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Tapa 1ª edición
Dibujo de la 1ª edición
MARÍA MELECK VIVANCO
HEMISFERIODE LA ROSA
María Meleck Vivanco “Hemisferio de la rosa”1ª edición: Buenos Aires, 1973.Impresora “Francisco A. Colombo”
Ediciónes Ibuk: Buenos Aires 2014.Ilustración de tapa: Juana Guaraglia “Paraguas azules”(1º Premio del concurso nacional de mosaico 2014)
Diseño de tapa: Ediciones Ibuk.
(Solapa interior)
Con intenso agrado leí su logrado cuaderno de poemas, que ponen de relieveuna imaginación que lleva deleite a la sensibilidad del lector exigente.Corren malos tiempos para la Poesía. Todo se vuelve economía, estadística,cuantificación, moral práctica. Pero siga Ud. adelante con arreglo a suvocación.Me gustan muchos versos de “Hemisferio de la rosa”. En especial, recuerdosu hermoso poema “El regazo”, donde Ud. dice con emotivo acierto: Hoy queestoy sola y sola, alta como la muerte… Creo que su laudable actividadpoética se abre ante luminosas y vastas perspectivas…Espero intimar con sus nuevos poemas. La felicito y yo mismo me felicito porhaberla leído.
CARLOS MASTRONARDI
Pienso que la efusión del alma individual ante el amor, la angustia existencialo la esperanza serán siempre uno de los pretextos favoritos de la poesía, peronunca debemos olvidar que en última instancia la esencia humana no es unmonólogo sino un diálogo –con el mundo, el hombre y el destino- y por endeno puede ser ajena a la hora grandiosamente trágica a que se avecina el mundoy que pide, para decirlo con Dante, “Forti cose a pensar mettere in versi”.Algo de lo aquí consignado puede aludir a la poesía de María MeleckVivanco, poetisa indesmentible, como lo anticipan cierto versos aisladoscuando no poemas enteros: Rondas para Octavio, Te veo como a un niño a laorilla del mundo. Cuando tú partes. He ahí el mar…
LUIS FRANCO
Sus poemas son profundamente intuitivos, yo diría mágicos.
Se alcanza su meollo a través de arco iris sucesivos, en la aventura defulgurantes imágenes, a veces insólitas, pero invariablemente originales ybellísimas.
LUIS CANÉ
Concepción Silva Belinzón, la fascinante poeta uruguaya, a quien defineRamón Gómez de la Serna: “con las palabras más familiares dice Ud. lascosas más diferentes que rompen los límites de la vida” y según JulesSupervielle la autora de “versos misteriosamente límpidos, plenos de unsecreto que sabe mostrarse sin revelarse” envía su último soneto con estadedicatoria: Para la asombrosa poesía de María Meleck Vivanco, en la cual elcorazón terrestre siempre martirizado en la tierra, adquiere un viento dediamantes!
Homenaje a los poetas uruguayos:ORFILA BARDESIO y
JULIO FERNANDEZy a la benemérita ESCUELA Nº 4 GRAL.
JOSÉ DE SAN MARTÍN DE RAMOSMEJIA), en el centenario de su fundación.
LOS FUEGOS de la ROSA
- “Pero la rosa es inocente y dura poco – le contesté-.-Sí, las rosas duran poco, pero no “La Rosa” …
MANUEL DEL CABRAL
“MAS ALLA DE LA ROSA”
De Alfredo Martínez Howarden su libro de poemas “La Heredad”
VUELVE hacia mí la rosa, la lejana,porvenir de su norma melodiosa,la que perdió el Edén, toda la Rosa,su eternidad, su redondez temprana.
Luz en la lividez de una mañanasobre la rama del silencio posasu alondra muda. Gime silenciosapor su raíz de tierra y sombra vana.
Pródiga de lo eterno y la armoníaregresa, sin memorias de pecadoa la inocencia de su lejanía.
Siento la eternidad de su llamado.
Abro mi ser hacia su profecíay está muerta en su oráculo cerrado.
LA LLAMA
Yo nací para el canto,
Con este alto linaje diferenteque se asoma a la frente.
Voy por las pasarelassobre ríos que apenas si se mueven.Llevo ardidas las sienes.
Mis sueños son del aire.
Mi alma es de gaviota marineraque añora y desespera.
Cuando el sol queme nombresy con la luz del cielo seamos purificados,tendré un verso en las manos.
UNA VOZ EN LA TIERRA
A Malvina Rosa Quiroga
“En un valle de rosas minúsculo pero violento.A través de los adioses del Sol”.
Georges Schehadé
Decir Villa Dolores es convocar la ausenciadel otoño y sus ángeles en el cielo de Córdoba.Es vestirla de angustia con tules primorososy nombrarla de lluvia por sentir que se nombra.
Sus flores son del aire y al aire resplandecensabiamente adornadas de berilos y cobres.Voy mendigando al cerro cada juguete suyo,hasta callar mi sangre diluída entre sus próceres.
Inconsolablemente celebro y guardo el ritopenitente y lejano, de oxidada tristeza.La víspera fui un grillo de violín melancólico.
Hoy me duelen los labios como una herida vieja.
Dejo antiguos sedales cautelosos al río
con puertos ya extinguidos y barcas de relevo,donde mojo estas lánguidas serpentinas azulesque les robé al olvido sin anillo y sin dueño.
Vuelvo al ocaso mágico de mis lares; un ángelusestremece la misa de los dioses remotos.Alamedas que zumban. Rostros que nadie toca.
Besos de lacre frío bajo un lirio de polvo.
Y aquí doblo esta médula que fosforece al viento,y al viento de mi pueblo doy mi escudo y mi nombre.Mis alucinaciones. Mis relojes sin péndulos.
Mi atalaya de duendes. Mi más oculta torre.
EL REGAZO
IMPERDONABLE infancia:
Yo te arriendo tu oro.
Tu paz.
Tu miel salvaje.
Tus simbólicas ramas bajo los aguaceros.
Reclamoel sol poblado de terribles fragancias,la fina arquitectura de mis mapas celestes.
Hoy que estoy sola y sola.
Alta como la muerte.
Encaramada al borde del océano seco.
Hoy, que en la lejaníano consigo alejarte,y ando sobre los ejes de arcilla y de silenciosola, porque estoy sola.Alta como la muerte.
En grises remolinos y entre bocas inmóviles.
OFRENDA
a mi hijo Luis Alejandro
OH Vida.
Tibio capullo en mayo. Copo de primavera.
Golondrina menuda viajera de mi sangre.
Tímido niño. Luz encendida a besos.
Fulguras en mi ocaso como si el cielo ardiera.
Oh sueño.
Para ti los profundos trebolares de mi ala,frescos bajo tus sienes más allá del silencio.Fibra de mi honda fibra. Piel de fruta sin huella.
Timonel de la lluvia en su barca de espejos.
Oh Angel.
Dejo para ti el hábito raro de los sueños.
Mundos que se adivinan en mi tránsito apenas.
La misma luna triste destiñendo tu pelo.
Oh Cima.
Cima donde se enhebran las medallas del viento.
Oh mío.Solo y mío. Cascabel de mi fiesta.
Redimido perfume y música de mi aliento.
Inclinado tenáz en el precipicio de mi almay de adentro me alumbras hasta gastar los huesos.
TRANSPARENCIA
a mi hija Yanina
Ella es ahora la rosa magacuyos pétalos restañan toda herida.
El agua junta su sal. El cielo junta su azúcar.
Ella es el cáliz que junta la hermosura.
Es el rubor que trepa por la niebla.
La oculta voz que enamoró al silencio.
La llave que abre al canto y la cautiva.
Es el violín de Dios. La transparencia.
Sus lágrimas me duelen como las escriturasy su beso es el pulso que sostiene mi vida.
Por eso digo que es el ángel que tiembla.
El ojo por donde mira la piedra.
¡OH CONSOLACION!
a Teresita Nalé Roxlo
Regreso a un jardín con leves jazmineros,setos azules que dejé en mi niñez.Regreso como un ángel sin edada ese diáfano río entre sauzales.Cielo de ardientes láminas. Ámbito desasidosonoro como las copas de los brindis.Hubo amor que lustró el cristal de mis ojos?
Hubo criaturas del pasado largamente añoradas,sus compasivos labios debajo de la tierra?El mirlo de los talas juntaba a los pastores,cuando mi voz se abría a la mañana?Hubo ausencia de amarga mielsobre mi rastro, siempre solícita?Mi arpa está en los tensos… cabellos de la lejanía.
Brillantes lunas articulan como ayersus columpios de plata sobre el nogal dormido.Me quedaría así, rodeada de ese río fragante.
Oh Consolación! Y todo para morir.
Ahora que los espejos no me perdonan nunca.
Para que mis hijos oculten con su fiestala sombra de mi sombra en su morada última.
VORTICE DE LA ROSA
-I-
Dorados tulipanes emigran a tus ojosmareados de mareas altas, definitivas.
Yo te lo debo, hasta la lejaníay este fino temblor secreto como un hijo.
Estoy entre las algas, plegada y confundida.Llena de itinerarios sobre mapas vacíos.
Ya me nacieron bocas y gritos en las sienesy una rara tristeza de pichones dormidos.
Si se apagara todo lo que brilla en el mundo,tú sólo quedarías pensativo y amado:
En presencia de barca suavemente inclinada.
-II-
OH!, qué raro designio el de sus ojos tristesde celdas misteriosas, de oro bajo la lluvia.De mares que se ocultan por remozar su esencia,de ciudades destruidas batidas por el humo.
Brillo de camafeo en los dedos de un muerto.
Furia y adormidera de esa luz que me asistecon el dolor de musgo y silencio en mi vida.¡Oh mío! Sólo y alto, librador de mi nube.
Aquello que no amé pesa sobre mis añoscomo si el árbol fuera simiente todavía.Porque sus ojos reales, desolados y tristeseran bajo mis besos como bajo la lluvia.
-III-
EL beso es un estuario con misteriosas islasque rodean la carne hasta vencer su prisa.
Remoto, de otro clima, arcángel del deseo,tiembla bajo el granate aguijón de la vida.
Traiciona a la locura, de sus venas nacidoy cuelga en las mañanas su ala descolorida.
Cuando aflige cinturas viste sus terciopelosy unge con voz de salmo la brevedad del día.
El beso abre su manto, mira un helecho tristey una perla en su concha, desangrada y sumisa.
Como pulpa de agua se deshace en las bocas.
Ha volado del pecho una paloma fría.
-IV-
Está rodando un lirio en los ojos del agua…
Tenme la primavera desorientada.
Sobre mis hombros tristes, se acuesta la nostalgia.
Ten mi cabeza loca, enamorada.
Después que el viento espante los gorriones,coronarán la hoguera de mi estancia;
Porque aún hay olor a siemprevivasen mi carne asombrada.
Y si el silencio ajusta mi cinturay abre su enorme flor morada,
tenme las pobres manos, encenizadas.
-V-
PRECIPITAS el sol de tus mañanassobre la sangre vieja de la vida.
No te alejan los pinos regularesni el hemisferio solo de la brisa.
Racimos de soledad guarda tu frentedesesperada, en su solar perdida.
Dejas a los ocasos que aligerenel aire azul que mueve las glicinas.
Que abran su corazón violentamentea la campana que los detenía.
Mas por dolerse se apagó tu cieloy ahora viajo detrás de su ceniza.
Araucaria de amor; entre tus hojasvoy a morirme como el mediodía.
-VI-
QUIÉN te dirá el secreto que guardé tanto tiempo?
Y quién en la mañana loca de girasolesrecordará el molino, mi amor, la primavera?
Comprenderás que estuve viviendo por milagrocomo un sol sin la plena caricia de la tierra?
¡Oh Dios! ¡Oh peregrino!
En el abandonado corazón de la ausenciahay un pájaro ciego que nos está esperando.
-VII-
CUANDO tú partes,los gusanos de seda tejen su última hebray la blancura gloriosa del capullose ensucia con el humo del cielo.
Cuando tú partes,me rodeo de granados numerososen plena floración;florezco yo también como regada de sangre:Cálida y triste. Resucitada y muerta.(La grieta no se apiada de la lluviala ata a su sed y nunca la devuelve).
Cuanto tú partes,los campanarios se conjuran para doblar pesadamente.Sus notas misteriosas sumergen nuestro pulsoen la carrera de los días.
Andamos... Andamos locos y desorientadoscuando tú tienes que partir.
¡La uva! ¡La uva!
Pon sobre mis labios un racimo de uvas.
Tengo la boca venenosa cuando tú partes.
-VIII-
HOMBRE, me habéis dicho:
-He aquí el mar: ¡corónalo!
He hundido mis pies en su hojarasca húmeda…
Y he caminado suavementeen los escombros del último naufragio.Y para abatir su gran soledadme he colocado sobre la frenteuna diadema de redes antiguas.
¡Revelación del mar! ¡Tiritantes murallas!
Creced, creced hasta mi corazón:
Caja habitada de peces musicalesy de lágrimas.
-IX-
DEJA huella la luzen aquellas criaturasque adoramos un día?El revés de su ala golpea ciegamenteesa puerta que fue, el abrazo en el viento,esa forma vacía?
O de tanto querer se petrifica el tiempo- piedra de olvido o sueño –que espera vendavales de abejorros azulespara volver a arder?
Deja huella la luz en el humo,en el mar, en el dolor quizás?Se hace fiel a su rumbo y a Dios se le apareceo en corazón ajeno se aposenta y se nutre?
Asciende y desafía lo invisible y calladoo se detiene a veces en unos labios húmedos?Tan fuerte es su querer, su purísima huella,que anda por los recuerdossin que nadie la toque?
-X-
QUÉ fugaz la alegría.
Si apenas te incorporasy todo lo que amasse mide con sollozos, casi con agonía.
En el cielo se alejan las nubes que miramos.
Vuelve a sonar el viento su aldabón torpe y grave.
Y los días emprenden su viaje de regresohollando polvo fino en el rostro del tiempo.
Hondamente suspiro. Mi corazón se aquieta.
Se perpetúa acaso el milagro de amarse?
Aquí estoy sola y triste. Con mi lámpara espero.
De la noche resbalan los siglos como lluviay en su espejo brumoso se refleja la nada.
Aquí estoy sola y triste. Con mi lámpara espero.
Qué fugaz la alegría y qué desesperada!
-XI-
CUANDO el pálido amor de lilas desleídasresucite tu cuerpo marinero y salado,sabrás de mi silencio.Que antes azul, este cariño míode mi querer, se ha empobrecido.(Más yo corté un jardín al mary hoy ni un suspiro tengopara cubrir mi luna y su alta desnudez!)
La tarde repetía en su cadencia malvaembellecida con ángeles de cera:Oh, si pudiera asirte amor,pequeño amor, huérfano amor añilde loma a la distancia!Asirte y navegar contigo hacia el ponientecon el antiguo medallón de cobreque nos incita al Sol!...
ROSA INCLINADA
En memoria de los poetasAna Teresa Fabani yOctavio Rivas Rooney
-I-
TODO tenía que le valiera un nombre.
Quizá un terso polvillo desteñido sus manos.
Cielos que la perdían.
Lacios cabellos tirantes como cuerdas.
Ojos de enamorar el agua constante de los ríos.
Labios tendidos.
Palabras como incendios.
Dolida, tierna esponjaen su panel de vidrio lustrado con mis lágrimas.
Pertenecía a los vientos su pecho iluminado.
Al sol que la envolvieraen el pequeño huerto que abrigó su mirada.
-II-
ESTÁ tendida intacta su cintura de espumay se esparcen los ángeles de sus ojos inmensos.
Más allá de su sangre trasiegan las hormigasy el compás de la noche mide sus crisantemos.
Siglos viejos hicieron el perfil de las rosas,los objetos más líricos y hasta los propios besos.
Mares cuyas estatuas yacen purificadasde soles, de cantáridas, de corales sangrientos.
Flotando simplemente tocamos las esferasy los grumos del aire que arman sus movimientos.
Heredera de Dios, guarda los manantialesy el brillo impenetrable de los hondos espejos.
-III-
LA veo como a un niño a la orilla del mundo:con su pequeña red, su sal, su despedida.
Soledad implacable: te filtraste en sus ojosde hechizo y verde cromo, fósforo y melodía.
Soledad, alma suya, aire de su tristeza.
Para quienes la amaron, fue la desconocida.
En un poema triste se apretaron sus besosimperiosos y tiernos que se iban de la vida.
Pronto llegó el invierno con su corona oscuraa coronar su fiebre de arena y de partida.
La veo entre sus calas, sin regreso y sin tiempo.
Como un ardido leño en su propia ceniza.
Bebo esta copa urgente que me quema los labioslisos de renegar la hora decisiva.
Que hoy reposa en su hombro una bandera de humo
y tiembla en sus crespones la cigarra dormida.
-IV-
EL éxodo del sol.
Su lujoso gotear por las cornisas.
Sus delfines de oro.
Sus anzuelos que bajan por la lunahasta enredar tu carne de pájaro marino,de arena que se vuela,de flamante resina.Todo – oh por ti – dulcísima.
Emigrada del mundo indiferentemente.
Cierta de que en el tiempo no reposamos nuncay que el alma persiste con su llama infinita.
Todo – oh por ti – dulcísima.
Dormida sobre el rostro triste de la intemperie.
Destiñendo corolas y sedas para un viaje.
Aún rodando en tus ojos extraviados anillos…
La figura del ángelremontando pañuelos en la fría llovizna,Todo – oh por ti – dulcísima.
Suelta ya en el espacio y amarrada a los élitros
En noches de perenne lucerío.
Sostenida en tu pelo la neblina sin besos.
Entregando a la muerte sus candelabros rotos.
Todo – oh por ti – dulcísima.
Sonámbula criatura del vacío.
RONDAS PARA OCTAVIO
EL niño quiere ser agua. El agua una rosa al mar.
La rosa blanca un relámpago. Y el relámpago no está.
El verano se empecina en ser un beso y jugarcon un ángel silencioso que nos viene a consolar.
Octavio quiere ser viento. El viento una hoguera más.
La hoguera quiere ser sangre. La sangre un poco de sal.
La ausencia quiere ser grillo. Grillo de la soledad.
El grillo un jazmín del aire que no acabe de aromar.
Octavio quiere ser alga y a nuestras manos llegar.
El alga un vaso de vino. El vino quiere llorar.
ROSA PARALELA
UNA COPA DE SOL
VANO sueño soñar con esa copaque ya ceniza se dibuja apenascuando aquí la estación que se deshojatiembla en el agua y en el aire tiembla.
Mas si pudiera conseguir tornarmehostia intocada o mariposa breve,sería el ángel de ayer, su misma carnehecha de luz y de pisada leve.
Pero es vano soñar con esa copa
bajo un cielo de nubes peregrinascontando panes como antaño rosas.
Ya dulcemente la niñez se esfumay es una añeja fruta presentida.Una copa de sol entre la bruma.
EL ANGEL HUESPED
A Betty y Pedro Ortiz Barili
ANGEL que llegas a cambiar mi nombre,a pulir tu mejilla a mi costado.Y en el límite fino de otro cielodiluyes mi perfil desamparado.
Todas tus rosas danzan en mi frentedonde al final te rindes deshojado.Todas sufren de sed en roca vivapor mi caudal de fuego inusitado.
Ángel que ensayas tu vislumbre de orosobre un rostro en honduras reclinado.De urgencia voy y a mi pesar te ignoro.
Mas tu daga de brasa transparentetoca mis hijos, mi universo solo.Y a juicio entrego el libro de mi muerte.
TU NOMBRE CON MI NOMBRE
LA divina aleluya que en la sangrehace gemir el canto y centellea,era un lujo de amor, un lujo triste,por donde tú mirabas a mi estrella.
Ay, te dije amapola y en tu oídose renovó la antigua primavera.Todo fue con fervor transfiguradoen gracia plena, en gracia verdadera.
Más presentí el final. No quise verte.
No quise que tu nombre con mi nombrefueran desencantados a la muerte.
Y la frase cabal y persuasivafue un relámpago frío para el labio,donde anda tu fantasma todavía.
ESTE CIELO SIN SEÑAS
AMBITO sin premuras, casi alado.
Cofre olvidado de la oculta pena,que era mía y de Dios sobre la arenatibia que de la muerte he rescatado.
Sólo el espejo cruel, la torre ardida,podrán borrar los ángeles vehementesque con tu nombre crea mi palabra.Sólo los mares sigilosamente…
Que este rostro sin nombre que yo piensoy este cielo sin señas por que vivo,me sorprendan ausente y desvelada,cultivando la rosa alucinantede los poetas, rosa enamorada.
REQUIEM PARA UNA ROSA
UN féretro, un recuerdopara llorarla ahora.
Cuando pase la lluviano se sabrá si ha muerto.
DATOS DE LA AUTORA
María Meleck Vivanco: 1921-2010. Nació en Córdoba (Valle de San Javier,de Traslasierra), Argentina.
Ha publicado los siguientes libros de poesía:
“Taitacha Temblores” (poemas quechuas), Lima, (Perú), 1956; “Hemisferiode la Rosa”, Buenos Aires, 1973; “Rostros que nadie toca”, Buenos Aires,1978; “Los Infiernos Solares”, Buenos Aires, 1988; “Balanza deCeremonias”, Último Reino, Buenos Aires, 1992; “Canciones para Ruanda”,Buenos Aires, 1998. Parte de su obra ha sido traducida al Italiano y alPortugués.
Ha recibido los premios:
“Libro de Oro”, Lima, (Perú), 1956; Segundo Premio “Municipal de laCiudad de Buenos Aires”, 1978; Primer Premio “Fundación Argentina para laPoesía” (colección de poetas contemporáneos), Buenos Aires, 1988; Premio“Edición” del Fondo Nacional de Las Artes”, Buenos Aires, 1991;Nominación por Argentina en “UNICEF” de Nueva York (U.S.A.), 1996;Premio “Universidad de Letras” de La Habana (Cuba), 1997. Participó endiversos congresos, entre ellos el “Congreso Internacional del Surrealismo enel Tercer Milenio”, Roma, (Italia), 1999, dado que María Meleck integró el
grupo de surrealismo argentino del que formaban parte Aldo Pellegrini,Enrique Molina, Telo Castiñeira de Dios, Olga Orozco, Francisco Madariaga,con los que compartió vida y poesía.
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