tercer milenio - omp · romántica, situada más allá de nuestras fronteras existenciales; en la...

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EDITADA POR LAS OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS Nº 196 JUNIO AÑO 2019 TERCER MILENIO

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ISIO

NA

LES P

ON

TIF

ICIA

SNº 196 JUNIO AÑO 2019

T E R C E R M I L E N I O

Tras dos décadas al frente del país,

el presidente de Argelia ha dimitido

ante la fuerte presión popular. Sin

embargo, el poder sigue en manos

de militares de su antiguo régimen.

16

en este número...

y además...

EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.es

Nº 196. JUNIO, 2019

AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 726 84 27 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 462 88 40 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41

coeditores

T E R C E R M I L E N I O

IGLESIA A FONDO

PRIMER PLANO

En muchos lugares de África la gente malvi-

ve en sociedades divididas, sin perspectivas

de futuro. Pero también ahí son muchas

las personas que testimonian que la Iglesia

es un signo de unidad y esperanza.

INFORME

Con el Día Mundial del Refugiado, convo-

cado por la ONU, como telón de fondo,

el Papa implora acabar con una "cultura

del descarte" que convierte a los refu-

giados "en emblema de la exclusión".

7 TRIBUNA 250 personas

12 EL OBSERVADORTAILANDIA - BRASILBURKINA FASO

22 ASÍ VA EL MUNDOEL SALVADOR - FILIPINASINDIA

36 ENTREVISTAMaría José López,mercedaria misionera de Bérriz

42 ANIMACIÓN MISIONERA

45 AYUDAMOS A...República Cooperativa de Guyana

48 CULTURA"Las lenguas son esenciales en la construcción de la paz y el desarrollo sostenible"

54 EN EL OBJETIVO

56 MISIÓN VIVALuis Manuel Suárez, misionero claretiano

26

30

Se trata de nuestra hu-

manidad”. Es lo que es-

tá en juego: “el rostro

que queremos darnos

como sociedad y el valor de cada

vida”. Lo ha dicho el papa Francis-

co en su Mensaje con motivo de

la Jornada Mundial del Migrante y

del Refugiado, que la Iglesia cele-

brará el próximo 29 de septiem-

bre. Y ha lanzado esta advertencia

porque el Santo Padre está detec-

tando cada vez más, sobre todo

en nuestras sociedades de la opu-

lencia, preocupantes señales de

alarma, que nos alertan de “la de-

cadencia moral a la que nos en-

frentamos si seguimos dando es-

pacio a la cultura del descarte”.

Qué mejor emblema para po-

ner en evidencia nuestras mise-

rias que el de esas personas mi-

grantes, refugiadas, desplazadas o

víctimas de trata que, por su con-

dición de víctimas de guerras y

conflictos, de miseria y abandono;

por su amarga realidad de mar-

char itinerantes con lo puesto,

sin hogar, sin patria, sin papeles

ni derechos, se convierten ade-

más en objeto de juicios negati-

vos y en los “responsables” de los

males de nuestras sociedades.

Es tal el engaño que nos cree-

mos y construimos, que uno, a ve-

ces, se llegaría a lamentar de su

condición de no refugiado ni emi-

grante: son ellos los que se que-

dan con nuestro trabajo, los que

hacen uso de nuestros servicios

sanitarios y educativos, los que

acaban recibiendo todas las ayu-

das estatales, los que sacan parti-

do de nuestro estado del bienes-

tar... Un confort que, por otro lado,

se sustenta, en parte, en el expo-

lio que muchas de nuestras multi-

nacionales hacen de los abundan-

tes recursos naturales extraídos de

los países de donde estas personas

proceden y han tenido que huir;

también, en las condiciones de

trabajo esclavistas a las que se les

obliga, en la inestabilidad política

y social que se alimenta desde el

Primer Mundo, en unas leyes del

mercado que siempre les perjudi-

can... Porque, para que un 20% de

la población mundial pueda vivir

confortablemente, al 80% restante,

“los pequeños, los pobres, los más

vulnerables”, “se les impide sen-

tarse a la mesa y se les deja solo

las ‘migajas’ del banquete”.

Como denuncia el papa Fran-

cisco, promovemos un “desarrollo

exclusivista” que “hace que los

ricos sean más ricos y los pobres

más pobres”, cuando “el auténti-

co desarrollo es aquel que pre-

tende incluir a todos los hombres

y mujeres del mundo, promovien-

do su crecimiento integral, y

preocupándose también por las

generaciones futuras”. El maña-

na, ha dicho en otro foro, “no se

construye buscando ventajas pa-

ra uno mismo; el progreso de to-

dos crece acompañando a los que

están atrasados”.

La “globalización de la indife-

rencia”, “un marcado individualis-

mo”, “la mentalidad utilitarista”...

son algunos de los males, remar-

cados por Francisco, que ponen en

juego nuestra preciada humani-

dad. Y para tratar de revertir esta

peligrosa situación, el Papa propo-

ne salir al encuentro del otro, del

diferente, como una oportunidad

de enriquecimiento, de reconocer-

nos parte activa de un todo más

grande e interpretar la vida como

un regalo para los otros que tiene

por objetivo, no los propios intere-

ses, sino el bien de la humanidad.

Toda una oportunidad de “contri-

buir a la construcción de una so-

ciedad más justa, una democracia

más plena, un país más solidario,

un mundo más fraterno y una co-

munidad cristiana más abierta, de

acuerdo con el Evangelio”.

E D I T O R I A L

EDITA Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL OMP José MaríaCalderón DIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES

Rosa Lanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán,José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez, Modeste Munimi,

José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Juan Lázaro Sánchez, VicenteMarqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, 123RF SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36

T E R C E R M I L E N I O

Como denuncia el papa Francisco, promovemosun “desarrollo exclusivista” que “hace que losricos sean más ricos y los pobres más pobres”.

HUMANIDAD EN JUEGO

Mons. J. Leonardo Lemos

El Mes Misionero Extraor-

dinario es un reto paraponer a prueba nuestrafe y nuestro talantemisionero. Las misio-nes no son solo esa

realidad más o menosromántica, situada más

allá de nuestras fronterasexistenciales; en la medida en

que luchamos por encarnar nuestra feen nuestro entorno habitual, tambiénseremos capaces de convertirnos enmisioneros más allá de los límites denuestra Iglesia diocesana.

Robertus Kardi

Todos, con el bautismo, estamos llama-dos a tomar parte en la misión de Jesús.

Dios no pide mu-cho, Él lo pidetodo. Si te sien-tes llamado paraofrecer tu vidaplenamente aDios y a su mi-sión, no tengasmiedo de decirque sí, porque elque te llama estásiempre contigo.

M.a Lourdes Anadón

La técnica moderna nos hablade "inteligencias artificiales", ca-paces de tomar decisiones. Megusta pensar que, como savia enla Iglesia, podemos ser "inteli-gencias naturales", pero tocadas

de Dios a través de los resortesde la oración y de la penitencia.

Misionera dominicacontemplativa en Angola

P. Fabrizio Meroni

Los santos de lafe, los mártiresde la misión, lostestigos sonnuestros compa-

ñeros de viaje ynuestros intercesorespara la misión.

Estoy confiado en que Dios va a estar con nosotros. Quelos miedos, el susto, no nos impidan poder mantener elentusiasmo por dinamizar esta Iglesia amazónica, soñar con los nuevos caminos paranuestra Iglesia y por una ecología integral; intentar ser fieles a los pueblos amazónicos,con la ilusión de poder servirles a ellos y responder a los retos que nuestra Iglesia tiene,no solo para ella, sino para todo el planeta.

Secretario generalde la Pontificia UniónMisional

Misionero javeriano indonesio

Obispo de Ourensefrasesyflashes

Mons. David Martínez de AguirreObispo misionero español (Puerto Maldonado, Perú),secretario especial del Sínodo para la Amazonía

NÚM. 196, JUNIO DE 2019 misioneros 7

Por D. José María Calderón. Director Nacional de OMP

T R I B U N A

250 PERSONAS

Bastantes pueblos denuestra geografía no lle-gan a alcanzar esa pobla-ción. ¡Muchas diócesis de

España no cuentan con ese núme-ro de sacerdotes para atender susparroquias!

Y, sin embargo, el número deasesinados en Sri Lanka el pasadomes de abril es superior a 250. Nosolo eran cristianos; entre los quesufrieron el atentado había muchosturistas, que estaban con toda pazdescansando en los hoteles en losque se alojaban, y, entre ellos, dosespañoles. Pero no podemos negarque muchos murieron o fuerongravemente heridos mientras cele-braban el Domingo de Resurrec-ción, con el deseo de cantar el ale-luya de la Pascua del Señor.

Los cristianos somos los ciuda-danos que más sufrimos el terro-rismo por motivo religioso: másde 4.000 cristianos murieron asesi-nados en 2018 por causa de su fe.Y son muchísimos más los no ase-sinados, pero sí discriminados uobligados a abandonar su fe y for-zados a la conversión. Otros tienenque renunciar a asistir a misa o arecibir los sacramentos, o afrontanamenazas de persecución y muer-te hacia ellos o sus familiares máscercanos. Uno de cada cinco cris-tianos que hay por el mundo viveen territorios donde hay persecu-ción religiosa; de hecho, más de320 millones de cristianos (de to-das las confesiones) viven en estos

países. Además, hay casi otros 180millones en países donde se dadiscriminación por esta causa.

Siempre ha sido así y siemprelo será; ya lo anunció nuestro Se-ñor, por lo que no podemos ex-trañarnos. Pero tampoco podemosacostumbrarnos o mirar con indi-ferencia lo que está pasando. No,sería tremendamente injusto quemiráramos hacia otro lado cuan-

do vemos el sufrimiento de tantí-simos hombres y mujeres por elhecho de ser cristianos.

Pero todavía es peor, o por lomenos eso me parece a mí, cuan-do hay algunos, y no pocos conpoder económico, social, mediáti-co, político..., que se escandali-zan, como es lógico, ante el into-lerable maltrato a la mujer, o sellenan de ira cuando un energú-meno entra en una mezquita conuna cámara de vídeo en la cabezay un fusil en las manos asesinan-do a diestro y siniestro, o llorancon razón cuando se descubrenfosas comunes de antepasadosasesinados injustamente; pero,¡amigo!, que maten a un cristia-no, a dos o a 200, no es mi pro-blema, porque, si son cristianos,ya saben que corren ese riesgo, o,

simplemente, porque para ellosno hay tiempo que dedicar...

Es de un cinismo terrible yuna muestra de gran bajeza. Lacarne del cristiano no tiene porqué ser más cara, pero tampocomás barata que la de los demás.Y todo atentado terrorista es exe-crable y digno de ser condenado,también si lo sufren aquellos quetienen por mandamiento princi-

pal el amor a Dios y al prójimo.Sí, el Señor al que nosotros reza-mos y que tenemos por nuestroDios nos enseñó a perdonar; tam-bién Él perdonó a los que le ma-taron en la cruz: “Padre, perdóna-los, porque no saben lo que ha-cen”, y nos perdona a nosotroscada vez que le traicionamos pornuestros pecados. Pero eso no im-pide, no puede hacerlo, que nosunamos al dolor de quienes estánsufriendo la persecución y lamuerte, y que pidamos al mundoque enseñe otros valores que nolleven a la muerte y al odio porcausa de la fe.

Yo, al menos, creo esto... Quizássoy un ingenuo o un pobre curaque no entiende, pero ¡me sientotan hermano de los que son per-seguidos!...

Uno de cada cinco cristianos que haypor el mundo vive en territoriosdonde hay persecución religiosa.

En muchos lugares de África la gente malvive ensociedades divididas y sin perspectivas de unfuturo mejor. Pero también allí son muchas

las personas que testimonian que la Iglesiaes un signo de unidad y esperanza. El obis-

po Jesús Ruiz, que trabaja en la RepúblicaCentroafricana, es una de ellas.

Amonseñor Jesús Ruiz las

palabras parecen brotarlede un pozo de infinitocansancio. No es solo por

pasar la mayor parte de su tiemporecorriendo miles de kilómetros enuna remota diócesis devastada des-de hace por lo menos siete añospor numerosos grupos armados,sino, sobre todo, por haber absor-bido la dura existencia de sus dio-cesanos de Bangassou, de donde esobispo auxiliar desde 2017.

Natural de un pueblecito deBurgos, pero con raíces sorianas,es posible que aprendiera a ser unpastor itinerante de su padre fe-

rroviario, lo que,según él, marcó a sufamilia: “Somos treshermanos, y cada unofuimos naciendo en unaestación de tren distinta”.Mientras realizaba sus estudios deTeología en el seminario de Burgos,siempre quiso ser misionero. “Es-cuchaba a los sacerdotes que ve-nían de África y me quedaba en-candilado”, dice recordando susinicios vocacionales.

En 1982, al terminar sus estu-dios de Teología, entró en los com-bonianos y, después de completaruna licenciatura en París, en 1987fue destinado a Chad, donde du-rante 15 años trabajó en parro-quias rurales del sur del país. Allíejerció su ministerio en infinidad

de comunidades rurales, en luga-res muy lejanos. Se volcó en la for-mación de catequistas y gestionóproyectos de graneros comunita-rios para luchar contra la penuriade alimentos. Tras unos años deservicio en España como forma-dor, en 2009 inició un nuevo servi-cio en la República Centroafricana,donde fue párroco en Mongoum-ba, una remota misión en la zonadel sur. “Allí pasé ocho años y,cuando pensé que era hora de vol-

Monseñor Jesús Ruiz

PRÓLOGO. "EN MI VIDA NUNCAHE ELEGIDO MIS DESTINOS"

16 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

ver a España, una llamada de lanunciatura en 2017 me obligó acambiar de planes”. Le acababande nombrar obispo auxiliar de unadiócesis sumida en plena guerra.¿Por qué aceptaste? “En mi vidanunca he elegido yo mis desti-nos”, sentencia.

“¿Acaso estos no son hom-bres?”, decía el dominico Bartolo-

mé de las Casas cuando contem-plaba, horrorizado, cómo tratabanlos conquistadores españoles a losindígenas de América hace 500

años. Eso mismo debió de sentir elpadre Jesús cuando llegó a la mi-sión de Mongoumba hace diezaños y vio cómo sus feligreses tra-taban a los pigmeos, que viven enalgunas zonas de selva profundadel territorio de esta parroquia.

El que esto escribe visitó Mon-goumba allá por 1989 y se le que-dó grabada la imagen de hombresde corta estatura que aceptaban,con la mirada perdida y como lomás natural del mundo, que suspropios paisanos centroafricanosles pagaran con un cigarrillo o conun par de vasos de aguardientecasero, después de una jornada in-terminable deslomándose a traba-jar en una finca de café. El misio-

nero evoca sus intentos por “hacerque sus compatriotas de otras et-nias les aceptaran como parte deellos, algo que a la gente parecíasonarle a chino”.

Entre sus recuerdos de esosaños, relata lo que le pareció unapequeña victoria en favor de launidad y la integración de los másmarginados. “Les visitaba a menu-do en sus lejanos poblados en laselva, y un día un matrimonio pig-meo me pidió prepararse para elbautismo. Aquello fue el punto deentrada que necesitaba. Durantetres años fui a verlos todas las se-manas y la pareja reunió a otras40 personas para seguir el cate-cumenado”. Después de un in-

ESCENA PRIMERA PIGMEOS: ¿ACASO ESTOS NO SON SERES HUMANOS?

NÚM. 196, JUNIO DE 2019 misioneros 17

tenso periodo de catequesis, alfinal se bautizaron 35, algo que

marcó un hito en la relación entrepigmeos y el resto de la feligresía:“Recuerdo el orgullo que vivieronal sentirse parte de una comuni-dad cristiana donde se sintieronacogidos con dignidad”.

Los últimos años del padreJesús en Mongoumba fueron espe-cialmente duros. Tras varios mesesde muchos rumores y una gran in-certidumbre, en marzo de 2013 lle-garon al poder los rebeldes de laSeleka (de mayoría musulmana):“Mucha gente escapó a los dosCongos, cuyas fronteras están ve-cinas a Mongoumba. Esto destru-yó el tejido social de la parroquiay hundió los servicios básicos, so-bre todo la educación, ya que ce-rraron las escuelas”. El alcalde,

musulmán, consiguió que la Sele-ka no hiciera estragos en el pue-blo, y el resto del año pudieron vi-vir una cierta calma. Pero cuandollegaron los antibalaka (que se le-vantaron para combatir contra laSeleka, y por añadidura organiza-ron una verdadera caza al musul-mán), tras atacar Bangui en di-ciembre de ese año, empezaron lastensiones. “Organizamos un comi-té de paz entre cristianos y mu-sulmanes para evitar actos de vio-lencia. En enero de 2014 nos pre-sentamos dos veces a la puerta dela mezquita para evitar que los an-tibalaka la destruyeran. La prime-ra vez éramos 3.000 personas y nose atrevieron a hacer nada, peroen la segunda ocasión la gente yatenía más miedo y solo fuimosunos 70. Nada más marcharnos losmilicianos destruyeron el edificio”.

A partir de ese momento, lascosas empeoraron: “Escondí en micasa a algunos musulmanes, y losimanes, antes de marcharse, me

confiaron varios ejemplares delCorán para que los guardara”. Po-co pudo hacer cuando los antiba-laka entraron en la parroquia y,tras amenazarle de muerte, se lle-varon todo. “Fue muy duro sentirla incomprensión de la gente, so-bre todo un día en que una multi-tud enfurecida me paró y empezóa golpear mi coche. No podían en-tender que un sacerdote tiene quedefender a cualquier persona queesté en peligro, ya sea cristiana omusulmana”.

Durante sus últimos meses depárroco en Mongoumba, en 2017,intentó por todos los medios crearun ambiente favorable al retornode los musulmanes. Sentó las basespara esta ansiada reconciliación,pero, como Moisés en camino a latierra prometida, se marchó sin verresultados. “El día de mi acción degracias por la consagración episco-pal –cuenta en su diario– una cartade bendición y agradecimiento delos musulmanes que están refugia-

18 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

ESCENA SEGUNDA "QUÉ VERGÜENZA, ¡UN OBISPO MUSULMÁN!"

dos en el Congo me llegó al cora-zón”. Hoy, dos años más tarde, mu-chos de ellos están volviendo a susantiguas casas, las cuales han que-dado destruidas total o parcialmen-te. Su reintegración no ha conocidomuchos obstáculos, en parte por-que son ellos quienes se encargande la mayor parte del comercio, ysus vecinos saben que durante suausencia no se encontraba nada enlas tiendas. Tal vez muy pocos seacuerden de que fue un humildecura español el que se batió el co-bre durante años para que en aquelvillorrio pudieran volver a convivircristianos y musulmanes de esta yde las futuras generaciones.

Decía el maestro de periodistasRyszard Kapuscinski que la mayo-ría de las guerras contemporáneasse libran en lugares remotos don-

de apenas llega alguien para con-tarlo. Un conflicto armado en lu-gares así de África apenas dejahuella. No hay ciudades que hayanquedado en ruinas y que se puedanfotografiar, porque las muertestienen lugar en poblados donde nohay nada. Un día las armas se ca-llan, pero la guerra continúa en elcorazón de los seres humanos, queya no vuelven a vivir en cohesiónsocial como antes. Este es el pa-norama que el obispo Jesús se en-cuentra cuando visita las comuni-dades cristianas de su diócesis.

Un día en que el prelado se pre-paraba para visitar una zona de sudiócesis durante la última Semana

Santa, le llegó una carta de uno delos párrocos diciéndole que no semolestara en desplazarse. “Dos me-ses antes, él y su vicario habían ve-nido para quejarse de que nada fun-cionaba en la parroquia: convocanel Consejo Parroquial y nadie viene;a la misa diaria, solo uno o a lo má-ximo dos cristianos...; el catequistaha dimitido, pues quiere más dine-ro y ahora no hay catecúmenos;cuando van a celebrar a las capillasrecorren decenas de kilómetros, pe-ro a menudo solo los niños les aco-gen y un puñadito de ancianos...”.

Pero algo le dijo en su interioral bueno de monseñor Jesús quepara abrir nuevos caminos nosiempre hay que seguir lo que pa-rece más fácil, y decidió no ha-cerles caso: “Mantuve mi agenday me presenté cuando nadie meesperaba. Gracias a Dios, encon-tré la asamblea parroquial reuni-da con representantes de cada ca-pilla. Les escuché y les dije quequería visitar todas las comunida-des y ver su realidad”.

Una realidad muy dura. La dió-cesis de Bangassou es enorme,con un territorio equivalente a lamitad de Andalucía. Recorrerla su-pone conducir a paso de tortuga

por carreteras llenas de zanjas,donde uno termina estancado enel barro o teniendo que esperardurante horas hasta poder cruzarun río. Pero lo peor de todo es quetoda la diócesis vive en una situa-ción de conflicto y desplazarsepor ella supone afrontar numero-sos riesgos. Muchas parroquiashan sufrido ataques que han cau-sado muertos y han obligado amiles de personas a huir de sushogares, ante el acoso de gruposarmados de distinto pelaje: Sele-ka, antibalakas, yanyawid veni-

NÚM. 196, JUNIO DE 2019 misioneros 19

I G L E S I A A F O N D O

ESCENA TERCERA RESURRECCIÓN EN LA MORADADE LA DESESPERANZA

dos de Sudán, pastores nómadasfulanis armados y los rebeldes

ugandeses del Ejército de Resis-tencia del Señor (LRA, en sus si-glas en inglés). La violencia, consu espiral de represalias y ven-ganzas, ha generado miedo y des-confianza entre cristianos y mu-sulmanes, creando cada día nue-vas divisiones. El obispo recuerdaque, nada más llegar a su nuevodestino, le impactó “la violenciaciega y el ambiente de odio inter-comunitario horrible, alimentadopor mentiras y que ha empujado amuchos jóvenes a unirse a las dis-tintas milicias”. Convencido deque un pastor tiene que ser unsigno de unidad, insiste en que“en la Iglesia tenemos que crearespacios para que la gente estéjunta y vuelva a relacionarse”.

Su primera etapa tiene por des-tino Ouazoua: “La capilla, cons-

truida en 1962, se cae a pedazos...,y dan ganas de huir. Hace un calorinsoportable y me siento como enel horno ardiente donde echaron alos tres jóvenes, Sidrac, Misac yAbdénago, que narra la lectura deesta quinta semana de cuaresma.Veo que al final de la iglesia, los jó-venes (muchos, antibalakas) se

agolpan buscando algo de fiesta yambiente, pues no saben adóndeir... Los líderes de la comunidadson más viejos que los ladrillos dela capilla..., sin fuerza. Un sagrarioen madera, abierto, donde guar-dan la Eucaristía en un bote demermelada...; solo un anciano bau-tizado en 1951 ha venido a comul-

gar. En el centro de mi homilíasiempre el misterio pascual: ‘Nadieestá perdido…; hemos sido salva-dos gracias al amor de Cristo en lacruz… Todos podemos obtenergracia en él: antibalakas, genteque abandonó, jóvenes y niños...’.¡Qué pobreza! Dos horas en unasauna insoportable. Hay que sermuy optimista para ver el futurode esta comunidad. Sin embargo,seguimos soplando para que labrasa no se apague y que de estascenizas surja un nuevo fuego”.

La segunda comunidad se lla-ma Bema. Cuenta monseñor Ruizque, en 2016, muchos de sus jóve-nes, apoyados por los selekas, que-maron y destruyeron algunas ca-sas de la vecina localidad de Ouan-

20 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

I G L E S I A A F O N D O

go. “Una hostilidad fratricida sedeclaró desde entonces entre lasdos localidades, y fue gracias a lamediación del párroco, el padre Ce-

dric, como consiguieron, año ymedio después, hacer las pacescon ritos tradicionales”. Desde en-

tonces, Bema, que está a orillas delrío que hace frontera con la Repú-blica Democrática del Congo, se haconvertido en una ciudad muy co-diciada por sus grandes mercados,que dejan mucho dinero por las ta-sas de aduana. Tras cuatro años enmanos de la Seleka, en julio de2017 los antibalakas la conquista-ron. Cuando llega el obispo, se en-cuentra con que el Ejército nacio-nal acaba de entrar en Bema haceuna semana. Están decididos a re-sistir allí cueste lo que cueste, notanto por fervor patriótico, comopor el dinero de los impuestos queentrará en sus bolsillos y que, sinduda, será mucho más que la exi-gua paga que reciben.

Es Viernes Santo, y en la capi-lla de Bema la gente sigue muyatenta la celebración de la pasióny muerte del Señor: “Al final de lasmás de tres horas de celebración,me siento indispuesto, mareado ycon ganas de vomitar. Con grandolor para ellos... y para mí. Pien-

so que es el cansancio acumulado,pero en plena noche se manifies-tan los signos del paludismo, confiebre alta, dolor de cabeza, dia-rrea y mal por todo el cuerpo... Meduele en el alma tener que supri-mir la celebración pascual en la

noche del sábado en la comuni-dad, y envío al diácono para quecelebre la Pascua con ellos”.

El obispo se queda en su “tum-ba palúdica”, como el mismo la lla-ma, durante los días siguientes:“El martes, ya repuesto un poco,he podido celebrar la eucaristíacon los más de 50 neófitos quehan recibido el bautismo en Bemay los alrededores en esta Pascua. Elevangelio del día nos muestra a Je-sús resucitado que sale al encuen-tro de la desconsolada Magdalena,que no hace más que llorar porquele han robado a su Señor: ‘¡Ma-ría...!’; ‘¡Rabboni...!’. Les he invita-do a estos jóvenes a pasar de unamentalidad de bautizados –lo cualaquí es casi un logro social– a unanueva mentalidad de ‘discípulosde Jesús’. Insisto en que el secretoestá en el amor a ese Jesús que novemos, pero que murió y resucitópor nosotros. Por amor, para quetengamos vida”.

¿Está el obispo satisfecho conlos 50 neófitos? Con la perspicaciade quien ve más allá de las apa-riencias, piensa que “bautizadoshay muchos, pero discípulos de Je-sús, pocos, como les he dichomientras les invitaba a convertir-se en hombres y mujeres apasio-nados como María la de Magdala.Sin amor por Jesús, no hay bau-tismo que dure”.

Ni tampoco puede durar elaguante ante tanta desesperaciónen uno de los lugares más olvida-dos del mundo. ¿Qué significa serobispo en un sitio así? Su respues-ta es todo un programa de vida:“Un pastor tiene que actuar comoMaría al pie de la cruz: ella sim-plemente estaba allí. Es como es-tar con un paciente en cuidadosintensivos al que das la mano y leacompañas con tu presencia paraque venza a la desesperanza”.

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ

NÚM. 196, JUNIO DE 2019 misioneros 21

26 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

P R I M E R P L A N O

Tras dos décadas al fren-te del país, el presidente

de Argelia AbdelazizBouteflika se ha visto

obligado a dimitir anteuna fuerte presión po-pular. Pero el poder si-

gue en manos de milita-res de su antiguo régi-

men, y la celebración deunas elecciones creíblesestá rodeada de nume-

rosas incógnitas.

Un presidente anciano yenfermo, que se resistea marcharse tras mu-chos años aferrado al

poder, no es algo fuera de lo habi-tual en muchos países africanos.Pero también empieza a ser normalver a grandes masas de ciudadanosque reclaman cambios democráti-cos y fuerzan la salida de los “di-nosaurios”. Argelia es uno de lospaíses donde se acaba de vivir unanueva versión de esta historia, aun-que el desenlace aún está por ver.

La gran mayoría de los argeli-nos se quedaron enormementealiviados cuando, tras dos décadasal frente de la nación magrebí, elpresidente Abdelaziz Bouteflika

anunció su retirada el 2 de abril.Llevaba gravemente enfermo, en

silla de ruedas, desde que sufrióun ictus en 2013, y solo salía delpaís para pasar largas temporadassometido a tratamientos médicos.A pesar de esta circunstancia, elpasado 10 de febrero había anun-ciado su candidatura para las nue-vas elecciones, que entonces esta-ban previstas para el 19 de abrilde este año.

Si hubiera podido realizar suplan, es muy posible que hubieraganado otra vez, al ser el únicocandidato visible en un sistema enel que el Estado controla todos losresortes del proceso electoral. Pe-ro, a partir del 16 de febrero, cien-tos de miles de argelinos, quepronto se convirtieron en millo-nes, salieron a las calles para exi-gir su dimisión. Primero fueron los

ARGELIAARGELIA

UN DESENLACE POR VER

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jóvenes y, a partir del 8 de marzo,se les unieron las mujeres. A mu-chos les sorprendió la pasividad dela Policía, que no movió un dedopara reprimir a los manifestantes.Como suele ocurrir con los diri-gentes que se perpetúan en el po-der y pierden el contacto con larealidad, Bouteflika no supo verque la corrupción y el incrementogalopante del paro habían sem-brado un enorme descontento en-tre la población. La mayoría de losargelinos no estaba dispuesta aver ni un día más a un presidenteque ni siquiera podía hablar enpúblico y que estaba ausente detodos los foros internacionales.

Pero sería arriesgado simplificarlas cosas y pensar que estamos an-te una nueva primavera árabe, aun-que muchos de los manifestantesevocaron esta imagen. Entre lasbambalinas de este drama se hadesarrollado una lucha por el po-der, que desde hacía años se dispu-taban dos sectores del régimen: elEjército y los servicios secretos quecontrolan la Policía. El jefe de estosservicios, Mohamed Mediene, alias“Toufik”, estaba considerado comoel hombre más poderoso del régi-men después del presidente. Enseptiembre de 2015 pasó a la jubi-lación por sorpresa. DesplazadoToufik, el poder real cayó en lasmanos del viceministro de Defensay jefe del Ejército, Ahmed Gaid Sa-

lah, y del “hermanísimo”, Said Bu-

teflika, el hombre que según mu-chos ha sido el verdadero poder enla sombra desde que su hermanosufrió el derrame cerebral en 2013.

Al final, siguiendo la constantede que, desde la independencia, elEjército actúa como árbitro de lapolítica en Argelia, fue AhmedGaid Salah quien dio instruccionesal Gobierno para que declarara aBouteflika incapacitado para ejer-cer sus funciones. Pocos días an-

tes, el 11 de marzo, en una cartaque, con toda seguridad, alguienredactó por él, el viejo presidentese había comprometido a no pre-sentarse a unas nuevas eleccionesy a presidir un periodo de transi-ción. Pero nada de esto calmó a lasmultitudes. El conflicto se cerrócon lo que se presentó como unadimisión, aunque fue más una des-titución en toda regla. El presiden-te del Senado, Abdelkader Bensa-

lah, un fiel de Bouteflika, se con-virtió en el presidente interino,con el mandato de organizar elec-ciones antes de 90 días, algo quesigue siendo una incógnita.

Una de las razones de esta in-certidumbre es que, desde que seprodujo la dimisión de Bouteflika,las luchas de poder han continuadosin tregua. Lo más llamativo ha si-do una cadena de detenciones or-questada por el general Salah y quehacen pensar en una verdaderapurga política y en ajustes de cuen-tas. El primero en caer fue el “her-manísimo”, Said Bouteflika, puestobajo arresto domiciliario. En la listade arrestos le siguieron dos anti-guos jefes de los servicios de inte-ligencia, así como otros magnatesaliados del antiguo presidente que

se enriquecieron durante los últi-mos años con jugosos contratos es-tatales. Uno de ellos fue Ali Had-

dad, quien cayó en manos de la Po-licía mientras intentaba cruzar lafrontera con Túnez con una enor-me cantidad de dinero en metálico.La fuga de capitales es una de lasprincipales preocupaciones de losdirigentes argelinos. También fuedetenido poco después Ahmes Ou-

yahia, quien fue primer ministroen cuatro ocasiones. Últimamentehabía intentado –sin éxito– vendersu mansión en Argel, valorada encuatro millones de dólares, unacantidad de dinero poco justificable

para un funcionario que solo debe-ría vivir de su salario.

El 7 de mayo fue el turno deotro gran empresario, Hamid Mel-

zi, próximo del general Toufik, queestaba a la cabeza de la gran em-presa inmobiliaria Sahel. Fue acu-sado de atentar contra los intere-ses de la economía nacional y deespionaje. Y dos días después, fuedetenida la secretaria general delopositor Partido de los Trabajado-res (comunista trostkista), Louisa

Hanoune, antigua candidata a laelección presidencial, tambiénpróxima a Said Bouteflika y al

Abdelaziz Bouteflika

general Touflik, acusada de“conspiración contra el Estado”.

Como parte de la misma investi-gación judicial, el 14 de mayo fueasimismo llamado a declarar el an-tiguo ministro de la Defensa, el ge-neral retirado Khalel Nezzar.

En busca deun mirlo blanco

Argelia no es, ni mucho menos,una nación pobre. Según el BancoMundial, está clasificada entre lospaíses de ingresos medianos-altos.

Tiene una envidiable esperanza devida de 75 años y una tasa de es-colarización primaria del 98%, locual se explica por tener un siste-ma de educación obligatorio y gra-tuito entre los 6 y los 16 años.Cuenta con 48 universidades, queatraen incluso a estudiantes denumerosos países africanos. Susenormes reservas de petróleo ygas, descubiertas en los años 50,garantizan una economía próspe-ra, basada en una producción dehidrocarburos que representa el

98% de sus exportaciones. Paísescomo Francia y España dependendel gas argelino para su industria.Baste pensar que el 54% de las im-portaciones españolas de gas pro-ceden de Argelia.

Pero, durante la última década,la tasa de desempleo no ha hechomás que aumentar, y los principa-les afectados han sido los jóvenesde menos de 30 años (la mitad dela población), entre los que hay un30% de paro. Sin empleo y sin vi-vienda, cada vez es más difícil pa-ra un joven poder casarse y formaruna familia. Son ellos los que hanempujado el movimiento popularque consiguió apartar a Bouteflikadel poder. A estos jóvenes occi-dentalizados hay que añadir los is-lamistas: los moderados del Movi-miento Social por la Paz y otros

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n Argelia hay unos10.000 cristianos evangé-licos, y entre 3.000 y

5.000 católicos, casi todos ex-tranjeros. Escasos en número,viven su fe con discreción y noexentos de temores, a pesar deque la Constitución argelina–que declara al islam "la reli-gión del Estado"– garantiza lalibertad de culto (solo en luga-res aprobados), aunque no lalibertad religiosa. En 2006 en-tró en vigor una ley que penali-za todo tipo de evangelización.

La Iglesia católica, que hun-de sus raíces en los tiemposde san Agustín, tiene cuatrodiócesis. La comunidad cristia-na fue duramente probada du-rante los años de la guerra ci-vil: de 1992 a 2002. En di-ciembre de 2018 fueron beati-ficados 19 religiosos asesina-dos durante ese cruento perio-do, en la primera ceremoniade esta naturaleza celebradaen un país musulmán.

Entre los mártires beatifica-dos está Pierre Claverie, arzo-bispo de Orán, asesinado en1996, ferviente defensor deldiálogo entre musulmanes ycristianos. También, siete mon-jes trapenses, secuestrados ensu abadía de Tibhirine. Dosaños antes fueron abatidas atiros las misioneras agustinasespañolas Caridad Álvarez yEsther Paniagua, a la puertade la capilla a la que solíanacudir para celebrar la eucaris-tía a diario. Durante la beatifi-cación, monseñor Paul Desfar-ges dijo: "No queremos quesea una beatificación entrecristianos, sino de hermanos yhermanas que murieron juntoa decenas y decenas de milesde argelinos musulmanes".

E

Una Iglesiade mártiresUna Iglesiade mártires

grupos. Pero tampoco están con-tentos con el nuevo presidente in-terino, Abdelkader Bensalah, muyligado al régimen saliente, y mu-chos dudan de que sea capaz deconvocar elecciones para el 4 dejulio, porque los manifestantes nosalieron a la calle solo para librar-se de Bouteflika, sino también detoda su camarilla, conocida en Ar-gelia como Le Pouvoir. Durante elmes de mayo, en pleno ramadán,miles de argelinos han continuadosaliendo a las calles para manifes-tarse. Lo han hecho con mensajesque muestran su rechazo a lasnuevas autoridades: “Es una Repú-blica, no un cuartel”.

La oposición en Argelia estadesorganizada y no cuenta con lí-deres de cierto calibre. Durantelas últimas semanas se han multi-

plicado sus reuniones y las de lasociedad civil, pero estas fuerzaspolíticas tienen muy poco tiempopara preparar unas eleccionesque, al menos en teoría, estaríana la vuelta de la esquina. Parasu consuelo, los partidarios deLe Pouvoir están por lo menos tandesorganizados como ellos, y ac-tualmente su principal preocupa-ción es intentar sobrevivir. Quiénsabe si para desviar la atención delos verdaderos problemas, el ge-neral Ahmed Salah denuncia undía tras otro “tentativas extranje-ras de desestabilización”, y laprensa atiza las emociones de lagente de la calle, evocando su-puestas injerencias de Francia enel devenir político de Argelia.

En estas circunstancias, es muyposible que las principales fuer-zas políticas se pongan de acuer-do en un candidato de consensoque reemplace a Bouteflika. Todoparece indicar que sería el aboga-do de derechos humanos y profe-sor universitario Mostefa Boucha-

chi el nuevo líder que pudiera res-ponder a las expectativas de losjóvenes para liderar la transición.Él podría convertirse en el mirloblanco que satisfaga a los jóvenes,a la comunidad internacional –so-bre todo, los inversores y socioscomerciales– y a los restos del an-tiguo régimen. Mientras llega esemomento, los argelinos se felicitande haber sido capaces de, en me-nos de dos semanas, echar del po-der, y de forma pacífica, a un hom-bre que se aferró al mismo duran-te dos décadas. Pero los últimosacontecimientos muestran que losdos campos siguen en sus posicio-nes fijas y que la sucesión de Bou-teflika se anuncia más complicadade lo que se pensaba al principio.Está por ver si esta historia pro-metedora tendrá un final feliz.

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ

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Cada dos segundos una persona se ve obligada a dejar su hogar a causade un conflicto o de la persecución. Lamentablemente, ni la comunidadinternacional ni los Estados son capaces de reaccionar con un gesto deacogida en esos dos segundos. Pero tampoco con medidas de fondo quepermitan revertir esta crisis humanitaria. Con el Día Mundial del Refugiado–convocado por la ONU para el 20 de junio– como telón de fondo, el papaFrancisco implora acabar con una "cultura del descarte" que convierte a losexiliados "en emblema de la exclusión".

I N F O R M E

30 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

o se anda con paños ca-lientes. El papa Francisco

clava sus ojos en el mun-do desarrollado, le mira fi-

jamente, y condena de tú a tú alos países responsables de “la fa-bricación de armas y su venta”,que “luego no quieren hacersecargo de los refugiados que dichosconflictos generan”. El Santo Padrelanza esta acusación en el Mensa-

N

je para la Jornada Mundial del Mi-grante y del Refugiado, que la Igle-sia celebrará el 29 de septiembre.El texto ve la luz cuando apenasquedan unas semanas para que secelebre el Día Mundial del Refu-giado, convocado por la AsambleaGeneral de la ONU. Este lamento

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de Francisco tiene lugar tambiénjusto después de que los europeoshayan elegido a sus representan-tes al Parlamento de Estrasburgo,donde aumenta la presencia de lasfuerzas nacionalistas y populistasa favor de levantar muros y cerrarpuertos a quienes vienen de fuera.

“Las personas migrantes, refu-giadas, desplazadas y las víctimasde la trata se han convertido enemblema de la exclusión”, denunciael Papa en su documento, responsa-bilizando de ello a “las sociedadeseconómicamente más avanzadas”.Sobre esas personas que han deja-do su tierra, lamenta cómo, “ade-más de soportar dificultades por sumisma condición, con frecuenciason objeto de juicios negativos,

puesto que se las considera res-ponsables de los males sociales”.

Para Francisco, se trata de “unaseñal de alarma, que nos adviertede la decadencia moral a la quenos enfrentamos si seguimos dan-do espacio a la cultura del descar-te”. Y aunque Bergoglio reconoceque este fenómeno global puede

generar un temor “legítimo”, lla-ma una vez más a creyentes y nocreyentes a conjugar en primerapersona los cuatro verbos de ca-becera en esta materia: acoger, pro-

teger, promover e integrar. Lo cierto es que nunca antes en

la historia de la humanidad el pla-neta había asistido a un desplaza-miento humano mayor. Sudán delSur, Siria, Nigeria, Somalia... son al-gunos de los escenarios de esta tra-gedia del siglo XXI. La Agencia de laONU para los Refugiados (ACNUR)calcula que, solo a causa de la gue-rra y de la persecución, hasta 68,5millones de personas se han vistoobligadas a dejar su casa. De ellas,unos 25,4 millones son considera-

das como refugiados, en cuantoque han huido a consecuencia dela guerra y la violencia. La mitadson menores de 18 años.

Resulta aún más alarmanteel hecho de que la entidad con-tabilice hasta 10 millones depersonas en la categoría de“apátridas”, o lo que es lo mis-mo, en total desprotecciónpor habérseles negado unanacionalidad, con todo lo queello implica de acceso nulo ala educación, a la sanidad, aun empleo... “Quienes pade-cen las consecuencias sonsiempre los pequeños, lospobres, los más vulnerables,a quienes se les impide sen-tarse a la mesa y se les de-ja solo las ‘migajas’ delbanquete”, clama el Pontí-

fice ante estos hechos.

Difícil reconocimientoLa cuestión es que, aunque la

definición de refugiado parece in-contestable, los Estados se resistena reconocer de facto este estatuscuando reciben solicitudes de asilo,puesto que hacerlo implica unreconocimiento de derechos y

atención exponencialmente ma-yor que si se les considera como

migrantes. No son pocas las nacio-nes que se aferran a la literalidadde las situaciones de riesgo quecontempla la Convención de Gine-bra sobre el Estatuto de los Refu-giados de 1951 para ignorar las pe-ticiones y, aún más, pasan por altolos criterios contemplados poste-riormente en el Protocolo suscritopor todos los Estados miembros dela ONU en 1967. En esta misma lí-nea, y en el contexto de AméricaLatina, también se reinterpreta enparte la Declaración de Cartagenasobre Refugiados de 1984, que re-clama un compromiso más firmepor parte de los países.

Para certificar el ritmo a cuen-tagotas a la hora de reaccionar an-te el drama de la movilidad huma-na forzada basta con mirar a Es-paña. El quinto país de la UniónEuropea con más solicitantes deasilo, con un récord de más de54.000 peticiones en 2018, tan so-lo tramitó favorablemente unas12.000, o lo que es lo mismo, unade cada cuatro. Y de ellas, solo 575reconocieron el Estatuto del Refu-giado para el demandante, que setrata de la medida de mayor pro-tección, frente al resto de resolu-ciones temporales y parciales.

Igualmente preocupante resul-ta constatar que los expedientestardan una media de dos años enresolverse. A los obstáculos buro-cráticos para el reconocimiento, sesuma, por tanto, el colapso de laAdministración pública: a pesardel repunte de peticiones, no sehan incrementado los recursos hu-manos y materiales para estudiarlos expedientes. De esta manera,la tasa de admisión de refugiadosen toda la Unión Europea ha des-cendido del 35 al 24%.

Con este panorama, resultacomprensible que las entidades

que trabajan en la defensa de susderechos hayan cogido con pinzasla satisfacción ante los pactosmundiales sobre migrantes y refu-giados aprobados el pasado mesde diciembre por Naciones Unidasen Marrakech (Marruecos). Todascoinciden en que se trata de unsalto cualitativo más que relevan-te. Sin embargo, como sucede conla mayoría de los acuerdos globa-les con un trasfondo social, su efi-cacia se reduce en cuanto que suaplicación queda en manos del pa-recer de cada Gobierno.

Prejuicios y murallas“Es un logro importante, porque

a pesar de no ser vinculante, se tra-ta de un marco legislativo de refe-rencia”, expresa Dario Baggio, sub-secretario de la Sección de Migran-

tes y Refugiados del Dicasterio pa-ra el Desarrollo Humano Integral.El misionero scalabriniano conside-ra urgente aplicar políticas “que nose centren solo en programas pararefugiados y migrantes, sino paratodos. Es necesario sensibilizar alas comunidades de acogida paraque borren prejuicios y esa sensa-ción de invasión; hay que preparara la gente para que pueda recibir alotro desde la activación de dinámi-cas interculturales bidireccionales”.Para Baggio, este es el camino paraacabar con la narrativa “negativa ytóxica” de algunas fuerzas políticas

INFORME DÍA MUNDIAL DEL REFUGIADO

32 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

y medios de comunicación que pro-mueven “campañas del odio” quefavorecen la discriminación, la xe-nofobia y el racismo.

“Gran parte del problema son lasactuales leyes de extranjería. Aun-que suene paradójico, son profunda-mente ilegales, groseramente ilega-les e incluso, criminales”, subrayaPatuca Fernández Vicens, abogadade La Merced-Migraciones, que acu-mula sobre su mesa informes connombres y apellidos sobre refugia-dos que ven vejados sus derechos.

“Vivimos en la sociedad másamurallada de la historia, tenemos

más muros que en la Edad Media”,deja caer la letrada, que no duda alafirmar que “Europa tiene la guerradeclarada contra las personas desar-madas. Los muertos los pone el Sur,pero estoy convencida de que la sal-vación de este continente envejeci-do y decadente, que se mueve enuna niebla moral, vendrá del Sur”.

“Los refugiados, en las garras dela desesperanza, son olvidados porEuropa”, aprecia en esta misma lí-nea el arzobispo de Luxemburgo ypresidente de la Comisión de Con-ferencias Episcopales de la UniónEuropea (COMECE), Jean-Claude Ho-

llerich. Él está convencido de quelos poderes públicos, las empresas,a los medios de comunicación y lasociedad civil pueden y deben re-vertir esta situación “de maneracompetente y responsable”.

Y, aunque recuerda que “el pa-pel de la Iglesia no es un sustitu-to” de la desidia de los Estados,llama a los católicos a incrementarsu compromiso a través de un tra-bajo en red intraeclesial, perotambién de presión común ante laclase política. Sobre todo, porquehoy por hoy, más allá de AC-NUR, la Iglesia es el único orga-

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nismo con presencia activa enlos países de origen, tránsito y

destino. “¿No podría ser posiblepara las diferentes diócesis en Eu-ropa llegar a un acuerdo con losGobiernos y abrir corredores hu-manitarios para recibir a las per-sonas que han sido olvidadas du-rante tanto tiempo?”, plantea Ho-llerich al respecto.

Una pregunta lanzada al aire,que sí tiene correspondencia en elcompromiso asumido por realida-des eclesiales como la Comunidadde Sant’Egidio, que no ha cejado ensu empeño de convencer a las au-toridades políticas de varios paísespara que adopten sus programasde acogida, obteniendo el respaldode Italia, Francia o Andorra. Españase les resiste, mientras que es jus-to otra entidad eclesial, EscuelasCatólicas, la que ha salido al resca-te del Gobierno en esta materia.

Venezuela, una huida desbordante

Si hay una nación que no parade experimentar un éxodo alar-mante en los últimos tiempos, es-ta es Venezuela, convertida ya enel segundo país con mayor núme-ro de refugiados en el mundo, solopor detrás de Siria. Hasta tal pun-to que ACNUR, a través de una no-ta de orientación enviada estas úl-timas semanas a los Gobiernos delplaneta, advierte de que la mayo-ría de los venezolanos que escapandel régimen de Nicolás Maduro

precisan de la protección interna-cional como refugiados, teniendoen cuenta el deterioro de la situa-ción política, económica, de dere-chos humanos y humanitaria en supaís. De ahí que, en ese mismo co-municado, se inste a que, sea cualsea su situación legal, no sean de-portados ni forzados a regresar.

Y es que se calcula que hasta 3,7millones de venezolanos podrían

haber abandonado su tierra, situán-dose entre 3.000 y 5.000 personaslas que cada día huyen a través desus diferentes fronteras. Hasta460.000 ciudadanos de Venezuelahabrían solicitado formalmente asi-lo en el extranjero, pero la gran ma-yoría se tienen que conformar porel momento con visas de estudio otrabajo, cuando no con permaneceren situación irregular. En España,ya suponen más de un tercio de to-dos los solicitantes de asilo, aun-que en el último año solo 30 ob-tuvieron el estatuto de refugiados.

“Por vocación, somos un paístradicionalmente receptor, de aco-gida. Pero hoy los venezolanos es-tán saliendo, no por gusto, sinopor la falta de oportunidades de

un desarrollo integral de todos ycada uno. Es una situación muydolorosa”, lamenta el presidentedel Episcopado venezolano, José

Luis Azuaje, quien ve salir cadadía a jóvenes y mayores, profesio-nales de todo tipo... “Nuestras uni-versidades y empresas han queda-do diezmadas. Ahora se estánmarchando los pobres. Estamos enun país desestructurado”.

“Salimos adelante gracias a losrecursos que nos están llegando dela cooperación internacional, algoinédito en nuestra historia: nuncafuimos considerado un país priori-tario. Vivíamos en una Venezuelacon mucho, y nunca pensamos envernos así; creíamos que todo nosvenía dado”, defiende la directora

34 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

INFORME DÍA MUNDIAL DEL REFUGIADO

de Cáritas Venezuela, Janeth Már-

quez. “El cambio de paradigma esenorme: nos hemos tenido que po-ner manos a la obra para enseñara la gente a migrar. No estamosanimando a que la gente se mar-che, sino a que se quede, pero, la-mentablemente, una vez que to-man la decisión de abandonar elpaís, nos sentimos en la obligaciónde informar y formar para que sevayan con alguna garantía y no seestrellen contra las amenazas a lasque se pueden enfrentar, como lasmafias”, explica.

Márquez pone en valor no soloel drama de los que buscan unatabla de salvación fuera, sino delos que se quedan. “Ahí tenemosun trabajo enorme, porque aque-

llos de la familia que permanecenlo hacen con grandes cargas; porejemplo, los abuelos, que ejercencomo padres de sus nietos”.

De hecho, Azuaje detalla cómola Iglesia ha elaborado un mapade las rutas por las que están hu-yendo los venezolanos “para quelas diócesis por las que pasan enChile, Perú o Argentina puedanprestarles un servicio de acompa-ñamiento, desde comida a aloja-miento, pasando por la atenciónmédica. Es un gesto de enormesolidaridad. Incluso dentro de lapropia Venezuela, hemos prepara-do una casa de acogida, en unpunto de paso cerca de la fronte-ra con Colombia”.

JOSÉ BELTRÁN

rente a la negativa deayuntamientos y deotras ONG a la hora de

poner medios para acoger alos refugiados, la FederaciónEspañola de Religiosos de En-señanza-Titulares de CentrosCatólicos (FERE-CECA) haabierto las puertas de las con-gregaciones que forman partede la plataforma educativa,ante la petición de la secreta-ria de Estado de Migraciones,Consuelo Rumí, desbordadapor la falta de capacidad dereacción de los poderes públi-cos. En concreto, las Hijas dela Caridad, los misioneros re-dentoristas, la Compañía deSanta Teresa de Jesús y los

franciscanos menores conven-tuales han abierto las puertasde edificios que tenían deso-cupados en Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León.Hasta 350 plazas se han dis-puesto para acoger a familiasllegadas al país y escolarizar alos hijos en la llamada fase deacogida temporal, que duraentre seis y nueve meses, y enla que se ayuda a los refugia-dos con asistencia jurídica ypsicológica, formación en cas-tellano, etc.

F

NÚM. 196, JUNIO DE 2019 misioneros 35

Las congregaciones abren sus puertas

NADA DE MIGAJAS

UN ORACIÓN POR INÉS

EN EL LEJANO ORIENTE

Ninguna fecha mejor que el 25 de mayo, Día de Áfri-ca, para recordar las palabras del obispo DesmondTutu: "No estoy interesad@ en recoger las migajasde la compasión lanzadas desde la mesa de alguienque se considera mi amo. Quiero el menú completode los derechos". ¿Los hashtags? #DíaDeÁfrica y#OremosxMisioneros.

MISIONES CÁCERES Twitter @misionescaceres

También la religiosa española Inés Nieves San-cho, asesinada brutalmente en República Centro-africana, fue trending topic el pasado mayo. Eva

Fernández, corresponsalde COPE en el Vaticano,tuiteó la llamada a la ora-ción del Papa en vídeo.

EVA FERNÁNDEZ Twitter @evaenlaradio

El Papa ha invitado a todos los tui-teros a rezar por los católicos deChina. Este ha sido su tuit: "Que laVirgen de Sheshan les ayude a testi-

moniar la fe, en comunión con laIglesia universal, y a perseverar enla unidad a pesar de las heridas ylas pruebas, confiando en la espe-ranza que no defrauda".

FRANCISCO Twitter @Pontifex_es

conectad@s

MUJERES AFRICANASEl Día de África se hizoviral en las redes, porsupuesto. Y en el Insta-gram de Manos Unidassirvió también para rendirhomenaje a la mujer africana,"auténtico motor del desarrollo del continente yprotagonista de muchos de nuestros proyectos",apuntan. La entrada está escrita desde Sanghe,Thies, Senegal.

MANOS UNIDAS Instagram @manosunidas

Un "hurra" a Ayuda a la Iglesia Necesitada por parte de OMP, por-que "vuestro compromiso con los cristianos perseguidos es admi-rable", reza el tuit. AIN ha sido premiada por la Misión de la San-ta Sede en la ONU, por su "constante y superlativa colaboración".

OMP ESPAÑA Twitter @OMP_ES

CRISTIANOS PERSEGUIDOS

Fue el primer europeo que pi-só la Guayana. En efecto: el2 de agosto de 1498, hace

521 años, Cristóbal Colón arribóal delta del Orinoco. Era su tercerviaje al Nuevo Mundo.

Sus primeros habitantes, losarahuacos, habían bautizado aaquella región con este nombre:“Guayana”, que quiere decir “tie-rra de aguas abundantes”, porqueel lugar estaba sembrado de ríos,lagunas, arroyos, regatos, man-glares, charcas y pantanos. Luego,allí se establecieron los caribes,que eran nómadas y pescadores...

La Guayana de entonces era unvasto territorio que se asomaba alAtlántico americano y estaba ro-

deado por tres grandes ríos, a cuálmás caudaloso y feraz: el Orinoco,el Negro y el Amazonas. Hoy si-gue siendo una de las regionescon mayor biodiversidad del mun-do. En ella viven más de 2.200 es-pecies de vertebrados. Y allí sigueestando la mayor masa forestaltropical inalterada del planeta.

Con la llegada de los europeos,comenzó la colonización. Y tam-bién, los abusos y desmanes pro-piciados por la desmedida sed deriquezas. La fiebre del oro alum-bró leyendas como la de El Dora-do. Y atrajo a multitud de aventu-reros, banqueros y empresas, co-mo la Compañía Neerlandesa delas Indias Occidentales. O como el

rudo y temerario Lope de Aguirre,que se rebeló contra Felipe II yautoproclamó príncipe del Perú...

La región quedó dividida, confronteras bien difusas (tanto que,todavía hoy, siguen vivas en laONU reclamaciones territorialesno resueltas), en cinco partes: alnorte, la Guayana española, que,andando el tiempo, terminó sien-do territorio de Venezuela; al sur,la portuguesa, que pasó a ser par-te del brasileño estado de Rorai-ma; y, en el centro, otras tres pie-zas bien singulares, porque lastres han sido los únicos territoriossudamericanos donde las metrópo-lis ibéricas –España y Portugal–han brillado por su ausencia.

AY U D A M O S A . . .

NÚM. 196, JUNIO DE 2019 misioneros 45

Rep. Cooperativa de Guyana

Más de 54.000 euros

de solidaridad desde OMP España

En efecto: la Guayana Fran-cesa es, en la actualidad, un

departamento galo de ultramarque, por ser territorio francés,también forma parte de la UniónEuropea. A su izquierda está Su-rinam, la antigua Guayana ho-landesa, que, desde hace 44años, es república libre y sobera-na. Y más a la izquierda de Suri-nam, la Guayana británica, que,desde 1966, es asimismo una na-ción independiente del ReinoUnido. Ahora se llama RepúblicaCooperativa de Guyana.

Además de ser los menos ibéri-cos de toda Sudamérica –o, preci-samente por eso–, también sonlos tres países más desconocidospara el mundo hispano. Pocos sa-ben, por ejemplo, que la Guayana

francesa fue, durante mucho tiem-po, sede del más temido penal delmundo. Muchos convictos sufrie-ron allí el mayor de los calvarios.Sobre todo, en la temida isla delDiablo. Pero vayamos, sin más, anuestro destino: Guyana.

Desconocido y pobreEse “desconocido” país, casi

tan grande como el Reino Unido,solo tiene 824.000 habitantes. EnGeorgetown, su capital, viven70.000 personas. Es la novenanación más pobre de América.Tiene una superficie de 214.969kilómetros cuadrados. Ocupa laposición 163.ª de la tabla de po-blación, compuesta por 196 paí-ses, y solo tiene cuatro habitan-tes por kilómetro cuadrado.

En la lista mundial, la econo-mía de Guyana ocupa el número162. Su PIB per cápita, en 2017,fue de 4.052 �. Eso significa quesus ciudadanos tienen un nivel devida muy bajo con relación al res-to de los 196 países del rankingdel PIB per cápita. Según el Índicede Desarrollo Humano, que elabo-ra Naciones Unidas para medir elprogreso, los guyaneses presentanuna mala calidad de vida. Segúnel Índice de Corrupción, Guyanaocupa el puesto 93 de una listaformada por 180 países. La naciónexporta cacao, café y, sobre todo,azúcar. La actividad pesquera secentra en la venta de camarones.La bauxita es otra gran riquezadel país. Existen, en fin, notablesreservas madereras y yacimientosde oro y diamantes. Muchas ve-ces, la búsqueda de estos dos mi-nerales tan preciados se practicade forma ilegal. Los llamados ga-rimpeiros extraen el oro de formaartesanal, como se realizaba hacedos siglos: a base de disolver elpreciado metal con mercurio que,luego, contamina las aguas.

Ayuda que llegaPrecisamente por todo eso, la

Guayana británica, ahora nombra-da Guyana, ha sido destinatariade la solidaridad de los católicosespañoles. Las Obras MisionalesPontificias en España, durante elaño 2018, han ayudado a la Igle-sia en aquel país con la cantidadde 54.102,61 euros.

Al presente, los cristianos deGuyana representan aproximada-mente el 57% de la población (en-tre pentecostales, católicos, angli-canos, adventistas del séptimo díay otras denominaciones cristianas);el 23,4% son hindúes; el 7,3 %,musulmanes; el 0,5 %, rastafaris;el 0,1 %, bahaíes; el 2,2%, de otrasreligiones; y el 4,3%, sin religión.

46 misioneros NÚM. 196, JUNIO DE 2019

En cifras más precisas, casiocho de cada 100 habitantes soncatólicos (el 7,88% de la pobla-ción): 65.000 personas, en total.La Iglesia tiene una sola diócesis–la de Georgetown, que abarcatodo el país y depende de la ar-chiodiócesis metropolitana dePuerto España, en Trinidad y To-bago–, y 24 parroquias. El paíscuenta con 2 obispos, 2 sacerdo-tes diocesanos, 36 sacerdotes reli-giosos, 2 religiosos no presbíte-ros, 46 religiosas, 3 misioneroslaicos y 444 catequistas.

Entre las órdenes religiosas,los jesuitas están presentes enGuyana desde el siglo XIX. El co-legio que tiene la Compañía esadministrado por las hermanasursulinas. También está presenteel Instituto del Verbo Encarnado.Precisamente, parte de la ayudaenviada desde España (8.769,62�)ha servido para reparar y reno-var la capilla del convento de lasursulinas. Y también, para cons-truir una cocina (10.523,55�) jun-to a la parroquia y hacer posible,así, la formación y diferentesprogramas de caridad. Por otraparte, gracias a una ayuda de2017, el convento de las siervasdel Señor y de la Virgen de Ma-tará ha podido construir unpuente y una cerca (11.240,81�)que eran muy necesarios.

El Instituto del Verbo Encarna-do ayuda en la parroquia de SanFrancisco Javier, de Essequibo-Po-meroom, que atiende 10 comuni-dades, cinco a lo largo de la costay cinco a lo largo del río Pome-roon. El apostolado de estas reli-giosas pasa por visitar casas, hos-pitales y enfermos, a los que lle-van la comunión los primerosviernes de cada mes. También en-señan el catecismo en las comu-nidades. Tienen un oratorio, ungrupo de niñas, otro de ballet, y

otro más de formación para jóve-nes adultos. Organizan campa-mentos una vez al año, ejerciciosespirituales y misión popular. Losdomingos ayudan en la liturgia ytienen una residencia.

No todo son malas noticiaspara el 9.º país más pobre deAmérica. Guyana, a lo que parece,podría pasar a ser, de la noche ala mañana, una de las naciones

más ricas del continente. Y todo,gracias al petróleo. Según los ex-pertos, para el año 2025, el PIBde Guyana habrá dado pasos degigante. Aumentará entre un300% y un 1.000%. Ojalá que eloro negro de hoy no ciegue a sushabitantes como antaño hizo conlos conquistadores europeos la le-yenda de El Dorado.

TOMÁS TAMARREDO

A Y U D A M O S A . . .

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