teóricos desgrabados pensamiento argentino y latinoamericano 2007
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Cod. 36
Pensamiento
Fecha: 19/06/07 Terico 13 Prof.: Leticia Prislei
Contenido: Los aos '30: Itinerarios nacionalistas. Scalabrini Ortiz.
El primer peronismo en debate.
Profesora: Buenas tardes. Hoy, en la primera parte de nuestro encuentro, vamos a
terminar con el punto 4 del programa, abordando un texto en particular, que circul en los
aos '30 pero luego sigui teniendo largos ecos en la sociedad: El hombre que est solo y
espera, de Scalabrini Ortiz. En la segunda parte, comenzamos con el punto 5: El primer
peronismo en debate. Nos concentraremos en las representaciones que los intelectuales
nucleados en Sur tenan del peronismo inmediatamente despus del golpe del '55, y luego
en las reflexiones de Martnez Estrada, Mario Amadeo y Gino Germani.
En nuestros anteriores encuentros hemos caracterizado los distintos tipos de
ensayo de interpretacin nacional que surgieron en esos aos, a partir de nuestro anlisis
de Radiografa de la pampa, el texto de los Irazusta y los de Mallea; ensayos que tambin
han sido llamados de indignacin nacional -su paradigma, en este sentido, podra ser el
texto de los Irazusta-.
El texto de Scalabrini Ortiz se inscribe en esta lnea, pero adems, como decamos,
luego ser retomado en la dcada del '60 y comienzos del '70 por la izquierda peronista,
en la medida en que l hace una seleccin del pasado por la cual arma su propio linaje
intelectual y plantea ciertos tpicos que se conjugarn con el clima de ideas de las
dcadas posteriores.
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2 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
Scalabrini naci en Corrientes en 1898 y muri en Buenos Aires en 1959. Su familia
est vinculada a sectores de la dirigencia argentina. En 1912, se trasladan a Buenos
Aires, traslado en el cual Ral -el autor del texto que vamos a analizar- y algunos de sus
hermanos se vinculan con integrantes del crculo de los intelectuales porteos: Florencio
Snchez, Ingenieros, el anarquista Guiraldo, Manuel Glvez, Carriego, etc.
Ahora bien, mientras se desata la Primera Guerra Mundial, Ral Scalabrini Ortiz
est ingresando a la Facultad de Agronoma de la UBA, y comienza a vincularse con
sectores de la militancia estudiantil. Funda una revista de izquierda, en apoyo a la
Revolucin rusa, llamada Inssurrexit. Frecuenta tambin un crculo de sociabilidad
intelectual y de circulacin de produccin intelectual: la librera de Gleiser, que tambin es
editorial. Participa del grupo de Florida, de modo que est vinculado a la vanguardia
esttica de los '20, y a la revista Martn Fierro. Conoce a Borges, a Mallea, etc. Escribe en
algunos diarios importantes, como La Nacin y El mundo. Tambin l hace su viaje a
Europa -el ya tan mencionado viaje de iniciacin intelectual comn a todos los
intelectuales latinoamericanos- y, tras su retorno, hace a su vez un viaje al Interior, sobre
todo, al Norte. A partir de este viaje, escribe una serie de reflexiones acerca de cmo es el
trabajo obrero en la zona de Salta.
Luego establece vnculos con Macedonio Fernndez, quien es uno de los
escritores de referencia de la vanguardia literaria. Por otra parte, fugazmente se vincula
con el grupo de La Nueva Repblica, los Irazusta, con quienes tiene ms desacuerdos
que acuerdos. Tambin, como los Irazusta, apoya el golpe del '30, pero, tambin
rpidamente, se aleja, como tantos otros, a partir de las consecuencias polticas del golpe.
En 1931 rene todos sus escritos en este libro: El hombre que est solo y espera.
El estilo de este ensayo est vinculado a algo que ser tambin una marca de escritura y
de reflexin que perdurar en los aos siguientes: el pensamiento acerca del ser nacional.
Hay una concepcin esencialista, en Scalabrini Ortiz; ms especficamente, un
esencialismo telrico; l ve una invariante que recorre la historia argentina a pesar de que
se oculta, o por lo menos no surge de manera transparente: el espritu de la tierra. Nuestra
poltica, dice, a modo de tesis sintetizadora, no es ms que la lucha entre el espritu de la
tierra y el capital extranjero.
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 3
El texto va a tener numerosas ediciones. La primera, como dijimos, aparece en
1931, en la editorial de Gleiser; la segunda, en diciembre de ese mismo ao; la tercera, en
marzo del '32, la cuarta en julio; la quinta, en noviembre; la sexta, en marzo del '33; la
sptima, en mayo del '44; la octava, en diciembre del '51; la novena, en junio del '64. La
edicin que yo tengo es de 1971. Estos no son datos menores: el libro fue teniendo
repercusiones en las siguientes dcadas, lo cual es un elemento interesante a tener en
cuenta cuando hacemos historia intelectual: qu pasa con lo que se escribe, de qu
manera circula por la sociedad y qu tipo de apropiaciones produce un texto. A su vez nos
permite una conjetural aproximacin en busca de explicar qu condiciones estn haciendo
posibles tanto esas producciones intelectuales como dichas recepciones, es decir, qu es
lo que est repicando en los que compran sucesivamente, dcada tras dcada, este libro
y agotan las ediciones.
Vemos que en 1931 hay dos ediciones, en el '32 hay tres, y otra ms
inmediatamente en el '33. O sea que en esos primeros aos de la dcada del '30 los
intentos de respuesta a la interrogacin acerca de qu es el pas, qu est pasando, cmo
pensar el pas, encuentran eco en un pblico que est demandando este tipo de
reflexiones.
Recordemos que Luis Torres denomina la dcada 1930-1940 como dcada infame,
lo cual desde el punto de vista historiogrfico ser retomado por los revisionistas. La
denominacin surge de los mltiples negocios poco transparentes que se gestionan en
esos aos, y que intenta dar cuenta de un perodo de puesta en discusin de la
honestidad de la dirigencia. Adems, sabemos que hay en esta dcada una fuerte crisis
econmica.
Ahora bien, la bsqueda de respuestas respecto de estos temas ser emprendida
por Scalabrini Ortiz despus de publicar El hombre que est solo y espera, en otros libros.
Uno de ellos es El Imperialismo britnico en el Ro de la Plata, en sintona con el de los
Irazusta, pero con la diferencia de que Scalabrini pone el acento ms en lo econmico que
en lo poltico, aunque se mantiene la tesis fuerte de El hombre que est solo y espera, la
cual atraviesa todos sus escritos. Y, a comienzos de los '40, escribe la Historia de los
ferrocarriles argentinos, donde reafirma su tesis de la dominacin del pas por la potencia
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4 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
britnica, y donde adems apuesta a nacionalizar lo que est en manos del capital
britnico. Scalabrini Ortiz, ya para entonces, forma parte de FORJA (Fuerza de
Orientacin Radical de la Joven Argentina), que se fund en 1935. Scalabrini particip,
junto con Jauretche y otros en 1933 de un levantamiento militar que termina derrotado,
con muchos de sus participantes presos o exiliados. De la mano de FORJA, se produce el
acercamiento de Scalabrini Ortiz a Pern, junto con su apoyo a la nacionalizacin de los
ferrocarriles, que forma parte de la poltica del primer gobierno de Pern.
Veamos algunas de las reflexiones planteadas en El hombre que est solo y
espera, es decir, quin es este hombre que est solo y espera. Adolfo Prieto, habiendo
ledo y reflexionado sobre este texto, en alguna oportunidad ha dicho que en l hay cierto
optimismo que resuena al que haba antes la crisis del '29. Y, dado que este texto trata de
poner en juego una hermenutica capaz de explicar el ser nacional, Prieto pone este
intento prcticamente en sintona con el espiritualismo determinista de Eurindia de Rojas,
escrito en el '22.
Ahora bien, la edicin de 1964 es prologada por uno de los ms importantes
intelectuales integrantes del revisionismo histrico de ese momento: Jos Mara Rosa,
quien lo presenta como un libro que en la dcada del '60 contribuye a la nacionalizacin
de las clases medias. Esto significa, en el momento, una extensin del peronismo hacia el
sector medio y universitario, que haba sido reacio hasta entonces al mismo. A la vez, esto
revela que en los '60 hay una reflexin distinta al respecto. Narrada por Jos Mara Rosa,
el nfasis est puesto en que los lectores ms interesados en volver a leer este texto son
los jvenes de los sectores medios.
En El hombre que est solo y espera hay un sujeto condensador de los rasgos
culturales del argentino, situado en Buenos Aires, pero que es sntesis de la nacin: el
hombre de Corrientes y Esmeralda. Es, casi, el hombre de las muchedumbres. l lo
caracteriza como el hijo de nadie: slo se apasiona por su destino, es intransigente, se
aparta de los que disienten con l, es hijo de europeos -o sea, de la inmigracin-, pero al
mismo tiempo no es su hijo, porque es hijo de la tierra. O sea, el hijo del inmigrante ha
sido totalmente nacionalizado.
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Podemos ver aqu la realizacin casi completa de la expectativa del Sarmiento del
final de Argirpolis: el inmigrante lleg a la Argentina, y la Argentina lo hizo suyo. O, dicho
en trminos de Scalabrini, el espritu de la tierra lo transmut en argentino.
Dijimos que este sujeto condensador est situado en la ciudad de Buenos Aires.
esta ciudad manifiesta, por esos aos, una tendencia a la norteamericanizacin, por un
lado -es una ciudad ya repleta de restaurantes, de cines, de salones de baile, etc.- y por
otro, en ella hay un refugio particular, donde todava no se encuentran pero estn estos
argentinos a la expectativa, podramos decir. Vemos cmo, nuevamente, en este texto,
repican las conferencias de Ortega y Gasset.
Hay tambin, por otro lado, una puesta en juicio de los intelectuales y del
intelectualismo, lo cual tambin conecta con Ortega, en tanto la confianza est puesta en
la intuicin y el intuicionismo. Asimismo, encontramos las referencias a "El hombre a la
defensiva" que ya encontramos en otros textos. l dice que el intelectual argentino, en su
vanidad, se empobrece, se desnutre, se malea. Y cita:
En su notable ensayo sobre la vida argentina, Ortega y Gasset los cat sin
perfrasis: "Mientras nosotros los europeos nos abandonamos y nos dejamos ir con entera
sinceridad a lo que el tema del dilogo exija, nuestro interlocutor adopta una actitud que,
traducida en palabras, significa aproximadamente esto: 'aqu lo importante no es eso, sino
que se haga bien cargo de que yo soy nada menos que el redactor jefe del importante
peridico X', o bien, 'Fjese que yo soy el profesor de la Facultad Z'.
Y sigue reflexionando Scalabrini Ortiz:
Es que, en la conciencia del intelectual argentino hay una incriminacin que le
desasosiega: son hombres inseguros de s, porque han extirpado todos los sentimientos
que en ellos podan alimentar una creencia. (...) De los hombres que le rodeaban, todos
supuestos intelectuales, Ortega sac en limpio una mala impresin. No pudo respirar esa
atmsfera de la ciudad que tan fuertemente exhalaban las clases populosas; el soplo de la
muchedumbre en que se lica el hombre de Corrientes y Esmeralda. Pero Ortega es
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dueo de una percepcin muy fina, y entrevi ese fervor del espritu porteo, traicionado
por el empaque de los que lo circundaban, y escribi estas palabras que el hombre de
Corrientes y Esmeralda le agradece emocionado: "yo no conozco ningn otro pueblo
actual donde los resortes radicales y decisivos sean ms poderosos, con tan parejo
mpetu elemental, con esa decisin de vivir en grande, que puede hacer de una raza lo
que se quiera. Por eso, buen aficionado a pueblos, aunque transente, me he estremecido
al pasar junto a una posibilidad de alta historia y ptima humanidad de tantos quilates
como en la Argentina".
Y sigue Scalabrini Ortiz:
El que no inspira ese aire poderoso es nefasto al espritu porteo. Estas no son
horas de perfeccionar cosmogonas ajenas sino de crear las propias. Horas de grandes
yerros y de grandes aciertos, en que hay que jugarse por entero a cada momento. Son
horas de biblias y no de orfebrera.
En la parte final de "El hombre a la defensiva" es donde, si recuerdan, Ortega
concluye que este pueblo, a pesar de todo lo que vino diciendo acerca de la inseguridad,
de la necesidad del aparentar, etc., tiene una gran potencialidad como tal. Y esto es lo que
Scalabrini Ortiz homologa al espritu que atraviesa al hombre de Corrientes y Esmeralda.
Con respecto a este sujeto, el hombre de Corrientes y Esmeralda, da Scalabrini
una serie de pequeas descripciones sintticas: es un piloto del caos; es un hombre de
improvisaciones, y no de planes; es un hombre fiado en la certeza del instinto, en sus
intuiciones, en sus presentimientos; ignora la deliberacin; es un hombre que acta, no
calcula; este hombre de Corrientes y Esmeralda pide a los hombres pblicos que sean
hombres de plpito y no de programa.
Se verifica, con todo esto, un clima, previo a la llegada de Pern al poder, en el cual
se estn conjugando una serie de tpicos y reflexiones, las cuales se cristalizan cuando
aparece en la escena pblica el peronismo.
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 7
Lo que finalmente propone en este texto, que es una serie de reflexiones
fragmentarias, es la necesidad de rehumanizacin de la vida. Esto significa que adquieren
una colocacin central en su pensamiento las formas de sociabilidad que se desarrollan
en el tiempo. Hay una confianza en la espiritualizacin de la sociedad, que vemos viniendo
repicar desde el Ariel hasta este momento.
Tambin es interesante destacar que hay una lectura positiva del fenmeno
inmigratorio. En otros textos, hemos visto que surge cierta crtica, cierta negatividad
respecto de este fenmeno. Aqu no es as.
En 1943, tras la publicacin de Historia de los ferrocarriles argentinos, hay un
acercamiento a Pern; pero l no adhiere en forma inmediata, sobre todo porque, aun en
crtica, est cerca todava -aunque los radicales podran ponerse un poco nerviosos con
esta afirmacin- del "Pern de los radicales", que es el cordobs Sabattini, quien tiene un
programa social. Es en l en quien los jvenes de FORJA buscan, en principio, alguna
interlocucin.
Finalmente, Scalabrini Ortiz asiste a las reuniones con Pern, participa del 17 de
Octubre y, a diferencia de la lectura de Glvez pero tambin mirndolo de manera positiva
-en seguida veremos otras lecturas en crtica al 17 de Octubre-, l lo ve como el momento
en que ha hecho su emergencia el subsuelo de la patria. Scalabrini, a partir de entonces,
estar cerca del peronismo, aunque no ocupar ningn lugar de preferencia. Tras la cada
del peronismo, se acerca a los sectores que apoyan a Frondizi. Participa de la revista de
la que va a ser una figura descollante, no slo Frondizi, sino en particular Frigerio. Sin
embargo, Frondizi accede al poder en el '58 y al ao siguiente ya Scalabrini Ortiz muere.
Bien. Hablbamos recin de la emergencia del peronismo. Esto nos permite entrar
en el ltimo punto del programa: El primer peronismo en debate. Hay al respecto un
campo de investigacin abierto actualmente, pensado desde el punto de vista de la
historia intelectual, de la historia de la cultura, por lo cual, vamos a plantear sobre todo
problemas, y algunas lecturas que hemos seleccionado, para relevar qu
representaciones del peronismo surgen en los momentos inmediatos a la cada del '55.
Pongo el acento en los trabajos desde la historia intelectual porque estamos viendo las
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representaciones que del peronismo se van haciendo, en las cuales entran a jugar
mltiples factores sociales. Por un lado, los mismos intelectuales -peronistas y
antiperonistas- van a trabajar en el montaje inicial del peronismo. La palabra peronismo
comienza a usarse ya desde mediados de los aos '40, e inmediatamente con su par
opositivo: antiperonismo. Los dos trminos actan en conjunto desde entonces. Tenemos
as representaciones que vienen desde el propio peronismo y otras desde el
antiperonismo; aquellos que escriben, cuentan y participan van realizando el montaje de la
simblica peronista. En todo este montaje, intervienen no slo intelectuales sino
sindicalistas, polticos, etc., y donde la dupla peronismo-antiperonismo traduce un campo
de batalla ideolgico, que va a atravesar el pas a lo largo de mucho tiempo, y que
tambin ser en s misma objeto de polmica permanente, atravesando la sociedad
argentina.
Uno de los problemas que nos vamos a plantear es, como decamos, cules fueron
las representaciones de este movimiento, que tiene como origen el golpe de Estado del
'43. Este golpe, como ustedes saben, es provocado por un grupo de oficiales, entre ellos
Pern. Pero inmediatamente, a este montaje de una fuerza poltica confluyen sectores
sindicales, sectores empresarios, distintos grupos de trabajadores. De hecho, en las
elecciones del '46, el triunfo de Pern se da de la mano de un vice que viene de un sector
del radicalismo, que ha dejado el Partido y se ha sumado a lo que en ese momento se
llama Partido Laborista -luego, Partido Justicialista-, y de la mano de los sindicatos.
A partir de entonces es que peronismo comienza a ser una palabra polismica. Por
un lado, es una identidad poltico-ideolgica, y aqu ya comienzan los debates: el
peronismo es una ideologa?. Por otro lado, es una referencia partidaria, pero el
peronismo no prioriza el partido sino el movimiento, que implica una suerte de resumen de
la nacin donde hay lugar para izquierda, centro y derecha, con lo cual las proveniencias
ideolgicas son mltiples, y a su vez, la definicin del movimiento es ideolgicamente laxa,
o compleja -depende de cmo se lo mire-. Es tambin el peronismo una poltica
promovida desde el Estado. Y es tambin una doctrina.
Como ven, se empiezan a montar sintticamente los elementos ideolgicos
condensadores del peronismo. Todo este montaje lleva prcticamente una dcada: desde
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 9
el '46 al '55. Se trata de una configuracin nueva que, a travs de este neologismo,
peronismo, ha introducido una serie de cambios importantes en el pas.
Cuando Koselleck habla de cmo van apareciendo las distintas categoras
histricas, seala tambin que algunas se van resignificando a lo largo del tiempo. l
toma, por ejemplo, la categora democracia desde los griegos en adelante, y estudia cmo
va redefinindose a lo largo del tiempo. En determinados momentos hay determinadas
palabras que tienen que ver, justamente, con los nuevos tiempos: con algo nuevo que
aparece. El peronismo presenta la paradoja de traer cosas nuevas y tambin otras que no
lo eran tanto, sino elementos que ya estaban en la sociedad.
Ahora bien, si desde el '45 al '55 el peronismo es el lugar donde se est
produciendo el montaje de un nuevo Estado, de una nueva forma de sociabilidad poltica,
cultural, etc., a partir del golpe del '55, el peronismo ser tambin el lugar de pertenencia
poltica, ideolgica y cultural de los derrotados. Pero no slo ser esto, sino adems la
clave, el enigma -al estilo del Facundo de Sarmiento- que hay que interpretar para postular
una forma de convivencia poltica posible en el pas.
Desde entonces, y desde distintos lugares de la dirigencia poltica y desde la
dirigencia intelectual, se va a tratar de dar respuesta a la pregunta por qu es el
peronismo, es decir, cmo caracterizarlo y, a partir de ah, que estrategias polticas,
culturales, sociales y econmicas seguir para tornar gobernable esta sociedad -una
sociedad que termina, en y despus del '55, profundamente confrontada.
Antes de entrar en el perodo inmediatamente posterior al '55, veamos algunas de
las posturas intelectuales durante el gobierno peronista, que es justamente aquello que en
este momento se est investigando. Hay un trabajo de Flavia Fiorucci en el que ella
indaga el vnculo de Pern con los intelectuales, y otro de Mnica Rein sobre el problema
de las universidades bajo el peronismo.
Comencemos por este ltimo. En economa y en poltica social, durante la primera
presidencia de Pern se pone en prctica el primer Plan Quinquenal -la planificacin era,
en esos aos, una tendencia mundial, no slo econmica sino tambin social y cultural- y
en la segunda presidencia, el segundo Plan Quinquenal. Desde el gobierno, se planifican
las distintas dimensiones de la vida social, entre ellas, la educacin. Hay un despliegue del
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peronismo respecto de la educacin primaria y secundaria, sobre la que se apoya de
manera bastante ms sustantiva que sobre la educacin universitaria. Este plan implica
desde el montaje de edificios nuevos para escuelas en todos los lugares del pas, incluso
donde hasta entonces no haba, hasta la reorganizacin de los contenidos de los textos.
En estos aparece tambin la difusin y circulacin de la doctrina peronista, lo cual provoca
una profundizacin de las diferencias entre peronistas y antiperonistas.
Ahora bien, las universidades son intervenidas, ya durante el golpe del '43, y en el
'46 vuelven a ser intervenidas. La FUA (Federacin Universitaria Argentina) es
activamente antiperonista. A su vez, se da una tensin entre el reformismo universitario y
el peronismo. Este ltimo trata de montar una organizacin paralela a la FUA, la CGU
(Confederacin General Universitaria), algunas de cuyas sedes ms fuertes fueron las de
las Facultades de Derecho de la UBA, de La Plata y de Rosario. En la CGU hay sectores
muy ligados al nacionalismo y al catolicismo.
No obstante -aqu aparece un lugar abierto a investigacin-, algunos, como Silvia
Sigal por ejemplo, sostienen que la adhesin a la CGU era minoritaria, mientras que otros
-en base a testimonios tomados por Rein y su equipo, que trabaja sobre el primer
peronismo- hubo una adhesin bastante ms importante que la que se conoce.
Lo cierto es que, en uno y otro caso, se sostiene que hay una suerte de
disciplinamiento de la universidad. Hay pedidos de renuncia de algunos profesores, que
se van, y tambin hay ciertas disposiciones en la ley universitaria que el peronismo
promulga en ese momento, las cuales desalientan la participacin poltica. Inclusive en los
consejos directivos de las facultades los estudiantes que representan a sus compaeros
son los que obtienen mejor promedio, tienen voz pero no voto y, adems, para poder
llegar a integrar los consejos se exige certificado de buena conducta, con lo cual se
desalienta la participacin, sobre todo, una participacin en crtica.
Pero al mismo tiempo el peronismo realiza otras modificaciones a tener en cuenta:
en primer lugar, elimina los aranceles, que se hasta ese momento existan; en segundo
lugar, se crea una Universidad de los Trabajadores que, a partir del '55, se convierte en la
UTN (Universidad Tecnolgica Nacional). Tambin es cierto que al respecto se complica
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 11
el panorama econmico durante la segunda presidencia de Pern, y muchas becas se
congelan.
En particular con respecto a Filosofa y Letras, tenemos un trabajo disponible que
hizo, con motivo de los cien aos de la Universidad, Pablo Buschlinder acerca de la
historia de la Facultad de Filosofa y Letras. l destaca el hecho de que, a mediados de
los '40 e inicios de los '50, en la carrera de Filosofa ha ingresado el existencialismo, tanto
el francs como el alemn. Sobre todo, a partir de Virasoro desde la ctedra de Filosofa
Moderna y Contempornea, y desde la de Esttica, cuyo titular es Guerrero. En estas
ctedras se leen algunos textos de Sartre. En Gnoseologa y Metafsica, ctedra que
dirige Carlos Astrada -que adems es director del Instituto de Filosofa- se lee a
Heidegger, a Max Scheler y a Jaspers, as como en los cursos de tica de Pucchiarelli y
en el Curso Introductorio de Vassalo.
Por otro lado, hay una suerte de conjuncin entre estos estudiosos -de entre
quienes Astrada es muy conocido a nivel internacional- y miembros de la Iglesia. Es ms,
hay curas que dan ctedra, entre ellos Hernn Bentez, un cura de una enorme influencia
en el gobierno de Pern, que est a cargo del Posgrado.
Otro elemento interesante es que en 1949 tiene lugar el nico congreso
internacional del filosofa que hasta ese momento se haba hecho en el pas. A este
congreso envan ponencias: Jaspers, Bertrand Russell, Vasconcelos por Mxico, De la
Volpe por Italia, Gadamer -cuyo texto va a provocar una serie de discusiones-, y, adems,
el congreso tiene la adhesin de Heidegger. Entre los argentinos que integran el comit
ejecutivo, nuevamente la figura de Astrada se destaca.
Mientras tanto -como lo han trabajado Oscar Tern y tambin Silvia Sigal-,
paralelamente, comienza a organizarse algo que en ese momento se llam -y luego fue
recuperado con el mismo nombre- la universidad en la sombra. Se trata de todos aquellos
que no estn, que no participan -incluso de este congreso-; aquellos que estn excluidos
de la universidad. Se renen en el Instituto Libre de Estudios Superiores, fundan algunas
revistas, entre ellas Imago Mundi -que sale entre el '53 y el '56-, e integran muchas
editoriales. De hecho, casi todas las editoriales estn dirigidas por antiperonistas -motivo
por el cual a los propios peronistas, como es el caso de Leopoldo Marechal, encontraban
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12 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
grandes dificultades para publicar. De la revista Imago Mundi participa, entre otros, Babini,
uno de los representantes de Ciencias Exactas, y quien participar muy activamente de la
discusin en los aos '60 acerca de cules deben ser las fuentes de financiamiento de las
universidades, y pondr en discusin una de las caras de la universidad de los '60: el
cientificismo. La acusacin de cientificismo iba de la mano del juicio negativo al capital
extranjero invertido en investigacin, en base a la idea de que esto pona en riesgo, en
ese momento y desde esa perspectiva, el desarrollo de una ciencia autnoma. Tambin
los Romero participan de Imago Mundi -Francisco, el filsofo, y Jos Luis, el historiador-,
as como Romero Brest, quien ser uno de los organizadores del Di Tella en los aos '60.
De esta revista y del Instituto Libre de Estudios Superiores surgirn -por eso la
denominacin de universidad en la sombra- las autoridades de reemplazo en la
universidad despus del golpe del '55. Jos Luis Romero, por ejemplo, ser rector
interventor de la UBA.
Vamos al trabajo de Fiorucci sobre Pern y los intelectuales, un trabajo que tiene el
inters de poner en paralelo la experiencia brasilea con Vargas y la experiencia peronista
argentina: justamente, se da un vnculo exactamente opuesto entre los intelectuales
brasileos y Vargas, y los intelectuales argentinos y Pern. Ahora bien, hay una hiptesis
central, que me parece interesante: Vargas no est legitimado por elecciones y por un
apoyo social tan fuerte como el que tiene Pern. Entonces, Vargas apela a los
intelectuales, no slo nombrando a uno de ellos ministro de educacin y cultura, sino
tambin, a partir de ah, organizando la vida cultural de Brasil, inclusive estimulando la
produccin de una cultura nacional por parte de los intelectuales. Pern en cambio est
legitimado por elecciones y por el apoyo de la clase obrera organizada en los sindicatos.
No hay una necesidad de apelar a los intelectuales para llevar adelante una cultura
popular.
Uno podra complicar bastante ms este planteo, recordando que el campo
intelectual de la Argentina se haba complejizado ya bastante. Veremos, de hecho, qu ve
parte de estos intelectuales en el peronismo. Pero la pregunta es si el peronismo tuvo o no
intelectuales que lo apoyaran. En Ideas en el siglo, de Oscar Tern, l hace una lista de
intelectuales que participan activamente del peronismo: Leopoldo Marechal, escritor; Elas
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 13
Castelnuovo; Olivari; Carlos Astrada; Manuel Ugarte, que viene del socialismo; Ernesto
Palacio, que es uno de los que escribe sintticamente sobre un tema que circular en los
aos '60 y '70: la historia falsificada -es decir, la historia que nos contaron hasta ahora es
la que no fue, un tpico central del revisionismo; Ernesto Palacio, que escribe mucho ms
que esto, desde ya, tiene la virtud de poner aqu los elementos centrales en un solo y
pequeo libro, que tiene una enrome circulacin. Adems, en esta lista est Arturo
Jauretche, otro intelectual que se acerca al peronismo. Otros: Scalabrini Ortiz, Homero
Manzi, Discpolo, Glvez -slo al comienzo, como ya desarrollamos-, Hernndez Arregui,
Fermn Chvez -un historiador- Ctulo Castillo, Julia Prislutzky, Csar Tiempo, Homero
Guglielmini y otros.
O sea, hay muchos intelectuales que se acercan al peronismo. Ahora bien, estos
intelectuales escriben algo que pueda considerarse como la cultura peronista de aquella
poca? Aqu es donde entramos en discusin. De hecho, habra que ponerse a investigar
mucho ms a fondo. Por ejemplo, cun representativo es el Adn Buenosayres, de
Marechal, y si el peronismo est presente en el texto o no. Lo mismo cabe preguntarse e
investigar respecto de las producciones de Discpolo y de Homero Manzi.
Por otro lado, otra cuestin a tener en cuenta -insisto: estamos planteando
problemas respecto de esta poca- son las represalias mltiples que se dieron, tanto en el
momento en que llega el peronismo al gobierno contra las sedes universitarias como
despus de la cada del peronismo en el '55, donde hay mltiples represalias inversas.
A pesar de esto, el nmero de profesores expulsados de la universidad nunca lleg
a la cifra de la otra expulsin: la que tuvo lugar tras el golpe de Ongana en el '66. Este es
el momento en que es expulsada la mayor cantidad de docentes e investigadores del pas.
Ahora bien, en este panorama de tensiones mltiples que venimos relevando,
veamos ahora, apenas producido el golpe del '55, qu tipo de reflexiones y de
representaciones tienen lugar acerca del peronismo y su cada.
Comencemos por el grupo Sur, que venimos trabajando desde antes. Ustedes ya
han visto el nmero 237 de la revista, con el cual estn trabajando el prcticos. El nmero
sali en noviembre-diciembre del '55; el golpe fue en septiembre. Lo interesante de un
revista no son slo los contenidos y los artculos sino todo aquello que la rodea: los avisos
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publicitarios, o los fragmentos que sirven de voz de la revista. En este caso, y en ese
nmero, pueden entreverse los apoyos posibles y las tramas complejas que rodeaban a la
produccin de la revista. Entre esos fragmentos, uno de los que se destacan
particularmente es una frase de Voltaire en defensa de la libertad de expresin. Adems,
la revista se abre con una cita de Paul Valry, en la que se reitera algo que ya estaba
enunciado en el texto de Voltaire: Valry habla en contra de la persecucin, del
vaciamiento de las universidades, en contra de los partidos que se transforman en
vigilantes de la sociedad.
Ahora bien, ingresamos a los textos de la revista a partir de dos escritos: uno de
Victoria Ocampo y otro de Jorge Luis Borges. En el primero, Victoria narra su estada en la
crcel del Buen Pastor, y en el segundo, Borges, bajo el ttulo "L'illusion Comique", plantea
que el peronismo fue, prcticamente, una ficcin. Para Victoria, el peronismo es la prisin.
Lo nico que le demuestra la crcel es la ausencia de libertad en la sociedad. Para
Borges, esta representacin artificial y deformada que hace del peronismo lo ayuda a
afirmar la tesis -en coincidencia con Victoria- de que el peronismo ya pas y ha terminado.
La expectativa es que el peronismo haya sido nada ms que un desvo de la sociedad.
Esta representacin se reitera en muchos de los textos, salvo en algunos que
trabajaremos especialmente.
Esta compilacin de casi treinta escritos breves, que concentra a casi toda la
intelectualidad que est cerca de Sur, pone el foco en varios asuntos. El primero es la
universidad. Hay varios artculos, entre ellos, los de Francisco Romero y Vicente Fattone,
donde se destaca, en primer lugar, la recuperacin de la funcin docente; en segundo
lugar, la necesidad de recuperar la extensin universitaria -es decir, la articulacin de la
universidad con la sociedad-; y, en tercer lugar, la recuperacin de algunas figuras
histricas, que en realidad ya estn desplazadas respecto de lo que son las nuevas
corrientes filosficas, lo cual por supuesto generar nuevas discusiones al interior de la
universidad. Por ejemplo, recuperan a Joaqun V. Gonzlez y a Alejandro Korn. El primero
es una figura fundamental del liberalismo; el segundo, del socialismo y protagonista de la
reaccin antipositivista. En estos trabajos sobre la universidad tambin se insiste en llamar
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 15
al dilogo, lo cual queda ambiguamente planteado -no se sabe bien con quines, cmo,
etc.-.
Por otra lado, una parte de estos artculos se pueden reagrupar en torno a la
tematizacin del juicio a la dictadura. Se hace un recorrido histrico de las dictaduras en el
pas y, justamente, se impugna la concentracin de poder.
Otro de los ncleos -sobre los que se argumenta y se vuelve- es la prensa y la
propaganda, el montaje ideolgico, el lugar de los medios de comunicacin. Se hace
alusin, justamente, a la creacin de las secretaras de prensa y propaganda, implantadas
en el mundo en otros regmenes autoritarios y -hoy sabemos- tambin en regmenes
democrticos, que se hubieron transformado en usinas ideolgicas. Era la planificacin de
la ideologizacin de las masas a partir de la propaganda.
De hecho, cuando veamos Qu es esto?, de Martnez Estrada, veremos que l
recupera un libro de Simon Weil, una suerte de actualizacin -para los aos '40- de lo que
fue la Psicologa de las multitudes de Le Bon para el siglo XIX. El libro de Weil es sobre la
psicologa de las masas, con ecos fuertemente freudianos, por un lado y, por otro, con un
trabajo muy minucioso acerca de cmo funcion durante el nazismo y el fascismo el
montaje de la propaganda ideolgica. Este libro de Weil ser un referente de estos aos.
Hay un trabajo mucho ms reciente de Gen acerca de la propaganda en la poca
del peronismo, donde, en lugar de mirar los modelos fascista y nazi, ella mira a Estados
Unidos, para estudiar cmo en esos aos se monta la grfica de los medios de
comunicacin en apoyo a Roosevelt, quizs siguiendo la va de reflexin de Adorno
cuando l entra a Estados Unidos y se pone a trabajar, junto con otros que tambin huan
del nazismo, sobre los medios de comunicacin. Adorno hace, en su momento, una
investigacin sobre la radio. Inclusive, destaca la presencia del fascismo en Estados
Unidos: algunos lderes, gracias a los medios de comunicacin, obtenan una audiencia
extendida. Esto lo lleva a Adorno a sostener que los fascismos no estn limitados a ciertos
pases, sino que el uso de los medios masivos de comunicacin constituye una frontera
abierta a la manipulacin de la opinin pblica. Es decir, ya entonces, Adorno vio que la
opinin pblica se forma desde los medios. Hay una serie de trabajos de Adorno en
castellano bajo el ttulo de Consignas, y entre ellos, est este trabajo sobre la radio.
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16 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
Bien. Los medios de comunicacin y la propaganda son un tema que se plantea en
este nmero 237, justamente, en crtica -aunque no a partir de los trabajos de Adorno,
desde ya- al rol que jug el periodismo en la poca del peronismo. La mayor confrontacin
que haba tenido Pern haba sido con La Prensa. El diario fue expropiado y entregado a
la CGT. Con el resto de los peridicos tambin hay problemas, por ejemplo, con La
Vanguardia, a la cual suspenden, y con diarios comunistas. Y respecto del resto de la
prensa hay una relacin ambivalente. Por ejemplo, hay un trabajo de Sidicaro sobre el
diario La Nacin, donde muestra que este diario tiene algunos momentos de
acercamiento, pondera positivamente algunos aspectos, aunque sigue siendo una tribuna
de doctrina, es decir, La Nacin sigue tratando de aconsejar al poder, desde su lugar. A su
vez, tambin hay diarios que simpatizan con el peronismo.
Otro de los temas, que se vincula con el de las masas y la propaganda, es
justamente la emergencia de la palabra masa. Si en el siglo XIX se hablaba de multitudes,
en el XX se habla de masas. Otra categora poltica que se pone en circulacin es
democracia de masas.
Luego, los artculos recorren la pregunta acerca de cmo conjugar liberalismo y
democracia a partir de los problemas que plante el peronismo.
Se tematiza tambin cul es o debe ser el compromiso de los escritores. Sobre
esto vuelve Victoria en el artculo suyo que cierra el nmero.
A su vez, otro tema que recorre los artculos es el de las dos Argentinas, es decir,
aquello que se vena planteando desde los '30. Habamos visto con Mallea el par
constituido por una Argentina visible y otra Argentina invisible, una Argentina profunda y
otra materialista, una Argentina dormida y otra insomne, etc. Surge tambin de la lectura
de los artculos la necesidad de apelar a la conciencia de los argentinos.
Sin embargo, hay dos textos que parecen no demasiado convencidos de que una
recomposicin de la conciencia y un afianzamiento de la conciencia cvica de los
argentinos pueda ser un camino a seguir. Uno es el de Jorge Paita: "Aproximacin a
ciertos problemas" y el otro es el de Ernesto Sbato: "Aquella patria de nuestra infancia".
En el primero, a pesar de que hay una fuerte enunciacin antiperonista, l dice: la
dictadura fue engendrada por un cierto estado de cosas. Mientras ste subsista, el sitial
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 17
del despotismo permanecer vacante. La emergencia del peronismo -como lo veremos
investigado por Germani- se vincula con un estado de cosas que no estaba bien. Si no
entendemos cul era ese estado de cosas, el fenmeno se va a volver a repetir. Y otra de
las afirmaciones es la necesidad de actualizar las legislacin social del pas, que estaba
sumamente atrasada. Por lo tanto, Paita aboga por que siga profundizndose en este
tema, al mismo tiempo que -esto, en cambio, es una vuelta a tras en l- propone implantar
el voto calificado, vinculado con una suerte de examen de cultura cvica -no queda claro
cmo se tomara ese examen- para que la gente accediera al voto.
Sbato escribe el texto citado en el '55. Veremos que ya en el '56 Sbato se va a
manifestar en polmica con todos -Borges, Martnez Estrada, Mario Amadeo, etc.-. Pero
en este texto de Sur, a pocos meses del golpe, Sbato hace una reflexin desde el mismo
sitio desde donde va a situar, en polmica con otros, su voz en el '56: en Salta. Dice en
este texto: todos somos culpables -este tema de la culpa de todos se ver expresado
tambin en Amadeo, y en todo Contorno; ser una conviccin compartida-. Sbato en
particular se ubica como uno de los hombres honestos -tengmoslo en cuenta porque
Contorno va a argumentar en polmica con aquellos que se dicen hombres honestos- que
sienten profundamente la patria. El texto de Sbato exhibe una suerte de emocin
patritica referida al momento en que l se entera de que el golpe del '55 ha ocurrido. El
dspota haba cado, y la patria, aquello que une a un salteo con un fueguino, estaba
recuperndose.
Como sealamos, ya en el '56 Sbato realiza otra lectura del golpe del '55. Pero
pensemos qu pasa en el medio. Inmediatamente, en el golpe del '55, asume Lonardi. Su
proclama es ni vencedores ni vencidos. Como ministro de este gobierno, participa
Amadeo. La idea es integrar al peronismo. Esta lnea rpidamente es desplazada por otra,
que podramos expresar como hay vencedores y hay vencidos: Lonardi es desplazado por
Aramburu y Rojas. Es ms: esta confrontacin ser cada vez ms violenta. En junio de
1956 hay un levantamiento cvico-militar peronista encabezado por el general Valle, y el
gobierno, vencedor, fusila a los que participaron de ese levantamiento. Este hecho, en las
filas del antiperonismo -muchos de ellos venan actuando conjuntamente desde la
confrontacin fascismo-antifascismo de los aos '30, y en los '40 haban formado parte de
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18 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
la Unin Democrtica, viniendo desde la izquierda y desde sectores del conservadurismo-
comienza a dividir las aguas del antiperonismo. A este hecho se suma adems el de que
en la prisin se vuelve a utilizar la tortura a los disidentes, tal como se haba utilizado
durante el gobierno peronista. La acumulacin de estos hechos hace que las filas del
antiperonismo comiencen a resquebrajarse ya en el '56, y comiencen a darse una serie de
desplazamientos. Podemos entonces comparar el Sbato que escribe ese texto en Sur
con el Sbato que veremos en polmica en el '56.
Por ltimo, en el nmero 237 hay otra voz hasta cierto punto discordante: el texto
de Halpern Donghi sobre la historiografa argentina "En la hora de la libertad". Lo que
seala es que nada cambi sustancialmente en materia de historiografa, en tanto se ha
vuelto a practicar la historiografa positivista. Durante el primer gobierno de Pern haba
estado en el pas uno de los representantes ms importantes de la Escuela de los Anales
francesa, es decir, la nueva historiografa, que pona en el centro la historia social y la
econmica. Pero esta corriente, en ese momento, no lleg a la Universidad. La tesis de
Halpern es que no hay suficiente produccin historiogrfica en la Argentina como para
decir que "en la hora de la libertad" hemos recuperado una gran tradicin historiogrfica
novedosa, sino que, ms bien, hay que ponerse a hacer una nueva historiografa.
Y efectivamente a partir de esos aos comienzan a montarse ctedras de historia
social en la Facultad de Filosofa y Letras.
El ltimo texto, que cierra el nmero, es "El hombre del ltigo", de Victoria Ocampo,
la reproduccin de una conferencia que ella pronuncia en el Consejo de Mujeres, bajo los
auspicios de la comisin pro abolicin de la tortura. El ttulo, que ella relaciona con una
ancdota infantil, tambin tiene que ver con el modo como el antiperonismo calificaba a
Eva Pern: la mujer del ltigo. Victoria plantea la necesidad de revisar el sistema
carcelario argentino en ese momento. O sea que empieza con la metfora de la crcel y
termina con una referencia al sistema carcelario real, en una colocacin de su discurso en
defensa de las libertades.
Era un momento bastante complicado, pero se complicar mucho ms al ao
siguiente. Ahora bien, la representacin que del peronismo se recoge en el nmero 237 de
Sur indica, entre otras cosas, que hay que volver atrs en la historia a buscar la Argentina
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 19
que imagina Sur, la cual nada tiene que ver con esta emergencia a partir del 17 de
Octubre de estas masas; de hecho, estas masas, puede leerse, nada tienen que ver con
la Argentina invisible que se haba planteado Mallea, aquella Argentina espiritualizada, etc.
Podra decirse que en el 237 se ha montado un imaginario sobre la posibilidad de borrar lo
que pas, y reencontrar un pas que se vena imaginando desde los '30 en adelante.
Veremos en la segunda parte de la clase cmo ve Martnez Estrada el fenmeno
del peronismo en Qu es esto?, editado en julio del '56. En este texto, Martnez Estrada
recupera las figuras de Catilina y Cicern, la confrontacin en la antigua Roma donde
Cicern representa la repblica romana y Catilina discute los fundamentos de dicha
repblica. Veremos cmo imagina al peronismo Martnez Estrada, ponindose en la
vereda del republicanismo, en este libro que todos consideran muy difcil de caracterizar.
Tambin veremos despus cmo reflexiona Mario Amadeo, que viene del
nacionalismo catlico, y particip del gobierno de Lonardi, en su texto Ayer, hoy y maana.
[Receso]
Profesora: En julio del '56 entonces, sale la primera edicin de Qu es esto?, casi
un ao despus del golpe del '55, y al mes se publica una segunda edicin. Ya hemos
visto las preocupaciones que Martnez Estrada plantea en Radiografa de la pampa. En
los aos '50, Martnez Estrada es un hombre que est, por un lado, instalado en lo que
hemos denominado el ensayo de interpretacin nacional en cuyo campo ha ido ganando
prestigio; pero, por otro lado, y al mismo tiempo, hay una situacin de agotamiento de esta
ensaystica a nivel nacional. No obstante, a pesar de que todos coinciden en sealar que
en este texto las ambivalencias y contradicciones permanentemente se ponen de
manifiesto, si uno lee con cierto cuidado, encuentra que est en lnea de continuidad con
lo que se haba planteado en Radiografa de la pampa. Este ltimo era un texto en crtica
generalizada; no haba algn aspecto, o grupo, o sector o alguna Argentina que pudiera
diferenciarse y rescatarse con respecto a otra Argentina, otro sector u otro grupo. Y lo
mismo pasa en Qu es esto? Si bien Martnez Estrada tiene crticas que hacerle al
peronismo, tambin las tiene para el antiperonismo. De hecho, dice que su objetivo es
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20 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
esclarecer qu es el peronismo, para servir a la causa del pueblo por encima de los
intereses de las facciones. Por eso pretende distanciarse tanto de unos como de otros.
Tambin se ve con toda claridad que en este libro nos topamos con lo que l considera
como invariantes en la historia de la cultura argentina.
Toma como referencia a Simon Weil, y comienza diciendo: para muchos, seguir
siendo un censor implacable, un puritano. En realidad, soy apenas un ciudadano honrado.
Otra vez, el tema de los hombres honestos, colocacin contra la cual polemizar
Contorno.
El texto tiene siete libros, y en cada uno hace referencia a alguna figura intelectual
o cultural importante: en el primero, a Goethe; en el segundo, a Wagner; en el tercero, a
Toynbee, el historiador; en el cuarto, a Plutarco -en particular, a Vidas paralelas, donde es
imaginable el juego que establece: Hitler, Mussolini, Pern, los caudillos-; en el quinto, a
Napolen, en dilogo con Goethe; en el sexto, a Marx y Engels, en especial, al Manifiesto
comunista, por supuesto, en contraposicin con el justicialismo; en el ltimo, a Jung y su
concepto de inconsciente colectivo.
Ahora bien, la invariante central que l quiere destacar es que la barbarie perdura,
no vara a lo largo del tiempo. l sostiene que ahora tenemos nuevas manifestaciones de
la barbarie; lo que ha hecho Pern es, justamente, revelar esa barbarie. Una de las formas
en que el texto narra esta revelacin es la visin que tiene Martnez Estrada del 17 de
Octubre. Hemos visto cmo se lo representaban Delfina Bunge y Manuel Glvez, y en la
primera parte de nuestro encuentro de hoy vimos que, para Scalabrini Ortiz, el 17 de
octubre se haba revelado el subsuelo de la patria. Martnez Estrada, por su parte,
sostiene lo siguiente:
Pern nos revel, no al pueblo, sino a una zona del pueblo que, efectivamente, nos
pareca extrao y extranjero. El 17 de Octubre, Pern volc en las calles cntricas de
Buenos Aires un sedimento social que nadie habra reconocido. Pareca una invasin de
gentes de otro pas, hablando otro idioma, vistiendo trajes exticos; y sin embargo, eran
parte del pueblo argentino, del pueblo del Himno. Porque haba ocurrido que hasta
entonces habamos vivido extraos a parte de la familia que integraba ese pueblo, ese
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 21
bajo pueblo, ese miserable pueblo. Lo haban desplazado u olvidado aun los polticos
demagogos. Y Pern tuvo, ms que la bondad y la inteligencia, la habilidad de sacarlo a la
superficie y de exhibirlo sin avergonzarse de l; no en su calidad de pueblo, sino en
calidad de fuerza tremenda y egresiva que haca peligrar los cimientos mismos de una
sociedad constituida con slo una parte del elemento humano. O sea, el pueblo escogido
que habamos visto desfilar en las fiestas patrias vestido de domingo: eso era tambin el
pueblo, que no habamos tomado en cuenta, como dije, pero que exista. (...) Era un
pueblo vivo, un pueblo viviente, que ahora estaba en marcha. Y eran nuestros hermanos
harapientos, nuestros hermanos miserables; lo que se llama, con una palabra tcnica, el
lumpenproletariat. Era asimismo la mazorca, que sali de los frigorficos como la otra sali
de los saladeros; eran las mismas huestes de Rosas, ahora enroladas en la bandera de
Pern. (...) El pas segua siendo un gran criadero y matadero de vacas, como fue desde
Echeverra hasta Hudson. Y aquellos siniestros demonios de la llanura que Sarmiento
describi en el Facundo no haban perecido. El 17 de Octubre, salieron a pedir cuenta de
su cautiverio, a exigir un lugar al sol. Y aparecieron con sus cuchillos de matarifes en la
cintura, amenazando con una San Bartolom del Barrio Norte. Sentimos escalofros
vindolos desfilar en una verdadera horda silenciosa con carteles que amenazaban con
tomarse una revancha terrible.
Este no es el pueblo que Delfina Bunge describa: gente tranquila, amable, que "no
peda la cabeza de nadie". Hay que ver desde qu perspectiva se est mirando. En ese
momento, los Glvez estn esperando que eso ocurra; lo esperan con cierta prevencin,
pero tambin con expectativas. Martnez Estrada en cambio ve que, con Pern, han vuelto
las montoneras y la barbarie.
Pero al mismo tiempo l est poniendo en el debate intelectual y poltico otro tema:
el de los resentidos sociales. El pueblo visto como sinnimo de resentimiento; como una
masa que ha sufrido humillaciones. Recordemos que tambin podemos relacionar esto
con uno de los temas de Radiografa de la pampa: el del hijo humillado, el mestizo, que es
un resentido. Aqu, el avance popular del 17 de octubre tambin es el de una masa de
resentidos.
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22 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
Dice Martnez Estrada: hay un solo pueblo, que ha tomado diferentes aspectos, a la
manera de Proteo. Habla luego de los habitantes del stano, lo cual es interesante porque
es un tema que atraviesa los procesos de modernizacin.
Cuando Berman, en su libro Todo lo slido se disuelve en el aire, toma la
modernidad en Rusia, analiza, justamente, el texto de Dostoievsky Memorias del
subsuelo, donde, en un momento dado, se cruzan un militar y un empleado en la avenida
Nevsky, la va central de San Petersburgo -una ciudad que est siendo modernizada y
revolucionada por los cambios-, y el empleado no levanta la vista. As se pone de
manifiesto que ese es un hombre del subsuelo, en tanto an no ha llegado a recuperar su
dignidad.
Este mismo tema es retomado por Contorno, y por el Sbato del '56. Ha pasado
algo: estos hombres del subsuelo se estn instalando en lo pblico.
Ahora bien, lo que Martnez Estrada est diciendo es que, al revelar esta parte del
pueblo que estaba oculta, aparecen estos sectores que demuestran, en su movilizacin
del 17 de Octubre, su desafo y su rebelin. Estos hombres del subsuelo, para Martnez
Estrada, no son sino otra manifestacin ms de esa invariante que recorre la historia
argentina: la barbarie.
A su vez, esto le permite a l avanzar con la tesis del lumpenproletariado. No hay
un proletariado en la Argentina. Dice:
ramos y somos un pas sin proletarios. No tenemos poblacin industrial sino
peones de mquinas, por tanto, no hay problemas obreros sino problemas polticos: hay
pobres.
Justamente porque no hay proletariado es que un "demagogo" como Pern puede
llegar a ejercer el poder que ejerce sobre el pueblo.
Esta es la caracterizacin que hace, y sabemos que l es un antiperonista de la
primera hora; pero, por otro lado, l tambin somete a juicio a la dirigencia argentina en su
conjunto. No es que el resto sea mejor: hay un pueblo ignorante y una intelectualidad
ignorante. Tomando una frase de Ghioldi, alpargatas y libros, que este ltimo usaba para
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 23
exponer la disyuntiva que vea entre los sectores cultos y los sectores populares, Martnez
Estrada hace su juicio a la intelligentsia, a los intelectuales. Veamos cmo va
construyendo este juicio, utilizando esa categora de intelligentsia, tan cara tambin a
Jauretche pero bajo otro signo, aunque la crtica tambin es impiadosa:
Somos un pas hispanoamericano con el privilegio de haber tenido, particularmente
en el siglo pasado, excepcionales talentos literarios, que han abierto un crdito ilimitado a
los dilapidadores del patriotismo cultural nacional. Hace muchos aos que los intelectuales
-y taxativamente los periodistas-, viven como hongos a la sombra de las seculares encinas
-prrafo con el cual est recuperando el siglo XIX-. Parecamos ignorar cmo se trabaja en
esos campos del saber en otros pases centro y sudamericanos, en Brasil y en Mxico.
(...) No hemos constituido una cultura con sabor a la tierra y al hombre argentinos. Y lo
que creemos que vale ms, porque es una caricatura y una parodia a la gran novela
italiana, francesa e inglesa, por ejemplo, son las muecas del mono y la articulaciones del
loro. No tenemos literatura y no tenemos cultura. Por qu? Porque ha habido
mimetizacin.
La mimesis, la copia, que es parte del discurso revisionista, tambin aparece en
Martnez Estrada. Dice:
Esa conciencia de que no sabemos, pero tambin de que podemos seguir
fingiendo sin riesgo y con provecho, facilit la conquista de las huestes equipadas con
noticias, de las tcticas de sugestin, sojuzgamiento y envilecimiento de la inteligencia por
el peronismo del estrato superior. El pueblo ignorante no tuvo defensa en la intelectualidad
ignorante.
Y dice ms adelante:
Somos brbaros, en cuanto somos incultos; y somos incultos, en cuanto nos
hemos culturado para la incultura.
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24 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
Por lo tanto, tenemos una cultura brbara. Por otra parte, dice:
Si tuviera que extremar mi tesis, los nicos nombres que se podran rescatar son
los de Groussac, Borges, Banchs, y Victoria Ocampo, entre los actuales. Casi todo el resto
es "literatura", y de clase psima. No debemos atender entonces a la alfabetizacin de la
masa -y a continuacin pone el acento- sino a establecer una escala de valores en el
orden intelectual y a sealar como impostores y corruptores de la cultura a los filisteos
disfrazados, tal como hacemos con los polticos y los patriotas de mscaras. (...) Qu
pas era ese sobre el que Pern cay como un guila? No el de Facundo, sino el de
Radiografa de la pampa. (...) La cultura se puso al nivel de la pelota de ftbol, y el
impostor de la cultura, aunque se dijera y se sintiera antiperonista, resoll llenando sus
pulmones con el aire acondicionado de la barbarie humana. Decir "filisteos de la cultura",
segn el mote que Nietzsche aplic a los intelectuales europeos en bloque, sera para
nuestro caso un eufemismo, anlogo al que sera llamar a nuestra barbarie rosista
"decadencia del gtico normando". Y lo que digo de nuestra intelligentsia podra decir de
nuestra decencia.
Es decir, el ataque es tanto a los intelectuales como a la gente decente, que era el
modo como se identificaban los integrantes del grupo Sur, el de los "bienpensantes", todos
nucleados bajo el antiperonismo.
En el libro de Bioy Casares sobre Borges, cuenta que, en un momento dado,
Martnez Estrada duda si debe o no firmar un manifiesto a favor de la Libertadora, sobre
todo cuando ya estn teniendo lugar los enfrentamientos y se est avanzando en la
represin de los peronistas. Ulises Petit de Murat y Bioy Casares presionan a Martnez
Estrada dicindole: de este lado estamos los decentes. As que no hay opcin. Si ests
con los decentes, tens que firmar este manifiesto.
Martnez Estrada duda, ahora dicho ms en general, en virtud de esta tesis que l
sostiene, que lo cautiva, lo captura y sigue trabajando: el conjunto de la sociedad
argentina est en problemas. No hay un sector que se contrapone a otro y, de vencer, se
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 25
puede construir algo. La crtica de l ser al peronismo, pero tambin a la dirigencia
intelectual y poltica del pas, incluyendo a los antiperonistas.
l dice: en general, en el pas, el hombre honrado es entre nosotros un pobre
infeliz. O sea, no hay una escala de valores que se defienda. Es un pas, dice,
encanallado; un pas de estafadores y tahres. Y termina diciendo, como adelantamos,
que todos somos culpables. El mismo argumento que vimos en el artculo de Sbato para
Sur.
Y hay que sealar que, cuando Victoria Ocampo escribe, en Testimonios, los
recuerdos que tiene de este perodo, recupera estas afirmaciones de Martnez Estrada, y
el hecho de que l hubiera sealado lo siguiente: la oposicin siempre se limit a
presentar alegatos en los Tribunales. O sea, nadie hizo una oposicin verdaderamente
activa al peronismo. Fue una oposicin tibia, desde la perspectiva de Martnez Estrada. Y
l le haba dicho a Victoria -esto es lo que ella recupera-: todos fuimos cobardes. O sea,
no solamente todos somos culpables, sino tambin cobardes.
El libro est lleno, por otra parte, de admoniciones y advertencias. Es ms, en este
tono termina. En el Eplogo, dice:
Estoy cansado. Antes de dormir, he reledo la Apologa de Scrates, que es uno de
mis libros de cabecera. Una gran fuerza sideral penetra en mi mente y en mi cuerpo, como
una oracin. Antes de entrar en las sombras del sueo, recito -haciendo alusin al texto de
Platn-: "cuando mis hijos sean mayores, os suplico los hostiguis, los atormentis, como
yo os he atormentado a vosotros, si veis que prefieren las riquezas a la virtud, y que se
creen algo cuando no son nada. No dejis de sacarlos a la vergenza si no se aplican a lo
que deben aplicarse y creen ser lo que no son, porque as es como yo he obrado con
vosotros. Si me concedis esta gracia, lo mismo yo que mis hijos no podremos menos que
alabar vuestra justicia. Pero ya es tiempo de que nos retiremos de aqu: yo para morir,
vosotros para vivir. Entre vosotros y yo, quin lleva la peor parte? Esto es lo que nadie
sabe, excepto Dios".
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26 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
As termina Qu es esto? de Martnez Estrada, tras el recorrido por esa invariante
de la barbarie que atraviesa la sociedad argentina y que se manifiesta en distintos
momentos a lo largo de su historia, y que aun en su presente del '56, queda abierta como
una cuestin, que tampoco se poda resolver en Radiografa de la pampa.
Alumno: Martnez Estrada ley a Schopenhauer? Porque en Radiografa de la
pampa parece asignarle un rol metafsico a la pampa misma.
Profesora: S. En los '40 circula Schopenhauer en este grupo, e incluso en la propia
facultad de Filosofa, en la ctedra de Astrada. Es cierto: est haciendo eco, en estos
textos.
Ahora bien, en otra clave, no ya como ensayo que pretenda "radiografiar" el
peronismo, est el libro de Mario Amadeo Ayer, hoy y maana. Hemos dicho que Amadeo
proviene del nacionalismo catlico. Se form en la facultad de Derecho de la UBA en la
dcada del '30. En el '38 fund la revista Sol y Luna, donde hemos dicho que publicaron
algunos intelectuales que no eran fascistas, como Borges. Amadeo y su revista han tenido
cierta fascinacin con el fascismo y con el nazismo. l apoya el golpe de Estado del '43,
pero se distancia rpidamente porque, justamente, los militares estn a favor de los
Aliados y l tiene cierta simpata por el Eje. Integra la universidad, en las Facultades de
Derecho y de Ciencias econmicas, entre el '47 y el '55. Ya mencionamos que participa
del gobierno de Lonardi. Ayer, hoy y maana se publica en 1956, y en este mismo ao
tiene otras cinco ediciones en abril, mayo, junio, agosto y septiembre. La primera parte es
de corte autobiogrfica, donde narra sus aproximaciones fugaces y desacuerdos con el
golpe del '43 y con Pern. La segunda parte constituye una suerte de diagnstico,
respondiendo a la pregunta por qu es el peronismo. Desde la perspectiva de Amadeo -
alguien que est interviniendo en el campo poltico- es necesario clasificar dicho campo
poltico, es decir, indicar quin est en cada lugar, y al mismo tiempo situarse a s mismo,
para plantear su alternativa. En esta segunda parte, justamente, caracteriza a los sectores
que estn, tambin, interpretando el peronismo y confrontando con l.
Hay algunos sectores socialmente conservadores, para quienes el peronismo no ha
sido sino otra cosa que una pesadilla, que un mal paso. Estos sectores hablan de
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 27
influencia magntica, de sugestin colectiva, de deformacin de la conciencia y de otras
anomalas que reducen el problema a una cuestin de psicologa patolgica. Consideran
estos sectores que el pueblo argentino ha padecido una enfermedad y es cuestin de
someterlo a una enrgica cura. Pasado el trmino del tratamiento, todo volver a ser lo
que era antes, y del episodio no quedarn ms rasgos que los que pueda dejar en una
persona robusta una gripe o un sarampin. Otros del mismo sector -o sea que, para l,
entre los conservadores hay dos grupos- son menos simplistas aunque tal vez no menos
equivocados. Estos convienen en que el peronismo ha sido un hecho ms serio que lo
que los primeros pretenden, y que realmente ha removido a fondo la opinin popular. Pero
consideran que solamente ha logrado ese efecto por medio de la venalidad y la corrupcin
o apelando exclusivamente a los ms bajos instintos de la plebe. Nada bueno o de signo
positivo ven ellos en el movimiento derrotado. El peronismo, para ellos, es el fruto de la
ignorancia, como lo son la supersticin y el curanderismo. Para ellos, la cuestin se
arregla con una pequea dosis de reeducacin y una gran dosis de "lea". En la mente de
los antiperonistas de derecha, desperonizar equivale a algo as como desratizar.
Para el segundo grupo -en esta clasificacin que Amadeo hace del campo
antiperonista-, el de nuestra izquierda liberal -dentro de la cual estar el Partido Socialista,
el Demcrata Progresista y algn sector del radicalismo- la cuestin se dilua en esa mar
donde todos los ros confluyen: en el nazismo. Para estos, el peronismo es lo mismo que
el nazismo, y lo mismo que el fascismo. Pern y los peronistas eran nazis totalitarios que
queran imponer en la Argentina el rgimen de Hitler y Mussolini. Segn este planteo, el ex
presidente sera un idelogo doctrinario que haba estudiado febrilmente durante su
estada en Italia cursos acelerados del sistema corporativo y habra venido a aplicarlo con
saa en el nima de este inocente y democrtico pas. De ah que estos seores no
puedan comprender otro esquema sino aquel en que todo peronista sea nazi y todo nazi,
peronista. Para este sector, desperonizar equivale a desnazificar.
Es decir, ven en el peronismo un traslado mecnico de un modelo europeo.
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28 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
El tercer grupo es otra izquierda: la izquierda antiliberal y marxista, que del
peronismo slo desaprueba la persona del jefe, y que ve en ese movimiento una forma,
cruda y primitiva pero eficaz, de la lucha contra el imperialismo. Les resulta un poco difcil
a los hombres de esta lnea explicar cmo el contrato del petrleo con la Standard-Oil fue
una batalla contra el imperialismo. Pero a un marxista las contradicciones no lo arredran.
Esta tendencia est dispuesta a sobrepasar a Pern en sus reformas sociales, porque
entiende que su defecto no es el de haber sido demasiado radical en sus procedimientos,
sin el de haberlo sido demasiado poco. Este sector, en el que llevan la voz cantante los
comunistas de signo trotskista, proclama implcitamente la frmula Pern + X, y pretende
apoderarse del proletariado vacante por la ausencia del lder.
De estos sectores ir surgiendo despus la conocida izquierda nacional -con Silvio
Frondizi, Abelardo Ramos y otros-. Este es el cuadro de los sectores del campo poltico y
los diagnsticos existentes respecto del peronismo. La pregunta es dnde se sita
Amadeo, y cul es su alternativa propia. En primer lugar, l dice que lo central es dilucidar
qu es el hecho peronista. Tenemos aqu algunos diagnsticos, y estn todos
equivocados. El hecho peronista es de mayor complejidad que lo que hasta ahora se ha
ido planteando. Y existe un problema fundamental, a partir del cual surge el hecho
peronista: los dirigentes han perdido contacto con el pueblo. No saben lo que el pueblo
necesita; ya sean conservadores o de izquierda, concretamente no saben lo que es el
pueblo. Por lo tanto, es necesario dilucidar las caractersticas de este pueblo, para
interpretarlo correctamente en sus necesidades.
Todas las otras fuerzas que l ha caracterizado se han propuesto, de algn modo,
desperonizar a la masa porque, ante la ausencia de Pern, estas masas estn
disponibles. Buscan entonces el modo de establecer interlocucin con estas masas y
dirigirlas.
Lo que propone Amadeo es buscar la manera de integrar al peronismo. Rechaza la
confrontacin y la desperonizacin. En cambio, hay que reconocer los problemas que
existen respecto de la legislacin social en el pas, inexistente adems hasta la llegada del
peronismo, y avanzar de algn modo hacia una mayor democracia en la vida poltica.
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 29
Por lo tanto, si bien va a estar de acuerdo con Sbato en cuanto a que la culpa es
de todos, al mismo tiempo dir que antes que desperonizar se trata de comprender al
pueblo. As, el diagnstico de Amadeo comienza a circular como parte del debate en torno
a la cuestin del peronismo en el '56. Dijimos que Amadeo participa del grupo de Lonardi,
cuya consigna haba sido ni vencedores ni vencidos, consigna que resulta vencida. Sin
embargo, esta idea sigue circulando.
Por ltimo, quiero hacer alusin hoy -al menos para dejarla planteada- a una lectura
que es diferente, y que tambin busca alguna forma que no sea ni la confrontacin ni el
simple diagnstico, sino una propuesta poltica concreta. As como el peronismo a partir
de su cada ocupar el centro del campo poltico, comenzar a constituirse en un tema
que se instala tambin en sede acadmica. Me refiero a la lectura que, desde el campo de
la sociologa hace Gino Germani.
Germani es italiano, naci en 1911 y muri en 1979. Es de la misma generacin
que Amadeo y que Martnez Estrada. Estudia Ciencias Econmicas en la ciudad de
Roma. Llega a la Argentina en 1934, a los veintitrs aos, despus de haber estado preso
por el fascismo en Italia durante un ao, porque militaba en las filas del socialismo.
Aqu se relaciona con los crculos antifascistas. Trabaja junto con Ricardo Levene
en esta Facultad, en la ctedra de Sociologa. En ese momento, en la sociologa, priman
dos orientaciones: la primera es la historia de las ideas sociolgicas, y la segunda es la
llamada morfologa social. Germani trabaja en este segundo campo. Pero adems,
introduce en el pas las tcnicas de trabajo emprico en sociologa. Es uno de los que ms
publican en el Boletn de Sociologa de la Universidad.
Durante la poca del peronismo sigue trabajando, hasta que tiene que irse de la
universidad. En ese momento, comienza a trabajar con editoriales, se relaciona con el
Instituto Libre de Estudios Superiores -que, como dijimos, era una suerte de universidad
en paralelo- donde da clases, tanto en la sede que el Instituto tiene en Buenos Aires como
en otras en el resto del pas -Tucumn o Baha Blanca-. Entre las editoriales para las que
trabaja est Paids, que se funda en 1945.
En 1955, tras el golpe, el gobierno llama especialmente a Germani para que haga
un diagnstico del hecho peronista, pero con instrumentos sociolgicos confiables, lo que
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30 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
en su momento se considera el mtodo emprico. Al mismo tiempo, l comienza a formar
en la universidad equipos de investigacin. Uno de los temas de investigacin es,
justamente, cmo se vinculan las masas y las polticas autoritarias. A fines de la dcada
del '50 se fundar la revista Desarrollo Econmico, que sigue hasta el da de hoy, y que
comienza a darle visibilidad a muchos de estos trabajos de investigacin que se estn
realizando en los campos de la sociologa y de la economa.
Pero en 1956 Germani responde a aquel pedido del gobierno con un texto llamado
Las integracin de las masas a la vida poltica y el totalitarismo. Es un texto que navega a
dos aguas entre la descripcin y la prescripcin. Presenta lo que en su investigacin ha
podido explorar respecto de las masas en la Argentina y, por otro lado, qu debera
hacerse.
La tesis de Germani se basa en la idea de que en la Argentina se ha dado un
proceso de urbanizacin y de industrializacin, acelerado durante la dcada del '40, lo cual
le da al proceso de modernizacin ciertas caractersticas peculiares. Grandes masas
rurales son atradas a los centros industriales, y reclutadas como obreros. Estas grandes
masas son los "cabecitas negras". No tienen experiencia poltica. Vale decir, no han
pasado por la experiencia de los partidos y de las organizaciones sindicales de la
izquierda -el socialismo y el comunismo-. Son inexpertas desde el punto de vista poltico, y
por lo tanto, vulnerables al discurso de un poltico demagogo y autoritario. Dicho de otro
modo, estn dispuestas a una vinculacin directa entre el lder y ellas, en tanto masas
disponibles, sin experiencia ciudadana poltica. Esto explica el peronismo como
movimiento de masas, centralmente apoyado por la clase obrera y, adems, lo diferencia
del fascismo, para el cual su mayor apoyo proviene de la clase media. Por un lado,
entonces, puede decirse que hay rasgos fascistas en el peronismo, pero, por otro, no es
un fascismo en tanto su base social sustantiva es la clase obrera, y no la clase media.
Pero, al mismo tiempo Germani dice que, si bien el peronismo tiene estas
caractersticas, hay que reconocer que le ha dado conciencia de dignidad a la clase
obrera. Recordemos que esta clase estaba recin constituida, era inexperta y provena de
una relacin rural de deferencia con respecto a los grandes terratenientes. Haban sido
hasta hace poco los peones rurales, que, por supuesto, no mantenan una relacin
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Pensamiento 2007/Terico 13 Apuntes Sim 31
igualitaria con sus patrones. Al legislar en favor de ellos, Pern les ha dado conciencia de
s; una conciencia incompleta, pero conciencia de s al fin.
Tambin por este motivo, estas masas no han adherido a Pern de manera
irracional, dice Germani. Por el contrario, Pern ha promulgado la legislacin social, y las
masas han adherido a aquel que les ha otorgado ciertos derechos.
La tesis de Germani, como podemos ver, viene a colocarse en oposicin a la
caracterizacin del peronismo como sinnimo de fascismo, y del peronismo como
experiencia totalmente negativa. Hasta aqu, el diagnstico.
La prescripcin parte de la base de que hay elementos del peronismo que hay que
recuperar. Es necesario entonces trabajar desde este punto: desde lo que el peronismo
consigui, pero rompiendo con el liderazgo carismtico, es decir, generando condiciones
en que las masas no requieran la relacin lder-masas directa sino, justamente,
avanzando hacia formas posibles de democracia, haciendo que estas masas puedan
inscribirse en otro tipo de cultura poltica.
En sntesis, la prescripcin que surge del diagnstico es integrar a las masas, en
una poltica que se contraponga al autoritarismo. Germani no aconseja "lea" ni
confrontacin con el peronismo, sino la necesidad de articular distintos canales de
participacin de las masas en la democracia.
En todo este perodo, adems, se reforman planes de estudio. Por ejemplo, tras el
golpe del '55, se ponen en vigencia para la escuela secundaria los planes de educacin
democrtica, con materias que irn cambiando de nombre: Educcin Democrtica,
Instruccin Cvica, Educacin Cvica, etc. Estas materias se transforman, a lo largo del
tiempo, en caricaturas de aquel intento de educar cvicamente al soberano, en la medida
en que desde el '55 y hasta el '83 ha habido constantes golpes de Estado, y el material de
estos libros segua hablando de democracia, etc.
Pero lo cierto es que, de todos modos, se asienta desde la segunda mitad de la
dcada del '50 una conviccin que prosigue despus: hay que educar al soberano.
Alumna: La tesis de Germani luego se retoma o es refutada?
Profesora: Es puesta fuertemente en discusin entre fines de los '50 y comienzos
de los '60 por Murnis y Portantiero, que la revisan y descubren que es falso que estas
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32 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 13
masas no tuvieran experiencia poltica alguna, as como tambin es falso que aquellos
que s la tenan no hayan adherido al peronismo. Hay importantes sectores de la dirigencia
de izquierda que se pasan al peronismo. Esto es retomado despus por Juan Carlos Torre
en La vieja guardia sindical y Pern, donde seala que dichos sectores dirigentes
sindicales tambin adhieren al peronismo, como mayores o menores conflictos y dilemas.
Asimismo, se ha refutado que el peronismo haya sido apoyado slo por la clase obrera.
De hecho, sin el apoyo de una parte de la clase media, el peronismo no hubiera podido
ganar las elecciones. El peronismo es un movimiento policlasista.
Y en realidad lo mismo haba pasado con el fascismo en Italia, que se haba puesto
a trabajar en sectores de fuerte organizacin obrera. Es cierto que hubo confrontacin, y
sectores obreros que militaron en el antifascismo, pero tambin es cierto que hubo otros
sectores obreros que se plegaron. De modo que en un caso y en el otro los apoyos
sociales son mltiples. Pero en los '50 todo esto era credo, sobre todo en sede
acadmica.
Nos vemos el martes que viene.
* * *
Versin completa: Damin Grimozzi
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Cod. 45
Pensamiento 41
Fecha: 20/03/07
Terico 1 Prof.: Oscar Tern
Contenido: Introduccin / Facundo
Profesor: Buenas tardes. Mi nombre es Oscar Tern. Les doy antes de comenzar
los horarios de las clases prcticas, con las aulas correspondientes y el nombre de los
ayudantes de cada una. La inscripcin es directamente en las comisiones, a partir de la
semana que viene. Les pido que confirmen en las carteleras -2 piso- las aulas
correspondientes, porque puede haber alguna modificacin.
Horario Aula Docente
Martes 21-23 hs. 232 Ricardo Martnez Mazzola
Mircoles 11-13 hs. 127 Daniel Sazbn
Mircoles 15-17 hs. 126 Karina Vsquez
Mircoles 2123 hs 344 Karina Vsquez
Jueves 11-13 ha. 126 Omar Acha
Jueves 2123 hs. 128 Ricardo Martnez Mazzola
En esta primera clase, trataremos, en primer lugar, de explicitar las "reglas de
juego". Para algunos, o quizs para muchos de ustedes, esta sea la primera materia que
cursan en la Facultad, aunque no es recomendable que no lo hagan; esto no quiere decir
que est prohibido, sino que probablemente tengan que estudiar ms que el resto.
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2 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 1
Igualmente, la experiencia puede resultar exitosa. En segundo lugar, les voy a presentar el
programa, es decir, los contenidos que vamos a ver a lo largo del cuatrimestre. Es
importante que compren el programa -en Sim (Pun 421) o en el Centro de Estudiantes-, y
que lo lean detenidamente ya que es importante tratar de ver cul es el recorrido que se
promete. Finalmente, vamos a ingresar en el primer tema, que se refiere a la generacin
del '37. Esta generacin tiene dos exponentes centrales: Sarmiento y Alberdi, y cada uno
de ellos tiene dos obras sumamente representativas: Facundo y Bases y puntos de partida
para la organizacin poltica de la Repblica Argentina, respectivamente.
Este curso est estructurado sobre la base de tres insumos, o vas de ingreso de
conocimiento: las clases tericas, las prcticas y las lecturas indicadas como obligatorias
en el programa. La asistencia a tericos no es obligatoria, aunque s es recomendable.
Hay que decir que las clases tericas, desde hace unos aos, han adoptado la forma de lo
que sola llamarse clases magistrales; esto se debe a que la cantidad de estudiantes hace
sumamente difcil manejar cierto intercambio de preguntas, de objeciones, de dudas, etc.
Sin embargo yo espero que de todos modos suceda. Aprovecho para pedirles que, toda
vez que no entiendan algo, me interrumpan inmediatamente y lo pregunten. No tengan
pudor en confesar ignorancias o dudas, porque este es el momento en el que todava
pueden apelar a ese tipo de recursos.
Los trabajos prcticos, como ocurre tradicionalmente en la Facultad de Filosofa y
Letras portea, consisten en la lectura y el comentario de los textos que tienen tambin
sealados en el programa. En este sentido, ya la semana prxima comenzarn a ver el
Facundo de Sarmiento. Sera conveniente que comenzaran a leerlo esta semana y que
luego fueran haciendo sucesivas relecturas. A veces los temas tratados en tericos, en
prcticos y en las lecturas obligatorias se superponen. De hecho, el primer punto es un
ejemplo en este sentido: van a encontrar el Facundo en las tres instancias. En otros
casos, pueden encontrar que un tema aparece en una sola de ellas. Pero, naturalmente,
el conocimiento por el cual ustedes sern evaluados depende de la totalidad de estos
ingresos, es decir, se les puede preguntar por cualquiera de los contenidos de tericos, de
trabajos prcticos y de las lecturas obligatorias.
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Pensamiento 2007/Terico 1 Apuntes Sim 3
Para aprobar la materia, tienen que rendir dos exmenes parciales escritos. El
primero es el 12 de mayo, con un examen recuperatorio el 19 de mayo, dispuesto para quienes tengan dificultades comprobables: enfermedades u otras calamidades por las
cuales no hayan podido presentarse en la fecha correspondiente. El segundo parcial es el
16 de junio y el recuperatorio es el 30 del mismo mes. En el programa van a encontrar un cronograma en el que se describe la evolucin deseada para el desarrollo de los trabajos
prcticos. El resto de las cuestiones es similar a las de cualquier cursada de grado de la
Facultad.
Esta materia se llama Pensamiento Argentino y Latinoamericano. Sin embargo, a
diferencia de la realidad, fue perdiendo sus contenidos latinoamericanos -aunque quedan
en la bibliografa algunas expresiones del pensamiento de otros pases de la regin- y se
fue quedando ms en lo argentino. El sentido general del curso es el de describir,
observar, conocer y analizar algunos discursos que vamos a encontrar en forma de textos
-los cuales sern nuestras fuentes- que se desplegaron y se desarrollaron en esa
sociedad que llamamos Argentina, desde 1837 hasta 1970. Se trata de un perodo largo,
pero esto no significa de ninguna manera que estn cubiertas todas y cada una de las
expresiones relevantes desde el punto de vista del pensamiento, ya que semejante
abordaje sera imposible. Hemos seleccionado en cambio aquellos bloques que son
altamente significativos en la historia cultural argentina.
Ahora bien, estos discursos, estos textos, estas intervenciones de los siglos XIX y
XX fueron producidos por sujetos a los que, en principio, llamaremos intelectuales.
Veremos luego que esta categora se aplica mejor a algunos de ellos que a otros. Esto es
as porque la categora de intelectual surge segn una definicin que puede considerarse
emergente en la Argentina, y en general en Latinoamrica, recin entre fines del siglo XIX
y principios del siglo XX.
Dicha definicin de la figura del intelectual se concreta a partir de dos rasgos
centrales: legitimidad y profesionalidad. El intelectual es aquel que extrae su legitimidad a
partir de su prctica especficamente intelectual. Estos significa que el reconocimiento
social que obtiene -a este reconocimiento llamamos legitimidad-, o bien la autorizacin
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4 Apuntes Sim Pensamiento 2007/Terico 1
que su palabra posee, est fundada en sus cualidades intelectuales, esto es, en su
escritura, en su pensamiento, en su construccin de imgenes, de representaciones, etc.
Los ttulos de legitimidad, aquello que autoriza a hacer determinadas cosas, aquello
que hace que los dems reconozcan dicha autoridad para hacerlas, se obtienen por
distintas vas, las cuales varan con el tiempo y segn las sociedades. Para que yo est
aqu sentado tengo que estar legitimado, en este caso, por el Ministerio de Educacin, la
Universidad de Buenos Aires, los concursos ganados, el ttulo obtenido, etc. Es decir, una
serie de instancias institucionales que dicen que estoy habilitado para estar aqu. Pero los
mecanismos de legitimacin tienen lugar en todas las instancias de relacin social, en las
familias, en las comunidades, etc.
Ahora bien, los fenmenos que observaremos son centralmente discurso -
afirmaciones, argumentaciones, posiciones, etc.; y aquello que debe ser autorizado es la
palabra. Como sabemos con Foucault, toda sociedad tiene criterios de habilitacin y
prohibicin de la palabra: hay sujetos que tienen la palabra permitida y sujetos que la
tienen prohibida. Prohibido no necesariamente quiere decir que nos tapen la boca, sino
simplemente que nuestra palabra no tenga ninguna entidad. As sucede con el discurso de
un loco: su palabra no posee ningn rango de verosimilitud.
Desde ya, hay permanentes conflictos, luchas por adquirir el derecho a la palabra,
disputas por la palabra permitida, la palabra verosmil; conflictos que pueden ser de rango
institucional, y al interior del campo intelectual. Les doy un ejemplo muy reciente. Hace no
mucho tiempo se discuti en Argentina si la sustancia llamada crotoxina, que se extrae del
veneno de las vboras, cura o no el cncer. En el debate hubo dos posiciones. Por un
lado, la de los cientficos argentinos centrados en el CONICET, es decir, la mxima
institucin de legitimidad de investigaciones cientficas de la Repblica Argentina, quienes,
tras realizar una seria investigacin, determinaron que la crotoxina no cura el cncer; y
por otro lado, un sector constituido por mdicos y no mdicos que opinaban lo contrario.
Los cientficos habilitados estatalmente para pronunciarse decan que la crotoxina no cura
el cncer; sin embargo durante mucho tiempo sigui utilizndose. Se ve claramente