teoría de la deriva guy debord. un ensayo de gustavo iturbe

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“La utopía de un siglo, a menudo se convirtió en la idea vulgar del siglo siguiente.” Carlo Dossi. No es extraño que en un momento en el que todo parecía caerse en pedazos debido a los estragos de las guerras –las cuales en aquellos tiempos se sucedían una a la vez- convulsiones políticas, económicas y sociales haya existido también un grupo de artistas, filósofos y también desentendidos, hay que decirlo, que formulaban una nueva utopía que basaba su viabilidad en el descontento existencial en el que estaban inmersos. La subversión y el libre acontecimiento de la vida fueron los principios que alentaban y alimentaban el pensamiento de lo que llamaron Internacional Situacionista liderado por Guy Debord. En la Teoría de la Deriva, Debord invita a relegar nuestras actividades, relaciones y recorridos habituales al hado. Dejarse llevar por el momento y deambular por los barrios mas pobres de la ciudad era un ejemplo ideal, ya que presentaban una multitud de posibilidades inimaginables lúdicas y estimulantes. La idea de “derivar” surgió como respuesta a las gastadas imposiciones sociales patentes en todas las sociedades pero especialmente a la que Debord y el grupo que lo rodeaba pertenecían. El experimento de la deriva, las reflexiones y el lenguaje gráfico que emanaron fueron particularmente palpables en las revueltas ocurridas en el 68 francés. A la distancia y a pesar de lo que representó para un gran número de activistas franceses, la teoría de la deriva, parecería también una manera de evadir la realidad. Sus preceptos sólo funcionan en las ciudades ya que la deriva es parte fundamental de la experiencia vital en el ámbito rural y su idealización tal como la plantea Debord es insostenible dadas nuestras condicionantes sociales y fisiológicas incluso. Las experiencias urbanas que imaginaron arrojaban luz sobre algunos de los mas terribles males que aquejan nuestra vida citadina pero no fueron mas que destellos que se han apagado conforme nos alcanzó la realidad. UNAM FA TALLER JORGE GONZÁLEZ REYNA INVESTIGACIÓN Vi TEORÍA DE LA DERIVA/NUEVA BABILONIA JUÁREZ ITURBE GUSTAVO

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En la Teoría de la Deriva, Debord invita a relegar nuestras actividades, relaciones y recorridos habituales al hado. Dejarse llevar por el momento y deambular por los barrios mas pobres de la ciudad era un ejemplo ideal, ya que presentaban una multitud de posibilidades inimaginables lúdicas y estimulantes.Un ensayo de Gustavo Iturbe.

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Page 1: Teoría de la Deriva Guy Debord. Un ensayo de Gustavo Iturbe

“La utopía de un siglo, a menudo se convirtió en la idea vulgar del siglo siguiente.” Carlo Dossi. No es extraño que en un momento en el que todo parecía caerse en pedazos debido a los estragos de las guerras –las cuales en aquellos tiempos se sucedían una a la vez- convulsiones políticas, económicas y sociales haya existido también un grupo de artistas, filósofos y también desentendidos, hay que decirlo, que formulaban una nueva utopía que basaba su viabilidad en el descontento existencial en el que estaban inmersos. La subversión y el libre acontecimiento de la vida fueron los principios que alentaban y alimentaban el pensamiento de lo que llamaron Internacional Situacionista liderado por Guy Debord. En la Teoría de la Deriva, Debord invita a relegar nuestras actividades, relaciones y recorridos habituales al hado. Dejarse llevar por el momento y deambular por los barrios mas pobres de la ciudad era un ejemplo ideal, ya que presentaban una multitud de posibilidades inimaginables lúdicas y estimulantes. La idea de “derivar” surgió como respuesta a las gastadas imposiciones sociales patentes en todas las sociedades pero especialmente a la que Debord y el grupo que lo rodeaba pertenecían. El experimento de la deriva, las reflexiones y el lenguaje gráfico que emanaron fueron particularmente palpables en las revueltas ocurridas en el 68 francés. A la distancia y a pesar de lo que representó para un gran número de activistas franceses, la teoría de la deriva, parecería también una manera de evadir la realidad. Sus preceptos sólo funcionan en las ciudades ya que la deriva es parte fundamental de la experiencia vital en el ámbito rural y su idealización tal como la plantea Debord es insostenible dadas nuestras condicionantes sociales y fisiológicas incluso. Las experiencias urbanas que imaginaron arrojaban luz sobre algunos de los mas terribles males que aquejan nuestra vida citadina pero no fueron mas que destellos que se han apagado conforme nos alcanzó la realidad.

UNAM FA TALLER JORGE GONZÁLEZ REYNA INVESTIGACIÓN Vi TEORÍA DE LA DERIVA/NUEVA BABILONIA JUÁREZ ITURBE GUSTAVO

Page 2: Teoría de la Deriva Guy Debord. Un ensayo de Gustavo Iturbe

Constant Nieuwenhuys quien también se identificó con el movimiento/pensamiento/ideología situacionista imaginó una utopía en la que quizá la Deriva de Debord podría ser una realidad alcanzable. Por supuesto el constructo mental de Constant estaba fuertemente influido por su contexto, es por eso que era en su esencia diametralmente diferente a la manera en que lo abordaba Debord. La sociedad Holandesa y su cultura habían sido siempre altamente permisivos con el desarrollo de ideales utópicos y especialmente los que tenían su fuente en ejercicios artísticos y con alto valor creativo. Muy diferente a la sociedad francesa en la que los pensamientos radicales tuvieron que abrirse paso con ayuda de guillotinas y revueltas sociales que están muy lejos de los núcleos artísticos idealistas. A dicho constructo mental, Constant lo llamó, “La nueva Babilonia”. Este mundo utópico en el que la creatividad es el único valor definitivo no tiene precedentes ya que como su creador lo aclara, la humanidad nunca ha sido realmente libre, la libertad no es otra cosa que su realización misma. Dado que el humano pierde gran cantidad de su energía creativa en simplemente esforzarse por sobrevivir lo primero que había que eliminar era las necesidades básicas por medio de su satisfacción automatizada. Dicha satisfacción sólo podía tener sustento en el desarrollo tecnológico que llevaría a la humanidad a desarrollar la automatización de toda actividad que estuviera relacionada con dichas necesidades. Por otra parte tenía suma relevancia la colectividad de la propiedad de la tierra, lo que garantizaría una movilidad irrestricta de los habitantes de la tierra. El principal actor de esta entelequia es el Homo Ludens cuya principal o casi única preocupación y finalidad sería el desarrollar su creatividad y regido únicamente por su necesidad de jugar y transformar su entorno. De naturaleza errática este nuevo ente responde a una lógica que permite el desarrollo de su sentido de iniciativa y se ve reflejado en un mundo sin límites territoriales, una disposición psicogeográfica organizada en sectores de múltiplles niveles que permitan la hipermovilidad de sus habitantes generando topografías que indudablemente echarían mano de los sistemas computacionales. Muros, pisos, puentes, terminales, etcétera debían ser totalmente modificables en cualquier momento y por cualquier persona para el desarrollo óptimo de su creatividad lo cual supliría el instinto de agresividad en los humanos. En su nuevo medio, el homo ludens, es capaz de influir en la conducta de otros mediante la modificación del entorno espacial y es precisamente esa condición la que determina la nueva cultura. La tecnología es la piedra angular del constructo ya que es la única que puede solventar las necesidades que alejan al humano de su realización creativa. La idea de que nuestra creatividad, el libre tránsito y la modificación irrestricta de nuestra realidad espacial solucionaría nuestra existencia se quedó corta frente a nuestra realidad concreta, sin embargo generó una multiplicidad de visiones que en casos excepcionales se volvieron realidad. Si son benéficos o no para nuestra existencia aún está por verse.