tecnología aplicada a la ciencia

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La Ciencia: sólo un poco más lenta que la Tecnología Por Txabier Etxeberri En efecto, ésta es una manera controvertida de comenzar con un artículo, pero aplica de manera muy específica a ciertas ramas de conocimiento científico. El avance de la ciencia no se ha detenido, no obstante parecería que la tecnología está innovando de manera constante. A partir de viejos modelos o principios científicos que llamaremos “básicos”, los diseñadores y desarrolladores aplican nuevas formas para hacer más prácticas o portátiles o eficientes las soluciones que ya estaban presentadas. A manera de ejemplo, vamos a hablar de la telefonía celular. La conocemos desde 1946 y la llamábamos “radiotelefonía” por aquel entonces. Pero existe documentación interna de la empresa American Telephone & Telegraph en la que se discute el desarrollo de un teléfono inalámbrico… ¡en el año de 1915! Para no extendernos mucho, sirva decir que los grandes saltos en materia de telefonía celular se dieron en 1958 que es cuando apareció el Sistema 1 conocido como South Lancanshire Radiophone Service, en el Reino Unido; después, en 1981, se logró la automatización completa con el Sistema 4. Cuatro años más tarde, se produce el otro gran salto a la telefonía celular de consumo masivo con la aparición del servicio creado en conjunto por las empresas Racal, MIllicom y Barclays, de VODAFONE (Voice+Data+Phone) y el servicio British Telecom/Securicor “Cellnet”, ambos basados en la tecnología

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Otro artículo para la revista developNetwork, sobre computación para la divulgación y el desarrollo de la ciencia.

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Page 1: Tecnología aplicada a la Ciencia

La Ciencia: sólo un poco más lenta que la Tecnología

Por Txabier Etxeberri

En efecto, ésta es una manera controvertida de comenzar con un

artículo, pero aplica de manera muy específica a ciertas ramas de

conocimiento científico. El avance de la ciencia no se ha detenido, no

obstante parecería que la tecnología está innovando de manera

constante. A partir de viejos modelos o principios científicos que

llamaremos “básicos”, los diseñadores y desarrolladores aplican

nuevas formas para hacer más prácticas o portátiles o eficientes las

soluciones que ya estaban presentadas.

A manera de ejemplo, vamos a hablar de la telefonía celular. La

conocemos desde 1946 y la llamábamos “radiotelefonía” por aquel

entonces. Pero existe documentación interna de la empresa American

Telephone & Telegraph en la que se discute el desarrollo de un

teléfono inalámbrico… ¡en el año de 1915! Para no extendernos

mucho, sirva decir que los grandes saltos en materia de telefonía

celular se dieron en 1958 que es cuando apareció el Sistema 1

conocido como South Lancanshire Radiophone Service, en el Reino

Unido; después, en 1981, se logró la automatización completa con el

Sistema 4. Cuatro años más tarde, se produce el otro gran salto a la

telefonía celular de consumo masivo con la aparición del servicio

creado en conjunto por las empresas Racal, MIllicom y Barclays, de

VODAFONE (Voice+Data+Phone) y el servicio British

Telecom/Securicor “Cellnet”, ambos basados en la tecnología

estadounidense Advanced Mobile Phone Service (AMPS, o Servicio

Avanzado de Telefonía Móvil en nuestro idioma). Pero los

desarrolladores ingleses modificaron la tecnología y terminaron con

una a la que llamamos Total Access Communications System (TACS,

Sistema de Comunicación de Acceso Total).

Por supuesto, estos avances sólo se lograron conforme fuimos

refinando nuestros conocimientos en telefonía y Acústica, además de

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la utilización de la red satelital y demás detalles… pero los aparatos

móviles de ese entonces no sufrieron grandes cambios durante al

menos una década y sólo hasta principios del siglo XXI, comenzaron a

ser más eficientes y multifuncionales (al hacer posible navegar por

internet) y sólo partir 2007, con la aparición del primer Smartphone

integral con una pantalla de interfaz táctil (sí, el iPhone), se disparó el

avance y la innovación tecnológica ligada a la telefonía celular, al

grado de que desde 2012, so ha habido un año sin que al menos uno

de los fabricantes no presente un nuevo modelo que innova y además

“supera” a los de la competencia... hasta el siguiente año, claro está.

Con esta brevísima semblanza, nos podemos dar cuenta que los

principios científicos empleados para desarrollar la tecnología

necesaria para la telefonía celular, iban avanzando más rápido hasta

que logramos un nivel de avance tecnológico que permitió el

consumo masivo, que es el parteaguas de toda “necesidad de

innovación”. No obstante, es necesario hacer notar que aun

cuando la ciencia aplicada a cierto tipo de tecnología llega a un punto

específico, no deja de avanzar… pero los descubrimientos tienen que

llevar un proceso para que se les encuentre una aplicación práctica

fuera del campo de lo teórico y éste se toma más tiempo que la

innovación tecnológica.

Por eso, mi aseveración de que las tecnologías que conocemos

avanzan sólo un poco más rápido que nuestras Ciencias y dicho lo

cual, ahora sí procedo a presentarles un festín tecnológico al servicio

de la expansión y reforzamiento de la investigación científica.

Comencemos pues con el proyecto de Amazon Echo, que comprueba

que es viable desarrollar computación activada por voz en nuestros hogares.

Ya conocemos cómo funcionan las aplicaciones de Google Now y Siri,

que son interfaces orales para nuestros dispositivos, que nos permiten

controlar funciones específicas e interactuar con algunas otras aplicaciones.

Seguro, por el momento aún vemos con cierto grado de desconcierto a alguien

que está dictándole comandos o mensajes completos a su dispositivo (tengo un

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par amigos que son autores de ficción y así “escriben” los primeros borradores

de sus obras), pero que no les quepa duda: ésta interfaz es la que apunta a

convertirse en la norma del futuro.

Tanto así que Amazon desarrolló su dispositivo Amazon Echo, que aun

cuando su reconocimiento de voz no llega al 100% de efectividad y aún no es

capaz de separar el sonido ambiente, no lo hacen ser menos útil para lograr

una interacción más rápida con nuestros equipos de cómputo caseros. Además

de que permite controlar los apagadores inteligentes que responden a la

tecnología We-Mo desarrollada por Belkin International, Inc, y que está

pensada para ser la interfaz entre los electrónicos que tenemos casa y

nuestros dispositivos. Además, puede controlar los focos Hue de Phillips y

usando echo, puedes decirles cuánta brillantez quieres para tu luz o que juego

de colores deseas que empleen... así, como lo leen, sólo den la instrucción y

Echo se encarga de que suceda, incluso si la pantalla de su dispositivo está

bloqueada.

Aún no se puede acceder directamente a servicios que requieren

contraseñas (como Outlook mail, gmail o iMessage), pero sin duda se seguirán

desarrollando maneras de trabajar con estos inconvenientes y, muy pronto,

tendremos acceso a todos los servicios que empleamos.

Pueden ver más en http://techcrunch.com/2015/06/24/amazon-echo-proves-the-

viability-of-voice-based-home-computing/

Pero la tecnología del futuro no tiene porque ser tan práctica pero banal.

Existen grandes avances en el estudio de la dinámica de materiales y en las

propiedades de estos, tantos como para pensar en sistemas que, además de

autodiagnosticarse se reparan a sí mismos… ¡a 10,000 metros de altura,

alojados en las alas de los aviones!

Así es, se ha desarrollado un nuevo material que se autorrepara y que

podría restaurar el daño sufrido por las alas de una aeronave durante el vuelo.

La cosa funciona más o menos así:

Ha llegado a suceder que las pequeñas fisuras que se crean en las

turbinas y las alas de los aviones no sean notadas por el personal de tierra y

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esto puede tener consecuencias muy serias que va desde retrasos, pasan por

cancelaciones y, sí, han llegado a convertirse en catástrofes si no se les aplican

las medidas correctivas a tiempo.

Por esta razón, un grupo de investigadores en Inglaterra han inventado

una sustancia que puede ser incorporada a la estructura de las alas de los

aviones que les permite repararse así mismas, formando una “costra” sobre las

fisuras igual que lo hace la sangre en una herida.

La tecnología es sencilla y funciona mediante la incrustación de

pequeñas esferas de líquido en el ala de la aeronave. Si ésta se daña las

esferas en ese punto se revientan y la sustancia en su interior, que es una

mezcla a base de carbono, se derrama para rellenar la herida. Entonces, otro

catalizadores químicos presentes en el ala comienzan a endurecer el líquido,

sellando cualquier cuarteadura o daño que haya ocurrido… a nivel estructural,

claro está. Los sistemas hidráulicos y eléctricos no pueden repararse de esta

manera, pero al ser internos, si se evita que elementos atmosféricos puedan

causarles daño directo. Este proceso es parecido a la aplicación de pegamento

de cianoacrilato (kola-loka) al que se le añaden microesferas (o talco) y luego

se le añade agua. El efecto es que el líquido fluye y crea una “junta”, los

cuerpos sólidos hacen que la unión sea más resistente y el agua acelera el

proceso de endurecimiento se acelere. El sistema es tan eficiente, que incluso

se está desarrollando una tecnología de cápsulas muy similar para reparar

grietas en el concreto.

Dunca Wass, una de las cabezas de este equipo de científicos, sostiene

que cualquier industria que utilice composites de fibra de carbono para la

fabricación de sus estructuras, puede beneficiarse. Así que si lo vemos desde

nuestro punto de vista como consumidores finales, este tipo de tecnología

podría estar presente en cañas de pescar, bicicletas de alto rendimiento,

cascos de protección, raquetas e incluso las carcasas y pantallas de algunos

de nuestros celulares.

Los especialistas de Forbes, especulan acerca de que su uso

diversificado puede llegar a verse hasta el barniz para uñas… si el costo de

fabricación de la sustancia se puede reducir lo suficiente como para que resulte

viable desde el punto de vista financiero.

A esto, los integrantes de grupo de científicos de Bristol han respondido

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con un muy claro “el barniz de uñas autorreparable, tendrá que esperar por

algún tiempo”.