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CENTRO DE ESTUDIOS BALÍSTICOS ROSARIO IGT 01040 1 Tecnología - Procesos de Fabricación El Tubo Cañón de un Arma de Fuego Introducción: El tubo cañón de nuestra arma, es uno de sus componentes vitales; hay diversos métodos de fabricación que tienen origen en los primeros momentos de su existencia como herramienta de defensa. Su historia: Los cañones modernos de las armas de fuego, tal como los conocemos hoy, tienen sus orígenes en la aparición de las ánimas rayadas (estriados) a finales del 1300 y principios del 1400. No tuvieron estado militar durante casi 400 años ya que, teniendo en cuenta que se encontraba vigente el período de la avancarga, resultaba muy lento el proceso de cargar el sistema y prepararlo para un nuevo disparo (había que introducir la bala por la boca y pegarle con un mazo hasta posicionarla sobre la pólvora propulsora en la zona de la cámara de combustión). No en pocas oportunidades, y debido a los residuos propios del disparo, la bala terminaba atascada en su recorrido antes de llegar a su posición. Resultado: un arma inutilizada en el combate. Típica imagen donde se observa el proceso de carga con fusiles de avancarga Agravado, además, por el hecho de que rayar un cañón era un procedimiento largo y costoso que lo debilitaba, por lo que solamente se podían estriar cañones muy robustos y con importantes espesores de pared. Estas cuestiones impidieron que se utilizaran masivamente, restringiendo su empleo al tiro al blanco o la caza de animales grandes. En el ámbito militar su utilización se limitaba a pequeños destacamentos de tiradores de elite especialmente entrenados y equipados. El soldado común y corriente no era capaz de la aplicación adecuada de las armas estriadas. Hasta la aparición de la bala Minie (1850) este inconveniente perduró y desde allí fueron evolucionando y perfeccionándose hasta nuestros días. Diseño Bala Minie Los primeros cañones fueron de ánima lisa, formados por un tubo de acero con un diámetro interior igual al calibre del arma y no mucho más. Una variante en este tipo de cañones primigenios, muy difundido en los de escopeta y común en nuestro país, incluso encontrándose algunos ejemplares en la actualidad, consistía en enrollar un alambre alrededor de un eje del diámetro del calibre deseado. Se calentaba el conjunto de manera tal que tomara

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CENTRO DE ESTUDIOS BALÍSTICOS ROSARIO – IGT 01040

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Tecnología - Procesos de Fabricación

El Tubo Cañón de un Arma de Fuego

Introducción:

El tubo cañón de nuestra arma, es uno de sus componentes vitales; hay diversos métodos de fabricación que

tienen origen en los primeros momentos de su existencia como herramienta de defensa.

Su historia:

Los cañones modernos de las armas de fuego, tal como los conocemos hoy, tienen sus orígenes en la

aparición de las ánimas rayadas (estriados) a finales del 1300 y principios del 1400.

No tuvieron estado militar durante casi 400 años ya que, teniendo en cuenta que se encontraba vigente

el período de la avancarga, resultaba muy lento el proceso de cargar el sistema y prepararlo para un nuevo

disparo (había que introducir la bala por la boca y pegarle con un mazo hasta posicionarla sobre la pólvora

propulsora en la zona de la cámara de combustión). No en pocas oportunidades, y debido a los residuos

propios del disparo, la bala terminaba atascada en su recorrido antes de llegar a su posición. Resultado: un

arma inutilizada en el combate.

Típica imagen donde se observa el proceso de carga con fusiles de avancarga

Agravado, además, por el hecho de que rayar un cañón era un procedimiento largo y costoso que lo

debilitaba, por lo que solamente se podían estriar cañones muy robustos y con importantes espesores de

pared.

Estas cuestiones impidieron que se utilizaran masivamente, restringiendo su empleo al tiro al blanco o

la caza de animales grandes. En el ámbito militar su utilización se limitaba a pequeños destacamentos de

tiradores de elite especialmente entrenados y equipados. El soldado común y corriente no era capaz de la

aplicación adecuada de las armas estriadas. Hasta la aparición de la bala Minie (1850) este inconveniente

perduró y desde allí fueron evolucionando y perfeccionándose hasta nuestros días.

Diseño Bala Minie

Los primeros cañones fueron de ánima lisa, formados por un tubo de acero con un diámetro interior

igual al calibre del arma y no mucho más.

Una variante en este tipo de cañones primigenios, muy difundido en los de escopeta y común en

nuestro país, incluso encontrándose algunos ejemplares en la actualidad, consistía en enrollar un alambre

alrededor de un eje del diámetro del calibre deseado. Se calentaba el conjunto de manera tal que tomara

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temperatura el alambre, disminuyendo su dureza y luego, golpeando el enrollado, se remachaba o forjaba en

caliente, espira contra espira, hasta volverlo una sola pieza (soldadura por forjado).

Este método a fuerza de golpes y temperatura dio origen a cañones económicos, bastante resistentes

para las pólvoras negras, pero absolutamente obsoletos con las presiones que generan los propelentes

modernos. De ahí la advertencia de no utilizar cartuchos modernos en “cañones de alambre” (como se

los conoce) ya que se corre el riesgo de sufrir graves accidentes.

Con la aparición del rayado en los cañones, fue necesario idear nuevos métodos de fabricación y

conformación. Veamos la forma interior de un cañón moderno:

Lo que encontramos denominado como campo, era el diámetro original de un cañón liso. Al realizarle las

estriados (rifling), el diámetro medido entre fondos de estriado y entre campos se pone de manifiesto por

primera vez. Esta diferencia entre campos y fondos, dio lugar a muchos malos entendidos y a un desacuerdo

que aún se mantiene en cuanto a que es lo que define al calibre de un arma. Controversia que ha generado la

imposibilidad de un criterio único en la estandarización de la nomenclatura vigente. Antiguamente,

técnicamente se consideraba que la medición correcta era entre campos, luego, los americanos del norte,

impusieron la medida entre fondos. Hoy continúa la discusión agravada con la reaparición, desde hace ya

algunos años, de los tubos poligonales.

Para la fabricación de cañones se utilizan aceros del tipo 4140 (aleación de cromo molibdeno) y 6150

(aleación de cromo-vanadio). Los métodos de fabricación más conocidos son los siguientes:

Por Arranque de Viruta

En este sistema diferenciamos dos maneras de realización. En primer lugar con una herramienta de un solo

corte. En el siguiente esquema, se dibuja un dispositivo que se utilizaba en los orígenes de la producción de

tubos estriados, el cual consistía en un largo eje de acero, denominado “florete”, que en un extremo tenía

una uña cortante o herramienta de un filo que se desplazaba en forma de espiral dentro del tubo, y en el otro,

un tornillo patrón que en su superficie tenía tallado el paso que se pretendía lograr.

El desplazamiento se producía hacia delante y hacia atrás, guiado por una tuerca de madera exterior al

cañón. Una vez cavada la primera estría, con varias y reiteradas pasadas, se le daba un giro a la tuerca

utilizando un divisor y se comenzaba a mecanizar la segunda estría y así de manera sucesiva.

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La herramienta que podemos observar en el siguiente esquema contaba con la posibilidad de regulación

mediante un tornillo o cambiándola por otra de dimensión progresiva. De esta manera se lograba la

profundidad deseada. Contaba además de canales para la acumulación de virutas que se extraían una vez

completado el ciclo.

El tipo y número de estrías no se encontraba normalizado y dependía del conocimiento personal del

armero de turno. Se acostumbraba el empleo de diferentes diseños. Convivían tubos con dos y hasta con

veinte surcos, con una profundidad muy variable, del orden de los dos milímetros. Llegando hasta las

denominada microestrías o “de sombrero” las que cumplían una pobre función ya que, luego de dos o tres

disparos, se cubrían con los residuos de la combustión -que eran importantes con la pólvora negra y los

materiales de la época- quedando totalmente desvirtuada su función original.

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En la imagen siguiente un esquema obtenido de la enciclopedia Diderot y D´Alambert (L'Encyclopédie ou

Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers) editada entre los años 1851 y 1772, de una

máquina para estriar los cañones de fusiles.

La rueda de la izquierda, es una regla que permite obtener el espiral que se desee ya que, rotándola a una

determinada posición, comunica el movimiento giratorio al orificio portaherramientas que avanza

horadando, en el interior del cañón, una estría por paso. A partir de la concepción de esta máquina, se logró

la reproducción de estriados constantes entre los distintos tubos-cañones elaborados, cuestión imposible de

materializar con el sistema anterior. Aquí ya no era necesaria la aplicación directa de la fuerza del brazo del

operador, ya que la máquina contaba con una manivela que permitía el movimiento de ida y vuelta necesario

para el desarrollo de la tarea. Contaba, además, con un ingenioso y simple sistema el cual, mediante un

perno roscado y atornillado al portaherramientas, obligaba a la misma a levantarse levemente logrando un

estriado progresivo con mayor profundidad en la zona de la cámara de combustión respecto del de la boca

del tubo.

Continúa el empleo de una sola herramienta de corte que va tallando en el tubo estría por estría, se

somete al tubo a tracción y en un plato divisor que da el giro correcto para distribuir las rayas según el

diseño del fabricante, se obtienen cañones muy precisos pero de altísimos costos.

Aparece una herramienta de corte individual y ajustable en profundidad, para hacer varias pasadas por

cada estría. En la siguiente figura, se puede observar la configuración de la misma y los componentes que le

permiten la regulación, de acuerdo a las necesidades.

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El brochado método definido también como de arranque de viruta, pero con una herramienta que tiene

todos los filos necesarios para tallar las estrías del cañón de manera simultánea; todas en el mismo paso de

mecanizado.

Este método genera muchas tensiones y los tubos no son de la mejor calidad. La herramienta, en este

caso, permite hacer el tallado del cañón en una sola pasada. Cada una de las multiherramientas es de un

diámetro ligeramente superior.

Por Forja en frío (swaging o estampado)

Con las grandes herramientas y la posibilidad de alcanzar magnitudes de fuerza, tracción-compresión nunca

antes soñadas aparecen, a mediados del siglo pasado, los métodos de forjado en frío.

El Button Rifling o botón de rayado, consiste en un botón de forma cónica que es empujado o

traccionado por el interior del tubo previamente perforado con un diámetro menor al definitivo. Este método

fue introducido por la firma Remington y es una manera económica de hacer los cañones.

El botón para un cañón microestriado para un calibre 9 mm, es como el que sigue:

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El martelado en frío, es el método al que vamos a prestarle mayor atención ya que junto al button Rifling,

son los más económicos y utilizados hoy en día.

Consiste en la utilización del denominado “peregrino”, que resulta ser una herramienta de carburo de

tungsteno (comúnmente llamado widia, material utilizado desde 1926 por las acerías Krupp) en cuya

superficie tiene tallada la estría que se pretende realizar. Ella está en “negativo”, o sea que lo que es campo

en el peregrino, será estriado en el cañón y viceversa, lo que es estriado en el peregrino será campo en el

cañón.

Se lo coloca en el interior de una barra de acero perforado y pulido (cuanto más pulido mejor) y luego,

el conjunto así formado, se lo posiciona en una marteladora (martilladora) con 4 herramientas o martillos

que golpearán el tubo (con una tensión del orden de las 800 ton. x cm2) forzándolo y comprimiéndolo contra

el peregrino. De esta manera, el material va conformándose bajo las condiciones deseadas, mientras el tubo

rota para que los martillos golpeen toda su superficie externa.

El peregrino en algunos casos puede tener incluida la recamara, con lo cual se lograría un cañón de

pistola o fusil terminado en lo que a geometría se refiere.

En estas imágenes se puede apreciar el esquema de la marteladora (sobre la izquierda) y del peregrino

ya posicionado en el centro tubo durante el trabajo. Se observa sobre la derecha, como los martillos fuerzan

el material sobre este, comprimiendo las moléculas del acero y achicando a la vez el diámetro externo del

tubo.

Veamos los elementos que forman parte del proceso. En la imagen se pueden observar los martillos que

serán los responsables directos de trasmitir los golpes al material, el peregrino. Un tubo cañón a medio

proceso, donde se evidencia el mayor diámetro del tubo en bruto en relación al martelado.

Vista en corte del cabezal de

una marteladora Horizontal

Vista en corte de la zona

de trabajo del martelado

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El producto terminado seccionado para una mejor vista del proceso interno.

Muchos son los elementos que influyen en lograr precisión en las dimensiones del tubo cañón, pero uno

fundamental es el pulido de su interior. Las superficies que rozan con el proyectil, deben tener una elevada calidad por la sencilla razón de que

cuanto mas áspera sea esta superficie, mayor será el calor generado por el paso de los proyectiles. Con ello,

mayores deformaciones por dilatación sufrirán entre disparo y disparo, conspirando de esta manera con la

precisión. Además no debemos perder de vista que una superficie mas rugosa implica mayor incidencia en

cuanto a residuos y posterior limpieza.

Superficies según método de fabricación. Vemos en la imagen una comparación esquemática entre dos

de los métodos descriptos

.

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Por último, una secuencia de las etapas que se cumplen durante el proceso de martelado.

En cada caso se indican las operaciones fundamentales llevadas a cabo para lograr una calidad acorde a lo

requerido.

Preparación y limpieza del peregrino, en la imagen se observa este antes de ser introducido en la marteladora

Vertical, notar el uso de protección auditiva por el operario

Se aceita el orificio central del tubo, previamente perforado con un diámetro ligeramente superior al

peregrino. Notar los mandos de la marteladora del lado derecho y los relojes que miden las presiones de

trabajo y dan la información necesaria para el control del proceso.

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El tubo se coloca en la marteladora.

Se baja el tubo hasta los martillos, mientras este gira el peregrino ya esta colocado en su posición de trabajo.

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El producto terminado. Posteriormente vienen las operaciones de corte (en caso del empleo en la producción

de armas cortas) o mecanizado de la recámara y del brocal, en caso de usarse en armas largas.