte a pagar la luz, para conseguirte un vale para
una garrafa, para…darte la mercadería también lo hace un
trabajador social.”41 Soledad
39 Op. Cit. 28 40 Op. Cit. 27 41 Op. Cit. 26
68
En términos de Yazbek, para los usuarios de los servicios
sociales, en este caso para las adolescentes, la asistencia puede ser
una
“ayuda: paliativa e ilusoria, en situaciones donde se evidencia
que las salidas para la situación de pobreza extrema pasa por otros
caminos o por mejores condiciones de trabajo y empleo: concreta, a
pesar de insuficiente, cuando no alcanzan las estrategias de vivencia.
La asistencia es también apoyo a su organización en cuanto sujetos
en el contexto de las luchas sociales. Finalmente, la asistencia, en
cuanto camino de resolución de dificultades concretamente vividas,
expresa la inaccesibilidad de sus usuarios a los recursos y a la riqueza
socialmente producida.” (Yazbek; 1993)
Se debe considerar que es en las intervenciones cotidianas,
donde toma relevancia la función educativa, mediatizada por el
proyecto ético político del profesional que implementa la política
social en la institución de la cual son usuarios lo pobladores.
A fin de que se considere lo planteado por Yazbek, cuando
plantea que “tenemos cuadros técnicos con referencias analíticas
diversas y posiciones políticas e ideológicas heterogéneas, y hasta
opuestas entre sí, tenemos prácticas discriminatorias y que
reproducen relaciones de poder y control social sobre los subalternos,
tenemos diferentes lecturas de práctica social y de la acción
asistencial, entre múltiples cuestiones de naturaleza programática y
metodológica que deben ser consideradas cuando se analizan los
programas y proyectos del área socioasistencial.” (Yazbek; 2000:143)
Vale que se considere la diferencia, planteada por Alayón,
cuando dice que “es la orientación ideológico política de la práctica
asistencial, lo que determina si es asistencialista o no.” (Alayón;
1992: 53) Es decir, que la asistencia, conjuntamente con la
dimensión educativa, puede tender al fortalecimiento de los proyectos
y luchas de las clases subalternas o asumir un carácter disciplinador,
69
tendiente a moldear al usuario según los patrones de vida burgueses,
haciendo de la entrega, una ayuda para atenuar los conflictos.
En este sentido, “el asistencialismo es la forma de asistencia
que se caracteriza por negar las causas que generan las
desigualdades sociales. Las demandas son ‘atendidas’ con respuestas
inmediatas a las denominadas ‘situaciones de carencia’.” (Oliva,
1997: 11)
Según Yazbek, “las acciones asistenciales pueden significar
tanto la tutela y la reiteración de la subalternidad, cuanto un lugar de
reconocimiento y de acceso al protagonismo. Es más puede ser todo
junto.”(Yazbek; 1993)
La asistencia, es entendida como “un derecho inalienable del
pueblo explotado, interpretada en la perspectiva de la igualdad y la
justicia social y a la par se articula con reivindicaciones mayores (...)
La prestación de servicios sociales tendría que constituir el elemento
motorizador de la organización de los grupos desposeídos.” (Alayón,
1992: 40)
Se contempla el planteo de Oliva que considera que, la función
de asistencia no recorre un camino lineal entre el diseño de las
políticas sociales y su ejecución. Si bien existe una determinación en
cuanto a la dirección de la política programada, también existe una
presión objetiva en su puesta en práctica proveniente de los usuarios,
así como en juego el propio posicionamiento profesional.” (1997: 10-
11)
En las entrevistas fue recurrente la cuestión del control, la idea
de que el trabajador social tiene que ayudar considerando quien
necesita realmente, quien no, y quien “miente”. Las palabras de dos
de las adolescentes, son claras al respecto.
Jésica dice que:
70
“ayuda a los que más precisan, eso. O sea fijarse bien
quien precisa y quien no. Porque hay mucha gente que recurre
a las asistentes sociales y es gente que no precisa.”42
Por su parte Joana considera que el trabajador social tiene que:
“ayudar a los que no pueden…que no pueden porque por ahí
van alguna gente y teniendo, ponele van y van a pedir
y…siempre están para ayudar a la gente, ayudar a los que más
necesitan.”43
Estos relatos han sido construidos sociohistóricamente. Para
comprenderlos, se debe considerar la corta edad de las adolescentes
y que pertenecen a familias que concurren habitualmente a los
servicios sociales público-estatales. Estas ideas, han sido construidas
a lo largo de sus vidas, históricamente. Ese contexto esta dado por
una asistencia social característica de un estado neoliberal, en el que
la política social “queda subordinada a los requerimientos de la
modernización económica y del equilibrio fiscal y se descentraliza,
incorporándose políticas ‘minimalistas’ o focalizadas dirigidas a los
grupos de riesgo.” (García Delgado; 1994: 97)
Las palabras de Joana y Jésica, son el resultado de la
interacción y vinculación que han tenido con las instituciones de
Acción Social y los trabajadores sociales de las mismas, en los que
prima la escasez de recursos y la reducción de su alcance.
En sus palabras prevalece la naturalización de las políticas
sociales focalizadas. Desde la mirada de las adolescentes, está
arraigado que la intervención de un trabajador social es ir detectando
entre las demandas, cuales son verdaderas y cuando no.
Por otro lado, desde el Trabajo Social, se puede analizar esta
situación, como una construcción que está determinada por las
políticas sociales que se enmarcan en el neoliberalismo.
42 Op. Cit. 27 43 Op. Cit. 35
71
Las palabras de Jésica y de Verónica ilustran lo planteado.
Según esta entrevistada, el trabajador social tiene que, “fijarse bien
quien precisa y quien no. Porque hay mucha gente que recurre
a las asistentes sociales y es gente que no precisa.”44
Verónica, dice que “ayudar a la gente y eso, para los que
más precisan. Que tienen más chicos y eso.”45
Este planteo que realiza Verónica permite que se vislumbren
como se filtran los criterios utilizados con el fin de justificar la
asignación de las prestaciones que se enmarcan en las políticas
sociales focalizadas. En este caso Verónica hace alusión al criterio de
otorgar recursos a familias numerosas.
En ocasiones, los usuarios de la acción social pública estatal,
plantean y demandan visitas domiciliarias aludiendo a que quieren
que el trabajador constate las condiciones de vida. Está arraigado en
sus ideas acerca de la intervención del trabajador social, la cuestión
controladora, que no hace más que instalar que el usuario, debe
demostrar que es merecedor de la prestación. Para esto, se genera la
situación en que comienzan a plantear “no miento”, “vaya a mi casa y
vea”, o lo que plantea otra de las entrevistadas, Soledad que dice:
“No vengo siempre a retirar la garrafa porque no puedo
venir a sacarle a la gente que pueda venir y que lo necesita, y
yo, o sea, vine dos veces porque realmente lo necesitaba, a
pedir el vale de la garrafa, y me ayudaron.”46
Estas palabras evidencian el lugar en que se ubica el usuario de
la prestación de la acción social estatal, el lugar de deudor en la
lógica del capital, según Mello, “el pobre, al recibir o mejor aún,
porque depende del que recibe, es un deudor. No hay cambio
aparente, puesto que no se le puede exigir nada. Hay, por lo tanto un
cambio real y desigual: se cambian cosas por la sumisión, sobre la
falta de gratitud.” (Mello apud.Yazbek 1993) 44 Op. Cit. 27 45 Op. Cit. 33 46 Op. Cit. 26
72
El relato de Soledad surge nuevamente el tener que demostrar
la necesidad, y si es considerada, ante la prestación tal como plantea
Mello, quedar en deuda con el Estado.
Los usuarios tienen naturalizado que las prestaciones son
escasas, entonces, suponen que “les toca” a unos, y otras, a otros.
Nunca a todos. Parece que no se ha arraigado, que la prestación tiene
que ver con la restitución de alguno de los derechos que le han sido
vulnerados.
A partir de las voces de las entrevistadas se puede interpretar
que en “San Cayetano,” no se han realizado intervenciones del
Trabajo Social, direccionadas a que las usuarias consideren que su
situación de pauperización, no responde a cuestiones individuales
sino sociales (por lo tanto colectivas).
Se debe considerar que “el proceso de estructuración simbólica
de lo real de las clases subalternizadas ocurre bajo el signo de la
pobreza, de la dominación y, muchas veces de la ignorancia y de la
alienación. La alienación de los subalternos aparece como la
resultante del control de la subordinación del hombre a la trama de
las relaciones constitutivas del orden capitalista y se expresa en el no
reconocimiento de los individuos en un mundo que ellos mismos
crean. Siendo así, la alienación reduce el individuo a un objeto que
confiere a otros decisiones sobre su propia vida.” (Yazbek, 1993)
En este sentido, el trabajador social debe reflexionar
constantemente acerca de su práctica cotidiana y la perspectiva
ético-política que le pretende dar a su intervención. De manera que
esta tenga entre sus fundamentos que los pobladores/usuarios
desnaturalicen su situación de pauperización.
Siguiendo a Netto, la intervención profesional, “no solo es la
constitución de acciones diversas y desconectadas, por el contrario
debe estar fundamentada en bases teóricas y metodológicas, que
superen el carácter normativo e instrumental de la misma.” (Netto;
2003:317)
73
En ese sentido, sale a la luz la importancia que posee la
educación como función del Trabajo Social y su relación con la
asistencia. Se puede notar como a través de una entrevista,
trabajador social-usuario, para la asignación de alguna prestación,
puede darse un diálogo que permita transmitir, en principio, que
dicha prestación es un derecho…
Tal como plantea Oliva, “la asistencia contiene la tensión
existente entre las clases sociales (…) El diálogo que se establece
entre Trabajador Social y usuario, al momento de la entrega de
recursos, se puede encaminar hacia una reivindicación.” (Oliva;
2000: 11)
En las entrevistas se pudo observar que en el Programa de
Salud Sexual y Procreación Responsable implementado en San
Cayetano, la referencia principal que tienen las usuarias es la médica.
Sólo Jesica hace alusión a la asistencia realizada por el trabajador
social en el marco del programa. Ella dice:
“Por la leche, con la asistente social y por las pastillas
con la doctora y a veces, con Ana, y me las entrega ella.”47
Si se piensa que las entrevistadas relacionaron el Programa solo
con la función del médico, desde el Trabajo Social, se debe
problematizar la situación para redireccionar la implementación del
Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable hacia una
intervención enmarcada en los derechos sociales. Desnaturalizar la
intervención con el objetivo de redireccionarla, para que se le pueda
dar al usuario el protagonismo que parece estar faltando. Para poder
dar voz a los usuarios, se debe plantear una intervención
socioeducativa que los fortalezca e impulse.
Martins plantea que “la pobreza más que la falta de comida y
de habitación es la ‘carencia’ de derechos, de posibilidades, de
esperanza, considera vergonzosa esa forma de pobreza de derechos.”
(Martins apud. Yazbek 1993) 47 Op. Cit. 27
74
De esta manera, la intervención profesional en el marco del
Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable en San
Cayetano se tendrá que problematizar en torno a interrogantes tales
como: ¿se está legitimando la “pobreza de derechos” planteada por
Martins? ¿O acaso tiende a ser una práctica asistencialista? De
manera que la reflexión se encamine a considerar cuáles son los
fundamentos teóricos y metodológicos que la sustentan.
En este punto, no se puede dejar de considerar que esa
redirección de la intervención, también debe ser pensada en términos
de la importancia de que las usuarias conozcan que su derecho a la
salud sexual (legitimado en el programa) fue una conquista que llevó
tiempo y diferentes luchas. Deben saber también que la entrega de
anticonceptivos (habitual para ellas) no es natural, que no existió
siempre.
La importancia de esta “transmisión de información” reside en
acercar a los usuarios a la realidad que habilita la conquista de los
derechos sociales.
b. Educación
Se entiende a la educación, tal como plantea Argumedo, como
la “acción intencional de un sujeto social que se propone promover
en otros sujetos sociales ciertos y determinados aprendizajes que él
considera necesarios para ello” (Argumedo; 2001:2)
La función educativa de la intervención profesional del Trabajo
Social, no se debe centrar en la transmisión de conocimientos a los
usuarios, sino que tiene que promover en ellos una actitud crítica
frente a la realidad. De manera que, el usuario pueda desnaturalizar
su situación de pauperización, cuestionándose acerca de ella en
cuanto a las condiciones materiales de existencia como su relación
con la realidad en su totalidad.
75
El posicionamiento que tome el trabajador social va a marcar el
direccionamiento que tenga su intervención socioeducativa. La
función educativa del Trabajo Social, “le da cierto significado
particular a la intervención: tiene su raíz en las diversas visiones
sobre la sociedad que trascienden la práctica profesional.” (Oliva,
2000: 16)
El profesional debe partir de considerar (y poder realizar el
análisis correspondiente) la visión del mundo que tienen los usuarios
y la relación dialéctica que se da con las demás visiones del mundo.
Aquí, se debe pensar la ideología en términos de Gramsci, quien
“distingue diferentes grados cualitativos que corresponden a capas
sociales determinadas: en la cúspide la concepción del mundo más
elaborada: la filosofía. En el nivel más bajo: el folklore. Entre estos
dos extremos, el ‘sentido común’ y la religión.”(Portelli: 1992,20)
En la intervención socioeducativa se debe partir de la visión del
mundo que tienen los usuarios para que se determinen, con mayor
certeza, los conocimientos necesarios para promover en ellos (los
usuarios) una actitud crítica frente a la realidad.
Freire, con respecto al tipo de relación que se tendría que
establecer entre el educador y el educando, para promover una
actitud crítica frente a la realidad, sostiene que al superar la
contradicciones, se instaura como una situación gnoseológica, en la
que los sujetos (educadores y educandos) dirigen su conocimiento
sobre el objeto cognoscible que los mediatiza. (Freire; 1970)
Este pedagogo plantea que: “para el educador-educando
dialógico, problematizador, el contenido programático de la educación
no es la donación o una imposición –un conjunto de informes que han
de ser depositados en los educandos-, sino la devolución organizada,
sistematizada y acrecentada al pueblo de aquellos elementos que
este le entregó en forma inestructurada” de manera que “será a
partir de la situación presente, existencial y concreta, reflejando el
76
conjunto de aspiraciones del pueblo, que podremos organizar el
contenido programático de la educación.” (Freire;1970: 107-111)
En este sentido, puede darse una función educativa tendiente al
control/reproducción del status quo, sustentada por una perspectiva
conservadora, que no tiene en cuenta la voz del usuario, sino que
éste debe escuchar y aprehender lo que el trabajador social dice,
porque es el que “sabe” y le va a enseñar. Desde esta perspectiva, no
se tienen en cuenta la cultura, las inquietudes, etc. de los usuarios.
De manera que no poseen ningún tipo de protagonismo, ya que la
educación se plantea como imposición.
Por otro lado, puede considerarse la función educativa
liberadora, direccionada a generar en los usuarios-educandos una
actitud crítica. Desde esta perspectiva, en la intervención profesional,
la superación de las contradicciones educador-educando (situación
gnoseológica), puede darse en el trabajo cotidiano de vinculación con
los usuarios, que realiza el trabajador social. La misma se puede
generar a partir de las entrevistas, entendidas como un proceso en el
que “los límites y posibilidades de la intervención educativa deben
encontrarse en la comprensión que el entrevistador realiza de la
visión que el sujeto tiene de su realidad” de manera que se supera “la
sola escucha y se llega al diálogo entre los interlocutores.” (Mallardi;
2004: 77-78)
Por otro lado, desde la misma perspectiva, se puede desarrollar
a través de espacios grupales, como puede ser un taller o una charla
con especialistas.
La postura que asuma el profesional en su intervención toma
especial relevancia. En este sentido, “Aldaísa Sposati analizando la
necesaria superación de la ‘cultura de la tutela’ que permea la
asistencia social, observa que esa superación supone ‘ampliar las
condiciones de protagonismo de cada ciudadano, por más limitadas
que sean las condiciones que la propia naturaleza le ofreció. Esta
perspectiva no es un voluntarismo que tiene un falso concepto de
77
que el hombre es libre de las determinaciones externas, la libertad
reside en la capacidad de reelaborar esas determinaciones a partir de
la voluntad propia” (Sposati apud. Yazbek 1993)
Ese protagonismo necesitará para salir a la luz, información útil
para los usuarios, que promueva la reflexión crítica de las
situaciones. Información que sea en respuesta a inquietudes,
necesidades de los pobladores, usuarios de los servicios de asistencia
social.
Desde la perspectiva aquí planteada, se debe una situación
dialógica con el objetivo de una educación liberadora. El trabajador
social, debe alejarse del papel inquisidor y adoctrinador que
caracteriza a la educación bancaria, en términos de Freire, para
desarrollar la pedagogía de la pregunta que caracteriza a la educación
popular.
Dialogar en sentido freireano, “no es preguntar al azar, un
preguntar por preguntar, un responder por responder (…) la relación
es el sello del acto cognoscitivo, en el cual el objeto cognoscente,
mediatizando los sujetos cognoscentes, se entrega a su
desvelamiento crítico la importancia de esa comprensión de la
realidad dialógica se aclara en la medida en que tomamos el ciclo
gnoseológico como una total realidad sin dicotomizar en él: la fase de
adquisición del conocimiento existente y la fase de descubrimiento del
descubrimiento de la creación del mero conocimiento (…) En ambas
fases del ciclo gnoseológico impone una postura crítica.” (Freire;
1984)
En la línea del planteo de Freire, el trabajador social se tendrá
que preguntar acerca de la población usuaria, cuáles son sus
inquietudes, preguntas, necesidades, etc. Considerando lo formulado
por el Programa como así también, la información y temáticas que
perciba como necesaria para sustentar y direccionar el diálogo que
tenga con los/as adolescentes, en las entrevistas, charlas, al entregar
algún método anticonceptivo, etc.
78
Desde la postura que se adopta aquí, el profesional no debe
dejar de pensar que la “pobreza y subordinación de género dejan
cicatrices en la subjetividad, es decir, dejan marcas deficitarias que
ponen e los sujetos que las portan en peores condiciones para el
logro de una calidad de vida digna, significa afirmar varias cosas al
mismo tiempo. En primer lugar, ubica la cuestión como un problema,
entre otras cosas, político. En segundo lugar, se diferencia de las
políticas de población que ponen su eje en criterios puramente
asistencialistas o economicistas. (…) al subrayar la “creatividad” –de
las estrategias de supervivencias- puesta en juego en las mismas, se
omite que cuando las condiciones de vida se desarrollan en la
carencia permanente esto genera un tipo de subjetividad, que al
regirse desde una lógica del instante, no puede estructurar una lógica
de la anticipación, es decir, no puede ni sabe, planificar, elegir,
decidir o sostener acciones en el mediano o largo plazo.” (Fernández,
1993: 36-37)
Se abre aquí la posibilidad de considerar el planteo realizado
por las entrevistadas en torno a la escasez de recursos y la
naturalización de las políticas focalizadas. Se comprende la
imposibilidad de comprender de otra manera la situación de la
Asistencia Social actual que poseen las adolescentes. Por esto, desde
la perspectiva aquí planteada, se las debe educar críticamente en
relación a ello.
Jésica, en la entrevista, se expresó en relación a la función
educativa del Trabajo Social. Se le pidió que piense si algo que le dijo
un trabajador social alguna vez, la hizo cambiar de opinión o
reflexionar.
“No, en este momento no recuerdo, sí que muchas veces
me han dado consejos si, o sea no, como explicarte… un
consejo que yo a veces lo tomaba. Por ejemplo, tenía que
tomar pastillas, que de ponerme de novio fijarme con qué
persona y con qué no, esas cosas así.”(…) (Jesica)
79
Puede notarse que en principio niega, y a medida que avanza
su relato, reflexiona. Concluye pensando que luego de una entrevista
con trabajadores sociales, ella comenzó a hacer algo distinto de lo
que venía haciendo.
Al referirse a las palabras de las trabajadoras sociales, ella dice:
“me sirve ese consejo que me dieron (…) Desde ese
momento, después que tuve familia las estoy tomando (…) las
pastillas las estoy tomando.” (Ibidem)
Le da relevancia al “consejo”, que desde el Trabajo Social se
analiza como la función educativa, cuando plantea:
“yo lo sentí como un consejo que nunca me dió mi
mamá.” (Ibidem)
En este sentido, el trabajador social cuya intervención busca
promover una actitud crítica, debe ser crítico y analítico en la
selección de los conocimientos apropiados y las preguntas que
realizará, partiendo siempre del interjuego entre sus objetivos y las
inquietudes y saberes de los usuarios.
En el caso específico del Programa de Salud Sexual y
Procreación Responsable, el profesional debe formarse, “saber” los
conocimientos que dan marco de su intervención para luego discernir
que transmitir a los usuarios. En lo que aquí se sostiene, el encuadre
macro será su condición de sujetos de derecho.
Como se ha planteado, en el caso del presente trabajo, la
información se enmarca en un derecho adquirido a través de la Ley
25.673 de Salud Sexual y Procreación Responsable promulgada en el
año 2002, que a su vez tienen como fundamento y antecesoras a las
Conferencias de El Cairo (1994) y Beijín (1995).
Cabe destacar que ambas Conferencias consideran a los/as
adolescentes como sujetos de derecho a la salud sexual y
reproductiva.
Bourdieu aporta ideas en torno a la sexualidad humana que
deben ser consideradas por quienes desarrollen intervenciones al
80
respecto. Sostiene que “la sexualidad encuentra su soporte en el
imaginario social y cultural que sostiene que la diferencia sexual
biológica justifica las diferencias de los comportamientos y las
expectativas de cada sexo. Según Pierre Bourdieu, la división sexual
está naturalizada, incorporada en los cuerpos y en los hábitos que
funcionan como sistemas de esquemas de percepciones, tanto de
pensamiento como de acción.” (Bourdieu apud. Checa; 2000:22)
Por su parte, La Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) “en su articulo 16,
establece los derechos sexuales y reproductivos indicando el acceso a
la información, la educación y los medios que le permitan ejercer
estos derechos.” (Checa, 2003: 32)
Un trabajador social, debe considerar para las adolescentes, la
Convención Internacional de los Derechos de los Niños, la cual
considera a niños, niñas y adolescentes
“sujetos plenos de derechos, merecedores de respeto, dignidad
y libertad, y abandona la concepción de niño como objeto pasivo de
intervención por parte de la familia, el Estado y la sociedad. En este
sentido reconoce a los niños como titulares de todos los derechos que
poseen los adultos, sumándose otros derechos por su especial
condición de personas en desarrollo.” (UNICEF, 2000:30 apud. Checa
2003)
Como ya se ha planteado, El Programa de Salud Sexual y
Procreación Responsable tiene objetivos en los que se encuentra: “la
entrega de anticonceptivos gratuitos en los CAPS y Hospitales
Públicos, a solicitud de los usuarios, con asesoramiento o consejería
especializada.”48
La especificidad del programa reside en que se debe brindar
información que permita a las/os adolescentes tomar decisiones libres
en relación a cantidad de hijos, prevenir embarazos no deseados,
promover su salud sexual, etc. Esa libertad, implica generar un 48 Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la Nación. S/F página 15
81
espacio para la acción educativa desde la perspectiva que se viene
planteando.
Una cuestión que un trabajador social no debe perder de vista
es que el programa se llama de Procreación Responsable y entre sus
objetivos se halla el de bajar la tasa de embarazos adolescentes (no
de embarazos adolescentes no deseados, sino en general) Quien es
responsable? A que se refiere el Programa, a que no tengan más
hijos las adolescentes? Porque como se ha planteado, hay
adolescentes, para quienes sus hijos son el proyecto de vida, porque
la sociedad las excluyó del suyo.
Puede notarse la contradicción que se plantea entre sus
objetivos generales y los de implementación. Es decir, al plantear que
“intenta disminuir la tasa de fecundidad adolescente”49 parece
legitimar que “la experiencia de la pobreza es también la experiencia
de la descalificación de los pobres por sus creencias, su modo de
expresarse y su comportamiento social, señales de las ‘cualidades
negativas’ e indeseables que le son conferidas por su procedencia de
clase.” (Yazbek; 1993)
En este sentido, es posible que el trabajador social pueda
construir espacios educativos en las diferentes oportunidades que se
den en la vinculación cotidiana que tiene con los usuarios de la
institución partiendo de considerar y comprender su cultura.
Acorde a esta perspectiva, López y Findling, plantean que “la
instrucción permite romper la tradición, ser menos fatalista frente a
la enfermedad, adoptar nuevas medidas terapéuticas y alternativas
en materia de cuidados, encontrar los servicios necesarios y
considerar su utilización como un derecho y no como una mera
asistencia. Adicionalmente, el acceso de las mujeres a la instrucción
contribuye a modificar la estructura tradicional de las relaciones
intrafamiliares y les permite adquirir autonomía en relación con las
decisiones sobre la manera de regular su familia, el nacimiento de 49 Ibídem. Página 14
82
sus hijos y la forma de educarlos, nutrirlos y cuidarlos.” (Checa,
2003:143)
En el mismo sentido Faur considera que “los embarazos durante
la adolescencia, así como la dificultad para hacer uso de métodos de
protección contra el VIH-sida a las jóvenes de los sectores más
pobres, constituyen indicadores que muestran la dificultad que tienen
las mujeres para el ejercicio de su autonomía y de derechos
vinculados a la construcción de una voz propia que pueda fortalecer
sus demandas, expresarlas y que sean tenidas en cuenta, tanto en
las interacciones interpersonales como en las esferas administrativas
y judiciales.” (Checa, 2003: 67)
En el caso concreto de la implementación del Programa en el
CAPS San Cayetano, tal como se describió en el capítulo I del
presente trabajo, las actividades que se desarrollan, son charlas
previas a la entrega de los anticonceptivos orales y talleres para
embarazadas adolescentes.
Estás charlas previas y su metodología, se pueden encontrar en
los antecedentes del Trabajo Social cuando las visitadoras daban
charlas informativas de diferentes temáticas, a las obreras de
industrias en la Argentina del 1900. Este paralelo, se direcciona a
revalorizar esta actividad y considerar que es según la perspectiva
desde la cual sea planteada los resultados que se obtendrán.
Las temáticas abordadas en las charlas que se desarrollan en el
CAPS San Cayetano, surgen de inquietudes de salud en general, que
poseen las mujeres usuarias del Programa.
Por otra parte, las cuestiones tratadas en los talleres para
embarazadas adolescentes, son referidos al embarazo, parto,
lactancia, sus derechos y las inquietudes planteadas por ellas. Los
mismos se desarrollan mensualmente, previamente al control del
embarazo. Participan junto a las embarazadas adolescentes, la
médica, que lo coordina, la psicóloga, la trabajadora social y
83
estudiantes de la Lic. en Trabajo Social que desarrollan sus prácticas
preprofesionales en la zona del CAPS San Cayetano.
En las entrevistas, algunas adolescentes, hicieron alusión a la
importancia que tuvieron para ellas esos talleres y la información
recibida.
“Cuando estuve embarazada, que hacían las reuniones,
también, te acordás que hacían reuniones con la psicóloga y
eso, bueno yo estaba en esas charlas y también, yo escuchaba
todo lo que decían., y también me sirvió mucho eso, son cosas
que con mi mamá nunca charlé, y que yo tengo que charlar
con ustedes o con la médica, son con las únicas mujeres que
mas o menos me llevo bien.”50 Jesica
En las palabras de Jesica se puede notar como percibió y vivió
esa instancia de taller, sostiene que recibió conocimientos que le
fueron de utilidad.
Por otro lado, otras de las entrevistadas, expresan su
preferencia por hablar, entrevistarse con la médica al acudir al CAPS
San Cayetano. Aquí se abren interrogantes como, ¿es quizás que en
el CAPS San Cayetano, prima la función del médico, donde sólo “el
doctor” es el que sabe? ¿O desde el Trabajo Social se deja terreno
libre para ello, sin buscar intervenir desde los fundamentos de la
salud integral en el que deben tener la misma relevancia todas las
profesiones?
Es Verónica quien a través de sus palabras deja salir a la luz lo
que sucede en San Cayetano desde su perspectiva. Se le pregunta
cual considera que es la función del trabajador social en las charlas
que se realizan previamente a la entrega de anticonceptivas. Este
espacio se plantea para las mujeres en general, sin tener en cuenta
las edades. Se considera necesario que se desarrollen charlas y
talleres, destinados específicamente para la población adolescente, ya
que, como se planteó, poseen necesidades e inquietudes específicas. 50 Op. Cit. 27
84
Verónica considera que en las charlas a las que acudió estaba
ausente el trabajador social y dice:
“En las que yo iba, no. El año pasado fui (…) No sé. No
sé, porque no se que tiene que ver una trabajadora social con
eso (…) yo pienso que la que tiene que dar las indicaciones es
la doctora que es la que sabe sobre eso. La trabajadora social,
no sé en que te puede ayudar en eso.” (Verónica)
Vale que se reflexione aquí, en torno a la perspectiva de
intervención que puede vislumbrarse en las palabras de Verónica.
Pareciera que en la intervención que se desarrolla hay una fuerte
presencia del médico. ¿Qué sucede con la práctica del Trabajo Social?
Esa posible “subordinación” del Trabajo Social ¿es acaso el
encubrimiento de una intervención conservadora? ¿o romper con esta
perspectiva históricamente planteada es tan difícil? Tal vez la
dificultad está dada por la heterogeneidad de proyectos profesionales
que caracteriza al “colectivo profesional.”
Joana, plantea su experiencia con la trabajadora social del
Servicio de Adolescentes del Hospital Ramón Santamarina. Sus
palabras son:
“cuando yo quedé embarazada de él, me dijo que bueno
después que tengas el gordo me dijo, empezá a cuidarte (…)
empecé a tomar pastillas (…) porque mi marido estaba preso
en Barker, y después salió mi marido y dejé de tomar pastillas
porque lo buscamos” (al embarazo de su segundo hijo)
¿Que sustenta ese “empezá a cuidarte”? ¿un “no tengas más
hijos”? o ¿“existen métodos anticonceptivos gratuitos,” “tenelo en
cuenta”, así podés decidir cuando tener hijos?
Estas ideas permiten que se vislumbren las perspectivas de
intervención que pueden tener diferentes trabajadores sociales que
implementan el mismo Programa.
Desde la mirada de Joana, se puede ver como perciben las
usuarias la intervención profesional:
85
“atiende a las chicas ponele… para que no tengas más
chicos, ella te saca turnos, todas esas cosas, pero después
sino, no ella siempre me dijo de las pastillas de no tener más
chicos, así… eso nomás son las conversaciones que tengo con
ella.”
Los talleres como instancia informativa y preventiva, encuentra
antecedentes en las escuelas para madres que se planteaban en 1920
en los dispensarios para lactantes en lo que se instruía a las madres
en los cuidados, la importancia de la lactancia materna etc. También
las cantinas maternales cumplían esta función de enseñanza,
realizaban “acciones de prevención de enfermedades brindando
asistencia material (en comestibles o medicamentos) y enseñaban a
las mujeres la preparación de alimentos y los cuidados del bebé en
general. De modo que, en estas organizaciones asociaban la tarea
educativa a la asistencial.” (Oliva, 2005:67-69)
De manera, que la cuestión reside en como se plantea la
intervención, no se puede plantear la tarea educativa desvinculada de
la asistencia material, ambas están relacionadas. En este sentido se
debe tener en cuenta el planteo de Oliva, quien dice que “los distintos
modos de asociar y disociar educación y asistencia generan formas de
intervención dispares, inclusive contrapuestas en todo el espectro de
instituciones.” (Oliva; 2005:66)
En este trabajo, el planteo puntual se inscribe en lo relacionado
a la salud sexual y la procreación, aunque no se debe dejar de lado
que la intervención se enmarca en la cuestión social. Es el trabajador
social el que, en sus intervenciones cotidianas, debe tener presente
que la microrealidad en la que desarrolla su práctica, se inserta en la
realidad social en general pese a que el Estado intente fragmentar la
‘cuestión social’ las necesidades y demandas, aparecen siempre
vinculadas.
En este sentido esta autora plantea que, “las funciones se
realizan de acuerdo a una base material a la que se articulan. En este
86
sentido, la función educativa no está desvinculada en la intervención
de la asistencia y la gestión. Desde ese ángulo cobran sentido la
consecución y administración de prestaciones, en el marco de la
reproducción de la fuerza de trabajo, en la modificación de
condiciones objetivas y operando sobre cuestiones ideoculturales.”
(Oliva; 2005:205)
A modo de síntesis, sin caer en un análisis sesgado y lineal, se
puede decir que en lo planteado en el presente capítulo, se puede
observar que la intervención profesional está atravesada por las
contradicciones que caracterizan a la sociedad capitalista. En esta
complejidad entran en juego las perspectivas de intervención que se
sustentan en proyectos profesionales vinculados dialécticamente a los
saberes, inquietudes, necesidades, etc. que poseen los
usuarios/pobladores con los que se interviene cotidianamente en un
ámbito institucional caracterizado por las políticas sociales
focalizadas, en un contexto más de política neoliberal.
87
Consideraciones finales
En el presente trabajo se ha procurado problematizar acerca de
la incidencia que tiene la intervención profesional del Trabajo
Social desde la mirada de las adolescentes usuarias del Programa de
Salud Sexual y Procreación Responsable.
En un primer momento, reflexionamos sobre el encuadre
institucional en el que desarrollan las intervenciones profesionales los
trabajadores sociales. Se caracterizó la zona en que desarrollan sus
vidas las entrevistadas, para aproximarnos a la calidad de vida que
condiciona su cotidianeidad. Esta situación se caracteriza por la falta
de acceso a servicios y condiciones de vida necesarios, que muestran
las condiciones de existencia que padecen las clases subalternas
pauperizadas.
Se busco analizar la naturaleza y lineamientos del Programa
de Salud Sexual y Procreación Responsable que da marco a la
intervención profesional y del que son usuarias las adolescentes. Al
respecto se pudieron advertir incoherencias entre los objetivos y la
perspectiva que lo sustenta: los derechos humanos. De esta manera,
los/as adolescentes deben ser considerados sujetos de derecho.
Para ilustrar lo planteado, se debe tomar como ejemplo que uno de
los objetivos centrales del Programa plantea la disminución de la tasa
de fecundidad adolescente en general. Si pensamos en términos de
derechos, el objetivo debería ser que no se produzcan más
embarazos en la adolescencia que no sean deseados. De otro modo
se está coartando la libertad de elección de los/as adolescentes, ya
que en muchos casos tener hijos es una elección de vida que puede
ser explicada por sus trayectorias de vida y condiciones materiales de
exclusión.
Otra cuestión que se pudo notar es la necesidad de generar un
espacio específico (taller, charla, etc.) cuya población destinataria
sean los adolescentes debido a que se realizan en general. En dicho
88
espacio, se deben que tener en cuenta las necesidades propias de
esta etapa, considerando las características que dan particularidad a
la misma.
En cuanto a la intervención del Trabajo Social en lo específico
del Programa, se pudo percibir que diferentes trabajadores sociales
(que desarrollan actividades en su implementación) lo hacen de
perspectivas diferentes y ello repercute en las usuarias. En los relatos
de las adolescentes entrevistadas se puede vislumbrar como los
proyectos ético-profesionales dan rumbo a la intervención en un
determinado sentido. En algunos profesionales el direccionamiento es
casi “inconsciente”, libre de análisis y razonamiento. Consideramos
que cumple un rol fundamental la formación profesional, la necesidad
de que los estudiantes, rompan con la ingenuidad y consideren la
heterogenidad del colectivo profesional, es decir que puedan dar
complejidad a las reflexiones.
Posteriormente, se planteó la concepción de adolescencia que
sustenta el presente trabajo. Perspectiva que considera a los/as
adolescentes como sujetos de derecho con necesidades específicas
que deben ser consideradas a la hora de asumir una intervención
profesional que promueva la actitud crítica de los
usuarios/pobladores.
Para poder realizar una aproximación analítica a la naturaleza
de la intervención del Trabajo Social en el Programa de Salud Sexual
y Procreación Responsable, se partió de las palabras de las
adolescentes usuarias.
Al tomar como punto de partida “las voces” de las
entrevistadas, desde la metodología de la “historia oral”, se nos
plantearon ciertas dificultades. Por un lado, las adolescentes tuvieron
problemas para comprender las preguntas que les hacíamos durante
la entrevista. Por otro lado, notamos una marcada limitación del
lenguaje, al tener que describir y/o explicar lo que querían relatar y
89
expresar. Se puede notar este condicionamiento cuando
transcribimos las palabras de las adolescentes.
Esas “voces” fueron construidas sociohistóricamente, a lo largo
de sus vidas. De esta manera la mirada de la intervención profesional
que poseen las adolescentes es el producto de un largo y complejo
proceso.
En los relatos se pudieron “escuchar” palabras que dan cuenta
de la naturalización acerca de la políticas sociales focalizadas, si se
piensan las edades, es decir que son adolescentes se puede encontrar
la explicación a ello. Ahora bien, la desnaturalización corre por cuenta
de los trabajadores sociales con los que se han vinculado (y lo siguen
haciendo) las adolescentes.
En este sentido, impera la necesidad de que se realicen
intervenciones direccionadas a transmitir los procesos de luchas que
dieron origen a las prestaciones, que de otro modo parecen haber
existido desde siempre. Quizás este sea uno de los caminos que
lleven a romper con la intervención biomédica de la salud sexual y
reproductiva. Esta perspectiva conservadora, parece ser, por los
relatos de las entrevistadas, la implementada en el CAPS San
Cayetano.
La intervención profesional debe estar planteada en torno a
promover una actitud crítica, logrando que los usuarios/pobladores
puedan reflexionar y cuestionar la realidad que los rodea.
En este sentido, desde un proyecto profesional crítico,
educación y asistencia como funciones socialmente asignadas al
Trabajo Social, deben tener como punto de partida la situación,
conocimientos e inquietudes de los usuarios. De manera que los
usuarios/pobladores sean actores partícipes con una mirada crítica de
la realidad.
La asistencia, tiene que direccionarse a restituir derechos
negados a quienes han sido excluidos de la riqueza socialmente
producida. En los relatos de las entrevistadas se encuentran
90
construcciones sociohistóricamente realizadas por las adolescentes
con respecto a las “ayudas” de los trabajadores sociales. Las mismas
dan cuenta de que tienen naturalizada la situación de pauperización
en la que viven. Una aproximación que explique esto sería pensar que
las usuarias han vivenciado intervenciones de tinte conservador.
La educación, se plantea en términos freireanos, una
educación liberadora, que se desarrolle a partir de la “pedagogía de la
pregunta”, seleccionando los conocimientos para la acción educativa
desde la base de las inquietudes y necesidades de los usuarios. La
especificidad del Programa en San Cayetano parece no responder a
ello. En los talleres para embarazadas adolescentes y en las charlas
previas a la entrega de anticonceptivos, los conocimientos son
planteados por la médica, sin consideración alguna de las
necesidades específicas que poseen las usuarias. Sería oportuno
repensar los lineamientos planteados hasta el momento, para
redireccionar la práctica en términos de la educación liberadora.
Siempre pensando la intervención del Trabajo Social como
inserta en la sociedad con su complejidad atravesada por las
contradicciones que caracterizan a la sociedad capitalista, en la que
entran en juego las perspectivas de intervención que se sustentan en
proyectos profesionales vinculados dialécticamente a los saberes,
inquietudes, necesidades, etc. que poseen los usuarios/pobladores
con los que se interviene cotidianamente en un ámbito institucional
caracterizado por las políticas sociales focalizadas, en un contexto
más de política neoliberal.
Repasando los límites propios de un trabajo de estas
características, consideramos como pendiente la profundización del
diálogo entre las “voces” entrevistadas y la vinculación de las
funciones asignadas a partir del concepto de poder.
91
Anexo
92
ITEMS DE LAS ENTREVISTAS:
SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA
INFANCIA
• Con quienes vivía cuando era niño/a.
• En donde. (barrio, ciudad, etc)
• Que hacían los adultos.
• Que hacía el adolescente cuando era niño.
Cuales eran sus actividades preferidas.
• Cuales las actividades que no le gustaban y
tenía que hacer igual.
• Si fue al jardín de infantes. Si le gustaba. Si
se acuerda que hacía.
• Cuando pensaba que iba a hacer de mas
grande que se imaginaba.
FAMILIA • Actualmente como está compuesta su
familia.
• Como se organiza un día común en su
familia.
• Quienes trabajan, edades y trabajo que
realizan.
• Quienes recibieron educación formal.
• Quienes concurren actualmente a la
escuela.
• Como dividen las tareas de la casa.
• Que piensa su familia en relación a su
maternidad. (si es que lo es)
• Si recibió ayuda por parte de los
integrantes de su flia. al quedar
embarazada. Quienes y en que la/lo
93
ayudaron.
• Si actualmente recibe ayuda de ellos. Cuál?
• Lazos de solidaridad y pertenencia.
CULTURA • Organización de la vida cotidiana (contar un
día común de sus vidas)
• En que valores creen.
• Religiosidad.
• Decisión acerca de la utilización de un
método anticonceptivo.
• Si el embarazo fue por elección o no.
• Cambios en la vida cotidiana a partir de
tener hijos.
• Como elige, si es que toma una decisión
que anticonceptivo utilizar.
EDUCACION
FORMAL E
INFORMAL
• Si concurrió a la escuela. Hasta que grado.
• Si dejó. Causas. Que piensa al respecto.
• Si ha hecho cursos. Cuales.
TRABAJO
• Si alguna vez trabajó Si dice NO, porque?
Si le hubiera gustado. Que piensa que lo
impide…
• Si dice SI, que actividad realiza. A que edad
comenzó a trabajar. Hace cuanto tiempo.
Como lo consiguió.
• Cuando piensa que trabajo le gustaría
tener, que se le ocurre.
RED DE
RELACIONES
COMUNITARIAS
• Cuando tiene algún problema a quien acude
• Que relación tiene con el Centro de Salud.
Ante que circunstancias va. Con quién
prefiere hablar en general.
94
• A que instituciones del barrio concurre
habitualmente.
TRABAJO SOCIAL • Como se relaciona con la Trabajadora Social
del Centro de Salud.
• Que es lo que hace un TS en un CAPS
desde su perspectiva.
• Que piensa que tendría que hacer.
• Cual es la imagen que tiene de los TS en
general.
• Cuantos TS son los que la han atendido.
• Que tipo de relación entablaron.
• Descripción de algún encuentro/charla con
un TS.
• Si algo de lo que le han planteado los TS le
hizo cambiar de opinión o empezó a pensar
diferente.
• En la entrega de anticonceptivas, que es lo
que hace la TS.
• En las charlas acerca de salud sexual, cual
es el rol de la TS.
• Cual cree que tendría que ser la
actividad/función que debería realizar en su
opinión la TS.
95
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Imagen de la portada Autor: Federico Carbia -“Confluencia de la figura”- Técnica mixta sobre tela- 2.00 x 1.00 metros-2006