teoría de la percepción

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En cuanto a la obra, y en palabras del autor Teoría de la Percepción “Al margen de psicología o religión, cabe preguntarse: ¿por qué somos felices o infelices? ¿cómo se explica que pensemos como pensamos? Estas preguntas nos llevan a un cuestionamiento que es la punta de un largo ovillo: ¿somos realmente nuestra mente? Muchas veces creemos que es así, pero si no lo somos, entonces ¿cómo entender nuestra relación con ella? Resulta que para explicar una idea, incluso una relativamente sencilla, a veces hay que remontarse un poco. El asunto es que ese poco lleva a otro poco. Entonces uno decide comenzar por el principio...” Grietas del Cotidiano “Las paredes no son absolutamente lisas. Siempre tienen alguna grieta. A algunas de esas grietas por su aparente insignificancia, y a otras porque molestan, uno decide no mirarlas. Intentar el procedimiento opuesto, es decir, enfocarse en ellas, puede ser un ejercicio de percepción de consecuencias insospechadas.

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Teoría de la PercepciónGrietas del Cotidiano

Eduardo Cabral

Teoría de la PercepciónGrietas del Cotidiano

Editorial Autores de Argentina

Editorial Autores de Argentinawww.autoresdeargentina.comMail: [email protected]

© 2013 Eduardo Cabral

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723.Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Cabral, Eduardo Teoría de la Percepción. Grietas del Cotidiano - 1a ed. - Buenos Aires : Autores de Argentina, 2013. 110 p. ; 20x13 cm.

ISBN 978-987-1791-75-0

1. Narrativa Argentina . 2. Ensayo. I. Título. CDD A863

Twitter @old_sharkWeb www.eduardocabral.com.arMail [email protected]

Diseño tapa Productora Gráfica Argentina pga.slogan.com.ar

“A Flor y a Agus.”

Eduardo Cabral

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Prefacio

Los comunes miran lo que la vida les pone por delante de los ojos.Los sabios miran lo que eligen mirar.Los magos eligen desde dónde miran, lo que eligen mirar.

No voy a intentar redactar textos convencionales. No he hecho nada en mi vida del modo convencional, siempre hice las cosas a mi modo y estilo. No hay mo-tivo para cambiar justo ahora.

No hay arrogancia en esto, ya que encuentro mis quehaceres y preocupaciones tan ordinarios como tí-picos de una burguesía reflexiva que va, lenta e indo-lentemente, disolviéndose en la modernidad.

Tampoco hay melancolía, sino el convencimiento de que mientras para algunos todo tiempo pasado fue mejor, sin importar cuán malo haya sido —y, con-secuentemente, todo tiempo futuro será peor, por el simple hecho de internarnos en lo desconocido— para otros, las posibilidades del futuro son irrenunciables.

Es en éste último estado de ánimo que tomo la in-certidumbre como herramienta de demolición, para abrirme paso en nuevas ideas que me den aire fresco, de aquí en más. Porque el futuro no sólo es el Futu-ro, así, con mayúsculas y proyectado a un tiempo re-

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Prefacio

moto ajeno a este instante, ajeno a la taza de café que está acá, sobre mi mesa. No es maravilla tecnológica por suceder, caos social, esa pandemia tan temida o la imagen de uno mismo encanecido y entendedor de las cosas. Es mucho más que eso: todo lo no sucedido es futuro. La siguiente palabra que escriba, es futuro.

Me resisto a seguir el consejo de mis amigos de ser exhaustivamente claro en mis conceptos, no pretendo entregar nada pre-digerido. No hay aventura en eso. La aventura de la mente volando suelta entre percep-ciones y ocurrencias merece una oportunidad y en-tonces es necesario dejar espacio para que se produzca ese juego.

No pretendo concebir un producto, sino más bien una herramienta.

Prefiero provocar antes que explicar.Esto es un acto de honestidad para conmigo mismo

y, a la vez, un acto de lealtad hacia la idea que me fue soplada al oído por alguien que no soy yo y, sin embar-go, soy yo mismo.

Así, me interesa exponer los conceptos en bruto, en su forma original, tal como fueron concebidos; lo que considero la piedra angular de mis ideas. Me parece una forma más franca de exponerse, de mostrar el aguijón que provocó la herida.

De allí en más, las ideas ya no son mías, y quien lea esto podrá hacer con ellas lo que quiera, como siem-pre. Convertirlas en piedra y argamasa o en olvido que, para algunos, es una forma de memoria. En cada caso, habrán cumplido su objetivo.