teóricos desgrabados pensamiento argentino y latinoamericano 2007

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  • Cod. 36

    Pensamiento

    Fecha: 19/06/07 Terico 13 Prof.: Leticia Prislei

    Contenido: Los aos '30: Itinerarios nacionalistas. Scalabrini Ortiz.

    El primer peronismo en debate.

    Profesora: Buenas tardes. Hoy, en la primera parte de nuestro encuentro, vamos a

    terminar con el punto 4 del programa, abordando un texto en particular, que circul en los

    aos '30 pero luego sigui teniendo largos ecos en la sociedad: El hombre que est solo y

    espera, de Scalabrini Ortiz. En la segunda parte, comenzamos con el punto 5: El primer

    peronismo en debate. Nos concentraremos en las representaciones que los intelectuales

    nucleados en Sur tenan del peronismo inmediatamente despus del golpe del '55, y luego

    en las reflexiones de Martnez Estrada, Mario Amadeo y Gino Germani.

    En nuestros anteriores encuentros hemos caracterizado los distintos tipos de

    ensayo de interpretacin nacional que surgieron en esos aos, a partir de nuestro anlisis

    de Radiografa de la pampa, el texto de los Irazusta y los de Mallea; ensayos que tambin

    han sido llamados de indignacin nacional -su paradigma, en este sentido, podra ser el

    texto de los Irazusta-.

    El texto de Scalabrini Ortiz se inscribe en esta lnea, pero adems, como decamos,

    luego ser retomado en la dcada del '60 y comienzos del '70 por la izquierda peronista,

    en la medida en que l hace una seleccin del pasado por la cual arma su propio linaje

    intelectual y plantea ciertos tpicos que se conjugarn con el clima de ideas de las

    dcadas posteriores.

  • 2 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    Scalabrini naci en Corrientes en 1898 y muri en Buenos Aires en 1959. Su familia

    est vinculada a sectores de la dirigencia argentina. En 1912, se trasladan a Buenos

    Aires, traslado en el cual Ral -el autor del texto que vamos a analizar- y algunos de sus

    hermanos se vinculan con integrantes del crculo de los intelectuales porteos: Florencio

    Snchez, Ingenieros, el anarquista Guiraldo, Manuel Glvez, Carriego, etc.

    Ahora bien, mientras se desata la Primera Guerra Mundial, Ral Scalabrini Ortiz

    est ingresando a la Facultad de Agronoma de la UBA, y comienza a vincularse con

    sectores de la militancia estudiantil. Funda una revista de izquierda, en apoyo a la

    Revolucin rusa, llamada Inssurrexit. Frecuenta tambin un crculo de sociabilidad

    intelectual y de circulacin de produccin intelectual: la librera de Gleiser, que tambin es

    editorial. Participa del grupo de Florida, de modo que est vinculado a la vanguardia

    esttica de los '20, y a la revista Martn Fierro. Conoce a Borges, a Mallea, etc. Escribe en

    algunos diarios importantes, como La Nacin y El mundo. Tambin l hace su viaje a

    Europa -el ya tan mencionado viaje de iniciacin intelectual comn a todos los

    intelectuales latinoamericanos- y, tras su retorno, hace a su vez un viaje al Interior, sobre

    todo, al Norte. A partir de este viaje, escribe una serie de reflexiones acerca de cmo es el

    trabajo obrero en la zona de Salta.

    Luego establece vnculos con Macedonio Fernndez, quien es uno de los

    escritores de referencia de la vanguardia literaria. Por otra parte, fugazmente se vincula

    con el grupo de La Nueva Repblica, los Irazusta, con quienes tiene ms desacuerdos

    que acuerdos. Tambin, como los Irazusta, apoya el golpe del '30, pero, tambin

    rpidamente, se aleja, como tantos otros, a partir de las consecuencias polticas del golpe.

    En 1931 rene todos sus escritos en este libro: El hombre que est solo y espera.

    El estilo de este ensayo est vinculado a algo que ser tambin una marca de escritura y

    de reflexin que perdurar en los aos siguientes: el pensamiento acerca del ser nacional.

    Hay una concepcin esencialista, en Scalabrini Ortiz; ms especficamente, un

    esencialismo telrico; l ve una invariante que recorre la historia argentina a pesar de que

    se oculta, o por lo menos no surge de manera transparente: el espritu de la tierra. Nuestra

    poltica, dice, a modo de tesis sintetizadora, no es ms que la lucha entre el espritu de la

    tierra y el capital extranjero.

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 3

    El texto va a tener numerosas ediciones. La primera, como dijimos, aparece en

    1931, en la editorial de Gleiser; la segunda, en diciembre de ese mismo ao; la tercera, en

    marzo del '32, la cuarta en julio; la quinta, en noviembre; la sexta, en marzo del '33; la

    sptima, en mayo del '44; la octava, en diciembre del '51; la novena, en junio del '64. La

    edicin que yo tengo es de 1971. Estos no son datos menores: el libro fue teniendo

    repercusiones en las siguientes dcadas, lo cual es un elemento interesante a tener en

    cuenta cuando hacemos historia intelectual: qu pasa con lo que se escribe, de qu

    manera circula por la sociedad y qu tipo de apropiaciones produce un texto. A su vez nos

    permite una conjetural aproximacin en busca de explicar qu condiciones estn haciendo

    posibles tanto esas producciones intelectuales como dichas recepciones, es decir, qu es

    lo que est repicando en los que compran sucesivamente, dcada tras dcada, este libro

    y agotan las ediciones.

    Vemos que en 1931 hay dos ediciones, en el '32 hay tres, y otra ms

    inmediatamente en el '33. O sea que en esos primeros aos de la dcada del '30 los

    intentos de respuesta a la interrogacin acerca de qu es el pas, qu est pasando, cmo

    pensar el pas, encuentran eco en un pblico que est demandando este tipo de

    reflexiones.

    Recordemos que Luis Torres denomina la dcada 1930-1940 como dcada infame,

    lo cual desde el punto de vista historiogrfico ser retomado por los revisionistas. La

    denominacin surge de los mltiples negocios poco transparentes que se gestionan en

    esos aos, y que intenta dar cuenta de un perodo de puesta en discusin de la

    honestidad de la dirigencia. Adems, sabemos que hay en esta dcada una fuerte crisis

    econmica.

    Ahora bien, la bsqueda de respuestas respecto de estos temas ser emprendida

    por Scalabrini Ortiz despus de publicar El hombre que est solo y espera, en otros libros.

    Uno de ellos es El Imperialismo britnico en el Ro de la Plata, en sintona con el de los

    Irazusta, pero con la diferencia de que Scalabrini pone el acento ms en lo econmico que

    en lo poltico, aunque se mantiene la tesis fuerte de El hombre que est solo y espera, la

    cual atraviesa todos sus escritos. Y, a comienzos de los '40, escribe la Historia de los

    ferrocarriles argentinos, donde reafirma su tesis de la dominacin del pas por la potencia

  • 4 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    britnica, y donde adems apuesta a nacionalizar lo que est en manos del capital

    britnico. Scalabrini Ortiz, ya para entonces, forma parte de FORJA (Fuerza de

    Orientacin Radical de la Joven Argentina), que se fund en 1935. Scalabrini particip,

    junto con Jauretche y otros en 1933 de un levantamiento militar que termina derrotado,

    con muchos de sus participantes presos o exiliados. De la mano de FORJA, se produce el

    acercamiento de Scalabrini Ortiz a Pern, junto con su apoyo a la nacionalizacin de los

    ferrocarriles, que forma parte de la poltica del primer gobierno de Pern.

    Veamos algunas de las reflexiones planteadas en El hombre que est solo y

    espera, es decir, quin es este hombre que est solo y espera. Adolfo Prieto, habiendo

    ledo y reflexionado sobre este texto, en alguna oportunidad ha dicho que en l hay cierto

    optimismo que resuena al que haba antes la crisis del '29. Y, dado que este texto trata de

    poner en juego una hermenutica capaz de explicar el ser nacional, Prieto pone este

    intento prcticamente en sintona con el espiritualismo determinista de Eurindia de Rojas,

    escrito en el '22.

    Ahora bien, la edicin de 1964 es prologada por uno de los ms importantes

    intelectuales integrantes del revisionismo histrico de ese momento: Jos Mara Rosa,

    quien lo presenta como un libro que en la dcada del '60 contribuye a la nacionalizacin

    de las clases medias. Esto significa, en el momento, una extensin del peronismo hacia el

    sector medio y universitario, que haba sido reacio hasta entonces al mismo. A la vez, esto

    revela que en los '60 hay una reflexin distinta al respecto. Narrada por Jos Mara Rosa,

    el nfasis est puesto en que los lectores ms interesados en volver a leer este texto son

    los jvenes de los sectores medios.

    En El hombre que est solo y espera hay un sujeto condensador de los rasgos

    culturales del argentino, situado en Buenos Aires, pero que es sntesis de la nacin: el

    hombre de Corrientes y Esmeralda. Es, casi, el hombre de las muchedumbres. l lo

    caracteriza como el hijo de nadie: slo se apasiona por su destino, es intransigente, se

    aparta de los que disienten con l, es hijo de europeos -o sea, de la inmigracin-, pero al

    mismo tiempo no es su hijo, porque es hijo de la tierra. O sea, el hijo del inmigrante ha

    sido totalmente nacionalizado.

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 5

    Podemos ver aqu la realizacin casi completa de la expectativa del Sarmiento del

    final de Argirpolis: el inmigrante lleg a la Argentina, y la Argentina lo hizo suyo. O, dicho

    en trminos de Scalabrini, el espritu de la tierra lo transmut en argentino.

    Dijimos que este sujeto condensador est situado en la ciudad de Buenos Aires.

    esta ciudad manifiesta, por esos aos, una tendencia a la norteamericanizacin, por un

    lado -es una ciudad ya repleta de restaurantes, de cines, de salones de baile, etc.- y por

    otro, en ella hay un refugio particular, donde todava no se encuentran pero estn estos

    argentinos a la expectativa, podramos decir. Vemos cmo, nuevamente, en este texto,

    repican las conferencias de Ortega y Gasset.

    Hay tambin, por otro lado, una puesta en juicio de los intelectuales y del

    intelectualismo, lo cual tambin conecta con Ortega, en tanto la confianza est puesta en

    la intuicin y el intuicionismo. Asimismo, encontramos las referencias a "El hombre a la

    defensiva" que ya encontramos en otros textos. l dice que el intelectual argentino, en su

    vanidad, se empobrece, se desnutre, se malea. Y cita:

    En su notable ensayo sobre la vida argentina, Ortega y Gasset los cat sin

    perfrasis: "Mientras nosotros los europeos nos abandonamos y nos dejamos ir con entera

    sinceridad a lo que el tema del dilogo exija, nuestro interlocutor adopta una actitud que,

    traducida en palabras, significa aproximadamente esto: 'aqu lo importante no es eso, sino

    que se haga bien cargo de que yo soy nada menos que el redactor jefe del importante

    peridico X', o bien, 'Fjese que yo soy el profesor de la Facultad Z'.

    Y sigue reflexionando Scalabrini Ortiz:

    Es que, en la conciencia del intelectual argentino hay una incriminacin que le

    desasosiega: son hombres inseguros de s, porque han extirpado todos los sentimientos

    que en ellos podan alimentar una creencia. (...) De los hombres que le rodeaban, todos

    supuestos intelectuales, Ortega sac en limpio una mala impresin. No pudo respirar esa

    atmsfera de la ciudad que tan fuertemente exhalaban las clases populosas; el soplo de la

    muchedumbre en que se lica el hombre de Corrientes y Esmeralda. Pero Ortega es

  • 6 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    dueo de una percepcin muy fina, y entrevi ese fervor del espritu porteo, traicionado

    por el empaque de los que lo circundaban, y escribi estas palabras que el hombre de

    Corrientes y Esmeralda le agradece emocionado: "yo no conozco ningn otro pueblo

    actual donde los resortes radicales y decisivos sean ms poderosos, con tan parejo

    mpetu elemental, con esa decisin de vivir en grande, que puede hacer de una raza lo

    que se quiera. Por eso, buen aficionado a pueblos, aunque transente, me he estremecido

    al pasar junto a una posibilidad de alta historia y ptima humanidad de tantos quilates

    como en la Argentina".

    Y sigue Scalabrini Ortiz:

    El que no inspira ese aire poderoso es nefasto al espritu porteo. Estas no son

    horas de perfeccionar cosmogonas ajenas sino de crear las propias. Horas de grandes

    yerros y de grandes aciertos, en que hay que jugarse por entero a cada momento. Son

    horas de biblias y no de orfebrera.

    En la parte final de "El hombre a la defensiva" es donde, si recuerdan, Ortega

    concluye que este pueblo, a pesar de todo lo que vino diciendo acerca de la inseguridad,

    de la necesidad del aparentar, etc., tiene una gran potencialidad como tal. Y esto es lo que

    Scalabrini Ortiz homologa al espritu que atraviesa al hombre de Corrientes y Esmeralda.

    Con respecto a este sujeto, el hombre de Corrientes y Esmeralda, da Scalabrini

    una serie de pequeas descripciones sintticas: es un piloto del caos; es un hombre de

    improvisaciones, y no de planes; es un hombre fiado en la certeza del instinto, en sus

    intuiciones, en sus presentimientos; ignora la deliberacin; es un hombre que acta, no

    calcula; este hombre de Corrientes y Esmeralda pide a los hombres pblicos que sean

    hombres de plpito y no de programa.

    Se verifica, con todo esto, un clima, previo a la llegada de Pern al poder, en el cual

    se estn conjugando una serie de tpicos y reflexiones, las cuales se cristalizan cuando

    aparece en la escena pblica el peronismo.

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 7

    Lo que finalmente propone en este texto, que es una serie de reflexiones

    fragmentarias, es la necesidad de rehumanizacin de la vida. Esto significa que adquieren

    una colocacin central en su pensamiento las formas de sociabilidad que se desarrollan

    en el tiempo. Hay una confianza en la espiritualizacin de la sociedad, que vemos viniendo

    repicar desde el Ariel hasta este momento.

    Tambin es interesante destacar que hay una lectura positiva del fenmeno

    inmigratorio. En otros textos, hemos visto que surge cierta crtica, cierta negatividad

    respecto de este fenmeno. Aqu no es as.

    En 1943, tras la publicacin de Historia de los ferrocarriles argentinos, hay un

    acercamiento a Pern; pero l no adhiere en forma inmediata, sobre todo porque, aun en

    crtica, est cerca todava -aunque los radicales podran ponerse un poco nerviosos con

    esta afirmacin- del "Pern de los radicales", que es el cordobs Sabattini, quien tiene un

    programa social. Es en l en quien los jvenes de FORJA buscan, en principio, alguna

    interlocucin.

    Finalmente, Scalabrini Ortiz asiste a las reuniones con Pern, participa del 17 de

    Octubre y, a diferencia de la lectura de Glvez pero tambin mirndolo de manera positiva

    -en seguida veremos otras lecturas en crtica al 17 de Octubre-, l lo ve como el momento

    en que ha hecho su emergencia el subsuelo de la patria. Scalabrini, a partir de entonces,

    estar cerca del peronismo, aunque no ocupar ningn lugar de preferencia. Tras la cada

    del peronismo, se acerca a los sectores que apoyan a Frondizi. Participa de la revista de

    la que va a ser una figura descollante, no slo Frondizi, sino en particular Frigerio. Sin

    embargo, Frondizi accede al poder en el '58 y al ao siguiente ya Scalabrini Ortiz muere.

    Bien. Hablbamos recin de la emergencia del peronismo. Esto nos permite entrar

    en el ltimo punto del programa: El primer peronismo en debate. Hay al respecto un

    campo de investigacin abierto actualmente, pensado desde el punto de vista de la

    historia intelectual, de la historia de la cultura, por lo cual, vamos a plantear sobre todo

    problemas, y algunas lecturas que hemos seleccionado, para relevar qu

    representaciones del peronismo surgen en los momentos inmediatos a la cada del '55.

    Pongo el acento en los trabajos desde la historia intelectual porque estamos viendo las

  • 8 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    representaciones que del peronismo se van haciendo, en las cuales entran a jugar

    mltiples factores sociales. Por un lado, los mismos intelectuales -peronistas y

    antiperonistas- van a trabajar en el montaje inicial del peronismo. La palabra peronismo

    comienza a usarse ya desde mediados de los aos '40, e inmediatamente con su par

    opositivo: antiperonismo. Los dos trminos actan en conjunto desde entonces. Tenemos

    as representaciones que vienen desde el propio peronismo y otras desde el

    antiperonismo; aquellos que escriben, cuentan y participan van realizando el montaje de la

    simblica peronista. En todo este montaje, intervienen no slo intelectuales sino

    sindicalistas, polticos, etc., y donde la dupla peronismo-antiperonismo traduce un campo

    de batalla ideolgico, que va a atravesar el pas a lo largo de mucho tiempo, y que

    tambin ser en s misma objeto de polmica permanente, atravesando la sociedad

    argentina.

    Uno de los problemas que nos vamos a plantear es, como decamos, cules fueron

    las representaciones de este movimiento, que tiene como origen el golpe de Estado del

    '43. Este golpe, como ustedes saben, es provocado por un grupo de oficiales, entre ellos

    Pern. Pero inmediatamente, a este montaje de una fuerza poltica confluyen sectores

    sindicales, sectores empresarios, distintos grupos de trabajadores. De hecho, en las

    elecciones del '46, el triunfo de Pern se da de la mano de un vice que viene de un sector

    del radicalismo, que ha dejado el Partido y se ha sumado a lo que en ese momento se

    llama Partido Laborista -luego, Partido Justicialista-, y de la mano de los sindicatos.

    A partir de entonces es que peronismo comienza a ser una palabra polismica. Por

    un lado, es una identidad poltico-ideolgica, y aqu ya comienzan los debates: el

    peronismo es una ideologa?. Por otro lado, es una referencia partidaria, pero el

    peronismo no prioriza el partido sino el movimiento, que implica una suerte de resumen de

    la nacin donde hay lugar para izquierda, centro y derecha, con lo cual las proveniencias

    ideolgicas son mltiples, y a su vez, la definicin del movimiento es ideolgicamente laxa,

    o compleja -depende de cmo se lo mire-. Es tambin el peronismo una poltica

    promovida desde el Estado. Y es tambin una doctrina.

    Como ven, se empiezan a montar sintticamente los elementos ideolgicos

    condensadores del peronismo. Todo este montaje lleva prcticamente una dcada: desde

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 9

    el '46 al '55. Se trata de una configuracin nueva que, a travs de este neologismo,

    peronismo, ha introducido una serie de cambios importantes en el pas.

    Cuando Koselleck habla de cmo van apareciendo las distintas categoras

    histricas, seala tambin que algunas se van resignificando a lo largo del tiempo. l

    toma, por ejemplo, la categora democracia desde los griegos en adelante, y estudia cmo

    va redefinindose a lo largo del tiempo. En determinados momentos hay determinadas

    palabras que tienen que ver, justamente, con los nuevos tiempos: con algo nuevo que

    aparece. El peronismo presenta la paradoja de traer cosas nuevas y tambin otras que no

    lo eran tanto, sino elementos que ya estaban en la sociedad.

    Ahora bien, si desde el '45 al '55 el peronismo es el lugar donde se est

    produciendo el montaje de un nuevo Estado, de una nueva forma de sociabilidad poltica,

    cultural, etc., a partir del golpe del '55, el peronismo ser tambin el lugar de pertenencia

    poltica, ideolgica y cultural de los derrotados. Pero no slo ser esto, sino adems la

    clave, el enigma -al estilo del Facundo de Sarmiento- que hay que interpretar para postular

    una forma de convivencia poltica posible en el pas.

    Desde entonces, y desde distintos lugares de la dirigencia poltica y desde la

    dirigencia intelectual, se va a tratar de dar respuesta a la pregunta por qu es el

    peronismo, es decir, cmo caracterizarlo y, a partir de ah, que estrategias polticas,

    culturales, sociales y econmicas seguir para tornar gobernable esta sociedad -una

    sociedad que termina, en y despus del '55, profundamente confrontada.

    Antes de entrar en el perodo inmediatamente posterior al '55, veamos algunas de

    las posturas intelectuales durante el gobierno peronista, que es justamente aquello que en

    este momento se est investigando. Hay un trabajo de Flavia Fiorucci en el que ella

    indaga el vnculo de Pern con los intelectuales, y otro de Mnica Rein sobre el problema

    de las universidades bajo el peronismo.

    Comencemos por este ltimo. En economa y en poltica social, durante la primera

    presidencia de Pern se pone en prctica el primer Plan Quinquenal -la planificacin era,

    en esos aos, una tendencia mundial, no slo econmica sino tambin social y cultural- y

    en la segunda presidencia, el segundo Plan Quinquenal. Desde el gobierno, se planifican

    las distintas dimensiones de la vida social, entre ellas, la educacin. Hay un despliegue del

  • 10 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    peronismo respecto de la educacin primaria y secundaria, sobre la que se apoya de

    manera bastante ms sustantiva que sobre la educacin universitaria. Este plan implica

    desde el montaje de edificios nuevos para escuelas en todos los lugares del pas, incluso

    donde hasta entonces no haba, hasta la reorganizacin de los contenidos de los textos.

    En estos aparece tambin la difusin y circulacin de la doctrina peronista, lo cual provoca

    una profundizacin de las diferencias entre peronistas y antiperonistas.

    Ahora bien, las universidades son intervenidas, ya durante el golpe del '43, y en el

    '46 vuelven a ser intervenidas. La FUA (Federacin Universitaria Argentina) es

    activamente antiperonista. A su vez, se da una tensin entre el reformismo universitario y

    el peronismo. Este ltimo trata de montar una organizacin paralela a la FUA, la CGU

    (Confederacin General Universitaria), algunas de cuyas sedes ms fuertes fueron las de

    las Facultades de Derecho de la UBA, de La Plata y de Rosario. En la CGU hay sectores

    muy ligados al nacionalismo y al catolicismo.

    No obstante -aqu aparece un lugar abierto a investigacin-, algunos, como Silvia

    Sigal por ejemplo, sostienen que la adhesin a la CGU era minoritaria, mientras que otros

    -en base a testimonios tomados por Rein y su equipo, que trabaja sobre el primer

    peronismo- hubo una adhesin bastante ms importante que la que se conoce.

    Lo cierto es que, en uno y otro caso, se sostiene que hay una suerte de

    disciplinamiento de la universidad. Hay pedidos de renuncia de algunos profesores, que

    se van, y tambin hay ciertas disposiciones en la ley universitaria que el peronismo

    promulga en ese momento, las cuales desalientan la participacin poltica. Inclusive en los

    consejos directivos de las facultades los estudiantes que representan a sus compaeros

    son los que obtienen mejor promedio, tienen voz pero no voto y, adems, para poder

    llegar a integrar los consejos se exige certificado de buena conducta, con lo cual se

    desalienta la participacin, sobre todo, una participacin en crtica.

    Pero al mismo tiempo el peronismo realiza otras modificaciones a tener en cuenta:

    en primer lugar, elimina los aranceles, que se hasta ese momento existan; en segundo

    lugar, se crea una Universidad de los Trabajadores que, a partir del '55, se convierte en la

    UTN (Universidad Tecnolgica Nacional). Tambin es cierto que al respecto se complica

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 11

    el panorama econmico durante la segunda presidencia de Pern, y muchas becas se

    congelan.

    En particular con respecto a Filosofa y Letras, tenemos un trabajo disponible que

    hizo, con motivo de los cien aos de la Universidad, Pablo Buschlinder acerca de la

    historia de la Facultad de Filosofa y Letras. l destaca el hecho de que, a mediados de

    los '40 e inicios de los '50, en la carrera de Filosofa ha ingresado el existencialismo, tanto

    el francs como el alemn. Sobre todo, a partir de Virasoro desde la ctedra de Filosofa

    Moderna y Contempornea, y desde la de Esttica, cuyo titular es Guerrero. En estas

    ctedras se leen algunos textos de Sartre. En Gnoseologa y Metafsica, ctedra que

    dirige Carlos Astrada -que adems es director del Instituto de Filosofa- se lee a

    Heidegger, a Max Scheler y a Jaspers, as como en los cursos de tica de Pucchiarelli y

    en el Curso Introductorio de Vassalo.

    Por otro lado, hay una suerte de conjuncin entre estos estudiosos -de entre

    quienes Astrada es muy conocido a nivel internacional- y miembros de la Iglesia. Es ms,

    hay curas que dan ctedra, entre ellos Hernn Bentez, un cura de una enorme influencia

    en el gobierno de Pern, que est a cargo del Posgrado.

    Otro elemento interesante es que en 1949 tiene lugar el nico congreso

    internacional del filosofa que hasta ese momento se haba hecho en el pas. A este

    congreso envan ponencias: Jaspers, Bertrand Russell, Vasconcelos por Mxico, De la

    Volpe por Italia, Gadamer -cuyo texto va a provocar una serie de discusiones-, y, adems,

    el congreso tiene la adhesin de Heidegger. Entre los argentinos que integran el comit

    ejecutivo, nuevamente la figura de Astrada se destaca.

    Mientras tanto -como lo han trabajado Oscar Tern y tambin Silvia Sigal-,

    paralelamente, comienza a organizarse algo que en ese momento se llam -y luego fue

    recuperado con el mismo nombre- la universidad en la sombra. Se trata de todos aquellos

    que no estn, que no participan -incluso de este congreso-; aquellos que estn excluidos

    de la universidad. Se renen en el Instituto Libre de Estudios Superiores, fundan algunas

    revistas, entre ellas Imago Mundi -que sale entre el '53 y el '56-, e integran muchas

    editoriales. De hecho, casi todas las editoriales estn dirigidas por antiperonistas -motivo

    por el cual a los propios peronistas, como es el caso de Leopoldo Marechal, encontraban

  • 12 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    grandes dificultades para publicar. De la revista Imago Mundi participa, entre otros, Babini,

    uno de los representantes de Ciencias Exactas, y quien participar muy activamente de la

    discusin en los aos '60 acerca de cules deben ser las fuentes de financiamiento de las

    universidades, y pondr en discusin una de las caras de la universidad de los '60: el

    cientificismo. La acusacin de cientificismo iba de la mano del juicio negativo al capital

    extranjero invertido en investigacin, en base a la idea de que esto pona en riesgo, en

    ese momento y desde esa perspectiva, el desarrollo de una ciencia autnoma. Tambin

    los Romero participan de Imago Mundi -Francisco, el filsofo, y Jos Luis, el historiador-,

    as como Romero Brest, quien ser uno de los organizadores del Di Tella en los aos '60.

    De esta revista y del Instituto Libre de Estudios Superiores surgirn -por eso la

    denominacin de universidad en la sombra- las autoridades de reemplazo en la

    universidad despus del golpe del '55. Jos Luis Romero, por ejemplo, ser rector

    interventor de la UBA.

    Vamos al trabajo de Fiorucci sobre Pern y los intelectuales, un trabajo que tiene el

    inters de poner en paralelo la experiencia brasilea con Vargas y la experiencia peronista

    argentina: justamente, se da un vnculo exactamente opuesto entre los intelectuales

    brasileos y Vargas, y los intelectuales argentinos y Pern. Ahora bien, hay una hiptesis

    central, que me parece interesante: Vargas no est legitimado por elecciones y por un

    apoyo social tan fuerte como el que tiene Pern. Entonces, Vargas apela a los

    intelectuales, no slo nombrando a uno de ellos ministro de educacin y cultura, sino

    tambin, a partir de ah, organizando la vida cultural de Brasil, inclusive estimulando la

    produccin de una cultura nacional por parte de los intelectuales. Pern en cambio est

    legitimado por elecciones y por el apoyo de la clase obrera organizada en los sindicatos.

    No hay una necesidad de apelar a los intelectuales para llevar adelante una cultura

    popular.

    Uno podra complicar bastante ms este planteo, recordando que el campo

    intelectual de la Argentina se haba complejizado ya bastante. Veremos, de hecho, qu ve

    parte de estos intelectuales en el peronismo. Pero la pregunta es si el peronismo tuvo o no

    intelectuales que lo apoyaran. En Ideas en el siglo, de Oscar Tern, l hace una lista de

    intelectuales que participan activamente del peronismo: Leopoldo Marechal, escritor; Elas

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 13

    Castelnuovo; Olivari; Carlos Astrada; Manuel Ugarte, que viene del socialismo; Ernesto

    Palacio, que es uno de los que escribe sintticamente sobre un tema que circular en los

    aos '60 y '70: la historia falsificada -es decir, la historia que nos contaron hasta ahora es

    la que no fue, un tpico central del revisionismo; Ernesto Palacio, que escribe mucho ms

    que esto, desde ya, tiene la virtud de poner aqu los elementos centrales en un solo y

    pequeo libro, que tiene una enrome circulacin. Adems, en esta lista est Arturo

    Jauretche, otro intelectual que se acerca al peronismo. Otros: Scalabrini Ortiz, Homero

    Manzi, Discpolo, Glvez -slo al comienzo, como ya desarrollamos-, Hernndez Arregui,

    Fermn Chvez -un historiador- Ctulo Castillo, Julia Prislutzky, Csar Tiempo, Homero

    Guglielmini y otros.

    O sea, hay muchos intelectuales que se acercan al peronismo. Ahora bien, estos

    intelectuales escriben algo que pueda considerarse como la cultura peronista de aquella

    poca? Aqu es donde entramos en discusin. De hecho, habra que ponerse a investigar

    mucho ms a fondo. Por ejemplo, cun representativo es el Adn Buenosayres, de

    Marechal, y si el peronismo est presente en el texto o no. Lo mismo cabe preguntarse e

    investigar respecto de las producciones de Discpolo y de Homero Manzi.

    Por otro lado, otra cuestin a tener en cuenta -insisto: estamos planteando

    problemas respecto de esta poca- son las represalias mltiples que se dieron, tanto en el

    momento en que llega el peronismo al gobierno contra las sedes universitarias como

    despus de la cada del peronismo en el '55, donde hay mltiples represalias inversas.

    A pesar de esto, el nmero de profesores expulsados de la universidad nunca lleg

    a la cifra de la otra expulsin: la que tuvo lugar tras el golpe de Ongana en el '66. Este es

    el momento en que es expulsada la mayor cantidad de docentes e investigadores del pas.

    Ahora bien, en este panorama de tensiones mltiples que venimos relevando,

    veamos ahora, apenas producido el golpe del '55, qu tipo de reflexiones y de

    representaciones tienen lugar acerca del peronismo y su cada.

    Comencemos por el grupo Sur, que venimos trabajando desde antes. Ustedes ya

    han visto el nmero 237 de la revista, con el cual estn trabajando el prcticos. El nmero

    sali en noviembre-diciembre del '55; el golpe fue en septiembre. Lo interesante de un

    revista no son slo los contenidos y los artculos sino todo aquello que la rodea: los avisos

  • 14 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    publicitarios, o los fragmentos que sirven de voz de la revista. En este caso, y en ese

    nmero, pueden entreverse los apoyos posibles y las tramas complejas que rodeaban a la

    produccin de la revista. Entre esos fragmentos, uno de los que se destacan

    particularmente es una frase de Voltaire en defensa de la libertad de expresin. Adems,

    la revista se abre con una cita de Paul Valry, en la que se reitera algo que ya estaba

    enunciado en el texto de Voltaire: Valry habla en contra de la persecucin, del

    vaciamiento de las universidades, en contra de los partidos que se transforman en

    vigilantes de la sociedad.

    Ahora bien, ingresamos a los textos de la revista a partir de dos escritos: uno de

    Victoria Ocampo y otro de Jorge Luis Borges. En el primero, Victoria narra su estada en la

    crcel del Buen Pastor, y en el segundo, Borges, bajo el ttulo "L'illusion Comique", plantea

    que el peronismo fue, prcticamente, una ficcin. Para Victoria, el peronismo es la prisin.

    Lo nico que le demuestra la crcel es la ausencia de libertad en la sociedad. Para

    Borges, esta representacin artificial y deformada que hace del peronismo lo ayuda a

    afirmar la tesis -en coincidencia con Victoria- de que el peronismo ya pas y ha terminado.

    La expectativa es que el peronismo haya sido nada ms que un desvo de la sociedad.

    Esta representacin se reitera en muchos de los textos, salvo en algunos que

    trabajaremos especialmente.

    Esta compilacin de casi treinta escritos breves, que concentra a casi toda la

    intelectualidad que est cerca de Sur, pone el foco en varios asuntos. El primero es la

    universidad. Hay varios artculos, entre ellos, los de Francisco Romero y Vicente Fattone,

    donde se destaca, en primer lugar, la recuperacin de la funcin docente; en segundo

    lugar, la necesidad de recuperar la extensin universitaria -es decir, la articulacin de la

    universidad con la sociedad-; y, en tercer lugar, la recuperacin de algunas figuras

    histricas, que en realidad ya estn desplazadas respecto de lo que son las nuevas

    corrientes filosficas, lo cual por supuesto generar nuevas discusiones al interior de la

    universidad. Por ejemplo, recuperan a Joaqun V. Gonzlez y a Alejandro Korn. El primero

    es una figura fundamental del liberalismo; el segundo, del socialismo y protagonista de la

    reaccin antipositivista. En estos trabajos sobre la universidad tambin se insiste en llamar

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 15

    al dilogo, lo cual queda ambiguamente planteado -no se sabe bien con quines, cmo,

    etc.-.

    Por otra lado, una parte de estos artculos se pueden reagrupar en torno a la

    tematizacin del juicio a la dictadura. Se hace un recorrido histrico de las dictaduras en el

    pas y, justamente, se impugna la concentracin de poder.

    Otro de los ncleos -sobre los que se argumenta y se vuelve- es la prensa y la

    propaganda, el montaje ideolgico, el lugar de los medios de comunicacin. Se hace

    alusin, justamente, a la creacin de las secretaras de prensa y propaganda, implantadas

    en el mundo en otros regmenes autoritarios y -hoy sabemos- tambin en regmenes

    democrticos, que se hubieron transformado en usinas ideolgicas. Era la planificacin de

    la ideologizacin de las masas a partir de la propaganda.

    De hecho, cuando veamos Qu es esto?, de Martnez Estrada, veremos que l

    recupera un libro de Simon Weil, una suerte de actualizacin -para los aos '40- de lo que

    fue la Psicologa de las multitudes de Le Bon para el siglo XIX. El libro de Weil es sobre la

    psicologa de las masas, con ecos fuertemente freudianos, por un lado y, por otro, con un

    trabajo muy minucioso acerca de cmo funcion durante el nazismo y el fascismo el

    montaje de la propaganda ideolgica. Este libro de Weil ser un referente de estos aos.

    Hay un trabajo mucho ms reciente de Gen acerca de la propaganda en la poca

    del peronismo, donde, en lugar de mirar los modelos fascista y nazi, ella mira a Estados

    Unidos, para estudiar cmo en esos aos se monta la grfica de los medios de

    comunicacin en apoyo a Roosevelt, quizs siguiendo la va de reflexin de Adorno

    cuando l entra a Estados Unidos y se pone a trabajar, junto con otros que tambin huan

    del nazismo, sobre los medios de comunicacin. Adorno hace, en su momento, una

    investigacin sobre la radio. Inclusive, destaca la presencia del fascismo en Estados

    Unidos: algunos lderes, gracias a los medios de comunicacin, obtenan una audiencia

    extendida. Esto lo lleva a Adorno a sostener que los fascismos no estn limitados a ciertos

    pases, sino que el uso de los medios masivos de comunicacin constituye una frontera

    abierta a la manipulacin de la opinin pblica. Es decir, ya entonces, Adorno vio que la

    opinin pblica se forma desde los medios. Hay una serie de trabajos de Adorno en

    castellano bajo el ttulo de Consignas, y entre ellos, est este trabajo sobre la radio.

  • 16 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    Bien. Los medios de comunicacin y la propaganda son un tema que se plantea en

    este nmero 237, justamente, en crtica -aunque no a partir de los trabajos de Adorno,

    desde ya- al rol que jug el periodismo en la poca del peronismo. La mayor confrontacin

    que haba tenido Pern haba sido con La Prensa. El diario fue expropiado y entregado a

    la CGT. Con el resto de los peridicos tambin hay problemas, por ejemplo, con La

    Vanguardia, a la cual suspenden, y con diarios comunistas. Y respecto del resto de la

    prensa hay una relacin ambivalente. Por ejemplo, hay un trabajo de Sidicaro sobre el

    diario La Nacin, donde muestra que este diario tiene algunos momentos de

    acercamiento, pondera positivamente algunos aspectos, aunque sigue siendo una tribuna

    de doctrina, es decir, La Nacin sigue tratando de aconsejar al poder, desde su lugar. A su

    vez, tambin hay diarios que simpatizan con el peronismo.

    Otro de los temas, que se vincula con el de las masas y la propaganda, es

    justamente la emergencia de la palabra masa. Si en el siglo XIX se hablaba de multitudes,

    en el XX se habla de masas. Otra categora poltica que se pone en circulacin es

    democracia de masas.

    Luego, los artculos recorren la pregunta acerca de cmo conjugar liberalismo y

    democracia a partir de los problemas que plante el peronismo.

    Se tematiza tambin cul es o debe ser el compromiso de los escritores. Sobre

    esto vuelve Victoria en el artculo suyo que cierra el nmero.

    A su vez, otro tema que recorre los artculos es el de las dos Argentinas, es decir,

    aquello que se vena planteando desde los '30. Habamos visto con Mallea el par

    constituido por una Argentina visible y otra Argentina invisible, una Argentina profunda y

    otra materialista, una Argentina dormida y otra insomne, etc. Surge tambin de la lectura

    de los artculos la necesidad de apelar a la conciencia de los argentinos.

    Sin embargo, hay dos textos que parecen no demasiado convencidos de que una

    recomposicin de la conciencia y un afianzamiento de la conciencia cvica de los

    argentinos pueda ser un camino a seguir. Uno es el de Jorge Paita: "Aproximacin a

    ciertos problemas" y el otro es el de Ernesto Sbato: "Aquella patria de nuestra infancia".

    En el primero, a pesar de que hay una fuerte enunciacin antiperonista, l dice: la

    dictadura fue engendrada por un cierto estado de cosas. Mientras ste subsista, el sitial

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 17

    del despotismo permanecer vacante. La emergencia del peronismo -como lo veremos

    investigado por Germani- se vincula con un estado de cosas que no estaba bien. Si no

    entendemos cul era ese estado de cosas, el fenmeno se va a volver a repetir. Y otra de

    las afirmaciones es la necesidad de actualizar las legislacin social del pas, que estaba

    sumamente atrasada. Por lo tanto, Paita aboga por que siga profundizndose en este

    tema, al mismo tiempo que -esto, en cambio, es una vuelta a tras en l- propone implantar

    el voto calificado, vinculado con una suerte de examen de cultura cvica -no queda claro

    cmo se tomara ese examen- para que la gente accediera al voto.

    Sbato escribe el texto citado en el '55. Veremos que ya en el '56 Sbato se va a

    manifestar en polmica con todos -Borges, Martnez Estrada, Mario Amadeo, etc.-. Pero

    en este texto de Sur, a pocos meses del golpe, Sbato hace una reflexin desde el mismo

    sitio desde donde va a situar, en polmica con otros, su voz en el '56: en Salta. Dice en

    este texto: todos somos culpables -este tema de la culpa de todos se ver expresado

    tambin en Amadeo, y en todo Contorno; ser una conviccin compartida-. Sbato en

    particular se ubica como uno de los hombres honestos -tengmoslo en cuenta porque

    Contorno va a argumentar en polmica con aquellos que se dicen hombres honestos- que

    sienten profundamente la patria. El texto de Sbato exhibe una suerte de emocin

    patritica referida al momento en que l se entera de que el golpe del '55 ha ocurrido. El

    dspota haba cado, y la patria, aquello que une a un salteo con un fueguino, estaba

    recuperndose.

    Como sealamos, ya en el '56 Sbato realiza otra lectura del golpe del '55. Pero

    pensemos qu pasa en el medio. Inmediatamente, en el golpe del '55, asume Lonardi. Su

    proclama es ni vencedores ni vencidos. Como ministro de este gobierno, participa

    Amadeo. La idea es integrar al peronismo. Esta lnea rpidamente es desplazada por otra,

    que podramos expresar como hay vencedores y hay vencidos: Lonardi es desplazado por

    Aramburu y Rojas. Es ms: esta confrontacin ser cada vez ms violenta. En junio de

    1956 hay un levantamiento cvico-militar peronista encabezado por el general Valle, y el

    gobierno, vencedor, fusila a los que participaron de ese levantamiento. Este hecho, en las

    filas del antiperonismo -muchos de ellos venan actuando conjuntamente desde la

    confrontacin fascismo-antifascismo de los aos '30, y en los '40 haban formado parte de

  • 18 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    la Unin Democrtica, viniendo desde la izquierda y desde sectores del conservadurismo-

    comienza a dividir las aguas del antiperonismo. A este hecho se suma adems el de que

    en la prisin se vuelve a utilizar la tortura a los disidentes, tal como se haba utilizado

    durante el gobierno peronista. La acumulacin de estos hechos hace que las filas del

    antiperonismo comiencen a resquebrajarse ya en el '56, y comiencen a darse una serie de

    desplazamientos. Podemos entonces comparar el Sbato que escribe ese texto en Sur

    con el Sbato que veremos en polmica en el '56.

    Por ltimo, en el nmero 237 hay otra voz hasta cierto punto discordante: el texto

    de Halpern Donghi sobre la historiografa argentina "En la hora de la libertad". Lo que

    seala es que nada cambi sustancialmente en materia de historiografa, en tanto se ha

    vuelto a practicar la historiografa positivista. Durante el primer gobierno de Pern haba

    estado en el pas uno de los representantes ms importantes de la Escuela de los Anales

    francesa, es decir, la nueva historiografa, que pona en el centro la historia social y la

    econmica. Pero esta corriente, en ese momento, no lleg a la Universidad. La tesis de

    Halpern es que no hay suficiente produccin historiogrfica en la Argentina como para

    decir que "en la hora de la libertad" hemos recuperado una gran tradicin historiogrfica

    novedosa, sino que, ms bien, hay que ponerse a hacer una nueva historiografa.

    Y efectivamente a partir de esos aos comienzan a montarse ctedras de historia

    social en la Facultad de Filosofa y Letras.

    El ltimo texto, que cierra el nmero, es "El hombre del ltigo", de Victoria Ocampo,

    la reproduccin de una conferencia que ella pronuncia en el Consejo de Mujeres, bajo los

    auspicios de la comisin pro abolicin de la tortura. El ttulo, que ella relaciona con una

    ancdota infantil, tambin tiene que ver con el modo como el antiperonismo calificaba a

    Eva Pern: la mujer del ltigo. Victoria plantea la necesidad de revisar el sistema

    carcelario argentino en ese momento. O sea que empieza con la metfora de la crcel y

    termina con una referencia al sistema carcelario real, en una colocacin de su discurso en

    defensa de las libertades.

    Era un momento bastante complicado, pero se complicar mucho ms al ao

    siguiente. Ahora bien, la representacin que del peronismo se recoge en el nmero 237 de

    Sur indica, entre otras cosas, que hay que volver atrs en la historia a buscar la Argentina

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 19

    que imagina Sur, la cual nada tiene que ver con esta emergencia a partir del 17 de

    Octubre de estas masas; de hecho, estas masas, puede leerse, nada tienen que ver con

    la Argentina invisible que se haba planteado Mallea, aquella Argentina espiritualizada, etc.

    Podra decirse que en el 237 se ha montado un imaginario sobre la posibilidad de borrar lo

    que pas, y reencontrar un pas que se vena imaginando desde los '30 en adelante.

    Veremos en la segunda parte de la clase cmo ve Martnez Estrada el fenmeno

    del peronismo en Qu es esto?, editado en julio del '56. En este texto, Martnez Estrada

    recupera las figuras de Catilina y Cicern, la confrontacin en la antigua Roma donde

    Cicern representa la repblica romana y Catilina discute los fundamentos de dicha

    repblica. Veremos cmo imagina al peronismo Martnez Estrada, ponindose en la

    vereda del republicanismo, en este libro que todos consideran muy difcil de caracterizar.

    Tambin veremos despus cmo reflexiona Mario Amadeo, que viene del

    nacionalismo catlico, y particip del gobierno de Lonardi, en su texto Ayer, hoy y maana.

    [Receso]

    Profesora: En julio del '56 entonces, sale la primera edicin de Qu es esto?, casi

    un ao despus del golpe del '55, y al mes se publica una segunda edicin. Ya hemos

    visto las preocupaciones que Martnez Estrada plantea en Radiografa de la pampa. En

    los aos '50, Martnez Estrada es un hombre que est, por un lado, instalado en lo que

    hemos denominado el ensayo de interpretacin nacional en cuyo campo ha ido ganando

    prestigio; pero, por otro lado, y al mismo tiempo, hay una situacin de agotamiento de esta

    ensaystica a nivel nacional. No obstante, a pesar de que todos coinciden en sealar que

    en este texto las ambivalencias y contradicciones permanentemente se ponen de

    manifiesto, si uno lee con cierto cuidado, encuentra que est en lnea de continuidad con

    lo que se haba planteado en Radiografa de la pampa. Este ltimo era un texto en crtica

    generalizada; no haba algn aspecto, o grupo, o sector o alguna Argentina que pudiera

    diferenciarse y rescatarse con respecto a otra Argentina, otro sector u otro grupo. Y lo

    mismo pasa en Qu es esto? Si bien Martnez Estrada tiene crticas que hacerle al

    peronismo, tambin las tiene para el antiperonismo. De hecho, dice que su objetivo es

  • 20 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    esclarecer qu es el peronismo, para servir a la causa del pueblo por encima de los

    intereses de las facciones. Por eso pretende distanciarse tanto de unos como de otros.

    Tambin se ve con toda claridad que en este libro nos topamos con lo que l considera

    como invariantes en la historia de la cultura argentina.

    Toma como referencia a Simon Weil, y comienza diciendo: para muchos, seguir

    siendo un censor implacable, un puritano. En realidad, soy apenas un ciudadano honrado.

    Otra vez, el tema de los hombres honestos, colocacin contra la cual polemizar

    Contorno.

    El texto tiene siete libros, y en cada uno hace referencia a alguna figura intelectual

    o cultural importante: en el primero, a Goethe; en el segundo, a Wagner; en el tercero, a

    Toynbee, el historiador; en el cuarto, a Plutarco -en particular, a Vidas paralelas, donde es

    imaginable el juego que establece: Hitler, Mussolini, Pern, los caudillos-; en el quinto, a

    Napolen, en dilogo con Goethe; en el sexto, a Marx y Engels, en especial, al Manifiesto

    comunista, por supuesto, en contraposicin con el justicialismo; en el ltimo, a Jung y su

    concepto de inconsciente colectivo.

    Ahora bien, la invariante central que l quiere destacar es que la barbarie perdura,

    no vara a lo largo del tiempo. l sostiene que ahora tenemos nuevas manifestaciones de

    la barbarie; lo que ha hecho Pern es, justamente, revelar esa barbarie. Una de las formas

    en que el texto narra esta revelacin es la visin que tiene Martnez Estrada del 17 de

    Octubre. Hemos visto cmo se lo representaban Delfina Bunge y Manuel Glvez, y en la

    primera parte de nuestro encuentro de hoy vimos que, para Scalabrini Ortiz, el 17 de

    octubre se haba revelado el subsuelo de la patria. Martnez Estrada, por su parte,

    sostiene lo siguiente:

    Pern nos revel, no al pueblo, sino a una zona del pueblo que, efectivamente, nos

    pareca extrao y extranjero. El 17 de Octubre, Pern volc en las calles cntricas de

    Buenos Aires un sedimento social que nadie habra reconocido. Pareca una invasin de

    gentes de otro pas, hablando otro idioma, vistiendo trajes exticos; y sin embargo, eran

    parte del pueblo argentino, del pueblo del Himno. Porque haba ocurrido que hasta

    entonces habamos vivido extraos a parte de la familia que integraba ese pueblo, ese

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 21

    bajo pueblo, ese miserable pueblo. Lo haban desplazado u olvidado aun los polticos

    demagogos. Y Pern tuvo, ms que la bondad y la inteligencia, la habilidad de sacarlo a la

    superficie y de exhibirlo sin avergonzarse de l; no en su calidad de pueblo, sino en

    calidad de fuerza tremenda y egresiva que haca peligrar los cimientos mismos de una

    sociedad constituida con slo una parte del elemento humano. O sea, el pueblo escogido

    que habamos visto desfilar en las fiestas patrias vestido de domingo: eso era tambin el

    pueblo, que no habamos tomado en cuenta, como dije, pero que exista. (...) Era un

    pueblo vivo, un pueblo viviente, que ahora estaba en marcha. Y eran nuestros hermanos

    harapientos, nuestros hermanos miserables; lo que se llama, con una palabra tcnica, el

    lumpenproletariat. Era asimismo la mazorca, que sali de los frigorficos como la otra sali

    de los saladeros; eran las mismas huestes de Rosas, ahora enroladas en la bandera de

    Pern. (...) El pas segua siendo un gran criadero y matadero de vacas, como fue desde

    Echeverra hasta Hudson. Y aquellos siniestros demonios de la llanura que Sarmiento

    describi en el Facundo no haban perecido. El 17 de Octubre, salieron a pedir cuenta de

    su cautiverio, a exigir un lugar al sol. Y aparecieron con sus cuchillos de matarifes en la

    cintura, amenazando con una San Bartolom del Barrio Norte. Sentimos escalofros

    vindolos desfilar en una verdadera horda silenciosa con carteles que amenazaban con

    tomarse una revancha terrible.

    Este no es el pueblo que Delfina Bunge describa: gente tranquila, amable, que "no

    peda la cabeza de nadie". Hay que ver desde qu perspectiva se est mirando. En ese

    momento, los Glvez estn esperando que eso ocurra; lo esperan con cierta prevencin,

    pero tambin con expectativas. Martnez Estrada en cambio ve que, con Pern, han vuelto

    las montoneras y la barbarie.

    Pero al mismo tiempo l est poniendo en el debate intelectual y poltico otro tema:

    el de los resentidos sociales. El pueblo visto como sinnimo de resentimiento; como una

    masa que ha sufrido humillaciones. Recordemos que tambin podemos relacionar esto

    con uno de los temas de Radiografa de la pampa: el del hijo humillado, el mestizo, que es

    un resentido. Aqu, el avance popular del 17 de octubre tambin es el de una masa de

    resentidos.

  • 22 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    Dice Martnez Estrada: hay un solo pueblo, que ha tomado diferentes aspectos, a la

    manera de Proteo. Habla luego de los habitantes del stano, lo cual es interesante porque

    es un tema que atraviesa los procesos de modernizacin.

    Cuando Berman, en su libro Todo lo slido se disuelve en el aire, toma la

    modernidad en Rusia, analiza, justamente, el texto de Dostoievsky Memorias del

    subsuelo, donde, en un momento dado, se cruzan un militar y un empleado en la avenida

    Nevsky, la va central de San Petersburgo -una ciudad que est siendo modernizada y

    revolucionada por los cambios-, y el empleado no levanta la vista. As se pone de

    manifiesto que ese es un hombre del subsuelo, en tanto an no ha llegado a recuperar su

    dignidad.

    Este mismo tema es retomado por Contorno, y por el Sbato del '56. Ha pasado

    algo: estos hombres del subsuelo se estn instalando en lo pblico.

    Ahora bien, lo que Martnez Estrada est diciendo es que, al revelar esta parte del

    pueblo que estaba oculta, aparecen estos sectores que demuestran, en su movilizacin

    del 17 de Octubre, su desafo y su rebelin. Estos hombres del subsuelo, para Martnez

    Estrada, no son sino otra manifestacin ms de esa invariante que recorre la historia

    argentina: la barbarie.

    A su vez, esto le permite a l avanzar con la tesis del lumpenproletariado. No hay

    un proletariado en la Argentina. Dice:

    ramos y somos un pas sin proletarios. No tenemos poblacin industrial sino

    peones de mquinas, por tanto, no hay problemas obreros sino problemas polticos: hay

    pobres.

    Justamente porque no hay proletariado es que un "demagogo" como Pern puede

    llegar a ejercer el poder que ejerce sobre el pueblo.

    Esta es la caracterizacin que hace, y sabemos que l es un antiperonista de la

    primera hora; pero, por otro lado, l tambin somete a juicio a la dirigencia argentina en su

    conjunto. No es que el resto sea mejor: hay un pueblo ignorante y una intelectualidad

    ignorante. Tomando una frase de Ghioldi, alpargatas y libros, que este ltimo usaba para

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 23

    exponer la disyuntiva que vea entre los sectores cultos y los sectores populares, Martnez

    Estrada hace su juicio a la intelligentsia, a los intelectuales. Veamos cmo va

    construyendo este juicio, utilizando esa categora de intelligentsia, tan cara tambin a

    Jauretche pero bajo otro signo, aunque la crtica tambin es impiadosa:

    Somos un pas hispanoamericano con el privilegio de haber tenido, particularmente

    en el siglo pasado, excepcionales talentos literarios, que han abierto un crdito ilimitado a

    los dilapidadores del patriotismo cultural nacional. Hace muchos aos que los intelectuales

    -y taxativamente los periodistas-, viven como hongos a la sombra de las seculares encinas

    -prrafo con el cual est recuperando el siglo XIX-. Parecamos ignorar cmo se trabaja en

    esos campos del saber en otros pases centro y sudamericanos, en Brasil y en Mxico.

    (...) No hemos constituido una cultura con sabor a la tierra y al hombre argentinos. Y lo

    que creemos que vale ms, porque es una caricatura y una parodia a la gran novela

    italiana, francesa e inglesa, por ejemplo, son las muecas del mono y la articulaciones del

    loro. No tenemos literatura y no tenemos cultura. Por qu? Porque ha habido

    mimetizacin.

    La mimesis, la copia, que es parte del discurso revisionista, tambin aparece en

    Martnez Estrada. Dice:

    Esa conciencia de que no sabemos, pero tambin de que podemos seguir

    fingiendo sin riesgo y con provecho, facilit la conquista de las huestes equipadas con

    noticias, de las tcticas de sugestin, sojuzgamiento y envilecimiento de la inteligencia por

    el peronismo del estrato superior. El pueblo ignorante no tuvo defensa en la intelectualidad

    ignorante.

    Y dice ms adelante:

    Somos brbaros, en cuanto somos incultos; y somos incultos, en cuanto nos

    hemos culturado para la incultura.

  • 24 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    Por lo tanto, tenemos una cultura brbara. Por otra parte, dice:

    Si tuviera que extremar mi tesis, los nicos nombres que se podran rescatar son

    los de Groussac, Borges, Banchs, y Victoria Ocampo, entre los actuales. Casi todo el resto

    es "literatura", y de clase psima. No debemos atender entonces a la alfabetizacin de la

    masa -y a continuacin pone el acento- sino a establecer una escala de valores en el

    orden intelectual y a sealar como impostores y corruptores de la cultura a los filisteos

    disfrazados, tal como hacemos con los polticos y los patriotas de mscaras. (...) Qu

    pas era ese sobre el que Pern cay como un guila? No el de Facundo, sino el de

    Radiografa de la pampa. (...) La cultura se puso al nivel de la pelota de ftbol, y el

    impostor de la cultura, aunque se dijera y se sintiera antiperonista, resoll llenando sus

    pulmones con el aire acondicionado de la barbarie humana. Decir "filisteos de la cultura",

    segn el mote que Nietzsche aplic a los intelectuales europeos en bloque, sera para

    nuestro caso un eufemismo, anlogo al que sera llamar a nuestra barbarie rosista

    "decadencia del gtico normando". Y lo que digo de nuestra intelligentsia podra decir de

    nuestra decencia.

    Es decir, el ataque es tanto a los intelectuales como a la gente decente, que era el

    modo como se identificaban los integrantes del grupo Sur, el de los "bienpensantes", todos

    nucleados bajo el antiperonismo.

    En el libro de Bioy Casares sobre Borges, cuenta que, en un momento dado,

    Martnez Estrada duda si debe o no firmar un manifiesto a favor de la Libertadora, sobre

    todo cuando ya estn teniendo lugar los enfrentamientos y se est avanzando en la

    represin de los peronistas. Ulises Petit de Murat y Bioy Casares presionan a Martnez

    Estrada dicindole: de este lado estamos los decentes. As que no hay opcin. Si ests

    con los decentes, tens que firmar este manifiesto.

    Martnez Estrada duda, ahora dicho ms en general, en virtud de esta tesis que l

    sostiene, que lo cautiva, lo captura y sigue trabajando: el conjunto de la sociedad

    argentina est en problemas. No hay un sector que se contrapone a otro y, de vencer, se

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 25

    puede construir algo. La crtica de l ser al peronismo, pero tambin a la dirigencia

    intelectual y poltica del pas, incluyendo a los antiperonistas.

    l dice: en general, en el pas, el hombre honrado es entre nosotros un pobre

    infeliz. O sea, no hay una escala de valores que se defienda. Es un pas, dice,

    encanallado; un pas de estafadores y tahres. Y termina diciendo, como adelantamos,

    que todos somos culpables. El mismo argumento que vimos en el artculo de Sbato para

    Sur.

    Y hay que sealar que, cuando Victoria Ocampo escribe, en Testimonios, los

    recuerdos que tiene de este perodo, recupera estas afirmaciones de Martnez Estrada, y

    el hecho de que l hubiera sealado lo siguiente: la oposicin siempre se limit a

    presentar alegatos en los Tribunales. O sea, nadie hizo una oposicin verdaderamente

    activa al peronismo. Fue una oposicin tibia, desde la perspectiva de Martnez Estrada. Y

    l le haba dicho a Victoria -esto es lo que ella recupera-: todos fuimos cobardes. O sea,

    no solamente todos somos culpables, sino tambin cobardes.

    El libro est lleno, por otra parte, de admoniciones y advertencias. Es ms, en este

    tono termina. En el Eplogo, dice:

    Estoy cansado. Antes de dormir, he reledo la Apologa de Scrates, que es uno de

    mis libros de cabecera. Una gran fuerza sideral penetra en mi mente y en mi cuerpo, como

    una oracin. Antes de entrar en las sombras del sueo, recito -haciendo alusin al texto de

    Platn-: "cuando mis hijos sean mayores, os suplico los hostiguis, los atormentis, como

    yo os he atormentado a vosotros, si veis que prefieren las riquezas a la virtud, y que se

    creen algo cuando no son nada. No dejis de sacarlos a la vergenza si no se aplican a lo

    que deben aplicarse y creen ser lo que no son, porque as es como yo he obrado con

    vosotros. Si me concedis esta gracia, lo mismo yo que mis hijos no podremos menos que

    alabar vuestra justicia. Pero ya es tiempo de que nos retiremos de aqu: yo para morir,

    vosotros para vivir. Entre vosotros y yo, quin lleva la peor parte? Esto es lo que nadie

    sabe, excepto Dios".

  • 26 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    As termina Qu es esto? de Martnez Estrada, tras el recorrido por esa invariante

    de la barbarie que atraviesa la sociedad argentina y que se manifiesta en distintos

    momentos a lo largo de su historia, y que aun en su presente del '56, queda abierta como

    una cuestin, que tampoco se poda resolver en Radiografa de la pampa.

    Alumno: Martnez Estrada ley a Schopenhauer? Porque en Radiografa de la

    pampa parece asignarle un rol metafsico a la pampa misma.

    Profesora: S. En los '40 circula Schopenhauer en este grupo, e incluso en la propia

    facultad de Filosofa, en la ctedra de Astrada. Es cierto: est haciendo eco, en estos

    textos.

    Ahora bien, en otra clave, no ya como ensayo que pretenda "radiografiar" el

    peronismo, est el libro de Mario Amadeo Ayer, hoy y maana. Hemos dicho que Amadeo

    proviene del nacionalismo catlico. Se form en la facultad de Derecho de la UBA en la

    dcada del '30. En el '38 fund la revista Sol y Luna, donde hemos dicho que publicaron

    algunos intelectuales que no eran fascistas, como Borges. Amadeo y su revista han tenido

    cierta fascinacin con el fascismo y con el nazismo. l apoya el golpe de Estado del '43,

    pero se distancia rpidamente porque, justamente, los militares estn a favor de los

    Aliados y l tiene cierta simpata por el Eje. Integra la universidad, en las Facultades de

    Derecho y de Ciencias econmicas, entre el '47 y el '55. Ya mencionamos que participa

    del gobierno de Lonardi. Ayer, hoy y maana se publica en 1956, y en este mismo ao

    tiene otras cinco ediciones en abril, mayo, junio, agosto y septiembre. La primera parte es

    de corte autobiogrfica, donde narra sus aproximaciones fugaces y desacuerdos con el

    golpe del '43 y con Pern. La segunda parte constituye una suerte de diagnstico,

    respondiendo a la pregunta por qu es el peronismo. Desde la perspectiva de Amadeo -

    alguien que est interviniendo en el campo poltico- es necesario clasificar dicho campo

    poltico, es decir, indicar quin est en cada lugar, y al mismo tiempo situarse a s mismo,

    para plantear su alternativa. En esta segunda parte, justamente, caracteriza a los sectores

    que estn, tambin, interpretando el peronismo y confrontando con l.

    Hay algunos sectores socialmente conservadores, para quienes el peronismo no ha

    sido sino otra cosa que una pesadilla, que un mal paso. Estos sectores hablan de

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 27

    influencia magntica, de sugestin colectiva, de deformacin de la conciencia y de otras

    anomalas que reducen el problema a una cuestin de psicologa patolgica. Consideran

    estos sectores que el pueblo argentino ha padecido una enfermedad y es cuestin de

    someterlo a una enrgica cura. Pasado el trmino del tratamiento, todo volver a ser lo

    que era antes, y del episodio no quedarn ms rasgos que los que pueda dejar en una

    persona robusta una gripe o un sarampin. Otros del mismo sector -o sea que, para l,

    entre los conservadores hay dos grupos- son menos simplistas aunque tal vez no menos

    equivocados. Estos convienen en que el peronismo ha sido un hecho ms serio que lo

    que los primeros pretenden, y que realmente ha removido a fondo la opinin popular. Pero

    consideran que solamente ha logrado ese efecto por medio de la venalidad y la corrupcin

    o apelando exclusivamente a los ms bajos instintos de la plebe. Nada bueno o de signo

    positivo ven ellos en el movimiento derrotado. El peronismo, para ellos, es el fruto de la

    ignorancia, como lo son la supersticin y el curanderismo. Para ellos, la cuestin se

    arregla con una pequea dosis de reeducacin y una gran dosis de "lea". En la mente de

    los antiperonistas de derecha, desperonizar equivale a algo as como desratizar.

    Para el segundo grupo -en esta clasificacin que Amadeo hace del campo

    antiperonista-, el de nuestra izquierda liberal -dentro de la cual estar el Partido Socialista,

    el Demcrata Progresista y algn sector del radicalismo- la cuestin se dilua en esa mar

    donde todos los ros confluyen: en el nazismo. Para estos, el peronismo es lo mismo que

    el nazismo, y lo mismo que el fascismo. Pern y los peronistas eran nazis totalitarios que

    queran imponer en la Argentina el rgimen de Hitler y Mussolini. Segn este planteo, el ex

    presidente sera un idelogo doctrinario que haba estudiado febrilmente durante su

    estada en Italia cursos acelerados del sistema corporativo y habra venido a aplicarlo con

    saa en el nima de este inocente y democrtico pas. De ah que estos seores no

    puedan comprender otro esquema sino aquel en que todo peronista sea nazi y todo nazi,

    peronista. Para este sector, desperonizar equivale a desnazificar.

    Es decir, ven en el peronismo un traslado mecnico de un modelo europeo.

  • 28 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    El tercer grupo es otra izquierda: la izquierda antiliberal y marxista, que del

    peronismo slo desaprueba la persona del jefe, y que ve en ese movimiento una forma,

    cruda y primitiva pero eficaz, de la lucha contra el imperialismo. Les resulta un poco difcil

    a los hombres de esta lnea explicar cmo el contrato del petrleo con la Standard-Oil fue

    una batalla contra el imperialismo. Pero a un marxista las contradicciones no lo arredran.

    Esta tendencia est dispuesta a sobrepasar a Pern en sus reformas sociales, porque

    entiende que su defecto no es el de haber sido demasiado radical en sus procedimientos,

    sin el de haberlo sido demasiado poco. Este sector, en el que llevan la voz cantante los

    comunistas de signo trotskista, proclama implcitamente la frmula Pern + X, y pretende

    apoderarse del proletariado vacante por la ausencia del lder.

    De estos sectores ir surgiendo despus la conocida izquierda nacional -con Silvio

    Frondizi, Abelardo Ramos y otros-. Este es el cuadro de los sectores del campo poltico y

    los diagnsticos existentes respecto del peronismo. La pregunta es dnde se sita

    Amadeo, y cul es su alternativa propia. En primer lugar, l dice que lo central es dilucidar

    qu es el hecho peronista. Tenemos aqu algunos diagnsticos, y estn todos

    equivocados. El hecho peronista es de mayor complejidad que lo que hasta ahora se ha

    ido planteando. Y existe un problema fundamental, a partir del cual surge el hecho

    peronista: los dirigentes han perdido contacto con el pueblo. No saben lo que el pueblo

    necesita; ya sean conservadores o de izquierda, concretamente no saben lo que es el

    pueblo. Por lo tanto, es necesario dilucidar las caractersticas de este pueblo, para

    interpretarlo correctamente en sus necesidades.

    Todas las otras fuerzas que l ha caracterizado se han propuesto, de algn modo,

    desperonizar a la masa porque, ante la ausencia de Pern, estas masas estn

    disponibles. Buscan entonces el modo de establecer interlocucin con estas masas y

    dirigirlas.

    Lo que propone Amadeo es buscar la manera de integrar al peronismo. Rechaza la

    confrontacin y la desperonizacin. En cambio, hay que reconocer los problemas que

    existen respecto de la legislacin social en el pas, inexistente adems hasta la llegada del

    peronismo, y avanzar de algn modo hacia una mayor democracia en la vida poltica.

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 29

    Por lo tanto, si bien va a estar de acuerdo con Sbato en cuanto a que la culpa es

    de todos, al mismo tiempo dir que antes que desperonizar se trata de comprender al

    pueblo. As, el diagnstico de Amadeo comienza a circular como parte del debate en torno

    a la cuestin del peronismo en el '56. Dijimos que Amadeo participa del grupo de Lonardi,

    cuya consigna haba sido ni vencedores ni vencidos, consigna que resulta vencida. Sin

    embargo, esta idea sigue circulando.

    Por ltimo, quiero hacer alusin hoy -al menos para dejarla planteada- a una lectura

    que es diferente, y que tambin busca alguna forma que no sea ni la confrontacin ni el

    simple diagnstico, sino una propuesta poltica concreta. As como el peronismo a partir

    de su cada ocupar el centro del campo poltico, comenzar a constituirse en un tema

    que se instala tambin en sede acadmica. Me refiero a la lectura que, desde el campo de

    la sociologa hace Gino Germani.

    Germani es italiano, naci en 1911 y muri en 1979. Es de la misma generacin

    que Amadeo y que Martnez Estrada. Estudia Ciencias Econmicas en la ciudad de

    Roma. Llega a la Argentina en 1934, a los veintitrs aos, despus de haber estado preso

    por el fascismo en Italia durante un ao, porque militaba en las filas del socialismo.

    Aqu se relaciona con los crculos antifascistas. Trabaja junto con Ricardo Levene

    en esta Facultad, en la ctedra de Sociologa. En ese momento, en la sociologa, priman

    dos orientaciones: la primera es la historia de las ideas sociolgicas, y la segunda es la

    llamada morfologa social. Germani trabaja en este segundo campo. Pero adems,

    introduce en el pas las tcnicas de trabajo emprico en sociologa. Es uno de los que ms

    publican en el Boletn de Sociologa de la Universidad.

    Durante la poca del peronismo sigue trabajando, hasta que tiene que irse de la

    universidad. En ese momento, comienza a trabajar con editoriales, se relaciona con el

    Instituto Libre de Estudios Superiores -que, como dijimos, era una suerte de universidad

    en paralelo- donde da clases, tanto en la sede que el Instituto tiene en Buenos Aires como

    en otras en el resto del pas -Tucumn o Baha Blanca-. Entre las editoriales para las que

    trabaja est Paids, que se funda en 1945.

    En 1955, tras el golpe, el gobierno llama especialmente a Germani para que haga

    un diagnstico del hecho peronista, pero con instrumentos sociolgicos confiables, lo que

  • 30 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    en su momento se considera el mtodo emprico. Al mismo tiempo, l comienza a formar

    en la universidad equipos de investigacin. Uno de los temas de investigacin es,

    justamente, cmo se vinculan las masas y las polticas autoritarias. A fines de la dcada

    del '50 se fundar la revista Desarrollo Econmico, que sigue hasta el da de hoy, y que

    comienza a darle visibilidad a muchos de estos trabajos de investigacin que se estn

    realizando en los campos de la sociologa y de la economa.

    Pero en 1956 Germani responde a aquel pedido del gobierno con un texto llamado

    Las integracin de las masas a la vida poltica y el totalitarismo. Es un texto que navega a

    dos aguas entre la descripcin y la prescripcin. Presenta lo que en su investigacin ha

    podido explorar respecto de las masas en la Argentina y, por otro lado, qu debera

    hacerse.

    La tesis de Germani se basa en la idea de que en la Argentina se ha dado un

    proceso de urbanizacin y de industrializacin, acelerado durante la dcada del '40, lo cual

    le da al proceso de modernizacin ciertas caractersticas peculiares. Grandes masas

    rurales son atradas a los centros industriales, y reclutadas como obreros. Estas grandes

    masas son los "cabecitas negras". No tienen experiencia poltica. Vale decir, no han

    pasado por la experiencia de los partidos y de las organizaciones sindicales de la

    izquierda -el socialismo y el comunismo-. Son inexpertas desde el punto de vista poltico, y

    por lo tanto, vulnerables al discurso de un poltico demagogo y autoritario. Dicho de otro

    modo, estn dispuestas a una vinculacin directa entre el lder y ellas, en tanto masas

    disponibles, sin experiencia ciudadana poltica. Esto explica el peronismo como

    movimiento de masas, centralmente apoyado por la clase obrera y, adems, lo diferencia

    del fascismo, para el cual su mayor apoyo proviene de la clase media. Por un lado,

    entonces, puede decirse que hay rasgos fascistas en el peronismo, pero, por otro, no es

    un fascismo en tanto su base social sustantiva es la clase obrera, y no la clase media.

    Pero, al mismo tiempo Germani dice que, si bien el peronismo tiene estas

    caractersticas, hay que reconocer que le ha dado conciencia de dignidad a la clase

    obrera. Recordemos que esta clase estaba recin constituida, era inexperta y provena de

    una relacin rural de deferencia con respecto a los grandes terratenientes. Haban sido

    hasta hace poco los peones rurales, que, por supuesto, no mantenan una relacin

  • Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 31

    igualitaria con sus patrones. Al legislar en favor de ellos, Pern les ha dado conciencia de

    s; una conciencia incompleta, pero conciencia de s al fin.

    Tambin por este motivo, estas masas no han adherido a Pern de manera

    irracional, dice Germani. Por el contrario, Pern ha promulgado la legislacin social, y las

    masas han adherido a aquel que les ha otorgado ciertos derechos.

    La tesis de Germani, como podemos ver, viene a colocarse en oposicin a la

    caracterizacin del peronismo como sinnimo de fascismo, y del peronismo como

    experiencia totalmente negativa. Hasta aqu, el diagnstico.

    La prescripcin parte de la base de que hay elementos del peronismo que hay que

    recuperar. Es necesario entonces trabajar desde este punto: desde lo que el peronismo

    consigui, pero rompiendo con el liderazgo carismtico, es decir, generando condiciones

    en que las masas no requieran la relacin lder-masas directa sino, justamente,

    avanzando hacia formas posibles de democracia, haciendo que estas masas puedan

    inscribirse en otro tipo de cultura poltica.

    En sntesis, la prescripcin que surge del diagnstico es integrar a las masas, en

    una poltica que se contraponga al autoritarismo. Germani no aconseja "lea" ni

    confrontacin con el peronismo, sino la necesidad de articular distintos canales de

    participacin de las masas en la democracia.

    En todo este perodo, adems, se reforman planes de estudio. Por ejemplo, tras el

    golpe del '55, se ponen en vigencia para la escuela secundaria los planes de educacin

    democrtica, con materias que irn cambiando de nombre: Educcin Democrtica,

    Instruccin Cvica, Educacin Cvica, etc. Estas materias se transforman, a lo largo del

    tiempo, en caricaturas de aquel intento de educar cvicamente al soberano, en la medida

    en que desde el '55 y hasta el '83 ha habido constantes golpes de Estado, y el material de

    estos libros segua hablando de democracia, etc.

    Pero lo cierto es que, de todos modos, se asienta desde la segunda mitad de la

    dcada del '50 una conviccin que prosigue despus: hay que educar al soberano.

    Alumna: La tesis de Germani luego se retoma o es refutada?

    Profesora: Es puesta fuertemente en discusin entre fines de los '50 y comienzos

    de los '60 por Murnis y Portantiero, que la revisan y descubren que es falso que estas

  • 32 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13

    masas no tuvieran experiencia poltica alguna, as como tambin es falso que aquellos

    que s la tenan no hayan adherido al peronismo. Hay importantes sectores de la dirigencia

    de izquierda que se pasan al peronismo. Esto es retomado despus por Juan Carlos Torre

    en La vieja guardia sindical y Pern, donde seala que dichos sectores dirigentes

    sindicales tambin adhieren al peronismo, como mayores o menores conflictos y dilemas.

    Asimismo, se ha refutado que el peronismo haya sido apoyado slo por la clase obrera.

    De hecho, sin el apoyo de una parte de la clase media, el peronismo no hubiera podido

    ganar las elecciones. El peronismo es un movimiento policlasista.

    Y en realidad lo mismo haba pasado con el fascismo en Italia, que se haba puesto

    a trabajar en sectores de fuerte organizacin obrera. Es cierto que hubo confrontacin, y

    sectores obreros que militaron en el antifascismo, pero tambin es cierto que hubo otros

    sectores obreros que se plegaron. De modo que en un caso y en el otro los apoyos

    sociales son mltiples. Pero en los '50 todo esto era credo, sobre todo en sede

    acadmica.

    Nos vemos el martes que viene.

    * * *

    Versin completa: Damin Grimozzi

  • Cod. 45

    Pensamiento 41

    Fecha: 20/03/07

    Terico 1 Prof.: Oscar Tern

    Contenido: Introduccin / Facundo

    Profesor: Buenas tardes. Mi nombre es Oscar Tern. Les doy antes de comenzar

    los horarios de las clases prcticas, con las aulas correspondientes y el nombre de los

    ayudantes de cada una. La inscripcin es directamente en las comisiones, a partir de la

    semana que viene. Les pido que confirmen en las carteleras -2 piso- las aulas

    correspondientes, porque puede haber alguna modificacin.

    Horario Aula Docente

    Martes 21-23 hs. 232 Ricardo Martnez Mazzola

    Mircoles 11-13 hs. 127 Daniel Sazbn

    Mircoles 15-17 hs. 126 Karina Vsquez

    Mircoles 2123 hs 344 Karina Vsquez

    Jueves 11-13 ha. 126 Omar Acha

    Jueves 2123 hs. 128 Ricardo Martnez Mazzola

    En esta primera clase, trataremos, en primer lugar, de explicitar las "reglas de

    juego". Para algunos, o quizs para muchos de ustedes, esta sea la primera materia que

    cursan en la Facultad, aunque no es recomendable que no lo hagan; esto no quiere decir

    que est prohibido, sino que probablemente tengan que estudiar ms que el resto.

  • 2 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 1

    Igualmente, la experiencia puede resultar exitosa. En segundo lugar, les voy a presentar el

    programa, es decir, los contenidos que vamos a ver a lo largo del cuatrimestre. Es

    importante que compren el programa -en Sim (Pun 421) o en el Centro de Estudiantes-, y

    que lo lean detenidamente ya que es importante tratar de ver cul es el recorrido que se

    promete. Finalmente, vamos a ingresar en el primer tema, que se refiere a la generacin

    del '37. Esta generacin tiene dos exponentes centrales: Sarmiento y Alberdi, y cada uno

    de ellos tiene dos obras sumamente representativas: Facundo y Bases y puntos de partida

    para la organizacin poltica de la Repblica Argentina, respectivamente.

    Este curso est estructurado sobre la base de tres insumos, o vas de ingreso de

    conocimiento: las clases tericas, las prcticas y las lecturas indicadas como obligatorias

    en el programa. La asistencia a tericos no es obligatoria, aunque s es recomendable.

    Hay que decir que las clases tericas, desde hace unos aos, han adoptado la forma de lo

    que sola llamarse clases magistrales; esto se debe a que la cantidad de estudiantes hace

    sumamente difcil manejar cierto intercambio de preguntas, de objeciones, de dudas, etc.

    Sin embargo yo espero que de todos modos suceda. Aprovecho para pedirles que, toda

    vez que no entiendan algo, me interrumpan inmediatamente y lo pregunten. No tengan

    pudor en confesar ignorancias o dudas, porque este es el momento en el que todava

    pueden apelar a ese tipo de recursos.

    Los trabajos prcticos, como ocurre tradicionalmente en la Facultad de Filosofa y

    Letras portea, consisten en la lectura y el comentario de los textos que tienen tambin

    sealados en el programa. En este sentido, ya la semana prxima comenzarn a ver el

    Facundo de Sarmiento. Sera conveniente que comenzaran a leerlo esta semana y que

    luego fueran haciendo sucesivas relecturas. A veces los temas tratados en tericos, en

    prcticos y en las lecturas obligatorias se superponen. De hecho, el primer punto es un

    ejemplo en este sentido: van a encontrar el Facundo en las tres instancias. En otros

    casos, pueden encontrar que un tema aparece en una sola de ellas. Pero, naturalmente,

    el conocimiento por el cual ustedes sern evaluados depende de la totalidad de estos

    ingresos, es decir, se les puede preguntar por cualquiera de los contenidos de tericos, de

    trabajos prcticos y de las lecturas obligatorias.

  • Pensamiento 2007/Terico 1 Apuntes Sim 3

    Para aprobar la materia, tienen que rendir dos exmenes parciales escritos. El

    primero es el 12 de mayo, con un examen recuperatorio el 19 de mayo, dispuesto para quienes tengan dificultades comprobables: enfermedades u otras calamidades por las

    cuales no hayan podido presentarse en la fecha correspondiente. El segundo parcial es el

    16 de junio y el recuperatorio es el 30 del mismo mes. En el programa van a encontrar un cronograma en el que se describe la evolucin deseada para el desarrollo de los trabajos

    prcticos. El resto de las cuestiones es similar a las de cualquier cursada de grado de la

    Facultad.

    Esta materia se llama Pensamiento Argentino y Latinoamericano. Sin embargo, a

    diferencia de la realidad, fue perdiendo sus contenidos latinoamericanos -aunque quedan

    en la bibliografa algunas expresiones del pensamiento de otros pases de la regin- y se

    fue quedando ms en lo argentino. El sentido general del curso es el de describir,

    observar, conocer y analizar algunos discursos que vamos a encontrar en forma de textos

    -los cuales sern nuestras fuentes- que se desplegaron y se desarrollaron en esa

    sociedad que llamamos Argentina, desde 1837 hasta 1970. Se trata de un perodo largo,

    pero esto no significa de ninguna manera que estn cubiertas todas y cada una de las

    expresiones relevantes desde el punto de vista del pensamiento, ya que semejante

    abordaje sera imposible. Hemos seleccionado en cambio aquellos bloques que son

    altamente significativos en la historia cultural argentina.

    Ahora bien, estos discursos, estos textos, estas intervenciones de los siglos XIX y

    XX fueron producidos por sujetos a los que, en principio, llamaremos intelectuales.

    Veremos luego que esta categora se aplica mejor a algunos de ellos que a otros. Esto es

    as porque la categora de intelectual surge segn una definicin que puede considerarse

    emergente en la Argentina, y en general en Latinoamrica, recin entre fines del siglo XIX

    y principios del siglo XX.

    Dicha definicin de la figura del intelectual se concreta a partir de dos rasgos

    centrales: legitimidad y profesionalidad. El intelectual es aquel que extrae su legitimidad a

    partir de su prctica especficamente intelectual. Estos significa que el reconocimiento

    social que obtiene -a este reconocimiento llamamos legitimidad-, o bien la autorizacin

  • 4 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 1

    que su palabra posee, est fundada en sus cualidades intelectuales, esto es, en su

    escritura, en su pensamiento, en su construccin de imgenes, de representaciones, etc.

    Los ttulos de legitimidad, aquello que autoriza a hacer determinadas cosas, aquello

    que hace que los dems reconozcan dicha autoridad para hacerlas, se obtienen por

    distintas vas, las cuales varan con el tiempo y segn las sociedades. Para que yo est

    aqu sentado tengo que estar legitimado, en este caso, por el Ministerio de Educacin, la

    Universidad de Buenos Aires, los concursos ganados, el ttulo obtenido, etc. Es decir, una

    serie de instancias institucionales que dicen que estoy habilitado para estar aqu. Pero los

    mecanismos de legitimacin tienen lugar en todas las instancias de relacin social, en las

    familias, en las comunidades, etc.

    Ahora bien, los fenmenos que observaremos son centralmente discurso -

    afirmaciones, argumentaciones, posiciones, etc.; y aquello que debe ser autorizado es la

    palabra. Como sabemos con Foucault, toda sociedad tiene criterios de habilitacin y

    prohibicin de la palabra: hay sujetos que tienen la palabra permitida y sujetos que la

    tienen prohibida. Prohibido no necesariamente quiere decir que nos tapen la boca, sino

    simplemente que nuestra palabra no tenga ninguna entidad. As sucede con el discurso de

    un loco: su palabra no posee ningn rango de verosimilitud.

    Desde ya, hay permanentes conflictos, luchas por adquirir el derecho a la palabra,

    disputas por la palabra permitida, la palabra verosmil; conflictos que pueden ser de rango

    institucional, y al interior del campo intelectual. Les doy un ejemplo muy reciente. Hace no

    mucho tiempo se discuti en Argentina si la sustancia llamada crotoxina, que se extrae del

    veneno de las vboras, cura o no el cncer. En el debate hubo dos posiciones. Por un

    lado, la de los cientficos argentinos centrados en el CONICET, es decir, la mxima

    institucin de legitimidad de investigaciones cientficas de la Repblica Argentina, quienes,

    tras realizar una seria investigacin, determinaron que la crotoxina no cura el cncer; y

    por otro lado, un sector constituido por mdicos y no mdicos que opinaban lo contrario.

    Los cientficos habilitados estatalmente para pronunciarse decan que la crotoxina no cura

    el cncer; sin embargo durante mucho tiempo sigui utilizndose. Se ve claramente